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Sebastian Mantilla B.
RETO Eas
(Coeur)Primera edicién, octubre de 2012
© 2012 Centro Latinoamericano de Estudios Politicos
© 2012 Editorial Planeta del Ecuador S.A.
[email protected]
Disefio cardtula: Pablo Iturralde
Fotografia cardtula: Cortesia de diario Hoy
ISBN: 978-9978-983-54-6
Derechos de autor: 039742 del 8 de octubre de 2012
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editor.ECUADOR: DE LA RECETA DEL ‘CONSENSO DE
WASHINGTON’ AL POSNEOLIBERALISMO
Fander Falconi
Pabel Muiioz L.
1 2007 fue para Ecuador un afto de profundos y positives
jos. La posesién de Rafael Correa como Presidente del
lor marcé el inicio formal de un proyecto politico de trans-
ién de la sociedad ecuatoriana: la revolucién ciudadana,
Dicho proyecto postuls, en sintesis, terminar con el neolibe-
0 aplicado en el pais, superar la profunda crisis politica,
formar el marco normativo-institucional a través de una
iblea Constituyente y liderar un proyecto nacional de desa-
En este articulo nos proponemos describir la trayectoria de
proceso, cémo fuimos abandonando los postulados del
iberalismo y cémo vamos construyendo, desde el Buen
un nuevo entendimiento de nuestro desarrollo. Sefala-
, por lo tanto, los resultados mas importantes, y marca-
10s algunos desaffos pendientes para el pais. A lo largo del
‘xto se trabajaré una hipétesis central: los logros han sido po-
Sbilitados por el regreso del Estado, la soberania en la toma
de decisiones y formulaciones politicas, la recuperacién de la
75autoridad publica y el afianzamiento de lo ptiblico como capital
de los ciudadanos:
Se analizaré, ademas, como esta recuperacién de 1a actoria
estatal esté acompafiada de un nuevo campo de ideas y valores,
y de una revolucién constitucional que modificé profundamente
el escenario institucional del pats.
Del regreso a la democracia a la revolucién ciudadana
El regreso a la democracia en el pais se inaugura con la Cons-
titucién de 1978 y las posteriores elecciones de 1979. Tal vez las
caracteristicas de ese regreso y la inconclusa presidencia de Jai-
me Roldés presagian el desarrollo de los aftos venideros.
Como en muchos otros paises de la regién, en Ecuador se vi-
vieron, a la par, el proceso de redemocratizaci6n y el de liberali-
zaci6n de la economia.
En el campo econémico, como lo plantea Antonio Ocampo,
América Latina ha evolucionado mediante tres etapas: de expor-
taciones durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX;
de industrializacién dirigida por el Estado, hasta la década de los
ochenta del siglo pasado; y de reformas de mercado, en la parte
final del siglo XX y primeros afios del XXI. (Ocampo, 2008: 19-
57). En los afios ochenta casi todos los paises latinoamericanos
aplicaron politicas neoliberales, con mayor o menor intensidad,
con propuestas enfocadas al ajuste y a la recuperacién del equili-
brio macroeconémico.
Las politicas de ajuste buscaron contrarrestar los desequi-
librios macroeconémicos, en especial fiscales y externos, y su
sintoma mas acuciante: la inflaci6n. La atencién se enfocé en
los mercados, para corregir las distorsiones de precios y asig-
nar en forma eficiente los recursos, con el fin de reanimar el
crecimiento econémico; y el comercio internacional debia regir-
se por el teorema de los costos comparativos. La critica a estas
politicas se centré en sus magros resultados para reducir la po-
breza, corregir las inequidades sociales y, también, recuperar el
76iento econdmico. No en vano esa época se denominé la
cada perdida’.
Se aplicé un neoliberalismo o el capitalismo salvaje —flexi-
\cién laboral, privatizacién, desregulacién, apertura de las
tas comercial y financiera, reduccién del tamafo del Esta-
a la usanza ‘criolla’ (Falconi y Oleas, 2004), es decir, dirigi-
por élites econdémicas y politicas rentistas, adversas a la com-
cia de mercado, con un entendimiento patrimonialista de
politica y acostumbradas a la manipulacién de las politicas
icas que esquilmaron al Estado.
" Las politicas de ajuste estructural que trataron de aplicar al
siempre fueron modificadas por la presién social. Ast, la
tica y economia del ajuste ejecutadas por Osvaldo Hurtado
11-1984), Leon Febres Cordero (1984-1988) y Rodrigo Borja
8-1992) siguieron un ‘tortuoso camino’ (Thoumi y Grind-
1992): los cambios, con frecuencia, se realizaron con éxito;
, en forma simultdnea, eran erosionados al ser alterados
respuesta a una variedad de presiones sociales, politicas y
smicas y, en ciertos casos, debido a shocks externos 0 ca-
fes naturales. Mientras las élites econémicas presionaban
cambios a su favor, los sindicatos, los grupos sociales, los
tidos politicos de izquierda y las protestas populares busca
deshacerlos.
Los mayores ajustes se hicieron durante el gobierno de Durén-
y Alberto Dahik, entre 1992 y 1996. Se propuso un plan de
no calificable en todo sentido de neoliberal: privatizacio-
ajuste macroeconémico via tipo de cambio y tasa de interés,
‘alizacion y desregulacion financiera, apertura econémica
icamiento del Estado. El intento tuvo ‘éxito’ durante dos
(1993 y 1994), pero el conflicto bélico de 1995 con el Perti
in6 con la disciplina fiscal. Abdalé Bucaram gestionaré un
jodo breve y cadtico, antesala de la severa crisis financiera en
gobierno de Jamil Mahuad (1998-1999), quien asumi6 el poder
una Constitucidn (1998) ideada por su partido. Noboa-Gu-
z-Palacio siguieron la égida de la ideologia neoliberal, en
n ciclo de auge de precios de materias primas, pero sin politica
77monetaria, ni cambiaria. Recordemos que el Ecuador dolariz6,
en forma unilateral, su econom{a en enero de 2000.
En el plano econémico e institucional, los resultados de la
aplicacién del neoliberalismo fueron mediocres. La desigualdad
en la distribuci6n de los activos, ingreso y consumo fue agudiza-
da. A su vez, el rol del Estado en la orientacién del desarrollo fue
debilitado en forma sistematica, y le amputaron sus capacidades
de planificaci6n, regulacién y distribucion.
Las reformas en el campo econémico tuvieron estrecha rela-
cidn con el politico. Al desmontar el esquema econémico ante-
rior también se devasté el tipo de Estado que se estructuré desde
inicios y mediados del siglo XX. Y es que el enfoque keynesiano
y estructuralista imperante en la tegién desde los aftos cincuen-
ta tuvo, evidentemente, una expresién politico institucional en
un Estado social-benefactor de corte intervencionista, que busc6
consolidar una amplia promocién del desarrollo nacional a tra-
vés de la creacién de capital fisico, la construccién de una indus-
tria nacional ideada para romper la dependencia importadora y
la ampliacin de derechos y ciudadania.
Este tipo de Estado generé un modo de regulacién que, entre
otros aspectos, sostuvo como uno de sus pilares fundamentales
un amplio acuerdo corporativo (pacto social), de caracter progre-
sista e incluyente, entre Estado, empresarios y trabajadores.
El Estado social fue desmontado con el pretexto de las ‘dis-
torsiones’ creadas en la economia y otras areas, debido a una sos-
tenida politica de ‘intervencién’. La receta neoliberal se aplic6
_de manera dogmética, rompié con las herencias politicas cons-
tituidas, y apuntals la tesis del Estado minimo. En este sentido,
su agenda politica se centré en el debilitamiento del rol estatal y
la pérdida de sus facultades esenciales, a través de herramientas
como la privatizacién, la desregulacién, la liberalizacién econd-
mica y la flexibilizacién laboral.
* Entre 1995 y 2006, la pobreza urbana cay6 apenas un punto porcentual (pas6 de
38,3%); mientras tanto, el coeficiente de Gini aument6 3 puntos (pas6 de 043 a 0,46), segtin
datos de las Encuestas de Condiciones de Vida, elaboradas por el Instituto Nacional de Esta-
disticas y Censos (INEC).
78Esta univocidad neoliberal fue amplificada por un conjunto
nuevos tecnécratas, un amplio ntimero de partidos politicos,
universidades y centros privados de investigacién, gremios y cé-
-maras de produccién, bancos regionales de desarrollo y agencias
de asistencia internacional, entre otros.
Los efectos ‘no deseados’ del neoliberalismo: crisis
politico-institucional
A pesar de esta aplicacién ortodoxa y estandarizada del de-
cdlogo del Consenso de Washington en la regién, las especifici-
dades nacionales son, por supuesto, relevantes. En el caso ecua-
iano, por ejemplo, a pesar de que los sectores conservadores.
esfuercen en sostener que la receta neoliberal fue débil por la
ncia de ‘verdaderas’ privatizaciones, no pueden ocultar que
eje central fue la desregulacién del sistema financiero; asf, el
ice de apertura de la cuenta de capitales a mediados de los
ios noventa fue uno de los més altos de la regidn, esto provocé
profunda crisis financiera de 1999-2000 y la posterior dolariza-
in de la economia.
Asi también, en el campo politico, la crisis y la inestabilidad
titucional tienen una particular marca nacional. Desde Abdala
caram, ningtin presidente electo, hasta el actual (Rafael Co-
a), termin6 su perfodo de gobierno. Todos fueron depuestos
r movilizaciones sociales y ‘novedosas’ salidas legislativas.
Ello lleva a interrogarnos sobre la economia politica del ajus-
estructural, y cémo fue procesado en el Ecuador.
Con la caida de Bucaram’ la gestin politica del ajuste se cen-
en una comprensién reducida de la ingobernabilidad, vista
0 falta de acuerdo y relaciones conflictivas entre el Legisla-
ivo y el Ejecutivo, y por lo tanto, en la necesidad de fortalecer
éste ultimo, a partir de un conjunto de medidas de ingenieria
Recordemos que Bucaram empez6 a hablar de una eventual crisis financiera y bancaria, fren-
tea lo cual propuso la tesis de la convertibilidad y la fusiGn de las instituciones financieras.
79constitucional que se disefiaron en el reducto intelectual de la
Democracia Popular, y que tuvo como su lider al ex presidente
Osvaldo Hurtado, desde la Asamblea Constituyente de 1997.
Previamente a la Asamblea del 97, existia un acumulado de
debate social y politico que encuentra sus orfgenes, al menos, en
las demandas del movimiento indfgena de 1990, la lectura de go-
bernabilidad e hiperpresidencialismo de Hurtado y el grupo Cor-
des, y los planes modernizadores-privatizadores del gobierno de
Duran Ballén en los afios 1992-1994. Esto permitié que existiera
una dindmica de movilizacién y debate que buscaba canalizarse
en el seno de dicha Asamblea con un espiritu refundacionista,
como ha sido normal a la hora de activar el poder constituyente
La asamblea ‘acuartelada’ procesé las tesis de las privatizaciones
y la reduccién del Estado: liberalizacion y desregulacién, de un
lado; de otro: econom{a mixta y areas estratégicas; descentraliza-
cién; Estado plurinacional; derechos colectivos; equidad de gé-
nero; derechos civiles y minorias (Mufioz, 2006).
Ese debate se plasm6 en la Constitucién de 1998, reconocida
por sus avances en materia dogmatica pero seriamente cuestio-
nada en su parte organica y en su disefio institucional, sobre todo
con el paso del tiempo. El empefio por disminuir y desvalorizar
el rol de la intervenci6n estatal, la visi6n de una descentraliza-
cién y autonomias basadas en la fortaleza politica y el puro vo-
luntarismo, y el fortalecimiento del sistema presidencialista para
terminar de aplicar la receta neoliberal, fueron algunos de sus
errores centrales. Los idedlogos de la Constitucién del 98 pensa-
ron que solucionando el problema de gobernabilidad a través del
fortalecimiento del presidencialismo se solucionarian los proble-
mas del sistema de partidos, de la representacién politica, la des-
politizaci6n de los entes de control, la redistribucin del poder y
la democratizacién del sistema. Esta mirada fue conservadora y
dejé intacto el enfoque rentista, patrimonialista y gamonal de las
élites nacionales sobre el juego politico.
Finalmente, la idea de un Ejecutivo fuerte y con un bloque le-
gislativo mayoritario se hizo realidad, y se pensé que se asegura-
rfa un escenario de gobernabilidad y un adecuado ejercicio de go-
800°. La presidencia demécrata cristiana de Mahuad fue elegida
‘a gobernar con la nueva Constituci6n: las nuevas herramientas
tico-electorales dieron su fruto y obtuvo la primera mayoria en
Legislativo. Sin ser eso suficiente, para asegurar una mayoria con-
tundente, ‘aplanadora’, se gesté un acuerdo politico con la segunda
ayoria del Congreso: Partido Social Cristiano (PSC). La sostenibi-
dad de este disefio y del acuerdo politico permitio sellar la paz con
Pert, realizar el brutal ‘salvataje bancario’ y la dolarizacién de la
economia; con posterioridad, esa incipiente expresién de hegemo-
se desplom6 y Mahuad fue destituido en el afio 2000.
Luego de dos caidas presidenciales, en tres afios, el gobierno
Lucio Gutiérrez, sin mayor andlisis de orden politico-coyun-
ural, intent6 sostener ese modelo politico y econémico y fue de-
esto de su cargo en abril de 2005.
La caida de Gutiérrez develé con mas fuerza la profunda cri-
politica del sistema democratico ecuatoriano. Seis presidentes
ales en diez afios, un triunvirato de pocas horas, y una vice-
esidenta disputando el poder con el presidente de la Funci6n
Legislativa y el comandante general de las Fuerzas Armadas.
El vicepresidente Palacio sucede a Gutiérrez y asume el poder
condiciones de extrema debilidad, bajo la proclama y consigna
una asamblea constituyente. Monta para el ‘supuesto’ efecto,
sistema nacional de concertacién (a cargo del Consejo Nacio-
de Modernizacin del Estado, Conam) que permitiria atender
demandas ciudadanas. Mediante el procesamiento técnico de
nsultas directas y propuestas puntuales de reforma politica se
andona la idea de la constituyente y se la reemplaza por la ini-
itiva, nunca efectuada, de una consulta popular con diez temas
interés ciudadano. Palacio, por lo tanto, traiciona su promesa de
andonar el sistema y reconstruir los cimientos politico institu-
ales del pais, muy venidos abajo. Deja, entonces, listo el terre-
para una propuesta de transformaci6n radical, para retomar la
| Hacia finales de los noventa la ecuacién democracia, gobernabilidad y pobreza habia sido
‘rabajada y difundida por Cordes y se habia convertido en unseferente influyente en ciertos
tlrculos académicos y politicos.
81idea de una asamblea constituyente de plenos poderes que busque,
decididamente, consolidar al Estado nacional; deja preparado el es-
cenario para que la gente reclame la recuperacién del valor de los
ofrecimientos politicos; deja claro, en la ciudadanfa, la necesidad
de superar el interés particular y las practicas corporativas y procu-
rar el bienestar colectivo y el bien ptiblico. Tal terreno, abonado por
el descontento social, muestra que los cambios que se requerfan no
podian venir del statu quo del neoliberalismo y la politica conser-
vadora, sino desde la consigna de una revolucién ciudadana.
Aestas condiciones internas se deben sumar las del contexto
politico internacional. Hacia finales de la década de los noventa
(Hugo Chavez) y a comienzos del siglo XXI (Lula da Silva), se
inicia una creciente oleada regional de gobiernos progresistas y
posneoliberales.
Dada la aplicacion dogmatica de la receta neoliberal y la conse-
cuente ruptura de las herencias politics del modelo estructuralista
y del Estado social establecido previamente, los postulados de estos
gobiernos seran, con los matices del caso, necesariamente coinci-
dentes; recuperacion de la autoridad ptiblica y de las facultades es-
tatales; posicionamiento soberano en el concierto internacional; ac-
tivas politicas ptiblicas pro igualdad, en lugar de paquetes de ajuste
fiscal; significativa importancia de la inversion ptiblica; cambio de
los sistemas econémicos y productivos; apuesta por la economia
real en lugar de la especulativa; cambios constitucionales y agenda
legislativa programatica; y disputa de hegemonia con los grandes
poderes conservadores y monopélicos afincados en la banca, los
medios de comunicacién y la casta politica del antique régimen.
"La amplia gama de gobiernos de izquierda, en América La-
tina, ha sido un soporte para que unos y otros puedan llegar y
mantenerse, afincando una regién més auténoma y menos tu-
telada, y dando pasos firmes en un nuevo esquema econdmico,
que si bien atin no logra ahuyentar el fantasma del capitalismo
salvaje, sf ha consolidado algunos pilares de un patron posneo-
liberal que, poco a poco, espera convertirse en irreversible.
Devela, también, que la despiadada y homéloga oposicién
en todos estos paises (élites econdmicas, partidos de derecha y
82jgunos medios de comunicacién), se ha equivocado al creer que
y una izquierda populista que pronto serd rechazada por sus
fotantes, sin reconocer, como lo hace Ernesto Laclau, por ejem-
plo, que este ‘populismo regional’ es mas efectivo a la hora de
estructurar sociedades més igualitarias, equitativas y justas.
2007: punto de inflexién y nuevo momento politico
La sociedad ecuatoriana toler6, por diez afios, una severa crisis
¢ inestabilidad democratica, acompajiada de un exacerbado afian-
zamiento de poderes facticos que deformaron el concepto de lo pi-
blico; sin embargo, y a la par, la ciudadanfa empez6 a mostrarse
intolerante con gobiernos y partidos politicos de corte clientelar,
trimonialista y rentista. Las expectativas de cambio en lo politico
de rechazo frente a la exigua soberanfa econémica y politica de-
jostrada por los gobiernos de turno fue creciendo gradualmente:
le alli que la irrupcién en la politica nacional de una propuesta re-
novadora que apostaba por la ciudadanfa y por la recuperacién de
Jo piblico y del poder popular cuajé de manera inmediala, lo que
tradujo en un apoyo electoral sostenido que ha permitido conso-
dar, paulatinamente, un proceso de profunda transformacién.
En enero de 2007 asumié la Presidencia Rafael Correa, en medio
de un proceso de cambio del escenario politico que llegé a uno de
‘sus puntos més altos con los debates constitucionales y la aproba-
i6n de una nueva Constitucién, con el 64% de votos, el 28 de sep-
‘bre de 2008, La Constitucién propone un Estado plurinacional
intercultural, un nuevo régimen de desarrollo y establece princi-
ios de progresividad, aplicacién inmediata e igual jerarquia de los
10s, incluso desarrolla derechos propios de la Naturaleza; es
decir que, en Ecuador, la naturaleza tiene derecho a que, en forma
integral, se respete su existencia y se mantengan y regeneren sus
ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos.
Una vez aprobada la Constitucién, Rafael Correa fue elegido
para un nuevo mandato de cuatro afios, con mayoria absoluta
(51,99%) conseguida en la primera vuelta electoral, celebrada el
8326 de abril de 2009. El gobierno ecuatoriano ha impulsado una
agenda de politicas piblicas posneoliberales (Senplades, 2009:
83), con una opcién de desarrollo propio, endégeno.
Se han producido avances significativos mediante reformas
y expedicién de cuerpos juridicos coherentes con los postulados
programiticos de la Constitucién; por ejemplo, la Ley Organica
de Compras Publicas, la Ley Organica de Empresas Publicas, el
Cédigo Organico de la Produccién, la Ley Organica de Economia
Popular y Solidaria, la Ley Organica de Regulacién y Control del
Poder de Mercado, el Cédigo Orgdnico de Ordenamiento Terri-
torial, Autonomia y Descentralizaci6n (COOTAD), 0 el Codigo
Organico de Planificacién y Finanzas Publicas.
El gobierno de la revolucién ciudadana ha consolidado al Es-
tado ecuatoriano. El referente ideolégico ha sido la Revolucién
Liberal, por tanto, su proyecto politico recupera y consolida al
Estado con el objeto de garantizar derechos mediante una im-
portante inversion publica en hospitales, escuelas y red vial; obra
publica que sin duda ha ayudado a unir al pais y superar los
vicios politicos de las oligarquias ecuatorianas.
Evaluacién y desafios del desemperio gubernamental de la
revolucién ciudadana*
Acumulaci6n y distribucién de la riqueza
La economfa de un pais no puede evaluarse tan solo por el
valor de los bienes y servicios finales producidos en un perfodo
determinado. El gobierno de la revolucién ciudadana también ha
ponderado la equidad distributiva y la promocion de la igualdad
como factores preponderantes para alcanzar el Buen Vivir.
* En este acapite se presenta informacién del Informe de Seguimiento al Plan Nacional del
Buen Vivir 2009-2013, elaborado por la Secretaria Nacional de Planificacién y Desarrollo, Sen-
plades, 2011. También se recupera el articulo: Munoz, Pabel, ‘{Cémo caminamos al socialismo
del Buen Vivir? Cinco afios de Revolucién Ciudadana desde el Plan Nacional del Buen Vivir’
en revista Corriente Alterna, Terranueva, febrero, Quito, 2011,
84un reciente informe de la Comision Econémica para
rica Latina y el Caribe (Cepal, 2011), el crecimiento econé-
ecuatoriano ha sido del 8%, el tercero a nivel regional. La
én ptiblica y privada ha sido esencial para lograr ese cre-
iento y para dinamizar la produccién nacional. Asi mismo,
inversion en capital fisico y humano ha sido sustancial y ha
lado, de manera clara, las orientaciones y las prioridades
icas del gobierno, con un aumento de la inversién social de
veces respecto del afio 2006 (grafico 1).
Grarico 1
CRECIMIENTO DEL PIB EN Et 2011 (%)
Panamé
Argentina
— *0
rend
Chie
Colonbia
Uruguay
Bolivia
‘Amica del Sur
rica —_____> a
tina y Caribe _
aguy
Mesico
Costa Rea
Guatemala
Honduras
Brat
Cuba
ELsalvador
Carte
te: Comisién Econdémica para América Latina y el Caribe (Cepal),
\ce preliminar de las economfas de América Latina y el Caribe 2011.
faci6n: Secretaria Nacional de Planificacién y Desarrollo
85En lo que llevamos de este periodo de gobierno, la inver-
sién publica ha supuesto un promedio del 12% del Producto
Interno Bruto (PIB), mas del doble del primer quinquenio de los
afios 2000. Tan sdlo en el 2012 se han destinado 4.800 millones
de délares en el Plan Anual de Inversiones (PAI), distribuidos
principalmente en produccién y sectores estratégicos (49%), de-
sarrollo social y talento humano (22%) y seguridad y justicia
(13%). Al menos dos elementos han sido esenciales para poder
alcanzar esos montos y el destino de esa inversidn: el ejercicio
de la autoridad ptiblica y la orientacién politica del gobierno.
Como muestra de lo primero se pueden sefialar, como ejemplo,
la recuperacién de la participacion del Estado en la renta petro-
lera —permitida por la renegociacién de los contratos petrole-
ros—, y el incremento de la presién tributaria (14,5% en el 2011)
y de la recaudacién de impuestos, que pas6 de 4.663 millones
de délares en el 2006 a 9.561 millones de dolares en el ato 2011
(ver grafico 2).
El destino de la inversién publica, como ya se ha sefialado,
ha estado orientado por las prioridades politicas de la revoluciéin
ciudadana. Una muestra tenemos en el porcentaje del presupues-
to destinado a la deuda externa: en el afio 2011 tan solo el 7% del
Presupuesto General del Estado se destiné al pago de la deuda
externa, mientras en el afio 2006 fue el 24% de ese presupuesto.
Esto fue posible gracias a una de las renegociaciones de deuda
mis exitosas que se conocen en América Latina.
Sin embargo, aunque tenemos logros importantes en el des-
empefio de la economia, también es cierto que existen atin gran-
des dificultades y retos para seguir trabajando en el camino hacia
el Buen Vivir: todavia no se ha logrado la modificacién deseada
de la matriz productiva del pafs (los cambios mas notorios de la
matriz energética podrén notarse en el 2016); existe, por el esque-
ma monetario, una alta vulnerabilidad de la balanza comercial
no petrolera; y la revoluci6n agraria es atin una tarea pendiente
(no s6lo en términos de distribucion y acceso a activos producti-
vos, sino fundamentalmente de mejoras significativas en la pro-
ductividad del agro).
86GrArico 2
RECAUDACION DE IMPUESTOS (MILLONES DE DOLARES)
Y PRESION FISCAL (%)
aa § g
mms Recatsdacién total (millones de ddlares) (je izquierdo)
oe resign tributaria (*) (ge derecho)
iuente: Servicio de Rentas Internas
Hlaboracisn: Secretarfa Nacional de Planificacisn y Desarrollo
dad y capacidades
Buena parte de las mejores noticias de la evaluacién de estos
de gobierno se presenté en este segmento: los logros se cen-
en la reduccién del desempleo, la disminucién de todos los
icadores de pobreza, la disminucién de la desigualdad y el
to en la cobertura de servicios sociales.
Con respecto a los indicadores oficiales de empleo, pre-
itados por el Instituto Nacional de Estadisticas y Censos
C), resalta el hecho de que el afio 2011 cerré con la tasa
-desempleo nacional urbana més baja de los ultimos afios,
1 conjunto de la region (5,1% al cierre de 2011) (grifico 3).
licionalmente, y por primera vez, en diciembre del aio an-
87terior la ocupacién plena (50%) se ubicé por encima de la tasa
de subempleo (44%).
GrArico 3
TASA DE DESEMPLEO NACIONAL URBANA (Yo)
Fuente: Instituto Nacional de Estadistica y Censos, Encuesta Nacional de Empleo,
Desempleo y Subempleo Urbano (Enemdu)
Elaboracién: Secretaria Nacional de PlanificaciGn y Desarrollo
Por otro lado, mientras que en los dos gobiernos inmediata-
mente anteriores a la revolucién ciudadana (Palacio y Gutiérrez) el
porcentaje de cobertura de la canasta basica por el ingreso pro-
medio familiar no llegé al 70%, en este gobierno, en el afto 2011,
el ingreso promedio familiar logr6 cubrir el 85% de esa canasta,
hecho de significativa importancia para las familias ecuatorianas
y que prepara el terreno para uno de los postulados mas progre-
sistas y ambiciosos del régimen: el salario digno.
Por su parte, la reduccidn en pobreza y desigualdad es uno
de los mayores logros de la revolucién ciudadana. La cafda de nue-
ve puntos de la pobreza nacional medida por ingresos (de 37,6%
en el 2006 a 28,6% en el 2011) y el paso de 0,54 en 2006 a 0,47 en
88| coeficiente de Gini por ingresos, es notable (grafico 4).
Ecuador de estos aiios ha caido la incidencia, la brecha y la
idad de la pobreza, y ha mejorado la equidad, la igualdad y
cia redistributiva.
Grarico 4
POBREZA MEDIDA POR INGRESOS (%)
Rural — qm Nacional (urbana y rural) eommmenp Urbana
= J}
‘te: Instituto Nacional de Estadistica y Censos (INEC), Encuesta Nacional de
ypleo Desempleo y Subempleo (Enemdu)
raci6n: Secretaria Nacional de Planificacion y Desarrollo
el Ambito de las capacidades humanas, las mejoras se cen-
en la cobertura de los servicios publicos. Asi, por ejemplo, la
neta de matricula en la educacién media alcanz6 en el 2011
%, mientras que en la educacién basica lleg6 al 95,47. Des-
s este tiltimo indicador dado lo dificil que es aumentar la
a mientras mas cerca se esté de la universalidad. Segun
indicadores, los grupos étnicos y la poblacién de menores
os mejoraron ostensiblemente su participacion. Una situa-
similar se pudo observar en el sistema nacional de salud,
le las consultas subieron mas de dos veces desde el afio 2006.
89En el Ambito de la proteccién y la seguridad social, los avan-
ces también son notorios. El camino hacia la universalidad cada
vez se acorta més, en gran medida, por el enfoque integrado
entre la seguridad contributiva y los programas no contributi-
vos. Ecuador es el pais de la region que ha logrado llegar a todos
aquellos a quienes realmente se propuso cubrir con las transfe-
rencias condicionadas: prdcticamente se ha eliminado la sobre y
Ja subcobertura del Bono de Desarrollo Humano.
Un lugar especial ha tenido en este gobierno la politica y los
programas para las personas con discapacidad liderados desde
la Vicepresidencia de la Republica. Los programas Manuela Es-
pejo y Joaquin Gallegos Lara han recibido un amplio reconoci-
miento nacional e internacional, pues se han realizado alrededor
de un mill6n de atenciones médicas y ayudas técnicas, y entrega-
do més de 12.000 bonos para el cuidado permanente de personas
con discapacidades severas.
Pero si bien los logros en estas materias son en extremo im-
portantes, sus desafios también lo son. Ecuador mantiene todavia
un bajo nivel de inversidn social per cépita en la regién (hecho
que por otra parte, dado los resultados, habla de un importante
esfuerzo de eficiencia en la gestién de los recursos); la calidad de
algunos servicios no cumple atin con los estdndares establecidos;
la efectiva accion interinstitucional es atin insuficiente; y el para-
digma conceptual de la politica social parece no haber tenido el
mismo nivel de innovaci6n que el de otros sectores.
Transformacién del Estado
Como lo plantea la Escuela Francesa de la Regulacién, un
cambio en el régimen de acumulacién viene acompafiado de un
cambio en el modo de regulacién social. Ello supone transformacio-
nes en los Ambitos legales, regulatorios e institucionales. Involu-
cra también cambios en la accién social, en el comportamiento y
en las costumbres de los actores sociales. En este campo se regis-
tran fundamentales cambios institucionales y normativos, em-do por el referente programatico mas importante de este
ecto politico: la Constitucién de Montecristi. Los mayores
gros en este terreno estén alrededor de las instituciones for-
les, mientras que sus mayores desaffos aparecen en el campo
los aparatos informales, las acciones colectivas y los cambios
iturales.
Buena parte del funcionamiento de la actual Constitucién ha
lo posible gracias a la produccion legislativa que se ha dado
de el establecimiento de la Asamblea Nacional Constituyen-
en noviembre de 2007. Desde entonces, mas de 100 cuerpos
ales han sido aprobados por la legislatura y, al menos, una
intena de ellos han sido programaticos y fundamentales para
modelo politico. Mas del 70% de las leyes aprobadas han te-
io la funcién de garantizar derechos, estructurar el Estado y
entar el régimen de desarrollo (grafico 5).
Grarico 5
103 MANDATOS ¥ LEYES APROBADAS DESDE NOVIEMBRE 2007
tirana de Deron |
. 30%
2 ‘wOrganizacion del Estado
smSoberania y Régimen de Desarrollo
23% ‘Administrativas
Participacion y plurinacionatidad
29%
Fuente: Asamblea Nacional
Elaboraci6n: Secretaria Nacional de Planificacién y Desarrollo
~ Otro elemento esencial dentro de los cambios en el modo de
lacién social lo constituye el referéndum y la consulta popular
mayo de 2011. Poner en juego el capital politico del régimen
o1y de su Presidente por transformar profundamente la justicia, en-
frentar los monopolios y consolidar la seguridad social, entre otras,
fue positivamente valorado por la ciudadania, la que respondié
democratica y afirmativamente en las nueve preguntas de alcance
nacional. Pero si bien las enmiendas constitucionales contenidas en
Ja consulta y el referéndum fueron aprobadas, la Asamblea Nacio-
nal atin le debe al pais la aprobacién de algunas reformas legales
exigidas por el mandato popular. Un ejemplo claro es la ley de co-
municacién, que atin no recibe la aprobacién legislativa.
La descorporativizacion del Estado y la recuperacién de im-
portantes facultades ptiblicas como la rectoria de la politica pa-
blica, la regulacién y el control de la misma han sido esenciales.
En el primer aspecto, ha sido fundamental el recuperar la au-
tonomia del Estado con respecto a los grupos de intereses y de
presién. La liberalizacién, la flexibilizacion y la desregulacién de
la 6poca neoliberal operaron desde los érganos definidores de
politica y regulaciones: esta presencia de actores con intereses
particulares, en los espacios de regulacién, fue la herramienta
que usaron para utilizar al Estado en su beneficio. Ahora, la recu-
peracién de la facultad rectora del Estado ha significado disefiar
y elaborar politica publica, aunque todavia existe un importante
déficit en la produccién de regulaciones e instrumentos de con-
trol para supervisar su aplicacion.
Repartir, descentralizar y desconcentrar poder ha sido otro
de los pilares de este proyecto politico. Se arrebaté la bandera de
la descentralizacién y la autonom{a a ciertas élites separatistas y
paso a ser un tema propuesto y defendido por el gobierno bajo
un proyecto nacional. Organizar el territorio de manera descon-
centrada y descentralizada ha supuesto (y supondra) un esfuer-
zo significativo: estructurar al Estado en funcién de los territo-
rios seré uno de los grandes legados de esta revolucién.
Autonomia y descentralizacién son y deben ser las banderas
de las nuevas izquierdas latinoamericanas. La construccién de
distintas polaridades territoriales es una forma adecuada de dis-
putar un sentido a las profundas asimetrias, regionales, urbano-
rurales y ala perspectiva unidireccional de una globalizacién del
92ital que concentra poder. Es evidente, ademas, que las distin-
estrategias de acumulacién de capital (desde la sustitucién de
rtaciones hasta el neoliberalismo) no consideraron la diver-
d cultural y natural de nuestros paises. De esa visién unifor-
lora y central siempre fue excluido lo local, las comunidades,
multiculturalidad.
Han transcurrido cinco afios desde que la sociedad ecuato-
de manera democratica, decidié apostar por un proyec-
politico que transformard, en forma radical, la distribucién.
quitativa del poder en los dmbitos nacional y territorial. El
ador de ese entonces demandaba acciones revolucionarias
‘a recuperar lo publico y devolver a la ciudadania la confianza
el Estado y sus instituciones, debilitadas por una agresiva re-
rica antipolitica y por una serie de aplicaciones concretas que
aron el neoliberalismo.
Si bien se ha iniciado un proceso de transformacién de lo publi-
el cambio cultural seré un reto fundamental a emprender. Existe
ente un desfase entre la transformacién de las instituciones
les y el inmovilismo de las organizaciones informales: éstas
ltimas, en buena medida, responden, atin, al patrén instaurado
Ja ideologfa neoliberal y el ‘espiritu del capitalismo’: atomiza-
n, individualismo, desvalorizacién y descrédito de lo ptiblico.
En Ecuador se ha operado un cambio epistemoldgico. La
nomfa siempre tiene un correlato mayor. El actor social que
janejé el neoliberalismo (el mercado como medida de todas las
s) ha sido suprimido por la preeminencia de un humanismo
le va mas alld del solo discurso politico. La naturaleza y el ser
ano han sido los protagonistas de este proceso. Una prueba
la Constituci6n del 2008 y el Plan Nacional del Buen Vivir. Se
ita de reemplazar una visién mercantilista de la economia y
rla al servicio del ciudadano.
El proceso histérico que comprende la revolucién ciudadana
lpuso —y supone— el reemplazo de una concepcién de mer-
lo de la organizacién social por otra, en la que la naturaleza y
ser humano son protagonistas. No ha sido un cambio instan-
\e0, directo, lineal. Es un proceso. El Buen Vivir es un proceso.
93Es una forma de concebir el desarrollo desde otro punto de vista.
Es un sentido histérico que invierte la direccién planteada por el
Consenso de Washington y su lista ad hoc de singulares institu-
ciones, dindmicas sociales y patrones culturales. Como ha sido
detallado, éste es otro Ecuador. Por la contundencia de algunos
aspectos aqui sefialados, se envia un mensaje poderoso: no exis-
te ‘un’ desarrollo tinico, imperioso y posible. Existen desarrollos
alternativos que, a diferencia del modelo consumista del Norte,
valoran, sobre todo, el Buen Vivir, el ansia de vivir bien.
94AL
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