Canones de La Iglesia Anglicana Mundial Wac
Canones de La Iglesia Anglicana Mundial Wac
11. LOS SANTOS La Iglesia Anglicana Universal cree que los santos
difuntos no están muertos, sino vivos, y que, si las oraciones de los justos
en la tierra son de mucho valor, las oraciones de nuestros hermanos
glorificados más cerca del trono de Dios deben ser más potentes. Por lo
tanto, consideramos una práctica buena y útil invocar las oraciones de los
santos por nosotros, y orar nosotros mismos por el descanso de las almas
de los fieles difuntos.
ARTICULO II
GOBIERNO
La legislación general de esta Iglesia y la dirección de todos los asuntos
que conciernen, pertenecen y afectar a la Iglesia en su conjunto, serán
conferidos a su Sínodo General, sujeto a su “Declaración de Fe” y la
Constitución y Cánones que pueda de adoptar de vez en cuando.
ARTICULO III
COMPOSICIÓN DEL SÍNODO GENERAL
El Sínodo General estará compuesto de la siguiente manera:
ARTICULO IV
REUNIONES DEL SÍNODO GENERAL
El Sínodo General se reunirá el tercer lunes de diciembre de cada año, a
menos que por una buena razón el Patriarca y la Matriarca consideren
oportuno hacer un cambio, en cuyo caso deberá indicar la razón en la
notificación de una nueva fecha y permitirán suficiente tiempo para
diputados de puntos lejanos para llegar. Cuando los diputados no pueden
asistir en persona, se hará una dispensa para que se incorporen a través
de medios digitales seguros si se consideran circunstancias
excepcionales. El Patriarca y la Matriarca, por razones urgentes, por y con
el consentimiento de al menos dos tercios de la Mesa del Sínodo General,
pueden con sesenta días de anticipación convocar una reunión
extraordinaria del Sínodo General. En cualquier momento, el Sínodo
General puede determinar por un voto de dos tercios reunirse cada dos o
tres años.
ARTICULO V
FUNCIONARIOS DEL SÍNODO GENERAL
Sección 1. Los oficiales del Sínodo General serán un presidente, un
vicepresidente, un secretario, un tesorero y un canciller.
Sección 2. El Presidente será uno de los Primados, Arzobispo o Obispo
Presidente de la Iglesia. El Vicepresidente será un Obispo elegido por
votación en cada reunión regular del Sínodo General. El Secretario será
un obispo o un sacerdote mayor; el Tesorero será un obispo o un
sacerdote principal. Todos estos serán elegidos por votación en cada
reunión ordinaria del Sínodo General.
Sección 3. Los deberes de dichos oficiales serán los que correspondan a
sus cargos y los demás que prescriban los Cánones.
Sección 4. Durante el período que transcurre entre las sesiones del
Sínodo General, el Consistorio de la Iglesia Anglicana Mundial, que consta
de todos los Oficiales del Sínodo General, se ocupará de los asuntos de la
Iglesia, presentando un informe al respecto en la próxima reunión del
Sínodo General. El Patriarca y la Matriarca son los presidentes del
Consistorio.
Sección 5. Todos los Arzobispos de esta Iglesia serán miembros de la
Cámara de Obispos (HOB) del cual el Patriarca y la Matriarca son
Presidentes. El HOB salvaguardará el Episcopado y los Declarantes de Fe
y buscará la comunión con otras Iglesias de tradición Anglicana.
ARTICULO VI
PROCEDIMIENTOS DEL SÍNODO GENERAL
Sección 1. El Sínodo General debatirá y votará como un cuerpo general
de acuerdo con las reglas parlamentarias que se adopten, y siempre se
permitirá la libertad de debate.
Sección 2. En todos los asuntos relacionados con la fe, el orden y el
culto, solo el Clero votará, los Obispos y Sacerdotes por separado, y será
necesaria la concurrencia de ambas Órdenes para la aprobación de la
medida así votada.
Sección 3. Tres arzobispos y tres obispos, con los presidentes del Sínodo
General, constituirán quórum para la transacción de negocios. Este
número puede incrementarse por legislación en cualquier sesión del
Sínodo General.
ARTICULO VII
LA LITURGIA Y EL HIMNO
Una Comisión de la que serán miembros los Obispos preparará una
Liturgia Anglicana en la fe, derivada del Rito Latino y publicada en el
Idioma Inglés. Las formas del Libro Anglicano de Oración Común se
emplearán donde sea apropiado en la compilación de dicha Liturgia. Hasta
que se proporcione un Himnario de esta Iglesia, se autoriza el uso del
"Himnario en inglés" o de "Himnos antiguos y modernos", y se debe tener
cuidado en la elección de los himnos.
ARTICULO VIII
ENMIENDA A LA CONSTITUCIÓN
Esta Constitución, hasta que se ordene lo contrario, puede ser enmendada
en cualquier reunión del Sínodo General por un voto de dos tercios de
todos los presentes y votantes.
CANONES
CANON I
DIPUTADOS LAICOS AL SÍNODO GENERAL
Sección 1. Los diputados laicos serán elegidos para cada Sínodo General
en una reunión convocada regular de cada Parroquia para dicho
propósito. En todos los casos, deben ser miembros comulgantes de la
congregación a la que han sido elegidos para representar.
Sección 2. Cada parroquia tendrá derecho a un Diputado Laico, pero si su
membresía comulgante según lo informado por ella al Sínodo General es
de doscientos o más, tendrá derecho a dos de cuentos Diputados.
Sección 3. Ningún candidato al Orden Sagrado será elegible como
Diputado Laico.
CANON II
EL SECRETARIO DEL SÍNODO GENERAL
Sección 1. El secretario del Sínodo General será elegido por votación y
nombrará a su Asistente con la aprobación del Sínodo General. Además
de sus deberes generales, él / ella conservará y archivará en los archivos
de la Iglesia todos los documentos, papeles, informes y comunicaciones
relacionadas con los asuntos del Sínodo General que pueden llegar a su
posesión. Será el Registrador de la Iglesia y llevará un registro de la
Consagración de todos sus Obispos y la ordenación de todos sus
Sacerdotes. También llevará un Registro de todos los Obispos,
Sacerdotes y demás Ministros de esta Iglesia, cuyos nombres serán
entregados de la siguiente manera, es decir: Cada Obispo de esta Iglesia,
o donde no haya Obispo, el Consejo del Obispo,
Sección 2. El Diario del Sínodo General estará preparado para su
publicación por el Secretario, y después de ser examinado y certificado
por el Presidente, se imprimirá como el registro oficial y permanente de
esta Iglesia.
Sección 3. Los gastos necesarios en que incurra el Secretario serán
cubiertos por el voto del Sínodo General.
CANON III
EL TESORERO DEL SÍNODO GENERAL
Será deber del Tesorero del Sínodo General recibir y desembolsar todos
los fondos recaudados bajo la autoridad del Sínodo General y para los
cuales no existen otra regulación. Él / ella presentará un informe resumido
en la sesión de apertura de cada reunión declarada del Sínodo General, y
sus libros de contabilidad serán auditados por el Comité de Finanzas.
CANON IV
EL CANCILLER DEL SÍNODO GENERAL
El Canciller del Sínodo General será una persona que tenga conocimiento
de los principios del Derecho Civil y esté investido del Derecho Canónico,
a quien se remitirán todas las solicitudes de interpretación de la
Constitución y los Cánones de esta Iglesia. Él / ella será el Asesor de los
Presidentes Patriarca y Matriarca y HOB en todos los asuntos legales y
judiciales, y con su consentimiento asegurará el talento legal que sea
necesario para los asuntos de esta Iglesia. Él / ella hará un informe
resumido de sus actividades en la primera sesión de cada reunión
declarada del Sínodo General.
CANON V
GASTOS DEL SÍNODO GENERAL
Los gastos contingentes del Sínodo General serán sufragados por
evaluaciones sobre las varias congregaciones de esta Iglesia,
evaluaciones anteriores serán hechas anualmente por el Comité de
Finanzas y autorizadas por el Sínodo General.
CANON VI
COMISIONES Y COMITÉS
En cada reunión declarada del Sínodo General, los Presidentes
nombrarán las siguientes Comisiones y Comités, a saber: -
CANON VII
DIOCESIS Y JURISDICCIONES MISIONERAS
Sección 1. Diez o más parroquias contiguas de esta Iglesia son
autosuficientes, con diez o más Sacerdotes de esta Iglesia, cada uno de
los cuales será Rector de una de dichas parroquias, pueden constituirse
en una Diócesis habiendo recibido primero el consentimiento del Sínodo
general. Dicha Diócesis tomará su nombre de una ciudad u otra
designación geográfica y formará su propio Sínodo Diocesano bajo la
Jurisdicción de un Obispo de esta Iglesia, elegido por dicho Sínodo. Cada
Sínodo Diocesano estará compuesto por todos los Sacerdotes de esta
Iglesia residentes dentro de sus límites y tal número de Diputados Laicos
de cada Sínodo Diocesano tendrá el poder de redactar una Constitución y
cánones para su propio gobierno que no estén en conflicto con la
Constitución y los Cánones de la Sínodo general.
Sección 2. Los límites territoriales de un Sínodo Diocesano serán fijados
por el Sínodo General y no se cambiarán, excepto que tal Sínodo lo
solicitaron por mayoría de votos y recibieron el consentimiento del Sínodo
General.
Sección 3. El Sínodo General podrá establecer Jurisdicciones Misioneras
y Especiales con límites territoriales y obispos electos para ellos, y cada
Jurisdicción establecerá Cánones para su gobierno bajo la dirección de
sus Obispos que no estén en conflicto con la Constitución y los Cánones
del Sínodo General.
Sección 4. El Obispo será la Autoridad Eclesiástica de su Diócesis o
Jurisdicción con la asistencia de un Consejo Obispo de no menos de
cuatro miembros que pueden ser Sacerdotes o Laicos, y que serán
nombrados por el Obispo en cada reunión anual de Sínodo. Si no hay
Obispo, el Consejo solo será la Autoridad Eclesiástica.
Sección 5. Ningún candidato a las Órdenes Sagradas será elegible como
Diputado Laico a un Sínodo Diocesano.
CANON VIII
OBISPOS
Sección 1. Cualquier Sacerdote de esta Iglesia en regla puede ser elegido
Obispo, y cualquier Obispo de esta Iglesia puede ser elegido sobre una
Diócesis vacante o designado por el Sínodo General sobre una
Jurisdicción.
Sección 2. (a) Un Obispo de una Diócesis será elegido por el Sínodo de
la misma en una reunión convocada para dicho propósito de acuerdo con
los cánones de esta Iglesia, por el voto concurrente por boleta del Clero y
Deberes votando por separado.
(b) Un Obispo o un Misionero o Jurisdicción Especial será elegido en
cualquier reunión del Sínodo General por el voto concurrente por boleta
de los Obispos y Clero votando por separado y los Diputados Laicos
votando por separado.
Sección 3. Ninguna elección de un Obispo por un Sínodo Diocesano es
válida hasta que sea confirmada por la Iglesia Anglicana Mundial o por el
Sínodo General si dicha elección ocurre menos de tres meses antes de
una reunión del Sínodo General.
Sección 4. Todo Obispo electo, siendo Sacerdote antes de su
Consagración, deberá presentar al Arzobispo Primado del País y al
Arzobispo Primado Adjunto del País su certificado de elección
debidamente firmado por todos los Funcionarios clérigos y laicos del
Sínodo Diocesano o General eligiéndolo; además, una declaración del
Secretario del Sínodo General de Confirmación de su elección; además,
un certificado de buen carácter firmado por tres sacerdotes en la siguiente
forma:
“Nosotros, cuyos nombres están suscritos, comprendiendo plenamente lo
importante que es que el oficio de obispo no sea conferido indignamente,
y estamos firmemente persuadidos de que es nuestro deber dar testimonio
en esta solemne ocasión, sin parcialidad ni afecto, en el presencia de Dios
Todopoderoso, testifique que ________ no es, hasta donde estamos
informados, justamente responsable de un informe maligno, ya sea por
error en la fe anglicana o por una vida inapropiada, y que no sabemos o
creemos que hay algún impedimento en razón por la cual no debe ser
Consagrado al oficio de Obispo en la Una, Santa Iglesia Católica y
Apostólica. Además, declaramos conjunta y solidariamente que, en
nuestra conciencia, creemos que él / ella es de tal suficiencia en el buen
saber, tal solidez en la doctrina, y de tales modales virtuosos y puros y
una conversación piadosa,
Cumplidos estos requisitos, el Patriarca y la Matriarca, o algún otro
Obispo u Obispo designado por ellos, procederá a la consagración del
Obispo electo de acuerdo con los Cánones establecidos por esta Iglesia.
Sección 5. Ningún hombre o mujer será consagrado Obispo en esta
Iglesia hasta que tenga cuarenta años, y ningún hombre o mujer será
consagrado Arzobispo en esta Iglesia hasta que tenga cincuenta años. En
circunstancias en las que se presenta un altamente calificado y con mucha
experiencia menor de cuarenta o cincuenta años, se realiza la debida
consideración e inspección. Si se determina que un candidato está
excepcionalmente calificado, el WAC estará de acuerdo con su ordenación
y consagración.
Sección 6. Cada Obispo de esta Iglesia residirá dentro de su propia
Diócesis o Jurisdicción a menos que sea excusado de hacerlo por un voto
de la HOB de la Iglesia Anglicana Mundial o del Sínodo General. Él / ella
visitará las congregaciones a su cargo por lo menos una vez al año con el
propósito de realizar los deberes espirituales de su oficina y examinar el
estado temporal de cada una de dichas congregaciones. Los gastos
incurridos por dicha visita serán sufragados en parte o en su totalidad por
la congregación para cuyo beneficio se realiza, o de cualquier otra manera
que el Sínodo de la Diócesis o Jurisdicción lo disponible.
Sección 7. Todo Obispo a cargo de una Diócesis o Jurisdicción deberá
hacer un informe escrito de su trabajo y actos episcopales al Sínodo
General, enviándolo por correo para que esté en la mano del Secretario
del Sínodo General, o de sus Presidentes, en al menos veinte días antes
de la reunión declarada del Sínodo General.
Sección 8. En caso de muerte, renuncia o vacante por cualquier otra
causa de un Obispo de un Misionero o Jurisdicción Especial, la
supervisión de la Jurisdicción vacante pasará al Patriarca o Matriarca de
esta Iglesia, quien nombrará a otro Obispo. como su sustituto, hasta la
próxima reunión del Sínodo General en la que se elegirá un nuevo Obispo
para la Jurisdicción o Diócesis.
Sección 9. Cualquier Obispo de una Jurisdicción podrá renunciar a la
misma con el consentimiento del Sínodo General, después de lo cual
realizar actos episcopales sólo a solicitud de los Obispos que tengan
jurisdicción o Sínodo General. El Obispo de cualquier Diócesis podrá
renunciar a las mismas o ser relevado de sus funciones por el Sínodo de
la misma por causas que no afecten su carácter moral. Todos los obispos
que renuncien o sean relevados conservarán sus asientos en el Cónclave,
o Cámara de Obispos, el Consistorio de la Iglesia Anglicana Mundial, y
tendrán derecho a votar en el Sínodo General.
Sección 10. Tras la muerte o renuncia de un Arzobispo y Primado, el
Arzobispo Primado Adjunto convocará inmediatamente una reunión de la
Cámara de Obispos para elegir a su sucesor. La mayoría de todos los
obispos de la Iglesia formará quórum. Los votos de todos los Obispos
ausentes en una boleta firmada personalmente se contarán con las
boletas de los Obispos presentes y votantes, y el resultado de dicha
elección se publicará en todas las Diócesis y Jurisdicciones de esta
Iglesia.
Sección 11. Hasta la elección de un Arzobispo, el Arzobispo Primado
Adjunto será el Primado interino de la Iglesia Anglicana Mundial en cada
País.
CANON IX
DISPOSICIONES GENERALES Y CUALIFICACIONES
PARA LOS SANTOS PEDIDOS
Sección 1. Ninguna persona será ordenada al Ministerio en esta Iglesia, a
quien por razones que afecten su carácter moral, se le haya negado la
ordenación en otro lugar.
Ninguna persona será ordenada al Ministerio de esta Iglesia si pertenece
a otra organización de la Iglesia hasta el momento en que haya
renunciado debidamente a esa organización.
Sección 2. Ninguna persona será ordenada al sacerdocio en esta Iglesia
hasta que tenga treinta años.
Sección 3. Toda persona que vaya a ser admitida a las órdenes sagradas
en esta Iglesia será examinada por un obispo y sus capellanes
examinadores, cuyo deber será asegurar de que está bien versado en las
Sagradas Escrituras, la fe y el culto de esta Iglesia, la historia de la Iglesia
indivisa, la composición y presentación de los sermones, la teología
pastoral y las constituciones y cánones de esta iglesia. Antes de dicho
examen, él / ella presentará un testimonio de al menos un sacerdote, dos
comulgantes masculinos y dos femeninos de esta Iglesia que signifique
una creencia en su idoneidad para este oficio sagrado y en su pureza,
buena moral y comportamiento para el espacio de tres años
atrás. Además, debe poder demostrar que se considera útil en la labor
ministerial.
Sección 4. Los diáconos no serán un cargo de las congregaciones, pero
serán asistentes de sacerdotes o servirán temporalmente en una
congregación bajo la supervisión del Obispo. Los diáconos pueden
predicar sermones y realizar el bautismo infantil en ausencia de un
sacerdote y solo con el consentimiento del obispo. Serán asistentes, pero
no celebrantes de la Eucaristía.
Sección 5. Ningún Diácono u otro Ministro, que no sea un Sacerdote, será
transferido de una Diócesis o Jurisdicción a otra excepto por mutuo
acuerdo de los Obispos involucrados.
Sección 6. Nadie será ordenado sacerdote hasta el momento en que entre
en funciones pastorales o de otro tipo que el Obispo le asigne en esta
Iglesia, y cualquier sacerdote que deje su sagrado llamamiento y los
deberes del mismo. para participar en secular después de su ordenación
deberá ser aconsejado oficialmente por su Obispo y disciplinado de otra
manera si persiste en el mismo contra la reprimenda de dicho Obispo.
Sección 7. Cualquier Sacerdote de esta Iglesia en regla podrá, a petición
propia, ser transferido con Cartas Testimoniales a la Jurisdicción de
cualquier otro Obispo que desee recibirlo. Cada traslado, cuando se
efectúe, será informado al Secretario del Sínodo General por el Obispo
que recibió al Sacerdote en cuestión.
CANON X
REGLAMENTO GENERAL DE MINISTROS Y SUS DEBERES
Sección 1. Ningún sacerdote a cargo de ninguna congregación de esta
Iglesia, o en caso de vacante o ausencia, ningún Guardián, miembro de la
junta parroquial o fideicomisario de la Congregación no pudo que ninguna
persona, ni un Ministro o Lector de la Iglesia Anglicana Mundial oficie en
manera en los servicios Divinos.
Sección 2. No habrá intercambios de púlpito por parte de los sacerdotes
de esta Iglesia con los ministros de otros cuerpos religiosos. El Obispo
solo puede, por la razón extraordinaria, dar permiso por escrito a un
hombre / mujer cristiana con un mensaje especial, una solicitud del
sacerdote a cargo para hablar desde el atril o púlpito de cualquier iglesia
en su diócesis o jurisdicción. Cualquier violación de este Canon será
motivo de disciplina por parte del infractor.
Sección 3. Cualquier sacerdote, en regla, puede ser elegido por los
Guardianes y los miembros de la junta parroquial de cualquier
congregación de esta Iglesia como el Rector de dicha Iglesia, siempre que
se haya dado primero el consentimiento del Obispo que tiene jurisdicción
y su aprobación de los sacerdotes en cuestión declarada por escrito.
Sección 5. Todo sacerdote a cargo de una congregación mantendrá un
Registro de Bautismos, Confirmaciones, Comunicantes, Matrimonios y
Entierros, con una lista en la medida de lo posible de las familias bajo su
cuidado, cuyo Registro estará abierto al Obispo para inspección y será
propiedad de la Parroquia para uso de los Sacerdotes posteriores.
Sección 6. Será deber de todo sacerdote a cargo de una congregación
seleccionar todos los himnos y melodías que se cantarán en cualquier
momento de la adoración. Suprimirá toda música secular e indecorosa que
pueda profanar el servicio del santuario de Dios.
Sección 7. Todo Sacerdote a cargo de una congregación, o si el cargo
está vacante, los Vigilantes de la congregación, presentarán anualmente
un informe del mismo al Sínodo de Jurisdicción en sus reuniones
regulares de acuerdo con el formulario designado por los Cánones de la
Diócesis . y Jurisdicción. Si algún Sacerdote de esta Iglesia por cualquier
causa o incapacidad descuida el desempeño de sus deberes en la
congregación bajo su cargo o no nombra o permite que otros Sacerdotes
desempeñen tales deberes, los Guardianes y los miembros de la junta
parroquial de dicha congregación informará los hechos en el caso al
Obispo, quien tomará cualquier acción que considere necesaria.
Sección 8. Una conexión pastoral en esta Iglesia puede terminar en
cualquier momento con el consentimiento de ambas partes, o por decisión
del Obispo o del Consejo del Obispo que tenga jurisdicción, en la
apelación de una de las partes, después de notificar a la otra parte. En
caso de que el sacerdote se niegue a acatar la decisión del Obispo o del
Consejo del Obispo que tenga jurisdicción, perderá su derecho a un
asiento en el Sínodo General y Diocesano y estará sujeto a ser discípulo
por desobediencia a la Autoridad Eclesiástica. En caso de que la
Congregación se niegue a acatar tal decisión, perderá el derecho de
representación Laica en los Sínodos General y Diocesano y estará sujeta
a ser disciplinada por el Obispo que tenga jurisdicción. Cualquiera de las
partes tendrá el derecho de apelar las decisiones finales del siguiente
Sínodo General.
CANON XI
ÓRDENES SANTOS Y RELIGIOSAS
Sección 1. Ninguna persona será admitida por un Obispo como candidato
a las Órdenes Sagradas en la Iglesia Anglicana Mundial a menos que
haya presentado un certificado firmado por al menos un Sacerdote, dos
hombres y dos mujeres comulgantes de esta Iglesia que certifique que de
conocimiento, o de pruebas satisfactorias presentadas ante ellos, creen
que él / ella es piadoso, sobrio y honesto; que se adhiera a la fe, el culto y
la disciplina de esta Iglesia; es un comulgante inscrito en una
congregación de la misma; y en su opinión poseen las calificaciones que
lo hacen capaz, Llamado y preparado para ejercer el Ministerio para la
Gloria de Dios y la edificación de Su Iglesia.
Sección 2. Toda persona que desee convertirse en candidato a las
órdenes sagradas en esta Iglesia deberá solicitarlo por escrito al Obispo
que tenga jurisdicción sobre la congregación en la que está inscrito como
comulgante, y dicho Obispo lo habrá examinado para descubrir sus
calificaciones académicas, experiencia de vida, experiencia secular y
solidez en la Fe Episcopal pueden admitirlo como candidato por y con el
consejo del Consejo del Obispo.
Sección 3. Ningún candidato al Órgano Sagrado será transferido de la
jurisdicción de un Obispo a la de otro, a menos que cuente con el
consentimiento mutuo de ambos Obispos.
Sección 4. Cualquier candidato al Orden Sagrado puede ser eliminado de
la lista de candidatos por su Obispo por causas que afecten su carácter
moral, por negligencia habitual de los ministerios de la Iglesia,
especialmente la Eucaristía, y por fallas repetidas en la consecución de
sus objetivos. / sus estudios. Ningún candidato así expulsado será
nuevamente aceptado como candidato a las Sagradas Órdenes, excepto
por el mismo Obispo o sus sucesores. En todo caso en que el candidato
tenga motivos para creer que ha sido tratado injustamente, tendrá derecho
a apelar al juicio del Patriarca y la Matriarca cuya decisión será
inapelable.
Sección 5. El período de permanencia como candidato será determinado
por el Obispo o el Consejo del Obispo que tenga jurisdicción.
Sección 6. Se pueden organizar órdenes religiosas de hombres y mujeres
con la autoridad y el consentimiento del Obispo de la Diócesis o
Jurisdicción para promover la vida de sacrificio, amor y servicio hacia
Dios, Su Iglesia y la humanidad en general. El Superior de cada Orden
estará bajo la supervisión directa e inmediata del Obispo, quien tendrá
pleno control de los asuntos temporales y espirituales de cada Orden
religiosa. Esta Iglesia no tolerará el abuso de ningún hombre o mujer. Si
una persona con órdenes religiosas se encuentra en una posición de
cualquier forma de abuso, incluida la intimidación sexual, física, espiritual
o mental, tendrá derecho a una audiencia, que debe ser por escrito para el
obispo.
CANON XII
ABUSO SEXUAL
La Iglesia Anglicana Mundial no acepta ningún tipo de abuso, incluido el
sexual, físico, mental o religioso. Nos tomamos muy en serio todas las
acusaciones. La siguiente es una guía de políticas y procedimientos para
manejar las denuncias de abuso sexual de menores y también debe
cumplirse para los adultos.
Sección 1. (a) La persona que recibe un informe de abuso sexual de un
menor por parte del personal de la Iglesia se comunica primero con las
autoridades civiles. El sacerdote debe ser notificado a continuación, quien
luego notifica al obispo o su designado dentro de las veinticuatro.
(b) Si la persona acusada es el sacerdote, el informe se hace
directamente a las autoridades civiles y luego al obispo. Además del
informe oral, el que recibe la denuncia completa un informe escrito.
(c) La Diócesis se encargará de que la acusación se informe a las
autoridades civiles correspondientes, pero la persona que hace el informe
debe tener en cuenta que también debe informar a las autoridades civiles
como informante por mandato estatal.
(d) La persona acusada es notificada de las alegaciones de manera
oportuna por el Obispo o su designado, quien es puesto en licencia
administrativa en espera del resultado de la investigación diocesana. Los
empleados continuarán recibiendo compensación y beneficios hasta que
se complete la investigación diocesana.
(e) Se ordena al acusado que se mantiene alejado de la escuela, iglesia,
oficina, agencia u otro lugar que sea el tema de la queja, hasta que se
concluya la resolución de la misma.
(f) Se aconseja al acusado que no tenga contacto con el acusador o con la
familia del acusador o de la víctima.
(g) Se informa al acusado de su derecho a obtener un abogado.
(h) Cuando se acusa a un empleado laico o voluntario, se notificará al
sacerdote, director o administrador si aún no ha ocurrido.
(i) Si el acusado admite su culpabilidad, no refuta la culpabilidad, o si se
encuentra culpable: él o ella será despedido inmediatamente y no será
elegible para ningún empleo o trabajo voluntario en la Diócesis.
(j) Si el acusado niega la (s) acusación (es) y el proceso penal estatal o
federal no es concluyente o el acusado es declarado no culpable: El
obispo tomará la decisión final sobre si la persona debe regresar al
servicio, después de haber consultado el Sínodo Diocesano por su
recomendación.
(k) Cuando se acusa a un sacerdote, diácono o religioso, se notificará al
sacerdote, director, administrador, obispo y / o superior religioso si aún no
ha ocurrido, y si es un religioso o clérigo. de otra diócesis, que admite
culpabilidad, no se opone a la culpabilidad, o se encuentra culpable: él o
ella será despedido inmediatamente de su empleo diocesano o parroquial
de acuerdo con las disposiciones aplicables del derecho canónico, y su
obispo o superior religioso será así advertido.
(l) Si el acusado es un clérigo de la Diócesis, que admite su culpabilidad,
no se opone a la culpabilidad, o se encuentra culpable: se invocarán las
disposiciones aplicables de la Ley Canónica para la disposición apropiada.
(m) Si el acusado niega la (s) acusación (es) y el proceso penal estatal o
federal no es concluyente o si el acusado es declarado no culpable, el
Obispo tomará la decisión final sobre si la persona debe regresar al
servicio, después de haber consultado el Sínodo diocesano para su
decisión final.
(n) El Obispo designado, de una lista de profesionales calificados, una
persona para dirigir la investigación diocesana. Si el acusado es un
clérigo, esta persona debe ser un sacerdote. El propósito de la
investigación es buscar los hechos que rodean la (s) acusación (es) y así
proporcionar la información que el Obispo necesita para su juicio y
acciones. Esta investigación diocesana se lleva a cabo sin interferencia,
pero en cooperación con las autoridades civiles. Se tiene cuidado en todo
momento no solo para preservar el sello del Sacramento de la Penitencia,
sino también para dejar en claro que el sello sacramental es inviolable.
(o) Se informa al Sínodo Diocesano cuando se ha iniciado una
investigación y se le mantiene informado de manera cuidadosa y
exhaustiva de los desarrollos de manera oportuna a medida que surgen
para que se busque y proporcione un consejo continuo. El obispo consulta
con el Sínodo durante todo el proceso de la investigación y antes de tomar
la acción final. Cuando la evaluación inicial por parte de las autoridades
civiles haya determinado que se justifica una investigación mayor, y la
presunta víctima puede necesitar asesoramiento, el Sínodo Diocesano se
comunicará con la familia donde se determina el nivel apropiado de
asistencia requerido.
Sección 2. Se seguirá el principio, fundamental en todo ordenamiento
jurídico justo, de que una persona es considerada inocente hasta que un
proceso regular o su propia admisión espontánea demuestre su
culpabilidad.
(a) En consecuencia, se harán todos los esfuerzos posibles a través de
los medios seculares disponibles para restaurar el buen nombre de una
persona que se determina que ha sido acusado falsamente de abuso
sexual de un menor.
(b) Cada empleado o voluntario diocesano o parroquial cuyo trabajo
implique contacto con menores se someterá a una investigación de
antecedentes. El Sínodo supervisará el programa.
(c) Cada empleado o voluntario diocesano o parroquial cuyo trabajo
implícito contacto con menores deberá asistir a programas de educación y
capacitación diocesanos en curso dirigidos específicamente a crear un
ambiente seguro para los niños. El obispo y el Sínodo supervisarán el
programa.
CANON XIII
VESTIDURAS
Las vestiduras de los obispos, sacerdotes y otros ministros de esta Iglesia
serán las de uso latino u occidental. Todo Obispo que tenga jurisdicción
se asegurará de que su Clero esté correctamente habitado.
CANON XIV
CONGREGACIONES Y BARCOS
Sección 1. Una parroquia o congregación se compone de todas las
personas inscritas como comulgantes o fieles y contribuyentes regulares
en la misma. Todas las personas aquí descritas que son mayores de 18
años tienen derecho a votar por los Guardianes y los miembros de la junta
parroquial y por la transacción de otros asuntos, pero solo los
comulgantes pueden votar por los diputados laicos a los sínodos
generales diocesanos.
Sección 2. Los límites de una parroquia o congregación no son
geográficos, y el consentimiento de un rector, alcaide y sacerdotes /
mujeres de cualquier congregación organizada de esta Iglesia no es un
requisito previo para la formación de otra congregación en la misma
vecindad.
Sección 3. Las personas que deseen formar una Congregación de esta
Iglesia deben primero hacer una solicitud por escrito al Obispo y al
Concilio del Obispo, que tiene Jurisdicción, indicando su aceptación de la
fe, Adoración, Disciplina, Constitución y cánones de la Iglesia Anglicana
Mundial. Habiendo recibido la autoridad y el consentimiento por escrito del
Obispo y del Consejo del Obispo, las personas interesadas pueden
organizarse en Congregación, pero no de otra manera. Cada
Congregación así organizada, en la solicitud, será admitida en la unión
con el Sínodo Diocesano o Jurisdicción en una reunión establecida si las
circunstancias de crecimiento y estabilidad lo justifican.
Sección 4. Cualquier Congregación de personas cristianas que deseen
ser recibidas en unión con la Iglesia Anglicana Mundial, deberá declararlo
por escrito debidamente certificado por las autoridades de dicha
Congregación, el cual certificado, junto con la declaración de aceptación
de la fe, Adoración, La disciplina, la Constitución y el Canon de esta
Iglesia se someterán al Obispo y al Consejo del Obispo dentro de cuya
Jurisdicción se encuentra dicha Congregación. En caso de que se
considera satisfactorio, el Obispo y el Concilio pueden recibir dicha
Congregación en la Iglesia Anglicana Mundial, pero no se convertirá en
una parte constituyente del Sínodo Diocesano o Jurisdicción hasta que así
se vote en la próxima reunión declarada de la misma.
Sección 5. En cada Congregación, anualmente, el primer miércoles de
abril, se llevará a cabo una elección para los Vigilantes de la Iglesia, los
miembros de la junta parroquial y las mujeres y los Diputados Lat para los
Sínodos generales y Diocesanos. Los Vigilantes de la Iglesia y los
Diputados Laicos serán elegidos entre los comulgantes y, cuando sea
posible, también los miembros de la junta parroquial. En todos los casos
serán personas de impecable carácter moral, y se recomienda que los
Guardianes y los Caballeros / Madrás sean elegidos de tal manera que un
tercio de todos sus miembros sean elegidos cada año.
Sección 6. Las diversas Congregaciones de esta Iglesia serán tasadas
anualmente en la suma de $ 25 dólares estadounidenses por cada
miembro comulgante informado, para compensar los gastos del Sínodo
General, lo mismo remitido en pagos trimestrales al Tesoro del Sínodo
General.
Sección 7. Cada Congregación es responsable de apoyar a su Sacerdote
en sus gastos de viaje, salario y costos operativos diarios.
Sección 8. Una junta parroquial constará de dos guardias de la iglesia y
cuatro, siete o diez otros hombres / mujeres de la junta parroquial. Los
Guardianes de la Iglesia serán conocidos como Guardianes de la Iglesia
Senior y Guardianes de la Iglesia Menores respectivamente, el mayor
tiene prioridad sobre el menor. El modo de elección, mandato y deberes
de los Guardianes de la Iglesia y los miembros de la junta parroquial
serán los que el Sínodo de la Diócesis o Jurisdicción promulgue por
Canon, sujeto a la ley del estado, y los Guardianes de la Iglesia y los
miembros de la junta parroquial elegidos ocuparán el cargo hasta la
elección de sus sucesores.
Sección 9. A menos que esté en conflicto con la ley del estado, el Rector
o Sacerdote a cargo será Presidente / Mujer de la Junta Parroquial,
presidirá todas sus reuniones cuando esté presente y dará voto de calidad
cuando sea necesario.
CANON XV
REGLAMENTOS RESPECTO A LOS COMUNICANTES
Sección 1. Un comulgante en regla que se traslade de una congregación
de esta Iglesia a otro hecho un certificado de buena reputación por parte
del sacerdote a cargo de la congregación del cual dicho comulgante es
miembro y si lo solicita. Ningún sacerdote o rector inscribirá a dicho
comulgante en su congregación hasta que se haya producido dicho
certificado, cuando el hecho de la inscripción será comunicado por él al
sacerdote o rector que transfiera al comulgante.
Sección 2. Cualquier comulgante de esta Iglesia en buen estado que esté
a punto de visitar dentro de los límites de otra congregación de esta
Iglesia, deberá, previa solicitud, ser proporcionado por el sacerdote o
rector de la congregación de la cual es miembro con un certificado de
membresía y recomendación a los buenos oficios del Clero de la
congregación en cuya vecindad se realizará la visita.
Sección 3. Ningún miembro comulgante de otro cuerpo religioso será
recibido en la membresía comulgante y los privilegios de esta Iglesia,
hasta que haya recibido el rito de la Confirmación por parte de un Obispo
de esta Iglesia o haya satisfecho a dicho Obispo que él / ha sido
confirmada por un Obispo válidamente consagrado. Sin embargo, dicha
persona puede vencer en cualquier momento a estar inscrito como
adorador declarado y contribuyente habitual de cualquier congregación de
esta Iglesia, con derecho a voto en los asuntos comerciales de la misma.
CANON XVI
DISCIPLINA
Sección 1. Cualquier comulgante culpable de negación de la Fe
Episcopal, falta grave de moral, prácticas ilegales, deserción por más de
dos meses sin explicación razonable o negligencia habitual del ministerio
de esta Iglesia será disciplinado por su sacerdote. y si continúa con este
comportamiento negativo, el sacerdote remitirá el caso al obispo por
escrito para su juicio, que será definitivo.
Sección 2. Todas las personas admitidas en las Órdenes Menores deben
dejar de realizar actividades innecesarias y frívolas, un estilo de vida
inapropiado y asociaciones cuestionables. Cualquier infracción habitual de
esta regla operará el estricto asesoramiento del Sacerdote que tiene la
responsabilidad espiritual de dicha persona o personas. Si continúa, el
caso será remitido por el sacerdote por escrito al obispo cuyo juicio es
definitivo.
Sección 3.Los sacerdotes y diáconos acusados de retener o enseñar
cualquier doctrina contraria a la Fe de esta Iglesia, o con un estilo de vida
negativamente conflictivo, o acerca de quienes habrán rumores
persistentes que afecten su carácter personal serán convocados ante el
Obispo, quien investigará cada caso, ajustará o desestimar el mismo de
acuerdo con la prueba presentada. Si el Obispo encuentra causa
suficiente para justificar una audiencia legal, él / ella dirigirá al Canciller
de la Diócesis o Jurisdicción para que presente al acusado ante el Obispo
y el Consejo del Obispo para audiencia y sentencia.
Sección 4. Un obispo acusado de cualquier causa por el cual pueda ser
escuchado será citado por el Arzobispo Primado para tal audiencia ante y
por el Cónclave o Cámara de Obispos de esta Iglesia. La modalidad de
procedimiento será decidida por la Cámara en cada caso, no pudiendo
interponerse recurso alguno de la decisión dictada.
CANON XVII
MATRIARCA / PATRIARCA- ARZOBISPOS PRESIDENTES
La posición de Matriarca / Patriarca (Arzobispos presidentes) está
disponible ya sea por renuncia o muerte. Si uno expira por separado, el
resto continuará solo, hasta el momento en que la Cámara de Obispos
decida elegir otro para formar parte del consejo conjunto. El puesto estará
ocupado por un arzobispo de alto nivel, debidamente examinado,
entrevistado y designado. Siempre que sea posible, la Matriarca y el
Patriarca viajarán por separado a las reuniones e iglesias para evitar
riesgos innecesarios a la seguridad de su Santo Oficio.
CANON XVIII
EL USO DE TÍTULOS ACADÉMICOS
La Iglesia Anglicana Mundial reconoce títulos académicos de la Base de
datos mundial de instituciones de educación superior, sistemas y
credenciales de la Asociación Internacional de Universidades,
universidades y colegios registrados en la Asociación Internacional de
Universidades en todo el mundo, que publica su base de datos de
sistemas y credenciales de Instituciones de Educación Superior. Los
certificados de cualquiera de estas universidades y colegios registrados
deben enviarse al Secretario del Sínodo General para que se mantengan
en el archivo. Una vez archivado, se podrá publicar el uso del título
académico. A discreción del Sínodo General, se pueden considerar
excepciones, especialmente cuando los gobiernos extranjeros reconocen
seminarios y títulos universitarios dentro de su país.
CANON XIX
CONFERENCIAS CLERO
Al cierre de las Visitas Canónicas del año, cada Obispo Diocesano u
Obispo Ordinario deberá convocar al Clero residente canónicamente
dentro de esa Diócesis u otra Jurisdicción ya todo Clero que posea
Licencia del Obispo, a Conferencia de Clero con el propósito de consulta
mutua sobre asuntos con respecto a la fe, el culto, la moral, la disciplina,
la práctica, la política misionera y el oficio pastoral; para consulta y acción
común acerca de las cosas de Dios y Su Reino; y el Obispo puede
entregar un cargo o una serie de cargos a su Clero sobre estos o
cualquier otro asunto que considere y considere importante o necesario o
cuya necesidad de reparación se le haya revelado como resultado de esas
visitas.
CANON XX
TRIBUNALES ECLESIÁSTICOS
Sección 1. En cada Diócesis de esta Iglesia y otra Jurisdicción, habrá un
Tribunal Diocesano a través del cual se ejercerá la autoridad judicial del
Ordinario, y la membresía del cual será determinada por Canon Diocesano
o Cánones de otra Jurisdicción, de acuerdo con los principios de la
Constitución de esta Iglesia.
Sección 2. La jurisdicción del Tribunal Diocesano del Ordinario será como
se especifica en la Constitución de esta Iglesia y todos los Cánones de la
misma y por los Cánones o reglamentos de esa Diócesis u otra
Jurisdicción.
Sección 3. Cuando un Obispo de una Diócesis u otra Jurisdicción no
preside en su Tribunal Consistorio, él / ella nombrará a un Oficial Principal
como suplente para presidir en su nombre.
Artículo 4. Las apelaciones no serán en tal instancia ante el Ordinario,
sino directamente ante el Tribunal Metropolitano. Dicha disposición no
debe interpretarse como una negación de la costumbre inalienable de que
cualquier Diocesano u Ordinario de cualquier otra Jurisdicción, pueda
reservarse el derecho de presidir en su propio Tribunal Diocesano como
Juez en cualquier ocasión, no en conflicto con la Constitución y estos
Cánones. En tal caso, el Obispo puede elegir un Director Oficial para que
actúe como su Asesor.
Sección 5. Cada Obispo Ordinario de una Diócesis u otra Jurisdicción de
esta Iglesia puede nombrar un Defensor de la Iglesia para llevar a cabo
Audiencias de cabo o, en caso de que el Ordinario no lo designe, el
Tribunal puede hacer el nombramiento según sea necesario.
Sección 6. En cada Diócesis de esta Iglesia y otra Jurisdicción, habrá un
Tribunal del Metropolitano.
Sección 7. Cada Tribunal estará integrado por el Metropolitano, o su
suplente, quien será su Presidente en cada sesión del Tribunal, y otros
ocho miembros, elegidos de la siguiente manera: dos de los cuales serán
Obispos elegidos por el Consejo de Obispos de ese Sínodo
Provincial; tres de los cuales serán Clérigos elegidos por el Senado del
Clero de ese Sínodo Provincial; y tres de ellos serán laicos elegidos por la
Asamblea de Laicos de ese Sínodo Provincial. No menos de dos miembros
de la Corte serán eruditos en derecho canónico y uno en derecho civil.
Sección 8. En cada Sínodo Provincial regular, se nombrará un Obispo
para servir en la Corte hasta el aplazamiento del segundo Sínodo
Provincial regular siguiente y se nombrará un miembro clerical y un
miembro laico para servir en la Corte hasta el aplazamiento de la le sigue
el tercer Sínodo Provincial regular.
Sección 9. Las vacantes que se producen durante el mandato de
cualquier miembro de la Corte podrán ser cubiertas por el Metropolitano,
con el consejo y consentimiento de su Colegio de Obispos, de entre la
orden donde ocurrió dicha vacante, para servir hasta el aplazamiento de la
próxima reunión ordinaria del Sínodo Provincial, en la cual la Cámara
correspondiente elegirá a un miembro de esa orden para que cumpla el
resto del período restante, si lo hubiera.
Sección 10. La jurisdicción de cada Tribunal del Tribunal Metropolitano o
Provincial será la especificada en la Constitución y Cánones de esta
Iglesia y por la Constitución y Cánones de esa Provincia.
Artículo 11. Cuando el Metropolitano no presida en su Audiencia
Provincial, nombrará a un Oficial Principal como su suplente para que
presida en su nombre. En tal caso, las apelaciones no se dirigirán al
Metropolitano, sino al Tribunal Superior del Santo Sínodo. Tal
nombramiento no debe interpretarse como una negación de la costumbre
que el Metropolitano puede reservarse el derecho de presidir en su
Audiencia Provincial como juez en cualquier ocasión, no en conflicto con
la Constitución y estos Cánones. En tal caso, el Metropolitano puede optar
por asociarse con un Director Oficial para que actúe como su Asesor.
Sección 12. Apelaciones. Cada Metropolitano de esta Iglesia tiene dentro
de su Provincia el deber y obligación solemne de recibir apelaciones en su
Audiencia Provincial o Audiencia Metropolitana de cada Juzgado
Diocesano, Juzgado Consistorio o Tribunal, o de las sentencias,
sentencias, decretos, o decisiones de los Ordinarios de esa Provincia que
tenga jurisdicción.
Sección 13. Siempre que una apelación sea del propio Tribunal
Diocesano del Metropolitano, o de su Ordinario, él / ella nombrará, por
derecho, al próximo Obispo Ordinario mayor por consagración en esa
Diócesis, capaz y dispuesto, para presidir en ese asunto. Si una apelación
es del Tribunal Diocesano, o del Tribunal Consistorio de cualquier
Ordinario, o de cualquier Ordinario Diocesano u Obispo en el Tribunal
Provincial, o Tribunal del Metropolitano, el Tribunal elegirá otro Obispo de
esa Provincia, capaz y dispuesto, para sentarse en ese asunto.
Sección 14. Cuando se haya iniciado una apelación de cualquier
sentencia, decisión, sentencia o decreto de cualquier Tribunal Diocesano
o Consistorio, tribunal u Ordinario de esa Provincia mediante la entrega y
notificación de la apelación según lo disponga el Canon aplicable o el
Oficial. Regla o Reglamento de la Corte o tribunal de apelación en
cuestión, el Obispo Ordinario o el Oficial debidamente designado, o la
Corte o el tribunal de cuya sentencia, decisión, sentencia o decreto se
tome la apelación, no procederá a la ejecución, ya que la apelación se
encuentra bajo efecto suspensivo hasta nueva orden de la corte o tribunal
de apelaciones; disponiéndose, no obstante, que ninguna persona en
ejercicio de un cargo o en las órdenes sagradas que haya sido inhibida,
suspendida, privada, depuesta, destituida, o degradado tendrá derecho a
ejercer los poderes o autoridad de su Orden u Oficina Ministerial u otra
que se vea afectado por dicha sentencia, decisión, sentencia o decreto
durante la tramitación de la apelación; y además siempre que ninguna
apelación bajo efecto devolutivo de una dirección obligatoria o prohibitiva
del Obispo o Oficial debidamente designado, que tenga jurisdicción
Ordinaria sobre la persona, lugar o cosa así ordenada o prohibida,
suspenderá dicha dirección o excusará el incumplimiento, excepto con el
permiso del Metropolitano de esa Provincia.
Sección 15. El Metropolitano puede nombrar un Abogado de la Iglesia
para llevar a cabo un cabo procesos en su Tribunal Provincial o Tribunal
Metropolitano, o en caso de que el Metropolitano lo designado, ese
Tribunal Provincial o Tribunal Metropolitano puede hacer el nombramiento
según sea necesario.
Sección 16. Cada Tribunal del Tribunal Metropolitano o Provincial de esta
Iglesia tiene la jurisdicción y competencia para juzgar a cualquier Obispo
de esa Provincia sujeto a la autoridad de esta Iglesia de la siguiente
manera: Siempre que haya un juicio de cualquier Obispo de esa Provincia,
el La Audiencia Provincial o Audiencia Metropolitana designará por lo
menos a la mayoría del Colegio de Obispos de esa Provincia, no siendo
imputados ni acusadores, para actuar como conjueces del Juzgado.
Artículo 17. En todo juicio de un Obispo, el Metropolitano de esa
Provincia se sentará como presidente del Tribunal con su Principal
Oficial. En los casos en que el Metropolitano sea el acusado o acusador,
el próximo Obispo Ordinario mayor por consagración en esa Provincia, no
el acusado o acusador, se sentará como Presidente con su Principal
Oficial para ese asunto.
Sección 18. La Corte será competente para recibir acusaciones y
censurar, suspender, privar o deponer al Metropolitano de esa Provincia, a
todos los Obispos y Arzobispos que ejerzan su ministerio en esa
Provincia, o para absolver a cualquiera de los Obispos de tales
acusaciones. .
Sección 19. No se iniciará ningún proceso contra ningún Metropolitano,
Arzobispo u Obispo de una Provincia en el Tribunal Provincial o Tribunal
del Metropolitano, excepto si se le acusa de: cualquier delito o
inmoralidad; sostener, enseñar o mantener doctrinas heréticas o falsas o
cualquier doctrina contraria a las sostenidas por esta Iglesia, ya sea
pública o privadamente, o al predicar, escribir, imprimir o hacer circular
artículos o libros que contengan tales doctrinas; violación deliberada de la
Declaración Solemne o del Preámbulo o de cualquier otra parte de la
Constitución de esta Iglesia o de los Cánones de esta Iglesia.
Sección 20. No se hará ningún cargo contra ningún Obispo de esta Iglesia
excepto por escrito, y será firmado por cualquier Obispo de esa Provincia
o el menor de la mayoría de los dos Sacerdotes miembros de su Sínodo
Diocesano o Sínodo de otra Jurisdicción y tres Comunicantes laicos
acreditados de esa Diócesis u otra Jurisdicción del Metropolitano,
Arzobispo u Obispo.
Sección 21. La sentencia, decreto, sentencia o decisión del Tribunal
sobre todos los cargos se deliberará en privado y contará con el respaldo
por escrito de al menos la mayoría de los miembros del Tribunal en
sesión. El Presidente de la Corte declarará la sentencia, decreto,
sentencia o decisión de la Corte sobre cada cargo por unanimidad o por
mayoría.
Sección 22. El Tribunal Superior del Santo Sínodo estará integrado por
los Arzobispos Presidentes de esta Iglesia con no menos de un total de
doce miembros, elegidos de la siguiente manera: cuatro Arzobispos de
esta Iglesia; tres obispos elegidos por la Cámara de Obispos; y dos
Asesores Laicos elegidos por la Asamblea de Laicos del Santo Sínodo.
Sección 23. Los Asesores Laicos deberán ser Comunicantes de esta
Iglesia con buena reputación y deberán ser instruidos o experimentados
en Civil, Derecho Eclesiástico o ambos. Los términos de mandato de los
miembros del Tribunal Superior del Santo Sínodo serán los determinados
por el Canon del Santo Sínodo.
Artículo 24. El deber de presidir en el Tribunal Superior del Santo Sínodo
corresponderá en primer lugar al Patriarca y la Matriarca, quienes serán
sus Presidentes; Uno o ambos pueden participar en un consejo sobre un
tema.
Sección 25. El Tribunal Superior del Santo Sínodo de esta Iglesia, una
solicitud de cualquier Sínodo Diocesano o Sínodo de cualquier otra
Jurisdicción, o de cualquier Sínodo Provincial, o el Colegio de Obispos de
cualquier Provincia, o el Colegio de Obispos de esta Iglesia, o del Santo
Sínodo o de cualquier Casa del mismo, tiene autoridad para determinar si
cualquier Canon o Acto aprobado por el Santo Sínodo, o por el Sínodo de
cualquier Provincia, o por el Sínodo de cualquier Diócesis u otra
Jurisdicción es constitucional.
Sección 26. Cada Tribunal de esta Iglesia puede, de vez en cuando,
presentar cuentos Reglas o Reglamentos Oficiales al Tribunal que regulen
la práctica y el procedimiento, y todo asunto que se crea conveniente para
prevenir gastos y demoras, y para asegurar los fines de la justicia; y cada
Tribunal puede, de vez en cuando, suspender, derogar, modificar o
reavivar cualquier regla y reglamento. Ninguna orden dictada por la Corte
tendrá el efecto de alterar cualquier asunto definido por la Constitución de
esta Iglesia o por los Cánones. Se pondrán a disposición de todas las
personas convocadas ante la Corte copias de las Reglas o Reglamentos
Oficiales vigentes.
Sección 27. Cada Tribunal de esta Iglesia reunirá la asistencia de testigos
y pruebas. Cualquier testigo o persona acusada, que haya sido citado
canónicamente tres veces por escrito para comparar ante cualquier
Tribunal de esta Iglesia, será responsable de las más completas
sanciones eclesiásticas por insubordinación si, sin justa excusa, no se
presenta.
Sección 28. Cada juez presidente de un Tribunal de esta Iglesia nombrará
un Convocante para ese Tribunal, cuyo deberá mantener el orden en dicho
Tribunal y servir, o velar por la entrega de las notificaciones y citaciones
del Tribunal a las personas interesadas.
Sección 29. A cualquier persona contra quien se prefieran cargos en un
procedimiento adjudicativo de esta Iglesia se le darán: Notificación por
escrito y citación debida y oportuna de los cargos preferidos y según las
disposiciones de las Leyes Eclesiásticas que se consideran que han
ocurrido los delitos ; Aviso razonable antes de la iniciación de los
procedimientos formales, otorgando tiempo a cualquier acusado para la
contestación del cargo y para la citación de testigos y la recolección de
pruebas; Se conoce como Promotores el derecho a que ningún cargo se
considere fundamentado o probado excepto por evidencia buena y
suficiente o por no menos de dos (2) testigos jurados; El derecho a un
consejo o asesoramiento de un experto en derecho canónico y el proceso
judicial de la Iglesia.
Artículo 30. El derecho a impugnar la imparcialidad de uno o más
miembros de la Corte o tribunal; y si tal impugnación fuera sostenida por
la Corte o tribunal, esa Corte o tribunal designará un sustituto imparcial
para ese caso, causa o asunto. El derecho a examinar e interrogar a todos
los testigos, declaraciones, testimonios y todos los documentos
pertinentes; El privilegio contra la autoincriminación; Procedimientos
abiertos, a menos que sean renunciados por todas las partes; Una
transcripción u otro registro de los procedimientos y cualquier sentencia,
decreto, decisión o sentencia de los mismos, y el derecho a ingresar una
sentencia, decreto, decisión o sentencia de No Probado a menos que una
sentencia, decreto, decisión o sentencia de Probado está refrendado por
escrito por la mayoría del Tribunal en sesión.
CANON XXI
DEBERES DEL CLERO Y SU MODO DE VIDA
Sección 1. Oficina diaria. Todo sacerdote que se preocupe por el
ministerio de las almas deberá disponer que, en ausencia de obstáculos
razonables, la oración de la mañana y la oración de la tarde se recen
diariamente en la Iglesia, o en una de las iglesias de las que es ministro.
Sección 2. Celebración de la Sagrada Comunión y otros
ministerios. Excepto por alguna causa razonable aprobada por el Obispo
de esa Diócesis u otra Jurisdicción, todo Sacerdote que tenga un
ministerio de Almas celebrará, o hará que se celebre, la Sagrada
Comunión todos los domingos y otras Fiestas mayores y el Miércoles de
Ceniza, y Administrar los Sacramentos y otros Ritos prescritos en y por el
Libro de Oración Común, diligentemente, según lo requiera la ocasión.
Sección 3. Sermones. Todo Sacerdote que tenga un ministerio de Almas,
excepto por alguna causa razonable aprobada por el Obispo del mismo,
predicará o hará que se predique un sermón en su Iglesia por lo menos
una vez cada domingo.
Sección 4. Instrucción de los jóvenes. Instruirá a los niños bajo su
cuidado, o hará que sean instruidos, en la fe cristiana y, cuando así lo
permita la ley civil.
Sección 5. Preparación para la Confirmación. Él / ella preparará pronto, o
hará que se preparen, todos aquellos que deseen ser confirmados y, si
está satisfecho con su aptitud, los presentará a su Obispo para la
Confirmación.
Sección 6. Cuidado pastoral. Todo sacerdote deberá ser diligente en
visitar a sus feligreses, particularmente a aquellos que están enfermos y
débiles y, en la medida de lo posible; y él / ella proporcionará
oportunidades mediante las cuales cualquiera de sus feligreses pueda
acudir a él / ella en busca de consejo y consejo espiritual. Todo sacerdote
también hará todo lo posible para asegurar de ser informado rápidamente
cuando una persona a su cuidado esté enferma o en peligro de muerte y
recurrirá lo antes posible a él para exhortar, instruir, y consolarlo en su
angustia. En particular, dicho Sacerdote impulsará a la persona enferma a
hacer una confesión especial de sus pecados, si siente que su conciencia
está turbada por cualquier asunto, a recibir la Imposición de Manos de los
Enfermos, o la Unción, o Unción de los enfermos, o ambos,
Sección 7. Dicho sacerdote también estará obligado a preparar y asistir
en la de aquellos a su cuidado a fin de que hagan una muerte buena y
cristiana, y, de los moribundos, no aflojará su vida. último deber de la
administración de los últimos ritos in extremis de la Santa Iglesia y de la
Encomienda del Alma, si las circunstancias lo permiten, en el Punto de
Partida.
Sección 8. Suministro. Si en algún momento él / ella no puede cumplir
con sus deberes, ya sea por no tener su residencia o por alguna otra
causa, él / ella se esforzará diligentemente por proveer para aquellos bajo
su cuidado que sean ministrados por un Sacerdote con licencia o de otra
manera. aprobado por el Ordinario de esa Diócesis u otra Jurisdicción.
Sección 9. Exorcismo solemne. La necesidad de una licencia previa.
CANON XXII
VIDA DEVOCIONAL DE CLERGYMEN
Cada Obispo, Sacerdote y Diácono de esta Iglesia tiene la obligación de
pasar algún tiempo diario en oración e intercesión; Examinar su
conciencia a intervalos regulares y ser diligente en el estudio de las
Sagradas Escrituras y en otros estudios que se apliquen a sus deberes
ministeriales.
CANON XXIII
MODO DE VIDA DE LOS CLÉRIGOS
Sección 1.Evitación de conductas inapropiadas. Ningún Obispo,
Sacerdote o Diácono se entregará a ocupaciones, hábitos o recreaciones
que no corresponden a su sagrado llamamiento, o que pueden ser
perjudiciales para el desempeño de los deberes de su Oficina, o que
quieren serlo. una causa justa para ofender a los demás; ni recurrirá ni
frecuentará ningún lugar que no corresponda a su sagrada vocación, salvo
para el desempeño de las funciones de su Oficina. En particular, no
contraerá matrimonio, ni ejecutar ni sufrirá ningún acto o cosa que atente
contra la orden o la disciplina, o que, si fuera candidato a las órdenes
sagradas, le impida ser admitido. Pero siempre se esforzará en enmarcar
y modelar su vida según la Doctrina de Cristo, y en hacerse a sí mismo,
en la medida en que esté en él.
Sección 2. Ningún Obispo, Sacerdote o Diácono aceptará o emprenderá
ningún oficio, trabajo o deber que sea incompatible con su sagrado
llamamiento o que sea perjudicial para el desempeño de los deberes del
oficio eclesiástico para el cual fue designado, excepto como en otras
partes de estos Cánones.
Sección 3. Todo Obispo, Sacerdote o Diácono de esta Iglesia usará la
vestimenta que sea adecuada para su Sagrado Oficio y Ministerio, y que
indique su santo llamamiento y vocación tanto para aquellos
comprometidos con su ministerio espiritual. Cargo y al público, excepto
por alguna causa urgente en la que se le requiera usar ropa de seguridad
o con el propósito de recreación o empleo inocente.
CANON XXIV
REDES SOCIALES
Sección 1. Ningún obispo, sacerdote o diácono puede formar una página
o grupo de WAC en las redes sociales que indique la representación del
WAC, incluidas plataformas como Facebook, Twitter, LinkedIn, Instagram,
Snapchat y WhatsApp sin el consentimiento previo del Arzobispo Primado
para su país. Si se aprueba, TODA la información debe ser consistente
con la misión y visión de esta iglesia mientras se evitan artículos y
publicaciones que pueden causar ofensas, preguntas, dudas, sospechas o
controversias. Además, los grupos de WhatsApp se forman por país, y
solo los miembros de ese país son admitidos en el grupo. Los arzobispos
copresidentes serán miembros y administradores de todos los grupos de
la WAC en todas las plataformas de redes sociales.
Sección 2. Todas las imágenes utilizadas en plataformas de redes
sociales deben estar libres de derechos de autor y ser de dominio, para
salvaguardar los procedimientos legales públicos de los propietarios de
las imágenes. Se pueden usar fotografías, películas y audio de eventos de
la iglesia y, cuando corresponda, con el permiso de quienes aparecen en
ellos.
Sección 3. Si algún Obispo, Sacerdote o Diácono usa tecnología para
piratear los sitios web de WAC o foros de redes sociales, o remover a
oficiales designados como Administradores de dichos sitios, la Cámara de
Obispos llevará a cabo una investigación inmediata. Si se le encuentra
culpable, el instigador será inmediatamente excomulgado de esta iglesia,
multado y sujeto a ramificaciones legales.
Sección 4. Los obispos, sacerdotes o diáconos que formaron un grupo
privado de redes sociales para discutir asuntos que solo son apropiados
para la Cámara de Obispos estarán sujetos a investigación, posible
excomunión de esta iglesia y sujetos a procedimientos legales.
ATESTACIÓN