LA RESPONSABILIDAD AMBIENTAL EN LAS EMPRESAS LAS
EMPRESAS INDUSTRIALES
Al examinar la situación de la responsabilidad social y ambiental de las
empresas en Latinoamérica es difícil generalizar. La realidad económica y social a
la que se enfrentan los países de la región es muy distinta. Lo mismo ocurre en los
distintos enfoques en RSE. Las prácticas empresariales responsables han sufrido
una evolución desde la filantropía empresarial más tradicional pasando por la
ciudadanía corporativa hasta llegar a los comportamientos responsables como
parte de la estrategia empresarial desde la óptica de América Latina. El continente
ha despertado con respecto a la RSE, si bien es cierto que otras regiones del
mundo se encuentran por delante y que América Latina, independientemente del
nivel de su desarrollo económico, se encuentra más rezagada. En la mayoría de
los casos las empresas que destacan son las más grandes y entre éstas
sobresalen las que reciben instrucciones de su casa matriz. Con respecto a las
Pymes, llevan a cabo prácticas responsables de forma natural (por su cercanía a
los grupos de interés, a las comunidades y a los problemas sociales y ambientales
de las mismas) pero en la mayoría de los casos son responsables de forma poco
sistemática. En general, existen elementos que hacen que la RSE evolucione más
lento de lo que sería deseable, pero se perfila como algo imprescindible para
gestionar los riesgos convenientemente y reforzar la licencia social para operar, el
capital relacional o no perjudicar la reputación empresarial. Se presenta además
imprescindible por la necesidad para el sector privado de contribuir al desarrollo
sostenible y más equitativo, en la lucha contra la desigualdad y a favor de la
inclusión económica.
El movimiento de defensa del consumidor, como expresión del descontento
de los consumidores con la actuación de las empresas, en general, y con la
función del marketing, en particular, está presionando para que esta función se
amplíe. La función tradicional del marketing, entendida como la administración de
las 4P’s del marketing mix - productos y servicios de calidad, a precios
competitivos, disponibles n lugares convenientes y difundidos a través de
campañas de información y promoción oportunas - ha quedado obsoleta. Las
empresas que se limitan a desarrollar una estrategia orientada
al marketing mix tradicional no son vistas como socialmente responsables
por el consumidor. Si bien la mayoría de los consumidores no está trasladando
aún, en la práctica, sus intenciones de favorecer a las empresas socialmente
responsables -o de castigar a las irresponsables-, se espera que,conforme vayan
disponiendo de más información relevante, irán reflejando estas intenciones en
sus decisiones de compra. Esta tendencia se hará más evidente en la medida en
que las empresas líderes vayan adoptando prácticas más responsables hacia sus
consumidores, el Estado establezca mecanismos para promover las buenas
prácticas empresariales a favor de los consumidores, las asociaciones de
consumidores contribuyan con la educación del consumidor y la vigilancia del
respeto de sus derechos, y el mismo consumidor haga uso del poder de compra
que lo asiste para dejar de favorecer a las empresas que muestren una actuación
socialmente irresponsable.
El cuidado y protección ambiental es una de las preocupaciones mundiales
que en las últimas cuatro décadas ha evolucionado para convertirse en una
política de conservación, cuidado y protección, tanto de los recursos naturales,
como de gestión de aquellas actividades o procesos que pueden afectar al medio
ambiente; y que obliga a la sociedad civil, los Estados y al sector privado a adoptar
medidas destinadas para este fin (Obregón-Sánchez, C. 2010)
El Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP por sus siglas en
inglés), que en este caso es para las empresas industriales, corresponde a “la
aplicación continua de una estrategia ambiental preventiva e integrada a los
procesos productivos, los productos y los servicios, tendiente a reducir los riesgos
relevantes para los humanos y el medio ambiente”, pero buscando incrementar la
eficiencia, competitividad y rentabilidad de las mismas (Obregón-Sánchez, C.
2010).
En la actualidad existe un compromiso social y ambiental de los
empresarios a nivel interno y externo de la organización. El desarrollo económico
debe y tiene que estar vinculado al progreso humano y social y a la
responsabilidad medioambiental. Es por ello que la responsabilidad social
empresarial debe manejar un enfoque integrado que abarque tres dimensiones:
social, económica y ambiental. En un mundo en donde cada día se observa una
destrucción mayor del medio ambiente, implica un verdadero compromiso
personal y empresarial para revertir esta tendencia, de lo contrario no se garantiza
el futuro de las siguientes generaciones (Lacruz-Moreno, F. 2007).
De acuerdo con esta idea, el trabajo de Chamorro y Bañegil (2006)
introduce el concepto de la “Filosofía del Marketing ecológico” como una nueva
forma de entender las relaciones de intercambio. Esta nueva filosofía implica que
el alcance del marketing ecológico debe incluir todas las áreas funcionales de la
empresa, sirviendo como guía para el comportamiento de toda la organización.
Por otro lado, la segunda dimensión de la orientación medioambiental,
denominada orientación medioambiental externa, tiene que ver con las
percepciones que los directivos tienen sobre los diferentes stakeholders de la
empresa y con la necesidad de responder a sus demandas (Banerjee, 2002;
Banerjee et al., 2003). Esta dimensión hace referencia a la capacidad de la
empresa para cumplir sus objetivos medioambientales, satisfaciendo las
exigencias de grupos de interés como la comunidad, los clientes o las
asociaciones ecologistas, de forma que no ponga en peligro su estabilidad
económica, máxima preocupación de grupos como los accionistas o los
propietarios. Por tanto, la empresa puede encontrar algún obstáculo en el ejercicio
de su responsabilidad medioambiental si ciertos agentes consideran que con ello
se perjudica a sus intereses. Así, Menguc y Ozzane (2005) argumentaron.
Aspectos medioambientales
En la responsabilidad social y sostenibilidad empresarial el aspecto
medioambiental es de aplicación a cualquier tipo de organización y no solo a
aquellas cuya actividad tiene una clara relación con el uso de recursos naturales.
Algunas industrias, como por ejemplo la energética, tienen un impacto obvio
medioambiental, pero en realidad toda organización genera impactos
medioambientales (Scade, J. 2012.)
Estos impactos pueden ser negativos, cuando su actividad produzca
efectos adversos en el medio ambiente (como por ejemplo, la generación de
residuos), pero también positivos (como por ejemplo, el proceso de reforestación
de un bosque después de un incendio). Las empresas responsables son aquellas
que integran la gestión ambiental en la gestión de la empresa con el objetivo de
eliminar, ó al menos minimizar y mitigar sus impactos negativos en el medio
ambiente y potenciar los positivos (Scade, J. 2012.).
Integrar la gestión ambiental en la empresa puede mejorar su
competitividad y obtener entre otras, las siguientes ventajas (Scade, J. 2012.):
Reducir costes para la empresa y el usuario final, al mejorar la eco-
eficiencia de la organización, o lo que es lo mismo, la reducción de la cantidad de
recursos necesarios para realizar el mismo producto o servicio;
Generar nuevas fuentes de ingresos, como por ejemplo, identificando
residuos que puedan ser utilizados por otras empresas como materias primas y
por tanto, además de suprimir los gasto de su gestión, obtener un ingreso por la
venta de los mismos;
Participar en la cadena de valor de otras organizaciones (como proveedores
y clientes), incluyendo las administraciones públicas, que han empezado a incluir
clausulas ambientales en sus procesos de compra y contratación;
Desarrollar productos y procesos innovadores de mayor calidad a través de
incorporar la variable ambiental en el proceso de diseño, lo que los diferenciará de
los de la competencia, posibilitará acceder a nuevos mercados, etc.;
Mejorar su reputación, lo que puede permitir conseguir más clientes y
reducir el riesgo de perder los que tiene debido a una mala imagen de la empresa;
Una organización responsable enfoca su actividad de tal forma que
potencia sus impactos medioambientales positivos y elimina o mitiga los
negativos, lo cual mejorará su competencia y sostenibilidad.
Los temas que una empresa debería considerar referente a aspectos
medioambientales y las acciones que puede tomar al respecto, se pueden resumir
como sigue (Scade, J. 2012.):
Eficiencia en el consumo de recursos: El consumo ineficiente de recursos
conlleva un gasto innecesario para una empresa. Un uso más eficiente de
recursos reportará por sí mismo un ahorro en costes. Desde una perspectiva
solidaria, una empresa responsable debe esforzarse en eliminar o minimizar su
consumo de recursos, especialmente aquellos que actualmente son limitados ó de
los que, para el futuro se prevé una creciente escasez. Además, esto también
resultará en un beneficio económico futuro para la empresa, porque a medida que
se incremente la escasez de un determinado recurso, también aumentará su
precio. En la medida que una empresa pueda disminuir su dependencia de un
determinado recurso también estará potenciando su propia sostenibilidad.
Cambio climático y emisiones de efecto invernadero: El cambio climático y
emisiones de efecto invernadero nos afecta a todos. Las empresas responsables
ponen en práctica acciones más allá de sus obligaciones legales para adaptarse al
cambio climático y reducir sus emisiones de efecto invernadero.
Generación y gestión de residuos: La generación de residuos es la otra cara
de la moneda del consumo de recursos. Obviamente cuanto menos se consuma,
menos residuos con efectos nocivos se generarán y menos será necesario
eliminar. La empresa responsable intentará minimizar la generación de residuos
como consecuencia de su actividad, y gestionará los que se produzcan de la
forma menos dañina y más respetuosa para el medio ambiente.
Biodiversidad y espacios naturales: Conservar la biodiversidad existente en
el planeta no sólo es importante desde el punto de vista ecológico, sino también
desde el punto de vista económico, al ser fuente de materias primas. Por eso, el
uso de los recursos naturales debería hacerse de una manera sostenible, es decir,
de manera que permita nuestro desarrollo sin comprometer el desarrollo de las
generaciones futuras. El impacto sobre la diversidad vendrá determinado por el
tipo de actividad llevada a cabo (p.ej. una industria extractiva tendrá un mayor
riesgo de generar un impacto en la biodiversidad que una empresa de servicios) y
por cómo se realice dicha actividad (p.ej. una agricultura intensiva genera un
mayor impacto negativo, en el medio, que una agricultura ecológica). Una
estrategia para preservar la biodiversidad debe integrar elementos tanto de
prevención y gestión, como de restauración de daños, provocados por las
actividades de la empresa (Scade, J. 2012.).
Eco-diseño y análisis de ciclo de vida: El eco-diseño es aquel diseño que
considera los impactos ambientales en todas las etapas del proceso de diseño y
desarrollo de productos (y servicios) para lograr productos (y servicios) que
generen el mínimo impacto ambiental posible a lo largo de todo su ciclo de vida.
La importancia de este concepto reside en que muchos de los impactos de un
producto no se generan en su fase de fabricación, sino en otras etapas de su ciclo
de vida (por ejemplo, el 90% de los impactos de un coche se generan en su fase
de uso). Por tanto, un análisis del ciclo de vida nos permitirá detectar en qué fase
del ciclo de vida del producto se generan las principales cargas ambientales y en
consecuencia qué aspectos del sistema evaluado deberían centrar los esfuerzos
de mejora ambiental (Scade, J. 2012.).
Sensibilización y educación ambiental: La formación y sensibilización
ambiental son elementos claves para que una empresa pueda mejorar
continuamente su comportamiento ambiental. Es un tema transversal, es decir,
que afectará en mayor o menor grado a todas las personas que forman parte de la
empresa, y por eso es recomendable elaborar un plan de formación a partir de la
detección de las necesidades de formación de todo el personal, que debe estar
relacionado, además, con aquellos aspectos que la empresa haya identificado
como significativos y que pretenda mejorar (Scade, J. 2012).
Se puede concluir a partir de la presente investigación, que las empresas
industriales no cumplen a cabalidad con la normatividad en materia
medioambiental, esto se pudo comprobar escogiendo para la muestra empresas
industriales de diferente producto y que no fuesen de las más grandes y
reconocidas, debido a que estas si cumplen con las medidas medioambientales y
en su mayoría tienen fundaciones que representan el proceso de sostenibilidad
medioambiental y que representan tan solo un 10% de la empresa industrial en la
ciudad de Barranquilla.
Lo cual indica que del 90% restante, tan solo el 60% cumple en un nivel
medio con su responsabilidad medioambiental.
Se recomienda más control de parte de las autoridades encargadas de
vigilar el proceder medioambiental de las empresas.
Realización de campañas de concientización por parte del Estado a nivel
gerencial, para que de allí llegue a los demás niveles de la empresa.
Más responsabilidad de parte de los directivos organizacionales de las
empresas industriales de la ciudad de Barranquilla, para con el medio ambiente.
Por otra parte, es relevante saber que todas las actividades de buenas
prácticas medioambientales conduce a un crecimiento personal e intragrupal,
puesto que son acciones conjuntas, donde el individualismo de permite el logro de
objetivos.
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