Aguilar Avilés El Control Social y El Ordenamiento Jurídico
Aguilar Avilés El Control Social y El Ordenamiento Jurídico
Resumen:
No transcurre un día de clases en alguna casa de altos estudios ibero americanas sin que el
tema del control social o el ordenamiento jurídico sean centro de debates en algún momento
curricular. Así se trata estos tópico generalmente desde la criminología, Derecho Penal la
Teoría del Derecho, Introducción al Derecho.
El presente artículo aborda como eje central el control social y su relación funcional con el
ordenamiento jurídico, estableciendo previamente sus definiciones lógico jurídica desde
nuestra perspectiva Sociojurídica.
Palabras claves: control social, ordenamiento jurídico, sociología jurídica, objeto de estudio
El Control Social, término tomado de la Sociología por el Derecho Penal y colocado como parte
de alguna de sus instituciones, indica que una persona en su acción está de hecho
condicionada y limitada por los grupos, por las instituciones y por la sociedad entera de la que
es miembro, razones que permiten fundamentar el hallazgo de mecanismos de control tanto en
las sociedades primitivas como en las complejas ciudades cosmopolitas en pleno apogeo
postmoderno, materializándose en la primera de estas mediante los controles informales,
mientras que en las siguientes se produce una combinación entre estos y aquellos que tienen
en sus manos la tarea de concretar la disciplina social (mecanismos formales).
Como se aprecia la extensión del campo de acción del denominado control social es
sumamente amplia, lo que motivó, casi desde sus orígenes una división entre sus corrientes o
tendencias para el empleo tanto del vocablo como de su futura aplicación; se habla entonces
del control social como control de la desviación o como conjunto de procesos de influencia y de
presión, siendo de nuestro interés el primero de estos caminos al considerarse el delito una
manifestación de la conducta desviadai, pasando también a formar parte dicho fenómeno del
objeto de análisis de las teorías sobre el proceso social, donde se entrelazan las
consideraciones del crimen como fruto de un aprendizaje social, el entendimiento de que todo
individuo puede actuar criminalmente si el potencial delictivo que posee no es frenado por
sutiles vínculos sociales que lo conducen al orden y por último la contemplación del delito como
un subproducto del control social que previamente etiqueta y selecciona de manera
discriminatoria, tanto las conductas como a sus autores, ubicándolos en un “status criminal”
Es por eso, que ante tanta amplitud del término, los estudiosos de sus diversas acepciones
concretan las tareas a resolver dentro de los marcos de su ciencia, así la Sociología Jurídica,
del delito y fundamentalmente la Criminología, iniciada como disciplina científica en el último
cuarto del siglo XIX con un planteamiento teórico causalista etiológico del delito y luego
convertida en ciencia transdisciplinaria ha desplazado en los últimos cuarenta años una buena
parte de sus investigaciones al terreno de los mecanismos de enfrentamiento al acto criminal,
su prevención y ayuda a las víctimas del mismo teniendo como guía en la problemática del
control social dos aspectos: la conceptualización o pauta normativa de lo que constituye el
mismo, sus distinciones, instanciasii y relaciones entre ellas y los efectos de dicha acción en lo
que a la actividad delictiva se refiere mientras que el Derecho Penal se erige como un
importante elemento dentro del mecanismo de control social que acude ante las fallas de otros,
de ahí su definición como derecho de última ratio.iii
Si continuamos por ese camino la primera cuestión a dilucidar será ¿qué entender por control
social? Tarea sumamente compleja pues la lista de definiciones es extensa, encontrándose en
ella explicaciones que lo ven como una forma de dominio social orientada a la persecución de
una función en la vida de la sociedad, un conjunto de fuerzas que tienden a reequilibrar el
sistema en contraposición a motivaciones que sostienen comportamientos que modifican las
relaciones de interacción existentes, además de otras que desde una óptica, bien de corte
criminológico, lo entienden como el grupo de instancia y acciones públicas y privadas,
genéricas y específicas, orientadas a la definición, individualización, detección, manejo y
supresión de conductas calificadas como delictivas o desviadas según se encuentren o no
previstas en la ley con posibles formas de sanción, o de índole eminentemente penalista,
ubicándolo en las instituciones, estrategias y sanciones sociales que persiguen una
conformidad de conducta con el ámbito de las normas jurídicas penalmente protegidas (Káiser
1988); sumándonos al criterio de los que lo conceptualizan como un conjunto de mecanismos
mediante los cuales la sociedad obtiene de sus miembros el acatamiento a los diversos niveles
normativos vigentes.
Esta labor controladora ejercida por la célula familiar se extravía cuando todos los integrantes
de ella se ven empujados a introducirse en la esfera de la producción. “La mujer y los hijos
dejan el ámbito íntimo y aparecen, junto al hombre y al padre, inmersos en la fábrica”.
Elementos que llevan a los teóricos del tema a buscar argumentaciones más elaboradas para
solucionar el enigma formulado, sin menospreciar el valor que poseen los patrones inculcados
en el seno del hogar para la formación de cualquier individuo.
Las raíces del concepto del control social pueden encontrarse en las ideas de Platón y
Aristóteles.v Todas las escuelas sociológicas están de acuerdo que un grado mínimo de
solidaridad, es necesario para la existencia de la sociedad y en ella impere cierto orden, como
premisa de una sociedad moderna.
Lo cierto es que toda sociedad, necesita de una disciplina que garantice la coherencia interna
de sus miembros; de ahí las incesantes búsquedas de mecanismos que aseguren su
conformidad con las normas y pautas de conductas.
Sin embargo el orden social, puede lograrse, con una reducida conflictividad social cuando está
regulado en interés de toda la sociedad y además que existan agentes que puedan controlarlo,
tratando de impedir la marginación como fenómeno social; en sentido general solo serán
legítimas siempre que se realice en un marco legal y de respeto a la dignidad del hombre.vi
Control social: También puede definirse como el agregado de mecanismo a través de los
cuales el orden institucional, obrando en defensa y protección de sus propios intereses, buscar
el mantenimiento del status quo, que no es otra cosa que el mantenimiento de determinado
estado de cosas en el ámbito económico, político y social.
Entonces podemos definir a modo de conclusión que el CONTROL SOCIAL es defender ese
estado social que interesa a quienes controlan el poder, los que se encuentran obviamente
interesado en preservar y defender el status quo social.
El criminólogo italiano Pavariniviii, nos dice que el control social puede ser examinado como
cuestión política y es leído a través de categorías politológicas y jurídicas, como los del Poder
dominio, Estado, Derecho, Represión, Autoridad y como categoría sociológica el control social
es interpretado como Integración social y socialización de una dimensión social.
Años después en 1969, Travis Hirschi en su obra Causes of Delinquency formula la teoría del
arraigo social (Social Bond Theory)x considerando que el apego (cariño y sensibilidad hacia
otros) era el principio fundamental en la interiorización de los valores y las normas, apareciendo
a continuación de este otros factores tales como el compromiso, la participación y las
creencias, los que debían levantarse como barreras indestructibles que impidieran el paso al
crimen, sin embargo los índices de estos seguían creciendo y las aparentes relaciones de
proporcionalidad entre sentimientos internos-elementos externos y menor o mayor comisión de
delitos se desmentían, queda en pie el estudio de parámetros que ciertamente inciden pero no
determinan.
Se manejan además otras divisiones del control social, Duro por basarse en la cárcel como
instrumento fiscalizador y Blando al manejarse alternativas a la misma, también denominados
excluyentes e incluyentes en relación con la utilización o no de la reclusión respectivamente.
Aceptan las autoras como instancias del mecanismo las descriptas inicialmente considerando a
las instituciones de la familia, la vecindad, la escuela, el sindicato, el trabajo, los partidos
políticos, la religión como partes del control informal y a la policía, tribunales y establecimientos
penitenciarios, elementos del control formal, resaltando en este último grupo al Derecho Penal
y con él su elemento consustancial: la pena.
Ahora bien el Control Social tiene métodos para presionar, a los efectos de que se adopten o
mantengan las pautas de comportamiento externo o interno y los valores considerados
necesarios o convenientes.
El control social para su desarrollo y eficacia, se basa en tres estrategias fundamentales, las
que están condicionadas a determinados momentos, se trata de la SOCIALIZACION,
PREVENCION Y REPRESION.
La primera infancia, es el período en el que tiene lugar el proceso de socialización más intenso,
cuando el ser humano es más apto, para aprender; sin embargo, la socialización del niño
durante la infancia, no constituye en sí, una preparación eficiente y perfecta, sino que a medida
que crece y se desarrolla su medio ambiente, podrá variar, exigiéndole nuevo tipo de
comportamiento. Proceso de socialización de adultos, puede ser provocado por la movilidad
social y geográfica que implican la adaptación a nuevos medios culturales, sociales o
profesionales.xiii
Desde el punto de vista del Derecho penal la prevención general negativa alude a la
prevención frente a la colectividad y concibe a la pena como medio intimidatorio para evitar que
surjan delincuentes, mientras que la prevención general positiva también llamada
estabilizadora o integradora, busca como fin la afirmación positiva del Derecho Penal, como
afirmación de las convicciones jurídicas fundamentales, de la conciencia social de la norma o
de una actitud de respeto a la misma.
La Represión es la última estrategia e interviene, cuando han fallado las dos estrategias
anteriores y significa una limitación impuesta a la persona que incumplió regulaciones
contenidas en el sistema normativo.xvi
La Instancia formal es fundamentalmente represiva, pero dentro de sus funciones lleva implícito
las estrategias de socialización y prevención.
El Control Social puede ser formal e informal. Se trata de control social informal, cuando se
trata de condicionar al individuo, de disciplinarlo a través de un largo y sutil proceso que
comienza en los núcleos primarios, la familia, la escuela, la profesión y la instancia laboral y
culmina con la obtención de su conformismo veneración de la ley y la obediencia. Los medios
más importante de este control social son las creencias e ideologías sociales, la religión, la
propaganda, la educación formal o informal.xvii
Ahora bien cuando estas instancias informales no logran sus objetivos, entra en funcionamiento
el conjunto de instancias formales del control, que reproducen las mismas exigencia s del
poder pero de modo coercitivo.
La Fiscalíaxviii es uno de las instituciones del control social formal, que se encarga de la
protección y cuidado del orden público, ocupando un lugar fundamental pues su actividad no se
limita a la detención de las violaciones, sino también a buscar las causas y las condiciones que
generan los delitos. La Fiscalía realiza actividades especiales encaminadas a elevar el nivel
preventivo de las transgresiones de la ley en las circunstancias siguientes, revelación a tiempo
de las causas y condiciones que generan los delitos, análisis del estado, estructura y dinámica
de la delincuencia por zonas y regiones.
Y entre sus funciones, las que se encuentran preceptuadas en el artículo 8, se recogen las
mismas que a nuestro modo son de gran valor para nuestro contenido de investigación:
- Comprobar el cumplimiento de las sanciones y medidas de seguridad detentivas, conforme a
lo dispuesto en la ley y en las correspondientes resoluciones judiciales y velar por el respeto de
los derechos de las personas detenidas, aseguradas o sancionadas;
- Participar en las tareas de prevención del delito y en la lucha contra toda manifestación de
delincuencia o conductas antisociales, adoptando las medidas necesarias a ese efecto.
Los Tribunales Populares,xix como entes formales del Control Social, tienen como función más
importante, la educación de los ciudadanos en el cumplimiento de las leyes y la disciplina en el
trabajo. Contribuyen a eliminar el clima de impunidad y en el respeto y decoro de la población.
El tema de indicadores criminológicos, el objeto en el hombre concreto. Tiene por objeto
analizar, su reinserción social: concuerda con la exigencia del progreso histórico. No se estudia
como algo diferente, separado y búsqueda real del hombre como ser social, su posición en la
sociedad.
Los Tribunales Populares, su actividad está regulada en Ley 82 de 1997 y entre sus objetivos
principales se encuentran los siguientes:
-Cumplir y hacer cumplir la legalidad socialista;
- prevenir las infracciones de la ley y las conductas antisociales, reprimir y reeducar a los que
incurren en ellas y reestablecer el imperio de las normas legales cuando hayan sido violadas.
El Ministerio del Interior a través de los diferentes organismos que intervienen en su
funcionamiento, como es la Policía Nacional Revolucionaria. Y su trabajo específico consiste
en determinar el Estado de la delincuencia por provincia, zonas, territorios y desarrollar
medidas para evitarlas. Especial atención se pone en la prevención de conductas
transgresoras en menores y jóvenes a través de los Oficiales de Prevención. Y otros
organismos encargados de velar por la juventud.
Los órganos del Ministerio del Interior, estudian el carácter de los delitos, estructura, estado y
dinámica y características de los comisores. También tiene importancia la prevención de las
conductas de los menores, existiendo gran vigilancia sobre los familiares que evidencian signos
antisociales adolescentes difíciles.
Labor de prevención y enfrentamiento a las conductas desviadas, los lleva a cabo los fun-
cionarios de los Centros penitenciarios, toda vez que en nuestro país, se han realizado
transformaciones penales y penitenciarias, respetándose las reglas mínimas de tratamiento a
los reclusos. Así como se dotan las prisiones de las condiciones necesarias para la educación
y reeducación de los reclusos en todas las esferas. Son múltiples los avances dados en este
ámbito, lo que no es objeto de nuestra investigación.
De las manifestaciones del control social, la ley es la más formal y dramática, aunque muchas
veces no resulta sea la más efectiva. En general el cumplimiento de la ley como dice Roscoue
Pound en su obra- Control Social a través de la Leyxxi, tiene las siguientes dificultades, en
muchos cosas inaplicabilidad de la maquinaria legal para solucionar muchos conflictos, limitada
v capacidad de las obligaciones, pena fácil que puede evadirse así como dificultades para
encontrar la certeza de los hechos.
El derecho desarrolla un papel fundamental, por la función integradora que sirve para disminuir
los potenciales elementos de conflictos y para engrasar la maquinaria social. Es solamente
mediante una herencia aun sistema de reglas, que el sistema de interacción social puede
funcionar sin romperse y evitar conflictos crónicos, el derecho no solo tiene un pode coactivo,
sino persuasivo y educativo y puede ser un factor de cambio social.
La ley como modo de control social tiene todas las fuerzas, pero también toda la debilidad de la
dependencia de la fuerza sería entonces un error pensar que la ley por sí sola puede resolver
todos las tareas del control social. La ley debe funcionar apoyando a los mecanismos de
control social informal.
El control social penal es un subsistema en el sistema total del control social. Su especificidad,
derivada del objeto a que se refiere, no a toda conducta desviadaxxii, sino solo al delito, así
como sus fines, prevención, represión y a los medios que utiliza para ello, las penas medidas
de seguridad, con una rigurosa formalización de la forma de operar, en correspondencia a la
legalidad.
Si todo orden social cuenta con mecanismo primario de autopreparación, que deberían ser
eficaces, la intervención del control formal solo se legitima en defecto de aquellos, cuando la
entidad o magnitud del conflicto exija una respuesta formalizada, más drástica, por no es
suficiente las de las instancias informales. La maquinaria pesada del Estado debe reservarse
par los conflictos más agudos que requiera de un tratamiento Más severo. Los conflictos de
menor entidad pueden y deben ser abordados o resueltos con instrumentos más ágiles y
socialmente menos gravosos, el Derecho Penal debe ser última ratioxxiii.
El control social penal sirve de un particular sistema normativo, que tiene partes de conductas
al ciudadano imponiéndosele mandatos y prohibiciones. La norma penal establece deberes
jurídicos, desde luego, pero su finalidad no puede consistir en la mera creación de deberes y
obligaciones.
No se trata de prohibir por prohibir, ni castigar por castigar, sino de hacer posible la convivencia
y la paz social. Es inimaginable un Derecho Penal desconectado de las demás instancias del
Control Social, de ahí que el derecho penal, solo tiene sentido si se le considera, como la
continuación de un conjunto de instituciones públicos y privados, cuya tarea consiste
igualmente en socializar y educar para la convivencia de los individuos, a través del
aprendizaje e interiorización de determinadas pautas de comportamiento, dentro de todo este
entramado de normas sociales y penales, la norma penal es la más vulnerable para mantener
el sistema de valores, ya que sobre el descansa la sociedad.
El Derecho Penal, solo puede proteger con efectividad a largo plazo los bienes jurídicosxxiv
cuando las personas, convencidas de lo justo de esa protección, cooperan en esa función. Su
misión más importante es la reafirmación y el aseguramiento de las normas fundamentales de
la sociedad y la cultura jurídica. Esta misión solo se puede realizar reforzando los valores éticos
y sociales de la acción y afianzando el reconocimiento normativo sin olvidar su base
sociológica.
Es necesario tener en cuenta que todo sistema jurídico penal, constituye un sistema en que se
trata de compaginar los derechos del individuo, incluso del individuo delincuente, con los
derechos de una sociedad que en ocasiones vive con miedo, a veces real y a veces supuesto.
Por supuesto la sociedad tiene derecho a defender sus intereses, recurriendo a la pena si fuera
necesario, pero también el delincuente tiene derecho a ser tratado como persona y no quedar
definitivamente apartado de la sociedad, sin esperanza de reintegrarse a la mismaxxv. Por otra
parte es de significar que la misión del derecho penal es limitar el poder punitivo del Estado,
que en ocasiones decidido a terminar a toda costa con la criminalidad, puede imponer
sanciones excesivas y/o arbitrarias, sacrificando con ellas las garantías mínimas de los
individuos y la de la proporcionalidad.
NOTAS
i
Desde el punto de vista de la Criminología son aquellas conductas que se aparte de lo
considerado normal o socialmente aceptable en una sociedad o contexto social o se aparte de
las expectativas sociales en un momento dado, en cuanto pugna contra los modelos y patrones
de la mayoría social. Artículo Control Social y Derecho Penal, DR. Ramón de la Cruz Ochoa.
Tomado de la Revista Cubana de derecho No 17 Enero-Junio 2001. Pág. 8.
ii
De la Cruz Ochoa. Dr. Ramón Control Social y Derecho Penal. Revista Cubana de Derecho
No 17. Enero-Junio 2001. Pág. 5
iii
Llamado también de mínima intervención o Derecho Penal mínimo, significa que las
sanciones penales se han de limitar al círculo de lo indispensable, en beneficio de otras
sanciones o incluso de la tolerancia de los ilícitos leves. Tomado de Selección de Lecturas de
Derecho Penal Autores lic.: Arnel Medina Cuenca y Lic. Maida Goite Pierre. Ciudad de la
Habana. 1998.
iv
Citado por MsC. Arlín Pérez Duarte. Monografía de Tesis de Maestría. Soporte magnético.
v
IDEN Pág. 11.
vi
Véase Revista Cubana de Derecho No 17 Enero- Junio 2001. Pág. 4
vii
IDEN.
viii
Revista Cubana de Derecho No 17 de Enero - Junio de 2001. Artículo Control Social y
Derecho Penal. Dr. Ramón de la Cruz Ochoa, Pág. 5.
ix
Véase Monografía Tesis de Maestría Mr. Arlín Pérez Duarte. Soporte Magnético.
x
IDEN.
xi
Concepto dado en la Enciclopedia Encarta. Microsoft 2004.
xii
Concepto dado en la Enciclopedia Encarta. Microsoft 2004.
xiii
Concepto dado en la Enciclopedia Encarta. Microsoft 2004.
xiv
Concepto dado en la Enciclopedia Encarta. Microsoft.2004.
xv
IDEN
19
Claus Roxin. La determinación de la Pena a la Luz de los fines de la Pena, en culpabilidad y
prevención en Derecho Penal, trad. Núnez Conde, edit. Reus SA, Madrid 1981, Pág. 100.
xvi
Enciclopedia Encarta. Microsoft.2004.
xvii
Op Cit. (11) Pág.5.
xviii
Ley 83. De la Fiscalía General de la República. Gaceta Especial Extraordinaria. 14 de julio
de 1997.
xix
Ley 82. De los Tribunales Populares. Gaceta especial Extraordinaria. De 14 de julio de 1997.
xx
Op Cit(11) Pág. 6
xxi
Revista Cubana de Derecho No17 enero-junio 2001. Citado por DR. Ramón de la Cruz
Ochoa. Control Social y Derecho Penal.
xxii
Son las acciones que violan las normas de la sociedad, reprensibles y amenazantes. Desde
el punto de vista criminológico, cualquier conducta que se aparte de lo considerado normal o
socialmente aceptable en la sociedad.
xxiii
Principio también llamado de Mínima intervención o Derecho penal Mínimo, significa que las
sanciones penales se han de limitar al círculo de lo indispensable en beneficio de otras
sanciones o incluso de la tolerancia de los ilícitos leves.Tomado de Selección de Lecturas de
Derecho Penal. Autores Lic. Arnel Medina Cuenca y Lic. Maida Goite Pierre. Ciudad de la
Habana 1998.
xxiv
.Son valores vinculados a la satisfacción de necesidades humanas y por tanto contienen las
posibilidades u oportunidades de participación social efectiva.
xxv
Selección de Lecturas Derecho Penal. Autores lic.-Arnel Medina Cuenca y lic.- Maida Goite
Pierre. Ciudad de la Habana 1998.
BIBLIOGRAFÍA
Textos doctrinales
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Legislación
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las medidas no privativas de la libertad o Reglas de Tokio.