CASO CLÍNICO 4
Feli tiene 24 años y es traída a consulta por su madre. La semana anterior había sido
una semana complicada para todos en su familia. Tras una tormentosa separación de
su novio algunas conductas que ella tenía se volvieron más notorias y graves.
Feli refiere que se corta con un cutter sus antebrazos y sus muslos sin finalidad letal con
cierta periodicidad, pero que esta última semana sus ideas de muerte y su deseo de
desaparecer aumentaron, y además sus cortes se han vuelto evidentes para su familia.
También tiene atracones de comida y vómitos provocados.
Insiste en que nadie la querrá, que se quedará sola para toda la vida. Describe su vida
como un completo fracaso, que ni si quiera los tratamientos parecen funcionar, que está
fallada o dañada y merece morir.
Este es su tercer tratamiento psi. En su adolescencia estuvo en un programa de
trastornos alimentarios por un año y luego tuvo otros dos tratamientos, en todos ellos
recibió indicación farmacológica. Estuvo con acompañamientos psicoterapéuticos por
tres meses en una oportunidad luego de realizar una tentativa de suicidio con
tranquilizantes.
Feli fue una niña inquieta y creativa, con altibajos en su escolaridad, actualmente ha
abandonado la universidad y permanece en su casa gran parte del tiempo. Si bien era
alguien sociable, ha perdido casi todos sus amigos.
Su madre dice “Feli es muy manejadora, hace actings para que le prestemos atención”.
El padre de Feli falleció hace 10 años y tiene un hermano 9 años mayor que no convive
con ellas.
El motivo de consulta se relaciona con un último episodio de cortes. Se realizó entonces
un análisis conductual. Para esto habitualmente se utiliza una entrevista
semiestructurada que permite seguir un protocolo.
Tomando en cuenta el principio por el cual las conductas problemas suelen responder
al registro y al análisis conductual, podemos observar con Feli la secuencia.
Feli describe exactamente el episodio. Durante el relato aparecen signos de activación
fisiológica compatible con la ansiedad. Identifica lentamente con detalle los sucesos.
Dónde ocurrió, cómo se sentía, qué pensaba, que había imaginado que iba a ocurrir, si
pensó en tener otro comportamiento.
Intentamos detectar las vulnerabilidades, qué cosas en el ambiente o su interior
predisponen a la desregulación. Feli refiere que desde la separación siente que el dolor
se ha vuelto intolerable y el circuito de cortes no ha podido detenerse, aunque podemos
señalarle que se corta menos de lo que los impulsos le dictan, ya que en el registro
aparecen más impulsos que conductas.
Un par de fotos en su blog le aumentaron sustancialmente su sensación de malestar y
comenzó a querer llamar a su ex novio. Comenzó a pensar en él y a sentirse desolada.