MEDIDA CAUTELAR INNOVATIVA Y DE NO INNOVAR
1. NOCIÓN DE MEDIDA CAUTELAR INNOVATIVA:
Según el Diccionario de la Lengua Española, Innovar deriva del verbo latino innovare que
significa mudar o alterar algo, introduciendo novedades. Volver algo a su anterior estado. La
frase nominal medida cautelar innovativa, en la terminología procesal no puede tener
connotación diferente, tal como lo veremos seguidamente.
La medida cautelar innovativa es una decisión jurisdiccional cautelar excepcional dictada para
restablecer el estado de hecho o de derecho que fue alterado por un acto arbitrario e ilegal. La
decisión cautelar implica, por consiguiente, una modificación o cambio de la actual situación
vulneratoria de los derechos del actor (situación A) por la situación fáctico-jurídica anterior de
integridad de sus derechos (situación B).
Jorge W. Peyrano la define señalando que "La medida cautelar innovativa es una diligencia
precautoria excepcional que tiende a modificar el estado de hecho o de derecho existente antes
de la petición de su dictado, medida que se traduce en la injerencia del tribunal en la esfera de
libertad de los justiciables a través de la orden de que cese una actividad contraria a derecho o
de que se retrotraigan las resultas consumadas de un proceder antijurídico. Dicha diligencia
cautelar –a diferencia de la mayoría de las otras – no afecta la libre disposición de bienes, ni
dispone que se mantenga el statu quo. Va más allá, ordenando-sin que concurra sentencia
firme de mérito-que alguien haga o deje de hacer algo, en sentido contrario al representado
por la situación existente” (Peyrano, Jorge W. “Derecho Procesal Civil de acuerdo al C.P.C
peruano” Ediciones Jurídicas, Lima Perú, 1995, p.188.)
2. Presupuestos especiales:
La medida cautelar innovativa, la encontramos en el artículo 682° de nuestro Código Procesal
Civil, a partir del cual se pueden determinar sus presupuestos especiales de procedencia, pues
los generales corresponden a toda medida cautelar (verosimilitud, peligro en la demora,
adecuación y el requisito especial para su ejecución: la contracautela). Estos presupuestos
especiales son los siguientes:
a. Son excepcionales.- Están investidas de este atributo porque su dictado sólo procede
ante la inexistencia de otra medida cautelar apta para obtener el fin perseguido. Este rol
subsidiario es compartido con las medidas de no innovar y las medidas temporales sobre
el fondo.
b. Son transformativas.- Pues implican un cambio o transformación de la situación de
hecho o de derecho constitutiva del acto lesivo, vulneratoria de los derechos del actor
(situación A) hasta lograr reponer las cosas al estado anterior de hecho o de derecho de
integridad de sus derechos (situación B).
c. Se dictan ante la inminencia de un perjuicio irreparable.- Según el Diccionario de la
lengua española de la Real Academia Española, la palabra inminente deriva del verbo
latino inminere, que significa amenazar, luego inminente significa ―Que amenaza o está
por suceder prontamente –. Entonces el juez puede dictar medida innovativa siempre
que exista amenaza o esté por suceder en breve lapso; esta circunstancia tiene que
desprenderse de los hechos afirmados y suficientemente probados.
d. Puede solicitarse y despacharse antes de iniciarse el proceso cautelado.- La finalidad
de estas medidas cautelares: evitar un perjuicio irreparable, autoriza su petición antes
de iniciarse el proceso cautelado o principal, de otro modo, la tutela jurisdiccional
reclamada podría resultar extemporánea e ineficaz.
Normativamente es procedente postular la demanda cautelar innovativa antes de
iniciarse el proceso cautelado porque el artículo 682° del CPC así lo establece: “puede el
juez dictar medidas destinadas a reponer un estado de hecho o de derecho cuya
alteración vaya a ser o es el sustento de la demanda”. La perífrasis verbal vaya a ser
equivale al futuro imperfecto del verbo ser: será; luego la demanda cautelar puede
solicitarse cuando aún no existe una demanda principal interpuesta.
3. Medidas cautelares innovativas reguladas en el CPC:
A continuación veamos las siguientes medidas cautelares reguladas en el CPC.
3.1. CAUTELA POSESORIA:
a. Noción:
El artículo 684° del CPC señala “Cuando la demanda persigue la demolición de una
obra en ejecución que daña la propiedad o la posesión del demandante, puede el
Juez disponer la paralización de los trabajos de edificación. Igualmente puede
ordenar las medidas de seguridad tendientes a evitar el daño que pudiera causar
la caída de un bien en ruina o en situación de inestabilidad”
b. Aspectos sustantivos:
Conforme lo dispone el artículo 921 del Código Civil todo poseedor de muebles
inscritos y de inmuebles puede utilizar las acciones posesorias y los interdictos. Si
su posesión es de más de un año puede rechazar los interdictos que se
promuevan contra él.
Concordando esta norma con lo previsto en el Artículo 956 del CC según el cual, si
una obra amenaza ruina, quien tenga legítimo interés puede pedir la reparación,
la demolición, o la adopción de medidas preventivas.
Asimismo, con lo previsto en el Artículo 961 del CC según el cual, el propietario,
en ejercicio de su derecho y especialmente en su trabajo de explotación
industrial, debe abstenerse de perjudicar las propiedades contiguas o vecinas, la
seguridad, el sosiego y la salud de sus habitantes.
Las pretensiones posesorias judiciales en general comprenden a todas aquellas
pretensiones que tienen por objeto a la defensa de la posesión sea esta inmediata
o mediata, sea que estén destinadas a su mantenimiento o a su reintegración.
Para el primer caso existen los interdictos con alguna excepcionalidad tratándose
del interdicto de recobrar; para el segundo caso, el desalojo o la reivindicación. En
el caso que nos ocupa: la cautela posesoria está relacionada directamente con el
interdicto de retener.
El interdicto de retener, normado por el artículo 606º del CPC procede cuando el
poseedor es perturbado en su posesión. La perturbación puede consistir en actos
materiales o de otra naturaleza como la ejecución de obras o la existencia de
construcciones en estado ruinoso. Si así fuera, la pretensión consistirá en la
suspensión de la continuación de la obra o la destrucción de lo edificado, aunque
se pueden acumular ambas pretensiones. En todos los casos, la pretensión
consistirá en el cese de estos actos. La sentencia, si estimase la demanda, tendrá
que ordenar el cese de los actos perturbatorios (artículo 607º del CPC) que en
todos los casos tiene efecto y carácter innovativo para mantener finalmente la
posesión.
c. Aspectos procesales:
La cautela posesoria no es sino la versión cautelar de los artículos 606º y 607º del
mismo código. Esta medida cautelar está referida a las defensas posesorias
inmediatas que pueden ser ejercidas por el poseedor legítimo, ilegítimo de buena
fe, precario, el propietario, para mantener la posesión que eso puede ser objeto
de perturbación.
d. Situaciones previstas:
Tanto la norma sustantiva como la procesal, en esencia, describen dos supuestos
fácticos que perturban o dañan propiedad o la posesión y que por tanto merecen
tutela de cautela posesoria innovativa:
a. Existencia de una obra en ejecución con la que se daña la propiedad o
posesión del demandante.- La pretensión cautelar o situación deseada que
vendría a ser el efecto innovativo se traduce en la paralización, cese de la
obra. El cambio o alteración de la situación de hecho o de derecho
existente, la innovación, consiste en pasar de una situación dinámica a una
situación estática o cese, precisamente para mantener la situación
preexistente al momento de perpetrarse el acto lesivo.
La tutela cautelar queda materializada al ejecutarse la orden de paralización
de la edificación.
En este ámbito, pueden considerarse situaciones perturbatorias o dañosas
de la propiedad o posesión, entre otras, aquellas que a menudo se
producen a causa de la vulneración de las limitaciones que por razones de
vecindad la norma civil impone a los propietarios o poseedores de predios
colindantes, entre las que cabe mencionar las siguientes:
Pasar material o colocar andamios en predio ajeno para construir o
reparar un edificio sin el consentimiento del propietario del predio
afectado (Art. 960 del CC)
Perjudicar las propiedades contiguas o vecinas, la seguridad, el
sosiego y la salud de sus habitantes, con humos, hollines,
emanaciones, ruidos, trepidaciones y molestias análogas que
excedan de la tolerancia que mutuamente se deben los vecinos en
atención a las circunstancias (Art. 961 CC).
Abrir o cavar en su terreno pozos susceptibles de causar ruina o
desmoronamiento en la propiedad vecina o de perjudicar las
plantaciones en ella existentes (Art. 962 CC)
Construir horno, chimenea, establo u otros similares o depósito para
agua o materias húmedas, penetrantes, explosivas o radioactivas o
instalar maquinaria o análogos, sin observar las distancias y
precauciones establecidas por los reglamentos respectivos y, a falta
de éstos, las que sean necesarias para preservar la solidez o la
salubridad de los predios vecinos. (Art. 963 del CC).
Hacer que las aguas correspondientes al predio discurran en los
predios vecinos, sin existir consentimiento o pacto alguno (Art. 964
del CC), etc.
b. La eventual la caída de un bien en ruina o en situación de inestabilidad .-
Este caso se refiere al peligro que representa la inminente caída de una
obra o edificación en estado ruinoso o en situación de inestabilidad por
problemas de construcción. Ante esta situación quien se considere afectado
por esta inminente amenaza, vía interdicto de retener, puede solicitar al
juez que ordene en el proceso principal la demolición o destrucción de la
edificación en ruinas.
Cautelarmente el juez podrá ordenar las medidas de seguridad tendientes a
evitar el daño que pudiera causar la caída del bien en estado ruinoso o en
situación de inestabilidad. Entre las medidas de seguridad o preventivas
podría disponerse, según el caso, su inmediato reforzamiento, su
reparación e incluso su demolición. Sobre el particular el artículo 956º del
Código Civil dispone que ―Si alguna obra amenaza ruina, quien tenga
legítimo interés puede pedir la reparación, la demolición o la adopción de
medidas preventivas –.
El carácter innovativo de esta medida se traduce en la reposición del estado
de hecho representado por una nueva situación de seguridad en la que
queda eliminada toda amenaza (Por ejemplo el tendido de cercos de
seguridad en torno al bien que amenaza ruina).
En el Expediente 0091-2004-AA/TC Callao, el TC otorga tutela constitucional
semejante a la medida cautelar comentada, ordenando desmontar una
antena de telefonía que amenazaba ruina para el inmueble en donde había
sido instalada.
3.2. MEDIDAS CAUTELARES INNOVATIVAS PARA TUTELA DE DERECHOS DE LA PERSONA
a. INTERDICCIÓN:
El Artículo 683° del CPC señala que “El Juez, a petición de parte, o
excepcionalmente de oficio, puede dictar en el proceso de interdicción la medida
cautelar que exija la naturaleza y alcances de la situación presentada.”
a. Proceso principal: Presupuesto y condición para el nombramiento de
curador
Conforme lo dispone el artículo 581° del Código Procesal Civil, la demanda
de interdicción procede en los casos referidos a incapacidad absoluta de los
que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento (inciso 2
art.43° C.C) y de los sordomudos, ciegosordos y los ciegomudos que no
pueden expresar su voluntad de manera indubitable(inciso 3, artículo 43°
del C.C).
Asimismo procede la demanda de interdicción en los casos de incapacidad
relativa, previstos, respectivamente, en los incisos 2 a 7 del artículo 44° del
C.C: (retardados mentales, los que adolecen de deterioro mental que les
impide expresar su libre voluntad, los pródigos, los que incurren en mala
gestión, los ebrios habituales y los toxicómanos).
La declaración judicial de interdicción es presupuesto y condición para el
ulterior nombramiento de curador del incapaz, esta es la regla contenida en
el artículo 566 del C.C, textualmente prescribe ―No se puede nombrar
curador para los incapaces sin que preceda declaración judicial de
interdicción –.
b. Trascendencia cautelar:
La razón de ser de la medida innovativa que comentamos trata de evitar un
inminente perjuicio irreparable al incapaz, situación que autoriza al juez a
adelantar cautelarmente la declaración de interdicción e incluso el
nombramiento de un curador, entre otras posibilidades. Esta opción
cautelar es concordante con la regulación normativa contenida en el
artículo 567° del C.C, al disponer que ―El juez, en cualquier estado del
juicio, puede privar provisionalmente del ejercicio de los derechos civiles a
la persona cuya interdicción ha sido solicitada y designarle un curador
provisional.
c. Limitación cautelar:
Una limitación cautelar especial que merece destacarse es que la medida
cautelar innovativa sólo puede solicitarse luego de iniciado el proceso de
interdicción, y siempre que lo exija la naturaleza y alcances de la situación
presentada: No puede anticiparse la pretensión cautelar al inicio del
proceso de interdicción.
d. Legitimación extraordinaria:
El artículo IV del código procesal civil establece que el proceso se promueve
sólo a iniciativa de parte, la que invocará interés y legitimidad para obrar
(…) No requieren invocarlos el Ministerio Público, el procurador oficioso ni
quien defiende intereses difusos.
El artículo 583° del código civil reconoce legitimidad para iniciar un proceso
de interdicción al cónyuge y parientes del incapaz, así como al Ministerio
Público quien como ya se ha dicho, no requiere invocar legitimidad para
obrar. Asimismo, cuando se trate de un incapaz que constituye grave
peligro para la tranquilidad pública, la demanda puede ser presentada por
el Ministerio Público o por cualquier persona, así lo establece el artículo
583° del Código Procesal Civil.
e. Ruptura excepcional del principio de iniciativa de parte:
El principio de iniciativa de parte, expresado a través de la expresión nemo
iudex sine actore es omitido debido a la urgencia de la tutela cautelar a
expedirse.
La norma señala que “El Juez, a petición de parte, o excepcionalmente de
oficio, puede dictar en el proceso de interdicción la medida cautelar que
exija la naturaleza y alcances de la situación presentada.” (artículo 683º).
Al lado de la asignación anticipada de alimentos, son los únicos casos, en la
legislación procesal civil nacional que el juez puede de oficio emitir una
resolución cautelar.
b. ABUSO DEL DERECHO:
El artículo 685º del CPC establece que cuando la demanda versa sobre el ejercicio
abusivo de un derecho, puede el Juez dictar las medidas indispensables para
evitar la consumación de un perjuicio irreparable.
a. Regulación sustantiva que sustenta el abuso del derecho :
Como lo señala el artículo II, del título preliminar del Código Civil, ― La ley
no ampara el ejercicio ni la omisión abusivos de un derecho (se refiere al
derecho subjetivo). Al demandar indemnización u otra pretensión, el
interesado puede solicitar las medidas cautelares apropiadas para evitar o
suprimir provisionalmente el abuso.
No obstante ser esta norma el sustento jurídico sustantivo de la pretensión
destinada a lograr el cese del ejercicio abusivo de un derecho; adolece de
una grave limitación: es restrictiva respecto a la oportunidad. En efecto,
según esta norma el momento a partir del cual puede reclamarse el cese
del ejercicio abusivo de un derecho es la postulación de la demanda
indemnizatoria u otra pretensión.
Esta fue modificada en el año el año 1992.
b. Regulación procesal:
El artículo 685º del CPC sigue la misma orientación del artículo II del Título
Preliminar del CC, limita la posibilidad de solicitar medida cautelar a la
interposición de la demanda, restringe así los alcances y finalidad de las
medidas innovativas, máxime cuando la finalidad es evitar la consumación
de un perjuicio irreparable, precisamente por el ejercicio abusivo de un
derecho.
Sin embargo, dada la naturaleza innovativa de la medida, ante la solicitud
de una medida cautelar previa a la interposición de la demanda reclamando
el cese del ejercicio abusivo de un derecho, consideramos que el juez
tendría que amparar la pretensión cautelar, siempre que reúna los
requisitos esenciales de toda medida cautelar, debiendo en tal caso invocar,
en especial, el artículo 682º del CPC, pues ―Ante la inminencia de un
perjuicio irreparable, puede el Juez dictar medidas destinadas a reponer un
estado de hecho o de derecho cuya alteración vaya a ser o es el sustento de
la demanda”. Sólo así se estaría otorgando tutela jurisdiccional efectiva de
urgencia.
c. Derecho a la intimidad, a la imagen y a la voz:
El Artículo 686º del CPC señala que cuando la demanda pretenda el
reconocimiento o restablecimiento del derecho a la intimidad de la vida personal
o familiar, así como la preservación y debido aprovechamiento de la imagen o la
voz de una persona, puede el Juez dictar la medida que exija la naturaleza y
circunstancias de la situación presentada.
El derecho a la intimidad:
Constituye el reconocimiento normativo de la intimidad considerada como
el núcleo o zona más reservada de una persona. Está constituido por todas
aquellas actitudes, circunstancias, pensamientos, conductas, hábitos, etc.
que sólo importan y tienen trascendencia para la persona. Pertenecen a
una esfera restringida que, por su naturaleza y calidad, el titular de este
derecho las mantiene ocultas, no quiere que trasciendan o sean conocidas
por otros.
Es el atributo más importante de la intimidad, como núcleo central de la
personalidad, es la facultad de exclusión de los demás, de abstención de
injerencias por parte de otro, tanto en lo que se refiere a la toma de
conocimientos intrusistas, como a la divulgación ilegítima de esos datos.
Atentados contra la intimidad.
La tutela de la intimidad personal y familiar comprende distintas situaciones
que requieren de la respectiva cobertura normativa y jurisdiccional frente a
atentados que pueden subsumirse en la intrusión en la esfera de la
intimidad o en la divulgación de cualquier aspecto referido a ella, por lo que
las conductas lesivas adoptan las siguientes modalidades:
El atentado por difusión se produce con la divulgación por cualquier
medio de alguna de las manifestaciones de la intimidad: datos,
hechos o situaciones protegidos por la reserva.
El atentado por conocimiento se produce cuando el derecho a la
intimidad se ve atacado por el simple tomar conocimiento de los
hechos o situaciones protegidas, aunque no se siga la difusión de los
datos conocidos. El atentado -explica Fernández Sessarego- se
produce por el despliegue de actitudes que suponen curiosear y
entrometerse en la intimidad de la vida privada o represente una
invasión un hurgamiento o búsqueda indebida en bienes o
propiedades de la persona, sin que medie un interés público.
El derecho a la imagen:
Es el derecho que toda persona tiene para disponer de su apariencia
autorizando o no la captación y difusión de la misma. Constituye un bien
jurídico autónomo, un derecho distinto al de la vida privada; no obstante, a
través de la imagen puede cometerse un atentado contra la intimidad.
Derecho a la protección de la voz.
Por lo general, la voz es el instrumento utilizado para realizar una
comunicación interpersonal aunque se desarrolle la conversación en un
lugar público. De manera que en materia de atentado a la intimidad por
medio de la captación de la voz la regla general será que la tutela continúa
en toda su amplitud aun cuando la charla se lleve a cabo en un lugar
público.
La protección de la voz y la imagen se produce por ser aspectos vinculados
a la esfera de la intimidad de la persona. Delia Matilde Ferreira Rubio,
propone el siguiente ejemplo: Una persona graba la voz de un famoso tenor
mientras éste ensaya o cuando canta ante un grupo reducido, en un acto de
una asociación o de una escuela; el que ha registrado la grabación la
reproduce; ¿tendrá, el tenor, alguna acción? ¿Defenderá su derecho a la
voz o su derecho a la intimidad? Obviamente tutelará su derecho a la
propia voz y podrá solicitar la reparación de los daños morales y
patrimoniales pertinentes. Si la grabación corresponde a conversaciones
privadas mantenidas por dos personas, los sujetos intervinientes tendrán
derecho a reclamar la protección del ordenamiento jurídico como una
aplicación de la tutela reservada a la intimidad.
Tratamiento procesal.
Son dos los escenarios a examinar; por una parte, la pretensión a postularse
en el proceso principal o cautelado; por la otra, la pretensión propiamente
cautelar.
i) En el proceso principal, se presentan dos escenarios posibles:
El acto lesivo se encuentra en su fase dinámica, manifiesta.
La pretensión principal a postularse no podría ser otra que el
cese del acto lesivo: prohibir la difusión de todo aquello que
atente contra la intimidad la imagen o la voz (lesión por
difusión) prohibir todo acto de intromisión en el ámbito
reservado de la intimidad (lesión por conocimiento). La
pretensión accesoria sería el pago de una indemnización por el
daño ocasionado.
En el segundo escenario, estamos frente a una lesión ya
consumada. La pretensión a postularse tendría que ser la
restitución de todo aquello que contuviera aspectos, datos,
circunstancias, hechos pertenecientes a la esfera de la
intimidad, la imagen o la voz, como forma de restablecer el
derecho lesionado.
Accesoriamente tendría que postularse el pago de una indemnización
como única forma de reparar o resarcir el daño ocasionado. De
acuerdo con el caso juzgado también podría solicitarse la publicación
de la sentencia.
ii) En el proceso cautelar, el artículo 686° del CPC dispone que pueda el
Juez dictar la medida que exija la naturaleza y circunstancias de la
situación presentada. Por la naturaleza del derecho lesionado debe
adoptarse medidas de urgencia de acuerdo con la modalidad de la
lesión o atentado.
Si el atentado fuese por difusión tendría que disponerse todas las
medidas destinadas a reponer el estado de hecho o de derecho cuya
modificación sería o es postulada en la pretensión central. En este
sentido el juez podrá prohibir la impresión, edición, reedición,
circulación del documento con el contenido lesivo; en general,
impedir la difusión por cualquier medio de todo mensaje que atente
contra la intimidad, la imagen o la voz, de ser el caso podrá incluso
ordenar el secuestro de los documentos o materiales y soportes de
los mismos. En suma, la medida adoptada tendría que ser adecuada a
las circunstancias del caso.
Ferreira Rubio da cuenta de dos famosas decisiones de la
jurisprudencia Francesa:
En 1963, una película en la que se exponía aspectos de la vida
íntima, amorosa y sexual de Benito Mussolini y Claretta
Petacci, después de su trágico fallecimiento, sin contar con el
asentimiento de sus familiares más cercanos, mereció la
sentencia de la Corte Suprema amparando la intimidad violada.
El fallo dejaba sentado que la divulgación de noticias sobre la
intimidad de una persona era lesiva a la libertad de
autodeterminación en el desarrollo de la personalidad del
hombre como individuo.
El caso de la vida sentimental de Carolina de Mónaco. El
Tribunal de Gran Instancia en sentencia de 1977 resolvió que
las aventuras amorosas de Catherine Denueuve no debían ser
llevadas a conocimiento público.
En el país tenemos el caso “La señito” de la ex vedette y ex
conductora de televisión Sonia Mercedes Gisela Valcárcel Álvarez
quien ante la inminente divulgación del volumen 2 de “La Señito” en
el que su ex modelo y ex pareja Carlos Alberto Vidal Andrade difundía
su vida íntima tanto familiar como personal interpuso demanda en
proceso de conocimiento contra Carlos Alberto Vidal Andrade y la
empresa San Borja Ediciones S.A, solicitando en el proceso principal
(proceso de conocimiento) acumulativamente, como pretensión
principal la inmediata cesación de los actos lesivos atentatorios
contra su intimidad personal y familiar; accesoriamente postuló la
pretensión indemnizatoria de USS/1´000,000.00 más intereses
legales.
El proceso concluyó mediante sentencia estimatoria de fecha 26 de
octubre de 1999; ordenó que los demandados Carlos Alberto Vidal
Andrade y San Borja Ediciones S.A cesen definitivamente en los actos
lesivos que atentan contra la intimidad personal y familiar de la
demandante Sonia Mercedes Gisela Valcárcel Álvarez,
prohibiéndoseles a los referidos demandados la impresión,
reimpresión, edición, reedición, publicación, distribución y/o
comercialización en forma parcial o total del libro titulado ”La
señito”, o bajo cualquier otro título. Ordenó que los demandados
Carlos Alberto Vidal Andrade y San Borja Ediciones S.A paguen en
forma solidaria a la demandante Sonia Mercedes Gisela Valcárcel
Álvarez el equivalente en moneda nacional de US$ 500,000.00 al tipo
de cambio a la fecha de su pago por concepto de indemnización por
el daño moral causado, más intereses legales; costas y costos del
proceso.
En el proceso cautelar el órgano jurisdiccional dictó medida
innovativa ordenando: a) Que, San Borja Ediciones S.A, a Carlos
Alberto Vidal Andrade o cualquier otra empresa, entidad o persona,
la inmediata suspensión de la impresión, reimpresión, reedición,
publicación, comercialización y/o distribución a través de cualquier
medio y/o intermedio de cualquier persona o entidad, de la totalidad
o parte del libro titulado “La señito”. b) Se prohíbe a San Borja
Ediciones S.A y a Carlos Alberto Vidal Andrade la realización de
cualquier cesión de derechos, cesión de posición contractual o
cualquier acto de disposición sobre los derechos de impresión,
reimpresión, reedición, publicación, comercialización y/o distribución
por cualquier medio, de parte o totalidad del libro titulado “La
Señito”.
4. MEDIDA CAUTELAR DE NO INNOVAR:
4.1. Noción:
Reguladas en el Art. 687 del CPC. Es una medida cautelar excepcional que tiene por
finalidad conservar la situación de hecho o de derecho cuya situación vaya a ser o sea
invocada en la demanda y en relación a personas y bienes comprendidos en el proceso.
Se concede sólo ante la inminencia de un perjuicio irreparable y cuando no resulta
aplicable otra medida prevista en la ley. La conservación de la situación existente
garantiza la eficacia de la decisión final.
4.2. Presupuestos especiales:
Los presupuestos para el dictado de esta medida cautelar, en principio, son los mismos
exigidos para el dictado de las medidas cautelares en general, sin embargo, las
particularidades de la prohibición de innovar determinadas por su finalidad, otorgan
individualidad a aquellos.
a. Sobre la verosimilitud del derecho.- La apariencia o aspecto exterior de derecho,
encarnada en la expresión latina Fumus boni iuris en su acepción jurídica puede
traducirse como alta dosis de razonabilidad o la razonable apariencia de que la
parte recurrente litiga con razón.
b. Sobre la necesidad de la emisión de una decisión preventiva por constituir
peligro la demora del proceso, o por cualquier otra razón justificable.- Interesa
tener presente como guía de reflexión, el principio general del derecho según el
cual la necesidad del proceso para obtener la razón no debeconvertirse en un
daño para quien tiene la razón, lo cual implica el deber de todo ordenamiento
jurídico de prevenir la amenaza o la perpetración de un daño con ocasión de la
petición y el otorgamiento de tutela judicial efectiva.
Pues bien, el matiz especial que este presupuesto presenta en la medida cautelar
no innovativa es “la inminencia de un perjuicio irreparable”. Ésta se refiere a
aquella situación fáctica o jurídica cuya alteración pueda afectar la pretensión
reclamada; en esta amenaza radica el peligro, cuya perpetración podría generar
perjuicios irreparables.
c. Sobre la contracautela.- Las medidas cautelares se dictan a petición de parte,
salvo casos excepcionales, por consiguiente la responsabilidad central recae en el
solicitante quien por tal razón debe ofrecer contracautela suficiente, como
corresponde al juez fijarla prudencialmente. Sobre los demás aspectos nos
atenemos a lo expuesto en el capítulo sobre teoría general cautelar.
4.3. Oportunidad en puede ser dictada:
A tenor de lo que dispone el artículo 608º del CPC la medida cautelar puede ser
solicitada y dictada antes del inicio de un proceso (debe entenderse principal o
cautelado), esta es la regla.
Antes de la vigencia del Decreto Legislativo 1069 que modificó aspectos importantes del
proceso cautelar, el artículo 687º del CPC establecía que ―Ante la inminencia de un
perjuicio irreparable, puede el Juez dictar medidas destinadas a conservar la situación de
hecho o de derecho presentada al momento de la admisión de la demanda, en relación
a personas y bienes comprendidos en el proceso. Esta medida es excepcional por lo que
se concederá sólo cuando no resulte de aplicación otra prevista en la ley.
El dictado de la medida de no innovar destinada a conservar la situación de hecho o de
derecho, exigía como condición la existencia de una demanda admitida, es decir, no
podía adelantarse la petición ni el dictado de la medida cautelar. Esta situación ha sido
revertida al dictarse el 28 de junio de 2008, el decreto legislativo 1069, y establecer la
posibilidad de solicitarse esta medida cautelar para “…conservar la situación de hecho o
de derecho cuya situación vaya a ser o sea invocada en la demanda…”
De este modo, en la actualidad la medida cautelar de no innovar también puede ser
solicitada antes de iniciarse el proceso principal.
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