RELIGIÓN
Ciencia de la religión- Conocimiento de Dios »
sión-misionología
I. Los planteamientos
El problema de como ha de
entenderse la
doble perspectiva, según sea religión plantea fundamental-
se
nente desde
mente
una Pnea
que el que pregunta
fundamental-
se considera se
o no como persona rel1giosa. Quien se entiende a sí mismo
como tal aparece.
virtud de su pertenenecia a una determinada comunidad
en
a una afirmacion fundamental
de lo trente
religiosa o al menos
una
religioso, al común fenómeno de la
ián, tal como puede captarse en
la historia y en la sociedad, con
PIC juicio
arevio totalmente distinto de aquel otro que no se identifica con ninguna
un
comunidad religiosa o que tal vez hasta rechaza de plano la misma religión.
1. Aspecto exterior. Con independencia de la postura personal, encontra-
mos de hecho la religión, las rel1g1ones, lo religioso. La religión nos sale al paso
como una realidad social en un gran número de religiones: a) en una pluralidad
de fenómenos religiosos, que si por una parte relacionan a las distintas re-
ligiones entre sí, por otra también constituyen los signos diferenciadores entre
las religiones concretas; b) pero la religión y lo religioso tienen también su
propia historia; c) lo cual no sólo se echa de ver cuando comparamos las
diferentes religiones, sino también cuando tenemos en cuenta el cambio histó-
rico que el concepto histórico de religión ha experimentado.
es la vida social en los niveles de
a) El punto de encuentro con la religión
familia, vecindad, geogratia, pais y paises. Aunque muchos aspectos laduda
en re-
es cuestión privada»), no hay
ligión es asunto («la religión
del individuo
tiene su sitio entre otras formas de sociedad
de que como comunidad religiosa
caracter1za cada vez más por la concien-
Nuestra misma época se
y comunidad. comuni-
en casi todas las
latitudes del mundo coexisten múltiples
cia de que como insuhciente la
hecho que a la larga aparezca
dades religiosas. Lo cual ha por razones
me-
a una determinada religión
explicación de que se pertenece determinante de la herencia
vendrían a ser el factor
ramente tradicionales, que una
tiene venir sancionada por un examen
cultural, sino que la religión que convencido de la rectitud
Pero aunque el individuo esté sí
aceptación profundos. c o n c u r r e n t e s entre
de las religiones
de su camino religioso, la pluralidad actitud frente a la propia religión
ocasión para meditar
la
S1gue siendo una
necesario,que crece cuanto
tanto más
Lo cual resulta o que
comparada con las a la religión
otras.
indiferentes trente
muestran
el de personas que se resolver los problemas
hasta perjudicial para
inúil y
nCuso la consideran consecuencia y hasta
combatiendola.
cuestione sociológ-
rechazándola en
SOClales, que hoy
se
comprensible entramado de la
perspectiva resulta en el
DE esa (Luhmann 1977) sociedad y
camente el rol yfunción dela religión» evolución de la
organización y solución.
interacción social, en el marco de la intentos de
y los
análisis del problema
del
relacional
ramado
363
Religión
El Vaticano II confirma la difusión de esta manera de ver las cosas, cuando en
Nostra aetate afirma: «Los hombres esperan de las diversas religiones la res-
puesta a los enigmas recónditos de la condición humana, que hoy como yer
conmueven profundamente los corazones de los hombres» (NA 1). Por lo
demás, la cuestión de si las religiones dan respuestas que la sociedad no ha
podido procurarse por otros caminos (como serían las ciencias, la filosofia, el
arte), no queda solucionada por el simple hecho de que los hombres se vuelven
esperanzados a las religiones. Hay pendiente todavia una doble cuestión:
Cumple la religión las expectativas de los hombres? Y ésta otra: Le corres-
ponde en la sociedad una tarea que esa misma sociedad no puede realizar de
otro modo?
b) Pero la religión nos sale al encuentro en una multitud de manifestacio-
nes, de las cuales las formas de organización religiosa sólo constituyen una
parte. El centro del «mundo de formas de lo religioso» (Goldammer 1960) es lo
totalmente distinto» trente al mundo de lo cotidiano, es lo trascendente, lo
que está detrás aguantando y sosteniendo a todos los seres, y que en las distin-
tas religiones se llama con nombres diferentes: Dios, lo divino, lo sagrado, lo
que no tiene nombre, lo absoluto, lo inefable, el misterio, etc. Pese al olvido de
los hombres, eso es lo que marca la dvisión de los tiempos, el ritmo de las
semanas con trabajo y ocio o descanso, la distinción de los espacios vitales en
sagrados y profanos, la elevación de los lugares y edificios sagrados. Las re-
laciones del mundo con el «totalmente distinto» son el tema capital de todo lo
que se llama santo: escritos y tradiciones, palabras de predicación así como
ejercicios de silencio, hombres que viven predominantemente al servicio de lo
sagrado, profetas y místicos, santos y ascetas, sacerdotes y maestros, y en una
palabra todo aquello que se considera como servicio divino, culto, sacrificios,
sacramentos y símbolos, oración y meditación. Los fenómenos de esta índole
son públicos y pueden encontrarse encubiertos tanto en los paises de un des-
arrollo religioso libre como en los paises de opresión y persecución religiosa. Y
presentan amplisimas coincidencias incluso entre religiones diferentes, de tal
modo que frente a tales coincidencias se plantea la cuestión de la diferencia de
las religiones.
En tanto que fenómeno social la religión es algo
ya dado, algo con lo que el
hombre se encuentra, cuando se abre a lo que se le
aparece en su mundo vital.
Pero cual dato previo, la religión exige una
aproximación y un intento de
comprensión distintos de los que se dan en la sociología. En unplanteamiento
fenomenológico no se trata en primer término de la conexión o funciones de la
religión para la vida humana y soCial, sino de lo que se anuncia en la religión y
como tal. En este sentido el cuestionamiento tiene
que ver con la filosofía de la
religión, pues que también para ésta cuenta el hecho de que la religión precede
a la reflexión sobre la misma y ese dato es
previo la
a
pregunta de «qué es
propiamente religión» (Welte 1982, 26).
Cierto que la religión con sus manitestaciones aparece en el
vital demarco
los hombres; más aún, se realiza en la vida humana. Pese lo
cual, no es ni un
a
producto humano sin más ni tampoco un
proyecto humano. K. Rahner ha
364
ado de manera consecuente
Religión
y certera al hombre
prese21963); tampoco
p r e s e n
sujeto de la religión es elcomo
como «oyente de la
hombre
al en el proceso de
misma. L0 cual señor de la
de cometido
comprensión tiene como
consecuencia que,
debido al ensamblaje. y realización, el esfuerzo activo
prensión se cruce con la experiencia de que al hombre por la com-
se le da con la
una inteligencia. religión
Si una consideracion transversal descubre
sobreabundancia de fe-
una
nómenos religiosos simultaneos, corte longitudinal en la historia saca a luz
un
das puntos de vista complementarios: primero, dentro de una historia re-
loioSa, que coexiste con la historia general, descubre la historia de unas re-
ligiones que a su vez tienen una existencia y una duración diferentes. Algunas
ce remontan a los tiempos prehistóricos, mientras que de otras conocemos los
origenes y tundadores. Hay religiones que han desaparecido y otras, que des-
pués de una historia milenaria, poseen una irradiación cargada de vida, y hay
finalmente otras que han surg1do de nuevo en la hora actual (curiosamente
todas fuera de Europa). Hay que distinguir entre religiones con un campo de
influencia limitado y otras que alcanzan una intluencia universal. Y frente a la
pluralidad de historias religiosas se plantea la pregunta acerca del origen, es
decir, acerca de las condiciones en que surgen las religiones, así como el proble-
ma de la definición esencial y de los criterios distintivos entre las diferentes
religiones (acerca de los criterios teorico-cientificos para una aclaración del
concepto, cf. SM V, 905-909). El problema de la distinción surge sobre todo
alli donde resultan fluidas las fronteras entre religiones y formas sustitutivas de
las mismas (ct. por ej. LThK° 8, 1164-1168).
Un segundo punto de vista atecta al cambio del concepto de religión dentro
de la historia de una religión determinada, por ej. la historia del cristianismo.
Ahí se echa de ver que el concepto de reigión sólo relativamente tarde se
convierte en un concepto genérico, que por una parte enlaza entre sí a «re-
ligiones» diferentes, pero que por otra parte también las diterencia, con lo que
de la «verdadera religión». Por lo que hace al
pone en marcha el problema
clave religio está
ámbito cristiano cuenta además el hecho de que la palabra
tomada del entorno lingüistico y cultural del cristianismo que se extendió por
hubo a su vez de
la región mediterránea, y que la palabra «religión» a menudo
ante la tentativa por com-
traducirse en el encuentro con otras «religiones». Y
una explicación del cristianismo,
al
prender lo que es la religión esto impone como
menos a manera de ejemplo, en
lo que respecta a su propio concepto
religión. tomada del latin, religio, el
2. Aspecto interno. Con la palabra ejecutiva
cristianismo adoptó un concepto cuya etimológica no es ciertamen-
derivación
derivar de los verbos relegere leer de nuevo, intere-
=
te clara, ya que se hace
de nuevo. Pero en
estar atado, o reeligere elegir
=
sarse de continuo; religari
=
esencial
derivaciones se puede expresar algo
lo que hay de convergencia en tales
del cristianismo el concepto de religión
sobre la idea de religión. En la historia
en tres
direcciones fundamentales:
aparece frente a
religión señala la actitud básica que el hombre ha de adoptar
a) La
365
Religión
tributar a D:.ios la adoració
es
escribe Tomás de Aquino: «Keligión
Dios. Así, pues, las1deas contenidas en la religión:
que se le
aquello que
debe. Dos son,
ofrece a Dios,
la adoraci |..], ysegunda,.
122 a 2). O en una fórmula
a quién
más
primera,
Prime
Eributa
eve: Reliois
religións «Religio
th. I-I1, q
decir, Dios» (S. ordinem ad Deum» (S.th. I1- II-II qq 81 a 1).
1). La rel:
proprie importat conducta humana v. co
on seine0
definición de la
mismo, ecuentemen-
aquí en el la
c o n t e x t o de
Por lo mie Cuent
virtudes. Por
doctrina sobre las la
te, tiene su
sitio en la
filosófica o religió no
es en primer
término concepto
un de especulación bgica. En
contraste con una moderna «filosofia escéptica de la religión» (Schlette
que pone en entredicho la existencia de Dios como tactor ordenad. y por
entramadob de orden, y que
tanto, también
el correspondiente pese a ese
posible explicación de la relio
tionamiento se estuerza por encontrar una
la fe se da por supuesto
el orden que ha de
vivirse. Lo cual no quiere decir
la afirmación del orden haya de caliticarse de irracional. Más bien que
pensa-
miento humano se sabe sostenido por Logos
el divino, de modo que la fine
no es sino la indispensable retlexión sobre el precedente dato teológico
b) En un segundo aspecto la religión pertenece al concepto de organización
y sistema de aquello que
es propio de la religión según queda expuesto en el
parágrafo anterior. Como tal concepto aparece ya, cuando la ortodoxia empie-
za a desmarcarse de la herejía y del cisma y atlora la cuestión de la vera religio
(con Agustín, por ejemplo). El desplazamiento del problema de la verdad al
ámbito de la explicación teórica tuvo como consecuencia que a la larga se
perdiera el concepto de religión al que nos hemos reterido en 2 a. En el puesto
de la religión como actitud virtuosa apareció la religión como sistema doctri-
nal, como comunidad de seguimiento y pertenencia (por ej. monjes = re
ligiosos), como organización y compendio de actitudes reteridas a Dios. Pero
también la distinción bajo el aspecto de verdad y error se puede aplicar de un
modo positivo y crítico más allá del campo del cristianismo en el encuentro con
sistemas y formas de organización análogos: se pudo hablar de «encuentro de
religiones»., No obstante conviene tener en cuenta que en ese contexto la «re
ligión» representa siempre el traspaso de un concepto occidental a unos Siste
mas que en sus formas más desarrolladas poseen para sí una designac1ón propa
por ej, islam, shinto) y que en su contexto lingüístico tienen a su vez que
empezar por establecer el concepto de «religión».
la
historia moderna la definición de la verdad y de la función de
religión la sociedad ha dado origen cada vez más a unos plantealn ntos
en
concurrentes. Los esfuerzos cientificos
el sentido de no estar a su v
definidos por la religión) por explicar el (en
origen y esencia de la religi n
icas de la religio
religiones, y manera muy especial las interpretaciones criticas
de
(Ct. Feuerbach, Marx, Nietzsche, Freud) desencadenaron una reaccián ulterior
lterior
dentro del cristianismo.
c) Se contrapuso el cristianismo como no religión a otras religiones. Pero
sobre
a
esa concepción, que después de la difunolió
sobre
primera
todo en la eología dialéctica protestante (cf.guerra mundial
K. Barth con su pt
se
mitiva tesi5,
orimitiva te
mo «asunto de
que luego reaparecerá de
cuando en cuando, sobre la religion
co
366
Religión
[KD 6171 y el razonamiento de D. Bonhoeffer
impío» [KD I1/2
hombreimpio»
istianismo irreligioso»), se le opuso acerca del
la afirmación contraria, desde la pers
un concepto genérico de la
pectiva de religión, de que el cristianismo
nluralidad de rasgos que se reivindican como religiosos y que, encontiene
uencia, dificilmente puede renegar de su carácter religioso. Por lo cual conse
la tesis
cu
del cristianismo como no religión no ha podido imponerse.
En Su lugar hay otras dos consideraciones que han tenido importancia de
cara a definir las relaciones del cristianismo con otras religiones:
- Entre las religiones el cristianismo es la religión absoluta; es decir, el
desarrollo más alto de lo que la religión es. Ese concepto, aplicado al cristianis-
mo desde las posiciones del idealismo alemán (cf. sobre todo Hegel), ha sido
neutralizado entretanto por el hecho de que también otras religiones universa-
les reclaman la pretensión de absolutas (ct. Mensching 1955). Y así, en vez del
carácter absoluto de una religión lo que cuenta ahora es la cuestión de su
singularidad.
- En el campo existencial K. Rahner ha intentando dar una solución al
problema de la absolutez con que el cristianismo presenta sus pretensiones
salvificas mediante la fórmula de «religión legítima» (ct. Schritten V, 145).
Dada la diferencia de tiempo entre la pretensión del mensaje cristiano en 5u
aparición objetiva y el encuentro subjetivo con el mismo, concluye que para el
individuo su religión sigue siendo para él la legítima en tanto que no se encuen-
treexistencialmente con el mensaje cristiano. Y en ese contexto se enmarcará
después el razonamiento de Rahner sobre el «cristianismo anónimo».
La historia de la evolución del concepto de religión en el cristianismo,
su
concurrencia con otros conceptos de la religión acuñados fuera
del cristianismo
también la crítica religiosa que llega a
y aun fuera de todo campo religioso, y
historia que impone una
exigir la supresión de toda pretensión religiosa, es una
reflexión renovada y constante sobre lo que es la religión. Tanto el concepto
como el más formalizado de «exis-
cristiano clásico del ordo hominis ad Deum
fundamento de sentido absoluto» (H.R. Schlette, LThK
8, 1166)
tirdesde un
definen una concepción prevVia.
II. Intentos de comprensión
es religión?», debe tener
a la pregunta «iqué
Quien pretenda responder sentido estricto no es
detinición de la religión en
conciencia clara de que una el
el de referencia-Dios, lo sagrado,
de que punto
posible por el hecho e t c . no está en la
mano del hombre, por lo
fundamento de sentido absoluto,
Sin embargo, hablar de la religión en forma c o
indefinible.
que sigue
siendo Puede partir de la experiencia de
plantearse de distinto modo. de
herente puede cuenta el carácter aporético
formular la cuestión teniendoen
los órdenes (1),
a disposición
de la palabra escuchada (3).
la vida humana (2) y ponerse La concepción tomista de la
o disposición a un fin.
como orden
1. La religión conciencia una observación, que
ordo ad Deum suscita en la
religión como
367
Religión
aparece de muchas maneras en cada vida humana, pero que también ha
vigencia en todas las épocas y en las culturas más diversas. Siendo ambio
indiferente si en el trastondo late una idea cosmológica o antropolópica
gica, si se
trata de planteamientos ontológ1cos o Si lo que esta en juego es una condu
ética. Vivimos en un entramado de órdenes, que en parte están ya dado
parte los establecemos nosotros y que en parte los restablecemos. Tanto .
retlexión sobre el dato previo como la llamada al restablecimiento del orde
apuntan siempre, cada una a su manera, a un factor de orden que abarca toda la
realidad humana. De acuerdo con ello en no pocas religiones ocupa el puesto
central el tema de la «ley» (cf. las especulaciones en torno dharma, tao, tora,
testamento, logos, etc.).
La cuestión de un orden subyace también en el problema acerca de la
verdad, el sentido, la salvación y felicidad, el «de dónde» y «a dónde». Las
experiencias cotidianas de sentido, vividas en lealtad y honestidad, amor y
justicia, simpatía y solidaridad hasta limites de desprendimiento, renuncia y
amor a los enemigos, dan pie al sentimiento de confianza de que por debajo de
todo el acontecer exista en definitiva una ley ordenadora de signo benéfico. En
la medida en que esta ley ordenadora resulta, de una parte, accesible en las
experiencias contingentes de la vida, mientras que, de otra, como algo ya dado,
no está en definitiva en la mano del hombre y se presenta como algo incon-
dicionado en el sentido del ordo ad Deum puede aplicarse una comprensión
personal a la «ley», es decir, al fundamento de sentido. Y esto tanto más cuanto
que a la real1dad que abarca al ser humano no se le debe negar el carácter
positivo del concepto occidental de persona, que en el mejor de los casos puede
superarse pero no rebajarse.
2. La religión como «interrupción». En tanto «orden», la
jugado frecuentemente un papel estabilizador, incluso cuando los religión
que ha
diferentes
órdenes no se diferenciaban suficientemente y
se equiparaban de modo inadecuado con el
conceptos secundarios de orden
entramado de orden
todas las épocas ha habido hombres que sintieron la situación primario.
Y en
dominante enel
mundo como negativa, perversa, injusta,
penosa, pecadora, determinada por la
mala conciencia, y por todo ello como
no se sentían
digna de protesta. De acuerdo con ello
impulsados a acuerdo
acuerdo con la estructura de la realidad enarreglo,
un
y sino «al rechazo de
cualquier
su
conjunto»
1247). Y de acuerdo con esto «la definición más breve de (H.R. Schlette, HphG
ción» (Metz 1977, 150). religión es: interrup-
Las consideraciones que buscan obtener un
de religión a partir de
las aporías de la vida y mültiples tormas de concepto
sufrimiento
pretender tener en cuenta con más claridad las demandas humanos, de la
pueden
crítica
religión de cuño ateo, humanista y científico. Este es sobre todo el caso dela de la
religión, cuando puede presentarse como expresión y fuente de una
crítica (cf. Schaettler 1973) y de hecho,
conciencia
que
alza como «la protesta contra la miseria según observación K. Marx, se
la de
real» (Crítica a la
de Hegel. Introducción). Por lo filosofia del derecho
demás, esa «protesta» sólo se lleva a cabo
debidamente y con los medios adecuados, cuando la
religión enseña al hombre
368
ctinguir entre el «verdadero
Religión
Dios»
ones absolutas talsamente escogidas, y los
«talsos dioses»,
que son las po-
y cuando la misma
mino» que le religión es el «ca-
asegura al nombre de continuo un «tiempo libre»
cio libre», porque le proporciona la posibilidad de «cambiar de y un «espa-
(4ETAVOLa). pensamiento»
Pero ello supone que el hombre sabe instalarse también cual
activo en el vasto horizonte
de la configurador
incluso en medio de
las aporías que
aceptación
le
pasiva, y que afirma esa instalación
rodean. Sólo entonces se siente
no cejar en su resistencia frente al mal del seguro a
mundo, esperando contra toda
apariencia y con un sentido crítico, creativo, reflexivo y luchador. Por lo de-
más, el hombre debe guardarse
con
la
misma resolución del peligro de conver-
tir a la religión en un tranquilizante de la sociedady de que pierda su fuerza de
«interrupción» degradándose a una mera función dentro de un sistema en
funcionamiento. En ese sentido la «libertad religiosa», tanto en los llamados
países libres como en los países totalitarios, puede ir de la mano de una destruc-
ción de la esencia misma de la religión.
3. La religión como «escucha de la palabra». Cuando un hombre reconoce
la jerarquía de recepción y don, de permisión pasiva y de obrar activo, afirma
ya de forma tácita ser un «oyente de la palabra» antes de llegar a ser él mismo
palabra y «portador de la palabra». Si ambos planteamientos se formulan fi
losóficamente en los apartados 1 y 2 por cuanto que arrancan del campo de la
experiencia humana, abren sin embargo a la vez que una nueva posibilidad para
meditar con sentido los datos de la historia. Pues bien, es un hecho histórico
que tanto la invitación a aceptar el orden absoluto como la fuerza para oponer-
se a la realidad efectiva del mundo están determinadas esencialmente por la
historia de las religiones, y muy especialmente por la judeo-cristiana. Bajo
diferentes fórmulas las religiones se han presentado siempre como una ex1gen-
cia de lo divino, como señalización del camino, como garantía de la salvación
completa, cual superación del aprisionamiento en el dolor, cual vía a la libertad
a las que el hombre tenía
y felicidad, cual comunión con la divinidad, etc., etc.,
a realizar el verdadero ser y a contribuir a la
que responder. Son invitaciones
Superación de lo negativo o condel
mal. La religión se real1za asi no con la retirada
hacia la interioridad, sino la «salida» consciente de uno mismo, con la
solidaridad con todos los seres creados. Y
vuelta al «totalmente distinto» y en
concreta de la
de hasta qué punto la realización
aquí se plantea la cuestión
el mundo-expresada en lenguaje cristiano
relación divina en la relación con al hombre,
esencialmente de la imagen de Dios que se le ha otorgado
depende radicalizada (cf. «nada
lo absoluto sólo se ofrece en una negatividad
1982; Waldenfels °1980] sin nombre, teología
ya sea que
absoluta», wvacío» [Nishitani con un rostro pareci-
senalar como alguien
negativa) o se le puede interpelar y Logos).
«Santiticado sea tu nombre», nombre,
do al del hombre (cf.
HthG, HphG, HWPh, SM.
las referencias bibliográficas de RGG, ThK3, der Re-
Bibliografia. Cf.
Stuttgart 1960; N. Luhmann, Funktion
Formenwelt des Religiösen, Heidelberg 1955:
K. Goldammer, Die Toleranz und Wahrheit in der Religion,
Mensching,
ligion, Francfort 1977; G.
369
Religión
J.B. Metz, La fe en la historia y la sociedad, Cristiandad, Madrid
K. Nich:.
Religion, Francfort 1982; K. Rahner, Oyente de la palabra, Herder, 1979; itani, Was ist
Barcelona 1967-1
ler, Religion und kritisches Bewusstsein, ; R. Schaef
Friburgo-Munich 1973; H.R. Schlette, Sha
ligionsphilosophie, Friburgo 1972; H. Waldenfels, Absolutes Nichts, Friburgo 19che Re
Filosofia de la religión, Herder, Barcelona 1982.
elte,
HANS WALDENFELS
RESURRECCIÓN
»
Cruz-sufrimiento Jesucristo-cristología Muerte-vida eterna
Redención-soteriologia
La resurrección es uno de los
ción de Jesús tiene una conceptos claves de la teología. La
resurrec-
tianismo: «Si Cristo no haimportancia fundamental y decisiva para el cris-
también vuestra fe», resucitado, vacía es nuestra
porque «aún estáais en vuestros proclamación,
vacía
que durmieron
en Cristo están
perdidos» pecados» y también «los
de fe de la (1Cor
Iglesia la fe en la resurrección de 15,14.17s). En las confesiones
surrección de los muertos Jesús y la esperanza en la re-
aparecen estrechamente
150, etc.). ligadas (DS 2,5s, 10-76, 125,
I. El
Antiguo Testamento y el judaísmo
Las afirmaciones sobre
precristiano
AT muy tarde. Hasta la resurrección de
los siglos II-II a.C. los muertos sólo
vida después de la Israel no confió en
aparecen en el
ella el camino hacia
muerte. Pero la fe de
Israel en Yahveh
una verdadera
expectativa. Y cuando por ese caminoestaba
esa
esperanza de la resurrección,
abierta y con
mana de vivir del
no se hizo
como
se avanzó hasta la
en Yahveh
y deseo de proyección
inmortalidad del hombre, sino de la voluntad hu-
y como su desde
1. Los consecuencia interna. la misma te
supuestos. Durante un milenio
expectativas del más
los muertos; la fe allá generalizadas en su
se resistió
Israel (aun conociendo las
a) Yahveh yahvista parecía excluir esaentorno) a aceptar una vida para
es el Dios vivo
tuvo la
primacía
absoluta en las creencias perspectiva.
de Israel.
que se manifiesta en la
puede mantener una relación en la historia y con quien el Pero Yahveh
vivir con Yahveh,
para
historia. Y en la historia hombre sólo
como Dios y certificar
Señor. Frente al reino ella la
en tenía Israel
que
de pretensión
exclusiva de
Yahveh
herméticamente. Esa fe los muertos la fe
todas las formas de culto desarrolló un rechazo y una en Yahveh se cerraba
a los lucha obstinada
un
poder numinoso y chocaba muertos, que veía al difunto
como
contra
de Yahveh. Y el mundo por
inferior
lo mismo con la
pretensión de de portador
concepción común a todo el o
subterráneo-el
Próximo Oriente se -el sheol, que según
exclusividad
segün la
identificaba con la tumba-
370