ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN EL VIRREINATO
MAPA
El Virreinato del Perú fue creado por el Rey Carlos V, por Real Cédula firmada en
Barcelona el 20 de noviembre de 1542; donde una gran cantidad de territorio
sudamericano quedaba anexado al Imperio español, luego de los resultados de los
enfrentamientos entre pizarritas y almagristas por las delimitaciones de las gobernaciones
de Nueva Castilla y Nueva Toledo, territorios sobre los cuales se creó el Virreinato del
Perú. Su primer Virrey, don Blasco Núñez Vela inició una serie de reformas y
disposiciones emanadas desde España. En un primer momento el Virreinato se organizó
en Audiencias (Audiencia de Lima creada en 1543) que luego se transformaría en
corregimientos y más tarde en Intendencias en 1784. Desde los inicios del Virreinato el
régimen comercial estuvo basado en el monopolio que España impuso a sus colonias,
pues estaban prohibidas de comercializar con otros países y sólo podían hacerlo con
España. Por ello en 1503 creó en Sevilla la Casa de Contratación para que se encargue
de velar por el cumplimiento del monopolio, el cual se vio reforzado cuando en 1561 el
Rey Felipe II establece que los único puertos autorizados para tráfico comercial eran
Sevilla, en España, Veracruz, en México y Callao, en Perú; mientras que Cartagena y
Panamá fueron destinados como puertos de tránsito. Anualmente salían de Sevilla 2
grupos de barcos cargados de mercaderías que eran escoltados por otros barcos de la
marina de guerra española. Los que iban hacia México tomaban el nombre de flota y
llegaban a Veracruz. Aquellos que venían al Perú se llamaban galeones y, luego de llegar
a Cartagena, pasaban a Portobelo, donde se realizaba una gran feria a donde iban a
comparar los comerciantes limeños mediante la llamada Armada del Sur que arribaba a
Panamá y seguía por tierra a Portobelo, desde donde regresaban al Callao para distribuir
las mercaderías al interior del Virreinato. La ruta del Cabo de Hornos fue abierta por
comerciantes franceses de la manera extraoficial a principios de siglo XVIII, fue la ruta
preferida de los contrabandistas y a la caída del monopolio comercial español y el fracaso
de las flotas y galeones la corona debió abrir oficialmente esta ruta en 1740.
COMERCIO
Luego de establecer el control político y administrativo en sus colonias, la corona española
decidió tener también el control monopólico de todos los productos que entraban y salían
del Nuevo Mundo. Con este fin prohibió en un inicio la manufactura de telas, muebles,
vinos, hierro, etc., los cuales debían importarse directamente de España; prohibiciones
que fracasaron con el tiempo debido al intenso contrabando (y producción propia) que
ofrecía mejores productos y a precios mucho más baratos. La comunicación comercial con
las colonias estuvo severamente reglamentada y las vías oficiales estuvieron controladas y
vigiladas para evitar la incursión de otros barcos. El monopolio comercial no fue favorable
para España pues dio lugar al comercio ilícito y el contrabando, a cargo principalmente de
portugueses, franceses, holandeses e ingleses que arribaban a otros puertos menores,
caletas y embarcaderos alejados del virreinato. Estos productos tuvieron mayor aceptación
en algunas zonas que por sus bajos precios desplazaban a los productos españoles.
Los puertos del Atlántico fueron los que practicaron más este comercio ilícito como
Montevideo y Buenos Aires. Otra causa de la caída de este monopolio fue el surgimientos
de los terribles piratas (robaban para su propio beneficio) y corsarios (robaban para
beneficiar a su país) que causaron el terror en los mares y puertos españoles, atacando
sin piedad los navíos y ciudades para apoderarse de las mercaderías. Esto produjo que
ciudades como Lima y Trujillo fuera amuralladas. Así en 1713 España firma el tratado de
Utrecht con Inglaterra, permitiéndoles enviar a sus colonias un “navío de permiso” con 500
toneladas de mercadería. En 1735 España concedió el “navío de registro” luego de
registrarse en sus puertos. Finalmente en 1778 el Rey Carlos III decretó el libre comercio
con los puertos sudamericanos y así los puertos de Valparaíso, Arica, Guayaquil,
Montevideo y Buenos Aires disputaron su supremacía con el puerto del Callao.
ESCLAVOS
Los primeros esclavos negros llegaron al Perú formando parte de las expediciones
conquistadoras. Aunque en España la esclavitud empezaba a decaer, ésta repuntó en las
colonias donde miles de esclavos fueron traídos desde África y comercializados como
simple mercadería u objetos. Inicialmente fueron comercializados por portugueses que los
traían en pequeñas embarcaciones llamadas “Tumbeiros” en condiciones infrahumanas.
En el Virreinato del Perú y en especial en Lima la población negra aumentó rápidamente y
se dedicaban a labores de peluquería, criados de casa, arreglar los dientes, artesanía,
braceros en las haciendas, etc. Muy pocos esclavos trabajaron en las minas, pues el clima
dela sierra no les era favorable y fueron empleados más en ciudades costeras. A pesar del
maltrato que se les dio tenían derecho a la vida, pues en aquella época tener esclavos
bien alimentados era símbolo de un buen status económico.
OBRAJES
La industria manufacturera no tuvo mucho desarrollo en el Virreinato, pues la principal
actividad económica se centró en la minería y luego el comercio. Los obrajes fueron
centros de producción artesanales, donde se concentraban a los indios tejedores para la
elaboración de textiles, hilos de lana, algodón y cabuya. El primer obraje fue instituido en
1545 por Antonio de Ribera. Esta pequeña industria artesanal logró florecer debido al gran
requerimiento de prendas de vestir y textiles provenientes del Virreinato peruano y de
Nueva España. Las telas elaboradas fueron de gran calidad por su finura y gran colorido.
Los principales centros artesanales estuvieron ubicados en Lima, Huancayo, Cusco,
Sicuani y Cajamarca. Los obrajes fueron decayendo por la introducción de textiles ingleses
a precios mucho más bajos.
MINERÍA
La minería fue la principal actividad económica desarrollada durante el Virreinato,
principalmente durante los siglos XVI y XVII. En un primer momento los conquistadores se
dedicaron a desmantelar y apropiarse de las riquezas del otrora glorioso Imperio Inca que
se hallaba en templos y palacios. Posteriormente, luego del ordenamiento económico
empezado por las ordenanzas de 1542 empezó el auge de la explotación minera, debido
ala presencia de ricas minas en el territorio peruano y la gran demanda de metales
preciosos en Europa. Las mejores minas fueron propiedad del Estado español y las más
pequeñas fueron explotadas por particulares con la obligación de pagar como impuesto el
Quinto Real. Los principales centros mineros de la época fueron: Castrovirreyna, Cerro de
Pasco, Huancavelica, Cajabamba, Contumazá, Carabaya, Cayllama, Hualgayoc, Cusco,
Puno, Porco y, principalmente, Potosí. El yacimiento minero de Potosí fue el más grande y
se calcula que proporcionó dos de las terceras partes de la plata extraída del Perú, pero
en 1776 este yacimiento pasó a formar parte del Virreinato del Río de la Plata. El ansia
desmedida de los españoles provocó que se cometieran muchos abusos y maltratos
contra los indios mineros que eran obligados a trabajar en las minas mediante el sistema
de trabajo de la “mita minera”, el cual fue impuesto por el Virrey Francisco de Toledo en
1573. Esta forma de explotación se basó en la mita incaica, pero se obligó a trabajar a
grupos de gente por turnos en las actividades mineras. Esta labor la realizaron sin ningún
tipo de protección, a grandes profundidades y miles de indios murieron bajo el látigo del
capataz, por asfixia en los socavones o el derrumbe de los mismos.
CLASES SOCIALES
Las costumbres, usos y tradiciones de los indígenas peruanos eran muy diferentes a las
occidentales. Con la instauración de la colonia no sólo se impuso un cambio político y
administrativo en la forma de gobierno; sino también una renovación en todas las áreas, el
surgimiento de nuevas razas e incluso un cambio en la vestimenta y costumbres. Antes de
la llegada de los conquistadores, en el Tahuantinsuyo sólo se conocía la raza cobriza,
llamada india por los españoles. Su llegada significó el arribo de la raza blanca y negra, el
surgimiento de nuevos grupos raciales, producto del cruce y mestizaje racial; además de
una marcada diferenciación en las clases sociales. La sociedad virreinal se caracterizó por
su extrema desigualdad. Estas diferencias fueron causadas por los títulos, posesiones
económicas y las razas. Las variedades raciales se originaron por el cruce entre las razas:
de la unión de blancos con indios nacieron los mestizos; de los blancos con negros
surgieron los mulatos; y de indios con negros salieron los zambos. Asimismo se llamó
criollo al hijo de padre y madre españoles nacido en América. Las clases se dividían en
nobleza, clase media, bajo pueblo, indios y esclavos. La nobleza estuvo conformada por
españoles y criollos con títulos nobiliarios y escudos; gozaban de los mayores privilegios y
de la mejor posición económica, eran la burguesía colonial. La clase media estuvo
integrada por españoles y criollos que carecían de títulos nobiliarios, pero que gozaban de
una cómoda situación económica. El bajo pueblo, llamados también plebeyos, estaba
conformado por españoles, criollos y mestizos dedicados a trabajos manuales, comercio y
trabajo agrícola en pequeña escala. Los indios constituían la raza sometida. La ley los
consideraba hombres libres con una serie de derechos, pero debían estar bajo la tutela de
alguien y en la práctica fueron tratados peor que los esclavos. Los esclavos estuvieron
constituidos por la raza negra que fueron empleados en haciendas costeñas y en el
servicio doméstico.