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Eisenberg, Estela Sonia (2011) - Dolor y Perversion

El documento presenta un resumen de la investigación "El dolor psíquico: Aspectos estructurales y fenoménicos" en la que se sostiene que Freud pasa de conceptualizar los modos en que el sufrimiento apunta a ser evitado a considerar los modos en que es producido, ya sea como un fin o resistiendo ser evitado. También se recorren las modalidades del dolor que producen satisfacción como malestar o en la perversión masoquista donde el dolor entraña satisfacción. Finalmente, se analiza la escena

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Eisenberg, Estela Sonia (2011) - Dolor y Perversion

El documento presenta un resumen de la investigación "El dolor psíquico: Aspectos estructurales y fenoménicos" en la que se sostiene que Freud pasa de conceptualizar los modos en que el sufrimiento apunta a ser evitado a considerar los modos en que es producido, ya sea como un fin o resistiendo ser evitado. También se recorren las modalidades del dolor que producen satisfacción como malestar o en la perversión masoquista donde el dolor entraña satisfacción. Finalmente, se analiza la escena

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III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología

XVIII Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores en


Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos
Aires, Buenos Aires, 2011.

Dolor y perversión.

Eisenberg, Estela Sonia.

Cita:
Eisenberg, Estela Sonia (2011). Dolor y perversión. III Congreso
Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVIII
Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores en
Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de
Buenos Aires, Buenos Aires.

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DOLOR Y PERVERSIÓN
Eisenberg, Estela Sonia
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires

RESUMEN A partir del proyecto de investigación “El dolor psíquico:


A partir del proyecto de investigación “El dolor psíquico: Aspectos estructurales y fenoménicos” se sostiene que
Aspectos estructurales y fenoménicos” se sostiene que Freud pasa de conceptualizar los modos en que el sufri-
Freud pasa de conceptualizar los modos en que el sufri- miento apunta a ser evitado, no sin consecuencias, a
miento apunta a ser evitado, no sin consecuencias, a considerar los modos en que éste es producido, ya sea
considerar los modos en que éste es producido, ya sea que se convierta en un fin o que resista a ser evitado,
que se convierta en un fin o que resista a ser evitado, “cu- “curado”. Recordemos que el término Schmerz freudia-
rado”. Recordemos que el término Schmerz freudiano no alude tanto a dolor como sufrimiento.
alude tanto a dolor como sufrimiento. En este marco sur- En este marco surge el recorrido por las modalidades
ge el recorrido por las modalidades del dolor que engen- del dolor que engendran y producen en algunos casos
dran y producen en algunos casos una satisfacción sen- una satisfacción sentida como malestar, y en otros ca-
tida como malestar, y en otros casos, como en la perver- sos, como en la perversión masoquista donde aparen-
sión masoquista donde aparentemente el dolor entraña temente el dolor entraña una satisfacción sentida como
una satisfacción sentida como tal. La cuestión masoquis- tal. La cuestión masoquista excede los márgenes de la
ta excede los márgenes de la perversión en sentido es- perversión en sentido estricto, pero nos interesa en es-
tricto, pero nos interesa en esta oportunidad interrogar la ta oportunidad interrogar la relación entre el dolor y esa
relación entre el dolor y esa posición subjetiva. posición subjetiva.
La paradoja es encontrarse que en el masoquismo,
Palabras clave donde se espera que el dolor sea lo esencial para obte-
Perversión Masoquismo Escena Contrato ner la satisfacción, ¡sin embargo no lo sea!
Kraft-Ebing impone el vocablo de masoquismo, destitu-
ABSTRACT yendo el término “algolagnia” -voluptuosidad (lagneia)
PAIN AND PERVERSION en el sufrimiento (algos) definiéndolo menos por el nexo
ABSTRACT From the research project “The psychic dolor-placer sexual que por comportamientos más pro-
pain: Structural aspects and phenomenal” Freud argues fundos de esclavitud y humillación. Freud retoma esa
that happens to conceptualize the ways in which the nominación postulando que la designación masoquis-
pain points to be avoided, not without consequences, to mo abarca todas las actitudes pasivas hacia la vida y el
consider the ways in which it is produced, eitherit be- objeto sexual, con el condicionamiento de la satisfac-
comes an end or refuse to be avoided, “cured.” Recall ción al hecho de padecer un dolor físico o anímico, so-
that the term refers both to Freud Schmerz pain and suf- portar del objeto amado toda clase de humillaciones y
fering. In this context arises the tour arrangements that martirios, tanto en forma simbólica como real.
generate pain and in some cases produce a satisfaction Si se rastrea lo que se conoce hoy como nuevas sexua-
felt as discomfort, and in other cases, such as the mas- lidades, se verificará que si bien la flagelación puede
ochistic perversion which apparently involves a satisfac- ser una práctica ejercida de manera frecuente, no es el
tion felt pain as such. The question exceeds the margins dolor del golpe necesariamente lo que se experimenta
of masochistic perversion in the strict sense, but we are como satisfacción. Al mismo tiempo es necesario revi-
interested in this opportunity to examine the relationship sar si el poseedor del látigo es quién domina la escena.
between pain and the subjective position.
La escena
Key words Si bien el campo de la realidad implica la dimensión de
Perversion Masochistic Scene Contract escena del mundo, en la perversión la escena es un
montaje que se pone en marcha, que tiene un momen-
to de inicio y de fin. En algunos casos es llamada sesión
o juego, se trata de una escena sobre la escena. Ésta
está organizada y pautada anticipadamente y a pesar
de saber que tiene un final, la dimensión de suspenso y
espera es sustancial. Esta modalidad temporal, “este
tiempo mortificante introduce al sujeto en la angustia
que el acto punitivo viene a vaciar, transformando la an-
gustia en placer, en una violenta sedación”. (Assoun
2005)
Para Deleuze pertenece esencialmente al masoquismo
la experiencia de la espera y el suspenso, incluyendo

PSICOANÁLISIS 253
en ese tiempo, ritos de suspensión física, ataduras, en- da por los pedagogos como una raíz erógena de la pul-
ganche, crucifixión. El mecanismo de placer en el dolor sión pasiva a la crueldad. Una ganancia de placer apun-
se debe articular a la temporalidad en donde la espera talada en el dolor.
es su forma fundamental. La espera, esencia del maso- Dicha formulación es retomada con alcance estructural
quismo, se opone al vértigo sadiano. En la escena ma- en “El problema económico del masoquismo” situando a
soquista la mujer-verdugo adopta poses inmóviles, fijas la coexcitación como el fundamento fisiológico del que el
como una fotografía, la detención del movimiento crea masoquismo erógeno es la superestructura psíquica.
el suspenso, es el momento de descargar el látigo. El niño queda “cubierto” por el reglamento. Hasta puede
El masoquista, sin embargo es el director de escena, no exigir la punición en nombre de éste. El masoquista se
es justamente un esclavo, sino un pequeño astuto, es el apoya sobre el deseo de ser castigado y… utilizará al
verdadero amo. El es el amo verdadero del juego, La- otro como chispa violenta para prender, cual un encen-
can refiriéndose a la mujer de Masoch exclama, “Wan- dedor, su goce. ( Assoun 2005)
da ¡Ella no comprende nada de eso, la pobre!”. La escena masoquista es la irrisión del superyó, es la
Es él el que dicta las órdenes acerca del papel que des- ficción de un castigo, frente a una transgresión supues-
empeñará el partenaire, aquel que aparentemente ma- ta, aplicando un correctivo, bajo el modelo pedagógico
neja el látigo. Él establece las condiciones y niveles de de la férula.
crueldad que el otro cumplirá. Teniendo en cuenta que la experiencia de Rousseau
Recordemos que en “Pulsiones y destinos de pulsión” proviene de la escena educativa podemos situar a las
Freud sitúa un tiempo en el recorrido pulsional que apa- técnicas y tecnologías de la disciplina como instrumen-
rece como un llamado, un anuncio, “se busca de nuevo tos asociados a la perversión.
como objeto una persona ajena…”, buscar a otro para el De hecho recordemos que los mismos instrumentos de
cual hacerse bjeto. El masoquista erige a su objeto en tortura incluso los ropajes de la autoridad son utilizados
sujeto, sujeto ajeno frente al yo pasivo. Operación narci- en las prácticas sádicas y masoquistas, con un uso re-
sista y operación fantasmática, según Assoun. glamentado y contractual.
Cuando Freud plantea que el modo en que a raíz de en- Diana Rabinovich comenta en un artículo sobre el Pu-
fermedades dolorosas uno adquiere nueva noticia de dor a un autor sudafricano, Frank Noyes que señala que
sus órganos es quizás arquetípico del modo en que uno tanto en Alemania Oriental cuando se desarticuló lo que
llega a la representación del propio cuerpo, cuerpo que fue la “Stasi”, la policía secreta alemana y la policía se-
es una superficie corporal, articula el dolor y el yo del creta sudafricana, se vendieron los inmuebles y los
narcisismo. muebles, en ambos lugares, en Sudáfrica y en Alema-
En tanto Lacan también establece una función homólo- nia, quienes compraron los muebles de las policías más
ga entre el yo, i’(a) y el fantasma $◊a, de manera que crueles son los burdeles sadomasoquistas. El mismo
podemos articular yo (moi) y masoquismo en su vertien- escenario sirve al castigo, práctica de la aplicación de
te fantasmática, aunque explicitada para el fantasma una ley supuesta, como a la práctica consensuada de
sádico, la relación entre objeto a y $ se propone de mo- un contrato perverso.
do inverso, a◊$. [1]
En el “creador literario” Freud pone en línea al yo con la El Contrato
fantasía, revelando un doble papel, la persona propia es “El lazo masoquista tiene vocación conyugal, el sujeto
el héroe (his majesty) y además espectador de su fanta- quiere garantizarse el retorno de la excitación enlazán-
sía, pero a partir de “Pegan a un niño” y de “Más allá del dose a su verdugo adoptivo” (Assoun)
principio de placer, el yo revela, además, sus tenden- El contrato aparece como forma ideal y condición nece-
cias masoquistas, ya sea retrocediendo aterrado, o co- saria en la relación masoquista. “En apariencia, lo que
mo en el caso de la perversión, poniendo esa tendencia obliga al masoquista son los hierros y las correas, pero,
de manifiesto en su maquinaria teatral en rigor, solo lo obliga su palabra” (Deleuze)
Por otro lado, esta confluencia del yo y el dolor requie- En el masoquismo el sujeto asume una posición de ob-
ren sostener que hay modalidades del dolor narcisista jeto desecho o de resto. El argumento por el cual esta
que conllevan al dolor masoquista y otra al dolor melan- posición se instaura está en el principio de un beneficio
cólico, dado que en esa afección se enlazan el dolor y de goce que toma la forma de un contrato, pero este
el narcisismo. contrato dicta más al Otro que al masoquista mismo to-
En primera instancia lo que permite diferenciar su es- da su conducta.
tatuto es la ausencia de coexcitación libidinal en la me- Como plantea Deleuze nos hallamos ante una víctima
lancolía con la consecuente anestesia que Freud plan- que busca un verdugo y que tiene necesidad de formar-
teara tan inicialmente en el Manuscrito G, y su fracaso lo, de persuadirlo y de hacer alianza con él para la más
fantasmático. extraña de las empresas. El instructor sádico se opone
La noción fundamental entonces a la que es necesario al educador masoquista. El masoquista elabora contra-
recurrir es la “coexcitación libidinal” que Freud plantea tos, mientras que el sádico abomina de todo contrato y
en “Tres ensayos de una teoría sexual” cuando nos dice los vulnera. El sádico tiene necesidad de instituciones,
que desde las confesiones de Rousseau, la estimula- el masoquista de relaciones contractuales.
ción dolorosa de la piel de las nalgas ha sido reconoci- El héroe masoquista parece educado y formado por la

254 PSICOANÁLISIS
mujer autoritaria, pero, es él quién la forma y la disfraza, dríamos llamar la angustia de Dios.” (Lacan 1963)
le dicta las duras palabras que ella le dirige. La víctima Y agrega que le debemos al cristianismo la introducción
habla a través de su verdugo. (Deleuze 2008) del masoquismo: “¿Tengo necesidad de recurrir al mito
Deleuze destaca la dimensión de lo frío y lo cruel, lo ma- cristiano mas fundamental para dar cuerpo a lo que
ternal y severo, encarnado en la Mujer que llevará ade- aquí sostengo?: a saber, si toda la aventura cristiana no
lante el tormento, el uso de las pieles, no está en rela- se embarcó por esa tentativa central, inaugural, encar-
ción al pudor sino más bien dan cuenta de lo frío, grafi- nada por un hombre cuyas palabras hay que volver a
cado por las extensas descripciones de la estepa. Pero oír, aquel que impulsó las cosas hasta el último término
hay que tener en cuenta que la mujer verdugo no es una de una angustia que solo encuentra su verdadero
versión del Padre como en el fantasma neurótico, en el ciclo a nivel de aquel por el cual se instauró el sacri-
que Freud encuentra tras la figura de la madre golpea- ficio, es decir, a nivel del padre. “
dora, al padre agente del castigo de la castración, cas- El goce del sádico está más sujeto fantasmáticamente
tigo que es la barra, la marca que hace valer la férula a su víctima que el del masoquista a su verdugo, ya que
como significante. el sádico hace de la angustia de la víctima una con-
En la escena masoquista perversa, sin embargo, el gol- dición enteramente exigida. Pero nos indica Lacan
peado es el padre, lo que da cuenta que efectivamente que esto mismo debe hacernos desconfiar. “¿Qué
la ley del Padre ha sido anulada, no hay más que un busca el sádico en el Otro? Pues está bien claro que
contrato que es inquebrantable y más fuerte que cual- para él el Otro existe,…el Otro es absolutamente
quier ley, pero es el masoquista quién la dicta en una esencial, y esto es lo que quise articular cuando di mi
burla al Padre. Como afirma Deleuze, en virtud del con- seminario sobre la Ética, al vincular a Sade con Kant, el
trato, el masoquista se hace pegar, pero lo que hace pe- esencial cuestionamiento del Otro que llega hasta simu-
gar, humillar y ridiculizar en él, es la imagen del padre… lar y no por azar, las exigencias de la ley moral, que allí
el pegado no es “un hijo”, es un padre. El contrato pone están para mostrarnos que la referencia al Otro como
en manos de la madre la aplicación de la ley paterna, el tal forma parte de su designio.” (Lacan 1963).
masoquista opone al superyó la alianza contractual. El El Otro es esencial al punto de que el sádico requiere de
contrato y los reglamentos se expanden en las grietas las instituciones en las que se ampara.
que la ley deja vacantes. Ese Otro no es la pareja sádica, no hay complementa-
riedad sadomasoquista, como no hay complementarie-
La Posición subjetiva- La angustia dad entre los sexos, Al decir de Lacan “Es la historia
Para Lacan, la posición del masoquista, es su propia que sin duda todos ustedes conocen, la historia llamada
encarnación como objeto, perro bajo la mesa o mercan- del masoquista y el sádico: “Hacéme doler”, dice el pri-
cía, según figure en la cláusula del contrato. Un objeto mero al segundo, quien le responde severamente: “No”.
entre otros objetos a colocar en el mercado; su identifi- En el texto de Deleuze se afirma que jamás un verdade-
cación con ese objeto común, objeto de intercambio, es ro sádico soportará a una víctima masoquista, citando
el camino por donde busca, precisamente, lo imposible: el texto sadiano nos dice que en Justine el enunciado
aprendeherse por lo que es, en tanto que, como todos, indica, “quieren cerciorarse de que sus crímenes arran-
él es un a. Pero nos aclara, que no dijo que el maso- can el llanto, rechazarían a una joven que se entregara
quista llegue lisa y llanamente a su identificación de ob- a ellos por propia voluntad.” Y tampoco un masoquista
jeto, como para el sádico, esa identificación sólo se soportará a un verdugo verdaderamente sádico. A la
presenta sobre una escena. mujer-verdugo es necesario formarla, educarla, persua-
Lacan pregunta “¿Cuál es la posición del masoquista? dirla…aunque no es más que un instrumento al servicio
¿Qué les oculta su fantasma?” Ser el objeto de un goce de una función…la angustia del Otro.
del Otro que es su propia voluntad de goce; pero ¿a qué
apunta con su posición? El objeto
“Lo que se busca, es en el Otro la respuesta a esa caí- Como nos indica Lacan “De lo que se trata es de la
da esencial del sujeto en su miseria última, y que es la voz. Que el masoquista haga de la voz del Otro, eso a
angustia.” lo cual él va a dar la garantía de responderle como a un
“¿Dónde está este otro del que se trata?” En esta pre- perro... La querida madre, como lo ilustra Deleuze,
gunta Lacan apunta a situar que efectivamente el ver- de voz fría y recorrida por todas las corrientes de lo
dugo, la Domina es simple instrumento, es una relación arbitrario, es algo que, con la voz, esta voz que qui-
aparentemente dual, dado que sitúa un tercer térmi- zá él no ha escuchado en otra parte, del lado de su
no: “Tal es la razón por la cual se produjo en este cír- padre, viene de algún modo a completar y, allí tam-
culo el tercer término, siempre presente en el goce bién, a tapar el agujero” (Lacan 1969)
perverso: aquí reaparece la profunda ambigüedad en Para Lacan es necesario concebir en la función del Su-
la que se sitúa una relación en apariencia dual. Porque per-Yo uno de los resortes en lo que se refiere a la fun-
además es preciso que sientan donde pretendo seña- ción del objeto a realizado por la voz, en tanto que so-
larles esa angustia… esa angustia que constituye la porte de la articulación significante, por la voz pura en
mira ciega del masoquista -porque su fantasma se tanto que en el lugar del Otro puede ser instaurada de
la oculta- no es por eso menos realmente lo que po- un modo perverso.

PSICOANÁLISIS 255
En el masoquista, es al nivel de la reposición en el NOTA
Otro de la voz, que se juega todo el eje de funciona- [1] Es importante tener en cuenta que Lacan tiene al menos dos
miento de su maquinaria. tiempos de abordaje de la perversión. El primer tiempo, siguiendo
“…hay un goce en esta reposición en el Otro, y tanto el modelo del fetichismo Freudiano, articulado al campo del deseo,
trabajado desde el Seminario IV, y la vertiente articulada al cam-
más si él es menos valorizable, que él tiene menos au- po del goce, desde “Kant con Sade”, el Seminario VII y el Semi-
toridad en esta reposición en el Otro de la función de la nario XIV. Estas lecturas si bien sitúan dos campos de diferente
voz.” (Lacan 1969) lógica, pueden ser abordadas de modo que permitan una articu-
El sádico trata de un modo inverso de completar al Otro, lación.
despojándolo de la palabra, e imponiéndole su voz.
“Está totalmente claro que el sádico aquí no es más que BIBLIOGRAFÍA
el instrumento de algo que se llama suplemento dado al
Assoun, P. Lecciones Psicoanalíticas sobre El Masoquismo Ed.
otro, pero el cual, en ese caso el otro no quiere. El no
Nueva Visión Bs.As. 2005
quiere, pero al menos, obedece”
“Uno no ha visto nunca, aparentemente, en esos trope- Deleuze, G. Presentación de Sacher Masoch. Lo frío y lo cruel.
Amorrortu Editores 2008
les que se vieron empujados hacia los hornos cremato-
rios a alguien que, repentinamente, se pusiera, simple- Lacan, J. (1962-63) El Seminario. Libro X: La angustia. Paidós.
Bs. As. 2006.
mente, a morder la muñeca de un guardián. El juego de
la voz encuentra aquí su pleno registro.” (Lacan 1969) Lacan, J. (1968-69) El Seminario. Libro XVI: De un Otro al otro.
Paidós Bs.As. 2008
Rabinovich, DIANA, “Violencia y pudor” Psicoperspectivas. Indi-
viduo y Sociedad, Vol. 6, No. 1 (2007)
http://www.psicoperspectivas.equipu.cl/index.php/psicoperspec-
tivas/article/view/48

256 PSICOANÁLISIS

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