Economia Del Conocimiento en Nicaragua. Sentando Las Bases para Una Economia Del Conocimiento en Nicaragua Retos y Perspectivas
Economia Del Conocimiento en Nicaragua. Sentando Las Bases para Una Economia Del Conocimiento en Nicaragua Retos y Perspectivas
CONOCIMIENTO EN NICARAGUA
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NICARAGUA: RETOS y pERSpECTIvAS
ECONOMÍA del CONOCIMIENTO en NICARAGUA
Sentando las bases para una Economía del Conocimiento en
Nicaragua: Retos y perspectivas
Publicado por:
Deutsche Gesellschaft
für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH
www.giz.de
Elaborado por:
Jorge A. Huete-Pérez,
Coordinadores de la publicación:
Fernando Quezada y Peter Sommer
Diseño y diagramación:
Luis Cabrera
GIZ no se hace responsable de la exactitud de los datos, y el contenido del texto no refleja necesariamente el punto
de vista de la GIZ.
Centroamérica
Enero 2013
Economía del Conocimiento en Nicaragua
1. Introducción
Nicaragua es un país multiétnico y multicultural. Según el Censo Nacional de 2005 la población tiene orígenes de
diversos grupos étnicos, predominando los siguientes grupos: mestizos, 70%; blancos, 17%; negros, 8%: y amerindios,
5%.
La densidad promedio de la población es de 42.7 habitantes por kilómetro cuadrado y se estima que el 44.1% de
la población vive en zonas rurales. Sin embargo, en los últimos años se observa una marcada tendencia a la
urbanización.
Se estima que el 41% de los 5.7 millones de nicaragüenses vive con menos de dos dólares diarios, a la vez que el
16% lo hace con menos de un dólar, lo que convierte a Nicaragua en uno de los países más pobres del continente
(FUNIDES, 2011).
Desde 1990, Nicaragua viene experimentando un lento crecimiento económico (3.8% anual del PIB nacional). El
crecimiento económico per cápita es aún más moderado (3.5% anual), siendo el PIB más bajo de Centroamérica (US$
1,330 dólares).
Año 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
PIB * 3,938.1 4,102.4 4,026 4,101.5 4,464.7 4,872.0 5,230.3 5,662.0 6,372.3 6,213.8 6,551.5 7,145.0
PIB
per- 772.5 792.9 767.6 772.0 829.8 893.9 947.1 1,011.9 1,124.1 1,082.1 1,126.5 1,330
cápita**
Elaboración propia con datos del BCN. *En millones de dólares estadounidenses; **En dólares estadounidenses.
La economía nicaragüense se basa esencialmente en la explotación de sus recursos naturales. El mayor potencial está en
el sector agrícola, pecuario, forestal y pesquero, que junto con el comercio y los servicios, representan el sostén principal
para el desarrollo económico. El sector agrícola juega un papel sobresaliente y ha venido creciendo significativamente
en las últimas dos décadas, debido no solamente a su papel en el PIB del país sino también por su importancia social.
Los rubros de mayor importancia han ido cambiando paulatinamente. En las décadas de 1960 y 1970, el algodón fue
el principal rubro de exportación, rol que en la actualidad le corresponde al café, cuya producción se concentra en
la zona norte del país (Matagalpa y Jinotega), y uno de los principales generadores de divisas, pero vulnerable a la
volatilidad de los precios del mercado internacional.
El sector agrícola es la base de la economía nicaragüense, ya que aporta en promedio el 20% del PIB.1 La actividad
agrícola, que es realizada en su mayoría por pequeños productores, muestra gran vulnerabilidad debido a sus
debilidades tecnológicas y a la dependencia de los precios de los alimentos en el mercado internacional.
Las medianas empresas están principalmente en la industria de embutidos, productos lácteos, conservas de frutas y
vegetales, panadería, cuero, imprentas, productos farmacéuticos, y metal-mecánica. Las pequeñas y micro industrias se
ubican principalmente en las actividades de confitería, panadería, vestuario, calzado, muebles de madera, materiales
de construcción, productos de cerámica, y productos metálicos básicos.
La industria manufacturera constituye en la actualidad uno de los sectores de mayor generación de exportaciones,
de ingresos fiscales, y de empleo formal para la creciente población urbana en el país. Las exportaciones industriales,
incluyendo el valor agregado de las exportaciones de zonas francas, representan el 82.4% de las exportaciones totales.
La industria aporta el 37% de los ingresos fiscales, más que cualquier otro sector económico. Además, es el cuarto
generador de empleo, después de los sectores: agropecuario, comercio y servicios.
§ La Educación General Básica y Media, que incluye el bachillerato y la educación normal, para formar
maestros de primaria, bajo la tutela del Ministerio de Educación (MINED).
§ La Educación Profesional (Técnica Media, Formación Profesional y Capacitación), bajo la coordinación del
Instituto Nacional Tecnológico (INATEC).
§ La Educación Superior, que tiene como instancia de coordinación y consulta al Consejo Nacional de
Universidades (CNU).
Por ser Nicaragua uno de los países de la región con la mayor proporción de población joven, se presenta una fuerte
demanda educativa. El 48.9% de la población es menor de 18 años. De esta proporción el 37.6% es menor de 14
años. El sistema educativo no tiene las capacidades para atender estas necesidades. Como resultado, muchos niños y
adolescentes se quedan fuera del sistema educativo, mientras medio millón de jóvenes no estudia ni trabaja. Muchos
de estos pasan a engrosar las filas del sector de jóvenes en riesgo, particularmente para la delincuencia.
La disminución drástica de la natalidad, y la existencia de gran cantidad de jóvenes, podría considerarse una ventaja
única para Nicaragua (el bono demográfico). Si se destinara mayor inversión en educación y se entrenara mejor la
mano de obra, en pocos años el país conseguiría mejor desarrollo. Según Adolfo Acevedo, experto en estos temas,
en 2005 existían 14.4 personas en edad de trabajar por cada persona mayor de 64 años (más personas con capacidad
de laborar y generar ingresos, que personas en edad de retiro). La proyección, sin embargo, es que a partir del 2015
se iniciará el descenso dramático de esta relación. Se anticipa que en 2020 habrá únicamente 10.8 personas en
edad laboral por cada persona en edad de retiro; en 2030, sólo 8.1; y en 2050, apenas 4.6. Actualmente cada año se
integran al mercado laboral aproximadamente 70 mil jóvenes, los que en su mayoría no cuentan con la preparación
adecuada para aportar al desarrollo. Contar con una alta población en edad de producir y bien entrenada podría
dinamizar el crecimiento económico.
El débil sistema educativo nicaragüense es, sin duda, el principal obstáculo para el desarrollo del país. La educación
es un aspecto crítico para aumentar la productividad. La falta de recursos humanos calificados limita el desarrollo
científico-técnico y de las innovaciones, que acrecentarían la productividad y merma la competitividad nacional.
La falta de educación constituye uno de los factores centrales que determinan la pobreza en Nicaragua. Considerando
la relación lineal existente entre el nivel educacional de la población adulta y el nivel de desarrollo de los países,
en Nicaragua los niveles de pobrezas se corresponden perfectamente con los niveles educativos de los ciudadanos.
Según estudios del Banco Mundial (datos del período 1998-2005), en Nicaragua un trabajador gana el 10% más de
salario por cada año adicional de escolaridad recibida. Para las personas con niveles educación inferiores a secundaria
completa, los salarios corresponden a niveles por debajo de la pobreza, y vivir en ella es casi un hecho inevitable.
El análisis de la trayectoria del país en términos educativos durante las últimas tres décadas exhibe avances
importantes, como: mejoría de la cobertura en el nivel de educación primaria, y cierto progreso en la implementación
de mejores programas educativos con innovaciones pedagógicas e investigación educativa. Estos avances han
conllevando a que, paulatinamente, las generaciones más recientes de nicaragüenses vayan presentando mejor
escolaridad que la de sus progenitores. Además, se manifiesta una mejor conciencia social respecto al rol de la
educación en el desarrollo humano y social. La demanda generalizada por el derecho a la educación no se refiere
únicamente al incremento de inversión pública para mejorar la cobertura y la infraestructura, sino principalmente a la
mejora de la calidad educativa.
Menos de la mitad de los escolares nicaragüenses (48%), logran finalizar la primaria, que comprende seis grados. Esta
desigualdad educativa intensifica la inequidad social en el país, convirtiéndose en un círculo vicioso interminable,
que reproduce la exclusión social y falta de oportunidades, y que representa uno de los mayores retos de la sociedad.
Nicaragua es uno de los países que tienen menos cobertura en educación secundaria y universitaria en Latino
América. Cerca del 60% de los jóvenes no están accediendo a la secundaria, mientras que el 81% de los jóvenes
de entre 17 y 24 años no acceden a la educación superior. Solamente el 5% de los jóvenes están estudiando en el
subsistema educativo técnico.
Gráfico 1:
Comportamiento de la matrícula y la sobrevivencia de primaria entre 2001 y 2011
Fuentes: Estadísticas del Banco Mundial para Nicaragua (1960-2011) y base de datos del MINED.
En cuanto a acceso, los mayores obstáculos los enfrentan las poblaciones menos favorecidas, indígenas, del Caribe
y poblaciones rurales. Según el censo educativo de 2007, el analfabetismo alcanzaba al 35% de los ciudadanos de
la región Atlántico Norte (RAAN),3 mientras en la Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS), la población analfabeta
representa el 25%. Más recientemente, el gobierno actual afirma que en 2009 se había reducido el analfabetismo a
menos del 5%.
Asimismo, la tasa neta de matrícula es menor para niños pobres, especialmente de familias indígenas y de agricultores,
y en educación preescolar y secundaria es significativamente mucho menor que el promedio. Las tasas de matrícula
en la Región Caribe son las peores del país, en especial en cuanto a educación pre-escolar y secundaria. Los niños en
áreas rurales, y los que viven en las regiones Central y Atlántico (en donde se concentra el grueso de grupos étnicos
del país), exhiben tasas netas de matrícula de educación secundaria menores al promedio nacional. La matrícula
La deficiente calidad de la educación básica tiene su raíz fundamental en la escasa preparación profesional de los
docentes. Nicaragua tiene la proporción más baja de Latinoamérica de docentes entrenados, principalmente en
educación secundaria. Esta necesidad de recurrir a maestros no capacitados (‘empíricos’) se evidencia en que el 25%
de los maestros de educación primaria, y más del 50% de los de secundaria, no están debidamente facultados para
enseñar. El porcentaje de docentes empíricos es naturalmente mayor en áreas rurales. En 2004, por ejemplo, el 32.5%
de los maestros de primaria eran empíricos en áreas rurales (Laguna, 2005).
El precario financiamiento del sector educativo determina que los docentes nicaragüenses devenguen los salarios
mensuales promedios más bajos de la región: en preescolar, 201 dólares, primaria, 203; y secundaria, 228 (año 2009).
A la poca inversión en educación hay que agregar el desequilibrio de las asignaciones a los diversos subsistemas.
En 1999 se destinó el 0.53% del PIB a la educación terciaria, y el 3.29% a la educación básica y media (primaria y
secundaria). En 2011, era 1.85% el gasto destinado a educación terciaria, y 3.6% básica y media. Creando un gasto
por estudiante de US$1.154.00, para la educación terciaria, US$196.64 por alumno de primaria, y US$118.60 por
alumno de secundaria. En educación técnica el gasto es de US$140 (Belli y Flórez, 2011). A juicio de algunos analistas,
la pirámide de inversión en educación en Nicaragua debe ser modificada dándole mayor prioridad a la educación
primaria.
§ Elevar el nivel de escolaridad de la población general. La meta actual de sexto grado de primaria es
incompatible con las metas de desarrollo que requiere el país.
§ Mejorar la calidad de la educación. La calidad de la educación básica es probablemente el reto más
importante. La expansión de la cobertura sería insuficiente sin asegurar una mejor calidad educativa.
§ Disminuir los niveles de deserción de los escolares en el sistema educativo, asegurando por diferentes
mecanismos una mayor permanencia.
§ Ampliar las alternativas educativas enfatizando la educación técnica.
§ Mejorar la formación profesional de los docentes de la educación básica
Educación técnica
Las carreras técnicas en Nicaragua, son consideradas menos importantes y vistas como inferiores a las carreras
universitarias. Esto se refleja en los datos presentados por el Instituto Nacional Tecnológico (2009), en los que se
muestra una reducción en la matrícula de ese año de 49.02% en comparación con el año 2007. Es importante resaltar
que el gasto del Estado en educación técnica aumentó en ese mismo período en 58.30%, representando una inversión
en educación técnica de US$ 140.67 en promedio por alumno.
Los que acceden a enseñanza técnica, optan mayormente por cursos relacionados al comercio y servicios; en
segundo lugar, los relacionados con la industria y la construcción, y por último, al sector agropecuario y forestal,
representando para el año 2007, 12.644, 2.616 y 2.192 alumnos matriculados, respectivamente (INATEC, 2007)5.
La inexistencia de políticas de incentivos y promoción de las carreras técnicas ha dejado en rezago su importancia. El
modelo de formación dual podría considerarse como una de las buenas prácticas a implementar, utilizando la exitosa
experiencia de El Salvador, por ejemplo. Este sistema conjuga de forma idónea teoría y práctica, así como colegio y
empresa. Para la industria, ésta es una posibilidad ideal de contar con excelentes jóvenes profesionales para puestos
ejecutivos y de mando, mientras que para los jóvenes significa una oportunidad inigualable de trabajar y estudiar,
facilitando su ingreso al campo laboral.
Educación superior
El subsistema de educación superior tiene poca vinculación con los demás subsistemas. Esta problemática se
caracteriza porque las serias deficiencias de la enseñanza media (bachillerato clásico), no preparan a los estudiantes
para aprobar satisfactoriamente los exámenes de admisión a las universidades ni les brindan las habilidades
indispensables (como el auto aprendizaje), para el estudio a nivel superior; los contenidos programáticos de ambos
sub sistemas no están coordinados adecuadamente, resultando en una falta de secuencia y continuidad curricular.
Los procesos de evaluación del nivel medio no miden apropiadamente la aptitud de los egresados, para progresar a
estudios superiores.
Nicaragua cuenta con 54 universidades. Diez de ellas conforman el Consejo Nacional de Universidades (CNU), que
incluye 4 universidades estatales (UNAN-León, UNAN-Managua, UNA, UNI), y 6 universidades privadas de servicio
público (UCA, UPOLI, EIAG, UCATSE, BICU y URACCAN). Por Ley, las universidades que conforman el CNU reciben
financiamiento equivalente al 6% del presupuesto nacional del Estado. El resto de universidades son organizaciones
privadas sin fines de lucro, que gozan de exención de impuestos y que, aunque no reciben asignaciones ordinarias
del presupuesto, pueden recibir donaciones de fondos públicos. Dicho financiamiento público ha tenido un efecto
diferenciador a favor de las universidades públicas en cuanto a capacidades de investigación. Aparte del CNU, como
instancia de coordinación de la educación superior, las universidades privadas cuentan con dos organismos de
coordinación: la Federación Nicaragüense de Universidades Privadas (FENUP), y el Consejo Superior de Universidades
Privada (COSUP).
A la fecha, el Estado no ha podido implementar una estrategia de formación de recursos humanos enfocada a las
áreas vitales del desarrollo. De la oferta de carreras en las universidades se desprende que existen algunas áreas de
“sobresaturación” de la oferta académica, como en administración de empresas (un total de 72, entre administración
de negocios y administración de empresas turísticas), así como también en Derecho (30 programas). En el área
energética –estratégica y con gran potencial– sin embargo, no hay ningún programa disponible. Dado el potencial
geotérmico, hidroeléctrico, solar y eólico de Nicaragua, esto demuestra una debilidad inaceptable (PNCTI, 2010).
Dicho desequilibrio es algo que debe ser atendido de manera urgente, impulsando iniciativas que estimulen las
carreras más necesarias para el crecimiento económico.
La investigación científica es un proceso relativamente reciente en Nicaragua. Su institucionalización se ha venido
consolidando apenas en las últimas tres décadas. En el dominio público cada vez se adquiere mejor conciencia del rol
de la investigación científica en la solución de los problemas concretos que afectan al país.
Caso 1:
Programa Universidad Emprendedora (PUE)
Si bien las universidades nicaragüenses son los centros principales de creación científica, su impacto en la productividad se ha
visto limitado debido a la falta de políticas de vinculación con el sector privado y la de programas de transferencia tecnológica.
Con el Programa la Universidad Emprendedora (PUE), las diez universidades del CNU se propusieron rectificar esta situación,
proponiéndose como objetivo central, desarrollar el papel y la contribución de las universidades en los procesos de innovación.
Con el apoyo financiero de la cooperación sueca y la asistencia técnica de la Universidad Tecnológica de Chalmers, Suecia,
el programa utilizó una metodología de acción-aprendizaje, para compartir sus experiencias, competencias, estrategias y
actividades, tanto entre el conjunto de las universidades, como con actores externos (gobierno, sector privado).
Para mejorar los procesos innovadores, con el PUE las universidades se propusieron los siguientes objetivos:
§ Desarrollar los roles y las responsabilidades que el CNU y las universidades poseen en el sistema actual y el futuro de la
innovación, en asociación con otros grupos claves en Nicaragua.
§ Generar las políticas necesarias que permitan a la Universidad incluir la innovación en su misión y prácticas.
§ Mejorar los procesos de manejo de la investigación, incluyendo los planes, diseños, métodos, construcción de relaciones
y prácticas gerenciales, que apoyen la aplicabilidad e integración de las actividades de investigación y los resultados en la
sociedad.
§ Desarrollar las funciones, procesos y estructuras en las Universidades, que permitan que la innovación y el
emprendedurismo sean integrados en su visión y prácticas, particularmente en el proceso de “investigación para el
mercado”.
§ Desarrollar a fondo el rol y la profesión del investigador, y los contratos e incentivos necesarios para asegurar el desarrollo
continuo de este grupo profesional, desde una perspectiva de investigación e innovación.
§ Desarrollar una atmósfera y cultura en las universidades (y en el CNU), que estimulen más transparencia, cooperación
y aprendizaje, por medio del desarrollo de un método de trabajo más sistemático y consciente, reflexionando y
compartiendo.
§ Desarrollar las habilidades y estrategias, para proteger y extraer valor de la propiedad intelectual, basada en
conocimientos nuevos y tecnologías generadas en las universidades.
§ Capacitar personal a nivel de Maestría, para desarrollar habilidades locales en el área de propiedad intelectual y Gerencia
del Capital Intelectual.
Las universidades han estado a la cabeza de esta tendencia, contando ya con cierto número de grupos de investigación
competitivos a nivel internacional y liderados, generalmente, por científicos entrenados en el extranjero (Suecia,
Alemania y Estados Unidos, principalmente). Los grupos de investigación de reconocida calidad internacional
sobresalen en las áreas de salud, ciencias de la tierra y ambientales, así como también en biotecnología, agricultura,
ingeniería y tecnología. Las universidades del CNU cuentan con la mejor infraestructura de laboratorio y con equipos
de alta tecnología, que se utilizan tanto en la docencia como en la investigación y, en menor escala, también en
servicios al sector productivo.
También hay fortalezas de investigación en algunas instituciones del Estado y en algunas ONG, que se han ido
consolidando en el tiempo y mejorando en su contribución de publicaciones.
Aunque los procesos de evaluación y acreditación son muy recientes y aún relativamente escasos en Nicaragua, la
tendencia es que estos procesos irán adquiriendo mayor relevancia. Actualmente existen 14 organismos de evaluación
o acreditación de la calidad de la Educación Superior en Centroamérica y hay buena coordinación sobre el tema,
principalmente gracias al trabajo del Consejo Superior de Universidades de Centroamérica (CSUCA). El mayor
esfuerzo se dedica al diseño de planes curriculares y los mecanismos de revisión, cambio y aprobación curricular
de la oferta educativa de las universidades públicas, algo que no impacta necesariamente a las privadas. Además, hay
empeño por la gestión administrativa institucional y la gestión académica de las carreras. Del mismo modo, se trata de
elevar el nivel académico de los profesores y mejorar la calidad de la docencia universitaria.
Caso 2:
Programas de Emprendedurismo en las Universidades nicaragüenses
En los últimos diez años, las universidades del país han implementado iniciativas que promueven las capacidades
emprendedoras en sus docentes y estudiantes. Se puede mencionar las experiencias exitosas de la Universidad
Centroamericana (UCA), con el Programa Emprende, el Programa Emprendedores de la Universidad Americana (UAM), y el
Programa de Atención Empresarial (PAE), de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
En el contexto de la Economía del Conocimiento, estos programas contribuyen a la formación de recursos humanos mejor
calificados para la innovación, ampliando las posibilidades de impactar en la productividad y la mejoría económica, en
general. Todas estas experiencias incentivan la innovación, la creatividad y promueven el liderazgo de las personas y de sus
instituciones. Asimismo, se motiva a los estudiantes a tener iniciativas que sirvan para el beneficio personal y del colectivo. En
particular, se procura la generación de empleos.
De gran importancia es el intercambio de experiencias entre las distintas iniciativas. También relevante en estos programas
es el incentivo económico, que se da a las mejores iniciativas, con la finalidad de implementar los planes y propuestas. En el
caso del PAE de la UNI se financian proyectos de agroindustria, servicios varios, soluciones tecnológicas, turismo, artesanías,
confecciones y textiles, no sólo dentro de la universidad, sino que también se financian iniciativas de empresas externas a la
universidad.
El programa Emprende de la UCA, aporta a la formación de profesionales capaces de organizar y ejecutar proyectos, basándose
en la creatividad y los deseos de superación de los estudiantes de pregrado. El programa trata de apoyar a estudiantes
interesados en la creación de sus propias empresas o programas innovadores. Con ello, se promueve el liderazgo entre los
jóvenes estudiantes, vinculándolos a las necesidades concretas del sector productivo y de la economía del país.
La escasez de información sistemática y actualizada, sobre las actividades de ciencia, tecnología e innovación realizadas
en el país, no permite una apreciación apegada a la realidad. Sin embargo, hay información importante relativamente
reciente contenida en el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (PNCTI, 2010-2013), realizado por la
CEPAL a solicitud del Estado. Además, se puede encontrar información sobre el Sistema Nacional de Innovación (SNI),
en el Plan Estratégico 2010-2013 de la Academia de Ciencias de Nicaragua, y en documentos bases de la investigación
en algunas universidades del país, como la UCA, la UNI y la UNAN-León.
Los principales motores del sistema de innovación en Nicaragua lo conforman las universidades del país –
principalmente las universidades investigadoras del Consejo Nacional de Universidades (CNU) – así como
algunas empresas del sector productivo y algunas dependencias del Estado. Más recientemente los organismos no
gubernamentales y algunas organizaciones de la sociedad civil han venido incrementando su participación en el SIN,
de particular relevancia para la economía del conocimiento. El entramado de las redes de conocimiento, la generación
de nuevos productos y servicios, principalmente aquéllos derivados de nuevas tecnologías y conocimientos, las
políticas y su organización institucional, así como la interacción de los actores del sistema, es bastante complejo en
Nicaragua. No se puede hablar de un sistema maduro ni eficiente, ni hay una visión compartida de los actores sobre
los objetivos del sistema, sus fortalezas y debilidades.
Las universidades privadas que no forman parte del CNU tienen dificultades adicionales en cuanto a investigación.
Tampoco la ley obliga explícitamente a las universidades a invertir en investigación o innovación tecnológica. Éstas
cuentan con pocos docentes de tiempo completo y, por lo general, no tienen centros e institutos de investigación en
los que se realicen proyectos de trascendencia. Por otra parte, desde la década de 1990 en Nicaragua ha ocurrido una
explosión desmedida de universidades privadas, que ofrecen carreras sin presentar el mínimo de condiciones que
aseguren la calidad imprescindible.
Caso 3
CENTRO DE BIOLOGÍA MOLECULAR DE LA UCA
El Centro de Biología Molecular de la Universidad Centroamericana, (CBM-UCA), inició sus funciones en 1999, contando con
el apoyo de la Fundación Pew Charitable Trusts, New England Biolabs (NEB), la Organización Mundial de la Salud (OMS),
así como con la colaboración de la Universidad de California de San Francisco (UCSF, EEUU), y fondos de la Universidad
Centroamericana (UCA). Éste se convirtió en el primer centro creado específicamente para la formación de jóvenes en el área
de biología molecular y la biotecnología.
Desde su fundación, el objetivo del Centro ha sido la investigación, aplicando el conocimiento a la solución de problemas
concretos de índole agrícola, ambiental y de salud humana. Ha incursionado como proveedor de servicios a la agroindustria, y
más recientemente, en el sector marino, para aportar en el desarrollo territorial (económico, industrial y humano). El Centro
se ha destacado en la prestación de servicios con algunas innovaciones y adaptaciones, como la descripción de marcadores
moleculares en la población nicaragüense, ligado al impulso del servicio biotecnológico de determinación de identidad
humana, incluyendo paternidad. Este trabajo le sirvió para ganar el primer lugar del Premio Nacional a la Innovación para el
Desarrollo, 2005, otorgado por el CONICYT.
El centro ha publicado sus resultados de investigación en revistas especializadas y de divulgación científica. Entre los temas
abordados están:
§ Herramientas genómicas y proteómicas en el estudio de la enfermedad de Chagas.
§ Frecuencias alélicas de marcadores en la población nicaragüense (Premio CONICYT, 2005).
§ Monitoreo de arroz, soya y maíz comercializados en Nicaragua para detección de material transgénico.
§ Evaluación del daño genético en comerciantes de plaguicidas.
§ DNA Barcode, para identificar especies del complejo de peces Midas Cichlidae en Nicaragua.
§ Potencial de biodegradación de DDT y sus metabolitos en suelos agrícolas de Chinandega.
§ Bioprospección de enzimas de restricción en bacterias de suelos y ambientes volcánicos de Nicaragua.
El CBM-UCA es el único en Nicaragua que realiza la prueba de paternidad in situ y con tecnología de punta. Las pruebas de
genética humana incluyen:
§ Identificación humana en casos de desapariciones (trata de menores).
§ Pruebas de paternidad o maternidad típica o en ausencia de uno de los progenitores (paternidad indirecta).
§ Pruebas de identificación molecular en caso de violaciones sexuales.
El Centro ofrece servicios al sector agroproductivo en diversas áreas, incluyendo la detección de Organismos Genéticamente
Modificados (OGM) empleando métodos inmunológicos y moleculares en los que se monitorean proteínas y ADN transgénico.
Estos son servicios de gran importancia para la importación, mercadeo y cultivo de semilla, y otros productos agrícolas biotec
nológicos. Además, son servicios que apoyan a las autoridades nacionales en la aplicación de medidas fitosanitarias. El CBM-UCA
es el único centro del país que ofrece estos servicios, y por ello representa a Nicaragua en las redes regionales sobre biotecnología
y bioseguridad.
Este es un caso importante desde el punto de vista de la Economía del Conocimiento, porque ha sido exitoso en aplicar el
conocimiento y resultados de investigación a problemas sociales concretos de salud, ambiente y el sector agroproductivo.
Méritos importantes en cuanto al impulso de la Economía del Conocimiento:
§ Formación de recursos humanos en tecnologías de punta y áreas emergentes, en las que no existían antecedentes
(entrenamiento de pasantes de nivel de maestría, organización de cursos, seminarios, talleres y congresos nacionales de
biotecnología).
§ Impacto en políticas y estrategias nacionales (asesoramiento a las instituciones de gobierno sobre políticas de medio
ambiente y de biotecnología; representante de Nicaragua en foros internacionales).
§ Vinculación con un amplio rango de prestigiosas instituciones del extranjero (Universidad de California San Francisco,
Universidad de Harvard, Universidad de Gent, New England Biolabs, entre otras), que le han permitido mantenerse al día
y ha facilitado la preparación de nicaragüenses en el extranjero, como: EEUU, Bélgica, España, Suecia y Alemania).
Uno de los factores de éxito, además de la perseverancia individual, ha sido el apoyo incondicional de las autoridades de la
universidad, a pesar del riesgo que representaba apostar por tecnologías nuevas sin contar con el respaldo de una masa crítica
de científicos en el área de biotecnología y, de igual forma, el apoyo recibido de parte de importantes universidades y empresas
del extranjero y de importantes personalidades de la ciencia, incluso de un Premio Nobel.
La mayor cantidad de recursos humanos dedicados a actividades científicas y tecnológicas se encuentra en las
universidades que cuentan con financiamiento público. Éste les ha permitido crear una importante infraestructura
de investigación y preparar recursos calificados. En correspondencia con esa fortaleza de recursos humanos, las
universidades constituyen el baluarte de la creatividad científica e intelectual en Nicaragua, siendo las universidades
del CNU las que mayores contribuciones aportan.
Sin embargo, la proporción de investigadores en el cuadro profesional de las universidades es sumamente baja,
comparada con los estándares internacionales. Aun en las universidades del CNU – que cuentan con la mejor
infraestructura científico-técnica y con mayor tradición investigativa – la proporción de investigadores es pobre,
representando apenas el 15% del total de profesores universitarios. Tan sólo el 5.6% de la planta de profesores del
CNU cuenta con doctorado en ciencias (Ph.D.) o equivalente. En el 2009, las universidades del CNU en su conjunto
agrupaban a 140 profesores con nivel de Ph.D., pero solamente 49 se dedicaban a la investigación. De manera que
el cuadro investigador de las universidades no solamente es poco numeroso sino que, en su mayoría, no está bien
calificado para la investigación científica de nivel internacional.
En el período de 1999 a 2008, en el conjunto de bases de datos del Institute for Scientific Information (ISI),6 se
registraron 437 publicaciones de autores afiliados a instituciones nicaragüenses. La media de publicaciones nacionales
para ese mismo período fue de 44 anual. En el caso particular de las universidades del CNU, éstas contribuyeron con
252 comunicaciones científicas, para un promedio de 25 publicaciones anuales (PNCTI, 2010; RICYT, 2009).
El ritmo de publicaciones en revistas indizadas en los últimos 20 años ha sido variable, con una tendencia al aumento,
ameritando destacarse que las publicaciones resultan de un pequeño número de organizaciones. La mayoría (75%) de
las publicaciones provienen de 7 universidades del CNU. Partiendo de esa misma información se pueden inferir las
fortalezas de las universidades investigadoras, que se pueden ubicar de la siguiente manera: la UNAN-León en el área
de la salud; la UNAN-Managua, en geociencias, la UNA, en ciencias agrícolas; la UNI, en investigación tecnológica y la
UCA en medio ambiente y biotecnología (PNCTI, 2010). La UCA se destaca como la universidad más variada en cuanto
a publicaciones científicas, en correspondencia con la pluralidad temática de sus centros e institutos de investigación.
Esta información indica que gracias al liderazgo y los logros de algunos investigadores y sus equipos, éstos han ido
destacando algunas capacidades en ciertas áreas de investigación que diferencian a unas universidades de otras.
Los recursos humanos para la innovación son aún más débiles en el sector privado. La amplia mayoría (99%)
de las empresas registradas en Nicaragua son empresas de autoempleo, micro, pequeñas y medianas empresas
(MIPYME). Solamente el 1% corresponden a medianas y grandes empresas. Asimismo, el 99% de las empresas
son de capital nacional y sus principales actividades se concentran en tres grandes ejes: comercio (56%), servicios
(24%), y manufactura (20%).7 Las actividades industriales predominantes se enfocan primordialmente en áreas
que tradicionalmente se caracterizan por ser intensivas en tecnología de procesos y mano de obra, pero de ínfima
inversión en investigación y desarrollo (I+D). En la mayoría de las empresas las tecnologías en uso son obsoletas o de
contenido tecnológico muy bajo y con muy poca preocupación ambiental.
Se cuenta con muy pocos recursos del sector financiero para financiar programas y proyectos de CTI. Como es
habitual en la región, la banca privada no financia innovación y, generalmente, el interés bancario para las MIPYME es
demasiado alto (entre 18% y 30% para los préstamos de bancos comerciales). Por otra parte, se puede acceder a algún
tipo de financiamiento, principalmente en cooperación al desarrollo, en forma de préstamos y donaciones (INTA,
MIFIC, INPYME) del BID o del Banco Mundial.
6 El Institute for Scientific Information (ISI) genera y administra el acceso a un conjunto de bases de datos bibliográficos y otros recursos que abarcan los
campos del conocimiento académico.
7 Cuando en Nicaragua se hace referencia al sector industrial lo que se entiende es la industria manufacturera, que comprende las actividades económicas
dedicadas a la transformación de materias primas en bienes (productos) materiales tangibles.
En base a diversos documentos, incluyendo el Plan Nacional de CTI (2010-2013), se puede caracterizar el Sistema
Nacional de Innovación de la siguiente manera:
Sector productivo
§ Excepto por un pequeño grupo de empresas grandes y medianas, la inversión del sector privado en
actividades de I+D es escasa.
§ Las empresas de zonas francas realizan principalmente actividades intensivas en mano de obra barata. Sus
vinculaciones productivas y tecnológicas con el resto de actores de la economía local son limitadas.
§ La falta de vinculación entre empresas resulta en que la difusión de nuevos conocimientos y transferencia
internacional de tecnología sea exigua.
§ Las empresas tienen poco acceso a las fuentes productoras de conocimientos del país, como universidades,
institutos de investigación, y empresas consultoras.
§ La falta de capital conlleva a que las MIPYME enfrenten problemas de escalamiento en la producción.
§ En su mayoría, las empresas no cuentan con conocimientos tecnológicos y capital humano que les
permitan seleccionar nuevas tecnologías y, menos aún, generar nuevo conocimiento. Consecuentemente, el
desarrollo de nuevos productos y procesos es escaso.
§ No hay conciencia sobre el rol de la CTI para el desarrollo productivo y del país, en general.
§ No se fomenta la gestión de la innovación ni como proceso ni para la formación de recursos humanos.
Una experiencia de punto de partida, aunque limitada numéricamente, fue la del Programa la Universidad
Emprendedora (PUE).
Sector gubernamental
§ En el sector gubernamental, las actividades de investigación están centradas en unas cuantas organizaciones
adscritas a ministerios que cuentan con directorios y centros de investigación (MAGFOR, MARENA,
INETER, MIFIC y MINSA). En su mayor parte, las organizaciones gubernamentales realizan algún esfuerzo
para institucionalizar la investigación, así como la evaluación y mejoramiento de la gestión. En búsqueda
de solución de algunas necesidades del gobierno, las organizaciones gubernamentales han venido
estableciendo relaciones con algunos centros de investigación de las universidades. Un buen ejemplo de
esto es el sector agrícola (INTA y FUNICA), que demuestran disposición y habilidad para adaptar, cambiar y
renovar el marco institucional del sector agropecuario rural para incrementar la innovación.
§ La investigación en estas organizaciones está restringida por: la limitada inversión para investigación, los
procesos inadecuados de reclutamiento de investigadores, la persistencia de remuneraciones bajas, y la
escasa actualización académica de muchos de ellos. La infraestructura es limitada, especialmente en TIC.
Estos factores contribuyen a la baja credibilidad de la calidad de servicios por parte de los sectores usuarios,
como la industria, y conllevan, además, a que la atención del sector productivo sea deficiente.
§ La falta de cooperación entre las entidades gubernamentales y las ONG, debido al polarizado escenario
político del país, ha conllevado a un impacto relativamente menor de las ONG en los territorios, afectando
el trabajo por reducir la pobreza. Las ONG de incidencia socio-económica demuestran buena capacidad
de captación de recursos del extranjero, que les permite realizar trabajos de investigación de alto nivel
profesional.
§ El MINSA cuenta con algunas tecnologías ya validadas y replicables de salud pública y epidemiología,
y muestra un buen récord de publicaciones. Esto se explica por las relaciones estrechas que mantienen
con colaboradores del extranjero. Los autores principales de estas publicaciones, sin embargo, son casi
siempre extranjeros, indicando que el MINSA necesita consolidar sus propias capacidades científicas,
particularmente en cuanto a recursos humanos.
§ El MAGFOR cuenta con excelente tradición de investigación y desarrollo, siendo su principal fortaleza el
INTA, el que a su vez presenta fortalezas en el tema de la biotecnología, en donde por más de una década
se han venido incorporando mejores recursos humanos, y se ha contado con financiamiento internacional,
particularmente de Finlandia, para la formación de recursos humanos.
§ En relación a las líneas y acciones de cooperación técnica y financiera en Nicaragua, relacionadas con el
manejo sustentable del ambiente y la biodiversidad, los proyectos que ostentan experiencias exitosas
y dignas de replicar son las colaboraciones del MARENA con algunas ONG (como Cocibolca), y con
consultores externos. Las capacidades propias del MARENA, sin embargo, son muy limitadas.
Sector universitario
§ Nicaragua cuenta con 54 centros e institutos de investigación, distribuidos entre las principales
universidades que integran el CNU. La UCA, que cuenta con 17 centros e institutos, presenta una actividad
investigativa muy dinámica (Torres, 2007). La mayoría de los investigadores tienen como función principal
la docencia en pre y posgrado. El 80% de las unidades de investigación de las universidades se enfoca en
cuatro áreas: producción y economía, medioambiente, democracia y estado de derecho; pocos recursos son
destinados a salud, educación, energía y TIC.
§ La oferta de programas educativos a todos los niveles (técnico, universitario y posgrado), no cubre las
necesidades prioritarias del país.
§ Dadas las debilidades y el escaso número de programas de educación técnica, hay insuficiencia de
trabajadores competentes para la industria.
§ Las fortalezas de investigación tienen muy poca repercusión en la docencia, en general.
§ Se observan serias carencias en cuanto a actualización de los programas profesionales. Por ejemplo, es
precaria la oferta de educación profesional de pre y posgrado en las áreas de ciencias médicas, tecnología e
ingeniería, áreas de importancia estratégica para Nicaragua.
§ Hay enormes debilidades en la medición del impacto y evaluación sistemática de la investigación y
desarrollo tecnológico, así como sobre la pertinencia de los proyectos.
§ La investigación en las universidades se comunica y divulga poco y, paradójicamente, aunque muchos
profesionales calificados para la investigación se dedican más a la docencia, los jóvenes graduados
presentan poca experiencia investigativa en su formación. Salvo los trabajos de tesis monográficas de
licenciaturas, los estudiantes universitarios egresan con pocas habilidades investigativas.
§ La falta de difusión de los resultados es uno de los principales problemas del sistema de investigación
nicaragüense.
§ Asimismo, no existe un sistema que identifique e integre a los alumnos talentosos en los programas de
investigación de los centros e institutos de investigación. Sin embargo, las experiencias recientes del
CONICYT y de la Academia de Ciencias de Nicaragua (ACN), procuran promover el talento científico y la
innovación entre jóvenes universitarios. La ACN estableció en 2011 el Premio al Talento Científico Joven,
que se entrega a la mejor tesis de pregrado mediante concurso nacional.
§ A diferencia de los vínculos con investigadores e instituciones del extranjero, ocurre poca sinergia entre
grupos de diversas universidades del país.
Las relaciones entre universidades y empresas para intercambiar, mejorar o crear conocimientos científicos y
tecnológicos son débiles. Por ejemplo, es incipiente y frágil el sistema de prácticas profesionales, para que los
estudiantes puedan aplicar los conocimientos y desarrollar habilidades para resolver problemas reales de las
empresas. En materia de asistencia técnica o proyectos conjuntos de investigación, las relaciones son aún más débiles.
En relación a la interacción entre las universidades y el sector productivo, Alänge y Scheinberg (2005), apuntan las
siguientes características:
§ La mayoría de las empresas nicaragüenses carecen de investigaciones de mercado, de información y “know-
how”, y la relación con las universidades es prácticamente inexistente.
§ No existen rubros de inversión en investigación y desarrollo en las empresas privadas y se da poca
innovación. Aun cuando ocurre alguna innovación en las empresas, la tecnología que la soporta casi
siempre es obsoleta.
§ Las PYME nicaragüenses, en general, no son administradas estratégicamente, y no existe una cultura de
cooperación entre ellas.
§ Existe desconfianza del sector privado en cuanto a las capacidades técnico-científicas de las universidades
nicaragüenses. Por consiguiente, los empresarios buscan el conocimiento y la información fuera de
Nicaragua, casi siempre mediante la contratación de consultores extranjeros.
§ La situación de la propiedad intelectual sobre marcas y patentes es precaria.
§ Si bien la demanda de servicios desde el sector privado hacia las universidades es poca, la capacidad de
respuesta de las universidades es exageradamente limitada aun en la oferta de cursos especializados para los
empleados de las empresas, análisis de laboratorio o contratación de consultorías.
§ Las habilidades de los egresados de las universidades no se corresponden con las verdaderas necesidades
de la industria nacional. Los empresarios critican que hay un exceso de teoría, muy poco entrenamiento
práctico, y poco espíritu emprendedor. Esto, unido a la falta de capital semilla, resulta en poca experiencia
de emprendimientos dinámicos e innovadores.
Se pueden distinguir al menos dos grandes rubros de inversión en ciencia y tecnología en el país: la asignación
presupuestaria del Estado y la cooperación al desarrollo proveniente de los países cooperantes. El Estado aporta
por mandato constitucional, al conjunto de las diez universidades miembros del CNU, el 6% del presupuesto
nacional (aproximadamente el 1.5% del PIB). Dichos fondos estatales, provenientes de la asignación presupuestaria,
comúnmente conocidos como el “6% constitucional”, significan una enorme contribución de la ciudadanía al
funcionamiento y mantenimiento de las universidades del CNU. El costo unitario por estudiante del sistema
subvencionado por el Estado se estima en $1,154 dólares.
Dadas las limitaciones del aporte estatal, que se destina casi en su totalidad al gasto docente-administrativo y
a las becas estudiantiles, los rubros de investigación, extensión, mantenimiento e inversiones dependen casi
exclusivamente de otras fuentes de financiamiento, como la venta de servicios y de proyectos, financiados por
organismos internacionales y de organizaciones no-gubernamentales.
De primera importancia para la investigación y desarrollo tecnológico de las universidades ha sido la cooperación
técnica y científica brindada por los países europeos, particularmente, la de los países nórdicos (DANIDA, de
Dinamarca; NORAD, de Noruega, ASDI y SAREC, de Suecia y FINNIDA, de Finlandia). Puede concluirse que la
institucionalización de la investigación científica de Nicaragua se ha debido en gran medida a la cooperación
sustancial y continua brindada por esas agencias, relegando en éstas este papel tan importante del Estado
nicaragüense.
La contribución económica que por 30 años brindó Suecia al sector de educación superior se estima en más de 100
millones de dólares (un promedio de 3.5 millones de dólares anuales), aporte que benefició únicamente a las cuatro
universidades del CNU consideradas como estrictamente estatales (UNAN-Managua, UNAN-León, UNI y UNA), dejando
por fuera al resto de universidades del CNU, como la UPOLI y la UCA, que en cuanto a investigación tradicionalmente
han sido consideradas instituciones sólidas.
La cooperación extranjera en CTI ha sido también muy importante para la docencia de las maestrías y para los
hermanamientos con universidades extranjeras, principalmente europeas y, especialmente, con las españolas. La
Agencia Sueca para el Desarrollo y la Cooperación Internacional (Asdi), aportó fondos para la formación de recursos
humanos y desarrollo de los programas de investigación, posgrado y extensión social. La cooperación de Asdi
se enfocó en la formación de docentes con título de maestría y doctorado. Para el período 1987-1995, la UNA, por
ejemplo, logró graduar 22 profesores como maestros en ciencias, mientras que en el período 1995-2011 graduó 17
como doctores en el programa de doctorado UNA-SLU (Sveriges Lantbruksuniversitet, Alemán y Aguilar, 2011).
Caso 4:
Modelos Educativos Valiosos para la Economía del Conocimiento
Hay varias experiencias dignas de resaltar en el campo educativo, porque impactan positivamente en la pequeña escala en la
que han actuado a nivel de los territorios y que merecerían replicarse a nivel nacional1.
§ Técnico Superior para docentes rurales del multigrado. Para atender la calidad docente, un conjunto de
organizaciones conformado por el Centro de Investigación y Acción Educativa Social (CIASES), Fe y Alegría, la Universidad
Centroamericana (UCA) y el Centro Experimental “La Asunción-Fe y Alegría”, montaron un programa de Técnico Superior
para docentes rurales. Este es un nuevo modelo educativo de nivel universitario dirigido a la formación de docentes de
primaria multigrado, cuya importancia radica en el énfasis por aumentar la retención de los alumnos y disminuir el fracaso
escolar.
§ El modelo de gestión de la calidad educativa en los Centros Educativos de Pantaleón. Apoyado por la industria
azucarera, este programa cubre 580 alumnos, que reciben educación primaria y hasta el ciclo básico, con maestros de
alta calidad y contando con consultores externos para la calidad. Más recientemente se viene implementando la creación
de un técnico medio para formar cuadros para la industria azucarera del país y, como resultado, los egresados tendrán
la oportunidad de laborar en el ingenio o en otras empresas, con habilidades especiales, y que ayudará a generar más
empleo.
§ Formación técnica de la Fundación Victoria. La Compañía Cervecera de Nicaragua, a través de la Fundación Victoria,
patrocina un Centro de Formación Técnica y Profesional, que impulsa la formación de técnicos de nivel medio en las
especialidades de mantenimiento industrial y en administración, con énfasis en mercadeo y ventas. Como resultado más
del 70% de los graduados se integran sin dificultades al mundo laboral, ya sea en las compañías en donde efectúan sus
prácticas profesionales o en la red de empresas vinculadas a la Fundación Victoria.
Todos estos programas atienden el sector de formación técnica, que es uno de los principales vacíos en el sistema educativo,
consistiendo en iniciativas innovadoras, proporcionando recursos humanos calificados, y aprovisionando a los jóvenes con
herramientas valiosas para su empleabilidad inmediata. Este tipo de modelos educativos debería de gozar de mejor apoyo si se
quiere avanzar rápidamente en la formación de recursos humanos.
Recientemente algunas universidades, como la UCA, han comenzado a recolectar información sobre indicadores
importantes. En el caso de esta universidad se conoce, por ejemplo, que cuenta con 15 investigadores con nivel Ph.D.
(10% de su planta), y que en 2008 invirtió casi el 8% del aporte estatal asignado en actividades de CTI (Agenda de
I+D+I, UCA 2009).
A la par de reconocer que la inversión pública en ciencia e innovación es insuficiente, de manera que ni se aproxima
al promedio de la región, hay que reconocer, además, que tampoco se están consiguiendo las metas esperadas. La
productividad de la investigación que realizan las universidades del CNU está lejos de corresponderse con los montos
de la inversión. Esto se puede juzgar por la baja productividad de los investigadores en cuanto a publicaciones
internacionales o bien en cuanto a productos patentables o aplicaciones industriales.
La iniciativa privada para CTI es prácticamente inexistente. Aunque la inversión directa del Estado en materia de CTI
es poca, las asignaciones estatales a las universidades representan montos importantes de la frágil economía del país.
Esas asignaciones, sin embargo, apenas se utilizan para financiar actividades de I+D, poniendo en evidencia que las
universidades apuestan poco a su propio desarrollo. De modo que, tanto el Estado como las universidades relegan
en la cooperación extranjera el desarrollo científico-técnico del país. Los indicadores de CTI analizados revelan
la brecha que separa a Nicaragua no solamente de los países de Latinoamérica sino también de sus vecinos. Esto
reafirma también la necesidad de incrementar los esfuerzos en materia de formación de capital humano e inversión en
investigación y desarrollo, si se quiere mejores resultados en cuanto a generación de conocimientos.
Caso 5:
Proyecto de Apoyo a la Innovación Tecnológica (PAIT)
El Proyecto de Apoyo a la Innovación Tecnológica, fue concebido e implementado por el Ministerio de Fomento Industria y
Comercio (MIFIC), con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La meta central del PAIT consistió en apoyar la mejora de capacidades competitivas en pequeñas y medianas empresas (PYME),
a través de la innovación tecnológica. Un elemento distintivo del programa, con respecto a otras experiencias similares de la
región (Chile, Brasil, Argentina, México), fue que el PAIT le dio prioridad a la experimentación y el aprendizaje en el que,
tanto ejecutores como beneficiarios, aprendían de los instrumentos utilizados para la ejecución de financiamientos compartidos
(matching grants).
A las PYME individuales se les asignó un aporte del 60% del total de su inversión; y a las PYME y Prestadores de Servicios
Tecnológicos, el 80%. Dentro de los sectores beneficiados por el PAIT están: agroindustria, textiles, panificación, cuero y
calzado, madera y muebles, metalmecánica, lácteos, pesca, laboratorios farmacéuticos, tecnología de información, entre otros.
Entre los prestadores de servicios tecnológicos estuvieron el CIDEA y el CBM-UCA, dos centros exitosos que cuentan con
importantes vínculos empresariales.
Desde sus inicios, el proyecto se planteó contribuir a establecer las bases para un Sistema Nacional de Innovación Nacional
(SNI), dinámico, impulsando la vinculación estratégica de triple hélice (empresa, academia y gobierno). Se buscó promover
la innovación tecnológica en las PYME y, a partir de eso, establecer un marco de acción (enabling conditions), que facilitara
innovaciones tecnológicas.
El modelo del PAIT es de relevancia como experiencia exitosa en cuanto este tuvo impacto positivo en:
1. El Sistema Nacional de Innovación
2. La vinculación universidad-empresa y la incorporación del conocimiento en las empresas
3. La promoción de la innovación en el sector empresarial
Entre las principales razones que garantizaron el buen desempeño del proyecto podemos resaltar:
4. Haber contado con recursos financieros del BID y con la voluntad política del gobierno. En particular, fue
importante el empeño de las autoridades del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio, interesadas en
fortalecer los requerimientos de los tratados de comercio (CAFTA y Unión Europea), específicamente, en cuanto al
cumplimiento de normas técnicas.
5. La adaptación del modelo de los Matching Grants a las PYME acorde al contexto del país, flexibilizando, por
ejemplo, los requisitos para las PYME y los criterios de evaluación.
6. Las PYME participantes contaron con un facilitador tecnológico que daba seguimiento a todos los procesos. Del
mismo modo, se contaba con firma de auditores para verificar los avances de infraestructura física y financieros.
En los últimos años han ocurrido algunas acciones muy significativas para el desarrollo del Sistema de Innovación de
Nicaragua. Entre éstas hay que mencionar: la consolidación del CONICYT y la creación de la Academia de Ciencias de
Nicaragua, dos organizaciones que impulsan la coordinación de acciones de CTI, contribuyendo también a la creación
de una cultura científica.
Creado en 1995 por decreto presidencial, el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (CONICYT), tuvo muchas
dificultades para afirmarse como órgano del Estado para la promoción del desarrollo científico del país. El Consejo
cuenta con representantes de diferentes sectores, incluyendo varios de las universidades y del sector privado. Aún
con todo el retraso de medio siglo respecto a sus pares en Latinoamérica, fue hasta en el 2000 que el CONICYT pudo
empezar a funcionar. Sin embargo, tuvo que esperar cinco años más (2005), para que el gobierno le asignara por
primera vez un modesto presupuesto para sus operaciones básicas, utilizadas principalmente para cubrir la planilla.
Consecuentemente, el CONICYT ha sido percibido como un organismo sin visión clara ni estrategias, y se le ha
criticado por su falta de capacidad para apoyar el desarrollo del país (Alänge and Scheinberg, 2005). Después de
tantas dificultades, sin embargo, esta percepción ha ido cambiando y en los últimos años el CONICYT ha venido
convirtiéndose en una organización no solamente reconocida a nivel nacional sino también aceptado en el ámbito de
la CTI.
La misión del CONICYT consiste en consolidar el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación,
en búsqueda del desarrollo económico y social del país, a través de la ejecución del Plan Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación. En los últimos años, el CONICYT ha emprendido tres grandes tareas: elaborar la Política
Nacional de CTI, la Ley General de CTI y el Plan Nacional de CTI, tres grandes metas planteadas desde el momento
de su fundación hace casi dos décadas. En el 2009, con financiamiento de la IDRC de Canadá y apoyo técnico de
la CEPAL, fue organizado el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (2010-2013), que busca impulsar el
desarrollo económico y social sostenible de Nicaragua, utilizando como motores principales la CTI. Por primera vez
en varias décadas se cuenta con un Plan Nacional en materia de CTI. Sin embargo, la falta de financiamiento para las
tareas propuestas en el Plan ha limitado su cumplimiento.
§ La implementación del Premio Nacional a la Innovación. Este premio, que en 2012 efectuará su
sexta edición, tiene como objetivo desarrollar e incentivar la transferencia tecnológica para impulsar el
crecimiento del número de empresas innovadoras y mejorar la infraestructura tecnológica nacional del
conjunto de organizaciones que prestan servicios tecnológicos básicos y avanzados a las empresas.
§ La realización de Semana de la Ciencia en Nicaragua. El objetivo que persigue esta actividad, realizada
por vez primera en 2011, es acercar a la ciudadanía a los temas de ciencia y tecnología que cada vez toman
mayor relevancia en la vida cotidiana. Es abierta a todo público, permite divulgar las investigaciones
nacionales, y mejorar la percepción sobre el quehacer científico.
§ Creación del Catálogo de Servicios Universitarios, que recoge información sobre los servicios que ofrecen
las universidades al sector privado y al público general.
Los vínculos del CONICYT con la Academia de Ciencias de Nicaragua, y el desarrollo de acciones conjuntas fue un
acierto que le hizo ganar credibilidad en el mundo académico local.
Caso 6:
La Academia de Ciencias de Nicaragua (ACN)
La Academia de Ciencias de Nicaragua es una asociación civil sin fines de lucro, y de duración indefinida, con
personería jurídica reconocida por la Asamblea Nacional a través del Decreto No. 6152, del 24 de agosto de
2010, y tiene como objetivo general fomentar y difundir la ciencia, la investigación y la educación científica,
para que sirvan de elementos intrínsecos del desarrollo humano sostenible del país.
En 2010, la ACN elaboró su primer plan estratégico 2010-2013, que ha servido como referente para los planes
operativos anuales posteriores. El objetivo central de dicha Estrategia fue trazar la ruta de acción inicial (2010-
2013), para encaminarse a alcanzar los objetivos consignados en los Estatutos de la Academia. A partir de
estos objetivos se organizaron los planes anuales de trabajo, los que se impulsan a través de tres comisiones
de la Academia que corresponden a dichos objetivos. Éstos son: 1. Consolidación organizativa y formación de
capacidades de la Academia y vinculación efectiva con instituciones afines; 2. Fomento de estrategias, políticas
públicas y programas en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación; 3. Contribuir a la creación de una cultura
científica y a la promoción de la apropiación de la sociedad sobre asuntos de CTI.
Además, la Academia ha apoyado al CONICYT en la representación del país ante diversos foros internacionales,
el Premio a la Innovación, la Revista Científica del CONICYT, entre otras. En 2011 se firmó el primer convenio
(formal) de cooperación con el CONICYT. En sus primeros pasos, la ACN ha dado muestras de encaminarse
a erigirse como una organización científica líder y de considerable impacto en el ámbito de la ciencia y la
educación científica del país. Ha causado un impacto positivo y ha sido bien recibida, suscitando muchas
expectativas en la sociedad. A nivel internacional ha estado presente en todos los foros de las Academias de
Ciencias, habiendo sido incorporada como miembro pleno de las asociaciones más importantes de Academias
de Ciencias: la Red Mundial de Academias de Ciencias (IAP), y la Red Interamericana de Academias de Ciencias
(IANAS). También ha representado a Nicaragua en eventos internacionales por delegación del CONICYT.
Las actividades de la Academia cuentan con muy buena convocatoria, especialmente los Seminarios de la
Academia. El primer taller nacional de periodismo científico se realizó con el apoyo de varias organizaciones
internacionales, como la prestigiosa Red Internacional de Ciencia y Desarrollo (SciDev.Net), convocando a un
buen número de estudiantes de periodismo.
Según el Informe Global de Tecnologías de la Información y Comunicación (2011), Nicaragua se ubicó en la posición
128 de 138 países dentro del ranking en el uso de nuevas TIC, mejorando dos lugares con respecto al 2010, cuando
estaba en la posición 130. El estudio analizó la penetración y uso de las TIC en los diferentes niveles de la sociedad,
dejando en evidencia el mayúsculo desafío para Nicaragua en materia de las TIC.
El uso extendido de las TIC podría dar grandes aportes en muchas áreas, como educación, producción y salud.
Actualmente, sin embargo, se observa una brecha en cuanto al beneficio tecnológico. Mientras un sector de la
población se beneficia directamente del uso de las TIC, hay otro sector mayoritario, que por sus condiciones
de pobreza y marginalidad no se beneficia, y sus posibilidades de hacerlo son insignificantes. Aquí se incluyen las
MIPYME. Como en otras partes de la región, existe una brecha amplia en cuanto al uso de TIC según el área de
residencia (urbano-rural), ocurriendo el mayor acceso en el área urbana, debido a que en el área rural las personas
perciben menores ingresos.
La penetración de la telefonía fija en Nicaragua8 ha crecido lentamente, pasando de tener 162,484 usuarios de línea
fija (3.2% de la población) en el 2000 a 252,000 usuarios (4.5% de la población) en el 2008. En contraste, la telefonía
celular experimentó un rápido crecimiento, pasando de 164,509 usuarios (3.2%) en el 2001 a 3.139,697 (55%) en
el 2009. Lamentablemente, debido a su poco poder adquisitivo, en los estratos más pobres la telefonía móvil se usa
principalmente para recibir llamadas.
Por otra parte, se ha constatado un limitado avance de las condiciones básicas para la prestación de servicios en
línea con enfoque de ventanilla única por parte de autoridades públicas: la interoperabilidad y la firma electrónica.
A pesar de la aprobación de la ley de firma electrónica (Ley 729, de 2010), es poca la incidencia que ésta ha tenido.
En 2010, Nicaragua fue de los países que más había retrocedido en el ranking de Gobierno Electrónico, ubicándose
en el puesto 118 de un total de 138 países. Los distintos gobiernos del país han mantenido portales informativos.
Sin embargo, aún se está lejos de prestar servicios transaccionales en línea con enfoque de ventanilla única. De igual
manera sólo el 25% de las municipalidades tienen sitos web. Actualmente, los portales de acceso a la información
pública gubernamental son utilizados principalmente como instrumentos de propaganda y autopromoción oficial.
Una evaluación reciente de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que efectuó un monitoreo de las páginas web
de los municipios del país concluyó que apenas el 5% de éstas cumplen con la implementación de la ley de acceso a la
información pública.9
El limitado acceso a Internet (apenas el 10% de la población), y los altos costos de banda ancha representan algunos
de los mayores obstáculos para la expansión del uso de las TIC en todo el territorio nacional. Para Nicaragua, en 2008,
las tarifas de banda ancha representaron el 58% del PIB per cápita, calculado para 1Mbps (Mega bits por segundo).10
En los países desarrollados este tipo de conexiones representa menos del 1% del ingreso per cápita mensual, y para
muchos países de la región éste es del orden del 10%. Tales valores hacen que este servicio sea inalcanzable para gran
parte de la población. Esta es una seria limitante para los procesos de enseñanza aprendizaje.
Recientemente se han implementado diversos planes y programas para mejorar la dotación de computadoras para
los estudiantes. Un ejemplo es el “Programa una computadora por niño en Bluefields”, ejecutado por la Fundación
Zamora Terán, en alianza con el gobierno de Dinamarca. Esto permitió beneficiar con computadoras XO a más de
seis mil niños de escuelas públicas y de escasos recursos en las regiones autónomas del Caribe nicaragüense. Una
experiencia parecida se implementó en la reserva natural isla de Ometepe en el lago Cocibolca. A pesar de todos estos
esfuerzos, la tasa de alumnos por computadora continúa siendo muy elevada, calculando para primaria una tasa de
43 y para secundaria de 51 (Alvariño y Severín, 2009), mientras el promedio en América Latina es de 27 y 17, para
primaria y secundaria, respectivamente. Solamente el 17% de los docentes está capacitado para utilizar el computador
en sus usos básicos. Su acceso a Internet es también muy limitado, situación que dificulta la adquisición de nuevos
contenidos educativos, especialmente aquellos de carácter interactivo, que permiten desarrollar nuevos tipos
de aprendizaje. Como complemento a esta problemática, Nicaragua posee el porcentaje más bajo de instituciones
educativas con computadoras, representando únicamente el 5% de cobertura (al menos una computadora), mientras
8 Según datos publicados en la página web del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (TELCOR).
9 Disponible en internet: http://www.violetachamorro.org.ni/.
10 Datos de la CEPAL, 2008. Se refiere al cálculo realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), que relaciona el costo mensual de la
tarifa de banda con el PIB per cápita mensual del país (en porcentaje).
países como Cuba, Chile y Uruguay poseen el 100% de cobertura en las instituciones, con al menos una computadora
por centro (Sunkel et al. 2011; Hinostroza y Labbe, 2011). Esto conlleva a un menor acceso a internet por parte de las
instituciones de educación. Por otra parte, los índices de Nicaragua en cuanto a capacitación de docentes en uso de
las TIC son de los más bajos en América Latina.
El uso de Internet para procesos de enseñanza-aprendizaje es menor que su uso en correspondencia electrónica para
mensajería instantánea (e-mail) o para redes sociales como Facebook o Twitter. Debido al limitado acceso a internet,
que tienen la mayoría de los hogares, se ha expandiendo la demanda de Ciber Café, para los usos antes descritos y en
menor medida para formación educativa. Por otra parte, la configuración de internet en el celular es promovida por
las empresas de telefonía. Desde 2002 se observa un crecimiento sostenido de usuarios de internet. Sin embargo, a
pesar del rápido crecimiento que se observa en los últimos años, todavía el acceso a este servicio es muy limitado.
Indicador 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010
Usuarios de Internet 597 3,980 14,922 49,733 89,504 124,295 154,124 298,685 578,816
Porcentaje de la
0.01 0.08 0.30 0.98 1.71 2.32 2.80 5.3 9.99
población usuaria
Fuente: Elaboración propia en base a estadísticas del Banco Mundial para Nicaragua 1960-2011
Se presenta un relativo rezago en la incorporación de las TIC en el sector salud, en comparación con otros países, en
donde se utilizan para mejorar la cobertura y calidad, como también en la optimización de los procesos de gestión de
los servicios de salud ofrecidos (telemedicina, teleconsultas y video conferencias). Ante esto, es evidente el retraso en
la definición de políticas específicas para el fomento de actividades que lleven al aprovechamiento del uso de las TIC
en la salud y otros servicios públicos.
El sector TIC en Nicaragua es muy incipiente y no existen en la actualidad estadísticas que determinen con exactitud
el número de empresas que lo componen. Según estudios del DESCA11, se estima que el sector privado es el
que más invierte en el área TIC, pero el 75% de las empresas que invierten en TIC son extranjeras, lo que refleja
poco dinamismo del sector privado nacional en esta área. Una iniciativa interesante es la que impulsa el Instituto
Nicaragüense de Desarrollo, que a través del Programa de Emprendedores Juveniles organiza los Congresos de
Jóvenes Emprendedores. Dentro de esta iniciativa se presta atención a la formación de capacidades en temas
TIC.12
Indicador 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Importaciones de bienes
3.59 3.97 5.57 6.64 5.98 6.14 6.55 5.48 4.10 3.89 4.77
TIC*
Fuente: Datos del Banco Mundial, Estadísticas de Nicaragua 1960-2011.
*Porcentaje del total de importaciones de bienes.
En Nicaragua, existen varias organizaciones públicas y privadas que fomentan el sector TIC -como PRONicaragua, el
Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (CONICYT), INPYME y Güegüe- las que sin duda aportan a cambiar el
11 Programa Desarrollo Económico Sostenible en Centroamérica DESCA de la Cooperación Alemana al Desarrollo, GIZ.
12 En los congresos los jóvenes participan en ferias empresariales en las que se promueve el acercamiento a las TIC en los negocios y emprendimientos
empresariales y sociales, el fomento del espíritu emprendedor y la responsabilidad social empresarial vía TIC.
gran atraso que presenta este sector. Güegüe cuenta con un centro de educación en tecnología de la información con
certificación de nivel internacional, y es una de las empresas más sobresalientes en este ámbito.
El avance de los países en vías de desarrollo, como Nicaragua hacia una economía del conocimiento, exige un
ambiente propicio para la innovación, un régimen económico y un marco institucional adecuado. En el contexto de
Nicaragua son relevantes los siguientes elementos: la política industrial, el régimen de propiedad intelectual, el clima
de negocios, los niveles de competitividad y el marco regulatorio específico de CTI.
Desde hace al menos una década, Nicaragua ha venido elaborando propuestas para crear e implementar una política
industrial. Se conoce el esfuerzo de la Cámara de Industrias (CADIN), en 2001; posteriormente, una propuesta
elaborada en 2006 por la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), enfocada en el sector
de Agroindustrias, además de una propuesta mejor elaborada, que recogía los aportes del Primer Foro de Política
Industrial de noviembre de 2007. El Plan Nacional de Desarrollo Humano (2008‐2012), tomó en consideración dicho
documento. Finalmente, en 2010 fue concluida la propuesta y elaborado el Plan de Implementación (2010‐2014).
§ Para la articulación de una serie de políticas económicas y para impactar positivamente en la reducción
de la pobreza, la Política Industrial recoge entre otros elementos: el clima de negocios, capital humano,
innovación y desarrollo tecnológico, mercados de capital y crédito, infraestructura y servicios de apoyo,
transformación y organización industrial, mercados, desarrollo inclusivo y responsabilidad social
empresarial, sostenibilidad ambiental y enfoque de género.
§ Para incrementar la industrialización, la estrategia de implementación de la Política Industrial se enfoca
en dos ejes centrales: (a) El mejoramiento de la competitividad de las industrias existentes, mediante la
modernización y ampliación de las capacidades instaladas de producción y el incremento de la calidad;
(b) La diversificación de la producción industrial, mediante el desarrollo de nuevos productos de mayor
contenido tecnológico y valor agregado.
§ En el caso particular de la agroindustria, la política industrial se propone “fomentar la integración directa
entre la producción agropecuaria y la transformación industrial, incentivando modelos de organización
empresarial”. Aquí se comprenden diversas actividades agroindustriales, como la avicultura y producción de
carne de pollo, productos lácteos, miel y productos derivados de la apicultura, conservas y jugos de frutas
y legumbres, productos de molinería y confitería, aceites y grasas, alimentos balanceados para animales y
otros. También se contempla la promoción de la producción de biocombustibles (biodiesel y etanol), a
partir del procesamiento de productos agrícolas.
§ Se establecen reformas a la Ley de Compras y Contrataciones del Estado, para facilitar el acceso de las
pequeñas industrias a las compras y su uso, como instrumento para incentivar la producción nacional.
§ Se busca reducir los tiempos y costos de los trámites derivados de regulaciones para la instalación,
operación y cierre de empresas (registro de la propiedad, licencias y permisos de construcción,
de explotación de recursos, sanitarios, ambientales, de precios, trámites para pago de impuestos,
importaciones y exportaciones, operaciones financieras, resolución legal de conflictos, etc.).
§ Se resalta la importancia del desarrollo de capacidades empresariales (espíritu empresarial, identificación
de oportunidades de negocio, creatividad, entre otros), para promover la creación de empresas y el
autoempleo. En esto se plantean iniciativas para colaborar con el CNU y las universidades en el desarrollo
de programas de emprendimiento, y con el MINED e INATEC en la preparación de contenidos para la
reforma curricular y la formulación de programas, que incorporen el desarrollo de capacidades de creación
de negocios.
§ Se busca promover la vinculación entre el sector educativo, empresarial y gubernamental, para desarrollar
y orientar las actividades de investigación y desarrollo de productos y procesos, de capacitación y
asistencia técnica, hacia las necesidades de la economía y, particularmente, de las empresas y proyectos de
industrialización.
§ La política enfatiza la importancia de impulsar la adopción, implementación y desarrollo de las TIC y los
sistemas electrónicos en las operaciones empresariales, tanto en lo referente a operaciones internas (intra-
empresa), como externas (entre empresas y entre éstas y los consumidores, el gobierno, la banca y otros
sectores).
En 2008 fue aprobada la Ley 645, “Ley de promoción, fomento y desarrollo de la micro, pequeña y mediana empresa”
(Ley MIPYME). El objetivo de esta ley es propiciar un ambiente favorable para el desarrollo de las MIPYME, que
son un sector muy importante de la economía nacional. El órgano rector de esta ley es el Ministerio de Fomento,
Industria y Comercio (MIFIC), y la instancia ejecutora de las políticas, el Instituto Nicaragüense de Apoyo a la Pequeña
y Mediana Empresa (INPYME). Asimismo, fue establecida la creación de un Consejo Nacional de la Micro, Pequeña
y Mediana Empresa (CONAMIPYME), como una instancia de consulta, concertación y consenso entre el Gobierno
Central, los Gobiernos Municipales, los Gobiernos de las Regiones Autónomas, y el sector gremial de la MIPYME, para
determinar las prioridades nacionales, que son expresadas en políticas, programas y acciones dirigidas a la promoción
y al fomento del sector. También fue aprobada la creación del Programa Nacional Multi-anual de Apoyo a la Micro,
Pequeña y Mediana Empresa (PROMIPYME), dirigido por el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC), en
coordinación con todos los sectores públicos y privados involucrados en las actividades de las MIPYME.
Caso 7:
Aprovechamiento del Potencial de Energías Renovables
El agotamiento de los combustibles fósiles, como fuentes tradicionales de energía y la preocupación ambiental, obligan a la
mayoría de países del mundo a promover el uso de energías renovables como alternativas energéticas. A juicio de los expertos,
Nicaragua presenta un gran potencial en la generación de este tipo de energías. Sin embargo, la falta de recursos financieros
hace que el país continúe dependiendo de los combustibles fósiles para la generación de cerca del 70% del consumo de
electricidad.
Poco a poco se ha ido avanzando para corregir este problema. Se han establecido incentivos fiscales a través de la Ley 532,
para la promoción de generación de energía a partir de fuentes renovables, y el Estado sigue un plan para cambiar la matriz
energética al 2017.
Gráfico 2:
Proyección de la matriz energética nacional al 2017
Actualmente el Estado busca reducir la dependencia de
hidrocarburos hasta un 4% y generar energías renovables
provenientes de la geotermia, hidroelectricidad, energía eólica y
biomasa. Modificado de ProNicaragua (Energía e Infraestructura).
El factor de éxito en la operación de estas centrales hidroeléctricas
es la adaptación de tecnologías locales, que contribuyen
a disminuir considerablemente los costes de instalación y
operación. Al desarrollarse localmente la manufactura de equipos
para las centrales se facilita el mantenimiento de la maquinaria,
y la capacitación de los técnicos responsables de la operación
de los proyectos. Dicha estrategia de fabricación local, pero con
estándares internacionales, permite reducir la dependencia de
equipos importados.
El Proyecto Eólico Amayo suministra electricidad limpia a la red nacional de Nicaragua, que cubre más del 90% del territorio
poblado del país. Ha sido la primera experiencia de este tipo en Nicaragua y una de las más grandes en Centroamérica. A pesar
de haberse iniciado en fechas recientes, el proyecto Amayo por si solo aporta aproximadamente el 6% de toda la generación de
electricidad del país, y contribuye significativamente a la reducción anual de 120 mil toneladas de dióxido de carbono.
Proyectos de energía renovable como el de Amayo tienen singular importancia para la Economía del Conocimiento en
Nicaragua, no sólo porque ayudan a reducir las emisiones de gases del efecto invernadero, sino porque contribuyen también a
mitigar la grave situación energética que va en detrimento de la deteriorada situación económica del país. El limitado acceso a
la electricidad en Nicaragua afecta seriamente la productividad y competitividad nacional. Por contar con tecnología moderna,
el proyecto aporta, además, facilitando transferencia de tecnología y conocimiento a las comunidades y la industria local.
Entre las estrategias para el desarrollo empresarial, se plantea la capacitación y asistencia técnica de las MIPYME,
así como también facilitar el acceso al financiamiento. Se presta especial importancia a la promoción de la
modernización tecnológica y el fomento a la inversión en investigación, desarrollo e innovación tecnológica, así como
el entrenamiento de los recursos humanos, con el fin de incrementar la productividad, la mejora de la calidad de los
procesos productivos y productos, la integración de las cadenas productivas y la competitividad de los productos.13
La falta de títulos de propiedad representa una gran limitante para el desarrollo de los pequeños empresarios, los
cuales, al no poseer garantía de pertenencia de la propiedad, no son sujetos de crédito. Esto les impide realizar
mayores inversiones en sus parcelas e incluso utilizar nuevas tecnologías que harían más eficiente su producción.
Aumentos de la inversión permiten convertir la propiedad en capital, dándole un valor de activo, aumenta la
productividad del predio y el valor neto de las ganancias que genera.
El Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC), es el encargado del resguardo de la propiedad intelectual
bajo el amparo de la Ley de “Patentes de invención, modelo de utilidad y diseños industriales (Ley No. 354). La ley
establece las disposiciones jurídicas para la protección de las invenciones; los dibujos y modelos de utilidad, los
diseños industriales, los secretos empresariales, y la prevención de actos que constituyan competencia desleal.14 En
esta misma ley se establece que los requisitos para patentar son: las invenciones que tengan novedad, nivel inventivo,
que sean susceptibles de aplicación industrial y los procedimientos para obtenerla. El Estado de Nicaragua considera
la Propiedad Intelectual como una herramienta importante para el bienestar social y cultural del país, y se propone
alentar la creación y promoción de la actividad creativa e innovadora de los sectores económicos.
Paradójicamente, el tema de la propiedad intelectual es prácticamente desconocido en las universidades, y los
centros de creación intelectual y científica del país. El asunto ha sido poco relevante, pero recientemente algunas
universidades como la UCA, UNI y la UNAN-León lo han introducido ya en sus políticas de investigación e innovación.
Un proyecto de 2011, promovido por la Red de Propiedad Intelectual e Industrial en Latinoamérica, instancia
regional, busca fortalecer la cooperación entre las instituciones de educación superior de América Latina en temas
vinculados con la Propiedad Intelectual y la Innovación. Entre las entidades colaboradoras de la red se incluyen:
la Oficina Europea de Patentes, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, las Oficinas de Propiedad
Intelectual e Industrial de España y de los países participantes de Latinoamérica y la Red Universia.
Desde la década de 1990 no se ha formulado nueva legislación o políticas nacionales que propicien la utilización
efectiva de las fortalezas y oportunidades en materia de ciencia y tecnología. La única ley aprobada es la de firma
electrónica (Ley 729), que tiene por objeto reconocer la eficacia y valor jurídico de la firma electrónica, certificados
digitales y de toda información inteligible en formato electrónico, independientemente de su soporte material,
atribuible a personas naturales o jurídicas, públicas o privadas. Asimismo, la ley regula todo lo relativo a los
proveedores de servicios de certificación.
13 Ley No. 645, Ley de promoción, fomento, desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana empresa (Ley MIPYME). Aprobada el 24 de enero de 2008, y
publicada en La Gaceta, Diario Oficial, No. 28, del 8 de febrero de 2008.
14 Ley de patentes de invención, modelo de utilidad y diseños industriales. Ley 354, aprobada el 01 de junio de 2000.
15 Constitución Política de la República de Nicaragua. Arto. 116. La educación tiene como objetivo la formación plena e integral del nicaragüense; dotarlo
de una conciencia crítica, científica y humanista; desarrollar su personalidad y el sentido de su dignidad; y capacitarlo para asumir las tareas de interés
común que demanda el progreso de la nación; por consiguiente, la educación es factor fundamental para la transformación y el desarrollo del individuo
y la sociedad.
El CONICYT se ha dado a la tarea de apoyar el entramado legal e institucional de leyes que tienen que ver
directamente con las actividades de investigación e innovación del país. Aunque se ha avanzado en la formulación
de un borrador de Política, y se cuenta con un borrador de Ley General de CTI que se espera sea discutido por la
Asamblea Nacional en 2012, a la fecha, sin embargo, sólo existen anteproyectos de ley:
§ Anteproyecto de Ley General de Ciencia y Tecnología. La finalidad de esta ley es instituir el marco general
que facilite la generación, difusión y utilización del conocimiento científico, la tecnología y la innovación
para contribuir al desarrollo humano, económico, social y ambiental de Nicaragua.
§ Anteproyecto de Ley de Protección de Datos Personales. Esta ley tiene por objeto la protección de la
persona frente al tratamiento de sus datos personales, ya sea que estén almacenados en ficheros de datos
públicos o privados, automatizados o no.
§ Anteproyecto Ley de Comercio Electrónico. Esta ley tiene por objeto reconocer el valor jurídico y
probatorio de los actos jurídicos celebrados mediante medios electrónicos u otros de mayor avance
tecnológico, por personas naturales o jurídicas en la realización de actividades de comercio electrónico.
El anteproyecto de la “Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación” (2009), se propone “instituir el marco
general que facilite la generación, difusión y utilización del conocimiento científico, la tecnología y la innovación, para
contribuir al desarrollo humano, económico, social y ambiental de Nicaragua. Como norma fundamental del quehacer
científico-técnico, esta ley guiaría el avance de la ciencia y la tecnología en las universidades y la sociedad en general.
El Plan Nacional de CTI, promovido por el CONICYT, contempla la elaboración de la Política, así como también la
creación de un Sistema Nacional de Investigadores, “como una forma de garantizar los incentivos personales e
institucionales para alcanzar resultados de calidad”.
El borrador actual de la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Nicaragua (2009), abarca el período
2010-2030. Entre los objetivos planteados se incluyen:
Nicaragua no cuenta con experiencias de incubadoras de empresas, lo que ha conllevado a una limitada experiencia
en emprendimientos dinámicos e innovadores.16 Se considera que esta debilidad es debida, en parte, a que las
universidades aún no adquieren conciencia sobre la importancia instrumental de las incubadoras. Pero en años
recientes ha sido promovida una mayor discusión sobre estos temas, como el Programa PUE, que ha facilitado el
debate sobre la transformación y readaptación institucional para estimular la relación Universidad-Empresa y la
creación de incubadoras.
En dicho contexto, también emergió el proyecto del Parque Tecnológico Nacional, liderado por la Universidad
Nacional de Ingeniería (UNI). El proyecto, financiado por el Banco Mundial, busca fortalecer la investigación,
la innovación y la transferencia tecnológica en Nicaragua. En ese sentido, se propone construir competencias
académicas y capacidades tecnológicas y de infraestructura, tratando de que el parque tecnológico se convierta en
un espacio donde haya infraestructura, tecnología y talento humano al servicio del desarrollo de las empresas y del
16 Recientemente se ha establecido una nueva iniciativa denominada “Emprendimientos Dinámicos” que, impulsada por el COSEP, busca fomentar la
creación y desarrollo de empresas de alto crecimiento que generen empleos de calidad.
país. En particular, se propone apoyar el fortalecimiento de las PYME. Se estima que en el país hay alrededor de
150 mil empresas, principalmente micro y pequeñas empresas, que presentan serias debilidades de infraestructura y
tecnología. El proyecto tiene un costo de 53.5 millones de dólares, y la primera etapa deberá iniciar en 2012. Entre los
principales servicios que pondrá a disposición el Parque están: asesorías y acompañamiento tecnológico, servicios y
asistencia técnica y legal, capacitaciones y mesas de negocios.
Cuadro 4:
Leyes relacionadas al ámbito de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI)
§ La baja calidad del sistema educativo es el reto principal que debe enfrentar la sociedad nicaragüense de
cara a su desarrollo socioeconómico. Los pésimos niveles de escolaridad de la fuerza laboral nicaragüense
son el principal impedimento para la inserción de Nicaragua en la nueva economía global del conocimiento.
Mientras no exista una apuesta decidida por aminorar las brechas educativas que le permita a los
ciudadanos lograr los once años de escolaridad, los nicaragüenses no podrán salir de la pobreza y Nicaragua
seguirá teniendo ínfimas perspectivas de crecimiento económico.
§ Expresada sin ambigüedades en el presupuesto de la República, la política educativa debería ser congruente
con los objetivos de cualquier plan de desarrollo y estar acorde con la política económica de dicho modelo
de desarrollo. Dada la pobre inversión en educación y la pésima calidad del sistema, da la impresión,
sin embargo, de que en Nicaragua los tomadores de decisiones aún no consideran a la educación como
un factor clave en el desarrollo económico. A falta de una conciencia ciertamente visionaria acerca del
rol verdadero del sistema educativo por parte de las autoridades, resulta cada vez más demagógica la
proclamación de avances en el desarrollo económico nacional. Ante cualquier avance en los demás pilares
de la Economía del Conocimiento, como el sistema de innovación o el marco institucional, se corre el
riesgo de acrecentar aún más la brecha educativa existente.
§ En los últimos 30 años, Nicaragua ha registrado algunos avances en materia de educación. Uno de los
principales logros ha sido la mejora de la cobertura en educación básica y la reducción del analfabetismo.
Dicho esfuerzo, sin embargo, es insuficiente si se quiere progresar en la reducción de la pobreza y alcanzar
mejor calidad de vida. Inclusive, las metas actuales de escolaridad de la población general son aún
demasiado limitadas para estándares de la región. Mientras por el lado positivo, en la primaria se logra el
93% de la matrícula neta ajustada. El problema se presenta en la pésima calidad educativa, lo que repercute
en una tasa de sobrevivencia del 60%, muy distante del promedio latinoamericano del 80%.
§ La formación profesional técnica tampoco está a la altura de las exigencias de la realidad nicaragüense ni en
disposición de los cambios y tendencias de la revolución tecnológica y la globalización. Por el contrario, la
crisis que atraviesa se ve agravada por la poca valoración social y económica que tiene la Educación Técnica
en Nicaragua, siendo esto uno de los mayores detractores para la consolidación de este subsector educativo.
Esta falta de estima en la sociedad nicaragüense, a favor de la educación universitaria y en detrimento de
la técnica, ignora que el país requiere de técnicos con habilidades y competencias laborales ajustadas al
contexto de los nuevos tiempos.
§ La educación superior ha experimentado profundos cambios en las tres últimas décadas, lo que se
puede apreciar en una considerable expansión de la matrícula, la rápida multiplicación y diversificación
de las instituciones de educación pos secundaria, con una creciente participación del sector privado
en la composición de la oferta educativa. Aunque el crecimiento de la población estudiantil universitaria
ha sido muy importante en números absolutos, la tasa de escolarización sigue siendo comparativamente
baja, atendiendo a cerca de 200,000 jóvenes, pero dejando fuera del subsistema a alrededor de 600 mil
(Tünnermann 2008b).
§ La debilidad del país en materia de CTI es otra de las limitantes del desarrollo económico y social del país.
Esa situación se refleja en la ínfima inversión en actividades de ciencia, investigación y desarrollo. Se cuenta
con una de las tasas más bajas de investigadores por cada mil integrantes de la población económicamente
activa (0.16), los residentes registran pocas patentes, y el número de publicaciones de investigadores
nicaragüenses son escasas.
§ Por el lado positivo, se avanza en el fortalecimiento del organismo nacional de Ciencia y Tecnología
(CONICYT), existe ya un Plan Nacional de CTI, se cuenta con un anteproyecto de Ley de Ciencia,
Tecnología e Innovación, las universidades se esfuerzan por acoplar la investigación en su quehacer
académico y la Academia de Ciencias impulsa enérgicamente varios programas que resaltan la importancia
de la CTI para el desarrollo de la sociedad.
§ Nicaragua dispone en la actualidad de las condiciones mínimas necesarias para consolidar su sistema
nacional de CTI. Las universidades avanzan en el reclutamiento de investigadores y la instalación de
diversos institutos, centros y unidades de investigación; y hay valiosos investigadores que demuestran la
vocación y la sensibilidad social, imprescindibles para impulsar el desarrollo de la ciencia en el país.
§ La cooperación internacional ha sido un pilar fundamental sobre el que ha descansado la construcción
de una capacidad endógena de I+D, que se ha traducido en la formación de postgrado de profesores
universitarios, y en la existencia de varias unidades, programas y proyectos de investigación en las
principales universidades.
§ Los esfuerzos de la cooperación internacional, sin embargo, no han sido acompañados suficientemente
por las instituciones de educación superior del país. Salvo contadas excepciones, no existen políticas
explícitas de investigación científica en las universidades del país. Tampoco se han generado en ellas planes
sistemáticos de desarrollo de esa función.
§ Esa capacidad potencial se ve amenazada por: la ausencia de tradición nacional en el ámbito de la
investigación científica; la escasez de los recursos financieros (públicos y privados), destinados a CTI; la
falta de una cultura de investigación; el enfoque profesionalista de casi todos los programas de postgrado
nacionales; y poca participación del sector privado respecto a la importancia de la I+D.
§ En relación a las TIC, el reto principal consiste en expandir el acceso a Internet si se quiere aprovechar
las oportunidades disponibles haciendo uso de las bases ya establecidas. La brecha digital de Nicaragua
presenta enormes retos para la competitividad del país.
§ Las PYME y las microempresas, que conforman la mayor parte de la actividad productiva del país, cuentan
con la menor penetración de servicios TIC debido al bajo nivel de asequibilidad de terminales y del servicio
de Internet, la falta de percepción sobre su impacto, y los bajos niveles de apropiación. No obstante,
Nicaragua cuenta con buena cantidad de proveedores que en competencia avanzan en los servicios
ofrecidos.
§ Las universidades presentan importante infraestructura básica y recursos humanos en cuanto a TIC, lo que
con mejores políticas podría encauzarse eficientemente hacia mayor dinamismo en la oferta de bienes y
servicios para sectores específicos indispensables para la Economía del Conocimiento (educación, salud y
PYME).
§ El reto de ampliar el acceso a las TIC es más pronunciado en las comunidades rurales, y debe atenderse
como una estrategia urgente para aportar al desarrollo productivo.
§ Reconociendo el papel de las TIC en la economía del conocimiento, el Estado tiene el reto central de
promover su uso no solamente en la administración y gestión estatal sino también en el sistema educativo
y en el sector productivo (principalmente en las cadenas agroproductivas), facilitando la participación y el
dinamismo de todos los diferentes agentes de la economía.
§ Para poder revertir esta situación el país deberá avanzar en consolidar la institucionalidad que permita
superar la dispersión de esfuerzos y optimizar los pocos recursos y capacidades existentes, activar el Plan
Nacional de CTI, y procurar los recursos financieros que hagan realidad una eficiente política pública para
la creación del ambiente apropiado para la Economía del Conocimiento.
4. Recomendaciones
La aspiración de Nicaragua por integrarse a la Economía del Conocimiento implica, entre otros, los siguientes
requerimientos: un desarrollo económico basado en la mejora de la productividad, mediante el uso de tecnologías
apropiadas en los sectores estratégicos, como: la agroindustria, energías renovables, TIC y biotecnología, entre otras;
el cuido y preservación del medio ambiente y los recursos naturales; adaptación del conocimiento producido fuera
y producción de conocimiento endógeno; un perfil productivo que se acople y contribuya al desarrollo regional; el
impulso de la participación de las PYME en procesos innovadores; un desarrollo social que atienda las necesidades
elementales; y un desarrollo cultural de la población, incluyendo la cultura científica.
4.1 Educación
Dadas las deficiencias del sistema educativo, la preocupación principal sobre el tema no debe limitarse a procurar
mejorar la inversión del Estado. En consideración de los expertos, se debe resaltar principalmente la necesidad de
dedicar mejores esfuerzos al tema de la calidad de la educación.
Partiendo de las debilidades identificadas, a continuación se enfatizan cinco áreas en las que habrá que concentrar los
mayores esfuerzos educativos:
Es insuficiente que Nicaragua se plantee como meta central conseguir la escolaridad primaria para toda la población.
Nicaragua debería plantearse como meta conseguir la escolaridad básica y media completa. Esto incluye la educación
preescolar, primaria y secundaria. En este sentido, se trata no solamente de conseguir una mejor cobertura sino
también mejorar los índices de permanencia de los escolares en la escuela y la culminación de la educación básica.
Para mejorar los niveles educativos de la población general debe brindarse igualdad de oportunidades. Dados los
problemas socioeconómicos que enfrentan las grandes mayorías en Nicaragua, una estrategia importante a considerar
es la implementación de una variedad de programas compensatorios que vinculen lo educativo con lo social, y
que apunten a corregir las desigualdades de carácter educativo y socioeconómico del sistema. Para ello, la escuela
debe ser reorientada para conseguir inclusión, permanencia y promoción con calidad educativa. Algunos expertos
recomiendan considerar programas vinculados a la nutrición y salud, en general.
En los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas, con el propósito de reducir al 2015 la pobreza
mundial a la mitad, se contempla que “la calidad de la educación, es tan importante como la matrícula”. Esto
involucra las funciones y acciones del sistema, así como también los procesos y los resultados. No servirá de
mucho conseguir una mejor cobertura y retención de escolares en el sistema si la educación careciera de calidad y
pertinencia.
¿Cómo concretar acciones para la mejora de la calidad? Nicaragua podría aprender de las experiencias de otros países
latinoamericanos, como México y Brasil, que han implementado programas concebidos de manera integral y cuyo
abordaje incluye desde los materiales y textos escolares hasta la capacitación y estímulos de docentes. Además, se
incluyen inversiones en infraestructura, fortalecimiento institucional y mayor compromiso de la comunidad y de las
familias con el proceso educativo.
En el contexto actual del país, para mejorar la calidad educativa se pueden impulsar programas sobre los siguientes
temas:
§ Formación digital.
§ Mejoramiento de la estructura educativa.
§ Educación en lenguas extranjeras (inglés, francés y alemán).
§ Articulación de la educación básica con la técnica y universitaria.
§ Formación de los jóvenes como ciudadanos con capacidad crítica y pensamiento autónomo.
§ Capacitación continua de los docentes.
Implementar una cultura de evaluación en todos los niveles del sistema educativo
La falta de evaluaciones sistemáticas de los aprendizajes y logros educativos imposibilitan conocer la verdadera
magnitud de la problemática educativa actual, y limita cualquier plan de mejoramiento. En Nicaragua, puesto que
la tradición ha sido que cada administración ignora los resultados de sus antecesoras, ni siquiera se cuenta con
evaluaciones de los programas y acciones implementados, imposibilitando sacar lecciones de los errores y aciertos.
A tono con la tendencia internacional, en Nicaragua se viene afianzando el criterio de la necesidad insoslayable de
establecer sistemas de medición de la calidad de la enseñanza, para evaluar el nivel de educación que se logra en el
sistema.
§ Sistema de evaluación de las competencias adquiridas por los alumnos (enfatizando las matemáticas, el
lenguaje y las habilidades de investigación).
§ Evaluación del desempeño y aptitud docente, que conlleve a estímulos del quehacer docente.
§ Evaluación de la gestión educativa, que ayude a mejorar la eficiencia administrativa.
Con la educación técnica se trata de desarrollar habilidades y conocimientos prácticos, específicamente diseñados a
las condiciones del sistema productivo del país. Se debe estar consciente de los atrasados métodos tradicionales de
enseñanza y la poca adaptación en cuanto a la enseñanza y habilidades.
A la fecha, las políticas públicas no le han asignado el rol verdadero que debería tener. Esta enseñanza técnica
requiere de insumos y equipamientos modernos, para cumplir su función de manera adecuada. El poco
financiamiento a los institutos de formación técnica y las carreras tecnológicas es uno de los graves problemas que
debe enfrentar el país. Por otra parte, faltan incentivos para las carreras técnicas que, antes que las universidades,
deberían erigirse como la piedra angular del desarrollo del país.
Para hacer frente a estas dificultades y ante los requerimientos, potenciales y tendencias del sector productivo
nacional se proponen dos estrategias complementarias: consolidación de la educación técnica de nivel superior e
implementación del bachillerato técnico expandido a nivel nacional.
¿Qué se puede hacer para estimular las carreras técnicas? Un mecanismo que podría utilizarse es la implementación
de programas de becas proveniente del presupuesto estatal asignado a las universidades. Una estrategia viable que ha
sido recomendada por el MIFIC es la implementación de un acuerdo nacional sobre la formación técnica en todos los
subsectores educativos. Con dicho acuerdo se redefiniría el rol del MINED con los bachilleratos técnicos, así como el
del INATEC, la promoción de centros técnicos educativos privados, y la concertación con las universidades respecto a
la formación técnica superior.
Para atender la débil vinculación de las universidades con las empresas del país, que se convierte en un impedimento
para una educación más práctica y útil, las universidades que reciben financiamiento público podrían establecer
programas de fomento de carreras técnicas, en correspondencia con la demanda de la industria local. Entre las
mejoras necesarias para la formación de los recursos humanos técnicos para el desarrollo industrial se pueden
contemplar las siguientes: perfeccionamiento de los contenidos curriculares con enfoque de formación basada en
competencias laborales; preparación de las condiciones para el impulso de los bachilleratos técnicos; surgimiento
de centros o institutos técnicos empresariales; procesos de evaluación y autoevaluación por pares académicos, y
acreditación de los programas en organismos regionales; incorporación del emprendedurismo en las carreras; uso de
Internet para negocios y capacitación.
Esto supone que: (1) la educación media debe garantizar igualdad de oportunidades curriculares de acceso tanto a
la educación superior universitaria como técnica superior; y (2) corregir la oferta de especialidades, adecuándolas
a la realidad productiva del país. Además, debe implementarse mejor la vinculación escuela-empresa, así como la
formación en sitios de trabajo/empresa.
Los sectores a los que se les debe prestar mayor atención son: construcción, sector maderero, alimentación, sector
hotelero-turístico, técnico-químico, técnico en salud, metal-mecánico, energía, técnico gráfico y marítimo.
Con la formación de mano de obra calificada se atiende una de las principales limitaciones para el desarrollo de
la modernización económico-social. El bachillerato técnico se refiere a una modalidad educativa que conjuga la
formación general de secundaria con la formación técnica específica, que habilita a los egresados a incorporarse
laboralmente como auxiliares técnicos según las vocaciones.
En el contexto nicaragüense las instituciones de educación superior están obligadas a asumir el reto que imponen la
Sociedad y la Economía del Conocimiento, por cuanto son los principales receptores y productores de conocimiento.
En relación a ese vínculo ineludible con el conocimiento, las universidades enfrentan el reto de producir nuevos
conocimientos apropiados a la realidad nacional, transmitirlo y divulgarlo -especialmente al sector productivo
pero también al público general- haciendo uso de las mejores metodologías y de las TIC, y transformar dichos
conocimientos en nuevos procesos industriales.
Entre los principales asuntos de prioridad a atender en el caso de la educación superior se pueden recomendar los
siguientes:
Sin un avance apreciable en la internacionalización de las universidades no sería posible integrar al país proactiva y
decididamente a la Economía global del conocimiento. Las instituciones de educación superior han ido interiorizando
el rol de la internacionalización, que a la par de significar un nuevo reto también representa nuevas oportunidades.
Se cuenta con importantes y numerosos proyectos de cooperación con universidades extranjeras, que aportan a su
dimensión internacional.
Aunque el país no cuenta con políticas públicas en este tema, se ha avanzado en cuanto a políticas institucionales
tendientes a fortalecer la dimensión internacional de la educación superior. Las universidades mejor consolidadas
del país han avanzado bastante con sus propias políticas institucionales. Sin embargo, considerando que el concepto
de internacionalización supera a la simple cooperación internacional, sería útil profundizar la vinculación de las
universidades nicaragüenses con la academia regional y mundial.
§ Consolidar y extender los programas de movilidad, concebida ésta como el desplazamiento provisorio de
estudiantes, docentes e investigadores, en doble dirección entre instituciones transfronterizas.
§ Promover la participación en redes internacionales que faciliten el trabajo investigativo y tecnológico
colaborativo.
§ Diseñar e implementar programas institucionales para la internacionalización de todas las funciones
universitarias: docencia, investigación y proyección social, en correspondencia con los planes de
internacionalización de las universidades.
A pesar de las fortalezas de investigación con que cuentan las principales universidades del país, su impacto en la
docencia y aprendizajes es poco significativo. Se requiere fomentar políticas que vinculen estas dos funciones
universitarias, a fin de garantizar mejores habilidades investigativas en los estudiantes universitarios. Se trata de
rectificar el desencuentro entre habilidades adquiridas y demandas laborales, lo que impide una mejor empleabilidad
y mejor impacto en la competitividad del país; y de promover la capacidad innovadora y emprendedora de los
estudiantes.
Una propuesta de agenda educativa elaborada por FUNIDES (Belli y Flórez, 2011), hace énfasis en la redefinición
de las prioridades del sistema educativo y la necesidad de crear un consenso nacional en cuanto a educación. Se
argumenta que, si bien es cierto hay amplia conciencia en la población sobre las dificultades de la infraestructura
educativa del país y, además, de que la educación es un elemento clave para el desarrollo, hasta ahora no se ha
podido construir el consenso necesario para establecer las prioridades, planes, hitos y metas concretas necesarias para
resolver el problema. De tal forma, el país no cuenta con una estrategia educativa de largo plazo que trascienda a los
gobiernos de turno.
El Plan Nacional de Ciencia y Tecnología (2010-2013), elaborado por la CEPAL a solicitud del CONICYT, recoge
acciones importantes que, de ser implementadas, aportarían a la consolidación del sistema.
Entre los diferentes y valiosos programas del plan están:
§ Recursos humanos para la ciencia, la tecnología y la innovación.
§ Sistema Nacional de Investigadores.
§ Retención, repatriación y movilidad de talento humano.
§ Creación de conciencia por el desarrollo, difusión y uso de la ciencia, la tecnología y la innovación.
§ Investigación, desarrollo e innovación para la modernización productiva.
§ Articulación de los actores que componen el sistema de innovación.
§ Sistema de indicadores de ciencia, tecnología e innovación.
§ Inversión en ciencia, tecnología e innovación.
Para mejorar la contribución de las universidades al Sistema Nacional de Innovación se deberán considerar los
siguientes objetivos:
§ Incrementar las actividades de I+D+I de las universidades y, en especial, las de carácter tecnológico.
§ Tratar de que las universidades actúen sobre problemas concretos del sector productivo.
§ Fomentar mediante programas concursables la investigación de las necesidades del tejido productivo.
§ Coordinación de la Política Industrial con otras políticas de relevancia del área científica y tecnológica de las
universidades.
§ Impulsar la cooperación y coordinación de actividades entre las instituciones del sector público con
fortalezas de I+D.
§ Fomentar los programas de intercambio académico, promover investigaciones interinstitucionales, y
fomentar la cooperación entre instituciones públicas y privadas.
§ Establecer mecanismos de estímulos académicos y económicos, que incentiven la incorporación y retención
de los investigadores prometedores en las universidades y el sector privado.
§ Estimular la cultura de la publicación del conocimiento científico obtenido de los resultados de los
proyectos de investigación, especialmente de los generados con financiamiento público (6%).
§ Consolidar los programas de emprendedurismo de las universidades y expandirlos adonde estén faltando.
§ Diseñar e instrumentar la carrera del investigador, que promueva el quehacer científico como profesión en
el país. Tomar el ejemplo de la “carrera académica” de la UCA.
§ Promover una mejor especialización de los Centros, para que alcancen el nivel de excelencia necesario que
dé respuestas a las demandas tecnológicas de las empresas.
§ Estimular la relación Universidad-Empresa mediante estrategias tecnológicas compartidas, impulsando la
orientación de I+D a las necesidades de las empresas en el nuevo contexto competitivo.
§ Promover la incubación de empresas a partir de los Centros e Institutos de las universidades como
generadores de empresas, estimulando proyectos de investigación aplicada y el desarrollo de patentes.
§ Estimular la incorporación de los centros e institutos en redes regionales de centros de investigación.
§ La internacionalización de las universidades, implica también aquella relativa a los Centros e Institutos
de investigación, para acelerar los procesos de captación y desarrollo de tecnología en cooperación con
centros más avanzados.
Resulta imperiosa la necesidad de mejorar la articulación entre los agentes del sistema y el ambiente normativo, y
procurar mecanismos eficaces de coordinación, enfatizando la coordinación público-privada y la aprobación de un
marco legal, para la gobernabilidad y la financiación de los programas. En este sentido, el CONICYT puede ejercer su
rol de coordinador fomentando proyectos multisectoriales y multi-institucionales con la participación de instituciones
educativas, gubernamentales y del sector productivo; orientándose a consolidar estructuras colaborativas a nivel de
investigación e innovación (grupos de investigación, redes temáticas, alianzas estratégicas, etc., y haciendo efectiva
la vinculación entre el sector académico e industrial. La acción proactiva de las organizaciones de fomento de CTI
(CONICYT y ACN), favorece el acceso a la información técnica apropiada, fortalece el sistema productivo a través de la
mejora tecnológica, y estimula los cambios institucionales necesarios para mejores vinculaciones institucionales.
Una iniciativa reciente, que apunta en esta dirección, es la vinculación de actores alrededor de la llamada “Mesa
Técnica de Innovación”, que promueve el CONICYT con la Academia de Ciencias y con el respaldo de la cooperación
alemana DESCA-GIZ (http://www.conicyt.gob.ni/index.php/mesas-tecnicas-de-innovacion). La plataforma es un espacio
para la coordinación y sinergias entre los sectores público, privado y académico para promover la CTI.
En la consolidación del Sistema Nacional de Innovación, y como parte de la nueva cultura de innovación, se le debe
dar especial consideración a la creación de incubadoras y parques tecnológicos.
Deben ser consideradas las siguientes recomendaciones de políticas públicas, estrategias y acciones, orientadas a la
promoción del sector TIC:
§ Promover políticas y estrategias, para impulsar el sector TIC, especialmente en lo referente a la industria de
tecnología de la información. Se podría crear una agencia especializada vinculada al trabajo del CONICYT,
que coordine las acciones orientadas a implementar las agendas TIC que fomenten la colaboración entre el
sector público, el sector empresarial y la academia.
§ La generalización del uso de la banda ancha debería considerarse una prioridad estratégica. Asimismo, hace
falta fortalecer las pocas capacidades empresariales existentes en el sector TIC.
§ Marco regulatorio, que facilite un entorno habilitador apropiado para la innovación tecnológica a través de
legislaciones y normativas actualizadas.
§ Promoción del uso óptimo y aprovechamiento de las TIC en las empresas (PYME), y para el desarrollo del
sector empresarial TIC. En esto, lo más importante es la capacitación de técnicos y profesionales en TIC, así
como la capacitación de empresarios (PYME).
§ Se debe dotar de la infraestructura mínima (hardware, software, redes y líneas de acceso), cada vez a más
escuelas, bibliotecas, alcaldías y oficinas estatales en áreas rurales para conectarlas a Internet.
§ Prestar especial atención a la educación y capacitación en TIC a los institutos técnicos rurales y de las
regiones indígenas.
§ Concienciación del público sobre el rol de las TIC. Se busca que la sociedad dé mayor relevancia a la
necesidad apremiante de la alfabetización digital. Haciendo uso de buenas prácticas, que han sido exitosas
en otros países, se podría mejorar rápidamente. La alfabetización digital permitiría aprovechar mejor
cualquier avance en infraestructura digital (banda ancha).
Para Nicaragua, las principales aplicaciones de las TIC en las que se requiere mayor esfuerzo incluyen: gobierno y
comercio electrónico, y aplicaciones TIC en salud y educación.
Respecto a las aplicaciones de las TIC en el desarrollo científico, Nicaragua debería hacer un esfuerzo por enlazarse
con las redes internacionales de conocimiento, como la Red de alta velocidad Clara, que a su vez está vinculada con
redes europeas y de otros continentes. Clara recibe financiamiento del BID y la Unión Europea, para proporcionar
acceso gratuito a las revistas más importantes del ámbito científico-técnico.
El factor limitante para la expansión de la industria TIC en Nicaragua es la disponibilidad y formación en tecnología
de suficientes recursos humanos. Para avanzar en el desarrollo de esta industria tan productiva y estimulante se
debería apoyar experiencias de spin-off en las universidades, así como la consolidación de parques tecnológicos
multisectoriales con la participación de diferentes universidades. Estas experiencias, implementadas a nivel regional y
en puntos estratégicos del país, como Managua, León y Estelí, deberían convertirse en un eje estratégico clave para el
desarrollo económico territorial. De este modo, a la vez que se atiende el desempleo de los jóvenes profesionales se
diversifica la estructura productiva local.
§ Establecer mecanismos de vinculación de los actores del Sistema Nacional de Innovación, priorizando las
necesidades sectoriales y de las diferentes regiones del país.
§ Apoyar el trabajo de las organizaciones asesoras y promotoras de la innovación, como el CONICYT y la
Academia de Ciencias.
Uno de los problemas más elementales que presenta el SNI, es que no funciona de manera integrada, y los actores,
por carecer de incentivos para colaborar en forma sistemática, con frecuencia se encuentran compitiendo entre sí por
notoriedad y por los escasos recursos de la cooperación al desarrollo. Existe un alto grado de centralización de las
actividades de CTI en la capital, lo que se explica, entre otras cosas, porqué la mayoría de los mejores profesionales del
ámbito de CTI están en las universidades ubicadas principalmente en Managua y, en segundo lugar, en León. Esto va en
detrimento de las zonas productivas rurales. En ese sentido, el CONICYT debe promover que los programas y actores
confluyan en las zonas donde tienen presencia, para garantizar mejor sinergia.
Considerando la magnitud del trabajo, y la cada vez mayor complejidad del sistema, ha habido discusiones sobre
la necesidad de convertir al CONICYT en un instituto con la función no solamente de asesorar al Estado sino con
mayores responsabilidades, como la coordinación del SNI, actuando sobre políticas públicas, y administrando
fondos destinados a la investigación y la innovación. No se trata de un simple cambio cosmético, sino más bien de
una reorganización de las funciones del CONICYT, para hacerlo más eficiente y de mayor impacto. Se busca que el
CONICYT impulse políticas y estrategias que beneficien la organización de las actividades de I+D con el trabajo del
sector productivo, y que promuevan e impulsen esas acciones con una visión prospectiva de mediano y largo plazo,
atendiendo las necesidades territoriales y nacionales, y asegurando mayor productividad y competitividad.
Por otra parte, los esfuerzos de la Academia de Ciencias de Nicaragua, acompañando el trabajo del Estado,
específicamente del CONICYT, en materia de CTI, responden a la necesidad de consolidar la comunidad científica
e innovadora de las universidades cuyo quehacer esté acorde a patrones internacionales de calidad y, del
mismo modo, que la formación de profesionales refleje niveles de excelencia comparables con los de las mejores
universidades de la región. Uno de los proyectos de la Academia, que sin duda causarán un impacto positivo en
el sistema, es la elaboración de los informes de país, que recogen el ‘pulso’ anual del progreso científico técnico
nacional. Es imposible definir metas y evaluar el progreso en CTI si se desconocen datos tan simples como el número
de investigadores, sus proyectos de investigación y publicaciones, y el monto de la inversión en estos rubros. La
Academia podría impulsar el observatorio del estado del país en CTI.
Nicaragua es conocida por su afición a la poesía y la literatura. El Festival Internacional de Poesía de Granada, por
ejemplo, que se organiza en Granada desde el 2005, anualmente congrega por una semana a cientos de poetas y
escritores de prestigio mundial. Este fenómeno, único en América Central es un buen ejemplo de la popularización de
la cultura, que bien podría ser imitado en la promoción de la cultura científica y de innovación.
El fomento de la divulgación y discusión de los resultados de I+D desde los sectores científico y tecnológico a las
PYME, y entre los diferentes grupos industriales emergentes, permitiría al sector productivo el acceso a conocimientos
y tecnologías existentes, favoreciendo la creación de productos, procesos o servicios, nuevos o mejorados.
Nicaragua ha venido experimentando un leve pero sostenido crecimiento económico en las últimas dos décadas.
Para dar un salto cualitativo en su crecimiento, el país necesita impulsar con mayor ímpetu la apropiación del
conocimiento externo y la producción de conocimientos propios, que le faciliten adentrarse con pie firme en la era
del conocimiento. Para Nicaragua los sectores estratégicos prioritarios, en cuanto a la Economía del conocimiento
son: (a) de nivel tradicional: el sector agroproductivo; y (b) a nivel emergente: el energético, medio ambiente y
biodiversidad. Además, como sectores transversales se deben considerar: las TIC y la biotecnología.
Se trata de adaptar el conocimiento en soluciones concretas, que generen valor y ayuden a enfrentar los grandes retos
nacionales en cuanto a eficiencia y productividad del sector agrícola, incorporando nuevas tecnologías en el ámbito de
la bioeconomía. El uso de nuevas tecnologías, y la generación de fuentes energéticas alternativas, como la hidráulica,
solar y los biocombustibles, debería conllevar a un mejor aprovechamiento de la riqueza natural del país, con
sustentabilidad en el uso de dichos recursos, así como la identificación de conglomerados productivos emergentes y
relevantes a nivel regional y mundial.
Sector agroproductivo
Las limitaciones tecnológicas de la producción agropecuaria e industrial del país provocan baja productividad
y pérdidas de ingresos. Facilitando la generación y adopción de nuevas tecnologías apropiadas y amigables con el
medio ambiente, se podrá mejorar la productividad, diversificar la producción, y mejorar los estándares de calidad e
inocuidad en la transformación de los productos agrícolas.
El país deberá atender las necesidades en materia de CTI, para poder reforzar la competitividad de las cadenas
agroproductivas identificadas por el gobierno. La investigación y el desarrollo tecnológico podrían auxiliar en la
estructuración de nuevos modelos de desarrollo agroproductivo e industrial. Diversas tecnologías emergentes podrían
tener un impacto extraordinario en la agroindustria, proporcionando valor agregado a las exportaciones, a partir de la
incorporación de conocimiento.
Los biocombustibles y la utilización de biomasa representan nuevas oportunidades desde el punto de vista económico
(matriz energética) y ambiental (tecnologías limpias). La productividad del sector agroproductivo e industrial también
se beneficiaría de una mejor implementación de las TIC, especialmente para las PYME y las microempresas.
Sector energético
Las aplicaciones de energías renovables tienen una importancia de carácter estratégico para Nicaragua. Debido a la
dependencia de hidrocarburos, Nicaragua paga los altos costos de la energía, lo cual tiene un serio impacto en los
hogares nicaragüenses. Sin embargo, el país presenta oportunidades de inversión en el sector energético, dada su
riqueza en recursos naturales. La biotecnología (biomasa y biocombustibles), pueden contribuir al acceso de fuentes
energéticas renovables importantes, presentando claras ventajas por el uso variado, y destacándose por su asombrosa
capacidad de almacenamiento.
En relación al medio ambiente y los recursos naturales, a través de la inversión en CTI, el país debería encauzarse
a una doble tarea. Por una parte, reparar los problemas de contaminación ambiental (erosión de suelos y
contaminación de los recursos hídricos, por ejemplo) y, por otra, el mejor aprovechamiento de la rica biodiversidad
del país. La investigación sobre suelos y recursos hídricos, además de impactar positivamente en el ambiente,
beneficiarán sin duda el desarrollo agrícola y su competitividad.
Las TIC, como tecnologías transversales, pueden contribuir no solamente a una mejor productividad de los sectores
económicos y facilitar la integración y competitividad empresarial, sino que también pueden causar impactos
en el bienestar de la población a través del sector educativo y de salud, por mencionar algunos. Considerando la
impresionante trayectoria del sector TIC en los últimos años, y dadas las capacidades actuales (UCA, UNI y algunas
empresas), sería deseable apoyar para que este sector se posicione con fuerza en el mercado regional y contribuya a la
intensificación tecnológica del sistema productivo. Su impacto sería mayor si creara sinergia con las fortalezas actuales
en bioinformática y biotecnología, por ejemplo.
Del mismo modo, la biotecnología como sector transversal puede aplicarse a resolver problemas en diferentes
áreas, como la agricultura, agroindustria, pecuarios, salud y conservación de medioambiente. Procurando el uso
apropiado y racional de los recursos biológicos (biodiversidad), la bioprospección promete ser un área de aplicación
ambientalmente sustentable y de mucha perspectiva para Nicaragua. Los sectores energético y agrícola tienen una
vinculación prometedora vía la biotecnología. La amplia diversidad de estrategias biotecnológicas aplicables a
diferentes sectores, como el progreso del conocimiento de la estructura y funcionamiento genómico de diversos tipos
de plantas y cultivos, así como la bioinformática y la nanobiotecnología, son algunos ejemplos del potencial de estas
tecnologías transversales. Asimismo, también conviene resaltar la vinculación estrecha que se puede establecer entre
la industria de software y TIC, en general, con la agroindustria en sistemas de trazabilidad agropecuaria.
5. Proyectos propuestos para Nicaragua
Las siguientes ideas de proyectos se derivan del informe sobre Economía del Conocimiento en Nicaragua.
Proyecto Objetivos
El modelo ECBI facilita que los alumnos adquieran y desarrollen las
habilidades y destrezas apropiadas para construir en forma participativa
Programa de Educación en
y activa los conocimientos contemplados en el currículum. Se trata de
Ciencias basada en la Indagación
un modelo investigativo en que el alumno aprende no únicamente los
(ECBI)
contenidos sino también los procesos que permiten aceptarlos como
correctos y verdaderos.
El objetivo estratégico de este proyecto es incrementar las capacidades
Apoyo a la infraestructura del país en términos de infraestructuras científico-tecnológicas, establecer
científico-técnica las condiciones para el óptimo acoplamiento de éstas, y contribuir a su
organización y utilización por el conjunto de los agentes del sistema.
El objetivo estratégico de este proyecto es contribuir a la consolidación
y acoplamiento óptimo del sistema nacional de innovación, en
búsqueda del fortalecimiento de la cooperación entre los diversos
Articulación del Sistema sectores y la cooperación internacional. Se trata de establecer una
mejor coordinación de acciones y planes, evitando la fragmentación y
duplicación, aumentando la masa crítica, y la colaboración internacional.
Se contemplan redes locales, regionales y la internacionalización.
Este proyecto se propone como objetivo estratégico la transferencia de
tecnología desde los centros e institutos de investigación y desarrollo
hacia las empresas y entre éstas. Aquí se reúnen los principales
Transferencia de Tecnología
instrumentos, como la valorización del conocimiento producido o
adaptado a nivel nacional, y el fomento a la incubación de empresas
basadas en el conocimiento.
Para fortalecer la investigación universitaria, convendría implementar un
Centros de Excelencia en
programa de consolidación de los centros más avanzados en investigación
Investigación y Desarrollo
y desarrollo.
La Academia de Ciencias ha formulado un proyecto que busca aprovechar
las capacidades de la diáspora científica y técnica nicaragüense en el
desarrollo económico y científico. Entre los objetivos de dicho proyecto
La diáspora profesional y científica
se propone: apoyar la formación de recursos humanos e infraestructura
aportando al desarrollo
de CTI; contribuir en Estrategias y Políticas Nacionales para desarrollo
de capacidades en CTI; apoyar la formación de una cultura científica en
Nicaragua; vincular a la diáspora nicaragüense, a través de la colaboración
entre empresas y centros de investigación.