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ANT-La Poesiěa Escrita Por Mujeres 26-08-13

Este documento es una antología de poesía escrita por mujeres en América Latina, el Caribe y África. Incluye poemas de poetas indígenas prehispánicas de México como Macuilxochitzin, así como poemas anónimos en lengua náhuatl que celebran las victorias del gobernante mexica Axayácatl y describen las vidas y roles de mujeres indígenas.

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ANT-La Poesiěa Escrita Por Mujeres 26-08-13

Este documento es una antología de poesía escrita por mujeres en América Latina, el Caribe y África. Incluye poemas de poetas indígenas prehispánicas de México como Macuilxochitzin, así como poemas anónimos en lengua náhuatl que celebran las victorias del gobernante mexica Axayácatl y describen las vidas y roles de mujeres indígenas.

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La poesía escrita por mujeres en América Latina, el Caribe y África

Antología

Iliana Rodríguez Zuleta


Compiladora

México, D.F., 2013


3

Las poetas indígenas prehispánicas y la poesía popular en América Latina y el Caribe


5

Las poetas en lengua náhuatl

Macuilxochitzin señor Axayácatl.


(Mexico-Tenochtitlan, mediados del siglo XV) Con flores divinas,
con flores de guerra
Hija de Tlacaélel, consejero de los gobernantes queda cubierto,
mexicas, y sobrina de Itzcóatl y Motecuhzoma con ellas se embriaga
Ilhuicamina. Su nombre significa 5-Flor. Miguel León- el que está a nuestro lado.
Portilla le atribuye este poema, dada la perspectiva de
mujer integrante de la nobleza indígena que se expresa Sobre nosotros se abren
en el texto. las flores de guerra,
en Ehcatépec, en México,
Canto de Macuilxochitzin con ellas se embriaga
(León-Portilla, Quince poetas 205-209) el que está a nuestro lado.

Elevo mis cantos, Se han mostrado atrevidos


Yo, Macuilxóchitl, los príncipes,
con ellos alegro al Dador de la vida, los de Acolhuacan,
¡comience la danza! vosotros los Tepanecas.
Por todas partes Axayácatl
¿Adonde de algún modo se existe, hizo conquistas,
a la casa de Él en Matlatzinco, en Malinalco,
se elevan los cantos? en Ocuillan, en Tequaloya, en Xohcotitlan.
¿O sólo aquí Por aquí vino a salir.
están vuestras flores?, Allá en Xiquipilco a Axayácatl
¡comience la danza! lo hirió en la pierna un otomí,
su nombre era Tlilatl.
El matlatzinca
es tu merecimiento de gentes, señor Itzcóatl: Se fue éste a buscar a sus mujeres,
¡Axayacatzin, tú conquistaste les dijo:
la ciudad de Tlacotépec! “Preparadle un braguero, una capa,
Allá fueron a hacer giros tus flores, se los daréis, vosotras que sois valientes.”
tus mariposas. Axayácatl exclamó:
Con esto has causado alegría. —“¡Que venga el otomí
El matlatzinca que me ha herido en la pierna!”
está en Toluca, en Tlacotépec. El otomí tuvo miedo,
dijo:
Lentamente hace ofrenda —“¡En verdad me matarán!”
de flores y plumas Trajo entonces un grueso madero
al Dador de la vida. y la piel de un venado,
Pone los escudos de las águilas con esto hizo reverencia a Axayácatl.
en los brazos de los hombres, Estaba lleno de miedo el otomí.
allá donde arde la guerra, Pero entonces sus mujeres
en el interior de la llanura. por él hicieron súplica a Axayácatl.
Como nuestros cantos,
como nuestras flores,
así, tú, el guerrero de cabeza rapada, Anónimo
das alegría al Dador de la vida.
Chimalpahin, en su Séptima relación, atribuye este
Las flores del águila poema a Aquiauhtzin de Ayapanco, vecino de
quedan en tus manos, Amecameca. Sin embargo, en el manuscrito de los
6

Cantares mexicanos, aparece como anónimo. Se fecha su


composición hacia 1479, 13-Caña, durante el gobierno Toma, toma eso que está allá,
de Axayácatl (1469-1481). Los chalcas, sometidos por ven a darme al pequeñín,
Motecuhzoma Ilhuicamina, quisieron ganarse la tú ya colócalo, estaremos acostados,
benevolencia de su sucesor, Axayácatl, con este también tendrás contento,
cihuacuícatl o canto de mujeres. Según Chimalpahin, lo haré despacio.
se cantó ante el mismo Axayácatl, quien lo recibió con
alegría. No, no, no te arrojes sobre mí,
tú señor, pequeño Axayácatl,
Canto de las mujeres de Chalco yo soy cogida,
(León-Portilla, Antigua y nueva palabra) tiene comezón mi manita.
Ya también, ya también quieres tomar
Levantáos, vosotras, hermanitas mías, mis pechitos, casi mi corazón.
vayamos, vayamos, buscaremos flores,
vayamos, vayamos, cortaremos flores, Tal vez por tu voluntad
las que están aquí, las que están aquí, estropearás el coger,
las flores de la chamusquina, estarás mirando la flor color de ave xiuhquéchol.
las flores del escudo, las deseadas, Te introduciré en mí,
las que dan contento, allí ha de estar tu barbilla,
las flores de la guerra. te haré hacia arriba.
La flor preciosa de maíz tostado,
Son flores hermosas. cual ave tlauhquéchol, la flor del cuervo,
Que con las flores que están sobre mí sólo estás en tu estera de manta florida,
yo me adorne, en ella estás. Ya no.
son mis variadas flores, En la estera dorada te yergues
yo chalca, yo mujer. en la cueva preciosa,
en la casa de las pinturas.
Deseo, deseo mucho las flores,
deseo, deseo los cantos, Ya en su casa me entristezco,
temerosa, en el lugar donde hilamos, tú madre mía,
donde existimos, ¿acaso puedo yo hilar?
entono su canto al pequeño señor Axayácatl, ¿Acaso puedo yo tejer?
lo entretejo con flores, con ellas lo circundo. Sólo soy una criatura inútil,
soy una muchachita,
Como una pintura es hermoso su canto, así se dice de mí,
como flores fragantes, gustosas, que tengo mi varón.
mi corazón lo estima en la tierra.
¿Qué significa esto? Lugar de enojo,
Así estimo tu palabra, lugar de tristeza, en la tierra,
de mi compañero en el lecho, así a veces yo me entristezco,
tú, pequeño Axayácatl, siento disgusto de mí
déle yo contento. en el lugar de mi fatiga.
Sólo levanto el gusano, Vengo a decir, ¡ay!,
lo hago estar recto. niño, que yo muera.
Déle yo contento
a mi compañero en el lecho, tú pequeño Axayácatl. Madre mía, mucho me entristezco
aquí donde tengo varón,
Xolo, Xolotzin, no puedo hacer bailar el huso,
tú señor, pequeño Axayácatl, no puedo lanzar mi palo del telar,
¿en verdad eres varón? de mí te burlas, niñito mío.
Aquí eres nombrado,
¿acaso en verdad aún irás a leñar? ¿Cómo en verdad lo haré?
Ya pon a cocer mi maíz, ¿Acaso con escudo de plumas
consigue luego que mucho se encienda. se ofrenda uno en la llanura?
7

Yo me ofrendaré, que yo por completo te lo tome,


de mí te burlas, niñito mío. levántelo yo, levántelo yo,
Xolotzin, niñito mío, tú señor, dale gusto,
tú pequeño Axayácatl, levántaselo a nuestro trasero,
en vano sólo te abandonas, olotito, olotito.
junto a mí te ofrendas,
tú ofreces tu hombría, ¿Acaso tú eres águila, eres tigre?
¿acaso gozo en la guerra? Te ofreces, niño mío,
Conozco a tus enemigos ¿no te enorgulleces frente a tus enemigos?
niñito mío, Yo todavía he de levantarlo, dale gusto.
sólo en vano te abandonas junto a mí.
Nada mi falda, nada mi camisa, yo mujer,
Tú debiste levantarlo, aquí ha venido a entregar sus bellos cantos,
acaso en verdad no lo intentarás, aquí ha venido a ofrecer la flor del escudo,
flores y cantos como de una compañera de placer, ¿es posible que seamos dos
niñito mío. yo, mujer de Chalco, yo, Ayoquan?

Noble varón, señor mío, Yo deseo a las que son mujeres como yo,
tú el que gobierna, tú pequeño Axayácatl, las acolhuas,
tú empezaste, ya también te enojas, Xolotzin. anhelo a las que son mujeres como yo,
Ya me voy a mi casa, las tepanecas, ¿es posible que seamos dos,
niñito mío. yo mujer de Chalco, yo, Ayoquan?

Tal vez aquí me tomaste por engaño, Se avergüenzan las mujeres de placer,
y bien lo hiciste. niñito mío.
He aquí que ahora tu palabra ¿Acaso así también tú me alejarás?
es la de un borracho. ¿También así le has hecho a Cuauhtlatohua?
¿Acaso eres tú un borracho? Poco a poco desatáos vuestras faldas,
¿Acaso hay obediencia en nuestra casa? abrid vuestras piernas, vosotras tlatelolcas,
las que fuisteis hechas prisioneras,
¿Acaso me compraste, venid a contemplar, aquí en Chalco.
me compraste, niño mío?
¿Acaso vinieron a hacer intercambio Atavíame con plumas, madre mía, no me riñas.
mis tías, mis tíos? ¿Cómo me verá mi compañero de placer?
Sin motivo ya también te enojas, ¿Frente a él irás a salir?
Xolotzin; ¿Quién quizá se dará a desear?
ya también me voy a mi casa, Xayacámach en Huexotzinco.
niñito mío.
¿Cómo se eleva el canto
Tú, mi hermana menor, tú sacerdotisa. donde canta el teoquecholli?
Mira sobrina mía, ¿Quién quizá se dará a desear?
se extendió el canto en Cohuatépec, Xayacámach en Huexotzinco.
en el muro de las águilas,
sobre nosotros se asienta en Panohuayan. En Tetzmelocan, yo mujer,
pongo ungüento en mis manos, lo pongo en mis pies;
Sólo hago mi oficio de mujer, he venido a tomar ya mis faldas,
mi corazón se duele, mis camisas de fibra de maguey;
¿acaso obraré y lo haré como un hombre? una a una les daré fin,
Mucho sea su falda, su camisa, temerosito, temerosito.
de ellos, nuestros varones,
los que nos prueban. Deseé en Xaltepetlapan a los huexotzincas;
sus cordeles de cuero, sus trenzados de cuero,
Saca ya mi nixtamal, uno a uno les iré dando fin,
señor, pequeño Axayácatl, temerosito, temerosito.
8

Yo vieja pervertida, yo vuestra madre,


¿Cómo lo siente el que me pide, soy anciana abandonada, vieja doncella,
el niño, el señor, el pequeño Axayácatl? por esto se atormenta mi pobre corazón.
Que así con el favor de alguien Soy gente de Chalco,
me disponga como mujer de placer. he venido a darte placer,
Por mí a dos tendrás que cuidar, mi muñeco florido, mi muñeco color de camote.
niño mío, acaso así lo quiere tu corazón,
con suavidad se humedece. Ya también lo desea el señor, el pequeño Axayácatl,
¿Acaso sin tu consentimiento, niño mío, ve mi manita pintada con flores;
introduces en tu casa el placer no bueno? ve mis pechitos pintados con flores.
¿Acaso así lo quiere tu corazón?
Con suavidad se humedece. Que no decaiga tu corazón,
tú pequeño Axayácatl,
Qué feliz me hiciste, compañero mío de placer, he aquí tu mano,
ya no te engalanes, no, tú eres hombre, que junto a mi mano esté,
has agitado a mi pobre corazón, ve tomándome. Alegráos.
entrelazas con flores tu palabra. En tu estera de flores,
donde tú estás, Xolotzin,
Donde yo hilo, me ofrezco a ti, dulcemente entrégate al sueño,
donde yo tejo, me acuerdo de ti, queda en cama,
Xolotzin, ¿por qué has agitado a mi pobre corazón? niño mío, tú señor, tú Axayácatl.
9

La poesía popular con voz lírica femenina: los arrullos

Los arrullos con tu hermosura


queda esta pintura
Anónimo con mayor beldad.
(México, siglo XVIII) Chito, se, no haya más,
rorro, duerme, mi alma.
Pastorcilla soy del valle
Si el retrato hermoso
Pastorcilla soy del Valle con una comida
y arrullo a mi Niño ahora, se pudo manchar,
por ver si al pastor divierten tu abstinente vida
arrullos de una pastora. con gracia cumplida
Dormir quiero al bello infante le vendrá a limpiar.
y puede ser con mis coplas Chito, se, no haya más,
que yo duerma, y no el Niño, rorro, duerme, mi alma.
que así sucede a otras.

Niño de mi vida, Anónimo


que afligido estás, (México, siglo XX)
que no es bien que llore
quien consuelos da. *
Chito, se, no haya más,
rorro, duerme, mi alma. Arrorró mi niño,
arrorró mi sol,
Que si te ha asustado arrorró pedazo
el duende malvado de mi corazón.
por quien cayó Adán,
no te comerá. *
Chito, se, no haya más,
rorro, duerme, mi alma. Arrorró, mi niño,
que te canto yo.
Duerme, mi alma, Arrorró mi niño
que al dragón maldito que ya se durmió.
con el pie bendito
tú le pegarás. *
Chito, se, no haya más,
rorro, duerme, mi alma. Pájaros de mayo,
pájaros de abril,
Si el hombre de barro háganme la cuna
que te divertía en un toronjil.
se te quebró ya, Toronjil de plata,
tu sabiduría cuna de marfil,
de la quebrancía cántenle a mi niño
lo remediará. que se va a dormir.
Chito, se, no haya más, Ángel de la Guarda
rorro, duerme, mi alma. que vas a venir
cuida a mi niñito
Si aquella culebra que se va a dormir.
afeó tu hechura Este niño lindo
con su vil maldad, por fin se durmió,
10

que lo cuide el ángel Ya bajó la estrella,


que le manda Dios. ya llegó a Belén;
duérmete mi niño,
* duérmete mi bien.

Romeros de mayo, *
pájaros de abril,
arrullen al niño A la rorro, rorro,
que se va a dormir. y a la rorrorró;
duérmete, niñito,
* de mi corazón.
A la rorro, niño,
Campanitas de oro, y a la rorrorró;
torres de marfil, duérmete, bien mío,
canten a este niño que ya amaneció.
que se va a dormir.
*
*
Arrorró, mi niño,
Campanas de plata, la luna llegó,
torres de cristal, porque a su casita
canten a este niño se ha marchado el sol.
que ha de descansar.
*
*
La señora Luna
Campanita de oro, se quiere casar
jilguero de mayo, con un pajarito
cántenle a ese niño de plata y coral.
que tiene desmayo.
*
*
A la rorro, niño,
Este niño lindo a la rorro, ro,
se quiere dormir, duérmete niñito,
cierra los ojitos que te arrorro yo.
y los vuelve a abrir.
*
*
A dormir va la rosa
Este niño lindo de los rosales;
se quiere dormir; a dormir va mi niño
pónganle su cama porque ya es tarde.
en el toronjil.
*
*
Señora Santa Ana,
La cunita viene, Señor San Joaquín,
la cunita va, arrullen este niño,
el niño se duerme que se va a dormir.
pensando en mamá.
*
*
Santa Margarita,
11

carita de luna, y se lleva a los niños


méceme ese niño que duermen poco.
que tengo en la cuna.
*
*
Duérmete, niñito,
Si este niño se durmiera, que ahí viene el coyote,
qué feliz y te va a llevar
a mí me hiciera. como al guajolote.

* *

Duérmete niñito Duérmete, niñito,


que tengo qué hacer; ya viene el anual,
lavar tus pañales, y a los que no duermen
ponerme a coser se los quiere llevar.
una camisita
que te has de poner *
el día de tu santo,
Señor San Miguel. Con su traje rico
y su hijito feo,
* la loba, la loba,
vendrá por aquí,
Ru, ru, camaleón, si esta niña linda
duérmete niño no quiere dormir.
que tengo qué hacer:
fregar y moler *
y ponerme a coser.
Duérmete, niño,
* duérmete solito,
que cuando despiertes
Nochecita linda, te daré atolito.
que tu pajarito Duérmete, mi vida,
venga con canciones duérmete, mi cielo,
para este angelito. que la noche es fría
y habrá nieve y hielo.
* Duérmete, bien mío,
duerme sin cuidado,
Si te duermes, niño, que cuando despiertes
te hago tu ropón te daré un centavo.
bien adornadito
de pasalistón. *

* El niño quiere llorar,


está haciendo pucheritos;
Basta de jugar, para que no llore tanto
basta de reír; póngale su roponcito.
cierre ya los ojos
y quédese así. *

* Naranjita dulce,
gajo de sandía,
Duérmete, niño, traigan para el niño
que ahí viene el coco, toda su alegría.
12

por donde se asoma


* narices de cuero.

Campanita de oro, *
si yo te comprara,
se la diera al niño Rurrú, carrurrú,
para que jugara. patitas de burro;
rurrú, camacho,
* patitas de macho.

Arriba del cielo *


está un volantín
donde se pasea Dormir, dormir,
señor San Joaquín. que cantan los gallos
Arriba del cielo de San Agustín,
está una ventana que la vieja cucureca
por donde se asoma pasó por aquí
señora Santa Ana. vendiendo tamales
Arriba del cielo de San Marroquí.
está un canapé
en donde se sienta *
señor San José.
Arriba del cielo A la rorro, tata,
hay muchos piñones que tuvo la rata
que están repartiendo cuatro ratoncitos
los Santos Varones. y una garrapata.
Arriba del cielo
está una granada *
que está desgranándola
Santa Librada. Ru, ru, camaleón,
Arriba del cielo su mamá la rata,
está una sandía su tata el ratón.
que está rebanándola
Santa Lucía. *
Arriba del cielo
hay un cojincito A la rorro, niño,
en donde se acuesta ¿por qué llora el niño?
el niño chiquito. Se perdió la manzana,
Allí está la Virgen duérmete San Camaleón.
en el corredor Abajo del hueco
cosiendo la capa salió un ratón;
de Nuestro Señor. mátenlo, mátenlo
de un guantón.
*
*
Allá está la luna
comiendo su tuna Señora Santa Ana,
y echando las cáscaras ¿por qué tiene pena?
en la laguna. —Porque la gatita
se comió la cena.
*
*
Más abajito
está un agujero Este niño lindo
13

que nació de noche, Anónimo


quiere que lo lleven Arrullo tojolabal
a pasear en coche.
Uayei mi pichito,
* que tengo que hacer,
lavar tus pañales,
Este niño lindo, sentarme a coser,
que nació de día, una camisita
quiere que lo lleven que te has de poner
a comer sandía. el día de tu santo
al amanecer.
Dormite, niñito,
dormite, por Dios,
si no viene el brujo,
y te va a comer.
La poesía popular con voz lírica femenina: los conjuros

Anónimo que vengas a mí,


(México, siglo XVII) tan ledo y quedo,
como Cristo fue al madero.
Conjuro de las habas
(Puebla, 1629) Vence, vence, vencedor
(San Francisco, Campeche, 1626)
Habas,
no os tengo por habas, Vence, vence, vencedor.
sino por hombres y mujeres; Jesucristo es el vencedor.
os conjuro con Dios Padre, Así como esto es verdad,
con Dios Hijo venza el corazón de mi marido,
y con Dios Espíritu Santo que tan humilde cordero
y con todos los santos que hay en el Cielo. venga a mis pies,
Conjúroos, habas, como Jesucristo fue a la cruz.
en nombre de todos los diablos del Infierno
que digáis verdad, Aquí te tengo metido en el puño
acerca de saber yo (San Francisco, Campeche, 1626)
si me quiere bien fray Juan de Alcalá.
Y si me quiere bien, Fulano,
que la haba macho que yo señalare, el rostro te veo,
que es fray Juan, las espaldas te saludo.
que se junte con la haba hembra que yo señalare, Aquí te tengo metido en el puño,
que soy yo. como mi señor Jesucristo todo el mundo.

Como el lucero tras la luz


(San Francisco, Campeche, 1626) Conjuro de la estrella
(Puebla, 1629)
Fulano,
entre vea sol y luna, Yo te conjuro con uno
te parezca yo; y te conjuro con dos.
cuantas mujeres veas, (Y esto llegando hasta el número nueve).
lodo y polvo te parezcan. Y como te conjuro con uno,
Andarás tras mí y en pos de mí, te conjuro con dos.
como el lucero tras la luz. Y como te conjuro con dos,
te conjuro con tres.
Beberte quiere la sangre (Y esto diciéndolo hasta el número nueve).
(San Francisco, Campeche, 1626) Estos nueve capitanes se juntarán.
En el Monte Olivete entrarán.
Fulano, Tres varas de nervio negro cortarán.
Fulana te corta la barba En la fragua de Barrabás las meterán.
hasta el suelo. En las llamas de Belcebú las pasarán.
Beberte quiere la sangre, En las fraguas de Satanás las azuzarán.
porque redimiste a Jesucristo Nuevas prendas sacarán,
y olvidaste a la Virgen María. una la meterán a Fulano por el costado
para que no se aparte de mi lado;
Con dos te miro otra por el cerebro,
(México, 1604) para que de mí tenga duelo;
otra le meterán por el corazón,
Con dos te miro, para que no se aparte de mi amor.
con dos te ato. ¡Presto, que venga, no se detenga!
Padre e Hijo y Espíritu Santo,
un solo Dios verdadero, Conjuro de los diablos corredores
16

(Puebla, 1629) hasta que venga a verse conmigo.


¡Presto, presto, presto!
Fulano,
ni te veo ni me ves. Conjuro del Ánima sola
Tres mensajeros te quiero enviar, (Puebla, 1622)
tres galgos corrientes,
tres liebres pacientes, Ánima sola,
tres diablos corredores, por la vida que viviste
tres diablos andadores. y la muerte que tuviste
Con Barrabás, y las penas en que estáis
con Satanás, y la gloria que aguardáis,
con Belcebú, que váis a donde Francisco está
con Candilejo, y en su corazón os depositá
con Mandilejo, y en la cruz de su frente os sentá,
con el Diablo Cojuelo, que no lo dejás parar ni reposar
aunque es cojuelo, hasta que me venga a buscar.
es ligero y sabe más,
y con cuantos diablos y diablas Conjuro de Santa Marta
hay en el Infierno, (Tlaliscoya, Ver., 1603)
que me traiga a Fulano,
atado y legado, Señora santa Marta
a mis pies humillado. digna sois y santa;
Dándome lo que tuviere, de mi señor Jesucristo
diciéndome lo que supiere. querida y amada,
Diablos de la carnicería, de mi señora la Virgen
traémelo más asina. huéspeda y convidada.
Diablos del rastro, Así como trajiste el dragón del monte
traémelo arrastrando. con la cinta atada,
Diablos de la calle, así me traigas a Fulano.
traémelo en los aires.
Diablos de la corredera, Conjuro de Santa Marta
traémelo en rueda. (México, 1617)
Diablos de cuantos colmillos hubiere
y casas de conversación Señora santa Martha,
y tablas de juego, digna sois y santa;
traéme a Fulano. de mi señora la Virgen
Diablos de la putería, querida y amada,
traémelo más aína. de mi señor Jesucristo
Diablos del horno, huéspeda y convidada.
traémelo en torno. Por el monte Tabor entrastes,
¡Presto, andando a mis puertas! con la fiera sierpe encontrastes,
¡Yo mando, presto, corriendo! brava y fuerte estaba,
con la cruz y el agua bendita la rociastes y conjurastes,
Conjuro del Ánima sola y en ella cabalgastes
(México, 1617) y al gran pueblo la llevastes
y a los caballeros la entregastes
¡Ánima, ánima, ánima! y dijistes y hablastes:
traedme a Garci Pérez. “Veis aquí la fiera sierpe atada,
¡Luego, luego, luego! ligada, contenta, pagada,
Que no tenga quietud ni reposo mansa y queda de los pies,
hasta que venga. de las manos, del corazón
Que no tenga quietud y de todos sus miembros cuantos en su cuerpo son”.
hasta que venga. Así como esta oración y conjuro es verdad,
Que no duerma ni coma ni tenga reposo, me traigas a mi marido
17

manso, ledo y quedo a los caballeros de la franco-conquista se la


de las manos, de la boca, del corazón entregastis:
y de todos sus miembros cuantos en su cuerpo son, “Caballeros, amigos de mi señor Jesucristo,
y que no lo pueda detener la noche obscura véis aquí la serpiente brava que brava estaba
ni ninguna mujer ni criatura. mansa, queda,
lega, legada
Conjuro de Santa Marta humilde y atada”.
(Pto. Veracruz, 1622) Madre mía, santa Marta,
con aquellos conjuros que conjurastis a la serpiente,
Señora mía santa Marta, me conjuréis a Fulano
digna sois y santa; y así me lo pongáis:
de mi señora la Virgen María manso, lego, legado,
querida y amada; como pusistis a la serpiente.
de mi señor Jesucristo
huéspeda y convidada. Conjuro de Santa Marta
Benditos sean los ojos (Puerto de Veracruz, 1622)
con que a mi señor Jesucristo mirastes.
Bendita sea la boca Beata santa Marta,
con que a mi señor Jesucristo hablastes. no soy beata santa Marta
Benditas sean las manos la que el hombre muerto aguardo,
con que a mi señor Jesucristo manjares guisastes. la que el hombre vivo aguardo;
Señora mía santa Marta, que lo quemo, que lo abrazo
en el Monte Tabor entrastes, en fe, amor y caridad.
con la serpiente mala encontrastes, Yo os ruego, beata santa Marta,
con uno vuestro hisopo agua le echastes, que de ay os quitéis
con una cinta la ligastes, y el clavo de la mano nunca me prestéis
en ella cabalgastes y en el corazón de Fulano se lo clavéis.
y por la ciudad entrastes
y a los jueces la entregastes Conjuro de Santa Marta
y ansí dijistes: (Puerto de Veracruz, 1622)
“Catad, aquí la serpiente que tanto mal os hacía”.
Ansí como esto es verdad, Martha, Martha,
ansí me traigas a Fulano. no la digna ni la sancta,
la que demonios ata y encanta.
Conjuro de Santa Marta Martha,
(Puebla, 1629) vamos a Fulano a hacerle la cama
de espinas y abrojos
Madre mía Santa Martha, y las sábanas sean de sesenta y seis mil provincias,
digna sois y santa; para que sin mí
de mi señor Jesucristo no pueda estar ni reposar.
querida y amada, Martha,
de la Virgen santísima yo te conjuro con Barrabás,
huéspeda y convidada. con Satanás,
En el monte Olivete entrastes, con Volcanás,
con la serpiente fiera encontrastes, y con quantos diablos del Infierno son.
braba la hallaste, Martha,
con vuestros santos conjuros la conjurastis, en vos cupo la suerte,
con vuestro hisopo la rociastis, vos habéis de ir
con vuestra cinta la atastis, y a Fulano me habéis de traer.
con vuestro pie la quebrantastis,
18

Las poetas coloniales en América Latina y el Caribe


Las primeras poetas de la América colonial

Sor Leonor de Ovando la mano, que escribió, me han declarado


(República Dominicana, ca. 1550-ca. 1609) que el dedo divinal os ha movido.
¿Cómo pudiera un hombre no encendido
Primera poeta de la Colonia. Profesó en el monasterio en el divino fuego, ni abrasado,
de la clausura Regina Angelorum. Obras: cinco hacer aquel soneto celebrado
sonetos, que forman parte de un intercambio lírico digno de ser en almas esculpido?
con el poeta Eugenio Salazar. Al tiempo que lo vi, quedé admirada,
pensando si era cosa por ventura
Sonetos (diálogo poético con Eugenio Salazar) en el sacro colegio fabricada:
La pura santidad allí encerrada,
En la fiesta de Navidad el énfasis, primor de la escritura
me hizo pensar cosa no pensada.
El Niño Dios, la Virgen y parida,
el parto virginal, el Padre eterno, Clarinda
el portalito pobre, y el invierno (Perú, ca. 1580-ca. 1630)
con que tiembla el autor de nuestra vida.
Sienta (señor) vuestra alma y advertida No hay datos de su obra, sin embargo a través de los
del fin de aqueste don y bien supremo, siglos se ha generado gran controversia sobre si el
absorta esté en aquel, cuyo gobierno “Discurso en loor de la poesía” fue escrito por una
la tenga con su gracia guarnecida. mujer o por un hombre. Ricardo Palma cree que tal
Las Pascuas os de Dios, cual me las distes erudición era imposible en una mujer de la época
con los divinos versos de esa mano, porque la educación de ellas en los siglos XVI y XVII
los cuales me pusieron tal consuelo. era desatendida y que una obra de tanta densidad
Que son alegres ya mis ojos tristes, erudita debió haber sido escrita por un hombre. Sin
y meditando bien tan soberano, embargo, Clarinda menciona seis veces que es mujer.
el alma se levanta para el cielo.
Discurso en loor de la poesía (1608)
En las pascuas de Reyes
La mano y el favor de la Cirene,
Buena Pascua de Reyes y buen día a quien Apolo amó con amor tierno;
(ilustre señor mío) tengáis éste, y el agua consagrada de Hipocrene,
adonde la clemencia sacra os preste y aquella lira con que del Averno
salud, vida, contento y alegría. Orfeo libertó su dulce esposa,
Del Niño y de los Magos y María suspendiendo las furias del infierno;
tan bien sepáis sentir, que sólo os cueste la célebre armonía milagrosa
querer que sea el espíritu celeste, de aquel cuyo testudo pudo tanto,
y así gocéis de la alta melodía. que dio muralla a Tebas la famosa;
Albricias de la buena nueva os pido, el platicar süave, vuelto en llanto
aguinaldo llamado comúnmente, y en sola voz, que a Júpiter guardaba,
que es hoy Dios conocido y adorado y a Juno entretenía y daba espanto;
de la gentilidad. Pues le ha ofrecido el verso con que Homero eternizaba
en parias a los Reyes del Oriente: lo que del fuerte Aquiles escribía,
y su poder ante él está postrado. y aquella vena con que lo dictaba,
quisiera que alcanzaras, Musa mía,
En la pascua del Espíritu Santo para que en grave y sublimado verso
cantaras en loor de la Poesía.
Pecho, que tal concepto ha producido, Que ya el vulgo rústico, perverso,
la lengua, que lo ha manifestado, procura aniquilarla, tú hicieras
20

su nombre eterno en todo el universo. que tanto al autor suyo satisfizo,


Aquí, Ninfas del Sur, venid ligeras; y en ella con su mano poderosa
pues que soy la primera que os imploro, epilogó de todo lo criado
dadme vuestro socorro las primeras. la suma, y lo mejor de cada cosa.
Y vosotras, Pimpleides, cuyo coro Quedó del hombre Dios enamorado,
habita en Helicón, dad largo el paso, y diole imperio y muchas preeminencias
y abrid en mi favor vuestro tesoro; por Vicediós dejándole nombrado.
de la agua medusea dadme un vaso, Dotóle de virtudes y excelencias,
y pues toca a vosotras, venid presto, adornólo con artes liberales,
olvidando a Libretos y a Parnaso. y diole infusas por su amor las ciencias.
Y tú, divino Apolo, cuyo gesto Y todos estos dones naturales
alumbra al orbe, ven en un momento, los encerró en un don tan eminente,
y pon en mí de tu saber el resto. que habita allá en los coros celestiales.
Inflama el verso mío con tu aliento, Quiso que aqueste don fuese una fuente
y en l’agua de tu trípode lo infunde, de todas cuantas artes alcanzase
pues fuiste de él principio y fundamento. y más que todas ellas excelente;
Mas ¿en qué mar mi débil voz se hunde? de tal suerte, que en él se epilogase
¿A quién invoco? ¿Qué deidades llamo? la humana ciencia, y ordenó que al darlo
¿Qué vanidad, qué niebla me confunde? a sólo el mismo Dios se reservase;
Si, ¡oh gran Mexía!, en tu esplendor me inflamo, que lo demás pudiese él enseñarlo
si tú eres mi Parnaso, tú mi Apolo, a sus hijos, mas que este don precioso
¿para qué a Apolo y al Parnaso aclamo? sólo el que se lo dio pueda otorgarlo.
Tú en el Perú, tú en el Austrito polo, ¿Qué don es éste?, ¿quién el más grandioso
eres el Delio, el Sol, el Febo santo; que por objeto a toda ciencia encierra,
sé, pues, mi Febo, Sol y Delio sólo. sino el metrificar dulce y sabroso?
Tus huellas sigo, al cielo me levanto El don de la poesía abraza y cierra,
con tus alas: defiendo a la poesía; por privilegio dado de la altura,
Fébada tuya soy, oye mi canto. las ciencias y las artes que hay acá en la tierra.
Tú me diste precepto, tú la guía Esta las comprende en su clausura,
me serás, tú que honor eres de España, las perfecciona, ilustra y enriquece
y la gloria del nombre de Mexía. con su melosa y grave compostura.
Bien sé que en intentar esta hazaña Y aquel que en todas ciencias no florece,
pongo un monte, mayor que Etna el nombrado, y en todas artes no es ejercitado,
en hombros de mujer, que son de araña; el nombre de poeta no merece,
mas el grave dolor que me ha causado y por no poder ser que esté cifrado
ver a Helicona en tan humilde suerte, todo el saber en uno sumamente,
me obliga a que me muestre tu soldado. no puede haber poeta consumado.
Que en guerra que amenaza afrenta o muerte, Pues serálo aquel más excelente
será mi triunfo tanto más glorioso que tuviera más alto entendimiento
cuanto la vencedora es menos fuerte. y fuera en más eruditos eminente.
Después que Dios con brazo poderoso Pues ya de la Poesía el nacimiento
dispuso el caos y confusión primera, y su primer origen ¿fue en el suelo?
formando aqueste mapa milagroso; ¿O tiene aquí en la tierra el fundamento?
después que en la celeste vidriera ¡Oh Musa mía!, para mi consuelo
fijó los signos, y los movimientos dime dónde nació, que estoy dudando.
del Sol compuso en admirable esfera; ¿Nació entre los espíritus del cielo?
después que concordó los elementos Estos a su criador reverenciando
y cuanto en ellos hay, dando preceto compusieron aquel Trisagio trino,
al mar que no rompiese sus asientos; que al trino y uno siempre están cantando.
recopilar queriendo en un sujeto Y como la poesía al hombre vino
lo que criado había, al hombre hizo de espíritus angélicos perfetos,
a su similitud, que es bien perfeto. que por conceptos hablan de contino,
De la frágil tierra y barro quebradizo los espirituales, los discretos
fue hecha aquesta imagen milagrosa, sabrán más de poesía, y será ella
21

mejor mientras tuviere más concetos. su nombre bendigamos y alabemos.”


De esta región empírea, santa y bella “Cantadle con dulcísimos acentos,
se derivó en Adán primeramente, sus maravillas publicando al mundo,
como la lumbre délfica en la estrella. y en él depositad los pensamientos.”
¿Quién duda que, advirtiendo allá en la mente También Judit, después que al tremebundo
las mercedes que Dios hecho le había Holofernes cortó la vil garganta,
porque le fuese grato y obediente, y morador lo hizo del profundo,
no entonase la voz con melodía, al cielo empíreo aquella voz levanta,
y cantase a su Dios muchas canciones, y dando a Dios loor por la victoria,
y que Eva alguna vez le ayudaría? heroicos y sagrados versos canta.
Y viéndose después entre terrones, Y aquellos que gozaron de la gloria
comiendo con sudor por el pecado, en Babilonia estando en medio el fuego
y sujeto a la muerte y sus pasiones; menospreciando vida transitoria,
estando con la reja y el arado, las voces entonaron en sosiego,
¿qué elegías compondría de tristeza, y con metros al Dios de las alturas
por verse de la gloria desterrado? hicieron fiesta, regocijo y juego.
Entró luego en el mundo la rudeza Job sus calamidades y amarguras
con la culpa; hincharon las maldades escribió en verso heroico y elegante;
al hombre de ignorancia y de bruteza; que a veces un dolor brota dulzuras.
dividiéronse en dos parcialidades A Jeremías dejo, aunque más cante
las gentes; siguió a Dios la más pequeña, sus trenos numerosos, que ha llegado
y la mayor a sus iniquidades. al Nuevo Testamento mi discante.
La que siguió de Dios el bando y seña, La Madre del Señor de lo criado,
toda ciencia heredó, porque la ciencia ¿no compuso aquel canto que enternece
fundada en Dios al mismo Dios enseña. al corazón más duro y obstinado?
Tuvo también y en suma reverencia “A su Señor mi ánima engrandece,
al don de la Poesía, conociendo y el espíritu mío de alegría
su grande dignidad y su excelencia. se regocija en Dios y le obedece.”
Y así el dichoso pueblo, en recibiendo ¡Oh dulce Virgen, ínclita María!
de Dios algunos bienes y favores, No es pequeño argumento y gloria poca
le daba gracias, cantos componiendo. esto para estimar a la Poesía:
Moisés, queriendo dar sumos loores, que basta haber andado en vuestra boca
y la gente hebrea, a Dios eterno, para darle valor, y a todo cuanto
por ser de los egipcios vencedores, con su pincel dibuja, ilustra y toca.
el cántico hicieron dulce y tierno ¿Y qué diré del soberano canto
(que el Éxodo celebra) relatando de aquel a quien, dudando allá en el templo,
cómo el rey Faraón bajó al Infierno. quitó la habla al Paraninfo santo?
Pues ya cuando Jahel privó del mando A ti también, ¡oh Simeón! contemplo,
y de la vida a Sísara animoso, que abrazado a Jesús con brazos píos,
a Dios rogando y con el mazo dando, de justo y de poeta fuiste ejemplo.
¡qué poema tan grande y sonoroso El Hosanna cantaron los judíos
Barac el fuerte y Débora cantaron, a aquel cuyos miembros con la lanza
por ver su pueblo libre y victorioso! después dejaron de calor vacíos.
La muerte de Goliat celebraron Mas ¿para qué a mi musa se abalanza
las matronas con versos de alegría, queriendo comprobar cuánto a Dios cuadre
cuando a Saúl con ellos indignaron. que en metro se le dé siempre alabanza?
El rey David sus salmos componía, Pues vemos que la Iglesia nuestra madre
y con ellos el gran Dios profetizaba; con salmos, himnos, versos y canciones,
¡de tanta majestad es la Poesía! pide mercedes al Eterno Padre.
Él mismo los hacía y los cantaba; De aquí los sapientísimos varones
y más que con retóricos extremos hicieron versos griegos y latinos,
a componer a todos incitaba. de Cristo, de sus obras y sermones.
“Nuevo cantar a nuestro Dios cantemos Mas ¿cómo una mujer los peregrinos
—decía— y con templados instrumentos
22

metros del gran Paulino y del hispano Juvencio


alabará siendo divinos? Soneto a Fernán González de Eslava
De los modernos, callo a Mantüano,
a Fiera, a Sannazaro, y dejo a Vida, El sagrado laurel ciña tu frente,
y al honor de Sevilla, Arias Montano. la yedra, el arrayán, trébol y oliva,
De la parcialidad que desasida porque (aunque muerto estás) tu fama viva
quedó de Dios, negando su obediencia, y se pueda extender de gente en gente.
es bien tratar, pues ella nos convida. El tiempo la conserve, pues consiente
Esta, pues, se apartó de la presencia que el levantado verbo suba arriba,
de Dios, y así quedó necia, ignorante, y en láminas de oro el nombre escriba
bárbara, ciega, ruda y sin prudencia. del que no tiene igual de Ocaso a Oriente.
En el carro de Apolo te den gloria,
Catalina de Eslava digo de aquel Apolo soberano
(México, segunda mitad del siglo XVI) a quien con tanto amor tan bien serviste:
y pues él hace eterna la memoria,
Sobrina del poeta Fernán González de Eslava (1534- con que muevas mi pluma con tu mano
1601). Compuso un soneto después de la muerte de la gloria alcanzarás que acá nos diste.
su tío, en ocasión de la publicación de sus Coloquios
espirituales y sacramentales.
23

Las poetas en el siglo XVII

Amarilis fundó ciudades y dejó memorias,


(Perú, siglo XVII) que eternas quedarán en las historias;
aquí en un valle ameno
Amarilis de América, cuya existencia es aún de tantos bienes y delicias lleno,
controversial, fue la primera mujer en el Nuevo que siempre es primavera,
Mundo con conocimiento enciclopédico. No se merced al dueño de la cuarta esfera
conoce de ella sino la silva Epístola a Abelardo. El la ciudad de León fue edificada
poema fue escrito a Lope de Vega, quien lo publicó y con hado dichoso,
en La Filomena en 1621. Entre los nombres que se quedó de héroes fortísimos poblada.
sugieren como posible identidad de Amarilis figuran: Es frontera de bárbaros y ha sido
doña María Tello de Lara y de Arévalo y Espinosa, terror de los tiranos, que intentaron
doña Isabel de Figueroa o doña Ana de Morillo. contra su rey enarbolar su bandera;
Según la visión de Menéndez y Pelayo, debió de al que en Juaja por ellos fue rendido,
llamarse María de Alvarado, porque “Amarilis” es su atrevido estandarte le arrastraron,
nombre corriente de María, y Alvarado fue el y volvieron el reino cuyo era.
fundador de Huanuco, cuya nieta —se decía— era la Bien pudiera, Belardo, si quisiera
admiradora de Lope. A pesar de muchos estudios, la en gracia de los cielos,
identidad de Amarilis sigue siendo un misterio, decir hazañas de mis dos abuelos
aunque ya casi ningún estudioso niega la clara que aqueste nuevo mundo conquistaron
posibilidad de que fue mujer. y esta ciudad también edificaron,
do vasallos tuvieron,
Epístola a Abelardo (fragmento) y por su rey su vida y sangre dieron;
mas es discurso largo
[…] que la fama ha tomado ya a su cargo,
Quiero, pues, comenzar a darte cuenta si acaso la desgracia de esta tierra,
de mis padres y patria y de mi estado, que corre en este tiempo,
porque sepas quién te ama y quién te escribe, tantos ilustres méritos no entierra.
bien que ya la memoria me atormenta, De padres nobles dos hermanas fuimos,
renovando el dolor, que, aunque llorado, que nos dejaron en temprana muerte,
está presente y en el alma vive; aún no desnudas de pueriles paños.
no quiera Dios que en presunción estribe El cielo y una tía, que tuvimos,
lo que aquí te dijere, suplió la soledad de nuestra suerte;
ni que fábula alguna compusiere con el amparo suyo algunos años;
que suelen causas propias engañarnos, huimos siempre de sabrosos daños;
y en referir grandezas alargarnos, y así nos inclinamos
que la falacia engaña a virtudes heroicas, que heredamos;
más que no la verdad nos desengaña, de la beldad, que el cielo acá reparte,
especialmente cuando nos cupo, según dicen, mucha parte,
vamos en honras vanas estribando; con otras muchas prendas;
de éstas pudiera bien decirte muchas, no son poco bastantes las haciendas
pues atenta contemplo que me escuchas. al continuo sustento;
En este imperio oculto, que el Sur baña, y estamos juntas, con tan gran contento,
más de Baco piadoso que de Alcides, que una alma a entrambas rige y nos gobierna,
entre un trópico frío y otro ardiente, sin que haya tuyo y mío,
adonde fuerzas ínclitas de España sino paz amorosa, dulce y tierna.
con varios casos y continuas lides Ha sido mi Belisa celebrada,
fama inmortal ganaron a su gente, que ése es su nombre, y Amarilis, mío,
donde Neptuno engasta su tridente entrambas de afición favorecidas:
en nácar y oro fino; yo he sido a dulces musas inclinada;
cuando Pizarro con su flota vino, mi hermana, aunque menor, tiene más brío,
24

y partes, por quien es, muy conocida: Monja capuchina. Su poema se recopila en la
al fin todas han sido merecidas antología Rosas de Oquendo y otros de Rubén Vargas
con alegre himeneo Ugarte, Clásicos Peruanos, vol. V, 1955.
de un joven venturoso, que en trofeo
a su fortuna vencedora palma Letra para la dominica del Buen Pastor
alegre la rindió prendas del alma.
Yo, siguiendo otro trato, Ya pastor peregrino,
contenta vivo en limpio celibato, que ostentas tu clemencia
con virginal estado en buscar compasivo
a Dios con grande afecto consagrado, la fementida oveja;
y espero en su bondad y en su grandeza ya que de sus gemidos
me tendrá de su mano, te enternecen las quejas,
guardando inmaculada mi pureza. tanto que a las amantes
De mis cosas te he dicho en breve suma por la perdida dejas;
todo cuanto quisieras preguntarme. Ya que atento registras
y de las tuyas muchas he leído; el valle, monte y selva,
temerosa y cobarde está mi pluma, hasta encontrar piadoso
si en alabanzas tuyas emplearme la que infeliz se ausenta;
con singular contento he pretendido; Escucha compasivo
si cuanto quiero das por recibido. el clamor que te da ésta,
¡Oh, qué de ello me debes! si un tiempo fugitiva,
Y porque esta verdad ausente pruebes, ahora tu prisionera.
corresponde en recíproco cuidado Amorosa y rendida
al amor, que en mí está depositado. a tu rebaño llega,
Celia no se desdeña sintiendo sus heridas,
por ver que en esto mi valor se empeña porque son tus ofensas.
que ofendido en sus quiebras De su dolor las Aves
su nombre todavía al fin celebras; se muestran placenteras,
y aunque milagros su firmeza haga, no tanto porque llora,
te son muy debidos, cuanto porque te ruega.
y aún no sé si con esto tu fe paga. Con halagüeño aspecto
No seremos por esto dos rivales, la miran ya las fieras,
que trópicos y zonas nos dividen, y es porque ven, que sigue
sin dejarnos asir de los cabellos, la senda de tus huellas.
ni a sus méritos pueden ser iguales; En mil diáfanas perlas
cuantos al mundo el cetro y honor piden, los arroyos le prestan
de trenzas de oro, cejas y ojos bellos, caudal, para que pague
cuando enredado te hallaste en ellos, cuantas contrajo deudas.
bien supiste estimarlos En púrpura la rosa
y en ese mundo y éste celebrarlos el color de vergüenza
y en persona de Angélica pintaste le da, para que encubra
cuando de su lindeza contemplaste; su pasada insolencia.
mas estoime riendo La aspereza del risco
de ver que creo aquello que no entiendo, duro canto la hiera,
por ser dificultosos para que al compás de él
para mí los sucesos amorosos, pulse vuestra clemencia,
y tener puesto el gusto y el consuelo, Y así a tus pies ocurre
no en trajes semejantes y habitará en tu selva,
sino en dulces coloquios con el cielo. aunque el sol la fatigue,
[…] aunque el cielo la ofenda.
Aunque privada viva
Sor Juana de Hazaña de toda la clemencia,
(Perú, siglo XVII) que los astros inspiran,
que influyen las estrellas.
25

Aunque el peligro, osado mas el ser hizo efecto,


y fatal, la siguiera; y así quise cumplir con lo imperfecto
y aunque de las injurias mudando de semblante:
único blanco fuera. no quieras más pues fui sin guardainfante.1
Aunque al cuchillo agudo Con que habrás entendido
la garganta le diera, que todo queda bien encarecido;
y aunque a tus dulces ojos pero si le llevara,
un mirar no debiera. del primer movimiento no pasara.
Aunque en el campo no halle Siguiéronme unas damas
una flor, ni una hierba a quienes debe el mundo nobles famas,2
que pacer, si del hambre y con manto sencillo
le asalta la violencia. quisimos alentar el tapadillo,
No huirá de tu redil, y en fin como pudimos
y esto, aunque forastera hacia la iglesia Catedral nos fuimos,
le digan ser de un país, donde más que admirada,
en que la virtud reina. quedé viendo del arco la fachada,3
Al golpe del Cayado, que tocaré de paso,
vivirá tan sujeta, porque si en el ingenio me embarazo,
que cada aliento suyo habiéndome engolfado
respire una obediencia. no habrá camino de salir a nado.
El eco de tu silbo A follajes galantes
siempre escuchará atenta; estrago fue de Ceusis y Timantes4
y lo que erró dormida, grandeza en quien contemplo
enmendará despierta. lo raro de tres templos en un templo,
pompa de Mauseolo,5
María Estrada Medinilla ciencia de Salomón, plectro de Apolo,
(México, siglo XVII) perdone la pintura
que en lo formal se mostrará más pura,
Criolla de buena posición, quizás nieta de Pedro de pues a tanto se atreve
Medinilla, quien fungió como regidor y diputado en el que al lienzo fía lo que al bronce debe.
Ayuntamiento de la ciudad de 1546 a 1558, y poseyó No quedó en todo el cielo
un solar y unas haciendas.

Relación escrita por Doña María Estrada Medinilla a una


1 Guardainfante: Especie de tontillo redondo hecho de
alambres y cintas que se colocaban las mujeres en la cintura
religiosa prima suya, de la feliz entrada en México día de San
para dar más amplitud a las faldas. Desde luego impropio
Agustín a 28 de agosto de mil y seiscientos y cuarenta años, del para moverse en la multitud pues, como ella dice, “si le
Excellentíssimo Señor Dn. Diego López Pacheco Cabrera y llevara del primer movimiento no pasara”. [Notas de este
Bobadilla Marqués de Villena, Virrey Gobernador y Capitán poema: Josefina Muriel.]
General de esta Nueva España 2 Estas nobles damas eran las descendientes de
conquistadores, comerciantes y mineros enriquecidos y
Quise salir, amiga, ennoblecidos por sus hazañas, que crearon la inmensa
más que por dar alivio a mi fatiga, Nueva España y que dieron su ayuda económica al rey en
temprano ayer de casa, las guerras europeas.
3 Se refiere a los efímeros arcos triunfales que los cabildos
por darte relación de lo que pasa.
de la ciudad y de la catedral colocaban en honor de los
Prevenir hice el coche,
virreyes.
aunque mi pensamiento se hizo noche, 4 Zeuxis y Timantes son dos pintores griegos que vivieron
pues tan mal lo miraron, hacia el año 400 a.C. La figura de Timantes aparece en la
que para daño nuestro pregonaron Nueva España por primera vez en la pira funeraria de
que carrozas no hubiera: Carlos V, levantada en 1559.
¡oh más civil que criminal cansera! 5 Alude a una de las siete maravillas del mundo antiguo: el

Lamentélo infinito; monumento funerario que al rey Mausolo construyó su


puesto que por cumplir con lo exquisito, mujer Artemisa, y el templo de Salomón, cuya construcción
aunque tan poco valgo, requirió toda la ciencia arquitectónica y matemática de los
menos que a entrada de un virrey no salgo: sabios de la época. A lo que añade la inspiración de Apolo,
dios de los oráculos, la juventud y las artes en general.
26

signo que el arte no bajase al suelo ni más Flandes habrá ni más Turquía.
ni en toda la Escritura En fin, todo es riqueza,
tribu que no trajese a coyuntura todo hermosura, todo gentileza.
ni doce que la fama A opulencia tan rara
por sus virreyes justamente aclama ¿qué babilonio muro no temblara?
contra largas edades Pues conservando abriles
para la eternidad de eternidades, se miran injuriados sus pensiles.
ni la insigne ascendencia La tropa crece mucho;
del ilustre marqués, cuya excelencia él cerca viene entre la tropa escucho,
da con celebraciones y tropezando aprietos,
glorias a España, al mundo admiraciones; entramos con orgullos más inquietos
de suerte todo unido, donde un balcón estaba
que diera suspensiones al sentido que con ostentación nos esperaba,
que más perspicaz fuera, y a menos sobresalto
cuya atención aún no lo consiguiera. pienso que nada se nos fue por alto
De su metro imagino fundaciones tonantes
que pasa de lo humano a ser divino, en hombros de hipogrifos elefantes11
y es caso averiguado dejaron ilustrado
que un ángel a otro ángel le ha dictado,6 al primer inventor de lo bordado:
y porque no te asombre duplicados clarines
corresponden sus obras a su nombre. de música poblaron los confines
Dimos la vuelta luego que en acentos suaves
y en un abismo de rumor me anego; repetición hicieron a las aves,
al discurrir la calle con cuyas armonías
no hay paso donde el paso no se encalle; ociosas quedarán las chirimías:
el número de gente estruendo de atabales
presumo que no hay cero que tal cuente bienes anuncia a tanto gusto iguales;
pues tomar fuera en vano la brevedad se indicia;
la calle, como dicen, en la mano: miden la calle varas de justicia;
iba, aunque aquí se note, gloriosamente ufana
de lo que llama el vulgo bote en bote. iba la gran nobleza mexicana,
Era cada ventana logrando ostentaciones
Jardín de Venus, templo de Diana,7 entre las militares religiones
y desmintiendo Floras,8 mostrando en su grandeza
venciendo mayos y afrentando Auroras,9 que es muy hijo el valor de la nobleza,
la más pobre azotea y en sus ricos aseos
desprecio de la copia de Amaltea10 deseos con obras, obras con deseos.
con variedad hermosa, Brotando suficiencias
aunque tuvo también de toda broza la doctísima madre de las ciencias
pintar su bizarría iba, aunque se interprete,
cifrado en un vistoso ramillete
lo raro y lo diverso
6 La loa que se decía frente al arco para explicarlo —dice de la Universidad y el universo,
ella— que la hizo un Ángel, es decir, un poeta de este compendio mexicano,
nombre. No conocemos quién fue, aunque sabemos que se
emulación famosa del romano
trató de un jesuita, tal vez el padre Miguel de Castilla, S.J.,
quien cuarenta años después hizo los poemas del arco del en quien se ve cifrada
marqués de la Laguna en Puebla. la nobleza y lealtad más celebrada:
7 Venus, la diosa del amor y la belleza, y Diana, la diosa de qué mármoles y jaspes
los bosques. Las hermosas mujeres que están en los ilustra desde el Betis al Idaspes12
enflorados balcones. mostraba generoso
8 Flora: la diosa de todo lo que florece.
9 Aurora: la diosa cuyas lágrimas son el rocío de la mañana.
10 Amaltea, nodriza de Zeus, a quien le fue prometido llenar 11Elefantes alados.
de frutos su cornamenta de cabra. Lo que se traduce en 12 Betis es el nombre antiguo del río Guadalquivir. Idaspes
cuerno de la abundancia y aquí pródigo y lozano. es el monte Ida.
27

cuanto sabe ostentar de lo honroso, daban a toda la plebe


haciendo competencia a chirlo y cintarazo grana y nieve:
su generosidad con su prudencia, tan racional estaba
y en órdenes iguales que capaz de la altura en que se hallaba,
del tribunal mayor y tribunales no tuvo ni aun apenas
ostentaban primores un tocar con las manos las arenas;
el factor, tesorero y contadores, y estando descuidada,
donde sólo se iguala hice, viendo venir una pedrada,
con lo rico y perfecto tanta gala; reparo diligente
y a fámulas hileras con que no me rompió toda la frente.
forman tapetes, huellan primaveras. Y esto menos fuera,
El que la guarda rige, pues por poquito no me la partiera
dignísimo sujeto a quien se erige a vueltas de la cara:
por tan justo derecho aún el susto me dura y cuál quedara
la blanca insignia que adornó su pecho, el corazón me parte:
con denuedo galante y aunque de mi discurso en esta parte
era la perfección de lo brillante, ponderación coligas,
y a lucientes aceros tan sin bajarse levantaba guijas,
multiplicaba números de arqueros: que tuve algún recelo
insignia real divisa de que se granizaban desde el cielo,
la dignidad de un joven autoriza y en los más retirados,
que a muchos les excede, infinitos habrá descalabrados.
tanto, que él solo competirse puede. En su furia mostraba
Mostraban su eminencia que al virrey en el cuerpo en fin llevaba;
Pompilios y Licurgos de la Audiencia,13 de suerte le imagino
de quien hoy fuera amago que en él hasta el bozal era ladino;
la docta rectitud del Areópago con nueva maravilla
que Atenas tanto aprecia, promontorio de plata era la silla
de Roma ejemplo y atención de Grecia. pintar su dueño agora
Llegó la gran persona quien tanto el arte de primor ignora,
del valeroso duque de Escalona aunque el objeto obligue,
en un alado bruto mal lo comienza y tarde lo consigue,
que fue de los Febo sustituto,14 y epítetos vulgares
y a ser tan hábil viene no son para las cosas singulares.
que ya de bruto sólo el nombre tiene. ¿Viste el solio divino
Color bayo rodado del sol, que desde el orbe cristalino,
en quien no tiene bien determinado, dorando las florestas,
por guardarle el decoro, hace con providencias manifiestas
o si fue oro engrifado o grifo de oro: flamantes bizarrías
a la vista primera como desperdiciando argenterías,
oro esmaltado de azabaches era. y aunque le gozan todos,
Bien que a la fantasía si le quieren mirar, por varios modos
ya tigre de tramoyas parecía tal resistencia hallan.
y ya pavón de Juno,15 Que ciegos a su amago se avasallan,
aunque en lo cierto no tocó ninguno; y nadie aquello puede
y erizando sus plumas, que a un águila caudal se le concede?
furias vertiendo si brotando espumas, A mí me ha sucedido
lo mismo; pues poniendo en tanto olvido
13 Rey y legislador romanos cuyos nombres han pasado a la de mi ser la bajeza,
historia como sinónimos de buen gobernante y sabio llevada del fervor y la viveza,
legislador. quise, bebiendo rayos,
14 Febo en la poesía es el dios sol cuyo carro va tirado por
sembrar alientos y coger desmayos;
caballos alados. y cuando cerca llega,
15 Es el pavo real que lleva la diosa Juno, protectora de las
flamígero furor mi vista ciega:
mujeres.
28

mas aunque más se impide, fue de América suelo ingenioso:


con el afecto y con la fe le vide, bien logrado desvelo,
y aun bosquejarle puedo cuyos acentos llegan hasta el cielo,
si al rayo y a la espuma pierdo el miedo. cuyas repeticiones
Juzguéle tan airoso eternas vivirán entre blasones
y tan de lindo gozo en lo aliñoso, del que es sin arrogancia
haciendo con desgarro rama de Portugal, Castilla y Francia.
desprecio general de lo bizarro, No bien llegó a las puertas,
que alguno habrá pensado cuando las vio con regocijo abiertas,
que aquel descuido todo fue cuidado: en quien no se desquicia
aunque se está sabido de la misericordia la justicia;
que es aquella postura de entendido, y en sumisiones graves
con que está dicho todo. un noble senador le dio las llaves,
Y puesto que en los hombres es apodo que al mundo honrar pudiera,
entrarles por lo bello, cuya opinión es luz desta ribera.
a riesgo de empezar por el cabello Allí fue ejecutada
principio de lo hermoso, la ceremonia siempre acostumbrada,
habiendo lo discreto y lo brioso y alegre le recibe
con extremo infinito, la ciudad, que de nuevo le apercibe
aquí se cifra todo sin delito, aplauso reverente,
y en todas opiniones siendo a su dignidad tan competente;
un epílogo fue de perfecciones. y habiéndole formado
Nube viste de plata navegación de telas de brocado
donde lo recamado se dilata que a su sol se permite,
tanto, que no ha llegado grato la aplaude, pero no la admite.
lince sutil a haber averiguado De dos rojos cendales
por brújula o cautela trabados son sujetos sin iguales
el más breve dibujo de la tela. de tanto cielo Atlantes18
En fin, la chusma toda el venerable honor de los Cervantes
higas y bendiciones le acomoda, a quien también venero
y en murmullo cobarde y el valor de la casa de Valero,
las mozas le dijeron: “Dios te guarde; don Marcos de Guevara,
qué lindo y qué galano”; a quien el cielo dio nobleza clara,
las viejas: “Dios te tenga de su mano; Cortés con su asistencia
qué bien que resplandece; el toldo gobernó de su excelencia.
a el mismo rey de España se parece.” Por uno y otro lado
Llegó a un grave edificio, los ilustres sujetos del Senado
de Belo y Jano ventajoso indicio,16 mostraban con efectos
cuyos vivos pinceles lo que en las veras pueden sus afectos:
Arístides, Protógenes y Apeles17 en el lugar preciso
dejaron olvidados; le sigue su mayor caballerizo,
porque aquéllos con éstos son pintados, y alternando celajes
y aunque en la fama eternos, gentiles hombres, oficiales, pajes,
aténgome al primor de los modernos, iban según su grado
pues se han aventajado cada cual en el suyo aventajado.
cuanto va de lo vivo a lo pintado. No muchos pasos dieron
Honor maravilloso cuando la autoridad reconocieron
de un festivo teatro
16 Belo en mitología es uno de los gemelos hijos de con pompa solemne de anfiteatro,
Poseidón y de la ninfa Libia que se quedó a vivir en Egipto que estaba prevenido
y le dio el río Nilo. Jano, dios de dos caras. La alusión es al
hermoso templo de Belo y a las dos fachadas que tenía el
arco triunfal. 18Pluraliza al rey mitológico Atlas, inventor de la esfera; los
17 Pintores griegos del siglo IV, cuyos nombres han pasado poetas han supuesto que sostenía al mundo sobre sus
a la posteridad como sinónimos de la perfección pictórica. espaldas.
29

antes del arco arriba referido, En tan célebre día


donde los principales fuera civilidad o cobardía
del cabildo, palomas racionales, que quedara figura
rigen con gallardía de la más vestal ninfa la clausura,22
a tanta religiosa clerecía; y si tal entendieras
y en acentos sutiles, presumo que aun tú misma la rompieras
dulce repetición de ministriles, pues con esto apercibo
formaba en escuadrones el hipérbole más ponderativo.
tracias capas, tropas de Anfiones, Y aunque el verlas te inquiete,
con que en ecos sonoros mayores fiestas México promete:
Te Deum laudamus le entonaba a coros; máscaras, toros, cañas
y desde el simulacro que pueden celebrarse en las Españas.
san Pedro le conduce al templo sacro. Esto es en suma, prima,
De que se vio logrado lo que pasó; si poco te lo intima
el adorno de púrpura y brocado, mi pluma o mi cuidado
y en fragantes aromas mal erudito pero bien guiado,
brasas desatan cuando exhalan pomas, perdona que a mi musa
revuélvense esos cielos el temor justo del errar la excusa.
donde tres ciudadanos con desvelos
hicieron de sus dones
demostración alegre de oblaciones. Francisca Josefa del Castillo y Guevara
Uno estruendo le fragua, (Tunja, Colombia, 1671-1742)
estotro fuego cuando el otro agua;
cuanto contiene espacio A los 18 años ingresó a un convento de monjas
de la mayor iglesia hasta el palacio: clarisas. Obras: Mi vida (autobiografía en prosa, 1817)
fiero terror de Marte19 y Afectos espirituales (1843).
formaba a un batallón en cada parte,
de cuyas compañías Afectos espirituales. Deliquios del Divino Amor en el corazón
tantas adelantó galanterías, de la criatura y en las agonías del Huerto
que se vio cada infante
rayo de plumas o escuadrón volante El habla delicada
Vulcano en prevenciones20 del amante que estimo,
fue población de griegas invenciones miel y leche destila
con que no ya tan vano entre rosas y lirios.
quedó el que incendios fabricó al troyano, Su meliflua palabra
de que tantas memorias corta como rocío,
eternidades tienen las historias y con ella florece
aún no bien penetrado el corazón marchito.
fue el Capitolio, cuando el cielo armado Tan suave se introduce
de ímpetus transparentes, su delicado silbo,
el curso desató de sus corrientes, que duda el corazón,
y a fuerza de raudales si es el corazón mismo.
las calles fueron montes de cristales. Tan eficaz persuade,
Y es verdad manifiesta que cual fuego encendido
que ni aun aquesto pudo aguar la fiesta; derrite como cera
porque menos ufano los montes y los riscos.
cesó Neptuno21 y presidió Vulcano; Tan fuerte y tan sonoro
pues a furias de aguas es su aliento divino,
alquitranes resisten de sus fraguas. que resucita muertos,
y despierta dormidos.
19 Marte, dios de la guerra.
20 Vulcano, dios del fuego. 22 Se refiere al encerramiento en que estaban las mujeres
21 Neptuno, dios romano del mar que pone como dios del consagradas a los dioses paganos, haciendo al mismo
agua y que se presenta con la lluvia que cae sobre la ciudad. tiempo alusión al enclaustramiento de su prima monja.
30

Tan dulce y tan suave Nuestra Señora de las Mercedes en 1719. Obras: su
se percibe al oído, autobiografía y poemas.
que alegra de los huesos
aún lo más escondido. Coloquios con Dios (fragmento)
Al monte de la mirra
he de hacer mi camino, Sola y a solas contigo
con tan ligeros pasos, en tal retiro estaré,
que iguale al cervatillo. que, muriendo a mí del todo,
Mas ¡ay Dios! que mi amado en ti sólo viviré.
al huerto ha descendido, Mas, ¿dónde van mis deseos,
y como árbol de mirra dime, mi querido bien?
suda el licor más primo. pues me muestras lo difícil
De bálsamo es mi amado, que son estos de emprender.
apretado racimo Si acaso éste es fervor vano
de las viñas de Engadi, detenedle, Vos y haced
el amor le ha cogido. me conozca por inútil
De su cabeza el pelo, de tal empresa emprender.
aunque ella es oro fino, Mas si sois Vos quien me lleva
difusamente baja a este camino por qué
de penas a un abismo. me mostráis dificultades
El rigor de la noche cuando me convidáis a él?
le da el color sombrío, segúroos, bien de mi alma
y gotas de su hielo que, fuera de mí me trae ver
le llenan de rocío. que a un tiempo me llamáis
¿Quién pudo hacer, ¡ay cielo! y al mismo me detenéis.
temer a mi querido Parecen contrariedades
que huye el aliento y queda las que en el alma se ven,
en un mortal deliquio? pues en aqueste penar
Rojas las azucenas encuentran su mayor bien;
de sus labios divinos, batalla y serenidad
mirra amarga destilan no es posible a un tiempo haber
en su color marchitos. y en este impulso exprimento
Huye Aquilo, ven Austro, que hoy en mis juntas se ven.
sopla en el huerto mío, No sosegar me es sosiego,
las eras de las flores su anhelar descanso me es,
den su olor escondido. recreo me es su tormento
Sopla más favorable, y gozo su padecer.
amado vientecillo, Si me acobarda mi nada
den su olor los aromas hallo en ti todo mi ser,
las rosas y los lirios. y esto me alienta a que intente
Mas ¡ay! que si sus luces imposibles emprender.
de fuego y llamas hizo Si intento del pensamiento
hará dejar su aliento apartar lo que anhelo,
el corazón herido. se enciende la voluntad
en más ardientes deseos;
si estos a Vos os consulto
Sor Paula de Jesús Nazareno de si persevere en ellos,
(Lima, Perú, 1687-1754) mas no me manifestáis
si acaso tendrán efecto;
Hija de don Pedro Vallejo y Carriego, Caballero de ¿por qué así me le escondéis?
Alcántara, y de doña María Magdalena de la Canal. Acabad de declararos,
Tuvo una hermana melliza y un hermano militar que pues yo os quiero obedecer.
se fue a España. Sor Paula profesó en el convento de Habladme, caro bien mío,
mas no habléis claro, pues veis
31

que en penar por Vos, mi amor Acabadas las coplas, desapareció todo, quedando mi
halla su mayor placer. alma en compañía de mi Señor, lo cual me parece me
duró todo el día.
III

Amante dueño mío, Sor Teresa Magdalena de Cristo


¿dónde estás? ¿Qué te has hecho? (México, segunda mitad del siglo XVII)
¿Cómo ausente te lloro,
si en el alma te tengo? Monja del Real Convento de la Concepción de
Ausentóse mi amado, México. Compitió en una justa literaria de 1700 que se
con tiernos suspiros convocó para celebrar la canonización de san Juan de
clamo, diciendo a voces: Dios. Sor Teresa Magdalena glosó la quintilla barroca
ausente dueño mío, que contrastaba a Hércules con san Juan de Dios. Sor
si eres mi corazón Teresa Magdalena resultó laureada en esa ocasión.
y vives en el pecho,
¿cómo, di, no respondes? Quintilla
¿Dónde estás? ¿Qué te has hecho?
Y si en el alma existes Hércules cargó, cual ves,
y a alientos tuyos logro al cielo; con Juan, atrás
la vida que poseo, Hércules se queda, y es
¿cómo ausente te lloro? que a Jesús cargó Juan, pues
No huyas de quien te adora, en el Niño cargo más.
pues sabes por muy cierto
que no te olvido nunca Glosa
si en el alma te tengo.
Hércules y Juan de Dios,
VI entrambos con gran desvelo,
cargaron a un tiempo el cielo;
Vamos a la fuente mas ¿cuál mejor, de los dos?
querido mío Juan cargó más, porque en los
donde viva contigo, dos pesos el mayor es
sin mi albedrío. el de Juan; y así, a sus pies
Venga la muerte a mí, Hércules ya se avasalla,
pues la deseo, porque lo que menos se halla
y separe mi alma Hércules cargó, cual ves.
de este vil cuerpo, No sólo a Hércules pretende
porque si mientras vivo vencer Juan en su desvelo,
perderte puedo, sino al Cielo, pues ni el Cielo
no quiero estar expuesta lo que Juan carga aprende;
a tan gran riesgo. de esta pareja se entiende
Siendo a todos tremenda, cuánto se adelanta más
la considero a los dos Juan, pues verás
piadosa, pues nos libra que los deja disparejos:
de un cautiverio. si a Alcides de Juan muy lejos,
Vamos a tus palacios, al cielo con Juan atrás.
cortes y pueblos, Ya Juan, mejor que los dos,
donde alabarte sea con la carga que es su imán,
todo mi empleo. ni es ni se queda Juan,
Sácame de prisiones porque ya Juan es de Dios:
vámonos luego así voló Juan en pos
donde pueda gozarte de su nombre grande; y pues
por tiempo eterno. Hércules, dando traspiés
con la carga, algún renombre
no ha adelantado a su nombre,
32

Hércules se queda y es.


Pues no tenga ya recelo
ni dude la devoción,
porque no hay comparación
adonde no han paralelo.
Uno a Dios, el otro al Cielo
cargar, a entrambos los ves;
¿cuál de los dos mayor es?
No lo dudes ni te asombre,
pues mayor es aquel hombre
que a Jesús cargó: Juan, pues.
Más y mejor estas lides
las supo Juan acabar:
que sólo al Cielo cargar
pudo en sus hombros Alcides;
pero si los de Juan mides
con su Niño, deja atrás
los de Hércules, pues verás
que si su ferviente amor
cargó en él Cielo mejor,
en el Niño cargó más.
Las voces líricas en Sor Juana Inés de la Cruz: la mujer, el criollo, el indio y el negro

Sor Juana Inés de la Cruz y la que es fácil enfada?


(San Miguel Nepantla, México, 1651-Ciudad de Mas, entre el enfado y pena
México, 1695) que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere,
La voz de la mujer y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres a sus libertades alas,
que en las mujeres acusan lo que causan y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
Hombres necios que acusáis ¿Cuál mayor culpa ha tenido
a la mujer sin razón, en una pasión errada:
sin ver que sois la ocasión la que cae de rogada,
de lo mismo que culpáis: o el que ruega de caído?
si con ansia sin igual ¿O cuál es más de culpar,
solicitáis su desdén, aunque cualquiera mal haga:
¿por qué queréis que obren bien la que peca por la paga,
si las incitáis al mal? o el que paga por pecar?
Combatís su resistencia Pues ¿para qué os espantáis
y luego, con gravedad, de la culpa que tenéis?
decís que fue liviandad Queredlas cual las hacéis
lo que hizo la diligencia. o hacedlas cual las buscáis.
Parecer quiere el denuedo Dejad de solicitar,
de vuestro parecer loco y después, con más razón,
al niño que pone el coco acusaréis la afición
y luego le tiene miedo. de la que os fuere a rogar.
Queréis, con presunción necia, Bien con muchas armas fundo
hallar a la que buscáis, que lidia vuestra arrogancia,
para pretendida, Thais, pues en promesa e instancia
y en la posesión, Lucrecia. juntáis diablo, carne y mundo.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo, En que satisface un recelo con la retórica del llanto.
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro? Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
Con el favor y el desdén como en tu rostro y tus acciones vía
tenéis condición igual, que con palabras no te persuadía,
quejándoos si os tratan mal, que el corazón me vieses deseaba;
burlándoos si os quieren bien. y Amor, que mis intentos ayudaba,
Opinión, ninguna gana; venció lo que imposible parecía:
pues la que más se recata, pues entre el llanto, que el dolor vertía,
si no os admite es ingrata, el corazón deshecho destilaba.
y si os admite, es liviana. Baste ya de rigores, mi bien, baste;
Siempre tan necios andáis no te atormenten más celos tiranos,
que, con desigual nivel, ni el vil recelo tu quietud contraste
a una culpáis por crüel con sombras necias, con indicios vanos,
y a otra por fácil culpáis. pues ya en líquido humor viste y tocaste
¿Pues cómo ha de estar templada mi corazón deshecho entre tus manos.
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende,
34
Que contiene una fantasía contenta con amor decente.
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
Detente, sombra de mi bien esquivo, ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
imagen del hechizo que más quiero, poner bellezas en mi entendimiento
bella ilusión por quien alegre muero, y no mi entendimiento en las bellezas?
dulce ficción por quien penosa vivo. Yo no estimo tesoros ni riquezas;
Si al imán de tus gracias, atractivo, y así, siempre me causa más contento
sirve mi pecho de obediente acero, poner riquezas en mi entendimiento
¿para qué me enamoras lisonjero que no mi entendimiento en las riquezas.
si has de burlarme luego fugitivo? Y no estimo hermosura que, vencida,
Mas blasonar no puedes, satisfecho, es despojo civil de las edades,
de que triunfa de mí tu tiranía: ni riqueza me agrada fementida,
que aunque dejas burlado el lazo estrecho teniendo por mejor, en mis verdades,
que tu forma fantástica ceñía, consumir vanidades de la vida
poco importa burlar brazos y pecho que consumir la vida en vanidades.
si te labra prisión mi fantasía.

Prosigue el mismo asunto, y determina que prevalezca la razón La voz del criollo
contra el gusto.
Alaba el numen poético del Padre Francisco de Castro, de la
Al que ingrato me deja, busco amante; Compañía de Jesús, en un Poema heroico en que se describe la
al que amante me sigue, dejo ingrata; Aparición milagrosa de Nuestra Señora de Guadalupe de
constante adoro a quien mi amor maltrata; Méjico, que pide la luz pública.
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante, La compuesta de flores Maravilla,
y soy diamante al que de amor me trata; divina Protectora Americana,
triunfante quiero ver al que me mata, que a ser se pasa Rosa Mejicana,
y mato al que me quiere ver triunfante. apareciendo Rosa de Castilla;
Si a éste pago, padece mi deseo; la que en vez del dragón —de quien humilla
si ruego a aquél, mi pundonor enojo: cerviz rebelde en Patmos—, huella ufana,
de entrambos modos infeliz me veo. hasta aquí Inteligencia soberana,
Pero yo, por mejor partido, escojo de su pura grandeza pura silla;
de quien no quiero, ser violento empleo, ya el Cielo, que la copia misterioso,
que, de quien no me quiere, vil despojo. segunda vez sus señas celestiales
en guarismos de flores claro suma:
Que explica la más sublime calidad de amor pues no menos le dan traslado hermoso
las flores de tus versos sin iguales,
Yo adoro a Lysi, pero no pretendo la maravilla de tu culta pluma.
que Lysi corresponda mi fineza;
pues si juzgo posible su belleza, Al Pbro. Lic. D. Carlos de Sigüenza y Góngora, frente a su
a su decoro y mi aprehensión ofendo. “Panegírico” de los Marqueses de la Laguna.
No emprender, solamente, es lo que emprendo:
pues sé que a merecer tanta grandeza Dulce, canoro Cisne Mexicano
ningún mérito basta, y es simpleza cuya voz si el Estigio lago oyera,
obrar contra lo mismo que yo entiendo. segunda vez a Eurídice te diera,
Como cosa concibo tan sagrada y segunda el Delfín te fuera humano;
su beldad, que no quiere mi osadía a quien si el Teucro muro, si el Tebano,
a la esperanza dar ni aun leve entrada: el ser en dulces cláusulas debiera,
pues cediendo a la suya mi alegría, ni a aquél el Griego incendio consumiera,
por no llegarla a ver mal empleada, ni a éste postrara Alejandrina mano:
aun pienso que sintiera verla mía. no el sacro numen con mi voz ofendo,
ni al que pulsa divino plectro de oro
Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios, y justifica agreste avena concordar pretendo;
su divertimento a las Musas. pues por no profanar tanto decoro,
35
mi entendimiento admira lo que entiendo
y mi fe reverencia lo que ignoro.
Las voces del negro y el indio

Asunción, 1676
Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de Méjico, en honor de María Santísima Madre de Dios, en su Asunción
Triunfante, año de 1676, en que se imprimieron.

224. Villancico VIII. —Ensaladilla

Introducción.—Jura

A la aclamación festiva
de la Jura de su Reina
se juntó la Plebe humana
con la Angélica Nobleza.
Y como Reina es de todos,
su coronación celebran,
y con majestad de voces
dicen en canciones Regias:

Coplas.—Reina

Ángeles y hombres, Señora,


os juramos, como veis,
con que Vos os obliguéis
a ser nuestra Protectora.
Y os hacemos homenaje
de las vidas; y así, Vos
guardad los fueros que Dios
le dio al humano linaje.
Vos habéis de mantenernos
en paz y justicia igual,
y del contrario infernal
con aliento defendernos.
Con esto, con reverencia,
conformes en varios modos,
por los Evangelios todos
os juramos obediencia.

Prosigue la Introducción

No faltó en tanta grandeza,


donde nada es bien que falte,
quien con donaires y chistes
tanta gloria festejase.
Porque dos Negros, al ver
misterios tan admirables,
Heráclito uno, la llora;
Demócrito otro, la aplaude.

Negrillos Versión de Alfonso Méndez Plancarte

1. Cantemo, Pilico, —Cantemos, Perico,


que se va las Reina, que se va la Reina,
y dalemu turo y démosle todos
37
una noche buena. una noche buena.
2. Iguale yolale, —Igual es llorar,
Flacico, de pena, Blasico, de pena:
que nos deja ascula que a todos los Negros
a turo las Negla. a oscuras nos deja.
1. Si las Cielo va —Si al Cielo se va
y Dioso la lleva, y Dios se la lleva,
¿pala qué yolá, ¿para qué llorar,
si Eya sa cuntenta? si Ella está contenta?
Sará muy galana, —Muy linda estará
vitita ri tela, vestida de seda,
milando la Sole, contemplando el Sol,
pisando la Streya. pisando la Estrella.
2. Déjame yolá, —Déjame llorar,
Flacico, pol Eya, Blasico, por Ella:
que se va, y nosotlo se va, y a nosotros
la Oblaje nos deja. al Obraje deja.
1. Caya, que sa siempre —¡Calla, que está siempre
milando la Iglesia; mirando a la Iglesia!
mila las Pañola, Mira a la Española,
que se quela plieta. que se queda prieta.
2. Bien dici, Flacico: —Bien dices, Blasico:
tura sa suspensa; toda está suspensa;
si tú quiele, demo si tú quieres, demos
unas cantaleta. una cantaleta.
1. ¡Nomble de mi Dioso, —¡Noble de mi Dios,
que sa cosa buena! que es cosa tan buena!
Aola, Pilico, ¡Ahora, Perico,
que nos mila atenta: que nos mira atenta!

Estribillo

—¡Ah, ah, ah, —¡Ah, ah, ah,


que la Reina se nos va! que la Reina se nos va!
—¡Uh, uh, uh, —¡Uh, uh, uh,
que non blanca como tú, que no es blanca como tú,
nin Pañó que no sa buena, ni Española, que no es buena;
que Ella dici: So molena que Ella dice: Soy Morena
con las Sole que mirá! porque el Sol mirado me ha!
—¡Ah, ah, ah, —¡Ah, ah, ah,
que la Reina se nos va! que la Reina se nos va!

Prosigue la Introducción

Los Mejicanos alegres


también a su usanza salen,
que en quien campa la lealtad
bien es que el aplauso campe;

y con las cláusulas tiernas


del Mejicano lenguaje,
en un Tocotín sonoro
dicen con voces süaves:
38
Tocotín Traducción literal de Ángel María Garibay Versión de Alfonso Méndez Plancarte

—Tla ya timohuica, Si ya te vas, Amada Señora,


totlazo Zuapilli, nuestra amada Señora, si te vas y tristes
maca ammo, Tonantzin, no, Madre nuestra, nos dejas, ¡oh Madre,
titechmoilcahuíliz. Tú de nosotros te olvides. no allá nos olvides!
Ma nel in Ilhuícac Aunque en el Cielo Por mucho que el cielo
huel timomaquítiz, mucho te alegrarás, ya te regocije,
¿amo nozo quenman ¿no acaso alguna vez ¿no te acordarás
timotlalnamíctiz? harás memoria? de quienes aún gimen?
In moayolque mochtin Todos tus devotos Todos tus devotos
huel motilinizque; podrán ser llevados arriba (como con cuerda). allá han de subirse,
tlaca amo, tehuatzin Y si no, Tú o tú has de subirnos
ticmomatlaníliz. con la mano los alzarás, con tu mano, ¡oh Virgen!
Ca mitztlacamati pues te quedó agradecido Pues agradecido
motlazo Piltzintli, tu amado Hijo. tu amado Hijo vive
mac tel, in tepampa Ea, pues, por las gentes contigo, ¡por todos,
xicmotlatlauhtili. suplícale: oh Madre, suplícale!
Tlaca ammo quinequi, y si no quiere, Y si Él no quisiere,
xicmoilnamiquili recuérdale recuérdale y dile
ca monacayotzin que tu carne que tu tierna Carne
oticmomaquiti. Tú le diste, virginal le diste;
Mochichihualayo tu leche que bebió la leche
oquimomitili, bebió, con que Lo nutriste,
tla motemictía si soñaba y que —Pequeñito—
ihuan Tetepitzin. también pequeñito. su sueño meciste.
Ma mopampantzinco Que por tu mediación Tus pobres devotos
in moayolcatintin, tus devotos, seremos, felices,
in itla pohpoltin, los faltos de algo, por tu mediación
tictomacehuizque. nos haremos merecedores; dignos de servirte.
Totlatlácol mochtin nuestros pecados todos Y echando a rodar
tïololquiztizque; echaremos a rodar; nuestras culpas tristes,
Ilhuícac tïazque, al cielo iremos, iremos al Cielo,
timitzittalizque: te veremos verémoste, oh Virgen:
in campa cemícac donde para siempre donde para siempre
timonemitíliz, vivirás, Tú reinas y vives;
cemícac mochíhuaz para siempre se hará donde tu mandato
in monahuatiltzin. tu mandato. siempre ha de cumplirse.

Concepción, 1676
Villancicos que se cantaron en la S. I. Metropolitana de Méjico en los maitines de la Purísima Concepción de Nuestra Señora, año de
1676, en que se imprimieron.

232. Villancico VIII

(Entre un Negro y la Música Castellana) Notas de Alfonso Méndez Plancarte

—Acá tamo tolo ♦ “tamo tolo”: estamos todos


Zambio, lela, lela,
que tambié sabemo
cantaye las Leina.
—¿Quién es? —Un Negliyo.
—¡Vaya, vaya fuera,
que en Fiesta de luces,
39
toda de purezas,
no es bien se permita
haya cosa negra!
—Aunque Neglo, blanco —Aunque Negros, blancos
somo, lela, lela, somos, ¡lela, lela!;
que il alma rivota que el alma devota,
blanca sá, no prieta. blanca está, no prieta…
—¡Diga, diga, diga!
—¡Zambio, lela, lela!

Coplas

—Cuche usé, cómo la rá —Escuche usted, cómo se da


Rimoño la cantaleta: al Demonio su cantaleta…
¡Huye, husico ri tonina, ♦ “ri”: de
con su nalís ri trumpeta!
—¡Vaya, vaya, vaya!
—¡Zambio, lela, lela!
—¡Válgati Riabro, Rimoño,
con su ojo ri culebra!
¿Quiriaba picá la Virgi? ¿Quería picar a la Virgen?...
¡Anda, tomá para heya!
—¡Vaya, vaya, vaya!
—¡Zambio, lela, lela!
Viní acá, perra cabaya:
¿su cabeza ri bayeta
y su cola ri machí, ♦ “y su cola ri machí”: ¿?
pinsiaba la trivimenta? pensaba el atrevimiento…
—¡Vaya, vaya, vaya!
—¡Zambio, lela, lela!
—Vaya al infierno, Cambinga,
ayá con su compañela
que le mira calabralo, ♦ “calabralo”: descalabrado
cómo yeva la cabeza.
—¡Vaya, vaya, vaya!
—¡Zambio, lela, lela,
que tambié sabemo
cantaye las Leina!

San Pedro Nolasco, 1677


Villancicos que se cantaron en los Maitines del Gloriosísimo Padre San Pedro Nolasco, fundador de la Sagrada Familia de Redentores
de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, día 31 de enero de 1677 años, en que se imprimieron.

241. Villancico VIII.—Ensaladilla

A los plausibles festejos


que a su fundador Nolasco
la Redentora Familia
publica en justos aplausos,
un Negro que entró en la Iglesia,
de su grandeza admirado,
por regocijar la fiesta
cantó al son de un calabazo:
40
Puerto Rico.—Estribillo Notas de Alfonso Méndez Plancarte

¡Tumba, la-la-lá; tumba, la-lé-lé; ♦ onomatopeyas de la música negra


que donde ya Pilico, escrava no quede! ♦ “ya Pilico”: está Perico
¡Tumba, tumba, la-lé-lé; tumba, la-lá-la,
que donde ya Pilico, no quede escrava!

Coplas

Hoy dici que en las Melcede


estos Parre Mercenaria
hace una fiesa a su Palre,
¿qué fiesa? como su cala.
Eya dici que redimi:
cosa palece encantala,
por que yo la Oblaje vivo ♦ “Oblaje”: el Obraje, las fábricas de lienzos u otras
y las Parre no mi saca. manufacturas, donde trabajaban esclavos.
La otra noche con mi conga ♦ “con mi conga”: con mi negra congolesa…
turo sin durmí pensaba,
que no quiele gente plieta,
como ella so gente branca.
Sola saca la Pañola;
¡pues, Dioso, mila la trampa,
que aunque neglo, gente somo,
aunque nos dici cabaya!
Mas, ¿qué digo, Dioso mío?
¡Los demoño, que me engaña,
pala que esé mulmulando
a esa Redentola Santa!
El Santo me lo perrone,
que só una malo hablala,
que aunque padesca la cuepo,
en ese libla las alma.

Prosigue la Introducción

Siguióse un estudiantón,
de bachiller afectado,
que escogiera antes ser mudo
que parlar en Castellano.
Y así, brotando Latín
y de docto reventando,
a un bárbaro que encontró,
disparó estos latinajos.

Diálogo Traducción de Alfonso Méndez Plancarte

Hodie Nolascus divinus Hoy el divino Nolasco


in Caelis est collocatus. fue colocado en los Cielos.
—Yo no tengo asco del vino,
que antes muero por tragarlo.
—Uno mortuo Redemptore, —Fallecido un Redentor,
alter est Redemptor natus. otro Redentor nació.
Yo natas buenas bien como,
41
que no he visto buenos natos.
—Omnibus fuit Salvatoris —Del Salvador, esta Imagen
ista perfectior Imago. fue más perfecta que todas.
—Mago no soy, voto a tal,
que en mi vida lo he estudiado.
—Amice, tace: nam ego —Calla, amigo, porque yo
non utor sermone Hispano. no uso el idioma español.
—¿Que te aniegas en sermones?
Pues no vengas a escucharlos.
—Nescio quid nunc mihi dicis, —No sé lo que ahora me dices,
nec quid vis dicere capio. ni entiendo lo que decir quieres.
—Necio será él y su alma,
que yo soy un hombre honrado.

Prosigue la Introducción

Púsolos en paz un Indio


que, cayendo y levantando,
tomaba con la cabeza
la medida de los pasos;
el cual en una guitarra,
con ecos desentonados,
cantó un Tocotín mestizo
de Español y Mejicano.

Tocotín Versión de Ángel María Garibay

Los Padres bendito Los Padres bendito


tiene on Redentor; tiene on Redentor;
amo nic neltoca yo no lo creo,
quimati no Dios. lo sabe mi Dios.
Sólo Dios Piltzintli Sólo Dios Hijito
del Cielo bajó, del Cielo bajó
y nuestro tlatlácol y nuestro pecado
nos lo perdonó. nos lo perdonó.
Pero estos Teopixqui Pero estos Padres
dice en so sermón dice en so sermón
que este San Nolasco que este San Nolasco
mïechtin compró. a todos compró.
Yo al Santo lo tengo Yo al Santo le tengo
mucha devoción, mucha devoción
y de Sempual Xúchil y de flor perfecta
un Xúchil le doy. un ramo le doy.
Téhuatl so persona Tú [o Vos], su persona,
dis que se quedó dizque se quedó
con los perro Moro con los perros moros
impan ce ocasión. en una ocasión.
Mati Dios, si allí Sabe Dios, si allí
lo estoviera yo, estuviera yo,
cen sontle matara matara a cuatrocientos
con un mojicón. con un mojicón.
Y nadie lo piense Y nadie lo piense
lo hablo sin razón, lo hablo sin razón,
ca ni panadero, pues soy panadero
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de mucha opinión. de mucha opinión.
Huel ni machicáhuac; Puede que me olvide,
no soy hablador: no soy hablador;
no teco qui mati, mi amo lo sabe,
que soy valentón. no soy valentón.
Se no compañero Un mi compañero
lo desafió, lo desafió,
y con se poñete y con un puñete
allí se cayó. allí se cayó.
También un Topil También un alguacil
del Gobernador, del Gobernador,
caipampa tributo a causa del tributo
prenderme mandó. prenderme mandó.
Mas yo con un cuáhuitl Mas yo con un palo
un palo lo dio un palo le dio
ipam i sonteco: en la su cabeza:
no sé si morió. no sé si murió.
Y quiero comprar Y quiero comprar
un San Redentor, un San Redentor
yuhqui el del altar como el del altar,
con su bendición.
Las poetas en el siglo XVIII: la poesía religiosa y los certámenes poéticos

Sor Sebastiana María Josefa de la Santísima que males que poco duran,
Trinidad glorias bien pueden ser,
(México, 1707-1757) y si a Dios te vas a ver.
Decidle dos mil ternuras,
Nació en una familia de cortos recursos. Fue una miradle con dulce amor,
mujer muy bella. Se convenció de su vocación que deseo ver su hermosura
religiosa bajo la influencia del célebre predicador con todo mi corazón.
franciscano fray Antonio Margil. A pesar de que su Decidme Dueño amoroso
familia estaba en contra, se recluyó en el Colegio- ¿qué es esto que me atormenta?
recogimiento de Belén, donde lo mismo había Yo me espanto.
mujeres virtuosas que arrepentidas. Luego, por ¡Yo me admiro!
decisión del Provincial franciscano, fue admitida en el Y esto yo no lo entiendo,
convento de monjas caciques de Corpus Christi. Su que vivo, que estoy muriendo.
presencia y la de otras “españolas” en este convento Salid suspiros tiernos
destinado a indígenas produjo molestias, que de mi abrasado pecho,
desembocaron en un proceso legal y en la expulsión y a mi bien amoroso
de las novicias en 1745. Bajo la protección de una decidle las ansias que
aristócrata se reunió la dote para su profesión en el padezco,
convento franciscano de San Juan de la Penitencia en que de su mano espero
1746, a los 39 años de edad. Después de su muerte se todo el remedio.
publicó un elogio fúnebre y una biografía, ambos de Si mil Almas tuviera,
autoría franciscana. Obras: Cartas espirituales a su y mil vidas dulce Amor
confesor, entremezclados con las cuales hay una serie y quedara deseosa,
de poemas. con que gusto las perdiera
de hacer algo por tu Amor.
Afectos Tú eres la vida de mi Alma
y eres mi hermoso lucero
Si mi Dios me ha olvidado eres fuego que me abrasas
porque lo he ofendido y disgustado sin consumirme las llamas.
¿cómo puedo vivir, ni hallar consuelo? Dime Dueño de mi Alma
Que respirar no puedo inquietud de mi sosiego
que me ahogo, y me falta el aliento. cuándo he de tener la gloria
Vida de mi Alma, ¿de gozarte para siempre?
por quien padezco Mira que por tu amor,
máteme tu amor, vivo muriendo.
rompe lo oprimido de este duro pecho, ¡Oh vida! como la siento
no así me dejes en mí, tan mal empleada
en tan cruel tormento. por cosas que duran poco,
Si por ti mi Dueño y a el fin breve se acaban.
vivo sin consuelo, Este corazón, que amante
ten lástima Señor se abrasa con tal ardor:
pues eres tan bueno, se queja de lo que siente;
que ni un instante puedo y no dice que es amor
sufrir, sin tu asistencia la causa de su dolor;
Señor, si me das licencia porque una Alma infiel
te diré mi sentimiento, no merece tal favor.
¿por qué me tienes captiva? Cuando por obedecer
¿Qué prisiones son éstas, quisiera mi Dulce amor,
si ya sabes de amor?, que descubriera mi pecho
¿cómo me tienes presa? lo que encierra el corazón,
Para mi tan breve vivir, aunque con mudas palabras
es muy corto el padecer, se sabe explicar mejor.
44
Mas del amor sagrado la alta ciencia,
María Dávalos y Orozco en tan dulce experiencia,
(México, siglo XVIII) padece porque goza;
ni tanto se alboroza
Condesa de Miravalles. En 1729 se llevaron a cabo en cuanto teme su pena y su cuidado
la ciudad de México las celebraciones por la mirarse de su dueño tan pagado.
canonización de san Juan de la Cruz, las cuales fueron Gozarse del trabajo y la fatiga,
promovidas por la provincia de San Alberto de es ser Juan de la Cruz y la cruz suya,
carmelitas descalzos de la Nueva España. Como parte que donde no halla cruz halla tristeza:
de las celebraciones, se convocó a un certamen gemir porque la pena se mitiga;
literario, en el que participaron varias mujeres. El temer que el padecer se disminuya,
resultado se publicó en Segundo quince de enero de la corte en lides de amor santo es fortaleza:
mexicana. Solemne fiesta que a la canonización del místico pensar que siempre empieza,
doctor San Juan de la Cruz celebró la provincia mexicana de de sí mal satisfecho,
San Alberto de carmelitas descalzos de la Nueva España no creyendo a su pecho,
(México, Joseph Bernardo de Hogal, 1930). María es vivir siempre en sí crucificado,
Dávalos y Orozco fue una de las participantes imagen más expresa de su Amado.
premiadas. Se le dio un Agnus Dei y un azafate de
plata bien labrada. Cabe señalar que ella concursó con Canción, suspende el vuelo;
su propio nombre, mientras otras mujeres lo hicieron la decisión se quede para el cielo.
con pseudónimos. Lo cierto es que de Juan en el aprecio
primer lugar se mereció el desprecio,
En la canonización de san Juan de la Cruz siendo gloria la cruz y cruz la gloria,
imán de su memoria,
Dos contrarios efectos, no enemigos, y en su penosa vida
hijos de un mismo amor puro y constante, una y otra por cruz apetecida.
luchan de Juan en lo interior del alma,
y cuando más contrarios más amigos. Francisca García de Villalobos
No ya cuál de los dos vence triunfante, (México, siglo XVIII)
sino cuál de los dos en dulce calma
cede al otro la palma, Participó en el concurso literario de 1729 con motivo
da fin a su victoria; de la canonización de san Juan de la Cruz. Fue
porque de Juan es gloria premiada con una beca y un regalo.
en lucha tan extraña y tan ajena,
padecer el gozar, gozar la pena. A san Juan de la Cruz
De la cruz en los brazos es adoptado,
cuando la busca más, más se le aleja: Piedra quiso convertirse
incentivo a la sed de su esperanza, y en planta Juan transformarse;
siendo favorecido de su Amado, porque pudiera decirse
ausente de su cruz tierno se aleja: que si en planta quiso ampliarse,
incentivo a la sed de su esperanza, piedra también quiso unirse.
siendo favorecido de su Amado,
ausente de su cruz tierno se queja, ¿Qué planta vegetativa
ansioso de la pena que no alcanza; tomaría Juan por disfraz
muriendo en la privanza porque su instituto viva?
de su amor, advertido Si vino anunciando paz,
que al verle dolorido ¿quién duda que fue la oliva?
siente como penosos los favores
privado del amor de sus dolores. Mas es lógico argumento
¿Cuál de estos dos afectos es más fino? que fue este árbol en su fruto
¿Penar en las caricias halagüeñas, predicamental sarmiento;
o gozarse en la cruz de su paciencia? porque puso su instituto
¡Oh, y cuánto participa de divino en un gran predicamento.
quien logra de su dicha tantas señas!
45
Por edificar con forma México, Imprenta en el Nuevo Rezado de doña María
se forma en la peña viva de Rivera, 1748. El poema de Ana María González
materia en que se transforma; fue uno de los premiados.
y así se dio en su unitiva
unión de materia y forma. A Fernando VI

¡Oh piedra! ¡Lo que en ti medra El soberano Augusto coronado


tu reforma con tal basa! merece nombre eterno, y sin segundo,
¡Oh planta, extendida yedra! que su sabio gobierno ha declarado
quien contigo no se enlaza es piadoso y es justo en todo el mundo.
tiene el corazón de piedra. Su celo infatigable, su cuidado,
de Augusto lo acredita por profundo,
Juana de Góngora y el tiempo no le quita el peso interno
(México, siglo XVIII) para mostrarse afable en su gobierno.

También participó en el concurso literario de 1729 Los negocios crecidos del reinado
con motivo de la canonización de san Juan de la Cruz. no le dan pesadumbre a su alta mente,
Se le premió con una cigarrera de cristal y versos que con la muchedumbre fatigado
humorísticos con los cuales el jurado enviaba sus divierte los sentidos providente.
cumplidos. Con notable entereza y con agrado
a todos hace al gusto regiamente,
En fuego y león a Proteo, porque Fernando, a Augusto parecido,
célebre de Thetis hijo, le aventaja la empresa de entendido.
transformó, según colijo,
antojadizo deseo. Mejor que aquel Alcides valeroso
Con más razón, según veo, la cerviz dobla al cargo y desempeño,
Juan de la Cruz carmelita, sin serle peso amargo lo forzoso,
al fuego y al león imita: las más sangrientas lides son su empeño:
a aquel porque en amor arde; y con justo expediente prodigioso
y a éste porque haciendo alarde, decreta a mar y tierra como dueño;
durmiendo el sueño le quita. si prudente en la guerra al ver su agravio,
en la paz diligente como sabio.
Ana María González
(México, siglo XVIII) ¡Oh César peregrino! ¡Oh Rey Fernando!
¡Cómo el cielo piadoso en tu cabeza
Tuvo un largo periodo de actividad y quedan de ella puso en ti cuidadoso con el mando
varios poemas. Participó en el concurso convocado señales de divino en tu grandeza!
por la Real y Pontificia Universidad de México en ¡Oh monarca adorado! que reinando
1748, con motivo de la ascensión al trono de ¡cómo es bien que no asombre, en esta empresa,
Fernando VI. Los textos de este certamen fueron que se te dé el renombre en todo el mundo
publicados en: José Rodríguez de Arizpe, Coloso de Augusto iluminado y sin segundo!
elocuente que en la solemne aclamación del augusto monarca de
las Españas don Fernando VI erigió sobre brillantes
columnas… la Imperial y Pontificia Universidad Méxicana,
46

Las poetas en el siglo XIX


47

Las poetas en las postrimerías de la Colonia

te miro, ¡triste de mí!


Monjas carmelitas del convento de San José de Sin hojas y sin ramaje,
Córdoba marchito y seco el ropaje
(Argentina, 1804) de tu frescura y verdor;
¡cuan corta tu vida ha sido!,
Poemas del Carmelo de Cordoba contigo todo he perdido
(Primera escritura 123) de la fortuna al rigor.
En tu tronco yo apoyaba
Se trata de una serie de poemas escritos por monjas mi porvenir y esperaba
del convento de carmelitas descalzas de San José de la recoger tu fruto y flor;
ciudad de Córboba del Tucumán (Argentina), en bajo tu sombra solía
1804, en ocasión de la muerte de fray José Antonio de recrear mi fantasía
San Alberto, obispo de esa ciudad de 1780 a 1785. y adormecer mi dolor.
Siendo de edad aún temprana,
* en tu corteza yo ufana
catorce letras grabé;
¿Qué estrago, Muerte, habeís hecho, no eran dichas ilusorias,
qué ruinas ocasionado, ni de amores ni de glorias
que, impía, habéis despojado las palabras que tracé.
de sus júbilos al pecho? Contigo se ha derribado
Sin título ni derecho, todo el bien imaginado
hoy vuestro rigor se apura, que el pensamiento creó;
haciendo con saña dura cual exhalación ligera
un tan bárbaro destrozo toda ilusión hechicera
que el coro que era de gozo contigo ya se extinguió.
se convirtió en amargura. Era tierna tu corteza,
tus raíces sin firmeza,
débil tu tronco también:
María Josefa Mujía y así resistir no pudo
(Bolivia, 1813-1888) del fuerte huracán sañudo
el recio soplo y vaivén.
El árbol de la esperanza Muerta mi dulce esperanza,
todo ha sido ya mudanza
Árbol de esperanza hermoso, de la dicha a la aflicción;
en copa y ramas frondoso sólo viven la amargura,
y elevado yo te vi; el pesar y desventura
ora en el suelo tendido, dentro de mi corazón.
destrozado y abatido
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Las poetas decimonónicas caribeñas

Gertrudis Gómez de Avellaneda de júbilo henchido el pecho,


(Puerto Príncipe, Cuba, 1814-Madrid, 1873) de entusiasmo ardiendo el alma.
¡Salud, oh tierra bendita,
La “Divina Tula” nació en Puerto Príncipe, tranquilo edén de mi infancia,
actualmente Camagüey, en 1814 y murió en Madrid, que encierras tantos recuerdos
en 1873. Poeta, novelista y dramaturga. Una de las de mis sueños de esperanza!
más altas figuras de la poesía hispanoamericana de ¡Salud, salud, nobles hijos
todos los tiempos. En 1836 viajó a España, donde de aquesta mi dulce patria!
publicó sus poemas bajo el seudónimo de La Peregrina. ¡Hermanos, que hacéis su gloria!
En 1845, obtuvo los dos primeros premios de un ¡Hermanas, que sois su gala!
certamen poético convocado por el Liceo de Madrid. ¡Salud!... Si afectos profundos
En 1853 solicitó su ingreso en la Real Academia traducir pueden palabras,
Española de la Lengua, pero esta solicitud fue por los ámbitos queridos
denegada por ser mujer. Entre febrero y agosto de llevad, —¡brisas perfumadas,
1860 dirigió la revista quincenal Álbum cubano de lo que habéis mecido mi cuna
bueno y lo bello, con temas de interés para y sobre la entre plátanos y palmas!—
mujer. Libros de poesía: Poesías de la señorita Da. llevad los tiernos saludos
Gertrudis Gómez de Avellaneda (1841), Obras literarias. que a Cuba mi amor consagra.
Poesías líricas T. 1 (1859). Se han editado numerosas Llevadlos por esos campos
antologías póstumas de su obra, entre ellas: Poesías que vuestro soplo embalsama,
escogidas (1923), Selección poética (1936), Antología. Poesías y en cuyo ambiente de vida
y cartas amorosas (prólogo de Ramón Gómez de la mi corazón se restaura:
Serna, 1945) y Serenata de Cuba (1980). Por esos campos felices,
que nunca el cierzo maltrata,
Al partir y cuya pompa perenne
melifluos sinsontes cantan.
¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente! Esos campos do la ceiba
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo hasta las nubes levanta
la noche cubre con su opaco velo, de su copa el verde toldo,
como cubre el dolor mi triste frente. que grato frescor derrama:
¡Voy a partir!... La chusma diligente, donde el cedro y la caoba
para arrancarme del nativo suelo confunden sus grandes ramas,
las velas iza, y pronta a su desvelo y el yarey y el cocotero
la brisa acude de tu zona ardiente. sus lindas pencas enlazan…
¡Adiós, patria feliz, edén querido! Donde el naranjo y la piña
¡Doquier que el hado en su furor me impela, vierten al par su fragancia;
tu dulce nombre halagará mi oído! donde responde sonora
¡Adiós!... Ya cruje la turgente vela… a vuestros besos la caña;
El ancla se alza… el buque, estremecido, donde ostentan los cafetos
las olas corta y silencioso vuela! sus flores de filigrana,
y sus granos de rubíes
La vuelta a la patria y sus hojas de esmeraldas.
Saludo Llevadlos por esos bosques
que jamás el sol traspasa,
¡Perla del mar! ¡Cuba hermosa! y a cuya sombra poética,
Después de ausencia tan larga do refrescáis vuestras alas,
que por más de cuatro lustros se escucha en la siesta ardiente
conté sus horas infaustas, —cual vago concento de hadas—
torno al fin, torno a pisar la misteriosa armonía
tus siempre queridas playas, de árboles, pájaros, aguas,
49
que en soledades secretas, va a salir,
con ignotas concordancias, y a Occidente,
susurran, trinan, murmuran, ledo, sube
entre el silencio y la calma. en su nube
Llevadlos por esos montes, de zafir!
de cuyas vírgenes faldas De la tarde,
se desprenden mil arroyos que ya expira,
en limpias ondas de plata. se retira,
Llevadlos por los vergeles, lento, el sol,
llevadlos por las sabanas y, a medida
en cuyo inmenso horizonte que se aleja,
quiero perder mis miradas. huellas deja
¡Llevadlos férvidos, puros, de arrebol.
cual de mi seno se exhalan Y a ocultarse
—aunque del labio el acento va, sereno,
a formularlos no alcanza,— en el seno
desde la punta Maisí de la mar,
hasta la orilla del Mantua; y del cielo
desde el pico de Tarquino cae, en tanto,
a las costas de Guanaja! leve llanto,
Doquier los oiga ese cielo, sin cesar.
al que otro ninguno iguala, Con su riego
y a cuya luz, de mi mente mil olores
revivir siento la llama: dan las flores
Doquier los oiga esta tierra del pensil,
de juventud coronada, halagadas
y a la que el sol de los trópicos por la brisa,
con rayos de amor abrasa: blanda risa
Doquier los hijos de Cuba del abril.
la voz oigan de esta hermana, Busca el nido
que vuelve al seno materno do se mece,
—después de ausencia tan larga— y adormece
con el semblante marchito luego, al fin,
por el tiempo y la desgracia, en las ramas
mas de gozo henchido el pecho, del granada,
de entusiasmo ardiendo el alma. el pintado
Pero ¡ah! decidles que en vano colorín;
sus ecos le pido a mi arpa; y allá —lejos
pues sólo del corazón de la orilla—
los gritos de amor se arrancan. ve a Sevilla
reposar,
Paseo por el Betis de cien torres
coronada,
Ya del Betis perfumada
por la orilla, de azahar.
mi barquilla ¡Sorprendente
libre va, panorama,
y las auras do derrama
dulcemente, su fulgor,
por mi frente de la noche
soplan ya. mensajero,
¡Boga, boga, el lucero
buen remero, brillador!
que el lucero ¡Oh, no esperes
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a que muera quien al fulgor de tu hermosura ciego,
la postrera en su alma inerte y corazón helado
claridad; no abriga un rayo de tu dulce fuego;
boga, boga, que es el mundo, sin ti, templo vacío,
buen remero, cielo sin claridad, cadáver frío!
más ligero, Mas yo doquier te miro;
por piedad! doquier el alma, estremecida, siente
tu influjo inspirador; el grave giro
A… de la pálida luna, el refulgente
trono del sol, la tarde, la alborada…
No existe lazo ya: todo está roto: todo me habla de ti con voz callada.
plúgole al cielo así: ¡bendito sea! En cuanto ama y admira
Amargo cáliz con placer agoto: te halla mi mente. Su huracán violento
mi alma reposa al fin: nada desea. zumba y levanta el mar, bramando de ira;
Te amé, no te amo ya: piénsalo al menos: si con rumor responde soñoliento
¡Nuna, si fuere error, la verdad mire! plácido arroyo al aura que suspira…
¡Que tantos años de amargura llenos tú alargas para mí cada sonido
trague el olvido, el corazón respire! y me explicas su místico sentido.
Lo has destrozado sin piedad: mi orgullo Al férvido verano,
una vez y otra vez pisaste insano; a la plácida y dulce primavera,
mas nunca el labio exhalará un murmullo al grave otoño y al invierno cano,
para acusar tu proceder tirano. me embellece tu mano lisonjera;
De grandes faltas vengador terrible ¡que alcanzan, si los pintan tus colores,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras? calor el hielo, eternidad las flores!
No era tuyo el poder que irresistible ¿Qué a tu dominio inmenso
postró ante ti mis fuerzas vencedoras. no sujetó el Señor? En cuanto existe
Quísolo Dios y fue: gloria a su nombre: hallar tu ley y tus misterios pienso;
todo se terminó: recobro aliento. el universo tu ropaje viste,
¡Ángel de las venganzas! Ya eres hombre; y en su conjunto armónico demuestra
ni amor ni miedo al contemplarte siento. que tú guiaste la hacedora diestra.
Cayó tu cetro; se embotó tu espada… ¡Hablas! ¡Todo renace!
Mas, ¡ay! ¡Cuán triste libertad respiro! Tu creadora voz los yermos puebla;
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada, espacios no hay que tu poder no enlace;
y en honda y vasta soledad me miro. y rasgando del tiempo la tiniebla,
¡Vive dichoso tú! Si en algún día de lo pasado al descubrir ruinas,
ves este adiós que te dirijo eterno, con tu mágica luz las iluminas.
sabe que aun tienes en el alma mía Por tu acento apremiados,
generoso perdón, cariño tierno. levántanse del fondo del olvido,
ante tu tribunal, siglos pasados;
A la poesía y el fallo que pronuncias, trasmitido
por una y otra edad en rasgos de oro,
¡Oh tú, del alto cielo eterniza su gloria o su desdoro.
precioso don, al hombre concedido! Tu genio independiente
¡Tú, de mis penas íntimo consuelo, rompe las sombras del error grosero;
de mis placeres manantial querido! la verdad preconiza; de su frente
¡Alma del orbe, ardiente Poesía, vela con flores el rigor severo;
dicta el acento de la lira mía! dándole al pueblo, en bellas creaciones,
Díctalo, sí, que enciende de saber y virtud santas lecciones.
tu amor mi seno y, sin cesar, ansío Tu espíritu sublime
la poderosa voz, que espacios hiende, ennoblece la lid; tu épica trompa
para aclamar tu excelso poderío brillo eternal en el laurel imprime;
y en la naturaleza, augusta y bella, al triunfo presta inusitada pompa;
buscar, seguir y señalar tu huella. y los ilustres hechos que proclama
¡Mil veces desgraciado fatiga son del eco de la fama.
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Mas si entre gayas flores, levantan sus fantásticos palacios.
a la beldad consagras tus acentos; En Occidente, el Hespero aparece,
si retratas los tímidos amores; salpican perlas su zafíreo asiento
si enalteces sus rápidos contentos; y —en tanto que apacible resplandece—
al despecho del tiempo, en tus anales, no sé qué halago al contemplarlo siento.
beldad, placer y amor son inmortales. ¡Lucero del amor! ¡Rayo argentado!
Así en el mundo suenan ¡Claridad misteriosa! ¿Qué me quieres?
del amante Petrarca los gemidos; ¿Tal vez un bello espíritu, encargado
los siglos con sus cantos se enajenan; de recoger nuestros suspiros, eres?
y unos tras otros, de su amor movidos, ¿De los recuerdos la dulzura triste
van de Vaclusa a demandar al aura vienes a dar al alma por consuelo,
el dulce nombre de la dulce Laura. o la esperanza con su luz te viste
¡Oh! No orgullosa aspiro para engañar nuestro incesante anhelo?
a conquistar el lauro refulgente, ¡Oh tarde melancólica, yo te amo
que humilde acato y entusiasta admiro, y a tus visiones lánguidas me entrego!...
de tan gran vate en la inspirada frente; Tu leda calma y tu frescor reclamo
ni ambicionan mis labios juveniles para templar del corazón el fuego.
el clarín sacro del cantor de Aquiles. Quiero, apartada del bullicio loco,
Nos tan ilustres huellas respirar tus aromas halagüeños,
seguir es dado a mi insegura planta… a par que en grata soledad evoco
Mas, abrasada al fuego que destellas, las ilusiones de pasados sueños.
¡oh genio bienhechor!, a tu ara santa ¡Oh, si animase el soplo omnipotente
mi pobre ofrenda estremecida elevo, éstos que vagan húmedos vapores,
y una sonrisa a demandar me atrevo. término dando a mi anhelar ferviente,
Cuando las frescas galas con objeto inmortal a mis amores!...
de mi lozana juventud se lleve Y tú, sin nombre en la terrestre vida,
el veloz tiempo en sus potentes alas, bien ideal, objeto de mis votos,
y huyan mis dichas, como el humo leve, que prometes al alma enardecida
serás aún mi sueño lisonjero, goces divinos, para el mundo ignotos!
y veré hermoso tu favor primero. ¿Me escuchas? ¿Dónde estás? ¿Por qué no [puedo,
Dame que pueda entonces, libre de la materia que me oprime,
¡Virgen de paz, sublime poesía!, a ti llegar, y aletargada quedo,
no transmitir en mármoles ni en bronces y opresa el alma en sus cadenas gime?
con rasgos tuyos la memoria mía; ¡Cómo volara, hendiendo las esferas
sólo arrullar, cantando mis pesares, si aquí rompiese mis estrechos nudos
a la sombra feliz de tus altares. cual esas nubes cándidas, ligeras,
del éter puro en los espacios mudos!
Contemplación Mas ¿dónde vais? ¿Cuál es vuestro camino,
viajeras del celeste firmamento?
Tiñe ya el sol extraños horizontes, ¡Ah! lo ignoráis… seguís vuestro destino
el aura vaga en la arboleda umbría, y al vario impulso obedecéis del viento.
y piérdese en la sombra de los montes ¿Por qué yo, en tanto, con afán insano
la tibia luz del moribundo día. quiero indagar la suerte que me espera?
Reina en el campo plácido sosiego, ¿Por qué del porvenir el alto arcano
se alza la niebla del callado río, mi mente ansiosa comprender quisiera?
y a dar al prado fecundante riego, Paternal providencia puso el velo
cae convertida en límpido rocío. que nuestra mente a descorrer no alcanza,
Es la hora grata de feliz reposo, pero que le permite alzar el vuelo
fiel precursora de la noche grave… por la inmensa región de la esperanza.
torna al hogar el labrador gozoso, El crepúsculo huyó; las rojas huellas
el ganado al redil, al nido el ave. borra la luna en su esmaltado coche,
Es la hora melancólica, indecisa, y un silencioso ejército de estrellas
en que pueblan los sueños los espacios, sale a guardar el trono de la noche.
y en los aires —con soplos de la brisa— A ti te amo también, noche sombría;
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amo tu luna tibia y misteriosa ¿Qué extraño ser era aquél?
más que a la luz con que comienza el día, ¿Era un ángel o era un nombre?
tiñendo el cielo de amaranto y rosa. ¿Era un Dios o era Luzbel?...
Cuando en tu grave soledad respiro, ¿Mi visión no tiene nombre?
cuando en el seno de tu paz profunda ¡Ah!, un nombre tiene… ¡Era Él!
tus luminares pálidos admiro, El alma soñaba tu imagen divina
un religioso afecto el alma inunda. y en ella reinabas ignoto señor
¡Que si el poder de Dios y su hermosura que acaso su instinto feliz adivina
revela el sol en su fecunda llama, los rasgos que debe grabarle el amor.
de tu solemne calma la dulzura Al sol que en el cielo de Cuba destella
su amor anuncia y su beldad proclama! del trópico ardiente brillante fanal,
tus ojos eclipsan, tu frente descuella
A él cual se alza en la selva la palma real.
Del genio la aureola, radiante, sublime,
Era la edad lisonjera ciñendo contemplo tu pálida sien,
en que es un sueño la vida: y al verte, mi pecho palpita y se oprime,
era la aurora hechicera dudando si formas mi mal o mi bien.
de mi juventud florida, Que tú eres, no hay duda, mi sueño adorado,
en su sonrisa primera. el ser a quien tanto mi pecho anheló;
Cuando sin rumbo vagaba mas ¡ay! que mil veces el hombre arrastrado
por el campo silenciosa, por fuerza enemiga, su tumba buscó.
y en escuchar me gozaba Así vi a la mariposa
la tórtola que entonaba inocente, fascinada,
su querella lastimosa. en torno a la luz amada
Melancólico fulgor revolotear con placer:
blanca luna repartía, insensata se aproxima,
y el aura leve mecía y la acaricia insensata,
con soplo murmurador hasta que la luz ingrata
la tierna flor que se abría. devora su frágil ser.
¡Y yo gozaba! El rocío, Y es fama que allá en los bosques
nocturno llanto del cielo, que habita el indio indolente,
el bosque espeso y umbrío, nace y crece una serpiente
la dulce quietud del suelo, de prodigioso poder.
el manso correr del río, Si sus hálitos exhala,
y de la luna el albor, en apariencias suaves,
y el aura que murmuraba volando bajan las aves
acariciando a la flor, en su garganta a caer.
y el pájaro que cantaba… ¿Y dónde van esas nubes
¡Todo me hablaba de amor! por el viento compelidas?...
Y trémula, palpitante, ¿Dónde esas hojas perdidas
en mi delirio extasiada, que del árbol arrancó?...
miré una visión brillante, ¡Ay! lo ignoran: las arrastra
como el aire perfumada, el poder de su destino,
como las nubes flotante. y ceden al torbellino,
Ante mí resplandecía como al amor cedí yo.
como un astro brillador, Así vuelan resignadas
y mi loca fantasía y no saben dónde van…
al fantasma seductor ¡pero siguen el sendero
tributaba idolatría. que les traza el huracán!
Escuchar pensé su acento ¡Vuelan, vuelan en sus alas
en el canto de las aves; nubes y hojas a la par,
eran las auras su aliento ora el cielo las levante,
cargadas de aromas suaves, ora las hunda en el mar!
y su estancia el firmamento. ¿Y a qué pararse sirviera?
53
¿A qué el trémulo inquirir? das la inmensa
¡Ya a la altura, ya al abismo revelación de tu ser.
su curso habrán de seguir! Soy un gusano del suelo,
cuyo anhelo
Dedicación de la lira a Dios se alza a tu eterna beldad;
soy una sombra que pasa,
Tú, que le dices a la hojosa rama mas se abrasa
¡susurra!, ¡muge y gime!, al mar bravío; ardiendo en sed de verdad.
¡silba!, al rudo Aquilón; ¡murmura!, al río; Soy hoja que el viento lleva,
¡suspira!, al aura, y al torrente, ¡brama! pero eleva
Tú, que le das dulcísima garganta a Ti un susurro de amor…
al pajarillo que saluda al día, Soy una vida prestada
y le enseñas patética armonía que en su nada
al que en la noche sus amores canta. tu infinito amor ama, ¡Señor!
Tú, que al alma también prestas acento Soy un perenne deseo,
que hasta tu trono remontarse anhela, y en Ti veo
y que más alto tu poder revela mi objeto digno, inmortal;
que las voces del mar, torrente y viento. soy una inquieta esperanza
De esa gran facultad que tiene nombre que en Ti alcanza
de Gracia allá de donde ardiente emana; su complemento final.
de ese don celestial, luz sobrehumana, Perdona si en mi error ciego,
que Genio llama en su lenguaje el hombre… con el fuego
Tú sólo, sólo Tú, ¡Ser de los seres!, de los bardos de Israel,
sabes la esencia, y los misterios sabes…, osé encender torpe pira
de esta lira inmortal, los sones graves y a la lira
sólo pueden brotar cuando Tú quieres. ceñir profano laurel.
Sólo a tu voz el mundanal ruïdo Perdona si de tus dones,
se vuelve en ella armónico concento; mis pasiones
sólo a tu luz descubre el pensamiento trocaron el alto fin,
en cada eco fugaz hondo sentido. marchitando santas flores
Naturaleza en inefables sones con vapores
tu nombre anuncia, tu bondad proclama, de este mundano festín.
y esas bellezas con que al genio inflama Y si el incienso sagrado,
son de tu amor benéficas lecciones. destinado
Él las entiende, su oblación te envía sólo, mi Dios, a tu altar,
con ígneas alas al dosel superno, en aras de deidad vana
y eso que llama el mundo poesía llegué, insana,
es de tu nombre, ¡oh Dios!, un eco eterno. alguna vez a quemar.
Mas, ¿dó hallar formas su entusiasmo santo? Perdona si los sonidos
¿Qué expresión digna de tan alto anhelo? despedidos
Para tal fuego la palabra es hielo; del harpa del corazón,
para tal melodía es rudo el canto. pidieron al vulgo necio,
¿Qué importa, empero, a la inspirada mente bajo precio
de su idea encontrar débil sonido, de su elevada ambición.
si comprende el silencio aquel oído Y si la bella armonía,
que halla en cada emoción himno elocuente? que debía
¿Qué le importa a la lira, que desprende buscar su autor inmortal,
del alma un son, se extienda poco a mucho, lanzó el alma, en su locura,
si antes que ella lo exhale yo lo escucho, por la impura
si antes que yo lo escuche Dios lo entiende? atmósfera mundanal.
¡Oh Autor del genio, divino! Borra, Tú, borra de la mente mía,
Su destino de aquel delirio la tenaz memoria,
sólo es mostrar tu poder; y sea ya mi eterna poesía
que Tú a este polvo que piensa el himno santo de tu eterna gloria.
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Sea mi vida un acto reverente, Virginie Sampeur


un éxtasis de amor mi alto destino, (Haití, 1839-1919)
y cada aliento de mi pecho ardiente
un holocausto a tu poder divino. Primera poeta haitiana conocida después de la reina
¡Liras del alma, remontad las voces! Anacaona, tuvo el mérito de haber abierto el camino a
¡Llenad la tierra, fatigad los vientos! la poesía escrita por mujeres de Haití. Sampeur fue la
¡Que surquen el espacio ecos veloces! primera esposa de Oswald Durand, cuyo abandono le
¡Que se hinchen las esferas de concentos! inspiró el poema “La desamparada”. Dejó sus poemas
De la noche entre sombras, entre albores dispersos en periódicos y revistas.
de alba, vuele vuestro aplauso eterno;
envuelto en los aromas de las flores, La desamparada
flotando con las nubes del invierno. (fragmento)
¡Corra en el huracán; zumbe en el trueno;
gire en las olas de la mar bravía; ¡Ah, si estuvieras muerto! Con mi alma marchita
llene del universo el ancho seno; haría una tumba, en que, reducto querido,
pase en su vuelo al luminar del día! mis llantos fluirían pausadamente, sin remordimiento.
¡No hay más que un Dios! ¡Tu fuerza es ilusoria Y tu imagen en mí permanecerá radiante;
si te apartas de Dios, genio del hombre!; y aún enlutada, mi alma hubiera sido alegre.
tu nombre ensalza al preludiar su nombre; ¡Ay si estuvieras muerto!
tu gloria existe en proclamar su gloria. Haría con mi corazón la urna melancólica
Y Tú, que este anhelar del alma entiendes, que cobijara el pasado como una suave reliquia,
y en quien su alta ambición reposo alcanza, como estos cofrecitos dorados llenos de perfume;
hoy, que en sublime fe mi pecho enciendes, con mi alma haría una capilla ardiente
préstale alas de fuego a mi esperanza! donde rielaría la postrera chispa
¡Pueda tus huellas adorar de hinojos; de mis esperanzas ya esfumadas.
pueda entrever las orlas de tu manto; ¡Ay si estuvieras muerto, tu eterno silencio,
y un rayo hiera de tu luz mis ojos, menos áspero que hoy, tendría tu elocuencia
y un soplo aspire de tu aliento santo! pues ya no sería el cruel abandono;
yo diría: “Ha muerto, pero sabe escucharme
y a lo mejor, al morir subsanaría
todo diciéndome: Perdóname”.
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Las poetas decimonónicas latinoamericanas

Adela Zamudio siéndole su esposo infiel;


(Cochabamba, Bolivia, 1854-1928) pero él se puede vengar.
(Permitidme que me asombre.)
Nacer hombre En un caso semejante
hasta puede matar él,
¡Cuánto trabajo ella pasa ¡porque es hombre!
por corregir la torpeza ¡Oh, mortal privilegiado,
de su esposo, y en la casa! que de perfecto y cabal
(Permitidme que me asombre.) gozas seguro renombre!
Tan inepto como fatuo, En todo caso, para esto,
sigue él siendo la cabeza, te ha bastado
¡porque es hombre! nacer hombre.
Si algunos versos escribe,
de alguno esos versos son, María Torres Frías
que ella sólo los suscribe. (Salta, Argentina, 1877-1954)
(Permitidme que me asombre.)
Si ese alguno no es poeta, En duda…
¿por qué tal suposición?
¡Porque es hombre! Que eres muy bella yo lo reconozco,
Una mujer superior de carmín son tus labios de coqueta,
en elecciones no vota, tus pupilas declaran por rivales
y vota el pillo peor. del cielo azul las fúlgidas estrellas.
(Permitidme que me asombre.) Tu hermosa sien de lirio es adorable,
Con tal que aprenda a firmar tus mejillas de rosa, me embelesan,
puede votar un idiota, tus manecitas níveas, dos jazmines
¡porque es hombre! por su perfume y su color semejan.
Él se abate y bebe o juega Tu cuerpo es el compendio de lo bello,
en un revés de la suerte: cuerpo de hurí que al aura se doblega,
ella sufre, lucha y ruega. para concluir: tú no eres de este mundo,
(Permitidme que me asombre.) o si lo eres, naciste para reina.
Que a ella se llame el “ser débil” Pero disculpa, abrigo entre mis dudas
y a él se le llame el “ser fuerte”. una muy singular, y escucha, es esta:
¡Porque es hombre! Pienso que Dios distraído al modelarte
Ella debe perdonar puso por sesos, lana en tu cabeza.
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Las poetas decimonónicas mexicanas

Rosa Carreto ¿Te ofende la expresión de mi ternura?


(Ciudad de México, 1846-1899) —No señor, no me ofende con su beso,
pero me descompone la pintura.
Tú y yo
Los retratos
I
A Concha
Traviesa una mariposa
de bellísimo color, Mi retrato para tu álbum
de una rosa sobre el cáliz me pides, Concha, y por Dios
el raudo vuelo paró. que te agradezco infinito
Después huyó la inconstante, tan señalado favor,
quedó en su tallo la flor… rogándote humildemente
Tu amor fue la mariposa, me concedas tu perdón,
la rosa mi corazón. si en esta vez con tu gusto
condescendiente no soy;
II pero sabe que a los álbums
siempre he tenido aversión
Rápido el viento de un lago porque nomás son objetos
la superficie besó, de murmuración feroz.
halagándole un momento Un álbum a los ociosos
con sus caricias de amor. les sirve de diversión
Huyó el céfiro ligero, y negarme no podrás
el lago no se movió… lo que a probarte voy yo.
Tu amor era el vientecillo El álbum cualquiera toma
y el lago mi corazón. y preguntas por mayor
a dirigirte comienza.
III —¿Quién es éste? —Don Ramón.
—¡Qué viejo está! —¡Y la que sigue!
Cruzando el diáfano cielo Su esposa doña Leonor.
la nubecilla pasó, —¡Jesús!, si está la señora
adornándolo un instante que parece un escorpión.
con un velo de crespón. —Don Luis Pérez. —¡Qué nariz!
Desapareció la nube, Si esto no es nariz, es hoz.
el cielo firme quedó… En cambio este otro la tiene
Tu amor fue la nubecilla más larga que un asador.
y el cielo mi corazón. —Pedro. —¡Qué cara tan seria!
Parece la de un bull-dog.
Causa justa para negar un beso —Esta muchacha es bonita.
—Mas tiene un peinado atroz
¿Por qué te enojas, celestial Aurora, ¡y un vestido tan antiguo…!
cuando quiero imprimir mi labio ardiente ¡Uf!, esta es vizca, ¡qué horror!
lleno de amor en tu nevada frente Teniendo tan malos ojos
o en tu fresca mejilla seductora? retratarse no debió.
Si sabes tú que el corazón te adora. Esto poco más o menos
Y por ti nada más late ferviente, (y haciendo mucho favor)
si me has dicho que me amas tiernamente, dicen los que el álbum toman
¿por qué te muestras tan esquiva ahora? un rato por distracción,
Cuando sabes que te amo con exceso, si no es que al que por desgracia
¿es acaso un delito, una locura, incanto se retrató,
que bese yo tu faz que es mi embeleso? toda su vida y milagros
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le sacan a colación. que el álbum del corazón.
“Don Lucas. —¿El comerciante
que hace dos meses quebró?
—Don Ambrosio, ¡viejo avaro! Las visitas
Tiene cerca de un millón
y se está quejando siempre ¡Tin!, ¡tilín! ¿Quién es? —Yo soy.
de que es más pobre que Job. —¡Paquita! ¿Usted por aquí?
—Mariquita. ¡Desdichada! ¡Cuánto gusto! (¡Qué importuna!
Su marido es un Nerón, Mero cuando iba a salir.)
con otra gasta, y sus hijos Pase usted, siéntese. —Gracias.
están hechos un dolor. —¡Y cómo está don Martín?
—Amalia. La coquetona —Perfectamente. —Me alegro,
que se planta en un balcón ojalá siempre esté así.
desde que el sol se levanta ¿Y a qué santo le he debido
hasta que se acuesta el sol. que usted quisiera venir
—Carolina es muy hermosa a visitar a su amiga?
y Antonia mucho mejor. (Más que nunca.) —Le ofrecí
—Sí, pero en cambio se pintan. verla cuanto amtes y hasta hoy
—¡Con tal exageración! es cuando puedo cumplir,
¡Oh, Concha, yo nada valgo porque la casa… los niños
y por mi poco valor algo enfermos. Agustín
yo no quiero que mi efigie principalmente, me ha dado
(de la que te libre Dios) una semana… En un tris
sirva en el álbum menguado estuvo que se muriera.
para más murmuración, —¡Pobrecito! —¡Qué sufrir!
y a riesgo de que te enojes La calentura era horrible,
por mi atrevimiento atroz las viruelas… —¡Infeliz!
te voy a dar un consejo ¡Habrá padecido tanto!
y es, que hagas lo que hago yo. (¿A qué hora te querrás ir?)
Para mí un retrato, Concha, —¡Oh, qué elegante vestido!
es prenda de tal valor, —Muy a la orden. —Gracias mil.
que la miro con respeto —Le está a usted perfectamente.
y tierna veneración. —Le estrené para venir.
Cuando un amigo me obsequia —Sin duda vino de Francia.
con su retrato, yo no —No, señora, de París.
le expongo a la necia crítica —(¡Tonta!) Confección más bella
de cualquier quídam burlón en toda mi vida vi.
sino que siempre le guardo —Y me ha costado un sentido.
do sólo le mire yo. —(Y parece de Arlequín.)
Haz lo mismo, Concha mía, ¿Estuvo usted en el baile
conserva con tierno amor que dio en su casa Beatriz?
los retratos que te ofrezcan —Sí, pero, ¡qué casa aquella!
en muestra de estimación; Parece un chirivitil.
y por lo que toca al mío, ¡Y qué alumbrado!, ¡qué mesa!
yo te ruego, por favor, ¿Y la música? Un violín
que bondadosa desistas destemplado, un contrabajo
de tu inútil pretensión. hecho para destruir
De que te amo tiernamente los oídos. La señora,
pongo por testigo a Dios, ¡qué insulsa!, ¡qué poco chic!
y no es preciso el retrato Y sus hijas, sobre todo,
para probarte mi amor, no se saben ni vestir.
guarda, pues, la imagen mía Una, traje verde mar
cual la tuya guardo yo, con adornos carmesí;
que no hay álbum más hermoso otra, color de hoja seca
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o color de perejil, y verá prodigios. —Sí.
con flores en el peinado No lo olvidaré. —¡Las doce!
y lazos azul turquí, He pasado sin sentir
y en el rostro dos arrobas aquí las horas. Me voy.
de albayalde y de carmín. —(Gracias a Dios.) ¿Cómo así?
—Son todas muy presumidas, ¡Tan pronto! —¿Qué quiere usted?
qué gusto que yo no fui. Ya estará en casa Martín.
—¿Y Luz? —Dando a su marido —Pasará usted un mal día.
mil pesadumbres y mil… —Al contrario, muy feliz;
Gastando lo que no tiene pero estos diantres de chicos
sólo por querer lucir. no comen nunca sin mí.
¡Qué calor hace! —¡Jesús! ¿Y usted, cuándo me va a ver?
Si se está sintiendo aquí —Luego que pueda salir,
peor que en África. —Es verdad. porque estas criadas perversas,
Este año pienso ir con Luis cuando yo falto de aquí
a darme unos cuantos baños hacen lo que quieren. —¡Ay!
allá en el Mississipi. Si una habrá buena entre mil.
—Bien hecho. —¿Qué dice usted Con que adiós. —Adiós, Paquita.
de este gobierno cerril? Memorias a don Martín.
—Que para nada le sirve —Muchas gracias, otro beso
a nuestra patria infeliz. porque se acuerde de mí.
Se pagan contribuciones —Adiós, hermosa. —Adiós, ángel.
y el Ayuntamiento vil (Te acabaste de ir por fin,
no cuida de que el granizo ¡fastidiosa!, por tu culpa
caiga muy lejos de aquí, me he quedado sin salir.)
para evitar que se pierdan —(Gracias a Dios que con esta
las cosechas del maíz. visita por fin cumplí.
Ni los diputados quieren ¡Oh, qué mujer tan pesada!
dar una ley o algo así, No he de volver a venir.)
a fin de que las señoras
que visten por figurín Así son muchas visitas
no paguen a las modistas entre el gremio femenil,
por un traje un potosí. murmuran, hablan de todo
—¡Oh, qué gobierno, señora! sin entenderlo, y al fin
Mejor está el de Pekín. mutuamente se destrozan
¿Qué dice usted del recado? con lengua de bisturí.
—Caro cual nunca le vi.
Cuesta un ojo de la cara Laura Méndez de Cuenca
la carne y el perejil, (Amecameca, Estado de México, 1853-México, 1928)
las cebollas, los frijoles, Nacida en 1853, en Amecameca, también vivió
el pan y el ajonjolí. durante su niñez en Tlalmanalco y en la Ciudad de
—Jesús, si está nuestra tierra México, lugar donde estudió en la Amiga, Escuela
que no se puede vivir. Primaria Elemental. A partir de 1870, acudió a las
—¿Ha ido usted al jubileo tertulias literarias de la Sociedad Nezahualcóyotl, y se
de las cuarenta horas? —Sí, unió al movimiento literario encabezado por Ignacio
y predicó como un libro Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano. Al año
el padre fray Serafín. siguiente, ingresó a la Escuela de Artes y Oficios, así
—Como que es un pico de oro como al Conservatorio. También en 1871 conoció a
y ayer dijo cosas mil Manuel Acuña, con quien tendría un hijo, Manuel
contra las murmuradoras. Acuña Méndez, nacido en octubre de 1873. Ya habían
—Hizo bien. ¡Cosa más ruin roto su relación y habían publicado sendos poemas de
que hablar mal de nuestro prójimo! despedida, cuando se suicidó Acuña, el seis de
Al milagroso san Gil diciembre. Al año siguiente, murió su hijo. En 1877,
rece usted una novena Laura se casó con Agustín F. Cuenca, amigo de
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Acuña. Con Cuenca tuvo dos hijos. En 1884, Laura y mueren con el sol;
enviudó. Ejerció el magisterio durante largo tiempo, ni una estrella, ni un pájaro doliente
en diversas instituciones. Colaboró en periódicos y por mi cielo cruzó,
revistas de prestigio. Residió en San Francisco y en y en el Getsemaní de mis ensueños
San Luis, Missouri. En 1915, fue designada profesora es mi única oración
supernumeraria de Lengua Nacional en la Escuela suspiro tras suspiro que sin tregua,
Nacional Preparatoria. En 1923, estudió en la Escuela mi pecho en su dolor,
de Altos Estudios, hoy Facultad de Filosofía y Letras. lanza al sol, y sin hallar un eco
Murió en 1928, en su casa de San Pedro de los Pinos, vuelven al corazón;
Distrito Federal. las lágrimas que ruedan de mis ojos,
trémulas sin rumor,
Cineraria son los ayes del alma que agoniza,
sus confidencias son;
Cual vaga en el desierto el caminante, ¡ay, sólo las recoge entre sus alas
tostado por el sol silencio aterrador…!
y a la gárrula sombra de las palmas Si es triste en el invierno de la vida,
que mece el aquilón, bajo negro crespón,
busca con sed que la fatiga enciende, ver las flores del alma deshojadas,
asilo bienhechor; sin néctar ni color;
cual parda golondrina, cuyo nido ¡qué sentirá mi espíritu, que tiene,
el tiempo destruyó, presa de la aflicción,
se alza al espacio abandonando al viento de sus flores de abril cambiado el oasis
su lánguida canción, en el páramo sin sol…!
y busca desolado a sus polluelos, Nunca en el cielo oscuro del mañana
trovadores de amor, un iris veré yo,
revolando del lecho a la ventana, nunca en las ruinas de mi hogar desierto
del árbol al torreón; brotará alguna flor;
cual nave que entregada a los rigores pero entre las tinieblas con que cubre
del Noto bramador la duda al corazón,
zozobra envuelta en encrespadas olas, fingimiento que burle a mi destino,
sin rumbo ni timón, que ahogue mi dolor,
sin más luz que la luz de los relámpagos, haré de mis recuerdos una aurora,
sin más norte que Dios; de mi amargura un sol,
así también en el erial del mundo, y en la noche sin astros de mi vida,
sin fe y sin ilusión, de cada sombra un dios.
con la mirada siempre en el abismo
y el alma en el dolor, Adiós
perdida entre las zarzas que a mi paso
el destino arrojó, Adiós: es necesario que deje yo tu nido;
vago al azar con la esperanza muerta las aves de tu huerto, tus rosas en botón.
y muerto el corazón; Adiós: es necesario que el viento del olvido
así también en orfandad sombría arrastre entre sus alas el lúgubre gemido
abandonada estoy, que lanza, al separarse, mi pobre corazón.
y así, desde la cuna hasta el sepulcro, Ya ves tú que es preciso; ya ves tú que la suerte
desde la nada a Dios, separa nuestras almas con fúnebre capuz;
es una sombra para mí la dicha, ya ves que es infinita la pena de no verte;
mentira la ilusión, vivir siempre llorando la angustia de perderte,
fantasma del delirio la esperanza, con el alma enamorada delante de una cruz.
¡verdad sólo dolor! Después de tantas dichas y plácido embeleso,
En el cáliz de hiel de la existencia es fuerza que me aleje de tu bendito hogar.
donde mi fe expiró Tú sabes cuánto sufro y que al pensar en eso
sólo encontré las flores que la muerte mi corazón se rompe de amor en el exceso
cultiva en el panteón, y en mi dolor supremo no puedo ni llorar.
flores que en la mañana abren su broche Y yo que vi en mis sueños el ángel del destino
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mostrándome una estrella de amo en el zafir; surge con insistencia incontrastable
volviendo todas blancas las sombras de mi sino; la tentadora imagen del pecado.
de nardos y violetas regando mi camino, Nada es la voluntad inquebrantable,
y abriendo a mi existencia la luz del porvenir. pues se aprisiona la grandeza humana
Soñaba que en tus brazos, de dicha entre carne corrupta y deleznable.
estremecida, Por imposible perfección se afana
mis labios recogían tus lágrimas de amor; el hombre iluso, y de bregar cansado,
que tuya era mi alma, que tuya era mi vida, al borde del abismo se amilana.
dulcísimo imposible tu eterna despedida, Deja su fe en las ruinas del pasado;
quimérico fantasma la sombra del dolor. y por la duda del corazón herido,
Soñé que en el santuario donde te adora el busca la puerta del sepulcro ansiado.
alma, Mas antes de caer en el olvido,
era tu boca un nido de amores para mí, va apurando la hiel de un dolor nuevo
y en el altar augusto de nuestra santa calma sin probar un placer desconocido.
cambiaba sonriendo mi ensangrentada palma Como brota del árbol el renuevo
por pájaros y flores y besos para ti. en las tibias mañanas tropicales
¡Qué hermoso era el delirio de mi alma al dulce beso del amante Febo,
[soñadora! así las esperanzas, a raudales
¡Qué bello el panorama alzado en mi ilusión! germinan en el alma soñadora
Un mundo de delicias gozar hora tras hora, al llegar de la vida a los umbrales:
y entre crespones blancos y ráfagas de aurora Viene la juventud como la aurora,
la cuna de nuestro hijo como una bendición. con su cortejo de galanas flores
¡Las flores de la dicha ya ruedan deshojadas! que el viento mece y que la luz colora;
¡Está ya hecha pedazos la copa del placer! y cual turba de pájaros cantores,
En pos de la ventura buscaron tus miradas los sueños, en confusa algarabía
del libro de mi vida las hojas ignoradas, despliegan su plumaje de colores.
y alzóse ante tus ojos la sombra del ayer. En concurso la suelta fantasía
La noche de la duda se extiende en lontananza; con el inquieto afán de lo ignorado,
la losa de un sepulcro se ha abierto entre los dos. forja el amor que el ánimo extasía.
Ya es hora de que entierres bajo ella tu esperanza; Ya se asoma, ya llega, ya ha pasado;
que adores en la muerte la dicha que se alcanza, ya consumió las castas inocencias;
en nombre de este poema de la desgracia. ¡Adiós! ya evaporó el perfume delicado;
ya ni se inquieta el alma por ausencias,
Nieblas ni en los labios enjutos y ateridos
palpitan amorosas confidencias;
En el alma la queja comprimida, ya no se agita el pecho por latidos
y henchidos corazón y pensamiento del corazón, y al organismo activa
del congojoso tedio de la vida. la congoja febril de los sentidos.
Así te espero, humano sufrimiento. ¡Oh, ilusión!, mariposa fugitiva
¡Ay!, ni cedes, ni menguas, ni te paras: que surges a la luz de una mirada
¡Alerta siempre y sin cesar hambriento! más cariñosa cuanto más furtiva:
Pues ni en flaqueza femenil reparas. Pronto tiendes el vuelo a la ignorada
No vaciles, que altiva y arrogante región en que el espíritu confuso
despreciaré los golpes que preparas. el vértigo presiente de la nada.
Yo firme y tú tenaz, sigue adelante; Siempre el misterio a la razón se opuso;
no temas, no, que en suplicante lloro el audaz pensamiento el freno tasca
surcos de fuego deje en mi semblante. y exánime sucumbe el hombre iluso.
Ni gracia pido, ni piedad imploro: Por fin, del mundo en la áspera borrasca
ahogo a solas del dolor los gritos, sólo quedan del árbol de la vida
como a solas mis lágrimas devoro. agrio tronco y escuálida hojarasca.
Sé que de la pasión los apetitos Voluble amor, desecha la guarida
espíritu austero y sosegado en que arrullo promesas de ternura,
conturban con anhelos infinitos. y busca en otro corazón cabida.
Que nada es la razón, si a nuestro lado ¿Qué deja el hombre al fin? Tedio, amargura,
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recuerdos de una sombra pasajera, en que era niña, candorosa y buena.
quién sabe si de pena o de ventura.
Tal vez necesidad de una quimera; ¡Ayer! (fragmento de un poema)
tal vez necesidad de una esperanza,
del dulce alivio de una fe cualquiera. Íbamos juntos por la agreste loma;
Mientras tanto en incierta lontananza cual se oculta en su nido la paloma
el indeciso término del viaje, tímida y blanca, la ciudad envuelta
¡ay!, la razón a comprender no alcanza. en la movible sombra del follaje
¿Y esto es vivir…? En el revuelto oleaje a sabroso descanso convidaba.
del mundo, ya no sé ni en lo que creo. La noche de diamantes se prendía;
Ven, ¡oh, dolor! Mi espíritu salvaje el acre olor de tierra sembradía
te espera como al buitre Prometeo. no ha mucho removido, me embriagaba
de aromas tropicales, nos traía
Sombras de la chicharra el grito destemplado,
en los rubios maizales, los cocuyos
¡Ay!, que llanto estancado en la pupila emulaban la luz de las estrellas;
hallar no puede apetecido cauce; mi suelto andar, no daba con tus huellas,
y me doblo al pensar que me aniquila buscando apoyo entre los brazos tuyos.
como la rama del doliente sauce. ¡Regia noche de pompa funeraria!
Como el esquife en el peñón se estrella Muda, doliente, lánguida plegaria
al rudo empuje de la hirviente ola, clavó tus ojos húmedos y tristes
así en el egoísmo mi querella del cielo azul en el zafiro intenso.
irá a romperse dolorida y sola. ¿Qué dijiste en tu pesar inmenso?
Vence en caleidoscópico miraje ¿Cuál fue la confidencia cariñosa
las dichas muertas, las promesas vanas; que salió de tu alma
la juventud que se apercibe al viaje sin quebrantar el sello de tus labios?
se lleva sueños y me deja canas. ¿Temiste darme con tu queja agravios?
Cuando niña vi pájaros y flores ¡Ah, no!, ¡fuese la clama
en el cielo; en el mundo, poderío; por siempre de mi pecho, vida mía!
hoy, abajo, tristezas y dolores, Si el viento refrescante
arriba, ¡cuánta sobra y qué vacío! no trajo hasta mi oído
Desnudo el pecho, mi altivez aguarda tu acento quejumbroso y comprimido
el artero vaivén de la fortuna, cual deseaba mi amistad amante;
y clamo por el ángel de la guarda grave, gentil, temblando cual las hojas
que cobijaba mi caliente cuna. próximas a caer del tronco añoso,
En la triste orfandad que aún hoy me aterra, cuánto de afán, altivo y concentrado,
con qué sencilla fe creyó mi anhelo cuántas de tus congojas
que a falta de una madre aquí en la tierra, reveló al corazón enamorado
la de Dios me cuidaba desde el cielo. tu púdico silencio misterioso.
Qué recio es el combate de la vida, Y te quise, mi bien, porque callaste,
qué escasos nuestra fuerza y nuestro brío; y te quise, tal vez porque guardaste
y al fin caemos con la fe perdida por ti solo el peso del dolor:
de la cripta en el páramo vacío. y la piedad que tu silencio invoca
El hombre sin cesar tala y construye, es hoy fuego voraz que me sofoca,
y en alas de la fe se agita y brega, besos que se atropellan en mi boca,
quién por la dicha plácida que huye, deleites, sufrimientos: es amor.
quién por la tardía muerte que no llega.
Fe de la infancia, préstale tu ayuda Rayo de sol
al espíritu flaco y macilento;
que el torcedor candente de la duda No pesan en mi espíritu tus brumas,
ya no calcine más mi pensamiento. enero melancólico; tus nieves
Acude a mí, que la pasión terrena no apagan la memoria de las breves
no tiene al corazón atribulado: horas de fe que en mi recuerdo esfumas.
devuélveme a la vida del pasado Aunque en témpanos cambies las espumas
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del bramador torrente, y aunque lleves ¡Qué dejar en el ara en que te inmolas
desolación entre tus gasas leves, carne que abrasa y sangre que caldea!
despreciaré el rigor de que presumas. ¡Qué vida tan inquieta la del mundo!
Trae en buena hora, tus helados vientos, ¡Qué promesa tan dulce la del cielo!
tus escarchas, tu sol descolorido, La Muerte… ¡qué misterio tan profundo!
que nada han de añadir a mis tormentos. La Nada… ¡qué terrible desconsuelo!
No es tecolote el que cantó a mi oído; Cese ya, corazón, tu lucha fiera
si hay penumbra en mis tristes pensamientos, y que la luz al pensamiento acuda.
no es sombra aún, de muerte ni de olvido. Si eres fango no más, ¿por qué se espera?
Si eres obra de Dios, ¿por qué se duda?
¡Oh corazón! ¡Misterio nada más…! ¿Y quién osado
pretende conocerte…? ¡Pobre loco!
¡Oh, corazón! ¿Qué vales ni qué puedes Vives, para ser barro, demasiado,
de este vivir en el artero abismo, y para ser verdad, vives muy poco.
si presa tú de las mundanas redes
eres siervo y señor a un tiempo mismo? Magdalena
¿Quién a tu ley su vanidad no humilla?
¿A quién, si ruegas, tu humildad no mueve? Pálida como pálida azucena,
¿Eres luz y verdad? ¿Eres arcilla? la blonda cabellera destrenzada,
¿Guardas lo eterno, o lo mudable y breve? de hinojos ante Cristo, atribulada,
¿Qué vínculo, qué lazo hay en tu esencia llorando está sus culpas Magdalena.
entre el yo pensador y el sentimiento? Tiembla, suspira, punzadora pena
¿Al pensamiento guardas obediencia, se refleja en su lánguida mirada;
o dominas audaz al pensamiento? besa los pies del Salvador cuitada
¿Por qué formas de amor volcán hirviente y los unge con nardo y con verbena.
si tu latir a otro latir responde? “Padre, Padre, la impura penitente
¿Dónde guardas del odio a la serpiente, espera tu perdón en su quebranto;
la torpe envidia y la ambición en dónde? toque tu diestra mi lasciva frente”,
Yo no lo sé; mas la virtud y el vicio clama la pecadora con espanto
juntos te inspiran por extraño modo: y alzándola Jesús, dijo clemente:
si abnegado, capaz del sacrificio; “Te perdono, mujer, ¡amaste tanto…!”
réprobo y criminal, capaz de todo.
Invisible poder tu curso enfrena; Tentación
múltiple forma a tu capricho mudas:
tétrico en Hamlet, triste en Magdalena, El tetrarca magnífico de Oriente
sublime en Jesucristo, real en Judas. de amor habla a la virgen idumea,
Amas al mundo y sueñas con el cielo, al borde de un torrente
tremenda lucha en que tu ser exhalas; de la feraz Judea:
así el ave nacida para el vuelo —Pastora, escucha de mi amor el ruego:
calienta el nido en que plegó las alas. oye latir dentro del pecho mío
Ruedas a veces a la cripta muda, un corazón de fuego,
de beatífica fe sublime ejemplo, aterido de frío.
y otras, roído por sangrienta duda, Vente conmigo: que me den tus ojos
mártir expiras al umbral del templo. azules de turquesa, luz y abrigo.
Ya eres ternura y místico idealismo, te lo pido de hinojos,
ya deleite sensual de amante pena; vente, vente conmigo.
ora fe y religión, ora ateísmo, Yo te daré por tus trigales rubios
dogma que salva y duda que condena. macizos carros de lucientes llantas,
Penumbra o claridad, verdad o mito, y mis esclavos nubios
vives, palpitas, gozas y padeces: estarán a tus plantas.
por el amor confiesas lo infinito, En mis palacios de columnas jónicas
y aceptas el infierno si aborreces. verás, del sol al esplendente rastro,
¡Qué batallar con la pasión a solas! las pirámides cónicas,
¡Qué fiera lid a solas con la idea! los dombos de alabastro.
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Se ostenta en medio de marmórea plaza con su fastidio lucha el señor.
el baño, al pie de erguido sicomoro; Ella recuerda su vida toda:
de mosaico es la taza, la incomparable noche de boda,
los surtidores de oro. la fugitiva luna de miel;
Por doquiera los pórticos bruñidos, mas él se aburre de aquella calma,
de mil colores y dibujos raros, de aquella vida quieta del alma.
en ébano esculpidos Ella suspira; bosteza él.
y en Pórfido de Paros. En lo futuro triste e incierto
Vasos de jaspe y áureos candeleros ella se abisma; ve a su hijo muerto
rompen el tono del lápiz oscuro, o mendigando por la ciudad;
que cubre los tableros y al contemplarle durmiendo en gracia,
del elevado muro. piensa en lo inmenso de la desgracia
Y sostienen las cúpulas doradas que lleva a cuestas la humanidad.
y rojas cual la flor del terebinto, Deja él vagando su fantasía
columnas repujadas por otros mundos, y se extasía
de cobre de Corinto. en lo que en sueños mira entre sí:
Desde sus urnas de ágata lechosa, con el concurso del pensamiento
mis dioses, a los que hago sacrificios, se torna un héroe, se forma un cuento,
te verán tan hermosa y se disipa su tedio así.
que nos serán propicios. Un saloncito pequeño y grato:
La purpurina seda de las Galias la alcoba oculta tras un retrato
orna el lecho de nácar que te guardo; que aclama a veces su antigüedad,
y hollarán tus sandalias en el aspecto de la persona,
mis pieles de leopardo. en su apostura y en la tizona
Cambiarás por la túnica celeste que lleva al cinto con gravedad.
la nívea estola recamada en plata; En el calado biombo de laca,
por la sencilla veste esbelta grulla su cuerpo saca
el manto de escarlata. por entre arbustos de rosa-té;
Mis siervas ungirán tu tez morena y mariposas de canutillo
con bálsamo oloroso de lentisco, liban los mirtos de gusanillo
con pastas de verbena, en los cojines del canapé.
de nardo malvavisco. Junto al dorado tibor de China
A tu mandato, mis eunucos tracios cuelgan los paños de la cortina
te servirán el lachryma incoloro abierta en gajos ante el balcón;
en copas de topacios, y frente al piano de media cola
lapislázuli y oro. ensaya un aire de bacarola
Reina serás en mis nativos lares, la impura reina de esa mansión.
te daré mis riquezas, mis honores, Su cabellera baja ondulante
todo por tus cantares, sobre la falda lisa y brillante
todo por tus amores. de vaporosa túnica azul;
y dos calandrias juntan el pico
*** en el paisaje de su abanico
Junto a su potro númida que ufano de concha nácar y leve tul.
aspira el acre olor de la floresta, Sobre su seno, como un tesoro,
el patricio romano preso en cadena de esmalte y oro,
aguarda de la virgen respuesta. luce la dama pardo reptil;
y cuando el bicho la cosquillea,
Cuarto menguante tiembla de espanto, ríe y arquea
su cuello blanco como el marfil.
Azota el viento la callejuela, —Siguen los sueños color de rosa—
junto a la cuna la esposa vela en la morada de aquella diosa
entretenida con su labor; vese a sí propio nuestro don Juan,
y al otro extremo del gabinete, desenvolviendo las rubias yemas
puesto de codos en el bufete, de un ramillete de crisantemas
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que ella deshoja sobre el diván; Dio un profundo suspiro, delirante
o ya apurando sorbos de moca examinó el revólver homicida
mientras al piano su dama toca y con puño nervioso y vacilante
una sonata de Rubinstein, escribió a una mujer su despedida:
y por el humo del rico habano “Leonor: desde las puertas de la muerte,
dama, bujía, banqueta y piano que por mi propia mano abrirme espero,
como entre nubes y sus ojos ven. lo que en el mundo me otorgó la suerte
Por fin el sueño baja a la estancia: voy a decirte con mi adiós postrero.
ruedan las flores ya sin fragancia, “¿Soy un cobarde, un criminal, un loco?
sube a los cielos blanco sopor: Dejo a la ciencia el discernirlo; y cedo
y en lo más grato del cabeceo al impulso fatal que, poco a poco,
arde la sangre, quema el deseo ha creado en mi alma de vivir el miedo.
y avergonzado corre el amor. “Con faz huraña en ébano esculpida
El tiempo vuela; y a breve rato y sangre cual los trópicos ardiente,
gira la puerta con el retrato en un lugar de esclavos, a la vida
del caballero del espadín; me condenó el destino indiferente
del novilunio de luz escasa “Del látigo del cómitre el chasquido
entra en la alcoba, cual tenue gasa, me mostró los deberes de la infancia:
por la ancha reja que da al jardín. como envidié al cóndor que desde el nido
Piafan, al peso de media noche, ve con desprecio al hombre y la distancia.
los impacientes potros del coche “Del algodón los copos escardados,
que al amo espera frente al portal; que en sus manos blanqueaban como lirios,
y en la penumbra, y en el misterio, oyeron mis suspiros apagados,
los acres goces del adulterio, y la ruda canción de mis delirios.
gastan la dulce fe conyugal. “¡Qué a menudo un ministro presuntuoso
El viento azota la callejuela; nos narraba, en el rústico santuario,
junto a la cuna la esposa vela engarzado en lenguaje presuntuoso,
entretenida con su labor; el imponente drama del Calvario!
y al otro extremo del gabinete, “Y allí, con nuestra carne lacerada
puesto de codos en el bufete, y reventando el corazón de pena,
por otros mundos vaga el señor. repetíamos a coro la balada
del Niño Dios, en cada Noche Buena.
Lágrimas “¡La redención...! ¡La cruz...! ¡Estéril cuento:
¡Poética visión del afligido!
No el llanto acerbo que mis ojos riega ¡Vanas palabras que dispersa el viento
mires rodar con calma indiferente, y no van más allá que del oído!
pues que si helado a mis pupilas llega “¿A qué representar a nuestros ojos
brota del corazón rojo y candente. un Canaán vedado a nuestras huellas?
Y si el dolor que surco, calcinante, Era hablar de perfume a los abrojos
no cruza mi semblante macilento, y al topo del fulgor de las estrellas.
¿qué mucho que se niegue a mi semblante “Dos lustros vi del sol los resplandores
si en las entrañas revolver lo siento? dorar el tejabán de mi cabaña,
Cuando en el yermo de la triste vida las mieses madurar en los alcores
no hay un dolor que el corazón no guarde, y derretir la nieve en la montaña.
la muerta fe del alma adolorida “¿Purgábamos un crimen ignorado?
habla más que una lágrima cobarde. ¡Quién lo sabe! A la sórdida avaricia
Vive oculto el dolor; el dulce halago de mano cruel nos arrojaba el hado:
que mal pinta del alma la amargura ¿era destino ciego?, ¿era justicia...?
es blanco cisne en el revuelto lago, “Un día, inolvidable en mi memoria,
tuberosa en la yerta sepultura. con el primer albor de la mañana,
de ‘libertad’ el grito de victoria
El esclavo resonó en las praderas de Luisiana.
Canto único “Era un hombre, corazón de armiño,
a quien tornó la suerte en poderoso,
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tuvo piedad del inocente niño “De tus querellas con acento brusco,
y comprendió el martirio del esposo. hizo escarnio, en razones oprobiosas;
“El baldón descargó del humillado, ¡era el Sileno del jarrón etrusco
habló de ‘humanidad’ y de ‘derecho’ junto de Ofelia deshojando rosas!
y desgarró el capuz de lo pasado “Al oír sus injurias, quedé yerto:
con la luz propia de su noble pecho. testigo de sus viles ignominias,
“¡Libertad! ¡Libertad! Sin alborozo fueron nomás los pájaros del huerto
los esclavos los ¡hurras! escuchaban; que libaban la miel de las glicinias.
y cual si la emoción ahogara el gozo, “No se paró a mirar tu faz turbada
llorando unos a otros se abrazaban. ni a medir su vergüenza y tu amargura;
“Hallé a mi padre con semblante austero, arrendando el corcel, por la calzada
hecho estatua, en la puerta, contemplando se marchó cabalgando con premura.
a los bueyes sestear en el otero; “¡Con qué ansiedad creciente e inaudita
mientras, mi madre oraba, sollozando. devoraron tus ojos el sendero
“Al ver su llanto, dije: —Madre mía, por donde indiferentes a la cuita
¿qué infortunios tus lágrimas desata; se alejaban caballo y caballero!
¿nos han vendido acaso? —La alegría “Bajo el corintio pórtico cargado
—me respondió— también, a veces, mata. de hojarasca rugosa y de crisálidas,
“Ya somos libres, ¿sabes? Nuestro ruego te vi posar el rostro demacrado,
oyó Dios y ha cambiado nuestra suerte, con laxitud sobre tus manos pálidas.
—¿No ha dicho muchas veces, señor Diego “Poníase el sol: sus rayos desiguales
que sólo es libre el negro con la muerte? quebraba, rutilando, en la armadura
“¡Por Dios! No digas tal: hoy de la garra de un guerrero teutón, cuya pintura
del capataz nos arrebata un hombre, del pórtico adornaba los cristales.
—¿Un hombre dices? Dame la pizarra, “A mi agitado espíritu, osadía
quiero aprender a deletrear su nombre. trajo la noche; a mi pasión fiereza;
“—Sí, sí: de un hombre blanco, en la ternura, te vi indefensa, y a llamarte mía
cabida halló nuestro hondo sufrimiento, me instigaron la audacia y la torpeza.
compasión a nuestra inmensa desventura “En un rapto de loco o de menguado
y fin de los esclavos el tormento. a que insensato vértigo me indujo,
“Así fue: como el águila altanera asalté tu mansión como un malvado,
que los espacios hiende en lontananza, ¡yo que tímido fui como un cartujo!
abrí las alas y por vez primera “Iba a cubrir de besos tus mejillas;
supe lo que eran patria y esperanza. más al verte convulsa y aterrada,
“¿Por qué me trajo a tus nativos lares se doblaron temblando mis rodillas;
como un estigma la contraria suerte? y huí, cuando caíste desmayada.
¿Por qué supe de tu alma los pesares? “No he vuelto a verte desde aquella noche,
¿Por qué mi corazón despertó al verte? ni cruzaré jamás por tu carrera;
“Eras madre y esposa; mas sabías mi conciencia está exenta de reproche;
que el falso compañero de tu techo pero vivir sin ti, ¡cómo pudiera!
traicionaba tu amor y te morías
de celos, de tristeza y de despecho. “De tu desdén, el cárdeno silicio,
“Una tarde de otoño, en la ventana nada ha menguado mi pasión salvaje;
miré asomar tu rostro peregrino: y hoy que hago de mi vida el sacrificio
no estabas triste y tu mirada ufana pido a tu compasión un homenaje.
exploraba a lo lejos el camino. “Bien sé que ni sollozo, a mi partida,
“De pronto apareció por la vereda, amargará tu corazón sensible:
a trote largo, en alazán brioso ¡separa nuestras almas en la vida
que levantaba oscura polvareda, de dos razas, el odio inextinguible!”
un jinete arrogante: era tu esposo.
“Fue breve y angustiosa la entrevista ***
que escuché sin quererlo tras el seto:
hiciste tú de mi alma la conquista; Plegó la carta, aseguró la nema,
él puso en mis oídos tu secreto. preparó el arma con afán creciente,
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y de la muerte el tétrico problema en cataratas se convierte el suelo.
asomó entre los pliegues de su frente.
Ya presto a disparar, surgió a su vista Sequía
de un anciano la angélica figura;
y le dijo con lástima: —¡Egoísta! Reverbera la mica en la montaña;
¿Bebes tú solo el cáliz de amargura? las hierbas sin aroma y sin rocío
—Padre, no puedo más; me ahoga la pena se despojan del lujo y del estío
—contestó el huésped con visible anhelo— y enhebra en ellas su cendal la araña.
devuélveme el azote y la cadena, Mezquina sombra de menguada caña
pero dale a mi espíritu consuelo. que ni a un gusano devolviera brío,
—Yo te di libertad, y ¿qué la hiciste? es codiciada por el mustio río
Yo te arranqué al dolor: ¿así me pagas? cuya corriente ni los guijos baña.
—¿Qué puedo hacer? —¿Lloraste con el triste? Desde la alta cima el labrador otea
¿Cicatrizaste sus abiertas llagas? a las reses de sed desfallecidas
—Sí no he aliviado el infortunio ajeno, en la sabana que al incendio humea;
¡inmenso es el que embarga el alma mía! y mientras que las almas afligidas
—Busca solaz dentro del propio seno: a rogación convocan en la aldea,
¡para morir hay tiempo todavía! las nubes de oro vuelan esparcidas.
Enfrena la pasión que te devora,
dueño sé de ti mismo, y a tu alma Los cavadores
vendrá la paz que tu desdicha implora,
¡sólo en el pecho limpio entra la calma! Cavando un rico avariento
Calló la voz; y la visión mentida para enterrar su tesoro,
que humana forma resistió en lamento amontona, ciento a ciento,
perturbada del mísero suicida, las piedras del pavimento
fue desapareciendo lentamente, junto a los tejos de oro.
Transfigurado y grave, con ternura, Con febril agitación
de la fantasma contempló las huellas; rompe el macizo terrón;
en su hosca faz, como la noche oscura, enjúgase el sudor frío
las lágrimas brillaron cual estrellas. y piensa en su corazón:
Descargó el proyectil, en el remanso; “voy a enterrar lo que es mío”.
rasgó la carta y arrojándola al viento; A media cuadra distante,
inmóvil cual esfinge, halló descanso de la sombra en el misterio,
y el cielo penetró en su pensamiento. con un cadáver delante,
De su espíritu inquieto lo sombrío otro excava jadeante
partió en las de mística plegaria; un hoyo en el cementerio.
y con paso, ni presto ni tardío, De su faz rugosa y triste
se internó en la floresta solitaria. corre el llanto como río;
y exclama en tono sombrío
Tempestad al dar la última palada:
“voy a enterrar lo que es mío”.
¡Cuál escalda el follaje la calina Cuando emparejan el suelo
que el austro arrastra a la florida vega! que sus tesoros encierra,
¡Cuál en Oriente la tormenta brega miran los dos con anhelo:
sorda, terrible, lúgubre y mohína! ¡el uno, a la muda tierra;
¡Ay del viejo ahuehuete y de la encina, el otro, al callado cielo!
si el rayo inicuo su furor despliega!
¡Ay del trigal dorado, si lo aniega Al pasar el regimiento
la corriente impetuosa y repentina!
Tenaz la mosca en el mastín se prende, Son los soldados amarillos
rastrea la inquieta golondrina el vuelo, que se avistan, y vienen, y se acercan,
y el zopilote en espiral asciende; con sus equis de cananas en el pecho,
y mientras en el negro y hosco cielo con sus cuchillos de las botas en las grebas,
su grácil curva el arco iris prende, con los cintos relumbrando de cartuchos,
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las pistolas descansando en las caderas, La chispa repentina del pensamiento
en banderola el mausser, que un día vislumbra, que al cabo llega,
el ala del tejano, a guisa de visera, encendió en los embrionarios intelectos
sobre la frente humilde, la llamarada de la conciencia.
hacia la faz morena, Llegó el efluvio que desentume
donde dejó perenne rastro del pájaro, en el nido, las alas tiernas;
la batalla de dolor con la miseria. la voz sin caracteres v sin sonidos
Cabalgando, cabalgando, cabalgando, que sólo el alma escucha, que sólo el alma deletrea,
los soldados amarillos pasan mi puerta, la que torna en erguido al genuflexo,
como épicas visiones en todo siglo y en toda tierra;
que evocan la Edad Media. la que en santos y mártires convierte a los tiranos,
Caballeros en caballos poderosos, la que hacia el superhombre al hombre lleva;
en escuálidos rocines de palestra, y en el oído, acostumbrado solamente
caballeros en mulas, al chirriar de la cigarra y al zumbar de la colmena,
caballeros en yeguas, gritó con voz apocalíptica:
en toda suerte de caballerías, caballeros, “¡Rebélate, redímete, ralea!
se apresuran a la pelea. ¡Rebélate y la Vida
Que atravesaron las llanuras galopando, no será el objetivo que se ahuyenta,
que treparon cautelosos las agrias peñas, al restallar del capataz la tralla
que son leales, en tu lomo de bestia.
que son leones en la refriega, ¡Rebélate, rebélate, rebélate
sin descanso en la fatiga, con la Ley, el Derecho, la Justicia por lema!
animosos en su cólera sin tregua, ¡Hoy es el Día del Juicio
dicen los que miran de tu raza proterva!
y en verlos se recrean. Para el que mira el cielo por la rendija
Se suceden rítmicamente los jinetes, de un jacal, o el resquicio de una cueva,
o alternan, con las aguerridas soldaderas, no titilan amorosos los luceros,
como los citaristas y los flautistas, no derraman poesía las estrellas.
y los ancianos, y las canéforas, y las doncellas, Que tu razón despierte,
con los arcontes, en el friso clásico que tu razón se desenvuelva
que el Partenón rodea. como del trigo el germen
Toca el amarillo terroso del vestido de kaki y de la flor la yema.
la carmínea corbata de seda, ¡Eres ovario de la raza libre!
la cinta escarlata que corona el sombrero tejano, ¡Eres ovario de la patria nueva!”
la banda nacarada que tal o cual cintura, ondulando,
[rodea. ***

¡Son los soldados amarillos que Carranza Y los siervos atados a la tienda de raya
convocó con su bélica trompeta! que llevaban el peso del Atlas en la testa,
Son los resucitados después de cuatro siglos anquilóticos de espíritu, empujados
de una muerte sin reposo de abyección y de a la decadencia,
[vergüenza; se irguieron en presencia de sus señores;
son los envilecidos por sus señores, con la fuerza de cíclopes rompieron sus cadenas.
son los degenerados por la miseria, Armó los caballeros el entusiasmo,
son el pan y la carne que mantienen al verdugo organizó la huestes la esperanza postrera,
de pie, blandiendo el hacha carnicera; y surgieron batallones y batallones,
los que viven encorvados sobre la pala, a la voz del profeta.
los que viven encorvados dando impulsos a la [rueda; ¿A dónde van armados los paladines
los que olvidados del regocijo cabalgando, cabalgando? Van a la guerra.
del sol que vivifica, del sol que alegra, ¡Son los hombres amarillos de Carranza
transcurren en los antros que conduce la bélica trompeta!
escarbando la tierra. ¡Son los esclavos manumitidos!
¡Son los hombres atados a la tienda de raya, ¡Los hombres de la gleba!
que han roto sus cadenas! ¡Piltrafa humana que los encomenderos
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a la posteridad legaron como herencia! sin la fragante misericordia,
No he oído la orden que súbitamente todos marchamos por la Discordia,
hacer alto manda, ni he visto la seña; hacia el mismo dolor.
pero el regimiento parado y tendido
queda largo rato frente de mi puerta. Ya sabes el enigma
En este día cálido de bochorno
las figuras estantes semejan A Amado Nervo, en el primer aniversario de su muerte
alto-relieve del siglo de Pericles
esculpido por la gracia de manos griegas, Ya se cerró la herida
en ese mármol africano de color ocre que te causó la vida;
aquí y allí manchado de rojas vetas. y tus ojos que abiertos
El que armó caballeros de todas armas escrutaron ansiosos “adónde van los muertos”
a los siervos condenados a la decadencia, se cerraron en una
más allá de la lucha fratricida que aflige, mañana toda lirios de mayo. Ya no hay luna
ha visto, en sus sueños, una mágica tierra, para ti, que en tus sueños enhebre las canciones
donde reinen señores, ungidos y dioses que tocaron de “Gracia” a tantos corazones.
la Verdad, y la Justicia y la Belleza. Ya ascendiste la ruta
¡Quién ¡oh regimiento! la savia que sumas que te mostró aquel viejo que bebió cicuta.
llevara en las venas! Tú, el “hermano del agua”, tan manso y bueno eras,
¡Quién tuviera el vigor de tus músculos, que amabas con ternura compasiva las fieras
y los suyos moviera tu fuerza! temidas por los otros. Hiciste tu breviario
Quién tuviera en el pecho tu noble empeño, con las siete palabras caídas del Calvario.
tu rectitud inexpugnable en la conciencia, Dominaste en ti mismo, como un anacoreta,
¡para rebelarse contra la injusticia, la tentación mundana. Caballero poeta,
para rebelarse contra la miseria! cabalgaste en pujante corcel: la Poesía
Se esparció cual bandada de mariposas que de un mundo en otro mundo te llevó en romería;
el coro de armonías de una banda guerrera, y tu “Raza de Bronce” y tus Historias Viejas
y siguió rítmicamente el regimiento (hazañas de epopeya y donosas consejas)
por la polvorosa carretera. fueron arcos triunfales a tu paso… Después
tu musa se hizo triste como el Eclesiastés.
De viaje Antífonas del Kempis y versos del salterio
atrajeron tu espíritu al arcano misterio
Cojo la pértiga del peregrino y desplegaste el vuelo de la Verdad en pos,
y voy con todos, donde todos van y comprendió tu espíritu la plenitud de Dios.
¿tumbando? Tumbos son del destino, Un día el caballero siniestro de la Muerte
ya sé que es largo y agrio el camino; vino a abatir al fuerte.
sé lo amargo del pan. ¡Cómo insensible pudo
Levanto el cántaro de la amargura hacer chocar su lanza contra tu firme escudo
hasta los labios mustios de sed; y provocar la liza en que caíste inerte!
abro los ojos con la negrura, ¡Él era el caballero siniestro de la Muerte!
y, una voz mística dice en la altura: Tu cuerpo que ya dimos de regalo a la tierra,
“ojos candados, ved”. evocación ninguna de lo incógnito encierra,
¿Ver?, ¿y qué vemos? En lejanía, tu boca muda, ¡muda!,
entre las mallas de la ilusión, ¡ay!, ¡refuerza la Duda!
las florecitas de la alegría; El enigma tú sabes. Ya se colmó tu anhelo
y, con colores de fantasía, de cambiar las angustias del vivir ¡por el cielo!
la recia tentación. Por el cielo en que aislados mundo y soles bogan
A nuestra vera, con los ingratos, ¿desde cuándo?, ¿hasta cuándo? ¡Poder desconocido
la Hipocresía por paladín; lo que será ha de ser y ha sido lo que ha sido!
y hatos de míseros y de parajes Lo sabes tú, que eres portavoz del creyente
hatos de disputas, de ruines hatos y alumbrabas tus pasos con fe refulgente.
hatos sin fin. ¿A la “Verdad” llegaste? ¿Viste a la diosa única
Desatendidos de la concordia, que jamás ha rasgado ante el hombre su túnica?
sin una gota de miel de amor, Habla. Di: ¿las tinieblas que envuelven tus [despojos,
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que apagaron la idea torturante en tus ojos,
justifican el fuego de tu fe y de tu amor?
¡Tu alma serena y blanca reposa en el Señor!

Pasa un poeta
(En el ocaso de Salvador Díaz Mirón)

Luego te pusieron la lira enlutada


en los dedos flacos; tus ojos hundidos
cerraron sobre una lágrima estancada
cuando el corazón paró sus latidos.
Sobre la flexible seda abullonada
de la caja negra, tus miembros tundidos
por el ansia agónica recia y dilatada,
descansan cual pájaros en su árbol dormidos.
Del lecho vacío, la estancia callada
de ruegos al cielo, blasfemias, quejidos,
es la responsable la llaga enconada
que se esconde, ¡hipócrita!, bajo tus vestidos.
La gente del duelo en ruedo formada
era mayormente de desconocidos
que de tu alto espíritu no entendieron nada;
sus pésames eran conceptos mentidos.
La más elegante carroza traslada
hasta un cementerio tus restos podridos;
y hasta el hoyo oscuro de tierra mojada,
no te dejan rezos, lloros y gemidos.
De los editores la voraz parvada
ávida recoge los cantos perdidos,
que en los arrebatos de tu alma extasiada
rompieron de tajo tus locos sentidos.
¡Tus versos! La música, la alegre alborada
de los años mozos, de los años idos,
los que te dictaron la ilusión dorada,
las visiones mágicas, los porqués no oídos
por el poder único que pobló la nada
de gracia y belleza, sonrisas y nidos.
Llegas a la cumbre en una jornada.
Tu nombre aparece en libros pulidos
de papel ligero y pasta cromada,
con notas, postillas y elogios nutridos,
que te hacen héroe de la temporada.
Ya no manan dulce licor tus sentidos.
Ya no hay esplendores en tu vida alada,
ya no hay recordanza de arpegios dormidos.
Alumbra tu vuelo la noche estrellada
a espacios remotos jamás conocidos.
¡Un poeta pasa!
Un poeta pasa. Cantos desprendidos
de tu lira bajan, en áurea cascada.
Y suenan, y suenan, y suenan diluidos
en una silente estela borrada
como la que dejan los barcos hundidos.
La poesía moderna y contemporánea escrita por mujeres en América Latina y el Caribe
Las poetas modernas

Gabriela Mistral Ha venido el cansancio infinito


(Vicuña, Coquimbo, Chile, 1889- Long Island, Nueva a clavarse en mis ojos, al fin:
York, Estados Unidos, 1957) el cansancio del día que muere
El verdadero nombre de esta insigne poetisa chilena, y del alba que debe venir;
que obtuvo en 1945 el Premio Nobel de Literatura, es ¡el cansancio del cielo de estaño
Lucila Godoy. Hija de un maestro rural, empezó a y el cansancio del cielo de añil!
trabajar a los dieciséis años en una escuela como Ahora suelto la mártir sandalia
maestra. Profesora de Historia en Antofagasta, y las trenzas pidiendo dormir.
directora de varios liceos. Viaja por México, donde Y perdida en la noche, levanto
coopera en la reforma educativa emprendida por el clamor aprendido en Ti:
Vasconcelos, por Estados Unidos y Europa. Visita Padre Nuestro que estás en los cielos,
Uruguay y Argentina. Comisionada por su país en ¿por qué te has olvidado de mí?
diversos cargos culturales y consulares. No se cansa
de viajar. La poesía de Gabriela Mistral es a veces El ruego
traansparente, y a veces oscura y ambigua. Desolación
aparece en 1923, Ternura en 1924. Antes había Señor, Tú sabes cómo, con encendido brío,
publicado Sonetos de la muerte, y después, Tala y Lagar. por los seres extraños mi palabra te invoca.
Es además autora de Lectura para mujeres destinadas a la Vengo ahora a pedirte por uno que era mío,
enseñanza del lenguaje, de composiciones en prosa, mi vaso de frescura, el panal de mi boca,
observaciones críticas, etc. cal de mis huesos, dulce razón de la jornada,
gorjeo de mi oído, ceñidor de mi veste.
Nocturno Me cuido hasta de aquellos en que no puse nada;
¡no tengas ojo torvo si te pido por éste!
Padre Nuestro que estás en los cielos, Te digo que era bueno, te digo que tenía
¡por qué te has olvidado de mí! el corazón entero a flor de pecho, que era
Te acordaste del fruto en febrero, suave de índole, franco como la luz del día,
al llegarse su pulpa rubí. henchido de milagro como la primavera.
¡Llevo abierto también mi costado, Me replicas, severo, que es de plegaria indigno
y no quieres mirar hacia mí! el que no untó de preces sus dos labios febriles,
Te acordaste del negro racimo, y se fue aquella tarde sin esperar tu signo,
y lo diste al lagar carmesí; trizándose las sienes como vasos sutiles.
y aventaste las hojas del álamo, Pero yo, mi Señor, te arguyo que he tocado,
con tu aliento, en el aire sutil. de la misma manera que el nardo de su frente,
¡Y en el ancho lagar de la muerte todo su corazón dulce y atormentado,
aun no quieres mi pecho oprimir! ¡y tenía la seda del capullo naciente!
Caminando vi abrir las violetas; ¿Que fue cruel? Olvidas, Señor, que le quería,
el falerno del viento bebí, y él sabía suya la entraña que llagaba.
y he bajado, amarillos, mis párpados, ¿Que enturbió para siempre mis linfas de alegría?
por no ver más enero ni abril. ¡No importa! Tú comprende: ¡yo le amaba, le [amaba!
Y he apretado la boca, anegada Y amar (bien sabes de eso) es amargo ejercicio:
de la estrofa que no he de exprimir. un mantener los párpados de lágrimas mojados,
¡Has querido la nube de Otoño un refrescar de besos las trenzas del cilicio,
y no quieres volverte hacia mí! conservando, bajo ellas, los ojos extasiados.
Me vendió el que besó mi mejilla; El hierro que taladra tiene un gustoso frío,
me negó por la túnica ruin. cuando abre, cual gavillas, las carnes amorosas.
Yo en mis versos el rostro con sangre, Y la cruz (Tú te acuerdas ¡oh Rey de los judíos!)
como Tú sobre el paño, le di. se lleva con blandura, como un gajo de rosas.
Y en mi noche del Huerto, me han sido: Aquí me estoy, Señor, con la cara caída
Juan, cobarde, y el ángel, hostil. sobre el polvo, parlándote un crepúsculo entero,
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o todos los crepúsculos a que alcanza la vida, por una alondra que erige su canto
si tardas en decirme la palabra que espero. nos olvidamos que es duro morir.
Fatigaré tu oído de preces y sollozos, No hay nada ya que mis carnes taladre.
lamiendo, lebrel tímido, los bordes de tu manto, Con el amor acabose el hervir.
y ni pueden hundirme tus ojos amorosos Aun me apacienta el mirar de mi madre.
ni esquivar tu pie el riego caliente de mi llanto. ¡Siento que Dios me va haciendo dormir!
¡Di el perdón, dilo al fin! Va a esparcir en el viento
la palabra el perfume de cien pomos de olores A las nubes
al vaciarse; toda agua será deslumbramiento;
el yermo echará flor y el guijarro esplendores. Nubes vaporosas,
Se mojarán los ojos oscuros de las fieras, nubes como tul,
y, comprendiendo, el monte que de piedra forjaste llevad l’alma mía
llorará por los párpados blancos de sus neveras: por el cielo azul.
¡toda la tierra tuya sabrá que perdonaste! ¡Lejos de la casa
que me ve sufrir,
Vergüenza lejos de estos muros
que me ven morir!
Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa Nubes pasajeras,
como la hierba a que bajó el rocío, llevadme hacia el mar,
y desconocerán mi faz gloriosa a escuchar el canto
las altas cañas cuando baje el río. de la pleamar,
Tengo vergüenza de mi boca triste, y entre la guirnalda
de mi voz rota y mis rodillas rudas; de olas a cantar.
ahora que me miraste y que viniste, Nubes, flores, rostros,
me encontré pobre y me palpé desnuda. dibujadme a aquel
Ninguna piedra en el camino hallaste que ya va borrándose
más desnuda de luz en la alborada por el tiempo infiel.
que esta mujer a la que levantaste, Se desgaja mi alma
porque oíste su canto, la mirada. sin el rostro de él.
Yo callaré para que no conozcan Nubes que pasáis,
mi dicha los que pasan por el llano, nubes, detened
en el fulgor que da a mi frente tosca sobre el pecho mío
y en la tremolación que hay en mi mano… la fresca merced.
Es noche y baja la hierba el rocío; ¡Abiertos están
mírame largo y habla con ternura, mis labios de sed!
¡que ya mañana, al descender el río,
la que besaste llevará hermosura! Meciendo

Palabras serenas El mar sus millares de olas


mece divino.
Ya en la mitad de mis días espigo Oyendo a los mares amantes,
esta verdad con frescura de flor: mezo a mi niño.
la vida es oro y dulzura de trigo, El viento errabundo en la noche
es breve el odio e inmenso el amor. mece los trigos.
Mudemos ya por el verso sonriente Oyendo a los vientos amantes,
aquel listado de sangre con hiel. mezo a mi niño.
Abren violetas divinas, y el viento Dios Padre sus miles de mundos
desprende al valle un aliento de miel. mece sin ruido.
Ahora no sólo comprendo al que reza; Sintiendo su mano en la sombra
ahora comprendo al que rompe a cantar. mezo a mi niño.
La sed es larga, la cuesta es aviesa;
pero en un lirio se enreda el mirar. Mientras baja la nieve
Grávidos van nuestros ojos de llanto
y un arroyuelo nos hace sonreír; Ha bajado la nieve, divina criatura,
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el valle a conocer. y mis entrañas como perfume derramado
Ha bajado la nieve, esposa de la estrella. ungiendo con su marcha las colinas del mundo.
¡Mirémosla caer! Al cruzar una madre grávida, la miramos
¡Dulce! Llega sin ruido, como los suaves seres con los labios convulsos y los ojos de ruego,
que recelan dañar. cuando en las multitudes con nuestro amor pasamos.
Así baja la luna y así bajan los sueños. ¡Y un niño de ojos dulces nos dejó como ciegos!
¡Mirémosla bajar! En las noches, insomne de dicha y de visiones,
¡Pura! Mira tu valle cómo lo está bordando la lujuria de fuego no descendió a mi lecho.
de su ligero azahar. Para el que nacería vestido de canciones
Tiene unos dulces dedos, tan leves y sutiles, yo extendía mi brazo, yo ahuecaba mi pecho.
que rozan sin rozar. El sol no apréciame, para bañarlo, intenso;
¡Bella! ¿No te parece que sea el don magnífico mirándome, yo odié, por toscas, mis rodillas;
de un alto Donador? mi corazón, confuso, temblaba al don inmenso;
Detrás de las estrellas su ancho peplo de seda ¡y un llanto de humildad regaba mis mejillas!
desgaja sin rumor. Y no temí a la muerte, disgregadora impura;
Déjala que en la frente te diluya su pluma los ojos de él libraran los tuyos de la nada,
y te prenda su flor. y a la mañana espléndida o a la luz insegura
¡Quién sabe si no trae un mensaje a los hombres, yo hubiera caminado bajo de esa mirada.
de parte del Señor!
II
El niño solo
Ahora tengo treinta años, y mis sienes jaspea
Como escuchase un llanto, me paré en el repecho la ceniza precoz de la muerte. En mis días,
y me acerqué a la puerta del Rancho del camino. como la lluvia eterna de los Polos, gotea
Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho, la amargura con lágrima lenta, salobre y fría.
y una ternura inmensa me embriagó como un vino. Mientras arde la llama del pino, sosegada,
La madre se tardó, curvada en el barbecho; mirando a mis entrañas pienso qué hubiera sido
el niño al despertar buscó el pezón de rosa un hijo mío, infante con mi boca cansada,
y rompió en llanto… yo le estreché contra el pecho mi amargo corazón y mi voz de vencido.
y una canción de cuna me subió temblorosa… Y con tu corazón, el fruto de veneno,
Por la ventana abierta la luna nos miraba. y tus labios que hubieran otra vez renegado.
El niño ya dormía, y la canción bañaba, Cuarenta lunas él no durmiera en mi seno,
como otro resplandor, mi pecho enriquecido… que sólo por ser tuyo me hubiese abandonado.
Y cuando la mujer, trémula abrió la puerta, Y en qué huertas en flor, junto a qué aguas
me vería en el rostro tanta ventura cierta, corrientes
que me dejó el infante en los brazos dormido. lavara, en primavera, su sangre de mi pena,
si fui triste en las landas y en las tierras clementes,
y en toda tarde mística hablaría en sus venas.
Poema del hijo Y el horror de que un día con la boca quemante
de rencor, me dijera lo que dije a mi padre:
A Alfonsina Storni “¿Por qué ha sido fecunda tu carne sollozante
y se henchieron de néctar los pechos de mi madre?”.
I Siendo el amargo goce de que duermas abajo
en tu lecho de tierra, y un hijo no meciera
¡Un hijo, un hijo, un hijo! Yo quise un hijo tuyo mi mano, por dormir yo también sin trabajos
y mío, allá en los días del éxtasis ardiente, y sin remordimientos, bajo una zarza fiera.
en los que hasta mis huesos temblaron de tu arrullo Porque yo no cerrara los párpados, y loca
y un ancho resplandor creció sobre mi frente. escuchase a través de la muerte, y me hincara,
Decía: ¡un hijo!, como el árbol conmovido deshechas las rodillas, retorcida la boca,
de primavera alarga sus yemas hacia el cielo. si lo viera pasar con mi fiebre en su cara.
¡Un hijo con los ojos de Cristo engrandecidos, Y la tregua de Dios a mí no descendiera:
la frente de estupor y los labios de anhelo! en la carne inocente me hirieran los malvados,
Sus brazos en guirnalda a mi cuello trenzados; y por la eternidad mis venas exprimieran
el río de mi vida bajando hacia él, fecundo, sobre mis hijos de ojos y de frente extasiados.
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¡Bendito pecho mío en que a mis gentes hundo duna de sal de mi cabeza.
y bendito mi vientre en que mi raza muere!
¡La cara de mi madre ya no irá por el mundo Me salaba los lagrimales
ni su voz sobre el viento, trocada en miserere! y los caminos de mis venas,
La selva hecha cenizas retoñará cien veces y de pronto me perdería
y caerá cien veces, bajo el hacha madura. como en juego de compañera,
Caeré para no alzarme en el mes de las mieses; y en mis apalmas, a su regreso,
conmigo entran los míos a la noche que dura. con mi sangre se reencuentra.
Y como si pagara la deuda de una raza,
taladran los dolores de mi pecho cual colmena. Mano a la mano nos tenemos,
Vivo una vida entera en cada hora que pasa; como Raquel, como Rebeca.
como el río hacia el mar, van amargas mis venas. Yo volteo su cuerpo roto
Mis pobres muertos miran el sol y los ponientes, y ella voltea mi guedeja,
con un ansia tremenda, porque ya en mí se ciegan. y nos contamos las Antillas
Se me cansan los labios de las preces fervientes o desvariamos las Provenzas.
que antes que yo enmudezca por mi canción entregan.
No sembré por mi troje, no enseñé para hacerme Amnas éramos de las olas
un brazo con amor para la hora postrera, y sus espejos de salmuera,
cuando mi cuello roto no pueda sostenerme y del mar libre nos trajeron
y mi mano tantee la sábana ligera. a una casa profunda y quieta;
Apacenté los hijos ajenos, colmé el troje y el puñado de sal y yo,
con los trigos divinos, y sólo de Ti espero, en beguinas o en prisioneras,
¡Padre Nuestro que estás en los cielos! recoge las dos llorando, las dos cautivas,
mi cabeza mendiga, si en esta noche muero. atravesamos por la puerta…

Sal Canción de la sangre

La sal cogida de la duna, Duerme, mi sangre única


gaviota viva de ala fresca, que así te doblaste,
desde su cuenco de blancura, vida mía, que se mece
me busca y vuelve su cabeza. en rama de sangre.

Yo voy y vengo por la casa Musgo de unos sueños míos


y parece que no la viera que te me cuajaste,
y que tampoco ella me viese, duerme así, con tus sabores
Santa Lucía blanca y ciega. de leche y de sangre.

Pero la Santa de la sal, Sin sangre tuya, latiendo


que reconforta y que penetra, de las que tomaste,
con la mirada enjuta y blanca, durmiendo así, tan completo
alancea, mira y gobierna de leche y de sangre.
a la mujer de la congoja
y a lo tendido de la cena. Cristal dando unos trasluces
y luces, de sangre;
De la mesa viene a mi pecho; fanal que alumbra y me alumbra
va de mi cuarto a la despensa, con mi propia sangre.
con ligereza de vilano
y brillos rotos de saeta. Mi semillón soterrado
que te levantaste;
La cojo como a criatura estandarte en que se para
y mis manos la espolvorean, y cae mi sangre;
y resbalando con el gesto
de lo que cae y se sujeta, Camina, se aleja y vuelve
halla la blanca, ve la triste a recuperarme.
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Juega en la duna, echa Mujer, emigrante, madre soltera: todo
sombra y es mi sangre. propicia en ella una conflictiva situación existencial
que, asumida con rebeldía, le enfrenta a las
¡En la noche, si me pierde, convenciones sociales y a los valores establecidos. Su
lo trae mi sangre! poesía arranca como un grito de emancipación
¡Y en la noche, si lo pierdo, femenina e individual, con raíces en el romanticismo y
lo hallo por su sangre! el modernismo, y recorre un itinerario, paralelo al
proceso histórico de su tiempo, que irrumpe en el
Ausencia espacio poético de la modernidad.

Se va de ti mi cuerpo gota a gota. Dos palabras


Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto; Esta noche al oído me has dicho dos palabras
se van mis pies en dos tiempos de polvo. comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
¡Se te va todo, se nos va todo! que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces, que la luna que andaba
Se va mi voz, que te hacía campana filtrando entre las ramas
cerrada a cuanto no somos nosotros. se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Se van mis gestos que se devanaban, que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
en lanzaderas, delante tus ojos. moverme para echarla.
Y se te va la mirada que entrega, Tan dulces dos palabras
cuando te mira, el enebro y el olmo. que digo sin quererlo —¡oh, qué bella, la vida!—
Tan dulces y tan mansas
Me voy de ti con tus mismos alientos: que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
con la humedad de tu cuerpo evaporo. Tan dulces y tan bellas
Me voy de ti con vigilia y con sueño, que nerviosos, mis dedos,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro. se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Y en tu memoria me vuelvo como esos Oh, mis dedos quisieran
que no nacieron ni en llanos ni en sotos. cortar estrellas.

Sangre sería y me fuese en las palmas Tu dulzura


de tu labor y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuera, y sería quemada Camino lentamente por la senda de acacias,
en marchas tuyas que nunca más oigo, me perfuman las manos sus pétalos de nieve,
y en tu pasion que retumba en la noche mis cabellos se inquietan bajo el céfiro leve
como demencia de mares solos. y el alma es como espuma de las aristocracias.
Genio bueno: este día conmigo te congracias,
¡Se nos va todo, se nos va todo! apenas un suspiro me torna entera y breve…
¿Voy a volar acaso ya que el alma se mueve?
Alfonsina Storni En mis pies cobran alas y danzan las Tres Gracias.
(Sala Capriasca, Suiza, 1892-Buenos Aires, 1938) Es que anoche tus manos, en mis manos de fuego,
Alfonsina Storni nació en Sala Capriasca (cantón suizo dieron tantas dulzuras a mi sangre, que luego
del Ticino) el 22 de mayo de 1892. A los cuatro años llenóseme la boca de mieles perfumadas.
se trasladó con sus padres a Argentina; vivió en Santa Tan frescas que en la limpia madrugada del Estío
Fe, Rosario y Buenos Aires, ciudad en la que puso fin mucho temo volverme corriendo al caserío
a su vida el 25 de octubre de 1938. Publicó siete libros prendidas en los labios mariposas doradas.
de poemas: La inquietud del rosal (1916), El dulce daño
(1918), Irremediablemente (1919), Languidez (1920), Ocre ¿Qué diría?
(1925), Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol
(1938), así como una Antología poética (1938) que ¿Qué diría la gente, recortada y vacía
contenía poesías inéditas y un libro de poemas en si en un día fortuito, por ultrafantasía,
prosa, Poemas de amor (1926). me tiñera el cabello de plateado y violeta,
usara peplo griego, cambiara la peineta
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por cintillo de flores: miosotis o jazmines, estrellas de los cielos en los bosques pací.
cantara por las calles al compás de violines, En verdad descarriada. Que el oro que cogí
o dijera mis versos recorriendo las plazas, no me duró en las manos y a cualquiera lo di.
libertado mi gusto de vulgares mordazas? En verdad descarriada, que tuve para mí
¿Irían a mirarme cubriendo las aceras? el oro de los cielos por cosa baladí.
¿Me quemarían como quemaron hechiceras? En verdad descarriada, que estoy de paso aquí.
¿Campanas tocarían para llamar a misa?
En verdad que pensarlo me da un poco de risa. Cuadrados y ángulos

Presentimiento Casas enfiladas, casas enfiladas,


casas enfiladas.
Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco. Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Esta cabeza mía se parece al crisol, Casas enfiladas.
purifica y consume, Las gentes ya tienen el alma cuadrada,
pero sin una queja, sin asomo de horror. ideas en fila
Para acabarme quiero que una tarde sin nubes, y ángulo en la espalda.
bajo el límpido sol, Yo misma he vertido ayer una lágrima,
nazca de un gran jazmín una víbora blanca Dios mío, cuadrada.
que dulce, dulcemente, me pique el corazón.
El extraño deseo
Viaje
Ser de oro, de una pieza trabajada al cincel,
Hoy me mira la luna con ojos de turquesas y rubíes por boca,
blanca y desmesurada. los dientes burilados sobre cristal de roca
Es la misma de anoche, y en la frente esmeraldas imitando laurel.
la misma de mañana. El todo de un aspecto fantástico y cruel;
Pero es otra, que nunca algo como una estatua con aspecto de loca;
fue tan grande y tan pálida. una mujer de oro, cuyo desnudo evoca
Tiemblo como las luces al Diablo contemplando telas de Rafael.
tiemblan sobre las aguas. Sin corazón, sin alma. Fría como el misterio.
Tiemblo como en los ojos Una muerta que nunca logrará el cementerio.
suelen temblar las lágrimas. Una muerta que espera frente a la Eternidad.
Tiemblo como en las carnes Cuyos ojos de piedras, ciegos pero brillantes,
sabe temblar el alma. sean faros extraños fijos y alucinantes
¡Oh! la luna ha movido símbolos de la incógnita de la felicidad.
sus dos labios de plata.
¡Oh! la luna me ha dicho Hombre
las tres viejas palabras:
«Muerte, amor y misterio…» Hombre, yo quiero que mi mal comprendas,
¡oh, mis carnes se acaban! hombre, yo quiero que me des dulzura,
Sobre las carnes muertas hombre, yo marcho por tus mismas sendas;
alma mía se enarca. hijo de madre: entiende mi locura…
Alma —gato nocturno—
sobre la luna salta. Llévame
Va por los cielos largos
triste y acurrucada. Quiero olvidar que vivo: llévame a donde sea;
Va por los cielos largos enrédame en tu alma; la aurora centellea.
sobre la luna blanca. Tómame entre tus manos como blanco capullo
y muéstrame a los dioses con gloria y con orgullo.
Oveja descarriada ¡Llévame! Está la noche muy negra y muy sombría:
la muerte por los mundos anda de cacería.
Oveja descarriada, dijeron por allí. Hazme olvidar lo mucho que me pesa en los
Oveja descarriada. Los hombros encogí. hombros
En verdad descarriada. Que a los bosques salí; esta carga pesada de pesados escombros.
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¡Libértame! En tus manos yo quiero pesar menos no sé todavía
de lo que pesan —luces— los pensamientos buenos. por cuáles milagros
Liviana más que el aire, más que el aire liviana; (Dios te lo perdone),
como globo de aromas que asciende en la mañana. me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
Moderna me pretendes alba.
Huye hacia los bosques;
Yo danzaré en alfombra de verdura; vete a la montaña;
ten pronto el vino en el cristal sonoro, límpiate la boca;
nos beberemos el licor de oro vive en las cabañas;
celebrando la noche y su frescura. toca con las manos
Yo danzaré como la tierra pura, la tierra mojada;
como la tierra yo seré un tesoro, alimenta el cuerpo
y en darme pura no hallaré desdoro, con raíz amarga;
que darse es una forma de la Altura. bebe de las rocas;
Yo danzaré para que todo olvides duerme sobre escarcha;
y habré de darte la embriaguez que pides renueva tejidos
hasta que Venus pase por los cielos. con salitre y agua;
Mas algo acaso te será escondido, habla con los pájaros
que, pagana de un siglo empobrecido, y lévate al alba.
no dejaré caer todos los velos.
Y cuando las carnes
Tú me quieres blanca te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
Tú me quieres alba; en ellas el alma,
me quieres de espumas; que por las alcobas
me quieres de nácar. se quedó enredada,
Que sea azucena, entonces, buen hombre,
sobre todas, casa. preténdeme blanca,
De perfume tenue. preténdeme nívea,
Corola cerrada. preténdeme casta.
Ni un rayo de luna
filtrado me haya Hombre pequeñito
ni una margarita
se diga mi hermana; Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
tú me quieres blanca; suelta a tu canario que quiere volar…
tú me quieres nívea; Yo soy el canario, hombre pequeñito,
tú me quieres casta. déjame saltar.
Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
Tú, que hubiste todas hombre pequeñito que jaula me das.
las copas a mano, Digo pequeñito porque no me entiendes,
de frutos y mieles ni me entenderás.
los labios morados. Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
Tú, que en el banquete, ábreme la jaula que quiero escapar;
cubierto de pámpanos, hombre pequeñito, te amé un cuarto de ala;
dejaste las carnes no me pidas más.
festejando a Baco.
Tú, que en los jardines
negros del engaño, La loba
vestido de rojo,
corriste al Estrago. A la memoria de mi desdichada amiga J.C.P. porque
éste fue su verbo.
Tú, que el esqueleto
conservas intacto, «Y soy como la loba.
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Quebré con el rebaño sin los rubores falsos del instinto,
y me fui a la montaña estuve atada como Prometeo,
fatigada del llano. pero una tarde me salí del cinto.
Son veinte siglos que movió mi mano
Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley, para poder decirte sin rubores:
que yo no pude ser como las otras, casta de buey «Que la luz edifique mis amores».
con yugo al cuello. ¡Libre se eleve mi cabeza! ¡Son veinte siglos los que alzó mi mano!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza. Pasan las flechas sobre mis cabellos,
Mirad cómo se ríen y cómo me señalan pasan las flechas, aguzados dardos…
porque lo digo así: (las ovejitas balan ¡Son veinte siglos de terribles fardos!
porque ven que una loba he entrado en el corral Sentí su peso al libertarme de ellos.
y saben que las lobas vienen del matorral).
¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño! ¡Aymé!
No temáis a la loba, ella no os hará daño.
Pero tampoco riáis, que sus dientes son finos Y sabías amar, y eras prudente,
y en el bosque aprendieron sus manejos felinos! y era la primavera y eras bueno,
No os robará la loba al pastor, no os inquietéis; y estaba el cielo azul, resplandeciente.
yo sé que alguien lo dijo y vosotras lo créeis Y besaba mis manos con dulzura,
pero sin fundamento, que no sabe robar y mirabas mis ojos con tus ojos,
esa loba; ¡sus dientes son armas de matar! que mordían a veces de amargura.
Ha entrado en el corral porque sí, porque gusta Y yo pasaba como el mismo hielo…
de ver cómo al llegar el rebaño se asusta, Yo pasaba sin ver en dónde estaba
y cómo disimula con risas su temor ni el cruel infierno ni el amable cielo.
bosquejando en el gesto un extraño escozor… Yo no sentía nada… En el vacío
¡Id si acaso podéis frente a frente a la loba vagaba con el alma condenada
y robadle el cachorro! No vayáis en la boba a mi dolor satánico y sombrío.
conjunción de un rebaño ni llevéis un pastor… Y te dejé marchar calladamente,
¡Id solas! ¡Fuerza a fuerza oponed el valor! a ti que amar sabías y eras bueno,
Ovejitas, mostradme los dientes. ¡Qué pequeños! y eras dulce, magnánimo y prudente.
No podréis, pobrecitas, caminar sin los dueños …Toda palabra en ruego te fue poca,
por la montaña abrupta, que si el tigre os acecha pero el dolor cerraba mis oídos…
no sabréis defenderos, moriréis en la brecha. Ah, estaba el alma como dura roca.
Yo soy como la loba. Ando sola y me río
del rebaño. El sustento me lo gano y es mío ¡Duerme!
donde quiera que sea, que yo tengo una mano
que sabe trabajar y un cerebro que es sano. Mármol callado de órbitas oscuras
La que pueda seguirme que se venga conmigo. que miras hacia un punto fijamente,
Pero yo estoy de pie, de frente al enemigo, no te despiertes nunca; por los siglos
la vida, y no temo su arrebato fatal duerme…
porque tengo en la mano siempre pronto un puñal. Mientras en ti los pájaros anidan
El hijo y después yo y después… ¡lo que sea!, y vigorosa primavera vuelve,
aquello que me llame más pronto a la pelea. mármol callado de órbitas oscuras,
A veces la ilusión de un capullo de amor duerme, duerme…
que yo sé malograr antes que se haga flor. Mientras el orbe de pujanza eterna
todos los mundos para siempre mueve,
Yo soy como la loba. tú para siempre, miserable forma,
Quebré con el rebaño duerme, duerme, duerme…
y me fui a la montaña
fatigada del llano. » Pudiera ser

Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido


Veinte siglos no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
Para decirte, amor, que te deseo, de familia en familia, de mujer en mujer,
79
Dicen que en los solares de mi gente, medido desprendido de sus mandíbulas,
estaba todo aquello que se debía hacer… exhala un alma nueva.
Dicen que silenciosas las mujeres han sido No tiene fondo,
de mi casa materna… Ah, bien pudiera ser… buques hundidos,
A veces en mi madre apuntaron antojos almas, abrazadas
de liberarse, pero, se le subió a los ojos a sus algas.
una honda amargura, y en la sombra lloró. Recién nacido,
Y todo esto mordiente, vencido, mutilado, la cara de Dios,
todo esto que se hallaba en su alma encerrado, pálida,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo. lo mira.
Buques no lo escribieron.
Siglo XX Hombres no lo descifraron.
Peces no lo pudrieron.
Me estoy consumiendo en vida, Baja a buscarlo
gastando sin hacer nada, el sol,
entre las cuatro paredes precipitándose en llamas
simétricas de mi casa. entre bosques violáceos,
¡Eh, obreros! ¡Traed las picas! y al tocarle la frente
Paredes y techos caigan, abre puertas de oro
me mueva el aire la sangre, que calan —túneles—
me queme el sol las espaldas… espacios desconocidos.
Mujer soy del siglo XX; Escalinatas lentas
paso el día recostada descienden al agua
mirando, desde mi cuarto, y llegan, desvanecidas,
cómo se mueve una rama. a mis pies.
Se está quemando la Europa Por ellas
y estoy mirando sus llamas ascenderé
con la misma indiferencia un día
con que contemplo esa rama. hasta internarme
Tú, el que pasas: no me mires más allá del horizonte.
de arriba abajo; mi alma Paredes de agua
grita su crimen, la tuya me harán cortejo
lo esconde bajo palabras. en la tarde
resplandeciente.
Versos a la tristeza de Buenos Aires
Yo en el fondo del mar
Tristes calles derechas, agrisadas e iguales,
por donde asoma, a veces, un pedazo de cielo, En el fondo del mar
sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo hay una casa
me apagaron los tibios sueños primaverales. de cristal.
Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada A una avenida
en el vaho grisáceo, lento, que las decora. de madréporas
De su monotonía mi alma padece ahora. da.
—¡Alfonsina! —No llames. Ya no respondo a nada. Un gran pez de oro,
Si en una de tus casas, Buenos Aires, me muero a las cinco,
viendo en días de otoño tu cielo prisionero me viene a saludar.
no me será sorpresa la lápida pesada. Me trae
Que entre tus calles rectas, untadas de su río un rojo ramo
apagado, brumoso, desolante y sombrío, de flores de coral.
cuando vagué por ellas, ya estaba yo enterrada. Duermo en una cama
un poco más azul
Crepúsculo que el mar.
Un pulpo
El mar inmóvil, me hace guiños
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a través del cristal. paisajes de colores y los lava.
En el bosque verde Nada a su lengua es pan que dé provecho
que me circunda ni en mar o pulga pone más cuidado,
—din don… din dan— ni piel de mundo más que de hombre mide;
se balancean y cantan Manteles cambia de su propia mesa,
las sirenas que él sólo existe desmayando afirma
de nácar verdemar. y hálitos le da al barro que son llamas.
Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo, A Madona Poesía
las erizadas puntas del mar.
Aquí a tus pies lanzada, pecadora,
Autorretrato barroco contra tu tierra azul, mi cara oscura,
tú, virgen entre ejércitos de palmas
Una máscara griega, enmohecida que no encanecen como los humanos.
en las romanas catacumbas, vino No me atrevo a mirar tus ojos puros
cortando espacio a mi calzante cara. ni a tocarte la mano milagrosa:
El cráneo un viejo mármol carcajeante. miro hacia atrás y un río de lujurias
El Nuevo Continente sopló rachas me ladra contra ti, sin culpa alzada.
de trópico y de sud y abrió sus soles Una pequeña rama verdecida
sobre la testa que cambió su acanto en tu orla pongo con humilde intento
en acerados bucles combativos. de pecar menos, por tu fina gracia,
En un cuerpo de luna, tan ligero ya que vivir cortada de tu sombra
que acunaban las rosas tropicales, posible no me fue, que me cegaste
un órgano, tremendo de ternura, cuando nacida, con tus hierros bravos.
me dobló el pecho. Mas ¿por qué sus sones
contra el cráneo se helaban y expandían Delmira Agustini
por la burlesca boca acartonada? (Montevideo, Uruguay, 1886-1914)
Originalísima poetisa uruguaya, de una acentuada
La sirena feminidad y una sensibilidad exquisita. Su
temperamento ardiente fracasó rotundamente en el
Llévate el torbellino de las horas matrimonio. Vuelta a la casa paterna volvió a ser
y el cobalto del cielo y el ropaje arrancada de ella por su esposo, quien le dio muerte y
de mi árbol de septiembre y la mirada se suicidó a continuación. Su producción poética no
del que me abría soles en el pecho. es tan exigua, no obstante haber muerto a los
Apágame las rosas de la cara veinticuatro años: El libro blanco (1907), Cantos de la
y espántame la risa de los labios mañana (1910), Los cálices vacíos (1913), El Rosario de
y mezquíname el pan entre los dientes, Eros (1914) y Los astros del abismo, publicado después
vida; y el ramo de mis versos, niega. de su muerte. Su poesía, de tipo erótico, imita con
Mas déjame la máquina de azules frecuencia a D’Annunzio y a Rubén Darío, y ha sido,
que suelta sus poleas en la frente a su vez, imitada por numerosas poetisas posteriores.
y un pensamiento vivo entre las ruinas;
lo haré alentar como sirena en campo Serpentina
de mutilados y las rotas nubes
por él se harán al cielo, vela en alto. En mis sueños de amor ¡yo soy serpiente!
gliso y ondulo como una corriente;
Dios-fuerza dos píldoras de insomnio y de hipnotismo
son mis ojos; la punta del encanto
Cuán descreído es dios, que no arquitecta es mi lengua… ¡y atraigo como el llanto!
cosa de perdurar y el paso cruza soy un pomo de abismo.
de Jehová fuerte y pone en los cimientos Mi cuerpo es una cinta de delicia,
de empresas altas túneles de topos. glisa y ondula como una caricia…
Echa a nacer un pueblo con la diestra, Y en mis sueños de odio ¡soy serpiente!
y en la siniestra preparados tiene mi lengua es una venenosa fuente;
decolorantes, y en las almas pinta mi testa es la luzbélica diadema,
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haz de la muerte, en un fatal soslayo
con mis pupilas; y mi cuerpo en gema Mi corazón, la piedra más gris y serena,
¡es la vaina del rayo! despertó en la caricia de la corriente, y luego
Si así sueño mi carne, así es mi mente; sintió como la tarde, con manos de agarena,
un cuerpo largo, largo, de serpiente, prendía sobre él una rosa de fuego.
vibrando eterna, ¡voluptuosamente!
Y mientras la serpiente del arroyo blandía
La barca milagrosa el veneno divino de la melancolía,
tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza,
Preparadme una barca como un gran pensamiento…
la llamarán “La Sombra” unos; otros, “La Estrella”. la coroné de un beso fatal; en la corriente
¡No ha de estar al capricho de una mano o de un vi pasar un cadáver de fuego… Y locamente
viento! me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza.
¡Yo la quiero consciente, indomable y bella!
Fue al pasar
La moverá el gran ritmo de un corazón sangriento
de vida sobrehumana; he de sentirme en ella Yo creí que tus ojos anegaban el mundo…
fuerte como en los brazos de Dios! ¡En todo viento, Abierto como bocas en clamor… Tan dolientes
en todo mar, templadme su proa de centella! que un corazón partido en dos trozos ardientes
parecieron… Fluían de tu rostro profundo
La cargaré de toda mi tristeza y, sin rumbo,
iré como la rota corola de un nelumbo, como dos manantiales graves y venenosos…
por sobre el horizonte líquido de la mar… Fraguas a fuego y sombras tus pupilas… Tan hondas
que no sé dónde me miraban, redondas
Barca, alma hermana: ¿hacia qué tierras nunca [vistas, y oscuras como mundos lontanos y medrosos.
de hondas revelaciones, de cosas imprevistas
iremos?... Yo ya muero de vivir y soñar… ¡Ah, tus ojos tristísimos como dos galerías
abiertas al Poniente…! Y las sendas sombrías
Lo inefable de tus ojeras donde reconocí mis rastros…!

Yo muero extrañamente… No me mata la vida, Yo envolví en un gran gesto mi horror como en un


no me mata la muerte, no me mata el amor; velo,
muero de un pensamiento mudo como una herida… y me alejé creyendo que cuajaba en el cielo
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor la media noche húmeda de tu mirar sin astros!

de un pensamiento inmenso que se arraiga en la [vida,


devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor? A una cruz
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida Exvoto
que os abrazaba enteros y no daba un fulgor?
¡Cruz que ofrendando tu infinito abrazo
¡Cumbre de los martirios…! ¡Llevar eternamente, cabe la silenciosa carretera,
desgarradora y árida, la trágica simiente pareces bendecir la tierra entera
clavada en las entrañas como un diente feroz…! y atarla al cielo como un férreo lazo!...

¡Pero arrancarla un día en una flor que abriera ¡Puerto de luz abierto al peregrino
milagrosa, inviolable…! ¡Ah, más grande no fuera a la orilla del pálido camino!...
tener entre las manos la cabeza de Dios! ¡Vibre en el Tiempo la sagrada hora
que a tu lado viví, cuando el gran broche
El arroyo de nácar de la luna abrió una noche
que pareció una aurora!...
¿Te acuerdas…? El arroyo fue la serpiente buena…
Fluía triste y triste como un llanto de ciego, La luna alzaba dulce, dulcemente
cuando en las piedras grises donde arraiga la pena, el velo blanco, blanco y transparente
como un inmenso lirio, se levantó tu ruego. de prometida del Misterio; ¡el Cielo
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estaba vivo como un alma!... el velo, ¡Si la cruz de sus brazos redentores
el velo blanco y temblador crecía abarca el mundo y acaricia el cielo!
como una blanca y tembladora nata… Y la belleza sufre y se subleva…
¡Si es herir a la diosa en pleno pecho
¡Y la tierra inefable parecía mermar el torso divinal de Apolo
un sueño enorme de color de plata! para ajustarlo a ínfima librea!
¡Fue un abismo de luz cada segundo,
el límpido silencio se creería ¡Para morir como su ley impone
la voz de Dios que se explicara al Mundo! el mar no quiere diques, quiere playas!
Así la Idea cuando surca el verso
* quiere al final de la ardua galería,
más que una puerta de cristal o de oro,
Como cayó en tus brazos mi alma herida la pampa abierta que le grita “¡libre!”
por todo el mal y todo el Bien: mi alma
un fruto milagroso de la Vida Íntima
forjado al sol y madurado en sombra,
acogíase a ti como a una palma Yo te diré los sueños de mi vida
de luz en el desierto de la Sombra… en lo más hondo de la noche azul…
Mi alma desnuda temblará en tus manos,
¡Y la Armonía fiel que en mí murmura sobre tus hombros pesará mi cruz.
como una extraña arteria rompió en canto,
y del mármol hostil de mi escultura Las cumbres de la vida son tan solas,
brotó un sereno manantial de llanto! ¡tan solas y tan frías! Yo encerré
mis ansias en mí misma, y toda entera
¡Así lloré el dolor de las heridas como una torre de marfil me alcé.
y la embriaguez opiada de las rosas…
arraigábanse en mí todas las vidas, La cita
reflejábanse en mí todas las cosas!...
En tu alcoba techada de ensueños, haz derroche
¡Y a ese primer llanto: mi alma, una de flores y de luces de espíritu; mi alma
suprema estatua, triste sin dolor, calzada de silencio y vestida de calma,
se alzó en la nieve tibia de la Luna irá a ti por la senda más negra de esta noche.
como una planta en su primera flor!
Apaga las bujías para ver cosas bellas;
Rebelión cierra todas las puertas para entrar la ilusión;
arranca del Misterio un manojo de estrellas
La rima es el tirano empurpurado, y enflora como un vaso triunfal tu corazón.
es el estigma del esclavo, el grillo
que acongoja la marcha de la Idea. ¡Y esperás sonriendo, y esperarás llorando!...
¡No aleguéis que es de oro! ¡El Pensamiento Cuando llegue mi alma, tal vez reces pensando
no se esclaviza a un vil cascabeleo! que el cielo dulcemente se derrama en tu pecho…
Ha de ser libre de escalar las cumbres,
entero como un dios, la crin revuelta, Para él, amor divino, ten un diván de calma,
la frente al sol, al viento. ¿Acaso importa o con el lirio místico que es su arma, mi alma
que adorne el ala lo que oprime el vuelo? apagará una a una las rosas de tu lecho.

¡Él es por sí, por su divina esencia, Juana de Ibarbourou


música, luz, color, fuerza, belleza! (Melo, Uruguay, 1892-Montevideo, 1979)
¿A qué el carmín, los perfumados pomos?... Llamada originalmente Juana Fernández Morales, a
¿Por qué ceñir sus manos enguantadas los veinte años se casó con el capitán Lucas
a herir teclados y brindar bombones Ibarbourou, del cual adoptó el apellido con el que
si libres pueden cosechar estrellas, firmará su obra. Tres años después se trasladó a
desviar montañas, empuñar los rayos? Montevideo, donde vivió desde entonces. Comenzó
su larga travesía lírica con los poemarios Lenguas de
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diamante (1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje Fluí
(1922), todos ellos muy marcados por el modernismo. para ti.
Su temática tiende a la exaltación sentimental de la Bébeme. El cristal
entrega amorosa, de la maternidad, de la belleza física envidia lo claro de mi manantial.
y de la naturaleza. Imprimió a sus poemas un
erotismo que constituye una de las vertientes capitales Alas di
de su producción. En 1929 fue proclamada Juana de por ti.
América, en el Palacio Legislativo del Uruguay, Cázame. Falena,
ceremonia que presidió el “poeta oficial” uruguayo, J. rodeó tu llama de impaciencia llena.
Zorrilla de San Martín, y que contó con la presencia
de Alfonso Reyes. Poco a poco su poesía se fue Por ti sufriré.
despojando del ropaje modernista. En La rosa de los ¡Bendito sea el daño que tu amor me dé!
vientos (1930) se adentró en el vanguardismo, rozando ¡Bendita sea el hacha, bendita la red,
incluso las imágenes surrealistas. Con Estampas de la y loadas sean tijeras y sed!
Biblia, Loores de Nuestra Señora e Invocación a san Isidro,
todos de 1934, iniciará un camino hacia la poesía Sangre del costado
mística. En la década de 1950 se publicaron sus libros manaré, mi amado.
Perdida (1950), Azor (1953) y Romance del destino (1955). ¿Qué broche más bello, qué joya más grata,
que por ti una llaga color escarlata?
La hora
En vez de abalorios para mis cabellos
Tómame ahora que aún es temprano siete espinas largas hundiré en ellos.
y que llevo dalias nuevas en la mano. Y en vez de zarcillos pondré en mis orejas,
Tómame ahora que aún es sombría como dos rubíes, dos ascuas bermejas.
esta taciturna cabellera mía.
Ahora, que tengo la carne olorosa, Me verás reír
y los ojos limpios y la piel de rosa. viéndome sufrir.
Ahora, que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera. Y llorarás.
Ahora, que en mis labios repica la risa Y entonces… ¡más mío que nunca serás!
como la campana sacudida a prisa.
Después… ¡ah, yo sé Salvaje
que ya nada de eso más tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo Bebo del agua limpia y clara del arroyo
como ofrenda puesta sobre un mausoleo. y vago por los campos teniendo por apoyo
¡Tómame ahora que aún es temprano un gajo de algarrobo liso, fuerte y pulido
y que tengo rica de nardos la mano! que en sus ramas sostuvo la dulzura de un nido.
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca Así paso los días, morena y descuidada,
y se vuelva mustia la corola fresca. sobre la suave alfombra de la grama aromada.
Hoy, y no mañana. Oh amante, ¿no ves Comiendo de la carne jugosa de las fresas
que la enredadera crecerá ciprés? o en busca de fragantes racimos de frambuesas.
Mi cuerpo está impregnado del aroma ardoroso
El fuerte lazo de los pastos maduros. Mi cabello sombroso
esparce, al destrenzarlo, olor a sol y a heno,
Crecí a salvia, a yerbabuena y a flores de centeno.
para ti. ¡Soy libre, sana, alegre, juvenil y morena,
Tálame. Mi acacia cual si fuera la diosa del trigo y de la avena!
implora a tus manos su golpe de gracia. ¡soy casta como Diana
y huelo a hierba clara nacida en la mañana!
Florí
para ti. Vida aldeana
Córtame. Mi lirio
al nacer dudaba ser flor o ser cirio. Iremos por los campos, de la mano,
a través de los bosques y los trigos,
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entre rebaños cándidos y amigos, Las lenguas de diamante
sobre la verde placidez del llano,
para comer el fruto dulce y sano Bajo la luna llena, que es una oblea de cobre,
de las rústicas vides y los higos vagamos taciturnos en un éxtasis vago,
que coronan las tunas. Como amigos como sombras delgadas que se deslizan sobre
partiremos el pan, la leche, el grano. las arenas de bronce de la orilla del lago.
Y en las mágicas noches estrelladas,
bajo la calma azul, entrelazadas Silencio en nuestros labios una rosa ha florido.
las manos, y los labios temblorosos, ¡Oh, si a mi amante vencen tentaciones de hablar!,
renovaremos nuestro muerto idilio, la corola, deshecha, como un pájaro herido,
y será como un verso de Virgilio caerá, rompiendo el suave misterio sublunar.
vivido ante los astros luminosos.
¡Oh dioses, que no hable! ¡Con la venda más fuerte
Estío que tengáis en las manos, su acento sofocad!
¡Y si es preciso, el manto de piedra de la muerte
Cantar del agua del río. para formar la venda de su boca, rasgad!
Cantar continuo y sonoro,
arriba bosque sombrío Yo no quiero que hable. Yo no quiero que hable.
y abajo arenas de oro. Sobre el silencio éste, ¡qué ofensa la palabra!
Cantar… ¡Oh lengua de ceniza! ¡Oh lengua miserable,
de alondra escondida no intentes que ahora el sello de mis labios te abra!
entre el oscuro pinar.
Cantar… ¡Bajo la luna-cobre, taciturnos amantes,
del viento en las ramas con los ojos gimamos, con los ojos hablemos.
floridas del retamar. Serán nuestras pupilas dos lenguas de diamantes
Cantar… movidas por la magia de diálogos supremos.
de abejas ante el repleto
tesoro del colmenar. Así es la rosa
Cantar…
de la joven tahonera De la matriz del día
que al río viene a lavar. se alzó la rosa vertical y blanca
Y cantar, cantar, cantar mientras todo rugía:
de mi alma embriagada y loca la tierra, el aire, el agua.
bajo la lumbre solar. Tendí la mano para protegerla,
criatura de paz y de armonía,
La tarde completa, virgen, intocable, exacta
en la extensión total del mediodía.
He bebido del chorro cándido de la fuente. Y me llevó el brazo la metralla.
Traigo los labios secos y la cara mojada. Impávida seguía
Mi boca hoy tiene toda la estupenda dulzura en su serenidad y su victoria,
de una rosa jugosa, nueva y recién cortada. aunque en mi sangre la embebía.
El cielo ostenta una limpidez de diamante. Ni mi alarido hizo temblar sus pétalos
Estoy ebria de tarde, de viento y primavera. ni apagó su fragancia mi agonía.
¿No sientes en mis trenzas olor de trigo ondeante? Era la rosa, la perfecta y única.
¿No me hallas hoy flexible como una enredadera? Nada la detenía.
Elástica, de gozo cual un gamo he corrido
por todos los ceñudos senderos de la sierra. Despertar
Y el galgo cazador que me guía, rendido,
se ha acostado a mis pies, largo a largo, en la tierra. Absorto pez, dormida golondrina,
¡Ah, qué inmensa fatiga me derriba a la grama mariposa en el aire de la muerte,
y abate en tus rodillas mi cabeza morena, rosa fallida en la impasible umbría,
mientras que de una iglesia campesina y lejana esmeralda evadiéndose del verde
nos llega un lento y grave llamado de novena! color de su destino. En las heridas
la sangre blanca y del dolor ausente,
85
el mundo trastocado en una orilla en la secreta red de las arterias.
en que la luz y el ámbito se pierden. Voy al encuentro de las Tres Marías.
Dentro de la avellana de mi sueño ¡Ah, qué triste, qué calma y valerosa
esa hilera de imágenes sin filo, esta mujer que asciende hasta la noche
ese jardín de helados asfodelos, sin un temblor, y sola cual si fuese
esa playa de lápices y vidrios, la pasajera única e insomne!
esa manada afónica de renos, Sabe de los encuentros con fantasmas,
esa luna guisando sobre el cirio. con los ardidos filos del recuerdo
¡Gozo de despertar equilibrada, y las angustias del dolor humano,
como cualquier mañana de los días! rizadura del grito en el silencio.
¡Gozo del sol y éxtasis del agua, Ha de arribar a la mañana nueva
exacta magnitud de la alegría, desmadejado por el sufrimiento,
regreso de la imagen dislocada como si hubiera estado en los crisoles
en los espejos de la pesadilla donde se funden el clamor y el miedo.
y la casa, mis perros, la mañana, Y bajará llorando de la nave
en la gracia y el orden de la vida! porque no pudo vislumbrar el cielo.

Soneto a Dios
Enriqueta Arvelo Larriva
Porque me diste la palabra y pudo (Barinitas, Venezuela, 1901)
ser ella en mí, oficio de universo
en la menuda gema de mi verso Balada de lo que oí
que adivino luego en reluciente escudo,
me siento tu deudora y a ti acudo No supe quién me lo dijo.
en noche y día de esplendor diverso, El acento, divino.
hora feliz, oscuro lustro adverso,
fiel azucena o álamo desnudo. No supe quién me lo dijo.
Así me inclino como Job, paciente, No corrí tras los detalles
en la sumisa espera penitente cuando oí lo infinito.
ante tu sombra que aniquila el rayo.
Fui tu diamante de inocente fuego, No supe quién me lo dijo.
y ya alma oscura, a tu piedad me entrego Lo oí.
en esta aurora pálida de Mayo. ¡Dichoso el oído mío!

La pasajera En ese instante se hizo en mí lo armonioso.


Lo que oí va eterno y limpio.
Va la tarde subiendo hacia la noche,
río opulento y cálido, Y qué tremenda la gracia
con olor de duraznos y de rosas, de no saber quién me lo dijo.
con rumores de risas y de llantos,
con el jadeo del miedo, Toda la mañana ha hablado el viento
con la espiral del canto.
Navío empavesado que me lleva Toda la mañana ha hablado el viento
a la elevada, misteriosa sombra, una lengua extraordinaria.
sin nadie que me ciña la cintura
con poderosa mano protectora. He ido hoy en el viento.
Erguida estoy, sin voz y sin sonrisa, Estremecí los árboles.
blanca en la inmensa soledad nocturna, Hice pliegues en el río.
con la brasa del verso en la garganta Alboroté la arena.
y en el pecho la sed de la aventura. Entré por las más finas rendijas.
Las últimas magnolias del verano Y soné largamente en los alambres.
son el claro escabel de mi fatiga.
La deshilada llama del crepúsculo Antes —¿recuerdas?—
aún se mantiene viva pasaba pálida por la orilla del viento. Y aplaudías.
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imagen de mi vida:
Cuenta del primer minuto tan vana, pero tan bella,
¡tan segura pero tan perdida!
Con una paz graciosa me hundí en la espesa noche…
Ni soñadas cigarras hendían mi descanso. Camino sola
De pronto, una voz mía, ansiando hacerse suave, sobre las piedras.
con su preñez de angustia me martilló las sienes. Pero la flor es mía.

La emoción se salía de la palabra cauta: Mis pasos, en el camino,


me daba mi orfandad la voz amada y buena. son como pasos de la luna:
Abrí, loca, los ojos, arrancados del sueño. voy llegando, vas huyendo,
Frente a mí, unos claveles eran dichoso rastro… mi alma es sombra de la tuya.
Levanté sin oriente la cabeza zumbante,
sentí la rebeldía cruzando en mis arterias, Voy sola
me erguí, soldado destrozado y valiente, dentro de los bosques.
y me puse en pie en un mundo sin nadie… Pero la fuente es mía.

Por mirar hacia lo lejos,


Cecília Meireles no veo lo que está cerca.
(Río de Janeiro, Brasil, 1901-1964) Subo y bajo del monte,
mi pecho es puro desierto.
Poemarios: Viagem (1939), Vaga música (1942),
Romanceiro da inconfidência (1953), Ou isto ou aquilo Camino sola
(1958) y Solombra (1963). a lo largo de la noche.
Pero la estrella es mía.
Retrato
Lamento de la madre huérfana
Yo no tenía este rostro de hoy,
tan calmo, tan triste, tan delgado, Huye dentro de la noche,
ni estos ojos tan vacíos, reaprende a tener pies y a caminar,
ni el labio amargo. descruza los dedos, dilata la nariz a la brisa de los
[cipreses,
Yo no tenía estas manos sin fuerzas, corre entre la luna y los mármoles,
tan quietas y frías y muertas; ven a verme;
yo no tenía este corazón invisible, penetra en esta casa, y de nuevo acostumbra
que ni se muestra. tu boca
a la arquitectura de las palabras,
Yo no percibí este cambio, y tus ojos a la dimensión y costumbres de los vivos.
tan sencillo, tan cierto, tan fácil:
¿En qué espejo quedó perdido Ven, acércate, aunque ya estés disuelto
mi rostro? en fermentos del suelo, desfigurado y descompuesto.
No te avergüences de tu olor subterráneo,
Canción de la tarde en el campo de los gusanos que no puedes sacudir de tus párpados,
de la humedad que peina tus finos, fríos cabellos
Camino del campo verde, acariciantes.
y otra estrada, y otra estrada.
Tapias de flores, palmas, Ven como estés, mitad persona, mitad universo,
sierra azul, agua callada. con dedos y raíces, huesos y viento, y tus venas,
camino del océano,
Marcho sola hinchadas, sintiendo la inquietud de las mareas.
en medio del valle.
Pero la tarde es mía. No vengas para quedarte, sino para llevarme, como
antaño
Mis pies van pisando la tierra, también te traje,
87
porque hoy eres dueño del camino Epigrama no. 5
¡eres mi guía, mi guardián, mi padre, mi hijo, mi amor!
Versión de Teresa Arijón y Sandra Almeida.
Condúceme a donde quieras, a lo que conoces; en tu
brazo Amo la gota de agua que hace equilibrio
recíbeme, y caminemos, en la hoja lisa, temblando al viento.
forasteros, con las manos atadas,
arrastrando pedazos de nuestra vida en nuestra En el océano del aire el universo vibra, secreto:
muerte, y ella resiste en su aislamiento.
aprendiendo el lenguaje de esos sitios, buscando a los
amos Simple cristal, retiene la forma en el instante incierto:
y sus leyes, dispuesto a caer, dispuesto a quedarse —límpido y
mirando el paisaje que comienza del otro lado de exacto.
nuestros cadáveres,
estudiando otra vez nuestro principio en nuestro fin. Y la hoja es un pequeño desierto
para la inmensidad del acto.
Estirpe
Comentario del estudiante de dibujo
Los grandes mendigos nada dicen ni nada hacen.
Saben que es inútil y extenuante. Se dejan estar. Se Versión fr Teresa Arijón y Sandra Almeida.
dejan estar.
Se dejan estar al sol y bajo la lluvia, con el mismo aire Entre el eje y las puntas del compás,
de íntegro coraje, Dios mío, ¡qué distancia penosa,
lejos del cuerpo, que está donde está. qué giro difícil,
qué pesado manejo!
Se entretienen extendiendo la vida por el
pensamiento. ¿Es cierto que la circunferencia está hecha,
Si alguien habla, su voz huye como un pájaro que cae. para toda la eternidad
Y a tal punto es ella algo imprevisto, innecesario y aquí en el inmóvil tornillo de lo alto,
sorprendente soñada, prevista en la perfección total de la aureola?
que, para escucharla, tal vez hasta llegasen a gemir.
Dios mío, Dios mío, ¿es cierto que sólo en el camino
Pero no, no gemían… Los grandes mendigos son del trazo
todos estoicos. se va de punto a punto,
Depositaron su miseria junto a los jardines del mundo de dolor a dolor,
feliz con miedos de principio y fin,
y no quieren que, del otro lado se difunda la extraña girando cautelosamente?
suerte
que los recorre como un río a un país. Pájaro

Los grandes mendigos viven fuera de la vida: se Versión de Ricardo Silva-Santiesteban.


excluyeron.
Abrieron sueños y silencios y espacios desnudos a su Lo que ayer cantaba
alrededor. ya no canta.
Su reino está vacío de altas estrellas que no codician. Murió de una flor en la boca:
Su mirada ya no mira, y su boca no llama ni ríe. no de la espina en la garganta.
Y su cuerpo no sufre ni goza. Y su mano no toma ni
pide. Amaba el agua sin sed
Y su corazón es una cosa que, si existió, ya fue y, por cierto,
olvidada. a pesar de tener alas, miraba el tiempo
¡Ah! los grandes mendigos son un pueblo que se va libre de necesidad.
convirtiendo en piedra.
Ese pueblo es el mío. No fue anhelo o imprudencia:
no fue nada.
88
Y el día toca en silencio hay humo en tus labios.
la desventura causada. Hombre que me ciñes,
viento hay en tus brazos.
Si acasi eso es desventura: Cerraste el camino,
perder la vida yo seguí de largo;
sobre una rosa tan bella, alzaste una torre,
por una herida tan tenue. yo seguí cantando…
Cavaste la tierra,
Cada palabra una hoja yo pasé despacio…
Levantaste un muro.
Versión de Ricardo Silva-Santisteban. ¡Yo me fui volando!...
Tú tienes la flecha:
Cada palabra una hoja yo tengo el espacio;
en el lugar cierto. tu mano es de acero
y mi pie es de raso…
Una flor de vez en cuando Mano que sujeta,
en la rama abierta. pie que escapa blando…
¡Flecha que se tira!...
Un pájaro parecía (El espacio es ancho…)
cercano y alerta. Soy lo que no queda
ni vuelve. Soy algo
Pero no, es que iba y venía el verso que disuelto en todo
por el universo. no está en ningún lado…
Me pierdo en lo oscuro
me pierdo en lo claro,
Dulce María Loynaz en cada minuto
(La Habana, Cuba, 1902-1997) que pasa… en tus manos…
Poeta y narradora cubana cuya primera obra se Humo que se crece,
inscribe en el posmodernismo insular, dentro del cual humo fino y largo,
fue la figura más representativa de la línea purista. Se creciendo y ya roto
ha dicho que la lírica de Loynaz sedujo por su sobre un cielo pálido…
sencillez y naturalidad, el uso del ritmo y de la Hombre que me besas,
musicalidad de sus versos, en los que predominó una tu beso es en vano…
temática en ocasiones fruto de la angustia, del enigma Hombre que me ciñes:
y motivada por el amor, como en sus primeros ¡Nada hay en tus brazos!
poemas de Versos (1920-1938) e incluso Juegos de agua
(1947), libros en los que las imágenes de la naturaleza
son inspiradoras frecuentes de su escritura, y en las Eternidad
que se advierta la influencia de J. R. Jiménez. Célebre
ya como poeta, se aventuró en una ocasión con la No quiero, si es posible,
narrativa en la novela lírica Jardín (1951), y cultivó que mi beneficio desaparezca,
sino que viva y dure toda la
también la prosa en Carta de amor a Tutankhamon vida de mi amigo.
(1953) y en la colección de crónicas Un verano en Séneca
Tenerife (1958). En su obra más reciente, Fe de vida,
evocó la figura de su esposo P. Álvarez de Cañas, de En mi jardín hay rosas:
tal modo que adelantó en parte sus memorias. Premio yo no te quiero dar
Nacional de Literatura en 1987, y Premio Miguel de las rosas que mañana…
Cervantes, en 1992, escribió además Poemas sin nombre mañana no tendrás.
(1953), Últimos días de una casa (1958), Poemas náufragos En mi jardín hay pájaros
(1991) y La novia de Lázaro (1993). con canto de cristal:
no te los doy, que tienen
La mujer de humo alas para volar…
En mi jardín abejas
Hombre que me besas, labran fino panal:
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¡dulzura de un minuto…
no te la quiero dar! Casa de Oro, Torre de Marfil,
Para ti lo infinito Salud de los enfermos, Rosa Mística…
o nada; lo inmortal Por tus nombres te llamo a mi tristeza,
o esta muda tristeza rubia Virgen María,
que no comprenderás… la de la Anunciación de Fray Angélico,
La tristeza sin nombre la de las lunas infinitas…,
de no tener que dar la del traje de tarlatana
a quien lleva en la frente en la penumbra de las sacristías…
algo de eternidad… La que sueña Antonieta
Deja, deja el jardín… entre su canevá y sus cintas…
no toques el rosal: ¡La única que hoy necesito en mi vida!
las cosas que se mueren
no se deben tocar. (¡Quién te viera otra vez aquellos ojos
de un azul profundo de litografía!...)
Profesión de fe
En esta noche larga antes de irme
Creo en el cielo azul: (azul y cielo…) aún te he buscado a tientas,
Creo en la tierra humilde, en el precioso dulce Virgen María…
don de la tierra tibia y fuerte,
de la tierra bella. La oración de la rosa
Creo en el obscuro
éxtasis del estanque; en la palabra Padre nuestro que estás en la tierra; en la fuerte
buena que dijo alguien y en el ala y hermosa tierra;
de oro en la tierra buena:
prometida
al gusano… Santificado sea el nombre tuyo
Creo en la Noche. Creo en el Silencio que nadie sabe; que en ninguna forma
y en un día de luz maravilloso… se atrevió a pronunciar este silencio
pequeño y delicado…, este
Creo en tu corazón azul y fúlgido silencio que en el mundo
y también en mi corazón, un poco… somos nosotras
las rosas…
Oda a la virgen María
Venga también a nos, las pequeñitas
Para Antonieta Dolz: y Dulces flores de la tierra,
la del canevá y las cientas… el tu Reino prometido…

Virgen María: Hágase en nos tu voluntad, aunque ella


a tu luna azul —la que sólo sea que nuestra vida sólo dure
está en mi libro de Primera Comunión— lo que dura una tarde…
yo iría
esta noche tan larga El sol nuestro de cada día, dánoslo
a recoger un poco para el único día nuestro…
de luz… Pero tal vez me extraviaría…
porque entre todo lo perdido, cuento Perdona nuestras deudas
el camino irreal de tu sonrisa… —la de la espina,
la del perfume cada vez más débil,
Hoy tengo aquí a mis pies un camino de tierra la de la miel que no alcanzó
dura, gris… ¡Y una prisa para la sed de dos abejas…—,
turbadora de andarlo de una vez!... Pero así como nosotras perdonamos
aún me vuelvo en la indecisa a nuestros deudores los hombres,
hora y pruebo a llamarte que nos cortan, nos venden y nos llevan
con los bellos nombres de las Letanías… a sus mentiras fúnebres,
90
a sus torpes o insulsas fiestas…
Pregunta: —¿Qué es un océano?
No nos dejes caer Respuesta: —El mar es sólo un sueño largo
nunca en la tentación de desear que está soñando la tierra
la palabra vacía —¡el cascabel entre soles columpiada…
de las palabras!...—, Es el sueño de la tierra
ni el moverse de pies dormida sobre una llama…
apresurados,
ni el corazón oscuro de Pregunta: —¿Y un sueño, qué es?
los animales que se pudre… Respuesta: —¿Un sueño?... Pues… sueño…
Mas líbranos de todo mal. Dejemos la lección para mañana.

Amén. Espejismo

Si me quieres, quiéreme entera Tú eres un espejismo en mi vía.


Tú eres una mentira de agua
Si me quieres, quiéreme entera, y sombra en el desierto. Te miran
no por zonas de luz o sombra… mis ojos y no creen en ti.
Si me quieres, quiéreme negra No están en mi horizonte, no brillas
y blanca. Y gris, verde y rubia, aunque brilles con una luz de agua…
y morena… ¡No amarras aunque amarres la vida!...
Quiéreme día, No llegas aunque llegues, no besas
quiéreme noche… aunque beses… Reflejo, mentira
¡Y madrugada en la ventana abierta!... de agua tus ojos. Ciudad
de plata que me miente el prisma,
Si me quieres, no me recortes: tus ojos… El verde que no existe,
¡Quiéreme toda… O no me quieras! la frescura de ninguna brisa,
la palabra de fuego que nadie
Geografía escribió sobre el muro… ¡Yo misma
proyectada en la noche por mi
Pregunta: —¿Qué es una isla? ensueño, eso eres!... No brillas
Respuesta: Una isla es aunque brilles… no besa tu beso…
una ausencia de agua rodeada ¡Quien te amó sólo amaba cenizas!...
de agua: Una ausencia de
amor rodeada de En mi verso soy libre
amor…
En mi verso soy libre: él es mi mar.
Pregunta: —¿Y una península? Mi mar ancho y desnudo de horizontes…
Respuesta: Es una tierra que resbala En mis versos yo ando sobre el mar,
y se sujeta para no caer… camino sobre olas desdobladas
Un abrazo que la tierra tiende a la de otras olas y de otras olas… Ando
tierra madre por arriba en mi verso; respiro, vivo, crezco
del agua… en mi verso, y en él tienen mis pies
Es un no querer irse, un beber juntos camino y mi camino rumbo y mis
sangre de la misma arteria… manos qué sujetar y mi esperanza
qué esperar y mi vida su sentido.
Pregunta: —¿Un lago qué es? Yo soy libre en mi verso y él es libre
Respuesta: —Un lago es la razón celeste como yo. Nos amamos. Nos tenemos.
de las canciones Fuera de él soy pequeña y me arrodillo
napolitanas, ante la obra de mis manos, la
de las postales para enamorados tierna arcilla amasada entre mis dedos…
y de las lunas de miel Dentro de él, me levanto y soy yo misma.
en prospectos anunciadas
por las agencias de viajes. Magda Portal
91
(Perú, 1903) a la cara del cielo
todas las bocas de la acción
Poema donde no saben llorar los esclavos
telarañas de miedo
Recién noche vientre negro de fiera amaestrada vitriolo de las almas
tus pasillos se encienden con luciérnagas de sueño la cobardía sigue tatuando las espaldas
PROCESIÓN DE HOMBRES TRISTES
arrinconada está la flor de mis veinte años aquí estamos n o s o t r o s
como una niña de cabellos largos y nuestras grandes banderas
de alegría libertaria
mar color de jersey de la mañana
balanceo embriagante Henriqueta Lisboa
sin palabras — armonía de lo silencioso (Lambari, Minas Gerais, Brasil, 1903-1986)

cortando el transatlántico el presente Poemarios: Fogo fàtuo (1925), Velário (1936), Prisioneira
enarboladas manos de adiós da noite (1941), Madrinha lua (1952) y Lírica (1958).
gritaban las gaviotas
pañuelos inútiles — sin respuesta Constancia

el rojo capitán obeso — y el japonés Rosal enfermizo,


de ojos tatuados de deseo ardiendo en savia,
flechas tiradas al azar — las siluetas de las sin hojas,
pasajeras protege con espinas
la pianola es un grito destemplado la llamita
el corazón del mar abrazado de oscuridad del expuesto corazón.
Como en el pecho
viajeras pálidas — ojos anestesiantes enjuto y cóncavo,
hombres que fuman cigarrillos de recuerdo ¡ay!, esa máquina,
puntual y heroica
por las claraboyas de la noche sobre todas las renuncias
se asomó la mañana llamando, llamando,
con tímidos golpes
EN SUS MANOS TRAÍA LA COSTA de los nudillos
a la puerta que nunca se abrirá.

Grito Serenidad

Hermanos! aquí estamos Serenidad. Encantamiento.


palabras ésta bañada en mi sangre Mi alma es un parque sublunar.
yo la amo sobre la palabra Pasa leve la onda de viento.
Y queda el sueño en su lugar.
COMPAÑERO
Viene hecho flor el pensamiento,
mi soledad arañó en todos los rincones como quien viniese a soñar.
para encontrar esta palabra Nieblas. Rocío. Sentimiento.
crucificada y altiva Tengo ganas de llorar.

cuántos pueden decirla? El tiempo pasa lento, lento


cual no queriéndonos dejar.
rojo escalón de la vida Éxtasis. Vísperas. Adviento.
vaciemos todo nuestro caudal humano
para regar la conciencia de piedra ¡Oye! ¡El silencio va a hablar!
lámpara iluminada de amor Pero no habló… Se fue el momento…
cómo escupen negras lágrimas ¡Y no me canso de esperar!
92
y el mar aflojó su ritmo,
Diferencia y dijo el viento, meneando los árboles:
—Fue concebida una mujer.
Para los demás encuentro frases suaves, Como agua resbalé por entre los dedos luminosos
violines al claro de luna en sordina. y caí en el universo.
Para ti tengo apenas ritmos graves, Mi unidad se fue desgastando
llantos rudos que increpan sin poder alzar los ojos, ni extender los brazos,
en el mismo entono bárbaro del mar. ni hallar una palabra de consuelo,
ni poder abrazar el infinito que rodea mi cuerpo
Supieron otros que ternura como a una cosa tangible.
puede abrigar el corazón que es tuyo. Con toda mi carne humana
Tú tienes probada la hiel, has visto oscura resbalé de la mano luminosa que se abrió.
la estrada por donde caminas en busca Pero mi alma quedó retenida
de aquel amor que desapareció. para que mi pensamiento
por los siglos de los siglos
Delante de los otros todo es flor y gracia. ahuyente mi cuerpo de la vida,
Delante de ti mi mirada se empaña, y para que mi carne pueda,
tal como la mirada de los moribundos como una enorme tromba de agua en alta mar,
o las aguas de los ríos más profundos ser absorbida y ser reunida con mi alma
después de que la tempestad pasa. que se quedó presa entre los dedos de la gran mano
[luminosa.
Si para lo demás siempre he de ser buena,
y nunca para el que elegí, Mensaje
antes amase cualquiera —¡perdona!—
y tuviese el alma clara para ti. Basta que sobre mi forma
caiga el recuerdo de tu amor
Adalgisa Nery para que mis sentidos se abran
(Rio de Janeiro, Brasil, 1905) como en las madrugadas la hoja y la flor.
Desde niña, una aguda sensibilidad caracterizó su Basta que oiga la llamada del viento
personalidad. La muerte de su madre va a constituirse en la rama de los arbustos
en uno de los momentos terribles de su infancia, que o en el inmenso firmamento
la marcó hondamente. Escribió poemas de tono para que yo piense que por mí
amoroso y toque sensual. En 1954 inicia una columna, clama tu voz
“Retrato sem retoque”, de cuño poético en Última en los espacios sin fin.
hora. Fue elegida diputada varias veces. Vivió en Basta que vea el color de las auroras cálidas
México muchos años, en compañía de su marido, el para que yo me acuerde de tu boca y sienta,
embajador de Brasil, Lourival Fontes; Diego Rivera le no suavemente,
pintó un retrato (hoy en el Museo Nacional de sino el fuerte deseo de besar en labios entreabiertos
México). Se integró a la vida intelectual de México, y ojos cerrados dulcemente…
publicó poemas en revistas y realizó conferencias. Basta que yo me acuerde de la muerte
Recibió la condecoración Azteca del gobierno para que todo lo amargo de esta distancia
mexicano. Libros: Poemas (1937), Og (1940), Ar do sea una razón que reconforte.
deserto (1943), Cantos da angústia (1948), As fronteiras da Mientras tanto,
quarta dimensao (1951), A imaginária, novela viendo tu presencia en la alegría de todo,
autobiográfica (1959) y Mundos oscilantes (1962). mi alma vive en llanto
y está mi ser indiferente y mudo.
Resbalé como el agua por entre las manos de Dios
Poemas de la agonía eterna
Cuando la gran mano luminosa se abrió,
un ángel puso en el mar el pie izquierdo Quedará después del olvido,
y el derecho en la tierra. cuando no existan las formas
Las nubes vinieron a ver de cerca los lagos y los y toda idea caiga del pensamiento,
[caminos, después que mis carnes en mis nietos
las montañas mudaron de lugar, se diluyan en agua, en plantas
93
o quizá en simples objetos, me sentaste a tu mesa,
después que mi corazón y mi alma de tus bodegas escanciaste el vino…
se asomen sobre el hielo de la muerte y la copa está llena.
y pierdan su lejana y suave expresión, —¿Quieres?
después que las estrellas pierdan su brillo, —Quiero, Señor, beberla toda:
que todo sea tiniebla y voces oscuras ignoro su sabor dulce o amargo;
y el cielo no reciba de la luz ni un reflejo, sólo sé que es tu copa,
cuando ya no existan distancias ni alturas, adivino la huella de tus labios.
que se aclaren los secretos, —¡La cámara nupcial! ¿Quieres?
el placer de la risa y del gozo, —Sí, quiero.
la razón de los tedios y los miedos, —Duro es el lecho de la cruz. —¿Qué importa?
quedará como canción un lamento infinito; Es tu cruz, y tu cuerpo
después de todo acabado, la cubre con su sombra.
después de todo el olvido. ¡El tálamo nupcial! Toda su bella,
desnuda austeridad habla de amores,
Madre Rosa Inés (Piedad Medrano Matus) en esa cruz, me entrego
(León, Nicaragua, 1914-Diriamba, 1998) al Hijo más hermoso de los hombres.
¡Beberé de tu vino hasta embriagarme,
Poemarios: Poesías (sin fecha) y El amor que me cautiva y tu copa será también mi copa,
(1998). reposaré contigo hasta olvidarme
de lo que soy y sólo seré esposa!
La copa ¿Desvarío, Señor? ¿Acaso un sueño?
¡Quiero beber tu copa
Levántate, amada y vente. y compartir tu lecho
y contigo sellar mi eterna Boda!
Me escogiste un día, en el camino,
Las poetas contemporáneas

Guadalupe Amor Tú, polvo, habrás transformado


(México, D.F., 1920-2000) mi muerte en un nuevo ser.

Poemarios: Yo soy mi casa (1946), Puerta obstinada XXII


(1947), Círculo de angustia (1948), Polvo (1949), Más allá
de lo oscuro (1951), Décimas a Dios (1953), Otro libro de Al fuego, al temible fuego,
amor (1955), Sirviéndole a Dios de hoguera (1958), Todos los al que todo lo devora
siglos del mundo (1959), Como reina de barajas (1966) y con su violencia invasora,
Fuga de negras (1966). ya sin temores me entrego.
Polvo harás de mí, mas luego
V que me convierta en ceniza,
esta lumbre advenediza
Cual un espejo, reflejo tendrá el fin que ha provocado:
la imagen que está delante; mi polvo habrá exterminado
cambia mi faz cada instante, el fuego que me esclaviza.
tiene infinitas reacciones:
todas ellas son ficciones, LXIV
espejismos del espejo.
Mi cristal está perplejo; No tengo nada de ti,
inmóvil, al mundo abarca. ni tu sombra ni tu eco;
La nueva visión aparta sólo un invisible hueco
el recuerdo de la ida. de angustia dentro de mí.
Mi vida está convertida A veces siento que allí
en un relfejo constante es donde estará tu presencia,
de mi transcurrir cambiante. porque la extraña insistencia
de no quererte mostrar,
IX es lo que me hace pensar
que sólo existe tu ausencia.
A un doble polvo enemigo
mi rostro está sentenciado: Margarita Paz Paredes
al uno nació ya atado; (San Felipe Torres Mochas, Guanajuato, México,
del otro busca el abrigo. 1922-México, D.F., 1980)
Dos muertes lleva consigo:
una alegre, otra sombría; Poemarios: Sonaja (1942), Oda a constantino Oumanski
aquélla siempre varía, (1945), Voz de la tierra (1946), El anhelo plural (1948),
ésta sin moverse espera. Génesis transido (1949), Elegía a Gabriel Ramos Millán
Si una es ya mi calavera, (1949), Andamios de sombra (1950), Canto a México,
la otra es mi máscara fría. Dimensión del silencio (1953), Presagio en el viento (1955),
Casa en la niebla (1956), Coloquio de amor (1957), Los
XVIII amantes y el sueño (1960), Rebelión de cenizas (1960), Elegía
e César Garizurieta (1961), La imagen y su espejo (1962),
Polvo que transporta el viento El rostro imposible (1963), Adán en sombra (1964), Lumbre
y el misterio eterno estás, cautiva (1968), Señales (1972), Otra vez la muerte (1976),
aunque no sé adónde vas, La terrestre esperanza (1977), Puerta de luz líquida (1978) y
ya te he cedido mi aliento; Memorias de hospital y presagio (1979).
vivir contigo presiento,
que cuando deje de ser, Asoladores ángeles
ha de empezar a nacer
lo que haya de mí quedado. Claro que el corazón es como un pájaro
96
que tiembla y se conmueve, cuando siente
el aniquilamiento de la rama La tristeza es un derecho íntimo
que le brindó un alero para el viaje que la absoluta posesión reclama.
y de pronto lo lanza hacia el abismo. La ausencia, la nostalgia la definen.
Y en el abismo queda suspendido No tiene compañía; es solitaria
el instante fugaz, en que la muerte como una roca simple que se nutre
se desliza en sus alas encendidas de humedad escondida;
y le otorga una gracia postrimera. como lágrima espesa que recorre
Todos los pájaros del mundo saben su nacimiento amargo;
que han de morir antes de tiempo; como raíz convulsa que presencia,
todos los árboles sacrificados desde su cárcel inaudible,
han de volver al polvo primitivo. el aniquilamiento de su fruto.
¿Dónde construir su nido, si los vientos Aguas oscuras la alimentan.
—asoladores ángeles malditos— Sube como las yedras, enredándose
pasarán destruyendo las espigas, en los muros del alma.
los tibios campanarios fraternales, El silencio la aísla, la ensordece.
y hasta el pretil errante del ensueño? Ningún espejo copiará su rostro,
Ha de cantar el pájaro, en la víspera ni su dolor renacerá en campanas.
de la tarde mortal, su trino oscuro. No se parece a nada, ni a la muerte,
Nadie sabrá por qué túnel secreto porque la muerte acaba con el sueño
de soledad antigua, su mensaje y se queda tendida para siempre
llegará agonizando a su destino. en su lecho de tierra.
Nadie sabrá tampoco, por qué aquellas Telarañas de sombra la defienden;
alas que se perdieron en la bruma, columnas congeladas la preservan
regresarán luchando contra el viento, del calor de la vida,
contra la destrucción, contra el destino, y permanece estática y serena,
a unirse con las alas compañeras, sin miedo y sin vigilia, sin dolor ni esperanza.
para caer seguras al abismo Mas la tristeza es una herida oculta
donde vive, soñando, la esperanza. que no cierra sus labios
y que sangra hacia adentro, sin consuelo,
Poema sin bálsamo, callada;
porque le falta voz para regar al viento
No hablo de la muerte, aquella muerte su negado sollozo.
que aniquila a los muertos que no fueron capaces Tal vez un día el vendaval amaine.
de quemarse en su hoguera y avasallar la vida. Tal vez un día el corazón amargo
Nombro a mi muerte antigua, encuentre su morada,
la de lejano y puro resplandor; y en el rescoldo del dolor antiguo
la que me aguarda jugando, descansando, un fuego rescatado lo conforte.
escondida en las zarzas que un día me lastimaron. Pero el alma está triste.
Mírame, que en el pozo de angustia aún Más allá del deseo;
respiro. más allá de los párpados abiertos,
Inútil el dolor y la amargura. de los brazos inútiles,
Quiero lavar mis llagas, en el bálsamo de los caminos truncos,
del manantial primero. del nombre mutilado,
¡Quiero vivir, y he de gritar tan alto, del vientre inútil que anunció su espiga,
que veré derrumbarse los muros del silencio del desierto implacable sin oasis.
ante el asombro estéril del olvido! El alma está contrita,
Sordo el presente efímero, la campana del llanto porque es como una inmensa pupila castigada
regresará a su tierno palomar de suspiros. que no verá el prodigio de la aurora;
Qué importa que mi vida dure sólo un instante, como garganta enronquecida y seca
si en el confín remoto de súbita alborada, donde la hiel se empoza
he de escuchar mi nombre renacido en tus labios. y el agrio zumo del pesar se ahoga.
Es en vano atisbar por la rendija
La tristeza es un derecho íntimo donde el sol penetraba.
97
Un ramazón de tórridas espinas Di por qué es preciso que me aleje para volver.
lastima el horizonte. No he crecido. He dejado atrás a un niño.
Obstinadas arenas invaden las pupilas, Has permitido que llame mío a tu niño.
se entierran en la frente, Y que tus dones sean mi libertad.
lanzan su cal oscura sobre el sueño, Acepta estas ovejas.”
y hacia los cuatro puntos cardinales
desolación y olvido nos aguardan. La demente en la puerta de la iglesia

Fina García Marruz Ha cruzado el pasillo de la iglesia con leve aire


(La Habana, Cuba, 1923) triunfante en sus ojos de aislado desafío;
ha mirado a ambos lados con oblicuo desprecio
Poemarios: Visitaciones (1970), donde reunió su poesía mientras el absurdo esplende en sus medias
escrita hasta esa fecha. amarillas;
y nos llega el fanático blancor de su vestido anudado
Fresco de Abel extrañamente como súbita cólera
que deshace el pañuelo mugriento en la cabeza
Piensa en Abel, el primer niño, en la pared desgastada vagamente floreada y planetaria.
del tiempo. Vedla sentada a la puerta de su rostro, guardadora de
Abel, cuyo nombre parece que comienza, y es la un misterio perdido;
rosada intemperie matutina. ved a la oscura lúcida, general como el viento materia
Abel que es el comienzo como es Caín el término, del milagro,
y que tiene el peso leve del rocío en la frescura de la su ignorancia ha abarcado nuestro orgullo, se sienta
hoja. en la otra orilla,
Los ojos bajos tornan más suave la línea de los labios, con distracción sagrada toca una vihuela suave y
y aun parece que se alzan como las manos en el anacrónica.
sacrificio. En el nevado país de los mendigos, a la sombra
Un leve movimiento y no podemos seguir tanto original, remota cual la infancia;
escorzo inefable. más lejos que sus ojos, en el oscuro reino inalcanzable
Abel de pasos como la nieve, el de la pobre vestidura del anhelante tacto,
azul. a cuestas con el enigma de su fealdad, genialmente
Pienso en tus palabras, padre virginal, adolescente pasea como una dama,
rumoroso, y la ironía dobla el borde de sus zapatos como el
que muestras en lo desnudo un velo más profundo. borde de la oscura risa.
Qué decías en la inocente calma de tu corazón, Mirad que esa demente es quizás tan sólo un
cuando la luz se alejaba como el peso de una piedra en esplendor incomprensible,
el mar. pero decidme a qué alude su flor pintarrajeada, y esa
tremenda suerte de aislamiento,
“Padre mío, perdóname, he aquí que ya no soy un qué ha podido llevarla al extraño país de su avarienta
niño, mirada sujetando
y que palpo mi rostro que ha dejado en mi mano un la miseria como una moneda,
rudo espejo. cuando el oro imposible de su cabellera esplende el
Yo siento el leve horror de ir colmando otra sangre, aire que no podemos tocar,
acercándome a la medida de Adán, tu hijo, a mi decidme qué significa esa monstruosa diferencia como
medida. una estirpe sagrada,
Padre mío, perdóname mi muerte, perdónanos la cuya cordura distinta me deja temblando junto a la
muerte. puerta junto al siglo y las máscaras,
Yo te doy gracias porque he sido un niño por las que pasa ella envuelta en fábula veraz de
y conocí la sombra del paraíso. Ah, ya es hora mutilada diosa, con una dignidad triste.
de que atraviese el umbral, y tengo miedo.
De la mañana de mi vida desciendo Variaciones sobre el tiempo y el mar
como los cansados párpados de una madre sobre su
hijo. El mar dice: soy viejo. Antes que el tiempo fuera
He aquí que entro en mi solitario corazón diferente ya yo golpeaba sordo, brillaba y restallaba.
y aguardo sólo lo que ya he perdido. Me tiendo como un león o como la espada [inservible
98
de un guerrero después de una batalla perdida. La hamaca, la pelota, el casabe,
la dicha en el reposo,
Sostengo las devastadas murallas, las ruinas los juegos en la luz,
silenciosas. la sabiduría del pan.
Soy lo que no habéis visto t lo que habéis olvidado. Leves eran, y “suaves, y de mucha risa”.
Vuestro cuerpo me toca sin saber que atraviesa Su epitafio el de la flor: no dejé huellas.
un órgano sin memoria, más distante que un astro. ¿Qué huella deja el día,
la mañana primorosa, con las escenas
Fuera de la esperanza y la desesperanza de la pesca o del baño,
miré la espuma fenicia y el olor de las comidas. qué huella la rápida mirada del amor?
Recuerdo el comercio y el cambio como una rosa
salvaje Qué grandeza
y las palabras que oí como el tesoro que se hunde. real, ya solemne o graciosa,
ha dejado más huella
Los indios nuestros que la que deja la noche
o el pájaro que vuela hacia su otro hogar?
Hoy vagan como las hadas al resplandor de la luna. No dejaron materiales incontables
Plácido para la erudición: sólo un borde
de cazuela, un adorno, una cuenta.
No nos dejaron imponentes templos ¿Dónde los ligeros movimientos
en que la piedra aullaba del gracioso cuello al seguir la pelota
con la imaginación de la serpiente por el azul? Hierros potentes
y de la flor, del trueno o de las aguas. no pudieron apresarlos:
Ni sílabas misteriosas Demos gracias.
atl, tla, “yo sufro”, “agua”, Ellos fueron
para recordarnos el sufrimiento por el agua, semejantes a ese pececillo
el hundimiento atlántico, el diluvio que no pudo ser cogido en la red.
contado por las viejas crónicas, Esto lo cuenta el padre De las Casas
cuya huella perdura en esos rostros que presenció este único areito
inmemoriales, mudos, de que se tiene cuenta,
rayados en la obsidiana, y cómo con la música y los bailes,
que retrotraen a Henoch, el nombre inverso fingían los movimientos del pez
de Noé, y a Tenochtitlán, rica en el momento de escapar, de escapar de lo extraño
en mercados y plazas. asediando, hacia el ondeante azul,
su reino, el nuestro, el intocado eterno,
No nos dejaron ese idioma sibilante dejando por toda crónica esa entrañable historia.
en que las consonantes silbaban como pájaros
en una atolondrada floresta, o como flechas Su ligereza de colibrí, su tornasol, su mimbre
rapidísimas, cerbatanas emplumadas
volando hacia los enramados arcos Cuba, Cuba…
de los que descendía, atravesado, el actor niño Plácido
disfrazado de mariposa.
Sólo algunos nombres Su ligereza de colibrí, su tornasol, su mimbre,
en que la o y la a abrían y cerraban su suavidad de hierro indoblegable,
crepúsculos y albas: a siempre materna, su desmoche a las plantaciones de lo secular,
marina siempre, enes de canoa, su vivir, como el pájaro, en el instante.
o de oído de concha o caracol, La maderita débil de sus juguetes y paredes,
cao, coa, aca, empezaban así lo ralo de sus conjuntos y lo desértico de su pecho,
muchas de esas palabras la palma sin sombra en el sol de su pobreza real.
de su idioma tiernamente vocálico, La forma como vacía la esperanza y la torna lejanía,
porque son las vocales las que cantan, su sobrepasamiento burlón y corto
las que dejan entrar en el nombre la luz. de las afirmaciones enfáticas, aunque ligeras, de lo
diario,
Piedras humildes nos dejaron, su amor a la extravagancia y rareza personal,
no piedras soberbias. su petardismo y alborote,
99
el poco fondo de su manoteo y la lejanía [inalcanzable que ofrecieron un falso rostro.
de sus ojos. Sin duda cuando miento
Su ingravidez de papalote en lo azul, digo también la verdad.
la forma como el valor irrumpe y cambia el ritmo en Algo queda, nada queda, queda todo.
el cajón, Lector, crítico, amigo,
su diablo con diente de oro y el enigma no estés demasiado seguro.
de lo que no tiene enigma y sonríe.
Sus ángeles de mentira con un ala de verdad, ¿Quién dijo que podía ofrecer,
sus santos de clavo en el escaparate y membrana de o que pudo tocar, la Vida,
mariposa, que es uno de Tus Nombres?
el revés de su gracia en el desconocimiento,
el revés de su danzante intrascendencia, Las luces como poetas
brisa que se arremolina en ciclonera,
soplo suave que luego barre y deja el sol de la La tarde se vacía, inexplicablemente.
intemperie. Los lugares no acogen ya,
Lo insondable de su irresponsabilidad nos echan fuera, a la intemperie. Hay
capaz de originar la chispa que incendie el universo frío y viento. Los sonidos
sin ningún plan previsto, quedan temblando en el aire,
la imposibilidad de culpar la culpa de ese rostro no saben desaparecer.
que sonríe a la nada y habla de su madre con cariño. Y entonces un poeta,
el de siempre, en algún sitio,
Sitio toma una hoja blanca, cifra
el vacío (consuela
Generosa poesía! Nos acoges el arabesco fino de la letra
con qué oído, qué atención interminable! sobre el silencio), ensaya
Nuestra pequeñez juega en tu pecho una imagen, un giro
y sólo allí somos importantes. bello quizá, quizá
efímero, no importa.
Cada paso, cada eco, cada pena, Nadie sabrá la otra mitad
cada sucedido que sólo retumba en nuestro pecho, de su día, cayéndose en la sombra,
te encuentra presta, vacía, allí esperándonos, el real, el no escrito, aquel que estaba
oyéndonos allí (¿en dónde?), alta, oyéndonos. a las puertas de toda la belleza
como un mendigo. Y quién sabe
Es como un paraje de aguas al que bajáramos rápidos, si la nieve, la estrella,
allí el silencio, allí el sonido eterno de las aguas son también las piadosas
cayendo entre las piedras, a alturas desiguales, fábulas de vacío, y vosotras,
allí lo que no cesa, cuando ya hemos partido. también vosotras, luces
del otoño, encendidos
Para otros ojos hogares, otros tantos
mendicantes poetas?
Poesía, ¿tú qué sabes de nosotros?
Poema de la infancia, ¿qué andas tú contando? No avanza la ola siempre: retrocede
A veces es el mago pobre el que saca del sombrero
un parque suntuoso, otras un testigo No avanza la ola siempre: retrocede
que no estuvo en la fiesta el que se coge para embestir de nuevo con más fuerza.
toda la conversación. Siempre no sube el fuego. Oscilando
La vida escapa, huraña. en su temblor alumbra, fiel, la vela.
El ser escapa, huraño.
Todo roto e intacto Parpadear que es de fuego y de vigilia
como el divino mar. del alma viva. Todo lo viviente
Todo lo ofrecido es nada. ha de avanzar así, con inseguro
Todo lo ofrecido son mis tesoros. paso que rompa la tiniebla espesa.
No tengo más. Tengo más.
Se huye, avergonzado, de las palabras Gana perdiendo así, cree dudando,
100
su fuerza aumenta en la retrocedida Martín Lutero King
fatal que lo derriba por el suelo. se asomó al balcón y dijo
al chofer que lo esperaba:
Porque nada se pierda: tú has querido —Salomón Jones, ya bajo.
que el descender acrezca la subida, —Oh, tenga cuidado, doctor King.
perdamos como olas, como fuegos. El tiempo está hoy muy frío.
—Gracias, hijo, él contestó.
Quiero escribir con el silencio vivo Voy a buscar un abrigo.

Quiero escribir con el silencio vivo. Go down Moses.


Quiero decir lo que la mano dice.
Porque tú lees mejor el texto vivo Un minuto antes que asesinaran
y el alma, en su guerrear callado, escribe. a Martín Lutero King.
Poco antes de que bajara
A veces la ola blanca da en la roca a la muerte el manso hombre.
de espumeantes cavernas y sus fauces Salomón Jones se lo dijo
orla con su jirón que hace y deshace que los tiempos eran malos.
letras que tú descifras. Que la boca Él iba a buscar su abrigo.
No dejaron que lo hallase.
calle y entre a lo blanco en la esforzada Entonces, lo abrigó el Señor.
faena que se pierde. La luz poca,
mi alejarme de ti de cada día, Go down, Moses.

pausas son del silencio, inacabadas En la muerte de Ernesto Che Guevara


imágenes de mí. La línea tosca 3. Epitafio del héroe
salta y completa tú la melodía.
Su nombre ya no está en el secreto de su pecho.
Si mis poemas… Ya no lo llama a él. Ondea en las banderas.
Se agranda sobre las plazas. Ha de multiplicar los
Si mis poemas todos se perdiesen panes.
la pequeña verdad que en ellos brilla Ha pasado a los fieros estandartes.
permanecería igual en alguna piedra gris Será la justicia, y luego la injusticia,
junto al agua, o en una verde yerba. y después la justicia.
¡Rota, astro del hombre, sobre la vieja historia,
Si los poemas todos se perdiesen que al cabo avanzas, al cabo te remontas,
el fuego seguiría nombrándolos sin fin trasladándote, oscuro, hacia el ignoto Sol!
limpios de toda escoria, y la eterna poesía
volvería bramando, otra vez, con las albas. 4. Pureza

En la muerte de Martín Lutero King El muerto no ocupa sitio ya.


Deja el espacio libre a otros.
Yo soy el tambor Mayor de la Justicia. Sagrada escoria,
no recibe ninguno de los homenajes.
Un día antes de morir Su rumbo no se sabe.
Martín Lutero King Nada lo daña ya.
con voz profunda, mojada De nuevo es la criatura.
de negro júbilo, dijo Aguarda bajo el polvo
en su último sermón: de Dios.
“No importa ya lo que pueda No opinar lo esclarece.
pasarme, porque he visto Es ahora semejante
la Tierra Prometida”. a los niños, las flores.

Go down, Moses. *

Poco antes de morir


101
Chaplin y Yorick Salomón y la rosa

Ah, cómicos de ayer, háganle compañía. Vanitas…


Esos ojos, no fueron perlas.
Este que llega hoy a vuestra sonreída ¿Cómo no me voy
familia, fuera digno a envanecer,
de hacer reír a un rey. Pero vuelto dijo la rosa,
al tintineo de un carro de circo,
vio al hombre fuerte y al oro mendigo cómo no me voy
de la muchacha probar por los caminos. a envanecer,
Y en su quijada, Yorick, no se asoma
la muerte. Dejó al mundo una risa si entre tantos
que se había olvidado, púdica, audaz, distraída, que murmuran del tiempo y
risa de no seducir, ni pedir nada a cambio. se quejan de sus pérdidas,
Y al final, no tocado por la máscara,
sobreviviente del desamor y los bolsillos rotos, sólo yo ardo tranquila una hora en el rojo?
se vio el rostro de un hombre, nada más: esa breve,
efímera melodía. Fue la vida que sigue, ilusionada, Crítico de arte en un jardín público
mínima, un camino polvoso. Recíbanlo.
Ah, cómicos de ayer, pobres amigos! Ah
—dijo al mirar
la hojaza verde, viva
Las lecciones solemnes y coleando—,
1 después
…aquel que fue como el samán de las llanuras, en la de tantas metáforas
pompa y generosidad, y como los ríos que caen y lienzos copiadores,
atormentados de las cumbres, y como los peñascos
que vienen ardiendo, con luz y fragor, de las entrañas un “original”,
de la tierra. eh?
Discurso de
Martí en honor a Bolívar De la caducidad de las cosas
No es en los libros de retórica, revolución, Quién iba a decirnos,
que yo encuentro las imágenes que podrían explicarte, poetas,
sino acercándome a la formación de las corrientes, después de tantos versos
al fuego que brota de las entrañas de la tierra a lo frágil del tiempo,
esparciendo calor y vapor y luz, que sólo él
al mar que roe los límites de la tierra es eterno!
arrastrando cuanto se encuentra a su paso
para formar después islas y continentes nuevos.
Es en las nociones elementales de cualquier libro de
física, Retrato de Baertjen Martens Doomer
de cualquier vieja geografía para uso de los niños
donde se aprende cómo el espíritu y la tierra “—Pues sí, si quiera,
tienen un aire de familia. si se empeña, posaré
No es en los viejos tropos ni en las figuras de para usted, pero sólo
elocución por una hora, que no tengo
donde se ve que el corazón se relaciona con el fuego demasiado tiempo, sólo
del centro, por una hora!”
el héroe con la estrellada noche,
el sufrimiento con la piedra, dijo, plegando
y la revolución con la corriente poderosa de las aguas los labios hacendosos
que saltan entre peñascos como entre obstáculos por toda una eternidad
puntiagudos esa buena señora Baertjen
que sólo alcanzan a hacer su corriente más impetuosa. Martens Doomer
102

Estos colores míos engañosos


Dolores Castro como la flor para la abeja son,
(Aguascalientes, Aguascalientes, México, 1923) para que venga.

Poeta, crítica literaria y novelista. Poemarios: El Bajo tu cuerpo el mundo


corazón transfigurado (1949), Siete poemas (1952), La tierra rumoroso en la lucha.
está sonando (1959), Cantares de vela (1960), Soles (1977),
Qué es lo vivido (1980), Las palabras (1990), Tornasol Suena, amorosa flauta de mi sangre.
(1997), Sonar en el silencio (2000), íntimos huéspedes (2002) Quiebra mi cuerpo, tierra,
y Oleajes (2003). para que pase.

Largo y frío es el sueño Bella música el agua,


fiera contra nosotros
Largo y frío es el sueño de la piedra. y amorosa en su cauce.
Nada guardó del esplendor del fuego
su gris naturaleza. Te daré lo que tengo:
este poco de viento
¡Cómo me espanta lo que se apaga y queda! que escapa entre mis dedos,
que es el dulce dolor
Al rojo vivo, quieta, de estar viviendo.
bajo la noche de mis sentidos
prisionera,
sólo pido calor. Cómo arden

¡Cómo me espanta lo que se apaga Cómo arden, arden


y queda! mientras van a morir empavesadas
las palabras.
Leñosas o verdes palabras.
Llamado del hijo
Bajo su toca negra se enjaezan
Por una y otra vez con los mil tonos de la lumbre.
como el tallo doblado,
desnuda a mis oídos Y yo las lanzo a su destino;
tu voz se me levanta. en su rescoldo brillen.

Todo me engaña y voy: Claribel Alegría


mi corazón hundido, (Estelí, Nicaragua, 1924)
la luz de miel y cera,
mi dolor y mi sed. Poeta, narradora y ensayista. Poemarios: Anillo de
silencio (1948), Suite (1951), Vivilia (1953), Acuario
Yo me tiré a beber (1955), Huésped de mi tiempo (1961), Vía única (1965),
de un río bajo tierra. Aprendizaje (1970), Pagaré a cobrar (1973), Sobrevivo
Tengo húmeda la boca (1978) y Flowers from the volcano (1982). Premio Casa de
y ganas de llorar. las Américas.

El viento me desata Lilith


una flor en el pecho.
Se me pone a cantar Te liberaste Lilith
el hijo que no tengo. dejaste el Paraíso
para crear tu estirpe
Vine por él, nunca quisiste ser
espero que amanezca. la mujer sometida
Reviente el fruto, el vientre, la azucena. del aburrido Adán
103
desafiaste al vacío des
inventaste la risa pe
estabas sola da
sola za
buscando infatigable da.
tu destino
del fondo de tu angustia En la playa
se levantó tu risa
bailaste ante la luna A Carole
una impúdica danza
y reíste No ha sido nada.
reíste Ven.
rayaste con tu risa Recoge el balde con la otra mano
el universo. te contaré otro cuento si no lloras
Se sonrojó la luna pasa en la China el cuento
y te acunó en tu seno ¿sabes dónde es la China?
supiste en ese instante Dijo que no con la cabeza
que eras ángel caído y se acercó sin ganas
y por primera vez con la nariz mocosa
sentiste a Dios y el bañador azul
en ti. chorreando de arena.
Hace mucho, le dije
* mientras la sentaba en mi regazo
allá en la China
Erzuli (Diosa de las prostitutas en el Caribe) les ataban los pies a las mujeres
para que no crecieran
Se habla de un solo amor todo el resto crecía
como lo más sublime sólo el pie
¿cómo ser tan mezquino? se quedaba allí preso
Nos concedieron un tiempo limitado entre las vendas
y otro más limitado para amar. y las pobres mujeres
Cuando termina el éxtasis casi no podían caminar
es hora de otro amor las uñas de las manos
de aprender cosas nuevas se las dejaban largas
en los pasos antiguos más que uñas eran garras
repetir las palabras y las pobres mujeres
con un sentido fresco apenas si podían levantar una taza
escuchar en tu sangre para tomar el té.
el tam tam de los tambores No es que fueran inútiles
encontrar magia inédita es que así las querían
en todo lo que has dicho. sus maridos
¿Por qué dejar sus padres
que el amor se deteriore? sus hermanos
Con cada nuevo encuentro un objeto de lujo
hay un nuevo comienzo. o una esclava.
Eso sucede aún
Creí pasar mi tiempo… en todo el mundo
no son los pies los que atan
Creí pasar mi tiempo es la mente, Carole
amando y hay mujeres que aceptan
y siendo amada y mujeres que no.
comienzo a darme cuenta Déjame que te cuente
que lo pasé despedazando de Rafaela Herrera:
mientras era a mi vez junto a otras mujeres
104
espantó nada menos Soy la araña en el centro
que a Lord Nelson se me secó la baba
con tambores y me quedé sin hilo:
con cohetes Una araña sin hilo
y con gritos extraviada en su dédalo.
no había ningún hombre
sólo fueron mujeres Tiresias
tuvo miedo Lord Nelson
creyó que el pueblo entero Tiresias es mi nombre
se había sublevado soy andrógino
(llegaba de Inglaterra a invadir Nicaragua) y vivo entre dos mundos:
y regresó a su patria el que me dio aquel goce
derrotado. de acariciar colores
Tu dedito torcido con los cinco sentidos
es como ser mujer y éste de mis sueños augurales.
tienes que usarlo mucho Dos pájaros mis mundos
y verás cómo sirve. dos estrellas
Vuelve a jugar ahora que se evitan
no acarrees arena se encuentran
ayúdale a tus primos se persiguen.
a construir el castillo Camino a tropezones
ponle torres sombra negra
y muros y sombra iluminada.
y terrazas Me rodean los pobres
y destruye los enfermos
y construye los poetas
no acarrees arena y me hablan de la tierra
deja que ellos lo hagan y su dolor
por un rato y recuerdo la tierra
que te traigan a ti la mutilada tierra
baldes de arena. el planeta quemado por los hombres
devastado
¿Cómo cantarte? saqueado por los hombres
y los hombres destruyéndose
¿Cómo cantarte a sí mismos.
pájaro Sombra oscura
si tu vuelo es más bello y sombra iluminada.
que un poema? Vi a Venus bañándose desnuda
y la luz de sus aguas me cegó,
Aracne mas ella,
condolida,
He tejido con mi vida me ungió de profecía
un laberinto y soy un desterrado.
soy la araña en el centro El mundo sangra
y es mi realidad se desangra frente a mí
la que me hechiza. lo construyen los hombres
Descubro caminos que ya anduve lo destruyen.
y otros que están a medio andar Más allá de la luna llegarán
o se quedaron truncos. caerán al infierno
Se me juntan todos a las tinieblas
por la noche no quiero ser profeta
en mis sueños se juntan oigo sollozar a los terrestres,
y una lenta polvareda a mis dioses lejanos:
los enturbia. Apolo
105
Artemisa que me atrapa
Pan y que me impide soltarme
que ya no son los mismos y danzar hacia ti.
de lo que antes fueron.
Sombra oscura
y sombra iluminada
dos pájaros mis mundos Carilda Oliver Labra
dos estrellas. (Matanzas, Cuba, 1924)

Resurrección Poemarios: Preludio (1943), Al sur de mi garganta (1949),


Canto a Martí (1953), Memoria de la fiebre (1958),
A Benny Antología de versos de amor (1963), Tú eres mañana (1979),
Las sílabas y el tiempo (1983), Desaparece el polvo (1984),
Perdí a la niña Calzada de Tirry 81 (1987), Sonetos (1990), Se me ha
que habitaba en mí perdido un hombre (1991), Antología poética (1994 y 1997),
perdía a la adolescente Noche para dejarla en testamento (1996), Discurso de Eva
y a la joven (1997), Con tinta de ayer (1997), Sonetos (1998), Libreta de
y a la mujer madura. la recién casada (1998). Premios: Nacional de Poesía del
Inesperadamente Ministerio de Educación 1950, Nacional del Certamen
una luz en la sombra: Hispanoamericano convocado por el Ateneo
surgen hadas Americano de Washington 1950 y Nacional de
sirenas Literatura 1997.
caballos de madera
paladines Me desordeno, amor, me desordeno
dragones
se dilatan mis ojos Me desordeno, amor, me desordeno
se me arrebola el rostro cuando voy en tu boca, demorada;
todo dura un instante y casi sin por qué, casi por nada,
pero he resucitado te toco con la punta de mi seno.
con la risa de un niño Te toco con la punta de mi seno
se revirtió mi tiempo. y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
Máscaras me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
Cuanto fui arde en tu mano lúbrica y turbada
cuanto no fui como una mala promesa de veneno;
todo eso soy.
F. Pessoa y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
Soy todo lo que fui me desordeno, amor, me desordeno.
lo que pude haber sido
lo que soñé y no fui Elegía para decirme
todos esos retazos incongruentes
que componen mi máscara Yo le recuerdo aquí: donde me duele
y me arañan el rostro el color que le trajo a mi esperanza;
en mis noches de insomnio. y le recuerdo aquí porque soy triste
Soy todo lo que amo y ya no puedo echarme entre sus lágrimas.
los que me aman ¿Qué corazón saldría de este insomnio
y también mis fracasos si yo supiera ser una muchacha;
y mis lloros si no me pareciera tanto a mis ojeras,
y mis ángeles mudos ni a esta tarde de invierno, así doblada!
y mis antepasados silenciosos. Pero me acuerdo aquí de que anda lejos
Soy este oscuro tedio el que vivió a la vuelta de mi espalda.
que me opaca las horas Me acuerdo de su nombre perezoso
que me roe los huesos que casi no quería ser palabra.
106
Me acuerdo de su risa mal abierta la sangre poderosa que se queja;
riñéndole por dentro a la mirada, y daré media vuelta hacia lo inerte,
y de su frente que crecía; perdida en esa luz que te refleja,
y de su voz inútil como el alba tan hambrienta de ti como la muerte.
y de un secreto que quedó inconcluso
aquel domingo en que me amó la nada. La tierra
¿Qué corazón saldría de este insomnio
si yo supiera ser una muchacha! Cuando vino mi abuela
Pero me duele aquí, donde me canso, trajo un poco de tierra española,
aquel hombre agobiado por crisálidas. cuando se fue mi madre
Pero me duele aquí, donde soy sola, llevó un poco de tierra cubana.
esta verdad metida entre dos alas. Yo no guardaré conmigo ningún poco de patria:
Qué corazón saldría de este insomnio. la quiero toda
Pero soy todo el blanco que se acaba, sobre mi tumba.
y no me porto bien con la alegría
por lo que traigo al sur de mi garganta. Rosario Castellanos
(México, D.F., 1925-Tel Aviv, Israel, 1974)
Pronóstico del gris
Poeta, narradora, ensayista y dramaturga. Poemarios:
Algo me está subiendo, que llora desde el fondo: Trayectoria del polvo (1948), Apuntes para una declaración de
hoy necesito oír el corazón adentro fe (1948), De la vigilia estéril (1950), Dos poemas (1950),
para echárselo al perro que está naciendo solo, Presentación en el templo (1951), El rescate del mundo
y salvar a la llama convicta en la ceniza, (1952), Poemas 1952-1955 (1957), Al pie de la letra
y dar a los leprosos la carne que perdieron. (1959), Salomé y Judith (poemas dramáticos, 1959),
Decidme si no entonces: Lívida luz (1969), Materia memorable (1968), Álbum de
¿qué estoy haciendo aquí, rodeada de nadie, familia (1971) y Poesía no eres tú. Obra poética 1948-1971
acorralada al fin por un humo que asciende? (1972). Premios: Chiapas 1958, Xavier Villaurrutia
Decidme: 1961 y Sor Juana Inés de la Cruz 1962.
si no traigo una sonrisa, un gesto,
algo que se me caiga en la esquina del aire Autorretrato
y fabrique una cruz de amor sobre los muertos,
¿adónde pongo ahora mi mano enternecida? Yo soy una señora: tratamiento
Decidme si estoy loca, arduo de conseguir, en mi caso, y más útil
si me enfermo de alguna cosa que no se sabe: para alternar con los demás que un título
porque prefiero ver desdoblada una cinta; extendido a mi nombre en cualquier academia.
porque después del alba siento Así, pues, luzco mi trofeo y repito:
que se vuelve de polvo el borde de la estrella, yo soy una señora. Gorda o flaca
y voy al cementerio sin una margarita, según las posiciones de los astros,
y me paro delante de las palomas presas. los ciclos glandulares
O no me digáis nada: y otros fenómenos que no comprendo.
que ninguna palabra me puede acompañar. Rubia, si elijo una peluca rubia.
O morena, según la alternativa.
Callados, por la tarde, gravemente (En realidad, mi pelo encanece, encanece.)
Soy más o menos fea. Eso depende mucho
Callados, por la tarde, gravemente, de la mano que aplica el maquillaje.
sin elegir el sitio de la tierra, Mi apariencia ha cambiado a lo largo del tiempo
tú y yo nos besaremos como en guerra —aunque no tanto como dice Weininger
hasta quedarnos fríos frente a frente. que cambia la apariencia del genio—. Soy mediocre.
Yo, cada vez más tumba que se ahonda, Lo cual, por una parte, me exime de enemigos
tú, cada vez más carne renovada, y, por la otra, me da la devoción
acaso llames y jamás responda de algún admirador y la amistad
cuando te vuelvas en mi cuerpo nada. de esos hombres que hablan por teléfono
He de tragar entonces, con locura, y envían largas cartas de felicitación.
en tu vaso de tórrida hermosura Que beben lentamente whisky sobre las rocas
107
y charlan de política y de literatura. carcomido de incendios, cada rama
Amigas… hmmm… a veces, raras veces retorcida, es un juez
y en muy pequeñas dosis. o es un testigo sin misericordia.
En general, rehuyo los espejos.
Me dirán lo de siempre: que me visto muy mal De noche la soltera
y que hago el ridículo se tiende sobre el lecho de la agonía.
cuando pretendo coquetear con alguien. Brota un sudor de angustia a humedecer las sábanas
Soy madre de Gabriel: ya usted sabe, ese niño y el vacío se puebla
que un día se erigirá en juez inapelable de diálogos y hombres inventados.
y que acaso, además, ejerza de verdugo.
Mientras tanto lo amo. Y la soltera aguarda, aguarda, aguarda.
Escribo. Este poema. Y otros. Y otros.
Hablo desde una cátedra. Y no puede nacer en su hijo, en sus entrañas,
Colaboro en revistas de mi especialidad y no puede morir
y un día a la semana publico en un periódico.
Vivo enfrente del Bosque. Pero casi en su cuerpo remoto, inexplorado,
nunca vuelvo los ojos para mirarlo. Y nunca planeta que el astrónomo calcula,
atravieso la calle que me separa de él que existe aunque no ha visto.
y paseo y respiro y acaricio
la corteza rugosa de los árboles. Asomada a un cristal opaco la soltera
Sé que es obligatorio escuchar música —astro extinguido— pinta con un lápiz
pero la eludo con frecuencia. Sé en sus labios la sangre que no tiene.
que es bueno ver pintura
pero no voy jamás a las exposiciones Y sonríe ante un amanecer sin nadie.
ni al estreno teatral ni al cine-club.
Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo
y, si apago la luz, pensando un rato Se habla de Gabriel
en musarañas y otros menesteres.
Sufro más bien por hábito, por herencia, por no Como todos los huéspedes mi hijo me estorbaba
diferenciarme más de mis congéneres ocupando un lugar que era mi lugar,
que por causas concretas. existiendo a deshora,
Sería feliz si yo supiera cómo. haciéndome partir en dos cada bocado.
Es decir, si me hubieran enseñado los gestos,
los parlamentos, las decoraciones. Fea, enferma, aburrida
En cambio me enseñaron a llorar. Pero el llanto lo sentía crecer a mis expensas,
es en mí un mecanismo descompuesto robarle su color a mi sangre, añadir
y no lloro en la cámara mortuoria un peso y un volumen clandestinos
ni en la ocasión sublime ni frente a la catástrofe. a mi modo de estar sobre la tierra.
Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo
el último recibo del impuesto predial. Su cuerpo me pidió nacer, cederle el paso;
darle un sitio en el mundo,
Jornada de la soltera la provisión de tiempo necesaria a su historia.

Da vergüenza estar sola. El día entero Consentí. Y por la herida en que partió, por esa
arde un rubor terrible en su mejilla. hemorragia de su desprendimiento
(Pero la otra mejilla está eclipsada.) se fue también lo último que tuve
de soledad, de yo mirando tras de un vidrio.
La soltera se afana en quehacer de ceniza,
en labores sin mérito y sin fruto; Quedé abierta, ofrecida
y a la hora en que los deudos se congregan a las visitaciones, al viento, a la presencia.
alrededor del fuego, del relato,
se escucha el alarido
de una mujer que grita en un páramo inmenso Meditación en el umbral
en el que cada peña, cada tronco
108
No, no es la solución (El Tentador sonríe. Me acaricia el cabello
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi y me dice que duerma.)
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita Memorial de Tlatelolco
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza La oscuridad engendra la violencia
y comenzar a actuar. y la violencia pide oscuridad
Ni concluir las leyes geométricas, contando para cuajar en crimen.
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo sor Juana. No es la solución Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
escribir, mientras llegan las visitas, para que nadie viera la mano que empuñaba
en la sala de estar de la familia Austen el arma, sino sólo su efecto de relámpago.
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra Y a esa luz, breve y lívida, ¿quién? ¿Quién es el que
y soñar, con la Biblia de los Dickinson, mata?
debajo de una almohada de soltera. ¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
¿Los que huyen sin zapatos?
Debe haber otro modo que no se llame Safo ¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?
ni Messalina ni María Egipciaca ¿Los que se pudren en el hospital?
ni Magdalena ni Clemencia Isaura. ¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?

Otro modo de ser humano y libre. ¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
Otro modo de ser. dieron como noticia principal
el estado del tiempo.
Y en la televisión, en la radio, en el cine
La oración del indio no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
El indio sube al templo tambaleándose, minuto de silencio en el banquete.
ebrio de sus sollozos como de un alcohol fuerte. (Pues prosiguió el banquete.)
Se para frente a Dios a exprimir su miseria
y grita con un grito de animal acosado No busques lo que no hay: huellas, cadáveres,
y golpea entre sus puños su cabeza. que todo se le ha dado como ofrenda a una diosa:
a la Devoradora de Excrementos.
El borbotón de sangre que sale por su boca
deja su cuerpo quieto. No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.
Se tiende, se abandona, duerme en el mismo suelo
con la juncia y respira Ay, la violencia pide oscuridad
el aire de la cera y del incienso. porque la oscuridad engendra el sueño
y podemos dormir soñando que soñamos.
Repose largamente
tu inocencia de manos que no crucificaron. Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria.
Repose tu confianza Duele, luego es verdad. Sangra con sangre.
reclinada en el brazo del Amor Y si la llamo mía traiciono a todos.
como un pequeño pueblo en una cordillera.
Recuerdo, recordamos.
Canción de cuna
Esta es nuestra manera de ayudar a que amanezca
¿Es grande el mundo? —Es grande. Del tamaño del sobre tantas conciencias mancilladas,
miedo. sobre un texto iracundo, sobre una reja abierta,
¿Es largo el tiempo? —Es largo. Largo como el sobre el rostro amparado tras la máscara.
olvido.
¿Es profunda la mar? —Pregúntaselo al náufrago. Recuerdo, recordemos
hasta que la justicia se siente entre nosotros.
109
Éste es el día en que llega
la ácida primavera,
Poesía no eres tú en que es dulce la herida
de estar vivos.
Porque si existieras Alto horno del cielo,
tendría que existir yo también. Y eso es mentira. fulgor de plumas,
Nada hay más que nosotros: la pareja, adiós que el aire quema
los sexos conciliados en un hijo, en pleno vuelo.
las dos cabezas juntas, pero no contemplándose En aire, tierra y cielo,
(para no convertir a nadie en un espejo) en mí, en ti,
sino mirando de frente a sí, hacia el otro. en nosotros muere el invierno.
El otro: mediador, juez, equilibrio Diamantino estertor,
entre opuestos, testigo, irrigada claridad,
nudo en el que se anuda lo que se había roto. lágrimas que la luz arrebata y fecunda.
El otro, la mudez que pide voz Muerte llena de oro.
al que tiene la voz Todos es posible
y reclama el oído del que escucha. en ese activo sueño.
El otro. Con el otro
la humildad, el diálogo, la poesía comienzan. Canto villano

y de pronto la vida
Blanca Varela en mi plato de pobre
(Lima, Perú, 1926) un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato
Poemarios: Ese puerto existe (1959), Luz de día (1963),
Valses y otras falsas confesiones (1972) y Canto villano observarme
(1978). observarte
o matar una mosca sin malicia
Va Eva aniquilar la luz
o hacerla
animal de sal
si vuelves la cabeza hacerla
en tu cuerpo como quien abre los ojos y elige
te convertirás un cielo rebosante
y tendrás nombre en el plato vacío
y la palabra
reptando Rubens cebollas lágrimas
será tu huella más Rubens más cebollas
más lágrimas
Bodas
tantas historias
Perdidos en la niebla negros indigeribles milagros
el colibrí y su amante y la estrella de oriente
Dos piedras lanzadas por el deseo emparedada
se encuentran en el aire. y el hueso del amor
La retama está viva, tan roído y tan duro
arde en la niebla, brillando en otro plato
habitada.
este hambre propio
Invierno y fuga existe
es la gana del alma
Nieve, labios rojos, que es el cuerpo
una gota de fuego,
un grito que nadie escucha. es la rosa de grasa
110
que envejece podrida técnica seguir viviendo tu historia
en su cielo de carne al revés como en el cine
un sueño grueso
mea culpa ojo turbio y misterioso que se adelgaza
mea culpa negro bocado the end is the beginning
mea culpa divina náusea una lucecita vacilante como la esperanza
color clara de huevo
no hay otro aquí con olor a pescado y mala leche
en este plato vacío oscura boca de lobo que te lleva
sino yo de Cluny al Parque Salazar
devorando mis ojos tapiz rodante tan veloz y tan negro
y los tuyos que ya no sabes
si eres o te haces el vivo
Monsieur Monod no sabe cantar o el muerto y si una flor de hierro
como un último bocado torcido y sucio y lento
querido mío para mejor devorarte
te recuerdo como la mejor canción
esa apoteosis de gallos y estrellas que ya no eres querido mío
que ya no soy que ya no seremos adoro todo lo que no es mío
y sin embargo muy bien sabemos ambos tú por ejemplo
que hablo por la boca pintada del silencio con tu piel de asno sobre el alma
con agonía de mosca y esas alas de cera que te regalé
al final del verano y que jamás te atreviste a usar
y por todas las puertas mal cerradas no sabes cómo me arrepiento de mis virtudes
conjurando o llamando ese viento alevoso de la yo no sé qué hacer con mi colección de ganzúas
memoria y mentiras
ese disco rayado antes de usarse con mi indecencia de niño que debe terminar este
teñido según el humor del tiempo cuento
y sus viejas enfermedades ahora que ya es tarde
o de rojo porque el recuerdo como las canciones
o de negro la peor la que quieres la única
como un rey en desgracia no resiste otra página en blanco
frente al espejo y no tiene sentido que yo esté aquí
el día de la víspera destruyendo
y mañana y pasado y siempre lo que no existe

noche que te precipitas querido mío


(así debe decir la canción) a pesar de eso
cargada de presagios todo sigue igual
perra insaciable (un peu fort) el cosquilleo filosófico después de la ducha
madre espléndida (plus doux) el café frío el cigarrillo amargo el Cieno Verde
paridora y descalza siempre en el Montecarlo
para no ser oída por el necio que en ti cree sigue apta para todos la vida perdurable
para mejor aplastar el corazón intacta la estupidez de las nubes
del desvelado intacta la obscenidad de los geranios
que se atreve a oír el arrastrado paso intacta la vergüenza del ajo
de la vida los gorrioncitos cagándose divinamente en pleno
a la muerte cielo de abril
un cuesco de zancudo un torrente de plumas Mandrake criando conejos en algún círculo
una tempestad en un vaso de vino del infierno
un trago y siempre la patita de cangrejo atrapada
en la trampa del ser
el orden altera el producto o del no ser
error del maquinista o de no quiero esto sino lo otro
111
tú sabes en los ojos ardientes de esta tierra
esas cosas que nos suceden adonde lanza el mar su blanco dardo.
y que deben olvidarse para que existan Una sola estación, un mismo tiempo
verbigracia la mano con alas de chorreantes dedos y aliento de pescado.
y sin mano Toda una larga noche entre la arena.
la historia del canguro —aquella de la bolsa o la
vida— Amo la costa, ese espejo muerto
o la del capitán encerrado en la botella en donde el aire gira como loco,
para siempre vacía esa ola de fuego que arrasa corredores,
y el vientre vacío pero con alas círculos de sombra y cristales perfectos.
y sin vientre
tú sabes Aquí en la costa escalo un negro pozo,
la pasión la obsesión voy de la noche hacia la noche honda,
la poesía la prosa voy hacia el viento que recorre ciego
el sexo el éxito pupilas luminosas y vacías,
o viceversa o habito el interior de un fruto muerto,
el vacío congénito esas asfixiante seda, ese pesado espacio
el huevecillo moteado poblado de agua y pálidas corolas.
entre millones y millones de huevecillos moteados En esta costa soy el que despierta
tú y yo entre el follaje de alas pardas,
you and me el que ocupa esa rama vacía,
toi et moi el que no quiere ver la noche.
te for two en la inmensidad del silencio
en el mar intemporal Aquí en la costa tengo raíces,
en el horizonte de la historia manos imperfectas,
porque ácido ribonucleico somos un lecho ardiente en donde lloro a solas.
pero ácido ribonucleico enamorado siempre
Lección
Puerto supe
Como una moneda te apretaré entre mis manos
A J.B. y todas las puertas cederán
y lo veré todo
Está mi infancia en esta costa, y la sorpresa no quemará mi lengua
bajo el cielo tan alto, y comprenderé entonces el crecimiento de las [plantas
cielo como ninguno, cielo, sombra veloz, y el cambio de pelaje en las pequeñas crías.
nubes de espanto, oscuro torbellino de alas,
azules casas en el horizonte. Hallaré la señal
y la caída de los astros
Junto a la gran morada sin ventanas, me probará la existencia de otros caminos
junto a las vacas ciegas, y que cada movimiento engendra dos criaturas,
junto al turbio licor y al pájaro carnívoro. una abatida y otra triunfante,
y en cada mirada morirá la apariencia
¡Oh, mar de todos los días, y desnudo y bello
mar montaña, te arrojará la fábrica entre nosotros.
boca lluviosa de la costa fría!

Allí destruyo con brillantes piedras Alejandra Pizarnik


la casa de mis padres, (Buenos Aires, Argentina, 1936-1972)
allí destruyo la jaula de las aves pequeñas,
destapo las botellas y un humo negro escapa Poeta, ensayista y traductora. Poemarios: La tierra más
y tiñe tiernamente el aire y sus jardines, ajena (1955), La última inocencia (1956), Las aventuras
perdidas (1958), Otros poemas (1959), Árbol de Diana
Están mis horas junto al río seco, (1962), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la
entre el polvo y sus hojas palpitantes,
112
piedra de locura (1968) y El infierno musical (1971), entre que ya es demasiado tarde
otros. Becas: Guggenheim y Fullbright (1971). Señor
Arroja los féretros de mi sangre
El despertar Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Señor Las flores morían en mis manos
La jaula se ha vuelto pájaro porque la danza salvaje de la alegría
y se ha volado les destruía el corazón
y mi corazón está loco Recuerdo las negras mañanas de sol
porque aúlla a la muerte cuando era niña
y sonríe detrás del viento es decir ayer
a mis delirios es decir hace siglos
Qué haré con el miedo Señor
Qué haré con el miedo La jaula se ha vuelto pájaro
Ya no baila la luz en mi sonrisa y ha devorado mis esperanzas
ni las estaciones queman palomas en mis ideas Señor
Mis manos se han desnudado La jaula se ha vuelto pájaro
y se han ido donde la muerte Qué haré con el miedo
enseña a vivir a los muertos
Señor El deseo de la palabra
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia de
que beben de mi sangre lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante
Es el desastre de éxtasis para mí, heredera de todo jardín
Es la hora del vacío no vacío prohibido.
Es el instante de poner cerrojo a los labios Pasos y voces del lado sombrío del jardín. Risas en el
oír a los condenados gritar interior de las paredes. No vayas a creer que no
contemplar a cada uno de mis nombres están vivos. En cualquier momento la fisura en la
ahorcados en la nada pared y el súbito desbandarse de las niñas que fui.
Señor Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan los
Tengo veinte años colores? ¿Hablan las imágenes de papel?
También mis ojos tienen veinte años Solamente hablan las doradas y de ésas no hay
y sin embargo no dicen nada ninguna por aquí.
Señor Voy entre muros que se acercan, que se juntan. Toda
He consumado mi vida en un instante la noche hasta la aurora salmodiaba: Si no vino es
La última inocencia estalló porque no vino. Pregunto. ¿A quién? Dice que
Ahora es nunca o jamás pregunta, quiere saber a quién pregunta. Tú ya no
o simplemente fue hablas con nadie. Extranjera a muerte está
¿Cómo no me suicido frente a un espejo muriéndose. Otro es el lenguaje de los agonizantes.
y desaparezco para reaparecer en el mar He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos
donde un gran barco me esperaría (los siento respirar adentro de las paredes).
con las luces encendidas? Imposible narrar mi día, mi vía. Pero contempla
¿Cómo no me extraigo las venas absolutamente sola la desnudez de estos muros.
y hago con ellas una escala Ninguna flor crece ni crecerá del milagro. A pan y
para huir al otro lado de la noche? agua toda la vida.
El principio ha dado a luz el final En la cima de la alegría he declarado acerca de una
Todo continuará igual música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir
Las sonrisas gastadas solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del
El interés interesado poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con
Las preguntas de piedra en piedra mis días y con mis semanas, infundiéndole al
Las gesticulaciones que remedan amor poema mi soplo a medida que cada letra de cada
Todo continuará igual palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo vivir.
porque aún no les enseñaron
113
Revelaciones no
las palabras
En la noche a tu lado no hacen el amor
las palabras son claves, son llaves. hacen la ausencia
El deseo de morir es rey. si digo agua ¿beberé?
Que tu cuerpo sea siempre si digo pan ¿comeré?
un amado espacio de revelaciones.
III
Fronteras inútiles
en esta noche en este mundo
un lugar extraordinario silencio el de esta noche
no digo un espacio lo que pasa con el alma es que no se ve
hablo de lo que pasa con la mente es que no se ve
qué lo que pasa con el espíritu es que no se ve
hablo de lo que no es ¿de dónde viene esta conspiración de [invisibilidades?
hablo de lo que conozco ninguna palabra es visible

no el tiempo sombras
sólo todos los instantes recintos viscosos donde se oculta
no el amor la piedra de la locura
no corredores negros
sí los he recorrido todos
no ¡oh quédate un poco más entre nosotros!

un lugar de ausencia mi persona está herida


un hilo de miserable unión. mi primera persona del singular

En esta noche, es este mundo escribo como quien con un cuchillo alzado en la
[oscuridad
A Martha I. Moia escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuaría siendo
I lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!
en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte IV
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra los deterioros de las palabras
la lengua es un órgano de conocimiento deshabitando el palacio del lenguaje
del fracaso de todo poema el conocimiento entre las piernas
castrado por su propia lengua ¿Qué hiciste del don del sexo?
que es el órgano de la re-creación oh mis muertos
del re-conocimiento me los comí me atraganté
pero no el de la resurrección no puedo más de no poder más
de algo a modo de negación palabras embozadas
de mi horizonte de maldoror con su perro todo se desliza
y nada es promesa hacia la negra licuefacción
entre lo decible
que equivale a mentir V
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio y el perro de maldoror
sólo que el silencio no existe en esta noche en este mundo
donde todo es posible
II salvo
el poema
114

VI por un minuto de vida breve


única de ojos abiertos
hablo en fácil hablo en difícil por un minuto de ver
sabiendo que no se trata de eso en el cerebro flores pequeñas
siempre no se trata de eso danzando como palabras en la boca de un mundo
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para Ella se desnuda en el paraíso
ser inservible
ayúdame a escribir el poema más prescindible ella se desnuda en el paraíso
el que no sirva ni para de su memoria
ser inservible ella desconoce el feroz destino
ayúdame a escribir palabras de sus visiones
en esta noche en este mundo ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe
Dice que no sabe del miedo
Salta con la camisa en llamas
A Laure Bataillon
Salta con la camisa en llamas
dice que no sabe del miedo de la muerte del amor de estrella a estrella,
dice que no tiene miedo de la muerte del amor de sombra en sombra.
dice que el amor es muerte es miedo Muere de muerte lejana
dice que la muerte es miedo es amor la que ama al viento.
dice que no sabe
Estos huesos brillando en la noche
Sólo la sed
Estos huesos brillando en la noche,
sólo la sed estas palabras como piedras preciosas
el silencio en la garganta viva de un pájaro petrificado
ningún encuentro este verde muy amado,
este lila caliente,
cuídate de mí amor mío este corazón sólo misterioso.
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío Explicar con palabras…
y de la sombra de su sombra
explicar con palabras de este mundo
Quién dejará de hundir su mano que partió de mí un barco llevándome

A Aurora y Julio Cortázar El poema que no digo

AHORA BIEN: El poema que no digo,


el que no merezco.
Quién dejará de hundir su mano en busca del tributo Miedo de ser dos
para la pequeña olvidada. El frío pagará. Pagará camino del espejo:
el viento. La lluvia pagará. Pagará el trueno. alguien en mí dormido
me come y me bebe.
Por un minuto de vida breve
La crítica de lo cotidiano, lo político y lo social

Poetas caribeñas de doscientos millones de años


de arena viviente es probable que seas
Marion Bethel un taíno o bahamés vuelto a nacer.
(Nassau, Bahamas, 1953)
En los mares poco profundos
Poeta, narradora y feminista. Poemario: Guanahaní, mi
amor y otros poemas. Premios: James Michener de la Somos más agua que tierra
Universidad de Miami 1991 y Casa de las Américas somos arrecifes y orillas, roca y monte
1994. somos más agua que tierra
somos mares cobalto de azul, verde tortuga
De Guanahaní
Arrecifes de púrpura uva caleta
Guanahaní, mi amor orillas de turquesa y esmeralda
arenas de blanco cegador
Mis gritos surgen de un alma arponeada playas de amarillo azul claro guayaba
la desnudez reticular de una tierra en peligro
vulnerable como un carey derribado, Somos rocas planas de pardo mamey
vuelto sobre su caparacho incapaz de rodar árboles bajos de verde iguana
y abordar un barco cuyo destino en la brújula monte esmirriado de seco verde seco
aún no fijamos; en un vivero cerrado ciénagas de mangle de pardo salobre
destinado a joyería, un derecho negado
para medrar en tierra y mar, un tañido de muerte. En un mar poco profundo sobre un cayo de coral
la tierra plana es plana mas no fea
Guanahaní, mi amor, nuestra concha, un premio en un mar poco profundo de suelo calizo
lujoso desde el día de los aventureros el agua es desvergonzadamente bella
una especie amenazada cerramos nuestros ojos
en esta ruta insular nuestros timones se desgastan En un mar poco profundo reinan colonias de coral
bajo la presión de una concha que suspira dedo estrella cerebro cuerno o venado
añorando una vida modelada de arcilla. dedos frágiles en un mar poco profundo
pueden hundir un barco de acero hasta el fondo
Renacimiento taíno
Nos estamos ahogando, estamos
Si tú plantas bejucos de yuca ahogando valles de una montaña
en un cayo de coral de un mar poco profundo marina hondos hondos canales
tus manos calentando el lomo se esconden en los mares poco profundos.

de una cordillera submarina Hijos de Adán


si caminas en un cayo de coral sabiendo
que tu pie masajea un aplastado Vuestra profana letanía de oro era totalmente perversa
en un rito católico de poseer y nombrar
pico de montaña, si nadas vuestro fingido dominio de Adán, hombre del
en un mar poco profundo oliendo universo
lamiendo un musgo intemporal en Guanahaní, consagradas tradiciones que solías
proclamar
si te acuestas en un cayo de coral
de un mar poco profundo sintiendo Ellos no tienen hierro; vosotros repicabais a través [de
el peso y la maravilla los mares
116
marcándolos al rojo como rebaños con herramientas Auge y ruina
de esclavitud
un purulento espíritu marchitó sus legados nativos En estas rocas calizas de accidente
la sed de plata y seda mostraba vuestra rapacidad en la misma tierra de azogue yo nací,
apodada aprendiz de pirata previsor
Ellos no tienen religión; preconizabais una [conquista
sagrada Burra de estaciones mercúricas me remonto
asediados por espíritus de pájaros canoas vientos sobre el dolor coral de migajas de guerra
corales beneficiada con un bloqueo de remo de corredor
quemando a Hatuey como brujo en vuestra salvaje
inquisición Ruina dejo caer en un silencio de espacio
su alma abordó una nave alada descansando sobre sus la cala de barcos en la cuna naufragados
laureles en cerebro de coral; auge, encaje belga

Ellos no tienen ropas; cantasteis un lujurioso cántico Ron sostiene mi mano, pordiosera de La Habana
de Salomón azúcar líquida sin refinar bombeo
vituperando el onceno mandamiento, “No violarás en pozos de garganta seca, contrabandista
al explotado”, vosotros poseíais “al otro” con la
lengua desnuda Endrogada y borracha de burbujeante azúcar
temiendo vuestra propia fantasía soñada del salvaje [y Nassau corona a un corsario púrpura y
el mono exalta a magnates nativos leales al licor.

Ellos no son negros; repicabais campanas por toda Expulsis piratis el espíritu medra
España un bocado de tierra arrojado en mi sendero
pero en una prestidigitación creasteis a los esclavos mientras marinos bisoños realistas en colmenas
caníbales
y a Calibán “un ente de las tinieblas”, pues las cañas pululan hacia el oeste, un auge de bienes raíces
de azúcar Commercia restituta el tráfico
reflejaban en vuestras cuevas una visión perdida de los al menudeo se sienta a horcajadas en una tumba
ritos sagrados.
de subsistencia sentenciada suelo y mar
De piratas y junkanoo Burbujas de bonanza rebosan plata sobre
estos corales rocas cayos ilusorios.
Con el tambor espanto un sueño ebrio
en risa y oro pirateados La colina de la colonia
soplo otra vez mi concha de caracol
desnudada de cera Desde su colina una colonia de hormigas se afana
cronista de montones triunfante en retirada del suelo y el mar
de azúcar cruda, tabaco y humus. donde las mentes retroceden y la razón balbucea
hormigas en convoy al por mayor en un trust nacional
Canto a capella una nación hundida
atrapada en un molde de piratería Estaciones perennes prevalecen para las hormigas que
alardeando sobre un baúl dorado anidan
de banderas de la unión en cayos coralinos de ganancias fabulosas, en
la Pax Americana sabotaje reverente del persistente mar
encontradas en manos de un negrero. en homenaje a dioses importados cuya postura

Sopla ese caracol agita las campanas desafía las leyes y la fuerza de la industria nativa
en osada resistencia junkanoo cuyo aguijón define las fronteras del nido
los piratas venden tierra como conchas de turistas filisteos venden al menudeo conchas exóticas en las
manos grasientas colinas
en un trance arañando el poder de los dedos de nuestros talentos.
de látigos, mitos de oro.
Recuerden Granada
117
donde nunca hubo algodón, no mucho
Recuerden Granada y recuerden para la mano de piel suave
que tratamos de alterar las mareas ya muerta la ballena
del modo en que nos tocamos uno a otro para la mano endurecida
ya rota la línea de la ballena
Cuídense de nuestra actual danza altizonante Nos hicimos a la mar nos hicimos a la mar
de imitación, un sudoroso semidigerido
vals de nuestros convulsos mercaderes de estados Ya no pescamos ballenas ni naufragamos
corsarios, piratas o traficantes de ron
en las libreas de nuevas máscaras y disfraces. según cambian las mareas económicas
Sepan que nuestros miembros flexibles tienen sus No lamentamos nuestra pérdida
propios ritmos de supervivencia creando de los bahameses del casabe
movimientos en el mar de los sargazos
Porque somos los bahameses en su concha
globales. Recuerden Granada y sepan no nos duele lo que
que todos nuestros tobillos, muñecas, cuellos no sabemos que hemos perdido.
permanecen
atados juntos. Los capataces de los encadenados En un cayo de coral donde vivimos
en una plantación turística, un feudo
intentan deslumbrar nuestros ojos desde Brasil bancario donde el aire está acondicionado
a Barbados a las Bahamas. El látigo, como lo están las manos que no saben
el dogal, verdugos y funcionarios de la cuerda de pescar o el suelo de la piña
No producimos nada, o apenas y
andan sin disfraces en su traje de servimos al mundo, o casi
muerte. Recuerden Granada, el mar En nuestro servicio con aire acondicionado
Caribe es nuestro hogar. Cada isla debe Somos los benditos camareros de la gracia divina.

apuntalar los arrecifes de coral de las otras. Ciento Del nacimiento


noventicuatro años atrás Toussaint
alimentó con el ejército de Bonaparte las [mandíbulas Las manos de Miss Jane
del
Miss Jane insuflaba aire
mar. Una lucha de doce años contra los amos en los pulmones de Cherokee Sound
locales, sucesivas banderas de tropas invasoras nuestra aldea de corderos monárquicos
Es aquí donde los británicos aprendieron a “tocar balando “Rule Britannia” para siempre.
a retirada” perfectamente. Hoy nuestros propios
super- ella una niña esclava de Georgia
intendentes repletan sus vientres, galeones [españoles una mujer liberada en Abaco, libre
carenando cargando sin escala algodón azúcar arroz para dar vida, para acomodar
sus pezones auto-alquilados en
tabaco oro especias. Recuerden la Isla de las las lenguas de ovejas mamonas
Especias. Recuerden Santo Domingo. Recuerden
nuestra Miss Jane se esforzaba hacia entrañas
capacidad de resistencia. Cada cual debe ayudar hipantes desatando sus nudos de muerte
hurgando hondo dentro de sí misma
a soldar todas las manillas de oro, plata cortó el cordón umbilical de su propio hijo
y hierro mientras resistimos con fuerza presionando
adelante juntos bajo el calor del sol. ella dio a luz a la abuela Beble
confortándola con sus chorreantes
En un cayo de coral pechos tan fofos como bebé de caracol
Beble, una mujer de piel cacao-ciruela
En un cayo de coral donde el turismo es rey viajaba a las riberas de una isla
divino y la banca, un príncipe de plata
donde nunca hubo azúcar, ni escasamente con sus oscuros brillos aceitados de coco
118
cada Día de la Emancipación para celebrar reggae brisas mañaneras de
la manumisión de su Dios viviente calor veraniego convierten los ritmos
el misterio de las manos de Miss Jane. en uno solo. A golpe de lengua los instru-
mentos aúllan su último
Sueños ovales estribillo, cuerpos sudorosos-de-amor
se aferran a la última, plañidera
Membranas nota absorbida por el olvido.
interiores exteriores Cada toque tiene su medido
nutren fin que deja resonantes ecos
una yema inexorables de una canción futura.
global
a su tiempo Uniéndonos
una concha
se La mayoría
quebrará de las mañanas
y alimentará vengo
el suelo La mayoría
calizo de los días
voy
Sueños tórridos a ningún sitio
albuminosos mi Palabra
dan a luz viene también
un sol ecuatorial. vamos
a algún lugar
Enigma Nunca puedo
predecir exactamente
Soy una mujer el ritmo
fijando el tono
tonos de nuestro
formas dúo
colores junkanoo, jazz
honduras soul, soca
fronteras gospel, blues
alturas calypso, reggae
encajando piezas a capella
con salvaje tenacidad cuando yo y mi palabra
cambiándolas nos unimos
precisamente cuando
todas parecen encajar Un comienzo
adecuadamente.
Soy una mujer Recorres
descifrando mi camino tierras y tierras
hacia la definición. perseverancia ofuscada
corredor perdiendo calor
Profecía reggae exhalando incontaminado
dióxido de carbono
El toque del reggae duro golpea No puedo ya
el corazón murmura un lamento previsto contener mi aliento
dolor, labios dedos se integran en el gaseoso despertar
a una simple melodía armoni- Soy un camaleón
zando con la borrasca quejumbrosa sobre el asfalto
de un bajo el rocío en la piel señala el entre céspedes
alba de una nueva canción que se acopla tentativa confusa
caderas muslos ska rocksteady por mi ajuste
119
a labios purpúreos incubando por
y escleróticas protuberantes cinco milenios
cuatro siglos
Avanzo tres décadas
hacia mi retirada un día
y allí comienzo estoy lista.
a componer
en sangre coagulada Revolución privada
un poema para
el tiempo de tormenta Espasmos de culpa y limbos morales
ensayan en la periferia de
La Palabra, hoy mi planeta, porque al volverme
una yugular, mañana hacia ti para alcanzar tus
una arteria carótida rayos, soy a la vez
me habla de girasol y tierra que necesitan
piel sanguínea calor, luz, tu lluvia.
y sólo pide En mi búsqueda solar dejo
ser. escapar una estabilidad estática para
las alturas continuas que
Creatividad puedo alcanzar. Sí, en mi ex-
tensión hacia el sol soy in-
He decidido no consumir grávida. Comprendan que mi
ya más energía fecunda está en movimiento
y como el girasol y la
Aprendí que la inanición tierra experimentaré muchas
no es el polo opuesto revoluciones con muchos soles.
del consumo
De la muerte
Ahora
estoy produciendo. La pasión

Y los árboles siguen de pie En el santuario de la catedral de Colonia


toqué la tela del hijo de María
Estamos aquí crucificado, un estrujado taparrabos
Estamos aquí fuera de control. Papá B, yo sentí
porque tú abatiste la manigua la agonía de todas las forzadas
porque tú arrastraste ropas y piedras erecciones de dolor, los pezones petri-
porque tú vertiste alquitrán ardiente
para hacer ese camino ficados, la vulva hinchada y sufrí
la pasión de mis antepasados
Tú desarraigaste árboles lignum vitae en los puños cerrados de mi alma
para cambiar esa vía sin derrotero Ninguna plegaria podía llegar el Viernes
en un trayecto con señales Santo mi hija trajo una planta

Y porque replantaste de áloe a la iglesia. Yo corté una rama


esos árboles de vida de áloe al mediodía y derramé una viscosa
¡Estamos aquí! libación para los antepasados y comí
briznas lúbricas por todas las cicatrices
Incubación de mujeres y niños violados, niñas

De las entrañas de la tierra circuncidadas. No hay victoria


vengo en la palma, Papá B. No hay bálsamo para
tu mujer de piel oscura tus hijas e hijos clavados
de ocre en la cruz cada día. Y el hijo de
120
María, bueno, murió en vano. difícil invadir mi espacio fértil
para decir que los contras en Nicaragua
Haikú
Escamotean manos cabezas piernas
Permítanme tragar vientres preñados senos
porque soy la violada cornucopia Es un circo para los adoradores
de un huerto.
del jefe de pista de ojos de águila
Retoños de mango amarillo Anoche soñé con un cordón umbilical
atrapados en el andamiaje de una tumba balanceándose como un artista del trapecio,
saludan su invierno.
se convirtió en un dogal. No había
Vida de sombra terminado de alimentar a sus hijos,
de limpiar sus desperdicios. Se deslizó más alto
Su cara, mera sombra, habla
de vida no vivida muerte no muerta que su presa y amarró el nudo.
mudos aullidos de una garganta desollada, [cicatrizada
se registran en oídos sordos. El juego de la vida

Hermana mía, tres décadas de tu Lancé los dados


jornada aquí han pasado a la sombra una aurora de aire salino
de una palma enana. ¿Dónde está tu Querías sazonar la Tierra
sol de mediodía? Tiemblas
Tus lágrimas bebías
al reclamar tu energía solar mientras llorabas en mi vientre
incluso tus sombras comienzan a desvanecerse aguas de un mar sin geografía
premonición del polvo y la ceniza, tus
manos crepusculares se resignan a la noche Fuiste concebida para delinear
mi vientre con lágrimas
Pronto y muy pronto estaremos todos sin cristalinos eslabones de sal
sombra bajo los brazos abiertos de una
ceiba. Tus muchas sombras las comprendo. Lloré escaldando
Pero ¿cuándo en la vida vas a renunciar un seno flácido entristecido
para siempre por arena granulada.
a tu derecho a la sombra y rebelarte a los rayos del
sol? Luna de sangre
Hay algunos para ti. Mira a la aurora
derramando un naranja pálido pensando en ti. Restregando sus pecados
en el vertedero de una oficina
Insomnio de la calle Bay, una conserje siente
la marea crecer en su vientre
Ven, noche bajo los guiños coqueteantes
deja mi mente rendirse de la luna llena. Dedos desollados
a tu comprensión ciegos al vómito sangran dinero-
mi cuerpo abrirse esencia-de-cola para el agua con azúcar
en tu regazo de sus hijos. Tres pulmones
méceme para dormir inundados de humo sometidos a las cenizas
bajo las estrellas de tablas en la seca noche volaron a la cara
mi sol privado de una luna hemorrágica. Una futura
se eclipsó. madre ruega a las ondas lunares
que sequen su vientre y silencien
El dogal en su cabeza el sonido de un restregar
automático y la dejen morir en paz
Una misionera encuentra antes del alba. Los ojos de la luna
121
dejan fluir la sangre como un torrente. Indago su vida en la mía.

Muerte de plata De pie bajo un árbol curtido busco


las frutas henchidas a través de una red
Esta noche estoy delirante de arañas atareadas en su tela reluciente
mientras deseo para mi padre Conchas horneadas al sol cuelgan vacías y mudas
un raro vértigo, escribo No me gusta esta estación del tamarindo.
para impedir mi caída.
Su voz me envolvía con calor de suelo
Nubes de acero alineado lo a cada regreso, “Hija, ¿cuándo
mortificaban, un seductor volverás a casa de una vez?”
platero, martilló sus alas Entonces cuentos del tiempo de la sal y el tamarindo
artificiales fundiendo brazos de plata del gobierno de la minoría blanca y el abuelo.
en un mar conspirador.
La lengua de mi abuela tan honesta
Arrecifes arena y peces como tiernos tamarindos salados
testificaron contra nosotros tan rápida como el giro de un lagarto
testigos mudos, silencio es mucho más tranquila ahora, grabada
para el abrazo del mar. en mis tímpanos. Me da con sus encías
una sonrisa suave y meliflua para
Crotos los azotes de ramas de tamarindo de la vida.

Sin aliento un niño de dos años sonrojó Sueños del loto


el color de los crotos, una madre
asustada con los ojos secos Cuando la estación del loto invita
fuerza su pecho s expandirse y al ala hipnótica del colibrí
replegarse staccato, las lágrimas se invierten los preñados capullos taladrados
hacia abajo en su tráquea en un deseo por un pico nervioso chorrean néctar
de muerte, una mujer cruje como un del geyser de una flor, vagabundeo
bloque de cemento, no hay en busca de una tierra acogedora
bordes blandos. Los hombros de un
padre danzan pesadamente Capullo de loto, tu frágil
hacia un ritmo funeral, llora fuerza se burla de mi espíritu
abiertamente, no puede el sol secar delicado, pétalos insolentes atraen
sus lágrimas. Una niñita un susurro de brisa primaveral, fruta
despliega las alas de su hermano henchida, el verdelimón escucha el gorgoteo
tocando el rozado aire de la savia en los refugios de las raíces primigenias.
por donde pasa él, su querube.
Los sueños atentos del trayecto
En su sueño sedado un hijo de sus antiguas raíces florecen.
besa a su madre y en secreto Sueños de capullos confiados en
le da el coraje para plantar el injerto natal, el poder
un jardín de crotos. de su afincamiento, afirman,
aquí estamos contra cualquier tormenta,
De las estaciones aquí florecemos.

Esta estación del tamarindo Ciclo de mujer

Sus palabras llegan dispersas secas Le digo, Dra. Johnson


hojas de tamarindo cayendo en torno su lucha aquí cundió esta tierra
de mis oídos, rastreo un eco con semillas brillantes de zapotillo
con delgadas tajadas de silencio
Un pozo en su ojo vidriado de gris Usted completó el ciclo, sequía
refleja mi sedienta mirada inundación, estación tras estación
122
primó como el exuberante eneldo y las cenizas algún día pero, Dios mío, los gusanos
de mi patio vinieron

antes de que fuera aserrado al medio demasiado pronto a los ojos de la prima Mae, un
rama por rama, desnuda, yo cráneo de prolíferos
contemplé la vuelta al hogar del espíritu de un árbol gusanos murmurantes, su cuerpo una pulpa de
zapotillo de larvas
Le dijo, Señora Johnson anémicas poincianas no pudieron beber de un suelo
una espesa humedad estival envolvía coagulado.
sus semillas y masajeaba
sueños de oscura piel brillante No hay lugar tiempo espacio

Escuche el silencio rechinante No hay lugar tiempo espacio


en él nos oirá para que tú y yo seamos
arraigando arraigando en su suelo. tú, un hombre rasta
yo, una mujer junkanoo
Abril en Nassau solos corazones latiendo
a distintos ritmos
Cada día un simple regalo extendiéndose no podemos soportar el yugo
a semanas de regalos de diarios de un marchito sueño terrestre
poemas y palabras vivificantes no podemos arriesgar la evaporación
demasiado pronto ahogadas por el calor del verano de nuestro asentamiento fantasma
por una febril danza terrestre
Todo esto tras meses de ayuno juntos en un lugar
mezquinos, desperdiciados días de ira hambrienta tiempo espacio.
frescos, secos días de dolor indigesto
encontramos los regalos curativos Un mar Caribe ilimitado
abrigo de nuestra espiritunión
Entre los escombros muy hondo centellea en la liberación
dentro de la crudeza nos de la espuma hacia un alma
atrevimos a mantenernos uno a otro de medida universal testigo de
honestos en el lapso entre regalos. nuestro separado y semejante
tempo terrestre.
Monólogo
Salmon Sand
Madre B, las gentiles poincianas están eangües
esta estación después de una tormenta les sorbió Estos persistentes días de dosel gris
jeringas a veces plomizo a veces perlado
de blanda savia celular del vientre de sus hermanas; protegen los melocotones y la crema
boquiabiertos de una tumba ultravioleta
Añoro un día de azafrán
restos de raíces dejadas para avergonzarse de la no
redención que permita al azur compartir
humillados espectadores de los cortes eléctricos igualmente una corona y un trono
en un caído tronco aserrado; y Madre B, la prima Mae que Salmón envía a Harbour Island
rindiéndose a mi cuerpo desnudo
tu biznieta, tuvo el mismo fin; ninguna un viento riente entra a jugar desde
oportunidad para curar a la naturaleza de las heridas
mortales de la adecuada un verde interminable de casuarinas
violencia viril; misoginia embutida en una bolsa el rocío irisado del mar simpatiza
con mi sudor y me enjuaga
plástica de basura donde la locura, no ella, debió Me reclaman las aguas curativas
ser incinerada; Madre B, estamos seguros del polvo de sal gruesa para una hora medicinal.
123
Trance de poinciana en donde la infancia se desmaya
aún antes de nacer,
Desde el tronco de un baobab en donde la infancia agoniza
avancé para escalar una poinciana en la jungla de los mayores.
coronada de llamas; había allí Una plegaria, una palabra de amor,
aguijones alados con necesidad una gran puerta abierta
de polen, había zánganos sobre una promesa de paz,
cerca; y los carpelos carmesíes sobre un mundo en donde el amor haga olas,
aún acechan en mis sueños, mujeres olas, a lo largo de los días.
con fuego en la sangre danzan en mis ojos, Y que ni un hombre,
y regresé al baobab. ni un niño,
ni una flor,
Nicole Cage-Florentiny ni un pájaro;
(Martinica, 1965) que ni un país carezca de amor,
ni un niño muera
Poeta, periodista y promotora cultural. Poemario: Arco ¡antes de haber probado el sabor del amor!
iris, la esperanza. Premio Casa de las Américas 1996.
La canción del viento
Canción de amor
Mamá, ¿qué dice el viento, el viento está [temblando?
Una canción cuando la tarde cae,
mi niña, tórtola mía. Mi niño, el viento dice,
Una canción que apenas despunta dice lo que no dura,
para decirle brizna de esperanza sin norte,
la vida es dulce como un poema, lo que alza el vuelo, lo que se escapa
ligera como el viento y se desliza entre los dedos
y cálida como la tierra. una leve mariposa que sólo puede volar.
La vida es buena como el pan Volar sin jamás posarse.
y tierna como la arena. El viento dice la vida pasa, vuelve a pasar, ríe y [luego
La vida es dulce, se va, la vida no se detiene, una hoja [revolotea allá
ligera arriba, en las inmensas manos del [viento.
y cálida
y buena y tierna. Mamá, ¿qué está haciendo el viento?
La vida es fuerte como el árbol,
es murmullo infinito, El viento se lo lleva todo, levanta al polvo
cielo multiplicado, para colocarlo más lejos,
canto melodioso… pone a cantar a los árboles
La vida es buena y dulce y estremece al mar.
si abres cada día que se levanta El viento dice lo que permanece,
con una palabra mágica, una palabra sésamo: lo que no puede morir,
Amor. lo que cada hombre busca
Una canción para mi niña, tórtola mía, sin atreverse a encontrarlo.
una canción que fluya Dice el viento, el viento dice
a todo lo largo de los días. lo que permanece,
Una canción de amor… la esperanza perenne.
Y la dicha se alza ligera
Una sencilla palabra de amor en un temblor.
La dicha y todas las canciones…
Una mano tendida,
un gesto de amor Presencia
para los trozos de tierra
en donde se desgarra la vida… Abuelo, mi padre está llorando
Una plegaria alada y yo soy demasiado pequeña para parar sus [lágrimas.
para los rincones de la Tierra Ya tú no estás.
124
Los corazones tiemblan y se lamentan. allí por donde corre clara.
Las lágrimas de los mayores hacen que lluevan Ven a sorprender el sol
ciclones en el cielo de los niños. en su primer suspiro,
Dicen que ya tú no estás, dicen una palabra extraña [y en su primer parpadeo.
la llave de sus ojos se abre nuevamente Ven a tomar el sol
en torrentes que se desencadenan, que se estira en el cielo
en lágrimas de sílex. ofreciéndole al mar
Sin embargo, cuando el sol posa sobre el mar su sus frágiles pepitas de oro.
delicado pie,
cuando cae la noche como un telón sobre un día Ven, niña mía
cálido,
cuando la luna alumbra la noche palpitante, Sólo las madres
yo sé que estás aquí saben decir palabras de amor.
en el murmullo del viento y el esplendor de la luna, Sólo las madres
en la dicha de mi corazón abierto a tu presencia. saben hacer flores los días.
Siento que estás aquí Mi hijita, mi llama rebelde,
tan cerca, tan cerca que me parece oírte decir: déjame inventarte palabras mágicas,
“Duérmete, mi niña, un ábrete sésamo para todas las alegrías.
yo habitaré tus sueños. Deja que mis manos acaricien el piano,
Duerme y no le digas a nadie alumbrando nuevas melodías
¡que me has visto esta noche!” para el hambre de tu corazón.

Ternuras Yo sé encontrar las fuentes de las huellas [escondidas


y sacar de su nido al pájaro cantor al fino fondo de los
La ternura como una nube bosques.
se posa encima de nuestras cabezas, Conozco las palabras que calman la cólera de la
nos envuelve y nos calienta. higuera maldita
Llora, niñita mía. y las fórmulas que espantan a las brujas.
Tus lágrimas son como azúcar Ven, toma mi mano.
y me las voy a beber todas. Ella te muestra el camino
Las lágrimas forjan la infancia y te conduce hacia el porvenir.
como la leche, Ven, apóyate en mí.
como las caricias, Soy tu pasarela,
como la risa tu escalera mágica,
y el aliento del amor… el explorador de tus senderos.
Tu corazón pequeño se apacigua. Ven, tu madre y yo somos las murallas
Mira, estás sonriendo con tus lágrimas. que protegen tus días
¿Ya ves? Las penas duran poco y hacen correr la miel
si las dejamos correr en infinitas olas
como corren los ríos. para ti,
El silencio de tu abuelo nos envuelve para ti.
y murmura bajito
que la vida es un largo canto sin fin, Papá
sin fin y para siempre…
Todos los ríos van a dar al mar.
Invitación Toda raíz busca la tierra.
Yo necesito tu sonrisa
Ven, niña mía, inclinada sobre mí como una mano tendida,
mi mango dulce, papá.
mi flor-sol. Tú ahuyentas las pesadillas
Ven, niña mía, y levantas el día;
vamos a recoger el rocío haces que baile la lluvia
derramado en el cáliz de las flores. y tu voz me transporta.
Vamos a beber de la fuente, No sabes enfadarte
125
y tu cólera es más leve que los vientos alisios. y que alumbra sin cesar
Papá, otros tiempos, otras estaciones, otros anhelos, otras
no siempre tengo la prudencia de la imagen razones.
ni la dulzura de los frutos Otros tiempos:
pero mi corazón no conoce otra canción más dulce antes, ayer, mañana.
que esta palabra: papá, papá, papá. Olvida el tiempo que huye.
Prueba el tiempo presente:
Ritornello vendrá a colocar
en la jícara de tu corazón
Un elefante. la frágil flor de la paciencia…
Un pájaro lira.
Una lagartija. Canción de agua
Una libélula.
Un oso blanco, Canción de agua
una araña, que salta entre las rocas
un colibrí, del río del tiempo.
un pez-gato, Canción de agua
un suave lecho de nubes, cuando Padre y Madre se amaban
un collar de rocío, y la leche de las vacas
un perro de caza prieto, corría a mares
y un gato vagabundo. en las mañanas de la ternura:
Estas son las cosas que en mis sueños ¡la infancia!
le pido a Santiclós. La infancia, que sabe a leche de vaca,
¿Quién sabe? a nueces de anacardo y a mango canistel.
A lo mejor esta noche La infancia al borde de la fuente
todo haya brotado y el ciruelo de citera ofrecía al viento su densa [corona
en mi pequeño jardín. de oro.
Una libélula, Canción de agua:
una señorita, la infancia salta en el desvío de un camino
un ritornello, que es difícil de alcanzar,
y un hermoso pájaro azul y dejar allí los ríos joviales
que me lleve en su estela. que cantan canciones del tiempo antiguo,
antaño,
Vive cuando Padre y Madre se amaban
y la leche corría a mares
Vive… a todo tren. en la jícara de los días.
Vive
pero tómate tu tiempo. Sueños
Tómate el tiempo de recoger cada sonrisa abierta
[sobre los labios del amor, Soñé con un jardín,
el tiempo de probar cada caricia del viento, un inmenso jardín sin límites
cada sorbo del mar. donde Abubakar y Jansen lanzan papalotes
No trates de ser más veloz al asalto del cielo…
que el tiempo.
El tiempo no espera… Said y Nikita
se ríen a carcajadas de un trompo mágico,
Escucha el viento y yo atrapando cangrejitos
como una canción que pasa, que pronto vuelven a hundirse
un estribillo jamás olvidado, en su lecho de rocas sonrientes.
un puñado de arena imposible de conservar…
Juan Pablo y yo seguimos el curso del río.
El tiempo, ya ves, es una larga serpiente Llegamos allá donde se casa con la mar en el [secreto
que rueda sus anillos de las piedras y de las arenas.
a lo largo de los días Y una enorme gaviota
126
planea por encima de mi sueño otros soles,
regándome con un haz de rocío marino. otras estaciones de amor
hasta el final de los tiempos
Y estoy soñando todavía ¡por los siglos de los siglos!
cuando el sol se distrae sobre el mar
barriéndole al horizonte su larga cola de oro… Hijo de la esperanza

Arco iris, la esperanza Soy hijo del país de Haití,


y ese país
He soñado con el arco iris es un barco calado
cual una bandera tendida inundándose por todas partes.
de un extremo a otro de la tierra.
Mi país haitiano
He soñado con el sol es una lancha quebrantada
bailando en una gota de lluvias, en el vórtice del ciclón…
y los hombres ríen,
ahogando la cuaresma de su corazón Mi padre dice:
en la antigua promesa. “El viento es una larga queja,
un canto que se mueve sobre los arrecifes,
He soñado con el arco iris, un gemido que se ahoga
estandarte de la paz, balanceándose en la garganta de los hombres, de las mujeres, de los
por encima de una tierra feliz, hasta el llanto. [niños,
Y los niños bailan bajo la lluvia, ¡de los balseros fracasados en el lecho deshecho del
y la tierra es feliz [océano!”
como las aguas crecidas del río. Y los ojos de mi padre cargan lágrimas de piedra,
mi padre dice:
Pater o plegaria por la paz “El país haitiano es un ciego en una noche huraña,
el zombi extraviado de un macabro ritual,
Padre Nuestro ¡una promesa que no desea morir!”
que estás en los cielos,
que cese sobre la tierra Mi madre escucha. Dice:
¡el rugido de las bombas! “Rechazo al maleficio...
Que la tierra ya no tenga sed Yo soñé con la paz,
de sangre infantil… una avalancha de lluvia
precipitándose desde los cerros desnudos,
Que crepiten en medio del cielo y la vi resurgir en remos de verdor
las luces de Bengala cuando la creíamos apagada para siempre,
de la dicha reencontrada. y la vi brotar de las entrañas de un país rendido a sí
Que la plegaria de los hombres [mismo.
suba hasta ti, Siembren sal siembren sal,
sobre las alas del viento; y la avalancha de lluvia hará el resto.
que florezca el arco iris Repartan sal, repartan agua.
que despierta en nuestros corazones La esperanza es una planta rebelde
el eco de tu promesa… ¡que vuelve a florecer en cada estación!”
No nos sometas Soy hijo de Haití.
a la mordida de las tinieblas Espero en la estación de las aguas y las flores nuevas...
pero haz nacer en nuestras almas
¡los frutos de la esperanza! Quisiera ser

Padre, Quisiera ser mariposa


enséñame a rezar de alas irisadas
en el secreto de las noches y cuerpo ligero.
para que se alcen Quisiera ser mariposa,
otros días, ser amiga de las flores
127
¡y del cielo infinito! al tiempo quedarse sin aliento,
cansarse
Quisiera ser colibrí mucho antes que ella, la vieja dama
apenas posado y ya volátil. que sólo sabe esperar,
Quisiera ser colibrí bordando su encaje de espumas,
con alas color de arco iris eternamente…
y hundirme en el océano del cielo.
¡Chas!
La canción de la lluvia
¡Chas! ¡Chas!
Soy la dama La mar lame las rocas
vestida de blanco con su lengua enorme.
que acaricia tu piel ¡Chas! ¡Chas!
y moja tus cabellos. La mar con sus espumas burbujeantes
Soy la lluvia asalta el casco de las lanchas.
que nació del vientre espeso La mar como un caballo sin bridas
de una nube degollada de amor. galopa desde hace diez veces mil años
Soy la lluvia. por las sabanas de la eternidad.
Déjame ser ¡Chas! ¡Chas!
la savia de tu tierra. La mar en mis oídos
¡Déjame apagar la sed de tu jardín! sopla,
ruge,
Soy la lluvia. murmura,
Deja abiertas tus ventanas. gruñe,
Soy la hermana del sol. sopla,
Es necesario el día. finalmente se calma
La noche es necesaria. y canta a la felicidad de vivir
Son necesarios la lluvia y el sol. desde hace diez veces mil años.
La risa es necesaria. ¡Chas! ¡Chas! ¡Chas!
Las lágrimas son necesarias
y yo quiero mezclar mis aguas a tus lágrimas Flor de amor
que van a dar a la mar
en donde el sol refulge, Pétalos trémulos
en donde nada el sol. en el cantar de un nuevo día:
Soy la lluvia. Soy la lluvia. flor silvestre,
Soy la hija del cielo y de la tierra. libélula cautiva e indomable,
flor viva y secreta,
La vieja dama fragancia destilada apenas, apenas destilada
en la savia de la noche cómplice:
El mar, como una niña triste, la orquídea dice mejor que todas las palabras
llora si lo maltrata el viento. el trémulo misterio del amor…
El mar es una niña afortunada
que el viento mueve en sus cabellos de espumas. El columpio
El mar es un canto dichoso,
una mujer que ríe ¡Upa!
cuando el viento levanta su blanco vestido de ¡Qué suave!
espumas. Me eché a volar
hacia la cima de los árboles,
El mar es un murmullo, suavecito,
una anciana que borda su encaje de espumas, para alejar las penas.
que ríe y recuerda. El mal humor se fue a bolina.
Una anciana bordando su encaje, ¡Upa!
eternamente, ¡Qué suave!
esperando ver Mi corazón galopa.
128
Mi corazón cabalga entre los cielos, Becas: James Michener en el Instituto para Escritores
entre el mar y el océano. Caribeños de la Universidad de Miami.
¡Qué suave!
Mis pies rozando Traducciones: Nicolás Suescún.
el traje de una estrella.
¡Upa! Áloes de azúcar
¡Qué suave!
este velorio
Matutino esta vigilia
esta sal
¡Ki ki li! no humedecerán estas rocas
¡Ki ki li! tan descubiertas no hay tapas por cerrar
¡Ki ki ki! los amigos se quedan dormidos
Un pájaro dulzón los profetas mojan áloes endulzados
vierte la miel de su canto cómo se empaña mi rosario
al pie de mi ventana… el anillo de oro
Un gorrioncito pecho amarillo
alumbra el día naciente afuera la rebelión retumba
desde el sol de su garganta. la ciudad se incendia
¡Ki ki li! la televisión manufactura
¡Ki ki li! a quien apiado
Ya no está, a quien odio
ya se fue, …y ahora
lanzando al viento el bambú muere
su breve canto, el viento esparce
el gorrioncillo de mi amanecer. huellas digitales de memoria
desde la parte oculta
Las buenas noches del helecho

Y para terminar mis hijos


déjame decirte los ángeles de la Madona
esta canción que va a arrullarte, cantan pero no canciones
una canción de cuna, una romanza, tuercen sus labios
cuando el jazmín exhale su fragancia la luna el sol
en la noche tranquila, miran como cometas
cuando el sol se haya puesto sobre la isla… entre este viento sin cortinas
ah sobre este calendario
Una canción, de pena fragmentada
una oración, yo me doy vuelta…
una romanza,
ritmo, cadencia, Collar II
un canto de amor
para mi niña, desde que pusiste este collar en mi cuello
un canto de amor, tapé las grietas
según el viento, compuse el broche
para darle las buenas noches a mi niña… le quité la red de algas apelmazadas de pelo sin [peinar
porque bajo estas excrecencias
Cynthia James acechan piedras pulidas
(Trinidad y Tobago, 1948) tronos resbalosos
atrapan redes arrastradas
Poeta, narradora y ensayista. Poemarios: Iere, mi amor, que hunden barcos como si fueran piedras de [molino
Vigilia y La Vega y otros poemas. Premio del Fondo
Nacional para las Humanidades por sus estudios en puse su belleza bajo el sol
textos literarios clásicos del Caribe anglo-parlante. pero las protegí de la insolación
129
las piedras brillan a veces Poeta y narradora. Poemarios: Because the Dawn Breaks
el fuego ruge (1985), Rotten Pomerack (1990) y Lady in a Boat (2003).
anillando todo el mar
y hasta los zafiros se queman Música

desde que pusiste en mi cuello este collar tal vez tú tienes


de conchas de chipi-chipi hecha a mano suerte
para ser más rica o más pobre
para bien o para mal cuando estás a
me lo puse tono con la música que
lo arreglé están tocando
y no cambiaría mi amor
por nada en este mundo no así los

consciente que quieren una canción


de que cuando llegue mi hora diferente
debo entregar estas piedras lisas
tal como tú me las diste Sueño de luto
con honor
y reverencia Durante siete meses, y siete
días, cada noche penosamente
Para Cristóbal Colón atravesaron el patio. Dime,

mira ¿no viste el largo sudario blanco


me libro del albatros que mataste de la muerte, del luto, de los finales
tu yugo de pena pecadora amargos, de más comienzos
de 300 o más años
aquella que clavaste para guardar la rima pavorosos? Siete meses, siete larguísimos
se libera días, del trece de marzo al diecinueve
devolviendo con el viento la fetidez de octubre, se desplazan de la montaña
de la balada de tus penas
amaina esta agua a los sueños flotando en el
déjame asistir a la fiesta de mi boda sueño drogado de días de incertidumbre.
no detengas más mis ojos Vienen con la forma de las cosas

tus barcos ya no navegan lentos en las Azores para que recuerdes. Piqueta, azadón,
en barro y en sal cuchillo de cacao, horca, azote, machete,
agua agua por todas partes tallo de caña, canasto, sombrero de paja,
y ni una gota para beber
he tirado al mar la paloma muerta botas, morral, pala. ¿De qué otra
la brisa empuja mi proa manera decirte? Bailan
mira, sobre cobre, cacao pulido,
el coral abanico llamea en Buccoo
la sal purifica los huesos en círculo triturando piedras para
el sol convierte las piedras en joyas recordarte. Dime que no viste filas
yo sacio mi sed andando penosas, redoblando el paso, noche

me ha librado de tu albatros oscura tras profética noche.


mis vagabundeos y lamentos ya no existen Tal vez no querías ver
la ropa anudada, las cajas,

Merle Collins los atados, las rápidas miradas


(Granada, 1950) sobre los hombros, y no te despertabas
pensando en qué y por qué pasaba eso. Dime
130
a ustedes que pueden haber gritado por amor al [líder,
que no oíste ni un susurro que pueden haber gritado por amor al país,
silbando en tus sueños, que no o que pueden sólo haber luchado por el amor,
viste gente llorando, con miedo y a ustedes, que muertos en la cama,
pueden no haber conocido su participación hasta [que
a la deriva, botes en agua fangosa despertaron
zigzagueando y esperando. Dime para preguntarse bajo otra luz.
que no viste sombras Les damos gracias por su viaje hasta acá.
Día cinco
agazapadas en la orilla, que no En el principio
despertaste de un salto pensando fue la Palabra
qué viejo dolor te estaba asediando y la Palabra que cada cual oye es la Palabra
de Olodumare, Jah, Alá, Dios,
y por qué. Siete meses, siete días Jehová, Yavé, Ciencia, suprema.
de duelo, una revelación
que se abría ante ti y esperaba. Un hombre está de pie sobre un cráter
donde antes estaba su casa,
Pero las revelaciones de los sueños mira en la oscuridad sin fondo,
son humo, no tu clase llora y llama a su hijo, Mahoma.
de conocimiento. Luego viene la furia, Y alguien abre los brazos y dice,
Mahoma, no hay Mahoma,
vienen las salpicaduras de sangre, vienen Mahoma no está allí.
los pasos pesados, viene el horror Y los profetas inclinan la cabeza y lloran.
del pasado convertido en futura crucifixión La palabra que ha sido dicha antes,
tendrá que ser dicha de nuevo.
de nuevo. Y ahora se han llevado
a los soñadores muertos de vuelta a la
montaña para alimentar la fuente de Nancy Morejón
(La Habana, Cuba, 1944)
los sueños de nuevo. ¿Qué quiere decir esto?
¿Que el hombre es más humano de lo que Poemarios: Mutismos (1962), Amor, ciudad atribuida
cree? ¿Necesita esa mujer mostrar (1964), Richard trajo su flauta, premiada en 1967, Lengua
de pájaro (en colaboración con Carmen Gonce, 1967),
su desconfianza? ¿Que los jóvenes Parajes de una época (1979), Poemas (1980) y Octubre
soñadores se emborrachan con la novedad imprescindible (1982).
del conocimiento y se apartan de la
Mujer negra
sabiduría de los viejos?
Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron
atravesar
Un tributo (pasaje de Una carta) La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Día cuatro Pero no olvido al primer alcatraz que divisé.
A ti, desconocido, a los que Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
caen y mueren marchando o mirando hacia delante, Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi
a aquellos cuyos nombres permanecen escondidos lengua ancestral.
para la multitud, Me dejaron aquí y aquí he vivido.
a los que fueron llorados por la madre, la hermana, [el Y porque como trabajé como una bestia,
hermano, la amante, aquí volví a nacer.
lamentados por los que tienen miedo de hablar, A cuánta epopeya mandinga intenté recurrir.
que temen llamar la atención sobre una pérdida.
A ustedes no celebrados en estatuas Me rebelé.
o placas, o muros conmemorativos, o tumbas del Su Merced me compró en una plaza.
soldado desconocido, Bordé la casaca de su Merced y un hijo macho le [parí.
131
Mi hijo no tuvo nombre. la tez de fuego el pecho encabritado y sonriente
Y Su Merced murió a manos de un impecable lord
inglés. acaba de estallar en gritos
eleggua salta
Anduve. imagina los cantos
Ésta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes. roza el espacio con un puñal de cobre
Bogué a lo largo de todos sus ríos. quién le consentirá
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no [comí. si no es la piedra
Por casa tuve un barracón. o el coco blanco
Yo misma traje piedras para edificarlo, quién recogerá los caracoles de sus ojos
pero canté al natural compás de los pájaros
nacionales. ya no sabrá de Olofi si ha perdido el camino
ya no sabrá de los rituales
Me sublevé. ni de los animales en su honor
En esta misma tierra toqué la sangre húmeda ni de la lanza mágica
y los huesos podridos de muchos otros, ni de los silbidos en la noche
traídos a ella, o no, igual que yo.
Ya nunca más imaginé el camino a Guinea. si los ojos de eleggua regresaran
¿Era a Guinea? ¿A Benín? ¿Era a Madagascar? ¿O a volverían a travesar el río pujante
Cabo Verde? donde los dioses se alejaban donde existían los [peces

Trabajé mucho más. quién sabrá entonces del cantar de los pájaros
Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza. el gran eleggua ata mis manos
Aquí construí mi mundo. y las abre y ya huye
y bajo la yagruma está el secreto
Me fui al monte. las cabezas el sol y lo que silba
Mi real independencia fue el palenque como único poder del oscuro camino.
y cabalgué entre las tropas de Maceo.
Carta náutica
Sólo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes, Miro las aguas todas
desde una azul montaña, desde las profundidades del mar
y allí estás como en un cuarto menguante acelerado
bajé de la Sierra y allí estoy sin palabras, móvil entre la espuma
para acabar con capitales y usureros, que navega hasta tu corazón.
con generales y burgueses. Y hacia nuestro amor avanzan
Ahora soy: sólo hoy tenemos y creamos. los cuatro puntos cardinales
Nada nos es ajeno. y los restos de barcas y navíos que pudieron
Nuestra la tierra. sobrevivir al naufragio de un cuarto de siglo.
Nuestros el mar y el cielo. Seguiremos amándonos a perpetuidad.
Nuestras la magia y la quimera. Y alzaremos nuestras cabezas
Iguales míos, aquí los veo bailar en el oro cerrado de la arboleda muda
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo. hasta llegar, de nuevo, al pie de los cien mares.
Su pródiga madera ya resuena. En la pleamar tu cuerpo y mi cuerpo.
Allá en la bajamar tu boca y mi cuerpo y tu esplendor.
Los ojos de Eleggua En esta carta náutica no hay espacio posible para
ellos.
esta noche
junto a las puertas del caserón rojizo El café de los poetas
he vuelto a ver los ojos del guerrero
eleggua Llega el néctar negro de los antillanos
la lengua colándose entre las hendijas y los anzuelos ilustrados
roja de sangre como el corazón de los hierros del viejo café de los poetas. Un sentimiento muestra
los pies dorados desiguales
132
la inquietud del camarero, desnudo, con una como si la historia de su vida
servilletas sobre rondara cada frase de humo
el brazo y se escucha la canción de Patricio Ballagas que se entrelaza entre ella y yo.
que viene desde una consola negra, frente al café, Inusitada del amanecer, sonríe.
puesta en el borde (hacia dentro) de una ventana Y saltan sobre su cabello de azúcar
de la ciudad. las pulseras de oro.
Un abanico y un laúd cierran el paso Y el hilo sobrio de su infancia
de las mulas. pervive entre las dos.
Así es el pensamiento y su fragancia en el alma de
Teofilito. Quisiéramos un alto framboyán de la montaña
Oigo la alarma de los bomberos: un secular incendio a cuya justa sombra durmiese el trovador.
anuncia la convergencia de dos épocas: mantones de
Manila Piedra pulida
y carteles desmayados de Muñoz Bach apenas sobre el
frontón. Un nuevo libro,
En esta ciudad ya no hay ningún café para poetas, ni un nuevo día,
para ti, otra nueva ciudad,
ni para los trovadores que invocan la imagen de Santa más veranos, más flores,
Cecilia aquel perpetuo mar
mientras tocan su tres y su laúd, ni para el miliciano y yo, ahora, sobre piedra pulida,
sediento busco tus labios,
pero en eso llega la sombra chinesca de Julián del busco tus ojos.
Casal
que se sienta a tejer en una comadrita desahuciada. Madre
Es un océano de termitas todo el entrave de vigas
altas Mi madre no tuvo jardín
desde el techo mugriento sino islas acantiladas
pero la comadrita sigue meciéndose flotando, bajo el sol,
y pasa un cochero con smoking, sonando su [cencerro en sus corales delicados.
en un coche de lunas raídas, balbuceando una melodía No hubo una rama limpia
napolitana en su pupila sino muchos garrotes.
torna a Sorrento y hay una luz blanca como siempre Qué tiempo aquel cuando corría, descalza,
vertiginosa, poderosa, flamante, para siempre sobre la cal de los orfelinatos
que invade el tibio anhelo de los poetas y no sabía reír
que nos reunimos donde ya no hay nada sino los y no podía siquiera mirar el horizonte.
poetas mismos y sus versos Ella no tuvo el aposento de marfil,
y el olor del néctar negro de los braceros y los ni la sala de mimbre,
cortadores de caña. ni el vitral silencioso del trópico.
No estoy mirando ningún grabado de Laplante, Mi madre tuvo el canto y el pañuelo
ninguna para acunar la fe de mis entrañas,
estampa de Elías Durnford. para alzar su cabeza de reina desoída
No estoy frente a ninguna catarata del Norte frío y dejarnos sus manos, como piedras preciosas,
sino frente a una cascada de metáforas lumínicas frente a los restos fríos del enemigo.
y vuelvo a mecerme dentro de un cuaderno
escolar cuyas hojas amarillas, fileteadas de oro, me Junto al golfo
acompañan
rodeada de luz y de poetas sin mesas, sin sillas, sin …galeotes dramáticos, galeotes dramáticos…
café, Nicolás Guillén
hasta que el lente del turista aparece y nos detiene
ante la eternidad reencontrada. La meseta del indio
nos avisa
El café la fragancia del golfo.
Manatí,
Mamá trae el café desde remotos mares flecha en boca,
atrapa el archipiélago de su jardín.
133
Orillas enlutadas, expandida hacia todo deteniéndose.
dientes de tiburón, se oye que dicen:
las gubias y las conchas, qué importa tu tristeza,
los valles olorosos, tu alegría,
transparencias del cielo a la corriente, tu hueco aquel sellado para siempre,
entre las firmes playas del golfo: tu pequeño placer,
tus soledades
Islas sobre islas. Islas del canto. mira hacia atrás, y mira a todas partes.
Islas. Canto del mar sobre las islas. yo miro,
Y mis ojos que bogan de millones de pequeñas historias
por los bordes humeantes de las hierbas. está poblado todo:
¿importa que la lágrima
Caribe de la asfixia, tu pasado perdido, que a veces me acompaña y me abandona
tu habla y tu pulmón. se funda con el aire?
¿importa si mi cólera
El verde de la flecha, detiene una sonrisa?
las ciudades perpetuas de la luna, ¿importa si algún rostro
los calendarios, tropieza con mi puño,
las humaredas si algún oído atento
pero veo rueda hasta mi canción imperceptible?
“los galeotes dramáticos”, ¿qué importará, me digo
el corsario sombrío cuánta risa futura
con su arco de napalm fluya de mi placer hacia otra lágrima?
en el fondo del golfo. ¿importa si mi pena
alegra la bondad de un caminante?
Cimarrón en la noche estamos en las aguas mirándome las uñas
azules y encuentras nuevas islas y rebuscando esta pequeña historia
nuevos seres por dentro de mis ojos diminutos
que nadan junto al mar. descubro la partícula gigante
La brisa en el atardecer de cobra, donde habito.
el sol naciente
sobre la espalda de mil años, Ante tanta visión
vibración del lagarto,
puente de las bodegas, ante tanta visión de historia y prehistoria,
el rayo de Changó y el chivo. de mitos,
de verdades a medias —o a cuartas—
La sangre es quien nos pide ante tanto soñarme, me vi,
la urgencia la luz de dos palabras me descolgó la sombra:
de este mundo; animal triste.
alcen las lanzas, soy un animal triste parado y caminando sobre un
las retinas, [globo de tierra.
la miel y el garabato lo de animal lo digo con ternura,
que somos el golfo para siempre. y lo de triste lo digo con tristeza,
como debe de ser,
como siempre le enseñan a uno el color gris.
Angelamaría Dávila un animal que habla
(Puerto Rico, 1944) para decirle a otro parecido su esperanza.
un mamífero triste con dos manos
Poemarios: Homenaje al ombligo (en colaboración con metida en una cueva pensando en que amanezca,
José María Lima, 1966) y Animal fiero y tierno (1977). con una infancia torpe y oprimida por cosas tan
ajenas.
Cercanamente lejos un pequeño animal sobre una bola hermosa,
un animal adulto,
cercanamente lejos hembra con cría,
de esta pequeña historia
134
que sabe hablar a veces Jeanette Miller
y que quisiera ser (Santo Domingo, República Dominicana, 1944)
un mejor animal.
animal colectivo Poeta, narradora, ensayista y crítica de arte.
que agarra de los otros la tristeza como un pan Poemarios: Fórmulas para combatir el miedo (1972) y
repartido, Fichas de identidad/Estadía (1985).
que aprende a reír sólo si otro ríe
—para ver cómo es— La mujer
y qué sabe decir:
soy un animal triste, esperanzado, Fue como la piedra, como el tronco vital,
vivo, me reproduzco, sobre un globo de tierra. musgo donde el sol se refleja en pleno día,
fue la voz del primer alarido,
El largo día del hambre la cantidad requerida por la vida.
Impulso único,
un día terremoto bastidor de toda noche interminable,
un día ausencia caliente hueco donde gritan las voces del hombre,
un día de cuchara enmohecida savia vitalicia.
un gran payaso triste volteando su tristeza Madre de todo el orbe fue,
en un sartén inmenso del hombre en continua escalada
pero no interminable. trepador de los árboles donde estamos previstos.
hace muchos minutos Madre sola contra el gran silencio
acumulados en todos los rincones círculo oscuro desde el inicio te fuiste abriendo
que este gran día hueso, luminosamente
día pelambre, hueco silenciado, abarcando el planeta.
día palabra hinchada y abolida, Gran útero florido,
día humano y tristísimo última esfera en este tiempo parpadeante,
que a pesar de la yerba y del amor flagrante arrasas con la tierra, con el tiempo,
transita risa y seco con los ojos predispuestos de las ensenadas,
flaco como el final del hambre alimentada. con los días empinados llenos de miseria y de sexo
hace muchos minutos hambriento.
—ignorados Piedra última y primera, tumba de los hombres,
por la continuidad del agua y la candela eres el azogue, la resina,
acumulados sal fundamental del recorrido diario.
como hormigas remotas en axilas jadeantes Tu concha protectora nos aplasta como las preguntas,
anclados en la frente de la arruga— porque auspicias la triste venida de otras vidas.
que los panes alegres se entristecen
con las manos ganadas con su sudor de tierra. Yografía
este gran día siempre,
acorralante acorralado Yo
con su final marcado con un nunca futuro que necesito plantas, luz
cuando todas las muelas al fin serán usadas; palabras de ternura
marcado en su trayecto de caracol voraz que me siento a pensar en mi desgracia a plena tarde
por la paloma acuchillada medio masoquista
el tigre acuchillado fea
el hombre y la paloma profesora
y la tierra y el pan acuchillados; Yo
para un final redondo y expandido que sólo con palabras me presumo
para un día palabra con flores en las tildes me palpo
día sudor distinto y corregido, me proyecto
cuchara reluciente, interpongo ideas a la carne
ala correcta y tierra repasada. levanto largos muros de metal frío, devorante
entre otros y
yo
que tengo miedo a la locura, al vino, al entregarme
135
agarro mis recuerdos y tú me bañas.
una niña gorda, inútil, solitaria
casas de muñeca y tacitas de té Gioconda Belli
ráfagas de aire y de suspiros (Nicaragua, 1948)
entre mi abuelo no abuelo y sin mi padre
Yo ¿Qué sos Nicaragua?
que encuentro en Franklyn, Juan Francisco y otros
eso terrible que no tuve ¿Qué sos
que sé disponer letras, sílabas y nombre sino un triangulito de tierra
cuidadosamente, agresivamente perdido en la mitad del mundo?
Yo
estoy harta de mí. ¿Qué sos
sino un vuelo de pájaros
guardabarrancos
Poetas latinoamericanas cenzontles
colibríes?
Cristina Peri Rossi
(Montevideo, Uruguay, 1941) ¿Qué sos
sino un ruido de ríos
Vía crucis llevándose las piedras pulidas y brillantes
dejando pisadas de agua por los montes?
Cuando entro
y estás poco iluminada ¿Qué sos
como una iglesia en penumbra sino pechos de mujer hechos de tierra,
Me das un cirio para que lo encienda lisos, puntudos y amenazantes?
en la nave central
Me pides limosna ¿Qué sos
Yo recuerdo las tareas de los santos sino cantar de hojas en árboles gigantes
Te tiendo la mano verdes, enmarañados y llenos de palomas?
me mojo en la pila bautismal
tú me hablas de alegorías ¿Qué sos
del Vía Crucis sino dolor y polvo y gritos en la tarde,
que he iniciado —«gritos de mujeres, como de parto»—?
—las piernas, primera estación—
me apenas con los brazos en cruz ¿Qué sos, Nicaragua
al fin adentro sino puño crispado y bala en boca?
empieza la peregrinación
muy abajo estoy orando ¿Qué sos, Nicaragua
mento tus dolores para dolerme tanto?
el dolor que tuviste al ser parida
el dolor de tus seis años Eh, hombre, amado mío
el dolor de tus diecisiete
el dolor de tu iniciación Eh, hombre
muy por bajo te murmuro entre las piernas amado mío,
la más secreta de las oraciones desecha ya los viejos mapas,
Tú me recompensas con una tibia lluvia de tus ven a recorrerme sobre ariscos caballos,
entrañas hincha las velas y descubre este nuevo continente
y una vez que he terminado el rezo nacido entre cataclismos y catástrofes.
cierras la piernas Escala estas montañas azules
bajas la cabeza para ver tu nombre inscrito en el horizonte;
húndete en los lagos y conoce los nacarados
cuando entro en la iglesia monumentos
en el templo a cada uno de tus besos.
en la custodia Descifra los mensajes pintados en las grandes paredes
136
y ve aparecer tu risa en los árboles frutales Sus nombres suenan como agua derramada en aldeas
de esta tierra ardientes
donde como zumo vital de extrañas geografías. Van frescas y ruidosas
quiero guardarte siempre. alumbrando el domingo bogotano
como soles inversos. Son las muchachas negras, en
Menstruación bandada,
que han dejado sus cuartos, sus cocinas,
Tengo y van a un baile, al cine,
la “enfermedad” parloteando alegres mientras fuman Pielroja.
de las mujeres. Los viandantes las miran
levemente curiosos,
Mis hormonas están alborotadas, como a extraños satélites de su blanco planeta,
me siento parte sin comprender la música sagrada
de la naturaleza. y montaraz y antigua de sus risas.

Todos los meses


esta comunión Yolanda Pantin
del alma (Caracas, Venezuela, 1954)
y el cuerpo;
este sentirse objeto Poeta, dramaturga y escritora de literatura infantil.
de leyes naturales Premio Fundarte de Poesía. Poemarios: Casa o lobo
fuera de control; (1981), Correo del corazón (1985), La canción fría (1989),
el cerebro recogido Poemas del escritor (1989), El cielo de París (1989), Los
volviéndose vientre. bajos sentimientos (1993), La quietud (1998), La épica del
padre (2002), El hueso pélvico (2002) y Poemas huérfanos
Matenidad II (2002).

Mi cuerpo, Vitral de mujer sola


como tierra agradecida,
se va extendiendo. Se sabe de una mujer que está sola
porque camina como una mujer que está sola
Ya las planicies de mi vientre, se sabe que no espera a nadie
van cogiendo la forma porque camina como una mujer que no espera a nadie
de una redonda colina palpitante, esto es
mientras por dentro, se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira
en quién sabe qué misterio los zapatos
de agua, sangre y silencio Se sabe de las mujeres que están solas
va creciendo como un puño que se abre cuando tocan un botón por largo tiempo
el hijo que sembraste Las mujeres solas no inspiran piedad
en el centro de mi fertilidad. ni dan miedo
si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda
se aparta por miedo a ser contagiado
Piedad Bonett Las mujeres solas miran el paisaje
(Almafi, Antioquia, Colombia, 1951) y se dirá que son amantes
de las aceras / de los entresuelos / de las [alcantarillas
Poeta y novelista. Premios: Premio Nacional de / del subsuelo
Poesía Colcultura. Poemarios: De círculo y ceniza (1989), de los subterfugios
Nadie en casa (1994), El hilo de los días (1995), Ese animal las mujeres solas están sobre la tierra como estar
triste (1996), Todos los amantes son guerreros (1998) y Tretas sobre los árboles
del débil (2004). les da igual porque para ellas es lo mismo
Las mujeres solas recitan parlamentos
Día libre estoy sola
y esto quiere decir que está con ella
Yalila, Moraima, Zulema. para no decir que está con nadie
137
tanto se considera una mujer sola es más bien propio de las almas temperadas al
Las mujeres solas hacen el amor amorosamente siguiente fuego:
algo les duele id contigo
y luego todo es más bien triste o colérico o para estar con vosotros.
simplemente amor
Estas mujeres se alumbran con linternas Carmen Boullosa
van al detalle (México, D.F., 1954)
saben dónde se encuentra cada cosa
porque temen seguir perdiendo Poeta, novelista, dramaturga y ensayista. Poemarios:
y ya han perdido o ganado demasiado La memoria vacía (1978), El hilo olvida (1979),
Ellas no lo saben Ingobernable (1979), Lealtad (1981), Abierta (1983), La
porque van del llanto a la alegría salvaja (1988), Niebla (1997), Los delirios (1998),
y a veces piensan en la muerte Soledumbre (1992), Jardín Elíseo (1999), Agua (2000), La
también planean un largo viaje e imaginan encuentros bebida (2002) y Salto de mantarraya (2002). Premios:
[posibles Xavier Villaurrutia de Novela 1989 y de Novela Café
administran el dinero Gijón 2008. Becas: Salvador Novo de Bellas Artes
compran legumbres (1976), Centro Mexicano de Escritores (1980) y
trabajan de 8 a 8 Fundación Guggenheim (1992).
Si tienen hijos hacen de madres
son tiernas y delicadas Carta al lobo
aunque a veces se alteren
un pensamiento recurrente es Querido Lobo:
ya no puedo ni un minuto más
Las mujeres solas tienen infinidad de miedos Llego aquí después de cruzar el mar abierto del
terrores francamente nocturnos bosque,
los sueños de tales mujeres son el mar vegetal que habitas,
terremotos catástrofes sociales el abierto de ira en la oscuridad y en la luz que lo
Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma cruza a
inmediata hurtadillas,
llevan el mismo cuello airado en su densa, inhabitable noche de aullidos que impera
lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que incluso de día o en el silencio,
a sí mismas mar de resmas de hojas
esto es completamente falso que caen y caen y crecen y brotan, todo al mismo
lo cierto es que la casa de la mujer sola tiempo,
está abierta a su antojo de yerbas entrelazadas,
Una mujer sola de mareas de pájaros,
no puede curar su soledad de oleadas de animales ocultos.
porque nada está enfermo Llegué aquí cruzando el puente que une al mundo
se remedia lo curable temeroso
una gripe o un dolor de estómago con tu casa,
La mujer que piense que su soledad es curable este lugar inhóspito,
no es una mujer sola inhóspito porque está la mar de habitado,
es un estado transitivo entre dos soledades habitado como el mar.
infinitamente más peligrosas En todo hay traición porque todo está vivo...
Una mujer sola es una mujer acompañada Por ejemplo, aquello, si desde aquí parece una
aunque de este hecho no se percate más que el zapato sombra,
al que mira con detenimiento ¿hacia dónde caminará cuando despierte?
o el botón Como fiera atacará cuando pase junto a él,
que parece representar algo verdaderamente cuando furioso conteste al sonido de mis pasos.
importante Así todo lo que veo.
como de hecho lo es En todo hay traición
como los árboles o el cielo ...era el camino, lobo,
sólo que el privilegio que deriva de semejante atención la ruta que me lleva a ti...
Escucha mi delgada voz, tan cerca.
138
Ya estoy aquí. pero pasar de los ocho a los veintisiete no me ha
Escoge de lo que traje permitido
lo que te plazca. dejar de ser el gancho roído
Casi no puedes mirarlo, y sí,
insignificante como es, voy a tener un hijo.
perdido en la espesura que habitas.
Estoy aquí para ofrecerte mi cuello,
mi frágil cuello de virgen, Kyra Galván
un trozo pálido de carne con poco, muy poco que (México, D.F., 1956)
roerle,
tenlo, tenlo. Poemarios: Un pequeño moretón en la piel de nadie (1982),
¡Apresura tu ataque! Alabanza escribo (1989) y Netzahualcóyotl recorre las islas
¿Te deleitarás con el banquete? (1996). Premio Nacional de Poesía Joven de México
(No puedo, no tengo hacia dónde escapar 1980.
y no sé si al clavarme los dientes
me mirarás a los ojos). Contradicciones ideológicas al lavar un plato
Reconociéndome presa
y convencida de que no hay mayor grandeza que la del Entre el Yin y el Yang
cuello de virgen entregándose a ti, ¿cuántos eones?
ni mayor bondad que aquella inscrita en tu doloroso, Julio Cortázar
lento,
interminable Contradicciones ideológicas al lavar un plato. ¿No?
y cruel Y también quisiera explicar
amoroso ataque, por qué me maquillo y por qué uso perfume.
cierro esta carta. Por qué quiero cantar la belleza del cuerpo masculino.
Quiero aclararme bien ese racismo que existe
Sinceramente tuya, entre los hombres y las mujeres.
Carmen.
Aclararme por qué cuando lavo un plato
o coso un botón
El otro él no ha de estar haciendo lo mismo.
IV Me pinto el ojo
no por automatismo imbécil
Al amanecer me encontré con la otra selva donde sino porque es el único instante en el día
tampoco puedo perderme: en que regreso a tiempos ajenos y
los árboles del jardín le gritaban al cielo azul —cierto mi mano se vuelve egipcia y
que totalmente azul, casi era aún de noche—: el rasgo del ojo, se me queda en la Historia.
La sombra en el párpado me embalsama eternamente
“¡Es diferente! ¡Ella es diferente! ¡No le permitas que como mujer.
se acerque a nosotros porque todo su cuerpo nos Es el rito ancestral del payaso:
recuerda a la cópula! ¡No percibimos en ella nada mejillas rojas y boca de color.
más que vientre, vientre, Vientre!” Me pinto porque así me dignifico como bufón.
Estoy repitiendo / continuando un acto primitivo.
Respiré hondo a su lado, pero no me atreví a Es como pintar búfalos en la roca.
acercarme a ellos; Y ya no hay cuevas ni búfalos
frágiles bajo el rayo del sol, a esas horas, turbios, pero tengo un cuerpo para texturizarlo a mi gusto.
los árboles eran puros fantasmas y aunque tenues Uso perfume no porque lo anuncie
como nubes Catherine Deneuve o lo use la Bardot
nunca he visto sus formas más enteras. sino porque padezco la enfermedad
del siglo XX, la compulsión de la posesión.
Voy de hora en hora, de jardín en jardín, Creer que en una botella puede reposar
de casa en casa toda la magia del cosmos,
gastando mis zapatos inútilmente. que me voy a quitar de encima
Tuve ocho años, hace no mucho tiempo, el olor de la herencia,
la gravedad de la crisis capitalista,
139
porque a pesar de todo / hembra. Necesito levantarme mañana para ser mujer.
Se dice que las mujeres débiles / que los hombres Olvidarme que en las noches
fuertes. la Historia nos aplasta.
Sí y nuestras razas tan distintas.
Nuestros sexos tan diversamente complementarios.
Yin & Yang. Como una lengua de vaca
La otra parte es el misterio que nunca desnudaremos.
Nunca podré saber —y lo quisiera— Mis almohadas son distintas
qué se siente estar enfundada en un cuerpo masculino como de hotel costeño, húmedas y frías.
y ellos no sabrán lo que es olerse a mujer Mi cama es como un enorme trigal que me consume.
tener cólicos y jaquecas y Todo el cuarto es un bosque de pinos altos
todas esas prendas que solemos usar. y desde la ventana miro otro bosque.
Dos universos físicos en dialéctica constante Por mi pupila alargada y cilíndrica
con la nostalgia de una unión duradera busco el destello de luz que me falta.
donde la fusión de los dos desconocidos No soy más que una lengua de vaca
llegue a la profundidad del entendimiento. esperando en el refrigerador a que vengan por mí.
Hay una necesidad compulsiva Desde aquí sólo puedo ser el carbón, el humo
de dar razones para la escisión de este incendio.
para agudizar racismos con sonrisas (No puedo sacar mis ruedas y transitar)
Y las amigas y los amigos Soy Leda tratando inútilmente
ellos comprenderán de seducir a un cisne de transistores.
Ellos entienden la distancia que te separa
del amigo/amado/enemigo/desconocido. Pura López Colomé
Que la reconciliación es un esfuerzo máximo. (México, D.F., 1952)
La unión, la sublimación
de nuestros propios misterios. Poeta, traductora y ensayista. Poemarios: El sueño del
Que el lavar un plato cazador (1985), Un cristal en otro (1990), Aurora (1994),
significa a veces afirmar Intenperie (1997) y Santo y seña (2007). Premios:
las contradicciones de clase Nacional de Traducción de Poesía 1992 y Xavier
entre el hombre y la mujer. Villaurrutia 2007 (con Elsa Cross).

Lecciones de historia Una mancha


*
Estoy tan cansada.
Me acuesto y siento fluir un agotamiento Sobre la cama,
tan anterior a la Revolución Francesa. un vestido de Primera Comunión
Es que los enormes pechos de sencillez monjil,
de la Venus de Willendorf un velo que hasta el último pespunte
oprimen mi cuerpo desde la prehistoria. contenía un hasta entonces
Tras interminables custodias sordo
ante el fogón, mis caderas se cocieron en el puchero. mudo.
Mis brazos jubilados cuelgan del tendedero Aún las sandalias
del siglo XVII, después de haber lavado gozaban
durante todo el Renacimiento. de un albor
Arden mis ojos rendidos por la oscuridad in
de largos encierros detrás de muros altos mundo.
y mis ingles soportando el roce de todas las manos
y mi cuello frágil bajo el peso de cadenas Colgado del canto de la puerta,
que imagino recubiertas de alhajas. el traje de novia
¡Que vengan los hilos y las planchas! empobrecido por el color perla
¡Los jabones, afeites y cepillos, de un futuro
el almidón sobre todo, y el aceite! de artificios
¡Ajústenlo todo de nuevo! comunes y corrientes.
¡Que nada rechine!
140
Camisas de fuerza ¿Qué puedo decir a esta hora
que a la postre en este día que se muere en la taberna?
habrían de mostrar Miro una muchacha recargada en la barra
la lividez que rompe con su risa
de un camino inverso los cristales del tedio.
a las moradas de lo real, Me reivindico ante la vida
la mismidad atónita que aparte de este vaso de ron,
in me ofrece los pechos de Magaly
maculada. como peras de junio.

Los pechos de Magaly


Myriam Moscona
(México, D.F., 1955) Los pechos de Magaly
son dos enormes girasoles
Poeta y traductora. Poemarios: Último jardín (1983), que penden de su cuerpo.
Las visitantes (1989), El árbol de los nombres (1992), Atropellan desconocidos
Vísperas (1996), Negro marfil (2000) y El que nada y se desbordan sin recelo.
(2006). Premios: Nacional de Poesía Aguascalientes La cintura no es estrecha,
1988 y Nacional de Traducción de Poesía 1996. Becas: pero la curva de sus caderas
Sistema Nacional de Creadores de Arte y Fundación es como para entrar en su vida
Guggenheim. y no salir sobria.
Su monte de venus…
Tiresias un inmenso clavel negro.
Yo quisiera leer los pechos de Magaly
Si viniese ella con una rama de tamariz en la mano y encontrar a Dios entre sus piernas.
y tomase a mi amado entre sus hojas y a mí con su
dulzura,
si en su hondura bebiésemos del vaso Dana Gelinas
mitad-esposos-mitad-desconocidos, (Monclova, Coahuila, México, 1962)
si tu serpiente, Tiresias, se juntase
y mi sexo fuese desplegando crecimiento, Poeta, traductora y ensayista. Becas: Centro Mexicano
si mi amado amamantase a la hermosa concubina de Escritores 1982-1983, Instituto Nacional de Bellas
y yo entre los muslos apretara Artes 1988-1989 y Fondo Nacional para la Cultura y
semillas de arroz para los nuevos desposados, las Artes 1991-1992. Premios: Premio Nacional de
dime, Tiresias, ¿quién gozaría más Poesía Tijuana 2004 y Premio Nacional de Poesía
en esta prueba de ser en el otro la mitad-tajada? Aguascalientes 2006. Poemarios: Bajo un cielo de cal
(1991), Poliéster (2004), Boxers (2006) y Altos hornos
(2006).
Silvia Tomasa Rivera
(El Higo, Veracruz, México, 1955)
Paisaje masculino
Poemarios: Poemas al desconocido/Poemas a la desconocida
(1985), Apuntes de abril (1986), El tiempo tiene miedo y Imaginé un corazón de papel,
Duelo de espadas (1987), Por el camino del mar. Por el un corazón doblado en un sobre,
camino de piedra (1988), Cazador (1993), La rebelión de los sellado con los dedos húmedos.
solitarios/El sueño de Valquiria y Alta montaña (1997) y Busqué un tema grandioso:
Como las uvas (2005). Premios: Paula Allende de la el paisaje del cuerpo masculino.
Universidad de Querétaro 1987, Nacional de Poesía Qué difícil.
Jaime Sabines 1988, Carlos Pellicer 1997 y Nacional Los montes y los valles,
de Poesía Alfonso Reyes 1991. Beca: INBA-Fonapas los oasis y las selvas,
en Poesía (1982-1983). incluso el mar,
todo es el cuerpo femenino.
La muchacha de la taberna (¿Cómo regalar un corazón semejante?
El autoerotismo es tan penoso
141
como pedir un manual de autoayuda (Barranquilla, Colombia, 1977)
en la librería del sótano,
como esmerarse en elegir al tacto una corbata Poeta y ensayista. Poemarios: Primeros poemas (199(),
para alguien que no te importa.) Carta desde la aldea (1998), Inventario de ciudad (1999),
A pesar de todos los siglos de silencio, Donde se escoge el pasado (2003) y Autobiografía ampliada
yo sé que encontraré un poema maravilloso, (2006). Premios: Departamental de Poesía del
uno bello e irrepetible, Ministerio de Cultura de Colombia 1998, del Festival
mi cautivo. Internacional de Poesía de Medellín 2000, Nacional de
Poesía Universidad Metropolitana 2000 y la Medalla
Mujer Destacada en Letras 2001 de la Universidad del
Monserrat Álvarez Atlántico.
(Lima, Perú, 1968)
Autodaguerrotipo
Poeta y cuentista. Poemario: Zona Dark (1991).
Una mujer
Diariamente trata de anular las imágenes que emite.
Las manos sobre la rodilla derecha para ocultar
Diariamente expío mi culpa de existir el vacío aliento de la juventud.
limpiando pisos hasta extinguir mi vida Inclinada ligeramente hacia cualquier lado
Diariamente pago con dolor los placeres una sonrisa falsa pero hermosa.
y el dolor con dolor Callada se pregunta
Aquí nadie me mira —por desprecio los más cómo demostrar que su cuerpo
los menos por vergüenza— no piensa en la muerte.
Sé que tengo derecho a existir sin dar cuentas Y trata de no borrar el gesto.
a nadie, tanto como los perros Sin saber
que corren sobre el bien cuidado pasto sus ojos son ausencia
que no debo pisar (como si los señores de esta casa y la ausencia dibuja en la Historia
y todos los señores fueran dueños del pasto, una gran espiral.
como si para ellos y sólo para ellos Más tarde observa en el papel
amaneciera el sol, diera la tierra frutos) la luz adentro
Sé que también por mí las flores se hacen carne el mundo adentro
y mi sed es tan grande como la de cualquiera ella y su sombra
Sé que también por mí sale el sol cada día afuera.
y su calor me alumbra tanto como a los otros
Me ordenó la señora esta mañana sírvenos la comida
Yo nada respondí sólo quedé mirándola en silencio Ana Rüsche
Y pude oler su miedo (São Paolo, Brasil, 1979)
Me ordenó la señora sírvenos la comida después come
la tuya Poeta, abogada y traductora. Poemarios: Rasgada
Me ordenó vive muévete como respira duerme (2005) y Sarabanda –caderno de estudios (en prensa).
Yo nada respondí pero empecé a quitarme el
uniforme Traducciones: Alberto Trejo.
Adiviné mi voz en mi garganta alta y potente como
jamás la tuve Anoréxicas
La adiviné capaz de treinte carcajadas sucesivas
—yo, que nunca he reído fuertemente— Adelgazar,
Y no tuve vergüenza de mi cuerpo desnudo extirpar la última gordura,
Salí a la calle sin llevarme nada, abandonando todo devolver las costillas prestadas
como un lastre y deshacerse en luz.

Ya no obedeceré órdenes de nadie


Sobre el fondeadero de navíos en el espacio

Lauren Mendinueta recados y vencidos


142
no prestan libros recomendados Soy el corazón de Nuestro Padre.

pues el amor es un hombre que carga flores Soy la mujer que espera.
y todos lo miran Soy la mujer que se esfuerza.
Soy la mujer de la victoria.
desde 1929 aguardo la llamada Soy la mujer del pensamiento.
para que me rasgue ese pijama rosa Soy la mujer creadora.
esculpa cicatrices en esa boca de sonrisas Soy la mujer doctora.
Soy la mujer luna.
esmaltada en rótulos te espero Soy la mujer intérpreta.
en las manos deseo y en los pies hada Soy la mujer estrella.
para aletear por tus ojos por la luz rara de los locos Soy la mujer cielo.

la noche me fue a lanzar las otras carnizas Soy conocida en el cielo.


a empapar la cara de máscaras, un ojo y otro Dios me conoce.
pie y el otro, descalzos pies en la calzada
Todavía hay santos.
no se me recomienda el amor
las flores nunca fueron para mí Oye, luna.
Oye, mujer-cruz-del-sur.
Oye, estrella de la mañana.
Poetas indígenas
Ven.
María Sabina Cómo podremos descansar.
(Huautla de Jiménez, Oaxaca, México, 1894-1985) Estamos fatigados.
Aún no llega el día.
Curandera mazateca que utilizó los hongos
alucinógenos con fines chamánicos. Tuvo renombre Fuente: Zaid 34-35.
internacional.
Natalia Toledo
Letanías para oficiar en la experiencia de los hongos (Juchitán, Oaxaca, México, 1967)

Soy una mujer que llora. Poeta y cuentista. Poemarios: Paraíso de fisuras (1992),
Soy una mujer que habla. Mujeres de sol, mujeres de oro (2002), Flor de pantano.
Soy una mujer que da la vida. Antología personal (2004) y Olivo negro (2005). Premio
Soy una mujer que golpea. Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas
Soy una mujer espíritu. 2004. Becas: Programa Artes por Todas Partes 2003 y
Soy una mujer que grita. 2004 del Instituto de Cultura de la Ciudad de México.
Escribe en zapoteco y español.
Soy Jesucristo.
Soy San Pedro. Mujer
Soy un santo.
Soy una santa. Como mis manos antes de orar
la arena del desierto pule tus senos,
Soy una mujer del aire. las estrellas son aretes en la oreja del cielo y
Soy una mujer de luz. tus ojos: maíz de palma que el viento secó
Soy una mujer pura. envueltos en muselina negra.
Soy una mujer muñeca. Piedra que bajó de donde es tierno el mundo:
Soy una mujer reloj. nadie gira alrededor tuyo.
Soy una mujer pájaro.
Soy la mujer Jesús. Oficio

Soy el corazón de Cristo. Hago tortillas del tamaño de un corazón


Soy el corazón de la Virgen. de masa es mi mano,
143
pongo el comal sobre la lumbre noche en que los perros tatuaron con sus ladridos el
tuesto semilla de calabaza silencio.
para espesar la alberca de los camarones Noche de gemidos de caracoles.
oreados y rojos: Cuando la gente corría porque se habían comido a
maquillo con achiote la boca de los sabores. mamá luna.

En la oscuridad
Briceida Cuevas Cob una mujer,
(Tekapán, Campeche, México, 1969) la más embarazada entre las embarazadas,
aquella que no se prendió alfileres,
Poemarios: El quejido del perro en su existencia (1995) y aquella que no se puso la pantaleta roja
Como el sol (1998). Becas: Fondo Nacional para la ni bebió el agua con que se lavó el metate;
Cultura y las Artes para Escritores en Lenguas aquella que se rascó las pupilas para que su retoñolas
Indígenas (1996). Escribe en maya. tuviera más negras,
engulló a la luna,
Noche de eclipse y mientras todos buscaban a la luna con la mirada en
el cielo,
Hija mía, la mujer alumbraba al pueblo con la luz que
préndete los alfileres en la ropa, desparramaba su vientre.
ponte la pantaleta roja,
bebe del agua con que se lavó el metate, Tu primer arete
para que mamá luna no deje su mancha en el cuerpo de tu
retoño cuando te rasques. Porque naciste hembra
tu madre jaló un hilo de su corazón
Noche de eclipse. y te lo enhebró en la oreja como tu primer arete.
La exploración del lenguaje

Tamara Kamenszain
(Argentina, 1947) Hoyo de la muerte
huyendo
Poeta y ensayista. Poemarios: De este lado del de la suerte
Mediterráneo (1973) y Los no (1977). por la huella
de Momo
Los no te aúlla
la tristeza
Como las máscaras de la comedia del arte de la gente
que corretean torpes y ridículas “Si me quedo sin careta es la señal
buscando por el escenario que a mi cara desnuda la verán
el gesto grotesco de lo cómico revés de esta cara no tengo y
así las cosas esta ciudad el mundo todos de ser actor me avergüenzo si
cubren el espejo de las palabras se acaba el carnaval”
con un abanico de muecas que en él descubren.
El abanico de muecas ante el espejo Vitral es el ojo dibujado
es un despliegue de signos que arman
libretos ropas decorados máscaras Vitral es el ojo dibujado, un
un repliegue reflejo que desarma cuadro de interiores con ventana
frases gestos sílabas palabras que por la vista filtra lo que pasa
en el dibujo, afuera, de la casa.
En una pequeña tarima Pintura joven de familia impresa en
quiere hacer actuar el arte al mundo el espesor del vidrio endeble aguarda
riéndose de los que dijeron: al ojo que la enmarque, al marco que de
el mundo el íntimo color la cruce al otro
desplegado en su vasto escenario tono de la calle. Viaja en su pulsión
ya nació teatro. púber esta escena avitralada. De
El arte burlador se vuelve comedia la ensimismada reclusión más allá,
y vuelve cómico al mundo burlado el otro croquis, el mundo, quiere ver.
que si tenía el papel de gran estrella
ahora acepta ser Se interna sigilosa…
en una obra sin libreto
oscuro extra sombra de comparsa Se interna sigilosa la sujeta
en su revés, y una ficción fabrica
Adivino cuando se sueña. Diurna, de memoria,
que hace actuar destinos ajenos si narra esa película la dobla
sobre un escenario imaginado al viejo idioma original. (Escucha
el mundo boxeador retirado un verbo infantil el que descifra
si entrena a los otros calma una suma que es cifra de durmientes
su añoranza por el ring. delirios conjugados en pasado.)
Retazos ¿Quién, por boca habla de los sueños
que se están fabricando con apuro cuando hacia ellos la vigilia va o
de un único papel protagonista cuando lo envuelto con ellos en esa
los actores mundo repartido pantalla de la sábana se escribe?
simétrico reparto concebido
en las entrañas del gran caleidoscopio. Por el hilo de saliva…

Hoyo Por el hilo de saliva el idioma


146
de uno en la lengua del otro se de oxígeno! ¡Nos dice que el mundo
traduce. (Para el cultivo afecto es es mundo! ¡No se puede,
lluvia y dentro de ese invernadero, mujeres, escribir con agua!
empapándose crece la pareja.) ¿No se puede escribir con agua?
El puente crece, cómplice tendido Sin embargo, ese cuerpo que no es
a los pies de un pacto que recorre ejemplar de la escultura ni accidente todavía
sobre esa procesión su maridaje, de la pura geografía, se sienta aquí como un objeto
va adelantando tramos de silencio y ya su propia manera de imitarlo:
y en él traduce, fiel, a los que enlaza. agua para el corazón que es agua para la cabeza.
Si ellos firmaron viven en la letra Agua es tres cuartas partes de lo que pasa.
que el apellido presta a la morada. ¿Se puede escribir con agua?
A la página, mujer.
Burbuja, pez o mariposa… Después de todo, el fin del arte es el placer,
del que bien podríamos abstenernos
Burbuja, pez o mariposa mien- como de una moda. Seamos esta vez
tras crece a la maternidad estanca la sed y el placebo de la sed,
de su agua en el útero obstinado hablando como amigas que sumergen
y al padre de un destierro fabulado las piernas en el agua, sabiendo que depende
a orillas rescata de ese estanque de la luna y también que regidas por la luna,
pues ya gestó; la patria le apetece. cuando ella salga difícilmente
Cuando a la luz se amarre como hijo estaremos a su altura, enrojecidas por el sol,
deslindará la línea de su anzuelo ruborizadas ante el propio calor,
en la tensión al genitor que acuda como sardinas nadando en aguardiente.
y entornando sus manos a la pesca Eso es el mundo, etc. Una metáfora imposible
de los dedos adultos si la encuentra en como agua de la luna. Y también está una:
su mar neonatal, tendrá respuesta. digamos eau-de-vie, aquae vitae, agua de vida.
Y agua regia, como la vía, agua del rito
Mirta Rosenberg que no siempre podemos trasegar
(Rosario, Argentina, 1951) pero que hay que beber lo mismo para que el pozo
no se seque y se haga arena ciega, agua sin sed.
Poeta y traductora. Poemarios: Pasajes (1984), Madam ¿Se puede escribir con ella?
(1988), Teoría sentimental (1994), El arte de perder (1998) A la página, mujer.
y Poemas (2001). Premio Konex 2004 al mérito por
traducción literaria.Beca Guggenheim en poesía.
De Pasajes

Mujeres a la página Entredicho

Fuimos a derivar como una isla sin continente Sobra,


y el mar empieza a ser visible. Seremos mujeres palabra,
al borde del agua y allí nos miraremos bajo el sol para encontrar que lo predicho
que enrojece a las mujeres que se miran en el agua no se cumple
con la intención más bella de encontrarse ni los dichos
en el cielo, desdichas invisibles. nos alcanzan. Nunca el cielo
Aunque seamos tan feas como es posible, se vio tan distante o la brasa
una pintura que nadie quiso pintar, del instante
un desacuerdo tónico de las notas, tan quebrada
una mala manera de decir que hay bellas en el intento de sabernos
palabras que no llegarán y esperaremos, parte y suerte
un vaso donde el agua no ha querido de un presente omitido,
encontrar su forma, y la dejarás correr. de un pasado encubierto
A la página, mujer. por leyendas que dudan
¡Oh esos dulces átomos de hidrógeno, que supimos ser uno
la bomba de la guerra más el óbolo o distintos, pero acercados,
147
ni por la afrenta la curva de la vida
o el simulacro. esculpida
en la cabeza.
Funda,
palabra, De Madam
una ventana que abra a otra ventana
por donde esta línea Exclusivamente calla, verdadera dama,
huya anunciando una exigencia, un drama,
y mienta al humo de las horas ante la urgencia del destino. Exclusiva llora
y desdiga y en su llanto aflora el reto serpentino
de las eras que al arder y la curiosidad que mató al gato. Está tentada
nos darían este ahora de hace rato, porque en los secretos cajones
inaprensible del dressoir no guarda nada final, definitivo.
que la voz acalla, El peso del mundo lo lleva puesto; la carta
excusa superior de la razón de triunfo ha ido a dar al cesto
de ser de los papeles, con otros oropeles
de mejor manera de descarte. No tiene arte
que hasta ahora. de fuerte voluntad pero sí tiene atisbos
de su ejercicio: el vicio de la solterona
Manda, que acabará por dar a luz a una personalidad
palabra, excéntrica, obsesiva, minuciosa: en los cajones
lo que anda nada, pero un lugar para cada cosa. Si llora,
más oscuro entre la noche, como yo, es por su historia: nadie la cuida
lo olvidado y nadie a quien cuidar. Queda la vida.
tantas veces, lo no dicho El espíritu se atrasa con las vueltas
a decir, de la noria de este pobre corazón de muselina
a hacer lo hecho y el desecho fina, exclusiva, bella, y ella
de lo que fue. recibe en su casa.
Crispa y triza,
leve pluma vertical *
crecida al cuerpo,
aspa y trazo En el momento de nacer, poco más tarde,
en el agua que viaja y que no viaja no hubo sentidos revelados. Lo auspicioso
para atrás de ese día fue una luz de neón, perecedera,
ni cuando muda. incandescente, enrarecida, dibujando el signo
En tu cielo de la palindromía —Madam, I’m Adam— más
buscamos otro cielo, perfecta
en tu celo en otro idioma y más sombría
el mayor silencio. que dominar los sentidos. El reflejo
intermitente tornó útil el espejo; demorado, ¡ay!
Contra el espejo el círculo callado, sorprendido,
de los cuerpos que buscándose se evitan
El grano de maíz en el calor de lo íntimo. ¡Haber nacido
dentro del vientre bajo ese signo! Haber nacido. A diario
del torso de mujer el tedio se vuelve del revés el derecho natural,
de la escultura de Moore, y el asedio es del sitio de lo mismo:
en el museo, demora la mirada Al no desear, me muero. Quiero a ese pájaro
de quien mira. Detenida, la mano visitante de mal agüero, el que amenaza Mad am I
puja por el grano pero no lo apresa, pendiente con énfasis vital y tanto élan… Madam, ¡ay!,
del instante. Habría vida en esa curva, dura belleza, perdamos tiempo si todo está perdido, hablemos
y sostenida, la promesa: presente en cada vientre. trivialmente del paso, del abismo.
La que ve el maíz se turba, guarda la mano
seducida, y se lleva el grano y la promesa, De Teoría sentimental
el torso de mujer de Moore,
148
No sabía para adelante. Me tocaste, ¿te toqué?
que el diamante fuera pájaro ¿Compartimos un abismo? Dame, diste,
ni tampoco que muriera di, diré: las facetas del diamante
de una muerte que no fuera son,
natural:
no sé,
un diamante mejor hablame y te creo. Así como quien reza
tiene la suerte del brillo sin un deseo de asceta: todo poema es de amor,
de la centella, aunque alguna estrella toda guerra es interior, toda palabra
se enfríe y la sal de la vida sea está presa.
lo que se lea
De El arte de perder
como novela
por el rabillo del ojo El árbol de palabras
de un gran lector
cenital. Adivinó que era amor Mujeres a la página
y se
Fuimos a derivar como una isla sin continente
ríe: y el mar empieza a ser visible. Seremos mujeres
si pudiera, escribiría en potencial, al borde del agua y allí nos miraremos bajo el sol
y si no, sería cantante. Me enojo, que enrojece a las mujeres que se miran en el agua
hago mal y digo para con la intención más bella de encontrarse
adelante: en el cielo, desdichas invisibles.

ese Aunque seamos tan feas como es posible,


pájaro se ha muerto y no es augurio una pintura que nadie quiso pintar,
de Lázaro ni de santa ni de sabbath. Lo cierto un desacuerdo tónico de las notas,
es que yo te extraño y que es Maureen la que canta una mala manera de decir que hay bellas
pelirroja palabras que no llegarán y esperaremos,
un vaso donde el agua no ha querido
con esplín, encontrar su forma, y la dejarás correr.
la verdad de lo ocurrido “You’ll never know
how much I miss you” You es tú, sos vos, A la página, mujer.
SOS, como un pedido de auxilio,
miss, ¡Oh esos dos dulces átomos de hidrógeno,
la bomba de la guerra más el óbolo
cualquier de oxígeno! ¡Nos dice que el mundo
daño fue anteriormente. Estoy a un tris es mundo! ¡No se puede,
de entender (¿un diamante es doble amante, mujeres, escribir con agua!
o dos veces sin objeto o sólo un reto
a la ¿No se puede escribir con agua?

repetición?) Sin embargo, este cuerpo que no es


que por ejemplo otra vez, algo ejemplar de la escultura ni accidente todavía
me está esperando —corazón-mata-callando— de la pura geografía, se sienta aquí como un objeto
y se va, como en inglés, “sobre su ala”, y ya su propia manera de imitarlo:
vale decir, agua para el corazón que es agua para la cabeza.
Agua es tres cuartas partes de lo que pesa.
se nos vuela.
La textura del tiempo, Vladimir, es rala, ¿Se puede escribir con agua?
una usura del instante y de sufrir cuando apela
a no sé qué: nunca volver es lo mismo A la página, mujer.
que
irse Después de todo, el fin del arte es el placer,
149
del que bien podríamos abastecernos
como de una moda. Seamos esta vez inspiración
la sed y el placebo de la sed,
hablando como amigas que sumergen y su espiración hasta Aristóteles, según volúmenes [de
las piernas en el agua, sabiendo que depende física.
de la luna y también que regidas por la luna,
cuando ella salga difícilmente Es el mismo aire que mi madre respira todavía y vos
estaremos a su altura, enrojecidas por el sol, aire de Acuario renovado y yo por un tiempo
ruborizadas ante el propio calor, acotado. Inspiración natural.
como sardinas nadando en aguardiente. La pausa del punto,
más bien tísica y final,
Eso es el mundo, etc. Una metáfora imposible
como el agua de la luna. Y también está una: es para respirar.
digamos eau-de-vie, aqua vitae, agua de vida.
Y agua regia, como la vía, agua del rito II
que no siempre podemos trasegar
pero que hay que beber lo mismo para que el pozo También la hormiga que cruza la ventana
no se seque y se haga arena ciega, agua sin sed. lo respira. Y el helecho del balcón lo hace,
sitiado por hormigas que respiran.
¿Se puede escribir con ella?
Se respira por excelencia.
A la página, mujer.
Aunque la primera inspiración
La inspiración necesaria haya sido inducida, involuntaria,
no recordada, yo, ustedes, nosotros, nadie
a Lil estaba en trance. Inspiramos para expirar,
como el orden de la sintaxis, se quiera o no,
I porque la vida va en ese sentido. Sustantivo,
adjetivo, artículo del verbo respirar,
¡El aire, ay, lo irreprimible! y el pronombre sujeto a la inspiración
o el objeto de ella.
Una querría que fuera diferente, querría
que simplemente fuera el mundo posible y no una Si te inspiro soy tu musa
una creación del pensamiento de los demás y poeta si me inspiro a mí misma.
en la bruma irisada del oxígeno-nitrógeno fatal
cuando se dice una en el aire Los pronombres se llenan
personal del peso de las cosas, y en el peso del significado del momento
del pensamiento, alas para las cosas. y todos vamos de aquí para allá.
Ella, la hormiga;
Una querría, el helecho, él;
y entiende que desnuda de tanto peso no puede yo sujeto de la enunciación
respirar que rara vez conjugo el verbo
ni entender ni sentir del todo, y es duda. Abajo trabaja nacer en primera persona del presente.
el mar, dos partes del mundo es red,
no una que sólo peso y la sed de alas. En el aire Ya lo hice y ahora respiro.
querría
ser una que ni levita ni cae, cuerpos a la deriva: La consecuencia
aire de gas, de cristal cortante, y una que lo respira,
es pulmones. Órganos entre personas, ojos como Esto es un árbol. La raíz dice raíz,
lazos rama cada rama, y en la copa
de amor en una, o en una playa sola está la sala de recibo
el caso de partículas parciales, arena que se vacía, de un mirlo que habla.
y la respiración de una, pocitos
de las almejas. Moléculas viejas: respirar La mesa donde escribo
por succión átomos de aire que otros respiraron,
150
—una fiesta de solteras— de la hoja de la rama
está hecha de madera de ese árbol
convertida por el uso y por el tiempo del árbol de palabras.
en la palabra mesa.
No hay menos de dos, esas arboledas altísimas
Es porque da frutos que caen bajo las cuales lavar ropa sucia con discreción.
y por el gremio perenne de sus hojas No presumir de suciedad, tampoco de limpieza.
que se renueva el árbol Tener una cola ancha como el mar
y que existe la palabra árbol: con sus mareas, la historia de durar
sin seguridad, sin saber cómo crece, si crece,
aunque a veces el bosque
lo oculte a la vista, lo contiene el árbol de que hablamos.
el árbol en la palabra árbol.
Pero hablamos, hablamos, en escenas
Y no es que éste sea un poema abstracto. sujetas a la interpretación. “No puedo ser
Es que las palabras se repiten entre sí la acacia y debería” parece una sentencia,
por el sentido: son solteras y sociables pero es tan sólo función de la poesía postularlo.
y de sus raíces crece un árbol. Vi esa acacia, te vi, no puedo quejarme porque
no me viste, estoy vestida y no para una boda,
La inconstancia es toda una alegría postularlo. Amo donde somos dos:
el centro de la tierra, el fondo del mar donde la luz no
No estamos de acuerdo en todo. Nuestro amor, llega,
decimos, no es “de tan tonta calidad”. Decimos
a cada rato no hay que vivir en la jaula de los [monos, donde están los colores más brillantes
haciendo escalas con las lianas de ascenso [individual,
de subida exclusiva, si alguien encendiera el reflector.
sin atender a la melodía elíptica del organillero.
Allí donde manos, ojos, donde llega sólo
No hay que vivir así, hay que dar la voz por arrebatos, allí
y escuchar otra nota, su descenso melodioso, el árbol ha enraizado.
su caída impar y no
un ejército de monos oponiendo Estamos de acuerdo en poco. Una incierta
el pulgar a cualquier cosa. Me opongo tonalidad de la luz, un breve matiz de la mirada
a eso, pero entonces decís, y cierta felicidad de la ausencia, la más callada, la [que
con la sensatez de quien ama menos de dos, hace
que las palabras no desaparezcan y se pierdan
nada es tan terrible. en el follaje nuestro,

Pero es terrible y lo siento el de estas ramas.


y siento que lo sientas, y sentís,
con la sensatez de quien ama menos de dos, El silencio fertiliza. Este desierto se vuelve,
que todo tiene solución. Y sin duda por suerte de pronto, una llanura soleada donde volvemos
todo se disuelve en esta calma, la de la incomprensión a cambiar de dirección, donde cada serpiente no
que sale a comprar un revólver o muestra
su silbido sino la piel que ha mudado y por un tiempo
para el caso, un reloj. la hace parecer otra serpiente, que no se desenrosca

Y mientras tanto está el alma traspasada del árbol que ya hablamos.


por la comprensión, un calor siempre amarillo,
alimonado, un árbol de palabras del que cuelga el Y ya hablamos. Te quiero muchísimo dijiste
colgado, y dije que te amo: el maquillaje de la jaula de los
el que se entrega a la sucesión, a lo que sucede y no monos
pasa, exige una pluma en cada cola prensil
al fruto del capullo para tener las manos libres, o mejor, un lápiz indeleble
151
pero nunca un cuchillo en nuestras manos, ni dañar Ojos de piedras finas.
la corteza bajo cuya superficie —tenemos la
esperanza— De la espuma que arrojan, del aroma que vierten

fluye nuestra savia. (En los atrios: las velas, los amarantos.)

Te escribo con mi lápiz indeleble sobre el ara levísima de las siembras.


que no tiene marca, aunque yo
esté marcada. Sálvese (Desde el templo:
en mí la mirada, sálvese la palabra. el perfume de las espigas,
las escamas,
Coral Bracho los ciervos. Dicen de sus reflejos.)
(México, D.F., 1951)
En las noches,
Poemarios: Peces de piel fugaz (1977), El ser que va a morir el mármol frágil de su silencio,
(1982), Tierra de entraña ardiente (en colaboración con la el preciado tatuaje, los trazos limpios
pintora Irma Palacios, 1992) y La voluntad del ámbar
(1998). Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (han ahogado la luz
1981. Beca: Sistema Nacional de Creadores de Arte y a la orilla; en la arena)
Fundación Guggenheim.
sobre la imagen tersa,
sobre la ofrenda inmóvil
Tocan los vitrales ocultos de las praderas.

Los grillos (las termitas encubren En los valles despiertos


su discurso escarlata) cimbran por sus nombres los
frutos, Tus caricias,
los helechos. Tocan los vitrales ocultos sus caudales desatan esta flama, este viento,
(las termitas recorren en silencio los ecos) abren con sus luces los campos, los despliegan,
por el vaho vigilante, los bañan. Las aves rompen el vuelo.
la valla, Sus alas, claros cristales,
de altas noches en clama. sus picos suaves y finos, rasgan y dibujan
—en la yerba; en los valles despiertos
De sus ojos ornados de arenas vítreas que recorren y habitan— paisajes ígneos,
higueras, flores de savias vivas y luminosas,
Desde la exhalación de estos peces de mármol, páramos,
desde la suavidad sedosa brotes de arena espesa, yermos que la sed,
de sus cantos, lenta noche de sal, que el deseo
de sus ojos ornados regeneran: Los ciervos cruzan por los linderos.
de arenas vítreas,
la quietud de los templos y los jardines Hilo en una tela de araña

(en sus sombras de acanto, en las piedras Un arroyo imantado por la brisa y la luz,
que tocan y reblandecen) un transcurrir cobrizo es el hilo que fluye
en la tela de araña. Charcos de plata cambian
han abierto sus lechos, de unas hojas a otras, de unas huellas
han fundado sus cauces a otras sobre la tierra blanda. Te veo cruzar
bajo las hojas tibias de los almendros. entre dos líneas. Lo amo,
digo.
Dicen del tacto Entre dos ramas del azar
de sus destellos, fluye el arroyo,
de los juegos tranquilos que deslizan al borde, su hilo hechizado por el mar de la luz,
a la orilla lenta de los ocasos. por el licor
De sus labios de hielo. de su corriente. Es el agua que embriaga
152
el atardecer. Es el fuego que fluye Los dibujos que trazan al brillar las fisuras
sin cesar hacia el este. Bajo su fiel van reemplazando
solar el movimiento.
te pienso.
Son subyugantes sus arabescos contra el lomo
Mariposa del mar.

Como una moneda girando En él respira su silencio.


bajo el hilo del sol Es un espejo del tiempo
cruza la mariposa encendida bajo el azul: sobre él,
ante la flor de albahaca.
con punzones finísimos argumentan,
La actitud de los árboles sobre él discurren con suavidad.

La actitud de los árboles, Atardecer


su gesto,
es momentáneo. Bajo los arcos rosados de los portales
quebramos piñones con una piedra,
La penumbra del cuarto su carne, también rosada,
ilumina la tarde.
Entra el lenguaje.
Con abismada transparencia
Los dos se acercan a los mismos objetos. Los tocan
del mismo modo. Los apilan igual. Dejan e ignoran Eres el fuego del inicio.
las mismas cosas. Eres la luz
en el instante sabio
Cuando se enfrentan, saben que son el límite de hacinarse en el agua.
uno del otro. Eres la voz, la transparencia que penetra,
que engendra;
Son creador y criatura. la nota viva y diáfana
Son imagen, que cae,
modelo, con el candor de una certeza
uno del otro. en el centro
del alma.
Los dos comparten la penumbra del cuarto.
Ahí perciben poco: lo utilizable Luz derramada sobre un estanque de alabastro
y lo que el otro permite ver. Ambos se evaden
y se ocultan. Una pequeña piedra transparente
y en ella,
Sobre él discurren con suavidad la deslumbrada alegría del sol.
Eres el canto del agua
En el espejo del tiempo y entre sus hebras, el canto fresco
centellea la conciencia. de la alondra, el viento suave
al amanecer. Luz derramada
Fina serpiente de cristal, rodea las cosas. sobre un estanque de alabastro.
Las envuelve, las crea, las fija. Sobre sus aguas:
el azahar
—Se ve mirarse en el reflejo. y el jazmín.
Ve su imagen mirar.—
La voz indígena
Los movimientos se hacen cautos
y lentos Es un dolor
y van dejando en su discurso fisuras. de voz que se apaga. De voz eterna
y profunda
153
que así se apaga. Que así se apaga esa misma pregunta:
para nosotros. ¿Dónde? ¿Dónde dejamos,
dónde dejamos ese espacio?
Bajo el oro del bosque
III
Ámbar redondo
y luminoso, conjuga, Y es en la noche niña, en su apretado corazón
enlaza donde se abre ese jade.
su voluntad. Donde fluye y se entorna
Es impulso y sendero. Centro. ese jardín. Es en los ojos vivos
Desorbitado aliento. Tiene el peso del jaguar de la noche:
contundente de un astro y la transparencia suave, Un parpadeo es el sueño,
profunda, otro es la muerte que ahora canta
de un estanque despierto bajo el oro del bosque. con acendrada suavidad.
El sol hechiza su espesura, Y su voz cadenciosa es un murmullo
traza sobre su borde signos: ceibas, de madre joven.
antílopes, abismales corrientes,
una cigüeña bajo el manglar. Arde en el cuerpo Toca su voz el filo
con una fuerza desbordada que arrebata y el caudal de las cosas. Toca su sorprendido
y conduce, con una llama corazón.
que señala. Fluida irrupción
de eternidad Magdalena Chocano
es su solidez, su intacto y nítido (Lima, Perú, 1957)
designio; savia su lúdica certeza.
Su fuente oculta, su vastedad. Poeta y ensayista. Poemarios: Poesía a ciencia incierta
Viento enraizándose en ese bosque, (1983), Estratagema en claroscuro (1986) y Contra el
en esa lava cristalina ensimismamiento (partituras) (2005).
como una sal y su aflorado incendio,
como un delirio, y en su avidez, su mar: De Estratagema en claroscuro
un arco límite: ceibas,
antílopes. III
Hálito intenso y sopesable, su rapto vuelve
a esta tibieza: Habría querido pulsar el noúmeno cernido de las
una gardenia, el aire [cosas
bajo el ciruelo, tu honda mirada. pero pasó hora tras hora
Un imán. copiando de un libro las respuestas al cuestionario
Quien lo acoge es llevado, emprendido por él, Las tareas eran vastas
es arrancado por su flama. La noche es linde en el cuaderno cartográfico
de su embriaguez. siempre quedaban mapas por colorear
el perfil del océano ante todo
De Ese espacio, ese jardín Se esperaba que la costumbre diera conocimiento
y sin embargo
* la abstracción más solemne se alcanzaba
mirando vidrieras de viejos bazares
Ellos, los muertos, nos miran con sus ojos o en la parsimonia de beber la ya extinta Kola [Inglesa
[ahondados, La pena era un atrio sin palomas
con su encendido corazón, y un desconcierto de y la caligrafía, interminable
[niños, en hoja de doble renglón donde escribía
un sobresalto desolado nos toca, “Hoy brilla una daga en el cielo”
al feliz amparo de los antiguos tropos
una tristeza oculta. Ella demoraría en conocer sinonimias más certeras:
¿Dónde? la semejanza entre la luz y la locura —verbigracia—
¿Dónde dejamos ese espacio? la infeliz coincidencia entre el trabajo y la cequera,
Y en sus ojos precisos y extrañados miramos en fin,
154
todo lo que disímil se funde con la metáfora Una infinita posposición es el huero principio
o estratagema sombría del poema de la historia
y ninguna teoría puede ya sujetarme
IX a los añicos de un universo
perpetuo y trastocado
Aquello flota sacro pues yo por ventura no soy humana
avanza mi error
mis varios yerros XIX

Me arrastran mis errores Fénix


golpean el suelo al andar yo
su orgullo es desmedido, y justo te
deseo
Hierro de los errores, que te atraviesa de parte en el
[parte Fuego
mi insolencia hiéndete el aire estupefacto
siniestro es mi manejo XXIII. Poema para alumbrar el lado negro de la montaña

Y la vida es mi error Black Mountain Side


la muerte mi error Jimmy Page, Led Zeppelin
mi error
sobre todo Yo soy un niño que juega con vidrios de colores
el poder hallados en una botella venida de otra costa
este poder Jimmy Page ascendía por una escala gótica
había llegado a la eternidad sin proponérselo
XII Un niño no puede descifrar el mensaje enviado en
[una botella
Alguien se burla de su propia inteligencia Un niño sólo puede capturar el rayo del sol en su
y se escuchan aplausos [abalorio
Jimmy Page escapaba de una escafandra gótica
XVIII un estridor de cuerdas
ahuyentó a los furtivos diosecillos de las ruinas
He fraguado la intensa maravilla —A qué entender si basta contemplar
Férreo romance el orden de mis cosas lleno de [calma —la luna sobre el contorno de una guitarra
y azar —alargándose en las aguas
Jimmy Page ostentaba cabellos hasta el talón
Constelaré en las noches su forma legendaria y sus trances aunque dudosos se harían dignos de
[cine o ditirambo
La armonía no pausa ni en el punto más radiante / enredado durante noches en la copa de un pino
a que me encumbro [invisible
fue liberado por los espíritus del parque /
No soltaré el eje / que me desuelle la mano / raptado por los ángeles arpistas
Consistiendo la perspicacia que me hiere fue expulsado del empíreo por los celosos tronos /
el sexto tacto que me roba todo miraje / liberó el Cantor apresado por los duendes del
[asfalto
La luz es tan lenta como la sangre y fue despedazado /
y las estrellas brillan firmemente / el Cantor rehízo su cuerpo y lo animó
mientras zurzo los trajes cantando la Canción de Cuna
de quienes rasgan sus vestiduras cuando sufren que recordara al mirarse en un Espejo Retrovisor /
/ Jimmy Page luchó por la guitarra mágica
En el territorio innegable y sentenciado sepultada en el fondo del Atlántico
ella amontona las nubes contra los músicos aullantes de la Espesura de [Acero
truena en las alturas /
/ y luego de puntear finamente el instrumento
desapareció hace siglos
155
caminando sobre el último rayo de sol / Preciada Libertad de los Objetos
Un niño empuña firmemente el cristal escarlata del Opaca Tozudez que No Aminora
[ocaso Todo nos Une Nada nos Separa
Un hombre sólo pudo escribir en el envés de su
[noche Aquella viscosidad
“Yo soy una guitarra en el cielo” difícil para el contorno armado por el abuso del
lenguaje
XXV entrevero tu tarea tu trabajo
parva ciencia tu paciencia
A Magdalena Varías
Sudor. Sal.
El arte no es claridad Jadeo.
nada nace transcurre o fina prístino El cuerpo.
no lo que viene de pacarina densa y pura Pelo.
Flor de agua.
Separar del cielo la mar Tierra.
único gesto certero Entera estoy casi inigual a todo reducida
paradigma de Quien busca do apoyar su pie y [danzar Decanta Mina tu argumento
que no me aplaco de ritmo
En el principio y siempre me desvelo
el esfuerzo
Músculos extendidos
Flexión
La poesía oral y escrita de las mujeres africanas
La poesía del antiguo Egipto

Hatchepsut quién merecerá el monumento que hice para mi


(Egipto, 1520-1483 a.C.) padre,
quién hablará en las conversaciones,
Perteneció a la dinastía XVIII. Fue hija del faraón quién llegará a la posteridad,
Tutmosis I y de la esposa real, Ahmose. Se casó con fue cuando me senté en el palacio,
su medio hermano, Tutmosis II (hijo de Tutmosis I y y pensé en mi hacedor,
Mutnofret), quien sucedió como faraón a su padre. que mi corazón me llevó a construirle
Cuando Tutmosis II murió, Hatshepsut asumió el dos obeliscos de electrum,
poder como reina regente de Tutmosis III, su hijastro cuyas puntas llegarán a los cielos,
(hijo de Tutmosis II e Isis, una esposa menor). Más en el augusto patio de columnas,
adelante, delegó sus títulos femeninos en Neferure entre los dos grandes portales del Rey,
(hija suya y de Tutmosis II), para finalmente asumir la el Fuerte Toro, el rey Aakheperkare, el Horus
investidura de faraón y ser cogobernante con su triunfante.
hijastro. Durante su gobierno, envió una expedición Ahora, mi corazón va y viene,
comercial a la tierra de Punt, en la costa del Mar Rojo pensando qué dirán las gentes,
en África. Hizo construir obras arquitectónicas muy aquéllos que verán mi monumento al cabo de los
importantes, como la Capilla Roja de Karnak, y su años,
templo mortuorio Djeser Djseru, en Deir el-Bahari. y hablarán de lo que he hecho.
Pasados veinte años después de su muerte, acaecida Cuidado con decir, “No lo sé, no lo sé:
ca. 1458 a.C., Tutmosis III mandó destruir las ¿porqué se hizo esto?
imágenes en que su madrastra aparecía con atributos Para construir una montaña de oro,
faraónicos. En 2007, Zahi Hawass identificó la momia como algo que simplemente ocurrió”.
de Hatshepsut, la cual fue hallada por Howard Carter
en 1903 dentro de una tumba del Valle de los Reyes. Juro, como que soy amada por Ra,24
como Amón, mi padre, me protege,
Declaración de la reina Hatchepsut como que las aletas de mi nariz se ven refrescadas con
vida y dominio,
He hecho esto con un corazón amante de mi padre como uso la corona blanca,
Amón;23 como aparezco con la corona roja,
me he iniciado en su secreto de los orígenes, como los Dos Señores han unido sus heredades para
me he familiarizado con su espléndido poder, mí.
no he olvidado nada de lo que él ordenó. Como gobierno esta tierra como el hijo de Isis,25
Mi majestad conoce su divinidad, como soy poderosa como el hijo de Nut,26
actué bajo sus órdenes; como Ra descansa en la barca de la tarde,
fue él quien me guió, como se impone en la barca de la mañana.
no preparé ningún trabajo sin su intervención. Como se une a sus dos madres en el barco del dios,
Fue él quien dictaba sus instrucciones, como el cielo resiste, como su creación perdura,
no dormí a causa de su templo,
no me desvié de lo que él ordenaba. 24 Dios creador y personificación del Sol.
Mi corazón fue Sia ante mi padre, 25 Horus (dios del cielo o sol naciente, quien fue el primero
Entré en los designios de su corazón. de los faraones) era hijo de Isis (la diosa madre, y también
No volví la espalda a la ciudad del Señor Supremo, de la magia, la fertilidad, la maternidad y la alimentación) y
en cambio, volví mi rostro hacia ella. de Osiris (hermano de Isis).
26 Osiris, dios de la naturaleza y la fecundidad era hijo de
Sé que Ipet-sut es la patria de la luz sobre la tierra,
el augusto monte del comienzo, Nut, diosa del cielo, y de Geb, hermano de Nut, quien
representaba a la Tierra. Osiris gobernó Egipto hasta que
el Ojo Sagrado del Señor Supremo,
su hermano Seth (dios del caos, el desorden, las
el lugar favorito que lleva su belleza, tempestades y la guerra), para ocupar su lugar, lo mató y
que reúne a sus seguidores. esparció su cuerpo. Isis reunió los pedazos, y con la ayuda
Es el propio Rey quien dice: de Anubis (dios de los muertos), hizo que volviera a vivir.
declaro ante el pueblo quién será en el futuro, Osiris no pudo volver a reinar en la Tierra, pero se
convirtió en dios de la naturaleza, la fecundidad y la
resurrección. A Seth lo mató Horus, quien lo sucedió en el
23 Supremo creador. trono.
160
como seré eterna como la estrella que no muere,
como descansaré en la vida como Atón,27
así respecto de los dos grandes obeliscos,
forjados con electrum por mi majestad para mi padre
Amón,
para que mi nombre pueda perdurar en este templo,
para la eternidad,
los dos están hechos de un bloque de duro granito,
¡sin grietas, como un todo!

27 El disco solar.
La poesía oral de las mujeres africanas

Canción de la afligida canción similar: “¡Oh! ¡Cómo me gustaría trenzar una


(Lesoto, 1842) cuerda y subir al cielo; encontraría alivio!”
Lengua: Sesotho La “Canción de la afligida” es anterior a la
influencia occidental en Lesoto. Sus referencias
Comentario de Leloba Molema: culturales pertenecen puramente al pueblo sesotho, y
resultan diferentes de aquellas que están presentes en
La “Canción de la afligida” es un lamento que las canciones de matrimonio de Botsuana, que
pertenece a la parafernalia de la guerra tradicional en contrastan la amargura del matrimonio y la dulzura de
Lesoto. La partida a la guerra involucraba rituales de los pasteles. Arbousset, uno de los primeros tres
fortalecimiento que pretendían disuadir de la cobardía misioneros que fueron a predicar allá a raíz de la
y celebraban las obras valientes de los guerreros. Tales invitación del rey de los basotho, recogió esta canción
rituales, así como las canciones, la poesía y las danzas tres años después de su llegada a Lesoto.
que los acompañaban, se enfocaban casi
exclusivamente en los hombres, con todo y que Transcrito por Thomas Arbousset.
algunos deben de haber sido dirigidos por reinas Traducido al inglés por Willard Trask.
guerreras tales como ‘Manthatisi de Batlokoa. Las Traducción al español: Iliana Rodríguez.
canciones y los poemas reciben el nombre genérico de
“mokorotlo”, que Thomas Mofolo describe en su *
novela Chaka (1925) como canciones de hombres,
canciones de guerra. Las viudas más viejas:
El retorno de la batalla implicaba rituales “de
limpieza” similares, cuyo propósito era, entre otras ¡Nos dejan fuera!
cosas, lamentarse por la muerte de los caídos. La ¡Nos abandonan al dolor!
“Canción de la afligida” pertenece a este rubro, ¡Nos abandonan a la desesperación,
aunque era interpretada también en otras ocasiones. la cual sólo hace nuestros dolores más amargos!
Thomas Arbousset, quien recopiló esta canción en ¡Si tuviera alas para volar al cielo!
1836, señala que era “particularmente apreciada por ¿Por qué no baja una fuerte cuerda del cielo?
las viudas”, quienes, cuando alguien moría, se reunían La ataría a mí, la treparía,
fuera del pueblo para cantarla y bailarla en coros con iría allá para vivir.
el acompañamiento de un tambor de piel de cabra.
La literatura oral de este tipo toma prestado La nueva viuda:
libremente el material comunitario accesible, e incluso
algunos artistas orales inventan y expanden su ¡Qué tonta soy!
repertorio en respuesta a los comentarios, los gestos y Cuando llega la noche, abro un poco mi ventana,
las exclamaciones de su audiencia. De esta forma, escucho en el silencio, veo:
incorporan la experiencia del grupo en su trabajo. Es ¡imagino que él regresa!
más, los diversos artistas cantan de manera diferente
las secciones del mismo texto. Por ejemplo, Arbousset La combatiente hermana del hombre muerto:
nota que el verso “¡Oh! Que pudiera volar hacia allá”
está muy elaborado en algunos testimonios. Si las mujeres también fueran a la guerra,
habría ido, habría lanzado dardos junto a él:
¿Por qué no tengo alas para volar al cielo? mi hermano no estaría muerto:
¿Por qué no baja del cielo una cuerda torcida? preferiría que el hijo de mi madre hubiera retornado [a
Podría asirme a ella; podría subir a lo alto, medio camino,
podría ir y vivir allá. que hubiera fingido herirse el pie con una piedra.

En The Unwritten Song (1966), Williard A. Trask Todas las mujeres:


menciona la observación de 1913 de Henri A. Junod,
según la cual el pueblo tonga, que vive en la frontera ¡Ay! ¿De verdad se fueron?
entre Suráfrica y el sur de Mozambique, interpreta una
162
¿Ciertamente nos abandonaron?
¿Mas adónde fueron Transcrito y traducido al inglés por David Coplan y
que no pueden regresar, Seakhi Santho.
que no pueden regresar a vernos? Traducción al español: Iliana Rodríguez.
¿Realmente se fueron?
¿Es el inframundo insaciable? *
¿Nunca se llena?
Tía, extiende la frazada;
somos dos.
Tía, extiende la frazada Extiende la frazada;
(Lesoto, 1959) ya regreso. Voy afuera a fumar.
Lengua: Sesotho Cuando deje este lugar, cuando me vaya,
Montsala se queda aquí y cuida de mis hijas.
Comentario de David Coplan: Cuida a Mamotolo y Malerato y Toma.
Toma, cuida de mis hijas,
En esta canción, una joven solicita a su tía, con quien sobre todo de Mamotolo y Malerato.
vive, que desdoble totalmente las frazadas de la cama, Parece que me iré.
pues no dormirá sola. Ésta también es una manera un Siento que me iré.
tanto discreta, no tan atrevida de preguntar o informar Siento realmente que cruzaré el río.
a su tía acerca de su intención de hospedar a un
amante. En el mismo sentido, el verso siguiente
menciona la intención de la joven de “salir para Una madre elogia a su hijo
fumar”, una manera sesotho de decir que irá primero (Namibia, 1867)
a otro sitio para hacer el amor un poco, con el fin de Lengua: KhoeKhoeGowab
ahorrar a su tía el posible embarazo de tener que estar
presente. Usualmente, las mujeres basotho no fuman Comentario de Yvette Abrahams:
tabaco en ninguna forma, sino que lo prefieren en
polvo para aspirar. El fumar tabaco está asociado en Este poema fue publicado por primera vez en 1867
sesotho con los poderes de procreación dados a los por el lingüista Theophilus Hahn en el artículo “Die
vivos por sus ancestros. Pero, inmediatamente, ella Nama-Hottentotten”. Los nama descenden de los
anuncia que pretende continuar la relación, y khoekhoe, un pueblo originario de África del sur, y
acompañar a su hombre en la emigración a Suráfrica toman su nombre del desierto del Namib, del sur de
(a través del río Caledon). Manda a su tía que cuide a Namibia. Muchos namas provenían del sur y el
sus hijas, y a la mayor de ellas, que cuide a las suroeste del Cabo, el cual abandonaron durante los
menores. Esta solicitud es enteramente consecuente siglos XVII y XVIII para evitar la esclavitud. Otros,
con los valores sociales establecidos por medio de las que se unieron a ellos, habían vivido en el sur de
redes de parentesco femeninas, gracias a las cuales las Namibia por mucho tiempo. Los dos grupos
mujeres que emigran con sus hombres o para trabajar compartían una herencia cultural y lingüística que
ellas mismas en Suráfrica pueden esperar que se cuide permitió su fusión en una comunidad más amplia
de sus hijos a cambio de dinero y bienes regularmente conocida como nama.
enviados a casa para el uso y el beneficio de todos. Durante la década de 1860 hubo transtornos
Si bien en el desarrollo del texto se expresan políticos a lo largo del sur y el centro de Namibia. La
las formas normales y aceptadas en que las mujeres comunidad nama, presionada por el colonialismo
basotho se han adaptado a las necesidades sociales de británico del sur, la intromisión de los misioneros y
la migración laboral, hay también un tono de franca los comerciantes alemanes, así como por el lento
independencia y valor —primero, ella se va para movimiento de los herero hacia el oeste, también
“fumar”, luego se va a dormir con su hombre estaba experimentando una contienda interna. Estaba
enfrente de su tía, y después se va a Suráfrica, ¡todo en pasando de ser una sociedad de cazadores,
una pequeña canción!— que siempre ha sido recolectores y pastores a una altamente militarizada,
característico de las actitudes sociales de las mujeres que dependía del intercambio de ganado, marfil y
basotho, y que ha sido considerado como apropiado plumas de avestruz por armas de fuego. Los nama que
para la “licencia poética” que se permite en las comerciaron y tuvieron un amplio contacto con los
canciones de las fiestas del pueblo. colonizadores europeos no sólo llegaron a conocer los
caballos y las armas de fuego, sino también a acceder
163
a cierta educación, que les ofrecieron los misioneros, Una mujer alaba a su hijo
con el resultado de que los jefes aprendieron a leer y
escribir. El contexto cultural de este poema, así, es el Tú, hijo de una madre de ojos claros,
de una elite modernizadora y una sociedad en tú, el que ve más allá,
transición. cómo verás la caza,
También fue una característica de la década de los tú, que tienes fuertes brazos y piernas,
1860 una guerra de baja intensidad entre ciertos clanes tú, el bien dotado,
nama —particularmente aquellos que estaban bajo el cuán seguro dispararás, saquearás a los Hereros,
control del llamado León del Desierto, capitán y traerás a tu madre su gordo ganado para comer,
Hendrik Witbooi— y los herero, dirigidos por el gran tú, hijo de un padre de fuertes muslos,
jefe Samuel Maharero I. Fue una guerra rica en cómo dominarás al fuerte buey entre tus muslos algún
vituperios, pero no muy sangrienta, que se realizaba día,
normalmente para apoderarse del ganado y, menos tú, que tienes un poderoso pene,
frecuentemente, de la tierra. En el poema se da por ¡cuántos y qué poderosos hijos engendrarás!
sentado un derecho tradicional del hombre a una
porción de la caza y, por extensión, del ganado. Nekwaya Loide Shikongo
Este poema de elogio permite escudriñar la Canción del rey Iipumbu
responsabilidad de la mujer en la preservación de la (Namibia, 1953)
cultura nama frente a los desafíos tanto internos como Lengua: oshiNdonga
externos. Si bien la hablante resalta la sexualidad
masculina y la reproducción, el niño hereda la Comentario de Heike Becker:
clarividencia de su madre. Dentro de la extensa familia
y el clan, las mujeres más viejas eran muy respetadas Nekwaya IyaShikongo (ca. 1886-1961) fue la nieta de
en tanto que resguardaban el conocimiento y tomaban un antiguo rey ndonga. Aunque permaneció cercana a
decisiones. La investigación sugiere que las mujeres la familia real ndonga, también se convirtió en un
nama en la década de 1890 pudieron tener derechos miembro dirigente de la elite cristiana que emergía
de propiedad del ganado y de usufructo de la leche alrededor de Oniipa, el corazón del territorio de
(las tierras de pastoreo todavía no habían sido trabajo de los misioneros finlandeses en Owambo.
privatizadas). El respeto del hijo por la madre se Después de su bautismo en la adolescencia, fue
anuncia aquí en el hecho de que él le dará una porción conocida por el nombre cristiano de Loide. Shikongo
del ganado que tome de los herero. fue la destacada omutameki (primera voz) del coro de la
iglesia de Oniipa, pero aparentemente nunca
Transcrito por Theophilus Hahn. interpretó en público poesía o canciones owambo.
Traducido al inglés por Williard Trask y adaptado por Éstas estaban prohibidas por los misioneros por ser
Werner Hillebrecht. “paganas”. La “Canción del rey Iipumbu” fue
Traducción al español: Iliana Rodríguez. interpretada en la privacidad de la casa del misionero
con el objeto de grabarla.
* Entre los owambo del norte de Namibia y el sur
de Angola, un oshitewo (poema o recitación) es a
¡Tú, hijo de una madre de ojos perspicaces, menudo un comentario sobre temas políticos o
tú, clarividente, sociales. La poesía owambo se refiere típicamente a
cómo rastrearás la caza un día, asuntos actuales o gira en torno a personajes
tú, que tienes fuertes brazos y piernas, históricos. En la “Canción del rey Iipumbu”,
tú, el de miembro fuerte, Shikongo entreteje dentro del elogio de sus hijos una
cuán seguramente matarás y despojarás a los [herero, crítica al rey Iipumbu yaShilongo de Uukwambi, quien
y a tu madre traerás de comer su pingüe ganado; reinó entre 1908 y 1932.
tú, hijo de un padre de fuertes muslos, Iipumbu es una de las figuras más coloridas y
cómo someterás un día a los fuertes bueyes entre tus controversiales de la historia del norte de Namibia,
muslos, tanto en lo que respecta al colonialismo como a la
tú, que posees un pene poderoso, resistencia anticolonial. La administración colonial
cuántos y cuán poderosos hijos engendrarás! desaprobó su falta de cooperación en el reclutamiento
de mano de obra de los emigrantes. Pero también fue
un gobernante autocrático que hizo huir de
Otra traducción del poema anterior: Uukwambi a muchos de sus súbditos. Iipumbu
164
forzaba a las jóvenes cristianas a participar en el ritual Tú, eres tú de quien les han contado
de iniciación femenina ohango. Su conflicto con las Tú, Iipumbu, levántate
misiones y la administración colonial culminó cuando Levántate y presencia la iniciación de los hombres
dirigió sus intenciones a Neekulu yaShivute, una Mira los horrores del edificio de ladrillo
candidata para el bautismo, quien era su hija política y, Levántate y presencia la iniciación de los hombres
de acuerdo con algunas fuentes, posiblemente su hija Levántate y presencia la iniciación de los hombres
biológica. Neekulu buscó refugio en la misión. Su ¿Estás sintiendo pena por ti mismo?
fallido intento posterior para volverla a capturar por la ¿Estás sintiendo pena por ti mismo?
fuerza dio lugar a su exilio, bajo la coacción del ¿Tú, estás tú sintiendo pena por ti mismo?
ejército, en agosto de 1932. Tú, tú la atrajiste a ti
Décadas después, numerosas canciones de elogio La atrajiste a ti
celebraban a Iipumbu como un héroe de la primera La atrajiste a ti
resistencia anticolonial. Sin embargo, entre la vieja Los de piernas largas están colonizando el oshana
generación de creyentes cristianos, era visto aún como La atrajiste a ti
un villano anticristiano. Por supuesto, en 1932 la ¿No quieres ver?
comunidad cristiana de Uukwambi, y probablemente ¿No quieres ver?
la mayoría de la población, se regocijó con su partida. Tus amigos relataron
Utilizando el nuevo discurso cristiano, Shikongo Tus amigos relataron
critica el abuso del poder por parte de Iipumbu. cómo los de piernas largas están colonizando el
También afirma su derecho a hablar sobre política, oshana
aun cuando es mujer. Shikongo conquista el poder colonizando el oshana
usando el mismo discurso cristiano que, en primera colonizando el oshana
instancia, deniega y amenaza al poder femenino. Su
postura ante el rey depuesto es paradójica: le recuerda ¡Tú, Iipumbu, levántate!
repetidamente que con sus actos infames ha tornado a Tú, Iipumbu
su fortuna contra sí, pero al mismo tiempo se afirma Levántate y presencia los horrores
en su actitud escéptica ante la “casa de ladrillo”, una que se mueven en el cielo
referencia tanto a la misión como a la administración. que se mueven en el cielo
Etanda, la circuncisión de los hombres, había sido mientras los de piernas largas colonizan el oshana
interrumpida en la época pre-cristiana, pero para los
misioneros era un sinónimo de todos los “horrores” ¡Tú, Iipumbu, levántate!
del “paganismo”. Shikongo adopta esta actitud. Por Estás sintiendo pena por ti mismo
otra parte, persiste en su ambigüedad frente a los Estás sintiendo pena por ti mismo
amugulu o “los de piernas largas”: los blancos que se Es obvio que les han contado de ti a los de piernas
habían establecido en el oshana, los lechos secos, coto largas
de Owambo. Eres de quien les han contado
Eres de quien les han contado
Transcrito por Ernst Dammann. Les han contado de ti a los de piernas largas
Traducido al inglés por Nepeti Nicanor.
Traducción al español: Iliana Rodríguez. ¡Tú, Iipumbu, levántate!
¡Tú, Iipumbu, levántate!
* La atrajiste a ti
La atrajiste a ti
Espera, déjame decirte La manera en que los de piernas largas están
Permíteme decirte colonizando el oshana
¡Tú, Iipumbu, levántate! ¡Oh! Mira y presencia la iniciación de los hombres
Levántate y presencia la iniciación de los hombres ¡Oh! Mira y presencia la iniciación de los hombres
Levántate y presencia la iniciación de los hombres ¡Oh! Mira y presencia el avión
Mira los horrores que se hacen en el cielo Nelomba, moviéndose en el cielo
Levántate y presencia el aeroplano Nelomba, moviéndose en el cielo
Nelomba, el avión, se está moviendo en el cielo Nelomba, moviéndose en el cielo
Los de piernas largas han colonizado los campos
Los de piernas largas están colonizando el oshana Aparentemente han sido informados sobre ti
Eres de quien les han contado Eres de quien les han contado
165
cuando la atrajiste hacia ti es el que está allí
la atrajiste hacia ti es el que fue a Swakopmund
Eres de quien les han contado a los de piernas largas fue a conseguir la ropa
Siento pena por ti suéter, calzoncillos y chaleco
Siento pena por ti iye, ye, ye, ye
Siento pena por ti Pregúntale a la gente
¡Qué lástima! ¡Iipumbu no saben nada acerca del lugar
levántate! Sal y mira la iniciación de los hombres iye ye ye ye
Presencia los horrores que se hacen en el cielo están en los límites
iye, ye ye ya ye él va con sus amigos
iye ya ye ye ye ya ye ye ye iye, ye, ye, ye
en los límites
Las construcciones de ladrillo están de pie en Ombwala ya Mbwenge
las construcciones de ladrillo están de pie iye, ye, ye, ye
los de piernas largas Lee al pueblo de Omundaungilo y Ombala ya
las construcciones de ladrillo están de pie Mbwenge
Tú, tú eres de quien les han contado iye ye ye ya
Siento pena por ti iye ye ya ye ye ya
Siento pena por ti iye ye ye ya ya ye ye
Tú, tú fuiste mencionado ¿Por qué no dices: ¿Estás nostálgica?”?
Tú, tú fuiste mencionado Iye, ye, ye, ya, ye

¡Qué lástima! ¡Iipumbu, levántate! Kambonde, el mediano, creciste


¡Qué lástima! ¡Iipumbu, levántate! Iye, ye, ye, ya, ye, ye
¡Qué lástima! ¡Iipumbu! Eres orgulloso hasta el punto de faltar al respeto
Levántate y presencia los horrores Eres orgulloso hasta el punto de faltar al respeto
que se transportan en el cielo con la jactancia de tus pares masculinos
que se transportan en el cielo iye ye ye ya
Un regio fue hecho para sufrir iye ye ya ye ye ya,
Un regio fue hecho para sufrir iye ye ye ye ye
los de piernas largas, los que se mueven en el cielo
los que se mueven en el cielo Nelomba es el que está allá
cuando los de piernas largas se mueven en el cielo iye ye ye ya ye
Nelomba es el que está allá
Estoy a punto de decirte iye ye ye ya ye ye
Estoy a punto de decirte
Tengo mis propias ataduras Siento pena
Mis propios reinicios iye ye ye ya ye ye
Tengo mis propias ataduras Un regio fue hecho para sufrir
Tengo mis propias ataduras Tú, Iipumbu, levántate
Sí, Nangolo, quien fue criado en la casa de ladrillo Tú, Iipumbu
el que fue criado en esta casa de ladrillo Levántate y presencia los horrores
en una misión, donde no es un hijo Mira el avión
iye ye ye ya ye Mira el gran avión
iye ye ye ya ye ye Nelomba se mueve en el cielo
se mueve en el cielo
Siento pena se mueve en el cielo
No, no. En el lugar de la clemencia Les contaron de ti a los de piernas largas
No, no. En el lugar de la clemencia iye ye ye ya
Nangolo quien fue criado en la casa de ladrillo iye ye ye ye ya ya
en una misión, donde no es un hijo iye ye ya ye ye ye ye ye ye ya
iye ye ye ye

Tengo a Victor
166
leyendas, cuentos y proverbios. Sostiene Genevieve
Désiré Wuillemin que: “El canto, la danza y la música
tenían su lugar en la vida de los bereberes, bien sea
Canto con tambores y caramillo durante las fiestas religiosas, o durante las asambleas
(Siwah, Egipto) nocturnas; Herodoto ya señala los gritos modulados
de las mujeres bereberes: los yu-yu que sus
El oasis de Siwah, al occidente de Egipto, es la última descendientes no han olvidado.
avanzada oriental de lengua bereber en África del “Igualmente, poemas y canciones de amor
Norte. El texto del canto presentado está en dialecto salmodiados y acompañados de palmadas conocían el
siwahno y fue recolectado por M. M. ’Abd Allah de la éxito tanto como lo consiguen todavía bajo las tiendas
tradición oral. sajarianas.
Los bereberes habitan desde el Atlántico hasta “El tamboril y la flauta —o más bien, el
Siwah, y desde el Mediterráneo hasta los confines caramillo— eran los instrumentos de música más
meridionales del Sajara (Egipto, Libia, Túnez, Argelia, utilizados.”
Marruecos, Río de Oro, Mauritania, Malí, Níger y Los bereberes o berberí entraron en Cuba como
Chad). Algunos de estos pueblos, profundamente cautivos durante la primera mitad del siglo XVI.
musulmanes, son sedentarios, y otros, nómadas. Para
Delafosse su lengua forma parte de la gran familia *
hamito-semítica. Según Westermann pertenece a la rama
hamítica de la camito-semítica, y Greenberg la incluye en No admiro a nadie en Siwa, ni en otra parte, más que
la familia afroasiática. a ti.
Entre sus dialectos destacan el kabila, el aurés, el ¿Qué haré ahora? Mi amor me ha abandonado.
shluh, el znaga, el tamashek y el siwahno, y se derivan de Me amó una vez; pero parece que mi amado
la antigua lengua líbica. Con excepción del tamashek, no luego despreció mi amor, y ha cambiado.
desarrollaron escritura propia. Los bereberes ¡Piedad, piedad, oh amor mío! ¡No puedo decir que
constituían la población predominante en África del no seas mi amor!
Norte —exceptuando Egipto—, antes de las ¡Te pertenezco, amor mío! Yo, mis hijos y mis bienes,
invasiones árabes a partir del siglo VII. todo está bajo tu mando.
Posteriormente a su conversión al Islamismo, He preparado mi lecho y esperado, pero mi amado
formaron el grueso de las tropas que conquistaron niño no vino.
España en diversas ocasiones, al mando de generales Por Alá, amo a ese chico. Ese chico tiene hermosos
como Tarif, Tarik y Muza. Siglos después, junto con anillos en los dedos, y una encantadora belleza en
sudaneses engrosaron las filas de los ejércitos el rostro.
almorávides (s. XI-XII) y almojades (s. XII-XIII) que ¡Amor mío, no puedo dejarte! Si está predestinado
impusieron estas dinastías africanas en la Península que debas marchar, apresúrate a volver de nuevo.
Ibérica y el Magreb. Testimonios de cuya dominación El cabello de mi amor es muy largo; el cuello de mi
los constituyen la Giralda de Sevilla y la Kutubia y la amor tiene dos codos de largo.
torre de Jasán en Marruecos.
Desde los tiempos antiguos numerosos bereberes Búsqueda de amor
se han destacado como escritores en las distintas Kabila, Argelia
lenguas que adoptaron de los invasores de sus países
(el griego, el latín, el árabe y el francés), entre los Los kabila, uno de los grupos étnicos de lengua
cuales podemos citar a Plotino, Frontón, Apuleyo, bereber, habitan en la Gran y Pequeña Kabilia, región
Tertuliano, Terencio Afer, San Cipriano, San Agustín, del este argelino. Agricultores y sedentarios,
Averroes, Ibn Khaldun, Jean Amrouche, Mulud construyen sus pueblos en las cimas de las montañas.
Mammeri, y muchos otros. Los grandes bolsones de Su rica literatura oral está formada por cuentos,
lengua bereber que han resistido el avance del árabe se proverbios, rondas infantiles, canciones de cuna,
encuentran principalmente al oriente de Argelia satíricas, religiosas, de guerra, funerarias, de danza, de
(Kabilia, Aurés), al sur de Túnez y Libia, al oeste de exilio, de peregrinos, de meditación, de boda, de
Egipto, en el Rif oriental y en el Alto y Medio Atlas cosechas, poemas de amor, etc. Las ancianas son las
marroquíes, al sudoeste de Mauritania y entre los cuenteras, y los hombres, generalmente, los poetas.
tuareg sajarianos. Savignac sostiene que el género noble por
La literatura oral de estos pueblos es de gran excelencia de la poesía kabila son los isfra o isefra. Esta
riqueza, y la constituyen principalmente poemas, especie de soneto (singular: asfru) la constituyen
167
pequeños poemas regulares, de dos rimas, que tienen a casa no he regresado.
siempre tres estrofas de tres versos.
Los kabila también poseían poemas de formas fijas Amrouche, Marguerite-Taos: Le grain magique. Paris,
hoy caídas en desuso, como la villanela, de tres François Maspero, 1966, p. 97.
estrofas, y el vilerai, de dos rimas. También es popular
“un segundo género de poema kabila más antiguo y Canto de danza
secreto”: la justa poética, donde los hombres y las Kabila, Argelia
mujeres reunidos en las cortes de amor se provocan a
duelo a golpes de inspiración. Por lo general, es el Brazalete de esmaltes,
hombre quien inicia el debate poético y la mujer quien en los Montes de Aydel
responde. Agrega Savignac que “en estas cortes de amor eres prisionero
el hombre la enamora y ella responde, por medio de de la nieve y del viento.
poemas, en lenguaje simbólico a menudo cargado de
erotismo directo”. Brazalete de plata pura,
En cuanto a los poemas modernos “menos perdido en la fuente,
sometidos a las reglas prosódicas, de un estilo más dime, de mi amado,
libre, se presentan en una forma más libre y menos ¿qué ha sido de él?
concisa que el asfru”.
A mediados del siglo XIX el general Adolphe Brazalete de coral,
Hanoteau que publicó en 1867 el primer libro de en tiempo de olivas,
poesías kabila traducidas al francés, “distinguía dos ve a decirle al joven
tipos de poetas cantores: el ameddah’ o fecieh’ que que fui abandonada.
tenían ciertas analogías con los antiguos bardos
dispensadores del elogio y la censura cuyos cantos La gacela herida
adoptaban a menudo la forma lírica, y los tabela Tuareg, Sajara
(tamborileros) que cantaban al amor y a la alegría. Ya
hoy no existe tal distinción, dominando lo lírico Los tuareg (singular: targuí), pastores nómadas
personal sobre la función trovadoresca del poeta”. musulmanes, ocupan la región central del Sajara. Su
Según Marguerite-Taos Amrouche, notable lengua, el tamasheq o tamashek —otro de los dialectos
novelista, cantante e investigadora argelina, toda bereberes—, posee escritura, el tifinah o tifinar,
poesía kabila es cantada, y no recitada, sobre derivada del antiguo sistema líbico.
monodías milenarias, de las que han sido recogidas Estos antiguos guerreros del desierto, creadores de
noventa y cinco conservadas por tradición oral. una poesía que ha sido comparada con la de las cortes
Marguerite-Taos Amrouche también ha colectado de amor provenzales, denominan en el Alto Níger
numerosos poemas bereberes, traducidos al español, tesawit (plural: shisiwe) a los poemas, según Edmond
de boca del pueblo andaluz; prueba del intenso Bernus.
intercambio cultural efectuado durante siglos entre “A los ojos de los sajarianos actuales —sostiene G.
ambas orillas del extremo occidental del Mediterráneo D. Wuillemin— el caballo conserva el prestigio de
a partir de las invasiones musulmanas en España, y, animal noble por excelencia. El mejarí —camello de
especialmente, de las dinastías almorávides y carrera y de guerra— viene inmediatamente después
almojades. en los poemas guerreros tuareg y moros.”

* *

En su búsqueda, de la mañana a la noche, La gacela que heriste


he recorrido toda la aldea: vino a morir bajo los tamariscos
¿dónde se refugió? cerca del redil adonde había llevado a mis cautivas
mientras lavaban sus ropas.
Es un ramo de naranjo, La encontramos por la tarde
en medio del invierno, de regreso al campamento;
que se cubre de flores en primavera. aún están flexibles sus miembros
y sus párpados
Desde que en sueños te vi, no cubrían por completo sus ojos alargados y tristes.
adolescente, mi hermano, Reconocí tu marca
168
bajo el asta del venablo
que atravesaba su costado. Un joven ha salido y va de una sala a otra andando
¿Me ocurrirá igual a mí? armoniosamente.
Por Dios, respóndeme,
¡oh, tú, cuya mirada El jazmín a su vista deja caer a pesar suyo sus ramas.
ha herido tan profundamente mi corazón!
Deseo sentarme al lado de mi amado, y eso sería para
Al que me interroga sobre mi nombre mí un dulce remedio.
Árabe, Marruecos
Te pido en el nombre de Dios…
Ejemplo de arubi, cuartetas generalmente de Árabe, Marruecos
contenido amoroso; pequeñas composiciones poéticas
de autores anónimos destinadas a ser cantadas en las Arubi
parties de plaisir que organizaban las familias en los
jardines que rodean la ciudad de Fez. Las muchachas *
sentadas en los columpios —nos cuenta Mohammed
El Fasi— se entregaban a sus juegos y entonaban un ¡Te pido en el Nombre de Dios, oh Paloma
arubi de su cosecha o del repertorio común de las murallas, que ceses de llorar!
transmitido oralmente de generación en generación y
de autor desconocido. Al terminar cada arubi, las ¡Tu ala está quebrada, has aumentado
jóvenes y las mujeres presentes lanzaban en coro mis penas de amor con tus arrullos!
gritos de alegría (yu-yu). Estas fiestas se celebraban por
lo general en primavera, en medio de las flores y a la Tú lloras por tu ala rota; yo lloro
sombra de los naranjos. Los arubi eran compuestos y por mi amor que me ha abandonado.
cantados exclusivamente por mujeres. A menudo
cuentan con más de cuatro versos, pero están siempre La separación, después del hábito de la intimidad,
construidos conforme a la métrica propia de este es difícil. Y el amor desgraciado es una maldición.
género. La mayoría ha sido compuesta en árabe
clásico aunque también existen en meljun, el árabe Oh, el que me ha abandonado sin motivo…
dialectal marroquí. Árabe, Marruecos

* Arubi

¡Oh, tú que me interrogas sobre mi nombre, *


se ha vuelto de sangre! Hasta mi cuerpo
ha sido aniquilado por el amor. Si río Oh, el que me ha abandonado sin motivo, dime,
a veces, lo lamento pronto. Mi vida sólo en el Nombre de Dios, ¿es que existe alguien
es lágrimas y suspiros. más paciente que yo?

Alcé mi mirada hacia el amado, y encontré Tú me has dejado como el que ha perdido a
el camino que hasta él me lleva difícil y lejano. su padre: se apega a los hombres y nadie
tiene lástima de él.
Deseo encontrarme con mi amado…
Árabe, Marruecos Tú me has dejado como el que ha perdido a
su madre: se apega a las mujeres y ninguna
Arubi tiene lástima de él.

* Tú me has dejado como el que ha perdido a


su caballo: sus iguales van montados y él
Deseo encontrarme con mi amado en un jardín va a pie.
rodeado de pabellones amueblados con hermosos
cojines. Al centro, albercas y fuentes de las que Tú me has dejado como el que cocina con
brota como leche. El ruiseñor, en sus cantos, piedra: no tiene ni salsa que beber
glorifica el jardín y sus peras de siete colores. ni carne que asar.
169
rodea de las más grandes precauciones destinadas a
Tú me has dejado como el que ha caído en ocultar su sentido”, según Dominique Zahan.
el mar: una ola lo envuelve y otra se También las artes plásticas alcanzaron un gran
lo traga. desarrollo entre estos pueblos. Sus esculturas poseen
gran elegancia y fuerza expresiva, notablemente las
Tú me has dejado como el que siembra máscaras de danza Tyawara, de los bámbara, que
adelfas: el gusto amargo no lo abandona representan antílopes de gran estilización, y las
nunca, cuando coloca las plantas en la tierra. estatuillas de antepasados.
Los mandinga fueron muy conocidos en la Cuba
El Señor que ha querido la separación colonial.
es capaz de unirnos de nuevo.
*
El pájaro de amor
Bámbara, Malí Pero déjame ¡oh Dyamberé!,
tú que llevas la banda de franjas largas,
El bámbara pertenece para Delafosse al subgrupo déjame cantarles a los pájaros,
mandinga (sección mandé-tan) del grupo nigero-senegalés los pájaros que escuchan a la princesa que parte
(lenguas sudano-guineanas) de la gran familia negro-africana. y reciben sus confidencias últimas.
Westermann la incluye en el grupo mandé, y Y vosotras, Doncellas, cantad, cantad
Greenberg, en el grupo mandé (rama nigero-congo) de la dulcemente.
gran familia congo-kordofaniana. “Iah”, “iah” — el bello pájaro
Las lenguas del grupo mandinga o mandé poseen y tú, Dueño-del-fusil-formidable,
cerca de 20 millones de hablantes en todo el Sudán déjame contemplar al pájaro de Amor,
Occidental (Mauritania, Malí, Níger, Alto Volta, el pájaro que mi amigo y yo amamos.
Ghana, Costa de Marfil, Liberia, Sierra Leona, Déjame, Dueño-del-bubú*-espléndido,
Guinea, Guinea-Bisao, Gambia y Senegal). amo de las vestiduras más brillantes
Actualmente los bámbara son alrededor de un millón que la claridad del día.
de personas. Como sección del gran pueblo mandinga “Déjame amar al pájaro de Amor.”
formaron parte del imperio de Malí, que floreció entre
los siglos XIII y XV, uno de los más altos momentos Otra traducción del poema anterior:
alcanzados por civilizaciones africanas. Mientras la
rama malinké se convirtió al islamismo desde el siglo El pájaro de amor
XI o XIII, los bámbaras se resistieron a esa nueva
religión, conservando sus cultos ancestrales. Al entrar Pero déjame, ¡oh Dyamberé!,
en decadencia el gran imperio, declararon su tú que llevas la faja de largos flecos,
independencia a partir del siglo XVII, y fundaron un déjame cantar a los pájaros,
reino en el país de Segú, donde se habían establecido los pájaros que escucharon a la princesa que partía
desde el siglo XIII en los valles del Bani y del Níger. y recibieron sus últimas confidencias.
A mediados del siglo XVIII, Ngolo fundó la Y vosotras, muchachas, cantad, cantad dulcemente:
dinastía de los Diará, que mantuvo el poder hasta la ¡Iah!... ¡Iah!..., el hermoso pájaro.
conquista francesa en 1890, y se enfrentó a los Y tú, Maestro-del-fusil-formidable,
ejércitos musulmanes del Hadj Omar. déjame contemplar al pájaro que amo,
Testimonios de este brillante pasado cultural de los el pájaro que mi amigo y yo amamos.
pueblos mandinga lo constituyen numerosas Déjame, Maestro-de-la-chaqueta-magnífica,
epopeyas, cuentos, mitos, fábulas, poemas, maestro del atavío más brillante que la luz del día,
proverbios, adivinanzas, divisas y teatro transmitidos déjame amar al Pájaro de amor.
por la tradición oral, y textos escritos en ayami.
Las lenguas vai, mende y kpele de Sierra Leona y Traición
Liberia crearon sistemas de escritura propios entre los Bámbara, Malí
mandé, y hasta los mismos bámbara utilizan signos
gráficos de su propia creación; “sin embargo, éstos Dyan fa (Traición), canción popular bámbara traducida
revisten más bien el carácter de ideogramas, de al francés por Amadu Traoré.
duración a menudo efímera, y su manipulación se
* Bubú: Camisa larga y ancha usada por los sudaneses. [Nota
del editor.]
170
Sí, oh señor, tómame y vayamos,
* tómame y vayamos al vado del Agbañián*…
Tómame y vayamos muy despacio al vado del
Traición. Traición. Agbañián.
Has osado abandonarme, Oh Sokoti, oh hermoso joven,
has osado. oh señor, tómame y vayamos,
¡Vergüenza!, ¡vergüenza! tómame y vayamos al vado del Agbañián.
Los toques de los tam-tams y de los balafones
han estallado, Cita amorosa
anuncian que mi amado Bârmâ, Chad
ha entrado en la cámara nupcial.
Las palmadas, Los barma o bârmâ habitan el país Baguirmi, al
los toque de tam-tams resuenan. sudeste de la actual República del Chad. Para
Es la algarabía del matrimonio. Delafosse, su lengua pertenece al grupo chari-waddaiano
Tam-tams y balafones resuenan, de las lenguas sudano-guineanas.
anuncian que mi amor se va. El sultanato de Baguirmi fue fundado a principios
¡Osar traicionarme! del siglo XVI y sometió muy pronto a sus pueblos
Más vale la muerte que la venganza, vecinos. A mediados de ese mismo siglo el islamismo
más vale la muerte que la venganza. se convirtió en religión de los príncipes; con
Vínculo incurable, posteridad, ganó las masas populares. Bajo la
¡amor incurable! dirección del sultán o Mbang, sus ejércitos sostuvieron
¡Mi amado se va! constantes luchas, durante los siglos XVIII y XIX,
Se va. contra Bornú, Uadai y Bulala, sus enemigos
tradicionales.
Oh, bello Sokoti…
Baulé, Costa de Marfil *

Los baulé pertenecen al grupo de pueblos llamados Con antimonio* en mis ojos y un cinturón de
akán, que habitan en Ghana y Costa de Marfil. El twí- amuletos
fante y el anyi-baulé constituyen una unidad lingüística al talle, mi deseo femenino voy a satisfacer.
con más de 3 millones de hablantes. Delafosse la Oh mi esbelto varón.
incluye en el grupo ebúrneo-dahomeyano de las lenguas Iré tras la muralla. Me amarré
sudano-guineanas (familia lingüística negro-africana); mi paño sobre el pecho, iré a amasar buena
Westermann, en la sección semi-bantú de la rama arcilla, vendré a enjalbegar la casa de mi amigo,
sudanesa (familia de lenguas negras), y Greenberg, en oh mi esbelto varón.
el grupo kwa, de la rama Níger-Congo (familia Congo- Cogeré mi moneda de plata, iré a comprar seda,
kordofaniana). vendré a poner mis amuletos, mi deseo femenino
A la muerte de Osai Tutu (1720 ó 1730), fundador vendré a satisfacer, con el cuerno de antimonio
del reino Ashanti a finales del siglo XVII, surgieron en mi mano, oh mi esbelto varón.
rivalidades entre dos de sus sobrinos por la sucesión
al trono. Al ser muerto uno de los pretendientes, la Calzones de viento
hermana de éste, Abraha Poku, abandonó el país Amhárico, Etiopía
seguida de sus partidarios, y emigró hacia las regiones
centrales de la actual Costa de Marfil, donde fundó el Canción acerca de un amor inútil cantada por las
reino Baulé, que conservó su independencia hasta mujeres mientras trabajan.
1880. Los amhara constituyen el grupo étnico más
Los baulé son grandes escultores de madera, y importante de Etiopía o Abisinia. Habitan el macizo
fundidores de máscaras, pendientes y joyas de oro, montañoso al sur de la provincia de Tigrai. Su lengua
por el procedimiento de la cera perdida.
* Río que debe atravesar el bello Sokoti. [Nota del editor.]
* * Antimonio: m. Elemento químico de núm. atóm. 51. Es
duro, quebradizo y de color blanco azulado, aunque
Oh bello Sokoti, oh hermoso joven, algunas variedades alotrópicas son oscuras o casi
¡tómame y vayamos! negras. Fue utilizado como cosmético. Diccionario de la
RAE, 22ª ed.
171
(el amharinya, amarinya o amhárico) es incluida en la gran
familia hamito-semítica por Delafosse, pero Westermann El guardián de la aldea
la considera dentro de la rama semítica de la familia Kikuyu, Kenia
lingüística camito-semítica, y para Greenberg es
afroasiática. Se deriva del ge’ez (guez), lengua clásica Canto recogido por Vergiat, y que entonan las
etíope, poseedora de una rica y antigua literatura doncellas gikuyu después de la ablación ritual del
escrita desde el siglo I d.n.e. clítoris. Esta importante ceremonia iniciática —que
Aunque existen algunos documentos escritos en tiene su equivalente en la circuncisión de los varones-,
amhárico ya en el siglo XIV, sólo logró desplazar al marca el paso de la niña a la categoría de muchacha
ge’ez a partir de mediados del siglo pasado, hasta apta para el matrimonio. Los jóvenes que pasan
convertirse en lengua oficial de Etiopía. victoriosos estos ritos dejan de ser considerados
Pueblo de agricultores y guerreros, los amhara son niños, y desde entonces disfrutan de todos los
continuadores de una de las civilizaciones africanas derechos y deberes sociales propios de los miembros
más prestigiosas y singulares, la aksumita, que floreció adultos de la comunidad.
desde los inicios de nuestra era, enriquecida por Los gikuyu o kikuyu, importante etnia de alrededor
aportes sudarábigos, hebraicos y griegos. Aksum de un millón de personas, habitan en la región central
alcanzó su apogeo durante el siglo IV, después de de Kenia y se dedican a la agricultura y a la cría de
derrotar a otro importante reino africano, el de cabras, carneros y ganado. Su lengua —el Gikuyu— es
Meoré, y tras extender su hegemonía sobre las tierras bantú para Delafosse y Westermann, y del grupo Benué-
meridionales de Arabia. Congo para Greenberg.
Ezana, el más grande monarca etíope, convirtió el
cristianismo monofisita en religión oficial del estado *
en el 350 d.n.e., y Aksum llegó a controlar todo el
comercio en el Mar Rojo, transformándose en el Hoy el cuchillo mató al guardián de la aldea.
imperio más importante del área durante varios siglos. Ahora que está muerto, en la aldea, ya no hay más
Después del surgimiento del islamismo, se inició la guardián.
decadencia de Etiopía, al quedar rodeada de enemigos Antes la aldea estaba sucia, pero como el guardián ya
y cortada de todas sus comunicaciones con el resto no existe
del mundo cristiano y mediterráneo durante casi mil Está hoy muy limpia.
años (VII-XVI d.n.e.). Sin embargo, en ciertos
períodos, la vieja civilización etiópica logró rebillar el He aquí que sólo somos mujeres
control cultural y militarmente bajo la sabia guía de y se llamaron dos hombres para golpear el tam-tam.
monarcas como Lalibala (XII d.n.e.), Amda Sion Tienen falos como los de los elefantes.
(XIV d.n.e.) y Zar’a Ya’qob (XV d.n.e.), sin duda ¿A qué han venido, entre nosotras, estos hombres
alguna el más grande soberano de Etiopía desde cuando estamos heridas e inundadas de sangre?
Ezana, durante el apogeo aksumita”, según Edward
Ullendorf. No soñamos más que en el amor.
De vuelta a la aldea, cuando encontremos un grueso
* falo,
Calzones de viento y botones de granizo. ¡ah! qué bien haremos el amor.
Ni un terrón de la tierra de Shoa,* en Gondar,* nada Porque nuestro sexo estará seco y limpio.
quedó.
Una hiena atada con una correa, que lleva un pedazo Canción de cuna I
de carne en la boca. Yorubá
Un poco de agua en un vaso dejado junto al fuego.
Una porción de agua arrojada al hogar. Los yorubá son un pueblo de más de siete millones de
Un caballo de niebla y un vado crecido. personas que habita principalmente en el sudoeste de
Inútil para todo, útil para nadie. Nigeria, Dahomey, Togo y Ghana.
¿Por qué estoy enamorada de un hombre como él? Creadores de una alta cultura urbana medieval
cuyo centro se desarrolló, a partir del siglo XIII, en la
ciudad de Ilé Ifè —considerada por las leyendas como
* Shoa: Provincia de Etiopía. [Nota del editor.] escenario de la Creación universal—, este pueblo de
* Gondar: Capital en otro tiempo de los reyes etíopes, agricultores, guerreros y comerciantes se constituyó
famosa por sus antiguos castillos y monasterios
ricamente decorados. [Nota del editor.]
172
en un verdadero foco clásico de civilización africana al Voy hacia mi amante— sacudimos.
sur del Sajara. Incluso si me golpea— sacudimos.
En la actualidad, la mayoría de los yorubá forman Voy a la noche— sacudimos.
parte del estado africano con más habitantes en el Incluso si hay un animal salvaje— sacudimos.
continente, Nigeria —alrededor de 75 millones—, y Voy hacia mi amante— sacudimos.
constituyen uno de los tres grupos étnicos principales Quien no conoce un amante— sacudimos.
del país. No sabe nada en absoluto— sacudimos.
Entre los yorubá, la poesía cumple una función
social de primera importancia e interviene en todas las Poesía de madre a su primogénito
manifestaciones de la vida de ese pueblo. En las Tradición oral sudanesa
ceremonias religiosas o estatales, en las bodas, en los
ritos funerarios, siempre estarán presentes los bardos Háblame, hijo de mi corazón.
profesionales que cantarán el tipo de poema Háblame con tus ojos, tus grandes ojos sonrientes,
apropiado. húmedos y brillantes, como los del ternero de Lupeyo.
Los niños yorubá crecen en medio de nanas,
canciones infantiles, adivinanzas (àló) y toda una serie Háblame, pequeño,
de poemas tradicionales de los que son protagonistas. agarras mi pecho con tu mano,
Para ellos la poesía también tiene una primerísima tan fuerte y firme a pesar de su pequeñez.
importancia. En sus juegos, en los cantos de sus Será la mano de un guerrero, hijo mío,
sociedades secretas, en el culto a Kori, la deidad una mano que alegrará a tu padre.
infantil, hacen gala de una verdadera visión poética. Mira con qué ansia me sujeta:
Según A. Mabounge: “Generalmente por la noche, ya piensa en la lanza:
después de la cena, tienen libertad para entregarse a tiembla como cuando se arroja una lanza.
los juegos a su antojo. A menudo se reúnen con los Oh, hijo, tendrás un nombre de guerrero y serás jefe
otros niños de las familias vecinas y juegan a los de hombres.
escondidos, a saltar y a la casita. Estos juegos, por lo Y tus hijos y los hijos de tus hijos te recordarán por
general, son populares durante las noches de luna siempre después de que te hayas deslizado hacia la
llena. Otras noches, se sientan en círculo para oírles oscuridad.
cuentos a sus mayores.” Pero yo, yo siempre recordaré tu mano agarrándome
así.
* Recordaré cómo yacías en mis brazos,
y cómo me mirabas y me mirabas,
¿Dónde está Taiwo? y cómo tus diminutas manos jugaban con mi pecho.
¿Dónde está Taiwo? Y cuando ellos te llamen gran guerrero, que mis ojos
Taiwo está en casa. se humedezcan con el recuerdo.
Que no tenga demasiado calor.
Que no tenga demasiado calor. ¿Y qué nombre te daré?, pequeño guerrero.
Modales de príncipe, Mira, juguemos a nombrarte.
modales de príncipe No será un nombre de menosprecio,
Taiwo tendrá. pues tú eres mi primer hijo.
No te llamarás como el hijo de Nawal.
Canción de amor secreto de una muchacha Nuestros dioses serán más benignos contigo que los
Tradición oral de ¿Kenia? suyos.
¿Debemos llamarte “Insolencia” o “Inútil”?
Sacudid la cintura— sacudimos. ¿Serás llamado, como un niño de fortuna, excremento
Sacudamos la cintura— sacudimos. del ganado?
Sacudid la cintura— sacudimos. Nuestros dioses no necesitan engaños, hijo mío:
Voy hacia mi amante— sacudimos. no te desean ningún mal.
Incluso si llueve— sacudimos. Ellos han lavado tu cuerpo y lo han cubierto de
Voy hacia mi amante— sacudimos. belleza.
Él está en Chesumei*— sacudimos. Ellos han puesto fuego en tus ojos.
Incluso cuando cae la noche— sacudimos. Y las pequeñas arrugas dobladas de tu ceja.
¿No será el sello de las yemas de sus dedos cuando te
* Chesumei se encuentra en Kenia, en la provincia de Rift moldearon?
Valley. Ahí viven los nandi.
173
Te han dado la belleza y la fuerza, hijo de mi corazón.
Y la sabiduría ya brilla en tus ojos, Moldeamos una vasija como hicieron nuestras
y la risa. madres.
La vasija, ¿dónde está la vasija?
Así que ¿cómo te llamaremos, pequeño? La vasija está aquí.
¿Eres tú el padre de tu padre o su hermano o Moldeamos una vasija como nuestras madres lo
cualquier [otro? hacían.
¿Qué espíritu está dentro de ti, pequeño guerrero?
¿Qué lanza-mano aprieta mi pecho? Primero, la base de la vasija.
¿Quién vive en ti y se abalanza sobre la vida, como la Tira a tira y capa a capa.
semilla de melón del pasado año? Dedos flexibles moldean la arcilla,
largos dedos moldean la arcilla,
¿Entonces, estás callado? capa a capa y tira a tira,
Pero tus ojos piensan, piensan y brillan como los ojos construimos la vasija de nuestra madre.
de un leopardo
en la espesura. Construimos la vasija de nuestra madre,
Bien, déjalo estar. tira a tira y capa a capa.
El día de tu bautismo nos lo dirás. Su vientre se hincha como la panza de una hiena,
de una hiena que se ha comido una oveja entera.
Oh, hijo mío, ahora de verdad estoy feliz. Su vientre se hincha como una madre de gemelos.
Ahora realmente soy una esposa, Es una vasija hermosa, la vasija de nuestra madre,
nunca más una novia, sino la Madre de alguien. se hincha como una madre de gemelos.
Sé espléndido y magnífico, hijo de mis deseos.
Sé orgulloso, como yo lo soy. Cantos de amor
Sé feliz, como yo lo soy. Rongué y fanti*
Sé amado, como ahora lo soy yo.
Hijo, hijo, hijo, he recibido amor de mi hombre. Idilio
Pero ahora, sólo ahora, tengo la plenitud del amor. Yo sacaba agua del pozo.
Ahora, sólo ahora, soy su esposa y la madre de su De pronto, él me miró,
primogénito. y me emocioné tanto
Su alma está a salvo contigo, hijo mío, y fui yo, yo, yo, que solté la cuerda…
quien te hizo.
Nunca más
Por eso soy amada. Nunca más llevaré bragas de corteza,
Por eso soy feliz. nunca más llevaré bragas de corteza de árbol.
Por eso soy una esposa. Mi amo llega.
Por eso tengo gran honor. Nunca más beberé vino de palma del Baulé.
Tú cuidarás de su sepulcro cuando él se haya ido. Mi amo llega.
Con sacrificio y trabajo, recordarás su nombre año Sólo beberé vino de Europa.
tras año. Ya no compartiré más el lecho de un hombre de
Él vivirá en tus oraciones, hijo mío, Apalonía.
y no habrá más muerte para él sino la vida eterna Mi amo llega.
brotando de tu sexo. Sólo compartiré el lecho,
Tú eres su escudo y su lanza, su esperanza y su sólo compartiré el lecho de un hombre blanco.
redención de entre los muertos. Mi amo llega.
A través de ti él renacerá, como los brotes en
primavera.
Y yo, yo soy la madre de su primogénito.
Duerme, hijo de la belleza, del coraje y de la plenitud,
duerme.
Estoy satisfecha.

Canción de danza de muchachas


Tradición oral ugandesa
* Los fanti son un pueblo de la costa sur de Ghana.
La reivindicación de la negritud y la feminidad

Adelaide Charles Dube insistencia en una lucha interminable (“jamás, jamás”),


(Engcobo, Cabo Oriental, ¿?-Ohlange, 1933) una lucha hasta la muerte y más allá. La sangre
sacrificial derramada en batalla tiene una resonancia
Comentario de Dorothy Driver y Esther Sbongile cristiana (“la sangre fue derramada para salvarte”),
Sangweni: pero el cristianismo predicado por los misioneros
decimonónicos es cuestionado desde la perspectiva de
“África: mi tierra natal” de Adelaide Dube es el los esclavizados, quienes saben que lo que les han
ejemplo más temprano de la publicación de un poema quitado los colonizadores es, de acuerdo con el
escrito por una mujer negra surafricana. El poema evangelio de los misioneros, “la libertad —el gran
inicialmente apareció, y ha sido frecuentemente regalo de Dios”.
antologado, simplemente bajo la firma “Sra. A. C. Interesante también es la fusión de las perspectivas
Dube”, sin más información sobre la autora. Adelaide masculina y femenina, y la absorción de la voz de la
Tantsi nació en Engcobo en el Cabo Oriental; fue hija mujer y las aspiraciones y experiencia femeninas en la
de J. Z. Tantsi, fundador de la iglesia etíope en tradición heroica. Aquí se encuentra una fuente crucial
Suráfrica. Estudió primero en el Seminario Inanda, al para la negativa de algunas mujeres negras
final de la década de 1890, y luego en el Instituto surafricanas a identificarse con una tradición feminista
Wilberforce en Ohio, de 1901 a 1904, donde se europea: hay otra batalla que ganar primero.
graduó como Bachiller en Ciencia. Después de su
regreso a Suráfrica, fundó y enseñó en una escuela de Traducción al español: Iliana Rodríguez.
misión americana en Klipspruit, en un área que
después se convertiría en parte de Soweto. Se casó África: mi tierra natal
con Charles Dube, el hijo menor de John Dube (el
fundador y propietario de Ilanga Lase Natal, el ¡Cuán hermosos son tus colinas y tus valles!
semanario zulú en el cual este poema apareció por Amo tu atmósfera misma, tan suave;
primera vez). Asumió el nombre de Charles como su tus árboles adornan el paisaje áspero y escarpado.
segundo nombre, de acuerdo con la costumbre, y se Ningún otro país en el mundo entero se podría
estableció con él en Ohlange, donde ambos enseñaron comparar contigo.
por muchos años. Murió el 11 de agosto de 1933.
El poema reproducido más adelante se publicó el Es aquí donde nuestros nobles ancestros
31 de octubre de 1913, el día en que fue enterrado el experimentaron las alegrías de los seres queridos y [del
rey zulú Dinizulu y el año de la Ley de la Tierra Natal, hogar;
la cual forzó a miles de granjeros surafricanos y a sus donde grandes y gloriosos reinos ascendieron y
familias a salir de su tierra hacia las reservas. El poema cayeron;
celebra a África y se lamenta por su libertad perdida. donde la sangre fue derramada para salvarte, oh tú, [la
Pero está en deuda con un vocabulario y una tradición más querida tierra jamás conocida;
de la poesía inglesa, como mucha de la literatura
surafricana de esa época —señaladamente aquella de pero, ¡ay!, sus esfuerzos fueron todos en vano,
otro poeta zulú que escribía en inglés, H. I. E. puesto que hoy otros te reclaman como suya;
Dhlomo. Sin embargo, la referencia a “mis huesos ya no puede apreciarte su descendencia,
inquietos” señala la lealtad a una religión ancestral, y no hay tierra para llamar suya —¡mas son parias en [su
alude a la importancia del entierro en la tierra nativa propio país!
de uno y a la ruptura entre los ancestros y su
descendencia por medio de la alienación de la tierra. Perder la esperanza de ti, jamás, jamás lo haré,
La referencia temporal —los reinos ascienden y caen, luchar debo por la libertad —el gran regalo de Dios—
y así lo hará el Imperio Británico— se conecta con la hasta que cada gota de sangre en mis venas
temporalidad de “huesos inquietos”, huesos que no se seque sobre mis huesos inquietos, oh, tú, la más
están ahora en paz, pero lo estarán. En efecto, hay querida tierra natal!
una amenaza en estos huesos ruidosos y en la
176
(Isla de Príncipe, 1925)

Gladys Casely-Hayford (Aquah Laluah) Estudia en Lisboa, donde se relaciona con el grupo
(Axim, Costa de Oro —actual Ghana—, 1904- artístico y político de la Casa de Estudantes do Império.
Freetown, 1950) Es encarcelada en los años sesenta, pero prosigue
luego su militancia cultural y literaria de manera
Hija de la escritora Adelaide Casely-Hayford y del clandestina. Posteriormente, la represión la obliga a
escritor y político Joseph Casely-Hayford. Empieza a refugiarse en París. Destaca: Alto como o silêncio (1957).
publicar poesía y narrativa desde 1930 bajo el
seudónimo de Aqua Laluah. Es uno de los primeros Alto como el silencio
autores que escribe en krio. Aborda temas como la
afirmación identitaria, el panafricanismo o el amor, La isla te habla
aunque también escribe poesía para niños. Destacan: de rosas bravías
Take’um So (1948) y el póstumo Palm Fronds (1983). con pétalos
de abandono y miedo.
La muchacha que sirve
En el fondo de la sombra
La calabaza en la que sirvió mi comida bebiendo de conchas
era pulida y suave como madera de sándalo. de roja espuma
El pescado, blanco como la espuma marina, qué mundos de gente
con pimienta y dorado para mí. por entre cortinas
Me trajo vino de palma que se desliza distraídamente espesas de dolor.
desde los somnolientos labios de miel de las palmeras.
Pero ¿quién puede imaginar o incluso sospechar ¡Oh, la tarde clara
las innumerables cosas que sirvió con sus ojos? de este fin de invierno!
Sólo con horas azules
Caroline Ntseliseng Khaketla en el fondo del capullo,
(Lithabaneng, Lesotho, 1918)
y ahora la isla,
Profesora y rectora de la Lesotho High School, C.N. la línea bravía de las rosas
Khaketla es también la primera escritora publicada de y la gran baba negra
su país. Se dedica a la promoción de la literatura en y mortal de las cobras.
lenguas locales y escribe, tanto su teatro como su
poesía, en idioma suto. Entre sus obras destacan: Gloria de Sant’Anna
Motsali Eo U’neileng (La mujer que me diste, 1956) y (Lisboa, 1925)
Mantsopa (Poemas, 1963).
Siendo muy joven, emigra a Mozambique. Allí
Madre blanca, madre negra comienza su carrera como poetisa en los años
cincuenta y sus temas reiteran un enfoque humanista
Mientras yo esté ausente, madre blanca, mata el y solidario de África. Destacan: Livro de água (1961),
engordado buey Poemas do tempo agreste (1964), Um denso azul silêncio
y alimenta bien a tus seres queridos, prepara carne y (1965), Desde que o mendo e 32 poemas de intervalo (1972),
cuajada Do tempo inútil (1975) y Amaranto. Poesía 1951-1983
rebosando para que los perros también laman el [jugo, (1988).
y todavía quede lo suficiente para arrojar lo sobrante
para tus parientes cercanos de allende los mares. Maternidad

Y tú, madre negra, resiste, Te miro: eres negra.


hay misterio en las cosas que vendrán Me miras: soy blanca.
y una feroz mirada se enciende en el fondo de tus Pero sonreímos las dos
ojos. en la tarde que se adelanta.
Mientras el mundo gira y gira Tú sabes y yo sé:
la perdiz que se escapa encuentra el grano [prohibido. que lo que eleva altivamente mi vestido

María Manuela Margarido


177
y lo que levanta tu capulana,* África de los pies a la cabeza
es la misma carga humana. Esto es lo que soy.
Cuando suene la hora
determinada, cruda, dolorosa Si quieres comprenderme
de conceder al mundo el misterio de la vida, ven, inclínate sobre esta alma de África
seremos tan iguales, tan verdaderas, en los gemidos del negro estibador
tan míseras, tan fuertes las frenéticas danzas Chope
y estaremos tan cerca de la muerte… la rebelión Changana
que esta sonrisa de hoy, en la extraña tristeza que fluye
en la tarde que se aleja, de una canción africana a través de la noche.
es el testimonio exacto
del error de las fronteras raciales. Y no preguntes más
De nuestros vientres crecidos, si quieres conocerme
los hijos que broten pues no soy más que un cascarón de carne
nos llamarán con la misma palabra. donde la revuelta de África cuaja
Y ambos estamos seguras su grito preñado de esperanza.
—tú negra y yo blanca—
que es dentro de nuestros vientres Clarisse Ratsifandrihamanana
donde germina la esperanza. (Fenoarivo Este, Madagascar, 1926—ca. 1980)

Noémia de Sousa Nace en el seno de una familia protestante de la alta


(Lourenço Marques, Mozambique, 1926) sociedad, célebre por su amor a la cultura. Poeta y
dramaturga, escribe también libros infantiles. Activa
Carolina Noémia Abranches de Sousa comienza a militante de la afirmación identitaria y política
publicar desde la página femenina del diario O Brado malgache, elige la lengua local para sus obras.
Africano y, durante la década de los 50, combina su Destacan sus obras: Fahavaratra (La estación de lluvias,
actividad periodística con la lucha política a favor de 1960), Tamberintany (Vértigo, 1961) y Salohy (Haces).
la independencia. Pasa algunos años en el exilio en
Portugal y Francia. Es una de las figuras relevantes de Tebiteby… Fanontaniana… Hetaheta…
la negritud y la mayoría de sus poemas están Angustia… Pregunta… Plegaria…
publicados en ediciones clandestinas, aunque también
aparecen en numerosas antologías. ¡Oh, Señor!, tú que has creado el mundo
(…)
Si quisieras conocerme ¿Cómo podría yo creer que proteges
a toda esta miserable gente de mi sangre?
Si quisieras conocerme Su arroz cotidiano, ¿sabes
estudia con ojos bien abiertos que lo recogen de los contenedores de basura?
ese trozo de madera negra (…)
que un desconocido hermano maconde de manos Porque se clama en los templos al fin del sexto día:
inspiradas “Dichosos los pobres, dichosos los hambrientos
talló y trabajó puesto que estoy allí para esperarlos: preparo una
en tierras distantes allí en el Norte. [morada para ellos.
Más tarde, cuando los lleve conmigo, no [encontrarán
Esto es lo que soy una tierra desierta
cuencas vacías, desesperadas por poseer la vida (…)
una boca abierta y desgarrada en herida angustiada Estoy allí: les ofreceré el Paraíso de la felicidad
manos inmensas estiradas Allí, el dolor será suprimido para siempre, allí no
y elevadas en insulto y en amenaza existirá la muerte”.
un cuerpo tatuado con heridas vistas y no vistas (…)
de los duros latigazos de la esclavitud ¡Oh Señor!, visita el mundo y posa en él tu mirada
torturada y magnífica ¡Oh Señor!, te lo ruego… SI EXISTES.
orgullosa y misteriosa
Yolanda Morazzo
(Mindelo, Isla de San Vicente, Cabo Verde, 1928)
* Capulana: Paño que sirve de vestido.
178
¿No soy yo vagabunda como lo son las cosas, con una
Barcos fuerte garganta?
Entonces, no podría luchar como ellas luchan…
Nha terra é quel piquinino Queridos hermanos,
É São Vicente é que di meu la muerte vino a mí como un ladrón en la noche,
cuando iba a acostarme con un corazón dividido.
En las playas Los tambores de un famoso músico, el intrépido,
de mi infancia hoy resuenan con mi ritmo.
mueren barcos ¡Ah! hija del Ngandu
desmantelados. si la voz fuera tan fuerte como el tambor
ya habría llegado a mi madre…
Fantasmas Pero las lágrimas nunca despertarán a los muertos,
de pescadores antes se colmará la copa…
contrabandistas La guerra me ha arrasado hoy, hija de Cibangu,
desaparecidos pero, ¿quién se queda para proteger a Ndaaya?
en cualquier ola Debo llamar a mis camaradas, pero ¿quién
ni yo sé dónde. responderá?
¿quién osa convocar al fuerte?
Y soy la misma En el cruce de caminos
tengo diez años he atrapado grillos amargos
salto en la arena he removido la tierra buscando cigarras cenicientas
empuño los remos… y me voy a la cama con el corazón dividido
Canto y sonrío… sin descanso, he contado vigas
La embarcación: vagabunda, he contado techos.
¡Al mar! Hija de los que se bañan hasta que sus cuerpos [brillan
¡Al mar!... como si tuvieran aceite.
¡Ah! hermanos míos, las penas me abruman:
Y el pobre barco una parte huérfana
el barco triste una parte estéril
cansado y frío Pero ¿qué puedo decir que los hombres puedan creer?
no se mueve… Ah, hermana de Cibangu, las cosas humanas cambian:
una joven se hace vieja
Citeku Ndaaya una cabra se vuelve macho cabrío.
(ca. 1929, Zaire —actual República Democrática de Otra, al haber dado a luz,
Congo) miren —de pronto es estéril,
como Ndaaya.
Nace en un medio de origen luba. Poetisa profesional, ¿Acaso no di a luz a un niño con encías fuertes [como
rescata y compone canciones como este cántico incisivos?
fúnebre o kasala, interpretado en ocasión de la muerte ¡Oh, hermana!, apresurada en mí por rituales,
de un miembro importante de la tribu. desde que te has ido, he estado inconsolable
en el cruce de caminos
Kasala de Ndaaya Niña implantada en mí por rituales
mira cómo las mujeres de mi edad prosperan:
Ndaaya, yo soy tan pobre las terceras esposas se desplazan al primer puesto
que se puede escuchar mi mortero moliendo [después otras se degradan
del atardecer. En un cruce de caminos peligroso, clamo
Ya me detengo en el cruce de caminos, hermana, regresada a mi vientre por rituales
¿por qué entonces he venido a estos lamentos…? Mbombo
Esta muerte tuya es asunto de hombres, ¡oh, Silencio.
Ntumba!,
si fuera asunto de mujeres, blandiría mi mortero. Fatou Sow Ndiaye
Por qué soy lo que sigue siendo [algo] impenetrable: (Senegal, 1937)
[si hubiera] nacido hombre —me habrían dado una
espada—
¿no me habrían convertido en héroe?
179
Institutriz. Autora de un recuento de poemas para me aplastaba la nuca con una fatalidad absurda.
niños, Takam.takam (1981). De ella escribe B. Sall: “en
su poema Gorea, nos hace revivir la imagen de la Pero alcé la cabeza
degradación humana; la de la esclavitud pintada en sus para gritar mi verdad a los hombres
menores detalles. En situación de poesía, la poeta es a los hombres blancos
como un fiel que reza, pero también como un adivino a los hombres rojos
que actúa sobre el mundo por la voluntad del verbo. a los hombres amarillos
Su sufrimiento y el de los demás hacen de ella un ser ¿no hay acaso hombres azules
de inmenso peso que desafía la gravedad de la tierra azul de esperanza
con la gravedad de sus palabras.” azul cielo
hombres con el corazón justo
Gorea justo de justicia justa
sin raza ni continente?
No puedo visitar tus calabozos Yo soy en todas partes
donde se oculta la imagen semejante a mi hermano
de la degradación humana El sol de mi Dios
ni ver tus cadenas es sol para todos
que vibran aún por el coraje resignado las virtudes de mi Dios
de aquellos guerreros están en toda criatura
de manos callosas ¿por qué queréis
que amasaron la roca de su destino quitarme mi semilla?
ni sentir el olor pútrido Dejadme salir de la tierra
de su rencor acumulado en tus muros echar yemas y florecer
ni medir la pena que mis frutos en sazón
que roía su corazón nutran el hambre del mundo
hinchado de proyectos abortados dejad que me abra
debería haber perseguido al soplo de los cuatro vientos
las galeras que transportaban a los esclavos pues mi vestido negro
amputados con sus sueños rotos es vestido de fiesta.
en los cantos rodados. ¡A Gorea!
Nací en el país
Fue de noche, hace ya tanto tiempo donde debí nacer
una noche sin luna era un nenúfar
de pronto Gorea se alejaba en las aguas de mi tierra
lo sentía en la cala un nenúfar abierto al sol de mi tierra
donde estábamos apiñados pero como un sueño pesado
y he bogado… roto por un trueno
he bogado hacia horizontes me desperté en sudores
de tinieblas y dolor el corazón hecho añicos
he mordido el polvo pues para mi fiesta
de rutas desconocidas tenía el vestido negro.
mi sangre, savia de inocencia Abraham Lincoln reunió
se mezcló con el agua terrosa de los arrozales mi ser bastardo y disperso
mi sudor humedeció el suelo y desde entonces arrojé mis muletas
y bañó la noche para estirar las piernas
y mi corazón calcinado de resignación arrojé la venda de mis ojos
forzó mis ojos durante siglos para ver la faz del Mundo
a retener en el fondo de ellos mismos Mi corazón se reabrió
la lluvia de la desesperación para amar la tierra entera.
y el canto estalló en mi pecho.
He cantado mi lamento de desenraizado Pero hace tanto tiempo
con mis hermanos desafortunados que mi alma, en el centro de las estrellas
y el futuro donde restos de sueños ha dejado en la tierra
volaban con los vientos de mis penas su viejo sueño de Paz
180
y por el eco de nuestros huéspedes
del reino de Adán Clementine Faïk Nzuji
la paz en la tierra (Congo-Kinshasa, 1944)
sigue siendo un sueño
la esclavitud abolida Comienza a escribir en la década de los sesenta y
el hombre inventó participa activamente en el círculo cultural La Pléyade
otra esclavitud del Congo. Al margen de su carrera literaria, se dedica
la del dinero, las armas y el poder a la lingüística y al análisis de las literaturas orales.
y su corazón que Dios riega Obras: Les Temps del amants (1969) y Lengua et autres
para amar a todos los hombres contes d’inspiration traditionelle (1976).
bate a golpes de fusil
de bombas y misiles. El tiempo de los amantes

Raquel Ilombe Me inclino sobre el mar


(Isla Corisco, Guinea Ecuatorial, 1939-1992) en mis ojos veo los suyos
sobre mi sombra su cuerpo se desliza
Raquel del Pozo Epita nace de padre español y madre ¡en llamas!
ecuatoguineana. Aunque muy pronto su familia se en un torbellino de pura demencia
traslada a Burgos y luego ella se establece en Madrid, nuestros cuerpos siameses se enlazan
vuelve regularmente a su Guinea natal. Música y luego vuelan, ebrios
poetisa de gran sensibilidad, participa activamente en
los ambientes culturales madrileños. Sus temas Por fin, el mar se retira
preferidos son la nostalgia de una tierra natal bajo nuestros pies se desmorona el universo
idealizada. Obras: Ceiba (1978) y Leyendas guineanas ¡alegrías nebulosas quieren abolir el tiempo
(1981). de los amantes!
en las delicias de furia suave
Algún día nuestras almas siamesas se estrechan
luego se apagan, desmayadas.
A Luis
Baleka Kgositsile
Cuando pasen los años, (Claremont, Durban, Sudáfrica, 1949)
cuando no quede nadie
y sólo queden erguidas Al margen de sus actividades literarias, es desde muy
las cuatro paredes grandes, joven activa militante contra el régimen racista del
algún día vendrá alguien apartheid. Con el advenimiento de la democracia, es
a reconstruir la historia elegida miembro del Parlamento, posición desde la
que vivieron mucho antes. cual lucha por los derechos de la mujer.

Quizá encuentren un día, Para mi niño en el vientre


en uno de sus pilares
unos poemas escritos Montículo de vida
desgastados por el aire. elévate como la marea de una revolución
Montículo de vida
En noches oscuras, ven, únete a nosotros
cuando las palmeras hablen, tan seguro como el día de liberación
se oiga llanto de guitarra (…)
hablando de soledades, Mis gritos se elevan
de distancia, de angustia, el parto de mi pueblo
de largas tardes sin nadie. El dolor
la lucha
Cuando pasen los años, la sangre
cuando no quede nadie El grito de determinación
seguirá echando hojas desde abajo del montón
el árbol que han visto las mujeres de nuestra tierra
mis ojos tantas tardes.
181
Vida en la hermosa tierra
(…)
Exhausta por la batalla del parto
con indecible satisfacción
te beso y te doy la bienvenida
Con sueños y esperanzas
nacidos con cada patada y movimiento decididos
con cada onda en mi estómago
como la ira de mi pueblo

Montículo de vida
ven, únete a nosotros
Juntos debemos abatir al fascista
cortarle su sorda cabeza
y dejar que la vida fluya en nuestra
tierra.
La poesía contemporánea de las mujeres africanas

Ana Paula Tavares cuánto duele


(Lubango, provincia de Huíla, Angola, 1952) cuán desesperadamente duele entre tú y yo

Ana Paula Ribeiro Tavares es licenciada en Historia y tanto dolor por la verdad
trabaja como funcionaria en la secretaría de Estado de tanta destrucción
Cultura. Al margen de su actividad literaria, ha sido tan poco que queda para sobrevivir
diputada en la Asamblea Nacional Popular. La lírica
de Tavares se caracteriza por su forma libre y su de aquí para dónde cogemos
contenido intimista y directo. Enseña literatura
africana de lengua portuguesa en la Universidad tu voz se lanzó
Católica de Lisboa. Obras: Ritos de Passagem (1985). con furia
sobre la sólida extensión fría de nuestro pasado
Alfabeto
cuánto le llevará
Me dactilas el cuerpo a una voz
de la A a la Z alcanzar a la otra
y reconstruyes
alas en este país que sangra suspendido entre nosotros
seda
Tierra
puro espanto
por debajo de las manos bajo órdenes de mis antepasados fuiste ocupada
si supiera un lenguaje podría escribir pues fuiste [tierra
cuando están abiertas mi tierra
aparecen, pequeñas
las cicatrices sólo que nunca me quisiste a mí
por mucho que me estirara para echarme
Antjie Krog en susurrantes cauchos azules
(Kroonstad, Sudáfrica, 1952) en el ganado con los cuernos bajos yendo hacia
Diepvlei (Hondoarroyo)
Poeta, filósofa, periodista, profesora, conferenciante y meciendo sus temblorosas papadas bebiendo
editora. Durante los años 80 trabajó activamente en el en sedosas borlas en el caucho brotando gota a gota
movimiento anti-Apartheid. Ha publicado ocho en espinos que han resbalado hasta el vacío
volúmenes de poesía en afrikaans. Otras obras de
poesía, en afrikaans, Dogter van Jefta, 1970; Januarie a mí nunca me quisiste
Suite, 1972; Mannin, 1974; Beminde Antarktika, 1974; a mí nunca pudiste soportarme
Otter in Bronslaai, 1981; Jerusalemgangers, 1985; una y otra vez te sacudiste para librarte de mí
Mankepank en ander Monsters, 1989; Lady Anne, 1989; me levantaste
Voëls van anderster vere, 1992; Gedigte, 1989-1995; Down tierra, lentamente en mi boca no tuve más nombre
to my Last Skin, 2000; Kleur kom nooit alleen nie, 2000;
Met woorde soos met kerse, 2002. Novelas: Account of a ahora se pelean por ti
Morder, 1997; Lang Pad na Vryheid (traducción de El te negocian dividen acorralan venden roban hipotecan
largo camino a la libertad de Nelson Mandela), 2000. yo quiero irme bajo tierra contigo tierra
tierra que no me acoge
País de dolor y de gracia tierra que nunca me perteneció

(a) tierra que amo más en vano que antes


entre tú y yo
cuán desesperadamente Canción de amor africana
184

ni la húmeda intimidad de tus párpados aromáticos *


como el hinojo
¿Dónde dar con la palabra justa
ni la violencia de tu cuerpo resistiéndose entre las de la puerta del silencio
sábanas para abrir la danza del cuento
cerca de mi piel de mujer
ni lo que viene hacia mí como tu vida que dios ha inventado
tendrá tanta menuda piedad de mí como un instrumento de música inédita?

como verte durmiendo Érase una vez una lombriz


que se llamaba Ombligo del mundo
tal vez a veces te veo rebuscaba en la humedad de la tierra
husmeaba el fuerte olor de los orígenes
por primera vez ascendía a tierra firme
donde arrastraba su cuerpo sin huesos
tú con tu pecho de guayaba y uva algunas huellas de su piel
que los humanos con anteojeras no veían
tus manos frías como cucharas entonces la lombriz contaba las desdichas de la [tierra
tus grandes penas altivas manchan de azul cada [parte lloraba lágrimas grises de soledad
que engordaban los arroyos y los ríos del entorno.
nos soportaremos uno a otro
Por ti voy a contar el cuento del gusano
incluso si el sol abraza los techos pescaré las palabras en el mar sin fondo
de las islas Fortunada y Soledad
incluso si el estado cocina lugares comunes ignoro qué trampas me tejen los abismos
de la humana necedad
llenaremos nuestros corazones de color sólo el sol del último canto de esperanza
posa en mi mano de agua rayos intermitentes
y nuestras trifulcas de pinzones para fluir por las callejas de la escritura
la odisea del desgarramiento.
incluso si mis ojos ascienden hasta el horizonte
En aquel tiempo la tierra de la lombriz
incluso si la luna viene con la espalda desnuda estaba gobernada por el Encantador
El Encantador era el amo absoluto de los campos
incluso si las montañas forman una conspiración El Encantador era el jefe de las casas
contra la noche El Encantador era el guía
de todos los lugares de la tierra
persistiremos cada cual Y el Encantador adoraba pasearse
entre los hombres con su varita
a veces te veo por primera vez que no tenía nada de varita
pues dibujaba la llave de los campos
Traducción: Nicolás Suescún. entonces los humanos se instalaron a campo raso
y allí se multiplicaron como hormigas
Tanella Boni
(Costa de Marfil, 1954) Devoraron todas las plantas
Hicieron papillas las hierbas
Nacida en Abiyán, T. Boni se doctora en Filosofía, Taparon las huellas originales del gusano
ejerciendo de profesora de esta materia en la que se vistió de majestad a sus ojos
Universidad de Abiyán. Es autora de los textos la lombriz fue a la escuela de la vida
poéticos: Labyrinthe, 1984; Grains de sable, 1993; Il ný a y la lombriz se hizo experta
pas de parole heureuse, 1997. Autora igualmente de las en música de lombriz
novelas: Une vie de crabek, 1990 ; Les baigneurs du lac rose, pero la lombriz lloraba
1995. en su rincón por las mañanas
185
sólo era un miserable gusano de tierra como dos pirámides sublimes separadas por
que los ojos del Encantador no verían jamás. la inmensidad del desierto rodaban sobre
las rutas del Tiempo el corazón en bandolera
En aquel tiempo como un bolso de viaje en la misma espalda
con un toque de varita mágica izquierda las manos cribadas de poemas
los malos estudiantes se volvían grandes sabios fuera de estación habían recorrido los meandros
pues la mediocridad era un signo de la tierra húmeda de los faraones y ellos
patente de la sabiduría enviada escribían el Egipto de arena en clave de sol sobre
por los Dioses a la tierra. sus pieles de sueños tatuados

Se reclutaron entonces muchos sabios Traducción: Myriam Montoya.


pero la lombriz era muy astuta
el Encantador ignoró su existencia Véronique Tadjo
no sabía siquiera (París, 1955)
que las lombrices existían en la tierra
el Encantador pasaba su tiempo lavando algunos De padre costamarfileño y madre francesa. Educación
ceros en Abiyán, Costa de Marfil. Viajes por toda África,
(él, el Encantador, tarea poco digna Europa, América Latina, Estados Unidos. Traductora
para sus manos de Encantador) y profesora en la Universidad de Abiyán. Titula su
primera colección de poemas Latérite (1984), con el
Mi cuento es de viento y lluvia que obtiene el premio de la Agencia de Cooperación
mi cuento anónimo es mañana de bruma francesa en 1983. Practica una prosa poética de
lo encontré en el reborde de mi ventana palabras sencillas y representa la angustia de la nueva
donde el silencio se posa conquistador generación desarraigada que se interroga sobre África,
como un pájaro azul el mundo y la vida. Otras de sus obras son À vol
en mi palma de mujer d’oiseau (1983), La chanson de la vie (1990), y Le royaume
para beber en ella una gota de eternidad aveugle (1991), con las que demuestra su dedicación
tanto a la poesía como a la novela.
Al romper su crisálida de malos estudiantes
las burbujas de mil colores aureolaban la ciudad *
vacía de humanidad
el reloj de arena desgranaba el tiempo de los ceros PRECISO ES QUE PARTAMOS
hasta el infinito POR LAS PISTAS DE LOS VIAJEROS
era el ciclo de la lluvia y el buen tiempo REÚNE LO QUE ANDAS BUSCANDO
en el día de la tierra Y TENTE PREPARADO
Efímeras eran que mezclaban ALLÁ DONDE VAYAMOS
miles de vientos y palabras SIEMPRE HABRÁ CARAVANAS
miles de cifras
que les dibujaban alas de plata SERÁ PRECISO
Estas los transportaban al cielo de los negocios CONTINUAR RECORRIENDO LAS PISTAS
donde se cruzaban con el asno de oro Y LOS CAMINOS SIN FIN
metamorfoseado de rocío de Dios APRENDER DE NUEVO
pues la mariposa tiene la vista corta EL CANTO DE UN CALAO
cuando quiere alzarse a la altura del hombre NO BUSCAR MÁS EN VANO
BRAZOS QUE SE TIENDAN
Atravesaré las olas del cuento de mujer O MIRAR SIN CESAR
desafiaré los vientos del ciclón Incensario LA SOMBRA DE NUESTROS PASOS
que barren los senderos del saber Soledad
para sembrar en ellos el poder de los malos COMO AYUDA TENDRÁS
estudiantes EL TAN-TAN LOCUAZ
Y LA BELLEZA DE LOS CAMPOS
* REBOSANTES DE SOL Y LLUVIA

Había entre tanto dos granos de arena MATAR TU SOLEDAD


186
AL FONDO DE TU RETIRO DONDE EL TIEMPO SE OCULTABA
Y PISOTEAR LAS PALABRAS EN CUALQUIER LUGAR
PERJURAS Y SACRÍLEGAS. DONDE SE LEÍAN
¿Y SABRÁS EN ESTA HORA LAS PALABRAS DE AYER
RENUNCIAR A LOS RENCORES DONDE LOS GESTOS GUARDABAN
A LA AMARGURA SUS MOVIMIENTOS EFÍMEROS
DE LOS DÍAS SOÑOLIENTOS Y MOROSOS EN CUALQUIER LUGAR DONDE LAS PALABRAS
SABRÁS DECIR NO [SUSURRADAS
A LOS CAMPOS ÚLTIMOS ESTÉRILES? GUARDABAN ALGÚN PERFUME

SABES QUE TODO PASA ALLÍ LOS HOMBRES


LA SEQUEDAD PODEROSA VIVEN CON MIL SECRETOS
LAS HIERBAS AMARILLENTAS Y EL ALIENTO DE LAS SABANAS
LA CHATARRA DESTRIPADA SOPLA LA LARGA MARCHA
REPODRIDA DE INSECTOS DE LAS PISTAS ENTRELAZADAS
Y YA SOLO EN LA CABEZA EL GRITO DEL CIELO ES AZUL
EL RUIDO DE LAS FUENTES Y LA FLAUTA QUE ESCUCHAMOS
Y EL AGUA CLARA DEL SILENCIO VIENE DERECHA
PRONTO DEL PORO
EN TU CORAZÓN SOLO TENDRÁS
UN PUÑADO DE TIERRA QUEMADA. VE POR DELANTE DEL TIEMPO
Y DILE TUS ADIOSES
EN LA NEGRA NOCHE DESIERTA SI QUIERES CONOCER
BRUJOS OCULTOS TU ALMA
Y SACRIFICIOS RITUALES PRECISO ES QUE TE ALÍES
LOS DIOSES AHÍ ESTÁN CON LOS DIOSES.
ACECHANDO LO IGNOTO.
¿QUÉ HACES BAJO LA LUNA La voz del griot*
DESCIFRANDO LA ARENA?
¿DESCONOCES ACASO Tenemos que partir
QUE AKISSI HA MUERTO tras las pistas de los viajeros
CON SU NIÑO EN BRAZOS? reúne lo que buscas
HE SENTIDO y apréstate ya
LA DESESPERACIÓN donde quiera que vayamos
DE CAMBIAR DE RUMBO habrá caravanas.
Y RESURGIR LA ENVIDIA
COMO UNA INMERSIÓN Enséñame
INMENSA el aire de las praderas azules
EN EL MAR ATORMENTADO. y sopla a mi oído
HE SENTIDO tu aliento principesco
AL SOL hay tantas palabras
RECONDUCIR MI TERNURA bajo el polvo
Y BAJO EL FRESCOR DE LAS ARCADAS tantos amores
HE VUELTO A VER LA CASA en los cajones
EN LA QUE YO NACÍ. me cuesta creer
que los incendios de la selva
ESTÁ EN CUALQUIER LUGAR se hayan apagado.
DONDE TE ENCUENTRAS
EN EL RINCÓN DONDE TE OCULTASTE Cuéntame
SOL INVIOLADO la palabra del griot
DE LA FUERZA ARDIENTE
ES ESPERANZA EN PIE * Griot: Intérprete de la literatura oral del África occidental.
EN LAS FRONTERAS ETERNAS. Este término podría traducirse como bardo, historiador,
EN CUALQUIER LUGAR trovador, poeta, aeda músico, actor bailarín o cronista que
está generalmente al servicio de un notable.
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que canta al África ángeles de la tierra
de los tiempos inmemoriales. cantad, reíd, danzad, saltad,
Dice de esos reyes pacientes en torbellino, la mirada divina está en vosotros
en las cimas del silencio
y la belleza de los viejos en el castillo de mis recuerdos
de sonrisas marchitas rueda la marea alta de vuestras volteretas
mi pasado retornado plenas que trenzan perlas de alegría.
al fondo de mi memoria
como una serpiente tótem Patricia Jabbeh Wesley
a mis talones atada (Maryland County, Liberia, 1955)
mi soledad
y mis esperanzas quebradas Patricia Jabbeh Wesley nació en Maryland County,
¿qué daré a mis hijos Liberia, el 7 de agosto de 1955. Poeta, ensayista,
si he perdido su alma? editora, profesora universitaria y activista política que
Dice ha centrado su atención sobre la situación de los
el girot de lengua colgante: refugiados de guerra en su país. En 1990, con el
“Iréis más lejos todavía estallido de la guerra civil, tuvo que abandonar su
en la jungla blanca hogar junto a su esposo e hijos y trasladarse a
de cementerios hacinados territorio controlado por el comandante del Frente
y lloraréis Nacional Patriótico de Liberia, Charles Taylor. En
en los barrios llenos de fuego esos meses pudo testimoniar la muerte y la
de una ciudad sin refugio.” destrucción producida por la guerra. Habiendo
perdido en la contienda a muchos integrantes de su
Marie-Léontine Tsibinda familia y gran parte de sus posesiones, decidió emigrar
(Girard, Congo, 1955) a Norteamérica. Allí se dedicó, a través de lecturas de
poesías, charlas y conferencias, a difundir lo que
Nace en un medio campesino, aunque desde 1988 sucedía en su país y a trabajar por la paz. Es la autora
reside en Brazzaville. En 1978 comienza a publicar de Before the Palm Could Bloom: Poems of Africa, 1998, —
sus poemas, y más tarde, se dedica también a la que relata sus experiencias durante la guerra civil— y
narrativa y el teatro. Participa, junto al escritor Sony Becoming Ebony, 2002. Su poesía narra la historia de
Labou Tansi, en el célebre grupo teatral Rokado Zulu. aquellos que no pueden hacerlo y lo hace utilizando
Sus escritos tratan del amor, la naturaleza, la familia y, un lenguaje cotidiano. “… Mi poesía ha sido forjada
sobre todo, de su país. Algunas obras: Poèmes de la terre por mis propias experiencias de vida: las dificultades
(1980), Mayombé (1980), Mayangi (1980), L’irrésistible usuales de todo niño en el África y posteriormente el
Dekha Danse (1984), La Princesse d’ébène (1985), Une horror de la guerra civil. Mi intención es dejarle al
Lèvre naissant d’une autre (1987) y Demian, un autre jour mundo mi testimonio del sufrimiento del pueblo
(1987). liberiano, particularmente el de las mujeres y niños
que fueron brutalizados en el transcurso de la guerra.
Ángeles de la tierra Intercalados entre estos poemas están aquellos en los
que narro mi infancia, una etapa feliz de mi vida,
Los sueños de nuestros corazones previa a la guerra civil, y los textos de mi experiencia
los castillos de nuestros recuerdos como madre y esposa y de la crianza de mis hijos en el
las risas y nuestros pasos inseguros exilio alejados de su cultura y parientes. En mi poesía
se entretejen en una corona llena indago en mi propia circunstancia de poeta que hace
de maíz djikida desgranado quince años vive en el exilio y de lo que significa vivir
de pétalos de un labio amado alejada de mi cultura y país y del temor de su pérdida.
corazón ebrio rumbo a las Yo amo a mi país y por lo tanto me propongo narrar
mil voces de nuestros sueños la historia del sufrimiento de mi pueblo. Creo que el
de mil pieles calcinadas mundo debiera detenerse hasta tanto pongamos fin a
mil himnos nacientes las injusticias, la guerra y los genocidios. Las imágenes
de nuestras alas de niños que utilizo en mi trabajo provienen de mi cultura oral
himnos que se escapan en un dulce adiós africana. Y, como poeta, busco el detalle vívido para
que todos aquellos que me lean o escuchen puedan
niños, maravillosos niños conectarse con aquello que deseo narrar. Creo que un
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poeta es un testigo de lo que sucede en nuestro Liberia se ahogará en estas lluvias.
planeta y su deber es dejar testimonio de ello…” Del otro lado de mi ventana, en el viejo camino de
Sinkor
la lluvia golpea con fuerza para que yo regrese.
África
Sólo la lluvia sabe cómo llorar.
La vasija
ahora hecha añicos Buscando a mi familia

su contenido “Buen amigo, por favor ayúdame.


derramado ¿Cuando vivías en Kataka
como vino de palma no habrás visto a dos niños?
Uno de ellos de piel oscura, regordete.
a través de las regiones El otro de tez más clara y ojos negros.
del mundo ¿Mi buen amigo,
no los habrás visto cuando vivías en Ganta?
En la ciudad en ruinas: un poema para Monrovia Uno tendría alrededor de diez años
el otro, aproximadamente esta altura.
En la Ciudad en Ruinas, el agua en suaves ondas Mi hijo mayor, Nyema, el menor Doeteh.
golpea la playa en la noche. ¿Mi buen amigo podrías decirme
Es agosto, después de demasiados años, si se dirigieron a Tapeta?
la lluvia aún cae como piedras. ¿Les entregaron fusiles, habrán matado?
El Atlántico siempre sabe cuándo es tiempo de ¿Mi buen amigo, podrías decirme
dormir, si caminaron hacia Bassa?
pero todas las muchachas deambulan noches [oscuras ¿Habrán muerto de hambre?
y los hombres han olvidado que todavía son hombres. ¿Mi buen amigo, podrías informarme
si a su lado caminaba una madre?
Monrovia ha perdido su nombre. ¿Estaba ella en buena salud, recibió buen trato?
¿Ah, entonces, mi buen amigo, fue allí
El océano ruge como un incendio salvaje. donde los obligaron a salirse de la columna?
Ruge al amanecer como un león hambriento, ¿Buen amigo tenían hambre
como un torbellino de viento. cuando se enfrentaron a su fin?
En la ciudad en ruinas, todas las muchachas Ahora, mi buen amigo podré seguir sus pasos
tienen piernas hechas de armas plásticas, y envolver sus huesos.
y los muchachos fingen que está bien Gracias, mi buen amigo.
que las una vez muy bellas muchachas ¿Pero cómo haré para reconocer sus huesos?”
caminen ahora sobre piernas de plástico.
Hay poco tiempo para las lágrimas, La tormenta

y el mundo calla. A las víctimas de la guerra civil en Liberia

Ya no existen trompetas ni tambores. Me encorvé,


El bailarín de Dorklor que perdió sus piernas agachándome.
en la guerra, está sentado a la vera del camino, Di un paso al costado.
aguardando. Gateé
Ya es algo perder tus piernas en una guerra, dicen, como un cangrejo.
la horrible guerra de Charles Taylor, Caracoleando
en la que el guerrero ya no puede recordar me introduje en una concha.
cuál es el motivo por el que está luchando. Me oculté, una sanguijuela
debajo de una hoja verde.
Los hombres han olvidado su condición de hombres, Dejé de hablar
y las mujeres se sientan en los bordes de los caminos dejé de respirar
pensando en lo que le ha sucedido a esta tierra. dejé de reír.
Si aquellos que están afuera no regresan, Esperé
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Que pasara la tormenta. poéticas de la Lusofonía, Sintra, 1999; Antología del Mar en
la Poesía Africana de Lengua Portuguesa, Río de Janeiro,
Amélia Dalomba 1999; Sterz (Revista austriaca) y Bendenxa -25 poemas de
(Cabinda, Angola, 1962) São Tomé e príncipe para los 25 años de Independencia,
Lisboa, 2000. Su primer libro de poesía O Útero da
Maria Amélica Gomes Barros da Lomba do Amaral. Casa se publicó en la Editorial Caminho de Lisboa.
Estudia periodismo y psicología. Publica poemas y Una antología poética suya está siendo compilada por
artículos en Jornal de Angola y su primer poemario el centro de estudios afro brasileros de la Pontificia
aparece en 1955 con el título Ánsia. Obras: Ánsia Universidad Católica de Minas Gerais, Brasil, país
(1995) y Sacrossanto Refúgio (1996). donde se ha difundido parte de su trabajo poético.

Deseos Traducción: Elkin Obregón.

Prefiero el silencio El otro paisaje


la voluntad
de tocarte De la lisa extensión de los arenales
De la altiva ondulación de los coqueros
prefiero el retroceso Del infinito aroma del huerto
de los sentidos Del azul tan azul del mar
te prefiero distante Del cintilar de la luz en el poniente
pasión cruzada Del ágil sueño de la simiente
fluido de muerte De todo esto y de lo demás
La redonda luna, orquídeas mil, los cañaverales
déjame De maravillas tales
el Os hablaré.
silencio Y diré de los coágulos que socavan
la fibra del paisaje
entrega de los ayes que sustentan los pilares de la Ciudad
al deseo y de las palabras muertas, asesinadas
la frente sudada que sin cesar no obstante renacen
los rostros brillantes en la impura voz de mi pueblo.
las manos trémulas
las piernas estremecidas Jenin
déjame
en esa Los buldozers parten sin fanfarrias.
voluntad infinita Arrastran por el polvo las cintas de las sandalias
de tocarte Y el pavor en las alas de las gallinas.
En su rastro agonizan las palabras
Conceiçao Lima Y el bíblico rostro de los olivares.
(São Tomé, São Tomé y Príncipe, 1962)
El fémur que horada los escombros
Conceiçao Lima nació en la ciudad de São Tomé, São Está muerto, no tiene nombre
Tomé y Príncipe, en diciembre de 1962. Poeta y Es una estaca de marfil
periodista, ejerce cargos directivos en la televisión, la Que brilla amargamente en la tierra de Jenin.
radio y la prensa escrita. Es productora de servicios en
lengua portuguesa de la BBC de Londres, ciudad Amanece en Berlín, en otro sitio
donde reside actualmente. Licenciada en estudios No en Liberia o en los fields de Freetown
luso-afro-brasileros, por el King’s College de Londres, No en el refugio de Jenin o alrededor de mí.
le fue otorgada una maestría en estudios africanos por
la Escuela de Estudios Africanos y Orientales de Innegable
Londres, con especialización en gobiernos y políticas
del África sub-Sahariana. Sus poemas se encuentran Por dote te recibí al nacer
dispersos en diferentes publicaciones, entre ellas: Coro Y conozco en mi voz tu palabra.
de poetas y prosistas de São Tomé y Príncipe, 1992; Voces En tu esencia, como la simiente en la fruta
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El verso en el poema, existo. pues habías estado afuera bebiendo los placeres de la
carne
¡Casa marina, fuente no elegida! mientras me afanaba en los campos
A ti pertenezco y te llamo mía bajo la enojada vigilancia del sol,
Como la madre que no escogí una labor compartida únicamente por las gestaciones
Y sin embargo amo. de mi útero.
Lavé los trastes, los tuyos,
y barrí el cuarto que compartimos
Kristina Rungano antes de que me saliera para preparar tu cama
(Zimbabwe, 1963) en el rincón más fino de la cabaña,
el cual estaba bañado por el dulce olor del estiércol
Comentario de Flora Veit-Wild: que apliqué esta mañana a los suelos.
Entonces, entraste
Kristina Rungano Masuwa (en su nombre literario, en tu lujuria ebria
omitió su apellido) nació en Zimbabwe el 28 de e hiciste tus demandas.
febrero de 1963. Su padre fue un pequeño Cuando expliqué lo cansada que estaba
comerciante. Después de sus años escolares, fue al y que temía por el niño —tuyo— que llevaba,
Reino Unido para formarse como científica en me golpeaste y te saliste con la tuya.
computación, y retornó a Zimbabwe en 1982 para En el momento
trabajar por un par de años en su profesión. Al final en que me dejaste infeliz y amarga,
de este intervalo, fue otra vez al Reino Unido, donde te odié.
desde entonces ha vivido y escrito poesía. Sin embargo, mañana me levantaré de nuevo para ti,
En 1984, Rungano publicó A Storm is Brewing (Una ordeñaré a la vaca, araré la tierra y cocinaré tu comida,
tormenta se avecina), una colección de cerca de setenta serás de nuevo mi Señor,
poemas, la mayoría de los cuales escribió cuando era pues, ¿no es correcto que la mujer debe obedecer,
una estudiante de dieciocho años. En el tiempo de su amar, servir y honrar a su hombre?
publicación, todo el volumen despertó mucha ¿Pues no eres fruto de la tierra?
atención gracias a la frescura de su voz y a su
búsqueda desinhibida del autoconocimiento. En “La
mujer”, la persona femenina se dirige a un hombre Kouméalo Anaté
por cuyo placer gira el mundo. Su anhelo de gentileza (Kazaboua, Togo, 1968)
y belleza contrasta demasiado bruscamente con el
dolor de su subordinación permanente. El poema es Kouméalo Anaté nació en Kazaboua, Togo, el 15 de
una declaración franca y valiente de una muchacha junio de 1968. Poeta, narradora y ensayista. Ha
joven en el Zimbabwe de la década de 1980. publicado los libros: L'Ecrit du silence, poesía, 2001,
segunda edición, 2005, también el libro de relatos
Traducción al español: Iliana Rodríguez. breves Frontières du tour, 2004 y la novela Le Regard de la
source, 2005. Completó recientemente un doctorado en
La mujer Comunicación y Ciencias de la Información en
Bordeaux, Francia, donde reside actualmente y es
Hace un minuto vine del pozo miembro del Centro de Estudios Literarios y
donde jóvenes mujeres sacaban agua como yo. Linguísticos Francófonos y Africanos de la
Mi cuerpo estaba cansado y mi corazón fatigado. Universidad de Bordeaux. “L'Ecrit du silence es un libro
Por un momento miré la corriente que se precipitaba de poemas elaborado en tres partes con una
ante mí, progresión que va del sufrimiento (una suerte de
y pensé cuán fresco era el aroma de las flores, muerte) a la vida. El recorrido privilegiado está claro:
cuán tierno el pasto alrededor. liberar la palabra, romper el silencio para dejar que
Y de nuevo escuché el sonido del deber, estalle el dolor, esto con el fin de poder degustar la
el cual me quebrantó: me hizo sentir vieja paz interior y la felicidad. A través de cada uno de los
cuando soportaba el enorme gran recipiente de barro poemas, la autora explora el alma y la naturaleza
en mi cabeza humanas para hablar de su indignación frente al mal,
como una enorme gran sombrilla dolorosa. frente a las diversas formas de injusticia. Esta es una
Entonces llegué a casa y cociné tu comida, poesía siempre en movimiento que invita a la acción, a
continuar avanzando a pesar de los obstáculos, a la
191
apertura de nuevos horizontes. Para lograrlo a veces Del árbol de la mariposa
hay que atreverse a partir, a romper con los senderos Del pájaro de la cebra
de la derrota. La palabra poética constituye entonces Del tam-tam del violín
una meditación sobre el mundo y una meditación Declamadores
hacia la libertad y la vida, las dos principales De los pulmones del corazón
búsquedas que se pueden leer en filigrana detrás de Del aire del mar
cada poema.” De la dulzura de lo amargo
Del cielo de la tierra
Mujer Del hijo del padre
Del hermano de la madre
El tiempo golpea en tu puerta De las estrellas de la luna
En la puerta de tu corazón de niño Del grito del duelo
La noche del mundo te cuestiona Del brazo del sofá
Noche vestida de violencia de desasosiego Del hábito del monje
Gritos huérfanos golpean en tu puerta El altar del púlpito
La puerta de tu corazón de madre La hiel de la miel
El tiempo del desamparo se despliega Palabra silenciosa del silencio
Y ojos mendigos te suplican Escrito en el grito prohibido de millones de hombres
Países derrotados baten en tu puerta De mujeres de niños de jóvenes inermes
La puerta de tu corazón espejo Palabra desviada del lecho primero del río
La tontería los conduce al matadero De lo eternamente ausente
El tiempo de la maternidad te llama
La angustia de los hombres rompe tu puerta Toyin Adewale Gabriel
La puerta de tu corazón de mujer (Ibadan, Nigeria, 1969)
Ellos te dicen su sed de paz de descanso
El tiempo de la esperanza está suspendido Toyin Adewale Gabriel nació en Ibadan, Nigeria, en
Mujer del mundo abre tu puerta protegida 1969. Poeta y narradora. Realizó estudios
Abre los ojos de tu corazón universitarios de Literatura e Inglés. También se ha
Da la mano que consuela y repara desempeñado como crítica literaria en diversos
Simpatiza con el tiempo y la eternidad. periódicos de su país, entre ellos: Guardian, Post
Express y Daily Times. Fue cofundadora y coordinadora
La ausencia varios años de la Asociación de Escritoras de Nigeria.
Obras: Naked Testimonies, 1995; Breaking The Silence,
Ella está pegada a mí como la sombra 1996; Inkwells, 1997; Die Aromaforscherin, 1998;
De mis noches negras Flackernde Kerzen, 1999; 25 New Nigerian Poets, 2000;
Inmutables a lo largo de los días Aci Cikolata, Gunizi Yayincilik, 2003; y Nigerian Women
Que no terminan nunca Short Stories, 2005. Escritora en residencia en Suecia y
El sol ya no se pondrá Alemania, ha sido invitada a importantes encuentros
Ni se levantará de poesía en Europa, África y América. Por encima de
Sobre mis noches negras cualquier consideración de género, su poesía se
Esta tarde los sueños dormirán lejos de esta cama destaca en la contemporaneidad como una de las
Demasiado grande demasiado pequeña voces más destacadas de la nueva poesía africana. Su
La espera ha sido clausurada trabajo es una especie de mixtura cultural en la que
Sobre mi deseo muerto aparecen los temas comunes de la poesía africana: la
Un futuro hipotético sabana, la fauna, los paisajes humanos y su entorno, la
Sobre una noche negra geografía del dolor —Gorée—, etc., y junto a tales
elementos se dan otros pertenecientes a la poesía
Palabras prohibidas universal, de otras latitudes y culturas y que dan como
resultado una singular mixtura de gran belleza y que
Del silencio del grito de la palabra posee una fuerza que nos seduce y nos integra a su
De la palabra grito silencioso palpitación poética. En sus poemas hallamos
Del grito mudo palabra del silencio elementos que se dan como hierbas salvajes, y que
Escrito apuestan a un manifestar más allá de lo simplemente
De la efigie del libro poético y lírico hallando así imágenes de sabor acre,
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irónicas y dolorosas, itinerario del dolor. Poesía Tu libro se aflige en mi mesa.
intimista con visos elegíacos, su obra se destaca Las bromas en nuestro almuerzo se volvieron rancias.
nítidamente y deberá estar incluida en cualquier Qué sacrificio soportamos,
antología de poesía africana que se precie de ser ladrillos sobre cabezas desgastadas.
integral. Cargas que crecen abundantemente.

Traducción: Rafael Patiño Góez A través del polvo, busco tu aroma,


tu corazón de safari, esa curiosa dicha
Exploradora de aromas que irriga tu poesía,
veo huesos vendidos en cuentas bancarias,
Como el fuego devora la hierba, un depósito, a la espera de bárbaros.
como las llamas consumen las cerillas,
Es por ello que el viento esparce tus palabras,
la calle se traga mis pasos, de avispas, de redes, de gemidos.
mi voz se disuelve en el suelo.
Escúchate a ti mismo
Conozco la bilis verde del hambriento.
Conozco el triunfo del polvo, (En memoria de Durban)

la despreciativa arrogancia del sol, ¿Dónde hay una palabra para asir el borde de las aguas
sobre los restos de empapadas azules
cuando las olas luchan como esposas rivales?
ratas. He cenado sobre perros raquíticos,
con sabor a orina acre. ¿Dónde hay una palabra para asir una mujer
cuando ella corre, corre, corre…?
Y a los pies de intrincados remanentes,
encuentro los más altos despojos, ¿Dónde hay una palabra para sofocar el fuego
cuando un cielo carece de hogar?
de muslos de pollo aborrecidos por exceso.
Yo, exploradora de aromas, Escúchate a ti mismo.
Escucha la murmuración de los mares,
vadeando a través del laberinto de arroz, lavando las piedras del fogón de Nombolisa.
deleitándome en la basura. Digo que tus desechos Escucha a la esperanza vagabunda
balanceando ganchos de ropa en los semáforos en
son para chuparse los dedos. verde.
Dicen que los ricos también lloran, Escucha al hombre que no puedes tocar
los niños esposados, la inocencia despojada.
danzando para aliviar su vergüenza,
sus llagas palpitantes.

Safari

(para Ogaga Ifowodo)

Cuando leí mis poemas,


goteantes de fuego y alcantarillas,
me preguntaron, “¿no escribe usted
acerca de árboles y constelaciones?”

Y yo dije, en esta tierra amamos con dolor


hasta las melenas parecen látigos.
No puedo fingir que la sangre en
mi boca es salsa de tomate.
Fuentes

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Índice de autoras en orden alfabético

Adewale Gabriel, Toyin (Nigeria), 189 Jabbeh Wesley, Patricia (Liberia), 185
Agustini, Delmira (Uruguay), 80 James, Cynthia (Trinidad y Tobago), 128
Alegría, Claribel (Nicaragua), 102 Kamenszain, Tamara (Argentina), 143
Álvarez, Monserrat (Perú), 141 Kgositsile, Baleka (Sudáfrica), 178
Amarilis (Perú), 23 Khaketla, Caroline Ntseliseng (Lesotho), 174
Amor, Guadalupe (México), 95 Krog, Antjie (Sudáfrica), 181
Anaté, Kouméalo (Togo), 188 Lima, Conceiçao (São Tomé y Príncipe), 187
Anónimo (México), 5, 9, 15 Lisboa, Henriqueta (Brasil), 91
Arvelo Larriva, Enriqueta (Venezuela), 85 Loide Shikongo, Nekwaya (Namibia), 161
Belli, Gioconda (Nicaragua), 135 López Colomé, Pura (México), 139
Bethel, Marion (Bahamas), 115 Loynaz, Dulce María (Cuba), 88
Bonett, Piedad (Colombia), 136 Macuilxochitzin (México), 7
Boni, Tanella (Costa de Marfil), 182 Madre Rosa Inés o Piedad Medrano Matus
Boullosa, Carmen (México), 137 (Nicaragua), 93
Bracho, Coral (México), 149 Margarido, María Manuela (Isla de Príncipe), 174
Cage-Florentiny, Nicole (Martinica), 123 Meireles, Cecília (Brasil), 86
Carreto, Rosa (México), 56 Méndez de Cuenca, Laura (México), 58
Casely-Hayford, Gladys o Aquah Laluah (Ghana), 174 Mendinueta, Lauren (Colombia), 141
Castellanos, Rosario (México), 106 Miller, Jeanette (República Dominicana), 134
Castro, Dolores (México), 102 Mistral, Gabriela (Chile), 71
Charles Dube, Adelaide (Sudáfrica), 173 Morazzo, Yolanda (Cabo Verde), 175
Chocano, Magdalena (Perú), 151 Morejón, Nancy (Cuba), 130
Clarinda (Perú), 19 Moscona, Myriam (México), 140
Collins, Merle (Granada), 129 Mujía, María Josefa (Bolivia), 47
Cuevas Cob, Briceida (México), 142 Ndaaya, Citeku (Congo), 176
Dávalos y Orozco, María (México), 44 Nery, Adalgisa (Brasil), 92
Dávila, Angelamaría (Puerto Rico), 133 Oliver Labra, Carilda (Cuba), 105
De Cristo, sor Teresa Magdalena (México), 31 Pantin, Yolanda (Venezuela), 136
De Eslava, Catalina (México), 22 Paz Paredes, Margarita (México), 95
De Hazaña, sor Juana (Perú), 24 Peri Rossi, Cristina (Uruguay), 135
De Ibarbourou, Juana (Uruguay), 82 Pizarnik, Alejandra (Argentina), 111
De Jesús Nazareno, sor Paula (Perú), 30 Portal, Magda (Perú), 90
De la Cruz, sor Juana Inés (México), 33 Ratsifandrihamanana, Clarisse (Madagascar), 175
De Ovando, sor Leonor (República Dominicana), 19 Rivera, Silvia Tomasa (México), 140
De Sant’Anna, Gloria (Portugal-Mozambique), 174 Rosenberg, Mirta (Argentina), 144
De Sousa, Noémia (Mozambique), 175 Rungano, Kristina (Zimbabwe ), 188
Del Castillo y Guevara, Francisca Josefa (Colombia), Rüsche, Ana (Brasil), 141
29 Sampeur, Virginie (Haití), 54
Estrada Medinilla, María (México), 25 Sow Ndiaye, Fatou (Senegal), 176
Faïk Nzuji, Clementine (Congo), 178 Storni, Alfonsina (Suiza-Argentina), 75
Galván, Kyra (México), 138 Tadjo, Véronique (Francia-Costa de Marfil), 183
García de Villalobos, Francisca (México), 44 Tavares, Ana Paula (Angola), 181
García Marruz, Fina (Cuba), 97 Toledo, Natalia (México), 142
Gelinas, Dana (México), 140 Torres Frías, María (Argentina), 55
Gómez de Avellaneda, Gertrudis (Cuba), 48 Tsibinda, Marie-Léontine (Congo), 185
González, Ana María (México), 45 Varela, Blanca (Perú), 109
Hatchepsut (Egipto), 157 Zamudio, Adela (Bolivia), 55
Ilombe, Raquel (Guinea Ecuatorial), 178
Índice de autoras por país

América Latina y el Caribe Dávalos y Orozco, María


Argentina De Cristo, sor Teresa Magdalena
Kamenszain, Tamara De Eslava, Catalina
Pizarnik, Alejandra De la Cruz, sor Juana Inés
Rosenberg, Mirta Estrada Medinilla, María
Storni, Alfonsina Galván, Kyra
Torres Frías, María García de Villalobos, Francisca
Bahamas Gelinas, Dana
Bethel, Marion González, Ana María
Bolivia López Colomé, Pura
Mujía, María Josefa Macuilxochitzin
Zamudio, Adela Méndez de Cuenca, Laura
Brasil Moscona, Myriam
Lisboa, Henriqueta Paz Paredes, Margarita
Meireles, Cecília Toledo, Natalia
Nery, Adalgisa Nicaragua
Rüsche, Ana Alegría, Claribel
Chile Belli, Gioconda
Mistral, Gabriela Madre Rosa Inés o Piedad Medrano Matus
Colombia Perú
Bonett, Piedad Álvarez, Monserrat
Del Castillo y Guevara, Francisca Josefa Amarilis
Mendinueta, Lauren Chocano, Magdalena
Cuba Clarinda
García Marruz, Fina De Hazaña, sor Juana
Gómez de Avellaneda, Gertrudis De Jesús Nazareno, sor Paula
Loynaz, Dulce María Portal, Magda
Morejón, Nancy Varela, Blanca
Oliver Labra, Carilda Puerto Rico
Granada Dávila, Angelamaría
Collins, Merle República Dominicana
Haití De Ovando, sor Leonor
Sampeur, Virginie Miller, Jeanette
Martinica Trinidad y Tobago
Cage-Florentiny, Nicole James, Cynthia
México Uruguay
Amor, Guadalupe Agustini, Delmira
Boullosa, Carmen De Ibarbourou, Juana
Bracho, Coral Peri Rossi, Cristina
Carreto, Rosa Venezuela
Castellanos, Rosario Arvelo Larriva, Enriqueta
Castro, Dolores Pantin, Yolanda
Cuevas Cob, Briceida
197
África Jabbeh Wesley, Patricia
Angola Madagascar
Tavares, Ana Paula Ratsifandrihamanana, Clarisse
Cabo Verde Mozambique
Morazzo, Yolanda De Sant’Anna, Gloria
Congo De Sousa, Noémia
Faïk Nzuji, Clementine Namibia
Ndaaya, Citeku Loide Shikongo, Nekwaya
Tsibinda, Marie-Léontine Nigeria
Costa de Marfil Adewale Gabriel, Toyin
Boni, Tanella São Tomé y Príncipe
Tadjo, Véronique Lima, Conceiçao
Egipto Senegal
Hatchepsut Sow Ndiaye, Fatou
Ghana Sudáfrica
Casely-Hayford, Gladys o Aquah Laluah Charles Dube, Adelaide
Guinea Ecuatorial Kgositsile, Baleka
Ilombe, Raquel Krog, Antjie
Isla de Príncipe Togo
Margarido, María Manuela Anaté, Kouméalo
Lesotho Zimbabwe
Khaketla, Caroline Ntseliseng Rungano, Kristina
Liberia
Índice

Las poetas indígenas prehispánicas y la poesía popular en América Latina y el Caribe....................................................... 3  


Las poetas en lengua náhuatl............................................................................................................................................. 5  
La poesía popular con voz lírica femenina: los arrullos ................................................................................................ 9  
La poesía popular con voz lírica femenina: los conjuros ............................................................................................ 15  
Las poetas coloniales en América Latina y el Caribe............................................................................................................... 18  
Las primeras poetas de la América colonial .................................................................................................................. 19  
Las poetas en el siglo XVII.............................................................................................................................................. 23  
Las voces líricas en Sor Juana Inés de la Cruz: la mujer, el criollo, el indio y el negro .......................................... 33  
La voz de la mujer .................................................................................................................................................... 33  
La voz del criollo ...................................................................................................................................................... 34  
Las voces del negro y el indio................................................................................................................................. 36  
Las poetas en el siglo XVIII: la poesía religiosa y los certámenes poéticos............................................................. 43  
Las poetas en el siglo XIX........................................................................................................................................................... 46  
Las poetas en las postrimerías de la Colonia................................................................................................................. 47  
Las poetas decimonónicas caribeñas.............................................................................................................................. 48  
Las poetas decimonónicas latinoamericanas................................................................................................................. 55  
Las poetas decimonónicas mexicanas ............................................................................................................................ 56  
La poesía moderna y contemporánea escrita por mujeres en América Latina y el Caribe ................................................ 70  
Las poetas modernas ........................................................................................................................................................ 71  
Las poetas contemporáneas............................................................................................................................................. 95  
La crítica de lo cotidiano, lo político y lo social ......................................................................................................... 115  
Poetas caribeñas...................................................................................................................................................... 115  
Poetas latinoamericanas......................................................................................................................................... 135  
Poetas indígenas...................................................................................................................................................... 142  
La exploración del lenguaje ........................................................................................................................................... 145  
La poesía oral y escrita de las mujeres africanas..................................................................................................................... 157  
La poesía del antiguo Egipto ......................................................................................................................................... 159  
La poesía oral de las mujeres africanas ........................................................................................................................ 161  
La reivindicación de la negritud y la feminidad .......................................................................................................... 175  
La poesía contemporánea de las mujeres africanas.................................................................................................... 183  
Fuentes ......................................................................................................................................................................................... 193  
Índice de autoras en orden alfabético ...................................................................................................................................... 195  
Índice de autoras por país.......................................................................................................................................................... 196  

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