REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “SIMON RODRIGUEZ”
ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN
ENFOQUES Y TEORIAS DEL APRENDIZAJE
Facilitador: Participante:
Prof. Milagros Torres Erasmo Avellaneda, C.I. 9.667.652
Métodos y Técnicas de Estudio
Sección “B”
Diciembre, 2021
INTRODUCCION
En psicología existen muchas corrientes teóricas, hecho el cual repercute sobre
ciencias con las que tiene mucha relación, como las ciencias de la educación. Por este motivo
no es de extrañar que, a la hora de abordar qué es y cómo se da el aprendizaje, muchos
psicólogos y psicopedagogos hayan propuesto diversas teorías, cada cual con sus seguidores y
sus detractores.
Aunque todos hemos experimentado lo que es el aprendizaje, tratar de definirlo no es
tarea sencilla. Es un concepto difícil de delimitar, que puede ser interpretado de formas muy
diversas y la propia historia de la psicología es una demostración de ello. No obstante, grosso
modo podemos entender que el aprendizaje son todos los cambios, tanto conductuales como
mentales, fruto de la experiencia, difiriendo bastante de persona en persona en función de sus
propias características y la situación.
De teorías del aprendizaje hay tantas como formas de verlo. Es difícil dar un número
exacto de cuántas teorías hay, dado que incluso dentro de una misma corriente dos autores
pueden diferir sobre cómo se da y qué es el aprendizaje. Igualmente, lo que sí podemos decir
es que su estudio científico surgió a principios del siglo XX y que, desde entonces, se ha tratado
dar una respuesta a cómo se da este proceso tan importante en educación.
ENFOQUES Y TEORIAS DEL APRENDIZAJE
Las teorías del aprendizaje pretenden describir aquellos procesos mediante los cuales
tanto los seres humanos, como los animales aprenden. Numerosos psicólogos y pedagogos
han aportado amplias teorías en la materia.
Consiste en que el aprendizaje implica un cambio en la conducta o en la capacidad de
conducirse. La gente aprende cuando adquiere la capacidad para hacer algo de manera
diferente. Al mismo tiempo, es importante recordar que el aprendizaje es inferencial. El
aprendizaje se evalúa sobre la base de lo que la gente dice, escribe y realiza.
El estudio de las teorías del aprendizaje, por una parte, nos proporcionan un
vocabulario y un armazón conceptual para interpretar diversos casos de aprendizaje. Por otra
parte, nos sugieren dónde buscar soluciones para los problemas prácticos; aunque ellas no nos
dan soluciones, pero dirigen nuestra atención hacia ciertas variables que son fundamentales
para encontrar la solución.
Casi todas las teorías tienen un sustento filosófico-psicológico, han podido ser
adaptadas, para lograr imitar sus tendencias en el campo pedagógico, pudiendo así
trasladarlas al aula, y poniéndolas en práctica.
Según Lakatos (1978), una teoría es mejor que otra cuando reúne estas condiciones:
Logra una disminución de contenido empírico con respecto a la teoría anterior, es
decir, predice hechos que aquella no predecía.
Explica con el mismo o mayor éxito todo aquello que la teoría anterior explicaba.
Logra corroborar empíricamente, al menos, una parte de su exceso de contenido.
Según De la Mora (1979) las funciones de las teorías del aprendizaje son:
Realizar un análisis más profundo sobre algunos de los aspectos de aprendizaje dignos
de ser investigados.
Resumir una gran cantidad de conocimientos acerca de las leyes del aprendizaje en un
espacio relativamente corto.
Explicar en forma creativa “qué” es el aprendizaje y “por qué” actúa como lo hace.
Busca proporcionar una comprensión básica sobre el aprendizaje.
Por consiguiente, lo que caracteriza una buena teoría en la terminología es su
capacidad para predecir e incorporar nuevos hechos; frente a aquellas otras teorías que se
limitan a explorar lo ya conocido. Un programa puede ser progresivo teóricamente cuando
realiza predicciones nuevas aunque no sean corroboradas o empíricamente cuando corrobora
a alguna de las predicciones. Un programa progresivo puede dejar de serlo cuando agota su
capacidad predictiva y se muestra incapaz de extenderse hacia nuevos dominios si logra hacer
nuevas predicciones parcialmente corroboradas.
Lakatos (1978) piensa que una nueva teoría se impondrá sobre otra vigente, cuando
además de explicar todos los hechos relevantes que esta explicaba, se enfrente con éxito a
algunas de las anomalías de las que la teoría anterior no podrá darse cuenta.
Las teorías del aprendizaje conforman un variado conjunto de marcos teóricos que a
menudo comparten aspectos y cuestiones o incluso, suponen postulados absolutamente
contradictorios.
Los estudios sobre las teorías del aprendizaje no han tenido un desarrollo igual al del
aprendizaje. Tanto el término aprendizaje como el de teoría resultan complejos de definir, de
ahí que no coincidan los autores en las definiciones de aprendizaje ni en las teorías.
Inicialmente no existía preocupación por elaborar teorías sobre el aprendizaje. Hacia
1940 surge una preocupación teórica caracterizada por el esfuerzo en construir aplicaciones
sistemáticas que dieran unidad a los fenómenos del aprendizaje y así empezaron a aparecer
sistemas y teorías del aprendizaje, aunque el término teoría fue empleado con poco rigor. A
comienzos de la década 1950-1960 surge un cambio en los estudios sobre las teorías del
aprendizaje, ante el hecho de que gran parte de los sistemas de la etapa anterior no cumplían
una de las funciones de toda la teoría, como es la de totalizar y concluir leyes.
Con el fin de ofrecer una base empírica sólida los estudios actuales sobre el
aprendizaje se centran, más que en elaborar teorías, en lograr descripciones detalladas de la
conducta en situaciones concretas.
Las diversas teorías ayudan a comprender, predecir y controlar el comportamiento
humano, elaborando a su vez estrategias de aprendizaje y tratando de explicar cómo los
sujetos acceden al conocimiento. Su objeto de estudio se centra en la adquisición de destrezas
y razonamiento a una lengua.
LAS TEORÍAS DEL APRENDIZAJE
A continuación veremos las principales teorías del aprendizaje planteadas desde
principios del siglo pasado hasta el momento actual.
1. Conductismo
El conductismo es una de las corrientes psicológicas más antiguas, teniendo sus
orígenes a principios del siglo XX. La idea fundamental de esta corriente es que el aprendizaje
consiste en un cambio en el comportamiento, ocasionado por la adquisición, refuerzo y
aplicación de asociaciones entre los estímulos del ambiente y las respuestas observables del
individuo.
El conductismo deseaba demostrar que la psicología era una auténtica ciencia,
centrándose en los aspectos puramente observables de la conducta y experimentando con
variables estrictamente controladas.
De tal forma, los conductistas más radicales asumieron que los procesos mentales no
son necesariamente los que causan los comportamientos observables. Dentro de este enfoque
destacan Burrhus Frederic Skinner, Edward Thorndike, Edward C. Tolman o John B. Watson.
Thorndike planteó que una respuesta a un estímulo se refuerza cuando a este
fenómeno le sigue un efecto positivo de recompensa, y que una respuesta a un estímulo se
volverá más fuerte a través del ejercicio y repetición.
La figura de Skinner es bien importante en el conductismo, siendo uno de sus más
grandes representantes con su condicionamiento operante. En su opinión, recompensar las
acciones correctas de la conducta las refuerzan y estimulan su recurrencia. Por lo tanto, los
reforzadores regulan la aparición de los comportamientos deseados.
Otro de los referentes del conductismo lo tenemos en la figura de Iván Pávlov. Este
fisiólogo ruso es célebre por sus experimentos con perros, aportando grandes influencias para
el conductismo en general.
A Pávlov le debemos agradecer sus planteamientos sobre el condicionamiento clásico,
según el cual el aprendizaje se produce cuando se asocian de forma simultánea dos estímulos,
uno, el condicionado, y el otro, el incondicionado. El estímulo incondicionado provoca una
respuesta natural en el cuerpo y el condicionado la empieza a desencadenar cuando se vincula
a este.
Tomando como ejemplo sus experimentos, Pávlov mostraba a sus perros la comida
(estímulo incondicionado) y hacía sonar la campana (estímulo condicionado). Al cabo de varios
intentos los perros relacionaron el sonido de la campana con la comida, lo cual les hacía emitir
como respuesta a este estímulo saliveo, como el que hacían cuando veían la comida.
2. Psicología cognitiva
La psicología cognitiva tiene sus orígenes a finales de la década de los 50. Bajo esta
corriente las personas dejan de ser vistas como meros receptores de estímulos y emisores de
respuesta directamente observable, como lo habían entendido los conductistas.
Para la psicología cognitiva, los seres humanos actuamos como procesadores de
información. Así pues, los psicólogos cognitivos tienen especial interés en el estudio de los
fenómenos mentales complejos, que habían sido bastante ignorados por los conductistas,
quienes llegaron a afirmar que el pensamiento no se podía considerar conducta.
La aparición de esta corriente en los años cincuenta no es casual, dado que fue por
aquel entonces que empezaron a aparecer los primeros ordenadores. Estas computadoras
tenían finalidades militares, y distaban mucho del potencial que tienen ahora, pero que dieron
pie a pensar que los seres humanos podíamos ser comparados con estos aparatos, en tanto
que procesamos la información. El ordenador se convirtió en análogo de la mente humana.
En psicología cognitiva el aprendizaje es entendido como la adquisición de
conocimientos, es decir, el alumno es un procesador de la información que absorbe
contenidos, llevando a cabo operaciones cognitivas durante el proceso y almacenándola en su
memoria.
3. Constructivismo
El constructivismo emergió entre los años 1970 y 1980, como respuesta a la visión de
la psicología cognitiva. A diferencia de esa corriente, los constructivistas no veían a los
estudiantes como simples receptores pasivos de la información, sino más bien como sujetos
activos en el proceso de adquisición de nuevos conocimientos. Las personas aprendemos
interactuando con el medio ambiente y reorganizando nuestras estructuras mentales.
Los aprendices son vistos como los responsables de interpretar y darle sentido al
nuevo conocimiento, y no simplemente como individuos que almacenan, de forma puramente
memorística, la información recibida. El constructivismo implicó un cambio de mentalidad,
pasando de tratar al aprendizaje como la mera adquisición de conocimiento a la metáfora de la
construcción-conocimiento.
Aunque esta corriente maduró en los años setenta, ya existían unos cuantos
antecedentes sobre las ideas constructivistas. Jean Piaget y Jerome Bruner anticiparon la visión
constructivista varias décadas atrás, en los años treinta.
Teoría del aprendizaje de Piaget
Piaget elaboró su teoría desde una postura puramente constructivista. Este
epistemólogo y biólogo suizo afirmaba que los niños y niñas tienen un rol activo a la hora de
aprender.
Para él, las diferentes estructuras mentales van modificándose y combinándose a
través de las experiencias, mediante la adaptación al entorno y la organización de nuestra
mente.
El aprendizaje se da como resultado de los cambios y las situaciones novedosas.
Nuestra percepción del mundo se va renovando a medida que vamos creciendo. Este proceso
se compone por esquemas que nosotros ordenamos mentalmente.
La adaptación tiene lugar mediante un proceso de asimilación, que modifica la realidad
externa, y otro de acomodación, que es el que cambia nuestras estructuras mentales.
Por ejemplo, si descubrimos que nuestro amigo tiene un perro y hemos tenido una
mala experiencia previa con estos animales, como que nos han mordido o ladrado,
pensaremos que el animal nos va a hacer daño (asimilación).
Sin embargo, al ver que se nos acerca y hace gesto como que quiere que le acariciemos
la barriga, nos vemos obligados a cambiar nuestra clasificación previa (acomodación) y
reconocer que hay perros más simpáticos que otros.
Teoría del aprendizaje significativo de Ausubel
David Ausubel es también uno de los máximos exponentes del constructivismo,
recibiendo muchas influencias de Piaget. Opinaba que para que la gente aprenda es necesario
actuar sobre sus conocimientos previos.
Por ejemplo, si un docente quiere explicar qué son los mamíferos, primero debe tener
en cuenta qué saben sus alumnos sobre lo que son los perros, los gatos o cualquier animal que
esté dentro de esta clase de animales, además de conocer qué piensan sobre ellos.
Así pues Ausubel tenía una teoría muy centrada en la práctica. El aprendizaje
significativo contrasta con el aprendizaje puramente memorístico, como el retener largas listas
sin discutir. Se defiende la idea de producir conocimientos mucho más duraderos, que se
interiorizan más profundamente.
4. Aprendizaje social de Bandura
La teoría del aprendizaje social fue propuesta por Albert Bandura en 1977. Esta teoría
sugiere que las personas aprenden en un contexto social, y que el aprendizaje se facilita a
través de conceptos tales como el modelado, el aprendizaje por observación y la imitación.
Es en esta teoría que Bandura propone el determinismo recíproco, que sostiene que el
comportamiento, el medio ambiente y características individuales de la persona, se influyen
recíprocamente. En su desarrollo también afirmó que los niños aprenden observando a los
otros, así como del comportamiento del modelo, los cuales son procesos que implican
atención, retención, reproducción y motivación.
5. Constructivismo social
A finales del siglo XX la visión constructivista cambió aún más por el aumento de la
perspectiva de la cognición situada y aprendizaje, que hacía hincapié en el papel del contexto y
de la interacción social.
La crítica en contra del enfoque constructivista y la psicología cognitiva se hizo más
fuerte con el trabajo pionero de Lev Vygotsky, así como la investigación realizada en la
antropología y la etnografía de Rogoff y Lave.
La esencia de esta crítica es que el constructivismo y la psicología cognitiva observan la
cognición y el aprendizaje como procesos “atrapados” dentro de la mente, de forma aislada
del entorno, considerándolo autosuficiente e independiente de los contextos en los que se
encuentra.
El constructivismo social surgió como respuesta a esta crítica, defendiendo la idea de
que la cognición y el aprendizaje deben entenderse como interacciones entre el individuo y
una situación donde el conocimiento es considerado como situado, es decir, producto de la
actividad, el contexto y la cultura en la que se forma.
6. Aprendizaje experiencial
Las teorías del aprendizaje experiencial se basan en las teorías sociales y
constructivistas del aprendizaje, pero situando a la experiencia como el centro del proceso de
aprendizaje. Su objetivo es entender cómo las experiencias motivan a los estudiantes y
promueven su aprendizaje.
De esta manera el aprendizaje se ve como un conjunto de experiencias significativas,
ocurridos en la vida cotidiana, que conducen a un cambio en los conocimientos y la conducta
del individuo.
El autor más influyente de esta perspectiva es Carl Rogers, quien sugirió que el
aprendizaje experiencial es el que se da por iniciativa propia, y con el cual las personas tienen
una inclinación natural de aprender, además de promover una actitud completa de
involucramiento en el proceso de aprendizaje.
Rogers defendía la visión de que el aprendizaje debe ser facilitado. No se puede
amenazar al alumnado con castigos dado que, de esa forma, se vuelven más rígidos e
impermeables a los nuevos conocimientos. El aprendizaje es más probable que se dé y sea más
duradero cuando se da por iniciativa propia.
7. Inteligencias múltiples
Howard Gardner elaboró en 1983 la teoría de las inteligencias múltiples, en la cual
sostiene que la comprensión de la inteligencia no está dominada por una sola capacidad
general. Gardner afirma que el nivel general de inteligencia de cada persona se compone de
numerosas y distintas inteligencias.
Aunque su trabajo es considerado algo muy innovador y, a día de hoy, no son pocos los
psicólogos quienes defienden este modelo, cabe decir que su trabajo es también considerado
especulativo.
Aun así, la teoría de Gardner es apreciada por los psicopedagogos, que han encontrado
en ella una visión más amplia de su marco conceptual.
8. Aprendizaje situado y comunidad de práctica
La teoría del aprendizaje situado y comunidad de práctica desarrollada por Jean Lave y
Etienne Wenger recoge muchas ideas de las teorías del aprendizaje de varias corrientes
psicológicas.
La teoría del aprendizaje situado destaca el carácter relacional y negociado del
conocimiento y del aprendizaje, cuya naturaleza se desprende de una acción de compromiso
hacia el conocimiento, que se da con mayor eficacia dentro de las comunidades, sean del tipo
que sean.
Las interacciones que tienen lugar dentro de una comunidad de práctica son varias,
como la cooperación, al resolución de problemas, la comprensión y las relaciones sociales.
Estas interacciones contribuyen al capital social y la adquisición de conocimientos dentro de la
propia comunidad, dependiendo del contexto.
Thomas Sergiovanni refuerza la idea de que el proceso de aprendizaje es más eficaz
cuando se da en las comunidades, afirmando que los resultados académicos y sociales
mejorarán solo cuando las aulas pasen de ser meros lugares a los que los alumnos tienen que
ir obligados a verdaderas comunidades de enseñanza y aprendizaje.
9. Aprendizaje y habilidades del siglo XXI
En la actualidad sabemos que aprender conocimientos teóricos y prácticos debe ir más
allá de lo que hay en los libros. La inmersión en nuevas tecnologías y en capacidades sociales y
creativas es algo fundamental en un mundo que está en constante cambio. Uno de los
referentes de esta corriente es la Asociación para las Habilidades del Siglo 21 (P21) o
Partnership for 21st Century Skills
Entre las competencias valoradas hoy en día, además del dominio de las nuevas
tecnologías, están el pensamiento crítico, la mejora de las habilidades interpersonales y el
aprendizaje autodirigido, entre otras muchas más.
No es solo conocer datos o ser crítico con ellos, sino que también es la adquisición de
habilidades que resulten útiles para que el alumno, una vez sea adulto pueda desempeñarse
como un ciudadano con capacidad de pensamiento. Es hacerle consciente de cuál es su huella
ambiental, cómo puede mejorar la humanidad, ser creativo o cómo desempeñarse como buen
vecino y padre.
TEORIA DE LA COMPLEJIDAD
La complejidad hace referencia a la condición del universo, integrado y a la vez
demasiado rico y variado para que podamos entenderlo mediante los habituales métodos
simples mecánicos o lineales. Mediante tales métodos podemos entender muchas de las
partes del universo, pero los fenómenos más amplios y más intrínsecamente relacionados solo
pueden entenderse a través de principios y pautas; no detalladamente. La complejidad trata
de la naturaleza de la emergencia; la innovación, el aprendizaje y la adaptación.
La teoría de la complejidad plantea que en la raíz de la totalidad de los sistemas
complejos, desde el comportamiento de las moléculas, los procesos biológicos y psicológicos,
la acción de las naciones y los estados y el equilibrio de la naturaleza, se encuentra un cuerpo
de reglas que cuando puedan ser identificadas, darán lugar a la unificación de las ciencias
naturales y las ciencias sociales. La teoría de la complejidad se refiere más a una concepción o
concepto de pluralidad de intervención y de interacción de principios y elementos.
La complejidad busca integrar los dos extremos de la realidad en un contexto
intermedio para enfrentar la incertidumbre que el entorno muestra dentro de los sistemas
complejos en términos sociales, para superar las posturas intensas de la teoría del caos y el
orden, a los fines de romper con la polarización entre las dos perspectivas.
Se trata pues de comprender, estudiar y abordar problemas asociados a una realidad
del ser humano, de la sociedad, las instituciones u organizaciones, cuyas características versan
en el desorden, desequilibrio, contradicciones, emergencia, coyunturas y demás situaciones
abrumadoras, que deben afrontarse desde el ámbito de las teorías de la complejidad como un
modelo acreditado notable que aún está en la génesis de su explotación.
Definición de complejidad
Para Rodríguez y Aguirre (2011), se refieren a “la complejidad, en tanto problema,
conjunto de métodos y teoría y, en un sentido más general, como campo de estudios de la
ciencia contemporánea, o mejor aún como un paradigma científico emergente…“ De tal
manera, que se apoya en las técnicas procedimentales y la diversidad existente de enfoques
modernos como un tipo de ciencia nueva que experimentan problemas que involucran a los
sistemas abiertos desde el ámbito ontológico: sociedad-ser humano- organizaciones.
Ahora bien, la teoría de la complejidad como ciencia o método, se encuentra en la
búsqueda de mecanismos para indagar sobre problemáticas de índole social-organizacional.
Los factores internos y externos de las instituciones son elementos susceptibles de estar en
constante comprensión, análisis, investigación y desarrollo, en aras de promover instrumentos
o herramientas de carácter gerencial para que dirijan sus esfuerzos en una etapa evolutiva
continua, partiendo de que las ideas de la raza humana son inagotables como el pensamiento
complejo del individuo.
Para fortalecer lo descrito Morín 1977 citado por Rodríguez y Aguirre (ob.cit)
manifestó que: “desde la perspectiva del pensamiento complejo, propone comprender la
complejidad en términos organizaciones”.
Teoría de la complejidad de sistemas
Las bondades que la complejidad provee son infinitas, diversas, transformadora, en
correspondencia con la capacidad que tiene el hombre para generar conocimiento inacabable,
perdurable y esto hace de la complejidad una fortaleza para fomentar alternativas
organizacionales, entendiendo que la sociedad está conformada por sistemas abiertos
integrados por individuos que están en constante búsqueda de conocimiento para modificar el
statu quo de una determinada situación problema, tal como se puede observar en el gráfico
siguiente.
Problemas de Complejidad Organizada.
Nota: graficado por el Autor. Datos tomados de Weaver (1948).
Las problemáticas existentes en las organizaciones, pueden analizarse desde la
complejidad de los sistemas, como partes o elementos que tienen relaciones entre ellos,
interactuando con agentes externos reflexionando desde un nivel epistemológico y
metodológico, a la luz de los aportes de las teorías contemporáneas de la complejidad,
haciendo énfasis en la simplicidad, lo organizado o desorganizado, en un ámbito de la teoría
del caos (modelo que intenta explicar el comportamiento de sistemas dinámicos) o la del
orden (ven a la sociedad como un sistema natural).
En ese orden de ideas, no comparto la corriente que la complejidad sea vista desde
una concepción hegemónica, razonando que el termino se refiere a la supremacía de una
entidad sobre otra, se trata de dejar que las ideas fluyan y las variables a considerar sean
abordadas sin influencias a priori sobre el sujeto u objeto, para evitar distorsionar los
resultados sobre lo que se indaga; más bien la concibo como un mecanismo por excelencia
para estudiar situaciones concretas con un método y procedimiento.
No obstante, como toda teoría, enfoque, método o modelo tiene sus precursores y
detractores, para ello es oportuno mencionar lo que el investigador Mexicano Gershenson
(2013), expresó que “la ciencia trata de entender al hombre, buscar verdades…evaluar la
validez de las ideas para generar conocimiento”.
En otras palabras, indagar, buscar, revisar, verificar acontecimientos y fenómenos que
ocurren para dar consecución a lo desconocido; donde las ideas son inagotables, y a partir de
allí el hombre tiene la capacidad histriónica de lograr transformaciones en la sociedad, tal
como lo vislumbra la era de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC´s), como
lo afirmara la Doctora Madera en la tertulia sobre la complejidad un paradigma para el cambio
en el 2008 “…somos hijos de la globalización”.
Igualmente, Rodríguez y Aguirre (ob.cit) indican que “las ciencias de la complejidad se
han desarrollado a partir de la formulación de metodologías y técnicas sofisticadas para
abordar el estudio de sistemas complejos. Es decir, estas ciencias poseen un poderoso arsenal
de tipo técnico instrumental”.
Teoría del pensamiento complejo de Morín
En efecto, estas ciencias han sentado sus bases con el apoyo de métodos y procesos
innovadores que le sean de garantía para investigar un fenómeno, valiéndose de un cúmulo de
componentes para alcanzar resultados satisfactorios, tal como se muestra en el siguiente
grafico
Propuesta del Pensamiento Complejo de Morín.
Nota: Gráfico diseñado por el Autor. Datos tomados de Morín (1990).
En lo que respecta a la postura que adoptara en la última década del siglo XX Morín
citado por Rodríguez y Aguirre (ob.cit), sobre que “…el pensamiento complejo consiste en un
replanteo epistemológico que lleva a una nueva organización del conocimiento, tanto a nivel
personal como social o institucional”. En consecuencia, se efectúo de lo descrito por Morín un
gráfico que recogiera desde lo visual la esencia del pensamiento complejo, relacionándolo con
los sistemas sociales a nivel personal, donde comprender las concepciones que tiene consigo el
ser humano sobre su interior y lo que le rodea, es un tarea apoteósica, si lo observamos desde
la génesis de su existencia, allí las bondades de las teorías de la complejidades nos ofrecen
algunos caminos para investigarlo.
De igual forma, encontramos el nivel social, es decir, entender y razonar desde el
punto de vista colectivo la conducta de un conjunto de individuos que confluye en un
determinado territorio, cada uno de ellos tienen intereses diversos, y que naturalmente la
mayoría tiende a decidir los destinos de ese conjunto, aunque tal mayoría se contradiga con la
satisfacción de sus necesidades y elevar los niveles de calidad de vida, concibiendo que el fin
último de la sociedad es el bienestar para evolucionar y progresar.
Finalmente, el nivel institucional, referido a las actuaciones que las organizaciones
desarrollan en el contexto de una sociedad, con el fin de promover un nuevo orden
fundamentado desde la epistemología con miras a una prospectiva progresista para cambiar
las situaciones actuales problemática por aquellas que beneficien el colectivo.