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Joaquín Capelo - Sociología en Lima

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Acerca de este libro

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From the Library of

Luis Alberto Sanchez

A N T A
STI M STAT
E
E
T
H
L
1855

THE PENNSYLVANIA
STATE UNIVERSITY
LIBRARIES
THE PENNSYLVANIA STATE දිද ,
UNIVERSITY LIBRARIES
BIBLIOTECA POPULAR .

SOCIOLOGIA
DE

LIMA
POR

J. CAPELO.

LIBRO I — LA ENTIDAD ORGANICA

Precio :

LIMA

Librería Francesa Científica y Casa editora


J. Galland . --34 Calle de Palacio 36
1895 .
BIBLIOTECA POPULAR .

SOCIOLOGIA

DE

LIMA
POR

J. CAPELO ,

Miembro de la Universidad de Lima.

LIMA

Imprenta Masias. -Plaz . Merced.


1895 .
LIBRO I.

LA ENTIDAD ORGANICA
DE LIMA ,
PRÓLOGO.

Hacer una descripción de la ciudad de


Lima por sus edificios, etc. , como se ha
ce en una demografía, es propósito que
se ha tratado de llenar antes de ahora,
con la publicación de más de una obra
destinada a ese objeto. Declamar con ala
banza ó vituperio sobre los usos y cos
tumbres de los habitantes en vista única
mente de satisfacer despechos mal com
primidos, ó halagar pasiones determina
das, ó un mal entendido amor propio na
cional, es también una tarea que ha em
• prendido más de un escritor nacional 6
extranjero. Nada de eso sería nuevo tra
tándose de la capital del Perú ; pero sí
creemos lo sería , hacer de Lima un estu
dio sociológico en forma, que permitiera
vislumbrar al menos las causas perma
nentes de prosperidad y decadencia para
el conjunto, así como los factores de di
cha ó desventura de sus diferentes habi.
tantes. En un trabajo semejante, se tra
taría de algo parecido al examen que ha
ce el médico respecto de un organismo
- 6

medio enfermo, que llevase en germen y


en parte desarrollados, males que es po
sible circunscribir en su desenvolvimien
to, o curar tal vez de un modo radical .
Tal es la empresa, que como simple en
sayo, acometemos en este libro .
Si en la medicina propiamente dicha,
el problema no es fácil y se complica
grandemente cuando aparece alguna do
lencia poco estudiada, tratándose de la
sociología de un pueblo, ciencia todavía
en pañales, la cuestión resulta excepcio
nalmente difícil , y mucho más, si el pre
tendido médico apenas puede llamarse
un simple aficionado y carece por otra
parte de los datos estadísticos que son
tan necesarios en esta clase de investi
gaciones .
En sociología, tan solo es posible dar
se cuenta de las líneas mas salientes que
pueden marcar la fisonomía general del
cuerpo social ; apenas si es posibie tradu
cir con trazos incompletos, cuando más
una silueta imperfecta de la entidad tan
compleja que constituye el elemento del
mundo superorgánico .
La piedra que desprendida de la cima
de una montaña, desciende por sus fal
das hasta alcanzar el fondo de un valle,
marca su paso con los surcos profundos
ó ligeros que traza al resbalar; pero no
deja huella alguna, cuando saltando de
7

peña en pena , obedece á movimientos re


flejos y hace su marcha por el aire, donde
toda señal es impalpable y fugáz. Ese
surco incompleto y á trazos interrumpi
dos, desigualmente marcados, permite al
espíritu, sin embargo, reconstituir la ru
ta seguída por el móvil, y con ella tener
una imagen de la configuración del terre
no, en el detalle de sus líneas más pro
nunciadas, y en la unidad de conjunto
que representa la quebrada.
Así, en la vida de los pueblos, los acon
teciinientos más salientes de su historia ,
sus monumentos, sus leyes, sus costum
bres, etc. , dejan huellas imterrumpidas
á trazas desiguales, que el espíritu puede
reconstituir con algún esfuerzo, para to
mar una idea de la fisonomía económica
y moral de la sociedad , en las diferentes
etapas de su existencia, y para abordar
el estudio de su sociología especial.
Tal es el propósito que perseguimos al
escribir este ensayo sociológico sobre la
ciudad de Lima, sin guiarnos otro móvil
que el de contribuir al cultivo de esta
clase de estudios, y aportar a la solución
de los problemas que nos son peculiares,
el contingente de una voluntad bien in
tencionada, al servicio de la sed insacia
ble de ventura nacional que domina nues
tro espíritu, y que creemos servir con es
te trabajo.
8

Si nuestro criterio se ha logrado man


tener desapasionado y en nuestro análi
sis hemos considerado sin omisiones
esenciales todos los datos principales de
cada cuestión ; y si el conjunto de este li
bro despierta en nuestros escritores de
florido estilo, y en nuestros estadistas
de ilustración profunda, interés bastan
te para que se dignen terciar en la cues
tión y poner á su servicio el contingente
de su talento , será para nosotros la ma
yor satisfación haber contribuído á po
ner á la orden del día asunto de tanta
importancia y si las soluciones que pro
ponemos en el cuerpo de este libro, sop
objeto de mejor examen , y sostituídas
por otras más conformes á las exigencias
de la ciencia, con ello encontraremos lo
grado por entero el objeto que persegui
mos. en servicio de la elevación del ca
rácter nacional y del mejoramiento de
nuestras instituciones, leyes, usos y cos
tumbres .
Entra en nuestro propósito que este
libro quede al alcance del mayor número
posible de lectores, y ello nos ha obliga
do á detenernos poco en lo relativo á
principios y leyes sociológicas, cuyo exa
men profundo, demandaría muchas pá .
ginas y una abstracción de conceptos,
que nos impediría llegar como es nuestro
deseo, á conclusiones concretas y fáciles
-9

de percibir, sin grande esfuerzo de razo .


namiento .
Consultando el orden y la facilidad en
la exposición , hemos dividido toda la obra
en tres libros distintos ; debiendo en ellos
ocuparnos respectivamente, de estudiar
en Lima :
1. • La entidad orgánica ;
2. • La vida nutritiva ; y
3." La vida relacional é intelectiva .
En el primer libro trataremos en capí
tulos separados: del valle de Lima; del
sistema rígido de la ciudad ; de los siste
mas de trasmisión y abasto, y finalmen
te , del elemento vivo .
En el libro segundo debemos tratar : de
los modos de nutrición ; de la nutrición
primitiva ; de la nutrición derivada, y fi
nalmente, del problema de la nutrición.
En el tercero y último libro examina
remos en la vida relacional: la opinión
pública, la industria y las instituciones;
y en la vida intelectiva: el estímulo, el
ejemplo, el libro, el periódico y la ca
tedra .
Lima, Mayo 6 de 1895.

J. Capelo.
LIBRO PRIMERO

LA ENTIDAD ORGANICA DE LIMA.


CAPITULO I.

El medio cósmico: Valle de Lima.

Son los pueblos, entidades organizadas


y con vida propia, comparables bajomu
chos conceptos á los seres animados, y
de ahí que Spencer haya dado á la vida
de las sociedades el nombre de vida su
perorgánica , y de ahí que en todo estu
dio sociológico sea preciso, á la manera
que en el reino animal , tener en cuenta
ante todo el medio cósmico, y solo en se
guida el medio orgánico y la vida socio
lógica propiamente dicha.
Estudiaremos, pues, en este capítulo
el medio cósmico ; es decir, el capital con
que la naturaleza ha dotado esta región,
cuyo centro ocupa Lima. En los siguien
tes veremos, en el modo de distribución
de la ciudad y en sus edificios y construc
ciones, lo que hicieron en su favor las
- 12

generaciones que pasaron ; y examinando


despues la vida sociológica actual, vere .
mos finalmente como cumple el ciclo de
su existencia la generación á que perte
necemos . Entremos en materia .
A una latitud sur que puede estiinarse
en 12 1'50 ” y á unos 79? 28' 39" de lon
gitud oeste de París, en las orillas del
mar Pacífico, desemboca el río Rimac,
torrentoso como todos los de esta zona ,
y que viniendo desde las cimas que for
man la cadena más oriental de los Andes,
á 5,000 metros de elevación sobre el ni
vel medio de la mar, y justamente á 110
kilónetros, ó un grado geográfico de la
costa, y descendiendo de esas alturas,
hace su marcha, no menor de 130 kilóme.
tros, entre peñascos y rompientes mil,
que cambian aquí y allí el rumbo de sus
aguas. Llevadas éstas en direcciones va
rias, conducen junto con su inmenso cau
dal , el no menos valioso de las tierras di
luídas y en suspensión, que arrastran en
lo rápido de su carrera y depositan
cuando esta calma, para reparar así el
empobrecimiento de las tierras de labran
za, y nivelar las desigualdades del suelo
actual ; de este suelo , que el mismo río
igualó y cubrió de tierras vegetales, allá
en los primeros tiempos de su formación
geológica, cuando hubo de establecer por
sí mismo su régimen y fabricar su lecho,
.
13

á fin de dar vida con sus riegos, a las


tierras de cultivo que había creado con
sus sedimentos, traídos desde muy leja
nas regiones y depositados en todas
partes, por cambio incesante en la direc
ción de sus corrientes ,
Recibiendo sus aguas, el Rimac, por
dos quebradas principales distintas: la
de la Oroya y la de Santa Eulalia, que
convergen en Chosica, para formar una
sola desde allí ; se presenta ésta muy es.
trecha al principio , pero luego se ensan
cha á medida que se acerca al Pacífico , y
continúa descendiendo al Oriente , hasta
dejar formado el extenso valle del Rímac;
li uitado al Norte por la quebrada de Lu
rigancho y al Sur por la de Cieneguilla ;
derivadas una y otra de la de la Oroya,
y respectivamente defendidas por los
cerros de Amancaes y San Cristóval la
primera, así como por los cerros de la
Rinconada y los de Chorrillos la se
gunda .
Esa quebrada de la Oroya, que nace en
Antaranga y que en sus cabeceras prin
cipia estrecha, hasta el punto de no te
ner en algunas partes, como en el Infier
nillo, ni siquiera 50 metros de ancho, y
que forma en algunos parajes, como en
Casapalca, Chicla, San Mateo, Matuca
na, Surco, etc. , ligeros ensanchamientos
de pequeña extensión, únicamente desde
14

Chosica viene abriéndose de una manera


manifiesta y constante, hasta dejar esta
blecido el valle que confina con las orillas
del Pacífico. Este valle, cuyo suelo se ex
tiende elevándose desde el mar, como sá
bana inmensa de figura triangular cu
bierta en toda su area con una capa de ri
quísima tierra vegetal, de mas de un me
tro de espesor ; uide desde el Callao, lar
go de 53 kilómetros y sube gradualmente
con la inclinación media del 1.61 per cien
to, hasta alcanzar la altura de 153 vie
tros que á Chosica corresponde. Sus lí
mites son : por el Norte, con tierras que
riega el río Chillón, y por el Sur con las
que baña el río de Lurín ; comprendiendo
entre estos límites, una distancia no me
nor de 30 kilómetros; extensión que, si
bien vá poco a poco disminuyendo, con
serva todavía á la altura de Huascata y
entre este punto y Chosica, más o menos
mal contados, unos 3 kilómetros de an
cho medio.
Cuando hubo de formarse la quebrada
principal por cuyo fondo corren las
aguas del Rimac, se formaron también
naturalmente á uno y otro de sus lados,
numerosas quebradas laterales, cuyas lí
neas, las más elevadas y las más deprimi
das, al mismo tiempo que debían dar al
terreno su configuración propia, é impri
mir á las corrientes atmosféricas un cier
15 -

to régimen, debían también constituír los


límites señalados por la naturaleza á los
contrafuertes y apoyos del sistema sóli.
do, destinado á conducir la líquida cor
riente encargada de dar movimiento y
vida, á la nueva región acabada de crear.
Y así las cosas, numerosas vertientes se
cundarias, engrozando las aguas del Rí
mac desde sus cabeceras y arrastrando
diversas sustancias salinas disueltas á
su paso por ciertos lugares, y llevando
en lo rápido de su carrera un potencial
enorme, traducible á todo momento en
fuerza física, y convertible por la indus
tria humana en calor, en luz, etc., y ar
rastrando mecánicamente , aquí y allá.
elementus mil, como semillas al acaso
caídas, arenas, etc. , y recibiendo en todo
su largo trayecto el calor de los rayos
solares, que incidiendo en su tersa su
perficie, evaporando sus aguas, calen
tando esos vapores y con ello engendran
do las corrientes, que deben dar á la at .
mósfera propiedades higrométricas y
convertirla en un regulador del calor; el
Rímac adquiere , por fin , todo su mages
tuoso desarrollo, y llega á la costa, ale
gre y bullicioso, trayendo al valle de sus
encantos tesoros de vida, que deposita
amoroso, sobre ese suelo que él mismo
formára, en sus prehistóricos geológicos
tiempos.
- 16 –

Allá en esos tiempos que como en los


actuales , otros tiempos habían trascurri
do y otras conmociones había sufrido la
misma región donde el Rímac debiera
nacer ; allá, cuando los materiales y ele
mentos de vida habían vivido el ciclo de
su existencia y solo les faltaba, legar á
los nuevos vivientes el capital por ellos
labrado y sus propios restos ; allá, cuan
do rocas y tierras y elementes minerales
estaban formados; cuando los depósitos
lentos de las aguas tranquilas habían he
cho las masas terrosas, ya silicosas, ya
calcáreas, ya simplemente arcillosas, ya
puras, ya mezcladas, llevando ó nó con
los restos fósiles, de los séres que vivie .
ron entonces, los signos con que escri
bieron ellos , para las generaciones pos .
teriores la historia de sus hechos, en los
grandes talleres de la naturaleza cósmi
ca ; allá, cuando esos wateriales amonto
nados sin concierto, marcaban con la
muerte de una época geológica, el naci
miento de la última que al Rímac vió na
cer ; entonces, hubo de encontrar éste
amontonados los materiales que debían
servir de base á su lecho y de abrigo á
sus márgenes, y que junto con él , debían
contribuír á la provisión y alimento de
los seres vivos que el nuevo taller estaba
llamado á sostener y vivificar.
Capas de arcilla impermeable, sobre
- 17

rocas macizas siguiendo la sinuosa su


perficie de valles y montañas que una vez
existieron ; cascajo menudo y tierra ve
getal , puesta sobre esas capas primera
mente formadas, y repartidas sin aparen
te concierto , como al acaso : aquí grietas
más o menos considerables , allá, una ro
ca solevantada y dejando á luz la natura
leza de su composición calcárea, pizarro
za, granítica, etc.; de un lado, canales in
teriores sobre bases de impermeable ar
cilla y llenos de cascajosos elementos
colocados como para filtrar las aguas,
que por las grietas pudieran penetrar, y
á favor de las pendientes del subsuelo,
salir á flor de éste por los puntos bajos,
límpidas y cristalinas y tal vez cargadas
con elementos salinos necesarios á la vi
da animal y que antes no tuvieron ; cres
tas de cerros elevados y de formas ca
prichosas que dan al terreno configura
ción varia : ya hor zontal , ya inclinada,
ya del lado del sol, ya del op uesto ; favo
reciendo en unos casos los vientos, y en
otros , oponiéndose á su marcha, todo pa
ra establecer en una región dada, un con
junto de factores y eleentos capaces de
alimentar la vida que vá a nacer, sobre
los restos de la vida qne se acaba de ex
tinguir ; tal es en conjunto, el mundo de
hechos y de cosas que precedieron al Rí
2
18

mac, y que lo acompañaron en su naci


miento .
Cumpliendo nuestro río el ciclo de su
existencia, y haciendo su evolución en la
línea del deber, como no la hacen muchos
desgraciados de la huinana especie; y
así, trabajando sin tregua ni descanso,
enriquecidas sus aguas con los elemen
tos que disuelve en su camino, cede és
tas, infiltrándose en parte por la porosi
sidad , y por las grietas del terreno, para
constituir en el valle de Lima, esas ver
tientes naturales de agua potable, crista
lina y magnífica, de la que son un ejem
plar los puquios y las vertientes del lado
de San Cristóval, que vienen de Luri
gancho, las del lado de la Repartición y
otras ; pudiendo en casi todos los puntos
del valle , encontrarse agua de calidad
superior y á muy poca profundidad de la
superficie del suelo.
Humedecida la aunísfera con la eva
poración superficial de sus aguas, ad
quiere el aire ese estado higrométrico
sin el cual , carecería la vida orgánica del
grado de plasticidad que es indispensa
ble para la formación de sus tejidos, y
por otro lado esa misma atmósfera, car
gada de vapores acuosos, ofrece obstá
culo al paso de los rayos solares, convir
tiéndose en ura especie de abrigo, que
defiende a todo el valle contra los cam
19

bios bruscos de temperatura , que se pro


ducirían sin su acción protectora.
A favor de todos estos elementos y
circunstancias se formó el Rímac , con su
dotación de agua , variable durante el
año, y según las estaciones entre agos
to y diciembre , de 4 á 20 metros cúbicos
por segundo ; y corriendo sus aguas con
una velocidad media de 0.m90 por segun
do, se hizo capaz de regar un valle cuya
extensión cultivada no baja de 300 ki
lómetros cuadrados ; y cuyo clima suave
y dulce , está mantenido por una tempe
ratura media que en el año 1893 fué de
19° C. , siendo la presión atmosférica de
747.mm 58, y la humedad relativa de 79.61
en tanto que fué 2.m324 la velocidad por
segundo, de los vientos alisios que so
plan en esta región, y que siempre vie
nen del lado sur, oscilando durante el
año un poco del SE y poco del SO.
El cuadro adjunto permitirá conocer
mayores circunstancias sobre el clima de
esta región , objeto actualmente de estu
dios más serios y más sostenidos que los
que antes se hacían ,
Ob
del
mensuales
cuadros
los
deducidos
Limala,
de
ciudad
sobre
orológicos
Datos
Sociedad
Geográfica.
la
de
Boletín
en
publicadosel,
año
1893
en
Unanue
servatorio
centigrados
en
grados
Temperatura milfmetros
en
atmosférica
Presión
IIumedad Velocidad
vien
del
á.
la
sombra barométrica
daltura.
mercurial
del
Meses relativa
me metrosen
to
por
1893.
año dia segundo.
Media..
Minima
Máxima Vinima.
Máxima
Media,
Enero..
25,50 16.25 21,70 69 748,20
746,15
741.85 2.695
Febre
... 28,75 17.95 23,05 68 745,90
66:
747.93 1.310
Marzo..
28,90 17,15 22.925 78 746.68
748,275
515 2.085
...
Abril
26,95 16,10 21,45 81 748.2545,:
747
746
751 2.135
Mayo
...
23,00 13,70 18,40 50
81 749.625
74.475
747.30 1.560
Junio
20,10 12,55 16,625 7.25$ 750,75
749.875
718.95 1.620
...
Julio
18.55 12,15 15,40 87.50 748.90
750,875
749.75 3652
A.
gosto
18,65 11,05 15,475 85,295 749,60
750.065
750,83 2.600
Setiem
20,50. 12,55 16,45 83.00 750,325
748,50
749.39 2.600
Octubr
21,20, 13,20 17,35 83.75 749,60
747,30
748.525 2.885
Nov
.....
22,40 13,45 18,075 77,00 750,20
748,15
748.80 2.310
Diciem
26.45. 16,80 22,00 78.00 748,85
746
75
747.85 2.715
Promedios
al.
año 23,41 14,41 19,075 749,4767|
79,61 1747.53
747.583 2.324
21

Declinación magnética 10 ° 29 ' 37 " ( 1 )


Dirección de los vientos. El viento sopla sien
pre del lado sur , oscilando sobre esa dirección
ya dei SSE ya del SSO siendo muy variante en
abril y julio, setiembre y octubre.
Si á todo lo dicho agregamos que la
constitución de las rocas , en los cerros
que circundan el valle de Lima ofrece
material de construcción , abundante en
piedras calcáreas, mármoles alabastri
nos y compactos de jaspes variadísimos ,
y granitos y sienitas de distintas clases ;
pudiendo además proporcionarse, pie
dras de asperón de la isla de San Loren
zo y magníficas traquitas de la altura de
Matucana; y si á todo esto agregamos,
que el carbón de piedra y distintos mine
rales metálicos existen en los caminos de
Lima, si bien nada ha demostrado que
sea provechosa su explotación ; todo , to
do nos dará idea un poco aproximada de
la zona de tierra que constituye el valle
que venimos describiendo .
Y es en esta zona, donde debió erigir
se y se erigió Lima, la capital del Perú ;
de este pueblo, cuyo espíritu y cuya ra
za, mezcla del espíritu y de la raza de
( 1 ) Este dato es tomado de « La Gaceta Cienti
fica» año IX , tomo IX . 1893, pág. 122. Artículo
sobre « Posición del Observatorio Meteorológico
Unanuen por el Dr. Villareal .
:22

otros dos pueblos, de gloriosos hechos y


de histórica grandeza ; valientes ainbos,
de proverbial bondad el uno y el otro de
indómita fiereza : debían , refundiéndose
en una sola entidad y evolucionando en
el espacio de su territorio y en el tiempo
de su historia , asimilarse las grandes
cualidades de sus progenitores y extin
guir los vicios y defectos, que fueron
causa de la ruina de los poderosos impe
rios, que sus antepasados fundaron y que
tuvieron un tiempo, gloriosa historia.
En esa mezcla de dos razas, demasiado
humillada la una, para darse cuenta de
su propio mérito, demasiado soberbia la
otra para reconocer el ageno valimento ;
ambas escasas del espíritu de iniciativa,
y poco confiadas en el alcance del esfuer
zo individual; deshabituada la una para
mandar, y no acostumbrada la otra á obe
decer ; herederas, la una de cobardías
morales, y la otra de defectos y crímenes
mil ; era forzoso, que en las primeras eta
pas de su evolución, la anarquía y el des
potismo pareciesen disputarse los desti
nos de la nueva nacionalidad . Pero nó,
el primer choque pasará, y el Perú de
los tiempos modernos, adquiriendo con
la conciencia de sus destinos el deber
ineludible de alcanzarlos, los alcanzará
sin duda ; y esto en breve, una vez que al
contacto de las otras razas europeas,
23

traídas por la inmigración, y al influjo


saludable del trabajo mercantil de los
más, y del estudio racional de los menos ,
la conciencia del deber se radique y se
extienda en todos los espíritus ; y á la
sombra de esta nueva religión , olvidando
vicios y condenando omisiones y críme
menes de un pasado doloroso, en el ejer :
cicio de una libertad política real y efecti
va , se marche sin vacilaciones en busca
del lugar prominente, al Perú sin duda
reservado , en el libro de sus destinos.
CAPITULO II .

Sistemas rígidos.

§ II. FUNDACIÓN DE LA CIUDAD Y ORI


GEN DE SU NOMBRE ,

La ciudad de Lima, capital de la Re


púbiica Peruana, fué fundada por el con .
quistador Francisco Pizarro el 18 de ene
ro de 1535 , dándole el nombre de ciudad
de los Reyes, en honor, se cree, de los
entonces soberanos cie España, Carlos V
y Juana, la reina madre. En el escudo de
armas de la ciudad, dado al Ayunta quien
to y aquí representado
AD
OD
EL

LI
NE

VL
TR
A

re s
u
HO

o
G

SIGN R
UM
VERE
25

se ven en caracteres visibles las letras K


y J, iniciales , entónces , de esos nombres.
Es, pues, muy poco verosímil y contraria
á la verdad histórica, la opinión de los
que creen que el nombre de Ciudad de
los Reyes , se debió á haber tenido lugar
su fundación en el dia 6 de Enero, con
sagrado por la iglesia á la Pascua de los
Reyes. El nombre de Lima que ha pre
dominado , se cree por algunos que es
corrupción de la palabra quechua Rimac,
que significa hablador, lo que aludía á la
existencia en estos parajes de un orácu .
lo, que hablaba ó daba respuestas ; pero
es más probable que esa palabra a , udiese
al río Rimac , llamado así tal vez, por lo
torrentoso y bullicioso de su carrera en
tiempo de avenidas, entre diciembre y
abril. Y también es posible que aludiese
la palabra Rímac á lo hablador, comuni
cativo y bullicioso del carácter de los
primeros conquistadores, cuya vida de
aventura y consiguiente excitación de
ánimo, les haría indispensable , descar
gar la tensión de su espíritu por medio
de la conversación . El hecho es que Lima
es el nombre que ha sobrevivido para de
signar la capital del Perú.
26

§ 11. SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y ORIEN


TACIÓN .

El sitio designado para el emplaza


miento de la ciudad fué elegido sobre
ambas margenes del río, como á 14 ki
lómetros de la orilla del mar ; y las ca
lles, trazadas á cordel, y llevando sus di
recciones cruzadas en ángulo recto, die
ron á la ciudad primitiva una forma muy
regular y muy simétrica ; particularmen
te por el lado alto, situado al sur sobre
la margen izquierda del río . Consideró
se, sin duda , lo del otro lado como po
blación ( le suburbio simplemente.
La plaza principal, quedó situada á
una cuadra del río por su margen izquier
da ; у orientada en tal sentido, que el cos
tado que casi corresponde á su corriente
va como al SO, y el otro costado que co
rresponde á la fachada de la catedral,
queda en dirección normal á la anterior.
Siguiendo una ú otra de estas direccio
nes, van paralelamente á ellas las calles
centrales de la ciudad ; su parte de for
ma regular, comprende desde Monserra
te hasta la Caridad en el sentido del río,
y desde el Puente hasta San Juan de
Dios, en sentido normal . Después la po.
blación ha ido creciendo ; y durante la
administración del coronel D. José Bal.
:7

ta, 1868 á 1872, se aprobó un plano pre.


sentado por el Ingeniero D. Luis Sada,
conforme al cual , se ha construido un
número considerable de nuevas manza
nas, y además, dos grandes alamedas que
servirán de base á los nuevos ensanches,
y que tienen orientación muy diferente
de la que se eligió en tiempo de la con
quista
Puede decirse que la nueva orienta
ción , corresponde á las diagonales de la
antigua , es decir, á las diagonales de la
plaza principal; de modo que la alameda
Grau, que va de la Exposición al Hospi
I

pital Dos de Mayo ", corresponde á la


diagonal que va en la plaza principal de
las esquinas O á E ; y que la alameda Bo
lognesi”, normal á la anterior, que sa
liendo detrás de la Exposición va al Ma
tadero General, corresponde en su orien:
tación á la que lleva la diagonal de la
Plaza Principal, que va de la torre sur
de la Catedral á la esquina norte del Pa
lacio de Gobierno. Contando desde el
vértice del ángulo que formarían , detrás
de la Exposición, las dos grandes alame
das que hemos mencionado, y en la di
rección por ellas marcada, puede esti
marse que Lima tiene 5 kilómetros de
largo de O á E, y 4 kilóinetros en direc
ción normal; ó si se quiere, 5 kilómetros
del Panteón al Monumento Dos de Mayo
28

у 4 kilómetros del Convento de los Des


calzos al Hospicio de Santa Sofía , to
mando dentro de esas dimensiones, casi
la forma de un rectángulo de 20 kilóme .
tros cuadrados ; pero, como habría que
descontar los terrenos ocupados por el
lecho del río y los que corresponden al
Cerro de San Cristóval y á las porciones
que ocupan las huertas y los jardines,
resuita que la parte verdaderamente ur
bana no llega á 20 kilómetros cuadrados;
pero, no baja tan poco de los dos tercios,
de esa superficie . Es , pues , acercarse
mucho á la verdad , asignar á la parte
urbana unos 12 kilómetros cuadrados, es
decir, 1200 hectáreas. El plano de la ciu
dad que tenemos a la vista , dará idea
más completa de su distribución . Allí es
fácil ver el número de manzanas y calles
que hay actualmente, y deducir el aumen
to respecto del año 1858 en que, según
Paz Soldán , había solamente 212 manza
nas con 355 calles y 13,093 puertas de ca :
lle, por supuesto , grandes y chicas com
prendidas.
La situación geográfica de Lima está
referida á la torre del lado sur de la Igle
sia Catedral ; torre que forma la esquina
de la plaza principal , situada mas al sur
del lado de oriente. Las coordenadas co
rrespondientes á esa torre, son 12° 2' 32"
50 latitud sur, y 79° 23' 11" 11 longitup
LIM
DE
PLAANO
AZANGARO
N
. UEVOS
DMS ABANCAY
JIRONES URUBANBA
UKA PARUKO
HUANTA
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AMAZONAS HUAYLAS
-544TDOZEK

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ABAJO
.JUMIIN NADERA
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OCAYALI PIURA
63

AYACUCHO PURUS
.
UZCO YUTAY
.
PUNO SALITRAL
.
APURIMAC VIRU
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KANBARI ..
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.
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Z
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CHANCAY .+ C LORETO
.
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AYARACA i
ARICA .PAYTA
. E ENA TRUJILLO
CALLONA L 00
.
CANANA MA ACG.DA 200 CHICLAYO
F. LAMBAYEQUE
UNION PATAZ
.
.
CARABAYA
.
QUALGAYOC
MUAHZZOLORE

DIN GAUAWW
30

oeste de París, según los datos más pro .


bables .
En cuanto al valor exacto , no se posee
todavía . Desde el año 1537 hasta hoy , se
han dado valores diferentes que fijan la
posición de Lima en una latitud sur de
12º y en una longitud de 79 ° oeste de Pa
rís , ambas con minutos y segundos, que
difieren en mucho de uno á otro observa
dor. Entre esos valores debemos rotar
los siguientes: (Diccionario de Paz Sol
dán , Linua.)
En 1802, Humboldt 12° 2' 45 ” 1. t. sur .
Moesta 79 22'22” long. O. de P.
En 1895 (Conocimiento de los tiempos,
refiriéndose á dato proporcionado por la
Empresa del Cable. ) 12° 3' 5 ” 80 lat. sur.
799 22' 42" long. O. de P.
En el mismo Conocimiento de los tiem
pos para 1895, encontramos , refiriéndose
á la propia Empresa del Cable , que el
Faro de la Isla de San Lorenzo está si
tuado á
12 ° 4 ' 3 " 10 lat. sur,
799 35 ' 47' ' 30 long. () de París ;
y como las triangulaciones hechas por el
Ingeniero de Estado Dr. Folkierski , y
los planos de la carretera y ferrocarriles
de Lima ai Callao, dan con exactitud las
distancias efectivas entre el Faro de la
Isla San Lorenzo, el palo del asta de ban
dera del Arsenal del Callao y la Torre
31

sur de la Catedral; admitiendo como exac


ta la posición del Faro, resulta que las
coordenadas del palo del Arsenal quedan
754.m50 más al norte y 10.300 kilómetros
nás al este, ó 24 " 60 y 5 ' 38" 20 respecti
vamente ; lo que para el Callao , palo del
Arsenal, dá las coordenadas siguientes:
12 ° 3 ' 38 " 50 long . sur,
79 ° 30 ' 9 " 10 long. O. de París .
que debemos aceptar como el dato más
próximo á la verdad ,
Respecto de Lima, torr sur de la cate
dral , estando 2.025 kilómetros más al nor
te y 12.730 kilómetros más al este que el
palo del Arsenal , ó 1 ' 6 " y 6' 57" 95 res
pectivamente , resulta que la posición de
Lima la más aceptable según todos los
datcs conocidos , es como hemos dicho.
12 ° 2 ' 32 " 50 lat . sur .
79 " 23' 11" 11 long. O. de París.
El promedio de las consignadas más
arriba, daría 12 ° 2 ' 55 " 40 latitud sur y
79 ° 22 ' 32” ; resultado bien próximo, pero
no aceptable sin embargo, porque solo
las que aceptamos. convienen con las me
didas topográficas precisas y bien cono
cidas que hemos citado , y que adoptamos
con el solo error que pudiera tener el fa
ro de la Isla de San Lorenzo .
Antes de ahora , Lima tenía murallas
en todo su contorno, construídas en 1683 ,
según dice Paz Soldán ; pero con el en
32

sanche de la ciudad acordado por la Ad .


ministración Balta, fueron esas murallas
Colipletamente demolidas; y en 1:70 na
da quedaba de aquel trabajo, para noso
tros, cementerio inwenso donde yacían
sin duda , sepultados los derechos de mi
llares de indios sometidos siempre a tra
bajos forzados, en nombre del bien gene
ral del que, en todo tiempo, estuvieron
excluídos. Es en esos trabajos de insa
nos, en el laboreo de las minas y en el
cultivo de las tierras, donde debe bus :
carse el porqué, lejos de aumentar, ha
disminuído siempre la población indíge .
gena ; presentando el raro fenómeno, de
haberse reducido en 300 años, de once mi
llones á solo dos escasos. ¡ Nueve millo .
nes de hombres, y su natural aumento
durante tres siglos : he allí el fruto de
tantas injusticias, he allí el resultado de
tantos crímenes !

§ III. LOS EDIFICIOS.


A la manera que en el mundo de la vi
da animal las vísceras, las glándulas, & ;
son órganos destinados a la ejecución de
ciertas funciones, y sirven de alojamien
to á los elementos celulares que para el
desempeño de esas funciones, lograron
acumular en cada especie las propias ne
cesidades, en el decurso evolutivo de mu
- 33

chas generaciones ; así también en la vi


da de los pueblos, acontece que al través
de sus evoluciones, la distribución y com
posición de sus edificios, obedece á fun
ciones diferentes , que tuvieron su razón
de ser en el pasado ó la tienen en el pre .
sente ; y que corresponden siempre, por
aquel ó este motivo, á múltiples labores
emprendidas en razón del organismo de
que se dispone, 6 de los elementos nutri.
tivos que se asimilan , 6 de los fines que se
persiguen , ó de las tres causas á la vez .
Asi, en la Lima del tiempo del colonia
je , dominando en la población el elemen
to degenerado que resulta sienipre de la
posesión de riquezas no adquiridas por
propio esfuerzo, era natural que los he
rederos de los hábitos criminales de los
conquistadores y de las inmensas rique
zas robadas por éstos á la raza conquis .
tada, hubiesen hecho por su parte una
vida ociosa y desordenada, á expensas de
los vencidos, condenados á servirles como
bestias de carga hasta morir en la de
manda, si antes el suicidio no se había
encargado de abreviar tanto padeci
miento .
Esa Lima de conquistadores y mitayos,
de vencedores y vencidos, de verdugos
y de víctimas, tenía muchas conciencias
impuras que tranquilizar, muchas lágri
3
- 34 -

mas que enjugar y muchas iniquidades


que suavizar, al menos, si no que justifi
car por completo; y ello hizo indispen
sable un desarrollo extraordinario del
espíritu religioso y la consiguiente cons
trucción de iglesias y monasterios, hácia
donde era preciso dirigirse: ya para ha
cer valiosos donativos que adormecieran
una conciencia muy agitada ; ya para ca
bar en la soledad del cláustro tuinbas pa
ra los vivos, despojados de todo bien en
este mundo, por parientes sin Dios y sin
ley ; ya proporcionando casas de asilo,
para los desgraciados que piensan que
el color y la forma de su vestido y el en
cierro entre cuatro paredes, suprime las
pasiones en el corazón del hombre; ya
iniciando, en fin , congregaciones, socie
dades, etc., donde cada cual pudiese dar
expansión á nobles sentimientos huma.
nitarios ó dar campo libre á las fantasías
de una vanidad ó de una estulticia insa
nables .
En la Lima de ese entonces, nadie pen
saba en el trabajo ni en la riqueza gana
da : los indios daban para todo ; y cuando
sus bienes se extinguiesen , allí estaban
sus personas para ser convertidas en
oro, á voluntad de sus implacables due
ños y señores .
No debemos , pues, extrañar que en
una ciudad como esta, se hubiesen cons
35

truído 55 edificios entre iglesias y con


ventos, cuando no llegaba al doble el nú
mero de manzanas que existían en la ciu
da 1, lo que daba la enorme proporción de
una iglesia y un convento, por cada dos
manzanas, ó por cada mil habitantes,
comprendidos mujeres, niños, etc. Y me.
nos debe extrañar que no gastándose en
tónces un solo centavo en los caminos
públicos, hubiera convento como el de
San Francisco, en cuya erección se pudo
disponer y emplear la enorme suma de
dos millones de pesos, que equivaldría
en nuestro tiempo á diez ó doce millones
de los soles de plata actuales.
En materia de instrucción , nada hizo
el Gobierno de la Metropoli, sino fundar
la Universidad Pontificia Mayor de San
Marcos de Lima cuyo local, hoy está
destinado a la Ciuta de Diputados, y
forma uno de los ángulos de la plaza que
debe su nombre al famoso tribunal de la
Inquisición, entonces establecido en lo
que hoy sirve de salón de sesiones á la
Cámara de Senadores . Al lado de la Uni
versidad destinada á ilustrar el espíritu,
se levantaba la hoguera de la Inquisición
para apagar toda ráfaga de luz, y matar
todo esfuerzo , que tendiese á poner tér
mino á una época de tanta ignorancia y
de tanta maldad . La llamada instrucción
que proporcionaba la Universidad ponti
36

ficia , se daba también en la Universidad


menor de San Agustín y en algunos co
legios y escuelas que sostenían los con
ventos. No era esa todavía, la época de
la instrucción primaria sostenida por las
Municipalidades.
La frecuencia con que los temblores
han visitado siempre estos lugares, has
ta el punto de haber producido ya , dos
ruinas célebres en la historia, hizo que
los arquitectos de entonces diesen á sus.
edificios menor altura de la que corrien
temente corresponde á la base adoptada ;
y de ahí, que en las fachadas de nuestros
templos se sienta siempre una impresión
de pesadéz inevitable, impuesta por las
condiciones mismas de la localidad. De
ahí tainbién que fuesen raras en Lima
las casas de dos pisos, y lo sean hoy mis
mo las de tres Tal vez tenga también
relación á esta causa, la gran cantidad
de huertas y jardines que había entonces ;
pues al menos, era fácil por su medio
encontrar asilo en caso de temblores , en
esas huertas y jardines que el mayor va
lor del terreno ha ido, poco a poco, ha
ciendo convertir en fincas destinadas à
habitación .
Data también del tiempo de los espa
ñoles el teatro , que desapareció por un
incendio el año 1882, y los Hospitales de
San Bartolomé y Santa Ana, que se con
37

servan hasta hoy, y el de San Andrés


que fué trasladado al del Dos de Mayo.
Corresponde á la propia época el Pan
teón de Lima, edificio suntuoso y digno
de la capital . Fué construído en 1807 ba
jo la dirección del arquitecto presbítero
D. Matías Maestro , siendo inaugurado
el 1.9 de junio de 1808. Su costo fué de
106 , 908 pesos, 6 reales . Medía en 1885
según la Deinografía del Sr. Clavero 152
metros de frente por 297 de fondo, lo que
corresponde á una superficie de 44 hec.
táreas. Después se han hecho nuevas
construcciones y se ha agregado un pan
teón libre , al lado del que se llama Pan
teón Civil . El panteón queda á 183.50 me.
tros de altura sobre el nivel del mar y á
sotavento de la población .
El Seminario de Santo Toribio, el Co
legio de San Fernando (hoy Escuela de
Medicina), el Palacio Arzobispal, la Casa
de Huérfanos, la Casa Municipal, el Co
legio del Real Felipe ( después Escuela
de Artes y Oficios y hoy cuartel), la Pla
za de Acho , la Casa de Gobierno ó Pala
cio de los Virreyes, la Casa de Moneda y
el Fuerte de Santa Catalina, completan
el cuadro de los edificios públicos más
notables que nos legó la época del colo
niaje.
Como obras públicas de importancia
debe mencionarse el puente de Piedra
38

construído en 1610 , siendo Virrey Don


Juan de Mendoza y Luna, Marqnés de
Montesclaros. El puente es sesgarlo res
pecto á la corriente del río , y aún
cuando tuvo siete arcos en un prin
cipio, actualmente solo cinco dan paso á
las aguas, pues de los otros dos, uno se
emplea desde el año 1872 para el paso de
la línea del ferrocarril central y el otro
queda debajo de la plazuela de los De
samparados, y parece que en ningún tiein
po sirvió para el paso del agua. Entre
los cinco arcos que dan salida al agua,
tiene el puente 68 metros de largo, que
corresponden á 66 metros de cauce , en
razón de la dirección sesgada de la obra.
Cada arco tiene de luz de 8 á 9 metros
por 10.50 de largo, siendo el último
solamente de 4.50 de luz por los mismos
10.50 metros de largo. Sobre la calzada
el puente mide 9.60 metros de ancho,
veredas comprendidas, y 16 metros entre
cada óvalo y vértice correspondiente, de
cada pila. El largo total es 118 metros.
El peine mide 26 metros de ancho y que
da su cuesta, 7,20 metros más bajo que
la calzada, Los parapetos de ésta son de
piedra también, y corren de ambos lados
con una altura de 1 metro y un espesor
de 0.60 metros .
Debe igualmente recordarse de aquella
época la hermosa pila de bronce que te
39

nemos en la plaza principal , construída


en 1651 por el liraeño Antonio de Rivas,
siendo virrey del Perú D. García Sar
miento Sotomayor y Luna, conde de Sal
vatierra . El costo de la pila fué entonces
de 85,000 pesos .
Quizá debemos indicar, además, las
obras principiadas de la Carretera del
Callao y la del Paseo de Aguas.
Con los fulgores de la gran revolución
francesa , llegaron al Perú las primeras
chispas, que debían inflamar los animos
sedientos de libertad, de verdad y de jus.
ticia ; y una vez conseguida la indepen
dencia, á favor de hechos de armas que
terminaron con las batallas de Junín y
Ayacucho, y la capitulación de Rodil en
el Castillo del Callao, principio Lima á
vivir la vida de pueblo independiente á
que tanto aspirara; desgraciadamente es
to se inició sin haber antes dado muerte
absoluta al elemento militar, que atribu
yéndose la exclusiva del triunfo, se hizo
dueño y señor del país, y lo trató como
tierra conquistada, abusando sin duda :
ya de la impotencia para resistirlo, en el
elemento puramente civil ; ya también del
estado de enervación á que necesaria
mente había llegado el espíritu ciudada
no, sujeto como había estado durante
tres siglos al sistema de obediencia cie
ga, que los españoles siempre establecie
10

ron en sus colonias, para extinguir en el


individuo toda iniciativa individual y toda
confianza en sí mismo; elementos sin los
cuales, no hay pueblo alguno que pueda
prosperar ni ser grande. No hubo up
Washington que licenciara al ejército in
mediatamente después de la victoria; y
con eso solo , la suerte del Perú estaba
echada por un siglo más, en el camino
del abismo.
La época de la República ha sido, pues,
el predominio de la fuerza sobre la razón ,
la sustitución del arte de mandar, á la
ciencia de gobernar ; y convertido al Perú
en un gran cuartel , debía marcharse de
fracaso en fracaso , hasta que las injusti
cias y las torpezas hechas, acumulando
se más y más, orientasen los animos en
el sentido de producir la reacción favo
rable, que siempre se opera en los pue
blos cuyos destinos no han sido cumpli .
dos, y en cuya raza hay energías capaces
de realizarlos.
Por eso vemos que en la época de la
República , se suceden los gobiernos mi
litares sin dejar, salvo raras excepciones,
otro recuerdo en el Perú, que el de sus
miserias y sus crímenes; habiendo pros
perado el país, no co 10 era de esperarse,
á favor de la acción de sus gobiernos, si
no á pesar y á despecho de esa acción ; ca
si siempre funesta y casi siempre contra
- 41

ria, á los intereses de una patria que nun .


ca ama ron .
Dirante esa época aciaga cuyo termi.
no apenas vislumbramos, los conventos
se convirtieron en cuarteles, y Lima al .
bergó constantemente de 8 á 10 mil sol .
dados, sin contar otro tanto repartido en
toda la República . El Perú, convertido
así en un inmenso cuartel , ha debido so .
portar y mantener el enorme pié de fuer
za de un soldado por cada 157 habitantes ;
de cuyo número, descontados los niños y
las mujeres, resulta la increible cifra de
un soldado por cada 50 ciudadanos; y
basta esto para explicarse si así las co
sas, podrían los ciudadanos tener dere .
cho alguno, respetable para sus guar.
dianes .
Por otra parte, el mercantilismo traído
con la inmigración de otras razas, y el
agotamiento de los antiguos medios de
adquirir propiedades, llevó sobre los con
ventos un espíritu contrario al que les
había dado orígen; y cada congregación
monástica fué vendiendo por lotes sus
bienes en las ciudades, y la mayor parte
de sus propios conventos, dejando sola
mente la iglesia ; y estas mismas, no es
caparán al nuevo rumbo que los aconte
cimientos imponían al país. Así ganó el
espíritu de empresa, sobre el espíritu re
ligioso, y pudieron construirse algunos
42

edificios de utilidad pública , como el Mer


cado de la Concepción , las Estaciones de
los ferrocarriles del Callao y Chorrillos,
el hotel del Universo y otros edificios
públicos y particulares, que ocupan hoy
el suelo destinado ayer á instituciones
monásticas, nada en armoría con las
ideas y necesidades del siglo de las luces.
Por parte del Gobierno se han hecho
también algunos edificios de importan .
cia : la Penitenciaría y la Casa de Mone
da, en tiempo de Castilla y la Exposición
y el Jardín Botánico, en tiempo de Balta,
son en materia de edificios obras que no
pueden dejar de mencionarse; una vez
que principiaron desde sus cimientos, y
con ellas se levantaron monumentos dig .
nos de la cultura del Perú.
En todo lo demás, los Gobiernos se li
mitaron á reparaciones y reformas de más
ó ménos consideración , y entre estos tra
bajos debemos mencionar la Fachada del
Palacio de Gobierno, y la reparación y
arreglo de la Biblioteca Nacional, en la
época del General Iglesias, la Escuela de
Artes y Oficios (hoy cuartel), la Escuela
Nornal (hoy Palacio de Justicia ); la Es
cuela Industrial de San Pedro y la Es
cuela Normal de mujeres, hoy ambas des
tinadas al Colegio de San Pedro para ni
ñas solamente ; el local de San Carlos
destinado a las Facultades Universita
. 13

rias de Ciencias, Letras, Jurisprudencia


y Ciencias Políticas y Ad sinistrativas;
el Colegio Militar, hoy Escuela de Inge.
nieros, la Casa de Correos, todavía en
construcción , y el Colegio de Guadalupe.
Además, debemos indicar otros edifi.
cios, debidos más que á los Gobiernos, á
la intervención de instituciones especia
les ó de empresas particulares. Entre
estos el Hospital Dos de Mayo y el nue
vo local de la Beneficencia de Lima. am .
bos construídos con sus propios fondos ;
así como los hospicios de amentes, de
mendigos, de incurables, de la Recoleta ,
de Huérfanos, de la Maternidad y otros
más, colocados bajo su dependencia y
guardaduría, por mandas especiales . De .
bemos también mencionar los Hospitales
de paga Francés é Italiano, construídos
por cuenta de las sociedades de Benefi
cəncia de las respectivas colonias, el
Mercado de la Concepción y el Camal,
construídos por la Municipalidad de Li
ma, y la Oficina de la elaboración del gas,
edificio levantado por empresa parti
cular.
Muchos otros locales podríamos men
cionar si atendiésemos al fin á que están
destinados ; como Estaciones de ferroca
rriles, Mercados menores, teatros, etc. ,
pero preferimos pasarlos bajo silencio
por no encontrar en todos ellos sino ca
44

sas particulares destinadas á un servicio


público ;. probablemente, hasta que la
opinión pública exija con imperio cosa
más digna de la cultura del país.

§ IV. CALLES, ALAMEDAS, PLAZAS


Y PLAZUELAS .

En la antigua Lima, que hoy forma la


parte central de la ciudad , se vé que el
trazo obedecía á un plan estudiado por
persona competente . La orientación de
las calles al noreste y al noropste respecti
vamente, consultaba que á toda hora del
día hubiese una acera en la sombra ; y al
mismo tiempo obedecía á que los vientos
alisios, que soplan constantemente del
lado sur incidiesen de un modo oblicuo,
para producir una circulación moderada
de aire, que sin causar ventarrones, re
novase constantemente el aire de la ciu
dad . El ancho dado a las calles, de 11
metros generalmente, variando de 10 á
12 ; y la dimensión señalada á cada cua
dra, de 110 á 115 metros, consultaban en
una ciudad destinada á no l'evar pisos
altos, todo lo necesario á una buena cir
culación .
Más tarde, el desarrollo gradual de la
población , hizo que muchas calles nue
vas se alejasen del plan primitivo ; direc
ciones y dimensiones variaron á capri
.
- 45 -

cho, y no solo se construyeron cuadras


de más de 230 metros de largo, así como
calles de 7 metros y menos de ancho ; si
no que, lo que es peor, se levantaron
pantallas á la circulación del aire, ha
ciendo edificios como las iglesias de la
Recoleta, San Lázaro, Santa Ana, la En
carnación , etc .; todo para dañar las con
diciones higiénicas de la ciudad que an
tes fueron excelentes , y quizás para de
jar constancia de lo funesto que siempre
es para un pueblo civilizado, el predomi
nio sobre la ley de cualquiera personali
dad política, re igiosa, mercantil, etc. Si
la Estadística hubiese llevado cuenta de
la mortalidad en Lima, antes y después
de la construcción de esas pantallas, los
patrocinadores de esas obras verían es
pantados cuantas vidas humanas repre
sentan esos obstáculos á la circulación
del aire ; y sería fácil, calcular con esos
datos, el número de víctimas que anual
mente cuesta el mantenimiento de esos
edificios; pero la Estadística nada puede
decir, porque no se ha llevado, y así na
die verá lo que devora ese Dios Moloch
de los tiempos modernos que llaman ig .

norancia.
En tiempo de la República se constru
yeron veredas de piedra de 1.m20 á 1.m50
de ancho, en todas las calles de la ciu
dad ; y se hizo más general y más cuida
16

doso el empedrado de las calzadas, dan


do así mayores facilidades para la circu
lación á pié y á caballo , así como para la
de los coches y carretas.
Cuando se dispuso el ensanche de la
ciudad obedeciendo á un plan , y se orde .
nó observar el de D. Luis Sada en 1870,
se dió á ias nuevas calles la misma orien
tación y dimensiones que las antiguas,
hasta empalmar con las dos grandes Ala
medas de Circunvalación , proyectadas
entonces y llamadas hoy Grau " y Bo
lognesi.” Orientadas estas casi al Este y
al Norte respectivamente, las nuevas ca
lles obedecen á las inismas direcciones ,
y se les ha dado 16 metros de ancho,
siendo 50 el fijado á las Alamedas de Cir
cunvalación .
In ei contorno de la Penitenciaría se
ha dado 30 metros á la calle que la sepa
ra de la Exposición, y 24 á la que la se
para de la Estación del ferrocarril de la
Magdalena, y finalmente se ha dado 30 á
la calle que hace el respaldo de la mis
ma .
Además de la circulación que propor
ciona en la ciudad la red de alamedas y
calles mencionadas, hay muchas plazas
y plazuelas, y el Municipio de Lima ha
hecho de cada uno de esos centros, ver
daderos paseos con vistosos jardines,
surtidores de agua, magníficas y anchas
1
47

veredas con cómodos asientos y todo lo


necesario, en fin , para constituir lugares
de paseo , de lo más atraiente. Entre es
tos lugares debemos mencionar la gran
Plaza central de Lima, que mide 139 me
tros por cada lado y encierra una super
ficie de casi dos hectáreas , comprendi
das las cuatro calles que la circundan ; el
magnífico pavimento de las cuadras de
Mercaderes y Espaderos, que forman el
paseo más central de la ciudad ; la gran
plaza de la Exposición, que tiene en nú .
meros redondos 500 metros de largo por
100 de ancho , dando una superficie de 5
hectáreas, donde pueden cómodamente
concurrir más de diez mil personas, como
sucede en los días de la Patria, con mo
tivo de la noche buena. En el centro de
esta plaza se levanta la estátua de Colón
trabajo de mérito , hecho en mármol en
Europa .
También debemos mencionar la plazue
la de la Inquisición por la hermosa está
tua ecuestre de Bolívar, hecha en bror
ce ; la plazuela del Dos de Mayo, por el
monumento de este nombre; el artístico
paseo de los Descalzos y la vetusta Ala
meda de Acho , para muchos más poéti
ca que aquel , a pesar de no haber en és
ta ni verjas, ni estátuas, ni asientos de
mármol, ni jardines, ni pisos nivelados.
Tal vez sus viejos sauces y los viejos po
48

llos de ladrillos que corren á una y otra


de sus márgenes, recuerdan al .turista,
aquellos viejos tiempos de la antigua Li
ma donde concurría á ese paseo lo más
rico, lo más elegante y lo roás bello que
tenía la ciudad de los Reyes ; tal vez si
uno se trasporta en alas de la tradición
y anima y dá nueva vida á esos recuer
dos , sueños de hoy , realidades de un ayer,
que hicieron de Lima la ciudad de la poe
sia y los ensueños, y llevaron a través de
los mares la fama del pié diminuto y de
la gracia y la belleza proverbial de la li
meña; de esa flor del Rímac, aprisionada
hoy entre cristales, y sujeta a las hela
das costumbres de las razas sin poesía,
que nos trajera la inmigración, para re
ducir la vida á puro cálculo, y á simples
fórmulas, los más puros afectos del alma.
El Sr. José G. Clavero en su “ Demo
grafía de Lima ", publicada en 1884, esti
maba que las calles solamente ocupaban
61 hectáreas de terreno. Calculando otro
tanto por las plazuelas y plazas, tendre
mos unas 120 hectáreas en números re .
dondos, es decir, que el uno por ciento
de lo ocupado en casas y edificios, es lo
destinado á la circulación y recreo de la
ciudad .
CAPITULO III .

Sistemas de trasmisión y abasto.


§ I CANALES DE DESAGÜE .
I.
Desde su fundación hubo en Lima agua
suficiente, y cada calle tenía su acequia
descubierta sin perjuicio de las deriva
ciones llevadas al interior de las casas
principales, para darles un servicio es
pecial. Durante la administración Balta
(1868 á 1872) se pensó sériamente en ha
cer que ese servicio fuese subterráneo .
La obra fué iniciada por el Sr. José Bre
sani y proseguida después con tezón por
el malogrado D. Manuel Pardo ; ambos,
alcaldes de Lima que dejaron , como ta
les, gratos recuerdos de sus servicios á
la ciudad .
La obra se hizo poco a poco y sin pre
vio estudio general, debiéndose á esta fa
tal circunstancia que las pendientes de
los canales no estén todas debidamente
calculadas, y que en muchos de ellos ha
ya verdaderas contrapendientes, causa
del estancamiento de las aguas cuando
la carga no es abundante. De ahí que
4
50

esa obra de beneficio público se haya


convertido en la mayor amenaza que ten
ga la higiene de la capital ; y que hoy sea
urgente y urgentísimo, rectificar sin de
mora los errores cometidos.y reivindicar
los derechos de la población , sobre la
cantidad de agua que le corresponde des
de antiguo, y sobre el exceso que debe
exigirse aún, para conseguir que la salud
pública no sea comprometida por falta
de aseo y limpieza ; como lo es hoy, y del
modo miás sério.
En la sección de los canales se ha se
guido dos tipos diferentes. Los mayores
son los empleados en los girones que co
rren en el mismo sentido que las aguas
del río, es decir, hácia el Noroeste, como
los de Santa Ana á Monserrate , etc. Los
menores son los que van en sentido nor.
mal, como el girón del Puente á la Ex
posición . En los mayores, mide la sección
del canal 1.m20 de altura y 0.90 de ancho
máximo ; distribuídas estas dimensiones ,
de modo que la forma del acueducto sea
oval, teniendo por coronación un semi
círculo de 0.m90 de diámetro y por pié
otro semicírculo de 0.m30, quedando am
bos diámetros horizontales , á la distan .
cia de 0, m45 entre sí, y unidos tangen
cialmente por medio de dos paredes in
clinadas que completan la forma ovalada
del canal. En los acueductos de menor
51 -

sección, las dimensiones se reducen á


0 , 90 por 0.60 siendo el diámetro del se
inicírculo superior de 0.m60 , y el del in
ferior 0.30 probablemente ; quedando 0.m
45 distantes esos diámetros, y unidos sus
extremos por paredes inclinadas que
completan la forma oval ya mencionada .
Las paredes del canal , tienen en uno y
otro caso doce ó tece centímetros de es
pesor; pues solamente están formadas
por una hilera única de ladrillos puestos
de filo , es decir, de modo que su cara
más larga y más angosta es la que forma
la superficie interior del canal.
Los acueductos corren debajo de la cal
zada por el centro de la calle, y el nivel
de sus águas queda á una profundidad,
que no excede de 3 metros ni baja de 1.50,
por lo general. En todas las encrucija
das . v en puntos intermedios de cada
cuadra hay compuertas de fierro al nivel
de la calzada, que tapan herméticamente
los canales, y que permiten cuando son
abiertas, recorrerlos y proveer á su buen
estado de servicio , pudiendo penetrar en
ellos , al menos en los mayores, un hom
bre cómodamente. El costo medio de to
da esta obra fué de 10 soles metro lineal ,
habiéndose pagado al principio hasta el
doble de esta suma. Todo el gasto fué
hecho por los dueños de fincas; pero el
Municipio se encargó de la administra
52

ción de los trabajos y de la recaudación


de los fondos ,
Tanto en los barrios de abajo del Puen
te como en los del lado alto, se han ile
vado á cabo en una gra:i exiensión. Pue
de considerarse 0110 terminado todo lo
que corresponde á la antigua ciudad , des
de Barbones hasta el Monumento Dos de
Mayo y desde los Descalzos hasta la Ex
posición . De los canales mayores hay 5
girones abajo del Puente y 12 en la parte
alta de la ciudad , con 4.680 kilómetros
de longitud total los primeros y 20.210
kilómetros los segundos, dando entre am
bos 24.890 kilómetros de canales de sec
ción mayor. De los canales mayores hay
6 girones abajo del Puente y 21 de este
lado de la ciudad ; con 2.005 kilómetros
los primeros, y 17.940 los últimos, dando
entre ambos 19.945 kilómetros, canaliza
dos de secció ” nenor. Toda la canaliza
ción hecha en Lima comprende , pues,
actualmente 44.835 kilómetros de longi
tud , lo que representa un capital de
450,000 soles invertidos en unas 360 cua
dras, del largo medio de 125 metros cada
una de eje á eje, que es lo corriente en
nuestras calles centrales .
Esta inmensa red de canales necesita
ser servida por una dotación abundante
de agua corriente, y como precisamente
sucede todo lo contrario, pues no solo no
f
se ha aumentado la dotación que tenía la
ciudad, sino que se la ha disminuído con
temeridad , en inás del 50 por ciez to, no
creemos distar mucho de lo cierto, seña
lando en esta parte : la amenaza mayor que
haya existido jamás contra la salud y la vi
da de los pobladores,
Desde la fundación de Lima, fué nece
sario estatuir sobre el uso de las aguas,
y en 1541 encontramos las reales cédulas
del 15 de abril y del 18 de octubre, decla
rando que las aguas no son propiedad dle
nadie sino de uso común a todos los ve
cinos ; debiendo sujetarse para su distri
bución y empleo á reglas dictadas en ar
monía con los principios de justicia y
equidad . En 1556 se hizo necesario crear
la plaza de Juez de Aguas, con el sueldo
de 800 pesos anuales, y dependiendo
en cierto modo del Cuerpo Municipal.
que hacía su nombramiento, mudable ca
da año. En 1617, tanto y tanto se habían
olvidado los verdaderos principios en
materia de aguas, que fué necesario el
nombramiento del Alcalde de corte Dun
Juan de Canseco en el carácter de Comi
sionado especial para poner orden en el
asunto. El nombramiento lo hizo el vi .
rrey Príncipe de Esquilache, y debieron
ser sabias las disposiciones adoptadas
por Canseco cuando desde entonces has
ta hoy , puede decirse, que rigen sin con
54

tradicción . Son conocidas bajo el impro


pio nombre de Reglamento de Cerdau,
en razón de haber sido publicadas en
1784, por Don Antonio Cerdán , á la sa
zón Juez de Aguas de Lima.
Esta fijeza relativa , ha hecho que mu
chos agricultores y aún la misma corpo
ración Municipal hayan olvidado : que el
ugua, no es propiedail de nadie sino de uso
común ; y sin duda, tal error de concepto
ha hecho tolerar la escasez de aguas en
la ciudad : siendo tan fácil que se proce
da á una nueva distribución , más confor.
me con las necesidades actuales de un
pueblo, que si en 1793 fué de 52,627 ha
bitantes, hoy no baja de 100,000, y por
consiguiente, no puede conformarse con
la antigua dotación , y mucho menos, no
tablemente disminuída como hoy se en
cuentra.
El río Guática , de donde toma la ciu
dad y que entra por su esquina NE (de
trás del Panteón ) según la distribución
de Canseco, debía conducir las dos quin
tas partes de todo el caudal de agua que
el río tuviese á la altura de la boca - toma
(kilóm . 17 del ferrocarril de la Oroya) ;
es decir , 3 kilómetros aguas arriba del
Puente de Piedra. En 1661 solo se habla
de 54riegos, ( 1) correspondiendo 18 á la
( 1 ) Riego es una'unidad local que correspon
55

ciudad, y 36 á las chacras. En 1776 (29


de Mayo) aparece que el Juez de Aguas
Echevers estima esa dotación en más de
los 54 riegos, pues su distribución es la
siguiente:
De día.- Pueblo del Cercado 1. — riego.
Acequia de Islas
para varias huertas. 9.
San Francisco .... 0. 50
Melgarejo .... 0. 20
Leuro .. 0. 50
Molino .. 0. 50 )

Universidad 0. 50
Monasterio de Sta.
Catalina .... 2. -
.

Descalzas. 1.
Convento de San
to Domingo 4.
Asesor 0, 50
Monasterio de la
Concepción 1.
Portocarrero 0. 50
San Francisco de
Paula .. 1. >

El Doctor 0. 50

Pasan .. 22. 70

de á 18 litros por segundo, y se marca por una


sección en cuadro, de un sexto de vara castella
na por lado. La vara es de 0,8359 metros.
56

Vienen .. 22. 70 riego.


De día . - San Jacinto . 2.
Gigante 0. 50
Camal 2.
Muzuelo 3. 90
Arostegui, San Ja
cinto .... 4,
Tamarria . 0 , 50
Juan Simón 7.
Concepción ( Santa
Beatriz ) 7. 50
Santa Beatriz , ade.
más ... 15.
San Martín , 2. 80
Cabezas 3. 40 9
Gárate 7. 60
Sta. Teresa , Lince 3. 19

Son ..... 81. 90

De noche, Mata - lechuzas.


Magdalena 11. 20
Caudivilla , Luján
Garmendia, Lovatón 9.
| |

Sosalle , Orrantia . 7,
Olavarrieta , S. Isi
dro . 9. 50
Santa Cruz. 8. 50

Son ..... 45. 20

Sería en todo 127 10 riegos de doce ho


ras ó 63.65 riegos contínuos en lugar
de 54 .
En la actualidad esa distribución ha
variado más todavía, y según el padrón
para las Lagunas de Huarochirí, que se
publicó para cobrar la prorrata el año
1879, por todos aceptado entonces, Guá
tica, figuraba por 237} riegos de doce ho
ras, es decir, 161.75 riegos contínuos y
no 54 como se decía en 1661 , y esta dota
ción de 237 riegos correspondía á 85
propiedades ó interesados , comprendi
da la ciudad . Se puede, pues, variar la
distribución señalada en los Reglamentos, y
por consiguiente se puede salvar á Lima
de una causa de mortalidad espantosa .
Los barrios de abajo del Puente deben
ser atendidos con riegos tomados del ce
quión de regadío que llaman del pie del
cerro, en cuya distribución hecha en 1786
aparecen estos renglones :
Potao, para huertas, casas,
alameda de Acho y
.
3

huertecitos , etc..... – riegos


Guimen ó palacios, huertas ,
la Alameda, etc ..... 5.
Convento de Sn . Francisco
de Paula .. 0. 50
Guía ... 0. 50
Convento de Guía 1. 50 ‫وو‬

Con todo lo cual se vé que á falta de


- 58

mayor detalle, puede estimarse en dos


riegos lo asignado á la ciudad por el la.
do de abajo del Puente.
II.

Los acueductos de ese lado se surten


de agua por tres boquillas :
1. La de Potao, Alameda de Acho,
frente al establecimiento llamado " Ro
mito di Caprera " (Girón de Cajamarca y
Piura.)
2. La del Callejón de Cecina, esqui
na de Otero (Girones Marañón y Casma) .
3. * La de la Plaza de Otero o antiguo
Paseo de Aguas, delante de la Alameda
de los Descalzos (calles normales al rio. )
Los acueductos de la parte alta de la
ciudad se surten de agua tomada íntegra
mente del río Guática, pero a favor de 17
boquillas diferentes.
La más alta está al entrar al Cercado,
en la Calle -ancha; y de las aguas de rega.
dío de las huertas, toma solamente medio
riego para el albañal. Después, en la ca
lle de Maravillas, casi al terminar, como
100 metros antes del Lazareto, está la bo
quilla, que toma apenas de riego del
acequión llamado de Maravillas, desvío
del Guática para el riego de algunas
huertas del Carmen, etc.
De la otra derivación del Guática, que
59

entra por las Carrozas y sigue hasta Co.


charcas, toman tres boquillas : la del Car.
men Bajo, que saca de la Acequia de Is.
las } riego ; la del Panteoncito de los Na.
ranjos que saca de riego, y la de la Pla
za de Cocharcas que saca 4 de riego. Las
tres boquillas dan, pues, solamente iz de
riego - 1 , riego.
Por último, el ramal principal del Guá.
tica qne atraviesa la ciudad, entrando
por la Casa Nacional de Moneda, pasan
do por la Plaza del Mercado y saliendo
por el Fuerte у cuartel de Santa Catali
na, llcva gran cantidad de agua y de él
se surten doce boquillas para otros tan
tos girones de canalización . Estas boqui.
llas son : la de las Carrozas que toma un
riego ; la de Santa Clara frente al molino
de su nombre qne toma riego ; la del
molino Quebrado frente a la puerta falsa
de la Casa de Moneda, que toma £ riego ;
la de la calle de Presa que toma de rie
go ; las dos de la calle del Capón que to
man entre ambas de riego ; la de Santa
Rosa de las Monjas lado de San Pedro
Nolasco, que toma } riego ; la de Samu
dio f de riego ; la de la esquina del Gi
gante i de riego : la de la casa de Gómez
Sanchez, plazuela de Santa Catalina, que
toma de riego ; la de la puerta del cuar
tel de Santa Catalina que toma 4 riegos,
CO

y la del cuartel mismo que toma 9 riegos.


Estas dos últimas boquillas, no obstante,
que en su dotación completan los 18 riegos
señalados á la ciudad, son íntegramente
adjudicadas á los fundos Breña, San
Martín y Chacra Colorada, sin haber ser
vido antes al lavado de los acueductos de la
ciudad.
Hay , además. algunas boquillas que
toman desagües de poca importancia, pe .
ro , como se vé, únicutente tiene la ciudad
7 y à riegos en los barrios de Arriba del
Puente , y estimando en į riego lo que sir
ve Abajo del Puente, habrá 83 riegos por
toda dotación de agua para el aseo de una
ciudad que cuenta al menos con 100,000 ha
bitantes.
Es fácil darse cuenta del valor relati.
vo de estas cifras . Los canales de Lima,
hemos visto que alcanzan á una longitud
total de 44 kilómetros. Suponiendo en
cada uno una altura provista de agua , al
menos de treinta centímetros, esto de .
mandaría un volumen de 100 litros por
metro lineal de canal , ó 100 metros cúbi
cos por kilómetro; tendríamos, pues, que
para ocupar los 44 kilómetros canaliza
dos, serían indispensables 4,400 metros
cúbicos de agua .
Por otra parte, un riego de día o de
noche, esto es , un riego de doce horas, co
mo los señalados para la ciudad, repre.
- 61

senta por segundo 13 litros 6 10.80 me .


tros cúbicos por minuto, ó 648 metros
cúbicos por hora , ó finalmente , 7,776 me
tros cúbicos, en las doce horas de su du
ración . Veinte riegos de esta naturaleza,
equivalen en consecuencia á 155,520 me
tros cúbicos ; de modo que con esta dota
ción , solo se podrá remudar el agua de
los canales (4,400 metros cada 24 horas)
tan solo 35 veces ó 1. veces por hora , ó
una sola vez por cada 40 minutos.
Mas como actualmente la ciudad no
dispone sino de un tercio casi de los vein
te riegos asignados, el relevo de las
aguas tendrá lugar cada dos horas, y. la
experiencia nos dice que así las cosas,
el agua parece estancada, no notándose
en ella corriente alguna.
Así, restituyendo la dotación señalada
de 20 riegos, quedaría en pié el factor de
la población , doble hoy que en la época
en que esa dotación fue asignada. Es,
pues, indispensable sextuplicar la dota
ción actual , es decir, dar á Lima 20 rie
gos efectivos de 24 horas cada uno para de
volver á la higiene de la ciudad el esta
do de cosas que en razón de estas causas
hizo el siglo pasado proverbial la bondad
de su clima, siendo entonces muy corrien
te decir que en Lima nadie se morío sino
de viejo, una vez que el descubrimiento
62

de la quinina había dado fin con las ter


cianas .
§ II. AGUA POTABLE.
Los manantiales de agua potable que
hoy explota la Empresa y que brotan so
bre la margen izquierda del Rímac, más
alià de Vicentelo (kilóm. 20 del ferroca
rril de la Oroya) , y la caja real, como á
6 kilómetros de la plaza de Lima, y á 218
metros sobre el nivel del mar , han exis
tido siempre, ( 1 ) . En el año 1784, exis
tían ya en la ciudad, unas 80 cañerías de
cal y canto, que conducían esas aguas á
las pilas y pilones, y á las casas particu
lares, tomándolas todas del depósito lla
do Atarjea, que desde el principio es
tablecieron los españoles, en el sitio que
hoy ocupa, más acá del Panteón , como á
cuatro cuadras del Lazareto (463 inetros );
habiendo en Santa Clara un segundo
punto de bifurcación,y otro de mayor
importancia en Santo Tomás. En cuanto
á la pila de bronce de la Plaza principal ,
construída por el limeño Antonio de Ri.
vas, fué puesta en servicio desde el año
1651 ; de modo que, esas cañerías que
traían el agua de la Atarjea y los puquios
que la surten, tienen , puede decirse , tan

( L. En elvio jeandi designaban esos lugares


bajo el nombre de la sábana.
- 63

to tiempo de existencia como la ciudad .


Las antiguas cañerías de reparto eran
de cal y ladrillo ; tenían generalmente
15 centímetros de diámetro interior por
14 ó 2 de espesor, siendo defendidas por
paredes espesas, de 0.m40 al menos de
grosor, lo que hacía de ellas una obra
muy sólida y muy costosa, y permitía
que el agua corriese bajo una fuerte pre
sión . Los grandes canales que venían de
la Atarjea, eran verdaderos acueductos
subterráneos, y todavía existe el de San .
ta Clara, que hoy sirve de albañal. Como
esas obras habían sido hechas por cuen
ta de la ciudad ó por cada particular, na
die tenía que pagar pensión alguna por
el agua ; pero sí tenían que pagar al agua
dor, que la condujese de los pilones pú
blicos á cada casa particular, salvo que
tuviese ésta, pila propia.
Ese servicio de aguadores era molesto
so y caro, y por su causa nunca había
aseo en las plazuelas, donde se formaban
charcos de agua continuamente. Había,
pues , una necesidad que llenar, y á ello
respondió el establecimiento de la Em
presa del Agua que hoy corre con ese
servicio. Su contrato, celebrado, en 29
de octubre de 1855, debe terminar en
1905 , salvo prórroga de 10 años, á que la
Empresa cree tener derecho por arreglos
posteriores.
64

La nueva Empresa, sin perjuicio de


mantener siempre corrientes y con su
misma dotación las pilas y pilones que
antes existían , debía establecer cañerías
de fierro en toda la ciudad ; y de allí por
tubos de fierro primero , y después de plo .
mo, llevar el agua á las casas particula
res, haciendo por este medio que no fue .
se necesario el trasporte hecho por agua
dores. En el aprovechamiento por la Ein
presa de la fuerza de gravedad, que el
empleo de capital permitió almacenar á
favor de las cañerías por establecer, y
en la economía que cada particular po
día realizar, por la supresión de los agua
dores, había campo para una negociación
legítima que significando progreso, po
día además significar, tanto para la Em
presa , como para los habitantes de la
ciudad, una ganancia positiva ; que sien
do recíproca , contribuiría al desarrollo
de un servicio tan importante, y haria
gozar de naturales simpatías a la nueva
Empresa .
Los hechos no pasaron asi , y hay na
tural oposición entre ambos intereses.
Lo cierto es, que el servicio de agua po
table en Lia, no satisface al público ,
que lo encuentra caro y malo , no obstan
te la buena calidad de agua con que la
naturaleza h : dotado este valle,
Las fuentes públicas y pilones que
- 65

existían en Lima, al establecerse la Em


presa eran, según ésta, los siguientes :
Pilas.

Plaza de Armas 1
Plazuela de la Recoleta 1
> San Marcelo . 1
>> Sebastián 1
‫وو‬ Juan de Dios . 1
Francisco . 1

Pilus . 6

Piletas y pilones.
N. ° 1. Plaza de Armas anexos a la
pila 4
2. Id , id . frente a la Catedral 1
3 , Plazuela de San Pedro . 1
4. Pileta de Santa Rosa . 1
5. de los Huérfanos .. 1
6, do Cocharcas 1
7. Pileta de Rufas .. 1
8. Pilón del Molino Quebrado ... 1
9. de Belén ... 1
> 10. Pileta de Santo Doiningo 1
11. Caños de Santo Tomás 1
12. Pileta de Santa Clara . 1

A la vuelta ........ 15
5
66

De la vuelta .... 15

N ° 13. Pilón del Milagro 1


‫ܕܕ‬ 14. Pileta de Santa Ana 1
15. Pilón de San Partolomé.. 1
16. Pileta de la Trinidad .. 1
17 . de Mercedarias 1
18. Pilón de Santa Catalina . 1

Total de fuentes públicas .... 27


Pilas.

Las seis pilas enumeradas en la razón


anterior, existen en la actualidad ( Marzo
1895) en las plazas ó plazuelas de su nom
bre, menos la de San Marcelo , cuya dota
ción de agua pasó por orden municipal ,
del 30 de enero de 1892, á abastecer el
nuevo pilón de la plazuela del “ Dos de
Mayo.”
Piletas y pilones.

Número 1. Los cuatro pilones de bronce


que existían en la Plaza de Armas, se
colocaron por disposición municipal,
cuando se hizo la reparación de la plaza
y de la pila, en los cuatro ángulos de la
misma.
Número 2. El pilón de mampostería que
hubo enfrente de la Catedral, fué demoli
do por la Municipalidad y su dotación
- 67

aumentó por orden de la misma, la pila


de la Plaza de Armas .
Número 3. El pilón de la plazuela de
San Pedro, fué demolido por la Munici
palidad y su dotación se le dió á una pila
que en la misma plazuela se colocó ; inás
tarde, el 8 de febrero de 1873, el agua de
ésta se pasó al pilón que se estableció en
la Plazuela de Santa Cutalina, donde exis
te hoy .
Número 4. La Pileta de Santa Rɔsa ,
se suprimió por la Municipalidad por los
grandes daños que originaba su ruivoso
estado, la dotación se pasó por disposi
ción de nota fecha 3 de Junio de 1870 al
nuevo pilón de la plazuela de las Cabezas.
Número 5. El pilón de los Huérfanos,
el de Belén y los Cuños de Santo Tomás.
Por orden de la Municipalidad sus dota
ciones se midieron y una vez suprimidos
se adjudicó sus respectivas dotaciones á
la plazuela de la Exposición, Plaza del Ba
ratillo , Plaza de Bolívar, Mercado de la Au
rora . El acta de esta distribución total
es de fecha 3 de Junio de 1870.
Número 6. El pilón de Cocharcas existe .
Número 7. El pilón de Rufas, este pi
lón recibía su dotación del convento de
la Buena Muerte. La Municipalidad orde
nó su demolición , y su agua quedó en el
Convento .
Número 8. Pilón del Molino Quebrados
68

el de la plazuela del Buratillo de nueva


creación, 3 de Junio de 1870 ) y la pileta
de Santo Domingo, se suprimieron, pa
sando sus dotaciones á los pilones de la
plazuela de la Salud y del Refugio y al de
la calie del Chivato. Nota del 3 de No
vieml re de 1873 .
Núrnero 9. Pilón de Belén , véase lo que
se dice en el número 5 .
Número 10. Pileta de Santo Domingo,
véase número 8.
Número 11. Caños de Santo Tomás ,
véase número 5 .
Número 12. Pileta de Santa Teresa, se
suprimió por orden de la Municipalidad,
del 17 de Diciembre de 1865, y su dota
ción pasó á la pila de Mercedarias.
Número 13. Pilón del Milugro; la dota
ción de este pilón pasó por orden Muni
cipal á la pila de San Francisco ,
Número 14. Pileta de Santa Ana, su
primida que fué por la Municipalidad, su
dotación quedó en el hospital del mismo
nombre .
Número 15. Pilón de San Bartolomé,
suprimido para el uso público por la au
toridad . Su agua sigue sirviendo en el
hospital del mismo nombre.
Número 16. Pileta de la Trinidad, por
orden de la Municipalidad se suprimió el
12 de Mayo de 1870 y su dotación pasó á
la pila de la plazuela de Monserrate y al
69

pilón de la Alameda de los Descalzos. por


mitad.
Número 17. Pileta de Mercedarias, se
suprimió por orden de la Municipalidad
y su dotación pasó á la pila de la misma
plazuela. Nota del 17 de Diciembre de
1889 .
Numero 18. Pilón de Santa Catalina, el
caudal de agua del Monasterio se midió
antes de suprimirse este pilón , y hoy la
dotación la disfruta el Monasterio y el
fuerte del sismo nombre, por orden Su
prema de 7 de abril de 1890.
Pilas, Piletas y Pilones, que en el dia
existen en la capital.
Fuentes
Pila de la Plaza de Armas 1
de la Plazuela de la Recoleta 1
de la Plazuela de San Sehastián, 1
>> de la Plazuela de San Juan de
Dios .. 1
de la Plazuela de San Francisco 1
de la Plazuela de San Lázaro
(nueva) 1
>
de la Plazuela de Bolívar ( nueva )
> de la Plazuela de Monserrate
(nueva) 1
de la Plazuela de las Nazarenas
(nueva) . 1

A la vuelta ... 10
ho

De la vuelta ...... 10
,, de la Plazuela de Santa Ana
[nueva] ... 1
9 del Mercado de la Concepción
[nueva] 1
de la Plazuela de Mercedarias
[ nueva ) ... 1
de la Plazuela del Cercado [nue
va] - 1
de la Plazuela de Buenos Aires
[nueva) ..... 1
Pilones de la Plaza de Armas [ con 3
caños cada uno] .. 4
En Santa Ana pilones 2
el Cercado pilones 1
el Mercado de la Aurora 1
la calle de Malambo .. 3
la plazuela del Baratillo.. 1
‫وو‬ las Cabezas .. 1
‫وو‬ la Alameda de Acho ... 1
de los Descalzos 1
de las Chacritas . 1
‫ܙܙ‬ de Santa Catalina 1
la plazuela del 2 de Mayo . 1
de Cocharcas 1
el Refugio .. 1
la calle del Chivato 1
los Baños de Santo Tomás . 1

Total .. 37

Como verá US. por los anteriores da


-71

tos la Empresa, no ha suprimido fuente


alguna, todas lo han sido por orden de
la autoridad y además existen hoy ma
yor número de fuentes públicas que las
que existían al establecerse la Empresa.
[Publicación hecha por la Empresa del
Agua en “ El Comercio” del día Viernes
15 de Marzo de 1895.

II .

El agua que la Empresa almacena en


sus depósitos, es tomada, como sucedía
desde el coloniaje , sobre la margen iz
quierda del Rímac , en una zona compren
dida entre 5 y 6 kilómetros de la Plaza
principal. Se emplean, al efecto, tres
procedimientos diferentes. Primeramen
te por medio de zanjas filtrantes que de
rivan sus aguas del Rímac ; después por
medio de turbinas, que elevan á pocos
metros, 4 6 5, las aguas de unos puquios
situados más arriba de Anzieta ; y, por
último, no siendo suficientes estas dos
fuentes de provisión, la Empresa toma
directamente del río unos cuatro riegos de
24 horas, que después de asentarse un po
co en un estanque descubierto, van á reu
nirse con las aguas provenientes de las
dos fuentes anteriormente mencionadas.
Todo junto es entonces conducido por
un canal de cal y ladrillo , que pasando
72

detrás del Panteón viene hasta el depó.


sito de la Atarjea situado á 188 metros
sobre el nivel del mar, más acá del Pan
teón , y más allá del Lazareto, como á 4
cuadras de este edificio , que sirve de lí .
mite á la ciudad por el lado de Maravi
llas. De esa Atarjea viene el agua á San
ta Clara y allí se bifurca la gran cañería
siguiendo sus derivaciones en todas las
calles , siempre al lado de las veredas,
bajo tierra, como á 1.m50 de profundidad
teniendo en lugares convenientes llaves
de agua, llaves de incendio, etc. De esas
cañerias de la calle, que bien podrán te
ner 50 kilómetros en toda la ciudad , se
lleva el agua á las casas particulares, por
tubos de plomo que á la vez sirven altos
y bajos, y cuya presión no alcanza gene
ralmente para alimentar ambos servicios,
Por supuesto la Empresa tiene su ofici
na de administración en la ciudad calle
del Padre Gerónimo ó Puno 4. * N. 102. ]
En la demografía de Lima, por el Sr.
Clavero , hablando de la Atarjea, dá es
tos datos : · Distancia al Lazareto 463.1040
Dimensiones de la Atarjea 33.m75 de fren
te , 17.m60 de ancho y 594 metros cuadra
dos de superficie. Hay dos depósitos, ca
da uno dividido en dos compartimentos,
y ambos depósitos están en comunica
ción directa con la acequia surtidora, con
13

la caiería para Lima y con un desagüe ó


vertedero .
Las dimensiones de las fosas , son :

Secciou . Depósito Largo Ancho Profundidad

Primera .. 1.o 12.m 90 4.m87 1m16


2. 10. 33 4. 87 1 16
Segunda .. 1.º 12. 99 4. 87 1 16
2. 10. 33 4. 87 1 16

Incluyendo las paredes de los compar*


timentos, las dimensiones generales se
rían 23.m50 largo, 10.m29 ancho y 1.81 de
espesor al nivel del suelo . La cantidad
de agua que permanentemente almacena
cada sección es de 107,798 , m3 dando entre
ambas, cosa de 215 metros cúbicos de
agua que jamás faltan allí .
La cañería principal que es de fierro
fundido mide sesenta centímetros de diá
metro . La ramada que cubre el repara
dor tiene 6 metros de frente y 16.20 de
fondo. ” En las nuevas cañerías principa.
les de fierro, que llevan marcado el año
1894 , el diámetro interior es solamente
de 47 centímetros, y tendrán un espesor
de 1. c50, por manera que el diámetro ex
terior, puede estimarse en 50 centíme.
tros justos.
74

Dice además, el Sr. Clavero : " De 1856


à 1858, Lima disponía de 4.119.853 litros
de agua de manantial , y de 5.955,673 li
tros de agua del río Surco . En 1882, se
disponía de 23.359,984 de la primera y
9.086,816 de la segunda “ cuatro riegos ”
ó sea un total de 32.446,800 litros para
101,488 habitantes.
Paz Soldán en su " Diccionario Geo
gráfico del Perú ",> estima en la cantidad
que llama enorme, de siete millones de
galones de agua toda la dotación de la
ciudad cada 24 horas. No dice que clase
de galones son los empleados, y en su
concepto Lima tenía una población de
casi 210,000 habitantes en el año 1877 ,
Precisamente en esos años el autor de
este libro, como Ingeniero Inspector de
las Lagunas de Huarochirí , tuvo también
á su cargo el servicio municipal de aguas
de la ciudad, y en el ejercicio de esas
funciones, pudo comprobar que el galón
á que se refería la Empresa, y conforme
al cual se hizo la mensura de la dotación
de algunos establecimientos públicos en
Abril de 1878, fué el galón inglés impe
rial equivalente á 4.1 5435, ó en números
redondos 4.1 54 como reza en las tablas
de reducción ( 64 galones por pié cúbico
inglés) . En el folleto publicado por la
Empresa en 1893, se emplea francamente
esta unidad , y se la traduce en litros, pe
‫ ܓ‬15 -

ro se hace subir el consumo del agua á


39,000 metros cúbicos en verano, y á
36.000 en invierno , cada 24 horas, lo que
dá unos 4,000 métros cúbicos de exceso
[po 28,000 como dice la Empresa) , res .
pecto de la anterior dotación que lleva
mos trascrita, La Empresa no demuestra
la manera como ha determinado la exis .
tencia de esa dotación ; y como, por otra
parte, jamás se ha hecho una mensura en
forma , con intervención de la autoridad ,
ni de los ingenieros á su servicio, todos
los números apunto dos son simples referen .
cias, sin valor alguno técnico.
Calculando por la unidad galón , resul
ta que los siete millones de galones da
dos por Paz Soldán , son 31,800 metros
cúbicos, cada 24 horas, lo que equivale á
1,325 metros cúbicos por hora, ó 22.mp3
por minuto, ó finalmente 380 litros por
segundo. Traducidos en riegos de 18 li.
tros de agua al segundo, resulta que los
3804 litros, equivalen solamente á 21 rie
gos y un décimo. El agua directamente
tomada del río es, pues, nada menos que
el 20 por ciento de toda la dotación de la
ciudad ; el número final de 32,446} metros
cúbicus asignados por el Sr. Clavero,
conviene casi justamente con los 31,000
que fija Paz Soldán . En lo que sí cree
mos que padece .error el Sr. Clavero es
en haber elevado á nueve millones los
-To

casi seis millones de litros de agua de


" cuatro riegos” , pues ese número por su
naturaleza es invariable. En cuanto al
número de 4.119.853 litros de agua de
manantial que asigna como solos existen
tes en 1856 á 1858 , no conocemos mensu
ra que se haya practicado con tal objeto ;
y más nos inclinamos á considerar ese
número como imaginario, tal vez dado
por la Empresa. Sobre este si, sale el
exceso de 28,000 metros cúbicos que men :
ciona en su folleto de 1893, la indicada
Empresa
De todo lo dicho aparece en claro, so
lamente probable, que Lima tiene, y esto
desde hace veinte años lo menos, una do
tación de agua, en números redondos, de
32.000 metros cúbicos cada 24 horas ó 380
litros cada segundo. Siendo desconocida
lapoblación, pues no se sabe si son cien
mil ó doscientos mil, los habitantes de
esta ciudad , resulta que según la Empre .
sa, la dotación por habitante cada 24 ho
ras, sería de 320 ó de 160 litros según la
base adoptada ; y bajo este aspecto ten .
dría razón el Sr. Paz Soldán en calificar
de enorme la dotación de agua de que dis
ponemos en Lima; pues exceptuando Ro
ma, que tiene por habitante y por día
944 litros, New York que tiene 410 y
Carcassone que tiene 400, todas las de
más ciudades notables tienen menos que
- 77

los 320 que nos corresponderían en Lima


en el caso más favorable. En el caso de
ser 200,000 los habitantes de la ciudad,
estaríamos en la condición de Burdeos ,
que tiene 170 litros ; y mejor que Londres
que solo tiene 95 litros de dotación , ó Pa
rís que solo tiene 90. ( 1 )
En este punto, sin embargo de todo lo
dicho, no piensa el público que sea tan
ventajosa su condición ; y la armonía so
lo podrá establecerse cuando la autori
dad proceda a ordenar una mensura en
fornia , hecha por ingenieros independien
tes de toda influencia y provistos de to
dos los medios conducentes á una medida
exacta é imparcial , que lleve a todos, el
convencimiento de ser dicha información
verdadera en todas sus partes .
Sobre la calidad del agua tampoco hay
análisis completos capaces de inspirar
confianza absoluta; solo se sabe que la
calidad es buena, pero no se sabe si esa
bondad natural no sufre alteración en el
paso por depósitos, canales y cañerías
no exentas de críticas más o menos fun
dadas. Nos limitamos, pues á consignar
aquí las conclusiones á que últimamente
llegó el competente Director del Labora
torio Químico Municipal, Dr. José A. de

( 1 ) Todos estos datos pueden verse en J. Ciau


del, Fórmules Tables, T. I , pag . 202.
78

los Ríos, en su informe emitido en febre


ro de 1894 , y publicado en ElComercio ” ,
con fecha 7 de marzo de 1894. Reasumien
do ese documento resulta lo siguiente :
En Febrero de 1894, Análisis del Dr.
Ríos publicado en el día de su fecha,
Marzo 7 de 1894.
1. La arcilla en suspensión fluctúa de
4 á 18 centígramos por litro. Esta impu
reza es mayor durante la noche y no es
conocida su causa.
2, Cada litro de agua filtrada cortiene :
gases calculados á 0° y 760 presión baró
metro :
Total en gra
Gas carbónico ....... 0.050457 mos y por li
Gas nitrógeno [ázoe] 0.008151 tro

Oxígeno ...... 0.015960 0.074568


3. Evaporando un litro de agua filtra
da deja un residuo de sales, que analiza
das y calculadas al estado anhidro , dan
este resultado :
Residuo sólido, carbonato cál
cico [creta] disuelto en estado
de bicarbonato ..., 0.153667
Carbonato magnésico disuel
to en id .... 0.003646
Sesquióxido de fierro id . id . 0.002476
Sílice [arena disuelta) id. id . 0.001866
Alúmina 0.000011
Sulfato cálcico ... 0.069322

Al frente .. 0.230988
- 79

Del frente ... 0.230988


Id . magnésico 0.027123
Id. sódico .. 0.002317
Clorun id. [sódico ]. 0.041157
Id. potásico... 0.005011
Id . lítico ... 0.005115
Yodo (ioduro potásico) lige
ro vestigios .
Compuestos nitrogenados
vestigios
Materias orgánicas id .....
Total en gramos y por litro 0.311711
De suerte que un litro de nuestra agua
potable pesa , despues de filtrada, 1 gra
mo 0001333, salvo corrección de tempe
ratura .
Resulta de todo, que desde el año 1891
á la fecha, es decir en 3 años, la canti
dad de gases disueltos ha aumentado
( de 0.062320 á 0.074558 ) en la proporción
de 12,248 millonésimos de gramo por li
tro de agua, lo que es ventajoso por ser
el aumento en oxígeno siempre favo
rable .
Ha aumentado igualmente la cantidad
de sales de 0.266877 gramos á 0. 311711
gramos, algo menos de 41 centígra
mos por litro. La creta y el óxido férri
co es lo que más ha aumentado y ello es
benéfico para la nutrición .
- 80

Los compuestos nitrogenados y las


materias orgánicas han disminuido mu
cho ; esos elementos son los más perju
diciales para la higiene .
Los baccilos son provenientes princi .
palmente de las aguas del río (4 riegos) ,
Las conclusiones son :
1. " Que del año 91 acá han mejorado
las condiciones higiénicas del agua ;
2.- Que ahora es bastante sana á pesar
del aumento de sales ;
3. * Que ese estado de salubridad no
significa que el agua potable de Lima
sea inmejorable, porque aún no lo es.
Para que lo sea es preciso que desapa
rezcan de ella los elementos que la da
ñan y son :
Microbios, sustancias orgánicas y sus
tancias nitrogenadas. Sulfatos de mag.
nesia, cálcico , cloruro de potasio, alúmi
na y sulfatos alcalinos.
Lima, Marzo 7 de 1894 .
José A. de los Rios

En cuanto al precio del agua, punto es


este muy controvertible, pero lo que se
cobra es S. 1.20 por tienda ó casa habi
tada por una sola familia , y esta suma
puede elevarse hasta S. 4.80 según el
número de habitaciones, á razón de S.
1.20 por la primera y S. 0.40 por cada
una de las restantes, hasta llegar a los
---
81

S. 4.80 indicados. Siendo el agua toma


da según medida, debe abonarse un sol
por cada millar de galones, lo que dá 41
metros cúbicos de agua por un sol, pre
cio tan alto que resulta menor el antiguo
que se pagaba en Lima en tiempo de los
aguadores.

§ 7 ALUMBRADO PÚBLICO
I.

Desde los primeros tiempos del colo


niaje se pensó en el Alumbrado público,
y ya en 1551 el virrey D. Antonio de
Mendoza mandaba organizar una parti
da de rondines con linterna en mano que
debían recorrer las calles de la ciudad ,
haciendo así una especie de alumbrado
ambulante, como bien lo califica el Sr.
Clavero en su “ Demografía de Lima ”.
Dice él mismo que las cosas se mantu
vieron así hasta 1822 en que se vió por
primera vez en Lima un farolito con ve
lạ de sebo en la calle de los Santiagos.
En 1833 el general Gamarra hizo colo
car pescantes en las paredes, y de ellos
pendían faroles con vela de sebo. En
1847 se comenzó á emplear el aceite de
ballena para el alumbrado. Por último,
en 1851, 25 de Mayo, se celebró el con
trato que hoy rige, en su parte esencial,
para el alumbrado por gas de la ciudad
6
82 -

de Lima. La Empresa contratista lleva


ba la firma Luis Melchor Charun y C?,
y careciendo sin duda de todo capital ,
éste le fué obsequiado por el Gobierno
bajo la forma de un préstamo de 20.000
pesos, que la Empresa debía devolver
en números, por supuesto. En 6 de J12
lio de 1855 ese contrato se reformó fiján
dose en mil las luces para el alumbrado
de la ciudad , y por supuesto , ampliando
las concesiones á la Impresa, nacida al
calor de la protección cficial y vivificada
únicamente con los recursos fiscales. El
liecho es que á favor de la munificencia
del Gobierno, Lima pudo gozar desde
entonces de las ventajas del alumbrado
por gas, por primera vez implantado en
el mundo,en la ciudad de Londres en 1812.
La nueva Enpresa se desarrolló en
brev?, y muy pronto hubo gas en los 37
kilómetros de longitud que comprenden
las calles centrales de Lima, y mas tarde
hasta en los úliimos arra bales. Natural
mente, todas las cañerías , que son de fie
rro, han debido establecerse bajo el piso
de la calle . dando lugar esto á constan
tes escav: ciones y movimientos de tierra
que traen á la atmósfera miasmas malsa
nos, y mucho más dañinos cuando que
dan abier as, por mas de un día, excava
ciones de 1m50 de profundidad , cuya tie .
rra removida favorece en mucho el desa
83

rrollo de esas fiebres llamadas telúricas,


siempre de mal carácter. No parece fá
cil sin embargo remediar este inconve
niente, pues, como negocio, no costearía
para la formación y mantenimiento de
canales subterráneos, que solo es posible
tener, económicamente hablando , en ciu
dades más populosas, capaces de sopor :
tar el gasto de amortización del enorme
capital que esa clase de obras demanda.
Según los datos de la Demografía cita
da, la Empresa del gas en 1884 atendía
al servicio de 4,876 contratos con los
particulares, además del alumbrado pú
blico de la ciudad . Para este servicio se
consumían mensualmente 5'642, 143 pies
cúbicos ( no dice si españoles 6 ingleses ),
distribuidos asi.
Aluinbrado público Municipal 21973, 743
Beneficencia ... 21269,400
Gobierno 259,800
Municipalidad, administración 101,700
Municipalidad .. 37,500
Total ... 51642, 143

Los faroles públicos eran en número


de 4,435, repartidos en este orden :
Vía pública . ... 2,840
Plazas y plazuelas . 216

A la vuelta .... 3,056


81

De la vuelta . 3,056
Teatros .. 180
Hospitales 170
Puentes ... 70
Estaciones de ferrocarriles . 60
Mercados ó Recobas . 19
Varios .. 880

Total ..... 4,435

Por último, estimando en 4643 boqui


llas las que sirven los 4,435 faroles del
alumbrado público, y en 14,628 las que
se emplean para el alumbrado particu
lar, resulta un servicio diario de 19,271
boquillas de gas.
Para este consumo la Empresa dispo
ne de una gran oficina industrial esta
blecida sobre la Alameda del monumen
to del 2 de Mayo, haciendo esquina con
la calle de San Jacinto por donde entra
el tren ingles del Callao. Mide 110 me .
tros de frente por 200 de fondo, lo que
encierra una superficie de 22,000 metros
cuadrados ; y la Empresa tiene además,
para su servicio administrativo, una gran
Oficina en la ciudad , calle de Arequipa
número 14 .
II .

A todos estos datos que consigna el


Sr. Clavero en su Demografía, debemos
- 8.5

agregar otros datos, no menos interesan


tes, que hemos podido obtener de fuen
tes oficiales y compulsar debidamente su
exactitud . Los damos , por considerarlos
indispensables á la inteligencia y amplia
ción de los anteriores.
En el año 1881 la Empresa calculaba
una producción y consiguiente consumo
anual, de 50 millones de pies cúbicos
castellanos ( un pié cubico castellano
0.764 de pié cúbico inglés=21.632 litros );
es decir 1'081,600 metros cúbicos de gas ;
cási 11 metros cúbicos por habitan
te en cada año, suponiendo que Li
ma tenga 100,000 habitantes. Según el
Sr. Clavero, en 1884 la producción total
era de 671705,716 pies castellanos = 1'464,
610 metros cúbicos ó casi 15 metros cú
bicos por habitante ; lo que daría 17-705 ,
716 pies cúbicos castellanos para el alum
brado de la ciudad, y 50 millones id. id.
para el alumbrado de los particulares,
pues no habría motivo ostensible para,
que de 1881 á 1884 hubiese variado el
consumo del gas en Lima.
En 1881 la Empresa consumía para
producir 51195,971 pies cúbicos castella
nos de gas, lo siguiente:
Carbón chileno 371 T. 10 @ á S. 20.50 c/u
Id . orell ... ‫ ܕܕ ܟ‬10 á 20
‫وو‬

Id. schale 83 , 10 á 9 24.20


459
86

Cal .... 15 cahices á S. 2 – c/u


Aserrin de hierro 28qq. á 2.50 )

Diversos artículos , sebo ,


coke etc.... 201.74
Jornales de operarios. 631.04
Sueldos de Ingenieros. .. 313.33

Total empleado S. 10,994.53


Se ve que las unidades eran varias co
mo á intento, pero advertimos que la to
nelada es la Inglesa , de 22 quintales; el
cahiz es una medida local de 2 quintales
6 92 kilos peso ; el quintal es el de 46 ki
los. El cambio sobre Europa era enton
ces de tres peniques por sol billete y el
sol de plata valía 15 soles billetes, de
modo que podía estimarse en 45 peni
ques el sol de plata, tomado aquí por
unidad .
Además del gas que obtenían con ese
gasto, aprovechaba la Empresa los si
guientes residuos:
Coke vendido ... .. S. 988.93
Alquitran 83.08
Patente Fuel . 9 137.10

Total .... 1,209.10


Como el coke se vendía entonces á 22
soles tonelada, resultaría 45 toneladas
vendidas, y esto sería el residuo único
87

de las +59 empleadas en la elaboración ;


es decir, cosa de un 10 por ciento.
En el mismo año de 1881, aparece de
documentos oficiales, que la Empresa del
gas estimaba por cada farol de una bo
quilla , de los que emplea en el alumbra
do de la ciudad , un consumo de 3 pies
cúbicos castellanos por hora , lo que en
once horas y en 26 noches por mes , des
ccntadas las noches de luna , representa
un consumo de 858 piés cúbicos castella .
nos por mes s por farol de la vía pública .
Son 18 metros cúbicos 560 litros por fiv
rol al mes .
El consumo del alumbrado particular
por boquillas y por hora es estimado en
4 piés cúbicos castellanos, lo que equiva
le á 86 y medio litros por hora y por bo
quilla.
III

Unidad de poder iluminante.


En Inglaterra el poder iluminante se
refiere a su equivalencia con la luz que
se produce quemando simultáneamente
varias bujías standard B. s. t. ) , bujia de
esperina de 6 en libra y 88207 de consu
mo a la hora. En Francia , la unidad prin
cipal es el carcel, pero se emplea por co.
modidad la bujía carcel (B. C. ) que es la
estearina de la estrella de 5 velas en pa
88

quete de 485 gramos de peso, y de 9.6 600


de grasa consumida por hora. Siete bu
jías de éstas equivalen justamente a un
carcel, que es la unidad principal . Un
carcel se produce en una boquilla de
buen gas, quemando de 100 á 105 litros
por hora, pero este consumo varía u ucho,
principalmente según la calidad del gas,
la forma y dimenciones de la boquilla y la
presión al punto en que se quema. La re
lación entre el poder iluminante y el consu
mo de gas es, pues, una unidad sin la cual
no es posible pasarse, y constituye lo
que se llama el título de la luz. En la
práctica se designa el título, por un nú .
mero que indica la cantidad de bajías, uni
dad que hay que emplear , para producir
la misma luz que se obtiene , quemando
cien litros de gas por hora.
En Lima nunca ha hecho la Empresa
del gas mención alguna sobre el título de
la luz: todo lo refiere al volúmen que acu
sa el medidor, y este volúmen , sea ó no
gas alumbrante, valuado en piés cúbicos
castellanos significa un gasto de seis so
les por el millar ; es decir, seis soles por
21,632 inetros cúbicos ; habiendo sido an
tes, de 7 soles 20 centavos el precio que
se hacía abonar por igual consumo.
En cuanto al poder iluminante, la Em
presa tampoco se ha ocupado de una uni
dad fija , y así se ve que en 1873 asegu .
89

raba que las boquillas de los faroles de


la calle, daban una luz equivalente á 10
bujías esperma de la mejor calidad , de
5 en libra y consumo graso de 158 granos
costellanos 17.8 887 por horaj : en tanto que
en 1886 la propia Empresa (entonces en
lucha con la de Luz Electrica, a la que
terminó por arruinar ), decía que las bu
jías que empleaba en sus medidas eran
de las de 6 en libra , fábrica de Sugg, me .
cha de 45 kilos y consumo graso de 120
granos ingleses por hora [ 7.8 78 ] . No hay
pues, seriedad alguna ni en cuanto al po
der iluminante , ni en cuanto al título; y de
ahí que Lima sea la ciudad del mundo,
al mismo tiempo que la peor alumbrada,
la que paga este servicio al más alto pre
cio .
En París, el precio por metro cúbico
de gas es de 0.30 de franco para los par .
ticulares y de 0.15 para el alumbrado de
la ciudad , y así sale por hora y por farol
de la calle 0.015, 0.021, 0.003 ; siendo res
pectivamente el título de estas luces : 5.39,
5.50, 6.00 bujías-carcel, y siendo el con
sumo correspondiente de gas por hora:
100, 140 y 200 litros respectivamente.
En Lima, segun los datos de la Empre.
sa, en 1873, y cálculos que de ellos re
sultan , se pagaba el gas á razón de dos
centavos por una hora de alumbrado de
14 carcel de intensidad iluminante: y es
90

to significaba un consumo de solo 65 li .


tros por carcel, cuando en París se ne .
cesita para ese poder iluminante 105 ; es
decir, casi el doble. La verdad es que los
faroles de la calle consumen 754 litros
de gas por hora , y el poder iluminante
es
obtenido no llega por cierto á 5 B. C. ,
decir, á 5/7 de carcel ; lo que debe atri
buirse á la muy mala calidad del gas.
El alumbrado eléctrico no ha podido
establecerse en Lima, por los trabajos en
contrario que naturalmente hiciera la Ein
presa del gas; y ésta, después de hundir
á aquella ha hecho con sus restos una
instalación provisional destinada á afear
la ciudad con postes, hilos y faroles ; pe .
ro que no funciona ni funcionará, porque
ha oposición de intereses ; resultando
de tal oposición, que Lima carecerá de
alumbrado eléctrico en tanto que la Ein
presa del gas tenga más peso en la ba
lanza, que los bien entendidos intereses
de la ciudad.
Manejos parecidos han ejercitado to .
das las Empresas de gas en las principa
les capitales del mundo civilizado ; y por
eso no era de esperarse que Lima cons
tituyese una excepción,
El mundo marcha, como dice Pelle
tán ; pero encuentra resistencias en su
camino y por ello la marcha es lenta y
oscilante, si bien progresiva en todo caso.
91

§ 8. TRANVIA.
Por contrato celebrado en 1 , o de Fe .
brero de 1876 entre el Concejo Provin
cial de Lima y don Mariano Antonio Bor
da, quedó este facultado para establecer
en Lima un tranvía que debía servir al
tráfico urbano, extendiendo sus líneas
hasta quince millas inglesas (de 1609 me .
tros cada una ) , es decir 24 km . 135 me .
tros sobre las calles de la ciudad ; y de.
biendo por este uso de la vía pública, abo .
nar como arrendamiento al Concejo Pro
vincial siete soles por semestre y por cua
dra enrielada, que la Empresa tuviese.
Desde el año 1879 la nueva Empresa
inició sus trabajos ; y puede decirse, que
actualmente tiene casi en su totalidad es.
tablecidos , los 24 kilómetros de vía fé .
rrea que se estipularon en el contrato ,
Dos son las principales líneas implan .
tadas : una, entre los barrios altos del
Cármen y los barrios bajos del lado del
Camal, destinada á servir el tráfico de la
ciudad en su sentido más alargado, de Es .
te á Oeste ; y la otra, entre la Alameda
de los Descalzos y el Palacio de la Expo.
sición, que sigue rumbo normal á la an
terior, pasando el Puente de piedra. Dos
otras líneas hacen el servicio entre Mon
serrate y el Refugio la primera, y entre
92

el Monumento Dos de Mayo y el Jardín


Botánico la segunda .
El tráfico en cualesquiera de esas lí
neas se paga á razón de 10 centavos en
1. c clase y de 5 centavos en 2-8 .
Sea que la Empresa no haya tenido
buenos tiempos; ó que hubiese en su or .
gavización algún inconveniente para su
desarrollo; o que fuese muy alto el precio
que cobra por sus servicios, el hecho es
que no puede considerarse á esta Empre .
sa en el estado de prosperidad que era de
esperar. Su tráfico se calcula apenas en
un millón y medio de pasajeros que du
rante el año se sirven de sus carros ur .
banos. Este número es muy pequeño al
lado del que dan otras ciudades de Sud
América . En Valparaiso durante el año
1894 se ha alcanzado la enorme cifra de
11.623,986 pasajeros ; y en Buenos Aires
el mismo año se ha llegado á 90.114,801,
es decir como ocho veces Valparaiso y co .
mo 60 veces Lima. Si además tenemos en
cuenta que la población de Lima no ba
ja de 100,000 habitantes, ni de 50,000 la
de Valparaiso, siendo la de Buenos Aires
600,000, tendríamos que cada habitante
usa del tranvía durante el año 15 veces
en Lima, 230 en Valparaiso y 150 en
Buenos Aires. Estos números dan una
idea bien aproximada del movimiento en
las tres ciudades.
93

$ 9. TELEFONOS &.

En 29 de Agosto de 1888, y á mérito


del decreto supremo del 13 del mismo
mes y año, que declaró libre el derecho
de implantar en la República el servi
cio telefónico, se estableció en Lima la
Compañía , que funciona desde enton
ces con regularidad, habiéndose casi
creado una nueva red metálica que re
corre la ciudad : red que está formada
por multitud de alambres sostenidos por
medio de postes clavados en las calles у
sobre aisladores , fijos en los techos de las
casas ; todo lo cual , si bien no deja de da
ñar un poco el efecto estético, proporcio
na en cambio la inapreciable ventaja de
hacer circular el pensamiento por medio
de la palabra, directamente y de un mo
do instantáneo .
Del Almanaque de " El Comercio " para
el año de 1895 pág. 131 tomamos, entre
otros, los datos siguientes :
La Compañía se denomina “ Peruvian
Telephone Company '. Cuenta con 900
abonados en Lima, Callao, Chorrillos,
Barranco y La Punta.
Tiene 10 líneas de comunicación para
el público entre Lima y el Callao, 2 entre
Lima y Chorrillos, 2 entre Lima y el Ba
rranco y 1 entre Lima y Miraflores (son
15 líneas en servicio extra urbano. ]
-94

Todas sus líneas comprenden ya una


extensión de 1578 kilómetros, siendo el
alambre de cobre y fierro galvanizado .
El capital social es de 20,000 libras .
Los sistemas de teléfono son : Bell , Black
y Ericsson
El servicio para el Gobierno y sus de
pendencias es independiente del servicio
para el público.
Este servicio telefónico sirve de com
plemento al telgrafico cuyas líneas ponen
á Lima en comunicación con el Norte,
Centro y Sur de la República ; y ambos
servicios son completados a favor de la
trasmisión por cables, que tanto del
lado norte como del opuesto , han coloca
do á Lima en comunicación instantánea
con el mundo entero.

§ 10 FERROCARRILES.
Lima se encuentra en comunicación
con varias poblaciones por medio de fe .
rrocarriles , que tienen su Estación prin .
cipal en la ciudad . Como lugares vera
niegos simplemente, tiene Lima á su ser
vicio: 1. O al Norte, Ancón , puerto me
nor y cuyo mar mansísimo constituye un
lugar de baño excelente, no muy concu .
rrido sin embargo, porque distando de
Lima 37 kilómetros, el viaje , aunque en
ferrocarril, es penoso; 2. O al Sur, Mi
96

raflores, Barranco y Chorrillos, servidos


por un mismo ferrocarril, sitios que por
su proximidad á Lima 7 k..791, 11.km040.
13km932 . constituyen los lugares de baño
más favorecidos ; lo que ha hecho á esas
poblaciones prosperar con rapidez; 3. ©
al Oeste la Magdalena, situada entre el
Callao y Chorrillos á solo siete kilómetros
de Lima; pueblo que sin embargo no
ha prosperado por la imposibilidad de
bañarse en el mar, que es muy bravo
y por el mal servicio de la línea férrea у
de su higiene pública ; 4. O el Callao uni.
do á Lima por dos vías férreas de 14 ki .
Jómetros cada una ; y 5. © Finalmente al
Este y á 49 kilómetros se encuentra Cho .
sica unida á Lima por el mismo ferroca
rril trasandino que parte del Callao, y
que constituye la línea de comunicación
más importante de la parte central del
Perú. Por su medio no sólo tiene Lima la
proximidad á Chosica , lugar inestimable
por su temperamento , sino que conti
nuando el ferrocarril hasta la Oroya,
conduce á San Mateo, Matucana, etc.
análogos á Chosica y ofrece en la Oroya
también , además de un buen clima, un
centro que en pocos años será el más im.
portante del interior; pues á él deberá
converger el comercio de varios departa .
mentos ; y en él, deberá establecerse la
conexión con el ferrocarril de vía angos.
.no

.ta que viniendo del Pichis yirecorriendo


250 kilómetros solamente , pondrá á hi
ma á 24 horas de nuestros puertos fluvia
les del: Oriente, traerá a la mano del Ga
bierno la administración de esos ricos y
vastos territorios,y hará del Perú de la
Hiontaña, el Perú del porvenir. 800
Todas las líneas férreas que salen de
Lima son de vía ancha (1 44 de entre
rriel), salvo la de la Magdalena que es
de vía angosta (0.m914 de entrerriel ); to :
das son de pendiente suave waxio 1.50
por ciento ] salvo en las líneas de Ancón
y .Oroya , en que se alcanzib y pasa , talvez
el 4 por ciento, en algunas puntos alme.
nos .
El precio del trasporte es de una á
otra Estación, para pasajeros de prime:
ra y segunda respectivamente co no si
gue :
1, .. ೧. ...
Entre Lima y. Chorrillos 40 cts. 20cts.
s , y Cailao ::20 ,
40
Magdalena 20 : 10 $ , 3
Ancón 1 60 , 1900 ,
Chosica 1 20 , 8 60
1 2013
El flete para mil kilos de carga , según
sea de 1,9, 2.a ó 3 clase , es coino sigue:
Entre Lima y Chorrillos. 1 30 :
Callao Star 1.80 1.501 20
Magdalena convencional.
97

Ancón 5.40 4.70 4.00


Chosica 4.90 4.10 3.30
El movimiento de estas líneas en pasa
jeros, y toneladas, de mil kilos, durante
un año ha sido como sigue :
Línea de la Oroya.

En 1887 entre el Callao y Lima :


Pasajeros en 1. " clase 126,083
2. a 347,357
Carga 34'001,924 kilógramos
Línea de Lima, Callao y Chorrillos.
En 1887 Entre Lima, Callao y Chorri
llos .
Pasajeros en 1. * clase 177,995
20 446,146
Carga 1031579,450 kilógramos
Línea de Lima á Ancón ,

En 1884. Entre Lima y Ancón .


Pasajeros de 1 " clase 10,535
2.a 26.358
Carga 173,910 kilogramos
Todos estos datos son tomados de Los
Anales de Obras Públicas que publica el
Ministerio del ramo, años 1884 y 1887.
7
98

Sobre el ferrocarril de la Magdalena,


no hay datos ; y los relativos al tráfico
entre Lima y Chosica, no están separa
dos de los referentes á toda la sección
hasta la Oroya .

8 7 CARRETERAS.
Además de los ferrocarriles, Lima es
tá en comunicación con muchos lugares
por medio de caminos carreteros, cuya
conservación incumbe al Concejo Pro
vincial . Son notables, entre estas carre
teras: la de Lima al Callao y la de Lima
á Miraflores, Barranco y Chorrillos. Am
bas corren paralelamente al ferrocarril y
han sido objeto de costosos trabajos en
la calzada, particularmente la carretera
del Callao, provista además de una lar
ga cañería de fierro para su fácil rega
dío desde Liina hasta el Callao mismo.
Por otra parte, lo llano del terreno ha
permitido establecer comunicación por
carretas para los distintos lugares de las
cercanías, como para la Magdalena, Lu
rigancho, Repartición ; y finalmente, si
guiendo la quebrada de la sierra cosa de
unos 20 kilómetros, después de los cua
les, solo continúa un estrecho camino de
herradura que corre paralelamente á la
línea férrea á la Oroya. Este camino se
ha conservado desde el tiempo de la con
quista, tal cual lo encontraron los espa
ñoles.

$ 8 LAS TIERRAS DE CULTIVO.


I.
Lima se encuentra rodeada de una vas
ta campiña , sábana inmensa casi hori.
zontal ( 1.61 por ciento, pendiente media)
que coiprende 300 kilómetros cuadra
dos de tierra de cultivo, trabajada en su
mayor parte ; sin contar, tal vez, otros
300 kilómetros cuadrados de tierras in
feriores, que solo podrían cultivarse á
favor de obras especiales; posibles úni .
camente, allí donde la densidad de la po.
blación hace provechoso el empleo de ca
pitales en Empresas de esa naturaleza.
Lima, pues, tiene una campiña cuya ex
tensión cultivada puede estimarse en 25
veces el área de toda la ciudad, no sien
do menos la extensión que comprende la
parte cultivada.
Estas tierras, todas, eran trabajadas
desde el tiempo de los Incas, y el mismo
lugar destinado a la población, era cono
cido bajo el nombre de tierrus del cacique
de Lima, cuando el conquistador Fran
cisco Pizarro en 1535 dispuso la funda
ción de la ciudad .
Un sistema sábio de regadío existía de
antemano y los españoles no tuvieron
otra labor que la de instalarse en tierras
100

ya preparadas; haciendo sí, de sus legí


timos propietarios, los siervos que debían
cultivarlas, encorvados desde entonces
sobre ese suelo de que fueron señores un
día y regándolo con su sudor y sus lágri
mas, ya que no pudieron vencer a los que
siendo de una civilización superior, care
cian sin embargo de toda noción moral
sobre la justicia y el bien. Esa es la ley
de las naciones. Se vive para luchar, y
por eso, cuando no se es capaz de luchar,
no se tiene el derecho de vivir.
En el valle de Lima todas las tierras
se han regado siempre, tanto con las
aguas del Rimac, cuanto con las de algu
nos puquios y manantiales que tal vez
alimecta el propio río. En la distribución
del agua había naturalmente disputas y
diferencias entre los interesados, y aún
cuando, según reales cédulas del 15 de
abril y del 18 de octubre de 1541 , las
aguas no eran propiedad de nadie sino
comunes á todos los vecinos, y esto es de
derecho natural, en el uso de esas aguas
fué necesario establecer cierto orden ; y
al efecto, en 1617 D. Juan de Canseco,
alcaide de corte, fué comisionado, como
antes se ha dicho, por el virrey Príncipe
de Esquilache para la distribución regla
mentaria de las aguas. Esa comisión fué
sin duda muy bien desempeñada, pues
las disposiciones reglamentarias que ex
-
101

pidió Canseco, revocables por supuesto


en todo tiempo, y que son conocidas ba
jo el impropio nombre de Reglamento de
Cerdán, no han sufrido hasta hoy sino
muy pocas modificaciones, por lo demás,
de escasa importancia. (1 )
En virtud de esas disposiciones, quedó
establecido que las aguas del Rímac co
menzasen á ser distribuidas desde muy
arriba, principiando un poco más allá de
la hacienda Huascata (km. 38 F. C. Oro
ya) . Las primeras tomas son las de Ate
alto por la ribera izquierda del río y la de
Lurigancho -alto por la derecha, arran
cando ambas casi frente una á otra en el
puente llamado Sauce - redondo cerca del
fundo Huascata la primera y del de Ñaña
la segunda. Despues nacen otras dos to
mas : Ate -bajo por la izquierda y Luri
gancho- bajo por la derecha ; aquella un
poco más arriba, á cuadras solamente
de la Hacienda de Vitarte [km . 26 F. C.
Oroya) , y la otra del lado opuesto del río,
cerca del fundo llamado Pedreros .
La dotación que corresponde á cada
una de las cuatro boca- tomas que hemos
indicado, es como sigue :
( 1 ) Véase la obra “. Tratado teorico y práctico de
Agricultura ” . por Manuel de Alfaro y Larriva .-
Cerdán fué el Juez de aguas de Lima en 1784 , y él
compiló las disposiciones dadas por Canseco .
102

Ate -alto, 40 riegos de 12 horas; Ate


bajo, 100 id . id.; Lurigancho -alto,51 id .
id.; Lurigancho - bajo, 56 id . id .
Las dimensiones de las tomas de Ate
alto y Lurigancho - alto no se fijaron en
el Reglamento de Cerdán , y su asigna
ción en riegos es solamente del año 1879
[Padron, Lagunas de Huarochiri] ; pero
las tomas de Ate y Lurigancho bajos sí,
fueron dimensionadas en ese Reglamen
to, debiendo tener la 1.a 41 varas de an
cho por de hondo, y la 2. 3} ancho
por vara hondo .
En 5. ° lugar viene la toma de Surco,
entre los fundos Encalada y Zavala,
frente al km . 23 del ferrocarril de la
Oroya (cuyo puente sobre ese braizo es
tá un kilómetro antes, es decir, á 9 km .
de Lima ). En esa boca - toma que es la
mayor de todas; se procura que el río
quede dividido en dos partes iguales, pa
ra que llevándose una de ellas el llama
do río de Surco, la otra continúe por el
cauce principal constituyendo todo el
río ; y dando curso como el Surco por lo
menos á 168 riegos, mínimo de la dota
ción que se le asigna, por ser la que se
considera, que en la mayor escasez no
falta jamás. La boca toma de Surco mi
de 84 varas de ancho por de hondo me
dio, lo que dá holgadamente los 168 de
su dotación ,
103

La 6.a toma es la de Huatica : surte de


agua á la ciudad, entra á ella detrás
y más allá del Panteon y la atraviesa pa
sando por Santa Clara, la Moneda, el
Mercado, Molino de Suito y el Cuartel
de Santa Catalina ; queda á 4 km . de la
ciudad ; y corta la línea de la Oroya en
el km . 17 , siendo en esa parte de 195
metros su altura sobre el mar. La di
mensión de esta boca - toma es constante
porque hay canal establecido ; mide co
mo 4 metros de ancho por 1 metro de
hondo .
La 7.a toma es la de Piedra - lisa ; que
da al pié del cerro de San Cristobal y
tiene compuertas fijas de fierro de 1m80
por 1m 10 de luz .
La 8.a toma es la de Bocanegra , que
nace sobre la ribera derecha del río ,
frente á la Estación de Monserrate del
ferrocarril de la Oroya ; su dotación es
de 72 riegos de 12 horas, y las dimensio
nes de la toma se arreglan ou corres
pondencia.
La 9. " y última toma es la de Maranga,
Magdalena y Legua; atraviesa la línea
de la Oroya cerca del km . 13 entre la
Estación de Monserrate y el Puente de
piedra, muy cerca del paradero de la
Palma. Sus dimensiones son fijas y tiene
compuertas de fierro; es ese brazo de río
que pasa por Monserrate y después al
101

costado del Camal, que tiene como 4 me


tros de ancho por 1 metro de hondo.
En las disposiciones citadas se ha se
ñalado á cada fundo lo que debe tomar
para su consumo marcando día y hora, y
tainbién se ha considerado allí lo corres
pondiente á la ciudad de Lima para el
aseo y limpieza.
Resulta de todas esas disposiciones
que tomando por unidad local el riego
de 18 litros por segundo, el río Rimac
necesita llevar un caudal mínirao de 619
riegos continuos, en sus cabeceras, por
Santa Eulalia más arriba de Chosica.
Sin esa dotación no es posible atender
regularmente al cultivo de las treinta
mil hectáreas que forman el valle ; CO !!)
prendido en ello el agua que debe pasar
por la ciudad, y que apen is se estima en
18 riegos por el canal de Guatica , y tal
vez en 2 por el de Piedra -lisa.
II .

Esta dotación mínima no puede obte


nerse del río, y para subsanar el déficit
se han construído Represas a las faldas
de la misma Cordillera, en las Lagunas
de Huarochirí. Esa obra que se contrató
en la administración Balta fué terminada
durante la administración Pardo y costo
muy cerca de un millón de soles.
105

Las lagunas fueron entregadas al ser


vicio público en el año 1878, y su impor
tancia nos decide á decir algo sobre
ellas. La obra misma fué concluída por
el Empresario constructor en el año 1876
se hizo entrega de ella al H. Concejo
Provincial de Lima en Noviembre de di
cho año ; pero la Corporación Municipal
se ocupó solamente del asunto á fines
del año siguiente, creando en Setiembre
de 1877 la plaza de Ingeniero de las la
gunas de Huarochirí, y nombrando para
el desempeño de esa plaza al autor de
este libro .
Cerrados los depósitos á mediados de
Diciembre de 1877, después de muchas
dificultades de caracter administrativo,
se estableció en Octubre de 1878 por
primera vez en Lima el servicio de aguas
represadas ; y se debió á eso que el año
aquel hubiese sido bien provisto de agua,
contando desde entonces la agricultura
del valle con esas aguas de regadío, cu
yo servicio corre hoy directamente á car
go del gremio de agricultores, bajo la
presidencia del Juez privativo de aguas
de Lima, asesorado por un perito hidráu
lico ; para cuyo cargo fue nombrado en
1883, el Agrimensor agrícola Sr. Simón
Patrón , que lo desempeña todavía.
Las lagunas represadas son nueve y
su situación es como sigue : la 1. * Pirua,
106

á cuatro leguas de Chicla ; la 2.4 Manca ,


un poco más abajo y á una legua de
Pirua, formando entre ambas un sistema
que dista seis leguas del pueblo llamado
Asunción de Huansa, alejado 13 leguas
de Chosica, yendo por la quebrada de
Santa Eulalia ; Huachua á 24 leguas de
Pirua y á 6 leguas de la Asunción , for
ma por si sola el segundo sistema, dis
tante del primero en línea recta , solamen
te una legua ; Pucro y Misha distantes 11
leguas y más elevada ésta que la otra
forman el tercer sistema separado del
segundo por un crestón de la cordillera
á lo más de 11 legua de espesor, pero que
es forzoso rodear largo de 6 leguas por
el camino de servicio. Este sistema dista
6 leguas de la Asunción. El cuarto siste.
ma está formado por tres lagunas Huas
ca , Carpa y Quisha, cada una más próxi.
ma á la Cordillera que la anterior, y dis

tantes : la más baja, Huasca, 6 leguas de
la Asunción y 3 de Pucro; Carpa á 4 le .
gua de Huasca y Quisha á } legua de
Carpa. El 5. ° y último sistema lo forma
una sola laguna, Saxa , situada a 5 leguas
de Huasca y á 13 leguas del pueblo de la
Asunción ; cuya laguna de 2 leguas de
circuito, no fué desgraciadamente repre
sada en su totalidad como decía el con
trato primitivo, proviniendo de ahí que
esta obra no haya llenado por entero el
107

propósito perseguido en su ejecución.


Una economía mal entendida fué sin du .
da la causa de ese gran defecto, hoy di
fícil de remediar.
El servicio de aguas , de cada año, en
Lima debe durar 180 días, y el tiempo que
las lagunas emplean en su llena es co
mo sigue
Lagunas Tiempo de seca Tiempo de aguas
Pirua ... 40 días 30 días
Manca .. 70 45
Huachua .. 25 15
Pucro .. 75 4) 9

Misha . 45 25
Huasca . 90 60
Carpa 240 150
Quisha 150 120
Saxa . 30 20

Para el alojamiento del Ingeniero, así


como para el del Guardian y para el de
pósito deherrarnientas, etc. , habían 5 ga
ritas : en Manca, en Huachua, en Pucro ,
en Huasca y en Saxa . Estas garitas, las
herramientas, los muebles etc. , todo, to
do parece que sucumbió durante la gue
rra de 1879 á 1884 que devastó la Repú
blica .
La repres: t propiamente dicha es la
obra de albañilería de cal y piedra hecha
en cada laguna ; armada con compuertas

1
108

de fierro y provista de un vertedero la


teral que derraine las aguas toda vez que
pasen el nivel máximo que pueden alcan
zar sin comprometer la obra ; nivel fijado
en ( m50 debajo de la plataforma de coro
nación del muro . A ese nivel tiene la
muralla 1m50 de espesor, y va éste rápi
damente engrosando a medida que se
acerca á sus cimientos. Su altura es va
riable , de 5 metros en unas , de 10 en
otras, y llegando en Carpa y Quisha á
tener 16 metros, en números redondos,
de profundidad represada. El largo del
muro es de 60 metros y afecta la forma
de 1 arco de círculo normal al canal de
salida y haciendo bóveda del lado de la
laguna .
La capacidad total de las lagunas es
de 461828,952 metros cúbicos ; pero esto
se reduce primero en 14372,902 por el de
fecto del dintel de la compuerta, y des
pués en 81640,000 por la pérdida debida
á la evaporación y á la infiltración que
debe calcularse en el largo trayecto de
20 leguas entre las lagunas y Lima, resul
tando de ahí que solo es prudente contar
con 361816,048 metros cúbicos de capaci
dad útil . El gasto se valúa á razón de
2,916 litros por segundo, mantenidos sin
interrupción durante los 180 dias de la
escacez .

Según los cálculos del Ingeniero cons


100

tructor de la obra D. Aurelio Lastarria .


y otros que lo confirmaron , el riego debe
considerarse equivalente al consumo de
18 litros por segundo, suponiendo con
fundamento que la velocidad media en
el Rímac es de Om.90 por segundo.
Tomando esta medida , riego, para
apreciar la capacidad de las lagunas, en
contramos que esta capacidad representa
162 riegos de 18 litros por segundo du
rante los seis meses de la escaséz . Esta
dotación que es casi la asignada al valle
de Surco, permite doblar la masa de
agua que trae el Rímac después de la to
ma de Surco, y representa el regadío de
1,311 fanegadas ; casi 3,800 hectáreas, que
sin las aguas de las represas, había en
otro tiempo que dejar de sombrar, con
grave daño de la agricultura.
Teniendo en cuenta las llenas sucesi
vas y una buena distribución de aguas,
podrán asegurarse unos 500 ó 600 riegos
constantes durante la escasez, y á este
resultado se llegará cuando los agricul
tores mejor informados se convenzan de
la necesidad de hacer gastos para lograr
un servicio especial y correcto; servicio
que retribuirá con creces todos los dine
ros empleados en producirlo. En el ser
vicio del año 1878 las lagunas abastecían
el río á razón de 650,000 metros cúbicos
cada 24 horas, lo que puede valuarse en
110 mm

más de 400 riegos continnos de 24 horas,


dotación inás que holgada para el valle
de Lima.
La superficie total de las lagunas re :
presada llega á 4,420,815 metros cuadra.
dos, y el volumen que cuban es de 45-456,
048 metros cúbicos disponibles El reco
jo de aguas que diariamente hacen estos
depósitos, no baja de 477,114 metros cú
bicos cada 24 horas.
El deshielo es la principal fuente que
surte á las Lagunas, pues todas ellas es .
tán al pié mismo de la cordillera, ý nie .
ves perpetuas dominan sus orillas.
Las aguas de las lagunas no sirven so.
lamente para el riego de los fundos
empadronados desde antes de su existen .
cia y que comienzan en Ate -alto. La que .
brada de Santa Eulalia y la de Chosica
han aprovechado también de las venta
jas de la nueva obra.
Según el padrón que se hizo por el
H. Concejo Provincial para el año 1879
y que aún debe estar vigente, resulta
que la distribución de la prorrata de
aguas de las lagunas, para los valles
considerados, los fundos y su dotación
son las que aparecen del cuadro si .
guiente.
111

fundos
VALLES
N. de riegus Prorrata
de 12 horas anual

Santa Eulalia.. 10 98 . 882.s.


Ate --alto .. 6 40. 360 .
Ate -bajo 13 100. 900.
Surco 61 334. 3006 .
Guatica .. 85 2374 2137.30
Bocanegra . 9 72 648 .
Maranga, Mgd, Legua 39 1834 1651.50
Lurigancho 18 107 . 963.
Piedra - lisa 55 64.80 583.20

Total ... 296 |1236.8011131 S.

Son , pues, 296 propiedades con 1237


riegos de 12 horas cada uno y por tanto
12368 fanegadas de tierras que se tiene
seguridad de cultivar,
Resulta que las lagunas debidamente
administradas, representan un volumen
de agua de 131-336,558 metros cúbicos
durante los 180 dias de la escasez ; y por
consiguiente, durante el propio tiempo
pueden dar al valle de Lima la dotación
de 700,000 metros cúbicos cada 24 horas,
lo que equivale á 400 riegos continuos
por lo menos ; caudal más que suficiente
para las necesidades del valle.
Los cuadros de la vuelta darán más pre
cisión á los datos que hemos apuntado.
Huarochi rí
de
Lagunas
las
sobre
generales
Datos
4867.m
70
Pirua0 495,128.m3304m200895
465,979.m3767
29,148.m3537
0.m34 3
20
4701.m50
Manca
...2 982,168.m3888
1.020,360.m360.m2021242
38,191.m3793
810.m43 2
4591.m90
Huachua 0 1.045,723.m31 010.m2009377
47.519
1.093.242.m38m37262.
270
m20
6010.
4650.m
Misha 586,564.m3113 241.
27,555.m3683
0.m2022016
m.:7960.m
614,119
Pucro
4460
m402, 1.675,294.m38 930.m2086489
1.732,084.m35 m3673
660.m43
56.789
2
4287.m40
Iuasca.0. 5.225,165.m36 050.m2275360
91,901.m37290 .m22
166,732.m3124 2
291,206.m393620.604.691.m3
Carpa
4583.m104 0640.m2126440
20.895.898.m3 0000.m
250
4655.m404|
...
Quisha 9.718,357.m36 310.m2012850
05
0.m39
202,796.m3744
9.921,154.m337
800
4367.m
Saxa 5.154,698.m37 780.m2
100350
5.667,059.m37 540
512,960.m3976
46
4m
1
Huarochir
de
Lagunas i
las
sobre
generales
Datos
Designación de las

Superficie su
Perímetro de cada

Superficie in
ferior de cada
perior de cada
Laguna

Laguna
Lagunas

Laguna

m2005
m00
81.796
5.m00
4.m
Pirua
111,915.m200
1.575.m0060
...
1.664
962
29
W5010
84,443COO
m50
3.508
106,861.m200
1,492.moo
63.153!
Manca 10
m07
... m2
236,502.m200
4.20
m20
moo
3.658
m290
65.859
m00:44
.699
285,542
Huachua
614.430.m200
5.mool
5.moo
4.276
1.762
m200
31.716
131,812
1.367.m00
Misha
130.542
m200
10.m50
10.250
107.927
203,39010
707
m200
5.995
m00
2.076
Pucro
755,783.m200
6.250
6.mhol
6.m28
903,142.m200
335.980
5.053.m00
18.665
Huasca
729.m200
4,748.mool
1.44
1.162,319
m200
16.000
m0016+,
15.0
73.605
1,324.890
Carpa 75
m00
3,523
16.50
16.750
...
m200
518,191
16
mil
68,446.m200
Quisha
624.894
34.716
Saxa 4.m5i
5.100
1.113,202
m2001
m200
m005
4.767.00
1.165,008
331.449
18.413
1
114

El riego es desde luego la muy vaga


unidad local empleada por los hacenda
dos, su equivalente debe ser de 18 litros
por segundo, calculando en 0. m90 la velo
cidad del agua al pasar por la sección de
una sesma cuadrada asignado á esta uni
dad .
Con un riego se puede cultivar diez fa
negadas ; siendo la fanegada una área de
144 x 288 = 41,472 varas cuadradas.
Las compuertas propiamente dichas,
en el claro que dá paso á la vena líquida,
constan de tres aberturas rectangulares
de 90 centímetros de ancho por 23 de al
to en las grandes, y de 76 por 25% res
pectivamente, en las chicas; lo que dá en
números redondos, una sección libre de
veinte decímetros cuadrados por abertu
ra, ó sesenta decimetros cuadrados por
compuerta. En los cuadros que prece
den , solo se ha considerado la abertura
empleada para iniciar el servicio estable
cido el año 1878.
Los cuadros anteriores han sido toma
dos del imforme presentado al H. Con
cejo Provincial de Lima el 18 de Noviem
bre de 1876 por el autor de este libro, con
motivo de la entrega de la obra cedida
por el Supremo Gobierno á la Municipa
lidad .
CAPITULO IV .
El elemento vivo.
1 RAZAS .
En Lima existen , puede decirse, todas
las razas del mundo; pero lo que domina
es el elemento criollo ó mestizo , que bien
podría considerarse como la verdadera
raza nacional del Perú actual , tanto
porque en el hecho es el elemento que
manda, gobierna y dirige, cuanto porque
ha nacido de la mezcla de la antigua ra
za indígena que for.nó el Imperio incaico,
y de la raza espitñoia que lo dominó por
la conquista. En la nueva unidad étni
ca se han conservado los rasgos fiso .
nómicos de la raza blanca al propio tiem
po que el color pálido y la estatura me
diana de la raza india. en nada semejan
te á la mongólica del Asia.
Por otra parte , se conservan también
en
su integridad y en toda su pureza
tanto la raza española como la indígena;
pero su masa en la ciudad , es mucho me
nor que la del elemento criollo ó mezcla
do. En toda la Repúblic i sucede talvez
lo contrario : la raza indígena pura es la
que más predomina en número, formando
ella sola quizás 415 de toda la población
116

del Perú ; pero el mando y el predominio


lo ejerce siempre la raza mezclada, única
en que la civilización ha entrado por en
tero .
Volviendo á Lima únicamente , puede
estimarse que el 10 por ciento de la pobla
ción es europea, el 15 por ciento indíge.
na, el 17 por ciento blancos y el 45 por
ciento mestizos ó criollos, completándose
el 20 por ciento restante, á razón de 2
por ciento de chinos y un 18 por ciento
de la raza negra pura y mezclada en to
dos los grados, con las otras razas . En el
10 por ciento de europeos, el elemento
italiano es el que más domina, represen.
tando talvez por si solo más de la mitad
de nuestra poblacion extranjera ; es tam
bién este elemento el que más congenia
con el carácter nacional, y casi siempre
quedan en el Perú formando familias
completamente peruanas.
§ 2 LA POBLACION .
La población de Lima es una incógni.
ta no despejada todavía á pesar de los
censos que se han hecho en diferentes
épocas. El único cómputo que merece fé
pero que ya no es de actualidad, es el
que se obtuvo á fines del siglo pasado en
1793 por los españoles y conforme al
cual resultó que Lima tenía entonces
52,627 habitantes. Dada la organización
117

vigorosa de los gobiernos de entonces y


lo acostumbrados que estaban los habi.
tantes á respetar las órdenes emanadas
de la autoridad del Rey ; debemos supo
ner, que nada se hacía por ocultarse an .
te esa autoridad , á la que por otra parte
se suponía en posesión de medios para
saberlo todo, y decidida siempre á hacer
cumplir sus mandatos. Creemos, pues,
que el censo del año 1793 es exacto y
verdadero .
En tiempo de la República las cosas
han pasado de otra manera. La autori
dad se hizo más arbitraria y más débil al
mismo tiempo, y como la anarquía reem
plazó al despotismo, todas las funciones
de administración y gobierno fueron po
co á poco desapareciendo; y al propio
tiempo los hábitos de autoritarismo y de
fiscalismo hicieron que los Gobiernos fue
sen tanto menos respetados cuanto más
temidos. La autoridad adquirió el hábi
to de considerar á los ciudadanos sola
mente como materia imponible, y éstos
miraron á aquella únicamente como ame.
naza a la propiedad y al derecho ; resul .
tando de allí que se hizo lícito y legítimo
y conveniente, ocultar cuanto más se pu .
diese á los ojos de la autoridad todo da
to que pidiera , siquiera fuese por el sim
ple hecho de pedirlo ; pues eso bastaba
para constituir una amenaza contra la
118

propiedad y el derecho de cada uno, y


por consiguiente era llegado el caso de
defenderse por todos los medios que la
astucia y la desconfianza pudieran sumi.
nistrar,
Por otro lado , las corruptelas electora
les hicieron del censo un elemento esen
cial de los intereses políticos, y de ahí
que habiendo provecho en falsear la ver
dad , no pudiera inspirar confianza nin
gún trabajo sobre e . padronamiento. Son
pues de sospechoso orígen todos los cen
sos posteriores al del siglo pasado, y en
consecuencia, no debemos prestar fé al
he :ho en 1825 que dió 110,000 como po
blación de Lima , ni al de 1850 que dió
212,000, ni al últi' o hecho en 1876 у del
que resultó que Lima tenía entonces 101 .
488 habitantes, repartidos en 5 cuarteles
en que la ciudad está dividida para su
Gobierno . No ; todos esos censos son en .
teramente falsos y los datos que arrojan
carecen de valur para l'esolver la cues
tión .
En el diccionario de Paz Soldán , en el
artículo · Liura , ” después de largas con
sideraciones sobre los datos anteriores,
invocando leyes estadísticas y promedios
de crecimiento y de consuulo y otros aná
logos hace esfuerzos el autor para con
cluir como versoímil que Lima tenía en
1876 por lo menos una población de
119

200,000 habitantes, doble de la señalada


en el censo de ese año.
Según la mortalidad supuesta saca 216,000
el consumo de carne 188,592
> pan 191, 196
‫ܕܕ‬ > aumento natural pro
gresivo .. 212,000
número de casas 240,000
Nosotros no podríamos aceptar estas con.
clusiones. Con los números como con las
letras se pueden hacer combinaciones in
finitas, sin que la verdad entre en ellas
en ciertos casos, ni aún en dosis infinite .
simal. Los promedios solo son útiles
para estudios inductivos de carácter muy
general, más para tomarse como base de
análisis y deducciones que deben ser
aceptadas á firme, se hace indispensable
que difieran entre sí muy poco respecto
de su magnitud absoluta para que inspi
ren confianza, pues de otro modo son en
gañosos y conducen directamente al error.
Es, pues, forzoso resignarse á no saber
por ahora cuantos habitantes tiene Lima;
y en tanto que llegan tiempos mejores,
nos conformaremos con saber que no ba
ja la población del número redondo de
100,000 habitantes, ni es probable tam
poco que exceda en mucho de esa cifra,
ni mucho menos que alcance el doble de
su valor.
Así las cosas, nos será fácil reducir
120

los datos especiales que tengamos al tan


to por habitante, cuyo tanto calculado
para 100,000 habitantes, dará un prome
dio que sirva en cierto modo de indice
para establecer algo como una compara
ción entre la vida sociológica de Lima
y la de otras ciudades del mundo civili
zado .
Mediante este criterio podemos esti
mar la población de Lima en 100,000 ha
bitantes repartidos de diferentes modos
como sigue :
Existencias

Por razas y castas, Lima comprende:;


Peruanos de raza blanca . 10,000
Id. indígena 15,000
Id . mestizos ó criollos . 45,000
Id . negros y mulatos, etc.. 18,000
Extranjeros: Europeos , 10,000
Id. chinos 2.000

Son los ...... 100,000


habitantes ,
Por sexos la división de la población es esta :
Hombres .. 51.000
Mujeres .. 49,000

Son los .... 100,000 habits.


Por edades puede estimarse así :
Edad de los primeros estudios,
de 1 á 15 años .. 30,000
121

Id . del trabajo activo, de 15 á


60 60,000
Id. del cansancio, lo que pa.
sa de 60 10.000

Son los... 100,000


habitantes ,
Por las funciones que se lesempeñan pue .
de clasificarse la población así :
HOMBRES.
Funcionarios políticos, municipales ,
etc. 1,500
Sacerdotes 500
Ejército de línea 3,500
Policía 500
Escolares 5,000
Estudiantes de Colegio y de la
Universidad . 2,000
Industriales .. 25,000
Ambulantes . 11,000
Propietarios ( v. Clavero, pg. 29) 2,000
Son los .. 51,000
MUJERES

Monjas recoletas ..... 1000


extranjeras y profesoras 500
Industriales , maestras, etc. 4500
Propietarios.. 1000
Madres e hijas de familia . 42000

Son las ... 49000


122

Movimie , to de la población
El movimiento general de la población
(ciudad y distritos que componen la pro
vincia de Lima) , que resulta de datos es
tadísticos llevados y publicados en el año
1877 por la Dirección del ramo ; datos que
consideramos dignos de fé, son los si.
guientes:
Matrimonios 551 ( I )
Clasificados por razas
Entre blancos .. 222
indios .. 184
‫;ܪܕ‬ mestizos . 128
negros 17

Total...... 551

Clasificación por estado civil :


Entre solteros .... 467
viudos ... 26
‫وو‬ solteros y viudas .. 27
viudos y solteras . 31

Total ... 65 551

( 1 ) En la ciudad, en sus 6 parroquias.... 487


En los distintos suburvios de la ciudad : Caraba
yo , Ancón , Chorrillos , Surco , Magdalena . Mira
flores y Ate ....... 64

Total ........ 651


123
Distribución por edades:
Hombres de 20 á 21 años .. 15
25 á 30 120
50 á 55 17
Mujeres 15 á 16 23
25 á 30 68
45 á 50 20
263
El número máximo de matrimonios fué
pues para los hombres á la edad de 25 á
30 años , y los mínimos fuéron para la de
20 á 21 y de 50 á 55 .
Para las mujeres el máximo correspon .
de, como en los hombres, a la edad de 25
á 30 años , y los mínimos se hallan un po .
co retrazados siendo de 15 á 16 años y de
45 50,
La tendencia al matrimonio en los hom
bres aumenta rápidamente de la edad del
mínimo á la del máximo; y en las mujeres
el aumento es más rápido, pero comienza
en un mínimo niás alto y su crecimiento
se mantiene mas constante .
En los cinco años que precedieron al
año 1877. la cifra media anual de matri
monios fué de 734, lo que manifiesta que
hubo una disminución de 183 matrimonios
por año ; en razon sin duda, de la crisis
financiera que se inició en 1872, y de la
cual no hemos salido hasta hoy.
NACIMIENTOS .
En el quinquenio precedente al año
124 -

1877, el promedio de nacimien


tos fué .... 4767
En el año de 1877 el dato fué .. 4621
En 1884, solo en la ciudad .... 3916
En 1894 (de julio del 93 á junio
del 94 ) . 3818
Clasificando por razas el dato
de 1894, resulta como sigue :
Raza blanca .. 1066
Mestizos 1517
Indígenas . 1182
53
Negros ....
Total .... 3818
DEFUNCIONES .
En el quinquenio precedente
de 1877el promedio de defuncio
por año, de . 5134
En el año 1877 , solo en la ciu :
dad fué de 4833
En 1884 ... 4214
En 1894 ( julio del 93 á junio
del 94 ) .... 3710
Clasificando por razas el dato
de 1894, resulta como sigue :
Raza blanca .. 1105
Mestizos . 889
Raza ignorada . 138
Indígenas .. 1374
Negros .. 204

Total .... 3710


1
Cuadro
General
del
movimiento
de
población
la
varios
en
años
con detalles
por
razas
l'especto
de
nacimientos
.los

Años.
Total
rimalonios
defunciones.

Defunciones
MatTot
(1)|1146
1891 1732 212 790 108 3634 3988 348
1884
1379
941 91 1409 1180
2[4|382
188
134
908
172
90 05
5 4063
1886
92
684
1205
2039 4020
1887
1243 980
92
1773 4088
1888
1148
1040
1
8
. 436 3706
1889
1066
1103
99
1290 3558
1890 1021 124
131
85 94 3669
1891
1161
1156
108
1476 3901
1892
1037
1070
88
1586 3771
18e
1893
588
4
. 85 37 633 1743
1933
342
. 63
28e
1893
5
647
27
769 1801
2066
(1)datos
añono
Eestán
en
contradicción
los
con
más
de
abajo
para
el
mismo
1891
, stos
pues
solo
ha
se
consideradoll
meses
enero
,dá;los
nseguidos
yeelen
año
completo
. oviembre
dato
deducido
dees
dados
los
por
señor ste
Como complemento de estos datos y pa

rClavero
,el
(8)ebajando
número
el
defun
Ede
ra el estudio que se hará más adelante,

varios años seguidos sobre nacimientos y


naques de “ El Comercio ” un resumen de
creemos necesario consignar también en
el siguiente cuadro, tomado de los Alma

ciones
relación
la
quen
en
está
lo
nacimientos
.los
126

POBLACION FLOTANTE .

En la Demografia del Sr. Clavero se


estima en 1884 que el movimiento de via
jeros tornado en hoteles y tambos, era,
redondeando nosotros las cifras, de 28,000
por año , y casi iguales las salidas que
las entradas.
Resultados finales
De todos los datos hasta aquí consig.
nados resulta que podemos tomar, en
gruesos números, como aceptables los
siguientes :
Nacimientos al año ... 3,700
Defunciones al año .. 4,000
Decrecimiento de la pobiación
por año., .... 300
Matrimonios al año . 500
Entradas y salidas por razón
de viajes ... 28,000
Decrecimiento de la pobla
ción al año .. 0.003
127

§ 3 LAS OCUPACIONES.
Padron General de los Establecimientos de comer
cio é industria en esta capital, formado al prac
ticarse la verificación de Pesos y Medidas en
el año de 1890.

Abarrotes ..... 48 Cigarrerías ...... 24


Ageucia de domésti Cal y ladrillos . 2
cos ... 2 Carpinterias ... 80
Alfombras ... 4 Carbonerías... 69
Aguas ga seosas y mi Carnicerías ..... 45
nerales ......... 1 Caballerizas . 3
Armerías ... 7 Comestibles .... 59
Afilar .......... 4 Cocinerias....... 64
Artículos chinos ...... 5 Coheterias..... 5
Aparejerías ............
6 Cueros y suelas ...... 11
Ataudes .... 9 Curtiembres ........ 7
Bancos ... 4 Ching: nas ....... 207
Bazares ... 16 Chicha y picante ..... 92
Bodegas ... 17 Chocolaterias 12
Baños públicos .... 8 Droguerías y boticas . 42
Bordadurías ..... 6 Duicerías ... 37
Baulerías .... 8 Dorar...... 10
Casas comerciales , D pósitos de inadera , 5
venta por mayor ... 39 Id de nieve ... 1
Caja de ahorros ..... 1 Id de pianos .. 3
Carnicerías ....... 13 Id de harina
Casas de préstamo .. 27 y afrecho ....... 2
Compra y venta ....... 73 Encomenderias .. 226
Cambio de monedas. 13 Encuadernación ......
Café, licores , lunch Empresa del Agua.... 1
y billares... 151 Id del Gas ...... 1
Caldererias .......... 4 Id de Avisos .. 1
Colchonerías ... 13 Estaciones de ferro
Cererías ...... 6 carriles ........ 9
Carrocerías ......... 16 Id del Tramvia 2
128

Fábrica de cigarros .. 51.Joyerías 7


Id de muebles .. 17 Jugueterías .... 4
Id de galletas ... i Librerías... 10
Id de pianos 3 Litografas . 3
Id de toldos ...... 3 Laboratorio químico .. 1
Id de maderas ... 4 Locerías ...... 10
Id de bastones 1 Lavanderías ........... 25
Id de escobas 3 Lecherias ...... 23
Id de fideos ...... 3 Licores y vinos. 54
Id de jabón ....... 7 Mercerias : 13
Id de vidrios .... 1 Molinos .. 10
Id de licores..... 6 Marmolerías
Id .de cerveza 4 Modas ...... 9
Id de goda ..... 4 Mantequerías ..... 7
Id de hielo....... 2 Oficinas mercantiles.. 63
ld de aceite ..... ] Id . de Correos ... u
Id de gas .... 1 Id . Telegráfica ... 1
та de luz eléc Id . de Teléfonos 1
trioa ...... 1 Platerías ....... 28
Id de tejidos . , ... 1 Peluquerías .... 8C
Id de fósforos ... 1 Plomerías y Gasfite
Fundiciones..... 8 rías 24
Ferreterías 19 Papeles de Música ... 3
Fotografias ........ 6 Id . pintados ...... 4
Fidlerías ... 2 Pintura ...... 4
Fruterías 9 ) Plantas y flores 6
Galleterias 29
o
7 Panaderias
Grabar 1 Puestos de pan ........ 42
Hoteles y casas de Puestos de leche ...... 5
huéspedes ....... 17 Pastelarias y boliches 32
Heladerías y fresque Pulperías ...... 237
rías . 7 Restauranta ó fondas 124
Herrerías 51 Reoanderías .... 21
Hojalaterias ...... 21 Ropa hecha ... 30
Herbolerias ..... 8 Relojerías..... 26
Imprentas....... 15 Remates públicos ..... 5
Instrumentos ópticos. 1 Seguros sobre la vida 2
129 -

Sastrerias ....
Sombrererías .. 146 Tonelerías 11
60 Util.s de escritorio ... 6
Telas diversas 126 Vidrierías .... 7
Tintorerías . U Zapaterias ...... 213
Tapicerías .. 9
Tabacos .4 Total de estableci
Torperías . 5 mientos ..3432
Talabarterías 341

Lima, Octubre 31 de 1890

E. Pazos
Conforme : -J. Muelle

Padrón General de los mercados de esta ca


pital, formado al practicarse la verifica
cación de Pesos y Medidas en 1890.
CONCEPCION PUESTOS

TIENDAS Y TEN DEJONES Aceitunas


15
Canastas 12
Cafés y Restaurants 19 Carnes 345
Carbonerías ......... i Conservas. 3
Calzado .......... 18 Calzado 7
Compra y venta ..... 4 Fruta .. 193
Encomenderia ...... 16Gallinas, etc ..... 21
Gallinas etc ..... 1 Helados y fresco..... 77
Huevos ... 1 Huevos ....... 23
Merceria ... 4 Loza 10
Pan ... 1 Mantequilla y queso .. 16
Ropa hecha y costuras 28 Mercería 30
Sombreros ....... 4 Mariscos 24
Telas diversas 46 Ollas de barro 7
Verduras y raíces , .... 8 Pan 48
Plantas y flores ....... 21
Total...... 151 Pescado . 44
130

Ropa hecha y costuras 21 Telas diversas 3


Sombreros ........... 7 Verduras y raices ..... 44
Telas diversas 57
Verduras y raíces .... 535 Total...... 111
Total 1531 BARATILLO
AMBULANTES
PUESTOS
Telas diversas ......... 7
Carnes.... 21
Total ...... 7 Comestibles 6
Compra y venta .... 2
AURORA Fruta ..... 3
Mantequilla y queso .. 6
TIENDAS
Fresco
Carne 1 Pan ,....
Carbón .... 2 Pescado
Encomenderías 5 Telas...... 1
Fruta 1 Verduras y raices ..... 35
Fresco . 1
Telas ............. 1 Total ...... 84
Total RECOLETA
PUESTOS PUESTOS
Calzado 1 Carnes 7
Comestibles ... 2 Fruta ... 1
Carnes . 34Fresco 1
Huevos 2 Pan . 1
Fruta ...... 9 Pescado ....... 2
Fresco Queso 1
Mantequilla y queso .. 5 Verduras y raices . 11
Pan ..... 3
Pescado , 6) Total ...... 24
Lima , Octubre 31 de 1890
E. Pazos

Conforme :-) Muelle


- 131

§ 4 LA VIDA Y SUS CENTROS DE ACCION


1.

En el mundo de la vida orgánica, todo


se reduce, cuando esta aparece en sus
primeras manifestaciones, á un punto ma .
terial activo y distintu , rodeado de una ma
sa que siempre lo acompaña , y envuelto en
un medio liquido ó gaseoso que lo lleva en
suspensión y lo baña de todos lados; todo
así, como pasa con los peces en el agua
del estanque que los contiene ó como pa
sa con los microbios que viven en la at
mósfera . Parece que es siempre indispen .
sable la existencia del aire en el líquido
elemento, no menos que la del vapor acuo
soen el fluído aereo. Sin humedad y sin
aire á la vez, la vida no es posible en el
mundo sublunar,
Sabido es que la monera, pequeño cor
púsculo de masa homogénea y sin estruc
tura ni forma determinada, que vive den .
tro del agua y á grandes profundidades,
se considera como el más rudimentario
de los seres vivos ; y sabido es tambien ,
que en esas primeras manifestaciones de
la vida, ésta queda reducida á los actos
siguientes : absorción dentro de la esfe.
ra de acción de la monera y sujeción á
ella, de alguna parte de los materiales
contenidos en su medio ; expulsión de su
masa interna de alguna porción de sus
· 132

propios elementos ;indiferencia por otros


recibiendo no obstante la influencia del
medio externo y adaptándose á ella ; y
finalmente facultad de crecimiento pri
mero y de multiplicación después ; divi
diéndose la masa primitiva, nunca ma
yor que la cabeza de un alfiler, en dos
masas semejantes y así indefinidamente.
As milación , desasimilación, adaptación y
reproducción , zon en pocas palabras las
primeras y más eleinentales manifestacio .
nes de la vida orgánica.
Las hordas nomadas que viven en los
bosques, tendrían bien poco en que dis
tinguirse de las moneras ; y aún esa
falta de conexión y dependencia una
vez constituidas en individualidad pro
pia, encontraría su similar, en la absolu
ta separación con que viven Jos salvajes
disgregados unos de otros, aún los pro
venientes de un mismo tronco, y el símil
que perseguimos se mantendría todavía ,
hasta en esa propiedad de ser amorfa
que distingue á la monera, ajena á esa
necesidad de afectar forina determinada
que caracteriza á las plantas y muy par
ticularmente a los animales de las espe .
cies más elevadas en la escala de la vida ,
La monera se adapta fácilmente al me .
dio, deformándose hasta rodear y asegu
rar el elemento nutritivo que encuentra
á su alcance, como se adaptan en el bos
133

que las tríbus nomadas, agrupándose 6


dispersándose á las proximidades de los
recursos de vida que encuentran á su
paso, sin preocuparse jamás de formar
centro alguno estable de población y de
residencia.
Si pues la monera es el punto de parti
da de la vida orgánica, hay fundamento
bastante para decir que el salvaje á su
vez, viene a ser el punto de partida de la
vida superorgánica ,
II .

Si de la monera pasamos á examinar


otros vivientes wás adelantados en la es
cala, como la hidra, el coral etc, encon
tramos que estos vivientes no son sino
una yustaposición de verdaderas mone
ras ; y esto en cuanto conservan, los ele .
mentos celulares que los forman, toda su
individualidad y toda su independencia
de funcionamiento ; ligándose apenas en
tre sí, como podrían ligarse las abejas en
su panal, y con tan poca dependencia mú
tua, que si una hidra se corta en dos, ca
da parte continúa viviendo por sí sola sin
que le haga la menor falta la porción se
parada. Más todavía, cada parte se com
pleta por sí misma del trozo que le ha si
do quitado; todo como si la forma fuese
una condición de su individualidad, y es
134

ta individualidad, existiese perfectamen


te definida por encima de las individuali
dades múltiples, que por su reunión cons
tituyen al animal, todo á la manera que
existe la unidad del Estado por encima
de las individualidades múltiples de los
distintos ciudadanos que lo componen .
Por otra parte, tanto en las especies
mencionadas cuanto en las más elevadas
en rango, las condiciones generales de la
vida, ya descritas en la inonera, se man
tienen las mismas ; solo si , con mayor gra
do de complicación ó desarrollo. El centro
de acción de la monera, revelado tan solo
por la limitación de su capacidad de acu
mular el material de su masa, amorfu y
homogénea , se manifiesta en las especies
más elevadas no solo por la limitación en
cantidad sino también en figurabilidad, ca
racterízandose cada especie por una forma
invariable afectada por el cuerpo del ani.
mal y por lo diverso y heterogéneo de las
partes que entran en su formación . Un
cuerpo de forma definida' reemplaza á la
masa amorfa envolvente, y el animal se
revela siempre como la monera , por su
triple acción : creadora , ordenadora y acu
mulante ó renovadora de los elementos que
contiene, y que toma sin cesar del mundo
exterior.
Pero esa acción, a medida que el animal
se eleva en la escala de la vida, aparece
.
135

ejercida por órganos especiales, que sin


dejar de extenderse en todo el sistema tie.
nen siempre para cada uno un centro
bien definido y alcanzan aquellos órganos
magnitud y complejidad, proporcionales
en cierto modo al rango de la superioridad
del viviente en la escala de la vida. Esos
centros son el cerebro, el corazón y el estó
mago, sin duda formados en los animales
superiores, como el resultado de la triple
acción creadora, ordenadora y acumulan
te ó renovadora, ejercida durante millares
de siglos, al través de las evoluciones de
las especies .
III

En el mundo superorgánico se realiza


la integración individual por medio de la
sociabilidad, y partiendo de la familia á la
tribu y después al pueblo, á la ciudad y á
los grandes Estados. Siempre se encuentra
una unidad que se destaca por encima de la
multiplicidad de los elementos que com
ponen la familia , la tribu, el pueblo, la
ciudad ó el Estado. Y siempre hay en esa
unidad un estómago ó centro de acción acu.
mulante ó renovadora, un corazón ó cen
tru de acción creadora y un cerebró ó cen
tro de acción ordenadora. Siempre se en .
cuentra en toda agrupación humana, llame
se tríbu , pueblo, ciudad ó Estado, una cla
se superior que mande, ordenando y dis
126

poniendo; una clase media que haga,


creando los medios de realizar el fin so
cial ; y una clase inferior que renueve los
elementos, elevando á las otras clases
sus mejores individuos, y recibiendo en
su seno para extinguirlos luego, los ele
mentos degenerados, que eliminan las
clases media y superior.
Y siempre la opinión pública las insti
tuciones, y el trabajo físico, residiendo
en toda la sociedad, recibiran su impul
so inicial y permanente , respectivamen
te de las clases superior, media é inferior.
El intelecto la afectividad y la fuerza en
el individuo, son en la entidad supe
rorgánica opinión pública, instituciones
y trabajo físico respectivamente ; y si en
aquel , son sus centros el cerebro, el cora
zón y el estómago, en el cuerpo social ,
los centros se hayan en las clases supe
rior, media é inferior, sin las cuales no
hay entidad superorgánica imaginable.
Y así como en el hombre, es tanto más
perfecta su personalidad cuanto mejor
se encuentran balanceados en ella las
influencias de necesidad y sujestión que
el estómago y el cerebro ejercen sobre el
corazón , como centro que es de los afec
tos y emociones que determinan todo ac .
to concreto de la voluntad ; así tambien
la organización y personalidad de todo
cuerpo social es tanto más perfecta cuan .
137

to mejor se distribuyen y actuan en su


seno las influencias de comando y de ne . |
cesidad que respectivamente ejercen so
bre la clase media , las clases superior é
inferior. Es pues la clase media el cen
tro de lo que podriamos llamar la perso .
palidad superorgánica; pues solo las
ideas, las aspiraciones y los deseos que
han llegado à apoderarse de esa clase,
son capaces de llevarse á la práctica, de
terminando efectivamente los actos en
que toma parte un pueblo entero.
Si en el hombre domina la acción del
estómago, su personalidad se acerca a la
del chancho; si la influencia dominante
parte del cerebro, se vive una vida arti
ficial; y el organismo, falto del debido cui.
dado, se enferma y perece, advirtiendo
así , el individuo que su evolución moral
no ha podido ser completada, precisa
mente porque olvidó que tambien el es
tómago tiene el derecho de vivír . El co .
razón á su vez no puede por si sólo diri
jír las acciones, pues éstas necesitan de
la luz del cerebro para alumbrar el ca
mino, y de las fuerzas vitales que sumi.
nistra el estómago, para vencer las re
sistencias que ofrece el mundo externo .
Estas consideraciones no solo son cier
tas respecto del individuo. La historia
de la humanidad al través de los siglos
ha dejado bien establecido que los pue
138

blos tambien están sujetos á las propias


leyes. En los primitivos tiempos, solo
conocen la vida nutritiva : las necesida
des materiales como móvil y a fuerza co .
mo medio, son en último análisis los ele .
mentos que juegan en la historia primi.
tiva de todas las naciones ; y apenas si
en esa etapa de su existencia han sido
otra cosa todos los pueblos, que hordas
organizadas de asesinos y ladrones. En
la edad media, en que se olvida un poco
el estómago y se desconfía de la razón,
aparece la época de los desequilibrados
que sumergió á la humanidad durante
diez siglos largos en esa interminable no .
che de ignorancia y desventura que hu
bo de terminar, enviando a la hoguera
por millares, á todos los hombres cuya
razón protestara de ser conducida por
esa gavilla de locos у farsantes , dueños
entonces del gobierno , de la vida, de la
honra y de la conciencia humanas . Pero
del fondo mismo de esos males nació la
reacción que debía extinguirlos y apare
ció la época moderna en que todos saben
que no impunemente puede prescindirse
de la legítima influencia que sobre la per
sonalidad del hombre deben ejercer á la
vez ; el estómago , el corazón y el cerebro ;
es decir, la necesidad física, el sentimien
to y la razón , sin cuyo triple concurso
no es posible hacer el ciclo de la vida
139

cual, corresponde al fin , que están de


acuerdo en señalarle, la ciencia y la filoso
fía ; esto es : alcunzar el máximo de perfec
cionamiento como entidad creadora , llevando
al minimo el empleo del esfuerzo individual.
Los pueblos como los individuos deben
pues mantener el justo equilibrio influen
cial de esos tres centros de acción , que
presiden respectivamente a la vida nutri
tiva, á la relacional y á la intelectiva ; siendo
cualesquiera de ellos, el primero y el úl -
timo, respecto de los otros dos.
Solo en los tiempos modernos se ha
llegado á realizar la vida en armonía con
las leyes naturales ; solo en estos tiempos
se ha alcanzado á comprender que la exis .
tencia únicamente es durable y natural ,
cuando en sus manifestaciones se siente
á la vez la influencia del mercantilismo
moderno, de la confraternidad y de la ra
zón ; ilustrada ésta, por la filosofía y la
ciencia, libres ya, casi, casi, de todas las
trabas que hubieron de ponerle los lobos
del rebaño humano. Pero esos tres fac
tores, que tienen su raíz en el egoismo, el
ultruísino y los ileales de cada individuo,
deben ejercer su influencia , en cierto gra
do de ponderación relativa, y propia á
cada personalidad, al medio en que vive
y al fin que la guía. Sólo así puede lo
grarse un empleo adecuado y convenien .
140

te de las energías individuales y el pro.


greso general de la sociedad.
Felizmente en los tiempos actuales : el
comercio y la industria, el espíritu de
asociación y auxilio mútuo, y las nocio .
nes de justicia, de honor y de deber, han
ganado ancho campo en el dominio del
espíritu humano; todo ello ha conquista
do, puede decirse, el derecho de ciuda
danía, y á la sonbra de esa preciosa ad
quisición , el mundo moderno marcha rá
pidamente adelante haciendo que cada
día sea mayor el número de los convida
dos con asiento y con cubierto, en el
banquete de la vida.
IV .

En ese banquete no tiene Lima el me .


jor lugar : son los asientos escasos en
número, pobre y tosca la vianda, y mu .
chos los que quedan esperando las sobras
del festín. Mayor todavía es el número de
los que esperan el carro mortuorio que
debe eliminarlos para siempre en brazos
de la peste, de la miseria ó de la guerra ;
de esos tres agentes de la muerte, que
ponen término á las iniquidades de los
hombres y fin á los sufrimientos de la
vida.
El coeficiente anual de mortalidad , que
en las ciudades europeas no alcanza al
141

2 por ciento de la población no ba .


ja en Lima del 4 por ciento ; y como si
esto no bastara, hay en cada año y des .
de 1884 unas 300 defunciones de más so .
bre los nacimientos. La tuberculosis pul
monar por sí sola se encarga del 25 por
ciento de esas ejecuciones, completándo.
se otro 25 por ciento entre neu'nónias,
fiebres y lesiones cardiá 'as ; y así Lima,
léjos de aumentar en población , va cada
año disminuyendo en 300 habitantes, sin
que sepamos que en los 10 años que van
corridos desde que la Estadística reveló
este grave mal, mantenido hasta hoy en
la misma intensidad , se haya hecho lo
menor para buscarle remedio . El hambre,
la desnudez y el sufrimiento moral con
tinúan en su obra de devastación ; y hom
bres y cosas siguen vegetando a la sombra
de esa estulticia infinita , que se apodera
de las agrupaciones humanas condenadas
á atravesar largos períodos de crísis fi
nancieras, como la que Lima viene su
friendo desde el año 1872 .
Todos son culpables , aunque en gra
dos diferentes : pero también todos pue .
den cooperar á extinguir el cargo de su
propia responsabilidad, poniéndose á la
obra de restablecer el orden perturbado
por las propias faltas ; y exigiendo igual
reparación en las instituciones y en to
das las manifestaciones del poder públi .
142

CO ; centros que a su vez, contribuyeron y


contribuyen á mantener ese estado de co .
sas donde la vida se extingue, por que
la verdad y la justicia se han colocado á
mucha altura, y la conciencia del deber,
la confianza en sí mismo y la altivém de la
propia personalidad, han descendido tan
to, que sus acciones combinadas como
energías productoras de riqueza, se han
hecho casi imposibles.
V

En todo ser organizado, sea vegetal 6


animal , hay un cierto elemento circula .
torio que baña todos los puntos del or .
ganismo y que forma el elemento plas.
mático, sávia ó sangre, de la vida de ca.
da ser organizado.
Ese elemento plasmático está consti .
tuido por pequeñas individualidades, en
número infinito que tienen vida propia,
que nacen, viven , se reproducen y mue.
ren ; todo en el medio líquido que las con
tiene, y á favor de los jugos que reciben
de su sistema nutritivo, y que son ela.
borados á expensas del mundo exterior,
Las celulus clorofilianas en las plantas y
los glóbulos de la sangre en los animales
son esos elementos vivos. De sus condicio.
nes especiales y de su modo de desarro .
llo, depende en cada especie la naturale.
143

za de las funciones que desempeña, sus


medios de acción , y su evolución en el
mundo de la vida .
En el órden superorgánico, es la po
blación lo que constituye el elemento
plasmático; y la vida de cada pueblo de .
pende de la naturaleza y condición de és.
ta, así como del mundo exterior que la
rodea y á cuyas expensas debe desarro
llarse .
La población es el elemento sanguíneo
del cuerpo superorgánico y de allí que la
vitalidad y riqueza de un pueblo , no ' sea
sino el resultado de la integración de los
vicios y virtudes de todos sus habitantes,
y de allí también , que sea siempre posi
ble mejorar la condición social cuando
es posible canıbiar en buen sentido el
rumbo de los ideales, eliminar de los es
píritus el error y encaminar las volun .
tades en el sentido del deber ; fuera del
que, ninguna prosperidad es posible ni
ninguna desgracia es evitable.

VI.

Considerada en conjunto la monera y


el medio en que vive, aparecen ante el
espíritu las nociones del infinitamente
pequeño y del infinitamente grande res
pectivamente, y como línea de unión en
tre ellas, la superficie limitante que en
14+

vuelve á la monera y la distingue de su


medio. Si la monera es la manifestación
primera de la vida, si su sustancia está
en ella misma y su esencia en el inedio
que la rodea, y si la vida resulta de la
coexistencia de ambas ; no es difícil ver
en aquel medio , en la monera misma y
en su superficie envolvente, tanto la tri.
nidad proclamada por las antiguas reli
giones orientales: esencia , sustancia y vi
da, cuanto la trinidad de los modernos
tiempos: causalidad, individuucion y de .
pendencia . De allí á la noción de la ver
dadera trinidad : Dios, el espíritu y la ley
moral ( 1 ) hay apenas un paso impercep .
tible ; más para dar ese paso, hay que sal ..
var el abismo que separa la apariencia
de la realidad; ó el fenómeno de la cosa en
sí como diría Kant; ó la representación de
la voluntad como diría Schopenhauer .
Si llevamos ahora nuestra atención so .
bre los actos mismos, cuya série no in .
terrumpida constituye la vida de la mo .
nera ; encontraremos la unidad de maté .
ria en cuanto a los elementos componen.
tes: centro de acción , superficie limitan
te, y medio; pero al lado de esta unidad

En «Materia y Espíritud me he ocupado de esta


blecer esta verdad y los que gusten de estudios
filosóficos encontrarán allí más de un punto dig .
no de exámen ,
145

sustancial, aparecerá la trinidad de ac


ción : creadorā en el núcleo, conservadora
y ordenadora en la masa y renovadora en
el medio ; ó, naturante, naturada y natu
rabie como habría dicho Spinoza, el filó
sofo del Panteísmo.
El elemento naturante , núcleo ó centro
de acción, es el foco de la vida ; parece
crearla y acumularla en la masa envol
vente : ya bajo la forma de una actividad
cualitativa que dispone y ordena el mate
rial tomado del exterior; ya bajo la for
ma de actividad cuantitativa que renue
va constantemente este material por cam
bios incesantes y que acumula lo nuevo
y expele lo viejo ; todo, como si tras el
aparente juego de fuerza y materia se
ocultara un algo impalpable, inconoci.
ble, que trabaja siempre y que siempre
crea .

Y así como en la vida animal hay siem .


pre una entidad material y una inmate
rial en cuya coexistencia estriba preci.
samente la vida misma ; en el mundo su
perorgánico tambien , resulta la vida de
la coexistencia de dos entidades análo
gas : tanjible lit una é intanjible, impal
pable la otra ; por que do quiera que se ex
tienda la vista en la contemplación del
universo , aparecerá siempre y como el
substractum de todo conocimiento , la
trinidad de las antiguas creencias : esen
146

cia, sustancia y vida. Considerado el


hombre á la luz de estos conceptos, es
como sustancia: materia animalizada, co .
mo esencia ; individualidad personalizada,
y aparece en la vida, como , la resultante
de la coexistencia de ambas; del mismo mo
do que aparece la chispa eléctrica co
mo la resultante del encuentro de dos co
rrientes de opuesto sentido. La materia
por sí sola no basta para constituir el
animal ; precisa además que haya en esa
materia cierta disposición de partes y
cierta distribución de funciones . La
individualidad por si sola no hace al
hombre : ella únicamente está constituí
da por el recuerdo del pasado que dá la
unidad á la conciencia ; pero si además
de ese recuerdo , no hay ideales , aspira
ciones , tendencias creadoras, en una pa
labra la intuición del devenir, la perso
nalidad no existe ; solo hay individuali.
dad .
Er la vida superorgánica encontramos
la propia ley. Donde hay territorios y
hay habitantes habrá población y nada
más que población . Para que haya pue
blo es indispensable que haya opinión
pública, que haya história, que haya tra
diciones y costumbres comunes, y en fin
todo lo que pueda establecer la unidad
entre el pasado y el presente; y tambien
es preciso que haya unidad de aspiracio .
147 ---

nes, ideales y tendencias que prolonguen


ese mismo presente y lo leguen al porve .
nir.
El territorio y los pobladores desapa
recen difícilmente y bajo ese aspecto se
podría decir que los pueblos no mueren ,
pero la entidad superorgánica, sí mue .
re; y esto sucede toda vez que muere el
amor del pasado y las aspiraciones del
devenir. Sin tradiciones, sin historia , sin
ideales , sin aspiraciones, no hay perso
nalidad en el mundo superorgánico.
Si se quiere pues conservar la vida de
un pueblo es indispensable hacer en él:
vivo y querido el recuerdo de su pasado,
y nobles y elevados sus ideales de gloria
y de grandeza para el porvenir. Sin.esos
resortes la nacionalidad es imposible ; y
por eso, cuando faltan , solo queda terri
torio habitado y sobre él no tardan en
aparecer otros hombres y otras razas
que constituyen otra nacionalidad nueva
sobre los restos de la que le había pre
cedido y hubo de desaparecer toda vez
que olvidó, que sólo es digno de la vida
y sólo vive , lo que tiene la voluntad de
vivir porque tiene la conciencia de su
personalidad y la noción de sus destinos.
Cuando estos elementos existen , se
cumplen en la vida individual todas las
condiciones necesarias á su mantenimien
to y desarrollo y con ello es normal la nu
148

trición superorgánica ; y por otra parte,


en el funcionamiento de los sistemas que
pre siden el desenvolvimiento general de
la sociedad , no hay tropiezo ni rémoras;
la vida relacional e intelectiva adquiere
considerable desarrollo ; y á su sombra,
evoluciona robusta y vigoriza la entidad
superorgánica.
En los dos libros siguientes veremos
como se presentan en Lima estos facto
res de su vitalidad social .

FIN DEL LIBRO PRIMERO :


INDICE .
PAGS.
PRÓLOGO .... 5

Libro Primero.
La entidad organica de Lima.
CAPITULO PRIMERO .
El medio cósmico .
Valle de Lima .. 11

CAPITULO SEGUNDO.

Sistemas rijidos.
$ 1._Fundación de la ciudad y
origen de su nombre. 24
§ 2.- Situación geográfica y orien
tación ... 26
3. ° -Los edificios .. 32
$ 4 ..-- Calles, alamedas, Plazas y
conoscosconoscos

Plazuelas ... 44

CAPITULO TERCERO.

Sistema de trasmisión y abasto .


$ 1. °-Canales de desagüe . 49
2. •--Agua potable ... 62
3.° --Alumbrado público ..
0
81
4. -Tramvía..... 91
5. _ - Teléfonos & . 93
Š 6.-- Ferrocarriles 94
PAGS
$ 7.0 ..-Carreteras 98
$ 8.°--Las tierras de culti , o . 99

CAPITULO QUARTO .

El elemento vivo .

§ 1. °- Razas . 115
§ 2.0--La Población .. 116
3. °--Las ocupaciones .. 127
4. ---La vida y sus centros de ac
ción ..... 131

FIN DEL INDICE


H
ERRATAS NOTABLES .

PAGS . LIN . DICE . LEASE .


12 12 oriental .. occidental
13 14 oriente . occidente
14 12 153 853
28 30 oriente .. occidente
31 1 long ... lat.
38 26 cuesta .. cresta
38 26 bajo . baja
40 14 al .. el
52 16 mayores menores
54 12 ciudad ; siendo .. ciudad, sien
(do
76 18 32.000 . 32,000
81 8 $ 7 § 3
88 27 21,632 21.632
89 23 0.003 .. 0.030
90 18 ha .. hay
91 1 $ 8. § 4
93 1. § 9 $ 5
94 19 $ 10 $ 6
99 19 menos . menor
106 28 2 leguas . una legua
114 6 asignado asignada
124 16 defunció por
año , de ...... defunciones
(por año , fué de
-
2
BIBLIOTECA POPULAR

SOCIOLOGIA
DE

LIMA
POR

J. CAPELO.

LIBRO II - LA VIDA NUTRITIVA

Precis;

MA

s. Plaz. Meread
195 .
BIBLIOTECA POPULAR.

SOCIOLOGIA
DE

LIMA
POR

J. CAPELO.

Miembro de la Universidad de Lima .

LIMA

Imprenta Masias. -Plaz. Merced.


1895.
LIBRO II.

LA VIDA NUTRITIVA
DE LIMA ,
1
LIBRO SEGUNDO

LA VIDA NUTRITIVA DE LIMA.


CAPITULO I.

Los modos de nutrición .

En todo ser vivo, vegetal ó animal, se


entiende por nutrición , toda una serie de
actos realizados en el individuo á fin de
establecer un cierto estado de equilibrio,
balance ó compensación , entre los ele
mentos que necesita para cxistir y los
que le quita ó le proporciona el conjunto
que lo rodea , y que en general se llamna
el medio exterior. En este orden de ideas,
se dice que el individuo asimila todo ma
terial que quita al medio y fija en su in
dividualidad ; y desasimila todo elemento,
que desprendiéndose de él es devuelto al
medio. La nutrición se desdobla pues,
siempre, en dos actos de naturaleza opues
ta : asimilación y desasimilación, es en úl
timo análisis todo el mecanismo de la nu
trición, en cuanto ésta se considera so .
- 6 -

lamente entre el individuo y el medio.


Alimentos, aire, agua, calor, luz, fuer
zas, todo en fin lo que puede obtenerse
del medio exterior y devolverse á él, pue
de ser objeto de la nutrición y entrar co
mo elemento de ella.
Pero la nutrición tiene todavía otro
aspecto . Una vez el elemento nutritivo
introducido en el organismo 6 mejor di
cho, en la esfera de su acción individual ,
se realizan sobre él una serie de trasfor
maciones que lo hacen apto para ser asi
milado y desde luego lo asimilan, en parte ,
para restablecer el gasto que h ocasio
nado su propia transformación ; pero,
siempre queda un remanente , exeso ó
saldo de elemento nutritivo ya prepara
do, que pasa á diferentes puntos del or
ganismo donde recibe nuevas transfor
maciones, para terminar asimilándose á
otros órganos de naturaleza más comple
ja que los que realizan la primera trans
formación . Hay pues una nutrición pri
mitiva y una nutrición derivadı La pri
mera termina con la constitución del ele .
mento plasmático : savia en los vejetales
y sangre en los animales ; y la segunda.
principia precisamente en ese elemento
plasmático para elavorar con él los diver
sos jugos y tejidos especiales , células,
etc., que completan la entidad viva, y
tambien para dar a los elementos gasta
-i

dos ya en el organismo, las condiciones


necesarias para su eliminación del siste
ma, á fin de devolverlos al medio exterior
6 desasimilarlos.
En los animales superiores, la nutri
ción primitiva se realiza principalmente
bajo la acción del estóinago, y la nutri
ción derivada obedece particularmente
á las funciones del corazón y del cere
bro ; pero todo el acto de la nutrición y
los tres centros de su desenvolvimiento,
son simultáneos é inseparables, si bien
hay entre sus funciones cierta relación
de dependencia y cierta prelación deter
minada, que debe cumplirse invariable
mente ; siendo el estómago el punto de
partida y el cerebro el término, del traba
jo nutritivo.
En los animales inferiores el corazón
y el cerebro no existen ; y todo el indivi
duo, se reduce á un simple estómago su
merjido en un líquido, del que se nutre
robándole los elementos de vida que con :
tiene y abandonándole todo el material
gastado que desasimila ; y que, devueltos
ambos al medio deben ser allí regenera
dos nuevamente, para hacerse aptos a la
nutrición , 6 eliminados definitivamente
para no dañar al elemento sano.
Los glóbulos de la sangre en los ani
inales y las células clorofilianas en la sa
via de las plantas, son de esa clase de
8

seres vivos; y su medio exterior es la


sangre y la savia respectivamente.
Todo ser vivo es pues una unidad de
acción rodeada de múltiples otras unida
des, que constituyen su medio exterior ;
pero a su vez, esa unidad de acción viene
á ser unicamente el medio en que viven
infinidad de seres vivos, que lo llenan
como otras tantas individualidades de
grado inferior, viven á sus expensas co
mo en su medio, y al mismo tiempo jue
gan el papel opuesto ; dando su vida á
ese medio considerado entonces como in
dividuo, respecto del medio externo que
lo comprende.
Así el hombre es individuo respecto
del mundo que lo rodea , pero es medio
respecto de todos los glóbulos de la san
gre que contiene ; y tambien como unidad
pensante, esa misma sangre es el medio
en que bebe la vida á cada instante de
su existencia . Tal es la admirable má
quina qne realiza por entero el pensa
miento de Leivnits y deja visluinbrar
el gran principio filosófico de la unidad
de los contrarios.
En el mundo superorgánico debemos
pues encontrar un orden de cosas ente
ramente análogo al que acabamos de
describir ; y efectivamente, en todo se
realiza la larga serie de cambios que he
mos observado en la vida orgánica. Un
-- 9

pueblo es individuo para los demas pue


blos, y el conjunto de estos constituye su
medio exterior; pero ese mismo pueblo
es medio para todos los habitantes que
contiene ; y estos tambien , vienen á ser
medio para la totalidad del pueblo cuan .
do este aparece como entidad unificada
por aspiraciones, ideas, sentimientos,
etc. , que dominan el querer de sus ma
yorías. Son los habitantes para un pue .
blo lo que son los glóbulos sanguíneos
para un animal superior ; y así como en
las mas bajas escalas de la vida animal
todo se reduce á estómago, en los pue
blos salvajes ó poco civilizados todo se
reduce á pueblo ; pero de igual modo que
el corazón y el cerebro aparecen poco à
poco en los animales superiores, así
tambien en los pueblos cuya cultura co
mienza a elevarse aparecen siempre y
poco a poco y mejor delimitadas y carac.
terizadas las clases media y superior,
que son sin duda el corazón y el cerebro
respectivamente, en el mundo superorgá
nico .
La nutrición superorgánica compren
de el alimento, vestido, albergue y en fin
todo lo que demanda de material el hom .
bre, para vivir en este mundo; y debe dis
tinguirse tainbien en esa nutrición, ia
primitiva y la derivada de que hemos ha
blado al tratar de la vida animal . Para
10

estudiar esos dos modos de nutrición su


perorgánica en la ciudad de Lima, con
sideraremos clasificada la población en
varios grupos, de los que nos debemos
ocupar por separado y atendiendo pri
mero á los que entran en la nutrición
primitiva, y luego a los que compren
den la nutrición derivada.
CAPITULO II.

De la nutrición primitiva
§ 1. AGRICULTORES
I.

El gremio de los agricultores puede


ser por inuchos títulos considerado como
el primero en la escala de la producción .
En él se destaca mas que en otro alguno
la personalidad humana, como potencia
creadora y como entereza de carácter, en
su lucha con los elementos, para arran
car al seno de la tierra y á las energías
cosinicas que encierra, el material de vi
da que tiene siempre á disposición del
hombre, capaz de iniciativa y bastante
dueño de si mismo para imponerse pri .
vaciones, hacer esfuerzos y tener con
fianza , en la utilidad de aquellas y en la
efectividad de estos, hasta lograr los
elementos que le aseguren una vida in
dependiente y varonilmente ganada.
Múltiples labores debe emprender el
agricultor: preparar el terreno, deposi
tar en él y oportunamente la semilla , re
gar el suelo y cuidar de su simiente hasta
la época de las cosechas, es lo que forma
el periodo activo y penoso en la vida del
12

cultivador. Mas cuando se realizan los


misteriosos fenómenos de la germina
ción, crecimiento, etc. y cuando la época
llega, de recoger el fruto de sus esfuer
zos, fatigas y privaciones, se encuentran
éstos anchamente recompensados por el
padre sol y la madre tierra, como saben
siempre ellos hacerlo en abundantes
cosechas, á los que confiados en la na
turaleza trabajan sin descanso hasta
lograr sus favores : nunca negados y nun.
ca humillantes, para quien se empeña en
alcanzarlos.
El trabajo de la tierra fué siempre
estimado como digno del hombre, y ja
inas la vanidad humana lo miró con des
dén . Sabios, guerreros, emperadores y re
yes ; todos, todos miraron como muy hon
rosa la vida del cultivador de la tierra,
y lejos de desdeñarlo, lo honraron siem .
pre, y establecieron ceremonias públicas
para dignificar los trabajos agrícolas ;
trabajos en los que vieron sin duda el
verdadero secreto del bienestar y de la
prosperidad social. La adoración en
Ejipto del buey A pis ; la iniciación de las
labores agrícolas que hacía el Inca en el
antiguo Imperio peruano, dirijiendo él
mismo el arado de oro con que se daba
principio á los trabajos ; y tantas y tantas
prácticas análogas que se encuentran
en las tradiciones de todos los pueblos
13

son pruebas irrefutables de la gran esti


ma que siempre se ha dado al trabajo de
la tierra.
La ganadería, hermana segunda de la
agricultura, la acompaña de continuo en
el mismo rango ; y si la domesticidad de
los animales, es el primer paso dado por
el hombre en el dominio de la naturaleza,
no hay duda qne la ganadería constituye
ramo tan noble como el cultivo de la tie
rra , y marca su primero y más importan
te progreso. Razón y mucha tenía pues
Sully , el grau ministro de Enrique IV. ,
cuando decía que la agricultura y la ga
nadería eran las dos mamas del Estado ; y
tal vez si el rápido progreso de la rique
za en Francia , se debió más que todo á
la robusta vida que el gran ministro supo
dar á esos dos ramos ; vida sin la cual ,
no hubiese sido posible más tarde, la
obra del ilustre Colvert que hizo del co
mercio y de la industria, dos nuevas
fuentes de la riqueza nacional francesa.
El Perú es indudablemente uno de los
paises más favorecidos por la naturale
za, en uno y otro ramo ; y puede decirse
que en los tiempos incaicos eran quizá
los únicos en que se ocupaba toda la ma
sa de la población, no empleada en las
funciones públicas : del culto , del go
bierno ó de la guerra.
Lima , bajo el punto de vista agrícolo
- 14 -

no carece de importancia y ya hemos visto


que su campiña puede estimarse en unos
trescientos kilómetros cuadrados, pro
vistos de suficiente dotación de agua pa
ra su riego durante todo el año. Tam
bien hemos visto que esa misma exten
sión de terreno de cultivo, representa la
propiedad solamente de 296 personas, lo
que en números redondos daría una re
partición de tierras de un kilómetro cua
drado por propiedad individual. En el
hecho no es así, siendo muchos los fun.
dos que comprenden tres kilómetros cua
drados, unos pocos que pasan de 10, y nu
merosas huertas que apenas miden un
décimo de kilométro cuadrado, fuera de
otras huertas y de los jardines cuya ex
tension no alcanza ni á una hectárea ó
centésimo de kilómetro cuadrado .
Habría pues mucho que desear en
cuanto á la distribución de las tierras ;
pero mas importante sería ocuparse de
la distribución de las aguas, sabido co
mo es que á más de los 300 kilómetros
cuadrados cultivados, hay casi otro tan
to eriacio, no por falta de aguas, sino
por lo vicioso y abusivo de la distribu
ción de ese elemento .

II .

Calculando unas con otras las tierras


de cultivo, resulta que el valor com er :
-- 15

cial de los 300 kilómetros cuadrados di


fiere poco en térinino medio de 200 soles
por hectárea ó sea 20,000 soles por kiló
metro superficial, lo que dá seis millones
de soles como valor muy aproximado do
la propiedad rústica de las tierras que
forman el valle de Lima .
El arriendo de los fundos puede tam
bien estimarse, unos con otros, á razón
de 10 soles al año por hectárea ó 1,000
soles por kilómetro cuadrado ; lo que dá
por los 300 kilómetros cuadrados una
renta de 300,000 soles anuales, lo que co
rresponde apenas al 5 por ciento del ca
pital que representan las tierras, capital
cuyo interés sería mucho mayor en cual
quiera otra colocación .
La población agrícola de los alrede.
dores de Lima puede descomponerse así :
Propietarios de las tierras . 300
Arrendatarios de las mismas . 300
Conductores y auxiliares.. 200
Mayordomos, caporales, asistentes 1,200
Peones de la pampa 3,000
Mujeres del campo .. 2,000
Total ...... 7,000

El provecho neto que dá la agricultu


ra de Lima, puede estimarse á razón de
50 soles anuales por hectárea ; es decir
5,000 soles por kilómetro cuadrado; de
16 -

modo que en los 300 kilómetros resulta


un rendimiento anual de uno y medio
millones de soles, libre de todo gasto ; pu
diendo calcularse que el capital movible
empleado en esta producción, no pasa
de un millón en dinero efectivo, cuyo in
terés anual , siempre subido, no baja de
180,000 soles.
En cuanto al personal agrícola po
demos estimar su composición y el costo
de su sostenimiento como sigue :
Los propietarios de las tie
rras ... S. 300,000
Los habilitadores de capital 180,000
Los arrendatarios ó culti
vadores . .. 1.500,000
Conductores y auxiliares .. 200,000
Mayordomos, caporales y
asistentes 360,000
Peones de la pampa . 720,000
Mujeres del campo.. 240,000
Total del sostenimiento de
la agricultura » , 3.500,000
Tenemos pues una circulación nutriti
va de tres y medio millones de soles que
corrresponde á un capital de siete millo
nes de soles, y á un personal de siete
mil individuos, cuya renta anual resulta
ser como sigue :
Propietarios.......... 1,200 soles al año
17

Arrendatarios . 5,000 soles al año


Conductores y Auxilrs. 1,000
Mayordomos, etc. 300
Peones de pampa . 240
Mujeres del campo ... 120
Basta el examen de este cuadro , para
CO : prender que la agricultura de Lima
está muy lejos de corresponder á un es
tado próspero. Un personal escaso y
una renta muy moderada, casi mezquina,
es lo que arrojan las cifras anotadas,
Convenimos en que estas cifras no sean
fiel expresión de la verdad ; pero las
personas que tienen práctica en es
tos asuntos convendrán con nosotros
también , en que nos hemos acercado
mucho á lo exacto y que si algún au
mento podría considerarse á los más fa
vorecidos,que son los arrendatarios , tam
bién deben tenerse en cuenta las pérdi
das por malas cosechas, aniegos, etc. que
sufren con frecuencia, y que quizá
bien compensan, los castigos que he
mos aceptado al calcular sus rentas
anuales . Una estadística precisa se
ría de desear, pero no es indispensable
para llegar á demostrar que : no es prós
pero el estado de la Agricultura en Lima.
En nuestro concepto sería poco difí
cil señalar las causas, y quizá sencillo
encontrar para el mal apuntado, reme
dio eficaz y práctico. Iríamos muy lejos
18

sin embargo si entrásemos á fondo en


esta cuestión, que demandaría muchas
páginas y nos desviaría del objeto prin
cipal de este libro. Nos debemos pues li
mitar á una siinple mirada de conjunto ;
y á poco de reflexionar en el asunto,
distinguiremos bien claro que las nocio
nes de compañerismo, de verdad y serie
dad en las transacciones, y de justicia dis
tributiva en el reparto de los provechos
de la producción, entre los que colobo
ran á obtenerla, dejan mucho que desear ;
y también veríamos que las prácticas agri
colas, y la consecución y empleo de losca
pitales destinados al trabajo de los cain
pos, no se realizan con sujeción á princi
pio alguno científico ; sino que en todo,
siguen rutinas, condenadas ya por la teo
ría y la práctica, en los centros que han
alcanzado gran altura en este ramo.
También debemos observar la mala
distribución de las aguas, que al mismo
tiempo que deja sin cultivo , quizas el 50
por ciento de las tierras disponibles, son
de otra parte desperdiciadas, volviendo
al mar sin aprovechamiento alguno ;
y por último nos debe llamar la atención
el hecho de no haber en Lima población
agricola verdaderamente ; porque el
operario de chácara no encuentra en el
fundo, nada que lo ligue al terreno que
alimenta con sus esfuerzos ; ni siquiera lo
19

alienta la seguridad de ganar un jornal,


y mucho menos, la de tener un pedazo de
tierra para él y su familia, donde viese
asegurado á cambio de la efectividad de
sus servicios en el fundo durante el año,
el usufructo de un pequeño lote , siquiera
1,000 metros cuadrados destinados para
vivir él y los suyos, hacer algun seinbrío
y tener unos pocos animales de chácara y
de corral . Sin esos elementos no es po
sible que el operario tenga porvenir y
que el arrendatario ó hacendado adelan
te en el cultivo de las tierras ; á menos
que tuviese esclavos, cuyo empleo, hoy
felizmente está proscrito del mundo en
tero .
Contribuiría mucho á despertar en
gremio de agricultores, el espíritu de
adelanto y la adquisición de hábitos de
compañerismo entre sí y de protección á
sus operarios, la publicación de estudios
comparativos especiales; y tambien coo
peraría á estos resultados, más que na
da, que la contribución de patentes in
dustriales correspondiente a los arren
datarios ó conductores de cada fundo ;
cuyo monto , sobre 1.500,000 soles al 5 por
ciento , debe dar y no dá 75,000 soles al
año, fuese sustituida con otra contribu
ción que se crease sobre la base de gra
var exclusivamente sobre la extensión su
perficial de las tierras, á razón de un tan
20 -

to por hectárea cultivada y el doble por


la no cultivada. Así las cosas, el poseedor
sentiría por el monto de lo que paga, la
magnitud del daño que hace, manteniendo
en su poder tierras que no puede poner
en cultivo. Un sol al año que se impusie.
se por hectárea cultivada y dos soles por
la no cultivada, sería tal vez suficiente
para provocar el laboreo de todas las
tierras .
Una contribución de pronto como la in
dicada, y una buena distribución de aguas
darían á la agricultura de Lima, la vida
que hoy no tiene ; al menos, en cuanto
esta vida depende de lo que pueder los
poderes públicos hacer en su favor.
III .

Examinando el personal agrícola en su


modo de vivir, presenta poca diferencia
con el que se observa dentro de la ciu
dad .
En la base del gremio encontramos la
gente de campo verdaderamente, com
puesta de unas 2,000 mujeres, de color
casi siempre , y de unas pocas indias y
mestizas; que son las coinpañeras de al
gunos peones, y de los mayordomos ca
porales y asistentes, que dirijen inme
diatamente o ayudan los trabajos del cul
tivo, y que viven de continuo en los fun
21 -

dos, así coino sucede con una gran parte


de los peones. Completan el gremio, los
conductores y auxiliares y los arrendata
rios ó hacendados, que viven casi siem
pre en la ciudad, no sin dejar diariamen
te de visitar sus tierras ; y por último, los
dueños de esas tierras, que viven en Li
ma y que no tienen nada que ver con el
cultivo, limitados como están á percibir
el arrendamiento que han pactado por
sus propiedades, salvo el caso de ser una
misma persona el propietario y el ha
cendado a la vez .
Las mujeres del campo así como los
peones, llevan una vida de mucho traba
jo, saliendo los hombres á su faena dia
ria desde las 5 de la mañana " quedando
en el campo hasta las 6 p . m . para traba
jar sin descanso 10 horas por día ; des
compuestas si , en dos períodos de 5 ho
ras cada uno, separados por un interva
lo de tres horas, de 11 a. m . á 2 p. m. ,
durante las cuales preparan su al·nuerzo,
y toman algún reposo á la sombra, justa
mente cuando los rayos solares calientan
el campo con más rigor. Este trabajo
tan recio y tan prolongado se mantiene
interesando á los peones con el abono de
un tanto por tarea ; de modo que, en su
interés está hacer el mayor número de
tareas ó dejarlas muy avanzadas de un
día para termuinarlas el siguiente, á fin
22

de percibir mayor provecho de su traba


jo. Las mujeres los acompañan al lugar
de la faena y se encargan de preparar
el almuerzo y aún de hacer ciertas la
bores agrícolas en la época de las cose
chas, como en el recojo del algodón etc.
Unas cuanta varas de crudo usado, S.

pendidas y tersas a favor de unas cuan


tas cañas clavadas como postes en el
suelo, cerca del trabajo, forman la casa
portátil á cuya sombra reposa el grupo,
que el compañerismo selecciona en cada
lugar de trabajo . Una olla de barro arri
mada al fogón y alimentada con leña me
nuda recojida de los sitios más próxi
mos, y dentro de la olla un poco de arroz
y algunas menestras, papas, etc. todo co.
cido sin gran condimento, forman el
único plato que alimenta al operario en
el campo. No estrañan el pan ni la car
ne ni ningúna agua caliente endulzada, de
que siempre carecen ; y que sin duda no
echan de menos ; porque el mismo ape
tito que el trabajo crea, les hace el tos
co y pobre plato que devoran, más ape
titoso y agradable que lo que sería para
el sibarita habitante de la ciudad, el
manjar más esquisito y delicado. Más
cuando por circunstancias imprevistas
puede el peon agregar á su mesa alguna
nueva provisión , lafiesta es completa, y
cree el pobre que asiste á un banquete :
23

Cuán cierto es que el sufrimiento y la di


cha son inseparables uno de otro.
Los peones que así trabajan por tarea
ganan muy bien sus 20 soles al mes, y
como no gastan en su alimentación arri
ba de cuatro soles, ni pagan casa , ni fu
man cigarros; ni mantienen a la mujer,
pues ésta se sostiene también con su tra
bajo, les quedaría un provecho mensual
de 15 soles; que acumulado durante un
año, les permitiría emprender en peque
ños negocios de cría de animales y otros,
que nunca faltan en las chácaras, para
los hombres formales ; y que tomarían
impulso, si el peon contase con un sitio
en el fundo y lo ligasen á éste, motivos
de legítimo interés como los que hemos
bosquejado más arriba. Desgraciada
mente las cosas no pasan así : el hacen
dado ve en el peon siempre un enemigo,
dei que desconfía, y éste a su vez consi
dera al hacendado como un explotador
temerario de su trabajo ; ambos se detes.
tan y solo los une la necesidad de una
mútua explotación y un mútuo recelo.
Resulta de estas relaciones, que el hacen
dado no logra sino una cuarta parte de
los provechos que debía esperar; y el
peon, no teniendo aplicación que dar á
sus ahorros, ni aliciente que le sirva de
estímulo , ni ilustración suficiente para
conocer el mejor camino que debe seguir,
- 24

se limita á trabajar por intermiteneias, y


cuando tiene algunos soles disponibles,
se ocupa en gastarlos en licor. Así ener
va su ánimo y gusta del único goce que
le deja expedito un medio social, incom
patible con otra dicha mejor para la cla
se en que se encuentra. Una vez sin di
nero, vuelve al trabajo para empezar de
nuevo el ciclo de existencia que acaba
de hacer. Y así se pasan los años hasta
que se extingue una vida sin ventura,
que á poco esfuerzo pudo ser feliz y
próspera para él y su familia. no menos
que para la Patria que lo vio nacer.
En esta población medio agrícola , de
bemos mencionar su parte más nómada,
constituida por la mayoría de los 3,000
peones que hemos considerado ocupados
en las faenas del campo. Cuando estos
peones no trabajan por tarea como se
ha visto más arriba, se estipula un sala
rio al día ; salario que el hacendado por
su parte procura minorar lo más posi
ble, á lo que el peon á su vez trata tam .
bién de corresponder en cierto modo,
trabajando de manera que ni en canti
dad ni en calidad queden sus intereses
damnificados por la reducción que se le
ha impuesto. El hacendado, por otra
parte, no le importa saber si ese hom .
bre comerá ó nó, y si tendrá ó nó habi .
tación donde dormir ; y el peon de su la
25

do se procura un ligero fiambre y en la


tarde vá á buscar albergue donde algún
amigo de la chácara, ó si ello no es posi
ble, regresa á la ciudad ; muchas veces no
sin antes traer algo que no le pertenece,
pero que no cree de valor para su due .
ño, al que en fin de fines paga en la mis
ma moneda con que lo ha tratado. No
debemos, pues, extrañar, que con rela
ciones semejantes entre los hacendados
y sus peones, sea la agricultura un ramo
tan decaído, en lugar de ser el camino
de prosperidad que por mil motivos
debía esperarse de sus ventajosas condi
ciones .
IV .

Tenemos despues de los peones del


campo un personal más elevado y menos
numeroso que éste, formado por los ma
yordomos, caporales y asistentes, cuyo
número hemos estimado en 1,200, asig
nándoles una renta apenas de 300 soles
anuales por cabeza. Este personal está
constituido generalmente por hombres
muy formales, de buenas costumbres,
crecidos toda su vida en el campo, sin
ilustración y sin aspiraciones; pero dota
dos del juicio claro que la experiencia
les ha hecho adquirir. Son estos hombres
el alma de los trabajos agrícolas ; y haría
un verdadero contraste , la importancia
- 26

de sus servicios con la mezquina retri .


bución que de ellos hacen sus patrones,
sino hubiesen ciertas compensaciones
que conservasen el equilibrio. El mayor
domo, el caporal y el asistente, corren res
pectivamente con los trabajos de distri
buir las labores cada día, de vigilar su
ejecución en cada caso, y de hacer los
encargos que se hacen á la ciudad. des
empeñando comisiones de hombres de
confianza etc. Ninguno hace trabajo de
peon , y su vida es relativamente descan
sada, sobrándoles tiempo más que sufi
ciente para ocuparse de sus propios
asuntos. Por otra parte, siendo como son
hombres formales y los únicos que tie
nen en la hacienda , habitación para vi
vir con su familia, su vida ocasiona muy
poco gasto y les sobra algo en dinero pa
ra emprender en pequeños negocios de
campo y aún para atender al cultivo de
algún pedazo de tierra; en compañía
muchas veces con el hacendado, ó me.
diante el pago de un arrendamiento.
Puede pues decirse que en este gremio
hay relativa prosperidad y bienestar; no
por lo que tienen de renta, sino por el
buep empleo que hacen de ella y lo redu
cido de sus aspiraciones; cosas una y
otra que no dejan de ser, la verdadera ri
queza del hombre pobre.
-
- 27

V.

Los conductores y auxiliares constitu


yen un personal aristocrático en el cam
po, y su renta de 1000 soles al año así
como lo reducido de su número, 200 á lo
más, justifican la importancia que les
damos. Este personal se encuentra en
muy pocos fundos y solo aparece cuan
do el hacendado no es hombre de campo
sino alguna persona acomodada que re .
side en la ciudad y vá únicamente de pa
seo ó en vista de inspeccionar la mar
cha de sus intereses, para juzgar como
son atendidos por el conductor. Tam
bién se encuentra este personal en los
fundos de alguna extensión, cuyas labo
res demandan mucha gente. Los con
ductores son generalmente personas que
tienen su familia establecida en la ciu
dad , de modo que la renta de que disfru .
tan apenas les alcanza para atender á su
sostenimiento , no obstante las economías
que les permite hacer el envío directo y
gratuito de algunas provisiones de boca
que la chácara produce. Los conductores
y auxiliares , reunen los vicios y virtu .
des de la ciudad y del campo , donde vi.
ven a la vez . Son generalmente como
todos los empleados , amigos de gastar
cuanto ganan , incapaces de emprender
sériamente en ningun asunto propio , no
-
28

cortos en sus aspiraciones y nada guar


dosos para el porvenir. Su vida no es
holgada por cierto, y su tiempo sería
completamente perdido, si los conoci
mientos de campo que adquieren, no
permitiese, á algunos al menos, despues
de cierto tiempo de servicios, emprender
por su cuenta con capital propio , si lo
tienen, el cultivo de algún fundo. En es
te ca so, puede su condición cambiar com
pletamente, y inuchos hacendados han
hecho por ese medio la fortuna de que
gozan . Pero siendo como es dificil tener
capital propio, pocos son los que ejerci
tan la virtud de procurárselo por una
prudente economía de sus sueldos, y po
cos los que se resuelven á condenarse á
un celibato obligado hasta tener forma
do un medio seguro de ganar la vida y
sostener una familia .

VI .

A la cabeza de todo el personal agrí


cola se encuentra; 1.º el grupo de los 300
propietarios de las tierras , que apenas
percibe el 5 por ciento de renta sobre su
capital, corriendo en muchos casos el pe
ligro de perderlo, en mérito de alguna
cláusula leonina intercalada diestramen
te sobre poigo de mejoras en el contrato de
arrendamiento ; y 2. ° el grupo de los ver
29

daderos usufructuarios del suelo : los ha.


cendados propiamente dichos, cuyo nú.
mero no pasa tampoco de 300, com pren
didos, tal vez, hortelanes, huerteros y
jardineros ; y cuya renta pe sonal no ba
ja de 5,000 soles anuales cuan : lo menos.
En estos grupos hay 1 tables diferen
cias de condición social y medios de tra
bajo ; pero exceptuando los propietarios,
la renta de los tres últimos es casi igual,
no obstante la diferencia de exterisión
de las tierras que cultiviin ; lo que cons
tituye una nueva prueba del atraso le la
agricultura en grande.
El jardinero apenas dispone de una
hectárea de terreno y quizá ménos, pero
este pequeño lote se encuentra en la
ciudad , en los barrios más alejados del
centro, casi á las afueras de la población ;
y en él se cultivan solamente, plantas de
jardín para hacer ramos de flores, y fa
bricar esas variadísimas combinaciones,
con que el floricultor sabe vestir un lu
gar dado y adornarlo y arreglarlo en ar.
monía con las emociones que se desea
despertar entre los concurrentes, tristes
ó alegres, según las circunstancias de
tiempo y de lugar.
El jardinero es ante todo un artista;
pero bajo el punto de vista del cultivo
de las plantas, es un agricultor. Dejando
á un lado su aspecto artístico, como sim
20

ple cultivador de fores obtiene un gran


provecho de su expendio, y su renta
anual no dista mucho de los 5,000 soles
que hemos señalado ; y sin embargo, sų
lote de terreno es muy pequeño y su ca
pital propio no llega tal vez á la renta
anual obtenida, Sea por demandarse co
nocimientos especiales y cierta educa
ción natural artística ; sea por que el jar.
dinero es hombre entendido en el culti .
vo de la tierra y nada hace de rutina ;
sea en fin , por su absoluta consagración
al trabajo, el hecho es que en esa clase de
cultivadores, extranjeros generalmente,
es donde se encuentra verdadera pros
peridad. El jardinero vive siempre con
holgura, y forma en las capas inferiores
de la clase media; gozando de toda la
independencia, que dá una renta adqui.
rida por un trabajo propio y seguro ,
El huertero sigue inmediatamente al
jardinero. Las huertas iniden , de dos á
tres hectáreas y se les encuentra á la
salida de la ciudad ó en las chácaras más
próximas. En ellas se cultiva solamente
los árboles frutales, y como la fruta se
vende en Lima á precios bien subidos,
y son pocas las huertas, todo el produc
to se coloca a buen precio , obteniendo
el huertero renta análoga a la del jar
dinero, no obstante lo limitado del te .
rreno y lo escaso de su capital.
+
- 31 -

El huertero es generalmente hombre


muy humilde, que vive con su familia en
la huerta misma, y sus gastos no repre
sentan al año el quinto de su renta ; sien
do estas las razones por las cuales se es
tima como bueno el negocio de huerta.
Los huerteros también son extranjeros,
italianos generalmente; y si levantan
por este inedio, es en razón de ser
guardosos y económicos en sus gastos,
y encargarse ellos mismos de todas las
faenas ; del cultivo, de la compra y de la
venta etc ; einpleando apenas uno que
otro peon como elemento auxiliar. El
dueño de la huerta se contenta con
recibir un escaso arrendamiento men
sual , y concluye por vender la propiedad
al arrendatario ; que apenas necesita cin .
co años de trabajo para cambiar su posi
ción del modo más radical .
El hortelano, solo se encarga del cul
tivo de hortalizas, que vende en la plaza
de abastos y que le proporcionan los más
buenos provechos. De clase más humil
de que los anteriores, se limita á tomar
en arrendamiento en alguna hacienda
vecina á la ciudad , unas pocas hectáreas
de tierra, 3 ó 4 ; y allí siembra por si mis
mo : lechugas, coles y toda clase de ver
duras. Vive al lado de su trabajo, arre
glándose una chozita improvisada, si no
hay alguna habitación próxima que pue
32

da utilizar y allí se consagra al trabajo


de la tierra, en ramo que le es muy co .
nocido, y con el auxilio de toda su fami.
lia . En pocos años forma un capital que
le permite ensanchar sus negocios, y co .
mo no ha descuidado la educación de
sus hijos, puede aspirar para ellos el ni .
vel social que por sí no pudo alcanzar, y
esto lo logra fácilmente dándoles una
educación completa hasta proporcionar
les una profesión de comerciante, médi .
co, abogado, ó ingeniero.
El jardinero, el huertero , y el hortela
no, se casan generalmente con peruana;
y sus hijos, adoptan esta nacionalidad
que les corresponde por nacimiento, re .
cibiendo generalmente de sus padres
junto con las ventajas de su raza, los
hábitos de trabajo y economía, y una
educación suficiente para ser capaces de
conservar el capital que sus padres ama
saron á fuerza de trabajo y de priva
ciones, y su amor por la patria de sus
hijos, que les ha permitido llegar á cier
to grado de prosperidad y que esti
man , como su segunda patria. El carác .
ter nacional se gana pronto el afecto del
extranjero, y la mayor parte quedan
aquí para no regresar mas á su pátuia
nativa; dando sí, ejemplos incesantes də
recordarla con intenso afecto, y toman
do parte en la conmemoración de todo lo
que su pátria conmemora.
33

En la sub clase de los hacendados,


es raro el elen ento extranjero ; allí ca
si todos son peruanos y forman el ma
yor número, como que representan el
capital más grueso y la mayor extensión
de tierras ; lo menos el 95 % de toda
la parte cultivada. Su renta, sin em .
bargo, no parece corresponder á esos
factores, sino mas bien à la naturaleza
y modo del cultivo y á las condiciones
del cultivador.
El hacendado tiene en trabajo, más ó
ménos 100 hectáreas de terreno y su rer
ta es casi la misma que la de sus compa
ñeros de labor, que apenas disponen de
2 , 3 ó 5 hectáreas en sus pequeños cul .
tivos de hortalizas, de frutas ó de flores.
El hacendado siembra pastos, como al .
falfa , sorgo etc.; panllevar, como yucas,
papas, etc. , y algunas plantas varias co
mo algodón, y otras, como la caña de
azúcar, para elaborar diversos productos
en las grandes fábricas que hay en al .
gunas haciendas y de cuyos provechos
industriales, debemos llevar cuenta al
tratar de ese ramo ,
Para mantener sus sembríos el hacen
dado necesita de un capital de habilitación
considerable ; y como produce caro y ven
de barato , sus provechos con ser fuertes,
no corresponden a los elementos em
pleados. El hacendado vive en la ciudad
3
- 3+

con toda su familia, ocupa un lugar dis


tinguido en la sociedad y esto lo ocasio
na fuertes gastos que absorben el inte
gro de su renta ; está siempre escaso de
capital y se vé obligado á pagar intere.
ses repetidos o hacer ventas por mayor
á precios muy bajos ; todo lo que absorbe
la mayor parte de sus ganancias, trasfe.
ridas así á mano de los habilitadores ó
rescatadores, que las dan al consumo dia
rio por muy altos precios, con las inás
pingües utilidades , y éstas, se mantie.
nen siempre por su dañosa y obligada
intromisión en los negocios, donde viven
como parásitos intermediarios entre pro
ductor y consumidor: respecto del ha
cendado, comprándole bien barato ; y
respecto del público, vendiéndole caro,
para amasar sus provechos con la ruina
de uno y otro.
Pero esa intermediación es inevitable
mientras el hacendado crea poder vivir
aíslado de sus compañeros de trabajo ; y
solo dejará de suceder así, cuando se
restablezca el equilibrio entre el capital
propio, y las aptitudes, y medios dispo
nibles para el laboreo del campo ; y esto
mismo exije hábitos de economía en las
familias acomodadas; que no lo serán
nunca , mientras no entre en ellas y por
entero , la noción del presupuesto de gas
tos domésticos, y la necesidad del ahor
35

ro. Muchas excepciones deberíamos ad


mitir respecto de lo dicho, pues no fal.
ta hacendados que se encuentran en la
mayor prosperidad; pero el hecho exije
para ser general, que se subsane los in
convenientes apuntados. Muchísimo con
tribuiría cierta modificación en la mane .
ra como ven los hacendados, la rela
ción de sus intereses con los del nume
roso personal que les sirve de auxiliar,
y que á tener sus simpatías de su lado,
ello sólo les significaría un gran capital
que contribuiría poderosamente ámejo
rar su producción; haciéndola más ba
rata, más abundante y menos expuesta
á las inseguridades que la rodean . Tam
bien contribuiría mucho, que fuesen más
francas, más sinceras y menos recelosas
las relaciones entre los propios hacen
dados ; pues ello los lievaría á una mú
tua prestación de servicios y á unamejor
inteligencia en la distribución de las
aguas, de la que actualmente reina. Por
último sería de desear que la Sociedad
de Agricultura tuviese una vida efecti
va y comunicase á los miembros de ese
gremio de la producción, animación y
vida, y ese espíritu de confraternidad y
compañerismo que se ha producido en
otros centros más adelantados en civiliza
ción . Por desgracia hay herencias del pa
sado que sólo el tiempo podrá modificar.
--
36

§ 11. INDUSTRIALES .
I.

Comprendemos en la denominación de
industriales, á todos los que aislados ó
en sociedades organizadas al efecto , se
ocupan en producir la riqueza : sea fijan
do en objetos materiales, cualidades
nuevas capaces de aumentar su valor,
sea obteniendo mediante un trabajo me .
cánico, que una ó que separe lo que es
taba separado ó unido antes, y arregle
y disponga los nuevos elementos, con
sujeción á nuevas formas, nuevas dimen
siones ó nuevas conexiones ó las tres
cosas, a la vez, según el objeto de cada
industria . La clase industrial comienza
en el cocinero y concluye en el artista ; y
si la humanidad necesita de la clase
agrícola para subsistir, le es indispen
sable la del industrial para progresar ;
es decir, para hacer útil y agradable esa
vida que solamente la agricultura puede
sustentar.
Distinguiremos entre los industriales,
las sub - clases siguientes : industrias do
mésticas, oficios, empresas industriales
39

En todos estos grupos, la renta co


rresponde al esfuerzo gastado; pero no
siempre hay trabajo para todos, y esto
origina escaséz en las familias de los in .
dustriales y es causa de gran desequili
brio en el orden económico. Para darnos
cuenta de los factores generadores de
ese malestar, conviene examinar por
separado cada uno de los tipos principa
les que forman el gremio .
En el grupo de industrias domésticas,
puede decirse que la vida es normal. Esa
Clase está al lado de la de servicios me
nores, vive con poca cosa, habita en cuar
tos de callejón y viste con sencilléz,
siendo raro que pasen un período de
tiempo sin trabajo. Por otro lado, la ma
yor parte del día les queda libre para
agenciarse algunos recursos extraordi
narios ; y los sueldos de que gozan y la
seguridad del alimento , les garantiza ca
sa, mesa y abrigo, que son las necesida .
des más inaplazables. Completa el cuadro
ce estas circunstancias favorables, la de
sostenerse las familias de esta clase, no
exclusivamente sobre el trabajo del pa
dre de la casa, sino sobre cada uno de
sus miembros; pues hasta á las criaturas
se les acomoda en alguna parte para el
servicio, y así, la miseria es completa
mente desconocida entre los que desem
peñan las industrias donésticas.
10

En el grupo de los artesanos, que for


ma el personal que vive ejerciendo algún
oficio, las cosas pasan de un modo muy
diferente. Allí está el mayor número, y
también llega á su mínimo la seguridad
del sustento . •

II .

Las costureras ocupan el peor sitio ,


pues apenas logran ganar, cuando hay
trabajo , una renta miserable de 12 á 13
soles mensuales que a lo nás les alcanza
ría si fuese constante, para pagar su
cuarto y una mala comida. Desgraciada
mente, aun así mezquina esa renta , to
davía es insegura, y cuando se logra:
¡cuántas lágrimas de humillación y de
vergüenza cuesta conseguir costura á
una pobre mujer, que busca en ese me
dio honorable, la manera de vivir honra
damente ! La costurera de Lima es el ti
po más digno de protección que puede
haber. Exceptuando unas cuantas, de
clase inferior, que trabajan en talleres
públicos y cuyas ganancias superan al
promedio de la renta que hemos consi
derado, la mayor parte de las 6,000 cos
tureras indicadas en el cuadro , son
personas que han tenido cierta posición
en la sociedad y que despuós han debido
abandonaria, descendiendo muchos gra
. 41

dos en rango, una vez que la escasez de


recursos las obliga a buscar el trabajo
en clase inferior a la que antes ocuparon.
En ese grupo se encuentran, las ma
dres, las esposas, las hermanas y las hi
jas de hombres que desempeñaron papel
importante : en el gobierno, ec la judica .
tura, en el ejército, en el foro, en la Ban .
ca y en todos los círculos de la sociedad ,
Allí están también las familias de los que
desempeñan ciertos cargos, pero que
no disponen de rentas suficientes para
sostener a la vez á su familia principal,
y á los parientes que la completan . La
costurera se vé privada de las considera
ciones sociales á que ha estado acostum
brada ; y á fuer de un trabajo rudo y sin
descanso, logra apenas un pedazo de
pan amasado con lágrimas , humillacio
nes y vergüenzas, tal vez ocasionadas
por alguno que fué de su amistad, en
los tiempos de su opulencia; y que, de la
altura de su vanidad no puede .com
prender el dolor de la desgracia; y des
precia a la que antes estimó, tan sólo
porque la suerte le négó después sus
favores. La pobre costurera debe ves
tir con la ropa usada que le facilita al
guna de sus buenas amigas, y con fre
cuencia debe buscar la comida en la me
sa ajena porque el trabajo ha faltado
o lo adquirido no ha alcanzado, 6 ha
42

habido enfermedad ó tiene a su cargo


algún hijo, ó algún pariente por cuya
educación y cuidado hace la infelíz cuan .
to es posible en la escala de la abnega
ción y del sacrificio.
¡Hombres del poder, que tuvisteis tan .
ta facilidad para disponer de las rentas
asignadas á viudas é indefinidos ! Mirad
lo bien : esas lágrimas y esas desventuras
que se llevaron al doilicilio de tantos
desgraciados, visitarán algún día las ca.
sas de los que olvidaron que el pan
del pobre es el mas sagrado.
No lo olvideis, ninguna injusticia, nin
guna maldad queda impune ; y está es:
crito, que los crímenes, las omisiones y
todas las faltas del hombre, se pagan
aún en la descendencia, como justa com
pensación de las ventajas y goces que
esas faltas produjeron a esos mismos des
cendientes. No olvideis que lo que se
adquiere con violación de la ley moral,
se paga con el sufrimiento y el dolor,
porque asi lo demanda elrestablecimien
to de los fueros de esa misma ley.
Los que cercenan las rentas n.ciona
les , especulando sobre su adquisición y
su reparto en combinación con funciona
rios indignos ; esos tales, no son solamen
te ladrones ; son asesinos, cuya crueldad
y cuya cobardía no encontraría seme
jante en ninguno de los presidios del
mundo entero .
43

III.

Después del grupo de costureras vie .


ne el de los oficiales de artes, que traba
jan al lado de los maestros en los talleres
de los artesanos . El oficial es hombre de
clase inferior, si bien constituyendo en
ella una de las capas más elevadas. Vive
con holgura en su clase ; habita en cuar
tos de callejón ó en cuartos interiores de
casa grande, costándole el alojamiento
de cuatro á seis soles al mes; come en
las fondas ó en las picanterías que sir
ven para el pueblo , donde con treinta o
cuarenta centavos diarios puede tomar
abundante alimentación , comprendiendo
carne y vino del país ; viste con telas de
tercera clase, pero su ropa interior y
exterior es completa, y usa muy regular
calzado. Cuando tiene familia no le
carga mucho sus gastos, porque toda
ella trabaja ; pero generalmente pa
ra sí, pues en esa clase no gusta la
servid uw bre; -.y los hijos de los artesa
nos no faltan á la escuela, siendo preo
cupación de sus padres que ellos reciban
la mayor educación que les sea posible
adquirir. Cuando hay holgura y el tra .
bajo no falta, la clase obrera, la pasa
bien y puede decirse que su condición
44

social es relativamente feliz; pero es


frecuente la escaséz de trabajo y entón
ces el oficial se ve sin recursos, ó el jor
nal disminuye ó solamente en ciertos
días encuentra que hacer.
Los maestros, son antiguos oficiales
de artes que han llegado a aprender
bien su oficio y han sido bastante felices
para encontrar protección de alguien 6
para encargarse de alguna obra impor
tante que les deje un capitalito para he
rramientas con que poner un taller; 6 en
fin, son hombres que han sabido hacer
algunos ahorros y con ellos comprar
herramientas y montar una casa, cuya
clientela depende: de la buena reputa .
ción del maestro, de sus aptitudes para
el trabajo, de la seriedad de sus tratos ,
de sus buenas costumbres, y en fin de al .
go de suerte, que lo sostenga en sus pri
meros pasos como jefe de industria.
El maestro vive con holgura respecto
de los oficiales y en clase superior á la
de ellos : pero siempre queda entre los po .
bres,donde es mirado como hombre prin .
cipal ; sus condiciones son muy pareci.
das a las del oficial, por cuya clase ha de
bido pasar; pero en su casa, la mujer so .
lo se ocupa del cuidado de los hijos y del
órden doméstico ; encargándose de la co
cina, el lavado y el servicio, general
mente, otras personas de más pobre con
45

dición . La clase media comienza a nacer


allí. Cuando escasea el trabajo para el
maestro, reduce éste el número de sus
oficiales; y si la crisis es muy fuerte , con
cluye por vender las herramientas para
volver a la condición de oficial, ó queda
como contratista de obra menuda 6 emi .
gra á otros barrios ó á otros lugares
donde le vaya mejor. En el maestro de
taller hay cierta conciencia de sí mismo,
que le permite descubrir su personalidad
y tener alguna confianza en sus propios
esfuerzos para salir de una situación apu
rada .

IV.

En las empresas industriales encontra


mos el mismo tipo obrero , pero integra
do en más grande escala. Capitales dife
rentes у conocimientos de varias espe
cialidades, se reunen allí para formar
una totalidad, compuesta de muchísimos
elementos ; pero que en el mundo indus .
trial aparece bajo el nombre de Empresa ,
como unidad simple, dirijida por una sola
voluntad y destinada á producir rique
zas en ramo especial y determinado ,
Empresas tipográficas, fábricas de azú
car, de cerveza, de hielo artificial, de
jabón , etc .; fábricas de telas de algodón ,
de géneros de lana, de escobas, de puer
15 -

tas y ventanas ; fábricas de licores , de


productos químicos; empresas todas en
fin, que jiran con algunos capitales, y
hacen de Lima un centro industrial de
notable importancia . El monto de la ren
ta que se consume en el sostenimiento de
los agentes de esta producción , revela
bien claro la importancii y especialidad
de estos agentes, y por ende , las de las
poderosas enpresas que conducen . Es
tas empresas jiran con capitales de socie
dades limitadas, constituídas en forma,
por escritura pública, con un número de
socios individualmente designados, con
indicación del capital con que cada uno
contribuye y la parte de ingerencia que
le corresponde, en el manejo de la empre
sa. Otras veces la sociedad es anónima,
y en pocos casos, un solo individuo ó
dos ó tres solamente son dueños de todo
el capital y también los conductores del
negocio. Son muchas las empresas cuyo
capital social , poco más o menos, es
20,000 soles ; pero no son pocas las que
jiran con un capital de 100 á 200 mil so
les, y no faltan las que tienen compro
metido 500,000 y mas soles, en tierras,
inaquinarias, etc.
Como clase social , los gerentes y capi
talistas forman en la cúspide de la clase
media ó en la base de la clase mas aco
modada y principal ; los auxiliares ocu
47

pan lugar im portante en la clase media ;


y los operarios no son tampoco los últi
mos de la clase pobre de que forman
parte; pues en todos ellos es necesario ,
además del trabajo ordinario , tener cier
ta formalidad de carácter y ciertas apti.
tudes de trabaj ), que hacen del hombre
que las posee aigo mas que un simple
minimal doméstico ó que una bestia de car
ga ó que un simple depósito de potencia
motriz .
En toda esta clase, salvo uno que otro
operario, la familia es íntegramente sos
tenida por el jefe de ella ; los niños van
á la escuela sin interrupción ; y las mu
geres no trabajan para ganar la vida ,
sino que únicamente, se ocupan del ór
den interno de su casa y de la educación
de sus hijos. Hay en todo este grupo, no
pocas mujeres, que viven de su trabajo á
cambio de un jornal ; y si estas y los ope
rarios hombres, no puede decirse que la
pasan holgadamente , tampoco puede
afirmarse que conocen la miseria . Hay
holgura para los directores y una po.
breza soportable para los operarios.
V.

Por último, los artistas completan la


clase que venimos estudiando , bajo el
nombre genérico de industriales. Fotó
48

grafos, pintores, escultores, modistas,


músicos, cantantes, etc. , forman este
grupo, poco numeroso pero regularmen
te retribuído . Por supuesto, no nos ocu
pamos de esos artistas sobresalientes
que se producen en las grandes capita
les y cuyas ganancias y gastos alcanzan
límites inconcebibles, según las exigen
cias de la moda ó los caprichos de la opi .
nión . Tratamos solamente de ese grupo
que vive del arte porque nació con cuali
dades apropiadas y las ha sabido culti
var, en vista de ganar el sustento , por el
ejercicio de esas facultades.
Hay en el trabajo del artista y el tra
bajo del simple obrero ó artesano, una
diferencia muy marcada. El trabajo del
artesano supone solamente cierta edu
cación y cierto aprendizaje que en ge
ral , cualquier persona es capaz de adqui .
rir ; mientras que en el artísta, hay ade
más de esos factores dos otros que le
son especiales. Cierta singularidad de
facultades que no son comunes á todos
los hombres, y la capacidad de trasmitir
al mundo exterior junto con la intuición
que percibe el artista, cierto rasgo fiso
nómico de su propia personalidad; intui :
ción y rasgo, que siempre son sucepti
bles de ser más o 6 menos sentidcs
por el común de los hombres, incapaces
sin embargo de poderlos reproducir. El
- 19

buen gusto, es el criterio que sirve á los


no artistas para apreciar el mérito del
artista ; pero si todos son capaces, por
la educación , de adquirir el buen gusto,
solo los artistas son capaces de produ
cir, en armonía con ese buen gusto .
Hay pues una especie de monopolio
natural, establecido á favor de los ar.
tistas; y de allí que en las sociedades
cultas, sean debidamente apreciadas
sus obras, y retribuidos ellos generosa
mente por el público. Por supuesto, hay
en este órden como en todo, grados, es
calas y gerarquías, que pasan desaper
cibidas bajo el punto de vista puramente
económico, en que ahora nos colocamos.
Prescindiendo de los auxiliares, que
tienen mucho más de operarios que de
artistas ; los que se inician en la vida
del arte, deben pasar por un largo pe
ríodo de educación ; y segun el aprendi
zaje logrado y las facultades personales
que posee cada cual , llegan o no á que.
dar expeditos para ocupar los primeros
puestos ; todo con cargo á la suerte ó
destino individual ; es decir á la resul .
tante del trabajo de adaptación , entre el
individuo y el medio social en que ope
ra. Segun la altura que ocnpa el artista
así es su renta , pero sería imposible se .
guirla en todas sus variantes. Hemos
tomado el promedio de esas rentas y fi
4
50 ,

jádolo en 3,000 soles al año para los


principales y en 1,000 para los acom
pañantes ;-y - esto es más ó meros lo que
pasa en la práctica. El artista es elemen
to que vive siempre en la clase media ;
y según sus condiciones, forma en las
capas inferiores que confinan con las
más desheredadas, ó sube hasta las ca
pas superiores que se tocan con las más
acaudaladas clases de la sociedad ; pero
la clase media, es su teatro social pro
pio, y solamente sale de allí en casos
muy raros y por circunstancias excep
cionales ..
Aun cuando la renta que perciben los
artistas es de alguna significación , en
Lima esa renta no es segura, y constan
temente hay escasez de trabajo ; de mo
do que la vida del artista se vé cons
tantemente rodeada de pobrezas y cui
dados . Por otra parte el artista para
ser . tal, necesita poseer una naturaleza
moral desequiļibrada y cierta aversión
á todo zlo que significa órden , econo
mías, presupuesto de gastos, etc. El artis .
ta vive , pues, siempre de lo imprevisto,
y su .. espíritu debe alimentarse en un
mundo de novedades y de cambios, sin
los cuales no se despierta el interés pú
blico, ni hay propiamente artistas. Es
preciso que siga la moda, pero creando
variantes y originalidades que manten
51

gan vivo el interes de cada dia. Sin


esa constante variación , el artista de
genera en industrial, y los procedimien
tos mecánicos, no tardan en reempla
zarlo con ventaja de ejecución, de tiem
po y de precio de venta. La vida del ar
tista es, pues,por lo general muy agitada
é intranquila , •y solo encuentra reposo
cuando deja de ser artista.
En Lima el arte vive aislado, y no tie .
ne como en Europa, esos poderosos es
tímulos de escuelas, talleres, conserva
torios, etc.; ni hay esos concursos, pre
mios y recompensas que tienden á desa
rrollar las facultades del artista, dán
dole elementos poderosos para facili.
litar su desenvolvimiento. Por lo demás
es evidente que en todo el Perú hay mu
cho en materia de facultades artísticas,
particularmente en la música y en la
pintura , pero el medio social , no ha lle
gado todavía al punto de preocuparse
de la necesidad de cultivar esas facul
tades .

§ III . TRASPORTADORES.
I.

En la clase de trasportadores debe


mos comprender todo el personal encar
gado de trasportar personas ó cosas,
52

de un lugar á otro ; trasporte que se


realiza siempre del sitio en que se está
de más al lugar en que se está de menos,
ó en otros términos, del lugar en que se
vale menos al lugar en que se vale más.
La diferencia , en el valimento debido al
cambio de situacionalidad es la que provee
á los gastos y ganancias de la industria
del trasporte primero, y á la del comer
cio después .
En el grupo de trasportadores 6 con
ductores, tenemos comprendido desde
el simple demandero de convento y el
repartidor de periódicos, hasta la Em
presa del Ferrocarril Central que pone
en comunicación el Callao y la Oroya,
pasando por Lima y muchas otras po
blaciones, y uniendo la costa á la sier
ra, en el largo trayecto de los 220 ki
lómetros que recorre.
Estimando todo el personal, en grobo,
creemos acercarnos a la verdad , dis
tribuyéndolo como sigue :

Indivi Gasto Gasto


duos. annal. total,
Demanderos y repar
tidores 200 150 30,000
Cargadores al hom .
bro 200 400 80,000
Carreteros y Coche
ros 500 600 300,000
53

Indivi . Gasto Gasto


duos. anual total.
Conductores, cami
neros & . 500 600 300,000
Empleados y agen
tes . 200 2,000 400,000
Mecanicos y opera
rios, .... 1,000 1,000 1.000,000
Maquinistas, conta
dores , etc , 50 3,000 150,000
Gerentes .. 10 5,000 150,000
Sumas 2,600 2.410.000
En este grupo de la producción, hay
cierta estabilidad, que permite relativa
holgura para el personal inferior, y ver
daderos provechos para los conductores
y gerentes en los negocios de trasporte ;
todo, sin hablar de las utilidades del ca
pital extranjero, enviadas siempre á
Europa . Difícil es conseguir un sitio
entre los trasportadores ; pero una vez
logrado , no es fácil perder la colocación
adquirida; pues siendo el movimiento
comercial , en cierto modo la síntesis de
todos los negocios , las variaciones y
quebrantos que estos sufren en cada
caso no llegan á influir en la masa total
de circulación , sino en situaciones excep
cionales como la de trastorno prolonga
do del orden público , alteraciones en el
cambio , etc .; siempre subsanables con
una administración política ilustrada y
51

patriótica que es capaz de darse todo


pueblo celoso de sus fueros, y Lima ha
probado que lo és, y muy deveras.
El servicio de trasporte es caro in
dudablemente , pudiendo estimarse que
los precios obedecen á la escala siguien
te :
Encomiendas, de un barrio á otro
dentro de la ciudad y á una dis
tancia máxima de un kilómetro
por 10 kilógramos de peso más
ó menos . .S. 0.20
Id. id. de 50 kilogramos de peso
ó menos .. 0.40
id. id. á mayor distancia , hacien
do uso de carreta, por 50 kiló
gramos ... 0.40
Cuando son muchas las merca
derías trasportadas,por carretada S.6.00
Para el servicio del comercio entre
Lima y el Callao , resultan esos precios
reducidos notablemente . El trasporte
por ferro-carril, se paga en la línea de
la Oroya que es la más cara, á razón de
dos soles cada 50 kilogramos de carga
de 1. clase entre el Callao y la Oroya
y de once soles cada pasajero en 1.*cla
se ; siendo de 220 kilómetros la distancia
recorrida, y debiendo calcularse el abono
á razón de soles de 34 peniques en el cam
bio sobre Londres , lo que al cambio ac
tual aumenta los precios señalados, en el
55

50 por ciento ; y todo, sin perjuicio de


otros muchos excesos, que autoriza el
detalle de las tarifas vigentes, contra
tenor expreso del contrato principal ;
violado en todas sus partes, con daño
del público, en materia de tarifas y pa
sajes.
TI.

El personal de demanderos de conven


to y de repartidores de periódicos, está
sostenido en esas labores, por los esta
blecimientos de que dependen, y sus
servicios se contratan por lo general á ra
zón de un trabajo limitado cada día á
ciertas horas solamente y abonado con
pequeñas gratificaciones y un sueldo
reducido, de 4 ó 6 soles mensuales, para
el demandero ; y para el repartidor, en
proporción al número de periódicos que
distribuye y también á la inportan
cia de la circulación que tiene en el pú
blico. Uno y otro, demandero y repar .
tidor, deben tener para vivir, otra ocu
pación estable y permanente, siendo es
ta, casi sierapre, en algún oficio manual
que ejerce en su casa durante las ho
ras que queda libre.
Así las cosas, el demandero y el repar
tidor, no hacen su vida á expensas tan
solo del ramo que estudiamos, pues la
56

renta fijada y toda otra inferior á 20 so


les mensuales, es insuficiente para que
una persona pobre viva en Lima. Por
otro lado, el demandero y el repartidor,
ó es un viejo ó es un muchacho, cuyos
gastos por supuesto , son menores que
para un hombre; y en uno y otro caso ,
la familia se encarga de llenar el déficit
que resulta para atender a los gas
tos de su subsistencia .
Los cargadores al hombro son indivi.
duos de constitución robusta, que acos
tumbran estacionarse en ciertas esqui
nas centrales y en algunas plazuelas 6
pululan por los mercados, y allí pasan
el tiempo en charla alegre y sostenida
hasta que alguno demanda sus servi .
cios. Dos o tres horas de trabajo al día
les es suficiente para ganar un sol
por lo menos ;y bajo este punto de vista es
su vida muy descansada, no descubrien
dose en ella otra nube qne la de pasarse
á veces el día íntegramente sin que
nadie los ocupe . No obstante, unos con
otros todos los días del mes, están se
guros de ganar, como hemos dicho ,
sus 400 soles por año . Esta renta los
colocaría en una situación holgada , si
no la desperdiciaran tanto , por su afi
ción á tomar copitas. No obstante, hay
muchos suficientemente formales , y al
gunos han podido con sus ahorros ad
57 -

quirir medios de trasporte que aumentan


sus provechos y disminuyen sus esfuer
zos. Hay por eso, quienes tienen un bu
rro ó una mula, y quienes giran en cier
ta escala encargándose de mudanzas,
que contratan directamente, sacando pa
ra sí una ganancia extraordinaria.
Los cocheros y carreteros ganan mu
cho más, no bajando su renta de 600
soles al año; pero hay en esa clase in
ferior vicios inveterados que rara vez
les permite cambiar de estado y progre
sar, ni en ese ramo ni en otro alguno.
Ese gremio es muy conocido , para que
nos detengamos a describirlo.
Los empleados y agentes, los mecáni .
cos y operarios, los maquinistas y con
tadores, forman el rango superior en la
clase de trasportadores. Dependiendo de
empresas poderosas y debiendo poseer
conocimientos y aptitudes especiales,
no menos que una conducta honorable y
hábitos de trabajo, todo este personal,
vé sus labores muy regularmente retri
buidas, y puede contar con un ascenso
progresivo en su carrera, no menos que
con el ahorro de alguna parte de su
sueldo, para emprender en pequeños
negocios capaces de aumentar de algún
modo el monto de esos ahorros. Como
todos esos agentes forman en la clase
media en razón de la renta de que dis :
58

frutan , sus gastos son mayores que de


ordinario y su renta resulta apenas su
ficiente para sostener esa condición, mu
cho más, cuando hay de por medio la
vanidad de querer rolar entre gente que
goza de renta mayor, aún perteneciendo
al mismo grupo. Entonces deja de ser
buena la condición del agente de tras
porte, y no es raro en esta clase la es
casez y aún la miseria .
La costumbre característica en la cla
se media, de que toda la familia sea sos
tenida por el jefe de ella, hace siempre
cuando ésta es numerosa, ó se compone
de muchas ramas , que no haya renta
suficiente para atender a todos los gas -
tos por mucha que sea la economía ; y si
además se agrega, cierta dosis de vani
dad para querer mantenerse á una altu
ra superior a los recursos de que se dis
pone, no tardan en presentarse incon
venientes mil que concluyen por un de
sastre completo; justamente producido
por la pérdida del empleo, a causa de
omisiones en el cumplimiento de sus de
beres, ó de malos hábitos, como inco .
rrección de maneras, afición al licor etc.
Cuando todos estos escollos se pueden
evitar, no hay posición más estable, que
la de empleado en una empresa de tras
porte, y habiendo correspondencia entre
la renta y la clase social del que la ad
59

quiere, su situación es relativamente hol .


gada.
Los gerentes de las empresas gozan
de todas las ventajas consiguientes á su
especial posición y á la fuerte renta
que perciben , pero esas posiciones son
muy pocas y difíciles de adquirir.
§ 1V. COMERCIANTES
I.

En la gran clase de comerciantes de


bemos reunir, de suertero á banquero,
todo ese numeroso personal , que pose
yendo cierta cantidad de riqueza sobran
te ó capital, puede cambiar este, por
mercaderías , valores ó servicios, que
llevados oportunamente á sitios de .
terminados, son colocados en condición
de satisfacer necesidades efectivas ; ne .
cesidades, que sin el concurso del comer
ciante hubieran sido pasadas por alto,
unas veces en razón de no existir el ar
tículo donde era necesaria su presencia,
y otras en razón de no tener el adquiri
dor dinero disponible para comprarlo,
sino en la sola proporción de su consu
mo y en el momento preciso de reali
zarlo .
El comerciante prevee estas circun
tancias , estudiando cuales artículos se
00

rán necesarios para atenderlas en un 117


gar y época determinada; conoce los
precios de los artículos en cada plaza ;
calcula los que obtendrá en la plaza don .
de vá, según la clase de exijencias que
debe satisfacer; y por último , arriesgil
sus capitales y su trabajo estancándolos
en el lugar donde cree conveniente es .
tablecerse para obtener por la diferen
cia entre los precios de compra y los de
venta, la lejítima ganancia debida al con .
curso combinado de sus previsiones, sus
capitales y sus esfuerzos en el caso de
acertar, ó sufrir la pérdida consiguiente
á los errores cometidos, si el acierto no
lo acompaña en sus previsiones. El co
merciante y todo hombre lo es, cuando
persigue una utilidad, encuentra muy
pronto la recompensa ó el castigo de sus
actos. Si son correctos gana ; si no lo son
pierde ; y sus faltas, solo tienen compen
sación , cuando las de su público guardan
armonía con las que él comete y aquel
cometería a su vez si pudiese hallarse en
su condición. Por esto es cierto que un
comercio honorable es propio de una so
ciedad honorable y un comercio de usura
y falsía es el cortejo natural de una socie.
dad poco culta todavía ; y por consiguien
te, poco idólatra de los ideales de ver
dad, justicia etc. , que solo alcanza el
hombre, en la cúspide de su educación.
61

El comercio supone no solo el concurs


so de muchas facultades, el gasto de mu
chas energías y el empleo de muchos ca
pitales: sino que exije además en el re .
dio sociál, cierto grado de civilizacija ,
hábitos y costumbres, suficientemente
avanzados para hacer posible una lejis.
lación positiva en materia de contratos,
etc.; y por último, exije cierta masa de
población y cierta estabilidad, que per
mitan el imperio de principios relativa
mente fijos, fuera de los cuales toda pre
visión es imposible, y por ende imposi.
ble también toda ganancia previamente
calculada, si nó con certeza, al menos,
con la suficiente probabilidad para que
sea desatendible el riesgo corrido al se.
guir en su demanda .
En una plaza donde la usura , el enga.
ño y el robo forman la base de las tran .
sacciones comerciales, encontraria su
ruina inmediata el comerciante honrado ,
veráz y de buena fé ; y así también en
una plaza comercial rejida por la buena
fé la honorabilidad y libertad de las
transacciones , el comerciante de mala
ley, podria sorprender por cierto tiempo
algunos incautos, pero no tardaría en
hacerse conocer ; y no solo perdería sus
capitales, sino que correría el riesgo dg
terminar sus días en un presidio, El co
merciante debe pues no solo elejir plaza
62

para sus mercaderias , sino tambien debe


saber escojer la que conviene á su
modo de ser moral ; esto es, el sitio
apropiado al concepto general que él se ha
hecho de este mundo, y la opinión que
tiene formada de la ley moral que rije
cuanto existe en todas sus evoluciones.
La sociedad, que en conjunto re
presenta siempre el grado de cultu .
ra de las clases superiores, y la fuer
za de sentimientos, aspiraciones y
tendencias acumuladas como poten .
cias incorcientes en las masas popula
res ; la sociedad decimos, sabe bien por
el aprendizaje adquirido en el decur
so de los siglos, que el engaño, la fal
sía, el robo etc., solo sirven para el
deplazamiento de la riqueza y la destruc
ción del orden social ; y como sabe to
do esto y sabe tambien , que solamente
en la ausencia de la mentira y del robo
puede lievarse á su máximo la crea
ción de la riqueza, piocura en todo ca
so darse leyes y organización tales,
que reúnan en el comercio : la verdad y
la honradez ; y sabe bien que solamente
en la proporción en que estos factores
imperen sobre sus contrarios, puede es .
perar que la riqueza se produzca efec
tivamente, siendo lo demás que apa
reciese como riqueza producida: simple
deplazamiento de la propiedad por deten .
63

tadores introducidos en el cuerpo social ,


para su daño y destrucción .
En el comercio, se encuentran mode
los de honorabilidad , como tambien ti
pos de la mayor indignidad ; y para dis
tinguirse entre sí los comerciantes,
en las grandes plazas europeas se
tiene un registro reservado de firm as
comerciales; que, impreso en número de
terminado de ejemplares y solo paia los
interesados, contiene la designación para
cada uno, del grado de honorabilidad,
capacidad , etc. para los negocios, y su
rango por el monto de los capitales que
cada firma maneja, á fin de que cada
cual sepa á qué atenerse al entrar en
tratos con los individuos de su gremio .
En pequeñas plazas como la nuestra ,
basta el conocimiento directo de la per
sona y de la opinión que cada cual ocu
pa en el concepto público , para que to
dos sepan á que atenerse respecto de
cada firma.
No faltan en Lima firmas muy hono
rables, pero tenemos que confesar que
mucho tendríamos que pedir al Gobierno
y á la legislación para colocar las cosas
en el grado que corresponde á la cultu
ra de la capital, y estamos seguros de
que el Fisco y el comercio honorable,
así como la sociedad entera ganarían mu
cho en riqueza y bienestar, si tales me
64 -

didas se adoptasen con acierto y se im


plantasen con firmeza ; muy particular
mente tratándose de sociedades anóni
inas ó colecticias de cierta importancia.
II .

El grupo de comerciantes es muy va


riado , y å falta de datos positivos cree
mos poder acercarnos a la verdad , dis
tribuyendolo como sigue :
Número al año
Comerciantes am
bulantes, por me
nor . 1,200 230 300,000
Id . á puesto fijo,
Mercados .. 2,000 500 1.000,000
Pulperos y Chin
ganeros 1,000 1,000 1.000,000
Casas fuertes ha
bilitadoras . 30 100,000 3.000,000
Prestamistas .. 50 10,000 500.000
Comerciantes
principales .... 500 6,000 3.000,000
Empleados de co .
mercio 12 1,000 2,000 2.000.000
Id id 2.8 ..1,000 1,000 1.000,000
Id id 3. &
2,500 500 1.250,000
Peones y opera ·
rios ... 1.000 250 250,000
Propietarios .... 3,000 1.000 3.000,000
- 65 -
Capitalistas y
banqueros 200 10,000 2.000,000
Rentistas sobre
valores 550 1,000 550,000

Suman 14, 030 18.850,000


En el grupo de comerciantes hay, pues,
un personal de 14,030 individuos para
una renta de 19 millones escasos; pero
la distribución es muy desigual, encon
trandose en primera fila , y rango casi
idéntico: los comerciantes principales,
los prestamistas y los banqueros; que
gozan de la mayor renta ; en tanto
que la renta del numeroso personal que
los acompaña es diez ó veinte veces me
nor. Esta diferencia en la renta no com
prende tanto al monto del capital dis .
ponible , como a la manera de hacerlo
jugar en los negocios ó a la naturaleza
de estos y á las cualidades personales de
aptitud comercial que tiene cada cual.
Por esto se explica que los pequeños
capitales produzcan enormes utilidades,
en comparación de los grandes capita
les ; pero en estos la integración es rá
pida, sí quien los maneja sabe emplearlos
de manera que la utilidad que reporten
sea repetida muchas veces en el año.
En ese sentido puede decirse, con los
ingleses, que el tiempo es oro. En el co
mercio, el todo consiste en las aptitudes
66 .

personales del comerciante, y estas ap


titudes no pueden adquirirse sino vi
viendo en los negocios mismos, á fuer
za de trabajo, constancia, honradez y
un cierto golpe de vistu comercial que
no todos los hombres pueden lograr.
Al lado de los pocos que alcanzan á
crear una fortuna ;cuantos sucumben en
la demanda á pesar de sus esfuerzos y
á despecho de su constancia en el tra
bajo, de su honradez y aun de la protec
ción que otros comerciantes les acuer
dan ! Lo cierto es que el comerciante en
todas sus clases, gana la vida muy bien
ganada.
III.

En las capas inferiores encontramos


á los negociantes ambulantes, que re
corren la ciudad a toda hora recibiendo
artículos de valor insignificante que
toman al crédito y logran vender a fuer
za de andar, de gritar y de ofrecer sin
descanso ; todo para lograr unos 60 ú 80
centavos al día que les permita sufra
gar sus mas urgentes necesidades. El
vendedor de periódicos, el suertero , los
mercachifles de todas clases, los que pre
gonan frutas, dulces y toda especie de
comestibles, recorren constantemente
las calles y ganan la vida sin otro capi
· 67

tal, puede decirse, que su amor al tra


bajo , su honradez y cierto espíritu de
empresa, que los aleja de las capas in
feriores y los mantiene en la lucha más
ruda , hasta sucumbir en la demanda ó
hasta que adquiriendo conocimientos prac
ticos en.los negocios y haciendose conocer
en la plaza por su honradez y formalidad,
logran ser habilitados con capital mayor
y poco a poco van ascendiendo, grado á
grado hasta tener un principal suyo y
medios de trabajar que pueda asegurar
les cierto rango y cierto bienestar rela
tivo .
Cuando ese caso llega, pasa el verda
dero ambulante á la clase superior, que
dispone de un puesto fijo en los merca
dos, y cuyas utilidades dobladas respec
to á las obtenidas en la clase inferior,
le permiten hacer ahorros y economías
hasta formar un pequeño capitalito pro
pio, que puede aumentar con el uso mo
derado del crédito, adquirido en plaza
en razón del buen nombre de que goza
en cuanto a los negocios que maneja.
En este estado, corre el novel comercian
te el mayor de los peligros, y puede
verse en pocos días, reducido a la nada
el edificio levantado á costa de tantos
sacrificios. El crédito , es como un cuchi
llo de muchos filos y corta la mano del
desgraciado que no sabe tomarlo por el
-
68

único y diminuto mango, que tiene esa


máquina terrible, de prosperidad ó de
ruina, segun como se le emplee. Más co
merciantes se han arruinado por el uso
del crédito que por falta de capitales ;
y en esta clase inferior donde el habili.
tador es por lo general hombre de poca
conciencia, y el habilitado es ignorante
у de pocos alcances, nada es más corrien
te como la celebración de pactos leoni
nos, en que se consiente el pago de un
interés de 10 % mensual sobre el dinero
efectivo, ó la aceptación de mercadería ,
averiada y sin salida, por precios supe .
riores de los que pueden obtenerse en
la venta al por menor . En esos casos ,
el incauto que cayó en la red, está tanto
más próximo de su ruina cuanto mas hon
rado es ; y por esto, hacen muy bien los
que tienen la sabiduría y el buen juicio
de no usar del crédito sino con mucha mo
deración; y tan sólo en asunto que les sea
perfectamente conocido, y solamente
tratando con persona que acostumbre
proceder de buena fé en sus contratos.
De otra manera , el crédito es la ruina ine
vitable del que lo emplea .
El rango sube un grado más, cuando
del puesto se pasa á la chingana y á la
pulpería ; pero en ese ramo, casi puede
decirse que solamente reina la colonia
Italiana; concentración que ha debido
69

producirse, en razón del espíritu de pai


sanaje, que hace que unos á otros se
protejan, entrando primero como depen
dientes los que se inician . en ese ramo
de comercio ; y concluyendo casi siempre,
por hacerse compañeros 6 dueños de la
pulpería , cuando los negocios de su
principal le han dado medios de mejorar
de condición .
El vulgo cree envidiable la situación
del pulpero y atribuye el éxito de sus
negocios al favor de la suerte, más que
al propio mérito. Nada sin embargo más
inexacto y en este ramo , como en to
dos se llega a conclusiones muy erróneas
cuando poniendo de lado muchas incog.
nitas del problema y todos los datos ad
versos, se toman solo en consideración
los elementos más favorables, y más
tanjíbles y se mira únicamente el éxito
logrado, olvidando los numerosos nau
fragios, que no por pasar en silencio en
ese campo de la lucha por la vida, dejan
de realizarse con frecuencia .
: El pulpero en su origen , es algun ma
rinero de buque mercante que ha cance
lado ó deshecho su contrata al llegar al
Callao, y se ha establecido como depen
diente de otro pulpero, que en años an
teriores principio de igual manera . El
nuevo dependiente trae como único ca
pital : la educación de todo hombre de mar ;
- 70 -

es decir, cierta franqueza de caracter, el


habito de las privaciones y del trabajo, y esa
iniciativa v claridad de espíritu practico
que adquiere el navegante, por la va
riedad de casos y circunstancias que lo
obligan á estar sicmpre en acecho, sien
pre en acción, y siempre variando de
medio ; factores todos conducentes á dar
al hombre la mejor educación practica
que puede desearse, para adquirir el co
noci viento exacto de la vida.
El principal, al recibirlo en su tienda
le asigna un sueldo bien pequeño: diez
soles al mes, generalmente, un asiento en
su pobre mesa y un rincon en la pulpe .
ría para pasar la noche. El pantalon, la
camisa y los zapatos que ha traído sobre
el cuerpo constituyen toda su fortuna, y
no habrá relevo de esas prendas sino
cuando hayan prestado todas ellas, todo
el servicio quesea posible exijirles. El
sueldo pequeñísimo que vá ganando,
se deposita mes á mes sin tocar un solo
centavo; y así pasa el dependiente cinco
ó seis años de su vida, rodeado de todo
género de privaciones hasta reunir tres
capitales : 1. ° unos seiscientos ó unos mil
soles efectivos, si hubo aumento de suel
do : 2. ° los conocimientos practicos sobre
el negocio a que se ha consagrado ; y 3. °
ultimamente, relaciones comerciales con
las casas del gremio , donde pueda obte
- 71

ner habilitaciones. Con esos tres capi.


tales, pasa el dependiente a la condición
de ser socio de su principal o interesado
al menos, ó cambia de principal 6 em
prende por sí mismo, como dueño, en
alguna chingana, cuyo traspaso realiza
dando el precio por dividendos y sur
tiéndola en parte por el crédito, todo en
pequeña proporción ; y todo manejado con
gran prudencia.
En su condición de pulpero, precisa
que no abandone sus viejos habitos de
trabajo y la frugalidad de sus costum
bres, Debe seguir como antes, solo, con
la seguridad de conocer bien el negocio
y de saber que todo lo que gana es pa
ra él esclusivamente, Éc esta nueva
condición, puede tener una renta libre
de inil soles anuales que vá ahorrando
siempre; pero al mismo tiempo jirando
con ella como nuevo capital, de modo
que á los diez años de trabajo pueda ha
ber doblado su valor y encontradose
propietario de veinte mil soles, con los
cuales emprenderá en otros negocios ;
sea tomando una bodega, sea haciendose
agricultor en chácara arrendada. Así, su
fortuna está hecha ya, y entonces pien
sa en formar familia, peruana casi siem.
pre, toma dependiente, tiene cuenta
corriente en los bancos, y en fin, pasa á
la categoría de comerciante 6 de peque
72 ...

ño propietario. Su ciencia principal en


la pulpería ha consistido, en saber que
el público de Lima gusta de comprar
barato y prefiere una merma en el peso
antes que un aumento en el precio de la
• unidad. El pulpero que no sabe esto se
arruina seguramente. La operación no
es un robo como piensan muchos ; es un
modo de arreglar el precio de la venta
por menor, respecto de la venta por
inayor ; precio que el público pretende
equiparar como si pudiese haber comer
cio sin dejar la consiguiente utilidad á
Jos que trabajan en ese ramo. Pero es
necesario saber hacer esa merma, pues
si no corresponde al precio conveniente ,
la clientela se pasa á otra parte ; y si la
meria es muy pequeña el balance ma
nifiesta que la pulpería quiebra muy
pronto . La ley exije que las pesadas
sean justas y el precio libre; pero el medio
social en Lima es incompatible con esa
prescripción , y el uso y la costumbre
tienen establecido lo contrario ; precio fijo
y peso disminuido. En el fondo la cosa es
igual y el público conoce muy bien has
ta que punto debe tolerar la merma en
el peso , y cuándo y cómo debe confor
marse á un aumento franco en el precio .
Las relaciones del pulpero con su
clientela son muy cordiales, y esto se
debe on mucho á lo que se aviene el
73

genio nacional con el caracter de la co


lonia Italiana .

IV.

Los comerciantes principales, cuyos


establecimientos se encuentran en los
lugares centrales como * Mercadere s
“ Espaderos " etc. , representan una
rentà anual de 6 000 soles, que por su
reparto desigual entre ese grupo, dá la
clave de la opulencia con que viven los
mas conocidos y de la modestia obliga
da de la gran mayoría. Hay muchas de
esas casas que ro darían por 40,000 soles
sus utilidados anuales , entre tanto que
otras apenas llegarían á 2 ó 3 mil soles
para sostenerse. Todo depende del ca
pital con que jiran , y no pasan de 50 ca
sas las que trabajan en grande : las 450
restantes son como sucursales suyas y
sus utilidades resultan pequeñas, si bien
corresponden generalmente al monto
del capital comprometido. El comercio
principal se encuentra pues dividido en
dos grupos de intereses antagónicos y
es sin duda por esta causal que en cier
ta época, se dieron ellos mismos las de
nominaciones de alto y bajo comercio de
Lima. El alto comercio encuentra siem
pre el modo de hacer caer sobre el bajo
comercio los quebrantos y las gavelas,
74 -

las diferencias sobre el cambio y en ge


neral todo lo que pueda causar daño,
pero se ha reservado todo lo favorable.
De entre ellos solos, salen los miembros
de la “ Cámara del Comercio ," que influ
yen poderosamente en la plaza y en sus
relaciones oficiales con el Gobierno, pa
ra mantener todo lo conveniente a las
casas fuertes, y en general todo el mo .
nopolio en sus manos, de toda la riquezı
comercial del País .
Las casas habilitadoras, centralizan
pnede decirso todo el comercio de Lima
y el Perú entero, cerrespondiendo las
utilidades que obtienen á la enorme
iufluencia que ejercen y á los poderosos
resortes y grandes capitales de que dis
ponen ,
Siguen despues los banqueros, que ob
tienen notables provechos y prestan
grandes servicios, y luego el numeroso
personal de empleados del comercio, los
propietarios que viven de sus arrenda
mientos y los rentistas sobre valores.
Todos hacen la vida del comercio y en
cuentran renta suficiente para el lleno
de sus necesidades en clase social de
terminada.
Por último, completa el gremio de los
comerciantes el grupo de prestamistas,
que ha alcanzado en Lima en estos últi
mos tiempos un desarrollo verdadera
. 75

mente alarmante , Hay ahora cuarenta y


siete casas establecidas y en el período
del año corrido entre Noviembre 1 .: de
1890 á Noviembre 30 de 1891. según da
tos exactos tomados de la Muuicipali
. dad resulta que se realizaron 246,411
pignoraciones, por una suma total de
1.074, 278 soles 04 cts. lo que daría un
valor de S , 4 35 cts . por precio medio de
cada lote . De estos lotes, durante el
año, fueron reinatados 25,667 por la su
ma de S. 162,377 04 cts. que adeudaban
siendo solamente de S : 3,262 96 cts . el
exeso obtenido á favor de las prendas.
Es muy variado el interés que se co
bra en las casas de préstamo; y no so
lamente cada casa tiene tarifa propia ,
sino que esta tarifa caréce de fijeza y
tóma valores muy distintos, según
la clase de prenda. Del 2p % al
10 pº mensual se encuentran to
dos los tipos intermedios, de modo
qus si estimamos en 5 p./º el valor pro
medio, en lo que vamos, cortos. resulta
un tipo anual del 60 p /, tipo por el
cual se forman al año sobre la suma
pignorada de 1.000.000 de soles, una
renta de 600,000 soles que castigada en
100,000 por las gastos naturales del
negocio , deja un saldo libre de medio
millón de soles con sólo un millon de ca
pital empleado.
76 -

Dificil sería encontrar en el mundo,


otra ciudad como Lima, tan favorable
para esta clase de negocios. Si por otro
lado tenemos en cuenta qne la suma
prestada nunca pasa de la tercera parte
del valor de la prenda, y que esta , casi
siempre se pierde para su dueño, veri
ficandose el remate á lo más por la mi
tad del valor comercial; es evidente que
sobre los tres millones, valor de lo pig
norado en el año, el remate resulta
rá á lo mucho en diez años, por el im
porte de cuatro y medio millones, dando
una pérdida anual de S. 800,000 sobre
ei capital, lo que unido á los 500,000 de
interesos cargados representan al año
una pérdida positiva de 800,000 soles;
perdida que paga la ciudad por el de
sorden económico en que se vive, y el
desgobierno social y político que ha
rejido hasta hoy en todas las esferas
sociales . Para darse una idea exacta
de la monstruosidad del mal que seña
lamos, basta tener en cuenta que 'esta
suma perdída por año, es mayor que
toda la renta anual de la Municipalidad
de Lima, considerada por todo el mundo
como muy rica institución . Es mayor
tambien, que la renta de todo el Depar
tamento de Lima, y pasa del 10 pöl, de
la renta total que gasta la República
según su presupuesto anual . El sólo
77

dato relativo á casas de préstamo, es


suficiente para constatar que en Li .
una, hay una profunda perturbación
social , que no debe pasar desapercibida
para ningun hombre, que se precie die
ocuparse del porvenir del país. Miis
adelante trataremos la cuestión bajo
ese punto de vista ; por ahora sólo nos
toca decir que el negocio de préstamo
sobre prendas es lucrativo y seguro ,
dando un provecho del 50 polº del capi
tal , en un solo año ; libre de todo gasto
y casi sin peligro de perder.
El vulgo tiene sus ideas á este respec
to como en todas las cosas. Se cree que
el prestamista no es un comerciante sino
un ladron , que gana mucha plata, que
su ocupación es inmoral y condenable y
tantas y tantas incipiencias que tienen
raices profundas en el ánimo de las mul .
titudes inconcientes . No debe extrañar
nos lo erróneo de estas opiniones, si
tenemos en cuenta que son legado de
viejas preocupaciones, sobre la lejitimi
dad del pago de intereses por el uso del
capital ; y son además el fruto de erro '
res, que en un tiempo, el Estado y la
Religión amamantaron y radicaron en
los espíritus, expidiendo decretos y lan
zando excumuniones contra el uso de
a propiedad ; que creyeron de natura
leza diferente ; cuando se presentaba
78

bajo la forma de dinero efectivo, y mu


cho más cuando su dueño era algun po.
bre Judío , escluido por ellos mismos de
todos los campos del trabajo, y puesto
fuera de la ley , condenandolo en conse .
cuencia á negociar solamente sobre la
única riqueza que podría librarlo en al .
go de la l'apacidad y de la estulticia
del medio que lo rodeaba. Hoy felizmer
te la civilización lia hecho su labor ; las
leyes económicas son enseñadas en las
Universidades y la verdad ha podido
hacerse conocer de las gentes que diri.
gen y que gobiernan,
Hoy, todos sabemos, que el prestamis
ta es un simple comerciante, que sien
ciertos casos puede merecer el ódio y el
desprecio público, no provendrá esta de
sestimación del negocio mismo, sino de
que en su ejercicio , se manifieste sin hon
radez, sin conciencia ó sin virtud ; y ba
jo ese aspecto, el hombre será siempre
despreciable cualquiera que sea i el
ramo de producción en que emplee su
actividad .
Cuantos prestamistas hay honorables
y humanos, á cuyo lado no podrían le
vantar su frente sin rubor, muchos hom.
bres públicos, sin Dios y sin ley ; mu
chos hombres que sólo se ocuparon de
labrar la ruina de su patria y que goza
ron de grande estima en el concepto de
- 79 -

las multitudes , adoradoras siemprə del


becerro de oro, tanto como del cinismo
y de la iniquidad .
El solo hecho de aceptar en el comer
cio la condición de ser prestamista, es
ya una muestra de independencia, de
criterio y de cierto caracter para desa
fiar la necedad pública , que no poi
ser necedad , de ja de ser fuerza social
y tanta que un tiempo hizo imposible
afrentar sus iras. El prestamista debe
vivir alejado de la sociedad, encerrado
en su establecimiento al cuidado de sus
prendas, viendo á cada momento la des .
gracia á sus puertas y teniendo que
pactar con ella para socorrerla siempre,
pero siempre recibiendo sus maldiciones
El prestamista debe tener además cono
cimiento especial de los valores de cada
prenda, pues sin este conocimiento tec
nico, para él , muy esencial , se expone á
dar mayor precio del que puede lograr
en la venta del artículo ; y entonces su
ruina es inevitable. El prestamista en
fin carece por lo general . de capital pro
pio, y debe proveerse de este elemento .
dando seguridades y pagando intereses
que pueden absorberle la mayor parte
de los que el cobra ; resultando que la
utilidad que sus libros acusan, no es su
ya sino de los que han prestado el capi
ial , que son los verdaderos usufructua
80

rios: pues toman ellos los productos y


al prestamista le quedan los riesgos, las
pérdidas y tal vez la ruina como en mu
chos casos ha sucedido .
Cuando el prestamista entiende su ne .
gocio, tiene capital propio y es honrado,
su capital es beneficiente en la sociedad ,
como el de todo comerciante; y presta
servicios de importancia . Lo que es con
denable en el prestamista como en todo
individuo, es la mentira , el robo y la ma
la fé. Y por eso la administración pú .
blica debe preocuparse: de que las
prendas no sean cambiadas en todo 6
en parte, a favor de papeletas, .que no
dícen con verdad y suficiente detalle las
condicionos de la prenda, su calidad y
setado, sus partes, su número y su pe
so etc.; ni que sean tazadas temeraria
mente en precios muy inferiores á los
que les corresponden ; ni que sean re
matadas en fin , antes de que realmente se
haga ese sacrificio indispensable, para
el reintegro del capital adeudado y la
seguridad del prestainista.
Cuando esas cosas sean remediadas y
la opinión pública se adapte más á los
principios de la ciencia económica, la
concurrencia hará aduir el personal ho
norable y el capital barato, y así sucede
rá en ese ramo como en todos, que se sal
drá del mal elemento que hubiera, y de.
jará de ser entorpecido ese campo del
81

trabajo por las condenaciones y exclu .


ciones que hoy lo rodean . Si el espíritu
de caridad tomase cartas en la cuestión ,
podría aliviarse en mucho el malestar
social y acelerar la reforma económica
que en este ramo , se ha llevado a cabo en
todas las grandes ciudades, con el esta
blecimiento de los montes de piedad , ver
daderamente merecedores de ese nom
bre .

SV. TRANSEUNTES.

El grupo de transeuntes comprende to.


das esas personas que vienen á Lima por
cierto tiempo, sin ocuparse de ganar la
vida, porque tienen rentas propias que
les vienen de provincias ó del extranjero,
y que están solamente de paso en la ca
pital, por tiempo relativamente corto.
Esta población produce, puesto quetrae
capitalde afuera, que consume en Lima ;
y á ser muchos los transeuntes, se aumen
taría rápidamente la riqueza de la ciudad ;
pero son pocos, y nosotros creemos estar
en lo aceptable fijando en 1000 y tantos ó
para redondear cifras en 1150 el número
de transeuntes y en 500,000 soles la suma
que aportan para vivir aquí, según la clą.
se y condición de cada uno .
82
}
CAPITULO III.

Nutrieión derivada .

8 1. LOS SERVICIOS MENORES .


I

Comprendemos bajo la denominación


de servicios menores, todos aquellos ser
vicios, manuales generalmente, en que el
hombre produce la riqueza tan solo coo
perando á conservar la existente, pero
no elavorándola sobre un objeto dado, co
mo lo hace el industrial, el artesano etc ;
ni asimilando á personas ó cosas, cuali
dades útiles que les den un nuevo valor,
como lo haría el sabio y el artista ; ni
asociando elementos capaces de produ
cir la utilidad, por el hecho de su reu
nión, como lo realiza el banquero, el es
tadista, ei político, etc, En los oficios
que llamamos menores, la personalidad
entra muy poco en juego; yen este de
partamento inferior de la colmena hu
mana apenas și se distingue el hombre
de un animal doméstico. Desde los sir .
vientes propiamente dichos, hasta los
mayordomos y porteros,la escala vá gra .
- 83

dualmente ascendiendo, y esto sucede á


medida que va entrando en juego la per
sonalidad , corno responsabilidad y como
capacidad, para el desempeño de las fun
ciones que a cada oficio corresponden .
En los oficios menores, por humilde
1
que sea la condición del servicio , hay
sin embargo un mérito positivo : se gana
la vida; el vago y el criminal la roban.
El sirviente más humilde es infinitamen
te superior al vago, al ladrón , al asesi.
no etc.
En la clase de servicios menores, hay
siempre un personal numeroso y las es
tadísticas acusan un número que no baja
del 5 % de la población, en solo domés
ticos. Antes de la Revolución Francesa
pasaba del 20 % de la población . Hay
pues un progreso cumplido, habiendose
mejorado la condición social de un modo
bien sensible á causa de esa gran revo
lución, fuente de las modernas liberta
des.
En Lima, si se atiende tan solo al gre
mio de sirvientes propiamente dicho, é
inscritos en las ajencias, no debe pasar
ese número de 5000, repartidos casi por
igual entre hombres y mujeres; pero si
se considera integramente toda la pobla
ción que presta servicios menores : ya
en sus mismas casas, ya formando parte
de las familias, casi como miembros de
84

ellas ; ya en fin como mayordomos, por


teros, cuidadores , etc , creemos acercar
nos mucha a la verdad, estipando en
30,000 el número de las personas que ga
nan su vida por la prestación de servi .
cios .
Este número podría clasificarse como
sigue :
HOMBRES

Sirvientesmatriculados .. 3,000
Mayordomos, porteros, cuida
dores .. 3,000
Menores agregados a las casas 5,000
Suma .... 11,000

MUJERES

Sirvientes matriculados .... 3,000


Amas de llaves , amas de leche
servidores de confianza etc ... i . 7,000
Menores agregados a las casas 10,000
Suma .... 19,000
Total de servicios menores ... 30,000
Sería muy conveniente tener datos es
tadísticos exactos sobre esta enumera
ción, pero á falta de ellos, debemos to
mar los números que resultan más pro
-
-S ó

bables después de un exámen compara


tivo, hecho en vista de los pocos datos
positivos que tenemos a nuestro alcance.
Felizmente para el objeto de este estu .
dio basta la aproximación que damos.
II .

En el ramo de servicios menores , pue


de distinguirse el que prestan los mu
chacos del que hacer las personas gran
des. Estos últimos forman una pobla
ción permanente que no aspira á otro
modo de vivir, en tanto que los mucha
chos sirven temporalmente , intor puedan
sus padres mandarlos a la escuela ; y
despues pasan a aprender oficio ó siguen
su vida como simples operarios. En Lima
el sentimiento de independencia es muy
propunciado en todas las clases sociales,
y el estado inferior solo se acepta por
necesidad imperiosa ,
Los servicios menores deben también
distingirse según la naturaleza de labo
res que comprende á cada ramo. En la
base de la escala encontramos el mucha
cho, elemento auxiliar en toda casa pe
queña, aún en las familias más humildes
y más pobres . El muchacho es el deman
dadero que hace las compras en las pro
vedurias del barrio, asea la casa , sirve
en la mesa y es una hormiga para sí y
86

para la familia de que forma parte. No


gana sueldo generalmente, pero la fa
milia atiende a todas sus necesidades,
le dásus propinas, lo viste, lo alimentan
etc, En la casa se le enseña las primer.
ras letras, la doctrina cristiana, las
prácticas religiosas; en una palabra, se
hace su primera educación , generalmen
te hasta el punto de enseñarle á leer y
escribir, y darle lijeras nociones sobre
cálculo mental, y prácticas religiosas
suficientes, para fijar en su conciencia,
principios y hábitos sanos y buenas ten
dencias. El muchacho se viste general
mente con ropa usada de la casa come
todo lo que come la familia y apenas sele
hace sentir la inferioridad de su condi .
ción, Crecen así los muchachos, conser
vando generalmente, respetuoso cariño
por todas las personas de la casa ; y
cuando inás tarde salen en busca de ofi
cio, no dejan de ver á la familia en que
recibieron las primeras direcciones para
aprender a vivir,
Puede calcularse qne el gasto ocasio.
nado para el sostenimiento de un mu
chacho en tales condiciones bien alcanza :
á unos 120 soles por año, 6 diez por mes,
repartidos así: 7 la alimentación 1 la ca
są, y. 2 la ropa y, calzado ; pero esta suma
no se vé gastar, porque entra en la masa
general de los consumos y desperdicios
87

de la familia. Por otra parte el trabajo


útil del muchacho corresponde perfec.
tamente á esa cantidad , ahorrada por su
intervención involuntaria . Como hemos
calculado en 15,000 el número de los
muchachos de Lima que hacen servicios
menores, resulta que la vida nutritiva de
ellos importa al año 1.800,000 soles
que es lo producido efectivamente por
su trabajo .
Vienen en segundo lugar los sirvien .
tes propiamente dichos, cuyo número
hemos calculado en 3,000 hombres y
2,000 mujeres. Esta población está for
mada integramente por razas mezcladas,
hombres de color, chinos, y algunos in
dios de los lugares más atrasados, es lo
que se encuentra en esa clase, que acepta
el estado inferior como estado permanen
te y que se mantiene en él, sea en razón
de estar habituados á esa vida, sea en
razón de su nivel intelectual muy bajo y
de lo estrecho del horizonte de sus aspi.
raciones ; sea en fin , por cierta pereza
moral, para cambiar una condición cuya
inferioridad no ha llegado á distinguir y
cuyo abandono exijiría esfuerzos que no
son capaces de producir.
Las gentes pobres no tienen sirvientes
propiamente dicho, y estos no abundan
en la clase media. En las casas ricas hay
sirvientes siempre, pero su número no
88

es grande, siendo generalmente uno ó


dos, salvo casos especiales. Los hoteles,
los colegios, los conventos, las casas de
hospedaje, etc, son los establecimientos
donde hay mayor número de sirvientes,
El sirviente tiene siempre un sueldo,
además de la casa y de la alimentación ,
Puede estimarse en término medio el
costo del serviente en 240 soles al año ó
en 20 soles al mes, repartidos así : suel
do 8, alimento 8 y la casa 4. El trabajo
que produce corresponde á esta sunra .
Como hemos avalorado en 5000 el núme.
ro de sirvientes, resulta que su vida nu
tritiva importa al año 1.200,000 soles.
Las relaciones entre los sirvientes y
la casa son muy alejadas ; y generalmen
te el sirviente, solo trata con el mayor
domo y las amas de llave, sin tener nada
que hacer con la familia, que no se ocu
pa ni de conocerlos. Cuando un sirvien
te sale de una casa, desaparece todo vín
culo para con ella, y las cosas pasan co .
mo si jamás hubiese servido allí.
III .

Después de los sirvientes propiamente


diches vienen los mayordomos, porteros
y hombres de confianza, que existen á la
vez en toda casa grande y aún en algu .
nas de clase media , donde por lo general
- 89

un solo individuo desempeña las tres


plazas á la vez .
En esta clase de servidores la persona .
lidad comienza á aparecer; pues los ser
vicios que prestan todos ellos suponen
capacidad de ordenación y disposición,
hábitos de aseo y economía , y cierto gra
do de responsabilidad, tanto mayor,
cuanto más grande es la confianza dis
pensada por el Jefe de la familia, y la es .
tina que hace de sus servicios.
El mayordomo es el intermedio entre
el sirviente y el ama de llaves, de mane
ra que á él corresponde la responsabili.
dad, de distribuir convenientemente ca
da día el trabajo que deben hacer,y vigi
lar su cumplida ejecucion; completando
la por su parte en cuanto á ello sea nece .
sario, y haciendo aquellos servicios que
suponen cierta educación apropiada, pa .
ra desempeñarlos debidamente.
El portero no vale tanto por los servi.
cios que presta, cuanto por su honradez
y formalidad personal , siendo principal
mente su labor la de vigilar y cuidar la
casa .
El hombre de confianza que así lo lla
mamos á falta de mejor denominación, es
la persona más allegada al Jefe de la fa
milia ; generalmente está ligado á ella
por sentimientos de gratitud profunda, ó
recibe protección amplia de la casa. El
90

hombre de confianza no habita en la casa


de la familia, ni vincula su modo de vivir
á esa clase de servicios. Generalmente
tiene ocupaciones varias y muy diferen
tes ;pero entre esas ocupaciones,figura co
mo principal la de disponer de la confianza
de personas influyentes ; que encuentran
en sus relaciones y en los asuntos que
manejan , motivos mil como protejerlos, y
esto en muy ancha escala.
El mayordomo goza de un sueldo fijo y
la mesa ; lo que en conjunto puede estimar
se en 20 soles al mes, siendo por lo gene
ral de 12 soles el sueldo en dinero . No
faltan casos en que el mayordomo tiene
á otro bajo sus órdenes, siendo entonces
hasta de 40 soles el sueldo que gana fue
ra de la mesa , y además un cuarto habi.
tación que generalmente no ocupa sino
en el día .
El portero gana igualmente 20 soles al
mes, comprendiendo esta suma el suel.
do, la mesa y la habitación que ocupa.
En casos especiales, ese sueldo llega á
40 soles, como sucede en las oficinas pú.
blicas ; pero no tiene entonces la mesa, y
en ciertos otros como en los Ministerios,
no tiene cuarto para vivir. En las casas
de vecindad, como callejones, etc., no re .
cibe sueldo ó es muy pequeño, se le da
casa y es dueño de todo su tiempo para
. 91

ganar la vida, ejerciendo algún oficio se :


denta rio.
El hombre de confianza no tiene suel
do, ni mesa, ni casa de un modo perma
neute; pero sus entradas son muy varia
das y puede decirse, que son los que más
ganan. Esta ganancia la hacen bajo la
forma de cobradores, corredores, agen .
tes de asuntos menores, contratistas de
pequeñas obras, etc .; y en cada caso re
ciben una gratificación, comision , pre
mio, ó coino quiera llamarse, que les per
mite gozar de una renta media, de 40 so.
les al mes, garada con menor esfuerzo
que en las clases anteriores, y dando á
su personalidad lugar muy considerable
respecto del que se deja á las otras cla
ses quedesempeñan servicios menores.
En Lima habrá , entre mayordomos y
porteros unos 2,000 y habrá tambien unos
1,000 de lo que hemos llamado hombres
de confianza. La vida nutritiva de los
primeros representa un gasto al año de
489,000 soles y de 480,000 la de los segun :
dos ;es decir en todo 96 1,000 soles. Los ser
vicios que presta este personal, en su ma
yor parte son efectivos, y corresponden
al costo que ocasionan.
IV.

Las mujeres que prestan en las casas


92

sus servicios a las familias, desempeñan


funciones diferentes, pudiendo distin .
guirse principalmente las amas de llave,
las amas de leche y las costureras de re .
miendo. En las tres clases se encuentran
aptitudes especiales, buenas costumbres
y conducta honrada, factores todos que
justifican el aprecio que se hace de esta
clase en todas las casas de Lima . La mu
jer, generalmente vive en la clase en que
presta sus servicios, y tiene la inesa y un
sueldo, que no baja de 4 soles ni pasa de
40 al mes , según la casa y el trabajo que
se hace .
La costurera es la que gana menos : de 4
á 8 soles al mes ; la ama de leche gana de 20
á 30 soles, y la ama de llaves de 20 á 40 .
En casos especiales, la ama de llaves
puede ganar 60 soles al mes . Entre la
costurera y la ama de leche hay una cla
se intermedia, de muchachas de confian .
za, que nunca faltan en las casas acomo
dadas, siendo su principal misión acom
pañar y servir á las niñas que han criado
y por las cuales conservan afecto como
si fueran miembros de la familia. Esta
clase es la de las engreidas y generalmen
te la componen : muchachas de color, acos
tumbradas al trato con la gente decente.
Calculando unas con otras puede de
cirse que el costo por persona en esta
clase, comprendido el sueldo en efectivo
y los obsequios, regalos, vestidos usa
dos, etc, que es de uso darles, importa
la vida nutritiva unos 20 soles al mes
por persona. Siendo de 7.000 el número
que hemos calculado, resulta que la vi
da nutritiva de todo el grupo importa
1.680,000 soles al año ; y esta suma es
ganada en justicia por los servicios pres
tados ,
En resumen , tenemos que el grupo de
servicios menores puede descomponerse
así :
Número Al año .
Muchacos menores de 15
años ... 5.000 600,000
Muchachas 10,000 1.200,000
Sirvientes hombres .. 3,000 700,000
Si vientes mujeres , .... 2,000 480,000
Mayordomos, porteros etc 2,000 480,000
Hombres de confianza .. 1,000 480,000
Amas de leche y de lla
ves, costureras, etc .. 7,000 1.680,000

Total servicios menores. 30,0005.640,000


La clase que venimos estudiando, es
quizas, la que después de la clase rica,
pasa la mejor vida ; no por cierto en ra
zon de . lo poco que tiene, sino en razón
de que ignorando lo mucho que le falta,
hace de lo poco que posee la más conve
niente distribución .
En esta clase, el alimento diario de
94

una persona grande es más o menos el


siguiente:
Carne .. 230 gramos S. o.10
Arroz .. 230 0.05
Menestras etc 230 0,03
Panes,cuatro .. 165 0.04
Condimentos , inanteca etc. 0.0167
Dulce, té, etc, .... 0.03

Suma al día. S. 0.3667


que corresponden a los 8 soles al mes
que hemos calculado .
El vestido, que se consume en esta cla
se, cuando es comprado directamente,
se hace de percala para las mujeres y
de telas ordinarias de algodón teñido pa
ra los hombres; pero generalmente es
ropa usada que emplean y entonces sal
vo el mayor o menor uso, son telas finas,
merinos y casimires, las que visten todo
el año, sin que ello les cueste un solo
centavo .
En el caso de atender per si mismo á
su vestido, el gasto se reparte más o me
nos asi :
4 Ternos ropa (diablo fuerte ) ..... 8. 20
6 Camisas algodón ,ropa interior .
10
4 Pares zapatos estaquillados..... , 8
2 Sombreros fieltro ordinarios , 4
Lavado de su ropa interior . 6

Suma al año .... S. 48


95

: 6 4 soles al mes . Del sueldo en efectivo


que ganan generalmente , les queda to
davia 4 soles mensuales para gastos suel.
tos, como cigarros, etc.
El alojamiento significa unos 4 soles al
mes, y consiste en una habitación pe
queña que se les dá en la casa ; y si viven
fuera, en un cuarto de callejón con su
respectivo corralito donde se coloca el
fogon .
En esta clase de servicios menores, el
matrimonio no es una carga sino todo lo
contrario : marido y mujer ganan lo sufi
ciente para vivir de modo que si se reu
nen en una familia, sus gastos dismi.
nuyen , conservándose integramente sus
entradas. Hace econoınía en la casa y la
comida por lo menos; y los hijos, solo gra
van en los 5 primeros años, entrando
despues á producir su vida con su trabajo
personal, agregados á alguna casa 6 en
la propia habitación de sus padres.
Porotra parte las diversiones públi
cas : torɔs, teatro, circo son baratos pa .
ra la gente humilde. Con 40 centavos pue.
den gozar de cualquiera.función ; y no han
menester de vestidos.especiales para con .
currir á ella. Si se enferman , el hospital
se encarga de cuidarlos sin gasto alguno
por su parte. Caso de muerte en su casa ,
no faltan amigos de su misma clase que
hacen pronto una suscripción para aten
96 --

der á los gastos del entierro. Todo pues


parece favorable á este grupo social que
hemos colocado en la base de la escala,
de la nutrición derivada .
Muy lejos de nosotros sin embargo,
prestar apoyo á semejante opinión ; no
pensamos como Tolstoy, el incomparable
filantropo de la Rusia moderna, que la
felicidad humana pueda encontrarse en
esa clase desvalida, donde apenas se dis
tingue un liombre de un animal domesti
co ; ni creemos tampoco que la vida sea
hecha sin objeto, o que este mundo esté
destinado únicamente á que la humani.
dad lo riegue con sus lágrimas y lo anime
con los ayes lastimeros de los que su .
fren ; ni creemos tampoco que solo sirve
para pasar por él como de viaje, espe
rado en una vida sobrenatural , de ex
piación y recompensa,el castigo ó el pre
mio de faltas imaginarias, que á haberlas
cometido el hombre, por cuanto sufre,
las habrian cometido igualmente los ani
males todos, que sufren tambien ; porque
tambien luchan por la vida, y tambien
sucuinben en la lucha, como lucha y su
cumbe el hombre . No ; nosotros creemos
como Anaxagoras que el hombre es la me
dida de todas las cosas ; y creemos que es
por lo que fué, y será por lo que es : uno en
su esencia espiritual, infinita é imperecede.
ra, y trino en su existencia , de pasado, de
97 -

presente y de futuro . Dueño y señor de


sí mismo, solo puede ser feliz, cuando
contemplándoseen la altura del perfec.
cionamiento moral á que ha llegado, co
noce que ese perfeccionamiento es su
propia obra, su labor exclusiva, su crea :
ción evolutiva al travèz del tiempo y del
espacio, en el sin número de existencias
que ha hecho, para labrar ese su perfec
cionamiento sustancial que lo eleva has
ta la contemplación del ser Supremo; de
ese ser que creó los mundos, no para
constituír valles de lágrimas, sino verda
deros talleres de labor incesante , donde
sus criaturas, elevándose siempre hacia
él, no lo alcanzarán jamás, pero acercán .
dosele sin cesar y siempre por el pro
pio esfuerzo, encontrarán en la contem
plación de su sublime esencia la dicha in
finita, inefable, que ninguna lengua pue .
de tener palabra capaz de expresar. Pas .
to y corral no han faltado jamás para las
bestias ; pero el hombre no hace con eso
sino su vida vejetativa ; tiene un corazón
sediento de emociones y sentimien
tos y un cerebro ávido de conocimientos
y verdades; y cuando ese corazón y ese
cerebro no toman parte en la vida del in
dividuo, no hay vida humana ; .solo vive
el animal, la bestia, como decía Pascal.
La clase que hemos examinado, es pues
muy desgraciada; y corresponde a las cla
7
98

ses superiores, dignas de tal calificativo , --


hacer en su favor, todo esfuerzo para
despertar a la vida moral, es decir à la
emocional e intelectiva , ese grupo de se
res que vejetan solamente .

$ II. PROFESIONES ESPECIALES.


I ..

En la clase de profesiones especiales


comprendemos á los Abogados y Escri.
banos, Médicos y Farm acéuticos, Inge
nieros Arquitectos y Agrimensores; y en
fin , á los que se ocupan de la enseñanza:
preceptores, profesores y catedráticos.
Todas estas profesiones especiales se
distinguen de las demás, en que no es li
bre el derecho de ejercerlas en razón de
exijir la ley requisitos particulares de
suficiencia que establecen una especie de
monopolio legal, fundado en la protec
ción que el Estado debe á la propiedad y
fundado también en la protección que
acuerda al espíritu de empresa , no me.
nos que á la ilustración y cultura de los
habitantes. A cambio del monopolio es
tablecido á favor de esta clase, tiene ella
que someterse á la intervención del Es
tado en la adquisición de un diploma de
competencia , á la fijación de tarifas, ho
norarios, etc , y á la prestación de servi.
-
99

cios gratuitos en favor de la clase des.


valida, y en general de todo lo que sig.
nifique bien público. Antes de la revolu
ción francesa, las industrias y todos los
ramos del trabajo estaban sujetos á esta
condición de monopolio, con interven .
ción del gobierno en los procedimientos
y en los precios; pero reconquistados
entonces los fueros de la libertad, desa
parecieron los gobiernos providencias, y
solo quedó implantado el viejo sistema,
en favor de las profesiones liberales, si
bien , reduciendo al minimo la interven
ción del Estado en sus asuntos, no me.
nos que la amplitud del monopolio. En
la Lima del coloniaje el Sistema colonial,
completaba para el comercio la red de
monopolio de aquella época aciaga; pero
con la independencia quedó establecido
en el Perú el sistema moderno; sistema
que el mundo civilizado debió á la revolu .
ción francesa o si se quiere al gran movi:
miento filosófico del siglo XVIII, que fué
su causa generadora más directa.
En Lima, actualmente, puede estimar
se que toda esta clase de profesiones es
peciales comprende apenas a dos mil per
sonas, repartidas y rentadas como sigue :
100

Persoual de justicia .

Abogados de 19 clase...... 10 10,000. S. 100,00


Id . 2a y 3 clase..... 90 2.000 180.000
Amanuenses 100 1,000 100,000
Escribanos etc, 1. clase.. 10 6,000 60,000
Id. 2a y 39 clase ... 40 3,000 120,000
Escribientes y auxiliares 100 1.000 100,000
Papelistas... 50 1,000 50,000

Suma........ 400 S 710,000


Persmal de salud .
Médicos de la clase ....... 20 6,000 S. 120,000
Id . 29 y 3... 80 2,000 160,000
Farmacéuticos de la cls . 30 6,000 120,000
Id . 28 y 3 ? 80 2.000 160.000

Suna ........ 200 S. 560,000


Personal de fomento,
Ingenieros arquitectos,
do 1. clase 1 3.000 S. 30 000
22 y 3a y peritos 40 300 12,000

Suma...... 50 S. 42,000
Personal de educación .
Sacerdotes....... 500 500 S. 250,000
Religiosas estranjeras ... 500 300 150,000
Receptores .... loo 1,000 100,000
Profesores de la clas ..... 50 3,000 150,000
Id . 29 y 38 loo 500 50,000
Catedráticos loo 1,200 120.000

Sumaca 1,350 S. 820,000


-
- 101

Hesumen ,
Personal de justicia ................... 400 S. 710,000
Id . salud .... 200 560,000
Id . fomento ................ 50 42,000
Id , educación ................ 1,350 820,000

Sama .......com 2,000 2.132,000

II.

El grupo que estudiamos forma en las


clases sociales, desde la más encumbrada
hasta las últimas capas de clase infe
rior. Los papelistas se encuentran á la
base ; y solo tienen de jente, la vieja le .
vita y el grasiento sombrero de pelo,
con que ocultan ante las gentes infelices
que desuellan á toda hora , el negro fon
do de una conciencia lista para todo, no
alumbrada jamás por un sólo rayo de luz
moral. Es en ese antro mas diabólico
que humano donde deben buscarse los
testigos falsos, los calumniadores de ofi.
cio, los firmantes á tanto por falsedad ,
los enredistas de la simplicidad misma y
los verdugos de los inocentes y de las
gentes sencillas. Son los papelistas, ver
daderas aves de rapiña, que pululan al
rededor de los jueces, escribanos y abo
gados, en busca siempre, de los elemen
tos legales de alguna iniquidad, cuya rea
dización constituye el gozo de su vida y
102

su mayor satisfacción . Cincuenta mil so.


les anuales demanda el mantenimiento
de esa gangrena social; pero la ciudad
ganaría mucho en gastar el doble para
estinguir esa raza ; porque son diez ve
ces mayores losdaños que causan, que la
parte que de esos daños, logran acapa
rar. De todos los grupos sociales que
Lima tiene, ninguno es tan dañino como
esa cincuentena de malvados, cuyos crí.
menes se ocultan tras, los pliegues de la
ley. A ellos se debe que la justicia para
la gente pobre sea un Sol que nunca
alumbra su hogar ; y ei inaudito escán
dalo , de haber escollado completamente
las últimas disposiciones sobre jueces de
paz , es la prueba más evidente de la pro
fundidad del daño que esos hombres
causan á la sociedad , y de la urgencia
que tiene esta de envenenar el medio en
que viven , talcual se hace para los mi.
crobios infecciosos , como única manera
de salvar el organismo.
El papelista no es un hombre ilustra
do, ni tiene diplomas universitarios , ni
dispone de influencias, ni vive en la hol .
gura, ni sueña en tener fortuna . Es un
desollador que ha aprendido esperimen
talmente á conocer los artículos del co
digo, las prácticas abusivas, y en gene
ral todo lo que tiene de esplotable en
hombres y cosas, el sistewa humano de
108

administrar justicia . En esos vericue .


tos se mete el papelista como la polilla,
y coinienza su tarea destructora, hasta
que agotado todo recurso en un asunto
busca otro donde causar daños iguales
El papelista no es un ocioso ni con mu .
cho; trabajador como el que más, se mue
ve y se ajita , en toda la ciudad si es ne
cesario, hasta dar con el asunto que per
sigue; aguza su inteligencia sin piedad
hasta encontrar el cabe que necesita pa :
ra dar asidero á alguna maldad ; y tra
baja sin tregua ni descanso para lograr
una miserable é insegura renta , que debe
reunir por centavos; sin salir de pobre
jamảs, ni tener esperanza de cambiar su
modo de vivir,
Y sin embargo ; cuantos de esos des
graciados, bajo la influencia de otro me
dio, podrían haber sido hombres de bien ;
y cuantos tal vez desearían serlo y acep .
tarían gustosos otro modo de ganar la
vida ; modo que , por sí mismos, son inca.
paces de encontrar,
En todo caso , esta clase desempeña al
menos un papel en la sociedad. Es la de
mostración viva é irritante de lo imposi
ble de nuestra legislación sobre justicia
de menor cuantía y la inaplazable ur
gencia de poder remediar taniaño mal .
104

III.

Siguen inmediatamente a los papelís


tas, los escribanos de distintas clases cu
ya renta responde á los servicios que
prestan, y en cuyo personal hay de todo;
siendo posible no obstante, ejercer esa
profesión con absoluta honorabilidad y
en armonía con las leyes. El escribano,
si es honorable, necesita sin embargo
ser un tanto flexible ; y , esto, con los abo
gados influyentes y con los jueces sus in
mediatos superiores, toda vez que se ne
cesite acortar ó alargar su plazo , o cual
quier otro detalle de forma, no siendo ex
traño que esta lleve consigo el fondo ín
tegro de una cuestión, y signifique en
muchos casos, nada menos que el triun
fo de la injusticia o la usurpación de lo
ageno, constituyendo quizás en otros la
salvación de la propiedad y de la inocen
cia
En el mundo judicial la forma es el to
do, y para el hombre de leyes, la justicia
у la verdad , son cosa secundaria ; la for
ma con que debe presentarse el funda
mento de un derecho es el derecho inis
mo. En el orden administrativo , pasan las
cosas de otro modo ; el fondo es lo princi
pal ; y de allí que sea relativamente fácil
producir el bien o el mal à voluntad del
que manda, no siendo lo mismo en el poder
105

judicial; donde hay seguridad de tener


la justicia, siempre y cuando el abogado
contrario, no ha encontrado una forma
legal capaz de ocultarla. En el poder ad .
ministrativo, todo es arbitrario y nunca
hay seguridad ni por el mal ni por el
bien. Todo depende del hombre que man : .

da. En el orden judicial, depende del mo


do de tratar el asunto .
El Escribano forma en la clase media,
donde no ocupan lugar preferente. To
davía hay en el público prevenciones he .
reditarias contra esta profesión, objeto
en otros tiempos de la saña de muchos
escritores de costumbres; y todayía en
tre nosotros, algo cargada de muchos
elementos nocivos, acostumbrados a las
malas prácticas.
En cuanto a la -subsistencia , el Escri .
bano tiene la seguridad de su renta ; y
en muchos casos, la gana efectivamente
y por entero , dada la efectividad de los
servicios que presta , con honrabilidad
y con sujeción a la tarifa legal . Solamen
te los escribanos'llamados de diligencias,
pueden pasar sus escaseces, asi como los
principiantes en la carrera, como ama
nuences y auxiliares. Los Escribanos de
primera clase gozan de una fuerte renta
saneada y segura, y en ciertos casos pue.
den fácilmente adquirir una fortuna más
que modesta, por el ejercicio honorable
106 is

de su profesión, siempre que la clientela


los favorezca, como pasa con los más, que
gozan de buena reputación y merecen la
estímación pública.
En el grupo de Abogados, se encuen
tra algunos verdaderos puritanos que
ejercen su profesión sujetos al solo hono .
rario de 100. soles al año por causa, y se
niegan á defender toda cuestión que con
sideran injusta. Estos Abogados gozan
del respeto público y cuando el caso se
presenta, son fácilmente elevados á una
vocalía Suprenia ; pero sino, se ven con :
denados a una vida llena de privaciones:
pues apenas, alcanzan escasa renta para
subsistir.
El Abogado, que no es al mismo tiempo
empresario, celebrando contratos con sus
clientes con participación en el resulta
do del juicio ; el que no posee capital pa
ra el caso, está condenado á no prospe .
rar jamás en su profesión. Este método
es el único que lo hace subir; y cuando
esos contratos se celebran' sin presión .
sin dolo, ni malicia y en justicia y equi
dad para el Abogado y el cliente, éste
queda satisfecho al final del juicio y no
considera ilejítima la utilidad que al Abo.
gado corresponde en el asunto . Hay
muchos abogados que gozan de buen cré.
dito al respecto; pero no son pocos los
que precisamente se han labrado una no.
- 107
toriedad nada envidiable , y son objeto
de los ataques incesantes de sus anti.
guos clientes. Salvo raras excepciones,
el asunto es complicado y sólo se podría
juzgar cada caso, prévio estudio de la
cuestión .
La verdad es que para alcanzar justi
cia, se necesita tenerla realmente, saber
la pedir y que se la quiera dar ; y todo es.
to supone njucha actividad, mucho dine.
ro'y mucha inteligencia, que pocos clien .
tes tendrían por sí mismos. Si no hay
arreglo posible con su Abogado, es pre .
ferible perder lo que se tiene, antes de
lanzarse en una lucha contra los deten
tadores de la propiedad ; dueños de capi
tales y relaciones suficientes para apode
rarse de cuanto es posible poseer, y esto
siempre, á favor de una legislación que
se hicieron dar y sabrán mantener, con
el exclusivo objeto de concentrar en po
cas in anos la propiedad de un pueblo en.
tero .
Los amanuenses y los escribientes y
auxiliares de abogados y escribanos, en:
cuentran siempre trabajo bien remune .
rado, y hay muchos, que han hecho de
esta clase de empleos, su modo perma.
nente de ganar la vida. Con tener buena
letra, correcta ortografía, y cierta hon
radez personal , el trabajo no les escasea
nunca y siempre les dá para llevar á su
‫ بتنت‬108

casa los medios de subsistencia necesa.


rios á una familia modestan
IV

El personal encargado de la salud de


la ciudad, encuentra en ella , escasos re.
cursos de vida. Exceptuando los médi
cos y los farmacéuticos de 1.a clase, los
demás apenas ganan una renta exigua
para vivir muy pobremente. Es induda.
ble que el número de médicos y farma
céuticos radicados en Lima supera al que
sería necesario para atender a la salud
de la ciudad ; pero la selección y elimina.
ción no pueden hacersesino lentamente y
á medida que la condición de cada uno lo
va obligando á salir en busca de teatro
mas aparente , donde pueda lograr el pa
go de sus servicios. Tal vez también pro
viene el malestar, del empobrecimiento
general del país, causado exclusivamen .
te por el inolvidable desgobierno de los
10 últimos años, que la República ha de.
bido soportar por un amor insensato de
la paz á todo trance.
El hecho es que en Lima la visita del
médico se paga á razón de 4 S/. , 2 Sl. y
1 S/. , según la apariencia de la casa y las
pretenciones del Doctor; y es también un
hecho, que estos precios se consideran
muy subidos por el público, que hace
109

por su parte lo posible , para evitarse el


pago de la visita de médico ; y esto , no
sin la ayuda del Farmacéutico , que se
permite recetar en los casos que conside
ra sencillos . Los médicos se quejan de
la desestimación que el público hace de
sus servicios, y los enfermos se quejan
de la ninguna atención que el médico
presta á sus enfermos, y en casos, de su
e :cucez de ciencia y de caridad ; y los
acusa de rutinarios .
De todo hay, pero la dificultad consis
te para el buen médico en encontrar al
enfermo que sepa estimar sus desvelos,
y para este en encontrar al médico, que
merezca si estima como hombre y su
confianza como enfermo.
En el intertanto que se alcanza esta
equidad de relaciones, se ha establecido
entre algunos médicos que gustan de vi.
vir holgadamente, ciertos convenios de
seguridad mútua que les permite llamar.
se siempre entre ellos, darse reputación
de especialidad, disimular los errores que
cada uno pudiera haber cometido ó co
metiera con sus enfermos, alejar del
círculo á cualquiera intruso cuyo génio,
carácter y condiciones de ilustración
puedan constituírlo en personalidad in.
dependiente; y en fin hacer de modo que,
el dinero se gane siempre y la posición
se conserve á todo trance. Al lado de es.
110

te grupo, no faltan médicos de ciencia,


experiencia y conciencia , caritativos y
génerosos, que no han olvidado cuanto
hay de sacerdocio en la noble profesión
de aliviar la salud de la humanidad do .
liente .
El grupo de farmacéuticos vive à la
sombra del de los médicos, á cuya féru .
la están intimamente sujetos; y unos y
otros, dependen de la Facultad de medi
cina, cuerpo libre y soberano independien
te del gobierno mismo, y centro primor
dial de toda la evolución del sistema.

V.

El personal de ingenieros, arquitectos


y agrimensores, que en un tiempo fué
numeroso y constituía carrera honrosa y
lucrativa, ha venido decayendo más y
más cada día, hasta el punto de que
casi no existe. Los pocos individuos
que forman en este cuerpo, inclusive
los que figuran en primera fila, si viven,
como profesores, peritos tazado.
res, y en fin como empleados públicos
especiales, inás que como ingenieros pro .
piamente dichos; y los de clase 2.a ÿ 3. *
no alcanzan á ganar ni el jornal de in
peon, estando condenada esta carrera
å una extinción completa y á perecer
todos los que no se animan á emigrar
-
111

al, extranjero como muchos lo han he.


cho ya .
No se crea sin embargo que en L na y
en todo el Perú no haya obras que ha
cer. No solo las hay, sino que para su
ejecución sería poco el personal que se
axticia en Lima ; pero el desgobierno
absoluto á que ha estado condenada . la
República ha paralizado todos los resor
tes de la vida nacional; y los caminos y
las obras públicas que el Perú tanto
necesita para su adelanto , di nieron ce . ;
der. el paso á los rifles y cañones y á los
gastos en Europa, de representaciones
sólo destinadas al pago de servicios de
camarilla . Es de esperar que con el nue
vo réjinner en que la República va á en
trar, vuelva el movimiento y el trabajo
á dar vida a todos los elementos de ri :
queza que el país encierra y entonces,
volverá el personal de ingenieros á en
contrar trabajo estimado y remunerado
como es debido.

VI.

El personal encargado de la instrución ,


entre nosotros está muy mal rentado ;pero
es grato declarar que ha mejorado mu
cho su situación respecto de la que tenía
20 años ha. El Reglamento de Instrucción
pública decretado en 1876 por la admi.
112 -

nistración Pardo, contribuyó en gran


parte á esta mejora. Desgraciadamente
se dió en ese reglamento más importan
cia al personal que á la enseñanzu ; y de
ahí resultó una independencia de los
cuerpos docentes, que ha producido en
la educación pública daños incalcula
bles ; y que concluirá por destruírla
por completo , si no se piensa de un
modo serio en restituír al Gobierno sus
lejítimos fueros ; y si no se restablece la
verdadera doctrina, haciendo de los
que enseñan el medio y no el fin , de una
ley de educación.
Entre tanto ; los que saben vivir, han
hecho del asunto instrucción un negocio
productivo, acaparando a la vez los car
gos mas incompatibles, para acumular
rentas que aisladas serían escasas, pero
que reunidas en la misma persona per
miten hasta la capitalización de no pe
queña parte. Un mismo individuo ense
ña á la vez en escuelas de instrucción
primaria, en colegios de instrucción me ,
dia, en los establecimientos de instruc
ción superior y en la Ilustre (Universi
dad de Limna; y todavía, le queda tiempo
para ocupar algun puesto rentado, para
dirijir colegios, para dar en las casas
lecciones particulares, y para ocuparse
de muchos otros asuntos, sin perjuicio
de escribir textos para casi todos los
113

ramos de la Instrucción pública. Al lado


del que por tales medios, se hace de
una renta de 6 á 8 mil soles anuales, está
el pobre joven estudiante, que enseña
en los colegios con el nombre de profe
sor, dos ó cuatro horas por día, á cam
bio solamente de un plato de comida
o de una miserable propina de 4, 6, ú8
soles al mes ; que en raro caso, recibe
puntualmente y casi nunca puede ver
junta en su mann.
Por supuesto , predominando el elemen
to especulador, de la educación pública
solo queda el nombre; y los pocos hombres
que realmente se ocupan de este elevado
ministerio de la democracia moderna, tie
nen que luchar para ganar su vida, con
la mala atmósfera que el mal elemento
les ha creado y que solo podrá desapa
recer cuando se quiera deveras que haya
en el Perú, un sistema de educación públi
ca, y no de canonjías rentadas para unos,
y de jiros anticipados, sobre el panteón,
para otros, como hasta hoy sucede en
materia de enseñanza,
En el Libro último de esta obra tra
taremos de esta cuestion bajo su punto
de vista educativo, y allí seremos más
precisos.
Al lado del personal de maestros pro
piamente dichos debemos considerar los
sacerdotes y los religiosos que se ocupan
8
11

de educación ; tarea que en los inoder


nos tiempos, han tomado como principal ,
todos los que visten hábito y se dedi
can al servicio del culto religioso.
La organización, por instituciones es .
peciales á que estan sujetos, tanto los
sacerdotes con los religiosos que for
man cuerpo docente, el favor del pú
blico, y lo sobrio de su manera de vivir,
hace que en ese ramo, la vida nutritiva
se encuentre perfectamente asegurada.
Por otra parte, su sistema de educación
y su consagración absoluta al plan que
persiguen , hace que su mantenimiento
sea justamente compensado con la efecti
vidad de los servicios que prestan ; sien
do estos servicios, verdaderamente úti
les a la sociedad en lo que se refiere á
la educación de la mujer, tanto bajo el
aspecto de la parte moral y domés
tica cuanto en materia de instrucciór.;
asunto en que, casi deben os estar satis
fechos, teniendo muy poco que desear.
En los colegios de hombres, no podría
mos decir otro tanto en materia de ins
trucción, pero sí en el ramo de la educación
del caracter; punto que los sacerdotes vie
nen estudiando desde hace veinte siglos,
siendo en ese sentido muy fuertes y sin
competencia. Sus prevenciones contra la
ciencia, sus distingos en Filosofía y sus
propósitos conservadores, los hace des.
115 -

graciadamente opuestos a la indole de


las modernas sociedades, esencialmen .
te democraticas, progresistas y adorado
ras de la ciencia y del libre examen.
La verdad es que mientras la escuela
liberal no imite a los conservadores en
su modus operandi, será de estos la vic
toria en el dominio de la opinion .

$ III OFICINISTAS Y FUNCIONARIOS


El grupo de oficinistas, comprende
personal que entiende de los procedi.
mientos usados y prácticas adoptadas,
en las oficinas de todas clases, á fin de
constatar hechos y establecer relacio
nes de conexión que interesa conocer
y fijar, para la mejor y más convenien
te conducción de un negccio público
ó particular, El oficinista es el auxiliar
inseparable del funcionario, en la cosa
pública; así como es el brazo derecho ,
del gerente y conductores, en lo que se
refiere a los negocios particulares, obje .
to del comercio, la industria etc. Lo
esencial en el oficinista es la compe
tencia en su ramo, la pasibidad y regu .
laridad en sus funciones , y la estabili
dad en el puesto que desempeña. Pa
ra el funcionario en la cosa pública,
ó para el jerente y conductores en los
negocios particulares, el caracter esen
116 -

cial es en cierto modo opuesto al del


oficinista : independencia y firmeza de
voluntad, claravidencia en los propósi .
tos, actividad y oportunidad en la acción,
acierto en la elección de los medios, y
el éxito siempre, forma en nuestro con
cepto el fondo del caracter esencial, tan
to del funcionario público, como de los
gerentes y conductores de negocios par
ticulares .
En general, es cosa más fácil encon
trar un oficinista que un funcionario ó un
gerente ; pero en Lima, no faltan ni de
lo uno ni de lo otro. Desgraciadamente
estos elmentos, no abundan ; y habria que
reprochar á muchos, encontrarse muy
lejos de corresponder en aptitudes y la
bores, á las exigencias del cargo que de
sempeñan, con manifiesta ausencia de
las condiciones apuntadas.
El número de oficinistas en Lima, pue
de clasificarse como sigue :

Poder priblico .
Personal. Renta. Total.

Oficinistas loo 2,400 S, 240,000


Id auxiliares loo 1.000 100.000
Id amanuenses 200 600 120.000
Funcionarios loo 3000 300.000

500 760 000


117

Instituciones diversas.
Ofi cinjetas 50 2,400 s . 120,000
Id auxiliares 50 1,000 50,000
Id amanuenses 50 600 30,000
Funcionarios 50 3,000 150,000
Suma S. 200 S. 350,000

La industria y el comercio.
Oficinistas 50 4,009 S. 200,000
! d . auxiliares 50 1.000 50,000
Gerenti- s y condutores 200 6,000 1.200.000
Suma S. 300 1 , 150,000

Resúmen ,
Poder público 500 S. 760,000
Instituciones diversas 200 350.000
Industria y comercio 300 1.456,000

Suma 1.000 2.560,000

Serian 2.600,000 soles, considerando al


presidente de la República cuya renta
debe estimarse en 40,000 soles al año .
En el anterior cuadro hemos compren :
dido á los oficinistas de todos los ramos
del servicio público, asi como a los de las
distintas instituciones у á los que sostie.
ne la industria, el comercio etc. Con to
do su número llega apenas á 1,000 y su
mantenimiento , respeto del gobierno y
las instituciones, no representa sino un
118

millón de soles al año. ¿ Donde está pues


esa decantada empleomanía de que con
tanto énfasis hablan los que se creen po.
seer el secreto de los males que aflijen á
esta sociedad ? Así pasa con muchas opi
niones, que corren de boca en boca y al
fin quedan como axiomas inconmovibles,
no afirmando sin embargo otra cosa que
la ligereza o insanidad del que las inven
tó y la falta de criterio de los que las
hacen correr .
No; la empleomanía no existe entre
nosotros, ni puede ser causa directa de
los males que aflijen á este país. Lo que
si existe es la emplomalía, si se pos per
mite la palabra; es decir, los malos em :
pleados, eso es lo que existe , y es allí don
de debe encontrarse la causa de los males
que abruman al país, en cuanto estos se
refieren á la administración de la cosa pú
blica. No es su número, es el modo coino
desempeñan sus cargos , lo que hace ese
ramo poco simpático á la opinión pública;
y este mal es felizmente muy fácil de re
mediar, y tanto más fácil , cuanto que
siendo tan pequeño el número de emplea
dos, su remoción cuando no cumplen sus
deberes, no puede presentar resistencias,
ni fundadas ni poderosas, en el cuerpo
social ; y si el remplazante significa me
joría , es muy probable que se ponga la
119

opinión pública del lado del funcionario


que ordenó el cambio.
Justo es también que los poderes pú.
blicos paguen sus servicios, con menos
mezquindad de lo que se hace, prcini
palmente a los funcionarios públicos;
desde el Jefe del estado hasta los direc
tores de las oficinas, encargados de aten
der cada ramo del servicio ; pero hay
también derecho para exijir á estos que
cumplan su deber, corno hasta hoy no ha
sido costumbre hacerlo . Con todo, cree
mos que el asunto de renta , significaría
una aplicación de los principios de eco
nomía política, conforme á la justicia y á
los bien entendidos intereses públicos ;
pero de otro lado cremos también , que
ningún sueldo será cupaz de hacer de un mal
funcionario ó de un mab oficinista, el tipo
opuesto. Solo el modo de ser moral de un
empleado y susaptitudesespeciales pueden
hacerlo digno del cargo que se le confía;
todo lo demás es completamente inutil.
El comercio y la industria dan el modelo
que debe tomarse, si se quiere obtener
un buen servicio.
En el comercio, no hay propiedad de
empleos; pero sí , hay estabilidad fun
dada en la efectividad de los servicios
producidos por el empleado. En el co
mercio, el mal dependiente es despedido
sin retardo; pero el bueno, es sostenido
-
120

en la casa y promovido á cargos mejores


á medida que vá revelando aptitudes pa
ra los negocios. Cuando esas aptitudes
no son corrientes y conducen al emplea
do á funciones importantes, por el mon
to de los capitales y la inagnitud de las
operaciones con ellos realizadas, el em
pleado pasa á ser gerente ; y entonces,
goza de renta holgada y tiene cierta parti
cipación en los negocios ; de modo que,
nunca está en lucha la moralidad del em
pleado en las necesidades mas apremian
tes de su vida .
Cuando en el gobierno de la cosa pú
blica , se haga lo mismo, mucho habrá ga
nado el servicio público ; pero desde
luego es evidente , que son malos medios
para llegar á ese fin : la propiedad de los
empleos, el ascenso por antiguedad, la
mezquindad de la renta, la falta de pun
tualidad en su pago, y la conservación
en su cargo de empleados perezosos, inep
tos, ó escasos de moralidad . Mucho con
tribuiría á lograr esta reforma la acción
de los que nrandan , pero también tende .
ría á facilitarla el personal mismo de los
empleados y funcionarios ; y esto, si em
peñándose, en llenar cumplidamente sus
tareas, fuese manifiesto para el público
que sus intereses eran bien manejados,
у cada cual encontrase en el funcionario
ó empleado con quien tuviere que tocar ;
1:21 -

ño la insolencia y el que me importa, de


que hacen tanta gala los malos emplea
dos, sino el buen servicio , atención y ma
neras con que siempre deben presentar
se al público, los que reciben sueldo de
esc público, precisamente para atenderlo
y hacer, con el mejor servicio posible,
verdaderamente util el ramo confiado á
sus aptitudes, no menos que á su hono
rabilidad y buena educación . Es conso
lador, sin embargo, que no falten em :
pleados y funcionarios, muy dignos bajo
todos conceptos, de la estimación y res.
peto de todos los hombres de bien .
Bajo el punto de vista nutritivo , la vi
da del empleado público en Lima, es na
da codiciable. Si el empleado no es hono
rable , tiene muchas entradas extraordi.
narias y puede gastar el tren de un hom
bre acaudalado ; pero ello despierta bien
pronto la murmuración pública, que lo
hace el blanco de todas las censuras, ca
da día más vivas, hasta que , de un modo
ú otro , resulta separado del puesto que
tan indignamente quizo explotar; y como
lo fácil de adquirir fué seguido de igual
facilidad para gastar. al poco tiempo de
destituido, se ve : pobre, desacreditado y
despreciado, no solo de los hombres
honrados sino también de sus mismos
cómplices 6 compañeros de arte, que
no pueden perdonarle, la imbecilidad de
1:22

haberse dejado despedir, cuando otros


más listos se han podido mantener en
sus puestos, a pesar de la fama que los
rodeara por todas partes.
Si por el contrario, el empleado es ho .
norable, goza en el público de la debida
consideración ; pero lo mezquino de su
renta , y más todavía, la inseguridad de
percibirla puntualmente, lo hace desgra
ciado en el hogar ; viviendo siempre en
la escaséz ó en la miséria , donde vé sola
mente sufrir, á los seres que más quiere y
por los que trabaja sin descanso ; todo
para que al fin del mes, el sueldo no
īlegue a sus manos sino con algunas
mermas ; no escapando núnca, al mé.
nos, del 17 al habilitado, plaza que no
creó sino el abuso, para hacer más triste
la condición del empleado cuinplidor de
su deber.
De otro lado, se le presentan á cada
momento las ocaciones de vivir mejor,
poniendose á la sombru de los explota .
dores del fisco en cuyos asuntos intervie .
ne ; y en esa lucha constante ,entre su de .
Her y su conveniencia, no faltan sus caí .
das, que lanzan por el camino del mal á
muchos hombres, que hubieran sido mo
delos de honorabilidad y buen servicio.
Al lado de los dos tipos anteriores es .
tá el empleado sinvergüenza que solo ha
buscado el destino para tener un sueldo,
1:23

sin preocuparse de ganarlo jamás, sino


de recibirlo siempre adelantado. El em
pleado sinvergüenza, no va núnca á su
oficina, ó si va es para conversar y para
fumar, ó para escribir en todo el día un
oficio de diez renglones, ó para salir con
un amigo á tomar su copíta en el lugar
más próximo ; sin que le procupe en lo me .
nor, ni su jefe inmediato, ni los que le si
guen en rango, pues se atiene á que el
puesto habiendoseio dado algún persona:
je muy poderoso, nadie se atreverá á cau
sarle la menor molestia, temeroso de su
venganza ; y la verdad es que muchas ve .
ces se hace efectiva, nada menos que con
la destitución del jefe que intenta poner
remedio á tanta irregularida 1.
El hombre que se encuentra con fami
lia y obligaciones, en la condición de em
pleado, no tiene otro medio que seguir en
el pozo donde ha caído ; pero el jóven
que todavía no tiene obligaciones , ni fa
milia que mantener , debe no olvidar que
ja nás debe solicitar ni aceptar destino ,
sin tener la seguridad, de haber renuncia
do, con ese solo acto de su vida, toda es
peranza de bienestar, si es trabajador y
honorable. Si no lo es, podrá esperar
con los empleos gozar de muy buenos
tiempos; pero siempre, con el desprecio
público a su lado y la seguridad de caí
das у levantadas , que á veces terminan
1:21

en la Penitenciaría ; peligro que aumen .


tará, sin duda, a medida que mejore la
constitución de los poderes públicos del
país.
§ IV. MILITARES.
En el grupo de militares, comprende .
mos el Ejército y los cuerpos de policía ;
en todo, de General á soldado, y de Ma .
yor de guardia á celador ó gendarme.
Puede estimarse que la población mi .
litar residente en Lima comprende lo si
guiente :
Individuos Renta Total
Jefes V oficiales.. 300 -2,000-600,000
Soldados etc ... ..3,000- 300-900.000
Guardias y gendarmes 700- 400 230,000
Son .... 4,000 - S/. 1.750,000
Entre nosotros no hay carrera militar
todavía. Todo el que tiene más miedo á
la miséria que á la muerte , es militar. Si
además es audáz y valiente, puede lograr
ascensos con facilidad y llegar á ser jefe
en poco tiempo. Toda su ciencia y su
moral consiste, en saber moriren su pues
to y en ser leal á la causa que abraza ó al
gobierno á quien sirve : lo demás es
asunto del sastre, y depende del físico
con que lo proveyó la naturaleza al venir
al mundo. La suerte y los vaivenes polí
ticos se encargan después de llevarlo con
125 C

igual facilidad al sólio presidencial tan


to como al cuartel de los invalidos ó al
cuaderno de indefinidos. Eso solo se sa
be cuando se realiza .
Con todo , no falta un media docena ó
más quizá de militares instruidos, hono
rables y dignos bajo todo aspecto de la
carrera que han abrazado ; pero son tan
pocos y despiertan tanto el celo de sus
compañeros de armas, que cualquiera fal
ta que co :noten es suficiente para poner
los de lado ; y muy pronto , se ven obliga
dos á tomar otra carrera .Tampoco faltan
casos en que la moralidad y la virtud cí
vica, 110 abundan , alli donde habría como
instrucción , mucho que estimar; y entón
ces todo depende de los vaivenes políti..
COS,
La escuela militar se ha fundado mu
chas veces, y de el! o nos ocuparemos al
tratar de las Instituciones ; pero como la
duración de esa escuela ha sido siempre
intermitente, los pocos jóvenes que de
ella han salido con alguna instrucción ,
incompleta siempre, han ingresado á
carrera con más pretenciones y vanidad,
que ciencia y experiencia militar; y lo
uno y lo otro, ha hecho que su persona
lidad pase desapercibida, cuando no ha
sido eliminada, por los que se sentían ce
losos de su superioridad relativa, o de su
petulancia y vanidad.
126

Bajo el punto de vista nutritivo, el ofi


cial y el soldado son pagados puntual.
mente de sus haberes, y si bien la renta
es exigua para los jefes y oficiales, para
el soldado, puede decirse , que es holga .
da. En la carrera militar, los grandes
cambios son la ley de su vida , y pronto
se acostumbran a las mayores privaciones
como á las más grandes comodidades. El
cambio loco les impresiona, porque sabe
bien que esa es la condición con que se
alquiló la casa, y estan acostumbrados á
seguir esos vaivenes.
Con estas limitaciones, puede decirse
que el militar en servicio, tiene funciones
propias, que justifican su existencia. Sin
el concurso de la fuerza pública sería
imposible mantener el orden en el inte .
rior ; y , para lo que se les paga, lo que se
les exije, lo que se les considera y lo que
se les asegura contra el hambre, hacen lo
suficiente con lo que hacen , y ganan la vi .
da verdaderamente. Pero es ya tiempo de
preocuparse en forma de la creación de la
carrera militar : legislando sobre el núme .
ro de oficiales y jefes que deben haber,
y exijiendo además ciencia y experiencia
técnicas para ocupar esas plazas; limi
tando los ascensos en número, y sujetán
dolos á condiciones elevadas; y final
mente dignificando los cargos y ase
gurando á esos militares la renta co .
-
- . 1 : 7 --

rrespondiente, en servicio ó en su casa ;


de modo que en ningún tiempo, tengan
que pensar en la miseria , ni en otra carre .
ra que la que han abrazado, una vez que
tuvieran méritos para ello. Entonces ha .
brá ejército , y el País le deberá mucho,
para su respetabilidad en el exterior y
para el imperio de la ley en el interior .
Pero si el militar no tiene la sen U
ridad absoluta de no ser despedido y des
pojado de sus derechos y honores , y es
to precisamente cuando cumple sus de
beres, es imposible que la carrera sea
otra cosa que lo que hoy es : un medio de
pasar la vida, tan malo como cualquiera
otro ; pero en el que , si mucho se arries
ga , mucho también se puede ganar, si
sale bien la partida.

Š v . CÈNTRATISTAS Y REMATISTAS.
El contratista y el rematista son los
tipos de los liombres listos, emprendedo
res y de negocios. Para el contratista y
el rematista, todo es plata, todo se coti
za y todo es posible ; el contratista, estu .
dia los menores accidentes de las cosas
en cuanto pueden dar provecho ; y hace
de cada funcionario y empleado público.
un análisis profundo, que le permite es
tár al corriente de cuanto se refiere á su
persona y condiciones de vida. Para el
128

contratista y el Rematista, hay siempre


dos pesas y dos medidas, según que tra
te con quien puede serle útil ó quien de
nada le sirva ; y fácilmente desconoce hoy
lo que ayer fué objeto de todas sus aten
ciones. El contratista y el rematista
ha estudiado, como nadie, la flexibili.
dad y la rigidéz de la espina dorsal. Son
atentos, cumplidos, expléndidos, cuan .
do las cosas caminan : y por el con
trario, son bruscos, distraidos, descor
teces cuando nada tienen que esperar.
Si el poder se ejerce por persona amiga,
el contratista está siempre dispuesto a
hacer concesiones al público, en todo
órden , porque sabe que léjos de eso , se .
rá el contrato mejorado en su provecho;
pero si en el poder no estan los que pue .
den servirlo , el contratista se mani
fiesta muy celoso de la ley, muy par
tidirio de la fidelidad de los contra
tos, y verdadero adorador del poder ju .
dicial , que considera como el amparo se .
guro contra toda iniquidad.
Este doble juego, permite al contratis .
ta aplazar ó precipitar la solución de
cualquier asunto, y llevarlo del poder ad
ministrativo al judicial ó de éste á aquel ,
según que el barómetro marque calma ó
tempestad. La inestabilidad de los car
gos públicos, hace muy pronto cambiar
el personal y entonces el contratista
129

cambia el rumbo de su nave, seguro de


encontrar abrigo en el mismo puerto don
de hubiese sucumbido, á no haber levado
anclas á tiempo oportuno.
Es pues asunto casi imposible que los
contratos y remates no signifiquen , siem .
pre,exacción escandalosa y daño público ;
siendo su consecuencia inevitable, la rui
na de los más, el perjuicio de todos, y el
indebido é inmoderado enriquecimiento
de unos pocos, que saben trabajar esos
negocios .
El mecanismo ha jugado tanto, sin em
bargo, que se han hecho conocer ya mu
chos de sus procedimientos ordinarios ;
y no dejan de ser interesantes, Ponga
mos un caso para hacernos comprender .
Un contratista lee en un periódico un
artículo de variedades, que habla de la
implantación de un nuevo servicio ,en vir
tud del cual una empresa, por ejemplo ,
trasmite à domicilio por medio de hilos
eléctricos , cantidades determinadas de
fuerza viva equivalentes á las que produ .
ciría unmotor que fuese instalado en el
lugar. El contratista nada entiende de
mecánica, ni quiere entender ; para él, se
trata solamente de un medio de trasmi
sión de fuerzas, que produce cierta eco
nomía, repartible entre el consumidor y el
productor. El contratista apenas ve ese
recurso, se pone á la obra y comienza á
9
.
130

tomar datos y hacer averiguaciones de


carácter estadístico sobre el monto del
asunto, en la localidad ; y si de esos estu
dios resulta que se puede hacer negocio,
pasa á la obra, comenzando por presen
tar una solicitud á la autoridad respecti
va ; en cuya solicitud ofrece de todo, pe
to en los términos vagos en que las co
sas le son conocidas y poniendo los pre
cios más exajerados, por lo mismo que él
propiamente nada sabe del asunto.
Los periódicos dan cuenta de los pasos
de la nueva Empresa, y desde ese día el
contratista principia su tarea principal.
Unos vienen á pedir que los prefiera en
la repartición de las acciones; otros le
ofrecen sus influencias en la administra .
ción para lograr el negociado; algunos
van á solicitar trabajo, y entre ellos no
falta quien conoce el asunto mejor que
el contratista y solicita que se utilicen
sus conocimientos con preferencia á
cualquier otro. El contratista toma nota
de todo, ofrece su protección y da espe
ranzas ; pero tiene el cuidado de decir
por separado al que crée conocedor del
asunto, que le haga un memorandum por
escrito , porque según sus cálculos cree
que hay error en las apreciaciones . EI
técnico, teórico ó práctico, hace su ine .
morandum lo mejor posible , y sin saber
lo da al contratista todos los medios de
-
131

conocer la cuestión , sin que éste le pague


su trabajo, sino con una oferta de tenerlo
en cuenta para cuando se haga el nego
cio .
Con las luces adquiridas, llega por fin
á ver el contratista , bien claro en el asun
to, y si resulta necesario , amplía ó modi
fica su primera propuesta y activa y ges
tiona su despacho, hasta lograr, lo que
sucede casi siempre, la concesión solici
tada. Expedido el decreto y ex :endida
la escritura pública, se trata de buscar
los capitales y entonces viene el caso de
gastar alguna representación y se hace
el objeto de la emulación de los demás.
Si el contratista tiene algo, comienza los
gastos ; y se dice que todas las acciones
las ha tomado un sindicato , que por lo
demás solo existe en la imaginación del
contratista ; pero si el negocio vale la pe.
na, no tarda en formarse un pequeño co
mité que aparece dueño de todas las ac
ciones y con capital suficiente para el lo
gro de la negociacion. Si este pequeño
comité puede sostener los trabajos algún
tiempo, las acciones tienen cierto valor y
poco a poco van entrando en el público,
que es el verdadero pagano, y con cuyos
fondos se realiza el negociado, llevando
sobre sí las acciones llamadas de gracia ,
que no bajan del 25 % de todo el capital
nominal de la empresa, y además la ge .
132 -

rencia del negociado y el Reglamento


de la compañía ; pieza que aparece para
cada accionista efectivo, toda hecha, á
imágen y semejanza del empresario prin
cipal .
En ese pié las cosas, puede resultar
malo el negocio ; y entonces los gerentes
hacen suelta de sus acciones á buen pre
cio y con prudente reserva , y los accio
nistas se encuentran derrepente con que
su dinero ha desaparecido y se hallan en
la miseria , en tanto que los promotores
del negociado que han comprado á la ba
ja y vendido en alza , salvan del naufra
gio y con un capital que no tenían . Si el
negocio sale bueno, la gerencia hace de
modo que las cosas aparezcan en senti
do contrario ; el pánico se produce, y los
accionistas venden sus acciones , de mo
do que éstas vienen a parar er manos de
los gerentes, Una vez los títulos del ca
pital en poder de camarilla , hay varios
medios de hacer el negocio, y nosotros
solo citaremos los dos que en Lima han
sido de uso y práctica; sin que haya mo
tivo para creer, que esto no sea repetido
cuando la ocasión se presente. La em
presa, si tiene apoyo en los poderes pú
blicos hace una propaganda humanita
ria y filantrópica en favor de las fami
lias que pusieron en ese negocio sus eco
nomías, en favor del crédito etc. , y la
prensa se agíta hasta que el asunto cue
la ; y entonces el gobierno hace nuevas
concesiones, condona algunos cargos etc,
bonificando el asunto; y en uno y otro
caso la camarilla , dueño ya de todo el
negociado rectifica si: rumbo ; y goza
tranquila del dinero que no gastó y de
las concesiones y condonaciones que ob
tuvo en nombre de un público que no
existe ya.
Cuando no se procede así, porque el
negocio es bueno efectivamente, se hace
de modo que resulte malo , lo que es faci
lísimo pretestando alguna obra de mejo.
ramiento que exija el aumento del ca.
pital social , cosa que hace el litógrafo
selamente, Se emiten acciones, hasta
que repartidos los provechos,apenas pro
duzcan un 4 % al año en lugar del 20 ó
30 % que producirían efectivamente so
bre el capital verdadero ; y así aparece la
empresa víctima de un mal negocio que
sólo dá el 4 % , en un pais donde el 12,
18 y 20 % , son lo más corriente,
Por último, si el negocio es malo efec
tivamente, se gastan influencias y se dan
pasos, hasta que la Empresa aparezca
víctima de algún despojo por parte del
Gobierno ; y para transar la cuestión , se
arregla que las acciones sean compradas
por el Gobierno y cainbiadas en crédito
público ; pero como esta operación se ha
134

ce despues que los accionistas han cedido


sus acciones á un precio muy bajo, cual
quier castigo que haga el Gobierno al
canjearlas, nada significa para los Ge.
rentes, que siempre recibirán el doble
de lo que les ha costado cada acción .
La práctica de estos manejos, y lo po .
co conocidos que son , por una parte , y
por otra, la falta de espíritu de empresa
y de capitales, y la escasez consiguiente
de individuos capaces de realizar esta
clase de negociados , hacen de ellos el
mejor filón que se explota en Lima; y
constituye de la clase de contratistas y
empresarios, la más poderosa y más fa
vorecida .
Bien puede estimarse que el grupo de
contratistas comprende unas 1,000 per
sonas y sus provechos por año no bajan
de 2.700,000 soles ; todo repartido así :
Contratistas Ge
rentes .. 100 10,000 1.000,000
Auxiliares .. 400 3,000 1.200,000
Pequeños nego
ciantes 500 1,000 500,000

Suma .... 1,000 S 2.700.000


Hemos descrito la clase superior de
los contratistas ; pero debemos recordar
que esa familia de contratistas se en
cuentra hasta en el empedrado de las
calles ; pues el todo para ser contratista ,
135
estriva en ser listo, emprendedor y
flexible ; y como ellos son pocos y los tra
bajos públicos no faltan , siempre tienen
campo donde ejercitar sus aptitudes los
grandes y los chicos.
Sin los contratistas, hubieran dejado
de hacerse muchas obras de utilidad pú
blica ; pero tambien hubieran dejado de
arruinarse muchos hombres de bien , y
de.estar hoy en la miseria , familias que
tenían asegurada su subsistencia . Las
cosas , sin embargo, seguirán como hasta
aquí, mientras no se dicte una ley espe .
cial y sabiamente estudiada que fije los
procedimientos y limite el cainpo de las
concesiones, y que por otra parte pres
criba lo necesario á hacer efectiva la
responsabilidad civil y criminal de los
gerentes de compañías anónimas y co
lecticias. Entonces podrán distinguirse
los contratistas y rematistas honorables,
verdaderas palarcas del progreso social,
de los que simplemente parecen serlo, y
entonces el espíritu de empresa se desa
rrollará debidamente, sin temor á los pe
ligros de que siempre ha sido rodeado
entre nosotros ,
Hasta hoy, salvo raras exepciones, pue
de decirse que en Lima, toda empresa co
lectiva principia por ser un castillo de
barajas, que echa por tierra el mas ligero
movimiento de aire; pero si ese movimien
136

to no tiene lugar en los primeros mo


mentos, la pequeña familia de arañas co
mienza a tejer su tela, y poco a poco el
castillo de naipes toma solidez y asegu
ra sus conexiones, llevando sus hilos
del poder administrativo al poder judi .
cial y de éste á aquél ; haciendo su ali
mentación con las pocas moscas que en
cuentra en el camino, y terminando por
constituir un sistema sólido, capaz de
desafiar á un huracán ; y una vez este
aparato terminado, pueden las venturo
sas arañas que allí se anidan , pedir al
sastre y al peluquero la prestación de su
arte para que las vistan de decente ; y en
tɔnces, ay ! de las moscas que habitan
las regiones mas próximas: todas ellas
sucumbirán sin piedad , y ningun poder
humano podrá destruir la fuerza de la
empresa, que desde entonces tendrá á su
lado el apoyo de los hombres de orden,
el respeto a la propiedad, etc , etc. , etc.

§ VI. RENTISTAS .
I

Prescindiendo de los que viven de los


arrendamientos de sus propiedades rús
ticas ó urbanas, de contratos, présta -
mos etc,, que pertenecen á la clase de
i 1:37

comerciantes é industriales, nos toca


ocuparnos ahora solamente de los que
perciben cierta renta que no depende
de contraíos ni de trabajo alguno de re
caudación , sino de la posesión de un
cierto título , en , que se contrató el dere .
cho de percibir la renta .
Los títulos de deuda interna, los bo
nos municipales, los de cédulas, Bancos
hipotecarios; las acciones de las empre .
sas de agua, gas etc. producen durante
el año un cierto interés, que constituye
para los poseedores de esos títulos, una
renta fija para atender á sus necesida
des. Por otra parte, los servicios recono .
cidos á antiguos empleados de la nación,
á los militares, á las familias de unos y
otros dentro de ciertas condiciones,
constituyen una nueva fuente de renta,
pagadera, más o menos, á favor de la cual
hay otro grupo de la población que pro
vee á sus necesidades .
Podemos pues considerar en la cate
goria de rentistas dos clases bien distin
tas : los tenedores de títulos de crédito ó
cedulistas, y los pensionistas pasivos
del Estado . Su significación cuantitativa
puede apreciarse así :
Cedulistas....... .... 1,000 2,000 S. 2.000,00
Pensionistas pasivos .. 1,000 500 500,000
Suma........ 2,000 S.2.500,000
138

ligi 90 % ........... 1,000


Estudiu ! rS ........ 5,000

Suma ..... 8,000


La fluctuación constante de los valores
cedularios y el inícuo sistema de explo
tación que caracterizó al último Gobier
no militar, en el pago de las listas pasi.
vas, siempre insolutas, hasta que el
ágio las había hecho suyas, son las aris
tas contra las cuales debe chocar cons
tantenente la fortuna del rentista ; y ge .
neralmente sucumbe en la demanda, per
diendo sus cédulas ó no percibiendo sus
pensiones. El desórden administrativo
que imperó hasta poco hace, y que llegó
hasta haber suprimido el servicio de la
deuda interna ; la infaine costumbre de
explotar sobre el presupuesto , y otros
habitos que han aniquilado al Perú en
nueve años de paz infamante y ruinosa,
pueden dar la clave de la desgraciada
condición á que se han visto reduzidos
los que debían haber esperado, como
rentistas, tener mejor asegurado que
nadie el pal de cada día.
Familias de ilustres ciudadanos muer
tos al servicio de la pátria , han debido
sufrir todos los rigores de la miseria ,
viendo además á inconmensurable altura
y llenos de fortuna y de cinismo á los
que solo supieron explotar con el fisco,
139

amäsando en libras esterlinas las lágri


mas y la vergüenza de familias distin
guidas, despojadas de todos sus dere.
chos y condenadas á morir de hambre
mientras in monton de miserables, tor :
turaban y mataban á todo el que preten .
día poner término á tanto crímen , á lan
ta infamia , á tanta iniquidad, Feliz.
mente, parece que esa época no volverá
más, y la sangre bendita de los 10,000
ciudadanos que han rescatado con sus
vidas la autonomía de la nación peruana,
será fecunda, lo esperamos, para que
en adelante sea inviolable entre nosotros
el derecho del rensionista, y los crédi
tos del Estado no sufran nunca en sus
servicios interrupción alguna. Entonces
tendremos crédito verdadero, y no nece
sitaremos ir á Europa á perder nuestra
primogenitura por un plato de lentejas,
ni estaremos reducidos á ser los párias
de nuestra propia patria, como ha pasa
do hasta hoy.
IL

Al lado de los rentistas podíamos con


siderar dos grupos de población , cuyo
trabajo está mantenido no en razón de
su productibilidad inmediata, sino en
vista de resultados que se persiguen
como consecuencia suya : tales gru
140 .

pós son el de las religiosas enclaustra


das ” el de los estudiantes que no hacen
otro empleo de su tiempo. Se puede es
timar en 1.000 el número de religiosas
de convento y en 5,000 el número de los
jóvenes exclusivamente ocupados de es
tudiar. Unos y otros son sostenidos res
pectivamente por la renta que producen
las propiedades del convento y por los
gastos que cada fainilia hace en la edu
cación de sus menores . Los servicios
que prestan los conventos, como asilo
contra la miseria y el deshonor de las
niñas desgraciadas; y el mayor valor
que toma la personalidad del alumno,
son suficientes para exp.icar la realiza
ción de los gastos que demanda el sos
tenimiento del numeroso personal que
mencionamos y cuyo número hemos es .
timado en 6.000. No consignamos en el
cuadro los gastos de nutrición, por que
están ya comprendidos en la renta de pro
pietarios, comerciantes etc. , á cuyas ex •
pensas se sostiene este grupo, que por
tal razón solo llevamos en cuenta como
masa de población.
111

§ VII. LOS PARASITOS .


I.

Sobre todo organisnio se establece un


mundo de parásitos, y cuando no son
destruidos, concluyen , muàs tarde o mas
temprano , por extinguir la más robusta
organización . En Lima hay dos familias
de esa clase, que toman día a día pro
porciones enormes y que es indispensa
ble limitar, por lo menos, si se quiere
salvar a la ciudad del mal mas serio que
siempre la ha aquejado ; y que conclui
ría por extinguir su vida si antes no
se les sometiera á un régimen sanitario
extricto ; si no se envenena con tiempo
el aire que respira ese elemento mal
sano .
El cuadro parasitario de Lima, puede
descompenerse así :
Indivi . Al año Total
duos.

Mendigos...... ..2,000 á loo S. 200.000


Sin vergüenzas .4,000 ,, 1 000 4.000,000

Suma............ 6,000 4.200,000

Ambas clases son excrecencias de la


entidad superorgánica , y como los hu
mores en la vida animal, corresponden
por su estado y por su cantidad , al es
142

ta lo de salud ó de enfermedal del cuer


po social; y marcan de cierto modo, la
magnitud y proporción del mal que le
aflije. Los mendigos y los sinvergüen
zas de Lira, son el resultado y en cierto
modo , la encarnació'y viva de todos los
vicios sociales; de los errores de educa
ción , de las cobardías morales, y en una
palabra , de todo lo que se hace en una
sociedad contra la ley moral; ley , cuya
violación jamás queda impune, por que
reina inflexible en el mundo de lo libre,como
la ley física impera en el mundo de lo nece.
sario .
El mendigo y el sinvergüenza , son la
expresión tanjible, la objetivación ó in .
dividuación de los errores, defectos y
faltas de todos los habitantes de Lima,
Ellos son nuestra obra , el vivo testimo
nio de todas nuestras culpas y los hijos
mimados, de todo lo malo que ha mere
cido nuestros aplausos; de todo lo iní.
cuo que ha tenido nuestra tolerancia ;
de todo lo injusto, que ha contado con
toda nuestra complicidad. El mendigo
y el sinvergüenza, son respectivamente
la víctima y el verdugo, que ha produ
cido la sociedad, con todos los actos que
se han realizado en su seno , con pres
cindencia de la ley moral; ellos son en
cierto modo, la sanción de los crímenes
sociales. y cocstituyen el índice indica
-

-
14 : 3

dor del estado de la salud pública superor


gánica . Por eso , uno y otro, despiertan
en el ánimo, al mismo tiempo, los senti
mientos de la compasión y del desprecio,
acompañados sien pre de un certo fondo
de tristeza y del recuerdo de la propia
familia ; tal vez, porque de un modo in
conciente, intuitivo, la creemos expuesto
á pasar por ese estado, del que no somos
del todo liberados, toda vez que hemos
hecho ó hacemos algun acto, que evolu
cionando en el tiempo, puede conducir
de un modo reflejo á ese resultado. Ca
ridad y compasión nacen de esos estados
indefinidos del superorganismo, y todo
nuestro ser experimenta penosa emoción
en presencia de esos tipos; culpables sí ,
pero no únicos, del estado miserable á
que han sido conducidos , por la acción
propia , no menos que, por la influencia del
medio en que les cupo desarrollar su mi
serable existencia .

II .

El mendigo se encuentra ya en el últi


mo periodo de la expiación, y sujeto á to
das las privaciones consiguientes y á li
mosnas eventuales , que apenas deben
bastarle para sostener incompletamente
la nutrición de un cuerpo agobiado y en
ferno, y de una almạ que mucho ha des
H

cendido y mucho debe sufrir todavía, pa


ra ganar el nivel que perdió.
El sinvergüenza forma el tipo opues
to en cuanto á las comodidades de la vi
da : vive sin trabajar y siempre está con
tento ; incapaz de ganar la subsistencia ,
la roba, sin descanso; y se pasea inapávi.
do, mirando el imbécil, con aire protec
tor 6 con insolente desprecio , á los hijos
del trabajo, que él nunca conoció. Siem
pre de planton en las esquinas, en los
cafés y en los lugares de perdición, ig
nora el desgraciado, que dista un paso
solamente de la mendicidad ó de la Peni
tenciaría . Sin preocuparse jamás del
mañana ; sin la menor noción de digni.
dad , de deber, ni de moral alguna ; ajeno
á todo sentimiento religioso , y apenas
distinguible del animal por la figura, se
preocupa unicamente de tener dinero
que gastar, venga de donde viniere ; ha
ce del sastre y del peluquero, los únicos
dioses de su culto , y seguro de encon
trar con su auxilio, la esterioridad decen .
te, ya que otra no cabe desear, para un
espíritu sin ideales y para un corazón
sin virtudes. Hombre estómago única
mente , cree que la vida es un fin y su ob
jeto el placer. El infeliz hace la vida mo
ral del chancho y cree, como creería este
animal inmundo, si capaz fuese de creer,
que no hay figura mas perfecta que la
145

suya, ni en el universo tipo más perfec


to que el que Dios le dió,
El sinvergüenza se encuentra en to.
das las clases sociales. En las familias
acaudaladas, se ocupa dè derroclar el
dinero de sus padres y de corromper la
sociedad con sus halagos y con la brillan
tez de que se rodea ; en las familias de
mediana posición, se ocupa en arre
batar á la quadre y á las hermanas cuan
to tienen y cuanto poseen, obligándolas
á sufrir las más grandes privaciones, á
fin de proporcionarse él, todo género de
pasatiempos. Tal vez las hermanas no
tienen ni con que comprarse un traje
de percal en tanto que el sinvergüen
za no falta al teatro jamás; come siempre
en los hoteles mejores, gastaropa deúl
tima moda, y nunca le falta dinero en el
bolsillo. En las familias pobres, cuantas
veces se vé á la ipadre y á las hermanas
del sinvergüenza pasar noches enteras,
de claro en claro, cosiendo hasta volver.
se tisicas, y alimentándose apenas ; todo
para ganar unos cuantos reales, á costa
de improbos trabajos, a fin de poder aten
der á los gastos que demandan los vicios
del sinvergüenza . Hijo inaldito, de algu
na madre desgraciada y hermano de po
bres criaturas, llenas de virtud tal vez, se
ocupa de hacer á estas y á aquella, vic
timas suyas; y debe invertirse en su
10
- 146

provecho hasta el último aliento de las


infelices que vinieron al mundo en tan
mala compañía .
Y cuando todos estos medios no bastan
para los gastos , crecientes siempre, del
sinvergüenza , no falta alguna infeliz á
quien engañar, á fin de contraer matri
monio, no con ella sino con sus bienes,
para tener qué dilapidar en dos dias ; se.
parándose después de la mujer cuyo
bienestar ha destruido por sus vicios, y
arrojandola ez seguida ai abismo de la
miseria, con todas sus espantosas conse
cuencias. Agotado ese recurso ó aún go
zando de él , tiene todavía á su disposi
ción el juego de envite, que con escarnio
de todas nuestras leyes, ha llegado á
ser fuente de renta pública ascendente á
la increible cifra de 150,000 soles an ua
les, en una población de solo 100,000 ha
bitantes.
No ; los poderes públicos no es posible
que permanezcan indiferentes ante ma.
les tan inauditos y que han alcanzado
proporciones tan alarmantes. Precisa
que la vagancia y el juego, sientan la ma
no de la autoridad con todo el peso, con
toda la irritación de una sociedad culta ;
que vé dia a dia, malograrse en fior sus
esperanzas más queridas. Precisa que
jos jefes de familia y los centros de edu
ación eliminen la semilla de la mala
147

yerba. Precisa en fin , que todos sepan


que si en Lima mueren cada año más de
los que nacen , es casi esclusivamente por
que los sinvergüenzas comen y no producen ;
y como son tantos, la renta ganada por
los hombres de trabajo no alcanza para
mantenerlos a todos; traduciéndose el
deficit en una alimentación incompleta,
que lleva a la tumba, muertos por ham
bre, bajo la forma de tísis, á los que de .
bían haber vivido, para el natural creci
miento de la población ; pero que no pue
den vivir, porque su persona ha servido
de pasto á los sinvergüenzas; enjendro
necesario: de la falta de gobierno en el
Estado, en la ciudad , en el colegio y en
el hogar.
-
CAPITULO V.
Del problema general de la nutrición
de Lima.
§ I. LOS DATOS DEL PROBLEMA.
Cuadro general de la nutrición de Lima .
Nutrición primitiva.
¡ Total de Parte sujeta , Importe de
indivi- à la rentami su manteni.
Designación del duos que nimo de 240 miento anual Véase pá
gremio . lo com- goles anua en Soles gina
pone 'es ó menos

Agricultores .. 7.000 5,000 3.500,000 15 , 16


Industriales.... 31,500 13,000 14 980,000 38
Trasportadores 2,660 200 2.410,000 53
Comerciantes. . 14.030 0 18.850.000 65
Transeuntes 1,150 0 500,00 81
Totales ......156,340 18.200 40.240,000
Nutrición derivada.

Servicicios me.
nores ........... 30,000 30.000 5.640,000 93
Profesiones es
peciales .
Oficinistas
2,000 0 2.132,000 101
у
Funcionario's 1,000 0 2.560,000 117
Militares 4,000 0 1.780,000 124
Contratistas y
Rematistas ...... 1.000 0 2.700,000 134
Rentistas . 8,000! 0 2.500,000 137
Parásitos ... 6,000 2,000 | 4.200,000 141
Totales... .152.0001 3:2,000 121.512,000)
Resúmen general
Nutrición pri
mitiva ...... 56,340 18,200 40.240,000
Nutrición deri
vada...... 52.000 32,000 21.512,000
Total general... 108,34050.20061.752,000
150

$ II PLANTEO DEL PROBLEMA DE LA


NUTRICIÓN
I.

Desequilibrio entre las nutriciones primitiva


y derivada.

Resulta del anterior resumen, que las


nutriciones primitiva y derivada entran
en Lima en la proporción siguiente:
Individuos Gasto angal
Nutrición primitiva 56,340 40.240,000
derivada 52,000 21.512,000
Total Lima y subur
vios ..... S/. 108,340 61.752,000
Es evidente, que el trabajo elaborado du
rante el año por los habitantes de Lima,
es real y efectivamente comprendido en
tre los límites indicados ; y para conven
cerse de ello basta observar, que estiman
do en 50 soles mensuales ó 600 soles al
año por cabeza, saldría casi los 61 y pi .
co millones á que hemos llegado, parti
da por partida ; y esa renta media no es
exajerada, siendo como es de 240 soles al
año el mínimo que demanda el sosteni
miento de la vida del más pobre, y no ba
jando tampoco del doble el sostenimien
to para la clase acomodada .
Estimando la población de Lima en
151

cuanto a su distribución por clases, cree


mos acertar repartiendola así :
240 S/. 50,000 clase pobre 12.000,000
600 40,000 media 24.000,000
1,200 18,340) acomodada 22.008.000
108,340 58.008,000
Lo que daría por los 108,340 habitan .
tes unos 57 y pico de millones de soles ,
suma bastante próxima de la que hemos
deducido de los cuadros de detalle . Por
otra parte , á poco que en cada clase pa
sen sus gastos del número indicado ,
excedería la suma de los 62 millones ca
si, calculados anteriormente .
En verdad que no habiendo partido de
datos estadísticos, los resultados que ve .
nimos apuntando no pueden tomarse co .
mo exactos, ni con mucho ; pero si eso es
incontestable , también es cierto que ha
biendo llegado á esos datos por conside .
raciones generales de intuición, verifica
das después por los pocos valores esta
dísticos que se tienen, y bajo todos los as
pectos en que la comprobación es posi
ble actualmente, resulta que el error que
lleven nuestros números es, puede de .
cirse, proporcional en todos ellos; y por
corsiguiente, sería fácil llegar a la ver
dad precisa, toda vez que nos fuese cono .
cida la razón de esa proporcionalidad. Mas
como nuestro estudio sociológico no ver
152

sa sobre el valor absoluto de los consu


mos, sino unicamente sobre las relacio
nes que guardan unos con otros, pode
mos alcanzar con nuestras aproximacio
nes, resultados tan verdaderos y tan
exactos como si conociésemos los valores
precisos respectivos.
Los cuadros apuntados nos permiten
pues hacer el estudio del problema so
ciológico de la nutrición de Lima , hasta
lograr resultados definidos; y para esto
no es estorbo qne la nutrición de la ciu
dad , cueste efectivamente los 62 millo
nes apuntados ó la mitad tan solo pues
to que, todos los gastos bajarían igual
mente en la misma proporción , permane
ciendo inalterable , en uno y otro supues
to, las relaciones entre los distintos gre
mios ; y con ellas las causas de bienes
tar ó malestar que las rodea. Los cuadros
asignados son pues, suficientes para el
examen general de la cuestión.
De ellos resulta que la nutrición pri
mitiva, realmente creadora de riqueza en
el sentido de sacarla de la nada, pues
que á eso se reduce la multiplicación del
grano que siembra el agricultor, el arte
facto del industrial, y el artículo que
trae el comercio etc.; esa nutrición deci.
mos, corresponde á una población casi
igual á la otra que vive por nutrición de
rivada ; es decir, la deducida del saldo que
158

produce la anterior, una vez rebajados


los gastos de su mantenimiento míni .
mo correspondiente al alimento, casa y
vestido ; mínimo que lo hemos visto, sig .
nifica 240 soles por año y por individuo,
ó en toda su totalidad 13.521,600 soles,
que descontados de los 40.240.000, ren
didos por el trabajo en la nutrición pri
mitiva dejan unicamente 26.718,400, so
bre los cuales debe vivir el resto de a
población, por medio de la nutrición de
rivada y sacarse además el exeso solle
el mínimo, que en cada grupo de n l.
trición , consumen las clases media y sl.
perior. Los que viven de la nutrición ds.
rivada son 52,000 individuos, cuyo mí
nimo de consumo exije 12.480,000 ; y co
mo todo su gasto es de 21.512,000, resul
ta que su exeso sobre el inínimo es de
9.032,000; en tanto que para la nutricićn
primitiva el exeso es de 26.718,400 para
una población casi igual , 56,340 perso
nas,
Lo expuesto manifiesta que en la nu
trición primitiva, la facultad de ultrapa
sar el mínimo es tres veces mayor que
en la nutrición derivada ; pues a la pri
mera coresponden 27 millones y á la se
gunda 8 solamente, prescindiendo en am
bos cómputos de las fracciones de millón .
En consecuencia, debemos esperar que
las clases media y superior quedan tain .
154

bién en la relación de 3 á 1 , cuando se


pasa del grupo primitivo al grupo deri .
vado. Los cuadros apuntados no respon .
den en este sentido.
En el grupo primitivo, hay 18,000 in
dividuos de clase inferior contra 38,000
de clase media y superior. En el grupo
derivado hay 32,000 de los primeros con
tra 20,000 de los segundos ; no llegando
en consecuencia, la relación entre ambos
grupos, ni á la proporción de 2 por 1 .
Es pues evidente que en el grupo primi
tivo se usa menos de la facultad deultra
pasar el mínimo que en el grupo deri
vado, debiendo ser lo contrario segun la
efectividad de producciones que resulta
de nuestro cálculo. En otros términos,
en el grupo primitivo hay disponibles
27 millones para 38,000 individuos, que
pueden ultrapasar su mínimo de gas.
tos. En el grupo derivado hay unicamen
te 9 millones para 20,000 de la misma
clase . En el primero hay una capacidad
de ultrapasar los gastos, cuyo coeficiente
es 72 % ,mientras que el segundo es solo
de 42 % . Si en su posición social estas
porciones de cada grupo fueran desigua
les, cada uno viviría tranquilo en su cla
se y el equilibrio sería perfecto ; pero
como viven ambos en el mismo rango so
cial , y mas bien el grupo derivado, pue .
de decirse, ocupa lugar de preferencia ,
-
- 155

resulta necesariamente un desequilibrio


que tiende á la igualación de los coefi
cientes (72 y 42 ) de potencia de gasto ,
una vez que los consumos no solo son
iguales, sino que superan en valor, del
lado del coeficiente menor. Hay pues un
30 l. de riqueza sobre el mínimo que
tiende á pasar de la nutrición primitiva y
la derivada ; y esto se cumple por medios
mil , todos indebidos, todos inmorales,
y todos dañosos al orden social ; y es alli
donde reside a nuestro juicio el caracter
principal de la crisis que atravesamos y
que nació en 1872, y se mantendrá toda
vía hasta que modificado el cuerpo social
áinflujos de esa misma corriente cese es
ta y el equilibrio.sea nuevamente alcan
zado .
II.

Indices y causas
del desequilibrio nutritivo de Lima,
Lo expuesto anteriormente nos ha da.
do á conocer la existencia del desequili .
brio nutritivo de Lima. Sus causas eran
sospechables al menos, desde que el cen
so reveló que en 20 años la población no
habia crecido y desde que la estadística dió
el alarmante dato de ser mayor el número
de defunciones que el de nacimientos, y que
156

el coeficiente de mortalidad de Li na
siempre muy alto, no bajaba de la enorme
cifra de 41
El problema estaba pues planteado
desde hace varios años, y hasta hoy no
sabemos que se haya ocupado alguien de
estudiarlo siquiera. Los sabios de Lima
no encuentran esa materia digna de su
atención . En todo caso es el elemento
pobre el que inuere, y como hay tantos
pobres no vale la pena ocuparse de ellos.
¿ Para qué tampoco ? la inmigración salva
así todo : así vendran otras razas, por su
piesto mejores que la nuestra, y al menos
esas razas no serán tan imbéciles que se
dejen morir. ¡ Habrá Perú ! ¿ qué importa
que no hayan peruanos ?
Nosotros que á Dios gracias pensamos
! de modo muy diferente ; posotros, que an .
tes que la inmigración deseainos regene
ración, y antes que habitantes deseamos
peruanos, abordaremos el estudio de la
cuestión con el interés que nos ofrece ;
sintiendo si , la insuficiencia de capaci
dad para tratar el asunto como nuestra
voluntad quisiera. Entremos en materia ,
Hasta el año de 1872, disponía el Perú
de cuantiosas riquezas de origen gratuito :
quano y salitre, que el gobierno vendía
por cuenta del estado, y cuyos produc
tos reducidos al uno por ciento , por la ra
tería de unos cuantos bribones nacidos
-

-
· 157

aquí, y por la rapacidad de otros Santos


malvados nacidos en el viejo continente,
y no obstante todas las reducciones y
castigos, daba al Estado una fuerte me.
sada que se empleaba en los gastos de
la administración pública ; es decir, sal
VO época del coronel Balta, en suel
dos, pensiones, gastos de representa
ción , y todo, en fin , lo que condujese á
que esa limosna del festin de Baltasar
diera pan y diversiones á un pueblo ig :
norante; y lujo y todo género de satisfac
ciones , á los vicios de un círculo de bri
bones, sin Dios y sin ley, dueños siempre
del gobierno, cualquiera que fuese la
persona del Jefe del Estado.
Sucedía, pues , por tales exepcionales
motivos, que al contrario de lo que pasa
en todo país, entre nosotros la nutrición
derivada era la que arrojaba saldo para
alimentar a la nutrición primitiva ; y la
superioridad social de clase, debía pro
ducirse en la nutrición derivada, más bien
que en la primitiva ; siendo sus recursos,
sus gastos, su poder y sus medios de ac
ción, muy superiores en aquella que en
ésta.
Como el guano y el salitre no habían
hecho sino reemplazar los medios, de mo
nopolios y exacciones de toda especie,
que desde la conquista establecieron los
españoles, para vivir sobre el trabajo y
158

la vida de los vencidos; la clase deriva.


da , que arrancaba su superioridad desde
antiguo y por causas tan análogas, no
necesitó formarse en el guano y el salitre:
le bastó afirmarse en su camino, y desa
rrollarse á favor del nuevo elemento que
le permitía dejar al pueblo, siquiera las
migajas del festín.
Las cosas, pues, tenían en su apoyo la
consolidación de tres siglos, y solo era
posible traerlas a buen quicio por el mé
todo iniciado por el nunca bien llorado
D. José Balta, que comprendió que esos
dineros debían gastarse en la mejora ma
terial del Perú ; y realizando ese pensa
miento , emprendió los ferrocarriles, úni
cos recuerdos que quedan de esa época ;
é inició un : serie de obras útiles, que por
su separación del poder quedaron apla
zadas para siempre. Otro pueblo debía
utilizar mejor esos tesoros que al Perú
no le era dado manejar, porque los rate
ros, sus dueños y señores de siempre, en
contraban que todos los depósitos esta .
ban exhaustos y no había ni un centavo
para la plaza En manos de otra nación,
esos depósitos han alcanzado para cu
brir su suelo de lineas ferreas y llevar á
su flaco organismo, cuanta riqueza y
cuanta vida era posible desear. La ley
moral se había violado y como siempre la
sanción no se hizo esperar .
-

-
sca 159

La existencia de una riqueza gratuita


y la facilidad de poner de su lado una
parte de ella, tanto más considerable
cuanto mayor proximidad se tuviese á
los hombres del poder , hizo en breve que
la intriga política, y su inseparable cor
tejo de bajezas y ruindades , constituyen .
do el medio más fácil de adquirir fortu
na, desvíase de su legítimo curso las ener
gías individuales ; y el trabajo real, la cun .
fianza en sí mismo, el espíritu de iniciu
tiva, la altivez de la propia personalidad ,
y en general todo lo que hace al hombre
digno, y grande.quedase en segunda línea ;
fijándose para los más, lo serio de la vida
no en ser persona, sino en parecerlo. Y po
co á poco en esa pendiente: hombres y
cosas rodaban al abismo; perdiendo la
sociedad todos sus resortes naturales y
enervándose las virtudes cívicas, hasta
un punto que no era posible imaginar.
La invasión extranjera hizo tocar el
fondo, y de él no era dable salir sino por
una reacción vigorosa y continuada , en
que el sufrimiento y el dolor debían ser
llevados muy lejos; tanto , cuanto fué el
alejamiento del orden moral perturbado
en sus más profundas raíces. Era preci
so deshacer el camino andado en mal sen
tido у retornar al rumbo del trabajo, de
la verdad y del bien ; rumbo único, donde
encuentran las naciones elementos de
160

prosperidad y grandeza, y único dentro


el cual es posible la humana ventura.
Es en esa peregrinación que nos ha to .
cado vivir y sólo al fin de ella, podrá es .
perarse el término del desequilibrio que
hay en la nutrición de Lima ; desequili.
brio que subsistirá aún , mientras la vida
nutritiva del elemento derivado, no se li .
mite al exceso de su producción sobre
el mínimo de sus consumos; limitación
posible solamente cuando haya disminu .
ción en los gastos sobre el mínimo, ó au
mento en la producción , ó ambas cosas
á la vez ; y mientras los poderes públicos
y las instituciones todas, no provoquen y
favorezcan este movimiento de retroceso,
destinado á restablecer el equilibrio per .
dido.

III .

Posibilidad de restablecer el equilibrio.


La sociedad, como que es un todo indi.
visible, no se puede modificar sino des .
pués de una larga serie de alteraciones
sucesivas.que demandan muchos años de
labor, y multitud de esfuerzos, encamina .
dos á provocar una reacción saludable :
ya rectificando errores de concepto 6
preocupaciones arraigadas en la opinión
pública; ya derogando leyes malas y sos
- 161

tituyendolas con otras buenas : ya quitan


do á las industrias artificiales y á las de
monopolio las bases en que sustentan un
organismo y una robustez aparente, en
cubridora de un trabajo detentador de la
riqueza agena, lejos de ser creador de
ese elemento, como corresponde á toda
industria ; ya en fin , demoliendo ó modifi
cando instituciones sin espíritu y sin vi
da, petrificadas por vicios y corruptelas
inveteradas; instituciones que lejos de
estimular el desenvolvimiento de las ener
gías sociales y conservar la riqueza ad
quirida, oprimen de todos lados el orga
nismo y extinguen día a día los elementos
acumulados antes, para bien general, y
después enteramente gastados en prove .
cho de particulares y convertidos así, en
elementos generadores de miseria pública
En el libro siguiente nos ocuparemos
de estudiar estas cuestiones con algún de
talle ; por ahora, solo debemos indicar la
parte que a la sociedad corresponde , en
la actualidad de la miseria de Lima. La
opinión pública causa la miseria: 1 , ° cuan
do concede sus favores al éxito triunfan
te , sin considerar los medios que condu
eron al enjendro de fortunas ó de ren
as no proporcionales á los esfuerzos gas
tados en adquirirlas; 2. cuando niega esos
favores al verdadero mérito, que reside
en el cumplimiento del deber y conduce al
11
162

empleo íntegro de las propias energías, en


servicio a la vez, de la sociedad, de la fa
milia y del individuo ; 3. cuando no exe
cra como debiera el ocio y la vagancia,
ni rechaza el demérito moral, Di conde
na las aspiraciones desproporcionadas á
las aptitudes; y 4. ° en fin, cuando no alien
ta la virtud y el trabajo, principios ge
neradores de todo bien humano.
Las leyes contribuyen á producir la
miseria, cuando no han sido hechas en
vista de correjir males conocidos por la
experiencia, 6 de abrir horizontes al en
grandecimiento del país, al mejoramien
to de sus costumbres, al ensanche de sus
fuerzas productoras etc.; sino que,son fa
bricadas á la ligera, sin el estudio debido
y siempre hechas al impulso de algún in
terés bastardo, de algún particular ó de
alguna entidad , que ha buscado en la ma
gestad de la ley el escudo mas seguro
para defender algún lucro de dinero, de
poder o de influencia, cuya explotación
coloque al demérito sobre el mérito, al
vicio sobre la virtud, etc. Esa clase de le
yes las hay en todas partes; y en el Pe .
rú , no son pocas por cierto.
Débese a esas leyes, que el pan , pri
mer artículo de la vida, sea caro y malo,
y esto en mérito del monopólio estableci
do en favor de los molineros, que se han
propuesto mantenerse en un lugar que no
- 163

produce un grano de trigo; como si por


los mismos puertos por donde llega el
grano, no pudiese llegar la harina á pre
cio mucho menor y de mejor calidad ; y
como si los capitales empleados en esa
industria asesina, no pudieran ser em
pleados en otras industrias propias del
país ; en otras, que lejos de segregar el
pan del pueblo se lo proporcionarían
abundante y barato, dándole el medio de
ganar buenos salarios, como sucede con
las industrias nuturalmente propias á ca
da localidad .
Débese a esas leyes, que el agua, el
alumbrado, la carne y todos los elemen :
tos de la vida no solo soporten contribu
ciones enormes, sino que encuentren en
su tráfico innumerables trabas y obstá
culos artificiales, encaminados solamente
á la improvisación de las fortunas con que
los rematistas y contratistas de todos
los ramos de la vida, han encontrado la
manera de producir el hambre, la mise
ria y la muerte, á cambio de su enrique
cimiento particular y exclusivo.
Débese á esas leyes, que el ocioso no
pague impuesto alguno, en tanto que el
hombre de trabajo apenas se inicia en
esa noble via, sea ahogado bajo el peso
de las innumerables contribuciones crea
das por los rematistas, no sobre las ga
nancias de industrias que ni aún dejan
164

nacer, sino sobre las pérdidus que pesan


necesariamente sobre el incauto ; capaz
de creer en la existencia para los pobres
de garantias para el trabajo y de leyes
que le den aliento impulsor; y capaz de
pensar, que el impuesto , que solamente es
oportuno y justo cuando las utilidades
son reales y efectivas, ha de grabar uni
camente sobre esas utilidades; ignoran
do el incauto que apenas se arriesgue en
esa via de esfuerzos y fatigas que cons
tituye el trabajo industrial, verdadero y
sin monopolio, tendrá que sucumbir bajo
la insaciable avaricia de los rematistas.
Débese a esas leyes, que los poderes
encargados de la administración de jus
ticia, vivan de manera que solamente el
rico pueda tener probabilidad de alcan
zarla , después de consumir en los juicios
la mitad de su vida y la mitad de su for
tuna ; porque esas leyes no establecen
sanción alguna, efectiva y real contra el
juez venal, ignorante, trapacero, etc; ni hay
en ellas nada que obligue á ser honrados
á los ajentes del servicio judicial ; per
diéndose todo, en fórmulas, dilaciones,
distingos etc, donde se tritura la propie .
dad, la verdad, el derecho y cuanto cabe
de noble en una sociedad , encadenada á
preceptos tales ; que ofrecen á la iniqui
dad , por lo menos , la garantia de no ser
declarada sino despues de una decena
165

de años; á leyes tales, que el gobierno


mismo, prefiere siempre la mas mala
transacción antes que el séquito de un
juicio interminable , en el caso mejor que
pueda suponerse ,
Por supuesto, que las instituciones des
tinadas al cumplimiento de tales leyes, y
las industrias nacidas á su sombra, son
el fiel reflejo de los principios que encar
nan ; y de allí, que pueda decirse con ver
dad , que en Lima, los que ganan la vida
honradamente, alcanzan ese resultado no
á favor, sino á despecho de la opinión
pública, de las leyes, de las instituciones,
y de las industrias, que dan su ser al
cuerpo social. Mas tarde seremos mas
latos y daremos mas detalles,
IV

La acción individual.

Nos queda, pues, por examinar sola


mente, el factor que pone cada indivi
duo en la producción de su propia mise
ria. Desde luego, en un 'medio mefítico,
dificil es mantener la salud y la robustez
que correspondería á un aire puro y lle
no de vida. El individuo tiene que llevas
consigo la parte proporcional que a todor
nos corresponde, er las imperfecciones
sociales; siempre hechuras esclusivas,
- 166

de todos los seres racionales que componen


la población. El individuo no es pues una
perfección ni con mucho ; la ventaja del
individuo consiste en su personalidad y
por consiguiente , en la capacidad que
tiene de crear por solo su querer y hasta
ciertos límites, su propia riqueza . Nues
tras indicaciones podrán pues, ser objeto
de reflecciones para cada uno ; y si esa
reflección se produce y con ella el princi
pio de reacción nace, la voluntad indivi
dual entrará en juego y el problema de
la riqueza podrá tener solución parcial,
siquiera, é inmediata , lográndose al mis
mo tiempo preparar la reforma, que pro
duzca más tarde ó más temprano , la
trarsformación general del medio que
nos envuelve .
No es pues cierto como dicen los más,
sin saber lo que dicen, que son muy bue
nas nuestras leyes , inmejorables nues
tras instituciones, etc, y que el todo está
en cumplirlas. Ese aserto solo puede te
ner aceptación por lo que llevă de pro
domo sua. Es muy natural que cada uno
defienda el medio en que vive ; es muy
natural que la avispa defienda su panal;
y no le cuadre á la abeja misma, que el
perfumista trate de sacar esencias de las
flores, impidiéndole tomar la miel, para
ella mas estimable; y por eso, es natural
que las leyes y las instituciones á cuyo
167

favor se anidan tantas individualidades,


del género avispa las más, y del género
abeja las menos; todas ellas defienden el
-substractu in de su vida actual, única que
los animales son capaces de percibir;
pero el hombre, en todo el noble sentido
de esta palabra, no conoce solamente la
vida del presente : el progreso es su ley,
y la lucha y el dolor, su arma y su escu
do, para abrirse el camino que al cielo
piuguiera señalarle en el libro de sus
destinos.
Es pues ineludible, que esas leyes y
esas instituciones, hijas de un pasado de
ignominia y de vergüenza, cedan el paso á
otras leyes y á otras instituciones que
encarnen la verdad y la vida ; y lejos de
paralizar y de petrificar la sociedad, la di
rijan y la animen por el camino del pro
greso general; no dando al individuo, si
no la parte que como á centro de acción
le corresponde naturalmente y ha menes .
ter, para llenar su papel , como agente
legítimo de producción, y no como de
tentador de la agena fortuna
Es preciso tambien que cada uno, re
concentrándose sobre si mismo, sepa que
encierra en su sola voluntad un tesoro
de infinita riqueza y ventura , y que solo
necesita querer ejercitar para conseguir
del medio esterior, toda la riqueza que
se pueda desear para el lleno de sus nece .
168 --

sidades individuales y para ocupar en las


sociedad el puesto que le corresponde.
El país, que no fué digno del paraíso
donde la naturaleza lo colocara , era na
tural que fuese arrojado de allí y lanza
do en el camino de la expiación, por el
trabajo y el dolor, único abierto a los
culpables, para rectificar el rumbo de sus
estravíos y ganar poco a poco, el bien
que perdieron , cuando olvidaron que la
ley moral, es absoluta , universul, ineludi
ble ; y que fuera de ella no hay dicha ni ven
tura posible.
V

La reacción

Desde el año 1872, cesó el manantial de


riqueza gratuita que tenía el Perú ; у la
clase de nutrición derivada , lejos de dar
saldo para el fomento de la clase primi
tiva, hubo de buscarlo en ella ; operán
dose en consecuencia , un cambio radical
en el sentido de la corriente; y por ende
un trastorno general , marcado por una
crisis monetaria , que tomó todo su de
sarrollo , cuando convirtió en papel mo
neda de tres peniques por sol , toda la ri
queza nacional , y cuando después de
cruda guerra , quedó amputado el terri
torio peruano , y al garete, flotando en
169

tempestuoso mar, los restos de las lla


madas nuestras instituciones, nuestros le
ves etc, nombres que arrancarian al Dia.
blo mismo la más satánica de sus car :
cajadas .
Que pueden ser al lado de tales
causales , las consideraciones relativas
á la higiene de una ciudad , cuyos alba
ñales, por falta de agua solamente, han
hecho de la más sana de las capitales
un lugar inhabitable para el más robus
to organismo, y han hecho de sus pa
seos, como el de la Exposición , el más
peligroso laboratorio de fiebres perni
ciosas ? que pueden ser tampoco, las ca.
sas de juego , fomentadas por los poderes
públicos hasta producir 150,000 soles
anuales como renta departamental; ¿ que
tampoco, las casas de préstamo que re .
presentan 800,000 soles de ruina anual
para una población apenas de loo , 000
habitantes; ¿ qué, las condiciones de edu
cación ; ¿ qué, los habitos de monopolio ? y
qué, los abusos de autoridad ; ¿ qué, la
falta de una regnlar admicistración de
justicia ; ¿ qué, la nube de ociosos que vi
ven de plantón en las esquinas a las ho
ras de trabajo, en tanto que en escuelas
y colejios, talleres y tiendas, se acusa
su ausencia en la proporción del 50 p !
á lo menos, sin que la policía tome la
menor parte en perseguir la vagancia,
170 --

particularmente en la juventud estu .


diante; ¿ que puede asombrar, la manera
absurda , tiránica, como se establecen y
recaudan los impuestos; ¿ que, decir de
nuestra moneda, todavía de plata ; ¿qué, de
las fortalezas constituidas en ciertas ins .
tituciones y en ciertos periódicos, contra
los verdaderos intereses nacionales ; ¿ que
en fin , tanto y tanto, que solo puede lla
mar la atención de los que ignoran , que
todo, todo , es derivación natural y nece .
saria ;que todo es pura objetivación , del
sentido y de la magnitud de la corriente
que viene actuando y seguirá inconteni .
ble, hasta que despues de arrazado todo,
llegue el momento de reconstituir con los
nuevos elementos,purificadosen el dolor.
la patria nueva, donde se sostituyan el
culto de la verdad , de la justicia y del
bien , á la inmunda relijion del oro á todo
trance, del éxito ante todo, y del goce
siempre.
Pero la opinión pública, las leyes y
las instituciones, son modificables en la
sociedad ; y tambien lo son en el indivi .
duo, la educación , las costumbres , los
habitos etc. Hay en ainbas entidades
energías mil, que es posible despertar;
hay en el espíritu, la capacidad de ad
quirir la verdad ; hay en la voluntad, po
tencia suficiente para cambiar de rumbo
en la acción ; y hay en el mundo físico.
- 171

fuerzas bastantes para vencer resistèn.


cias , y crear riqueza material indefini .
damente . Todo estriba en que esas ca
pacidades, esos potenciales y esas fuer
zas , entren en acción ; y para lograrlo,
basta quererlo así. Lo demás, es solo
cuestión de tiempo ; y ese tiempo, lo
acorta siempre, lo reduce mucho, lo
anula puede decirse lu sola voluntad.
Confianza en sí mismo, convicción de su
propiu personalidad ; y el trabajo no
tardará en restablecer el equilibrio,
tornando en riqueza y ventura la miseria
y la desgracia que hoy nos rodea..
III LA SOLUCIÓN GENERAL DEL PRO
BLEMA DE LA NUTRICION DE LIMA .

I.

El problema de la nutrición super


orgánica, es complicado en si mismo
como sucede con su homólogo en el
mundo de la vida orgánica ; pero si en
esta última, no se vé jamás, en estado de
salud , que la savia 6 la sangre sean
elaboradas ni distribuidas, sino con ab .
soluta sujeción á leyes necesarias, pro
pias de cada organismo ; en el mundo
superorgánico por el contrario, falta esa
ley de necesidád que establece en las
funciones, un órden de prelación, y fija
172 -

en cada órgano un indice de cualidad


y cantidad en correspondencia con la
especie de la individualidad constituida.
En el mundo superorgánico existe esa
misma ley de necesidad , para alcanzar
el tipo más perfecto, pero su realización
está confiada á la acción libre de los ha
bitantes; y estos elementos celulares del
mundo superorganico , no han educado
todavía su voluntad como parecen.ha .
berio hecho ya, las células de los tejidos
orgánicos. Su acción libre no resulta
pues conforme con lo necesario de las
leyes que gobiernan la vida ; y de allí
vienen los desarreglos del cuerpo so
cial, y ese malestar infinito que en Lima
se llama pobreza y miseria solamente ;
pero que en Europa, se llama hambre,
socialismo, comunismo etc.; nombres to .
dos, que en el fondo llevan escrita esta
verdad : el organismo actual de la sociedad
no traduce fielmente la ley moral. No co .
rresponde pues tal organismo al lleno de
sus destinos, 'ni podrá corresponder ja
más, inter no sean cumplidos los precep .
tos de esa ley, fuera de la cual no es
posible encontrar para el hombre ni
dicha ni ventura sobre la tierra .
Dios ha querido que el hombre sea su
propia obra ; y de allí, que la sociedad no
puede alcanzar progreso alguno, si este
no dimana del esfuerzo hecho por cada
173 -

uno de sus miembros; y de allí también ,


ese sufrir y gozar que marca en la vida,
el eterno ritmo del avance y del retroce .
so ; avance y retroceso hacia los ideales
que percibe el espiritu y realiza el es
fuerzo, ganando siempre hacia adelante
por la acción , y desandando también por
la reacción , pero solo en parte, el cami.
no avanzado y nunca perdido en su tota
lidad .
La humanidad del siglo XIX, es infi
nitamente menos desventurada que la de
los siglos primitivos ; pero está muy le .
jos de alcanzar la etapa de sus aspi
raciones actuales. Cuando las haya lo
grado, en los siglos venideros, nuevos
ideales y nuevas aspiraciones le indica
rán siempre que el camino del esfuerzo
no tiene término; pero que siempre con
duce al progreso , final asintótico, centro
de atracción inalcanzable pero sí aproxi.
mable, de todo cuanto existe.
Estudiar el problema sociológico de la
nutrición , es pues cooperar á la obra del
mejoramiento social,y cualquier resulta
do adquirido en la vía de ese estudio es
un paso mas, dado en favor del bienes
tar de la humanidad y del logro de sus
destinos.
La economía política es la hija de esos
esfuerzos en el siglo pasado; pero hoy
que los sectarios de esa ciencia han pe .
174

trificado sus formas y pretenden hacer


de sus verdades relativas principios ab
solutos, y derivar de allí dogmas contra
rios al objeto mismo de esos estudios,
demanda la cuestión social trabajos nue
vos, y nuevas investigaciones ; y aun
cuando estas, desgraciadamente, están
todavía muy lejos de haber logrado re
sultados positivos y concretos, dignos de
pedir a la sociedad los honores de un en
sayo, ni en grande ni en pequeño, no pa
rece sin embargo lejano el día de resol
ver, mas de un punto esencial de la cues
tión .
In esa materia estamos todavía en el
período inicial , de las soluciones particu
res ; de esas soluciones destinadas úni
camente á darse cuenta y remediar en
parte, casos determinaďos por condicio .
nes especiales de tiempo y de lugar. En
esas condiciones se encuentra Lima, cu
yos males, creemos, tienen remedio hasta
ciertos límites, y en lapso de tiempo re
lativamente corto. El caso de Lima es
abordable, porque su riqueza producida
basta para el sostenimiento de sus pocos
habitantes; debiendo todo reducirse á
perseguir ciertas alteraciones en la dis
tribución ; y estas alteraciones, son indu .
dablemente de fácil realización ; y la ten
drán cumplida, si somos bastante opor
tunos para hacernos entender de los hom .
-
- 175

bres de buena voluntad y de sano crite


rio ; y quieren estos, meditar suficiente .
mente sobre el problema, objeto de este
libro, y sobre la solución que indicamos .
II.

Toda persona tiene su riqueza princi


pal, en su capacidad y demás medios de
trabajo ; ó como diría Schopenhauer, en
lo que es, lo que tiene y lo que parece ser ó
tener ; y con esto es suficiente á todo
hombre, para adquirir su propio susten
to, comprendido el abrigo y la habita
ción . En Lima, demandan estos tres ren
glones un mínimo de renta, de 240 soles
por cabeza y por año. Suponiendo pues
para la ciudad y sus suburvios una po
blación de 110,000 habitantes, resulta
que el gasto mínimo alcanza, en números
redondos, á la cantidad de 26 millones de
soles. El trabajo activo de toda la ciu
dad no puede pues dejar de importar
esa suma ; y como esta se percibe hoy al
60% únicamente de lo que significaba
hace 10 años, resulta que Lima pierde
cada año, por razón de la moneda de pla
ta tan solo, la no despreciable suma de
11 millones de soles, que la ciudad da en
trabajo, pero que no recibe en la mone
da correspondiente. Si; Lima pierde esa
suma y la seguirá perdiendo, mientras ig.
- 176

noren las masas que la propiedad esencial


de toda moneda es la invariabilidad de su
valor ; y que por corsiguiente, mientras
no se introduzca en el Perú y como mo .
neda principal la moneda de oro, el hom
bre de labor venderá barato su trabajo y
comprará caro el trabajo extranjero ; per
diendo en el cambio , por ahora, el 40 %
de lo que es suyo. El solo factor moneda
de plata significa pues que un 40 % de la
población , está condenado á morir de
hambre ; ó á vivir á expensas del exeso
acumulado por un trabajo extraordina
rio, que debía corresponder al lleno de
otras necesidades ; ó en fin , á vivir sobre
el 60 % restante en lo que este fuese pro
ducido de excedente sobre el mínimo. La
ignorancia de los mas y la criminalidad
de los menos, son las causas generadoras
de este mal .

III.

El hecho de existir en Lima jentes


que gastan más allá del mínimo de 240
soles al año, prueba por sí solo que el
trabajo humano es capaz aquí, de pro .
ducir más allá de esa renta mínima
anual ; y por consiguiente que, en gene .
ral , pueden aspirar los habitantes á al.
go más que el pan , la casa y el vestido.
Según nuestros cuadros de nutrición
- 177 .

esa renta puede pasar del doble, puesto


que Lima consume por año, 62 millones
de soles y es evidente que si los consu
me, es tambien por que los produce ;
puesto que necesidades permanentes,
no pueden ser atendidas sino con entra
das permenentes también .
En el grupo de la nutrición que he .
mos llamado primitiva , se ha visto que
para 56,340 habitantes hay un gasto de
40.240,000 soles por año ; y como en ese
grupo se trata de agricultores, industria.
les, comerciantes etc. cuyo trabajo es
realmente creador, los 40.240,000 soles
son efectivamente creados por el traba
jo y su valor no se presta á ficción al
guna, ni significa simple deplazamiento
de riqueza preexistente ; y los que tal ri.
queza producen pueden estar seguros,
salvo crisis sociales ó políticas, de que
el trabajo no puede faltarles y que la
magnitud del lote de provechos que cada
productor puede percibir, depende
únicamente de sus aptitudes para pro
ducir ; de su buen juicio para ahorrar; y
de su capacidad y firmeza para emprender
por sí mismos, cuando sus economías lo
permitan.
En el grupo de la producción primi.
tiva, siendo necesarios é indispensables
los servicios de todos los que lo com.
ponen, no hay otro principio de distri
12
-178

bución que el de la oferta y la demanda,


puesto en claro por la Economía Polí
tica; y en virtud del cual , sabe cada au
xiliar de la producción y cada produc
tor principal, que su cooperación es abo
nada en alza si el trabajo abunda y el
operador escasea, y en baja si abunda el
operador y escasea el trabajo. El todo
del grupo primitivo , estriba pues en
que abunde el trabajo; y en Lima, pue .
de facilmente alcanzarse este resultado
por medidas de buen gobierno en lo po
lítico y también en cada centro de pro
ducción. Gobernantes y Gerentes de
Empresa son pues los elementos capa
ces de asegurar la prosperidad y bienes
tar del grupo de producción primitiva.
Los operarios por su parte , tienen
en la facultad de constituir sociedades,
poderoso medio para estimular á los go
biernos y gerentes á adoptar esas medi
das de buena conducción y acierto para
los negocios, y si saben hacer uso de
aquella facultad sin miras inconvenien
tes ó apasionadas, pueden contribuir no
poco á establecer y mantener entre to .
dos los productores la mejor armonía de
intereses ;y por consecuencia, el bienes
tar y contento de todos los interesados.
Suprimiendo todos los estorbos al co
mercio ,creados en su mayor parte por el
modo decobrar ciertos impuestos, por lo
179 --

demás de insignificante rendimiento ;


construyendo vías de comunicación para
facilitar los trasportes y ensanchar así
los mercados de expendio; mejorando la
administración de justicia, al menos en
lo que se refiere a transacciones comer
ciales; y adoptando en fin, una serie de
medidas análogas, pueden los poderes
públicos asegurar desarrollo y progre.
so á la nutrición primitiva.
Por lo que respecta á los productores,
su más provechosa tarea sería la de ilus .
trarse en el conocimiento de las leyes
económicas, hasta lograr que nada que
de en su espíritu de aquellas viejas
preocupaciones que hicieron de los
monopolios, de los abusos del capital
sobre el obrero , de la condición so
cial inferior de éste, y en general del
mal de los otros : el bien propio y la ba
se de todos sus negocios. Es preciso que
los productores se convenzan que solo
la libertad en la aceptación de los contra
tos ; la equidad y la justicia en sus condi
ciones, y el comun provecho, son capa
ces de asegurar á cada cual , en el repar
to de la producción , lo que efectivamen
te le corresponde por haberlo ganado ; y
solo así , puede haber solidaridad de in
tereses y riqueza y utilidad para todos,
- 180

1V.

Pasando ahora al grupo de la nutri


cion derivada, que representa 52,000 in
dividuos por valor de 21.512,000 soles,
las cosas se presentan de un modo
diferente que en el caso estudiado .
En este grupo de la nutrición derivada,
se trata de los servicios menores, las
profesiones especiales, los oficinistas, los
militares etc.; gremios todos, cuya canti
dad de trabajo util está forzosamente limi
tada por la clase anterior ; debiendo vivir
aquella, del saldo que produce esta, sin
poder salir un punto de la esfera de ac
ción creada por la existencia de ese sal
do, dentro del cual puede unicamente en .
contrar medios de vida. La clase deriva
da vive de la primitiva, como viven en el
organismo de los animales el corazón y
el cerebro, como parásitos del estómago;
atenidos unicamente, á los elementos
que este ha podido y puede acumular y
elaborar, hasta dar un saldo en líquidos
plasmáticos , donde aquellos puedan re
parar sus gastos y nutrir sus energías,
para actuar con ellas sobre ese mismo
estómago cuyo funcionamiento , ellos so
los pueden conservar y vivificar. La cla
se derivada se desarrolla á expensas de la
primitiva y dentro de los límites fijados
ង{

por la amplitud de esta, como se desa


rrolla y vive en los vegetales la flor y el
fruto y el tejido leñoso de todo el arbol;
y así como en los vejetales la flor, el fru
to y el tejido leñoso dan al arbol el más
bello y el más útil de sus productos; el
corazón y el cerebro de la sociedad, que
residen en la clase derivada principal .
mente, son la más bella y la más noble
de sus manifestaciones ; pero no pueden
ultrapasar en su desarrollo, el límite
marcado por la clase primitiva. Cuando
este límite es franqueado, se vive al va.
cío, y el malestar social no tarda en pre
sentarse necesariamente .
En Lima, el grupo derivado representa
21 512,000 soles de gasto anual para una
población de 52,000 habitantes, en tanto
que en la nutrición primitiva hay un gas
to de 40.340,000 para una población de
56,340 individuos de cuya suma rebaja
dos 13.521,600 por el gasto mínimo, que
dan solamente 26.718,400 soles en tanto
que en el derivado, el saldo es solo de
9.032,000 sobre el mínimo, y contando
con un número casi igual que los
de la nutrición primitiva. Hay pues
una causa de malestar para el grupo de
rivado, puesto que su saldo no corres
ponde ni con mucho al del grupo primi .
tivo, más holgado en recursos y más in
dependiente en accion, pero menos due.
182

ño del poderío y de la influencia so.


cial, que corresponde al grupo derivado
y que demanda para su mantenimiento,
pasar en mucho el límite marcado por su
mínimo. El grupo derivado inconciente
como está de las leyes evolutivas pro
pias á cada estado social, no deja sin
embargo de obedecerlas instintivamente,
y las corrientes contrarias nacen por si
mismas enjendrando y manteniendo el
desarreglo ,hasta lograr el equilibrio pon .
deral de todos los intereses . Cada grupo
pone entonces en juego todas las ener
gias de que es capaz, y cada individuo
de un grupo secunda las impulsiones
nacidas del conjunto, De allí una mora
lidad equívoca, leyes, usos, prácticas y
costumbres, y en fin, procedimientos mil
que no podrian jnstificarse por un simple
examen de razón ; pero sí, muy en armo
nía con necesidades imperiosas, exijen.
cias ineludibles que priman sobre toda
otra causal , como prima el estómago
sobre el corazón y el cerebro, en las
grandes crisis del organismo físico.
Siempre detras del hombre culto y civi
lizado , está el antropoide; está la bestia ,
está la fiera. El corazón y el cerebro , so
lo pueden ofrecer el goce de sus encan
tos, cuando el estómago lo perinite : pero
cuando es forzoso que el estómago hable,
corazón y cerebro callan, y tanto, que el
183

hermano , el padre, el hijo; todos se de


voran como los enemigos mas encarni
zados, y la historia nos presenta de ello
á cada paso, ejemplos innumerables .
¡ SALVAD LAS FINANZAS, SI QUEREIS
SALVAR EL HONOR Y LA VIRTUD, LA
VERDAD Y EL BIEN !

V :

Nuestras leyes y nuestras institucio


nes, con todos sus vicios y defectos. de
jan sin embargo ancho campo al trabajo
individual; son mejores al menos que las
que imperaban en Europa, antes de la
gran revolución francesa restauradora
de los derechos humanos. Sin embargo,
nuestra población no solo no ha triplica
do cada cien años como ha pasado en
Europa con algunas, sino que ha dismi
nuido visiblemente. Del año 1876 acá, de
bíamos tener un aumento de 40,000 ha
bitantes y ser actualmente 150,000 en
lugar de los 110,000 que somos. Han pe
recido pues 40,000 individuos y es un
hecho, que el hambre es el que los ha lle
vado, aun cuando esto pueda parecer in
verosimil, para los que solo ven la su
perficie de las cosas ; pero ese es el hecho
en toda su desnudez. En Europa el ham
bre mata en pocos días ; en Lima mata en
pocos años, y sus víctimas parecen ser
18+

lo, de la tuberculosis y de las afecciones


cardiacas .
Los que mueren , sin embargo, no soli
los ociosos, los sinvergüenzas, etc. No,
precisamente los que mueren de hambre
son los más trabajadores, los más labo
riosos, los más dignos ; son en fin , los que
resisten á la corriente , los que perecen
en ella ; los hombres estómagos, viven
siempre y viven bien. Para esos hom
bres son siempre los mejores asientos, en
el banquete de la vida de Lima.
Es en la clase inedia particularmente
donde cae todo el peso de la situación,
y es de su seno de donde saca su lote
anual el Campo sauto. Y esto debe así
suceder, porque las clases superior é
inferior están completamente separadas,
de modo que pueden vivir dentro de los
límites de sus recursos propios, confor
mes en su clase y suficientemente aleja
das una de otra, para no tenerse emula
ción ni envidia. La clase media, por el
contrario, debe satisfacer exijencias de
vanidad más o menos atendibles, debe
conservar apellidos que un tiempo fue
ron índice de poder, de riqueza ó de vir
tud ; y tiene siempre la esperanza de
subir у el temor de bajar ; y esto le im
pide, como debiera , sin demora alejar
se de un pasado de errores funestos,
radicados en el Estado y en la fami
185

lia, y alimentados hoy mismo por la so


ciedad y sus instituciones , petrificadas
en el propio inolde.
En tanto , el mal pasa sin remedio y
como no se desea ni siquiera darse cuen
ta de su existencia , no es posible cono
cer la solución . y mucho menos realizar.
la: llevándola á la práctica, y acometien.
do de frente la reforma, que es forzoso
abordar de lleno, cueste lo que cueste,
sin consideraciones de ningún género.
VI .

En el problema de la nutrición de Li
ma hay dos factores diferentes para ca.
da individualidad . De un lado el cuerno
social con su opinión pública, sus insti.
tuciones y sus industrias establecidas ; y
del otro lado el individuo, con su intelec
to y modo de ser propio, su ilustración ,
sus hábitos, sus recursos y aptitudes
de trabajo. De uno y otro lado hay ac
ción y reacción incesante ; y de las con
diciones en que juegan estas energias,
resulta el saldo de riqueza que el indivi.
duo y la sociedad aprovechan, o resulta
una pérdida positiva que se traduce en
miseria para el individuo y en malestar
y atraso para todo el cuerpo social .
Son pues la sociedad y el individuo á
la vez, responsables en elproblema de la
186

nutrición ; y á fin de distinguir lo que a


uno y á otro corresponde hacer, delie.
mos examinar por separado el papel de
cada cual .
En la vida orgánica, cualesquiera que
sea el medio, llega en él á mantener
la vida cada individualidad que se con .
forme á sus condiciones, en razón sin du .
da de las energías que encierra para tras
formar en su beneficio ó vencer en su ac .
ción , toda energía del medio que le sea .
opuesta.
Los que no cuentan con esos recursos
en su organismo, perecen necesariamen
te ;y con su desaparición ,solo quedan los
que habiéndose adaptado al medio, nada
tienen que extrañar en él,para el desa
rrollo de su vida normal . En el mundo
superorgánico pasa cosa análoga. Dadas
en un pueblo, además de las condiciones
cósmicas de la región que ocupa y de la
raza que lo habita, religion , leyes, insti .
tuciones usos y costumbres; cualesquie .
ra que sea, bueno o malo, el conjunto ;ba
jo el punto de vista abstracto , se estable .
ce cierto régimen necesario, donde vi
ven normalmente los habitantes suscep
tibles de adaptarse al medio asi consti
tuido ; y para esos habitantes, que son
los únicos que quedan , el problema de la
nutricion individual es asunto exclusi .
vamente propio de cada individualidad.
187

Los vicios y defectos que pueda tener


un cuerpo social , no son pues razón •
ficiente para escudarse cada uno de re
solver el problema que le incumbe res .
pecto de su nutrición ; y es en este terre
no, que vamos á tratar del problema indi
vidual , en Lima, tal como es actualmente;
prescindiendo por entero, de losmejora
mientos que los hombres de Gobierno
pudieran ó no traer al sistema. En
tanto que eso sucede , es preciso vivir , y á
ello vamos .

VII .

Siendo de 240 soles al año el mínimo


de los gastos que ocasiona la nutrición
en Lima, es evidente que el que no gana
ese mínimo : lo debe, lo roba, ó muere de
lenta consunción . Lo primero, viviendo á
expensas de otros que voluntariamente
contribuyen á eilo ; lo segundo, haciendo
de modo que los otros sufraguen sin sa
berlo al lleno de ese déficit; y lo último,
alimentándose mal, hasta contraer la tísis
de hambre, tan corriente en Lima.
Es evidente que aquí hay una grue .
sa población que si no alcanza á ganar
ese mínimo, es, ó por que no trabaja ha
biendo trabajo o porque no emigra pu
diendo hacerlo ; y en uno y otro caso, si
188

tal hacen , es solo su culpa y de ellos só.


los depende el reinedio , teniendo co no
tienen elementos para lograrlo. Las mu
jeres y los viejos no están en esa condi
ción ; y como en nuestro concepto tienen
derecho al mínimo, hacen bien en vivir,
si pueden ,por cuenta de alguien : pues la
responsabilidad de lo que les pasa, es ex
clusivamente de la sociedad en general
6 de sus parientes ó deudos: de aquella,
permitiendo la vil explotación que se ha .
ce del trabajo de la mujer; y de estos,
en tanto que su vanidad les impide des .
cender en las capas sociales,hasta encon :
trar acomodo que corresponda al mínimo.
Es pues natural y justo ,que aquella en su
caso, y estos en el suyo, resarzan el daño
que causan por el beneficio indirecto que
de ello les resulta, impidiendo el descenso ,
que les permitiría , bajando hasta los ofi.
ciosmenores, encontrar siempre el míni.
mo de su nutrición á cambio de un traba
jo honrado.
Hay algunos casos, sin embargo, en
que ese descenso no se hace, no por con
sideración á los parientes etc, sino por
vanidadad propia, y no se quiere ser me .
nos hoy, porque ayer se ha sido más ; y
como en Lima hay tanta caridad, es fá
cil encontrar apoyo á esos errores, y
vivir de limosnas,que si bien no todos co
nocen , no por eso son un secreto para
189

quien las practica ; y toda limosna es hu


miliante, cuando no responde á caso ex
tremo y excepcional ó de invalidez abso .
luta, casos que no son los que aquí trata
mos ;y que entonces, y que solo entonces,
dan derecho á gravar sobre la sociedad
entera , por que ella es en último análisis
la causa generadora de todo lo que pasa
en su seno .
Salvando pues las dolorosas excepcio .
nes indicadas, podemos admitir que todo
habitante de Lima puede percibir con
exceso el mínimo de 240 soles anuales,
necesario para su alimentación , habita .
ción y vestido; 6 en una pa'abra, para su
nutrición mínima superorgánica . En esa
clase pues, la mas aflijida en Lima por
la miseria, no puede considerarse ésta
sino como merecida, porque es volunta .
ria , teniendo como se tiene modo de sub
sanaria
Para los que perciben aigo mas del mí
nimo de los 240 soles al año y sufren mi.
serias, el remedio está exclusivamente en
sus manos y á nadie pueden quejarse de
lo que les pase sino á sí misu os. Esos in
dividuos carecen de todo derecho para
reclamar ;pues si ganan raas allá del míni .
mo, lo natural es que tengan saldo que
ahorrar y no déficit que cubrir.
Si el déficit se produce , es porque el
saldo ha sido mal invertido y esto por
192

que el individuo ocupa una posición


equívoca , que no corresponde á sus con
diciones ; es porque su persona no está
bien equilibrada; es porque ha extendi .
do sus aspiraciones mas allá de sus posi.
bles ; es en una palabra ,porque es : sin ca
rácter, tonto , necio, farzante ó sinver
güenza ; y en todos estos casos, de su so .
la voluntad depende eliminar esos defec .
tos y rectificando sus rumbos, alejarse
de la miseria y vivir con tranquilidad é
independencia ; única cosa que tiene de
recho de exijir el hombre que trabaja , y
la nas esencial para el que tiene con
ciencia de la dignidad humana, cuya con
servación debe ser para el hombre el
tesoro mas valioso de su vida.
Como ya se ha dicho, el individuo tiene
tres fortunas: “ lo que es, lo que tiene,
y lo que parece ser, para los demás ”. Lo
na ural es atender primero á lo que se
es, y después á tener y parecer. En cuan
to á lo que se es, ello comprende lo fí
sico y lo moral con que cada individuo
nace al mundo y además todo lo que el
propio esfuerzo, ha llegado á fijar en ca
da uno y fija diariamente durante la vida
del individuo: ilustración , aptitudes, fir
meza de voluntad, bondad y generosi.
dad de carácter, tolerancia y sagacidad
para con los demás, tino y acierto para
lograr el éxito en sus determinaciones
191

llevadas á la práctica ; honorabilidad en


sus tratos y compromisos; hábitos de
trabajo, de orden y de economía ; espíritu
emprendedor; todo, todo eso, es fruto de
nuestros esfuerzos, y de los maestros que
en los primeros años se ocuparon de nues
tra educación ; y todo ello completa el
enorme capital propio, intransferible,
que constituye lo que somos, y á favor
del cual solamente, es posible lograr los
otros dos y aún prescindir de ellos ;
pues la fuerza natural de las cosas, los
trae a nuestro alcance, como necesario
reflejo de lo que somos, ó como conse
cuencia inevitable .
Pero cuando omitimos atender á lo que
somos para fijarnos únicamente en ad
quirir y en parecer , entónces las leyes
naturales son violadas, y como nunca se
hace esto impunemente, la sanción no se
hace esperar. Nacen las aspiraciones pre
maturas, el deseo inmoderado de adqui
rir á todo trance , y entonces,adiós ley 1:40
ral, adiós ventura, adiós hogar, adiós
virtud. Todo se calcinará , todo desapa
recerá y un espíritu intranquilo, dese
quilibrado en ese sentido y desprendido
de todo, abrirá muy pronto ancho sende
ro, donde la bajeza, la ruindad , el delito
y el crímen no tardarán en conducirnos
muy lejos de la ventura soñada ; y todo
192

por haber abandonado el objeto, para


seguir tras engañosa sombra .
La vanidad característica de la raza
española, se enclavó en Lima con mas
fuerza, que ningun otro defecto de los
muchos que adornaron á nuestros inolvi .
dab es conquistadores; y junto con esa
vanidad , que ha hecho de cada hombre
el maniquí voluntario del necio parecer
de los demás, el menosprecio por el tra
bajo, ha venido á completar el sistema
puesto en juego, para mantener en Li
ma esa miseria, que año por año, va diez
mando la población .
Sí ; la vanidad de parecer lo que no se es,
y el concepto despreciativo que se tiene por
el trabajo, son el alma de nuestros males,
y la única fuerza que los sostiene. Quie
nes sean víctimas de esos dos monstruos,
están inevitablemente condenados á ser
el juguete de! azar : han renunciado a ser
personas ; y ni tieren derecho de quejarse,
si les acompaña mala suerte ; ni pueden
teuer satisfacción alguna en los buenos
tieinpos, si por casualidad los llegan á
gozar; pues ellos mismos bien lo saben,
dependen del viento que los arrastra :
son cosas solamente y como tales, tan
pronto pueden hallarse en la altura como
en el fondo del abismo, sin que en uno ú
otro caso , dependa de ellos la situación
que ocupan ; ni puedan contar jamás con
__
193

esa tranquilidad de espíritu, que solo es


dado gozar a los hijos del trabajo, y á los
que tienen por norma el cumplimiento
del deber. Estos y esos soportan sin
desesperación su lote de sufrimientos, y
gozan sin reservas, de la porción ventu
rosa que la vida lleva para todo hombre ;
en tanto que aquellos, cada vez con más
dinero y cada vez ensanchado el campo
de su vanidad , no encuentran ni en lo
uno ni en lo otro, ni el descanso ni el go .
zo apetecido ; y ahogados por el fastidio,
en medio de sus grandezas, ó aplastados
por el infortunio , cuando no logran sus
deseos, viven siempre en ese desasocie
go, que los insensatos tratan de apagar
en convites, tertulias, paseos , etc ; de
donde salen siempre con el mismo vacío
en el alma y el mismo tedio y la misma
devoradora ambición , que hace su tor
mento interininable y miserable su exis
tencia ; y así sucede, no obstante que son
objeto de envidia para los que siguen de .
trás el mismo camino, y de compasión y
desprecio para los que saben que: fuera
de la ley moral, no hay en el mundo ventu
ra ni dicha posible.
Más si el hombre estraviado despierta
de esa pesadilla, y arrojando lejos de sí
la vanidad y el desprecio del trabajo , se
arma del orgullo de sí mismo por cuanto
es persona, y del amor al trabajo por
13
194 -

cuanto reside en él unicamente la razón


de ser de la vida , entonces todo cambia,
y súbitamente encuentra que es gráto y
útil vivir, y que todo hombre lleva con
sigo elementos suficientes para labrar su
propia ventura , para ser rico verdadera .
mente, en lo que esto significa bienes
morales, intelectuales y materiales, sufi
cientes al lleno de todas sus necesidades .
La práctica de la virtud y el cultivo
de la inteligencia, es cosa en que puede
hacer el hombre rápidos progresos sin
mayor esfuerzo. Un poco de amor al bien
y un poco de aplicación por la lectura,
son suficientes para hacer de cualquier
hombre un Washington, un Franklin , un
Faraday, etc.
El amor al trabajo material , necesario
á la salud de todo organismo y nada in
compatible con el estudio y el cultivo in
telectual. le permitirá ganar siempre,
más allá del inínimo necesario á su nu .
trición ; y entonces su riqueza material
solo dependerá de cierto sistema y de
cierto buen juicio que todo hombre es
capaz de tener,
Viva cada cual en la clase social que
el monto de su renta le permita ; no mire
con desprecio á las clases inferiores,
donde puede estar seguro vivieron algu .
na vez sus ascendientes; ni tenga envi
dia por las clases superiores, donde pue
- 195

de tambien estar seguro de llegar él ó sus


descendientes ; no olvide que en su cali
dad de hombre nada hay que pueda en el
mundo serle superior, siempre que se man
tenga hijo del trubajo y cumplidor de su de
ber. No se irrite pues por la vanidad de
quien lo mire en menos; que quizás ese
tal , no será digno ni del título de hom
bre, y se postraría á sus piés si el oro ó
las relaciones de otros tales, estuviesen
á su lado . Merece bien el desprecio de
los necios, quien es bastante necio para
tomarlos en consideración ó aún para
ocuparse de ellos. El hombre digno es
altivo, y lo mismo se impone dentro de
una blusa de obrero, que calzando guan
tes ó vistiendo frac. Los hijos del trabujo y
los cumplidores del deber, siempre son lo
primero y siempre lo mejor. El hombre, so
lo es superior al hombre, por las faculta
des esenciales de su espíritu ; y entonces
nadie le disputa el lugar de distinción .
El talento superior, el mas grande cora
zón , la voluntad mas firme , son las úni
cas fuerzas que dominan el mundo. La
riqueza material solo sirve para el servi .
cio de esas potencias divinas; de esas
potencias, con que el cielo hizo del hom
bre el rey de la creación, y dió á cada
uno el puesto gerárquico que debe ocu
par entre sus hermanos, para el mejor
196

desempeño de las funciones de la vida


terrenal .
Partiendo de estos principios . ¡ cuán
poco esfuerzo demanda la práctica ordi
naria de la vida ! Apenas si se necesita
un tanto de voluntad para vivir dentro
de los límites de la propia renta ; y si
además se tiene el buen juicio, de sepa
rar la quinta parte de lo que se gana y
de emplear siempre ese quinto en nego.
cios seguros y productivos, puédese en
Lima estarse cierto de haber labrado en
pocos años, 5 á 10, una posición bastan
te independiente para tener asegurado
siempre un trabajo productivo y casi in
dependiente.
El todo está : en tener horror por el cré
dito, y poca ó ninguna confianza en nues
tra capacidad inédita. Cuando así se pien
sa, se tiene la voluntad bastante para
trabajar como dependiente hasta apren
der práctica y efectivamente : á manejar
el dinero, á comprar y vender, á celebrar
tratos y contratos, á conocer hornbres y
cosas ; á poseer en fin , ese arte de la vi
da de los negocios , que nunca se aprende
en los colegios sino en el campo inismo
del trabajo. Durante ese tiempo, el quin
to de la renta economizada, se compro
mete solamente en la limitadísima esca
la de los conocimientos prácticos que se
van adquiriendo, y los provechos obteni
197

dos se aplican al aumento del capital ,


sin contar jamás con ellos para los gas
tos de la vida. Al poco tiempo se habrá
adquirido la capacidad de emprender ; y
se tendrá además, una suma de dinero
suficiente, para ver día á día, el capital
de reserva en aumento progresivo ; no
estando ya lejano el día en que esa su
ma, hija del ahorro y de la firmeza de vo
luntad, sea bastante considerable para
dar por sí sola la renta necesaria de la
vid , y asegurar el porvenir de una fami
lia, nacida á la sombra del trabajo, y se
gura de encontrar siempre, elementos
materiales y capacidad suficiente para
manejarlos, hasta que llegada la época
de la invalidez, se pueda mirar ésta sin
horror ; porque se sabe que se supo guar
dar en el verano de la vida, provisión
suficiente para pasar el invierno ; y se
supo educar á los hijos en la misma es
cuela. Entonces el probleina de la nutri
ción está resuelto por entero ; y en Li
ma no hay hombre que no pueda llevar
lo á solución cumplida, no obstante lo
mucho de malo que hay , y lo mucho de
defectuoso y carcomido que tiene el edi
ficio político y social.
- 198

CAPITULO V.

Estudio especialdel problema de


nutrición.

§ I. NATURALEZA DE LA RIQUEZA .

El concepto de riqueza no es igual


paro todos. En su acepción más vulgar
significa plata; es decir, monedas ó ca
pital circulante. En su acepción técnica
indica todo aquello en que reside la cuali
dud de ser útil, y bajo este aspecto, es
riqueza : el agua, el aire y en general,
todo lo que puede servir para llenar una
necesidad , proporcionarse un placer,
evitarse un sufrimiento ó un disgusto,
satisfacer un deseo etc. etc. Cuando ade
más, la riqueza es de tal naturaleza que
puede darse en cambio de otra riqueza,
ce forma el concepto de valor. El aire es
riqueza, pero no es valor, sino en el ca
so de no poderlo lograr, á menos de no
dar en cambio otra riqueza ; caso , que
respecto del aire, no puede presentar
se, sino en circunstancias excepciona
les. El tipo o denominador comun de la
riqueza ordinaria, que se emplea para
-
199 -

avaluar la relacion de su valor en cam


bio, es la moneda. Riqueza, valor y moneda
son pues especies diferentes, pero que
corresponden a un mismo genero : la
utilidad,
Además de estas riquezas, más o me.
nos consideradas como tales por todo el
mundo, hay otras más importantes, que
para el vulgo no son riquezas, ni con
mucho: La afectividad, la intelectualidad
y la animalidad, que en todo hombre re
siden en cierta proporción, y constitu
yen el todo de su personalidad, y son la
principal y mas esencial riqueza de la
vida ; son la riqueza intrasferible ; son en

una palabra lo que el hombre és, como


diría Schopenhauer ; y sin embargo esa
riqueza esencial, interna, siempre ge.
neradora ; esa riqueza en fin , que pode .
mos llamar intógena, no es tenida en
cuenta por el común de los hombres .
En la afectividad, se encuentra esa fa
cultad divina de sentir, de sufrir y de
gözar ; de recibir impresiones, de expe.
rimentar sensaciones, de reaccionar por
emociones, y de sumergir en fin todo
nuestro ser en ese piélago infinito de
inefable gozo 6 de abrumadora desven
tura, donde el yo parece ser absorvido
integramente en la inmensidad de la na
turaleza increada. Allí es donde recibe
el artista sus inspiraciones ; donde el
200

pensador vislumbra las más claras in .


tuiciones; y donde en fin , el filósofo en
cuentra firme el suelo, en que apoya sus
atrevidas inducciones, para remontar su
vuelo al mundo de loinconocible ,
Por la intelectualidad , se distingue el
hombre, de los animales incapaces de
razón ; de esa facultad , que elevan
dolo hasta el concepto, le permite abar
car el mundo , no solo de presente co
mo el bruto , sino que extendiendose al
pasado y porvenir , lleva el dominio de
su acción, en el tiempo y el espacio,
hasta confines ilimitados. Por la razon ,
encuentra el hombre un campo de mo
tivación para todos sus actos, y en ese
campo puede ir muy lejos : escudriñando
la relacion de las cosas, y desenvolviendo
las leyes del universo, y en fin , reaccio
nando sobre su propio ser, puede em
prender el mejoramiento de si mismo y
puede arinonizar su libre querer con
las exijencias de la ley moral , para
él únicamente encomendada en su cum
plimiento, á la propia voluntad. El inte
lecto , alumbra siempre el camino de la
vida ; á cada paso avisa, que el acto con
trario á la ley moral, es siempre un des
cuento sobre el porvenir; descuento cu
yos intereses se pagan infaliblemente, á
favor de las reacciones que el acto pro
vocará en el medio, hasta causar en éste,
201

la acción refleja destinada á rectificar el


rumbo mal elejido, y traer al individuo
al sendero único , fijado por esa ley, y no
violado jamás, a pesar de la libertad ab
soluta con que la voluntad actúa .
En la animalidad , encuentra el hom .
bre él substratum de las dos anteriores
riquezas ; y completa la integridad de su
ser para actuar sobre el mundo exte .
rior y poner en juego las energías que
este mundo encierra. En la animalidad ,
reside la perfectibilidad de un organis
mo, apropiado para inanifestarse : por la
belleza, el vigor, la salud etc , ; condicio .
nes todas, que hacen del cuerpo huma
no, una máquina adinirab'e de innúmeras
perfecciones; máquina a favor de la
cual , autuamos sobre el mundo exterior
y nos ponemos en relación con él .
La riqueza intógena, una en su esen
cia y trina en sus manifestaciones, es
la que actuando sobre el mundo exterior,
engendra la riqueza ordinaria, que
bien podríamos llamar exójena, tradu
cible siempre en bienes materiales o en
monedas, y que puede clasificarse en pro
ductos artísticos , científicos é industria
les, según el objeto á que son destinados,
y el principio que ha precedido su for
mación .
Finalmente , la riqueza intógena ac
tuando en la sociedad humana dá lugar
202

á una nueva riqueza que podriamos lla.


mar endógena, por cuanto rodea cada
individualidad . Ella no es otra cosa que
el reflejo de las energias de la sociedad
sobre cada uno de sus miembros ; pre
cisamente en razón de la acción é in
fluencia de ellos recibida, y asi devuelta
al origen de donde partiera. La riqueza
endógena , constituye para cada indivi
duo, en razon de lo que parece ser en el
concepto de los demás, un patrimonio nue .
vo con que la sociedad lo dota, otorgán .
dole sus favores por el intermedio de las
instituciones, la opinión y las industrias;
cuyos elementos de vida dan á cada uno
el estado de facilidades, credito y capita.
les, medios nuevos con que atender al
desarrollo de la riqueza propia .
Encontramos pues, tres clases de ri .
queza para cada individuo : intógena,
exógena v endógena ; que respectivaden
te comprenden lo que se és, lo que lo que
se tiene y lo que se parece ser o poder,
como diría Schopenhauer.
II.
Bien se podía pues, bajo el punto de
vista de la riqueza, representar la de
cada individuo, por un sistema de tres
esferas concéntricas distribuidas cada
una en tres zonas, á favor de dos planos
-
203

horizontales equidistantes de su centro.


Partiendo de este á la superficie, apa
recería la primera clasificación : en intó
gena, (ndógena y exógena; y partiendo
del polo superior al inferior, aparecería
la segunda clasificación : en moral, inte .
lectual y material ; siendo siempre, una y
trina la figura considerada
Esta comparación nos permite toda
vía, ir más allá en el análisis que nos
ocupa. Si imaginamos que nun rayo cual
quiera de nuestro sistema esférico, es
rigido en la primera esfera, deformable en
la segunda y muy disgregable ó aerifor.
me en la región de la tercera esfera, re .
sultará en nuestro sistema : sólida la pri .
inera , líquida ó plástica la segunda
y gaseosa la tercera ; todo como una
simple imágen del globo que habitamos;
y en ese modo de ver las cosas , encon
traremos representado en cada radio, el
triple aspecto del capital: fijo , movible y
circulante ; ó la tierru , el capital y el trabajo,
de los primitivos economistas; y tam
bien encontraremos la totalidad esféri
ca, en la reunión de todos sus radios ;
como se encuentra la totalicad de todas
las riquezas qne tiene el individuo. Lo
más interesante de la representación
simbólica que hacemos de la riqueza
estriba no solamente en su entera con
formidad con el análisis que de ella he
204 --

mos presentado; sino que en la totalidad


de su concepto encontramos una esfera
ideal , en todo conforme: al átomo del
químico; á la nebulosa primitiva del as
trónomo, á la célula del botánico ; á la
mónera del zoólogo, y en fin al hombre
mismo, en su triple concepto de estómago,
corazón y cerebro . La riqueza pues, cons
tituye en grande escala: un sistema vivo
del mundo sociclógico ; un sistema que
tal vez puede dar imágen amplificada y
en todo igual , al sistema infinitecimal
del mundo sicológico que nos ofrece la
célula nerviosa del cerebro. Serian una
y otra como el macrocosmos de una misma
entidad ; como son para la Física, los
mundos que le revela el telescópio y
el microscópio : aquél en la inmensidad
de los espacios celestes; y éste en lo in
finitamente pequeño de los tejidos or .
gánicos ; sirviendo uno y otro de mútuo
complemento , y dando ambos reunidos
la esplicación completa de los hechos en
el mundo fenomenal de lo físico 6 ma .
terial .

III .

Conprendido en toda su amplitud y al .


cance, el concepto de riqueza que hemos
desarrollado, y la imágen casi tangible,
que de ese concepto hemos hecho, fácil
- 205

será ver cuan incompleta es la noción de


riqueza que tienen las inas de las gentes ,
para quienes el dinero es el valor por
excelencia , casi el único que alcanzan á
percibir. ¡Cuántos que se consideran ri
cos por el dinero, verán en esta imagen ,
la pobreza infinita que los rodea. Esos
tales, no se han fijado en la notable cir
cunstancia de ser posible siempre ad
quirir dinero, cuando se posee virtud, ta
lento ó vigor ; en tanto que, ninguno de es
tos factores puede obtenerse con las so .
las monedas. Los bienes inateriales ape .
nas si son respecto de la virtud, el talen
to , la belleza, la salud , el vigor etc.,
apéndices insignificantes, de allí nacidos
y utilizables á su lado únicamente, como
el metal mas rico lo es al lado del bri .
llante , para servirle de engaste, á fin de
poner en transparencia lo limpio de sus
aguas y el chispeante juego de sus lu
ces , cambiantes a favor de sus múltiples
facetas diversamente inclinadas.
Con todo , esa riqueza material, exóge .
na como la hemos designado, es indis
pensable ; y sin ella no pueden sostener
se naturalmente las otras dos riquezas;
como no pueden sostenerse en el árbol
el fruto y la flor. si el tronco desapare .
ce, ó no tiene el desarrollo suficiente pa
ra llevar sus ramas, y defenderlas con
tra las intiuencias del viento exterior,
- 206

que sin cesar las mueve, las agita, y las


favorece o contraría, en su lucha ince
sante para beber la vida, en el ambiente ,
el calor, la luz,el agua y el snelo , que las
rodea. Lo hemos dicho : estómago, corazón
y cerebro son indispensables, y todos tres
son primero y último, si se trata de exis .
tir ; pero su calidad y su rango son dis
tintos, y deben ser tenidos en cuenta , si
se desea un verdadero y completo bie
nestar. A nadie es dado pasar mas allá
del potencial con que la naturaleza lo ha
dotado , en cuanto á sus cualidades esen
ciales:afectivas, intelectivas y animales ; pe
ro asi como al nacer con esa dote, que
representa el trabajo de las especies que
piecedieron en la vida animal à la vida
humana, y en esta, el de los propios as
cendientes y la labor educativa ; y así co
mo estos continúan aumentando nues
tro caudal , alimentando nuestro organis
mo primero, y educando después nuestro
corazón y nuestro espíritu; y en fin , así
como la sociedad, después, continúa á
nuestro favor el trabajo de la familia, y
forma así nuestra riqueza exógena con los
recursos y con los favorables conceptos
con que nos rodea ; así también , nos corres
ponde hacer por nuestra parte, que ese in
menso capital que nos liga á la creación
con infinita gratitud , sea aumentado por
nuestra personal acción , y con ella crea
-
207

da y llevada al máximo de su desarro .


llo, la dos veces triple esfera de nuestra
riqueza :moral ,intelectualy material;cuan
to intógena, endógena y exógena, cumpli.
remos debidamente el ciclo de la vida,
y solo así seremos dignos de vivir.
SII DE LA APROPIACIÓN Y DISTRIBUCIÓN
DE LA RIQUEZA .

I.

Debiendo tratar en la vida relacional é


intelectiva de Lima,de las riquezas intó
gena o endógena; al presente, en la vi
da nutritiva, nos ocuparemos principal .
mente de la riqueza exógena ; traducible
siempre en monedas, y radicada en bie .
nes terrenales ,
El orígen histórico de la apropiación de
la riqueza material , es el crímen : asesi .
nos primero, ladrones después, usureros
en seguida, y finalmente negociantes de
mala fé ; son los tipos que llenan el cua
dro primitivo de la vida humana, en la
apropiación de la riqueza material 6 exo
gena. Sobre esa base, se ha formado la
armazón del bien estar material ; y aún
cuando , todavía hay tipos en esas cuatro
clases, y constituyen mayoría en muchos
grupos sociales ; no faltan otros, donde
la luz se ha hecho, y alumbrado el nuevo
208

cairino ha dado paso al elemento sano


y con él , se ha emprendido la generación
de la riqueza material , siguiendo el sen
dero honrado, que señala la naturaleza y
consagra la ley moral; única fuente, co .
mo lo hemos dicho muchas veces, de to .
da dicha у de toda ventura, sobre la tie
rra y en el universo entero.
Pero este progreso, no es todavía del
dominio de todos , y son pocos los que han
logrado adquirir la idea y asimilar los
sentimientos que conducen a ese camino,
donde la riqueza puede crearse y desa
rrollarse indefinidamente, y donde el crí
men , la bajeza, la intriga, la envidia y
demás defectos humanos, son execrados
y condenados del modo mas absoluto, no
solo bajo el punto de vista moral sino
también bajo el punto de vista puramen .
te utilitario. Esas ideas fundamentales
generadoras de la riqueza , se pueden con
densar en dos fórmulas sencillas: 1. • La
ut lidad y por consiguiente la riqueza , estri
ba única mente en la conveniencia de una co
sa con otra; en cuanto esa conveniencia , fa
vorece la realización de un plan, determina
do por la inteligencia, deseado por el senti
miento y realizado por el esfuerzo, en tunto
que este pone en suelta, en lugar y á tiempo
determinado, las enerjías cósmicas del mun .
do físico. La palabra trabajo, designa pre .
cisamente ese conjunto de acciones des
-
- 20 )

tinadas á crear esa conveniencia que es


el todo de la riqueza y constituye su
esencia ;
2. ° En el cambio ó permuta de bienes ma
teriales, entre dos negociantes de buena
fé, tienen ambos objetos permutados el mismo
valor para su respectivo dueño; pero este va
lor, para el objeto ageno es mayor en con .
certo del que desea adquirirlo que para el
que quiere dar otro en cambio. Ese doble
exceso de valor, es el que motiva la permu
ta, y esta se funda en la conveniencia ó co.
nexión del objeto que se desea adquirir,
con la riqueza total del adquiridor; conte
niencia ó conexión, que no siendo igual pa
ra todos, produce la corriente del cambio,
y con ella : el todo de la riqueza material.
Un ejemplo nos permitirá ser mas cla
ros. El comerciante importador posée
un lote de herramientas de agricultura
que le ha costado 1,000 soles de capital
circulante desembolsado, 500 soles de
sueldos y de interés y amortización pa
ra el capital fijo y movible que tiene com
prometido en su establecimiento, y 500
soles mas por lo que él estima justa com
pensación de su trabajo personal en el ji.
ro que ha emprendido; en todo 2,000 so
les por valor dellote que posee en he .
rramientas; lote que para él, represen
ta 500 soles de utilidad, si logra que un
comprador encuentre la manera de esti
1.1
210

mar ese lote en suma mayor que la de


2,000 soles fijados por el comerciante.
Por otro lado un agricultor que sabe
hacer uso de esas herramientas para el
cultivo del campo y puede con su em.
pleo cooperar ala producción de artícu
los cuya precio dé también , además de
los 2,000 soles, valor del lote y de todos
los gastos que haya demandado la pro.
ducción , un saldo á su favor ; y como ese
saldo no se produciría si careciese de esas
herramientas, estima naturalmente que
el valor de estas es no solamente de 2,000
soles sino de esa suma aumentada en el sal
do que en sus manos se ha de producir
adquiriendo el lote para sí.
Hay pues del lado del comerciante
2,000 soles de herramientas, que si los tu
viese en dinero, le representaría una uti
lidad de 500 soles ; y del lado del agri
cultor un lote de 2,000 soles, que si los tu
viese en herramientas, le representaría un
saldo de 500 soles o más. De ambos lados
hay pues saldo útil; pero este saldo solo
se realiza, cambiando el objeto poseido,
uno con otro ; y como tal cambio conviene
á ambos, sucede necesariamente que el
agricultor gana, dando los 2,000 soles y
elcomerciante gana también , dando las
herramientas . Ninguno ha perdido ; am
bos han ganado ; la riqueza se ha produ
cido ; y la ley moral, se ha cumplido en
- 211

todas sus partes. Tales el modo de ser


del comercio honorable; y la ley de ofer
ta y demanda : el regulador que modera
de ambos lados, la apreciación exajera
da que cada uno pudiera hacer del valor
de su trabajo personal en la producción.
El monopólio , la falsía, la intriga, lama
la fé, no tienen pues cabida en este jue
go ; y el equilibrio movible de aptitudes, se
conserva invariablemente, cuando no
hay agentes artificiales que perturben el
juegode las enerjías productoras.
§ III. - ADQUISICION EFECTIVA
DE LA RIQUEZA

Llegamos por último al caso concreto


del problema de la nutrición de Lima.
Sabemos que lo que constituye la sus
tancia de la riqueza y su modo esencial
de generación es EL TRABAJO, en todas
susmanifestaciones; comprendiendo en
ellas el que produce la utilidad por la
conveniencia de las partes de un mismo
todo, y el que la hace nacer por la conve
niencia de dos todos diferentes: indus
tria y comercio , en una palabra, toman
do esta acepción en su sentido más lato ,
es lo que constituye la riqueza humana;
y con ella el capital fijo , el movible y el
circulante que posee todo hombre en
cualquiera de sus tres riquezas ; sea que
212

se considere la propia 6 intógena, sea


que se atienda á la apropiada o exógena,
sea en fin que se mire solamente á la ri
queza apropiable ó endógena. Y sabe
mos también que en todas tres, es dis
tinguible la riqueza : en moral, intelec
tual y material . Sabemos por último que
armado el hombre con ese capital de ri
queza con que viene al mundo, y aumen
tado éste durante su menor edad , con el
auxilio de la familia y con la educación
y aprendizaje adquirido en esa época,
puede por su sola voluntad, desarrollar
las energías que con esa riqueza posee ;
y evolucionando estas en el tiempo y en
el espacio, y tanto respeto del objeto co
mo del sujeto, crear y multiplicar en
proporciones cada vez más dilatadas,
cuanta riqueza pueda imaginarse.
El todo de la vida económica estriba
pues : en TENER CONCIENCIA del capital
que se posee por lo que se es, lo que se
tiene y lo que se parece; en TENER VOLUN
TAD efectivamente para poner en juego
ese capital ; y en TENER VIGOR para em
prender la lucha por la vida dentro de
los límites de virtud, ilustración y elemen
tosmateriales puestos á nuestro alcance.
Si en esa lucha se emprende con reso
lución , se actua con acierto, se evolucio
na con experiencia suficiente, se resiste
con firmeza ; y se vive, siempre seguro de
213

si mismo y con la altivez que nace del


sentimiento de la propia personulidad, el
éxito tiene que ser la regla, y el fracaso
no puede presentarse sino por exepción,
Busque cada uno en su conciencia , si son
ó no exactas estas apreciaciones, y es
tamos seguros que suscribirá nuestro
aserto .
Cierto es que la influencia del medio
tiene grande significación, y bien puede
aceptarse que en el engendro de la ri
queza individual, entra un 30 % debido
a la imperfección de las instituciones po
líticas; y tal vez un 20 % más, debido
á las instituciones religiosas y sociales;
pero siempre quedará un 50 % entera
mente dependiente de la sola voluntad
individual; y ello es mas que suficiente
para desarrollar la riqueza necesaria al
ileno de todas las necesidades , en un
país como el nuestro, harto de elemen
tos de riqueza natural,
Con todo, preciso será para que nues
tra tésis quede mejor demostrada, que
distiogamos tres grupos diferentes; 1.º
La generación recien iniciada en la corrien
te econoinica de la vida; es decir la juven
tud , que puede recibir educación apropia
da, distinta por supuesto, de la que he
mos recibido nosotros, los que nacimos
en tiempo del guano y del salitre, y he.
redanos la influencia del medio que nos
214

rodeaba ; 2. ° La generación de ayer, no des.


quiciada todavia en la corriente econónica
de la vida ; es decir, los que no obstante
haber heredado las malas influencias,
cuentan todavia con recursos de vida
propios ó prestados, para ganar por su
trabajo renta suficiente con que conservar,
sin hacer deuda, la posición que hoy tienen ;
y 3. ° la generación de ayer , desquiciada ya
en la corriente económico de la vida , es de
cir, los que habiendo heredađo esas ma
las influencias, no pueden mantenerse
en la posición social que ocupan , sico
haciendo deuda ó viviendo a merced del
acontecimiento , Estudiaremos en cada
clase el problema ecinómico que le in.
cumbe resolver, para el logro del propio
bienestar.

La generación nueva ,
I.

En la generación que recien se inicia


en la corriente económica de la vida, e !
problema está confiado necesariamente
à la sola acción individual, al menos en
el 50 % que al individuo corresponde, en
la adquisición de su propio bienestar ; y
que es suficiente en Lima para lograrlo
por entero.
Cuanđo recien se cumplen los 20 años:
-
215

de edad y se ha llegado allí sin vicios y


sin obligaciones; ycuando además se ha
logrado recibir una educación práctica
sobre la necesidad y conveniencia del
amor al trabajo ; y se cree firmemente
que el hombre solo es digno de si mismo
cuando vive de sus propios esfuerzos; y
se ha percibido que la posición econó
mica solo es duradera y estable cuando
se sujeta en los gastos á los límites inva
riables de un presupuesto formado sobre
entradas efectivas, y después de deducir
una porción determinada para asegurar
el porvenir; entonces decimos, el proble
ma de la vida se presenta llano y senci.
llo, y su solución será lograda infalible
mente .
En efecto , según el modo de ser y la
educación de cada individuo y según el
estado político y social de cada pueblo ,
corresponde á toda individualidad una
cierta posición social y una cierta renta mi
nima necesaria para vivir en esa posición
de un inodo estable y seguro. Si esa ren
ta disminuye, es forzoso bajar á una po
sición inferior, y si esa renta crece se
puede subir a una posición superior. El
estado normal corresponde á la estabili
dad de la posición inicial, y depende de
la seguridad de mantener su renta , y en
su empleo, sujetarse al presupuesto de
gastos , sin olvidar la parte destinada al
216

ahorro, para asegurar en el porvenir el


íntegro de esa misma renta. El todo es
triba pues en dos cosas : mantener el inte
gro de la renta, y no ultrapasar jamás el
presupuesto de gastos correspondiente a esa
renta , ahorro comprendido.
En otros países es posible que el míni
mo de la renta, no corresponda al míni
mo de las necesidades inaplazables; pero
en Lima, siempre ese mínimo de necesi
dades se puede satisfacer con la renta
que en todo caso , un hombre puede ga
nar; pues lo hemos visto, siempre alcan
zan los hombres á ganar en Lima 240 so
les al año ó 20 soles al mes ; compren
diendo en ello el alimento y el vestido,
cuando el sueldo mensuai es menor.
Pues bien , si de esa renta de 240 soles
al año, se separa tan solo el quince por
ciento, es decir 36 soles anuales, á razón
de tres soles por mes; y esta módi
ca suma se coloca en la caja de aho.
rros primero , y después en cédulas de
crédito, bonos municipales, acciones de
empresas industriales , o cualquier otro
documento que sea seguro y produzca
un interés del 6 % al año , y si además se
tiene la firmeza de caracter suficiente, pa
ra no dejar de separar todos los meses
esa porción de la renta y de no tocar pa
ra nada, ni el capital ni los intereses
que ese ahorro vá formando, colocado
* 217

siempre en la misma condición producti.


va, el cálculo demuestra que á los 30 años
se habrá formado un capital igual á 80
veces el importe de la anualidad empozadu ;
es decir que para nuestro caso de 36 so
les al año, se habrá constituído un capi
tal de 2.880 soles, sima que ara nobre.
ro es una fortuna y cuyos solos interess
al 6 " , anual , le darán una renta de sous
172.80 ó de 14.40 cada ines ; á cuyo fa .
vor estará seguro de vivir, en su clave;
pero sin necesidad de trabajar, es decir
como rico; y esto desde que éntre á los 50
años de edad ; á la que puede llegar tal
vez escaso de fuerzas y de salud . Algo
más, si ese capital de 2,880 soles no de .
sea legarlo á persona determinada , por
no haber tenido hijos ó descendientes
de su afecto, puede comprar una renta
vitalicia y entonces no tendrá los 14.40
solamente, que representa los simples
intereses , sino que gozará del integro de
la 'renta de 20 soles al mes que tenía du
rante el período de los 30 años, pasados
en el trabajo y cuidando de ahorrar.
Y si al llegar á los 50 años, se encuentra
todavía con salud y vigor suficiente para
trabajar ; en esos 2,880 soles de capital y
en los conocimientos prácticos de la vida y
en la moralidad , ilustración y buenos hábi.
tos adquiridos, tendrá todavía un capital
enorme con que seguir en la propia ruta,
218

pero subiendo en posición social por le .


gítimo ascenso , y marchando en esa vía
con planta segura, puesto que le es co
nocido el terreno, y sabe yá cuanto vale
como centro de acción, en la lucha por
la vida .
En nuestro examen no hemos mencio .
nado siquiera, el enorme capital que en
virtud y en ilustración , se puede adquirir
en 30 años, cuando se vive vida humana
y no vida de vegetal ó de mineral, como
la que hacen tantos y tantos desgracia
dos. Al tratar de la vida relacional é in
telectiva de Lima, se verá cuan dilatado
es ese horizonte y cuan escasamente se
le conoce.
Tampoco nos hemos ocupado en nues
tro análisis, de los casos de enfermedad,
desgracias y otros contratiempos de la
vida; en cuyo nombre, los espíritus débi
les pretenden encontrar la disculpa de
su imprevisión y fracaso económico.
También es fácil impedir el daño ba
jo el punto de vista financiero. Un cin
co por ciento mas de la renta, es decir
para nuestro caso de 240 soles anuales,
con 12 soles mas al año ó uno al mes,
puesto en colocación productiva, tendrá
cada uno un fondo acumulado para los ca
sos imprevistos de enfermedad y demás
mencionados ; y si tiene el cuidado de con
siderar esos fondos como ajenos y tomar
-
219

los únicamente , en condición de prestados,


cuando el caso llega y reinteurarlos inva.
riablemnnte, cuando el tiempo se nejora
y hay ganancia extraordinaria ; tendrá
siempre el hombre previsor, fondos sufi.
cientes para librarse en su parte material
de las desgracias de la vida. El todo ha.
brá consistido en formar una asociación
indisoluble entre sus buenos y malos tiem
pos; reintegrando en estos, lo que se vie.
ra obligado á gastar en aquellos.
Y como lo dicho en el caso citado de
una renta mínima anual de 240 soles, tie
ne aplicación fácil, tratándose de renta
mayor, es evidente que nuestra solución
es general y es aplicable á toda renta
cuyo 20 % es distribuido como se ha in
dicado. No faltará quien observe que el
ahorro del quinto de la renta es difícil de
llevarse á cabo, sobre una suma exigua,
y mucho mas cuando hay familia , que
año por año va aumentando ; y cuando la
vanidad, la ambición, y el deseo de su
bir, domina el espíritu y desvía al Jefe
de la casa del rumbo que conduce al
ahorro.
Nosotros diremos que, en circunstan.
cia tal el fracaso no solo viene, sino que
debe venir, y es bueno que venga : puesto
que así, la ley moral se habrá cumplido,
y su sanción será merecida y convenien .
te, una vez que el jefe de la casa, olvi
220

dando su rol de mando, cede al medio ex


terior y se rinde. Ese tal , merece su
l'unbir y debe perecer ;como merece pe .
recer y perece, el capitán de la nave que
en día de tormenta , hace suelta de su
puesto de comando, porque no tiene la
ativez de su propia personalidad, ni tie .
De com s'anza in sí mismo, ni espíritu y vo .
tuntud suficientes , para dominar los ele
mentos luchando como hombre , ó sucum
bir ante ellos muriendo como bueno ; y en
todo caso, no echando en olvido que tie .
ne el puesto de mando y la obligación
ineludible de salvar la vida de los viaje .
ros, ante todo y sobre todo. Y estos á su
vez, si han sido causantes del naufrajio
por haber olvidado su papel y la subor
dinación debida al jefe; justo es que pe .
rezcan tambien , porque así lo exije en
ese caso como en todos, el equilibrio mo.
ral del universo.
Cuando en una familia no hay cabeza ;
cuando la razón y la virtud no rigen su
evolución ; cuando la vanidad y el que
dirán sostituyen á la dignidad y al deber:
la salud del elemento sociológico está
perdida yıla ruina debe venir, para salvar
á la sociedad de un elemento muerto ya, é
inapto para alimentar la vida superorgá
nica. Que sucumba una familia semejan
te, es un hecho natural y conveniente pa
ra la conservación de la ley moral; y si en
-
221

su descenso obligado, el sufrimiento y el


dolor no son suficientes para restañar
las heridas de ese organismo y reaccio
narlo en el buen camino , es porque el
mal se ha hecho bastante profundo pa
ra exijir que se produzca la muerte , y
salga de ella, como sale siempre, una vi.
da mejor .
Pero cuando la enfermedad que des .
cribimos, no se ha apoderado de una fa
milia ; y cuando todavía hay en ella una
unidad completa, donde solo impera la
razón , la virtud y el trabajo ; entonces,
forzoso es que todas las energías con
cuerden en seguir el buen camino, y el
ahorro del 20 % de la renta se haría in
variablemente, con beneplácito de todos; y
si para ello es necesario cambiar de po.
sición, bajando algunos gradus, se des .
cenderá sin protesta ; porque se sabrá
que procediendo así se logrará el bien
estar, la independencia económica , y la
tranquilidad del hogar, y se conservará
intacta la dignidad de la persona ; digni .
dad que, ningún poder humano hará per
der á quien permanece fiel cumplidor de
sus deberes, y sabe que en la misión de
la vida, lo esencial es ser, y no simple
mente parecer que se és.
N
222

II.

La previsión racional es en la totalidad


de la vida del hombre, del nacimiento á
la muerte, lo que son las antenas para
los animales sin vista, en la actualidad
de cualquier acto de su vida. Estos por
el tacto inmediato y aquel por el concepto
elaborado por la razón ; ambos, se dan
cuenta del bien ó del mal que los rodea
y ambos pueden precaverse; si bien, el
animal tan solo lo hace por lo que inme.
diatamente le afecta. en tanto que el
hombre puede llevar su previsión á la
totalidad de su existencia en el tiempo y
en el espacio, teniendo siempre presen.
te el principio de causalidad . Para todo
prevee el intelecto ; esa vista del espíri .
tu ; ese paralítico, como dice, Schopen
hauer, que no abandona jamás á la vo
luntad, pero que es con frecuencia mal .
tratado por esta ; p\ oco inclinada muchas
veces á seguir sus indicaciones, y dueña
en todo caso de llevar ó no á la práctica
los actos que por el se le sujieren.
Schopenhauer representa la indivi.
dualidad humana, compuesta de dos en:
tidades: la voluntad, por un ciego robus
to y caprichoso, y el intelecto por un
paralítico incapaz de moverse , pero sí
dotado de una vista muy penetrante y
llevado á honbros del ciego, ocupándo .
223

se á cada instante de dar á éste noticias


y detalles del camino que van atravezan .
do. Nosotros completareinos la feliz com:
paración de Schopenhauer, representan
do el vigor y la salud por un caballo so.
bre el cual monta el ciego, teniendo el
manejo de la rienda para hacerse condu
cir donde desee, pero á expensas del
animal. Así las cosas, terdremos una
imajen viva del hombre ; esto es, de esa
entidad compleja, puesta de manifiesto
en tres centros diferentes: estómago,
corazón y cerebro , como lo hemos hecho
ver antes de ahora.
Si el ciego, pues, no desprecia los con
sejos del paralítco, ni descuida la ali .
mentación y cuidado de su caballo, po
drá hacer tranquilo el viaje de la vida ;
y nada podrá entravar sy marcha prós
pera y venturosa sobre la tierra . El
ahorro y la previsión se harán genera
les, y cada individuo y la sociedad en .
tera no solo no caeran en la miseria, si
no que ni la conocerán siquiera ; co
mo no la conocieron jamás, nuestros
ascendientes, en el imperio de los incas.
El día que estas ideas ganen el domi
nio de la opinión y dirijan las volunta
des, nuestro Lima recuperará su anti
guo explendor. Hoy consume, en núme
ros redondos 60 millones de soles por
año ; y solo ahorra cosa de 4 millones,
224

entre lo empleado en la educación de la


juventud y lo acumulado en la caja de
ahorros (500,000 S ) y en distintas indus
trias (500,000 tal vez) ; entonces, ahorra
ría los 12 millones que corresponden al
20 p. °, de su renta anual, es decir 8 mi
llones más de los que hoy economiza .
Entonces sí, podríamos decir que eramos
ricos y la miseria habría desaparecido
completamentre de nuestra vista. Cuan
do se piensa que solo el presupuesto de
los sinvergüenzas representa la mitad
de esa suma. y que la otra mitad apenas
representaría un pequeño esfuerzo, ape.
na el alma ver que hasta hoy no se haja
entrado por entero en la única vía que
nos ha de llevar léjos de los males que
nos aflijen y que en nuestras manos está
evitarlos completamente.
Lima, no obstante, vá en la vía del
ahorro no muy atrasadı . y la suma de los
500,000 soles que se acumulan anual .
mente en ese ramo, representa para
nuestra población de 100,000 habitantes
nada menos que el 50 p .°?, de lo que se
ahorra en Francia, proporcionalmente a
la población . Poco esfuerzo pues deman
daría alcanzar ese límite ; y ultrapasarlo
como es preciso, apenas exijiría supri
mir á los sinvergüenzas, y prescindir de
algunos gastos de pura vanidad . Es
tanta la riqueza natural de nuestro país,
225

que estamos seguros, sería más que fá.


cil para Lima hacer anualmente un aho
rro de 12 millones, y esto sin gran es
fuerzo individual ; y si tal se realizase,
con ello solo, podríamos prescindir por
entero del llamado capital extranjero ;
que nunca existe sino en números, y que
se lleva, por usura y en muy buenas mo
nedas, todas las utilidades del trabajo
pacional ; de ese capital extranjero, que
en último análisis, no representa tal vez
sino el dinero por nosotros desperdicia
do y acaparado en seguida por los llama
dos capitalistas, no siendo los tales , sino
simples acumuladores de los intereses
usurarios, cobrados por habilitaciones
siempre escasas y siempre recargadas
con comisiones, intereses penales, mul
tas y demás, que se traducen á los po
cos años, en la ruina de agricultores, in .
dustriales, niineros etc. , y en la apari
ción de esas grandes casas, que jiran
con millones, que de Europa no trajeron ;
y que serían nuestros, si el ahorro, la
economía y la previsión , se hubiera em
pleado en lugar de eso, que llamamos
enfáticamente el crédito ; palabra iró.
nica, destinada á señalar la causa prin
cipal de la ruina nacional y particular en
el Perú. Si queremos ser ricos y pode
rosos, matemos la usura y el monopo
lio ; matemos, el llamado crédito en el
16
226

extranjero ; y desarrollemos dentro del


país, el crédito, la economia , el ahorro ,
las aptitudes productoras y la morali
dad individual . Entonces sí, habrá cré
dito у será éste señal de progreso y ri
queza ; hoy, solo lo es de espoliación y
de usura , contra todos los hombres de
trabajo, activos y honrados .

La.generación actual no desquiciada .


Al lado de la generación nueva re .
cien iniciada en la corriente de la vida
económica , viene la generación actual
mente en ejercicio, y suficientemente
dotada para mantenerse con holgura en
la posición que ocupa. Podrá pues apli
car los principios del caso anterior, y
esto en más vasta escala ; por que posee
elementos mil , que la otra no tiene
aún, y puede además tener de su lado
la influencia política y el valimento social
que corresponden necesariamente á la
posición que ocupa. El 20 p .", del ahorro
no necesitará ser ultrapasado ; pero su
rendimiento podría ser mucho mayor , y
en riqueza moral é intelectnal, llevará
también ventaja no pequeña á los que
recien se inician en la vía de los nego
cios .
227

La generación actual, ya desquiciada.


Por último, debemos ocuparnos de esa
generación envuelta completamente en
la corriente de la vida económica; pero
desquiciada ya, y que marcha al garete,
por entero, ligada a elementos encontra
dos, después de desecha tempestad.
Allí, los que se formaron al calor del or
den de cosas creado por el guano y el
salitre ; allí los hijos de la vanidad y del
que dirán de los necios , de los torpes y
de los ignorantes ; allí los vagos de guan
to blanco y sus siervos degradados, adu
ladores de sus vicios y escamoteadores
de sus dineros ; allí las ambiciones dese
quilibradas, hijas de un pasado ignomi .
nioso hundido para siempre; allí la pe
dantería de los que solo nutrieron su
espíritu con lecturas insustanciales ; allí
los corazones enervados por la suges
tión de escritores materialistas y realis
tas, para quienes nada hay en el mundo
de grande y de elevado sino su perso
nalidad infinitesimal, integradada en la
totalidad de la especie humana ; de esa
pobre entidad , divinizada por una filo
sofía sin vida, que á sí misma se llama
positiva , como si tuviesen algo de nega
tivo Dios, el espíritu y la ley moral.
En ese grupo desquiciado, viven como
928

verdugos unos y como víctimas otros, to


dos aquellos infelices que no supieron
luchar ó que no quisieron hacerlo , ó
que en fin , arrastrados por la corriente
no pudieron sostenerse y sucunibierop,
cayendo al abismo abierto por las pro
pias 6 las ajenas faltas. Y tambien en
ese grupo, viven todos aquellos que per
dieron su personalidad á fuer de recibir
la vida del elemento exterior, por medio
de bajezas o de intrigas, y que olvidaron
que la altivez de la persona es la prime.
ra de las virtudes, y en ella reside prin
cipalmente para el hombre, la fuerza de
su acción individual .
Allí, en ese grupo, solo se aprendió á
hacer visitas y á pedir favores, cuando
es posible conseguirlos ; y en caso con
trario , á echar al gobierno y á la socie
dad, la culpa toda, del malestar que ellos
mismos supieron crear, y solo ellos saben
mantener, por el completo olvido de las
leyes del deber, por la falta de amor al
trabajo y en una palabra, porque no su
pieron luchar como hombres, ni serían ca
paces de morir como buenos.
No : el gobierno y la sociedad, por lo
que nosotros contribuímos á formarlos,
tendrán alguna parte en nuestra des
gracias; pero esa participación por mu
cho que se la exajere, no podrá pasar de
un 30 % en el gobierno y de un 20 %
229

en la sociedad . Queda siempre un 50 por


ciento de nuestra exclusiva responsili.
lidad, y ese 50 por ciento , es por cier 0
mas que suficiente para hacernos á n ) .
sotros mismos, los únicos responsables
de nuestro propio estado.
La solución del problema de la nutri
ción es pues alcanzable en Lima, pura y
exclusivamente, por acción individual; y
para lograrla es necesario tan solo el
propio querer ; es decir, el propósito ilus .
trado por la razón y asimilado en el
sentimiento, de acometer de frente la
realización de nuestra propia ventura
Cualesquiera que sea la condición del
individuo, ya desquiciado en la corrien
te da la vida económica, su reabilitacion
es posible, en Lima, con una simple rec
tificación de rumbo.
El que ocupa una posición social su
perior á sus facultades y alcanzada sola ,
mente por el arrastre que de su persona
hicieron a la altura con ei viento politi .
co ú otro, en la época del desconcierto;
ese tal , debe descender sin vacilaciones,
á la capa social que por sus aptitudes y
consiguiente renta efectiva, es capaz de
mantener; y si allí comier za lina nueva
evolución , por el camino del deber, no
tardará en lograr el bienes ar económi
co y la tranquilidad moral, y tal vez re
cuperar solidamente la posición preca
230

ria que procediendo así, habría tenido la


virtud y la entereza de abandonar. El
que mereciendo vivir en la posición que
ocupa, no puede sin trabajo ganar la
renta correspondiente, por haber perdi .
do algún capital 6 algún apoyo exterior,
debe, durante cierto tiempo, procurar re:
cuperarla ; pero si esto es improbable 6
tardío, debe sin vacilaciones cambiar de
medio exterior : sea emigrando; sea re .
duciendose en la propia posición ; sea ale.
jándose de los centros principales ; sea
descendiendo con entereza, para rehacer
ese capital y regresar a su puesto. Nada
habrá perdido, si supo conservar la
si supo
dignidad de su desgracia. El cumpli.
miento del deber á nadie degrada; solo
envilece en el mundo, el mantenimiento
de una posición equívoca, la falta de ca
racter, y la desestimación de sí inismo.
Los caracteres débiles, y en nuestro
estado social las mujeres únicamente ,
pueden confiar su porvenir á la suerte ; el
hombre, si es digno de serlo, no debe
olvidar jamás, que él es su propia obra , y
su ventura y desventura, solo á él debe es .
tur confiada. El gran desarrollo que en
Lima, han tenido el juego de lotería y el
juego de envite, es indudablemente , el sín .
toma más aterrador de la decadencia del
caracter nacional.
Sí : seawos hombres y seremos libres,
231

ricos y grandes : todos podemos alcan


zar esa altura, si todos amamos el tra .
bajo y tenemos conciencia de nuestra per
sonalidad , y conocemos que hay una ley
moral única y absoluta, que rije el uni
verso en todas sus manifestaciones.
Cuando estas ideas se perciban con cla
ridad, y el propio sentimiento las hay a
asimilado á nuestro ser moral, aparecerá
luminosa y explendente , esta grande y
consoladora verdad :
En Lima, todo hombre tiene el poder y el deber
de ser rico ; es decir, de ser virtuoso é ilus
trudo, y de gozar de bienestar material; á
favor de una renta ganada con honor, por
medio del trabajo, y aseguraclu por el ahorro
en dosi: suficiente para vivir con holgu
ra , en la capa social que, á cada uno co
rresponde según sus personales aptitudes.

FIN DEL LIBRO SEGUNDO.


INDICE .
Libro segundo
La vida nutritiva de Lima.
CAPITULO PRIMERO .
PAGS .
Los modos de nutrición .... .. 5
CAPITULO SEGUNDO.
La nutrición primitiva .
$ 1 - Agricultores. 11
§ II--Industriales 36
Š III- Trasportadores 51
IV .-- Comerciantes. 59
& V .-- Transeuntes 81

CAPITULO TERCERO ,
La nutrición derivada.
§ I.-- Los servicios menores ...... 82
Š II. Profesiones especiales .... 98
§ III. --Oficinistas y funcionarios .. 115
IV.--Militares . 124
& V .-- Contratistas y Rematistas . 127
VI.--Rentistas, .. 136
Š VII .--Los parásitos. 141
CAPÍTULO CUARTO
Del problema general de la nutrición de Lima.
§ I.- Los datos del problema...... 149
Š II. ---Planteo del problema de la
nutrición de Lima :
PAGS.
Desequilibrio entre las nutriciones
primitiva y derivada .... 150
Indices y causas del desequilibr io
nutrtivo de Lima . 155
Posibilidad de restablecer el equi
librio .. 160
La acción individual . 165
La reacción ..... 168
$ III . - La solución general del pro
blema de la nutrición de Lima.... 171
CAPÍTULO QUINTO.
Estudio especial del problema de la nutrición .
& I. - Naturaleza de la riqueza ...... 198
II .-De la apropiación y distribu.
ción de la riqueza .. 207

FÍN DEL ÍNDICE.


BIBLIOTECA POPULAR

SOCIOLOGIA
DE

LIMA
POR

J. CAPELO.

LIBRO III — LA VIDA RELACIONAL

Precio:

LIMA

Imprenta Masias. –Plaz. Merced


1896 .
1
1
|
BIBLIOTECA POPULAR .

SOCIOLOGIA
!

LIMA POR

J. CAPELO.

Miembro de la Universidad de Lima.

LIMA

Imprenta Masias . – Plaz. Merced


1896 .
LIBRO III .

LA VIDA RELACIONAL
DE LIMA ,
Dos palubras al lector.

La buena acojida con que el público


ilustrado ha recibido los dos primeros li.
bros de esta obra y por otra lado, la in.
dicación de algunos amigos, me han de
cidido á dar mayor desarrollo, del que te
nía pensado. á la parte relativa a la vida
relacional e intelectiva, objeto del terce
ro y último libro.
Consultando ese mayor desarrollo, he
resuelto hacer del tercer libro dos distin
tos. En el presente que será el tercero,
me ocuparé solamente de la vidu relacio
nal; y en el siguiente que será el último,
se tratará de la villu intelectiva.
Lima. Diciembre 1º de 1895 .

J. Capelo.
LIBRO TERCERO

LA VIDA RELACIONAL DE LIMA


INTRODUCCIÓN

Los factores de la vida relacional.

Cuando el individuo pone en juego so


lamente los elementos que lo constitu
yen y evoluciona dentro de ellos, hace su
vida individual; y esta , se manifiesta por
ideas , afectos y necesidades físicas, que
tienen su centro de acción , bajo el punto
de vista moral: en el intelecto , la afectivi.
dad y el esfuerzo, y bajo el punto de vista
orgánico : en el cerebro, el corazón y el es
tómago respectivamente.
Mas cuando el individuo evoluciona
como simple unidad , en combinación con
las otras individualidades, que con él for
man la entidad super- orgánica ; esta , evo
luciona dentro de sí misma, de igual
modo que evoluciona cada una de sus uni.
dades componentes ; y en la nueva esfera
de acción donde la entidad superorgáni
8

ca vive : el intelecto, la afectividad y el


esfuerzo , ó el cerebro, el corazón y el es
tómago, aparecen amplificados también,
y constituyen así : la opinion pública , las
instituciones y el trabajo físico ó indus
trial, cuyos centros directivos ú órganos
super -orgánicos respectivos , residen en
las clases superior, media é inferior. [1 ]
La Opinión pública constituye los gran
des compartimentos delorganismo social,
y según el estado de las ideas dominan
tes, tienen libre entrada ó son segados
completamente, los campos de acción pro
pios á cado ramo de la actividad humana.
La práctica de la virtud y del bien, el
trabajo y el estudio, no pueden desarro
llarse una vez que la opinión pública po
ne su veto en tal ó cual sentido ; la razón
misma es impotente para salvar las va
llas opuestas por la opinión , y antes
que romperse estas, han de pasar muchos
años y realizarse grandes acontecimien
tos. La opinión pública es una fuerza pa
siva ó resistente, pero su acción es tan
poderosa que ninguna otra fuerza es ca
paz de superarla ; la opinión pública es el
( 1 ) Este trabajo en lo que sigue, lo hizo el au
tor en 1879 , y fné publicado con otros más, sobre
riquesa, en « El Siglo», de la Sociedad Amantes
del Saber», que existía entonces en Lima; Año V.
N. 60 , Octubre 1 : de 1879 .
9

esqueleto primitivo de la sociedad , y el


sistema más sólido sobre que se encuen
tra basada su organización; y asi como
en el organismo vegetal y animal las cé
lulas y las fibras de cada tejido se alteran
de una manera contínua en el curso de
la vida, ażi tambíen en la vida de las so
ciedades, la opinión pública sufre una
transformación ó perfeccionamiento con
tínuo, en cuya marcha estriba el desa
rrollo de los pueblos y el adelanto de los
Estados .
La riqueza, como producto social, tiene
que subordinarse también á la opinión
pública, y la influencia que de ella reci .
be es de la mayor trascendencia y de la
más alta significación , Cuando la opinión
pública consideraba degradante el traba
jo, apenas había riqueza producida : la
clase media era imposible, la conquista
necesaria, la esclavitud indispensable ,
la libertad un enemigo de la sociedad y la
ciencia un crímen. Cuando la opinión
pública respeto la propiedad del trabajo ,
la clase media se hizo posible, la con
quista menos necesaria, el trabajo mas
productivo, la ciencia mas cultivada y la
libertad mas solicitada ; y hoy finalmen
te. que la opinión pública estima honroso
trabajar, y la esclavitud es imposible, la
ciencia y la industria han tomado un vue
lo jigantezco, y la libertad ha llegado á
10 --

ser el patrimonio más querido de los pue


blos civilizados.
Las preocupaciones sobre el ájio y la
usura han hecho y hacen todavía que la
industria de los pequeños créditos cuen
te muy pocos partidarios, y de ahí los al
tos intereses de los pequeños capitales
y le consiguiente paralización ó lento de
sarrollo de las pequeñas.industrias. Las
preocupaciones sobre la mayor o menor
honorabilidad de los distintos trabajos á
que se dedica el hombre, son otra causa
de no pocas perturbaciones en la produc
ción de la riqueza; y las preocupaciones
sobre el precio de las cosas, sobre la mo
neda, sobre las funciones é influencia de
los poderes públicos, y sobre sus derechos
y facultades , son otras tantas causas de
atraso para la producción de la riqueza ;
son otros tantos obstáculos opuestos á
su libre desarrollo ; son en fin , otros tan
tos gérmenes de pobreza y de miseria.
Las Instituciones , no son sino una con
secuencia necesaria de la opinión públi
ca : por su medio se declaran los derechos
de cada asociado, se ampara su ejercicio ,
se distribuyen las riquezas comunes, se
reparten los cargos generales de la so
ciedad , y se señalan las vías donde el
trabajo debe ejercerse, y las condiciones
de su desarrollo y progresivo desenvol
vimiento. Por las instituciones se puede
-- 11 -

favorecer ó contrariar la acción natural


productora de la riqueza, y no como
quiera, sino en la mas ancha escala y en
considerables proporciones; por las ins
tituciones puede hacerse cómoda la vida
de los individuos y grande el bienestar
de la sociedad. Las instituciones finalmen
te, pueden ser causantes directos de la
abundancia ó de la escasez, de la riqueza
y de la miseria , del pueblo que rejentan.
La Industria también , es un factor so .
cial de la riqueza . Según el desarrollo in
dustrial de cada pueblo , dispone éste de
elementos más o menos poderosos por
sus grandes fábricas, por los procedi
mientos y prácticas usuales, y por los
instrumentos de trabajo á su alcance y los
métodos de explotación.
La riqueza se adquiere mas fácilmente
á medida que son mayores los elementos
industriales acumulados y mas exhube
rante la industria de cada localidad : ca
da empresa que toma asiento en un pue
bio es un nuevo gérmen de riqueza, una
nueva fuente respecto de otras indus
trias que le son anexas, un nuevo capi
tal que se flja, una nueva piedra coloca
da en el edificio grandioso de la prospe
ridad nacional ; cada industria es una
nueva demanda de brazos, una nueva
fuente de producción y de consumo, un
nuevo escenario para el trabajo y el aho
- 12

rro. Pero la industria puede también ser


una causa de empobrecirniento y males
tar, y esto sucede toda vez que su esta
blecimiento tiene lugar allí donde no es
natural su existencia, allí donde no tiene
razón de ser, allí finalmente, donde sólo
existe por causas artificiales, por influen
cias extrañas ; la industria en tales casos
es un ejercicio inícuo, cuyo único fruto
consiste en arrastrar la riqueza general
á las Cajas de determinados individuos,
En esas industrias no hay producción si
no robo, no hay moralidad sino desmora
lización , no hay progreso sino atraso, no
hay ganancia sino exacción ; en esas in
dustrias finalmente, mas que en ninguna
otra fuente, deben buscarse las causa
les de las grandes miserias, de los gran
des crímenes, de las grandes fortunas,
de los grandes monopolios, de las gran
des iniquidades ; en esas industrias debe
buscarse la razón de ser de las Aduanas,
el porqué de las reglamentaciones indus
triales de que tan celosas se muestran
las Corporaciones Municipales, y ese cúmu
lo de leyes protectoras y privativas, de
que hacen gala los congresos, estable
ciendo derechos diferenciales tan inícuos
como los que rigen generalmente entre
la harina y el trigo, entre las manufactu
ras y las materias primas, y finalmente ,
13

entre los objetos llamados de lujo y los


de primera necesidad .
En conclusión, la producción de la ri .
queza se encuentra subordinada a la in .
dustria, que a la vez depende íntimamen
te de las instituciones, ligadas por su par.
te y completamente sometidas á la opi
nión pública. Sugeta á ese triple sistema
y sólo bajo su acción é influencia, punde
desarrollarse la riqueza ; sólo bajo esa
acción á influencia , y sólo dentro de esa
atmósfera, puede tomar jigantezco vuelo,
ó encontrar cortadas sus alas y dismi.
nuída la velocidad de su magestuoso de.
senvolvimiento al travez del tiempo y
del espacio .
Debemos ocuparnos, pues, de estudiar,
en Lima, la condición y modo de ser de
estos tres factores, siguiendo sí, un orden
distinto de prelación.
SECCION PRIMERA .

LA OPINION PÚBLICA.

CAPITULO I.

La opinión pública en general.


$ I. - LOS FACTORES DE LA OPINIÓN

Para que tengamos una idea, es forzó


so no solamente poseer la capacidad
intelectual, de percibir, de conocer , de
distinguir y de abstraer, sino que ade
más de todo esto y como cosa esencial se
necesita, que tome parte nuestra voluntad ;
es decir, que haya propósito de adqui
rir la idea y la consiguiente orientación
de nuestras facultades al servicio de
ese deseo. En la opinión pública pasa
análoga cosa, y de allí que no baste pa
ra modificar la opinión , que se patentice
la evidencia de una verdad, sino que, es
indispensable interesar el sentimiento
público en el sentido de hacer esa adqui
- 16

sición. Por eso es que toda verdad, tiene


su tiempo y su lugar para ganar domi
nio en la conciencia pública , y sólo en .
tónces pasa á ser parte integrante de la
opinión : Ilustracion y sentimientos, son
pues,susdos factores generadores. Cuan
do ellos existen , la opinión se forma y se
desarrolla, bajo los diversos aspectos
que vamos á examinar.

El espíritu religioso.
La opinión pública, en Lima, no puede
decirse que esté bastante desarrollada,
para constituir un gran vehículo de pro
greso ; pero tampoco puede afirmarse que
dentro del campo de acción por ella
abierto , carezcan de estímulo suficiente :
la virtud, la verdad y el bien ; el trabajo,
el ahorro ; y en general, todo lo que, por
su ejercicio, signifique bienestar social.
El espíritu religioso, existe en dósis
suficiente para el mantenimiento de las
buenas costumbres; pero el fanatismo no
alcanza, felizmente, al punto de segar al
pensamiento , el campo de manifestación
que ha menester para evolucionar con
cierta libertad . Hay espíritu liberal y
espíritu de fanatismo, pero ni uno ni
otro es suficientemente fuerte para ex
tinguir la vida de su contrario. Se pue
- 17 -

de decir la verdad , sin grandes rodeos ;


pero en el libro con más libertad que.en
el periódico, y en este, con menos peli .
gro que en los salones .

El espíritu filosófico.

El espíritu filosófico puede decirse que


no existe, y á ello deben atribuírse prin
cipalmente, todos los males de la socie.
dad . Con la muerte del notable Dr. He .
rrera que brilló en el año 1860 , no obs
tante lo ortodoxo de sus doctrinas, desa
pareció en el Perú el cultivo de la filoso .
fía, y si ha continuado figurando su ense
ñanza en los programas oficiales, esto ha
sido puramente nominal. Lo que se lla .
ma filosofía entre nosotros, se reduce á
un catecismo de la doctrina cristiana
comentado superficialmente con razona
mientos tan triviales, que podrían ocu
rrísele hasta á los niños . El espíritu de
investigación , el amor á la verdad por
la verdad misma, el exámen de los gran .
des problemas de la Filosofía, la abstrac
ción de los conceptos, la elevación de las
ideas, la percepción de los ideales meta
físicos ; todo, todo eso, carece de sentido
ante la opinión pública ; y es muy escaso
el número de hombres, que gastan su
tiempo en esos estudios. Con todo, se
deja sentir ya, aunque muy lento, cierto
2
18

movimiento expontáneo en favor de los


estudios filosóficos; si bien ese movimien
to, no ha llegado todavía á los umbrales
de los establecimientos de enseñanza, ni
aún á los de los Cláustros Universitarios .

El espíritu de nacionalidad .

El espíritu de nacionalidad es vivo, vi.


vísimo, en cuanto toca á la autonomía
del Estado ó a la integridad del territo
rio ; pero deja mucho que desear en cuan
to se refiere a la ciudadanía y nacionuli
dad de los asociados ; y es todavía mas
débil , en lo que respecta á la confianza
en sí mismo y á la altivez de la propia per
sonalidad; factores aquellos de la riqueza
social y estos del bienestar é indepen
dencia individual .
Las ventajas de la inmigración se han
exajerado tanto, que se olvidan , con fre .
cuencia, los daños que trae cuando los
elementos que la componen , no son esco
jidos, de manera que puedan ser asimi
lados en la unidad del carácter nacional
é identificados a las tendencias y aspira
ciones del elemento propio del país ; de
ese elemento, cuyas energías están llama
das á aumentar y no á extinguir, como
pasa entre nosotros casi siempre, sin in
terrupción. Se quiere que haya Perú, pe
ro poco se atiende á la necesidad de que
19

haya peruanos ; se piensa en que la po


blación extranjera encuentre bienestar,
pero se olvida que la población actual,
también tiene derecho y más que nadie á
ese mismo bienestar. De allí que la inmi
gración solo signifique la exclusión del
elemento nacional, pospuesto siempre al
elemento extranjero, hasta haber hecho
de los peruanos los párias de su propia
patria ; y tanto . que no se les considera
suficientes ni para constituír por sí solos
el cuerpo municipal, entregado ya al ele
mento extranjero. No neguemos un asien
to en nuestra mesa al extranjero; pero
tampoco hagamos que los peruanos aban
donen los suyos, para acomodar en ellos
á los que ni siquiera tienen la obligación
de morir por la patria. Aprovechemos de
las virtudes del extranjero, para mejorar
el desarrollo de las nuestras ; pero no
destruyamos estas, ni olvidemos que este
suelo es nuestro ; ni degrademos el ca
rácter nacional , desconociendo sus mere.
cimientos y rebajando á los ciudadanos.
Los derechos de los nacionales, no pue
den jamás ser menores que los derechos
acordados á nuestros huéspedes, Así ha
procedido el Japón y así ha conquistado
el respeto del mundo entero y el bienes
tar y adelanto de los suyos. Así también
ha procedido Norte América, y así debe
proceder todo país celoso de su naciona
20

lidad . El olvido de estos principios ha


traído al Perú intervenciones diplomáti
cas у más de un ultraje a su soberanía , y
mas de una herida a la dignidad nacional .
Así también en lo individual . la opi .
nión pública no dá gran importancia á la
iniciativa privada, ni mucha estima á la
conciencia de la propia personalidad. Se
pretende en todo caso hacer caer sobre
el gobierno y las instituciones la respon
sabilidad de actos debidos únicamente á
la omisión de iniciativa y á la falta de
altivez propia. Se olvida con frecuencia
que si cada cual en su esfera cumple su
deber, la tarea de los poderes públicos
se facilita grandemente; y en la concien .
cia pública, no está debidamente estable .
cido que la iniciutiva privada y la confian
za en sí mismo son tal vez el resorte prin
cipal del asombro : o adelanto de las gran
des naciones .

El espíritu ile Empresa .


El espíritu de empresa no está desa
rrollado. El pesimismo domina en las
ideas, y la opinión pública lejos de alen
tar á los pocos que emprenden , favorece
la acción de elenientos contrarios hasta
hacer imposible el desarrollo de esas po
cas energías de carácter, que después de
trabajos y fatigas mil han llegado á cons
- 21

tituir algunos negociados de importancia .


Con todo , no faltan Empresas que han
logrado vivir exclusivamente dentro del
elemento nacional; y la opinión , poco á
poco va adquiriendo confianza en el po
der de esa palanca que ha hecho en gran
parte la moderna civilización.
$ II. -LOS POTENCIALES DE LA OPINION
El sentimiento ile Libertad .
El sentimiento de libertad es escaso y
tan pobre, como es abundante una espe
cie de sentimiento contrario, que podría
mos llamar escla vocrúcia ; dado lo que es
fácil entre nosotros, la imposición de aje .
na voluntad, siempre que se lenga el tino
de no herir ciertas Vanidades, ó se dis
ponga de dinero ó de fuerza en dósis ade .
cuada al caso,
Salud, juventud y libertad, son como di .
ce Schopenhauer , los mayores bienes de
la vida ; y así como el individuo cuida tan
mal de esos dones hasta que siente su
pérdida, así los pueblos necesitan para
amar la libertad . Jaber a antes perdido ;
y bajo tal asp cto , se explica muy bien
la existencia de los tiranos. Sólo ellos
pueden hacer amar la libertad . por lo
mismo que son ellos los que suprimen ese
sello divino, con.que se distingue el hom
bre de todos los animales.
22

El Perú fué declarado libre desde 1821 ,


pero ha necesitado 74 años de tiranía pa
ra amar la libertad ; y que ese amor co
mienza a desarrollarse con vigor, lo prue
ban claramente las inolvidables jornadas
de Marzo último. Sólo lo pueblos libres
pueden ser grandes ; y por eso es indu
dable que el Sol de Marzo aluinbrará al
Perá durante largos años, por el camino
del derecho y de la gloria.
Mas para que la libertad siente sus
reales, es indispensable que sea amada
por la opinión pública; que sea estinado
todo hombre que haciendo uso de ella
sabe luchar como hombre y morir cor110
bueno; que sea despreciada la adulación,
el servilisino y la bajeza ; y que ese des
precio no pueda ser ahogado, ni por el
éxito triunfante, ni por la insolencia apo .
yada en la fuerza, ni por la audácia res .
paldada con la inteligencia ; ni lo que es
peor que todo eso, por el oro que envile
ce, toda vez que se coloca encina de la
virtud, del honor y del deber.
Cuando esa altura se haya alcanzado
en la opinión pública, dejarán de impe .
rar las minorías; y el poder, emanado de
su fuente única y legítima, no podrá ser
ejercido sino en sentido del progreso ge
neral y del bienestar individual. Entón
ces, hombres y cosas ocuparán en la ver
tical, el sitio que les corresponde en ra
23

zón de su densidad y de sus tendencias


al origen de su ser. El oro quedará á la
base pegado al suelo que le dio su esen
cia ; y el talento y la virtud se irán á la
altura, en busca del cielo, que al mundo
los envió como presentes divinos de in
comparable superioridad, como la flor y
el fruto del arbol de la vida.
El sentimiento de justicia ,

El sentimiento de lo justo , tanto como


el de lo bello, se encuentra muy ar
raigado en la opinión pública. Ello de
be venir desde los tiempos incaicos; pues
es proverbial la justificación de los Incas,
verdaderamente paternal : y cuan desa
rrollado se encontraría ese lado afectivo
de la opinión, que no han bastado á ex
tinguirlo 300 años de la îmas brutal
de las dominaciones. En Lima es tan
claro al respecto el sentimiento público,
que hemos presenciado varias veces una
multitud enfurecida caer sobre un indi .
viduo acusado de espía u otra condición
parecida, y al defenderse este, sólo con
razones, una vez probado lo calumnioso
ó erróneo del cargo, lo hemos visto llevar.
en triunfo ó del modo mas afectuoso , por
los mismos que hubieran sido sus verdu
gos. Debe también influír el carácter na
cional, que es generoso, noble y levanta
24

do como el que más. Lima á ese respec .


to, no tiene nada que pedir á ningun
pueblo de la tierra .
El sentimiento de la verdad.
El sentimiento de la verdad, es pobre,
pobrísimo, entre nosotros. Se cultivan
los estudios no para adquirir conoci
mientos, sino para lograr diplómas de
competencia, con los que sea posible te
ner acceso a las colocaciones ventajosas.
Saber poco importa ; parecer sabio es lo
esencial . El estudio por amor á la ver
dad, no tiene partidarios entre nosotros;
y el criterio de la opinión pública anda
siempre al respecto en el peor de los ca
minos. Los hombres de ciencia, que no
faltan , no son estimados por su saber y
consagración al estudio, sino por su po
sición oficial ó condición social . Reducir
á cero los programas de enseñanza es el
desideratum en materia de instrucción ,
El cultivo de las ciencias matemáticas y
naturales y los estudios filosóficos, unos
y otros son tan rudimentarios, que aún
en las Escuelas Especiales encuentran las
más sérias resistencias. En la Instruc
ción Media , la enseñanza de esos ramos
es puramcute nomi al, y no obstante, es
tudiantes y periodistas, trinan contra lo
largo y lo penoso de esos estudios.
Hay mucha facilidad de aceptar con
5

clusiones en los asuntos ipás complejos,


sin exámen ni conocimiento prévio de la
cuestión . No se busca la verdad sino el
beneficio ó maleficio que puede causarse
propagando como tales, no sólo los erro .
res dudosos sino aún las mas monstruosas
falsedades. Y como cada cual anda en
ese camino, juzgando a los demás por la
nuisma medida , mira con desconfianza
todo lo que se escribe en el País , y como
superior á sus aptitudes todo lo que se
escribe en el extranjero.
De allí que en Lima sea escasísimo el
a or por la lectura y que obras de gran
mérito con el Diccionario de Mendibu
To, el Geográfico de Paz Suldan y otras
así de largo aliento , de importancia in
mensa , no tengan aún lectores, ni mucho
menos compradores. En Lima, los pocos
que escriben lo hacen para muy pocos
lectores y si el Gobierno ó la Municipa
lidad no soportan los gastos de impre .
sión , la obra queda inédita largos años,
como ha pasado con los trabajos mate
ináticos de Garaicochea , condenados
tal vez á desaparecer si es que alguien
conserva los originales todavía. ( 1 ) Los
periódicos científicos mueren por falta
de suscritores ; y los periódicos políticos,
( 1 ) Se trata actualmente de dar ese Libro á la
publicidad .
26

sino tuvieran crónica local y sección de


comunicados, no podría vivir un solo mes.
Lima es la ciudad de los folletos, por
que se adquieren por obsequio y solo son
leídos, por los interesados en el asunto
que motiva su publicación. El libro y la
cátedra no tienen auditorio todavía, y no
lo tendrán , mientras no se desarrolle un
poco en la opinión pública, el sentimiento
del an or á la verdad por la verdad misma.
El sentimiento del bien ageno.
El sentimiento del bien ageno, es por
su naturaleza muy delicado. No existe
sino en pocos individuos y en dósis re .
ducidas para cada uno ; de modo que, la
parte de este sentimiento capaz de ganar
un sitio en la opinión pública, no es muy
considerable en pueblo alguno ; y por ello
no debe extrañarnos que Lima no sea
una excepción . Para que el sentimiento
del bien ageno se presente en el indivi
duo, preciso es un temperamento de ca
rácter bien equilibrado, cierta nobleza
de alma y cierto grado de cultura en el
espíritu, que no es común encontrar en
la especie humana. El sentimiento del
bien ageno es como la luz del sol ; que no
es dado apreciar á los topos, ni á anima!
alguno que carece del sentido de la vista ;
pudiendo apenas, el hombre mismo, re.
sistir su brillo, á la hora meridiana . Y sin
27

embargo, de esa luz, pendiente está la


vida toda , y es probable que no haya vi .
viente alguno que á su modo, al menos,
no perciba su existencia y sienta su be .
néfica influencia . El sol á todos alu ubra ,
y es inagotable su manantial de luz: pue .
de tomarla todo ser vivo , en la dósis que
haya menester para su u ejor desarrollo ;
pero no á todos es perinitido darse cuen
ta de la bondad de esa luz, ni del papel
que la naturaleza le tiene encomendada.
El bien ageno es siempre el bien pro
pio, pero esta hermosa verdad es incon
cebible para el común de los hombres; y
mucho mas raro , es encontrar en ellos
que ese sentimiento exista por sí mismo,
ageno aún , á toda consideración derivan .
te del propio bien . La personalidad de
Jesucristo, al respecto, es la mas noble
figura que nos presenta la historia del li .
naje humano.
Para el común de los hombres ese sen
timiento , casi no existe sino en su parte
utilitarista, y bajo ese aspecto , deriva de
un lado del grado de ilustración , en cuan
to este permite percibir el bien propio
en el ageno bien ; y de otro lado del juego
de tres factores. que, bien considerados,
constituyen la trinidad deprimente del
corazón humano; trinidad cuya extinsión
debe ser el objeto principal de la vida
terrenal, pues con ella, no sería posible
28

vivir en ningún mundo superior. Esa


trinidad consta de tres entidades verda
deramente condenables : la envidia , la ava .
ricia y una tercera innowinada , que cree
mos designar con precisión, empleando
un vocablo nuevo á falta de otro mejor:
la caro -auxiliosidad .
Cuando la ilustración es poca y la tri
nidad aquella muy predominante, el sen
timiento del bien ageno es nulo, y el pro
greso debido a la opinión pública, toca á
su mínimo; pero a medida que se desarro
Ila la ilustración y se aplasta la trinidad
deprimente, la opinión pública vá descu .
briendo horizontes más y más dilatados ;
donde el progreso se impone , la grande
za se hiergue en las acciones, y la ven
tura humana se vislumbra , no sólo como
posible, sino como necesaria condición ,
de toda ventura individualmente consi
derada . Entonces aparecen los héroes,
los mártires, los sabios; y la personali
dad del hombre , se eleva tanto, que se
hace digno de la divinidad misma.
Mas cuando la ilustración es mezquina
y la trinidad enlodante domina los cora
zones, puede decirse que está perdida
toda esperanza ; y el pesimismo, no tarda
en devorar como un cáncer todo el orga
nismo de la sociedad . La envidia se en
cargará de desvanecer, por negación sis
temática, todo merecimiento personal ; la
29

avaricia hará imposible la buena fé, que


es el alma de la vida comercial; y la caro
auxiliosidad, se encargará de levantar al
caído, humillándolo antes, para exijirle
después en retribución del servicio reci
bido, la prestación de servicios mil, que
degraden siempre, y que siempre maten su
personalidad ; única capaz de luchar con
tra .a envidia y la avaricia , y única capaz
de rechazar, los engañosos halagos de la
caro-auxiliosidad ; caricatura monstruosa
de la caridad ; de esa virtud que es la
mas noble de las virtudes .
Lima, como todos los pueblos, paga
tributo no pequeño á esa infernal trini.
dad , y la opinión pública se resiente de
su deletérea influencia . Precisa pues, lu
char contra ella, y al efecto nada más efi
caz que el fomento de la ilustración, y el
estímulo á las acciones nobles y al mérito
intrinsico ; propósitos ambos, que los po
deres públicos deben preocuparse de rea
lizar sin descanso . En esa tarea todos
tienen cabida, y á todos es dado contri
buír en la esfera de su propia personali
dad . Felizmente sentimiento de justi .
cia y la nobleza de carácter abundan en
Lima, y con esos factores fácil es luchar
contra la trinidad enlodante, poniendo
de manifiesto su repugnante aspecto don
de quiera que se deje ver.
30

El sentido práctico y el espíritu de


tolerencia .
1

El sentido práctico y el espíritu de to


lerancia son tambien factores esenciales
en la bondad de la opinión pública. En
Lima faltan uno y otro, y mucho tiempo
pasará antes que se a lquieran en la opi.
nión pública tan preciosos bienes. El
sentido práctico que tanto distingue á
los pueblos de origen inglés, y el espíri
tu de tolerancia que caracteriza á los ale
manes, no se han formado sino bajo la in
fluencia de peculiares circunstancias que
no pueden reproducirse en otros pueblos,
sino provocando su desarrollo mediante
leyes é instituciones apropiadas. La par
ticularidad de ser la Inglaterra una isla,
y su territorio pobrísimo en productos
naturales, ha hecho que desde sus pri
meros tiempos, las energías morales de
ese país, hayan despertado á la acción y
en esta, constantemente mantenida, ha
yan adquirido esa cualidad de adaptación
al medio que la experiencia enseña, y esa
confianza en sí mismo que despierta siem
pre el éxito alcanzado en cada caso . Par
tiendo de hechos reales y tanjibles, y de
biendo siempre acometer empresas de
terminadas, ese pueblo ha tenido que ser
práctico ; y por eso ha llegado a ser en
31

ese terreno el modelo más digno de imi


tación .
Los alemanes, que debían habitar un
país pobre compuesto de varios otros,.
gobernados por pequeñas porciones , li .
gadas apenas por comunidad de interéses
de religión y de raza, vivieron la vida de
la libertad mucho antes que los otros
pueblos, centralizados desde antiguo,
bajo un 1 éjimen vigoroso , absorvente y
unitario. Los alea anes, pues, debían ser
los primeros en despertar de la negra
noche de la edad media ; y por eso, fué
en su suelo, donde se dió el primer paso
en favor de la libertad de la conciencia ;
y con esa libertad proclamada en 1521
por Lutero debía conquistar el mundo , y
poco á poco , todas las demás libertades .
El hábito de la lucha y los beneficios al
canzados, hicieron adquirir el espíritu
de tolerancia ; y ese espíritu una vez lo
grado, debía mantenerse,extendiendo su
esfera de acción á todos los campos don
de podía manifestarse la humana acti
vidad .
La conciencia del ageno valimento es
el alma del espíritu de tolerancia ; por
eso no puede desarrollarse ese espíritu,
allí donde la ilustración no se ha dren
vuelto lo suficiente, para dejar percibir,
con Sócrates ; que saber que nadu se sabe,
es la verdad mas elevada y mas profunda,
32

que el estudio y la meditación pueden


enseñar al hombre sobre la tierra. Cuan
do esa verdad gana la conciencia de
los hombres ilustrados, el espíritu de to .
lerancia y el reconocimiento del ageno
valimento se imponen por sí mismos ; y
la opinión pública, alcanza el vás alto
grado de adelanto que puede desearse ,
danto campo libre de acción á todas las
energías individuales, y horizontes muy
dilatados al progresu de la civilización .
CAPITULO II

La opinión pública en especial.


§ I. - EL CARACTER Y CONDICION DE LA
OPINION PUBLICA .

La opinión pública es un organismo


vivo, cuya objetivación podría represen
tarse , bajo forma de una red envolvente
de toda individualidad . y formada de hi
los contínuos y elásticos entretejidos de
modos mil. Dentro de esa red habita el
individuo , á la manera que materia plás
tica, deformable y dotada de cierta elas .
ticidad ; y dentro de ese saco envolvente
vese obligado á mantener cada uno, en
la lucha incesante de las propias ener
33

gias, contra las que la opinión alberga,


esa especie de equilibrio dinámico de la
vida, progresivo en sus efectos y rítmico
en su modo de evolución.
Y así como la materia plástica se
vería dentro de las mallas de la red,
de un lado, libre para darse salida,
y aún impulsada á ello por la pre.
sión de sus hilos elásticos, y de otro
lado, contrariada por la impenetrabilidad
y dureza de sus nudos, oponiendo á su
paso, obstáculos infranqueables ; así el
individuo, dentro de la Opinión del medio
que lo envuelve, se vé á cada instante
impulsado en cierto sentido, a la vez que
en otro ú otros, encuentra vencidas to
das sus energías, é invalidados todos sus
esfuerzos.
Más si el instante cambia y el movi
miento posible se ha realizado, todo el
sistema experimenta una deformación y
la consiguiente variación de equilibrio
en el juego de las energías, hace posible
ahora, lo que antes no lo era y al con
trario; resultando de todo ello, una alte
ración incesante ; mejor dicho, una evo
lución social, que como siempre, lleva al
conjunto, de lo homogéneo a lo hetero
géneo y de lo menos definido á lo más
definido como diría Spencer, ó de lo
menos condicionado á lo más condicio
3
34

nado y de lo menos perfecto á lo más


perfecto como diremos nosotros.
Obrera incesante de la opinión , toda
individualidad dentro de ella encerra
da, la modifica á cada instante ; ya en
la consistencia, grosor, elasticidad y
longitud de sus hilos ; ya en la extensión
y forma de sus mallas; ya en fin , en el
estirainiento y encogimiento de su super
ficie general, de forma curva, porosa y
deforniable á cada momento ; y en tanto
que sucede todo esto en la opinión, el
individuo a su vez modifica sus formas,
asocia sus energías, y se adapta al medio
que lo envuelve, en lucha no interrumpi.
da y siempre variada ; venciendo en ve.
ces 6 siendo vencido, según los casos y
las circunstancias; según el rango de su
individualidad, en la escala de la vida
humana ; y según en fin , la mayor ó me.
nor conformidad de su acción , con lo que
debe ser ésta, en el mundo de lo verda
dero y de lo absoluto .
En ese mundo está el ideal de todo lo
perfecto ; es decir, de todo lo que ÉS, real
mente. En el mundo del fenómeno, sólo
pueden encontrarse copias incompletas;
tendentes siempre, sin embargo, y siem .
pre más próximas, á ese ideal inconoci.
ble, hácia el cual todo tiende y todo mi.
ra.
35

Así, en esa red que constituye la opi.


nión pública, hay una forma tipo, un
mecanismo modelo, hácia el cual se tien
de á todo instante , de un modo fatal y ne.
cesario; y ello, no obstante la libertad
absoluta, inmanente á la humana perso
nalidad . En el campo de motivación que
guía nuestra voluntad, libre y soberana,
está el secreto de lo necesario de la resul
tante, objeto de nuestras determinacio
nes. Así se realiza el admirable consor .
cio de la libertad y de la necesidad, donde
se aunan y se identifican, del modo más
completo , los sistemas filosóficos que pa
recen mas contradictorios.
Allí donde la acción individual es mal
dirijida, la opinión se deforma de mane.
ra tal, que hace nacer en el campo de los
motivos, factores apropiados á provocar
en la acción de aquellos, modos tenden .
tes á restablecer el equilibrio perturba
do у á llevar al individuo que lo causa
ra, conciente ó inconcientemente, á cam
biar de rumbo ; y esto, siguiendo siempre
su propio querer, libre y soberano, pero
impulsado ahora, por una motivación
distinta , hija en último análisis, de esa
misma voluntad, en cuanto se movió, en
sentido no conforme al ideal perseguido
en el mundo de lo necesario.
Así se asimila poco a poco en el de
- 36 -
curso de la vida, al querer libre de cada
uno, ese querer absoluto, al que todo
querer tiende sin cesar y más y más á
cada instante ; y así se realiza el princi .
pio de asociación , cada vez mas confor
me con su ideal, y cada vez unas apto
para que en la vida del individuo, entren
como auxiliares, todos los demás indivi .
duos, y en su integración se realice tam
bién , у más у más, el ideal de la armonía
universal .
La opinión pública tiene su centro
principal en la clase superior ; comc tie
ne el intelecto, en la vida animal , esta
biecido su centro en el cerebro ; y así
como este órgano admirable, ha necesi.
tado para alcanzar en el hombre el alto
grado de constitución que posee, de una
larga evolución al través de las especies
zoológicas, así también, en la vida su
per- orgánica, la opinión pública encuen
tra el campo de su evolución, al través de
los siglos históricos, en la evolución
continuada de los pueblos y las razas,
que en el mundo se suceden en el tiem
po y en el espacio.
Por eso son hoy imposibles de reali
zación, actos que en los siglos primitivos
fueron objeto de admiración y de res
peto. La opinión pública ha evoluciona
do, y al través de lo rítmico y progresi
vo de su desenvolvimiento , deja siempre
37

en cada generación, un contingente con


siderable en favor de la generación que
sigue, como si pagar quisiera el legado
recibido de las generaciones anteriores.
II.
Es, pues, la opinión pública, un valio
so patrimonio, y un reservorio de po
tencial sociológico que importa siempre
aumentar; y esto se logra : sea dester
rando errores, sea acumulando verdades;
sea en fin , haciendo a la vez, una y otra
cosa .
Los filósofos, los sábios, los historia
dores, los estadistas, son los obreros in
fatigables de la verdad ; los perversos,
los traficantes, los farsantes, son los
obreros del error. El estímulo , el ejem
plo, el periódico, el libro, la cátedra y la
práctica de los negocios, son el medio en
que actúan de uno y otro lado, los pro
pagadores de la verdad como los que se
empeñan en ocultarla .
Saber que la opinión pública es modi
ficable, es ya saber bastante, de la ciencia
de la vida ; pero saber cómo y de qué ma
nera se logra producir determinadas mo
dificaciones, y cuando y cómo esa pre
tensión es imposible, en época dada, es
el secreto de la ciencia del estadista, y
del arte de los grandes especuladores.
38

Ningún medio más poderoso para in


fluir en la opinión , como el que ha ofre
cido el descubrimiento de la imprenta ;
y por eso, puede decirse que desde allí,
la civilización ha tomado el vuelo jigan
tezco , que eran incapaces de darle los
otros elementos de propaganda. La im
prenta ha extendido al infinito, en el
tiempo y en el espacio, el campo de ac
ción, antes limitadísimo, donde operaban
la cátedra, el libro, el estímulo y demás
factores influenciales de la opinión. Por
eso es que el problema de la libertad de
imprenta, ha sido y es todavía, el que
más preocupa á las modernas sociedades.
Felizmente esa preciosa libertad, cuenta
á su lado el voto universal ; y esto , por
que tanto el bueno como el mal elemen
to, necesitan de ese poderoso invento
para defender su propia causa. No está
lejano el día en que esa libertad sea uni
versalmente reconocida y forme parte
integrante de la opinión pública en todo
el mundo civilizado . Entonces nada po
drá oponerse al progreso de las ideas:
la propaganda del mal, se destruirá con
la propaganda del bien, y la acción de la
justicia penal, irá á buscar en el delito
mismo y no en su publicidad, el sugeto de
sus condenaciones. La calumnia, la dia
triva, etc. , serán un mal negocio, porque
39 -

nadie se atendrá á ellas, por el hecho de


estamparse en tipos de imprenta, sino
por las pruebas efectivas de culpabilidad;
y la opinión pública, extenderá sus do
minios á tan dilatada esfera , que será
preciso ser bueno, en lo público, y en lo
privado, y en toda época y condición: y
entonces la discusión libre, de todo lo
que tiene en la sociedad vida artificial,
hará imposible su dañosa existencia, lle
gando á ser una sola y misma cosa, el
deber ante la ley positiva y el deber ante
la ley moral. Entonces habrá cesado el
divorcio que hoy separa esos concep
tos, como si lo positivo tuviese dere .
cho de ser otra cosa, que simple objetiva
ción de lo ideal; de ese arquetipo, cuya
realización práctica, es el único propó .
sito y el solo empeño, de todo cuanto
existe en el mundo del fenómeno, único
conocible para la humana inteligencia .

III

En el mundo de la vida animal está


cada individuo siempre sumerjido en un
medio, cuyos elementos favorecen ó con.
trarían su existencia ; ya dándole como
el aire, el agua, etc., salud y robustez;
ya quitándole vida y engendrando la
muerte, como lo hacen siempre los pará
40

sitos y los microbios, que se implantan


en el cuerpo, para nutrirse á sus expen
sas y destruirlo, más tarde ó más tem
prano .
En la opinión pública, pasa lo propio
con la verdad y con el error; y de la re
lativa preponderancia, en que se encuen
tran repartidos estos dos opuestos ele
mentos, depende la vitalidad ó mejor di
cho, el potencial sociológico de la opi.
nión , en cada pueblo y en cada época de
su vida,
Cada verdad que se integra en la opi
nión pública, es un capital de valor infi
nito, para el progreso de la civilización ;
y cada error que en ella se alimenta , es
una pérdida enorme de incomensurable
alcance y de la más fatal influencia , pa
ra el porvenir de la vida humana. Por
eso es, que propagar la verdad, constitu
ye la más noble de las acciones, y pro
pagar el error, el más negro de los crí
menes. El asesinato más cruel, sólo ex
tingue una vida individual ; el más insig
nificante error, lleva la muerte á milla
res de existencias. La historia del error,
es la historia de todas las desgracias hu
manas ; y éstas no dejarán de ser, mien
tras aquel subsista en el seno de la opi.
nión .
En Lima, no puede decirse que son po
- 41

cos los errores, ni puede descouocerse


su maléfica influencia. Pocos lugares,
tal vez, se encuentran en peor condición.
Aquí , el error se ha creado deliberada
mente, se ha propagado con arte y se ha
cultivado con tesón y empeño especiales;
y todo se ha hecho así, porque en ello
tenían provecho y tienen todavía, los
hombres estómago, que abundan tanto
y que por nuestras especiales condicio
nes, han logrado apoderarse de los pri
meros puestos en el gobierno de la so.
ciedad . La tarea de emprender campaña
contra esos errores, es verdaderamente
jigantezca y por cierto superior á toda
acción individual, cualquiera que sea
ella. Nosotros nos limitaremos á enume
rar, sumariamente , los errores cuyas fu
nestas consecuencias han podido palpar
se en estos últimos años, con una fuerza
de evidencia verdaderamente abrumado
ra. Tal vez ello contribuya á provocar
una saludable reacción .

§ II. - LOS ERRORES DE LA OPINIÓN


El crédito ,
I
Bajo la interesada influencia de los
usureros y de los explotadores del Fis
co, la noción del crédito, ha llegado en
42

tre nosotros, á un grado de aberración


inconcebible. Pocos años hace, se dió vi
da á una Compañía que podríamos llamar
de lus Indias occidentales, dueño hoy de to
dos los recursos del país, y ocupada ex
clusivamente, como inmenso pólipo, en
constreñir entre sus múltiples y vigoro
sos tentáculos, cuanto hay en el Perú
que sea ó pueda ser riqueza explotable,
Ningún negociado, ninguna empresa,
ningún propósito, puede llevarse á cabo,
sin entregarse maniatado á ese mons
truo de cien cabezas y de un millón de
brazos, donde se han parapetado los ma .
los elementos de un país desventurado,
Y lo que ha pasado en ese caso, pasa
diariamente con toda la riqueza del país.
Apenas se descubre una región minera,
una capa de sal, una zona de petróleo,
una pampa de tierra mineral, un bosque
aparente para la colonización ó la agri
cultura ; en el acto, se presenta como por
encanto, una empresa extranjera, solici
tando el monopolio del negocio y pidien .
do como condición principal, la exonera.
ción de todo impuesto, de toda contribución ,
de toda gabela ; y como consecuencia de
ello, la eliminación del elemento nacional,
condenado así, de antemano á perecer,
una vez que le sería imposible, luchar
con el monopolio establecido á favor de
1
-- 43

sus rivales extranjeros. Los peruanos,


sólo sirven para pagar los impuestos en
tiempo de paz y rendir la fortuna y la vida
en tiempo de guerra. ; POBRE PATRIA MIA ,
CUAN INMENSA ES TU DESVENTURA !
El crédito se dice : traerá capitales ex
tranjeros, lloverán las libras esterlinas; ha
brá trabajo. Dad al extranjero todo cuan
to tengais ; ellos harán un Gran País , ha
brá oro, mejorará la raza ;y en el entre
tanto, vosotros, los imbéciles habitantes
de este suelo, vivid encorvados bajo
el peso del rudo trabajo del esclavo. Pa
gad, pagad , pagad siempre ; y cuando na
da tengais que pagar, rendid esa vida
miserable; y morid de una vez, ya que
no habeis sabido lo que es Patria ; ya que
habeis ignorado, que sois personas ; ya
que habeis olvidado que este suelo es
vuestro , por el esfuerzo y la sangre de
vuestros mayores ; ya que habeis sido
laxos para los criminales que os han ex
plotado; ya en fin , que no sabeis: que EL
CREDITO exige unte todo QUE HAYA PER
SONA, capaz de trabajar y cumplir sus
compromisos; que esa persona POSEA ELE
MENTOS MATERIALES de trabajo, que le sir .
van de instrumento; y que en fin, TRABAJE
con ellos efectivamente y con provecho ! Sed
pues personas, en el individuo y en
el Estado, y trabajad con lo que tengais;
44

y entonces y sólo entonces TENDREIS


CREDITO ; y esto no porque sepais entregar
lo que os pertenece, sino porque sabreis
manejarlo, y hacerlo producir; y sabreis
separar de su producto, una porción razo
nable, para el cumplimiento de vuestras
obligaciones, y otra porción, para crear
por el ahorro el capital del porvenir.
Y si sois incapaces de hacer esto,
lo que felizmente no es cierto entonces
respetad al menos el derecho de las gene
raciones que os han de reemplazar , y no
echeis por la borda todo su patrimonio ,
como hoy lo haceis sin piedad , y sin pro
vecho, ni para vosotrosmismos.
La fórmula : paga ó muere, no podrá ja
más traer el crédito. La fórmula trabaja
y paga en proporción á lo que ganes, es la
única que siguen los pueblos civilizados.
Sólo ella es compatible con el crédito ;
sólo en ella puede encontrarse , la ventu
ra para el individuo y la grandeza para
el Estado .

II

Y como si no bastara la entrega incon


dicional al extranjero de cuanto posee el
País ; cada día se promulga una nueva ley
contra los deudores, y en favor de los
usureros de gran vuelo ; de esos que pres
=
-- 45

tan al UNO POR CIENTO MENSUAL Y AL


TRES POR CIENTO PENAL, Y CON PACTO
DE RETROVENTA Y RENUNCIA PRÉVIA
DE TODO DERECHO DE SER JUZGADO,
una vez que el caso llegue, QUE SIEMPRE
LLEGA , de rematar todos los bienes del
deudor, por la décima parte de su valor
ó menos , porque asi conviene á los vam
piros de todos los tiempos, de esta patria
infeliz .
Hombres de bien : ;despertad ! desper
tad pronto ; tomad parte en la vida de la
República, enteraos de lo que pasa en
vuestro rededor, estudiad vuestra condi
ción, leed, leed , si no quereis mañana,
sólo tener el consuelo de llorar como mu
jeres, la suerte de vuestros hijos, que se
encontrarán sin pan y sin hogar, vagan .
do como párias en la patria de sus ma
yores !
Ya es tiempo que se produzca una
reacción vigorosa en la opinión pública,
tan descarrilada hoy, respecto de lo que
significa la noción de crédito. Ya es
tiempo de que todos se den cuenta exac
ta de esta idea fundamental de la ciencia
económica.
III.

Hay que distinguir el crédito comercial


del crédito usurario. El primero signifi,
46

ca progreso y vida; el segundo es sinó.


nimo de exacción y muerte. Con el pri .
mero alcanzan las naciones el mayor
grado de prosperidad ; con el segundo se
desarrolla la miseria , el rebajamiento
moral de los caracteres, y la destrucción
total de los pueblos que se dejan arras
trar en esa pendiente funesta .
Ercrédito comercial, cotiza en capital
numerario y efectivo, el capital moral
que todo comerciante posee como hon.
radez, circunspección, habilidad en el
manejo de sus negocios, etc ; y mediante
tal conversión, se centuplica el poten .
cial productivo de cada uno. El crédito
comercial se respalda con el capital efecti.
vo del deudor ; pero no descansa sobre es
te capital , sino sobre su capital moral; y
ello, tomando como medida de éste, como
indicador suyo, el monto de la renta efec
tiva, y el saldo que esta arroja, después
de deducidos los gastos anuales del ne
gocio, comprendiendo en ellos, los con
sumos particulares de cada comerciante ,
para el sostenimiento de su familia. El
crédito comercial, se encarga de truducir
ese saldo de la renta en capital, y le bas.
ta para su seguridad, aquel saldo y nada
más. Por eso el crédito comercial vive
de la renta. y dá esperas cuando ésta, no .
está amenazada de desaparecer. El cré.
1
47
dito comercial apela solo a la enagena .
ción del capital que le sirve de respaldo,
cuando el capitalmoral ha desaparecido,
y por consiguiente la renta se ha hecho
imposible. El crédito comercial termina
por la quiebra, y no sigue al deudor, una
vez ésta producida. Al desgraciado que
termina por quiebra, no lo sigue, el
acreedor inás allá de la ruina ; porque el
crédito comercial vive de la prosperidad
del deudor, y no de su miseria y desca .
labro. Por eso tiene todo comerciante
una cuenta especial de Pérdidas y Ga.
nancias " ,
El crédito usurario, es el polo opuesto
del crédito comercial . El crédito usura.
rio, no dá valor alguno al capital moral,
ni á la renta, que es su traducción. Para
el acreedor usurario, el capital poseído es
todo su objetivo y todo su respaldo; y
apoderarse de él , en el menor tiempo y
al menor precio posible , es el propósito
que persigue. Por eso el crédito usu
rario hace subir los intereses, al máximo
tolerable por la candorosidad del deu
dor : y por eso pide en las leyes, la ma
yor rapidez ejecutiva para el cobro, y la
supresión de todo trámite ; y en fin , per
sigue siempre entrar de una vez, en po
sesión de lo ageno, Por eso el crédito usu
rario patrocina la fórmula infame: paga
-48

6 muere; y por eso trabaja sin descanso,


para que esta fórmula , se haga práctica
en las leyes.
Este crédito usurario es el que viene
labrando la ruina del Perú ; y es uno de
los factores, de la miseria á que ha llega
do el Estado, la familia y el individuo.
Este crédito falsificaau, inmoral, infame,
es lo que existió en las sociedades primi
tivas ; y la historia de Roma está llena
de las grandes convulsiones á que dió lu
gar en aquellos tiempos, en que se decía,
como hoy debemos decir en el Perú : ;; AY
DEL DEUDOR !!
¡ Basta ya ! quizás hemos pasado los lí.
mites que nos hemos señalado en nuestra
tarea de decir la verdad . ¡ Basta ya ! la
verdad es como el veneno : cura, en can
tidades pequeñas ; pero mata, cuando se
ultrapasa la dosis que cada organismo y
cada enfermedad , requieren por su pro
pia naturaleza. ¡Basta ya !

El Fiscalismo.

El fiscalismo ha ganado terreno en la


opinión pública, hasta el punto de cons .
tituir obstáculo muy sério para el desa
rrollo del capital y del trabajo. Se ha
dado en entender que hay mérito en el
funcionario público qne crea impuestos,
-

n
49

o que encuentra manera , al recaudarlos,


de hacer que produzcan mayor rendi
miento . Con este criterio , se ha creado
un antagonismo manifiesto entre la so .
ciedad laboriosa y los poderes públicos;
y estos, han olvidado que si ellos tienen
derecho de existir, es únicamente en cuan
to signifi'an para la producción cierta
dosis de seguridad y garantía, que 36lo
es posible obtener, constituyendo esa en
tidad superior que se llama el Estado ; y
del cual , son los funcionarios y emplea
dos, elementos integrantes solamente.
Se ha olvidado también, que la única
manera de conocer si son ó no aprove .
chados por un particular, los servicios
del Estado, es que aquél obtenga de su
trabajo, remuneración efectiva y saldo
consiguiente ; pues solamente en este sal.
do ó renta, puede hallarse el índice que
marca para cada individuo, la proporción
en que está favorecido por la acción del
Estado; y por tanto , la inedida del dere .
cho de este, para percibir bajo forma de
impuesto, la cuota parte que en justicia
le corresponde, como cooperador de la
producción.
Por eso es que las contribuciones di
rectas, que gravan por igual sobre las
personas, sin tener en cuenta la renta de
que disfrutan, han sido universalmente
rechazadas; por eso es también , que la
50

contribución sobre la renta , solo debe


cobrarse cuando esta excede de un cier
to mínimo, en Lima de 240 S. anuales, mí .
nimo, bajo del cual es imposible la vi .
da del individuo ; y por eso es también,
que los impuestos de aduana, de estan
cos, específicos , etc ,, etc. sólo son acep
tables, cuando de un modo ú otro no en
traban la producción , ni tocan á la renta
misma, ni privan al ciudadano de lo indis
pensable para su vida normal en socie
dad .
Todas estas ideas se han olvidado ó se
ignoran completamente y de allí ha re .
sultado un fiscalismo tal , que justamente
los más pobres son los más abrumados
por los impuestos ; y se cobran éstos, con
guardias y por la fuerza, á individuos
que materialmente nada ganan , y día á
día ven desaparecer sus máquinas y ele
mentos de trabajo, obligados á vender
los ó empeñarlos, para el pago de los im
puestos, que caen sobre ellos apenas ini
cian el más insignificante negocio.
Y en tanto que así sucede con los más
infelices y con los simplemente pobres,
las grandes empresas, las industrias mas
ricas, no pagan impuesto alguno ó sufra
gan cantidades verdaderamente ridícu .
las, invocando á su favor la protección
del Estado, el fomento de la industria y
otros absurdos iguales; como si pudiera
pl
- 51 --

caber otra protección racional y justa,


que la de cobrar únicamente sobre las ga .
nancias y nunca sobre las perdidas; y como
si fuera posible, que justamente las grarı
des empresas sean las que pierdan , y los
pequeños industriales, privados de capi
tal y de elementos de todo género, sean
los que ganen .
Es preciso que en la opinión pública
se asienten bien las ideas al respecto ; y
sea establecido como racional y justo,
que no por el hecho de trabajar, se está
obligado á pagar impuesto. Es necesa
rio saber que no se está obligado á pagar,
ni es justo que pague, ni se debe pagar
contribución , quien no alcanza á ganar
una renta, superior al mínino necesario
de la vida; y debe establecerse también ,
que caso de pasar sobre el mínimo el im
puesto, debe gravar únicainente sobre el
exceso. Así los vagos no tendrán como
hoy tienen , ventajas manifiestas, sobre
los que hacen todo esfuerzo por ganar la
vida; y que no encuentran en su camino,
sino tropiezos y gabelas, como aquella
inicua contribución municipal que se re .
cauda sobre los vendedores ambulantes,
sin duda para castigar en ellos su amor
por el trabajo.
52

El reglamentarismo.
El reglamentarismo ha tomado entre
nosotros un desarrollo increible. Hemos
conocido un empleado que tenía la ino
pomanía de reglamentarlo todo, y lejos
de perder por esto, cifraba en ello pre
cisamente, gran fuerza de estabilidad pa
ra Conservarse en su puesto . Se le creía
una necesidad de la institución á que
pertenecía ; y á no haberse producido los
grandes cambios políticos por los que ha
atravesado el Perú en los últimos quince
años, estamos seguros que hasta hoy
continuaría haciendo Reglamentos ,
En Lima se fundan sociedades diaria
mente, no importa que sea sin objeto al.
guno. Hacer el reglamento es el todo; y
una vez hecho, la sociedad se disuelve ó
perece por inanición, sin que nadie se
preocupe mas de tal embeleco.
En materia de instrucción pública, to
dos los días se trata de Reglamento, y
van diez años seguidos que el Consejo
Superior del Ramo, se ocupa del asunto ;
y esto , no sin que el Congreso, en cada
año, de una ley especial , reglamentando
algún punto, que tiene importancia para
que el pariente de algún representante
pueda salvar alguna prueba , que no es
capaz de sufrir por su ignorancia y su
incompetencia, y que es inútil satisfaya,
53

puesto que para eso trabajó su pariente


en conseguir asiento en el Congreso.
Hay en Lima innumerables hermanda
des, y á ninguna le falta su Reglamento.
Las instituciones oficiales también tienen
el suyo; y una cuestión de Reglamento
es de las más serias, particularmente si
se trata de dañar con alguno de sus ar
tículos, traído de los cabellos, á algsna
persona determinada, ó á algún interés
legítimo y respetable. Fuera de estos ca
sos, los reglamentos son siempre letra
muerta, y nadie se ocupa ni de saber lo
que contienen en sus innumerables dis .
posiciones.
Al lado de todas esas sociedades é ins.
tituciones de comedia , hay otras institu
ciones, pocas tal vez, en que el Regla
mento se reduce á establecer que habrá
un presidente, una junta directiva y una
junta general; y que en el manejo de los
asuntos de la corporación : lo ejecutivo es
tá á cargo del presidente; lo deliberativo á
cargo de la junta directiva ; y la organiza .
ción propiamente dicha, á cargo de la
junta general. En esas instituciones se
nota alguna vida, y esta vida cualquiera
que sea el fin ostensible y el fin oculto,
que se persiga, se debe naturalmente, á
la magnitud y calidad de los intereses ex
presados por el fin buscado, y á las con
diciones del elemento vivo encargado de
54. -

servir esos intereses . Cuando esa mag


nitud y calidad y cuando ese elemento
vivo, no guardan relación apropiada, la
sociedad muere sola ; no siendo obstácu
lo para impedirlo, que haya ó no regla
mento, ni que este sea bueno ó malo . El
Reglamento es para las instituciones, lo
que el cuerpo para los animales. Si no
hay energías vivas, si no hay alma, solo
queda un cadáver ; y por eso son cadáve
res en el Perú, la mayor parte de sus de
cantadas instituciones, muy en particu
lar aquellas, cuyos perfectos reglamentos
han petrificado su organismo, reducien
do á impotencia abso'uta las pocas ener
gías encerradas en su seno. Si como
piensa Schopenhauer todo cuanto existe
es solamente voluntul, y cada ser y cada
cosa en el mundo de la individuación , es
simple objetivación adecuada de esa volun
tad , una en su esencia y múltiple en sus
manifestaciones ; nuestras instituciones
serían una prueba tanjible, de esa mane
ra de ver el mundo, en su más alta con
cepción filosófica,
Una pación petrificada dentro de una
Constitución jamás cumplida, siempre
proclan ada, y nada aparente á la volun
tad que debe objetivar en sus formas ge
nerales ; congresos sin ideales , sin pro
pósitos, sin Loción elevada de patria , de
Estado, de nación , ni mucho menos, de
55

gloria y de grandeza ; una serie de cor.


poraciones, sociedades, instituciones, &,
petrificadas en el propio molde ; he allí
el cuadro aterrador á que nos ha condu
cido el Reglamentarismo, inoculado tan
profundamente en nuestra opinión pú
blica .
Y co no en tod i situación de la vida,
al lado de lo trájico está lo cómico y ri
dículo, no faltan corporaciones en que un
sólo individuo bajo el nombre de Presi .
dente, Director, etc, rodeado de una
junt i directiva nombrada por él mismo,
y con el acompañamiento de una junta ge
neral fundida en el propio molde, se pre
senta al público, con todas las aparien
cias de una gran corporación, y juega de
trás á su regalada gapa, en favor ó en
contra de lo que más convengaá sus per
sonales intereses. Un sólo músico hace
sonar muchas cornetas y puede golpear
mayor número de tambores; y un públi
co insano, creyendo oír los acordes de
una verdadera orquesta, marchando al
compás de su sonaja, se deja llevar muy
léjos por el camino del abismo,
Concurso -manía y Remato -maníu .
Se trata de desempeñar un cargo ó una
función , que supone ciertos conocimien
tos que tal vez uno sólo posee, y al ins
56

tante se oye decir : que se saque á concur


80 la provisión del cargo ; se trata de eje
cutar un trabajo o de realizar una empre
sa difícil. que tal vez uno sólo es capaz de
llevar a cabo, y al momento se oye la al
garabía de los que dicen : que se suque a
remate. Nadie se preocupa de averiguar
si el concurso ó el remate en su caso, se .
rán aina pura farsa ; nadie se pregunta si
precisamente esos medios, llevan la im
competencia o la insolvencia, allí donde
es preciso todo lo contrario , Habiendo
concurso y habiendo remate, todo se ha
logrado. Por eso, en general. la enseñan
za está en manos de los menos doctos, y
los trabajos públicos son el negocio de
los que nada tienen propio.
Así se hace en Francia nos dirán mu
chos, y no puede ser malo lo que se hace
en las grandes naciones. Olvidan los que
tal dicen , que en esas naciones hay mu
chas competencias, para que el concurso
sea una realidad ; y muchos cupitales, para
que el remate no sea un robo descarado.
Olvidan los que eso dicen , que en esos
países la competencia y el capital existen
ya; en tanto que entre nosotros sólo pue
den existir á favor de una protección di
recta, que se acuerda al que vale más y al
que tiene más, como se realizó en los
tiempos de formación de esos grandes
Estados, haciendo en ellos la elección del
57

más apto y del más pudiente, directamen


te ; y no por concursos y remates, donde
precisamente con ello, se alejan la com
1 petencia y la solvencia y esto porque es
sabido que la moneda de buena ley, huye
del mercado, donde se la cotiza al mismo
precio que la falsa moneda.
Felizmente se nota ya, cierta reacción
en contra de los remates, pues hemos
visto en algunas leyes, dadas ultimamen
te, consagrada la idea de contratar con
licitación o sin ella, á juicio del Gobier
no. La verdad es que si hay honradez en
el funcionario, el remate es un estorbo
para que haga lo mejor; y si esa honra
dez falta, el remate es miiy fácil de aco
modarse á lo que se quiera. En cuanto á
los concursos para el servicio de la ense
ñanza , pasarán todavía muchas decenas
de años, antes que sea conveniente y po
sible localizar esos actos, de modo serio
y efectivo . Habrá concurso verdadero
cuando hayan concursantes ; mientras
tanto, y en general, no habrán sino ca
nongías para la ignorancia y la audácia ,
y premios para la bajeza y la intriga.
Teórico -mania .

Mucho se ha dicho que el Perú es rico.


y mucho se ha dicho también , que los
peruanos son muy inteligentes. Una y
58

otra cosa son á la vez la verdad y la


mentira, según como se las considere.
Si se refieren al potencial, es indudable
que en el Perú es enorme la cantidad de
energía física encerrada en su territorio,
y enorme también , la intelectiva que ani.
da el cerebro de nuestra raza. Pero si se
trata del hecho ó sea de la acción acumu
lada del potencial, evolucionando en el
mundo de la materia el espacio y el tiern
po, ó como diría Schopenhauer, de la cau
salidad, el espacio y el tiempo, triple
expresión del gran principio de la indi
viduación de la voluntad ; entonces, ten
dremos que convenir en que : no hay
país mas pobre de riquezas, ni mas po
bre en ideas que el Perú. Todo seremos
si queremos serlo ; pero hoy nada somos.
La facultad de conocer por conceptos,
propia y exclusiva de la humana especie,
permite salir de los detalles del mundo
de los hechos, para elevarse en la región
de las abstracciones, donde es posible
unir lo actual á lo pasado y á lo futuro,
y distinguir claramente, lo semejante de
lo desemejante ; pero esa facultad, no pro
duce tan admirables resultados, sino á ex.
pensas de la realidad, de que es forzoso
alejarse más y más, á medida que el con
cepto se hace más elevado ; y si es cierto
que en ese alejamiento encuentra el espíri .
tu, asidero fácil para percibir las causas y
39

descubrir las relaciones de las cosas ; es


tas en sí mismas , van borrando sus con
tornos, hasta convertirse en su idea so.
lamente y dejar con sus cualidades di
ferenciales desvanecidas en el concep
to, desvanecida igualmente la cosa mis
ma ; cosa fuera de la cual , pierde el con
cepto su solidez, y sale el humano espí.
ritu del mundo de lo real, para sumejir
se en un ensueño sin formas sin con
tornos precisos.
Es ese el fenómeno que ha pasado en el
Perú ; y de allí esa enfermedad de la
opinión pública que podríamos llamar
teórico -manía, á falta de otra expresión ;
enfermedad en virtud de la cual , nos
apasionamos de un concepto, y sin com
probar debidamente la realidad que le
ha dado orígen , ponemos en juego nues
tra imaginación y unas cuantas reglas
de lógica mal dirigidas, para deducir los
mayores absurdos é imponer sus conclu
siones , como verdaderos dogmas que nos
sirven de criterio para fallar con juicio
inapelable, sobre toda cuestión, y enca
minar hombres y cosas por la senda del
error. Todos se creen competentes para
dar opiniones, sin haber antes estudiado
la cuestión ; y en lo desatentado del cri .
terio, viene éste á resolverse por el nú
mero , sin tener para nada en cuenta la
calidad de los votantes. En el Perú puede
- 60

decirse que el número todo lo aplasta. Tó


mese á uno de esos jueces que todo lo
saben y encomiéndesele realizar algu.
na cosa, y pronto se le verá no hacer
sino despropósitos, y esto, procediendo
con las mejores intenciones. Hacer una
cosa supone contacto directo con la rea
lidad de la vida, supone estudio y traba
jo prévio , supone constancia y cualida
des de adaptación apropiadas, y nada de
esto puede haber en el concepto solo. Sin
estudio, sin trabajo, sin constancia , no
es posible hacer nada en la vida real; y
por eso, no desaparecerá la teórico -mania
sino cuando se entre de lleno en la vía de
los hechos. Entonces sí, será cierto que
el Perú es muy rico y los peruanos inteli.
gentes; pero entonces también, habrá es
tima y respeto por lo que es y lo que va
le ; porque entonces podrá cada uno co
nocer, cuanto cuesta ser y valer efecti.
vamente, en el mundo de la realidad ; y
esto precisamente, allí donde se tiene
horror por los números, porque se cree
que las matemáticas solo puede ser en
tendidas por ciertas clases de inteligen
cias, y se admite como axioma, que esos
estudios no son necesarios, sino para los
ingenieros y los comercianies, conside.
rados tal vez como animales raros, de
clase inferior, que se ocupan de hacer
plata y edificios, caminos, etc., cosas en
- 61
fin , puramente materiales, indignas de
preocupar á un hombre de talento, ca.
paz de hacer las leyes y de gobernar á
las sociedades.
Y para que la inconsecuencia sea más
completa, aún en ese mismo terreno , to .
dos se creen con derecho para fallar, y
fallan desde luego, sobre la bondad de
un negocio , la calidad de un edificio , la
conveniencia de un camino, etc. Habien
do mayoría de votos, la verdad queda de
ese lado ; y por eso entre nosotros los
imbéciles y los ignorantes, son por lo gene.
ral, los que tienen la razón .

La fabricación de la opinión pútlica.


I
Hemos comparado la opinión pública,
con un tejido de malla. que envuelve a la
sociedad y al individuo , con sus hilos in
visibles, elásticos y deformables, y que
sujeta á sus pudos con cierta rijidez, to
do lo que dentro de ellos, se encuentra
encerrado . Ahora debemos agregar para
traducir fielmente en nuestra imágen
gráfica, lo que hay de esencial en la opi.
nión pública, que esa red de infinitos al
veolos, marcados por sus nudos y sus hi .
los, no está quieta jamás: vibra sin cesar
todo el sistema, al impulso del juego in .
finito de energias individuales, que lo
62

deforinan y lo agitan á toda hora . Esas


vibraciones acumulan en sus potenciales,
al travez de los siglos y bajo la acción
de las generacionesque se suceden en el
escenario de la vida , todas las energías
de la humana especie, en la totalidad de
su idea, en el pasado y en el porvenir, y
conservan así en una entidad sola у úni
ca, Fodo lo que encerrar puede la idea de
humanidad en su sentido platónico. Cuan
do vienen al mundo hombres como Sócra
tes, Descartes, Leibnitz, Kant ...... , la
fuerza de su genio comunica , como piensa
Schopenhauer , vibración tal al sistema
que los envuelve, que el impulso trasıni.
tido, se hace sentir en el mundo entero ;
y durante siglos nada sucede, nada se
mueve , nada vive, que no lleve en su ser,
en sú movimiento, en su vida, alguna
parte de esa vibración que el genio ha
trasmitido á las generaciones futuras. En
ese mar de la opinión pública, diremos
nosotros, una ola inmensa, nace al im
pulso del genio, y después de expandirse
en la vasta extensión del globo, se di
suelve en oscilante é infinitesimal movi .
miento, aplicándose á cada individua
lidad pensante primero, para traducirse
después en actos y en trasportes mecáni .
cos, que llevan hasta las últimas partícu
las de materia, la influencia con que el
genio marca su paso sobre la tierra.
63

Esas grandes conmociones de la opi


nión pública. propias al genio, y otras
influencias, derivadas de los aconteci .
inientos políticos, de la ciencia y de la in .
dustria. hijas primeras del espíritu filo
sótico de cada época, son en síntesis ge
neral. los verdaderos potenciales á cuyo
impulso se elabora la opinión pública.
Pero al lado de esas grandes causas
de naturaleza superior, hay otras en ca.
da pueblo, debidas á su constitución y
modo de ser sociológico , á su configura
ción territorial, á sus tradiciones y cos
lumbres, y á todos os factores, en fin , que
podríamos llamar locales. En ese campo
predomina la buena ó la mala influencia ,
según el grado de desarrollo moral de
cada elemento sociológico, y bajo este
punto de vista, debemos estudiar tam
bién la opinión pública en Lima.
II.
Para el común de los hombres, si es
que algunos logran alcanzar darse cuen .
ta de que lu opinion publica existe, muy
pocos saben que en esa entidad, se en
cierra un potencial enorme, y todavía es
mas reducido el número de los que cono
cen que ese potencial, es modificable en.
tre ciertos límites, por la acción directa
de cada uno. Pero hay hombres que sin
64

dejar de pertenecer al vulgo, por su la.


do moral, están por su inteligencia, un
poco mas alto que el común de los mor
tales. Esos hornbres, por lo general , del
género estómago, miran todas las cosas
por el lado práctico y para ellos la opi.
nión pública es una mina inagotable , que
se puede explotar con mas provecho que
todas las minas de la tierra. Para esos
hombres, hay allí una industria, y por
consiguiente, hay una ciencia y un arte, á
que sujetar su explotación.
En Lima no falta un grupo de prohom .
bres que trabajan ese filón, con gran
provecho hasta ahora, y bien sea su
ciencia y su arte, original o importado,
el hecho es que en ese ramo hay mucho
que estudiar y mucho que aprender, si
se quieren evitar los daños que causa esa
industria mefítica, hasta hoy, monopoli.
zada por unos pocos solamente.
Esos hombres hacen su trabajo sin de.
jarse ver ni sentir, y al influjo de su ma
léfica labor. la opinión pública es forma.
da, conducida , desviada, falseada y alte .
rada, entre ciertos límites, en el sentido
que más les conviene á sus personales
propósitos; y las masas se encuentran
sin darse cuenta de ello, arrastradas por
una corriente que las lleva donde con
viene que lleguen , á los explotadores de
todo. En esa senda y por esos rumbos,
65

no es difícil encontrar la clave de muchos


males sociales, y con ellos, causas me
diatas, de la miseria individual y del em
pequeñecimiento del carácter nacional;
empequeñecimiento que concluye siem
pre por el naufragio completo del Esta
do, y la destrucción de la nacionalidad .
Todo error que toma asiento en la opi .
nión pública , es un mal de consecuerrias
incalculables. A su sombra, se cierran
muchas vías de progreso , se abren otras
tantas de retroces', y se vuelven latentes
muchas energías que es indispensable
poner en acción , al par que otras que no
debían manifestarse jamás, encuentran
campo de evolución donde hacen sentir
su tarea destructora . El mal elemento se
desarrolla en ese terreno y el bueno es
desalojado sin demora . Allí los negocia
dos, allí los monopolios, allí los grandes
provechos, allí el ocio, y allí en fin , todo
lo que causa mal y engendra miseria y
mal estar.
El arte es bien sencillo. Unos cuantos
principios puestos en práctica ; unas
cuantas instituciones donde impere la mi
noría ; unas cuantas empresas de mono .
polio , hábilmente conducidas ; y el tiempo
y la estulticia humana, harán fácilmente
lo demás.
Calumpia, calumnia, que de la calum .
nia algo queda ; elogia loviturable que
66

del elogio algo queda difunde lo malo


y propaga el error, que no faltarán adep
tos que te sigan; no comas solo, porque
el hambre de los otros revelará tus ma
nejos ; procura hablar siempre constituí
do en autoridad , que así te creerán más
fácilmente ; haz que tus intereses aparez
can defendidos en el extranjero y ven
ga trascritos de diferentes puntos á la
vez, que así creerán los intonsos que
aquello es expontáneo y fiel expresión de
la verdad ; deja caer tus opinjones como
al descuidu, distraídamente, como si en
ello nada le importase, y así creerán to
dos en tu buena fé ; habla bien del ene
migo, pero dejando ver que callas algo,
pues asi creerán que eso lo haces por ca
ridad , y el ar pón quedará bien clavado
en el corazón de tu víctima ; no defiendas
con calor nada que te interese, que así
serás oído ; y si se habla bien de tu ene
migo, no trates da rebatir; pero sonríete
á tiempo, despídete inesperadamente ó
corta la conversación , y así lograrás sem
brar las dudas en el auditorio , y hacer
mucho daño. Tal es á grundes rasgos
la ciencia de los malvados, en materia de
opinión pública.
III .

No deja de ser interesante seguir á uno


de estos artistas, en su variada evolución
67

diurna por los distintos centros de la


Ciudad .
En el salón , recibe las visitas de sus
amigos, después de haber arreglado el
exterior de su persona con todo el cui
dado y la compostura de quien sabe cuan
to influye la decencia y la elegancia en
el vestir , y el buen porte y las maneras
en la acción . Allí, en su casa, nadie pen
saría sino en la bondad de su carácter
y en lo sano y lo moral de sus ideas,
siempre encaminadas en el buen sen .
dero y siempre inspiradas en favor del
país ; de ese país, cuya suerte es ob
jeto de sus solícitos cuidados. El obser
vador que sigue paso á paso la conver
sación, queda encantado de lo oportuno
de los conceptos, de lo chispeante de
ciertas alusiones, y de los sanos propó
sitos que se revelan en tan buena socie
dad. Allí el estómago no aparece para
nada y el corazón asoma apenas , en fuga
ces instantes . Solo el cerebro reina, y el
hombre inteligente nada tiene que pedir.
En esos momentos, todos viven en la re
gión de los conceptos generales , y á su
sombra , no pueden haber sistemas con
trarios . Es aquello , á simple vista , una
reunión distinguida , ó un baile de más
caras, donde cada cual hace su papel ;
pero si el ojo del observador penetra un
poco en el sistema, podrá conocer que
68

bajo la aparente calma del conjunto, hay


allí un verdadero taller donde se elabora
la opinión pública, día a día ; y no como
quiora, sino en dósis, forma y modo pre
parados de antemano. Los directores de
obra están allí confundidos con todo el
mundo, y los neófitos absorben el vene
no á toneladas, sin saber cómo ni de que
manera es este infiltrado, ni darse cuen
ta por cierto, del modo como circula sua
vemente, primero en el salón y luego de
uno á otro centro de la sociedad , bajan
do después hasta las capas inferiores,
para dejar envenenado todo el cuerpo
social .
Cuando el artista despide á sus ami
gos, y se encuentra solo en su cama, li
bre de importunas miradas y á solas con
su almohada, sonrisa diabólica se dibuja
en sus lábios. Hace una revista suma
ria de todos los episodios de la tertulia
y gozándose en los efectos que está se
guro de haber producido, cuenta ya en
álas de su metálica imaginación , los ho
nores y provechos que le podrán venir,
Hombre estómago y nada inás, se estira
en su cama, libre y contento ; y en tanto
que su cuerpo se mueve de uno á otro la
do, su imaginación cuenta ya, en libras
esterlinas, los provechos en espectativa ;
y su espíritu, se recrea al recordar, el
modo y la manera como ha desempeñado
-- 69

su papel. En los trasportes de su alegría,


el desgraciado, pronuncia apenas y con
displicente desprecio, las palabras: Dios,
patria, verdad, bien , virtud , justicia ....,
y por fin arrullado con imágenes fantás
ticas, levantadas sobre monedas de oro,
se entrega en brazos del sueño más pro
fundo, sueño nutritivo, como el que el
chancho hace en su pociłga, después que
su estómago, se ha llenado hasta la boca.
Con el nuevo día, despierta el coballero,
y después de acicalar su persona del
mejor modo posible, y después de vestir.
se de decente, sale de su casa para dar una
vuelta por las calles, donde está seguro ,
recibirá de todas partes saludos y aten
ciones. Aquí encuentra uno de sus con
géneres y se detiene un momento á cam .
biar ideas, siempre en el estilo jerga
propio de estos señores ; es decir, dando
å las palabras el sentido conveniente, el
que sin acuerdo prévio, han llegado a
tomar éstas entre esa clase de gentes,
aquello de él país, el órden , la justicia,
etc., etc ; y después de pactar alguna ci.
ta, si el caso llega, continúa su camino,
contestando á unos con una simple incli
nación de cabeza , la mas cumplida qui.
tada de sombrero ; cuidando para otros
de desviar la vista como si estuviera dis
traído ; y guardando, en fin , para algu.
nos apenas Un movimiento de ojos
- 70

con aire protector. Si en el sujeto hay va


lor intrínseco, pero tiene menos ó puede
menos que nuestro artista, éste responde
al , tratamiento de señor con un simple
Fulano, si bien acompañado de un apre
tón de manos, cordial y favorecedor, co
mo para hacer sentir afecto , y á la vez
quedando ejecutoriado, que su saludo es
generoso. Para el homore del pueblo,
no falta , una sonrisa afectuosa , acompa
ñada de un tú, y así para cada uno hay
una forma y un modo de saludo especial,
que dice bien claro, lo bien aquilatado
que nuestro artista tiene al corazón hu
mano.
Concluído el paseo, nuestro hombre
se entra al Club y allí en círculo intimo,
entre los suyos, continúa su labor de
hombre de mundo ; almuerza a lo grande
y después de larga sobremesa, pasa á
sus centros de operaciones principales :
el Periódico, el Banco, la Cámara, el
Estudio, la Oficina, ó alguna Junta 6
Institución de que forma parte ó que es
tá á cargo de su dirección .
Alí, entre los suyos y siempre en el
estilo jerga, que les es habitual, se tratan
toda clase de cuestiones, en círculo ínti
mo, y los intereses individuales más
egoistas, aparecen ante el público, con
el carácter de intereses generales, dignos
de la más urgente atención.
- 71 -

El periódico los autoriza en letras de


molde y los presenta arreglados y mode.
lados para su público, con su cortejo de
sofismas y su vestimenta de conceptos
generales, debidamente situados en la
sección tal ó cual , y autorizados por la
sección elit vial ó de crónica ó de inte
reses generales ó de inserciones ó de varie
dades si el caso lo requiere; así com en
otros casos se envía á comunicados, y se
hace la publicación , anónima o autoriza
da según convenga . Si el asunto dá lugar
á luna contestación, se niega lugar á
ésta en el periódico ó se le dá sitio de
sacreditado; todo según convenga . De
estas tramas resulta el crédito ó des
crédito que el Comité tenía acordado, y
lo demás viene sólo .
Si se trata de establecer que el día es
noche o al contrario, no falta una insti
tución á propósito para decirlo así, apo
yando el acuerdo con toda la autoridad
y el prestigio de que antes se ha sabido
rodearla ,
Si el caso se reduce á una operación
de bolsa, como la de duplicar el capital
de una Empresa, cuyas acciones han si .
do de antemano compradas á la baja y
concentradas en las manos de un pequeño
sindicato ; los boceros de conceptos ge
nerales, hablarán del derecho de propie
dad, de lo sagrado de los pactos, de la
72

majestad del poder judicial , del crédito


extranjero, y no faltará en las institu
ciones que deben resolver, algunos accio
nistas del negociado, que embromarán su
dictámen 6 lo darán en sentido ambiguo,
ó en fin , darán batalla de frente si el ca
so es propicio ; y de uno ú otro modo, el
negocio quedará en casa, y los imbéciles
continuarán viviendo en el mejor de los
mundos posibles.
Si se trata de algún asunto claro y evi
dente como la luz del día, se ganará tiein
po primero, y luego aprovechándolo, se
publicarán folletos mil , á favor unos y
otros en contra, hasta enmarañar el asun
to, lo suficiente para que nadie lo entien
da. Ese momento llegado, los hombres
de obra, harán una transacción y así to.
do quedará en casa nuevamente, y los
hombres estómagos nocar cerán denada.
$ III, - EL PROBLEMA DE LA OPINIÓN
PUBLICA .

Nada es sin embargo más hacedero


que poner remedio á tantos urales . Em .
pléense en la defensa, los propios me
dios usados en el ataque ; y ese castillo
de barajas vendrá al suelo necesariamen
te. Mucho es sin duda, conocer las arti
mañas de que se valen los malvados pa
ra inficcionar la opinión pública y espe .
73 --

cular á la sombra de los errores, que lo.


gran sembrar en el concepto de las ma
yorías; pero esto sólo do basta, es pre
ciso, si se quiere deveras el progreso ,
darles batalla, sin tregua ni descanso ,
hasta hacerles eutender que se les cono
ce y se les sabrá batir en todos los terre
nos.
Media docena de hombres verdadera .
mente honorables, bastaría , asociados,
para constituír un núcleo de propaganda,
hasta reunir ios elementos necesarios pa
ra sostener una públicación periódica
que tenga por único y exclusivo fin , defen
der siempre la verdad y nada más que la
verdad . A los dos años de existencia , si
esa publicación es digna de su programa
todos los hombres de bien, que todavía
en el Perú son en mayoría, todos ellos
decimos se harían suscritores, y su pe
queño óbolo sería, dado su número, más
que suficiente para dar á la publicación
vida robusta y vigorosa , la necesaria al
menos, para destruír la obra de los mal .
vados y llevar al País por senda muy
distinta de la seguida hasta hoy , bajo el
yugo de los explotadores que han labra
do, ellos sólos, premeditadamente, la
ruina nacional , creyendo en ello, encon
trar su propio bienestar.
Y si además, se lleva a la escuela, al
salón, al club, á las asociaciones parti
74

culares y á todas las instituciones, el


nuevo espíritu ; la verdad, la justicia y el
bien, entrarán á torrentes, y regenerando
la opinión pública, habrá cambiado por
completo lafaz de la sociedad peruana.
stCCION EGUNDA .

LA INDUSTRIA.

CAPITULO 1 .

El medio industrial.

8 1. - CONSIDERACIONES GENERALES.
La industria es respecto de la opinión
pública, lo que el acto respecto de la
idea , en cuanto este la hace posible y la
determina. Industria que va contra la
opinión pública, es irrealizable absoluta
meete; y cuando aquella , se limita a no
alentar ó simplemente á desaprobar, la
industria nacida bajo tales auspicios , es
ruinosa, á la corta ó á la larga. Su man .
tenimiento se hace excepcional y su de
sarrollo muy limitado. La fuerza de la
opinión pública, nace sin duda, del prin
cipio de solidaridad universal ; y su acción
vigorosa, se explica por el criterio lla
mado del consentimiento general ; crite
rio que es el más débil, pero el más al
alcance de las mayorías, y por consi
- 76

guiente, el que sirve á la generalidad pa.


ra tener confianza en la verdad de sus
opiniones. Por otra parte, todo hombre
debe apoyarse en ese criterio para juz
gar del propio, pero sólo los hombres de
cierta ilustración , se permiten seguir un
modo de pensar diferente del de las ina
yorías, sin alejarse mucho sin embargo,
y eso todavía , en virtud de razones pode
rosísimas y bien compulsadas. Los gé.
nios y los talentos superiores, son los
únicos que desafían la corriente de la
opinión pública y desdeñan el criterio del
consentimiento universal. Ese modo de
proceder, los hace siempre, ser víctimas
de su alta misión ; y cuando el tiempo ne.
cesario ha trascurrido, para que las multi
tudes perciban la verdad que el génio
veía con lucidez antes que nadie, entón.
ces se modifica la opinión pública y el
creador de esa mejora, queda glorificado
por los descendientes de aquellos mis
mos que en vida fueron sus verdugos ; y
que después, deífican su memoria , colo
cándolos entre los héroes ó entre los
mártires. De allí nacieron las primeras
divinidades que los hombres se dieron ,
cuando la civilización humana aun es
taba en pañales.
Si la clase pobre constituye bajo el
punto de vista de la población, elemento
plasmático de la vida superorgánica, lo
77

que en la vida orgánica, se llama el es .


tómago; la industria, es bajo el punto de
vista de los órganos y sus funciones,
precisamente , ese estómago de la huma
na sociedad , como es la opinión publica,
el cerebro, y las instituciones son el co .
razón , que en ese orden de ideas, corres
ponden a la vida del cuerpo social.
Las industrias, se manifiestan : por la
existencia de un instrumental inmenso y
apropiado á cada especie de labor pro
ductiva; por una serie de conexiones y
dependencias, en el funcionaiento de
esos instrumentos; por un trabajo inteli
gente y adecuado á cada ramo ; y en fin ,
por un capital, disponible para reunir los
elementos primos que deben ser objeto
de la industria, en cuanto a favor de es
ta , son trasformados, después de pasar
por su complicado engranaje y sufrir to
das las manipulaciones necesarias para
fijar en las cosas la cualidad de ser úti
les, ó aumentar esa cualidad , caso de
existir de antemano.
Hay, pues, encada industria y en todo
el conjunto de las industrias, un triple
capital repartido en un sistema, indivi.
dualizado por la unidad de plan , y vivifi
cado en un medio propio exterior; medio
que, para cada industria está formado
por el conjunto de las demás industrias,
78

y para este conjunto por el medio social


íntegramente considerado.
Esos tres capitales, que la ciencia eco
nómica llama tierra, capital y trabajo, en
nuestro caso, están representados: por
un instrumental, el suelo comprendido ;
una cierta suma de dinero ; y un personal
apropiado á las funciones de cada traba
jo industrial . Tal es, la colmena humana,
en su más clara expresión . Estos tres
capitales, cuando son los apropiados ; en
cantidad, calidad y modo de distribución,
siempre que el medio exterior correspon
da á sus funciones, son suficientes para
asegurar el éxito ; pero en el caso contra
rio, el lucro no se alcanza, y el trabajo
significa pérdida individual o social.
Cada industria es, pues , función de las
demás industrias préexistentes, que for
man el medio en que debe vivir, la nue
vamente establecida; y todas juntas , las
industrias de un pueblo , son función del
medio cósmico y social á cuya sombra
nacen . A cada región de la tierra, y en
cada región á cada pueblo. y en cada
pueblo, á cada estado de desarrollo de
su opinión pública é instituciones, .co .
rresponde necesariamente, como el efec
to á la causa, cierta clase de industrias
y cierto desarrollo en ellas ; y fuera de
esto toda desviación es perjudicial , y
79 -

causa siempre daños en lugar de benefi .


cios .

La ignorancia de esta gran verdad in


dustrial ha hecho y hace todavía, que el
mundo del trabajo no siempre siga el
rumbo que debe seguir; y á favor de esa
misma ignorancia, se ha pretendido y se
pretende aún que todos los pueblos se
bastan á sí mismos y son dueños de dar
á sus indusirias, el rumbo y el desarrollo
que mejor cuadre á los interesados en
vivir de sus rendimientos. Una vez las
cosas hechas así, con olvido de los prin
cipios citados, la experiencia demuestra
que se ha cometido un error, y ántes que
reconocerlo, el interés privado prefiere
socabar las bases del orden social , pre
tendiendo que el estado venga en su au
xilio, y haga pesar sobre todos los aso.
ciados, los errores cometidos por parti
culares ó por funcionarios ó por legisla
dores ignorantes. De allí ese famoso sis
tema proteccionista, implantado por Carlos
V en España y sus dominios, y seguido
por Colbert en Francia, y poco a poco
en el mundo entero ; y mantenido des
pués, con ligeras variantes hasta hov;
sistema que ha hecho decir, respecto de
aquel célebre monarca : “ jamás tendrá la
humanidad bastantes lágrimas. ni los dic
cionarios de todas las lenguas, palubras
80

bàstante duras, para execrar y maldecir


tan funesto reinado . "
El sistema proteccionista, la echado
en los espíritus raíces tan profundas, que
los esfuerzos de la Economía política du
rante un siglo, no han podido hasta aho
ra lograr la extirpación de esos errores;
y como los estadistas y los hombres de
negocios, no son los más ilustrados ni
los que pueden tener la mayor indepen
dencia de criierio, el principio del libre
cambio está lejos todavía de imponerse á
los espíritus, y tarda aún, el felizmomen
to en que entrando estas ideas en el du
minio de la opinión pública, puedan im
ponerse y rectificar los rumbos artificia .
les de la industria , haciéndola obedecer
solamente á las leyes naturales de la pro
ducción , que a cada región y á cada pue
blo corresponden , en el concierto arınó.
nico del trabajo humano, en todos los
ámbitos de la tierra .
Junto con los errores de) proteccionis
mo , otros no menos funestos han tomado
raíces en el mundo industrial, y mientras
esos errores, no sean destruídos será
imposible que el trabajo se desarrolle, li.
bre de las trabas que dificultan su natu
ral evolución . La moneda, la balanza mer .
cantil, la intervención de la autoridad,
los impuestos y el modus operandi de las
industrias son cuestiones de vital interés,
81

para el desarrollo del trabajo ; y nunca


serán vanos los esfuerzos que haga la
ciencia económica , para proyectar sobre
ellas, luz abundante y á torrentes si ca.
be, hasta extirpar los errores de que
esas nociones están impregnadas, para el
común de los hombres que se creen ilus
trados, y lo son efectivamente, bajo otro
respecto. Precisa pues, que consagre.
mos algunas páginas al exámen de estos
puntos.

§ II. -EL LIBRE CAMBIO .


I

La cuestión libre cambio , divide toda


vía las opiniones en el mundo de los ne .
gocios.
La ciencia económica tiene pronuncia
da la última palabra en favor del libre
cambio ; pero los estadistas y negocian
tes, pretenden que la cuestión no es eco
nómica puramente, sino que se relaciona
con la política y toca muy de cerca á la
organización social adoptada por los pue
blos. Hay en todo esto cierto fondo de
verdad, y de allí, que el error á cuyo res
paldo vive, tenga todavía fuerza en los
espíritus, Poner en claro esa verdad es
pues, un gran paso dado en favor de la
extirpación del error á que acompaña, y
6
82

es también quitar á este error el más po


deroso de sus aliados.
En nuestro concepto, la Economía po
lítica no debe desconocer que el primor
dial objeto de sus estudios no puede ser
otro , que : hacer mayor cuda día el bienestar
muterial de la especie humana, en cuanto
á los medios conducentes al lleno de las ne
cesidades, en lu mayor amplitud y para el
mayor número de individuos. Debe, pues ,
la Economía política considerar como
errores, todos los argumentos que con
duzcan á presentar al hombre como el
enemigo natural del hombre ; y debe tam
bién condenar como altamente inmorales
y por tanto erróneos también , todos los
puntos de vista que conduzcan á mirar
con indiferencia , que la miseria se pro
duzca entre los hombres ; y ello , precisa
mente, cuando son más laboriosos y mas
trabajadores. Mientras la Economía po
lítica se preste á esos ataques, será dé
bil en la lucha y el espíritu opuesto sa
cará ventajas innegables.
Felizmente para la especie humana,
está muy léjos la Economía política de
necesitar de esos funestos amigos, que
han pretendido exagerar alguna de sus
verdades, hasta ponerlas en evidente
contradicción con el sentido común y
despertar en consecuencia cierta antipa
tía á esta ciencia, alejando así más y
83

más el día de la solución deseada . Pero


entremos en la cuestión misma.
Los libre cambistas reclaman para los
productores, el derecho de cambiar sus
productos en todas partes, libremente,
sin que se les opongan barreras, que obli
gándolos á pagar derechos subidos y es
pecíficos de internación, les cierren de
terminados mercados; y reclaman tam
bién en favor de los consumidores, elde.
recho de adquirir esos productos de ma
nos del que pueda ofrecerselos al precio
más bajo; precio que piensan, solo pue .
de ser obtenido por el concurso libre de
todas las energías individuales, cuando
éstas juegan con sus elementos naturales
y no á favor de las ventajas artificiales,
creadas mediante barreras opuestas á
determinados productores, con los dere
chos específicos, diferenciales o prohibitivos
de cada aduana. Apoyan los libres cambis
tas su pretención en razones varias, sien
do una de las principales, que solamen
te las leyes naturales permiten el juego
completo de las energías individuales, y
que por consiguiente sólo ellas puecen
dar a la producción el máximo del rerdi.
miento con el mínimo del esfuerzo , y por
tanto , el precio de venta más barato y con
esto el máximo del bienestar individual
y social, objeto único de la ciencia eco .
nowica . Para los libres cambistas, el
84

mundo entero constituye una sola faini.


lia y su bien general implica necesaria
mente el bien de cada uno. Para los li
bres cambistas. todas las naciones están
interesadas en el progreso y adelanto
de las otras, pues ese progreso y ade
lanto les es solidario, como también lo
es la ruina de cualquiera de ellas. En
una palabra , el libre cambista piensa,
que : si ser pobre es un mul, mayor mal tu
davía es vivir rodeado de pobres tarnbién ; y
el libre cambista cree, que : si la natura
leza ha dado á determinudas individuali .
dudes, ventajas para producir determina
dos productos, no ha olvidado á nadie en
el reparto de sus dones ; y ha establecido
las cosas, de inanera , que dejando á cada
uno la explotación del potencial con que
lo ha dotado, todos producirán el máximo
en productos, con el mínimo en esfuerzos; y
en consecuencia todos lograrán el máximo
de bien estar con el mínimo de trabajo.
II.

Los proteccionistas oponen á los libre


cambistas la doctrina de la omniciencia
humana y de la absoluta perfección de
los poderes públicos : Pretenden conocer
las leyes de la producción , en el detalle
de sus complicadas relaciones, y erigién
dose en Providencia , que todo lo ve y
‫ ܚ‬85

todo lo dirige, se empeñan en constituir


á favor de los poderes públicos, una red
inmensa de leyes, instituciones, impues
tos, trabas y gabelas, que opongan á las
leyes naturales, barrera infranqueable, á
fin de encaminar la producción en el
sentido artificial que mejor cuadre á los
conceptos que se han formado ellos de las
cosas; y pretenden además, que cada pa
ción sea el enemigo natural de las otras
naciones, a las que siempre se debe pro
curar explotar, vendiéndoles caro y com
prándoles barato; y como la lógica es in
flexible, se llega también en esa escuela
á considerar á cada individuo como el na
tural enemigo de todos los demás, á quie
nes se debe explotar también , vendiéndo
les caro y comprándoles barato . Lo mons
truoso de esta doctrina bastaría para su
condenación , si no hubiese en su apoyo
lo inconciente de las masas, y lo ávido
de los negociantes, que se sirven del ca
pital para explotar el trabajo , en esas
mismas masas, cuya ignorancia constitu
ye la principal materia prima de las
grundes especulaciones.
UL .

Todas las cuestiones sociales se redu


cen á la lucha del capital y el trabajo. El
libre cambista favorece á éste y el protec.
86

cionista defiende á aquel . Lo curioso es


que en la lucha, ha logrado siempre el
proteccionista , poner de su lado al traba
jador, que es su víctima precisamente; to
do así, como lograron en los Estados Uni
dos de Norte - América los partidarios de
la esclavitud, poner de su lado precisa
mente, á esos esclavos que los Estados
del Norte pretendieron y lograron liber
tar, después de haber sostenido una gue
rra colosal que asombró al mundo en
tero ,
Siempre igual : siempre Esaú cambian.
do su primogenitura por un plato de len
tejas. El esclavo cambeaba entonces por
el pan de un día, la libertad de toda su
vida ; y hoy, los obreros cambian el mi
serable salario del momento , por el bien
estar de toda su existencia . Así es como
el capital, ha conseguido y conseguirá
mucho tiempo todavía, poner de su lado,
precisamente, á sus propias víctimas.
Al obrero se le dice : No es convenien
te que tu salario baje, precisa que nos
ayudes, pues, con tu voto, para que se dé
una ley imponiendo gabelas á los pro
ductos iguales que vienen del extranje
ro áprecio menor ; pues solo así, tendrá
ese precio que subir y con ello, tu salario
se mantendrá alto, no habrá demanda de
productos, y desaparecerá toda compe
tencia. No se le dice al obrero esta otra
87

parte del argumento : y en tanto que tú


tendrás un salario , apenas suficiente para
que vivas la vida de las bestias, sin educa
ción, sin cultura, sin placeres y sin goces ,
nosotros los capitalistas, te prestaremos al
10 % mensual, y haremos otro provecho pa
recida, en lu venta de nuestras mercaderias
u precio superior al natural; porque ese
precio ka provenido tan solo de medidas
artificiales, dictadas por la avaricia y rea
dizadas por la fuerza , apoyadas siempre en
la ignorancia de las masas. Tampoco se
le dice á ese mismo obrero : tú verás au
Whentar tu salario en un 20 °% mediante
el proteccionismo, pero como todos los pro
ductos deben subir igualmente en virtud de
da propia ley aplicada a las demas indus
trias, TODOS LOS PRODUCTOS que tú
compres para satisfacer tus necesidades, to .
dos, todos, los encontrarás & precios subi.
dos y tendrás en consecuencia que pagarlos
caros; por manera que la elevación de tu
salario, no será suficiente para compensar
la elevación de precio en las mercaderías
que consumas. Te verás, pues, en condi.
ción más miserable que antes de la pre
tendida protección ; pues venderás caro
como UNO, y comprarás caro como CIENTO, y
así verás prácticamente, como la Natura
leza castiga lo injusto de tu codicia , lo ig .
norante de tu espíritu y to falta de amor
por el bien agera.
88

Y como todo esto no se le dice al obre .


ro , suscribe el desgraciado, voluntaria .
mente, su propio mal; y el capitalista ríe
con risa diabólica, y se ahondan más y
más las distancias que separan al rico
del pobre, y al pueblo de sus naturales
directores. El pueblo gime en la mise .
ria : paga caro el pan , para que hayan mo
linefos, caro el calzado, para que hayan
zapateros; caro el arroz, para que hayan
piladores ; y caro todo, en tanto que solo
recibe caro, si lo recibe, el salario de su
oficio ; y pretende el insensato oponer su
sola ocupación á todas las ocupaciones,
y su solo empleo á todos los empleos;
sin saber que únicamente labra su pro
pia desventura, porque quiso labrar la
desventura agena. Nó. El obrero debe
saber, que hay en la Naturaleza leyes
inmutables que todo lo gobiernan, y que
conforme á ellas, nadie debe entravar lo
que la Naturaleza dejó libre, y el
trabajo humano lo es, sobre todas las co .
sas. Que cada cual tenga confianza en sí
mismo ; que tenga la altivés de su propia
personalidad ; y no dude, que el trabajo
libremente ejercitado, le dará en el ban
quete de la vida, el asiento que le corres
ponde en justicia, en razón de sus pro
pios esfuerzos y de sus propios mereci.
mientos .
Que haya justicia al alcance de todos
89

para declarar el derecho de cada uno ;


que haya libertad para ejercitar ese de
recho sin obstáculos ni tropiezos ; y que
haya seguridad para amparar en todo
caso, ese derecho: en la propiedad, en
la vida y el honor; eso es lo que necesita
la riqueza, para cubrir bajo su sombra
protectora, á todos los hijos del trabajo ,
únicos que tienen el derecho de vivir,
g III.- LA MONEDA .
Muy mucho ha tenido que sufrir la
humana especie , para que la verdadera
noción de moneda hubiese sido procla .
mada por la ciencia económica ; y inucho
tiempo más pasará aún , antes que esa
noción esté al alcance de todas las cla
ses sociales. Contribuye no poco á man .
tener esa oscuridad, la parte que toma el
interés de cada uno en hacerse ilusiones
al respecto, y el error á que siempre
conduce, la preocupación de creer que del
mal ageno es facil derivar el bien propio.
El común de los hombres está muy lejos
de percibir la identidad perfecta, de to .
das las leyes del Universo con la ley
moral ; ley universal y única, que impera
tanto en el mundo de la materia como
en el mundo del espíritu.
En Lima, la crisis monetaria que en
gendró al billete y en seguida la que
go

produjo la desaparición de este , después


de hacer flecos la riqueza de todos, y de
haber traído con la guerra del 79 la rui :
na del Perú y la desmembración de su
territorio ; esa crísis decimos, no ha sido
suficiente , sin embargo, para aclarar en
los espíritus, nocióri tan esencial como
esta, de la de moneda , de que ahora nos
ocupamos. Actualmente se vienen repro .
duciendo, y ya largo de cuatro años, los
mismos fenómenos de entonces ; solo di
ferenciándose, en que se trata ahora de
la plata y el oro y en aquella época del
billete y la plata.
La dura lección recibida, en nada se
ha aprovechado, y hoy se tiene el can .
dor de preguntar de donde se sacará el
oro, como entonces se preguntaba de
donde se sacará la platu ; y hoy como
ayer, se nos habla de la vida de la agri
cultura y de la industria, considerada,
posible únicamente, a favor de la mone
da falsa con que se pretende pagar el
trabajo ageno, como se hizo anterior.
mente con el billete . Y no obstante que
lo erróneo de esos argumentos, se evi
denció con el hecho de haber desapare.
cido el billete, sin que hubiese faltado la
plata, ni hubiesen muerto la industria y
la agricultura, como lo anunciara la ig .
norancia ó la bellaquería ; hoy se repiten
los mismos argumentos, para impedir
- 91

que la adopción de la moneda de oro ,


ponga termino á la ruina del país, ruina
que viene devorando la riqueza pública
y privada, desde que la plata dejó de
tener la aceptación universal, por lo
mismo que perdió , la relativa fjeza de va
lor que es la cualidad esencial sine qua
non de toda moneda.
Se ignora todavía ó se simula ignorar,
que la moneda tiene su valor, como lo tie .
ne todo lo que es útil para satisfacer
necesidades humanas, pura y exclusiva.
mente , en razón de los esfuerzos que deman
de su producción, y de la concurrencia que
se establece, para obtenerla en cambio de
otros esfuerzos,cuyo equivalente ponderal,
se expresa á cada momento por la oferta
y la demanda, entre los distintos produc
tores, considerados en conjunto . Se ig.
pora, pues, que todo hombre capaz de
lacer esfuerzos, es decir, capaz de tra
bajar, es capaz de crear el valor en cam.
bio; es decir la riqueza, de que la plata y
el oro, no son sino una de sus múltiples
formas, y no por cierto de las más pre .
ciosas. Se ignora, en consecuencia, que
la cantidad de trabajo útil elaborado por
un obrero, en condiciones dadas, tiene su
valor intrinseco, que se fija en los artícu
los producidos por ese trabajo; lla
mense esos artículos fierro, cobre, oro,
plata , 6 arroz, trigo, algodón lana, 6
92

servicios, ideas, etc ; pues en todo caso,


el valor no está en la cosa misma , sino
en el esfuerzo útil empleado en producir.
la, y en las circunstancias que hacen al
artículo, objeto de una oferta ó de una
demanda determinada, Se ignora, pues,
que si todo hombre vive de su trabajo :
el oro reside allí donde hay trabajo, y so.
lo vadle, por el esfuerzo que demanda su àd.
quisición.
Se ignora también, que si la merca
dería moneda , es aceptada por todo
el mundo , proviene esto, de que las
circunstancias de su producción son ta.
les, que su valor no cambia sino muy di
fícilmente, por efecto de la oferta y la
demanda ; de manera que, reduciendo á
ella los otros valores, es fácil para el
comprador y el vendedor, apreciar en
verdad, el valor relativo de los objetos
cambiados, por intermedio de la mone
da; y por consiguiente, realizar sin enga.
ño las transacciones comerciales y toda
permuta de productos o servicios. Si no
se ignorase todo esto, á nadie se le hu
biese ocurrido pretender que es justo y
conveniente, que mantengamos una ino
neda depreciada, de plata, para recibir
el pago de nuestros productos, servicios
etc., y que al mismo tiempo , soportemos
que se nos proporcionen los artículos,
servicios etc., que en cambio recibimos,
93

pagando estos últimos en moneda de


oro, de valor integro y equipotenciado con
esa misma moneda de plata, con un au
mento del 50 % ; en razón sin duda, de
que los esfuerzos del extrangero, valen
más que los del peruano, ó quizás en ra
zón de que todo imbécil, tiene merecida
su suerte .
El hecho es que en materia de moſeda,
como en la cuestión de libre cambio, el
capital oprime al trabajo , y cuenta por
aliados, la ignorancia de las masas y la
falta de desarrollo del sentimiento de
justicia . En Lima, el mantenimiento de
la moneda de plata como patrón moneta
rio, representa una pérdida positiva no
menor de 20 millones de soles al año ; y
esto, sin provecho de nadie , ni aún de los
mismos que creyendo beberse el agua
del estanque, no ven que a medida que
se seca éste, la traspiración les hace
también perder a ellos, toda la que ha
bían bebido; y que, ellos como los otros
peces, más chicos, perecerán también,
como perecieron todos ricos y pobres,
en la inolvidable crisis del billete.
§ IV - LA BALANZA DEL COMERCIO.
I.
El sistema mercantil ó balanza de co
mercio, designa en la historia de la ri
queza, un conjunto de preocupaciones y
94 -

de errores económicos, que han impera


do é imperan todavía en el espíritu pú
blico ; y ello no obstante, la experiencia
dolorosa de muchos siglos de guerra de
intereses у de sangre ; y no obstante las
luminosas demostraciones dadas por la
ciencia para desvanecer esos errores . La
ignorancia de los políticos , y el fondo de
mald fé y de egoismo que domina el co
razón humano, son la causa del encari .
ñamiento con los errores, siempre que se
cree ver al través de ellos, algo de pro
vecho propio . El hombre primitivo es
ante todo hombre estómago , y por eso no
concibe su propio bien , sino por el me:
dio animal , es decir, por la destrucción
del bien ajeno. Solo a favor de un alto
grado de cultura , se llega á adquirir la
conciencia , de la solidaridad absoluta del
bien de cada uno con el bien de los de
más; y por lo mismo, esta clase de ver
dades son muy elevadas, verdaderamen
te inaccesibles , para el común de las
gentes.
El sistema mercantil dominará , pues,
todavía á muchos espíritus, y continuará
labrando la miseria pública, en el Perú
como en todas las naciones de los tiem
pos modernos. Este sistema, es otra de
las armadas al servicio del capital, en
su lucha de expoliación contra el traba
jo, y por consiguiente su reinado dura
95

rá algún tiempo más, para el mejor


contentamiento de los lobos del humano
rebaño.
II .
El partidario de la balanza de comercio
se hace este argumento : el comercio solo
es provecho cuando significa, dar algo que
vale menos por algo que vale mas, y recibir
en moneda la diferencia. En consecuencia ,
se dice el mismo, una nación solo puede
ganar en el comercio , cuando sus expor:
taciones son en cantidad menor que las
importaciones recibidas en cambio ; pues
solo así, queda en el caso de recibir el sal .
do en moneda. Este saldo ó balanza, debe,
pues, ser favorable á un pueblo, cuardo
gane, y desfavorable cuando pierda, en
el conjunto de su actividad comercial
con las otras naciones ; y como tal saldo
se percibe en moneda, resulta que los
poderes públicos, y todas las energías de
que dispone cada nación , deben ser en
caminadas en el sentido de hacer que
las importaciones de mercaderías cor
rientes, sean siempre insuficientes para
igualar á las exportaciones, á fin de que
el saldo sea recibido en monedas, y el
país se enriquezca por la abundancia del
numerario. El mercantilista cree , que
solo la moneda es riqueza, y cree tam
bien , que el valor de la moneda no esiá
96

como el de toda mercadería, sujeto á la


inflexible ley de la oferta y ia demanda.
El mercantilismo, no toma en conside
ración , que si fuese cierto el principio de
que parte , el comercio significaría siem
pre ganancia para el uno y pérdida para
el otro, entre cada dos negociantes; y
por consiguienie , dejaría de ser fuente
de fiqueza pública, convirtióndose úni
camente, en medio inícuo de hacer que
la propiedad cambie de dueño á cada
paso, y siempre en favor del más listo
para engañar á sus semejantes. Olvida
también que si las cosas pasaran así, el
capital comercial, nunca aumentado, sino
simplemente deplasado de un dueño á
otro, concluíría por extinguirse ; y des
pués de los tantos siglos trascurridos,
esa extinción habría ya tenido lugar, en
el mundo entero ; siendo precisamente
lo contrario lo que ha sucedido, sabido
como es, que hoy cuenta el comercio
en todo el mundo, capitales infinitamen
te superiores a los que se habían acumu
lado en los siglos anteriores. Ese aumen
to de capitales prueba pues, que el co
mercio es fuente de riqueza, y por tanto
su mecanismo es tal, que lleva provecho
á ambas partes contratantes, salvo casos
excepcionales: de engaño, ignorancia,
mala fé, impericia, etc., que sólo pueden
realizarse, precisamente , cuando al co
97

mercio se sostituye el robo ú otra cosa


parecida
El comercio produce riqueza, porque
también crea en las cosas, la cualidad de
ser útiles ; y esto sucede, no a la manera
que en la agricultura, reuniendo en el
fruto los elementos de vida esparcidos en la
tierra; ni á la manera que en la industria,
dando a las cosas formas y disposiciones
conducentes å fin determinado, pero sí,
trusportando esos frutos de la agricultura,
y esos artículos de la industria, á los luga
res determinados, donde sean capaces de
servir necesidades, que lejos de allí, no era
posible utender . El comercio , pues, dá á
esos frutos y á esos artículos, cualida
des de utilidad que sin su concurso no
tenían ; y de allí, que nazca riqueza nue
va, partible entre los productores ; es de.
cir, entre el que compra y el que vende, con
provecho y utilidad para ambos, sin que
sea preciso, ni aún normal ; ni siquiera
consentir, que pierda ninguno de ellos,
pues tal cosa, solo conduciría á eliminar.
lo del campo de la negociación , y por
consiguiente á la aminoración del nego .
cio, y con ello, á la larga, á una pérdida
segura para el mismo engañador.
El mercantilista olvida, también, que
las cosas valen por las funciones que
desempeñan, en cuanto considera cada
uno, necesarias esas funciones ; por ma
7
98

nera que, la moneda como toda otra mer.


cadería , tendrá un valor variable, según
su monto en el país y el desarrollo de
los negocios y sus condiciones especia
les de seguridad, etc. Así pues, dicha
moneda tendrá poco valor, si es abun
dante respecto de las necesidades que
satisface, y tendrá mucho valor si es es
caza . Resulta de todo esto, que ningún
pueblo puede tener interés, ni le es con:
veniente, conservar en la plaza mayor
cantidad de numerario qu: el que exigen
sus transacciones ; y está en sus intere.
ses, que el excedente sea exportado
en busca de precio más ventajoso ;
es decir, en busca de mercaderías, que
trasportadas por la importación, ad
quieran la cualidad de ser más útiles, de
que carecían en su plaza productora , co
mo carecía en la suya, de esa cualidad el
dinero dado en cambio. Así, cada país
exporta lo que tiene en exceso é importa
lo que tiene en defecto, ganando ambos
necesariamenie. El Perú, por ejemplo,
que es país minero, debe, pues, expor
tar la plata y demás metales que produ
ce, y las Naciones europeas debe en con
secuencia y á cambio de esos metales,
mandar al Perú maquinarias, manufac
turas y demás productos, que pueden
producir con ventaja, á menor precio
que nosotros; de igual modo que noso

11
99

tros, podemos producir mejor que ellos :


metales, materias primas, granos etc.
Cada país tiene sobre los demás, venta
jas especiales para ramos determinados,
y el comercio se encarga del cambiò de
esus ventajas, llevando á cada lugar lo
que en él falta, y extrayendo de él, lo
que allí sobra . La riqueza toda , no con
siste en último análisis, para personas y
cosas, sino en esta sencilla fórmula : salir
de donde se está demás y llegar donde se es
ta de menos.
Según los mercantilistas, la riqueza
del Perú debía consistir, en que los mi
neros no exportasen la plata que sacan
de sus minas, como si tal proceder, caso
de ser posible, no trajese necesariamen
te como consecuencia, con la abundan .
cia del dinero, la pérdida de su valor; y
como si fuese posible en el mundo de los
negocios, adquirir cosa alguna, sin dar
en cambio otra equivalente; y finalmente
como si no fuese de sentido común, que
cada uno, dá aquello que menos le cues .
ta producir, y recibe en cambio lo que
supone para él, un esfuerzo mayor que
el efectuado por su productor natural,
esto es, por el más ventajosamente colo
cado en la naturaleza, para esa labor,
III.
El sistema mercantil, carece , pues, de
sentido alguno racional. sien lo como es,
100

axiomático, que las exportaciones son


siempre IGUALES á las importaciones, por
que el comercio no regala, sino cambia; y
es también axiomático que, cuando un
país exporta numerario , es porque esa
mercadería la tiene demás ; y á cada uno
conviene precisamente, exportar lo que
le sobra y no lo que le falta. El Perú
siegppre exportará metales, porque es
productor de metales, y el aumento de
la exportación de plata, solo puede indi
car, que hay progreso en los negocios
de minería y por consiguiente, aumento
en la riqueza pública .
8 V - LAS FUNCIONES PROPIAS
DEL PODER POBLICO.

La justicia en la declaración de los


derechos, la seguridad en su amparo, y la
libertad en su ejercicio; son en último
análisis, las tres riquezas cuya produc
ción , circulación y reparto incumbe al Es .
tado . La protección y fomento dispensa
dos á la educación pública, á la viabilidad
del territorio, y al sentimiento público de
gloria y grandeza, respecto de la enti
dad nacional, y de apoyo y beneficencia
respecto de toda individualidad desvali.
da; son también funciones dignas de un
gobierno ilustrado, y propias de todo
pueblo culto . Hay sin embargo notable
101

diferencia, entre estas funciones y las


tres primordiales que hemos señalado
más arriba. Bajo el punto de vista de la
nutrición superorgánica, podrían bien
asimilarse aquellas, á la nutrición pri.
mitiva del Estado, en tanto que las se.
gundas corresponderían á la nutrición
derivada. Sin justicia , sin seguridad y
sin libertad, no hay nación posible ; pero
sin educación, y sin espíritu de gloria y de
caridad, no hay tampoco civilización .
Cuando los Poderes públicos inter
vienen en el gobierno de la sociedad ,
solamente en vista de los objetivos
señalados, y dentro de los límites extric
tamente exijidos para su consecución ;
entonces y sólo entónces, esa interven .
ción es benéfica, y conforme, su existen
cia, á las leyes naturales. Pudiera entón
ces decirse de tales poderes, que son al
cuerpo social , lo que es el sol para la
tierra : el alma y la vida de cuanto en ella
vive.
En la historia del mundo entero, sólo
un pueblo : el Perú de los Incas, ha reali
zado esta forma perfecta de Gobierno;
sólo en ese Perú histórico, era el sobera
no, justamente deificado, como hijo del
sol ; y sólo en ese imperio, la vagancia y
el pauperismo, esas dos plagas de la civi
lización europea, eran enteramente des
conocidas. Nosotros, los felices herede
102

ros de esas glorias incortales; los hijos


de dos razas superiores; los usufructua
rios de dos grandes civilizaciones, debe
mos realizar pues, en uno sólo el espíri
tu de ambas ; y seguros de poseer la bon
dad proverbial de una de aquellas razas
y la.energía de la otra, y ser herederos de
las glorias y los ideales de los dos, de
benios constituír sin demora nuestros Po:
deres públicos.de modo tal , que sean ca
paces de llevarnos, tan lejos como debe
mos ir, en el camino del progreso , los hi
jos de los hijos de los héroes inmortales
de Sagunto y de Numancia, y de los fun
dadores del incomparable y floreciente
imperio de los hijos del Sol.
Mas para que esos Gobiernos sean po
sibles, preciso es que cada individuo sea
tan celoso del propio como del ageno de
recho ; del propio como del ageno bien, de
la propia como dela agena gloria. Precisa
que la envidia , la acaricia y la caridad inte
resada, sean alejadas del favor público; y
precisa que la confianza en sí mismo, la alti
vez de su propia personalidad, 'y la energía de
carácter , desconocidas tal vez en los tiem
pos incáicos, por lo paternal de sus Go
biernos, tengan en los modernos tiempos,
lugar preferente, en el espíritu de cada
uno, y se integren más y más en la con
ciencia nacional. En esa vía y sólo en
ella, podrá el Perú realizar en su suelo,
!
103

la ventura interior de los tiempos incái.


cos, al lado de la grandeza y poderío que
ostentan las grandes naciones de los mo
dernos tiempos.
$ VI. LOS IMPUESTOS,

Un gran estadista europeo, comparà la


acción del Gobierno en materia de im
puestos, a la que el sol ejerce sobre la
superficie de los mares, evaporando sus
aguas, y elevándolas después, y arras
trándolas en corrientes atmosféricas,
hasta lo más interior y elevado del con
tinente, para que enfriados allí los vapo .
res, y condensados en lluvia fecundante,
vuelvan al seno del mar, después de ha
ber alimentado los ríos y convertido por
sus riegos, en vigorosa vegetación, car
gada de abundantes frutos, la simiente
en el suelo esparcida por el trabajo hu
mano .
Cuando los impuestos se prestan á esta
comparación, constituyen evidentemente
el más preciado de los bienes, á que un
pueblo puede aspirar; pero cuando esa
acción solar, lejos de extraer el agua del
inagotable seno de los mares, la toma del
suelo mismo, calcinándolo con su calor y
quemando su simiente, ó la toma de las
- 104

mismas plantaciones, secando sus ho


jas, y evaporando sus jugos vitales ; 6
cuando en fin, el sol engendrando los hu
racanes, arranca de raíz ó quiebra el
tronco de los más corpulentos árboles ;
entonces decimos, el impuesto es la peor
de las calamidades que puede pesar so
bre un pueblo, y su sola existencia basta
para labrar en muy poco tiempo la ruina
de todos.
Diez años terribles acaba de pasar el
Perú bajo el yugo destructor de un siste
ma de impuestos, tan exactor y tan teme
rario, que mejor hubiera debido llamarse
expoliación sistemada, de la riqueza par
ticular y pública. Esos impuestos, en su
asiento, en su recaudación y en su aplica
ción ó empleo, no fueron otra cosa un solo
instante. La necesidad de destruír ese
sistema , bastaba por sí sólo para expli
car el cambio radical que se ha operado
en la marcha política de la República.
Con todo, si es cierto que la situación
general ha cambiado, es cierto también
que con ligeras variantes el orden finan .
ciero de ayer, es el mismo que impera
hoy. Es pues, indispensable que ponga
mos de manifiesto los vicios de que ado.
lece, para que llegado el momento de la
reforma, cuente ésta con el apoyo de la
opinión pública,
Lima es el cerebro del Perú, y de alli ,
105

que sean tan funestos los errores que


aquí logran ganar el dominio de los espí
ritus. Por desgracia son muchos estos
errores y muy fácil la manera de implan
tarlos. Lo muy poco que entre nosotros
está desarrollada la afición por la lectu
ra, particularmente si se trata de autores
nacionales, á los que difícilmente se acos
tumbra acordar el derecho de enseñar
nos lo menor; y por otro lado, nuestra
propia vanidad heredada de España, im
pide aceptar que sea otro, más de lo que
nosotros somos ó creemos ser ; ni que se
pa otro lo que nosotros ignoramos; ni
que tenga otro, facultades de que noso .
tros carecemos ; todo, todo esto reunido,
forma el substratum de nuestro modo de
ser, moral é intelectivo , é impide que la
luz se abra paso en los espíritus , y en
consecuencia, que lo malo se extinga, y
la virtud y la verdad resplandezcan . En
estas condiciones no es difícil explicar
que todavía imperen los viejos sistemas
de remates y otros medios de recauda
ción, que sies posible aceptar en deter
minados casos, deben en otros, ser pues
tos de lado del modo más absoluto .
Que en casos dados, es conveniente pro
vocar licitaciones, para lograr el más ba
jo precio por artículos ó servicios deter
minados, es una verdad cuya evidencia
se impone sin esfuerzo alguno. Pero aun
106

en esos casos, para que la licitación sea


aceptable y conveniente, se hace nece
sario como condición esencial, que la
competencia sea efectiva y hayan garan
tías verdaderas, de que las bases no se
rán alteradas, una vez eliminados los pus
tores no favorecidos ; condiciones ambas,
que difícilmente son tenidas en cuenta
siquiera.
¿ Cómo será posible, por ejemplo, pro
ceder por remiate, en materia de permu
tas, transacciones ó arreglos en que es
limitadísino y obligado el número de las
personas que deben tomar parte en la
operación ? ¿ cómo se hará el remate en
los casos en que la bondad de la ejecu
ción , depende del juicio que se tiene for
mado de las aptitudes personales para
labor determinada, como pasa con los
artistas, los sabios, etc. ? ¿cómo será po
sible en fin , dar en remate la recaudación
de los impuestos, operación que por su
naturaleza supone cierta moderación ,
ciertas maneras, cierta imparcialidad,
cierta justificación para con los contribu
yentes, cualidades todas opuestas esenl
cialmente á la avaricia infinita del que es
pecula en ese ramo, importándole mucho
hacer dinero y muy poco ó nada , que los
industriales perezcan de hambre , que la
industria muera y que el país sucumba ,
107

con tal de sacar ellos, la mayor suma de


dinero que soporte la población ?
Sin embargo, ese sistema que hizo con
justicia morir en el cadalzo al gran La
voisier, ese sistema es el que impera en
tre nosotros , y cuenta ya por millares las
víctimas de sus procedimientos exacto .
res, explicables solamente en pueblos
conquisiados por sus más implacables
enemigos.
La idea del remate de las contribucio.
nes, ha ganado tanto en nuestro meca
nismo financiero, que hasta se ha olvida
do el origen y siguificación de los im
puestos. Se cree que éstos han sido crea
dos para enriquecer a los contratistas, y
para arruinar á todo hombre de trabajo.
Por este sistema se ha logrado colocar
al fisco en pobreza tal, que apenas puede
atender al presupuesto de sus gastos más
premiosos, en tanto que el pueblo sufra
ga el máximo de que es capaz ; y esto,
con la cosciencia de que esos dineros no
llegarán á las arcas públicas, sino á lo
más en la proporción del 50 por ciento ;
pues el otro 50 por ciento se aplica á sus
amos y señores , los rematistas de todos
los servicios públicos.
Para sostener tal orden de cosas se
hace un tejido de afirmaciones en que el
sofisma se cuela sutilmente, á favor de
una waledicencia que á ser demásalcan
108

ce no daría lugar á las consecuencias que


se le atribuyen, por puro cálculo. Se dice,
que lus rentas recaudadas directamente por
la administración , están expuestas á mer
mas continuas, y esto por descuido en la
recaudación, debido a la desatendencia de
los empleados, favorecidos siempre con
la impunidad ; por falta de iniciativa en el
modo de perseguir los fraudes, que el con
tribuyente procura hacer en favor de sus
intereses ; y finalmente, por los desfalcos
que puedan hacer los recaudadores ofi
ciales. En oposición á estos inconvenien
tes se preconisa á favor de los remates,
la estipulación de una suma fija y ADELAN
TADA, que asegure al fisco contra todas
esas pérdidas, á favor de una fianza otor
gada por el contratista . Examinemos los
tres casos que se presentan en la prácti
ca.
a

Si se trata de impuestos fijos, como los


de aduanas, timbres, estampillas, papel
sellado, patentes, predios, etc, es evi.
dente que el remate es inconveniente y
completamente nocivo á la sociedad y al
fisco. Esos impuestos en efecto, constan
de pliegos impresos ó timbrados. matrí.
culas, etc ; todo actuado de manera que
hay seguridad sobre el monto del impues.
to , y en consecuencia sobre el cargo
109

abierto contra el público ó contra el em .


pleado respectivo. No es posible, pues,
que la recaudación sufra merına alguna,
sin que esté debidamente autentificada y
justificada; y en el caso de descuido en
la cobranza 6 desfalco por parte de los
recaudadores, allí están la destitución y
la cárcel, para remediar el mal . Por otra
parte, estos inconvenientes se presenta
rían también para cada contratista, y el
fisco lejos de liberarse de sus consecuen
cias por el remate, las acepta á firme, pues
que teniéndolas en cuenta todo postor,
las cobra de antemano, limitando el mon .
to de la oferta en razón de esas pérdidas,
que supone á firme, y exagerando su al
cance. De ello es prueba, lo que pasa con
el alumbrado público y el serenazgo, que
los vecinos pagan al rematista sin quie
bra alguna, y puede decirse, bajo pena de
la vida, en tanto que, el municipio recibe
apenas una fracción de ese impuesto, so
capa de quiebras que son imposibles de
todo punto, desde que la propiedad ur
bana cuya existencia no es fácil ocultar,
responde siempre por el pago. Pero no
sólo pierde el fisco o el municipio con tal
sistema, sino que el público soporta todo
género de injusticias, vejámenes y exac
ciones, teniendo como tienen los contra
tistas en su mano, la facultad de ser jue
ces de su propia causa, y también la de
110

ser fuerza de policía, para hacer cumplir


sus suberanos mandatos. Y para que el ul
traje tome todavía formas más irritantes
si cabe, se hace de manera que el rema .
tista visible sea un extranjero, testa ge
neralinente de alguno que busca esa pán .
talla , para en casos determinados asegu .
rar el triunfo de alguna iniquidad. No,
esor remaies deben desaparecer en el día,
y en ningún caso, aceptar que entre en
ellos, otro elemento que el elemento na.
cional . Así se evitará que extranjeros
que nos insultan haciendo uso de inter
vención diplomática, continúen después
viviendo y lucrando en el país, no obs
tante el ultraje inferido á la Nación en lo
más íntimo de su respetabilidad . Es ur
gente que la ley establezca, no solo como
sucede en Francia, que los contratistas
con quienes hayan surgido dificultadəs
durante la ejecución de lo pactado, pier
dan para siempre el derecho de contra
tar con el Estado, sino que, en el Perú,
es indispensable hacer algo más. Se ne
cesita que la ley prohiba en lo absoluto
que extrangero alguno que haya dado
lugar á intervención diplomática, sea
aceptado después como contratista, ante
ninguno de los poderes públicos del país,
ni ante ninguna de las instituciones. Así
lo exige imperiosamente la dignidad y
la respetabilidad de la República ; y pro
111

cediendo á tal sentido, no solo se atende.


rá á esa gran exigencia nacional, sino
que se logrará también hacer entender
al mundo entero, que sabemos hasta don
de alcanzan nuestros derechos y hasta
donde llegan nuestros deberes como Na .
ción .
h .

Cuando se trata de inipuestos por su


naturaleza variables como los derechos
de peaje, pontazgo , mercados, camales,
alcoholes, tabacos etc, donde el contri
buyente posee medios mil para eludir
el pago, el procedimiento por remate
es indispensable ; pues de otro modo, no
es posible contar con los conocimientos
especiales y la iniciativa constante, que
se necesita para descobrir el fraude, con
que á cada momento se opone el contri.
buyente el recaudador para eludir el
pago .
No obstante, siempre que pueda lle
garse á determinar con cierta precisión
el monto del impuesto, es preferible la
administración, con cierto interés en el
tanto de lo recaudado; porque siempre
es funésto para la producción, interpo
ner entre el fisco y el industrial , la avi.
dez de un traficante; y para el Estado,
lo esencial es : no entravar las fuerzas pro
ductoras del País .
112

Pero lo que no es aceptable un solo


instante , es que se haga lo que se ha he
cho con los alcoholes y tabacos , cuyo
impuesto se hacontratado con una sola
Empresa en toda la República, logrando
con tan insólito procedimiento estable
cer un poder inmenso, extraño á los po.
deres públicos, más fuerte que todos
ellos, y encaminado exclusivamente, á
hacer suyas las rentas de la Nación ; dan
do á ésta una mesada ridícula á cambio
de haberse sustituido al Estado, en el
ejercicio de sus derechos más sagrados,
y por su naturaleza absolutamente in .
transferibles. Por supuesto que una Em .
presa semejante, adolece de los mismos
defectos que tendría el Estado para el
logro de una recaudación in integrum de
todo el impuesto, y tiene además en su
contra la necesidad de formarse un perso
nal numeroso y rentado, que el Gobier
no tendría desde luego, formado en su
mayor parte con los mismos agentes de
la administración pública. Que se rema.
te la recaudación en cada poblacón, o á lo
más en cada provincia y esto por corto
plazo, es lo que exige con urgencia la ne
cesidad de salvar de esa renta , el 80 %
de lo recaudado, y que hoy pasa á poder
de los rematistas sin beneficio alguno
para el Estado,
113

C.

Por último, se trata del arriendo de


bienes nacionales, como fincas rústicas y
urbanas, vías de comunicación, canteras
y salinas, etc. En este caso, es evidente
la necesidad de proceder por remate ,
puesto que se trata de obtener el rendi
miento , en razón de la actividad , ilus
tración y aptitudes de todo género, que
pone el explotador, en la Empresa don
de va á colocar sus capitales, y desarro
llar toda la energía de que es capaz.
Proceder entonces por vía de remate, es
no solo buscar para el Estado el máximo
de rendimiento , sino que también es dar
gran estímulo a la iniciativa individual, y
poner en juego las facultades producto
ras, de todo hombre capaz de hacer algo
en ese ramo .
Más para que tal remate no se convier
ta en una burla sangrienta contra los
postores de buena fé, es indispensable
que las bases sean bien estudiadas, en el
sentido de que no haya lugar á oscuridad
alguna respecto de la materia del contra
to, en ninguna de sus cláusulas, ni respec
to de los plazos estipulados, ni respecto á
nada de lo que declare derechos ú obliga
ciones. Es preciso también que las fian
zas, multas y toda clase de responsabili
dades, que puedan provenir delcontrato,
8
- 114.

sean tales, que pesen de igual modo sobre


cualquiera de los postores, v sean de po
sible ejecución para todos ellos ; pues na:
da hay más irritante, que esas fianzas por
muchos miles de soles, que se exigen en
metálicu ó en forma de hipoteca sobre
bienes raíces ; fianzas que por arte de
buena voluntul, aparecer aceptadas por
un valor cien veces inayor del que tienen ,
dando así lugar, á dejar burlados á to
dos los postores de buena fé.
Es preciso , en fin , señalar un mínimo
de ventajas bajo del cual , sean inacep
tables las propuestas que se hagan, pues.
to que si el caso llega, no puede signi
ficar sino propósito deliberado de no cum
plir el contrato, impidiendo sí , que otro
puoda hacerlo, todo á fin de lograr des
prés, arreglos que reduzcan á buena mo .
reda y grueso provecho para el especu
lador de mala fé, las relaciones é in
fluencias de que pueda disponer. Tam
bién debe señalarse como condición esen
cial , que la materia de las ofertas, sea en
todo remate, reducida á un punto único ;
y que jamás aparezcan como sucede con
frecuencia , dos ó más puntos á la vez ,
con lo que se lace imposible toda com
paración imparcial, y se dá entrada á
las apreciaciones personales de las Jun
tas de licitación, y con ellas á las influen :
-
115

cias y trapacerías, que no dejan del re :


mate sino el nombre solamente .

CAPITULO II.

La industria en general.

1.- CONDICIONES DE LA INDUSTRIA.


Después de haber examinado en las
páginas precedentes, todo lo que podría
mos llamar el medio industrial de Lima,
debemos ahora, estudiar el individuo ; es
decir, la industria misma, tal como exis
te aquí, sin descender por supuesto al
detaile de cada ramo industrial, porque
ello nos alejaría del objetivo sociológico
que perseguimos, y exigiría miles de
páginas para su exposición. Por supues .
to que en el presente trabajo, la palabra
industria tiene que ser tomada en su
más amplio sentido, como expresión ge
nérica de todo trabajo físico , organizado
en vista de crear riqueza y obtener prove
cho.
En el primer libro de esta obra, pag.
127, hemos consignado el cuadro de los
certros de trabajo que la industria de
Lima contaba en 1890, cuadro que no di
fiere en gran cosa del estado actual. Se
gún aquella enumeración , Lima tiene 3432
establecimientos de trabajo industrial, y
116

si agregamos 20 casas de préstamos más,


la oficina de trasmisión de fuerza, y luz
eléctrica, una fábrica de papel ordinario.
y alguno que otro centro más, bien po
demos considerar, que actualmente lle
gan á 3,500, en números redondos, los
establecimientos industriales de la capi
tal del Perú.
Pesan sobre estos centros, por parte
de sus propios gerentes ó conductores.
sus preocupaciones y errores de concep
to, en cuanto á las nociones de libre cam
bio, moneda, balanza comercial , natura
leza de las funciones de la autoridad ,
etc. , etc ; y por parte de los poderes pú
blicos, pesan además, contribuciones mil:
fiscales, municipales , de servicio , de
monopolio , de higiene y otras, que sería
largo detallar, y pesan finalmente, las
preocupaciones sociales, la influencia de las
instituciones públicas, y las exigencias del
primer establecimiento, de los capitales ha
bilitadores, de los monopolios, de la usura,
del crédito y de la competencia , constitu
yendo todo esto, el medio individual de
cada centro industrial ; medio dentro del
cual, debe cada uno desarrollar sus ele
mentos propios constitutivos : tierra, ca
pital y trabajo, en la proporción que en
vista de ellos se cuente el propio bienes
tar, debido a la propia acción , en el cam
po de la actividad industrial de la ciudad.
117

La simple enumeración de los factores


que entran en el funcionamiento de cada
centro de trabajo , hace bien comprender,
cuán imprudente es el hombre que se
lanza en ese terreno, sin estar debida
mente provisto de recursos, de aptitudes
y de experiencia, y á cuantos peligros va
expuesto quien acomete tan grave em
presa , sin conocimientos prácticos siti
cientes, y cuán grande responsabilidad
contraen aquellos que se precipitan en
esa ruta, con recursos que no les pertene.
cen y que al desaparecer, en el naufragio
de la negociación, no sólo desaparecerá
también el pequeño patrimonio de algu.
na poore familia, sino que con él y he
cho jirones, irán además, la honra y el
buen crédito del incauto , que llevado so
lamente del deseo de trabajar, ignoraba
todavía que los hombres de bien no deben
jamás comprometer capital ajeno, sino en
empresa que conocen en todos sus deta
lles, y en la que por experiencia propia y
continuada, han adquirido el convenci.
miento de que por su culpa, no hay temor
de perderlos.
Esos hijos de familia, que en Empre
sas para ellos desconocidas, comprome
tieron el patrimonio de sus padres, y con
la pérdida sufrida, los llevaron á la mi ..
seria ; esos jefes de familia que con los
bienes de la esposa, de los hijos, em
118

prendieron y giraron, hasta hacer desa.


parecer el último medio que guardar de
biera el propio decoro ; esos desgracia
dos en fin, que sin ciencia ni experiencia,
se lanzan en todo y en todo sucumben ;
todos ellos deben saber, que son causan
tes directos de la miseria pública y son
ejecutores inmediatos de esas numerosas
víctimas, con que se alimenta cada año
la fúnebre procesión , que va en cortejo al
Campo santo , para sepultar en él , todo el
crecimiento natural de la ciudad, y un
exceso más 'todavía , en brazos de la mise .
ria y el hambre.

§ 2. – PRIMER ESTABLECIMIENTO.
Propio es del hombre echar siempre
la culpa de sus males á causas exteriores;
y pocos, muy pocos, saben que la vida de
cada ser en la Naturaleza , es siempre SU
PROPIA OBRA; y por tanto, sólo de él, la
responsabilidad de todo lo bueno 6 malo
que le pasa, en cada una de las evolucio
nes de su existencia. Esta gran verdad,
sólo la conciben los hombres que tienen
formada la conciencia del deber , y los que
tiene confianza en sí mismos y la altivez
de su propia personalidad. Solo esos
aman el deber por el deber mismo ; sólo
esos saben luchar como hombres ; y sólo
esos, son capaces de morir como buenos.
119

Esa clase de nombres, prospera donde


quiera que pongan en acción sus .pro
pias energías. Esos hombres, aprenden
primero como sinples dependientes ; ha .
cen economías de sus propios sueldos,
hasta forwar un pequeño capital ; em
prenden con esos recursos a medida que
la experiencia los alecciona, y allí perse
veran, cuando los alienta la confianza que
se les otorga, por su modo de proceder,
por su seriedad en los pactos, por su fir
ineza en el cumplimiento de las obligacio
nes contraídas, por su sobriedad, por su
buen trato , por su prudencia, por su buen
tino comercial ; y en fin, por todas las
buenas cualidades, que hacen del hombre
un jigante , cuando ha sabido adquirir
una buena educación, y es capaz en con
secuencia, de hacer buen empleo de to
das las facultades con que la naturaleza
lo ha dotado como individuo .
Cuando se procede bajo este orden de
ideas, el primer establecimiento de un ne
gocio, puede acometerse sin peligro, por
que todas las precauciones están toma
das para asegurar el éxito. No puede fra
cazar un negocio que se emprende, con
pleno conocimiento, teórico y práctico, de
su modo de ser, de los capitales que de
manda su implantación y fomento , y de
las condiciones del medio en que debe
evolucionar ; y este fracaso no puede ve .
120 -

nir, porque quien emprende en tales con


diciones, poseyendo todos los capitales
y elementos necesarios, y conociendo la
manera de manejarlos, emprende la lu
cha del trabajo, á ciencia ciertade lo que
tiene entre manos, y no por juicios y con
ceptos, más ó menos aventurados, sino
por una experiencia propia. adquirida
durante el tiempo debido.
§ III– LOS TRES CAPITALES DE LA
INDUSTRIA .

En toda industria, son indispensables


tres capitales, de naturaleza muy diferen
te . En la ciencia económica, se designan
esos tres capitales bajo los nombres res
pectivamente, de tierra, capital y trabajo,
obedeciendo, al aceptar estos términos,
á ideas nacidas del examen de la indus
tria agrícola, y á preocupaciones sobre
la moneda y el capital, que ya la ciencia
ha desvanecido por entero, no sin con
servar las denominaciones consagradas
por el tiempo.
En el orden del mundo físico, nada pue.
de existir, sin que antes no le haya precedi
do otra existenciu análoga; y esta existen
cia que se llama causa, respecto de aque
lla que constituye el efecto, es a su vez
efecto, respecto de una anterior, que se.
ría su causa, y así indefinidamente. La
- 121

riqueza física , supone pues una causa


que la haya engendrado, y un efecto que
será capaz de engendrar , y de allí , que
siempre sea necesario considerar ligada
la riqueza á un substratum anterior , que
le ha dado nacimiento, y á un producto
nuevo, que de ella debe resultar. Hay
pues, una riqucza naturante después de
toda riqueza naturada y antes de toda ri .
queza naturable. En su orden natural de
prelación serían :
1. ° La riqueza naturada ; es decir, la
tierra en general ó sea el campo para el
agricultor, la maquinaria para el indus
trial, el almacen para el comerciante , etc,
etc.
2. • La riqueza naturante ; es decir el
trabajo bajo todas sus formas, ó mejor
dicho, el juego de todas las energías, fí
sicas, intelectuales y morales, de que es
posible servirse, para modificar un estado
de cosas dado, en vista de otro mejor.
3. ° La riqueza naturable; es decir el ca
pital disponible (moneda ó numerario,
mercaderías, etc. ) para adquirir mate
rias primas, que trasformar y almacenar
en cada clase de producción.
Estas tres riquezas, que nosotros lla
mamos naturada, naturante y naturable, y
que en Economía política, se designan
impropiamente bajo los nombres de tie
rra, trabajo y capital respectivamente; las
122

tres decimos, constituyen la trinidad


generadora de toda riqueza, y es imposi
ble prescindir de cualquiera de ellas, sin
reducir á cero la producción ó trasfor
marla en simple consumo, lo que concluye
naturalmente por la extinción de la ri
queza misma. Por todo esto, es verdad
fundamental en el mundo de los nego
cios, que toda empresa industrial, gran
de 6 pequeña, necesita de tres capitales:
1.º un capital fijo, en tierras, maquinarias,
escaparates o cualquiera otra forma aná
loga; 2. un capital movible, en semente
ras, máquinas mercaderías, etc; y 3.º un
capital circulante, en monedas, billetes de
banco, letras jiros, etc ; y es también co
şa conocida, que estos tres capitales fijo,
movible y circulante, han de entrar, para
cada industria , en cierta proporción re
lativa de cantidad ; en cierta relación ,
fuera de la cual, lejos de favorecer la
producción , puede contrariarla nota
blemente y aún causar la ruina del nego.
cio ; todo sin perjuicio , de la relación que
debe haber también entre la suma de los
tres capitales empleados en una indus
tria, y la del capital total del medio en
que ella vive ; es decir, de la plaza ó pla
zas, donde envía sus productos ó de don .
de se abastece de materias primas, ser
vicios y demás, que demande su normal
funcionamiento . En pocas palabras re.
123

sumiremos nuestro pensamiento dicien


do : cada industria necesitu de tres capita.
les, fijo, movible y circulante respectiva
mente , cuyo monto total y proporción rela
tiva de distribución , están sujetos á ley de
número, peso y medida, para cada indus
tria y para cada plaza industrial.
Esta importante verdad es poco cono
cida de los hombres de trabajo, y tal vez
sea nuevo el punto de vista bajo el cual
la venimos presentando. Su importancia
es tanta , que á nuestro juicio, en ella so
la, está la explicación de la mayoría de los
fracasos industriales, tan frecuentes en :
tre nosotros. Tal individuo cree que bas
ta una pequeña suma para un gran ne
gocio ; tal otro compromete capital enor
me, para un nagocio que necesitando de
mucha menor cantidad , hubiera sido bue
no, si sólo hubiera debido soportar inte .
reses y amortización en escala menor; tal
en fin , echa sobre sí solamente ó sobre
un número escaso de accionistas, todo el
capital comprometido en empresa de re
sultados dudosos, por su carácter aleato.
rio ó por ser de nueva creación; en tanto
que, ese mismo capital y peligros de pér
didas consiguientes, repartidos sobre un
púmero considerable de accionisias, hu
biese dado la seguridad , en caso de pér
dida, de no causar la ruina á ninguno, y
hubiera sido suficiente en caso de ganan.
-
124

cia para dar á cada cual , en proporción


al capital por él suscrito, pingües utili
dades ; tal en fin, después de instalar de
bidamente una empresa, con aparatos y
útiles apropiados de todas clases, se en
cuentra con que carece del capital circu
lante, necesario para formar el capital
movible , que permita tener suficientes
existencias con que atender todas las de .
mandas que haga el consumidor ; resul .
tando de esa insuficiencia, una obligada
lentitud de marcha ó una ruina defini.
tiva.
Es pues, cuestión muy seria para el in
dustrial, el compulsamiento antelado y
acertado del monto total del capital con
que emprende, y de la proporción relati
va en que entra este á formar sus tres
componentes. Cuando hay acierto al res
pecto, se evitan muchas ilusiores, á tiem
po, y se entra con paso firme y éxito ase
gurado en el mundo de los negocios.

§ IV. -LA GERENCIA INDUSTRIAL.


Instalada una empresa, grande é pe
queña, y provista en número, peso y medi .
da, de los tres capitales necesarios á su
existencia y desarrollo normal, sólo queda
por examinar el funcionamiento ; es decir,
el juego de los elementos en ella reuni .
dos, bajo la dirección de un conductor 6
125

gerente : cargo que puede desempeñar


una sola persona , ó constituírse en una
corporación entera, según la amplitud y
alcance de la negociación.
Partiendo de un simple puesto de ven
ta en los mercados de abasto, y subiendo
hasta los grandes esteblecimientos de
crédito y empresas mineras, de ferroca
rriles, etc.; en todas ellas encontraremos
siempre, que en un momento dado, una so
la voluntad es la que reglo la acción y mar
ca el rumbo del negocio. Si esa voluntad
no está continuamente amaestrada por un
conocimiento exacto de las cosas, orientu
da por un espíritu de rectitud y toleran
cia , y amanerada por una educación con ·
veniente, para ganar con el buen trato
la simpatía pública: si todas estas cir
cunstancias, no concurren en dósis sufi
ciente, es casi seguro el fracaso de la em
presa ó al menos un desarrollo lento y
penoso, en cuyo término, cualquier cir
cunstancia exterior puede determinar su
completo aniquilamiento.
Un mal carácter, un espíritu ligero, la
poca buena fé, el poco alcance intelec
tual, el poco amor al trabajo , la falta de
buen trato ; todo, todo eso y algo más que
podemos olvidar, constituyen un cúmulo
de factores, que explican fácilmente el
fracaso de una negociación, no obstante
los conocimientos teóricos y prácticos, y
126

los capitales de que haya podido dispo


ner , al instalarse en la plaza comercial
elejida. Nada pues, más educador que el
mundo de los negocios ; nada mas civili
zador que el comercio y el trato con las
gentes; nada en fin más útil para un país
que la vida de las transacciones, que es -
trecha inás y más, las relaciones entre
los hembres y los educa é ilustra á cada
paso; dándoles á conocer experimental
mente, en lo inflexible de las leyes econó.
micas, ese carácter de necesidad y solida
ridad que liga á todos, al través de la apa
rente arbitrariedad de sus actos, al pare
cer, emanados de una voluntad libre y
y sin freno ; pero en realidad, sujeta á
fuertes ligaduras, por las influencias de
motivación con que sobre ella actúa á ca
da momento , la acción del mundo exte .
rior y la propia experiencia, acumulada
en el decurso de la vida.
Solo en el mundo de los negocios se
ve claramente y á cada paso, cuanta ver
dad dicen las máximas y aforismos aque
llos : el que padece lo tiene bien merecido;
todo servicio se paga ; el servicio gratuito es
el más caro ; cada cual cesecha lo que siem
bra; el hombre es su propia obra ; y tantos
y tantos otros dichcs, que condensan en
pocas palabras, la experiencia mas útil
y mas sabia de la vida.
Mas cuando todas estas ideas son des
127

conocidas ; cuando se establecen negocios


sin conocimiento de ellos ; cuando se em
plean capitales desproporcionados, y cuan
do se carece de aptitudes para dirijir, y
cuando á consecuencia de todo esto, el
fracaso hace sus víctimas voluntarias ;
lejos de recoger siquiera la experiencia y
conocer con ella, por un exámen reflejo
de las cosas, que en ellos solamente está la
culpa, se echan á buscar la causa, en las
leyes, los gobiernos y en general en el
mundo exterior ; y creen encontrar el re .
medio , en los monopolios y en el crédito ,
que desean ver de su lado, no sin supri
mir la competencia y la usura que son sus
correlativos obligados é inseparables.
Nos ocuparewos aparte de examinar es
tos puntos; y como ellos constituyen lo
esencial de las industrias pacientes, al
estudiar la industria de Lima, encontra
remos campo ancho para conocerlos de
bidamente.
CAPITULO III.

La industria de Lima.

8 1.- DEL RESORTE DE LA INDUSTRIA


DE LIMA .
Entre nosotros , salvo contadas excep
ciones, puede decirse que la industria,
( comercio, agricultura, etc, en todos sus
128

aspectos, gira principalmente entre el mo


nopolio y la usura , entrando por muy po
co la competencia y el crédito , en el juego
de las energías industriales de la ciudad.
Ca la negociante se preocupa ante todo
de ser único, ó al menos reducir la com
petenzia lo más posible; y cada capitalis
ta se preocupa ante todo, de sacar coino
intemés de sus capitales, la mayor usura
posible, siendo lo más corriente el 3 y
4% el 10 % mensual, como sucede
conlas Casas de préstamo,
Para lograr su intento, industriosos y
capitalistas, solicitan y obtienen la in
tervención de la autoridad. Los industrio
sos piden fuertes tarifas aduaneras, para
cerrar la entrada a los productos simila
res del extrangero , y de esto se preocupan
mucho los agricultores, los fabricantes,
etc.; y los capitalistas piden, que las le
yes civiles se reformen , hasta el punto
de que el deudor, no tenga ni juez ante
quien defenderse ; su ideal es, que la sim
ple presentación del acreedor, baste para
que el deudor entregue cuanto tiene y
cuanto posee. Allí están los intereses
penales del 3 % mensual , y el 14 62 %
estipulado, para responder de que ladeu
da, en dos años, esté más que doblada, y
por lo tanto, la prenda hipotecaria , no
alcance ni para cubrir el cargo. Las ca
sas de préstamo salvo servicio especial
129

rematan á los seis meses , valga lo que


valga la prenda pignorada; las Empre
sas de gas y agua, sin trámite alguno
judicial ni administrativo, proceden á
cortar los servicios de toda finca que se
atraza en el pago, ó que se resiste a los
aumentos arbitrarios de sus tarifas, etc.;
el Banco llamado Hipotecario , saca á re
inate por sí y ante sí la finca que no está
corriente en el pago del trimestre de in .
tereses ; los recaudadores fiscales, ponen
guardias, si á la simple presentación de
un recibo, no se paga sin discutir el in
tegro de su valor. Todo, todo, es ejecu
tivo y rápido, Quien debe paga ó muere.
Así lo ordena la usura y así se hace.
Desgraciado del que en Lima, no tiene hor
por al crédito. En grande ó en pequeño,
quien hace uso de ese terrible instru
anento de expoliación , puede estar segu
ro de un hundimiento completo.
Allá , en los países donde el crédito es
poderosa palanca de riqueza, sabido es
que se supone en el deudor : cierto grado
de solvencia ; cierto grado de honorabilidad y
circunspección personal y cierto grado de cu
pacidad para manejar los negocios ; así co
mo se supone en el acreedor : cierto grado
de confianza, en lu solvencia, la capacidad y
la honorabilidad y circunspección del deu
dor. Cuando estas circuns:ancias concur
ren, el crédito tiene el efecto, como se
130

sabe de convertir en cierto modo, en ca


pital circulante, esas cualidades morales
del prestamero ; cualidades, que en el fon
do, son elmás positivo de todos los capi
tales. Bajo ese aspecto, el crédito es
verdadero creador de riqueza, y la más po
derosa palanca de la civilización moder
na. Por medio del crédito , consigue el
capitalista colocación provechosa [no
usuraria ), para sus capitales ; y consigue
el industrial, recursos de trabajo con
que centuplicar sus fuerzas productoras;
y la sociedad toda progresa, bajo el jue.
go de esos intereses, lejítimos y respeta
bles en todo sentido ,
Pero cuando en las combinaciones de
crédito, no entra para nada la capacidad,
la honorabilidad y la circunspección del
prestamero, sino únicamente el bien hi
potecado ó pignorado, por el tercio á lo
más de su valor ; entónces, no hay crédi
to sino usura ; no hay producción sino
quiebra ó ruina ; no hay negocio sino ro
bo; y las leyes que fomentan y aseguran
tales iniquidades, labran rápidainente la
ruina de la sociedad y la del Estado .
Los errorres propalados en el Perú,
sobre el crédito, han hecho más daño
que todas las revoluciones .y que todos
los malos gobiernos. Esos errores han
pervertido completamente las costum
bres, han viciado las leyes , han arruina
-
131

do la propiedad , han labrado la miseria


pública, y han creado, en fin , un modo de
ver y pensar, contra el que es preciso
dar batalla sin tregua ni descanso, si se
quiere que no sucumban en breve, devo
rados por la usura, el individuo, la fami
lia y el Estado.
El crédito verdadero, vive de la con :
fianza y está interesado en el progreso
del deudor y no en su ruina ; la usura por
el contrario, vive cuando la confianza
falta ; y como las hienas se alimentan de
cadáveres, la usura vive de la miseria y
de la desgracia, que alimenta con sus
expoliaciones temerarias. El crédito no
ha menester de esas leyes draconianas
contra el deudor, no de los intereses pe
nales, no de los remates forzados , etc.;
pero la usura sí, vive de esas leyes, de
esos procedimientos, de esos despojos
en masa de la propiedad ajena ; y son
esas leyes, esos procedimientos , esos
despojos, en fin , las medidas que se pro
ponen como salvadoras de la miseria
pública y como estímulos al crédito pú
blico y privado. Basta ya : la sociedad no
puede hacerse cómplice de tanta iniquidad ;
la ley no puede tolerar, ni menos autorizar
contratos leoninos, que sólo pueden ser sus
critos en una sociedad enferma y agoviada
como Lima, después de tantas y tantas cala
midades.
132

II.

Y en tanto que la usura hace su labor


destructora, el espíritu de monopolio no
se queda atrás. El también hace su tra
bajo, y se encarga de poner en juego to .
dos los medios conducentes al predomi.
nio de los más astutos, de los más listos,
de los más finos, como se estila decir en
tre los adeptos. No se trata de producir
mejores articulos y ofrecerlos al mejor pre
cio ; se trata únicamente de obligar al com
prador á tomar esos artículos, por malos
que sean , abonando el máximo del precio
que pueda obtenerse. Para conseguir tal
resultado, es indispensable que no haya
competencia, y esto se logra por medios
mil, que los más listos saben encontrar.
En primer lugar se invoca el sistema
proteccionista, y en su nombre se pide
que los aranceles de aduana, se arreglen
de modo, que el producto del extrangero
sufra un enorme recargo, para que su
precio, alzado en consecuencia , supere en
mucho al del artículo llamado pacional,
aún cuando sea este último, caro y malo
como sucede siempre que cuenta con la
protección. El cartonero pide que se
imponga derechos al cartón , para poder
él, vender el suyo, caro y malo ; pero co
mo el encuadernador usa del cartón co
mo materia prima, protesta de esa pro.
-
133 -

tección , no sin solicitarla á su vez, pi .


diendo que los libros empastados sufran
un derecho aduanero, á fin de poder él,
exijir por su obra precio mayor; y así
continuando en esta vía, cada uno pide
la protección de su lado, y protesta de la
que favorece al industrial vecino, en re
lación con él. Olvidan todos que lo que
es producto para una industria , es preci
samente para otra, su materia prima; por
manera que, la protección á la primera
es dañosa para la segunda ; y en conse
cuencia, concluye la protección, por ma
tar á todas las industrias propias del
país, y dar vida artificial á las industriàs
que no tendrían razón de existencia, una
vez la protección suprimida. Olvidan,
también que con sólo el impuesto adua
nero, fiscal y no protector, que no baja
del 25 por ciento del precio del artículo ;
y con los gastos de flete, embarques y
desembarques. almacenaje, etc. y con las
utilidades que el introductor debe per
cibir, resulta necesariamente todo artículo
extrangero, duplicado al menos, de valor,
antes de llegar á manos del consumidor ; y
que por consiguiente, la competencia
con el similar del país, se inclina siem
pre á favor de éste, y ello con muy an .
cho márgen ; de manera que, si con todo
eso, no puede producirse el artículo , si
quiera á precio igual, es más que evidente
134

la conveniencia de no producirlo en el país,


sino traerlo del extrangero ; y dedicar er
tónces á otras industrias más provecho
sas, los capitales invertidos con tan poco
tino , en industria incompatible con las
condiciones del lugar.
Pero no sólo no se tienen en cuenta
estas poderosas razones, sino que si
guiendo el espíritu de monopolio en su
lógica obligada, se preocupan también de
crear ese estado de cosas, en favor de
cada gremio ; y en estos, cada uno desea
excluir á todos los demás.
Los medios mas indignos se emplean
para lograr este resultado, siempre en
vista de vivir de la muerte de los otros.
Entre gremios diferentes, cada uno de
sea tener leyes especiales a su favor; y
en cada gremio, cada industrial desea
tener intervención en la fabricación de
las listas de contribución , patentes , etc ,
á fin de acotarse á bajo precio , y de re
cargar lo más posible á los otros, para
hacerlos perecer bajo el yugo del impues
to, haciéndolo superior en mucho al valor
que correspondería , deduciéndolo leal
mente de las utilidades . Evitar la com
petencia y ejercer el monopolio, es el to
do de estos manejos, sobre los cuales ten
dríamos mucho que decir.
III.
Felizmente al lado de tales industria
135

les hay no pocos, nacionales y extranje


ros, cuyos procedimientos correctos y
cuya buena fé y formalidad para el ser
vicio de su público, les ha hecho con
quistar en justicia,·la estimación y el res
peto de cuantos tienen ocasión de ejerci
tar con ellos relación de negocios Mu
chos han logrado conquistarse una posi.
ción independiente y holgada, merced á
su laborios dad , acierto circunspección ,
honorabilidad y buenas maneras. Otros,
no obstante tener muchas de esas cuali
dades, han carecido del acierto, del capi
taló cualquier otro factor para prosperar;
pero con eso y todo, se les vé siempre fir
mes á su bandera , luchar sin descanzo
para lograr prosperidad , sin daño de los
demás, sin apelación á monopolios de
ningún género, y sin llamamiento tam .
poco, al auxilio de la usura , que bajo el
engañoso nombre de crédito, abre tama
Das fauces, para sepultar á los incautos
que se le acercan, en la hora de la demen
cia, Por último abundan los industriales,
que cometen faltas á cada paso, en la ge
rencia de sus establecimientos , y que ne
cesariamente y por su sóla culpa, se en
caminen con rapidez á una ruina, cuyas
causas todos ven , menos el mismo que
las produce directament” , y por ende de .
be soportar en justicia y por entero to
das sus funestas consecuencias . En ma
-- 136

teria de industria, como en la mayor par


te de los asuntos de la vida : nadie cosecha
precisamente, sino lo que siembra .
CAPITULO IV
El estado actual de la industria.

1. -CLASIFICACION NECESARIA ,
Considerando la industria como el tra
bajo en acción , se haya repartida en Li
ma, en múltiples unidades, que pueden
sin embargo,naturalmente agruparse , en
cuatro grandes clases : industrias privi .
legiadas, id . normalmente establecidas,
id . pequeñas industrias, y por último in
dustrias nacientes . Estudiaremos por se
parado cada uno de estos grupos.
§ II. - INDUSTRIAS PRIVILEGIADAS.
En este grupo hay que distinguir otros
tres : Jas de monopolio por el capital; las
de monopolio por las leyes y contratos;
y finalmente las de usura, que participan
de los defectos de las dos anteriores.
I.

Las industrias de monopolio por el ca


pital , constituyen un grupo, el más po
137

deroso , y el mas difícil de destruir. Allí


están las llamadas casas fuertes, impor
tadoras, habilitadoras y jiradoras, de
quienes pende todo el movimiento indus
trial del Perú. Esas casas muy pocas en
número, pero con influencias poderosas
en todos los círculos, y agentes en la
prensa, y en todos los centros de la yida
nacional , constituyen un núcleo vigoro
so, que se hace dar leyes ó les opone su
veto, sin que nadie lo sienta ; y hace y
deshace lo que mas conviene á sus inte .
reses, sin tener para nada en cuenta otro
móvil , que la concentración en sus manos
de toda la riqueza nacional . Cuando esas
casas encuentran por conveniente hacer
sentir su influencia es posible que se les
llame “ Cámara de Comercio ”; y cuando
les conviene guardar el incógnito , es po
sible que tome los nombres de propiedad,
derecho, justicia , civilización , riqueza , y
otros , no menos simpáticos por su senti
do literal; pero que entre los iniciados,
tienen una significación técnica, para
ellos sólos muy bien conocida .
En esas casas se tiene conocimiento
preciso y detallado de todo el movimien
to industrial de la República; y al efecto,
podrían ellas formar una estadística, que
al Gobierno no le sería:tan fácil realizar.
Con precisión corrercial , conocen á fondo
los gastos de producción y los provechos
- 138

de todas las industrias en grande ; los


centros de venta, y cuanto al respecto
les pueda interesar; y provistas de un
capital efectivo como uno, radicado en
Europa, jiran en Lima con un capital co
mo ciento, obteniendo el 99 por ciento que
les falta , á favor del profundo conoci
miento que tienen del país , de sus usos
y costumbres, de los vicios y virtudes de
sus clases sociales; y en fin , de cuanto
pueda conducir al buen éxito de su in
dustria incomparable.
Las casas fuertes constituyen una gran
bomba aspirante, no inpelente, que lleva
hácia sí , toda la riqueza nacional, ape
nas se produce ; y después de separar una
pequeña porción para continuar fuvore
ciendo a los industriales, envían el saldo á
Europa, en muy buenas mercaderías,
compradas aquí con el máximo del des .
cuento imaginable, y vendidas allá á los
mejores precios y en muy legítimas libras
esterlinas. Con este admirable sisterna,
se ha conseguido sacar del Perú mucho
mas dinero que en tiempo de los españo
les, pero sin producir como entonces, su
blevaciones de indios , ni protestas, ni
nada parecido.
El método comercial, tiene la ventaja
de ser menos costoso, mas tranquilo, y
de conducir á la víctima, con sus propios
pies y con ese aire sonriente que siempre
-- 139

acompaña á los imbéciles; y todo hombre


lo es, cuando olvida, que tiene en este
mundo un papel que llenar.
II .

Tal individuo se encuentra en posesión


de un fundo que sus padres le han deja
do en patrimonio, y que él sabe trabajar,
dentro de los límites del pequeño capital
que posee . Con ese fundo, ese capital y
las aptitudes personales del sujeto. pue
de vivir holgadamente en la clase social
que ocupa, y puede además capitalizar
cada año, suma suficiente para asegurar
un porvenir mejor todavía. Pero nuestro
individuo, no tiene educación comercial
ni económica , y toda su cultura intelec
tual al respecto, se reduce á los artículos
de periódico, que de tanto en tanto lle
garon á sus manos; y en esos papeles ha
leído todas esas poesí s que se acostum
bra escribir, sobre las maravillas del cré
dito ; y sin mas reflección , se lanza en la
peligrosa pendiente, hipotecando desde
luego todo su patrimonio, para conseguir
un capital prestado, a fin de poner una
maquinaria ó extender sus cultivos en
grande escala, cambiando desde luego,
sus sembríos de fácil venta, por algodón,
caña ú otro análogo que sea fácil expor
tar. Después de muchos pasos, cartas de
- 140

presentación , exhibición de títulos de


propiedad, etc., etc, llega por fin , para
nuestro sujeto , el dichoso momento de
ser presentado al jefe de una casa fuer
te y formular en concreto su pretención.
El jefe de la casa se digna descender de
la altura de su posición financiera , para
recibir al nuevo esclavo qne solicita tan
codiciada plaza ; y después de arreglos,
discusiones, etc., etc, consigue nuestro
novel emprendedor, firmar el contrato de
su ruina, que él cree no obstante, será
nada menos que su mayor fortuna.
Desde luego, la casa habilitadura le
adelanta fondos á un interés moderado ;
en casos, hasta el 6 ú8 por ciento apenas,
-en oro por supuesto, para que el cambio
caiga íntegramente sobre el deudor; pero
éste se obliga a devolver la suma recibi
da, en dividendos aborables con los pro
ductos del fundo, a precio fijo, de antema
no estipulado, ó entregar esos productos
en consignación a la casa habilitadora ; y
en uno y otro caso, fijando un mínimo
para el monto de las remesas durante el
año. A fin de asegurar el cumplimiento
de lo pactado, y como para llenar simple
fórmula, seconviene en que el deudor pa
gará multas, intereses penales, etc. , y que
le serán cargadas comisiones, diferencias
de cambio, mermus, averías y otras PE
QUEÑECES análogas; y asi las cosas, se
141

lanza nuestro pobre capitalista por el


tortuoso sendero del hombre de grandes
empresas. No sabe el desventurado que
muy pronto quedará en la calle y tan po .
bre como el último de sus empleados. El
precio fijo, las cuentas de consignación ,
las pequeñeces y los convenios por pura
fórmula, constituyen una máquina mara .
villosa, de efectos infalibles. Inútil será
que nuestro hombre trabaje de séis á
seis, y haga todos los esfuerzos imagina
bles ; los números harán en las cuentas
combinaciones mil, y al fin de fines, des
pués de largos años de íinprobo trabajo,
se verá lanzado del fundo y quedará adeu .
dando millones, sin poderse dar cuenta
jamás, del cómo ni del modo ha termina
do tan mal , asunto en que creyó ver su
suprema ventura .
Ši además sucede que nuestro hombre
es amigo del lujo y aficionado á gastar y
á figurar, la marcha á su ruina será más
rápida todavía ; quedándole sí, en este ca
so, el pobre consuelo de liaber gozado de
la vida algún tiempo siquiera .
Y esto que decimos del cultivador, de
cimos también del minero , del manufac
turero, del comerciante, y en fin , de todo
hombre de trabajo, que tiene la demen
cia de lanzarse en la senda del crédito y
de las habilitaciones, de las ventas anti
cipadas ó de otras locuras semejantes.
112

Desgraciado el hombre que en el Perú,


se pone á trabajar con capital prestado.
El monopolio del capital es tan podero
to aquí , que el Gobierno mismo ha sido
víctima de él , y ello, en tan gran escala,
que toda su riqueza en guano y en sali .
tre, se evaporó en ese caldero, alimen
tando las corruptelas y vicios de un pa
sado ignominioso , que ojalá nunca poda.
mos olvidar.
Al lado de las casas fuertes y viviendo
en el medio económico por ellas creado,
debemos considerar lasCompañías de se
guros , los Bancos, la Caja de ahorros, y
las Compañías anónimas mineras; centros
todos, cuya marcha es próspera en gene
ral; porque son necesarias, para el man
tenimiento de las corrientes nacidas de
arriba, y alimentadas de abajo, por el na
tural acumulamiento en el campo que
ellas ocupan de toda la riqueza elabora .
da, en las capas media é inferior de la
sociedad.
III

Después de las casas fuertes, vienen


las Empresas de monopolio por leyes y
contratos como son las de ferrocarriles,
las compañías recaudadoras de impues
tos, las id . de servicios municipales, las
de gas y alumbrado, las de sindicaturas
de conventos y cofradías y otras análo.
143

gas, cuyas ganancias á firme tienen por


base, cual más, cual menos, exacciones
y vejámenes sin cuenio, que se ejercen
á toda hora sobre los habitantes de la
Ciudad . Estas enipresas de monopolio
tienen agentes en todas partes, y en mo
mentos dados han llegado á ser Gobier
no, Congreso, Poder Judicial , Municipa
lidad y cuanto ha sido mejor para llevar
á cabo sus negocios, cueste lo que cues
te . Hoy mismo asistimos al más escanda
loso atentado que puede realizarse contra
un pueblo , en el inolvidable negociado
que va realizando tranquilamente, nues
tra Empresa de agua, para lograr el pro
pósito de doblar sus capitales, duplicando
sus tarifas; y ayer no mas , vimos a la in
dustria minera obligada á entregar sus
provechos á la Empresa de ferrocarriles,
estableciéndose una tarifa de fletes en
razón de la riqueza del mineral, y no en
razón del peso de la carga, como está es
tipulado. También hemos visto privar á
Lima del alumbrado eléctrico, que esta
ba establecido, porque así convenía á la
Empresa del gas.
Y como si todo esto no bastara, vemos
todos los días, que para estas Empresas,
no hay juez ni autoridad alguna, entre ellas
y los consumidores de sus servicios. La em
presa pasa su cuenta y es forzoso pagar
sin discusión, sin dilación, cueste lo que
144

cueste . César quiere que mueras, se ha


dicho, y es forzoso rendir la vida sin
chistar. El Gobierno mismo no tiene tan
to poder sobre el bolsillo y la salud de
la Ciudad, como el que tiene cualquiera
Empresa privilegiada, por razón de le
yes ó contratos especiales, mas o menos
trasgredidos de sentido, según cada caso.
IV

Cierran la marcha, las Empresas pri .


vilegiadas á favor de la usura ; empresas
entre las cuales figuran en primera línea
los Bancos Hipotecarios y de emisión
disimulada , y las Casas de préstamo, que
vienen á ser sus auxiliares naturales.
A favor de estas nuevas maquinarias,
todo el dinero proveniente del ahorro y
del trabajo, va á parar á las cajas de los
Bancos, y á depositarse en cuentas cor
rientes que ganan un tres por ciento
anual ;y por conductos mil ese dinero llega
á manos del necesitado, al 3 6 al 10 por
ciento mensual, dejando en el camino la
diferencia del 30 ó el 90 por ciento al año,
para nutrir la robusta musculatura, de
los que saben hacer negocios con las lá.
grimas de un pueblo entero.
Por eso hemos visto hacer guerra cru
da al proyecto de establecer un “ Monte
de Piedad " por la Beneficencia, é impe
3
115

dir la realización de ese propósito hon


rado ; y por eso vemos también, que figu.
rando en los Bancos una acumulación de
once millones de soles, las industrias y
la agricultura sucumben por inanición y
no hay trabajo para nadie ; cuánto se po
dría decir de los once millones acumula
dos ! Mejor es callar.

§ III.- INDUSTRIAS NORMALMENTE


ESTABLECIDAS.

Después de las industrias privilegia


das, vienen las industrias propiamente
dichas, normalmente establecidas, con ca
pital suficiente, y dirigidas por personas
entendidas y conocedoras del negocio y
de la plaza. Allí los comerciantes de
cierta importancia, los fabricantes, los
agricultores, los mineros y los especia
listas; que no tienen deudus y compromisos,
y sólo se atienen al propio capital y á las
propias utilidades normales, que natural
mente resultan de un negocio sujeto úni
camente á las leyes económicas.
En este grupo se encuentra las verda
deras abejas de la colmena, y sin ellas
no se produciría riqueza alguna. Encima
de ellas están los sacrificadores y debajo
las víctimas obligadas del festín ; es de
cir, las pequeñas industrias y las indus
trias nacientes de que vamos á ocuparnos.
10
146

§ IV. -LAS PEQUEÑAS INDUSTRIAS.


Con los restos que han quedado de in
dustrias que en los tiempos del guano y
salitre, eran prósperas y florecientes; y
en otros casos, á favor de capitales pe
queñísimos, manejados por antiguos in
dustriales ó por operarios y comercian
tes conocedores, se han formado diferen
tes establecimientos de comercio , manu
facturas, talleres, etc. , etc, que hacen
vida penosa y difícil, viviendo con el día,
llenos de deudas y compromisos que
atienden penosamente, sacrificando el úl
timo centavo de la entrada diaria y en
muchos casos, viéndose obligados los in
dustriales á deshacerse poco a poco de
los pocos instrumentos de trabajo que
poseen ; viéndose así, paulatinamente de
vorados por los acreedores, y hasta que
dar en la calle pidiendo limosna, hom
bres que, en cualquiera otra plaza, me
nos ahogada por la usura, el monopolio
y el fiscalismo, hubiesen prosperado rá
pidamente, con provecho inmenso para
su familia y para la patria en que nacie
ron. ¡ Cuántos de ellos, les bastaría para
salvarse, que los acreedores se limitasen
á tomar solamente una porción de la renta,
y no, el capital mismo con que trabajan !
Cuántos otros habrían salvado , solamen
117

te con una ley de equidad, para el pago de


sus deudas después de las grandes crí.
sis políticas porque el país ha pasado y
que ellos no crearon ; no siendo por eso,
sino muy justo, justísimo, que se descon
arán de los plazos, esos casos de fuerza
mayor.
Pero la usura no quiere nada de eso .
Haya lo que hubiere , el acreedor exije
el pago inmediato; y precisa para satis
facerlo, que todos perezcan y la miseria
se estiende sobre toda la República; y
así, esa obra, se llevará á su término.
cueste lo que cueste.
Si con las casas fuertes se han arrui
nado los grandes agricultores, y en cada
Departamento hay un capitalista, que
arruine á los propietarios del lugar; ¿ que
debe admirarnos que en la capital , se
realice esa tarea destructora, con todos
los hombres de trabajo, desheredados
de capital ; no importa que por la guerra
ó por cualquiera otra causa, mas o menos
atendible, en un país de párias como vie
ne siendo el Perú, para los nacidos en
su suelo .
Y, como si no bastara para el pequeño
industrial, este cúmulo de calamidades
creadas por la usura , el monopolio y el
fiscalismo, .debe todavía ver entrar por
sus puertas, las angustias y enfermeda
des, consiguientes:ya á la privación del
148

agua y de la luz, por el corte temerario


de esos servicios, para cuyo abono dupli
cado, cuando y como quiere el cobrador,
no se da facilidad alguna ; ya con el des
crédito, y el encierro que produce la co
locación de guardias en sus puertas, por
que no puede pagar una patente indus
trial ó una contribución de servicio mu
nicipal , que supone utilidades precisa
mente, donde sólo hay pérdidas y no se
alcanza á ganar ni el pan de cada día, El
monopolio y el fiscalismo, deben vivir, y
vivirán , aún cuando sea convirtiendo al
Perú entero en un montón de ruinas.
De nada servirán al pequeño industrial,
sus hábitos de orden y economía , su amor
al trabajo y su competencia en el ramo
que maneja ; ni le servirán tampoco , su
honorabilidad probada de muchos años,
ni su hábito de cumplir sus compromisos,
ni los pocos capitales que salvó del nau
fragio , esperando con ellos trabajar y le
vantarse : la usura, el monopolio y el fis
calismo lo ahogarán sin remedio ; el cré .
dito no vendrá en su auxilio, porque no
lo hay aquí ; y en fin, no habrá ley de equi
dad, para el pago de obligaciones ante.
riores y cambios generales debidos á
fuerza mayor; nada le valdrá, y es preci
so que muera, porque los párias sólo pue.
den tener el derecho de morir.
149

V.- LA INDUSTRIA NACIENTE .


Queda todavía un grupo de industria
les : el más pobre de todos, el mas desam
parado. En él, figura todo hombre que
sabiendo hacer alguna cosa con prove
cho, apenas dispone de un capitalito que
cuando mucho alcanza á algunas decenas
de soles, no llegando casi nunca ág100.
Esos individuosnegocian en el comercio
ambulante ó trabajan como artesanos, ó
juntan una y otra ocupación. Son los pro
veedores al por menor de los consumos
mas necesarios de la vida, y sus utilida
des pueden apenas contarse, como un
jornal, ganado cada día después de im
probo trabajo y corriendo todos los ries
gos del que emprende por su cuenta.
Puede asimilarse también á este grupo,
el de los que acaban de obtener diploma
de una profesión, y recien comienzan á
buscar una clientela .
Ninguno de este grupo tiene la segu
ridad de reunir en el año, ni siquiera el
monto de la renta mínima, de 240 soles,
bajo de la cual es imposible la vida ani .
mal en Lima. Mucho menos podrían as
pirar á duplicar esa suma para poder vi
vir, vida intelectiva y a fectiva , como
conviene que vivan todos los habitantes
de un país civilizado. La renta, en nú.
meros redondos, de quinientos soles anua
150

les, no puede considerarse en este gru


po, sino como una excepción difícil de
alcanzar
Es evidente que si debajo de 240 soles
anuales, se és mendigo propiamente, solo
encima de 500 soles aruales, puede consi
derarse el habitante de Lima, como perso
na , en el verdadero sentido de la palabra.
Debajo de 500.soles anuales, no puede de
cirse tain poco, que tal individuo goce de
los beneficios del Gobierno y las institu
ciones, constituídas en el Estado para el
amparo de los asociados. No es pues ,
justo, que debajo de esa renta , se grave
á nadie con contribución directa de nin
gún género. Tal gravamen no sería como
debe ser toda contribución , el ubono hecho
al Estado de la cuota que lo corres
ponde en la producción ; por cuanto á ellu
coopera : DECLARANDO , AMPARANDO Y
ASEGURANDO la propiedad de cada uno.
Muy lejos de ser justo que se cobre im
puesto á esos individuos, incorrectamen
te llamados ciudadanos, debe coesiderar
seles como desvalidos, que merecen la
protección beneficiente del.Estado,'hasta
elevarlos al rango de ciudadanos ; y nin
guna protección mas hacedera, mas jus
ta y mas práctica que la de exonerarlos
de todo impuesto directo. A favor de esta
protección y gozarían plenamente de
la libertad de trabajar, y muy en bre
151

ve alcanzarían y pasarían la renta de 500


soles. Entonces podrían ser grabados en
el exceso sobre los 500, señalados como
mínimo á todas las rentas; y de esa ma
nera, el Estado recogería el fruto de su
protección , y el país se enriquecería; co
mo recoge el fruto y se enriquece el agri
cultor, que siembra la buena semilla y be
neficia el suelo, para poner en él , en juego
las energías que encierra, y que sin esa
siembra y ese beneficio, perdería necesa
riamente .
No son estas ideas, por desgracia, las
que imperan en Lima; y precisamente
son los que se inician sin capital en esa
vía del trabajo, los que sucumben las
mas veces ; por la imposibilidad de pagar
los impuestos y gabelas mil, que pesan
sobre ellos. Tal se recibe de abogado,
inédico, ingeniero, etc. , y cuando no sa
be si podrá pagar siquiera el arriendo
del cuarto que ocupa, se ve asediado por
el cobrador de la patente ; que tiene que
pagar, aún cuando sea vendiéndose él
mismo; todo por el crimen de haber tra
bajado largos años para adquirir cono
cimientos profesionales. Tal individuo
que quiere trabajar como comerciante co
rredor, y que á mucho favor ha consegui
do sobre su crédito puramente personal,
que se le habilite con unos cuantos ar
tículos de valor insignificante, que poder
152

vender después de mucho andar y mucho


pregonar ;apenas dá un paso en la plaza ,
se encuentra con los agentes municipales
que le exigen licencia para vender, y si
no tiene con que pagar, debe regresar á
su casa á morirse de hambre, porque así
lo quiere la Institución Municipal. Un
otro, abre una pequeña tiendecita, habi
litapla al crédito, para iniciarse en el co
mercio por menor; y en el acto se le pre
senta el cobrador del agua, del alumbra
do etc, con los recibos subidos de valor,
porque están calculadas sobre la base, de
que vá á ganar, y la municipalidad le
exige licencia para abrir establecimiento
y luego la patente etc. Forzoso es que
nuestro hombre cierre desconsolado, y
vaya a su casa á morirse de hambre, por
que así lo quiere el fiscalismo, el monopo
lio y la usura .
Y todo lo que decimos es tan cier
to, sin hiperbole alguna , que cual
quiera que haya vivido en Lima, en los
últimos 20 años, puede constatar, cuan
to han desaparecido esos numerosos
vendedores ambulantes, que habían en
otro tiempo , para todos los artículos de
la vida ; y también puede comprobar por
propia experiencia, cuanto han subido
y escaseado esos artículos, y cuanto ha
aumentado la miseria pública y la aorta
lidad de la Ciudad. Pero nada de esto
153

importa nada : los rematistas y contra .


tistas se hacen ricos muy pronto, y con
ello tenemos capitales y hay como pres.
tar al 10 por ciento mensuai.

CAPITULO V.

EL PROBLEMA DE LA INDUSTRIA .

Lo expuesto hasta aquí, ha dejado


ver que en Lima, gozan de estado prós
pero las industrias privilegiadas, y tie .
nen asegurada su existencia las normal.
mente establecidas; en tanto que, sucum
ben y perecen , la pequeña industria y la
naciente. Tienen las dos primeras, ade
más de sus condiciones primordiales de
existencia, influencias sociales, prensa é
instituciones políticas, enteramente á su
servicio ; y a favor de tan poderosos ele
mentos, nada se opone á su adelanto y
progresivo desarrollo. No tienen las dos
últimas ninguno de esos elementos, y
escasas además del capital, es forzoso
que lleven una existencia enferma ; para
terminar, salvo raras excepciones y mas
tarde ó más temprano por la quiebra ó
la extinción ; yendo sus gerentes á en
154

grosar el número de los mendigos ó á for.


mar en las filas del vicio primero y del
crímen después.
Piensan los más, que en la política y
á favor de los Gobiernos que de allí na
cen , debe encontrarse el remedio para
su mal. Al influjo de esos falsos mira.
jes, todos creen conveniente tomar par
te en la política y afiliarse á un partido,
como medio de prosperidad.
Evidentemente que hay en el Gobier
no, elemento y poder suficientes, sino
para resolver el problema industrial , al
menos para provocar esa solución ; y en
último análisis, para resolverlo, desper
tando á la acción y conduciendo en ella
todas las energías apagadas que exis
ten en el seno de la sociedad , y cuyos re .
sortes, nadie mejor que el Gobierno,
puede poner en acción . Pero lo cierto es
también, que como las industrias privi
legiadas viven de la ruina y de la mise
ria pública, y sus hombres están alta
mente colocados ; cuando en la política
se produce alguna corriente favorable al
país, y por consiguiente contraria á esos
intereses privilegiados, todos ellos se
ponen en acción , y rodeando á los Go.
biernos, oscurecen su camino lo suficien
te, para entorpecer su marcha en el sen
tido de lo verdadero, lo justo y lo bueno;
y en fin de fines, vuelven las cosas á su
155

natural desórden , y continuamos arrulla


dos, al son de la música que sabe to .
car, la infernal trinidad de los malvados :
monopolio, usura y fiscalismo.
II.

Es, pues, forzoso abandonar el terreno


de la política para buscar la solución del
problema industrial . Ella puede encon
trarse felizmente en otro campo ; si bien ,
no con tanta facilidad como podría lo
grarse, viniendo de arriba , la acción di .
rectora .
En el principio de asociación está en .
cerrado el porvenir de la humanidad y la
solución de todos los problemas de su
existencia social. Cada industrial de la
pequeña industria ó de la naciente, es
por sí solo, cosa insignificante; pero aso.
ciados pueden constituir unidad de ac
ción , de grandísima importancia . Allí
podremos encontrar la solución buscada,
y ella, solo depende del propio querer.
Si cada gremio se asocia en vista de
la defensa de sus intereses, cosa hecha
ya entre los artesanos y con expléndidos
resultados ; si como decimos , se asocian
por gremios y se confederan éstos, des
pués, en una sola entidad , ella se hará
oír necesariamente y todas sus necesida
des superorgánicas, encontrarán la más
-- 156

cumplida satisfacción de parte de los


poderes públicos.
En el seno de esas il.sociaciones gre .
miales, se pueden discutir y estudiar de
bidamente las causas del malestar y los
remedios más conducentes á ponerles
término; y una vez hecha la luz, llevar
las cosas al terreno de la acción , donde
com seguridad. no podría encontrarse
ninguna dificultud séria. Suscribiendo
cada asociado una cuota pequeña, sería
fácil atender á los gastos y organización
de cada gremio en cuerpo superorgáni
co, y una vez este resultado alcanzado,
toda reforma es fácil y hacedera.
Se puede constituir un Ranco Indus
trial , emitiendo acciones de poco valor,
10 soles por ejemplo, que están al alcan
ce de los pobres ; y reuniendo en ese Ban
co los fondos acumulados en la pequeña
industria, podría tener ésta verdadero
crédito, para impulsar su acción en la vía
del trabajo. Entonces el hombre honra
do y laborioso no tendría que apelar á la
usura, como hoy lo hace, para impulsar
sus negocios ; y sabría entonces , cada
uno , que ser honrado y ser trabajador y
formal en sus tratos, es un capital coti
zable en moneda ; y habría la posibilidad
de conseguir pequeño adelanto, al inte
rés comercial y no usurario, siempre que
se destine al trabajo y no al consumo ;
-- 157

y siempre que respondieran del pago, los


antecedentes del deudor, no tenidos pa
ra nada en cuenta por el crédito usurario
actual .
Los préstamos se harían bajo la base
de hipoteca de la renta de la industria,
no sirviendo el instrumental, de garan .
tía, sino para los casos de algo que po
dríamos llamar quiebra moral; entendien
dose por esto el olvido de los buenos há
bitos, la desidia, la falta de seriedad en
sus tratos etc. Solo entonces tendría el
industrial que verse despojado de sus
elementos de trabajo y atinjido por los
acreedores . En todos los demás casos, lə
basiaría comprometer una parte de la
renta obtenida por su trabajo , para po
der salir de cvalquier situación apurada,
no dependiente se entiende, de faltas, ni
vicios, ni excesos en los gastos particu
lares, sobre los que racionalmente puede
hacer, dadas las entradas que el negocio
proporciona . La hipoteca de parte de la
renta proveniente del trabajo, encierra la
solución del logro de capital, para la pe
queña industria y para la naciente .
Constituido el Directorio, que se haría
oír siempre en favor de los asociados ;
y organizado el Banco de hipoteca rentaria
destinado á proporcionar capital para el
trabajo ; puede además completarse el
sistema, creando una publicación periódica
158

encargada de mantener en él, la coesion


y armonía necesarias ; y á favor de todo
esto, en muy poco tiempo habría cambia
do la faz de las cosas, en el mundo de
miseria y desolación , que hoy contempla
apenado, en Lima, todo hombre bien in
tencionado que sea capaz de darse cuen
ta de la situación .
A esas mismas asociaciones gremiales
podría confiarse la formación de Montes
de piedad y de Cajas de ahorros para los
pobres ; instituciones, que contribuirían
no poco á aliviar la condición de los que
sufren, y á llevar al público enseñanza
práctica y provechosa de moralidad y
buenas costumbres .
-

0
SECCION TERCERA .

LAS INSTITUCIONES.

CAPITULO I.

Consideraciones generales
En el hombre como en los animales,
el corazón representa lo que hay de más
permanente, de más automático , de más,
inconciente y de más necesario, en el
funcionamiento vital del organismo y en
el modo de ser afectivo de cada indivi
duo. Parece el corazón , almacenar, lo
que cada especie ha conquistado al tra
ves de los siglos, y lo que cada individuo
ha seleccionado para sí, al traves de las
generaciones que le han dado orígen. Si
la fuerza emana del estómago, y lo con
ciente se anida en el cerebro ; la perso
nalidad toda , en lo que tiene de esencial
y eterno, parece residir en el corazón
principalmente. Allí mora lo inconcien
te, y solo lo inconciente es propio, verdade
ramente .
160 -

En el mundo superorgánico, pare


cen desempeñar las instituciones, el mis
mo papel que el corazón en el organis
mo animal. Son ellas en efecto , organi
zaciones de carácter estable, de auto
mático funcionamiento , de larga dura
ción en cada especie, y derivables fácil
mente unas de otras, al traves de la mar
chaevolutiva de los pueblos ; sugetos
por lo demás, al cambiarlas, á dejar
siempre de todas ellas. alguna base de
su manera de ser anterior. Las institu
ciones son como el corazón , verdaderas
máquinas de movimiento automático ; in
dependientes del carácter y del espíritu
de sus gerentes, y en cierto modo sin es
píritu propio; y algo, como simples re
servorios de los hábitos y costumbres de
cada
tencia
pueblo, en cada etapa de su exis
.
Después de habernos ocupado, en las
dos anteriores secciones, de estudiar en
la opinión pública y en la industria, el
cerebro y el estómago, de la entidad su
perorgánica ;'réstanos pues, estudiar aho.
ra en las instituciones, el corazón de esta
entidad : es decir, el mas poble de sus
sistemas de acción .
No sería éste , lugar á propósito para
exámen de asunto tan vasto y tan intere .
sante, sólo debemos abordarlo bajo el
aspecto más general y en vista únicamen
161

te de conocerlo, en cuanto á Lima se re


fiere .
No obstante lo mucho que esto limita,
el alcance de nuestro estudio, es la ver :
dad , que así y todo, queda todavía in
menso campo que explorar ; y para pro
ceder con orden , preciso es hacer algu
nas clasificaciones. Las instituciones re
ligiosas, políticas y sociales, nos han de dar
una primera división , y dentro de ella
procuraremos encerrarnos, para hacer el
estudio que motiva este trabajo , lo más
sumario posible .
CAPITULO II .

Instituciones religiosas.
$ I. EL CULTO .

Para el servicio del culto hay en Lima,


desde el rcloniaje, todo un sistema de
iglesias y conventos, que en número de
55 y distribuídas en toda la ciudad , de
mandan para su servicio un numeroso
personal, La clerecía, que es nacional y
extranjera, está completada por el per
sonal de los conventos y congregaciones
y asistida por asociaciones diversas, que
con los nombres de cofradías, congrega
ciones, conferencias, coros y otros mil,
comprenden una verdadera población,
ai
162

aumentada todavía con los sacristanes,


mayordomos, devotos, mandaderos, etc.
Bajo este punto de vista bien puede con
siderarse que el personal religioso, en
Lima, alcanza á más 10 por ciento de la
población , no bajando de 2000 la porción
directiva , encargada de mantener el ser
vicio del culto. Por las mañanas desde
las 6 a.m. hasta las 12 m . casi todas las
iglesias están abiertas y hay misas á to
da hora . A las dos de la tarde vuelven
á abrirse muchas iglesias, y se hacen dis
tribuciones encaminadas al culto de San
tos determinados. Por las noches, desde
las 7 p.m. nuevamente se encuentran en
servicio las iglesias, y nuevamente acu
de allí el mismo personal encargado
de hacer las distribuciones religiosas, 6
de asistir á ellas, para oír las prédicas,
etc. , etc. Esta concurrencia á la igle
sia, bien puede estimarse á razón de vein
te mil personas, mugeres la mayor parte
y casi siempre las mismas , que pasan su
vida, siempre rezando, oyendo misa, co
mentando sermones o en cualquier otro
entretenimiento.análogo .
Ese numeroso personal, que forma el
20 por ciento de la población , vive sin
trabajar, y pesa de maneras mil , directa
o indirectamente, sobre el 80 por ciento
restante ; pues si es un hecho que no tra
baja, lo es también que vive como cuales
,- 163

quiera , vistiendo, comiendo, etc., sin que


pueda saberse cómo ni cuando gana la
vida. Para la gente pobre, la asistencia
de noche á los templos es económica y
benética , pues que así gozan de la musi
ca y pasan el tiempo, sin pensar en di .
versiones, costosas siempre y de funes
tas consecuencias. La asistencia por las
mañanas y el medio día, causa gran daño
á las familias; pues de ellas deserta la
madre de la casa, dejando todo abando
nado, y hombres y cosas andando por su
cuenta ; no tardando en disclverse fami
lias tales , donde falta la cabeza, y hoga
res, donde siempre se encuentra el vacío.
El culto pada gana con eso , pero la so
ciedad se desquicia, y suscripciones de
todo género y de todos los tipos, crean
una corriente de dinero que nadie sabe
donde va á parar, pero que se alimenta
sin cesar, por supuesto en último análi
sis. por el elemento que trabaja. La di
rección suprema del sistema reside en
Londres, París y otras ciudades extran
jeras, pues de allí vienen lɔs visitadores,
monseñores y demás encargados de cen
tralizar los trabajos de recaudación de
fondos y dominación de voluntades; per
sonal que, poco a poco va elin inado al
elemento nacional, único antes encarga
do del culto.
Según nuestras leyes el Estado tiene
- 164

religión , y ésta es la católica ; pero el


sentimiento religioso es muy escaso y
tanto, que todos pueden ver los templos
en mal estado ; y allí se quedan , sin que
sea posible refaccionarlos ni pintarlos
siquiera, y la iglesia de Chorrillos hace
20 años que está en trabajo, porque no
hay fondos para concluirla. Razones po
líticas han impedido hasta hoy, conse
guir en la letra de la ley, la declaración
de la tolerancia de cultos ; pero en el he
cho ésta existe bastante amplia, pues
hay varios templos protestantes, las ló
gias masónicas no ocultan sus trabajos,
y los chinos tienen sus Pagodas.
Mucho ganaría el sentimiento religio
so, si hubiese libertad de cultos estable
cida por la ley , pues no solamente se le
vantaría con ello el gran obstáculo que
hoy existe para la inmigración espontá
nea; * sino que, con la competencia, se
verían obligados los sacerdotes de todas
las religiones, á hacer merecimientos de
ilustración , de virtud y de modelo de cos
tumbres, para ganarse las voluntades y
el respeto de los hombres de bien.

§ II. —EL PROSELITISMO.


Para lograr prosélitos, hay un sistema
complejo y bien combinado, compuesto
de colegive y conventos, donde se ense
163

ñan los ramos necesarios para el sacer


docio , y se practica la vida en común. De
esos centros, el principal es el Colegio
de Santo Toribio , que depende del arzo
bispado y al que está anexa la facultad
de Teología, donde se confieren los gra
dos de bachiller, licenciado y doctor. Es .
te colegio así como la Facultad que le es
anexa, funcionan con entera independencia
de los Reglamentos y leyes de instruc
ción y obedecen solamente al arzobispo.
Al lado de este centro , que da el perso
nal para los curatos de toda la Repúbli
ca, hay colegios diversos, en algunos con
ventos , encaminados á dar ilustración , á
los novicios que llegado el caso, hacen
su profesión monástica . Hay, además
congregaciones extranjeras, que sostie
nen colegios para el público ; pero siem
pre en vista de sacar de su personal al
gún contingente, para recibir las órdenes
y formar en las filas de los predicadores,
sus maestros .
Todas las corporaciones y conventos
tienen bienes raíces, que administran di
rectamente, viviendo de las rentas que
producen. En los conventos de mujeres,
el ingreso supone la entrega de una su
ma de dinero, 3000 soles generalmente,
para atender, se dice, con la imposición
de esa suma, al mantenimiento de la nue
va religiosa. La profesión es de por vi.
166

da ; formándose así, verdaderas tumbas


de vivos, donde hay muchas desgracia
das, que lloran la desventura de haber
creido, que hay soledad en los claustros, y
que es posible suprimir del corazón humano,
los más puros afectos ó los mas intimos sen
timientos,

§ III. - LA PROPAGANDA .

El espíritu de propaganda se manifies


ta bajo tres aspectos diferentes . Las
buenas costumbres. son predicadas para
el pueblo por los religiosos de los Des .
calzos, que hacen misiones, regularmen
te todos los años , concurriendo á ellas
numeroso gentío de la gente pobre, por
lo general. La moral cristiana, es objeto
de la predicación de algunos sacerdotes
de la Compañía de Jesús, entre los que
aparece de cuando en cuando, alguna
notable personalidad. Sus prédicas son
oídas por un personal numeroso de la
clase acomodada. La doctrina cristiana,
no es objeto de predicación alguna, y
los párrocos jamás se ocupan de ese
asunto ; pero el culto de las imagenes y sus
fiestas respectivas, son materia de una
propaganda activa, que tiende más y más
á sumir al pueblo en la más grosera ido
latría.
No es tampoco objeto de propaganda
-- 167

el amor al trabajo , el amor al prójimo, el


odio al vicio, los males que trae la va
gancia , etc .; tampoco se explica al pue
bio, lo repugnante que es la envidia, lo
degradante que es la avaricia, y lo indig
no y condenable que es esa caridad hu
millante é interesada que nosotros hemos
llamado caro auxiliosidad . No se hace
comprender a las masas, todo lo que hay
de noble y grande, en esa virtud del cielo
trasplantada a la tierra, en gran parte ,
por el espíritu cristiano, y que tiene el
dulce nombre de caridad .
Tampoco se predica la confianza en sí
mismo, ni se desarrolla la conciencia del
deber, ni se aplaude esa altivez de la pro
pia personalidad, que hace de un hombre
cualquiera, un héroe ó un martir , según
las circunstancias de tiempo y de lugar.
$ IV. -CENTRALIZACION.

Las instituciones religiosas encarga


das de centralizar el servicio del culto,
forman un sistema distribuído en siete pa
rroquias : San Sebastián, San Marcelo,
Sagrario, Los Huérfanos, Santa Ana,
Cercado y San Lázaro ; sirve de comple
mento á este sistema, un mundo de cape
llanes encargados de las iglesias y con
ventos, enclavados en cada parroquia.
Los nacimientos , matrimonios y defun
168

ciones, deben ser registrados en las pa


rroquias para el pago de los derechos pecu
niarios y además deben registrarse en la
sección respectiva de la Municipalidad ,
para la constancia del hecho, y la consi
guiente declaración de los derechos civi
les, que la ley acuerda por razón del esta
do civil .
Er cada parroquia, hay un cura prir
cipal , un auxiliar y un sacristán , fuera
de muchos ministriles que pululan siem.
pre por esos lugares. Encima de ese sis
tema está la Curia, y luego el Coro de ca
nónigos y el Arzobispo de Lima, á quien
corresponde de derecho el Gobierno de
la iglesia peruana .
El Arzobispo se entiende con el Go
bierno, por el Ministerio de Justicia, Cul .
to, Instrucción y Beneficencia , y con la
Curia Romana, por intermedio del Dele
gado Apostólico, residente en Lima y
acreditado cerca del Gobierno del Perú,
como miembro del cuerpo diplomático.
El delegado ejerce el Decanato de este
cuerpo, por deferencia de sus colegas á
la alta personalidad moral que represen
ta y al sentimiento religioso del país, y
tal vez también , atendiendo a las nota
bles prendas personales del distinguido
sacerdote que hoy desempeña esas fun
ciones.
!
169

CAPITULO III

Instituciones políticas.
§ I. - LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.
El Poder Judicial del Perú se ejerce
por un personal numeroso , repartido en
toda la República y distribuído ensi
versas categorías de Jueces. Estos se
sujetan en sus fallos, á un sistema de
revisiones sucesivas, que si bien ofrecen
cierto grado de garantía en cuanto al
fallo mismo, hacen los juicios intermina
bles y costosos, y ello, hasta el punto de
ser preferible, casi siempre, renuciar á
sus derechos, antes que seguir litis parco
obtener por los tribunales una declara
toria siempre tardía .
El territorio peruano está dividido en
ocho distritos judiciales, que son Lima,
Arequipa, Cuzco, Ayacucho, Libertad ,
Cajamarca, Piura y Ancacbs ; servidos,
cada distrito, por una Corte Superior y
por Jueces de 1a. Instancia en las Pro
vincias, y Jueces de Paz en cada pueblo .
En Lima existe además una Corte Su
prema y Juzgados especiales, para lo
criminal, y para las cuestiones de aguas,
y revision de los fallos dictados por
los Jueces de Paz. Existe también un
Tribunal de responsabilidad , para en
170 -

tender en juicios en que son acusados


los miembros de la Corte Suprema, por
razón . de sus fallos, y también para cier
tos casos especiales. No hay en Lima,
propiamente hablando, tribunales priva
tivos de comercio, minería , agricultura,
etc.; pero es costumbre que poco a poco
va generalizándose, la de apelar al juicio
de arbitrio ó al fallo de la Cámara de
Comercio ” de Lima, que por su compo
sición y modo de ser, inspira al alto co .
mercio gran confianza , en sus decisiones
arbitrales .
En asuntos en que interviene el Go
bierno, hay un fuero especial, que en lo
administrativo se centraliza en el Tri
bunal Mayor de Cuentas, así como en lo
militar., funciona en los Consejos de
Guerra. En asuntos de libertad de iin
prenta, es obligada la intervención del
Jurado, compuesto de jueces de hecho nom
brados cada año por la Municipalidad ;
pero el juicio y el fallo final, van siem .
pre al fuero común . También hay cier
tos asuntos especiales que se ventilan
ante Jueces eclesiásticos , nombrados por
el Diocesano .
El personal Judicial de Lima, según el
almanaque de " El Comercio ” para el
presente año de 1895, se haya compues
to : 1. ° de catorce miembros en la supre
ma, incluyendo allí un Presidente, dos
Com
171

Fiscales, dos Relatores y un Secreta .


rio. ( 1 )
2. ° De veinte y un miembros en la Cor
te Superior, incluyendo allí un Presiden .
te , once Vocales, dos Figrales, tres Rela .
tores, tres Secretarios y un Archivero .
3. ° De cuatro Jueces de 1. * Instancia
en lo civil, tres en lo criminal y uno de
aguas y revisiones; y de dos Agentes
Fiscales, uno en lo Civil y otro en lo
Criminal .
De diez Jueces de Paz, repartidos
en la Ciudad, á razón de uno por cada
distrito . Estos Jueces no ganan sueldo
alguno ; y sin duda por eso, son tan ma
los los servicios que prestan , que sería
preferible no existieran tales cargos.
El Poder Judicial del Perú es muy
mal rentado, y si no fuese por la inu
movilidad de que gozan en el cargo, ape
nas si podría explicarse racionalmente ,
el grado de moralidad de sus miembros,
en la gran mayoría de los casos. Mucho
se quejan los litigantes, de los Jueces ;
pero tan cierto es que la moralidad está
en mayoría , que causa escándalo una
que otra sentencia expedida contra el
derecho comprobado. No por lo dicho,
( 1) Hay además dos Vocales que no se conside
ran en esa lista. Ultimamente se han hecho cam
bios en la composición de la Corte.
- 172

creemos que sea buena la administración


de Justicia, ni con mucho; pues estamos
de acuerdo en declarar que nuestro Po
der Judicial es muy malo, pero no tanto
porque sea malo el personal, sino por
que son malas las condiciones en que vive,
y son malas las leyes de procedimiento que
rijen sus actos. Con todo, también cree .
mos : que así malo nuestro Poder Judi .
cial , no es mejor ni envidiable tampoco
el de otros países, llámense Inglaterra
Francia , Norte -América etc. No cree
mos el nuestro , menos malo que cual .
quiera de los otros Poderes Judiciales
del mundo ; salvo sí, en lo referente a los
juicios de menor cuantía , en que tal vez,
debamos reconocer cosa mejor en el ex
tranjero ; y en los juicios privativos y en
los criminales , en que sin duda alguna ,
son incomparablemente mejores los Tri.
bunales de otros países.
No se crea, por lo dicho, que estemos
tampoco nada conformes, con las cosas
como hoy son. La justicia, es de todos
los servicios públicos, el principal y mas
importante que un pueblo pueda desear ;
y en consecuencia, debe ser incansable
la opinión , en exijir que sea, lo más per.
fecto imaginable , el funcionamiento de
esa institución . Desgraciadamente , lo
técnico del asunto exije una erudición y
una moralidad notables, para resolver
173

la cuestión en el terreno de la ley positi


va. Los esfuerzos hechos en este senti
do, han debido, pues, escollar contra
intereses mil, que encuentran en el gre
mio de abogados, defensores hábiles y
experimentados, y poco dispuestos, por
razón de oficio , para destruir los incon.
venientes de la ley. Por eso se ha, ob
servado que la legislación civil jamas ha
podido reformarse, con solo abogados; y
únicamente se ha logrado aprovechar de
ese elemento, cuando algún hombre su
perior la tomado sobre sí el asunto, va
liendose de los abogados, solamente como
simples asesores que ilustren la cues
tión .
Sin Emperadores como Justiniano y
como Napoleon I.; el mundo carecería
hasta hoy de leyes positivas, en materia
civil . En general , ningún ramo del ser
vicio público puede ser reformado, sin
el concurso de los técnicos que conocen
sus especiales condiciones, pero esas ap
titudes especiales, son de efecto contra
producente, cuando el elemento directi
vo no es completamente extraño al
tecnicismo, y más que todo, á los hábitos
ymodo de ser, de los que han hecho del
ramo, el objetivo de su ocupación coti
diana y permanente.
Este modo de ver podrá parecer para
dójico, más á poco refleccionar se verá,
174

por el contrario, que es lo mas racional ,


que así sucedan las cosas. Todo conoci
miento práctico tiende á convertirse en
hábito, y al pasar así del mundo de lo
conciente al de lo inconciente, la aptitud
se asimila con todos los defectos que se
adquirió, concluyendo por pasar desa
percibidos estos defectos, para el que
es víctima de ellos. Por eso es preferible
ignorar completamente una cosa , que apren
derla mal; y esto, bien lo saben los pro
fesores, y particularmente los artistas.
Es pues natural que el técnico, en cual
quier ramo, no perciba los defectos, ni
se dé cuenta de los errores infiltrados
en los principios y disposiciones que
han servido de fundamento á su institu
ción ; y de allí que sea el elemento téc
nico, el menos apropiado para su refor
ma. El elemento extraño , por el contra
rio, percibe inmediatamente los defec.
tos ; pero carece de los conocimientos
especiales para descubrir el remedio. Es
pues indispensable asesorarlo con las
especialidades, pero es tambien indis
pensable, que posea un talento superior,
una vasta ilustración general y un poder
suficiente, para imponerse á las preocu
paciones de los especialistas y vencer
las resistencias, que por razón de hábito
y de oficio , tienen que oponerle natural
mente, á toda reforma sustancial. Pas
175

teur, el gran reformador de la medicina


moderna, no era médico ; Carnot, el gran
convencional, organizador del ejército
de la República francesa no era militar ;
Buffon , el creador de la Historia Natu
ral , no era naturalista ; y tantos y tantos
casos que podriamos citar, manifiestan
practicamente, la exactitud de nuestro
modo de ver en materia de reformas.
Difícil será pues lograr una reforma
inmediata en nuestra legislación civil ;
pero en la justicia de menor cuantía, y
en lo criminal, creemos que se trataría
simplemente, de imitar lo que ya en otros
países está completamente resuelto . El
cuerpo de abogados de Liira es nume
roso y muy ilustrado, y abundan en él ,
elementos sanos y honorables, capaces
de sentir la necesidad de reforma y de
proponer los medios de llevarla á la
práctica. Toca á los poderes públicos
poner en acción esas energías y utilizar
las en servicio del País. Nosotros, que
carecemos de conocimientos en ese ra .
mo, debemos abstenernos de ir mas ade
lante ; pero sí, podemos abogar en favor
de algunas medidas generales que estén
al alcance de toda persona de buen jui
cio, y que creemos indispensable ver
adoptadas en el País. La justicia de me.
nor cuantía, debe ser enteramente gratuita
para los que á ella acudàn ; pero los jueces,
176

secretarios y demás auxiliares, deben ser


rentados por el municipio ; debiendose ha .
cer el nombramiento, renor - ble cadu dos
años, por un cuerpo especiat ad diez ó vein-.
te electores, sacados por la suerte, de entre
los contribuyentes acotados en el registro
del lugar, y sin sujeción á terna de ninguna
clase. El sueldo asignado á cada juez de
paz no debe ser menor de 2 soles por
cada hora de despacho, ni mayor de 6
soles por día.
En cuanto a la justicia criminal, debe
establecerse la pena de destitución , á to
do juez que emplée más de noventa días
en el sequito y conclusión de un juicio
criminal; y pena igual , á los Vocales que
tarden más de ocho días, en resolver
cualquier punto, sujeto á su conocimien
to en esos juicios.
Por último, sería muy conveniente
que cada diez años, fueran sometidos los
3fueces y Vocales, á un juicio de pesqui
za ante un tribunal especial, formado por
un jurado sacado por la suerte de entre
los contribuyentes de ciertas condicio
nes. Ese jurado, después de oir todas
las informaciones, los cargos y la defen
sa, debía fallar únicamente, conforme á
su conciencia, y por valotas y mayoría
de dos tercios á lo más, declarando si el
juez ha perdido o no, la confianza de los
hombres de bien . El fallo adverso, impor
177 .

taría la destitución del cargo, sin apela


ción alguna.
Si al lado de estas reformas se dispu
siese adı . ;, que la renta de los jueces
fuese bastante holgada, para que los ma
jistrados honorables y de buenas cos
tumbres, pudiesen vivir sin zozobras ni
cuidados, en la condición social que por
sus funciones les corresponde, creenos,
se habría ganado mucho en el mejora
miento de la administración de justicia ;
y con ello, somos de parecer, que aumen
taría considerablemente la riqueza nacio .
nal, y ganarian enormemente la morali.
dad y las buenas costumbres de los ha
bitantes del país.
§ II. -DEL SERVICIO DE SEGURIDAD .
Después de la justicia, es la seguri.
dad el más preciado bien que puede as
pirarse . La seguridad, sólo puede ga
rantirse con la fuerza ; y de allí, la nece
sidad para todo pueblo , de mantener
organizada una fuerza pública, Son ob
jetos principales del servicio de seguri.
dad : la nacionalidad, la propiedad, la
vida y el honor ; y de allí, que podamos
distinguir estos cuatro aspectos, en la
organización de la fuerza pública. Cui .
da el ejército de la seguridad nacional;
y la policía, de la propiedad, la vida y el
12
178

honor. En Lima, no puede decirse que


estos servicios funcionan de un modo
perfecto ; pero es lo cierto, que lo que
falta en la institución, abunda en la so
ciedad y en el individuo ; por lo sano de
las costumbres y por la bondad del ca
rácter nacional, Con todo, hay mas de un
punto digno de estudio y suceptible de
meſoramiento .
Ejército .

El Ejército residente en Lima, fuerte


de 3 á 4,000 hombres, no es por su orga
nización un modelo militar; pero dentro
de los límites de los medios y circunstan
cias del país, está regularmente organi
zado ; con una oficialidad , no especial
mente preparada, pero sí con alguna
irustración y algunas aptitudes, factores
anbos, que mediante ejercicios de acade
mia bien sistemados, pueden desarrollar
se lo suficiente, para llenar por entero
las exijencias del servicio.
Piensan algunos que la Escuela Mili .
tar, es indispensable para tener buenos
oficiales, y con ello, buen ejército. No.
otros disentimos de tal opinión , y en
uestre concepto, el establecimiento de
al Escuela, es de ninguna significación
179

para la formación del ejército . Que en


Europa se dé gran importancia á estas
escuelas, se esplica : por la forma de go
bierno, lo numeroso del ejército, las
preocupaciones aristocráticas, y talvez ,
por la necesidad de sostener centros de
iniciativa, para provocar los descubri
mientos útiles en el arte de la guezra ;
pero en el Perú , ninguna de esas razones
tiene peso suficiente, para famentar esas
escuelas, que tantas veces se han implan
tado, con muchos gastos y con ningún re
sultado .
Exíjase para el ingreso al ejército un
mínimo de ilustración , comprobado por
un examen de admisión, según progra
mas prefijados por su Estado Mayor, or
ganizado debidamente, con el personal
mas ilustrado de nuestro cjército; y exí .
jase para cada ascenso, cierto tiempo de
servicio en el grado anterior, y un exá
men teórico y práctico, variable para ca.
da grado ; y se tendrá , en poco tiempo,
seleccionado el mejor elemento para el
ejército nacional ; y esto, sin inferir agra
vio á nadie, ni lesionar ningún derecho
preexistente.
Si al lado de tales medidas, se tiene el
cuidado de mantener en cada cuartel ,
una academia de tropa y otra de oficia
les, sostenibles á poca costa, muy pron
to se lograría, como ya hoy se está ha
-- 130

ciendo, que todos los soldados, aprendan


á leer y escribir, y ciertas nociones de
instrucción primaria ; y que los oficiales
adquieran afición por el estudio y el há
bito de dedicar á él , diariamente, una ó
dos horas, tiempo mas que suficiente ,
para lograr el objeto deseado.
Al lado de esas medidas, debemas con
siderar una buena y bien meditada orga
nización del Estado Mayor, y una escala
de sueldos y remuneraciones, que permi .
ta á los jefes en servicio, disponer de
gratificaciones suficientes, para mante
ner el decoro de su rango, sin dar lugar á
sospechas sobre su honorabilidad ; y que
en caso de retiro, indefinida ó muerte,
tengan la seguridad de gozar de una ren
ta, suficiente para ellos ó la familia, sin
temor á humiliaciones y vejámenes , que
sólo tienden á envilecer á los mejores
servidores, y á alentar a los menos dig
nos .
II

El ejército de línea no basta para de


fender la nacionalidad en tiempo de gue
rra ; y para salvar la dificultad , se ha es
establecido la Guardia Nacional, institu
ción indefinible, que jamás pegó bien en
el Perú y sólo ha servido para ocasionar
al erario, gastos de consideración y dar
á las autoridades políticas, arma terri
181

ble de tiranía, contra los ciudadanos que


no formaron en su coro ; y que por eso,
han sido vejados y ultrajados y también ,
si el caso llegó, enrolados en un cuerpo
de línea, cuando menos pudieron pen
sarlo.
En tieinpo de paz, la Guardia Nacional
de nada sirve , sino sea para quitar al
pueblo el único día de descanso, que sie
ne con el domingo ; y en tiempo de gue .
rra, la Guardia Nacional se convierte en
ejército de línea; bajo todo respecto, me.
nos bajo el de disciplina militar, que
siempre en esos cuerpos es más que de .
fectuosa. Sin duda, cosa igual ha sucedi
do con otras naciones, cuando ha pasado
ya en casi todas, la moda de las Guardias
Nacionales.
Hoy, lo que está aceptado casi univer
salmente, es que todo hombre , debe reci
bir educación militar suficiente, para poder
se enrolar en un batallón en caso de guerra.
Para lograr este fin se emplean diferen
tes medios, fundados todos ellos, en im
poner á los ciudadanos la obligación per
manente, de destinar parte de su tiempo, á
ejercicios y estudios del arte de la guerra .
En ese tiempo, se comprende el acuarte
lamiento en épocas determinadas, y el
servicio militar y de campaña. Difieren
los sistemas adoptados, en el mayor ó
menor lugar que se doja á la iniciativa
- 182

del ciudadano y á su natural deseo , de con


gregarse para esos trabajos, con los del
gremio á que pertenece, mas bien que
con los de otro gremio ; y también difie
ren los sistemas, en la extensión y el ri
gor que se dá á la enseñanza y ejercicios
militares, en los colegios de niños ; y en
la protección que se acuerda a los clubs
de tiro al blanco y otros centros análo
gos!
El estadista, en cada país, debe com
pulsar todos estos factores en vista de
los hábitos y costumbres nacionales, y
de las exigencias del trabajo, y del modo
de ser social; elementos que en ningún
caso, deben pone se en pugna, con las
obligaciones impuestas por la defensa
nacional . Nosotros creemos, que si se
desea militarizar al Perú, cosa cuya ur.
gencia nadie puede poner en dude , debe
distribuirse la población toda, en cuer
pos de ejército ; distinguiendo varias cla
ses de reservas, según el orden de pre
lación en que serían llamadas al servi
cio activo y componiéndolas de batallo
nes, arreglados por gremios, con oficia
lidad nombrada por ellos mismos, y con
la obligación de concurrir a los ejerci
cios militares, una vez por quincena 6
por semana , durante tres horas seguidas,
pero siendo ese día yesas horas, iguales pa
ra toda la población ; de modo que, á na
- 183

aie cause daño en sus negocios, la para


lización impuesta por tales ejercicios; y
que, entre en las costumbres, concurrir
á ellos siempre
Si ademas, se establece .cosa igual en
los colegios ; y en las horas diarias de re
creo , se adopta cierta organización mili
tar, en poco tiempo se habría preparado
el país para hacerse respetar; y la nueva
generación, saldría de los colegios Com .
pletamente educada, para la defensa del
país ; defensa cuya necesidad se ha hecho
imperiosa en la América del sur, desde
que se estableció en ella, el derecho de
conquista, como resultado de la guerra
funesta de 1879 .
Es .preciso que la militarización del
país, cuente con la adquiesencia de to
dos sus habitantes, como pasa con la ins
titución de los bomberos y otras análo
gas ; y es necesario para ello, que no se
pongan en pugna como hasta aquí ha su
cedido; ni las preocupaciones sociales,
que exigen cierta selección por clases ;
ni los intereses comerciales, que exigen
la paralización , para todos ó para ningu
no . Sólo así conseguiremos que sea po
pular la causa y con ello, estamos segu
ros, que en pocos años, el Perú será ca.
paz de atender á la defensa del territorio
con todo el contingente de fuerzas vivas
184

que corresponde á su población y grado


de cultura.
Policía .

I.

Pasemos ahora á la organización de la


policía. En este ramo, destinado á ase .
gurer la propiedad, la vida y el honor con
tra toda irjusta agresión, no puede de.
cirse que ocupe Lima lugar preferente,
ni con mucho, respecto de lo que pasa
en otras poblaciones. La bondad del ca
rácter nacional , lo sano de las costum
bres en cierto orden , y el respeto a la
propiedad y á la vida agena, casi orgáni .
co en el Perú, han contribuido no poco,
á hacer que el servicio de policía, no ha
ya tenido ocasión de adquirir ese grado
de perfeccionamiento, que ha alcanzado
en otros lugares . Pero justamente estas
mismas causales, favorecen á los pocos
perversos que nos vienen de fuera, ó que
por excepción nacen en nuestro suelo, y
para los muchos vagos y sinvergüenzas,
que abundan en la ciudad , y que encuen
tran en nuestra bondad de carácter, el
medio mas apropiado á su fomento y de
sarrollo progresivo ; para todos ellos de
cimos, la ausencia de una buena policía
se deja sentir vivamente ; puesto que, es
de esos elementos de donde parten siem
i
185 -

pre los vicios y malos hábitos, que con


cluyen de uno ú otro modo, por conver
tirse en ataques violentos contra la vida
y el honor, y en causa permanente de
desgaste para la propiedad, sobre la cual
viven los vagos y los sinvergüenzas, no
necesitando para ello, por cierto, y salvo
unoque otro caso, del empleo de la fuerza.
La policía de Lima, compuesta nás ó
menos, de quinientos hombres armados,
distribuídos en cinco comisarías, es una
institución centralizada en la Subprefec.
tura é Intendencia, bajo cuyas órdenes
funciona. Sea porque el número de guar.
dias es escaso , sea porque no está debi
damente organizado, elhechu.es que fre
('uentemente se realizan los robos y se
arman los pleitos ; sin cuidado ninguno
del guardia, que en todo caso, llega tarde
al lugar del suceso y cuando el hecho ha
sido consumado. Sino fuese por la bon
dad del carácter nacional , sería este ser
vicio verdaderamente insoportable ; y lo
es en efecto, apenas se presenta cual
quier hombre en estado de embriaguez,
pues con toda seguridad se hace dueño
de la situación con su sola presencia , de
biendo los demás, salir de allí, sino quie .
ren ser víctimas de su impertinencia ó
de sus den uestos. Si el que se presenta
es un malvado, cuenta desde luego con
que la policía brillará por su ausencia, y
186 -

esto justamente, durante el tiempo nece


sario para la realización del delito .
La vagancia está tan desarrollada, que
no trepidamos en estimar en 30,000, ó sea
en un 30 por ciento, la parte de la pobla
ción que no hace trabajo alguno, y sólo
vive en los cafés, en los sitios de expen
dio de licor, gastando lo que no han ga
nado ; ó si son jóvenes, particularmente,
viven de plantones en las esquinas de to.
das las calles, impidiendo el paso al
transeunte y faltando el respecto á la
gente, insultando á las señoras, diciendo
necedades á las niñas ; en una palabra,
pidiendo á gritos, que los poderes públi.
cos pongan remedio á tanto malestar ; y
esto, ya que los padres de familia se cui
dan tan poco de que sus hijos vayan al
colegio ó al taller, y ya que la policía no
persigue la vagancia, que es el peor de
los males que puedan pesar sobre un
pueblo.
De los 15 mil jóvenes que hay en Li
ma, solo van al Colegio 5 mil , y los 10
mil restantes pululan en las calles, es
quinas y plazuelas, completamente ocio
sos; hablando de todo el mundo y ejer
citando el oficio de tenorios de comedia ;
y así van creciendo, sin respetos , sin
educación, sin dignidad, sin freno, sin
ideales, sin amor alguno al trabajo y sin
la menor nocion de deber ; todo para
- 187

ser inás tarde, uno de los tantos sinver


güenzas que forman en el gremio de la
ciudad, y si el caso no lega, para pasar
directamente á la cárcel por viciosos,
ó ladrones,
La policía, no se ocupa de perseguir á
los vagos, ni cree que entra en sus fun
ciones, la de impedirles que fastidien
en las calles á todo el mundo, particu
larmente al bello sexo, víctima obligada
de su falta de educación .
En tiempo de los Incas no se conocían
en el Perú, ni vagos. ni mendigos ni la .
drones. Todos trabajaban, todos tenían
asegurada su subsistencia y nadie nece .
sitaba de cerrojos, chapas, ni candados
para cerrar las puertas de su casa . En
los tiempos actuales abundan esas tres
plagas, porque en el sentir de muchos,
la autoridad debe tolerar la vagancia y
con ella, su obligado cortejo de mendigos
y ladrones.
Es indispensable que la policía tenga
modos eficaces de saber, de que viven ,
los que no trabajan ; y pueda siempre
obligarlos a hacerlo, porque no puede
haber garantías, para la propiedad , la
vida, y el honor, allí donde hay gentes
desocupadas, que solo piensan natural
mente en el daño ajeno, y que lo causa
rán tanto mayor, cuanto más favorecida
188

sea la condición social del centro donde


se agitan .
El juego de envite, fomentado por la
autoridad, hasta el punto de producir
una renta anual en solo Lima, de más de
150 mil soles ; y la afición al licor, hasta
el punto de haber más casas de confian
za, que fondas y hoteles ; son males de
tal naturaleza, que no es posible dejar .
los subsistir, sin atacar por su base la
existencia misma de la sociedad .
El gremio de sirvientes y demás ane .
xos, forma también entre los vagos, da .
da la soltura y libertad que tienen, para
no cumplir sus compromisos y hacer
siempre lo que quieren; todo porque la
policía no considera de su atribución
reglamentar ese servicio ; y ello es indis
pensable, no en vista de sacar provechos
como se ha hecho más de una vez, sino
en vista de dotar a la ciudad de un buen
servicio doméstico, y dar á éstos, garan
tías contra los que explotan esos servi
cios y no los pågan .
Los trabajos públicos darian el medio
más eficaz de extirpar la vagancia, ha .
ciéndolos obligatorios, para todo ese gre .
mio y vigilando la asistencia obligada á
las escuelas talleres, etc. Muy pronto
quedaríamos libres de esa nube de jóve
nes y jovencitos ociosos que pasan su
189

vida de claro en claro, sin hacer nada ab


solutamente.
Penas ignominiosas.

Para terminar este estudio sobre la


policía, debemos ocuparnos de algunos
procedimientos que emplea en sus pri
siones ; no solo contrarios á la ley, sino
en abierta pugna con la dignida i del
hombre y la altivez republicana, que á
todo ciudadano, debe enseñarse siem
pre ,
El uso de cepos, grillos etc. y la exis
tencia de calabozos en la Intendencia de
Lima, es algo tan monstruoso que nunca
hemos podido comprender, como pueden
existir esos índices de tiranía, en un

País en cuya Constitución se declara,


que las cárceles son lugares de detención y
no de castigo. Mucho menos podemos
explicarnos que en esos calabozos, no
solo se encierre á los asesinos y la
drones, sino que sin distinción alguna, se
hayan colocado allí hombres y mujeres de
toda clase y condición ; sin respetar en
unos casos la dignidad humana y en otros
los fueros debidos al poder, y á la honora
bilidad, de personas incapaces de un
crímen , y a quienes se ultraja despiadada
mente por cualquier circunstancia, de la
que nadie está libre; muy particularmen
190

te, si la cansa es tan solo política. Y co


mo si todo esto no bastara, se ha creado
á imitación de lo que pasa en países mo
nárquicos, eso que llaman la Morgue y
eso que denominan la Oficina antropomé
trico , donde nadie está libre : bien de que
sea profanado su cadáver o bien de que
seapsu persona cartaboneada y retratada
como se haría con la del mas famoso cri
minal .
Esos calabozos y esas oficinas, buenos
están , para la Penitenciaria, y en gene
ral , para los individuos sobre quienes
hay sentencia judicial de criminalidad; y
aún así , habría que reclamar condiciones
de higiene y aseo, y de secreto y reserva,
en las oficinas de constatación y exámen
pues la dignidad humana es algo tan sa
grado, que debe siempre respetarse , hasta
en sus menores detalles ; y ésto, si se quie
re tener un pueblo digno y altivo, y no un
montón de seres degradados, abyectos, in
capasces en con secuencia, de formar ja
más una nación poderosa y respetable.
En esos calabozos, han llegado á en
trar muy altos personajes políticos del
país ; y en esas oficinas de ignominia, han
estado personas respetabilísimas, cuyo
honor quedó en jirones, en el mármol de
las autopsias ó en los registros y fotogra
fías antropometricos; sin que escánda
los tales y ultrajes tan sangrientos, hayan
191

provocado todavía, la reacción necesaria


para hacer desaparecer un orden de co
sas, indigno de un país culto , y contrario
en el espíritu y en la letra, á nuestra
Constitución y leyes, verdaderamente re
publicanas.
No podemos aceptar jamás, que se em
plée como medida preventiva contra el
crímen posible, el crímen efectivo de
degradar al hombre honrado, y de ultra
jar la dignidad humana, y ello en la más
irritante forma. Nó. Demuélanse esos
calabozos, y extirpense esas oficinas de
infamia, ó llévense allá donde solo estén
criminales, declarados tales y vencidos
en juicio conforme á nuestras leyes.
La libertad y la vida humana, pueden
ser cortadas por la sociedad ; pero la dig.
nidad del hombre, es atributo divino, que
la sociedad no puede ni tocar siquiera.
$ III. DEL SERVICIO DE LIBERTAD .

Todo hombre es libre naturalmente , y


este derecho sólo puede encontrar límite
para cada uno, en el ejercicio del mismo
derecho por parte de los demás. La se
guridad de cada uno, comienza allí donde
termina la libertad de los demás, y á su
vez ésta, tiene por límite la libertad de
squel. Los servicios de libertad y segu
ridad son pues correlativos uno de otro, y
192 -

viven ambos á la sombra del servicio de


justicia ; completándose los tres, y for
mándose así, la trinidad de las funciones
propias y esenciales á todo gobierno hu .
mano .
El concepto de libertad es tan lato, y
ha sufrido tantas y tantas connotaciones
al traves de las vicisitudes que ofrece
cada pueblo en su vida política, que se
ría muy difícil precisar su verdadero sen
tido, en cuanto al alcance, que cada esta
do de civilización conviene en acordarle.
Desde los bíblicos tiempos de los gobier
nas teocráticos, en que la libertad era
absolutamente desconocida aún para el
mismo soberano , cuyos actos se reputa
ban como directamente emanados de
Dios mismo; desde esos tiempos decimos ,
hasta la ópoca de aquella célebre frase :
todavía huy jueces en Berlin ; y de entonces
hasta la gran revolución francesa, y de
allí acá , el concepto de libertad viene de .
sarrollándose más y más; y la libertad
misma, se presenta como árbol de frondo
sas ramas radicado en el sentimiento de
sociabilidad, teniendo por tronco leñoso
y robusto el principio de autoridad ; y dis .
tribuyendose éste, en infinidad de deri.
vaciones y hojas mil y mil, que parecen
destinadas á llevar á cada agrupación y
á cada individualidad , el lote de libertad
que le corresponde, para el mejor y mas
193

cumplido ejercicio de las energías que


debe poner en juego durante el ciclo de
su existencia.
Libertad y autoridad, son ideas corre
lativas, y no puede existir la una sin la
otra ; solo sí, que es la segunda el medio
y la primera el fin ; y no al contrario ,como
manifiestan entenderlo los tiranos s sus
seides : La libertad no puede existirsin
la autoridad . De ella emana y en ella se
apoya necesariamente, como emana el
arroyo de la fuente, como se apoya en
el tronco el follaje ; y así como por su in .
termedio, el árbol recoje la sábia que lo
alimenta y que por nuevas trasformacio .
nes debe convertirse en flores y en fru
tos , así también recibe el hombre por nie.
dio de la autoridad y en corriente de bien
estar y ventura , el lote de libertad que le
toca en el reparto.
La pretendida coalición entre la autori
dad y la libertad, no existe sinó en la men
te enferma de los tiranos, ó en el cerebro
calenturiento de los revolucionarios; y es
to, cuando su causa no habíendo podido
aún ganar la mayoría de las conciencias,
debe en consecuencia , sostenerse por la lu
cha, ó estar condenada á sucumbir . Ja
más hay coalición entre la autoridad у la
libertad , como.jamás puede haberla entre
la acción y la reacción, matemáticamen
te igual a aquella , por la naturaleza mis .
33
194

ma de las cosas. Esa pretendida coali


ción , es únicamente : sí nace de la auto
ridad, comparable en cierto modo, á lo
que pasaría en la vida vegetal, si el tron
co, obstruido de tejido leñoso en algunos
de sus basos circulatorios, llevase la muer
te por falta de sábia, á las ramas en comu
nicación con él una vez esas vías cegadas ;
y análogamente, si la coalición parte de la
autoridad, sería comparable al fenómeno
de anormal desarrollo que toman ciertas
ramas á expensas de las otras, cuando
circunstancias especiales hacen llegar á
ellas mas calor y mas luz, y el viento las
agita con frecuencia mayor ; provocando
así, un movimiento circulatorio extraor.
dinario, á cuyo favor roban estas ramas ,
la vida de las otras, produciendo en el
árbol un crecimiento anormal, y conclu .
yendo por traer, a favor de las reaccio
nes provocadas así, la atrofia y la muer
te, donde debía reinar la lozanía y la vi .
da.
Esos vientos, ese calor y esa luz, que
en el árbol de la libertad, son la idea, el
sentimiento y la práctica de lajusticiu , só
lo pueden producir coaliciones, cuando su
distribución no es normal ni exacta ; co
mo debe serlo siempre la justicia entre
los hombres, y comotiene que serlo , á me.
dida que la civilización progrese y se de
sarrolle en cada pueblo, La libertad es
195

un derecho : el de “ hacer lo que la ley per


mite ” (1 ) ; es un deber, el de sufrir.las conse
cuencias de la propia acción ; y es una
facultad, la de hacer ó no hacer, según los
dictados de la propia voluntad. Como
derecho, la libertad puede extenderse á
una esfera de acción mas o menos dilata
tada, según la mayor o menor adaptación
de la ley positiva á la ley natural, y se
gún el grado de conocimiento de ésta, en
cuanto sigua la sociologia humana, y se
gún sus variantes de tiempo y de lugar.
Como deber , la libertad varía también se .
gún la capacidad, ilustración, moralidad
y elementos que corresponden á cada indi
vidualidad. Como facultad finalmente, la
libertad es la personalidad misma, según
dominen en ella y se distribuyan, su egois
mo, su altruismo y sus ideales respectiva
mente, y según sean las condiciones del
medio en que se vive, y de las energías
propias de que se dispone.
Las instituciones políticas destinadas
al servicio de la libertad, son pues por su
naturaleza misma, las que mas influyen
en el mantenimiento y desarrollo de la
vida superorgánica; porque son ellas las
que dictan las leyes y mantienen cons
tantemente vivo el organismo, que cor
responde á cada entidad social, en cada

( 1 ) Montesquieu.
- 196

período de su existencia. Esas institucio


nes son : el poder electoral , elpoder lejis
lativo y el poder ejecutivo. En el prime
ro , que en el Perú no existe absolutamen
te, se establece una sanción : la única
real y efectiva , para premiar el mérito o
castigar el demérito de cada personali
dad , en el funcionamiento de las institu
ciores. En el segundo, se hace práctico
por la ley, el campo de acción que la ci .
vilización vá conquistando en favor de la
libertad. En el tercero finalmente, se ase
gura el uso efectivo de esa libertad de
clarada por el segundo.
Los tres poderes reunidos, tienen en
cada pueblo, su modo de ser, su organis .
mo y sus condiciones especiales ; pero á
favor del funcionamiento de las denás
instituciones y de la civilización y cultu.
ra, son susceptibles de un perfecciona
miento gradual y sucesivo. A su favor
toma la libertad horizontes mas y mas di
latados ; y esto, a medida que la filosofía
y las ciencias, estudian y conocen con
mas perfección el mecanismo de la vida,
y dan á ésta nuevos elementos de bien
estar y prosperidad.
Cada vez que se demuestra, que el en
sanche de la libertad en determinado
sentido, no causa los daños que se le ha
bian atribuido, nace una corriente de
opinión a su favor; y cuando esta domi.
197

na la mayoría de las conciencias y el po .


der electoral les dá su apoyo ; no tarda
en declararlas el poder legislativo y en
llevarlas a la práctica, el poder ejecuti
vo. Pero todo ello, supone una larga ges
tación filosófica, una propaganda políti .
ca, una lucha más o menos dolorosa y
prolongada, una campaña electoral y
otra parlamentaria, y en fin el tiempo
definitivo para llevarlas á la práctica.
La lucha por la libertad, es pues, y ha
sido y será siempre, la mas importante
faz de la vida social ; y de allí que, en todo
país, puedan distinguirse dos corrientes
opuestas. Liberales y Conservadores ha
brán , en todas las épocas y en todos los
pueblos; porque siempre habrá en el sen
timiento de libertad, la tendencia á dilatar
su esfera de acción ; y en la inercia moral
de los espíritus, la tendencia á oponerse,
á todo cambio de lo que ha sido, y que
por eso sólo, no quiere dejar de ser. Esa
tendencia á la libertad, se presenta pri
mero en los pueblos, bajo el punto de vis
ta religioso, después ofrece el aspecto po
lítico y finalmente tiende á revestir un ca
rácter puramente económico ; pero esto
último sucede únicamente, cuando se go
za de libertad religiosa y política sufi.
ciente, para que sea dable ocuparse de la
parte material de las cosas.
La libertad de conciencia, consagrada
198

por la libertad de cultos : la libertad po .


lítica consagrada por la libertad de la
prensa , y por último la libertad del tra.
bajo, 6 libertad de industria ; han sido los
objetivos obligados, de las más cruentas
luchas, que han sostenido todos los pue.
blos en su campaña por la libertad .
Ninguna de esas libertades, existe en
el Perú, sino en dosis muy limitadas ; y
de allí , que el partido de los hombres li.
berales , tenga entre nosotros, mucho que
hacer .
II.

El poder electoral no está reconocido ,


ó al menos, no está organizado en el Pe
rú. Ni hay instituciones permanentes en
cargadas de realizar el servicio que nace
de la facultad de elegir ; ni han llegado á
formarse verdaderos partidos políticos,
que mantengan vivo el sentimiento elec .
toral, y que hagan efectivo y práctico su
ejercicio, como pasa en los pueblos, que
se han dado cuenta exacta de la vida po
lítica de los Estados. Mas tarde, en las
instituciones sociales, trataremos de los
partidos ; por ahora sólo debemos dejar
constancia de los esfuerzos que se hacen
por el Partido Demócrata, para dar vida
en el Perú al poder electoral, y de la es
peranza que abrigamos en el éxito de la
campaña, si llega a ser un hecho la elec
-- 199

ción , y los ciudadanos eligen directamente


para cada cargo, como desea que suceda
el actual Jefe del Estado.
El Poder Legislativo , que funciona en
Lima, por ser la capital del Perú, se ha
lla compuesto de dos Cámaras: de Sena
dores y de Diputados ; naciendo la prime
ra , de la representación por departamen
tos y la segunda de la representación por
provincias. Las condiciones para ejercer
uno y otro cargo son casi iguales, difi
riendo únicamente, en el tiempo de residen
cia en el lugar, exigido para los diputados
y no para los Senadores. Ambas Cama
ras tienen derecho de iniciativa, y cada
una funciona con independencia de la
otra, no pudiendo darse ley alguna, sin
que hayan sido aprobadas sus disposi
ciones separadamente en cada Cámara .
En caso de disentimiento, y para ciertos
asuntos de Relaciones Exteriores, se reu
nen las dos en un solo cuerpo, que se lla
ma el Congreso y su voto decide definiti
vainente. El Poder Ejecutivo tiene tam
bién el derecho de iniciativa y puede opo
ner su veto á lo acordado par el Congre
so ; pero si este insiste , la ley se lleva
adelante, pudiendo ponerle el cúmplase
el mismo Congreso, si el ejecutivo demo
ra cierto plazo en llenar ese requisito.
No hay un Consejo de Estado, que sir
va de intermedio entre el poder ejecuti.
200

vo y el legislativo ; que prepare madura.


mente los proyectos de ley ; que manten
ga la unidad de tradiciones en la políti .
ca internacional; que se preocupe de la
redacción y constitucionalidad de las le.
yes ; y en fin , que sirva de estímulo y de
escuela á los estadistas del país, que por
tal medio, se verían honrados con una po
sicion elevada, y obligados a estudiar las
necesidades públicas ; una vez que sus
consejos debían siempre, ser solicitados
en el servicio de la República. (1 )
Las leyes se dan pues, con muy poco
estudio, y casi sin exámen previo, ni en
el fondo ni en la forma; y de allí que
falte en nuestra legislación : unidad de
plan , claridad en los preceptos, y aquella
correspondencia, que siempre debe ha
ber entre el fin perseguido, y los medios
empleados para lograrlo. Esos beneficios
sólo podrán esperarse, cuando haya ver
dadero poder electoral; pues sólo entón
ces , el mérito tendrá estímulo y el demé.
rito, abrigará el temor de ser reconocido,
y en consecuencia, relegado á la oscuri
dad, donde siempre debiera permanecer.
Sólo entonces habrá estabilidad en los
hombres y en las cosas ; estabilidad ver
dadera ; no aquella que piden los tiranos
( 1 ) Acaba de crearse, por decreto del 27 de
Enero, un Consejo Gubernativo , que será algo como
el Consejo de Estado.
201

para seguir tranquilos, en su carrera de


tropelías y torpezas, miserias y crímenes.
El poder ejecutivo no tiene en el Perú
suficiente fuerza para hacer el bien, ni
está rodeado de suficientes obstáculos
para huir del mal . Cuando es bien inten :
cionado, se encuentra con que las leyes
especiales, que se han sabido dar todos
los intereses ilegítimos, han reducidd á
cero las facultades del Gobierno ; y cuan .
do éste no se preocupa del bien público,
la sanción opuesta por las leyes, es tan
nominal, que puede pasar sin temor, sobre
todas ellas .
Lima, como capital de la República, es
el lugar de residencia de todos los pode
res centrales. El Presidente de la Repú
blica y sus cinco Ministerios; el Congre
so con sus dos Cámaras : y á falta de po
der electoral , las Juntas directivas de las
agrupaciones ó partidos políticos; todo
junto reside en la ciudad, y ejerce influen
cia notable en la vida de la población.
Por ser también Lima , capital de Depar
tamento , residen en ella las autoridades
y poderes departamentales: Prefectura
y Junta departamental. Finalmente, Li
ma como capital de provincia tiene un
Subprefecto y cinco Comisarios, que go
biernan en lo político y tienen a su cargo
la policía; en tanto que el Concejo Pro
vincial, se encarga de los demás servi .
202

cios de la ciudad ; no existiendo ni siquie.


ra trazas de poder electoral, en cuanto se
refiere a la vida municipal .
III

Siendo la institución Municipal, el ver


dadero centro creado para el servicio de
la libertad de cada pueblo ; y habiendo
nacido esta institución , en el mundo en:
tero, como resultado de la reacción que
cada localidad hiciera, en favor de esas
libertades y en contra del poder absor .
veute de los señores, que un tiempo do
minaron, en nombre de derechos feudales
extinguidos ya, merece la institución mu.
nicipal, que nos detengamos un momento
en su exámen . En ella debemos mirar la
primera unidad política, y por consi
guiente la que más interesa conocer, y
más conviene mejorar, si se quiere gozar
de buen gobierno y de verdadera liber
tad . Nuestra tarea respecto de Lima,
es tanto más necesaria, si tenemos en
cuenta que esa institución, está tan des
naturalizada entre nosotros, que para
ser breves, nos bastará mencionar lo que
pasa actualmente respecto de la Empre
sa del agua, cuyas temerarias pretensio.
nes cuentan en el serio de la Corporación
municipal, con el apoyo de muchos de
sus miembros, que siendo accionistas de
- 203

la Empresa, no han tenido inconveniente


para formar parte de un cuerpo, en que
deben tratarse y resolverse, asuntos en
que están encontrados los intereses de la
Empresa y los de la Ciudad. Naturalmen .
te había de suceder lo que hemos visto.
El Municipio , es por su naturaleza
propia, la representación de los intere .
ses del público; y estos no son bien sar
vidos, si las personas que lo constituyen ,
no deben su elección á ese público; ni
les halaga sus simpatías y aplausos; ni
temen su juicio adverso y condenatorio ,
No será pues posible que haya en Lima
Municipalidad, si los habitantes no se
preocupan sériamente, de tener tan im
portante institución ; y para lograrlo, es
indispensable que se formen agrupacio
nes comunales, con objetos determina.
dos ; que lleven al seno de la corpora .
ción ; elementos capaces de realizar los
propósitos que hayan motivado su elec .
ción, y para quienes no sea cosa des
preciable la estimación de los buenos.
Es indispensable que vayan al Conce
jo, personas que sean por lo que son y
no por lo que tengan ó por lo que sirvan.
Solamente el que es, sabe estimar el
aplauso de la opinión, y teme perder el
buen concepto de los hombres honorables;
solamente el que es, pospone los prove
chos materiales, al cumplimiento del de
204

ber y á la estimación de sus conciuda


danos ,
El día en que se formen grupos de
particulares, que se preocupen de deter
minados servicios, y constituyan poder
electoral, para llevar al concejo hombres
independientes y capaces de realizar sus
aspiraciones; entonces y solo entonces,
tendremos Municipalidad en Lima, y con
esa institución : tendremos higiene , ten
dremos educación primaria, tendremos
alimentos de buena calidad y al alcance
dei pueblo, tendremos registros civiles,
təndremos alumbrado público, y tendre.
mos, en fin , todos los beneficios que trae
una representación genuina de la socie .
dad ; y esto, en el poder más simpático y
benéfico que un pueblo debe tener, y que
Lima no tiene absolutamente, ni cree
mos haya tenido jamás, no obstante lo
muy honorable y muy distinguido de mu .
chos de los señores, que han sido ó son
miembros de esa corporación.

S IV. --DEL SERVICIO DE VIABILIDAD.


I.

El camino “ antes que el templo y que


la Escuela ” ha dicho en ocasión solem .
ne el actual Jefe del Estado ; y todavía
ha agregado esto : " antes que la acción
205 -

gubernativa y el imperio de la ley y las


garantías y las industrias; porque los
caminos son condición esencial de todo es
to .” Existe, pues, en el más alto gerente
de la cosa pública, la convicción arrai
gada y profunda de la necesidad de los
caminos, no solo para el progreso, sino
aún para la simple existencia de la Na
ción ; y si tenemos en cuenta, que el mis
mo estadista fué el que , como Ministro
de Hacienda, en la administración Balta,
creó los recursos y permitió llevar á la
práctica, el propósito de ese noble solda
do, de convertir en rieles todos los re
cursos provenientes del huano ; tendre
mnos que convenir, en que ha llegado pa
ra el Perú , el momento de entrar de lleno,
en el servicio de la viabilidad ; servicio que
tanto ha de contribuir, en favor del pro
greso y rápido engrandecimiento, de un
país como el nuestro , repartido en ex .
tenso territorio y compuesto de arenales
en su costa, elevadísimas montañas y
nevados, en el centro ; y del lado del
Oriente , espesas y vírgenes selvas, que
á favor de una red inmensa de ríos
navegables, permite dar al Perú franco
y rápido paso á las aguas del caudaloso
Amazonas, y por ellas y el Atlántico, po
nernos en comunicación con el viejo
Continente, como si se hubiese realizado
ya, la gran obra del Canal de Panamá.
206

Todas estas hermosas perspectivas no


han dejado de ser visibles en el devenir
del Perú ; y ello, desde que la atrevida
planta europea holló su suelo, y la pesada
mano de España cayó en el inolvidable
Imperio de los Incas. Ambas perspecti
vas fueron el sueño dorado de las clases
privilegiadas, y el objetivo de los esta
dittas; y fué siempre el sueño de to
dos : la comunicación con el viejo Conti
nente, por las vías fluviales del lado del
Oriente.
Sin embargo de todo esto : 300 años
trascurridos ; cambios radicales en la
constitución de la nacionalidad y en el
personal de los Gobiernos ; y más de
1000 millones de soles obsequiados por
la naturaleza, á este país privilegiado ;
todo, todo, ha sido inútil para realizar el
gran pensamiento de las seis generacio
nes, que han vivido en los tres siglos
trascurridos, desde la conquista hasta
hoy.
¿ Es acaso imposible la realización de
a obra? Nó : los grandes indeales no
son jamas imposibles de llevarse á la
práctica ; algo más, lo que és en la ideu , no
tarda en ser necesariamente en el hecho;
porque la idea, en su sentido más eleva
do, es la realidad misma. Pero ese mismo
carácter de realidad, impone la necesidad
de que sea real todo lo que la rodee ; y de
207

allí, que los conceptos erróneos, los jui


cios inexactos, las intuiciones oscuras y
confusas, deban antes hacer su evolu
ción y sufrir el tamizage y purificación
debida, para constituir un todo de rea
lidad armónica, único capaz de vivir.
Esos errores de concepto , esa inexacti
tud de juicios y esa oscuridad de intui.
ciones, deben desaparecer por entoro;
y para ello es indispensable que el tiem
po haga su labor, y la luz se proyecte
en haz concentrado y dosis suficiente,
para orientar los ánimos y para alumbrar
el camino, donde deberán marchar, sin
vacilaciones ni tropiezos los hombres
del trabajo, realizadores de la idea.
El Perú del Oriente , encierra riquezas
incalculables, suficientes por sí solas,
en la parte hoy explotada por los aven
tureros, para dar los recursos necesarios
á la realización del camino central del
Perú ; camino destinado á ponernos en
comunicación rápida, cómoda y barata,
con nuestros límites del Oriente y con
los centros principales del viejo Conti
nente ; pero esos mismos aventureros,
cuyas garras siente el Perú en sus prin
cipales centros de vida ; esos mismos
aventureros, que cuentan en el País, con
auxiliares mil entre los hombres estóma
Go son la principal resistencia opuesta
á la realización de la obra ; y como quie
208

ra que la corriente de opinión es incon


tenible yá; ellos, navegantes experimen
tados en el mundo de los negocios ilíci
tos , saben bien , que no pueden dar bata
lla franca ; pero también saben, que la
habilidad del técnico puede llevarlo, aún
contra la corriente, si se conoce bien la
dirección de los vientos y el modo de ca
pearlos, hasta sacar ventaja y ganar el
puerto.
No son pues sus armas, las ordinarias ;
y al esgrimir las que emplean, saben ha
cerlo con habilidad suficiente, para apa
recer como auxiliares del propósito na
cional ; y tanto, que se presentan patro
cinadores de lo mejor, porque saben bien
que allí está siempre lo enemigo de lo
bueno. Conocen perfectamente el meca
nismo del aparato circulatorio de la opi
nión pública, y tienen para desarreglarlo ,
poderosos medios, en el mismo elemento
inficioso, que su acción produce y que
emplean con talento ; seguros de sus efec
tos, para lograr su propósito proditorio,
contrario á la aspiración nacional, com
pletawente manifiesta ya, en favor de la
comunicación deseada .
Hoy una correspondencia, que aparece
como producto de un turista, no impor
tando su ignorancia y condiciones ; ma
ñana, la opinión de algún Consul extran .
jero enviada a Europa sugiriendo dudas
209

sobre la navegabilidad de algún río per


fectamente estudiado, y antes conocido y na
vejado por notabilidades técnicas oficial
mente enviadas ; después, consultas inocen
tes sobre ideas y juicios cuya inexactitud
y origen son cosa conocida ; luego , infor
mes y razón de exploraciones, hechas
por un quidam de apellido europeo , que
se parezca al de algún sabio, para hæer
creer en la existencia de puertos, allí
donde las corrientes de 10 millas por ho
ra y verdaderos torrentes, más que estu
diados y conocidos. hacen imposible toda
navegación ; y en fin , opiniones sueltas,
como al acaso emitidas , siempre en sen .
tido vago é incierto y siempre anónimas
y sin responsabilidad; tales son en con
junto y en sus trazas esenciales, las ar
mas poderosas que esgrimen y manejan
con destreza, los enemigos del Perú, para
desviar la corriente de acción , toda vez
que aparece en nuestro cielo político , al
gún carácter capaz de realizar el persa
miento nacional.
Y si al lado de esos factores premedi
tadamente puestos en juego, se agregan
los defectos humanos de provincialismo,
emulación , etc., tendremos en síntesis,
clara noción del campo de resistencias,
que durante tres siglos, han sabido opo
ner valla infranqueable, à la solución del
problema de mas trascendental impor
14
210

tancia para la existencia política, econó.


mica y social del Perú.
En comisiones, estudios, propósitos,
exploraciones, contratos y tantas y tan
tas artimañas semejantes , se logró inva
lidar por entero , la firme resolución que
tuvo en favor de esa idea el malogrado
D. Manuel Pardo y el noble y patrióti
cofentusiasmo del Director de coloniza
ción Sr. Aurelio Denegri; y el país vió
gastar entonces, mas de un millon de
soles ; y enviar expediciones costosísimas
á Chanchamayo , sin lograr jamás el pa
so tantas veces buscado. De esa época,
sólo quedó un kilómetro de camino, bajo
el irónico nombre de Sal si puedes.
De allí, al 7 de Mayo de 1993 , en que
se despachó el primer correo, llevado con
bestias de carga, hasta el primer puerto
navegable del río Pichis, habían sido ne
cesarios diez años, y mas que todo, apro
vechar de un momento de demencia de
los enemigos del Perú. ¿ Cuánto tiempo
se necesitará todavía para establecer un
tráfico normal por la nueva vía ?
II

No basta sin embargo, para la viabili


dad nacional , que llegue á ser un hecho
la realización del CAMINO CENTRAL DEL
PERU ; es preciso además que se creen
- 11

Instituciones de viabilidad, especialmente


encargadas de atender ese servicio, de un
modo permanente, y que den vida y de
sarrollo gradual , á ese importante ramo
de la vida nacional. Es preciso que se
arbitren para ello, rentas y recursos or
dinarios; y que cada pueblo sepa, año
por año, como y en que, se han emplea
de esos recursos , y en todo caso, es pre
ciso que se cuente en cada pueblo , como
índice de su adelanto anual, el número de
kilómetros de caminos nuevos que en el
año haya adquirido. Sólo entonces se po
drá decir que hay en el Perú servicio de
viabilidad .
Un camino es indudable rente , un ele .
mento de comunicación entre dos puntos,
y como por él deben pasar personas y
cosas, es propio decir que el camino, es
órgano de circulación ó es arteria, alu
diendo en uno y otro caso al fenómeno
de la circulación de la sangre en los ani
males, en cuanto esa circulación lleva de
un punto a otro del organismo, los ele .
mentos vivos y muertos del líquido san
guíneo, como se llevan en los caminos
los hombres y las mercaderías , que
pasan de uno á otro extremo. Y así
como la sávia en la plania, y la sangre en
el animal, por las exigencias de su pro
pia circulación , dan á los conductos por
donde van , el diámetro recesario para el
212

paso del líquido, y á sus paredes la con


sistencia y elasticidad suficiente, para so
portar el trepidante juego de presiones
y contrapresiones, y alimentar así, qui
zás, el trabajo central del corazón ; y así
como esa misma sangre ó sávia circulan
te, provee á la conservación del sistema ;
así mismo pasa en los caminos, que crea
el tráfico mismo, y conserva y ensancha
á medida de sus necesidades. Si como
dice Schopenahuer, el cuerpo humano no
es sino la objetivación de la propia voluntad ;
nosotros diremos que los caminos no son
sino la objetivación ó representación mate
rial , de la actividad comercial de la región
que atraviesan . Y si los caminos se divi
den en nacionales, departamentales, pro
vinciales , de distrito y de simple servicio ;
esta clasificación nace por sí misma , de
la naturaleza de la actividad que objeti
van , según tenga lugar ésta , en toda la
nación, ó entre dos departamentos con
tiguos, ó entre dos provincias, ó entre
dos distritos ; ó en fin, dentro de un solo
distrito , para servir simplemente la co
municación , entre dos puntos relaciona
bles á fin de atender algún interés es
pecial.
En esa red inmensa de vías de comu
nicación , que sirve los intereses de un
país, como sirve en el organismo vivo el
aparato circulatorio , a las necesidades de
-
213

la nutrición : la masa en movimiento, co


rresponde á las dimensiones de aquel
aparato que se forma por la misma ac
ción ; y así en las vías de comunicación ,
son los caminos, por su ancho, longitud
y conservación, fiel expresión de las ne
cesidades del tráfico , que les ha dado
existencia y por el cual se provee á su
conservación y desarrollo progresivo.a
El tráfico depende de las necesidades
de cada circunscripción territorial, y por
consiguiente, está radicado para cada
cada centro, en tres factores diferentes :
la extensión del territorio, el número de ha
bitantes y la renta de que gozan . Territo
rio, población y renta ; son los tres índices
del potencial del tráfico de un lugar cual
quiera, y por consiguiente su producto,
puede tomarse como unidad de potencial,
para avaluar la influencia de cada lugar
en la creación del tráfico ; es decir, para
estimar la proporción en que debe con
tribuír cada región territorial, en la crea
ción , desarrollo y conservación de los
caminos de un país. Si además de estas
consideraciones, observamos que la ley
de solidaridad universal , aplicada á un
país determinado , hace que sean solida
rios todos sus intereses, tendremos que
aceptar, que si bien en proporción diferente,
el país entero y cada una de sus unida
des componentes, están interesados en
214

el desarrollo de su viabilidad, cuales.


quiera que sea el camino por hacer ; y en
consecuencia, deben todos contribuír á
la existencia y desarrollo progresivo de
las vías de comunicación.
En armonía con lo expuesto podemos
pues sentar coino establecidos y deinos
trados los principios siguientes :
Sobre la venta de viabilidad.
1. ° Entre cuda dos poblaciones de igual
gerarquía política, la viabilidad debe ser
utendida en proporción al potencial de cada
una ; y de tal manera , que entre las dos se
obtenga en cierto número de años, el inte
gro necesario para cubrir el presupuesto
que demande la construccion de la vía.
2.° Para atender á la viabilidud de un
rango superior, debe contribuir el rango in
ferior con un tanto adicional sobre lo pre
supuestado en su propio rango . El 25 por
ciento sería suficiente.
3. ° La base mas equitativa del impuesto
seria , para la construcción de los caminos,
la renta fiscal de cada unidad política; y
para la conservación de los caminos sería
la pobloción, la base mejor del impuesto, en
servicios ó en jornales equivalentes.
4. ° Los peajes y pontazgos significan mas
daño que provecho, siempre que su recau
dación, obligue á crear obstáculos á la cir
215

culación ; y en tal caso , es preferible en tésis


general suprimirlos completumente.
5. ° La construcción de caminos por me
dio de concesiones es la mús onerosa mane
ra de llevar á cabo esas obras. Solo pueden
aceptarse en lugares donde no hay Gobierno,

Sobre la construcción .

1. ° La determinación administrativa
para construir un camino, debe ser el re .
sultado de su estudio estadístico, sobre
el potencial de las poblaciones que debe
servir; salvo en los casos de interés po
lítico ó militar, que por sí solos, uno ú
otro, pueden ser suficientes para impo
ner la necesidad y condiciones de una
vía de comunicación .
2. Declarada la necesidad y utilidad
de una vía; sus condiciones de ejecución ,
costo, etc , deben ser objeto de estudios
especiales, ejecutados por un personal
técnico, honorable y competente.
3. • Ordenada la ejecución , el poder
público en el ramo de Hacienda, debe es
tablecer el monto anual de gastos que
demande, y hacer el reparto del impuesto
entre las unidades políticas superiores ;
con cargo de que estas, distribuyan la
carga en la clase inferior, y así, hasta lle
gar al Distrito. Ese trabajo, una vez ter
minado y autorizado por la ley, debe
216

volver al cuerpo técnico para el detalle


de la ejecución.
4. • En toda ejecución de trabajos, una
vez conocido el costo y señalada la ren
ta destinada á amortizarlo , debe proce
derse por empleo de contratistas, en re
mate público y con sujeción á bases, pre
paradas en armonía con preceptos fijos,
coneagrados en una ley especial de via
bilidad .
Sobre la conservación .

La conservación de los caminos de .


be hacerse siempre, por administración ,
bajo la dirección de un personal técnico
y con operarios y recursos propios, que de
berán tomarse principalmente, imponien
do á cada Municipio , la entrega del ínte
gro del impuesto sobre los medios de
movilidad, como animales de tráfico, car
retas, coches, etc.
III.

Lo expuesto deja ver bien claro, la


practicabilidad de un servicio de via
bilidad y solo nos restaría agregar ,
que : todo pueblo se basta á sus nece
sidades; y que por consiguiente, siempre
y en todo caso hay en un país, los hom
bres y los elementos necesarios y sufi
cientes para la ejecución de un camino,
217

verdaderamente necesario y apropiado á


las necesidades que por su medio deben
satisfacerse .
Estas verdades, sin embargo, no son
conocidas en Lima, y por eso es que no
hay en el Perú, servicio alguno de viabi
lidad ; y los caminos que se han construi .
do hasta ahora deben su ejecución gene .
ralmente, al deseo de lucrar con los di.
neros del Estado ; habiendo sido siempre
todo camino, un simple pretexto para
deplazar en favor de ciertas individuali.
dades, la riqueza pública y privada.
Y eso pasará siempre, mientras no sea
considerado como parte esencial del ser
vicio nacional, el servicio de viabilidad .
Sólo entonces podrá pensarse sériamen
te en dar vida á una organización ro
busta y sábiamente combinada , para
conseguir un servicio de viabilidad per
manente y económico, que cada año en:
tregue al tráfico público un cierto núme.
ro de kilómetros de camino ; y cada pue
blo, sea celoso para juzgar, si lo hecho
corresponde ó nó, á los sacrificios que
se le hayan impuesto .
Una Dirección de viabilidad encargada
de la ejecución y conservación ; un Con :
sejo administrativo y técnico destinado,
no á entrabar, sino á ilustrar la materia
en casos determinados ; y una legislación
especial sobre obras públicas, son nece
- 218

sidades eupremas que tiene todo pue .


blo civilizado, y que en Lima no han si .
do atendidas hasta hoy .
Varias juntas se han creado y diversas
disposiciones se han dictado ; y en el hori.
zonte de nuestra vida administrativa, han
aparecido ya mas de una vez ;pero siempre
cuando algo duraron , fué porque corres
pondieron alfin único de su creación ; es
decir, á la necesidad que tenían los espe
culadores, en materia de Obras Públicas,
de contar a su favor, con todos los elemen
tos disponibles para la buena marcha de
sus negocios. Por eso sucedió en todo
caso, que con juntas y sin juntas, siem
pre pagó el Fisco el triple del costo de
las obras y siempre fueron los remates
y los contratos el medio mas legal de
arruinar al Estado y . de burlar las más
caras aspiraciones del país.
Lo cierto es que en nuestro mundo po
lítico y administrativo, parece ignorarse
este principio fundamental de todo buen
Gobierno : EJECUTAR es función de uno
solo ; DELIBERAR es función de muchos.
En los cuerpos colegiados, la responsa
bilidad es ilusoria : solo el individuo es
capaz de responsabilidad; y sobre el sola
mente se hace efectiva la sanción social o la
política.
219

§ V.- DEL SERVICIO FINANCIERO.


I.

Alguien ha dicho : “ dadme buenas


finanzas y yo os daré paz y buen Gobier
no .” Nada hay más cierto efectivamente,
porque las finanzas son el resúmen de la
vida y el gérmen de toda acción super
órganica ; así como en lo orgánico, es el
estómago el fundamento de toda exis .
tencia animal . Y si Lima y el Perú en
tero no han alcanzado todavía el grado
de prosperidad que desean sus buenos hi
jos; en ello no tiene poca parte el olvido
o desconocimiento del aserto apuntado.
Nuestras finanzas se han reducido, en
el Gobierno, en las Municipalidades y en
las instituciones todas, á un simple tra
bajo de recaudación y reparto , sin otra
mira, que llegar al máximo en la extrac
ción del momento ; importando poco, que
se agote ó no la fuente, y se dañe o no la
riqueza pública. Por eso hemos visto que
se han llamado financistas, á todos los
que señalaron una nueva fuente de im
puestos, una nueva materia imponible ó
un nuevo medic de sacar suma mayor de
algún impuesto ya establecido, etc; y to .
do el sistema ha descansado, en el mons
truoso error económico y político. de
creer que, cada servicio público debe tradu
220

cirse por un impuesto especial, destinado a


cubrir sus gastos ; como si fuera posible
aislar, lo que la naturaleza tiene unido
de modo indisoluble ; y como si fuese fá
cil darse cuenta de la influencia general
y perturbadora, que ejerce todo impues
to, en la totalidad del mecanismo social ;
de ese mecanismo, cuyos resortes, ener
gías y conecciones, desarregla inmensa
mente, las mas veces, el impuesto de mas
insignificante rendimiento, en tanto que,
casi no lo altera otro impuesto de gran
producto , si su creación y asiento, es más
sabiamente estudiada y conocida.
Por eso es, que de nuestra vida finan .
ciera, sólo quedan generalmente : las TRA
BAS para el trabajo, la ESCACÉS para el
Fisco, y la RUINA para el contribuyente.
Sólo las buenas finanzas, dan HOLGURA Á
la hacienda pública , LIBERTAD de acción al
trabajo, y PROSPERIDAD GENERAL á la
sociedad y al individuo. En lo que noso
tros estamos acostumbrados á ver, de las
finanzas peruanas . el servicio público, tan
sólo se menciona al crear el impuesto ;
pero una vez establecido aquel servicio,
desaparece como figura hecha en la su .
perficie del agua ; pero siempre queda el
impuesto ; con su innumerable cortejo de
trabas, y de recaudadores, de exacciones,
de ultrajes, etc. , etc.
221

II.

En materia de aduanas, se ha creído


conveniente que el impuesto no sea fiscal
simplemente, sino que se le ha querido hacer
protector; y como si esto no bastara para
entrabar el trabajo, se ha creído necesa
rio, que TODO artículo pague impuesto
aduanero; como si valiese la pena da en
trabar el trabajo, recaudando impuestos,
sobre artículos cuyo rendimiento fiscal al
año, no alcanzaría á cubrir ni lo gastado
en sueldos para los empleados ocupados
en recaudarlo. Se ha olvidado que en las
grandes naciones, como Inglaterra, por
ejemplo, son muy pocos los artículos su
jetos á derechos, y el impuesto es mode
rado. En ese gran país, en la reforina
aduanera hecha en el período de 1842 á
1852, se redujeron los derechos en 26 ar
tículos importantes, como trigo, acero,
cobre, etc., y se suprimieron completa
mente los derechos, sobre mas de 500
otros artículos ; y este sistema continúa.
En 1870, las rentas de aduana sólo pesa
ban sobre ocho artículos principales :
azúcar y jarabes, té, café , alcoholes,
vinos, tabacos, granos y harinas ; y así,
daban 22 millones de Libras, repartidas
como sigue : 6.50 los tabacos, 5,50 la azú
ar y jarabes , 4.40 alcoholes, 2.50 trigo,
1.50 vinos, 0.90 granos y harinas, 0.30
222

café y 0.60 por otros artículos de impor


tación . [1]
Si en el Perú se hiciese otro tanto, el
comercio quedaría libre de la inmensa
red de trabas á que hoy está sujeto , y
el Fisco, con un reducido personal de
empleados bien rentados, vería producir
á sus aduanas mucho mas de lo que hoy
producen . Y si los derechos fuesen sola
mente fiscales, tomaría la industria na
cional gran inipulso, en los ramos en que
el Perú está favorecido, por la naturale.
za y condiciones de su suelo y del pueblo
que lo habita; ydesapareciendo las indus
trias artificiales, el público podría con
seguir á nas bajo precio, los artículos
que hoy paga con recargo, por sólo el
gusto de tener industrias, que la natura
leza no ha querido que tengamos aquí.
III

En materia de contribuciones genera


les, tenemos un sistema complicadísimo,
que tomando por base la renta de cada
cual , distingue sin que haya fundamento
alguno para ello, el origen de cada ren
ta; y así tenemos al lado de los predios y
las patentes, que directamente pesan so
bre la renta presumida de cada uno, los
( 1 ) «Garnier - Traité des Finances 1.72.»
223

timbres, las alcabalas, el papel sellado,


las legalizaciones, los derechos de puer
to, de fielatura , de muellage, de anclage,
ae almacenage, de peage, etc , etc. , que
significan muy poca cosa como renta y
mucho, muchísimo como obstáculos al tra
bajo.
Esos impuestos , y los llamados de ser
vicio, que cobran las Municipalidades
bajo distintos nombres, como los de mer
cados, rodajes, licencias, alumbrado, se
renazgo, bochas . biliares, etc. etc.; no
son sino la funesta herencia de la igno
rancia humana, sobre las verdaderas le
yes de la riqueza ; son la aplicación de
los errores que hemos apuntado, sobre
la pretendida correspondencia entre el
servicio y la renta que debe producir.
En las clases inferiores de la vida or
gánica ; allí donde no puede distinguirse
ni un corazón , ni un cerebro ; en ese tea
tro de la vida animal en sus pasos pri
meros, cada parte del organismo es una
unidad completa, y todo el viviente pue
de decirse que es una simple yusta posición
de muchos animales iguales; pero cuando
el organismo se perfecciona, aparecen
Jos órganos especiales encargados de servir
igualmente a todo el sistema, nutriéndose
también á expensas de la misma totali
dad. Entonces es que aparece un estó
mago, un corazón y un cerebro, cuyas
224

funciones son generales para todo el or


ganismo, y no en proporción á lo que dá
cada parte que lo forma.
En Lima, las contribuciones municipa
les y departamentales son de 637,051 so
les ( 1894 á 1895] las primeras, y 518,829
soles (1890 á 1891 ) las segundas. Entre
ambas llegan á 1.155,880 ; y como la renta
que, Lima gasta para su mantenimiento,
en números redondos, es de 60 millones
anuales, resulta que bastaría un 2 por
ciento sobre esa renta, para lograr el
presupuesto de ambas Corporaciones lo
cales. Por el sistema actual , tenemos que
el complicado procedimiento de recauda
ción , demanda un numerosísimo y costo
sísimo personal, cuyo solo mantenimien
to, contratistas comprendidos, representa
el doble de lo que ingresa en las arcas
municipales ; de manera que si se supri.
miesen todas las .contribuciones munici
pales y se reemplazacen por un dos por
ciento sobre la renta, la corporación mu
nicipal tendría la misma suma de que hoy
goza, pero el público vería que las cosas
abarataban; y con ello aparecería que su
renta subía, como si se pagase menos de
lo que hoy se paga ; y sobre todo esto, ha
bría la inapreciable ventaja de que, supri
midas las trabas creadas para asegurar la
actual recaudación , la potencia produc
tora aumentaría , y cada cual sentiría los
223

efectos, con la prosperidad de sus nego


cios propios .
IV .

Y no se crea que nuestras indicaciones


pudiesen ser tachadas de teóricas, ó al
menos de difíciles, para ser llevadas á la
práctica, por cuanto descansan sobre el
monto de la renta, dato que nunca a pare
ce de manifiesto y sobre el cual , es for
sozo atenerse á declaraciones juradas ó
informaciones más ó ménos inexactas.
Un ligero anál.sis dejará bien estableci
do , cuán fáciles realizar el sistema que
proponemos.
La ley de solidaridad, esta blece en to
las cosas una mútua relación, tan esta
ble y segura, que en cada lugar es fá
cil deducir la renta total de cada uno ,
tan solo sabiendo el valor de esa renta,
para alguno de los factores que.la consti
tuyen . Hay cierta fijeza de relación, que
se establece naturalmente en cada cen
tro social , y que es en este orden de ideas,
lo que son las medianas en el orden físi.
co. Así la temperatura media de un lu
gar, es un dato constante para cada lo .
calidad ; y esto se cumple , a pesar de la
gran variación que se observa día á día
y hora á hora , en las indidicaciones del
termómetro. La Agricultura funda pre
15
226

cisamente en esa constancia de valores


medios, todas las leyes que como ciencia
la constituyen . La ciencia de las finan
zas debe partir de base análoga.
En Lima, por ejemplo, cualquiera
puede observar la relación que hay, entre
la renta general de cada individuo, y el
arrendamiento de la casa que ocupa. Es
ta relación es fija, y , á poco casi, puede
decirse, que está expresada por el núme
ro cinco. Así, el jornalero. que vive con
20 soles al mes, ocupa cuarto de callejón
que gana 4 soles de arrendamiento men .
sual , y el que paga 200 soles mensuales
de arrendamiento, no gasta menos de
1,000 soles cada mes. Entre estos extre
mos se confirma la misma ley : una casa
de 60 soles de arrendamiento supone en
quien la ocupa, 300 soles de sueldo, y así
en todos los casos . El monto de la rentu
de todo Lima es, pues, muy fácil de deter
minar, con bastante aproximución, sin mus
que avaluar el arrendamiento de las fincas.
Bajo este aspecto, tendríamos en Lima,
que el producto de los arriendos, de toda
la ciudad , es de 12 millones ; lo que, esti.
mando en 10 por ciento el rendimiento
bruto anual de las fincas, daría 120 mi
llones como valor estimativo de la pro
piedad territorial privada, en la ciudad
de Lima, número que no parece exage
rado.
227

Si la contribución fiscal fuese del 3 por


ciento y la municipal del 2 por ciento , en
todo el 5 por ciento ; Lima daría 3 millo :
nes por año , sin mas que cobrar un irn
puesto igual á la cuarta parte del arren .
damiento que percibe el propietario. Si
tal impuesto se estableciese suprimiendo
los existentes, menos el de aduanas, las
casas subirían indudablemente en uh 25
por ciento, pero todos los artículos de la
vida bajarian , estamos seguros, en inayor
proporción ; de modo que, todo el mundo
sentiría el bienestar y la holgura en su
familia, y adeınás se ensancharía el campo
del trabajo para todos. El Fisco y la Mu
nicipalidad verían sus arcas llenas, y le
jos de ocuparse como hoy lo hacen , en só
lo crear gabelas al trabajo, para lograr en
tradas, se ocuparían en producir un buen
servicio, á fin de que aumentando la ren
ta, aumentase también el bienestar de ca
da uno ; la propiedad y los arrendamien
tos subirían de valor, con ello la renta
pública del Fisco y la Municipalidad . En .
tonces, lejos de ser los poderes públicos
el enemigo natural de todo hombre de traba
jo, serían su mejor aliado, y sólo se ha.
rían presentes cuando el pago del arren
damiento de la casa ; es decir, al momen
to de hacer efectiva la renta del locata
rio, y con ello, legítimo el percibo por la
autoridad , de la parte que les correspon
228

de como cooperadora principal de toda


producción de riqueza .
Entonces no sería necesario, crear Ins
tituciones de beneficencia para locos y
mendigos: porque ese gremio, dejaría de
ser elaborado asíduamente como hoy su
cede, por los errores y exacciones, con
siguientes á su sistema financiero, ab
surdo y contrario á las leyes de la natu
raleza , y al fin perseguido por los hom
bres, al constituirse en sociedad y ser
regidos por una autoridad común .
V.

No dudamos que estas reformas radi.


cales no pueden lograrse en un instante ;
pero sería fácil realizarlas, si seempeza
se por establecer un tanto por ciento so
bre los arriendos, capaz de dar el produ
cido de uno de los impuestos especiales,
que sería suprimido en compensación.
Siguiendo así, año por año, con cada im
puesto especial , en pocos años quedarían
suprimidos todos los actuales ; y poco á
poco, los arrendamientos habrían ido su 1
biendo sin que nadie lo sintiese, dados
los beneficios obtenidos con la supresión
de los otros impuestos y de las trabas co
rrespondientes á cada uno.
229

VI

Para concluir sobre el servicio finan


ciero, entraremos todavía en algunas con
sideraciones finales,
Bajo el punto de vista de la riqueza
material repartida en un país : ya entre
los individuos, ya entre los centros de
producción , que se forman asociando ca
pitales ú operarios ó ambas cosas á la
vez ; bajo este punto de vista, decimos, el
cuerpo social es comparable á un vasto
sistema de depósitos, grandes y peque
ños, llenos de líquido, elaborado en sus
propias paredes y en comunicación unos
y otros, todos tal vez, á favor de una red
inmensa de tubos comunicantes, de diá
metros y longitudes muy variadas tam
bién, Esos depósitos, que representan
en sus paredes, la potencia productora, y
en su superficie horizontal, la riqueza
acumulada, tienen todos el mismo nivel.
y no es posible sacar líquido, de ninguno
de ellos, sin que la extracción deje de
producir una corriente de los otros hácia
él , hasta restablecer en todos el nivel
común, Bajo este aspecto, sería indife
rente que el impuesto se estableciera en
cualquiera forma: sea sobre los depósitos
grandes, sea sobre los pequeños; es decir,
sería indiferente hacer caer el impuesto
sobre las grandes industrias 6 sobre las
230

pequeñas ; y así lo han creido, los que no


han estudiado suficientemente el fenó .
meno. Examinando más a fondo la cues .
tión, y siguiendo en el símil que hemos
tomado ; es fácil comprender, que en los
grandes depósitos se podrá tomar mucho
líquido, sin alterar casi el nivel, y por
consiguiente, sin causar grandes corrien
tes pra el restablecimiento del equili
brio , y sin quitar á las paredes, el alinen :
to que tornan en ese mismo líquido que
ellas elaboran , Por el contrario , si la mis
ma dosis de líquido quiere tomarse de un
depósito pequeño, será necesario secarlo
muchas veces; y esto causará un gran
desequilibrio en las corrientes necesarias
para restablecerlo , y dejando en seco las
paredes, las privará á la vez, de los me.
dios de subsistencia , y de los medios de
producción.
La misma dosis de riqueza, tomada
pues, en los grandes centros ó en los pe
queños, producirá efectos diametralmen
te opuestos. En los primeros no será
sentida la extracción ; y una vez devuel.
tà, bajo forma de orden y buen Gobier
no, las fuerzas productoras se sentirán
aumentadas inás y más ; en tanto que to
mada esa riqueza en los pequeños cen
tros , causará en ellos, inmediatamente la
anemia, la turbación y la muerte; y cuan
do -se pretenda devolver esa riqueza, -ba
231

jo la forma de orden y buen gobierno,


sólo se encontrará materia muerta, á la
que agregar nueva riqueza, para que
desaparezca también, bajo la forma de
vicios y corruptelas administrativas de
toda clase .
En el Perú, es esto lo que pasa. El im
puesto cae sobre el pequeño productor y
lo aplasta completamente, en tanto que
los grandes centros lo eluden siempre.
Creen con ello hacer gran negocio, y han
olvidadado por completo la fábula céle.
bre de los miembros sublevados contra
el estómago ; fábula que en este caso, de.
be tomarse precisamente en sentido in
verso : el estómago sublevado contra los
miembros. La gran industria , aquí , aplas
ta á la pequeña; pero á su vez ella su.
cumbe, porque la miseria pública supri
me los consumos, y trae en consecuencia,
la anemia y el vacío en el campo de la
gran industria, su, alparecer, feliz rival.
La ley moral no se viola jamás impunemen
te, ni por el grande ni por el chico,
Viva el Perú de sus minas, de sus bos
ques, de sus tierras ; del azúcar, del café,
de las lanas, del arroz, del tabaco, del
alcohol, y en fin , de todo lo que ha llega
do á tener vida robusta y asegurada; pe:
ro deje en paz á los pobres trabajadores,
á los pequeños industriales, a los comer
ciantes ambulantes, á loş, chịcos , en fin ;
23 :

y entonces renacerá la vida en todas par.


tes, y podrá decirse nuevamente: más rico
que un Perú, como en otro tiempo se de
cía ; si bien entonces , fundándose en otras
causales, que no deseamos por cierto,
ver reproducidas en tiempo de la repú.
blica.
En Lima, desgraciadamente, no pasan
las cosas como quisiéramos. En tanto que
en todo el Perú, el presupuesto de la Re
pública ha permanecido casi estacionario ,
en siete millones al año ; en la Ciudadı de
Lima, el presupuesto municipal ha cre.
cido en el mismo período de 488,654 soles
(año 1885) á 637,051 (año 1895. )
Ha habido pues, un aumento del trein .
ta por ciento sacado del pan del pueblo.
El municipio ha visto en esa proporción
aumentar sus entradas para el dispendio ;
en tanto que el pueblo, ha visto más y
más negro, y más y más escaso el pan de
su mesa. Los financistas municipales de
ben estar satisfechos, y también deben
estarlo, los Entierra muertos.
Justamente en este periodo del 85 al 95,
principió en Lima á ser mayor cadů año, y
esto en 300 individuos el exceso de muertos
sobre el de nacidos! Desde entonces Lima
se despuebla , y desde entonces, dos mil y
tantos cadáveres van cada año á hacer el
cortejo fúnebre con que la Ciudad de los
Reyes, paga á sus estadistas municipales
-

-
033

lo benéfico de su labor en servicio del


pueblo.

8 VI. - SERVICIO DE BENEFICENCIA .


I

Es indudable que la miseria pública, y


aún la simple pobreza , no son sino la pb
jetivación , la traducción en el terreno de
lo tangible, de todos los errores y de to
das las faltas, que se realizan en el or.
den social . Por eso hay gran fondo de
verdad, en aquella preocupación que tie
nen todos los pueblos, a ) considerar á
los Gobiernos responsables del paupe
rismo, y al esperar de ciertas alteracio
nes en su constitución y modo de ser,
que algún día desaparezca por entero
esa plaga social, que en Europa ha lle
gado á tomar proporciones colosales,
hasta el punto de constiiuir hoy la cues.
tión de mayor interés, y que mas amenaza
á las modernas sociedades , con una re.
forma, en cuya realización habrían de pro
ducirse, catástrofes infinitamente superio
res a las que produjo, á fines del pasado
siglo , la gran revolución frances . Toda
esa reforma se encierra, en la palabra 80
cialismo .
En el estado actual de la cuestión, no
parece haberse todavía encontrado la so
234

lución teóricu del problema ; y de allí , que


sea prematura la agitación de los que
piensan, que ha llegado la hora de cam
biar las bases de la sociedad . Esa agita
ción , sin embargo , produce su efecto : to
dos están notificados de los aprestos pa
ra la lucha; y los hombres pensadores
buscan sin descanso , la fórmula de solu
ción que haga eficaz, el gran movimiento
encomendado al siglo que va a principiar.
La solución se encontrará , sin duda ; y
con ello, el pauperismo y la miseria se ha
rán imposibles, como lo fueror siempre
en el antiguo Imperio peruano de los In
cas. Pero en el nuevo orden de cosas, es
de esperar que selogre conciliar con ese
bienestar material, el goce de la libertad
individual, que hubo de ser sacrificada
en la solución incáica del problema.
Inter se realiza ese adelanto, las nacio
nes modernas tienen que adoptar un
temperamento; y este consiste, en el ser.
vicio de beneficencia o de caridad públi
ca, ejercida por Instituciones políticas y
de carácter oficial. Ya que es la sociedad
la que hace á los pobres, justo es que ella
misma soporte la carga de mantenerlos.
Con ello sólo hace, lo que el cultivador:
cosecha lo que siembra, y nada más que
lo que siembra.
235

II.

En el Perú, el servicio de Beneficen .


cia, se cumple por medio de Sociedades,
instituidas en cada centro de población,
donde es posible atender a ese ramo.
Esas sociedades, están hoy regidas, en
su constitución y funcionamiento , por la
ley del 2 de Octubre de 1893 , y losre
cursos con que cuentan, provienen de uno
que otro legado testamentario, de los
bienes de antiguas cofradías y herman
dades del tiempo de los españoles, ge
neralmente, y de ciertos arbitrios, crea
dos ó autorizados por la ley .
En Lima, la Sociedad de Beneficencia
cuenta con un personal, que en noviembre
de 1893 era de.95 individuos; siendo com
puesta de 41 miembros, su Junta Directi
va , comprendidos los miembros natos.
Corren a su cargo, los ramos de Caja
de Ahorros, Suertes, Rentas, Fincas, y
Juicios de la Beneficencia y de Cofradías,
Plaza de Toros, Colegios, Hospitales,
Hospicios, Lazareto y Cementerio Genea
ral ; todo, atendido por diferentes Ins
pectores, cuya acción centraliza un Direc
tor de la Sociedad ; nombrados todos ca
da año por la Junta General . El movi
miento total de su caja se tradujo el año
1893 por los siguientes cifras :
236

Ingresos .. 481,933 86
Egresos .. 484,713 51
Se puede pues, decir, que la Sociedad
de Beneficencia de Lima, tiene una ren .
ta anual de 500,000 soles.
Este ingreso, redondeando las cifras,
puede descomponerse así :
Ramo de Suertes. S. 90,000
Trigos y harinas . 35,000
Sisa 5,000
Cementerio General > 72,000
Plaza de Acho ..... 10,000
Bienes y rentas propias ... 288,000
Son los .... S. 500,000

Sobre estas cifras, se pueden hacer al


gunas consideraciones que no carecen
de interés.
El Ramo de Suertes, representa un
movimiento de 365,000 soles que el pú
blico sufraga en la compra de billetes;
volviendo á él, en forma de suerte 197
mil ; y quedando además, los 90,000 de la
Beneficencia , y el resto , que correspon .
de á los gastos naturales de la negocia
ción en suerteros, comisiones, etc.
El ramo de trigos y harinas que pro
duce 35,000 .soles anuales, es digno de
mencionarse ; pues bien se comprende
que tan fuerte suma, sacada del artículo
más necesariode la vida, no puede me.
237

nos que ser un factor poderoso de mise.


ria pública; y es singular que esta resul
te así, precisamente fomentada por la Ins
titución , encargada, por lo menos, de dis.
minuir lo desastroso de sus efectos .
Pero hay otro ramo que debe llamar
nos, más todavía la atención : el ramo de
los muertos. El Cementerio representa
para 3829 muertos, un servicio hecho con
ocho clases de nichos y el sanjón ; y esta
industria produce á la Beneficencia, la
no despreciable suma de 72,300 soles al
año ; suma que representaría solamente
19 soles por cada muerto, si las cosas se
repartiesen por igual . La Parroquia por
su parte, toma otro tanto, y calculando
suma idéntica en gastos de cajón , coches,
flores, etc. , resulta que en Lina, el dere
cho de morir cuesta en números redon .
dos ochenta soles de plata por cabeza ; esto
es, la suma suficiente para que viva un
hombre noventa días . con el mínimo de
la renta necesaria á su mantenimiento .
En esos 80 soles, toca á la Beneficencia
la cuarta parte y al Cura otra cuarta par
te. La primera se toma en nombre de la
Caridad ; y la segunda en nombre de la Di
vinidad . El tercer 25 por ciento lo toma
la vanidad social ; y el último 25 por cien
to es el único que representa el valor del
trabujo, y del material empleado en la reali
zación del entierro. Y luego habrá quien
238

diga todavía, que los Gobiernos y la so-


ciedad toda, no son directamente respon
sables de la miseria pública. Allí, están,
para dar respuesta tanjible y evidente , los
143 locos, los 80 huérfanos, y los 2000 y
tantos muertos que resultan como exceso
sobre lamortalidad normal, y los muchísi .
mos desvalidos, á quienes dán habitación
ensus Asilos, la sociedad de Beneficencia
y otras Casas de piedad . Hágase un estu
dio comparativo y estadístico de estos
renglones, y se verá demostrado con to
da evidencia, que si la Beneficencia pro
teje á los pobres, primero se da el trabajo
de fabricarlos; y esto, principalmente, de
entre la Clase media, cuya vanidad fomen :
ta y explota , conciente ó inconcientemen
te, pero siempre con daño positivo de la
sociedad entera.
Un entierro decente, de clase media, im
porta 500 soles de plata ; y como en esa
clase social la renta media es de unos
2000 soles anuales, el solo entierro sig.
nifica el 25 por ciento de la renta.
Resulta de estas consideraciones ,
que una familia de clase media , si
tiene una desgracia de esta naturale.
za, gasta en la enfermedad el veinte y
cinco por ciento de su renta anual y en
el entierro el otro veinte y cinco por cien
to ; y como esta suma, viene á ser enorme,
239

no le es dado proporcionársela, sino en


tregándo á la usura el único bien que po
sea. Hecha la operación , los intereses se
encargan de duplicar la cuenta, antes de
dos años ; y de ese modo, se encuentra la
familia en el caso extremo, del remate y
el despojo consiguiente; y antes de dos
años de haber hecho el entierro , se ve
arrastrada como consecuencia de edo,
primero al descenso de posición y luego
à la miseria. Todo, porque supresupues
to sufrió un fuerte desequilibrio , que no
era posible rectificar. Así las cosas, el
pobre está hecho, y entonces la Benefi
cencia se encarga de dar á los restos de
esa familia, una habitación en sus asilos,
alguna beca en sus escuelas, ó un sitio
entre los locos. Tal es el sencillo meca
nismo generador de miseria, que repre
sentan en el presupuesto de la sociedad
de Beneficencia, esos dos renglones de
trigos yjharinas por 35,000 soles y Cemen
terio general por 72,000. Mientras haya
desentendencia del bien público, y mien
tras se especule con los más nobles sen
timientos del hombre, habrán pobres
habrá miseria ; y habrá también , un sen
timiento vivo de reacción, que tarde ó
temprano se hará sentir.
La sociedad humana no es como creen
los ignorantes, de poncho 6 de guante
blanco, un siuple montón de individuos
240

del género racional ; no, la sociedad humana


es un ser vivo : es una entidad superorgáni
ca, perfectamente comparable á un ser
orgánico, y suceptible como él, de unidad,
vuriedad y armonía ; y como él también , ca
paz de estados de salud 6 de enfermedad,
que no es dado mantenerniimpedir , cuan
do se pretende con torpe mano, hacer y
deshacer en la constitución social, lo que
se quiere y como se quiere, sin criterio,
sin estudio y sin conocimiento alguno. La
idea de Gobiernos providencias, tan arrai.
gada.en los pueblos, en el sentido de ser
capaces aquellos de hacer el bien de cada
uno, no es aceptable en ningún caso ; pe
ro, hay en esa preocupación popular, un
substratum de verdad : y esta consiste, en
que es cierto, que los Gobiernos, que no
hacen el mal social, pueden ser conside
rados como factores del bien público ; y
así sucederá , siempre que en sus actos,
procedan con previo y maduro estudio,
y no olviden que la sociedad es una enti
dad superorgánica, sugeta á leyes propias,
que nadie puede violar sin causar la en
fermedad de-la sociedad entera.
211 -

8 VII . LA EDUCACION POPULAR ,


I.
Si la educación constituye, en lo rela
tivo á instrucción y cultivo de las ener
gías individuales, una parte principal
en el fomento de las potencias latentes
de la sociedad , cosa que trataremos en
el párrafo siguiente; lo que á la edu
cación popular se refiere, forma po? sí
sólo, ramo tan importante, que debemos
hacer de este punto un estudio particu.
lar ; y en armonía con estas ideas, mirar
este servicio. como digno de hacer la la
bor de una Institución especial , exclusi
vamente encargada de atenderlo y darle
vida permanente en la sociedad. En el
siglo presente, de las sociedades demo
cráticas que se gobiernan por sí mismas,
la educación popular no es una simple
función facultativa; casi llega á ser esen
cial, dada su influencia decisiva en el de
sarrollo de la vida nacional,
Asi como el servicio de viabilidad lo
hemos separado del de Fomento en el or
den físico, el servicio de educación popu
lar, debemos separarlo también del de
Fomento en el orden moral. Uno y otro
servicio han llegado á ser en los tiempos
actuales, de importancia capital, para la
vida normal y sana de las modernas so
ciedades.
Asi se ha comprendido en casi todas
16
242

las naciones ; y por eso encontramos en


sus instituciones, una distinción absolu
ta entre la educación popular y la instruc
ción pública que se dá en Escuelas, Ins :
titutos y Facultades especiales. Estos
establecimientos son destinados á fomen
tar ciertas energías sociales, pero aque
llos se ocupan, no de fomentar, sino de
olimentar y conservar en la masa social,
el capital de luces, hábitos y buenas costum
bres, que puede decirse, constituyen el
patrimonio adquirido definitivamente por
la sociedad humana de los modernos tiem
pos ; capital que le ha sido legado como
precioso recuerdo de las generaciones que
pasaron , porque ya hicieron su labor.
ya
En Lima, el servicio de educación po
pular apenas existe rudimentario ; apenas
si se mantiene una vida á medias, en unas
cuantas Escuelas, arrimadas á las Munici
palidades ó á la Beneficencia, sujetas á
un reglamento poco cumplido, y dirigidas
por muchas cabezas; todo sin espíritu ,
sin plan , sin propósito alguno determi
nado, en cuanto al objeto mismo de la
educación popular. El servicio es de lo
más rudimentario que pueda imaginarse ;
y esto , no obstante el número de escue
las y colegios que en Lima funcionan , y
el personal de alumnos queallí concurre.
Según la Estadística Escolar " de la
República, publicada el año 1890, por los
213

señores Pinto y Oyanguren , comisiona


dos al efecto , por el Supremo Gobierno,
resulta que en la Ciudad de Lima, sin
contar los demás distritos de la provincia,
el estado de la educación está represen
tado por las cifras siguientes :
Enseñanza Enseñanza Total
Por escuelas. oficial. particular,
Escuelas de hombres . 17 30 47
de mujeres 21 34 55
mixtas . 3 29 32

Total...... 41 93 134
Por alumnos, matrícula .
Alumnos matriculados
hombres 2755 1813 4568
Id . id. mujeres.... 2917 2244 5161
Total ...... 5672 4057 9722
Por alumnos, asistencia .
Alumnos hombres 21291524 3653
mujeres ... 2259 1828 4087

Total...... 4388 3352 7740


Por preceptores.
Con título, hombres .. 17 28 45
Sin título , 1 2 3
Con título mujeres 23 48 71
Sin 0 15 15

Total ...... 41 93 134


244

En resumen , tenemos :

134 escuelas, servidas por 134 precep


tores ; y 9729 alumnos matriculados, de
los que sólo 7740 asisten efectivamente.
Este resultado corresponde á uu Pre
ceptoró una Escuela por cada 72 alumnos.
En el libro primero de esta obra , pá
gina 120, hemos estimado en 30 000, la po
blación de Lima comprendida entre 1 y
15 años de edad ; y aun cuando separe.
mos de los 30,000 indicados, los que aún
no hubiesen cumplido 5 años, siempre
quedarían 20,000 en estado de ir á las es:
cuelas; y según el cuadro anterior, es ma
nifiesto, que de esta población escolar,
no va ni la mitad , á recibir la educación
que debía. Hay pues, mucho por hacer,
para que podamos quedar satisfechos del
servicio de educación popular, en la Ca.
pital de la República.
II.

Fecundo es el tema relativo á la edu


cación del pueblo. Puede abordarse bajo
dos puntos de vista muy distintos: por
lo que en sí constituye la educación ; y
por el potencial social, puesto en cada
pueblo 6 agrupamiento social , al servicio
de esta causa. Bajo el primer punto de
vista, será el asunto estudiado, en el 4.
-
245

y último libro de esta obra, que se ocupa


de la vida intelectiva. Pero el segundo
punto de vista, pos corresponde , exami.
narlo ahora , puesto que allí se encierra
toda la actualidad y el porvenir de las
instituciones encargadas de prestar ese
servicio educativo á la sociedad .
Cualquiera que lea los periódicos de
Lima, podrá ver que no pasa día en que,
de un modo ó de otro, no se ocupen de la
instrucción, y siempre en sentido favora
ble á su mejor desenvolvimiento ; y verá
también que en cada Legislatura, se gas
ta no poco tiempo en crear Colegios , y
votar partidas en el presupuesto , para
atender a su sostenimiento , y en general
para el fomento de la instrucción. No es
pues, difícil, que muchos crean que en
Lima, está asegurado el servicio de edu
cación, porque cuenta con el apoyo de
todos los que intervienen en la cosa pú
blica; sea en la prensa, sea en la admi
nistración ,
No obstante , si se sabe leer, cosa muy
rara entre los que se creen ilustrados ; y
si se tiene un poco de sentido común, cosa
más rara todavía , no será difícil percibir
en esa gritería de la prensa, y en esa agi
tación escolar de los Congresos, cosa
muy distinta por cierto , de lo que á pri
mera vista se vé. Quítese el interés de
aparecer como hombre ilustrado, el de
246

manejar los dineros votados para la ins


trucción , el de prestar su influencia para
dar colocaciones , y el de acaparar sueldos
en el personal docente; y , suprimiendo
eso , bien poca cosa quedará de amor á
la causa tan pregonada, de la educación
pública. Todo se reduce, salvo raras ex
cepciones, á unos pocos gansos, unos
cuantos zorros y otros tantos lobos ; to
dos vestidos con piel de cordero, y todos
capaces de hacer mucho ruido, y nada
mas que ruido .
La verdad es, y debemos decirlo muy
alto, que la educación pública , no cuenta
en la conciencia nacional. apoyo alguno,
que pueda tomarse en séria consideracion.
Si no estuviesen directamente intere
sados los que viven de esos servicios,
en que ellos se mantengan y continúen
ofreciendoles medios de subsistir, no ha
bría nada, absolutamente nada, en mate
ria de Escuelas ni cosa parecida .
El asunto educación pública, sólo
preocupa á los que viven de ella ; la gran
masa, apenas si se da cuenta, de que
pueda ser útil ese servicio. Por eso es
que, nada se hace en favor de los métodos
de enseñanza, ni en favor de los buenos
preceptores, ni erı favor del mobiliario es
colar; y todavía mucho menos, se piensa
en la construcción ó arreglo de locales
apropiados, ni en la formación de bue.
247

nos textos y la exclusión de los malos, ni


en la dignificación del magisterio, ni en el
estímulo á los jóvenes estudiosos ;nien na
da en fin, que revele que la opinión públi
ca , se preocupa debidamente de la educa
ción del pueblo, por lo que es ella misma, y
no por otro interés, cualquiera que el sea.
Felizmente, y debido á ilustrada inicia
tiva, parece que hoy se trata de crear
una Dirección general de educación priva
ria, que tendría á su cargo en toda la
República , la dirección superior de este
importante servicio.
Si ese proyecto se realiza, habrá si
vado la enseñanza escolar de dos gran
des escollos : las Municipalidudes y el Con
sejo Superior de Instrucción pública. Las
primeras, por cuauto hacen el nombra
miento y pagan los sueldos de los precep
tores ; y el Consejo Superior, por cuanto
sirve de Tribunal Supremo en lo relati
vo á programa, textos y plan de estudios ;
aquellas y éste, y los dos á la vez, son
las dos grandes calamidades que pesan
sobre las Escuelas de la República. Inca
paces las Municipalidades de entender lo
que significa la educación de un pueblo,
é ignorante el Consejo, de las leyes, mé
todos, y sistemas, creados por la ciencia
pedagógica ;creen aquellas y éste, que por
que tienen el poder de nombrar y de apro
bar, eso solo, les dá suficiencia y acierto.
-
248

N6 . La educación primaria, en los


tiempos modernos, es una verdadera
ciencia, y también un arte, que no es da
ble poseer, sin haber hecho estudios es
peciales; estudios, que la ley no exige,
entre nosotros, ni sería posible que exi
giera, para desempeñar el cargo de con
sejero Municipal, ni para ser miembro
del Consejo Superior de Instrucción pú
blica, encargado de la Instrucción Media
y Superior. El tecnicismo que exige la
educación primaria, hace indispensable
la creación de un Consejo especial de edu
cación pública, y el establecimiento de
una Dirección , encargada de poner en
práctica sus acuerdos, y de preparar los
datos y formular las observaciones que
la experiencia enseña, á fin de llevar á
las decisiones del Consejo la mayor suma
de probabilidades, para que reine el
acierto en sus disposiciones. Es preciso
también que se fomente una publicación
destinada a despertar la opinión pública,
á formarla, si se quiere, en favor de esa
causa. Sólo así tendremos educación efec
tiva para el pueblo, y solo así podremos
decir, que somos pueblo ilustrado y culto.
§ VIII.-- INSTITUCIONES DE FOMENTO .
I.

Habiéndonos ocupado ya, de viabilidad


y de educación, en párrafos especiales,
249

solo nos resta estudiar, en las Institucio


nes de fomento, todas aquellas que sin
carecer de gran infiuencia , en el desarro.
llo de las energías sociales, no llegan
sin embargo al alto grado de importan
cia que los dos servicios mencionados,
estudiados ya.
En el Perú, nunca ha habido gran
preocupación en materia de fomento, y
salvo el año 1880, en que se creó la “ Se
cretaría de Fomento " por el Gobierno
dictatorial del esclarecido ciudadano que
hoy rije los destinos de la República;
pasado ese corto período, volvimos al
sistema antiguo, y la Secretaría de Fo .
mento desapareció también . Hoy se tra
mita un proyecto creando un Ministerio
encargado de ese servicio , y si llega á dar
se la ley, se habrá dado un gran paso
en favor del progreso positivo de la Re
pública , muy particularmente en el or
den material. ( 1)
Hasta la fecha, lo que se ha hecho al
respecto , no ha pasado de un servicio in
completo , prestado á favor de la Direc
ción de Obras Públicas, de la Dirección
de Industrias, y de otras Dependencias,
( 1 ) Ultimamente se ha puesto el cúmplase á
la ley que crea el nuevo Ministerio, habiéndose
nombrado para desempeñarlo al señor Eduardo
L. de la Romaña , distinguido Ingeniero y caba
llero muy cumplido.
250

en materia de instrucción , minería , CO


mercio, agricultura, correos , telégrafos,
beneficencia y estadística ; sin que en
ninguno de estos ramos, que corren por
Ministerios diferentes , pueda decirse
que se hizo otra cosa, que tramitar asun :
to de interés privido; favorecidos unas
veces y contrariados otras, según los ca
SOS

Nuestra legislación , en materia de fo .


mento es casi nula. No existe Reglamen
to de obras públicas, pues el único que
se dictó en 1884, fué arrastrado por la
ley de nulidades, expedida á la caída
del Gobierno Iglesias. Sobre ininas, tam
poco hay otra legislación que la del tiem
po de los españoles, s las dictadas des
pués para asegurar la recaudación del
impuesto, y con él , à la Escuela de Inge
nieros. En materia de privilegios rige,
con algunas modificaciones, la ley del
año 1869 ; y como aditamento , la de
" marcas de fábrica destinada exclusiva.
mente, á hacernos tributarios de la ini.
ciativa extranjera á la que según esa ley,
estamos obligados á pagar, el mayor va
lor que nace del privilegio creado en su
favor, porque así lo han querido los ado .
radores del concepto de la propiedad. En
materia de expropiaciones, solo tenemos
unos cuantos artículos del Código, desti
nados á hacer imposible en el Perú, toda
251

obra pública, inclusive las vías de comu


nicación . Allí están en solo Lima: la
Casa de Correos, el Teatro Principal, y
el ensanche del puente , como monumen
tos levantados para atestiguar, la bondad
y sabiduría de esos artículos de nuestro
Código. Y en la República toda, están
las vías de comunicación , que nunca po
drían realizarse con semejantes dispasi
ciones . En materia de rentas de Obras
Públicas, contratos, concesiones, tramita
ción , etc. nada, nada tenemos ; y por eso
se vé, que los contratistas que nunca
cumplieron sus compromisos, son los más
favorecidos; y se vé también ,que el permi
so para ejecutar una obra pública, cuesta
mucho inás que la obra misma ; y casi
siempre, queda esta sin hacerse, por so
lo la conciencia que se tiene, de encon
trar en la tramitación del expediente,
por solo falta de legislación apropiada,
obstáculos invencibles, todos de pura
fórmula,

II,

Tres leyes son indispensables para que


haya servicio de fomento en la Repúbli
ca. Una ley sobre rentas de obras pú
blicas, una sobre expropiación , y final
mente una sobre sociedades anónimas, á
cargo de obras públicas, minas, grandes
252

industrias etc. Estas tres solas leves,


serían suficientes, para despertar y poner
en acción , todas las fuerzas productoras
del país ; y si además se expiden otras,
sobre colonización , comercio , etc, toma
ría incalculable impulso la riqueza pú
blica y volveríamos á los tiempos en
que se decía : vale más que un Perú .
Tea ley de Sociedades anónimas es in
dispensable, antes que ninguna otra, en
cuanto es urgente hacer de modo, que los
abusos y corruptelas de que dieron tan
inolvidables pruebas, los famosos Direc
torios, tengan hoy por término inevitable,
una celda en la Penitenciaria y la comple.
ta inhabilitación para repetir el juego.
Solo entonces habrá confianza, el espíri
tu de ahorro tendrá poderoso estímulo,
y será posible en el Perú, reunir fondos
para cualquier Empresa, con las seguri
dad de que habrá honorabilidad y compe
tencia, en el manejo de los dineros del
público.
La constitución de Tribunales conten
cioso - administrativos , restablecerá la
moralidad en materia de contratos con el
Estado y las Instituciones ; y la creación
de Tribunales privativos, de minas, agri
cultura, industrias, etc., con una legis
lación apropiada, contribuiría , también
enormemente, a poner en libertad , todas
las energías productoras de la República ,
253
y á tornar en holgura y bienestar, la es
casez y la miseria que amenaza hoy, de .
vorar todas nuestras poblaciones.
La protección a los pocos hombres de
ciencia que hay en el Perú, y la publica .
ción de los estudios que tienen hechos so
bre las riquezas naturales y la flora y fau
na de este país, y sus trabajos y observa.
ciones personales sobre la agricultura,
el comercio, etc ; todo eso , es del resorte
de las Instituciones de Fomento . Hom .
bres como Sebastián Barranca, Manuel
M, Carbajal , Ignacio La Puente, Manuel
García Merino (1), William Nation, Pablo
Patrón, Federico Villarreal, y otros tan
tos quizás, que no asoman por el momento
á las puntas de mi pluma; son hombres de
verdadera importancia, que representan
energías para el estudio, y acumulación
de conocimientos , de que no es posible,
prescindir, si se quiere de veras, el pro.
greso del país. Dése á esos hombres
campo de ejercitar sus aptitudes ; déseles
honores y protección ; y muy pronto se
recogerá con creces, los frutos de ese
modo de proceder .
( 1 ) El señor García Merino acaba de bajar á
la tumba , inesperadamente , dejando sin termi
nar sus notables trabajos sobre agricultura y
otros, de gran valia para el país. La pérdida
irreparable de hombre tan importante, es una
verdadera calamidad para la República. Los
buenos se van siempre.
254

La implantación de algunas industrias


naturales, y la contratación de técnicos y
prácticos del extranjero, serían también.
medidas de gran efecto, para fomentar
la riqueza pública,
CAPITULO IV.

Instituciones sociales.
$ 1. CONSIDERACIONES GENERALES .

Las instituciones sociales, tienen raí .


ces más profundas en el cuerpo super
orgánico , que las instituciones religio.
sas y políticas. Es que las instituciones
sociales, tienen su fundamento , más di .
rectamente enclavado en la naturaleza
humana ; y el espíritu filosófico que las
anima, trae su orígen desde los tiempos
más remotos, formando como el sedi
mento de pasadas civilizaciones, como
el recuerdo de razas extinguidas, que al
alejarse de la escena, dejaron la traza de
su modo de ser ; y esto, en hábitos y cos
tumbres, en creencias y preocupaciones,
en monumentos , y en su idioma mismo ;
y legaron con todo ello, el tesoro de ex
periencia que adquirieron , y que la hu
manidad no puede perder jamás, porque
esa adquisición, precisamente, es la úni.
ca razón de la existencia terrenal.
255

Tomando las instituciones sociales en


sus límites extremos : el individuo y la
familia por un lado, y el Municipio y la
ciudad, por el otro ; se presentan ambas
entidades, como unidades completas, le
flejo una de otra , en cuanto á su consti .
tución esencial; y comparables entre sí ,
por si inagnitud, como lo sun , en su Or
den , el infinitamente pequeño con el
infinitamente grande.
Al integrarse el individuo y la familia
para constituir el Municipio y la ciudad ,
no siguen sin embargo un solo camino;
por dos vías distintas, se engendran an .
tes, en ellas, por el lado de los intereses
permanentes : el taller, el gremio y el para
tido político; y por el de las necesidades
variables : el salón, el club y la clase so
cial.
Debemos, pues, estudiar las institu
ciones sociales de Lima, bajo los cinco
aspectos siguientes :
1. El individuo y la familia.
2. ° El taller y el salón .
3. ° El gremio y el club.
4. ° El partido político y la clase so
cial .
5. ° El municipio y la ciudad .
Entremos en materia :
236

$ II. --EL INDIVIDUO Y LA FAMÍLIA.


I.-- El individuo.

El individuo, en Lima, no es una enti.


dad cuyas condiciones puedan halagar
al patriotismo. Quitando ciertas cualida
des generales debidas á la raza, como la
bofdad, la generosidad, el desprendi .
miento ; lo varonil del carácter en los
hombres, y la expontaneidad de los sen .
timientos de caridad y compasión en las
mujeres: y quitando en estas, su belleza
y gracia proverbiales, y en aquellos , su
natural entusiasmo por toda empresa
grande, y por todo sentimiento elevado ;
y quitando en fin , en unas y en otros,
respectivamente, su facilidad de percep
ción intuitiva é intelectual , y sus especia
les disposiciones para el arte ; cualidades
todas, más propias de la raza que del in
dividuo ; este, como cośu en sí, tiene mucho
que desear.
La confianza en sí mismo, la conciencia
del deber, la aptitud educada para determi
nado trabajo, el amor á este, el sentido prac
tico, y la ultivez de la propia personalidad ,
no son cualidades que brillan en los ha
bitantes de Lima. El hábito del ahorro , la
sobriedad en la manera de vivir, la suge
ción en los gastos á un presupuesto arre
glado á las entradas; la modestia , y el amor
257

al estudio ; los ideales de verdad, de justi


cia y de bondad ; los sentimientos y hábi
tos de conservación de la salud , del vigor
ó la belleza, y de la libertad de acción ; na
da ; nada de esto abunda, que digamos,
en la Ciudad de los Reyes.
El celo por el merecimiento ageno, la
codicia por el dinero, la caridad intere.
sada , y la transacción con lo malo, no
dejan de tener en Lima, algunos adora
dores ; y no dejan de influir algo estos
desgraciados, en la marcha y desenvol .
vimiento de la sociedad .
En conclusión, el potencial individual
en Lima, es muy halagador; pero el po
der efectivo en acción , deja todo por hacer.
Con los elementos que tenemos, se puede
llegar muy alto en el camino de la gloria,
de la grandeza y del bienestar; pero hoy,
por hoy, estamos muy lejos de esas ele.
vadas cimas, que halagan el patriotismo.
Toca al individuo mismo, capaz de en
tender estas páginas; y toca á los pode
res públicos y á los jefes de familia, po
nerse á la obra ; y toca á los maestros
educar el carácter; y a las instituciones,
crear estímulos eficaces, para llevarlo por
la senda indicada. Inter no sigan las co .
sas este rumbo , los males de la ciudad
seguirán pesando sobre ella con todo el
peso de una montaña de granito. ¡Refor
mad las ideas ! Sólo así podreis cambiar
17
258

las cosas. Si quereis ser grandes, comen .


zad por encontrar en vuestra propia per:
sonalidad actual, vuestro propio esfuerzo ;
y buscad vuestro porvenir, en esa per
sonalidad solamente. No os dirijais para
ello á los Gobiernos, ni à la familia , ni
á las relaciones ; ni en general , busqueis
en el medio exterior, ese porvenir que
vuestra dignidad de hombres, os obliga
á encontrar en vosotros mismos y sólo en
vosotros mismos,
La gran República del norte , debe á es.
te modo de ser toda su prosperidad ; y
ello, no obstante el erorme legado de
errores, preecupaciones y vicios, que
trajo y que conserva, del viejo continen
te. Imitemos de los japoneses la confian
za en los destinos de su raza ; de los in .
gleses, su confianza en sí mismos ; de los
franceses, su amor por el ahorro ; de los
alemanes, sus ideales filosóficos; y de los
norte americanos, su fé en la libertad , y
en la bondad de sus instituciones, desti
nadas á garantirla; y si tal hacemos, po
demos estar seguros de llevar al Perú
muy arriba, en el camino del bienestar
y de la gloria.
II.-- La familia .

Contemplando á Lima, bajo el punto


de vista de la familia , puede decirse que
239

toda la Ciudad no es sino una sola familia ,


No ha llegado, entre nosotros, a evolu.
cionar tal entidad , lo suficiente , para
constituirse en unidad inmediuta del cuer
po social, como sucede ya en las grandes
ciudades. En esos centros populosos, la
familia se concentra en el padre, la madre
y los hijos menores; todo lo demás, queda
separado de este núcleo y no mantiene
con él , sino relaciones de adherencia ,
simplemente sociales, y mas o menos es
trechas, según sea el grado de prosperi
dad de unos y otros. Así constituida la
familia, el jefe de ella, sabe el alcance de
sus obligaciones ; y dentro de los límites
de sus facultades productoras de rique
za, elige la capa social que corresponde
á sus posibles, y en ella vive tranquilo y
con orden , haciendo ahorros y cumplien
do sus compromisos, para con la mujer
que á él unió su suerte, y para con los
hijos, á quienes hizo venir al mundo. En
esa clase de familias, la miseria sólo se
presenta, cuando el padre de la casa es un
hombre vicioso , ó cuando circunstancias
especiales lo han invalidado para el tra
bajo. En Lima, no pasan las cosas así.
La familiu núcleo, que hemos descrito, no
terioina en los hijos menores. Todos los
hijos, sus abuelos, sus tíos, sus relacio
nados, son también de la familia; y así
resulta que el jefe de esta tribu, pormu
260

cho que trabaje, no puede jamás, por el


camino honrado, lograr recursos suficien
tes para dar vida á tanta gente. Es allí ,
donde reside, como en ninguna otra par
te, la causa constante de la miseria de
Lima y de la corrupción política de
ciertos hombres. Por cada individuo que
trabaja, hay diez ociosos que viven á sus
expensas: ya por este medio, ya por aquel ,
pero nunca por sus propios esfuerzos.
Extendiéndose la familia en una esfera
tan dilatada, no respeta en su lítite, ni
la división general de la sociedad , en cla
ses inferior, media y superior. Toda fa
milia, encuentra sus eslabones esparci
dos, desde el asilo de mendigos hasta la
clase más encumbrada ; y, ni los que
viven arriba, tienen carácter bastante pa
ra olvidar á los que están abajo ; ni estos
tienen altivez y dignidad suficiente , para
no arrastrarse, niendigando sus favores ;
ni tampoco tienen, el orgullo debido y la
nobleza de alma que serían necesarios pa
ra no estar dispuestos, una vez abajo, á
arrojar cuando sea posible, barro y lodo
á los de arriba ; y ello, siempre , porque
estos no quisieron ó no pudieron acor
darse de a udarlos.
Así se explica la existencia de algunas
familias, que en épocas dadas de la vida
política del Perú , se las ha visto adue
ñarse de todos los cargos. Apellidos he
261

mos conocido que durante veinte 6 trein


ta años, eran la mejor credencial para
obtener un puesto público ; y cuando de .
saparece uno de esos apellidos, es muy
en breve sostituido por otro , venido á la
escena de un modo análogo; y en tanto
que se acomoda un nuevo apellido, el que
se acaba de extinguir en la vida activa,
no desaparece sino refugiándose antes,
en los hospicios, en los asilos, en las pen
siones de gracia, en las becas de los co
legios, y en fin , en todas esas partes,
donde se acosturnbra dar entrada a los
últimos restos ó á los últimos vástagos
de una familia que ha perdido sus influen
cias, y que ha llegado al caso de retirar
se de las alturas, para no volver mas á
ellas.
En Lima es muy corriente, encontrar á
cada paso un joven elegante y alegre y
ver poco después a su padre doblado por
el trabajo, vestido muy malamente y
echando los últimos alientos ; todo para
sostener en aquel , la apariencia de de
cente; como si pudiera serlo jamás, quien
vive á expensas de otro, teniendo salud
y fuerzas para ganar la vida por sí mis
mo. El sinvergüenza es una de las pla
gas de Lima ; pero no deja de ser
otra plaga, el padre de familia que con
tribuye a mantener esa raza , á expensas
de su trabajo y del porvenir de sus hijas ;
262

de esas criaturas á quienes lejos de dar


su apoyo con el hermano, les dá una san
guijuela, capaz de chuparles la última
gota de su sangre, y capaz de explotar
con su honor y con su vida.
La abundancia de sinvergüenzas ex
plica también, ese olvido completo de edu
cación y de maneras. con que cierta ju
ventud despreciable, vestida de decente,
acostumbra tratar al bello sexo. Ellos
necesitan ultrajar la dignidad de la mu
jer, para preparar el terreno, en que de
berán ser ultrajadas mas tarde sus ma
dres y sus hermanas. Esos miserables
no pueden tener respeto por la mujer,
sin duda porque en su propia casa, no
han encontrado mujer que merezca res
petarse. Los padres de familia que no
se hacen oir de sus hijos, y que, lejos de
enseñar á éstos el amor al trabajo, fo
mentan sus hábitos de ocio, y alimentan
sus vicios, son mas culpables que ellos ;
porque la sociedad ha puesto en sus ma
nos, todos los medios necesarios para
conducirlos por el buen camino,
La madre y las hermanas, que comen
tan y aplauden , las zamarradas y torpe
zas que cometen los sinvergüenzas, ol
vidan sin duda, que con esos aplausos.
están autorizando á los otros, para que
hagan con ellas, lo que sus hermanos ha
cen con las demás ; y así, es como se lle
- 263

ga al punto que hemos alcanzado en Li


ma, donde la mujer no puede andar por
las calles, sin oir á cada paso insolencias
y torpezas, de una juventud indigna, sin
educación y sin maneras ; de una juven .
tud , sujetable solamente por el empleo
de la fuerza, ya que la policía ha creído
que no entra en sus atribuciones, la de
hacer respetar al transeunte y muyen
particular al sexo débil : y ya que la autori
dad no cree conveniente extinguir la va
g - ncia en la juventud vestida de decenie.
Es indispensable que la familia se or
ganice bajo la base, de no servir de al
bergue á los sinvergüenzas; es indispen
sable que el desprecio público ahogue y
mate sin piedad, á todo hombre que viva
á expensas de otro , teniendo salud y
fuerzas para vivir de su trabajo ; es ne
cesario, en fin , que se obligue á los ocio
sos á trabajar, y solo á los inválidos les
sea permitido consumir lo que no ha si
do ganado por sus esfuerzos. Entonces
habrá familia en la clase media, así como
la hay por lo general, en la clase acomo.
dada y en la más pobre, donde la abun
dancia y la necesidad, respectivamente,
han obligado á segregar todo elemento
extraño, y á constituir esa unidad de la
familia , que es fundamental en el mundo
superorgánico. y marca por su sola exis
tencia, la marcha evolutiva de la socie .
264

dad toda . Los Estados Unidos de Norte


América han llegado á grande altura,
porque la familia, allí, en ese gran pue
blo , está sólo constituida por los padres
y los hijos menores; todo lo demás está
segregado, y el hombre sabe bien desde
niño, que : su porvenir en este mundo, está
exclusivamente confiado ul esfuerzo propio ,
ynanca á la familia , ni á ningún otro ele
mento extraño. Mientras eso no se apren
da entre nosotros, los sinvergüenzas se
guirán viviendo y su número aumentará
día a día, amenazando sin cesar á la fa
milia y al Estado.

$ III. --EL TALLER Y EL SALÓN.


El hombre del pueblo, sabe que debe
de ir diariainente á trabajar á su taller ;
y el hombre acaudalado , sabe con igual
claridad de percepción , que diariamente
debe hacer los honores de su salón . Pa
ra el primero, esta noción es rudimenta
ria ; para el segundo, lo es la del Taller.
Cree el obrero que no debe pensar en
esas reuniones de familia, que tanto con .
tribuyen á dar expansión al espíritu,
descanso al cuerpo, y tolerancia al carác
ter ; y el rico cree que no se hizo para él ,
el trabajo manual; ese medio que la Natu
raleza ha dado al organismo, para medir
el esfuerzo , apreciar el sufrimiento , y
265

desarrollar la parte física, en armonía


con las funciones, á que debe concurrir
el cuerpo , en el desenvolvimiento armó
nico de la energía intelectual y afectiva
de cada uno. Así las cosas, como piensa
Schopenhauer, el exceso de trabajo ma
terial trae para el pobre, el sufrimiento
por el dolor ; en tanto que para el rico,
este sufrimiento , se produce por el fisti
dio.
En el primero , son las energías mora
les las que protestan del olvido que se
hace de ellas; en tanto que en el segun .
do, son las energías físicas , las que re
claman á su vez que no se las atienda.
En la clase media, el taller y el salón
se alternan más ó ménos conveniente
mente, y de allí que solo en esa clase,
cuando la miseria no se presenta , sea po
sible encontrar un estado de cosas , que
tanto se aleja del dolor como del fastidio .
Solo en la clase media puede haber bien
estar duradero y permanente. Sólo allí
es posible mantenerse alejado de los ex
tremos, agenos siempre al desarrollo
normal de la vida ; sólo allí es posible
sentir piedad por la agena desgracia,
placer por el bien de los otros, toleran
cia para los defectos de los demás. Esas
nobles cualidades, no las tiene el pobre,
porque su espíritu inculto, está muy
abajo del nivel que se requiere para sen.
266

tir y pensar así ; y el rico tampoco puede


columbrarse en esas alturas, porque el
exceso de elementos de poder que le ro.
dean , ha desarrollado su vanidad, hasta
hacer que en su espíritu, queden confun .
didos, la forina con el fondo, la realidad
con la apariencia, la sombra con el obje
to ; y en fin , hasta hacer que las nocio
nes de verdad, de justicia y de bondad .
sean obscurecidas y deformadas por la
voluntad, interesada á cada momento ,
en manterer la posición adquirida, y en
alejar de sí todo elemento que pudiese
amenazarla .
El taller es indispensable para lograr
los medios de ganar la vida, y por ende,
evitar los sufrimientos á que conduce la
falta de esos medios . El salón es tam
bién indispensable, para producir el goce,
dando á la parte moral del hombre el
campo de acción , propio solamente de
las facultades afectivas é intelectivas,
con que la Naturaleza nos ha dotado. En
el taller, aprende el hombre á adaptarse a
las cosas, para tornar en su provecho las
energías que encierran ;en el salón, apren
de elhombre a adaptarse a las personas,
para educar su ser moral por el ejemplo y
por la palabra. En el salón se aprende a
oonocer lo malo, al verlo en toda su des
nudez, objetivado en otras personas ; y se
aprende á imitar a los buenos, al ver la
267

aureola que los acompaña , como para


indicar su superioridad ; y se aprende en
fin , á ser tolerante, accequible, amable,
con los demás, al ver que con nosotros,
lo han sido ellos, no obstante los defec
tos, que llevamos al salón y más tarde
solamente, pudimos conocer. Sólo el sa
lón dá al hombre esa soltura de maneras,
esa naturalidad en sus acciones, y esa
distinción y nobleza, que tanto distingue
á las gentes de clase superior; pero á
su vez, solo el taller, es decir, el traba
jo, puede darnos esa sanidad de juicio,
ese espíritu práctico, esa confianza en sí
mismo, que nace del hecho, de poner en
juego esas facultades, nuestras fuerzas
y nuestros elementos todos, en vista de
producir algo determinado y útil, logra
do siempre por el propio esfuerzo. Por
el salón nos damos cuenta de la existen
cia del medio; por el taller conocemos la
existencia del individuo. En el taller se
elabora la riqueza material , en el salón
se producen las riquezas afectivas é in.
telectiva ; y el hombre necesita siempre
de las tres riquezas. El estómago vive
del taller ; pero el corazón y la cabeza
viven del salón. El hombre que no tra
baja para ganar la vida, es un sinver .
güer.za ; el hombre sin maneras y sin re
laciones, es un salvaje,
268

§ IV .-- EL GREMIO Y EL CLUB.


I

El espíritu de confreternidad , que se


desarrolla en el salón, y el interés co
mún , que se alimenta en el taller; son los
potenciales que dan nacimiento al club y
al gremio respectivamente.
Hay en la vida de los salones, condi
ciones específicas á cada uno, por el per
sonal que los frecuenta ; y hay también
condiciones generales, que se señalan en
salones diferentes. Unas y otras condi
ciones, responden á necesidades indivi
duales determinadas; y de allí que, se
gún sean las que se desea atender, se
concurra al salón ó al club. En el salór.,
hay mas que en el club, intensidad de
afectos y consideraciones personales ;
pero el número de individuos, á que esos
afectos y consideraciones tienen ligados,
es en el club, mucho mayor que en el sa
lón . Hay entre ambas entidades, no la
relación que entre el todo y la parte, si
no la que existe entre dos conceptos,
como los de género y especie .
Entre el gremio y el taller existe tam
bién una relación análoga á la señalada
entre el club y el salón .
Nada pues, más natural, que la exis
269

tencia en Lima, de clubs y de gremios , y


nada más fácil de esplicar, que su mane
ra , respectiva , de ser y de actuar, entre
nosotros. Ellos deben ser simplemente
reflejo del individuo y la fawilia .
En la marcha evolutiva de la sociedad
humana, indica progreso notable la exis .
tencia de clubs y de gremios. En las al .
deas no son conocidas ri una ni otras co .
sa. El club supone cierto grado de cul .
tura y cierta relativa concurrencia de
personas educadas, que disfrutan de al
guna comodidad; el gremio supone cierto
desarrollo industrial y multiplicidad de
oficios y ocupaciones especiales,
II

En Lima, clubs y gremios, existen , sí ;


pero todavía en el estado rudimentario .
En materia de clubs. son estos muy po
cos. Allí se reunen las jentes de sport
principalmente, acompañánduse de unos
cuantos hombres de in :portancia y de ca
si toda la juventud dorada, ó que preten .
de serlo por ese medio . Naturalmente en
esos centros, de nada útil se trata , sino
á lo mas, de un poco de política . Son lu
gares de pasatiempo , donde el billar, el
ajedrez, etc. , ocupan la atención de todos
y dominan por entero. · Raro es allí que
se converse de algo útil , en relación con
270 -

los intereses permanentes de la humani.


dad. La Biblioteca de los clubs, es un
puro adorno y no llama la atención de
nadie. Las colonias extranjeras tienen
su club, y en todos estos centros, se no
ta animación y entusiasmo, para dar al
tieinpo muerte rápida. Allí también se
mata el fastidio que produce en todo es .
pimtu, la falta de ideales superiores; y
como el personal que no los tiene, es el
que abunda en la humanidad, los clubs
no se encuentran jamás escasos de socios
ni de recursos.
No ha llegado Lima, todavía, al punto
de especializar los clubs, según el grado
de ocupación y según el grado de ilus.
tración de los asociados ; y cuando se ha
tratado de formar estos centros, no se ha
logrado éxito alguno. El Club Literario ,
hubo de cambiar su nombre en el de
Ateneo de Lima, para seguir no obstan
te, la misma anémica existencia anterior ;
las sociedades de médicos, ingenieros,
abogados ; las de instrucción, ciencias,
agricultura, etc., siguen vida no menos
rudimentaria. Sólo en la Sociedad Geo .
gráfica y en las Redacciones de periódi
cos, puede decirse que hay algo como
pequeños clubs, donde se nota alguna
vida intelectual . Todo lo demás está por
hacer, y mucho tiempo pasará antes que
tengamos esos centros especializados,
271

donde la conversación es nutrida en con .


ceptos, y donde el espíritu goza y la in .
teligencia se alimenta, á su sabor y sin
esfuerzo, al mismo tiempo que se pasa
un rato agradable entre amigos y com •
pañeros.
III

En cuanto a los gremios, solamento el


de artesanos está verdaderamente orga
nizado, y vá dando síntomas manifiestos
de vida . Allí hay confraternidad , y hay
conciencia de las ventajas de actuar uni .
dos y discutir libremente sus propios in .
tereses. En todos los demás gremios ,
han sido inútiles los esfuerzoshechos,
para formar esas robustas organizacio.
nes, que en otras ciudades se ha logrado
constituir.
En las profesiones liberales, se han
fundado sociedades con mas elementos
de vida ; pero esta, no alcanza á manifes
tarse en ninguna de ellas. Son pocos los
individuos en cada gremio, y de allí resul.
ta que los intereses del conjunto , no al
canzan á pesar, ni siquiera tanto, como el
interés de unos cuantos, que por circuns
tancias especiales lograron colocarse en
cabecera. Estos oponen pues, y con ven .
taja, su acción a la del conjunco , y hasta
hoy se hallan en condiciones de lograr la
victoria
272

En el proyecto de ley de elecciones


presentado últimamente porel Ejecutivo,
se ha dado un gran paso otorgando á los
gremios intervención, como tales, para
constatar actos electorales. Desgracia
damente, por razones que no hemos po
dido descubrir, esa idea ha encontrado
oposición en las Cámaras y tiende a ser
rechazada de la ley que se elabora. No
hemos visto sin embargo ,nada en el pue
vo proyecto , que reemplace al gremio,
para poder constatar la no existenciu de
aquellos ciudadanos, que los capituleros
inventan, tomándolos del registro de de
funciones, de los años anteriores y ello
por supuesto, en número suficiente para
que con su voto , quede aplastado el voto
de los ciudadanos efectivos; haciendo de
este modo, que en el Perú, sean siempre
los muertos los que hacen la elección, y su
voto venga á ser decisivo é inapelable.
Con la existencia de los gremios, nada
sería más fácil que constatar el fraude
proveniente de suponer existente en uno
de ellos, persona que no existe en él ;
pues los registros y los compañeros de
arte desocubrirían en el acto la falsifica .
ción , y esta se haría imposible.
Por otro lado el reconocimiento legal
de los gremios y lo efectivo é importan
te de las funciones que por lo dicho más
arriba, vendrían á desempeñar, sería
273

también poderoso estímulo para lograr


que se organizasen deveras y con ello ,
pudiesen contribuir poderosamente al
resguardo de sus propios intereses, que
en últiino análisis, vienen a ser los inte.
reses dei país.
SV. LAS CLASES SOCIALES Y LOS
PARTIDOS POLITICOS.

I. - Las clases sociales,

Cuando se agita un liquido impuro, al


cesar la causa perturbadora , se inicia en
la masa líquida una operación sedimen
taria, lenta y continua , que obliga a los
diferentes elementos que la componen , y
obedeciendo a las leyes de la grave .
dad, á acomodarse por orden de estado fí
sico o según sus densidades. En ese aco.
modo, va al fondo la parte mas sólida, y á
la superficie, la parte mas liquida; y ello
no sin quedar al centro, una capa interme.
dia , de cuya masa, continúa desprendién .
dose hacia abajo el elemento sólido, y há
cia arriba el elemento liquido, destinado
á ganar la mayor altura a medida que sea
menor su densidad. Este fenónjeno de
sedimentación se interrumpe ó se hace
mas lato, cada vez que, á causa de in .
18
- 27+

fluencias exteriores se produce alguna


nueva agitación, pero a medida que esta
disminuye, la acción sedimentaria reco
mienza nuevamente. En el intervalo, si
no es homogénea la masa líquida, y si son
influenciables entre ellos sus elementos,
un trabajo interno, cristalográfico ó quími.
co, se produce en la masa toda, y bajo
esta nueva acción nacen estados perma
nentes, que cada vez se encuentran ser
mas aptos á resistir la acción del medio
exterior,
En la sociedad humana pasa análoga
cosa, que en el mundo físico . Una vez
constituida la familia y la tribu, el tra
bajo sedimentario comienza a producirse
más y raás, y esto, á medida que la masa
de población y sus necesidades, crecen y
se hacen mas variadas . De allí nacen las
clases sociales, y son estas, distinguibles
en superior, media é inferior ; encontrán .
dose en la segunda, el elemento genera
dor de las otras dos, y en la existencia
de éstas, y en las perturbaciones socia
les del conjunto, los factores capaces de
alterar su composición , mezclándolas
nuevamente, y llevando en consecuencia,
á las de arriba, los elementos inferiores,
ó trayendo á estos los del nivel superior,
y restableciéndose después las cosas á
su primitivo estado, ó quedando en el
nuevo, según las energías puestas en
270 mm

juego por cada individualidad, y según


sea el trabajo influencial de todos los ele
mentos sobre cada uno de ellos y al con
trario,
La opinion publica, la industria y las
instituciones, son los factores, de estabi .
lidad que se oponen á los cambios veni
dos del exterior; y por eso , en los países
que lian alcanzado un alto grado de desar
rollo, se hace muy difícil producir alte .
raciones en los niveles sociales; siendo
por el contrario, en los países nacientes,
cosa muy fácil y muy hacedera la de ori.
ginar esos cambios. Sólo en estos paí
ses se vé á cada momento , bajar de la
más elevada posición ó subir a esta brús
camente desde los mas bajos fondos.
El vulgo ilustrado, atribuye la estabili .
dad en las viejas sociedades, á lo aris
tocrático de su constitución ; en tanto
que considera la instabilidad en los pue
blos nacientes, como una manifestación
de democracia. En ese modo de ver, se
confunde lastimosamente la constancia
de la sucesión con la causalidad, cosa que
además supone cierta conexión; y de allí
viene el error.
II.

La aristocracia y la democracia no son


en el orden social, sino lo que son en el
orden físico, lo heterogéneo y lo homogéneo.
276

Y así como en la evolución física, el pro


greso se marca por el paso de lo homo.
géneo á lo heterogéneo; en el orden so.
cial , marca siempre adelanto , el paso de
la democracia á la aristocracia . En las
tribus salvajes, la aristocracia es desco
nocida absolutamente; pero á poco que
la civilización comienza a nacer, el des
nível se produce, y ocupan lugar prefe
rente los más aptos, los que valen más,
y con ello, la aristocracia nace . El pro
greso de la sociedad humana nos lleva á
la aristocracia necesariamente ; sólo si,
que esa aristocracia hacia la cual se ca.
mina, no es la aristocracia empirica ; es
decir la que nace de títulos, honores y
privilegios concedidos por el hombre, en
servicio de sus preocupaciones, y contra
riando la ley moral; no, la aristocracia
hácia la cual se tiende, es la aristocracia
natural, fundada en el propio mérito, en
la superioridad efectiva, en lo que se és
y no en lo que se parece ser . Aquella
aristocracia, no es opuesta al espíritu
democrático del siglo; muy al contrario ,
es la democracia , sumejor aliado. El por
venir de la humanidad deja entrever,
asentado sobre bases sólidas, el respeto
á la virtud, al talento, al valor, á la la .
boriosidad, al carácter, y en fin , à todo lo
que es noble y elevado; pero el espíri.
tu democrático, nos llevará á radicar ese
-- 277 -

respeto, no como hasta hoy en las perso


nas que posean 6 parezcan poseer tales
cualidades, sino enlas cualidades mismas,
como atributos que son de la humana es
pecie, y no de tal 6 cual individuo. El
hombre es solo superior al hombre,
cuando en su personalidad, ha logrado
asimilar virtud y potencial suficiente , pa
ra constituir tipo digno de servir a los
demás; ya como estímulo para alcanzar
altura igual, ya como muestra_ efectiva
de la posibilidad de lograrlo. Fuera de
estos casos, el hombre es igual al hom .
bre, y no tiene derecho alguno para exi
gir respetos, que no sean recíprocos y
absolutamente iguales. Esta aristocra
cia es tán natural, que se encuentra hasta
en los animales : entre las golondrinas
que emigran de un lugar á otro , va la
primera, la que vale mas como energía ;
y todas las otras, siguen su rumbo sin
protestar. Ella manda, porque su indi.
viduo, realiza el tipo más perfecto de la
especie, en el momento en que sus es
fuerzos la han colocado en el primer
puesto ; instantes después, es posible
que haya otra que la supere, y entonces
pasa å ella el comando por la propia
razón que lo ejercía la otra , en el
instante anterior. Cuando el Gobierno,
entre los hombres, sea así, habrá cum
plido su destino la humanidad ; antes, nó.
278

Entonces se habrá logrado entre la aris


tocracia y la democracia, esa unidad de
los contrarios que la filosofía ha hecho
vislumbrar, como el término de toda exis
tencia terrenal y como principio de toda
existencia absoluta .
. En el intertanto, la sociedad humana,
continuará gobernada por oligarquías
mas o menos soportables, y más o menos
propias á mantener un campo de relativa
tranquilidad y más o menos alejado de
los extremos, donde luchan y seguirán
disputándose el dominio del hombre: el
despotismo y la anarquía ; dueños y seño .
res hoy, de la mayor parte de los pueblos
de la tierra ,

III.

En Lima, no son bien marcadas, ni


con mucho, las clases superior, media éin
ferior ; y esto, es mas que natural, pues
estas clases, hemos visto, que en el ente
superorgánico, representan lo que en la
vida animal constituye el cerebro, el cora
zón y el estómago respectivamente; orga
nos que no aparecen bien distinguidos,
en su armazón y en sus funciones, sino
cuando el animal alcanza los tipos más
elevados. Sólo en las sociedades muy
adelantadas en civilización, sería pues,
natural encontrar una línea precisa de
279

separación en sus clases sociales ; en


Lima, falta mucho al respecto ; y así co
mo es cosa imposible, distinguir la línea
divisoria entre la sombra y la luz, así es
imposible distinguir la línea que separa
una clase de otra ; si bien, están perfec
tamente caracterizados los tres tipos,
siempre que se elijan en medio de cada
zona, y no en sus líneas de contacto in
mediato .
Felizmente entre estas, se encuentra
la mayor parte de la clase media ; y allí
se la puede ver, amenazada constante
mente de las invasiones de la clase infe .
rior, y exitada por su parte á penetrar
en el campo de la clase superior ; ten
dencias encontradas que la condenan á
llevar vida intranquili, y desequilibrada,
incompatible con todo bienestar físico y
moral. Débese á esta causal que la clase
media, en Lima, sea la mas visitada por
la escasez y la miseria ; y este mal se
: agrava, con la dosis de vanidad y el des
conocimiento de sí mismo, que lleva á
sus individuos, á pretender lugar mas
alto del que les corresponde por lo que
efectivamente son, y que los induce á
suplantar, la realidad con las aparien .
cias; creyendo lograr así el objeto que
persiguen , sin mas fundamento que la au
dacia, el cinismo, la miopía moral, en fin,
cualidades todas, propias precisamente,
280

para traer abajo y no para subir. El


polvo del camino puede sostenerse en el
aire y elevarse á gran altura, á despecho
de su gravedad, por la acción de extra
ños y pasajeros ventarrones , pero esa
gravedad precisamente, se encarga de
traer de nuevo al suelo, lo que está cons
tituido para fijarse allí, y no para cernir.
se en las alturas. El polvo sólo podrá
subir a las elevadas regiones, cuando el
fuego ó la acción química del medio ex
terior, lo hayan trasformado en materia
gaseosa, capaz de elevarse por sí misma
y mantenerse en la altura, tanto más
tiempo cuando más profunda haya sido
la bonificación de su naturaleza , opera
da por los potenciales propios y extra
ños. De otra manera, el polvo, solo po.
drá ser juguete de los vientos y estará
aún , expuesto á convertirse en lodo, si
esos vientes lo llevan a regiones apro.
piadas al objeto,
* Cuántos desgraciados lloran hoy, el
pasado bienestar y la modesta existencia,
que no pudieron conservar, por haber
querido saltar mas allá de sus posibles y
vivir en el medio á que sus propios es
fuerzos estaban tan lejos de correspon .
der ! ¡Cuántos ilusos , abandonaron me
dios modestos de vida, y una existencia
relativamente holgada, seducidos por el
engañoso espejismo, del ejemplo de otros,
281

levantados temporariamente por causas


inesperadas y pasajeras, cuyas funes
tas consecuencias se sintieron después !
¡ Cuántas familias pasan vida azarosa y
difícil , teniendo muy regular renta , todo
por querer vivir en clase superior a la
que, por esa renta les correspondería,
y dentro de la cual serían felices y goza
rían de bienestar y holgura.
Pero la vanidad tiene muchas raí.
ces, en Lima ; y las cosas continuarán así,
hasta que el sufrimiento y el dolor, edu
cadores infalibles de la humanidad , ha .
yan llevado á los ánimos, nociones más
claras y más justas sobre la sociedad y
sus favores; y deje de ser un secreto pa
ra los más, que el bienestar moral y fisi
co, sólo puede alcanzarse por el propio
esfuerzo moral, por el amor al trabajo y
por la práctica de la virtud ; y que en fin,
todas las cosas tienen en este mundo su .
tiempo y su lugar, que nada ni nadie puede
cambiar.

II. - Los partidos políticos.


I

Mucho se ha dicho y repetido en todos


los tonos, que los partidos de principios
son los únicos capaces de labrar la ven .
tura de un país ; y mucho se ha dicho
282

también , que en el Perú no hay partidos


de principios, sino que todo partido es
personal ; siendo su único objetivo, la ele
vación al poder de una persona determi .
nada : el caudillo, pai a lucrar y vivir á su
sombra cada uno de los afiliados. Estas
ideas propaladas con tenacidad y repeti
das sin contradicción , han llegado á ob .
jetivarse en un partido nuevo, compues
to de jóvenes, de sanos propósitos, que
pretenden realizar en sí el ideal buscado
en los partidos de principios; y aún aque
llos dos partidos históricos, que en el
Perú como en todo país, han existido y
existirán siempre: los conservadores y los
liberales, también han creido por su par
te , necesario, darse un programa de Prin
cipios, y presentarse ante su público, ves .
tidos á la moda .
Por supuesto, como las cosas no son
en el mundo, lo que quiere que sean el
humano concepto, sino que son , lo que
deben ser, en armonía con su naturaleza
esencial y con los fines que por su medio
se deben realizar ; en tanto, que los teó .
ricos disertan sobre la naturaleza princi
pista de los partidos, estos continuarán
siendo , entidades intermediarias del
mundo superorgánico , constituidas, como
su unijlad elemental, el hombre, en tres
centros simultáneos é inseparables ; tradu
cibles respectivamente : en principios 6
283

ideas, en afectos ó sentimientos, y en es


fuerzos ó intereses; principios, afectos é
intereses, cuya influencia debe hacerse
sentir en toda agrupación humana, y por
consiguiente, en todo partido político ;
principios, afectos é intereses, que se
gún su relativo predominio, y según sus
diferencias esenciales, daran lugar en un
mismo partido, á la preponderancia en su
esterioridad, de alguno de ellos ; y en par
tidos diferentes, a la separación mas 6
menos pronunciada, y, casi opuesta, del
objetivo que persiguen , y que en cierto
modo, traducen en su programá y en su
manera de ser,
Y así como en el hombre burdo y sin
educación, su interés inmediato, prima
sobre toda otra consideración y es el
móvil principal de sus actos ; en tanto
que, en el hombre culto y educado, son
los ideales y los conceptos que de la vi
da se ha formado, los móviles que pre .
dominan en sus resoluciones ; y así como
en unos y otros, la parte afectiva entra
siempre, para hacernos aceptar ó recha
zar una determinación, motivada por el
interés ó por la razón, pero en todo caso ,
solo llevada a la práctica por la acción
de la voluntad , que al afecto determina;
así también, en los partidos políticos,
llámense de principios é de intereses, en
tra siempre algo y mucho, de personal;
284

porque, no es posible prescindir de las


simpatías y antipatias, que por sí solas
constituyen el primero de los criterios
á que el hombre obedece ; y muy en par
ticular, el hombre del pueblo , sin cuyo
concurso no hay partido posible.
Convendremos pues , que , en todo
partido politico, hay á la vez: principios,
ufectos é intereses. Lo único que diferen
cia á los partidos de las viejas naciones,
de los partidos de los paises nuevos, con
siste en que en aquellos, la acción sedi
mentario política del tiempo trascurrido ,
ha dado a los adherentes, por la poseción
del poder, riqueza y podirio suficiente,
para que ese asunto , no necesite salir al
exterior ni sea llevado como estandarte ;
en tanto que, en los paises nuevos, los
intereses en formación todavía, han me.
nester hacerse sentir de un modo osten .
sible, y los principios solo pueden en
trar , como entran las ideas, en el progra
ina de vida de un hombre pobre y burdo,
que debe concentrar todos sus esfuerzos
á ganar el pan de cada día. Es pues co
sa natural, que en Europa , los partidos
sean de principios; y que entre nosotros
continúen siendo todavía, partidos perso
nales. No quiere esto decir que allá, no
exista en los partidos nada de personal,
ni que entre nosotros no haya nada de
principios ; lo único que hay , es, que en
983

Europa, predominan los principios, por


que los intereses, tienen ya hecha su la.
bor, y entre nosotros predominan las
personas, porque los intereses aún tie .
nen mucho que lograr. Pretender que
las cosas pasen de utro modo, es formar
se de ellas conceptos muy falsos ; y es sos .
tituir a la realidad de lo que son los parti .
dos políticos, un tipu abstracto, incoin .
patible aún , con la naturaleza humana ;
porque esta, es siempre objetivada. en
tres centros diferentes y bien marcados :
estómago, corazón y cerebro; elementos que
son cada uno, el primero y el último
respecto de los otros dos, no pudiendo
prescindirse de ninguno de ellos, sin
prescindir al mismo tiempo del hombre
mismo.
Natural es que cada partido político,
tienda á ser partido de principios ; y es
natural también, que oculte ante los de.
más su lado personal y de intereses; pe .
ro todo esto , no es posible sino entre cier
tos límites; como no le es posible al hom .
bre rico é ilustrado, disimular completa
mente la manifestación de sus afectos, ni
dejar de rendirse ante las exijencias de
todo orden , que el interés se encarga de
servir.
II
Los partidos políticos no son, ni ser
pueden otra cosa, que corrientes vivas,.
286

producidas en sentido determinado, en


cada época de la vida de un pueblo ; y
esto, como resultado natural de la comu:
nidad de ideas, de la orientacion de sen .
timientos, y de la existencia de intereses
comunes à la mayoría de los ciudadanos ;
y estas corrientes se producen siempre,
cuando marchando cada cual en busca de
su dienestar físico y moral , encuentra que
muchos otros han tomado el mismo ca
mino ; y todos juntos, se dán razón, en .
tonces, de -u fuerza numérica y de su
poder consiguiente ; percibiendo además
que son mayoría, y que por tanto, pue .
den imponer su voluntad á toda la na .
ción y llevar al terreno de los hechos,
por el ejercicio del poder, la realización
de todos los ideales que han servido de
guía á la unificación de sus aspiracio .
nes y propósitos,
Los partidos políticos, no son el pro
ducto de simples lucubraciones teóricas,
encaminadas á formar programas mas ó
menos ideales; son por el contrario, en
jendro expontáneo de la vida superorgá
nica ; variable sí, con el estado social, y
según, la época , los hombres, y los acon.
tecimientos, que marcan ciertos períodos
de la vida nacional. Los partidos políti-.
cos no son fundados por un hombre; pe
ro una vez la corriente producida , apa
recen esos hombres, que marchandoen
287

primera línea, revelan por ello sólo e!


puesto de comando que por la naturale.
za de las cosas, les corresponde; y si en
su personalidad, encarnan por decirlo
así, el querer de los demás, su acción es
irresistible y el éxito no tarda en obte
nerse. Todo partido tiene pues, necesa.
riamente el triple aspecto, de ser por su
esencia misma : de intereses, porque son
ellos los que enjendran la corriente ; de
principios, porque es á ellos que se debe
la común orientación en la marcha; y
personales, porque los partidos solos pue .
den alcanzar sus fines, cuando logran
encarnar sus propósitos en persona de .
terminada, cuyo nombre sirva á todos de
punto de mira, y en la lucha como ban
dera de combate.
Cuando los intereses no se hacen comu.
nes, cuando no hay acuerdo en los princi
pios, y cuando falta el hombre que encarne
las voluntades, los partidos se disgregan
y desaparecen ; .como se anula y cesa la co
rriente de un río, cuando se evaporan sus
aguas, cuando no hay cauce para condu
cirlas, ó cuando su velocidad se anula por
falta de declive en su lecho,
En todo partido político, deben pues,
considerarse, como en la corriente de un
río, tres factores esenciales : la cantidad ,
el rumbo y la velocidad; ó los intereses coa
ligados, los principios aceptados en co
288

mún у el hombre que encarnando unos y


otros, dirige el movimiento ; y así como
en las corrientes líquidas el trabajo me
cánico de que son capaces, depende de
la masa líquida y de la velocidad de la
corriente, y la naturaleza del efecto pro
ducido, depende del rumbo ú orientación
de aquella; así tambien, en política, la
acagón útil de un partido, depende del nú.
mero de adherentes, del caudillo que lo
conduce, y del sentido y clase de los idea .
les que tiene como guía.
Cuando esos tres factores tienen ancha
base de existencia, la vida de los parti.
dos es robusta, y su acción se prolonga y
se afirma, año tras año, tomando entonces
todos los caracteres de una entidad per
manente en el organismo de la sociedad ;
pero en caso contrario, los partidos na
cen á la vida ó se extinguen rápidamen
te, como nacen y se extinguen en los ríos
corrientes pasajeras, aunque a veces de
gran energía, cuando se amontonan en
su lecho, palizadas ú otra clase de obs
táculos, que una vez destruidos, dejan
las cosas en su antiguo estado, y siguen
las aguas su antiguo régimen, como si
nada lo hubiese interrumpido.
III

En la agitada vida política del Perú,


esos obstáculos se han presentado mu
289

chas veces y otras tantas, se han forma


do en la opinión, movimientos mas o me.
nos serios, que.han terminado por objeti
varse en una agitación revolucionaria,
que una vez triunfante, ha dejado nueva
mente las cosas en el pié que tenían an
tes; y esto, porque sus elementos gene .
radores no representaban partido alguno,
sino pura y únicamente , el trabajo de
reacción, nacido del obstáculo opuesto
por los acontecimientos y que una vez
invertido, debía llevar consigo, junto con
la acción, la reacción que sirvió para des
truirlo; y debía desaparecer con él, como
desaparece el mal en un enfermo, junto
con las drogas que sirvieron para com
batirlo.
En el desenvolvimiento general de la
política peruana, comparado por noso
tros con la corriente de un río, no son
pues, esos movimientos, sino á lo más
asimilables, á las ondulaciones que mar
can, en la dirección general de su curso,
el oscilante serpentéo de sus aguas, al
traves de la región que recorren y que
favorecen 6 contrarían su marcha ; y esto ,
ofreciendoles en veces, pendientes favo
rables, en otras oponiendoles obstáculos
infranqueables, y en algunas en fin , de.
jando en lo deleznable de las paredes del
lecho, campo franco al arrastre del ma .
terial grueso, que asentado mas adelante,
19
290

ha de formar bancos capaces de engendrar


remansos y de crear caidas violentas, ó
tambien , de obligar a toda la corriente al
cambio general de su rumbo, llevándola
tal vez en opuesto sentido, al que debiera
corresponderle sin esta influencia ex
traña ,
Son estos grandes cambios en el rum
bo de la corriente, y nó el oscilante ser
pentéo de su curso, los que marcan en la
vida de los pueblos, el verdadero carác
ter de su evolución política ; y.es á ellos
á los que se debe la formación y robustez
de los partidos políticos de carácter per
manente. En el Perú, creemos, sólo se han
realizado tres cambios de esa magnitud,
no pasando los demás. de ser simples ac
cidentes de escasa influencia. En 1854, se
operó un gran movimiento ; otro en 1872 ;
y finalmente el que se impuso en Marzo
del año último, 1995,
En esos tres cambios encontramos siem
pre: caudillo prestigioso, partido nume:
roso y cierto acuerdo de ideas, bastante
difundidas para haber arrastrado, llenas
de entusiasmo y ardimiento a las masas
populares, Ha habido pues, caudillo , in
terés y principios; y por eso, 'un partido
político bien definido, se ha impuesto en
el mando y ha dejado trazas imborrables
de su acción .
291
IV
La Consolidación .
Una vez conocido el lado explotable
del guano, todos tuvieron interés en to
mar parte en esa explotación ; y de allí
vino el gran movimiento revolucionario
de 1854. El éxito de los primeros que hi.
cieron fortuna en negociaciones de qua
nu, despertó en todos deseo de lograr
igual provecho; y como este interés se
exitó , con los llamados escándalos de la con
solidación, fueron precisamente esos es
cándalos, el pretexto ostensible, y sin clu
da' el más adecuado, para iniciar el movi
miento ; y así vinieron á la superficie , los
hombres de la nueva generación , que en
tonces se educó en la escuela liberal , fun
dada en el colegio de Nuestra Señora de
Guadalupe. Esa juventud, llena de ambi
ción у de audácia , y una turba de aven :
tureros arrimados á la causa triunfante,
llegaron juntos á las alturas del poder;
y así subieron a las cimas, bruscamente,
al lado de jóvenes sin preparación ade
cuada, elementos mil, que por el propio
esfuerzo , jamás.hubiesen.salido de la más
humilde condición social .
Ese movimiento fué una avalancha in
contenible, y una vez triunfante, nada
pudo quedar en pié. Opinión pública, in
dustrias , instituciones, todo fué inverti .
do ; todo debía desaparecer, y desapare
292

ció para dar paso a la nueva corriente,


Las ideas conservadoras del antiguo régi.
men, cedieron su puesto al elemento libe
ral ; las industrias que había, cerraron
sus talleres, porque el guano era la me
jor industria que podía explotarse ; los
hombres de ciencia, no encontraron quie
nes siguiesen sus lecciones y la deca
dencia intelectual se inició rápidamente ;
la prensa se hizo imposible en el rumbo
de la verdad, pues era mas productivo
propalar errores en la opinión, para ha
cer mas fácilmente los negociados de
guano y sus derivados ; la disciplina mili
tar se relajo, porque el ejército sólo de
bía servir para sostener en el poder , al
que mejor cuadrara en el reparto de los
provechos fiscales; todo en fin , se invirtió,
y los hombres de bien , tuvieron que ha
cerse á un lado, para dar paso á la co
rriente. que todo lo invadía y todo lo
destruía. Aquello fué la irrupción de
los bárbaros. El río había abandonado
su lecho antiguo, y era natural que se
abriese otro para reemplazarlo, arrasan
do cuanto encontrase á su paso. Todo pues
hubo de amoldarse á.la nueva situación, y
poco a poco, después del desquiciamien
to general, hubode principiar, y princi
pió, la reconstitución social, en los nue
vos moldes impuestos por los aconteci.
mientos. Se dió la Constitución de 1860 ;
293

se dió el Reglamento de Instrucción Pú .


blica en 1857; y se pensó sériamente en
dotar al Perú de una escuadra , que sir
viese de resguardo a los intereses radi .
cados en el guano, y sólɔ defendibles á
favor de una armada, bastante poderosa
para ser la primera del Pacífico .
A medida que el nuevo orden de cosas
se fué consolidando, hubo de darse paso
á los hombres de bien ; y los pocos que
lograron entrada en la casa de Gobierno,
llenaron su labor benéfica, influyendo en
los actos del poder para encaminarlo
por el buen rumbo . Se pensó sériamente
en dar vida á la región del Perú recorri
da por los tributarios del Amazonas; y
de esa época, vienen las fundaciones mas
estables de la región de Loreto, el cami .
no á Chanchamayo, y muchas disposicio .
nes conducentes á dar actividad á esos
mundos. La instrucción pública fué objeto
también de especial predilección del
caudillo triunfante; y dentro de la esfera
de sus alcances, no omitió medio de pro
tejer su desarrollo y adelanto . La esc! a
vitud fué abolida, los diezmos que paga
ba el indio se suprimieron , y de un modo
ú otro, se dio a todos participación en
los repartos del festín ,
No es justo hacer caer sobre un solo
hombre, las culpas de su época : pero los
pueblos son muy dados á este criterio, y
291 -

nunca les falta un macho cabrío que ofre ..


cer en holocausto á sus dioses. Por eso
atribuyen muchos al caudillo del 54, to
dos los males que originó ese movimien
to. Justo es, sin embargo, dejar las co
sas en su lugar. La situación creada el
54, tenía su causa en la existencia del gua
no y los hombres no podían ser sino sim
ples, accidentes. Si á uno de ellos , tocó
el puesto de comando, fué sin duda por
su superioridad relativa ; pero es innega
ble que no estaba en él , cambiar el rumbo
de las cosas. Es indudable que ese hom
bre, era superior á sus contemporáneos;
y de ello es prueba evidente, la fama de
su nombre, el recuerdo grato que en to
dos los pueblos ha dejado por los bene
ficios que hizo después, atendiendo á sus
necesidades, en materia de instrucción ,
vías de comunicación, obras públicas, & ;
y si nada de eso bastára, podríamos
alegar en su defensa, la amplia pro
tección que acostumbraba dar al talento
y á las aptitudes artísticas de los perua
nos, enviando á Europa por cuenta del
Estado, a los que mas se distinguían ; y
si todo esto no fuese suficiente, todavía
podemos tener en cuenta lo generoso y
noble de su carácter. y su preocupación ,
constunte para dotar al Perú de marinos ex
perimentados, y de una escuadra suficiente,
á fin de mantener en todo tiempo su supre
295

macia en el Pacífico, y asegurar con ello‘la


posesión de sus riquezas regadas en la costa.
La primera selección política.

El nuevo crden político, se mantuvo


igual en el fondo de las cosas, hasta que
apareció en el horizonte , con la adminis
tración de 1868, una estrella principal
que debía brillar mas tarde en primera
magnitud. Por su medio , supo el Perú
que el guano no sólo daba para los con
signatarios de célebre recordación, sino
que era posible, saliendo de ellos, con
vertir esa riqueza, en Ferrocarriles y
obras públicas de todas clases, donde
pueblo , hambriento ya, en ese entonces,
encontraría trabajo remunerado y campo
inmenso para labrar por sí mismo, su
propio bienestar. Los que habían vivido
de las consignaciones, y los que se ha
bían acomodado con el movimiento del
54, vieron con terror, que podía cesar el
orden de cosas, en que hasta entonces
habían vivido tranquilos , y naturalmente
se prepararon para la defensa.
No habían visto que en el cielo de la
Patria estaban escritas ya, las fatídicas
palabras del festín de Baltazar.
Por otro lado, á favor de ese orden de
cosas, creado en 1854, muchos hombres
habían hecho su posición , muchos otros
296

habían amasado una fortuna , y algunos


habían asegurado un relativo bienestar ;
las ideas liberales habían ganado mucho
terreno en la opinión ; y se había forma
do una especie de aristocracia , en reem
plazo de la antigua, comprendiendo aho
ra , personal numeroso y en cierto modo,
ilustrado y engreído, con el valimento é
influencia, que desde hacía tiempo, goza
ba en el Gobierno y en todos los centros
sociales. De su seno salía generalmen
te el Ministerio y los hombres del po
der; pero el Jefe del Estado, venía siem
pre de afuera, impuesto por los aconte
cimientos; y con él, venían también algu
nos elementos extraños al círculo domi.
nante, de modo que este, no disponía por
entero, del Gobierno. La conciencia de su
propia fuerza les aconsejaba la lucha, y
los intereses valiosos ya mencionados, los
precipitaba en ella con fuerza irresistible.
La campaña se inició hábilmente, y con
la victoria obtenida en 1872, cambió de
rumbo radicalmente, la vida política y
económica del Perú.
Se pensó , pues, sériamente, en que la
oligarquía en formación, era ya bastante
fuerte, para exhibirsey sacar de suseno,
al que debía ejercer la primera Magis
tratura; y esta solución , que era en la
clase acomodada, fiel expresión de sus
intereses, contaba también con las sim
297 -

patías de la clase pobre; harta ya, por


mil títulos de los atropellos de los Go
biernos militares; y bastante inocente,
todavía, para creer que los Presidentes
soldados , simples instrumentos, eran los
verdaderos causantes de las medidas de
mal Gobierno; medidas que el pueblo
percibía por sus efectos, y que era incapaz
de conocer en sus verdaderas causas ye
neradoras. Finalmente, la gran canti
dad de riqueza que el crédito proporcio
nó, para la construcción de los Ferrocar
ril, y los grandes negociados que á su
sombra se hicieron , no faltó quien los
atribuyese también al carácter militar de
los Gobiernos; y pensaron muchos, que
con un Gobierno civil , las mismas obras
serían hechas , pero con economía y
mejor aprovechamiento.
Todos los elementos necesarios para
formar un gran partido, estaban pues,
de acuerdo para entrar en acción, y ésta
no tardó en iniciarse , una vez que apare
ció el hombre, capaz de encarnar esas
aspiraciones y esos propósitos. El cau
dillo de 1872, era ventajosamente cono
cido en el pueblo, por su actividad y
consagración a la cosa pública, cuando
ésta le fué confiada en la Beneficencia y
en la Municipalidad, en épocas por mil
títulos inolvidables. Su carácter firme,
sus numerosas relaciones en la aristo
298

cracia, en que formaba parte desde sus


antepasados, su habilidad para tratar á
los hombres dardo á cada uno por el
lado conveniente á sus inclinaciones
efectivas, y halagando la vanidad de to .
dos y el amor propio de los que valian al
go, intrínsecamente ; todo, todo, concurrió
á lograr el propósito, inconciente quizás,
de ese movimiento político; movimiento
que dió por resultado, único y real, la
constitución definitiva de un partido fuer
te, poderoso, indestructible , que se

adueño de todas las posiciones oficiales;


y que debió sostituir a la forma de Go
bierno, despótico hasta entonces, la for
ma oligárquica, menos imperfecia que
aquella, y más cercana a la forma tipo de
los Gobiernos republicanos, esencial
mente democráticos. Del programa con
que subieron al Poder, los hombres del
72, nada quedó; ni el pretendido princi
pio, á que debiera su nombre ese parti
do ; la obra de los hombres fracasó por
entero ; pero la obra de la Naturaleza
nó : La homogeneidad política del Perú, ha
bía desaparecido. Un grupo de hombres, y
con ellos, un mundo de conceptos, aspira
ciones y propósitos determinados, debian en
lo sucesivo, influir siempre en los destinos
de la República .
La ley evolutiva , en su paso de lo ho
mogéneo á lo heterogéneo, ó de lo me .
299

nos definido á lo más definido, se había


cumplido en el País. Desde el año 1872,
se podía decir, que había llejado á su
adolescencia, el primer partido político del
Perú ; y como toda acción engendra una
reacción , aquel partido debía engen
drar como en efecto sucedió, causales
suficientes para dar vida á otro parti
do de opuestas tendencias ; partido que ,
no tardó en manifestarse en lucha arma
da, hasta que constituyendo a su vez, un
partido nuevo, completó con el anterior,
el sistema de acción y reacción, á favor
del cual se desenvuelve la vida política
de los pueblos, que han alcanzado cierto
grado de cultura.

La primera conquista de buen Gobierno.


Influencias exteriores , que no era di
fícil preveer, pero que tampoco, hubiera
sido fácil evitar , trajeron al Perú días
de amarga recordación ; y sus terribles ,
consecuencias, despertaron de su sueño
de marmotas , á las mayorías inconscien
tes. La necesidad de salvación común
llamó a todos al escenario, y después del
naufragio, sólo quedaron en pié, como
fuerzas vivas utilizables, los dos parti
dos políticos nacidos del movimiento del
72. Su alejamiento, y el odio profundo
que los separaba, en razón de la lucha
300

misma que habían sostenido, permitió la


imposición, una vez más , de la arbitra
riedad en el poder ; pero á poco, esta mis.
ma arbitrariedad. hubo de herir tan hon .
do los intereses de la Nación, y tocar tan
de cerca los de cada individuo en parti
cular, que se hizo posible la coalición
de los partidos históricos ; y como conse
cuencia necesaria, se operó el movimien .
to que en el año último, obtuvo con el
triunfo de Marzo, la elevación al poder
del caudillo más prestigioso, jefe entón .
ces del partido reaccionario opuesto al
de 1872 .
Verdad y justicia , llevaba escrito como
lema en su programa, este partido; y el
Perú entero , que harto necesitaba estos
preciados bienes. lo miró cou simpatías
y lo ayudó con entusiasmo. Si el inovi.
miento del 54, obedecía al interés que to.
dos tenían en enriquecerse; y el del 72,
al que muchos tenían en conservar lo ad .
quirido; el movimiento del 95 obedecib
á la necesidad suprema de existir ; y es
to, asegurando el pan de cada día, arre .
batado
entonces a todos, bajo las formas
mas irritantes y violentas ; y ello, en
nombre de un órden público que consis
tía solamente, en la explotación tranqui .
la de las rentas del Estado, por un cír
culo de escojidos.
El nuevo rumbo marcado al Perú por
301

las jornadas de Marzo de 1895, promete


ser de prosperidad y ventura para la
nación . Abonan en su favor, los antece
dentes del caudillo, por sus virtudes ci
vicas sobresalientes, por los ideales su
periores que dominan su espíritu, y por
su amor intenso á la verdad y á la justi
cia. Solo una sombra oscurece el cuadro,
y solo ella deja temer algo en el porve
nir : de los dos partidos existentes, coa
ligados ayer, tiende á desaparecer precisa
mente, el que parecía mas favorecido
con la victoria . Los que en la lucha su .
pieron ser héroes, parecen condenados
ahora á ser mártires. Ayer pelearon como
hombres; ¿ será preciso ahora que mueran
como buenos ? Posible es que así lo exija
la ventura nacional ; pero también es po
sible que extinguiendose uno de los dos
partidos, el sobreviviente se lance sin
freno ni contrapeso alguno, por el cami
no del abuso ; y volvamos á los tiempos
históricos, de los gobiernos absolutos;
sin mas variante, que la de sostituirse la
oligarquía de los poderosos á la tiranía
de los fuertes.
Un tercer partido, hoy de principios,
se incuba á la sombra ; y quizás, á él le
toca reemplazar en sus funciones, al que
parece condenado á desaparecer como la
oruga, para presentarse mas tarde tal
vez , convertido en mariposa. El punto
302

negro que se dibuja en el cielo político


del Perú, quizas se desvanezca en breve,
y las cosas vuelvan á su condición nor
mal. Hábil es el piloto que tiene el go
bierno de la nave , pero arteros son los
vientos del exterior y gruesa la mar en
que navega. Si á nosotros, nos fuera per
mitido intervenir en el arreglo de su cá
mara de estudio, pondriamos á su entra
da los bustos de Washington y Hamilton,
y decorariamos las paredes, con los retra
tos de Enrique IV, Napoleon I, Sully y
Colbert, Las imágenes de esos grandes
hombres y el recuerdo de sus hechos,
serian quizas los mas eficaces aliados y
los más nobles amigos del hombre del 95.
§ VI. - LA CIUDAD Y EL MUNICIPIO.
I

No hay en la ciudad de Lima esa comu


nidad de aspiraciones, esa uniformidad de
costumbres, ni esa común orientación de
voluntades, que unificado en una entidad
única, el modo de ser de los habitantes,
permite considerar á la Ciudad, como un
ser vivo, capaz de querer ó no querer.
Se puede decir en determinado asunto,
lo que el Perú quiere ; pero respecto de
Lima, difícil sería saber si hay algo, en
que sea manifiesto ese querer. No la lle .
303

gado todavía Lima á ese grado de per


feccionamiento de la vida superorgánica.
Mejor que ningún nombre, es propio pa
ra Lira el de Ciudad de los Reyes; pues es
lo cierto, que aquí todos lo somos; en
cuanto al propio querer. Cada uno quie
ie lo que quiere, y nunca hay una mayo
ría en favor de alguna cosa. Lima ng se
preocupa, de nada : la higiene pública, la
instrucción popular, el embellecimiento de la
ciudad, la facilidad y comodidad del tráfico,
la baratura y buena calidad de los alimen
tos; nada, nada de eso, que es el querer
unánime en toda gran ciudad , merece en
Lima, ni siquiera la preocupación de las
mayorías.
El Municipio , que no es sino la repre
sentación real y efectiva del querer de la
ciudad, no puede pues, ser otra cosa que
lo que siempre ha sido ; no puede tener
en su seno, sino un conjunto de indivi
dualidades independientes, incapaces de
llevar al seno de la corporación , otra co
sa que su personal influencia, ni otro
contingente que el de sus ideas y mora
lidad individuales, sin refuerzo ni ampli.
ficación alguna del exterior. Por eso en
Lima, puede decirse, que los señores
municipales, son personas muy distingui
das y muy digras de estima como parti
culares; pero que, propiamente, no hay
Municipalidad. Por eso es que no hay
304

higiene, no hay educación para el pue .


blo, no hay teatros, ni centros de solaz pa
ra el público, no hay garantías de una
alimentación sana y barata ; ni hay de
fensa alguna, contra las exacciones que
todos los días cometen con el público las
Empresas de servicios municipales, y los
contratistas y rematistas encargados de
esos servicios. De nada nos sirve que los
señores municipales sean muy dignos ca
balleros ; lo que necesitamos es que sean
municipales; es decir, que se preocupen
de los intereses de la ciudad. ante todo y
sobre todo ; y es eso precisamente lo que
no brilla en esa corporación, sino en ca
sos muy raros, y debido mas á la acción
de la casualidad que á otra alguna.
II.

No faltará, sin embargo, quien nos diga


que la ley es buena, pero que los hom
bres son los malos. Nosotros contestare .
mos que la ley y los hombres que deben
cumplirla, son cosas tan relacionadas,
como el sujeto y el objeto. Ley que no se
cumple, es mala necesariamente ; porque
si la causa está en los hombres, la ley
para ser buena, debe encerrar potencial
suficiente para hacerse cumplir , precisa
mente por esos hombres para quienes fué
hecha, y desde que esto no sucede, es
305

porque tal ley no es la apropiada para


esos hombres, sino para otros. Es justa
mente eso, lo que pasa en Lima y en to
das las poblaciones del Perú : se les ha
querido sujetar á la ley municipal de
aquellas ciudades europeas, donde la uni
dad' superorgánica existe, y en donde es
por tanto , natural , que manifieste, en la
opinión pública, en la industria y era las
instituciones de la cindad, su personali.
dad completa, bien definida, y la consi
guiente exigencia, que como tal persona
lidad tiene, para hacerse servir . Allí to
dos concurren á la formación de la Mu.
nicipalidad ; allí todos se preocupan del
bien comunal ; allí todos sienten las ven
tajas de la honra de ser municipales, y na
die se atrevería á contrariar en ese pues
to la voluntad manifiesta de los habitan
tes, exigente é imperiosa, en todo lo que
se refiere al bien común . Es pues, muy
natural que en esas ciudades, sea el ser
vicio municipal , dirijido por un Concejo
no retribuído y provistos sus miembros,
de autoridad suficiente para atender al
buen servicio ; pero querer traer esa or
ganización á poblaciones como Lima, que
en su desarrollo superorgánico, apenas
han alcanzado a las primeras etapas de
la vida animal, es pretender exijir á la
hidra de agua dulce, la manifestación de
20
306

la individualidad propia á los mamíferos


de los órdenes superiores. Y si esto de
cimos de Lima, ¿ qué no diríamos de los
pueblos del interior del Perú, condena
dos por esa ley municipal, á soportar un
Concejo, no escaso de sanguijuelas unas
veces, de parásitos otras, y en ocasiones
de unas y otros ; incapaces de hacer, ni
biex ni mal , servicio alguno local ? Allí
están las escuelas, los mercados, los ca
minos públicos, la higiene y todos los
ramos de esos servicios, para confirmar
nuestros asertos.
Mientras rija la ley actual , o cualquiera
otra.inspirada en las mismas ideas, tiene
que carecer Lima y todo el Perú, de servi .
cio municipal . El Perú no necesita Conce
jos irresponsables que manejen sus intere
ses ; lo que necesita, sí , con urgencia, son
Alcaldes rentados, nombrados por el pue.
blo, si se quiere, pero responsables de sus
actos, que hagan efectivamente el servicio
municipal; y tambiénijnecesita Lima y el
Perú entero, Concejos municipales, simple
mente consultivos en la administración
local, y sólo deliberantes, para las necesi
dades, cuya satisfacción demanda estu
dio previo, como son : el presupuesto de
gastos anuales; la creación de arbitrios
nuevos : la apertura de nuevos caminos; y
otras cosas análogas, en que es preciso
307

oír á muchos, antes de adoptar una reso


lución .
Cuando esos tiempos lleguen, habrá
servicios municipales, y el pueblo se
acostumbrará á ese beneficio , y lo apren
derá á querer; y sabrá honrar á los bue .
nos Alcaldes y estigmatizar á los malos ;
y así, poco a poco, se irá preparando el
terreno , por el despertar de las energías
individuales , hasta que aparezca la ver
dadera Ciudad , que hoy no tenemos en
manera alguna. Sólo en esa época será
conveniente y será buena la actual ley
municipal ; hoy por hoy, es mala y muy
mala, porque no hemos llegado todavía
á la altura de esas fantasías,

CAPITULO V.

El problema de las instituciones.


I.
Cuando se reflecciona sobre las condi
ciones de la vida animal, á poco que se
penetre en ese terreno, sorprende y mu
cho, la singular circunstancia, de ser el
corazón, el órgano único, que no cesa de
actuar un solo instante; como si allí se
anidara y no en parte alguna distinta,
todo lo que hay de permanente y eterno
en la individualidad del animal . En el
sueño, parecen paralizadas todas las fun
308

ciones vitales; sólo el corazón vela sin


descanso, manteniendo con su acompasa
do movimiento las pulsaciones de la vi
da ; y en los largos sueños invernales, de
los animales de los polos, se puede ob
servar el mismo fenómeno, en escala de
tiempo mucho mas considerable .
¿ Es el corazón , acaso, el lugar de re
sidencia , del espíritu que anima á los vi .
vientes y que ordena y dispone sus mo
vimientos, como el piloto, en la nave que
comanda ; 6 es el corazón solamente , el
volante de la máquina animal, que alma
cena todas las energías recibidas del mun
do exterior, para distribuirlas en propor
ción igual , en los diversos puntos del sis
tema, cual corresponde a las condiciones
del régimen de mayor y uniforme rendi
miento ? ¿Será por ventura el mundo su
perorgánico simple manifestación , en
grande, dada al hombre de su propio ser,
tal como éste está constituido , allá en las
recónditas interioridades del sistema or
gánico, donde todavía no ha penetrado
el escalpelo de la ciencia ? ¿Estará acaso
reservado al porvenir, que la Fisiología
y la Sociología, converjan al mismo pun
to, como converjen ya la Astronomía y la
Química molecular; representando la una
en grande escala á la misma entidad que
en la otra , se manifiesta en infinitesimal
reducción , como si la naturaleza quisie
309

se hacerse conocer, así, á la vez, por sus


opuestos polos : analítica y sintética,
múltiple y una, infinitamente grande é
infinitamente pequeña ; y así en todo, co
mo realización tangible de la unidad de
los contrarios, entrevista ya, por la Filoso
fía trascendental ! ; Mientras mas se mira
en ese fondo sin límites, do se amonto
nan las sombras, las dudas, las cavilascio
nes y los tormentos del espíritu ; mien
trasmas se pretenda romper esa densa
niebla, del que ha logrado saber siquiera ,
que lo ignora todo ; mientras mas se ahon
da, alli ; mas y mas se siente, la nada del
propio ser, y mas y mas se vislumbra la
imponderable grandeza de esa región ig.
nota, donde el hombre ha adivinado que
está su centro, su patria como esencia,
su verdadera ventura !
No se han hecho esas regiones todavía
para nuestro terraqueo ser ; no se ha he
cho el hombre, .para sostenerse en el aire
como el águila; y si apenas le es permiti
do por el salto, mantenerse allí un ins
tante tan sólo, mucho menos, puede
elevarse á las etereas regiones y al mas
allá, que únicamente le es dado vislum .
brar, en el deleite inefable de filosófico
ensueño. Volvamos, pues, al mundo que
habitamos, por ahora, y continuemos
nuestro estudio, sobre el problema de
las instituciones de Lima.
310

II

Las instituciones de un pueblo, son el


corazón de su entidad superorgánica ; y
así como el daño de un órgano, la atrofia
de una vicera, la lesión de una arteria,
el desgaste de una válvula, la alteración
de un ganglio, son por lo general re
parobles, en todos los sistemas curati
vos, y esto, toda vez que sea posible, por
su aplicación, restituir al corazón, un
funcionamiento completo , que obligue á
la sangre á hacer su circuito regular y
cumplido ; así también , en Sociología, to
do sistema es bueno, si tiene por efecto
hacer de las instituciones un organismo
vivo y sano, que ponga en circulación
regular y cumplida a todos los elementos
vivos ; es decir, que ofrezca á todos y á
cada uno de los asociados, paso libre y
franco, para el desenvolvimiento de to.
das sus energías. Y si el corazón , como
órgano vital, no fué hecho sino por el
propio esfuerzo, al través de la evolución
de las especies ; las instituciones de un
pueblo , no puedenformarse sino también
por el propio esfuerzo, y no pueden al .
canzar su perfeccionamiento, sino al tra
vés de la evolución histórica de todos los
pueblos y de todas las razas. No debe,
pues, extrañarnos que nuestras institu.
ciones no sean perfectas: ningún pueblo
311

las tiene por cierto , á esa altura; pero


sí, debemos preocuparnos de que esas
instituciones correspondan á nuestro gra
do de cultura, y á nuestro rango como
pueblo civilizado. En ese terreno hay mu
cho, muchísimo, que desear; pero tam
bién hay mucho, muchísimo, que pode
mos hacer.
Nuestras instituciones, están petriSca
das, casi en su totalidad. No hay en ellas
vida ; porque no hay espíritu , ni organiza
ción adecuada. Se mueven por velocidad
adquirida, en virtud de su inercia , y no
en función de la energia vital, que debían
alınacenar y no almacenan : son panales
que hicieron laboriosas abejas, inuertas
ya ; y sólo han quedado los zánganos, en
intimo consorcio con las abispas, que tra
jo la inmigración . La miel que se elabo
ró, se consume ahora, pero no se reem .
plaza, y muy pronto quedará solamente,
una masa informe, donde antes hubiera
una verdadera colmena .
El interés y la explotación, han senta
do sus reales, donde los ideales y las vir
tudes debieran regentar. La verdad y el
bien son plantas exóticas en ese mundo,
donde debieran habitar y multiplicarse
como en su suelo natural. El espíritu de
las instituciones, en muchas de ellas, vo
16 á las regiones ideales ; sólo han que
dado, en las más, simples cadáveres, y
312

en unas pocas, cuerpos casi muertos, pe.


ro con cierto resto de vitalidad . Aún late
el corazón ; aún es posible abrigar una
esperanza. El problema de las institu
ciones, demanda hoy, principalmente, el
trabajo de los entierra -muertos y de los
cirujanos ; pero también hay labor para
los médicos, y campo de aplicación para
los remedios heróicos, para las buenas
prácticas higiénicas, y aún, parala medi
cina casera, que se aplica en los casos
desesperados.
IIS

Bien sabemos que la personalidad hu


mana, tiene un triple centro de acción ; y
sabemos también, que estos centros, pri
man igualmente como factores de la vida ;
y sabemos por último, que en su modo
de generación, al través de la evolución
de las especies zoológicas, es el estóma
go el primero que aparece, viniendo des
pués, el corazón y el cerebro, como si su
formación, fuese debida á las energías de
aquel. Según todo esto , podemos estar
ciertos, de que sin estómago, la vida es ab
solutamente imposible; pero que, sin corazón
y sin cerebro, sólo puede desarrollarse esa
vida nutritiva, de las últimas capas de la se
rie animal. Búsquense en nuestras insti
tuciones, el cómo, y el modo de existen
313

cia de esos tres centros ; y será fácil cosa,


darse cuenta después, no sólo de su falta
de vida, sino todavía , de sus inenores de.
talles, y también , del modo de traer á ella
á las que deben vivir, o de hacerlas desa .
parecer, cuando sea preciso que mueran .
La naturaleza está constituida de tal mo .
do , que todo lo que existe, o es habitante
ó es habitación; y la plenitud de la vitali
dad de su ser, estriba justamente, en que
sea á la vez , habitante y habitación, ó , indi.
viduo y medio, simultáneamente. Y asi
como el hombre es habitante, respecto
de los infinitos seres vivos que integran
en su cuerpo, ya como obreros, ya co
mo transeuntes ; y así como en el cadáver,
sólo queda una habitación de gusanos,
así también, en todas las instituciones ,
cuando desaparece la unidad de propósi
tos, la concentración de energías, y de .
más potencias derivadas del corazón y
del cerebro, sólo queda un cadáver ; y son
los gusanos, precisamente, esos indivi
duos que se dicen miembros de la insti.
tución , y que viven en ella hasta devorar
todo lo que sea devorable. Y así como
los cadáveres inficcionan la atmósfera, y
es indispensable para evitarlo, que se les
dé pronta sepultura, así también respec
to de ciertas instituciones, es forzoso que
los entierra muertos apresuren su,labur.
No todas las instituciones, felizmente ,
314

han llegado á ese punto, y en muchas


todavía, es posible intentar un método
curativo,
Dejando á un lado las instituciones re
ligiosas, cuya petrificación es manifiesta ,
debemos ocuparnos de las instituciones
políticas y sociales, cuyo estado de pu .
trefacción hace urgente, por lo menos,
darles honrosa sepultura. En una fosa
común , podrian dormir el sueño eterno,
todas las instituciones fundadas en la
gratuituidad de servicios: allí la justicia de
menor cuantía, los gobernadores de los
distritos, los comisarios rurales, las aca.
demias y sociedades de sábios de afición ,
las hermandades de cofradía , los conce.
jos municipales, las juntas departamen .
tales, las juntas inspectoras y adminis.
tradoras , las sociedades de beneficen
cia, las juntas caritativas; y en general ,
toda esa nube de grandes filántropos, que
por amor á la humanidad, gastan su tiem.
po, su actividad y aún su dinero, sin re .
muneración de ninguna clase , y todavía,
teniendo que soportar, los dardos enve .
nenados de un pueblo imbécil , y de tan
tos maldicientes, que han dado en creer
y en propalar, una série de absurdos
monstruosos, como aquellos de que : allí
donde no se vé la paga de un servicio , se
obtiene esta, con creces y bajo formas
muy dañosas para los asociados ; todo
315

servicio se paga; todo esfuerzo perma.


nente, supone un interés permanente; y
otros absurdos análogos, que hacen ae
la vida de los filári tropos, una verdadera
vía crucis, en el desempeño de la novili.
sima y santa misión que se han impues.
to generosamente, en favor de la huma
nidad , sirviendo gratuitamente, cuantos
cargos demanden el concurso de sus in
teresantes personas .
Al propio tiempo que los entierra.
muertos hacen su labor, los cirujanos
deben apresurarse á extirpar tumores, y á
auputar sin piedad, todo lo que carece
de vida ó es inaparente para conservar.
la, en las instituciones políticas que no
corresponden al fin de su creación . Esos
jueces rentados que no administran jus.
ticia o la administran mal ; esos funciona.
rios y empleados, que no entienden lo
que manejan ó no se preocupan de las
labores de su puesto ; esos profesores
que no saben lo que enseñan o no quie
ren trabajar; esas oficinas de constatación
y vijilancia, que nada constatan ni nada
vijilan ; y en general, esa parbada de in .
dividuos, que ha llegado á creer que el
mundo se ha hecho, para que ellos y sus
familias encuentren manera de subsis
tir : todo eso, es preciso que sea suprimi
do ; y para ello, es indispensable que co
mo principio invariable de nuestra orga
316

nización política, no hayan puesto alguno,


donde la propiedad del empleo y lo iluso
rio de las garantías de responsabilidad, ha
gan que se pueda impunemente, faltar á
todas sus obligaciones, conservando sin
embargo, los mismos derechos y prerro
gativas, señalados para los que saben
cumplir con su deber. Para lograr estos
resultados en las instituciones, es indis
pensable que se extirpe en todas ellas el
espíritu de compañerismo; y á ello se
llegaría muy fácilmente, estableciendo la
intervención de cuerpos extraños, siempre
que se trate de juzgar sus actos.
El que recauda fondos no debe apro .
vechar de ellos ; el que propone una me.
dida no debe ejecutarla ; el que dá un in .
forme sobre una materia no debe expe
dir la resolución definitiva ; el que for
mula un contrato, no debe darle fuerza
obligatoria ; el que enseña, no debe fallar
como juez, sobre el aprovechamiento; el
que dá la ley, no debe ser encargado de
cumplirla ; el que inspecciona, no debe
depender del personal inspeccionado ; y
así en general, debe hacerse de manera,
que haya en toda institución , la absoluta
seguridad, de que es indefectible la res
ponsabilidad del que falta á sus deberes,
y la estima para el que sabe cumplirlos.
Ningún empleo ni cargo debe darse en
propiedad, y ninguna institución debe ser
317 -

juzgada, por otra formada con elemen


tos que de ella dependan .
Quedan por considerar, ahora, aquellas
instituciones, cuya vitalidad exterior se
nota apenas, pero que encierran , no obs
tante, poderosas energías en su seno, pa
ra entrar en una vida de salud y robus .
tez. Allí, por parte del Gobierno, los re .
medios heroicos ; y por parte del público
la cooperación mas eficaz y decidida.
La justicia privativa, el ejército, las ofi
cinas fiscales, las instituciones de fo .
mento, los centros de educación y ense
wanza, los servicios municipales y de po
licía, la colonización , y tantos otros ramos
de gran valía para la vida del país, no
podrán hacerse cumplidamente sino se
les atiende con recursos bastantes, para
el lleno de su inisión . Las economías en
esos ramos, son muy funestas, en tanto
que los gastos, vienen á ser siempre re.
muneradores. El dinero que se emplea
en esos servicios, es como el que se gas
ta en el cultivo del campo : se recoje siem
pre centuplicado, y nunca es perdido.
No decimos que haya dilapidación , pero
sí, que la razón de economía no figure
allí, jamás, entre las que se tengan en
cuenta para organizar esos servicios.
Todo pueblo se basta á sus necesida
des, y siempre es posible y conveniente
obtener los recursos necesarios para ase
318

gurar un buen servicio. Proceder de otra


manera, es entrar en el círculo vicioso de
ser malo el servicio porque está mal pagado ;
у de estar mal pagado, porque no corres
ponde á lo que debe ser .
Con ese criterio no es posible avanzar
un paso en el progreso. El gobierno tiene
el deber de organizar un buen servicio, cues
te lo que cueste; y el público está en el deber
de sufragar lo suficiente, para crear la renta
necesaria. Cunipla cada cual con su deber,
y los frutos no tardarán en recojerse,
mas que centuplicados. Los problemas
sociales y políticos, sólo se resuelven así :
planteandolos de frente y resolviendolos con
firmeza . Lo demás, es sólo jugar con la
política.
En cuanto a las instituciones sociales,
no es el Gobierno, quien influye mas; es
la sociedad misma, la que debe interve
pir, y ello es al presente, la labor de los
hombres de bien, de los pensadores, de
los críticos, etc ; y en cuanto a la solución
del porvenir, es en la educación pública
donde se encontrará el remedio . El estí .
mulo, el ejemplo, el periódico, el libro y
la cátedra, harán esa labor.
EPILOGO

Síntesis y conclusiones sobre la vida


relacional de Lima.

El estudio que hemos hecho de la vida


relacional de Lima, en los tres centros
donde esa vitalidad se manifiesta y apare
ce distribuida, y las soluciones indicadas
para los problemas que se presentan res
pecto de cada uno de esos centros, serían
más que suficientes, para que considerá
semos terminado, el asunto objeto de es
te libro . Parece útil , no obstante, estu
diar además, en conjunto, esa misma vida
relacional. Este estudio podrá permitir
nos, hacer resaltar alguna verdad impor.
tante , que pueda flotar sobre la unidad
sociológica de la ciudad.
I

Cuando prescindiendo de todo análisis


prévio, se considera Lima como una so
la entidad , que se contempla de lejana
distancia , y en condición tal, que sólo
puedan verse sus líneas mas salientes,
321)

como entidad sociológica, se destacan en


el cuadro, claras y distintas, dos cosas
bien marcadas : el abatimiento del ánimo pú
blico, y el predominio del mal elemento. La
intuición natural parece indicarnos, que
esos dos factores son correlativos el uno
del otro, y que anbos co-stituyen los
dos polos de esa miseria pública, que
arrastra á toda la sociedad en circulato
ria corriente. Política general, Congre
so, Gobierno, Instituciones , hombres, le
yes : todo cambia ; solamente no cambian
esos dos polos del malestar general de
la sociedad.
Durante largos años se creyó, que lle
vando al poder á un hombre superior, se
lograría el remedio tanto tiempo busca
do. Se hizo un gran esfuerzo para alcan
zar ese resultado, y sobre lagos de san .
gre, triunfó la voluntad de la nación : se
impuso al hombre que encarnára y encarna ,
el querer y las aspiraciones de todos los hom .
bres de bien . Todo fué un sueño : unos
cuantos meses, y cada uno pudo observar
que los dos polos, no se habían movido
siquiera : allí estaban ; firmes, inmutables;
los mismos siempre . El mal elemento
arrimado á las alturas, y el abatimiento ge
neral abajo, seguian siendo, como antes, ha
bian sido; y si bien se ve de un lado al há
bil piloto elejido por los pueblos, de pié
en su puesto, firme, resuelto, animoso
321

siempre, y siempre activo; de otro lado,


se ve también, dueño al mal elemento , de
casi todos los puestos de comando, sino
en la cima, al menos en la altura ; y allí
se le. ve oponer á cada instante su veto in
flexible, álas órdenes del que tuvo la hon
ra de ser elegido el primero entre sus
iguales ; y en el entretanto , la tripulación
toda, con la ansiedad en el alma y punzan
te dardo en el corazón , contempla trémula
y horroi izada, que: tal vez, no se llegará al
puerto; que quizás no se salvará la Repú
blica ; que la nave, seguirá siendo arras
trada por las olas, aun , en mar tranquilo.
Allí están los dos polos de nuestra des
ventura, fijos en el cielo de la patria, co
mo clavos de fuego; visibles para todo el
mundo, y al parecer, inaccesibles tam
bién para todos. No hay medio de cam
biar el rumbo ; los polos no cejan una lí
nea : no sólo la virtud reside en las altu .
ras; y no hay abajo, ni el ánimo para la
lucha, ni la confianza en las propias ener
glas. ¿ Estará acaso , destinada a desapa
recer la patria peruana; será imposible
cambiar el rumbo de las cosas; la volun
tad por ventura, no es cierto que todo lo
puede ? 6 será que se ha errado el golpe,
y que se ha herido en lugar inaparente
para obtener el triunfo ? Los pueblos
que como el Perú, no han realizado toda
vía sus destinos, no pueden desaparecer
24
322

sin cumplirlos antes ; no, mil veces no


Sus males tienen remedio , y es preciso
volver á la lucha ; pero sí, cuidando del
rumbo : el triunfo es para nosotros, pero es
indispensable saberlo obtener.
II

Siempre ha sido la palabra luz, casi si


nónima , de espíritu , de verdad, de virtud,
de bien ; y es que la luz, en sus manifesta
ciones , dá todas las imágenes del mundo
moral . Es allí donde materia y espíritu , se
subsuman y se confunden, en una sola en
tidad ; es allí donde todas las antinómias
se resuelven ; es allí donde se realiza cum
plidamente, el ideal filosófico de la unidad
de los contrarios ; y es allí finalmente, don
de esperamos encontrar nosotros, imá
genes muy claras del problema relacional
de la vida,
La lente biconvexa que se deja atra
vesar por los rayos del sol, reproduce
del lado opuesto, en su foco, no sólo la
imágen que pudiera dar un espejo, sino
algo mas real todavía : el sol mismo apa
rece allí ; pero reducido á tamaño infini.
tesimal. Es sólo un punto material, pe
queñísimno, pero radiante de calor y luz,
como el astro que lo ha producido, y ca
paz como él, de reproducirse de nuevo en
otra y otras lentes, que recibiesen sus ra
yos y así, indefinidamente. En .cuanto a la
323

claridad, nitidez y pureza de esa imágen ;


dependerian estas cualidades, de la cons
titución de la lente. y de su posición re
lativa respecto del astro rey.
En el mundo de lo inconocible , es el
hombre aquella lente, y es el sol , la rea
lidud misma, en el sentido mas elevalo ,
en que nos es dado entender esta pala
bra. Allí , en las misteriosas interiorida
des de nuestro ser, como esencia impe
recedera, de infinito alcance en la vía
del perfeccionamiento , y según el grado
de cultura conquistada, es el hombre,
lente viva, que recoje en infinitesimales
dimensiones, imágen real y completa del
universo entero ; y es también, para los
demás hombres , en sí y en las represen .
taciones que lleva consigo : objeto leal
que ellos reproducen á su vez ; repitién
dose así, de uno y otro lado, ese contí.
nuo cambio de imágenes, que hacen de
cada uno : sujeto y objeto, simultánealiente,
y que forman por su conjunto, ese velo de
malla de que habla la religión de los in
dus ó ese inconocible señalado por los
filósofos, como obstáculo infranqueable,
opuesto al hombre, para el conocimiento
exacto de las cosas, tales como son en sí.
El entendimiento nos lleva a la per
cepción inmediata, directa, intuitiva, de
la imágen primera de la realidad ; y la
razón , nos permite distinguir esta prime.
324

ra imágon, de las otras mil ; derivadas de


ella, en lo múltiple de su reproducción, y
como si se reflejara, sobre las facetas de
los innumerables cristales, que el uni
verso parece ofrecer, cuando objetivan
do la unidad que encierra , se presenta
múltiple y variado en su composición.
El entendimiento nos lleva a la reali
dal intuitiva, y la razón nos permite dis
tinguir ésta , de sus cópias mas o menos
imperfectas. La realidad absoluta, ese
sol de la vida, ese Dios del creyente, ese
Inconocible del filósofo , ese masallá inal
cansable, no podría jamás ser objeto de
la contemplación directa ; y sólo reve.
larse puede, por esa orientación común
de todos los entendimientos, hácia el mun
do aquel , donde sólo es dado al huma
no espíritu , leer esta consoladora frase :
ÉL ÉS.
Distinguir la realidad de la aparien
cia, ó la imágen primitiva de sus cópias
derivadas, es la tarea del intelecto ; y
cuando esta tarea no se realiza cumpli.
damente, el velo de malla viene muy es
peso, y el individuo,desciende á una os
curidad profunda, donde todo es error,
todo es equívoco, Allí vive la materia y
el dolor; allá por el contrario se cierne
el espíritu, y se mece en etéreas regio
nes, con su inseparable cortejo de dicha
y ventura infinitas, y llevando consigo
325

la contemplación de la realidad, tanto


mas explendente, cuanto mas exacta .
mente reproducida. No hay entre el hom
bre de bien y el malvado, sino esta sola
diferencia : aquel , sabe bien donde está
la imágen primera de la realidad, este
no ; la ha confundido con sus cópias im
perfectas, con sus derivaciones secunda
rias y deformadas.
Ambos obedecen á lo que creen prime
ru imágen ; pero en tanto que el uno, ha
tomado la orientación exacta, el otro se
ha desviado completamente.
Mas si el hombre es comparable á una
lente, no es ésta la lente óptica formada
de rígido cristal; es lente de sustancia
deformable y viva, como es el cristalino
en el órgano de la vista; y es lente, cu
ya forma y cuya constitución íntima, está
confiada al propio querer; y es en cierto
modo, la objetivación, como diría Schope
nahuer, de ese mismo querer. De allí
que la imágen “primera del universo, sea
obtenida por cada uno, con un grado de
perfección diferente; y que al servir esta
imágen, de objeto reproducible para otras
lentes, lleve á estas, la influencia de su
modo de ser primitivo ; y al regresar co
moimágen nuevamente, retorne en la for ,
ma que trae, la marca indeleble de la na
turaleza de su ser, y sirva así, á su vez,
de campo de motivación, para producir
326

en las otras imágenes, alteraciones debí .


das al querer individual ; y así, en serie
regresiva de infinitos términos, haga sen
tir en cada uno, la influencia solidaria de
los demás, y en todos, la influencia debi
da al querer del uno. Es pues, en el mun .
do, solidario todo ; y nada hay , que no sea
en parte debido á ese propio querer ; que
todo lo puede, y todo lo vence, bajo la
acción combinada del espacio y del tiein
po. Toda buena acción aprovecha por
eso, al universo entero ; y todo acto malo ,
se hace sentir como influencia, en la tota
lidad del mundo. Si cada cual hubiese
llegado á constituirse como lente, en una
disposición perfecta de forma y compo
sición , no reproduciría como real y pri
mera la imágen del ser, sino con absoluta
distinción de las otras múltiples iniágenes,
que como simples copias de la pri
mera, es posible saca!". La verdad y el
error, serían de todos cosa conocida con
perfecta claridad ; la ley moral , no se
violaría jamás; y esto así sería, porque
todos verían la realidad ; y ésta como que
es el bien mismo, no podría jamás dejar
de ser amada.
En el juego de energías opuestas , y en
esa marcha del campo de motivación , que
para cada uno engendran , en los actos de
los demás ; sea por impresión direc .
ta , sea por efecto del reflejo ; en todo
- 327

ello, decimos, se produce una especie de


movimiento, circulatorio y regresivo de
nuestros propios actos, que hace de cada
uno de ellos , algo así como el Boomarang
( 1) de la vida moral. Asi es como caen so
bre nosotros mismos, los bienes y los ma
les que causamos á los otros ; sin tener pa
ra nada en cuenta nuestro propio indivi
duo, y sin saber que la ley moral se encar
gará de hacerlos seguir trayectoria curvi
línea regresiva, á fin de que vuelvan siem
pre, hácia el punto de donde partieron,
como para recordarnos esa ley de solida
ridad universal, que hace de cada uno , el
sujeto y el objeto, y la víctima y el verdu
go, á la vez, de todas sus acciones y de
todos sus deseos y propósitos.
Todo pues, obedece en el mundo moral
á la ley del Boomarang. El que causa el
error y su víctima obligada ; a la vez , lo to
marán, como verdad ; y al sentir sus efec
tos aquel , tendrá que deshacer el camino
andado y tendrá que buscar esa verdad
( 1 ) Arma de guerra que usan algunas tribus
salvajes de la Australia , y que consiste en un bas
ton chato, doblado en forma parabólica. En ra
zón de esta disposición , el Boomarang , al ser arro
jado sigue siempre un movimiento curvilíneo re
gresivo, y ofrece el curioso fenómeno de que una
vez lanzado al aire, sigue en el espacio, una línea
curva y continua , tal, que puede regresar a la
misma mano que lo ha arrojado.
328

que al principio detestara ; y así, poco á


poco, rectificará sus rumbos y contribuirá
á engendrar ese potencial de evolución in
cesante, que al manifestarse en el hecho,
se polariza en dos opuestos sentidos : el
abatimiento de ánimo b desconcierto del
propio poder ; y el mal elemento , acumu
mulado en esa multitud de errores y fal
sos conceptos que toman como verdades
evidentes, los desgraciados que fijan en
el estómago, lo mas noble de su ser..Son
entonces, estos errores, por el dolor que
causan al objetivarse en cada uno, pre
cisamente los centros de motivación , des
tinados a despertar la voluntad y llevar
la del abatimiento a la acción, y con ella,
al desvanecimiento del error y á la ex
tinción consiguiente del dolor. En el or
ganismo : el corazón y la piel, serían el lu
gar de esos dos polos; y en la sociedad
Lo seríaz, el abatimiento del ánimo público,
ข el mal elemento llevado á lus alturas. En
el individuo, la frotación de la piel de
vuelve su energía á un corazón anémico ;
y la robustez y el vigor de éste, causa á
la piel salud y frescor, movimiento y vi
da. En la sociedad, la reacción del api
mo público, purifica el mal elemento y
lo sostituye por otro mejor ; y cuando es
te es bueno, su influencia lleva á los áni
mos, confianza y seguridad, y á la socie .
dad prosperidad y bienestar. Es un cir
329

cuito continuo entre el individuo y el me


dio, entre el sujeto y el objeto , entre el
infinitamente pequeño y el infinitamente
grande. El mal no tiene existencia , sino
en tanto que la ley moral está violada ;
el mal , es sólo la negación de esa ley
moral , objetivada en.elmalvado como su
jeto, y en el sufrimiento y el dolor como
objeto.
III

Volvamos a la sociedad de Lima. El


predominio de los malvados. descansa en
el abatimiento del ánimo público ; y éste ,
tiene su raíz, en la existencia de aque
llos : son , una y otra cosa, entidades in
separables; como lo son, la acción y la
reacción, el objeto y su sombra. No pue
den existir jamás, sino en estrecha cor
respondencia ; y marcando en cierto mo
do, por la dirección y fijeza de la línea
que los une, la necesidad de hacer cada
cual , el trabajo interno, cuyo olvido ha
creado esa fijeza, y con ella la petrifica
ción del cuerpo social. Dos pues son los
caminos que pueden seguirse, para resol
ver el problema de la vida relacional de
Lima : la acción individual en las masas, ó
la accion central en los poderes públicos,
La Francia del 89, siguió el primero ; el
Japón , en este siglo, siguió el segundo.
330

¿ cuál de los dos podrá seguir el Perú?,


los dos talvez .
La acción de arriba á abajo la ha ini .
ciado con tesón y acierto el actual Jefe
del Estado, y no son pocas las leyes ex.
pedidas ya , no obstante, la sistemática
oposición de un grupo de Representan .
tes, por lo demas honorables y dignos,
pero víctimas talvez, de preocupaciones y
prevenciones, que en política se explican
fácilmente. Un poco mas de afectuosi.
dad y tolerancia por parte del Presiden
te, y un poco mas de altura por parte de
los diputados de oposición ; y la reforma
de nuestras carcomidas instituciones,
sería un hecho. Talvez se alcance ese
resultado, en la Lejislatura ordinaria de
Julio próximo. No es ello fácil, sin em
bargo. Aún cuando en las resistencias
que ofrece la Cámara de Diputados, só
lo se vé por hoy , falta de armonía y pre
vención de ánimos ; detrás, se ajitan dos
causales, difíciles de hacer á un lado.
Hay en esa lucha un móvil principista,
y un móvil utilitarista de gran signifi.
cación ,
La línea divisoria principista, en
el Perú , se hizo sentir desde que se ini
ció la lucha de la independencia , y dos
hombres célebres en nuestra historia
política : Monteagudo y Sanchez - Car
rion , representan los campos opuestos
331

abiertos desde entonces à la lucha de


principios, entre liberales y conserva
dores ; lucha que se caracterizó, ponien
do término a la vida de esos dos notables
estadistas . Esos dos elementos princi
pistas, nunca han llegado á' tomarse co
mo bandera de partido político en el
Perú ; pero los hombres de esas ideas se
han embarcado en las revoluciones, stem
pre con el propósito de hacer por la
causa de sus ideas, todo lo posible; y se
gún las opiniones del caudillo elevado al
poder, y según se haya inclinado éste, á
las ideas conservadoras ó á las liberales,
los Representantes principalmente, y e!
público, se han puesto de su lado ó le han
hecho oposición. Esa línea divisoria
existe hoy, y es imborrable por su natu
raleza misma ; y¡ay! del Perú, si algún
día , desapareciese esa línea salvadora.
Al lado de la cuestión principios, está
otra no ménos poderosa : la cuestión inte
reses. Bajo los nombres de centralización
y descentralización , crédito, propiedad, ca
pital, etc. , se ocultan todas las llagas
sociales que hemos descrito en este li .
bro ; y un mundo de individualidades vi
ven encaramadas tras de esos concep :
tos , ha siendo labor nada conforme al in
terés social y político de la República.
Esos elementos han tomado posiciones
ventajosas en todos los poderes públi
332

cos , y los hombres de bien no pueden


luchar con ellos sino en desastrosas con.
diciones ; y como hay de una y otra clase
en todos los centros, la lucha de los po
deres obedece al juego de esas energías
y la masa general del país, tiene que po.
ner sus simpatías, ya de un lado ya de
otro, según los casos ; no pudiendo por
esto deberse prescindir jamás de un espí.
ritu de tolerancia, sin el cual, sería impo .
sible saber, de que lado está la verdad y
el bien de la República.
El mal elemento, elevado a las altas
posiciones por los viejos sistemas, no
desea por cierto, sino conservar sus te .
neres y las situaciones y valimento ad .
quirido ; y como en este grupo se encuen
tran los mas experimentados, puesto que
la experiencia y el tiempo han estado de
su lado ; evolucionan ellos, en el sentido
que mas conviene á sus intereses ; pero
lo hacen con habilidad y buen criterio,
y á favor de esta táctica hábil, vienen á
ser en realidad, los dueños de la situa
ción. De una y otra parte se piden sus
favores, y ellos inclinan la balanza del
lado mas conveniente, al logro de su
principal propósito ; que no es otro, an .
te todo, que elde: conservar sus posiciones.
Las cosas asi, bien se vé que la refor.
ma que venga de arriba, no puede pasar
de ciertos límites muy estrechos. La re
333

forma eficaz, será siempre la que vaya


del lado de abajo. Es la acción indivi
dual la que debe ponerse en juego, y so
lo ella podrá coronar el triunfo ; solo ella
dará en tierra con el mal elemento enca
ramado en las alturas.
El Perú es hoy, como un enfermo pró
ximo á expirar : sólo queda un rastro de
pulso, que acusa en el interior, un cgra
zón que aún late y que aún lucha por
conservar la vida del sistema, pero que
en esa lucha, vá perdiendo terreno. Só
lo un auxilio del exterior puede salvarlo,
Frotaciones que irriten la piel, cáusti
cos, ladrillos calientes; todo en fin , lo que
pueda despertar energías y fuerza viva,
que se trasmita por los hilos nerviosos,
al centro del sistema; eso sólo es lo úni .
co , que dá esperanzas de salvación . Esa
es la tarea que falta por hacer, y ella de.
pende de cada ciudadano únicamente .
y es de su esclusiva responsabilidad : á
la obra pues. Cuál es esa acción indivi.
dual , y de que manera debemos ejerci.
tarla, es asunto que hemos tratado, en
todas y en cada una de las pájinas de
esta obra, Al presente solo debemos sin
tetizar lo dicho,
Es preciso no tener paru EL MAL, piedad
ni compasión : es preciso ser para ese,
enemigo: irreconciliable, duro y cruel, si
el caso es necesario ; pero también , es
334

preciso al mismo tiempo, tener caridad


para EL MALVADO. En sus culpas , noso
tros no somos inocentes ; y sólo teniendo
esa caridad, estaremos convencidos, y
llevarémos á los demás la convicción , de
que son nobles y levantados nuestros
ideales y no se inspiran, on pasión alguna
mezquina, incompatible porlo mismo con
la pobleza de un corazón bien puesto.
Es preciso que cada individuo antes de
proceder contra el prójimo , piense
bien, si su sacrificio es real y efectiva
mente exijido, por el cumplimiento de la ley
moral; es preciso además, que desconfíe
de su sólo criterio , y que examine con
cuidado, si es ó no víctima al proceder
así, de esa trinidad enlodante del cora
zó humano, que nos hace juguetes de la
envidia, de la avaricia y de la caroauxi
liosidad ; esto es, de los móviles mas vi
les á que el hombre puede obedecer.
Si nuestra acción se inspira en estas
ideas y ponemos manos a la obra, no se.
rá difícil que comprobemos la exactitud
de esta gran verdad : Todo pueblo de la
tierra, tiene en su seno elementos de pro
greso suficientes para lograr constituirse, en
Estado soberano, poderoso y respetable ; ca
paz de ser dirigido por un solo pensamien,
to, una sola voluntad y una sola acción ; y
esto, como resultado integral del pensa
miento, de la voluntad y de la acción de
335

todos los ciudadanos, cuando ellos se


orientan en armonía con la ley moral. Esą
ley lleva siempre en su cumplimiento, el
bienestar intelectual, moral y físico de
la sociedad, en su conjunto y en los ele
mentos que la constituyen. Por ella so .
lamente, el Gobierno interior es fuente de
prosperidad y de ventura, y la Nación
alcanza el más alto grado de grandeza y
poderío .

FIN DEL LIBRO TERCERO .


ERRATAS NOTABLES .

Pág. Linea DICE LEASE

18 27 das dos
20 27 contrarios hasta contrarios , hasta
26 2 podría podrian
27 27 bien ; y bien , y
51 15 ni se debe ni debe
51 24 vida ; y vida , y
57 21 focalizar realizar
59 10 formas sin formas y sin
60 25 puede pueden
64 19 quieren quiere
86 15 cambeaba cambiaba
98 27 debe deben
103 7 com para comparó
111 1 á tal en tal
111 20 el recaudador al recaudador
113 5 y salinas salinas
117 últ . esposa , de esposa, y de
132 13 obtenerse soportar
133 29 con muy en muy
131 7 tienen tiene
134 21 contribucion contribuciones
147 12 estiende extiende
150 31 y gozarian gozarían
160 17 y algo , y algo así,
167 36 sirve de y sirve de
172 19 irustración ilustración
179 17 por su por un
180 8 debemas debemos
194 10 autoridad libertad
198 9 limitadas limitada
II

Pág. Linea DICE LEASE


205 25 espesos de espesas
208 23 talento ; talento ,
211 26 llevan lleva
220 7 de del
220 29 impuesto ; impuesto,
247 22 programa programas
257 21 el al
267 15 hecho, hecho
272 27 desocubrirían descubrirían
273 últ. lato lento
272 11 Felizuiente Precisamente
282 5 el caudillo , el caudillo ;
316 1 hayan haya

:
!

INDICE .
Libro tercero .
La vida relacional de Lima .
Introducción .
PAGS ,
Los factores de la vida relacional .. 7

Sección primera.

La opinión pública.
CAPITULO PRIMERO .

La opinión pública en general.

$ 1.- Los factores de la opinión .... 15


§ II.- Los potenciales de la opinión 21
CAPITULO SEGUNDO .

La opinión pública en especial,


§ I.- El carácter y condición de la
opinión pública.. 32
§ II. -Los errores de la opinión .... 41
Š III, -- El problema de la opinión
pública 72
Sección segunda.
La industria .
CAPITULO PRIMERO .
El medio industrial.

8 1.- Consideraciones generales .... 75


§ II.- El libre cambio .. 81
§ III. - Lamoneda ... 89
§ IV.- La balanza del comercio 93
ŠV . - Las funciones propias del Po
der público ... 100
S IV . - Los impuestos . 103

CAPITULO SEGUNDO

La industria en general.

§ I. -Condiciones de la industria 115


II. - Primer establecimiento . 118
S III.- Los tres capitales de la in
dustria . 120
$ IV. -La gerencia industrial. 124

CAPITULO TERCERO .

Del resorte de la industria de Lima ... ........ 127

CAPITULO CUARTO

El estado actual de la industria .

§ I. – Clasificación necesaria .. 136


II.-- Industrias privilegiadas ..... 136

1
$ III. - Industrias normalmente esta
blecidas ... 145
SIV.- Las pequeñas industrias 146
§ V. -La industria naciente .. 149

CAPITULO QUINTO

El problema de la industria .... ........ 153

Sección tercera .

Las instituciones .
CAPITULO PRIMERO,

Consideraciones generales ......


159

CAPITULO SEGUNDO .

Instituciones religiosas.
§ 1.- Elculto ... 161
§ II. - El proselitismo .. 164
III. - La propaganda 166
IV . – Centralización . 167

CAPITULO TERCERO.

Instituciones políticas.
$ I.-- La administración de justicia . 169
II. —El servicio de seguridad ..... 177
S III.- El servicio de libertad ... .. 191
& IV.- Del servicio de viabilidad .... 204
Š V. -Del servicio financiero ... 219
concosos
VI. Del servicio de Beneficencia , 233
VII. -La educación popular...... 241
Š VIII.- Instituciones de fomento .. 248
CAPITULO CUARTO .

Instituciones sociales.

$ 1.- Consideraciones generales .... 254


§ II. · El individuo y la familia • 256
§ III -El taller y el salón .... 264
§.IV. -El gremio y el club .. 268
§ V. -Las clases sociales у los par
tidos políticos.... 273
8 VI.- La Ciudad y el Municipio.... 302
CAPITULO QUINTO .

El problema de las instituciones ............. 307

Epílogo,
Síntesis y conclusiones sobre la vida
relacional ..... 319

FIN DEL ÍNDICE,


DEL MISMO AUTOR

En venta
Precie ,
LA VIA CENTRAL DEL PERU : ... S.
MATERIA Y ESPIRITU
SOCIOLOGIA DE LIMA :
Libro I– La entidad orgánica ..
Libro II — La vida nutritiva ...
Libro III -La vida relacional ..
En prensa
Sociología de Lima:
Libro IV y último. - La vida in
telectiva .

En preparación
EL PICHIS Y SUS SECRETOS : no
vela histórico - geográfica, so
bre las montañas deloriente pe
ruano.

Librería Francesa , Científica y Casa editora


J. Galland - 34 Calle de Palacio 36.
BIBLIOTECA POPULAR

SOCIOLOGIA

DE

LEVA
POR

J. CAPELO

Miembro de la Universidad de Lima

LIMA

Imp. La Industria - Desamparados 15


1902
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LIMA
POR

J. CAPELO

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1902
LIBRO IV

LA VIDA INTELECTIVA
DE LIMA
DOS PALABRAS

Después de seis años de obligado si


lencio, á causa de múltiples atenciones
que me han impedido dar á este libro los
últimos retoques ; y , compelido por otra
parte, á cambiar de plan en la distribu
ción del material, que venía muy abun
dante y muy heterogéneo , puedo ahora
dar á la publicidad este libro “ La vida
intelectiva” que da término á la Sociolo
gía de Lima.
Para llegar á este resultado fué forzo
so separar mucho de lo primitivamente
considerado ; y tanto, que de ese material
ha visto ya la luz pública " El Problema
Nacional de la Educación Pública " . Ali
gerado así el programa he podido con
- 6

cluir la Sociología de Lima, en la parte


que faltaba y que hoy se da á luz, con
sujeción al primitivo plan.
Lima, julio de 1902.
J. Capelo.
LIBRO CUARTO

LA VIDA INTELECTIVA DE LIMA

CAPITULO I
Naturaleza de la vida intelectiva
I

La plántula , germen ô embrión que se


encierra en la semilla de un vegetal , se
compone de una radícula destinada á
constituir la raíz y una plúmula que de
be formar el tallo y las hojas , La línea
de separación entre la plúmula y la ra
dícula la forma el cuello ó centro vital ,
que parece ocultar lo que la planta es
en su esencia misma: esto es , algo así
como esa voluntad que se objetiva según
el modo de ver de Schopenhauer, ó algo
como ese espíritu que evoluciona desde
la monada , según elmodo de ver de otros
filósofos. El hecho es que desde las pri
- 8

meras manifestaciones de la vida, la co


sa en sí, como diría Kant, no se mani
fiesta sino por la especialidad de la ac
ción ; y ésta así como en la plántula se
exterioriza siempre haciendo uso de dos
instrumentos característicos: la radicu
la , destinada a vivir en unión con la tie
rra ; y la plúmula, tendente á salir de
ella y alejarse más y más, elevándose,
como si su centro residiese en las regio
nes superiores.
En la vida animal, desempeña el estó
mago el papel primero, y está confiado
al cerebro el ejercicio del seguno. El co
razón queda entre los dos , como queda
el centro vital entre la radícula y la plú
mula, y como ese centro , parece repre
sentar en el animal, lo más noble de su
sér. En el hombre, especialmente, toma
el cerebro desarrollo extraordinario , y el
corazón comienza á manifestarse como
el eje de un mundo nuevo, insondable,
donde se anidan igualmente, los más in
tensos dolores como los más inefables
goces de la vida. ¿ Será acaso allí donde
reside el sér, no siendo el estómago y el ce
rebro sino simples accesorios, como pre
tende Schopenhauer ; ó serán los tres cen
tros de la vida no mas que faces, mani
festaciones , exteriorizaciones únicamen .
te, modos de evolución de ese sér inco
nocible que llamamos el yo ? La ciencia
9

y la filosofía no han pronunciado aún su


última palabra.
Corresponde al cerebro la dirección de
la vida, en cuanto él forma y prepara el
campo de motivación que a cada instan
te debe presentar a la voluntad, para in
clinarla en uno ú otro sentido, y para que,
una vez fijado éste , pueda dar el estóma
go sus energías , á fin de llevar a la prác
tica y traducir en movimientos materia
les, esas resoluciones del yo, que consti
tuyen la vida de los seres animados , y
que en el hombre alcanzan el mayor gra
do de complexidad .
Percibe el cerebro el orden racional
del universo y almacena el estómago los
potenciales necesarios para la acción , y
á favor de esos elementos, el corazón evo
luciona y se desenvuelve como principio
de causalidad ; objetivándose en el mun
do de la materia como cuerpo organiza
do y vivo, y manifestándose en el mun.
do de la conciencia , en las interioridades
del sér, como uno y simple, intangible ,
espiritual, en fin .
Bajo su doble aspecto, se nos presen
ta el hombre, a la vez, como objeto del
universo, donde se siente débil y peque
ño, y como sujeto del mismo, donde des
cubre el infinito de su esencia у vislum
bra ese más allá de la vida, hacia el cual
deberá tender para lograr hacerse en el
-
10

espacio, en el tiempo y en la causalidad,


algo así como el Šér Supremo es, por
encima del espacio, del tiempo y de la
causalidad .

II

En la vida intelectiva radican los mo


tivos que orientan el sentimiento y de
ciden å la voluntad, traduciendo siempre
al exterior en movimientos mecánicos,
físicos o químicos, las resoluciones que
adopta y realiza por el esfuerzo.
Estómago, corazón y cerebro son cen
tros que funcionan sin cesar y siempre
de acuerdo; pero es el erebro el encar-,
gado de alumbrar el camino que los tres
deben recorrer , en el decurso de su ince
sante evolución actuante y resistente .
La vida del cerebro ó vida intelectiva
extiende sus dominios al mundo de la
materia comoal mundo del espíritu y se
hace sentir á la vez : en el sujeto en elob
jeto y en la relación que los liga. Vivir
intelectivamente es, pues, conocer quese
vive y es tener conciencia de la acción
propia, en cuanto obedece ésta, á un mo
tivo ó sigue un rumbo determinado ha
cia un propósito prefijado de antemano.
En términos más breves : vivir intelecti
vamente, es vivir en el tiempo por el con
11 -

cepto, en el espacio por la intuición, y


en el mundo del esfuerzo por la apercep
ción de sus acciones y reacciones ince
santes.
En el mundo intelectivo, la vida hu
mana se desenvuelve clara y distinta, en
conceptos, en intuiciones y en apercep
ciones, de que el animal carece; quedan
do, precisainente por este motivo, á un
nivel inferior al de la especie humana.
La posibilidad del concepto, es exclusiva
del hombre, y es ellala que forma el abis
mo que nos separa de la bestia ; abismo
tan grande , como el que aleja al animal
de la planta, en razón de la incapacidad
de ésta para la intuición tan propia de
aquel. El vegetal, capaz solamente de la
excitabilidad, realiza como el animaly el
hombre mismo, la labor continua, ince
sante, de adaptación al mundo exterior :
pero, en escala menor, tan inferior res
pecto del animal como la que media en
tre el hombre y éste. La individualidad,
tan marcada en el hombre como pobre
en el vegetal se conserva, aún, en el mi
neral mismo, asilándose podemos decir
lo en su forma cristalina , única que es
capa á la influencia avasalladora del me
dio exterior, que le impone, por lo demás
en la reunión de esos cristales, en sus
agrupamientos, dimension y forma, con
formándose únicamente el tipo cristalo
12 -

gráfico que representa la unidad nume


ral, el individuo en cada serie.
Toda energía se ejerce según una li
nea de acción, con una ciertaintensidad
y en persecución de un fin determina
do. Por la luz del intelecto se puede co
nocer esa línea y esa intensidad , y dis
tinguir ese fin . La vida intelectiva , en la
evolución de las energías, lleva , pues,
directamente, la acción de éstas á reali
zarse según esa línea , que es la del gas
to mínimo, en situación , en esfuerzo y
en finalidad. Cuando esa línea ha sido
conocida, el hábito la perpetúa y la na
turaliza en el organismo. Es así como
el conocimiento se convierte en aptitud
y lo consciente se vuelve á lo incons
ciente, para dejar desocupado el cam
po de la conciencia y libre y en apti
tud de que el intelecto abra en él nue
vos horizontes , otros rumbos y otros ob
jetivos finales; que a su vez irán á su
mergirse en lo inconsciente, perpetuán
dose en la especie y contribuyendo así á
la evolución de ésta, al través de las eda
des . Quizás si allí, en esa constante evo
lución de lo consciente á lo inconsciente ,
en el individuo ; y de esto á aquello , en
la especie , está todo el secreto del vivir
y la razón de la vida misma.
El hecho es que, lo inconsciente es el
capital en caja , lo consciente es el dine
13

ro en circulación , y el organismo es el ca
pital fijo, propio, adquiridopor la heren
cia evolutiva de las especies , primitiva
mente, y en la última especie por heren
cia de los ascendientes respectivos .

III

Si como piensa Schopenhauer, el espí


ritu filosófico sólo nace en el hombre ,
cuando este se admira del hecho de exis
tir ; nosotros diremos, que la vida inte
lectiva , comienza , precisamente, cuando
el hombre se da cuenta, como adivinán
dolo, de la existencia en el universo, de
un orden de cosas preestablecido y tal,
que sólo siguiéndolo fielmente es posible
liberarse del sufrimiento y del dolor.
Percibida esta noción fundamental de
la vida, las energías individuales acep
tan gustosas el predominio del intelecto
y solicitan con afán que alumbre su ca
mino y marque el rumbo de la acción an
tes de iniciarla. Así nace la vida intelec
tiva y por los éxitos que hace alcanzar,
crece poco a poco el ascendiente de La
Ciencia, que la expresa y que concluye
por hacerse la soberana de la vida.
La filosofía y la ciencia nacen pues de
una admiración y de una intuición . ¡ Fe
14

lices aquellos que han experimentado


esas fruiciones del espíritu.
Son los filósofos y los sabios los que
han hecho conocible para todo hombre
ese cúmulo de verdades en que descansa
toda la civilización ; son ellos los que han
sacado al hombre de la vida salvaje de
los bosques, para congregarlo en populo
sas ciudades, donde los hombres se cuen
tan por millones ; son ellos los que han
puesto en comunicación elgloboentero,
envolviéndolo en todos sentidos con múl
tiples redes metálicas, para llevar de uno
á otro confin de la tierra el pensamien
to y la vida ; y es por ellos, igualmente,
que la especie humana ha estrechado y
estrecha cada día más y más sus relacio
nes en todo orden, y reconociéndose en
la tierra entera como una sola familia,
ha podido comprobar la sabiduría incom
parable del precepto de los preceptos, de
esa expresión sublime: amaos unos á
atros .
La Filosofía ha descubierto el incono
cible, yhallando enél, límite infranquea .
ble á sus mirajes, ha debido inducir la
necesidad de la existencia de otros mun,
dos con otros intelectos, capaces de domi
nar ese inconocible , que cierra el pasoal
intelecto humano. La Filosofía nos ha
revelado la existencia del orden preesta
blecido y la línea de menor acción ; y fi
15

nalmente , la Filosofía ha constatado que


somos sujeto y objeto, espíritu y mate
ria, unificados en un yo, capaz de pen
samientos, afectos y voliciones.
La ciencia por su parte, ha hecho co
nocer el mundo exterior , y en éste, en
primera línea, el cuerpo humano con su
complicada disposición de forma y dis
tribución en sus órganos y funciones , y
en sus relaciones con ese yo, que la Fi
losofía tenía revelado por el examen de
los fenómenos de la ciencia . La ciencia ,
ha hecho ver las leyes que gobiernan el
mundo de la materia y ha unificado sus
múltiples y variadas formas en unas po
cas fórmulas, á cuyo término se vislum
bra ley y una fórmula únicas que
las exprese y las comprenda.
La Filosofía levantó un extremo del es
peso velo que oculta el cielo de la vista
humana; y la ciencia puso á los pies del
hombre, el rayo , y todas las fuerzas fí
sicas que dominan en el mundo de la
materia ; y ambas, la Filosofía y la cien
cia, vienen de consuno librando á la hu
manidad de espinas y abrojos, al través
del espeso y difícil sendero que debe re
correr, mientras sea su patrimonio la ig
norancia y el error.
La Filosofía y la ciencia , después de
haber hecho su obra en la Hermita y en
la Cabaña , se han aproximado á las ciu
16

dades y penetrado en ellas y poco á po


co, se han impuesto, y de allí continúan
en su benéfica tarea. Hoy la Filosofía y
la Ciencia ocupan lugar prominente en
las alturas del poder y de allí extienden
su acción en más dilatados horizontes y
se propagan y difunden sin cesar.
Son los filósofos y los sabios los que
señalan el derrotero de la vida y los que
indican sus rumbos, para hallar franco
el paso y no tropezar con los escollos que
á cada instante encuentra el hombreen
su camino, muy especialmente cuando
no lo alumbra el ideal filosófico, ni la
verdad científica. Por esos servicios, la
humanidad reconocida, tiene siempre,
para los filósofos y para los sabios su
respeto y su admiración ; y por eso glo
rifica su memoria y trasmite, de genera
ción en generación, el recuerdo de sus
hechos y el cariño y admiración que su
virtud les conquistara.
¡ Filósofos de todos los tiempos, sabios
de todos los siglos, bendita sea vuestra
memoria ; la humanidad recordará siem
pre con dulce recogimiento y admiración
profundas vuestros hechos imperecede
ros ; y, si en el mundo de lo desconocido
donde sin duda ocupais lugar prefente,
os es permitido mirar hacia abajo , gozad
con dicha y ventura inefable en la con
templación del mundo en que fuísteis
17

luz y consuelo y cuya senda alumbrás


teis, dando aliento a las energías vivas
y paz y sosiego al humano corazón .

CAPITULO II
El Nivel intelectivo
I

En un sistema compuesto de dos depó


sitos unidos por sus fondos, mediante
un tubo provisto de llave interruptora ;
si se echa agua hasta llenarlos á un
mismo nivel y se abre la llave , se obser
vará que no obstante hallarse en comu
nicación los depósitos, ningún movi
miento se produce en el líquido que los
llena ; y esto, se constata en el sistema
que nos ocupa, cualesquiera que sean las
capacidades de los depósitos, su forma y
disposición , y bien se haile abierta ó ce
rrada la llave que los pone en comuni.
cación por sus fondos. Pero si el nivel del
agua es diferente en ambos reservorios
las cosas pasan de muy distinto modo :
apenas se abre la llave interruptora , se
inicia una corriente del más alto nivel
al más bajo, y el líquido puesto en movi
miento va pasando deun depósito á otro
18

hasta que después de varias oscilaciones


ambos niveles quedan iguales. Entonces
la corriente cesa y el estado de equilibrio
se restablece, quedando todo como en el
primer caso . Es manifiesto, pues, que la
diferencia del nivel es lo que engendra
y alimenta la corriente ; y que ésta cesa
después que desaparece aquella. Esa di
ferencia de nivel se llama potencial ó
diferencia de potencial.
El fenómeno hidráulico que acabamos
de describir corresponde á una ley gene
ral del Universo, que podríamos formu
lar en los términos siguientes :
Siempre que dos ó más energías, del
orden físico ó del orden psíquico, se ha
llan en relación, si sus intensidades son
distintas y por consiguiente hay entre
ellas diferencia de potencial, se produci
rán corrientes de acción , tendentes á co
locar á cada una respecto de las demás
en cierta situación y orientación que co
rresponde al equilibrio. La intervención
de energías extrañas que igualen los po
tenciales, causará igualmente ese equi
librio ; sin cambio, en este caso, de si
tuación ni de orientación . El todo reside
en el potencial.
19

II

Consideremos ahora, un sistema for


mado por varias agujas imanadas, de
fuerza y tamaño diferentes, y arregla
dos sus montajes de tal modo, que quede
libre para todas el movimiento girato
rio al rededor de sus ejes y también en
algunas , la traslación de estos ejes de un
punto a otro del plano ocupado por el
sistema Es claro que los potenciales, en
este conjunto, dependerán de la distri
bución de sus centros, del poder magné
tico de cada aguja y del magnetismo te
rrestre que actúa sobre todas ellas.
Supongamos nuestro sistema en equi
librio ; y perturbemos este equilibrio,
alterando su potencial por el cambio
de situación y dirección de una de las
agujas, dejándola á firme en su nueva
posición.
Se observará entonces que todo el sis
tema entra en movimiento , oscilando
las demás agujas y cambiando en algu
nas la situación de sus ejes, todo como
si una especie de vibración agitara al
sistema á causa del cambio operado en
su potencial.
Después de los movimientos y á con
secuencia de las alteraciones por ellos
realizadas en la estructura del sistema,
20

los potenciales se igualarán de nuevo y


el equilibrio reaparecerá.
El cambio del estado del potencial ha
sido pues el estímulo que ha despertado
en los elementos del sistema una acción
doble que podemos llamar situacional y
polarizante respectivamente, según que
se hayan alterado el eje ó la dirección
de la aguja ó ambos elementos a la vez.
Sin ese estímulo , ningún cambio se hu
biese producido y todo hubiese quedado
en estado estacionario.

III

Pasa en el cuerpo social , exactamente


lo mismo, puede decirse , que en el siste
ma físico que acabamos de considerar.
Cada individuo, respecto de la sociedad ,
es potencial y al propio tiempo compo
nente del potencial total que correspon
de á la sociedad entera ; y así como el
cambio producido en el potencial de una
sola aguja, es estímulo que pone en jue
go la acción de todas y las obliga á un
trabajo situacional y polarizante; así
también sucede en lo sociológico, respec
to de cada miembro de la sociedad , y así
también resulta de las acciones de cada
uno, cierta vibración social permanente,
y por ende un cambio incesante de si
21

tuaciones y de orientaciones, a favor


de las cuales se opera el fenómeno evo
lutivo de la sociedad , y el progreso se
realiza á medida que cambian las situa
ciones y se orientan mejor los rumbos
hacia una polarización común ; es decir,
hacia aspiraciones, sentimientos é idea
les casi comunes para todos los asocia
dos.
Por eso , en la vida intelectiva , toda
verdad conquistada, toda cultura inte
lectual , altera los potenciales y produ
ce un oleaje, una onda vibratoria , que,
en tiempo más o menos largo, incorpo
ra en la masa del sistema el adelanto
cumplido, y eleva el nivel intelectivo del
cuerpo social necesariamente.
En mayor escala se produce este re
sultado cuando la acción parte del con
junto, constituido en sociedad organiza
da, con ideales formados ya y con ins
tituciones y poderes públicos definidos.
Si el cambio de potencial sale de esos
centros , la acción se centuplica, la onda
vibratoria crece al infinito , y el progre
so intelectivo se cumple rápidamente ,
elevándose sin demora el nivel intelec
tual de la sociedad.
El estímulo , el ejemplo, el libro, el pe
riódico, y la cátedra son los campos de
acción que realizan el fenómeno y en
gendran el oleaje á cuyo favor la huma
22

nidad se ilustra más y más y sigue ade


lante en la senda de su progreso indefi
nido .
Estudiemos pues, estos factores en la
vida intelectiva de Lima.

CAPITULO III

El estímulo

§ I. FORMAS DEL ESTÍMULO

En las primeras manifestaciones de la


vida , la condición esencial de adaptabi
lidad , entre el individuo y el medio , pa
rece encomendada á leyes puramente di
námicas; y , si bien se hace sentir siem
pre un principio interno que mantiene
en cada especie la unidad de la forma,
orgánica ó cristalina, el equilibrio mó
vible de relaciones, entre el individuo y
el medio, obedece únicamente á cierta
potencia de exitabilidad, que supone ne
cesariamente el inmediato contacto en
tre la causa y el efecto. En los vegeta
les y en las especies zoológicas rudimen
tarias, es esto lo que pasa.
En los insectos aparece el instinto ade
más de la excitabilidad y á favor de este
nuevo vínculo de comunicación con el
medio, puede el animal tomar disposi
23 -

ciones y practicar actos a favor de los


que realiza adaptaciones de actos, muy
distanciados en el tiempo, si se nos per
mite la expresión . La incubación y la
preparación del nido es en este orden el
hecho más característico.
En las escalas superiores de la vida
animal , el instinto crece más y más y pa
rece lindar con el conocimiento mismo ;
es decir, con la percepción clara del vin
culo que liga el antecedente al conse
cuente, no obstante la separación más ó
menos considerable de tiempo y de lu
gar ó de ambos la vez que entre ellos
pudiera haber.
Ese conocimiento, que permite salvar
el espacio y el tiempo, en la apercepción
de las relaciones de las cosas , se reali
za a favor de órganos especiales, los sen
tidos, comunes á los animales y al hom
bre y sin duda , necesarios también para
el ejercicio del instinto. Pero ha menes
ter además de una potencia especial, es
clusivamente humana, el intelecto, que
hace posible la intuición , el concepto y
la idea , y que constituye para el espíri
tu algo así como un telescopio y unmi
croscopio a la vez , poniendo como pone
á su alcance ese intelecto las relaciones
de las cosas y las cosas mismas, pasando
por sobre las limitaciones obligadas del
tiempo y del espacio.
24

A favor del intelecto, ensancha el hom


bre el campo de motivación de sus actos
y prevé su alcance en dilatadas distan
cias de tiempo y de lugar. Servidor obli
gado de la voluntad , el intelecto, pare
ce estar encargado de mostrar á ésta en
cada una de sus determinaciones, las
ventajas y los inconvenientes que en
ellas ha de encontrar. También , como
apunta Schopenhauer, puede el intelec
to, liberarse de la voluntad algunos ins
tantes y cernirse en las alturas del arte
y columbrar el mundo de la realidad y
del ideal; si bien es cierto que únicamen
te en el genio pueden encontrarse po
tenciales tan elevados.
Fundados en el trabajo del intelecto,
la cultura humana y el desarrollo de la
civilización, natural ha sido que se esti
mulara la acción intelectiva, y así ha su
cedido en efecto en todos los tiempos y
en todos los pueblos, desde sus primeros
pasos en la vida social. El estímulo es,
pues, el primer medio educativo de que
se ocupa la historia de la humanidad.
La base del estímulo , para lo intelec
tivo, radica principalmente en interesar
la voluntad en razón de las ventajas y
provechos ofrecidos en cambio de la cul
tura intelectual. Esas ventajas pueden
distribuirse en tres clases bien diferen
tes : 1. ° la exclusiva ó monopolio, en cier
25

ta escala , para el desempeno de deter


minadas funciones; 2.º la enseñanza , es
decir facilidades de cierto orden para ad
quirir conocimientos; y 3.º los honores y
recompensas dispensados al saber.
Los tres medios se han empleado y se
emplean siempre en todos los pueblos; y
Lima no se ha apartado de la regla . Exa
minémoslos detenidamente.

S II EL ESTÍMULO POR EXCLUSIVA


Y MONOPOLIO

La exclusiva otorgada á un grupo de


la sociedad para ejercer industria de
terminada, es un medio de estimular
el espíritu de investigación , y los pue
blos lo han puesto en práctica desde sus
primeros pasos en la vida social. Esa ex
clusiva se produjo naturalmente, pues la
aptitud de hacer una cosa útil coloca á
quien la posee, por ese solo hecho, en
condición de monopolio respecto de los
demás ; y como, la necesidad de ulilizar
esa aptitud demanda en cambio cierta
retribución, que acumulada trae la rique
za y con ella la mayor capacidad de ha
cer y la superioridad consiguiente; es
evidente que el deseo de alcanzar esa ri
queza y esa superioridad , constituye
siempre un poderoso estímulo para pro
26 --

curarse la capacidad de tener aptitudes ;


es decir, conocimientos teóricos y prác .
ticos y el hábito de aplicarlos convenien- ,
temente en la vida industrial. A ese es
tímulo se deben , en primer término, las
artes y las ciencias.
Muy pronto, el ejercicio de las aptitu
des superiores demandó la cooperación
de otras aptitudes, indispensables al lado
de aquellas, como complemento esencial,
para sus aplicaciones al trabajo ; y con
esta circunstancia, nacieron las indus
trias y los gremios industriales, donde
hubieron de reunirse elementos muy po
co seleccionados, y hubo de influir en
su constitución el medio político, el inte
rés particular y muchos otros factores,
muy alejados por cierto del elemento ap
titud que había hecho nacer el monopo
lio y lo justificaba ; y así quedó este mo
nopolio incrustado en la constitución
de la sociedad , no como expresión de la
aptitud reconocida, sino como disposi
ción de la ley positiva. Vino pues , á ser
artificial y muchas veces injusto é in
conveniente lo que hubiera continuado
siendo natural, conveniente y justo, co
mo lo fué en su origen , cuando la ley se
mantuvo ajena a este asunto .
La historia conserva tristes recuerdos
de los famosos gremios que constituían
los obreros, y que fueron destruidos para
27

siempre por la gran revolución de 1879 ;


pero han quedado todavía los privile
gios de invención, en lo industrial ; los
privilegios de autor en lo científico y li
terario ; y los privilegios de título para las
llamadas profesiones liberales que hoy
hacen el papel de los antiguos gremios.
Todos estos privilegios no dejan de tener
sus inconvenientes; pero siendo limitado
el tiempo de su duración en unos casos, y
habiendo en todos la posibilidad de una
gran competencia , se pueden disimular
esos inconvenientes y aceptarlos ó sopor
tarlos como un estímulo para el estudio
y el desarrollo del saber.
En Lima, tenemos esas tres clases de
estímulos: el privilegio de invención , que
no pasa de diez años y puede ser menor;
el de autor, que es perpétuo respecto de
la propiédad del libro y se hereda en la
familia ; y el título profesional, que am
para , sólo á los que lo tienen, en el ejer
cicio de la respectiva profesión . Ade
más, el título de doctor da especiales pri
vilegios en el profesorado ; y en el con
cepto público, los abogados , por el sólo
hecho de serlo , son aptos para todo,muy
en especial para las funciones públicas,
las mejor remuneradas y las más hon
rosas . Estas ventajas que dan los títu
los profesionales, se agrandan todavía
mediante la asociación por gremios ; co
28

sa que los prefesionales han realizado


constituyendo diversas instituciones, con
vida no muy vigorosa generalmente, pe .
ro que en el concepto público pasan co
mo verdaderos areópagos en cuyo nom
bre se puede hablar con cierta autoridad
y favorecer los propios intereses. Estos
centros reemplazan por lo general á los
antiguos oráculos, y se usan con fre
cuencia para fines políticos y para ase
gurar situaciones y ventajas personales.
No podría negarse que todo esto es un
mal ; pero también debemos convenir en
que ese mal es por su naturaleza limita
do y tocará á su término, cuando au
mentando el número de profesionales y
el de instituciones análogas, las tenden
cias egoistas se neutralicen, las institu
ciones se hagan más serias, y el público
menos inocente , rectifique sus juicios, y
sólo acuerde crédito de suficiencia y res .
petabilidad , al que demuestre en el terre
no de los hechos que realmente es com
petente , y á las instituciones que viven
deveras vida intelectiva .
Los monopolios de invención y de au
tor no influyen todavía en Lima, ni en
lo más mínimo como estímulo al estudio
y á la investigación científica; pero el
monopolio del título profesional ejerce
acción preponderante y muy importan
te en favor del estudio industrial. Pue
29

de decirse que por eso solo hay cultura


intelectual entre nosotros. El título de
abogado y doctor en leyes es para ciertos
caracteres una llave mágica que abre
todas las puertas y dá agarras para ga
nar todas las alturas ; de allí , el conside
rable número de candidatos á esa profe
sión . Así es como salen, con frecuencia
de nuestros colegios y universidades,
ambiciones prematuras, ignorancias di
plomadas, sujetos sin espíritu, incapa
ces de gobernar é indómitos para ser go
bernados, buenos tal vez únicamente pa
ra labrar la ruina de la patria y la des
ventura del hogar.
Con todo, el estímulo de los títulos es
efectivo y debido á ellos se estudia , y
los conocimientos adquiridos , pocos ó
muchos , conducen siempre a mejorar
las condiciones financieras personales ,
explotando la relativa superioridad que
esos conocimientos dan sobre los de
más

§ III - EL ESTÍMULO POR LA ENSEÑANZA


Hay en la Universidad de Lima, Fa
cultades destinadas a la preparación
profesional de sacerdotes, abogados, mé.
dicos, profesores, químicos, etc. etc ,; y
hay además Escuelas especiales para
marinos , militares, ingenieros agríco
30

las, civiles, industriales, de minas y otros


técnicos. Se enseña también en la Fa
cultad de medicina, para matronas, den
tistas, farmacéuticos, etc. Hay además
escuelas y colegios de instrucción media
y comercial; y por las noches, funcionan
escuelas de adultos sostenidas por la So
ciedad de preceptores y el Municipio, y
hay también una academia de dibujo y
pintura, fundada y sostenida á mérito
de la generosa cesión hecha por la que
fué señora Adelinda Concha de Concha.
Hay en Lima, finalmente , varias escue
las taller establecidas por algunas ins
tituciones religiosas. Es pues de alguna
consideración el aparato destinado a la
enseñanza, en Lima.
No tenemos, sin embargo , ninguno
de esos centros de estudio práctico y ex
perimental que existen en las grandes
capitales; las sociedades científicas y li
terarias no son , propiamente hablando,
sino centros políticos ó sociales : el estu
dio entra por muy poco en su constitu
ción ; apenas si juega en lo indispensable
para servir de medio que explique algu
nas exhibiciones y la existencia misiņa
de la corporación . No hay bibliotecas, ob
servatorios, laboratorios conservatorios,
muestrarios , etc. , etc.; no hay verdade
ramente un jardín botánico , ni zoológi
co , ni ninguna de esas grandes instala
31

ciones europeas destinadas á proporcio


nar alimento intelectual á todos los que
desean que viva su espíritu en el mun
do puro de la verdad. Es pues, casi im
posible en Lima, adquirir alguna sólida
instrucción , aparte de lo que reglamen
tariamente se llama profesional,
Y cuando á pesar de todo, logran al
gunos adquirir cierta instrucción supe
rior, sea por su constancia en el estudio,
sea por el alcance de sus facultades ó
por ambas causas reunidas, tienen que
habérselas con la emulación de los sa
bios oficiales que en muchos casos, si no
los hacen víctimas de su encono, por lo
menos siembran en su camino obstácu .
los de toda clase. Con todo, comienzan
á alentarse esos adelantos, enviando á
Europa por cuenta del Estado á algunos
de esos jóvenes que se han distinguido
por ciertos estudios.
Es indispensable crear centros de ver
daderos sabios, donde no sea necesario
el título de doctor, ni el de médico, ni el
de ingeniero, ni de nada en fin , de esa
clase reglamentaria oficial; sino que se
exija pura y simplemente ciencia real
efectiva , probada con trabajos propios
originales y consagración al estudio en
alguna especialidad que haya sido favo
rablemente acojida por sabios extranje .
ros. El Colegio de Francia es algo que
32 -

se hizo en ese país, con el mismo objeto


que nosotros deseamos para el Perú.
Bien está que hayan centros docentes
para la enseñanza escolar y profesional;
pero es indispensable además que el
verdadero saber tenga un teatro espe
cial , donde sea estimulado eficazmente
el espíritu de la ciencia y el amor por
los estudios clásicos y elevados, puramen
te especulativos ó de carácter técnico y
especial. Los hombres capaces de esos
estudios son muy escasos, y es indispen
sable aprovechar de sus especiales con
diciones y rodearlos de los medios nece
sarios para que se aproveche lo más po
sible su consagración á la investigación
de la verdad .
En el Perú, es tan grande la riqueza
en los tres reinos naturales y tan exten
so el territorio que ocupa, como es esca
sa la población y los medios de ganar la
vida . En esta condición se hallan los
pueblos en que se ha descuidado el estu
dio de las ciencias necesarias para el co
nocimiento y explotación de las rique
zas propias del país ; ese estudio deman
da que se procure la formación de espe
cialistas y hombres de verdadera ciencia
cuyos conocimientos y superioridad se
halle á la vista de todo el inundo.
Se necesita pues, no sólo un instituto
de especialidades y altos estudios, holga
damente atendido por el Estado , sino
33

que hayan también bibliotecas de con


sulta, muestrarios , conservatorios, jar
dines botánico y zoológico , siempre á
disposición del público que quiera apren
der , y provistos de un personal de consul
ta , de ciencia y conciencia, capaz de dar
al público cuantas informaciones nece
site sobre el conocimiento de los produc
tos nacionales y procedimientos adecua
dos á su mejor explotación .
Cuando existan todas estas institucio
nes, se podrá decir que en el Perú el es
tímulo por la enseñanza es eficaz y com
pleto ; por ahora, dista mucho de ese es
tado .

SIV — EL ESTÍMULO POR HONORES Y


RECOMPENSAS

La vida intelectual se estimula tam


bién y muy eficazmente, por medio de
premios otorgados al saber. En el Perú
rara vez se han empleado estos procedi
mientos ; y cuando el caso ha llegado no
siempre ha quedado lejos algún interés .
determinado , que ha influido dañosa
mente en los resultados.
Vivimos en una ciudad rodeada de ce
rros y tierras, cuya constitución no igno
ran algunos, cuya flora ha sido estudia
da por alguien , y cuyos productos natu
3
-
34

rales y sus aplicaciones no han dejado


de ser objeto de examen para tal ó cual
hombre de ciencia . Pues bien, esos co
nocimientos , si alguien los posee, per
manecerán ocultos en su cerebro y archi
vados en sus cuadernos de apuntes, sin
que nadie pueda aprovecharlos, porque
el depositario de ese saber, adquirido tras
largos años de estudios, carece de los
medios necesarios para desarrollarlos y
completarlos ó para dar publicidad á sus
trabajos; y de otro lado, no ve en su fa
vor á cambio de tantos desvelos y fati
gas, ni la más insignificante recompen
sa moral ni material.
El gran Diccionario histórico de Men
diburu no se hubiese publicado jamás, sí
el Municipio de Lima primero y el Go
bierno después, no hubiesen costeado los
gastos de la edición, que fueron muy
considerables y muy por encima de los
posibles del autor, y que sólo élpodría ha
ber logrado, en gracia á la respetablidad
de su nombre y á la gran consideración
social de que gozaba. Y así y todo, ape
nas si pudo conseguir los gastos de la
edición; sus treinta años de estudio y
consagración á esa gigante obra, nada
merecieron del Estado .
Hoy mismo, tenemos hombres de cien
cia, que han hecho trabajos de gran im
portancia y que no sólo carecen de me
35

dios para darles publicidad, sino que ellos


mismos pasan su vida oscura y llena de
privaciones. Mucho ganaría la Repúbli
ca empleando anualmente cierta canti
dad, dos mil libras por ejemplo, en aten
der ' á la publicación de esos trabajos y
otra suma igual en acordar á los autores
alguna recompensa por sus servicios á
la civilización , y como un estímulo á su
consagración al estudio.
Si se siguiese per esos rumbos y se con
tratasen algunos sabios especialistas del
extranjero que hiciesen escuela , ten
dríamos en breve gran número de perso
nas dedicadas al estudio del país en sus
variados productos, orígenes históricos,
etc. etc.; y en poco tiempo habrían ver
daderos sabios y especialistas, y el pú
blico industrial, bebería en sus trabajos
y publicaciones más ciencia y más ver
dades, de utilidad práctica é inmediata,
que todo lo que pueda lograrse con los
colegios y universidades de todo el país,
con sus métodos y sus teorías y descrip
ciones, sobre cosas y relaciones consig
nadas en libros extranjeros que nada
tienen que ver con el país que habita
mos, y donde nada de eso existe ni es
conocido, ni en grande ni en pequeño,
ni aún por los mismos sabios oficiales,
que ignoran casi siempre todo lo que se
refiere al Perú, que es lo más importante
á conocer.
- 36

CAPITULO IV

El ejemplo
ŞI EL EJEMPLO EN EL HOGAR

La vida intelectiva se inicia en el ho


gar; sin sentirlo , puede decirse , se ad
quiere allí el idioma de los padres, y si
estos hablan más de uno, es casi seguro
que los hijos lograrán ventaja igual y
en el propio grado de cultura y pureza ,
que sus padres; y así , en todo cuanto
allí se aprende reflejarán fielmente los
hijos el carácter y condiciones de sus pa
dres. Sus sentimientos de benevolencia ,
de verdad y de justicia , los beberá el ni
ño sin saber cómo ni cuándo, y en el mis
mo modo y forma en que el ejemplo se
los ha presentado, en el hogar , con más
frecuencia. Por último, en sus aptitudes
de adaptación á personas y cosas, ya
sean de época ó delugar, y con el grado
de intensidad apropiado á cada organis
mo, se asimilar, el niño, poco á poco y
sin sentirlo ,todas las costumbres y cua
lidades de sus padres, sean buenas ó
sean malas.
Un hombre ilustrado, de recta concien
cia, de noble y benevolente carácter,
37

amante del trabajo y el orden , trasmite


sin saberlo esas cualidades á sus hijos,
si son esas cualidades las que dominan
en el hogar ; y aunque sean otra ú
otras las voluntades que imperen , el
ejemplo del padre será siempre de gran
trascendencia para dirigir el carácter de
las hijos .
Por el contrario, el hombre burdo, tos
co, de mal carácter , injusto y duro en
su modo de proceder, cruel, indómito.
envidioso , mezquino, codicioso , etc. etc.
trasmite necesariamente a sus hijos por
niedio del hogar todo lo malo de su tris
te personalidad .
La acción educadora del hogar se com
pleta con la influencia del medio social ;
y del concurso de ambas acciones , resul
tan los rumbos que toma el carácter de
los niños en cada caso . Esas influencias
concomitantes, adicionan unas veces y
otras restan sus efectos, y de allí re
sulta en la práctica los casos más va
riados y más raros . Así se explica la
existencia , en los hijos, de virtudes ó de
defectos que no se hallan en los padres,
y el cómo salen, buenos hijos de malos
padres y al contrario.
Cuando en la casa se sabe lo que co
rresponde á la higiene, al aseo, al orden
y buen régimen de la vida , todas esas
nociones y el hábito de ponerlas en prác
38 -

tica, pasa á los hijos por educación y for


ma en ellos algo como una segunda natu
raleza. Y allí donde faltan esas nociones
y esos hábitos en la cabeza, difícilmente
se hallará en el resto de la familia , Lo
propio pasa en lo moral: y así, cuando
en un hogar se estiman las personas , no
por lo que son y lo que valen sino por lo
que parecen y por lo que tienen . se crea
una generación mezquina, baja, ruin ,
interesada, servil con el poderoso é in
solente con el débil. Así también, cuan
do en el hogar se trata constantemente
de la vida del prójimo, para sacar á relu
cir sus defectos y sus desgracias, los hi
jos beben ese veneno y salen con ese
gran defecto. No hay vicio ni virtud en
los padres que, de un modo ú otro, no
se trasmita siquiera en parte á los hijos ,
y si no jugase la influencia del medio , pa
ra neutralizar los efectos, los de un mal
carácter, se perpetuarían en todos sus
descendientes .
La influencia que más se hace sentir
en el hogar es la del círculo de sus rela
ciones sociales, y como de estas depen
de en gran manera la expectativa de
cada uno para ganar un puesto en la so
ciedad, más o menos ventajoso, hay em
peño en cultivar esas relaciones sociales
y tanto, que allí radica un gran mal res
pecto de Lima. El deseo de vivir siem
pre en medio social superior al que la
39

propia posición permite ocupar, hace que


en muchos hogares se hagan esfuerzos
sobrehumanos para representar lo que
no se es , creyendo los que así proceden
que podrán de este modo asegurarse
siempre una posición más elevada y más
firme que la que podrían obtener vivien
do en su propio medio y poniendo en
juego solamente los recursos del trabajo.
Sin negar el hecho de haberse encum
brado muchos, á favor de sus relaciones
sociales únicamente, sin merecimiento
alguno positivo, se nos permitirá aducir
en contra del sistema, que no creemos
difícil señalar en cada uno de esos en
cumbramientos algún resorte, de valor
negativo por lo menos, y atribuir a ese
resorte más que á las relaciones, el éxito
alegado. Cuando hay mérito intrínseco
se asciende solo, con ó sin relaciones y
éstas , nunca obligan entonces á sostener
una posición equívoca, en perpetuo des
equilibrio, como sucede cuando se vive
en círculo social más holgado del que
permite la propia renta .
Los hombres de relaciones , como no
sotros los llamaremos , se preocupan an
te todo de su salón ; todo lo demás, como
dormitorios, comedor, cocina, baño, etc.
etc. es secundario; el salón y las visitas,
darán para todo lo que se quiera ; allí
está el altar donde se adora al Dios re
40

lacionss sociales que todo lo puede y to


do lo hace . Y si estos cálculos salen fa
llidos, lo que sucede con alguna frecuen
cia, se rueda al abismo simplemente ; la
miseria y el deshonor, muchas veces, se
hallarán allí, con todos sus horrores y
de nada servirá entonces que se apren
da cuan peligroso y cuan insensato es
vivir en un medio social de escala supe
rior a los propios posibles.
Esos desgraciados ponen en juego to
dos los medios, menos el trabajo honra
do y libre, la dignidad de sí mismo, la
altivez propia y en fin , esas facultades
nobles del hombre, que á haberse culti
vado desde el hogar hubieran dado á
tiempo otras maneras de vivir indepen
dientes del favor y en todo caso, hubie
sen permitido vivir tranquilo y contento
en la capa social donde los propios po .
sibles lo permitieran naturalmente; sin
exigir en manera alguna presentarse
ante los amigos de manera diferente á
aquella en que se vive por la situación
real que se ocupa en la sociedad . No fal
tan, felizmente, en Lima, muchos hoga
res que se conforman á estos principios
y donde se puede gozar de la vida en fa
milia, y donde la amistad es leal y since
ra y no hay el temor de esos funestos
desenlaces que se ven ' no pocas veces
cuando se vive en una falsa posición.
41

En una casa bien gobernada, el arre


glo y el cuidado principia por el fogón y
la cocina, después por el baño y el dor
mitorio , y por último se extiende al sa
lón. Entonces todo respira naturalidad ,
verdad y tranquilidad moral, y todo se
presenta digno y estimable. Los niños
que se educan en esaescuela, llevan con
eso solo, para el mañana de su vida, el
más valioso presente que puedan merecer
de sus padres, y cualquiera que sea el
porvenir que la suerte les depare, nunca
les faltará el amor á la verdad, la digni
dad personal y el gobierno de sí mismos ;
elementos sin los cuales, no es posible la
felicidad humana, por mucho que sea el
oro disponible. La obra del hogar será
completa, si se cuida además, sagazmen
te , de que los jóvenes no se den cuenta
de nada que sea superior a lo que corres
ponde á cada edad, y puedan conservar
así, junto a la salud del cuerpo la pureza
del alma, tan indispensables una y otra,
para la tranquilidad y el contento de la
vida.
Desgraciada la juventud que llega á
conocer antes de tiempo , lo que la natu
raleza exige que ignore en edad deter
minada. Cuando esa ignorancia desapa
rece el alma se corrompe y muy pronto
le sigue el cuerpo y en breve se pierde
la salud y la ventura de la vida. ¡ Salvad
á la juventud de un desarrollo precoz en
42 -

la vida social , y así habréis sálvado de


la decrepitud y de la anemidad la gene
ración que viene!

§ II . EL EJEMPLO EN EL TALLER
La vida intelectiva iniciada en el ho
gar se complementa en el taller y tanto,
que el hombre más escaso de inteligen
cia logra siempre aprender un oficio y
cierto desarrollo intelectual, sin el que
sería imposible adquirir aptitud alguna.
La ventaja del taller estriba en que las
cosas en él, se presentan siempre de un
inodo tangible y directo, de modo que,
cuando la idea que de ellas se tiene no
está conforme con la realidad , el conflic
to aparece manifiesto en la ejecución , y
el contraste despierta doblemente la
atención del aprendiz , tanto por lo ines
perado del resultado cuanto por la san
ción inmediata que produce el fracaso,
que se traduce desde luego en desestima
de servicios y la consiguiente merma en
el salario .
Por otro lado , la constante repetición
de un mismo procedimiento, suple en
mucho la necesidad de un cierto es
fuerzo voluntario para percibir las rela
ciones y reglas que dan base á ese pro
cedimiento , y que así, por la sola prác
43

tica, llegan á percibirse directamente


por el menos avisado, y de modo tan só
lido como no podría lograrse con la me
jor explicación técnica .
Tiene además el taller la gran venta
ja de poner al hombre, desde luego, en
continua y constante relación con otros
hombres, de edades, ideas , hábitos y cos
tumbres y modo de ser tan diferentes ,
que el aprendiz, poco á poco y sin darse
cuenta, adquiere esa adaptación de ca
rácter que nos hace tolerantes con los de
más, accesible, sociables y dóciles siem
pre á la razón , una vez que , día a día , se
ve en el taller, por propia experiencia
todo el daño que se hacen los que care
cen de estas cualidades.
El taller es la escuela del pobre y el
molde en que, después del hogar, debe
cada individuo recibir la influencia del
medio en que ha de vivir y desenvol
ver las energías que encierra y que en el
taller aprende a conocer y manejar de
bidamente. El espíritu del obrero es más
despierto y mejor definido que el del
simple bracero, que trabaja á su lado y
jamás aprendió oficio.
El taller , por otra parte, es el único
medio de que el hombre se dé cuenta de
las leyes económicas de la vida. Es allí
donde conoce la necesidad y las condi
ciones del trabajo ; y es allí donde se des
44

piertan sus energías productivas de ri


queza material, en cuyo ejercicio se ba
sa la posibilidad de vivir. También el
taller es el que realmente enseña el mo
do , la forma y la manera ; ó, el cómo el
cuándo y el " en donde : ó, en fin , el
número, el peso y la medida, que debe
tenerse en cuenta en todo acto concreto
de la vida ; es decir, en todo acto de
adaptación entre personas entre cosas y
entre unas y otras a la vez.
Sólo en el taller se realizan , en la
práctica , esas adaptaciones en cantidad
y calidad, que la educación teórica del
colegio deja siempre sin tocar ó lleva á lo
más, á simples nociones vagas y sin con
sistencia. " Para eso , la educación del
colegio ha menester siempre del comple
mento del trabajo en el taller, y de la
remuneración en forma de salario, que
mantienen el interés de trabajar.
En la vida del taller hay tresgrados
bien diferentes: el de aprendiz, el de ofi
cial y el de maestro , y cada uno de ellos
corresponde á cierto estado de aptitud
efectiva, cuyo alcance en cada grado, es
el estímulo que alienta á los del grado
inferior.
El aprendiz comienza a servir como
simple auxiliar para los trabajos más
sencillos, que no demandan preparación
- 45

especial . En esa condicién , puede pasar


algunos años, recibiendo sólo una peque
ña propina, insuficiente casi siempre aun
para su alimentación . El aprendiz que
por sí mismo no se preocupa de adquirir
aptitudes para el trabajo , puede pasarse
año tras año sin avanzar un paso ; pero
esto es difícil que suceda, pues la nece
sidad de mejorar su salario lleva nece
cesariamente al más lerdo en busca del
camino bueno, el camino del trabajo útil,
que lo conduzca á la condición de oficial.
En ella se gana salario mejor y más que
todo hay más aptitudes que ofrecer y con
ellas la posibilidad de cambiar de taller
y buscar trabajo en cualquier parte.
El maestro es un oficial que ha llega
do á conocer todos los casos prácticos
del oficio y puede en consecuencia aspi
rar á que sus servicios tengan demanda
y el salario sea remunerador. Sólo en
tonces, puede darse por sí mismo, el
obrero, cuenta de la ley de oferta y de
manda y de la lucha entre el capital y el
trubajo ; pues solo en esa época llega á
ver que no obstante sus aptitudes y bue
na conducta, resultan remunerados sus
servicios en escalas diferentes según las
épocas ; siendo una veces el salario más
que remunerador y tan escaso en otras ,
que no corresponde ni á lo necesario pa
ra la subsistencia.
46

En esa época, el taller comienza á ha


cerse escuela de previsión y despierta
las energías del ahorro , estimula la so
ciabilidad y el buen trato y en fin , todo
aquello que acerque al medio social y
procure una situación y adaptaciones,
conducentes á la formación de clientela
que aseguire en lo económico poder ha-.
ocupacion y buen salario, si no por
lo que los servicios sean demandados , al
menos por las relaciones y simpatías,
buen crédito, etc. del operario. En esa
época de la vida del maestro de oficios,
se llega á comprender que todo es solida
rio y que no basta tener aptitudes y que
éstas sean reconocidas, sino que es in
dispensable contar con las simpatías y
la benevolencia de los que se hallen en
condiciones de emplear esos servicios.
En esa época también se percibe la nece
sidad y utilidad de guardar en todo tiem
po parte de lo que se gana, para evitar
Ios males que traería la falta de trabajo,
las enfermedades, la invalidez , etc. etc.
El taller educa, en todo eso, siempre.

§ III. EL EJEMPLO EN EL MEDIO SOCIAL


El medio social influye inmensamente
en la educación del individuo. Una socie
dad desquiciada, desguicia necesaria
47

mente todo lo que encierra ; y si bien los


grandes caracteres pueden resistir y aún
luchar con la sociedad entera , no por
ello se cambia , de momento, la manera
de ser social. El que emprende esa lu
cha sucumbe sin remedio, víctima de
su temeridad , por lo general ; y aún
en el caso de ser un hombre superior,
de aquellos que parecen enviados al
mundo para cambiar los ejes de la so
ciedad humana, no logrará la realiza
ción de sus altos destinos, sino á cam
bio, casi siempre de su sacrificio perso
nal ; pues nunca se alcanza eso, sin con
sumo enorme de tiempo y energía. Ra
ra vez la gloria humana está alejada
del martirio : no se redime al hombre si .
no subiendo al calvario.
Los que no nacieron para reformado
res, deben conformarse, sin vacilacio
nes , á las exigencias del medio social ; el
buen juicio lo aconseja. Ese medio so
cial, en Lima, no puede ser más funesto ;
fundida nuestra sociedad en los viejos
moldes de la quijotería española , del
envilecimiento de indio esclavizado, y
del desorden y del derroche inolvidable
de los tiempos del guano y del salitre,
llevamos ei todo, impresa la marca de
estas tres gangrenas sociales. Somos
muy dados á la apariencia de las cosas,
más que a las cosas mismas y acostum
-
- 48

bramos poner lo más serio de la vida en


esa apariencia únicamente ; confiamos
más en la ajena protección que en el
propio merecimiento; preferimos renun
ciar a la propia altivez antes que des
arrollar el propio esfuerzo; en fin , vivi
mos con el desorden de todos lados, en
la distribución del tiempo, del dinero y
de la ácción .
No hay en nuestro medio social de esos
ideales de lo bueno, lo grande, lo justo,
etc. que tanto influye en la conducta de
los hombres; no se cree, todo lo que de
be creerse, en los milagros que realiza
el trabajo ; ni se fomenta ni estimula el
culto de esa religión, honrando como se
debe honrar á los hombres de labor. To
davía en ese orden de ideas , tenemos en
Lima, muy mucho que hacer. Nuestro
medio social está muy lejos de dar ejem
plos á imitar que despierten las energías
intelectivas, favorables al trabajo . Muy
al contrario, el ejemplo contribuye á con
fiar más en la política, la protección y los
empeños que en el trabajo, la constan
cia, la capacidad y la suficiencia propias
Por eso, todos hacen política y viven de
la política antes que del trabajo, y se
cree generalmente que los cargos y las
carreras públicas dan más provecho y
ventajas que el trabajo comercial, agri.
cola é industrial .
-
49

§ IV. EL EJEMPLO EN EL MEDIO POLÍTICO


I

El medio político en que se vive es


también educador, y su influencia deci .
siva . Sin duda que contribuye a ello
magnitud de los intereses que toca de
cerca la política , y quizá también la
manera de tocarlos , sangrientos muchas
veces, cuando la política conduce a los
hechos de armas que llamamos revolu
ciones .
Mucho se ha dicho de nosotros en Eu
ropa acerca de estas revoluciones, al
punto de querernos pintar por esemoti
vo como ingobernables. Se ha hecho co
ro á esta propaganda , pretendiendo
además, que no ofrecemos garantías de
seguridad para el cumplimiento de los
contratos que celebramos como Estado ;
y á la sombra de esta maligna especie,
los que la hacen , que son precisamente
del grupo de los contratistas más favo
recidos, han logrado quedar solos y sin
competencia para imponer á nuestros
gobiernos los términos y condiciones
que más quieran, á sus agrado y dis
creción, haciendo siempre uso del estri
billo de la falta de confianza en el ex
tranjero.
4
50

La verdad de las cosas es que se nos


calumnią No hay pueblo en la tierra
más fácil de explotar y más dócil á res
petar el derecho del extranjero que el
pueblo y el gobierno del Perú.
En nuestras revoluciones, sufre natu
ralmente el elemento nacional, en sus
intereses y personas; pero el extranjero
es invariablemente respetado, y tanto ,
que muchos abusando de esto precisa
mente toman parte en la cosa pública y
celebran contratos á raíz misma de las
revoluciones, seguros que, aún triunfan
te ésta, ha de respetar en una ú otra for
ma el contrato que logran celebrar.

II

Lo que origina las revoluciones en el


Perú ha sido casi siempre la incapacidad
administrativa del gobierno central y la
suplantación de sus funciones, reducidas
casi únicamente á mandar y abusár,
desatendiendo todo servicio público y
derrochando las fuerzas y las riquezas
de la nación, al propio tiempo que los
dineros fiscales. Este cuadro, que ha
ofrecido casi siempre la capital, ha sido
en los departamentos, infinitamente más
oscuro y más delictuoso. Los prefectos
han creído generalmente que son los
- 51

dueños de vidas y haciendas, y concen


tran toda su acción únicamente en tener
de parte el favor del Presidente de la
República, del Ministro y de los Direc
tores; los pueblos nada importan y los
indios mucho menos todavía . Por eso se
alega aquí como un título á la conside
ración pública, el haber hecho un puente
ó un hospital ó un camino ó cualquier
otra obra pública, sin que le cueste , se
dice, un centavo á la Nación. Y es efec
tivamente en el concepto público, un ti
tulo de estima, semejante proceder. Es
tos milagros se realizan obligando á los
ciudadanos libres del departamento á
trabajar de balde, en esas obras y otras
más de propiedad particular, abando
nando todos sus intereses y familia, y
muriendo en esos trabajos por centenas ,
pero realizando al fin el milagro prefec
tural de hacer obras públicas que no
cuesten un centavo á la Nación ; pero
que le cuesta la vida de muchos ciuda
danos, la ruina de los pueblos y el hábi
to de pisotear las leyes por los que juran
cumplirlas . Ya llegará el tiempo , para
el Perú también , en que esos milagros
sean premiadios con quince años de
presidio por lo menos, como pasa en to
do país que tiene la conciencia de sus
derechos.
52

Se comprenderá ahora , por que hay re


voluciones en el Perú, y por que van
siendo menores a medida que los dere
chos políticos van siendo más atendidos .
Al través de esos movimientos, se ha
ido operando en las ideas una verdadera
evolución en favor de la libertad , la jus
ticia y la ley. Poco a poco ha ido edu
cándose, en materia de principios, la
conciencia nacional, y se va formando
el hábito á la vida republicana. Se debe
esto, sin duda á que, en cada revolución
han habido algunos hombres de bien
llevados a la altura por el acontecimien
to, y estos hombres han aprovechado de
su posición para poner alguna labor en
la obra de la ventura nacional. Cierto
es que esos hombres han durado muy
poco en las alturas, pero su obra no ha
desaparecido enteramente, y así, aun
que á saltos, no han sido estériles sus es
fuerzos, y el país y las ideas han ido en
progreso.
Se nota en efecto, en todos los servi
cios públicos, un cierto movimiento rítmi
co hacia adelante, y puede comprobarse
nuestro aserto en la instrucción pública,
así como un cierto grado de estabilidad
en las leyes y en lasinstituciones, cierta
limitación en la arbitrariedad de los gas
tos públicos, y cierta amplitud en la to
lerancia de la libertad de imprenta y
53

otras libertades que van adquiriendo en


el concepto público base más sólida cada
día.

Todas esas pequeñas enseñanzas se


han ido difundiendo en la masa de la
población, y hoy forman parte de su ba
gaje intelectivo en materia política. No
han sido pues infructuosas las revolu
ciones, y si bien fueron acompañadas
de muchos males, no es posible negar
quo trajeron muchos bienes también.
Si es cierto que hemos tardado mucho
para entrar por la paz y el orden en la
vía del progreso, se ha logrado no poco
en favor dela libertad y la justicia . Se
entrará pues en el reinado de la paz,
después que la conquista de la libertad
y la justicia, puedan asegurar la estabi
lidad de esa paz, sin tiranía y sin men
gua de los derechos más sagrados y co
mo el natural resultado del juego libre
de las instituciones nacionales y el res
peto sincero de las leyes, tanto por los
que mandan como por los que obedecen.
Mucho nos falta todavía para llegará
esas alturas, al menos en materia de
justicia y respecto de la libertad del pen
samiento y de la conciencia ; necesida
des públicas tan esenciales a la vida so
cial , como el aire y la luz para la vida
orgánica . No pueden acostumbrarse los
que mandan á ver sus actos censurados
54

por la prensa, y mucho más difícil se


hace esta conformidad para los que
creen , y pueden estar en lo cierto, que
la censura esinjusta, por ser buenos esos
actos y por haberlos inspirado el bien
general. De su lado los periodistas se
asombran que sus escritos sean tolera
dos, como lo son generalmente . De am
bos lados, se admiran de que sea un he
cho la libre emisión del pensamiento
conforme á la ley. El hábito tiene toda
vía mucha fuerza en los espíritus.
Los errores que aún dominan en esta
materia son la causa del asombro con
que vemos el triunfo de la libertad , muy
especialmente en lo que respecta á la im
prenta . Se cree mucho en el poder de la
prensa y más en él, que en el de la opi
nión pública de donde se genera y de la
que no es sino copia imperfecta . Se ol
vida que la prensa es únicamente un
instrumento de amplificación de la opi
nión , como lo es el microscopio para las
imágenes de las cosas,pero se olvida que
por sí sola, la prensa nada es ni nada pue
de. Su grado de poderestá en el grado en
que trasparenta la opinión pública y na
da más; resultando de allí que es esa li
bertad igualmente necesaria para gober
nantes y gobernados é igualmente ino
fensiva cuando no se inspira en esa opi
nión que es la verdadera soberana y se
55

ñora del mundo. Si esto se comprendiera


debidamente en el Perú , como sucede
por ejemplo en la Gran República del
Norte, todos cooperarían de consuno á
asegurar el imperio de esa libertad, ma
dre de todas las libertades.
No creemos lejano el día de garantir
en el Perú esta libertad , de todo peligro
de ser turbada. Contribuirá mucho al
logro de este resultado la percepción
clara de este hecho : los denuestos de la
prensa no destruyen las reputaciones
bien adquiridas, ni sus halagos ni arti
mañas ħan logrado jamás hacer que los
cosas cambien de naturaleza ,tornando en
respetable lo despreciable ni tampoco lo
contrario . No debe pues temerse que esa
libertad, aun en sus excesos, comprome
ta los verdaderos intereses de la verdad
y de la justicia que son los más caros á
la humanidad.

III

Los escándalos administrativos impu


nes, la inepcia y la incompetencia triun
fante, y el misterioso enriquecimiento
que á muchos produce la política, son
ejemplos funestos que van educando en
el mal camino a todos los que viven en
ese medio infecto y malsano. Ese ejem
56

plo aleja á muchos del trabajo honrado


y lleva a la política los elementos menos
dignos de esas funciones. De nada sir .
ven todas las teorías filosóficas y las en
señanzas del hogar, para un pueblo que
ve siempre triunfante la iniquidad , el
cinismo , la inepcia y la audacia ; y mu
cho más, si ve á tanto culpable gozar de
honores y deferencias, precisamente por
actos que los llevaría á un presidio, á
no haberles producido una fortuna.
Al lado de esta influencia funesta del
mal ejemplo, premunido con honores y
riquezas, influye también la propagan
da doctrinaria que esos mismos hombres
hacen , de ciertos errores destinados á
perpetuar su influencia y continuar ejer
ciéndola á expensas de la ventura nacio
nal. Pertenecen á ese orden las teorías de
la paz á todo trance por ser el supremo
bien , y la pretendida colisión entre el or .
den y la libertad, y tantas otras fórmu
las que han tenido su época y han hecho
su boga en más de una buena ocasión de
negociados y de traficantes políticos.
- 57

CAPITULO III
El Periódico

Ninguno de los humanos inventos


puede compararse en resultados fecun
dos al que hiciera Guttemberg en 1436
creando con la imprenta , el más pujan
te vehículo de civilización que era dado
al hombre aspirar. Es allí donde se ha
lla en lo moral , el punto de apoyo que
para mover el mundo físico deseó en va
no encontrar Arquímedes.
La imprenta es para el pensamiento
y la idea, lo que es la corriente eléctrica
en el orden físico. Y así como ésta , se
acumula y actúa donde se quiera, sin
que sean obstáculo , ni el espacio ni el
tiempo, al paso de la corriente invisible
que trasmite el hilo conductor ; así tam
bién , las ideas se trasportan , multipli
cándose por la imprenta y llegan a todos
los espíritus, no importando distancias
ni lugares .
La corriente eléctrica domina el mun :
do físico, y la corriente de ideas inunda
el mundo sociológico , y destruye y ani
quila día a día errores y prejuicios. ¡ Ti
ranos de todos los tiempos, malvados de
todos los siglos, sabedlo bien : mientras
58

hayan tipos de imprenta vuestra obra


será efímera y fugaz!

II

La vida intelectiva que alimenta el


periódico, depende de las condiciones
sociológicas del medio, y Lima no goza
por cierto del más apropiado para que
esa vida sea lozana y de todos los bene
ficios que podía desearse .
No siendo el periodismo sino un me
dio de propaganda de las ideas, no pue
de tampoco hacer otra cosa que ponerlas
en estado de actuar y reaccionar, unas
con otras, hasta la eliminación del error
y el triunfo de la verdad , En ese or
den es indispensable la libertad, y es
cierto entonces que la prensa se CO
rrige con la prensa . Pero hay otro
aspecto en que esta fórmula no es tan
exacta : el empleo de la prensa para pro
palar la calumnia, el insulto y la difa
mación , no puede ser conveniente, ni es
tolerado por ley alguna que declare de
lictuosos esos procedimientos; ni puede
tampoco, el empleo de la prensa en ese
sentido, que es delictuoso, gozar de fran
quicia alguna para eludir la responsabi
lidad consiguiente al uso de libertad en
materia prohibida por las leyes. En este
59

orden de ideas, no es pues aceptable que


la prensa se corrija con la prensa. Tra
tándose de delitos calificados por las le
yes, la única corrección posible es que la
libertad y la responsabilidad se hallen
siempre juntas y sea obligado á resarcir
un daño el que lo hubiere causado. La
libertad sólo se limita por la responsa
bilidad .
Si estas distinciones se hicieran con
lealtad, no se discutiría la libertad de
imprenta ; pero casi siempre se hace con
fusión de los casos y á la sombra de es
to , pretenden de un lado guarecerse los
malvadosy del otro los tiranos. Los pri
meros defienden la facultad de insultar
y calumniar á cualquiera, sin aceptar la
responsabilidad consiguiente á estos ac
tosdelictuosos,según los códigos detodos
los pueblos : los otros defienden la facul
tad de ser ineptos unas veces y arbi
trarios siempre, cuando no verdaderos
criminales, y pretenden que es conve
niente ejercer esa facultad en nombre
de la paz y el orden , como si fueran estos
posibles sin libertad y sin justicia.
Todo puede conciliarse, distinguiendo
en la ley , lo que es en los hechos perfec
tamente distinto : la cosa pública y la
vida privada. Lo primero debe gozar de
la más absoluta libertad ; lo segundo de
be estar afecto á la más estrecha respon
60

sabilidad. La pasión y la calumnia mis


ma, respecto de la cosa pública, se le
vanta fácilmente, desmintiendo las pu
blicaciones mal intencionadas ; y si puede
haber abuso , vale la pena de tolerarlo
dada la magnitud del daño público, que
causa una mala autoridad, sin el freno
de la libertad de imprenta , absoluta,
irresponsable.
Tratándose de la vida privada, ningún
interés público demanda, y muy al con
trario, la moral y la justicia exigen im
periosamente , que sea especialmente
rodeada de todo género de garantías, la
honra privada y el buen nombre de
cada uno . Débese pues en este caso
mantener la libertad de imprenta ; pero
con cargo de responder por los actos de
lictuosos que se cometan por ese medio
contra la honra ajena. No hay nación
europea donde la ley favorezca , como
en el Perú , el derecho de insulto, difa
mación y calumnia , cuando se hace por
la prensa .

III

En Lima como en todas partes, es na


tural que los periódicos apoyen los inte
reses más poderosos, y si estos intereses
no son los de la nación sino los de cier
61

tos grupos de traficantes ó negociantes.


no debe sorprendernos que sean éstos y
no los del país, los que cuenten más de
cididamente con el apoyo de esos perió
dicos. El remedio es bien fácil , háganse
más poderosos los intereses de la socie
dad, y serán ellos los preferidos.
En materia de periódicos sucede cosa
análoga, que lo que pasa en el comercio.
El grado de honorabilidad comercial de
una plaza depende de su grado de rique
za y civilización ; y así, como lo que
principia por ser robo en las aldeas llega
á ser en las grandes ciudades una indus
tria muy honorable ; así, el periódico, en
las grandes capitales, ha de ser integro,
veraz y noticioso para abrirse camino ;
pero en las medianas poblaciones, don
de los intereses públicos no son los más
poderosos, la mentira y la falta de mo
ralidad, al servicio de esos intereses,
tiene que predominar necesariamente y
no como quiera, sino como condición de
existencia y vida .
En las grandes capitales hay un pú
blico inmenso de lectores que apoya al
que dice la verdad; pero en las poblacio
nes menores, el número de lectores no
es suficiente, ni para compensar las pri
mas de inmoralidad que pagan los go
biernos corrompidos y los especuladores
62

y negociantes de mala ley , para ali


mentar esa clase de publicaciones.
Lima se halla más, en esta condición
que en aquella, y propiamente puede de
cirse que no hay un solo periódico al
servicio del público; todos los que hay
tienen interés determinado que defen
der y viven á expensas de esos intere
ses ; por lo demás, de naturaleza muy va
riada .
La magnitud misma del mal en este
orden, tiene que traer el remedio, una
vez que la reacción se haga sentir . Si,
pues, no debemos estar satisfechos de
nuestra prensa, por lo muy atrazada
que aun se halla en su evolución , debe
mos esperar que esta concluirá por puri
ficar la atmósfera y dar vida á un perio
dismo de verdad y buena fe, una vez
que hayan lectores en número suficien
te para sostener tales publicaciones .
Lectores y buenos periódicos, son dos
términos correlativos : si hay lectores no
faltarán buenos periódicos, y si hay és
tos, los lectores no faltarán tampoco .

IV

Los periódicos especialistas, de carác


ter científico ó literario, no escapan á la
ley indicada respecto de los periódicos
63

políticos, en cuanto carecen de lectores


y de recursos para, sostenerse, como ne.
gocio . El escaso público que podría co
laborar en esos periódicos no lo hace por
la falta de remuneración, y los pocos lec
tores que podrían suscribirse, prefieren
hacerlo á publicaciones extranjeras que
tienen un material original y de actua
lidad. Lima, sin embargo, tiene perso
nal suficiente para sostener una publi
cación científica original, pero antes se
ría preciso arrancar del ánimo del públi
co la idea fija que abriga, de solo compo
nerse de trascripciones el material de
nuestras publicaciones especiales.

Mucho educa la lectura de los perió


dicos y por eso importa tenerlos al más
bajo precio y lo más llenos de interés,
para estimular su lectura y con ello el
desarrollo de la vida iutelectiva en to
das las masas . Nuestros periódicos po
pulares á dos centavos, han contribuido
muchísimo á desarrollar la afición á la
lectura y el interés por la cosa pública.
Si el material fuese más escogido y más
variado, se doblaría el número de lecto
res.
64

El periodista vive de las impresiones


del día, bebe en todas las fuentes, y así
como el lobo introduce hasta las piedras
en su estómago, pasan por las fauces
del diarista con igual facilidad lo bueno
y lo malo, lo verdadero y lo falso y á
veces hasta lo inverosímil, siempre que
con ello se considere bien servido el pú
blico que lo sostiene. El periodista debe
bastarse para todo, y su criterio encon
trarse suficiente siempre, cualesquiera
que sea la naturaleza de la cuestión, séa
le ó no familiar. El criterio del periodis
ta no es subjetivo sino objetivo: es el
criterio de su público, y se basa más en
la afectividad que en el intelecto. No
son asertos ni juicios los que establece .
· el periodista ; son, más bien , temas que
ofrece a su público para que diserte so
bre ellos .
El periódico es esencialmente educati
Vo, pero en manera muy diferente á la
del libro y la cátedra. En estos se apren
de por asimilación ; en aquel por sujes
tión , por la reflexión y discusión que
provoca.
Muy engañado viviría quien atenién
dose al número de periódicos que se pu
blican en Lima, creyera que la vida del
periodista goza de hõlgada subsistencia.
Nuestra vida intelectiva en materia de
periódicos es muy rudimentaria .
65

CAPITULO IV

El Libro

SI . CONSIDERACIONES GENERALES

El libro es otra fuente de vida intelec


tiva ; más antiguo que el periódico, pero
más moderno que la cátedra, en cierto
modo. El libro y el periódico se comple
mentan , pero hay entre ellos diferencias
esenciales. El libro tiene la autoridad
de que goza su autor , y una actualidad
que difícilmente pasa, en las obras maes
tras. El periódico es anónimo, su auto
ridad depende de su actividad y pasa con
la edición de cada día ; fugaz como la
conversación y como la palabra, con el
viento que lleva , cambia sin cesar.
La acción del libro cuando no es nula ,
resulta permanente, continua, profunda,
irresistible, si bien lenta siempre; la ac
ción del periódico, por el contrario, se
siente desde luego, pero los efectos que
no produce en el momento se pasman ,
se enfrían , se anulan , en fin . El periódi
co es un torrente ó un chaparrón ; el libro
es una vertiente subterránea ó una ve
na líquida, corriendo continuamente en
5
66

el mismo lecho ó cayendo sobre el mis


mo sitio .
El periódico puede arrasar y llevar
consigo cuanto encuentra á su paso, el
libro no ;, pero sí, puede á la larga, sole
vantar é invertir por completo el sub
suelo en que actúa ú horadar la roca en
que golpea ; en pocas palabras: el perió
dico trabaja en superficie lo que el libro
en profundidad. El libro ha hecho la ci
vilización, el periódico ha servido para
propagarla y para difundirla y espar
cirla de todos lados.
Los libros de los filósofos son induda
blemente los que han movido el mundo ;
y han dado a los potenciales del intelec
to orientación determinada en cada lu
gar, en cada época de la vida de la hu
manidad. Los libros de los sabios han
venido en seguida, como engendro de
esos potenciales y de la necesidad de sa
tisfacer , con el mínimo del esfuerzo , las
exigencias económicas de la vida. Al re
dedor de los libros de filósofos y sabios ,
un mundo de otros libros, han buscado su
sitio, para influir en la vida intelectiva.
El texto, la novela y los cuentos , tradi
ciones, é historias de pura fantasía ,
complementan el sistema ; los almana
ques, catálogos, folletos, etc., etc. , am
plían y completan la serie.
---
67 =

En Lima, no hay todavía gran afición


por la lectura de los libros filosóficos y
científicos. Podíamos afirmar que no hay
trescientas personas que gusten de esas
lecturas y destinen á ellas parte de su
tiempo y parte de su dinero. Con las no
velas y los cuentos pasa cosa muy dis
tinta ; jóvenes y niños á millares devo
ran estos libros. A falta de otra lectura
debemos congratularnos, aunque sea de
la de novelas, pues lo menos que ense
ñan es á leer correctamente.
De otro lado, todo libro despierta el in
telecto y obliga a meditar ; y si se trata
de libros como los de Julio Verne , los de
Flanmarion , los de las Bibliotecas filo
sóficas y científicas que se editan en es
tos tiempos y otros libros de esa clase,
su lectura es de incalculables beneficios
para estimular la vida intelectiva. Con
viene a nuestros propósitos ocuparnos
de las distintas clases de libros que se
editan en estos tiempos.

§ II . — LOS TEXTOS
El texto es objeto de estudio para el
uso de la cátedra, y también de lectura
en ciertos casos, pero esto constituye la
excepción. El texto cuenta siempre con
el auxilio de un maestro que explique,
68

aclare ó complete los asertos del libro.


Las obras destinadas a la lectura no pue
den contar con ese auxilio, y es forzoso
que puedan ser entendidas por el lector
sin más que su solo criterio . Esto supo
ne naturalmente que el lector sepa leer,
cosa que pocos saben , y deotro lado, que
el libro sea adoptable alnivel intelectual
de la clase de lector á que está destinado.
En Lima se publica muy rara vez un
libro apropiado á la lectura ; no hay para
eso, ni autores ni lectores, puede decirse .
Pero si se trata de textos de enseñanza ó
de folletos políticos y sobre negocios , son
innumerables las publicaciones que apa
recen día a día . En materia de te tos ,
hay una verdadera plaga ; todo maestro
se cree autorizado para escribir textos y
lo peor es, que, una vez escrito el texto ,
bueno ó malo, se pone su autor en acti
vidad, y es incansable hasta lograr que
el texto se venda para el uso de las es
cuelas ó colegios y caiga esa calamidad
sobre los pobres estudiantes, no importa
la magnitud del daño que con ello se
haga . La aprobación del texto enel Con
sejo Superior de Instrucción Pública, no
depende de la calidad buena ó mala del
libro; basta que el autor se mueva y dé
pasos y tenga amigos.
En estas condiciones, el texto es un
libro destinado á petrificar el espíritu
69

del estudiante dentro de los moldes in


telectivos del autor ; y cuando , como es
lo general, se exige aprender el texto
de memoria, se hace el tal libro el ene
migo más terrible de la vida intelectiva :
actuando como camisa de fuerza contra
la voluntad , mata la atención y atrofia
el intelecto, dando por resultado final,
en los más, el odio por el estudio, y en
los pocos que pueden soportarlo
ilustración superficial
así , una
pura memo
y de
ria . Pocos son los textos escritos en con
ciencia y dignos de ser recomendados
para la lectura , por supuesto ; pues para
el estudio de memoria , ningún libro pue
de ser bueno ni debe recomendarse ja
más .
Cuando se tiene un buen texto y el
lector sabe leer, cosa que pocos sa
ben , lo repetimos ; entonces , la voluntad
se educa aficionándose á la lectura y el
intelecto se nutre efectivamente , se
robustece y se hace cada día más apto pa
ra aprender. Los textos malos ,en Lima,
su autorización por el Consejo Superior,
y el hábito de prescribir el estudio de
memoria , son tres enemigos muy pode
rosos de la educación pública.
Muchas industrias hay en el mundo
que son verdaderamente criminales ; pe
ro, á nuestro entender, ninguna indus
tria es más criminal y más infame que la
-
70

de escribir textos para hacer negocio, im


poniendo la venta por medio del favor, el
cohecho ó cualquier otro procedimiento,
que no sea la bondad misma del tex
to. Que cada profesor escriba un texto ,
porque crea que su manera personal de
ver las cosas es más adecuada para la
enseñanza y más en armonía con las
necesidades intelectivas de los alumnos,
es cosa contra la cual nadie puede pro
testar ; muy al contrario, creemos meri
torio escribir en armonia con esas ideas.
Pero que la obra se haga lisa y lla
namente, porque se quiere aprovechar
del puesto de profesor oficial y de la
influencia que lleva consigo, para im
poner á los estudiantes un mamarracho
embrutecedor de sus inteligencias y
atormentador de su voluntad ; eso, lo
creemos criminal y crüel en el más alto
grado, y de una perversidad muy supe
rior á la de cualquiera de los crímenes
que el hombre puede cometer. Quien tal
hace, asesina innumerables niños á quie
nes ni siquiera conoce y les da la peor
de las muertes : la muerte del espíritu .
Nuestra manía de hacer textos consti
tuye un mal inmenso que urge extirpar
cuanto antes. La prescripción regla
mentaria que encomienda al Consejo Su
perior la aprobación de los textos es á
nuestro juicio la raíz de ese mal. La in
1
71

conveniencia de esa disposición es ma


nifiesta y resalta á poco que se examine
la cuestión . En el hecho, todos sabemos
que no sólo se han aprobado y se aprue
ban malos textos sino que, entre esos
hay algunos, cuyos defectos reiterada
mente indicados, los hacen detestables
y que no por eso se les ha retirado la apro
bación ni se dejaría de reiterarla si fue
se solicitado así. Algunos de esos textos
no solo no están conformes con los Re
glamentos y Programas oficiales sino
que, no se conforman ni con el sentido
común y son un verdadero manojo de
desatinos y barbaridades , habiendo no
obstante alcanzado la aprobación . Nada
de eso se hubiese realizado, si en lugar
de prescribir el Reglamento de Instruc
ción que el Consejo debe aprobar los tex
tos, hubiese dispuesto que la enseñanza
fuese libre y se pudiese consultar cual
quier texto , salvo aquellos expresamente
prohibidos por el Consejo. Así las cosas
no habría especulación ni monopolio y
no se enseñaría jamás por textos en que
quedan muy mal parados los principios
tutelares de la República, desfigurados
los hechos históricos, alterados los lími
tes del territorio, y exteriorizada hasta
el ridículo la ignorancia científica y li
teraria de muchos diplomados y profe
sores oficiales, que se han permitido es
12

cribir como autores en materia que no


conocen .
Así las cosas, el buen texto nada ten
dría que temer de la ignorancia, ni nada
que pedir al favor ; en tanto que el mal
texto , aún logrando entronizarse ,nunca
contaría seguros días de vida, pues á to
do momento podía ser prohibido; y esto ,
que sucedería apenas alguien lo solici
tase, fundándose en razones y hechos,
tendría fiel cumplimiento por el solo des
crédito que traería la declaración del
Consejo. " Algo más, se podría estimular
el denuncio de esos defectos, y así se
provocaría el mejoramiento de los tex
tos defectuosos y la eliminación de los
más malos, siquiera.
El Consejo Superior como cuerpo co
legiado que es, carece de la capacidad
necesaria para iniciar, examinar, diri
gir y juzgar en asunto que demanda es
tudio minucioso y profundo cuanto im
parcial y consciente, como lo exige la
aprobación de un texto. No es pues, con
veniente, esa disposición que le enco
mienda al Consejo la aprobación de los
textos : lo más que podría aceptarse se
ría que pronunciase fallo, respecto de
puntos concretos y determinados , como
son ciertos defectos que se pueden seña
lar en algunos textos, y sobre los cuales
bastará llemar la atención de cualquier
- 73

hombre que esté en su juicio, para que


se pronuncie este sin la menor vacila
ción, y el texto quede prohibido.
· Esos defectos, que el Consejo no podría
encontrar fácilmente, los percibe en el
acto quien tenga en ello interés , y corres
pondiendo el fallo á otra entidad, coloca
da muy por encima de ese interés, cual
quiera queel fuese, no hay temor de que
ese fallo se aparte de lo justo y lo verda
dero. Muchos males podrían evitarse
siguiendo este camino.

§ III. EL LIBRO LIGERO

Después del texto, viene el libro ligero ;


es decir : novelas , cuentos, historietas,
almanaques, canciones y otros análogos,
que por lo general nada enseñan . 'Es
tos libros tienen por objeto principal
distraer y matar el tiempo, y no pocas
veces corrompen según las condiciones
del libro y del lector, en relación con el
medio social respectivo .
Los cuentos para niños son muy efica
ces, para despertar en ellos la afición á
la lectura y en este aspecto son muy re
comendables. Hay al respecto coleccio
nes muy variadas y muy interesantes
que vienen del extranjero . Las novelas
- 74

favorecen igualmente la afición á la lec


tura y contribuyen á perfeccionarla ; pe
ro en cambio de este beneficio , causan
muchos daños, no siendo el mayor de
ellos la pérdida enorme de tiempo útil
que traen . En Lima se lee bastante en
ese orden, y muy especialmente del gé
nero realista que tanto contribuye á co
rromper el espíritu , cuando cae en ma
nos inexpertas como sucede las más ve
ces .

La lectura de estos libros es malsana ,


indudablemente, y el hombre de buen
juicio debe evitarla. El padre de fami
lia debe impedir la entrada de esos li
bros en su casa, si quiere conservar en
ella, cierta pureza de alma que es indis
pensable en la vida. Esos libros solo son
buenos para el pensador, el estadista,
el filósofo, el hombre de mundo, en fin ,
y esto, no tanto para aprender doctrina
alguna nueva , en esos libros contenida ,
cuanto para conocer en el libro mismo
las enfermedades de la sociedad que im .
porta curar, los tumores que es preciso
extirpar.
Los libros de cuentos enseñan á en
tender lo que se lee. Los almanaques y
monografías ligeras enseñan algo, siem
pre , poniendo al alcance del lector cier
tas nociones y verdades que presentan
con sencillez y oportunidad, ilustrándo
1
- 75

las con grabados y circunstancias, que


despiertan el interés de conocerlas y ha
cen simpática la lectura que ofrece estos
alicientes .
Las novelas científicas ó de carácter
histórico , sociológico, etc. , enseñan re
creando y sugestionando el espíritu en
favor del estudio, de la educación y del
arte. Las novelas corrientes y las rea
listas , el daño menor que causan es la
pérdida de tiempo.
En Lima hay lectores de los cuatro
grupos; pero no hay quienes escriban
este género. Muy rara vez se ve apare
cer un libro nacional en esta materia .

IV. EL LIBRO SERIO


El libro serio es un intermedio entre
el texto y el libro ligero En el primero es
forzoso sujetarse á un plan prefijado por
los programas de enseñanza ó por las ne.
cesidades de ésta ; en el libro ligero hay
más libertad . El lector de un texto nece
sita cierta preparación anterior para po
derlo entender , preparación que no se
requiere para el libro ligero.
En el libro serio no hay la obligada de
pendencia y preparación que exige el
texto ; pero tampoco hay la absoluta liber
dad que deja la novela narrativa por
76 -

ejemplo. Es preciso para el libro serio


tener cierto grado de educación intelec
tual ; pero no tanta como la que exige el
texto, y de otro lado demanda el libro
serio que la atención del lector se sos
tenga con vigor, por lo mismo que no se
cuenta con el auxilio de un profesor co
mo sucede con los textos. El libro por sí
solo ha de poder ser entendido , y ello no
se logra sino con algún esfuerzo y gran
competencia en el autor. Esta clase de
libros abunda en los tiempos actuales, y
se encuentran en las grandes librerías,
bibliotecas completas admirablemente
escritas , en todos los ramos del saber
humano, y apropiadas especialmente á
las diversas clases de lectores que pudie
ra haber ; atendiendo no solamente á su
grado de educación y cultura para en
tender la materia tratada en el libro, si
no también á los recursos pecuniarios de
que pudiera disponer para comprarlos,
cosa que guarda relación con la ante
rior. Débese á estas bibliotecas, que en
Lima apenas se conocen , el gran impul
so que ha tomado la vida intelectual en
la segunda mitad del siglo que acaba de
terminar. A favor de esos preciosos li
bros es hoy, no sólo posible sino muy fácil
para cualquier lector, sin profesor y sin
colegio, por la simple lectura, conocer
lo fundamental de todas las artes y las
ciencias y penetrar en los más elevados
ideales de la filosofía y el arte, aun cuan .
do sea extraño el asunto a la profesión
del lector, si la tiene , ó á la clase de ma
terias que acostumbra tratar. En esos
libros, escritos por verdaderas notabili
dades, por sabios, pensadores y publicis
tas eminentes, se exponen las ideas des.
de sus orígenes y del modo más adecuado
para trasmitir al lector la verdad culmi
nante de cada materia , y para colocarlo
en el punto de vista que le permita
percibir lo más esencial de la cues
tión ; suprimiendo por supuesto, todos
los detalles que pudieran oscurecer y
que solo son necesarios al técnico y al
especialista, que cultivan esos ramos
con el propósito de utilizarlos en sus
aplicaciones, y que pueden aprenderlos
en libros adecuados y por los medios co
rrespondientes.
Esos libros podemos decir que con
tribuyen á educar el espíritu en exten
sión . Para educarlo en profundidad,
objeto esencial de la cátedra , puede ha
cerse uso de textos más o menos comple
tos y de las obras maestras, el estudio y
la experimentación . Los Diccionarios
de especialidades son también libros se
rios que abundan mucho en estos tiem
pos y que influyen no poco en el rápido
progreso de la civilización . Por último;
debemos citar los Tratados prácticos,
78

especiales en cada materia, ocupándose


de ella con profundidad y desarrollo bas
tante para que el lector los entienda, se
los asimile y sea capaz de aplicarlos sin
necesidad de otro maestro que el libro
mismo .
La vida intelectiva de Lima, por me
dio del libro serio es pobre y casi nula.
No creemos que pasen de mil los lecto
res de esa clase, y esto, comprendiendo
entre ellos á los que teniendo ya una
profesión científica ó literaria, toman el
fibro serio por vía de consulta ó con el
propósito de dar amplitud á sus conoci
mientos. Quitando pues esa clase de lec
tores, queda poco, muy poco, quizá ni
cien lectores, que tengan el hábito de
leer en los libros serios con el exclusivo
objeto de instruirse.
Entre esos pocos libros serios conoci
dos en Lima y que algunos leen , pode
mos mencionar la Biblioteca Económi
ca filosófica ", " Bibliotheque utile” de
Félix Alcan ; la “ Bibliotheque des scien
ces contemporaines” de C. Reinwald y
Cie. de París, y otras que se leen algo y
contribuyen á elevar el nivel intelectual
de la ciudad.
La lectura es como el tiempo, capital
valioso que el hombre desperdicia mu
cho, porque no tiene alcance suficiente
para comprender su inmenso valor. Es
79

increíble la cantidad de conocimientos y


el grado de cultura que es posible alcan
zar, con el empleo diario de media hora
siquiera en lectura seria ; y esto lo deci
mos, tanto para el que apenas logra apren
der y escribir en la escuela, única cosa
esencial, como para el que llega hasta la
enseñanza universitaria y la de escuelas
especiales y concluye por adquirir una
profesión superior. Para todos es nece
sario el hábito de leer en serio, lo menos
media hora, tiempo que nunca puede fal
tar á hombre alguno por atareado que
se le quiera suponer.
Sabios de nota han habido en el mun
do, y no pocos, que solo se han formado
por la lectura, en las horas desocupadas
que les quedaban después de cumplidas
sus 'ocupaciones ordinarias ; y si hasta la
altura de sabios se ha llegado por ese
medio, ¿ cual no sería el progreso del
mundo, si todos consagrasen diariamen
te , alguna parte de su tiempo á la lectu
ra ; y cuántos de esos lectores se halla
rían, con sorpresa de ellos mismos, des
pués de cierto tiempo, llenos de ciencia
y con capacidad y genio de inventores ?
La afición por la lectura es un capital
enorme cuyo incremento debe estimu
larse lo más posible.
La lectura aprovecha siempre, induda
blemente ; pero importa distinguir dos
80

clases de lectores, para alejarse de la


una y aproximarse á la otra lo más po
sible ,
Hay lectores pretensiosos que creen
estar siempre encima de todo autor y
que solo leen para saber que dijo y có
mo dijo , y tener con ello tema de con
versación . Esos hombres son respecto
de las ideas, lo que el vidrio es respecto
del agua : se moja pero no se humedece,
ni se empapa ;no penetra el agua en su
masa. Así, las ideas, para esos hombres,
no penetran en su espíritu y apenas ras
millan en su superficie cerebral, vuelta
lisa, impenetrable por la vanidad y la pe
tulancia. Pero si el lector se halla imbui
do de la máxima socrática, solo sé que
nada sé, aprenderá mucho con la lectu
ra, y aún en los libros de escaso mérito,
tomará siempre el pensamiento del au
tor en la medida de su capacidad relati
va, y no se expondrá ni á pasar sin per
cibir lo que ellibro trata, ni á aceptar sin
convencimiento el tema que se sostenga
y que en muchos casos puede estar lejos
dela verdad.
El lector no debe ser tan humilde que
no se considere capaz de discutir las
opiniones del autor,ni debe tampoco ser
tan ligero que sin leer atentamente el
pensamiento del autor pase por encima
y lo suplante por alguno suyo que le pa
81

rezca encontrar en el libro. El espíritu


del lector debe ser para el material del
libro lo que la criba para el grano ; debe
dar paso únicamente a los que tienen
cierta magnitud y arrojar lejos los que
no se conformen á la medida. Esa criba
es el criterio del lector.
Cuando se sabe leer y escojer el libro
que nos conviene, se llega muy fácil
mente con la lectura á elevar el propio
nivel intelectual ; y se puede adquirir
una enorme suma de conocimientos va
riados y útiles, sin esfuerzo que merezca
mencionarse. La cocina casera, la eco
nomía doméstica , la industria menuda
del hogar, la jardinería y otros tantos
asuntos que es útil conocer , apenas ne
cesitan de un poco de consagración á la
lectura . La Historia y la Geografía pue
den venir en seguida ; después la Histo
ria natural descriptiva y la Física y Quí
mica recreativa ; y finalmente las mate
máticas , podrían ser abordadas por un
lector avisado. Después de esa prepara
ración , toda materia es abordable y sen
cilla .
82
CAPITULO V

La Cátedra

§ I. EL OFICIO DE ESTUDIANTE
En esta capítulo tomarémos la pala
bra cátedra en su sentido más amplio y
más general, designando con ella todo
centro de enseñanza dirigida por un
maestro, llámese éste preceptor, profe
soró catedrático. Comprenderemos igual
mente en la cátedra la enseñanza por
medio de conferencias, consultas ó cual
quiera otro medio en que los conoci
mientos sean trasmitidos directamente
del que los posee á los que deben adqui.
rirlos.
La confusión que se hace entre educa
ción é instrucción , y la preferencia que
se da á esta última ha hecho que en es
cuelas, colegios y universidades, sólo se
atienda á instruir, y para nada se piense
en educar. El trabajo físico tampoco ha
merecido el menor lugar en la distribu
ción del tiempo y así, ha resultado el ofi
cio de estudiante, que se considera muy
lucrativo. Este funesto oficio , que congre
ga en los claustros de establecimientos
de instrucción un personal numeroso,
83

que vive muchos años á expensas de sus


familias como verdaderos parásitos, sin
producir nada y consumiendo tiempo
y dinero , es uno de los oficios de la épo
ca actual que más daño causan á la so
ciedad y que más contribuyen á retar
dar la marcha de la civilización .
Careciendo ese personal de la intui
ción clara de la vida real, no es posible
que tenga por el estudio esa voluntad y
ese interés, tan esencial para aprender
y que se forma únicamente en los que
por el trabajo físico, sienten todo lo que
tiene de útil el saber y están acostumbra
dos á verificar en la práctica y distinguir
por su medio, lo que deveras se conoce de
lo que apenas se percibe por nociones va
gas y poco definidas. Y sin esa volun
tad por el estudio, sin el deseo de apren
der , que sólo el trabajo físico y el trato
de los negocios son capaces de desper
tar y mantener, tampoco se aprove
cha de la enseñanza ni se logra educar
por entero todas las energías orgánicas
y psíquicas del individuo . El resultado
final del sistema es la creación de un
personal desequilibrado, lleno de preten
siones y necesidades y desnudo de apti
tudes para el trabajo y del hábito mis
mo de trabajar; incapaz de abrirse cami
no en la vida y condenado en consecuen
cia á todas las calamidades que traerá
84

consigo la falta de recursos para vivir,


en armonía con las pretensiones que se
adquirieron en la vida ociosa y parasi
taria del colegio.
En Lima abundan los doctores, profe
sores y técnicos de varias clases, que se
han formado en ese sisterna, que aún en
los casos de haber logrado, sin perder
salud y vida, suficiencia reglamentaria
y título profesional, así y todo, quedan
siempre completamente ajenos á las le
yes del mundo; y entran en él, casi cie
gos, sin la preparación debida para evo
lucionar con solo sus propias energías,
las mismas que habrían sido suficientes
si no se hubiera descuidado su educa
ción ; y con ello renunciado á muchas
ventajas que pudieran haberse conse
guido y perdido en el colegio sin obje
to alguno ó empleado en aprender vicios
y malas costumbres, todo el tiempo que
permanecieron allí, en demasía del que
es posible al humano intelecto aplicar al
estudio , por su naturaleza misma.
Si al menos hubiesen tenido, esos es
tudiantes, libre su tiempo de trabajo ;
eso sólo habría evitado muchos daños.
y hubiese contribuido á hacer fructífe
ro en el estudio, la parte de tiempo á él
consagrado, y que no debeexceder jamás
de lo que permite la naturaleza ňuma
na ; pero no habiéndose entendido las
.
85

cosas así , se ha creído conveniente que el


estudiante resida en el colegio todo el
día y que por consiguiente se acostumbre
á perder la mitad del tiempo en el ocio y
en charlas insustanciales o malsanas.
Más de cuatro horas al día , no es po
sible estudiar de modo permanente ; y
esto exige, para que sea verdadera é ín
tegramente aprovechado el estudio, que
el espíritu descanse , ocupándose el indi
viduo otras cuatro horas en trabajo ma
terial . Sólo así el organismo restablece
su equilibrio , la salud no sufre, y tanto
el estudio como el trabajo, se toman con
interés y buena voluntad .
Prescindiendo pues del vicio capital,
común á todos nuestros centros de edu
cación, de fomentar y sostener el oficio
de estudiante, parasitario de las fami
lias y dañoso en sumo grado , vamos á
examinar en detalle la vida intelectiva
de Lima, en las tres clases de centros :
escuelas, colegios y universidades.
§ II . LA ESCUELA
I, Estadística
Según los Censos escolares de la Repú
blica, publicados por el Ministerio de
Instrucción para los años 1890 y 1898 ,
los datos referentes á las escuelas de Li
ma, son los que resumimos en el cuadro
siguiente :
Número Número Alumnos Alumnos
que
escuelas
de maestros
de matriculados asisten
diario

1890 1898 1890 1898 1890 1898 1890 1898

Escuelas
oficiales
. 41 25 41 87 5672 4872 4388 3018

.
particu lares
93 152 93 390 4057 7757 3352 5652
86
1

Total 134 177 134 477 12629 7740


9729 8660

consideradas
alcanza
1898
en
oficiales
escuelas
25
las
de
anual
presupuesto
El
lá4auxilia
12,090
corresponden
que
los
de
ássoles
14,796
preceptores
os
3,683
us
y16,800
.Sres
locales
arriendos
los
por
anua
soles
1,747
de
gasto
un
pues ale
salumnos
matriculados
9om
;es enos
ás
,eoles
escuela
les
194
cada
por
sto
año
por
alumno
.al
ypara
soles
43,683
gastose
primaria
instrucción
de
alumnos
4,872
Para
390
de
Ginstrucción
,alumnos
41,344
gastó
puede
;emedia
de soles
décuplo
ludalupe
.
cirse

1
87

En el presente año 1902 las cosas pa


san así :

Hay 144 escuelas de las que 120 son li


bres y 24 únicamente son oficiales. Son
estasservidas por 88 preceptores que go
zan del haber de 80 soles al mes los prin
cipales y de 45 soles los auxiliares.
Sólo existen para las escuelas oficiales
tres locales propios, inadecuados.
La instrucción primaria tiene por ren
ta, por razón de la quinta parte de los
ingresos municipales, la cantidad de
153,285 soles 86 centavos.
No hemos particularizado en estos cua
dros, la distribución por sexos , porque
la proporción es casi igual : el número de
mujeres, apenas excede al de hombres,
en un 6 ° /o del número total.
La asistencia en 1890 es de un 80 ° /, de
la matrícula , en 1898 apenas alcanza un
68°/» ; y actualmente, en 1902 no llega
sino á un 65 ° / ..
El cuadro siguiente publicado en “ El
Comercio ” de 30 de Mayo de 1902 con
tiene este dato y otros más, muy inte
resantes.
88

Consejo Escolar de Lima

ALcondorio
ecmaestros
Estadística Escolar Abril de 1902

Asistencia
Asistencia
Matrícula

máxima
efectiva
COCO

media
escuela
Núm

og
co
er
o
de 10
* Oot
.de
la

Núm

Tanto
.

%
1 1. 273 196 180 66
2 1. 121 106 82 68
3 1.º 85 73 64 75
4 1. ° y 2. ° 225 184 143 63
5 1. ° y 2 . 55 50 35 64
6 98 80 60 61
17 1.° y 2.° 425 289 214 50
8 1. 112 106 86 76
9 1.º 268 195 145 54
10 1. ° 120 95 71 59
11 1.0 140 130 90 64
12 1. ° y 2.0 87 78 65 72
13 1.0 370 294 252 68
14 1. ° 90 55 92 98
15 1.0 260 177 140 54
16 1. ° y 2 . 197 131 116 59
17 1. ° y 2.0 460 313 264 66
18 1.0 215 173 152 71
19 1.9 73 48 35 48
20 1. 130 132 107
21 1.0 203 150 113
22 1.0 90 74 58 64
24 146 93 177 53
1. °
26 1.º 100 90 70 70

Suma .. 85 4283 3332 2711

NOTA La matrícula efectiva en las escuelas de va


rones asciende á 2,552 y en las de niñas á 1,731 . Las prime
ras tienen una asistencia máxima de 1,915 , siendo la media
1,532: en las segundas tenemos 1,418 y 1,179 respectiva
mente .
J. E. DÍAZ .
89

De estos datos resulta , no obstante la


poca fe que inspiran las estadísticas de
que nos hemos servido, que en Lima hay
22059 niños de los que 11043 no están
matriculados, y por consiguiente no
cumplen, ni reciben , absolutamente,
educación alguna, ni aún de las pri
meras letras, esto es: leer, escribir y
contar. Resulta también que el número
de escuelas públicas no alcanza de las
particulares, ni al 20%. en 1898 , habién
dose acercado al 50° /o en 1890. Es curio
so observar que en ese período , han dis
minuido las oficiales y multiplicádose
las particulares.
En cuanto al número de alumnos que
corresponde á cada maestro, varía mu
cho esta cifra de 1890 á 1898. De 72 por
maestro en 1890 se pasa á 26 únicamente
en 1898. Datos de actualidad no tenemos
ninguno, ni hay tempoco en el Ministe
rio del Ramo.

2. La enseñanza

La instrucción primaria , tal como la


entiende nuestro reglamento del ramo,
comprende infinidad de materias teó
ricas todas y tan teóricamente ense
ñadas, que más valdría no ocuparse de
ellas . Lo esencial, que es sin duda algu
90

na : leer, escribir y contar; y luego buenas


maneras, hábitos higiénicos y ejercicios
físicos , no son asuntos que preocupan ,
como debieran preocupar, á gobernantes
y gobernados, municipales y precepto
res, ciudadanos y padres de familia . Ya
hemos visto que más de la mitad de los
niños de Lima , crecen como hongos sin
aprender siquiera ni á leer. Esta verdad
es horrible ; y los que no paran mientes
en esto, se atreven á hablarnos de re
vancha y armamentos, militarizaciones
y otras farsas por el estilo. Sien Lima cre
cen como hongos más de la mitad de los
niños ¿ qué pasará en el resto de la Repú
blica ? ¿ Por qué no se hacen ligas para
destruir la ignorancia ?
Por supuesto que en Lima no hay pa
ra la instrucción primaria, nada que se
parezca siquiera: al trabajo manual re
munerado, los paseos instructivos, los
jardines y museos de educación, y tantos
otros medios que ponen en juego las
ciudades que se preocupan de tener ciu
dadanos y miembros útiles en la Socie
dad .

Los preceptores, en Lima , son pagados


como pordioseros; los locales en que
funcionan las escuelas carecen de todo
hasta de las condiciones indispensables;
el material de enseñanza es muy rudi
mentario cuando existe , y de lo más an :
- 91

tiguo ; y en las escuelas oficiales hay tan


tos discípulos para cada maestro, que la
acción de éste tiene que ser insuficiente
por muchos esfuerzos que haga para
cumplir sus deberes.
Se retiene á los alumnos todo el día en
la escuela, sentados en salones insalu
bres, húmedos y oscuros muchas veces ;
y allí , en esos antros de crueles tormen
tos para los niños, so pretexto de educar
los, se atrofian todas sus energías físicas y
morales y después de mandar al cemen
terio la mayor parte como cons: cuencia
del sistema, los que por más fuertessobre
viven á esa vida de presidio y han podi
do soportar castigos á toda hora y lec
ciones de memoria hasta la disolución de
su cerebro ; agotados los más bellos años
de su vida en el tormento y muertos ó
atrofiados sus más nobles sentimientos,
después de 6,8 ó 10 años de existencia per
didos en tiempo y amargados con mil sa
crificios y dolores, salen de esa atmósfe
ra mal sana, sabiendo apenas leer mala
mente y escribir, sin elegancia en la for
ma y sin corrección ortográfica ; pero con
la cabeza llena de muchas cosas de me
moria, que no han entendido nunca y
que olvidarán en breve.
En nuestras escuelas no hay nada del
sistema moderno, y son bajo todos con
ceptos , inferiores á nuestras antiguas
92

escuelitas dirigidas por alguna pobre


vieja, que en seis meses enseñaba å leer
y escribir á una docena de niños ó dos á
lo más que tenía á su cargo y que va
riaban en cada año, relevándose por
otros nuevos. Se ha perdido ese viejo
sistema y del nuevo han sido tan nega
tivos los resultados que, para apreciar
los , nos bastará trascribir aquí unos
cuantos párrafos de los que, al respecto ,
dice el Alcalde Municipal de Lima, en
su memoria del año de 1901 , que acaba
mos de terminar. Hélos aquí :
“ Nada más abandonado, nada más
ineficaz , nada más absurdo que el siste
ma de organización de las escuelas pri
marias que sostiene la Municipalidad de
Lima.

“ Mala fué la administración munici


pal de las escuelas, como es y será mala
la administración del Consejo Escolar,
porque una y otra descansan sobre bases
malas. "

“ Recargar de estudios á los niños,


enseñarles textos de historia y de gra
mática, geografía , aritmética, sistema
métrico, geografia é historia del Perú,
dibujo y pedagogía ; y mirar como cosa
secundaria el desarroilo físico, no es pre
parar un pueblo para el trabajo , y respe
93

to á la prosperidad de la patria sino pre


pararlo para la petulancia, para los vi
cios y para las enfermedades.”

Debemos dedicarnos de preferencia á


protejer el desarrollo físico é introducir
hábitos de moralidad y temperancia у
hacer hombres que sepan leer, escri
bir y contar, y manejar el pico y el ba
dilejo y el serrucho .'
¿ Y qué se necesita para lograrlo ? No
dejar nada de lo que existe . Construir
edificios para escuelas; escoger profeso
res competentes, sanos del cuerpo y del
espíritu , preparados para la honrosa ca
rrera de educar; reducir el plan de estu
dios á leer, escribir y contar, é implan
tar para lo demás el sistema intuitivo. "

Nada más podríamos decir nosotros,


después de estas declaraciones cortan
tes, categóricas, terminantes, y de una
franqueza abrumadora; declaraciones,
cuyo valor crece enormemente, hechas
como lo son por el Alcalde de la ciudad,
después de estar viendo por sí mismo , el
modo de ser y de existir de nuestra ins
trucción primaria.
94

3. La escuela moderna

No es difícil tener una escuela moder


na, tal como hoy se estila, en armonía
con los últimos adelantos. Puede cal
cularse en siete mil soles anuales , el pre
supuesto de gastos necesario para soste
ner una escuela de esa clase , capaz de
educar unos doscientos niños, cien en la
mañana y los otros cien en la tarde.
Esta escuela funcionaría cuatro horas
únicamente para cada grupo; de h. 7 á 11
a.m , por la mañana y de 1 a 5 p . m . por la
tarde. En cada grupo, quedaría libre
para el trabajo de taller y consiguiente
ganancia de salario , el período de tiem
po correspondiente al otro grupo : es de
cir que, para el grupo de la mañana ha
brá taller en la tarde y al contrario. El
jornal que podrían ganar los niños por
sus cuatro horas de trabajo ,sería de vein
te centavos, y como el costo de su edu
cación en las otras cuatro horas deman
daría los dos tercios de su jornal que
daría un tercio que el niño recibiría en
cada semana como saldo efectivo que lo
estimulase en la empresa de costear su
educación y aprender a ser hombre.
Entremos en algunos detalles, que
confirmen nuestras conclusiones . La
construcción de un local para una es
95

cuela primaria moderna demanda una


suma de veinte mil soles, lo que corres
ponde á un servicio de interés y amor .
tización en 20 años por valor de 2000 so
les anuales. El presupuesto de la escue
la, puede pues, formularse así:
1 - Servicio de amortización é in
terés por el costo del local ( 20000
soles ... 2000
2 – Renta del preceptor, director
de la escuela . 2000
3 - Renta de un primer auxiliar. 1000
4- Renta de dos segundos auxi
liares á soles 600 c/u .... 2000
5- Gastos varios , de exámenes,
imprevistos, etc. 800

Total soles .. 7000


En esta escuela, resultará en cada
cuatro horas cien niños y cuatro profe
sores, lo que corresponde á 25 niños por
maestro ; proporción en que se puede
efectivamente enseñar y educar. El cos
to resulta , al año, á razón de 35 so
les por niño, los mismos que debe pro
ducir el taller respectivo, en conexión
con la escuela pero distinto de ella en
teramente y del modo más absoluto.
Para veinte mil niños que debemos
calcular en Lima , educables por año en
los ramos de instrucción primaria, re
96

sulta evidente la necesidad inaplazable


de tener cien escuelas dobles, lo que re :
presenta un gasto al año de setecientos
mil soles. Por los datos antes consigna
dos se ve que en esa educación, en 1890
predominaba la oficial y en 1898 la par
ticular. Podemos pues calcular pruden
cialmente iguales ambas acciones, y
aplicar en consecuencia de los 700 mil
soles necesarios, 350 mil al municipio y
otros tantos á los particulares, como es
necesario para sostener las escuelas que
son indispensables para la Ciudad. Elmu
nicipio pues debe invertir anualmente
una suma no menor que 350,000 soles, y
apenas lo hace con la novena parte de
esta suma .
El público, por su parte, debe cooperar
con otros 350,000 y creemos que lo hace
efectivamente, al menos, por la mitad
de esa suma. Las escuelas oficiales, que
han disminuido desde 1890 , reduciéndo
se en 1898 á sólo 25 escuelas simples de
las 41 que habían entonces, no represen
tan pues ahora sino 12 y } ó sea la cuar
ta parte del número de escuelas dobles
que debían existir. Las escuelas parti
culares, simples también, han aumenta
do notablemente, pues de 93 que habían
en 1890 aparecen 152 en 1898. Hay pues
en escuelas particulares el equivalente
á 76 escuelas dobles ó sea 26 más de las
que debían sostener.
Figuran en las matrículas en 1898 algo
más que en 1890 y los alumnos matricu
lados llegan al número de 12629; lo que
indica que había todavía 7371 niños en
Lima absolutamente privados de toda
educación, lo que corresponde á razón
de 35 soles anuales por cada uno á la
suma de 257,985 soles que debió gas
tarse y no se gastó en la educación pri
maria de esos niños. Es esto, con poco
exceso justamente lo que corresponde al
Municipio gastar en esa necesidad so
cial que tanto descuida.
Si se atiende á la enseñanza misma,
debemos notar que no hay ni locales , ni
material escolar, ni maestros . Para los
20,000 niños, debían haber ochocientos
maestros y sólo figuran 187 ; es decir
que no hay personalnipara los diez mil
alumnos que actualmente concurren á
las escuelas. No hay un solo local ade
cuado para escuela, y esa necesidad es
imperiosa y debe comprender no sólo los
salones y dependencias de la enseñan
za sino la casa del Director y departa
mentos para los auxiliares ; todo de ma
nera que los maestros hallen en la es
cuela todas sus comodiades y renta para
vivir, y sólo tengan que preocuparse de
la educación y consagrar á ella su vida
entera y todas sus facultades. El mate
rial de enseñanza tampoco existe , y cuan
7
98

do hay algunos elementos de esa clase


no se acostumbra ponerlos en uso para
facilitar el aprendizaje y hacerlo agra
dable á los niños. Prefieren la lección
de memoria y la presión de los castigos
para que, por ese medio se atrofien los
cerebros y se fastidien los niños. ¡ Tris
te condición la de los éstos : su natura
leza les impone el bullicio, el movimien
to y la vida; pero sus padres y sus maes
tros sólo quieren el orden y la quietud ,
el silencio , la muerte !

§ II . EL COLEGIO
1. Datos estadísticos
Los datos estadísticos publicados por
el Ministerio de Instrucción por el año
1898 , en materia de instrucción media y
superior, son tan incompletos y tan des
cuidados, que no aparecen ni por sus
nombres todos los colegios que funcio
nan en la capital . Los únicos de que ese
resumen trata son los siguientes:
Profe- Alum .
sores nos

Colegio Nacional de Guadalu


pe con .. 17 390
Colegio particular del Dr. Le
guía .... 17 59

Al frente 34 449
99

Del frente .. 34 449


Colegio particular del Dr. La
barthe 18 164
Id . id Dr. Granda .. 16 43
Id . id. Convento de
Santo Domingo ... 177 86

Totales .... 85 742

Faltan los siguientes colegios :


El Seminario de Santo Toribio
La Escuela Técnica de Comercio
El Instituto Alemán
El Colegio del Dr. Rodríguez
El Colegio del Dr. Whilar
El Colegio de los Padres Jesuitas
Puede calcularse en 550 el número de
alumnos que estudian en todos estos co
legios, lo que con los anotados anterior
mente , en números redondos, da unos 1300
estudiantes de instrucción media que
existen en Lima, y de los cuales corres
ponden 800 á los colegios particulares y
500 á Guadalupe y el Seminario , que gra
van principalmente sobre rentas públi
cas .En Guadalupe, el costo por año de
la educación de un alumno no alcanza á
140 soles, de los que 89 paga el Estado.
En el Seminario y en los nueve colegios
particulares, no pasa de 12 mil soles al
año en cada uno, el gasto medio de su
sostenimiento ; sean 120,000 soles, por los
100

10 colegios; resultando repartida esta su


ma entre los 900 alumnos a razón para ca
da alumno de 133 soles al año, valor del
promedio entre unos y otros estableci
mientos. Se puede pues calcular , en nú
meros redondos, que la educación me
dia en Lima importa 12 soles al mes por
alumno y demanda un gasto de 180,000
soles, que los particulares sufragan en
sus dos terceras partes.

2. La enseñanza
La enseñanza en los colegios de Lima
se contrae á la instrucción media ó se
cundaria, que sirve de complemento á la
primaria y de base preparatoria para la
educación superior ; así se llama entre
nosotros la técnica y profesional , que
se da en las universidades y en las es
cuelas especiales .
La enseñanza en los ramos de instruc
ción media , se basa sobre el empleo de
texto, el estudio de memoria, los casti
gos y premios, los exámenes y la menor
intervención posible de los profesores
en el aprendizaje de las materias. La
enseñanza práctica y los ejercicios, casi
no existen ; los programas son muy ex
tensos , pero lo que realmente se aprende
en los colegios, no alcanza ni á la déci
ma parte de lo que aparece por los pro
101

gramas y los textos mencionados en los


Prospectos y Reglamentos.
Los haberes de los profesores se calcu
lan á razón , más o menos de 20 soles al
mes por 2 horas diarias de trabajo ,repar
tiéndose éste entre 10 profesores, además
del Director que también enseña. En el
colegio de Guadalupe, los haberes son
por lo general de 100 soles mensuales á
cada profesor, pero el número de alum
nos es por sí solo, casi igualal total que
se enseña en los otros colegios que fun
cionan en Lima.
No faltan, como por excepción, en to
dos los colegios, algunos profesores inte
ligentes y empeñosos que hacen de su
parte todo lo posible para enseñar debi
damente; pero el esfuerzo de estos mis
mos buenos elementos se estrella en
gran parte , contra la imposibilidad ab
soluta de enseñar conformándose á las
disposiciones de los Reglamentos y al
contenido de los programas, del todo re
ñidas con el buen sentido y con las nece
sidades efectivas de la enseñanza y del
estudio. Los programas contienen un
mundo de proposiciones, muy superior
á lo que es posible aprender aun por los
alumnos aprovechados. De otro lado,
muchas de esas proposiciones , exigen
para su debida comprensión por los alum
nos, que estos tengan mejor preparación
102

ó mayor desarrollo intelectual de los


que, según los propios reglamentos , le
son exigidos ; por manera que, en esas
materias, la enseñanza queda sin efecto
aún para los alumnos más distinguidos y
á cargo de los mejores profesores. La
reducción de los programas es de lo más
urgente, para que sea verdad que se nor
ma la enseñanza por ellos, y para que es
ta enseñanza sea efectiva.
En los cursos de aplicación y en los de
Ciencias Físicas y Naturales particular
mente, no encontraríamos palabras con
que calificar eso que llaman enseñanza
y que consiste en estudiar de memoria
los libros traídos del extranjero , en que
se habla de minerales, de animales y de
vegetales que el profesor no conoce ab
solutamente, ni en pintura , y que el
alumno debé decir que conoce, después
de estudiar de memoria largas descrip
ciones, insuficientes sin embargo para
permitirle distinguir la misma especie
que describe, y que quizás tiene á la vis
ta ó muy cerca, pero que ni él ni su
maestro lo han sabido jamás. En menor
escala, pasa también cosa análoga , con
los profesores teóricos de Física y Quí
mica , abogados generalmente , que igno
ran del modo más absoluto esas materias
y les sería imposible hacer un experi
mento, verificar una manipulación quí
mica , etc. etc.
103

Las clases carecen de gabinetes y la


boratorios; no hay muestrario de obje
tos, materias primas, manufacturadas,
etc. , ni hay museos, ni jardines, ni si
quiera obras ilustradas con figuras ilu
minadas, que permitan suplir en algo el
conocimiento, por exposición directa de
los ejemplares, muestras, especies , etc.
Y cuando , en algunos colegios,hay al
gunos aparatos de física y algunos ele
mentos para manipulaciones químicas ,
colecciones de historia natural y algunas
otras por el estilo , no son usados esos
medios en las clases, y sólo sirven para
salvar las apariencias , y poder decir
que hay material escolar. No podría
tampoco ser de otro modo , dada la falta
de tiempo para hacer trabajos prácticos
y á la vez dictarlas lecciones, conforme
los interminables programas vigentes y
que sólo sirven para destruir la enseñan
ze práctica , quedando la teórica sin em
bargo en simple proyecto , y anulados
los esfuerzos de profesores y alumnos al
propio tiempo.
La música, el canto, la pintura, el
baile, las artes manuales, los ejercicios
físicos , y los mismos idiomas vivos, no
son asuntos que se consideran entre los
que deben formar parte de una buena
educación . La enseñanza de estas mate
rias se estima como accesoria y sólo son
104

cultivadas por los que buenamente quie


ran hacerlo y para ello deben todavía
pagar una pensión aparte.

3. Exámenes
En todos los colegios hay exámenes
generales de fin de año, que se autorizan
por un jurado nombrado por el Consejo
Superior de Instrucción pública. Sólo se
presentan ante ese jurado los alumnos
que han resultado aptos en el examen
rendido ante el profesor de la clase ; y
en algunos colegios, además, ante un ju
rado especial compuesto de profesores
del establecimiento .
Los resultados de estos exámenes son
muy variados , pero nunca faltan algu
nos alumnos sobresalientes que manifies
tan notable aprovechamiento en los ra
mos teóricos. En los de carácter prácti
co, no es posible ese resultado satisfac.
torio, porque no hay ni puede haber en
señanza ni aprendizaje donde son igual
mente ignorantes el profesor y sus dis
cípulos. Los exámenes prueban pues una
sola cosa ; el talento y la contracción de
algunos jóvenes, nada más.
Esos mismos estudiantes habrían po
dido aprender por sí solos, mucho más ;
con solo el empleo del talento y la con
tracción gastados en el colegio : y sin
105

éste, habrían economizado mucho tiem


po, del que se pierde día a día en esos es
tablecimientos, so pretexto de un estu
dio que no cabe en lo posible ; tiempo que,
consagrado al trabajo industrial, habría
dado un gran capital de experiencia y
de mundo y hábitos de orden y seriedad,
que precisamente el colegio ha impedido
procurarse .
El resultado de los exámenes de fin de
año, es la aprobación del noventa por
ciento de los candidatos ; y van en esa
aprobación , unos con otros, comprendi
dos los muy buenos con los buenos y los
regulares ó casi malos. Contribuye á es
ta especie de lenidad, múltiples causas
muy atendibles. La principal estriba en
el convencimiento que todos tienen de
ser absurdo el sistema de enseñanza y
que de aplicarlo con rigor no podrían me
recer aprobación ni los más estudiosos y
aprovechados. Es preciso que lo digamos
en tono muy claro y que lo sepa la Na.
ción entera : no hay en Lima un solo
colegio que merezca este nombre. Ni po
drá haber esa clase de instituto , mien
tras no se cambie radicalmente el plan
general y no se cuente con personal y
material adecuado y completo ; todo lo
que , demanda gasto de mucho dinero y
altos mirajes de parte de los que gobier
nan la Nación en ese ramo .
106

Creemos que el personal de profesores


nacionales, puede ser conservado en
servicio de la enseñanza y con renta ma
yor de la que tiene actualmente; pero
cambiando à muchos, de clase unas ve
ces y otras de colegio,y completando ese
personal, con profesores especialistas
traídos del extranjero, en todos los ra
mos de aplicación, particularmente en
los de historia natural y algo en cien
cias físicas y químicas así como en el pro
cedimiento mismo para enseñar y en to
do lo relativo al sport en sus variadas
formas. Gastando lo debido y comple
tando el personal y trayendo material
de enseñanza, muy en breve, sin daño á
profesor nacional alguno , podríamos te
ner un colegio de la escuela moderna, y
á su ejemplo, en toda la república, se re
formaría la instrucción y se conforma
ría al establecimiento tipo de que care:
cemos. Es preciso, de una vez, que el
Gobierno recupere sus funciones consti
tucionales y reasumiendo su alto papel
haga desaparecer al Consejo Superior
de Instrucción pública, capaz únicamen
te de no causar sino daños,como ha suce
dido hasta aquí, y que restablezca una
Dirección General de instrucción que le
permita atender directamente á la crea
ción y vida de los colegios, en armonía
con los adelantos modernos. Esà refor
ma requiere que haya un ministro res .
107

ponsable, capaz de iniciativas y de uni


dad de plan y no , como hoy pasa con el
Consejo Superior, que por la naturaleza
misma de su constitución , es incapaz
para dirigir y para asumir responsabili
dail, por lo mismo que es entidad colec
tiva, y por eso la menos adecuada para
realizar lo que supone unidad en el plan
y actividad en la acción , como es indis
pensable para toda medida de buen go
bierno,
dencia .
y para toda reforma de trascen

4. Distribución del tiempo


Para terminar lo relativo á instruc
ción media, vamos á ocuparnos de la
distribución del tiempo ; tal como ha si
do dictada por el Consejo Superior, á
raíz de la novísima ley que ha reducido
á cuatro años, los seis exigidos anterior
mente para la instrucción media .
El tiempo se ha distribuido por horas
de clase en la semana , á razón de 28 ho
ras cada una , considerando las materias
en órden tal que algunas se estudian
darante los cuatro años, otras en tres y
las demás en dos y en uno únicamente.
Atendiendo á esta clasificación , resulta
el cuadro siguiente :
108

HORAS DE ENSEÑANZA COMPLETA

Materias cuya enseñanza debe durar


cuatro años
Total horas Por semana

36 Historia general ... 9 horas


56 Francés .. 14
32 Ejercicios físicos .... 8 >>

Materias cuyo estudio debe durar


tres años

15 Geografía General.... 5 horas


12 Inglés . 6 >>

Materias cuyo estudio debe durar


dos años
12 Gramática Castellana. 6 horas
12 Caligrafía .. 6 ‫و و‬

12 Dibujo .. 6
8 Música .. 4
10 Algebra . 5
8 Geometría .. 4 >>
14 Historia Natural. ng
10 Física ...... 5 >>

Materias cuyo estudio debe durar


un año
Historia del Perú .... 2 horas
Geografía del Perú ...... 1
Trigonometría ... 1
- 109

Mecánica 2 horas
Literatura 3
Constitución del Perú .. 1
Fundamentos y dogmas 1
Filosofía ... 2
Química .. 4
Cosmografía . 2

Multiplicando en este cuadro el núme


ro de horas de la izquierda por el núme
ro de semanas del año escolar, que bien
podemos reducir á 35 únicamente, re
sultará un cuadro completo, en que ca
da curso aparecerá en el grado de im
portancia que el plan de estudios le ha
acordado; y se conocerá en horas el to
tal de lecciones que han de emplearse
en su enseñanza completa, durante los
años asignados en el plan .
En el cuadro que sigue, consignamos
esos número y también consignamos en
una segunda columna otros números,
que son los que indican en páginas de
mil seiscientas letras cada una ; el nú
mero correspondiente al texto respecti
vo que se ha usado antes, según el plan
y reglamento vigente desde 1886.
110

Francés 4 14 490
Historia General... 4 9 315 11,000
Ejercicios físicos.. 4 8 280
Inglés 3 6 210 200
Geografía General.. 3 5 175 200
Historia Natural 2 7 245 200
Gramática Castella
na . 2 6 210 150
Caligrafía 2 6 210
Dibujo . 2 6 210
Algebra 2 5 175 500
Física . 9 5 175 600
Geometría 2 4 140 500
Música , 2 4 140
Química . 1 4 140 300
Literatura 1 3 105 50
Historia del Perú . 1 2 70 200
Mecánica ... 1 70 200
Cosmografía 1 200
Filosofía ... 1 2 70 200
Trigonometría ... 1 1 35 150
Geografía del Perú . 1 1 35 200
Constitución del Pe
tú .... 1 1 50
. Fundamentos y dog
mas 1 1
35 200
3640 5100
111

Puede calcularse en dos páginas (de


1600 letras cada una) lo que se avanza
en el aprendizaje , por cada hora de clase
que da un profesor. Según esto , los nú
meros de la tercera columna multiplica
dos por dos, indican la misma unidad
que los de la cuarta columna correspon
diente á las páginas del curso, y así nos
será fácil comparar la extensión que
asigna á los cursos el antiguo plan y el
que se propone ahora. El antiguo re
presenta 5100 páginas ó 10 volúmenes
de 510 páginas cada uno; y, el nuevo,
descontando los cursos prácticos de ejer
cicios, caligrafía, dibujo y música , daría
5600 páginas. Se quiere pues aumentar
la extensión de los cursos, contrariando
lo dispuesto en la ley última ; y se pre
tende que sea posible enseñar en cuatro
años, lo que jamás fué posible hacerlo en
seis conforme al antiguo plan . Y ténga
se en cuenta que el plan que se propone
demanda 28 horas de clase semanales , es
to es cinco y media horas diarias de clase
diaria, puesto que los jueves no funcio
nan los colegios . Requiere pues el nue
vo plan que los alumnos estén en el co
legio 8 horas por lo menos y de estas 5 y
media en clase y 2 y media por supues
to en el estudio, sin descanso alguno.
Con disposiciones tan absurdas, nadie
debe extrañar que en materia de Ins
112

trucción Pública todo vaya como va


hasta hoy . ¿ Y todavía habrán gentes
que crean posible tener instrucción diri
gida por un Consejo Superior compues
to de cien cabezas y cien voluntades ?
Tiempo es ya de poner remedio á tanto
mal y poner al frente de la instrucción
dirección unipersonal, única capaz de
esa alta misión .
Para terminar este rápido examen , lla
maremos la atención del lector sobre los
cursos de Francés y de Historia Gene
ral, que en concepto del Consejo Supe
rior debe ser lo más útil y lo más impor
tante de la vida, una vez que les ha
consagrado la mayor atención y el má
ximo del tiempo disponible. El inglés no
vale a juicio del Consejo ni la mitad del
francés; pero la Química y la Literatura
valen más que la Mecánica y la Cosmo
grafía, y la constitución del Perú signi
fica tanto como la Geografía. La ver
dad es que si se quisiese averiguar
quien hizo ese plan , resultaría que nadie
lo ha hecho y nadie lo ha examinado si
quiera ; pero todos lo han sancionado
con el voto inconsciente que acostum
bran dar los cuerpos colegiados en el
Perú. Si hubiese quien estudiase la no
vísima ley para cumplirla y el plan de
estudios que para ese efecto correspon
de, no pondría más de 14 horas de clase
113

por semana ; que podrían atenderse con


cuatro horas de colegio únicamente , y
no exigirían más de 2800 páginas ó 7 vo
lúmenes de 400 páginas cada uno, como
el máximo de doctrina correspondiente
á instrucción media ó secundaria, y oja
lá se llegasen á aprender siempre.
Por supuesto que en ese plan no ocu
lugar preferente, ni el francés ni
paría
la Historia General , ni la Química ni
á la Literatura á la Trigonometría y á
la Constitución del Perú se le daría la
importancia allí señalada ; pero la arit
mética demostrada sería tomada en con
sideración y se le daría toda la impor
tancia que tiene y ha tenido siempre
aquí y en todas partes del mundo.

$ III.-- LA UNIVERSIDAD

La instrucción superior ó profesional,


corre a cargo de la Universidad y de es
cuelas especiales donde se educan mili
tares, marinos, agricultores, ingenieros,
etc. Compónese la Universidad Mayor
de San Marcos de Lima , de las facuita
des de Ciencias y de Letras que son las
fundamentales, y además de las de Ju
risprudencia, Ciencias Políticas, Medi
cina y Teología, que son propiamente
escuelas profesionales de abogados,8 fun
- 114

cionarios administrativos, médicos y sa


cerdotes . La instrucción universitaria
comprende 650 alumnos y la de ingenie
ros unos 50 ; costando la primera S /. 400
y S/. 1800 la de ingenieros, en las propias
condiciones, por alumno al año.
Bajo el punto de vista profesional, hay
en los institutos que acabamos de men
cionar, suficientes elementos para dar á
los estudiantes los conocimientos técni
cos de la respectiva profesión . La ense .
ñanza es teórica y práctica ; pero esta
última, no tan amplia como debemos
desearla . Faltan muestrarios y museos
y campo y teatro de experimentación .
Sin la inspección directa de las obras
maestras de ingeniería , que solo es posi
ble constituyéndose en los lugares don
de esas obras existen , no puede conside
rarse la enseñanza en ese ramo sino co
mo incompleta ; mucho más si se trata
de ingenieros industriales que jamás
han visto una fábrica. De otro lado, la
falta de especialización en las distintas
ramas de una misma profesión es asun
to de mucha importancia. En medicina
y cirujía, por ejemplo, se hace indispen
sable y en el día, distinguir ambas cosas
en profesiones especiales, y en lo que se
refiere á medicina únicamente, distin
guir varias especialidades , y distribuir
de modo que sea posible así tener con
115

tres años de estudios médicos buenos en


determinada especialidad, y no como su
cede ahora que emplean siete años en
formar médicos universales que en nin
gún ramo son fuertes por lo mismo que
de todo conocen un poco ; y que tienen
escasa clientela , por lo mismo que im
porta lo mismo llamar á cualquiera sien
do como son todos iguales.
En la profesión de abogado pasa cosa
análoga, porque se pretende que todos se
hagan á la vez jurisconsultos y defen
sores de pleitos ; cosas que son muy dife
rentes, y que por lo general corresponden
á distintas clases de intelectualidades.
El hecho es que por esos propósitos demo
ran los estudios cinco años en lugar de
los que serían suficientes, y no salen ni
jurisconsultos ni defensores de pleitos.
Por supuesto que los talentos superiores,
en cualquier ramo se imponen ; pero eso
es la excepción y para las excepciones
no se necesita de escuelas. El talento
y la voluntad en grado superior , se bas
tan por sí solos y se imponen en todo
caso ,

En todos los ramos profesionales, lo


esencial no es saber muchas cosas, sino
y muy principalmente , saber alguna ó
algunas, pero teórica y prácticamente y
con toda perfección . El público, indus
trialmente considerado, lo que pide y lo
116

que paga es servicios y no diplomas ni


charlatanerías. Un simple nivelador
que trabaja con contracción y seriedad
y opera y calcula con exactitud , vale
más en la construcción de un ferrocarril
que un diplomado lleno de teorías pero
que no tiene práctica en el manejo de
instrumentos ó no los maneja con serie
dad y rigor, ni hace sus anotaciones con
el escrúpulo y la precisión debidas. Lo
propio pasa con un buen dentista respec
to de un médico ramplón , y con un pa
pelista respecto de un abogado sin prác
tica ó sin talento . Lo esencial es saber
hacer las cosas y hacerlas siempre en
conciencia, con verdad y exactitud ; y á
ese resultado sólo se llega por el sistema
de los americanos del norte; cultura muy
sencilla : estudios muy pocos, pero bien
hechos, y profesiones bien especializa
das. Los sabios de verdad quedan para
las academias ; y los de mentira , los char
latanes, no se estiman donde se piden
hechos y no palabras.
7
II

Réstanos ahora para terminar, ocu


parnos de la instrucción superior pro
piamente tal ; esto es la teoría y la ex
perimentación en sus grados más eleva
dos, los estudios clásicos, las investiga
117

ciones sabias, ajenas al propósito indus


trial é inspiradas únicamente en el sen
timiento de amor por la verdad y por los
grandes ideales de la Humanidad.
Esta clase de instrucción superior que
podríamos llamar clásica , en el Perú , no
existe todavía ; y nada , absolutamente
nada, se ha hecho al respecto por los
poderes públicos para aclimatarla .
Las facultades universitarias no son
propiamente sino escuelas profesiona
Ies, y aún las de Ciencias y Letras, que
debian salir de esa condición , se man
tienen en ella y todavía en desventajosa
situación, pues la función principal de
estas facultades estriba en dar la ins
trucción complementaria de la suminis
trada por los colegios, y en preparar
para el ingreso á las facultades profe
sionales. Sólo en el tercer año de las
Facultades de Ciencias y de Letras se
cultivan ramos especiales, que podrían
considerarse en la instrucción clásica y
no como preparatoria á las profesiones ;
pero, en verdad, son muy pocos los alum
nos que siguen esos cursos y no se los
enseña tampoco de manera que puedan
hacerse notables bajo aspecto alguno .
Todavía estamos muy lejos de cultivar
la ciencia por su solo valer.
Con todo, no faltan en nuestra Uni
versidad, personalidades notables en ca
118

da una de las facultades; pero las cosas


no se han organizado aún , del modo
que sería indispensable , para que esas no
tabilidades hallen verdadero y eficaz es
tímulo para el cultivo de las ciencias y
para que arrastren en sus lecciones ta .
lentos capaces de seguirlos y formar en
las filas de los intelectuales , como hoy
se acostumbra llamar á los que aman y
cultivan el saber por el saber mismo.
Nuestra riqueza territorial, en los tres
reinos de la naturaleza es inmensa : y
sin embargo, las dos únicas especialida
des que hay en Lima en el ramo de na
turalistas, no gozan ni de renta ni de
consideraciones sociales como debiera
suceder, atendiendo a su competencia
ejecutoriada. En un país donde sería ne
cesario tener naturalistas por docenas
y en todos los ramos, no sabemos apro
vechar de los dos únicos que existen .
No es extraño pues, que no abunden
esos hombres de ciencia donde tan poco
se les aprecia.
El estudio de animales y plantas y el T
conocimiento de las materias primas de
toda clase, son para el Perú , de la más
alta importancia, y no se podrá hacer tal
estudio si no se estimula la formación de
un personal adecuado ; y, en ese orden ,
lo menos que puede hacerse es honrar á
los pocos que se dedican á esos ramos ,
119

ensanchando su esfera de acción , remu


nerando sus servicios, y contratando en
el extranjero otros más, profesores y es
pecialistas, que vengan a formar escue
la y abran á nuestros jóvenes otros ho
rizontes, en que puedan hacer su fortu
na y prestar al País los servicios más
importantes .
Cuadro comparativo de lo que aproximadamente
representan las distintas
clases de instrucción que se dan en Lima
alumnos

alumno

invertido
Número

en s
por
Gasto

sole
Total
de

año
al

,
Instrucción Primaria . 20,000 / S /. 35 442,015
99Media ....... 1,300 136 180,000
Universitaria
profesional , 650 400 240,000
Especial dein
genieros .... 50 1,800 90,000
22,000 952,015

Se dejan de gastar por lo menos, 257,985 soles,


correspondientes á los 7,371 niños que no reciben
educación absolutamente .
De los 952,015 soles que representa el gasto anual
de educación en Lima, contribuye la Municipali
dad con solo 43,000 soles y el Estado con 200,000 ;
quedando 700,000 más con que contribuyen los
particulares.
INDICE

LIBRO CUARTO
La Vida Intelectiva de Lima

Dos palabras ...


Page
Pág.
5

CAPÍTULO PRIMERO
Naturaleza de la vida intelectiva .... 7.

CAPÍTULO SEGUNDO
El nivel intelectivo ..... 17

CAPÍTULO TERCERO
El Estímulo
SI- Formas del estímulo .... 22
ŞII — El estímulo por exclusiva y
monopolio. 25
$ III -- El estímulo por la enseñanza . 29
II
Pág :

SIV – El estímulo por honores y


recompensas 33

CAPÍTULO CUARTO
El Ejemplo
ŞI El ejemplo en el hogar . 36
SII El ejemplo en eltaller .. 42
SIII — El ejemplo en el medio social. 46
IV - El ejemploen el medio político 49

CAPÍTULO QUINTO
El periódico .. 57

CAPÍTULO SEXTO
El Libro
$ 1 - Consideraciones generales .. 65
S II Los textos .. 67
1
$ III -- Ellibro ligero .. 73
§ IV - El libro serio 75

CAPÍTULO SÉPTIMO
La Cátedra
$ I El oficio de estudiante 82
SII - La escuela . 85
§ III – El colegio . 98
SIV --La Universidad 113

FIN
A000006 751937

F3601.026 v , 1-4
CAPELO , JOAQUIN , 1852- ,
SOCIOLOGIA DE LIMA .

6751937
THE PENNSYLVANIA
STATE UNIVERSITY
LIBRARIES
EMV

STA
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LA IS
E T
H
T
H

1856
A000006 751937

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