Los pueblos originarios de Venezuela son grupos que en la actualidad conforman
aproximadamente el 2,9 % de la población. Sin embargo, la población venezolana
en general tiene en su composición genética una contribución amerindia entre un
23 % y 25 % del total. Son por lo menos 34 etnias que mantienen culturas
totalmente limpias y originarias de la región, que no se vieron afectadas por la
conquista y asimilación española durante la época de colonización. Según el
censo de 2011, la mayoría se hallan en zonas de los estados de Zulia (61,2 %),
Amazonas (10,5 %), Bolívar (7,5 %), Delta Amacuro (5,7 %), Anzoátegui (4,7 %),
Sucre (3,1 %), Monagas (2,5 %) y Apure (1,6 %).Además, algunos de estos
grupos étnicos se encuentran también compartidos con Colombia, Brasil y
Guyana. La cultura indígena venezolana es una de las más ricas en
Latinoamérica, pues constituye la representación perfecta de la relación entre el
hombre y la naturaleza a través de sus colores y sus sonidos. Cabe destacar que
la artesanía es una de las principales manifestaciones culturales indígenas, esta
consiste en la elaboración de vasijas y escultura en arcilla y madera, al igual que
la confección de vestimentas tejidas. Otros de los aspectos que debemos tener en
cuenta es la música, pues estos pueblos originarios rinden homenaje a la
naturaleza mediante el sonar de los instrumentos. A su vez, la poesía que logra
dibujar esa alabanza a la madre tierra y el sentir de los indígenas, también se
manifiesta en sus tradiciones y costumbres. Entre las viviendas venezolanas
prehispánicas y las actuales o hay cambios sustanciales. Han conservado las
características técnicas y formales originarias. A. Viviendas de la región andina:
Los indígenas de las regiones andinas fueron los únicos que emplearon la piedra
como material de construcción. Se conservan restos de muros, andenes para
cultivos, recintos, tal vez de carácter defensivo y caminos de piedra. La planta de
la casa era rectangular. Las paredes eran de piedra hasta el techo; a solo un
basamento de piedras de un metro de altura y las paredes de bahareque. El techo,
a 2 aguas y con gran inclinación; una sola puerta y sin ventanas. B. Las casas
palafíticas: A la cultura de los primitivos guajiros pertenecía el tipo de vivienda
palafítica construida sobre maderos enclavados dentro del agua, a la entrada del
lago de Maracaibo. En la actualidad, tanto los paraujanos de la Laguna de
Sinamaica (Edo. Zulia) como los waraos del delta del Orinoco, aún viven en
palafitos. Los waraos llaman “yanoko” a su vivienda. Los troncos que sirven de
pilote y la estructura, son de una madera llamada “cachicamo”. C.- El Bohío de los
Bari: Estos indígenas construían viviendas multifamiliares de gran tamaño, con
capacidad para 100 personas. Eran de planta ovalada, de forma alargada, con el
techo de palma real hasta el suelo. De estas viviendas ya no queda ninguna en el
territorio venezolano. D.- La Churuata Yekuana: Los yekuana construyen grandes
casas comunales que alojan a varias familias extendidas (miembros de 3
generaciones) hasta 120 personas. En la churuata yekuana, el techo simboliza la
bóveda del cielo, y el poste central, el eje del mundo en torno al cual gira la
bóveda celeste. E.- La churuata piaroa: El techo es de forma cónica, y remata en
una especie de elegante cúpula puntiaguda. A diferencia de la churuata yekuana,
el techo llega hasta el suelo.(sin paredes). El elemento simbólico principal es el
alto palo central, que representa la unión del cielo con la madre tierra. F. El
shapono yanomami: Esta vivienda, aunque parece una gran construcción, de
forma más o menos circular, está constituida por varias construcciones con techo
de una sola vertiente, unidas unas a otras hasta cerrar el circulo alrededor de una
gran espacio central abierto. El shapono habitado representa, simbólicamente, un
gran shapono superior donde viven los “hekuras” (espíritus). PINTURA
Otra manifestación plástica de nuestra cultura indígena son las pinturas rupestres,
también llamadas “pictografía”. Las pinturas representadas son antropomorfas,
zoomorfas y geométricas, de líneas sencillas, de un solo trazo o compuesta de
varios trazos paralelos. La mayoría presenta un solo color. Las figuras están
aisladas o desconectadas entre sí. Solo se han identificado dos conjuntos que
parecen ser escenas de cacería. Los yacimientos con mayor cantidad y variedad
de pinturas rupestres son: “La Cueva del Elefante” en el Edo. Bolívar, “La Cueva
de la Virgen” en el Edo. Aragua y entre otros, está “La Gruta del Corral Viejo”. A.
La Cueva del Elefante: Recibe ese nombre porque está cerca de una gran piedra
(de 60 a 80 metros de altura) la cual tiene forma de elefante. Las pictografías se
hallan en una pared, de 40 mts. de largo por 3 mts. de ancho, la cual se ilumina
solo una vez al día, a la caída del sol. Está compuesta por figuras antropomorfas
(incompletas) y zoomorfas (muy estilizadas), junto a signos abstractos, como
círculos concéntricos, impresiones de manos y representaciones de objetos
utilitarios como armas y cestas. B. La Cueva de la Virgen: La muralla de piedra
(fuera de la cueva) es de 10 mts. de alto por 31 mts. de ancho, y está cubierto con
unas 80 figuras de color rojo, pintadas con almagre u óxido de hierro, y otras 20
figuras grabadas (petroglifos) ATAVIOS CORPORALES o Coronas de Plumas:
Los cronistas, misioneros y expedicionarios escribieron sobre los vistosos
penachos de plumas de variados colores, cuyo uso como adorno, observaron en
los indígenas. Otras coronas tienen plumas de gavilán o de guacamaya dispuestas
en los bordes de rayos: estas eran propias de los shamanes o capitanes. Collares:
Además de los descritos por los cronistas y misioneros, se han encontrado
diversos collares entre el material arqueológico de las tumbas indígenas.
Estaban fabricados con perlas, oro, conchas marinas, huesos y piedras semi
preciosas, tales como la malaquita, el jaspe o la serpentina.
Los indígenas actuales también fabrican collares así, pero las cuentas preferidas
por nuestros indígenas son las mostacillas de diversos colores, si bien este
material de vidrio no pertenece a sus tradiciones. Adorno y pintura facial: Algunos
indígenas se pintaban los párpados, los dientes y el cuerpo con onoto y jagua.
Actualmente, los indígenas que más se esmeran en adornarse son los
Yanomamis. El arte de la pintura en los indígenas representa un simbolismo
especial relacionado con sus costumbres ancestrales y mitos. Tejidos:
Hacían dos tipos de tejidos: algodón y fibras. Con el algodón fabricaban
cinturones, fajas, guayucos, mosquiteros, hamacas, etc. Con las fibras hacían
bolsas, cestas, sombreros, abanicos, etc.