CLASE N°1: NUESTRAS ORACIONES
MODO DE PERSIGNARNOS
PADRE NUESTRO
Padre Nuestro que estás en el cielo
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu voluntad
así en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy el pan de cada día
y perdona nuestras ofensas,
así como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén
AVE MARÍA
Dios te salve _______________;
llena eres de _______________,
el _______________ es contigo;
bendita tú eres entre todas las ______________
y bendito es el _______________ de tu vientre,
_______________.
Santa ____________, Madre de ___________,
ruega por _______________, pecadores,
ahora y en _______________________________
________________________________________.
Amén
EL CREDO
Creo en Dios,
PADRE todopoderoso,
creador del Cielo y de la Tierra.
Creo Jesucristo su único HIJO,
Nuestro Señor
que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo,
y nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilatos;
fue crucificado,
muerto y sepultado;
descendió a los infiernos;
al tercer día resucitó de entre los
muertos,
subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre;
desde allí ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.
Creo en el ESPÍRITU SANTO,
en la Santa Iglesia Católica,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna.
Amén.
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti te aclamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente! ¡Oh piadosa!
¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me
pesa de todo corazón haberos ofendido; también me
pesa porque podéis castigarme con las penas eternas
del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente
nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia
que me fuera impuesta.
Amén.
EL GLORIA
Gloria al Padre,
al Hijo y
al Espíritu Santo.
Como era en un principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.