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1808-2003-HC - Se Necesita Contar Ocn Los Testigos - SF

Este documento presenta la sentencia del Tribunal Constitucional de Perú en un caso de hábeas corpus interpuesto por un ciudadano condenado por tráfico de drogas. El Tribunal determina que no se violaron los derechos del ciudadano durante el proceso penal, aunque señala que el tribunal de primera instancia usó frases inapropiadas en la sentencia.

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Este documento presenta la sentencia del Tribunal Constitucional de Perú en un caso de hábeas corpus interpuesto por un ciudadano condenado por tráfico de drogas. El Tribunal determina que no se violaron los derechos del ciudadano durante el proceso penal, aunque señala que el tribunal de primera instancia usó frases inapropiadas en la sentencia.

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EXP. N.

º 1808-2003-HC/TC
TACNA
LEÓN DOMÍINGUEZ TUMBAY

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Arequipa, a los 14 días del mes de agosto de 2003, reunido el


Tribunal Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con
asistencia de los señores magistrados Alva Orlandini, Presidente;
Bardelli Lartirigoyen, Vicepresidente; Revoredo Marsano, Gonzales
Ojeda y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso extraordinario interpuesto por don León Domínguez Tumbay


contra la sentencia de la Sala Penal de la Corte Superior de Justicia
de Tacna, de fojas 166, su fecha 20 de junio de 2003, que declaró
improcedente la acción de hábeas corpus de autos.

ANTECEDENTES

El recurrente, con fecha 1 de abril de 2003, interpone acción de


hábeas corpus contra la Sala Penal de la Corte Superior de Justicia
de Tacna y la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
de la República. Afirma que en aplicación de los artículos 23.a y 19.a
del Decreto Legislativo N.º 824, Ley de Lucha contra el Tráfico Ilícito
de Drogas, se le abrió proceso sobre la base de las declaraciones de
un testigo anónimo, identificado con una clave, cuya declaración no
fue actuada en juicio, vulnerándose con ello su derecho a interrogar
testigos, reconocido en el artículo 8.2.f de la Convención Americana
de Derechos Humanos. Sostiene, además, que ha sido vulnerado su
derecho a la no incriminación, dado que en la sentencia de primer
grado que lo condena se precisa, en su fundamento N.° 4, que no
existe confesión sincera de su parte y que no ha podido explicar
satisfactoriamente ciertas evidencias en su contra, estableciéndose
así una presunción de responsablidad derivada de su silencio; y que,
también, se vulneró su derecho a la igualdad jurídica, toda vez que a
lo largo del proceso penal seguido en su contra se señalaba que por
su procedencia de Huánuco debía ser necesariamente
narcotraficante. Asimismo, que la Sala penal emplazada en su
resolución condenatoria se expresa sobre su persona de manera
peyorativa, con frases como "el pez por la boca muere" y que se ha
atentado contra su derecho a la presunción de inocencia.

El Primer Juzgado Penal de Tacna, con fecha 31 de abril de 2003,


declaró improcedente la demanda, por considerar que el accionante
no cuestionó en el interior del proceso las irregularidades que son
materia de la presente acción de garantía; que el cuestionado
proceso ha sido desarrollado bajo la normatividad vigente y ante
tribunales previamente constituidos; y que se ha respetado el
derecho a la instancia plural. Asimismo, que el juicio oral ha sido
actuado dentro de los cánones de legalidad, respetando las
garantías que consagra la Constitución.

La recurrida confirmó la apelada, por estimar que el cuestionado


proceso penal se tramitó en forma regular.

FUNDAMENTOS

1. El Decreto Legislativo N.º 0824, Ley de Lucha contra el Tráfico


Ilícito de Drogas, establece en su Título Tercero beneficios para
quienes, sin ser jefes, dirigentes o cabecillas de bandas dedicadas al
narcotráfico, hayan participado o se encuentren incursos en la
comisión de dicho delito. Así, el artículo 19.a.1 de dicho cuerpo
normativo establece que el agente será beneficiado con exención de
pena en caso proporcione información oportuna y veraz que permita
identificar y detener a dirigentes o jefes de organizaciones dedicadas
al narcotráfico. Asimismo, el artículo 20° prescribe que la identidad
del beneficiario será mantenida en secreto, para cuyo efecto se le
asignará una clave.

2. El derecho a interrogar testigos constituye un elemento esencial


del derecho a la prueba, el mismo que es contenido implícito del
derecho al debido proceso, reconocido en el artículo 139.3 de la
Constitución. Se trata de un derecho que goza de reconocimiento
explícito en instrumentos internacionales de derechos humanos,
tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(artículo 3.e) y la Convención Americana de Derechos Humanos
(artículo 8.2.f).

3. Este Tribunal ya ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre la


constitucionalidad de ciertas restricciones al derecho de interrogar
testigos. Así, en la sentencia recaída en el Exp. N.º 010-2002-AI/TC,
estableció que la norma legal que prohíbe, en los procesos por delito
de terrorismo, contar con el testimonio de quienes intervinieron por
razón de sus funciones en la elaboración del atestado policial,
constituye una limitación al derecho de interrogar testigos,
plenamente justificada en tanto que con ella se persigue proteger la
vida de quienes lo elaboraron (Fundamentos N.os 149-159).

4. Cosa similar ocurre en el presente caso, en el cual se mantiene en


reserva la identidad del testigo para resguardar su seguridad, no
pudiéndose, por consiguiente, citarlo para que presente su
declaración en el juicio. No obstante, en la sentencia precitada, este
Tribunal también advirtió que para que un tribunal de justicia
condene válidamente a un inculpado como autor de un delito
determinado, al amparo de dicha limitación, era necesario que las
pruebas ofrecidas por un testigo no susceptible de interrogar sean
corroboradas con otros medios de prueba.

5. Por ello, la limitación para conocer la identidad del testigo clave


establecida en la Ley de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas es
constitucionalmente válida, en tanto procura resguardar la seguridad
de quienes prestaron información clave para la captura de los jefes
de organizaciones dedicadas al tráfico ilícito de drogas. Asimismo, es
menester precisar que, en el presente caso, tal como consta en la
copia certificada de la sentencia condenatoria obrante a fojas 30 de
autos, la manifestación del testigo clave no fue considerada como
prueba para condenar al acusado; y en la sentencia expedida por la
Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República, ésta evaluó los demás medios de prueba actuados en el
proceso penal.

6. El recurrente afirma que se ha violado la garantía de la no


incriminación, puesto que el tribunal encargado de su juzgamiento
expresa en el fundamento cuarto de la sentencia condenatoria que
no ha hecho confesión sincera, y que no ha explicado
satisfactoriamente determinadas imputaciones realizadas en su
contra, invirtiéndose de esa manera la carga de la prueba.

7. La garantía de la no incriminación constituye también un contenido


del debido proceso y está reconocida de manera expresa en
instrumentos internacionales de derechos humanos, como el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 3.g), y la
Convención Americana de los Derechos Humanos (Art.8.2.g). Dicha
garantía consiste en el derecho a no declararse culpable ni a ser
obligado a declarar contra sí mismo. No obstante, de autos no se
advierte que el Colegiado emplazado haya obligado a declarar contra
sí al accionante o haya interpretado su silencio como indicio de
culpabilidad.

8. Alega también el accionante que se ha vulnerado su derecho a la


presunción de inocencia, cuestionando la actividad probatoria
realizada por el colegiado que lo condenó. Al respecto, cabe
enfatizar que la jurisdicción constitucional no es competente para
determinar la responsabilidad penal del inculpado, ni para realizar
una valoración de la prueba, la cual debe realizarse con criterio de
conciencia por el tribunal encargado de realizar el juzgamiento. Sin
embargo, es necesario también precisar que es en el juicio oral en
donde se desarrolla la prueba, entendida ésta como un proceso
revestido de los principios de inmediación, contradicción y publicidad.
En el caso de autos, se evidencia que se realizó una valoración de
los medios probatorios en el acto oral, los cuales fueron evaluados
con criterio de conciencia y cuyo raciocinio se encuentra expresado
en la sentencia condenatoria.

9. El recurrente sostiene, de igual modo, que ha sido vulnerado su


derecho a la igualdad, porque durante los debates se señaló que por
ser natural de Huánuco debía ser narcotraficante. Sin embargo, no
especifica en qué momento de los debates se realizaron tales
afirmaciones, ni precisa quién las efectuó. Tampoco constan en las
copias de las actas del juicio ni en la sentencia condenatoria. Por
tanto, al no haberconstancia de haberse producido tales
expresiones, este Tribunal está imposibilitado de pronunciarse sobre
tal extremo de la demanda.

10. Finalmente, el recurrente aduce que el trato peyorativo que


recibió en el Proceso queda corroborado por algunas frases
expresadas por el colegiado que lo condenó en primera instancia,
tales como "el pez muere por la boca" o " sí ha mostrado cinismo y
sangre fría para negar su participación en los hechos que se juzga".
Dichas frases constan en el fundamento cuarto de la sentencia
condenatoria. Al respecto, este Tribunal considera que se trata de
frases inapropiadas para un órgano jurisdiccional; sin embargo, su
inclusión no invalida la condena impuesta en tanto ésta se basó no
en criterios subjetivos, sino en elementos probatorios debidamente
merituados y evaluados según criterio de conciencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las


atribuciones que le confieren la Constitución Política del Perú y su
Ley Orgánica,

FALLA

REVOCANDO la recurrida que, confirmando la apelada, declaró


improcedente la acción de hábeas corpus; y, reformándola, la
declara INFUNDADA. Dispone la notificación a las partes, su
publicación conforme a ley y la devolución de los actuados.

SS.

ALVA ORLANDINI

BARDELLI LARTIRIGOYEN

REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA

GARCÍA TOMA

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