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Domingo de Ramos en La Pasión Del Señor 2022

_____________________________ 19. Se proclama la Pasión según San Lucas (Lc 22, 14-23,56) o según San Juan (Jn 18,1-19,42) 20. Concluida la proclamación de la Pasión, el presidente invita al silencio para la oración personal. 21. Terminado el tiempo de silencio, el presidente invita a rezar la oración universal. ORACIÓN DE LOS FIELES Lector: _____________________________ R. Señor, escucha nuestra oración. 22.
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Domingo de Ramos en La Pasión Del Señor 2022

_____________________________ 19. Se proclama la Pasión según San Lucas (Lc 22, 14-23,56) o según San Juan (Jn 18,1-19,42) 20. Concluida la proclamación de la Pasión, el presidente invita al silencio para la oración personal. 21. Terminado el tiempo de silencio, el presidente invita a rezar la oración universal. ORACIÓN DE LOS FIELES Lector: _____________________________ R. Señor, escucha nuestra oración. 22.
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PARROQUIA NUESTRA SEÑORA

DE LA MEDALLA MILAGROSA

Domingo de Ramos
En la Pasión del Señor
Equipo de Liturgia
10 de Abril de 2020

Misal, Leccionario, Moniciones del Guía y Cantos para la Celebración de la Misa de Domingo de Ramos en
La Pasión del Señor
2 SEMANA SANTA – AÑO C

DOMINGO DE RAMOS
EN LA PASIÓN DEL SEÑOR
En este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor en Jerusalén para consumar su misterio
pascual. Por lo tanto, en todas las misas se conmemora esta entrada del Señor por medio de una procesión (1)
o de una entrada solemne (II), antes de la misa principal, y por medio de una entrada sencilla (III), antes de las
demás misas. Pero puede repetirse la entrada solemne (no la procesión), antes de algunas otras misas que se
celebren con gran asistencia del pueblo.

RITOS INICIALES
CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA DEL SEÑOR
EN JERUSALÉN
1. El sacerdote y los ministros, revestidos con los ornamentos rojos requeridos para la misa, se acercan al
lugar donde el pueblo está congregado.
2. El sacerdote, en lugar de casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará después de la procesión.
3. Reunido el Pueblo, antes de comenzar, el Guía introduce la celebración con estas palabras:

Guía 1: Buenos días hermanas y hermanos. Nos reunimos, en este domingo de ramos, para
comenzar las celebraciones de la Semana Santa. Y hoy, con nuestros ramos, recordamos el momento
en que Jesús entró en Jerusalén montado en un asno, mientras todos le aclamaban con entusiasmo.
También nosotros le aclamamos, porque creemos en Él, porque queremos seguirle en su
camino en estos días Santos, porque estamos convencidos de que su pasión, muerte y resurrección
nos abre también a nosotros las puertas de la vida.

Iniciamos nuestra celebración cantando.

4. Terminada la introducción del Guía, se entona un canto de inicio para la celebración.


CANTO: _________________________

5. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el sacerdote
dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


6. El pueblo responde:

Amén.
7. El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo con la siguiente formula:

El Señor Jesús, que se entregó hasta la muerte para darnos vida,


esté con todos ustedes.

8. Continúa diciendo el presidente:

Queridos hermanos: ya desde el principio de la cuaresma nos


venimos preparando con obras de penitencia y caridad. Hoy, cercana
ya la noche santa de la pascua, nos disponemos a inaugurar, en
comunión con toda la iglesia, la celebración anual de los misterios de la
pasión y resurrección de Jesucristo, misterios que empezaron con la
solemne entrada del señor en Jerusalén.
3 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Por ello, recordando con fe y devoción la entrada triunfal de


Jesucristo en la ciudad santa, le acompañaremos con nuestros cantos,
para que, participando ahora de su cruz, merezcamos un día tener
parte en su resurrección.
Guía 2: Levantemos nuestros Ramos

9. El celebrante dice la Siguiente Oración:

Oremos

crecienta, Señor, la fe de los que en ti esperan

A y escucha las plegarias de los que a ti acuden,


para que quienes alzamos hoy los ramos
en honor de Cristo victorioso,
permanezcamos en él dando fruto abundante de buenas obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

10. El presidente bendice los ramos con aspersión de agua (previamente bendecida) en silencio. Mientras
el guía dice:

Guía 1: Levantemos nuestros ramos y aclamemos a Cristo, nuestro rey, que venció la muerte
con su resurrección.

EVANGELIO Lc 19,28-40

11. Terminada la aspersión de los Ramos, el guía invita a escuchar el evangelio.

Guía 2: En el Evangelio vemos al pueblo que aclama a Jesús como rey, quien ha llegado a
servir y entregarse por el Reino de Dios.

Canto de aclamación al Evangelio: _____________________________

El Evangelio es leído por el presidente, o en su defecto por el Diácono, quien previamente lo inciensa.

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas:

Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén. Cuando se acercó a Betfagé y


Betania, al pie del monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,
diciéndoles: «Vayan al pueblo que está enfrente y, al entrar, encontrarán un
asno atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo; y si alguien
les pregunta: "¿Por qué lo desatan?", respondan: "El Señor lo necesita"».
Los enviados partieron y encontraron todo como Él les había dicho. Cuando
desataron el asno, sus dueños les dijeron: «¿Por qué lo desatan?»
Y ellos respondieron: «El Señor lo necesita».
Luego llevaron el asno adonde estaba Jesús y, poniendo sobre él sus mantos,
lo hicieron montar. Mientras Él avanzaba, la gente extendía sus mantos sobre el
camino.
4 SEMANA SANTA – AÑO C

Cuando Jesús se acercaba a la pendiente del monte de los Olivos, todos los
discípulos, llenos de alegría, comenzaron a alabar a Dios en alta voz, por todos
los milagros que habían visto. Y decían
«¡Bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor!
¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!»
Algunos fariseos que se encontraban entre la multitud le dijeron:
«Maestro, reprende a tus discípulos».
Pero Él respondió: «Les aseguro que si ellos callan, gritarán las piedras».
 
Palabra del Señor.

R. Gloria y Honor a ti, Señor Jesús


12. Concluida la lectura del Evangelio el Coro Canta
CANTO: _________________________________

Procesión
13. Concluido el Canto se inicia la Procesión al Templo.
Guía 1: La procesión es un signo que subraya la llegada de la hora en que Jesús, como Mesías
y Siervo, entre en Jerusalén y realice su entrega pascual para salvar a la humanidad entera. Alzamos
nuestros ramos y acompañamos con nuestro canto.
14. Se acerca el Turiferario y el Navetero al Celebrante.
15. Se inicia la Procesión que tiene el siguiente orden.
Turiferario y Navetero
Cruz Alta
Cirio
Diácono con evangeliario
(si hubiese)
Pueblo fiel
Acólitos
Presidente
Mientras se acompaña con cantos apropiados.
CANTOS:
a) ___________________________
b) ___________________________

16. El que preside al llegar frente al altar, lo venera, lo inciensa, va a la sede y viste la casulla si está
usando capa pluvial, sino viene con la casulla puesta desde un comienzo. Luego dice la Oración Colecta.

ORACION COLECTA

ios todopoderoso y eterno,

D Tu quisiste que nuestro salvador


se hiciese hombre y muriese en la cruz,
para mostrar al género humano
el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad;
concédenos que las enseñanzas de su pasión
nos sirvan de testimonio,
y que un día participemos de su gloriosa resurrección.
5 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Por nuestro Señor Jesucristo…


6 SEMANA SANTA – AÑO C

LITURGIA DE LA PALABRA
17. Terminado el Rito de Entrada, el pueblo toma asiento para participar de la liturgia de la palabra. Al
comenzar y en cada lectura, el guía hace una breve introducción.

PRIMERA LECTURA Is 50, 4-7


Lector: ______________________________

Guía 2: La lectura del profeta Isaías nos ayuda a preparar el corazón para vivir la pasión de
Jesucristo, camino que recorrerá con sufrimiento y al cual nosotros nos unimos en nuestro interior
para acompañar al Siervo Sufriente.

SALMO RESPONSORIAL Salmo 21


Cantor: _____________________________

Guía 1: El Siervo que nos relata el salmo 21, con sus sufrimientos que son aceptados con
confianza, contribuye a la venida del Reino universal de Dios. Jesús se identificará plenamente con
este Siervo.

R. / Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

SEGUNDA LECTURA Flp 2, 6-11


Lector: _____________________________

Guía 2: San Pablo, en su carta a los Filipenses, manifiesta que Cristo, en su gran misterio
pascual, restablece la comunión de la humanidad con Dios.

18. Sigue la Proclamación del Evangelio

PROCLAMACIÓN DE LA PASIÓN

Guía 1: Dispongámonos ahora a escuchar, en el centro de nuestra celebración de hoy, el relato


de la pasión del Señor. Contemplemos el camino de Jesús hacia la muerte, por amor y fidelidad a
Dios y a nosotros. Y agradezcamos ese sacrificio, con fe y con esperanza, porque sabemos que de la
cruz de Jesús brota nuestra vida.

CANTO: _________________________

R. ¡Te alabamos, oh Cristo, Rey de eterna gloria!

V. Cristo se humilló por nosotros


hasta aceptar por obediencia la muerte, y muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre que está sobre todo
nombre
PASIÓN
19. No se llevan velas ni incienso para la lectura de la Pasión del Señor, ni se hace al principio el saludo,
ni se signa el libro.
7 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 22, 7.14-23, 56

He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes


antes de mi Pasión
 
C.   Llegó el día de los Ázimos, en el que se debía inmolar la víctima pascual. Cuando fue
la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
a  «He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque
les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de
Dio».
C.   Y tomando una copa, dio gracias y dijo:
a  «Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más
del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios».
 
Hagan esto en conmemoración mía
 
C.   Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
a   «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».
C.   Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo:
a    «Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.
       La mano del traidor está sobre la mesa, junto a mí. Porque el Hijo del hombre va por
el camino que le ha sido señalado, pero ¡ay de aquel que lo va a entregar!»
C. Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el que iba a hacer
eso.
     Y surgió una discusión sobre quién debía ser considerado como el más grande. Jesús
les dijo:
a  «Los reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen el poder sobre el
pueblo se hacen llamar bienhechores. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es
más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor. Porque,
¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa?
y sin embargo, Yo estoy entre ustedes como el que sirve.
Ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso
Yo les confiero la realeza, como mi Padre me la confirió a mí. Y en mi Reino, ustedes comerán
y beberán en mi mesa, y se sentarán sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo, pero Yo
he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus
hermanos».
C.   Pedro le dijo:
S.   «Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte».
C.   Pero Jesús replicó:
a  «Yo te aseguro, Pedro, que hoy, antes que cante el gallo, habrás negado tres veces que
me conoces».
C.   Después les dijo:
a  «Cuando los envié sin bolsa, ni provisiones, ni sandalia, ¿les faltó alguna cosa?»
C.   Respondieron:
S.   «Nada»
C.   Él agregó:
a  «Pero ahora el que tenga una bolsa, que la lleve; el que tenga una alforja, que la lleve
también; y el que no tenga espada, que venda su manto para comprar una. Porque les aseguro
que debe cumplirse en mí esta palabra de la Escritura: "Fue contado entre los malhechores". Ya
llega a su fin todo lo que se refiere a mí».
C.   Ellos le dijeron:
S.   «Señor, aquí hay dos espadas».
C.   Él les respondió:
a  «Basta».
 
8 SEMANA SANTA – AÑO C

En medio de la angustia, Él oraba más intensamente


 
C.  Enseguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus
discípulos. Cuando llegaron, les dijo:
a  «Oren, para no caer en la tentación».
C.   Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de
rodillas, oraba:
a  «Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya».
C.   Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba. En medio de la
angustia, Él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el
suelo.
Después de orar se levantó, fue hacia donde estaban sus discípulos y los encontró
adormecidos por la tristeza. Jesús les dijo:
a  «¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para no caer en la tentación».
 
Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
 
C.   Todavía estaba hablando, cuando llegó una multitud encabezada por el que se llamaba
Judas, uno de los Doce. Éste se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo:
a  «Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?»
C.   Los que estaban con Jesús, viendo lo que iba a suceder, le preguntaron:
S.   «Señor, ¿usamos la espada?»
C.   Y uno de ellos hirió con su espada al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja
derecha. Pero Jesús dijo:
a  «Dejen, ya está».
C.  Y tocándole la oreja, lo sanó. Después dijo a los sumos sacerdotes, a los jefes de la
guardia del Templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo:
a  «¿Soy acaso un bandido para que vengan con espadas y palos? Todos los días estaba
con ustedes en el Templo y no me arrestaron. Pero esta es la hora de ustedes y el poder de las
tinieblas».
 
Pedro, saliendo afuera, lloró amargamente
 
C.   Después de arrestarlo, lo condujeron a la casa del Sumo Sacerdote. Pedro lo seguía de
lejos. Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor de él y Pedro se sentó entre
ellos. Una sirvienta que lo vio junto al fuego, lo miró fijamente y dijo:
S.   «Éste también estaba con Él».
C.   Pedro lo negó diciendo:
S.   «Mujer, no lo conozco».
C.   Poco después, otro lo vio y dijo:
S.   «Tú también eres uno de aquellos».
C.   Pero Pedro respondió:
S.   «No, hombre, no lo soy».
 
Profetiza, ¿quién te golpeó?
 
C.   Los hombres que custodiaban a Jesús lo ultrajaban y lo golpeaban; y tapándole el
rostro, le decían:
S.   «Profetiza, ¿quién te golpeó?»
C.   Y proferían contra Él toda clase de insultos.
 
Llevaron a Jesús ante el tribunal
 
C.   Cuando amaneció, se reunió el Consejo de los ancianos del pueblo, junto con los
sumos sacerdotes y los escribas. Llevaron a Jesús ante el tribunal y le dijeron:
S.   «Dinos si eres el Mesías».
C.   Él les dijo:
 a  «Si Yo les respondo, ustedes no me creerán, y si los interrogo, no me responderán. Pero
en adelante, el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios todopoderoso».
C.   Todos preguntaron:
S.   «¿Entonces eres el Hijo de Dios?»
C.   Jesús respondió:
9 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

a  «Tienen razón, Yo lo soy».


C.   Ellos dijeron:
S. «¿Acaso necesitamos otro testimonio? Nosotros mismos lo hemos oído de su propia
boca».
C.   Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato.
 
No encuentro en este hombre ningún motivo de condena
 
C.   Y comenzaron a acusarlo, diciendo:
S.   «Hemos encontrado a este hombre incitando a nuestro pueblo a la rebelión,
impidiéndole pagar los impuestos al Emperador, y pretendiendo ser el rey Mesías».
C.   Pilato lo interrogó, diciendo:
S.   «¿Eres Tú el rey de los judíos?»
a  «Tú lo dices».
C.   Le respondió Jesús. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la multitud:
S.   «No encuentro en este hombre ningún motivo de condena». c. Pero ellos insistían:
S.   «Subleva al pueblo con su enseñanza en toda la Judea. Comenzó en Galilea y ha
llegado hasta aquí».
C.   Al oír esto, Pilato preguntó si ese hombre era galileo. y habiéndose asegurado de que
pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió. En esos días, también Herodes se
encontraba en Jerusalén.
 
Herodes y sus guardias lo trataron con desprecio
 
C.   Herodes se alegró mucho al ver a Jesús. Hacía tiempo que deseaba verlo, por lo que
había oído decir de Él, y esperaba que hiciera algún prodigio en su presencia. Le hizo muchas
preguntas, pero Jesús no le respondió nada. Entre tanto, los sumos sacerdote y los escribas
estaban allí y lo acusaban con vehemencia.
Herodes y sus guardias, después de tratarlo con desprecio y ponerlo en ridículo, lo
cubrieron con un magnífico manto y lo enviaron de nuevo a Pilato. Y ese mismo día, Herodes
y Pilato, que estaban enemistados, se hicieron amigos.
 
Pilato entregó a Jesús al arbitrio de ellos
 
C.   Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo, y les dijo:
S.   «Ustedes me han traído a este hombre, acusándolo de incitar al pueblo a la rebelión.
Pero yo lo interrogué delante de ustedes y no encontré ningún motivo de condena en los cargos
de que lo acusan; ni tampoco Herodes, ya que él lo ha devuelto a este tribunal. Como ven, este
hombre no ha hecho nada que merezca la muerte. Después de darle un escarmiento, lo dejaré
en libertad».
C.   Pero la multitud comenzó a gritar:
S.   «¡Qué muera este hombre! ¡Suéltanos a Barrabás!»
C.   A Barrabás lo habían encarcelado por una sedición que tuvo lugar en la ciudad y por
homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra con la intención de poner en libertad a Jesús. Pero ellos
seguían gritando:
S.   «¡Crucificalo! ¡Crucificalo!»
C.   Por tercera vez les dijo:
S.   «¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en Él nada que merezca la muerte.
Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad».
C.   Pero ellos insistían a gritos, reclamando que fuera crucificado, y el griterío se hacía
cada vez más violento. Al fin, Pilato resolvió acceder al pedido del pueblo. Dejó en libertad al
que ellos pedían, al que había sido encarcelado por sedición y homicidio, y a Jesús lo entregó
al arbitrio de ellos.
 
Hijas de Jerusalén, no lloren por mí
 
C.  Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo
cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús. Lo seguían muchos del pueblo y un
buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por Él. Pero Jesús,
volviéndose hacia ellas, les dijo:
10SEMANA SANTA – AÑO C

a  «¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.
Porque se acerca el tiempo en que se dirá: ¡Felices las estériles, felices los vientres que no
concibieron y los pechos que no amamantaron! Entonces se dirá a las montañas: "¡Caigan
sobre nosotros!, y a los cerros: "¡Sepúltennos!" Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de
la leña seca?»
C.   Con Él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados.
 
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
 
C.  Cuando llegaron al lugar llamado «del Cráneo», lo crucificaron junto con los
malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía:
a  «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
C.   Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos.
 
Éste es el rey de los judíos
 
C.   El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían:
S.   «Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!»
C.   También los soldados se burlaban de Él y, acercándose para ofrecer1e vinagre, le
decían:
S.   «Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!»
C.   Sobre su cabeza había una inscripción: «Éste es el rey de los judíos».
 
Hoy estarás conmigo en el Paraíso
 
C.   Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
S.   «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
C.   Pero el otro lo increpaba, diciéndole:
S.   «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que Él? Nosotros la sufrimos
justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero Él no ha hecho nada malo».
C.   Y decía:
S.   «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino».
C.   Él le respondió:
a  «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».
 
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
 
C.   Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta
las tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó:
a  «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
C.   Y diciendo esto, expiró.
 
Aquí todos se arrodillan, y se hace un breve silencio de adoración.
 
C.   Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, exclamando:
S.   «Realmente este hombre era un justo».
C.   Y la multitud que se había reunido para contemplar el espectáculo, al ver lo sucedido,
regresaba golpeándose el pecho. Todos sus amigos y las mujeres que lo habían acompañado
desde Galilea permanecían a distancia, contemplando lo sucedido.
 
José colocó el cuerpo de Jesús en un sepulcro cavado en la roca
 
C.   Llegó entonces un miembro del Consejo, llamado José, hombre recto y justo, que
había disentido con las decisiones y actitudes de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea,
y esperaba el Reino de Dios. Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Después de
bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca,
donde nadie había sido sepultado.
Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.
Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el
sepulcro y vieron cómo había sido sepultado. Después regresaron y prepararon los bálsamos y
perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley.
 
11 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Palabra del Señor.

20. Terminada la lectura de la pasión todos aclaman

Gloria a ti, Señor Jesús.


CANTO: __________________________________
21. Después de la lectura de la Pasión, puede tenerse, si se cree oportuno, una breve homilía.
22. Se dice credo.
23. La Oración universal puede omitirse.

LITURGIA EUCARÍSTICA
24. Acabada la Liturgia de la Palabra, los ministros colocan en el altar el corporal, el purificador, el cáliz y
el misal; El guía introduce este momento con la siguiente monición:
Guía 2: Ante el altar de la Eucaristía presentamos lo que somos, lo que tenemos y lo que deseamos,
para que la acción del Espíritu lo transforme en un sacrificio de suave aroma ante el Padre Dios.
25. Luego se comienza el canto, que es interrumpido al momento de la introducción del guía a la
incensación y continúa hasta el lavado de manos.

CANTO DE PRESENTACIÓN DE OFRENDAS: _________________________________

26. Mientras se canta, algunas personas llevan el pan y el vino al altar y se preparan los dones.

Guía 1: La oración del pueblo de Dios se eleva como el incienso hasta la presencia de Dios.

27. Terminado el lavado de manos el que preside con la manos juntas dice:

Oren hermanos y hermanas, para que este sacrificio que es mío y de


ustedes, sea agradable a Dios Padre todopoderoso

28. La asamblea se pone de pie. Si se juzga oportuno, se exhorta a la asamblea a colocarse de pie.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

oncédenos, Señor,

C participar dignamente en esta Eucaristía,


porque cada vez que celebramos
el memorial de la muerte de tu Hijo,
se realiza la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE LA PASIÓN

La fuerza de la cruz
29. Este prefacio se dice durante la quinta semana de Cuaresma y en las misas de los miste rios de la cruz
y de la pasión del Señor.

V. El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu.
12SEMANA SANTA – AÑO C

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque en la pasión salvadora de tu Hijo


diste a los hombres una nueva
comprensión de tu majestad
y una nueva manera de alabarla,
al poner de manifiesto,
por la eficacia inefable de la cruz,
el poder del crucificado
y el juicio que del mundo has hecho.

Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría,


te aclamamos con los ángeles y los santos
diciendo:
Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II

30. El sacerdote, con las manos extendidas, dice:


CP

Santo eres en verdad, Señor,


fuente de toda santidad;
31. Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC

por eso te pedimos que santifiques estos dones


con la efusión de tu Espíritu,
32. Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que sean para nosotros


Cuerpo y + Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.
33. Junta las manos.
34. En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere
la naturaleza de éstas.

El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, dándote gracias, lo partió


y lo dio a sus discípulos, diciendo:
13 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Se inclina un poco.

«TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS».

35. Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión.
36. Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

«TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,


PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA».
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
37. Luego dice una de la siguientes fórmulas:
CP
1 Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:

Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

2 Aclamad el misterio de la Redención


Y el pueblo prosigue, aclamando:

Cada vez que comemos de este pan


y bebemos de este cáliz
anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.

3 Cristo se entregó por nosotros.


Y el pueblo prosigue, aclamando:

Por tu Cruz y resurrección


nos has salvado, Señor.
38. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC
14SEMANA SANTA – AÑO C

Así, pues, Padre,


al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
C1

*Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;

En los Domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse:

*Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra


y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido
a la muerte y nos ha hecho participes de su vida inmortal.

y con el Papa N.,


con nuestro Obispo N.
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
C2

Acuérdate también de nuestros hermanos


que se durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

Junta las manos.


39. Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
CP O CC
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
15 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

todo honor y toda gloria


por los siglos de los siglos.

40. El pueblo aclama:

Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
41. Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:

Unidos a Jesucristo, movidos por su amor,


nos atrevemos a decir:
42. Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
43. El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:

Líbranos de todos los males, Padre,


y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
44. Junta las manos.
45. El pueblo concluye la oración, aclamando:

Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
"La paz les dejo, mi paz les doy",
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
16SEMANA SANTA – AÑO C

46. Junta las manos.

Tú que vives y reinas


por los siglos de los siglos.
47. El pueblo responde:

Amén.
48. El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:

La paz del Señor esté siempre con ustedes.


49. El pueblo responde:

Y con tu espíritu.
50. Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:

Démonos fraternalmente la paz.

O bien

Como hijos de Dios, intercambiad ahora


un signo de comunión fraterna.
O bien:

En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz,


daos la paz como signo de reconciliación.
O bien:

En el Espíritu de Cristo resucitado,


daos fraternalmente la paz.

Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.


El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo
en secreto:

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,


unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
51. Mientras tanto se canta o se dice:
CANTO CORDERO DE DIOS:_____________________________

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
52. Si la fracción del pan se prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se
dice: danos la paz.
17 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

53. A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,


que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de ti.
O bien:
Señor Jesucristo,
la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu bondad,
sirva para defensa de mi alma y mi cuerpo
y sea remedio de salvación.
54. El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena o sobre el cáliz, lo muestra al pueblo, diciendo:

Éste es el Cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
55. Y, juntamente con el pueblo, añade:

Señor, no soy digno


de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
56. El sacerdote dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
57. Después toma el cáliz y dice en secreto:

La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
58. Después toma la patena o la píxide, se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan
consagrado, que sostiene un poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:

El Cuerpo de Cristo.
59. El que va a comulgar responde:

Amén.
Y comulga.
60. El diácono y los ministros que distribuyen la Eucaristía observan los mismos ritos.
61. Si se comulga bajo las dos especies, se observa el rito descrito en su lugar.
62. Cuando el sacerdote comulga el Cuerpo de Cristo, el guía hace una breve invitación a comulgar.
Luego comienza el canto de comunión.
18SEMANA SANTA – AÑO C

Guía 1: Que nuestra comunión nos obtenga una sumisión más grande a la voluntad de Dios y
una disponibilidad más total a su acción en nosotros:

“Padre mío, si este cáliz no pude pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad”

63. Después de distribuir la comunión, se deja sobre el altar un copón con hostias para la comunión del día
siguiente, y se termina la misa con la Oración después de la Comunión.
64. Luego, de pie en la sede o en el altar, el sacerdote dice:

Oremos.
65. Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya
se haya hecho antes.
66. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.

ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Fortalecidos con tan santos misterios,


Te dirigimos esta súplica, Señor:
Del mismo modo que la muerte de tu hijo
Nos ha hecho esperar lo que nuestra fe nos promete, que su
resurrección nos alcance
la plena posesión de lo que anhelamos.
Por Jesucristo nuestro señor.
67. El pueblo aclama:

Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN
68. En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al
pueblo.
69. Después tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:

El Señor esté con ustedes.


70. El pueblo responde:Y con tu espíritu.

BENDICIONES SOLEMNES
71. Las siguientes bendiciones pueden utilizarse, a voluntad del sacerdote, al final de la celebración de la
misa, o de una celebración de la Palabra, o de la Liturgia de las Horas o de la celebración de los Sacramentos.
72. El diácono o, en su ausencia, el mismo sacerdote, pueden invitar a los fieles con estas u otras palabras
similares:

Inclinamos nuestras cabezas para recibir la bendición del Señor

73. Luego el sacerdote, extendidas las manos sobre el pueblo, dice la bendición. Todos responden: Amén.

I. En las celebraciones de cada tiempo.


19 DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

Pasión del Señor.


El Dios, Padre de misericordia,
que en la pasión de su hijo
nos ha dado ejemplo de su amor,
nos conceda, por su entrega a Dios y a los hombres,
la mejor de sus bendiciones
R. Amén.

Y que gracias a la muerte temporal de Cristo,


que alejó de ustedes la muerte eterna,
obtengan el don de una vida sin fin.
R. Amén.

Y así imitando su ejemplo de humildad,


Participen un día en su resurrección gloriosa
R. Amén.
BENDICIÓN
74. El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:

La bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo , y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
75. El pueblo responde:

Amén.
76. En algunas ocasiones y en determinadas misas rituales puede utilizarse una de las bendiciones
solemnes o de las oraciones sobre el pueblo.
DESPEDIDA
77. Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, despide al pueblo con una de las
fórmulas siguientes.
1.
Pueden irse en paz.
2.
La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Vayan en paz.
3.
Glorifiquen al Señor con sus vidas. Vayan en paz.
4.
En el nombre del Señor, pueden irse en paz.
78. El pueblo responde:

Demos gracias a Dios.


79. El Guía hace la siguiente monición para terminar la celebración.
Guía 2: Hemos comenzado la Semana Santa. Dispongámonos a vivir estos días con intensidad.
Sintámonos convocados a participar de las celebraciones, allí donde estemos. Especialmente el
jueves y el viernes, para seguir paso a paso el camino de la cruz de Jesús; y el sábado por la noche, en
la Vigilia Pascual, para celebrar con toda la alegría la resurrección.
80. Después el sacerdote besa con veneración el altar, como al comienzo, y, hecha la debida reverencia
con los ministros, se retira a la sacristía. Mientras se canta.

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