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Resumen Eucaristia Tema 4 Controversias Eucarísticas de La Edad Media

Este documento resume las principales controversias eucarísticas de la Edad Media, incluyendo: 1) La controversia del siglo IX entre quienes defendían una presencia real de Cristo (Pascasio Radberto) y quienes la veían como simbólica (Ratramno). 2) La controversia del siglo XI sobre si el pan y el vino se convierten realmente en el cuerpo y la sangre de Cristo (Berengario) o no (Lanfranco). 3) Los esfuerzos de los teólogos escolásticos por sintetizar estas
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Resumen Eucaristia Tema 4 Controversias Eucarísticas de La Edad Media

Este documento resume las principales controversias eucarísticas de la Edad Media, incluyendo: 1) La controversia del siglo IX entre quienes defendían una presencia real de Cristo (Pascasio Radberto) y quienes la veían como simbólica (Ratramno). 2) La controversia del siglo XI sobre si el pan y el vino se convierten realmente en el cuerpo y la sangre de Cristo (Berengario) o no (Lanfranco). 3) Los esfuerzos de los teólogos escolásticos por sintetizar estas
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Eucaristía – Tema 4: Controversias eucarísticas de la Edad Media

Introducción histórica
Los siglos V-VI de gran creatividad litúrgica. Destacan los papas León, Virgilio y
Gelasio, creadores de la eucología eucarística, conservadas en los “libelli” después recopilados
en forma de “sacramentarios”.
De este momento de creatividad se pasó a otro menos fecundo, el de las compilaciones,
la copia y fijación de los libros litúrgicos, sobre todo en lo relativo a la plegaria eucarística con
sus prefacios. Se inicia un período de unificación. Se aprecia la influencia de Roma.
Fuera de Roma, se produce la diversificación de las familias litúrgicas, orientales y
occidentales, con sus características.
La Misa papal, modelo para el resto de las celebraciones eucarísticas, que se celebraba
en Roma en los siglos VI-VIII presenta la estructura de la celebración. Cómo se ha
desarrollado, con respecto a los documentos de los primeros siglos, el rito de entrada, la
procesión del ofertorio y de la comunión (tres procesiones de la Misa). El ósculo de la paz ha
pasado ya de cerrar la liturgia de la palabra a situarse inmediatamente antes de la comunión. La
celebración mantiene su carácter comunitario. El pueblo sigue participando en el ofertorio y
comulgando bajo las dos especies. Se introducen poco a poco nuevos cantos (“Kyrie”, “Gloria”,
“Agnus Dei”). Aparecen algunos síntomas de menos participación del pueblo.
A partir del s. VIII, encuentro entre la liturgia de Roma con la de los territorios de la
Galia, fruto de la admiración de los emperadores Pipino el Breve y Carlomagno por la liturgia
papal. Se adoptó en las Galias la liturgia papal. La creatividad de la liturgia franco-germánica,
ejercerá su influencia en una liturgia romana que empezaba a dar muestras de cierta decadencia.
La Misa adoptará elementos más dinámicos, sentimentales y dramáticos (besos, genuflexiones,
cruces, secuencias, oraciones más largas y abundantes, ausencia de silencios, oraciones
“privadas” del sacerdote, etc.).
Se producen notables cambios en la celebración y en la teología de la eucaristía. En el
medievo, en paralelo con el discurso cristológico, siglos VI-VII, los teólogos se preguntan qué
es la eucaristía y, especialmente, cómo Cristo está presente en ella. Esta cuestión generará dos
grandes controversias.

1. Controversia eucarística del siglo IX


La mentalidad greco-romana a la propia de los pueblos germánicos, originó dificultades
para conjugar algunos elementos de tensión como el símbolo y la realidad, se radicalizaron y
dieron lugar a dos corrientes antagónicas: el realismo y el simbolismo. Dos contendientes:
Pascasio Radberto (realista) y Ratramno de Corbie (simbolista). Ambos llevarán al extremo las
posturas de Ambrosio y Agustín.
El fondo teológico de la cuestión se encuentra en cómo coordinar la mirada al pasado
(memorial), con la tensión al futuro (escatología) y ambas vividas en el hoy de la celebración.
Pascasio Radberto, subraya la identidad real entre el cuerpo eucarístico de Cristo y su
cuerpo histórico. No presta importancia a la finalidad dinámica o simbólico-eclesial del
sacramento. Su exageración se centra en la presencia del Cristo histórico en la eucaristía.
Ratramno defenderá que el cuerpo eucarístico de Cristo no puede ser idéntico al cuerpo
histórico, por tanto, su presencia es simbólica y espiritual. Utiliza los términos “figura” o
“misterio” en sentido de lejanía de la realidad. La “figura” no puede contener la realidad, según
él.
Ambas posturas son legítimas, una subraya más la presencia de tipo fisicista y la otra
una presencia más espiritual. Ninguno de los dos llega a negar la postura contraria. Berengario
toma parte de la postura de Ratramno. Esta controversia señala la dificultad de conjugar en el
sacramento el realismo y el simbolismo, cuya unidad de los inicios ahora no resulta tan
evidente.

2. Controversia eucarística del siglo XI


La contienda en torno al binomio “figura” y “veritas”, entre “simbolismo” y realismo”.
Berengario explica la presencia de Cristo en la eucaristía en clave de “figura espiritual
o virtual”. Esto fue interpretado como negación de la presencia real. No queda claro si el pan y

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Eucaristía – Tema 4: Controversias eucarísticas de la Edad Media

el vino acaban convirtiéndose realmente en el cuerpo y la sangre de Cristo. Apunta, a una


simple semejanza. Lee literalmente a los Padres que usan el término “figura” o “símbolo” en
referencia a los dones eucarísticos. Su doctrina fue rechazada repetidas veces por los papas,
pero se mantuvo en su negativa de aceptar que la presencia de Cristo en los dones eucarísticos
era en clave de identidad con el Cristo nacido de la Virgen María y pendiente de la cruz.
Lanfranco habla con un lenguaje físico o material de la presencia de Cristo en la
eucaristía. Su doctrina se impuso sobre el espiritualismo de Berengario.
La controversia condicionó en gran manera la doctrina y la espiritualidad eucarística de
los siglos venideros. La Iglesia se decantó claramente por el realismo porque respondía mejor a
los datos bíblicos. La evolución teológica de la eucaristía acentuó el tema de la presencia real de
Cristo, de su percepción y de su culto. Pío X buscó corregir este desequilibrio.
3. Búsqueda de una síntesis teológica (siglos XII-XIII)
Los teólogos escolásticos buscaron alcanzar una síntesis sobre el misterio eucarístico
capaz de conjugar el realismo con el simbolismo, “veritas” y “figura”.
Haciendo uso de la terminología aristotélica de “sustancia” y “accidente” se formula la
doctrina de la “transustanciación” para explicar el proceso de conversión del pan y el vino en
el cuerpo y la sangre de Cristo y, de esta forma, ser fieles a la expresión bíblica “esto es mi
cuerpo”. La sustancia del pan y el vino cambia; los “accidentes”, lo fenoménico, permanecen.
Con esta doctrina se supera los dos extremos enfrentados: por un lado, el excesivo
realismo cuasi “físico” (lo que cambia es la sustancia, “lo que está debajo”, mientras permanece
lo físico, los accidentes), por otro, el simbolismo espiritualizante (algo cambia realmente, lo más
profundo del ser). El concepto llega al magisterio de la Iglesia en el Concilio IV de Letrán,
aunque el primero que lo utilizó fue Rolando Bandinelli.
El Concilio IV de Letrán usará el término para defender la presencia real y rebatir la
doctrina albigense.
Santo Tomás de Aquino rechazó el exagerado realismo popular, no es aceptable una
visión sensualista de la presencia de Cristo en los dones eucarísticos. Su visión sacramental
abarca el lenguaje simbólico y la eficacia de la presencia real. La presencialización del sacrificio
de Cristo en el memorial celebrado.
Para Santo Tomás, la eucaristía es a la vez un signo conmemorativo de la pasión de
Cristo, sacramento prefigurativo de la gloria eterna y, en el presente, signo eficaz de la gracia
que nos concede.
Los teólogos escolásticos hicieron una distinción entre:
- “sacramentum tantum” = forma: las especies del pan y vino, y las acciones y
palabras que constituyen el signo externo;
- “sacramentum et res” = veritas: el efecto primero, el cuerpo y la sangre de Cristo,
presentes en la eucaristía;
- “res tantum” = virtus: la finalidad última del sacramento, la gracia, la incorporación
y la unión con Cristo de cada fiel y de la comunidad.
Siglos XIV-XV, se centran en el tema de la transustanciación y dejan en segundo plano
las cuestiones sobre el carácter sacrificial, la dimensión eclesial, la doctrina de la anamnesis o el
valor histórico-salvífico. Predominará el nominalismo, que vacía los conceptos de contenido
real y se fija en las categorías de tipo cosmológico y fenomenológico.

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