Acto 2 de Abril
Estamos reunidos hoy para conmemorar el día del veterano de guerra y los caídos en la gesta del
Atlántico Sur y el mejor homenaje que podemos brindarle a ellos es hacer de cada aula un templo
de la memoria, de la libertad y de los valores democráticos.
Damos paso a la bandera de ceremonias portada por ........................................… Y escoltada por
A continuación con todo respeto, entonaremos las estrofas del Himno Nacional Argentino.
La memoria no sabe de fronteras porque las islas siempre fueron nuestras. Les dicen Falkland pero
son Malvinas porque la muerte enterrada es argentina, como nuestras y argentinas son las
estrofas del Himno que entonamos a continuación.
La disputa por el control de las islas Malvinas, Georgia y Sandwich del Sur, situadas a 400 km de la
costa argentina y bajo dominio británico, lleva a Argentina y el Reino Unido a la "Guerra de las
Malvinas".
Argentina da inicio al conflicto, ocupando militarmente las islas el 2 de abril: la invasión es
considerada una tentativa del general Leopoldo Galtieri de unir la nación en relación a una causa
externa y desviar la atención de crisis económica y política del país.
Tres días después de la invasión, el gobierno británico moviliza la marina y la fuerza aérea y
obtiene el apoyo diplomático y militar de los EUA. Los Estados vecinos de Argentina permanecen
neutros.
Las tropas argentinas se rinden el 14 de junio. El país reivindica los derechos sobre la isla hasta
1990, cuando las dos naciones reanudan relaciones diplomáticas.
Seguidamente la alumno__________________________ de ________ leerá un poema alusivo al
momento.
Todas estas y otras sensaciones nos transmite la canción “ISLA DE LA BUENA MEMORIA” de
Alejandro Lerner que escucharemos a continuación.
A continuación damos salida a nuestra bandera de ceremonias.
Conmemoración de los veteranos de Malvinas
El 2 de abril de 1982, el desembarco nacional en el Archipiélago de las Islas Malvinas y el
izamiento de la bandera argentina inicia un hito en nuestra historia.
Es un homenaje a los Veteranos de la Guerra de Malvinas pretendiendo dar la pública y
merecida recepción que nunca tuvieron, ya que les fue negada en la soberbia que no supo
discernir nunca cuan cerca están entre sí la derrota y el triunfo.
La guerra no termina con la última bala o la última bomba que estalla, la guerra aun
continua con la reconstrucción material y emocional de los que participaron en ella, en las
preguntas que nunca tendrán respuestas.
A continuación, podemos leer las palabras alusivas pronunciadas por el Prof.
“Mañana recordaremos una vez más a los caídos en la Guerra de Malvinas y a los
veteranos que aun son parte de nosotros.
No podría ser esto llamado discurso. Trataré simplemente de evocar y compartir con
ustedes la memoria de mi infancia y algunas reflexiones en torno a aquel acontecimiento.
Si mi repaso no esta errado, la fecha del 2 de abril es la única efeméride de la cual puedo,
y muchos también podrán, decir que fueron testigos de su nacimiento.
Malvinas ha quedado grabada en mí como el día que estando con mi familia en Buenos
Aires pude ver por televisión a aquel general de voz altisonante aparecer en una plaza de
Mayo colmada y festiva. No entendía bien yo por qué pero la gente festejaba algo, y era el
comienzo de la guerra. De nuevo en Tandil, con la sucesión de los días la rutina habitual
fue cambiando en algunas cosas. En mi colegio aprendimos y cantamos infatigablemente
la marcha de las islas y verdaderamente la entonábamos con pasión. También, casi como
un juego, empezamos a practicar algo que hoy parece casi ridículo: los simulacros de
bombardeo, al sonar el timbre debíamos, rápida y organizadamente, bajar hacia el
subsuelo junto a nuestras maestras y permaneces ahí donde supuestamente estaríamos
protegidos ante la amenaza de las bombas inglesas.
Algo parecido ocurría en mi casa, donde según un vecino que había sido designado “Jefe
de Manzana”, el garaje iba a servir de improvisado bunker en el cual varias familias,
incluyendo la mía, debíamos ingresar ante la alarma de ataque aéreo.
También indicaron en aquellos días que los vehículos debían pegar en sus faros cintas
anchas y blancas para que el reflejo de las luces no significara una guía a los aviones del
enemigo. Todo esto no tenía para mi más sentido que el de un gran entretenimiento sin
saber yo por supuesto lo que ocurría a miles de kilómetros de nuestro Tandil.
Hasta hace poco tiempo podía encontrar en la casa de mis padres las revistas Gente que
yo curioso miraba y leía en aquellos momentos. Siempre recuerdo el titular en letras
gigantes “Seguimos ganando” y las fotos de la guerra que aparentemente confirmaban el
lema Victorioso.
En la tele aparecían programas, vistos desde hoy, increíbles. Un remate de objetos varios
conducidos por actores y periodistas famosos para recaudar fondos que teóricamente
llegarían a los soldados. La gente colaboraba y mucho, con dinero pero también con
comida, con cigarrillos, con ropa, luego, muy tarde, descubriríamos que casi nada de todo
aquello fue usado por nuestros casi indefensos soldados.
La música en ingles desapareció de las radios y casi como otra anécdota una conocida
casa de construcción cambio su nombre, pasó a llamarse “El Indiecito” en lugar del
nombre original que era “El Inglecito”.
Todo este recorrido por mi memoria infantil, que supongo los que tienen más de treinta
también podrán recordar, no me permite dejar de lado que aquella guerra tuvo como
principales víctimas a nuestros combatientes, la mayoría jóvenes que recién habían
terminado el secundario, víctimas de la dictadura más sangrienta de nuestra historia, que
en una especia de huida hacia delante inició una guerra cuyo objetivo principal no era
recuperar las islas que podemos reclamar como nuestras, sino que buscaban perpetuarse
en el poder que violenta e ilegalmente habían tomado seis años antes, en Marzo de 1976.
El desenlace es conocido. Caímos en Malvinas. Los muchachos que pelearon dejaron la
sangre allá y los que volvieron fueron condenados durante muchos años al olvido y el
desinterés. Y en no pocos de ellos la angustia y la depresión los llevaron a ser también
víctimas de la guerra tomando la dolorosa decisión de quitarse la vida.
Vaya entonces en estas palabras nuestro permanente reconocimiento y gratitud por todos
aquellos que aun con hambre, frío y, por que no, miedo, dejaron el pellejo en el suelo
malvinense para que alguna vez vuelva a flamear la celesta y blanca.
“Pelearon con más valor que medios” fue una de las contundentes frases que se escucharon
en las glosas del acto.
Fueron invitados a la conmemoración los Sres. , excombatientes de Malvinas, de
carrera militar, quienes accedieron a compartir sus reflexiones y experiencias con alumnos
y la comunidad presente.
Palabras de despedida
Todos los argentinos queremos que las Isla Malvinas
vuelvan a formar parte de nuestro territorio nacional.
Pero no deseamos que este hecho
traiga como consecuencia la muerte de más personas,
sin importar su nacionalidad.
Renovando nuestro ser argentino, volvemos a nuestras actividades de todos los días, con la
esperanza de tener libertad a través del trabajo y la justicia.