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Luxación Glenohumeral

El documento describe la anatomía, epidemiología y tratamiento de las luxaciones de hombro. Las luxaciones de hombro más comunes son las anteriores, que representan el 90% de los casos. La estabilidad del hombro depende de mecanismos pasivos como la cápsula articular y ligamentos, y activos como los músculos rotadores. El tratamiento incluye reducciones cerradas mediante técnicas como la tracción-contratracción o la maniobra de Milch.
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Luxación Glenohumeral

El documento describe la anatomía, epidemiología y tratamiento de las luxaciones de hombro. Las luxaciones de hombro más comunes son las anteriores, que representan el 90% de los casos. La estabilidad del hombro depende de mecanismos pasivos como la cápsula articular y ligamentos, y activos como los músculos rotadores. El tratamiento incluye reducciones cerradas mediante técnicas como la tracción-contratracción o la maniobra de Milch.
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Luxación Glenohumeral

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Epidemiología
– El hombro es la articulación mayor que con más frecuencia sufre luxación y supone hasta un
45% de todas las luxaciones.
– La mayoría de las luxaciones de hombro son anteriores; su frecuencia es entre ocho y
nueve veces mayor que la de las luxaciones posteriores, el segundo tipo más frecuente.
– La incidencia de la luxación glenohumeral es de 17 casos por 100.000 habitantes por año.
– Los picos de incidencia se localizan entre los 21 y 30 años en los hombres y entre los 61 y
80 años en las mujeres.
– La tasa de recidiva en todas las edades es del 50%, pero aumenta al 89% en el grupo de 14
a 20 años de edad.
– Las luxaciones inferior (luxación erecta) y superior son raras.
 

Anatomía
– La estabilidad glenohumeral depende de varios mecanismos, pasivos y activos.
 
Mecanismos de estabilidad pasivos:
– Congruencia articular.
– Efecto de vacío debido al limitado volumen de la articulación.
– Adhesividad y cohesión por la presencia de líquido sinovial.
– Inclinación de la escápula: para más del 90% de los hombros, el ángulo crítico de inclinación
de la escápula está comprendido entre 0° y 30°, por debajo de lo cual se considera que la
articulación glenohumeral es inestable y con tendencia a la luxación inferior.
– Ligamentos y elementos restrictores capsulares:
– Cápsula articular: su redundancia evita que se limite la movilidad, excepto en los últimos
grados. La cápsula anteroinferior limita la subluxación anterior cuando el hombro se encuentra
en abducción. La cápsula posterior y el redondo menor limitan la rotación inter na. La cápsula
anterior y la porción inferior del músculo subescapular limitan la rotación externa.
– Ligamento glenohumeral superior: es la principal estructura que limita la traslación inferior
del hombro cuando éste se encuentra en aducción.
– Ligamento glenohumeral medio: es una estructura variable, mal definida o ausente en el
30% de los casos. Limita la rotación externa con el hombro en 45° de abducción.
– Ligamento glenohumeral inferior: está formado por tres bandas, de las cuales la superior es
la más importante para evitar la luxación anterior del hombro. Limita la rotación externa
cuando el hombro se encuentra entre 45° y 90° de abducción.
– Labrum glenoideo.
– Restrictores óseos: acromion, coracoides, cavidad glenoidea.
 
Mecanismos de estabilidad activos:
– Cabeza larga del bíceps.
– Manguito de los rotadores.
 

Anatomía patológica de las luxaciones de hombro


– Elongación o rotura de la cápsula.
– Avulsión de los ligamentos glenohumerales, generalmente de su inserción en la glenoides y
en ocasiones de su inserción humeral.
– Rotura del labrum glenoideo.
– La lesión de «Bankart» hace referencia a la avulsión de la porción anteroinferior del labrum
glenoideo de su inserción en la periferia de la cavidad glenoidea. Se asocia en algunos casos
a una fractura del borde de la glenoides («Bankart ósea»).
 

Lesión de Hill-Sachs:
– Es un defecto en la parte posterolateral de la cabeza del húmero producido por una fractura
por impacto contra el borde de la glenoides; se observa en el 27% de las luxaciones anteriores
agudas y en el 74% de las luxaciones anteriores recidivantes.
 

Lesión de Hill-Sachs
Luxación de hombro asociada a rotura del manguito de los rotadores:
– Es frecuente en los ancianos:
– mayores de 40 años de edad: del 35% al 40%.
– mayores de 60 años de edad: puede alcanzar el 80%.
– Considerar en pacientes ancianos incapaces de levantar el brazo tras una luxación.
 

LUXACIÓN GLENOHUMERAL ANTERIOR


 

Epidemiología
– Las luxaciones anteriores representan el 90% de todas las luxaciones de hombro.
 

Mecanismo de lesión
– La luxación glenohumeral anterior puede producirse tras un traumatismo, como resultado de
fuerzas directas o indirectas.
– El mecanismo más frecuente es un traumatismo indirecto sobre la extremidad superior
estando el hombro en abducción, extensión y rotación externa.
– Mecanismo directo: una fuerza que impacta directamente sobre la parte posterior del
hombro puede producir una luxación anterior.
– Las convulsiones y las descargas eléctricas producen, de forma característica, luxaciones
posteriores de hombro, aunque también pueden producir luxaciones anteriores.
– En ocasiones, se producen luxaciones anteriores con traumatismos mínimos cuando hay
una inestabilidad recurrente relacionada con laxitud, congénita o adquirida, o con mecanismos
voluntarios.
 

Evaluación clínica
– Es útil determinar el tipo de traumatismo, la cronicidad de la luxación, el patrón de
recurrencia y los mecanismos desencadenantes y la existencia de laxitud o de antecedentes
de inestabilidad en el hombro contralateral.
– El paciente acude típicamente con el brazo lesionado sujeto en ligera abducción y rotación
externa. La luxación aguda de hombro es dolorosa y presenta una contractura muscular.
– El examen físico muestra una pérdida del contorno del hombro debido a la prominencia
relativa del acromion, con una depresión posterior situada por debajo del acromion y una
masa palpable en la región anterior del hombro.
– Es importante realizar una minuciosa evaluación neurovascular, prestando especial atención
a la integridad del nervio axilar. En general no suele ser posible evaluar la función del músculo
deltoides, pero debe evaluarse la sensibilidad de la región situada sobre él. El deltoides puede
presentar atonía y no debe confundirse con una lesión del nervio axilar.
– La integridad del nervio musculocutáneo puede evaluarse por la presencia de sensibilidad
en la cara anterolateral del antebrazo.
– Los pacientes pueden acudir después de una reducción espontánea o después de que se
les haya reducido la luxación en el momento inicial. Si el paciente no presenta dolor agudo, la
evaluación puede revelar una prueba de aprensión positiva, en la cual al colocar de forma
pasiva el brazo del paciente en la posición de provocación (abducción, extensión y rotación
externa) se reproduce la sensación de inestabilidad y dolor.
 

Evaluación por imágenes


– Serie traumatológica del hombro lesionado: proyecciones anteroposterior, escapular en Y y
axilar en el plano de la escápula.
– Proyección axilar de Velpeau: si no puede obtenerse una proyección axilar estándar por el
dolor, debe colocarse al paciente un cabestrillo y situarlo inclinado en dirección posterior sobre
el chasis con una oblicuidad de 45°. El haz de rayos X se dirige en dirección caudal, de forma
perpendicular al chasis, con lo cual se obtiene una proyección axilar magnificada.
 
Proyecciones especiales:
– Proyección axilar de West Point: se obtiene con el paciente en decúbito prono y con el haz
de rayos X en dirección cefálica hacia la axila formando un ángulo de 25° con la horizontal y
de 25° con el plano medial. Proporciona una imagen tangencial del reborde glenoideo
anteroinferior.
– Proyección de Hill-Sachs: esta proyección anteroposterior se obtiene con el hombro en
máxima rotación interna para identificar un posible defecto posterolateral.
– Proyección de la escotadura de Stryker: el paciente se coloca en decúbito supino con la
palma ipsilateral sobre la coronilla y el codo dirigido hacia arriba. El haz de rayos X se orienta
10° en dirección cefálica, hacia la apófisis coracoides. Esta proyección permite identificar el
90% de los defectos posterolaterales de la cabeza del húmero.
– También puede ser útil la TAC para definir las fracturas por compresión de la cabeza del
húmero o de la glenoides, los cuerpos libres y las lesiones óseas del labrum anterior (lesión
ósea de Bankart).
 
Imágenes complementarias:
– Es posible utilizar la artrografía con contraste, simple o doble, para evaluar las lesiones del
manguito de los rotadores.
– La RM puede utilizarse para identificar lesiones del manguito de los rotadores, lesiones
capsulares y lesiones del labrum glenoideo (lesión de Bankart).
 

Clasificación
Según grado de estabilidad:
Luxación versus subluxación.
 
Según cronología:
– Congénita.
– Aguda versus crónica.
– Incarcerada (fija).
– Recurrente.
– Adquirida: generalmente por traumatismos menores de repetición (nadadores, gimnastas,
levantadores de pesos); frecuentemente el labrum está intacto, pero hay laxitud capsular;
aumento del volumen de la articulación glenohumeral; es habitual la subluxación.
 
Según mecanismo de lesión:
– Atraumática: generalmente por laxitud congénita; ausencia de lesión; con frecuencia
asintomática; se reduce de forma espontánea.
– Traumática: generalmente por un traumatismo mayor; puede haber desinserción anterior o
inferior del labrum (lesión de Bankart); unidireccional; suele necesitar asistencia para la
reducción.
 
Según contribución del paciente:
Voluntaria versus involuntaria.
 
Según dirección anatómica de la luxación:
– Subcoracoidea.
– Subglenoidea.
– Intratorácica.
 

Tratamiento no quirúrgico
– Tras una adecuada evaluación clínica y con administración de analgésicos, debe realizarse
una reducción cerrada, un bloqueo intraarticular y/o sedación. Entre las técnicas descritas se
incluyen tracción-contratracción, Hipócrates, Stimson, Milch y Kocher.
 
Tracción-contratracción:
 
Técnica de Hipócrates:
– Permite la reducción por una única persona, colocando un pie en el pliegue axilar y sobre la
pared torácica y realizando tracción axial sobre la extremidad superior con suave rotación
interna y externa.
 
Técnica de Stimson:
– Después de administrar analgésicos y/o sedantes, se coloca al paciente en decúbito prono
con la extremidad superior colgando libremente del borde de la camilla. Se realiza una
tracción manual suave o ya sea se cuelga de la muñeca un peso de 2,5 kg, con lo cual se
logra la reducción en 15 min a 20 min.

 
Técnica de Milch:
– Con el paciente en decúbito supino y la extremidad superior en abducción y rotación
externa, se aplica presión con el pulgar para empujar la cabeza del húmero a su posición.
 
Maniobra de Kocher:
– La cabeza del húmero se apalanca sobre la porción anterior de la glenoides para conseguir
la reducción; esta maniobra no se recomienda por el alto riesgo de fractura.
– Tras la reducción, el tratamiento incluye inmovilización durante 2 a 5 semanas. El período
menor de inmovilización puede ser más corto en los pacientes mayores de 40 años porque la
rigidez de la mano, la muñeca, el codo y el hombro ipsilaterales puede complicar el
tratamiento. Los pacientes más jóvenes con antecedentes de luxación recurrente pueden
necesitar tiempos de inmovilización más largos.
– En comparación con el cabestrillo, la inmovilización con un montaje de Velpeau no parece
modificar el posterior desarrollo de una inestabilidad.
– Después de la inmovilización, es preciso instaurar un tratamiento rehabilitador que incluya el
aumento progresivo de la rotación externa, la flexión y la abducción, junto con ejercicios
activos para recuperar el rango completo de movilidad de la mano, la muñeca y el codo.
– La luxación anterior aguda irreductible (rara) generalmente es el resultado de la interposición
de partes blandas y necesita una reducción abierta.
 

Tratamiento quirúrgico
 
Las indicaciones de la cirugía incluyen:
– Interposición de partes blandas.
– Fractura desplazada de la tuberosidad mayor (troquíter) con un desplazamiento mayor de 5
mm en dirección superior tras la reducción.
– Fractura del reborde glenoideo mayor de 5 mm.
– Reparación en fase aguda en casos concretos (ej. en deportistas jóvenes).
– Las opciones quirúrgicas para la estabilización incluyen la reparación artroscópica de los
ligamentos y del labrum glenoideo anterior. Otras técnicas, como el deslizamiento capsular, la
capsulorrafia, las transferencias musculares o tendíneas y las transferencias óseas, se
reservan para casos recidivantes.
– El tratamiento postoperatorio incluye típicamente el uso de un inmovilizador de hombro
durante un máximo de 3 semanas en los pacientes 30 años, de 2 semanas en los de 30 a 40
años y de 1 a 2 semanas en aquellos mayores de 50 años, dependiendo del tipo de
estabilización quirúrgica. Se permite a los pacientes que se retiren el sistema de
inmovilización dos a cuatro veces al día para realizar ejercicios de rango de movilidad del
codo, la muñeca y la mano. La fisioterapia consiste en ejercicios de rango de movilidad activa
y pasiva y ejercicios para recuperar la fuerza en la extremidad.
 

Complicaciones
– Las complicaciones más frecuentes sin la inestabilidad recurrente, las lesiones óseas, las
lesiones de partes blandas y las lesiones neurovasculares.
 
Luxación anterior recurrente:
– Relacionada con alteraciones en los ligamentos y en la cápsula. La complicación más
frecuente después de la luxación es su recurrencia.
Incidencia:
– 20 años de edad: del 80% al 92% (menor en no deportistas).
– 30 años de edad: 60%.
– 40 años de edad: del 10% al 15%.
– La mayoría de las recidivas se producen en los primeros 2 años y tienden a ocurrir en
varones.
– Lo que más influye en el pronóstico es la edad en el momento de la luxación inicial.
– La incidencia no está relacionada con el tipo ni la duración de la inmovilización.
– La actividad del paciente se ha identificado como un factor independiente para el desarrollo
de una inestabilidad recurrente.
 
Lesiones óseas:
– Lesión de Hill-Sachs.
– Fractura del borde de la glenoides («lesión ósea de Bankart»).
– Fractura de la tuberosidad mayor (troquíter).
– Fractura del acromion o de la coracoides.
– Cambios degenerativos postraumáticos.
 
Lesiones de partes blandas:
– Lesiones del manguito de los rotadores (pacientes de edad avanzada).
– Roturas capsulares o del tendón del subescapular.
 
Lesiones neurovasculares:
-Lesiones vasculares: se producen de forma característica en ancianos con arterioesclerosis y
generalmente afectan a la arteria axilar. Pueden producirse en el momento de la reducción
abierta o cerrada.
– Lesiones nerviosas: afectan con más frecuencia a los nervios musculocutáneo y axilar
(circunflejo) y suelen observarse en los ancianos; la neuroapraxia casi siempre se recupera,
pero si pasados 3 meses persiste, requiere un estudio detallado y posiblemente una
evaluación quirúrgica.
 

LUXACIÓN GLENOHUMERAL POSTERIOR


 

Epidemiología
– Esta lesión representa el 10% de las luxaciones de hombro y el 2% de todas las lesiones del
hombro.
– Con frecuencia no se identifica en atención primaria ni en los servicios de urgencias, de
manera que de un 60% a un 80% de los casos pasan desapercibidos en la evaluación inicial.
 

Mecanismo de lesión
– Los mecanismos de lesión pueden ser indirecto o directo.
 
Traumatismo indirecto:
– Es el más frecuente.
– El hombro se encuentra, de forma característica, en posición de aducción, flexión y rotación
interna.
– Puede producirse una luxación posterior de forma secundaria a una descarga eléctrica o
durante una convulsión debido a la mayor fuerza muscular que ejercen los rotadores internos
(dorsal ancho, pectoral mayor y subescapular) en comparación con los rotadores externos del
hombro (infraespinoso y redondo menor).
 
Traumatismo directo:
– Es el resultado de la aplicación de una fuerza a la parte anterior del hombro, que ocasiona
una traslación posterior de la cabeza del húmero.
 

Evaluación clínica
– Clínicamente, en la luxación glenohumeral posterior no se observa una deformidad
llamativa; la extremidad superior lesionada se mantiene, de forma característica, en la
posición de cabestrillo, con el hombro en rotación interna y aducción. Estas lesiones pueden
pasarse por alto si no se hace una serie radiográfica completa.
– Es importante realizar una detallada evaluación neurovascular para descartar la lesión del
nervio circunflejo, aunque es mucho menos frecuente que en la luxación glenohumeral
anterior.
– A la evaluación puede apreciarse una limitación en la rotación externa (frecuentemente 0°) y
en la antepulsión del hombro (frecuentemente 90°).
– Puede observarse una masa palpable en la parte posterior del hombro, un aplanamiento de
la región anterior y una prominencia de la apófisis coracoides.
 

Evaluación por imágenes


– Serie traumatológica del hombro afectado: proyecciones anteroposterior, escapular en Y y
axilar. Puede realizarse una proyección axilar de Velpeau (ver anteriormente) si el paciente no
puede colocar el hombro para una proyección axilar estándar.
– En la proyección anteroposterior estándar, los signos sugestivos de una luxación
glenohumeral posterior son:
– Ausencia de la sobreposición elíptica normal de la cabeza del húmero sobre la glenoides.
– Signo de la glenoides vacía: la cavidad glenoidea aparece parcialmente vacía (espacio entre
el borde anterior y la cabeza humeral mayor de 6 mm).
– Signo de la depresión (o signo del hundimiento): fractura impactada de la porción anterior de
la cabeza del húmero al chocar contra el reborde posterior de la glenoides (lesión de Hill-
Sachs invertida). Está presente en el 75% de los casos.
– Pérdida del contorno del cuello del húmero: el húmero se encuentra en rotación interna
máxima.
– Existencia de un vacío en la cavidad glenoidea superior/inferior, debido al desplazamiento
inferosuperior de la cabeza del húmero luxada.
– La luxación glenohumeral se reconoce más fácilmente en la proyección axilar; esta
proyección también puede demostrar el defecto invertido de Hill-Sachs.
– La TAC es muy útil para evaluar el porcentaje de la cabeza del húmero afectado en una
fractura impactada.
 

Clasificación
Clasificación etiológica:
– Traumática: esguince, subluxación, luxación, luxación recurrente, luxación incarcerada (no
reducible).
– Atraumática: Voluntaria, congénita, adquirida (debido a microtraumatismos de repetición).
 
Clasificación anatómica:
– Subacromial (98%): la superficie articular se dirige en dirección posterior sin un gran
desplazamiento de la cabeza del húmero, a diferencia de la luxación anterior; la tuberosidad
menor (troquín) ocupa, de forma característica, la cavidad glenoidea; con frecuencia se asocia
a una fractura impactada de la porción anterior de la cabeza del húmero.
– Subglenoidea (muy rara): La cabeza del húmero se sitúa posterior e inferior a la cavidad
glenoidea.
– Subespinosa (muy rara): La cabeza del húmero se sitúa medial al acromion y por debajo de
la espina de la escápula.
 

Tratamiento no quirúrgico
– La reducción cerrada necesita una relajación muscular completa, sedación y analgesia.
– El dolor en la luxación glenohumeral posterior tras un traumatismo agudo suele ser mayor
que en las luxaciones anteriores y puede ser necesaria anestesia para la reducción.
– Con el paciente en decúbito supino, se aplica tracción al brazo en aducción, en línea con la
deformidad, elevando suavemente la cabeza del húmero hacia la cavidad glenoidea.
– No debe forzarse la rotación externa del hombro, pues puede producirse una fractura de la
cabeza del húmero si hay una fractura impactada bloqueada sobre el reborde glenoideo
posterior.
– Si las radiografías previas muestran una fractura impactada bloqueada en el reborde
glenoideo, además de la tracción axial debe ejercerse una tracción lateral sobre la extremidad
para desbloquear la cabeza del húmero.
– El tratamiento después de la reducción consiste en un cabestrillo con bloqueo de la rotación
si el hombro es estable. Si con este cabestrillo el hombro queda subluxado o vuelve a luxarse,
debe colocarse un yeso de hombro con un grado de rotación externa determinado por la
posición de máxima estabilidad. La inmovilización se mantiene durante 3 a 6 semanas,
dependiendo de la edad del paciente y de la estabilidad del hombro.
– Cuando hay un gran defecto anteromedial en la cabeza del húmero, la mejor estabilización
se obtiene inmovilizando el hombro en rotación externa.
– Durante el período de inmovilización, pueden realizarse ejercicios isométricos de rotación
externa y de deltoides.
– Después de retirar la inmovilización, se establece un programa intenso de fortalecimiento de
los rotadores internos y externos.
 

Tratamiento quirúrgico
– Las indicaciones quirúrgicas incluyen:
– Fractura de troquín muy desplazada.
– Un gran fragmento posterior de la glenoides.
– Luxación no reducible o fractura impactada de la porción posterior de la glenoides que
impida la reducción.
– Luxación abierta.
– Fractura impactada de la porción anteromedial de la cabeza del húmero (lesión invertida de
Hill-Sachs).
– Compromiso del 20% al 40% de la cabeza humeral: trasposición del troquín con la inserción
del subescapular al interior del defecto óseo (técnica de McLaughlin modificada).
– Compromiso mayor del 40% de la cabeza humeral: hemiartroplastia colocando la prótesis
con un grado neutro de versión.
– Las opciones quirúrgicas incluyen la reducción abierta, la plicatura del músculo/tendón
infraespinoso (técnica de Putti-Platt invertida), la transferencia de la cabeza larga del bíceps al
borde posterior de la glenoides (técnica de Boyd-Sisk), las osteotomías humerales y de la
glenoides y la capsulorrafia.
– Las luxaciones voluntarias deben tratarse de forma conservadora, con asesoramiento y
ejercicios de fortalecimiento.
 

Complicaciones
– Fracturas: incluyen fracturas del reborde glenoideo posterior, de la diáfisis del húmero, del
troquíter, del troquín y de la cabeza del húmero.
– Recidiva de la luxación: la incidencia es mayor en las luxaciones glenohumerales
posteriores atraumáticas, cuando hay un gran defecto anteromedial de la cabeza del húmero
resultado de una fractura por impactación sobre el reborde glenoideo y en caso de fractura de
gran tamaño del reborde glenoideo posterior. Estas situaciones pueden requerir una
estabilización quirúrgica para evitar la recidiva.
– Lesión neurovascular: aunque es mucho menos frecuente en las luxaciones posteriores que
en las anteriores, es posible que se produzca una lesión del nervio circunflejo a su salida del
espacio cuadrangular o una lesión del nervio del infraespinoso (rama del nervio
supraescapular) según atraviesa la escotadura espinoglenoidea.
– Subluxación anterior: puede ser el resultado de aplicar una «tensión excesiva» a las
estructuras posteriores, lo que desplazaría la cabeza del húmero en dirección anterior. Puede
ocasionar una limitación de la flexión, la aducción y la rotación interna.
 

LUXACIÓN GLENOHUMERAL INFERIOR


(LUXACIÓN ERECTA)
 
– Es una lesión muy rara, más frecuente en los ancianos.
 

Mecanismo de lesión
– Es el resultado de una fuerza de hiperabducción que causa el atrapamiento del cuello del
húmero sobre el acromion, lo cual ejerce palanca sobre la cabeza del húmero y desplaza a
ésta en dirección inferior.
– La parte superior de la superficie articular se dirige en dirección inferior, sin estar en
contacto con el reborde glenoideo inferior. La diáfisis del húmero se orienta en dirección
superior.
– Son frecuentes la avulsión y la rotura del manguito de los rotadores, la lesión del pectoral, la
fractura del húmero proximal y la lesión de la arteria axilar o del plexo braquial.
 

Evaluación clínica
– Los pacientes presentan, de forma característica, una posición de «saludo», con el húmero
bloqueado en 110° a 160° de abducción y en antepulsión. Generalmente el dolor es
importante.
– Es típico palpar la cabeza del húmero sobre la parte lateral del tórax, en la axila.
– Es importante realizar una evaluación neurovascular minuciosa porque casi siempre suele
haber lesiones neurovasculares asociadas que complican este tipo de luxación.
 

Evaluación por imágenes


– Serie traumatológica del hombro: proyecciones anteroposterior, escapular en Y y axilar.
– Normalmente la proyección anteroposterior es diagnóstica al mostrar la luxación inferior de
la cabeza del húmero, con la diáfisis del húmero dirigida en dirección superior a lo largo del
borde glenoideo.
– Deben revisarse con detalle las radiografías en busca de fracturas asociadas, que son
frecuentes y difíciles de detectar por la clínica debido al dolor generalizado en el hombro.
 

Tratamiento no quirúrgico
– Puede lograrse la reducción mediante maniobras de tracción-contratracción.
– La tracción axial debe realizarse siguiendo el eje del húmero (en dirección superolateral),
disminuyendo de forma progresiva el grado de abducción del hombro. La contratracción se
aplica colocando una sábana alrededor del paciente y ejerciendo fuerza en la misma
dirección, pero en sentido contrario, que el vector de tracción.
– Debe inmovilizarse el hombro con un cabestrillo durante 3 a 6 semanas, según la edad del
paciente; los de más edad requieren menos tiempo para minimizar la rigidez de hombro.
 

Tratamiento quirúrgico
– En ocasiones, la cabeza del húmero luxada abre un «ojal» en la cápsula inferior y en las
partes blandas adyacentes, que impide la reducción cerrada. En esta situación, está indicada
una reducción abierta ampliando el defecto capsular y reparando las estructuras lesionadas.
 

Complicaciones
– Compromiso neurovascular: casi todos los casos de luxación glenohumeral inferior
presentan compromiso neurovascular, que suele recuperarse tras la reducción.
 

LUXACIÓN GLENOHUMERAL SUPERIOR


 
– Es una lesión muy poco frecuente, más rara incluso que la luxación glenohumeral inferior.
 

Mecanismo de lesión
– El mecanismo de lesión es una fuerza extrema en dirección anterior y superior aplicada de
forma directa cuando la extremidad está en aducción, por ejemplo en una caída desde cierta
altura sobre la extremidad superior, de manera que la cabeza del húmero se desplaza en
dirección superior desde la cavidad glenoidea.
– Se asocia a fracturas de acromion, clavícula, apófisis coracoides, troquíter y troquín, así
como a lesiones de la articulación acromioclavicular.
– De forma característica, se acompaña de lesiones de partes blandas (manguito de los
rotadores, cápsula glenohumeral, tendón del bíceps y musculatura adyacente).
 

Evaluación clínica
– El paciente generalmente acude sujetando en aducción la extremidad superior, que se
encuentra acortada.
– El examen físico revela la cabeza del húmero fácilmente palpable por encima del acromion.
– Las lesiones neurovasculares son frecuentes y deben ser descartadas.
 

Evaluación por imágenes


– Serie traumatológica del hombro afectado: proyecciones anteroposterior, escapular en Y y
axilar.
– La proyección anteroposterior es claramente diagnóstica al observarse la luxación de la
cabeza del húmero por encima del acromion.
– Deben revisarse de forma minuciosa las radiografías para descartar fracturas asociadas,
que son frecuentes y pueden no ser detectables en la evaluación debido al dolor generalizado
en el hombro.
 

Tratamiento
– Hay que intentar la reducción cerrada con analgésicos y sedantes.
– Para facilitar la reducción, es posible aplicar tracción axial en dirección inferior con
contratracción junto a un componente de tracción lateral.
– Igual que en las luxaciones inferiores, son frecuentes las lesiones de partes blandas y las
fracturas asociadas; una luxación irreductible puede necesitar una reducción abierta.
 

Complicaciones
– Normalmente hay complicaciones neurovasculares, que suelen ser lesiones por tracción y
se resuelven tras la reducción.

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