República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior
Universidad Politécnica Territorial “Argelia Laya”
Cúpira, Estado Miranda
UNIDAD III
MODELOS ECONÓMICOS MUNDIALES Y EVOLUCIÓN DEL MODELO
ECONÓMICO VENEZOLANO. ALCANCES DE LA NUEVA ESTRUCTURA
SOCIO TERRITORIAL Y SUS EJES DE DESARROLLO
Profesor(a): Autor:
Rosa Aguilar Audilio De Jesús Vieira
C.I. N° V-
Cúpira, abril de 2022.
UNIDAD III
MODELOS ECONÓMICOS MUNDIALES Y EVOLUCIÓN DEL MODELO
ECONÓMICO VENEZOLANO. ALCANCES DE LA NUEVA ESTRUCTURA
SOCIO TERRITORIAL Y SUS EJES DE DESARROLLO
INICIO:
-Se da inicio al desglose del proceso investigativo de la temática
planteada relacionada con los modelos económicos mundiales y
evolución del modelo económico venezolano. Alcances de la nueva
estructura socio territorial y sus ejes de desarrollo.
De acuerdo al quinto de los grandes objetivos históricos se traduce en
la necesidad de construir un modelo económico productivo ecosocialista,
basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que
garantice el uso y aprovechamiento racional y óptimo de los recursos
naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza.
En tal sentido, es necesario dar a conocer la defensa de la soberanía
del Estado venezolano sobre los recursos naturales vitales, relacionado con
el quinto gran objetivo histórico, que describe sumar esfuerzos para el
impulso de un movimiento de carácter mundial para contener las causas y
revertir los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del
modelo capitalista depredador.
Como es sabido, en las elecciones del 7 de octubre de 2012, el
comandante Hugo Chávez obtuvo una arrolladora victoria, imponiéndose por
la voluntad del pueblo soberano la aplicación del Programa de la Patria.
Tras su lamentable partida física, el 5 de marzo de 2013, el dolor de
las grandes mayorías nacionales se sublimó en el compromiso de continuar
su legado, que tiene múltiples expresiones materiales y espirituales, que bien
pueden sintetizarse en La construcción del proyecto nacional que se
encuentra plasmado en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y en el Programa de la Patria, hoy transformado en el Segundo
Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación, tras una
segunda victoria electoral de este documento programático, esta vez bajo el
liderazgo del Presidente Nicolás Maduro, quien al momento de presentar su
postulación ante el Consejo Nacional Electoral, alegó: "Vengo hoy, con el
pueblo de Bolívar y de Chávez, a inscribir esta candidatura para defender los
logros conquistados en 14 años de Revolución Bolivariana y ratificar el
testamento político de nuestro comandante: el Programa de la Patria 2013-
2019 – 2019 – 2025.
DESARROLLO:
Se da inicio a la actividad dando a conocer las debidas
conceptualizaciones y referentes teóricos en función con los modelos
económicos mundiales y evolución del modelo económico venezolano.
Alcances de la nueva estructura socio territorial y sus ejes de desarrollo. En
este sentido, el desarrollo del proceso investigativo, se da a conocer de la
manera siguiente:
En este momento lo que en Venezuela se denomina como modelo
económico hace referencia a un conjunto de medidas que adoptó la
administración del presidente Chávez entre 1999 y 2012, pero con especial
énfasis desde 2007, cuando se estatizaron un conjunto de empresas. Ese
año resulta clave para comprender la reconfiguración de la economía
venezolana en la medida en que el gobierno optó de forma clara por
aumentar su papel no solamente como regulador de la actividad económica,
sino también como propietario de los medios de producción.
Esto significó una acentuación de las medidas que de forma gradual
había venido implementando desde 2003. Tras la derrota del paro petrolero
de finales de 2002 y comienzos de 2003, el gobierno acordó fortalecer el rol
del Estado en la distribución de alimentos mediante la creación de un masivo
y costoso programa que tuvo como pivote la red Mercal, la cual
posteriormente se extendió con el establecimiento de la filial de PDVSA
alimentos denominada PDVDAL.
A partir de allí, el gobierno da el salto hacia una economía con una
presencia determinante del Estado en áreas clave de la actividad económica.
No se trata de que antes el Estado no tuviese esa presencia, sino que desde
ese año la misma se expandió y fortaleció de forma visible y creciente. Con
ello quedaron atrás los enunciados de los distintos programas económicos
elaborados entre 1999 y 2002 donde se hablaba de la diversificación de la
economía, de una economía productiva con un importante papel por parte
del sector privado con miras a fortalecer la producción nacional y las
exportaciones. Igualmente, a partir de 2003, el Estado entraría en una fase
en la cual dejaba de un lado la preservación de los equilibrios económicos y
la sanidad de la política fiscal y monetaria para imprimirle un curso
peligrosamente expansivo a la política presupuestaria y su consiguiente
impresión de dinero para financiar el gasto, todo ello en un contexto de
controles de cambio y de precios. Fue tan así, que en el Plan de Desarrollo
Nacional 2001- 2007 se estableció como enunciado fundamental lo siguiente:
“El modelo planteado está vinculado con un sistema productivo diversificado,
competitivo, abierto hacia los mercados internacionales, basado en la
iniciativa privada y con presencia del Estado en industrias estratégicas, pero
con apertura a la inversión privada en el desarrollo aguas abajo del tejido
industrial; donde la productividad y eficiencia deben ser la base de la
rentabilidad empresarial” Elaborado durante el año 2000, ese plan no se
propuso un cambio sustantivo en las relaciones de producción, ni tampoco el
cuestionamiento del sistema económico basado en la propiedad privada ni
mucho menos la estatización de la economía.
Todo lo contrario, en un periodo de seis años (2001-2007), se
esperaba alcanzar una economía productiva, diversificada y abierta a la
economía mundial para crecer de forma estable. Según el plan: "En el lapso
2001-2007, se sentarán las bases de un modelo productivo capaz de generar
un crecimiento económico autosustentable. promover la diversificación
productiva y lograr la competitividad internacional en un contexto de
estabilidad macroeconómica, lo cual facilitará una profunda y diversa
reinserción en el comercio internacional globalizado". Conviene precisar que
en 2003 el gobierno dio un paso adelante en el control estatal de la
economía. Efectivamente, como parte de su victoria política al derrotar el
paro petrolero, a partir de febrero de 2003 se establecen sendos controles de
cambio y de precios con el objeto de detener el drenaje de las reservas
internacionales del Banco Central de Venezuela (BCV) y las expectativas de
devaluación. A partir de allí, se cierran importantes espacios para la actividad
económica privada y se avanza de forma importante en el establecimiento de
un esquema de control económico y político sobre el sector privado, para lo
cual resultaron ideales las restricciones cambiarías y las regulaciones de
precios. Mediante las primeras, se instauró un férreo sistema de acceso a las
divisas que, en una economía donde las empresas no generan moneda
extranjera, puso a depender el abastecimiento de materias primas, insumos y
pagos de sus compromisos externos, de decisiones unilaterales del
Gobierno. Ello es tan obvio, que a pesar de que las reservas internacionales
se recuperaron de forma importante desde 2005 hasta 2010, ha seguido
imperando el control de cambio.
Por su parte, con el control de precios el Estado pasó a incidir sobre el
crecimiento, expansión y viabilidad financiera de las empresas, toda vez que
afectaba la rentabilidad de las mismas. Sobre la base de lo adelantado en
materia de control sobre las actividades económicas privadas, a finales de
septiembre de 2007, el gobierno lanzó el Primer Plan Socialista de la Nación,
conocido como el “Proyecto Nacional Simón Bolívar", el cual se estructuró en
cinco ejes fundamentales: la nueva ética socialista, la suprema felicidad
social, la democracia protagónica y revolucionaria, el modelo productivo
socialista y la nueva geopolítica nacional. Usando la fraseología marxista-
leninista, ya común en los documentos oficiales a partir de 2007, lo relativo al
modelo productivo socialista se enuncia de la siguiente manera: “Con el fin
de lograr trabajo con significado, se buscará la eliminación de su división
social, de su estructura jerárquica y de la disyuntiva entre la satisfacción de
las necesidades humanas y la producción de riqueza subordinada a la
reproducción del capital”. De esta manera, entre los objetivos fundamentales
de ese modelo estaban la eliminación de la división social del trabajo y su
consustancial estructura jerárquica. A un nivel menos abstracto, ese
paradigma económico se encaminaría a la satisfacción de las necesidades
humanas antes que a la reproducción del capital. Es clara la vocación
estatista del modelo cuando se afirma que “El Estado conservará todas las
actividades que sean de valor estratégico para el desarrollo del país".
Un asunto no menor en este tipo de enunciado es el relativo a qué
entiende el gobierno por “actividades que sean de valor estratégico". Aunque
se abre espacio a la acción del sector privado, en realidad el énfasis
fundamental reside en la acentuación del papel del Estado en la economía,
tanto en su rol de productor como de regulador. Ello es así porque todo el
discurso del Primer Plan Socialista se conforma sobre la base de una
filosofía anti empresarial, acorde con la mejor tradición marxista-leninista. La
iniciativa privada es un acompañante inevitable del socialismo, un socio
incómodo, pero del cual no es fácil prescindir, ello porque aún con todo el
peso del Estado en la economía, inclusive en 2012, casi dos tercios de la
fuerza de trabajo laboraba en el sector privado. En ese plan se conservan el
anclaje del tipo de cambio y el consiguiente sesgo anti exportador que
tradicionalmente ha tenido la política económica en Venezuela, al afirmar que
la creación de oferta exportable no petrolera será posible solamente cuando
se hayan satisfecho las necesidades internas. Ese postulado liquida en los
hechos cualquier política de diversificación de las exportaciones porque
condena a los países a exportar exclusivamente los excedentes y ningún
país conquista mercados abasteciendo a sus clientes con lo que le sobra una
vez que ha consumido localmente.
La expresión política del Proyecto Nacional Simón Bolívar fue la
propuesta de reforma constitucional promovida desde mediados de 2007,
con la cual se procuró darle sustento legal e institucional al modelo
económico cuando ya Chávez había decidido instaurar un sistema socialista
en Venezuela. En particular, en el artículo 112 del citado proyecto se
planteaba que: “El Estado promoverá el desarrollo de un modelo económico
productivo, intermedio, diversificado e independiente, fundado en los valores
humanísticos de la cooperación y la preponderancia de los intereses
comunes sobre los individuales...", todo ello con el objeto de crear “las
mejores condiciones para la construcción de una economía socialista". Ese
cambio de modelo alteraría la estructura de la propiedad y eso fue lo que se
propuso el artículo 115 del citado proyecto donde se establecían distintas
modalidades de propiedad, a saber: la propiedad pública, perteneciente a los
entes del Estado, la propiedad social, que nominalmente reposaría en manos
del pueblo y la propiedad mixta conformada por el Estado en conjunción con
cualquier particular o entidad colectiva. En lo concerniente al manejo
macroeconómico, mediante el artículo 156, numeral 12, se pretendía
autorizar al Presidente de la República para “La regulación de la banca
central, del sistema monetario, del régimen cambiario, del sistema financiero
y del mercado de capitales; la emisión y acuñación de moneda" y en el
artículo 236, numeral 13, se incorporó que entre las atribuciones y
obligaciones del Presidente de la República la de “Administrar la Hacienda
Pública Nacional, así como el establecimiento y regulación de la política
monetaria’". Con el artículo 321 se le otorgaba al presidente de la República
la facultad de manejar las reservas internacionales. De esta manera, se
derogarían postulados básicos de buen manejo económico que habían sido
establecidos en la etapa pre-socialista de la revolución bolivariana y que
resultaban incompatibles con el nuevo ordenamiento que intenta consolidar
Hugo Chávez.
ALCANCES DE LA NUEVA ESTRUCTURA SOCIO TERRITORIAL Y SUS
EJES DE DESARROLLO
EL NUEVO PAPEL DE LOS TERRITORIOS
Las fuerzas contemporáneas de la globalización, la urbanización y la
modernización, subrayan nuevas aproximaciones a las dinámicas
territoriales, de notable interés para las políticas públicas y la sociedad civil.
Una idea central es que las acciones de los actores globales y locales se
entrelazan de múltiples formas en los territorios subnacionales para producir
resultados específicos, de modo tal que la heterogeneidad territorial sería el
producto de una compleja articulación entre diferentes sistemas de
producción que actúan a diferentes escalas, la multiplicidad de tiempos
espaciales y las rugosidades del espacio geográfico hacen que las
diferenciaciones territoriales siempre estén presentes como subespacios, de
estructuras y comportamientos particulares, insertos en una organización
más general, la multiplicidad de tiempos espaciales y las rugosidades del
espacio geográfico hacen que las diferenciaciones territoriales siempre estén
presentes como subespacios, de estructuras y comportamientos particulares,
insertos en una organización más general.
Las tendencias globalizadoras y descentralizadoras han dado paso,
pues, a una redefinición de las funciones territoriales y a nuevos enfoques
del desarrollo que intentan amortiguar los impactos globales y asegurar la
emergencia de las capacidades endógenas, con distintos grados de
certidumbre. El desarrollo local, por ejemplo, supone una estrategia de
carácter pluridimensional dinamizadora de los principales actores
socioeconómicos, políticos e institucionales, alrededor de un Proyecto
endógeno y descentralizado (Camargo, 2006) que, sin embargo, no disipa
las dudas acerca de las posibilidades de crecimiento endógeno en los
territorios más pobres, dadas las adversas condiciones acumuladas que
poseen para la reproducción de la inversión productiva.
Si bien los modelos de crecimiento endógeno reconocen la
competencia
imperfecta y las economías externas, que a la final podrían favorecer a las
regiones más aventajadas, implícitamente el objetivo continúa siendo
propiciar condiciones de crecimiento que lleven a la convergencia regional.
En este sentido, se ha señalado que el territorio puede alcanzar un nuevo
protagonismo, si se entiende como un conjunto de actores capaces de
construir la plataforma necesaria para desencadenar procesos de
crecimiento y acumulación. Por tanto, todo territorio estaría dotado de
potenciales variables, cuya especificidad puede jugar un rol significativo en
las políticas regionales, en la medida en que se aleje de una visión localista
del desarrollo.
BASES GEOHISTORICAS DEL MODELO TERRITORIAL VENEZOLANO.
Los elementos causales de la actual distribución de la población y de
los recursos económicos en el territorio venezolano se hallan en los
acontecimientos históricos que han sucedido en cada una de las diferentes
etapas por las cuales ha transitado el país.
Las relaciones de producción, las formas productivas y la organización
socio-política de los pobladores originarios, contribuyeron significativamente
a
determinar las matrices territoriales del actual poblamiento venezolano, al
igual que sucediera, por ejemplo, en los territorios vecinos de Ecuador y
Colombia. Las formaciones sociales indígenas que habían alcanzado un
desarrollo técnico-económico y social más complejo, a su vez las de mayores
tamaños demográficos, se localizaron en el arco costero montañoso del país
(cordillera andina, sierras y colinas centro-occidentales y tramo central de la
cordillera de la costa). En esta región, la organización de la actividad agrícola
y la tecnología de aprovechamiento de los recursos naturales, pudieron
garantizar en algunos pueblos un relativamente alto volumen de excedentes,
base fundamental del intercambio comercial. Estas comunidades
desarrollaron ciertos mecanismos de control territorial que llegaron a rebasar
el estrecho marco de las aldeas y configurar estructuras sociopolíticas de
mayor alcance territorial.
Por consiguiente, la colonización española no se llevó a cabo en un
territorio virgen, sino ya dividido en siete regiones geo culturales
diferenciadas por el grado de desarrollo de sus fuerzas productivas: centro-
costera, nor-este,
andina, nor-oeste, cuenca del lago de Maracaibo, llanos altos occidentales y
Guayana-Amazonas, cuya validez fue empíricamente reconocida por el
régimen colonial en el siglo XVI. Las cuatro primeras regiones son las que
conforman el arco costero-montañoso, donde se encontraban las tierras más
fértiles y adecuadas para la agricultura, y por ello, constituyeron el asiento de
las poblaciones indígenas más numerosas y con niveles técnicos más
complejos.
En el arco costero montañoso, el dominio colonial reforzó especial y
espacialmente la región centro-norte-costera (CNC) con el desarrollo de la
economía de agroexportación en el siglo XVIII. Allí se conjugaron el asiento
del poder colonial (Caracas), las tierras fértiles de los valles centrales, un
cultivo de apreciable demanda en Europa (cacao) y los principales puertos
marítimos de la provincia.
En las tierras del centro-norte-costero, el poblamiento alcanzó la
mayor cifra del territorio, aproximadamente 90 mil habitantes en 1810. La
región se
centraliza debido al desarrollo de las relaciones entre economía de
plantación, accesibilidad a los principales puertos marítimos (La Guaira y
Puerto Cabello) y la capitalidad de Caracas, que se había afianzado con la
creación de la Real Audiencia de Caracas, el Real Consulado y el
Arzobispado, entre 1786 y 1803. Hacia el oeste, en las tierras altas andinas,
la abundante población indígena, la fertilidad de sus valles y la benignidad
del clima, posibilitaron el desarrollo de cultivos mediterráneos e indígenas y
la consolidación de una red de pequeños centros poblados.
La Guerra de Independencia que se desencadena durante la segunda
década del siglo XIX y la Guerra Federal, de mediados de siglo,
desarticularon la economía de plantación del centro y la economía de hatos
de los llanos. Habría que esperar hasta el último cuarto del siglo, cuando la
demanda mundial de café viene a revalorizar las tierras andinas y la
cordillera se convierte en la principal productora nacional del grano y el
principal polo demográfico de la nación, vinculado al mercado internacional a
través del puerto de Maracaibo. Las haciendas del centro-norte y los hatos
llaneros también se recuperan durante ese período. A comienzos del siglo
XX
se encuentran consolidados los principales patrones de ocupación territorial
del país, sustentados en tres sistemas de producción agrícola diferenciados:
el patrón urbano-concentrado de los valles del centro-norte, articulado a la
economía de haciendas de plantación y orientado a la exportación; el patrón
rural-disperso de los llanos basado en la producción de carne y cuero de los
hatos, comercializados en el mercado urbano del centro-norte; y el patrón
urbano-disperso de la región andina y el macizo montañoso-oriental,
articulado a predios familiares mercantiles de cultivos de exportación.
Durante la década de los años treinta, Venezuela confronta la
superposición de dos tiempos económicos: uno, marcado por la declinación
de la economía agro-exportadora y, otro, signado por la irrupción de la
economía petrolera. El impacto petrolero inicia la verdadera integración del
mercado interno, acelera el éxodo rural hacia las áreas petroleras de oriente
y occidente y favorece ampliamente el sector público, especialmente en el
centro-norte del país. Los efectos de la abundancia de divisas se hacen
sentir con mayor intensidad desde mediados de siglo con la política de
sustitución de importaciones y los equipamientos del territorio. La red
nacional de carreteras, el desarrollo capitalista de la agricultura, la
industrialización, el fortalecimiento del sistema de ciudades y la ampliación
de los cinturones periurbanos de pobreza, se cuentan entre las principales
transformaciones socio territoriales del país. Aunque la región seguía
concentrando las mayores inversiones de la renta petrolera en
infraestructura, equipamiento y servicios, los centros urbanos del centro-
occidente y algunos del oriente también ganaron importancia. Se había
generado, entonces, un patrón urbano-concentrado con una dominante: las
áreas metropolitanas del centro-norte, y otras aglomeraciones de menor
orden demográfico en la periferia.
Se constata así, que el entramado de fuerzas y factores internos y
externos se combinan en cada tiempo para reforzar el legado histórico o dar
formas a nuevos modelos territoriales. Esta dinámica geoeconómica en la
historia de Venezuela, es la que determina que hoy la región centro-norte-
costera sea la que capitaliza la mayor concentración demográfica, económica
y de intercambios. Es allí donde las áreas metropolitanas conforman un
corredor urbano de dimensiones megalopolitanas liderado por la capital
nacional, Caracas.
PRIMEROS INTENTOS DE REORDENAR EL TERRITORIO.
Varios han sido los imaginarios de una nueva territorialidad nacional.
Desde la geografía de Codazzi en 1841, hasta la idea planteada por Uslar
Pietri, en 1945, de equilibrar las Tres Venezuela (Costa-montaña, Llanos,
Guayana). Pero es sólo durante la década de los años sesenta cuando
comienzan los estudios sobre polos de crecimiento, ejes de desarrollo y
zonas de desarrollo integrado, bajo la influencia de la escuela de economía
regional,
particularmente francesa. A raíz de la fundación del Ministerio del Ambiente y
de los Recursos Naturales Renovables en 1977, empieza a elaborarse un
proyecto que, sin ser aprobado por el Ejecutivo Nacional, sirvió de macro-
referencia para los planes regionales de ordenación. Sin embargo, a inicios
de los años noventa, la idea de que el Estado regulase la localización de la
población, la producción, la infraestructura y los equipamientos, fue
cuestionada fuertemente por el pensamiento neoliberal que se instaura en la
esfera del poder.
Una concepción voluntarista y especialista de la ordenación territorial,
la escasa precisión en el manejo conceptual de los desequilibrios territoriales
y una especie de fobia hacia las grandes ciudades, debido a las
deseconomías
en algunas de ellas, son cuestionadas por las concepciones de libre
mercado, privatización de empresas públicas y apertura a las inversiones
externas. Finalmente, el plan nacional es revisado, adecuado, sometido a un
intenso proceso de consulta pública y, finalmente, aprobado en 1998. El país
debía, entonces, encaminarse hacia un modelo de desarrollo orientado hacia
la globalización, utilizando sus ventajas comparativas y competitivas y
manteniendo los principios de sustentabilidad y equidad. De este modo, el
espacio nacional quedaba organizado en cinco ámbitos de ordenación:
-El espacio marino-costero, con las siguientes prioridades: soberanía
nacional, investigación científica y aprovechamiento sostenible de los
recursos del mar.
-Espacio centro-norte-costero, donde se priorizan economías de
aglomeración, reducción de deseconomías, saneamiento ambiental, servicios
públicos y competitividad internacional.
-El espacio de la faja intermedia, donde cobran importancia los Andes, los
Llanos y el Oriente del país, para la creación de las condiciones necesarias
para las inversiones nacionales e internacionales.
-El espacio de Guayana, al sur del río Orinoco, cuyo aprovechamiento
hidráulico, minero, forestal y agropecuario estaría sujeto a las investigaciones
ambientales y a la disponibilidad de tecnologías ecológicas.
-El espacio aéreo, al cual se le reservó el sistema aéreo-comercial nacional,
el resguardo de la soberanía y la conservación del ambiente atmosférico.
Respecto a las ideas precedentes que se tenían sobre la ordenación
del territorio, el plan de 1998 redujo considerablemente la visión ecologista
del uso de la tierra, la fobia hacia las grandes urbes del centro-norte y los
controles ambientales anti-mercado, favoreciendo la inversión extrajera y la
liberación de la economía.
Desde sus inicios, probablemente el proceso más consistente ha sido
la ordenación del territorio, el cual como una parte sustantiva de la misma es
probablemente la de mayor relevancia y trascendencia al pretender regular
los procesos de desarrollo nacional, dotándolos de la necesaria
sustentabilidad.
A partir de la entrada en vigencia de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (2000), la ordenación del territorio se convirtió en
uno de los ámbitos de la gestión pública que ha recibido mayor atención,
como objeto de modificación de la norma general que lo regula, en principio,
para dar cumplimiento al mandato constitucional contenido en el artículo 128.
Hasta la fecha Cinco proyectos de modificación de la ordenación del
territorio se han conocido, sin que alguno llegara a entrar en vigencia. La
óptica con la que se han asumido estos proyectos ha variado, dependiendo
de coyunturas políticas y ha estado signada, probablemente, por un interés
que va más allá de la regulación de la ocupación del territorio, como parte del
proceso de desarrollo nacional, para abarcar la pretensión de control político
del territorio por parte del gobierno, a través de novedosas instituciones de
gestión territorial cuyo propósito dista de la naturaleza de la ordenación del
territorio.
CIERRE:
-Una vez concluido el proceso investigativo se les dio las gracias a las
personas que fueron oyentes de la exposición en torno a la temática
planteada en correspondiente a modelos económicos mundiales y evolución
del modelo económico venezolano. Alcances de la nueva estructura socio
territorial y sus ejes de desarrollo.
-Lluvias de ideas en torno al tema.
RECURSOS DIDÁCTICOS:
-Material informativo. Videos y cortometrajes relacionados con los modelos
económicos mundiales y evolución del modelo económico venezolano.
Alcances de la nueva estructura socio territorial y sus ejes de desarrollo.
-Material ilustrativo. Libros, revistas, guías informativas relacionados con
los modelos económicos mundiales y evolución del modelo económico
venezolano. Alcances de la nueva estructura socio territorial y sus ejes de
desarrollo.