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Existencia y Acción Del Demonio

Este documento discute la distinción entre enfermedad mental y posesión demoníaca, argumentando que ambas pueden coexistir. Propone un enfoque interdisciplinario que involucre a psiquiatras, psicólogos y sacerdotes para discernir entre causas naturales y sobrenaturales, y ayudar a quienes sufren. También destaca la importancia de la oración y la formación continua para quienes colaboran en esta labor pastoral.

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Existencia y Acción Del Demonio

Este documento discute la distinción entre enfermedad mental y posesión demoníaca, argumentando que ambas pueden coexistir. Propone un enfoque interdisciplinario que involucre a psiquiatras, psicólogos y sacerdotes para discernir entre causas naturales y sobrenaturales, y ayudar a quienes sufren. También destaca la importancia de la oración y la formación continua para quienes colaboran en esta labor pastoral.

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¿Enfermedad mental o demoníaca?

La existencia y las acciones del Demonio 1

Dr. Héctor de Ezcurra2

“Dios creó al hombre para que fuera incorruptible y lo hizo a imagen de su propia naturaleza,
pero por la envidia del demonio entró la muerte en el mundo,
y los que pertenecen a él tienen que padecerla.” (Sb. 2, 23-24)

“Dios dispone, todas las cosas para el bien de los que lo aman” (Rm. 8, 28)

“La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere fecunda.
Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña.” (Evangelii Gaudium 24)

INTRODUCCIÓN

Con respecto a la existencia de personas que son afectadas de manera particular por el demonio, la
Iglesia tuvo siempre en claro, la necesidad de distinguir lo que es natural de lo que viene del demonio, por
ende “más allá de lo natural” (preternatural). Así lo demuestra el Ritual Romano de 1614:
“Antes que nada, que el exorcista no crea fácilmente que alguien está poseído por el demonio. Para
este propósito, que esté bien en conocimiento de aquellos síntomas por los cuales se distingue un poseso de
aquellos que son afectados por alguna enfermedad, sobre todo psíquica.”

Desde antes de la existencia de la Iglesia, durante los primeros 1700 años de la misma, y hasta hace
unos 300 años, nadie ponía en duda la existencia del demonio y de su acción, y por ende tampoco la
necesidad de que hiciera falta realizar exorcismos. El racionalismo, el materialismo, etc., han colaborado
para crear un verdadero “tabú” con respecto a la existencia del demonio y su acción, por lo que los
afectados fueron simplemente considerados enfermos y dejados en manos de los médicos. Sin embargo, a
poco de empezar su papado, el Papa Francisco nos recordaba que esto es un error:
“Hay sacerdotes que cuando leen este pasaje, –Lc. 11, 14-26, Jesús expulsa un demonio – y
otros pasajes del Evangelio, dicen: « Jesús curó una persona de una enfermedad psíquica». Es cierto
que en aquel tiempo se podía confundir una epilepsia con la posesión del demonio pero también es
verdad que estaba el demonio. Y nosotros no tenemos el derecho de simplificar tanto la cosa, como
para decir: «Todos estos no eran endemoniados: eran enfermos psíquicos»”.
(Domus Sanctae Marthae, 11/10/13)

Para colaborar en el discernimiento entre una afección extraordinaria del demonio y una
enfermedad psíquica, se hace necesaria una aproximación interdisciplinaria.
El psiquiatra o psicólogo que colabora en esta tarea, debe poder basarse en ciencias humanas, pero
será necesario también que tenga una adecuada comprensión de la dinámica espiritual (nociones mínimas
de demonología y exorcística). Caso contrario, puede quedar limitado a un campo científico con una visión
racionalista, materialista o cientificista, que dejará de lado lo que no puede medir y comprobar por métodos
científico-naturales, por lo que no podrá entender la acción del demonio, y mucho menos colaborar en su
discernimiento. Sin estas nociones mencionadas, involuntariamente estará sosteniendo así el tabú creado
con respecto al demonio, y favorecerá que quienes estén afectados, al ver que no son entendidos ni

1
Versión noviembre 2018.
2
Médico, Especialista en Psicología Médica, Especialista en Psiquiatría, Psicoterapeuta.

1
ayudados, busquen ayuda en otros credos religiosos, en magos, curanderos, umbandistas, videntes,
médiums o en simples estafadores, lo que siempre complica la situación. Acercarse con un enfoque
racionalista o cientificista a esta pastoral sería como mandar una hostia consagrada a un laboratorio para
evaluar si Jesús está presente en ella, por medio de análisis químicos, cosa que siempre quedará fuera de su
alcance.
Por otro lado, el sacerdote o religioso que a todo (incluyendo una psicopatología) le atribuye una
causa demoníaca (preternaturalismo, espiritualismo), al negarse al trabajo interdisciplinario y a la existencia
de trastornos psíquicos naturales, se arriesga a cometer gruesos errores en el discernimiento y,
eventualmente, a agravar una patología mental que necesita tratamiento.
Jesús expulsó demonios y mandó a su Iglesia continuar haciéndolo. Es por esta extensa experiencia
de 20 siglos que la Iglesia tiene en este campo, que ella tiene sus normas, a las que vale la pena respetar.
Entre otros argumentos, el P. Raffaelle Talmelli (exorcista y psiquiatra), nos advierte: “Un abuso del
exorcismo, sin aplicar los criterios de la Iglesia, puede estructurar un delirio y de esa forma hacerlo
verdaderamente incurable; así también una demonización directa de actitudes humanas ligadas a la
enfermedad desresponsabiliza al individuo, el cual entonces, ni se cura ni se domina”.

Hay que tener en cuenta que, si bien es legítimo tratar de discriminar Enfermedad Psíquica de Acción
Extraordinaria del Demonio, debemos recordar que no hay nada que impida la comorbilidad (la existencia
de formas mixtas, donde coexisten ambas situaciones: la psicopatología y la acción extraordinaria del
demonio). Es más, siendo las personas una unión sustancial mente-cuerpo-espíritu, sería raro que algo
impacte tan severamente a nivel espiritual, sin que haya la menor repercusión emocional o física, por lo que
las formas mixtas son más la norma que la excepción. Esto tampoco significa que los rasgos de personalidad
o trastornos que puedan tener las personas sean la causa de las manifestaciones demoníacas.

Por todo esto, no ha perdido vigencia la regla que proponía el P. Adolphe Tanquerey, allá por 1927:
“Para seguir una recta vía, la regla a seguir es esta: no aceptar como fenómeno diabólico sino
aquellos que, o por el carácter extraordinario o por un complejo de circunstancias, demuestran la acción del
espíritu maligno”, (carácter extraordinario y complejos de circunstancias que veremos más adelante).
Por otro lado tampoco tiene por qué haber una oposición entre psiquiatras y exorcistas. Ambos
tienen un objetivo común: la recuperación en plenitud, de la salud física, psíquica y espiritual de la persona.
Una rivalidad innecesaria y maliciosa entre Psiquiatras y Exorcistas, entre Medicina y Plegaria de Sanación
o de Liberación sólo puede traer enormes daños a la salud y a la fe. No debería haber ningún motivo de
conflicto real entre los criterios diagnósticos del DSM V y los criterios que indica la Iglesia.

El rol del profesional de la Salud Mental


¿Qué hace en esta pastoral?
• El Psiquiatra colabora con el discernimiento, informando:
o presencia o no de problemas de salud mental y su eventual diagnóstico.
o si hay explicación natural o no, para lo que observa.
• El Psicólogo colabora con el discernimiento, informando:
o características de la personalidad o diagnóstico de personalidad.
o si hay explicación natural o no para lo que observa.
• Los profesionales de Salud Mental no opinan sobre si está afectado o no por la Acción Extraordinaria
del Demonio. El discernimiento está siempre sólo en manos del exorcista, para lo cual se sirve,
principalmente, de su oración3. (Sólo él, basado en la Certeza Moral que logre en cada caso,
considerará oportuno realizar un exorcismo o no. Recordemos que la Certeza Moral no es lo mismo
que Certeza Absoluta. Si pudiéramos hacer una analogía, poniéndole una cifra de probabilidad a
cada una, a la Certeza Absoluta le correspondería un 100% de probabilidad, mientras que para

3
Así lo enseñan exorcistas reconocidos como el P. Gabriele Amorth, el P. Cipriano De Meo o el P. René Chennesseau.

2
alcanzar la Certeza Moral alcanza con que haya ≥ 51% de probabilidades de que se trate de una
acción extraordinaria demoníaca para proceder a un exorcismo.)

• Los informes se escriben y se archivan. (Se evita así una “erosión de la memoria”, que al demonio
tanto le convendría.)
• Cuando el profesional de Salud Mental integra el equipo, se agiliza el discernimiento.

Requerimientos
• Formación técnica continua (jornadas de formación, cursos, congresos, bibliografía específica, etc.);
(“Dios capacita a los que llama.”)
• Asiduidad en la oración, el ayuno, los sacramentos y la Palabra.
• Invocación y pedido ferviente al Espíritu Santo del don del discernimiento.

El Miedo
Es un asunto que inhibe a no pocos profesionales de la salud mental (tanto como a otros laicos y
sacerdotes), aún quizás interesados en el tema y con ganas de colaborar.
Ante esto, es útil recordar las palabras del Papa Pablo VI: “Todo aquello que nos defiende del pecado
nos ampara por ello mismo del invisible enemigo. La gracia es la defensa decisiva. La inocencia asume un
aspecto de fortaleza”.
Como explica el P. Raniero Cantalamessa, en el episodio de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, el
espíritu inmundo que poseía al joven, fue obligado a manifestarse por la santidad de Jesús, que le resultaba
insoportable: “El cristiano que vive en gracia y es templo del Espíritu Santo, lleva en sí mismo un poco de esta
santidad de Cristo y es precisamente ella la que opera, en los ambientes en los cuales vive, un silencioso y
eficaz exorcismo”4. Podemos agregar: más aún si la persona suma además otras prácticas de fe con potente
valor exorcístico: el rezo del Padrenuestro, la Reconciliación y Eucaristía frecuentes, la Adoración del
Santísimo y el rezo del Santo Rosario.

La mejor protección contra el demonio es la inocencia y la comunión con la Iglesia.

4
“Un exorcismo silencioso y eficaz”, Aleteia, 13 de septiembre de 2016.

3
LA ACCIÓN DEL DEMONIO

Objeto Origen Tipo de Acción Impacta sobre Tipo de acción

Ordinaria
Desde afuera
(cotidiana)
del cuerpo de Alma TENTACIÓN
(El demonio sólo
la persona
induce el mal)
Personas Cuerpo VEJACIÓN
ACCIONES DEL DEMONIO


Mente OBSESIÓN

Desde adentro POSESIÓN


del cuerpo Extraordinaria Mente y cuerpo
de la persona (infrecuente) (y SUJECIÓN)
(El demonio
directamente Lugares, cosas,
hace el mal) (casas, autos,
Lugares y
Desde el aparatos
cosas INFESTACIÓN
ambiente eléctricos y

electrónicos),
animales


Acción ordinaria: Tentación (induce el mal, intentando inclinar la voluntad del hombre a su voluntad,
por medio de: los sentidos, la memoria, la imaginación, la autoestima, situaciones, encuentros, y
sueños).
 Acción extraordinaria (hace el mal, poco frecuente):
“Particular intervención del demonio sobre la materia.”
Formas de Acción Extraordinaria (A. I. E.), (pueden entretejerse o sumarse):
▪ Sobre lugares, casas, vehículos, objetos y animales:
1) Infestación local
▪ Sobre personas:
▪ 2) Vejación (también llamada “opresión exterior”)
▪ 3) Obsesión (también llamada “vejación mental” u
“opresión interior”).
▪ 4) Posesión (incluye Sujeción)

Acción Ordinaria: Tentación


A primera impresión, parecería que de todas las acciones demoníacas, esta fuera la menos grave. Sin
embargo, los delitos, los homicidios, las deportaciones, la corrupción, los exterminios, el aborto, los gulags,
las persecuciones, el racismo, los totalitarismos, la eutanasia, la explotación, la trata de personas, el
comercio de órganos, el tráfico de drogas, etc., etc., etc., y todo aquello que nos pone en riesgo de no
alcanzar la vida eterna, son usualmente el nefasto resultado de la interacción de la universal concupiscencia

4
humana con la cotidiana tentación del demonio. La acción extraordinaria se da en una ínfima proporción de
los fieles, mientras que la tentación es universal y cotidiana.
Por eso, la versión italiana del Rito de Exorcismos, nos advierte: “Sería, por lo tanto, de tontos,
prestarle mucha atención a la eventual presencia del Maligno en algunos fenómenos extraordinarios y no
preocuparse para nada de la realidad cotidiana de la tentación y del pecado, en los cuales, satanás,
«homicida desde el principio» y «padre de la mentira» (Jn. 8, 44), está seguramente trabajando” (Rito de los
Exorcismos, CEI, 2001).

Acción Extraordinaria del demonio


Otros términos que se usan (aunque conviene siempre ajustarse a la nomenclatura de la Asociación
Internacional de Exorcistas, para poder tener siempre la posibilidad de comunicarnos con un lenguaje
común):
• Opresión: sería equivalente a obsesión (“opresión interior”) o vejación (“opresión exterior”). A veces
se evita usar la palabra “obsesión” para no confundir con la obsesión de causas psíquica (como las
de la Neurosis Obsesiva o del Trastorno Obsesivo Compulsivo).
• Afectación o afección: es un término genérico, que presupone alguna acción extraordinaria, pero sin
detallar de qué tipo. El término es útil cuando se presupone alguna forma de acción extraordinaria,
pero todavía no se puede definir de qué tipo.
• Hostigamiento: es el ataque insistente del demonio sobre una persona: “Fulano estuvo muy
hostigado estos días de Semana Santa”.
• Atormentado: es otra forma de llamar a la persona afectada. Algunos buscan evitar el uso de la
palabra “paciente” para que no se confunda con una enfermedad mental o física.

Causas de la Acción Extraordinaria del Demonio (P. F. Bamonte)


1. Por culpa propia (superstición y ocultismo):
• Participar en sesiones de espiritismo.
• Frecuentar o ejercer como médiums, magos o cartomantes.
• Usar amuletos y talismanes, especialmente si fueron dados por magos que los expusieron a ritos de
invocación de espíritus.
• Practicar Meditación Trascendental, Reiki, aperturas de chakras, terapias alternativas New Age.
• Regular la propia actividad con el péndulo (Radioestesia).
• Usar la “pirámide acumuladora de energía”.
• Haber traído de África, Sudamérica o Asia, objetos de la magia local, comprados como souvenirs.
• Haber asistido a ritos de Vudú, Macumba, Candomblé, Santería, Umbanda, Quimbanda, etc.
• Haber formado parte de sectas o grupos que desarrollaban ritos esotéricos u ocultistas.
• Haber formado parte de sectas satánicas, haber participado en ritos satánicos, como pactos, misas
negras, homicidios rituales, profanaciones de la Eucaristía.
• Haber escuchado, por largos períodos, música con mensajes satánicos, que invitan al culto de
Satanás, a la violencia, a la necrofilia, a la blasfemia, al homicidio, al suicidio.
• Aumenta la vulnerabilidad si se sumó a lo anterior dependencias alienantes al alcohol, drogas,
depravaciones sexuales, y blasfemias.

2. Porque alguien operó contra otro un rito maléfico


• Maleficios, ya sea desde el vientre materno como de otro momento de su vida.
• Un tercero lo hizo objeto de ritos satánicos.
• Maldiciones (especialmente si es un pariente sanguíneo).
• “Herencia” de un demonio al cual estaban sometidos antepasados que practicaban magia,
satanismo o esoterismo.

5
3. Por especial vocación del ofrecimiento a Dios del propio sufrimiento
Personas que viven una santidad auténtica, contra las cuales el demonio se enardece
particularmente, y que por misteriosa permisión divina, por un tiempo le genera alguna forma de acción
extraordinaria (Anneliese Michel, Sta. Gemma Galgani, San Pío de Pietrelcina).

1) Infestación local
Acción del demonio sobre la naturaleza inanimada, (y a veces también sobre animales) para dañar
indirectamente al hombre.
Signos5:
• Ruidos o golpes en el techo, en el piso, las paredes, las puertas, las ventanas o los muebles.
• Granizada de piedras que caen sobre el techo de la nada.
• Ruido de pasos invisibles.
• Explosiones como de petardos, rugidos.
• Vibraciones como de terremoto, circunscriptas a una casa.
• Fuerte estrépito de cadenas de hierro.
• Voces misteriosas, o bien gritos, carcajadas, estrépitos.
• Timbres invisibles que suenan.
• Sonidos y cantos extrañísimos.
• Desaparición de objetos, que nunca se encuentran o que se encuentran en los puntos menos
pensados de la casa.
• Intensa presencia de polvos, de los cuales no se entiende la proveniencia.
• Repentinos e intensísimos olores a quemado, a heces, a azufre, a carne putrefacta o a incienso.
• Repentinos soplos de aire, en ambientes sin corrientes de aire, con inexplicable extinción de velas.
• Puertas y ventanas que se abren y se vuelven a cerrar.
• Vidrios de ventanas que se destrozan, a veces simultáneamente.
• Platos, vasos y botellas que se destrozan dentro del aparador.
• Cortes de luz sin ninguna falla de la instalación eléctrica, fallas inexplicables en los
electrodomésticos, encendido y apagado de lámparas, de timbres, de juguetes a pilas, sin que se
toquen los interruptores.
• Cuadros que caen de las paredes sin motivos comprensibles.
• Ropa, sábanas, colchas que levitan en el aire.
• Muebles, sillas, mesas, que levitan por la casa o se derriban.
• Lámparas que oscilan, sin haber corrientes de aire o vibraciones.
• Manchas misteriosas sobre las paredes o pisos o sobre todos los tejidos de la casa.
• Repentina aparición y desaparición de niebla, humo o llamas.
• Rápido y repentino aumento o disminución de la temperatura de un ambiente.
• Invasión inexplicable de insectos o pequeños animales, de los cuales no se puede liberar.
• Aparición repentina de cuervos, murciélagos, reptiles, búhos, sapos, gatos o perros y desaparición en
la nada al poco tiempo.
• Apariciones variadas de sombras, de personas o de seres monstruosos.
• Repentino terror y fuga de animales domésticos, sin que pueda encontrarse nada que pueda haber
provocado dicha reacción. Perros que ladran hacia un determinado punto, como si percibieran algo
en ese lugar, o que lloran toda la noche.
• Canillas que manan sangre, en vez de agua.
• Hojas de papel que se llenan de palabras escritas por una mano invisible que mueve la lapicera:
usualmente noticias conocidas sólo por la familia, o amenazas de muerte (a veces escritas con
sangre), mientras aparecen al mismo tiempo, sobre la mesa o el piso, objetos de varios tipos:

5
De “Possessioni diaboliche ed esorcismo”, del P. Francesco Bamonte, con agregados de nuestra propia experiencia.

6
piedras, madera, cruces, pedazos de hierro, libros quemados, anillos, frutas exóticas, amuletos y
talismanes con aleaciones extrañas, o mientras sillas u otros objetos son lanzados con violencia por
la habitación, como signo concreto de amenaza para los habitantes.
• Habitaciones donde el bebé llora y no duerme en toda la noche, cuando duerme normalmente en
cualquier otra habitación. Niños pequeños que miran un punto fijo e intentan comunicarse, como si
hubiera alguien en ese lugar. Niños más grandes que hablan de “ese señor que está ahí”, o “ese
chico que viene siempre”.
• Quienes entran a la casa pueden describir un clima “pesado”, “denso”. En la casa hay tensiones
inexplicables, se generan frecuentes peleas y conflictos injustificados entre los que están allí, a veces
a una hora determinada.
• Mientras duermen, las personas son despertadas por sentir que son tocadas, pellizcadas, o
empujadas.
• Imágenes religiosas, cruces, etc. que aparecen rotas por la mañana, cuando a la noche estaban en
perfecto estado.

Discernimiento: Es muy importante tener en cuenta este concepto: “Todo lo que está más allá de las
leyes naturales, si no proviene de Dios, proviene del demonio. No existen estados intermedios”. Debemos
evitar la palabra “paranormal”, ya que alude a las ideas de una seudociencia, la Parapsicología, que intenta
explicar en términos naturales (como si algunas personas tuvieran naturalmente esas capacidades), los
fenómenos que la Iglesia considera preternaturales. Los exorcistas consideran que lo que no natural sólo
puede ser sobrenatural (“por encima de lo natural”: profecías, milagros de Jesús, carismas de los santos,
locuciones o visiones, etc.) o preternaturales (“más allá de lo natural”: prodigios de la acción angélica o
demoníaca). Todo el discernimiento de la A. E. D. se basa en definir si algo es natural o no. En este último
caso, de acuerdo al contexto, los contenidos y los frutos, se discernirá si es sobrenatural o preternatural.
Vale la pena en esforzarse en distinguir claramente estas diversas situaciones, para favorecer grandes
equívocos y graves consecuencias.
Con respecto a la infestación local, hay que averiguar si hubo un hecho particular después del cual
empezaron los fenómenos: maleficios contra ese lugar, sesiones de espiritismo, ritos mágicos, crímenes
brutales, suicidios o abortos, ritos demoníacos, actos sacrílegos o profanaciones, lugar de encuentro de
organizaciones criminales, o presencia de un objeto maleficiado. Una vez realizado el exorcismo de la casa (y
si es necesario, incluso celebrar una misa), desaparecen todos los signos.

2) Vejación
Agresiones físicas sufridas por una persona, por parte de demonios: cortes, quemaduras, rasguños,
picaduras, mordeduras, bastonazos, golpes que dejan moretones, tumefacciones, llagas sangrantes y
fracturas óseas. A veces aparecen a la vista de terceros. A veces incisiones en la piel, con letras o palabras, o
signos que duran un tiempo y luego desaparecen. Algunos santos han sido blanco de piedrazos, estiércol y
heces (provenientes de la nada), arrojados al suelo de sus camas o de una escalera, abatidos al piso, contra
paredes, arrastrados de los pelos por manos invisibles o transportados a gran distancia del lugar donde se
encontraban. Otros han sufrido agresiones disfrazadas de enfermedades, que a veces aparecen y
desaparecen repentinamente, sin un diagnóstico claro. Otras vejaciones puede darse a nivel laboral,
afectivo, vincular, familiar, económico o moral (Ejemplos: Lc. 13, 11: “Había allí una mujer poseída de un
espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía
enderezarse de ninguna manera”, también Job, Tobias, S. Pablo, S. Pio de Pietrelcina, Madre Esperanza, etc.).
Discernimiento: Como en el caso anterior, hay que averiguar si el inicio del fenómeno está
conectado con algún hecho particular (como los mencionados para la infestación local), después del cual
comenzaron, especialmente si se asocia con aversión a lo sagrado y a la oración, y a una seguidilla
inexplicable de desgracias, fracasos y enfermedades.

7
3) Obsesión (también llamada “Vejación demoníaca mental”)
Agresión del demonio en la cual (sin bloquear la facultad intelectiva ni la libre voluntad), logra
comunicar a la mente (imaginación y memoria) pensamientos o imágenes intrusivas (obsesivas), a veces
racionalmente absurdas, pero tales que la víctima no está en grado de rechazar, y que puede empezar a
confundir como propias. Pueden llegar a dominar la mente de la persona, como fuertísimas y prolongadas
tentaciones, especialmente contra Dios y la religión. (Por ejemplo: San Giovanni Calabria.)
Otras veces es una voz interior que le habla constantemente, en los momentos más inoportunos,
que busca enloquecerlo, o sentimientos intensos que invaden y perturban, especialmente en momentos de
oración. Difícil diagnóstico diferencial con trastornos psicopatológicos.

4) Posesión

Signos tradicionales de posesión diabólica


El mismo Ritual Romano ya los menciona:
1. Hablar una lengua desconocida, (utilizando muchas palabras), o entender a quien la habla
(Xenoglosia o Glossolalia).
2. Revelación de cosas lejanas y ocultas, inexplicable por métodos naturales (Clarividencia).
(Ej. evangélico: «¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo?», Mc. 5, 7. «¿Qué quieres de
nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de
Dios», Mc. 1, 24.)
3. Prueba de una fuerza notablemente superior a las fuerzas naturales de la persona (Titanismo). (Ej.
evangélico: “El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas
veces lo habían atado con grillos y cadenas pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y
nadie podía dominarlo”, Mc. 5, 3-4).

Todo lo anterior, en combinación con (el que quizás sea el signo más importante):

4. La aversión a lo sagrado, que debe ser profunda, maligna, llena de odio y orgullo. No son ideas o
argumentos intelectuales, sino el despertar de una furia destructiva, blasfema, ofensiva y pasional.
Es particularmente un signo de certeza cuando la persona no sabe que está siendo expuesta a algo
sagrado (agua o estampa benditas vs. otras sin bendecir, hostia consagrada en comparación con
hostia sin consagrar, oración falsa versus oración real, comida o ropa bendecida vs. sin bendecir, o le
rezan un exorcismo mentalmente, sin que lo sepa). (Ejemplo evangélico: “En cuanto vio a Jesús, el
espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la
boca”, Mc. 9, 20.)

Indicios sospechosos de Acc. Extr. del Demonio


El P. Gabriele Amorth, recomienda prestarle particular atención a las siguientes pistas:
• Opinión de los médicos, Historia Clínica con diagnósticos demasiado genéricos y efectos paradojales
de los fármacos.
• Aversión a lo sagrado.
• Trastornos extraños (voces, sensaciones físicas particulares, sentirse tocado, etc.)
• Eventos extraños en la casa.
• Evento particular precedió la aparición de los fenómenos.

Definición de Posesión
La Asociación Internacional de Exorcistas (A. I. E.) define la posesión como la inhabitación del
demonio en el cuerpo de una persona, que puede manifestarse como la toma de posesión del cuerpo de
esa persona por parte del demonio, que lo considera suyo y lo utiliza a su gusto, sustituyendo

8
temporariamente a la persona, haciendo de su cuerpo un dócil instrumento de su poder despótico, brutal y
violento, sin que la víctima pueda oponerle resistencia.
Mientras dura la posesión, es un estado permanente, por más que tenga momentos de crisis y
momentos de calma. Estos últimos pueden ser extensos, y no mostrar ningún signo aparente, pero ante la
exposición a lo sagrado, suelen surgir los momentos de crisis, en los cuales el demonio actúa en el cuerpo
del hombre como un motorizador agregado externo, haciéndolo hablar o moverse como quiera, en los
cuales la persona puede estar más o menos consciente. En estos momentos de crisis pueden observarse
algunos o varios de los siguientes:

Signos típicos de posesión (cuanta mayor cantidad de ellos, más probabilidad de A. E. D.):
• Aversión a lo sagrado (desde fastidio, odio, hasta horror), reacciones físicas de malestar digestivo,
cefaleas, inestabilidad, náuseas, incapacidad de sostenerle la mirada al sacerdote, o de quedarse en el
ambiente sagrado. Puede tener malestar, eructar o toser si alguien reza por él, (incluso mentalmente), se
desconcentra en misa, no puede rezar. Puede sentir intenso sueño y cansancio por sólo entrar en una iglesia,
tener pensamientos obscenos. Puede tener sensación de quemadura ante algo sagrado, tener la boca
paralizada si quiere comulgar. Si logra comulgar puede sentir un gusto desagradable, necesidad de vomitar.
Se siente peor los domingos y días de solemnidades.
• Pérdida de conciencia, trance y surgimiento de otra identidad durante el trance. (Puede no haber
pérdida total de la conciencia y a veces el afectado puede oír, hablar y hasta rezar.)
• Esta segunda identidad tiene carácter maligno y se acompaña de ojos en blanco, músculos faciales
en tensión, expresión grotesca del rostro, manos crispadas, crisis de bostezos, tos seca o con flemas, voz
cambiada, (más grave, a veces imposible de imitar o de hombre en una mujer), extravagante, llena de
orgullo, odio y rencor. Esta voz puede emitir sonidos de furia, expresar críticas, burlas, blasfemias, genera
discordia, culpa o vergüenza entre los presentes, otras veces adivinando el futuro o cosas ocultas
(adivinando hechos y cosas ocultas de las cuales la persona no podía tener conocimiento, aún secretos de
personas desconocidas, o de saber y poner en evidencia los pecados no confesados de las personas
presentes), o hablando en cualquier idioma con toda facilidad (Xenoglosia o glossolalia: La capacidad de
hablar lenguajes desconocidos, (nunca estudiados o incluso nunca escuchados).
• Durante esos trances puede haber expulsión de flemas, saliva o vómitos, eructos, accesos de furia y
violencia, gritos, arrebatos de frases obscenas o sacrílegas, insultos hacia lo sagrado o hacia la persona
afectada, silbidos, ronquidos, titanismo (fuerza física superior a la normal para el peso y la edad), actitudes
de amenaza física contra terceros o contra sí mismos (ataques o automutilaciones), conductas groseras o de
animales, contorsiones, posturas corporales atípicas, grotescas o hasta inexplicables (hasta reptado similar a
una serpiente, giros completos de la cabeza) y risa o llanto inmotivados. Otras veces hay mutismo y hasta
apariencia de muerte.
• Acabado el momento de crisis, vuelve lentamente a la normalidad, (similarmente a lo que sucede en
una hipnosis).
• La personalidad inicial (fuera de la crisis, en los momentos de calma) es normal, hace vida normal,
no tiene pensamiento delirante, distingue realidad interna o externa, no tiene intransigencia cognitiva.
• Si hay percepciones anormales (ilusiones o alucinaciones: sombras, ruidos, crujidos, sensaciones
extrañas en el cuerpo), son fugaces y no se acompañan de interpretación delirante.
• Todos estos síntomas y signos suelen tener una fecha de comienzo precisa a continuación de una
situación de exposición (por sí mismo o generado por terceros) a un ámbito o actividad esotéricos, culto
satánico o umbanda, maleficio, consulta a un hechicero, espiritista, cartomante, etc.
Habiendo descripto estos síntomas, no es fácil adivinar porque algunos de estos pacientes terminan
internados en instituciones psiquiátricas, tratados como psicóticos y epilépticos, medicados y empeorándose
progresivamente.

9
Disfunciones físicas y psíquicas observables en casos de Acción Extrardinaria Demoníaca

(Nota importante: Las siguientes, sólo se consideran acciones preternaturales si están asociadas a los signos
principales de A. E. D. y aún así, nunca deben dejarse de lado las consultas o tratamientos médicos, aún
cuando se sospeche que son fruto de una A. E. D.)
• Dolores intensos, (cabeza, estómago, espalda, hombros), en días y horas precisas, refractarios a
cualquier tratamiento.
• Gran dificultad para la digestión, sin tener ningún problema detectable que lo justifique.
• Ineficacia de cualquier tratamiento médico o incluso efectos paradojales (agravamiento), pero
mejoría con la oración.
• Debilitamiento físico progresivo inexplicable.
• Siendo perfectamente sano, tener momentos de ceguera, sordera, mudez, estupor o confusión
mental (a veces total), o desvanecimientos sorpresivos.
• Parálisis temporarias a determinadas horas o días, o permanentes que se alivian con oraciones.
• Modificaciones de las funciones físicas (aumento o disminución, aceleración o retardo, o suspensión)
de: nutrición, crecimiento, digestión, circulación, respiración, menstruación, fecundación, etc.
• Sensación de sofocamiento por cerrazón de la garganta, especialmente durante las oraciones.
• Sensación de algo que se mueve en la boca del estómago, de un bocado atragantado en la garganta
• Sensaciones de corrientes gélidas, de llamaradas o de golpes en el vientre.
• Malestares que se transportan de un lado al otro del cuerpo, sin explicación médica ni alivio con los
tratamientos.
• Zonas del cuerpo que palpitan, que se inflaman.
• Abdomen que se dilata, se mueve, emite sonidos y se contrae.
• Tumores malignos diagnosticados que desaparecen por las oraciones.
• Insomnios tristes, pesadillas frecuentes.
• Voces en la cabeza, ver personas, sentirse tocado.
• Jóvenes capaces, que de pronto no pueden estudiar más, ni concentrarse (sin que haya una
explicación psicopatológica).
• Terror inexplicable, sin motivo.
• Necesidad de reírse a carcajadas, en situaciones inadecuadas, (sin ser un psicótico).
• Tendencia a alejarse de las situaciones alegres y buscar las tristes.
• Sentir el cerebro (u otra parte) como atravesado por agujas, clavos u hojas de cuchillo

Otros fenómenos preternaturales inusuales

Son muy inusuales, algunos muy sorprendentes. Algunos pueden darse tanto causados por el
Demonio como por efecto de la acción directa de Dios (como los fenómenos místicos que se ha visto en la
vida de algunos santos). Pueden estar presentes en algunos casos de acción extraordinaria demoníaca, y no
son explicables por la psicología, la psiquiatría, ni la medicina. Ejemplos:
• Levitación: Consiste en flotar en el aire. Se da tanto en las cosas del Demonio como en las de Dios.
San Martín de Porres levitaba serenamente en raptos místicos, a diferencia de la levitación de causa
demoníaca que busca el escándalo y el dramatismo, como el caso de una persona que levitó frente a cientos
de testigos, hace poco en Salta, a la cual, entre seis personas presionando hacia abajo no lograban hacerla
descender al piso.
• Descenso de la temperatura ambiental: En el ambiente donde se encuentra el poseso puede bajar la
temperatura por una causa inexplicable.
• Aparición inexplicable de olores fétidos, sonidos o voces.
• Aparición espontánea de heridas o de escritura (Como el fenómeno que presenció el P. Gabriele
Nanni y otros testigos, durante un exorcismo en Veracruz, cuando a una chica experimentó una sensación

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quemante en el abdomen y a la vista de todos se le dibujó la palabra “Pacto”. Después se supo que de niña
había sido ofrecida al Demonio por sus padres, como precio de un pacto satánico.)
• Movimiento de objetos a distancia: Se han visto volar y destrozarse objetos sin que nadie los
hubiese tocado.
• Materialización de objetos: Esta impactante e incomprensible manifestación, es más frecuente de lo
que se cree. A la persona se le materializan objetos o animales en la boca (reptiles, clavos, tornillos, pelotas
de pelos, pedazos de vidrio), sin lastimarla y eliminándose secos, libres de saliva.
• Cesación de funciones corporales normales: Incluye cesación de la respiración o de los latidos
cardíacos por un determinado tiempo. O la inversa, una persona se agita mucho durante el exorcismo, pero
la frecuencia cardíaca es como la de reposo.
• Súbito aumento temporario de peso e inamovilidad de la persona: La persona (aún delgada o
pequeña) se sienta en un lugar y no puede ser levantada ni siquiera por varias personas con fuerza.
• Baila, canta o ejecuta instrumentos musicales a la perfección, cuando la persona no sabe hacerlo.

Casi todos los posesos suelen estar además vejados o a veces obsesos,
no por ello toda obsesión demoníaca ni toda vejación implican posesión.
La Sujeción demoníaca

Es una forma particular de posesión, una situación en la cual alguien tiene la falsa creencia de haber
podido hacerse amigo del demonio, (en beneficio propio), hace voluntariamente un pacto con él, y acepta
sobre sí su señorío. Usualmente se hace durante un rito de iniciación o de consagración, con derramamiento
de sangre, en el cual el candidato le ofrece al demonio su cuerpo y su alma, lo que genera una fuertísima
dependencia moral (esclavitud). Usualmente es asintomático, y habitualmente le trae al sujeto beneficios de
diversa índole (fama, poder, riqueza, conquistas sexuales, etc.). Incluso puede hacerse pasar por practicante,
ir a misa y comulgar sin reaccionar (a veces para robar hostias consagradas para profanar o para infiltrarse
en la Iglesia con la finalidad de dañarla cuando se dé la oportunidad).
Esta sujeción ordinaria, si el sujeto buscar deshacer ese pacto, suele transformarse en una sujeción
extraordinaria, durante la cual la persona se volverá víctima de una feroz venganza y de un ejemplar castigo,
frecuentemente con dolorosas manifestaciones de A. E. D. (posesión).

Dr. Héctor de Ezcurra


E-Mail: [email protected]

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Bibliografía

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• “Diabolical Possession and Exorcism”, P. Francesco Bamonte, Bertie-John (Nig.) Printers, Lagos, 2008.
• “Ecco, io vedo i cieli aperti…”, P. Raffaele Talmelli, Edizioni OCD, Roma, 2010.
• “Il diavolo – Riconoscere la sua seduzione, difendersi dai suoi attacchi”, P. R. Talmelli, Mondadori, Milano,
2014.
• “El maleficio en su realidad y fundamento diabólico”, Conferencia del P. Gabriele Nanni, V Congreso Nacional
de Exorcistas, CEAM, México, septiembre 2011.
• “Influencias demoníacas: Infestación, Opresión, Vejación, Obsesión y Posesión demoníaca”, Conferencia del P.
Gabriele Nanni, V Congreso Nacional de Exorcistas, CEAM, México, septiembre 2011.
• “Aspetti Medici”, Clase del Dr. Francesco Cecere, Curso “Esorcismo e preghiera di liberazione”, Ateneo
Pontificio Regina Apostolorum, Roma, 7/mayo/2014.
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Conferencia del Dr. Valter Cascioli, Octubre 2014.
• “Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM V“, Asociación Americana de Psiquiatría, 2014.

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• “Psiquiatría y posesión diabólica”, Prof. Dr. Aquilino Polaino-Lorente, Catedrático de Psicopatología de la
Universidad Complutense de Madrid.
• “El diablo existe. ¡Yo lo encontré!”, Fray Benigno, Ediciones Paulinas, México, 2011.
• “Compendio de Teología Ascética y Mística”, P. Adolphe Tanquerey, Editorial Desclée, Madrid, 1930.
• Nuevo Ritual de Exorcismos – De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam.
• Exhortación Apostólica Gaudete Et Exsultate, del Santo Padre Francisco, Conferencia Episcopal Argentina,
Oficina del Libro, Buenos Aires, 2018.
• “Synopsis of Psychiatry”, Kaplan, H. I., Sadock, B. J., Grebb, J. A., Williams & Wilkins, Baltimore, EEUU, 1994.
• “Psiquiatría psicodinámica en la práctica clínica”, Gabbard, G. O., Ed. Médica Panamericana, 2009.

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