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El Colonialismo Cuaderno de Londres No. XIV, 1851 - Karl Marx

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INEDITO

MARX
200 ANOS

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KARL MARX

COLONIALISMO
Cuaderno de Londres N.° XIV, 1851

(INÉDITO)

Vicepresidencia del Estado


Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional
BOLIVIA

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COLONIALISMO
Cuaderno de Londres N.° XIV, 1851
(Inédito)
Karl Marx

© Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, 2019


Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional

Traducción: Ernesto Bascopé Guzmán


Estudio introductorio: Farit Limbert Rojas Tudela
Revisión de estilo: Jaime Herrera Bellott
Diagramación: Tania Prado Espinoza I Karenina Goitia Sánchez
Impresión: Editora Presencia S.R.L.

ISBN: 978-99974-77-86-6
Depósito legal: 4-1-331-19 P.O.

Se reservan los derechos de autor de quien


detente y acredite su legítimo derecho

Edificio de la Vicepresidencia del Estado


Calle Mercado 308
Telf.: (591-2) 2142000
www.vicepresidencia.gob.bo

Impreso en La Paz, Bolivia

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índice

Presentación ?

Colonialismo
Notas de julio a septiembre de 1851
(Extractos de los cuadernos de Londres)
Estudio introductorio I Farit Limbert Rojas Tudela 9

Nota del editor 29

W. H. Prescott
Historia de la conquista de México 33

W. H. Prescott
Historia de la conquista del Perú 53

Herman Merivale
Conferencias sobre la colonización y las colonias, presentadas
en la Universidad de Oxford en 1839,1840 y 1841 81

A.H.L. Heeren
[Continuación] Pueblos asiáticos. Primera parte. Los persas 109

Merivale. (Continuación) 119

Felix Wakefield
Prospección colonial, con relación a la utilización de las tierras
sin cultivar; en un informe de la Compañía de Nueva Zelanda
149

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^Wani Gibbon
Una porspZ"" Wakefi'M
ref— da h *

Imperio británico con


J^omas Hodgkin
151
de CWoS^ete°bre méri'°S de Soded*d *">«*»■»

Thomas Hodgkin 159

Acerca de la Sociedad Británica de la Colonización Africana

161
Thomas F. Buxton
El tráfico africano de esclavos
163

Thomas F. Buxton
La solución, una continuación del tráfico
africano de esclavos

A.H.L. Heeren
Manual sobre la historia del sistema europeo de naciones
y de sus colonias

William Howitt
Colonización y cristianismo. Una historia popular del
tratamiento de los nativos por parte de los europeos en todas
sus colonias

Juan Sempéré
Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia
de la Monarquía española

Henry Brougham ^
Estudio sobre la política colonial de las potencias europeas
245

Reseñas biográficas

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Presentación

Conmemorando los 200 años del nacimiento de Karl Marx, en todo el


mundo se han suscitado eventos académicos y publicaciones que dejan
clara la vigencia de su obra y pensamiento, es más: la vigencia de las po­
lémicas sobre su obra. Algo similar aconteció hace dos años, al cumplirse
los 150 años de la publicación de El capital, caso en el que el debate tras­
cendió la discusión histórica, económica, filosófica, etc. e incursionó en el
ámbito editorial, a saber «los más de 500 errores» en la traducción de El
capital al idioma español.
Las ediciones y traducciones de la enorme y dispersa escritura -y lectura-
de Marx recurrentemente aluden a la dificultad de traducirlo, ya sea por el
multüingüismo, el sistema de pensamiento, la creación de categorías y la
natural dificultad de una traducción. También es mucho lo que se puede
decir sobre los esfuerzos por reunir y sistematizar sus tantos textos, como el
emprendimiento del proyecto MEGA (explicado en el estudio introductorio
de este libro). Es en este contexto que la Vicepresidencia del Estado publica
el presente libro, inédito en español, bajo el título de Colonialismo.
Los extractos y apuntes aquí reunidos muestran el interés y la informa­
ción a la que tuvo acceso Marx sobre las distintas experiencias coloniales
(América, África, Oceania), a partir de la lectura de historiadores, médi­
cos, funcionarios públicos, economistas, abogados, cuyos textos abarcan
tópicos tan variados como la organización política, los jeroglíficos, el cris­
tianismo, la esclavitud, etc., el repertorio más amplio que podía hallarse

en ese entonces.

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material abre múltiples posibilidades para la form
ación
social en varias disciplinas; las nuevas lecturas, la ampliación, confront
ción y cambio de perspectivas, el cotejo con las lecturas marxistas tradi
cionales y la apertura de líneas de investigación, que se hace posible con
esta publicación, continúa el sendero de Comunidad, nacionalismos y capital
(2018), libro recibido con beneplácito por el lector boliviano y ya reeditado
fuera de nuestras fronteras.

Vicepresidencia del Estado Plurinacional

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Colonialismo
Notas de julio a septiembre de 1851
(Extractos de los cuadernos de Londres)
Estudio introductorio

Farit Limbert Rojas Tudela1

No habrá porvenir sin ello. No sin Marx. No hay futuro sin Marx,
sin la memoria y sin la herencia de Marx
Jacques Derrida, Espectros de Marx

Introducción2
Karl Marx nació en Tréveris (Renania, Prusia) el 5 de mayo de 1818. Ini­
ció sus estudios en Derecho en la Universidad de Bonn (1835), los siguió
en la Universidad de Berlín (1836-1840) donde se decantó por la filosofía
y en 1841 se doctoró por la Universidad de Jena con una tesis sobre De-
mócrito y Epicuro3. Desde joven, Marx tuvo el impulso de vivir y situarse

1 Profesor de Literatura y Filosofía en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Edu­


cación de la Universidad Mayor de San Andrés, profesor de Teoría General del Derecho
y Pluralismo Jurídico en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas en la misma Univer­
sidad.
2 Las biografías más completas de Karl Marx son las de Sperber (2013), Wheen (2015) y
Stedman (2018), asimismo un análisis de las lecturas y trabajos que Marx realiza en los
Cuadernos de Parts y los Cuadernos de Londres se encuentran en Musto (2018). Una parte de
la correspondencia de Marx se encuentra en Marx y Engels (1973) y Enzensberger (2009).
Una introducción sencilla y útil al pensamiento de Marx puede encontrarse en Rohbeck
(2014) y en Singer (2018). Una reflexión sobre la actualidad de Marx puede encontrase
en Negri (2019) y en Harvey (2019). Esta introducción se ha basado en todas estas obras
además de los mismos textos de Marx y Engels.
3 Si bien la tesis de Marx parece un debate sobre problemas no resueltos de la filosofí.

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«F __ — /

en las grandes ciudades, por ello cambió Tréveris por Bonn, Berlín
mente Colonia, antes de sus múltiples exilios en otras grandes a '
europeas de la época. ^
Entre 1842 y 1843, Marx inaugura la crónica política y el periodis
mo
crítico en el diario de Colonia, La Gaceta Renana (propiedad de los h
nos Hess), del cual llegó a ser director. La censura del Gobierno nn •
prusiano
contra el medio que dirigía Marx lo llevó a trasladarse a París. Cabe sen
lar que en 1843 Marx se casó con Jenny von Westphalen, una joven de 1
nobleza prusiana, juntos emigraron en octubre de 1843 a París (Francia)
donde Karl conoció a Frederich Engels.
En Francia asume la dirección y edición del periódico Los Anales Franco
Alemanes que tuvo un único volumen que incluía textos tan importantes
como «Sobre la cuestión judía» y la «Crítica a la filosofía del derecho de
Hegel». En esta etapa Marx empieza a combinar el estudio de la economía
junto a sus preocupaciones filosóficas, políticas e históricas, escarba pro­
fundamente en la lectura de una lista extensa de libros. Resultado de este
tiempo son los llamados «Cuadernos de París» con lecturas de las obras
de Jean Baptiste Say, Adam Smith, David Ricardo y James Mill. En este
periodo Marx redacta tres cuadernos que fueron publicados de forma pós­
tuma bajo el título de Manuscritos económicos-filosóficos de 1844. En estos
manuscritos dedica su atención a trabajar las nociones de trabajo alienado
y la relación del hombre con la propiedad privada. Es en este periodo en el
que Marx empieza a esbozar un proyecto mayor: escribir una obra crítica
a la economía política, que empezará a llamar simplemente «Economía».
Además, a fines de 1844 Marx junto con Engels darán forma al texto La sa­
grada familia o critica de la crítica crítica. Contra Bruno Bauer y consortes, texto
que se publica en 1845 y que resume su estancia en París. Para Jonathan
Sperber (2013) se trata de una obra eminentemente francófila que exalta

los resultados de la Revolución francesa.

griega, en el fondo se trataba de un primer acercamiento al pensamiento e


señala Stedman: «uno de los rasgos más peculiares de la tesis de Kar e ím ^ .
representar el progreso del átomo epicúreo como un preanuncio e a o
Hegel describía el surgimiento de la autocondenda» (2018.107).

10 i

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En 1845, Marx abandona París por una orden de arresto por su cola-
boradóncon el periódico radical obrero de Giacomo Meyerbeer llamado
¡Vorwarts! y se refugia en Bruselas (Bélgica) bajo la promesa de no realizar
actividad política. Un corto viaje a Manchester en 1845 le propordona la
posibilidad de leer la literatura económica inglesa y adentrarse en la mira­
da histórica de la economía. De regreso a Bruselas trabaja en una serie de
materiales que póstumamente se reunirán en el título La ideología alemana*,
en cuyas páginas vemos asomarse algunas reflexiones sobre el problema
colonial. Entre 1846 y 1847, y después de leer el libro Sistema de las con­
tradicciones económicas o filosofía de la miseria de Joseph Proudhon, redacta
y publica una respuesta ádda titulada Miseria de la filosofía. Una respuesta
a Pierre-Joseph Proudhon, texto que es escrito en francés con el propósito
de que Proudhon, que no hablaba alemán, pueda leerlo y no tenga que
esperar a una traducción. En esta respuesta burlona y sarcástica a Proud­
hon, Marx lo acusa de no haber comprendido a Ricardo y mucho menos
a Hegel; con todo ello, este fue el primer escrito de Marx dedicado casi
en exclusiva a la economía política en el que aparecen en su forma inicial
algunos conceptos básicos que Marx hará suyos como los de «valor de
uso», «valor de cambio» y «modo de producción», y constituye uno de los
muchos pasos de Marx hacia la redacción de su texto sobre «Economía».
En junio de 1847 se funda en Londres la Liga de los Comunistas y a
fines del mismo año se encarga a Marx y a Engels la redacción de un
programa político.
Escrito en Bruselas, discutido en las mesas de la Grand Place, Marx y
Engels presentan en febrero de 1848 uno de los textos más importantes del
siglo XIX: el Manifiesto comunista. La obra se inicia con la famosa afirma­
ción de que el fantasma del comunismo recorre Europa y la consecuente

4 «El gran texto teórico de Marx de su periodo bruselense se conoce habitualmente como
La ideología alemana, pero, como han demostrado minuciosamente os^uweshga ores e
las nuevas MEGA, tal obra no existe y nunca existió» (Sperber, 2013:168). En realidad se
trata de compilaciones editoriales, creadas a través de la reunión e materia es y a e
cisión del editor de otorgarles un título. Lo que sí existió fue el título del libro que Marx
menciona en una carta a un editor en 1847.

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exposición de Ias ideas de los comunistas5. 6Sin embargo el t
bía ser un manifiesto, un texto corto -como un padrenuestr *^
de los trabajadores- esboza una historia de la humanidad ° Un Cre<*0
división en clases y la lucha entre ellas, destacando en la hist ^ SU
decir, en el desarrollo del capitalismo y el surgimiento de 1 k Feciente/
.. ^ ___ i________________ ______ r . . . a
capitalista. Exponía las consecuencias nefastas del capitalismo e|
rabie estado de cosas y finalmente clamaba por el inevitable triunfo
trabajadores. El Manifiesto culmina con otra de las frases famosas de M ^

el Ma,
fiesto, una ola de desestabilización recorrió Europa, poniendo en iaq
i i /. • i • __ ' _i * a i r % i^e e|
derroca
Francia

comunista
que la crisis del sistema capitalista.

5 L»aretn btedman en su comentario al Manifiesto señala que la imagen del comunismo


como un fantasma, como un espectro, se encontraba ampliamente utilizada en la épo­
ca, «por ejemplo, en el artículo "Comunismo", escrito para el Suplemento de 1846 a la
famosa enciclopedia liberal de la Alemania anterior a 1848, Staats-Lexicon de Rotteck
y Welcker, el economista político Wilhelm Schulz escribió que "durante algunos años
la conversación en Alemania ha versado sobre comunismo. Se ha convertido ya en un
amenazador espectro que algunos temen y otros utilizan para meter miedo"» (Stedman,
2007- 19V Snhrp las imnliracinnes del Manifiesto ouede verse también a Stedman (2018).
6 La impresionante fuerza histórica del capitalismo consistió en extender la cooperación
social hasta límites insospechados. Tomemos el ejemplo de una fábrica. Los obreros tra­
bajan con máquinas que fueron creadas y hechas por otros, los obreros comen alimentos
preparados por otros, se iluminan gracias al trabajo colectivo de otros, utilizan servicios
como el agua, la luz, el gas, los medios de transporte, asisten a un seguro médico, con
sumen medicamentos, entretenimiento, ropa, etc., que no serían posibles sin e
coordinado de otros. En síntesis, el producto de esas fábricas no sería P^s* e S^enciido
peración social extendida. La contradicción del capitalismo es que, ha ten °^nciaen
la cooperación social y colectiva a niveles insospechados, logra convertiresapr0C[Ucción.
un bien privado: el capital; logra convertir al ser humano en víctima e^su ^.o.
Yes el propio capital el que ejerce una dominación sobre la potencia ^ e|
esta manera se sustituye el deseo de comunidad y cooperación por ^*^ner ja coopera
egoísmo posesivo. Todo el secreto del capitalismo se encuentra er\^ ^ ja subjetñ dad
dón objetiva pero en imponer a la vez una división o una sena iza ¡prole*
sedal. Esa la razón por la cual Marx culmina el Manifiesto con esta máxim

países, unios!

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En marzo de 1848, el Gobierno belga expulsa a Karl Marx7, y junto con
su familia se tiene que trasladar a París (Francia) primero y a Colonia (Ale­
mania) después, donde empieza a dirigir la Nueva Gaceta Renana que se
cierra el 19 de mayo de 1849, en ese mismo mes (mayo de 1849) recibe
una orden de expulsión y vuelve a París, sin embargo, las autoridades
francesas —que ya habían negociado y contenido los efectos de la revolu­
ción- no estaban dispuestas a tolerar una vez más la presencia de Marx;
se le sugirió residencia en el departamento francés de Morbihan, el mismo
que enfermaba a sus pobladores con malaria, era una invitación al exilio
y la muerte. Por ello, en el verano de 1849 y a la edad de 31 años, Marx se
traslada a Londres, al barrio del Soho, junto a su extensa familia. Si bien
Marx tendrá muchas y variadas incursiones a París, Amsterdam y Colo­
nia, desde 1849 dejará de correr y cambiar de domicilio. En 1861 Marx pro­
yecta abandonar Londres y retornar a Colonia, sin embargo, sus planes no
fueron exitosos y se quedó a vivir allí hasta el día de su muerte, un 14 de

marzo de 1883.

Esperando la revolución
Marx, desde 1849, está domiciliado en Londres, Inglaterra. La intensa ac­
tividad política de los años previos lo llevó a pensar que el desorden de
1848 pronto retomaría a Europa y se trataría de una enorme crisis indus­
trial, agrícola y comercial, el puntapié para un nuevo movimiento revolu­
cionario. Los siguientes años de su exilio en Londres transcurrieron con esta

7 Más que el Manifiesto comunista, fue la revolución en Francia lo que determinó que el
Gobierno belga vea con extrema suspicacia el rápido desarrollo de asociaciones y ligas de
trabajadores y políticos en su territorio y apuntó a Marx como chivo expiatorio para su
persecución. Además, según Sperber (2013) se da una situación confusa, pues la madre
de Jenny von Westphalen -esposa de Marx- decide conceder a su hija un anticipo de he­
rencia, y el monto de dinero llega a finales de febrero a Bruselas, las autoridades piensan
que se trata de un dinero que, de manera camuflada, llega a Marx para que este compre
annas y se prepare la revolución. El 3 de marzo de 1848, el Gobierno belga comunica a
Marx que tiene veinticuatro horas para abandonar el país.

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un destino inevitable, la gran crisis que se extendería no solo en
10 también en EE. UU., una inestabilidad que se desarrollar*
con
una velocidad mayor por recesiones causadas por la sobreproducció 1

lerarían una autodeterminación de las masas proletarias. También, des-


1848, Londres será la capital de los exiliados, un refugio liberal de extrañ­
as. Marx participará en la creación del Comité de Apoyo a los Ref
©ados
posteriormente pasó a llamarse Comité Sociald
mócrata de Refugiados. Pero lo que Marx
>ne$
para una revolución, Marx esperaba a la madre de todas las crisis
Marx esperó que la crisis que él agorara se hiciera realidad, sin e mbarg0(
fines de 1850 se fue convenciendo de que la crisis económica mundial
■ haría presente, entonces empezó a aislarse y a sufrir las corisecuen-
le su falta de ingresos. 1850 es considerado por Wheen (2015) y Sper-
!013) como un annus horribilis para Marx y su familia. Sin embargo,
de sortear los problemas económicos con ayuda de Engels, Marx se
escritura
libro de «Economía». En junio de 1850, Marx consiguió una tarjeta que le
permitía usar la biblioteca el Museo Británico. La jomada de trabajo la de­
sarrollaba en esta biblioteca desde las siete de la mañana hasta las nueve
de la noche. Resultado de este arduo trabajo son los llamados «Cuadernos
presentan las lecturas y síntesis que llevó
muestran
una
una metrópoli influenciada por el desarrollo de
s ciencias, el arte y la cultura8.
Irucialmente, se concentró en las relaciones entre la forma
según
lo llevó
der qué es lo que genera las crisis económicas, indagación que
revisar
los
lectura

[ando uitf
______________ Mill Uoyd.Ycüa,;^a*
8 «Marx vive muy retirado. Sus únicos amigos son John Stuart (
llega a su casa, en lugar de cumplidos es saludado con ca ego^ 2009*. 1
Wilhelm Pipper a Friedrich Engels, en enero de 1851, en

14 I

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ha
Ciasu.ua uc lo r-----------' r ' B
bía estudiado tanto en su estancia en París como en Bruselas, sin embargo.
Marx
posteriormente
caracteriza
como una elaboración autónoma de una teoría del dinero. Cabe destacar
New
UU., fue una
mica pues recibía algo de dinero por cada texto que remitía. Muchas veces
los textos fueron redactados por Engels y no por Marx, para que este últi­
mo pueda avanzar con comodidad en sus lecturas e investigaciones. Marx
leyó en esta época una variada cantidad de libros que van de la química
orgánica a los principios de la población de Malthus. Cada vez que inda­
gaba sobre algún tema o tópico en su investigación buscaba más y más
información. Esta tensión era también el resultado de estar en una de las
bibliotecas más nutridas de Europa9. Marx precisaba generar orden en la
caótica actividad de lectura.
En una carta a Engels, del 2 de abril de 1851. Marx escribía «elaboraré la
Economía
tanta
ramificación de saberes posibles a sus lecturas
Marx por
John

«La biblioteca del Museo Británico era un denfoitn ...


de lectura circular (que es hoy una sala de eynnc • ocu^ientos inigualable. La sala
ver el asiento favorito de Marx) pronto se converta-T** Tk* qUe.loS turistas pueden
hogar. Todos los descubrimientos de física química Jw *1 Marx fuera de su
universidades, los institutos de investigación de u ^ a 0gía' los ^ue surgían en las

primeros cuartos del siglo XIX LnnH ¿ may°r ,mPerio colonial de ultramar a de
global» (Sperber, 2013:241). ' *“ 6ra también centro neurálgico del capiudfc^
«El material en el que estov tr»K •
de todo el emJ l^°y .‘™bVndo
^go tan malditamente a
denmayi
junio de 1851 en xx ae ‘
6a • P«.r
”1( en Musto, 2018:42).

I 1

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sobre la población trabajadora. La indagación histórica la
,Iusma qUp.
llevó a ser un viejo topo que se sumerge en el pasado para asomar °
za, será una de esas otras ciencias que Marx estudiará en la biblioteca d
Museo Británico. En toda esta ramificación de saberes surge entonces el
el
interés de Marx, según Musto (2018), por los modos de producción preca
pitalistas que lo llevan a presentar un plan de lecturas sobre el fenómeno
y la experiencia del colonialismo, plan que abarca textos tanto sobre U
colonias en América como las experiencias coloniales en África, la India
Nueva Zelanda, Australia, entre otras. Marx está preocupado por los efec­
tos de la colonización tanto en los colonizados como en los colonizadores.
A finales de 1851, Marx extendió su campo de investigaciones a la tecno­
logía a partir de la revisión de las obras de Johann H. M. Poppe, asimismo
se embarcó en la redacción de lo que sería El dieciocho brumario de Luis
Bonaparte y, a finales de 1852, se dedicó al estudio de las distintas fases de
desarrollo de la sociedad. Las otras ciencias que Marx refería tenían una
finalidad: otorgar las herramientas de comprensión y de basamento histó­
rico para comprender los modos de producción, parte medular del trabajo
de redacción de su «Economía», texto que verá la luz en los esbozos de
sus borradores de agosto de 1857 a mayo de 1858, ocho cuadernos que
hoy en día son conocidos cornos los Grundrisse, el camino a su obra mayor
llamada El capital, su texto prometido sobre la «Economía» desde fines de
los años 40 del siglo XIX.

Sobre este libro: colonialismo


Las notas de julio a septiembre de 1851, extractos de los cuadernos
de Londres, en particular del cuaderno XIV11, constituyen una pequeña
muestra del interés de Marx respecto al colonialismo que como ya seña­
lamos, fue una preocupación que estuvo presente en la redacción de los

11 «En el cuaderno XIV, Marx también dirige su atendón al estudio de los modos de pro­
ducción precapitalista» (Musto, 2018:43).

it I

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el volumen llamado La,deotagta «Imane» y e„ el mismo Mmífmto
comunista . Si bien para muchos críticos1* Marx empezó una mirada a los
procesos coloniales con un enfoque unilinea], es clara que comienza a al-
ferar estos puntos de vista desde 1851 y, claramente en los borradores de
El capital, mas conocidos como los Grundrisse de 1857-1858, elabora los
esbozos de una teoría multilineal de la historia e introduce sus reflexiones
sobre el modo de producción asiático, donde explorará una forma de pro­
piedad comunal12
15. El
* *interés y la preocupación sobre el carácter no lineal
del desarrollo del capitalismo lo llevarán a sostener en el prefacio de 1882
del Manifiesto comunista que «si la Revolución rusa da la señal para una re­
volución proletaria en Occidente, de modo que ambas se complementen,
la actual propiedad común de la tierra en Rusia podrá servir de punto de
partida a una evolución comunista» (Marx y Engels, 2007:140).

12 «La manufactura y en general el movimiento de la producción experimentaron un auge


enorme gracias a la expansión del comercio como consecuencia del descubrimiento de
América (...) Los nuevos productos importados de estas tierras, y principalmente las
masas de oro y plata lanzadas a la circulación, hicieron cambiar totalmente la posición
de una clase con respecto a otras y asestaron un rudo golpe a la propiedad feudal de la
tierra y a los trabajadores, al paso que las expediciones de aventureros, la colonización y
sobre todo la expansión de los mercados hacia el mercado mundial, que ahora se había
vuelto posible y se iba realizando día tras día, hacían surgir una nueva fase del desarrollo
histórico (...) La colonización de los países descubiertos sirvió de nuevo incentivo a la
lucha comercial entre las naciones, y le dio, por tanto, mayor extensión y mayor encono»
(Marx y Engels, 2017: 49).
«La eran industria ha creado el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento
de América. El mercado mundial aceleró prodigiosamente el desarrollo del comercio, e
la navegación y de todos los medios de transporte terrestres. Este désarroi o, aisuvez,
influyó en el auge de la industria, el comercio, la navegación y los ^recamles, des
liábase la burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo plano a todas las
clases legales por la Edad Media» (Marx y Engels, 2007.157 .
Edward Said (2002) en su clásico libre Orientalismo considera a Marx un típico pensador
europeo que trata y vealOriente '^DMoZumario de Luis Bonaparte
^“^Tarse a sí mismos, deben ser reprerent^
«En la forma asiática (por lo menos en la predominante), no hay ProP^^n°J.
posesión por parte del individuo; la comun* ^dP^ectiva dei suelo» (Marx, 2005,
vo, en consecuencia, propiedad solo como pr p
tomo I: 443).
I 17

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encontramos
una constante revisión de literatur, no
desde muy temprano en su obra. Muchas veces se ha pensado qUe^Pect
X
tés de Marx por estos temas ocurre al final de su vida, con los cu d ^
Kovalevsky de 1879, sin embargo, los cuadernos de Londres de 185idi °S
m 1 PTl fon úcfí *3 CûT Ât-i T ** J ______ __
consecuencia, lectura*
siguiente
Comienza su investigación del tema colonial a partir de la experien ’
mexicana, para lo cual analiza al norteamericano militar e independentis-
ta William Prescott y su History of the Conquest of Mexico. La biblioteca del
Británico
Oxford
universidad, el historiador Herman
parte
lecturas anotadas
obras que repasan la colonización en América y los efectos de la coloniza­
ción en las metrópolis coloniales. Marx busca esta constatación especular
de la imagen de la colonización en ambos lados: en el colonizado y en el
colonizador. Si bien está sumergido en sus estudios sobre la economía y la
manera en la que esta se transforma en casos concretos con el fenómeno
colonial, la reflexión sobre lo que se está haciendo con la colonia tiene esta
anotamos
colonización
del colonizador inglés Felix Wakefield y sus notas sobre la colonización de
la Compañía de Nueva Zelanda. Revisa también al hermanastro de Felix
Wakefield, Edward Gibon Wakefield, considerado el primer colonizador
sur de Australia y Nueva Zelanda, quien resumió su experiencia en un
titulado A view of the art of colonization. Edward Gibbon Wakefield es ^
riormente mencionado y criticado en el capítulo XXV (La teoría nrt ^
de la colonización) del tomo I de El capital; es curioso que Marx lo ^^

solo por su segundo apellido, Wakefield, sin embargo, en las re


ritas de El comital Wakefield se transforma en Edward Gibbon

18 I

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F C wÎ7 V""B «°™ te propuestas de
E. G. Wakefield (prohiba a los trabajadores el acceso libio a la Berra de las
colomas) y afama que el capital se crea negando a los trabajadores el acceso
a medios básicos de producción, en este caso en particular: la tierra.
En su lista de lecturas se encuentra el médico y etnólogo Thomas
Hodgkin, quien en 1837 fundó la Sociedad de Protección Aborigen de
Londres, y posteriormente la Sociedad de Etnología de Inglaterra. El texto
que Marx revisa de Hodgkin se titula An inquiry into the merits of American
colonization society de 1833.
La lista se complementa con Foxwell Buxton, un miembro del Parla­
mento inglés, reformador y crítico de la esclavitud con su obra The African
Slave Trade and Its Remedy. Asimismo, Marx presta atención a la pionera
interpretación económica de la historia de Arnold Herman Ludwig Hee-
ren en su obra A manual of the history of the political system of Europe and its
colonies, también a William Howitt y su obra Colonization and Christianity:
A Popular History of the Treatment of the Natives by Europeans in all their Co­
lonies; retoma a las lecturas sobre la Monarquía española y sus formas de
atesoramiento a partir de Juan Sempere Guarinos y sus Consideraciones
sobre las causas de la grandeza y decadencia de la Monarquía española, y final­
mente revisa a Henry Peter Brougham y su obra An inquiry into the colonial
policy of the European Powers.
Todas estas notas y resúmenes de lecturas versan sobre el problema co­
lonial, tanto elementos descriptivos sobre la Colonia, el tráfico de esclavos
negros, hasta las labores de los jesuítas y las reducciones. Muchas de estas
notas de trabajo se reflejarán en la Contribución a la crítica de la economía
política, y en los tomos de El capital.

En busca de un método
Lo primero que podemos ver en estos cuadernos es que Marx toma no­
tas y transcribe todo lo que le llama la atención. Va de lo particular a loI

I 19

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afinar
feriales que precisa para su crítica y análisis del capitalismo ^ *°S ^
^ • -------£»r-» 1ftR7 Vííirv HpHirará^ .
páginas contro
al tema del método, nos referimos a la «Introducción de 1857» Venid
r _ J 1 r*t*/fíra rln 1 ^ ^ /
fundamentales para la crítica de la economía
1857-
más conocidos como los Grundrisse, uno 1858,
más
mente debatidos de la obra de Marx16. extensa-
mos decir que de las preocu
pregunta ¿Por dónde emp4'
una crítica a la economía política, su «Economía
una inmensa
que — \j yu

datan de las décadas de 1840 y 1850. Su preocupación parece haber •


, ». m 11. Sld0
lecturas
una semana
(2019), nos coloca delante de una reflexión del orden y la estrategia qUe
buscaba dilucidar en sus escritos posteriores. Existe una clara preocupa­
ción epistemológica, sobre todo respecto a las consideraciones y lecturas
que había realizado. Esta preocupación se resume en buscar que su redac­
ción pueda presentarse como un todo.
Ingresando a lo que la introducción propiamente plantea, cabe des­
tacar que esta se abre con el subtítulo: «1. La producción general». Se
trata de una declaración de intención, como señalábamos previamente,
claramente metodológica. El objetivo de la crítica polémica de Marx eran
las llamadas «robinsonadas» que habitaban los textos de los economistas
del siglo XVIII y que ingenuamente conservaban los autores contempo­
ráneos a Marx. Se trata del mito de Robinson Crusoe presentado como
muestra ejemplar del homo oeconomicus, es decir, la creencia en que e'

hombre solo e individual yace en los comienzos de la historia, o en


aventuras del colonialismo.

16 De Althusser y Balibar (1977) a Dussel (2004), Negri (2001) y más redentemente


(2018) y Fernández Liria (2019).

20 i

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A los profetas del siglo XVIII, sobre cuyos hombros aún se apoyan total­
mente Smith y Ricardo, este individuo del siglo XVIII ^ue es producto
por un lado de la disolución de las formas de sociedad feudales, y por el
otro, de las nuevas fuerzas productivas desarrolladas a partir del siglo
XVI- se les aparece como un ideal cuya existencia habría pertenecido al
pasado. No como un resultado histórico, sino como punto de partida de
la historia (Marx, 1984: 3).

De esta manera se refiere Marx al mito de Robinson Crusoe. La correc­


ción metodológica de Marx se refiere a que el individuo aislado simple­
mente no existía, y que su uso es una manera malintencionada de evitar
la reflexión sobre las relaciones de los seres humanos entre ellos y, por
supuesto, las relaciones de explotación y colonización. Es decir, no se pue­
de partir de este supuesto, sin embargo, es lo que erróneamente hacen los
economistas del siglo XVIII y los contemporáneos a Marx.

Cuanto más lejos nos remontamos en la historia, tanto más aparece el


individuo -y por consiguiente también el individuo productor- como
dependiente y formando parte de un todo mayor: en primer lugar y de
una manera todavía muy enteramente natural, de la familia y de esa
familia ampliada que es la tribu; más tarde, de las comunidades en sus
distintas formas, resultado del antagonismo y de la fusión de las tribus

(Marx, 1984: 4).

Esta corrección metodológica del comienzo lleva a Marx a denunc’


anacronismo a los economistas del siglo XVIII y a sus contemporá ,y
con ello empezar su crítica respecto a la idea misma de producción. Marx
entonces realizará un giro también metodológico, puesto que s'
ca la concepción ahistórica, resuelve la idea misma de producción en ge
neral como una abstracción, que como señala «pone realment
. _______ mac on la abstracción- lo
determinaciones
común
ahorra así una
I 21

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Marx acepta la utilización de categorías abstractas pero si y solo si el
rácter general (y abstracto) no anula, no borra, no oblitera el aspecto parti
cular ni descontextualiza este último a través del juego lógico del primer
Marx continúa, en todo el texto de la «Introducción», su crítica a la
ñera en la que los economistas clásicos han tratado la producción, la dj^
tribución, el cambio y el consumo. Marx se explaya en mostrar cómo en
sus argumentaciones Ricardo, Mili y Say se equivocan, es decir, cómo en
sus libros realizan divisiones y escisiones absurdas, justamente porque
parten de supuestos erróneos, como el de las robinsonadas, o de análi­
sis generales y sin relación crítica, como las maneras en las que Ricardo
Smith y otros aíslan producción y consumo, o producción y circulación
sin comprender las relaciones históricas y necesarias entre ellas. Para Marx
«no es que la producción, el intercambio y el consumo sean idénticos, sino
que constituyen articulaciones de una totalidad, diferenciaciones dentro
de una unidad» (Marx, 1984: 20). Todo esto lo lleva al subtítulo 3, sobre el
método de la economía política, en el que retoma una vez más a las críti­
cas que había realizado a Hegel, por ejemplo en «Miseria de la filosofía».
En la «Introducción» de 1857, Marx estaba reelaborando su método cuan­
do redactaba estas páginas, y buscaba lograr una definición adecuada
para empezar a redactar su obra más importante: El capital. Para Horacio
Tarais (2018), El capital responde a una serie de escrituras complejas, que
tensionan lo abstracto, lo general con lo espedfico.
Las preocupaciones de Marx sobre el método son explícitas, se encuen­
tran en las anotaciones del sumario de la «Introducción», como el subtítu­
lo 3: «El método en la economía política».
Marx se preguntaba ¿cómo reproducir o representar la realidad en el
pensamiento? ¿Cómo construir un modelo abstracto que sirva como cate­
goría para aprehender y representar a la sociedad? El subtítulo 3 no cons
tituye su planteamiento definitivo, sino un intento, una explicitación d
un camino. Se trata de notas metodológicas y epistemológicas para oíd
nar su estudio.

22 I

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Marx parte de una hipótesis en esta búsqueda. Parte con lo que él de­
nomina «lo real y concreto», sin embargo, considera que este camino no
es el adecuado, pese a ser el camino utilizado por los fundadores de la
economía. Comenzar con una entidad indeterminada como la población
supondría iniciar con una imagen excesivamente genérica de la totalidad,
incapaz de demostrar elementos concretos como la división de clases, la
propiedad de la tierra, las relaciones coloniales, etc.
Marx propone fundar una metodología en el estudio sistemático de he­
chos concretos y reales y en las relaciones económicas establecidas entre
ellos. Esta intuición básica es la que realiza en cada uno de sus cuadernos
y notas de lectura, como material para la redacción posterior de El capital.
La concepción caótica de un todo puede evitarse desplazándose analí­
ticamente hacia conceptos simples. Este desplazamiento va desde lo con­
creto imaginado hacia abstracciones cada vez más finas, hasta llegar a de­
terminaciones más simples.

Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinacio­


nes, por lo tanto, unidad de lo diverso. Aparece el pensamiento como
proceso de síntesis, como resultado, no como punto de partida, aunque
sea el verdadero punto de partida, y, en consecuencia, el punto de parti-
da también de la intuición y de la representación (Marx, 1984:21).

Desde este punto, hay que desandar el proceso hasta reconstruir el con­
cepto original, no como una concepción caótica del todo sino como una
rica totalidad con muchas determinaciones y relaciones. Para Marx, lo
concreto lo es porque, como se sédala en la cita textual precedente, es a
concentración de muchas determinaciones, de ahí que sea un,dad de lo
diverso. Todo este fenómeno aparece en el proceso mismo del pensamien­
to como un proceso de concentración o de síntesis -como Marx señala-,
como un resultado, no como un punto de partida. Al tomar esta ruta, las
determinaciones abstractas conducen hacia una reproducción de lo con-

creto por medio del pensamiento.

I 23

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Fundada en estas premisas, la economía política ha venido a significa
lálisis de las estructuras y las relaciones de producción dentro de una f
madón sotial determinada. Se asoda, entonces,
ñas económicas, en un modo de producdón particular, en su reladón
. , ... . ««i « . n^utua.
las determinadom
formas de sodedad
estructura
fundamentales
i forma Estado.
I final de su argumentadón acerca de las categorías más simples y las
concretas, Marx concluyó que en las formas más modernas de sorie-
burguesa se encuentra el momento en el que se puede ver de manera
clara la formadón de esas categorías
acercamiento metodológico, Marx se preguntó
punto
escribir.
ere to? Creemos que Marx tomó la primera intuidón. Eligió utilizar una
descnpdón simple elaborando una concepdón de la historia marcada por
la sucesión de modos de producdón, pero tratada esta sucesión con mo-
deradón. Marx claro que apela al uso de la abstraedón, pero la acompaña
constantemente con la comparadón de diversas realidades históricas, por
ello son tan importantes estos cuadernos de notas y de lecturas, de tal ma­
nera que las determinadones lógicas generales pudiesen ser distinguidas
de las reladones históricas concretas.
Entonces, ¿cómo entender este tipo de textos, de cuadernos, de notas
de lectura de Marx? Proponemos a continuación una hipótesis de lectura.

Una propuesta de lectura depU.


Entre 1923 y 1931, David Borisovich Riazanov presentó el proye o
blicar las obras completas de Marx y Engels, que se denominó

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MEGA, por sus iniciales
distintos motivos, Riazanov
alianza entre el Instituto de Historia Social de Amsterdam ; laTsa Ma.

e 114 volúmenes
organizada de la
siguiente manera: una primera

segunda parte,
forma a esta r>V
anotaciones ¥ ------------—^ j^/ui ia~ utuiLaud a

la correspondencia; y la cuarta dedicada a los extractos, anotaciones, cua-


Hpmnc Hp lprflirp» \7 rnmpnfarine al mamón mío rúali^amr»
j. v^v, xwtvuu y wuiumunuo di inai^cu cjiae realizaron Marx xt
y Engels.
Las notas de julio a septiembre de 1851 (extractos de los cuadernos de
Londres) pertenecen a la cuarta parte de la MEGA 2, los llamados «extrac­
tos, anotaciones, cuadernos de lectura, comentarios al margen», es decir,
a las palabras, expresiones o códigos que Marx escribió en el margen de
algún texto de estudio para destacar dudas, aclaraciones, puntos de inte-
un
manera, las rayas, símbolos y códigos (+ * I ) que se encuentran en estos
textos sirven para destacar ideas repetidas, ideas importantes o párrafos
que merecen una especial atención. En esos tiempos no se podía contar
un
en internet, entonces la forma de llevar las lecturas y los trabajos que Marx
realizaba en la biblioteca del Museo era esta. En estos textos, las voces de
Marx y de los autores que revisa se confunden fácilmente, entonces ¿qué
tipo de textos son estos? Evidentemente son borradores, Marx no los es­
cribió para ser publicados, también podemos decir que, si bien salen e
la pluma de Marx, al ser resúmenes y transcripciones no son propiamen e
textos elaborados por Marx, entonces ¿cómo tratarlos? Propongo una ht-

pótesis de trabajo: tratarlos como instauradores de discursivi a

------------- ----- , j„i 99 de febrero de 1969 titulada «¿Qué


17 Michel Foucault (2010), en su ,ador de discursividad, es decir, Marx no 1
autor?», caracteriza a Marx como un conjunto complejo de textos que hace p
crito solamente libros, sino que ha g ej mismo marxismo
una posibilidad indefinida de discursos, que no son otra cosa q
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Un instaurador de discursividad trataría de un texto no acabado en el
que Marx pone en juego un sinnúmero de posibilidades, tanto de analo­
gías como de diferencias con su obra; no se trata de un cuerpo ordenado
de ideas, sino todo lo contrario, pues se trata de un texto con potencialida­
des de diferencia, de contradicción y de aclaración del discurso marxista.
Funciona no como un texto en sí mismo, sino como un texto para otros
textos. Presenta, por ejemplo, un buen material complementario a El capi­
tal a los Grundrisse, y en sí a las reflexiones sobre el colonialismo. Presenta,
entonces, el archivo marxista sobre una temática compleja, y a la vez una
muestra de su trabajo metodológico, que suponía ir de lo concreto a la
formulación ideal de modelos abstractos que abarquen la realidad, como
lo expone Marx en su «Introducción» de 1857.
Tratar a los textos de Marx como instauradores de discursividad es lo
que nos permite afirmar la actualidad del pensamiento de Marx18, soste­
nida por tres razones: política, porque permite descentrar el desarrollo
capitalista como una unidad unilineal consensual, y afirmar desde textos
como los que se presentan el carácter antagonista y subversivo del pensa­
miento marxista; la segunda razón es crítica / metodológica, porque Marx
muestra que todo estudio «es algo tan malditamente ramificado» que la
síntesis no es más que el desandar por lo múltiple y lo diverso, y compren­
der de esta manera la importancia de lo colonial, de lo no occidental como
espacios de resistencia al capital. Y, finalmente, la tercera razón es teórica
porque permite comprender que debemos profundizar la reflexión con las
variables de la liberación contra el poder colonial y el imperialismo que
encontramos en la forma comunidad19 que pervive en experiencias como
la nuestra, la boliviana, como intentos de articular una alternativa a Ia
modernidad capitalista.
Entonces estos textos no tratan de poner ante los ojos de un lector un ar
chivo histórico, decimonónico, sino de brindar una herramienta, en tanto e\

18 En esta parte final seguimos las reflexiones de Negri (2019) respecto a la actualidad del
pensamiento de Marx.
Una lectura de la forma comunidad la encontramos en García Linera (2009).

26 I

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problema colonial y el capitalismo -ambos obipt -4
siguen vivos y están entre nosotros. °S ^ refIexión de Marx-,

Bibliografía
Althusser, Louis; Balibar, Etienne. Para leer el capital, México; Siglo
XXI
editores, 1977
Dussel, Enrique. La producción teórica de Marx. Un comentario a los Grundris-
se. México: Siglo XXI editores, 2004
Enzensberger, Hans Magnus. Conversaciones con Marx y Engels. Barcelona:
Anagrama, 2009
Fernandez Liria, Carlos. Marx 1857. El problema del método y la dialéctica.
Madrid: Akal, 2019.
Foucault, Michel. ¿Qué es un autor? Buenos Aires: El cuenco de plata, 2010
García Linera, Álvaro. Forma valor y forma comunidad. La Paz: Clacso, Co­
muna y Muela del Diablo, 2009
Fíarvey, David. Marx, El capital y la locura de la razón económica. Madrid:
Akal, 2019.
Marx, Karl y Engels, Friedrich. Correspondencia. Buenos Aires: Cartago,

1973
Marx, Karl. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política.
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ifiesto
de GarethStedman Jones. Mexico, x ^ j- --------------
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.to, Marcello (Coord). Trap las Iruellas * un fantasma. La actualula, ie

'/ Marx. México: Siglo XXI editores, 2011 . • ¡


,sto. Marcello (editor). De regreso a Mar, Nuevas lee,uras , vtgeucta

ido actual. Buenos Aires: Octubre, ¿ux^ de la


;to, Marcello (editor). Los CruuMsse * Karl Mar, Fundentes

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crítica de la economía política 150 años después. Bogotá: FCE, 2018
Negri, Antonio. Marx y Foucault. Ensayos 1. Buenos Aires: Cactus, 2019
Negri, Antonio. Marx más allá de Marx. Madrid: Akal, 2001.
Rohbeck, Johannes. Marx. Madrid: Alianza, 2016
Rojas, Farit. "Prólogo" en Marx, Karl. Comunidad, nacionalismos y capital
La Paz: Vicepresidenda del Estado, 2018
Said, Edward. Orientalismo. Barcelona: Debate, 2002
Singer, Peter. Marx. Una breve introducción. Barcelona: Antoni Bosch editor
2018.
Stedman Jones, Gareth. Karl Marx. Ilusión y grandeza. Madrid: Taurus, 2018
Sperber, Jonathan. Karl Marx. Una vida decimonónica. Barcelona: Galaxia
Gutenberg, 2013
Tarais, Horado. La biblia del proletariado. Buenos Aires: Siglo XXI editores,
2018
Wheen, Francis. Karl Marx. Barcelona: Debate, 2015

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Nota del editor

El presente libro compila apuntes de textos distintos, de diferentes años,


idiomas y editores. Como la esencia de esta publicación es proporcionar al
lector la versión más fiel posible, se ha realizado un trabajo de traducción
y edición en español, apegado a las versiones originales.
Después del estudio introductorio, se presenta la traducción al espa­
ñol de las páginas 403-552 del texto Marx/Engels Gesamtausgabe. Kart Max
Exzerpte und notizen juli bis septiembre 1851 (MEGA, tomo 9). La traducción
ha mantenido el uso de cursivas, paréntesis, plecas, corchetes, llamadas y
notas, etc. Se ha compatibilizado el texto lo más posible con los actuales
usos ortotipográficos, aun así, se hallarán casos incompatibles con la orto­
grafía vigente.
El lector encontrará grafías atípicas (Moctezuma/Moctezuma, Cuzfo,
Elisabeth), enunciados inconclusos y saltos temáticos que corresponden a
la naturaleza misma de ser documentos de trabajo (apuntes y resúmenes)
no concebidos originalmente para una edición, son la labor de un estudio­
so en una biblioteca; en este entendido, se han reproducido línea a
las marcas y símbolos al margen de las páginas que realizaba Ma
Al final de la traducción, están las reseñas biográficas que amplían el

contexto de los autores estudiados por Marx.

i ?»

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Karl Marx

Resúmenes y notas
Julio a septiembre de 1851

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1351 Prescott. (W.H.)
Historia de la conquista de México
5 ed. 3 vol. Londres. 1850
t.l

B. I.

Cap. I Antiguo México. Clima y productos

Razas primitivas. Imperio azteca


Antiguos mexicanos o aztecas: constituyeron únicamente pequeñas re­
giones, su tierra, la moderna república de México. (2) Cubría probable­
mente no más de 16 000 leguas cuadradas1. En su máxima extensión, no
pudo haber sobrepasado los 5 grados y medio, reduciéndose, a medida
que se aproximaba a sus fronteras del sur, a menos de dos grados. Y sin
embargo, la notable formación de este país es tal que, aunque no sea más
de dos veces mayor que Nueva Inglaterra, presentaba una gran diversi­
dad de climas y era capaz de producir prácticamente todos los frutos que
se hallan entre la línea del Ecuador y el círculo ártico. ([2,] 3) Las regio­
nes se dividen en tres partes (tierra caliente, tierra templada y tierra fría).
(3-5) La tierra fría (mesetas) posee un clima cuya temperatura media no
es más baja que la de las zonas centrales de Italia. (6) La tierra posee con

1 Unidad de superficie equivalente a un cuadrado que mide una legua y expresa la distan­
cia que una persona, caminando, puede transitar en una hora. Aproximadamente, cuenta
con 4 a 7 Km.

I 33

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frecuencia un aspecto reseco y estéril, en parte debido a la falta de árboles

que protejan al suelo del intenso efecto del sol de verano. En la época de
los aztecas, esta meseta estaba densamente cubierta por alerces, robles
cipreses y otros árboles... la maldición de esta esterilidad puede atribuirse
más al hombre que a la naturaleza. Los primeros españoles llevaron ade­
lante una guerra indiscriminada en contra de los bosques. (6) A la mitad
del continente, algo más cerca del Parifico que del Atlántico, a una altitud
de alrededor de 7500 pies se encuentra el célebre Valle de México... rodea­
do por un imponente muro de roca porfídica. (7) El paisaje, antiguamente
recubierto de un hermoso verdor, con árboles majestuosos repartidos por
doquier, se encuentra hoy con frecuencia sin vegetación, blanco en mu­
chos lugares, por las incrustaciones de sal, causadas por el drenado de las
aguas. Los 5 lagos del valle ocupaban 1 /10 de su superficie. (7) Estados de
Anahuac. Los Toltecas... la verdadera fuente de las civilizaciones posterio­
res. En el siglo VII, luego de 4 siglos, los toltecas desaparecieron. Siguieron
otras razas, entre las más notables se encuentran los aztecas o mexicanos y
los acolhuanos o tezcucanos, por su capital Tezcuco. Extendieron su domi­
nio sobre las tribus más rudas del norte. Entonces atacaron a los tepanecas.
Luego, con ayuda de aliados mexicanos se liberaron de nuevo y una extraor­
dinaria carrera... Los mexicanos también vinieron de las remotas regiones
del norte, poblada colmena de naciones del Nuevo Mundo, tal y como fuera
en la antigüedad. Llegaron a las fronteras de Anahuac hacia principios del
siglo XIII, poco tiempo después de la ocupación del territorio por parte de
razas emparentadas. Durante mucho tiempo no se establecieron, prefirien­
do moverse de un lugar a otro. Finalmente llegaron a la ribera sudoeste de
los lagos principales, para quedarse en el lugar en 1325. Fundaron Tenoch-
titlán (México); viviendo inicialmente de pescados, aves acuáticas salvajes y
de algunas plantas que pudieran cultivar en sus jardines flotantes (en zonas
semipantanosas). Tal fue el inicio de esta Venecia del mundo occidental. (8*
13) Escándalos y desacuerdos existían entre ellos. Se ganaron en la región
una reputación de valor y crueldad en la guerra. A principios del siglo XV,
obtuvieron la tierra de los tepanecas por la ayuda prestada a los tezcucanos-

34 I

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entre
reino vecino de Tlacopán. (Se repartirían este país 'eradas , fal,pequeño
rras)... Iniaalmenle, los aliados tenían bastante qué hacer con sus pm
dominios. A mediados del siglo XV, bajo el primer Montezuma se hat
extendido desde las estribadones de la meseta hasta los límites del Golfc
México. A principios del siglo XVI, el dominio azteca atravesaba el co
nente, del Atlántico al Pacífico, hasta los rincones más alejados de Guatei
la y Nicaragua. Y en todos lados, con el mismo espíritu guerrero propio £
cultura, encontraron a menos tribus que combatir. La historia de los azte
recuerda en muchos aspectos a la de la antigua Roma, no solamente por
éxitos militares, sino también por la política que llevó a los mismos. (13-
(Don Mariano Veytia2, Historia Antigua, 1836, México, fuente principal
historia antigua. [17])

Capítulo II. Sucesión de la corona... noblezaazteca-


Sistema judicial. - Leyes e ingresos...Instituciones militares.

forma
La de los aztecas y tezucanos es monárquica y de carácter casi absoluto.
. « t-*i _ _ i_ •__ _ movir^nnc
bastante
una
5U grupo en
añadían, con un
Tlacopán. El soberano se escogía entre los hermanos
ici príncipe fallecido o, en su defecto, entre sus sobrinos. * *,
ión estaba limitada a la misma familia. El candidato pre en o

----------------- á ó en Derecho Civil en Puebla, Méxi-


2 Mariano Fernández de Echevarría y Veytia se gra u yjrrey. Comenzó sus narraciones
co, y fue admitido en Audiencia con la autorizan n ^ c()nvent0 $an Agustín en Pue-
en los viajes realizados a diferentes países, y eif afnr:a anticua de México dejando tres
bla, donde trabajó e investigó a profundida a is
volúmenes de sus obras.
I 35

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i la guerra, aunque fuera miembro de la casta sacer
o-
so del último Moctezuma... La sucesión de
, . x m°narca:
'gurada de esta manera... La coronación del elegid
este pudiera brindar sacrificios humanos, etc. con
s de una campaña victoriosa... Los monarcas azteca^
ia el fin de la dinastía, vivían en medio de una p0
laderamente oriental... una clase distinta de n ki
poseedores de grandes extensiones de tierra, ocupaban los cargos más
un-
y acaparaban la administr
uno de los cuales pod
dominios
una gran cantidad de jefes poderosos que vivían en sus dominio!
o príncipes independientes. Estos debían, cuando no residían en 1,
tal, entregar rehenes al rey... Estos dominios estaban sujetos a vario-
íes. Algunos se poseían sir
alguien de la plebe. Otros
vinculados
servicio militar era una obligación para la mayoría. Otros, en lugar de este
servicio, debían ocuparse de reparar las edificaciones reales y de mante­
ner las posesiones reales en orden, con una ofrenda anual, a título de tri­
buto, de frutas y flores... En todo ello muchos rasgos del sistema feudal.
Los reinos de Anáhuac, a pesar de su naturaleza despótica, conocían en
realidad varias circunstancias que la atenuaban y que se desconocían en
los despotismos orientales. El poder legislativo en México y Tezcuco estaba
completamente en manos de los monarcas. Por otra parte la constitución
de tribunales judiciales. Y estos eran más importantes para un pueblo rús
co que la autoridad legislativa. En cada ciudad principal con sus ter ^
rios independientes 1361 se ponía un juez supremo, designado por ^
roña, con jurisdicción original y final en los casos civiles y P
. El <ar'
Ninguna apelación frente a sus sentencias, excepto ante la Corona
go era vitalicio y quien usurpara sus símbolos era sancionado con ^
te. Era conocido como cihuacoatl. Bajo su mando, en cada provi

36 I

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corte de 3 miembros. Aparte de estos tribunales existía
gistrados distribuidos a lo largo del país es. ^ * CUerpo de ma*
blo en los diferentes distritos. Su ai.w;H J^ °,S del proPio pué­
limitad
dase de funcionariI

"fe'prop“ put rpues,°por derta <—*- *


gadas de vrgrlar y de «dorma, acerca de cualquier dislurbio o incumpli­
miento de la ley a las autoridades superiores... la ley pern, i «a la apelación
tribunal superior solo en los asuntos

tribunales superiores
i r 1 uo icaclVdUdt) pdrd CSlC W\.
Estos, así como el juez supremo, se mantenían en el cargo de por vida...
Las leyes de los aztecas se registraban y se mostraban a la gente en sus
iprnalífirnç T .a maunr nartp Hp l^C micmac r’Omr» an oí raer» rio tnrla nariAn
mismas,
seguridad
enmenes
un
lapidación. El robo con la esclavitud o la muerte. Pero este enmen
muy temido, puesto que las entradas de las casas no poseían cerrojos o
sistemas de cierre de ningún tipo.... La intemperancia en los más jóvenes
se castigaba con la muerte y en el caso de las personas mayores con la pér­
dida de estatus y la confiscación de bienes... Los ritos de matrimonio eran
muv ceremoniosos. Tribunales especiales para los matrimonios. Ningún
Prisioneros

guerra, destinados
voluntariamente

- ~ nucí tau, y runos 4- —---------- * ser exigidos se determinaban


ventas voluntarias, los servicios que podi 8 ,
.
con gran precisión. Al «clavo so le p ^nníh'a tener
^ su propia familia,
1^ libres. Nadfepo-

seer propiedad e incluso tener otros e atfíOS liberaban a sus esclavos


naca esclavo en México. Con frecuen 'onio pero un esclavo insumi-
en sus testamentos. También con su ,gz0 alrededor del cuello y allí
so y violento se llevaría al mercado con

l 37

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sería vendido públicamente una segunda vez, reservado para el sacrifi
do... Los ingresos reales provenían de diferentes fuentes. Los extensos donvi
nios reales realizaban sus pagos en especie. Los lugares cercanos a la capi
tal estaban en la obligadón de proporcionar hombres y materiales para la
construcción y mantenimiento de los palacios reales. También debían pro.
veer combustible, provisiones y lo que fuera necesario para sus gastos
domésticos normales. Las dudades prindpales, aquellas que tenían varios
pueblos y amplios territorios bajo su dependenda, estaban divididas en
distritos cada uno de los cuales poseía una parte de las tierras distribui­
das, para su sostenimiento. Los habitantes pagaban una parte determina­
da de su producdón a la corona. Los vasallos de los grandes jefes también
pagaban una parte de sus ingresos al tesoro público - de manera muy si­
milar a las reguladones (financieras) del antiguo imperio persa... La gen­
te de las provindas estaba separada en calpulli o tribus, y poseían las tie­
rras a su alrededor en común. Fundonarios por decisión propia dividían
estas tierras entre las muchas familias del calpulli y, cuando una familia se
extinguía o se iba, sus tierras volvían a la reserva común para ser nueva­
mente distribuidas. El propietario individual no tenía ningún poder para
enajenar dichas tierras. Las leyes que se ocupaban de estos asuntos eran
muy predsas, y había existido desde la ocupadón del país por parte de los
aztecas... Aparte de este impuesto sobre la producción agrícola del reino, exis­
tía otro sobre sus manufacturas. Por ejemplo, la ropa de algodón y los man­
tos de plumas, las corazas decoradas, vasijas y bandejas de oro, oro en
polvo, bandas y brazaletes, cristal, jarras y cálices pintados y dorados;
campanas, armas y utensilios de cobre; abanicos de papel, granos, frutas,
copal, ámbar, cochinilla, cacao, animales y aves salvajes, madera, cal, este
ras, etc., sal, pieles de leopardo, etc. (Ver la lista de los tributos pagados
por diferentes ciudades 33, nota. *)... Guarniciones estaban estableadas
en las dudades mayores, probablemente en las más remotas y en las qu
habían sido conquistadas redentemente, a fin de reducir cualquier revue
ta y para garantizar el pago del tributo. La autoridad de los caciques, s
metidos por los ejérdtos aliados, era por lo general confirmada y se

38 I

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tía a los lugares que se habían conquistado

~ biaban
ae recunuLcr gracias a sus insignias oficiales v tmr
rigor de sus exacciones. Los deudores podíL

como esclavos. En la capital existían enormes graneros y depósitos


recibir los tributos. Un funcionario encargado de recibir el tributo vivía en
12
el palacio... poseía un mapa de todo el imperio, con un detalle minucioso
de los impuestos estimados para cada parte del mismo. Estos impuestos,
inicialmente moderados, terminaron siendo abrumadores hacia el final de
la dinastía y este agobio mediante la recolección de impuestos provocó un
rechazo en todo el país que prepararía el camino para la conquista del
remotas
leguas
junto
con su mensaje codificado en jeroglíficos, corría con la misma hasta la pri­
mera estación, donde el mensaje pasaba a otro mensajero, y así sucesiva-
_ ^ A

infancia
transportados ¿
medio, la infor­
mación sobre los movimientos del ejército real era llevada con rapidez
hasta la corte... como ocurría en la antigua Roma, en Persia. En China
unas
postas eran para uso exclusivo del gobierno... En México, como en Egipto,
el soldado compartía con el sacerdote una alta consideración. El dios tutelar
r _ . _____ _ rruvnAa a fin de
guerra
conseguir sacrificios para el dios de la guerra. El guerrero
tamente a una región de inefable gozo en las casas brûlante‘
Desde eI inicio de ,as hostilidades, se enviaban embaja tradicio-
Estado enemigo adoptar los dioses mexicanos y mismas

----------------- ' 'u uso (equivalente a 1,6 km). El I


Unidad de longitud con diferentes valores, según b Estados Unidos e Inglaterra.
no empleado con mayor frecuencia en países co
I 39

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L|uc cDiaL/ai r )
militar J a o pueblos* y
ejército real comenzaba su marcha, en general con el monarca a la cabe»
T-i • . una notable
_ _ i —1 ^ semejanza nnfrû
entre acfac
estas tradiciones __
militares
9 J

antiguos romanos... con varias órdenes militares, cada uno con


sus
legios e insignias particulares. Además, una especie de cal
ros, de
inferior; la recompensa más baja por las proezas militares
4

no lo hubiera logrado todavía, no podía utilizar ornamentos en sus armas


o en su persona, y estaba obligado a vestir con una tela basta de color blan
co, fabricada con los hilos del aloe, llamado "nequen". Los propios miem
bros de la familia real no estaban exentos de esta ley... La vestimenta do
guerreros
un ajustado manto de algodón acolcha
do, lo suficientemente grueso como para ser impenetrables para los lig<
- •^ ^ ^ ^Æ A Æ Æ A —
guerra ocasio­
nes, en lugar de esta malla de algodón, una coraza fabricada con delgadas
placas de oro o plata. Sobre este manto se vestía una sobrevesta hecha con
plumas magníficamente dispuestas, trabajo en el que eran excelentes. Sus
yelmos eran con frecuencia de madera y en ocasiones de plata, modelados
para asemejarse a cabezas de animales salvajes. En su punta de los mis­
mos ondeaban penachos de plumas multicolores, a los que se añadían
piedras preciosas y ornamentos de oro. También llevaban collares, braza­
letes y aretes, hechos con los mismos suntuosos materiales. Banderas con
bordados de oro y trabajos de plumas. Los batallones y los grandes jefes
también teman estandartes y equipos apropiados... la guerra era para
ellos un oficio, aunque todavía no una ciencia... el valor de un guerrero se
apreciaba en función del número de sus prisioneros y ningún rescate era
suficiente para salvar a los cautivos consagrados. Su código milito? era na
turalmente también draconiano. Se establecían hospitales en la capita
para la curación de los enfermos y como refugio permanente de los sold
dos inválidos, con médicos que se ocupaban de ellos. Es así que las ra^
azteca y tezcucana avanzaron en su civilización bastante lejos, muy P
enama de las tribus errantes de América del Norte... El indígena a&etxC*

40

Escaneado con CamScanner


posee algo particularmente
* „ - - ,, --------- — cu su naturaleza. Se encoge instin­
tivamente ante el brusco contacto de una mano extranjera. Incluso cuando
esta influencia extranjera viene en forma de civilización, parece hundirse
y languidecer bajo la misma. Tal ha sido el caso con los mexicanos... las
características morales de la nación, todo lo que constituía su individuali­
dad como raza, se han borrado para siempre. (19-42) I

1371 Capitulo 111 Mitología mexicana,Orden sacerdotal-


Los templosSacrificios humanos.

La religión mexicana ya no se encontraba en la primera fase. La misma


adoptaba una particular complejidad gracias a los sacerdotes, que habían
recopilado un ceremonial más minucioso y difícil que el de cualquier otra
nación, pasada o presente. Sus deidades de tipo alegórico-asiático. Los
aztecas habían heredado una religión más clemente de sus ancestros, so­
bre la que injertaron su propia mitología. Esta última se hizo dominante
y le transmitió una tonalidad oscura a las creencias de las naciones con­
quistadas, que los mexicanos, al igual que los antiguos romanos, parecen
haber incorporado a las propias, hasta que las mismas supersticiones fu­
nerarias se establecieran hasta los límites más remotos de Anáhuac. 13
deidades principales, 200 inferiores, cada uno de los cuales tema un día
especial, o una festividad específica que le estaba consagrado. Huitzilo-
potchli (el Marte mexicano) estaba por encima de todos. Este era el dios
superior de la nación. Las formas fantásticas de los ídolos mexicanos eran
simbólicas en grado sumo. Huitzi etc. había nacido de una virgen (como
Buda (India), Fuxi (China), Shaka (Tibet))... en los altares de cada ciudad
del imperio se percibía el hedor de los sacrificios humanos.^. La leyenda
del dios extranjero Quetzalcoatl abrió el camino a los españoles... Estos
di°ses mexicanos ascendían jerárquicamente desde los dioses penates o
dl0*s del hogar, cuyas pequeñas imágenes se encontraban en los hogares

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más humildes. En sus ritos funerarios encontramos semejanzas con l0s
ritos católicos, musulmanes, tártaros, griegos antiguos y romanos. Bautizo
(como con los cristianos, también para lavar de los pecados). Los sacerdo­
tes buscaban impresionar la imaginación del pueblo con un ceremonial de
lo más formal y pomposo. La influencia de la casta sacerdotal es máxima
en este estado imperfecto de civilización, donde la misma engloba toda
la escasa ciencia de su tiempo en su propio cuerpo. Es particularmente el
caso, cuando esta ciencia no se ocupa de los fenómenos reales de la natu­
raleza sino de las extravagantes quimeras de la superstición humana. En­
tonces las ciencias de la astrologia y de la adivinación, en las que se inicia­
ban los sacerdotes aztecas... parecían sostener las llaves del futuro en sus
propias manos... La casta sacerdotal era muy numerosa; 5000 sacerdotes
estaban vinculados al templo principal en la capital. Los diferentes rangos
y funciones de este cuerpo estaban organizados jerárquicamente. Los más
musicales dirigían los coros. Otros organizaban los festivales en función
del calendario. Otros se ocupaban de la educación de los jóvenes y otros
de los jeroglíficos y de las tradiciones orales; en tanto que los sombríos
ritos del sacrificio estaban reservados para los altos dignatarios del or­
den. En la cúspide de todo el cuerpo de sacerdotes, dos sumos sacerdotes,
escogidos por el monarca y los principales nobles; inferiores solo al sobe­
rano. Cada sacerdote se dedicaba al servicio de una deidad particular, y
vivían en espaciosas habitaciones en sus templos; de otra manera, estaban
autorizados a casarse. Muchas oraciones, vigilias, ayunos, azotes y mor-
tificación de la carne. Los sacerdotes estaban distribuidos en parroquias.
Como en el caso de los católicos: confesiones y absoluciones. La absolu­
ción de los sacerdotes se aceptaba en lugar del castigo legal por las ofen
sas y autorizaba la exculpación en caso de arresto... Para la educación/
algunas edificaciones se reservaban al interior del templo principal-
estos conventos (claustros) se instruía a los jóvenes, tanto hombres com
mujeres... A cada templo se le adjuntaban tierras para la manutención d
los sacerdotes. Bajo el último Moctezuma, cubrían cada distrito del imp
1 r Jp
rio. Adicionalmente, esta orden religiosa se enriquecía con la entrega

42 I

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primeros
culto se distribuía a los pobres Templos mJ SOStén *»
..fí . , lemplos muy numerosos. A través de las
prop,as edificaciones (concretamente en „s escalinatas alrededor de la
pirámides, sobre los altares, etc.) todos los servicios religiosa eran pii
blicos. Las largas procesiones de sacerdotes, elevándose en sus masivos
flancos, a medida que ascendían cada vez más alto hasta la cúspide, los
horribles sacrificios que se celebraban ahí, eran visibles desde los más le­
janos lugares de la capital... La impresión provocada se mantenía vigente
gracias a numerosas festividades... Procesiones de mujeres y niños, pero
entonces solo se ofrecía sangre de animales en los altares de los dioses...
Los sacrifícios humanos en los aztecas se admitieron a principios del siglo
XIV, doscientos años antes de la Conquista. AI principio eran poco fre­
cuentes; aumentaron con la extensión del imperio; finalmente, cada festi-
terminaba
estaban prescritas rigurosamente
azteca. Bastante bien descritas en el Canto 21 de Dante4. Las creaciones de
mismo
que éste las escribía, a través de unos bárbaros en un mundo desconocido.

algunas
guerrero
batalla, luego se presentaba para divertir a sus amigos. Estas consistían
en banquetes llenos de bebidas deliciosas y delicadas carnes, preparadas
ningún
ton arre y a ios uuc tumu"" r--------- rn
lugar existieron sacrificios humanos a la escala de Anáhuac. n re y
mil sacrificios por año. En las grandes ocasiones, como en a coron
' . « t")]/"! pi número em aún mas
de un monarca o la consagración de un J^eos de los sacrificados,
espantoso. Existía la tradición de conserv. ^ ^ |os Mct.rdo(es
en edificaciones destinadas a este obje , • ^ Humanes. El
creían que el único alimento para su* (de ^ ranhira de
?ran objetivo de guerra de los aztecas consistía tam

------------------------ . . n escrito a principios de 1300, donde


' Hace referencia al Canto XXI de la Divina corru ' _
Dante y Virgilio se encuentran en un círculo e i
I 43

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víctimas para sus sacrificios, al igual que la extensión de su imperio. La m.
fluencia de estas prácticas, la familiaridad con los ritos sangrientos de l0s
sacrificios provocó una sed de masacres, por parte de los aztecas, similar a
la que las exhibiciones en el Circo azuzaban en los romanos. La constante
recurrencia de las ceremonias, en las que el pueblo participaba, asociaba
la religión con sus más íntimas preocupaciones, y difundía la oscuridad
de la superstición sobre el corazón de los hogares, el propio carácter de la
nación había adoptado un aspecto grave y melancólico. Los sacerdotes se
hicieron cada vez más poderosos. La nación entera, desde el campesino
hasta el monarca, se inclinaban ante la tiranía del fanatismo. Pero se po­
dría pensar en la Inquisición en el siglo XVI. ... durante la infamia de la
Inquisición, se vinculó a este mundo con la duradera perdición del otro.
La civilización que los mexicanos poseían provino de los toltecas, una raza
que nunca manchó sus altares con sangre. Todo lo que merecía el nombre
de ciencia en México provino de esta fuente. (46-70)

Capitulo IV Jeroglíficos mexicanos. Manuscritos.


Aritmética. Cronología. Astronomía.

Describir acciones y eventos mediante el trazo de perfiles de objetos vi­


sibles parece ser un impulso natural y se practica, según ciertos estilos
propios, incluso entre los salvajes más rústicos... el uso de pictogramas es
una fase superior, es decir pintar de manera inteligible una serie consecu­
tiva de acciones... Pero si el objeto del escriba iba más allá del presente/
la imitación literal de objetos ya no respondía a esta idea más comptej3
Ocupaba demasiado tiempo y espacio. Entonces era necesario resumir Ia5
mágenes, limitar los dibujos a perfiles, o a partes del conjunto tan notaba
4 pudieran sugerir la totalidad fácilmente. Esta escritura représentatif
S tiva es la fase más rudimentaria de los jeroglíficos. Sin embargo ca
nunca pueden representar ideas abstractas, sin un modelo en el mu*d°

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eTu fonéto, en^r 1^7 U * últoa

enteras „ bie„ partesl ^Z2T T ^

xima a un alfabeto, a través dal a.,1 el lenguaje se descomí “^

de manera sene, a y precisa los més sutiles madres de, pJamiemX


egipcios poseían los tms Hpos de jemglfflcos. Los egipcios précdcam^

asuntos
y para sus registros escritos. Los aztecas también conocían las diferentes
j ^ -__ i //■•
figurati 38
escritura
un
mentó... hl material de sus manuscritos consistía principalmente en un
fino tejido a partir de las hojas de aloe, agave americana, llamado maguey
por los nativos, planta que crece de manera exuberante en las mesetas
de México... A la llegada de los españoles, se había acumulado una gran
cantidad de dichos manuscritos. El primer arzobispo de México (aquel
que los soldados seguían naturalmente), don Juan de Zumarraga, reunió
estas imágenes de todos los lugares, especialmente de Tezcuco, el gran
repositorio de los archivos de esa nación, para luego quemarlas en un "cú­
mulo alto como una montaña" en la plaza principal de Tlatelolco. De igual
manera, 20 años antes, el arzobispo X.imenes quemo, en un auto de fe simi­
lar, los manuscritos árabes de Granada... Aparte de los manuscritos con
i___ w___,________Acá r»*íc cp pnramaban en canción e himnos.

enseñaban con gran


aritmética,
un
juntos. Los primeros 5 teman nombres específicos, en tanto que los si­
guientes estaban representados por una combinación del quinto con uno
le los cuatro precedentes: 4 + uno para el 6, 5 y 2 para el 7, etc. El 10 y el
15 poseían cada uno un nombre específico, que también se combinaba
__ i_____ _____ o /-iiíifrn números para expresar una cantidad mavor. Estoc

I 45

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eran, por consiguiente, los caracteres a la base de su aritmética, de natura
leza oval, como lo eran en la de tipo escrito en la antigua Roma. El número
20 se expresaba mediante un jeroglífico distinto - una bandera. Los núme
ros más elevados se contaban de veinte en veinte. Al escribir, los mismos
se representaban repitiendo el número de banderas. El cuadrado de 20
es decir 400, poseía un signo propio, el de una pluma. De igual manera e]
cubo de 20, es decir 800, representado por una bolsa, o un saco. Este era
todo el dispositivo aritmético de los mexicanos. Acostumbraban registrar
las fracciones de sumas grandes dibujando únicamente una parte del ob­
jeto. De esta manera. Vi o 3á de una pluma, o de una bolsa, representaban
dicha proporción de las respectivas sumas, etc. Este dispositivo no era tan
pesado como el de los grandes matemáticos de la Antigüedad, que des­
conocían los sistemas de numeración árabe o hindú, mismos que dieron
un nuevo aspecto a la ciencia matemática, mediante la determinación del
valor, en gran medida, a través de la posición relativa de los números... Su
año civil coincidía con el año solar. Estaba dividido en 18 meses, cada uno
de 20 días, a los que se le añadían 5 días complementarios, para alcanzar el
número de 365. El mes estaba dividido en 4 semanas, de 5 días cada una,
al final de la cual tema lugar una feria pública o un día de mercado. En
cuanto a las casi 6 horas excedentes del año solar en los 365 días, se ocupa­
ban del mismo añadiendo días intercalares, no cada cuatro años como en
Europa, sino en intervalos más largos, como en algunos lugares de Asia.
Esperaban que transcurrieran 52 años estándar, luego de lo cual intercala­
ban 13 días o más bien 12 Vi, el tiempo de retraso. Los sacerdotes poseían
un segundo calendario, de tipo religioso, con el cual llevaban sus propios
registros, y que regulaba las festividades y temporadas de los sacrificios/ y
que les permitía hacer todos sus cálculos astrológicos (en una gmn ^ver
sidad de países... los sacerdotes han atribuido al culto de los elementos V
de los astros un poder que nosotros, hoy en día, apenas podemos cor
bir). La falsa ciencia de la astrologia es natural en sociedades que están
una situación de civilización incompleta... El ojo de un simple hijo
naturaleza observa los astros durante largas noches, ve el cambio a lo

46 I

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go de las estaciones dei aüo, y asocia „atura,mente dicho cambl[> œn
mismos, como penodos sobie i» que ejeran una mister¡osa

, ” on cualquier evento intere­


sante de su época y explora, en sus ardientes naturalezas, e
destino
niño recién nacido. (76-106)

Capítulo V Agricultura azteca. Artes mecánicas.


Mercaderes. Tradiciones domésticas.

La agricultura, a un nivel muy limitado, ha sido practicada por la mayor


parte de las rudas tribus de América del Norte. Donde encontraran un
claro en el bosque, o donde vieran una fértil franja de tierra en un espacio
abierto, o encontraran una ribera verde al borde de un río, plantaban frijo­
les y maíz en ella. En México, la agricultura estaba entrelazada con las ins­
tituciones civiles y religiosas de la nación. Todos, excepto los soldados y
la alta nobleza, cultivaban la tierra, incluso los habitantes de las ciudades.
El trabajo era realizado principalmente por los hombres, ocupándose las
mujeres de esparcir las semillas, descascarillar el maíz y de las labores más
ligeras del campo. (113) Cuanto el suelo se agotaba, lo dejaban en repo­
so. Destrucción de los bosques. Amplios graneros para sus cosechas. (114)
Entre sus productos agrícolas estaban los plátanos, el cacao, la vainilla. El
principal producto de esta tierra, como en el resto del continente amenca-
no, era el maíz, que crecía libremente a lo largo de los valles, pasando por
las empinadas pendientes de las Cordilleras, hasta las elevadas altitudes
de la planicie. Sus enormes tallos acumulaban azúcares en estas regiones
equinocciales y brindaban un azúcar apenas inferior al de la propia caña
de azúcar, que no fue introducida entre ellos sino hasta después de la Con­
quista. Sin embargo, el milagro de la naturaleza era el gran aloe mexicano
o maguey. Sus hojas se utilizaban para hacer papel, su savia fermentada
un,;------------- -- •____ i__ w.A?. omhríacrante. el vulaue; sus hoias también

I 47

Escaneado con CamScanner


servían para cubrir las viviendas más humildes; con sus sólid
trenzadas harmn Vi i loe Kacfac folio £. ____^ hbi
an alftleres
agujas de las espinas en la punta de sus hojas; y la raíz, cuando se
correctamente
w j -‘«nnivo. El
ve, en resumen, era alimento, bebida, vestido y material para escribir
los aztecas. (114-116). Conocían y explotaban la plata, el plomo y el es^ *
El oro, recuperado en la superficie u obtenido en el lecho de los
fundía en barra o, en forma de polvo, formaba parte del tributo regular *
las provincias del sur del imperio. Desconocían el uso del hierro, mismo
que se encontraba en su suelo. A pesar de su abundancia exi^p nmn.

uno
metales que se han puesto al servicio del hombre. (117)
39 una

también,
un
basalto, el porfirio, etc. Orfebres muy hábiles... Empleaban otra herra­
mienta, hecha de itztli, o obsidiana, un mineral oscuro y transparente, ex­
tremadamente duro y que se encontraba en abundancia en sus montañas.
Lo transformaban en cuchillos, navajas y en sus espadas dentadas... Con
ella trabajaban las diversas piedras y alabastros que se utilizaban en la
construcción de sus obras públicas y edificaciones principales;... Lases-
culturas eran muy numerosas... fabricaban utensilios en cerámica para
las tareas cotidianas de la vida doméstica... Notables pigmentos, tanto
minerales como vegetales. A través de ellos se introdujo la cochinilla en
Europa... De esta manera dieron colores brillantes a todo tipo de delica
das telas, hechas con el algodón que se cultivaba en abundancia en ^
regiones cálidas del país. Poseían también el arte de imbricar con es ^
delicado pelo de conejos, etc. y luego con frecuencia colocaban to
. . *1 el tipo en
ricos bordados de aves, flores o algún otro elemento original..* ,
el que más se deleitaban era en el trabajo con plumas de ave. El & ^
fico plumaje de los pájaros tropicales, en particular el de la clase ^
loros, proporcionaba infinitas variedades de colores; y el fino p u

48 I

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los picaflores... los facilitaba suaves fonos etéreos oye d„h
exquisito a la image„. Las pluma, feiMas en „ L red 7e “¿tt
confecaonaban en vestimenta para los ricos , 8 '
viviendas y ornamentos para los templos. (118-122) No había tiendas en

reunían
venciera en iu* grandes mercados de las ciudades principales. En dichas
ciudades se celebraban ferias cada cinco días con gran asistencia de los
alrededores, para vender o comprar; se dedicaban áreas específicas para
cada tipo de artículo; las transacciones se llevaban a cabo bajo la supervi­
sión de magistrados designados para tal fin. El intercambio se realizaba en
parte a través del trueque y en parte mediante una moneda regulada de
diferentes valores. La misma consistía en cilindros transparentes de polvo
de oro; o fragmentos de estaño, cortado en forma de T, y en bolsas de cacao
que conteman un número específico de granos. Afirmaba Peter Martyr5
(De Orbe Novo): "O felicem monetam
immunes
servan
tas en México, pero los hijos seguían el oficio del padre, los airerenn
oficios estaban ordenados en corporaciones; cada una de las cuales pose
un distrito específico de la ciudad, con su propio jefe, su propia deidí
tutelar, sus festividades propias, etc. Los aztecas apreciaban el comercio
El ofício de mercader era especialmente respetado. Era una especie de c
merciante itinerante, cuyos viajes lo llevaban a los rincones mas remot

Anahuac
suntuosas telas, joyas, esclavos y otros

de gran valor. Los esclavos se conseguían


leguas de la capital, donde regularmente
una
nmiw* — . .. - « „
Viajaban en caravanas armadas, «sitaban las

, ai cérvido de los reyes católicos. Fue parte


5 También
idinDien rearo
Pedro Manirir de
Mártir uc Anglería, humams nura referente al descubrimiento de
del Consejo de Indias y cronista. Se distingue po
América.
I 49

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diferentes provincias, llevando siempre algún presente de valor de su pro.
pío soberano para recibir usualmente otro a cambro, ,unto con el pe***
para comerciar... Su gobierno estaba siempre dispuesto a minar guerr^
si los mercaderes resultaban maltratados, convirtiéndose esto en un exce­
lente pretexto para extender el imperio mexicano. No era inusual pe**,
tir que los mercaderes cobren impuestos, que se ponían a su dispositif
También era muy común que el monarca empleara a los mercaderes como
una especie de espías, a fin de proporcionarle información acerca de los
países que visitaban y de la predisposición de los habitantes hacia su go­
bierno. Entonces su radio de acción era bastante amplio como para un sen-
cilio comerciante. Alcanzaron una alta consideración en la clase política
Se les permitía llevar insignias y escudos propios. Algunos de entre ellos
conformaban un consejo de finanzas, al menos en Tezcuco. El monarca los
consultaba con frecuencia, manteniendo a algunos siempre cerca de sí; los
llamaba con el nombre de "tío"... poseían sus propias cortes, para los ca­
sos civiles y penales, sin que estuviera excluida la pena de muerte, cuando
correspondiera; en ese sentido formaban una comunidad independiente, por
decirlo de alguna manera. Y como sus diversos intercambios les dieron
abundantes reservas de riqueza, disfrutaban de las ventajas esenciales de
una aristocracia hereditaria. (124-6) La poligamia estaba autorizada en­
tre los mexicanos, pero restringida a los ricos. (128) Los aztecas fumaban
mediante pipas y cigarros e inhalaban tabaco. (130) Grandes aficionados
a la gastronomía. Salsas, golosinas, etc. A veces se añadía un plato a los
festines, de naturaleza repugnante, especialmente cuando la celebración
terna un carácter religioso. En tales ocasiones se sacrificaba a un esclavo,
y su carne se preparaba con cuidado, para formar uno de los principe
elementos del banquete. El canibalismo, en tanto que ciencia epicúrea/
convierte en algo incluso más repulsivo. (131) Las carnes se mantení^
calientes gracias a calienta-platos. La mesa se decoraba con jarrone
plata, y en ocasiones de oro, con un fino acabado. Los vasos y cucha ^
abricaban con los mismos y costosos materiales, y de igual maner ^
aparazón de tortuga. La bebida preferida era el chocolatl, saboriza

501

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inillay diferentes especias. (131,2) Los banquetes concluían con una ge-
:rosa dtstnbución de trajes y adornos entre los invitados. (133) (cuando
retiraban, pasada la

Vol. Ill

Los aztecas no hicieron nada para mejorar la condición de sus vasallos,

o para promover su progreso de alguna manera. Sus vasallos eran siervos,


utilizados solamente para servir a sus deseos. Se los mantenía en sumisión
mediante guarniciones militares, se los oprimía con impuestos en tiempos
de paz y con la conscripción militar en tiempos de guerra. No extendieron
derecho de ciudadanía
derechos
trataban como a extranjeros
le vivían prácticamente al lado de los muros de la capil
azteca el corazón de la mona rehuía, no sentía simpatía,

ritmo, ni siquiera un poco, con e


(No conocían el uso de la leche) 40 conocían ningún

animal doméstico. (341)

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Prescott. (W .H.)
Historia de la conquista del Perú
4 * ed. 3 vol. Londres. 1850

vi

Libro I

pítulo I. Aspecto físico del país. Fuen


de la civilización peruana. Imperio de
los incas. Familia real. Nobleza.

dificultades
//
acue
tierra costera, con sus montañas: g— - ““ 7~7 ,. arpna) de
duc.cs subterráneos diseñados con inteligencia, los páramos (de arena) de

la costa recibieron agua en refrescantes y abundantes cantrdades, que


llenarían de fertilidad y belleza. Se levantaron bancales en las empinadas
laderas de la Cordillera. Los mismos mostraban, puesto que las i eren
cias de elevación producen el efecto de las diferencias de latitud, en una
gama regular, todas las variedades de la vida vegetal, desde el intenso
verdor de los trópicos hasta los productos templados del clima del norte.
Al mismo tiempo, rebaños de llamas —la oveja del Perú— se movían junto
cubiertas
agricul

I 53

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construidos

encima
la elevación habitual de las nuoes. tu íntercamoio entre estos números
asentamientos se mantenía gracias a los diversos caminos que atrav
permitían una
ción entre la capital y los rincones más remotos del imperio. El origen d
esta civilización se encontraba en el valle de Cuzco, en la región central d I
ignificaba
incas
pueden situarse como máximo a dos siglos y medio antes de la conquista
(11) No fue antes de mediados del siglo XV que el famoso Topa Inca Yu-
panqui6, abuelo del monarca que ocupaba el trono a la llegada de los espa­
ñoles, condujo sus tropas a través del terrible desierto de Atacama y, luego
de penetrar en la región sureña de Chile, fijó la frontera definitiva de sus
dominios sobre el río Maulé. Su hijo atravesó las Cordilleras hacia el norte
y anexó el poderoso reino de Quito al imperio del Perú. ([13,] 14) Cuzko
era la ciudad sagrada y el gran templo del sol que se hallaba en la mis­
ma era la estructura más grandiosa del Nuevo Mundo. (15) Se emplearon
impresionantes bloques de granito (muchos de 38 pies de largo por 18 de
ancho y 6 de profundidad) para la construcción de las torres de Cuzco.
Admirable, si consideramos que estas enormes masas fueron extraídas y
talladas por gente que desconocía el uso del hierro. Las mismas se trajeron
de canteras que se encontraban a entre 4 y 15 leguas de distancia, sin la
ayuda de animales de tiro, atravesando ríos y quebradas, para ser subid#
a las grandes alturas propias de la sierra, colocándose al fin en su luga
con la mayor precisión, sin conocer ni las herramientas ni las
comunes entre los europeos. Debieron emplearse 20 000 hombres
Coa romaíur
50 años para la construcción de estas erandes estructuras, be a
observamos en esto la acción de un ■lûcnnficmn nue tenia a
sin
fortuna de sus vasallos. Este despotism ^
_____

portar cuán moderado fuera en su carácter general, tenía po


------------------------------- c 1471 SU ^^
6 Topa Inca Yupanqui, o Túpac Yupanqui, fue el décimo inca. En ^torial-
trono y él se hizo careo especialmente del Ejército y la extensión te

54 I

Escaneado con CamScanner


cuando los empleaba a su servicio, la misma y ligera consideración que se
atribuiría a las bestias de carga que estos últimos reemplazaban. (17,18)
El Gobierno del Perú era absolutamente despótico. El soberano se alza-
ba a una distancia inconmensurable por encima de sus súbditos. Ocupaba
el puesto de representante del sol y la cúspide del orden sacerdotal. Reu­
nía y en general dirigía los ejércitos, determinaba los impuestos, promul­
gaba las leyes y garantizaba su implementación mediante la designación
de jueces, que podía destituir a voluntad. (23, 4) Los incas, a fin de de­
mostrar la pretensión de constituir seres superiores, adoptaron una poma
de carácter ridículo; dos plumas de un ave rara y curiosa, llamada cora-
quenque, eran el mayor emblema de la realeza. Estas aves, de donde se
obtenían dichas plumas, vivían en un páramo en medio de las montañas,
y su destrucción o captura se castigaba con la muerte. Cada nuevo inca
se presentaba con un nuevo par de estas plumas y sus crédulos súbditos
creían que solo existían dos ejemplares de esta especie de ave, destinadas
a proporcionar el sencillo ornamento de la corona de los incas... Uno de
los medios principales del inca para comunicarse con su pueblo consistía
en visitar las regiones del imperio. Estas visitas se llevaban a cabo con
gran fasto y ceremonia. El palanquín o litera en la que viajaba estaba recu­
bierta de oro y esmeraldas, protegida además por una numerosa escolta.
Los hombres que lo cargaban sobre sus espaldas eran enviados por dos
ciudades especialmente designadas para este objetivo. Nadie ambiciona­
ba ocupar este puesto pues era seguro que una caída se castigaba con la
muerte. Según Zárate, los portadores eran nobles; 1000 de entre ellos se
reservaban principalmente para este humillante honor. (24-26) Las mon­
tañas del Perú poseen oro en abundancia; los nativos conocían la minería,
ninguna porción del mineral se transformaba en monedas, pues la totali­
dad del mismo terminaba entre las manos del soberano para su propio y
exclusivo beneficio, para fines utilitarios u ornamentales. En su residencia
preferida en Yukay, donde vivían con sus concubinas, 1411 "apreciaban
disfrutar del lujo de sus baños, abastecidos con torrentes de agua crista­
lina que se llevaba al lugar a través de canales subterráneos hechos de

I 55

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plata, hasta estanques de oro. Junto a sus jardines y sus parterres, se ob­
servaba el brillo de varias formas vegetales, copiadas con maestría en oro
y plata". (29,30) Cuando moría uno de estos perros de incas "sus palacios
eran abandonados; todos sus tesoros, excepto los que se utilizaban en sus
funerales, sus muebles y su ropa, permanecían tal y como el monarca los
había dejado y sus palacios (excepto una) se clausuraban para siempre. El
nuevo soberano tema que conseguir por sí mismo todo lo necesario para
su estatus real". La razón era la creencia popular de que el alma del mo­
narca fallecido volvería luego de cierto tiempo a la tierra, para reanimar
su cuerpo... junto a él se sepultaban una parte de sus utensilios y joyas y
a varias concubinas y miembros de su séquito. (30, 1) El cuerpo del inca
fallecido se embalsamaba con habilidad y se trasladaba al gran templo
del Sol en Cuzco. Ahí, se colocaba a los monarcas en un lugar, ocupando
otro las mujeres. Los cuerpos, vestidos con el atuendo principesco al que
estaban acostumbrados, se colocaban en sillas de oro, y se acomodaban
con la cabeza inclinada hacia abajo, con las manos plácidamente cruzadas
sobre el pecho, en tanto que sus rostros mostraban su natural tono more­
no... Los peruanos fueron tan exitosos como los egipcios en este misera­
ble intento de perpetuar la existencia del cuerpo más allá de los límites
determinados por la naturaleza... Una de las casas que había pertenecido
al inca fallecido se mantenía abierta, a fin de ser ocupada por sus guar­
dias y miembros de su séquito, con toda la pompa correspondiente a la
realeza. En algunas festividades, se sacaban los cuerpos de los venerados
soberanos, con gran ceremonia, hasta la plaza principal de la capital- l°s
capitanes de la guardia de los respectivos incas enviaban invitaciones
los diferentes nobles y oficiales de la corte; se organizaban espectáculo^
nombre de sus amos, donde se mostraba toda la abundante opulenC1^
sus tesoros. Afirmaba Sarmiento7 que "en dicha ocasión se mostraba ^
cantidad tal de oro, plata y joyas en la gran plaza de Cuzco, como nin

---------------------- -tor,
7 Probablemente es Pedro Sarmiento de Gamboa, un marino, cosmógrafo, jj co^
do, historiador, y conquistador español que fuera nombrado por el rey
gobernador y capitán general de las Tierras del Estrecho de Magallanes.

56 I

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otra ciudad del mundo ha presenciado jamás". (32, 3) La aristocracia del
Perú consistía en 2 órdenes. ¡La primera y más importante!: Los incas. Estos
se vanagloriaban de compartir un origen común con el soberano. Vestían
un traje particular, hablaban en un dialecto propio y poseían las mejores
tierras públicas para su sostenimiento. Solo a ellos se les permitía ocupar
los altos cargos religiosos; y se les atribuía la dirección de los ejércitos y
de las más lejanas guarniciones. Vigilaban las provincias y ocupaban cada
cargo de confianza y que implicara recompensa. Un aristócrata iinca no
podía cometer un crimen. La otra orden de la aristocracia era la de los Cu­
racas, los caciques de las naciones conquistadas, o sus descendientes. Por
lo general conservaban sus posiciones, debían de tanto en tanto visitar la
capital y permitir que sus hijos sean educados en la misma como prueba
de lealtad. Su autoridad parecía ser por lo general de tipo local y estaba
subordinada a la jurisdicción territorial de los grandes gobernadores pro­
vinciales, que se escogían de entre los incas. La nobleza inca constituía la
fuerza de la monarquía peruana. Luego de siglos, todavía conservaban su
Aunque vivían princi
pálmente en la capital, también se distribuían a lo largo del país, en todas
las posiciones de poder y en los puestos militares de importancia, estable­
ciendo líneas de comunicación con la corte, lo que permitía al soberano
actuar de manera simultánea y con efectividad hasta en los rincones mas
Poseían
neos de la raza inca muestran una manifiesta superioridad sobre las otras
razas de la región, en términos de potencia intelectual. (34-37)

I 57

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Capítulo II Órdenes del Estado. Disposiciones de la justicia.
División de la tierra. Ingresos y registros. Grandes caminos
y postas. Tácticas militares y políticas.

La totalidad del territorio que respondía al dominio inca se denon,-


Iluiniiiab
"Tavantinsuyu"8 (las cuatro partes del mundo). Los dominios reales
esta.
ban divididos en 4 partes, cada una con un nombre particular v ,
y «ci3 jjjç
que se dirigían cada uno de los caminos que partían de Cuzco, la capita]
del reino del Perú. Del mismo modo, la ciudad estaba dividida pn ^
CI1 cuatro
partes; y las diferentes razas que se reunían en la capital desde las remota
regiones del reino vivían juntas en la parte que correspondía a su respec
tiva provincia. Llegaban de lejos, llevando sus trajes tradicionales; y este
orden y este sistema de configuración prevaleció entre la heterogénea nn.
igual
miniatura
uno
consejos para los diferentes departamentos. Estos virreyes vivían al me­
nos durante un tiempo en la capital, donde participaban en un tipo de
consejo de Estado del Inca. Toda la nación está dividida en pequeños cuer-
pos de diez hombres. Uno de estos diez, el, principal del grupo se ocupaba
de supervisar al resto... Estos, en caso de que se cometiera un crimen, no
llevaban al culpable ante un tribunal, sino que se sometían a sí mismos a
la sanción que los responsables hubieran merecido. El pueblo estaba divi­
dido además en cuerpos de 50, 100, 500, 1000 personas, cada uno de 1
cuales tenía un oficial responsable de la supervisión general de los sub¿l
temos. Los de rango más elevado poseían, hasta cierto grado, autorid
para imponer el orden. Finalmente, todo el imperio estaba dividi o
dnr sobtf
secciones o departamentos de 10 000 habitantes, con un gobernado ^
cada uno de ellos. orovpnipntp Hp la nnhlp-zp» incaica, mismos que )

suy°
8 Tahu an tinsuyi
o Estado. Consolidó 1
de Argentina y Chile

58 I

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control
Existían naagisE-ados an «buna,es reg„,are8 * ££££££

rs S sobre -——-
ef> se llevaban ante jueces superiores, con fre-
cuenaa los gobernadores u otros gobernantes de distritos. U corona se
oponía a la arbitrariedad. Los procesos, una vez iniciados, debían concluir
dentro de 5 días. No existían apelaciones ante otro tribunal. Un comité
visitaba y supervisaba el reino cada cierto tiempo, a fin de investigar el
carácter y conducta de los magistrados; toda negligencia o incumplimien-
to se castigaba con gran severidad. Los tribunales inferiores debían pre-
m ^
informes
los virreyes: de esta manera el monarca, en el centro de sus dominios,
podía observar incluso las regiones más remotas y corregir cualquier abu­
so en la administración de las leyes. Las leyes eran pocas, pero severas.
Casi exclusivamente para cuestiones penales. El robo, el adulterio, el ase­
sinato, blasfemar contra el sol y maldecir a los incas, quemar puentes - se
castigaban con la muerte. Las ciudades o provincias que se rebelaran se
convertían en desiertos y se exterminaba a sus habitantes. Rebelarse con­
tra "el hijo del sol" era el mayor de todos los crímenes... Violar la ley era
un sacrilegio. Sin embargo, no eran inhumanos en la ejecución de sus cas­
tigos. (38-44) La totalidad del territorio de los Incas estaba dividido en tres
partes, una para el sol, la segunda para el inca y la tercera para el pueblo.
Las proporciones variaban sustancialmente en las diferentes provincias.
Se realizaba la repartición en cada nueva conquista. La tierra que se asig­
naba al sol producía ingresos para la manutención del templo, las ceremo­
nias y los numerosos miembros de la casta sacerdotal. La parte que se re­
servaba para el Inca servía para sostener la pompa real, los numerosos
miembros de su familia y parientes, y las diversas exigencias del gobierno.
El resto de las tierras se repartía, per cápita, en partes iguales entre la po­
blación. Estaba determinado por la ley que cada peruano debía casarse en
un tiempo definido. Cuando este acontecimiento tenía lugar, la comuni­
dad o distrito donde éste vivía le proporcionaba una vivienda, misma que

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no costaba mucho, ya que se construía con materiales sencillos. Se le asig.
naba entonces un lote de tierra, la suficiente para su manutención y la de
su mujer. Se le entregaba una porción adicional por cada hijo, el doble p0r
cada varón, con respecto a la porción entregada por cada hija. La división
del suelo se realizaba de nuevo cada año y las posesiones de los arrenda­
tarios crecían o disminuían en función del número de personas de sus fa­
milias. El mismo arreglo tenía lugar para los curacas; solamente se les
asignaba dominios que correspondieran a su alta dignidad. No se conci­
bió una legislación agraria efectiva y coherente. (Con la fertilidad de la
berra, bastaban naturalmente lotes muy pequeños). La aproximación más
cercana a la constitución del Perú la encontramos en la de Judea, donde
eran recurrentes los grandes jubileos, al final de cada medio siglo. De igual
manera, a lo largo de los años, el que había recibido la tierra no terna el
poder de enajenarla o de añadir nueva tierra a sus posesiones. Es probable
que cada nueva división del suelo confirmara de manera habitual al ocu­
pante en su posesión, convirtiéndose el poseedor de la tierra, que inicial-
mente la ocupaba por un año, en un propietario de por vida. El territorio
era cultivado íntegramente por el pueblo. En primer lugar las tierras que
pertenecían al sol. Luego araban las tierras de los ancianos, de los enfer­
mos, de las viudas y huérfanos, y de los soldados en servicio activo; en
resumen, la totalidad de las tierras de la comunidad que pertenecían a
quienes estaban incapacitados de hacerlo eran atendidas con un cuidado
adecuado. Luego, el pueblo permitía que cada quien cultivara para sí,
pero con la obligación de ayudar al vecino, si alguna circunstancia espe­
cial lo exigía, como por ejemplo la responsabilidad de un niño o una fanu
lia numerosa. Finalmente, se cultivaban las tierras del inca. Esto tenía^
gar en medio de una gran ceremonia con todo el pueblo en conjunto. •
arreglo similar imperaba en las diferentes manufacturas... Los rebaño ^
llamas, u ovejas del Perú, eran propiedad exclusiva del sol y del *nC ^
cantidad era inmensa. Repartidas a lo largo de las diferentes pr0
principalmente en las regiones más frías del país, se confiaba su cu ^
pastores experimentados, mis que las llevaban a diferentes pastil

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función
, , . 6»«»wnnaaa se enviaba cada año
la captai para el consumo de la Corte y para ,as festividades
acnficios. Pero únicamente los machos. Las hembras no debían ser sacri-
icadas. Las regulaciones para el cuidado y crianza de estos rebaños se
rescribían con el mayor detalle.... En determinadas temporadas, todas se
rasquilaban y la lana se depositaba en almacenes públicos. Entonces cada
amilia tomaba la cantidad necesaria, según sus necesidades, y se entrega-
a a las mujeres de la casa, que sin duda conocían las tareas de hilar y tejer,
sto en el clima frío de las montañas. En las tierras bajas, el algodón, pro­
porcionado de manera similar por la corona, ocupó hasta cierto punto el
lugar de la lana. Luego se exigía que el pueblo trabajara para el Inca. La
:antidad de la ropa que se necesitaba, así como el tipo y calidad espedfi-
os de la tela, se determinaba primero en Cuzco. El trabajo se repartía en­
tonces entre las diferentes provincias. Se designaba a funcionarios para tal
in, quienes supervisaban la distribución de lana, de tal manera que la
anufactura de los diferentes artículos recaiga en las personas más com­
petentes. (La manufactura de la ropa para el inca incluía también la que se
estinaba a las numerosas personas que poseían sangre real y que vestían
)ajes de una textura más fina que la que se permitía a cualquier otro
peruano). Estos funcionarios visitaban los hogares de tiempo en tiempo,
-ara verificar que el trabajo se ejecutara de manera correcta. Esta inquisi-
ion doméstica9 no se limitaba a los trabajos para el inca, sino que incluía
mbién aquel destinado a las diferentes familias; y se controlaba que cada
ogar empleara los materiales entregados para el fin previsto, de tal ma-
era que nadie careciera de la ropa necesaria. La totalidad de las mujeres
participaban en este trabajo de orden doméstico. Se encontraba una ecu­
ación para todos, desde el niño de 5 años hasta las andanas de avanzada
ad. La pereza se castigaba como un crimen; el trabajo duro se recomen-
ba y estimulaba públicamente mediante recompensas. Nadie debía cá­
ncer de los bienes necesarios. Se seguía el mismo camino con los otros

Marx se refiere a inquisitio, una herramienta para saber, para conocer, relacionada con el
gobierno.

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primen»* del gobierno. Todas las mina, del «mo pertenecían al
inca Estas eran explotadas exclusivamente para su tenedero, por pe«x
ñas que conocían el oficio, escogidas en los distritos donde se encontraban
las minas. A partir de estos yacimientos, se distribuían los beneficios gene,
rosamente, en tanto que regalos, entre los grandes señores y para el embe­
llecimiento 1431 del Templo. Todos los peruanos de las clases bajas eran
agricultores, y se esperaba, con las excepciones ya mencionadas, que pu­
diera producir lo necesario para su sustento gracias al cultivo de su tierra.
No obstante, una pequeña parte de la comunidad era educada en las artes
mecánicas; algunas del tipo más elegante, supeditadas a objetivos de lujo
y ornamento. La demanda de los mismos estaba restringida principal-
una
mayor de brazos para la ejecución de los grandes trabajos públicos que se
servíaos
requeridos se determinaban todos en Cuzco, a través de funcionarios co­
misionados que conocían bien los recursos del país y el carácter de los
habitantes de las diferentes provincias. Esta información se obtenía a tra­
vés de admirables disposiciones - Se llevaban registros de todos los nari-
mientos y decesos, y cada año se hacía una estimación exacta de la pobla­
ción del reino por medio de los quipus10. Cada cierto tiempo se realizaba
un estudio general del país, en el que se mostraba una imagen compte*3
del tipo de los suelos, su fertilidad, la naturaleza de sus productos, tanto
agrícolas como minerales, en resumen, de todo lo que constituían los re­
cursos físicos del imperio. Poseedor de esta información estadística,
taba fácil para el gobierno, luego de determinar la cantidad de trabaje
más
podía exigirse, distribuir el mismo en las respectivas provincias, laS ^
aptas para ejecutarlo. La tarea de distribuir el trabaja recaía en las a ^
dades locales, que se preocupaban porque, de este modo, al ^eíT^ca.
asegurarse de que se escogiera a los más competentes, el trabajo

------------------------ -
10 La palabra quipus viene del quechua (khipu) y significa 'nudo'. Elaborad de y con
lana de llama o alpaca, herramienta utilizada por los incas para llevar e
bilidad.

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I

yera de manera desproporcionada sobro nadie. Las diferon.es provincias


del pafs enviaban personas particularmente idóneas para los diferon.es
trabajos, que por lo general pasaban de padre a hijo. De este manera, por
ejemplo, un distrito proporcionaba los mineros más hábiles, otro distrito
los mejores trabajadores del metal o de la madera. El reino proporcionaba
al artesano los materiales necesarios; no se le exigía a nadie entregar más
tiempo del que se había determinado para este servicio público. Luego,
otro artesano reemplazaba al primero por un lapso similar; y todos, tam­
bién en el trabajo agrícola, estaban a cargo del tesoro público en tanto es­
tuvieran empleados por el reino. A través de esta constante rotación del
trabajo e lograba que nadie estuviera sobrecargado de tareas y que tuviera
tiempo para preocuparse por las necesidades de su propio hogar. Estos
requerimientos estaban ordenados de tal manera que los trabajos más
agotadores y malsanos, como el de las minas, no causaran daño a la salud
de los trabajadores, en marcado contraste con las condiciones posteriores
bajo el dominio español. Una parte de los productos agrícolas y de las
manufacturas se transportaba hasta Cuzco, para las necesidades inmedia­
tas del Inca y de su Corte. Pero la mayor parte se almacenaba en depósitos
distribuidos a lo largo de las diferentes provincias. Estas amplias edifica­
ciones, hechas de piedra, estaban divididas entre el sol y el Inca, pertene­
ciendo a este último la mayor parte. Según la ley, cualquier déficit en las
contribuciones del Inca podían ser cubiertas por los graneros del sol. Pero
en general existía un gran superávit en los almacenes reales, mismo que se
trasladaba a un tercer tipo de depósitos, que tenían la finalidad de aprovi­
sionar al pueblo en caso de escasez y de manera esporádica, para apoyar
a los individuos pobres... Estos depósitos fueron encontrados por los es­
pañoles, repletos de los diversos productos y manufacturas del país, con
maíz, coca, quina, oro, plata y cobre, en resumen, todos los artículos de
lujo conocidos por los peruanos. Los depósitos de cereales, en particular,
habrían bastado normalmente para el consumo de un año de los distritos
vecinos. Gracias al trabajo de funcionarios reales, cada año se redactaba
un inventario de los diferentes productos del país y de las regiones donde

IM

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registros
I l..... .......J '-------------- f regularidad
^ ---- A-OIUS
gistros se transmitían a la capital y se remitían al Inca, quien podía, de una
mirada, abarcar todos los resultados de la producción nacional y observ
qué tanto coincidían los mismos con las exigencias del gobierno Sobr
el pueblo peruano recaía todo el peso de sostener, no solo su propia orden,
sino también las otras órdenes del Estado. Los miembros de la casa real'
los grandes nobles, los funcionarios públicos, los numerosos sacerdotes
nr nllrvn ^J *----- -____ t__ 1 - .
peruano
un-------** cuo pu&esio
!-----------
nes ni ascender en la escala social. Ni siquiera su tiempo podía considerar-
_^ • O• *•

algú
impuestos con trabajo. La pereza era un crimen
cirio de alguna manera, una pérdida para el ei
50, si bien ningún hombre podía hacerse rirn pn

J fundamentalmen
1 UI lUUli IV.1 I lUlii IV - »

te a la idea de cambio. (44-58) Todavía se encuentra, en las regiones centra­


les, restos de templos, palacios, fortalezas, montañas convertidas en
bancales, grandes caminos militares, acueductos. (59) Uno de estos cami-
nos (¡de Cuzco a Quito!) atravesaba la gran planicie. El mismo se habfe
construido sobre sierras desiguales enterradas bajo la nieve; se habían
abierto galerías a lo largo de varias leguas, sobre la roca viva; se atrav esa i
ban ríos mediante puentes colgantes, suspendidos en el aire; se escalab ^ d
precipicios a través de escaleras talladas en la piedra madre, se cubn# ai
quebradas de espantosa profundidad con trabajos de sólida mampo»^
lk,
en resumen, todas las dificultades que asolan a esta región salvaje,
tañosa. v mm • - - *—~"*pr°s **ii
impresionar £ Por
n enfrentadas
caminos europ^ b
el &
una de todo
Sobre algunos de los ríos más caudalosos, se 13
dià** O,
abafl
P didos, todavía conservados cuando los españole; cruz N

64 1

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ríos Se construían con las sólidas fibras del maguey, es decir el mimbre de
estas regiones, muy tenaces y fuertes. Este mimbre se tejía en cordajes
gruesos como un hombre. Las enormes cuerdas se tendían entonces sobre
el agua 1441 y se conducían a través de huecos o aros colocados sobre
inmensos soportes de piedra levantados en la orilla opuesta del río, y allí
se aseguraban con pesadas piezas de madera. Varios de estos enormes
cables, reunidos, conformaban un puente. El mismo, cubierto de planchas.
ígurado
guridad
mino de los Incas se ubicaba en las regiones llanas entre los Andes y el
océano... A lo largo de estos caminos, se habían construido caravasares o
tambos11, cada 10 o 12 millas, para hospedar al Inca y a su séquito, y para
los viajeros que se ocupaban de asuntos oficiales. Había muy pocos viaje­
ros de otro tino en el Perú. Cada una de estas construcciones era bastante
militar
cubrían
grandes
distritos por los que éstos pasaban y, bajo el gobierno de los Incas, una
gran cantidad de brazos estaba constantemente ocupada en repararlas.
Esto era relativamente sencillo en una tierra donde se viajaba esencial-
destruidas
aun
evidencian
antigua
levantaban
Has, en cada una de las cuales se instalaban corredores o chasquis12, cuya
misión consistía en llevar la correspondencia del gobierno. Esta corres-
transmitía

ll Se refiere aun camino importante utilizado por el personal Estatal, como centro de aco­
pio, con fines administrativos y militares. Son infraestructuras con mayor presencia en el
imperio inca.
12 Chasqui era una persona adiestrada desde muy joven que recorrían los tambos llevando
mensajes o recados; era el mensajero personal del inca.

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acompañados con frecuencia por una hebra roja de las telas que se usaban
en los templos del Inca, con el mismo respeto inherente que el que provo­
caría el sello de un déspota oriental. Los chasquis se vestían con una librea
específica que señalaba su profesión. Se los entrenaba para el empleo y
los seleccionaba por su velocidad y fidelidad. Los mensajes se llevaban a
una velocidad de 150 millas por día. Los chasquis llevaban también varios
artículos para la Corte; peces del océano, frutas, carne de caza y diversos
productos de las regiones cálidas de la costa... Entonces las regiones más
distantes del reino peruano estaban en íntima relación las unas con las
otras... Una de las finalidades principales de los grandes caminos era la
comunicación militar. Los Incas estaban en constante estado de guerra
Luego de constituir el núcleo de su reino, iniciaron guerras en contra de
las naciones bárbaras en sus fronteras. Los Incas del Perú no ofrecían otra
alternativa que la guerra o el culto al sol. Primero intentaban ser un modelo
a seguir, luego pasaban a la negociación, a los regalos y, por último, a la
guerra. Los impuestos se cobraban en todas las provincias; aunque se
extraía más de algunas, cuando el carácter de su pueblo esa particularmente
duro. Los habitantes de cada pueblo, sometidos a una rotación en el
servicio militar y a ejercicios regulares, mismos que teman lugar de 2 a 3
veces por mes, los elevaba en general al nivel de soldados con un nivel
superior al de una milicia inexperta. Al final de su reinado, podían llevar
200 000 hombres al campo de batalla... Se levantaban depósitos a intervalos
regulares, llenos de granos, armas y diferentes municiones de guerra, con
las se aprovisionaba al ejército a medida que éste avanzaba. El gobierno se
ocupaba con especial cuidado de que estos depósitos, que se aprovisionaban
graaas a los depósitos del Inca, estuvieran siempre llenos. Cuando 1<#
españoles invadieron el país, sustentaron a sus propias tropas duran*
largo tiempo con las provisiones encontradas en dichos depósitos- »
primera acción del Estado, luego de someter un país, consistía ^
establecimiento del culto al sol. Se levantaban templos y se colocaba ^
mismos a numerosos sacerdotes, encargados de adoctrinar a los p»e
redén conquistados y de deslumbrarlos con el despliegue de su c°

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solemne ceremonial. Pero no se deshonraba las religiones de los
derrotados. Las imágenes de sus dioses se transportaban a Cuzco y se
ardaban en uno de los templos, donde conservaban su rango, por
>ajo de las deidades menores del panteón peruano. Ahí permanecían
at alguna manera como un castigo para la nación conquistada... En sus
nuevas conquistas, se interesaban los Incas en realizar un censo de pobla­
ción y un catastro de los productos y calidad del suelo de lugar. Luego de
la misma división, que con ellos se aplicaba... las extraordinarias institu­
ciones de los Incas se establecían en los territorios conquistados con escasa
oposición... Poco después de una conquista reciente, los curacas y sus fa­
milias se trasladaban a Cuzco durante un tiempo. Allá aprendían el idio­
ma de la capital, se familiarizaban con las costumbres y usos de la corte,
etc. y recibían muestras de benevolencia por parte del soberano, antes de
ser enviados de vuelta a sus tierras de origen, pero aun así dejaban a sus
hijos mayores en la capital, mismos que se quedaban en la capital como
garantía de fidelidad de sus padres, y de igual manera como una forma de
honrar la corte del Inca. - Otro recurso: revolucionar el idioma del país. Se
reemplazaba con una lengua universal, el quechua. Era el idioma de la Cor­
te, de la capital y de la región colindante - el más rico y completo dialecto
de América del Sur. A lo largo del país, se enviaban profesores a todos los
pueblos y aldeas, con la finalidad de formar a todos, incluso a las clases
más humildes; y al mismo tiempo se aseguraban de que nadie ignorara
esta lengua, sin importar dónde viviera o el estatus que poseyera. Los cu­
racas y otros jefes la aprendían en la corte, dando el ejemplo en sus hoga­
res cuando retomaban. Entonces, mientras que cada provincia conservaba
su idioma propio, se establecía una magnífica comunicación entre las di­
ferentes partes del reino... La Historia ofrece pocos ejemplos de una tan
autoridad absoluta que pudiera imponer una revolución en el idioma de
un imperio, con la orden de un amo... Otro recurso: si una parte de la po-

una
una
antiguos

I 67

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fuera mcunteuble- U misma cantidad de pv^
corona
territorio que * habia quedado vacante luego de
tercambio, la población se componía de
dos
¡¿¡L terminaban observándose con envidia y «teconfi^«a,
te gracias al apoyo de la autoridad, la influencia de las
tadas terminaba venciendo. Cada ciudadano debía vestir el w" *
provincia natal. Los colonos, luego de ser trasplantados, no *n
P°dí>r
a su tierra de origen. Esto sucedía porque, según la les; estaba
cualquiera cambiara de residencia sin permiso.
colcno 4:
establecía de por vida. El gobierno peruano dictaba a cada person
>; -,
gar de residencia, su esfera de acción, e incluso más, la naturaleza
bu tos de dicha acción. Dejaba de lado su libertad; estaba exento
ponsabilidad personal... estos migrantes eran llamados
- Tranquilidad en el corazón del imperio, guerras en las íronl
la situación del Perú. (59-79)

Capítulo DI Religión peruana. — Deidades. — Templos mtrteíBesc


Festividades.— Las zvrgenes del Sol. — Matrimonie.

gobierno del Inca era una teocracia. (84) Las imágenes de las
las naciones conquistadas se transportaban hasta la cap
oneroso costo de su culto ctivas
ser cubierto por sus respe­
C^s* ^ oro' en el lenguaje figurado del pueblo, era Ia5 ^ ^
«1 (9^.) En las casas del sol", todos los utensilios eran de
os Acénsanos, las vasijas que contenían el agua para *
cañerías que llevaban dicha agua a través de canales sub
edificadones, el reservorio que la contenía, incluso
picolas que se utilizaban en los jardines del templo» etc
viene •4? ditt
eran el reservorio común hacia
****** derivado de la
palabra quechua wmív que quiere

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fidos públicos y privados a lo largo del imperio". (93-5) Hoy en día,
beIie frailes cantan sus plegarias al interior de los espados consagrados
l0§un día estuvieron ocupados por los Hijos del Sol". (95) Gran cantidad
^ tem los Ejérdtos enteros de sacerdotes. En lo alto de la jerarquía se

contraba el Villac Umu, el sumo sacerdote. (97) Y sin embargo, esta casta
j .„i „„ cp Histineuía
distinguía mediante ningún signo exterior
extenor o hábito.
naoito. No
iw*-----
•an los únicos d ,
iucarión, etc. Esto se explica porque los nobles ncas eran d
1 1 / 1 _ ^*
rden sagrada del Estado" ~l----- u'
religiosa proveniente del pueblo. (97, 8) Los deberes del sacerdote se li­
mitaban al servicio en el templo. Su conocimiento de las festividades y
rituales. (98) Las vírgenes del sol eran las prometidas del Inca y cuando
alcanzaban la edad de casarse, las más bellas eran escogidas para los ho­
nores de su lecho y transferidas al harem real. Eran miles... Los grandes
nobles del Perú estaban autorizados a tener varias esposas. Para el pue­
blo... solamente se permitía una. Para el matrimonio, se prescribía una
edad de 24 años para los varones, y de 18 o 20 años para las mujeres. En
un día determinado del año, se reunían todos en las plazas principales
de sus respectivos pueblos y aldeas, a lo largo de todo el imperio. El Inca
dirigía en persona la reunión de su propia familia. Tomaba las manos de
las diferentes parejas que iban a unirse y las colocaba una encima de la
otra, declarándolos marido y mujer. Ocurría lo mismo con los curacas y
las personas de mismo rango o inferior en los distintos distritos. Nadie
estaba autorizado a escoger una esposa fuera de la comunidad a la que
perteneciera, las mismas comprendían en general a personas de su propia
familia; con la excepción del soberano, nadie debía casarse con la propia
hermana. La autorización de los mayores era necesaria. (106-8) El gobier­
no de los Incas era el despotismo más clemente de todos, pero también el
más exhaustivo. (109)

I 69

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Capítulo IV Educación. - Quipus. - Astronomía.- Agricuh
Acueductos - Guano- Alimentos importante
s.

La ciencia era únicamente para los nobles... Se consideraba


miembros del pueblo eran similares a niños, y que nunca podrían^ ^
un estado de tutelaje, o actuar o pensar por sí mismos... amautas (h ^
bres sabios)... Los quipus eran cuerdas de aproximadamente 2 dípc ^ ,
trenzad,
misma coleaban una - --
Las cuerdas eran de diferentes colores y estaban atadas de tal manera que
formaran nudos; la palabra quipu significa

— — amarillo A
el oro, o para ideas abstractas, con el blanco para la paz, el rojo para la
principalmente para fines
servían
números
riera. De esta manera resolvían sus cálculos con gran rapidez... Ciertos
funcionarios -quipucamayus14- estaban establecidos en cada uno de los
distritos para transmitir información al gobierno sobre diferentes asun­
tos importantes. Un funcionario se ocupaba de los incresos, e informaba
prima
Otro funcionario
números
la producción de armas, etc. Estas declaraciones se enviaban cada año a la
remitían
estos místicos registros... Estas madejas de fibras multicolores, reunidas y
cuidadosamente conservadas, conformaban los archivos nacionales Se
designaba a analistas en cada una de las comunidades
nes tenían la responsabilidad de registrar los principales eventos que te-
« - / i i i « .
man funcionarios, de estatus más elevado, habitualmente

Quipucamayoc o quipucamayus eran los analistas econ


* • 1—— x r anwahan a los administradores,

70 I

Escaneado con CamScanner


jutas, se les confiaba la historia del imperio
hechos del Inca que gobernaba o de sus ancestros T*** **l0S
grandes
de crearse se transmitía únicamente a través de htlT luego
quipus servían al cronista para ordenar los eventos de ^ los
para refrescar su memoria. El amauta narraba estas hiTto"^ metÓdÍCa y
los, y de esta manera la tradición histórica, en parte a tralésT i ^ PUpÍ'

signos

||1W1%—'
un * O los aztecas...
haravecs, [o] poetas... Su agricultura reposaba sobre científicos
principios científicos,
Era la base de sus instituciones políticas. Sin comercio exterior. Región
, rr arpnosa en la costa, con agua enviada a través de canales y acue-
construían 146 montañas
terminaron
mucho cuidado
—r
Je las regiones por donde pasaban estos canales pudieran beneficiarse
Je los mismos. La ley prescribía la cantidad de agua que se repartía a
rada persona; con supervisores que vigilaban la distribución y que ob-
iervaban que el agua se utilizara de manera adecuada en la irrigación del
^ - m

aunque

irai, eran uenwaiauu ----------


ancales sobre los cerros, sostenidos por sólidas piedras. Dichos bancales
: hadan más pequeños a medida que ascendían hacia la cumb '
......... .................. i, narte inferior del andén, como los llamaban
unos den acres,
i la Dase un r—
apenas suficiente como para cultivar unas po-
r —tales masas
cas hileras de maíz. Algunas de estas cumbre
formación herramien
abiertas con gran cantidad de tierra... Sin ía un ^idividuo hubiera
138 0 de máquinas, habituales entre los europeos, en grandes
Podldo hacer muy poco; pero cuando los individuos ^ graCias a una

n'asas, bajo una dirección común, podían logra a^ahan la sierra roco-
gable perseverancia, etc. Además, así como
171

Escaneado con CamScanner


excavaban bajo
vanes, en Dusca de un estrato aonue puuiera encontrarse alg0 j delo:
dad natural. Estas excavaciones, que los españoles conocían com ^
o "fosas", mimas que eran realizadas a gran escala, llegando a °. ^
frecuencia más de un acre, y con una profundidad de 15 0 20 ni«. * ^
,oc • Los
anos conocían muy Dien el uso de los diferentes
«Pos
aplicaban ampliamente. También el guano, depos
por aves mannas .. No poseían ni el arado de hierro del Viein u
animales de tiro. Estos últimos, de hecho, no se encuentran en nin '
____________ _ _ - ____ - . ______

Mundo. El instrumento
sólida
punta afilada, sobre la que se colocaba transversalmente una
punta,
fin de introducir
fuertes estaban atados
con fuerza, jalando juntos, mientras avanzaban, cantando y siguiendo el
ritmo de sus cantos típicos, acompañados por sus mujeres, que iban de­
trás, rompiendo los terrones con sus rastrillos. El suave suelo ofrecía poca
resistencia, y los agricultores, luego de una larga práctica, adquirían una
destreza que les permitía revolver la tierra hasta la profundidad necesaria
con una sorprendente facilidad... Los intercambios agrícolas de las dife­
rentes provincias se realizaban mediante ferias, mismas que tenían lugar 3
veces al mes en los lugares más importantes. Ahí, considerando que no se
conocía el dinero, se llevaba adelante una rústica forma de comercio me­
diante el trueque de sus respectivos productos. Estas ferias permitían a los
diligentes trabajadores gozar de varios días libres... En el nivel inferior, Ia
yuca y la banana, liberaban al hombre de la maldición del trabajo,
Humboldt15, su Drorhirtririri^H v con résped0
xi
v-
l

15 y explorador alemán, recorrió casi diez mil kilómetros en tres 8raní^je] Q&
ñoco ved^eS nlaS ^°S Prïmeras en Sudamérica, desde Caracas hasta las £K
i

en México q* 3 (^UÍto por la reSión andina, y la tercera por las colonias ^ i


en s?ex^d , dlCÓ 3 la recoPilac*n, ordenación y publicación del material ^
regiones eaui ^ ^ COIltenido todo él en treinta volúmenes que llevan por título i
«s equinocciales del Nuevo Continente.
72 I

Escaneado con CamScanner


a la papa = 44:1,. Maíz, Con este se producía una bebida fe
gran cantidad. Los azúcares contenidos en el maíz tiene mCntada' en
superior en las regiones tropicales... El clima templado di7 Va'°r
------- ampiado de la nía • •
proporcionaba
proporcionaba elel maguey
maguey (agave
(agave americana)...
americana)... Tab*™ (lo * * P'anÍCÍe
Tabaco n ? les
eS
consumían en polvo, con tines medicinales). Coca 0 cTca^T?8 ^
^oca o cuca16 Se trat h
arbusto que crece hasta la altura rfe
arbusto de un u—i
hombre ,T a« . ’ rata de
ill j , as ho)as se recogen
9 M secan al sol y, luego de mezclarse con algo de substancia tíuslica se
mastican, de la misma manera que las hojas de betel en Oriente Con un
poco de esta coca en su bolsa, y un puñado de maíz tostado, el india­
na peruano de nuestro tiempo cumple con sus cansadoras jomadas de
trabajo, día a día, sin fatiga, etc. La comida le resultaba más estimulante
luego de su apreciado narcótico. Bajo el dominio Inca, este producto es­
taba reservado exclusivamente para las castas nobles. En lo alto de las
empinadas cuestas de los Andes, por encima del límite de cultivo para el
maíz y la quinua (un cultivo parecido al arroz) se encontraba la papa. Bajo
el dominio inca, constituía un alimento muy importante de las planicies
más elevadas. (110-134)

Capítulo V La oveja peruana. — Grandes cacerías. - Manufacturas.


Habilidades mecánicas.-Arquitectura.-Reflexionesfinales.

Los peruanos, aunque extendieran a lo largo de una larga costa, no te


uan comercio exterior. Para la manufactura doméstica poseían ven j
especiales en materias de excelente calidad. Encontraron un bu
Uto para el lino en un tejido, similar al que los aztecas producían con
sólidas fibras del maguey. El algodón creda en abundancia en e raw
:erior de la costa, proporcionándoles una vestimenta a ecua a ^
latitudes más templadas del país. No obstante, la llama y o ^^
aparentadas a esta oveja de los Andes les proporciona an
.. • «i

originaria
I 73

Escaneado con CamScanner


I

llón) adaptada al climas más frío de la planicie. De las cuatro variedad


de ovejas de los Andes, la llama era la menos valiosa en cuanto a su
Se la utilizaba principalmente como animal de carga. Podía cargar aper^
más de 100 libras y no era capaz de viajar más de 3 o 4 leguas por día Era
fácil de sustentar, alimentándose de los musgos y las raquíticas hierbas
que crecen de manera dispersa en los marchitos flancos y cuestas de las
Cordilleras. La estructura de su estómago es similar a la de los camellos
de tal manera que podían vivir privadas de agua durante semanas, o
meses. Su pezuña esponjosa, que poseía un talón en punta para permitirle
apoyarse con firmeza en el hielo, no necesitó nunca de la herradura; y la
carga que se colocaba sobre su lomo se sostenía de manera muy segura
sobre ese lecho de lana, sin la ayuda de cintos o sillas de montar. Las llamas
viajaban en rebaños de 500 o de hasta 1000 ejemplares. Aunque cada una
llevara poco, el agregado terminaba siendo considerable. Las caravanas
avanzaban a paso regular y pasaban la noche al aire libre, sin sufrir las
i

temperaturas más frías y marchando en perfecto orden, respondiendo


obedientemente a la voz del guía. La utilización de animales domésticos
distinguía a los 1471 peruanos de las otras razas del Nuevo Mundo. Sin
embargo, los peruanos utilizaron la llama para este fin menos que los es­
pañoles. La valoraban principalmente debido a su lana. Inmensos rebaños
de este "gran ganado", como los denominaban, y del "pequeño ganado
o "alpacas" entregaba
Estos últimos guiaban los rebaños de una región a otra, en fundón de los
cambios de estarión. Estas migrariones se regulaban con la precisión
los códigos de la Mesta17 para el movimiento de los vastos rebaños de m
rinos en España. Sin embargo, la reserva más lujosa de lana no pmve
animales
de
*11 7 ^as*akan en libertad en los márgenes congtn«~—
i eras. Con frecuencia ascendían hasta los picos cubiertos de nie­
le no vive nadie excepto la enorme ave de los Andes. En esas alW'

llevan^0 al
17 Se refiere al Consejo de la Mesta que se encargaba de agrupar a los ganaderos
ganado de los valles hasta la montaña, creado en el reino de Castilla.

74 I

Escaneado con CamScanner


, encontraban suficiente alimento gracias a ychu, una
ie se encuentra a lo largo de la cordillera, desde él E 3 CrfPeCle ^ PaSt°
■enno sur de la Patagonia. Sin embargo, el campesino^™' ****d***
jZar estos animales. Pertenecían al reino, que organizaba granZ^
Aciales, bajo la conducción del Inca, una vez al año, en las que
a todo un distrito, con la participación de 50 a 60 mil hombre* ^
:aba a los ciervos machos y las variedades más rústicas de ovejas pema-
¿as; sus pieles se reservaban para la manufactura, su carne se reparta
,ntre el pueblo, que la convertía en charqui18, la carne seca de la región, en
iquel entonces, e incluso hoy en día, el único alimento de origen animal
le las clases bajas del Perú. La mayor parte de los animales -en general
«fro ™ v 4D mil— sp trasquilaban v qp HoíaKan iimnn t - i__
que se ouieiua uc e&ia manera
numera 5>e uepusuaDa en ios almacenes reales, des­
de donde, a su debido tiempo, se repartía entre el pueblo. La de calidad
más rústica se trabajaba para su propio uso, en tanto que la más fina era
para el inca; solo los nobles incas podían vestir la fina fibra de la vicuña.
Los peruanos demostraban una gran habilidad en la manufactura de dife-
destinados
tipo de lana se denomina vigonia en Europa. Se trabajaba esta lana en man-
-----------f
artículos
--------------------------------J ----------------------------------------------- JL

cubrecamas y colgaduras para los palacios imperiales y para los templos.


^ ^
mismo
de su textura les daba el lustre de la seda; con brillantes colorantes. Fabri
« • • ¿

artículos de gran
sabían
tenían por este arte la misma alta consideración que los aztecas. C g
cultor en el Perú conocía la manera de fabricar los enseres que su ogar
requería. Sin embargo, algunos individuos eran formados cuida osamen
te para trabajar al servicio de las demandas de las clases op^ en a ^
sociedad. Estos oficios, como cualquier otro trabajo o cargo e

------ ------------- *,£ andina se la deshidrata para con-


Charqui o charque es came resecada típica de la reg1 n
servarla.

Escaneado con CamScanner


pasaban siempre de padre a hijo. La división por castas, en este caso pa
ticular, era tan precisa como en Egipto o en la India. Este sistema no fav
recia la originalidad ni el desarrollo del talento propio del individuo. pero
al menos lleva a una ejecución fácil y de buen acabado, al familiariza aj
artista con la práctica de su arte desde la infancia. Al menos esta era la
opinión de los egipcios, que atribuían a su sistema de castas su particule
destreza en las artes. En los depósitos reales y en las huacas o tumbas de
los incas, se han encontrado vasijas de oro y plata, brazaletes, collares y
otras joyas; utensilios de todo tipo, algunos de arcilla fina, muchos más de
cobre, espejos de piedra dura pulida o de plata bruñida, sutileza y detalle
en el acabado. Fundían y esculpían en substancias metálicas. Pero difícil
de explicar que pudieran cortar las substancias más duras, como las esme­
raldas y otras piedras preciosas. El material con el que realizaban el traba­
jo más difícil era una aleación de cobre con una pequeña cantidad de esta­
ño. Esta mezcla le daba al metal una dureza apenas inferior al acero. Las
grandes cantidades de oro y plata se trabajaban en diferentes artículos,
elegantes y útiles, provenían poco de la riqueza mineral del país, que lue­
go sería explotada por los blancos. Los incas recogían el oro de depósitos
en los ríos. También extraían el mineral en cantidades considerables en el
valle de Curimayo, al noreste de Cajamarca y en otros lugares; y las minas
de plata de Porco les proporcionaban importantes beneficios. No busca­
ban penetrar en las entrañas de la tierra mediante la apertura de un soca­
vón. En lugar de ello, simplemente excavaban una caverna en los profun'
dos flancos de las montañas o cuando mucho abrían una veta horizontal
de poca profundidad. No conocían el uso del mercurio para el tratarme11*0
el mineral. Apenas hicieron algo más que penetrar por debajo de la c3P
perficial de la tierra, la costra exterior que se ha formado sobre esas
doradas que se esconden en las oscuras profundidades de l°s
es. No necesitaban más, puesto que, a diferencia de los aztecas, no P^
seian dinero. Pero se adelantaron a estos últimos con el uso de las
a go totalmente desconocido para los aztecas. Se encontraron bal***
gra uadas con perfecta precisión, en las tumbas de los Incas- Ia

76 I

Escaneado con CamScanner


quitectura muestra en «ran medida el carácter de una nación
griega, egipcia, sarracena, yólica. Los monumentos de China dJrí,“Íteclura
de América Central son ejemplos de un periodo carente aúnde" d " ^
donde la imaginación no ha sido disciplinada por el estudio uTediT*
cienes de los Incas parecían todas salir del mismo molde. Usualmen
construían con pórfido o con granito; habitualmente en bloques. Las
des eran muy gruesas, pero bajas, superando rara vez los 12 o 14 pies de
altura. Se encuentran muy escasas referencias a construcciones que haya
alcanzado un segundo piso. Sus departamentos no tenían ninguna comu­
nicación los unos con los otros, sino que usualmente se comunicaban con
un~ patio interior. Sin ventanas o aperturas que las suplieran, la luz debía
rar r*a travpv; Hp
entrar ni1PT*ta<¿ Algunas Ho orliAV-»
construcción
sencilla. Incongruencia en la composición de los edificios peruanos. Si
arte
deseo-
manera de sostener vigas juntas
maguey. De igual
iluminaran,
un
únicamente
is edifícios estaban adaptados al clima, y eran lo bastante sólidos como
volcánicos
iprimido:
intimidados
si
zas y guarniciones militares, que en cada instante
astro­

nomía v iprnedífime Hp una tribu más instruida,


feroces
scado refugio en las regiones de Ament ^ ^ día ios más
res/ tribu cuyas ruinas arquitectónicas nos mues ^ peruan0s po-
radables monumentos de la civilización indíg indostán y

semejanzas
i 7

Escaneado con CamScanner


con los egipcios. El Inca era un dios y debajo de él se encontraba ima ^
bleza hereditaria que tenía el mismo origen divino... Para ellos, la
estaba compuesta de seres irracionales. Sin embargo, esta misma debilj
dad llevaba al Inca a mirarlos con conmiseración... El poder del libre alb<s
drío había sido aniquilado en el Perú... La gran plaza de la capital estaba
llena hasta una profundidad considerable con una tierra especial traíd
desde la costa del océano Pacífico, misma que había atravesado con incidí
ble dificultad las empinadas cuestas de los Andes. Según la ley del Perú el
trabajo se consideraba no solamente como un medio sino como un fin. Como to-
dos los esclavos, un inmoderado gusto por la bebida y la danza. (137-165)

[Libro II. Descubrimiento del Perú]

[Capítulo I. Ciencia antigua y moderna. -


El arte de la navegación. — Descubrimientos marítimos. -
El espíritu de los españoles. — Posesiones en el Nuevo Mundo. -
Rumores relacionados con el Perú].

Geografía -el conocimiento de la Tierra— solo pudo generarse a través


de un amplio comercio, mismo que se fundaba en necesidades artificiales
o en una curiosidad ilustrada, difícilmente compatible con la condición
primitiva de la sociedad. (177) I
1481 En la Edad Media, la organización de la sociedad era más favo*
rabie a la geografía que en la Antigüedad. En lugar de un imperio
gado y desmesurado, que ejerciera sobre todos un peso colosal ^
se fragmentó en diferentes comunidades independientes... las P^11 ^
repúblicas del Mediterráneo y del Báltico enviaron lejos a sus enj ^'
de marineros para beneficiarse del lucrativo comercio, mismo que
los diferentes países dispersos a lo largo de los grandes mares eUr^j^.
Mejoras en el arte de la navegación, una medida del tiempo más P

78 I

Escaneado con CamScanner


Descubrimiento de la polaridad de los imanes, l
en esta crisis descendió este espíritu dp naci°nes sobre las que
gal, situados como estaban en los puestos de avanzada d * Portu-

ropeo, al frente del gran escenario de los futuros desn.k * C°ntinente eu'
deso.bnm.ento de un pasa,e hacia la India es la verdadera clave a,
..i—lontn mnn'fimn rlol ci/vln V\7 ---Ir ® ^ mo-
XVI
fue la idea guia que e dio su carácter de empresa al periodo. Durante todo
el siglo XV, el reino de Portugal buscó este pasaje; aunque la navegación
era tan débil que cada nuevo promontorio se convertía en una barrera for­
midable, hasta que Díaz19 cruzó el Cabo de Buena Esperanza. Pero Vasco
da Gama211 se aprovechó de este descubrimiento para desplegar sus velas
en los mares de la India, España intervino, etc. Colón también buscaba
la ruta hasta la India, pero por el oeste en lugar del este. No se esperaba
encontrar un continente en el camino, y luego, en sus sucesivos viajes,
persistió en su error original, muriendo, como es sabido, con la convicción
de haber alcanzado la costa este de Asia. Fue el mismo objetivo el que guió
las aventuras náuticas de quienes siguieron los pasos del almirante; y el
descubrimiento de un estrecho hacia el océano índico leitmotiv de todas
las órdenes del gobierno y el objeto de muchas expediciones a los diferen­
tes puntos del nuevo continente, mismo que parecía extender su titánica
talla de un polo al otro. El descubrimiento de América dio un impulso
Europa. Lo que se obtuvo, no fue la adquisición gradual de un te i
fronterizo, o una provincia o un reino, sino un Nuevo Mundo que se abna

totalmente a los europeos. Las razas de a ''. de hombres


las formas vegetales y los diversos aspectos e a conjunto com­
en diferentes fases de la civilización, los llenaron con corriente
pletamente nuevo de ideas, mismas que cam
, . camino para la expedición

19 portugués, Bartolomé Dial te de Buen. Bp-—


de Vasco Gama, fue él quien por primera ve unQ de ios
do la apertura comercial entre Asia y u _ navegante y «P ge caracterizó
Portugués y conde de Vidigueira, Vasco^daGarna ^ ^ a la India. Se
20 cursaron

por realizar el viaje más largo de la épo

Escaneado con CamScanner


pensamiento y lo estimularon hasta la especulación indefinida La
Pre.
secretos del nuevo hemi
■ tan
activa que las principales ciudades de Espana se despoblaron debid
emigración. (180, 1) El oro era una visión constante ante sus desorH *
miradas... la vida del aventurero español fue un
Y no
el menos notable, en las crónicas de los caballeros errantes. (182) Hn
el portugués Magallanes21, navegando bajo el pabellón español, resolvió
el problema del estrecho, y encontró una vía occidental, largamente bus­
cada, hacia las islas de las especias de la India para gran sorpresa de los
portugueses que, habiendo navegado desde una dirección opuesta, termi­
naron encontrando a sus rivales, cara a cara, en las antípodas. (185)

Marino portugués que descubrió


ra de rutas de Vasco de Gama Su i >, Fnt
Sebastián Elcano (1519-1

80 I

Escaneado con CamScanner


(Herman)
------------------------

Conferencias sobre la colonización v


las coiomas presentadas en la Universidad
de Oxford en 1839,1840 y 1841
2 Yol. Londres 1841 y 1842

Vol. 1.

Parte I. Balance histórico del progreso


de las colonias en la Europa moderna

a) Los españoles en la América continenta


hasta el periodo de su independencia

En 1519, Cortez desembarcó en Veracruz, junto a un *


aventureros; en 1521 se habla convertido en el amo de Mixteo;
Otile fueron tomados el abo 1535; en 153Z Terra Fuma faeocu^ y
Nueva Granada en 1536. La siguiente expansión e a ^ Míxic0/ que
se dirigió hacia el norte, hacia las regiones co ^ gur en dirección
más tarde se llamarían "Provincias interiores y ^ tomaría más tiempo y
de La Plata y el Paraguay. Este sería un esfu ^ me£iiados del siglo XVI,
que sería más difícil. Se puede afirmar qu

Nombre genérico y no político que se le dio originalmente a los terntonos c


América del Sur y el litoral caribeño.

I 81

Escaneado con CamScanner


no todo el continente americano
primero
—— ------ ^ - uj“r0$
acompañaban a estos primeros aventureros, no ganaban su subsistencia
riqueza gradas a su propio trabajo, sino al de los indígenas; las guerras \
_ « « « • / • J ^ ^1

desenfreno
- * ~ ^uure
los conquistadores. Las primeras inidativas se dirigían en su totalidad a 1
« • T • _ ***
Las primeras
Hispaniola se agotaron rápidamente,
la mayor parte de los habitantes nativos en el proceso de explotar dichos
metales... Los conquistadores se apropiaron de los habitantes como
minas,
últimos
destruyeron
mismo
quienes derrochan los poderes y riqueza de la naturaleza que se ha puesto
animales
tierra virgen. En las regiones donde no había minas, la situación de los
despoblamiento no tan enorme,
tratamiento que recibían fuera igual de injusto y deplorable. Estos excesos
fueron en parte encarados a través de una serie de disposiciones legales, a
partir de 1542. Los indígenas, primero esclavos, fueron luego sometidos al
sistema de repartimientos, es decir que eran repartidos entre varios amos
que eran propietarios de su trabajo, pero no de sus personas; luego se
distribuían en “encomiendas", donde pagaban un tributo al "encomendero
o dueño del distrito, o bien producían una renta para el mismo, a cambi
de su protección. A su vez, este sistema también sería abandonado ^
profundamente modificado. El gobierno español era más como
otro gobierno para los 1491 aborígenes. El gran principio de la ley eSP ^ ^
en su relación con los indígenas consistía en mantenerlos en un est ^
permanente incapacidad jurídica, como menores de edad. No poS
compromisos legales,
muy limitados

82 I

Escaneado con CamScanner


impuesto de capitación, y del clero, a quien
eclesiásticos. Y con frecuencia administraban justid8315311 dert°S derech°s
a través de funcionarios indígenas de su propio *** aSUntos mer>ores,
en las colonias americanas adoptó pronto un8rUP°" 'La Sltuadón social
familias de origen exclusivamente español eran^ °ll8árquica Las
frecuencia eran propietarios de una gran riqueza Zwa nUmerosas' Con

agncolas o sus achvdades mineras. Sin embargo, este „queza


proporcionaba pocas comodidades. El propietario de toda una provincia
solo podía controlar una pequeña porción del excedente de la producción
agrícola; excedente que, dado el sistema comercial entonces vigente, con
frecuencia no podía vender. Los mineros estaban seguros de exportar su
producción, la que constituía la inmensa mayoría de las exportaciones de
las colonias hacia la metrópoli. Pero las ganancias eran muy precarias. Por
cada uno que se enriquecía, cientos terminaban en la ruina. Solo en la
primera mitad del siglo XVII en el Perú y en la segunda mitad del siglo
XVIII en México, pudo incrementarse rápidamente la riqueza de la
comunidad, debido a la multiplicación de la producción de metales
• 1 « __________ 1_
_______ J 1T úl
manera, los rondos apenas se reem
crecimiento del capital de la comunidad reposaba únicamente
LUI Uütv v ^ 7
ajo las cuales vivían, contribuyó al desarrollo de los hábitos de los criollos
spañoles, principalmente en los distritos mineros donde vi '
ancentrados en ciudades; hábitos contrarios al espíritu gene
olonizadores modernos. Su objetivo en los primeros tiempos consta en

1 defensa mutua en COntra de ,ravés de los hábitos indolentes


îndencia se hizo más fuerte con el tiempo, a través de^ medio
e las familias, para quienes estaba garantizada ^ )a pobiación de
e la abundancia, gracias al trabajo ajeno. ^ españoies e indígenas y
stas ciudades era el resultado del mestiza) tQS últimos, aunque
negros, ^bobera ,a escla^d de ,os

nunca en grandes
iígenas. Los propios indígenas,
I 83

Escaneado con CamScanner


numerosos, se ocupaban de cultivar la tierra o de explotar las mii^
ciudad capital, en gran medida, se levantaba en distritos ricos
cultivados, pero de extensión limitada y separada del resto del murij ^
desiertos de hielo y nieve, quebradas, regiones boscosas o planicies ^
e insalubres. Así que cada comunidad vivía aparte, separada al
tiempo por barreras naturales y artificiales. Sin vínculos e indiferentes^
unas con las otras... La política comercial del Gobierno español hacia
colonias del continente era un perfecto monumento a la tiranía sistemática
El comercio con la metrópoli estaba restringido, al principio, únicamente al
puerto de Sevilla; y más adelante al de Cádiz; bajo el control de la "Casa de
contratación" que estaba sujeta al control directo de la Corona. Dos flotas
se enviaban cada año. Los "galeones", generalmente 12, iban al puerto de
Cartagena, en América del Sur; y una "flota", de cerca de 15 naves, hada
Veracruz, en México. La gran cantidad de negocios que se llevaban a cabo
gracias a estas pocas naves y la repentina actividad que se transmitía al
comercio, durante cuyas breves transacciones se cubrían las necesidades
de todo un continente, fueron quienes deslumbraron a los europeos y les
transmitieron falsas nociones acerca del monto de los intercambios anuales
que se efectuaban realmente... El monopolio de unas casas en Sevilla
resultado natural de estas limitaciones. Entonces, los americanos
un
miembros de una pequen
clase privilegiada
era de hecho tan íblación
menearon a
contrabandistas comen/-
En
ia misma prácticamenteo raroría
carecía rlp
de hiPflGS
Dienes eUrOpC
cu*vr
el
ción con las restricciones al comercio exterior, no solo se prohi
en
asentamiento de todnc inC _____ . . ,_______ • i^nral.
temporal co&°
ooro
las
China. Incluso los propios españoles no podían visitar­
i un permiso
* ---—^de la V.V1UX
Corona.LQi ■Dichos
/|l 1 IVJO permisos
se otoí»-
estah T' Un tiemP° hitado. El comercio interno entre las pr°
a Pro bido casi con la misma efectividad que el comercio e*tefl
84 I

Escaneado con CamScanner


No obstante, los reyes españoles al menos consideraban 1
parte integrante de su monarquía, eomo provincias deLZT a
Corona de CasHlla, antes que colonias en el sentido deu!]0 ^
naciones para el comercio. De ahí que no se prohibiera a las persona° °°

en - ! mayoría de las colonias, producir manufacturas mm °°


par3 si mismas,
mei europeos,

permitía
la América española; y una
Quito y en otros lugares;
aunque en ocasiones la por los gobernadores
europeos. Sin embargo, el cultivo de azafrán, cáñamo, tabaco, aceitunas y
uvas fue prohibido en diferentes periodos; y aún en 1803 se envió una
orden desde Madrid para que se arrancaran todas las viñas en las regiones
norteñas de la provincia de México. El sistema de gobierno, con virreyes,
capitanes generales, audiencias y concejos, con su diversas relaciones entre
sí... un complicado artificio para lograr que cada parte del gobierno se
convirtiera en contrapeso de las otras. Los mejores gobernadores no podían
emprender ninguna reforma y los peores encontraban que era fácil
enriquecerse. El poder se concentraba únicamente entre las manos de los
españoles y la mayor parte de los cargos coloniales se vendían en Madrid...
Existía una aristocracia en la América española; pues se podían encontrar
extensas propiedades en manos de familias americanas, bajo un estricto
sistema de mayorazgos. Muchos había sido elevados a la nobleza; algunos
habían recibido títulos de la Corona, pero estaban excluidos de toda
responsabilidad pública. Para premunirse del descontento de los cno os,
se buscaba cultivar la envidia entre éstos y las razas inferiores o mestizas.
Se logró que el lugar de un hombre en la sociedad ^^*fVadón con

incluso de los matices más sutiles. Los con sangre negra


respecto al estándar blanco de pureza, de i olamente en los usos de la
° indígena, se señalaba con el mayor detalle, no s > ertenecer a la casta
sociedad sino a través de las leyes. El orgullo jaJcojoniaS esclavistas;
superior es un rasgo común en las sociedades

Escaneado con CamScanner


pero en este caso el mismo se haría manifiesto por la degradación en
se mantenía a los esclavos. Tal era la política de los españoles. La J* ^
de la Iglesia era el peor elemento en las condiciones de estas colonias
las bulas de Alejandro VI y Julio II (1501-1508), la Corona habí’ ^
cedid<
una
todos los beneficios regular
pecialmente perezoso y corrupto, a un nivel desconocido en la metr<w¡era
os misioneros de la frontera, la única clase activa, venían principal^
p Fnrnna La Inauisición cruzó el Atlántico. Se desalpntaLa u ^

instituciones v bajo el clima


raza
una
gualmente
eran
siglo XVII atravesaron el istmo del Darién y asolaron las
mares del sur, se encontraron con poblaciones totalmente
indefensas, que se apresuraban
primer momento de alarma. E<
Anson amenazaban a Chile y
Los contrabandistas hicieron entonces que las restricciones comerciales
fueran más tolerables (bajo los Borbones). El contrabando hacia las colonias
\olas se convirtió, en la primera parte del siglo XVIII, en el sistema
regular y organizado que dicho oficio haya jamás conocido. L*
!ses abrieron el camino del contrabando, gracias a las facilidades
nidas en el Tratado de Utrecht23, los Contratos de Asiento..* I-0*
del
apropiaron
botín. Jamaica y Santo Domingi
contrabando
cumplirían
ficante
Jamaica. Buenos Aires se transformó de una estación insiga
r \<*

23 También conocido como Paz de Utrecht, es un conjunto de tratados


Gn ^ ^uerra de Sucesión Española entre los años 1

86 I

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en una dudad de talla considerable, únicamente p0r
tráfico de contrabando entre Europa y el Perú L P°rque_era el centro del
costa con una considerable fuerza naval; y en eHn^3"0168 vigilaban la
contrabando fuera un delito que podía denuncia JÜZ!’'. hÍd"°n qUe el

fue en vano. Las flotas y galeones se hundieron en la Tod°


dueños estaban muy contentos 1501 con la idea de l7
con licencia para contrabandear introdujeran los bienes producidos/
otras naciones. La guerra de 1737, que Sir R. Walpole impuso al pueblo „o
era más que una guerra para la protección del contrabando. En 1748, el sistema
de flotas y galeones cambió para dar lugar al de barcos con licencia o
"registrados", que zarpaban únicamente de Europa. Abrieron el Cabo de
Hornos al tráfico comerdal; implicando que parte del comercio ilegal por
Buenos Aires se detuviera. El contrabando crece con las necesidades que
aumentan con más rapidez, a medida que la pobladón avanza hacia la
riqueza. La guerra hizo que las cosas fueran aún más graves; los cruceros
españoles fueron expulsados del mar y el comercio terna lugar bajo
pabellones neutrales; así, según Humboldt, el comerdo de México prosperó
en época de conflictos. En 1765, España abrió el comerdo entre las islas y el
continente; en 1774, se retiraron los obstáculos que dificultaban el comercio
interno; en 1778, se adoptó una nueva y más liberal escala de aranceles; y
el comerdo con España se amplió a 14 puertos de la metrópoli... Mientras
tanto, al mismo tiempo que estos cambios, la industria y condidón sodal
avanzado
000 reales, i
incremento

minas
las provincias donde este progreso
vés de
manifestó de manera más patente. (1-15) No existe ningim
afirma Humboldt, en la que las circunstancias de
mfluenciadas de mavor manera por el clima y la
extremos

decir
I 87

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planicies áridas, con un clima templado, se convirtieron la
una población de pastores. En estas regiones, los dóciles animauT^3 ^
convirtiéndose en la principal eUr°pe°s
principalmente de asrpnH^~. n^üezade
europea
u-,a

numerosos y belicosos; y la pobreza hizo


Sue la
importación de esclavos fuera imposible. Entre
'da a|
aislamiento
ivode
caaa colono LUiisisua en ganar espacio llore para sí y
constantemente, para su ganado y rebaños; como en la actualidad r
au con los
Boers en el Cabo de Buena Esperanza. En consecuencia, vivían en guerr
permanente con los indígenas de la frontera, que estaban armados y
poseían caballos como ellos. Esto los convirtió en seres rudos v
dispersas
servían para fines
refugio cuando eran superados o sorprendidos por sus vigilantes enemigos.
En esta situación, la civilización retrocedió rápidamente, y los colonos
blancos habían prácticamente olvidado las artes y conocimientos de sus
ancestros. En las regiones cálidas y fértiles, con fácil acceso al mar, como
Guatemala y Venezuela, la gran riqueza de los colonos se debía a los
productos básicos de los climas tropicales: café, algodón, azúcar y cacao. En
este caso, la situación social es similar a la de las Indias Occidentales
inglesas. Los blancos eran ricos gracias a la abundante producción de sus
plantaciones; producción que había aumentado bastante en la segunda
mitad del siglo XVIII. El trabajo era realizado principalmente por negros, o
nnr ____________. _________ i.« Ac la* Î&&

algunas
Lo
puuiaaon. Las minas en estos distritos eran escasas y poco import ^
esencial de la población y riqueza de las colonias españolas se concen ^
en las pequeñas planicies y altos valles de la gran Cordillera. Ahí se ^
los peruanos y los mexicanos, así como su vasta riqueza mineral- ^
levantaron ciudades sobre campos de ruina. Entre las plan1^
notables estaban las de México. Numa Caramida. Ouito y del Alto Peru

88 I

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>oca
desarrollado b
. últimos 5U anos del siglo XVIII, estaba tan avanzado *^
sto que en esta sola provincia se utilizaba 2 / 3 de^t °i ^ 31

mérica española. Humboldt afirma que el dominio sobre n


i metales preciosos, es deseable solo cuando se He™ i C° °ma' P°r
ferta de drchos metales con la mejores minas y vemiie„d„ Z

el minas
abundancia en metales sino porque su acceso
,rque la oferta de trabajo era prácticamente ilimitada... Todas las minas
■an propiedad de aventureros o terratenientes. El monto de los impuestos
cados a la plata antes de la Revolución alcanzaba un 11 Vi %, un
luesto que permitía a los mexicanos sostenerse bastante bien... La
tonne masa de la riqueza excedente que se creaba de esta manera se
icumulaba en pocas manos. De acuerdo a Humboldt, el rendimiento por
milla en el cultivo de trigo en México = 21:1. En Francia=6:1. El trabajador
igrícola de las zonas templadas de México obtenía un salario de 30 sous24
día; en tanto que el trabajador francés ganaba 35; pero el cereal era un
:o más caro en Francia que en México, con lo que los salarios reales eran
¡imilares. En el tiempo de Humboldt se encontraban fortunas de entre 15 y
)00 libras esterlinas anuales en Cuba; las más elevadas en Venezuela
ntre 6 y 7 000 L, en Lima pocas alcanzaban las 3 o 4 0001. Pero entre los
ndes de México, afirma el propio Humboldt, "se encuendan individuos
: no poseen minas y cuyo ingreso anual es aún de un millón de francos (
ü. La familia de los Condes de Valenciana, por ejemplo, poseían en las

dominios de un
mina
normal producía un ingreso ne,o de. « n*n«
un púnica
familia
>ma, 6 millones (24U UUÜpor pmdujo en se*
el Marqués de Fagoaga, en el distn
designaba la moneda de 5
4 Antigua moneda francesa, procedente del solidui rom
céntimos hasta principios del siglo XX.
i

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necesitados; en parte por su hábito con las instituciones e

las mesetas de México constituían 20% del total; las razas mestizas y ^
negros (estos últimos muy poco numerosos) el 30%; los indígenas el 50%
Dichas proporciones, con algunas variaciones, prevalecían en las regiones
montañosas de América del Sur. Los indígenas -todos en el tiempo de
Humboldt- no estaban sometidos (en México) a ningún servicio obligatorio
de ningún tipo. Su trabajo era bastante libre. Trabajaban en las minas por
cuenta propia y recibían salarios elevados. - La situación del Perú era menos
favorable. Sus minas habían producido sus tesoros con extraordinaria
fecundidad durante el primer siglo y medio después de la Conquista. Pero
sus vetas más ricas se habían agotado y estaban además situadas, en su
mayoría, en lo alto de los picos andinos, donde faltan la madera y las
provisiones, y donde las comunicaciones son muy costosas. Estas
desventajas solo se superaban gracias a la masiva utilización del trabajo
indígena. Los nativos llegaban desde sus propios valles a un escenario de
incesante trabajo duro, con un aire casi demasiado tenue para la wdá
humana, a 12-14000 pies sobre el nivel del mar. Su demografía comenzó à
caer rápidamente y las minas terminaron siendo improductivas debido al
creciente costo del trabajo. En consecuencia no podían comped1,
México. Incluso en su decadencia, todavía se explotan mediante la 1111
o conscripción de indígenas, quienes trabajan en un sistema de to
durante un periodo limitado... En las fronteras de las vastas pose ^
españolas, en California, en el Orinoco y en el Amazonas,' con lili
misiones
tributarios, y en el Paraguay, se establecieron Reducciones o
de las órdenes religiosas, principalmente los Jesuítas. (15-26)

90 I

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b) Colonia, españolas en las Wte Occidentales
Colomas portuguesas, holandesas yfran^ '

Los principales restos de España que todavía perten


colonial son las Islas Filipinas en Asia y Cuba y Puerto |T 3 ^ Ímperi°
México. Us Filipinas están habitadas por una población ZlZan G°'f°
civilizada, gobernadas antes que colonizadas por un a y
Hasta finales de, siglo XV,Cuba no era muy
Mad es la enloma mas rica y próspera que cada potencia europea oTZ
T ne mnfiirnc» 1 W ^ ____ i i * i CiC
1809
de inflexión en este asunto. 2) Sus ventajas naturales, de las que apenas
podía aprovecharse, durante el largo periodo de restricciones comerciales
que atravesó. En la situación actual de Cuba, las viejas plantaciones, luego
de un número considerable de años, han sido en su mayoría abandonadas
ï
por los productores de azúcar; estas tierras abandonadas se dedican al

consumirse
ti la isla. Las tierras que fueron cultivadas primero, cerca de la ciudad (La

otros fines
asta el presente, solamente 7/100 de las tierras de Cuba han sido puestas
agricultura
:lavos en las colonias inglesas, en 1812. En 1830, Cuba proporcionó entre
/5 y 1 /6 de todo el azúcar consumido en Europa. Los cuatro derechos de
los esclavos, tal y como se expresan enfáticamente en la legislación espa-
ola, eran respetados de manera uniforme en teoría y, en general, también
_ ^ ^ a • ^ _ L.
eran los siguientes
culpable
icho esclavo a otro amo, el derecho a comprar su propia emancipa
el derecho a adquirir propiedad... Pero el incremento de su q y
el tráfico de esclavos, cambiaron rápidamente el aspecto moral ^
omunidades. Los colonizadores españoles estaban entre los ^en^
ca ron a convertirse en ios
‘sclavos más humanos, a nivel europeo, pero pa ge abr¡ó
inmorales

I 91

Escaneado con CamScanner


al comercio internacional, una muy pequeña porción de dicho comerei
quedó con los españoles. Sin embargo, estos ingresos ayudaron a ias ^
nosas finanzas de España. - Otra próspera colonia española. Puerto ^
Mientras España conservó su imperio colonial. Puerto Rico fue un lu ^
postergado, como todas las posesiones insulares. Era una colonia np ^ *
donde se llevaba a criminales, y que no producía ningún excedente, un lu
gar desconocido en el mundo comercial. Pero estaba bien situado para eJ
tráfico de contrabando hacia México. Esto último, junto con la fecundidad
de su suelo, repartida sobre toda su superficie, explica que ya a principios
una
un
su comercio, con normas más liberales. Se atribuían tierras gratuitamen­
te a quienes desearan asentarse; su cantidad conservaba una relación de
proporción con los esclavos importados. Los dueños de esclavos estaban
M

un
^

estaba libre de aranceles de exportación. Los diezmos se anularon durante


un
un
un periodo similar. Se permitían los bienes extranjeros, y se les imponía
un arancel ad valoren de 17%. En 20 años apenas la población de la isla
se duplicó, para alcanzar 400 000 personas en un espacio de 4000 millas
cuadradas. El mejor espacio poblado de toda América, desde cualquier
punto de vista. En estos 20 años las exportaciones se multiplicaron por 4
Y prácticamente no tuvo lugar ningún incremento en la cantidad relativa
de esclavos, que se mantuvo en una proporción pequeña con respecto
los hombres libres, en comparación con cualquier otra colonia de las
dias Occidentales. En 1810, Puerto Rico poseía 165 000 hombres libres y
17 000 esclavos; en 1830 existían 300 000 hombres libres y 34 000 esc|aV°^'
- A\\kT
la gran mayoría de los hombres libres eran blancos y españoles,
ños de plantaciones no estaban ausentes en el lugar. Fuera de los
deros dueños de plantaciones. Puerto Rico incluía a una clase muy
rosa de pequeños propietarios blancos. Casi 1 / 3 de toda la poblacid

92 I

Escaneado con CamScanner


constituida de hombres libres con sus familias mis
propios dominios, de pequeña superficie, y q^ ¿T** ^ Cultivab
an sus
eos; (estos Xivaros, como se denominaban a sími^ PnnCÍpaimente blan-
recta, robusta y vigorosa. El trabajo libre (segú ^05' 6130 Una ra” J:

Ricq trabajadores agrícolas libres,


>seian ninguna mismos que no
cq y casi todo c
actualidad es
I
des y con la ayuda de bastante capital y numerosas cuadrillas depropieda-
esclavos.
una
fin
i ' « i ueno
Rico está determinado, como el de Cuba; y nada puede salvar a ambas
islas de cumplir eventualmente el destino desafortunado que han sufrido,
una a una, las otras grandes colonias de las Indias Occidentales... Las is­
las españolas, inmediatamente antes de la Emancipación, poseían, en nú-
meros redondos, 700 000 hombres libres, en tanto que las islas británicas
lamente 80 000; las últimas teman
000
esclavos, en tanto que las islas británicas poseían más de 800 000. Y a pesar
de esta inferioridad en el trabajo esclavo, los primeros producían 2/3 de la
cantidad de azúcar producida por los segundos, y tina proporción mucho
mayor de otros productos tropicales. ¿Cómo explicar que los ingleses se
quedaran atrás con respecto a los españoles, en lo social y político? Según
el general Flinter, la producción promedio de azúcar en Jamaica era de 10
por acre; 25 en San Vicente, la más fértil de las islas del Caribe; 30 en
to Rico. Es posible que el cultivo de caña de azúcar, en tanto no re
quiera fertilizante y sus rendimientos sean prácticamente seg,"° ' ^
rrollarse de manera continua, por parte de pequenos ProP‘
, . fprHlidad disminuye, y que ia p™
an poco trabajo. Pero cuando la de cap¡tal y trabajo.
•gurada con una
iiiivalente a 100 libras [en el origi
peso

I «3

Escaneado con CamScanner


el pequeño propietario debe ceder su lugar al capitalista; y las plant
nes alcanzan un gran tamaño, con lo que la numerosa población libre
el general Flinter elogiaba, se ve obligada o bien a dejar de existir o
abandonar esa rama de la agricultura. (33-44) en
Los portugueses. Hubo una época en la que menos de 40 000 portugu
armados podían asegurarse respeto y reverencia en amplias costa
del océano, de Marruecos hasta China, cuando 150 príncipes soberano
pagaban tributo al tesoro de Lisboa. Pero en todo lo que emprendieron
los portugueses apuntaban a conquistar y no a colonizar. El gobierno de
la metrópoli ejercía poca violencia sobre sus guerreros piratas; obtuvo
pocos benefícios de los logros de dichos guerreros... En aquel entonces
Asia constituía para ellos el camino a la fama y la fortuna. Brasil solo era
necesario como un lugar para llevar convictos; la primera vez que dicho
------------- --- r un t'pueblo moderno. En
i M-.XI general, aa iU3
los 1^1
criminales
intuidles
se añadían las víctimas de la Inquisición y los judíos, que luego de ser en­
idos por el tribunal, adoptaron primero el cultivo de la caña de azúcar.
Los inmigrantes libres también fueron atraídos con el transcurso del tiem­
po por la creciente riqueza del país; como Thomas de Souza, que como
gobernador enviado en 1558, por primera vez llevó algo de paz y orden,
generando un importante progreso. La organización de esta colonia credo
progresivamente, a medida que fue necesario. Los portugueses también
comenzaron por reducir a los indígenas a la esclavitud. Estos estaban, sin
avanzados
consecuenda,
I J

trabajo contribuyó poco a la mejora de la colonia. En 1570, el clero


pulsó un decreto en Lisboa, en sentido de que ningún indígena podía se
reducido a la esclavitud, excepto los prisioneros de guerra. Los colons
P de
ignoraron totalmente dicho decreto. Entre 1626 y 1640, la mayor y* ^
Brasil fue conquistada por los holandeses. Luego de la reconquista ^
se llevó a cabo la liberación de los indígenas; 200 000 indígenas, qu
en el territorio ocupado por los dueños de plantaciones, fueron ^ jei
en pueblos bajo la dirección de misioneros jesuítas. De ahí e

94 I

Escaneado con CamScanner


ider de esta famosa organización en Améri
aplazar a los indígenas. Ningún otro paísde^ lleVar°n negros para
xad de suelo fértil como el Brasil. Por ello se6 P0See tal can'
uchos más esclavos que en las posesiones españo^6™" 3 ^ 1U8ar
;vaban zarpaban en flotas una vez al año v «„ « - ° ^ Us naves Va* los
ás elevado que en el comercio americano de España • d°'pero
r número de puertos. En 1755, Pombal instauró las^
c Aa Mnranham v PprnnrnV)uC0 deianHn Panias exclusi-
VUCO, dejando en sus manos todo el •
,n el norte del Brasil. También emancipó a los indígenas del control de
,s jesuítas. Los metales preciosos -en el sur del Brasil- se descubrieron
ío de su colonización, cuando la agricultura y
ido raíces. Inicialmente en 1700, las primeras
comenzaron
,os paulistas fueron los primeros mineros en tener éxito. Se trata de una
iriosa raza 1521, de hábitos semi republicanos, hijos de la mezcla de con-
ictos y mujeres indígenas. Se establecieron en la ciudad y distrito de San
blo en el sur del Brasil, donde afirmaron su independencia de la corona
ortuguesa durante más de un siglo. Invadieron las regiones interiores
iel Brasil, desde el Paraná hasta los tributarios del Amazonas, en guerra
onstante con los indígenas, donde pudieran tomarlos como esclavos. Re-
îûn on 'V ' C\ lrko »->ûreii^r iorAn Ad Tdrr\r\r\CdT ííl CmhÎPTTin.
7 1
portugueses 1

as mmas ae oro fueron solamente una mente tempuicu uc u^u^a


-rasil. Bastante libre de aventureros por parte del gobierno, luego de pa­
jar un impuesto de 1/5. La búsqueda de diamantes, descubiertos inicial
___ ____ _ . ..i _________
normas mip petaban sujetos.

una compañía
stringida *
apenas un agente, hstaba restringiu*
e esclavos, para incrementar el valor de los a*"1"^^traba

ráctica del contrabando, la pena de muerte, o «radiode 100


i i . . - i • j« un Hpsierto en u

“gfias, donde no podía construirse ninguna w ^ diamantes de 80


la minería. Eschwege (1823) atesora toda la riq
195

Escaneado con CamScanner


años de trabajo, por un monto que apenas supera el valor de 18 m
producción de azúcar o de café en Brasil. El comercio de los distritos 6
ros hizo que Rio de Janeiro superara a Bahía en la segunda mitad del •
XVIII, convirtiéndose en 1807 en la residencia de la familia real de P0
gal, perseguida por Napoleón. Puesto que este cambio tuvo lugar gracj
a la mediación de los ingleses, para su beneficio se estableció la libertad
de comercio en el Brasil. Se retiraron de inmediato todas las restricción
que todos los antiguos sistemas coloniales habían establecido. Los puertos
de Brasil se abrieron a los bienes extranjeros, en naves extranjeras, mismos
que pagaban un arancel ad valorem, solo con fines de obtener un ingreso-
Inglaterra se convirtió en la metrópoli de Brasil. Se dio perfecta libertad a
la industria local. (44-54)
La prosperidad de la Compañía Holandesa de las Indias
Los holandeses.
Occidentales los llevó a conformar costosos establecimientos, llenos de
deudas; con esta carga, no pudieron resistir ni el comercio ni las armas de
los ingleses. Aquí radica la ventaja del recién llegado frente los poseedores
establecidos en las regiones distantes: los holandeses poseían esta ventaja
frente a los portugueses, los ingleses sobre los holandeses, y actualmente
los americanos del norte, en algunas ramas del comercio, sobre los ingle
ses. La prosperidad declinó en cuanto el comercio fue sustituido por el impe­
rio. Aquella compañía cayó en bancarrota poco antes de su cierre en 1792.
Una de las colonias continentales de los holandeses en América - Berbice
- estuvo durante un breve periodo bajo el gobierno exclusivo de una casa
mercantil, los van Peere, quienes había comprado la soberanía absoluta à
ese territorio al Estado. (55, 6)
Los franceses. Burke ha destacado como característica de los franceses
propensión al pequeño comercio ambulante, ese que requiere más
e iniciativa que laboriosidad. Esta propensión impulsó a sus aven ^
a dispersarse en todo el interior de América del Norte, para el ^
y la caza. Ningún otro europeo había desarrollado el mismo ta ^ ^
negociar con los salvajes, o para acercarse a sus usos y formas
comerciantes y cazadores franceses se casaron y mezclaron co

96 I

Escaneado con CamScanner


nas, Jejos de nuestros asentamientos; extendiendo sus dis
i0largo de todo el curso de los dos ríos de ese continentes ^68105

J
I
I
i c) Colonización británica. Indias Occidental
es

Lps primeros colonos, aquellos que ocuparon las Antillas, erar


princi
díñente pequeños propietarios que vivían del producto de sus
Cuando se implantó el cultivo de caña de azúcar, hacia 1670, la población
blan continuó disminuyendo durante un
siS1'
Antigua
bres bajo Carlos II, y solamente 2500 en la actualidad. La historia de las
otras Islas de Barlovento es similar. Solo en Jamaica la cantidad de blancos
i
se imantuvo estacionaria de 1670 a 1720. Esta situación de declive de la
r
población blanca puede atribuirse esencialmente al monopolio de la tierra,
consecuencia del cultivo de caña de azúcar. El pequeño propietario no podía
competir con los grandes en la producción de este bien esencial. El café,
y aun más la caña de azúcar, exigían la aplicación simultánea de mucho
trabajo en temporadas específicas. "Para producir 10 barricas de azúcar ,
rmaba el autor de un informe sobre la situación actual de la isla fran­
cesa donde se produce azúcar, en una publicación estadística de París,
hace falta prácticamente el mismo gasto en animales de carga, trapiches,
ensilios, etc. como para hacer una centena. Una propiedad de menos
50 arpendes no puede servir para el cultivo de azúcar . Esta tenden
aceleró cuando, debido a la falta de previsión de los primero
res, especialmente en Barbados, el suelo terminó agotándo y
alcanzar
spensable realizar más inversiones y utilizar más trabaj p
todos los informes de nuestras
naismo nivel de producción. De ahí que
lonias de las Indias Occidentales, en la primera mitad ®
«n llenos de quejas acerca de la decadencia de los pequenos prop

I 97

Escaneado con CamScanner


rios, y la consolidación de la sociedad en dos clases, los ricos du
plantaciones y los esclavos. "Las grandes inversiones y la carrer °S
el cultivo que los requería", afirma Burke en 1758, "han devorad3
a poco la isla (Jamaica)". Está en la naturaleza de los grandes capit 1^°°°
creación de cierto tipo de monopolio; y está en la naturaleza del s la
mono-
una
vamente pequeña
99
seguía
08
de plantaciones más ricos comenzaron a retirarse y a fijar su residencia
la metrópoli. Las islas terminaron pronto siendo consideradas por otras
clases de blancos como factorías, donde era posible hacer fortuna rá i
damente, para luego partir. Este cambio de residencia a ausentismo era
en parte resultado del incremento de la riqueza y en parte del particular
carácter inglés... En Barbados, donde los blancos constituyen todavía un
cuerpo numeroso, aunque bastante disminuido, la condición de la clase
más baja estaba muy degradada: sin propiedad y criados a través de su
color sobre la devaluación de su trabajo, viviendo en gran medida de la
caridad, administrada con frecuencia por los propios negros... Cuando
el tráfico de esclavos fue abolido, el costo de producir azúcar en Jamaica
era ya, quizás, el doble del de Cuba... La cantidad de azúcar consumida
por cada persona en Inglaterra era apenas superior a Vi con respecto a la
cantidad consumida 40 años antes... Notable uniformidad con la que es­
tos eventos se suceden en la historia económica de las Indias Occidentales en
general. En cada época de esta historia... el desmonte de tierra virgen junto
a la libertad de comercio imprime un rápido estímulo al asentamiento y
la industria; la tierra repartida entre propietarios libres, donde predo
. • An He culdv0
na una prosperidad rústica y general. Luego sigue un perioao ^
más cuidadoso, durante el cual se consolida la propiedad y laS CUa^stjca
de esclavos reemplazan a las comunidades de hombres libres, ^
común se forma en una
disminuy
caro, se hace más costoso con la creciente dificultad de sosten
í. toe de producá01
>s asentamientos, se abren nuevas ruenies r

98 I

Escaneado con CamScanner


viejas colonias, ¡"“paces de mantener una competencia desastrosa inch,
» con la ayuda de prohtb,cones, luego de un periodo de sufrináenm
dificultades, retroceden a un estado secundario, donde el capital la X
nomía y la creciente capacidad del trabajo compensan, solo hasta deno
punto, las invalorables ventajas que han perdido. En ese sentido, las Islas
de Barlovento, que originalmente poseían una numerosa pobladón blan­
ca, para luego ver el establecimiento de numerosos esclavos que casi su­
plieron la totalidad del entonces limitado consumo de Europa. Jamaica se
« __ lA /Jo cu rloparlenpía \T afrairiúcí âhorâ _______ r «

destruido
alcanzar
Cuba y Puerto Rico, luego de muchos siglos de relativo abandono y baja
productividad, pasaron de repente a ocupar el primer lugar entre los paí­
ses exportadores y prosperaron como las exuberantes cultivos sobre sus
suelos vírgenes, en tanto que nuestras islas, aún ricas en capital, pero en su
mayoría exhaustas en términos de fertilidad
----------- Jy—*
con™*™w*iv.**w
defiriencias en V.*
el sumi-
luchaban, la ayuda de su riqueza acumula
1 • / pu
mm \
en contra del omnipresente principio de decadencia. (75-88)
América del Norte. Las colonias en América del Norte estaban bajo tres
tipos de gobierno: 1) Gobiernos reales, donde existía una asamblea legis-
consejo,
Virginia y
f jm*. a ^ ^ a w —— ■ ■ compañía

propietarios teman el derecho de nombrar un consejo, y en ocasiones, tam
bién un £ohernaHnr Pennsylvania.
i eiuibyivdiua, Delaware
L/ciawjv Maryland
—y — se mantuviero
durante largo tiempo bajo este tipo de constitución. 3) Gobiernos de
tatú tos, donde el soberano comparte sus derechos, total o parda
. r . _ c____a tambier
COn los colonos; ambas cámaras eran elegidas y con frecuencia
el gobernador: en resumen eran democracias...
gobernador; en resumen, eran democracias Las normas relaciona

COn el oso de la tierra no fueron reguladas sistemátícai


común el terreno
Pnmeras colonias. Los primeros colonos cultivaban enI
se entregaba a sus

I 99

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propietarios, se lo concedía con el pago de una renta, antes qUe
una venta; y la plena propiedad se adquiría con el tiempo, con la ^
luego de que el propietario abandonara el terreno... Las grandes d¡f¡
tades para conseguir trabajadores se resolvieron gradualmente en las ¿
lonias del sur mediante el empleo de esclavos. El transporte de convict^
hacia las colonias nunca fue muy importante. El recurso preferido era^
trabajo cuasi servil de trabajadores no abonados. Esto dio origen 1) a Un
sistema odioso de fraude y hasta de secuestro, implementado por qUjenes
dirigían el comercio en Inglaterra. Entonces, cuando un dueño plantación
quería obtener algunos hombres (que en Inglaterra eran comprometidos
a amos en las colonias, a quienes servían durante periodos limitados), su
vecino los convencía a través de salarios más elevados. Por ende, pocos
ejercían control sobre trabajadores libres, excepto en las colonias de es­
clavos, y las propiedades eran pequeñas y estaban dispersas de manera
uniforme; y las poblaciones crecían tan lentamente, que la más grande
de la América británica, Boston, no tenía más de 25 000 habitantes cuando
estalló la revolución, 150 años después de su fundación. (88 - 93)
1531 Australia. Luego de que el capitán Cook26 descubriera la costa de
Nueva Gales del Sur, se fundó una colonia penal, con la idea de variar
nuestras celdas de la cantidad de prisioneros que se habían ido reuniendo
ahí luego de la guerra americana. En 1787 la fragata Sirius desembarcó a
800 convictos en la Bahía de Botany. La costa, que a Cook le había parecido
tan atractiva, demostró pronto no poder contener otra cosa que pantano*
y arena. El 26 de enero de 1788, la pequeña colonia se traslado a Sidnty-
En el transcurso de 50 años, el progreso de Nueva Gales del Sur fue eX
traordinario. En 1789 se cosechó la primera cosecha; en 1790, el P1**111
colono permanente (un convicto) tomó posesión de una parcela de be
que se le había atribuido. En 1793, el gobierno realizó la primera co*
pra de cereales cultivados en la colonia (120 bushels). El primer perid

^ caP^n de la Marina Real Británica, elaboró mapas detallados de .^r


contará* a?tes reali2ar tres viajes al océano Pacífico, en los que estab eC1

tacto registrado de los europeos con la costa oriental de Australia y las islas
loo i

Escaneado con CamScanner


se imprimió en 1802. En 1803, Macarthur exhibió en I
Adestra de lana de merino de las ovejas de la colonia rdreS 13 primera
deesta lana se exportaron desde Sidney; en 1820, lOOOnT,1!07'245Ubras
libras en 1830; 7 millones de libras hacia 1840. Sidne lb^as; 3 564 532
entonces en una gran ciudad, etc. Lo que da a nu^tTmi^ C°nVertido

na su carácter distintivo es el incremento relativo del comerá

excedente en proporción con la población, tan aventajada como tes


occidentales de América. Nuestras exportaciones a Nueva Gales ddSur
solamente, en el año que termina, a enero de 1840, alcanzaron un valor de
1 176 000 libras esterlinas; de tal manera que a cada individuo de la po-
blación (100 000) le tocaba un consumo de 11 libras per cápita... La ven­
taja natural de este país para la crianza de ovinos no hubiera podido ser
explotada sin la abundante provisión de trabajo que Nueva Gales del Sur
había proporcionado a los capitalistas inmigrantes. Transportar al lugar
un promedio de 3000 convictos por año, el Gobierno había entregado a
los colonos una cantidad de trabajo de esa magnitud, libre del costo de
importarlo; como si ellos mismos hubieran proporcionado a la plantación
con esa cantidad de esclavos o trabajadores obligados. (117-121)

Parte II. Efectos económicos de la colonización en las metrópolis27

Emigración y progreso de la población en el país de origen

La emigración no es una solución para la sobrepoblación, a men q

continúe de de manera regular. (140) .


£• número más alto de emigrantes, personas que dejaron en un so
añ° el Reino Unido, es de 100 000, un poco más de V* de increm
encima
anual. La mayor parte de estos emigrantes son person p

rr--- -—- áeár de ver la colonización


Marx manifiesta interés por los efectos en las metrópolis, ^ colonizador.
como un evento en el espacio colonizado sino
i mi

Escaneado con CamScanner


1

promedio en cuanto a energía, y se mueven al extranjero menos


miedo a estar peor que por el deseo de algo mejor... la mayor p ^
ción de emigrantes españoles hacia América provenían, por much ^
sus provincias más pobladas e industrializadas, y menos opri^j. de
as,
Vizcaya, Cataluña, Galicia y las Canarias. (142, 3) Asumamos que COlíl
resultado de una crisis, la nación debiera imponerse la obligacj5n <j°
deshacerse, mediante la emigración, de algunos cientos de miles de br
zos supérfluos, ¿cuáles serían las consecuencias? Sería que, al
incremento de demanda de trabajo, se encontraría frente a una escasez
No importa cuán rápida sea la reproducción, toma en cualquier circunstanci
toda una generación reemplazar la pérdida de trabajo adulto. En la actuali­
dad, los beneficios de nuestros industriales dependen principalmente
del poder aprovechar los momentos de prosperidad cuando la demanda
es elevada, y luego atribuirse una compensación durante el tiempo en
el que la demanda es baja. Es poder está garantizado solamente por su
control sobre las máquinas y sobre el trabajo manual. Deben poseer ma­
nos listas y dispuestas; deben ser capaces de incrementar la actividad de
sus operaciones cuando sea necesario, y de reducirla de nuevo en fun-
ción de la situación del mercado; o no podrían sostener su preeminenda
en la carrera de la competición sobre la que se funda la riqueza de un
país. (146) Las personas que se estiman deseables como emigrantes, son
precisamente aquellas que son más capaces de encontrar un empleo en
casa en cualquier momento. (152 nota) Se incrementan los salarios, p°r
ejemplo en Irlanda, con los emigrantes, de tal manera que "al prinripi°
el incremento de salarios impulsa al capital a desaparecer y a buscar em
plearse en otro lugar, y los trabajadores son llevados a aceptar un
menor que los otros, con lo que vuelven de nuevo a su antiguo ni
salarial". (l.c.)

102 I

Escaneado con CamScanner


Efectos de la exportación de capital en la metrópoli

;i impulso que se da a la industria productiva de un d '


de un ingreso en el pats de origen, tiene lugar sofammte *
&
casos en los que la diferencia de costo en razón del transport -°* ^
___.ar)nr a rpmrrir al mprraHn .1 1 __ . . P r e induce
r , , . . . . . , ° ,uercaao intemacio-
. Pero el efecto de los impuestos sobre los bienes importados de países
.ranjeros modificará estos resultados hasta cierto punto, haciendo que
ausentismo sea aún más difícil de tolerar. (165) En contra de la coloni-
ción se ha afirmado: "Cuando damos capital a una colonia, lo retiramos
la misma medida de la metrópoli. Los trabajadores que se quedan en
ganan
ier comienza a producir
retirarse
>mo metrópoli disminuye:
consecuencia estrictamente necesaria, disminuir el poder
consecuencia
una
or con la que se reduce la oferta, con lo que se deteriora la situación de los
[bajadores que se quedaron atrás". Este argumento reposa totalmente
?n la condición de que no puede existir capital redundante en ningún mo­
mio ni en ningún lugar, y ningún exceso general de bienes. ([167,] 168)
suficiente
principio
re-

pregunta
sociales, donde existe un límite natural, cercano,
capital actualidad, el capit
límite, y a inducir
sus
una

económico y
I °nc*m'sta inglés miembro de la comente de pensamiento
más influyentes junto a Adam Smith y Thomas Malthus.
I 103

Escaneado con CamScanner


íqueña... En la actualidad, en cada país productor de materias
límite de uso del capital en cuestión, a la tasa de rentabilidad exist
alcanzaría
en la agricultura. (170, 1) Supongamos que el capitalista posee ahorros
acumulados, y que estos permanecen sin uso entre sus manos; la tasa a
rentabilidad existente es de 10%, pero la tierra que produce este
rendí-
miento
recién desmontada. Es mejor para el capitalista emplear 200 libras al %
que utilizar 100 libras al 10%: tan pronto como el capitalista estima qUe
es mejor utilizar un capital más elevado a un rendimiento inferior, que
un capital más pequeño a una tasa más elevada, éste lo hará, y en con­
secuencia, a través de la fuerza necesaria de la competencia, reducirá la
tasa de rendimiento promedio en el cultivo de la tierra, hasta el monto
con el que decide estar satisfecho. Esta es una de las maneras en las que
la competencia opera para reducir la rentabilidad. Esto sucede porque la
industria es necesariamente cada vez menos productiva, a medida que la
población y la riqueza avanzan; y debido a la tendencia de los hombres, en
una situación social de prosperidad, a acumular y a utilizar su capital; ten­
dencia que los impulsa a ampliar sus negocios, aunque deban implemen-
tarse nuevos emprendimientos a un rendimiento inferior. (173) De esto se
concluye que el crecimiento del capital no es suficiente para ampliar sus
sectores de utilización. (174) I
1541 Está la sociedad exactamente en el punto en el que el capitate

está tentado a utilizar su acumulación con una tasa de rendimiento re


1 ma-
rida, antes que dejar que dicho capital permanezca sin utilizar, e a ^
ñera que, cuando se presente otra área para el uso del trabajo, cua
da obtener, en Australia o en Canadá, una remuneración sufictf ^
impulsarlo a dirigirse a dichos países - la metrópoli se benefit* &
el retraso en la caída de las tasas de rendimiento, mismo que .Quién
nido lugar si hubiese utilizado dicho capital en el país de orig ^ ¿e
puede ignorar que es hacia este punto que la industria mg
manera continua? (174, 5)

104 I

Escaneado con CamScanner


Se puede afirmar, sin embargo, que con la libre importación H
la competencia no puede impulsar la producción en suelos f^
tampoco reducir la tasa de rentabilidad. Esto podría ser cierto^ ^
aue la proporción de capital y trabajo permanece - ' •' SUP°ne'
mos que Ia r r r */ permanece inalterada. Supon­
gamos que el capital acumulado a través del comercio con un mer«do
extranjero, el comercio de algodón, por ejemplo, esté desocupado y en
• • ji ( a i J» «aucupado y en
u..cra
busca de inversiones. Un fardo de algodón SP __ 11 toneles
se intercambia por
de vino francés. 10 de estos toneles podrían cubrir el costo de los salarios
v 1 iría para el capitalista; la tasa de rendimiento sería de 10%. El due-
y
. Aa 1 ranital acumulado debe contentaren rr\n un

------ I i mismo
----- ---- --------- y uuiciier
menos vino por su algodón. Esta competencia se lleva a tales excesos que
el algodón exportado se intercambia solamente por la mitad de la canti­
dad de vino que antes; o, en otras palabras, su precio cae a Vi de su nivel
precedente en el mercado francés, y entonces el rendimiento será sola-
un tardo de algodón. Cuando al mismo
misma
salario
te, entonces la tasa de rentabilidad se mantendrá constante. El capitalista
uno
en lugar de 10; pero las respectivas proporciones del rendimiento total son
las mismas. La competencia de los capitalistas puede producir tal efecto
en una sola rama de la industria, producirá entonces el mismo efecto en
todas las ramas de la industria, consideradas en conjunto. Las misma
exportaciones de Inglaterra pueden ganar un menor rendimiento
mercados extranjeros, pero la tasa de rentabilidad no caería. Si el p g
de la población provocó que la competencia entre trabajad
may°r que entre los capitalistas, ésta podría incluso aume P
m°8, Sin que el capitalista, deseoso de

“ ■** -no. Supongamos „ue pon cada (ando


de Inglaterra, deban darse 10 toneles de vino a los tra )
105

Escaneado con CamScanner


en las condiciones actuales de oferta de trabajo, la competencia
capitalistas mantiene a los salarios a ese nivel. No le queda otro
^rso.
los capitalistas, excepto contentarse con una tasa de rentabilisai
(175, 6) De ahí se llega a una conclusión sumamente práctica: si el efect
de competencia creciente, bajo ciertas circunstancias, consiste en bajar
precio de los artículos exportados o en bajar la tasa de rentabilidad e»
ambos casos debe ser ventajoso para atenuar la competencia, mediant,
la apertura de nuevos espacios para el uso del capital excedente. Ya sea
que esta abstracción evite que el valor de los productos ingleses en el ex­
tranjero caiga, o que disminuya la tasa de rentabilidad, o ambos, la misma
debe ser beneficiosa para la industria. (177) Esta es la idea que concibió el
coronel Torrens, que se da a continuación (Colonización de Australia del
Sur, p. 242,243):
// un hecho ciue en un
ingreso
países, el capital puede crecer
utiliza
crezca más rápido que el capital utilizado para producir
terias primas en los países extranjeros, entonces el valor de los tejidos de
algodón disminuye, en relación con el costo ordinario de producción; y
en el comercio del algodón, o bien los salarios, o los beneficios, o ambos,
deben disminuir. Puede ocurrir de igual manera en el comercio de lana,
de seda o en todas las otras ramas de la industria, donde se fabriquen
materias
manufactura
,anufactura
hie­
de esta manera, en todas las ramas de la industria que proporcionan ^
nes a los mercados extranjeros, puede haber, al mismo tiempo/ un e
de demanda o una 'competencia local' que provoca una caída geri ^^
miseria
veces, pasar del ahorro al gasto, del empleo improductivo al Pr0 ^ ^
puede en ocasiones servir oara ayudar a la industria nacional fren

106 I

Escaneado con CamScanner


Il

ceso o la opresión. (177-179) El capital gastado en la colonia •*


pgjg que exporta manufacturas/ no se desperdicia de «
nva, o una perdida de recursos para la metrópoli Se east produc'
nuevo mercado para sus bienes, y para estimular una nueva 7 T*"

demanda por los mismos. (181) Désérm<v> (Biffais. b "sa


que, de 1828 a 1837,14 365 emigrantes del bajo Ri„ llevaron coJ ‘ ™¡

000 francos de capital, 630 francos o 25 libros per cápita. Buchmal pJZ
que los emigrantes que fueron a Canadá en 1834 llevaron 1 millón de B-
bras esterlinas. Afirma Murray (British North America v. II, p. 39) que <4
I ^ ^^ M. - ■ » a
inmigrantes
colonia, del gasto del gobierno y gracias a la transferencia de capital de
ese país para invertirse en la colonia". Un cálculo similar puede aplicarse
a otras colonias. Las importaciones en Nueva Gales del Sur superaron a
las exportaciones, y en algunos años por encima de 300 o 400 000 libras. La
diferencia consistía principalmente en el capital exportado de Inglaterra a
^ ^ 4 m á ^ \
emigrantes

Comercio colonial y sistema colonial

principales de la colonización,
el descubrimiento de nuevas fuentes de insumos, don
artículos más baratos, 2) La apertura de nuevos mere
la posibilidad de extenderse más rápido que en el pas
crecimiento de la riaueza en las nuevas comunidades

sores de la antro-
filósofo francés de ascendencia italiana. Es rntnr}arada de sistemas de filosofo,
-s reconocida su obra de 1804)
1804, titula a humanó­
los relativamente a los principios del conocitni
I 107

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1551 Heeren [Continuación]
Pueblos asiáticos. Primera parte
Los persas

Organización interna del reino persa


&

Los persas eran originalmente un pueblo nómada que habitaba en re-

tribus. Solo una


ellas terminó siendo dominante. El resto permaneció en la barbarie
guieron viviendo una existencia nómada. La historia persa es principal­
mente aquella de las tribus más nobles; principalmente los pasargadas. En
el caso de los persas, en los orígenes todo dependía de la tribu y de la or­
ganización de la tribu. Esta alta y baja nobleza de las tribus, se basaba proba­
blemente en el orgullo de las hordas guerreras, aún viva entre los pueblos
nómadas del Asia central y meridional, entre los árabes y los mongoles.

i mismo
plica

gradualmente
enl :onces avanzando de Este a Oeste
constituido principalmente de jinetes, y los pueblos derrotados tenían
incorporarse a dicho ejército. Era una de
mpre
gración. Los asedios de ciudades eran las acciones más temidas
las tierras conquistadas, liderados por
como Gengis Khan,

I 109

Escaneado con CamScanner


jefes militares que las sometían; dichos representantes
tributo y lo enviaban al rey; finalmente, los comandantes deV
el
en las ciudades, que buscan asegurar especialmente. Los trib dicton,
5
se denominaban regalos. Para la afirmación de su U °s*

nimiento continuo de ejércitos permanentes, mante.


>ntede
aun
los Persas.
prescritos (Lyder). Los
asumieron
y la religión de los vencidos. Los pueblos nómadas, como no tienen una
patria particular, se ven inclinados en general a adoptar tales cambios
Especialmente los medos, una tribu emparentada, tuvieron un efecto en
los persas y se convirtieron en el pueblo principal de entre ellos... se esta­
bleció una corte y harems como entre los medos. En conexión con esto se
impuso la aceptación de la corte y la religión estatal de este pueblo y de
todo el ceremonial político religioso asociado. Los magos, originalmente
una facción de los medos, se convirtieron en una casta sacerdotal persa, y
de este modo terminaron formando parte del reino. Cambises sometió a
Egipto. Bajo Darius Hystaspes se llevó a cabo la organización interior. Du­
rante su gobierno, la transición de la vida nómada a la vida sedentaria. La
residencia de los reyes persas fija en un lugar, Susa. División del imperio
en satrapías (bajo este gobernante se hallaba más una división de pueblos
que geográfica). Esto estaba motivado por la necesidad de determinar el
pago regular de los impuestos. Luego tuvo lugar el nombramiento regular
de gobernadores. Bajo Darío comenzaron ya los grandes envíos de tropas
a Europa. Se llevaron a cabo cambios en la organización militar. Todavía
bajo Jerjes, los persas eran los más valientes, pero justo después de este
monarca perdieron esta ventaja. El cuerpo principal del ejército estaba
compuesto solo por tropas de mercenarios, entre las que se encontraban
especialmente griegos. Rebeldía y rebeliones de los sátrapas. Comenzaron bajo
Artajerjes I, nieto de Darius H. Se presentaron en Oriente Medio y Siria
habitualmente. Con el apoyo de griegos y egipcios. Asi. estas provincias
distantes se convirtieron en las principales provincias del Imperio persa y

110 I
Escaneado con CamScanner
VYV\V
■ a) objeto de la política persa. Depravación moral en la corte y en
vy^V
'(/. ' : V
el
\\á^~
¿dón en else.
Debido a estas causas, la monarquía persa preparó su desapa-
i _ siglo Ho
•gundo de cu
su pvicfpnria
existencia. (396-423) *

\\Y

^Vev\\
V
hos y autoridad del rey. Ley de Zon
Corte, Harem, vida privada del rey
q e\ \

ucnu "* mdS a«o poder judicial igualmente


% V en ;1 rey. Incluso esto (el despotismo) venía de los medos, según
íeródoto. Se dejaba todo a la voluntad del juez; así se construía una forma
\ e dirigir personas y bienes. Debido al abuso de la autoridad judicial, es-
xialmente en el castigo de los delitos, se tienen los primeros intentos de
nslación que específicamente se referían a las restricciones del primero.

sN dos: siervos del rey. Esta autoridad despótica encuentra sus limitaciones
Su ejercicio es mucho más limitado que en teoría. Primero se distribuye
un pequeño círculo de pachás y sátrapas. Los sátrapas arruinaban al
Dureza y crueldad de los déspotas entonces, en contra quie-
gozaban
sacerdotes eran los autores, guardianes e intérpretes de cierta categoría
de legislación. La misma le atribuye únicamente a la casta sacerdotal una
relación diferente con el déspota. Intenta mitigar la rudeza de los pueblos.
Así que solo contienen restricciones para el poder judicial. Ceremonial
religioso. La religión se ocupa en este caso menos de la doctrina que de la
práctica. Esa legislación es el primer ceremonial de corte de tipo religioso.
Dio a los sacerdotes la posibilidad de participar en el gobierno, al conver­
tirlos en los primeros servidores de la corte. De ahí que existiera, entre ellos,
diversas gradaciones y jerarquías. Los representantes del puet
(Principale;
plazados por los
c** í
scritos en el mismo: Vendidad y Yasna). El reino de Ormuz ( )
1.3 -

*.< V

V
* •’

v Irán, la. tierra agrícola y Turan, la tierra del norte (la oscun
I• -
p'
tji-
■y-, II
1111
k
bí“,s.
fv

Escaneado con CamScanner


y sus prácticas religiosas. Inicialmente, la adopción del culto medo solo 1
afectó a la corte. Un ritual también para toda la vida privada. 1561 Entre 1
los persas no existen castas. Aunque existen tribus de nobles o de guerreros y I
tribus de cultivadores. Pero no existe casta de comerciantes. Incluso con esas 1
tribus, el empleo no estaba necesariamente vinculado a la tribu. La corte \
y el séquito del rey estaban compuestos no solamente de funcionarios de la 1
corte, sino de numerosos ejércitos, en su mayoría caballeros, que rodeaban 1 ^
a su persona y pertenecían a su compañía. Los caballeros se dividían en 1 $
grupos de 10 000 en función de sus pueblos, cuyos nombres adoptaban. I to
Los más nobles entre los persas. Con el lujo aumentó el número de fun- \ b
cionarios de la corte. Para cada uno, incluso para las realizaciones más 1 ç
pequeñas se empleaban a la propia gente. Toda la alimentación era gratis. 1 \
15.000 platos de la mesa del rey. Incluso la preparación de la cama del rey 1
requería grandes multitudes de personas, según Jenofonte. La corte del 1
déspota persa se formó originalmente a partir de la tribu de los pasargadas 1
y especialmente de la familia aqueménide. La incertidumbre de la sucesión 1
está relacionada con los gobiernos del serrallo. Toda la vida privada de
los reyes persas era una vida nómada dirigida al más alto grado de lujo.
Moviéndose según el cambio de estaciones, de una capital del reino a otra,
Susa, Babilonia y Ecbatana. Sus séquitos se asemejan a grandes ejércitos.

las provine
sieran a la

112 I

Escaneado con CamScanner


vWv la nueva Asia. Los palacios y los casfiHos de iujo de

\\\\ lados de grandes parses y paraísos, paisajes enteros Dar T** GStaban
«osy P'»rf"r

pertal » rm"‘ Ex“P'°


,a f PaUd° de '» «y» fuá Hamado^*'^'-
Cazas “ el Pa™<“. Que »
qUG 86 llevaban a cabo al
Xa aire libre- También se celebraba un ceremonial muy específico. Solo
MUb, da lo mojo, el agua de, Karkheh, nevaba e„ una muHitu^' se dis-
tros en recipientes de plata; sal del templo de Júpiter Ammon en med' ,

\\ medio del desierto africano, vino de Chalybon en Siria, trigo’para el °


proveniente de Eolia, etc. Grandes multitudes se encargaban de buscad
reinos tejanos las especias y bebidas más costosas. (423-475)
í
j

4 Administración de las provincias.


i Organización financiera. Sátrapas.

Una nación fuerte y dedicada a la conquista considera a los países ocu­


pados como su propiedad. Existen ejemplos suficientes en la historia asiá-
tica, de que no se molestaron en ocuparse del exterminio de los nativos.
ll
Para conquistas muy grandes, esto debía evitarse; se vieron forzados a
es
pensar en riquezas y en afirmar la dominación. Los tributos en dinero de
los países constituían únicamente la caja privada del rey, con la cual cubría
sus propios gastos o, cuando mucho, realizaba regalos. Entre los persas
no se remuneraba a los funcionarios del Estado, los vencidos debían vivir con
pste objetivo financiero. Todo el Imperio persa, según Heródoto, era au-
tosuficiente gracias a los tributos, que se repartían para el mantenimiento
del rey, de su corte y el ejército; y cada distrito debía entregar su propio
tributo por un tiempo. De ello se deduce que los impuestos de las Provin­
cias eran, en general, entregados en especie. Lo mejor de cada provincia
pertenecía al rey. Así, bienes de todo tipo fluían juntos de todas las partes
del reino hasta corte. De ahí el lujo y la abundancia, la indulgencia y la
uberancia. Cada provincia también tuvo que recibir a un sátrapa. Su cor-

I 113

Escaneado con CamScanner


te seguía el modelo de la del rey. Cubría sus necesidad
todas las regiones de su provincia. Cuatro grandes ^los ^
tenían que ocuparse de la alimentación de los r>D,~ , °nes «n Bak? ^
‘ Caz^eMa>
el sátrapa de Babilonia.
Finalmente, el mantenimiento de las tropas reales, en todas
m las provincias. Las mismas eran también costeadas por reposaba
dos. Además del pago en especie, se entregaba para la caja privad ^
un tributo en oro o plata sin acuñar. Derretido, almacenado en lingot^' **
que el rey utilizara un parte en cubrir ciertas necesidades. Para los ejérj^
os,
especialmente durante el reinado de Jerjes, se elevó el monto del tribut
_^ 1 _* /_ J _ i • *
mercenarias
más, los sátrapas extraían recursos de las provincias. Los tributos eran solo las
cantidades que los sátrapas tenían que entregar al tesoro real Los persas estaban
exentos de esta obligación. Además: los ingresos procedentes del riego. (A tra­
vés de las esclusas, los reyes persas controlaban la distribución del agua) La
pesca en el canal que conecta el lago Meris con el Nilo era un privilegio real.
Se recuperaban los bienes de los sátrapas y de los grandes nobles, si éstos
eran ejecutados. Más que todo, se trataba de regalos voluntarios que se daban
al rey. De acuerdo con la costumbre oriental, nadie puede comparecer ante
un superior, mucho menos ante el rey, sin un regalo. En el cumpleaños del
rey, se le presentaban cosas preciosas y raras desde todo el imperio. Gastos
del rey. Los regalos. Los funcionarios de menor estatus de la corte (servido­
res, escoltas, etc.) reciben su salario en especie. (Del mismo modo que en el
caso
y provincias). De igual manera, se enviaban suministros desde las diferen­
tes provincias. Los funcionarios de la corte más distinguidos recibían po­
sesiones al llegar a pueblos y ciudades. También posesiones, especialmente
relacionadas con la producción agrícola, y casas y tierras en las provincias.
Estas posesiones
también
X Ciu y u vp-iv --- *
hereditario, con lo que las posesiones se hicieron también
la época de Jenofonte, el Gobierno de sátrapas ya había adopt organiza

114 I

Escaneado con CamScannet


!

\\ dón
r C % poderes
esta institución se encuentra en los jefes militares T * mmar- U razón de
retentantes del rey. En los períodos finales. I™ * tran*fennan en
P
rtenecfan a la familia real, al mismo tiempo
i ' w
j especialmente en las provincias fronterizas,...
frnnf«-~- - ,ue la sih] lnSir las
que 5ta reunión fuera indispensable. Los otros funcionarios d\
ron i ás adelante también completamente separados de los cc queda
tropas y se les permitió mezclarse en asuntos civiles. Los
ocupaban de la gestión cotidiana. Se interesaban especialmente >ass<
cultura «n el nais etr T Ai-------
deber. Los sátrapas dirigían varias tropas dnmto • T '4ue e U]
compuestas total o parcialmente porTersas C f"** * *

los ingresos sus propios gastos, el mantenimien a


lomÁR funcionarioc míkli^ __ . o de las tropas
2 2 co

intereses
bas reales,, a quienes se confiaban
-----------*-// / a ixaves ae l
comunicaban los sátrapas. - Mensajeros, distribuidos en postas
#r»rfn oí _ 1 t t7
impeno. (Más adelante también
Aijíualmente
f un plenipotenciario
x -------- - M tauc^d ue
ejército que apoyaba o castigaba a los sátrapas ... En las épocas finales
Jll__________________ ' ■ —

orgullo creció. Guerras de dife


Varios
ooa, etc., se convirtieron en los fundadores de imperios independie
> sátrapas gradualmente se hicieron independientes y consideraron
• •

viñetas como dominios propios, cuyos ingresos acaparaban.

!
k1
i

I 115

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La conducción de la guerra entre los
Persas

Las campañas militares de los pueblos nómadas


eran 0ri8¡"alm
u .. * ----------- -»uaa y más fén
ahí la costumbre común en Oriente de que las mujeres, los niños
I I • ------------------^--------------—
y
migraciones. Sus ejército^
s. El primer caso correspond
último a los persas. Aligera bastante sus movüniZ
La historia de Mongolia da ejemplos de que dichos ejércitos de ••
-jinetes se
lo largo de grandes distandas con una veloddad sorprendente
algo inimaginable para un ejérdto europeo. La conducdón de la guerra
sin embargo, sufrió grandes cambios. Ya durante la conquista de Asia, los
cuerpos permanederon en las provindas, espedalmente en las provincias
fronterizas, como el Cercano Oriente, Egipto, etc. En cada provincia había
2 tipos de tropas. Una parte dispersa en el territorio. Otra parte estacionada
en las ciudades. Ambos con sus propios comandantes. Las tropas de todo
el imperio se reunían una vez al año cerca de la capital, en poder del propio
rey. División del imperio en cantones militares después de la reunión de
las tropas... Bajo los persas, quienes poseían tierras debían montar a caba­
llo. Por lo tanto, la organización interna de todo el pueblo era necesaria para
el servido militar. La división dedmal cubría toda la nadón y, al mismo
tiemoo. determinaba el rango del comandante. La gente común se reuma
grupos
1000 y de 10 000. Los ofídales superiores
cuerpos individuales, sino que forman el grupo
tropas
recibían dinero
mían regularmente para defender y dominar sus provindas
ás de tropas de mercenarios que las que necesitaban los habi-
provindas. Las nadones subyugadas necesitan estos solo en
extraordinarias, como cuando los se utilizaban grandes ejércitos
ocasiones - - i*/ i/ - ,
ampliar el imperio. En tales casos, la idea se difundía
para

116 I

Escaneado con CamScanner


reino inconmensurable. Las naciones del este y del oeste fueron
al interior de un rebaño. Las instituciones temporales para
unidas como
re o eran ya inmensas, los movimientos a eso antes del curso
este com1
duraron 4 años. Aparecieron entre los líderes de sus propias
de los Jerjes
guerra misma
n gobernante
persas
tártaros

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Merivale. (Continuación de ia
P-54)

El viejo sistema pensaba solamente en los benefi •


misma que debía constituir no obstante un medio^ ^ ^ eXporlación>
Además, planes para monopolizar la producción cfel^ ^ Ímp0rtaci6n-
importaciones provenientes de las mismas. Se impléis ?° laS
nirü Jos metales preciosos, mn w ^ _ 0 Slmplementi
portugueses
pedasi,
y otros
nunca
monopolizados por ningún poder europeo. Al contrario, hasta cierto pirn
to, era posible hacer que las colonias, mediante normas fiscales se limita
ran al uso de los productos de la metrópoli. Este era por consiguiente el
elemento esencial del sistema; Rusia puede colonizar grandes extensiones
ie territorio deshabitado, mediante la conscripción de la superabundante

obstante, no hay ningún


ruso
materias primas, algo que los colonos poseen en abundanda. Bajo la libre
competencia, los beneficios de la colonia no son para la metrópoli, sino
para el país que puede intercambiar bienes en los términos más favora-
ble¿. Sin embargo, también gracias a la libre competenda, la metrópoli
poseía durante un largo periodo ventajas sobre las colonias, en cuanto a la
sostenibilidad de los gustos y hábitos nacionales... Se daba a los colonos
como compensación, a expensas de los consumidores. La única 8

de la metrópoli consistía en comprar los productos


por los habitantes de las colonias. El impulso natural de las po

I 119

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%
%
fj
niales iba por consiguiente en el siguiente sentido general /
if
se aseguraba del monopolio de algunos bienes de gran vall^ ir*
t
en la colonia. 2) Las colonias se encontraban en consecu • Pf°<lucidos ■ V
la necesidad de consumir artículos de producción propia 3) a /i r ?
?A

los colonos el derecho exclusivo de producir artículos específiç^^1*a


propio consumo. Este último es el único aspecto substancial del ^ ^ //
sistema colonial que permanece en la actualidad... 5 diferentes /<
restricciones que contribuían a constituir todo el sistema comercial* 1)r^
y;
fricciones para las exportaciones desde la colonia a otros lugares, así como
a la metrópoli. 2) Restricciones para la importación de bienes en la colonia,
y r
■*«
provenientes de países extranjeros. 3) Restricciones para la importación de A
productos coloniales en la metrópoli, ya sea que estos provengan de paí­ f
&
ses extranjeros o de colonias. 4) Restricciones para el transporte de bienes t
de y hada las colonias en otras naves que las que pertenecerán a la metró­ i
4$
poli. 5) Restricdones para que la manufactura obtenga su materia prima a 1

■'S
través de los colonos. (183-188) ad. 1. Los holandeses persistieron aún con
sus restricdones con respecto a las espedas. Las espedas se obtenían con el
trabajo de una pobladón esdava de 46 000 personas o con el trabajo de 11
500 personas, expoliadas y mantenidas en la barbarie y la esdavitud pan «fe
garantizar su despredable objetivo. ([188,] 189) ad. 2. A. Smith cree que 1< U
tasa de rentabilidad crece sobre todo en la metrópoli. Según Ricardo, de
bido a la compañía monopolista, la competenda devolvía a los benefirioi
metrópoli obtendría una
país
sin cambios. Según la Teoría de la superabundancia del capital y por qué la pro­
ductividad de la industria se multiplica pero provoca una subida de los beneficios.
manufacturero
entre manufacturas
en W ■
1

predo de sus bienes, tanto en comercio international


irrisorio
en
incrementa a través de diferentes cargos, hasta cinco
ginai; de tal manera que una fluctuación de 20% del p país

120 I

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en total/ una pérdida o una ganancia de 100% De ahí
en nuestro mercado es totalmente desastrosa paral. ^ ^ Caída menor
*— ------^^dstrosa para el
» - x >\VI (i89-195) En la práctica, sin embargo, los intereses d eXP°rtador Monial".
(189-195) «
tifíaos de ¡os contrabandistas eran demasiado difícil ** C°'°nias V «os ar

\ W regulaciones aduaneras. (197) I [58JI ad. 3. £1 comer ' * VCnCer Para las
enT Ja
ia actualidad en prohibiciones, cuyo peso cae cas
O peso cae cae; COl°nÍal d«cansa
aesc
la sola metrópoli. (199) Las últimas reformas en el ' C°mpletamente sobre
s
_^|_I______
indispensables, : j____1
considerando ,la reducida produl0™^'0
11 Compro;^ de azúcar c
vV1 y también la reducción de la productividad en la?10" * ** aUos pre
eran
transcurso de los últimos 6 años. (201 ) ^ C°lonias mglesas, en el
N% ad 4. Un pequeña fortuna se utilizaba, bajo Cg
% ev
do mercantil de Europa, hasta 2 millones de ton |h ^ d COmer-
- 000 pertenecían a las Provincias Unidas (Holand ) *** 01,3168 800
de nuestro capital para fundar colonias, estamos 3 ^ Una parte
mismo para obtener intereses. Aplicándolo ' efeCt°' Ínvirtiendo el
ídf) etc. (228). El sistema colonial, como cualouieron y^^
'- \
fue establecido con la perspectiva de de favorecer el b T* Sp°'
Jases específicas (229). Según Say - enencio Presente de
“ colonias, con respecto a Pr»^™ ^ «

elevada. (232) Ganancias o Rentas de monopolio (232). ° ° 613

enetick

ntem Parte III. Progreso de la riqueza y de la sociedad en las colonias

Escasez de mano de obra en las nuevas colonias

H _ • •

£ ^ S1 ^posible que los primeros intentos de colonización tuvieran


Los primeros colonos, gracias a sus actividades contribuyeron en

a promover el éxito de algunos nuevos grupos de colonos (243).


ra es inútil sin capital. Los primeros colonos de América del Norte
un

■j:

1 121

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acre de estos bosques costaba de 3 a 4 libras, utilizad
el pago de trabajadores. Los primeros colonos
- 8°taron en esfü
pereaeron itr/•''S
Se establecieron
ginia durante V,
tuvo que ser colonizada de nuevo... La tierra y el capital -** *'Virf5ini*
800 fútiles a
menos que pueda emplearse trabajo... Si se pone en práctica
sistema de cooperación, de tal manera que no se desperdicie ni traT^ 0
capitaL se requerirá una cantidad menor de ambos para producir el ^
tado deseado; y "tierra fértil en abundancia" será casi la única cosa nel

saria. Sin embargo, el emigrante que se interna en el bosque, se hace inde­


pendiente... Dos principios están siempre activos: el deseo de obtenu
tierra, que es contrario a toda combinación de trabajo; la disminución na­
tural de la fertilidad de la tierra cultivada, que exige continuamente a sus
poseedores a cambiarla por nuevas parcelas. Cuando dichos principios
prevalecen, deben existir grandes obstáculos en la vía de la acumuladón
del capital, y en recoger la producción excedente, y una permanente ten­
dencia de la población hacia la barbarie, debido a su dispersión; cada co­
lono, a medida que penetra en lo profundo del bosque, deja tras de sí
parcelas enteras que estima improductivas, o que ha convertido en espa­
cios improductivos luego de agotarlos... Las dos premisas principales de
los "nuevos" sistemas de colonización, mismos que poseen la proporción
adecuada de los elementos de la riqueza si se quiere fundar una colonia,
son los siguientes: 1) Es deseable proporcionar a los colonos una mayor
cantidad de trabajadores, que trabajen por su cuenta, que la que su capital
atraería naturalmente. 2) Es deseable evitar que la población de las nuevas
colonias se sientan tentada a extenderse sobre una superficie de territorio
amplia y dispersa, donde se hayan dado todas las facilidades para la ad­
quisición de tierras... En la actualidad existen diferencias entre dos tipos de
colonias. La primera se establece en países que no poseen ventajas particu-30

30 Vireinia fued primer asentamiento inglés permanente en los Estados Unidos. Los
HSü establecieron en 1607 y nombraron Virginia a esta colonia, en honor a la re

Elizabeth I, la "Reina Virgen" de Inglaterra.

122 i

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laRSpa«y*™* tav& W habajoagrícolaomiwro de
artículos de valor en el mercado mtemacional. Tal tue el caso de las colo­
nias de la América del Norte inglesa durante el primer siglo y medio des­
de su fundación. Casi toda la nación se apoyaba en la agricultura Sin
embargo- su principal riqueza exportable se encontraba en la producción
de las ramas secundarias de la industria, la madera de sus bosques los

peces Aa ene soto peine Vtionoo :-s.


con Europa, y
solamente
por cultivos particulares de otras colonias. Este es aún el carácter de la"

original de las
posesiones australianas hasta el muy reciente descubrimiento de sus capa­
cidades para la producción. La segunda categoría de colonias comprende
a todas aquellas en las que la industria de los colonos se orientaba principal­
mente hacia el cultivo de artículos esenciales para el mercado europeo o para las
operaciones mineras. Tal es el caso de la mayoría de las antiguas colonias
españolas y portuguesas en América del Sur, de los Estados del sur de los
Estados Unidos y de los establecimientos de todos los países europeos en
las Indias Occidentales. Está claro que las dos premisas elementales de la
teoría de la "colonización sistemática", antes mencionadas, no se aplican de
I
igual manera en ambos tipos de colonias... Aplicadas en el primer tipo de
colonias, la producción se incrementaba, naturalmente. Pero ningún artí­
culo producía en ese contexto una demanda constante y urgente, la dis­
tancia hacia cualquier mercado disponible era muy amplia y con toda pro-
lidad dicha producción sería muy poco rentable para la especulación,
oncentración de habitantes solo es posible cuando algunos de los co­
dsrenuncian a la ventaja de apropiarse de las tierras más fértiles a su
mee, a fin de garantizar para sí las ventajas, reales o imaginarias, de la
mcentración. La tierra fértil es la máquina del colono. Si se evita que e
lono adquiera los suelos fértiles a su alcance, ya sea elevando p
mediante algún otro mecanismo convencional que lo obligue a
O .__¿ ~ Ja nnt-
una
un
i %•%*

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X

Cada disminución de la libertad de un hombre » *


tári^Q qi
en términos económicos, es una reducción de su poder 4 a§erUe libt
pecialmente en los países nuevos. El espíritu de inca^atT •** ^ ^ //
indispensable para las colonias. La renovación de las tierras6 niCÍatiVa
//
yj
un fJ
indinados a la dispersión, existe un límite c°loiv
/A
' A/
audaz de los habitantes del bosque atraviesa, límite que está deten* ^
por la ubicadón del mercado más cercano. A medida que los mercad^
i
extienden, los colonos se dispersan, pero no más rápidamente. Mientras Jf
que derta cantidad de capital se acumulaba gradas a los arrendatarios se
'/
e
i
avanzaba hada la necesidad de confort. Surgen algunas ramas secunda­
4
rias de la industria, como las pesquerías y ciertas toscas manufacturas* b
aumenta 4
proximidad $
nara nuevamente, recuperaba su valor otra vez; se levantaban ciudades,
etc. Y estas comunidades que prosperaban de manera gradual eran cada
vez más seguras y firmes, a medida que se obtenía rápidamente riqueza «i
gradas a las ventajas naturales para la producción de bienes exportables. 9T
Estas fortunas podían de igual manera perderse rápidamente [debido a] la
un V

am
una
el Misisipi, en general a lo largo del curso del Delaware y del Ohio, se
distinguen claramente dos tipos de colomas; al sur de la misma están las
colonias donde se cultivaban los grandes productos esendales de las ex-
portadones americanas, el arroz, el tabaco y más adelante el algodón; en
el norte se producían cereales y ganado, de los cuales muy poco o nada se
exportaba a Europa, excepto la madera. Las últimas colonias sandonaron
los errores de las teorías de Wakefield, etc.... Consideramos ahora el otro tipo

* zTylZoZT:
que es mucho más m ispe utilización productiva del capital es
____j *H He traba o conjunto para la un.

124 I

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o. >• vu
dicación significad
, N ' Ai
* % \\\
FkY^,\\

y. X \ ■ ---------------------- - ~ ;‘0mema PráCtÍC° dC ,a Colo™^6n.


—o necesidadesEste
po de asentamientos prosperó durante un tiempo, a pesar de las dificul-
* jt,s qUe resultaban de la dispersión de los colonos y de su necesidad de
*:
trabajo forzado. En los primeros días del progreso de las colonias, míen­
las mismas estuvieran en la vecindad inmediata de puertos o ríos
vegables, o si poseían de otra manera facilidades para el transporte, y la
no se hubiera agotado, se podía explotar materias primas para el
-O\ rcado exterior en cantidades considerables mediante el trabajo duro de
016 eños propietarios de tierras. Tal fue el caso de las Islas de las Indias

'dentales. Puerto
^provincias Rico. Originalmente,
más antiguas de AmW- ^ este fue el caso de la historia de

~ --------- —* cu sur ael Fotomac. En


Virginia, en 1671, donde ya florece el comercio de tabaco, se encuentran
10 000 habitantes, entre los cuales solamente 2000 esclavos negros, 6000
Ï
I - 4 ------------- —~ Sir vv.
afirmaba Dll
«xixiiiaud W. Der-
keley en su descripción de dicha colonia, llegaban alrededor de 1500 sir-
vientes (ingleses, escoceses, irlandeses) y no más de 2 o 3 barcos negreros
en 7 años. Esta es la imagen de un país donde el estado de transición ape­
nas está comenzando, de una tierra ocupada por pequeños propietarios
upa de grandes terratenientes propietarios de esclavos. Una vez que esl
Drnrpfín
roceso rnmiprvz;*
comienza, es inpvifpihlp nnp
pq ínevitaoie que p
ei1 mismo avanrp dp
mismo avance ae manera
manera cada
caua ve
vez
ás rápida, hasta que se desarrolle una nueva situación social... La evo-

Î
ios eventos es la siguiente: no es sino hasta que las tierras
ejor situadas han sido ocupadas, y hasta cierto punto ago-
eza a sentirse de manera concreta la productividad supe-
;n grandes proporciones, junto al trabajo. El estímulo pro
porcionado por un mercado en crecimiento actúa fuertemente en sentido
de acelerar este cambio inevitable... Sin embargo, aún no se verifica
una amplia oferta de trabajo favorezca la concentra-

1 125

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ción de personas. La abundancia de tierras vírgenes
primera condición para la prosperidad de tales asent Pr0düctivas es

reemplazar narla Ï a íalfa A** -------


* nerras fue la _ ^
Antillas mpnor^ r. Causa <*e la
estos últimos años más
'erari
Pro.
con
>u población, no porque
la o Por-
iera capital acumulado, :
planicie de tierra aluvial, sobre la que los cultivos se amplían de man
permanente; planicie que no ha sido llevaba a cultivo ni en 1 /inn
un límite
límite
para hacer una isla de un asentamiento en un inmenso continente. Los
cultivadores de tabaco, arroz, algodón y azúcar para el mercado exigían
para su cultivo una extensión de terreno mucho mayor que los sencillos
agricultores de las colonias del norte (de los Estados Unidos). Tan lejos de
una amplia provisión de trabajo que tendiera a concentrar a la población,
esto ha estado acompañado, en América del Norte, por la mayor disper­
sión posible. Los primeros colonos de Virginia querían construir, con un
plan sistemático, una sociedad antigua en un nuevo país. Durante un tiempo
pudieron llevarlo a cabo. Pueblos, una aristocracia rural, establecimiento
de iglesias, etc. Sin embargo, el suelo se haría cada año más improductivo
debido al cultivo de tabaco, la especie más extenuante para la tierra. Pero
existía una amplia provisión de trabajo capaz de trasladarse. Migraron
junto a sus esclavos en busca de nuevos suelos; se dispersaron a lo largo
de los límites orientales y occidentales de la provincia, desde las costas del
Atlántico hasta las Montañas, y de ahí a los valles del Ohio y del Misisipi;
encontrando el viajero en aquellos días los "viejos campos" desiertos de
Virginia y Maryland, con las huellas de las "mansiones" de la aristocracia
rural, etc. Mientras que Nueva Inglaterra, desde el principio bastante poco
provista de trabajo dependiente, ha alcanzado una densidad poblacional

--------------------- A HpI Sur en lo que es ahora parte íntegra de Guyana, coloniza-


31 Antigua región en América del Sur en q
da por los holandeses en 1611.

126 I
I \ \
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j vy ' \ ‘i 1

\W
\\v
■S
* 100 por milla cuadrada, Virginia, con mayor d •
cualquier otro estado de la Unión, solo tiene 30 ISP°S1CÍÓn de esclavos que
maneras en las que los 3 elementos, tierra can'/T miUa CUadrada--. Las
en ¡as nuevas colonias están muy controladas v X 86 «««binan
* «X\ circunstancias externas. La tendencia de los col “ m°difica« debido a

\X\ librarse con la propia extensión ¡imitada del te °T 3


una isla o de un valle rodeado de montañas im” ^ ^
PUede equi-
el ca*> de
en los Andes; debido a la densidad de los bn* de escalar' como
más difícil el desmonte; debido al número y al TT n3tÍV°S' '° que ha<*
Waciones nativas, como en algunos lugatjl , f ‘*"C<,SO de las P<^
ios Boers se vieron for2ados a * de la col°"« «el Cabo, d„„de
caso de Argelia. De igual manera en la 2^^

mineras
hizo posible la temprana fundación de grandes ciudades, como Quito,
Lima, México, etc. Un importante gasto público en una colonia produce
efectos similares, como en Nueva Gales del Sur o en la Tierra de Van Die­
men. Por otra parte, las causas que incrementan al máximo la tendencia
natural a la dispersión son: una amplia extensión de tierra fértil, un clima
salubre, la ausencia de bosques densos u otros obstáculos naturales y de
nos navegables, en cuyas riberas 1601 los hombres se sienten inclinados a
establecerse. En estos lugares predomina la facilidad e independencia de
la vida pastoral y semisalvaje, como en las pampas de Buenos Aires y en
las planicies de Nuevo México y California (245-267).

Utilización del trabajo de las razas nativas

cuales

obtuvo la cantidad necesaria de trabajo en las colonias europeas (269).
portuguesa
j jf 9
provincias pobladas están cerca de bosques salvajes o desiertos inferió-

I 127

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res, misioneros de las órdenes monásticas, princi
se internan de manera permanente en la selva contT^ ^ ‘°s I^uí
una cadena de asentamientos en las fronteras I « Para estabt ^'

ban misiones o reducciones. Se extendían principal^ den°mina.


las grandes vías fluviales, como el Amazonas, el Orin^ e,3 '° lar8° d*
^•UCO^ los fii'L
del Plata, hasta las selvas al este de los Andes y hasta el °utari<*
de las posesiones españolas en California. Cada establedmtemT0

una doble función, como espacio para recibir a los indígenas de


circundante, ya sea reducidos o convertidos, y como factoría o * ^
^ “^páCin
de comercio y comunicación con aquellos indígenas todavía no sometí
dos... La gran república jesuíta, o mejor dicho repúblicas, comprendían
tres conjuntos de reducciones, incluidas al interior del gobierno español
en concreto la provincia de Buenos Aires, aunque a una considerable
distancia los unos de los otros: los guaraníes, los chiquitos y los moxos. Los
guaraníes son un pueblo muy numeroso, que los jesuítas convirtieron al
cristianismo durante el siglo XVII. Los jesuítas obtuvieron de la Corona,
paulatinamente, el privilegio de gobernar a estos indígenas mediante
leyes redactadas por ellos mismos, la posibilidad de armar a los indí­
genas para su propia defensa, y la capacidad de impedir la entrada a
su territorio a todos los extranjeros, forasteros e incluso cualquier tipo
de visitante, a menos que hubieran sido admitidos para cumplir ciertos
fines. Las reducciones guaraníes contenían, en cierto momento, de 100 a
150 000 personas. Divididas en misiones, cada una de las cuales estaba
compuesta por varios miles de individuos. Los habitantes de cada mi­
sión se concentraban en una gran aldea o pueblo. En cada una residían
dos eclesiásticos de la orden, uno con el título de vicario, y el otro como
subdirector, o asistente, a quien se confiaban los detalles de la adminis-
tración de la misión. Los indígenas de cada misión elegían a sus propias
autoridades municipales, siguiendo las tradiciones de todos los pueblos

españoles, pero
más aña Lm la más humilde, estaba enhe las manos de, Sobornador

128 I
\
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v\\\\ \
>■ ■j| ■ ■ ■ ^ Mm mm m

*
VÍV' T0d0S 108 naHVOS M,ab“ a™^» y obedecían Ordenes de

! \\\
(V..
%\\
hi \
„»„*«* * ■» P“P'“ —! recibían
» por parte de los españoles, bajo la supervision de los sacerdoteZ
<*» d‘ cada CiUdad °,puebl° etan erraelamente iguales, „„ se adrnml
f. ninguna distinción en la vestimenta, o en el disfrute de comodidades
domésticas. La única edificación con cierta magnificencia era la iglesia-
sus ornamentos, y la pompa del culto divino, eran casi las únicas mane­
ras en las que podía emplearse la riqueza excedente de la comunidad
^•V ^ v.
'% S Las tierras del pueblo estaban divididas en campos de la comunidad
Obi > y en campos de Dios. Los últimos se cultivaban recurriendo al trabajo
0 colectivo, para obtener artículos que los jesuítas pudieran intercambiar
fia (Si
%% por otros bienes, indispensables para el esplendor de sus rituales, para
IOs el mantenimiento de los establecimientos dedicados a los enfermos y a
7*U
:°nv s. los huérfanos, etc. Los otros campos se cultivaban para el sustento de
del la comunidad y para obtener, mediante el intercambio, manufacturas
a c°%
que no fabricaran ellos mismos. No está claro hasta qué punto poseían
as ®ed¡*¡
los indígenas derechos de propiedad. Según Ulloa, en las reducciones
r a los iu¿ guaraníes, toda la producción excedente de la tierra era vendida por los
i entrada jesuítas, para la comunidad. Éstos le entregaban a cada hombre, al co­
quier fc menzar el día, las herramientas con las que iban a trabajar y las semillas
Hr aert* que iban a requerir; supervisaban los mataderos públicos y entregaban a
cada familia la carne necesaria. (277-280) "Un indígena de las reduccio­
de X‘ 1

nes",; afirmaba Southey, "nunca aprendía, a lo largo de su camino de la


ç est*
gnificaba
di ^
guíente,
ÿjjii rJT
Los jesuítas, al igual que los cazadores de esclavos, cazaban indígenas
salvajes, en especial niños, para resolver el problema de su población
iT siempre decreciente, a fin de que trabajaran en tanto que sirvientes de la

* población cristiana. Eran bastante crueles en esta actividad (290).


F
<
J

I 129

r;l

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«
entre los salvajes, al igual que entre w .
un ' ' ' ’««.a.
nofo
Familia ^aron
Pobla
Mas
bastó para conservarlos.
^onai
no

actualidad. California
se dirija el flujo de personas, los metales preciosos y las ^
pnrnntrarcp Hé» manora ~ _______ _ ^
manera

Trabajo esclavo

La rápida disminución del número de nativos llevó al rey español, me­


dio siglo después de la Conquista, a recurrir a la importación de negros.
El número total de esclavos negros y de clases de color en toda América
y en las islas oscilaba entre 6 y 7 millones. De estos, 3 500 000 en los Es­
tados Unidos, 1 800 000 en Brasil, 500 000 en las colonias españolas; 300
000 en las colonias francesas; 200 000 en aquellas pertenecientes a otras
naciones. Tal vez existen de 3 a 4 millones negros y personas de color
libres, entre los cuales están los haitianos y 800 000 hombres emancipa­
dos de Inglaterra. Prácticamente la totalidad 1611 del azúcar, algodón,
tabaco, café, etc. que consumimos ha sido cultivada mediante el trabajo
de los negros, 9/io del cual corresponde a trabajo esclavo. V3 de nuestras
exportaciones y comercio se dirigen a países con trabajo esclavo... la
esclavitud sin trata de esclavos, como en Inglaterra luego de la abolición
del tráfico de esclavos en 1812 y antes de la emancipación de los negros,
fue más bien una pérdida antes que un beneficio. Los esclavos hubieran
Sido liberados de sus amos, debido al creciente costo de mantenerlos,
nues el trabajo esclavo es mucho más caro que el trabajo libre siempre y cuan-
í se cuente con une fuente abundante de trabaje Ore- P-to qu, .1 eset.no

130 I

Escaneado con CamScanner


ada que ganar con su trabajo, en tanto que el trabajador libre
í\o tiene ei mínimo pago. De igual manera, el límite de la dura-
se t>n de la esclavitud se alcanza en todos los casos en los que
cián * *
tan densa que resulta más barato contratar al trabajador
blación es
la3 P°
P Toda comunidad se acerca a este límite. En las colonias, mientras
I bre nuevos suelos que desmontar, la continuidad de la esclavitud es-
tará asegurada; debido a que es necesario emplear trabajadores en toda
nstancia y porque es más rentable cultivar tierra virgen recurriendo
• costoso trabajo esclavo que cultivar suelos agotados con el trabajo ba­
rato de hombres libres. La esclavitud se convierte en una carga para el
dueño de la plantación, el beneficio de la agricultura disminuye junto
la disminución gradual de la fertilidad del suelo, en tanto que el gasto
dedicado a mantener sus esclavos sigue siendo el mismo o se incremen­
ta. En las colonias inglesas, luego de la emancipación de los negros se
encontraron diferentes precios en las distintas colonias. El precio de un
trabajador agrícola, los así llamados sujetos a la tierra, es decir la gran
mayoría del campesinado negro en Demerara, era de 169 libras (se trata
de una colonia continental con suelos muy fértiles y poco poblada), en
Trinidad hasta 110 libras, en Barbados 75 libras, en Dominica 70 libras,
en Jamaica 67 libras... Dependiendo de las condiciones de la colonia, la
abolición de la esclavitud negra pudo resultar perjudicial o no. En Barba­
dos y en Antigua, por ejemplo, no lo fue. Los negros no poseían, en estas
colonias densamente pobladas, ningún otro medio de subsistencia fuera
del trabajo asalariado (Más adelante, sin embargo, emigraron a islas con
salarios más altos). Esto resultó perjudicial en Jamaica. V3 de la tierra está
bajo cultivo. Y lo mejor ha sido cultivado durante 100 años. Pero queda
una gran superficie de tierra, tanto bajo cultivo como virgen, disponible
para la producción de alimentos y otros bienes, en cantidad suficiente
como para cubrir las necesidades de los trabajadores negros. Los domi-
Zrr Pr0d“Cla" 2900 barricas'produCen “ solamente
v nnmlHvaHa *„ d0"de “ ^^3 tierra fértil

un

I 131

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uivei iiidb eievaao, en omana, siendo esta última
fértiles del mundo. En este lugar sufrió bastantes^-í '°S país^

abolición de la trata de esclavos y aún más luego


vitud de los negros... Los negros libres en las comunidades a! !Scla'
perciben su propia superioridad frente a sus camaradas pñ • *^bvo.
a! U aoU a á\ a ni i a __•_ r •
trabajo fi
comunidades ubres
^ v Mild J]
•cción
ociosa y disoluta de la población (292-321).
Precio de los esclavos, denominados "sujetos a la tierra", a partir de los retornos
obtenidos, a objeto de evaluar la compensación en el marco de la Ley de Emancipación
Honduras 191 libras (un poco menos). Guiana 169 libras 10 chelines. Tri­
nidad 110 libras 2 chelines. Grenada 100 libras. San Vicente 97 libras 6 cheli­ /
*

nes. Antigua 94 libras 8 chelines. Mauricio 93 libras 15 chelines. Montserrat


90 libras. Santa Lucía 80 libras. Barbados 75 libras. Dominica 70 libras. Jamai­
<

ca 67 libras. St. Kitt's 59 libras 15 chelines. Nevis 57 libras. Tobago 55 libras.


Islas Vírgenes 55 libras. Bermuda 51 libras 18. Bahamas 35 libras 10.
i*

Producción en la Guiana británica


antes y a partir de una emancipación completa
1!
Ron Algodón Café :
Azúcar i

galones libras libras i


libras

107 586 405 3 704 867 867 942 3066 742 \


1835
77 052 737 2 239 256 470 460 1590 539 \
1838
47 522 000 1440 000 303 900 747 450 (328 329]
1839

-^1
132 I
Escaneado con CamScanner
y
V 'S \ v \ I
i
I/ Tnibajo de prisioneros

jLrtoS*** tuoron ,os Primeros en emplear el trab ■ ^


/colonias. Inglaterra adoptó el sistema en el sír1o Xvi * PrÍsionero*
de América del Norte. Cromwell vendió pr¡sio *' planta'
«HT* « to '"d!“ '°“ide"'»"»' »u nümerrTy^T0
kde *™t>a»adoreS era demasiado grande como para ooedK 7
significativo. Nuestra época es ia primera e„ presenciar ei feoé^
de comunidades donde la mayor parte de la población está compuesta d
inales que cumplen su condena. I v ' e
621 Cuatro colonias penales bajo el gobierno británico: Nueva Gales del
Sé Tierra de Van Diemens, Bermuda y la Isla de Norfolk. En Bermuda solo
sáencuentran 900 convictos que trabajan en cuadrillas en los muelles del
biemo. La isla de Norfolk es un lugar para castigos temporales. En 1836,
invictos en Nueva Gales del Sur: 27 831; Tierra de Van Diemens: 16 968.
» entre ellos, cerca de 26 000 se asignan a los colonos, es decir se transfie-
... en tanto que sirvientes, para efectuar trabajos forzados. Entre 1787 y
836, 75200 convictos se transportaron a Nueva Gales del Sur y 27 757 a la
/Tierra de Van Diemens. En promedio, el año pasado se llevaron 3500 a la
primera colonia y 2000 a la segunda. Inicialmente, el rápido crecimientc
artificial de estas colonias es, por una parte, un importante gasto guberna­
mental, y por otra parte, una gran provisión de trabajo. El gobierno pro
porcionó primero esclavos a los colonos (- trabajo) para luego comprar e
producto de este trabajo (1-5).

V
y 1 133

Escaneado con CamScanner


1
Métodos para obtener trabajo en las co,
sin recurrir a esclavos o a convictos"”*

En la infancia de nuestras colonias de las Indias


asentamientos dedicados al cultivo de tabaco y arroz en Arné^ ^ los
te, era común que los colonos recurrieran a trabajadores no ab ^ ^ Not'
nientes de Inglaterra. (28) Los miembros de la "Sociedad paralé *****
zación" (Wakefield et Co.) propusieron, antes de 1830 o 1831 C°loni'
fijarse un precio relativamente elevado para las tierras fiscales^ ^

financiar un fondo que podría emplearse exclusivamente para la emigr *

ción, y para evitar que los emigrantes más pobres adquirieran tierras
con
demasiada facilidad, convirtiéndose en ocupantes antes que en trabaja­
dores. El primer resultado de su proyecto fue la fundación de la colonia
de Australia del Sur; desde entonces, el mismo principio se aplica, más o
menos estrictamente, en todas nuestras colonias australianas (32, 3). En
los últimos 20 años, la población y el comercio de exportación de Nuevo
Brunswick se han duplicado. En el caso de Nueva Gales del Sur, en el
mismo periodo, la población se ha poco más que triplicado, y sus expor-
quince. Los emigrantes
convirtieron
se dirigieron a la América británica. Pero esta última er«
asentamiento de los propios emigrantes (34). Cuando un
concesiones
sres, tiene mucho más recursos para gastar en tra
asuntos de interés público. Si posee una amplia
un precio bajo (como en el pasado en Nueva Gal
ocuparse
construir
dos del colono, libres de estas obligaciones, estarán más disponibles para
posee

de estos tres tipos de operaciones ».— — ° '


O el dinero po, el cual puede vender!*... ¿En cuál de «loe uredos re-

, I*
13* I

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,u»a deSde 81 pUn,° de vis,a colono, aplicar
U-
„a de
de COn“ST
concesiones 8ratUÍ,M
gratuitas de
de "»*
fiprroo »_ a*go que Z°
aicho ^
fondo? Un
*0 sistema, por ser la umca manera en la que los 1* aProx™e «a di-
pueden implantarse con éxito sobre grandes territorios “
... .inmolo. No necesitan ninguna provisión abunda ° * Canadá
tampoco tiene perspectivas de un rápido incremento de rique^10'

uno de tipo constante. Sin embargo, si la tierra se dedica en partimT i


producción de artículos exportables de valor, mediante un gasto de a
tal en tierra fértil para la producción de azúcar, ele. o para lana fina ramo
en Australia, el desarrollo de capital, etc. y la acumulación se detendrian"
donde es imposible obtener el suministro adecuado de mano de obra y
donde todos los trabajadores podrían convertirse en propietarios de tie­
rras independientes. El segundo problema con la obtención de tierras me­
diante el sistema de concesiones gratuitas es la dificultad observada para
obligar al propietario a cultivar la tierra (36-40).
La verdadera presión que experimentan los capitalistas en los nuevos
países para producir bienes exportables proviene menos del alto costo
del trabajo que de la dificultad de obtener trabajadores. Sin la ayuda de
la esclavitud o algunos de sus sustitutos, se ha encontrado que es casi
totalmente
producti
una
una
consecuencia
día un acre32 igual de caro. En ambos casos, los impuestos eran más una
tasa que se aplicaba al comprador, como la exacción de dinero de compra
acres
importación del trabajo necesario para cultivar 100 acres (56). Pero pro­
gresivamente, los trabajadores se convertían en propietarios, incluso
el caso de Wakefield. De igual manera, la competencia entre los

32 Medida de superficie, usada en agricultura en varios países. Seg^ín el paí y P00

equivale a varias superficies, generalmente entre 0,4 y 0,5 hectáreas.


I 135

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1

llegados, que requerían trabajo, y los antiguos colono


do sus trabajadores, en cada hombre en edad de trabl^ habían P*m
traído desde la metrópoli 1631, gracias al gasto de canT, había sil
. . _ pitaldeestp.', 0 i
salarios, en consecuencia, aumentaban
lmagina !/
perturbado ____^ ln° ^tre
«
luego de que "se descubriera el precio adecuado para las **Ca2a
(59). Con relación a la compra de tierras vírgenes, en cuanto a^a T* t
/
de un precio por acre, afirmaba Sir George Gipps (Gobernador de
Gales del Sur): "la tierra a lo largo de la gran extensión de Nueva Gafe
del Sur se encuentra en una diversidad tal de calidad y valor, que estoy
convencido de que habría serios conflictos si se fijara cualquier precio, de i
tal manera que el primero en reclamar un terreno tuviera el derecho de *

quedarse con dicha parcela, según su deseo. Cada acre de tierra de buena
calidad sería comprada de inmediato por nuestros grandes capitalistas,
y todos los emigrantes recién llegados estarían inevitablemente bajo su
control" (75). En Demerara, la tierra cultivada tampoco es más extensa
que la tierra abandonada (83). En la propia Australia del Sur, la "colonia
modelo", no se ha generado ninguna "concentración". En marzo de 1840,
no podía exceder 12 000 he
requerimientos agrícolas y
ocupadas podían
efectivamente
el monopo­
lio de la tierra, así como el contrabandista lo es del monopolio comercial
(84). El experimento de Wakefield tuvo éxito, en cuanto a la cantidad de
tierra vendida y al número de emigrantes enviados, ante todo en Australia

Actualmente
todas las colonias australianas, gracias a la venta de tierras (86, 7).
en

136 I

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Disposición de la tierra en la América británica
y en Estados Unidos

Des^e el punto de vista más antiguo, se considerab


sistía en regalar la tierra de forma gratuita. Este serízT* '° ”*** COn*
las concesiones a colonos de buena fe, y se les prov * ^ * * dieran
capital para lograr que la tierra estuviera disponibTpara 1'°° *****

Entonces, pronto es obvio que si un propietario descuida


rras, la comunidad se ve perjudicada debido a la presencia d721T
vacantes entre las tierras ocupadas. Se encontró que era p0C0 prácti¿0 iT
popular o fácil de evitar implantar una serie de medidas: imponer réqÜ
sitos y confiscar la tierra cuando no se cumplieran los mismos, o exigir un
impuesto si la tierra no se cultivaba o si se provocaba que ésta perdiera su
valor, por no querer cultivarla, o el pago de multas por no cultivar la tie­
rra. Sin embargo, el sistema de concesiones gratuitas era víctima de serios
abusos. El gobierno colonial consideraba que la tierra era simplemente un
regalo de la naturaleza, que se podía distribuir a voluntad. Como solo se
podía dar en concesión una cantidad determinada de acres a una sola per­
sona, de acuerdo a las normas en vigor, varios presentaban sus solicitudes
al mismo tiempo, y estos socios transferían luego sus parcelas a un líder.
De esta manera, en el bajo Canadá, 1 425 000 acres se transfirieron a cerca
de 60 individuos, bajo el gobierno de Sir A. Milne; es decir un territorio
casi tan grande como el condado de Devon. En el alto Canadá, se habían
una
millones de acres,
- — — — — -—------- — —
y entonces la población alcanzaba apenas 150 000 personas. 3 millones se
regalaron a los "americanos leales a la Corona"; 600 000 a los hombres de
la milicia; Vi millón a soldados y marineros retirados, de los cuales y
pocos se convirtieron en agricultores, de tal manera que sus con
nomipnas v vsnóbiBS/ en
no eran más que compensaciones monetarias, peq ’
n r ^ _____ _ Ccmna sobre
función
6 millones de acres de tierra útil, 5 750 000 se prodigaron
nes gratuitas. Finalmente, en toda la Isla del Príncipe Edward, en un
I 137

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Corona. Después de 1821, estos fragmentos dispersos se consolid ^
bloques, lo que era menos inconveniente pero seguían existiendo t** **
vados en medio de aquellos bajo cultivo, excepto en los casos en los °*
se consiguieran personas que quisieran ocuparse de los mismos por^

largo tiempo. Las tierras reservadas para la Corona fueron cedidas más
adelante. De las reservas del clero. Va fue vendido en 1831, y otra porción
en 1836, en tanto que el resto se puso a disposidón del público mediante
una ley del parlamento de 1840. La historia de estas tierras reservadas en
el alto Canadá fue casi la misma. En el alto Canadá, hasta 1825, el gobierno
casi no tema tierras que repartir, es decir algo que resultara atractivos para
los colonos. En este caso, como en el de la Isla del Prínripe Edward, los
colonos tuvieron 1641 que comprar de los que reribieron las concesiones.
La pobladón en el Alto Canadá se incrementó de 150 000 a 400 000 desde
1825. En la Isla del Príndpe Edward, la misma prácticamente se duplicó
desde 1820, es decir hasta 40 000 personas. Los que poseían granjas, los
terratenientes, ocuparon sus propiedades con caballos, ganado, ovejas y
cerdos, así como con la mitad de la semilla necesaria, para darlas luego
al agricultor que se ocuparía de las mismas, que las cultivaría y se en­
cargaría de encontrar el trabajo necesario. Posteriormente, con la misma
división, se estableda un sistema de arriendo de la tierra... En cada pue­
blo en los Estados Unidos, se expropiaba una parcela de 640 acres o una
milla cuadrada, misma que se destinaba a la educación, constituyendo
1 /36 de todo el pueblo. La tierra estaba en manos de fideicomisarios, pero
estos no podían disponer libremente de la misma... Los inconvenientes,
en términos económicos, de las tierras reservadas desaparecían, tan pron­
to como las tierras adyacentes terminaran apreciándose, debido al pro­
greso de la colonización, puesto que se hacía más rentable para el colono

130 I
/
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alq’
Precio uniform,
itrodujo

Brunswick,
j3 venta mediante subasta en 1827, en Nueva Gales del Sur estableció
/_! » /mi m /-irv C ^1 •
mínimo" que pasó de 5 chelines ^_ «> 1831, con un
Vi» AOOy 0i Swanri
1832. En todos estos casos se trataba de ventas por subasta-
en
con un pre-
cio mínimo
j « a‘»iema empleado en los Esta-
gran modelo segrndo en todos los anteriores casos En
'S,las tierras se registran según un plan muv ,

un
.1 presidente y de acuerdo a ley, deben venderse
una
un precio mínimo de 1 V* dólares por acre en ei
Nadie ofrecía por dicha tierra ese monto, o un monto superior. Cualquiera
podía entrar en la puja en cualquier momento, y el pagó era en efectivo.
No se vendía a crédito. No se vendían tierras del gobierno por debajo de
40 acres... Las tres características principales del sistema americano eran:
1) el territorio pertenecía al pueblo, pero estaba bajo responsabilidad del
gobierno, que lo vendía individualmente. 2) Todas las tierras se vendían a
un precio mínimo uniforme. 3) Todos los propietarios estaban sometidos a
los impuestos locales... las tierras vendidas por el gobierno federal estaban
exentas de impuestos durante 5 años luego de la compra... Los "ocupantes
ilegales", en los casos en los que se vendiera la tierra que ocupaban, tenían
por ley, debido al uso, un derecho preferente de compra.... Las tierras fiscales se
vendían en Estados Unidos a un precio bastante bajo; el precio habitual casi
chelines y 3 peniques por acre
instancia
único
un beneficio: pero las tierras no permanecí
por largt
pago de

I 139
ï

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Australia (disposición de la tierra)

jã co*onia de Australia del Sur fue fundada


ios, el ejecutivo y el legislativo, estaban en, pode
Tes °rd¡.
un consejo,
consejo, según
según la práctica habitual; pero 1111 gobe
la práctica habitual; pero además se ^*S
comisionados designados, que debían vivir en la U"COr>*-
consejo se le transfirió la determinación del uso de la A **
de la emigración. La totalidad de los fondos que se conciliai ^

a la venta de tierras debían dedicarse a llevar familias de tratofrtoT*


la colonia. El precio de la tierra en dicha colonia alcanzó al prindpioTn
chelines, para pasar luego a una libra. A finales de 1838 se había reunido
un monto de 50 000 libras gracias a la venta de tierras, litigándose este
monto en la emigración; pero la práctica totalidad de la venta de tierras
de este periodo tuvo lugar en Inglaterra y por ello tuvo en gran medida
un fuerte carácter especulativo. 1839 fue un año de gran prosperidad para
inmigrantes
empezaba, a fin de que la colonia se desarrollara
nario sistema de gasto público. En 1840, la colonia entró en quiebra. La
emigración y la venta de tierras cesaron en agosto de 1840; y la así llama­
da prosperidad se detuvo de manera brusca y total. Como resultado, el
parlamento tuvo que intervenir, a fin de dar mayor poder al gobierno y
adelantar una suma considerable para cubrir las necesidades urgentes de
tal manera que se exigiera de más a la colonia. Así terminaba la etapa de
"autosuficiencia" de este esquema; y Australia del Sur, al igual que ofa
colonias, debió aceptar depender de la asistencia de la metrópoli durai
un tiempo... en el largo plazo, las ventajas naturales son mucho más ii
portantes que las doctrinas económicas más sólidas, para el progreso y
una
algún momento un periodo de tal miseria que los colonos rea
vecinas,
reúne a 4000 personas, le costó 150 000
país. El elemento más desafortunado

140 I

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c >>, \\
de Van uie»»—^ —---- — - .uancia de enormes concern
nas a quienes les resultaba imposible convertirlas en dinero de,T ^
que lus ínnHos
fundos oara
para com
comprar las tierras
orar lac ------eran m7s ' * tal manera
La venta mediante subastas se estableció en 1832 conseguir.
> « • _ **
del SU' eumeno este sistema de venta mediante subastas, con J ££
h V\ *J m(„imo de 5 chelines por aoe, en 1831. El mismo aüo, ,as vent¡15de n^s
alcanzaron un monto de 126 000 libras. El precio promedio obtenido oso
laba entre 7 y 8 chelines por acre, incluyendo a las parcelas ubicadas en los
pueblos. En 1839, el precio mínimo se elevó a 12 chelines. De 1838 a 1840
(tres años), entre 8 000 y 10 000 emigrantes llegaban a Sidney cada año,
gracias a los gastos del fondo de tierras. En 1841, el número alcanzó a 23
000 o más, teniendo por primera vez un efecto en la tasa salarial, debido a
este vasto ingreso de personas... En un país nuevo, la producción agrícola
no siempre está en su mayoría entre las manos de los capitalistas; como las
parcelas de tierra más fértil están con frecuencia (especialmente en Aus­
tralia) dispersas en medio de otras de menor calidad, el capitalista debe, o
L• j j____ ________ i*____ i_ i* i i • r • * « «
una
una
una agricul
----- —o--i----------- )---------------r------- '-------o------
tura rentable puede llevarse a cabo por parte de pequeños propietarios...
lerwt Puerto Philipp se desarrolló de la mejor manera. Su tierra se vendió a un
elevado precio promedio de 30 chelines por acre. Sin embargo, no era una
colonia aislada, sino un distrito de Nueva Gales del Sur y su existencia no
- « i --------J -J/Ja Ko r*r\lr\-
ipeculación
un
nias vecinas; el crecieme capiun v*** -----------
campo nuevo en esta región adyacente, etc. más favorecida por la natura­
leza, etc. En 1841,1a regtón produjo 800 000 libras de lana para el mercado
inglés superando la pmducclón del Cabo de Buena Esperanza (110-127).

I I 141

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Gastos preparatorios. Compañías dedicad
asa¡a tierra

requisitos para el éxito de la colonia, no se consiguen sin gastos conside­


rables y para este propósito legítimo no puede estar mal comprometer
con anticipación esa parte del ingreso de la tierra que les pertenece...
luego de un tiempo, la venta de tierras proporcionará evidentemente
una cantidad insuficiente de fondos, con lo que se deberá recurrir a algu­
na forma de impuestos (pero en un periodo de la colonia en el que esta
ya se haya desarrollado)... En pocas palabras, la colonia ganaría algo si
decidiera, lo más pronto posible, adoptar un sistema de impuestos loca­
les a fin de construir caminos, liberando una parte del fondo de la tierra
a objeto de comprar más trabajo... varias grandes compañías dedicadas
a la tierra se establecieron entonces en América del Norte, Australia y
Nueva Zelanda... "Su política", afirma el Sr. Mann (en "Seis años en las
provincias australianas", 1839) "consiste en dejar la tierra sin cultivar,
hasta que, debido a la mejora gradual de las tierras colindantes, las ad­
quisiciones de territorio aumenten en valor debido a la mejora general y
al avance de la colonia; cuando pueden disponer de sus mejores tierras
con beneficio, sin efectuar ningún gasto en la mejora de las enormes par­
celas de las que se ha apropiado, so pretexto de utilidad pública, pero
que tiene una tendencia y un efecto contrarios"... El capitalista paga un
precio por esta parcela de los poderes productivos de la tierra, misma

VJVAW/

renta (134-148).

142 I

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V' VAV
f
*
\^
C, b. \ >
0/
« Vi Política de los Gobiernos coloniales frente a las tribus nativas,
L V *w cwtfttfo a su protección y civilización
os \\

perversa maldad de aquellos parias de la sociedad que las primeras

V\ \ olas de nuestra colonización traen infaltablemente consigo... la historia


¿le las colonias europeas en América, África y Australia presentan en
A \!
v !V*b, \
3 n A ■
cada caso los mismos rasgos generales - una amplia y radical destruc­
ción de las razas nativas mediante la violencia sin control de ciertos in­
dividuos y de las autoridades coloniales, seguida por intentos tardíos de
’“'A
reparación de estos crímenes, por parte de los gobiernos (153). Aunque
S *
se permite a algunas tribus, en contacto con los europeos, continuar con
*w
b<?rçP ^ sus leyes y costumbres bárbaras, en tanto permanezcan encerrados sin
'eHhc
l% % esperanza en su estado presente. (De las sugerencias del Capitán Grey

el con relación a la viabilidad de mejorar las condiciones morales y so­


riia
fan ciales de los habitantes aborígenes de Australia del Sur, 1840). [1671...
% i<
e %u En América, Canadá, etc., se tomaron medidas para que los aborígenes
% 11 tuvieran tierras. Estos vivían tan aislados en medio de distritos en rápi­
°ndoH
do proceso de desarrollo [172, 173]. Es evidente que estas "reservas de
iñí*s M
tierra, atribuidas a los nativos" solo postergan el terrible fin. Esto es así
ie' Am porque, ya sea que los nativos que viven en estas reservas alcancen o no
-IS ¿Wff.! cierto nivel de civilización, se llegará al mismo e inevitable resultado.

1 sin cufa Luego de un tiempo, los colonizadores mirarán con codicia las tierras
nativas; estos lamentarán 1661, con toda la razón del mundo, las des­
nies, Ii(i|
# ventajas económicas que resultan de la presencia de grandes parcelas
•<? £0103
vacías en medio de distritos muy poblados, de sus propios problemas,
>re5 tía"
‘bido a la proximidad de los nativos, y del daño provocado por estas
equeñas repúblicas inertes, paralizadas en medio de una sociedad en
/* ápido crecimiento. Y el gobierno encontrará, como siempre ha sido el
’j- taso, que es imposible resistir a tanta insistencia, y convencido con mil
argumentos de que es necesario trasladar a estos infelices un poco más
al interior, del lado de la tierra sin cultivar; el gobierno se acomodara
las exigencias de la época y los nativos serán llevados a otra región,

I 143

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X
i
donde serán alcanzados nuevamente por la ola ' A
*•

to europeo (175, 6). Se generaban disputas y rencor^ ^ ***'


la dase que en la comunidad está relacionada con el tmt,'nsti
■ Rad°'
"abajo de P"r
hasta que, finalmente, el gobierno, movido
Cn parte rP°r la influ
k <'err„
A
la facción más rapaz, inducido en parte por la esperanza u er,Oa d,
de
los desafortunados nativos de atropellos y agresiones, los a
traslada nue-
vamente a algún territorio distante. En otros casos, esto termina !
t.
una cuestión de necesidad. Los animales de presa en las reserva Slend0
•' A'
terminan siendo destruidos por el avance de los cultivos a su alredecP

y, en los lugares donde no han realizado ningún avance en la agricultu J»


ra, los nativos deben ser trasladados para salvarlos de morir de hambre 4
(174). Este traslado fue también 1) solamente temporal. 2) en lo absoluto
más destructivo para la civilización. Se pierde capital en los emigrantes.
De la agricultura, se vuelve a la caza de nuevo. El precio de los artículos,
a cuyo consumo uno se ha acostumbrado, se incrementa en función a la
distancia a la que uno se encuentra de la frontera de la civilización, de
tal manera que uno se ve forzado a consumir substitutos inferiores. Es
precisamente como si un salvaje hubiera sido formado con los hábitos y vesti­
menta de los europeos, hasta los propios hubieran sido olvidados, para luego ser
enviado de vuelta a la jungla, pidiéndosele prosperar de la misma manera, como
lo hacía en el pasado. Es entonces que se percibe un sentimiento de insegu­
ridad, la desesperanza ante la falta de permanencia, el convencimiento
de estar frente a una pronta aniquilación (176, 7). Existen solamente 3
caminos: exterminar a las razas nativas; civilizarlas, de manera completa
o parcial, conservándolas como cuerpos cuidadosamente aislados de la
proximidad europea; o facilitar su fusión con los colonizadores (179). Este
último camino es la clave y principio esencial de las teorías más sólidas
(180) Con la fusión se comprende la unión de los nativos con
en un. misma comunidad, como amo y .icviome. como com-
108 c . , s como ciudadanos y, si es posible, como personas
pañeros trabaja ' . mixtos (180). En Nueva Zelanda, 1/10
-r roí;";:™o °sa
de cada pueblo esta

144 I

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& V : *
V'i
V\ V Los descendientes de la mayor
1 r\c ^-1 —_ i. P^^tÇ
pararse con los descendientes de l0s e ‘as ^as nativas n
wd para el desarrollo intelectual. De h ° darlos COnv
ley natural, en sentido de que |a raza e, Ch°' Pare« existir ^ ** apti'

V ■V X
cualquier otra. En aquellas razas en las
cua.1,---------------------------- razas en
en las
suponer que su organización intelectual! in"
las que
68 0161108 PrecoZ^''
~. '“6n°8
------------ que casique
prec°z precoz
'«one, Z
'

rápida,y la madurez más temprana (197) La , en°r'la P^epción es más


se basa en el aislamiento de los nativos con Z”™** de '<* misioneros
nidad. Tan pronto como esto se interrumpe iT reSt° de la “mu­
ros debe disminuir, y sus actividades deben lte *** '°S misione-
"V mayor dificultad. Es por ello que los experiment 3 C°n Cada vez

<v han tenido lugar por lo general en regiones sin 7im,S1°neros exitosos

V
s e" v
“5de'pac,fico A°en d,T5 6~ -
Wadal como en Amène, del Su,... tos nativos deben o bien meX
£

con,los colonizadores o bien alejarse, pero alejarse significa volver a caer


\ i\

0sinH; forma

5 Aftfe, „ r
firme J —uc i a pu-
•" K<>
blación, de manera inevitable se convierten en víctimas del contacto con
S' /W« Aç? 1
las ^P ^ P /l PI ^ /“I <1 P ^ ««A /_ 1 1 •* •

nunm. ;» los adultos... en muchas tribus canadienses y del noroeste, una gran pro-
itodeiM:- i
porción de la generación actual posee una parte de sangre europea. Según
venant el Dr. Hinds, dentro de unos pocos años no quedará ningún neozelandés
#
le sangre pura en Nueva Zelanda... existen fuertes evidencias de la ener­
îo/d/nenï-
va superior y de la elevada organización de muchas de estas razas de
■j îwnf
sangre mixta... Tampoco es el hombre blanco, de acuerdo al Sr. Darwin,
.î lit1' el único que actúa de manera destructiva. La explotación de los poline
/' si°s de Malaya ha provocado, en algunas ríes uci aiuur—o-
... a# de tez oscura. Las diversas
— m

variedades de seres humanos parecen actuar sobre las otras e a mis


manera que las especies animales, la más fuerte extirpa sie^p^ a
HU

En México y en e, Peni,
/ !‘
manera constante. Los hotentotes han

1 145

Escaneado con CamScanner


entre
arrasaron las principales 'or.
miento indígena. Tampoco es un hecho inevitable que las razas'
deban desaparecer... la teoría más probable parece ser que ia^>°r'^ei'e$

cazadores que fueron las primeras en ser conocidas por los eu de


• % r m 1
simples fragmentos de una gran familia de la
t «1» % « I
eran
Rué
« v-uvtu ^V.UV1UVJUU ouctoiva, ai^u UC Id» lUdlia306S CJU6 I35 ^
distinguido de sus predecesores, y que disminuía sus números y recur
sos, en su camino hacia la extinción; muchos tienen esta opinión de todas
las razas que por lo general se denominan salvajes... Ninguna otra tribu
india recuperada del estado de cazadores realizó tantos progresos como
los cherokees, antes de su último y triste traslado (en los Estados Unidos).
El Sr. Stuart afirma (Tres años en América del Norte v. II, p. 142-143) que
"en 1924 cuando la población de los cherokee era de 15 560 individuos, la
misma incluía a 1277 negros (esclavos); poseían 18 escuelas, 36 molinos,
13 aserraderos, 762 telares, 2480 hiladoras, 172 carretas, 2923 arados, 7683
caballos, 22 531 vacas, 46 732 cerdos, 2546 ovejas, 430 cabras, 62 herrerías,
junto a múltiples caminos públicos, barcos y rutas. También un periódico
en su propio lenguaje..." En Tahiti y en las Islas Sándwich, los salvajes
habían realizado progresos extraordinarios (198-222). •

El progreso de la riqueza en las colonias. Tasa salarial.


Tasa de rentabilidad. Impuestos.

El monto de los salario de los constructores, albañiles y carpinteros en


la Tierra de Van Diemens llegó en 1824 al2 chelines por día; en 1830 cayó
a 10, y en 1838 a 6 chelines 6 peniques. Sin embargo, entre 1830 y 1838 las
exportaciones de la colonia se triplicaron y la población no llegó siquiera
a duplicarse (229). La impresionante tasa salarial en Nueva Gales del Sur
se explica por cuatro razones: dinero fácil, debido a que las facilidades

146 I

CamScanner
Es caneado con
\
v

Iò Pr}
*•>A, V
h). \ \ \í particulares de Nueva Gales del s
V^ v s1 como consecuencia que un día de tTj*'* 'a P^uccifa h ,
valor de producción exportable qup a'° *" Au^al,a ProH * Una
'(v ' i/, V '»
\ ^ 4, de los otros países; el dinero es tamh^T ^ de trabaÍo en i!" mayor
fc. \ . grandes cantidades de plata o de equ^l"*008 di,ícil de ob.^T ^
V\ retorno a la colonia, por parte de los
' " <S
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/ "Or A,1 mediante la larga duración del transporte , "™' * *««


Si \t

tç,
v-L
%
son elevados debido a que la demanda de 3 mtnte'los salarios reales
país los trabajadores son poco numerosos Vía f ** ^ CUa"do
14 en un
El efecto de que los salarios reales sean altos es" que el caT/
? A, 4 ■

N 4
aplicar su capital a «erras de calidad inferió, „ €„ ^ ^d»
calor, y obtener un beneficio con ello; y, en conseja, I, pId"d

*5) fcj del eraba,o s.gue siendo máxima (230,1). En fanfo que los cuín™, sigan
á%. extendiéndose sobre tierras de alta calidad, es más probable que la tasa de benefi­
íò 4
% cios caiga, en lugar de crecer, a menos que se introduzcan grandes cantida­
6\
en Ü/IM des de trabajo, en mayores cantidades que lo que se puede esperar de la

7c4 hs jjj emigración... en este caso, el capital tiene una tendencia a crecer más rápi­
do que la cantidad de seres humanos y por ello lleva a que se incremente
el precio del trabajo. Los colonos son también mucho más ahorrativos y
proclives a la acumulación que aquellos en la metrópoli... El resultado
de esta ráoida acumulación es una creciente demanda de trabajo y una

poderosa
.1
ahí el urg
el d Id UUC ti V.UL/UU11ÜWV» --------
dicten condiciones... El punto crítico en la historia de las colomas es cuan
r __ . ___ ___ nnseconocei
$
ao ei capital comienza a acumularse... * — - ¿ f¿rHi
i tet&
casos en la historia de las colonias en en grandes
$ <$
siguieran genera— r~~ Lo que * denomina
cantidades sin la a yuda de trabajo forza beneficios sobre
v#1
rentas, en los países más antiguos, es en p ¿onde sólo
'¥ el capital empleado en tales mejoras. Pero en los pa.se
I 147

Escaneado con CamScanner


1

se usan por lo general con una finalidad agrícok


'en dertas atajas de un monopolio de situación' en
las parcelas de terreno suburbanas, los espacios que controlan caída?0
agua, o la vecindad inmediata de puertos y vías navegables (le) I
1681 De un documento del Parlamento, fechado en 1838, se concluye
que el gasto anual neto realizado por Gran Bretaña, en sus posesiones
extranjeras, era cerca de 2 350 000 libras. De este monto, 700 000 libras
se dedicaban al mantenimiento de estaciones militares y navales. 250 000
libras para el mantenimiento de establecimientos penitenciarios en Aus­
tralia. Quedaban 1 400 000 libras para la administración civil y militar
de "plantaciones y asentamientos" (247, 8). Los nobles (ingleses) son una
clase artificial, el producto que resulta del feudalismo y la riqueza (278).
Según Humboldt, el rendimiento del trigo en Prusia = 4 o 5:1; en Franda = 5
o 6:1, y en las mejores tierras 13:1; La Plata 12:1; en la región norte de Méxi­
co 17:1, en Perú 18:1, en el México equinoccial 24:1, pero si se realizara una
comparación entre la cantidad de valor de cambio que puede produdrse
con un trabajador europea que cultiva trigo en una tierra de fertilidad
promedio, y la de un negro en una plantación de caña de azúcar en Cuba
o Demerara, la diferencia terminaría siendo aún más notable (224, 5). En
las colonias más densamente pobladas, el trabajador agrícola, aunque sea
libre, depende naturalmente del capitalista; en las colonias escasamente
pobladas, la ausencia de esta dependencia natural debe ser proporcionada
mediante restricciones artificiales (314).

i
148 I

Escaneado con CamScanner


H;

I
Prr»c Fe'1X
relación a la utn,"?nia*.
s coi:-ar; -ïsat
Compañía de Nueva ££
1

I
Londres. I849
I

A fin de que aquellos que aspiran a convertirse en , ,


orrión libre v eauitativa la j_,. .. ° onos g°«n de una
*
birse

umco
uniforme
asentamiento
miento por las cuales este precio se considerara excesivo, las mismas no se
venderían al principio: pero si el precio uniforme no se considerara exce­
sivo para las parcelas más fértiles y mejor situadas, dichas parcelas serán
vendidas; y el avance del asentamiento y el incremento de la población
conferirán gradualmente a las parcelas con menor fertilidad y posición un
valor igual al precio uniforme; y dicho precio se obtendrá entonces por las
mismas. Es to sucede cada día en las nuevas colonias. La tierra c¡ue al principio
nadie compraba a ningún precio termina siendo atractiva, y entonces se ven p
d precio que inicialmente se pagaba alegremente solo por los espacio /
fe y mejor situados (23, 4). El precio de las fierras sin cultivar, de acuer o
en
1 sistema adoptado por la Compañía de Nueva Zelanda, no se pag

1 149

Escaneado con CamScanner


realidad por la tierra, sino que se hata ,
todos los compradores hacia objetos qJ-J
tajas para sí mismos (24). El Gobierno de f
V más exitosa autoridad d. 0sEstadt*„ s V,.
i , . “ " « colonia, '“«a y’
las colomas australianas y Nueva Zelanda l0 ^(26) ¿"S
crianza de ganado ovino son los mejores
descubren los distritos mds/értiles, evalúan las difere , CoK*3
(32). W. deseaba que la compañía no defina rnn^^V

venta de tierras destinadas a una sola persona


r Mno quizás n u ^
un mínimo, a saber 100 acres para la agricultura y 500 . V
Como las rentas proporcionaban una libra por 100 acres'^ ^

eanadería. (Las formas Darticulares nara nmcnoa,,.... . 051

Asociadói
J E colonización ^ 11 V»
biemo inglés hizo que la Compañía de Nueva Zelanda se convirtiera aj
m + 1 • • «
piupiv a^v,iiwv-/ j ^u crearon luego asodadones de peque»
agentes propietarios de tierras, como los mencionados) (35-37)

1VI1 i Escaneado con CamScanner


u

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' */k i} Ir ‘'V \ *1
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I Una pcrspectiva<sobre<elb°”)
%t V\ If
/
/0 %e. \ A la colonización, con rtfS?0
A V\ actuales del Imperio b
Ai._ Sk\

Londres 1849.1
H)h, .

*%, \
,s; /
1691 Los principales elementos de la colonizació:
son la emigración y
emigrantes
proceso mediante el cual una colonia se puebla y se organiza

'obres
listante libertad para los
sarrollan ahí: en Francia
ique no para los capitalistas... en Rusia, donde la nobleza desprecia el
imercio, hay muy poco espacio para los hijos menores de dicha clase: en
bio, si el capital fuera más abundante, habría suficiente espacio para
gente perteneciente a la clase trabajadora, o bien no habría tanta tierra
in cultivar, y la esclavitud no duraría: pero en Gran Bretaña todas las cla­
ses son víctimas de la falta de espacio (65). "Hay demasiados competido­
res en relación con los recursos, y esto determina la falta de espado (66).
Gran Bretaña es menos apta que todas las otras naciones del mundo, pre
sentes o pasadas, para atravesar grandes periodos de perturbadón políti
ca sin un perjuicio mortal. Esto debido a que en ningún otro lugar el
to juega un rol tan importante. Anule, o tan solo agite la idea de
concepto de que las promesas serán respetadas, y se destruye tota m

1 151

i
c.

é ‘

Escaneado con CamScanner


1/

valor del dinero que resulta del crédito. Ahora bien


conservarán las promesas de pago, mismas COnfianz,
de nuestro dinero, depende igualmente de la preservad! yen lo
ft/
a i ^al
tico. En Francia, etc. en cambio, los habitantes de las ciudaddel orden m~ '//
alimentados durante un largo periodo por el gobierno po ** PUeden ^ f/
tantes constituyen solo una pequeña proporción con respeto7\*^
ción rural. Pero en Gran Bretaña la proporción de la poblad!,/ ****
ft
í
tf
pequeña con respecto a la de las ciudades. En Gran Bretaña ^* fi
Aia una mayoría
tan grande de la población vive en las ciudades, totalmente dependent f
/
del crédito para su pan cotidiano, que la agitación política que destruirla
/
el crédito, provocaría inevitablemente hambrunas en nuestras ciudades Y
si esto ocurriera, la agitación política aumentaría (69, 70). En Inglaterra é
existe la necesidad, de tanto en tanto, de una destrucción ocasional de 4\
i'
una escala enorme
desecharlo i
rápido como sea posible hasta que la cantidad en uso se equilibre con la i
una
invertir.
ticamente ausente,
este punto, la tasa de interés que se obtiene de los valores, decreciente,
muestra que la necesidad por más capital está creciendo; y los menos pru­
dentes se interesan en valores poco seguros pero que poseen un mayor
rendimiento. No obstante, la acumulación continúa. Al final, los intereses
de los valores seguros son tan bajos, o tan cerca de cero, que la preocupa­
ción por arriesgarse y perder es menor que la seguridad de no ganar nada:
y todo el mundo, cada quien temeroso de que cualquier otro llegue antes,
se precipita en la especulación. Una cantidad ilimitada de capital se lanza
en operaciones de las que se espera obtener grandes rendimientos, pero
que resultan ser más o menos desastrosas. De esta manera desaparece una
gran cantidad de capital. La ruina y la miseria que de esta manera se aba-
sobre los individuos asusttn a todo el conjure» de captaba** y en­
tonces ono grupo de grette terreina siendo amanad, por ,a d,(.cubad o ,a

152 I

Escaneado con CamScanner


ïI

wrosibOia»d de obtener cap,,,, p„a


pánico se calma; un proceso continuo de «umulS"' --
vo; y luego de un tiempo se repite todo el ciclo La n Poco a poco
UgMde nue‘
laCión, desperdicio y pánico, está llena de males detodoT* *
durante el periodo de especuiaeiOn, s. prerem» ^ ££
líos 1- *ienen 'a f0r,U"a ° '* M,uci> "o "«lit* de I, JL °
antes de que todos se den cuenta de su carácte, defectuoso Estas acjue-
cias son amplias y repentinas. Los ganadores son, en su mayoría,
ganan-
quue dedican su vida a apostar. Su éxito es un pío*—■»-
Personas
a convertirse en apostadme cuando reton,„^mpl° ^ imPnlsa ,
Durante el período de especulación la mavorft rï*° de “Pwtac*,.
mayoría de las personas
Desde que el capital comenzó a ser sunemh,,^ . r “ dpuesta -•
ritu de los apostados se ha hecho ca7, ve“ ma" " "8'“"a' "
clases comerciantes y manufactureras... en gener.rnueX'T T**™
négoces, de todo nivel y área de trabajo, si los comparamos con sus pre­
decesores del siglo pasado, son inestables, están apresurados en ser ricos
han dejado de temer al riesgo, despiertos y listos para aprovechar todai
las oportunidades, en lugar de ser honestos y sinceros (76-78). Las caracte­
rísticas particulares de las colonias dan bastante espacio a todas las clases
(79). 1701 En las colonias, el campo de la producción es ilimitado; y la
utilización del mismo podría ampliarse mucho más rápido que el crea-
un m, miento posible del capital y de la población... Sin embargo, puede existir
inte un exceso temporal de capital y de personas, si se da una repentina impor-
ifíOCUP ición de capital que supera la oferta real de trabajo, o inversamente...
ro un exceso de capital se desperdicia en este caso, en tanto que un ex-
eso de trabajo se resuelve pronto con la importación de nuevo capital o
por el rápido incremento de capital en la colonia (79-81). Las colonias so ,
por su misma naturaleza, comunidades dedicadas a la exportad

adecuados
antiguos
destinan
7— T TTeTtecolonias la mayor parte de la pobla
debido al bajo costo de la tierra en las co
1153

Escaneado con CamScanner


ción consiste en propietarios o en arrendatarios; y su ]ab .

necesariamente y en gran medida limitada a la produce!^' ^


>0riosid *

inmediata de lo
,ue Pro.
:os/ y la i0
prima para la manufactura. La metrópoli y la colonia materi,
60 '^secuencia
y de manera natural, los mejores compradores el uno del i

bajo, por sí mismo, sin la iniciativa y la energía que ^ ,quieren I


grar que la naturaleza sea productiva, no podrá obtener un gran exT ^ f
te de producción, ni siquiera en las tierras más fértiles (84). Las mejorasT i

progresan *
incremento
incremento
clases qi
creciente
ción para la competencia, en consecuencia, se desea más tierra ([88,] 89).
Cada nueva importación de alimentos, mediante la exportación de más
bien manufacturados, es una ampliación del campo de la producción; es
como un incremento por acre de nuestra tierra y posee una tendencia a
abolir y prevenir la competencia perjudicial (89). La competición negativa
un
agrícolas,
alimentos, si la gente carece del poder de incrementar las mismas, se ob­
serva la más mínima disminución de la competencia en grandes magnitu­
des, para todas las clases. De cualquier manera, el campo de utilización se
amplía, para todas las clases y, a menos que pueda ampliarse más rápido
que el capital y que la población pueda aumentar, ninguna modificación
tendrá lugar en los beneficios o en los salarios, o en cualquier tipo de re­
muneración por un esfuerzo: existe un fondo mayor, pero un incremento
de capital y de personas, de igual o mayor magnitud, de tal manera que la
* . i •_« í^ai «r%/^ilien hacerse

•ra (91) HI Dr. Hinds afirma que los modernos crearen


™ cu» * p— r - “ít:
adecuados para perpetuar

154 I

Escaneado con CamScanner


¿orar'0' envi3ban Una muestra representativa de 1,
|onizadores de todas las clases (109). El crimen J mad«...
co-
Escoba y en Nuevo Brunswick. Sucede lo mismo ****' '
V; al en Nueva
AuS¿-alia Occidental. La tierra colonial es inadecuada Atnca del bür y en
c*k* en estos lugares lentamente y con dificultad E i * <F>e
sioneros y en su vecindad inmediata, es el gobiem • " * C°lonias de Pn-
l aj crimen a crecer de gran manera, en una tierra q^mpenal el Sue fuerza
el mismo... Por otra parte, está la "astucia colonial"^ “ favorable para
V,
honor, las colonias no son tierras muy acogedoras ílsiw deSarr°U°del
!
" es atractiva pasa ,as mujeces „„ es una coium ^
en algo atractivo para ambos a nn de con­
suficiente co
/ ^ emitiente cón
hacer el lugar atractrvo para las mujeres (156). Existe otro ocuparse de
principio
trabajo que no destaca para el estudioso de la economía
sea pero que está muy presente en la consciencia de cada capitalist,;
mal. De lejos, la mayor parte de las operaciones de la industria, y en espe­
cial de aquellas cuya producción es grande en proporción con el capital y
el trabajo empleados, exige un tiempo considerable para su finalización.
Bi su mayoría, no vale la pena iniciar una industria sin la certeza de poder
llevar adelante la misma durante varios años. Un amplio porcentaje del
transformar.
t ' 1 r ---
ble. Si algo sucede que frene las operaciones, todo este capital se pierde. Si
la cosecha no puede recogerse, todo el gasto empleado para permitir su
i
crecimiento termina
constancia es un principio tan
La importancia del principio d
termine
I ra de la voluntad del capitalista... Pero en las colonias pasa precisamente
• a 1^0 ni la listas tienen tanto miedo de esto, que evitan

ocurra tanto
operaciones que exijan
varias operaciones de una naturaleza tan simple que no aamuen
'división en tareas más pequeñas, y que no pueden llevarse a cabo
ninguna
I 155

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la cooperación de varios pares de brazos. Por &
A n ««MA--------- â __ _ fl 1 « 1
gran árbol sobre una carreta, controlar el crecimiento d ’ Para
^ Co|(*ar ü
un ramón de cultivo, trasmutar un cn-a» . ^alas j,; 11
ae*as
en
una cosecha de cereales cuando ha , . m° «en, ij

maduración y no antes, mover cualquier peso considerable toTPode su


en resumen, que no puede realizarse sin que cada par de brazo!! a<Mo
ayudea
todos los otros a llevar a cabo el mismo trabajo, sin división y sin ^ ^
mismo tiempo (168). La reagrupación del trabajo y la constancia en el
mo son una evidencia en los antiguos países, sin que el capitalista les di
dique un minuto de reflexión, debido, simplemente, a la abundancia d
trabajadores que alquilan su mano de obra. La escasez de trabajadores que
alquilen su mano de obra es un problema universal en las colonias. Esta es
la causa, tanto de los elevados salarios apreciados por el trabajador como
de los salarios exorbitantes que en algunos casos agobian al capitalista
(170). Democracia colonial y demagogia (p. 187 y siguientes). La clase privi­
legiada (en las colonias inglesas) es la clase de los funcionarios (194). En
nuestras colonias, como en Francia en la actualidad, los cargos públicos son
la única distinción (l.c.). Entre los obstáculos para la colonización encontra­
mos los efectos en la colonia del transporte de prisioneros, que solo tiene
lugar en la colonia de Nueva Gales del Sur y en sus alrededores, y la presen­
cia de nativos aborígenes que provocan su exterminio cuando se rebelan
Este ejemplo final de los males coloniales se encuentra principalmente en
las colonias de África del Sur, Ceilán y Nueva Zelanda ([221,] 222). La tierra
más barata en una colonia es únicamente aquella cuyo precio tiene un efec­
to en el mercado laboral. El precio de estas tierras, al igual que el de todas las
tierras vírgenes, y de todo aquello cuyo costo de producción es nulo, depende por
supuesto de la relación entre la oferta y la demanda (332). El favoritismo en los
cargos públicos y la especulación en la disposición de tierras mediante con­
cesiones, constituye uno de los rasgos más notables y menos agradables de
la historia colonial (336). A fin de que el precio de las tierras sin cultivar cumpla
sus objetivos (a saber que los trabajadores no se conviertan en propietarios
de tierras), el mismo debe ser suficiente para este propósito. Hasta el pre-

Á
156 I
Escaneado con CamScannar
todos lados (338). Este precio
*ntoel*ia " , , . . ° '**)■ tste precio Sllfi
> f* Tri , Tnte
manera: '*• »— « coiot
d pwdo puede lo suftctentemente ba,o como para hp» que „ aJ^¡
«mi que 1» colonos se apropian sea prácticamente ¡limitada El p Jl
«te ser lo bastante alto como para provocar que se alcance una propon
mire twa y habitantes similar a la que existe en los viejos países. e„ cuyo
raso, si este precio elevado no evita la emigración. la berra mis barata en la
colonia debo ser tan cara como en Inglaterra, y la sobreabundancia de traba­
jadores tan desafortunada como en dicho país. O podría ser un valor en el
justo medio entre ambos precios, produciendo que no exista ni sobreabun­
dancia de habitantes ni sobreabundancia de tierra, pero que limite la canti­
dad de tierra de tal manera que atribuya a la tierra más barata el valor de
mercado que tendría el efecto de obligar a los trabajadores a trabajar como
asalariados durante un tiempo considerable antes de poder convertirse en pro­
pietarios de tierras" (339). La sustitución, por parte de los Estados Unidos,
de la venta por la concesión, no redujo en lo más mínimo el valor de los es-
necesidad
los irlandeses más pobres,
la ejecución de trabajos que requieren
binación de trabajo (340) I.
Occidental
ternativas. Cuando se puso a disposición las tierras \írgene., 8 econ-
«menzó otorgando 500 000 acres (casi W tan grande y
dado de Norfolk) a una sola persona. Luego ee ¡nmen-
de unas pocas personas, que obtuvieron concesiones en e| punto
^ El primer beneficiario de estas concesiones oCU^ esc0ger sus tierras
de desembarco. El segundo, por supuesto, sok p jas tierras del
hiera de esta primera y amplia propiedad. ku. ^scar tierras más lejos, >
^gundo beneficiario que llevaron al tercero * ^ jej0S en el monte. A la
el cuarto, de nuevo, tuvo que internarse aü ^ _oS colonos se apropi
'arRa, aunaue mediante un proceso mu> ^ ^ j¡cnersos de tal ma
» estaban dispe
mn de un inmenso territorio; colonos qlIt I iv

Escaneado con CamScanner


que, como no había ni caminos ni mapas, nintnm^

desperdicio que encuentren. Solo el primer beneficiario de concesión


en el río Swan tenía una verdadera libertad de elección de la ubicad^
ubica •
de sus tierras, el segundo tenía menos libertad, y el tercero aún menos y
lo mismo con los siguientes. Finalmente, cuando una docena de personas
terminó apropiándose de suficiente tierra como para sostener a millones
de habitantes, nadie más tenía libertada alguna. La totalidad de las tierras
aptas para la colonización había desaparecido y estaba en manos de un
puñado de gente, verdaderos perros en el establo, que no podían utilizar
su propiedad y que, sin embargo, tampoco podían deshacerse de la mis­
ma, debido a que, puesto que provenían de un viejo país, donde la tierra
es escasa y atribuye un valor a quien la posee, la consideraban más valiosa
que lo que cualquiera hubiera estimado conveniente pagar, considerando
la amplia proporción entre tierras privadas y población (433-5). Colocar
tales cantidades de tierra sin cultivar, inmensas, en esta situación de pro­
piedad privada, de tal manera que evita que dicha tierra sea empleada
- manteniéndola siempre en el estado de tierra sin cultivar - ha sido el
problema universal de los gobiernos coloniales que responden a las órde­
nes de Downing Street. Este resultado se presenta, ya sea que la tierra se
otorgue en cantidades que excedan los medios de los beneficiarios para
utilizar la tierra, o que la misma se venda a un precio tan bajo que aliente
la ausencia de los propietarios (435, 6).

158 I

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* Th Hodgki
Una investigation ,
los méritos de la Sociedad'
de Colonización, etc0"
Londres 1833

impulsó la colonizadó:
rra Leona, con 400 negros. Desde aquella época, esta colonia ha 21

constantemente a negros libres, enviados ahí desde diferentes lugares a


través de Gran Bretaña. En 1787, el Dr. Thornton propuso que los nègres
colonizaran las costas de África, en especial aquellos provenientes de Bos­
ton y de Providence (Rhode Island). En 1789, Samuel Hopkins, Ministro de
Newport, en Rhode Island, propuso a Granville Sharp que negros edu-
industriosos de Nueva Inglaterra colonizaran
En 1790, Ferdiñando Fairfax, de Richmond, en 1
Jefferson
junto a algunos otros virginianosi
tuvo el mérito de llevar estos planes una forma prác

N
i
^Vo ^u8ar el 1 de enero de 1817 (p. 4, 5).
V
I
1801 y 1809,
°mas Jefferson, tercer presidente de los Estados
considerado uno de los padres fundadores de la n
claración de Independencia de 1776. También con
republicanismo en los Estados Unidos. I 159

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\ Th. Hodgkin
Acerca de la Sociedad
Británica de la Colonización Africana
Londres 1834.

Un disparate. El entusiasmo por Liberia34.

34 Se proyectaron varios planes para establecer una colonia en África para los esclavos
afroamericanos liberados. Entre 1821 y 1847, a través de una combinación de compra
y y conquista, las "Sociedades" desarrollaron la colonia Liberia, que en 1847 se proclamó
A nadón independiente.

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1731 Th. F. Buxton
El tráfico africano de esclavos
1839

Mi primera proposición es que más de 150 000 seres humanos son lleva­
dos cada año de África, a través del Atlántico, y vendidos como esclavos
(1). Del 1 de julio de 1827 al 30 de junio de 1820 (3 años), según documen­
tos oficiales, solo en el puerto de Río de Janeiro se llevaron 148 940 negros,
es decir un promedio anual de 49 643, y en 1830 un número de 60 000, sin
embargo (3). 78 331 desembarcaron en 5 puertos de Brasil, en el transcurso
de 12 meses, hasta el 30 de junio de 1830 (5); a lo que podría añadirse una
cantidad indeterminada pero considerable traficada a través de otros luga­
res de Brasil (12). Principales países esclavistas. Brasil, Cuba, Puerto Rico.
Algún tráfico de esclavos se encontraba también en Buenos Aires, Río de
la Plata, las Provincias Unidas del Uruguay, los Estados Unidos y Texas
(12-26). Tráfico de esclavos bajo pabellón americano (24). (En Nueva York,
un buque fue armado para el tráfico de esclavos, fue enviado a La Habana
y desde ahí navegó bajo pabellón americano [21-23]). La mercancía que se
daba a cambio de los esclavos consistía, principal aunque no exclusiva­
mente, en cauri, tabaco de Brasil, espirituosos y textiles provenientes de
Manchester. (Toda esta información tomada del capitán M'Lean). La suma
promedio que se pagaba por cada esclavo, tomando estos bienes a precio
de costo, era de 4 libras. Casi todos los artículos de algodón comprados
para el tráfico de esclavos eran fabricados en Lancashire, y este tipo de ar­
tículos era apto únicamente para este tráfico. La totalidad de los artículos

Escaneado con CamScanner


osEquívocos

ae algodón producidos en Lancashire para el


comercio legitimo como el comercio de esclav^”"^^

diente, en
Valor de los artículos de MantWfo,
fabricados únicamente para el
comercio africano legítimo:
150 000
Valor de los artículos fabricados en
Lancashire y transportados hasta Brasil
Cuba, los Estados Unidos y otros lugares
exclusivamente Dara el tráfirn de P^rlavr»
250 000

En 1836, entonces, tuvo lugar un excedente de 2/5 de la totalidad del


importe de esclavos fue superior al comercio legal. Contando con estos
archivos, el número de esclavos, para el cual la cantidad de artículos fa­
bricados en 1836 era adecuada, alcanzaría a 187 000. A esto debe añadir­
se: los artículos que solo se utilizaban para el tráfico de esclavos también
se producían en Glasgow, artículos que en gran medida lograron intro­
ducirse en África, a través de Cuba y Brasil, y que allá se empleaban para
la compra de esclavos. Municiones y armas de fuego en gran medida, y
como los bienes cuya calidad es únicamente adecuada para el tráfico de
esclavos, se envían de Gran Bretaña a África. El monto anual de estas
exportaciones, según las estadísticas oficiales, alcanzó en 1836 las 137
698 libras. Los americanos también proporcionaban armas, municiones
y bienes a Cuba y Brasil. Los artículos de las Indias orientales también
se utilizaban en el comercio de esclavos (33-35). En conjunto, con los que
mueren, se realizaban menos de 250 000 cada año (36). (Acepta sin em­
bargo la estimación más baja).

164 I

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Comercio de esclavos entre los musulmanes
\Jf

Un importante comercio de esclavos tenía lugar a fin de proveer los mer­


cados musulmanes de Marruecos, Túnez, Trípoli, Egipto, Turquía, Persia,
Arabia y en los límites de Asia. Este comercio se llevaba a cabo por dos
vías distintas: 1 ) la marítima, cuyas víctimas zarpaban de las costas noro-
rientales en navios árabes y 2) el desierto, que llevaba esclavos desde Ber­
bería, Egipto, etc. El comercio marítimo se llevaba a cabo principalmente
a través de los súbditos del Imam de Mascate (37). A través de estas vías,
se llevaban al menos 30 000 (40). La cantidad de la porción norte, la que
atravesaba el desierto, del comercio de esclavos de los musulmanes era de
20 000 cada año (45). La cantidad del conjunto del comercio de esclavos
musulmán era de 50 000 (46). No se cuentan los numerosos esclavos ne­
gros que se requerían en las provincias y reinos musulmanes de África
Central ([46,] 47). El total era de 200 000 (48).
Por cada 20 personas que llegan a Cuba o a Brasil para ser convertidos en
esclavos, 14, al menos, son destruidos. Esta mortalidad surge debido a las
siguientes causas: 1) la captura uncial de los esclavos. 2) el transporte hasta
la costa y su detención en dicho lugar. 3) el paso del mar. 4) Los sufrimien­
tos luego de la captura y del desembarco. 5) El inicio de la esclavitud o la
"adaptación", tal y como la denominan los dueños de plantaciones (49).

1) Captura

guerras
conseguir
de violencia, de la invasión de un ejército hasta el secuestro por parte de
individuos aislados, para alcanzar estos objetivos (50). (Lord Muncaster:
Bosquejo histórico del comercio de esclavos. Londres 1792).

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174 La totalidad, o la mayor parte de
un campo de batalla y de desolación, un******* (Ai
mbre es un lnhn na» w ___/^. F 0 Salvaje donde
Edwards, cada
mismo un traficante
era
Laborde, París 1838 [46]). La única diferencia entre las é ^ Eeonde
las presentes es que la mortalidad que resulta de la crueldad i y
ha incrementado en relación directa con el crecimiento del tráVc ^ *
ha duplicado en comparación con el periodo anterior a 1790 cnT ****

2) Transporte

Según Mendez, un 5 /12 del total moría simplemente durante el viaje del
interior a la costa (agotamiento, espantosos maltratos, hambre, etc.) ([86,] 87).

3) Detención

Es decir en la costa, antes de que los esclavos fueran embarcados. Esto


ocurría principalmente cuando el barco al que estaban destinados no ha­
bía llegado, o cuando el mismo no estaba listo para navegar, o a causa del
terror de la captura, luego de zarpar (87).

4) Paso del océano

La principal característica de este paso mortal era la evidente deficiencia


de los barcos utilizados, desde el punto de vista del tonelaje, a fin de lle­
var la carga de seres humanos que estaban destinados a contener. En los
transportes británicos de esclavos, estaba reglamentado: 5 hombres por 3
toneladas. Para los soldados ingleses, la regulación era de 5 hombres por
2 toneladas ([96,] 97). La cantidad de espacio disponible, ya muy limitada,
había sido bastante restringida (97). Laird afirma: "En lugar de barcos gran­
des y espaciosos, que los traficantes de esclavos hubieran estado interesa­
das en utilizar, los obligamos, debido a nuestra mterferenca, a emplear

166 I
V
Escaneado con CamScanner
Ik

. de navios - clippers americanos - de la peor especie que puede


Ul1 narse para este objetivo, donde cada cualidad ha sido sacrificada en
'ma de la velocidad. En las bodegas de estos barcos, las infelices víctimas

la codicia europea están literalmente almacenadas en bulto" (132). Los


propios traficantes estimaban que se perdía en promedio V3 de la carga, al

llegar las costas americanas del Atlántico (146).

5) Pérdidas luego de la captura

En 1830, el Comité de la Cámara de los Comunes emitió la siguiente


resolución: las naves capturadas son, "en promedio, luego de cinco sema­
nas de su paso por el lugar de captura en Sierra Leona, se llegaba a una
pérdida de los esclavos capturados del orden de Va a Vi del total, en tanto
que los sobrevivientes desembarcan por lo general en un estado miserable
de agotamiento y debilidad" (154).

6) Pérdidas luego del desembarco y en el periodo de adaptación

En este punto, los esclavos son víctimas de mayores privaciones que en


el pasado, luego del desembarco, cuando se los esconde como si fueran
bienes de contrabando. Esto, con respecto a las épocas en las que un barco
negrero llegaba a los puertos de Río de Janeiro y de La Habana como un
comerciante legítimo, y dispoma abiertamente de su cargamento (154, 5).
Con relación al momento en el que Wilberforce y Clarkson comenzaron
su noble tarea, el doble de seres humanos son víctimas hoy del tráfico de
esclavos; y cada individuo de esta cantidad creciente debía sufrir, además
de los horrores soportados en el pasado, el hecho de ser amontonado en
un espacio más reducido, a bordo de naves donde toda comodidad se
sacrificaba para alcanzar una mayor rapidez... Hasta el presente, no he­
mos generado ningún otro cambio que el cambio del pabellón bajo el que
se lleva a cabo este comercio (173). Hasta los años 20, la bandera france­
sa protegía a los canallas de todas las naciones, luego fue la española y

I 167

Escaneado con CamScanner


en la actualidad la portuguesa (Portugal veade su K
parte de este comercio se realiza bajo la misma <T ^'dwa- » U a,
abiertamente, a un predo detenninado, la utilizadTn d°^n'“',K v«í
tugueses, de su bandera, etc. [l.c] - Están, finalmemZ

quienes los ingleses nunca permitieron'él dZT*


1 ** M^ ^ «
En las Aduanas se toma como verdad indiscutibl ^ 1 o de
v»sita
eliminar ningún comercio ilegal cuyos beneficios sobrepasen^ ^
comisionado Macleay afirma que "la idea más correcta sobre" E'
mes beneficios del tráfico de esclavos puede desarrollarse a partir dT*
ejemplo. El último barco condenado por la Comisión Mixta fue la firma"
Comparte entonces el costo de su cargamento: 28 000 dólares, provisiones,
municiones, depredación, etc. 10 600, salarios 13 400, gastos totales 52 nnr
dólares. El producto total era de 145 000 dólares 1751 Encontramos con
daridad un evidente benefido en el cargamento humano de este barco del
orden de 18 640 libras o precisamente 180% ([187], 188). El Sr. MacLean
(gobernador del Castillo de la Costa del Cabo) en una carta a Buxton de
mayo de 1838 afirma: "un esdavo de primera calidad en esta parte de la
costa, la que mejor conozco, cuesta alrededor de 50 dólares en bienes o
cerca de 25-30 dólares en efectivo, induyendo costos y cargas; el mismo
esdavo se venderá fácilmente en Cuba por 350 dólares, pero de este im­
portante benefido debe deducirse el costo de transporte, los seguros, las
comisiones, el costo de la alimentadón durante el viaje, y otros gastos con­
tingentes, mismos que reducen el benefido neto a 200 dólares por cada es­
clavo de primera calidad; lo que corresponder reducir luego a 150 dólares
por cabeza, como una compensadón por las muertes". Es notable que este
cálculo de Madean corresponda casi exactamente a lo que determinaban
los comisionados en Sierra Leona, que daban un retomo de 280 dólares
por un gasto de 100 dólares (189,90).

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Buxton. (Th. F.)
La solución, una continuación del tráfico
africano de esclavos
Londres. 1840

Nunca será posible liberar África hasta que desatemos la rica produc­
tividad de su suelo, El continente obtiene ciertos beneficios económicos
del comercio de esclavos: afortunadamente, sin embargo, se trata del
ingreso más pequeño posible, al costo más elevado posible (XIII). Es un
hecho habitual que los jefes tribales vendieran cada año unos 250 000
habitantes, con lo que -en la mayor parte de los casos- quedaban 4 libras
por pieza entre sus manos, de manera honesta. También debía deducirse
1 millón de libras para el mantenimiento de los ejércitos dedicados al
tráfico de esclavos: las consecuencias recaían sobre ellos mismos, con la
devastación de sus tierras y la destrucción de sus riquezas. Las armas,
las municiones v las bebidas espirituosas representan 1 /3 de los bienes
importados en África Central, una parte importante de los cuales se con­
sume en ocasión de estas horrorosas cacerías de esclavos, etc., dejando
un beneficio neto de 3iHt 000 libras; y son esas 300 000 libras la totalidad
de lo que puede obtenerse de esta parte tan extensa del mundo, ¿infe­
rior a ninguna otra en términos de riqueza? (XIV, XV). Un jefe africano
planteaba de manera concisa su perspectiva mercantil: "deseamos treí
cosas, a saber, pólvora,
1
balas y brandy;
«...................
y tenemos tres cosas que vender.
es decir, hombres, mujeres y niños" (XIV. nota). Con los ¡tfe$ negn# en las

I ln>i

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costas, nada se ha producido. Son "una multitud de DPn
----- • peSUefl0si
lo ignorantes y rústicos, entre
. : — «°Dre la fa,
--------
ue
do". Se han convertido en bebedores habituales debido al ^un-
proveen los barcos negreros: en tanto que facilitadores de ualcohol
se han endurecido frente a todo sentimiento de * esc,aviH
urnPasión, etc Oh«
nen dos beneficios del comercio de esclavo. Los bienec „„„ ■_ne'
^ 4Ue °btienen h
los europeos les proporcionan un beneficio considerable cuando

reciben
-MVII
a cambio de dichos esclavos, generan un beneficio aun más considera
ble, cuando se venden al capitán de un barco negrero ([7], 8). Existe una
mejor predisposición por parte de los sultanes y soberanos del interior
para recibirnos, y para tratar y comerciar con nosotros (8). Una medida
preliminar debe consistir en: un conjunto de tratados con las potencias
nativas del interior (de África), comprometiéndolas a trabajar junto a
nosotros, a fin de suprimir el tráfico de esclavos en su propio territorio,
y para evitar que los esclavos transiten por sus territorios. Finalmente,
al mismo tiempo, para facilitar toda la protección para el transporte de
mercancías legales (17).

Huevos, solamente en Londres, £


Liverpool y Glasgow, solo
de Francia [e Irlanda] 275 000
Plumas de Irlanda, destinadas
a Liverpool 500 000
Cerdos de Irlanda hacia Liverpool 1 488 555
En cambio: Importaciones totales.
productos de África Central... 456 014
(22)

El comercio legítimo eliminaría el tráfico de esclavos, al demostrar el


valor superior de un hombre en tanto que trabajador, frente a un hombre
que se convierte en mercancía (24). I

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761 El monto total de los bienes exportados directamente de Gran Bre-
África es del orden de 1 millón de libras esterlinas. En 1835,

que
suelo muy fértil, ríos muy conocidos y una población de 50 millones. El
continente nos compra solamente por un valor de 312 938 libras, de es­
tos 101104 libras corresponden al valor de las armas y municiones, y del
plomo y las balas (25). En 1834, el valor estimado de las importaciones
provenientes de África fue de 456 014 libras (solo el polvo de oro llegaba a
cerca de 260 000 libras); y las mismas consistían principalmente en aceite
de palma, madera de tek, resinas, cera de abejas, etc. todos ellos bienes
extremadamente valiosos, y que tienen una gran demanda, pero que se
obtienen con una cantidad comparativamente pequeña de trabajo y a bajo
costo (26, [27]). Visión general de los productos naturales de África:
Animales. Vacas, ovejas, cabras, cerdos, etc. gallinas de Guinea, aves de
corral, patos, etc. Cereales. Arroz, maíz, sorgo, mijo, trigo, etc. Frutas. Na­
ranjas, limones, guayavas, cidros, limas, papayas, bananas, dátiles, etc. Raí­
ces. Mandioca, ñame, taro, maranta, jengibre, camote, etc. etc. Madera. Teca,
ébano, guayacán y entre 40 y 50 otras especies de madera para todos los
usos posibles. Frutos secos. Frutos de palmera, karité, cocos, nuez de cola,
maníes, ricino, etc. Colorantes. Carmín, amarillo en varios tonos, azul, na­
ranja en varios tonos, rojo, carmesí, marrón, etc. Maderas que producen tintes.
Sándalo africano, etc. Resinas. Copal, goma arábiga, almáciga, etc. Medica­
mentos. Aloes, los provenientes de los géneros cassia y senna, olíbano, etc.
Minerales. Oro, hierro, cobre, esmeril, sal de amoniaco, nitro, etc. Caña de
azúcar, café, algodón, índigo, tabaco, caucho, cera de abeja, plumas y pieles
de avestruz, marfil, etc. Peces de una enorme diversidad, y muy abundan­
tes. (28, [29] Nota). Burke afirma que "negociar y comerciar - no el trabajo
de los hombres, sino los propios hombres - implica devorar la raíz, en lu­
gar de disfrutar de los frutos de la laboriosidad humana" (61 ). El Capitán
Beaver afirma: el motivo fundamental para que los africanos se dediquen
al tráfico de esclavos consiste en su deseo de procurarse bienes europeos;

I 171

Escaneado con CamScanner


los esclavos son el dinero, el medio circulante que permite
que el
africano tenga lugar no poseen ningún otro. No obstante Si TCio
substituirlo por otro comercio y si, al mismo tiempo, este otro PUd'eraiT'0<'
ra más seguro y más abundante, el gran motivo que justifica el com ^ ^
esclavos desaparecería. Esto puede lograrse con la producción de la tje°,.
(168). Es árabe es, en gran medida, la lengua común de África Central (2w¡

CamScanner
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Heeren. (A.H.L)

Manual sobre la historia del sistema


europeo de naciones y de sus colonias
Tercera edición. Gotinga. 1819

La historia del sistema europeo de naciones no es la historia de Estados


individuales sino "la historia de sus relaciones, de cada Estado contra el
resto" (6). Separación entre la Edad Media y los nuevos tiempos: 1) la
toma de Constantinopla y el establecimiento del Imperio turco en Europa,
en 1453. 2) El descubrimiento de América por parte de Colón, en 1492.
3) El descubrimiento de una ruta marítima hacia las Indias Orientales,
gradas a Vasco da Gama en 1497. Ambos cambiaron el funcionamiento
del comerdo mundial. 4) El uso de la pólvora que cambió el arte de la güe­
ña. ([6], 7) En este periodo, ni África ni América poseían ningún Estado
nativo propio que tuviera alguna importancia; de los 3 grandes reinos de
Asia, los persas bajos los sufíes, los indios bajo los mogoles, y los chinos, solo
estos últimos se preservaron. El reino persa de los sufíes fue fundado por el
sufí Ismael, en 1500. Alcanzó su mayor poder bajo el gobierno del shah
Abás y fue destruido por los afganos en 1722, y cayó en la anarquía luego
del asesinato del siguiente tirano, Nader Shah, en 1747. El reino mogol en la
India fue fundado gracias al sultán Babur, un descendiente de Tamerlán,
en 1526. Incorporó paulatinamente las tierras entre el Indo y el Ganges y
las penínsulas; el reino alcanzó su mayor poder durante el reino de Akbar
el Grande, 1556 -1605, hasta la muerte de Aureng Zeb, en 1707, para luego

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desintegrarse y disolverse, debido principalmente a la
Shah en 1739 y a la política europea 1771. La revoluc^n^^d°N*d,r

a la conquista de los tártaros manchúes, ocurrió en debid(>


chas relaciones de los Estados europeos entre sí provienen d *** ^
en común: a) Los controversias en cuanto a Italia, b) el equilibn
desde la Reforma. 3) La necesidad de defenderse de los turcoT ^ glOSo
portante y creciente comercio con las colonias y de los intereses *'

tiles que resultaban del mismo. Finalmente, gracias a la facilitación de U


comunicaciones, debido a la imprenta y al sistema de correos (9). El reino
alemán entre los Estados centrales era importante pero no peligroso (il)
El sistema europeo de Estados encontró un pilar esencial en la creación del
poderío marítimo, mismo que contribuyó en gran medida a la conserva­
ción del equilibrio (14). La historia de la nueva Europa puede dividirse en
tres periodos: desde el final del siglo XV hasta el principio gobierno absolutista
de Luis XIV, 1492-1661. El segundo periodo desde ese momento hasta la
muerte de Federico II, 1661-1786. Y la última de esa fecha hasta el presen­
te. La primera era política y religiosa, la segunda mercantilista y militar,
en tanto que la tercera es revolucionaria (17,18).

Primer periodo. De 1492 a 1661


Primera parte. Historia del sistema de Estados europeos del sur

El rasgo particular de este periodo está dado por la Reforma (19). Los
miembros principales de este sistema de Estados del sur eran Francia, Espa-
ña, Inglaterra Austria y el reino alemán, el papado y el Imperio turco [20J.

174 I

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Primer período.
\
I) Historia de las relaciones y controversias sobre Italia. 1494-1515

Hacia finales del siglo XV, Italia se convirtió en el destino de todos los
conquistadores y, consecuencia de ello, el punto central de la política euro­
pea. Florecimiento del arte y de la ciencia. Los principales Estados de Ita­
lia eran, al norte, el Ducado de Milán y la República de Venecia; la Repú­
blica de Florencia y los Estados Papales en el centro; el Reino de Nápoles
al sur. El Ducado de Milán, al que entonces pertenecían también Parma,
Piacenza y Génova, era un vasallo del Imperio germánico, pero desde la
extinción de la Casa Visconti estuvo hasta 1450 en manos de la Casa Sfdrza.
Sus gobernantes fueron Francisco Sfor/.a, muerto en 1466, su hijo Galeazzo
María, asesinado en 1476, el hijo de éste, Johann Galeazzo, que estuviera
bajo la regencia de su tío, Ludovico el Morohasta que este último ocupó el
lugar de duque en 1494. Venecia dirigía sus planes seculares de conquista
hacia Romafta (que poseía en su mayor parte) y Milán. En Roma, el Papa
Alejandro VI (1492-1503). Florencia es desde hace un siglo un principado
de la familia Médicis. Desde 1407 Pisa ha sido sometida pero mantiene su
espíritu rebelde. El reino de Ndpolea (separado de Sicilia, que pertenecía a
Aragón) estaba gobernado por una rama colateral de esta familia. Federico
entregó en 1501 su reino a Fernando'" el Católico. Un ejército de conquista
dirigido por Carlos VIH de Francia llegó a Nápoles, para afirmar las pre­
tcnsiones de la cosa de Anjou sobre el trono. Estuvo Italia y Nápoles con
facilidad y sin violencia de septiembre de 1494 a moyo de 1495. Intrigas
de Véncela, Roma, l .udovico el Moro, Maximiliano y Fernando de Esparta,
y negociaciones con los turcos. Carlos Vlll sale de Nápoles el 20 de moyo

^ tHiiiui* MiMn onltv UV4 MW, y tomO parlo on la primor*» v negunvta guerras italianas
(M‘»4 14^H y I4W-150I). So hl/o lamoso por sor mownas vio l.oonarvlo via Vinci y oíros
artistas
4ft Vornaiulo il vio AragOn fuo rov vio Ararán (UT'MMft). vio Castilla (1474-1504), vio Sicilia,
vio Napolos, vio l orviofla v 0o Navarra, adornas regento vio la Corona casiollana entro 1507
y 1516.

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de 1495 con la mitad de su ejército. Victoria en Forno 7
vo sobre lo* !

nos y sus aliados, el 6 de julio. La lucha entre Pi« c v*necid.


Y ^‘orencia i t•
viva la agitación en Italia. Venecia y Milán esperaban ganar al ^antuv,, I

El 7 de abril de 1498, Carlos VIII muere repentinamente. Lu^xn*'*”0


4
sus pretensiones sobre Milán, debido a su abuela Valentina de la
9*
Visconti. Venecia y Roma se prometen una parte del botín. Milán k ^ f
pado es agosto de 1499. Ludovico el Moro es capturado el 10 de abril d
t
1500. Venecia obtiene Cremona y Ghirar d'Adda. Tratado secreto entre
Femando el Católico y Luis XII, el 11 de noviembre de 1500. El rey de Ná- i

:
poles, Federico, es fácilmente sorprendido, muere prisionero en Frann*
i
Ocupación del reino en julio de 1501. Disputas y luego una guerra en la
región. Derrota de los franceses en Seminara, el 21 de abril, y en Garellano
el 27 de diciembre de 1503. Luego de una tregua, se resuelve el conflicto
con el matrimonio de Femando con Germana de Foix, sobrina de Luis XII,
quien renuncia a sus pretensiones sobre Nápoles a cambio de un millón de
ducados, como dote, el 12 de octubre de 1505. De tal manera que Francia
se encuentra en Milán y España en Nápoles. En 1503, el Papa es Julio II. Su
primer proyecto consiste en absorber el Estado de Cesar Borgia (Romaña,
Bolonia y Ferrara) al interior de los territorios romanos. Esto provocó una
guerra para que este proyecto se llevara a cabo, con la participación de los
extranjeros, en especial los franceses en Italia. En 1508 se forma contra Ve-
necia la Liga de Cambrai, entre Luis XII, Maximiliano Femando el Católico
y el Papa (suscrito el 10 de diciembre). Derrota de los venecianos en Agna-
dello el 15 abril de 1509 y pérdida de su tierra firme, el Papa les arrebató
la Romaña. Inicio de las desavenencias entre Luis y Maximiliano, luego
de las negociaciones para la ocupación de Padua y la reconciliación del Papa
con Venecia. Permanecieron esas ciudades en Romaña, y se quedaron con
Femando los puertos de Apulia el 25 de febrero de 1510. En 1511 alianza
contra Francia, bajo el liderazgo de Julio II. Liga Santa. Se suscribe el 5 de
octubre entre Julio II, Fernando el Católico y Venecia; el Kaiser y Enrique
VIII de Inglaterra tienen la posibilidad de incorporarse luego. Los suizos
se unen al papa desde 1510. I

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if) àAV
*A 1 \
S\

vu

^ I preponderancia de Francia, bajo Gaston de Foix, hasta su muerte
1 batalla de Ravena, entre noviembre de 1511 y abril de 1512. Incursión
\^ >, ' [
X

en J § stnz°s en Milán/ en mayo de 1512. Gracias a ellos se devuelve Milán


Vm K/íaximilian0 Sforza, hijo mayor de Ludovico el Moro. Nueva tentativa
1k >\
, %v

frustrada
'ifbV tic —i

,V junio de 1513- Como consecuencia de la expulsión de los franceses, retoman

V* . f^iia in<; Médiris. v vuelven a Florencia con la avuda de la Liga y de una

)
V mismo
varra española, estado aliado a Francia, por parte de Femando el Católico.
\
Incursión de Enrique VIII en Artois y de los suizos en Borgoña, en agosto
\ de 1513. Julio II muere el 21 febrero de 1513. Le sucede León X. Disolución
,c%
de la Liga, entonces León X se reconcilia con Francia, tan pronto como Luis
XII rechaza el Concilio de Pisa37. Luis XII muere en 1515 (1 de enero). En este
’ii»® periodo se contrataba una buena infantería solo entre los suizos o bien era
lâjni posible recurrir al apoyo de los lansquenetes alemanes (24-36).
F'z
♦Urf

oH.Sa II.) Historia de la creación de las entidades coloniales. 1492-1515


tim
jm Se designa como colonias a todas las posesiones y establecimientos de
los europeos en otras regiones del mundo. Se distinguen las siguientes
elc*
categorías: 1) Colonias agrícolas. Los colonos se transforman en una na­
ción. 2) Colonias de plantación. Su finalidad es la producción de determi­
ico
nados productos de la naturaleza en plantaciones, destinados a Europa.
J-
Cuando el colono se convierte en terrateniente, se hace menos nativo. Su
)
número es reducido. Utilizan esclavos preferentemente. 3) Colonias mi­
neras. 4) Colonias comerciales. Su finalidad consiste en comerciar con los
productos de un país o del mar (peces) y de los productos manufactura­
dos por la población nativa. Al principio solo se trata de establecimientos
para el comercio que se amplían y se conquistan mediante engaños o
violencia... Las naciones occidentales de Europa convierten entonces en

una reuruon de cardenales, obispos y teólogos, que se celebró en el año 1409 con la inten
ción de poner fin a la división que desde hacía treinta años afectaba a la Iglesia católica.

I i

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la sede del comercio mundial en luga, del Mediu™
la navegación de los portugueses (provocada med e0" ‘A
Prin
Moros en África y dirigida por el príncipe Enrique'Tu '* ^
en 1463) desde 1410. Descubrimiento de Madera en
ción del Cabo Bojador en 1439 y del Cabo Verde en 1446 Q ,rCunn*veg».
de las Azores en 1448, y de la isla de Cabo Verde en I449
y Annobón en 1471, del Congo en 1484; una de cuyas conten ^
el viaje de exploración de la India y de Etiopía. Llegada al cabote b' ^
Esperanza gracias a Díaz en 1486 y finalmente la drcunnavegacióT
llegada a la India, pasando por Mozambique, gracias a Vasco de GarJ
en 1498, bajo Manuel el Grande, desembarco en Calcuta y primer esta­
blecimiento en Cochin. El centro del imperio portugués era Goa, sede de
los virreyes desde 1510... El comercio portugués en las indias orientales
comprendía: 1) la intermediación comercial en la India. 2) el comercio
entre Europa y la India. Los extranjeros debían recoger las mercancías
en Lisboa. Los portugueses no se dejaban tentar para dirigirse a Europa
con sus propios barcos (37-44).

Segundo periodo. De 1515-1556.

Carlos V. Francisco I. Solimán el Magnífico. Rivalidad entre Francia y


España. La Reforma.

I.) Rivalidad entre Francia y España

Luchas en Italia. La corona imperial alemana. Cambio del sistema turco


de conquista bajo Solimán II, desde 1519, el mismo se había dirigido con­
tra Persia y Egipto bajo su predecesor, Selim I. Toma de Belgrado en 1521,
etc Ataques en Hungría, asedio de Viena en 1529; adopcidn de 1» alianza
con Francia. Pero era sobre todo el poderU mva, turco e, que era - «me-

178 I

CamScanner
Escaneado con
Con la conquista de Rodas se convirtió en un poder dominante
aneo. Con la protección del Imperio Otomano se formaron
• pn la costa africana. Pronto, el imperio sometería toda la <
dos pirata* ei
alianza entre Francia y los otomanos, gracias a Laforest
n<
ñero la forma de un tratado comercial (febrero). En 15

vm

II.) Historia de la Reforma, de 1517-1555. Paz entre religiones

Debido a la religión, aparecen los pueblos en el escenario internacional.


Guerras en el campo. Secularización de Prusia (Alberto de Brandemburgo
se hizo duque hereditario de Prusia, como vasallo de Polonia, en 1525).
Conflictos entre los príncipes alemanes y Carlos V. La orden de los jesuí­
tas, instituida primero como una asociación privada, en 1534; confirmada
por el Papa Pablo en 1540; se extiende bastante en 1543 y 1549. Bajo Fran­
cisco I y Carlos V, establecimiento de una infantería permanente (62-87).

III.) Historia de las colonias 1515-1556

Los españoles y los portugueses siguen siendo en este periodo los únicos
que pueden dominar los océanos. Para dominar a los innumerables pueblos
que vagaban como cazadores en los bosques, era necesario civilizarlos, es
decir convertirlos. Así, al interior de cada territorio, los españoles impusie­
ron las misiones. Conflicto entre españoles y portugueses por las Molucas.
Primera circunnavegación de la Tierra. Viaje del portugués Femando Ma­
gallanes, que estuvo al servicio de los españoles, entre 1519 y 1522. Descu­
brimiento 1791 del paso por los mares del sur que luego llamarían por su
nombre. Descubrimiento de las Filipinas, donde seria asesinado en 1521.
Continuación de los conflictos en tomo a las Molucas en 1529. Carlos V
vendió sus derechos a Portugal por 350 000 ducados (88-101).

I 179

Escaneado con CamScanner


»
i '

Tercer periodo. De 1556 a 1618


i

Guillermo de Orange, Henry t


f? esta ocasi6n la }
entre
n8laterra. w
rrección ■
\
i
I ) Historia de la creación de las Provincias Unidas de los Países
Desde su inicio hasta la tregua de doce años de 1609 ^ %
e

Antigua riqueza de las ciudades belgas. Tratado de paz entre Francia y


España en Cateau-Cambresis, el 3 de abril de 1559. Firma de los compromi­
sos en Bruselas en noviembre de 1565. Los piratas. En agosto de 1567, Alba
desembarca en los Países Bajos. El reino del terror de Alba dura de 1567 a
1573. El establecimiento del diezmo en 1569 provocó más reacción que el
Tribunal de la Sangre. Toma de Briel, el 1 de abril de 1572, estallido de la
insurrección en las principales ciudades de Holanda y Zelanda. El 24 de
agosto de 1572 tuvo lugar la Masacre de San Bartolomé. En 1587, enemis­
tad manifiesta entre Elizabeth y España. Fin del Unión de Utrecht, el 23 de
enero de 1579, entre Holanda, Zelanda, etc. Armada Invencible y su funesto
destino (de julio a octubre de 1588). Celebración de los Estados Generales en
1592. Europa nunca había conocido tal poder comercial y marítimo, como el
de Holanda (102-123).

II.) Cambios simultáneos en los Estados


restantes de Europa occidental

Francia. 1562-1594, por más de 30 años, guerras religiosas y guerras civi­


les. Edicto de Nantes, 13 de abril de 1598. La política exterior francesa se
impuso constantemente por sobre los asuntos religiosos. La humillación
de los Habsburgo era el siguiente objetivo de Henry IV, asesinado en 1610.
Recién en 1624 (Richelieu), Francia vuelve a tener influencia en la política
europea, después de la muerte de Henry IV.

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extinción
asculina en 1580. En 1610, expulsión de los moriscos.
m
la rana0
Inglaterra La lucha con España impulsó la nación hacia el mar.
militar
Tregua
aún una buena parte del sur de Hun-

gn¡
los octubre
les arrebata la preponderancia marítima. Reinicio de las guerra en Hungría,
entre 1593 y 1606; la mayoría de las plazas fortificadas pasan a Austria. Los
turcos conservan las mismas todavía en la tregua de 20 años, hasta 1606.
En Holanda, se conforma primero el sistema de impuestos indirectos.
Las exigencias de las largas guerras son costeadas en gran medida a través
de impuestos especiales. Estos impuestos se hicieron tan importantes en la
nueva Europa que su rendimiento era igual de elevado que el de los bie­
nes de lujo. Se constituye un sistema de tropas permanentes en Francia y
Holanda. El arte del asedio se perfecciona. El poderío naval de Inglaterra
y Holanda es un fenómeno totalmente nuevo. En el poderío naval holan­
dés, pronto se constituiría junto al Estado una enorme y terrible sociedad
comercial (125-141).

Historia

Los establecimientos portugueses orientales cayeron juntos. Los holan­


deses fundaron los suyos y dirigieron el comercio mundial. Los ingleses
comenzaron a imitarlos. Debido al establecimiento de las grandes y privi­
legiadas sociedades comerciales, el comercio y la política colonial adoptaron
otra forma. La Compañía holandesa de las Indias Orientales se fundó el
23 de marzo de 1602. Paulatinamente, la mayor parte de las ramas co­
merciales más importantes se entregaron a estas sociedades privilegiadas.
Con el desarrollo de estos lejanos asuntos comerciales, reviviría también
en Inglaterra el espíritu del monopolio. Los principales rubros del comer-

I 181

Escaneado con CamScanner


entregaron
africanas, turcas (1554), para los aventureros en estas L F Was ru&as
Compañía de las Indias Orientales, recibió sus privilegios e"*5 U
bre de 1600. Las compañías de Londres y de Plymouth ‘ 31 de dirien,.
__1 ^ 17: _ i____ «
Virginia, la segunda _ Cada
Fundación de Jamestown, la primera ¡ueva
- - «-'«mía de
rb aoeake, en 1607. Sin embargo, las colonias holandesas e inglesas eran
?solamenteia
resultado de en
hostilidad iniciativas privadas.
las colonias Esto
causara duraría
guerras un largo
entre tiempo,
las metrópo
'TcZ e^,2Ü- * ic* — « América de, None (Orn*

LnÍimo más bien para el comercio de pieles y la pesca, los verdaderos

motivos (141-154).

Cuarto periodo. De 1618 a 1660

Los intereses de los Estados europeos se entrelazaban durante sus largas


guerras. Las razones de esta estrecha vinculación se encuentran: a) el as­
censo al trono de Femando II, que produjo la reunión de los linajes españo­
les y austríacos. Jesuítas en ambas cortes, b) La política de Richelieu contra
la casa de los Habsburgo. Su influencia en Europa, c) De esta manera se
llegó a la intervención de las potencias del norte, en particular Suecia, en
los asuntos del sur de Europa. Inglaterra se aisló durante un largo tiempo
en este periodo.

1801 I) Historia de la Guerra de los Treinta Años hasta


la Paz de Westfalia y el Tratado de los Pirineos. 1618-48

La guerra de los Treinta Años hizo de Alemania el punto


políticá europea. Entre las causas de la elevada duración y

182 I

Escaneado con CamScanner


I

esta guerra: a) la participación de la Liga Alemana, b) Implicación de las


potencias del norte, en particular Suecia, desde 1630. c) Reanudación si
multánea de la guerra entre Holanda y España, desde 1621 misma
«ma ¡ratancia estaba vinculada con los alemanes, d) ParticipaJTde

Francia desde 1635. Wallenstein es asesinado en Eger el 25 de febrero de


,634. Richelieu muere en 1642. El Estado alemán recibe su forma acabada
en 1663, gracias a que en Ratisbona se definiera un imperio es,oble, aún más'

determinado. La guerra franco-espafiola no terminó con la Paz de Westfa-


lia. Paz de los Pirineos el 7 de noviembre de 1659.

II) Cambios simultáneos en casi todos los


Estados principales de Europa occidental

En 1668, España reconoce la independencia de Portugal. En Inglaterra,


periodo de grandes conflictos internos. Participación inicial en los asuntos
de Transilvania desde 1657, que los turcos convertirían, en el siguiente
periodo, prácticamente en un país vecino. Nuevas tácticas de guerra con
Gustavo Adolfo (154-192).

III. Historia de las colonias europeas de 1618 a 1660

En 1653, establecimiento de los holandeses en el cabo de Buena Esperan­


za. El conflicto de los holandeses con Inglaterra con respecto a la pesca de
arenque en las costas escocesas atraviesa las relaciones políticas y las aspi­
raciones inglesas de dominio de los mares. Primer establecimiento de los
franceses en Saint Christophe, al mismo tiempo que los ingleses, en 1625.
De ahí a Guadalupe y Martinica en 1635, que hacia finales de este periodo
comenzarán a producir azúcar (192-202).

I 183

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Primer periodo. 1492-1661

Segunda parte. Historia del sistema de Estados del norte


8 '^23-1660)

1532. Reocupadón del trono de Sueda en 1523 con Gustavo Vasa B


Iván VasUievich HI, 1462-1505, Rusia se libera de la dominadón mongol
Conquista de Novgorod. Se convierte nuevamente en un reino autónomo

I.) Comercio y guerra sobre la Livonia hasta el


inicio de la guerra de sucesión sueco-polaca. 1553-1600

Livonia se convirtió, para el norte de Europa, algo parecido a Milán para


los países del sur del continente. En 1525, Walter von Pettenberg utilizó la
Reforma para lograr la sumisión del arzobispado de Riga, a fin de domi­
nar toda la región (Livonia, Curlandia y Semigalia). Hasta entonces, el jefe
de los ejércitos gobernaba solamente la mitad occidental de esas tierras, en
tanto que el Arzobispo de Riga gobernaba las tierras del arzobispo. Esto
fue el origen de los conflictos y guerras que terminaron por abarcar la to­
talidad del norte. En 1613, la dinastía Romanov ocupa el trono de Rusia.
Desde la extinción de los Jagellón en Polonia, en 1572, se impone formal­
mente una monarquía electiva.

¡I) Historia de las guerras de sucesión suecas y polacas


hasta la Paz de Oliva y Copenague. 1600-1660. (204-221)

184 I

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Secundo periodo. De 1661 a 1786

\
A
|H
lloin¡nante de los intereses financieros con la política. Una
ln ,r' n.rtancia de las finanzas. Sistema mercantilista y proteccio-
®! ‘ a)tnerciales. Guerras comerciales. Patentes de corso. Ex-
' ' .. r,« atierras hacia las colonias. Restricción y limitación del co-
...lisien ut i‘>. g
' i0 d0 países neutrales. Ejércitos permanentes.

Primer periodo. De 1661 a 1700

lis el siglo de t.uis XIV.

I. Relación entre Estados en Europa de 1661 a 1700

lYiple alianza entre Inglaterra, Holanda y Suecia, el 23 de enero de 1668,


contra Francia. Tratado de Aqutsgrdn el 2 de mayo de 1668. Inauguración
del Congreso de Nimega. Tregua de 20 artos. 1684. Congreso de Rijswi-
¡k, en 1647. Durante este mismo periodo, importante amenaza turca ha­
cia Alemania; conflictos sobre Transilvania, la tiranía austríaca en Hun­
gría, no les permitieron a los turcos dejar simpatizantes, etc. Tratado de
Karlowitz, el 26 de enero de 1644.

11. Cambios importantes y simultáneos en


los principales Estados de Europa occidental

En lugar de los 14 000 hombres de I lenry IV, l.uis XIV sostenía 140 000
luego del tratarlo ríe Nimega. (unto al poder terrestre se desarrolló la ma­
rina, como consecuencia «leí sistema mercantilista. I.a marina francesa
nunca mrts se elevara al nivel «le aquel entonces.

Escaneado con CamScanner


U

^ciaron
Jñías Vas coo
privilegiadas. subslarvda\ de\1670,
desde •<vjy.
comerão
de Vaen feVafa,
museUna 4,
\ nias de plantaciones ba\o dominio hancfe,

°oeoW „4os de seda. O® dete®k»«mp.


'“^es«Wodoa'a -J" «.sa »°f;;ratca
seune
««**»
a. ea*—
a. ^ —*
Tsus va**-

çutas sotte\as e

Primer periodo. De 1661 a 1700

Segunda parte. Sistema de Estados


del norte

ex“r^;:^^:^t2Tro,o"¡ahas,a-s'
“aa sui Z¡rom. Cr
coa,c . . Polltlca a> mejor postor, ya sea a España, ya
rancia. En 1683, Sobiesky impresionó en Viena.

Segundo periodo. De 1700 a 1740.

Primera parte. Sistema de Estados del sur

Papel moneda. Crédito. Deuda pública.

186 I

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\

X
D Relación entre Estados en Europa
1
La sucesión española, con m c ‘r
Habsburgo con Carlos II, provocó serias inquietudes en los gabinetes
oS el Tratado de Rijswijk. Gran alianza en La Haya el 7 de septiembre
* Querra de Sucesión Española. De 1701 al 29 de enero de 1712 con la

inauguración del Congreso de Utrecht. El 7 de septiembre de 1714, tam­


bién se firma la paz con el Emperador y el Imperio. Los Países Bajos espa­
ñoles pasan a Austria. La dirección de los asuntos europeos permanecerá
durante largo tiempo entre las manos de Inglaterra. La concesión más im­
portante tuvo que ver con la cláusula sobre las libertades de las potencias
marítimas. Dos nuevas casas reales. Saboya y Prusia.

II. Cambios en los propios Estados

1707 Inglaterra y Escocia se unen. Cuatro príncipes alemanes, Bran-


demburgo, Hannover, Sajonia, Hesse-Kassel, obtienen coronas extranje­
ras en este periodo.

III. Colonias. De 1700 a 1740

Importante crecimiento del consumo y producción de productos de las


colonias. Los franceses poseen todavía Canadá y Luisiana en América del
Norte. Ocupan en 1690 la Isla de Francia y en 1720 la Isla de Borbón. La
concesión de contratos de asientos a Inglaterra (en la Paz de Utrecht, por
parte de los españoles), la que tuvo por consecuencia un importante co­
mercio secreto con las colonias españolas, lo que llevó a las instituciones a
oponerse al mismo, llegándose a una guerra en 1739, debido un conflicto
con los guardacostas. Esta guerra terminó confundiéndose con la Guerra
de Sucesión Austríaca (291-364).
Segunda parte. Sistema de Estados de países de Europa del Norte. 1700-1740.
Este periodo fue de una importancia decisiva para los Estados del norte.I

I 187

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Pedro el Grande y Carlos XII. Desde 1689, Pedro I * u-
XII en Suecia desde 1697. Polonia se encuentra desde Z?"8'1
de Augusto n. Elector de Sajorna. Dinamarca, de 1700 a l£¡°”
mimo de Federico IV. Guerra en el norte de 1700 a 1720 Ru • ba’° el «lo­
en la primera potencia del norte. La guerra le dio a PrusiaTá* * C°nvirti6
de ampliarse hacia Pomerania (365-395). °p0rtunida(j

Tercer periodo. De 1740 a 1786

Primera parte. Sistema europeo de Estados del sur

Federico II, la literatura prusiana. Europa occidental y del norte están en


este periodo más vinculadas que en el pasado.

I. Relaciones entre Estados de 1740 a 1786

Guerra de Silesia, de 1740 a 1742. La situación de guerra duraría de 1740


hasta el 15 de abril de 1748, hasta el Congreso de Aquisgrán. Alianza entre
Austria y Francia desde el Tratado de Paz de París y el de Hubertusburgo,
en 1756 y 1763.

II. Cambios en algunos Estados importantes


de Europa occidental. 1740-1786

Portugal, 1750-1777, Pombal. En 1747, en Holanda, se escoge como esta-


túder a Guillermo IV.

III. Colonias de 1740 a 1786

la principal potencia entre los Estados


Gran Bretaña se convierte en

Escaneado con CamScanner


—MW ' * wwww

I
loniales. Gracias al Tratado de París, se ceden
y la Florida. En el caso de América del Norte Derl ^ t0d° el Canadá
¿a de los Estados Unidos el 4 de julio de 17*>. E de IndeI*nden-
de los Siete Años, la Compañía de las Indias Ori * Pen°d° de la Guerra
tenso dominio. Fundación de la Colonia de Sidne r **eStableció su ex-
del Sur en enero de 1778. y 0ve en Nueva Gales

Segunda parte. Sistema de Estados del Norte. 1740-V86

En 1762, Catalina gobierna Rusia. El 5 de agosto de 1772 tiene hear la


primera partición de Polonia, entre Rusia, Austria y Prusia (295-5671

Tercer periodo. De 1786 a 1815

II.) Colonias de 1786 a 1804


Tippo Saib, Sultán de Mysore, cae junto a su reino ante los británicos el
4 de mayo de 1799. Asedio y toma de Seringapatam [629-631].
De la reducción del sistema colonial europea se pasa a un sistema mun-
I dial de Estados (822).I

I 189

Escaneado con CamScanner


{


821 William Howitt

olonizacion y cristianismo. Una histori


apo-
pular del tratamiento de los nativos por parte
de los europeos en todas sus colonias
Londres. 1838

I
I

La
i)
barbarie y las graves atrocidades de la así llamada raza cristiana, a
lo largo de cada región del mundo, y sobre cada pueblo que fueron capa-
ces de someter, no pueden compararse con las de ninguna otra raza, sin
importar cuán feroces fueran éstas, o ignorantes o carentes de compasión
y vergüenza, en cualquier otro periodo de la historia (9). Enrique de Por­
tugal gozaba ya del hecho de que el papa Eugenio IV hubiera otorgado
gratuitamente a los portugueses todos los países que estos descubrieran
entre el Cabo Chaunar y la India [19]. Alejandro VI trazó una línea, que
debía ir de polo a polo, a 100 leguas al oeste de las Azores, para que sirva
de límite entre las coronas española y portuguesa; y, con toda la plenitu

portugueses
imaginaria

I 191

Escaneado con CamScanner


Los españoles en U Española

Colón se estableció ahí para someter a los "indios desn


dos", con grandes perros... Cada persona que viviera en^ V Mmi'
donde hubiera oro estaba obligada a pagar cada tres meses^na

nada cantidad de oro. A aquellos que vivían en otras regiones


se les exigía 25 libras de algodón (36, 7). Los nativos fueron empu^
a la desesperación debido a las tareas y exacciones que se imponían **
bre ellos. Decidieron un plan para expulsar a sus opresores mediante el
hambre. Huían a las montañas, donde moría sin embargo 1/3 de ellos
Nuevos refuerzos llegaron de España y pronto ese país, gracias a los
consejos de Colón, vació todas sus cárceles y vomitó a todos sus delin­
cuentes en las costas de la isla. Como consecuencia de este sistema, pron-
to se reprimieron, de manera visible, la oposición y los desórdenes en la
colonia, y luego Colón repartió las tierras entre sus violentos seguidores
y entregó a los habitantes -los verdaderos dueños- como si fueran es­
clavos. Así, fue Colón quien dio origen a los Repartimientos, es decir la
distribución de indígenas, lo que se convirtió en una fuente de grandes
calamidades para éstos, y lo que llevó a la desaparición de más de 50 mi­
llones de personas de esta raza (39, 40). Bovadillo, el sucesor de Colón,
fue incluso más liberal en la distribución de indígenas. Se los arrastró a
la explotación de minas con tan poca compasión que desaparecían con
la rapidez de la nieve bajo los rayos del sol. Opresión de los indígenas
(43). Relatos de Anacoana, una cacique indígena, y de Ovando (46). En
15 años, la población cayo de un millón a 60 000. Luego de la muerte
de Isabel, el destino de los indígenas fue aún peor. Fernando otorgaba
derechos sobre los indígenas a sus cortesanos, como la manera menos
costosa de evitar que lo importunaran pidiendo favores. Ovando, el go-
bernador daba a sus propios amigos y criaturas regalos similares, que
consistían en seres humanos. El pequeño y casi nominal monto de dine-
n pi nasado se había autorizado para los nativos por su trabajo
,T“ra negado; con esto se los convertía en esclavos abso,ules e Incoo-

192 I

Escaneado con CamScanner


trienales. Se extrajeron enormes cantidades de na,..
¿«.que » °va"do hubiera reducid° '= Parte de la Coro™?, 'll0S'
¿fraudar cada ano 100 000 libras esterlinas. Se intro<iuio
i ¿a azdcar' 36 establecieron plantaciones y ,rap¡ches de
L - algo generalizado (147], 48). Con la rapide destruid! Z

¿manas, el señor Ovando autorizó que una flota se dirigiera a la isla


de los ingenuos lucayos, a quienes hicieron creer que venían del cielo de
gus ancestros, etc. y que eran quienes los lucayos esperaban. 40 000 fue­
ron engañados por este artificio infernal y terminaron acompañando a
los infelices de La Española en las minas y plantaciones ([49], 50). Colón
había descubierto perlas en Cubagua. Cuando su hijo don Diego llegó
para convertirse en virrey del Nuevo Mundo, trajo consigo una banda
de hidalgos. Repartió los indígenas que aún quedaban y estableció en los
bancos de arena de Cubagua una colonia de recolectores de perlas, don-
de se obligaba a los indígenas y en especial a los lucayos a sumergirse
para conseguirlas, hasta el límite del sufrimiento (51). En menos de 50
años, luego de la llegada de los españoles, no podían encontrarse más de
200 indígenas en La Española y cuando Francis Drake desembarcó en la
isma en 1585, no quedaba ninguno (53). A fin de cubrir la demanda de
la colonia por indígenas, los españoles organizaban flotas que secuestra
an a individuos a lo largo de cada costa del Nuevo Mundo. Tal fue el
aso de la casi totalidad de los habitantes de Cumana, que fueron lleva
OS como esclavos a La Española... don Diego conquistó Cuba ([53], 54],

. 831 Los españoles en Jamaica y en


otras islas de las Indias Occidentales

ha historia de cualquier isla de las Indias Occidentales es 1


Hayan sido los españolas, los franceses o los ín8l««. **8°
alguno de éstos se apoderara de una isla, tenía lugar la opte
:*- (56). De cema de 60 «0 S e„

a nmguno, ya sea hombre o mujer, cuando los mg


I 193

Escaneado con CamScanner


1655 (58). Los indígenas de las Indias Occidental
en los tiempos de Las Casas, pero pronto se redi

Los españoles en México

Cortez contó a un jefe mexicano que "los españoles tienen una enferme­
dad del corazón que solo puede curarse con oro" (74).

Los españoles en Perú

Los aventureros españoles pelearon entre sí luego del sometimiento del


Perú. Robertson afirmaba que: "solo en los lugares donde los hombres
están lejos de la sede de su gobierno, donde las restricciones de la ley y el
orden se siente apenas, donde las posibilidades de enriquecerse son ilimi­
tadas y donde la inmensa riqueza puede cubrir los crímenes con los que
la misma se ha obtenido, es posible encontrar similitudes con la crueldad,
rapacidad, perfidia y corrupción que predominaba entre los españoles en
el Perú (116-18)".

Los españoles en Paraguay

En 1534, una poderosa armada, dirigida por don Pedro de Mendoza y


que consistía en 11 naves y 800 hombres, entró al Río de la Plata y fundó
Buenos Aires. Pero como Juan Diaz de Solis (1515), Cabot y Diego García,
duró doco tiempo, hostilizado por los habitantes de la región, belicosos

a Avnlas al mando. Este avanzó hacia el Paraguay, llegando a «a

Escaneado con CamScanner


LoS i6511"35 56 vieron obli8ados a retira- a| t _
1. i“"<° a sus desgraciados seguidores. Ni le* m de '“gara
-adores les prestaron ayuda... y » vieron forzados w, mlos8°l*r-
guales entre el Paraná y el Uruguay, a entrenar a su '?
dearreas, para defenderse a s, mismos „3»,. Us espaüoJC

4maS' “dUi;n 3"a7“- ya 563 *» - de indígenas „


sus descendientes criollos, de la gestión de los asuntos colectivos y de los
2
cargos públicos. Se enviaba a españoles de la metrópoli, como enjambres
voraces, para atiborrarse con las riquezas de estos vastos territorios, para
retomar cuando se hubieran saciado" (143).

I
I Los portugueses en Brasil

Las características de la colonización de Paraguay con los españoles y de


1 .
Brasil con los portugueses son bastante similares. Los nativos eran de un
temperamento parecido, rústico y belicoso, y fueron tratados de la misma
manera. Fueron destruidos, esclavizados, entregados a los Encomende-
¡, etc. (145). Una de las primeras acciones de los portugueses consistió
!n embarcar como colonos a los desechos de sus prisiones (146). Maria
raham afirmaba en 1824 que en Brasil: "los nativos fueron o bien exter­
minados o bien totalmente sometidos. La caza de esclavos, sistemática du
tante el primer periodo de ocupación del territorio y especialmente luego
del descubrimiento de minas, redujo la población indígena de ta
que el tráfico de esclavos negros se hizo indispensable: éstos (los negros
ocupan hoy los campos brasileños, y si se en algún lugar se e ^
aldea indígena, su gente vive en la miseria, en peores C°"^ndfgenas n0
negros, y menos energía y laboriosidad que los negr ^ ^ cap¡tanía
son nada en Brasil". Graham narra (Viaje a Brasi hab,a pro-
e Porto Seguro, en los últimos 20 años, una m deshacerse de ella.
v°cado tantos problemas que el Capitán Mor e tant0 valor que
L°s indígenas fueron atacados pero se defendí guerra abierta,
los no...______ . _______uonHnnar la idea de una gu
portugueses se resignaron a abandonar
I 195

Escaneado con CamScanner


Sin embargo, con extraordinaria ingeniosidad, dejaron cintas
infestados con viruela, en lugares donde sabían que los pobres^^
salvaje
iban a encontrarlos. El plan tuvo éxito. Los indígenas fueron débil
itados
de tal manera que fue fácil vencerlos". Los resultados de estas
masacres
1841 y crímenes son descritos por Sir F. B. Head en "Rough Notes on th°
Pampas", de 1826. Espléndidos países cubiertos de exuberante vegetació
y con una cantidad infinita de caballos salvajes y ganado, pero muy poc0
poblados, en parte por indígenas y en parte por gauchos, descendientes
de los españoles, y que viven en un terrible estado de hostilidad y odio los
unos por los otros (166, 7). En las repúblicas de América del Sur, encontra­
mos en sus pueblos gente indolente, ignorante, supersticiosa, viviendo en
medio de la suciedad; y en el campo a indígenas desnudos a caballo, que
recorren el monte y utilizan los mismos animales con los que los españo­
les los sometieron para dañar y exterminar a sus descendientes. Estos son
otro tipo de salvajes (170).

Los portugueses en la India


*

Los portugueses desembarcaron en Calcuta en 1498, con Vasco da


Cama... sus conquistas y muestras de crueldad en la India se concentra-
ron esencialmente en las costas y en las islas de las especias (174, 75). Con
menos de 40 000 hombres, los portugueses aterrorizaron al imperio de
Marruecos, a las naciones bárbaras de África, a los mamelucos, a los ára­
bes, a todos los países orientales desde la isla de Ormuz hasta China (177).
En la conducta de los portugueses prevalecía una mezcla de avaricia, ex­
ceso, crueldad y devoción (181).

Los holandeses en la India

Nos ocupamos ahora de un pueblo "protestante" (185). Los holandeses,


quienes se les negó el acceso a productos de la India en Portugal, deci-
— — !<■» «mnía India. En 1594. Felinp nr.
mismos

196 I

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permitiera la recepción de bienes provenientes de
no puertos
Houtman
Cc habían visitado Madagascar, las Maldivas y las islas de Sunda;
esta-
N¿*do PuestoS comerciales en diversas Partes de las Molucas y llevan-
j0de regres0 importantes cantidades de pimienta, especias, etc. Se orga-
terminaron uniéndose
Orientales
apo
portugueses

De
esta
importantes en Java las Molucas, Ceilán y de las costas de Coromandel y
Malabar. Sus puestos más lucrativos se encontraban en Java, Bantén y en
las Molucas. Pero pronto conocieron una terrible metamorfosis. Su rapaci­
dad, perfidia e infame crueldad no conocían ningún límite. Es conocida la
matanza de ingleses que tuvo lugar en Amboina, donde estos teman cinco
factorías gracias a los holandeses. Aplicaron las más viles torturas, solo
»ara dominar como los únicos gobernantes en las islas donde se hallaban
s, el alcanfor y el café, la areca
y el betel, el oro, las perlas y los metales preciosos (191 -193). Existen po­
cas cosas en la historia que sean más oscuras y horribles que el sistema de
raptos en las Célebes, para que hubiera esclavos disponibles en Java, etc.
(194,5). Se entrenaba a estos secuestradores para tal fin. El secuestrador, el
intérprete, el vendedor, eran los principales agentes de este comercio. Los
magistrados y los príncipes eran los principales comerciantes. Con
propósito se tenían prisiones secretas en las Célebes donde se escon '
las víctimas hasta que se las enviaba a los barcos de esclav (
informe oficial relata: "por ejemplo, encontramos el puebo
«eno de prisiones, una más terrible que la otra, llenas ^ aentos d ^ ^

rabies,
rabies, victima
víctimas de ila* avaricia
moriría vy la
la tiranía,
tiranía encadena o y ____
estas islas cuando
sus esposas, etc."... Tal era el terror que prevalecía er ^ caminar
los ingleses las conquistaron, que sus habitantes ^^
compañía
P°r las calles, o trabajar en los campos, o viaja , P
I 197

Escaneado con CamScanner


o 6 personas, y bien armados (197). Deseosos de convertirse
de Malaca, sobornaron al gobernador portugués. Este llevó ei*1 atnos
la ciudad en 1641. Luego de entrar, se apresuraron para llegar ala6”'*50 *
gobernador, donde lo mataron para ahorrarse el j_CAa casa del
500 ooo libra«
Stamford Raffles ha narrado la hi.
una
nos r®tatos
corrupción,
185 tratamiento
vincia, Banyuawngi
despoblamiento (200)

Los ingleses en la India

A partir de 1708, cuando las diferentes sociedades autorizadas se unieron


para constituir una única sociedad de las Indias Orientales, los intereses
ingleses en Oriente adquirieron una magnitud imponente (206). El primer
paso de las relaciones amistosas de los ingleses con los príncipes nativos
consistía en general en ayudarlos con soldados en sus luchas con los ve­
cinos, o en estacionar tropas junto a ellos para protegerlos de cualquier
agresión. Se estipulaba una recompensa tan elevada a cambio de estos ser­
vicios que los incautos príncipes, atrapados por el miedo a sus enemigos
nativos, en lugar de sus supuestos amigos, se encontraban pronto con que
ya no podían liberarse de los ingleses. Terribles abusos se realizaban sobre
sus súbditos, pero en vano. Provincias enteras, o los ingresos provenientes
de las mismas, terminaron entregándose a sus codiciosos amigos; pero no
alcanzaban para cubrir sus exigencias. A fin de pagar a los ingleses deudas
o intereses, los príncipes se veían obligados a prestarse grandes sumas
de dinero a unas tasas extravagantes. Los ingleses prestaban estas sumas
con entusiasmo, al límite de sus posibilidades privadas e individuales,
adquiriendo hipotecas sobre tierras e ingresos futuros. A cada etapa, los
infelices príncipes se encontraban en una situación cada vez más com­
prometida, y a medida que estas dificultades aumentaban, las exigencias

Escaneado con CamScanner


lu Compañía se hacían consecuentemente más apremiantes. En la jer-
1'propia de los prestamistas, "se habían ajustado la cuerda"... No había
ninguna escapatoria, fuera de quedar a la merced de los inexorables aeree-
^Ires o bien rebelarse mediante la resistencia armada. En el primer caso,
je los despojaba de cualquier vestigio de su poder, ingresos y se cedía la
administración de sus territorios a estos acreedores, finalmente se veían
obligados a entregar sus territorios, convirtiéndose en dependientes de
sus usurpadores. En el otro caso, la violencia de la guerra los destruía o los
derrocaba como traidores, etc. Si buscaban la ayuda de otro Estado, esto se
convertía en una excusa para atacar también a dicho Estado... No bastaba
con que una provincia simplemente rechazara una alianza, si se estimaba
que había llegado el momento para apoderarse del mismo - se planteaba
alguna excusa relacionada con el peligro que representaba o se levantaban
sospechas contra la misma... Los príncipes que alguna vez se sometieron
al poder británico, o a su amistad, se levantaban o caían en función de su
voluntad. Si era necesario, se les atribuía los más odiosos estigmas, a fin
de deshacerse de ellos - se los declaraba débiles, ilegítimos, disolutos. Si
se creía que un príncipe o princesa poseía riquezas, se concebía algún plan
maligno para despojarlo o despojarla de las mismas. Este terrible sistema
duró por más de un siglo, cada día más atrevido en sus acciones, y más
amplio en su alcance... todo súbdito británico que no perteneciera a la
'ama
templacionei
excusa
dos, junto con los territorios conquistados (243). (Era un sistema similar
al que se aplica a los bueyes, mismos que se ceban hasta que resulta más
útil devorarlos). La Compañía de las Indias Orientales, luego de pelear en
la India y conquistar sus territorios durante dos siglos, se encontró con
Una deuda de cerca de 50 millones, luego de su disolución; por su parte,
en China, donde jamás había sido dueña de un pie de tierra, realizaba el
c°mercio más lucrativo del mundo (251 ). El comercio privado era una ex-
maria

I 199

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mismos para la pobre gente, y causando bastante miseria
-- — ÜC
creaban fortunas de un día a otro debido a este monopolio, sin tener au
invertir un solo chelín. El mismísimo gobernador general participaba en
este comercio privado; y se entregaba a sus favoritos contratos en térmi­
nos tan favorables que 2 o 3 fortunas se realizaban antes de que los mis­
mos llegaran a los comerciantes. En un caso, Warren Hastings menciona
un contrato de opio que había sido entregado al Sr. Sullivan, aunque fuera
hacia un lugar diferente de la India, para cumplir una tarea oficial; este
contrato, por supuesto, fue vendido nuevamente, al Sr. Brenn, por 40 000
libras; y este contrato se vende nuevamente por 60 000 libras, generando
20 000 libras por el solo hecho de pasar de una mano a otra; y luego es el
tumo del comprador, que obtiene un importante beneficio con el contrato
(255, 6). La Compañía podía, es cierto que de muy mala gana, condenar la
corrupción de sus funcionarios, y sin embargo empleaban el cohecho en
casa de manera constante para obtener privilegios exclusivos por parte
del gobierno; y ya en 1693, resultaba evidente, luego de investigaciones
parlamentarias, que los gastos anuales de la Compañía por concepto de
regalos a gobernantes, antes de la Revolución alcanzaba raras veces la
suma de 1 200 libras, pero desde ese periodo hasta 1693 los mismos lle-

por un soborno de 5000 y 10 000 libras al propio rey. Además, tan pronto
rnmn anarecía una compañía rival en el campo, el gobierno era tentado

Escaneado con CamScanner


j Parlamento con los regalos de los prínci
feamente, de 1757 a 1766, los mismos llegaron J°S nativ°s- de Bengala
de libras esterlinas (257-60). La extorsión, según el T ^ ^ 6 mil,0nes
ve, se aplicaba cuando la simple corrupción no alca^'00 ^ ^roPio Oi­
ls rapacidad de los funcionarios de la Compañía (leuT ^ Safefacer
y 1770, debido a los ingleses, que compraron todo el arroT^™ ^
venderlo excepto a los precios más exorbitantes (268) mí * ne83r°n 3
di, había de hecho aceptado ciertas prácticas de los rati ^^
a Juggernaut y la prostitución al interior de los templos), tolera„do e, J
do de los asesinos mercenarios y de los dueños de casas de mala reputa­
rán. en luear de desalentarlos, bain la PYHlca de
rio tolerancia
•___ i- •
religiosa «

la verdad es peregrinos que iban


templos de Orissa y Bengala, y se había designado a ofidales británicos,
caballeros británicos, para supervisar la gestión de este espantoso culto y
los ingresos de sus actividades Í295V Ahora se dire míe "el anhiemn He
ia es una vergüenza
L*»* V^L/ MA * WA ^ I M JVC crimen
píos de Juggernaut" (296). El Indostán es Oriente (300).
>s campesinos noUroe 11 71/ HP población (308).

Los franceses en sus colonias

Ninguna otra nación europea ha sido tan desafortunada con pé


e sus colonias (313). Véase "Colden. Historia de cinco naciones •
luye una mancha permanente, tanto para firanceses <^asaCra-
el haber instigado a los indígenas, con dinero inclusi ^^ue ja ^fa-

ran Y arrancaran la cabellera de sus enemigos pe costumbres


mia particular de los franceses consistió en ha jjeCido de mostrar un
más bárbaras de los indígenas y de haberse e saivajes. Los ha-
refinamiento más elevado en la crueldad qu claridad Douglass, entre-
hitantes de Nueva Inglaterra, como señala ^ ^ aiiados Naraganse '
8aron en alguna ocasión prisioneros indíg ^ práctica salvaje pa
Para que los torturaran, pero con los franc ^

Escaneado con CamScanner


haber sido frecuente
era
infame. De 1691 a 16 Particulars
i“c »us pris larn>eme
nas fueran entregados a aliados indios para ser torturados leros iindi
(324). i Re-

871 Los ingleses en América

Durante cerca de un siglo, las noticias de las colonias americanas


hablaban de otra cosa que de miseria, derrota, hambrunas, masacres de I °
indígenas. Las colonias más al norte, como Nueva Escocia, Canadá y Nueva
York, las tomamos de los franceses y de los holandeses; las más al sur, como
Florida y Luisiana, las obtuvimos antes de los españoles. Los verdaderos
asentamientos eran los estados centrales del este, en particular Virginia,
Nueva Inglaterra y Pennsylvania (336). Los puritanos desembarcaron en
las costas de Massachusets el 11 de noviembre de 1620, en un lugar que se
denominaría Nueva Plymouth (343). (Resumen de la primera implantadón
en América del Norte, por Douglass). La asamblea de Massachusets votó
en 1703 por entregar una recompensa de 40 libras por cada cabellera o por
cada prisionero indígena. En la última guerra la recompensa era de 12 libras
(348). En 1722, la recompensa por las cabelleras era de 100 libras; en 1744
se alcanzaron las 400 libras; entre 1745 y 1747 la recompensa se mantuvo
en 1000 libras por cabellera o prisionero, para los voluntarios, y 400 libras
para los prisioneros, debiendo deducirse pagos y gastos de subsistenda
(l e.). En 1744, los indígenas de Cape-Sables y de St. John iniciaron una
guerra con las colonias, lo que provocó que Massachusets Bay los declarara
rebeldes. . y ofreciera recompensas por sus cabelleras -100 libras por las de
varones de 12 años en adelante; 105 libras por los mismos como prisioneros,
50 libras por las cabelleras de mujeres y niños, y 55 por los mismos como
misioneros Poco después, luego de enterarse que los indígenas Penobscot
P M 'dcwoae se habían aliado con los franceses, la asamblea extendió el
y Nondgvv g prisioneros a todos los lugares al oeste
pago de recom pensas por adelanto de 250 libras a los voluntarios
fregándoles un
de Nueva Escoda, en

2ff2 I
Escaneado con CamScanner
.«o libras a to tropas que ya recibían un salario (348,
^ t Ac% Huprra dpi Clnhom * A r\ ^te conflicto
Dumm
Pero la más conocida
lagut

to¿° [368])
con los ae ios mgleses empleó
apenas se conquistó Canadá,
los
jn va no era necesario recurrir a los servicios
ycuanuu ; — — “‘«iftcnds, se
evadieron de nuevo sus territorios, y se los volvió a agredir como siempre.
t]fi3 de los guerras mas sangrientas contra las colonias tuvo lugar entre la
_ ^ ^ r ■ m " ____ I ■ ■ % m —
cadena de
agresiones
nó a tomar el tomahawk y el cuchillo p<
incitados y también debido al dinero qi
is americanos. Utilizaron e instigaron a
denominados
en el Parlamento británico ''herramientas que Dios y la naturaleza ha puesto
en nuestras manos". Lord Cornwallis, nuestro general enviado contra los
americanos, expresaba en 1780 su "satisfacción porque los indígenas habían
perseguido y arrancado
exterminado completamente a los indígenas

(380),
i
El tratamiento de los indígenas en ¡os Estados Unidos

i El aguardiente, la ginebra, el ron y el brandy susV

intoxicar y gracias a esta intoxicación despojar a v¿er0n mediante


rras y de sus pieles. Muchas tierras reclamadas se ob ^ ^noa no ha-
negociaciones en medio de borracheras, que los ind 8^^ ^ eXpUlsiones
brian aceptado. Estas tuvieron como consecuencia ^ ^ jQg americanos
forzosas (394). El aspecto más singular en la manera que la natura-
katan a los indios es que, al mismo tiempo que expulsarlos
lo*»** • ^Joí^n O
irrecuperable
I 203

Escaneado con CamScanner


de todos los estados al este del Mississippi, sus esfuerzos más
recientes se han dirigido a atacar a las tribus que se dirigían de r^COs ^

solo extensiva sino veloz hacia la civilización. Los choktaw, los chicka »
los creek y los cherokee estaban adoptando rápidamente la reli ón w,
y las
costumbres de los americanos, etc. (405).

** ÍnS'eses « ¿frica del Sur

(Tomado de Bosquejos africanos de Pringle) "Casi no existe un ejem­


plo de crueldad que se haya cometido contra los esclavos en las islas de
las Indias Occidentales que no encuentre un paralelo en las acciones de
los agricultores holandeses hacia los hotentotes que están a su servicio"
([422], 423). El Dr. Philip, en "Estudios sobre África del Sur", publicado
en 1828, cuenta primero la catástrofe que tuvo lugar durante la ocupación
inglesa del Cabo de Buena Esperanza, por parte de los ingleses, en lugar
de los holandeses (424). De esta manera se produjo la emancipación de los
hotentotes de Inglaterra (l.c.) (1828 y 1829) [429].
1881 En el Cabo se constituyeron comandos, una especie de grupos de
caza contra los cafres y los bosquimanos (Treibjagd). Los habitantes de un
distrito se reúnen bajo el mando de un funcionario, civil o militar, para
despejar el territorio... forman un gran círculo y agitan los matorrales y la
maleza, al tiempo que reducen paulatinamente el círculo, hasta que toda
una multitud de la población de salvajes de la región se encuentra ence­
rrada en un espacio reducido. Luego, los atacan simultáneamente y los
masacran en masa. Estas milicias se emplearon desde el primer día del
descubrimiento. Se llevaban a cabo en las colonias españolas y portugue­
sas, bajo el mismo nombre (434).
En la tierra de los cafres... La usurpación de la misma por parte de los
colonos, cuando ambos entraron en contacto sobre las riberas del río Gam-
toos; su expulsión de Rumfield, hoy Albany, en 1811; los comandos del
coronel Biereton, en 1818; nuestro comportamiento con los gaika, aliados
nuestros, en 1819, al despojarlos de sus territorios entre los rfos Fish y

204 I

Escaneado con CamScanner


j^iskarna,

v, -- —, ioz.v,
~ . a ^bera occidental \a manera
del Chumie en cjue
y de\ los catres
— yueolo,
Keiskamma, fueron
junto
en con
1833
pü\sad°s 6 te nueVamente en 1834 (luego de haberles permitido vol-
oStet'°rtTien. , a(jeS ¿e\ sistema de comandos, hasta diciembre de 1834
Jet')- YlaS aCtW' s en sí mismos para explicar la guerra con los cabes
Ti> a los cafres comporta -
837 O------ i --------*vrcr caaes CO
poseer nuestras mismas pasiones (462).

Los ingleses en Nueva Holanda y en las islas del Pacífico

Hemos vaciado completamente la Tierra de Van Dieman, y reducido a


is nativos de Nueva Holanda a la miseria (475). Hasta fechas recientes,
tdavía se vendían en Sidney cabezas tatuadas de neozelandeses, como
afirma
M
^a
rn
ia

algunas
para mostrar en Nueva Gales del Sur. Este comercio degradante fue prohi­
bido por el general Darling (490). El Sr. Yate encontró en manos de un jefe
neozelandés una substancia corrosiva que había sido entregada al salvaje
por un capitán, a fin de permitirle envenenar a sus enemigos (491).

I 205

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Sempéré (exmagistrado español)

Consideraciones sobre las caus


i
de la grandeza y decadencia
de la Monarquía española
/I
2 tom. París 1826

t.I

El padre Charenton, traductor de la historia española de los Mariana,


contó 179 revoluciones ocurridas en los estados cristianos de la Península
(4) El gobierno de los godos era solamente una monarquía teocrática. (7)
Casiri publicó las rendiciones acordadas entre el general musulmán Ab-
i dalaziz y el príncipe godo Teodomir. En 712 (4), los moros dominaban la
i
Península, lo hicieron durante 700 años; y si no se hubieran separado y
dividido en pequeños Estados enemigos entre sí, es posible que sus colo­
res todavía flamearían en España. (21) Durante los siglos X y XI, la Corona
(la monarquía cristiana de la Península), pasó de electiva a hereditaria, e

patrimonial
enajenar ninguna parcela de sus dominios,
minaron gozando bajo el régimen feudal del derecho de compartir dichos
dominios con sus familias e incluso el derecho de transferir una parte a
extranjeros. En el siglo XI, Fernando I dividió su reino entre sus 3 hijos y 2
hijas. (28,29) En el siglo XII, como medida contra la anarquía, el clero y los
señores feudales, "todos los camnesinos, los trabajadores agrícolas y otros

207

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proletarios se reunieron y conspiraron contra sus señores
entregarles sus servicios. Llamaron cofradías a estas a ^ negarse a )
I »

blicaron en los mercados, en las aldeas y 1891 en los puebl^0^8'V Pu‘ If

en tal lugar, en el día indicado, la cofradía debe reunirá „


„ - u,rt,e y que las
nieguen
aron etc.
finalmei
a
determinaron una parte de la constitución política de aquellos tiempos ron
atribuyeron el poder de nombrar a alcaldes o jueces particulares para 1^

asuntos de los miembros de las cofradías; el venerado Femando prohibió


único
dos espirituales. Luego se constituyeron otras, en casos similares, en par­
ticular durante la minoría de edad de los reyes (44-47). Descubrimiento
del Digesto, arma contra los Papas. En el mismo abundan las leyes favora­
bles al despotismo, los soberanos protegieron su propagadón y fundaron
escuelas para su enseñanza, atribuyendo grandes honores a los juriscon­
sultos ([50], 51). (Los escogían como consejeros o como emisarios en los
asuntos más importantes). En consecuenda, lucha entre los legalistas y
los canonistas (52). El derecho de pernada, es decir, el derecho que poseían
algunos señores en Franda de desflorar las esposas antes que sus maridos,
durante la noche de bodas, constituía una tradidón en Cataluña, hasta
que Femando el Católico la suprimió en 1486 (97). La unión de las coronas
de Castilla y Aragón - bajo Femando e Isabel - permitió la creadón de una
santa hermandad; ruina de grandes secciones de castillos y fortalezas de
muchos señores y caballeros, que ya no eran necesarias para la defensa del
reino; anularon muchos impuestos de los pueblos, alcabalas y otros bienes
de la Corona, por servidos fictidos o exagerados. También reunieron bajo
su control el dominio de las órdenes militares, que antes se comportaban
como prindpados. Despojaron a los grandes señores del derecho, que ha­
bían poseído hasta entonces, del derecho, adquirido al nacer, de convertir-
se en consejeros del Rey, y del derecho de gozar de ciertos privilegios; le
dieron una nueva forma al antiguo Consejo, constituyendo el mismo con
una gran cantidad de jurisconsultos, etc. Favorecieron a los académicos y

208 I

Escaneado con CamScanner


\ cción literaria de la nobleza. Establecieron la Inquisición (101-3)
Oyeron especialmente en contra de los judíos, al principio
í-chw __ 4, . contra
^ \ los nuevos cristianos. Al mismo tipmnn
^-iénconvert, ^ * - .......".............uempU/ eran el prin-
los 1 instrumento para financiar el tesoro público. Hasta 1507, hubo más
ooo condenados (124). La Inquisición facilitó a los reyes los medios
de guerra contra los señores feudales. Adicionalmente, los evitaron a tra-
vés(je las guerras de religión (126, 7). Desde esa época, e incluso varios
años después, los castellanos consideraron como extranjeros a los españo­

les naddos en los Estados de la Corona de Aragón. Los aragoneses, bajo


Isabel estaban excluidos del comercio y de los beneficios que se obtenían
delas Indias. Los castellanos se quedaron con su monopolio. Sn embargo,
las provincias aragonesas, en especial Cataluña y Valencia, eran todavía
las más industriosas de toda la península. Barcelona rivalizaba todavía
con Venecia y Génova (152,3). Esta distribución y el servicio de los indíge­
nas recibían el nombre de encomienda, y los amos encomenderos (160). En
1503, Femando e Isabel promulgaron un decreto por el que se autorizaba
a todos aquellos que lo desearan a realizar nuevos descubrimientos, y de
llevarlos a cabo, dando ciertas garantías y bajo ciertas condiciones (163).
Antes de los descubrimientos de Colón, el tráfico de esclavos negro
ya algo muy conocido y habitual en España. Los portugueses se
de este comercio, comprando negros en África, para utilizarlo y
r . n El trigo, el vino, ei
a otras naciones aquellos que no necesitaran v1 bueyes, las
azúcar, las naranjas y otras frutas deliciosas, los cabal ^ fueron
ovejas y muchos otros animales muy útiles para la agr’ ^ ^ £uerra de los
introducidos por los españoles (192). En 1520 tuvo 6^^ ^ hubiera im-
Comuneros. Si los nobles se hubieran unido a ello proyectado los
insu

confederados (199, 200). En el siglo XVI, 1(jg moriscos en


secciones, la de los Comuneros de Casti a, contenidas _
*y - O» 'os aragoneses, pero ron»
españoles no pidieron a los judíos qu ^ ó a ser el m°n p
Carecían de capitalistas y todo su com i 209

Escaneado con CamScanner


tranjeros, no menos usureros y más nefastos que los judíos (216
predominio, durante el reino de Carlos V, de la manufactura d En0fme
en España. Carlos V ordenó, mediante un decreto de 1 „ ? ^andes,
c uoz, que los extran
jeros que exportaran lana de la península estuvieran obligados a •
de la misma, dos piezas de tejido v un fardo Hp toi=» ~~— j . P0rtar
de lana... (223) I
1901 A pesar de la preponderancia del comercio extranjero, las manu
facturas españolas, al poseer en América un mercado seguro y ventajoso
no dejaron de prosperar, al punto que se sabe de negociantes que compra­
ban sus productos con 2 o 3 de anticipación, tal y como lo mencionan las
Cortes en sus peticiones de 1552 ([224], 225). Las Cortes, con torpeza, en
1552, al ver como aumentaba el precio de los alimentos, de las telas, sedas
y de todas las otras mercancías del comercio con América, exigieron que
se prohibiera su exportación, de la península a dicho continente (226). Por
una parte, querían la abundancia de oro y plata que provenía de América,
etc., pero por otra parte reclamaban contra el aumento de precios de los
bienes. Las Cortes de 1532 hadan notar que 3000 maravedís de 1480 valían
lo mismo que 15 000 de dicho año, así que el dinero perdía en medio año
anco veces su valor (226, 7). En ese sentido, las viejas leyes penales, y las
sandones fijadas (que en gran medida consistían en multas en centavos o
maravedís), perdían su rigor, en propordón con la enorme diferenda que
existía entre las monedas en drculación desde el tiempo de su promulga-
dón, y las monedas posteriores al descubrimiento de América (227, 8). En
el fuero real, publicado por Alonso X en 1254, se prohibía el recurso a los
tribunales por procesos que no sobrepasaran los 10 maravedís, pero en­
tonces se conorían ya procesos de más de 1000 reales. En una ordenanza
de los propios reyes, se fijaba el predo de todos los alimentos, con la mejor
un
ninguno de éstos a menos de 1000
primeros reglamentos del Consejo real decretó que no se autorizara nin
Lna apelación a las sentencias de los tribunales a menos que los interns,.
^ no depositaran 1500 doblones, que perdían s, la sentença en confir

210 I

Escaneado con CamScanner


el Consejo. Debieron multiplicar el monto por diez. Las
mada por
• nes se hicieron tan frecuentes que fue necesario crear una cámara
** ir en el Consejo para ocuparse de las mismas. Se conoció como

C¿mara de los 1500 (228,9). Las iglesias podían adquirir tierras y su ena-
t ación estaba prohibida, con lo que naturalmente el clero pudo acumu­
lar tesoros inmensos. Pero las substituciones eclesiásticas, conocidas hoy

como < tan


meros
cuando los Papas debían combatir y recaudar fondos, a diferencia de los
siglos posteriores, cuando estaban eximidos de todo tributo. Se luchó en
vano mediante leyes contra esta acumulación en manos de los Papas
(229-231). Todo el equipaje y las armas embarcadas por Cortez: 508 solda­
dos, 110 pilotos y marineros, 16 caballos y yeguas, 32 ballesteros, 13 fusi­
leros, 10 piezas de artillería de bronce, cuatro falconetes, con provisiones
de pólvora, balas y víveres necesarios para cierto tiempo. Una sola nave
de alta mar en la actualidad tiene una capacidad mayor y puede contener
el que los castellanos conquis
11 A 1
un Península, un
reino de 100 ciudades, 3000 señores de otros tantos pueblos, y que vivían
en una capital con más de 60 000 casas y palacios, etc. Los compañeros de
Pizarra (Francisco) que emprendieron junto a él la conquista del Perú no
ninguna
de mayorazgo en la Península. El legislador del código llamado Partidas
lo introdujo primero en Castilla. Estas leyes prohibían a los herederos la
venta de sus bienes, pero durante los siguiente dos siglos II911 se requería
para la fundación de un mayorazgo sobre todo de la atribución de un pri­
vilegio por parte del rey, hasta que las leyes de Toro, promulgadas en 1505,
permitieron a todos los propietarios de substituir sus bienes, cuando no
tuvieran hijos, y cuando los tuvieran, de instituir un mayorazgo sobre
ellos, hasta un tercio de los bienes, con la prohibición de enajenarlos. Inso-
estima ZTZT.'l ^ y h m0ral Públi« (235). Se

temían

Escaneado con CamScanner


Cortes de Valladolid en 1523, que las iglesias y conventos
mayor parte de los bienes del reino (238). Carlos V, agobiad S°rb'eran
de sus innumerables gastos, consultó a su Consejo de Estad ^ ^
acerca de los medios para adquirir los fondos necesarios para
dignidad de la Corona. El célebre duque de Alba hizo la siguiente d”'*1
ción: "Pensemos entonces, por favor, y tomemos en cuenta que los súbd
tos de Su Majestad pertenecen a dos órdenes, la eclesiástica y la se i
Y7^____________i _ j___ « -
última
cam-
miembros del clero viven tranquilament
gusto,
enormes ingresos que absorben casi todo el patrirm
mi
Su Majestad, tanto por sus propios intereses que por los de su pueblo, etc.,
que el clero posee, solo en el Reino de España, más de dos millones de
ducados en tierras, ya sea condados, etc., mientras que a Su Majestad Im­
perial apenas le quedan algunos palmos de tierra para recompensar a la
entregan
servirlo
qué le sirve a los miembros del ele
A convertirlos en seres orgullosos
«.n .1 estado sagrado al que se han comprometido, estado que no debe
ocuparse de otra cosa que de modestia y humildad, y que debe estar libre
de los problemas de 1» vanidad, y del fasto de este siglo, imparables de
aquellos que gobiernan sobre las naciones. Que se retiren tantas baronías
y tantos feudos de entre las manos de sacerdotes y monjes, y ^dase los
mismos a los dominios de Su Majestad a fin de que re pueda, gredas a este
incremento considerable de riquezas tan inmensas, no solo combatir a los
enemigos de la Iglesia, sino vencerlos" (246-48, citado en Leti, Vida de
Carlos V, Quinta parte, libro I). Todo el mundo, desde los campesinos y
artesanos, buscaban que sus hijos accedieran gracias a la educación al cle­
ro regular o secular, como un trabajo rentable y que abría a todos las más
amplias perspectivas ([250], 251). Vencida, y con su rey prisionero en Ma-

212 I

Escaneado con CamScanner


j francia aceptó únicamente, en el tratado para su rescate, la entrada
^ su territorio de telas catalanas, pero para transitar hacia otros lugares,

Apara ser vendidas en el país (251). Hasta el siglo XVI, época de su ma-
or poder, España no poseía más de 10 y medio millones de habitantes
(266). Los ingresos anuales de Felipe II eran de 25 millones de ducados, sin
incluir las riquezas de las Indias, de donde obtuvo, en los 45 años de su
reino, 300 millones de ducados... Los productos y manufacturas peninsu­
lares, transportados hasta América, permitían en general a los negociantes
españoles obtener beneficios exorbitantes de más de 4-500%. Puede leerse
en una relación escrita en 1549, por Diego de Ordas, compañero de Cortez,
que una fanega de trigo, con un costo en España de apenas 1 piastra (5
francos), se vendía a 70 en Nueva España. La arroba de aceite y la de vino
costaban 50 piastras, y la aguardiente 1921 112, un caballo 315, etc. Estas
ganancias crecieron todavía más en la medida en que los europeos se ha­
bituaron a los productos de las colonias, como el cacao, el tabaco, el café,
el índigo, la cochinilla, las plantas medicinales, porque al principio los re­
tornos se realizaban en oro y plata, para luego tener lugar en gran medida
en productos de la tierra, comprados a precios bajisimos, vendidos con
ganancia en Europa. Las manufacturas de lana y de seda se multiplicaron
de manera extraordinaria en la Península. Se contabilizaban en Toledo,
Segovia y La Mancha unos 127823 fabricantes de telas, sombreros, cintas y
otros artículos similares. En Segovia se fabricaban cada año unas 25000
piezas de tela, en Sevilla se hallaban 3000 máquinas para tejer seda, que
mantenían a cerca de 30 000 personas. Se producían en Granada un millón
de libras de seda. Según Louis de Marmol, los derechos que percibía el
dominio real por las primeras ventas de este artículo, antes de la rebelión
de los moros, alcanzaba los 181 500 ducados de oro... El padre Mercado
escribía en 1568 acerca del comercio español: "el comercio, tal y como se
lleva a cabo hoy en día, particularmente en esta provincia (Sevilla), provo­
ca mi asombro, sentimiento que no me es habitual frente a las cosas vulga­
res y comunes. Este comercio es tan grande e universal que hace falta a la
vez una gran prudencia y una gran inteligencia para ejercerlo, e inclusoI

I 213

Escaneado con CamScanner


para estudiarlo: en la época de nuestros ancestros, solo los h I

populacho poseían este conocimiento, pero en la actualidad el **s del ¿I


/•«
alcanzado comercio
• - °y estúpido
para ocuparse del mismo. Los negociantes llevan a cabo hoy en dí i

extenso comercio en todos los rincones de la cristiandad, e incluso ^


los bárbaros. Llevan lanas y aceites en Flandes, y exportan desde ahí todo t
tipo de mercerías, tapices y libros. Envían cochinilla y cueros a Floren i t
y recuperaban hilo de oro y brocardos, perlas y una considerable cantidad i
de tejidos. Van hasta Cabo Verde y trafican esclavos, mismo que propor­ f
ciona grandes beneficios e intereses. Envían a las Indias numerosos carga­
mentos de todo tipo de telas, y traen de vuelta oro y plata, perlas, granos i
y cueros, en cantidades extraordinarias. Además, a fin de asegurar sus »

cargamentos (que valen millones), se ven obligados a comprar seguros en 4

Lisboa, Burgos, Francia y Flandes, pues sus cargamentos son tan numero­ i

sos que las aseguradoras de Sevilla y de 20 ciudades como Sevilla no bas­


tarían para ello. Los negociantes de Burgos tienen representantes de Sevi­
lla que cobran en su nombre y que aseguran a los cargueros, recibiendo y
vendiendo lo que se les lleva desde Flandes. Los negociantes de Italia ne­
cesitan de igual manera de los nuestros por la misma razón; de tal manera
que nuestros principales negociantes comercian actualmente en todos los
rincones del planeta, y tienen corresponsales por doquier, mismos que
otorgan créditos y aceptan sus letras y las pagan, pues por todos lados se
requiere de efectivo; en Cabo Verde por los negros, en Flandes por la mer­
cería, en Florencia por las telas comunes, en Toledo y en Segovia por los
tejidos, en Lisboa por los artículos de Calcuta. Todos dependen de los
otros, y todos se enriquecen gracias a las Indias, por lo que las tienen en
Martha, Tierra Firme
lugares
toda la riqueza del mundo
holandeses
de 1593 le plantearon a Felipe II la siguiente solicitud: "Las Cortes de Va-
ni 1P va no permita la imnnr+a.
lladolid del año

2)4 I

Escaneado con CamScanner


t*„
Vón de velas, vidrio, joyas, cuchillos y otras cosas similares que vienen del
extranjer0' Pues a cam^'° es^os artículos tan inútiles para la vida hu­
mana se paga con oro, como si los españoles fueran indios II931. Pero si esta
súplica se concentraba entonces en objetos de esa calidad y de tan poco
valor; la misma tiene hoy mucha más razón, considerando que esos reinos
pierden enormes sumas de oro y plata debido a la introducción de pro­
ductos de alquimia, de oro falso trabajado en cadenas, filigranas, rosarios,
piedras falsas, vidrios de colores y otros artículos que se venden a precios
elevados inicialmente debido a su originalidad y novedad, pero que luego
demuestran su poco valor con los bajos precios que alcanzan posterior­
mente, etc." (275, 6). Felipe II prohibió en efecto el ingreso de estos pro­
ductos en la Península, pero sin éxito. Los franceses introducían también
su quincallería (277). Lo que es cierto es que la monarquía española, que
empezó el siglo XVI con toda la prosperidad y esplendor de un siglo de
oro, terminó, en 1575, con Felipe II escribiendo a su tesorero Gamica para
decirle que no podía saber de qué iba a vivir al día siguiente. Contempla­
mos a este príncipe, agobiado por las deudas, declarar bancarrota (314).
En 1595, un consejero en finanzas presentó al rey diferentes proyectos
para obtener nuevos ingresos. Felipe II las presentó a una comisión para
que ésta los examinara, etc. Como resultado de este examen, quedó claro
que todos los ingresos de las encomiendas de las órdenes militares esta­
ban hipotecados a la compañía de los ricos comerciantes alemanes, que en
los diez meses precedentes se habían vendido en 200 000 ducados los de­
rechos de las rentas vitalicias, que ya se había comprometido todo el oro
de las últimas flotas de las Indias y el que vendría en los siguientes 3 años,
y que, finalmente, ya se habían gastado todas las renta de aquel año, del
siguiente y una parte de las rentas de 1597 (316).

I 215

Escaneado con CamScanner


Tomo II

Felipe III. En ninguna otra época como bajo este reino se viero
tas fundaciones de conventos, capillas y otras muestras de fe
nunca hubo tanta hipocresía e inmoralidad (3). Leyes suntuaria^ (5) En
la misma época (1609), cuando el reino español se reconciliaba con i ”
holandeses, se exiliaba a 400 000 moros de Granada y Valencia todos
artesanos o trabajadores (6). Según Navarrete, el número total de mo­
ros y judíos expulsados de la Península llegó a 5 millones (9). 5 / 6 del
comercio de España y 9 /10 de su comercio marítimo estaban en manos
de extranjeros, de tal manera, como decía Moneada a Felipe III, "que
las Indias son para ellos, y Su Majestad de dueño solo tiene el título"
(12). Los españoles, vanidosos, orgullosos de sus riquezas e inmensos
territorios, no sentían vergüenza alguna cuando se convertían en sim­
ples representantes, y prestaban sus firmas a quienes despreciaban, a
fin de ayudarlos a embarcar y desembarcar sus mercaderías de manera
fraudulenta. Estos servicios, tan nocivos e humillantes para la nación, se
pagaban usualmente con un 9% del valor de las mercancías (l.c.). Felipe
III gozaba todavía de un ingreso de 14 millones de ducados, pero los
mismos estaban embargados para el pago de una deuda nacional de más
de 100 millones (13). Moneada afirmaba: "la tercera causa que explica el
despoblamiento del país consiste en que una cuarta o tercera parte está
compuesta de eclesiásticos y de religiosos, cuyo número no para de cre­
cer cada día, progresivamente" (14). La Iglesia recibía un ingreso anual
de 2 millones, bajo Carlos V, en tanto que el mismo llegó a 8 millones
en esta época (16). En un acta del Consejo de Felipe III (en 1619, un año
antes de su muerte), se decía que las masas entraban a los conventos y
las órdenes religiosas "más bien para huir de la miseria, por gusto de la
tranquilidad y del ocio antes que por devoción" (16-8). I
1941 Felipe IV (comenzó a gobernar a los 16 años de edad, en 1621) [20,
21] Constante reducción de la población. Declive del comercio y de la
agricultura. Las Cortes de Madrid de 1626 declaraban nuevamente "que

216 I

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^ órdenes religiosas eran
^tidades extraordinarias, y el clero fuera de toda mesura. En España se
• ______

can
. _« mnnaçfprínc «sin rnntar _
_______________ .__
j __ _

en»1
discretamente de todo (
las capillas o a través de com

in'f' v
y contribuciones ~ ^ t i —~
guerras. Era inevitable que los laicos sucumbieran, obligados a soportar
todos esos gastos, etc. Mientras que el balance de los bienes eclesiásticos
aumentaba, el de los bienes seculares disminuía, necesariamente (27-29).
¡En 1662, las rentas de la Corona se elevaban a más de 36 millones de
De
000
la moneda de cobre. Pero los extranjeros inundaron entonces la Península
con monedas de cobre fabricadas por ellos, de manera tal que devalua­
ron la moneda española, hasta que ésta terminó por perder más del 40%
frente a la plata, por lo que fue necesario, a fin de devolverle su antiguo
valor compensar la pérdida de dicho valor mediante nuevos impuestos.
El mismo año, la tasa de interés de la deuda pública se redujo de 7% a
5% en tanto que los acreedores del Estado defraudaban casi 1/3 de sus
rentas. Incluso después de esta disminución, el gobierno dejó de pagar a
.creedores durante algunos años. El gobierno aprovechaba con fre­
sus
cuencia de. dinero proveniente de las Indias, a favor de algunas personas,
CU 4
cambiándolo a cambio de nuevas deudas para el tesoro publ.co. En la
misma época, los derechos a. consumo de ciertos productos, impuestos en
reinos precedentes, fueron incrementados de manera extraordmana. Los
impuestos sobre la carne, antes de 1 maravedí por libra, subieron a 7. Los
impuestos sobre el vino hasta 64 maravedís por arroba, los del vinagre
hjHtil 32, los del aceite hanta 50. Se inventó el papel certificado, se impusie­
ron tasas sobre el tabaco, y se incrementó el precio de otros artículos que
y,i estaban sujetos a impuestos. HI precio de la seda cruda se incrementó
hasta en I /3 del valor habitual. Se vendieron varios títulos de nobleza, de
derechos señoriales, y más de 60 mil cargos de regidores, notarios, percep-

I 217

Escaneado con CamScanner


I

aunque
^edicj
incrementar diari 3s fis- '
za... y mientras más rico era el clero, más incentivos i su nque-
-------- - ^ , ienian los laicos
mismo {¿¿-te). Al respecto, Carlos V y la Corona espanol paia i

mtemente las chicanerías de la Icdpsia f'ic 001 » -


los /
-- ---------------- ~ ^ uc uerenaer sus derech /
os
más legítimos fueron en vano! Ellos mismos habían foijado las cadenas
f
los sometían a la corte de Roma. Ellos mismos habían fundado y protegí^
t
la Inquisición, compuestas de teólogos, decretalistas, calificadores y fami­ i
t
liares, todos convencidos de sus opiniones ultramontanas" (38, 9). Toledo
i
que en un momento llegó a producir 435 000 libras de seda, había perdido
ya esta manufactura, que en el pasado empleaba 38 484 personas. Su po­ é
s
blación se redujo de un tercio, y 25 casas de familias, entre las más ilustres,
pasaron a manos de varios conventos. La pérdida de Toledo, junto con la de 1
la seda y de los productos de lana en Segovia y en La Mancha, provocó que
127 823 famibas perdieran su trabajo, además de cuatro veces más personas,
ocupadas en el pasado a preparar dichas materias para los tejidos, por un
valor de 5 621 736 ducados. Burgos pasó de 6000 a 600 familias, que eran en
su mayoría pobres y miserables. Medina del Campo 1951, donde se nego­
ciaban varios millones de ducados en sus célebres ferias, y que alcanzó una
población de más de 500 familias ricas, se redujo a 500 pobres habitantes.
Granada pasó de más de 400 pueblos a 260, y de un millón de libras de
seda producida a solamente 100 000 libras. De la misma manera tuvo lugar
la ruina de la opulenta Sevilla. Sus 3000 telares (de seda) se redujeron a 60,
3á de su población desapareció y había perdido 19/20 de los viñedos y oli­
vares que cultivaba en su territorio, cuando su comercio prosperaba. Estos
dos últimos hechos se toman de un informe dirigido al rey por las Cortes de
1662, mediante Alonso Núñez de Castro (50-52).
Carlos II Continuación del empobrecimiento y de la ruina. Luego de
la pérdida de Holanda, siguió la de Portugal, RoseUón y muchos lugares
la pe .______
j. i.Península
D/tM/ncn1fl v pn las Indias T nt
tanto al interior como al <
los primeros años de Felipe II eran mayores
ingresos de este reino, qu< en

218 I

Escaneado con CamScanner


e los de todos los soberanos europeos juntos, pasaron entonces a cerca
1/12 de los ingresos de Francia, solamente 7-8 millones de francos,
flirte a los 117 millones durante el reino de Luis XIV (56). Con Carlos
II se vuelve a discutir sobre la utilidad de hacer que los ríos Tajo y Man-
/añares sean navegables. Una comisión estudió nuevos planes para esta
tarea. La misma objetó: "si Dios hubiera querido que estos dos ríos fueran
navegables, no habría sido necesario que los hombres emprendieran este
trabajo, porque hubiera bastado un solo fiat de su boca para que esta obra
hubiera sido concluida. Dios no pronunció tal palabra, al no considerarla
conveniente. En ese sentido, estaríamos atentando contra los derechos de
la Providencia si quisiéramos mejorar lo que quiso dejar en un estado de
imperfección, por razones que su sabiduría se ha reservado" (62,3).
Felipe V (de Anjou). Las numerosas iglesias, etc. proporcionaban inmu­
nidad total en el ámbito local para bandidos de caminos y asesinos, etc.
(87). En España se multiplicaron estos lugares de asilo, multiplicándose
en las iglesias rurales, eremitas, etc. (90). Al respecto, se presentaban con
frecuencia disputas entre jurisdicciones eclesiásticas y civiles, sobre la atri­
bución de refugio, y la entrega de criminales refugiados en las iglesias a
los jueces seculares (90, 1). Felipe se contentó con suplicar al Papa que al
menos los bienes adquiridos por las iglesias desde el inicio de su reino
siguieran pagando las mismas contribuciones a las que estaban obligadas
antes de entrar a formar parte de las propiedades de dichas iglesias (93).
Durante el reino de Felipe V, Ustariz escribió su libro. Teoría, etc. (99).
Fernando VI. El marqués de Ensenada fue su Colbert (100). (Femando
VI fue coronado en 1747. En 1737, Felipe V firmó el Concordato con Cle­
mente XII). Concordato con Benedicto XIV (1752) por el que Roma cedía
sus derechos, etc. sobre las monedas de oro [110].
Carlos III. Eran muy frecuentes los abusos que cometían los jueces ecle­
siásticos, cuando se ocupaban de causas puramente profanas y fuera de
la competencia de su jurisdicción (127). En 1767, los jesuítas fueron ex­
pulsados (140). Una de las constantes de la política española consistió en
mantener una guerra perpetua contra los musulmanes, incluso después
7
i
I 219

Escaneado con CamScanner


de la conquista de Granada (159,60). Crecimiento de la inn..^

- w?
349 escudos. En el reino de Carlos III eran 60 millones o 600 millones de
reales, y los ingresos provenientes de las Indias pasaron de 4-5 millones a
más de 12 o 15 con Carlos III. Entre 1778-1788, los productos de las colo­
nias pasaron de 75 millones de libras en mercancías 1961 a 210, y de 110 a
170 millones en términos monetarios. De igual manera, en 1751, la marina
española contaba con solamente 18 naves de línea y 15 de otro tipo. Bajo
Carlos III, 74 naves de línea, más de 200 fragatas y otros pequeños barcos
de guerra. El ejército tenía más de 140 000 hombre (163,4). (Con Carlos III
se conoció la Ilustración, reforma de la Inquisición. [122 -126]).
Carlos IV. Revolución francesa. Don Manuel Godoy [166]. Se vieron obli­
gados a firmar el Tratado de Basilea con los franceses, cediendo su par­
te de Santo Domingo. En 1796, el vergonzoso Tratado de San Ildefonso.
Alianza ofensiva y defensiva con los franceses. Guerra con los ingleses. En
1799, los ingresos ordinarios de la Corona no pasaban de los 493 884 418
reales, para irnos gastos de 1823 544 368. Crecimiento de la deuda pública.
Felipe V dejó una deuda de 1 260 521 565 reales. Carlos III, agotado por
las guerras marítimas y las obras públicas, como arsenales, construcciones
navales, caminos, etc. incrementó la deuda con un capital de 804 441 325
reales. Godoy añadió 5 millones de reales a la deuda [166-169]. La marina
española fue aniquilada en la guerra contra los ingleses [170].
Femando VH. Proclama de una nueva Constitución en Cádiz, en 1812 [174].

>
220 I

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Acerca del carácter español

Los godos, sobre todo poseedores de genio militar, echaron raíces a tra-
vés de su larga guerra contra los moros. Entonces, la profesión militar era
prácticamente el único medio de enriquecimiento. Además, este profesión
era en España más rentable que en cualquier otro lugar. Los españoles
iban a la guerra, no a cambio del salario que les diera un soberano, a fin
de cederle todos los beneficios, sino que participaban en la guerra junto
al soberano y con su propio dinero, teniendo en consecuencia el derecho
a una parte del botín, en proporción a los gastos y servicios prestados por
cada quien. Luego de concluir una expedición militar, se cuidaba prime­
ro de reparar los daños sufridos por los soldados, ya sea en su persona
o en su equipamiento. Había recompensas específicas para los heridos,
según la gravedad de sus heridas. Se daban sumas más importantes por
los muertos, infante o caballero, pagadas a sus herederos. En la repartición
del botín, 1/5 era para el rey, en tanto que el resto se dividía entre infantes
y caballeros, no en función de la voluntad de los jefes, sino de acuerdo a
las declaraciones de expertos, jueces, etc. A finales del siglo XV, una fama
renovada gracias a la conquista de Granada, el triunfo en Italia, la con­
quista de América, preponderancia en Europa. En el siglo XVI, literatura
extraordinaria. Su conquista de América amplió la esfera del conocimien­
to humano gracias a una enorme cantidad de nuevos objetos y de valiosos
avances en geografía, botánica y otras ciencias naturales, y gracias a un
gran impulso a las artes. Su lengua terminó siendo preponderante. Todo
esto explica su arrogancia y que se durmieran en sus laureles (192 - 6).
Aparte, el establecimiento de numerosas obras de caridad para el auxilio
de los pobres. A pesar de ello, España pululaba de vagabundos y mendi­
gos. Carlos V había ordenado a cada ciudad administrar su política hacia
los pobres de tal manera que se ayudara a los que de verdad lo necesita-
ran, prohibiendo la mendicidad a los vagabundos. En contra de la opinión
de varios teólogos. El padre Soto dejó un libro impreso que se intitulaba:
Deliberatio in causa pauperum, de non inhibendo, secundum misericordiae prae-

I 221

Escaneado con CamScanner


ceptum, publico mendicabulo. La opinión de los defensores de la
terminó prevaleciendo. Debido a ello, un interminable incremento
mero de mendigos, y con ellos la aversión al trabajo, etc. Por ello d ar
a los extranjeros apoderarse de las profesiones más lucrativas. En Espa~
podían contarse hasta 120 000 extranjeros, ejerciendo las profesiones d
posadero, tabernero, pastelero, carnicero, calderero y otras. Estos envían
más de 7 millones de ducados al año, sin contar con los beneficios genera­
dos que estos extranjeros obtenían 1971 de los objetos manufacturados en
interminable
aun
decía, acerca de Castilla: "la infinidad de fiestas a provocado nuevamente un
incremento excesivo de los precios de todos los productos; puesto que la enorme
disminución del trabajo empuja al incremento del precio de los jómales y
de esta manera se abrieron las puertas a las preferencias otorgadas a los
productos de reinos extranjeros, quienes tienen más artesanos y menos
un
bajo, quitando así a España los productos de una multitud de mercancías
destruyen su industria manufactu
_ //
principales productos de Esp
(Conservación
los días de trabajo (206). Contra todo ello, poco podían hacer todas las
críticas de los Papas y de los concilios. En Granada existe inclusive un ni­
cho con la imagen de Nuestra Señora y cuatro linternas, que se encienden
en ocasión de estas celebraciones y ante la cual se inclinan gladiadores o
toreros, para elevar sus plegarias antes de comenzar sus actividades (208).

Notas

tres
Ib reyes -------
que duró la monarquía gótica (216).

222 I

Escaneado con CamScanner


\ Historia de las Cortes de España

/*•> de I» conquista de la península ibérica p„r parte delos


ia excepcidn de las costas, v.sttadas con frecuencia ^ ^ J;
v cartagineses, el pais estaba ocupado por varias tribus bárbara.
f5a ; . _ a --- ________________________ s e m-
dependientes... A medida que los romanos extendían su dominio, funda­
ban colonias y ciudades, repartían las tierras conquistadas, ya .sea como
propiedad libre o como propiedad sujeta al censo, construían caminos,
con loque civilizaban a los bárbaros a través de su ejemplo... En el siglo V
se establecieron los bárbaros la monarquía visigoda, combinando leyes y
costumbres germánicas y romanas... Luego de cierto tiempo, afirma el
arzobispo Rodrigo, "los bárbaros, al ver que la producción y los medios de
subsistencia comenzaban a faltar, debido a la disminución de trabajadores
en el país, y que la carestía era perjudicial para ellos mismos, comenzaron
a lamentar, no la miseria de la población, sino la suya propia. De esta ma­
nera, luego de convocarlos, compartieron con la gente provincias y tierras,
a condición de pagar una cantidad de recursos"... Durante los siglos V y
VI (VI y VII), los reyes ya no eran elegidos por toda la nación (en una épo­
ca cuando los visigodos se habían mezclado con los españoles), sino sola
mente por los nobles y los obispos... El pueblo ya no sufragaba en los
concilios, sino solamente los prelados y algunas personas asociadas a la
(-orte, que se denominaba entonces oficio palatino... Los dta*cho. ^
nobles expiraban, en tanto que se incrementaban los que la iglesia o
^Áís °bispos no solo eran importantes autoridades en los ^ su.
tlUl* eiwfan su influencia sobre los consejeros de los n y ^ y ^ ^ ^
^intendentes de todos los tribunales... Luego de la n sometidos
^r'K0' el pequeño número de españoles que no au \ L1 ^ jos pirineos,
\ musulmán, huyeron a las montañas dt A> ^ ^ pef0 jan pronto
hiendo bajo el gobierno de sus generales, sin > 1 musulmanes,
°nio reconquistaron algunos territorios en man * uC[0t\cst feudales- De-
^()nstituyerün nuevos listados con sus propi*»s tons dcH nobles o ricos
11 ^ guerra constante con los musulmane? / h
i

Escaneado con CamScanner


hombres se hicieron tan poderosos que apenas se los distin -
pios reyes. Con la excepción de los esclavos y de los colonos sol^ ^ Pr°’
tenían una autoridad limitada, los vasallos... podían reclutar tr 6 °SC*Ue
varias a donde quisieran, con sus banderas y materiales posç. e'
buena parte del territorio y ciudades, ya sea como propietario com ^
rúente del rey 1981, o como vasallo. Solo estaban obligados al °
servicio
militar, y pronto estarían exentos de todas las otras formas dp t
1 UC wumyy.
ción... Los ricos hombres tenían muchas prerrogativas y privilegios
Uno de los principales consistía en el derecho de entrar y votar en las
asambleas nacionales, denominadas concilios, curias o cortes. Las cortes
durante los cuatro primeros siglos de la restauración española se llamaban
concilios, como en la época de la monarquía gótica. En los concilios de
León, en 1120, de Coyanca, en 1050, de Palencia, en 1129, de Salamanca en
1178, asistieron todos los nobles más importantes, los obispos y los abates.
Pero con los visigodos, los nobles asistían solo como testigos, y en los
tiempos feudales votaban y aprobaban las actas y los decretos... Aquellos
que durante la monarquía visigoda se denominaban magnates, optimates,
próceres y Grandes, se llamaron luego ricos-hombres y nobles hidalgos, es
decir, hombres poseedores de riqueza. La riqueza era tan indispensable
hermanos del mismo oadre v la misma
uno
primero era rico y pobre el segundo... Los musulmanes, al destruir
vivir
dos en algunos castillos y fortalezas. Los propios cristianos destruyeron
las pocas ciudades que los musulmanes habían embellecido, para que sus
enemigos no volvieran a conquistarlas ni ocuparlas. Don Alonso I despo­
bló y devastó de esta manera las zonas rurales góticas hasta el Duero. En
esa época, el medio de defensa más importante era la destrucción y asola­
miento de las ciudades limítrofes, a fin de disminuir los víveres del enemi-
— — -- ramnos sin labrar v loe npli-
inmensidad
nos permanentes a loa que ae estaba expuesto hiciera, que poblar

So estas tierras fuera muy difícil. Con este frn se alentó el establ,

224 I

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>> 8raC,a .f T3'65 56 atnbuia a ■" Abitantes de vados
>* y ciudades ciertas libertades y privilegio. El principé derecho “
l habitantes de dichas ciudades consistía en reunirse, y en constituir
concejos municipales, y la posibilidad de poseer bosques, tierras e ingre­
sos para financiar las obras públicas... En el reino de Alonso VI tuvo lugar
ufl periodo de gran anarquía. Los propios nobles promulgaron ciertos de-
eretos pâra no matarse mutuamente con perfidia, sin un duelo u otras
formalidades dirigidas a reprimir las primeras reacciones de la cólera y
del deseo de venganza. Con el mismo motivo se constituyeron las cofradías
o ligas, mediante las cuales muchos hombres reunidos podían contener a
los malvados. Las ciudades fueron favorecidas por los reyes. La fuerza y
la consideración del Tercer Estado crecieron paulatinamente, gracias al
efecto de los fueros y de las cofradías, lo que les facilitó la entrada en las
Cortes. Participaron primero en León, en 1188. Su admisión se estableció a
finales del siglo XII. Un fuerte espíritu local, gracias a los fueros, cofradías
y la admisión del Tercer Estado. Luego, con las disputas relacionadas con
la participación de las casas reales, las Cortes fueron muy numerosas du­
rante el siglo XIII y una parte del siglo XIV. Se constituyeron confederado-
nes de ciudades bajo las mismas. El Tercer Estado no sería jamás tan bien
considerado como en el sielo XIV. El reino de Enrique III observó el apo-
geo del Tercer Estado, pero su decadencia comenzaría a percibirse a pn
ciPios del siglo XV. Mientras el Tercer Estado gozó de consideración en la
constitución española, las ciudades pagaron ellas mismas por su P
dos- Pero tan pronto como su influencia disminuyó y se comenz a me­
nospreciar sus peticiones y quejas, muchas cmdades^no^u.Mero J^

So,r Pagando estos gastos. Las Cortes de Ocana e de ,os


°n juan II por las pérdidas para la ciudad a causa fondos del te­
ntados, y el rey ordenó que se pagara a los mtsm ■ q se redujo
°r°- Entonces, con el pretexto de reducir las cargas £ortes ¿e 1425
* número de censores del gobierno que les pagab Drl'ncipe heredero
•Mantuvieron, para que Enrique IV sea reconocido c° León, Sevilla,
e la Corona, diputados de 12 ciudades: Burgos,
I 225

Escaneado con CamScanner


1199 Córdova, Murcia, Jaén, Zamora, Segovia, Ávila, Saiam
anca y çUe
ca. Se ordenó a las otras ciudades enviar un poder escrito a los diputado
aue se encontraban va en las Cortes. Se sicnii* Pcfn-----
siguió---- 0s
^.wcuimien|0a
de entonces, reservándose los reyes el derecho de otorear rr^ Partir
J 6 ' como un favor
particular, el privilegio de votar en las Cortes, que tantos sacrificios habí
costado mantener. Hacia el siglo XVI, solo 6 ciudades. Toro, Valladolid
Soria, Madrid, Guadalajara y Granada, conservaban este privilegio Al'
gún tiempo después, algunas ciudades solicitaron gozar del derecho a
voto en las Cortes, pero encontraron la resistencia de los diputados de las
mismas
protectores del Tercer Estado, pero al contrario sostenían principalmente
los privilegios de sus ciudades... De tal manera que el número de vocales
en las Cortes disminuyó, con determinaciones y resistencias, como la de
obligar a los electores de los diputados, de manera directa e indirecta, a
escoger a las personas más inclinadas a apoyar las pretensiones del go­
bierno. Con los reyes católicos, las Cortes rara vez se convocaban, y siempre
que era el caso se tomaban con antelación muchas medidas de precaución.
Hasta 1538, ni Carlos V ni sus sucesores convocaron a la nobleza ni al cle­
ro a estas asambleas nacionales. En su lugar, llamaban a diputados de 18
o 20 ciudades privilegiadas... Justamente, los diputados de las ciudades,
que debieron haber sido los más firmes defensores de sus derechos, cons­
piraron abiertamente en contra del tercer Estado... Las Cortes de Córdo­
va, en 1570, pidieron que los escabinos y otros miembros de los concejos
municipales fueran de origen noble, afirmando luego: "de esta manera,
los pueblos obedecerán, sin caer en deshonra, a personas que no tienen la
tentación de favorecer y proteger a parientes que se dediquen a la agricul­
tura o al comercio". Estas medidas lograron que la influencia del tercer
Estado quedar muy disminuida. "La mitad de los lugares en la mayoría de
munici
*
••#
i limitado de alguna
Hasta finales del siglo XVII Asturias
de 20

226 I

Escaneado con CamScanner


Xpdos en US Cortes. Aragon, Valencia, Cataluña y Navarra tenían sus
de las de Casulla, hasta que Felipe V, luego de
Cortes, separadas
F fueros, convocara a algunas ciudades de dichas provincias
-te dei3S de Navarra, que conserva todavía su derecho a celebrar sus
Jp41 A I______ /e>AO
mplona (243-278).
Cortes

I 227

Escaneado con CamScanner


\ Brougham. (Henry)

sobre la política
Estudio
colonial de las potencias europeas
2 volúmenes. Edimburgo. 1803

Vol.I

Libro primero. Sobre las relaciones


que subsisten entre el Estado y sus colonias

Hasta el año 620 después de la fundación de Roma, no se había creado


ninguna colonia más allá de los límites de Italia, excepto una que nunca
prosperó. Las colonias militares, establecidas por Sila, y muy favorecidas
por Augusto, se implantaron solamente bajo una muy estricta forma mili­
tar (17). El objetivo de los romanos, al implantar sus colonias, consistía en
conquistar y saquear. Entonces, grupos de emigrantes se asociaban, y go­
bernaban, a los anteriores poseedores de las tierras (18). Las colonias car­
taginesas eran puestos comerciales que respondían a la metrópoli (20). Es
posible que Cartago recibiera un excedente de materias primas de Sicilia,
Cerdeña y España, entregando a cambio productos acabados. Por otra
parte, favorecida por su supremacía en la navegación, sus antiguas 11001
relaciones con el Levante, en particular con Tiro y Esmima, etc., su ubica
ción central, Cartago proporcionaba a sus colonias o provincias con pro
ductos asiáticos, para los cuales dicha ciudad constituía un almacén natu

I 229

Escaneado con CamScanner


ral para el Mediterráneo occidental. La comunicació
asentamientos también se llevaba a cabo a través de la " estos
primer tiempo el mercado colonial o provincial era lo má '^ ^ Un
para una implantación comercial. Como consecuencia SP S lmp°rtantl

mercantil. Los dos tratados comerciales con los romanos ma


por Polibio, habían sido concebidos con el mismo espíritu que
de los sistemas coloniales modernos. Al principio no se le imponía • ^
na restricción a la colonia, sino más bien toda la protección de la metrópo
li. En este periodo se dejaba a la colonia a sí misma. Protegió a Cartago de

cartagineses
una
progreso,
deja en total libertad... Las colonias griegas, en su origen y en sus relacio­
nes políticas, eran diferentes a las colonias romanas y cartaginesas. Como
los territorios de Atenas, Esparta, Corinto y Argos eran de una extensión
muy limitada, el incremento de su población hizo que la emigración fuera
indispensable. Esta emigración era emprendida por individuos partícula-
asentamientos
mar, mientras
griega. El exilio que aceptaban los emigrantes
r descontento frente a la situación en sus lúea
gen . Resulta fácil de comprender entonces por qué los lazos de las colo­
nias con sus metrópolis eran tan tenues. Las metrópolis no poseían ningu­
na autoridad substancial, solo cierto respeto nominal y sumisión por parte
de los colonos. Éstos recordaban la tierra de sus padres con respeto filial y
afecto, honraban a los dioses de la metrópoli, en sus templos, con los pri­
meros frutos de la tierra, conservaban una preferencia por sus costumbres
v leves así como por su religión y lenguaje, cedían a los ciudadanos de la
' . ___on los iuegos públicos, y a sus sacerdotes el
metrópoli un lugai ---------------
privilegio sagrado de ser los primeros en

_______¡fí^ados.
sacrificados. Durante la guerra,

230 I
\
Escaneado con CamScanner
yópolis como aliados, en términos equitativos: eran perfectamente in-
m'
ndientes, no recibían ninguna protección y con frecuencia utilizaban
propios recursos. Siempre rechazaban participar como auxiliares,
ruando se les proponían condiciones injustas... En ocasiones, cuando la
metrópoli lo consideraba necesario, y cuando se sentía lo suficientemente
fuerte, buscaba exigir de sus colonias, como una cuestión de derecho, los
signos usuales del vínculo filial. De esta manera, Corinto intentó obtener,
mediante la fuerza, los signos habituales de respeto por parte de su colo­
nia Córcira. Los colonos se dirigieron a Atenas, se incorporaron a su ban­
do, y se comportaron como aliados indispensables, en particular durante
la guerra del Peloponeso. Luego de las batallas de Platea y Mícala, las co­
lonias griegas en Asia — desesperadas por conservar su independencia
frente a su aliado persa — participaron en una estricta alianza con Atenas.
Esta, aprovechando el estado de alarma general, propuso una contribu­
ción universal a todas sus colonias y aliados, con el gran objetivo de resis­
tir a la potencia persa. Al principio, se recaudaron 460 talentos (103 500
libras esterlinas). Los atenienses se encargaron de administrar estos recur­
sos y lo depositaron en el templo de Delos. De ahí, bajo diversos pretextos,
se transfirió el tesoro a la Acrópolis de Atenas. La suma de las contribucio­
nes anuales se elevó primero a 600 talentos (135 000 libras esterlinas), lue­
go a 1200 (270 000 libras esterlinas) y a 1300 (295 000 libras). Al principio,
los aliados aceptaron dejar a los ciudadanos de Atenas el comando de las
fu rzas aliadas El Pireo fue rápidamente dominado, la flota ateniense cre­
ció y el comando central terminó formando parte de las prerrogativas ate­
nienses Esta ciudad recogía contribuciones en dinero o en especie, o se
cambiaba las mismas por reclutas para las fuerzas militares o navales de
la república. A través de intrigas con un estado aliado, hicieron que los
otros Estados se convirtieran en tributarios o en subordinados. Cuando el
yugo se hubo establecido con firmeza, terminaron por extenderlo a los
aliados que los habían ayudado a imponerlo. Las contribuciones se exi-
gían ahora como un tributo, castigándose 11011 al que se rehusara como
un

I 231

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'
I
\


saímos, nne op rebelaron, todas las colonias
4UC , T se mantuvieron
u ». i • como
i aliadas
fieles o bajo el yugo, desde la invasión de Jerjes hasta el quinto ano de la
Guerra del Peloponeso. Entonces se rebelaron los habitantes de Usbos.
Hada el final de la guerra, las colonias griegas se unieron a la alianza an­
tinatural entre Esparta y Persia. Tuvieron finalmente que someterse al do
ZZZÏÏ"a no existían
« de Esparta luego de la Pazen
deias indias Occidentaies.
Antálddas (20 31). Los En iuga, de
intereses da
^" propietarios estaban agobiados por i» deudas, y eran apen* m*

que representantes de los acreedores europeos, o agentes a medio tiempo,


nombre apropiado, de los propietarios no residentes (47). El objetivo de
los que emigraban a las Indias Occidentales no consistía en vivir, sino en
obtener ganancias, no en disfrutar de la vida sino en ahorrar, no en subsis­
tir en las colonias sino en brillar en la metrópoli (48). Las mujeres eran
muy poco numerosas, y pertenecían casi en su totalidad a las clases bajas.
No se tenía mucha consideración por la institución del matrimonio. De
igual manera, estas colonias no crecían a través del incremento propio de
su población, cada quien buscaba progresar como fuera. Es por ello que
tuvo lugar un intercambio constante de habitantes, creciendo la población
con el progreso de la comunidad. Este crecimiento se explica por los exce­
sos de población. Relaciones constantes entre la metrópoli y las provincias
distantes, más próximas al país de origen de esta manera que gracias a los
efectos de las instituciones políticas, o incluso de las conexiones mercanti-
»$ en
^ - afirma
un pafe donde el trabajo manual posee un precio de monopolio,
puede darse el lujo de trabajar con la mente (junto a la in;
* .................. i i., T caracteriza

ban
transformaron gracias a una
nes diferentes. En ellos, el espíritu mercantil ocupó un
La diversidad de razas hizo que el patriotismo y el am
- - — riedad de reli
\J7i

ran entre una


fanatismo. En

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dót> servil y el espíritu aristocrático, e„ lam.
^aito de un articulo que pertenecía a Jue el clima, „ ^
itió el establecimiento de un tipo de asti ,1de búa» a.
brides ganancias y que limitaba con W ^^ Podía
“ . s prospecto A 6enerar
^ercial (66, 7). Emigraban personas hacia las Indi ^ .Kpecula«"
co&e
UIl espíritu de a ventura, con el objetivo de obtener un co"
de gu capital, con un riesgo proporcional (riesgo sob ^ÍnCremento
lud), o a fin de adquirir algo de dinero, sin recurrir ahí77 * '* ^
portar dificultades. Este espíritu, que en las clases que po2n 72T
une con cierto amor por el riesgo, en la clase que no tiene nada qJLd“
aa Inaar a la mGZQuindad v a la //o\ T * .
holandeses,
se
>or ninguna dignidad
so grandes capitales, se
dones en las Indias Occidentales, en los amos más inhumanos y en los
más susceptibles a dejarse vencer por los diversos hábitos de la especula-
rión (75,6). El carácter portugués, en Europa, es mucho menos respetable
que el español. La mezcla de sangre judía es general, en toda la pobladón
de aquel país, por mucho que se la desprede. El antiguo duque de Sidonia
-cuando Juan IV ordenó que todos aquellos que poseyeran esta sangre
llevaran un sombrero curvo, como marca de diferendadón se presentaba
_____ sombrero, poniéndose otro en presencia del rey (85). En el Nuevo
con un
Mundo, esta mezcla era aun más fuerte, luego de que la
pujara a muchos judíos 11021 a ^^^ádenZ y eventos)

cunstandas (alteradas por varias pecu ^ yiejQ y e\ Nuevo


que han promovido la drculación de habitan r|aQ de la
Mundo, y permitido que las costumbres de ^ moral y político.
°tra, también han dado a estas colonias el P^^^yas costumbres son

Al mismo tiempo desafortunadamente, la do siempre, en gran


simples y cuyas vidas más puras, ha P ^ ^ ^ qUe deben estas ven
hedida y a causa de la naturaleza de la situ ^ ^^alidad, están completa
tajas, aislados del país de sus ancestros

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mente separados de su conexión filial, debido a una operació
cerbada de las mismas causas (89). Los lazos naturales entre la^ÎT*'
y sus colonias son: 1) la circulación del capital, 2) las relaciones J ^
les, 3) la debilidad de las regiones más remotas, 4) las relaciones de”3
origen común, costumbres similares y la identidad del lenguaje (92) HaT
ta que las colonias requieren el apoyo de la metrópoli, su posesión es ten
importante como la de otras partes del imperio, al que recompensan am­
pliamente: 1) las provincias de un Estado vecino, no entregan de ninguna
manera, ya sea dinero u hombres, lo necesario para cubrir una proporción
de los beneficios recibidos del gobierno en términos de defensa y seguri­
dad. Una parte del estado siempre contribuye más de lo que cuestan sus
gastos de protección. Una parte del excedente se dirige a proteger a otra
parte que contribuye menos (108,9). En tanto que las colonias se perciben
como provincias distantes del mismo país, es absurdo concebir su defensa
y gobierno como una carga, ya sea para el fisco o para las fuerzas de las
otras provincias (117). 2) las guerras que el Estado emprende aparentemen­
te por la defensa de sus dominios coloniales, tienen rara vez alguna conse­
cuencia en la posesión de estos distantes territorios (118).

Relaciones comerciales entre un Estado y sus colonias

El mercado creado en los países recién colonizados resulta no se


tenso y ventajoso, bajo circunstancias favorables, para la industria
provincias más antiguas sino que crece de manera continua y rápida
La extensión del mercado, cuya demanda impulsa a la industria, es r
• «arfante que su estado de crecimiento constante (160). La lejanía,
mercados coloniales tuvo la ven.* de pemddr el ascenso de jod
mercados Una marina es necesaria, ya sea para la c
clase de manne marítim0s y sus operaciones militares c
sa de un país con rnt rotecdón de su comercio... los servicios

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..porei comercio y la marina son recÍDr
prouva son mutuos (190,,). La °«* y los efectl
. a progreb V17U' U. La tendencia ectos de Su
¡>* hada CS,0S eSPad0S'de Puede e,D"ah,ral d''<* grmT
Í*» y * los m. capitales hacia **"« gtan “
£*« retornos rap,dos, d,atribuye el capi,al d ?"* Puedan

^«a, indepeitdKittanente de sus peones "acio"« de ti™


a je Gran Bretaña ha llegado al Pare® °b^a°„dó^<2091'U c'erta
rique-
. statin de magnificencia Hpcmnc.__ a ferer>tes síntr. síntomas.
un 0 lCÎ5UraQ3 V, Dor qii« ma-
** «* de la Salida Peonada por nuevas ““
,a población de una comunidad ha alcanzado un nivel mu i ^O
«P^ a SUí¡T*" de S“bsiste"“. d Ptecio del trabajo £££.con „
siempre pos,ble encontrar en circulación una amplia acumulad,* * w
hitantes... en el pais 11031 : dispuesta a pasar de una profesión a otra in
diñada con frecuencia, debido a su estado de ocio y exigencias, a adoptar
caminos viles para satisfacer sus deseos, siempre dispuestos a servir al Es-
tddo en el ejercito o lâ marina. De là misma manera, cuando la riqueza de
un pais se incrementa de gran manera, sin que los caminos para errmlear
mismo
yen y una buena parte del capital nacional fluye, pasando de un empleo
a otro, a fin de obtener los mayores beneficios. Tiene lugar con frecuencia
conserve
constante una porción separada del capital, todos los canales conocen un
exceso, y algo del capital, proveniente de cada canal se concentra en una
masa variable lista para cualquier especulación comercial, o para près
^ o para prestar al Estado. La población se incrementa aún gu
que el descontento, etc. Emigran antes de que la necesidad^ea
se a abandonar sus hogares. Sucede lo mismo con e cap ^ ^ prefe.
««nue predomina el espíritu de especun«>-*u* * —— al actjVidad. Sin em-
údas a las colonias donde la agricultura es la prin P enviada a las
L._ .. Enrona na !>luu
una
colonias continentales
POrnilP la oerl^iríf
I 235

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trabajadores para satisfacer la demanda que surge del capital empleado
etc., mientras que las colonias proveen una demanda de trabajo adaptada

Í a todas las constituciones, abriendo un espacio para todos los que carecen
de capital. Si las colonias no ofrecen tampoco una salida para la abun­
dante población de un país, ni para su capital en exceso, ambos buscarán
naturalmente empleare en países y colonias extranjeros que sufran una
penuria de hombres y de capital. También resulta interesante la entrega
de posesiones coloniales, ya sea a los colonos para que se conviertan en un
poder independiente, o a Estados extranjeros, a fin de mantener a la gente
y al capital en la metrópoli (218-22). Las restricciones impuestas sobre las
colonias americanas, por la política de la Europa moderna, han consistido
en el monopolio del comercio y el monopolio del trabajo (239). Las pro­
hibiciones o desincentivos hacia ciertos tipos de industrias coloniales han
sido más bien supérfluos, antes que constituir una carga: diseñados para
prevenir lo que de por sí no pasaba. La industria, la manufactura, eran
imposibles en los primeros asentamientos coloniales (240). Esto no signi­
ficaba que se prohibiera en las Indias Occidentales la refinación del azú­
car (241). Las islas francesas estaban libres de esta opresión (Le). Por otra
parte, el cultivo del tabaco estaba prohibido en Inglaterra. Al principio se le
impuso un gravamen. Luego se lo prohibió completamente. En acuerdo
con el espíritu de la prohibición de fabricar manufacturas elaboradas en
América, Inglaterra debió haber impuesto elevados gravámenes al cultivo
del algodón y de la caña de azúcar en Inglaterra. La ley 21 Geo II c.30 otor­
gaba una prima al índigo producido en las colonias, en tanto que las leyes
23 Geo. üc 29 y 30 Geo. II c. 16 prohibían a los colonos levantar molinos y
hornos que dificultaran el desmonte de tierras (242,3). Compañías mono-
polfcticas, en diferentes periodos, obtenían la administración del comercio
colonial, en cada país de Europa. Al principio, España y Portugal, en lugar
de compañías, restringían 11041 el comercio colonial a ciertos puertos de
la metrópoli y de las colonias (249,50). En lugar de ello, la Compañía Ho­
landesa, al igual que la compañía inglesa de las Indias Orientales, se ocu­
paban del gobierno político y mercantil de las colonias, según los términos

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documentos de constitución. Los españoles y los portugueses nun-
desús
ermitieron este poder político en ninguna compañía (251).
cap

Política colonial holandesa

La consecuencia necesaria de la extrema opulencia, alcanzada por gente


que no posee un territorio que sea en proporción igual de grande, es que
los medios para emplear ventajosamente el capital se harán cada vez más
difíciles; los beneficios de su utilización más reducidos y su acumulación
más lenta... Aunque los salarios elevados sean una explicación de los ba­
jos beneficios, aun así, si la competencia entre capitales disminuye los be­
neficios, los salarios deben caer junto con éstos y no incrementarse con la
extensión del capital. Las elevadas tasas salariales en Holanda solo son
causadas en apariencia por la severidad de los impuestos. El trabajador
gana menos que en cualquier otro estado libre, aunque en términos nomi­
nales reciba más (294, 5). Los venecianos, que obtenían una gran riqueza
gracias al monopolio del comercio con Oriente, perdieron este medio de
obtener beneficios, luego del descubrimiento del pasaje del Cabo. Sus te­
rritorios eran extremadamente reducidos y otras naciones comenzaban a
alcanzarlos en la ciencia de la navegación, así que no tuvieron otra alter­
nativa que invertir el dinero que habían ganado en los países extranjeros,
a cambio de intereses, convirtiéndose en los corredores de bolsa de Euro­
pa Luego, los holandeses consiguieron inmensas riquezas, al absorber
el comercio de Europa y al arrebatar a otras naciones el progreso realizado
en este dominio. Su exceso de capital se empleó en varias especulaciones
en las ramas más remotas del comercio exterior, en préstamos a gobiernos
extranjeros, y a individuos en países extranjeros (296,7). Es muy probable
que los holandeses fueran acreedores, en un momento dado, de más de
a» millones de libras esterlinas, prestadas a su propio gobierno y a Esta­
dos extranjeros (299,300). Holanda requeria también que las colonias ex-

I 237

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tranjeras le abrieran
* —J/UOl que no
fin de garantizar la posesión
apertura en todo m
y francesas estaban
ses, en sus primeros asentamientos, y las colonias danesas debían comple-
tamente su fundación al capital holandés (301). Holanda conoció una de­
bacle, luego del surgimiento de otros Estados. Esto se debe a que el
producto principal de Holanda es de un tipo que no es exclusivo de nin­
gún país, sino que pertenece a un estado social en cada país: es la capaci­
dad del capital y de la habilidad mercantil (304). Con la apertura al comer-
ció en tierras remotas, tan pronto como la cantidad de grandes capitales es
suficiente, una parte del mismo se inmoviliza de manera permanente en
las operaciones de los nuevos mercados y se emplea exclusivamente en las
tareas de reunir y surtir los cargamentos de mercancías, que los otros ca­
pitales se ocuparán de circular y transportar. Esto explica el establecimien­
to de factorías en países lejanos cuyos Estados se han ocupado poco en el
comercio. El establecimiento de dichas factorías constituía el objetivo
principal de todas las compañías comerciales a acciones (318,19). La cons­
titución de la compañía, al principio, invierte en el comercio de larga dis­
tancia más de lo que se gastaría de otra manera, a fin de beneficiar a una
pequeña clase de accionistas. La suma de monopolios mantenía capitales
que de otra manera hubieran huido, a fin de conservar la existencia de la
compañía: la adquisición de poder político es con frecuencia perjudicial
para la metrópoli, es por lo general desastrosa para la propia asociación, y
F siempre fatal para las provincias distantes, sobre las que su dominio se
, pvtendido Esta es la historia de la Compañía de las Indias Orientales. Sus
h durante 6 años, hasta 1610: 36%. En poco tiempo, las
.■u.ridondos anuales durante , . , „
elevan de 3000 a 15 000 y en algún penodo llegan
nes i . g veces su costo inicial. La compañía ob-
so a 24 000 florines, es ^ dinero al gobierno con los costos
el monopolio luego e apo constitudóa se le otorgó el derecho
tuvo
En !602,
fcn lou-É., con-a*
ww.. _ territorios
comerciar en Oriente y soberanía

A
238 I

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que adquiriera (bajo la supervisión de los Estados Generales) mediante
contratos de compra o conquista, el poder de designar a sus funcionarios,
e| derecho de organizar fuerzas para la defensa de sus territorios y de re­
dactar cualquier ley que considerara adecuada para la administración de
sus dominios... Las grandes ciudades comerciales de la república, intere­
sadas en participar como accionistas, nombraron cada una cierto número
de directores, mismos que se ocupaban de los asuntos de la compañía en
primera instancia. 17 de entre ellos estaban encargados de la gestión coti­
diana de los asuntos comunes, ganaban buenos salarios, además de los
privilegios inherentes a dichos cargos. Cuando se añadía una colonia a los
dominios de la compañía, el gobierno la dejaba en manos de un capitán
general, que comandaba las fuerzas militares y presidía el consejo; un direc­
tor general, encargado de la gestión del capital de la compañía y de la su­
pervisión de sus intereses comerciales; un mayor general, el segundo en el
consejo y 5 consejeros especiales. La reunión de estos 8 funcionarios cons­
tituía el gran consejo, poseedor de amplios poderes ejecutivos y delibera­
tivos en todos los asuntos relacionados con el gobierno de la colonia, la
guerra y el comercio. En 1616, la compañía poseía 45 navios de gran tama­
ño, dedicados a la guerra y al comercio, con 10 000 soldados y marineros
a su servicio y 4000 piezas de artillería (320-4). Hacia finales del siglo XVI-
II^O naves, que llevaban de 30 a 60 armas y 25 000 hombres, incluyendo
soldados; al mismo tiempo, todas las posesiones en Java y sus dependen-
50 eneraban 361 260 dólares (326). Hacia 1780, las ganancias habían caí­
ciasg
do a 2 % % Para los accionistas (332). Entonces, las Provincias Unidas, en
1 ° ar de haber aprovechado sus posesiones en Oriente, para garantizar y
Ibrir paso al capital en abundancia... han arruinado casi completamente
el comercio con las Indias Orientales y dificultado el crecimiento de sus
colonias, no sin antes enemistarse con las potencias nativas, a través de la
Compañía de las Indias Orientales; y han obtenido, a expensas de todos
los grandes capitalistas y aventureros industriosos en la república, una
renta anual miserable, para la indolencia de algunos pequeños accionis­
tas, e inmensas fortunas para la avaricia de algunos aventureros (332, 3).I

I 239

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Permiso otorgado por octava vez en 1762, y la prima promedio pagada
por esta renovación era de 270 000 libras esterlinas o de 3 millones de flo­
rines. Pagaron de manera uniforme un interés compuesto de 16 000 flori­
nes por año, en lugar de derechos de aduana; y el monto de los aranceles
sobre las importaciones de las Indias Orientales era de 425 000 florines en
promedio. Con frecuencia, la compañía facilitó dinero al Estado, en parti­
cular en la guerra con los españoles. Sostuvo con frecuencia las manufac­
turas en decadencia de las diferentes ciudades de las provincias, entregó
cada año una considerable cantidad de dinero al estatúder, que garantiza­
ba la influencia de su cargo y otorgaba con frecuencia al reino un porcen­
taje del costo de las acciones, además de proveer abundante salitre a bajo
precio para el servicio del ejército y de la marina. Gracias a estos insignifi­
cantes regales, la Compañía conservó su popularidad, entidad que "con
mucho, era la institución comercial más nociva que haya jamás existido
entre los hombres" (335, 6). En Holanda: el comerciante que es designado
como agente y consignatario de un dueño de plantación, da a conocer un
aviso público en sentido que, en cierto momento, una cantidad de dinero
será exigida para la plantación, a través de un crédito, y que los documen­
tos de las valuaciones y producción están en su poder, y que ha recibido
tanto que director del emprendimiento,
pensaoies acias uc mismo
—-------- 1-------------------------------------------
dueño de la plantación, de manera personal y absoluta 11061, hasta la
* *-------- i—1 * fin de pagar, en una fecha determi-
nada, los préstamos entregados, en forma a ser
naaa, ius pxwiomw------ 0
incluidos bajo ciertas condiciones. De esta manera, se invitaba a las perso-
• ------—/-nía íronoraKan inforococ ir
mismos
ñas a tump****-------- . . t
——i- s. _•» Idos por
»rrzzz itrrrr:
^ así como a mostrar los documentos
CUentaS, una vez a _1 cr» nhfpniHn oraríac
lantación y el progreso
relacionados con el estado ae w F*“ capital "compraron de buena gana las
al crédito. Los hombres con a g tregando dinero bajo una forma
•____^ tal» iniciativas privadas, entreg
friones

240 I

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milar a la de los bonos del Tesoro británico. Cuando
este experimento
mercantil se intentó por primera vez, las acciones fuere
increíble rapidez por todos, emitiéndnop ai __

términos
expectativas de
pequeños
- * —- V» i * i utuu a al ríes-
gar una parte de sus posesiones en cada una de estas aventuras... Enton-
\ /% r* ^ _*■ _ 1 % tv « -
pequenos
coloniales, ti monto de las deudas coloniales era enorme. Según Malouet,
solo la deuda de Surinam alcanzaba en 1776 los 80 millones de florines.
Estima la parte del producto neto que llega a los dueños de plantaciones
en 1/10 solamente; 1 /5 va al gobierno, 2/5 a los seguros, el transporte y
las comisiones; 3/10 a los intereses de deudas y a los siniestros. De 400
casas de propietarios, en 1776, solo 20 estaban libres de deudas y eran ex­
entre
nio, 150 casas llegaban a 1/2, y el resto debía entre 3/4 y el total de su
patrimonio o incluso más. La avidez con la que los prestamistas de la me­
trópoli prestaban dinero en las colonias, incitaba a los dueños de planta­
ciones, que deseaban incrementar sus ventas o encontrar un alivio para
sus circunstancias desesperadas, transmitían a Europa estimaciones de su
propiedad más elevadas que la realidad. Era usual enviar el mismo barco
de esclavos y ganara de una plantación a otra, cuando correspondía reali­
zar los inventarios y valuaciones, y los productos se contrabandeaban con
frecuencia, desde la colonia, utilizando barcos extranjeros, causando un
* a los responsables en Holanda. Este último, por su parte, cuando
^nía mala suerte, agotaba sus propios fondos y crédito, a fin de entregar
a los accionistas los intereses adeudados, y con frecuencia caía en banca­
rrota, mientras que, al mismo tiempo, las acciones se vendían a precios
elevados. La bancarrota de una casa comercial de las Indias Occidentales
sacudía a toda la bolsa de valores de Amsterdam y se sentía en toda la
república como el golpe de una bancarrota nacional. Por otra parte, los
peores males acechan a los dueños de plantaciones, debido al duro trata­
miento por parte de algunos acreedores, mismos que, siguiendo de mane-I

I 241

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ra estricta la letra de las leyes, tenían agentes listos para forza
las plantaciones, en caso de que los dueños deiara„ ^ ^la Venta de

a tiempo. En esto caso, el comprador era el propio acreedor ádo


suyo, pagando el mismo un precio muy bajo (353 _ 7) Cuand^
500 000hombres emigraron de España a las colonias en un periododTtr
siglos (387). Mesta... Los propietarios de rebaños en las provincias del
te del Reino los conducen a través de los reinos de Castilla y de León has
ta las provincias de Extremadura y Andalucía para pasar el invierno En
su camino, estos rebaños pueden utilizar libremente todas las tierras co­
munes y sin cercar, que son bastante extensas; y no es posible levantar
cercas en las áreas que atraviesan si no se deja un espacio de 90 yardas de
ancho para que descansen. Incluso en los distritos mejor cultivados, se fija
un precio muy bajo para permitir su pastoreo; y pueden utilizar todos los
campos de olivares, y los pastores tienen ciertos privilegios para cortar
leña. La cantidad de ovejas ha variado a lo largo del tiempo 11071 ; en el
siglo XVI, eran 7 millones, son 5 millones en la actualidad. Todos estos
animales, acompañados por 25 000 cuidadores, además de perros y un
considerable número de caballos, durante 40 días, dos veces al año, devas­
tan de manera legal las mejores provincias de España (407,8).

Vol. II.

Libro II. Sobre las relaciones exteriores de las Colonias

Antigüedad no existía la relación entre


daban
tánicas, - R“"bados las Bermudas y las Bahamas
sivamente en B > Uc-.i»«H<»sas era d
la relación era uc *
cesas, conjunto de las Indias Occidentales

242 I
\ \
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%
\ ^edad, los blancos son mas numerosos en las ciudades, donde hay
Cabres libres y el gobremo es más fuerte. Los negros están disi

> esencialmente en e campo La capital de Jamaica contiene % 0 V5


\ la población blanca total de la isla y solamente V15 de los negros (74).

Libro IV. Acerca de la política interna de las


potencias europeas en cuanto a sus colonias

El trabajo voluntario a cambio de un salario, por muy simple que se


nos aparezca, acostumbrados como estamos al mismo, es sin embargo un
refinamiento totalmente desconocido entre las tribus salvajes de África...
En dicho continente jamás ha oído hablar de un hombre que trabaje para
otro, bajo el incentivo de recibir un pago o una recompensa, o debido a
cualquier otro acuerdo voluntario. No existe otra cosa aparte de la coer­
ción para provocar la división del trabajo y la recompensa, coerción que es
tan repulsiva para la justicia natural (419, 20).

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Vicepresidencia del Estado
Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinarional
BOLIVIA

Las notas de julio a septiembre de 1851, extractos


de los cuadernos de Londres, constituyen una
pequeña muestra del interés de Marx respecto al
colonialismo. En estas notas, Marx deja en claro
que la colonización fue una empresa europea
ligada al desarrollo del capitalismo con la fuerza
de transformar la vida de colonizadores y
colonizados.
Todas estas notas y resúmenes de lecturas traen
elementos descriptivos sobre la colonia, el tráfico
de esclavos, las formas de control de la tierra por
parte de pueblos indígenas, las autoridades
políticas y religiosas indígenas, hasta las labores
jesuítas y las reducciones de los pueblos indígenas.
Trabajadas en la biblioteca del Museo británico, se
trata de lecturas y materiales complementarios
para el estudio de la obra de Marx.

ISBN: 978-99974-77-86-0

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