Sec. Dr Ivan Osorio.
Exp. Nro. 264-2006
Sumilla.- Alegatos
SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO MIXTO LA MOLINA-CIENEGUILLA :
…………………………………………….., en el
proceso seguido por OTORGAMIENTO DE
ESCRITURA PUBLICA ante vuestro despacho:
Señor Juez, en vía de alegatos debemos señalar lo
siguiente y en relación a los precitado en la Resolucion Nro. Emitida por la
Segunda Sala Civil de fecha………:
1. Respecto de la falta de pericia de oficio ordenada por el juez y
obligación de dar entrega de la minuta original para la sentencia.
Al respecto, cabe precisar que son los elementos probatorios aportados por las
partes procesales las cuales deben generar en el juez convicción respecto de
las pretensiones materia del proceso. En otras palabras, los medios
probatorios son el vehículo mediante el cual el juez obtiene la prueba respecto
de las posiciones asumidas por las partes en un proceso judicial.
Sobre el particular, la demandante ha presentado copia legalizada de la
minuta de fecha 14 de junio de 2005 y legalizada ante Notario Público de
Lima Moisés Espino el 15 de junio del mismo año. Del mismo modo,
también ha presentado recibos de pago expedidos por el demandado, que obra
a fojas 122 de autos, en el cual aparece que éste último declara haber recibido
de la persona de Elisabeth Reneé Palge We Aliaga la suma de S/. 325,000.00
por concepto de venta del indicado inmueble.
Asimismo, la demandante ha presentado copia certificada de una pericia grafo
técnica efectuada por el perito Antonio Vizcarra Álvarez de fecha 05 de marzo
de 2007, en donde se establece en sus conclusiones que existen similitudes
gráficas que se reproducen entre la firma del señor Carlos Manuel Salas
Sánchez consignada en el recibo de pago por la venta del inmueble,
contrastándola junto con otros documentos firmados por el demandante, entre
los cuales se incluye (i) la minuta de compraventa de fecha 14 de junio de
2005; (ii) partida de RENIEC original del demandado; (iii) acta de matrimonio
del demandado y su cónyuge Katherine Ruth Alvarado Huayllasco de fecha 20
de noviembre de 2004 emitida por la Municipalidad de La Molina; (iv) diversos
contratos de alquiler y recibos que comprueban el pago mensual de la merced
conductiva por el arrendamiento del inmueble sito en Calle Tres Marías N° 298
Surco; entre otros; coligiéndose del propio decir del perito Antonio Vizcarra
Álvarez en sus conclusiones que la firma dubitada trazada en el documento
denominado “RECIBO” de fecha 15 de junio de 2005, proviene del puño gráfico
de su titular Carlos Manuel Salas Sánchez.
Que sin embargo, y a pesar de los medios probatorios ofrecidos por la
demandante, el demandado no ha presentado medios probatorios
suficientes que desvirtúen lo dicho por la demandante. En efecto, el
artículo 194° del Código Procesal Civil prescribe que “salvo disposición legal
diferente, la carga de probar corresponden a quien afirma hechos que
configuran su pretensión, o a quien los contradice alegando nuevos
hechos”.
A juicio de este juzgado, el demandado no ha podido demostrar los hechos que
aduce en su escrito de contestación de demanda (que obra en fojas 39 a 45), y
en donde básicamente menciona lo siguiente: (i) los hechos detallados en la
demanda son totalmente falsos; (ii) que las firmas presentadas en la minuta
son falsificadas, ya que su persona no conoce al recurrente ni a su poderdante
ni ha firmado contrato alguno, hecho que se desprende de la simple
comparación de las firmas que no corresponde a la realidad; (iii) que tampoco
era la firma de Elisabeth Reneé Palge We Aliaga la que aparecía en la minuta;
(iv) que se encontraba laborando en la empresa OPPFILM S.A. en Lurín
durante los días 13 al 18 de junio, para cuyo efecto acompaña la constancia de
trabajo expedida por dicha empresa y que obra a fojas 34.
En primer término, y en cuanto al certificado expedido por la empresa
OPPFILM S.A. obrante a fojas 34, con el cual el demandado también pretende
desvirtuar la validez de la minuta anexada a la demanda, se tiene que se trata
de un documento de carácter privado cuyo contenido no es suficientemente
indubitable para determinar si el emplazado suscribió o no el contrato, más aún
si además se tiene en cuenta que el contenido y la firma que aparece en la
minuta cuya elevación a escritura pública se pretende, firma atribuida al
demandado, no han sido objeto de tacha formal por el emplazado.
En efecto, con relación a la validez y eficacia de la minuta de compraventa de
fecha 14 de junio de 2005, este juzgado debe apreciar que tanto el documento
de comprobante como el recibo que demuestra la cancelación del precio bien
materia de transferencia no habían sido objeto de cuestiones probatorias (tacha
del documento), por lo que en consecuencia, mantienen su eficacia probatoria,
confirmándose la validez y eficacia de los mismos.
Cabe recodar que nuestro Ordenamiento Procesal Civil, ha dividido los
procesos de cognición en etapas procesales claramente definidas y
establecidas, y una vez concluida una de ellas es imposible retrotraerse
en el tiempo y regresar a la anterior. En el caso de autos, las pruebas fueron
ofrecidas oportunamente por las partes tanto al formular la demanda como al
contestar la misma. Si se quería cuestionar la validez del documento, el
demandado debió haber ofrecido como medio de defensa la tacha de la
minuta de fecha 14 de junio de 2005, legalizada con fecha 15 de junio del
mismo año, para así restarle eficacia probatoria a la minuta de
compraventa presentada por la demandante, así como la tacha del recibo
de pago presentado por la demandante en su escrito de demanda( lo que
no realizo en su debido momento). El artículo 189° del Código Procesal Civil
consagra el principio de oportunidad, por el cual los medios probatorios deben
ser ofrecidos por las partes en los actos postulatorios, salvo disposición distinta
de este Código.
Que sin perjuicio de lo antes mencionado, conforme a reiterada jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de Lima, con respecto a la tacha de
documentos, ésta tiene por finalidad restarle eficacia probatoria al documento
mismo, mas no al acto jurídico contenido en él. Esto es, la tacha documentaria
buscará que el documento no sea tenido en cuenta para probar la materia
controvertida, ello se desprende de los artículos 242° y 243° del Código
Procesal Civil. Esto último resulta de suma importancia, puesto que un proceso
de otorgamiento de escritura pública tiene por finalidad dar una mayor
seguridad a la celebración del acto jurídico, brindándole solemnidad o
formalidad revestida de garantías. Conforme a lo dicho por la Corte Suprema
de Justicia de Lima, Cas. N° 2952-2003-Lima, publicada en el Diario oficial “El
Peruano” con fecha 31 de marzo de 2005, “en el proceso de otorgamiento de
escritura pública solamente se busca revestir de determinada formalidad el acto
jurídico, no discutiéndose en esta vía los requisitos para su validez, de allí
que se sustancia en la vía sumarísima. El hecho de que en un proceso
judicial se pretenda el otorgamiento de una escritura pública no impide
que en otro proceso se pretenda declarar la invalidez del acto jurídico
contenido en dicho instrumento, pues entre ambas pretensiones no existe
identidad de petitorios, lo que ha de sustanciarse en vía de
conocimiento”. En ese sentido, este juzgado tiene suficiente certeza de que el
documento que contiene el acto jurídico de compraventa del inmueble, de
fecha 14 de junio de 2005, es válido en tanto el demandado no ha demostrado
en este proceso ni en cualquier otro la nulidad del acto jurídico, pretensión que
no se ventila en un proceso de otorgamiento de escritura pública que por cierto
se desarrolla en vía sumarísima.
Es justamente por tal razón que no es necesaria la realización de una
pericia de oficio grafo técnica sobre el documento. El artículo 194° del
Código Procesal Civil indica que cuando los medios probatorios ofrecidos por
las partes sean insuficientes para formar convicción, el Juez,
en decisión motivada e inimpugnable, pude ordenar la actuación de los medios
probatorios adicionales que considere convenientes. En pocas palabras, lo que
esta norma permite es que el juez decida incorporar medios probatorios al
proceso, sólo si considera que aquellos con los que cuenta no le permiten
convencerse de si el demandante tiene la razón o no la tiene. Sobre el
particular, y por los fundamentos antes expuestos, este juez no tiene duda
alguna respecto de la validez de pretensión hecha por la demandante y
respecto de la validez de la minuta de compraventa de fecha 14 de junio de
2005 y legalizada con fecha posterior, en la medida que el demandado ha
aportado medios probatorios adicionales que han generado convicción en este
juzgador a decir de la pericia de parte realizada por el perito Antonio
Vizcarra Álvarez, así como el resultado del proceso penal ventilado en el
Expediente N° 487-2009 del Juzgado Especializado en lo Penal de La
Molina y Cieneguilla por Falsificación de Documentos en agravio de
Carlos Manuel Salas Sánchez, Ángel Flores La Negra y el Estado, el cual
ha resultado sin condena para la demandante.
Una vez más, cabe recordar que el propio demandado ha otorgado validez
al documento con su propia conducta procesal, a pesar de sus dichos
expuestos en escritos posteriores, en razón que tuvo la oportunidad de haber
tachado el documento para demostrar la falsedad del mismo, ni tampoco
presentó alguna pericia de parte tal como hizo la demandante en relación al
recibo firmado. Este juzgado no ha considerado oportuno realizar pericia
de oficio en tanto los medios probatorios expuestos en el presente
proceso y la conducta procesal del propio demandado dan validez y
certeza a la pretensión de la demandante.
Que, conforme al artículo 1549° del Código Civil es obligación esencial del
vendedor perfeccionar la transferencia de la propiedad del bien; obligación que
comprende también el incumplimiento de la formalidad respectiva de la
escritura pública, como resulta de la interpretación de la norma citada,
concordante con el artículo 1412 del Código Civil, el cual menciona que si por
mandato de la ley o por convenio debe otorgarse escritura pública, las partes
pueden compelerse recíprocamente a llenar la formalidad requerida,
tramitándose la pretensión como proceso sumarísimo.
Es así que de lo que se colige de los actuados, el demandado ha tenido una
defensa deficiente que no le ha permitido fundamentar los hechos que alega,
en la medida que en todo momento ha aducido nulidad de la minuta de
compraventa objeto de la controversia mediante los diversos escritos y
alegatos presentados ante este juzgado, así como falsificación de su firma y del
sello notarial del Notario Público de Huacho Ángel Flores Lanegra, y sin
embargo y a pesar de haber tenido la carga de la prueba en demostrar los
hechos de su contradicción, no ha podido fundamentar los argumentos de su
contradicción más allá de lo alegado a través de sus escritos y sin fundamentos
más que el de su palabra.
Finalmente, y en cuanto al requerimiento de exhibir el documento original
de la minuta de compraventa de fecha 14 de junio de 2005, que la
demandante no ha presentado, este juzgado se contrae a lo expuesto por
la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, resolución
de vista de fecha 18 de setiembre de 2008, que corre a fojas 248-250, por
la cual se admite como medio probatorio válido y suficiente la copia
legalizada de la minuta presentada por la demandante.
Cabe mencionar que EXISTE AQUÍ UNA CLARA CONFUSION EN LO QUE
RESPECTA A LA MANERA DE COMO DEBE RESOLVER EL JUZGADOR
YA QUE SI BIEN EL OCTAVO CONSIDERANDO DE LA RESOLUCION
EMITIDA POR LA SEGUNDA SALA CIVIL esta Sala ha dispuesto que para
la admisión de la demanda es suficiente QUE A LETRA DICE: “… Si esta
Sala ha dispuesto que para la admisión de la demanda es suficiente la copia
legalizada por Notario Publico; también lo es que en la misma resolución de
vista ( resolución ya emitida) ; se ha ordenado (tiempo pasado) que el juez
debe valorar ese medio probatorio en la sentencia…”
Aquí el cuestionamiento ha sido claro ya que lo ha resaltado la sala es
que habiendo el mismo Juzgado con anterioridad aceptado como medio
probatorio la copia legalizada de la minuta, no cabe entonces bajo ningún
motivo volver a pronunciarse sobre la validez de dicho medio probatorio
mas aun si bajo recurso de apelación el mismo juzgado ordeno aceptarlo
como tal; ello se corrobora con el artículo 188° de ese mismo cuerpo
legal según el cual los medios probatorios tienen por finalidad acreditar
los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez respecto
de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones.
Debe considerarse que el Código Procesal Civil, ni ninguna norma o
dispositivo legal para tales efectos, prescribe que en un proceso de
otorgamiento de escritura pública deba anexarse el documento original
de la minuta. Bajo dicha premisa, el artículo 191° del Código Procesal Civil
precita que todos los medios de prueba, así como sus sucedáneos, aunque no
estén tipificados, son idóneos para lograr la finalidad prevista en el artículo 188°
del mismo Código, el cual menciona que los medios probatorios tienen por
finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el
juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones. En
ese orden de ideas, no cabe que este juzgado otorgue mayor o menor
fuerza y/o validez a la copia legalizada de la minuta presentada por la
demandante si la propia ley no distingue ni otorga mayor peso y/ validez,
o exige que sea un requisito ad-solemnitatem, a la presentación de la
minuta original.
Esto es congruente con lo expuesto en el Código Procesal Civil, artículo
246°, por el cual se señala que no es necesario el reconocimiento del
documento privado si es que no existe tacha sobre el mismo. Ante ello, la
copia legalizada de la minuta de compraventa de fecha 14 de junio de 2005 se
presume auténtica y válida, habiendo generado en el juzgador suficiente
convicción para pronunciarse favorablemente sobre la pretensión de la
demandante.
2. Respecto de la propiedad del inmueble y sus vínculos con el Gral.
Villanueva
En cuanto al hecho de que el inmueble ubicado en Calle Tres Marías N°
208, distrito de Surco, haya sido adquirido con dinero proveniente de los
actos de corrupción funcional en que habría incurrido el extinto Gral. Oscar
Juan Villanueva Vidal, pero que habría sido inscrito a nombre de terceros
para evitar su vinculación con eventuales acciones de la justicia penal; este
juez considera pertinente indicar que la vinculación del inmueble a
supuestos actos de corrupción ya ha sido investigada por la Primera Sala
Penal Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima.
En efecto, si bien el Sexto Juzgado Penal Especial de la Corte Superior de
Justicia de Lima ha informado a este despacho sobre la existencia del
proceso penal que recae en el Exp. N° 37-2008, también es cierto que la
Primera Sala Penal Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima ya ha
fallado con relación a los supuestos delitos alegados en dicho proceso
penal (asociación ilícita para delinquir y encubrimiento real), no
habiéndose pronunciado la referida Primera Sala Penal Especial sobre el
fondo y habiendo declarado la prescripción de los delitos antes enumerados
(Res. N° 10, de fecha 1 de marzo de 2010) que versaban sobre la
propiedad del inmueble. Sobre esto último, no deja de llamar la atención
que la existencia de este proceso penal haya sido advertida en todo
momento por el demandando como medio probatorio y argumentando una
supuesta confabulación de la demandante y otras personas en apropiarse
de un inmueble que habría sido adquirido con dinero proveniente de la
corrupción; y sin embargo, el demandado también había sido incluido como
denunciado y se le había abierto instrucción por los mismos hechos, tal
como se anota de la Resolución emitida por el Sexto Juzgado Penal
Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima,. En cuanto a lo antes
dicho, también debe recalcarse que la demandante no obra como
denunciada y aparenta ser en todo momento una tercera de buena fe.
Asimismo, también son de aplicación para este extremo los argumentos
vertidos en cuanto a la presunción de inocencia antes anotados en la
presente resolución, y sobre los cuales ya nos hemos pronunciado en
abundancia.
En ese orden de ideas, no sólo los hechos invocados por el demandado con
relación a la supuesta irregularidad del inmueble objeto de la controversia
carecen de sentido en la medida que en este proceso civil no se está
discutiendo ni corresponde pronunciarse sobre si la propiedad
perteneció a personas vinculadas con el régimen político de los años
1990-2001, ni tampoco el sustento ni origen ilícito del dinero con el cual el
Gral. Oscar Juan Villanueva Vidal supuestamente habría adquirido el
inmueble; sino que adicionalmente, debe respetarse en todo momento la
presunción de inocencia de las partes procesales, tanto demandante
como demandado, los cuales no han recibido condena alguna respecto de
la venta originaria y/o posterior del inmueble.
Ante ello, tampoco resulta adecuado que este juzgado valore, para efectos
de su decisión sobre la pretensión de la demandante, hechos que fueron
materia de prescripción de la acción penal por parte de los juzgados y Salas
correspondientes, en las vías especiales conformadas para tales efectos.
3. Respecto del deber de inscripción de la copia legalizada
Cabe señalar que la demanda de otorgamiento de escritura pública tiene
por finalidad que el emplazado cumpla con la obligación de hacer, referida a
la formalización del documento privado de compraventa, a fin de que este
acto jurídico conste en el instrumento público (Escritura Pública) en mérito
del cual se admita su inscripción en el Registro.
En el presente caso, el órgano jurisdiccional ha valorado la minuta de
compraventa de fecha 14 de junio de 2005, lo que precisamente
determinó que se dictara la presente Resolución, circunstancia ésta que
al integrar un mandato judicial emanado del órgano competente para
conocer la controversia jurídica, no puede ser dejado sin efecto, directa o
indirectamente, o cuestionado en sede registral, con el argumento de que
se trata de una copia certificada, pues la autenticidad y el valor
probatorio que mereció el citado instrumento coadyuvó a la decisión
judicial que amparó la demanda de otorgamiento de escritura
correspondiente y a su posterior formalización; porque conforme al
artículo 2011° del Código Civil, la presente resolución judicial es
mérito suficiente para que se inscriba la escritura pública en el
Registro Público sin admitir observaciones o cuestionamientos por
parte del Registrador sobre la validez o eficacia del documento.
Conclusiones resaltantes en el presente proceso.-
1. El demandado en ningún momento ha presentado pruebas que
reafirmen sus argumentos de contradicción, en los cuales falazmente
afirma que mi representada ha actuado con dolo y premeditación, y que
supuestamente habría falsificado la minuta de compra-venta de fecha 14
de julio del año 2005. Debemos tomar en cuenta, señor juez, que el
demandado en ningún momento presentó tacha formal a la minuta
objeto de la presente demanda, con lo cual éste ha reconocido su
veracidad a lo largo del proceso, conducta procesal que deberá tenerse
presente para la expedición de su resolución definitiva.
2. La demandante, por el contrario, sí ha aportado pruebas suficientes que
permiten verificar la validez de la minuta de compraventa, lo cual incluye
la pericia grafotécnica presentada a vuestro despacho para
consideración respecto de los recibos de pago, y que obra de autos en
el expediente de la referencia; así como copia de la sentencia y
resolución del consentimiento del Juzgado Transitorio en lo Penal de la
Molina – Cieneguilla (Exp. 487-2009), ambos documentos presentados a
vuestro despacho mediante escrito de fecha 01 de junio del año en
curso, y de donde se desprende que el proceso penal concluye SIN
CONDENA para la señora Palge We Aliaga, cuyo contenido ratificamos
a través de la presente. Con ello también se cumple lo requerido por
la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima,
quien en el considerando Séptimo de su Resolución N° 07 de fecha
02 de marzo de 2012 que declara la nulidad de la Resolución N° 29
de vuestro despacho apelada por la parte demandada, ordena al
Juzgado Mixto de la Molina – Cieneguilla que tenga en cuenta el
resultado del proceso penal antes mencionado para resolver.
3. Con ello, se desvirtúan de manera total los únicos – y pobres –
argumentos del demandado, quien ante la carencia de fundamentos
jurídicos de la cual adolece su defensa y ante su propio reconocimiento
original en la validez de la minuta de compraventa, ratificado en el
hecho que al momento de contestar la demanda no objetó con la
tacha formal del documento la validez del mismo, se ha visto en la
desesperada necesidad de sorprender a vuestro juzgado y a la Segunda
Sala Civil de la Corte Superior con informaciones acerca de un proceso
penal sobre falsificación de documentos (seguido en el Juzgado
Transitorio en lo Penal de la Molina – Cieneguilla), que como hemos
demostrado, ha concluido sin condena para mi representada.
4. En ese sentido, el artículo 196° del Código Procesal Civil prescribe que
salvo disposición legal diferente, la carga de probar corresponden a
quien afirma hechos que configuran su pretensión, o a quien los
contradice alegando nuevos hechos. El demandado sólo se ha
encargado de calumniar a mi representada a lo largo del proceso con
afirmaciones sobre la falsificación de la minuta de compraventa y
diversas conductas dolosas, más no ha presentado documento alguno
en donde pruebe fehacientemente los hechos de su contradicción.
5. En atención de lo anterior, debe tenerse presente lo dispuesto en el
artículo 242° del Código Procesal Civil, por merito del cual su segundo
párrafo menciona que si en un proceso penal se establece la falsedad
de un documento, éste carece de eficacia probatoria en cualquier
proceso civil. Al no haber sido declarada dicha falsedad en el Proceso
Penal seguido por el Juzgado Especializado en lo Penal de la Molina y
Cieneguilla, Exp. 487-2009, no cabe tampoco que se tome en cuenta la
denuncia penal para demostrar la nulidad del acto jurídico y falsedad de
las firma del demandado.
6. Esto se ve corroborado en la Sentencia del Tribunal Constitucional que
recae en el Expediente N° 1805-2005-HC/TC (Máximo
Humberto Cáceda Pedemonte] en donde nuestro órgano supremo
constitucional describe a la prescripción, desde un punto de vista
general, como “la institución jurídica mediante la cual, por el transcurso
del tiempo, la persona adquiere derechos o se libera de obligaciones. Y,
desde la óptica penal, es una causa de extinción de la responsabilidad
criminal fundada en la acción del tiempo sobre los acontecimientos
humanos o en la renuncia del Estado al ius punendi, bajo el supuesto de
que el tiempo transcurrido borra los efectos de la infracción, existiendo
apenas memoria social de ella. Dicho de otro modo, en una Norma
Fundamental inspirada en el principio pro hómine, la ley penal material
otorga a la acción penal una función preventiva y resocializadora, en la
cual el Estado autolimita su potestad punitiva; orientación que se funda
en la necesidad de que, pasado cierto tiempo, se elimine toda
incertidumbre jurídica y se abandone el castigo de quien lleva mucho
tiempo viviendo honradamente, consagrando de esta manera el
principio de seguridad jurídica”. Sin perjuicio que negamos
enfáticamente haber cometido algún ilícito penal, como
calumniosamente afirma el demandado, no podemos dejar de reiterar lo
expuesto por el Tribunal Constitucional en razón que las incertidumbres
jurídicas vertidas en el proceso penal han concluido, reforzando nuestra
posición bajo el presente proceso de otorgamiento de escritura pública.
7. Adicionalmente, y en cuanto a lo dicho por la Segunda Sala Civil de
la Corte Superior de Lima en su Resolución N° 07 (considerando
Octavo) respecto de la supuesta procedencia ilícita del inmueble por
cuanto éste habría pertenecido al Gral. Oscar Juan Villanueva Vidal,
también debemos afirmar que carece de relevancia jurídica que usted
se pronuncie sobre tales actuados en el presente proceso civil de
otorgamiento de escritura pública. Cabe indicar que no existe ninguna
litispendencia entre ambos procesos (civil y penal), puesto que la señora
Palge We Aliaga en ningún momento formó parte del proceso penal,
siendo una tercera de buena fe quien adquirió el inmueble al propietario
(demandado) que aparecía en los Registros Públicos en dicha condición.
8. Respecto de esto último, el demandado ha proporcionado información
inexacta a las distintas judicaturas, queriendo ensuciar el proceso civil
de otorgamiento de escritura pública al relacionarlo con un proceso
penal que no guarda ninguna relación con el presente caso. No sólo eso,
debemos expresar de manera contundente que fue el propio CARLOS
MANUEL SALAS SANCHEZ, y no mi representada, quien fuera
incluido en el proceso penal que investigara el origen del inmueble
en calidad de denunciado. Con lo cual demostramos que la conducta
procesal del demandado siempre ha sido cuestionable, tratando de
imputar a mi representada hechos sobre los cuales era el propio
demandado uno de los denunciados penalmente.
9. Sin perjuicio de ello, y para efectos de cumplir con lo dispuesto por la
Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justifica de Lima quien ha
solicitado a vuestro despacho que valore dicho aspecto al momento de
resolver, hemos cumplido con adjuntar copia la Resolución N° 10 de la
Primera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Lima, con la cual
se demuestra que las partes que formaron parte del proceso penal
respecto de la investigación del inmueble, fueron excluidas del proceso
penal y respecto de su origen lícito, sin condena.
10. Por otro lado, y en cuanto al requerimiento de la Segunda Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Lima en su Resolución N° 07, de exhibir
el documento original de la minuta de compraventa de fecha 14 de junio
de 2005, es necesario recordar que fue la propia Segunda Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lima, que por resolución de
vista de fecha 18 de setiembre de 2008 admite como medio
probatorio válido y suficiente la copia legalizada de la minuta
presentada por mi representada. Cabe mencionar que el artículo
233° del Código Procesal Civil señala que documento es todo
escrito u objeto que sirve para acreditar un hecho.
11. En ese sentido, el Código Procesal Civil, ni ninguna norma o dispositivo
legal para tales efectos, prescribe que en un proceso de otorgamiento de
escritura pública deba anexarse el documento original de la minuta. Bajo
dicha premisa, el artículo 191° del Código Procesal Civil señala que
todos los medios de prueba, así como sus sucedáneos, aunque no
estén tipificados, son idóneos para lograr la finalidad prevista en el
artículo 188° del mismo Código, el cual menciona que los medios
probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por
las partes, producir certeza en el juez respecto de los puntos
controvertidos y fundamentar sus decisiones. En ese orden de
ideas, no cabe que vuestro juzgado otorgue mayor o menor fuerza y/o
validez a la copia legalizada de la minuta presentada por la demandante
si la propia ley no distingue ni otorga mayor peso y/ validez a la
presentación de la minuta original.
12. Finalmente, la Segunda Sala Civil nunca solicito la realización de la
pericia grafotécnica de oficio ya que los hechos se encuentran
suficientemente acreditados y deben ser considerados suficientes
para generar convicción al juez, y siendo proceso sumarísimo el de
otorgamiento de escritura pública, dicha actuación no corresponde
a esta etapa ni a la naturaleza del proceso sumarísimo. El artículo
194° del Código Procesal Civil indica que cuando los medios probatorios
ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar convicción, el
Juez,
en decisión motivada e inimpugnable, pude ordenar la actuación de los
medios probatorios adicionales que considere convenientes. En pocas
palabras, lo que esta norma permite es que el juez decida incorporar
medios probatorios al proceso, sólo si considera que aquellos con los
que cuenta no le permiten convencerse de si el demandante tiene la
razón o no la tiene sin embargo en esta etapa del proceso no
procede ni siquiera la valoración de medios probatorios ya que
estos se encuentran precluidos. Sobre el particular, y por los
fundamentos antes expuestos, no debe quedar duda alguna respecto de
la validez de pretensión hecha por la demandante y respecto de la
validez de la minuta de compraventa de fecha 14 de junio de 2005, en la
medida que el demandado ha aportado medios probatorios adicionales
que han generado convicción en este juzgador a decir de la pericia de
parte realizada por el perito Antonio Vizcarra Álvarez, así como el
resultado del proceso penal ventilado en el Expediente N° 487-2009 del
Juzgado Especializado en lo Penal de La Molina y Cieneguilla por
Falsificación de Documentos en agravio de Carlos Manuel Salas
Sánchez, Ángel Flores La Negra y el Estado, el cual ha resultado sin
condena para la demandante.
Por tanto:
Sírvase tener por formulado nuestros alegatos en los
términos expuestos.
PRIMEROTROSI DIGO: Que, designamos y le solicitamos a Ud. Señor Juez,
autorizar la presencia e intervención al letrado que autoriza el presente escrito,
en todas las diligencias que ordene llevar a cabo su Despacho.
SEGUNDOOTROSI DIGO: Que, solicito se sirva conceder el uso de la palabra
a mi abogado defensor, fin de informar oralmente en el presente proceso por
un lapso no menor de 10 minutos, pedido que formulo al amparo de lo
preceptuado por el Art. 289 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Lima, 27de Noviembre del 2012.