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Las Invasiones de Los Franceses A La Ciudad de Murcia

Las dos invasiones francesas a la ciudad de Murcia en 1810-1812 se describen. Para defenderse, la ciudad fortificó sus murallas y puertas con cañones. Aunque inicialmente temerosos, los ciudadanos volvieron a sus vidas diarias hasta que una segunda invasión francesa en 1810 trajo una batalla dentro de la ciudad que resultó en la muerte de un general español.

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Las Invasiones de Los Franceses A La Ciudad de Murcia

Las dos invasiones francesas a la ciudad de Murcia en 1810-1812 se describen. Para defenderse, la ciudad fortificó sus murallas y puertas con cañones. Aunque inicialmente temerosos, los ciudadanos volvieron a sus vidas diarias hasta que una segunda invasión francesa en 1810 trajo una batalla dentro de la ciudad que resultó en la muerte de un general español.

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Las invasiones de los franceses a la ciudad de Murcia, y (1810el General Martn de la Carrera (1810-1812)

Por: Jos Francisco Gil

Introduccin
Durante los seis aos que duro la Guerra de Independencia espaola, dio esta contienda para escribir bastantes historias tanto de hroes como de villanos e injusticias sociales y militares. Quiero contar en esta serie de documentos, varias de las que ocurrieron relacionadas con el antiguo Reino de Murcia. As como algunos de los personajes annimos, ciudades o batallas donde estuvieron los nuestros. Si te gusta la historia creo que te sorprender, si no te gusta no lo leas, pues existen una cantidad de nombres y fechas que quizs te aburran. Pero para saber como somos debemos saber como fuimos en una poca de guerra, miseria y hambre. He elegido la Guerra de Independencia, porque nunca en la ciudad de Murcia, hubo tanta actividad blica y quizs tanta solidaridad entre regiones en una Espaa, que bajo el yugo francs, muchos espaoles dieron su vida por su Patria ante un enemigo sper organizado, con una maquinaria militar que fue casi duea de Europa, y donde en Espaa comenz a sufrir un desgaste militar que despus de la campaa fallida en Rusia, sucumbi su podero poltico y militar. En esta primera presentacin, quiero contar el relato de las dos incursiones de los franceses a la ciudad de Murcia, sobretodo la segunda, donde hubo una batalla en el centro de la ciudad entre soldados espaoles y franceses, y que acabo la muerte de un General espaol. Para ello he recopilado la informacin existente en versin espaola, pero tambin la que he encontrado en versin francesa. Tanto de una como de otra historia intento contar detalles que nadie se ha molestado en buscar y que creo ajustarme bastante a lo que ocurri en realidad. Indicar por ltimo que existe mucha literatura por ambos bandos en los que se tiende a ensalzar a los personajes de la poca. Pero en cuanto al enfrentamiento de espaoles y franceses en la ciudad de Murcia, creo firmemente que en una ciudad donde podra haber ms de 8000 soldados invasores debieron ocurrir mas cosas, pero apenas existen relatos detallados de lo ocurrido. Por lo que no termino de entender como el Ayuntamiento no ha investigado y dado ms importancia al hecho blico ms importante que se produjo en la ciudad en de los ltimos 900 aos.

El inicio
Cuando se produce en Madrid, el alzamiento del pueblo, contra los franceses el 2 de Mayo de 1808, la noticia corre por toda Espaa como un reguero de plvora. Se crea un odio visceral en todo el Pas, que hace de los franceses que hasta ese da eran nuestros aliados desde hacia dcadas, a ser nuestros peores enemigos. En la ciudad de Murcia, al igual que en el resto de ciudades, comienzan las protestas, manifestaciones y panfletos por la ciudad, de repudia contra todo lo francs. Los ciudadanos quieren alistarse en el ejrcito y piden armas para defenderse de una hipottica invasin Ante la falta de Gobierno y Rey que dirigiese el Pas, son los polticos ms ilustrados de Espaa los que toman la iniciativa. A peticin de D. Jos Moino y Redondo (Conde de Floridablanca), se comienzan a crear las Juntas Provinciales que a su vez crean la Junta Suprema Central Gubernativa, que fue el rgano que acumulo el poder legislativo y ejecutivo mientras que durase la ocupacin napolenica. Esta se formo el 25 de septiembre de 1808, despus de la victoria sobre los franceses en Bailen. Fue el Conde de Floridablanca su primer presidente, hasta su muerte a finales de 1808. El anciano Conde, haba sido Primer Ministro con el Rey Carlos III, y sigui sindolo con su hijo Carlos IV. Fue acusado de corrupcin y abuso de poder por el Conde de Aranda.

D. Jos Moino y Redondo Conde de Floridablanca

Subteniente Fdez. Cossio Voluntarios de Murcia 1808

Despus fue encarcelado, siendo indultado por el nuevo Primer Ministro y amante de la Reina, Manuel Godoy. Siendo este Primer Ministro un personaje clave en la invasin francesa a Espaa. Como Floridablanca tuvo que irse a Aranjuez a presidir a Junta Suprema Central, quedo en Murcia el Marques de Villar a cargo de la Junta Provincial. Durante el resto de 1808 y 1809, se producen en Murcia divergencias entre los partidarios del Conde de Villafranca y Los Vlez y el Marques de Villar. Llegando en diciembre de 1808 a

una grave revuelta popular entre los partidarios de ambos nobles, siendo el primero nombrado nuevo Regente de la Junta Provincial, al ceder el Marques su cargo, para evitar males mayores. Despus del triunfo de las tropas espaolas en Bailen, Girona, Zaragoza y Valencia sobre los franceses, en el verano de 1808 surge en Espaa una euforia que hace a los mas jvenes alistarse en los nuevos regimientos, que se empiezan a crear. Mxime cuando la noticia de la retirada de los franceses de Madrid, y la entrada en la capital de los regimientos de Murcia y Valencia al mando del General murciano, nacido en Blanca D. Pedro Gonzlez Llamas.

Victoria en Bailen

Pero despus de estos reveses que sufrieron los franceses, Napolen se hace cargo personalmente de la campaa en Espaa y comienza a llenar sus ejrcitos de los soldados veteranos que haban luchado por media Europa, y pronto recupera casi todo el control de la Pennsula.

Madrid se rinde a Napolen, diciembre de 1808

El ejercito
Tenia Murcia a principios de 1808, tres regimientos de Infantera, dos estaban en Portugal (1800 soldados) ayudando a los franceses a invadir el pas vecino. Recordar que hasta primeros de Mayo ramos aliados. El otro estaba destinado en San Roque (Cdiz), para la vigilancia de Ceuta. En los primeros meses de la guerra se forman nuevos regimientos; tres de Tiradores de Infantera y uno de Caballera (Escuadrn de la Fuensanta) y dos de Infantera en Lnea, todos iran destinados a la defensa de Zaragoza (casi 8000) en su segundo y definitivo asedio. Donde despus de luchar con arrojo y una valenta inusual cayeron derrotados mas por la plaga de peste que haba en la ciudad que por los franceses. Se crea en la ciudad un Regimiento al que se le llama Voluntarios Honrados Hijos de Murcia.Estos voluntarios hacan instruccin y practicas de tiro los domingos, y estaba lo mas granado de la burguesa de la ciudad. Al Regimiento de Murcia se nombr como comandante en jefe al Conde de Campo Hermoso, el cual al igual que los voluntarios, tuvo bastantes problemas de convivencia con la ciudadana. Estos se encargaban de patrullaje, reten y guardia. Tambin se creo en la ciudad una fbrica de fusiles, con una irregular fabricacin. Se instalo en la calle Acisclo Daz, en donde haba una fbrica de hilo, ese solar es hoy la Casa de los Nueve Pisos, y en los stanos de la esta, se instalaron los materiales para la fabricacin. Tambin se tuvo alguna disputa sobre la capitalidad de la Provincia con Cartagena, pues desde la ciudad portuaria se afirmaba que ellos antes que nadie haban declarado su fidelidad al deseado Rey Fernando VII, as como la guerra a los franceses. La fabrica de armas de mecha, fue tambin un detonante para la polmica con la Junta de Murcia.

Murcia a inicios del siglo XIX

Al inicio del ao 1809, los rumores de una invasin de los franceses en la ciudad, son cada vez ms insistentes. Llegan noticias sobre incursiones del General francs Soult a Albacete y La Junta Provincial decide fortificar la ciudad. Se hacen trincheras para instalar caones cerca de las puertas de acceso a la ciudad de cuatro metros de anchas y uno de altas. Se distribuyen 20 caones de 12 libras, en lugares estratgicos del casco urbano y puertas de acceso. Los mas importantes estuvieron; encima de la Puerta de Orihuela,- detrs de las fabricas de la Plvora y la Seda,- esquina de San Diego,- Puerta de Castilla,- en la esquina del convento de Agustinas,- en las Cuatro Piedras del Malecn, - en las puertas de acceso al Malecn junto al convento de San Francisco,- en el Palacio Episcopal hacia el ro,- en la Inquisicin (Colegio de arquitectos) se colocan tres, una hacia el puente, otra hacia los molinos viejos, y otra hacia los molinos nuevos. Para bajar a ro, frente al Palacio Episcopal se hace un camino con salchicones de mimbre y caas clavadas con punta afilada de metro y medio.

Las murallas de la ciudad que aun se tienen en pie se intentan remodelar tapando grietas y agujeros, sobretodo en su frente sur y norte. Se destacan una columna de caballera y unos cien infantes a la localidad de Alcantarilla, al igual que a Molina de Segura. La junta ordena al Regimiento de Almansa, que no salga de campaa, y que sus 1200 hombres guarden la ciudad. Tambin se quiere contar con los mas de 2000 soldados que se salvaron de caer prisioneros cuando los franceses en entraron en Zaragoza, y que regresaron a Murcia, pero estos estn repartidos por todo el Reino. Se da la circunstancia que en proporcin hay en la ciudad ms oficial y suboficial que soldados, tambin faltan fusiles, pues la fbrica de Murcia le falta materia prima. Estos fusiles se piden a la Junta de Sevilla, pero la presin de los franceses sobre el envo de armas hace a esta Junta, enviarlos a travs de Cdiz a Cartagena, por lo que se demoran bastante en su llegada. En la ciudad comienza ha existir cierto temor a los franceses, pero que con el paso de los meses se ira disipando esa alarma y los vecinos de la ciudad volveran a sus quehaceres diarios, aunque los rumores sobre los franceses eran el tema de casi a diario en las conversaciones. Pero a finales de 1809, la Junta Suprema Central, solicita a Murcia, 15.000 reclutas mas para formar un gran frente de ejrcito y enviarlo a Teruel al mando del General Blake, con el fin de proteger parte de Aragn y el Reino de Valencia. Se edita una orden en la que todos los ciudadanos entre 17 y 50 aos deben presentarse a la recluta. En la ciudad existen problemas para llenar el cupo, pues los mozos no quieren ir a una causa a la que se consideraba perdida. En Cartagena se forman dos regimientos con 6000 hombres y en Murcia poco a poco se cubre el cupo. Pero la falta de uniformidad, hace que muchos reclutas no dispongan de uniforme ni calzado, por lo que se les enva al frente de paisano y con alpargatas. La ciudad se queda sin soldados, ni caones. Tan solo con la milicia local, unos crios asustadizos y mal armados, era Abril de 1809.

Can de 12 libras

Primera invasin francesa

Haban pasado casi dos aos del inicio de la guerra contra las tropas de Napolen, y en Murcia aun no se haba visto francs alguno. Pero el 22 de Abril de 1810, entraron los franceses en Lorca al mando del General Horacio Sebastiani Los franceses sometieron a la poblacin a un continuo saqueo y fuertes tributos de guerra. Los lugares religiosos fueron profanados y robados los objetos de valor. Dejo el General francs en Lorca un importante reten y con 6000 soldados de infantera y 2000 dragones a caballo sigui ruta hacia Murcia. Tambin saquea Totana y Alhama, y desde all enva varias patrullas de ojeo hacia Cartagena, con la intencin de entrar tambin en la ciudad. Pero estas le informan que la ciudad esta fuertemente amurallada y bien defendida con bastante artillera. Por lo que desiste de su intencin, siguiendo hacia Murcia

Horace Francois Bastien Sebastiani de la Porta

Toma de Lorca por el General Sebastiani

Las noticias de la llegada a Lorca de Sebastiani, llegan a Murcia a da siguiente, los nobles, clrigos, autoridades y ciudadanos que tiene medios, salen de Murcia con destino Orihuela, huyendo del francs. Los vecinos cierran puertas y ventanas y la ciudad queda desierta. Parte de la artillera que hacia un ao se coloco en la ciudad tubo que ser retirada, para llevarla al frente, al igual que las tropas que haba en la ciudad. El IV cuerpo de ejercito y el 20 Regimiento de dragones, entra en la ciudad. El Coronel Georges Gervais Subervie se adelanta con los dragones e inspecciona la ciudad. Sebastiani llega en la ciudad el lunes, 23 de abril. Y solicita hablar con la mxima autoridad. Se presentan en el Ayuntamiento ms de 50 entre oficiales y soldados y piden hablar con el Regidor, ante la huida de los miembros de la Junta de Defensa, es Joaqun Elgueta. Este le pide a Sebastiani que no saquee la ciudad; para ello se ofrece a recaudar dineros y entregar vveres y lo que necesiten antes de llevar acabo lo que acostumbraban. Sebastiani le promete respetar la ciudad. Elgueta le ofrece su casa para que se aloje y pronto sale con el resto de ayudantes a pedir entre los comerciantes consiguiendo 35.000 reales que le hizo entrega al francs. Pero este pronto incumple lo prometido y como hizo en Lorca, profanan iglesias y la Catedral, l Palacio Episcopal es expoliado, roban en casas de los nobles, violan y asesinan, inclusive se llevan todo lo de valor de la casa del Regidor. Pero entre las noches del 23 al 24 y al 25, nos cuenta el Coronel Subervie, que los murcianos, amparados en la oscuras callejuelas sin apenas luz, dieron cuenta de mas de algn francs, borracho que se extraviaban de su pelotn, amaneciendo al da siguiente con el estomago

abierto de una cuchillada. Lo que hizo que el General tomara medidas haciendo fusilar a los posibles sospechosos. El da 25 a primera hora los franceses se marchan de Murcia precipitadamente, ante la noticia de la llegada de un fuerte ejercito al mando del General espaol Joaqun Blake. Pero antes de marcharse se autoproclama Duque de Murcia, algo

que llega a autorizar el Rey Jos Bonaparte. Nombre que mantuvo mientras estuvo en Espaa antes de ir depuesto a Francia por disputas con el General Soult. Pero en Murcia se produjo una de las injusticias mas amargas de la guerra. Una vez que se haban marchado los franceses, en la ciudad comienza a extenderse rumor, sobre la dudosa actitud tomada por el Regidor Joaqun Elgueta ante los franceses. Se le acusa de afrancesado, y pronto una turba de gentes armadas con palos, azadas, escopetas etc., invaden el Ayuntamiento con sed de venganza. Elgueta no se esconde e intenta explicar su comportamiento, en el que intento que la ciudad previo pago no fuese saqueada, pero alguna mano escondida desde las escaleras del Ayuntamiento dispara una pistola matando al Regidor de un balazo en el pecho. La turba quera ms, atan por las piernas el cadver y sacndolo a la calle es arrastrado por las calles de la ciudad. Tambin dieron cuenta de algn ciudadano francs que resida hacia ya varios aos en Murcia y de algn sospecho que otro acusado de afrancesado. Lo curioso del la historia es que durante la primavera de 1810, no hubo ejercito alguno para intimidar a los franceses, sabiendo la Junta Provincial, que estos rondaban desde hacia meses los limites del Reino. El da 30 de Abril, llegan a Murcia los generales Joaqun Blake, y Manuel Freire con 14.000 hombres y 22 piezas de artillera. Estos soldados son los retos de los regimientos que haban sido derrotados por los franceses en el centro de la Pennsula. Con orden de formar un nuevo cuerpo de ejercito y proteger Murcia y Alicante de una nueva posible invasin. La tropa es dividida entre las dos provincias. Blake ordena nuevamente fortificar la ciudad y las pedanas de alrededor. Y deja a General Freire a cargo del ejercito, mientras el acude a Baza a reforzar las defensas ante los ataques de General francs Soutl. En Baza seria derrotado, teniendo que refugiarse en Alcantarilla. Era Junio de 1810. Blake y Freire se centran en ir formando un cuerpo de ejrcito que pueda enfrentarse a los franceses en breve. Murcia es como un gran cuartel donde los soldados estn por todas partes y los caones, fusiles, sables y pistolas abundan como nunca. Freire experto General de caballera comienza la formacin de un gran Regimiento de dragones y lanceros.

General Manuel Freire Andrade

General Joaqun Blake y Joyes

Tanto movimiento de tropas, llamo la atencin del General Sebastiani, que nuevamente desde Granada, volvi a entrar en el Reino de Murcia. Era el 18 de agosto de 1810. Con 10.000 hombres y 17 caones, se dispuso a saquear nuevamente Murcia. El General Blake haba dispuesto artillera en los pueblos de alrededor de la ciudad, as; en La Puebla de Soto. en Javali Viejo,- a la entrada de Alcantarilla,- y en La ora. Asimismo haba colocado la caballera del General Freire, en los altos entre Macisvenda (Guadalupe) y Espinardo. Y avanzo 3000 jinetes desde Alicante hasta Orihuela para retaguardia. Avanzo Sebastiani hasta Librilla, y una vez all envo patrullas de ojeo, informndole estas de lo dificultoso de la operacin, debido a la cantidad de hombres y artillera que los espaoles haban posicionado alrededor de la ciudad. Por lo que decidi volverse hacia Granada nuevamente, no sin antes saquear las localidades que tubo al paso, inclusive guilas. Salvo alguna falsa amenaza por parte del General Soult que desde Albacete pareci querer entrar en Murcia por su zona norte. No volvi ha tener presencia de los franceses hasta 1812. Pero el General Soult, despus ciertas intrigas por el control de ejercito de Andaluca con el General Sebastiani, se hace cargo del mismo volviendo a la actividad las provincias del noreste de Andaluca, sobre todo Baza, que seria el cuartel general del este. En estos aos la actividad guerrillera en esa zona de Andaluca, fue muy activa, siendo un verdadero quebradero de cabeza para el General francs, que ni supo ni pudo con ellos. Los cuales le causaron cuantiosas bajas en su ejrcito.

Guadalupe

Espinardo

Alcantarilla

Murcia

El Palmar

Mapa de las pedanas de Murcia de 1810, con la relacin de donde estaban situadas las defensas alrededor de la ciudad.

Pero antes de seguir con la guerra quiero recordar un importante hecho ocurrido en 1811 en Murcia, que causo mas muertes en la ciudad que toda la guerra. Ha finales de la primavera de 1811, comienza a circular por la ciudad de Murcia, la noticia de varias muertes en extraas circunstancias, en la que los enfermos comenzaban a tener fiebre alta y despus de tener la piel de un color amarillento, comenzaban a vomitar sangre y moran a los tres o cuatro das. Era la Fiebre Amarilla o tambin llamado Vomito Negro. Procedente del Caribe o Centro America era producida originalmente por un mosquito. Los espaoles y portugueses la importamos a la Pennsula a travs de los barcos que iban y venan cargados de mercancas. En 1811, la plaga comenz en Cdiz y Mlaga, puertos naturales de llegada de barcos de Amrica. Pronto se corri por casi todo el pas, sobretodo el sur y sureste de Espaa, pues las zonas calidas eran caldo de cultivo de la enfermedad. La plaga estuvo en casi toda Europa, con ms o con menos intensidad, raro fue el pas que en el siglo XIX, no sintiese la

voracidad de esta plaga. Tampoco fue la nica vez que paso por Murcia, varios aos despus volvi nuevamente pero sin la cantidad de muertes que causo ese ao. En el verano de ese ao la plaga era una realidad, los nobles, clrigos, autoridades, y ciudadanos que pueden huyen del centro de la ciudad refugindose en la huerta y el campo

Se llegan a tapiar calles enteras con moribundos dentro, y la ciudad queda casi desierta. El Ayuntamiento llega ha realizar las juntas cerca de la Contraparada o en La Flota (zona en aquella poca de campo). En la calles llega a crecer la hierba y no se cuenta en lo mas virulento de la plaga mas de 500 vecinos en la ciudad, y llegndose a contabilizar mas de 9000 muertes. La plaga no respeto ni a annimos, ni a famosos como el escultor Roque Lpez. Ya bien entrado el mes de Octubre comenzaron a remitir las muertes, y con las primeras heladas desapareci por completo. Para entonces la huerta, el campo y una pertinaz sequa, haba producido unas muy malas cosechas de frutas, verduras y cereales. Esto junto con la guerra, la desesperanza por la situacin poltica, el hambre, heridos, muertos etc., hizo que el ao terminase con muy malos augurios, que tendran su cenit durante el mes de enero siguiente. El rumor sobre una nueva invasin de los franceses al Reino de Murcia, era como casi siempre el tema candente de conversacin y temor entre los ciudadanos, pero a finales del ao 1811, la actividad francesa sobre los guerrilleros en las provincias de Almera y Granada, hacia que en cualquier momento los franceses hiciesen acto de presencia en el Reino. Las defensas de la ciudad eran irrisorias, un Regimiento mal armado, sin apenas artillera y otro de jvenes milicianos del partido de San Benito, sin apenas prepacion era toda la fuerza militar que se poda oponer al poderoso ejercito francs.

Soult

General Pierre Benoit Soult

Mariscal Jean Dieu Soult (Duque de Dalmacia) )

No hay documentos ni reseas de ms incursiones francesas hasta 1812, (Pero tengo que resaltar, que he encontrado una carta del General Benoit Soult, dirigida a su hermano mayor y Mariscal del Imperio Jean Dieu Soult). En este informe realizado en Puerto Lumbreras con fecha 22 de Septiembre de 1811 dice:
Existe mucho movimiento de tropas a cargo del General Freyre, hay caones apostados a las entradas de la ciudad, tambin el en el puente. A la entrada de Alcantarilla hay dos caones. No hay Fiebre Amarilla en Cartagena es un bulo de los ingleses.

Cuatro meses ms tarde el General Soult, con un ejercito de mas 10.000 hombres entra en Murcia desde Baza, con intencin de apoyar a su homolog el General Suchet en la conquista de Valencia, tambin ocupar el puerto de Cartagena y recaudar vveres y el impuesto especial de guerra que solan pedir a las autoridades en joyas o dinero. Pues consideraba a Murcia un tierra rica en recursos y con una gran huerta para abastecerse. El General Pierre Benoit Soult, era el hermano menor del Gran Mariscal del Imperio Jean Dieu Soutl. En muchas de las crnicas sobre la Guerra de Independencia que se han escrito pienso que se confunde un hermano con otro, pues se dio la circunstancia que el hermano menor sirvi junto con el mayor en muchas campaas. Pero el que nos interesa es el hermano menor, el cual estuvo guerreando por Andaluca, Extremadura y Levante.

Soult llevaba combatiendo con los ejrcitos de Napolen desde 1788 por toda media Europa, y hasta su ltima batalla en Waterloo en 1815, sigui con su ascendente carrera como militar. Pero en Espaa, desde la entrada de los ingleses como aliados, las cosas empezaban a cambiar. Al inicio de 1812 Napolen, comienza retirar tropas de Espaa, para enviarlas a Rusia. Es el principio del final. La resistencia de los espaoles, empezaba a minar la moral de las hasta ahora invencibles ejrcitos de la Gran Arme, los cuales menospreciaron a un mal equipado ejercito espaol, que con perseverancia y tcnicas de guerrilla aplicaron la estrategia de; un espaol muerto es sustituido por otro, un soldado francs muerto no se puede sustituir. Por lo que las guerrillas optaban por eliminar oficiales y suboficiales para cundir el desanimo en la tropa.

. Llego Soult a Alhama y envo sus tropas a cargo de Coronel Joseph Louis Ernest Sparre, a Cartagena, la cual durante toda la guerra al igual que Cdiz, fueron la nicas ciudades donde los franceses no haban logrado entrar. El 16 de Enero llegan al Campo de Cartagena con 8000 soldados, preparan un serio plan de ataque que desplegaron con maestra, llegando a extramuros de la ciudad. Pero los caones del Castillo de La Atalaya bombardean certeramente las bateras mviles de los franceses, que ante la imposibilidad de traspasar las murallas rpidamente y evaluar la cantidad de bajas que costara la empresa, deciden retirarse nuevamente hacia Alhama.

Los espaoles
El General espaol Nicols Mahy tenia el mando del ejercito de Levante, y durante los ltimos meses de 1811, intentaron defender Valencia, de caer en manos de los generales franceses Mont Brun y Suchet, los cuales llevaban meses sitiando la ciudad. Al no poder ante el empuje de los franceses, se replegaron hacia el norte de Alicante hacindose fuertes en esta plaza, despus de luchar en varias localidades. Los franceses se retiraron hacia Valencia ante la imposibilidad de entrar en Alicante. Y el cuerpo de ejercito del General Mahy, pudieron tener un final de ao tranquil Pero llegaban noticias de movimientos de tropas francesas desde Granada, del General francs Pierre Soult, que amenazaban la Provincia de Murcia. El General de caballera Martn de La Carrera, y el Coronel Eugenio Mara Yebra solicitan al General Nicols Mahy poder desplazarse desde Elche hacia Murcia, para vigilar los movimientos de Soult. Este accede y marcha hacia Murcia con 50 voluntarios del Regimiento de Tiradores de Valencia y 100 dragones y lanceros de caballera Mahy intentan persuadir a La Carrera, pero este insisten en la misin. El superior le pide que no corra riesgos y que no se enfrente a los franceses tan solo se limite ha observar sus movimientos sin exponer a la tropa e informar. Pero el General La Carrera, no desperdiciara la ocasin de atacar a los franceses si haba una buena oportunidad de poder sorprenderlos. Ya el la batalla de Ciudad Rodrigo, un asalto de la caballera del General, hizo huir a las fuerzas francesas acantonadas en una loma, con bastante artillera.

General Martn de La Carrera (Nuestro hroe)

Caballera espaola Dragn Reg. de la Reina

El General La Carrera, ya se haba enfrentado al General Soult, fue en Extremadura y en aquella ocasin la artillera del francs hizo retirarse a la caballera espaola. Ahora se presentaba la ocasin para poder desquitarse, si poda sorprenderle en un terreno apropiado. Pues el espaol sabia que el ejercito francs de Soult, eran veteranos de muchas batallas. Pero en esta ocasin ha nuestro hroe le podra mas el corazn que la cabeza. Los franceses acamparon en la arboleda a las afueras de Alcantarilla, a la que de paso saquearon, quemado alguno de sus edificios pblicos e iglesias. En las memorias del Coronel Hyppolite Fayette; nos relata como el General Soult enva a su Coronel de Estado Mayor Jean Luc Bagnorea, con 300 caballos a reconocer la ciudad. Dejando otros 200 caballos vigilando la carretera de Cartagena, y sorteando cuantos disparos les hicieron, no deteniendo la marcha, siendo en uno de esos disparos donde fui herido en el pecho. Llegaron los franceses a la ciudad atravesando la antigua plaza de toros (Pza. Camachos) y por el puente salieron al Arenal, llegando al Ayuntamiento. Pero antes inspeccionaron la ciudad comprobando que no haba ni rastro del Ejrcito Espaol. Cuando la caballera francesa entro en Murcia el sbado da 25 de Enero, disparando al aire y dando gritos en francs, mientras sus caballos causaban el pnico de los murcianos que horrorizados, corrieron a sus casas donde cerraron puertas y ventanas, y escondiendo lo poco o mucho de valor que tuviesen. A todos les vino a la memoria la ltima visita de los gabachos, donde causaron tal devastacin en la ciudad, y donde el saqueo, la profanacin de iglesias, el rob y violaciones, estuvieron a la orden del da. Como una plaga de langostas, los franceses arramblaron con casi todo lo de valor de la ciudad, inclusive el honor de las mozas y menos mozas. El Regidor Antonio Fernndez Cerrato, fue llamado por el alguacil Mayor y el Secretario Judicial para que atendiese a los franceses, eran las 3 de la tarde. Antonio Fernndez, haba sustituido provisionalmente a Joaqun Tomaseti, que al igual que parte de la nobleza y el clero

haban huido ante la inminente llegada de los franceses. El Coronel Bagnorea, le expuso sus demandas, dndole un plazo de un da para prepararlas y de no ser as al da siguiente la ciudad seria saqueada a sangre y fuego, marchndose sin escuchar ningn tipo de excusa. Cuando Fernndez Cerrato ley las condiciones vio claramente que la ciudad seria arrasada por los franceses.

El Ayuntamiento de Murcia en 1812 (edificio del centro)

- El coronel me injiri cuantas rdenes quiso con orgullo y terror que es propio de esta Nacin cuando se ve dominante. Exigiendo una contribucin de milln y doscientos reales, cuatrocientas varas de pao, 3000 raciones de comida, alojamiento, paja, cebada, carne, vino, pan y legumbres. Y todo en 24 horas no habiendo en la ciudad ni para tanto ni gente para ayudar. Por lo que se quedaron en presentarse al siguiente da Actas capitulares del 29/1/1812. 29/1/1812

El General Pedro Villacampa, fue uno de los hroes de los sitios de Zaragoza, militar experimentado ya sabia donde y cuando deba hacer frente a los franceses. Y dentro de la ciudad donde estaba como Jefe Militar por orden del General Freire, con el Regimiento de Guadalajara y las milicias de Murcia. Saba que no seria enemigo para las experimentadas tropas de Soult. Por lo que el da 24 a media maana sali de la ciudad con el Regimiento, y las noveles milicias. Los nobles, clrigos y los vecinos que pudieron fueron los primeros en salir de la ciudad, los ciudadanos vean con desesperanza como las tropas espaolas dejaban a su

suerte a la ciudad. Villacampa dejara a los civiles en Molina de Segura, siguiendo el hacia Alicante. Salio por la Puerta de Castilla cargando con los vveres que pudo y todo el armamento posible, con el fin de evitar que la poblacin se alzase en armas contra el francs. Al siguiente da y ya en los llanos de Molina llega desde Elche, el General Martn de La Carrera, con sus 100 jinetes y 50 infantes. El General Villacampa le informa de cual es la situacin, y La Carrera le pide algunos voluntarios locales, para poder entrar y salir de la ciudad al no conocer las calles. En principio Villacampa se niega al ver demasiado arriesgada la misin, pero ante la insistencia y los rumores de saqueo, los voluntarios murcianos presionan y accede, presentndose hasta 60 entre jinetes e infantes para ir con el General.

Fusil de asalto francs Charleville

General Pedro Villacampa de La Maza

Regimiento de Tiradores de Valencia

El plan
El General rene a sus tres coroneles; Eugenio Mara Yebra, Santiago Wal, y Tomas Rich. Les explica la misin, esta consiste en entrar por dos puntos distintos de la ciudad; el, entrara por la Puerta de Castilla y el Coronel Yebra mas experimentado en la caballera, entrara desde Churra hacia Puerta Nueva, la cual tendr menos guarnicin al dar al oeste de la ciudad. El General entrara con el mayor grueso de la tropa y el Coronel por retaguardia sorprendera en caso de haber lucha. Citndose en el la plaza del Arenal, la calle mas ancha de

la ciudad para poder maniobrar con la caballera. Tambin confiaba el General que la poblacin colaborara en caso de encontrar resistencia.
El Coronel Santiago Wal se dirige al General; -mi General considero la misin demasiado temeraria, pues al parecer existen bastantes tropas enemigas- el General les responde compaeros si hemos de morir, moriremos temerariamente.- Si alguno duda aun se puede marchar con Villacampa-

El General Soult llega con parte del grueso de su ejrcito, despus de dejar un importante reten en Alcantarilla el da 26 de Enero a Murcia a primera hora de la maana. El interminable desfile de todo tipo de soldados, dragones a caballo, banda de cornetas y tambores, caones banderas tricolores y el Estado Mayor de los franceses acompaado de toda su parafernalia, hacia que los ciudadanos maldijeran y escupiesen al suelo a su paso, mientras apretaban sus puos con rabia contenida. Confiado Soult que su misin seria sencilla y sin apenas resistencia, al haberse marchado el ejrcito, podra ser una buena ciudad para estar una temporada. Se instalo en el Palacio Episcopal y mando algunos de sus coroneles con un pelotn de soldados a por sus impuestos de guerra que haba solicitado el da anterior. Mientras pidi que se sirviera un buen banquete, para celebrar su triunfo sin disparar un solo tiro.

Cuando el Coronel Bagnorea, Jefe del Estado Mayor de Soult, se presenta ante el regidor de Murcia, para reclamar el botn de guerra solicitado el da anterior, este le comunica; seor en la
ciudad apenas hay vveres ni dinero, los soldados se lo han llevado todo la fiebre amarilla, las sequas y la guerra han esquilmado la huerta y el campo.El regidor les ofrece 30.000 reales que ha podido conseguir.

El regidor se ofrece a mediar con la poblacin para que no haya altercados con los soldados saliendo a la calle personalmente e intentar calmar a la ciudadana. Pero los franceses tenan orden tanto con botn o sin el, llevarse por las buenas o por las malas todo lo de valor que hubiese en la ciudad. Ya en al noche anterior se daban por desaparecidos mas de 20 soldados

con su armamento. Los cuales nunca llegaron junto con el resto de compaas. Algunos oficiales y suboficiales que les haban buscado alojo en casas particulares tambin haban denunciado ataques por sorpresa al caer la noche en una ciudad sin luces en sus calles. Tenan orden los soldados de no ir solos y no adentrarse en las zonas alejadas de la ciudad, tampoco dejarse engatusar por las mozas que desde sus casas invitaban a entrar a los soldados, pues ya saban por experiencia que alguno les costara la vida. Pero en la maana del da 26 el saqueo en los palacios, profanacin de iglesias y conventos, violacin de mujeres y asesinatos de quien se resista eran mas que evidentes. La Catedral, el Seminario, los palacios de los nobles, los plateros cerraron sus comercios y huyeron, las tabernas fueron asaltadas, los ciudadanos humillados e impotentes apenas podan levantar la voz ante la amenaza de las bayonetas francesas.

Al amparo de la curva de la carretera que entraba a la ciudad por la Puerta Nueva, espera el Coronel Yebra con su tropa la llegada de la patrulla que envo a reconocer la entrada a Murcia. Estos le informan que apenas hay resistencia en la puerta, aunque si se ve actividad en el interior. El Coronel decide atacar al galope y sorprender, -ha estas alturas no puede volverse y dejar solo al General-. Cuando lanza el ataque indicando con su sable a sus jinetes la direccin a asaltar, la guarnicin francesa estaba preparada, los soldados espaoles haban sido vigilados a mitad de camino, y pronto dispusieron en la puerta hasta artillera para la ocasin. La respuesta francesa fue fulminante los nuestros no tuvieron opcin, los caballos comenzaron a caer, impidiendo avanzar a la infantera, el caballo del Coronel tambin cayo, cundi el pnico y los soldados empezaron ha huir ante la intensidad del fuego enemigo. El Coronel ayudado por varios jinetes cados como el, pudo salir de debajo del caballo y retirase como el resto de la tropa. Huyendo estos a pie hasta Molina de Segura. Antes de iniciar la marcha, el General La Carrera, de dice al Coronel Rich, que le siga a una distancia prudencial con parte de la caballera, para evitar emboscadas por la retaguardia. Mientras salan de Espinardo por el Camino Real de Castilla con direccin Murcia, al General le surgan tambin dudas sobre la misin, pues iba a ser la primera vez que se adentrase en una ciudad que no conoca al igual que las posiciones defensivas en el interior de los franceses. Pero saba que el factor sorpresa y la segura ayuda de los civiles le daban muchas posibilidades.

Palacio de los Maqueses de Espinardo, en el antiguo camino Real de Castilla.

Habiendo pasado como una milla desde el inicio de la marcha, encuentran una casa solariega a la que llaman el Huerto de las Bombas, donde comprueban que hay como una docena de lanceros y coraceros saqueando la casa. Pronto el General da orden al Coronel Santiago Wal, de cargar a sangre contra ellos. El Coronel con parte de los dragones espaoles sorprende a los franceses a los que no da tiempo de montar en sus caballos, cayendo la mayora muertos o heridos

Huerto de las bombas a finales del siglo XIX

El resto de coraceros franceses que esperaban a unos cientos de metros dando escolta a un carro donde almacenaban todo lo que iban saqueando, enfocaron sus caballos hacia la puerta de entrada a la ciudad, cuando vieron como despus de aplastar a sus compaeros, los dragones espaoles iniciaban su persecucin a toda brida. La guarnicin de granaderos franceses tampoco tubo tiempo de reaccionar entre traspasar la puerta sus coraceros y la llegada de los espaoles pasaron pocos segundos, los dragones expertos tiradores abatieron al reten de guardia que apenas pudo disparar un bala. El General ordena dejar un reten de infantera en la Puerta de Castilla, para cubrir una precipitada retirada. La caballera inicia su marcha, ahora guiada por ciudadanos que indican a los soldados por donde llegar al Arenal, y vigilantes ante una posible emboscada de los franceses. Ante el ruido de disparos y el galopar de los caballos los vecinos comienzan a abrir puertas y ventanas, algunos salen a la calle quedando boquiabiertos al ver a la caballera espaola matando y haciendo huir a los franceses los cuales se perdan entre las callejuelas de San Andrs. Pronto se les jalea Viva Espaa, Viva Fernando VII. El Capitn francs suba los peldaos de las escaleras del Palacio Episcopal, despus de bajar de un blinco del caballo que haba introducido en el mismo patio, gritando: alarme, les spagnols nous attaquent avec cavalerie!! -alarme! -mon Gnral!Soult, salto de la silla, donde aun no haba empezado a probar el plato de comida que le haban preparado. Tan precipitadamente bajaba las escaleras que resbalo y cay en los ltimos peldaos, y aunque rod por el suelo se incorporo rpidamente, subiendo presto a su caballo. Inmediatamente llamo al Coronel Sparre, jefe de la 72 compaa de coraceros franceses, dndole ordenes de repeler el ataque de los dragones espaoles. Los 200 coraceros franceses se encaminaron hacia el Arenal, donde los espaoles, les esperaban en perfecta formacin desplegaron la bandera de su Regimiento e iniciaron la marcha en una perfecta alineacin. Mientras Soult tambin mando posicionar por la ciudad a varios pelotones de soldados de infantera para dar caza a los posibles dragones espaoles dispersos.

Dragones espaoles

Coraceros franceses

La columna de dragones espaoles formo en posicin de ataque, quedando los voluntarios en la parte de atrs, por delante el Coronel Wal, y el General La Carrera, sable desenvainado y apoyado en su hombro derecho, esperaba el movimiento de los coraceros franceses. Al final de la calle los espaoles ven el movimiento de las columnas de coraceros franceses en movimiento preparndose para el ataque. La Carrera desconoca ha estas alturas que su Coronel, se haba dado en retirada ente la imposibilidad de sobrepasar las posiciones francesas de Puerta Nueva, por lo que la posible sorpresa nunca llegara. Por momentos dudo en retirarse ante la mayor presencia de jinetes franceses, pues rpidamente comprendi que la misin iba a ser bastante complicada. En la Catedral dieron las doce del medio da y el Coronel Sparre dio orden de cargar sobre la caballera espaola.

El Desenlace
El General La Carrera ordeno al Coronel Rich, que haba llegado con su columna de Jinetes, unos segundos despus que el, que se encargara del flanco derecho refirindose a la escuadra que estaba al otro lado del Puente Viejo, y el cargara contra los que llegaban de frente. Las fuerzas estaban bastante desequilibradas, pues los coraceros franceses podran ser ms de 400, siendo los espaoles unos 100. El General espaol, grito por Espaa- -viva el Rey Fernando-, sables en mano los espaoles cargaron contra la caballera francesa, pero estos en una maniobra en la que eran verdaderos expertos, abrieron las filas y envolvieron a los espaoles. El relinchar de los caballos y el ruido de los sables ensangrentados cruzndose uno contra otro, junto con la confusin de luchar tan juntos hacia difcil saber por donde tenas un enemigo. Los espaoles trataron de salir de la bolsa que los franceses haban creado. Y gracias a la llegada de algunos de los voluntarios de infantera que se haban retrasado al ir a pie. Pudieron salir los nuestros de la emboscada al hacer fuego con sus fusiles, abriendo un flanco por donde escapar. Los jinetes se fueron desperdigando por las calles adyacentes, algunos desorientados no saban por donde haban llegado.

Cerca de la puerta del Ayuntamiento, el sable de un coracero francs atraves el costado del Coronel Santiago Wal cayendo este del caballo y muriendo al instante, la bandera de los espaoles pronto quedo en manos francesas dndose estas vencedoras de la refriega. El General ayudado por paisanos se retiro por la calle Zorrilla hacia San Pedro, mientras era custodiado por algunos jinetes, y vecinos que desde sus balcones les indicaban por donde huir.

Algunos vecinos, intentaban orientar y ayudar a los jinetes, desde alguna ventana se oan disparos hacia la caballera francesa. Por otra parte los voluntarios de Murcia y algunos del Regimiento de Tiradores de Valencia, tambin disparan sus fusiles, y cuando no daba tiempo a cargar el arma, Las bayonetas se clavaban en los caballos, haciendo caer a los jinetes. Tambin los paisanos colaboraban atacando con navajas a los caballos franceses, las macetas que caan sobre los coraceros franceses, caballos y hombres heridos. La confusin y el gritero fue enorme, la refriega duro como una hora Parte de la caballera francesa maltrecha se retiro hacia el Palacio Episcopal, cargando ahora la que estaba apostada al cruzar el ro. Los espaoles tambin heridos y magullados y ante la desigualdad de fuerzas, al no llegar el resto de la caballera, del Coronel Yebra, el cual fue rechazado en Puerta Nueva, dieron en retirada antes de sufrir mas bajas. Unos se volvan por donde haban llegado, pero un importante grupo de infantera y caballera se hizo fuerte en la plaza de Santa Catalina, donde pronto fueron acosados por los franceses que llegando desde la calle de Traperia, intentando rodear a los espaoles. Pero estos no les dieron opcin, primero una descarga de certera fusilera y luego los pocos dragones que les acompaaban les hicieron huir. Pudiendo retirarse hacia las afueras sin apenas mas lucha.

Algunos eufricos jinetes franceses persiguieron a los dragones espaoles que retrocedan ante la superioridad francesa, mientras gritaban-victoire, vive lempereur-vive la franceEl Coronel de Dragones Joseph Sparre cuenta que dieron muerte al jefe de Estado Mayor del General La Carrera en el Arenal. Supongo que seria el Coronel Santiago Wal, del que no se tienen mas noticias durante el resto de la guerra. El resto de protagonistas si llegaron a finalizarla. Ninguna crnica espaola menciona este hecho, pero el francs nos cuenta como rindi honores al final al General agonizando. Por lo que creo que lo que cuenta se aproxima mucho a lo ocurrido. El General Soult, no saba la cantidad de soldados espaoles que haban entrado en la ciudad. Incluso si haban entrado guerrilleros a los que tema como a ningn cuerpo del Ejrcito Espaol. Quizs el ejrcito que haba salido de la ciudad pudiese volver y verse rodeado en una ciudad que acababa de llegar y no conoca. As, ante sus dudas ordeno replegar su caballera, despus de la refriega y tambin mando recoger a los muertos, entre ello varios oficiales de su caballera. Tuvo como 40 muertos y ms de 50 heridos, entre ellos un Coronel en el enfrentamiento. Los cuerpos de una decena de dragones espaoles, quedaron tendidos en el Arenal. Los que pudieron escapar gracias a los disparos de su infantera, huyeron ante la superioridad francesa. Algunos ciudadanos abrieron sus puertas para socorrer a algunos heridos y esconder en sus casas a soldados desorientados, los hubo que abrieron sus grandes portales para esconder a jinete y caballo.
Una de las reflexiones que Napolen hizo poco antes de retirarse de Espaa, independientemente de lo costoso en hombres, fue sobretodo en generales. Se calcula que tuvo 33 generales muertos, 13 heridos y 11 prisioneros. Una cantidad muy importante de bajas solo comparable a la campaa de Rusia.

En este callejero de la ciudad, indico las diferentes entradas a Murcia de los espaoles, as como las calles donde estaban las tropas francesas y donde se produjeron los hechos ms significativos.

Ruta del General hacia el Arenal

Enfrentamiento en Puerta Nueva

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Enfrentamiento en Santa Catalina

Muerte del Gral. La Carrera

Refriega en el Arenal Acuartelamiento francs en Palacio Episcopal Caballera francesa en antigua plaza de toros

Plano de la ciudad de Murcia de 1810

Llego el General La Carrera, a la Puerta de Vidrieros junto con unos pocos jinetes despus de recorrer un estrecha calle, el resto de se haban desviado por otras calles buscando una salida hacia Molina. La Puerta de Vidrieros, era una de las nueve puertas que tenia la antigua muralla que rodeaba la ciudad. Al cruzar el arco de la puerta con su caballo, al igual que hizo en Emperador Carlos I en 1541, se encuentra con un grupo de soldados franceses que guardan la misma, para impedir la huida de los espaoles en retirada. Pronto se dan cuenta que es un General, y habidos de fama le dan el alto. Martn de La Carrera, embiste su caballo contra ellos, pero el animal no tiene la soltura de movimientos en una calle empedrada, y decide huir por las callejuelas hasta salir a una plaza junto a una iglesia. A los soldados le siguen se les unen un grupo de dragones franceses a caballo en un grupo entre ocho o diez, le rodean y le hacen salir a una calle larga y estrecha llamada Del Comercio, donde haba varios palacios. El General carga con su sable sobre los franceses derribando a varios y matando a tres de ellos. Uno de los soldados dispara su fusil, alcanzado al General en la espalda, hacindole que su cuerpo se bascule hacia adelante, cayendo al suelo quedando su pie enganchado en el estribo de la montura. Arrastrndole el caballo por el duro empedrado de la calle varios metros al General hasta morir. Mientras agonizada dijo: Viva Fernando VII! Segn el Coronel del Regimiento de coraceros Joseph Sparre que segua de cerca a los soldados: desmonte del caballo, y acercndome a General, le dije ha sido un honor luchar contra su excelencia-

Palacio de Galtero y Fontes Pascal, ambos en la calle del Comercio o San Nicols. En la puerta de este ultimo se dice muri el General

Hicieron los espaoles recuento de las prdidas de su actuacin en Murcia, siendo de: Un General, un Coronel (Santiago Wal), cinco soldados muertos, ms siete heridos y doce dragones muertos. Asimismo hicieron 8 prisioneros a las afueras de la ciudad. Los franceses se marcharon al amanecer del da 27 de Murcia despus de la refriega y con tan solo con los treinta mil reales, y aunque el corregidor les insisti en la falta de vveres, estos asaltaron el Almud, llevndose todo el grano que pudieron, dejando la ciudad con los vveres justos para pocos dias, y disparando indiscriminadamente a toda persona que se acercaba a ellos. Tras el fatdico encuentro con los franceses se recogi el cadver del General y fue trasladado al saln de sesiones del Ayuntamiento, siendo cubierto con un rico pao de seda, donde fue velado. Al da siguiente el fretro fue trasladado a la Capilla de los Vlez de la Catedral, donde se celebro un solemne funeral, donde asistieron las autoridades locales ms los generales Mahy, Freire y el Jefe de Estado Mayor Jos Enrique O`Donell, as como algunos jefes militares ingleses y muchos cientos de ciudadanos que quisieron honrar a tan heroico militar Despus ODonell se dirigi a la calle donde muri el General La Carrera, y all desenfundado su sable y ante muchos ciudadanos que haban sido testigos de lo ocurrido dijo... Espaa sabr recuperar la sangre de todos los aquello hroes murcianos muertos! Fue enterrado con todos los honores de hroe en el antiguo cementerio de la Puerta de Orihuela

GENERAL MARTIN DE LA CARRERA

Mlaga 1773 / Murcia 26 de Enero de 1812

En 1807, fue enviado a Dinamarca a las rdenes del Marques de la Romana, cuando ramos aliados de los franceses, siendo Coronel de la Guardia de Corps. Antes de su llegada a Murcia, estuvo en Puebla de Sanabria (Zamora), Santiago de Compostela, Guadalajara, Ciudad Real, Extremadura, Asturias, Alicante, Fte. La Higuera, Villena y Elche. Ya por entonces ostentaba el titulo de Mariscal de Campo, el cual alcanzo en una edad muy temprana para la poca, pues muri con 39 aos.

El Ayuntamiento de Murcia y el Cabildo acordaron el 16 de Marzo de 1812 hacer un monumento al General, pero o bien porque no haba materia prima, o dinero, no se llego a realizar. Pasados 200 aos creo que ese monumento a ste General que dio su vida en una accin casi suicida al igual que los soldados que le acompaaron para salvar Murcia de los desmanes franceses, no ha habido voluntad para hacerlo. Al da de hoy, tan solo existe una triste lapida en la fachada del nmero 20 de la calle de San Nicols en la que dice:
VII, General Reinando el Sr. Don Fernando VII, y defendiendo su patria el General Martn de La Carrera fue muerto en este sitio por las tropas de Napolen el da 26 de Enero de 1812

Lapida situada en la calle de San Nicols, 20

O`Donell Jose Enrique O`Donell

Cien aos despus se celebro en la Iglesia de San Nicols una misa en su memoria, a la que fueron invitadas las autoridades civiles y militares as como los ciudadanos que quisieran asistir. Hasta el peridico El Liberal de la poca, publico una esquela del General. En la sesin del pleno del Ayuntamiento del da siguiente, se aprob por unanimidad que se le diese su nombre a una calle o plaza, pero como casi todo, cayo al pozo del olvido. Hace unos pocos aos se le dio el nombre del General a una calle del Barrio del Carmen, algo retirado por cierto de donde se produjeron los hechos.

En el proyecto de monumento que se realizo el capitn y arquitecto lorquino Juan Cayetano Morata, difiere en todo del que hay en la actualidad. Este boceto al parecer se le llego a enviar al Rey Fernando VII con la intencin de expresarle su heroica hazaa, en la que muri proclamando su nombre y dio su vida por el. Pero este Rey infame que persigui y condeno a muchos generales que defendieron a Espaa de los franceses, hizo caso omiso. En el proyecto como nota destacable exista una frase que el general dijo a sus soldados: Corazones no puedo daros, ejemplo si As animo a sus tropas el General D. Martn de La Carrera antes de dar sitio la vida por la patria el da 26 de Enero de 1812 Su patriotismo y valor perpetua este monumento Murcia agradecida.

REFLEXIONES

En el contenido de este documento todos los personajes, aos, meses, dias y hasta horas son reales. Asimismo todos los personajes histricos tambin lo son, las calles, ciudades, y la cantidad de bajas en hombres tanto francesas como espaolas, se ajustan bastante a la realidad. Tan solo he recopilado todo lo editado en los archivos municipales y lo ya publicado en Internet. He creado una historia uniendo fechas y hechos, intentando contrastar lo publicado en versin espaola y francesa. De lo mucho publicado sobre la Guerra de Independencia en Espaa, sobre Murcia y los murcianos hay muy poco. Pero les aseguro que tuvimos bastante actividad por toda Espaa, la cual relatare en otras ocasiones. En sitios como Portugal, Bailen, Zaragoza tuvimos una destacada presencia. En cuanto al General Martn de La Carrera he elegido este personaje por creo que ha este militar al igual que muchos en toda Espaa, no se le ha hecho la justicia que se mereca. El prximo ao 2012, se cumplirn doscientos aos del acto heroico de este General que salvo a la ciudad de terminar de ser expoliada, sus habitantes humillados y vejados por las tropas francesas de la poca. Creo como murciano que nuestro deber moral, es rendirle a este hroe de la Guerra de Independencia, los honores que se merece. Otros por mucho menos tiene el nombre de alguna avenida, plaza y hasta escultura. Una triste lapida en una fachada que apenas nadie se para a leer, no deber ser el reconocimiento que esta ciudad le debe a tan honroso militar.

cometer una injusticia, y no corregirla, es cometer otra.

Abril de 2011

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