En este trabajo desarrollaremos el tema de la esclavitud.
Primeramente
comprenderemos a que nos referimos cuando hablamos de esclavitud actual, puesto
que muchos piensan que a estas alturas de la historia con todo el desarrollo de la
humanidad que hemos experimentado, este fenómeno ya no se da, pero la dura
realidad es que sigue existiendo y esta más cerca de nosotros de lo que realmente
pensamos y como sin saberlo somos participes y fomentamos este hecho. Además
hablaremos sobre los distintos roles de la esclavitud, amos y siervos, y la moral de
ambos relacionándolo con las ideas del filosofo alemán Friedrich Nietzsche. . Más
adelante haremos un recorrido histórico, para ver las distintas maneras en las que se
ha ido dando esta actividad. Finalmente haremos una conclusión en la que resumamos
todos los puntos tratados.
Siempre que escuchamos la palabra esclavitud vienen a nuestra mente
imágenes de la antigüedad pero, ¿qué entendemos actualmente por esclavitud? Hoy
en día la esclavitud ha adoptado nuevas formas, como trabajos forzados, explotación
sexual y tráfico de personas. A pesar de los esfuerzos para erradicar el problema,
alrededor de 49 millones de personas aún viven en condiciones de esclavitud. El
concepto se refiere a todo trabajo no remunerado o muy mal pagado, y en las
personas que carecen de garantías, principalmente el de la libertad. Normalmente
pensamos que esta actividad solo se da en países subdesarrollados sin embargo
también se da en naciones ricas que viven en democracia. Nietzsche diría que le
movimiento democrático de su tiempo fue esencialmente sumisión y debilidad, en la
cual débiles mediante su sentimiento o “deseo de venganza sacerdotal” buscan
esclavizar al fuerte con él. Este autor vio a la democracia y la cristiandad impulsadas
por el mismo que buscaba hacer a todos iguales, hacer a todos esclavos.
Por otra parte, gigantes como Primark, Calvin Klein, Benetton, entre otras,
también obtienen beneficios de la presunta red de trabajo esclavo que tiene su
epicentro en las vastas factorías textiles del sur de la India, cuya producción, que no se
detiene ninguno de los 365 días del año, llega a las tiendas de ropa más conocidas en
todos los rincones del planeta. Es por esto que todos indirectamente somos participes
de que se siga dando la esclavitud, nosotros también somos esclavos del consumismo.
Queremos comprar la mayor cantidad de productos posibles al menor precio, por ello
para satisfacer nuestra demanda, existen gigantescas fábricas que se valen de la mano
de obra barata. Si dejáramos de comprar a esas marcas podríamos ayudar a eliminar la
explotación de personas, pero preferimos hacer oídos sordos. Además otra de las
principales causas del esclavismo actual, son las movilizaciones masivas de personas a
causa de los conflictos bélicos que también han propiciado el aumento en las cifras de
esclavos en el mundo, pues muchos de los migrantes han caído en mafias que por lo
general se aprovechan de la condición de extranjeros de sus víctimas para abusar de
ellas y someterlas a trabajo forzado o prostitución a cambio de algún favor.
Si lo miramos desde otra perspectiva actualmente todos somos esclavos de la
sociedad en que vivimos y de los hábitos y pensamientos que nos inculcan. Como ya
hemos hablado antes es el caso del consumismo, la dependencia por las tecnologías
incluso la forma de vida. Desde que nacemos, tenemos muy presente al idea de que de
que el objetivo en la vida es ganar dinero para poseer más y más cosas. Ya no
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Nietzsche y la esclavitud actual 3
estudiamos por el simple hecho de aprender sino para tener dinero y poder ser más
poderosos. Nietzsche afirmara que el esclavo (en este caso nosotros) revela la falta de
confianza en el individuo para singularizarse, para crear su propia visión del mundo y
afirmar la diferencia. Actúa por resentimiento frente a la voluntad de diferenciación, y
la moral que emplea tiene, precisamente, en el resentimiento su específico origen. La
voluntad del esclavo acuña una moral que responde a sus propias carencias en el
actuar, diferenciarse y recrear originalmente el mundo. En palabras de Nietzsche: “La
moral del esclavo es aquella que dice no, ya de antemano, a un Fuera, a un Otro, a un
No-Yo”. Esto lo podemos ver en que actualmente las personas parecen que tienen
miedo a salirse de la norma general y de actuar de forma distinta, incluso se marginan
a aquellas personas que tienen otra forma de ver la vida.
Dentro de este fenómeno encontramos claramente dos roles, los amos se
encontraban en la cúspide de la pirámide, viven despreocupados y solo se preocupan
de alcanzar más y más riquezas. Y los siervos han sido y son una parte fundamental de
la economía, se han aprovechado para realizar los trabajos forzosos, son trabajadores
no asalariados y desprovistos de derechos. Nietzsche se basará en este fenómeno para
desarrollar uno de los principales temas de su obra que es la moral de amos y la moral
de esclavos. La moral del amo valora el orgullo, la fortaleza y la nobleza mientras que
la moral de esclavos valora cosas como la amabilidad, la humildad y la compasión. Los
amos miden las acciones en una escala de consecuencias buenas o malas, en cambio
los esclavos en escalas de intenciones buenas y malas. En la actualidad, tanto en el
ejemplo de la esclavitud de las personas a las que se les obligan a realizar trabajos a
cambio de su supervivencia como en el ejemplo de la sociedad esclava, podemos decir
que el comportamiento de los esclavos es sumiso, basados en valores que favorecen el
control de los impulsos vitales. Liberar a los esclavos, como muchos quisiéramos,
nunca ha sido una tarea fácil, la esclavitud da seguridad y comodidad. Fijémonos en le
ejemplo de los grandes empresarios seguramente muchos de ellos si no fuera por la
mano de obra barata y las grandes fábricas no podrían ofrecernos tantos productos y a
un bajo precio.
Sigamos analizando el caso del rico empresario que se vale de mano de obra a
la que explota en unas condiciones nefastas. La moral de esclavos es la revalorización
de lo que el amo valora, esto se aleja de la valoración de las acciones basadas en sus
consecuencias, como pueden ser las condiciones de vida de los trabajadores, y se
dirige a una valoración según la intención, que es abastecer la demanda de la sociedad.
Los esclavos aceptan las cargas que se imponen al igual que nosotros aceptamos que
se cometan este tipo de injusticias.
Desde lo primeros indicios de sociedades organizadas en nuestra historia, han
existido las jerarquías y con ello, la presencia de un grupo desprivilegiado totalmente
dependiente de los más poderosos. Incluso sabemos que una de las principales causas
del nacimiento del pensamiento filosófico es la existencia de esclavos que permitían a
los sabios tener el tiempo suficiente para reflexionar. Además sabemos que el esclavo
constituía una de las mercancías más valiosas durante los períodos de la Conquista y
de la Colonia, de forma que desde principios del siglo XVI es notable la “importación”
de esclavos negros, de manera que incluso llegaron a convertirse en objetos de
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comercialización. A lo largo de la historia, encontramos una lucha entre la moral de
amos y esclavos. Antigua Grecia y Antigua Roma fueron fundadas en la moral de amos.
El héroe homérico es el hombre de voluntad más fuerte y las obras clásicas de
la iliada y la Odisea ejemplifican esta moral. Él llamó a los héroes «hombres de una
noble cultura», dándoles una sustancial característica de moral de amos.
Históricamente, la moral de amos fue vencida por la moral de esclavos de la
cristiandad, extendida durante el Imperio Romano. El cristianismo se entiende como
moral de esclavos, puesto que predicaba valores como la humildad, incluso su
representante en la tierra, Jesucristo fue humillado por los más fuertes.
La esencial lucha entre las culturas siempre ha sido entre los romanos (amos,
fuertes) y los judíos (esclavos, débiles). Nietzsche condenó el triunfo de la moral de
esclavos en occidente, diciendo que el movimiento democrático es la «degeneración
colectiva del hombre»
Además, el triunfo de la democracia que es para él la esclavización de todo el
mundo, se hará posible gracias a que mientras que el hombre noble vive con confianza
y franqueza frente a sí mismo, el hombre que actúa con resentimiento, es decir el
esclavo, no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto y derecho consigo mismo, pero
entiende de callar, de no olvidar, de empequeñecerse y humillarse transitoriamente.
Una raza de tales hombres del resentimiento acabará necesariamente por ser más
inteligente que cualquier raza noble.
Una vez tratados los temas, podemos llegar a la conclusión de que actualmente
vivismo en una sociedad en la que esta presente la moral de los esclavos.
Presenciamos casos de esclavitud y explotación humana de manera indirecta, en
ocasiones estos casos están inducidos por nuestra propia condición de esclavo de los
hábitos y vicios impuestos por la sociedad y cultura. Y no somos capaces de liberarnos
y actuar buscando nuestra propia forma de vivir puesto que aceptamos nuestra
condición de esclavos y preferimos vivir con resentimiento y envidia hacia los
poderosos, pero no intentamos cambiar las cosas. A lo largo de la historia hemos visto
como comenzamos con una moral de amos, en la que triunfaban los valores de orgullo
y fortaleza, pero que a través de la democracia y valores del cristianismo nos hemos
convertido en una sociedad esclava.