Sentencia No. 2622-17-EP-21 - Hábeas Corpus y El Derecho A Ser Juzgado e Un Plazo Razonable.
Sentencia No. 2622-17-EP-21 - Hábeas Corpus y El Derecho A Ser Juzgado e Un Plazo Razonable.
2622-17-EP/21
Jueza ponente: Karla Andrade Quevedo
SENTENCIA
Tema: Esta sentencia analiza las decisiones de primera y segunda instancia de una
acción de hábeas corpus cuyo objeto fue buscar que se garantice la atención médica del
accionante y se repare la violación a su derecho a la integridad física producto de un
disparo en su espalda en el marco de un motín de personas privadas de la libertad. Una
vez realizado el análisis constitucional respectivo, se declara la vulneración a los
derechos a ser juzgado dentro de un plazo razonable, en la sentencia de primera
instancia, y al debido proceso en la garantía de motivación en las dos decisiones.
Asimismo, se analiza el mérito del caso en relación a una privación de la libertad ilegal
y arbitraria y los derechos a la integridad física y a la salud.
Tabla de contenidos
I. Antecedentes procesales ........................................................................................... 2
1.1. Hechos que dieron origen al hábeas corpus .................................................... 2
1.2. Sobre la tramitación del hábeas corpus ........................................................... 3
1.2.1. Sobre la ejecución de la sentencia a cargo del Tribunal de Garantías Penales
................................................................................................................................ 4
1.3. Acción extraordinaria de protección ............................................................... 4
II. Competencia ............................................................................................................. 5
III. Alegaciones de las partes ....................................................................................... 6
3.1. Pretensión y fundamentos de la acción ............................................................ 6
3.2. Fundamentos del Tribunal de Garantías Penales de Cotopaxi ..................... 7
3.3. Fundamentos de la Sala Provincial .................................................................. 7
IV. Consideraciones y fundamentos de la Corte Constitucional .............................. 8
4.1. Sobre el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable ...................... 8
4.2. Sobre la garantía de motivación ..................................................................... 10
4.2.1. Sentencia dictada por el Tribunal de Garantías (primera instancia) ........... 10
4.2.2. Sentencia dictada por la Sala Provincial (sentencia de apelación) ............ 14
V. Análisis de mérito .................................................................................................. 17
5.1. Verificación de procedencia del análisis de mérito...................................... 17
5.2. Resolución de problemas jurídicos ................................................................ 18
5.2.1. Sobre la supuesta privación de la libertad ilegal, arbitraria e ilegítima al ser
ubicado en un pabellón de máxima seguridad sin una sentencia penal ejecutoriada
.............................................................................................................................. 19
5.2.2. Sobre la supuesta violación del derecho a la integridad personal .............. 21
5.2.3. Sobre la presunta afectación al derecho a la salud ..................................... 27
I. Antecedentes procesales
1
El señor Imbaquingo Sánchez fue privado de la libertad desde el 26 de agosto de 2015, con una medida
de prisión preventiva según consta a fs. 17 del expediente del hábeas corpus. Posteriormente, fue
sentenciado a una pena de nueve años en régimen cerrado por el delito de secuestro. (Proceso judicial No.
17721-2016-0827). El 14 de septiembre de 2016, la Sala Especializada de lo Penal, Penal Militar, Penal
Policial, Tránsito, Corrupción y Crimen Organizado de la Corte Nacional de Justicia inadmitió el recurso
de casación interpuesto por el accionante.
2
Consta a fs. 16 del expediente de instancia el Informe No. 078-CRS-SCN-2015-S suscrito por el
Supervisor del Centro de Rehabilitación Social- Regional Sierra Norte de la Latacunga (CRS-RSCN de la
Latacunga) en el que se indica que el accionante estuvo privado de la libertad en el Pabellón de Máxima
Seguridad desde el 26 de agosto de 2015.
3
Consta a fs. 1 y fs. 67 del expediente de primera instancia el relato del accionante en torno a las razones
por las que presentó el hábeas corpus. Esta información es notoria y pública: El Universo, “Terminó
amotinamiento en cárcel de Latacunga”, El Universo, 10 de septiembre de 2015,
https://www.eluniverso.com/noticias/2015/09/10/nota/5116142/amotinamiento-carcel-cotopaxi-lleva-
casi-4-horas/ [consultado el 05 de junio de 2021].
4
Consta a fs. 17 del expediente de instancia.
5
Consta a fs. 17 del expediente de instancia.
6
Consta a fs. 17 del expediente de instancia.
7
Consta a fs. 17 del expediente de instancia.
2
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1.2. Sobre la tramitación del hábeas corpus
8
Actualmente las competencias de este organismo en cuanto a la rectoría del sistema de rehabilitación
social están a cargo del Servicio Nacional de Adultos Privados de la Libertad.
9
El Tribunal concluyó que el accionante “no recibió atención médica oportuna y especializada por parte
del Accionado”
10
Consta a fs. 67 a 70. Respecto a las pretensiones de traslado a otro centro, disculpas públicas y reparación
integral, estas fueron rechazadas “en virtud de que esta sentencia constituye en sí una forma de reparación;
y, el traslado del accionante al centro de detención conocido como la cárcel No. 4 de la ciudad de Quito,
por cuanto la competencia para los traslados de los privados de la libertad corresponde a un juez de
garantías penitenciarias”.
11
En lo medular, el accionante indicó que no se consideraron sus alegatos en cuanto a: (i) que estaba en
una celda de máxima seguridad aun cuando era una persona en prisión preventiva; (ii) que los tratos en su
contra fueron tortura más no tratos crueles inhumanos y degradantes porque se le privó del derecho a la
salud (iii) y que, al haberse afectado su integridad física, correspondía su traslado a otro pabellón o centro
de privación de la libertad con el objetivo de evitar eventuales represalias en su contra.
12
Como medidas de reparación la Sala Provincial ordenó que: (a) el CRSC, en coordinación con el
Ministerio de Justicia y el Ministerio de Salud, “velen por la salud del legitimado activo, debiendo en un
plazo de treinta días contar con el diagnóstico médico especializado según el pre diagnóstico de lumbalgia
(CIE: 10: M545)”; (b) el director del CRSC, en coordinación con el Ministerio de Salud Pública, aseguren
la atención médica oportuna que permitan la rehabilitación física del accionante; (c) por la dificultad de
movilidad la comida le sea entregada en su celda hasta que el médico especialista determine si dicha medida
es favorable o contraria para la rehabilitación del accionante; (d) como mecanismo de prevención respecto
a que se puedan encontrar en el CRSC privados de la libertad sin sentencia ejecutoriada, el Tribunal a quo
solicite al Consejo de la Judicatura difundir entre los operadores de justicia, que en sus resoluciones se
determine correctamente el tipo de Centro de Privación de la libertad al que se le destina al privado de la
libertad; y, (e) que el Tribunal de instancia haga el seguimiento y disponga las medidas adicionales que se
requieran para dar estricto cumplimiento de esta sentencia.
3
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1.2.1. Sobre la ejecución de la sentencia a cargo del Tribunal de Garantías Penales
10. El 29 de agosto de 2017, el accionante, por medio de su defensor público presentó acción
extraordinaria de protección en contra de las decisiones de primera y segunda instancia.
13
Precisó que el accionante había adquirido una discapacidad física del 71% a consecuencia del cuadro de
monoplejia en los miembros inferiores. Consta a fs. 24 a 27 del expediente constitucional.
14
Consta a fs. 24 a 27 del expediente constitucional.
15
De conformidad con el artículo 21 de la LOGJCC: “La jueza o juez deberá́ emplear todos los medios que
sean adecuados y pertinentes para que se ejecute la sentencia o el acuerdo reparatorio, incluso podrá ́
disponer la intervención de la Policía Nacional”.
16
En particular señaló que “al punto que a su ingreso y [al] encontrarse cumpliendo una medida cautelar,
fue ubicado en un pabellón de máxima seguridad (...) pese a encontrarse confinado en una silla de ruedas,
se lo mantiene en una celda al igual que los demás reclusos, sin consideración alguna a su estado de
discapacidad física y su imposibilidad de movilidad”. Por tal razón, ordenó: (i) remitir el proceso a la Sala
de Sorteos del Complejo Judicial a fin de que avoque conocimiento uno de los jueces con competencia en
garantías penitenciarias y disponga las medidas alternativas a la privación de la libertad a favor del
accionante, por el tiempo que resta para que cumpla su pena, (ii) que luego de cumplido con la anterior
disposición, los accionados “ejecutarán un plan integral de atención médica y psicológica en su favor, para
lo cual dispondrán del elementos humano (sic) y logístico necesario, sea para trasladarlo al centro
hospitalario o para que sea atendido en su domicilio ubicado en el sector de Conocoto, Puente 6, Distrito
Metropolitano de Quito, provincia de Pichincha, lo cual se complementará con el suministro necesario y
suficiente de medicamentos y terapias para su rehabilitación” (sic) y (iii) que la Defensoría del Pueblo
efectúe un seguimiento del cumplimiento de las medidas ordenadas en la providencia.
17
El proceso fue signado con el No. 05283-2019-00020G.
18
Las medidas ordenadas fueron las siguientes: (a) la prohibición de salida del país del accionante, (b) la
obligación de presentación periódica una vez por mes ante el juzgador de la Unidad Judicial Penal con sede
en el cantón Rumiñahui y (c) una vez que los dispositivos de vigilancia electrónica ya se encuentren
nuevamente disponibles, aplicables y en funcionamiento mientras se cumple con las medidas alternativas
a la privación de la libertad, ahora concedido, se ordena la colocación del dispositivo de vigilancia
electrónica con el tipo de monitoreo de libre circulación.
4
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11. El 08 de enero de 2018, el Tribunal de la Sala de Admisión de la Corte Constitucional
del Ecuador admitió a trámite la acción. Por sorteo efectuado el 07 de febrero de 2018,
la sustanciación de la causa correspondió a la ex jueza constitucional Pamela Martínez
Loayza19.
12. Una vez posesionados los actuales jueces y juezas de la Corte Constitucional se sorteó
la causa el 12 de noviembre de 2019 y correspondió su sustanciación a la jueza
constitucional Karla Andrade Quevedo.
II. Competencia
17. La Corte Constitucional es competente para conocer y pronunciarse sobre las acciones
extraordinarias de protección contra sentencias, autos definitivos y resoluciones con
fuerza de sentencia, de conformidad con lo previsto en los artículos 94 y 437 de la
Constitución de la República (CRE); en concordancia con los artículos 63 y 191 (2),
19
El 07 de junio de 2018, la jueza constitucional sustanciadora de ese entonces avocó conocimiento de la
causa, convocó a audiencia pública y solicitó informes de descargo a los jueces del Tribunal de Garantías
Penales de Cotopaxi y a los jueces de la Sala Civil y Mercantil de la Corte Provincial de Justicia de
Cotopaxi. El 25 de junio de 2018, se llevó a cabo la audiencia pública a la que comparecieron: (a) el abogado
Paúl Fernando Flores Pazmiño, defensor público, en representación del legitimado activo Jorge Aníbal
Imbaquingo Sánchez; (b) la abogada María Belén Peñaherrera Jaramillo y la licenciada Sonia Alexandra
Parra Agreda, en representación del director del CRSC; y (c) el doctor Arturo Vinicio Romero Guachamin,
en representación del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos.
20
La priorización se sustentó en que el accionante era en ese entonces una persona privada de libertad y es
persona con discapacidad física del 71%.
5
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literal d) de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional
(LOGJCC).
III. Alegaciones de las partes
18. En su demanda, el accionante identifica que las decisiones impugnadas vulneraron sus
derechos constitucionales al debido proceso en la garantía de motivación (art. 76. 7
literal l) CRE) y a la tutela judicial efectiva en el elemento a ser juzgado dentro de un
plazo razonable (art. 75 CRE).
19. En primer lugar, respecto de la sentencia dictada por el Tribunal, señala que solo se
analizó la supuesta vulneración del derecho a la salud por falta de atención médica de
parte del CRSC. En tal sentido, a su decir, no se habrían analizado los siguientes hechos:
(a) la reclusión en un pabellón de máxima seguridad sin contar con sentencia
condenatoria ejecutoriada y estar solo con una medida cautelar de prisión preventiva;
(b) la falta de determinación de los responsables de sus lesiones; (c) la falta de
reubicación en otro centro de privación de la libertad; (d) la falta de referencia al uso de
armas de fuego por parte de los agentes de Policía al momento de realizar el operativo;
y, (e) la perpetración de tratos inhumanos, crueles y degradantes.
21. Arguye que la sentencia dictada por la Sala Penal configuró una violación al derecho a
la tutela judicial efectiva puesto que, a su decir, se desconocieron las reglas
constitucionales de tramitación del hábeas corpus debido a que se ingresó la acción el
22 de junio de 2017, se avocó conocimiento el 23 de junio de 2017 y la audiencia fue
celebrada el 27 de junio de 2017 -5 días después de que se presentó la acción-.
22. Aduce también que los jueces accionados de ambas instancias tenían la obligación de
pronunciarse respecto de los argumentos y razones relevantes expuestas durante el
proceso por ambas partes, lo que no sucedió en el presente caso. Así también, señala
que la sentencia de segunda instancia, al referirse al cargo de separación de personas
privadas de la libertad por categorías “hace mención a normas y sentencias que es de
conocimiento sin motivar que es lo que se puede precisar de estas y que es lo que ha
podido recabar la Sala con el fin de resolver ante lo pedido, es decir carece de
razonabilidad y comprensión, tan solo se enuncian normas y sentencias no existe un
análisis de estas con los hechos narrados y probados en el proceso”.
23. Por último, solicita que se acepte la acción extraordinaria de protección, se declare la
vulneración de los derechos alegados y, como medida de reparación, se deje sin efecto
las sentencias impugnadas y se resuelva el mérito de la acción de hábeas corpus.
6
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3.2. Fundamentos del Tribunal de Garantías Penales de Cotopaxi
24. El 22 de junio de 2018, los magistrados del Tribunal de Garantías, Diego Xavier Mogro
Muñoz y Segundo Elías Novillo Rivero presentaron su informe de descargo en el que
reportaron que: (i) al haberse expedido la sentencia el 30 de junio de 2017 no era posible
aplicar los criterios del caso No. 17-18-SEP-CC y que (ii) resolvieron todos los puntos
de la demanda.
25. En un nuevo informe ingresado el 08 de diciembre de 2020, refieren que dejaron de ser
integrantes del Tribunal de Garantías Penales de Cotopaxi y que al momento no cuentan
con el expediente físico para recordar cuál fue la petición inicial del accionante.
Asimismo, señalan que al constatar el estado de salud del accionante dispusieron que un
juez de garantías penitenciarias disponga las medidas alternativas a la privación de la
libertad y que, durante su permanencia en el CRSC se dispuso su atención bajo
resguardo policial.
26. El 25 de junio de 2018, las juezas Ruth Amelia Yazán Montenegro y Ana Lucía Merchán
Larrea presentaron informe de descargo. En particular, aducen que la decisión en
examen está motivada debido a que incluye “las cuestiones de hecho y de derecho
planteadas, enuncia las normas constitucionales y legales y principios jurídicos en los
que se fundó la decisión, se ha justificado la pertinencia de su aplicación a los hechos
relatados y probados, pronunciándonos sobre los argumentos y razones relevantes
expuestos por las partes y hemos realizado el análisis de los hechos adecuando a las
normas aplicables (…)”.
27. Manifiestan que la sentencia cumplió con el objeto del hábeas corpus, “esto es asegurar
el goce y disfrute del derecho a la salud y resguardo de integridad física, se ratificó la
inmediata atención médica especializada del accionante y dispuso medidas adicionales
de reparación (sic)”.
30. Por último, en relación con el cargo referente a que el accionante fue privado de la
libertad en un pabellón de máxima seguridad aun cuando tenía una orden de prisión
7
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preventiva, observó que “está alegación se presenta en la audiencia, pero no consta en
el escrito de acción limitando el derecho a la defensa de los accionados”.
32. Esta Corte ha reiterado que, por eficiencia y economía procesal, para evitar la reiteración
argumental en los análisis y para dotar de un contenido específico claro a cada derecho,
cuando se argumenta la violación de la tutela efectiva a partir de cualquiera de las
garantías del debido proceso, el juez o jueza podrá direccionar el análisis a la garantía
que corresponda del debido proceso y podrá tratar cada garantía de forma autónoma22.
33. El accionante argumenta una violación a ser juzgado dentro de un plazo razonable
porque, a su decir, el Tribunal de Garantías Penales irrespetó los plazos para la
tramitación del hábeas corpus. Este derecho, conforme a los fallos de esta Corte23, puede
ser analizado de dos formas: (a) como un elemento transversal de la tutela judicial
efectiva o (b) como un derecho autónomo. Revisada la demanda, se desprende que en
este caso las alegaciones abordan el plazo razonable como un derecho autónomo24.
34. De modo que esta Corte examinará si la sentencia dictada por el Tribunal de Garantías
vulneró el derecho a ser juzgado dentro del plazo razonable. Así mismo, analizará la
garantía de motivación tanto en la sentencia de primera como de segunda instancia:
35. El derecho a ser juzgado en un plazo razonable es parte de las garantías judiciales
consagradas en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) y parte
del contenido del derecho a la tutela judicial efectiva25.
“Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro
funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a ser
21
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1967-14-EP/20 de 13 de febrero de 2020, párr. 16.
22
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 889-20-JP/21 de 10 de marzo de 2021, párr. 122.
23
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 889-20-JP/21 de 10 de marzo de 2021.
24
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1553-16-EP/21 de 16 de junio de 2021, párr. 28.
25
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1562-14-EP/21 de 10 de marzo de 2021, párr. 39.
8
Quito: José Tamayo E10-25 y Lizardo García. Tel. (593-2) 394-1800
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juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que
continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su
comparecencia en el juicio” (énfasis añadido)26.
37. Esta Corte recuerda que el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable es
transversal a todas las materias y a la sustanciación de todo tipo de acciones y recursos
atendiendo a las características del caso concreto y a la naturaleza de la acción o recurso
que se tramiten27.
38. En el presente caso, el accionante activó una acción de hábeas corpus ante lo cual
correspondía a los jueces del Tribunal de Garantías Penales observar que la tramitación
de las garantías jurisdiccionales se rige, entre otros, por los principios de sencillez,
eficacia y celeridad28. Así, para la aplicación de estos principios, los jueces que
sustancien garantías jurisdiccionales deben ceñirse “a los plazos previstos para el
efecto, a fin de que responda oportunamente frente a la vulneración de derechos. Por
este motivo, no admite incidentes o formas de proceder que retarden el ágil despacho
de la causa”29.
39. Cabe subrayar que para la acción de hábeas corpus, la misma Constitución de modo
específico establece plazos para avocar conocimiento y convocar a audiencia pública.
Así, corresponde a los jueces realizar la audiencia dentro de las veinte y cuatro horas
siguientes a la presentación de la demanda y posteriormente notificar la sentencia en las
siguientes veinte y cuatro horas. Además, como ya ha señalado esta Magistratura en la
tramitación de las garantías jurisdiccionales y particularmente en un habeas corpus
“están proscritos los incidentes y dilaciones innecesarias, lo cual obliga a todo
juzgador o juzgadora a resolver con la inmediatez que el caso requiere y dentro de los
tiempos establecidos”30.
26
Convención Americana de Derechos Humanos, artículo 7 (5)
27
Corte Constitucional del Ecuador, sentencia No. 1553-16-EP/21 de 16 de marzo de 2021, párr. 47. Véase
también: Corte IDH, Caso Salvador Chiriboga vs. Ecuador, 24 de octubre de 2012.
28
Esto de acuerdo con el artículo 86 (3) de la CRE.
29
Corte Constitucional del Ecuador, sentencia No. 1693-17-EP/20 de 2 de diciembre de 2019, párr. 31.
30
Corte Constitucional. Sentencia No. 365-18-JH/21 de 24 de marzo de 2021, párr. 178.
31
En la sentencia Nº 112-14-JH/21 de 20 de julio de 2021, respecto de personas/comunidades indígenas ha
establecido una salvedad en relación con la obligación concreta de los jueces que conocen habeas corpus,
determinando que: “(…)si el Tribunal de hábeas corpus no cuenta con los suficientes elementos para
ordenar la inmediata libertad o por la falta de comparecencia de las autoridades indígenas a la audiencia
9
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41. En el caso en cuestión, se desprende que el Tribunal de Garantías realizó las siguientes
acciones tras la presentación de la demanda el 22 de junio de 2017: (i) avocó
conocimiento de la causa el 23 de junio de 201732, (ii) la audiencia pública se celebró
el 27 de junio de 201733 y, (iii) se dictó sentencia el 30 de junio de 2017.
42. De la revisión del proceso, esta Corte observa que la judicatura accionada se demoró un
total de ocho días para tramitar la causa. Así, se advierte que para convocar a audiencia
pública existió una demora injustificada de 5 días y para dictar sentencia se demoró dos
días más, lo cual sobrepasa el plazo constitucional previsto para el efecto. De este modo,
se constata que el Tribunal de Garantías no actuó con la diligencia que se requiere para
la sustanciación de una acción de hábeas corpus pues omitió el deber de resolver la causa
dentro del plazo previsto en la CRE para su sustanciación.
43. Por las consideraciones anotadas, este Organismo Constitucional concluye que la
inobservancia de los plazos constitucionales dentro del habeas corpus produjo una
vulneración al derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable.
45. En ese sentido, una violación de la garantía de la motivación ocurre ante dos posibles
escenarios, con iguales efectos: (a) La insuficiencia de motivación, cuando se
incumplen alguno de los criterios que nacen de la propia Constitución como son la
enunciación de las normas y la explicación de la pertinencia de su aplicación al caso
concreto; y (b) La inexistencia de motivación, siendo esta una ausencia completa de
de hábeas corpus o para la adopción de la medida cautelar culturalmente apropiada, el Tribunal de hábeas
corpus suspenderá la audiencia. Durante este tiempo realizará los esfuerzos necesarios para mantener
reuniones con las autoridades indígenas que posibiliten un diálogo intercultural, estudiar las distintas
medidas alternativas a la prisión preventiva que aseguren la comparecencia de las personas al proceso
penal y que puedan cumplirse en el ámbito y territorio de las comunidades, así como contar con los
elementos suficientes para resolver la acción de hábeas corpus propuesta. La suspensión de la audiencia
tendrá un plazo razonable y deberá evitar dilaciones innecesarias”.
32
Fs. 22 del expediente de primera instancia.
33
Fs. 29 del expediente de primera instancia.
34
A su vez, el artículo 4.9 de la LOGJCC establece, entre los principios procesales, que la justicia
constitucional debe sujetarse a la motivación, y lo recoge de la siguiente manera: “La jueza o juez tiene la
obligación de fundamentar adecuadamente sus decisiones a partir de las reglas y principios que rigen la
argumentación jurídica. En particular, tiene la obligación de pronunciarse sobre los argumentos y razones
relevantes expuestas durante el proceso por las partes y los demás intervinientes en el proceso”.
10
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argumentación de la decisión. En tal sentido, la inexistencia constituye una insuficiencia
radical que impide tener un argumento mínimo necesario para considerar motivada una
sentencia35. Además, este Organismo ha hecho referencia a la argumentación jurídica
(c) aparente, que se configura cuando a primera vista, cuenta con una fundamentación
normativa suficiente y una fundamentación fáctica suficiente, pero alguna de ellas es,
en realidad, inexiste o insuficiente porque está afectada por algún tipo de vicio
motivacional36. En la jurisprudencia de esta Corte, se han identificado los siguientes
tipos de vicio motivacional, aunque esta enumeración no debe entenderse como una
tipología estricta ni cerrada: (3.1) incoherencia37; (3.2) inatinencia; (3.3) incongruencia;
e, (3.4) incomprensibilidad.
47. Ahora bien, al resolverse una acción de hábeas corpus, la motivación de los fallos por
parte de los operadores de justicia, exige un estudio acorde a su objeto y naturaleza,
mismo que se encuentra establecido en la CRE, la LOGJCC y desarrollado por la
35
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1320-13-EP/20 de 27 de mayo de 2020, párr. 39.
36
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1158-17-EP/21 de 20 de octubre de 2021, párr. 71.
37
Así, hay incoherencia cuando en la fundamentación fáctica o en la fundamentación jurídica se verifica:
o bien, una contradicción entre los enunciados que las componen –sus premisas y conclusiones–
(incoherencia lógica), o bien, una inconsistencia entre la conclusión final de la argumentación y la decisión
(incoherencia decisional). Lo primero se da cuando un enunciado afirma lo que otro niega; y lo segundo,
cuando se decide algo distinto a la conclusión previamente establecida. Hay inatinencia cuando en la
fundamentación fáctica o en la fundamentación jurídica se esgrimen razones que no “tienen que ver” con
el punto controvertido, esto es, no guardan relación semántica general con la conclusión final de la
argumentación y, por tanto, con el problema jurídico de que se trate6. Dicho de otro modo, una inatinencia
se produce cuando el razonamiento del juez “equivoca el punto” de la controversia judicial. Hay
incongruencia cuando en la fundamentación fáctica o en la fundamentación jurídica, o bien, no se ha
contestado algún argumento relevante de las partes procesales o bien, no se ha contestado alguna. La
incongruencia frente a las partes no surge cuando se deja de contestar cualquier argumento de las partes,
sino solo los relevantes, es decir, aquellos argumentos que inciden significativamente en la resolución del
correspondiente problema jurídico. Hay incomprensibilidad cuando un fragmento del texto (oral o escrito)
en que se contiene la fundamentación normativa y la fundamentación fáctica de toda argumentación jurídica
no es razonablemente inteligible para un profesional del Derecho o –cuando la parte procesal interviene sin
patrocinio de abogado (como puede suceder, por ejemplo, en las causas de alimentos o de garantías
jurisdiccionales) – para un ciudadano o ciudadana.
38
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1158-17-EP/21 de 20 de octubre de 2021, párr. 103
39
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1285-13-EP/19 de 4 de septiembre de 2019, párr. 28.
11
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jurisprudencia constitucional. Para tal efecto, al momento de dictar sentencia las y los
jueces deben considerar, al menos, los siguientes parámetros:
ii. Respuesta a las pretensiones relevantes.- De igual forma, al momento en que las
y los administradores de justicia motiven sus decisiones, estas deben responder a
todas las pretensiones relevantes41 expuestas en la demanda y/o audiencia o que
sean identificables del relato del accionante de acuerdo al objeto y naturaleza de
la acción de hábeas corpus. En particular, se debe brindar una respuesta sobre las
violaciones a derechos invocados y a las reparaciones integrales que soliciten los
accionantes. Así, estas pueden referirse, entre otros, a que se ordene su libertad
considerando si esta es ilegal, arbitraria o ilegitima42, se dicten medidas para
proteger su vida, salud43 o integridad44 personal durante la privación de la libertad,
sea esta en un centro de privación de la libertad, por parte de particulares 45 o en
cualquier otro lugar donde la libertad de la persona se encuentre sustancialmente
restringida sin que dicho lugar se califique necesariamente como un centro de
detención46.
40
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 207-11-JH/20 de 22 de julio de 2020, párr. 32.
41
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 565-16-EP/21 de 03 de febrero de 2021, párr. 29.
42
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 207-11-JH/20 de 22 de julio de 2020, párr. 83 (1).
43
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 209-15-JH/19 de 12 de noviembre de 2019.
44
Respecto a la protección de la integridad personal y vida en centros de privación de la libertad, véase el
caso 365-18-JH/21.
45
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 166-12-JH/20 de 08 de enero de 2020.
46
Corte Constitucional del Ecuador, sentencia No. 335-13-JP/20 de 12 de agosto de 2020, párr. 97
47
En específico, el accionante en su demanda aduce que “los policías atentaron contra mi vida e integridad
pues me dispararon un cartucho de perdigones en el lado izquierdo parte baja de mi espalda”
12
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49. El análisis constitucional del caso inicia a partir del tercer considerando, del cual
destacan las siguientes consideraciones:
50. Por su parte, en el cuarto considerando la judicatura accionada resumió las normas
constitucionales que estimó aplicables al caso 48.
51. Por último, aceptó la acción de hábeas corpus al considerar que el CRSC no brindó la
atención médica que necesitaba el accionante, lo que generó una violación al derecho a
la salud. En adición, se verifica que desestimó las solicitudes de reparación integral
referentes a posibles disculpas públicas y el pedido expreso del accionante de traslado a
un centro de detención provisional.
52. Conforme se detalló en los párrafos ut supra, los jueces accionados enunciaron las
normas constitucionales y legales que estimaron pertinentes para: (i) establecer el objeto
de la acción de hábeas corpus y (ii) definir el contenido de los derechos supuestamente
vulnerados. En particular, contrastaron esta normativa a los hechos del caso y
concluyeron que el CRSC vulneró los derechos a la salud y a la atención prioritaria de
las personas privadas de la libertad, por lo que, la sentencia cumple con enunciar normas
y explicar su pertinencia.
48
En el aludido acápite de la sentencia se enunciaron los siguientes artículos de la CRE 11(2), 32, 35, 51 (3)
(4) (6) y 66 (1) (2) (3) y 12 del Código Orgánico Integral Penal.
13
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a. En el marco del motín de 10 de septiembre de 2015 se perpetraron tratos crueles,
inhumanos y degradantes por parte de los agentes penitenciarios, mismos que
conllevaron a una afectación a su derecho a la integridad física.
b. Producto de la falta de atención médica dentro del CRS por más de dos años se
violó su derecho a la salud.
54. Este Organismo Constitucional observa que la sentencia sujeta a análisis no resolvió el
cargo relacionado con la vulneración del derecho a la integridad física, por el disparo
que sufrió en su espalda durante el motín de 10 de septiembre de 2015. De esta manera,
se observa que la sentencia impugnada únicamente se pronunció respecto del cargo de
falta de atención médica, dejando sin contestar un cargo relevante solicitado por el
accionante.
56. El accionante aduce que la decisión dictada en el marco del recurso de apelación no
analizó la alegada vulneración de su derecho a la integridad física en relación con los
tratos crueles, inhumanos o degradantes que produjeron como efecto la necesidad de su
atención médica inmediata. Además, señala que al examinarse el cargo de separación
de personas privadas de la libertad por categorías, no se brinda una conclusión completa
pues “hace mención a normas y sentencias que es de conocimiento sin motivar que es
lo que se puede precisar de estas y que es lo que ha podido recabar la Sala con el fin
de resolver ante lo pedido, es decir carece de razonabilidad y comprensión, tan solo se
enuncian normas y sentencias no existe un análisis de estas con los hechos narrados y
probados en el proceso”.
57. A fin de verificar si la decisión analizada contiene la motivación mínima, que incluye
pronunciarse sobre los argumentos relevantes, se debe considerar que el accionante
presentó los siguientes cargos en su demanda de hábeas corpus y en la audiencia de
apelación: (i) violación del derecho a la integridad física por lo ocurrido durante el
motín, (ii) configuración de una privación de la libertad ilegal y arbitraria por haberse
privado al accionante en un pabellón de máxima seguridad y (iii) falta de atención
médica, por más de dos años, como violatoria al derecho a la salud.
58. En el considerando sexto de la sentencia, se observa el siguiente análisis por parte del
tribunal de alzada:
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oportunamente la atención médica especializada, de lo cual se ha
responsabilizado a [las entidades accionadas]”.
f. Así también, en el apartado 6.5. citó, extractos de las sentencias del caso Cárcel
de Urso Branco c. Brasil y del caso del Instituto de Reeducación del Menor c.
Paraguay, expedidos por la Corte IDH y con base en el artículo 678 del Código
Orgánico Integral Penal49 arguyó que esta “faculta disponer su internamiento en
otro centro que preste las seguridades necesarias con el fin de precautelar la
seguridad del centro y de los otros privados de libertad en el caso de que la
persona a la que se la ha impuesto una medida cautelar privativa de libertad y
que por el delito cometido revele que se trata de una persona de extrema
peligrosidad”.
49
La norma señala que los centros de privación de libertad se clasifican en centros de privación provisional
de libertad (CDP), en los que permanecerán las personas privadas preventivamente de libertad en virtud de
una medida cautelar o de apremio impuesta por una o un juez competente; y centros de rehabilitación social
(CRS) en los que permanecen las personas a quienes se les impondrá una pena mediante una sentencia
condenatoria ejecutoriada.
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59. De la síntesis de la sentencia in examine, se colige que la judicatura accionada enunció
las normas jurídicas y jurisprudencia que estimó aplicables al caso bajo estudio. En
adición, la sentencia examina los cargos expuestos en la acción de hábeas corpus
referentes a: (a) la falta de atención médica como vulneratoria al derecho a la salud (6.1.)
y (b) el traslado del accionante a otro centro de privación de la libertad o instalación de
un brazalete por una posible violación del derecho a la integridad física (6.2. - 6.3.).
60. Sin perjuicio de lo anterior, en relación al punto (b), aún cuando la judicatura hace
mención a las acciones que pueden tomar los jueces en un hábeas corpus para tutelar la
integridad física cuando constatan una afectación a este derecho, esta no responde sí,
producto del motín y por la falta de atención médica oportuna, se vulneró el derecho a
la integridad personal del accionante en su elemento a la integridad personal. Asimismo,
de la revisión de la sentencia de apelación se observa que, en su apartado 6.5, luego de
sintetizar el cargo referente a que la privación de la libertad se tornó en arbitraria e ilegal
producto de que se lo hizo en el pabellón de máxima seguridad mientras cumplía una
prisión preventiva, se limitó a citar las normas del COIP que estimó aplicables y
sentencias de la Corte IDH, sin brindar explicación alguna de cómo estas normas se
subsumían al caso concreto. Por lo que, aun cuando enuncia normas no explica su
pertinencia al caso. En otras palabras, la Sala Provincial, al limitarse a enunciar normas
y precedentes en abstracto y sin relacionarlos a los hechos del caso, incumplió con su
deber de establecer la pertinencia de su aplicación al caso bajo análisis.
61. Por las razones expuestas supra, se colige que la sentencia analizada, en lo referente a
los cargos antes descritos, no cuenta con una fundamentación jurídica mínima, esto es,
“la enunciación y justificación suficiente de las normas y principios jurídicos en que se
funda la decisión, así como la justificación suficiente de su aplicación a los hechos
del caso”50(énfasis añadido). Al respecto, la Corte IDH ha sostenido que la
fundamentación jurídica no puede consistir en “la mera enumeración de las normas que
podrían resultar aplicables a los hechos o conductas”51. O, en términos de la
jurisprudencia de esta Corte, “[l]a motivación no puede limitarse a citar normas”52 y
menos a “la mera enunciación inconexa [o “dispersa”53] de normas jurídicas54” sino
que debe entrañar un razonamiento relativo a la interpretación y aplicación del Derecho
en las que se funda la resolución del caso55.
50
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 1158-17-EP/21, 20 de octubre de 2021, párr. 61-62.
51
Corte IDH, Caso López Lone y otros vs. Honduras, sentencia de 5 de octubre de 2015, párr. 265; y, Caso
Ramírez Escobar y Otros vs. Guatemala, sentencia de 9 de marzo de 2018, párr. 189.
52
Corte Constitucional del Ecuador, sentencia No. 274-13-EP/19, de 18 de octubre de 2019, párr. 46. En el
mismo sentido, véase la sentencia No. 1357-13-EP/20, de 8 de enero de 2020, párr. 32.
53
Corte Constitucional del Ecuador, sentencia No. 1258-13-EP/19, de 11 de diciembre de 2019, párr. 23.
54
Corte Constitucional del Ecuador, sentencias No. 860-12-EP/19, de 4 de diciembre de 2019, párr. 26;
No. 1258-13-EP/19, de 11 de diciembre de 2019, párr. 23; y, No. 1338-13-EP/20, de 1 de julio de 2020,
párr. 41.
55
Los artículos 5.18 del Código Orgánico Integral Penal (en adelante, “COIP”) y 17.3 de la LOGJCC aluden
al elemento de la fundamentación normativa suficiente. Y el artículo 89 del Código Orgánico General de
Procesos (en adelante, “COGEP”), al respecto, prescribe: “[l]as sentencias se motivarán expresando los
razonamientos [...] jurídicos, que conducen [...] a la interpretación y aplicación del derecho”. Sobre la
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62. En consecuencia, este Organismo constata que la judicatura accionada dejó sin resolver
los cargos referentes a una posible privación de la libertad ilegal y arbitraria producto
de la privación de la libertad en el pabellón de máxima seguridad mientras cumplía una
prisión preventiva y a la afectación a la integridad física.
63. Por estas consideraciones, este Organismo Constitucional considera que la falta de
explicitación de la aplicación de las normas al caso y la omisión de pronunciarse sobre
dos de los argumentos relevantes, constituyen omisiones contrarias a la garantía de
motivación.
V. Análisis de mérito
65. Para el efecto, se debe observar los siguientes requisitos: (1) que la autoridad judicial
haya violado el debido proceso u otro derecho de las partes en la sentencia impugnada;
(2) que prima facie los hechos que dieron lugar al proceso originario puedan constituir
una vulneración de derechos que no fueron tutelados por las autoridades judiciales
inferiores; (3) que el caso no haya sido seleccionado por esta Corte para su revisión; y
(4) que el caso al menos cumpla con uno de los criterios que a continuación se indican:
gravedad del asunto, novedad del caso, relevancia nacional o la inobservancia de
precedentes establecidos por este Organismo57.
66. En el caso sujeto a análisis, se cumple con el requisito (1) pues se constató que las
judicaturas accionadas vulneraron los derechos a ser juzgado dentro de un plazo
razonable y al debido proceso en la garantía de motivación. Asimismo, se cumple con
el requisito (2) ya que durante la privación de la libertad del accionante, producto del
amotinamiento del 10 de septiembre de 2015 y por la falta de atención médica por más
de dos años, a prima facie, se podrían haber vulnerado sus derechos a la libertad, a la
integridad física y a la salud. Toda vez que, como consecuencia de la falta de atención
en la herida, en la actualidad el accionante posee una discapacidad física del 71%.
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También se cumple con el presupuesto (3) pues se ha verificado que el caso no ha sido
seleccionado por esta Corte para su revisión.
67. Por último, esta Corte estima que se cumple con el (4) requisito porque de los hechos
del caso se desprende el criterio de gravedad. Esto, en razón que se reclaman violaciones
a los derechos a la integridad física de una persona en condición de doble vulnerabilidad,
esto es, una persona privada de la libertad y con una discapacidad física. Por otro lado,
el caso se encuentra revestido de relevancia nacional ya que lo acontecido en perjuicio
del accionante refleja un problema estructural que persiste en la actualidad en varios
centros de privación de la libertad en los que ocurren actos violentos que afectan a la
vida e integridad física de las personas privadas de libertad58.
68. El accionante refiere como argumentos principales en su demanda de hábeas corpus los
siguientes: (i) “los policías atentaron contra mi vida e integridad pues me dispararon
un cartucho de perdigones en el lado izquierdo parte baja de mi espalda”; (ii) “ mi
herida se infectó al punto que el médico que limpió mi herida me dijo que necesitaría
un injerto de músculo y cirugía; aunque el médico me dijo que pidió autorización para
llevarme a un hospital y poderme atender debidamente, jamás me brindó atención
médica (...)”; y, (iii) “me preocupa que no se haya tomado las acciones necesarias
para garantizar mi acceso a la atención a la salud oportuna de calidad y especializada
a (sic) que tengo derecho, lo que ha puesto en evidente riesgo mi vida e integridad física,
siendo víctima de TRATOS CRUELES INHUMANOS Y DEGRADANTES” (énfasis del
original). Asimismo, conforme consta a fs. 24 del expediente de segunda instancia el
accionante alegó en la audiencia que al estar en “un pabellón de máxima seguridad, que
a criterio del Centro están las personas más peligrosas y que sobre todo tienen una
sentencia ejecutoriada (...) la norma [el artículo 203 de la Constitución] es clara con la
separación, de personas procesadas con la de personas sentencias, esta persona apenas
era procesada tenía una prisión preventiva”.
69. Este Organismo Constitucional resolverá la demanda de hábeas corpus presentada por
el accionante respecto del CRSC en función de los cargos de la demanda y en el recurso
de apelación. Por tal motivo, corresponde verificar si: (a) se generó una privación de
libertad ilegal y arbitraria cuando se lo ubicó en un pabellón de máxima seguridad por
parte del CRSC; (b) se vulneró su derecho a la integridad personal producto de la falta
de atención durante más de 2 años de un disparo de perdigón en su espalda, en el marco
del motín suscitado el 10 de septiembre de 2015, y (c) se violó el derecho a la salud y a
la vida digna al no recibir atención médica oportuna por parte del CRSC.
58
Esta Corte ha hecho mención del problema estructural de los centros de privación de la libertad, entre
otros casos en Corte Constitucional del Ecuador, Dictamen, 1-19-EE, 2-19-EE de 30 de mayo de 2019,
Dictamen 6- 20-EE, de 19 de octubre de 2019, Dictamen 5-21-EE de 06 de octubre de 2021 y Auto de
seguimiento Auto de fase de seguimiento No. 4-20-EE/21 y acumulado de 03 de marzo de 2021.
18
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5.2.1. Sobre la supuesta privación de la libertad ilegal, arbitraria e ilegítima al ser
ubicado en un pabellón de máxima seguridad sin una sentencia penal ejecutoriada
71. Así, todo proceso de privación de la libertad debe efectuarse con estricto apego a la
CRE, a los instrumentos internacionales de derechos humanos y la ley, caso contrario
esta privación puede tornarse en ilegal, arbitraria e ilegítima y, consecuentemente,
devenir en una vulneración del derecho a la libertad personal. Al respecto, esta Corte ha
determinado que una privación de la libertad es:
Arbitraria: cuando “se ha realizado utilizando causas y métodos que puedan reputarse
como incompatibles con el respeto a los derechos humanos del individuo, aunque se haya
realizado en cumplimiento de las normas legales “59.
73. Frente a esta actuación, el legitimado activo alegó que, al no tener una sentencia penal
en su contra, correspondía enviarlo a un centro de detención provisional61.
74. Entre las directrices del sistema de rehabilitación social previstas en el artículo 203 de
la Constitución consta que “[ú]nicamente las personas sancionadas con penas de
privación de libertad, mediante sentencia condenatoria ejecutoriada, permanecerán
internas en los centros de rehabilitación social”.
59
Corte Constitucional del Ecuador, sentencia 207-11-JH, 22 de julio de 202, párr. 83 (1 y 2).
60
De acuerdo con lo manifestado por el abogado del accionante en la primera audiencia fue “por disposición
del director”. Minuto 9:17.
61
Esta alegación fue presentada en la audiencia de primera instancia (27 de junio de 2017) en la audiencia
de apelación de la acción de hábeas corpus (17 de julio de 2017) y en la audiencia de acción extraordinaria
de protección (10 de diciembre de 2020).
19
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75. Esta norma tiene relación con el principio constitucional de presunción de inocencia,
puesto que las personas con orden de prisión preventiva, al tener en desarrollo un
proceso penal en su contra, no han perdido su estatus de inocencia. Por tal motivo, el
tratamiento de una persona procesada por parte de las autoridades públicas, con
independencia de las medidas cautelares que se les ordene, debe ser el de una persona
inocente que está siendo investigada.
76. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ha reconocido que los
Estados tienen la obligación de establecer un sistema de clasificación de los reclusos en
los centros penitenciarios de manera que se garantice que los procesados sean separados
de los condenados con sentencia ejecutoriada y que reciban un tratamiento adecuado a
su condición de persona no condenada62.
77. Asimismo, la regla 11 (b) de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas (en adelante
Reglas Mínimas) para el Tratamiento de los Reclusos establece que: “[l]os reclusos
pertenecientes a categorías distintas deberán ser alojados en establecimientos
diferentes o en pabellones diferentes dentro de un mismo establecimiento, según su sexo
y edad, sus antecedentes penales, los motivos de su detención y el trato que corresponda
aplicarles; por consiguiente: b) los reclusos en espera de juicio estarán separados de
los penados”.
79. Se debe destacar que el mismo COIP establece la salvedad de que “[e]n caso de que a
una persona que se la ha impuesto una medida cautelar privativa de libertad y que por
el delito cometido revele que se trata de una persona de extrema peligrosidad, con el
fin de precautelar la seguridad del centro y de los otros privados de libertad, se podrá
disponer su internamiento en otro centro que preste las seguridades necesarias”.
62
Corte IDH, caso J. vs. Perú, sentencia de 27 de noviembre de 2013. Corte IDH, asunto de la cárcel de
Urso Branco respecto Brasil. Medidas Provisionales, resolución de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de 29 de agosto de 2002.
63
El artículo 678 Código Orgánico Integral Penal establece: “Las medidas cautelares personales, las penas
privativas de libertad y los apremios, se cumplirán en los centros de privación de libertad, que se clasifican
en: 1. Centros de privación provisional de libertad, en los que permanecerán las personas privadas
preventivamente de libertad en virtud de una medida cautelar o de apremio impuesta por una o un juez
competente, quienes serán tratadas aplicando el principio de inocencia. En caso de que a una persona que
se la ha impuesto una medida cautelar privativa de libertad y que por el delito cometido revele que se trata
de una persona de extrema peligrosidad, con el fin de precautelar la seguridad del centro y de los otros
privados de libertad, se podrá disponer su internamiento en otro centro que preste las seguridades
necesarias”.
64
El artículo 541 del Código Orgánico Integral Penal establece “Caducidad.- La caducidad de la prisión
preventiva se regirá por las siguientes reglas: 1. No podrá exceder de seis meses, en los delitos sancionados
con una pena privativa de libertad de hasta cinco años. 2. No podrá exceder de un año, en los delitos
sancionados con una pena privativa de libertad mayor a cinco años”
20
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80. Entonces, solo de forma excepcional, se puede enviar a una locación diferente a un
centro de detención provisional a una persona con orden de prisión preventiva, siempre
y cuando se motive la peligrosidad de la persona procesada y la incapacidad de
garantizar la seguridad del centro y de los otros procesados.
81. En este caso, esta Magistratura observa que el CRSC no justificó las razones por las que
el accionante fue enviado directamente al pabellón de máxima seguridad del centro de
rehabilitación social, ni ha demostrado que se cumpla el presupuesto de excepción
previsto en el COIP. Por lo que, esta Corte considera que la privación de la libertad del
accionante, al encontrarse únicamente con una medida de prisión preventiva, se dio en
franca contravención del mandato expreso del artículo 203 de la CRE y de los
instrumentos internacionales de derechos humanos enunciados en los párrafos
precedentes y por ende devino en ilegal. Adicional a ello, dado que el traslado al
pabellón de máxima seguridad desconoció el principio de presunción de inocencia, la
privación de la libertad también se tornó en arbitraria. Por último, se debe recordar que
la separación adecuada de internos es una medida de seguridad que previene la violencia
carcelaria y garantiza la integridad personal de las personas privadas de la libertad.
82. De esta manera, esta Corte considera necesario establecer que los argumentos
enunciados en el párrafo ut supra sí podían ser resueltos por las autoridades judiciales
que conocieron el caso del accionante. Así, su desconocimiento acarrea la inobservancia
de mandatos expresos sobre el aspecto formal de la detención, como sería la falta de
justificación sobre la necesidad de detener al accionante en un centro para personas con
sentencia ejecutoriada, más aún en un pabellón de extrema seguridad.
84. La CRE, en su artículo 66 (3) consagra el derecho a la integridad personal, mismo que
incluye las siguientes dimensiones: (a) la integridad física, psíquica, moral y sexual;
(b) una vida libre de violencia en el ámbito público y privado. El Estado adoptará las
medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar toda forma de violencia, en
especial la ejercida contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes, personas adultas
mayores, personas con discapacidad y contra toda persona en situación de desventaja o
65
En este punto, es menester aludir a que el Tribunal de Garantías penales en auto de 14 de diciembre de
2018 ordenó remitir el proceso al juez de garantías penitenciarias para que determine las medidas
alternativas a la privación de la libertad aplicables para que el accionante cumpla con el resto de su condena.
Es así como, el 14 de enero de 2019 la Unidad Judicial Penal de Latacunga ordenó que el accionante se
presente periódicamente ante su judicatura y la prohibición de salida del país, y que una vez que esté
disponible se coloque un dispositivo de vigilancia electrónico. Por lo que en la actualidad el accionante se
encuentra cumpliendo su correspondiente pena fuera del CRSC.
21
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vulnerabilidad; idénticas medidas se tomarán contra la violencia, la esclavitud y la
explotación sexual; (c) La prohibición de la tortura, la desaparición forzada y los tratos
y penas crueles, inhumanos o degradantes; y, (d) la prohibición del uso de material
genético y la experimentación científica que atenten contra los derechos humanos.
85. En función de lo alegado por el legitimado activo, corresponde a esta Corte analizar la
supuesta vulneración del derecho a la integridad personal en el siguiente orden: (i)
elemento de una vida libre de violencia, (ii) elemento de prohibición de tortura y (ii)
elemento a la integridad física.
86. Este Organismo recuerda que el Estado está obligado a prevenir la violencia dentro de
los centros de privación de libertad, esta obligación implica no sólo abstenerse de
provocar hechos violentos a través de los agentes públicos, sino también prevenir y
controlar las diferentes formas de violencia que provengan de terceros. La falta de
prevención o la omisión de actuar frente a la violencia ejercida dentro de los centros de
privación de libertad conlleva la responsabilidad estatal66.
88. De igual forma, los Principios de Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas
Privadas de la Libertad en las Américas, en el principio No. 1, resaltan la obligación
estatal de protección a las personas privadas de la libertad contra: “todo tipo de
amenazas y actos de tortura, ejecución, desaparición forzada, tratos o penales crueles,
inhumanos o degradantes, violencia sexual, castigos corporales, castigos colectivos,
intervención forzada o tratamiento coercitivo, métodos que tengan como finalidad
anular la personalidad o disminuir la capacidad física o mental de la persona. No se
podrá invocar circunstancias, tales como, estados de guerra, estados de excepción,
situaciones de emergencia, inestabilidad política interna, u otra emergencia nacional o
internacional, para evadir el cumplimiento de las obligaciones de respeto y garantía de
trato humano a todas las personas privadas de libertad”.
89. Bajo estas consideraciones, cuando el Estado, a través de sus autoridades, no ejerce el
control efectivo de los centros penitenciarios, pueden generarse sublevaciones de
personas privadas de la libertad y/o motines como los detallados por el accionante, este
tipo de actos pueden poner en riesgo la vida e integridad de las personas privadas de
libertad, del personal que labora en dichos centros o de terceras personas como
66
Corte Constitucional. Sentencia No. 365-18-JH/21 y acumulados.
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familiares o visitantes. Por lo que, es deber de las autoridades estatales competentes
tomar las medidas necesarias para prevenir este tipo de sucesos 67.
90. En este marco, el uso de la fuerza dentro de los centros de privación de libertad por parte
del Estado debe ser una medida de ultima ratio y con estricta observancia a los
principios que rigen el uso de la fuerza: legalidad, necesidad, proporcionalidad y
precaución68.
91. Además, con respecto a la prueba de las lesiones en el marco del uso progresivo de la
fuerza, se debe considerar que las personas privadas de la libertad -al encontrarse bajo
la custodia estatal- se les dificulta la obtención de pruebas, las cuales podrían estar en
posesión de las entidades accionadas. Así, cualquier señal que demuestre la existencia
de una posible lesión se convierte en elemento probatorio fundamental, así como cada
una de las valoraciones médicos que se les realicen. Al respecto, este Organismo
Constitucional en la sentencia 365-18-JH/20 y acumulados señaló que:
“4. La carga de la prueba recae sobre las entidades accionadas según lo dispuesto en el
artículo 16 (4) de la LOGJCC. Es obligación del Estado dar una explicación satisfactoria
y convincente de los hechos y aportar elementos probatorios adecuados y suficientes para
desvirtuarlos. En caso de que incumpla esta obligación, el juzgador presumirá que el
Estado, en razón de la inversión de la carga de la prueba y de tener bajo su custodia a las
personas privadas de la libertad, es el responsable, para efectos del hábeas corpus, por
las lesiones que exhiban estos últimos. Los exámenes médicos que den cuenta de las
lesiones que presentan las personas privadas de la libertad cobrarán especial relevancia
frente a otros elementos probatorios, al momento de determinar si se produjo cualquier
forma de maltrato.
6. La jueza o juez, en atención a los elementos fácticos de cada caso y frente a dudas
razonables, ponderará la valoración del caso a favor de la víctima de tortura, trato cruel,
inhumano o degradante. En caso de que las autoridades estatales no puedan probar lo
contrario, la versión de la persona privada de libertad, a efectos de la acción de hábeas
corpus, se presumirá cierta. El Estado ostenta la responsabilidad y carga probatoria al
tener a las personas bajo su custodia”.
67
Esta Corte ha hecho mención del problema estructural de los centros de privación de la libertad, entre
otros casos en Corte Constitucional del Ecuador, Dictamen, 1-19-EE, 2-19-EE de 30 de mayo de 2019,
Dictamen 6- 20-EE, de 19 de octubre de 2019, Dictamen 5-21-EE de 06 de octubre de 2021 y Auto de
seguimiento Auto de fase de seguimiento No. 4-20-EE/21 y acumulado de 03 de marzo de 2021.
68
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia 33-20-IN/21 de 5 de mayo de 2021, párr. 120.
69
El 10 de septiembre de 2015 se registraron protestas de interno en la cárcel de Latacunga. Los hechos se
desataron luego de que un interno sufriera caída desde segundo piso del pabellón de "máxima especial" y
23
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93. Según lo alegado en la demanda de hábeas corpus, el día en el que ocurrió el motín, el
accionante se encontraba en la celda “C1C del Pabellón de máxima seguridad”70. En el
curso del motín, un grupo de agentes penitenciarios ingresaron a su celda y “lo bajaron
a golpes al patio del pabellón de máxima seguridad” 71 y “atan con plásticos sus manos
a su espalda”72.
94. Aproximadamente a las 15h00 p.m. “cuando estaba sometido en el suelo un agente lo
dispara con un cartucho de perdigones en la parte baja posterior de su espalda, disparo
que le produce una herida de la cual empieza a salir abundante sangre”73. A pesar de
la herida, los golpes al accionante habrían seguido hasta las 19h00 p.m.74.
95. Según lo postulado por el accionante75, la actuación de los agentes penitenciarios fue
deliberada y desproporcionada pues al ingresar al pabellón habrían disparado “balas de
goma”76 con “armas de fuego” “a todo mundo a quemarropa” sin distinciones77. Sin
considerar que dentro de los privados de la libertad amotinados “no se encontraba el
señor [accionante], estaba alejado, estaba incluso en otro Pabellón”78, tanto así que no
fue “investigado ni sancionado por los hechos del 10 de septiembre de 2015”79 “porque
no fue parte del motín”80. Es más, “fueron sentenciadas las personas que si fueron parte
del motín”81.
24
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96. Producto de los hechos manifestados en el párrafo ut supra se le generó una herida
profunda en la parte baja posterior izquierda de la espalda82. Entonces, recién cuando
uno de sus compañeros de celda advirtió del sangrado, aproximadamente a las 19h0083,
fue “arrastrado”84 y trasladado al Policlínico del CRSC, donde le extrajeron ocho
perdigones de su espalda, y fue devuelto a su celda. Posteriormente, fue atendido por
cuarenta y seis días con un tratamiento ambulatorio que consistía en aplicarle una
“pomada”, antibióticos, analgésicos y antinflamatorios para curar su herida.
97. Así, conforme lo alegado por el accionante, y en virtud de que no existe una sentencia
ejecutoriada en la que se confirme su participación del motín, se corrobora que el uso
de la fuerza en su contra no respondió a una agresión, resistencia o actividad que ponga
en peligro los derechos a la vida y/o integridad física de otros privados de la libertad o
de los agentes penitenciarios. En tal virtud, se puede confirmar que el disparo propinado
al accionante no fue una bala perdida como se ha alegado por parte de la entidad
accionada; al contrario, al dispararle por la espalda y en el piso a quemarropa fue una
acción meditada y deliberada por parte de la persona que ejerció la fuerza.
98. En todo caso, esta Corte estima necesario dejar en claro que aun cuando exista una
sentencia ejecutoriada en la que se confirme la participación de una persona privada de
la libertad en un motín, no significa que aquello per se responda a una agresión,
resistencia o actividad que ponga en peligro los derechos a la vida y/o integridad física
de otros privados de la libertad o de los agentes penitenciarios; más aún tratándose del
caso del uso proporcional de la fuerza por parte de la policía.
99. Por lo expuesto, esta Corte estima que los hechos violentos -las acciones tendientes a
controlar el motín dentro del CRSC- perjudicaron severamente la integridad del
accionante en el elemento de una vida libre de violencia.
100. El accionante también arguyó que los hechos ocurridos en el marco del motín ocurrido
el 10 de septiembre de 2015 constituyeron tratos crueles, inhumanos y degradantes.
25
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correspondiente investigación en la vía penal85. También ha expresado que: “si de la
sustanciación de la acción de hábeas corpus se desprende que han existido violaciones
a la integridad personal, la Sala de la Corte Provincial de Justicia ordenará las
medidas que se requieran para la protección de la integridad personal, entre ellas,
podrá ordenar la libertad siempre que, luego de un examen detenido y con la debida
fundamentación, se considere que es la medida adecuada para garantizar el derecho a
la integridad personal. En este caso podrá disponer las medidas alternativas a la
prisión preventiva, hasta que la o el juez que conoce la causa penal revoque o sustituya
las mismas”86.
102. Revisado el expediente se verifica que, a través del oficio No. FGE-CGAJP-DDHPC-
2020-003928-O de 01 de octubre de 2020, el director nacional de derechos humanos y
participación ciudadana de la Fiscalía General del Estado informó a la Corte
Constitucional que ya existe un proceso de investigación por el delito de torturas
perpetradas en contra del accionante signado con el No.05010181830241. Sin perjuicio
de aquello, correspondía a las judicaturas accionadas examinar si procedía ordenar la
libertad inmediata en virtud de una vulneración a su derecho a la integridad durante la
privación arbitraria de su libertad. Si luego del análisis motivado de los juzgadores,
aquello no era posible, debían ordenar el traslado solicitado, como medida de protección
de su integridad personal. Además, de brindar la atención médica oportuna y necesaria,
y demás medidas necesarias para garantizar su integridad personal.
103. Por lo que en este caso, no es procedente analizarlo ni volver a remitir el proceso a
Fiscalía.
104. La dimensión física del derecho a la integridad personal permite a la población ser
protegida contra cualquier tipo de amenaza que ponga en riesgo su cuerpo o la salud de
este; y es deber del Estado proteger al individuo y preservar razonablemente y en
condiciones óptimas posibles su integridad y salud.
105. El accionante aduce que el CRSC vulneró su derecho a la integridad física producto de
la falta de atención en su herida por más de dos años, misma que fue provocada por un
agente estatal durante un amotinamiento.
85
Corte Constitucional. Sentencia No. 365-18-JH/21 y acumulados de 24 de marzo de 2021.
86
Ibid.
26
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107. En tal sentido, se constata que el incumplimiento del deber de CRSC de brindar un
tratamiento oportuno o coordinar un plan de acción para tratar las consecuencias del
disparo del accionante en su espalda por más de dos años tuvieron como consecuencia
que el accionante quede con su movilidad sustancialmente reducida y padezca una
discapacidad física del 71%, misma que es confirmada con el certificado de
discapacidad del Ministerio de Salud que consta a fs. 24 del expediente constitucional 87.
108. Esta Corte recuerda que los centros de privación de la libertad y de detención
provisional, y en general los establecimientos en los que las personas se encuentran
privadas de su libertad, tienen el deber de generar condiciones en las que se proteja, en
todo momento, la integridad física de las personas privadas de la libertad.
109. Por todo lo expuesto, dado que se le provocó una grave herida y no se le brindó atención
médica por más de dos años en el centro penitenciario se constata que el CRSC vulneró
el derecho a la integridad física de Jorge Aníbal Imbaquingo Sánchez.
110. Como ya quedó establecido, el accionante alega que más allá de la atención que tuvo
para tratar su herida días después del motín, no habría recibido atención médica por un
lapso de dos años, lo cual habría afectado gravemente su derecho a la salud.
112. La salud es un derecho indispensable para el ejercicio de los demás derechos humanos.
Toda persona tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud que le permita
vivir dignamente90. Entonces, el derecho a la salud implica no sólo la ausencia de
87
Ministerio de Salud Pública. Certificado de discapacidad No. 343484 de 16 de mayo de 2018 (fs. 24).
88
El derecho a la salud está además reconocido en numerosos instrumentos de derecho internacional que
son vinculantes para el Ecuador: la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 25.1); el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 12); la Convención Internacional
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (artículo 5.iv.e); la Convención sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (artículos 11 y 12. 1); la Convención
sobre los Derechos del Niño (artículo 24.1); la Convención sobre la Protección de los trabajadores
migratorios y sus Familiares (artículo 28); el Protocolo adicional a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 10) y la
Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (artículo 25).
89
Corte Constitucional. Sentencia No. 328-19-EP/20 de 24 de junio de 2020.
90
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación general N° 14, El derecho al
disfrute del más alto nivel posible de salud (Art. 12), 22° período de sesiones, 2000, párr. 1.
27
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afecciones o enfermedades, sino también un estado completo de bienestar físico, mental
y social, derivado de un estilo de vida que permita alcanzar a las personas un balance
integral.
113. En este marco, el derecho a la salud de los privados de libertad incluye la obligación del
ente estatal en el que se encuentran privados de la libertad brindar toda la atención
médica adecuada (dentro y fuera del centro penitenciario), el acceso a los diferentes
tratamientos médicos y las demás medidas especiales para satisfacer las necesidades
particulares que presente el recluso.
114. Así las cosas, las personas privadas de la libertad también tienen derecho al nivel más
alto de salud posible que incluye, entre otros, la atención médica, psiquiátrica y
odontológica adecuada; la disponibilidad permanente de personal médico idóneo e
imparcial; el acceso a tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos; la
implementación de programas de educación y promoción en salud, inmunización,
prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y las
medidas especiales para satisfacer las necesidades particulares de salud de las personas
privadas de libertad pertenecientes a grupos vulnerables o de alto riesgo, tales como: las
personas adultas mayores, las mujeres, los niños y las niñas, las personas con
discapacidad, las personas portadoras del VIH-SIDA, tuberculosis, y las personas con
enfermedades en fase terminal. El tratamiento deberá basarse en principios científicos y
aplicar las mejores prácticas91.
115. En esta misma línea, la Corte IDH en el caso Chinchilla Sandoval y Otros vs. Guatemala
ha determinado que, en el caso de las personas con enfermedades degenerativas,
pertenecientes a grupos vulnerables, “la necesidad de protección de la salud, como
parte de la obligación del Estado de garantizar los derechos a la integridad personal y
a la vida, se incrementa respecto de una persona que padece enfermedades graves o
crónicas cuando su salud se puede deteriorar de manera progresiva”. Esto en
concordancia con la Carta Constitucional que prescribe la obligación de garantizar los
recursos materiales necesarios para garantizar su salud integral en los centros de
privación de la libertad92.
91
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en los Principios y buenas prácticas sobre la protección
de las personas privadas de libertad en las Américas, principio X.
92
A su vez, los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en
las Américas, aprobados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a instancia de su Relatoría
sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad, en el principio X establece: “Las personas
privadas de libertad tendrán derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel posible de
bienestar físico, mental y social, que incluye entre otros, la atención médica, psiquiátrica y odontológica
adecuada; la disponibilidad permanente de persona] médico idóneo e imparcial; el acceso a tratamientos
de enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y las medidas especiales para satisfacer las
necesidades particulares de salud de las personas privadas de libertad pertenecientes a grupos
vulnerables, tales como: las personas adultas mayores, las mujeres, los niños y las niñas, las personas con
discapacidad, las personas portadoras del VIH-SIDA, tuberculosis, y las personas con enfermedades en
fase terminal. El tratamiento deberá basarse en principios científicos y aplicar las mejores prácticas. […]
El Estado deberá garantizar que los servicios de salud proporcionados en los lugares de privación de
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5.2.3.2. Verificación del cumplimiento de los elementos del derecho a la salud
116. Los hechos relevantes para constatar una posible transgresión del derecho a la salud en
virtud de los cargos presentados son los siguientes:
a. El mismo día del motín, a las 19h00 p.m., dado el abundante sangrado, el
accionante fue trasladado al Policlínico del CRSC, donde le extrajeron ocho
perdigones y procedieron a la limpieza de la herida. Luego, a decir del
accionante, por cuarenta y seis días, se le suministró medicinas en un intento por
cicatrizar la herida, lo que se confirma del historial clínico No. 0010393.
libertad funcionen en estrecha coordinación con el sistema de salud pública, de manera que las políticas
y prácticas de salud pública sean incorporadas en los lugares de privación de libertad.”.
93
Consta en la sentencia de primera instancia. Además, el tratamiento sugerido por el Dr. Edison Yánez
los días 13, 15, 16, 18, 21, 22, 23, 29 y 30 de septiembre de 2015, 05 de octubre y 15 de octubre de 2015
le recetan, principalmente, los siguientes medicamentos: diclofenaco, ibuprofeno y sulfadiazina de plata
(fs. 1 a 8 del expediente de instancia).
29
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consta en la hoja de referencia” y (ii) a fojas 13 del expediente de segunda
instancia consta la historia clínica del Hospital General de Latacunga No.
1712079159 de Jorge Aníbal Imbaquingo Sánchez, en la cual, con fecha 5 de
julio de 2017, en el numeral 1 “estudio solicitado” consta “Electromiografía y
velocidad de conducción nerviosa de miembro inferior izquierdo”; dentro del
numeral 3 “resumen clínico” se indica que el referido accionante presenta
disminución de la fuerza y movilidad desde hace un año con antecedente de
lesión a nivel de región lumbar y como diagnóstico del paciente consta
“lumbalgia aguda”. 94 Así también, a fojas 15 ibídem, consta el “Plan de Alta”,
en el cual, dentro de las indicaciones, el médico recomienda reposo relativo y no
hacer esfuerzos físicos.
e. A fojas 23, obra la historia clínica No. 1712079159 de Jorge Aníbal Imbaquingo
Sánchez, en la que con fecha 16 de mayo de 2018, en el numeral 2 “antecedente”,
consta “traumatismo por disparo de arma de fuego a nivel de fosa lumbar
izquierda que deja como secuela hemiplejia izquierda”; en el numeral 4,
“enfermedad actual”, consta “paciente masculino de 45 años de edad, acude en
silla de ruedas para calificación de discapacidad”; en el numeral 7, “examen
físico”, consta “parálisis de miembro inferior izquierdo”; y, en el numeral 10,
“evolución” se señala “total de 71% de discapacidad física. Se ingresa al sistema
y se otorga carnet”. Certificado que obra a fojas 24 ibídem.
(i) Disponibilidad
118. La disponibilidad se refiere a que el Estado, para garantizar el derecho a la salud, debe
contar con un número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de
salud y centros de atención de la salud, así como de programas, personal médico y
profesionales capacitados96.
94
Se trata de un dolor localizado en la parte baja de la espalda que se origina a nivel de la columna vertebral,
los músculos, ligamentos o nervios de la zona.
https://www.sergas.es/cas/documentaciontecnica/docs/consejossalud2/lumbago.htm
95
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 328-19-EP/20 de 24 de junio de 2020, párr. 48-66.
96
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su Observación general N° 14 disfrute del
más alto nivel posible de salud (Art. 12), párr. 12.
30
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médico capacitado, medicamentos y equipo hospitalario científicamente aprobados y
en buen estado, agua potable así como condiciones sanitarias adecuadas”97.
120. Sin embargo, esta Corte debe resaltar que el elemento de la disponibilidad no se limita
a que los usuarios puedan obtener el servicio de salud como tal, sino que este sea
otorgado de forma oportuna y apropiada.
121. Primero, como ya quedó establecido, después del amotinamiento y disparo el accionante
fue atendido en el centro de privación de la libertad y recibió tratamiento ambulatorio
consistente en “realizar curaciones” y a “la prescripción de antibióticos y analgésicos”
(fs. 8). No obstante, luego de ello (23 de septiembre de 2015), no volvió a recibir
atención médica alguna por un lapso de dos años hasta la resolución de la acción de
hábeas corpus en primera instancia, es decir, hasta mediados del año 2017.
122. Segundo, del expediente constitucional se evidencia que con la resolución del recurso
de apelación, por primera vez recibió atención en una casa de salud y, después de
realizados los estudios médicos, se lo diagnosticó al paciente con lumbalgia aguda 98.
123. Tercero, de forma tardía en el año 2019 -cuatro años después del disparo-, en el marco
del seguimiento de cumplimiento de la sentencia, recién se activó un plan integral de
salud a cargo del MSP, consistente en rehabilitación física, atención psicológica y
atención médica especializada. Sin perjuicio de esto, es evidente que la disponibilidad
de las acciones orientadas a salvaguardar su salud no fue garantizada de forma oportuna
y apropiada puesto que el accionante tenía la necesidad urgente de un tratamiento desde
que sufrió el disparo en el año 2015. Cabe subrayar que, el seguimiento del estado de
salud del accionante pasó a ser competencia del MSP debido a que se ordenó medidas
alternativas a la privación de la libertad, lo que implicó que el accionante salió del
CRSC.
125. Por las consideraciones expuestas, esta Corte Constitucional concluye que el CRSC y
el Ministerio de Salud Pública, vulneraron el derecho a la salud en su elemento de
disponibilidad oportuna producto del retraso injustificado de la atención médica.
(ii) Accesibilidad
97
Corte Constitucional del Ecuador. Sentencia No. 209-15-JH/19 de 12 de noviembre de 2012, párr. 37.
98
La Clínica Universidad de Navarra describe a la lumbalgia aguda como “la presencia de dolor en la
región comprendida entre la porción inferior de la última costilla y la región glútea puede irradiarse a
una o ambas extremidades inferiores”.
31
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126. El elemento de accesibilidad comprende la obligación de que los establecimientos,
bienes y servicios de salud deben ser accesibles a todos, sin discriminación alguna. La
accesibilidad, según el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales, presenta
cuatro dimensiones superpuestas siendo estas: (i) No discriminación.- los
establecimientos, bienes y servicios de salud deberán ser accesibles de hecho y de
derecho a todas las personas, incluyendo a los sectores más vulnerables y marginados
de la sociedad; (ii) Accesibilidad física.- los establecimientos, bienes y servicios de
salud deberán estar al alcance geográfico de todos los sectores de la población, en
especial de los grupos vulnerables o marginados, es decir, la obligación por parte del
Estado de acercar los medios necesarios para la realización de los derechos; (iii)
Accesibilidad económica (asequibilidad).- los establecimientos, bienes y servicios de
salud deberán estar al alcance de todos, incluidos los grupos socialmente
desfavorecidos; y (iv) Acceso a la información.- comprende solicitar, recibir y difundir
información e ideas acerca de las cuestiones relacionadas con su salud99.
128. En el caso sujeto a análisis, considerando que dentro del CRSC no contaban con los
equipos y personal para tratar el avance de su cuadro médico correspondía a este centro
de privación de la libertad coordinar con el MSP las actuaciones necesarias a fin de
brindar un plan de atención integral para salvaguardar la salud del accionante. No
obstante, de los hechos del caso se observa que desde el año 2015 no existió
coordinación por parte del CRSC y el organismo rector del sistema de rehabilitación
social con el sistema nacional de salud pública.
129. Por lo que, este Organismo verifica que se ha vulnerado el derecho a la salud del
accionante en su elemento de accesibilidad 101.
(iii) Aceptabilidad
99
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su Observación general N° 14 disfrute del
más alto nivel posible de salud (art. 12), párr. 12.
100
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en los Principios y buenas prácticas sobre la protección
de las personas privadas de libertad en las Américas, principio X.
101
Esta Corte toma nota que con posterioridad al inicio del seguimiento de medidas por parte del Tribunal
de Garantías Penales recién se coordinó la activación de un plan integral orientado a tratar al accionante.
En específico, se verifica que a partir del año 2020 el accionante tiene acceso a atención médica
especializada, a pesar de no haber podido acudir al Hospital Eugenio Espejo debido a la crisis de salud a
partir del COVID-19. Por otra parte, accedió y recibió rehabilitación física y atención psicológica, pero
debido a la cuarentena impuesta a nivel nacional el personal sanitario de la coordinación de Salud No. 9.
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130. La aceptabilidad comprende el deber de que todos los establecimientos, bienes y
servicios de salud deberán ser respetuosos de la ética médica y culturalmente
apropiados, es decir respetuosos de la cultura de las personas. Las minorías, los pueblos
y las comunidades, sensibles con los requisitos de género y el ciclo de la vida, y deberán
estar concebidos para respetar la confidencialidad y mejorar el estado de salud de las
personas de que se trate102.
131. De la información reseñada, esta Corte verifica que la atención médica recibida puede
ser considerada como aceptable debido a que no se evidencia que no se haya considerado
las circunstancias particulares del accionante y tampoco que se haya irrespetado la ética
médica o el consentimiento informado. En consecuencia, no se observa vulneración al
elemento de aceptabilidad.
(iv) Calidad
132. El elemento de calidad se orienta a que la atención de salud debe ser apropiada desde el
punto de vista científico y médico, así como también ser de buena calidad. Ello requiere,
entre otras cosas, personal médico capacitado, medicamentos y equipo hospitalario
científicamente aprobados y en buen estado, agua limpia potable y condiciones
sanitarias adecuadas103.
133. A juicio de este Organismo, el accionante no recibió una atención de calidad dentro del
CRSC, pues como ya quedó establecido, se le dio únicamente tratamiento ambulatorio
y frente a su deterioro nunca se le brindó la atención médica oportuna y adecuada
requerida para tratar su dolencia, a tal punto que después se le generó una discapacidad
física. Por ello además, el accionante sufre de graves dolores e incluso incapacidad para
movilizarse.
134. Bajo estas consideraciones, esta Corte ha sostenido que “[e]l obstaculizar o impedir la
accesibilidad de personas privadas de libertad con enfermedades crónicas o
catastróficas a los correspondientes tratamientos médicos, no solo constituiría una
afectación directa a los derechos a la salud y la vida, sino que podría devenir en formas
de tratos crueles, inhumanos o degradantes.”104.
135. Por último, esta Corte no desconoce los esfuerzos del MSP en la actualidad para tratar
la salud del accionante, pero reitera que estos fueron tardíos y requirieron de varios
impulsos y reclamos de parte de la defensa del accionante en diversas instancias para
hacerse efectivos, debiendo incluso activar la vía judicial.
102
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su Observación general N°. 14 disfrute del
más alto nivel posible de salud (art. 12), párr. 12.
103
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su Observación general N° 14 disfrute del
más alto nivel posible de salud (art. 12), párr. 12.
104
Corte Constitucional. Sentencia No. 365-18-JH/21 y acumulados, párr. 102
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136. De modo que esta Corte concluye que el CRSC ha vulnerado el derecho a la salud en
los elementos de accesibilidad, calidad y disponibilidad.
137. El derecho a la salud está estrechamente relacionado con el derecho a una vida digna.
En la sentencia del caso Comunidad indígena Yakye Axa c. Paraguay la Corte IDH,
resaltó lo siguiente: “Una de las obligaciones que ineludiblemente debe asumir el
Estado en su posición de garante, con el objetivo de proteger y garantizar el derecho a
la vida, es la de generar las condiciones de vida mínimas compatibles con la dignidad
de la persona humana y a no producir condiciones que la dificulten o impidan. En este
sentido, el Estado tiene el deber de adoptar medidas positivas, concretas y orientadas
a la satisfacción del derecho a una vida digna, en especial cuando se trata de personas
en situación de vulnerabilidad y riesgo, cuya atención se vuelve prioritaria” 105.
138. Tal como ha establecido la Corte IDH, la adopción de medidas positivas y concretas
para la satisfacción de este derecho toman aún más relevancia si se trata de personas en
situación de vulnerabilidad, como sucede precisamente en el caso en análisis. Al tratarse
de una persona privada de libertad con una condición grave de salud provocada durante
el cumplimiento de su medida cautelar de prisión preventiva, su atención médica y
asistencial se vuelve prioritaria.
139. En este caso, se ha podido comprobar que la situación del accionante se agravó
progresivamente hasta devengar en una discapacidad física que ahora le impide
movilizarse. Así las cosas, es evidente que el CRSC, al no generar las condiciones
necesarias y oportunas para que el accionante pudiera obtener acceso a la salud también
ha afectado el derecho a una vida digna.
140. La CRE, en su artículo 86 (3) establece que, de existir una violación de derechos
constitucionales, reconocida por un juez o jueza, procederá la reparación integral:
105
Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa vs. Paraguay. 2005, párr. 162.
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posible y que se restablezca a la situación anterior a la violación. La reparación podrá
incluir, entre otras formas, la restitución del derecho, la compensación económica o
patrimonial, la rehabilitación, la satisfacción, las garantías de que el hecho no se repita,
la obligación de remitir a la autoridad competente para investigar y sancionar, las medidas
de reconocimiento, las disculpas públicas, la prestación de servicios públicos, la atención
de salud”.
142. Para el efecto, la Corte Constitucional dividirá la reparación en dos partes: En primer
lugar, emitirá medidas de la reparación respecto a la acción extraordinaria de protección
sobre los derechos al debido proceso en la garantía de motivación y al plazo razonable
vulnerados por el Tribunal de Garantías Penales, en la sentencia de 20 de junio de 2017,
y a la motivación por la Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Provincial de Pichincha,
en la sentencia de 31 de julio de 2017.
143. Aceptar la acción de hábeas corpus y declarar que el cumplimiento de la medida cautelar
personal de prisión preventiva del accionante en el Pabellón de Máxima seguridad fue
ilegal y arbitraria.
144. Dejar sin efecto las sentencias dictadas el 20 de junio de 2017 por el Tribunal de
Garantías Penales de Cotopaxi y de 31 de julio de 2017 por la Sala de lo Civil y
Mercantil de la Corte Provincial de Cotopaxi.
145. Emitir esta sentencia sobre el mérito de los hechos que motivaron la presentación de la
acción de protección, en sustitución de la sentencia dejada sin efecto.
146. Declarar que esta sentencia constituye, en sí misma una medida de satisfacción para el
señor Jorge Aníbal Imbaquingo Sánchez.
(ii) Medidas de satisfacción respecto de los jueces que conocieron la acción de hábeas
corpus:
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147. En segundo lugar, producto del análisis de mérito realizado, esta Corte Constitucional
efectuará la reparación de los derechos a la libertad, integridad personal y salud del señor
Jorge Aníbal Imbaquingo Sánchez. No obstante, para el efecto, es preciso considerar
que la pretensión del hábeas corpus ya fue satisfecha, pero en razón de las medidas
alternativas dispuestas por el juez de garantías penitenciarias. Por esta razón la Corte
establecerá medidas de reparación únicamente en relación con la afectación causada a
sus derechos por la falta de tratamiento oportuno y por los 3 años que debió esperar para
obtener un tratamiento integral a su salud dentro del centro de rehabilitación. Para ello,
adoptará medidas de satisfacción y de no repetición al Servicio Nacional de Atención
Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI)
y al Ministerio de Salud Pública.
149. Como medida de reparación económica, dado que se busca eliminar dilaciones
desproporcionadas y cargas judiciales adicionales a la víctima106, la Corte estima
necesario ordenar que se cancele la cantidad de $ 5.000,00 (cinco mil dólares
americanos) por los daños producidos y la vulnerabilidad a la que se enfrentó por haber
sido privado de la libertad en un pabellón de máxima seguridad mientras cumplía prisión
preventiva y por la afectación a sus derechos a la integridad física y salud derivadas de
la falta de atención médica por un periodo superior a dos años. Dicha suma le será
106
Ver Corte Constitucional del Ecuador, sentencias No 904-12-JP/19 y No 335-13-JP/20.
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depositada en la cuenta que el accionante designe en el plazo máximo de seis meses y
el respaldo del depósito deberá ser inmediatamente remitido a esta Corte.
150. Garantizar, de forma oportuna, todo tratamiento y atención médica que requiera el señor
Imbaquingo Sánchez, esto incluye también la continuidad de las visitas en su domicilio;
así como el seguimiento telemático y telefónico de su tratamiento. De igual manera, se
dispone atención psicológica para el accionante si voluntariamente acepta tenerla.
151. Por un plazo de 3 meses desde la notificación de esta sentencia, publicar la presente
sentencia en la parte principal de su página web institucional y difundir su contenido,
por una sola vez, entre todo el personal del SNAI. Para justificar el cumplimiento
integral de la medida, los responsables del departamento de tecnología y comunicación
deberán remitir a esta Corte, dentro del término de 10 días contados desde el
cumplimiento del plazo, un informe en el que se detalle el registro de actividades
(historial log) respecto de la publicación del banner, del que se advierta que
efectivamente las entidades obligadas publicaron de manera ininterrumpida en su sitio
web la presente sentencia.
152. Realizar una capacitación a todos los y las servidoras públicas del SNAI, sobre los
derechos de las personas privadas de libertad que presentan patologías complejas, más
aún cuando estas personas tengan algún tipo de discapacidad, a fin de que se asegure
una atención de calidad a estas personas. Esta capacitación debe tener como eje el
enfoque de derechos humanos y la sensibilización con la realidad de cada una de las
personas. Además, se deberá realizar otra capacitación a todos los y las servidoras
públicas del SNAI sobre el uso progresivo y racional de la fuerza a la luz de la
jurisprudencia expedida por la Corte Constitucional e instrumentos internacionales de
derechos humanos107. Para estas capacitaciones deberá coordinar acciones con la
Defensoría del Pueblo. Para justificar el cumplimiento integral de la medida, el
responsable del SNAI deberá remitir a esta Corte el cumplimiento de esta medida en un
tiempo máximo de 6 meses desde la notificación de esta sentencia.
VI. Decisión
107
Por ejemplo, las sentencias No. 33-20-IN/21 y acumulados y No. 365-18-JH/21 y acumulados expedidas
por la Corte Constitucional del Ecuador.
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2. Declarar que la sentencia dictada el 30 de junio de 2017 por el Tribunal de
Garantías Penales vulneró los derechos constitucionales al plazo razonable (art.
8 CADH) y al debido proceso en la garantía de motivación (art. 76.7. l CRE) y
que la sentencia dictada el 31 de julio de 2017 por la Sala de lo Civil de la Corte
Provincial de Justicia Cotopaxi vulneró el derecho al debido proceso en la
garantía de motivación (art. 76. 7. l CRE).
a. Dejar sin efecto las sentencias dictadas el 20 de junio de 2017 por el Tribunal de
Garantías Penales de Cotopaxi y de 31 de julio de 2017 por la Sala de lo Civil y
Mercantil de la Corte Provincial de Cotopaxi.
b. Emitir esta sentencia sobre el mérito de los hechos que motivaron la presentación
de la acción de hábeas corpus, en sustitución de la sentencia dejada sin efecto en
el numeral 5.
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5.3. Como medidas de satisfacción el SNAI como organismo rector del sistema de
rehabilitación social deberá:
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5.4. Como medidas de rehabilitación el MSP deberá:
Para efectos del cumplimiento de esta medida, el MSP deberá remitir a este
Organismo un informe detallado de la atención médica brindada en un plazo
máximo de seis meses desde la notificación de esta sentencia.
b. Realizar una capacitación a todos los y las servidoras públicas del SNAI, sobre
los derechos de las personas privadas de libertad que presentan patologías
complejas, más aún cuando estas personas tengan algún tipo de discapacidad, a
fin de que se asegure una atención de calidad a estas personas. Esta capacitación
debe tener como eje el enfoque de derechos humanos y la sensibilización con la
realidad de cada una de las personas. Además, se deberá realizar otra
capacitación a todos los y las servidoras públicas del SNAI sobre el uso
progresivo y racional de la fuerza a la luz de la jurisprudencia expedida por la
Corte Constitucional e instrumentos internacionales de derechos humanos. Para
estas capacitaciones deberá coordinar acciones con la Defensoría del Pueblo.
Para justificar el cumplimiento integral de la medida, el responsable del SNAI
deberá remitir a esta Corte el cumplimiento de esta medida en un tiempo máximo
de 6 meses desde la notificación de esta sentencia.
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Razón: Siento por tal, que la Sentencia que antecede fue aprobada por el Pleno de
la Corte Constitucional con ocho votos a favor, de los Jueces Constitucionales Karla
Andrade Quevedo, Ramiro Avila Santamaría, Carmen Corral Ponce, Agustín
Grijalva Jiménez, Enrique Herrería Bonnet, Alí Lozada Prado, Daniela Salazar
Marín y Hernán Salgado Pesantes (voto concurrente); y, un voto en contra de la
Jueza Constitucional Teresa Nuques Martínez; en sesión ordinaria de miércoles 10
de noviembre de 2021.- Lo certifico.
AIDA Firmado
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por AIDA
GARCIA SOLEDAD
BERNI GARCIA BERNI
Dra. Aída García Berni
SECRETARIA GENERAL
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SENTENCIA No. 2622-17-EP/21
VOTO CONCURRENTE
Por encontrarme de acuerdo con la decisión, pero para realizar algunas puntualizaciones
adicionales, me permito emitir el presente voto concurrente dentro de la sentencia 2622-
17-EP/21.
Antecedentes.-
3. Expuesto aquello, reitero que me encuentro de acuerdo con la decisión adoptada por
el Pleno de la Corte Constitucional; no obstante, considero que se debió analizar un
aspecto adicional dentro de las consideraciones realizadas en la garantía de
motivación, lo que paso a desarrollar a continuación.
Análisis.-
6. Para concluir que se dejaron de resolver los cargos antes mencionados, la Corte
Constitucional determinó que los mismos fueron expuestos en la audiencia de
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apelación1, particularmente, aquel relacionado con la configuración de una supuesta
privación de libertad ilegal y arbitraria, por haber enviado al accionante a un pabellón
de máxima seguridad.
7. En efecto, sobre este aspecto, la Sala de la Corte Provincial que conoció el recurso de
apelación, indicó: “6.5. Respecto de la alegación de que al accionante el 1 de
septiembre le trasladan al pabellón c1c de máxima seguridad cuando aún no tenía
sentencia, la Sala observa que esta alegación se presenta en la audiencia pero no
consta en el escrito de acción”2 (Énfasis añadido).
10. Ahora bien, ¿qué ocurre si existe algún acto u omisión que no consta en la demanda
pero que, en el transcurso del proceso el accionante, lo presenta y pretende que se lo
analice?
1
En el párrafo 57 de la Sentencia No. 2622-17-EP/21 se indica: “57. A fin de verificar si la decisión
analizada contiene la motivación mínima, que incluye pronunciarse sobre los argumentos relevantes, se
debe considerar que el accionante presentó los siguientes cargos en su demanda de hábeas corpus y en la
audiencia de apelación: (i) violación del derecho a la integridad física por lo ocurrido durante el motín,
(ii) configuración de una privación de la libertad ilegal y arbitraria por haberse privado al accionante en
un pabellón de máxima seguridad y (iii) falta de atención médica, por más de dos años, como violatoria al
derecho a la salud” (Énfasis añadido).
2
Acción de hábeas corpus No. 05241-2017-00003. Corte Provincial de Justicia de Cotopaxi. Sentencia de
31 de julio de 2017.
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13. Ahora bien, distinto podría ser el escenario si las circunstancias no son nuevas y sí
habrían podido ser alegadas e incluidas en la demanda. En dicho evento, el accionante
no habría cumplido a cabalidad su carga de presentar la demanda con un adecuado
relato de la relación circunstanciada de los hechos que serán objeto del litigio, lo cual,
inclusive, podría provocar efectos nocivos hacia el ejercicio del derecho a la defensa
de la contraparte.
14. En este sentido, la incorporación de hechos que no son nuevos y que, por omisión del
accionante, no fueron señalados en la demanda, podría generar dificultades procesales.
Esto se debe a que si bien podrían tratarse de actos u omisiones relevantes, se
reformaría la demanda y, por el diseño procesal de las garantías jurisdiccionales, se
impediría a la parte accionada defenderse o presentar los argumentos y pruebas que
consideren necesarios en virtud de lo expuesto en la demanda.
15. Tal apreciación, sin embargo, no podría ser absoluta tratándose de acciones
constitucionales y requiere más reflexiones al respecto, dado que existe la posibilidad
de que los hechos no alegados en la demanda sean imprescindibles para tutelar
derechos ante situaciones de afectaciones graves de derechos constitucionales. No
obstante, a mi juicio, aquello debe ser excepcional, siempre que concurran requisitos
como los siguientes: i) Que la parte accionante justifique las razones por las que no
fueron incluidos estos hechos en la demanda; ii) Que la parte accionante acredite la
relevancia de los hechos para la resolución del caso concreto; iii) Que el juzgador
motive por qué razón, excepcionalmente, se incluirían en el proceso circunstancias no
alegadas oportunamente; y, iv) Que exista la posibilidad de contradicción y que no se
limite el derecho a la defensa de la contraparte.
16. Considero que en la sentencia de mayoría se debió plantear esta discusión y analizar
aspectos como los esbozados en el párrafo anterior, que no buscan ser criterios
absolutos sino más bien parámetros que actúen como un punto de partida para abordar
esta temática tan relevante en un proceso jurisdiccional.
18. En virtud de lo expuesto, considero que este aspecto de índole procesal, debía
desarrollarse de forma más detenida y detallada en la sentencia, toda vez que tiene
relación con la vulneración a la garantía de motivación analizada y el consecuente
análisis de mérito. Incluso, una vez que la Corte entró a estudiar la acción de hábeas
corpus, este fue un cargo sobre el cual se pronunció y concluyó que existió una
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privación ilegal y arbitraria por haber privado de libertad al accionante en el pabellón
de máxima seguridad cuando se le impuso prisión preventiva.
Razón.- Siento por tal que el voto concurrente del Juez Constitucional Hernán Salgado
Pesantes, en la causa 2622-17-EP, fue presentado en Secretaría General, el 24 de
noviembre de 2021, mediante correo electrónico a las 13:32; y, ha sido procesado
conjuntamente con la Sentencia.- Lo certifico.
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