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La Mujer en Los Albores Del Psicoanalisis

Este documento describe el papel fundamental que jugaron las mujeres en los inicios del psicoanálisis, incluyendo a pacientes, familiares y discípulas de Freud. Explica que Freud permitió y fomentó la participación de mujeres en la Sociedad de los Miércoles desde su fundación en 1902. También describe a algunas de las primeras pacientes de Freud como Anna O., Dora e Ilona Weiss y cómo sus casos contribuyeron al desarrollo de conceptos y técnicas psicoanalíticas. Resalta la influencia de las mujeres cercanas a Freud como

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La Mujer en Los Albores Del Psicoanalisis

Este documento describe el papel fundamental que jugaron las mujeres en los inicios del psicoanálisis, incluyendo a pacientes, familiares y discípulas de Freud. Explica que Freud permitió y fomentó la participación de mujeres en la Sociedad de los Miércoles desde su fundación en 1902. También describe a algunas de las primeras pacientes de Freud como Anna O., Dora e Ilona Weiss y cómo sus casos contribuyeron al desarrollo de conceptos y técnicas psicoanalíticas. Resalta la influencia de las mujeres cercanas a Freud como

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LA MUJER EN LOS

ALBORES DEL
PSICOANÁLISIS
Pese a las apasionadas controversias, del tema de la relación de Sigmund Freud
con las mujeres –y la feminidad–, especialmente desde el surgimiento de las corrientes
feministas en la década de los 60, no se puede ignorar el papel central que tuvieron éstas
–familiares, pacientes, discípulas y amigas– en la vida y obra del padre del
psicoanálisis. La mujer ha estado presente desde el nacimiento del psicoanálisis y ha
sido una protagonista privilegiada en su desarrollo y consolidación.

Freud aceptó y fomentó el ingreso de las mujeres, fueran o no profesionales, en


la “Sociedad de los Miércoles” desde su fundación en 1902; en una época histórica en
que existía un profundo rechazo a la incorporación de la mujer al mundo intelectual.
Con el comienzo del siglo XX se permitió acceder a las mujeres a la Facultad de
Medicina en Viena. En 1907 se planteó en la “Sociedad de los miércoles” la discusión
sobre la admisión de mujeres médicas, sin alcanzar ningún acuerdo definitivo. La
primera constancia de la presencia de mujeres en grupos psicoanalíticos aparece en el I
Congreso Internacional de Psicoanálisis en 1908 celebrado en el hotel Bristol de
Salzburgo. Asistían Sophie Erismann, esposa de un internista y Frieda Gross,
acompañando a su marido Otto Gross, intentando equilibrar su comportamiento. Ambas
pasan al anonimato sin grandes aportaciones literarias. En 1910 se propuso a Margarette
Hilferding, filosofa y médica, para su incorporación en la Asociación de Psicoanálisis
de Viena, lo que creó una fuerte polémica, resolviéndose a través de una votación. El
resultado fue positivo, aunque abandonó la asociación en 1919 al mantenerse fiel al
psicoanalista disidente Alfred Adler. También merece mención Emma Eckstein, ex-
paciente de Freud, aunque trataba pacientes psicoanalíticamente nunca constó en las
actas oficiales.

Tras estos primeros pasos el número de analistas femeninas fue creciendo de


manera exponencial dentro del movimiento psicoanalítico. Cabe citar, sin carácter
exhaustivo, Sabina Spielrein, miembro de la Asociación Psicoanalítica en 1911, justo el
mismo día que renunció a su membresía Hilferding. Junto a Lou Andreas-Salomé que
comenzó a asistir a las sesiones del los miércoles en 1912 durante un año y Hermine
Hug-Hellmuth siendo miembro desde 1913 hasta su muerte en 1924. Con posterioridad
se produce la agregación de una segunda generación de psicoanalistas, entre ellas
Helene Deustch, Eugenie Sokolnicka, Marie Bonaparte, Ruth Mack-Brunswick y, por
último, su propia hija Anna. Cercanas colaboradoras que estimularon intelectualmente
a Freud a través de sus relaciones honestas y profundas, permitiendo la creación de su
proyecto científico: pulsión de muerte, principio de nirvana, actividad-pasividad,
masoquismo, primacía de la figura de la madre, etc.

A las anteriores se les debe sumar aquellas que no estuvieron físicamente a su


lado, pero fueron partidarias de su doctrina en la distancia: Melanie Klein (líder de una
nueva escuela, el kleinismo) y Sophie Morgentstern Todas ellas son psicoanalistas de
mayor o menor renombre, a las que hay que complementar un amplio grupo de analistas
que no publicaron, pero que se dedicaron a tratar con máximo rigor y atención a sus
pacientes

Las primeras pacientes de Freud tienen también un papel, no sólo destacado,


sino decisivo, en el desarrollo del psicoanálisis. Son aquellas mujeres que contribuyen a
forjar los primeros hitos de la teoría y la técnica psicoanalítica, con los aciertos y
desaciertos de un proyecto científico incipiente: la psicología profunda. Un método que
aplica la escucha activa del discurso del paciente en la investigación de la etiología de
los síntomas histéricos, sistematizando los descubrimientos del inconsciente en la forja
de un nuevo método psicoterapéutico y una teoría del funcionamiento psíquico. Entre
las más significadas se encuentran:

Anna O.
Freud empezó a tratarla por medio de la técnica de hipnosis, desarrollada por
Joseph Breuer. En ese momento descubrió que los síntomas histéricos remitían al ser
recordada la causa que los provocó, es decir, expresando motivos sexuales
inconscientes. Fue a partir de este caso cuando Freud abandona la hipnosis. Definiendo
el método característico del psicoanálisis, la asociación libre.

Dora (Ida Bauer)


Paciente con la que teoriza y se detecta el fenómeno de la transferencia,
influencia emocional paciente-doctor. Ella no encontró en Freud la seducción que
esperaba: él no había sido sensible ni había sabido poner en juego con ella una relación
transferencial positiva

Frau Cecilie
Subrayando a partir de este caso el carácter psíquico y traumático de la histeria.
Demostrando que era una enfermedad psíquica, y curable por una terapia de la palabra.

Elisabeth von R(Ilona Weiss),


La primera mujer tratada y curada por el psicoanálisis. Tendida, con los ojos
cerrados, Freud le solicitó que dijera todo lo que le viniera a la cabeza. A medida que se
llevaba a cabo la conversación, él se dio cuenta que el olvido voluntario funcionaba
como un síntoma. Ése fue su primer acercamiento hacia la técnica de la asociación libre
y después hacia la formación del concepto de resistencia.
También se hace la primera alusión al lenguaje corporal, en este caso.

Se ha apuntado mucho al especial significado de las mujeres como pacientes en


relación al desarrollo del psicoanálisis. El propio Freud, pese a su imagen conservadora
de la mujer, sentó precedente para que ellas pudieran llegar a psicoanalistas. Apoyó y
motivó a algunas de sus pacientes como colaboradoras, transmitiéndoles sus propios
descubrimientos a través del trabajo terapéutico. Tal es el caso de Emma Ecktein (1895-
1924), primera psicoanalista, que sin formación previa o práctica análoga se postuló
como colaboradora. Las así creadas relaciones maestro-alumno se iniciaron en un
momento en el que las posibilidades laborales de las mujeres todavía estaban muy
limitadas, pues su acceso a las universidades era muy restringido cuando no estaba
impedido.

En una carta a Wilhelm Fliess –del 12 de diciembre de 1897– Freud menciona la


actividad terapéutica de Emma Eckstein. Al respecto W,Huber señala:

"...primer punto histórico asible en el que se hace visible que Freud confía a
otro su nuevo instrumento terapéutico, el método psicoanalítico. De la medida,
la circunstancia y también el éxito de esta acción terapéutica por ahora no
sabemos nada. -Hay que recordar que recién en 1900 se abrieron las puertas de
la Facultad de Medicina para las mujeres en la Universidad de Viena en cuanto
a Medicina.- Es llamativo que una mujer y aun más una paciente de Freud, sin
siquiera una formación previa, o práctica análoga avanzó a colaboradora.
Habla de la creatividad del clima espiritual en el que ocurría la terapia
psicoanalítica de Emma Eckstein, desde allí, sin quiebres, se gestó el entorno de
un nuevo oficio" (1986, 78).

Desde el núcleo familiar, la influencia de sus mujeres se hace palpable a través


de su esposa Martha Bernays, su cuñada Minna y sus hijas Sophie, Mathilde y Anna
(continuadora del movimiento psicoanalítico). Martha procedía de una familia de
intelectuales judíos. Su contribución al desarrollo del psicoanálisis, fue importantísima
en cuanto proveedora de una apacible vida hogareña para que su marido, pudiera
dedicarse a desarrollar su pensamiento Siendo una ama de casa abnegada, madre de seis
hijos y afrontando con entereza las controversias que el fundador del psicoanálisis fue
generando con sus descubrimientos sobre el inconsciente, la sexualidad infantil, el
complejo de Edipo, etc. Ella comentó novelas, clásicos alemanes, sus libros, y los casos
clínicos con Freud. La correspondencia entre Martha y Sigmund, que duro cuatro años y
previa a la de Fliess, fue muy importante.1

Diversos autores, han opinado sobre la influencia de Martha en los trabajos de


Freud. Didie Anzieu piensa que, ya casados “durante mucho tiempo Sigmund discutió
por las noches sus casos con su mujer” (1978, p. 57). Su matrimonio no fue fácil. Desde
que se casaron el 14 de septiembre de 1886, sus vidas estuvieron llenas de actividad
familiar y profesional. Tuvieron seis hijos. Martha además de sus propios problemas
físicos, sus exigencias como madre y esposa, tuvo que asumir el ánimo fluctuante de su
marido. A partir de 1891 junto a ellos también vivió la hermana de Martha, Minna, que
fue la secretaria privada e interlocutora de Freud en asuntos profesionales, teniendo
acceso a las tertulias, casi exclusivas para hombres, en las que jugaban a los naipes.
Compartieron una relación intima, confiando sus dudas, sus certidumbres y sus asuntos
personales. Como dice Lydia Flem de Freud: “es justamente de su vida cotidiana, de sus
sueños, de sus amores, de sus angustias, que nació el psicoanálisis” (1996, p.15).
Indiscutible fue, por tanto, la influencia de las mujeres más cercanas a Sigmund, en el
nacimiento y desarrollo del psicoanálisis.

VIDA Y OBRA DE LAS PIONERAS DEL PSICOANALISIS:

Las pioneras del psicoanálisis tuvieron que atravesar momentos muy difíciles a
nivel político y social, vivieron el reinado de la monarquía Habsburga, el estallido de
la primera guerra mundial, con el destronamiento monárquico y el alzamiento de la
república hasta 1934, posteriormente el Austrofascismo hasta 1938 y por último, el
exilio con grandes diferencias socio-políticas. Lucharon por su propio espacio -en un
momento histórico en el que sólo había sitio para el hombre- en el mundo laboral,
académico y social. A pesar de la época, en que la mujer todavía usaba corsé y se
bañaba en el mar vestida, ellas llenaron sus vidas de creatividad y valentía. Teniendo
que pagar el precio a veces muy caro, de una forma de vida intensa, incluso

1
Didier Anzieu considera que esta correspondencia”constituyó un ensayo general de la correspondencia
ulterior con Fleiss, un alejamiento respecto a la introspección propia de la adolescencia y un esbozo de
autoanálisis en relación con un interlocutor privilegiado” (1978 pp. 49-50).
desgarradora y algunas de ellas con finales muy trágicos. Luchando por sus propios
principios, abriendo y afianzando un futuro para todas nosotras. Mujeres que se
atrevieron a romper el molde establecido para ellas, en una sociedad patriarcal y moral
burguesa. Constituyen el pasado de tod@s que nos dedicamos al trabajo terapéutico,
formando parte de un saber acumulado que produce efectos en nuestra práctica diaria, lo
sepamos o no.

Viena fue después de Zurich, el segundo grupo regional de la Asociación de


Psicoanálisis Internacional que aceptó afiliarse a mujeres. De 1902 a 1938 fueron
seleccionadas 43 analistas, como miembros ordinarios y extraordinarios, en
contrapartida a 107 hombres. Comparando este dato internacionalmente la sociedad de
Viena supero ampliamente a otros grupos psicoanalíticos.

En las biografías de las primeras analistas, se aprecia la diversidad de


antecedentes familiares, geográficos y sociales. Contrastando con sus colegas hombres,
en el carácter internacional de éstas. De las diez pioneras -que posteriormente se
desarrollara su vida y sus obras- solamente tres de ellas eran de Viena, el resto su
procedencia era de Rusia, Polonia, Chicago y Francia. También se diferencian de los
socios masculinos en que éstos se preocupaban más por dirigir nuevos grupos
regionales, que por su membresía en la Sociedad de Viena. Otra peculiaridad respecto a
los primeros analistas era que pocos de ellos habían pasado por su propio análisis
personal. Este hecho podría se co-determinante para la posterior actividad práctica. La
mayoría de los socios hombres no eran activos en la práctica analítica propia, lo que
hicieron fue incorporar el psicoanálisis en su profesión o en otras parcelas. En los
campos que más influencia tuvieron las primeras analistas y por lo que siempre
destacaron, fueron el desarrollo práctico y teórico del Psicoanálisis de Niños, así como
la Psicología de la mujer y Feminidad. Sus perfiles profesionales y sus trabajos teóricos
se basaban en su experiencia práctica.

La segunda generación, se pudo beneficiar del cambio político-social posterior a


la primera Guerra mundial. Con la caída de la monarquía en Europa, se modificó en
general la perspectiva e imagen de las profesiones de las mujeres, lo que se expresó en
el incremento de su inscripción en las universidades así como en su profesionalización
en diferentes carreras. Se impulsó la igualdad entre géneros, promovido por el
Movimiento Feminista y el Movimiento Juvenil. La segunda generación de
psicoanalistas, promovieron ellos mismos los cambios hacía y para la igualdad de
hombres y mujeres. Ellas se esforzaban por obtener una ampliación de sus roles en la
sociedad y su papel activo en el mundo profesional. Siendo el psicoanálisis un campo
fértil para ello.
SABINA SPIELREIN (1885-1942) Psiquiatra y psicoanalista rusa.

Nacida en Rusia en 1885. Provenía de


una familia judía acomodada y cultivada. Su
padre Naum Spielrein, un importante hombre
de negocios dedicado al comercio. Al parecer
con un carácter colérico. Su madre, Heva
Spielrein, una licenciada universitaria, que
ejerció de odontóloga. Tuvieron cinco hijos,
siendo Sabina la primogénita, tres varones y
dos chicas.

Desde pequeña, Sabina poseía una


imaginación desbordante, siendo víctima de una alucinación en la que veía dos gatos
amenazantes instalados sobre su cómoda, lo que la llevó a experimentar angustias
nocturnas y una fobia a los animales y a las enfermedades. Posteriormente, a los 4 años
comenzó a retener sus heces hasta que se la obligaba a defecar. Dejando de lado tales
acciones, para dedicarse a la masturbación compulsiva.

Con el correr del tiempo la situación empeoró, teniendo un brote psicótico a los
18 años. Sus padres preocupados por su salud, el 17 de agosto, decidieron consultar y
luego internarla en el famoso Hospital Burgholxli. El psiquiatra encargado de la
atención de Sabina fue el joven y desconocido Carl Gustav Jung, quien en esa época
estaba entusiasmado por las teorías de Freud, siendo tratada como un caso de histeria.
Su salud mejoró rápidamente, siendo breve y eficaz su tratamiento. Comenzó dada su
vocación, como ayudante en los experimentos de Jung y Riklin y se matriculo en la
universidad de Zurich, para abril de 1905, un tiempo antes de ser dada de alta.
Estudiando medicina y posteriormente psiquiatría.

Pero hay algo más en esta historia, que esconde la mejoría de Sabina. La
relación entre ambos se hace cada vez más profunda, sobrepasando los límites médico-
paciente. Erotizándose la relación terapéutica y convirtiéndose en un apasionado
romance. El amor por Jung fue tan profundo, como el que siente cualquier joven por su
primer amante, añadiéndole que también fue su salvador y brillante maestro, iniciándola
en el estudio de la psico(pato)logía, su gran vocación y pasión.

Rompiéndose el idilio, cuando la señora Jung en enero de 1909, de forma


anónima, le escribe a la madre de Sabina para ponerle al corriente de lo que estaba
sucediendo. La cual indignada, le remite una carta a Jung, subrayándole que él había
salvado a su hija, y que no querría ahora arruinarla, pidiéndole, no pasara más allá de
los límites de la amistad. El 26 de febrero de 1909 se produce un encuentro conflictivo
entre Sabina y Jung, dando lugar a un distanciamiento entre ambos. Éste en principio
niega toda relación y le escribe a Freud acusando a Sabina de “una paciente traidora
que le había sacado hacia años de una grave crisis y que ahora le pagaba así, porque él
le había negado el placer de darle un hijo”. Es en medio de este proceso, mediante cartas
cruzadas (entre Sabina, Freud y Jung) donde Sabina le pide ayuda a Freud por el
comportamiento de Jung. Allí le solicita una entrevista, pero Freud se niega y le
contesta con evasivas, intentando proteger y justificar a Jung. Aconsejándole,
posteriormente a Sabina que reprimiera todas esas vivencias. A lo cual ella le responde,
que la represión le impediría volver a amar a otro hombre, decidiendo enfrentarse a
Jung para que restaurara su reputación, ante sus padres y ante él. Finalmente Jung
reconoce su verdadero comportamiento respecto a Sabina, admitiendo su
responsabilidad y su canallada.

A finales de 1910 decide trasladarse a Viena para continuar su formación con


Freud y alejarse de Jung. En 1911, defendió admirablemente su tesis doctoral “Sobre el
contenido psicológico de un caso esquizofrenia” siendo la primera tesis en medicina en
la que esta psicosis se designa según la terminología de Bleuler. Consistía en el caso de
una paciente esquizofrénica, con delirios, que según Sabina, en ellos participaban dos
instintos contradictorios, uno disgregador y otro constructivo. Estas ideas se han
considerado como el precedente de la pulsión de muerte, pero se trata del preludio de
una esmerada y nueva teoría de la represión, que más tarde desarrollaría en “La
destrucción como causa del devenir”.

Aprovechando la comunicación de Reik “Sobre la muerte y sobre la sexualidad”,


presentó en la reunión del 15 de noviembre algunas de sus ideas sobre “La muerte como
causa del nacimiento”. Discutiéndose en la siguiente sesión, dando lugar a una gran
confusión de críticas. Destacando la intervención de Victor Tausk, que consideraba el
enriquecimiento e innovación de la teoría de la represión, por parte de Spielreim.
Subrayando que la represión de la sexualidad procede de su componente destructivo.

En 1911, el 29 de noviembre, es aceptada como miembro de la Asociación


Psicoanalítica de Viena. Reuniéndose posteriormente con Freud para discutir su tesis,
siendo el núcleo de la misma que la destructividad es la última causa de la vida.
Defiende, que los principales conflictos psíquicos son debidos al enfrentamiento entre
las pulsiones del yo y las pulsiones sexuales, es decir, entra la vida y la muerte,
luchando la tendencia destructiva contra la sexualidad.

Rápidamente, es consciente de la resistencia latente ante sus nuevas ideas y de la


frialdad con que era tratado su mentor, Jung, en Viena. Provocando posiblemente, en
abril de 1912, su cambio de residencia a Berlín, buscando un ambiente más propicio
para su teoría. Convirtiéndose en la tónica habitual a lo largo de su vida, los continuos
peregrinajes. Durante diez años se dedicó a su trabajo clínico por diferentes países,
Alemania, Suiza y Austria. Entrelazándose periodos dedicados al psicoanálisis y otros a
la búsqueda de ella misma. Ese mismo año se casó con un médico ruso Paul Scheftel,
21 años mayor que ella y de carácter algo difícil. Posiblemente todavía enamorada de
Jung. En 1913 tiene a su primera hija Renata. Llevando acabo una gran productividad
intelectual, sin embargo no logra encontrar su sitio, se traslada a Alemania,
posteriormente a Ginebra – como enviada de Freud- ejerciendo como analista didacta y
supervisora de los miembros del instituto Rosseau. Mas decide marcharse al no ser bien
acogida y no terminar de triunfar. Su alumno más celebre es Jean Piaget, analizando
durante ocho meses. Vislumbrándose la influencia de Spielreim en sus trabajos
posteriores.

En 1923 respaldada por Freud vuelve a Rusia, donde su fama la precede,


incorporándose a la Asociación Psicoanalítica Rusa. Empieza a trabajar en el campo
infantil y como docente en el instituto adscrito a la asociación. Hasta que los estalinistas
prohíben el ejercicio del psicoanálisis. Trasladándose con su familia un año después a
Rostov, su ciudad natal. Ejerciendo oficialmente como médico de familia, tapadera de
su verdadero trabajo de psicoanalista con niños difíciles. Donde acaba su historia de
continuo devenir, fusilada por los nazis en 1942, junto a sus dos hijas.

Spielreim fue la primera mujer que colaboró en la cimentación de la teoría


psicoanalítica y también de la teoría lingüística. Con sus aportaciones sobre la pulsión
sádica, que posteriormente se materializaría en el concepto de pulsión de muerte y una
elegante teoría sobre la represión. Siendo fuente de inspiración para tres grandes figuras
de la historia, Jung, Freud y Piaget.

LOU ANDRE AS - SA LOMÉ (1 861- 1 937) Escrit ora y psi c oanalista alemana.

Con su espíritu libre, inteligencia y belleza conquistó los


corazones y las mentes de grandes hombres. Siempre dialogando
de igual a igual, en una época en la que la mujer no tenía lugar.

Nace en 1861 el 12 de febrero en San Petesburgo, única


hija entre cinco varones. Se crió en el lujo de la corte rusa, ya que
su padre era general del zar. Desde muy niña se vislumbra su
carácter independiente y solitario, acompañada siempre por su
esplendido mundo imaginario. Conoce a Hendrik Gillot, su
profesor y guía espiritual, tomando contacto a través de él, con las
corrientes literarias y filosóficas. Enamorándose perdidamente de
Lou le pide casarse pero ella se niega, no queriendo sacrificar su libertad, forma de
pensar que conservará a lo largo de los años.

Enfermó y se trasladó a Zurich, acompañada por su madre, debido a su inquietud


y curiosidad comienza a estudiar Lógica, Metafísica e Historia. A través de Malwida
von Meysenbug, gran dama, conoce a Paul Rée y posteriormente a su amigo Friedrich
Wilhem Nietzsche. Compartieron largas tertulias, dando lugar al gran enamoramiento
que sentían ambos por ella. Lou los rechazó, proponiéndoles vivir juntos disfrutando
del amor por los libros, pero sin sexo. Denominándolos “la Trilogía de la Santísima
Trinidad”. Poniendo en práctica su peculiar pensamiento, entendiendo el amor sexual
como algo pasajero que se extinguía a la par que se saciaba el deseo. Sólo el amor
intelectual, lo consideraba perenne y digno de una fidelidad absoluta. Siendo el final
dramático para ellos, por Nietzsche siente admiración intelectual pero no ama al
hombre. No soporta ser rechazado por ella, lo que desencadena una etapa de
inestabilidad psicológica. La amistad con Rée dura más tiempo, pero acaba
trágicamente en un suicidio, cuando se entera del compromiso de Lou con el orientalista
Friederich Carl Andreas. En 1847 se casan, siendo un “matrimonio blanco” (no
consumado) característico de esa época rusa. La unión dura 43 años, no cambiando su
ritmo de vida y por tanto su libertad, en un ápice.

En la madurez de sus 36 años, conoce al poeta Rainer Maria Rilke, siendo una
relación larga y apasionada. Ejerciendo de madre y musa, como posteriormente le
señalará Freud. La ruptura con el poeta, no significo el fin del amor que compartirían
durante toda su vida.
A lo largo del tiempo no se le ha valorado como la gran escritora de ficción que
era, ni se ha tenido en cuenta su exquisito bagaje cultural en filosofía y en el mundo del
arte. Ni por descontado sus aportaciones al psicoanálisis, tanto desde su lugar de clínica
como de teórica. Eclipsándose toda su obra –más de 200 entre libros y ensayos, tanto
de ficción, como filosóficos y psicoanalistas- por el glamour aparente de su vida
sentimental. Especialmente brilló, su relación tumultuosa con el filósofo Nietzsche.
Ella siempre se mantuvo fiel a sí misma, sin ningún interés de representar ningún papel,
excepto el que ella sentía Se amaba demasiado para dejarse hipotecar por las
conveniencias de una sociedad victoriana.

En 1911, en el Congreso de la Asociación Internacional de Psicoanálisis, conoce


a Freud, pidiéndole que la iniciara en el movimiento psicoanalítico. El se rió, pero
rápidamente se dio cuenta que hablaba totalmente en serio. Admitiéndola en la Sociedad
Psicoanalítica de Viena, representando un nexo de unión, entre el psicoanálisis y
literatura, Viena y Alemania. Lou asistía al unísono a las reuniones freudianas y las de
Alfred Adler. Freud era respetuoso, pero se permitía ciertas presiones sutiles, como
una nota que le envió una noche que estuvo ausente: “La he echado de menos en la
sesión de ayer a la noche, y me resulta grato enterarme de que su visita al campo de la
protesta masculina no tiene nada que ver con su ausencia. He adquirido la mala
costumbre de dirigir siempre mi conferencia a una de las personas de mi círculo de
oyentes, y ayer no cesé de mirar fijamente, como fascinado, el lugar vacío que se le
había reservado." Acabó abrazando en exclusividad el psicoanálisis. Freud se defendía
afirmando que esa relación no tenía ningún matiz sexual.

Lou comienza una relación con Victor Tauks, veinte años más joven que ella,
volviendo a establecer una relación triangular en algunos aspectos, Lou-Freud-Tausk,
terminando en tragedia de nuevo. Fue iniciándose en el mundo psicoanalítico, visitas a
hospitales, reuniones, lecturas y de a poco, cambio su trabajo de escritora de novelas por
el trabajo analítico, produciéndole una satisfacción desconocida por ella.

Freud después de cada reunión la acompañaba a casa, le enviaba flores y se iba


haciendo más intima la relación. Frecuentando con asiduidad su casa, lo que hace
posible el encuentro con Anna Freud en 1921, convirtiéndose para ambas en un vinculo
personal y profesional muy enriquecedor. Supervisándole la conferencia para ser
admitida en la Asociación Psicoanalítica de Viena, además de confidente y en cierta
forma, su segunda analista.

A pesar de las diferentes vidas que ambos habían llevado antes de conocerse, sus
opiniones divergentes en muchos aspectos y la gran personalidad de cada uno,
consiguieron cautivarse, respetarse y compartir una gran amistad. Enriqueciéndose
mutuamente de sus respetivas aportaciones. Lou consiguió armonizar sus sagaces
intuiciones -algunas el preludio de posteriores teorías postfreudianas- con las de Freud,
sin dar lugar a un enfrentamiento abierto, como había ocurrido a lo largo de la historia
del psicoanálisis con otros autores, como los disidentes Fliees, Jung, Adler.

Ella era una discípula independiente, con la cual Freud compartió y entretejió la
teoría psicoanalítica. Se vislumbra la mutua influencia en la correspondencia que
mantienen2. Compartiendo sus trabajos y sus propias vivencias personales, donde se dan

2
Freud. S, Andreas Salome.A. Correspondencia Barcelona Olañeta 1993.
su sincera y respetuosa opinión. Ocupa el hueco vacío dejado por Wilhelm Fliess, con
la diferencia que no se da en las circunstancias de aislamiento que vivía en esos
momentos y Lou era una mujer, con una gran valía como persona y librepensadora. Le
ofreció uno de los anillos reservados para los del Comité Secreto. También la ayudó
económicamente, preocupado por su salud, que trabajaba hasta diez horas diarias, para
luchar contra la inflación alemana y poder sacar adelante a su familia arruinada desde
la Revolución de Octubre.

En esta correspondencia, desarrolló el concepto de narcisismo, manejándola con


plena comodidad, puesto que ya lo había trabajado en sus anteriores estudios.
Elaborando lo que llamó la doble dirección del narcisismo. Enfatizó el hilo conductor
que a ella más le interesaba: la unidad inicial, el estado de dependencia absoluta del yo
y la nostalgia del vientre materno. Distingue varias formas de narcisismo, entre ellas el
genuino, entendiéndolo como una fase del desarrollo, coincidiendo con el primario de
Freud, pero más global. No lo veía sólo desde una posición estructural, sino como algo
dinámico, creativo. Siendo parte esencial en todas las personas, y por excelencia en la
mujer. Crea el concepto de narcisismo autocomplacido, donde el yo se elige a sí mismo
como objeto de su libido, anticipándose al narcisismo trófico, para ella detrás de todo
amor objetad

La presencia de Lou puede encontrarse en los valerosos comentarios que hace


respecto a los trabajos de Freud, en la expresa mención que hace éste de la aportación
de Salome sobre el tipo anal y sexual. Y no menos llamativo la descripción del estilo de
mujer más puro y autentico, posiblemente teniendo como modelo a su “muy querida
Lou” 3 Intuyó el encuentro de la propia imagen con el espejo, idea que desarrollará
posteriormente Lacan. Aceptaba su posición de discípula sin renunciar por ello a ser ella
misma, como demostró, en su firme convicción de no cambar el título de la obra que le
escribe a Freud, como agradecimiento por su 75 aniversario. Sin que ello le impidiera
mencionar algunos desacuerdos, como que la creación artística se considerara una mera
reducción de la represión.

HERMINE HUG-HELLMUTH (1871- 1924) Psicoanalista austriaca.

Hermine Hug-Hellmuth nace en Viena, en el seno de una


familia de alta sociedad, pero con graves problemas económicos,
debido a la bancarrota de la bolsa en 1873. Siendo su nombre
verdadero, Hermine Wilelmine Ludovika von Hugenstein,
obligada a cambiarlo, debido a la prohibición de usos nobiliarios
por ciudadanos austriacos. Su padre un noble de la época y su
madre, una mujer burguesa tradicional, aquejada de tuberculosis,
muriendo cuando Hug-Hellmuth contaba con doce años. También
formaba parte de la familia una hermanastra, hija ilegítima del
padre, que pronto fue reconocida como Antonia Hug.

La infancia de Hug- Hellmuth no fue muy feliz, debido a

3
Sigmund Freud 1914 Introducción al narcisismo.
las sucesivas muertes de familiares, la enfermedad de su madre y la crisis económica
que atravesaba la familia. Recibió educación primaria en su hogar, de mano de su madre,
como era costumbre en las familias burguesas. Posteriormente comenzó secundaria y
estudió para institutriz. Ejerciendo la profesión hasta 1910, como forma de ganarse la
vida, pero produciéndole pocas satisfacciones. Por lo que se matricula en la universidad
de Viena, a los 33 años, en la carrera de Filosofía, finalizándola en 1909.

El 17 de mayo de 1906, nace su sobrino Rolf, hijo de su hermanastra Antonia


Hug y de un hombre casado llamado Rudolf Rossi, director de una institución escolar
que fundó Antonia. Terminando la relación y abandonándolos, cuando el niño tenía dos
años. Ruptura, que provocó la clausura del centro y la subsistencia de ambod, sin apenas
medios económico.

En 1907 comienza a analizarse con Isidor Sadger, durante tres años. Siendo su
padrino ante Freud y la Asociación Psicoanalítica de Viena, curiosa actitud, ante la su
negativa férrea de la inclusión de mujeres. En mayo de 1913 es aceptada como miembro
de dicha Asociación, siendo la tercera mujer, después de Spielreim y Hilferding.

Dos años después muere su hermanastra de tuberculosis, por lo que su hijo, pasa
a vivir en diferentes domicilios de amigos de su madre, pues ésta había dejado escrito su
deseo de que su tía Hermine no se hiciera cargo. Pero en 1917, se queda a vivir con su
tia. Muchacho conflictivo desde la niñez, con dificultades disóciales. Intentando ser
tratado por Siegfred Bernfeld sin éxito y atendido por diversos tutores, entre ellos, El Dr.
Schlesinger, el Dr Balban, Victor Tausk y Sadger. Lo cual no impió todo terminará en
un suceso trágico, el 9 de septiembre de 1924, Hug-Hellmuth es asesinada por su
sobrino Rolf. Alegando y acusando a su tía, de haberlo utilizado de cobaya para sus
investigaciones psicoanalíticas. Los detractores del psicoanálisis aprovecharon la
ocasión para atacar con furia a los psicoanalistas que trabajaban con niños, acusándoles
de sacar a la luz impulsos reprimidos, convirtiéndolos en seres capaces de cualquier
cosa. La prensa se ensañó con el proceso, incluso algún periódico hablaba del peligro
ante la invasión del psicoanálisis infantil.

La tenaz y profunda labor realizada por Hug-Hellmuth fue fatalmente truncada


por su muerte. Después de estos acontecimientos que sacudieron a la comunidad
psicoanalítica -aunque se expresó el reconocimiento como pionera indiscutible del
análisis infantil- Hug-Hellmuth fue prácticamente olvidada, quizás por la resistencia
hacia el psicoanálisis infantil o por el dramatismo de su muerte.

La actividad profesional de Hug-Hellmuth fue muy importante, tanto en el


terreno analítico como pedagógico. Participaba en los congresos de la Sociedad
Psicoanalítica, análisis, publicaciones, libros, etc. En la década de 1914 a 1924 creó una
obra amplia y rigurosa, pese a su breve vida. Manteniéndose siempre fiel a Freud,
sintiendo ambos un mutuo respeto. Obra compuesta por tres libros y una treintena de
artículos. En ella desarrolla una teoría del psicoanálisis infantil en la cual el juego es uno
de los medios que emplea el análisis, aunque también trata temas diversos, como la
psicología de la mujer, de la familia y la neurosis de la guerra. Destacando tres
trabajos:”Diario de una joven adolescente de 11 a 14 años y medio (1919), “A propósito
de la técnica del análisis de los niños” (1921) y “Nuevas vías para la comprensión de la
juventud. Conferencias psicoanalíticas para padres, enseñantes, educadores, médicos
escolares, profesionales de los jardines de infancia y asistentes sociales” (1924).
En su artículo “A propósito de la técnica del análisis de los niños”, diseña lo que
será en esencia el análisis infantil: encuadre, método, transferencia. La metodología que
anuncia Hug-Hellmuth contiene el germen de lo que posteriormente va a consistir en
esencia el análisis infantil; encuadre, método, transferencia negativa y positiva,
interpretación, resistencias y el problema de los padres. Ella definió la técnica infantil
con algunas modificaciones, como, inicio de análisis con niños a partir de los siete años,
reducción de las sesiones semanales, duración de la sesión flexible, abandono del diván
y de las asociaciones libres, utilización adecuada de interpretaciones (ella hablaba de
explicaciones), la delicadeza respecto a las resistencias y a la resolución de la
transferencia. Y por último el juego como técnica en el análisis infantil, para captar
sintomatología. Habla de las diferencias entre el análisis del niño y del adulto, el
restablecimiento del equilibrio psíquico perdido a causa de impresiones conocidas y
también desconocidas, por nosotros. Afirma que el análisis de los niños es un verdadero
psicoanálisis, tomando en cuenta las necesidades educativas como medida profiláctica..
Aquí ya está en cuestión la dualidad educación/ psicoanálisis, preludio de las
controversias posteriores entre diferentes escuelas, representadas por la polémica A.
Freud y M. Klein.

Para algunos autores, conocedores en profundidad de su obra, Hug-Hellmuth fue


innegablemente la pionera del psicoanálisis infantil, aportando la esencia que hizo
posible la creación del mismo. Su obra sigue en la actualidad vigente y estudiada por lo
valioso y enriquecedor de la misma.

HELENE DEUTSCH (1884-1982) Psiquiatra y psicoanalista austro-húngara.

Helene Deutsch nació en 1884 en Premysl, una ciudad


austro-húngara. Su familia judío burguesa, el padre era juez y
magistrado de distrito, teniendo una relación muy buena con
Deutsch. Por el contrario con su madre, una señora tradicional y
ambiciosa, fue una relación difícil, no sintiéndose querida por ella.
Es cuidada por numerosas niñeras. Siendo complicada también su
relación fraternal, ya que no se siente aceptada por sus hermanos
varones, y sufre abuso por Emil, el mayor de ellos.

Una infancia difícil y dolorosa que da paso a una


adolescente rebelde, no asumiendo y transgrediendo las normas
rígidas impuestas por su madre. A los catorce años pese a su juventud, inteligencia y
belleza, era una muchacha depresiva. Lo cual no impidió poner en práctica un chantaje
emocional a sus padres, con las repetidas huidas del hogar familiar, forzando la decisión
de poder cursar estudios universitarios y no la obligaran a consumar un matrimonio de
conveniencia, deseo materno. Se siente defensora de la mujer y forma parte del grupo
socialista de la causa obrera. En esa misma línea de rebeldía, a los dieciséis años se une
sentimentalmente a un hombre casado mucho mayor que ella, Herman Lieberman,
Relación conflictiva y tumultuosa, que duró cinco años. Adoptando un papel de
sumisión, en contraste con su vida e ideología.
Se traslada a Viena para llevar a cabo sus estudios de medicina, dejando de lado
su primer deseo de estudiar derecho, debido a la poderosa identificación con su padre.
Descompensándose psíquicamente e ingresándose en una clínica, posiblemente como
consecuencia de la relación tortuosa con Liberman. Más tarde, se establece en Munich,
huyendo de su historia sentimental. Donde conoce a Felix Deutsch, médico internista,
enamorándose y casándose en 1912. Cinco años después, en un ambiente de
desavenencias matrimoniales y abortos espontáneos, nace su hijo Martín.

Comienza su especialidad de psiquiatría en la clínica de Wagner-Jauregg,


enemigo acérrimo del psicoanálisis, pero Deuscht consigue armonizar su carrera de
psiquiatría y su análisis personal. En 1918 comienza a analizarse con Freud, durando el
tratamiento aproximadamente de un año, se desarrolla una importante transferencia
emocional, Freud sentía debilidad por las mujeres atractivas e inteligentes, y ella
respondió con la ilusión de una discípula que adoraba a su maestro.

En los años siguientes, se produjo el punto más álgido de su relación,


recordándose como la favorita de Freud, coincidiendo temporalmente con su etapa más
productiva. Poseía una capacidad y un amor por el trabajo sin límites, sus seminarios
entusiasmaban a los estudiantes, dado su dinamismo, viveza y creatividad. Pero esta
relación preferencial e intima de Freud con Deustsh, sólo brilló durante los primeros
años de la década 20. Ya que su marido se interpuso entre el profesor y ella, debido a
una colisión entre ambos. Felix Deutsh era su medico personal, cuando se le desarrolló
el cáncer, éste decide ocultarle la información al respecto, cuestión que Freud llevo muy
mal. Sintiéndose en medio de su marido y del maestro, sin poder tomar partido, situación
que le produjo mucha angustia, hasta el punto de sentir la necesidad de otro análisis.
Comenzándolo en 1923, con Karl Abraham, analista que ya conocía a través de un
congreso, en el que lo oyó hablar sobre el complejo de castración y la envidia de pene.

En 1924 ocupó el cargo de directora del Instituto didáctico de la Sociedad


Psicoanalítica de Viena, desempeñándolo durante diez años

Deustch se fue distanciando de Freud después del contratiempo, no obstante esto


no impidió sentir celos de quienes se acercaban a Freud, especialmente de Ruth
Brunswick, viéndose agravada la situación conforme ésta ganaba en cercanía y ella cada
vez estaba más apartada. Sintiéndose ofendida cuando el maestro en vez de derivarle el
caso del Hombre de los Lobos a ella, se lo envió a Ruth. A pesar de que respetaba y
promovía la causa de Freud, no quería representar el mismo papel idolatra de Ruth.
Teniendo más capacidad de autoprotección que su rival, era menos vulnerable.

Fundó un grupo, Club de baraja “El gato negro”, reuniéndose todos los sábados
por la noche. En apariencia para jugar a las cartas, pero allí se llevaban a cabo
entusiasmadas discusiones psicoanalíticas.

Su mayor aportación fue en el campo de la psicología de la mujer, debido a su


gran preparación con Freud y perspicaz inteligencia, sin olvidar lo que le aportó a nivel
personal, sus complicadas relaciones como hija y también como madre. Fue una de las
analistas que descubrió, debido al papel sustituto de madre en el trabajo transferencial, la
identificación primitiva de la niña con la madre. También enunció la etiología de la
homosexualidad femenina como una de fijación pre-edípica oral con la madre, al igual
que el trastorno maniacio-depresivo. Siendo el miedo al abandono de la madre, la causa
de odio y culpabilidad en la hija. Avanzó un paso más que Freud, ya que él consideraba
que la etiología residía en la inadecuación de la resolución del complejo de Edipo.

En 1933, ve la luz un artículo muy interesante “El tipo psicológico “como si””.
Siendo de los primeros analistas que estudian los trastornos de personalidad,
describiendo los diferentes componentes narcisistas de dichos trastornos. Bajo su
criterio, la madre pasa a ocupar un lugar primordial tanto en la evolución normal de la
psique como en la patológica. Describe un trastorno límite entre la neurosis y psicosis,
dicha personalidad “como si” no ha tenido una buena vinculación edípica con ninguna
de las figuras paternas, por lo tanto no tiene un superyo fuerte y depende de influencias
externas, en vez de su propio criterio. Dando lugar a una vida inestable y superficial.

Dado el avance del nazismo el matrimonio Deutsch decide trasladar su residencia


a Nueva York, en septiembre de 1935. Estableciendo su residencia en Bostón e
integrándose a la Boston Psychiooanalitic Society, siendo una figura profundamente
respetada. Su adaptación fue muy buena y su prestigio fue rápidamente en aumento.
Felicidad empañada, por las continuas desavenencias con su hijo, lo que produjo la
emancipación de éste del hogar materno a los dieciocho años. Situación que no mejoró a
lo largo de sus vidas, anexa, a una relación matrimonial no satisfactoria.

En 1944 su posición estaba plenamente consolidada, ocupando el puesto de


psiquiatra asociada del Hospital General de Massachussets. Su obra más importante y
criticada “La psicología de la mujer”, desarrollada entre la incondicional fidelidad a
Freud y la lucha por la emancipación de su género. Supone un avance a las teorías
biologistas, las cuáles ponían todo el peso en las diferencias anatómicas y sexuales,
Deustch incorpora la influencia sociocultural en la instauración de la peculiar identidad
femenina. Superándose, la envidia de pene como principal fuente del desarrollo normal y
patológico en la psicología de la mujer. A pesar de ser enormemente criticada por
algunas feministas, acusándola de no apartarse de la visión freudiana del falocentrismo,
fue una pionera en devolverle la dignidad a la psicología femenina.

En 1974, presenta su última publicación, una autobiografía titulada


“Confrontaciones con mi self”. Señalando como los episodios más significativos de su
vida, fueronnla ruptura con su madre, su incorporación a la revolución socialista y la
liberación del inconsciente a través del psicoanálisis.

Muere el 29 de marzo de 1982, contando con 98 años, en estado senil. Hablando


polaco y confundiendo a su marido con el amor de su vida, Herman Lieberman.
EUGÉNIE SOKOLNICKA (1884-1934) Psicoanalista francesa.

Eugénie Sokolnicka nace en Varsovia. De procedencia


judía, en una familia acomodada, su madre una luchadora por
la independencia y su padre un banquero acomodado. Realiza
los estudios en su hogar, supervisados por una institutriz. Para
luego trasladarse a Francia donde se licencia en Ciencias y
Biología, conociendo a Pierre Janet.

En 1911, interesada por el psicoanálisis, se va a vivir a


Suiza para formarse junto a Jung. Pero al producirse la
ruptura entre vieneses y suizos, decide trasladarse a Viena,
donde se analiza con Freud. Desde 1914 es invitada a las sesiones de los
miércoles. Desplazándose a Munich por consejo del maestro. Pero la guerra la obliga a
regresar a Varsovia, y después a Zurich. En 1918 retorna de nuevo a Varsovia con el
propósito de crear allí una Asociación Psicoanalítica, para dedicarse a su profesión. Mas
no es posible, al descompensarse psicológicamente de nuevo.

A pesar de ello, se dedica a un análisis durante unas semanas de un niño de diez


años. En 1920, ve la luz, bajo el titulo “Análisis de un caso de neurosis obsesiva
infantil” (posterior al de H. Von Hug- Hellmuth, contemporáneo a los de Klein, y
anterior a los de A. Freud). Es de los primeros análisis de niños publicados, un caso de
fobia al tacto con rituales muy severos. La cura analítica se apoya en la transferencia
como eje del análisis -pero no utilizó el juego, sino las asociaciones libres- basado en el
vínculo afectivo con el niño. Hace interpretaciones de la angustia de castración y sobre
la sexualidad. Incluso, se sirve de la técnica activa, siguiendo a su maestro Sandor
Ferenczi. Remitiendo toda sintomatología en las seis semanas de análisis. Siendo la
primera analista que da a conocer la técnica del psicoanálisis en la práctica clínica,
puesto que hasta entonces sólo se conocía de una manera difusa.

A principios de 1920, se analiza durante un año con Ferenczi, que intercambia


información con Freud sobre ella, ya que al parecer le superviso algún caso, dado que
era una paciente difícil e irritable. Una persona con una gran capacidad pero con
anomalías del carácter, entre otros rasgos los paranoídes, que le producían dificultades
en la convivencia con las personas de su entorno. A pesar de todo, Freud la recomienda
en París en 1921, aunque no tenía plena confianza, dejándola de lado posteriormente por
Marie Bonaparte. En 1922, dicta una serie de conferencias en la famosa Ecole de Hautes
Études Sociales de París. Dedicándose al psicoanálisis en el ámbito privado, apoyada por
Rene Laforgue y Edouard Pichon, ambos analizandos.

En 1926 es miembro fundador de la Sociedad Psicoanalítica de París, ejerciendo


como analista didacta. Consiguiendo bastante prestigio hasta su declive, en el que
disminuye su clientela y se va retirando de la docencia. En 1934, pone fin a su vida
abriendo la llave del gas de su casa, cedida por Pichon.
SOPHIE MORGENSTERN (1875-1940) Psiquiatra y psicoanalista francesa.

Sophie Morgenstern nace en Polonia, Grodno, estudia medicina en Zurich,


finalizando en 1912. Primero se traslada a Rusia para poder ejercer y terminar sus
estudios. Regresando a Suiza para trabajar en el hospital de Burgholzli con Eugen
Bleuler. Se piensa que se casó en su etapa de estudiante, con Abraham Morgenstern,
enviudando más tarde. Las fechas de estos acontecimientos se desconocen, puesto que
se sabe muy poco sobre la vida personal de S. Morgenstern. De esta unión nace una
hija, Laura, la cual muere en una intervención de vesícula.

Llega a Francia en 1924, respaldada por E. Sokolnicka con quien se analizó y


por Eugéne Minkowki. Es aceptada, cinco años después como miembro de la Sociedad
Psicoanalítica de Paris, ocupando el puesto de tesorera, los años sucesivos 1932-1933.
Vivió y trabajó en París, en la Salpêtrière hasta su muerte. Ejerciendo de docente desde
la creación del instituto Psicoanalítico anexo a la Sociedad.

En 1927, publica el artículo “Un caso de mutismo psicógeno” de un niño de 10


años que presentaba desde hacía dos años un mutismo persistente. El niño se
comunicaba a través del dibujo, generalmente de animales enormes y amenazantes.
Repite el dibujo de un lobo con la lengua fuera. Ella se lo interpreta como un
desplazamiento de un temor a su padre, y de su angustia de castración, siendo su síntoma
–el mutismo- la expresión de la angustia. El caso fue un éxito y el niño recuperó el
habla. A partir de entonces aplicó el dibujo en los tratamientos y lo sustituye por la
asociación libre. En 1937 publica “Psicoanálisis infantil, Simbolismo y valor clínico de
las creaciones imaginativas del niño”, obra compuesta por quince artículos.

Conocedora en profundidad de la obra de Freud, estaba bastante de acuerdo con


el planteamiento de Anna Freud acerca de la estructura psíquica y de la función del
superyo. Oponiéndose en esto a Melanie Klein, y también en cuanto al modelo,
desaconsejando las interpretaciones profundas con los niños. Incide mucho en facilitar la
creación de la transferencia positiva. Siendo el inconsciente infantil más próximo y por
tanto más accesible.

El papel de los padres es importante en el trabajo de los niños, sobre todo por la
inmadurez del superyo, teniendo en cuenta la realidad psíquica pero también considera
fundamental el entorno. Piensa que un conocimiento y explicación de la vida instintiva
es de gran ayuda en los conflictos neuróticos, siendo beneficioso para los padres, tener
una guía que les ayudara en la educación de sus hijos.

Como técnica usa el dibujo, el modelado, el juego y los sueños. Ella cree que
los conflictos inconscientes inspiran y se reflejan a través de realizaciones artísticas. El
juego es el medio más eficaz para penetrar en el inconsciente infantil interpretándolo
sólo cuando el niño está listo. Siendo inspiración para su discipula, Francoise Marette-
Dolto.

El día antes de la invasión nazi en Paris, el 16 de junio de 1940, puso fin a su


vida. Posiblemente debido a la depresión desde la muerte de su hija, su condición de
judía y su dificultad para afrontar tales circunstancias.
MARIE BONAPARTE (1882-1962) Princesa de Grecia y psicoanalista francesa.

Marie Leticia Bonaparte nació en Saint-Cloud


(Francia). Descendiente de la rama de Lucien, hermano de
Napoleón. Su madre Marie-Felix -hija del dueño del
Casino Montecarlo- muere de tuberculosis cuando Marie
tenía veinte días. Quedando al cargo de su padre Roland
Bonaparte, hombre poco afectuoso y ausente. Se cría
junto a su abuela paterna, en un ambiente muy
conservador y rígido. Siendo una niña muy inteligente –
hablaba tres idiomas a los siete años- pero con una
infancia muy triste.

Se casó a los 25 años en un matrimonio de


conveniencia con el príncipe Georges de Grecia y
Dinamarca, convirtiéndose en su Alteza Real la Princesa.
Naciendo de esta unión, dos hijos, Pierre y Eugenie,
partos que ella vivió con mucho miedo, temiendo por su vida. Su marido, después de
tener sus dos vástagos, le confesó su homosexualidad, llevando a partir de entonces,
ambos vidas paralelas. Ella mantiene la imagen de este matrimonio poco enriquecedor,
pero busca apoyo intelectual, emocional y erótico en otros hombres. Arrastra a lo largo
de su vida problemas de frigidez, por lo que decide recurrir a varias intervenciones
quirúrgicas, no produciéndose ningún resultado positivo. Tema sin resolver, que la
acompaña durante toda su vida tanto emocionalmente, como reflejado en su obra.
Enviuda de su compañero el 25 de noviembre de 1957.

Su primer acercamiento con el psicoanálisis se produce en 1925, cuando


comienza su análisis con Rene Laforgue, él cual escribe a Freud diciéndole que
“padecía una pronunciada neurosis obsesiva” no había dañado su inteligencia pero si
“perturbaba el equilibrio general de su psique” proponiendo un análisis terapéutico pero
sobre todo didáctico. Inició su análisis el 30 de setiembre de 1925, trabajando dos horas
diarias. Después de cuatro años de análisis con Freud, y algunas sesiones con
Lowenstein (el cual se convirtió en su amante), Marie Bonaparte confiesa que el
psicoanálisis no le había curado de su anorgasmia, pero le había proporcionado paz
mental y un propósito firme en la vida.

Se convirtió en la gran protegida de Freud, llegando a ser una gran profesional y


una figura emblemática del psicoanálisis en Francia. Lo más beneficioso de esa relación
fue que de analizante, la princesa pasó a ser amiga intima y generosa benefactora de la
causa. Asimismo, su gratitud y admiración hacia Freud, la motivó no sólo a traducir sus
obras al francés, sino a ayudarlo a huir de la Austria recién anexada al Reich Alemán
(junto a él y su familia, pudo hacer posible el exilio de 200 intelectuales). La discípula,
también apoyó la fundación de la Sociedad Psicoanalítica de Paris, salvó a la editorial
de escritos sobre psicoanálisis, de la bancarrota y adquirió la correspondencia entre
Freud y su amigo Wilhelm Fliess. Una de las fuentes históricas esenciales, ya que
contenían los aspectos centrales de la doctrina psicoanalítica que Freud estaba creando
en ese momento. Ambos se procesaban una profunda amistad, demostrándolo a través
de mutuos detalles, él la ayudo incondicionalmente a nivel profesional y también
personal, halagándola con una de sus sortijas, símbolo de ser aceptada en su círculo más
intimo. A su vez Marie le ofreció costosísimos regalos, entre ellos una antigua vasija
griega, en la cual descansan las cenizas de Sigmund Freud, tal como era su deseo.

Al mismo tiempo, Maríe fue una de las principales líderes feministas del siglo
XX, con un estilo propio y el criterio de una mujer avanzada, a pesar de que estaba
casada con un príncipe griego y nunca se divorció. Fue una mujer trabajadora y
comprometida profesionalmente. Aunque muy peculiar, por lo que su trabajo
psicoanalítico fue original y no se dejó llevar por lo meramente establecido, por
ejemplo, se llevaba de vacaciones a los pacientes que podía, acogiéndolos en su propio
hogar o si el tiempo era bueno los atendía en el jardín de su casa.

La obra escrita de Marie es abundante, pero no muy brillante. Excepto “los cinco
cuadernos de un aniña”en los que comenta su análisis e infancia. Y los “cuadernos
negros” diario de su vida y confidencias compartidas con Freud. Pero el eje principal de
toda su obra teórica fue la sexualidad femenina, su publicación más conocida respecto
al tema es “La sexualidad de la mujer” de 1961. Manteniendo una visión clásica sobre la
bisexualidad femenina, transformando la teoría psicoanalítica en una tipología de los
instintos biológicos.

Freud apuesta por Marie Bonaparte como su representante preferida en Francia,


bajo cuyas directrices lleva el trabajo psicoanalítico sobre todo a nivel institucional.
Siendo miembro fundador, en 1926, de la Sociedad Psicoanalítica de Paris junto a
Sokolnicka, Hesnard, Allende, Borel, Laforgue, Lowestein, Parchemine y Pichon.
Atravesó la guerra sin daño ya que encontró asilo en Zanzíbar. Se hace cargo de la
sección no médica de la Revue Francaise de Psychanalyse. También ayudó a la
fundación de un Instituto de Psicoanálisis que se inauguró el 10 de enero de 1934 con
aportes económicos casi exclusivamente personales, el cual dejó de funcionar en la
primavera de 1940.

Muere en 1962 a causa de una leucemia súbita.

RUTH MACK BRUNSWICK (1897-1946) Psiquiatra y psicoanalista norteamericana.

Nace el año 1897, en la ciudad de Chicago. En una familia


burguesa judía acomodada, hija de un importante jurista.
Licenciándose en medicina y psiquiatría, en la escuela médica de
Raccliffe Collage. Se casa muy joven con Hermann Blumgart,
cuyo hermano se analizaba con Freud. Lo que la anima a ella a
trasladarse en 1922 a Viena, para ponerse en tratamiento por su
grave hipocondría. Por entonces su matrimonio atravesaba graves
dificultades, desencadenando en una separación.

Mack estaba enamorada de otro hombre, Mark Brunswick


-el cuál se prometió a si mismo que se casaría con ella, cuando
asistió a su anterior boda- joven tímido, creativo y con graves trastornos del carácter,
siendo ambos analizados por Freud. Se casaron en 1928, compartiendo con éste análisis,
vida personal y una buena relación intima. En estos casos, Freud vivía vidas paralelas,
ya que en su medio familiar, no estaba presente la psicología. La pareja se traslada a
Estados Unidos durante un año, donde tienen una hija en común, Matilde. A su regreso
a Viena en 1929, donde residen durante diez años, reanudan sus análisis. Divorciándose
y volviendo a casarse a los seis meses siguientes.

En la década de 1930 era la favorita de Freud. Además de ser tratada como un


miembro más de la familia, lo cual producía en Anna rivalidad y celos, conforme
aumentaba la intimidad entre ellos, sintiendo el resto de discípulos que quedaban en un
segundo plano. Teniendo un papel prominente en el cuidado de la salud de Freud.
Siendo ella quien encargo la prótesis especial para la boca, abonándola junto a Marie
Bonaparte -llevando el padre del psicoanálisis muy mal esta deuda económica- rasgo
característico de su carácter.

Miembro de la Sociedad de Nueva York y Viena era un nexo excelente para


limar las asperezas entre ambas. Siendo el puente por la que llegaban americanos ricos a
analizarse con Freud. Como buena americana, era una persona desinhibida, cariñosa y
muy viva, además de muy valiente intelectualmente, no atándose a ninguna idea
prefijada. Posiblemente, esto es lo que más le cautivó al padre del psicoanálisis de ella.
Cuando entró en el mundo de Freud tenía veinticinco años, convirtiéndose éste en su
protector, maestro y padre.

En la época en que Viena fue ocupada, Ruth ya era una analista conocida e
importante. Principalmente gracias a contar con un padrino como Freud y al gran regalo
que le hizo, derivándole el caso del Hombre-Lobo. Sin embargo Ruth paso por alto sus
propios sentimientos transferenciales, considerándose como una mera intermediaria
entre el paciente y Freud. Suponiéndole este caso y el artículo que escribió en
colaboración con Freud, un importante incentivo para su autoestima, encontrándose a si
misma.

Freud enseguida percibió la gran capacidad psicológica de Ruth, tenía una


intuición innata para el inconsciente. Fue una analista activa, comprensible habiéndose
analizado con Freud. Él cual inspiro ideas y derivó pacientes de una manera generosa, no
existiendo rivalidad ni competitividad, a diferencia de otros discípulos anteriores. A lo
largo de su carrera profesional, fue muy productiva científicamente, con una gran labor
clínica y una activa participante de la política del psicoanálisis. Pero al lado de la luz
siempre está la oscuridad, su salud no fue buena. Tendía a somatizar sus problemas
emocionales, sin poder llegar a ningún diagnóstico concreto. Aprovechando su posición
de médico, se automedicaba a si misma, llegando a una situación lamentable respecto a
las drogas, en la que la morfina se convirtió en una compañera habitual.

No siendo solamente dependiente de las drogas, sino que formaba parte de su


personalidad esencial, reflejándolo también en las relaciones personales. Por lo que
Freud la rechazo tanto al final de su vida, posiblemente resultándole tremendamente
desagradable. Lo cual no lo exime de su parte de responsabilidad. Ruth se analizo con
Freud prolongadamente de 1922 a 1938 de manera interrumpida. Este tratamiento
potenció lo que debería eliminar, es decir, al alargarse en el tiempo, la relación se
estrechaba todavía más. Ambos disfrutaban enormemente trabajando juntos, ella debería
haber sido derivada a otro analista o haberlo buscado por su cuenta (pero no poseía el
suficiente narcisismo para separarse y salvaguardarse a ella misma). Y paralelamente
Freud, incluso cuando Ruth se analizó con Nunberg, no la dejaba partir, manteniendo el
nexo del afecto mutuo y de sus colaboraciones intelectuales. Ruth lo había idealizado, de
forma que esperaba de él todo. Posiblemente debido al gran papel que Freud desempeño
en su vida. Primero, la trató de una forma muy intima y cuando quiso marcar distancia,
ella no pudo asumirlo. Comportándose agresivamente por envidia, lo que produjo un
circulo vicioso. En Freud aumentaba la desilusión por ella a la vez que su irritación, lo
que provocaba en Ruth todavía más su desesperación y su lucha particular por no perder
ese vínculo. Se produjo un auténtico declive al final de su vida, manteniendo su
capacidad analítica casi hasta el final. Murió el 25 de enero de 1946, poniendo fin a una
vida de autodestrucción, conforme fue desapareciendo todo lo que amaba, ella también
fue anulándose.

Su obra no fue tan productiva como Freud imaginaba. Ruth tenía la habilidad
para hacer integrar sus ideas junto a las de su maestro, sin que él se inmutara. Incluso
admiraba su interés por los psicóticos, contrastando con la indiferencia que mostraba
hacia el trabajo de Paul Federn. Señaló la importancia de la madre en el desarrollo
psíquico y emocional del niño, desarrollando una teoría sobre las fases pre-edípicas. Ella
pensaba que existía una relación en la que la niña sentía amor por la madre y se
identificaba con ella, precediendo al complejo de Edipo. Atreviéndose a exponerla
como causa de los problemas psicóticos. Idea ya esbozada por otros discípulos
anteriores, como Jung y Otto Rank, costándoles que Freud los valorara como disidentes
a su teoría, sin embargo Ruth supo tramitarlo con absoluta discreción. Argumentó desde
la psicología de la mujer, terreno que Freud no había explorado excesivamente, respetó
el complejo de Edipo e incorporó elementos que otros habían pasado por alto, como la
teoría de la libido, bazas que le dieron carta blanca para actuar.

Freud en 1932, escribió valorando la importancia de Ruth, fue “la primera que
describió un caso de neurosis que se remontaba a una fijación en la fase pre-edípica y
nunca había alcanzado en absoluto la situación edípica”4

ANNA FREUD (1895-1982) Psicoanalista vienesa.

Nacida en Viena el 3 de diciembre de 1895. Hija del


fundador del movimiento psicoanalítico, Sigmund Freud
(cuestión que marcará y definirá el desarrollo de toda su vida)
y Martha Bernays. La última de seis vástagos, no siendo una
hija deseada ni buscada. Este nacimiento marca un punto de
inflexión en la vida íntima de sus padres, ya que Freud, decide
no tener más relaciones sexuales con su mujer –curiosamente
vivenciando lo opuesto de sus postulados teóricos- evitando el
riesgo de otro embarazo. La madre se encuentra delicada y
cansada, después del parto, por lo que se encarga el cuidado y
crianza a Josefine Cillarz, una institutriz con la que mantiene
una relación muy profunda y le brinda la oportunidad de
evocar con posterioridad una buena figura maternante,
4
“Freud y sus discipulos” Paul Roazen pp452)
permitiéndole el desarrollo de conceptos como “madre psicológica”.

Su infancia está llena de inseguridades y ambivalencias. Con su madre mantenía


una relación distante, respecto a sus hermanas no podía competir con su belleza
(especialmente con Sophie, hermana querida y envidiada). Intentando compensar esta
inferioridad con el desarrollo intelectual, paradójicamente, reservado en principio para
los hijos varones. Su padre la describía con un carácter atrevido, contrastando con la
apariencia pública, más bien tímida y reservada.

Comenzó su escolarización a los seis años, luego se incorporó al Lyceum y


posteriormente ingreso en el Profesorado de Educación Elemental, donde se formó
como docente. Dominando tres idiomas aparte del materno.

Su primer acercamiento al psicoanálisis se produjo en 1913, cuando realizó un


viaje a Londres con su padre, Ernest Jones y su actual amante (Loe Kann). Jones fue un
persistente pretendiente durante muchos años, espantado por Freud, como otros que
osaron acercarse a su hija, parece que ninguno se ajustaba a su deseo…

En 1918, no duda en comenzar un análisis con su hija, seis veces por semana.
Centrándose en las fantasías y ensueños de flagelación, como inhibidores del desarrollo
intelectual. Tratamiento que se inicia cuando Anna abandona la docencia, para
recuperarse de una tuberculosis pulmonar. Durando hasta 1920, para retomarse cuatro
años después, debido a las dificultades para dominar la transferencia en sus
tratamientos.

En 1920, se muere su hermana Sophie (encarecida rival) aquejada de una


epidemia. Este lamentable acontecimiento, junto a la emancipación de sus hermanos,
provocó que se convirtiera, en hija abnegada, discípula fiel y enfermera de un padre que
tampoco toleraba su separación. Sobrellevando la muerte de un ser querido -como
tónica habitual en ella- con una devota dedicación y arduo trabajo. Siendo este año
intenso en acontecimientos, asistiendo como invitada al Primer Congreso Internacional
de posguerra en la Haya y recibiendo uno de los anillos de oro, que poseían los
miembros del Comité de los Siete Anillos.

Conoce a Lou Andreas-Salomé el año siguiente, con la que florece una gran
relación personal y profesional. Siendo para ella una imagen de delicadísima feminidad,
matices maternales y gran ayuda en la supervisión de su conferencia “Las fantasías de
flagelación y ensoñaciones”, que pronuncia el 31 de mayo de 1922, para su admisión en
la Asociación Psicoanalítica de Viena.

Ese mismo año, asiste como invitada por el Servicio de Psiquiatría del Centro
Universitario de Viena Wagner- Jauregg, donde conoce a Heinz Hartmann. Pensando en
instalarse en Berlín, para seguir formándose y trabajar como analista. Decisión que se
ve truncada por el cáncer de paladar que padecía su padre, quedándose a cuidarle,
actitud que mantiene a lo largo del tiempo. Emergiendo en ella, sentimientos de
rivalidad con su madre y otras mujeres, que se acercan a su idealizado padre.
En 1924, ocupa el lugar de Otto Rank en el Comité e inicia el tratamiento de una
adolescente, hija de Eva Rosenfeld. Estableciendo con ella una sólida amistad y
fundando una escuela infantil de orientación psicoanalítica. Al año siguiente comienza
el tratamiento del hijo, de la que será compañera inseparable a lo largo de su vida,
Dorothy Burlingham. Ninguno de sus biógrafos ha confirmado una relación homosexual
activa entre ellas, molestándose intensamente cuando se hacía algún tipo de
insinuaciones al respecto.

Al año siguiente, se crea el Instituto Psicoanalítico de Viena, siendo nombrada


secretaria del mismo. Impulsa la formación de un seminario de Investigación sobre el
Psicoanálisis aplicado a la pedagogía. Creando centros de reeducación infantil,
conforme principios psicoanalíticos.

En 1929, acompañada por sus amigas Dorothy Burlingham y Eva Rosenfeld,


crean una escuela infantil. A la par, colaboró en la redacción del Zitschrift für
psychoanalytische Pädagogik, dirigida por Willie Hoffer, dicto sendas conferencias para
formar al personal que trabajaba en las guarderias y publicó “Introducción al
psicoanálisis para educadores”, estableciendo pautas educativas con fines preventivos
de futuros conflictos neuróticos en los niños. Más tarde, su opinión evoluciona,
creyendo necesario la atención terapéutica junto a la pedagógica, para una eficaz
profilaxis.

Inspirada a partir de los sentimientos y preocupación por los hijos de


Burlinghan, los cuáles sentía como suyos. Se gesta su conocida obra “El yo y los
mecanismos de defensa” siendo el preludio de la psicología del ego. Puntualizó que
algunas de las defensas del niño no se crean solamente contra las pulsiones del ello, sino
como forma adaptativa frente a la presión de los progenitores o del entorno.
Regalándole a su padre la primera edición, el día que cumple 80 años, en 1936.

Un año más tarde se inaugura la guardería Jackson, patrocinada por una ex-
paciente de Freud. Con el objetivo de la observación directa de niños menores de tres
años, procedentes de familias humildes. Iniciativa que se clausura precipitadamente por
la intervención de la Gestapo, provocando el detonante para que la familia Freud
abandone Viena el día 4 de junio de 1938. Ayudados por Jones, Bonaparte y Burhigham
se marchan a Inglaterra. La llegada de Anna Freud, no es bien vista por los Kleinianos,
que se sienten amenazados, viendo peligrar la independencia y “status” que poseían.

Con la muerte del padre del psicoanálisis, el 23 de septiembre de 1939,


comienza una lucha sangrienta, con el fin de dilucidar cuál se declaraba su heredera.
Llegan a su punto más álgido, los enfrentamientos entre Melanie Klein y Anna Freud,
con sus respectivos adeptos. Desencadenando en el periodo de las Grandes
Controversias de 1941 a 1945, designado en principio como las discusiones para
estudiar y debatir los textos de ambas autoras. Pero en realidad, fueron crueles
confrontaciones, con el objetivo latente de mantener el control de la formación de
candidatos en la Sociedad Psicoanalítica Británica y el poder. El 21 de julio se propuso
una reunión mensual, para discutir las diferencias científicas entre ambas escuelas. Pero
cuatro meses después, Anna plantea que es imposible ambas líneas teóricas puedan
coexistir, debido a la gran divergencia en sus puntos focales (narcisismo primario, las
relaciones precoces de objeto, pulsión de muerte, introyección y proyección, etc.) En
1944 parece que se llega a una tregua, culminando dos años después, con la firma de un
acuerdo que aceptaba ambos tipos de formación psicoanalítica, dividiéndose en tres
grupos, uno los Kleinianos, otro los Annafreudianos y un tercero llamado “Middle
group”, formado por los independientes. Compartiendo conferencias y seminarios
comunes. Todo este proceso benefició ampliamente a Klein que pudo organizar una
escuela independiente. Tras su muerte, todo se fue diluyendo hasta volver a la
aprobación de la formación común en 1967.

Anna Freud en su obra “Psicoanálisis del Niño” publicada en 1927, sistematiza


uno de los primeros métodos de análisis infantil. Exponiendo sus principales ideas
teórico-técnicas: entre ellas, negaba la neurosis de transferencia en los niños pequeños,
porque sus primitivos objetos de amor están vivos, influyendo en la realidad externa
además de en la interna. Para ella era fundamental la labor pedagógica, ya que el
terapeuta simbolizaba el yo ideal del niño, que apoyaba su super-yo inmaduro.
Creyendo necesaria una fase de preparación con la finalidad de crear la conciencia de
enfermedad y de un afecto que permitiera una atmósfera favorable para poder trabajar.
Respecto a la técnica, contaba con el análisis de sueños (coincidiendo el contenido
latente con el manifiesto), las ensoñaciones diurnas y el análisis de dibujos. Siendo muy
cauta, en la instauración del análisis infantil, sino era en padres con preparación
psicoanalítica.

En cambio, Klein, defiende con tenacidad su innovadora teoría, consistente en la


presencia de angustias y defensas desde muy temprana infancia. Las cuáles se perciben
en la sesión analítica a través de las fantasías infantiles. Y por descontado, en la
neurosis de transferencia, siendo imprescindible para el buen curso de la cura, la
interpretación analítica de la transferencia negativa, excluyendo cualquier apoyo
pedagógico. Adaptando en su totalidad el análisis de adultos al infantil. Desarrollando
un modelo teórico y técnico, que veremos con posterioridad cuando nos acerquemos a
su vida y obra.

A lo largo de toda su vida está presente la preocupación y el interés por el


bienestar de la infancia, atendiendo la influencia de la actitud paterna y de los
educadores en el buen desarrollo evolutivo, o por el contrario, la presencia de conflictos
neuróticos. En 1947, fundó la Clínica de Terapia Infantil Hampstead, donde ofrecía la
formación psicoanalítica infantil, poniéndose en marcha por completo en 1952,
atendiendo niños con problemas psíquicos y a sus familias. Teniendo amplia
aceptación, habiendo recibido atención 60 niños, tres años después de su apertura.

Fue nombrada miembro del Consejo Ejecutivo de la IPA en los años cincuenta.
Escribiendo diferentes trabajos, como “Enfermedad somática y vida psíquica” y “La
visita al niño hospitalizado” y “Normalidad y patología en la niñez”, ocupándose de las
relaciones entre lo psíquico y lo físico, aludiendo a problemas neuróticos anexos a
algunas enfermedades orgánicas o a intervenciones quirúrgicas. Siempre con la mirada
puesta en las nefastas consecuencias para el niño si se producía una separación con la
madre.

En la década de 1960, lucha a nivel institucional, por la formación diferenciada


de los psicoanalistas infantiles y el reconocimiento del análisis profano. Intentando
materializarlo en el Congreso Internacional de Viena, celebrado en 1971, solicita que
la IPA apruebe y acredite la formación de psicoanalistas infantiles de niños en la
Hampstead Clinic. Pero no fue posible, ya que el presidente Leo Rangell, pospuso tal
decisión, evitando conflictos. Ya que a la Sociedad Británica de Psicoanálisis le
preocupaba, se convirtiera en una sociedad paralela. A lo cual Anna, respondió con la
presentación de su dimisión.

Conforme su edad avanzaba su salud física se deterioraba, junto a la ilusión de


mantener integra la autenticidad de la obra de su padre. Por lo que refuta a autores post-
freudianos no autorizados. Publicando a la par, las obras selectas de su padre,
colaborando en la edición, escribiendo una introducción que tituló “Guía para el estudio
de los trabajos de Freud”. Agravándose su declive, con la muerte de su inseparable
amiga Dorothy Burlingham en 1979. Tres años después sufre un infarto cerebral,
dejándole secuelas a nivel de expresión verbal y locomoción, impidiéndole caminar.
Teniendo que desplazarse en silla de ruedas, arropada -físicamente y emocionalmente-
por un abrigo de su padre. Sus últimos años los pasa acompañada y cuidada por Alice
Colonna y Manna Friedman. Muriendo mientras dormía el 9 de octubre de 1982.

MELANIE KLEIN (1882-1960) Psicoanalista inglesa.

Moriz Reizes, pertenecía a una sencilla familia judía


muy religiosa. Destinado a ser rabino, pero lucha contra su
destino impuesto, estudiando medicina. Rompiendo con la
más ortodoxa tradición, se divorcia de su primera esposa.
Casándose totalmente enamorado con Libusssa, una mujer
mucho más joven que él. Procedente de una familia
cultivada. Tienen cuatro hijos, Emily, Sidonie, Emmanuel y
Klein, siendo la menor de los cuatro. El padre se dedica a la
odontología y su esposa, pese a la costumbre, abre una
tienda de flores. Con su padre mantiene una relación
distante, pero respetuosa, admirando las dotes intelectuales
de su progenitor. El vínculo con su madre es más
ambivalente, una mujer fálica e invasiva, incapaz de brindarle una urdimbre afectiva.

La relación son Sidonie que muere cuando M. Klein contaba con cinco años la
marca profundamente -a pesar, de no compartir mucho tiempo debido a los largos
ingresos hospitalario- tiene un recuerdo vivo sobre ella, protegiéndola e iniciándola en la
lectura y escritura. Con Emmanuel la unión fue más duradera -al igual que Sidonie era
consciente de su muerte- queriendo los dos, transmitirle a su hermana pequeña, su apoyo
y conocimientos. Cuando a los catorce años decide estudiar medicina le ayuda a
preparar su ingreso en el Gimnasiun de Viena. Presentándola en su circulo de amigos,
donde ella florece y conoce al que será su futuro marido Arthur Stephen klein. A lo largo
del tiempo mantienen los dos hermanos una relación tremendamente profunda, con tintes
incestuosos, representando Klein el amor puro, que no se puede alcanzar. Emmanuel
sabiendo de la premura de su muerte, decide “vivir mundo”. Sin perder contacto con
Klein, a través de una intensa correspondencia epistolar, hace que ella siempre esté
atravesada por él y sienta una enorme culpa, cuando fallece. La muerte de sus dos
hermanos, especialmente la de Emmanuel, ayudó al estado depresivo que M. Klein
arrastró durante toda su vida, compensándolo con un sentimiento de obligación respecto
al desarrollo intelectual y una hiper- exigencia en el trabajo.
Se compromete con diecinueve años, siendo un lastre, para sus planes de estudiar
medicina. Ya que su futuro marido tenía un trabajo de continuos traslados, comenzando
la carrera de Humanidades. Coincidiendo con la muerte de su padre -factor posiblemente
co-determinante para el cambio de idea sobre su formación- debido a las dificultades
económicas posteriores. Decisión que lamentará durante toda su vida, pues, el título de
medicina le hubiese abierto puertas, dándole solvencia a su obra y credibilidad,
especialmente en sus estudios sobre la psicosis (terreno en aquella época reservado para
los médicos y que ella empieza a transitar en la década de los 30, interesándose por el
análisis de adultos, especialmente de psicóticos)

Melanie se casa en 1903, contando con 21 años. Viven durante varios años en
ciudades pequeñas. Etapa gris, para ella, afectada por un prolongado estado depresivo.
Siendo internada en balnearios, haciéndose cargo Libussa de la gestión de la casa,
manipulando la relación matrimonial y a su hija. Klein se siente sola, sin poder sostenida
por una madre tremendamente sesgada por sus propios deseos y por un marido, rígido.
Situación ligeramente aliviada, por los nacimientos de sus hijos, Hans nace en 1907 y
Melitta tres años después. La situación cambia cuando su esposo consigue un traslado a
Budapest, ese mismo año. Aparte de tomar una distancia optima de su madre,
impidiendo su intromisión, allí volvió a disfrutar de la compañía de intelectuales que
tanto apreciaba y toma contacto por primera vez con los escritos de Freud. Así se gesta
lo que será la gran pasión de su vida, la entrega al mundo del psicoanálisis.

En 1914 nace su tercer vástago, Erich. Siendo un año duro para Melanie, ya que a
finales, muere Libussa, la cuál ejercía una gran influencia en ella. Este fallecimiento
agrava su estado, iniciando su análisis con Sandor Ferenczi. Impulsada por él, comienza
su trabajo analítico con niños, señalándole su talento para la comprensión de la mente
infantil, alentándola en todo momento para su continuación. Ferenczi, trataba a sus
pacientes con amabilidad y afecto, a Klein sin duda le beneficia considerablemente una
atención tan profunda, ya que hacia muchos años no contaba con nadie en quien confiar
plenamente. Sin embargo, con ella no pudo reproducir en la sesión analítica el trauma
originario para así poder superarlo, no fue capaz de recibir su transferencia positiva. Sus
resistencias eran tan fuertes, que no fue posible vencer las férreas defensas.

En 1917 conoce a Freud, en el quinto congreso de la Internacional


Psychoanalytical Association (IPA), quedando fuertemente impresionada. Comenzó
rápidamente a participar en las diferentes actividades de la Sociedad psicoanalítica de
Budapest. Leyendo en 1919 su trabajo “El desarrollo de un niño”, siendo el análisis de
su propio hijo Erich, enmascarando su identidad con el nombre de Fritz. Permitiéndole
la calidad de este artículo, convertirse en miembro de la Sociedad Psicoanalítica de
Budapest, la cual estaba en un momento de intensa actividad bajo la presidencia de
Ferenczi. Permanece en esta ciudad hasta 1919 -momento de recrudecimiento político-
en el que la familia klein se exilia. Arthur se traslada a Suecia y Melanie se instala en
Eslovaquia en la residencia de sus suegros, junto a sus hijos. Siendo esta separación del
matrimonio, la antesala para el divorcio, que se consumará en 1921.

En esta etapa comienza la gran obra de una mujer, no siendo simplemente un


movimiento, sino una escuela, con un cuerpo teórico, clínico y didacta propio.
Manteniéndose “fiel” a la doctrina freudiana, adaptándose a ella, pero centrando su
atención en aspectos más precoces. Con la valentía que la caracterizaba dio un paso más
allá de Freud, creyendo necesario analizar todos aspectos de la personalidad, mientras
que él dejaba indemnes algunas defensas. Comenzó en el psicoanálisis infantil, con una
renovación total de los postulados clásicos. Incorporando la técnica del juego,
aplicándola a niños muy pequeños, como sustituto de la asociación libre. Basando sus
innovaciones teóricas, en su trabajo de consulta paciente y analista, proporcionándole
material para postular los aspectos esenciales, preconizando la agresión como aspecto
central en el desarrollo mental, de aquí la urgencia en la interpretación de ésta, ya que la
creía el origen de toda angustia. Siendo pionera en la consideración de las relaciones de
objeto, necesarias para la consolidación del desarrollo personal y en la angustia como
desencadenante del desarrollo psíquico normal y patológico. Cimentándose toda vida
psíquica a partir de las posiciones esquizoparanoide y depresiva, con su continua
elaboración. Como base para la integración de la personalidad, superando las ansiedades
psicóticas. Considerando la fijación en éstas, la causa de los problemas psicóticos en la
edad adulta.

En 1920, asiste al 6º Congreso en la Haya, donde conoce a Hermine Hug-


Hellmuth, y a Karl Abraham, el que se convertirá en su segundo analista. Abraham le
produjo una grata y profunda impresión, teniendo palabras de estímulo hacia su trabajo.
Atraída por la personalidad de éste y aprovechando su invitación, decide ubicarse en
Berlín. Abre una consulta psicoanalítica para adultos y niños. A principios de 1924
inicia su análisis con Abraham, concluyendo con la muerte súbita de éste, nueve meses
después. Siendo una etapa muy fecunda intelectualmente, presentando en abril de 1924,
en el 8º Congreso de la IPA de Salzburgo su trabajo “La técnica del análisis de niños
pequeños”, cuestionando ciertos aspectos respecto al Complejo de Edipo. A finales del
mismo año viaja a Viena para exponer “Principio psicológicos del análisis infantil”.
Mostrando claras diferencias con el psicoanálisis infantil que preconizaba Anna Freud.
Siendo este el punto originario, del debate posterior entre ambas psicoanalistas
infantiles y los distintos posicionamientos respecto a ellas. Klein en todo momento se
siente apoyada por su mentor Abraham y también por Ernest Jones, cautivado por la
fuerza de sus ideas y de su carácter.

Por esta misma época conoce a Alix Strachey, también analizada de Abraham.
Surgiendo una relación de afecto mutuo, junto a un interés activo por sus teorías,
colaborando en la traducción de algunos de sus trabajos. A través de su marido, James
Strachey, llega parte de su obra a la Sociedad Psicoanalítica Británica, muy receptiva en
ese momento al psicoanálisis infantil. En Julio de 1924, es invitada a Londres por Ernest
Jones, para la ponencia de 6 conferencias. Siendo muy bien recibida, hasta el punto, de
desear trasladarse allí. Haciéndose realidad antes de lo que ella pensaba, por el cúmulo
de circunstancias como la muerte precipitada de su mentor Abraham y el trágico final
de Hermine Hug-Hellmuth. Aumentando las resistencias a las teorías kleinianas y al
estudio del inconsciente infantil, en Berlín. Acepta la proposición, de residir un año en
Inglaterra, trasladándose en septiembre de 1926. Su hijo Erich la acompaña
posteriormente, Hans vivé con su padre y Melitta, ya casada, continua en Berlín. Jones
se interesaba ampliamente por el análisis infantil, pidiéndole que analizara a sus hijos.

El año 1927, es rico en acontecimientos. Anna Freud publica “Psicoanálisis del


niño”, describiendo su pensamiento teórico-técnico, respecto al análisis infantil en una
abierta confrontación con la teoría Kleiniana. La brecha entre ambas era cada vez más
profunda y el ambiente se enrarecía a todos los niveles, posicionándose adeptos y
opositores. El influjo llegó hasta Freud, que por motivos obvios, nunca apoyó
explícitamente a Klein. Siendo este año también, la fecha en que es admitida como
miembro pleno en la Sociedad Británica. Iniciándose el periodo intelectual más fértil de
su vida. Presenta ante la Sociedad Psicoanalítica Británica su trabajo “Simpsium of
Child-Analysis”, defendiendo enérgicamente su pensamiento, algo habitual en ella. En
oposición a Anna Freud, creía que la técnica psicoanalítica de los niños no tenía porque
ser distinta de la de los adultos, entendiendo el juego como un fiel sustituto de la
asociación libre, desarrollando el análisis con interpretaciones profundas de la realidad
psíquica del niño. Resaltando la importancia de interpretarla tanto la transferencia
negativa como la positiva, como medio para no potenciar la disociación y por tanto
lograr la integridad de la personalidad. Discrepando también en la estructura psíquica
infantil. Defendiendo un Superyo temprano, primero lo ubicó en los dos o tres años
(posicionándolo cada vez más al principio de la vida). Considerándolo extremadamente
sádico y cruel, siendo fundamental trabajarlo en análisis. Disiente de Freud, afirmando
que el Superyo no se forma al final del Complejo de Edipo, sino anteriormente y
determina su resolución. Desarrollándolo en su trabajo “Los estadio tempranos del
Complejo de Edipo” publicado en 1928.

En el año 1930, escribe un artículo importante sobre la simbolización “La


importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo”. Explica que es la
ansiedad ante el cuerpo materno y su interior, lo que impulsa la búsqueda de objetos
externos, para calmarla. Simbolizando el cuerpo materno, lo que cimenta las bases para
la formación de símbolos y de las relaciones externas.

Dos años más tarde, llega su hija Melitta a Inglaterra, quedándose a vivir con la
madre, hasta que su marido el doctor Walter Schmidderg puede acompañarla. Las
relaciones materno-filiales continúan siendo complicadas, volviendo a repetirse de
alguna forma la historia, entre Klein y su madre Libussa. Recrudeciéndose
tempestuosamente años después, sobre 1933, cuando Melitta comienza análisis con
Glover, formando una coalición en contra de klein, tanto personal como profesional y
sin ningún tipo de pudor, de llevarlo al terreno público.

Pero todas circunstancias desfavorables y penosas no quedan ahí, en 1934 muere


su hijo Hans en un accidente paseando por la montaña, afectándole enormemente y
sumándose a los numerosos duelos que atraviesa a lo largo de su vida. Esto no evita
-posiblemente como sublimación de su dolor- seguir con su dedicación al trabajo.

En 1932, publica su gran obra “Psicoanálisis de niños”, considerándose un hito


ya que fue un intento de sistematización de la vida psíquica infantil. Lleva a cabo una
síntesis de años de experiencia y la base teórica de todo lo que había desarrollado hasta
entonces, junto al preludio de importantes conceptos. Considerando la realidad del niño
como la interacción del mundo interno (poblado de figuras internas que han sido
introyectadas y proyectadas) y de los objetos externos. Describe en sus casos clínicos
las fantasías que se dan en sesión, representación de los objetos internos de su psique.
Adopta explícitamente los instintos de vida y muerte freudianos, par de opuestos amor y
odio, sobre los que apoyará posteriormente la conceptualización de las posiciones
depresiva y esquizoparanoíde.

A partir de 1934 elabora una metapsicología con identidad propia,


consolidándose su teoría de las posiciones. Entendiendo el término de posición según
Tizón y Bofill como “… el conjunto o sistema específico de ansiedades y defensas,
fantasías y emociones básicas que dominan la vida mental y relacional, la realidad
interna y la relación con la realidad externa en diferentes momentos de su vida”5
Dependiendo de las ansiedades que primen se dará la “posición esquizoparanoide”
cuando nos dominan las ansiedades persecutorias y cuando priman las depresivas o
reparatorias la “posición depresiva”. Dándose un continuo deslizamiento entre una y
otra a lo largo del desarrollo. Desde los primeros tratamientos con niños Klein es
consciente de fantasías persecutorias desde edades muy tempranas. También observó
en las sesiones la facilidad con que colocaban en una persona todo lo bueno, y en otra
proyectaban todo lo malo, denominándolo disociación. Auque está presente a lo largo
de toda su obra, en su artículo “Notas sobre algunos mecanismos esquizoides” escrito
en 1946, cuando la posición esquizoparanoide es descrita como una organización
mental, siendo los mecanismos de defensa primitivos característicos de ella. En el
artículo “Una contribución a la psicogenesis de los estados maníaco-depresivos”,
publicado el año 1935, presenta el concepto innovador de “posición depresiva”.
Explica como a partir del cuarto o sexto mes, a medida que aumenta la integración,
junto a las ansiedades persecutorias se desarrollan las reparatorias, reconociendo a la
madre como “objeto total”. Compensando el temor a que se haga realidad las fantasías
de hacer daño, con la sensación de desamparo, intentando integrar a través de la culpa y
del amor.

En 1935, comienza supervisión con ella Donald Winnicott, psicoanalista y


pediatra inglés, que crea a partir de la escuela de Kleín su propia teoría, reconociendo la
gran importancia de ella, en el psicoanálisis. Pero divergiendo en otros puntos, como la
importancia que le otorgaba al ambiente para el desarrollo del bebé “la madre
suficientemente buena”, el concepto de pulsión de muerte y la envidia. Siempre
manteniéndose libre e independiente. Cuestión que Klein siempre toleró con dificultad,
“con ella o en contra”, no había termino medio.

La preguerra intensifica el éxodo de analistas centro europeos, entre ellos, Freud


llega el 6 de junio de 1938. Klein le escribe una carta de bienvenida, expresándole su
deseo de verlo, a la cual le contesta educadamente, de versen en un futuro. Encuentro
que nunca se produce, pues en el fatídico mes de septiembre, estalla la guerra y muere el
padre del psicoanálisis. Lo que produce el abandono de analistas de Londres y posterga
las desavenencias entre los partidarios de Anna Freud, que reprochaban apartarse de la
línea de Freud y los de Klein, como Jones entre otros, que creían tenía derecho a
defender sus teorías.

Se ausenta de Londres, marchándose con su nuera y su nieto, primero a


Cambridge y luego a Escocia, donde analizará a Richard. Muy importante para la
comprensión de la relación entre el complejo de Edipo y la posición depresiva, que
plasmará en su trabajo “El complejo de Edipo a la luz de las ansiedades tempranas”
(1945).

En 1942, cuando regresa de nuevo a Londres el ambiente está más candente que
nunca. Jones, presidente de la Sociedad Británica, decidió inaugurar un ciclo de debates
sobre temas polémicos, que recibieron el nombre de “Controversias” periodo desde
enero de 1943 a mayo de 1944, no se llegó a un acuerdo sino que se radicalizaron más
las posturas. Dando a conocer e intentando explicitar al máximo su pensamiento a través
de cuatro artículos. Surgiendo a partir de las batallas desbarnizadas, entre ambos

5
“Qué es el psicoanálisis” Pere Bofill y Jorge L. Tizón. Herder pág 143
bandos, tres escuelas de pensamiento: los seguidores de Anna Freud, los de Melanie
Klein y un Grupo Intermedio, los analistas no comprometidos. Obteniendo todos
representantes administrativos y los alumnos formaciones diferenciadas. Siendo para
Klein un acuerdo beneficioso, teniendo su grupo de colegas y alumnos, pudiendo
dedicarse a enseñar a los que estaban de acuerdo con sus ideas. Sin tener que
defenderlas constantemente.

A los 75 años, cuando ya parece que tenía todo su cuerpo teórico asentado, con la
teoría sobre la estructura psíquica perfilada. Vuelve a enriquecer y sacudir el mundo
psicoanalítico con su libro “Envidia y gratitud” (1957), aislando la envidia como una de
las emociones más primitivas y fundamentales. Explícita como surge en la primera
infancia, contra el pecho que nutre, dos emociones opuestas gratificación o envidia.
Convirtiéndose si es excesiva, en patología del desarrollo y evolución de las posiciones
esquizoparanoide y depresiva. Atravesando mientras escribe este ensayo un periodo de
pesimismo, sobre la supervivencia de su obra, el psicoanálisis, y de los valores en el
mundo. Posiblemente influyendo en ello, la ruptura de la relación con una de sus
mayores colaboradoras, Paula Heimann, a raíz de discrepancias en torno al concepto de
envidia, junto a la muerte de su secretaria y amiga Lola Brook.

En el verano de 1960, empezó a sentirse agotada en las vacaciones que pasaba


con su nieto Michael y su amiga Esther Bick en Suiza, padeciendo una hemorragia
importante. De regreso a Londres, fue diagnosticada de cáncer de colón, siendo
intervenida quirúrgicamente en el hospital del University Collage. La operación fue un
éxito, Klein, familiares y amigos abrigaron esperanzas de seguir adelante, pero días
después se produjo otra hemorragia, muriendo el 22 de septiembre de 1960.

Elisa Peinado Muños

Psicóloga-Psicoterapeuta
BIBLIOGRAFÍA:

- Sigmund Freud “Obras Completas” Biblioteca Nueva, 2003. Madrid.


- Pere Bofill y Jorge Tizón “Qué es el psicoanálisis” Editorial Herder,
19994, Barcelona.
- Élisabeth Roudinesco y Michel Plon “Diccionario de psicoanálisis”
Editorial Paidós, 1998, Barcelona.
- J. Laplanche y J Pontalis “Diccionario de psicoanálisis”, Editorial
Labor.
- Reyes Vallejo Orellana “Revista de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría”, 2002, Volumen XXII.
- Freud, S y Jung C. G. “Correspondencia”. 1978, Madrid: Taurus.
- Hanna Segal “Introducción a la obra de Melanie Klein” Editorial
Paidós, 1965, Buenos Aires.
- Phyllis Grosskurth “Melanie Klein, su mundo y su obra” Paidós
Testimonios, 1990, Buenos Aires.
- Norberto M Bleichmar, Celia leiberman de Bleichmar y la colaboración
de Silvia Wikinsdi “El psicoanálisis después de Freud” Editorial Paidós,
1997, Méjico.
- Anna Freud “El yo y los mecanismos de defensa” Editorial Paídós.
Psicología Profunda 1961, Buenos Aires.
- Anna Freud “El psicoanálisis y la crianza del niño” Editorial Paídos.
1980, Barcelona.
- Juan Coderch “Teoría y técnica de la psicoterapia psicoanalítica”,
Amorrortu editores, 2005, Buenos Aires.
- Helene Deutsch “La psicología de la mujer”, Losada, 1977, Buenos
Aires.
- Freud. S, Andreas Salome.A. “Correspondencia” Olañeta 1993,
Barcelona.
- http://www.antroposmoderno.com
- http://www.psiconet.com
- http://www.psicomundo.com
- http://www.psicoanalisis.org
- http://www.monografias.com

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