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Apuntes para La Historia de San Miguel, en Cajamarca.

A partir de documentos del Archivo Regional de Cajamarca explica que la actual ciudad de San Miguel de Pallaques tiene su origen en el antiguo pueblo de San Miguel de Catamuch formado a finicios del siglo XVI por las huestes de Pizarro en su viaje hacia Cajamarca, para su encuentro con Atahualpa.

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Apuntes para La Historia de San Miguel, en Cajamarca.

A partir de documentos del Archivo Regional de Cajamarca explica que la actual ciudad de San Miguel de Pallaques tiene su origen en el antiguo pueblo de San Miguel de Catamuch formado a finicios del siglo XVI por las huestes de Pizarro en su viaje hacia Cajamarca, para su encuentro con Atahualpa.

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1

APUNTES PARA LA HISTORIA DE SAN MIGUEL.


El VIEJO PUEBLO DE “SAN MIGUEL DE CATAMUCHE”

José H. Rodríguez Villa


2

APUNTES PARA LA HISTORIA DE SAN MIGUEL. El VIEJO PUEBLO DE SAN MIGUEL DE


CATAMUCHE.
José H. Rodríguez Villa1

I. INTRODUCCION

Indagando entre los papeles del Archivo Regional de Cajamarca para colectar
información acerca de un personaje histórico de Chachapoyas del siglo XVI me topé
de casualidad con un manuscrito contenido en el legajo correspondiente a los
Protocolos Notariales y que está fechado a inicios del siglo XVII. Se trata de una
escritura de venta de unas tierras comunales que los caciques del pueblo de San
Miguel otorgan a favor de un encomendero de Cajamarca. Me sentí motivado por su
lectura en tanto alude al pasado del lugar donde he compartido mi vida durante los
últimos treinta años, disfrutando de la belleza de su paisaje y la amistad de
numerosas personas; pero más aún me interesó porque en este antiguo documento
los caciques del pueblo tienen bastante cuidado en precisar la ubicación de las
tierras que ceden al propietario español, y no lo hacen describiendo los linderos o
mojones, ni la extensión de las mismas, sino solamente indicando, hasta en tres
oportunidades, que tales tierras se llaman Catamux y que se encuentran ubicadas
junto al viejo pueblo de San Miguel.

1
Antropólogo. Docente Principal de la Universidad Nacional de Cajamarca.
3

Pensé entonces que la alusión a un antiguo pueblo de San Miguel no era de ninguna
manera casual ni que se podría tratar de una equivocación del escribano, teniendo
en cuenta que los vendedores de las tierras no eran personas cualesquiera sino
caciques e indios principales que debían tener un conocimiento bastante cercano
de su realidad socio-histórica así como del nombre y ubicación de los espacios de su
entorno. Además, dado que la escritura indicada constituye un documento formal
que acreditaba el traspaso de la propiedad de las tierras “por siempre jamás”, su
contenido no debía posibilitar ningún resquicio de duda sobre la veracidad de su
contenido.

En ese sentido asumí que en verdad existió un “pueblo viejo de San Miguel” y que,
por lo tanto, nuestro actual pueblo de San Miguel de Pallaques debió pasar en su
devenir histórico temprano por una etapa desconocida durante la cual se ubicó en
un lugar diferente al de su actual emplazamiento.

La revisión de otras fuentes escritas confirmó mi apreciación; en particular el


documento sobre la visita colonial al entonces corregimiento de Cajamarca realizada
durante el último tercio del siglo XVI. Esta visita se efectuó por disposición del
gobierno colonial en los años 1572 – 1575 y llegó al área que hoy ocupa el territorio
de la actual provincia de San Miguel en diciembre de 1571, registrando y censando
la población de numerosos pueblos indígenas, entre ellos el de San Miguel de
Catamuche, que sería el antecedente primero de la actual ciudad de San Miguel de
Pallaques.

Está establecido que San Miguel fue fundado por Francisco Pizarro durante su
recorrido a la ciudad de inca de Cajamarca en noviembre de 1532, aunque la
información con que se cuenta al respecto no precisa el lugar exacto donde ocurrió
la fundación, presumiéndose hasta ahora que sería el que ocupa la actual ciudad de
San Miguel. Sin embargo, a la luz de los nuevos documentos, se podría deducir que
4

el primer pueblo hispano formado en tierras cajamarquinas no fue el que sirvió de


base para el surgimiento de la actual ciudad de San Miguel de Pallaques, sino el de
San Miguel de Catamuche, formado en los predios contiguos al sitio prehispánico de
Catamux, hoy caserío del Centro Poblado de Chuad, en la vertiente del Nitisuyo. El
nombre asignado derivó probablemente de la costumbre española de adscribir la
nueva población al nombre de un santo cristiano y luego completarlo con el
topónimo prehispánico correspondiente al lugar o la llacta sobre cuya base se
realizaba la fundación.

San Miguel de Catamuche permaneció en su lugar originario por alrededor de 40


años antes de ser trasladado a un nuevo y cercano emplazamiento. El propósito de
este traslado se enmarcó dentro de la política colonial de las reducciones dispuesta
por el gobierno del virrey Francisco Toledo a mediados de 1570, por la cual
numerosos pueblos y aldeas de indios fueron “reducidos” y reubicados en una
nueva población de trazo hispano. Para el caso de San Miguel de Pallaques la
historia registra el año de 1572 como aquel en que se habría constituido la
reducción indígena de ese nombre, junto con muchos otros pueblos dentro del
corregimiento de Cajamarca. De esta manera, el antiguo pueblo de San Miguel
habrá sido movido a un nuevo emplazamiento hacia el este, más cerca del río San
Miguel, en el mismo lugar que hoy ocupa la ciudad del mismo nombre. De tal modo
que, al momento que en que se otorga la escritura de venta de tierras en 1605,
hacía como treinta años ya que el “viejo pueblo de San Miguel” había sido
abandonado.

Es de entender que estas apreciaciones se presentan a manera de hipótesis,


quedando a cargo de posteriores investigaciones la confirmación o negación de la
misma. Por hoy nos basamos en la información que nos proporciona la escritura de
venta de 1605 y el informe de la visita colonial de 1572.
5

El referido documento de la escritura de venta va inserto como anexo al final de este


artículo. Ha sido trascrito por el autor en mayo de 2015. En su transcripción no se
han seguido las pautas establecidas al respecto, limitándonos a copiarlo literalmente
y sin aplicar las normas actuales de puntuación, acentuación y uso de mayúsculas;
sólo se han desarrollado las abreviaturas. En la numeración del documento se ha
seguido el criterio de folio r/v. Las partes ilegibles están indicadas en la trascripción
por tres puntos suspensivos entre corchetes.

Finalmente quiero expresar mi agradecimiento a las personas de Haydeé Quiroz


Malca, Antonio Goicochea Cruzado y Rosalino Quiroz Huerta quiénes me han
estimulado a presentar estas ideas y han compartido conmigo su valioso
conocimiento sobre su pueblo y su historia. A los trabajadores del Archivo Regional
de Cajamarca en la persona de su director Evelio Gaytán Pajares por todas las
facilidades y el apoyo brindado para el acceso a los documentos. Por último,
reconocer el trabajo solícito y la disposición a servir de las personas que atienden a
en la biblioteca “Fernando Silva Santisteban” del Instituto Regional de Cultura
Cajamarca.

II. EL DOCUMENTO

En el Archivo Regional de Cajamarca se halla un documento sumamente interesante


para la historia antigua de la ciudad de San Miguel de Pallaques, a través del cual
podemos acercarnos a los de su devenir como población hispana a finales del siglo
XVI. Se trata del Expediente contenido en el Legajo 73, Protocolos Notariales,
correspondiente al escribano Martín Pérez de Aguirre, para los años 1601 – 1609. Es
un documento de cuatro folios (8 páginas) y atañe a una escritura de venta de
tierras firmada en la entonces Villa de Cajamarca el 20 de setiembre de 1606 ante el
escribano indicado, el mismo que servía en el pueblo de Huamachuco pero que
frecuentemente se trasladaba desde aquí a otros lugares del corregimiento para
6

atender la demanda de formalización de documentos de compra-venta, poderes,


contratos, etc.

La escritura que indicamos fue otorgada por cuatro caciques y principales del pueblo
de San Miguel: Don Cristóbal Supaicaca, Don Cristóbal Chuquichanchas, Don
Bernabé Chuquixaxa y Don Alonso Chumpi a favor del encomendero de Cajamarca
Alonso Sánchez de Sotomayor, quién a la sazón ocupaba unas tierras del pueblo con
fines de criar ganado. En realidad esta escritura se hace con el fin de formalizar un
documento anterior hecho en la localidad de San Miguel en febrero de 1605, no
ante escribano público sino ante el gobernador del pueblo y tres testigos, entre ellos
el cura Fray Francisco de Paz. Mediante este escrito el gobernador Juan Payaque y
los caciques y principales Cristóbal Rupay, Alonso Chumbe, Cristóbal
Chuquichanchas, Antonio Chancha, Alonso Caxtanta, Cristóbal Chuquisaguar,
Lorenzo Lachos, Miguel Cajinsan y Sancho Quispe, ceden en donación a favor de
Sánchez Sotomayor los terrenos donde éste ya tenía establecida una estancia de
ganado, pero sin precisar ni la delimitación ni la extensión de las mismas, solamente
indicando que se llaman Catamux y se hallan ubicadas junto al viejo pueblo de San
Miguel.

La tal donación se justifica, en palabras de los caciques, porque el español es un


buen vecino y tanto su presencia como su ganado no causan perjuicios a los indios y,
además, las dichas tierras están apartadas del área de chacras de los pobladores, se
encuentran desocupadas y no son provechosas para la vida y economía del pueblo.

En compensación el encomendero entrega a los indios 50 patacones o pesos de a


ocho reales como una suerte de ayuda para que los mismos puedan completar el
pago por la hechura de dos imágenes destinadas a la iglesia del pueblo de San
Miguel; una de ellas es un crucifijo y la otra una virgen. Hay que acotar aquí el hecho
de que si por ese tiempo aún se están habilitando imágenes para el templo,
7

indicaría que la población era en ese momento relativamente reciente; situación


que favorece nuestra argumentación de la existencia de otro pueblo de San Miguel
anterior al actual.

La escritura de 1606 hecha en Villa de Cajamarca incluye en su contenido el


documento del año anterior, pero ya no habla de donación sino de venta de las
tierras por el precio de 50 patacones, que corresponden a su justiprecio. Por otra
parte, en el documento de San Miguel se tiene bastante cuidado de precisar la
ausencia total de conflicto o daños entre el encomendero y los indios señalando más
bien el contento y satisfacción de los naturales, tanto por la paga recibida como por
la compañía del español. Esto y el hecho de mencionar explícitamente en el escrito
al corregidor y el protector de naturales, deja entrever el interés del encomendero
de protegerse ante posibles reclamos posteriores que podrían anular su propiedad,
teniendo en cuenta que por entonces las leyes coloniales prohibían la venta de las
tierras de la comunidad2 y trataban de limitar la adquisición de propiedades de los
indios por parte de los españoles, como una forma de protegerlos ante posibles
despojos disfrazados.

Por el tenor de la escritura también se colige que el área de tierras que se traspasan
a don Alonso Sánchez de Sotomayor tenía una extensión considerable, pues, tanto
en el texto principal, como en una anotación en parte ilegible y ubicada al margen
de uno de los folios, se puede leer, además de algunos de los nombres de los
caciques, que el área del traspaso no sólo comprendía las tierras de Catamuch, sino
de otros dos sitios más que son Gualanga y Amaxcisbon, ubicados seguramente en
contigüidad.

En la indicada nota también la ortografía de Catamux ha sido reemplazada por


Catamuche, topónimo actual que nombra al área y población ubicadas al pie del

2
Vergara O.; 1991
8

caserío de Chuad, yendo hacia La Comunidad, a pocos kilómetros hacia el oeste de la


ciudad de San Miguel. Esta información resulta importante porque coincide con en
el nombre de San Miguel de Catamuche que aparece registrado en la Visita de 1571
-15723 y que designaba al antiguo pueblo de San Miguel que es al que seguramente
se refieren los indígenas cuando señalan al “viejo pueblo de San Miguel”.

III. LA VISITA DE 1571 – 1572 A CAJAMARCA Y EL VIEJO PUEBLO DE SAN MIGUEL DE


CATAMUCHE

Las visitas coloniales eran empadronamientos de la población de las distintas


provincias del virreinato motivadas por la necesidad de la administración colonial de
conocer el número de habitantes, sobre todo de adultos en capacidad de tributar,
así como los recursos y bienes que poseía cada provincia, para determinar la carga
tributaria que debía imponerse a la población indígena.

La visita se realizaba pueblo por pueblo. En cada uno se convocaba a la población


por orden: cada grupo social o pachaca por separado, y en cada grupo las personas
separadas por edad en un orden riguroso: tributarios de 20 a 50 años (incluyendo a
su mujer e hijos menores), viejos más de 50, viudas y viejas, y huérfanos.

Estas visitas comenzaron a aplicarse en el virreinato peruano a inicios de la colonia.


Para el caso de Cajamarca la segunda que se dispuso por orden expresa de
Francisco Pizarro fue la del año de 1540 a cargo de Cristóbal de Barrientos4. La
tercera tiene lugar entre 1571 – 1572 / 1578 y es realizada por Diego Velásquez de
Acuña, a petición del virrey Toledo5. Esta se enmarca dentro del pleito surgido entre
los dos principales encomenderos de Cajamarca de la época: Melchor Verdugo y
Gaspar Holguín por el control del territorio de las huarangas que comprendía por

3
Rostworowski, M. y Remy, P. ; 1992.
4
Espinosa Soriano, 1986, Pag. 343
5
Rostworoswski y Remy, op. cit. Pág. 44
9

ese entonces la provincia de Cajamarca. Inicialmente Verdugo recibió de Pizarro en


compensación a los servicios prestados en la conquista de la región las siete
huarangas: Bambamarca, Pomamarca, Chondal, Caxamarca, Guzmango,
Chuquimango y Mitimaes; espacio que comprendía a la llegada de los españoles el
llamado Reino de Guzmango. En 1540, dentro de las reformas emprendidas por el
virrey Vaca de Castro, las grandes encomiendas se reducen y redistribuyen, entre
ellas la original de Melchor Verdugo a quien se le quita las parcialidades de
Pomamarca, Bambamarca y Chondal, entregándolas primero a Hernando de
Alvarado luego a Diego de Urbina y finalmente a García Holguín; situación que
genera un conflicto de larga data porque Verdugo apeló la provisión y reclamó por
sus derechos mermados6. Muertos Verdugo y Holguín el pleito fue seguido por sus
viudas. Por eso la visita de 1571 es un censo realizado a las siete huarangas cuya
población estaba distribuida en 43 pueblos. Treinta y nueve de ellos se visitan hasta
1572 y los cuatro restantes en 1578. En todos se busca obtener información que
permita determinar el número de tributarios y el volumen de rentas que recibía
cada encomienda.

El informe sobre la visita a Cajamarca de 1571 – 1572 forma parte del expediente de
este pleito y muestra que la misma tenía un propósito diferente y es previa a la
posterior Visita General que se organiza a la región por disposición del virrey Toledo
entre 1572- 1574. Este documento es muy valioso porque da cuenta de dos aspectos
importantes de la historia cajamarquina. Primero la relación de los 43 pueblos
distribuidos en el ámbito de las siete huarangas y sus respectivas pachacas, muchos
de ellos conservando aún parte de los nombres originales que precedieron a su
formación española. Segundo, la forma de la organización socio-política particular
que caracterizó a las poblaciones del norte peruano previo a la llegada de los
españoles y que, según algunos autores, provenía de antes de los incas. Esto es, la
distribución en huarangas y pachacas.

6
Rostworoswski y Remy, op. cit. Pág. 43
10

El concepto de ayllu como referente de la organización socio-política no se aplicaba


por igual en todo el Tawantinsuyo7. En la zona norte las unidades sociopolíticas se
articularon a través de las pachacas y huarangas, como principios organizativos de
los grupos étnicos. Para el caso de Cajamarca, documentos del siglo XVI emplean el
término de pachaca que sería el equivalente de ayllu. Esta nomenclatura que
precedió a la conquista española fue incorporada y respetada en la nueva
demarcación étnico-territorial en que se organizó el territorio al formarse el
Corregimiento de Cajamarca.

Cada huaranga tenía un área más o menos concreta o definida de ocupación – y por
tanto jurisdicción – vinculada sobre todo al acceso de tierras de cultivo. Por su parte,
las pachacas integrantes de una huaranga, se distribuían en el territorio de esa
jurisdicción y estaban integradas por un conjunto variable de familias emparentadas
entre sí y que se reconocían como descendientes de un grupo étnico común. El
gobierno de cada huaranga estaba a cargo de un Curaca o Cacique, mientras que el
Principal era la autoridad en una pachaca. Por ello, en cada pueblo, podría haber
varios Principales, representantes de las respectivas pachacas que lo conformaban.

En el momento de la visita de 1571 – 1572 el entonces repartimiento o provincia de


Cajamarca comprendía, como ya señalamos, siete huarangas, 52 pachacas y 43
pueblos. De estas huarangas, la segunda en número de habitantes era la de Chondal
después de la de Guzmango que era la principal. Chondal se localizaba en el ámbito
de la actual provincia de San Miguel de Pallaques, alrededor del distrito de Niepos.
Tenía distribuidos sus pobladores en 20 pueblos, de los cuales los más importantes
eran San Bartolomé de Tacabamba, San Juan de Pingomarca, San Andrés Llapa, San
Rafael de Niepos, San Miguel de Catamuche y San Matías de Payán. En cada pueblo,
a su vez, se podía encontrar pobladores pertenecientes a varias huarangas y
pachachas.

7
Rostworoswski y Remy, op. cit. Pág. 72.
11

La visita tuvo lugar en el pueblo San Miguel de Catamuche los días 22 al 24 de


noviembre de 1571. Luego del respectivo censo se encontró la siguiente distribución
de pobladores.

Cuadro Nº 1. Población por guarangas y pachacas residente en el pueblo San Miguel de


Catamuche, 1571.

Pueblo Huaranga Pachaca Población


Payaca 226
Nyepos 213
Chondal
Pingomarca 163
San Miguel de Catamuche Polloques 168
Chalchadan 003
Guzmango
Xaxaden 009
Mitimaes Cañaris 004
TOTAL 03 07 786
Fuente: Rostworoswski y Remy, op. cit. Elaboración del autor.

En ese entonces gobernaba la huaranga de Chondal el Curaca Sancho Tantachanon y


el pueblo de San Miguel estaba a cargo de cuatro Principales: Sancho Tantachanon8
(pachaca Pingomarca), Francisco Tantacaxaxas (Nyepos), Martín Guacchapayco
(Polloques) y Gómez Chuquichanchas (Payaca), que representaban a las etnias más
importantes del pueblo.

Posteriormente, a partir de 1578, los funcionarios coloniales disponen cambios en la


estructura de poder de los corregimientos como un intento de tener mayor control
sobre la población indígena, con autoridades que estén más vinculadas a la
administración colonial que a la organización indígena tradicional. Así, junto a los
principales de pachaca y el curaca, en cada pueblo se estableció que hubiera un
gobernador y se constituyó un Cabildo indígena tomando como modelo el Cabildo
español, con sus correspondientes Alcaldes y Regidores. Los gobernadores, a su vez,

8
En la organización política – administrativa de Cajamarca, generalmente el Principal de una de las pachacas
mayoritarias ocupaba a su vez el cargo de Curaca de la huaranga.
12

frecuentemente eran curacas de una huaranga, su cargo tenía carácter vitalicio y


asumía como jurisdicción el ámbito dentro de los límites del pueblo.

Por esta razón, en el caso del documento formulado en febrero de 1605 en San
Miguel de Pallaques y al que hacemos referencia al inicio de este artículo, se
encuentra que lo suscriben a nombre de la comunidad el gobernador Juan Payaque
más nueve indios principales, algunos de los cuales seguramente ostentaban a su
vez títulos de cacique y representaban a sus respectivas pachacas.

Hasta aquí el lector ya estará prevenido de nuestra intención de afirmar, en base a


toda la información reunida, que el pueblo (actualmente ciudad) de San Miguel de
Pallaques tiene un antecedente previo en otro pueblo de nombre similar pero que
se ubicó en un lugar diferente, aunque cercano a su actual emplazamiento, como
veremos más adelante.

IV. LA POLITICA DE REDUCCIONES Y EL NUEVO PUEBLO DE SAN MIGUEL

Lo que se plantea a continuación tiene el carácter de propuesta inicial; una suerte de


hipótesis que hemos construido basándonos en documentos coloniales de archivo y
otras fuentes secundarias. Esta información, de hecho, tiene que ser ampliada y
contrastada con mayor detenimiento; sin embargo, hasta hoy, los indicios que
hemos encontrado son lo bastante sugerentes como para fundamentar una primera
aproximación a la etapa más antigua de San Miguel de Pallaques, en el momento
que fue formado por los conquistadores españoles. No obstante es seguro que
quedarán aún sin resolver varios puntos, tarea que corresponderá a un acopio
futuro de información a partir de investigaciones en los campos de la Etnografía, la
Historia y la Arqueología.
13

Pienso que, aunque remota, todavía está la posibilidad de recurrir a la memoria de


los viejos, a la tradición ancestral que como un seco cordón umbilical aún nutre
nuestra identidad y nos vincula al pasado histórico. Habrá que preguntar. Tal vez
queda un registro oral, un escrito, que den cuenta del viejo pueblo de San Miguel.

La Arqueología nos puede evidenciar si, cerca o junto al actual sitio de Catamuche,
aún quedan los vestigios de la antigua población que lograron establecer los
españoles en su primer viaje hacia Cajamarca. Una vez encontrada y develados sus
restos habrán nuevos elementos para afirmar o desestimar nuestra idea.

En la actualidad el sitio de Catamuche es un área agrícola poblada por pocas y


dispersas familias rurales. Se comunica a la capital provincial por medio de una
trocha carrosable que dirigiéndose hacia el oeste recorre unos diez kilómetros hasta
llegar al pequeño caserío de Yamalán, en plena ladera que desciende en la banda
derecha de la quebrada de Nitisuyo. Yamalán y Catamuche están juntos; comparten
límites y una historia común de haber sido pequeñas haciendas tradicionales
trabajadas bajo el sistema de aparcería. A partir del año 1970 estas áreas fueron
parceladas por sus propietarios y vendidas a sus mismos “partidarios”, cuyos
descendientes actualmente trabajan y conducen las tierras.

Visité rápidamente Catamuche y Yamalán en julio de 2015 con el objetivo de


sondear sobre su historia local y la memoria de un probable pueblo viejo. Poco se
puede obtener en tan poco tiempo y cuando los habitantes están tan dispersos. Sin
embargo, conversé con algunos pobladores que viven junto a la escuela. Uno de
ellos, don Gilberto Becerra Mondrágón de 68 años, señaló algunas pistas
interesantes. Cuando niño servía al patrón en la entonces hacienda de Yamalán; una
de sus tareas era cuidar el ganado. Con este propósito recorría diariamente las áreas
de pastos y los montes que quedaban sin cultivar. Ahora recuerda que en ese
tiempo vio que en el llamado cerro “El Gentil” había claras huellas superficiales de
14

un pueblo antiguo expresadas en “calles” y restos de construcciones que parecían


haber sido hechas con ladrillos. El área del referido cerro se vislumbra a un
kilómetro aproximadamente hacia el sur de la escuela de Yamalán, en los límites con
las tierras de Catamuche. Dice que hoy esos restos ya no están; fueron desmontados
cuando este espacio fue incorporado a la agricultura.

De haber existido, como refiere nuestro informante, los restos de un antiguo pueblo

en las inmediaciones del cerro indicado, éstos quizá correspondieron al poblado

hispano fundado por Pizarro en 1532 o a la llacta indígena que existía al momento

de su llegada a estos lares. El nombre mismo de “Gentil” parece más aludir a un

poblado prehispánico; pero quizá fue aquel con cuya población se formó el nuevo

pueblo con trazo español y que tomó el nombre de San Miguel de Catamuche. Hasta

hoy son pistas, datos aislados que tienen que ser profundizados y completados con

mayor detenimiento e información.

De hecho, una fuente importante será la investigación histórica. Tanto el en Archivo


Regional de Cajamarca como en otros documentos antiguos que quizá persistan
entre los papeles del archivo del Consejo Provincial de San Miguel o de colecciones
particulares, es posible seguir la pista del histórico pueblo de San Miguel a través de
su pasado más lejano.

Queda pendiente, pues, esta múltiple tarea para tiempos posteriores. Por hoy sólo
presentamos los primeros avances. El interés no es cambiar la historia de San Miguel
sino precisarla y enriquecerla develando los sucesos que marcaron sus inicios como
población colonial.
15

Cerro “El Gentil” en los límites entre Yamalán y Catamuche.

La fundación española de San Miguel

Está ya establecido por la Historia que el pueblo español de San Miguel fue fundado
durante el recorrido de Pizarro y sus compañeros hacia Cajamarca. Sin embargo, no
hay precisión sobre el lugar exacto ni la fecha en que esto ocurrió, pues las fuentes
que hemos revisado no se han detenido a detallar este acontecimiento,
presentándose algunas controversias entre ellas incluso acerca de la ruta que habría
seguido la expedición conquistadora en su camino hacia Cajamarca9.

Al respecto pienso que la palabra de Raimondi es la más autorizada para determinar


el recorrido que siguió la hueste de Pizarro hacia su encuentro con Atahualpa. Este
autor basa sus afirmaciones en los datos que brinda el cronista Jerez10 y en el
conocimiento cercano que tuvo de las tres rutas entre la costa y Cajamarca porque

9
Por ejemplo, Moya Espinoza (1994), sin indicar sus fuentes, afirma que “… Pizarro siguió hacia Nancho,
próxima a la actual Chongoyape y bordeando Chancay, llegó a Santa Cruz en donde acampó… Los
expedicionarios prosiguieron su marcha y el 15 de noviembre de 1532 desde las alturas de la cordillera
vieron que abajo en un valle estaba Cajamarca”.
10
Francisco de Jerez, el cronista que acompañó a Pizarro como su secretario, al salir de Tumbes llevó un
diario de viaje, en base a lo cual describió después varios acontecimientos de la conquista del Perú.
16

las recorrió personalmente: vía Trujillo por Cascas, por el valle Jequetepeque y por el
río Saña, por lo cual pudo afirmar con seguridad que “… Pizarro siguió su marcha por la
quebrada de Saña donde dejó el camino de la costa subiendo a la sierra por el que pasa por
la actual Nanchó …”

Dice Raimondi11: “… he aquí el camino que siguieron los españoles; llegados al valle de
Saña …, descansaron en un pueblo cuyas ruinas se notan a una media legua de la actual
población que lleva el mismo nombre del valle12. En este punto dejaron el camino que seguía
por la costa y continuando hacia arriba por la quebrada de Saña, llegaron, …, al pie de la
sierra donde reposaron un día antes de empezar la subida. Este punto correspondería con las
ruinas de un pueblo que se observan a una legua antes de la hacienda Nanchó. Desde allí
empezó la áspera subida a la fortaleza ubicada en media cuesta; allí paró el gobernador a
descansar y comer; de allí fue a dormir a otro pueblo. El gobernador se aposentó aquella
noche en aquel pueblo en una casa fuerte, cercada de piedra labrada…”
“Desde este punto ya no es posible seguir con precisión el camino recorrido por los españoles
en su marcha a la ciudad de Cajamarca, pues los antiguos historiadores no nombran un solo
punto o lugar que pueda arrojar luz y servir de guía para trazar el itinerario ... “

Sin embargo, siempre siguiendo a Jerez, continúa Raimondi señalando que “… desde
aquí siguió Pizarro subiendo hacia la parte más alta en las cumbres de la cordillera, donde
pernoctaron. El intenso frío de la noche obligó a que los viajeros armen sus toldos de
algodón para protegerse. Continuaron al siguiente día el camino para ir a dormir en un
pueblo situado en un valle. No es difícil comprender que el lugar frío donde pernoctan los
españoles corresponde con las cumbres altas que dividen las hoyas de los ríos Saña y
Puclush, … y que el pueblo donde fueron a dormir al otro día debía quedar en la quebrada de
este último río, tal vez en el mismo punto donde se halla la actual población de San Miguel …

No se conoce la fecha exacta en que Pizarro arribó a las inmediaciones del lugar
donde después fundaría San Miguel, ni cuánto tiempo se quedó aquí13. En todo caso
debió ser uno o dos días antes del 10 u 11 de noviembre, las dos fechas que los
historiadores asignan a la fundación del pueblo. El conquistador llega a los lares de
San Miguel luego de un largo trayecto que lo trajo desde la antigua ciudad de Piura,

11
Raimondi, A. El Perú, Tomo II, 1965. Pág. 26.
12
Nazario Chávez se basa en Raúl Porras B. para afirmar que “… el punto en que Pizarro y sus compañeros se
detuvieron para dejar el camino de los llanos y seguir el de la sierra fue Collique, cerca de Saña. Según esto,
Pizarro no llegó, pues, en esta ocasión, hasta el valle de Chimú; de Collique se desvió hacia la sierra …”
13
No creo que sea cierta la versión difundida en la página web cajamarca-sucesos.com según la cual los
españoles acamparon en San Miguel por 20 días, antes de su llegada a la ciudad inca de Cajamarca.
17

lugar de donde partió el 24 de setiembre14; lo que significa un viaje de alrededor de


un mes y medio por tierras desconocidas, atravesando parte de la sierra y varios
valles de la costa norte, aunque, según Cieza de León15, en el trayecto no sufrieron
desabastecimiento de alimentos pues los depósitos incas aún vigentes les proveían
de todo lo necesario. En particular el tramo final entre el pueblo de Collique y la
quebrada del Puclush resultó muy agotador para los españoles tanto por lo
quebrado del camino como por la tensión a que estaban sometidos ante el miedo
constante de ser atacados por el ejército de Atahualpa. El cronista Jerez dice que,
frente al feliz suceso de no haber recibido ningún ataque por parte de los naturales,
salvo algunos encuentros con los emisarios de inca, Pizarro interpretó este hecho
como el resultado de la acción protectora del Arcángel San Miguel de quién era fiel
devoto.

Es de suponer que el trayecto que siguieron los españoles en su mayoría


corresponde a la ruta de los caminos prehispánicos que, en varias direcciones,
atravesaban el amplio territorio, vinculando entre sí a numerosos pueblos o llactas y
tambos16. En una de estas llactas, que ya existían en el valle del Puclush, es que
seguramente Pizarro se detiene a descansar y sobre sus bases lleva a cabo la
primera fundación española de San Miguel. El nombre que le asigna deviene del
propósito de Pizarro de homenajear la protección guerrera del Arcángel Miguel.

14
Moya E. (1994) dice al respecto: “Francisco de Jerez da la partida de Pizarro de Tumbes el 16 de mayo de
1532 y como día de partida hacia Cajamarca el 24 de setiembre del mismo año”. (Pág. 164). Coincide en esto
con Paz Soldán (1862) según el cual “cinco meses después de su llegada a Tumbes, se puso en marcha con
sus tropas hacia el interior del país (24 de setiembre de 1532) en dirección al campamento de Atahuallpa”
(Pág. 50).
15
Cieza de León, P. 1987, Pág. 119.
16
El cronista Huamán Poma de Ayala, en su obra que fue escrita alrededor del año 1600, incluye al tambo
real de San Miguel en la lista de los numerosos tambos que estaban establecidos desde el tiempo de los
incas en la ruta del camino que a través de los Andes venía desde Nobo Reyno, al norte de Popayán, e iba
hacia el Cuzco y aún más al sur. Nueva Crónica y Buen Gobierno Tomo III, 1996.
18

Sobre la fecha de fundación o formación del pueblo no hay mucha información. De


los textos revisados el único que señala una es el cajamarquino Burga17 en su
diccionario geográfico e histórico. Sin precisar sus fuentes o quizá basándose sólo en
lo afirmado por Guillermo Prescott a quién cita, este autor fija tal acontecimiento en
el día 10 de noviembre de 1532:

“… Arribó éste seis meses después [de la fundación de Piura], porque el 10 de noviembre
de ese año asentaba el Marqués de los Atavillos el centro poblado que hoy es sede de San
Miguel de Pallaques …”

Por otra parte, acerca del punto donde se formó inicialmente el pueblo de San
Miguel, hasta antes de este artículo no había ninguna controversia. Se creía, como
se afirma, por ejemplo, en la página DePerú.com, que:
“ … El Conquistador español aprovechó su estadía en la zona para transformar el Ayllu de
Payac en Villa, fundando San Miguel … en homenaje a San Miguel Arcángel, …, el 11 de
noviembre de 1532 … dando nombre de San Miguel de Pallaques a la aldea encontrada (en
lo que es hoy el centro de la ciudad) …”.

En la misma dirección Antonio Raimondi también pensaba que podría tratarse del
actual lugar que ocupa la ciudad de San Miguel.

Sin embargo, ahora, a la luz de lo que establece el documento citado de 1605,


estamos en condiciones de cambiar esta aseveración en el sentido de que el pueblo
inicial que fundó o formó Pizarro el 10 de noviembre de 1532 no fue el actual San
Miguel de Pallaques sino el de San Miguel de Catamuche, ubicado unos kilómetros
antes, hacia el oeste, pero seguramente en la misma ruta que seguía el camino que
recorrió la expedición conquistadora y en los mismos predios o cerca de lo que
actualmente es el caserío Catamuch. Es probable que por esa fecha existiera aquí
una llacta significativa y organizada que llamó la atención de Pizarro por el número
de sus pobladores y las buenas condiciones que ofrecía para el descanso de él y su
gente, pero también para la vida de los indios que la poblaban. Sobre la base de esta
llacta o en un área contigua a ella es que Pizarro forma un nuevo pueblo, antes de
17
Burga Larrea, C. 1983, Pág. 1253.
19

acometer el último tramo del viaje que lo conduciría hasta Cajamarca. En el nuevo
nombre de San Miguel de Catamuche sucede lo mismo que en el caso de muchos
pueblos y ciudades que fundan los españoles en el Perú. Al topónimo original se le
antepone un nombre hispano que fija por lo general su advocación a algún santo
cristiano y se le completa luego con el nombre del lugar o de la etnia que lo
ocupaba. Tal el caso de la fundación de Piura, donde “ … la ciudad es sucesora de un
primer emplazamiento del año 1532 conocido como San Miguel de Tangarará o Tangararán
– un lugar bautizado por Pizarro como San Miguel y completado con el nombre de la
18
población india más cercana …” En nuestro caso, al nombre previo de Catamux o
Catamuche se le antepone el nombre del Arcángel guerrero resultando de esta
manera el nombre del primer pueblo que los españoles fundan en la región de los
Caxamarca: San Miguel de Catamuche.

Casi cuarenta años después este pueblo aún ocupaba su inicial emplazamiento y
mantenía su nombre original. Ello se desprende de la información que arroja el
reporte de la visita colonial de Diego Velásquez de Acuña, según la cual, como ya
vimos líneas arriba, el referido pueblo es visitado y censado en noviembre de 1571
con el fin de registrar el número de indios tributarios así como sus recursos y
población en general. En esa fecha el pueblo alcanzaba cerca de 800 personas y
seguía estructurado en base a la organización tradicional indígena prehispánica en
base a la cual dentro del ámbito del mismo pueblo residían gente perteneciente a
distintas pachacas y huarangas, destacando los Payacas, Niepos y Polloques como
grupos sociales mayoritarios.

Las “reducciones” y el traslado del antiguo pueblo de San Miguel.

Cómo y en qué momento es que surge el nuevo pueblo de San Miguel de Pallaques?

18
www.piuralavieja.org
20

Hasta antes de conocer el documento de 1605 esta pregunta hubiera sido


encontrada innecesaria y hasta necia, pues no había razón para cuestionar la
creencia afirmada históricamente según la cual el pueblo que fundó Pizarro
corresponde al de San Miguel de Pallaques, formado en el lugar que ocupa la actual
ciudad de San Miguel y en referencia a la etnia de los Pallaques, grupo social que por
ese entonces ocupaba la zona. Sin embargo hoy tenemos que poner en duda los
datos no sólo del original emplazamiento del pueblo sino también de la propia
denominación “de Pallaques” atendiendo a que en la lista de pachacas registradas
en 1571 en el viejo pueblo de San Miguel de Catamuche no existe ninguna con este
nombre19, sino solamente los Payacas, Niepos, Pingomarcas, Polloques y otros, cuya
significación probablemente también fue diferente. No obstante este punto acredita
otra discusión que por ahora no interesa al tema de este artículo, limitándonos a
responder a la cuestión de que el pueblo de San Miguel de Pallaques surge más
tarde, quizá unos 45 o 50 años, después de su primera fundación en las
inmediaciones de Catamux, por su traslado o reubicación a su actual
emplazamiento. Esta es una probabilidad que sugiere la revisión de la escritura de
venta 1605, donde hay un especial cuidado por parte de los indígenas en precisar la
existencia de un “pueblo viejo de San Miguel” junto a las tierras de Catamux, objeto
de la transferencia. Dado que esta información procede no de gente externa al
pueblo sino del gobernador y los caciques que otorgan la escritura, hay fundamento
suficiente para asumir que está ajustada a la verdad. Por ahora la única fuente para
sustentar esta idea es la escritura señalada, pero confiamos en que la posterior
investigación arqueológica e histórica se encargará de confirmar y enriquecer con
más detalles esta afirmación. Por ahora quedémonos en el planteamiento de que el
nuevo pueblo de San Miguel de Pallaques resulta del traslado posterior del original
fundado por Pizarro en 1532.

19
Aún a inicios del siglo XX los geógrafos de la época registran al pueblo de San Miguel con el nombre de
“San Miguel de Payaques”. Stiglich, 1922. Pág. 299.
21

Probablemente la demanda de la población por mejores tierras para la producción y


abundantes fuentes de agua, motiva el traslado del pueblo a un lugar más cercano al
río que desciende desde las alturas de Calquis. O simplemente obedeció a las
necesidades administrativas y políticas del gobierno colonial que por ese entonces
había puesto en marcha una serie de reformas que involucraban a la población
indígena del virreinato. El traslado de los pueblos fundados inicialmente en un lugar
y luego movidos a otro no es un fenómeno aislado en el Perú colonial sino más bien
frecuente. Piura, la primera (o segunda) ciudad fundada por los españoles en agosto
de 1532 junto a la llacta Tangarará del río Chira, se trasladó, aún en pleno proceso
de la conquista, hacia un sitio más salubre en la vera del Alto Piura. San Juan de la
Frontera de los Chachapoyas, fundada inicialmente en 1538 por el conquistador
Alvarado en las alturas de La Jalca, fue cambiada de lugar dos veces antes de
terminar en su actual ubicación.

El cambio de lugar de San Miguel y su nueva nominación debieron ocurrir a


mediados de la década del 70 del siglo XVI dentro del marco de las reformas que
impulsó en todo el ámbito de su gobierno el entonces virrey Francisco Toledo y que
comenzaron a aplicarse en Cajamarca a partir de 1572.

Es conocido que una vez consolidada la conquista española en el virreinato del Perú,
la corona española inició varios cambios en su política con respecto a la población
indígena como una forma de limitar el poder de los encomenderos así como para
facilitar la administración de la mano de obra indígena20, el cobro de tributos y
extender la evangelización y concientización de los indios a través del trabajo de los
curas doctrineros y la creación de escuelas. En ese sentido, una de las primeras
instituciones que se ordenó establecer fueron las reducciones de indios, pueblos
organizados de acuerdo al modelo español. Una de las primeras provisiones reales
para ello data de 1549, aunque por los problemas políticos internos en el virreinato

20
Seguimos en esta parte a lo que plantea Vergara Ormeño; 1991.
22

la política de formación de pueblos de indios recién pudo hacerse efectiva con el


virrey Marqués de Cañete, comenzando por el valle de Lima. Fue Francisco de
Toledo quien extendió la política de reducciones a todo el virreinato ordenando que
al mismo tiempo que se efectuaba la visita general, los visitadores fueran
concentrando a la población indígena en pueblos. En cada repartimiento los
visitadores debían encontrar el lugar más apropiado para ello; es decir, un lugar
alejado de sus antiguos sitios de culto y que contara con buen clima, agua, áreas de
pastos y tierras productivas. La traza del pueblo debía hacerse por cuadras conforme
a la de los pueblos españoles “… sacando las puertas a la calle para que pudiesen ser
vistas y visitados de la justicia y sacerdotes …”21 y contar con una cárcel, casa para el
cabildo y un hospital. En el nuevo pueblo los indígenas debían contar con tierras
propias ubicadas alrededor de sus casas y tierras de comunidad localizadas no muy
lejos del pueblo. La denominación de pueblo de indios significaba que los españoles
no tenían derecho a residir en él. Del punto de vista jurídico, un pueblo de indios
debía tener un cabildo de indios, con dos alcaldes, dos regidores, un escribano, un
pregonero, y una doctrina con «curas de indios»22. Las leyes coloniales además
establecían que las tierras asignadas en mancomunidad eran de sucesión hereditaria
para los hijos y no las podían vender, donar ni trocar, ni heredar a otras personas, ni
arrendarlas a los españoles. Sin embargo, como sucede en San Miguel en 1605,
previo permiso o conocimiento del corregidor de naturales, los indios vendían o
alquilaban sus tierras según lo juzgaban conveniente.

Este proceso de reformas se aplica en la región de las siete huarangas de Caxamarca


a partir de 157223. Al decir de Hampe Martínez24 por esta fecha:

21
Beltran y Róspide, 1921, Pág. 88, 89. Citado por Vergara O.
22
Argouse, Aude; 2008. Pág. 168.
23
Hugo Pereyra P. (1986) dice al respecto “ … En el caso del corregimiento de Cajamarca, la documentación
parece sugerir que la red de reducciones comenzó a asentarse aquí recién en la década del setenta del siglo XVI”.
Pág. 180.
24
Hampe Martínez, T. 1987. Pág. 69.
23

“ … se hizo la visita general a esta zona, que fue practicada por el corregidor Alvarez de
Cueto, dando origen a la imposición de nuevas tasas de tributo … y a la constitución de
reducciones o pueblos indígenas de planta cuadricular. Las formaciones urbanas que
surgieron así en los años 70 del siglo XVI son las siguientes: San Antonio de Cajamarca
(actualmente es la capital del departamento), Asunción, Casal, Conturnazá, Chota,
Guzmango, Jesús, Niepos, San Marcos, San Miguel, San Pablo y Trinidad”

De esta manera, al formarse la nueva reducción o pueblo de indios de San Miguel,


seguramente se elige para el efecto el lugar que ocupa la actual ciudad del mismo
nombre por las ventajas comparativas que ofrecía el entorno en comparación al
anterior más seco y de relieve más quebrado; a la vez que se le asigna un nombre
que probablemente hacía referencia al área que en ese entonces ocupaba la gente
de una de las etnias principales, ya sea los “payacas” o los “polloques”. Una vez
conformado el pueblo se concentra aquí la población del antiguo pueblo de San
Miguel de Catamuche y de los diversos poblados o llactas indígenas de los
alrededores. Esto a finales del siglo XVI; de tal modo que, para el año 1605 en que se
elabora el documento de venta de una parte de las tierras de la comunidad, el
nuevo pueblo de San Miguel de Pallaques, trazado según el modelo español, ya está
constituido con sus autoridades indígenas y coloniales (gobernador), contando
además con su respectivo templo católico para el cual los indios mandan tallar dos
imágenes. Este mismo pueblo debió ser al que llegó el arzobispo Toribio de
Mogrovejo en diciembre de 1596 durante su visita pastoral a Cajamarca25
encontrando en él a 171 indios tributarios y a un total de 740 personas.

V. CONCLUSIONES

1. En el Archivo Regional de Cajamarca, sección de Protocolos Notariales, obra un


documento de suma importancia para la historia colonial de San Miguel de
Pallaques. Se trata de una escritura de venta de unas tierras comunales otorgada
primero en el pueblo de San Miguel en 1605 y ratificada el año siguiente ante
escribano público en la Villa de Cajamarca. Mediante este documento el
25
Santo Toribio de Mogrovejo. Libro de Visitas (1593 – 1605). Pág. 64.
24

gobernador indígena y nueve caciques del pueblo ceden al encomendero Alonso


Sánchez de Sotomayor la propiedad de los predios donde éste conducía una
estancia de ganado.

2. En este documento los indios hacen referencia explícita al hecho de que la


referida estancia ocupa las tierras llamadas Catamux (además de las de Gualanga
y Amaxcisbon) y “… la qual estançia era pegada con el pueblo biejo de san
miguel”.

3. Esta afirmación que da cuenta de un pueblo de San Miguel anterior al


homónimo de inicios del siglo XVII, brinda interesantes pistas para ensayar una
propuesta interpretativa según la cual la historia del actual San Miguel de
Pallaques habría pasado por una etapa desconocida hasta la fecha, la misma que
probablemente se desarrolló en un lugar diferente al que hoy ocupa en el
espacio geográfico de la provincia.

4. El sitio Catamux o Catamuche, al que hacen mención los indígenas en el


documento de 1605, existe en la actualidad y fue registrado también a lo largo
de la historia colonial y republicana como una de las tantas haciendas de la
zona26 . Actualmente es un poblado cercano al de Chuad, bajando hacia La
Comunidad; esto es, unos pocos kilómetros hacia el oeste de la actual ciudad de
San Miguel, en la vertiente del río Nitisuyo. Conforme a la información que
brinda el citado documento debe ser éste el lugar en cuyas inmediaciones o
junto a él se formó y ubicó el viejo pueblo de San Miguel con el nombre de San
Miguel de Catamuche, el mismo que permaneció aquí hasta fines de la década
del 70 del siglo XVI, tiempo en que probablemente fue trasladado a su nuevo y
definitivo emplazamiento.
26
Stiglich en su Diccionario Geográfico (1922, Pág. 233) dice “ … Catamuche – hacienda, provincia de
Hualgayoc, distrito de San Miguel. Habitantes 551 con los de Comachi y Udina”. Y, según lo registrado por
Danmert (1983, Pág. 41), durante la Guerra del Pacífico en julio de 1882, la hacienda Catamuche de San
Miguel, en ese entonces propiedad del Sr. Carmen Castañeda, aparece entre las que son obligadas a pagar
cupos de ganado y dinero al ejército chileno acantonado en San Pablo.
25

5. Apoya nuestra afirmación el hecho de que durante la visita colonial de 1571 -


1572 el pueblo de San Miguel de Catamuche es registrado dentro del
Corregimiento de Cajamarca, en el área geográfica que ocupaba principalmente
la etnia o huaranga Chondal. Moraban en el pueblo 786 personas pertenecientes
a siete pachacas, de las cuales las más importantes en número de habitantes
eran los Payacas, Nyepos, Pingomarcas y Polloques.

6. La denominación de San Miguel de Catamuche obedece a la costumbre


observada en los territorios recién conquistados del Perú según la cual, al fundar
un pueblo y nominarlo, los españoles frecuentemente elegían primero un
nombre del santoral cristiano y luego lo completaban con el topónimo vernácula
del lugar elegido para tal fin. Así, en este caso, sobre la designación prehispánica
de Catamux, se antepuso el nombre del Arcángel San Miguel, de quién Pizarro
era fiel devoto y a cuyo favor atribuyó la ausencia de ataques indígenas durante
su viaje desde Piura a esta parte de Cajamarca.

7. La fundación española de San Miguel es atribuida a la obra del conquistador


Francisco Pizarro durante el recorrido de él y su hueste hacia la ciudad inca de
Cajamarca, siguiendo probablemente la ruta del gran camino inca en la región.
Algunos historiadores dicen que fue el 10 de noviembre de 1532. En esta
ocasión, Pizarro, que había detenido su marcha para reposar unos días en las
inmediaciones de lo que hoy es el distrito de San Miguel, habría elegido una
llacta prehispánica, o un sitio cercano a ésta, para, sobre sus bases o junto a ella,
formar una nueva población. El sitio o la llacta habrían sido la de Catamux. Y el
pueblo que fundó el marques no sería entonces el actual pueblo de San Miguel
de Pallaques, sino el de San Miguel de Catamuche.

8. Sabemos que el traslado de pueblos durante la colonia no fue un hecho aislado


sino más bien frecuente. Muchos pueblos inicialmente fundados en un lugar,
26

luego de unos años, mudaban su ubicación a nuevas áreas con mejores


condiciones climáticas y productivas. Y también numerosas llactas prehispánicas
fueron reunidas en un nuevo pueblo por convenir a la labor de evangelización y
el cobro de tributos. San Miguel de Pallaques debió surgir por el traslado o
reubicación del primer pueblo de San Miguel de Catamuche y de otras llactas
aledañas a un nuevo emplazamiento, obedeciendo, ya sea a la propia demanda
de las familias o a las disposiciones del gobierno colonial que por ese entonces
comenzó a aplicar profundas modificaciones en la estructura política -
administrativa de todo el virreinato peruano. Proponemos que este traslado
debió ocurrir en el marco de la política de las reducciones impuesta por el virrey
Toledo, a fines del siglo XVI, en los años posteriores a 1572. De ser así, significa
que el pueblo San Miguel de Catamuche permaneció en su original lugar de
fundación alrededor de 40 años, antes que su población fuera posteriormente
reducida al área que ocupa la actual ciudad de San Miguel, un lugar con mejores
condiciones de humedad y disponibilidad de tierras para la producción.

9. Esta afirmación coincide con el hecho históricamente registrado de que el


pueblo de San Miguel aparece incluido en la lista de las reducciones que se
establecieron en el corregimiento de Cajamarca a partir de 1572, bajo las
disposiciones del virrey Francisco Toledo. En esta misma época se forman las
reducciones o pueblos de San Antonio de Cajamarca (actual capital del
departamento), Asunción, Contumazá, Chota, Guzmango, Jesús, Niepos, San
Marcos, San Pablo y Trinidad, que se constituyen como “reducciones o pueblos
indígenas de planta cuadricular”. De igual modo, al realizarse el traslado del
antiguo pueblo de San Miguel, también se cambia su denominación a San Miguel
de Pallaques, atendiendo probablemente a que el nuevo sitio elegido
correspondía a las tierras pobladas por una de las pachacas que lo
conformaban, ya sea los “Payacs” o los “Polloques”, conforme a lo que se
registra en la Visita colonial de 1571 – 1572.
27

10. Eso significa que, en el momento que se otorga la escritura de venta de las
tierras de Catamux, Gualanga y Amaxçisbon al español Alonso Sánchez de
Sotomayor en febrero de 1605, hacía unos treinta años más o menos que el
antiguo pueblo de San Miguel de Catamuche había sido abandonado y que el
nuevo pueblo de San Miguel ya se hallaba conformado en su actual ubicación,
aunque encontrándose todavía en su proceso de consolidación. Esto explica por
qué los caciques y principales que venden parte de las tierras comunales dedican
los fondos obtenidos para completar el pago por la hechura de dos imágenes
para la iglesia del pueblo, un elemento considerado por ellos como fundamental
para contribuir al bien común de los pobladores.

11. Reiteramos el hecho de que las afirmaciones que hacemos en el sentido de la


existencia de un antiguo pueblo de San Miguel anterior al actual, no presumen
de ser definitivas. Están planteadas a manera de hipótesis, basadas en las
interesantes pistas que ofrecen un documento histórico de inicios del siglo XVII,
pero que futuras investigaciones de carácter etnográfico, histórico y
arqueológico se encargarán de completar y precisar. Por ahora quede esto como
un primer paso en el develamiento de parte de la rica historia colonial de San
Miguel de Pallaques.

VI. BIBLIOGRAFIA

1. ARCHIVO REGIONAL DE CAJAMARCA. Expediente: “PROTOCOLOS NOTARIALES.


PEREZ AGUIRRE, MARTIN DE. 1601-1609”. Leg. 73, Folios 757v a 761r.
*
2. ARGOUSE, Aude. ¿Son todos caciques? Curacas, principales e indios urbanos
en Cajamarca (siglo XVII). Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines /
2008.
3. BURGA Larrea, Carlos. Diccionario geográfico e histórico de Cajamarca
(Toponimia departamental). Talleres de Servicios de Artes Gráficas S.A., Lima
1983.
4. CHAVEZ Aliaga, Nazario. Cajamarca, Volumen II. Talleres Gráficos Colegio
Militar Leoncio Prado, Lima 1958.
28

5. CIEZA de León, Pedro. Crónica del Perú, Tercera Parte. Pontificia Universidad
Católica del Perú Fondo Editorial; Academia Nacional de Historia, Lima 1987.
6. DANMERT Bellido, José. Cajamarca durante la Guerra del Pacífico.
Publicaciones del Obispado de Cajamarca, 1983.
7. ESPINOZA Soriano, Waldemar. “El primer informe etnológico sobre Cajamarca.
Año de 1540”. En Revista Peruana de Cultura Nº 11 – 12, Lima 1967.
8. GOICOCHEA C., Antonio y RODAS C., Róger. “San Miguel, en tus entrañas
encuentro las ganas de vivir”. En Espiga II Etapa, Año 3, Nº 9. Revista
Trimestral del Instituto Nacional de Cultura Cajamarca, 2006.
9. GUAMAN Poma de Ayala, Felipe. La Nueva Crónica y Buen Gobierno, Tercera
Parte. Talleres de imprenta “Gráfica Industrial”, Lima 1966.
10. HAMPE Martínez, Teodoro. Notas sobre la población y tributo indígena en
Cajamarca (primera mitad del siglo XVII). Boletín del Instituto Riva-Agüero Nº
14, 1986-1987.
11. LAS VISITAS A CAJAMARCA 1571 – 72 / 1578, Tomo I. Estudios preliminares de
María Rostworowski y Pilar Remy. Instituto de Estudios Peruanos, Lima 1992.
12. LIBRO DE VISITAS DE SANTO TORIBIO MOGROVEJ0 (1593 – 1605). Colección
Clásicos Peruanos; Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial,
Lima 2006.
13. MALAGA Medina, Alejandro. Las reducciones en el Perú (1532 – 1600).
Historia y Cultura Nº 8. Revista del Museo Nacional de Historia, Instituto
Nacional de Cultura, Lima 1974.
14. MOYA Espinoza, Reynaldo. Breve historia de Piura. La conquista. Instituto
Cambio y Desarrollo –CYDES-, Concejo Provincial de Piura, 1994.
15. PAZ soldán, Mateo. Geografía del Perú, Tomo I. Paris 1862.
16. PEREYRA Plasencia, Hugo. Bosquejo histórico del Corregimiento de Cajamarca.
Boletín del Instituto Riva – Agüero Nº 23, Lima 1996.
17. RAIMONDI, Antonio. El Perú, Tomo II. Historia de la geografía del Perú, Libro
Primero. Edición facsimilar, Editores Técnicos Asociados, Lima 1965.
18. STIGLICH, Germán. Diccionario geográfico del Perú, 1ª y 2ª parte. Imprenta
Torres Aguirre, Lima 1922 – 1923.
19. VERGARA Ormeño, Teresa. La consolidación del dominio colonial sobre la
población indígena: las reducciones. Boletín del Instituto Riva – Agüero Nº 17,
1990. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 1991.

Páginas web

1. www.piuralavieja.org
2. www.deperu.com
3. www.cajamarca-sucesos.com
29

VII. ANEXOS

1. TRANSCRIPCIÓN DE LA ESCRITURA DE VENTA DE LAS TIERRAS DE CATAMUX.


ARCHIVO REGIONAL DE CAJAMARCA. Expediente: “PROTOCOLOS NOTARIALES. PEREZ AGUIRRE, MARTIN DE.
1601-1609”. Leg. 73, Folios 757v a 761r.

Folio 1v

Venta 346
los caçiques del pueblo
de san miguel
a
alonso sanches de sotomaior.

Sepan quantos esta carta de venta rreal vieran como nosotros don crisptobal zupaicaca y don
crisptobal chuchanchas don alonso chumbe don sancho quispe e don bernabe chuquixaxa caçiques
y principales que somos del pueblo de sant miguel desta provincia de caxamarca estantes al
otorgamiento desta escriptura en la villa de caxamarca por nosotros y voz y en nombre de todos
los demás prinçipales e indios del dicho pueblo por quien prestamos voz y cauçion de […] de que
sabran por firme lo aquí conthenido […] obligación e hazemos de nuestras personas y bienes y
todos juntos demancomun y […] de uno y cada uno de nos por si e por el todo rrenunciando como
rrenunciamos las leyes de la man comunidad como en ellas seys debaxo de la qual dezimos que por
quanto los caçiques e principales del dicho pueblo otorgaron carta de venta en favor de alonso
sanches de sotomaior de las tierras de catamux en el sitio y cerca del pueblo biejo de san miguel a
donde tiene fundada su estançia de ganados por preçio e quantia de çinquenta patacones de a
ocho rreales como mas largamente consta y paresçe por la dicha carta de venta firmada de sus
nombres que su thenor a la letra es como se sigue -------------

Folio 2r

758
En el pueblo de san miguel en catorce diaz del mes de febrero de mil y seisçientos y sinco años don
juan payaque governador deste pueblo de san miguel y don cristoval rupay y don alonsso chumvi y
don christoval chuquinchanchas y don antonio chancha y alonsso caxtanta y don christoval
chuquisajuar y don lorensso lachos y don miguel cajinsan y don sancho quispys prinçipales por
nosotros y en nombre de nuestros yndios dezimos que atento a que alonsso ssanchez de sotomaior
a puesto una estançia de ganado de todo genero la qual estançia era pegada con el pueblo biejo
de san miguel y las tierras se llaman catamux las quales somos contentos que el dicho alonsso
ssanchez de sotomayor las tenga y posea para el dicho su ganado y que agora ni a ningún tiempo
por nosotros ni por ningún otros indios hijos ni erederos no les pondremos demanda como no se la
emos puesto ante el señor bisorrey ni aundiençia ni corregidor que es juez en este corregimiento
sino que de nuestra boluntad libre y espontanea le hazimos la dicha donaçion y el dicho alonsso
sanchez de sotomaior por hazernos buena hobra nos da para ayuda de la paga de las ymagenes
del santo crusifijo y de nuestra señora sinquenta patagones los quales nos damos por contentos y
los rresivimos y nos damos por contentos y pagados y lo mismo aremos delante del señor
corregidor y del protector y porque es verdad lo firmamos de nuestros nombres y los que no
30

savemos firmar rrogamos a los que savian firmar firmasen por nosotros siendo testigos el padre
fray francisco de paz cura y bicario del dicho pueblo de san miguel y diego artux de quiros y pedro
de salçedo quien firmo ut supra ----

Don juan payaque don crisptobal supaicaca don alonso chumpi

Folio 2v

A su ruego
Antonio chanchas cristoval chuquichanchas alonso caxatanta
a su ruego por lorenço lachos

[…] don sancho quispi por testigo francisco de paz


A su ruego
don miguel
cajinsan por testigo pedro de salsedo

Por testigo artux de quiros

y en conformidad y aprobaçion de la dicha venta suso incorporada otorgamos y conoçemos por


esta carta que bendemos y damos en venta rreal por juro de heredad para agora e para siempre
jamas al dicho alonso sanchez de sotomaior que esta presente para el e para sus herederos y
sucesores presentes e por benir las dichas tierras del dicho sitio que es un junto al dicho pueblo de
san biejo de sant miguel llamadas catamux, gualanga y amaxçisbon donde tiene fundada la dicha
estançia de ganados maiores y menores con todas sus entradas y salidas usos y costumbres
derechos y servidumbres pastos aguas y abrebaderos según y como al presente los goza -----

Folio 3r

759
pasta y abreba con los dichos sus ganados con todo lo que les pertenesçe a las dichas tierras por
preçio y quantia de çinquenta patacones de a ocho rreales […] que nos a dado y pagado en rreales
de contado rrealmente y con efecto y por que la paga se a hecho de presente nos parecemos
rrenunciamos la execuçion de la ynumerata pecunia y leies de la entrega buena y […] y mas en
dicho año como en ellas se contiene los quales dichos çinquenta patacones de a ocho rreales nos
dio en pago para pagar las hechuras de dos ymagenes de un crucifixo y de nuestra señora para la
yglesia del dicho nuestro pueblo de sant miguel en cuyo benefiçio se consumieron y en bien común
de los indios del dicho nuestro pueblo y dezimos que el dicho alonso sanchez de sotomaior nos haze
buena compania y de sus ganados no avemos rreçivido ni rreçivimos daño alguno por estar muy

Folio 3v

apartados y desliados de nuestras chacras y ser tierras desocupadas y sin perjuizio nuestro ni de
nuestros ganados ni de los indios del dicho nuestro pueblo ni de otros algunos comarcanos y que
no teníamos provecho dellas ni de los dichos sitios y que no valen mas del preçio suso dicho ni a un
tanto pero si mas valen o valer puedan las dichas tierras de los dichos çinquenta patacones de a
31

ocho rreales que es su preçio […] de esta demasia o mas valor le hazemos gracia donaçion buena
pura perfecta ynrrebocable dicha en derecho fecha entre bibos para agora e para siempre jamas
cerca de lo qual rrenunçiamos la ynsinuaçion cumplida de los quinientos sueldos y la ley del
hordenamiento rreal que hablan cerca de las cosas que se benden o compran por mas o menos de
la

Folio 4r

760
mitad de su justo preçio y valor y desde oy dia que esta carta es fecha en adelante para siempre
jamas nos desistimos y apartamos y desapoderamos de la tenencia e posesión propiedad y señorio
que nos abemos y tenemos y nos pertenesçe a las dichas tierras y sitios y lo çedemose
rrenunciamos traspasamos en el dicho alonso sanchez de sotomaior y en quien del o de ellos
obieren titulo o causa o rrazon voz o rrecurso para sean suyas propias como cosa comprada y
adquirida por sus propios dineros y le damos y otorgamos poder cumplido para que por su
autoridad o judicialmente pueda tomar y aprehender la tenencia propiedad posesión señorio de la
dichas tierras de mas de la posesión que de las dichas tierras tiene con los dichos sus ganados y en
el entretanto nos constituimos por sus ynquilinos tenedores y poseedores en su nombre y nos
obligamos a la ebiçion y saneamiento

Folio 4v

cumplido de las dichas tierras y sitio y que sobre ellas ni parte del […] será puesto ni […] algún
pleito ni demanda por persona alguna y si se le pusiere o demandare sobre las dichas tierras o
sitios luego en el dia de como por su parte nos fuere rrequerido tomaremos y nos obligamos de
tomar la voz y defensa de los tales pleitos o demandas y los seguiremos a nuestra costa hasta los
fenecer y acavar y que quede en paz y […] con las dichas tierras estançias y sitio en de no nos
obligamos de dar debolber y rrestituir los dichos çinquenta patacones de a ocho rreales con mas
las costas daños intereses y menoscavo y labores y edificios de casas y mejoramientos que hubiere
fecho asi voluntarios como necesarios con las costas que se le causaren hasta la rreal paga y
rrestituçion y para lo ansi cumplir y pagar y a ver por firme obligamos nuestras personas e bienes
avidos e por aver y damos todo nuestro poder cumplido a todos quales quier juezes e justiçias

Folio 5r

761
de su magestad de quales quier parte que sean para que nos compelas e apremien a lo ansi
cumplir e pagar como si fuera sentencia dicha de juez competente contranos dada consentida e
pasada en cosa juzgada e rrenunçiamos todas quales quier leyes fueros derechos de nuestro favor
que no nos valan y asimismo rrenunçiamos las hordenanças de estos rreinos de nuestro favor para
que no nos vala e la ley e rregla de derecho que dize que general rrenunçiaçion de leyes fecha no
vala en testimonio de lo qual otorgamos esta carta ente el escrivano de su magestad y restigos
aquí contenidos
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que esta fecha y otorgada en la villa de caxamarca en veinte días del mes de septiembre de mil y
seisçientos seis siendo testigos luis de macedo y francisco del Aldana y el […] y el alférez gaspar
artux de quiros y alonso ybañez presentes en esta dicha villa y los otorgantes a quien yo el presente
escrivano doy fee que conozco los que supieron lo firmaron de sus nombres y por los que no
supieron lo firmaron testigos […]

don cristoval supaicaca don cristobal chuquinchanchas don bernabe chuquixaxa

don alonso chumpi por testigo luis de maçedo

ante mi
Martin perez de aguirre
escrivano publico de su magestad […]

Anotación al margen en el Folio 759v:

“[…] de los indios de san miguel de la estançia de s […] de mi señor”

“Don cristobal supaicaca


Don cristobal chuchancha
Don alonso chumbe
Don sancho quispe
Don bernave chuquinxaxa”

“Sitios catamuch / gualanga y amacisbon”

Cajamarca, julio de 2015

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