0% encontró este documento útil (0 votos)
272 vistas21 páginas

Los Musulmanes en La Guerra de La Alemania Nazi

Durante la segunda guerra mundial los arabes musulmanes tuvieron su parte de apoyo en los NAZIS proveyendo suministros y mostrando colaboracion con ellos contra los judios.

Cargado por

Juan Es
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
272 vistas21 páginas

Los Musulmanes en La Guerra de La Alemania Nazi

Durante la segunda guerra mundial los arabes musulmanes tuvieron su parte de apoyo en los NAZIS proveyendo suministros y mostrando colaboracion con ellos contra los judios.

Cargado por

Juan Es
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 21

DAVID MOTADEL

LOS MUSULMANES
EN LA GUERRA
DE LA ALEMANIA NAZI

Traducido del inglés


g p
por
Miguel Ángel Pérez Pérez

ALIANZA EDITORIAL
Título original: Islam and Nazi Germany’s War

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de
prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes
reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria,
artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de
soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.

© Copyright © 2014, David Motadel


All rights reserved
© de la traducción: Miguel Ángel Pérez Pérez, 2021
© Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2021
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid
www.alianzaeditorial.es
ISBN: 978-84-1362-191-3
Depósito Legal: M. 2.554-2021
Printed in Spain

SI QUIERE RECIBIR INFORMACIÓN PERIÓDICA SOBRE LAS NOVEDADES DE ALIANZA


EDITORIAL, ENVÍE UN CORREO ELECTRÓNICO A LA DIRECCIÓN:
[email protected]
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ..................................................................................... 11

Primera parte
FUNDAMENTOS

1. ORÍGENES .......................................................................................... 29
Las políticas imperialistas para el Islam ................................................... 30
La movilización musulmana en la Primera Guerra Mundial .................... 36
Debates de entreguerras y la geopolítica del Islam ................................... 50

2. EL MOMENTO MUSULMÁN DE BERLÍN ..................................... 65


Asuntos Exteriores y la gestación de las políticas de Alemania para el Islam 66
Otros cargos y la expansión de las políticas de Alemania para el Islam ..... 79
El problema ideológico ........................................................................... 90

Segunda parte
LOS MUSULMANES EN LAS ZONAS DE GUERRA

3. EL ISLAM Y LA GUERRA EN EL NORTE DE ÁFRICA Y ORIEN-


TE PRÓXIMO ...................................................................................... 115
El Islam, el anticolonialismo y la Batalla de Francia ................................ 119
El Islam y la propaganda impresa en las zonas de guerra del norte de África 128
8 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

El Islam y la propaganda radiofónica en el norte de África y Oriente


Próximo ........................................................................................... 138
Las reacciones musulmanas al intento de los alemanes de ganarse al Islam 154
Las reacciones de los Aliados al intento de los alemanes de ganarse al Islam 167
Los soldados alemanes y el Islam en las zonas de guerra del norte de África 174

4. EL ISLAM Y LA GUERRA EN EL FRENTE ORIENTAL ................. 187


Religión y guerra en el Cáucaso .............................................................. 195
Religión y dominio en Crimea ................................................................ 209
El Islam y la administración civil del Reich Commissariat Ostland ......... 229
Las realidades de la guerra y la reacción de los soviéticos ......................... 234

5. EL ISLAM Y LA GUERRA EN LOS BALCANES .............................. 245


La gira del muftí ..................................................................................... 258
Propaganda religiosa ............................................................................... 265
Las autoridades alemanas y las organizaciones y dignatarios religiosos ..... 270
Violencia y esperanzas rotas .................................................................... 279

Tercera parte
LOS MUSULMANES EN EL EJÉRCITO

6. LA MOVILIZACIÓN DE MUSULMANES ....................................... 293


Los musulmanes en la Wehrmacht .......................................................... 297
Los musulmanes en las SS ....................................................................... 304

7. EL ISLAM Y LAS POLÍTICAS DE LAS UNIDADES MILITARES ..... 325


Religión y reclutamiento ......................................................................... 327
Ritual religioso y disciplina militar .......................................................... 331
Imanes militares ..................................................................................... 341
Las escuelas de imanes ............................................................................ 350

8. EL ISLAM Y LA PROPAGANDA MILITAR ...................................... 363


Los oficiales políticos y la propaganda religiosa ....................................... 364
El Islam, las publicaciones militares y la propaganda impresa .................. 366
La discriminación y los límites de la devoción ......................................... 380
La derrota ............................................................................................... 391

CONCLUSIÓN .......................................................................................... 395

NOTA SOBRE LAS FUENTES .................................................................. 427

AGRADECIMIENTOS .............................................................................. 431

ÍNDICE ONOMÁSTICO .......................................................................... 435


La Alemania nazi y el mundo islámico (Departamento de Geografía,
Universidad de Cambridge)
INTRODUCCIÓN

Partes importantes del mundo islámico participaron en la Segunda Guerra


Mundial. Alrededor de 150 millones de musulmanes de la franja com-
prendida entre el norte de África y el sureste de Asia vivían bajo dominio
británico y francés, mientras que más de 20 millones eran gobernados por
Moscú. En plena contienda, cuando Japón avanzó por tierras musulmanas
del sureste de Asia y las tropas alemanas se adentraron en territorios mu-
sulmanes de los Balcanes, el norte de África, Crimea y el Cáucaso, y asi-
mismo se acercaron a Oriente Próximo y Asia Central, todas las principa-
les potencias del Eje y de los Aliados empezaron a ver la importancia
política y estratégica del Islam.
Fue entonces, entre 1941 y 1942, cuando Berlín comenzó a promover
una alianza con el mundo musulmán contra sus supuestos enemigos co-
munes, en particular contra el Imperio Británico, la Unión Soviética y los
judíos. En las zonas musulmanas en guerra —el norte de África, Oriente
Próximo, Crimea, el Cáucaso y los Balcanes—, los alemanes se presenta-
ron como amigos de los musulmanes y defensores de su fe. Al mismo
tiempo, empezaron a reclutar a decenas de miles de musulmanes para la
Wehrmacht y las SS. La mayoría procedían de la Unión Soviética, aunque
muchos se alistaron en los Balcanes y, en menor medida, en Oriente Próxi-
mo. Las autoridades alemanas fundaron varias instituciones musulmanas,
122 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

como el Instituto Central Islámico de Berlín (Islamisches Zentralinstitut),


inaugurado en 1942, y se valieron de numerosos líderes religiosos de todo
el mundo árabe para que apoyaran su campaña. Entre los más destacados
de estos se encontraban Jakub Szynkiewicz, muftí lituano de Vilna, que
difundió la idea de que el Nuevo Orden de Hitler era la base para el resta-
blecimiento y consolidación de los territorios musulmanes de Europa
Oriental y Asia Central; el dignatario islámico bosnio, Muhamed Pandža,
miembro destacado de la Ulema de Sarajevo y aliado de los alemanes en los
Balcanes; y el legendario muftí de Jerusalén, Amin al-Husayni, que pidió a
todos los fieles, de Marruecos a la Península Malaya, que hicieran la guerra
santa a los Aliados. Esa campaña, que abarcaba tres continentes, fue un
intento de fundamental importancia de politizar el Islam e implicar a los
musulmanes en la guerra con su participación en el bando alemán.
Para Berlín, los musulmanes se volvieron importantes en dos contex-
tos, ambos relacionados con el cambio general en el desarrollo de la Se-
gunda Guerra Mundial que tuvo lugar en 1941-1942. Desde el punto de
vista geográfico, conforme la guerra europea se fue haciendo mundial, las
áreas musulmanas se convirtieron en zonas de guerra. En 1942, los solda-
dos alemanes ocuparon las islas del Canal de la Mancha en el oeste y
grandes partes de las montañas del Cáucaso en el este; también estaban
presentes en Escandinavia y en el desierto del Sahara. Las tropas alemanas
se iban encontrando con grandes poblaciones musulmanas en el Cáucaso
y Crimea, en el Magreb y los Balcanes. Los territorios invadidos por Hitler
estaban repletos de innumerables minaretes. Alemania controlaba me-
trópolis musulmanas como Túnez, Sarajevo y Bajchisarái. Casi todos los
territorios no europeos ocupados por los alemanes estaban habitados por
musulmanes, e incluso dentro de Europa, en los Balcanes, Berlín fue re-
forzando cada vez más su control de las áreas musulmanas. Quizá tuviera
similar importancia el que el régimen alemán previese que pasaría a domi-
nar muchas más una vez que la franja islámica entre los frentes asiático y
europeo fuera conquistada. La perspectiva de ganarse el apoyo musulmán
en esas áreas se volvió aún más importante cuando, durante un corto pe-
riodo, pareció que dicha franja iba a ser el campo de batalla decisivo de la
guerra.
Desde el punto de vista estratégico, los intentos de Alemania de mo-
vilizar a los musulmanes contra sus enemigos no fueron el resultado de
una planificación a largo plazo, sino que se desarrollaron en el transcurso
INTRODUCCIÓN 13

de la guerra conforme esta empezó a irle peor al Eje. En ese sentido, la cam-
paña puede entenderse como parte de un cambio general hacia el pragma-
tismo estratégico y la lógica de la movilización total.1 A finales de 1941, los
mandos de Berlín todavía creían que la victoria era inminente. La estrate-
gia alemana estaba enfocada hacia el futuro a largo plazo, siendo su expre-
sión más explícita el «Plan General del Este». Esa actitud empezó a cam-
biar tras la derrota de Moscú y la entrada en la guerra de Estados Unidos
a finales de 1941, momento en que los alemanes se dieron cuenta de que
su plan de tener una «guerra relámpago» había fracasado y el conflicto iba
a prolongarse. Hacia finales del año siguiente, las debacles de Stalingrado
y El Alamein, junto con la intensificación de la insurgencia guerrillera por
todos los territorios ocupados, llevaron a un cambio de la estrategia alema-
na. La política de Berlín se fue inclinando progresivamente hacia fines a
corto plazo y las necesidades inmediatas de la propia guerra. Diversas fac-
ciones de los mandos nazis querían construir coaliciones de guerra más
grandes, haciendo gala de un notable grado de pragmatismo. Las barreras
ideológicas se volvieron menos importantes. Las directrices raciales se re-
lajaron súbitamente. Según ascendía el número de bajas y se hacía eviden-
te que se avecinaba una enorme escasez de tropas, tanto la Werhmacht
como las SS empezaron a reclutar voluntarios de todas partes de los terri-
torios ocupados. Berlín empezó a promover una alianza europea contra el
bolchevismo. Incluso en los países que más habían sufrido, como Polonia
o Rusia, intentó obtener apoyo para su idea de una lucha pan-europea
contra los bolcheviques. Otra faceta de ese cambio pragmático fue la cam-
paña anti-imperialista de Berlín. La Alemania nazi financió a varios líderes
y grupos nacionalistas y anticolonialistas, entre ellos indios, iraquíes y pa-
lestinos, e intentó apoyar algunos levantamientos antiimperialistas por
todo el mundo. Todos esos cambios vinieron dictados por las exigencias
de la guerra más que por consideraciones ideológicas. La campaña de Ber-
lín para cohesionar al mundo islámico puede entenderse como un aspecto
importante de su giro hacia el pragmatismo estratégico y la movilización
total.
El que Alemania cortejase a los musulmanes no sólo fue un intento de
controlar y estabilizar las zonas musulmanas de detrás del frente. También

1
Mark Mazower, Hitler’s Empire: Nazi Rule in Occupied Europee (Londres, 2008), en particular
454-460 [El imperio de Hitler, Crítica, 2008].
144 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

pretendía, y quizá eso sea aún más importante, provocar disturbios tras las
líneas enemigas, sobre todo en los inestables límites de población musul-
mana de la Unión Soviética, así como en los dominios coloniales británi-
cos (y más tarde de la Francia Libre) de África, Oriente Próximo y Asia. Al
final quiso asimismo incorporar musulmanes a las filas de los ejércitos
alemanes.
Para ganarse a los musulmanes, las autoridades alemanas se valieron del
Islam de forma considerable. Emplearon políticas y propaganda religiosas
para aumentar su control social y político en los territorios ocupados y en las
zonas de guerra, para alistar musulmanes en la Wehrmacht y las SS, y para
unir a los fieles en territorios y ejércitos enemigos. Con el fin de sacar ade-
lante sus políticas, Alemania incorporó a instituciones y autoridades religio-
sas islámicas. Su propaganda hacía uso de retóricas e imperativos religiosos
y politizados, textos sagrados e iconografía islámica para dar a la interven-
ción de los musulmanes en la guerra una legitimidad religiosa. Aunque esas
políticas, como tantas otras de los alemanes durante la guerra, se caracteri-
zaban por su improvisación y por las medidas que iban tomando según
surgía la necesidad, en términos generales fueron bastante coherentes.
Las políticas de Berlín con respecto a los musulmanes fueron la expre-
sión del conjunto específico de supuestos, ideas y nociones sobre el Islam
que tenían los mandos alemanes. Con frecuencia reducían a los musulma-
nes a su condición religiosa, sin importar su grado de devoción o los dis-
tintos conceptos que pudieran tener del Islam. De hecho, los términos
«Islam» (Islam o Mohammedanertum) y «musulmán» (Muslim, Moslem,
Mohammedanerr o Muselmane) se convirtieron en categorías burocráticas
fundamentales en los documentos oficiales. Por más que en teoría las au-
toridades alemanas reconocían la diversidad y complejidad del mundo is-
lámico, en la práctica recurrían con frecuencia a ideas básicas en las que el
Islam era una entidad única con unas características particulares. Las más
importantes eran el concepto del Islam como una fuerza política y la idea
de la unidad islámica global: los dirigentes alemanes suponían por lo ge-
neral que, en el «mundo musulmán», la religión y la política estaban fuer-
temente entrelazadas. Veían el Islam como una fuerza intrínsecamente
política e incluso militante. Aún más importante es que Berlín basara su
estrategia en el supuesto de que podían emplear e instrumentalizar al Is-
lam para sus propios objetivos políticos y militares. Para los nazis el Islam
ofrecía un código religioso comprensible y coherente que podían utilizar.
INTRODUCCIÓN 15

Los imperativos islámicos, que los musulmanes parecían seguir, les pro-
porcionaban una base ideal a partir de la cual legitimar su poder y autori-
dad. Así pues, el uso de la religión en la propaganda y políticas dirigidas a
los musulmanes parecía ser la mejor forma de controlarlos y movilizarlos.
Además, los mandos de Berlín tendían a creer que el mundo musulmán
era una entidad territorial y política no diferenciada, una concepción que
afectó directamente al ámbito geográfico de sus medidas. Eso se hizo pa-
tente en el concepto del «Islam mundial» al que los mandos alemanes
acostumbraban a referirse. No es de extrañar que esos supuestos e ideas
chocasen constantemente con la realidad.2
Este libro examina las diversas formas en que las autoridades alemanas
—especialmente de la Wehrmacht y las SS, pero también del Ministerio
de Asuntos Exteriores (Auswärtiges Amt), el Ministerio de Propaganda
(Reichministerium für Volksaufklärung und Propaganda) y el Ministerio
para los Territorios Ocupados del Este (Reichsministerium für die besetzten
Ostgebiete)— se relacionaron con el Islam en el intento de construir una
alianza con los musulmanes en los territorios ocupados por Alemania y en
el mundo en general. Se pregunta de qué modo se valieron del Islam en la
práctica en las zonas de guerra, así como en el reclutamiento y moviliza-
ción militares. Al mismo tiempo, se ocupa de la cuestión de las ideas polí-
ticas sobre el Islam que subyacían a las decisiones de los mandos y oficiales
en la capital alemana y en el campo de batalla.
Adoptando una visión transregional, el libro estudia las tierras de la
franja musulmana que se extiende desde el desierto del Sahara hasta la pe-
nínsula de los Balcanes y las zonas fronterizas de la Unión Soviética y más
allá, teniendo en cuenta las distintas situaciones religiosas y políticas de
esas áreas.3 De hecho, los alemanes se encontraron con varias formas

2
Son obvios los paralelismos con los conceptos sobre otras religiones, que también eran consi-
deradas globales y en ocasiones incluso políticas, como son el de «Judaísmo mundial» y «Cato-
licismo mundial», cada uno imbuido de su propio conjunto de significados.
3
Clifford Geertz, Islam Observed: Religious Development in Morocco and Indonesiaa (New Ha-
ven, CT, 1968) [Observando el Islam, Paidós, 1994], ilustraba espléndidamente la diversidad
cultural del mundo islámico. Para la emergencia de conceptos modernos del «mundo islámico»
entre musulmanes y no musulmanes, véase Cemil Aydin, «Globalizing the Intellectual History
of the Idea of the “Muslim World”», en Samuel Moyn y Andrew Sartori (eds.), Global Intellec-
tual Historyy (Nueva York, 2013), 159-186. Este estudio se ciñe a una definición muy básica del
«mundo musulmán» o «mundo islámico» con la que se hace referencia a territorios que estaban
habitados por musulmanes, ya fuesen mayoría o una minoría significativa, sin que implique
ninguna homogeneidad, unidad o características generales comunes.
166 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

de Islam, que iban de los movimientos Sufís del Magreb a las más ortodo-
xas de las Ulemas urbanas de los Balcanes y las variedades más heterodoxas
de las zonas limítrofes del sur de la Unión Soviética. Sobre el terreno, la
relación de Alemania con el Islam podía llegar a ser compleja, y también
incluía cuestiones como la política que se debía seguir con los gitanos
musulmanes y con los judíos convertidos a la religión mahometana. Cier-
to es que este libro se centra en las políticas alemanas y no es ni una histo-
ria social de la vida de los musulmanes en las zonas de guerra de la Segun-
da Guerra Mundial ni un análisis de las reacciones de los musulmanes a la
Alemania nazi, pero, aun así, se ocupa, como no podía ser de otro modo,
de los musulmanes que se vieron directamente implicados en las políticas de
Alemania para el Islam y que, por lo general, actuaban movidos por sus
propios intereses.
Todavía no se ha escrito un estudio exhaustivo de las políticas de Ale-
mania con relación al Islam durante la Segunda Guerra Mundial. Por lo
general, cuando se analiza la relación de la Alemania nazi con el mundo
musulmán, los historiadores se centran en categorías geográficas, naciona-
les y étnicas, más que en otras de tipo religioso. Numerosos estudios se
han ocupado de las políticas alemanas en el norte de África, Oriente
Próximo, los Balcanes, Crimea y el Cáucaso.4 Los análisis de las políticas
de Alemania para Oriente Próximo, además, incluyen estudios biográficos

4
Los capítulos de este libro incluyen referencias bibliográficas detalladas sobre estos temas.
Entre los estudios más destacados sobre Oriente Próximo están Bernd Philipp Schröder, Deuts-
chland und der Mittlere Osten im Zweiten Weltkriegg (Gotinga, 1975), y, centrándose más exhaus-
tivamente en el mundo árabe, Heinz Tillmann, Deutschlands Araberpolitik im Zweiten Weltkrieg
(Berlín Oriental, 1965); Lukasz Hirszowicz, The Third Reich and the Arab Eastt (Londres, 1966);
y Jeffrey Herf, Nazi Propaganda to the Arab Worldd (New Haven, CT, 2009); sobre los Balcanes,
Jozo Tomasevich, War and Revolution in Yugoslavia, 1941-1945: Occupation and Collaboration
(Stanford, CA, 2001); Marko Attila Hoare, Genocide and Resistance in Hitler’s Bosnia: The Par-
tisans and the Chetniks, 1941-1943 (Oxford, 2006); y Marko Attila Hoare, The Bosnian Mus-
lims in the Second World War: A Historyy (Londres, 2013); sobre las zonas fronterizas soviéticas,
Patrik von zur Mühlen, Zwischen Hakenkreuz und Sowjetstern: Der Nationalismus der sowjetis-
chen Orientvölker im Zweiten Weltkriegg (Düsseldorf, 1971); Andrej Angrick, Besatzungspolitik
und Massenmord: Die Einsatzgruppe D in der Südlichen Sowjetunion 1941-1943 (Hamburgo,
2003); y, restringiéndose más a Crimea, Michel Luther, «Die Krim unter deutscher Besatzung
im Zweiten Weltkrieg», Forschungen zur osteuropäischen Geschichtee 3 (1956), 28-98; y Norbert
Kunz, Die Krim unter deutscher Herrschaft 1941-1944: Germanisierungsutopie und Besatzungs-
realitätt (Darmstadt, 2005); y sobre el Cáucaso, Joachim Hoffmann, Kaukasien 1942/43: Das
deutsche Heer und Orientvoelker der Sowjetunion (Friburgo, 1991); Joachim Hoffmann, Die
Ostlegionen 1941-1943: Turkotataren, Kaukasier und Wolgafinnen im deutschen Heerr (Friburgo,
1976).
INTRODUCCIÓN 17

del muftí de Jerusalén.5 Algunos de estos trabajos de carácter regional y


biográfico hacen referencia al papel del Islam.6 En concreto, los estudios
sobre el mundo árabe y sobre al-Husayni hacen especial hincapié en las
políticas religiosas y la propaganda. Este libro hace uso de esos estudios
regionales y biográficos. Se centra en el papel específico de la religión en
las políticas de Berlín para el mundo musulmán. Su ámbito geográfico
abarca del norte de África a Oriente Próximo y de los Balcanes a los terri-
torios fronterizos de la Unión Soviética. Presenta por primera vez una vi-
sión integral de la política de la Alemania nazi para el Islam en toda su
amplitud, una visión que no podía dar ningún estudio de tipo regional o
nacional (por ejemplo, de las políticas de la Alemania nazi en Oriente
Próximo o en los Balcanes), ni ninguna biografía (por ejemplo, del muftí
de Jerusalén). El libro es un intento de poner al Islam en el mapa político
y estratégico de la Segunda Guerra Mundial.
De ese modo, también es una contribución a la historia más general
de las políticas religiosas de Berlín en la Segunda Guerra Mundial. Mien-
tras que muchos estudios se han ocupado de la relación de Alemania du-
rante la guerra con grupos cristianos —católicos, protestantes o poblacio-
nes ortodoxas de Oriente—, e innumerables otros han examinado sus
políticas mortíferas para los judíos, sorprendentemente uno de los grupos
religiosos más extendidos en algunas de las zonas de guerra, el musulmán,
no ha sido tan tratado.
La Alemania nazi no fue la única potencia que quiso usar el Islamismo
para obtener el apoyo del mundo musulmán. De hecho, sus dos socios del
Eje, Japón e Italia, hicieron lo mismo, y hacia mediados de la guerra se
encontraron con que les hacían la competencia no sólo los británicos, sino
también los norteamericanos y soviéticos, todos los cuales prometían de-
fender el Islam y proteger a los fieles, un fenómeno que podemos llamar
5
El interés en la colaboración del muftí con el Nacional Socialismo es tan antiguo como su
propia implicación con los nazis. Los estudios más destacados son Joseph B. Schechtman, The
Mufti and the Fuehrer: The Rise and Fall of Haj-Amin el-Husseinii (Londres, 1965); Jennie Lebel,
The Mufti of Jerusalem: Haj-Amin el-Husseini and National-Socialism (Belgrado, 2007); y Klaus
Gensicke, The Mufti of Jerusalem and the Nazis: The Berlin Years, 1941-19455 (Londres, 2011).
6
Gerhard Höpp, «Der Koran als “Geheime Reichssache”: Bruchstücke deutscher Islampolitik
zwischen 1938 und 1945», en Holger Preißler y Hubert Seiwert (eds.), Gnososforschung und
Religionsgeschichte: Festschrift für Kurt Rudolph zum 65. Geburtstagg (Marburgo, 1994), 435-446,
se refiere a aspectos de la relación de Alemania durante la guerra con el Islam, como también lo
hace el estudio más minucioso de Volker Koop, Hitler’s Muslime: Die Geschichte einer unheiligen
Allianzz (Berlín, 2012).
188 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

el momento musulmán de la guerra. Ya en 1937, el Duce dispuso que se


le entregase una «Espada del Islam» enjoyada (que en realidad se había
fabricado en Italia) en una ceremonia pública llevada a cabo en Trípoli,
con lo que simbólicamente quería promocionarse como protector del
mundo musulmán.7 Italia, afirmó Mussolini, respetaría las «leyes del Pro-
feta». «Mussolini está viajando por África y rindiendo homenaje al Islam.
Muy listo y astuto. De inmediato se han despertado las sospechas de París
y Londres», comentó Goebbels en su diario.8 El uso de Italia del Islam
llegó a su culmen durante la guerra, cuando propagandistas italianos ensal-
zaron a Mussolini como «protector del Islamismo» por todo el mundo mu-
sulmán. Un intento aún más amplio y mejor organizado de instrumentali-
zar el Islam fue el de Japón, con el objetivo de movilizar a los musulmanes
de toda Asia contra Gran Bretaña, los Países Bajos, China y los soviéticos.9
Aunque, como en Italia, los orígenes de esa política se remontaban a finales
de la década de 1930 —la «Liga Islámica del Gran Japón» y la mezquita de
Tokio se fundaron ambas en 1938—, Japón intensificó su relación política
y propagandística con el Islam durante la invasión de las Indias Holandesas
7
John L. Wright, «Mussolini, Libya, and the Sword of Islam», en Ruth Ben-Ghiat y Mia Fuller
(eds.), Italian Colonialism (Nueva York, 2005), 121-130, 123-125; y, de forma más general,
Manuela A. Williams, Mussolini’s Propaganda Abroad: Subversion in the Mediterranean and the
Middle East, 1935-19400 (Londres, 2006), esp. 205; y Nir Arielli, Fascist Italy and the Middle
East, 1933-400 (Nueva York, 2010), esp. 1 y 97-98.
8
Die Tagebücher von Joseph Goebbels, ed. Elke Fröhlich et al., parte I (9 vols.), parte II (15 vols.)
y parte III (3 vols.) (Múnich, 1993-2008), parte I, vol. 4, 50-51 (14 marzo 1937), 50. Bernd
Sössemann, «Propaganda—Macht—Geschichte: Eine Zwischenbilanz der Dokumentation der
Niederschriften und Diktate von Joseph Goebbels», Das Historische Buchh 50, 2 (2002), 117-
125, proporciona una evaluación del valor y los problemas de los diarios de Goebbels como
fuente histórica.
9
Véase Harry J. Benda, The Crescent and the Rising Sun: Indonesian Islam under the Japanese
Occupation, 1942-1945 5 (La Haya, 1958), para la ocupación de las Indias Orientales holande-
sas; y Abu Talib Ahmad, Malay-Muslims, Islam and the Rising Sun 1941-19455 (Selangor, 2003);
así como Abu Talib Ahmad, «Research on Islam and Malay-Muslims during the Japanese Oc-
cupation of Malaya, 1942-45», Asian Research Trendss 9 (1999), 81-119, y Abu Talib Ahmad,
«Japanese Policy towards Islam in Malaya during the Occupation: A Reassessment», Journal of
Southeast Asian Studiess 33, 1 (2002), 107-122; y, para una concisa perspectiva general de la
ocupación de la Península Malaya, Yoji Akashi, «Japanese Military Administration in Malaya:
Its Formation and Evolution with Reference to the Sultans, the Islamic Religion and Malay-
Muslims, 1941-45», Asian Studies (University of the Philippines) 7, 1 (1969), 81-110. Yoichi
Itagaki y Koichi Kishi, «Japanese Islamic Policy—Sumatra/Malaya», Intisari 2, 2 (1966), 11-23,
da una explicación más general. Selçuk Esenbel, «Japan’s Global Claim to Asia and the World
of Islam: Transnational Nationalism and World Power, 1900-1945», American Historical Re-
view 109, 4 (2004), 1140-1170, ofrece un estudio de los orígenes a largo plazo de la política de
Japón para el Islam.
INTRODUCCIÓN 19

en la primavera de 1942. Unos emisarios musulmanes a sueldo se encarga-


ron de organizar a las comunidades y dirigentes islámicos del lugar para que
colaboraran con la incursión de las tropas japonesas. Como forma de dar
carácter islámico al régimen invasor, las autoridades militares intentaron
apropiarse de la Ulema de allí, que se había sentido reprimida bajo la domi-
nación holandesa. Los oficiales japoneses empezaron a dar textos a los ima-
nes, para que los incluyesen en sus sermones del viernes, en los que alenta-
ban a los fieles a rezar por el emperador y por la victoria en la guerra. También
obligaron a numerosos grupos a formar un organismo representativo co-
mún, el «Consejo de Musulmanes Indonesios». A principios de abril de
1943, la Ulema y otros dignatarios islámicos de Sumatra y Malaya fueron
convocados a un congreso en Singapur en el que los japoneses anunciaron a
los musulmanes del Sureste Asiático que Tokio era el verdadero protector de
su fe. Los miembros de la Ulema se fueron de la reunión declarando formal-
mente su satisfacción con el compromiso de Japón para proteger el Islam, y
anunciaron el apoyo de la población musulmana civil a los japoneses. En
diciembre de 1944 se convocó un segundo congreso de dirigentes religiosos
en Kuala Kangsar, en la Península Malaya. Desde la capital japonesa, el
imán tártaro, Abdurreshid Ibrahim (también llamado ‘Abd al-Rashid
Ibrahim), el «patriarca de la mezquita de Tokio» y «respetado patriarca del
mundo musulmán», dio un sermón que era una interpretación bélica de la
yihad. «La causa de Japón en la Guerra del Sureste Asiático es sagrada y, en
su austeridad, es comparable a la guerra llevada a cabo contra los infieles por
el profeta Mahoma en el pasado», proclamó en el verano de 1942.10
A los Aliados el Islam les parecía tanto una amenaza en potencia como
un poderoso instrumento de guerra política. Winston Churchill, que ha-
bía conocido la importancia política del Islam siendo un joven oficial en
las guerras de finales del siglo xix en la Frontera Noroeste de lo que hoy es
Pakistán y en la rebelión mahdista de Sudán, se tomaba el antiimperialis-
mo islámico muy en serio.11 A principios de 1942 hizo hincapié en que
10
Anónimo, «Japan Muslims Confident of Nippon Victory: 94-Year-Old Patriarch of Tokyo
Mosque Visions Emancipation of Millions from Servitude», Shanghai Timess (14 junio 1942).
Para Abdurreshid Ibrahim, véase Komatsu Hisao, «Muslim Intellectuals and Japan: A Pan-Isla-
mist Mediator, Abdurreshid Ibrahim», en Stéphanie A. Dudoignon, Komatsu Hisao y Kosugi
Yasushi (eds.), Intellectuals in the Modern Islamic Worldd (Londres, 2006), 273-288.
11
Winston S. Churchill, The Story of the Malakand Field Force: An Episode of Frontier War
(Londres, 1898); y Winston S. Churchill, The River War: A Historical Account of the Reconquest
of the Soudan (Londres, 1899).
200 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

Gran Bretaña «bajo ningún concepto debe romper con los musulmanes»,
que representaban una fuerza importante del imperio y suponían una par-
te significativa del personal militar de Gran Bretaña, especialmente en el
Ejército Indio británico.12 La opinión del primer ministro era ampliamen-
te compartida por los mandos británicos.13 Tras el estallido de la guerra,
Londres estableció un programa intensivo para reforzar los lazos entre el
imperio y el mundo islámico. En 1941 las autoridades británicas inaugu-
raron la mezquita del este de Londres y el gabinete de guerra de Churchill
decidió construir la mezquita central de Londres en Regent’s Park para
demostrar el respeto de Londres por el Islam.14 También Washington em-
pezaba a darse cuenta de su importancia. Ya en noviembre de 1940 uno de
los principales periódicos de tirada nacional preguntaba con inquietud:
«¿A quién apoyarán los musulmanes en la Guerra Europea?».15 Una vez
que las tropas estadounidenses llegaron a territorios musulmanes, sus po-
líticas y propaganda tenían con frecuencia en cuenta al Islam. En 1943 la
Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos distribuyó panfletos
religiosos en los que se llamaba a la yihad contra las tropas de Rommel del
norte de África.16 El Departamento de Guerra estadounidense preparó a
sus soldados para que supieran relacionarse adecuadamente con los mu-
sulmanes y elaboró manuales para enseñarles los principios básicos del
Islam. Incluso el Kremlin, que había reprimido despiadadamente al Islam
en el periodo de entreguerras, cambió su política en 1942 y estableció
cuatro consejos de musulmanes soviéticos, o «consejos espirituales».17 Se

12
Winston S. Churchill, The Second World War, 6 vols. (Londres, 1948-1954), vol. 4 (The
Hinge of Fate), 185-186. La cita es de una carta de Churchill a Roosevelt del 4 de marzo de
1942.
13
En el capítulo 3 examinaremos más detenidamente las políticas británicas para el Islam du-
rante la guerra.
14
Humayun Ansari, The Infidel Within: Muslims in Britain since 1800 0 (Londres, 2004), 134 y
342 (mezquita del este de Londres), y 134 y 341 (mezquita central de Londres); y, con más deta-
lle sobre la mezquita central de Londres, A. L. Tibawi, «History of the London Central Mosque
and the Islamic Cultural Centre 1910-1980», Die Welt des Islamss 21, 1-4 (1981), 193-208.
15
R. H. Markham, «Islam: Pathway to Mastery of the Middle East», Christian Science Monitor
(16 noviembre 1940). Unos pocos meses después, G. H. Archambault, «Moslem Influence
Held with Britain: Islam’s Opposition to Axis is Seen as Vital Factor in North African Events»,
New York Timess (8 febrero 1941), aseguraba a sus lectores la «oposición del Islam al Eje».
16
En el capítulo 3 daremos información más detallada sobre las políticas de guerra de Estados
Unidos para el Islam.
17
En el capítulo 4 trataremos con más detalle las políticas de guerra de los soviéticos para el
Islam.
INTRODUCCIÓN 21

construyeron nuevas mezquitas, se organizaron congresos de musulmanes


y Moscú empezó a apoyar abiertamente las prácticas religiosas islámicas,
llegando a permitir la peregrinación a La Meca que habían prohibido an-
tes de la guerra. Desde el «Consejo Espiritual Musulmán Central», con
sede en Ufa, Abdurrahman Rasulaev, el «muftí rojo» de Stalin, lanzó una
serie de llamamientos propagandísticos en los que pedía a los musulmanes
de la Unión Soviética que se alzaran contra el agresor nazi y rezasen por la
victoria del Ejército Rojo. Fue una reacción directa a la campaña de Ale-
mania para la movilización islámica en las zonas limítrofes del sur de la
Unión Soviética. En conjunto, la propaganda religiosa de los Aliados no
sólo quería contrarrestar los intentos del Eje de provocar disturbios en sus
territorios musulmanes y en el mundo islámico en general, sino que tam-
bién pretendía movilizar a sus ciudadanos musulmanes.
Esta historia de las políticas seguidas con respecto al Islam en la Se-
gunda Guerra Mundial puede entenderse como parte de una historia mu-
cho más amplia de los intentos de las potencias no-musulmanas de instru-
mentalizar la fe islámica por motivos políticos y militares. En la era
imperialista, los países colonialistas europeos utilizaron con regularidad
políticas y propaganda religiosas para incitar a la revuelta a los súbditos
musulmanes de potencias coloniales rivales. Durante la Guerra de Cri-
mea, los británicos, franceses y otomanos quisieron agitar a los musulma-
nes de la península de Crimea y del Cáucaso.18 Uno de los intentos más
significativos de usar el Islam con fines de estrategia política y militar fue
el de las Potencias Centrales de revolucionar a los musulmanes creyentes
en la Primera Guerra Mundial.19 En otoño de 1914, los gobiernos alemán
y otomano encargaron al Shaykh al-Islam, la principal autoridad religiosa

18
Orlando Figes, Crimeaa (Londres, 2010), passim. Para las inquietudes zaristas sobre el Islam
y sus reacciones, véase Mara Kozelsky, «Casualties of Conflict: Crimean Tatars during the Cri-
mean War», Slavic Review w 67, 4 (2008), 862-891.
19
Los principales trabajos sobre la campaña islámica de la Primera Guerra Mundial son Her-
bert Landolin Müller, Islam, Gihâd («Heiliger Krieg») und Deutsches Reich: Ein Nachspiel zur
wilhelminischen Weltpolitik im Maghreb 1914-1918 8 (Fráncfort, 1992); Peter Hopkirk, On Secret
Service East of Constantinople: The Plot to Bring Down the British Empiree (Londres, 1994); Do-
nald M. McKale, War by Revolution: Germany and Great Britain in the Middle East in the Era of
World War I (Kent, OH, 1998); Tilman Lüdke, Jihad Made in Germany: Ottoman and German
Propaganda and Intelligence Operations in the First World Warr (Münster, 2005); Salvador Ober-
haus, «Zum wilden Aufstande entflammen»: Die deutsche Propagandastrategie für den Orient im
Ersten Weltkrieg am Beispiel Ägypten (Saarbrücken, 2007); y Sean McMeekin, The Berlin-Baghdad
Express: The Ottoman Empire and Germany’s Bid for World Power, 1898-1918 8 (Londres, 2010).
222 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

del califato de Constantinopla, que proclamara una yihad pan-islámica. El


decreto, distribuido por todo el mundo musulmán en turco otomano,
árabe, persa, urdu y tártaro, llamaba a los musulmanes a hacer la guerra
santa contra las potencias de la Entente. En el transcurso de la guerra, Berlín
y Constantinopla hicieron grandes esfuerzos para incitar, en palabras del
káiser Guillermo II, «a todo el mundo mahometano al levantamiento sal-
vaje» contra los imperios británico, ruso y francés.20 Las autoridades ale-
manas y otomanas utilizaron eslóganes y redes panislámicas en el norte de
África, Oriente Próximo, Rusia e India. Los británicos, franceses y rusos
respondieron con sus propias políticas y propaganda religiosas.21 Se perci-
bía el Islam como una poderosa fuerza política que podía tener repercu-
sión en la guerra. «Ciertamente se diría que el Pan-Islamismo siempre ha
tenido detrás o en paralelo la política imperialista de algunas potencias
europeas cuyos objetivos en ese momento parecían coincidir con los del
Islam o los de algún potentado musulmán», escribió en 1942 el erudito
estadounidense Dwight E. Lee.22 Los intentos del Eje y de los Aliados de
valerse del Islam en la Segunda Guerra Mundial fueron luego seguidos por
el apoyo occidental a los movimientos anticomunistas islámicos durante la
Guerra Fría, un episodio que terminó con el respaldo a los muyahidines
de Afganistán, donde Washington no sólo distribuyó misiles Stinger, sino
también ejemplares del Corán.23
Los expertos han mostrado cierto interés por la relación de las grandes
potencias con el Islam. La parte que con diferencia ha sido investigada
más exhaustivamente es la campaña germano-otomana para la moviliza-
ción islámica durante la Gran Guerra.24 Esa campaña no sólo es por lo
general reconocida como muy importante por los historiadores de la Pri-

20
Citado en Fritz Fischer, Germany’s Aims in the First World Warr (Nueva York, 1967), 121.
21
William L. Cleveland, «The Role of Islam as Political Ideology in the First World War», en
Edward Ingram (ed.), National and International Politics in the Middle East: Essays in Honour of
Elie Kedouriee (Londres, 1986), 84-101.
22
Dwight E. Lee, «The Origins of Pan-Islamism», American Historical Review w 47, 2 (1942),
278-287, 286.
23
Matthew F. Jacobs, «The Perils and Promises of Islam: The United States and the Muslim
Middle East in the Early Cold War», Diplomatic Historyy 30, 4 (2006), 705-739; y, asimismo,
Matthew F. Jacobs, Imagining the Middle East: The Building of an American Foreign Policy, 1918-
1967 (Chapel Hill, NC, 2011), 55-94; y, para las postrimerías de la Guerra Fría, Steve Call,
Ghost Wars: The Secret History of the CIA, Afghanistan, and Bin Laden, from the Soviet Invasion
to September 10, 2001 (Londres, 2004).
24
Para los estudios más importantes, véase las referencias de la nota 19.
INTRODUCCIÓN 23

mera Guerra Mundial25, sino que también es considerada un hecho cru-


cial de la historia política moderna del Islam por parte de los expertos en
historia islámica.26 En comparación, la Segunda Guerra Mundial ha reci-
bido menos atención.27 Los historiadores del Islam moderno que sí se la
han prestado tienden todos a quitarle importancia o incluso a negársela.
«El Islam como tal no estuvo implicado en la Segunda Guerra Mundial, si
bien grupos y personas musulmanes combatieron en ambos bandos», es-
cribió Jacob M. Landau en su influyente obra sobre las políticas del Pan-
islamismo.28 Los capítulos que siguen demuestran que entre 1941 y 1945
la relación de Berlín con el Islam fue al menos igual de amplia que entre
1914 y 1918. De hecho, y en contraste con lo que sucediera en la Primera
Guerra Mundial, a partir de finales de 1941 los alemanes reclutaron a
miles de musulmanes. Lo cierto es que la movilización musulmana en am-
bas guerras mundiales forma parte esencial de la historia política del mun-
do islámico de la primera mitad del siglo xx.
En un plano más general, este estudio aborda la relación entre religión
y poder, específicamente el papel de la religión como instrumento de las
políticas mundiales y los conflictos militares. Contribuye a nuestra com-
prensión de las formas en que los gobiernos buscaron activamente usar la
religión para ampliar su influencia política y librar guerras. Los intentos
de movilizar a grupos religiosos fueron parte de las políticas de las grandes
potencias a lo largo de los siglos xix y xx. Se consideraba que los grupos
religiosos —poblaciones definidas en términos de su religión— eran fuer-
zas políticas de importancia de las que podían hacer uso. Los estadistas y
mandos de las principales potencias se presentaban con frecuencia como
25
Fischer, Germany’s Aims in the First World War, 120-131; Hew Strachan, The First World War
(Londres, 2003), 95-123 [La Primera Guerra Mundial, Crítica, 2004]; y David Stevenson,
1914-1918: The History of the First World Warr (Londres, 2004), 115 y 125 [1914-1918: Histo-
ria de la Primera Guerra Mundial, Debate, 2013].
26
Jacob M. Landau, The Politics of Pan-Islam: Ideology and Organization (Oxford, 1990), 105-
142; Martin S. Kramer, Islam Assembled: The Advent of the Muslim Congressess (Nueva York,
1986), 55-68; Rudolph Peters, Jihad in Classical and Modern Islam (Princeton, NJ, 2005), 55-
57 [La yihad en el islam medieval y moderno, Universidad de Sevilla, 1999]; y Cemil Aydin, The
Politics of Anti-Westernism in Asia: Visions of World Order in Pan-Islamic and Pan-Asian Thought
(Nueva York, 2007), 106-111.
27
Marshall G. S. Hodgson, The Venture of Islam: Conscience and History in a World Civiliza-
tion, 3 vols. (Chicago, 1974), vol. 3, 414-415, es una notable excepción.
28
Landau, Politics of Pan-Islam, 248. Mientras que Landau trata extensamente de la moviliza-
ción islámica durante la Primera Guerra Mundial (73-142), sólo habla brevemente de la Segun-
da Guerra Mundial (245-247).
244 LOS MUSULMANES EN LA GUERRA DE LA ALEMANIA NAZI

protectores de grupos religiosos específicos para ejercer su influencia polí-


tica y provocar potencialmente disturbios, divisiones e insurrecciones en
territorios dominados por potencias rivales o enemigas, y también para
conquistar y pacificar los territorios que ocupaban durante los conflictos
bélicos. La Rusia zarista afirmaba ser la valedora del Cristianismo Orto-
doxo en Europa y Oriente Próximo, la Francia imperial afirmaba ser la
protectora del Cristianismo en Oriente Próximo, los otomanos afirmaban
ser los defensores del Islam global, y las grandes potencias europeas insis-
tían continuamente en que querían proteger a las minorías judías y a las
poblaciones islámicas más allá de sus propios territorios. Para ganarse la
lealtad de determinados grupos religiosos y unirlos en una misma causa
política, se adoptaron diversas políticas y propagandas que pretendían
apelar al fervor religioso. Esas políticas se basaban en una serie de supues-
tos. Por lo general, se veía la religión como una fuente de autoridad que
podía legitimizar la implicación en un conflicto e incluso justificar la vio-
lencia. Los habitantes de un lugar eran reducidos a su condición religiosa.
Se les suponía creyentes y movidos por su doctrina de fe. En conjunto, los
grupos religiosos eran vistos como objetos que se podían explotar geopo-
líticamente. Y, en efecto, las políticas religiosas se convirtieron en políticas
de asuntos y conflictos internacionales.
En términos generales, los expertos han prestado menos atención a
este fenómeno del que cabría esperar. Conforme el campo de la historia
internacional ha experimentado un interés cada vez mayor por los agentes
ajenos a un gobierno, mayor también se ha vuelto su interés por las polí-
ticas dirigidas a grupos enteros de población en tiempos de guerra.29 Así
pues, los historiadores se han concentrado sobre todo en las políticas en
conflictos y guerras para grupos de población que se definen por su iden-
tidad étnica o su nacionalidad.30 Han mostrado que había grupos étnicos
29
Eric D. Weitz, «From Vienna to the Paris System: International Politics and the Entangled
Histories of Human Rights, Forced Deportations, and Civilizing Missions», Amercian Histori-
cal Review
eview 113, 5 (2008), 1313-1343, esp. 1314-1315.
30
Michael A. Reynolds, Shattering Empires: The Clash and Collpase of the Ottoman and Russian
Empires, 1908-19188 (Cambridge, 2011), es un excelente estudio de las geopolíticas de pobla-
ciones étnicas en los conflictos entre grandes potencias. Otros trabajos destacados sobre el tema
son Seppo Zetterberg, Die Liga der Fremdvölker Russlands 1916-1918: Ein Beitrag zu Deuts-
chlands antirussischem Propagandakrieg unter den Fremdvölkern Russlands im Ersten Weltkrieg
(Helsinki, 1978); Reinhard R. Doerries, Prelude to the Easter Rising:g Sir Roger
g Casement in Im-
perial Germanyy (Londres, 2000), 1-31; y las obras sobre la Rebelión Árabe de las que se habla
en el capítulo 1.
INTRODUCCIÓN 25

enteros —en particular, por supuesto, aquellos cuya lealtad a sus gober-
nantes parecía inestable— a los que se concedía una importancia política
y estratégica, han investigado las formas en que las grandes potencias in-
tentaron aprovecharse de ellos y han examinado el modo en que esas po-
líticas crearon divisiones y fricciones étnicas. Menos estudiado está el uso
de los grupos religiosos en las rivalidades y conflictos de las grandes poten-
cias, con la excepción de la movilización islámica durante la Primera Guerra
Mundial.31 Nuestros conocimientos sobre el uso real de políticas y propa-
ganda religiosas es escaso. La historia de las campañas para la movilización
islámica, en especial las políticas de Alemania para el Islam en la Segunda
Guerra Mundial, es una forma excelente de estudiar las políticas que ha-
cían uso de la religión en tiempos de guerra y puede contribuir a una
comprensión más amplia de la religión como instrumento de la política
mundial y los conflictos bélicos.
Los capítulos que siguen examinan las formas en que las autoridades
alemanas conceptualizaron e instrumentalizaron la religión con fines po-
líticos y estratégicos. Este libro estudia su uso de políticas de componente
religioso y su relación con instituciones, autoridades y costumbres religio-
sas, así como el uso por parte de su propaganda de doctrinas, retóricas e
iconografías también religiosas. La cuestión del papel del Islam en las po-
líticas y propaganda de los alemanes se trata en tres partes: los debates
ideológicos y sobre estrategia general que tuvieron lugar en Berlín (prime-
ra parte); las políticas y propaganda de los nazis en las zonas musulmanas,
sobre todo en el frente oriental, los Balcanes, el norte de África y Oriente
Próximo (segunda parte), y la movilización militar de los musulmanes de
los territorios ocupados (tercera parte).
Para este libro he usado fuentes alemanas, inglesas, francesas, bosnias
(serbo-croatas), albanas, árabes, persas y tártaras de más de treinta archivos
locales y nacionales de catorce países, que incluyen colecciones de escritos
de Berlín, Friburgo, Koblenz, Fráncfort, Múnich, Stuttgart, Colonia,
Bonn, Leipzig, Viena, Washington, Londres, París, Moscú, Varsovia, Pra-
31
Destacados estudios sobre las poblaciones judías en las políticas de las grandes potencias son
Egmont Zechlin, Die deutsche Politik und die Juden im Ersten Weltkriegg (Gotinga, 1969); Isaiah
Friedman, Germany, Turkey, and Zionism 1914-19188 (Oxford, 1977); Carole Fink, Defending
the Rights of Others: The Great Powers, the Jews, and International Minority Protection, 1878-
1938 (Cambridge, 2004); y Abigail Green, «Intervening in the Jewish Question, 1840-1878»,
en Brendan Simms y D. J. B. Trim (eds.), Humanitarian Intervention: A Historyy (Cambridge,
2011), 139-158.

También podría gustarte