UNIVERSIDAD AUTONOMA GABRIEL RENE MORENO
“FACULTAD DE CIENCIAS AGRICOLAS”
ESTUDIANTE: Guillermo Vargas Avila
CÓDIGO: 219056579
DOCENTE: Teresa Salas
MATERIA: Manejo y conservación de suelos
GRUPO: C
DA
Los servicios eco sistémicos y su importancia en la tierra
Los servicios ecosistémicos son aquellos beneficios que un ecosistema aporta
a la sociedad y que mejoran la salud, la economía y la calidad de vida de las
personas. Los servicios ambientales o ecosistémicos son aquellos servicios
que resultan del propio funcionamiento de los ecosistemas.
Son ejemplos de ello la producción de agua limpia, la formación de suelo, la
regulación del clima por parte de los bosques, la polinización, etc. A pesar de
que muchos de ellos nos puedan pasar por alto, es imprescindible conservar
los servicios ecosistémicos porque sustentan nuestra salud, nuestra economía
y nuestra calidad de vida. Cuando no somos capaces de conservarlos, su
degradación conduce a perjuicios significativos en el bienestar humano.
Por ejemplo, una función clave en los ecosistemas es la acumulación de
biomasa vegetal gracias a la fotosíntesis de las plantas. El servicio
ecosistémico que se deriva, mirado siempre desde una óptica humana, sería la
captación de CO2 atmosférico, que pasa a formar parte de las estructuras
leñosas de las plantas, y disminuye el dióxido de carbono atmosférico, uno de
los principales gases de efecto invernadero.
Así pues, los servicios ecosistémicos son cada vez más el centro de las
políticas nacionales y europeas. Se utilizan como indicadores de la calidad de
nuestra interacción con el entorno. El siguiente paso es, por tanto, situar los
servicios ecosistémicos en el centro de la toma de decisiones y de las políticas
ambientales. Esto nos permitirá tener herramientas para identificar qué
opciones de gestión nos ayudan a mitigar los efectos del cambio global, a
optimizar los beneficios sociales, y a evitar costes y riesgos potenciales para
los ecosistemas y las sociedades.
Existen cuatro tipos distintos de servicios ecosistémicos, según el beneficio que
ofrezcan:
1. Los servicios de aprovisionamiento son aquellos referidos a la cantidad
de bienes o materias primas que un ecosistema ofrece, como la madera,
el agua o los alimentos.
2. Los servicios de regulación son aquellos que derivan de las funciones
clave de los ecosistemas, que ayudan a reducir ciertos impactos locales
y globales (por ejemplo la regulación del clima y del ciclo del agua, el
control de la erosión del suelo, la polinización…).
3. Los servicios culturales son aquellos que están relacionados con el
tiempo libre, el ocio o aspectos más generales de la cultura.
4. Los servicios de soporte, como la biodiversidad y los procesos naturales
del ecosistema, que garantizan buena parte de los anteriores.
Los servicios ecosistémicos, por tanto, combinan la preservación del medio
natural a la vez que se hace un uso y desarrollo sostenibles.
Problemas con la degradación de los suelos y sus causas
La vida sobre la tierra depende de las funciones de los suelos productivas de
los alimentos y reguladoras del ciclo hidrológico y de la calidad ambiental. Los
suelos son al mismo tiempo la base de la producción agrícola y la base para la
manutención de los ecosistemas. Por ello las consecuencias de la de la
degradación acelerada de suelos son de similar trascendencia que las de
calentamiento global y pérdida de biodiversidad, estando los tres procesos
íntimamente relacionados. Se entiende por degradación de suelos el descenso
de su potencial para las necesidades económicas, sociales y ambientales de la
población. Desertificación es un estado avanzado de la degradación, que
afecta principalmente zonas áridas y semiáridas, y en ocasión también zonas
húmedas, por una interacción de variaciones climáticas y practicas
inadecuadas o insostenibles de uso de la tierra, con sobreexplotación de tierras
agrícolas bosques y agua, a veces derivada de necesidades de la población
para poder sobrevivir.
Hoy en día, el rápido crecimiento de la población mundial, con mayores
demandas de comida y agua, provoca mayores influencias del hombre sobre el
suelo, tanto a través de la expansión y de la intensificación de actividades
agrícolas como por el crecimiento del número y tamaño de áreas pobladas e
infraestructuras asociadas. Se estima que a lo largo de la historia de 1/3 a ½ de
la superficie de la tierra han sido transformadas por actividades humanadas, en
especial a traes de la agricultura. Alrededor de una 12% de la superficie de la
tierra a nivel mundial está bajo cultivo permanente. Aparte de la agricultura, la
tendencia mundial hacia la urbanización, derivada del incremento de la
población y de la creciente emigración de la población rural hacia las ciudades,
hace que áreas crecientes de tierras agrícolas, en especial en países
industrializados, sean convertidos en áreas urbanas. La principal consecuencia
es un descenso en las limitadas reservas de tierras arables, incrementando los
desarrollos agrícolas en nuevas tierras con climas y topografía menos
favorables.
El resultado, aparte de la degradación de suelos y tierra, asociado a ella, es un
descenso en la disponibilidad de agua de buena calidad para cubrir
necesidades agrícolas, urbanas e industriales, y un descenso en la diversidad
biológica. A nivel mundial, estos problemas pueden conducir a consecuencias
dramáticas ambientales, sociales y económicas, que en países pobres en
desarrollo se manifiestan a través de descensos en la producción de alimentos,
incremento en la pobreza y necesidad de emigrar. También basados en los
procesos de degradación de suelos y tierras y en los cambios hidrológicos
asociados, se incrementan los riesgos y problemas de sequía, y de desastres
“naturales” como inundaciones, deslizamientos de tierras, sedimentaciones,
etc.
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Los procesos de degradación de suelos y agua están fuertemente ligados a
través de las alteraciones desfavorables e n los procesos hidrológicos
determinantes del balance de agua en el suelo y del régimen de humedad del
suelo. Ellos están también determinados por las condiciones climáticas y por el
uso y manejo de los recursos del suelo y agua.
La compactación del suelo, es uno de los procesos de degradación de suelos
más extendidos y crecientes, generalmente está asociado a un uso más
intensivo del suelo y a la mecanización de labranza y otras prácticas de manejo
del cultivo. Provoca una reducción en el volumen de poros y en la distribución
de tamaño y forma de dichos poros, lo cual afecta generalmente en sentido
negativo, la capacidad de aireación del suelo y el intercambio de gases con la
atmosfera, la capacidad de retención de agua, la conductividad hidráulica, la
consistencia y la resistencia mecánica al desarrollo de raíces.
La erosión hídrica del suelo es el proceso de degradación del suelo con mayor
influencia en la conservación de los recursos del suelo y agua. Los procesos de
erosión hídrica son causados por las interacciones del suelo, lluvia, pendiente,
cubierta vegetal y manejo. Generalmente provocan o son causados por
cambios desfavorables en el balance de agua del suelo y en el régimen de
humedad del suelo, y en las posibilidades de desarrollo y actividad radicular.
La erosión superficial esta generalmente asociada a la ocurrencia de eventos
de lluvia de alta intensidad, gran separabilidad del material de suelo superficial
y fuerte reducción de la infiltración superficial por efectos de sellado. Bajo estas
condiciones, derivadas generalmente de inadecuadas prácticas de uso y
manejo de suelos y cultivos, las partículas del suelo separadas son arrastradas
por el agua de escorrentía que fluye mas o menos uniformemente en la
superficie del suelo, o concentrada en surcos o cárcavas de diferentes
dimensiones. En cambio, la erosión en masa se presenta generalmente en
suelos muy resistentes a procesos de erosión superficial, con excelente
estructura y propiedades hidráulicas en el suelo superficial.
La degradación del suelo conduce a la pérdida o reducción de la productividad
biológica de la tierra debido a su efecto en el funcionamiento del ecosistema.
Se estima que la pérdida de carbono orgánico del suelo alcanzará los 212 Gt
para 2050 a través de la gestión y la conversión de tierras insostenibles
(UNCCD, 2019). El carbono del suelo es una medida de la salud del suelo. La
productividad primaria neta global se ha reducido al menos en un 5 % debido a
la pérdida de las funciones del ecosistema causadas por la degradación del
suelo, que se estima en un valor económico de entre $ 6.3 - $ 10.6 billones por
año (o 10 -17 % del PIB mundial) ( CLD, 2019).