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Traduccién de Mariana Gainza
Estudio preliminar de Eunice Ostrensky
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Ge ¥. GASTON MUTTICOLECCION NOVECENTO
EL NACIMIENTO DEL ESTADO
Director de la coleccién: Eduardo Rinesi
320.1 Skinner, Quentin
SKI EI nacimiento del estado. - 1*. ed.~ Buenos Aires :
* Gorla, 2003.
96 p. ; 21x15 cm, ~ (Novecento ; 2)
Traduccién de: Mariana Gainza
ISBN 987-20773-1-2
1, Titulo - 1, Estado-Estudios 2. Estado-Ciencia Pi
O°
Titulo original: “The Birth of the State”, en Visions of Politics, Cambridge University
Press (CUP), 3 vols., 2002
Disefio y diagramacién: Juan Manuel Mileo
Traduccién: Mariana Gainza
Estudio preliminar: Eunice Ostrensky
Investigacién bibliografica: Andrés Jiménez Colodrero
Revision de la traduccién, traduccién (del portugués) del Estudio preliminar y cuidado
general de la edicién: Eduardo Rinesi
© por la presente traduccion e introduccién EDITORIAL GORLA / 2003
© 2003 EDITORIAL GORLA
Rail. S. Ortiz 48 1° E
Ciudad Autonoma de Buenos Aires (1414)
Argentina.
[email protected]
No se permite la reproduccién total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un
sistema informatico, ni su transmision en cualquier forma o por cualquier medio,
eléctrico, mecdnico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo del editor.
Queda hecho el depésito que marca la Ley 11.723
Derechos reservados
ISBN 987-20773-0-4
Impreso en la Argentina
Printed in Argentine2
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Ya_en el siglo xiv es posible encontrar el término latino status —junto con
algunos equivalentes en las lenguas vernaculas tales como estat, stato y state-
usado de manera general en una variedad de contextos politicos. Durante este
periodo de formacién, estas expresiones eran utilizadas sobre todo para aludir al
estado o posicién de los propios gobernantes.! Una fuente importante de este
uso fue el titulo De statu hominum al comienzo del Digesto del derecho romano.
Alli se apela a la autoridad de Hermogenianus para afirmar que “desde el momento
en que toda ley es establecida en funcién del bien de los seres humanos,
necesitamos primero precisar el estatuto de tales personas, antes de realizar
cualquier otra consideracién.”? A partir del renovado interés por los estudios de
derecho romano en el siglo xi italiano, la palabra status vino a designar la situacion
juridica de los hombres de toda clase y condicién, siendo los gobernantes descriptos
como disfrutando de un distintivo estate royal, estat du roi o status regis.°
Cuando se planteaba la cuestién del estatuto (status) del gobernante, lo que
se buscaba era en general enfatizar que el mismo debia ser visto como un estado
(state) de majestad, una elevada posici6n (estate), una condicién de magnificencia
(stateliness). Encontramos esta formula en crénicas y documentos oficiales, en el
marco de las sdlidas monarquias de Francia e Inglaterra, durante toda la ultima
mitad del siglo xiv. Jean Froissart recuerda en el libro | de sus Chroniques que en
1327, cuando el joven rey de Inglaterra reunia a la corte para entretener a los
dignatarios visitantes, “la reina debfa de ser vista en un estat de gran nobleza”.*
El mismo uso vuelve a aparecer conmovedoramente en el discurso que William
v
Hexter 1973, p. 155.
2 Mommsen y Krueger (eds.) (1985), I. V. 2, vol. |, p. 15: “Cum igitur hominum causa omne ius
constitutum sit, primo de personarum statu ac post de ceteris ... dicemus.”"
* Post 1964, pp. 333-67 y 368-414.
4 Froissart 1972, p. 116: “La [la reine] peut on veoir de I’estat grand noblece.”
EL NACIMIENTO DEL ESTADO 23.Thirnyng dedicé a Ricardo II en 1399, en el que rememora a su antiguo soberano
“en cuya presencia cualquiera renunciaba y desistia del estado de rey, de sefiorio
y de toda la dignidad y veneracién que le perteneciera”.>
A la idea de que a los reyes “pertenece” una cualidad distintiva de majestad
subyacia la creencia predominante de que la soberania esta intimamente conectada
con la exhibicién, de que una presencia majestuosa sirve como una fuerza
ordenadora. Este habria de probarse el mas perdurable de los varios rasgos
caracteristicos del liderazgo politico carismatico, luego subvertido por la emergencia
del concepto moderno de un estado impersonal.®Todavia a fines del siglo xvii es
comtn encontrar escritores politicos usando la palabra state para sefialar una
conexién entre la majestad de los gobernantes y la eficacia de su gobierno.
Previsiblemente, defensores de la monarquia por derecho divino como Bossuet
segulan refiriéndose al état de majesté en esos términos.” Pero los mismos supuestos
sobrevivieron incluso entre los enemigos de la monarquia. Cuando John Milton,
por ejemplo, describe en su History of Britain el momento inmortal en el que el
Rey Canuto ordené al océano “no entrar més en mi tierra”, observa que el rey
procuré darle fuerza a su extraordinario imperativo hablando “con todo el fausto
(state) que la majestad podia poner en su expresién”.®
Hacia fines del siglo xiv, el termino status también se usaba regularmente para
hacer referencia al estado o condicién de un reino o republica.? Esta concepcién
del status reipublicae tiene un origen clasico, y puede hallarse en las historias de
Livio y Salustio!® asi como en los discursos y las obras politicas de Cicer6n.!!
También la encontramos en el Cédigo del Derecho Romano, con especial claridad
en el encabezamiento del Digesto, donde el andlisis comienza con la afirmacién
de Ulpiano de que la ley cubre dos campos, el piiblico y el privado, y de que “la
ley piiblica es la que pertenece al status rei Romanae”'?,
wv
5 Topham et al (eds.) 1783, vol. 3, p. 424, col. 1.
©/Para una comparacién entre sistemas de poder estatal en los que se prociama la fuerza ordenadora
de la exhibicién y aquelios (como los del Occidente moderno) en los que esa fuerza se ve oscurecida,
ver Geertz 1980, pp. 121-3 [hay versién espafiola: Negara: el Estado-teatro en el Bali del siglo xx
(traduccién: Alberto Roca Alvarez), Paidés, Barcelona, 1999], cuya formulacién he adoptado,
7 Bossuet 1967, pp. 69, 72.
® Milton 1971, p. 365.
*-Ver Ercole 1926, pp. 67-8; Rubinstein 1971, pp. 314-5; Hexter 1973, p. 156.
12. Ver, por ejemplo, Livio 1949, XXX, II, 8, p. 372 [hay versién espafiola: Tito Livio, Historia de Roma
desde su fundacién (Introduccién general de Angel Sierra, traduccién y notas de José Antonio Villar
Vidal), Gredos, Madrid, 1990, 7 vols.J; Salustio 1931, XL 2, p. 68.
4 Ver, por ejemplo, Cicerén 1913, II. |. 3, p. 170 thay versién espafiola: Cicerén, M. T., Sobre fos
deberes (traduccién, estudio preliminar y notas de José Guillermo Cabafiero), Altaya, Barcelona, 1994].
12. Mommsen y Krueger (eds.) 1985, |. |. 2, vol. |, p. 1: “publicum ius est quod ad statum rei Romani
spectat”.
9A QUENTIN SKINNER:Con el renacer de los estudios de derecho romano, esta antigua pieza de la
terminologia juridica alcanz6 difusién general. Se volvié corriente en el siglo xwv,
tanto en Francia como en Inglaterra, discutir el “estado del reino” 0 estat du
roilme.!? Froissart, por ejemplo, observa que en 1389 el rey decidié “reformar el
pais convirtiéndolo en bon état, para que todos estuvieran satisfechos”.!* La
idea de conectar el buen estado de un rey y el de su reino pronto se volvié un
lugar comin, A mediados del siglo xv, los peticionantes al parlamento inglés
solfan terminar sus stiplicas prometiendo al rey que “rogarfan tiernamente a Dios
por el buen estado y prosperidad de su nobilisima persona en este su noble
reino”.15
Si pasamos de Europa del Norte a las ciudades-estado italianas, encontramos
la misma terminologia incluso mas temprano. Los primeros libros de consejos
para podesta y otros magistrados de la ciudad fueron producidos en las décadas
iniciales del siglo xu. Estos manuales ya dejaban claro que su principal interés
era el status civitatum, el estado o condicién de la ciudad como entidad politica
independiente. El Oculus pastoralis emplea reiteradamente esa expresion?®, y lo
mismo hace Giovanni da Viterbo en su tratado De regimine civitatum, de cerca de
1250."” Hacia comienzos del siglo xiv empezamos a encontrar el mismo concepto
en_las lenguas verndculas, con escritores de Dictamina como Filippo Ceffi
ofreciendo extensas instrucciones a los magistrados sobre los modos de mantener
el stato de la ciudad puesta a su cargo.!®
Al discutir el estado o posicién de tales comunidades, lo que estos escritores
solfan decir era que los magistrados tenian la responsabilidad de mantener a sus
ciudades en un buen estado, feliz y préspero.'? El ideal de conservar el bonus (0
incluso el optimus) status reipublicae también tiene un origen romano; la expresi6n
se encuentra con cierta frecuencia en Cicerén y Séneca.”° El autor del Oculus
Vv
» Post 1964, pp. 310-22.
4 Froissart 1824-6, vol. 12, p. 93: “Le roi... réforma le pays en bon état, tant que tous s'en contérent..”
4. Shadwell (ed.) 1912, vol. 1, p. 64 (Petition from the abbey of Syon). Ver también Shadwell (ed,) 1912,
vol. 1, pp. 66, 82, etc.
6. Oculus 1966, pp. 26, 27, 28 y passim.
1 Viterbo 1901, pp. 230, 231, 232 y passim. Sobre la fecha ver Sorbelli 1944.
¥.Ceffi 1942, pp. 27, 47, 48 y passim.
8 Ercole 1926, pp. 67-8; Post 1964, po.18-24, 310-32, 377-81; Rubinstein 1971, pp.314-16; Mansfeld 1996, pp, 2846.
2. Para referencias sobre el optimus status reipublicae ver Cicerén 1927, II. XI. 27, p. 174 {hay varias
versiones espafiolas, como por ejemplo Cicerén, M. T., “Cuestiones Tuscalanas”, en Obras Completas de
Marco Tulio Cicerén, Anaconda, Buenos Aires, 1946, T. IN] y Cicerén 1931, V. IV, 11, p. 402 thay versiones
al espafiol; entre ellas, Del supremo bien y del supremo mal, Gredos, 1987, y también Planeta-De
Agostini, 1996). Sobre el optimus civitatis status ver Séneca 1929-35, Il. XX. 2, vol. 3, p. 92 thay
traducci6n al espafiol: Séneca, “Tratados morales”, en Obras Competas (Introduccién, version espafiola
y notas por J. M. Gallegos Rocafull), Universidad Auténoma de México, México, 1946, T. ly Il].
EL NACIMIENTO DEL ESTADO 25.pastoralis, anélogamente, se refiere a la necesidad de preservar la propia ciudad
en un feliz, ventajoso, honorable y préspero status.”! Giovanni da Viterbo también
insiste en la conveniencia de mantener el bonus status de la propia comunidad”,
mientras que Filippo Ceffi escribe con la misma confianza, en lengua verndcula,
sobre la obligacién de mantener la ciudad en “un buen stato y completa paz” .2?
Estos escritores proporcionan también las primeras reformulaciones de la vision.
clasica sobre lo que significa para una ciudad o respublica alcanzar su mejor
estado.*4’ Nuestros magistrados deben seguir los mandatos de la justicia en todos
sus actos pUblicos, a fin de promover el bien comtn, mantener el fundamento de
la paz y asegurar la felicidad del pueblo. Esta linea de razonamiento es retomada
mas tarde por Tomas de Aquino y sus discipulos italianos a fines del siglo x.
Santo Tomas presenta el argumento en varios puntos de su Summa, asi como en
su comentario sobre la Politica de Aristételes. “E! juez vela por el bien comin,
que es la justicia, y por eso quiere la ejecucién del ladrén, que constituye un
bien en relacién con el status comGn”.?° La misma linea argumentativa habia
sido propuesta una generacién antes por los escritores de libros de consejos para
los magistrados de la ciudad. En un espifritu muy similar, Giovanni da Viterbo
habla del optimus status en su tratado De regimine civitatum, en tanto Brunetto
Latini reitera el razonamiento de Giovanni en el capitulo Dou gouvernement des
cités al final de su enciclopédico Livres dou trésor de 1266.26
Esta visién del optimus status reipublicae \leg6 mas tarde a ser central para
las versiones humanistas del quattrocento sobre la vida politica bien ordenada.
Cuando Giovanni Campano (1427-1477)? analiza en su tratado De regendo
magistratu los peligros del faccionalismo, declara que “no hay nada que considere
més desfavorable para el status y la seguridad de una respublica"?®. Si el justo
v
2 Oculus 1966, p. 26: “ad... comodum ac felicem statum civitatis huius”y p. 28: “ad honorabilem et
prosperum statum huius comunitatis”.
%-Ver Viterbo 1901, p. 230, sobre el “bonus status totius communis huius civitatis”.
2 Ceffi 1942, p. 47: “in tutta pace e buono stato”.
‘2 Obsérvese que empiezan a discutir este punto cerca de un siglo antes que cronistas como Giovanni
Villani, una de las primeras fuentes habitualmente citadas en este contexto. Ver Ercole 1926, pp. 67-
8; Rubinstein 1971, pp. 314-16; Hexter 1973, p. 155 cf. Villani 1802-3, vol. 3, p. 189, vol. 4, p. 3y
passim.
3. Aquino 1952, I. Ilac, Qu. 19, art. 10, Resp., p. 104: “nam iudex habet curam boni communis, quod
est justitia, et ideo vult occisionem latronis, quae habet rationem boni secundum relationem ad statum
‘communem” (versi6n espafiola en Santo Tomas de Aquino, Suma de Teologia, Biblioteca de Autores
Cristianos (edicién dirigida por los Regentes de Estudios de las Provincias Dominicanas de Espafia),
Madrid, 1997, T. Il: Parte I-Il, Quest. 19, Art. 10, Soluc., p. 202].
Viterbo 1901, pp. 220-2. Cf. Latini 1948, pp. 402-5, parafraseando el razonamiento de Giovanni.
%. Para datar las vidas y obras de los humanistas menos conocidos me he apoyado en Cosenza 1962.
%. Campano 1502, fo. xxxxviir: “nihil existimem a statu et salutate reipublicae alienius”.
26 QUENTIN SKINNERstatus de una comunidad ha de ser preservado, todas las ventajas particulares
deben subordinarse a la busqueda del bien comtin.”® Filippo Beroaldo (1453-
1505) llega a la misma conclusi6n en un tratado al que, de hecho, titulé De
optimo statu. El mejor status, coincide, puede ser logrado si y s6lo si nuestros
magistrados “dejan de lado la busqueda de sus propias ventajas y garantizan que
en todo actéan de modo tal de promover el beneficio pUblico”.*°
Los humanistas erasmianos importaron a Europa del Norte, en las primeras
décadas del siglo xvi, los mismos valores y un vocabulario similar. El propio Erasmo
contrasta el optimus frente al pessimus reipublicae status en su Institutio principis
christiani de 1516,2! argumentando que “el status més feliz es alcanzado cuando
todos obedecen al principe, cuando el principe obedece las leyes y cuando las
leyes responden a nuestros ideales de honestidad y equidad.”*? Su joven
contemporaneo Thomas Starkey ofrece en su Dialogue una explicacién semejante
de lo que constituye “el mas préspero y perfecto estado que puede alcanzarse y
establecerse gracias a la politica y la sabidurfa en cualquier pais, ciudad o
pueblo”? Y en la Utopia de Tomas Moro la figura de Raphael Hythloday insiste
también en que, dado que los habitantes de Utopia viven en una sociedad en la
que las leyes incorporan los principios de la justicia y permiten a todos vivir “tan
felizmente como es posible"**, puede decirse que han alcanzado el optimus
status reipublicae, el mejor estado de una comunidad.?>
v
2. Campano 1502, fo. xxxxviir-v.
38. Beroaldo 1508, fo. xw: “oblitis suorum ipsius commodorum ad utilitatem publicam quicquid agit
debet referre”.
3 Erasmo 1974, p. 162.
32. Erasmo 1974, p. 194: “felicissimus est status, cum principi paretur ab omnibus atque ipse princeps
paret legibus, leges autem ad archetypum aequi et honesti respondent”.
%. Starkey 1948, p. 63.
34. Moro 1965, p. 244, afirma que sus Reipublicae fundamenta han sido establecidos felicissime. [Hay
version espafiola: Moro, Thomas, Utopia (Introduccién, bibliografia, notas y traduccién de Joaquin
Mallafré Gavalda), Orbis, Buenos Aires, 1984.]
35. Moro 1965, p. excv.
EL NACIMIENTO DEL ESTADO 27Paso ahora a examinar cémo estos tempranos usos de status y sus equivalentes
en las lenguas verndculas fueron modificandose hasta adquirir su significado
moderno.! Los historiadores que se ocuparon de la cuestién generalmente se
concentraron en la evolucién de las teorfas juridicas sobre el status de los
gobernantes en los siglos xiv y xv. Era raro, sin embargo, aun para los abogados
civiles, utilizar la palabra latina status sin més precisiones, y semejante barbarismo
era virtualmente desconocido para los escritores politicos.? Incluso en los casos
en los que encontramos el término status en contextos politicos, resulta casi
siempre evidente que lo que esta en cuestién es el estado o posicién de un rey 0
un reino, y de ninguna manera la idea del estado como Ia institucién en cuyo
nombre se ejerce el gobierno legitimo. Si quisiéramos rastrear los origenes de esta
transformacion, me parece que deberfamos comenzar concentrandonos, mas que
en los escritos juridicos, en los manuales para magistrados de los que ya hemos
hablado, y sobre todo, en la literatura de “espejos para principes” a la que con el
tiempo esos manuales dieron origen.* Fue en el marco de esta Ultima tradicién
4
+ Sobre el término “estado” y el concepto moderno del estado ver también Dyson 1980, pp. 18-19, 25-
8y 206-14,
2. Ver Kantorowicz 1957, pp. 207-32, 268-72 [hay versién espafiola: Las des cuerpos del rey. Un estudio
de teologia politica medieval, traduccién: Susana Aikin Araluce y Rafael Blézquez Godoy, Alianza,
Madrid, 1985), Post 1964, pp. 247-53 y 302-9, Strayer 1970, pp. 57-9 y Wahl 1977, p. 80. Para una
valiosa correccién ver Ullmann 1968-9, pp. 43-4. Para una visién panorémica de las discusiones sobre
los origenes medievales del estado moderno, ver Fell 1991
2-Todavia en los afios 1570, Francois Hot man descarta altivamente semejantes usos. Ver Hotman 1972,
p. 332, observando que los poderes del Consejo Publico abarcan “todos esos temas que el vulgo llama
hoy Asuntos de Estado” —“de jis rebus omnibus, quae vulgus etiam nunc Negotia Statuum populari
verbo appellat”.
“Para una critica de esta propuesta y una discusién sobre los usos medievales de status y état ver
Harding 1994,
EL NACIMIENTO DEL ESTADO 29del pensamiento politico practico que los términos status y stato comenzaron por
primera vez a ser utilizados en formas nuevas y significativamente extendidas.®
Los escritores de manuales para principes estaban generalmente preocupados
por dos problemas politicos conexos. Su objetivo mas elevado era explicar el
modo en que los gobernantes pueden aspirar a alcanzar el honor y la gloria para
si mismos promoviendo al mismo tiempo la felicidad y el bienestar de sus stibditos.®
Pero su compromiso principal era con una cuestién politica mas basica y urgente:
cémo aconsejar a los signori de Italia, a menudo inmersos en circunstancias
altamente agitadas, sobre las formas de conservar su status principis 0 stato del
principe, su estado o posicién como gobernantes efectivos de sus territorios.
Como resultado, el uso del término stato para denotar la posicién politica de
los gobernantes, junto con la discusién sobre el modo en que esos gobernantes
debian comportarse si deseaban mantenere /o stato, comenz6 a resonar en las
crénicas y manuales del trecento italiano. Cuando Giovanni Villani habla en su
Istorie Fiorentine de las luchas civiles que marcaron a la ciudad durante la década
de 1290, observa que tales conflictos iban dirigidos en gran parte contra el
pueblo en su stato e signoria.’? Cuando Ranieri Sardo, en su Cronaca Pisana,
describe el ascenso al trono de Gherardo d’Appiano en 1399, destaca que el
nuevo capitano seguia disfruando del mismo stato e governo del que su padre
habia disfrutado antes que él.° Para el momento en que nos encontramos con E/
v
§ Dowdall 1923, p. 102, Skinner 1978b, pp. 352-8 [362-369] [De Skinner 1978a (Los fundamentos del
pensamiento politico moderno. |: El Renacimiento) y de Skinner 1978b (Los fundamentos... Il: La
Reforma) hay versién en espafiol de Juan José Utrilla, FCE, México, 1985 (1* reimpr.: 1993). Se citaré
siempre segtin esa edicién, y se indicaran entre corchetes -como acabamos de hacer- las paginas que
en esa versi6n castellana corresponden a las citas que hace Skinner] y Ornaghi 1995, pp. 349-58. Para
una critica de estas tesis ver Coleman 1997.
© Para una temprana presentacién de estos ideales gemelos, ver Petrarca 1554, pp. 420-1 y 428, Para
un clasico replanteo ver Maquiavelo 1960, p. 102. {De !! principe hay incontables versiones castellanas.
Aqui lo citaremos, cuando sea el caso, segin la traducci6n de Stella Mastrangelo en la edicién
bilingie italiano-castellano, con prélogo y notas de Luce Fabbri Cressati, de Nicolas Maquiavelo, E/
Principe, Nordan-Comunidad, Montevideo, 1993. Naturalmente, existiendo tantas ediciones en nuestra
lengua del libro de Maquiavelo, carece de sentido indicar la pagina de la que hemos utilizado nosotros
(que por lo demas no es de las mas frecuentemente utilizadas) a la que corresponden las citas que hace
Skinner. Més atl para el lector puede ser tener la referencia del capitulo al que cada una de esas citas
pertenece, referencia que ofrecemos entonces en cada caso. Cuando nos ha parecido conveniente, a
fin de facilitar la comprensi6n del texto de Skinner, completar su alusiOn a un determinado pasaje con
la transcripcién del mismo, lo hemos hecho. En el caso de la referencia presente, se trata del comienzo
de la célebre “ExhortaciOn a tomar a Italia y liberarla de los barbaros", capitulo XXVI de El Principe.)
7 Villani 1802-3, vol. 4, pp. 24 y 190-4.
® Sardo 1845, pp. 240-1.
30 QUENTIN SKINNERPrincipe de Maquiavelo, de 1513, la cuestién de lo que los gobernantes deberian
hacer para mantener su posicién politica habia llegado a ser el tema principal del
debate. Los consejos de Maquiavelo estan casi enteramente dirigidos a los nuevos
principes que quieren mantenere lo stato, conservar sus posiciones en los territorios
que hubieran podido heredar o adquirir.°
Para evitar que su estado o posicién se vea alterado en su perjuicio, esos
gobernantes deben ser capaces de satisfacer cierta cantidad de requisitos
necesarios para un gobierno eficaz. Si pasamos a examinar el modo en que esos
requisitos fueron formulados y discutidos nos encontraremos con que los términos
status y stato fueron empleados de forma crecientemente extendida para hacer
referencia a estos diversos aspectos de! poder politico.!°
Uno de los requisitos para mantener la propia posicién (standing) como
gobernante es, obviamente, ser capaz de preservar el cardcter del régimen politico
vigente. Asi, encontramos los términos status y stato usados desde muy temprano
para hacer referencia no sélo al estado 0 condicién del principe, sino también a
la presencia de formas particulares de gobierno. Este uso, por su parte, parece
haber surgido del habito de emplear el término status para clasificar los tipos de
gobierno descriptos por Aristételes. La popularizacién de este desarrollo ha sido
atribuida algunas veces a Tomas de Aquino, dado que existen versiones de su
Expositio de la Politica de Aristoteles donde las oligarquias son descriptas como
status paucorum y el gobierno del pueblo como status popularis.’! Tales usos se
extendieron més tarde al pensamiento politico humanista del quattrocento. Filippo
Beroaldo comienza su De optimo statu con una tipologia de regimenes legitimos,
hablando del satus popularis, del status paucorum e incluso, cuando se refiere a
i:
®. Ver Maquiavelo 1960, pp. 16, 19, 22, 25-6, 27, 28, 35 [corresponden a los capitulos II: “De los
principados hereditarios”, III: “De los principados mixtos”, IV: “Por qué raz6n el reino de Dario, que
fue ocupado por Alejandro, no se rebel6 contra sus sucesores después que Alejandro murié", V: “De qué
modo deben gobernarse las ciudades 0 los principados que antes de ser ocupados vivian con sus leyes”
y Vil: “De los principados nuevos que se adquieren con armas y fortunas de otros" y passim.
4®. Rubinstein 1971 ha analizado ya algunos de estos usos. Si bien he evitado duplicar aqui sus
ejemplos, estoy en deuda con su explicacién.
14. Ver Aquino 1966, III. V, 385, p. 136 sobre el contraste entre vivir “in statu populari” y hacerlo “in
statu paucorum” (“Asi, en las democracias (statu populari) manda el pueblo, en las oligarquias (statu
paucorum) la minoria rica (pauci divites)..." Hay versién castellana, de donde tomamos esta cita:
Tomds de Aquino y Pedro de Alvernia, Comentario a la “Politica” de Aristételes, traduccién de Ana
Mallea, Editorial Universitaria de Navarra, Pamplona, 2001, p. 211); VI. lV, 973, p. 319 sobre el “status
populari" (pp. 482 y ss. de la versi6n castellanal, y VI. VI. 1008, p. 328 sobre el “status paucorum” [pp.
‘487 y ss. de la misma versién]. Rubinstein 1971, p. 322, atribuye a Aquino haber popularizado estos
sos, pero los mismos eran mayormente el producto de las revisiones humanistas de su texto en los afios
1490. Ver Cranz 1978, pp. 169-73, y cf. Mansfield 1996, pp. 346 y las referencias adicionales que allf
sé ofrecen.
EL NACIMIENTO DEL ESTADO 31las monarquias, del status unius.!* Francesco Patrizi de Siena (1412-1494) abre
su De regno con una tipologia similar, en la que la monarquia, la aristocracia y la
democracia son caracterizadas como diferentes tipos de status.!? Escribiendo en
la misma época en lengua vernacula, Vespasiano da Bisticci (1421-1498) contrasta
el gobierno de signori con el stato populare,\* mientras Francesco Guicciardini
invoca la misma distincién una generacién més tarde en sus Discorsi sobre el
gobierno de Florencia.!® También Maquiavelo utiliza stato con el mismo sentido
en algunos pasajes de £/ principe,!® notoriamente en la frase de apertura del
libro, en la que nos informa que “todos los stati, todos los dominios que han
tenido y tienen imperio sobre los hombres, han sido y son reptiblicas o
principados.”!7
Por esta época, el término stato se utilizaba también ampliamente para aludir
a los regimenes dominantes. Cuando Giovanni Villani sefiala que en 1308 “eran
los miembros de la parte Nera los que tenifan el control” en Florencia, habla del
gobierno que ellos establecieron como /o stato de’ Neri.!® Cuando Ranieri Sardo
escribe sobre la caida del Nove en Siena en 1355, describe el cambio de régimen
como la pérdida de /o stato de’ Nove.!? Cuando Vespasiano relata cémo los
enemigos de Cosimo de’ Medici se las ingeniaron para instaurar. un nuevo gobierno
en 1434, caracteriza al coup como un cambio de /o stato.2° Para cuando Illegamos
a tedricos como el amigo de Maquiavelo Francesco Vettori, que escribieron en los
primeros afios del siglo xvi, encontramos estos usos firmemente consolidados.
Vettori utiliza el término stato no sélo para referirse a las diferentes formas de
gobierno, sino también para describir el régimen prevaleciente en Florencia, el
que éI deseaba ver defendido.”?
Un segundo requisito para mantener la propia condicién (state) de gobernante
es, obviamente, no sufrir pérdidas ni alteraciones de los territorios gobernados.
v
2 Beroaldo 1508, fos. xir y xiiv.
©. Patrizi 1594*, pp. 16-17, 19 y 21.
™. Vespasiano 1970-6, vol. 1, p. 406.
+8 Guicciardini 1932, p. 274.
‘6 Ver Maquiavelo 1960, pp. 28-9, sobre el stato di pochi (“estado de pocos". La referencia (“Los
espartanos tuvieron dominadas a Atenas y a Tebas creando en ellas un estado de pocos, y las
perdieron”) corresponde al Cap. V: "De qué modo... ").
1 Maquiavelo 1960, p. 15 [Cap. |: “De cuantas clases son los principados y de qué modos se
adquieren”): “Tutti li stati, tutti e’dominii che hanno avuto et hanno imperio sopra li uomini, sono stati
e sono o republiche 0 principati.”
%-Villani 1802-3, vol. 4, pp. 25 y 190-1. Cf. Villani 1802-3, vol. 8, p. 186.
1 Sardo 1845, p. 125.
2. Vespasiano 1970-6, vol. 2, pp. 171 y 173.
Vettori 1842, pp. 433 y 436. Rubinstein 1971, p. 318, observa que éstos eran todavia usos corrientes
en la Florencia del quattrocento tardio.
32 QUENTIN SKINNER:Como resultado de esta preocupacién adicional, encontramos los términos status
y stato utilizados como un modo de referirse a las éreas sobre las que un gobernante
o magistrado principal necesita ejercer control. Cuando el autor del Oculus
pastoralis exhorta a los magistrados a velar por el bienestar de sus ciudades,
habla de su obligacién de mantener suos status.2? Cuando los autores del Gratulatio
dirigido al pueblo de Padua en 1310 expresan la esperanza de que la provincia
contine viviendo en paz, declaran que estan haciendo votos por la tranquilidad
de todo el status.?? Y cuando Ambrogio Lorenzetti explica en los versos que
acompajian sus frescos en la Sala de’ Nove en Siena que todos los. signori deben
cultivar las virtudes, argumenta que asi es como ellos han de actuar per governar
suo stato.
Estos usos proliferan en las crénicas y manuales del alto Renacimiento. Cuando
Ranieri Sardo quiere describir cémo en 1290 los pisanos hicieron la paz en sus
territorios, sefiala que la tregua se extendié por todo el stato.2® Cuando Francesco
Guicciardini remarca en sus Ricordi que los franceses revolucionaron el arte de la
guerra en Italia a partir de 1494, produciendo una situacién en la que la pérdida
de una sola campafia trafa aparejada la confiscacién de todas las tierras, describe
tales derrotas como conducentes a la pérdida de Jo stato.*° Lo mismo ocurre en
Maquiavelo, quien en E/ Principe utiliza frecuentemente el término /o stato para
referirse a las tierras 0 territorios de los principes. En el capitulo 3 se explaya
sobre los métodos que un principe sabio debe adoptar si pretende adquirir nuevos
stati; y en el capitulo 24 se pregunta sobre las razones por las que tantos de los
principes de Italia han perdido sus stati en el curso de sus propias vidas.2?
Debido, en gran medida, a estas influencias italianas, los mismos usos pueden
encontrarse en la Europa del norte hacia las primeras décadas del siglo xvi.
Guillaume Budé, en su L’/nstitution du prince, equipara la amplitud de les pays
regidos por César tras su victoria sobre Antonio con la extensién de son estat.28
Thomas Starkey en su Dialogue habla sobre la necesidad de establecer un Consejo
en Inglaterra para “representar a todo el state”.2° Y cuando Lawrence Humfrey,
v.
% Oculus 1966, p. 24.
®. Gratulatio 1741, p. 131.
™ Starn y Patridge 1992, “Appendix I", p. 264.
2. Sardo 1845, p. 91.
*-Guicciardini 1933, p. 298.
7” Maquiavelo 1960, pp. 18, 22, 24 [del cap. Ill: “De los principados mixtos"] y 97 [del cap. XXIV: “Por
qué los principes de Italia han perdido sus estados").
* Budé 1966, p. 140. Delaruelle 1907, p. 201, observa que, aunque la Institutio de Budé no fue
Publicada hasta 1547, estaba completa hacia el inicio de 1519.
*- Starkey 1948, p. 167,
EL NACIMIENTO DEL EsTany 32.en The Nobles, procura advertirnos acerca del mal comportamiento de un
gobernante, que puede facilmente corromper todo su reino, lo que nos dice es
que sus vicios pueden difundirse “en todo el state” 2°
Como subrayan estos escritores, sin embargo, el requisito mas importante
para mantener la propia condicién o estado (state) de gobernante es, de lejos,
conservar el control sobre las instituciones existentes dentro del regnum o civitas.
Esto dio lugar a la mas importante innovaci6n lingiistica que puede encontrarse
en las cronicas y tratados politicos del Renacimiento italiano. Tal evoluci6n crucial
adopt6 la forma de una extensién del término stato para aludir no s6lo a los
regimenes imperantes, sino también, y mas especificamente, a las instituciones
de gobierno y a los medios de control coercitivo orientados a preservar el orden
dentro de las comunidades politicas.
Vespasiano, en su Vite, habla en varias ocasiones de Jo stato, justamente,
como un aparato de autoridad politica de ese tipo. En su biograffa de Alessandro
Sforza describe cémo Alessandro se condujo en el gobierno de /o stato,?! y en su
biograffa de Cosimo de’ Medici elogia a Cosimo por reconocer lo dificil que es
mantener poder sobre uno stato ante la oposicién de los ciudadanos influyentes.**
Andlogamente, Guicciardini se pregunta en sus Ricordi por qué los Medici perdieron
el control de /o stato en 1527, y luego observa que mantener el control sobre /o
stato di Firenze les result6 mucho més dificil que a Cosimo.°° También Castiglione
deja claro, en su Libro del Cortegiano, que él entiende a /o stato como una
estructura de poder que un principe debe controlar y dominar. En el libro 2 se
refiere a la necesidad del cortesano de comportarse “como hombre sabio y
prudente” en las discusiones sobre los stati 34, y al comenzar el libro 4 distingue
explicitamente entre las familias dirigentes y los estados sobre los que ellas
gobiernan.3®
td
3°. Humfrey 1563, Sig. Q, 8v.
31. Vespasiano 1970-6, vol. 1, p. 426.
22. Vespasiano 1970-6, vol. 1, pp. 177 y 192. Sobre el ultimo pasaje ver Rubinstein 1971, p. 318.
=) Guicciardini 1933, pp. 287 y 293. Guicciardini ~pero no Maquiavelo- habla también explicitamente
de ragione di stato. Ver Maffei 1964, pp. 712-20. Para la historia posterior del concepto en la Italia del
cinquecento ver Mainecke 1957, pp. 65-145, y Borrelli 1993.
34. Castiglione 1981, II. XXII, p. 151: “.:. nef discorsi de’ stati prudente e savio" (hay version castellana:
Baltasar Castiglione, £/ Cortesano, Espasa-Calpe, Madrid, 1984, p. 161, introduccién y notas de
Rogelio Reyes Cano, que reproduce la traduccién de Juan Boscén (Pedro Monpezat, Barcelona, 1634)
y le afiade una division en capitulos y una sinopsis argumental de cada uno de ellos que no figuraban
en el original italiano.)
35. Ver Castiglione 1981, IV. II, p. 365, distinguiendo “la felicita della casa e dello stato” [
prosperidad de esta casa y de su estado...", p. 298 (“Prologo” al Libro IV) de la version espafiola citada
en la nota anterior).
RA OUENTIN SKINNERDe todos estos escritores de libros de consejos, es Maquiavelo en E/ Principe
quien mas consecuentemente distingue las instituciones de /o stato de quienes
estan a cargo de ellas. Piensa los stati como poseedores de sus propics
fundamentos, y sostiene que cada stato en particular tiene sus propias leyes,
costumbres y ordenanzas.° Tiende en consecuencia a referirse a /o stato como a
un agente independiente, y lo describe como capaz, entre otras cosas, de elegir
cursos de accién y de apelar a la lealtad de sus ciudadanos en épocas de crisis.3”
Como deja claro en varios momentos, Maquiavelo no cree estar discutiendo apenas,
en E/ Principe, sobre el modo en que los principes deberian comportarse. También
se ve a si mismo escribiendo, en términos mas abstractos, sobre el arte del
gobierno (dello stato) y sobre cose di stato o asuntos de estado.2#
A menudo se ha argumentado que en estas observaciones de Maquiavelo se
encuentra ya una comprensié6n del estado no sélo como un aparato de poder,
sino como un agente cuya existencia es independiente de aquellos que ejercen
su autoridad en un momento determinado.%° No hay suficiente evidencia, sin
embargo, que apoye esta visién -originalmente sostenida por Burckhardt- del
Renacimiento italiano como el contexto en el que se modelé la idea moderna del
estado.*° Sin duda, Maquiavelo y sus contemporaneos realizaron una importante
innovacién al usar el término stato para referirse a las instituciones de gobierno y,
consecuentemente, a un aparato especifico de poder. Sin embargo, incluso
Maquiavelo suele tomarse el trabajo de enfatizar que el poder en cuesti6n sigue
siendo el poder del principe, por lo que al hablar de /o stato se esta refiriendo a
v
% Maquiavelo 1960, pp. 53 [del Cap. XII: “Sobre los géneros de la milicia y sobre los soldados
mercenarios", 76 [del Cap. XIX: "Cémo hay que evitar el desprecio y el odio") y 84 [del Cap. XX: "Si
las fortalezas y otras cosas que los principes hacen tados los dias son tiles 0 no".
*. Maquiavelo 1960, pp. 48 {del Cap. X: “De qué modo debe medirse la fuerza de todos los principados")
y 92 [del Cap. XXII: “De los secretarios que tienen los principes”
%* Maquiavelo 1960, pp. 21 [“"Cos/ interviene nelle cose di stato”: “Asi ocurre en las cosas del estado”,
en el Cap. Ill: “De los principados mixtos”] y 25 [“perché, dicendomi el cardinale di Roano che gli
iani non si intendevano della guerra, io gli risposi che e' Francesi non si intendevano dello stato”.
jorque diciéndome el cardenal de Rouen que los italianos no entendian de guerra, yo le respondi que
los franceses no entendian de estado”, en el mismo capitulol.
Chiappelli 1952, p. 68; Cassirer 1946, pp. 133-7 (hay versién espafiola; E/ mito del Estado,
traduccién de Eduardo Nicol, FCE, México, 1992 (1*ed.: 1947)]; Chabod 1962, pp. 146-55; D'Entréves
1967, pp. 30-2; Mansfield 1996, pp. 288-94.
“Burckhardt 1990, p. 23, habla del surgimiento, en la Italia del trecento, de “la ficci6n -auténticamente
moderna de la omnipotencia del Estado”, y agrega (p. 73) que la Florencia de Maquiavelo fue “la
sede y el crisol (...) del espiritu europeo moderno”. [Citamos el libro de Burckhardt -cuya primera
edicién alemana es de 1860- segiin la versién espafiola de Jaime Ardal (corregida y prologada por J.
Bofill y Ferro), La cultura del Renacimiento en Italia, Iberia, Barcelona, 1964.1
EL NACIMIENTO DEL ESTADO 35il suo stato, al propio estado o condicién de gobernante del principe.*! Pese a la
importancia de todos los escritores que he venido considerando, ninguno de ellos
ha concebido nunca al estado como el nombre de un agente distinguible al
mismo tiempo de los gobernantes y de los gobernados.‘?
v
41, Maquiavelo 1960, pp. 16 ["... si ese principe (el hereditario) es de normal capacidad, siempre se
mantendrd en su estado (ne/ suo stato)” , Cap. I: “De los principados hereditarios"], 47 [los ciudadanos
que ocupan las magistraturas (...) con gran facilidad pueden quitarles (a los principes) el estado (/o
stato)", Cap. IX: “De los principados civiles"], 87 (“En el principio de su reino (Fernando de Aragon)
‘tac Granada, y esa empresa fue el cimiento de su estado (dello stato suo)", Cap. XXI: “Lo que
conviene a un principe para ser estimado”) y 95 ["... aquellos seffores que en Italia han perdido el
estado (Jo stato)”, Cap. XXIV: “Por qué los principes de Italia han perdido sus estados”].
"2 Incluso en Francia esto sigue siendo verdad hasta los afios 1570. Ver Lloyd 1983, pp. 146-53. En
Espatia los viejos supuestos sobreviven al menos hasta fa mitad del siglo xu, pace Maravall 1961. Ver
Elliott 1984, pp. 42-5 y 121-2. Shennan 1974, pp. 113-4, observa que en Alemania un concepto
patrimonial del gobierno sobrevivi6 incluso més tiempo.
36 QUENTIN SKINNER