Sermón
Dios hace que podamos habitar en Su presencia
Leccionario: 2 Corintios 5:21-6:2
Texto de la prédica: Salmo 15
Introducción a la Escritura
El salmo 15 es un canto que reconoce la santidad de Dios ante quien nadie puede acercarse por si
mismo. Al mismo tiempo señala características que requiere un creyente para entrar al Tabernáculo
y presentar su adoración al Altísimo. Vemos una vez más en los salmos que la moral del cristiano
no está divorciada de su adoración y sentimientos al Señor y que su conducta tiene que ser guiada
por la Palabra de Dios tanto fuera como dentro del Santuario. El rey David canta sin pretender
que tiene estas cualidades de manera perfecta, sino que apunta al anhelo y la integridad de cada
adorador de presentarse limpio ante Dios, de agradar a su Señor y alabarlo de todo corazón.
Introducción al sermón
Se trata de una de las preguntas más importantes que contiene la Escritura, así como una de las
más famosas: “Señor, ¿quién puede estar contigo, habitar en tu presencia?” y es que cuando
miramos la conducta de muchos y consideramos cuán pecadores somos; esa pregunta resuena en
nuestros oídos. Pero también tenemos otra perspectiva: la de aquel que desea estar en la presencia
del Señor y adorarlo por siempre.
Algunos usaron esta pregunta como “una liturgia de entrada” con la idea de meditar mientras se
acercaban al Tabernáculo o antes de iniciar el servicio de adoración. Ciertamente necesitamos
considerar esta pregunta que lejos de apartarnos de la iglesia, nos urge a meditar en nuestro deseo
y necesidad de estar en la presencia de Dios ahora y por la eternidad. Y es que no podemos asistir
al servicio de adoración por costumbre ni mucho menos desconectados de cómo vivo en la semana.
Entonces: ¿cómo podemos tú y yo habitar en la presencia del Dios Vivo?
Desarrollo
En Cristo, Dios hace que podamos habitar en Su presencia
1.Dios nos llama por lo que debemos ir preparados a Su presencia
El pueblo avanza para adorar al Señor ya sea en el Tabernáculo o en el templo que estaba en el
monte santo de Sion (Jerusalén). Algunos piensan que el pueblo se detenía en la entrada y se
preguntaba: ¿Quién, Señor, puede habitar en tu santuario? ¿Quién puede vivir en tu santo monte?
Y entonces el sacerdote contestaba con los siguientes versos del salmo.
El salmista nos dice algunas cosas entre-líneas aquí: hay un pacto por medio del cual el Señor
convoca a su pueblo. Dios quiere una relación donde Él cuida y provee a Su pueblo y este quiere
vivir donde está Su Señor. Ellos y nosotros entendemos que solo nuestro Señor nos da reposo y
bienestar. Dios nos convoca también para que le traigamos nuestra alabanza. No se la traemos a
ningún otro, ni dependemos de otros para presentarle nuestra adoración al Señor; sino que Juntos,
en comunión lo adoramos, le agradecemos, oramos, ofrendamos, tenemos comunión con Él. Su
iglesia se goza en Su presencia. Esto es vivir, esto es habitar; no es solo estar presente físicamente
sino un darse con amor y sacrificio a la persona que te ama y te lo ha demostrado salvando tu vida.
Dios quiere entonces que vivamos con Él. Pero tú y yo necesitamos estar preparados, es decir ser
creyentes aprobados, santos que se acercan a un Dios Santo.
Entonces la pregunta cobra sentido cada vez más y se hace profunda, porque ¿cómo es que un
pecador puede acercarse a Dios? Entonces la respuesta se hace vital, tan urgente como la pregunta
misma: ¿Quién puede vivir en tu santo monte? Y los siguientes versos que responden las preguntas
nos dejan ver que hay unas cualidades o demandas a tener con las cuales ir preparados. Nota que
esas cualidades no son rituales (para presentarlas solo en el templo) sino que van más allá para ser
cualidades morales que un creyente tiene que manifestar en su vida diaria.
Nota también que no todos presentan esas cualidades y por ende no pueden adorar a Dios, no
pueden participar de las realidades y bendiciones del pacto como recibir la justicia de Cristo, ser
perdonados, participar de los sacramentos, ser verdaderamente bienaventurados, entre otros.
Estas preguntas nos están diciendo que tu presencia aquí como miembro de la iglesia y como
embajador de Dios en el mundo; es un don, un regalo de Dios. De ninguna manera es un regalo
que tú le haces a Dios de venir y cantar y adorar. Y menos si lo haces por obligación o con desgano.
Participar de esta bendición de congregarnos, de estar en comunión por medio del Espíritu, de
cantar y alabar es una dicha que proviene de Dios. Sería bueno reflexionar si ¿he estado asistiendo
a la iglesia por Dios o por alguien? La iglesia fue hecha para mis deseos o para Dios? (Aunque es
verdad que recibimos bendiciones por la gracia de Dios) de tal manera que en este año que empieza
abandonemos actitudes, si las hay, de que le estamos haciendo un favor a Dios al asistir a Su iglesia
que predica a Cristo crucificado. El creyente que asiste, lo hace deseoso de encontrarse con su
Señor; no lo hace porque Dios necesita que vaya, ya que Dios no tiene necesidad de nada.
Este salmo no es un salmo legalista; que contiene normas a cumplir para poder entrar a la comunión
de los santos. Pero si nos muestra que hay un principio, un camino, una puerta para estar con Dios
y estar preparados para esa comunión con el Señor, con su iglesia. a lo largo de la Escritura, Dios
nos ha mostrado que es celosos y cuidadoso con la manera de adorarlo y que esa persona a su vez
sea íntegra al presentar su adoración y no se acerque manchado de pecado. Esto nos dice que no
puede ser solo cuando asistas al servicio de adoración, sino que tiene que reflejarse en toda tu vida.
2.Dios nos llama y nos dice cómo ir a Su presencia
El salmista nos dice cuáles son las cualidades que el Señor aplaude y aprueba. Nosotros tendemos
a dar más valor a otras cualidades como el vestido externo, la puntualidad, cantar bien, el café que
no debe faltar, entre otras cosas. Estas cosas no están mal y reconocemos que son legítimas, pero
no es lo que Dios busca en un adorador.
Entonces ¿qué es lo que Dios requiere de su pueblo para que venga a encontrarse con Él en un
ambiente de pacto, comunión, gozo y santidad? Vemos que el salmo nos habla hasta de 11
características, aunque en la biblia encontramos muchas más. ¿Cuáles hubieses nombrado tú? ¿no
faltan el ofrendar, orar. En aquellos tiempos sabemos que los fariseos agregaron sus listas, propio
del corazón humano; las cuales Cristo denunció como por ejemplo el no ayudar al prójimo en el
día de reposo. Y a veces prestamos más atención a detalles que nos distraen de lo verdaderamente
importante: la comunión entre los hermanos, el amor nacido de corazón limpio, buena conciencia,
fe no fingida y así…
Por eso el salmo apunta a una conducta intachable, que practica la justicia, un corazón que dice
la verdad, no calumnia, no hace mal al prójimo, no acarrea desgracias a su vecino, desprecia al que
Dios reprueba, honra al que teme al Señor, cumple lo prometido, aunque salga perjudicado, presta
dinero sin ánimo de lucro, y no acepta sobornos que afecten al inocente. Esto no puede ser solo
para la iglesia, son cualidades que tienen que ser llevadas al mundo que tanto necesita de personas
así que brillen como luminares en medio de esta sociedad torcida. Como dijimos antes, estas no
son cualidades ceremoniales sino morales a ser vividas día a día. Dios demanda que vivamos vidas
íntegras.
Ahora veamos, ¿vives así? la verdad es que esta lista denuncia la situación moral de este país:
corrupción, mentiras, maldad, desgracias contra el vecino, se aprecia a aquellos que sabemos que
la Escritura reprueba, hay burla contra los temerosos del Señor, no se cumplen las promesas, y
menos si se sale perjudicado en algún negocio o venta. Los prestamos siempre son con intereses
del 15% o más. Ni que decir de los sobornos en las instituciones públicas. Pero como cristianos
tenemos que reconocer que no podemos cumplir con esta lista tampoco.
En la historia de la iglesia, se dio la situación de pasar esta lista a los creyentes que entraban al
culto para ver quiénes cumplían y quiénes no. Por supuesto esto fue una medida legalista que trajo
humillación, rencor, orgullo en los que pretendían que las cumplían y en fin discordias a todo dar.
Entonces ¿quién puede estar en la presencia de Dios? ¿Este salmo es para ganar el acceso a Dios
por medio de esfuerzos humanos? Sabemos que solo una persona justa puede vivir en la presencia
de Dios. Entonces ¿qué podemos hacer?
3.Dios nos llama, y solo en Cristo somos declarados justos para ir y vivir en la presencia del
Señor.
Hemos guardado lo mejor para el final. Es duro y asfixiante querer ganar por nuestros propios
esfuerzos, el vivir en la presencia de Dios; en otras palabras, ser salvos de toda condenación y
pecado y recibir vida eterna. Se termina agobiado de no poder cumplir perfectamente la ley de
Dios. ¿cómo ser un adorador si veo pecado en mi vida y veo las demandas de la ley? ¿Cómo
pretender tomar la santa cena? No, no aprobamos. No hay seguridad así haga los mejores esfuerzos
con los mejores deseos. Porque no se trata de cómo veo las cosas y las justifique a mi manera.
Porque habrá otros que obren y lo justifiquen a su manera. Se trata de lo que Dios demanda, de lo
que exige su santa ley, de lo que determina su Palabra que es veraz. Y como somos pecadores, no
podemos cumplir como Dios lo requiere.
Dice la Escritura, en Romanos; que no hay justo ni aun uno, nadie hace lo bueno, nadie puede
excusarse. Solo hay uno que estuvo aquí en la tierra que fue intachable, que su corazón mostró
pureza y verdad, y que cumplió estas cualidades y guardó la ley perfectamente: ¡nuestro Señor
Jesucristo! Hoy estás adorando, escuchando este sermón, orando, cantando…hoy otros hermanos
se aprestan además de esto, a participar de la santa cena… ¿cómo es posible? ¿es por voluntad
humana solamente?
¿No es maravilloso y asombroso saber y sentir que Dios mismo preparó todo esto hoy junto con
todos los que en todas partes invocan el nombre de Cristo? ¿no es asombroso y como para alabar
y dar gracias al Señor saber que hoy domingo compartimos esta fe preciosa con nuestros hermanos
en los distintos países donde hay persecución y guerra y que la iglesia está adorando?
Esto no puede ser obra humana, sino que por medio de Cristo que no cometió pecado, Dios lo trató
como pecador por causa nuestra para que ahora, hoy, tú recibieras la justicia de Dios que te hace
ser iglesia, participar de estas realidades espirituales y ¡presentarte delante de Dios como si nunca
hubieras pecado! ¿tanto así? ¡Si! Porque grande y poderosa fue la obra de Cristo a favor de todo
aquel que cree y ya no vendrá a condenación. Preciosa y efectiva es la sangre de Cristo que logró
el completo perdón de pecados.
La obra de Cristo, su amor, su intercesión ahora mismo hace que con confianza tú te acerques a
Dios y lo adores. Ahora tú caminas en estas 11 cualidades por gracia, por agradecimiento, porque
quieres agradar a quien te salvó, ahora no te agobia el buscar vivir así porque al estar unidos a
Cristo podemos y queremos dar esos frutos y hacer una diferencia santa en el mundo.
Por eso el salmista finaliza con la convicción que al mismo tiempo es una de las promesas del
pacto de que ¡el que así actúa no caerá jamás! ¡El que haga estas cosas no resbalará jamás! Porque
es sostenido por la gracia de Dios, porque Dios lo hará perseverar hasta el fin. En el Antiguo
Testamento el “caer” significa la inseguridad, la vacilación más extrema. Pero los que han sido
justificados en Cristo, no experimentarán una caída así.
El mundo cree que si hace lo contrario a estas cualidades morales no caerán: mienten, roban,
sobornan, creen que si no cobran intereses perderán su dinero ante la inflación y devaluación y
desastre económico en que estamos. Pero la Escritura nos dice que la actitud de los hijos de Dios
debe ser esa: dar, hacer bien, reconocer que la ley de Dios es justa. ¡No caeremos, Dios nos guarda
en Cristo Jesús…ya somos bienaventurados y habitaremos con Él por siempre…! no recibamos su
gracia en vano ¡Dios te escuchó a ti en el momento propicio y te ayudó y te ayuda hoy que es día
de salvación también! amén.
C.G