TEATRO
Teórico
Unidad I
El teatro y su crisis actual de T. Kowzan
Capítulo: El signo en el teatro - introducción a la semiología del arte del espectáculo
La noción signo, desde la antigüedad griega, se aplicó en dos terrenos: el del arte
militar (la ciencia de hacer maniobrar las tropas por medio de señales) y la medicina.
El término semiología irrumpió en las ciencias humanistas gracias Ferdinand de
Saussure (Curso de la Lingüística general de 1916). “La lengua es un sistema de signos que
expresan ideas”, “ciencia que estudia la vida de los signos dentro de la vida social”. La
lingüística no es más que una parte de esa ciencia general, y las leyes descubiertas por la
semiología serán aplicables a la lingüística.
Jan Mukarovsky, en 1934: “todo contenido psíquico que sobrepasa los límites de la
conciencia individual adquiere por el hecho mismo de su comunicabilidad carácter de
signo”, “la obra de arte es al mismo tiempo signo, estructura y valor”. Sus innovaciones
son de carácter muy general. Distingue dos funciones semiológicas: la función
comunicativa y la función autónoma, pero no propone método alguno de análisis
semiológico en el campo del arte. Lejos de tratar una obra de arte como un conjunto o
una serie de signos, parece considerarla como un sigo.
En Eric Buyssens se manifiesta la misma tendencia a considerar la obra de arte
como una unidad semiológica. “La obra artística es más bien testigo de un acontecimiento
psicológico”. Distingue dos categorías de semias, los sistemáticos y los asistemáticos. Los
semias asistemáticos son para él el arte, la publicidad, la urbanidad, la gesticulación, las
marcas, etc.
Después de la guerra, la idea de considerar el arte como hecho semiológico gana
terreno.
Roman Jakobson reconoce como lenguajes no lingüísticos a la pintura y el cine.
La teoría del signo hasta ahora no ha sido aplicada en forma sistemática a ningún
terreno del arte.
Entre todas las artes, y quizás entre todos los campos de la actividad humana, el
arte del espectáculo es donde el signo se manifiesta con mayor riqueza, variedad y
densidad.
En la representación teatral todo es signo, aunque pocas veces se manifiestan en
estado puro, suelen obrar simultáneamente sobre el espectador en calidad de
combinaciones de signos que se completan, se refuerzan, se precisan mutuamente, o bien
se contradicen. El espectáculo y la mayoría de las combinaciones de signos se dan tanto
en el tiempo como en el espacio, lo cual torna aún más complicado el análisis y la
sistematización.
El espectáculo emplea tanto la palabra como sistemas de significación no
lingüísticos. Recurre tanto a signos auditivos como visuales.
Prácticamente no hay sistema de significación, no existe signo que no pueda ser
utilizado en el espectáculo.
1
TEATRO
Teórico
Unidad I
El amplio terreno del arte del espectáculo, como campo de explotación
semiológica, podría enfocarse de diversas maneras. ¿Qué método elegir? Hemos decidido
abordar la cuestión por el resultado, es decir, el espectáculo como realidad existente,
tratando de poner un poco de orden a este desorden, o más bien apariencia de desorden,
debida a la riqueza de todo eso que se desenvuelve en el espacio y el tiempo en el curso
de una representación teatral. Nos limitaremos al arte teatral en su acepción más amplia
(drama, ópera, ballet, pantomima, títeres), dejando a un lado otras formas de espectáculo
como el cine, la televisión, el circo y el music-hall.
Primero hay que examinar la idea de signo. La teoría general del signo es una
ciencia fecunda que se desarrolla sobre todo dentro de la lógica, de la psicología y de la
lingüística.
Definición “signo”: 1. Aceptamos el término signo, sin recurrir a los otros términos
del mismo campo conceptual, 2. Adoptamos el esquema de Saussure de significado y
significante, dos componentes del signo (el significado corresponde al contenido, el
significante a la expresión), 3. En cuanto a la clasificación de los signos aceptamos la que
los divide en signos naturales y signos artificiales. Los signos naturales son aquellos cuya
relación con la cosa significada sólo es resultado de las leyes de la naturaleza. Los signos
artificiales son aquellos cuya relación con la cosa significada se basa en una decisión
voluntaria, y más frecuentemente colectiva.
Todo es signo de algo. Los signos naturales son los que nacen y existen sin
participación de voluntad; tienen carácter de signos para quién los percibe, quien los
interpreta, pero son emitidos involuntariamente. Esta categoría abarca principalmente los
fenómenos de la naturaleza y los actos de los seres vivos no destinados a significar
(reflejos). Los signos artificiales son creados por el hombre o por el animal
voluntariamente, para señalar algo, para comunicarse con alguien. La diferencia esencial
entre signos naturales y signos artificiales está en el plano de la emisión y no de la
percepción, y esa diferencia determina la existencia y la ausencia de voluntad de emitir el
signo.
Los signos que emplea el arte teatral pertenecen todos a la categoría de signos
artificiales. Son signos artificiales por excelencia. Son consecuencia de un proceso
voluntario, casi siempre son creados con premeditación, tienen por objeto comunicar
instantáneamente. Lo cual no es de sorprender en un arte que no puede existir sin
público. Los signos teatrales son perfectamente funcionales. El espectáculo transforma los
signos naturales en artificiales (el relámpago), pues tiene el poder de artificializar los
signos. Igualmente, hay presencia de signos naturales.
Principales sistemas de signos empleados en la representación teatral:
1. La palabra
La palabra está presente en la mayoría de las manifestaciones teatrales (salvo la
pantomima y el ballet).
Se trata de las palabras pronunciadas por los actores en el curso de la
representación.
El análisis semiológico de la palabra puede situarse en diferentes planos, no
solamente en el plano semántico.
2
TEATRO
Teórico
Unidad I
Supersignos (signos compuestos de segundo o tercer grado): se da cuando las
palabras, además de su función puramente semántica, tienen una función semiológica
suplementaria en el plano de la fonología, la sintaxis o la prosodia.
2. El tono
La palabra no sólo es signo lingüístico. La forma en que se pronuncia le otorga un
valor semiológico suplementario.
El tono comprende elementos tales como la entonación, el ritmo, la velocidad, la
intensidad.
Hay que sumarle a esto el acento, aunque el tono y la palabra comparten los signos
de éste.
Cada signo lingüístico posee una forma normalizada (la palabra como tal) y
también variaciones (el tono) que constituyen un “terreno de libertad” que cada individuo
hablante, y sobre todo el actor, explota de una manera más o menos original.
3. La mímica del rostro
Expresión corporal del actor: signos espaciales-corporales creados por las técnicas
del cuerpo humano, signos que podríamos llamar kinéscios, kinestésicos o cinéticos.
Rostro. Sistema de signos kinésicos más relacionado con la expresión verbal. Hay
gran cantidad de signos miméticos impuestos por la articulación; en ese plano es difícil
precisar el límite entre la mímica espontánea y la mímica voluntaria, entre los signos
naturales y los artificiales. Los signos musculares del rostro tienen un valor expresivo tan
grande que a veces reemplazan, y con éxito, la palabra. También hay toda clase de signos
mímicos ligados a las formas de comunicación no lingüística, a las emociones, a las
sensaciones corporales agradables o desagradables, a las sensaciones musculares, etc.
4. El gesto
Después de la palabra (y su forma escrita), el gesto constituye el medio más rico y
flexible de expresar los pensamientos, es decir, el sistema de signos más desarrollado.
Al diferenciar el gesto de los demás sistemas de signos kinésicos, lo consideramos
como movimiento o actitud de la mano, del brazo, de la pierna, de la cabeza, del cuerpo
entero, para crear o comunicar signos. Los signos del gesto comprenden varias categorías.
Están los que acompañan la palabra o la sustituyen, los que reemplazan un elemento del
decorado, un elemento del vestuario, un accesorio, gestos que significan un sentimiento,
una emoción, etc.
Son más o menos convencionales.
5. El movimiento escénico del actor
El tercer sistema de signos kinésicos comprende los desplazamientos del actor y
sus posiciones dentro del espacio escénico. Se trata sobre todo de: los sucesivos lugares
ocupados con relación a los demás actores, los accesorios, los elementos del decorado, los
espectadores; diferentes formas de desplazarse; entradas y salidas; movimientos
colectivos.
6. El maquillaje
El maquillaje teatral tiene por objeto hacer resaltar el valor del rostro del actor que
aparece en escena en ciertas condiciones de luz. Junto con la mímica, contribuye a dar la
fisonomía del personaje. En tanto que la mímica, gracias a los movimientos de los
3
TEATRO
Teórico
Unidad I
músculos de la cara, crea sobre todo signos móviles, el maquillaje forma signos de
carácter más duradero.
Generalmente se fundan en signos naturales.
Como sistema de signos, el maquillaje está en interdependencia directa con la
mímica del rostro.
7. El peinado
Como producto artesanal, a menudo se clasifica el peinado teatral dentro del
cuadro del maquillaje. Como fenómeno artístico, pertenece al dominio del creador del
vestuario. Hemos resultado considerarlo como un sistema autónomo de signos.
El peinado puede ser signo de que el personaje pertenece a determinada área
geográfica o cultural, a una época, una clase social.
El poder semiológico del peinado no sólo reside en su estilo, sino también en el
estado más o menos cuidadoso en que se encuentra.
Aquí también se incluyen la barba y el bigote, tanto como complementos del
peinado o como elementos autónomos.
8. El traje
En el teatro, constituye el medio más externo, más convencional de definir al
individuo humano.
El traje señala el sexo, la edad, la clase social, la profesión, una posición social o
jerárquica particular, la nacionalidad, la religión, y determina a veces la personalidad
histórica o contemporánea.
El poder semiológico del traje no se reduce a definir quién lo lleva.
Es claro que un traje por lo general corresponde a la vez a muchas circunstancias, y
casi siempre va ligado a los signos pertenecientes a otros sistemas.
9. El accesorio
Se lo sitúa entre el traje y el decorado, porque muchos casos fronterizos se
aproximan a uno u otro.
Fenómeno de connotación: el significado del signo de primer grado se encadena
con el significante del signo de segundo grado, el significado de este último se encadena
con el significante del signo de tercer grado, y así sucesivamente.
10. El decorado
La tarea primordial del decorado, sistema de signos que también puede llamarse
apartado escénico o escenografía, consiste en representar el lugar: lugar geográfico, lugar
social o los dos a la vez.
El decorado o uno de sus elementos puede significar tiempo.
El campo semiológico del decorado teatral es casi tan vasto como el de todas las
artes pláticas: pintura, escultura, arquitectura, arte decorativo.
En los casos en el que el decorado teatral se limita a un solo elemento, a un solo
signo, éste se convierte automáticamente en signo de segundo grado (y hasta de tercero).
El valor semiológico de un decorado no depende entonces directamente de la cantidad de
signos de primer grado.
Un espectáculo puede prescindir enteramente de decorados.
11. La iluminación
4
TEATRO
Teórico
Unidad I
La iluminación teatral es un procedimiento bastante reciente. Explotado
principalmente para realzar los otros medios de expresión, puede tener no obstante un
papel semiológico autónomo.
La iluminación teatral puede delimitar el lugar teatral.
Las proyecciones ocupan un lugar particular. Por su funcionamiento, están ligadas
al sistema de iluminación, pero su papel semiológico desborda ampliamente ese sistema.
12. La música
En los casos en que se agrega al espectáculo, su papel consiste en subrayar,
ampliar, desarrollar, a veces contradecir los signos de los demás sistemas, o en
reemplazarlos.
La elección del instrumento también tiene un valor semiológico.
13. El sonido
Categoría de los efectos sonoros del espectáculo, no pertenece a la palabra ni a la
música. Hay todo un terreno de signos naturales que siguen siendo signos naturales
dentro del espectáculo. Son consecuencia secundaria e involuntaria de la comunicación
alcanzada por medio de otros signos, consecuencia que no se puede ni ser quiere evitar.
Sólo nos interesan los ruidos que en la vida son signos naturales o artificiales y que
son reconstruidos artificialmente para los fines del espectáculo; constituyen el campo del
sonido.
Clasificación: los sistemas 1 y 2 se refieren al texto pronunciado; 3, 4 y 5 a la expresión
corporal; 6, 7 y 8, a las apariencias exteriores del actor; 9, 10 y 11, al aspecto del espacio
escénico; 12 y 13, a los efectos sonoros no articulados. También se pueden distinguir
entre signos auditivos y visuales.