CENTRO CULTURAL DEL BID Marzo 1996 No. 15
ENCUENTROS
Apocalipsis en los Andes:
zonas de contacto y lucha
por el poder interpretativo
Conferencia de
Mary Louise PrattCENTRO CULTURAL DEL BID
Directora: Ana Maria Coronel de Rodriguez
Artes Visuales: Félix Angel
Conferencias y Conciertos: Anne Vena
Asistencia administrativa: Elba Agusti
En Mayo de 1992, el Banco Interamericano de Desarrollo ered el Centro
Cultural en su sede de Washington, D.C. con el propésito de establecer
una sala de exposicion y un foro permanente desde donde difundir las
manifestaciones mas destacadas de la vida artistica ¢ intelectual de sus
paises miembros, que incluyen a Norte, Centro y Sur América, el Caribe,
Europa Occidental, Israel y Japén. A través del Centro, el Banco
contribuye de esta forma a realzar la expresién cultural como un
elemento integral del desarrollo econdmico y social de los pueblos. Las
actividades del Centro, como exposiciones de arte, conferencias y
conciertos, estimulan el dilogo y un mayor conocimiento sobre la
culturadelas Américas,
© Banco Interamericano de Desarrollo y Mary Louise Pratt, Derechos reservados.APOCALIPSIS EN LOS ANDES: ZONAS DE CONTACTO.
Y LUCHA POR EL PODER INTERPRETATIVO
‘Mary Louise Pratt
Muchas gracias al Centro Cultural del
Banco Interamericano de Desarrollo por
haberme invitado a pronunciar esta
conferencia, Me encuentro rodeada de
personalidades muy distinguidas, pues me
han precedido con sus intervenciones los
profesores Bernard McGinn y Manuel
Burga—y debo afiadir que me complace
particularmente el hecho de pronunciar una
conferencia fuera del marco de la
universidad. Soy consciente de que no son
muchos los foros de esta naturaleza y me
siento muy afortunada por encontrarme
hoy ante ustedes. Teniendo esto presente,
debo afiadir que mi intervencién va dirigida
aun piiblico no especializado y que trataré
en lo posible de evitar los pecados mas
graves del mundo académico, en la medida
que una persona como yo, que lleva tanto
tiempo sumergida en ese ambiente, pueda
lograr este objetivo.
La primera parte de la conferencia
trata en general de la produccién de
significados en lo que llamo “zonas de
contacto”, es decir, lugares en los que
confluyen 0 entran en comunicacién
culturas que han seguido histéricamente
trayectorias separadas y establecen una
sociedad, con frecuencia en el contexto de
una relacién de colonialismo. Esbozaré
algunas cuestiones generales, sobre todo en
Jo que respecta a las Américas, para
centrarme a continuacién en un momento
conereto de la historia de la cultura andina,
Ja gran insurreccién de los indigenas que se
produjo entre 1780 y 1782
Los profesores McGinn y Burga han
subrayado en sus intervenciones los fun-
damentos europeo y cristiano en que se
basan los conceptos de milenio y
apocalipsis que hemos venido empleando
en esta serie y, de hecho, los fundamentos
Esta conferencia fue pronunciada en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, D.C,, el
29 de marzo de 1996, en el marco del Programa de Conferencias del Centro Cultural del BID. Dicha
conferencia forma parte de una serie sobre el pensamiento y la accién milenaria en América Latina,
desarrollada en colaboracién con el Institute for the Advanced Study of CultureMARY LOUISE PRATT
europeo y cristiano incluso del calendario
que ha dado origen a este milenio que
tenemos a la vuelta de la esquina. Tanto
uno como el otro advierten muy
acertadamente del peligro de universalizar
en forma inconsciente estos conceptos
europeos de milenio y apocalipsis. Mas
bien, y creo que estén muy acertados al
respecto, nos piden en sus respectivas
intervenciones que nos preguntemos dénde
pueden tener utilidad dichos conceptos en
el entomno de las Américas, dénde resultan
esclarecedores, dénde nos permiten hacer
observaciones que, de otro modo, no serian
accesibles para nosotros.
{Dénde, por ejemplo, confluyen los
conceptos del milenio y el apocalipsis, que
tienen su origen en la tradicién europea
cristiana, con los conceptos que tienen
otras sociedades con respecto a los aconte-
cimientos trascendentales, el fin de una era,
los retornos mesidnicos, los cataclismos
césmicos o el cumplimiento de las pro-
fecias? Estos conceptos son abundantes en
Jas culturas indigenas de las Américas y
han sido utilizados durante los uiltimos
cinco siglos por los indigenas para dar
sentido, sobre todo, a la invasin europea y
sus secuelas. Incluso a los mas bisoftos
entusiastas de la cultura andina les resulta
familiar el concepto de pachakuti, un tipo
de cataclismo que trastoca el orden
universal. No hay historia de la conquista
de México en la que se deje de mencionar
la profecia del retorno de Quetzaleéatl, que
se invocé para dar sentido a la legada de
Herman Cortés. A muchos lectores les
resultaré familiar la visién que los aztecas
y los mayas tenian de los ciclos del
universo, que vienen marcados por
cataclismos destructores, y el mito andino
del inkarri, el retorno milenario al poder de
Ja dinastia inca,
Sin embargo, a pesar de la amplia
literatura etnogrifica ¢ histérica, la ex-
periencia histérica de los pueblos indigenas
de este continente sigue, a mi juicio, es-
capando en gran medida a la comprensin
de los intelectuales occidentales. Parece
existir una enorme brecha entre la
descripcién que de los pueblos indigenas
hacen los investigadores occidentales y la
forma en que describen los propios
indigenas su experiencia histérica y su
mundo. Esa brecha la cierra la metrépolis
a través de mecanismos infinitos para
apropiarse de la experiencia, la historia y la
cultura indigenas. Incluso nuestras pes-
quisas més honestas conllevan a menudo
una negacién de la realidad histérica y
actual, una falta de sensibilidad ante las
consecuencias y una ausencia de sentido de
la responsabilidad por una experiencia
histérica que ha sido apocaliptica y sigue
siéndolo para tantos y tantos pueblos
indigenas. Cuando ernditos como los que
participamos en esta serie de conferencias
presentamos nuestro trabajo, debemos
hacerlo con una gran humildad y un
sentido de Ja limitacién que sélo se re-
mediaran el dia en que los propios pueblos
ndigenas generen conocimientos aca-
démicos,
Para los pueblos indigenas y las
sociedades tribales de todo el mundo, el fin
del milenio actual parece representar efec-
tivamente una especie de encrucijada his-
torica, Ya no existe un “espacio exterior”ajeno al sistema econémico mundial; ya no
habré més primeros contactos o primeros
encuentros: terminaron en este siglo. La
gente esti experimentando un proceso
acelerado de penetracién, ahora que la
globalizacién ejerce presiones sobre el
espacio, la ecologia o los recursos, con una
crueldad y una agresividad cada vez
mayores. Muchos pueblos indigenas y
sociedades tribales se encuentran hoy dia
en una situacién mas vulnerable que hace
25 afios.
Al mismo tiempo, en la revolucién de
las comunicaciones, estos pueblos y
sociedades han encontrado nuevas formas
de exigir una participacién en estos
procesos, de hacer valer sus demandas y
aspiraciones, de incorporar sus valores y su
visién del mundo en el didlogo y las
negociaciones y de agruparse para tratar de
defender sus intereses comunes.
Pienso, por ejemplo, en la Declara-
cién de Quito de 1991', uno de los
primeros documentos producidos en este
siglo por una coalicién de pueblos
indigenas de todo el continente. Este
documento fue el resultado de una
convencién de dirigentes indigenas que se
celebré en el contexto del Quinto
Centenario en 1992. Naturalmente, el
Quinto Centenario ha tenido importancia de
milenio para galvanizar la conciencia de
los pueblos indigenas.
A principios de los aiios noventa se
aprobé en Colombia una nueva Cons-
titucin en la que por primera vez se
reconocian los derechos de los pueblos
indigenas y en la que se garantizaba su
representacién en las camaras de gobiemo.
APOCALIPSIS EN LOS ANDES.
En los debates que se han producido en
Canada con respecto a la soberania, los
derechos de los indigenas han desem-
pefiado un nuevo y crucial papel que ha
sido determinante en los resultados, en la
medida en que el pais acepta el hecho de
que no habré solucién legitima a sus
problemas constitucionales sin el con-
sentimiento de la numerosa minoria
indigena. Del holocausto que sufrié
Guatemala en los afios ochenta ha surgido
una red de intelectuales mayas que
persiguen un proyecto cultural y epis-
temoldgico de caracter notable y singular.
Y, claro est4, por correo electrénico y por
fax el Movimiento Zapatista de Chiapas
esté esparciendo por todo el mundo una
critica muy enérgica y fascinante no sélo
del contexto local, sino, en forma mas
amplia, de todo México y del propio
capitalismo mundial *. Bolivia eligié su
primer vicepresidente indigena quien
amplified espacios para _expresiones
culturales y politicas muy vigorosas. El
pasado mes de junio se celebré en
Albuquerque el Tercer Congreso Inter-
nacional de Pueblos Indigenas, al que
asistieron delegaciones de Australia,
Nueva Zelandia, Escandinavia, Hawai y las
‘Américas.
El fin por el que luchan hoy dia estos
pueblos, de la misma manera en que lo
hicieron en los periodos anteriores a los
que me referiré en un momento, no es la
esperanza de mantener una identidad
original en un universo inmutable al
margen de la historia, lo cual no pasa de ser
una fantasia de la cultura occidental que se
proyecta todo el tiempo sobre los pueblosMARY LOUISE PRATT
indigenas. Por el contrario, son muy
conscientes de que estén luchando por la
autodeterminacién, es decir, por la posi-
bilidad de tener un control significativo de
los términos y condiciones en que desean
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