0% encontró este documento útil (1 voto)
1K vistas5 páginas

El Acoso A Marita

Marita sufrió bullying por parte de Julieta y sus seguidoras después de mudarse a otra ciudad. El acoso incluyó insultos sobre su peso y hacerla caer por las escaleras. Aunque otros niños lo presenciaron, ninguno la ayudó por miedo a convertirse también en objetivo. La situación empeoró el estado de ánimo y rendimiento escolar de Marita. Finalmente, cuando su familia se mudó a otra ciudad, Marita recuperó la felicidad al hacer nuevos amigos sin acoso.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (1 voto)
1K vistas5 páginas

El Acoso A Marita

Marita sufrió bullying por parte de Julieta y sus seguidoras después de mudarse a otra ciudad. El acoso incluyó insultos sobre su peso y hacerla caer por las escaleras. Aunque otros niños lo presenciaron, ninguno la ayudó por miedo a convertirse también en objetivo. La situación empeoró el estado de ánimo y rendimiento escolar de Marita. Finalmente, cuando su familia se mudó a otra ciudad, Marita recuperó la felicidad al hacer nuevos amigos sin acoso.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 5

El acoso a Marita.

Cuento para hablar sobre el bullying


con los niños
El acoso escolar es uno de los problemas más complicados con el que niños,
padres y profesores tienen que enfrentarse en las aulas. Una de las claves para
acabar con él, es a través de la educación. Y nunca es demasiado pronto
para empezar a hablar sobre el bullying con los niños. 

Cuento que narra el bullying que sufre una niña - El acoso a


Marita

Marita era una niña de pelo largo y pelirrojo, gordita, muy alegre, juguetona, risueña y
muy feliz.

Un día su padre le contó que por motivos de trabajo deberían mudarse a otra ciudad,
y desde ese instante, a Marita le cambió la vida.

El primer día de colegio ya se dio cuenta de que nada iba a ser igual.
Julieta era la cabecilla del grupo: inteligente, abusona, violenta, con mucha picardía y
sin nada de empatía. Todo lo que hacía o decía estaba bien para las otras, que la
seguían y reían todas sus fechorías.

- ¡Eh, tú! - le gritó Julieta, al verla en la fila para entrar al aula.

A Marita le pareció que ese tono de voz no indicaba nada bueno, y sin hacer caso se
dirigió a su clase. Cuando fue a sentarse, Julieta le habló susurrando a su espalda
amenazadoramente, cuidándose de que la profesora no la oyera.

- ¿Dónde vas gorda? ¡Ese es mi sitio!

Marita, sin volverse a mirarla, fue a colocarse en uno de los pupitres de la última fila.

Cuando llegó a casa no contó nada a pesar de estar muy disgustada.

A la mañana siguiente, Marita desayunó nerviosa deseando que esas niñas se


hubieran olvidado de ella, pero en cuanto la vieron llegar, al ponerse en la fila para
entrar a clase, empezaron de nuevo los ataques.

- ¡Gordaaaaa, gordaaaaa! - le cantaron, delante de todos.

Marita miró hacia otro lado y entró en clase. La mañana transcurrió tranquila hasta la
hora de la salida.
Cuando salió las niñas estaban esperándola en la puerta. Marita siguió su
camino sin mirarlas, pero una de ellas le puso la zancadilla haciendo que rodara por
las escaleras.

- ¡Jajajajajajajaja! ¡Perdona, ha sido sin querer! - escuchó que decía con sorna.

Se estaba levantando del suelo cuando llegó la profesora, que no había visto nada.

- ¿Qué te ha pasado Marita? ¿Te has hecho daño? - le dijo preocupada.

- Solo he resbalado - dijo la niña ocultando la verdad ante la mirada amenazadora de


las otras.

Otros niños de la clase vieron lo que estaba pasando, pero por miedo a ser objeto
también de sus ataques se callaron.

Pasaban los días y Marita cada vez estaba más amargada, no podía dormir y no
sabía cómo resolver esa situación.

- ¿Qué tal en el colegio Marita? - le preguntaban sus padres todos los días.

- ¡Bien! - contestaba escuetamente, por temor a que llegaran sus quejas al colegio, y
por tanto a los oídos de Julieta, y salía de la habitación para que no vieran sus
lágrimas.

Marita bajó en sus notas, no comía bien, estaba muy triste y se volvió muy
reservada.

Los padres estaban preocupados por su cambio de actitud, pero pensaban que
le estaba costando mucho adaptarse a la nueva ciudad, la nueva casa y el nuevo
colegio, y decidieron tener paciencia y estar más atentos. En el colegio pensaban lo
mismo.

Mientras, Julieta y sus seguidoras continuaban con el acoso sin darle tregua. Estuvo
así durante todo el curso; atormentada.

Poco antes de que terminara el curso, a su padre le ofrecieron un nuevo puesto de


ingeniero en otra ciudad, y Marita vio el cielo abierto. Aunque tenía mucho miedo a
que se repitiera la historia, no fue así, y volvió a ser la niña feliz que siempre había
sido con sus nuevos amigos.

Solo lejos de allí, pudo contar a sus padres la pesadilla que había vivido.

RESPONDEMOS

- ¿Qué cambio importante hubo en la vida de Marita?

- ¿Cómo le recibieron en su nuevo colegio?

- ¿Ayudaron el resto de compañeros de clase a la protagonista del


cuento?

- ¿Cómo se terminó el problema para Marita?

- ¿Qué propones para terminar con el bullying?

También podría gustarte