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Biografía Kohut y Caps. 2, 3 y 5 Análisis Del Self

Este documento presenta un resumen biográfico de Heinz Kohut, un psicoanalista y psiquiatra estadounidense. Nació en Viena en 1913 y tuvo una infancia solitaria. Después de huir del nazismo, se estableció en Chicago donde se formó como psicoanalista. Propuso una nueva teoría llamada "psicología del self" que se centra en los trastornos narcisistas. Introdujo conceptos como la "empatía" y el "self grandioso" para mejorar el tratamiento de pacientes

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Biografía Kohut y Caps. 2, 3 y 5 Análisis Del Self

Este documento presenta un resumen biográfico de Heinz Kohut, un psicoanalista y psiquiatra estadounidense. Nació en Viena en 1913 y tuvo una infancia solitaria. Después de huir del nazismo, se estableció en Chicago donde se formó como psicoanalista. Propuso una nueva teoría llamada "psicología del self" que se centra en los trastornos narcisistas. Introdujo conceptos como la "empatía" y el "self grandioso" para mejorar el tratamiento de pacientes

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tlisabeth N.

oudinesco
y eMichel Pion

Diccionario
de
psicoanálisis
Kohut, Heinz

terior mismo del freudismo del que nació, produjo una nueva idolatría de la fundadora,
una historiografía* de tipo hagiográfico y un nuevo dogmatismo. Como el freudismo
dogmático, no ha suscitado aún las condiciones internas para una crítica <leese dogma-
tismo.

• Phyllis Grosskurth, Melanie Klein, son monde et son reuvre (Nueva York, 1986), París.
PUF, 1990 [ed. casi.: Melanie Klein. Su mundo y su obra, Buenos Aires, Paidós. 1990].
R. D. Hinshelwood, A Dictionary ot Kleinian Thought, Londres, Free Association Books,
1991 (ed. casi.: Diccionario del pensamiento kleiniano, Buenos Aires, Amorrortu, 1992).
Elizabeth Whrigt (comp.), Feminism and Psychoanalysis. A Critica/ Dictionary, Oxford,
Basil Blackwell, 1992.

!> ABERASTURYArminda. ANÁLlSIS DIRECTO. BLEGER José. EGO PSYCHO-


LOGY. ESCISIÓN.GENERACIÓN.HEIMANN Paula. HISTORIAOEL PSICOANÁ-
LISIS. INDEPENDIENTES(GRUPO DE). NEOFREUDISMO.OBJE'fO {BUENOY
MALO). SEXUALIDADFEMENINA.

KOCHAdclhcid Lucy, nacida Schwallc (1896-1980)


psiquiatray psicoanalista brasileña

Judía berlinesa de origen, formada según las reglas '1e la International Psychoanaly-
tical Association* (IPA) en el diván de Otto Fenichel*, y controlada por Salomea
Kempner*,Adelheid Koch fue la primera psicoanalista europea que se instaló en Lati-
noamérica, cuando en Brasil* todavía no había sido analizado ninguno de los padres
fundadoresdel freudismo (Durval Marcondes*, Franciscoda Rocha*, y otros). Después
de un difícil periplo. llegó a Brasil en octubre de 1936 y se convirtió en una de las figu-
ras importantes de la Socie<ladeBrasileira de Psicanálise de Sao Paulo (SBPSP), que
ella contribuyóa hacer reconocer por la IPA. Fue Adelheid Koch quien inició en el psi-
coanálisis al propio Marcondes y a la generación siguiente, en particular a VirginiaLeo-
ne Bicudo y Flavio Rodrigues Oías.

• Ourval Marcondes, "Homenagem postuma á Dra. Adelheid Koch", Revista Brasileira


de Psicanálise (16), 119, San Pablo, 1982.

KOHUTIlcinz (1913-1981)
psiquiatray psicoanalista norteamericano

kmjs_rlJ.Qque Wilfred Ruprccht Bion'', Jacquc:sLacan*, DonalclWoods Winnicott*


y Maric Langer*. l leinz Kohut perteneció a la tercera gene~(lc.i.Q.n!_p.si.c.o.analftica_mWl-
dial. Tuvo entonces que enfrentar como ellos la esclerosis de las instituciones de la In-
ternational Psychoanalytical Association* (lPA) y la necesidad de renovar el freudis-
mo* cl:ísico. Con este enfoque, se convirtió en los Estados Unidos* en un verdadero
jefe de e~cuclay en el principal iniciador de la corriente de la Self Psyclzology*, bas.ida
en una nueva clínica de los trastornos narcisislas.
Kohut, Heinz
Kohut, Heinz

Nacido en Viena* y proveniente de una familia judía melómana y cultivada, Kohut z:iciónde_una figura del~ subjelividad hundida en la contemplalción infantil y desespe-
l tuvo una infancia triste y solitaria. Sus padres se ocupaban muy poco de él, que sufría rada de st misma: "El psicoanálisis ch\sico -escribió Kohut en 1978- descubrió la de-
por ello. Después de recibirse de médico en 1938, y de analizarse con August Aich- sesperación del ni~o en la profundid~ddel adulto (la realidad del pasado); la psicología
1horn*, quiso conocer a Sigmund Freud*. El mismo dfo en que el maestro partía a su exi- del setf ha descubierto la desesperación del adulto en la profundidad del niño (la reali-
lio londinense, Kohut fue a la estación y lo saludó mientras el tren se alejaba. Freud. se dad del futuro)".
1 dice,le hizo una señal amistosa cuyo recuerdo Kohut conservó durante toda su vida. A diferencia de Lacan, que preconizó un retorno a los textos <leFreud y quiso ser el
Oblígado a huir del nazismo*, se instaló en Chicago, donde realizó su segundo análi- garante de una nueva ortodoxia, Kohut propuso "superar" o ir más allá de la doctrina
sis con Ruth Eissler-Selker ( 1906-1989), una vienesa originaria de Odesa, a su vez ana- original. Y así como Lacan creó una nueva teoría del sujeto* a partir de la linoüística y
lizada por Theodor Reik*, antes de que emigrara a los Estados Unidos* en compañíade la filosofía, Kohut construyó un:1nueva teoría del yo* s~mando al !ch rreuclia~o(tradu-
su esposo, Kurt Eissler. cido al inglés como ego) una idea del se(( no extraña a la del falso sel( introducida por
Neurólogo en 1944, psiquiatra tres años más tarde, Kohut se incorporó al prestigio- Winnicotten 1960. •
so Instituto de Chicago fundado por Franz Alcxander* siguiendo el modelo del Berliner El propio Kohut había sufrido en su infancia una falta de afecto ma1erno.y a media-
Psychoanalytisches lnstitut*. Fue presidente de la American Psychoanalytic Associa- dos de la década de _I950 observó_que numerosos traslornos psíquicos tenían por causa
tion* (i\PsaA) en 1964, y vicepresidente de la IPA entre 1965 y 1971. Entonces renun- una deficiencia arcaica del sel¡: Esta se producía en sujetos que no habían tenido una
ció a las tareas administrativas, prefiriendo dedicarse a la clínica. madre que los amara suficientemente, y que por lo tanto, en su vida so,·ial. eran incapa-
Como tocios los frcudianos de su generación. Kohut tuvo 4ue e11rren1aren la década ces de llegar a LJnaverdadera relaci6n con su entorno. Estaban ·•vacíos", y para enmas-
de 1960 una crisis generalizada Je la c.:línicapsicoanalítica. En t:fecto, en esa época el carar el núcleo ct:nlral de su mutilación original se construían una armadura: un sí-mis-
annafrcudismo*, la t.~qoPsydwlogy*, incluso el kleinismo*en su versión dogmática,no mo de pacotill_a,de carácter puramente defensivo. Estos sujetos se carnc1erizabanpor su
permitían encontrar soluciones clínicas a los trastornos Je la per.~onalidadque no eran malestarrelac1011al,su constante vulnerahilidad. su incapacidad para c~lllhlecerrelacio-
de naturall.:zaneurótica ni asimilables a una psicosis: se los llamaba lwrderline (eslados nes duraderas con el prójimo. A veces cedían a un exceso de arrogancia, y olras a un
límitt•*). Por otra parte. las reglas coaguladas de la cura clásica, con sus rituales, sus si- sentimientode inferioridad.
f lencios y su exploración quirúrgica del inconsciente* y la libido*. dahnn unn imagende- Con tales pacientes, el análisis clásico no daba resultado. En cons.:cuencia, KohuLlo
sastrosa del psicoanálisis*. Resultaba urgente poner en m;ircha una verdadera revolu- mismo que Otto Rank* y Sandor Fercnczi*, propugn<Íla introducción en la cura de la
f ciún cultural en el interior del eslahfish!!u'III freudiano, para ·yuc la cura recobrara su ''empatía" del analista, a fin de permitir que el analizante, por medio de una transferen-
inspinu.:iónhumanista: "La preocupación por la humanización y la deshumanización no cia* ··creati va", avanzara hacia una resrnurnciún de su se({.
es ajcna -escribió Agncs Oppenhcimcr (1948-1997)- a lo que Kohut vivió en el mo- Despuésde haber dclinido en 1959 la empatía como un elemento ccn1ral ele)a tét.:ni-
mento del nazismo". ca psicoanalítica*, Kohut introdujo en 1964 In expresión ··sel{ (o sí-mismo) grandioso''.
Formado en el redil de una diáspora ansiosa de adaptarse al_yragmatismode la psi- De t~l mod_odesignaba l_aimago* parental idealizada, es decir, una instancia pulsional.
quiatría norteamericana, Kohut se reveló contra un sis1e111a clínico y teórico que, a su anterior al ideal del ~o*, en la que ~e condensa un imaginario* exhibicionista encarga-
juicio, llevaba al rsicoanálisis a un atolladero normativoy adaptarivo. Trató de volver a do de superar las hendas y las hu1111llaciones infligidas en el pasado al sí-mismo arcai-
~nconrrar la pasión que había animado a los primeros freuclianosde la Sociedad Psico- co. Gracias al sí-mismo grandioso, al terror y la angustia los suceden actividades crea-
ló.,ica Je los Mil!n.:oles*.De allí el sobrenombre que se le puso: Misrer Psychoanalysis. doras compensatorias. De allí la necesidad de establecer en la cura una "'transferencia
"'Parn la primera generación frcudiana, 1·asexualidad* 'era la davc de la elucidación narcisista'', deslinada a restituirle al paciente un narcisismo* normal. El analisla dehc
elelas neurosis*. Después, lo:, kleinianns ubicaron el odio y l;i destrucción en el corazón e~loncesabstenerse de toda injerencia intt'rpretativa, y dejar que el pacienle rcgr.:se ha-
de tooa rclacicín de objeto*: según ellos, se trataba de crear un tratamienw psicoanalíti- cia el cs1adiod~l ..sí-mismo arcaico fragmentado". Koh111 distingue tres tipos d; relacio-
co apropiado a la psicosis*. Heredero de ambas tendencias. y marcado por los proble- . _-,,,, nes t_r~nsJ~'.enc1ale~: en primer lugar. la transferencia idealiLantc, que proviene de la
m~s propios de la sociedad norteamericana (puritanismo, i"ndividualismo,libcralismo).- mov1hzac1onde la tmago parental idealizada: luego, la transferencia c~pernlar. deriva- ·""
Kohul propuso una tercera vía, consistente en reccntrnrel psicoanálisis en los 1raswrnos da del sí-mismo grandioso, y finalmente.:la contralransfcrcncia* del analis1a. que res- ~
mixtos vinculados con las representaciones y la iden1idaddel ~í-mismo. Desde freud __ _ ponJc a la transferencia idealizanlc.
hasta Kohut, g_µa::;_óentonces de la idea (freudiana) del clivaje del yo* a la idea (klei- $.L;·• Según Kohut, el narcisismoes un equivalente de la ¡misión*de. muenc freudiana. Es
1 niana) de un objeto clivado que da forma al yo mediante la incl!.!:l_10~aci~1* o~ intr<::;..,.~ • . un_aenfermedad de la personalidad. una patología, y conduce a una ..furia·· de dcslruc-
--;;;zción*,y_dl!s~6.~ a l<lidea (kohutiana) dé un sj-mismo (1·dj) cunvertido en ~hjet_o(1e~.,i_:;':~
1 todas las investiduras narcisistas. En Kohut, el mito de Narciso reemplaza al de Edtpof-··"':;~"'
c,_ondel otro*, la ~ual '.10es ~1ásque la contrapartida del miedo 4uc tiene el se// a ser
v1ct11na tle su propia a111qmlac16n.
en un mundo d<;;;T;iadnpor.el estallido definitivo de la familia patriarcal y por la valori:':/,t• A par1irde 1970. Kohut extendió su anülisis del narcisismo a los fcntímeno, colecti-

601
,Kohut, Heinz
Koller, Car!
vos (o self grupal). interesándose sobre todo en el modo en que se construyen las rela-
• Heinz Kohut, "Formes et transformations du narcissisme" (1966), en Harold P. Blum
1 ciones paranoides en los grupos constituidos por un jefe y sus adeptos. Observemos que (comp.), D1x Ans de psychanalyse en Amerique, Paris, PUF, 1981, 117-145; Le Soi
él mismo 110 logró evitar lo que denunciaba. Muy narcisista,no toleraba las críticas, y se (Nueva Y?rk. 1971),Pans. PUF, 1991; The Restoration o! the Sel!. Nueva York, lnterna-
rodeó de una cohorte de fíele:;apegados a su imagen y persona.Obsesionado por su teo- tr~nal Urnvers1t1esPress, 1977 [ed. cast.: La restauración del sí mismo, Barcelona Pai-
ría, la aplicó a la literatura, la historia. la política, al punto de atribuir todas las neurosis dos, ~980]; The Search for the Sel/, 1y 11,Nueva York, lnternational Universities Press,
1978, Les Deux Analyses de M. Z. (1979), París, Navarin, 1985; Analyse et Guérison
a una patología narcisista. En todos los casos el esquema era el mismo: según Kohut,en (Chic_ago,1984). Pans, PUF, 1991 [ed. cast.: ¿Cómo cura el análisis?, Buenos Aires
el lugar de la deficiencia arcaica del yo, el sujeto se construye un sí-mismo grandioso Paidos, 19931; Tñe Searc.~ of /he Self, 111.Madison. lnternational Universities Press:
estructurado por una imago parental idealizada. Con c:;teenfoque, Kohut transformaal 1990, Charles B. Stroz,er, Ghmpses of a life. Heinz Kohut". en Progress in Sel! Psycho-
personaje de Hamlet en un héroe, no edípico, sino narcisista,cuyo se!{debilitado no re- logy, vol. 2. Arnold Goldberg (comp.), Nueva York, Guilford Press. 1985. The Curve of
Lrfe. The Correspondance_of Heinz Kohut, 1923-1983, Geoffrey Cocks (comp.), Chica-
siste las tragedias de una sociedad que ha perdido sus valores. Del mismo modo, con- go, The ~nivers1ty_of Ch1cagoPress. 1994. Philip Cushman, Constructing the Self,
viene a Hitler en un l!ofermo narcisista invadido por la obsesión del ''microbio judío". Constructmg ~mer,ca. A Cultural History of Psychotherapy, Nueva York. Addison-Wes-
~ En cuanto a Edipo. en la versión de Kohut pasa a ser un hombre herido y humillado, ley. 1995. Agnes Oppenhe,mer,Kohut et la psychologie du self. París, PUF, 1996.
aniquilado por el deseo* de muerte de sus progenitores.
¡ En 1972. afectado de leucemia desde un año antes, y cuando su madre acababa de e,--.ANÁLISIS l~IRECTO, ANÁLlSIS EXISTENCIAL. ESTADIO DEL ESPEJO.
morir después de haber padecido trastornos psicóticos, él tuvo que afrontar los ataques IDENTI_FICACíON.IMAGEN DEL CUERPO. OBJETO (RELACIÓN DE). PRO-
1 de la ortodoxia freudiana. en particular los de Anna Preud*,quien primero había acep- YECCION.SULLIYAN Harry Stack.
tado sus innovaciones, pero más tarde dedaró que eran ·'antipsicoanalíticas". Para la
IP,\. Kohut era un "gurú": no sólo no respetaba las reglas clásicas de la cura, sino que
adem.ís hacía escuela, arrastrando detnís de él a nu1néro0•1umnos en formación. Por ;;t~ KOLLERCarl (1857-1944)
·~
otro lado. analizaba en términos narcisistas la evolucióndel propio movimiento psicoa- • médiconorteamericano
nalítico. En 1970 calificó la esclerosis institucional de '"defensa narcisista" contra la
creatividad, y en 1971 señaló que los hijos de los psicoanalistaspadecían trastornosde _Deorigen vienés_Y emigrado a los Estados Unidos*, Car! Koller era un oftalmóloo-o
it"kntidadpor lo menos tan graves como los de los pacientesque atendían sus padres. ami~ode S1gmu11dFreud*. Fue el primero en utilizar las propiedades anal"ésic'.isdeÍa
En 1979. ya célebre en los Estados Unidos, provocó un verdadero escándalo clínico c~am_ap_araoperar el ojo con ~nestesia local. El propio Freud se había ap:sionado por
al publicar un historial extraordinario_."Los dos an.ílisis ~e ~- Z._",algunos de cuyos , ¡ est.i d1oga,al punto de consunmla en grandes cantidades (para luchar contra sus acce-
ele1m:ntospresentaban grandes semepnzas_ con su propia historia. Se u:at~bade u~ -:S""'~ .¡ sos_dcneurastenia) y de cl;írselatambién a su prometida Martha Bernays crreud*) y a su
hombre de 25 años, huérfauo de padre, que v1vía wn la madre. Entra en anahs1spor pn- ••,,,j¡ . 1 amigo Ernst von Fleischl-Marxow*. •
mera vez para atender a sus angustias, sus fantasmas masturbatoriosy sus accesosde ra~; :.:~:-;~. _ i ~n, 1883,~on la idea de realizarun gran descubrimiento que lo hiciera célebre, rreucl
bi:~y dcpre~ión. Durante_la primera cura. Kohut interpretaen 1ér'.1~inos !ª ,j{;_.:l
e~ípi,cos fija- realizocxpenml!ntos con el alcaloide de la coca. En 1884publicó un artículo en el cual
cwn regresiva de su paciente a una madre omrnpotente. Cuatro anos despues del fi_n~ ·\~- •· : recomendabael empleo de la cocaína para los vómitos y los trastorno~d, la c1·~ 1• -
de ese tratamiento, el mismo paciente reaparece cuando la madre ha caído en un del1110 .-1:\-. i
M/ ... , . . , . • • ~ e , 1~eston.
.. ,'1st_a~tJe
1edacto otros c111cotextos sobre el mismo tema. En la misma línea. les su!!i-
alucinatorio. Pero entre tanto Kohut ha cambiado de teoría. En consecuencia, en lugar_-:-.;-:.:; :· 1 1~0u:1hzarla'.1sus colegas oftalmólogosLeopold Kü.nigstein(1850-1924) y Car] Koll;r.
de ..edipizar" a M. Z. le permite la transferencia idealizante y la movilización del sí- -- .. ¡ ~l _b ele~ep~'.embrede 1884: Kollerleyó en el Congreso de Oftalmología Je Heidelberg
mismo grandioso. .. ¡ l.i co~ler1:_nc1,1
que k aseguro la notonedad I! hizo de él el "padre" de la anestesia focal.
~ - 1
Esta publicación. la primera de ese tipo, valoraba sin reservas la problemáticatr.ins: ~- • El ~~•sodiode la cocaína, que hizo retomo en el famoso sueño de --La inyec.:ión a lr-
fercncial,en cktrirnento de la potencia doctrinaria. Ademássacaba a luz la naturalezade - • ~na•·_ ._fue~omcntado por el propio Freud en su autohiografía, y ha suscitado múltiples
las dísrutas psicoanalíticas acerca de la intl'.rpretación*en sí. Por ello, el caso suscitó_ ~- 111te1!J1t:t,'.t.:1unes
d~ los h1stonadoresdel freudismo* y del psicoan.ílisis.en particular las
múltiples comentarios y numerosas polémicas. La mayorparte de lo~ colegas y amigos de S1egfnedlkrnlcld*.
t de Kohut. así como su mujer y su hijo, ¡wnsaronque el •'caso•·tratado 110 era otro que el _
del propio autor. En efecto, Ruth Eissler habría sido la analista de la primern cura. mit!n-, ..:,.-.; • Sigmund Freud. Cocaine Papers. Aobert Byck (comp.). con notas de Anna Freud.
t tras qui! el supuesto segundo intento habría consistido en un autoanálisis*. emprendido ¡\¡;--.'., Nueva York. Ston:h1IIPubhsh1ngCo., 1974. Siegfried Bernfeld, "Freud's studíes on co-
por Kohut cuando enfermó la madre y se declaró su propia leucemia. . •, \ .: . ,.\ ~~;e, 1884-1887 , Journa/ of the American Psychoanalytic Associat,on, 1. 1953, 581-
Kuhut murió en Chicago a los 68 años. Su hijo es historiador y public<íun hbro so-,__ --;.--
, - ·]
bre GuiIlc.:rmuII inspirado en las teorías del padre. • :;'"
t ;, ~.
603
Primera parte. La activación
terapéutica del objeto omnipotente

1
1
1
1
1
1
1
1
"'
1
1
1
1
1
2. La trasferencia idealizadora

la activación del ob·eto omni tente -la ima o arental


idealizada- a la ue denominaremos tras erencia idealiza-
dora es el roces0 r el cual se revi e en el curso ctel
psico~is uno de los dos as ctos de una fase nmltlva
de esarrol~ uico. Se trata del estado en el cual la
psigue, des yés de haberse visto exguest~_P-erturbación
del e uilibrio sicológico del narcisismo primario. salva una
arte de la rdida gperiencia d~ la rfección narcisista glo-
bal, atribuyéndola a un objeto del self r1,1_dimentario tran-
~icional). : la imagQ...p.ªreq_tali.de!!liza_da.Pu..§tQ que ahora toda
_felicidad_ y_Jodo RQ9.er_resid~~n el......Q]2jetQ
jdealizado, el
niño se siente ..\!'aCÍoe impotent~_c.uandg_s_e~~R-ª~ de él, por
lo cual procura que su unión con este no ~ufra ninguna in-
.ternn2ció.n...
La formulación psicoanalítica de la experiencia primitiva es
difícil y está llena de peligros. La confiabilidad de nuestra
empatía, que es un instrumento esencial en la observación
psicoanalítica, decrece en la medida en que aumenta la di-
similitud entre observado y observador, razón por la cual los
primitivos estadios del desarrollo psíquico constituyen, más
que los otros, un reto a nuestra capacidad de empatía con
nosotros mismos, esto es, con nuestras propias organizacio-
nes psíquicas pasadas. En consecuencia, hay circunstancias
que nos obligan a conformarnos con aproximaciones empá-
tkas débiles, en las que debemos evitar la engañosa introduc-
ción de descripciones de estados psicológicos posteriores para
dar cuenta de los primitivos ( adultomorfismo), y en las que
a menudo habremos de contentarnos con expresar nuestra
comprensión en términos derivados de analogías mecánicas ....
o físicas, más alejadas del campo psicológico ( empáticamen- •
te)· observado que lo que sería de desear. Por eso 1preferi-
mos decir muy poco acerca del contenido psicológico de las
fases primitivas del desarrollo psicológico y concentrar la
atención, en cambio, en las condiciones generales predomi-

47
comienzo del período de latencia), s~guen ,conservando su
nantes en el aparato psíquico de ese período. En otros térmi- carácter narcisista. Dado que los estadios mas ~vanz_ado_sdel
nos, describiremos estados psicológicos, con su tensión y desarrollo temprano son aquellos en que ;as ~de~hz:i,c10n~s
alivio de tensión {y las circunstancias que dan lugar a tales que en ellos coexisten con po1erosas cate~ias mstmtivas ae
cambios), pero en general nos abstendremos de intentar Ja objeto dejan especialmente su impronta mas poderosa Y per-
identificación de un contenido (ideacional) de la experiencia manente en la estructura de la personalidad a través. de la
arcaica. participación en los procesos de internalización -propios de
A primera vista, uno se siente inclinado a aplicar ift! toto las esa fase- que establecen el. superyó, e~ importan~e . t~ner
consideraciones anteriores a las constelaciones psicológicas siempre presente que, sus cual~dade~ e~en~ialmente narc1S1st?s
revividas en la trasferencia idealizadora ( y también a la no han sufrido ningun cambio, 01 siquiera en este estad10
reactivación terapéutica del self grandioso,. que analizare- relativamente tardío de su desarrollo. . .
mos más adelante ) ; y, en la medida en que esta trasferencia Está de más recalcar la enorme importancia que tienen la_s
es la reactivación de los comienzos rudimentarios del objeto catexias objetales tempranas ( tanto libidinales como agresi-
idealizado, no cabe duda de que nuestras formulaciones de- vas) para el desarrollo psicológico o para subrayar el v~lor
berán referirse al estado o condición psicológica d~l aparato del estudio de sus vicisitudes, tal como lo emprendiera
psíquico del niño y no a un contenido ideacional que, en su Freud por primera vez en forma sis~emática en Tres ensayo_s
~stadio primitivo, queda fuera de nuestro alcance. sobre una teoría sexual [ 1905]. Sm embargo, el reconoci-
Sin embargo, hay dos circunstancias interrelacionadas que miento de que el niño (normal) responde de manera cada
nos permiten captar algo más de los contenidos psicológicos vez más amplia a objetos que experimenta como separados
de la trasferencia idealizadora y desc.ribirlos con mayor de- e independientes de él, no debería inducirnos ª. 1esconocer
talle que el que se podría esperar sobre la base de las re- la persistente presencia de los componentes narcisistas en la
flexiones precedentes. Esas circunstancias son: a) el hecho totalidad de la estructura psíquica ni a evitar ~1 examen de
de que la corriente del proceso de desarrollo que se inicia las alternativas de su desarrollo. En consecuencia, p_uede ser
con el objeto del self idealizado arcaico ( transicional) no des- de gran utilidad entender la ic~e~lización, de l<;>s?~Jetos pa-
aparece cuando la maduración del aparato cognoscitivo de1 rentales de los períodos preed1pico tardio y ed1pico co1;10
niño le permite reconocer cada vez más detalles de su medio, una continuación de la idealización arcaica -·-y el posterior
ni cuando la especificidad <le sus respuestas emocionales objeto idealizado en sus diversos estadios de des_arr~llo, c?mo
-que va concomitantemente en aumento-- y la madurez he:teáero del arcaico--, a pesar de la presencia_;imultanea
de su constitución pulsional lo capacitan para amar ( y odiar) de firmes catexias objetales en la relación del nmo con sus
a las figuras importantes que lo rodean, es decir, para catee-
tizar las imágenes de la infancia con catexias instintivas obje- padres. , . • 1 d l d
L idealización es una de las dos v1as rmc1R~~sa-
tales, 18 y b) la tendencia del aparato psíquico a imbricar rrollo del narcisismo. La libido narcisista ideal~zadora ?º
[ telescope] experiencias psicológicas similares, cuya conse- solo desempeña un significativo papel en las relaciones obie-
cuencia es que el analizando pueda expresar la influencia de tales maduras sino que es también la fuente principal de
objetos del self arcaicos :{transicionales). · reactivados en la energía libid~al de algunas de l?s actividade: so_cioc~ltura~-
trasferencia narcisista, a través del despertar de recuerdos mente importantes que se denomman con el ter1;1100 «creatl•
de experiencias similares posteriores que corresponden a las viciad» y constituye un componente de esa actitud humana
arcaicas. tan ap:eciada a la que llamamos sabiduría [Kohut, 1966a]. "
Las idealizaciones del niño pequeño, diríjanse tanto a un Con todo en nuestro contexto debe insistirse una ve~ más •
pecho materno arcaico, oscuramente percibido, como a un .en que la' unificación de los aspectos idealizados de la. unago
padre edípico claramente reconocido, pertenecen genética y parental y los 1e aquellos -~plios .sector~s de las 1magos
dinámicamente a un contexto narcisista. Si bien las catecti- parentales catect1zados con• libido obJetal e1er_ceuna podero-
zaciones idealizadoras se ven cada vez más neutralizadas e sa, e importante, influencia en la construcción de las dos
inhibidas de finalidad ( a medida que el niño se acerca al

48 49
e_structuras nucleares permanentes de la personalidad inves- respecta a sus catexias objetales, sino también en lo que se
t!das de catexias instintivas narcisistas: a) el sistema 'neutra- :refiere a las vicisitudes de su sector narcisista, podemos re-
lizadot _básico de la psique, y .b) el superyó idealizado. conocer además •qu_e el último conserva su vulnerabilidad, y
J?e.te_rmmados detalles de estos procesos básicos de neutra- que puede verse ·perturbado o bloqueado en su desarrollo
!izac1ón en el campo del narcisismo son lo suficientemente mucho más allá del estadio en que la visión general del niño
importantes_ como para garantizar la ·elaboración. Mientras sobre su medio es todavía total y predominantemente nar-
el niño idealiza· al padre o a la madre la constelación ideali- cisista. Esta corriente de narcisismo en particular, que queda
zada está abierta a la corrección y a 1~ modificación por me- resumida bajo la expresión «imago parental idealizada1> si-
dio de la experiencia real ( el reconocimiento por parte del gue siendo especialmente vulnerable a lo largo de tod; la
, niño, 1e las cualidades reales de los padres), y ..!!_gradual extensión de su crucial desarrollo inicial, esto es, desde: a)
revelación d<: l?s_defectos de los padres pone al niño, en las el estadio de la formación del objeto del self arcaico ideali-
etapas preed1p1cas, en condid~mes de retirar de las imagos zado, hasta b) la época de 1a reinternalización masiva del
parentales u1;1aparte de la libido idealizadora y emplearla en aspecto idealizado de la _imago parental edípica. En conse-
la construcción de estructuras destinadas al control de las cuencia, el ríodo de ma or vulnerabilidad termina cuando ::'i(.
pulsione~ La dece~ió edí ica masiva ( pero ·propia de la queda seguramente establecido un superyó nuclear -idealiza-
fase) respecto del padre o de la· madre ( es claro que, nor- do, ya que la capacidad que el niño adquiere de esta_manera
malment;, ~l .padre del mismo sexo es quien desempeña el pa~a la idealización de sus valores y normas fundamentales
papel mas importante en. este contexto) lleva a la idealiza- ejerce una influencia benéfica y duradera sobre la ~c9n9!I!!ª
_ción del su er ó que constituye, en el proce-so de desarro~ psíquica en los sect_ores• narcisistas de la personalid-ª!h.
I~~ Y maduración, ~n paso de gran importancia en la protec- Es ampliamente conocida la influencia de las interacciones
.cton de la personalidad del peligro de regresión narcisista. del niño con sus padres en la dominación de las pulsiones
Para ~xp~esarlo de otra manera, podemos decir que la in- instintivas objetales y en el progresivo dominio de su yo
ter_nahzac1~n'. propia ~e la fase, de aquellos aspectos de los sobre las pulsiones, así como sobre los aspectos controladores
obJetos ed1p1cos anteriormente catectizados con libido obje- y canalizadores de pulsiones de su superyó; por esa razón no
tal ( y de ~~resión). llevan a· construir los. aspectos del super- nos ocuparemos de esto en nuestro contexto actual. Al con-
yó que dirigen al yo las órdenes y las prohibiciones los trario, merecen nuestra atención las condiciones similares
elogios, las reprimendas y los castigos que anterior~ente qu~ influyen en ·el desarrollo del narcisismo infantil, sobre
ha~ían. ~rigido los padres al niño'. 19 Sin embargo, la inter- todo en el punto que concierne a las idealizaciones del niño.
nahzac1on de los aspectos narcisistas de la relación del niño La modificación de las catectizaciones idealizadoras arcaicas
con los padres edípicos lleva a la dimensión narcisista del ( su dominio, neutralización y diferenciación) se cumple me-
superyó, esto es, a ·su idealización. La internalizadón de los diante su pasaje a través del objeto del sel/ idealizado. El
aspectos de la irpago parental con catexia objetal convierte a resultado específicamente individual de este proceso estará
e~ta última en contenidos y funciones del superyó; la inter- en parte determinado por las respuestas emocionales esped-
nalización de los aspectos .narcisistas explica la posición exal- fi~as del objeto que el niño idealiza. Sin embargo, así como,
tada de estos contenidos: y funciones respecto del yo. Sin hasta cierto punto, la severidad de un superyó puede estable-
em_bargo,_de e.sta idealización ( el componente instintivo nar- cers~ independientemente de la real crueldad de la conducta
cisista de sus catexias) es de donde proviene el aura espe- de los padres ( o hasta, en forma paradójica, puede aumen-
cífica y característica de absoluta perfección de los valores y tarse por la bondad de es tos ) , así también la tendencia del
patrones del superyó; y la omnisciencia y el poder de toda superyó a la perfección absoluta ( su idealización, la d1men- ...
la estructura también se deben al hecho de que la misma esté sión de su yo ideal) es en cierta medida independiente de la •
oarcialmente investida de libido narcisista~ idealizadora. 20 -:0nducta de• los· padres y .puede -según una paradoja .para-
Si, en consonancia con las consideraciones precedentes, estu- lela a la anterior- intensificarse por una modestia no em-
diámos el desarrollo de la psique del niño, no solo en lo que pática de estos, que tal vez frustre de un modo traumát.:.rn la

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.......... \ ,' ' 1
necesi1~d. infantil de glorificarlos. (Véase en el capítulo 10 idealización recientemente establecida de sus valores y nor-
un analis1s del fracaso del analista en el reconocimiento em- mas, y de sus funciones de premios y castigos, no nos sor-
pático de la necesidad del analizando de glorificarlo.) prenderá en absoluto enterarnos de que la experiencia clínica
Si bien los objetos infantiles edípicos y preedípicos ( en sus demuestra que .lfilª grave decepció11. re~pecto del objeto edí- ~
dimensiones objetalmente catectizadas y narcisistas) ejercen ico idealizado, aun ~n.19s comienzos de la latencia, puede
una influencia decisiva en la .configuración de la personalidad ll~gai:_a_anular__uoa "ckaliz~ión deL s_uperyó_p_tecarifill)~t~
del adulto, debido a que dejan una impronta definitiva sobre establecida, volver a catectizar la imago del objetq__d~l ~elf
posteriores preferencias pulsionales y elección de objeto, no idealizado, e impulsar a una renovada insistencia en _Y._?
es menor, empero, la importancia del papel que desempe- una búsqueda de, un objeto externo de_p_erfección. Así como
ñan como precursores de la estructura psicológica. Una vez un niño pequeño puede tolerar las primeras separaciones
establecidas las estructuras psicológicas nucleares -lo que temporarias -de la madre en la medida en que sabe que ella
ocurre en gran medida al final del período edípico, si bien estará a su disposición si su necesidad se vuelve insopor-
en el período de lat-enda y· en la pubertad ( y de modo deci- table, así también el niño puede, en la primera latencia,
sivo en la adolescencia tardía) tiene lugar una importante abandonar la idealización externa si el objeto perfecto está
afirmación y un refuerzo del aparató psíquico, especialmente todavía al alcance de movimientos de recatectización con li-
en el área del establecimiento de ideales confiables-, la pér- bido idealizadora. Y así como un niño pequeño no tolera
dida del objeto, por demoledora que sea, no dejará incomple- separación alguna si teme que la madre pueda perderse irre-
ta a la personalidad. Puede ocurrir que •impida en esta misiblemente, así también ocurre en la latencia temprana
-v. gr., en caso de pérdida repentina y masiva de objeto en con la idealización del superyó ( del que se ve privado nueva-
fases posteriores de la vida- la extensión, una y otra vez, de mente), siempre que el objeto idealizado parece perdido
importantes catexias libidinales a nuevos objetos; pero en ya sin remedio en ese período. Ciertamente, una vulnera-
general no dañará la estructura básica del aparato psíquico. 21 bilidad insólita de la psique en la latencia temprana, lo mis-
•Sin emba·rgo, privaciones y pérdidas traumáticas de objetos mo que. su respuesta regresiva a los traumas que tienen lugar
hasta el período edípico e .incluso en este (y, en menor me- en este período, no solo es una función del momento pre-
dida, a lo largo del período de latencia y la adolescencia), así sente, sino que está determinada también por las experiencias
como traumáticas decepciones durante· ellos., pueden inter- traumáticas anteriores del niño.
ferir seriamente en la estructuración básica del aparato· psí- En el caso específico de la pérdida traumática de la imago
~~- . parental idealizada ( pérdida del objeto del self idealizado o
Agreguemos que, en el contexto de la argumentación ante- decepción respecto del mismo) hasta la fase edípica e inclu-
rior, puede considerarse que el comienzo del período de la- yendo a esta, las consecuencias son perturbaciones en secto-
tencia pertenece todavía a la fase edípica, y que constituye el res narcisistas específicos de la personalidad. En ÓP-timas
último de los diversos períodos de extrema vulnerabilidad de circunstancias, el niño experimenta una • ro resiva dece12ción
la psique del niño pequeño. Estos momentos de máximo pe- res ecto del ob"eto idealizado --o, para decirlo de otro mo-
ligro en la temprana infancia, durante la cual la psique es - o, Ja evaluación_que el niño realiza del objeto idea_lizado 0
especialmente susceptible a la tra~matización, corresponden se vuelve cada vez más realista-, lo cual lleva al retiro de
a «un nuevo equilibrio, hasta el momento no establecido con catexias na~isistas de la ima o del ob"eto del self idealizado
seguridad, de las fuerzas psíquicas después de un explosivo y a suinternalizació]!_grag_ual ( o, en el p~ríodo edípic~>,_J?,ª- e
período de desarrollo» [Kohut y Seitz, 1963, .pág. 128 y siva pero apropiada a dicha fase)', es decir. a la a~g,ms1c1on... ~
• sigs.]. Si aplicamos al superyó y at comienzo de la -latencia de estructuras psicológicas permanentes que contmuan. en-. 1:
este principio de la vulnerabilidad de ·las nuevas estructuras dopsíquicamente. las funciones que 12reviamente cumolía el f?-
( cf. Hartmann, quien insiste en que las funciones reciente- objeto del self idealizado. Sin embargo, E°i el niño sufre_ la
mente adquiridas «manifiestan un alto grado de reversibili- pérdida traumática del objeto idealizado, o una decepción
dad en el niño». [ 19 5 2, pág. 177] ) , y, en particular, a la traumática respecto de él ( esto es, repentina y grave, o no

52 53
" ~ ca. 'u, ~ -:,e' &
adecuada a la fase), entonces la -internalización óptima no se ".! (:)-lógicode la palabra, el término trasferencia no es plenamente
produce. El niño no adquiere la requerida estructura interna '~ ~ correcto en este caso±" podría decirse que la condición tras-
su psique permanece fijada en un objeto del self arcaico v 1~ ~~.~,.ferencial qu_e se establece en tales análisis es, en verdad, la
personalidad dependerá para siempre de ciertos objeto~ • en 1
~ • reinstalación de una condición arcaica. El analizando reactiva
!o qu~ parece una f~rma intensa de hambre de objetos: La J..;(: ~ 1~ !lecesidad de u~ objeto del self_ arcaico, narcisistament;
mt~ns1dad de esta busqueda y de esta dependencia de tales ~ --... v1v1do, que precediera a la formación de la estructura pst-
obJetos se debe a que estos han sido forzados a sustituir a ~,-~~ quica en un segmento específico del aparato psíquico. Si?
los_ segmentos faltantes de la estructura psíquica. No son "' ~ embargo, del objeto buscado ( esto es, el analista) el analt-
obJetos ( en el sentido psicológico del término) puesto que ~ ': zando espera el cumplimiento de ciertas funciones básicas
no son amados ni admirados por sus cualidades, mientras .s ~ en el campo de la homeostasis narcisista que su propia psi-
que lo~ rasgos reales de personalidad, así como sus acciones, <,) que es incapaz de proveer.
.,...~ .
apenas son reconocidos oscuramente. No son objetos anhe- ~.?.:Las perturbaciones en___k_rela~iQ!l c2n el objeto idealizado _
lados, pero se los necesita a fin de remplazar las funciones ~ \"i ' llevan a consecuencias gue ~ _Queden clasificar en tres g~-
de un segmento del aparato psíquico que no se ha estable- -:,- pos,__l!egún la ase del desarrollo durante la cual se expen-
cido en la inf anci"a.11 -:f- mentó_rl_impacto principal del trauma:
En el dominio deÍ narcisismo, perturbaciones traumáticas
~uy .tempranas en la relación con el objeto del self arcaico 1. E..erturhacione_s_muy_tempranas en la_!_elación con el obje-
tdeal~zado, y, en especial, decepciones traumáticas respecto to idealizado parecen llevar a_una debilidad estructural ge-
de él,' pueden interferir ampliamente en el desarrollo de la neral -tal vez una barrera de contención de estímulos de-
capaci~~d ~ásica 1~ la psique para mantener, por sí misma, ficiente o de mal funcionamiento- que interfiere amplia-
e.l equihhr10 narc1s1sta de la personalidad ( o para restable- mente en la capacidad de la psique para mantener la homeos-
cerlo _después de una perturbación del mismo). Es el caso, tasis narcisista básica de la personalidad. Una personalidad
por e1em_plo, de las personalidades que se vuelven adictas. afectada de esta manera padece de una difusa vulnerabilidad
A menudo el trauma que padecen es una grave desilusión narcisista. ( Este tema será discutido más adelante, en el ca-
respecto de una madre que, debido a su defectuosa empatía pítulo 3.)
para c?,n )as necesidades del niñ~ ( o por otras razones ) , no
cumplio adecuadamente las funciones ( como continente de 2. Más tarde -aun ue todavía en rj,_período 2.reedípico-,
estímulos, como óptima proveedora de estímulos necesarios, las ~rturbaciones traumáticas en la relación con el obi;to
como fuente de gratificación que alivie las tensiones, etc.) idealizado ( o, una vez más, específicamente, u_na frustrac16~
que el aparato psíquico maduro estaría en condiciones de traumática a .su respecto) pueden interferir en el estableci-
C_?m~lir ( o de ini~iar ! más adelante, predominantemente por miento ( preedípico) del núcleo productor básico del aparato
s1 mismo. Las destlus1ones traumáticas que se sufren en estas ..e_síquico, donde se originan el control, la canalización y la
etapas arcafoas del desarrollo del objeto del self idealizado neutralización de pulsiones. Esta falla estructural puede te-
priva~ al _.niño de la inter~ali~ación gradual de las primitivas ner corno manifestación sintomática una disposición a la
ex_Perienc!as ~e !e~ibir el ·alivio óptimo, o la ayuda en dor- resexualización de derivados pulsionales tanto de conflictos
rn1~se. Estos_ md1v1duos permanecen así fijados a aspectos de internos como externos, a menudo en la forma de fantasías
ohJetos arca1_cosy los encuentran, por ejemplo, en la forma o actos perversos.
de. drogas. Sin embargo,~ droga no sirve como sustituto de Quisiera sugerir la siguiente hipótesis para explicar este ..
obJetos amados o amantes, o de una relación con ellos, sino hecho, clínicamente observable. Así como el superyó (véase~
como remplazo de una carencia en la estructura psíquica. má.s adelante el punto 3) constituye la réplica interna, ma-
En la regresión específica que se da en el análisis d~ales sivamente introyectada, del objeto edípico, también el núcleo
pacien~es~ estos últimos se vuelven adictos al terapeuta o al productor básico del yo está compuesto por una inmensa
procedimiento de este, y -si bien en el sentido rnetapsico- cantidad ( que, en comparación con el superyó, es mínima)

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55
ele réplicas internas de aspectos del objeto preedípico. Y así par.te, suf.r.:auna destrucción traumática-, entonces la idea-
como en el período edípico se .internalizan los aspectos aman- lización del supery<i será incompleta, con 1~ consecuencfa""de
tes-aprobatorios y los coléricos-frustrantes del objeto edípico, que la persona ( aun cuando pueda poseer valores y normas )
y se convierten en las funciones de aprobación y en las metas ?ese~.r.:~obtener la _apro_bacióny la dirección que su superyó,
positivas del superyó, por una parte, y en sus funciones pu- msuf1c1cntemente 1deal1zado, no puede suministrar.
nitivas y prohibiciones, por la otra, así también se interna-
lizan los aspectos aprobatorios y frustrantes del objeto pre- Pero debemos dejar ahora de lado la consideración de las
edípico, y constituyen la trama básica del yo. ( En contraste vicisitudes específicas del desarrollo de la imago parental
con la masividad de la internalización edí ica -adecuada idealizada, para volver al análisis de dos puntos de funda-
a la fase-, ue forma el su r 6, la trama básica del o se mental significación para 1a evaluación de los datos del de-
v~formando mecÜante e ueñas cantidades de internaliza- sarrollo en general. Ellos son: 1) la relación entre la forma-
ción que tieg_e_nlugar en l!lUlti!ud d~ ocasiones a lo largocfe ción de la estructµra psíquica y la decatectización de las
todo el período _preedípico.) imagos de objeto, y 2) la diferencia, en cuanto al significado
La internalizaci6n de los aspectos del objeto edípico, y del psicológico, de: a) objetos del self arcaicos y sus funciones
preedípico, investidos narcisistamente, ocurre de acuerdo con b) estructuras psíquicas y sus funciones, y e) objetos ma~
el mismo principio. El retiro de catexias narcisistas -masi- duros y sus funciones.
vo, pero adecuado a la fase- del objeto edípico conduce a S~pued~ demostrm:..~jor la relación entre la formación de
la internalizaci6n de estas catexias y a su unión a las fun- la estructura egguica y el retiro de catexias instintivas ob-
ciones de aprobación y de prohibición del superyó, así como jetales na:t;~isistas de las í~gos !le objeto me~cionando
a sus valores e ideales, proceso que culmina en el prestigio tres factores ue desem~ñan un im rtante a ~l en el
específico del que gozan estas funciones y contenidos del _eroceso de _ orriiación de la estructura al gue ~staría
superyó. Las innumerables, pequeñas y no traumáticas de- . amar in1_ernalizaci6n_ftasmut_gdora.~Esos factQt..e.L.sonlos
cepciones en la perfección del objeto preedípico ( esto es, la si ient~:
percepción cada vez más realista del objeto preedípico) ex-
plican de modo similar el ingrediente de prestigio ( y, en 1. El a arato sí uico debe estar listo Rara la formación de
consecuencia, de poder) del que goza cada una de las pe- la estructura, es decir, la psique debe haber alcanzado una
queñas prohibiciones, admoniciones y focos de aprobación y receptividad, preformada por maduraci6n, para introyectos
guía, que en su totalidad forman la trama básica del yo, específicos. ( La emergencia independiente de tales ·potencia-
canalizadora y neutralizadora de pulsiones instintivas. ( Pese lidades internamente preformadas fue considerada .por Hart-
a que en este lugar no puede emprenderse un análisis deta- mann [1939, 1950a] como la autonomía rimaria de los
llado de este tema específico, se puede precisar que la ex- pasos de fa psique en su proceso e ma uración. )
presión « trama básica del yo»· no es del todo correcta, puesto ) . ,
que ciertos estratos del ello en el «área de la neutralización r r· e\ 2. Preyiamente al r~iro _d~catectizaciones objetales ti,_ene
progresiva» también intervienen, hasta cierto punto, en las • lugar la disólud.Qn de aguellos aspectos de la imago objeta!
funciones de canalización· y neutralización de pulsiones ins- _eJ:L.PrOc§ode internalización. Esta disolución tiene una gran
tintivas [ véase Kohut y Seitz, 1963, esp. pág. 137].) .-• '," importancia pskoeconómica. En efecto, constituye la sus-
• • '~-tanda meta psicológica de lo que, para utilizar un término
3. Finalmente, si la génesis de la perturbación se relaciona / más· próximo a la experiencia empática o introspectivamente ...
con el período edípico, es decir, si uña decepción de propor- observable, podríamos llamar «frustración óotima>>..Pnr Sll- •
1 ciones traumáticas afecta al objeto idealizado preedípico tar- puesto, fue Freúd quien, en la descripción metapsico]ógica
·~ de la elaboración del duelo [ 1917 a]. estableció lo esencial
¡
1 díoy edí ico --o incluso, hai;ta el comienzo del petlodo de
del proceso de retiro fraccionado de catexias de los objetos.
latencia,~n el caso de que la contrapartida externa del obje-
to recientemente internalizado, todavía idealizada solo en Dicho concretamente, el retiro de catexias narcisistas se da de

56 57
un ~odo fragmentario si el niño puede experimentar reite- dientes de los otros se ha a oderado de la noción de
radas decepciones con un aspecto o cualidad idealizada del mutualida .
objeto; sin embargo, la internalización trasmutadora resulta Si bien para la psicología 50cial el objeto arcako, narcisista-
imposible~ toda vez que la decepción respecto de la perfec- mente vivido, es tan ob·eto como el maduro catectizado con
ción del objeto se refiere a la totalidad de este, como cuando libido objeta!, desde el punto de vista de la teoría psicoana-
~l niño reconoce de pronto que el objeto omnipotente es lítica ( metapsicología) se encuentran en los extremos oruzes-
impotente. tos de una línea de desarrollo y de un continuo dinámico.
Para decirlo de otra manera, las estructuras endopsí<ll,lkas
3. Además de la ya mencionada disolución de aspectos espe- tales como el superyó -y otras configuraciones internas del
cíficos de la imago objetal, en el proceso de efectiva inter- yo menos nítidamente delineadas- ~stán, en lo que hace a
nalización {esto es, de internalización que conduce a la for- su significación psicológica y al modo de su funcionamiento
m¡:1.ciónde una estructura psíquica) .se_p_t.Qduc_e_una_despe1=.. más cerca de los objetos maduros de la psique que de lo~
sónali~~~ó_n_d_~c;_t_p_s_in.ti:..o_y~ctado_s_de_la
__imagen_deLohj~- objetos arcaicos gue aún no se han trasformado en estructu-
.to, prmc1palmente en la forma de un desplazamiento del én- ras psicológicas internas. Estas diferencias esenciales quedan
fasis, del contexto humano total de la personalidad del obje- fuera de consideración, tanto en el punto de vista inter-
to a determinadas funciones específicas del mismo. 23 En personal de la psicología social, como en el enfoque socio-
otros términos la estructura interna cumple ahora las fun-=- biológico del transaccionalismo, o en contrastes como los que
ciones ue el ººj~t9 acostum rl:!!:a~jecutat en reladon con se establecen entre la «tendencia a ser dirigido por los otros»
el niño; sin embargo, una estructura en buen estado de fun- [ other-directedness] o a «autodirigirse» [ inner-directedness]
cionami~n.to na_ s1'3o ampli_amente de§QOjada de los _.rn§.gosde [Riesman, 1950], o inclusive en las detalladas descripciones
personahdaq_del obj~to. Son conocidas las imperfecciones. psicodinámicas de los sistemas de observación «directa» del
q?e tienen lugar en esta etapa del proceso. El superyó, por niño, que utilizan el marco teórico básico de la psicología
eJemplo, suele presentar huellas de algun,os de los rasgos social ( o el marco, afín a este, de la psicobiología social). En
del objeto edípico, y la trama básica de control de pulsiones consecuencia, la introducciórt de sus marcos conceptuales en
de la psique puede opera·r con métodos personalizados espe-• el psicoanálisis empobrecería nuestra ciencia, al impedir di-
cíficos ~e amenaza y seducción, ..directamente derivados de ferenciaciones tan fundamentales como. las nombradas. Tan-
las características de los objetos preedípicos y de su actitud to el agotamiento del adicto cuando se lo separa del psico-
específica respecto de las pulsiones del niño. tcrapeuta que lo alivia, como la necesidad de ver en el tera-
peuta la figura de un líder por parte de quienes no han cons-
Podemos volver ahora al segundo pun.to del análisis gener11l truido una estructura guía de valores e ideales internos, son
en curso y destacar la diferencia esencial que existe entre: ejemplos de la reactivación terapéutica de la necesidad de
!J- el ob·eto ~el self arcaico narcisistamente vivido. ( o~kto objetos del self arcaicos, narcisistamente vividos. Tal como
espero demostrarlo en el presente estudio. esos ob'etos ar-
-~olQ en el serr,t1do del observador de la conducta manifiesta);
2) las _est,ructt;l.J~~psicq_lógi_ca§i
(..construidas como consecuen- saicos, narcisistamente vividos, son _verdaderainen__t~evjvi-
ci~ del_ g~adu:tl retiro de :catexias del ~bjeto arcaic~ narcisis- dos en la terapia en_torno a l~ percepción . de la figura del
tamente ~i.vidcü, que continúan cumpliendo las funciones de tera utai--y .orman dos ti s distintos de trasferencia, que
regulació1;1, integración y adaptación de pulsiones, funciones pueden investigarse y elaborarse sistemáticamente. No de-
~pre~IfüJ!en_te Ju~tan cumplidas por el objeto (externo), ben confundirse con la revivencia, QPerªºª--P9r fa t~asferen-
Y 3) o~etos verdaderos en el sentic}Q._psi~o~nªlíti_co), c~- cia terapéutica, de los obietos ( incestu~) de la infancia "'
tec_tizado~ CO!]. jnvesti9,uras in:stintivas _ objetales, esto es,
.5,>QJ~to~ a_!Ilados y odi?d~s .Q_oruna psique que se ha sepa-
. ( c~tectizados con_ investiduras insti._ntivas obktª1~~), que se
da en el análisis de las neurosis de trasferencia. 4
rado de k>s _opje19.s arcaic9s, ha adquirid.9 estructuras autó- Después de la expcsición antedor acerca de ciertos aspectos
nomas, ha aceptado las motivaciones y respuestas indepen- generales de la relación del medio social con 1~ formación y

58
función de la estructura psicológica, podemos volver al exa- luación genética de la trasferencia idealizadora también se

'
1
men de las circunstancias específicas que llevan a las pertur-
baciones de las estructuras derivadas de la imago parental
idealizada.
complica por la tendencia psicológica a la que quisiera de-
nominar imbricación [tePesoopin~l de •experiencias genéticas
análogas,24 incluyendo especialmente el hecho de que .1ª..__rui-
A fin de evitar las trampas de un mistificador exceso de sim- ~uede su er ner recuerdos de ex erienci s os e i res
1 plificación, permítaseme aplicar a nuestro- campo específico 1t- {posedípicas) importan~<:s, pero no críticas, sobre ex ríen-
el probado postulado de· que las vicisitudes, tanto del desa- ~ cías más anti uas es cíficamente ató enas. Esta superposi-
1 -rrollo normal como del anormal, solo· resultan inteligibles en ~· ción de la memoria del .período crítico de perturbaciones en
general si se las considera como el resultado del interjuego de _0 el desarrollo con recuerdos de experiencias análogas poste-
1 una cantidad de factores etiol6gicos, y no como consecuencia \, rieres es una manifestaci6n del poder de síntesis de la mente;
de incidentes aislados en la -vida del niño. Así, si bien a -~ no debe entenderse que esté necesariamente al servicio de la
t menudo la perturbación traumática de la relación con el obje- ~ defensa ( esto es, como si se utilizara para detener la evo-
:to idealizado ( o la decepción traumática respecto de él) pue- -, cación del recuerdo primitivo), sino más bien al servicio del
1 de asignarse a un momento específico del desarrollo temprano ::;-intento de ex resar el trauma rimitivo or medio de conte-
del, niño·, casi siem te el efecto de los traumas es íficQ.s ~ nidos psíquicos análogos más róxim~ los ro~9s secun-
solo uede entenderse cuando también se toma en cuenta la darios y a la comunicación verbal. En la práctica clínica, la
existencia de una dis • sición a traumatizarse. La__suscep.tL- evocación de tales recuerdos de acontecimientos posteriores
bilidad al tr-ªu_!Da,a su vez, se de~e a la_li}t_e_racción
de debi- -a los que se podría llamar derivativos únicamente en el
lidades estructurales congén!!~ ex riendas ue receden caso de que el contenido psíquico del acontecimiento haya
al trauma atogénic~~~cíf~g. De· ta modo, tanto en el sido retenido en el inconsciente en la forma de recuerdo
desarrollo del narcisismo como en el del amor y la agresión verbalizader- puede a menudo aceptarse en lugar de la de
objetales • predomina la misma condición de interacción de los primitivos, aun cuando la comprensión del analizando
dos series complementarias de factores causales. pueda quedar incompleta si se descuida la formulación de
Sin •embargo, la trasferencia idealizadora, que se establece la reconstrucción genética del trauma primitivo crucial, así
es ntáneamente en el análisis, se refiere por lo general a como de su influencia sobre la traumatización posterior. ( Sin
ese momento específico del desarrollo de la imago parental embargo, cl_P-sicoanalista teórico no puede permitirse seme-
idealizada· --desde el estadio primitivo, arcaico, del objeto jante falta de rigor; al contrario, debe procurar determin.ar
del self idealizado hasta el estadio comparativamente tardío, ~1 período en el que se produjo realmente el trau a pa.tQge-
exactamente antes de la consolidación de su reinternalización no es ecífico. L
final ( esto es, como idealización del superyó)- en que el- De las consideraciones precedentes puede concluirse, en efec-
desarrollo normal en el dominio del objeto idealizado ha to, que Ja trasferencia idealizadora que se establece en el
sufrido una grave perturbación o interrupción. Con todo, al análisis de ciertos trastornos narcisistas de la personalidad se
evaluar la_ trasferencia idealizadora debemos advertir a me- da en formas distintas y específicas, determinadas or el
nudo que la revivencia terapéutica de estadios comparativa- unto es cífico en el cual tuvo lu ar a i"ación u-aumá_ticª
mente tardíos de la imago parental idealizada ( por ejemplo, rinci al o en el cual quedó bloqueado el desarrollo ulte-
una decepción traumáticá preedípica o edípica de un hijo rior del narcisismo idealiz-ªdor. Sin embargo, consideradas en
respecto de su padre) puede apoyarse sobre la base más pro- conjunto, -~_f.i.e.ildis.1io.gi:úr,no solo desde el punto de vista
funda de una decepción temprana, inexpresable, respecto de metapsicológico, sino también desde el clínico,. entre estas_
la madre idealizada, que seguramente ha de deberse a la no g-asferenci~ y las igeali~~ciq_nes que se haj.lari_~n cierta§ .fa- :•
confiabilidad de su empatía y sus momentos depresivos, o ses del análisis de las neurosis de trasferencia. La regl_.!lari-
puede estar relacionada con enfermedades físicas, ausencia o dad y el ordenamiento de los r•sgos de las trasferencias id~a-
muerte de la madre. • lizadoras básicas, su estabilidad, así comó su pQsición cen-
Por lo demás, como ya lo hemos dicho brevemente, la eva- tral en el proceso psicoanalítico --en contraste_~on las pro-

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teicas manifestaciones y la sición p_mfé,ric_a_de_las_ideal'- grar una unión con el objeto idealizado, puesto que, dada su
zaciones en el análisis .... d~_Jas neu osls_deJra~sfe11m.ci.a:=--,se -.falla estructural es ífica -vale decir la insuficiente idea-
deben al hecho de que la fijación narcisista en _todos los sub- r ó-- solo es sible salva ardar su e ui-
grupos de la trasferencia idealizadora interesa a los aspectos librio narcisista r medio del interés las res uestas la
narcisistas del objeto idealizado antes. de su internalización --;-;obación de las rg>licas resente§ ( o sea, cotidianamente
final, es decir, antes de la consolidación de la-idealizaci6n del activas) del objeto del sel{ traumáticamente erdido.
superyó. Si bien es indudable que las idealizaciones en las No -solo es posible diferenciar metapsicológicamente estos
neurosis de trasferencia se mantienen gracias a una inoviliza- dos tipos de trasferencia idealizadora -esto es, el más ar-
ci6n de la libido narcisista-idealizadora, debe entendérselas caico desde el punto de vista del desarrollo, y el más maduro
como la expresión de •una sobreestimaci6n in.específica del ( as{ como una diversidad de tipos cuyos puntos de fijación
objeto de amor. Este, sin embargo, se ve aquí intensamente están comprendidos entre los ya citados)-, sino que también
catectizado con libido ob' etal, con la que sólo secundaria- es posible reconocerlos_ clínicamente, sobre la base de los
mente se amalgama libido- narcisista, en ocasión de fases de cuadros ( trasférenciales ) distintos y característicos que pre-
intensa trasferencia positiva; y la catexia. narcisista perma- sentan a lo largo de la terapia analítica. :Empero, tal como
• nece siempre subordinada a las catexias objetales. En otros dijimos anteriormente, ,el analista debe tomar en cuenta
términos, la idealización en las neurosis de trasferencia es el hecho de ue el cuadro clínico • uede verse oscurecido •or
un ras o ines edfico de la trasferencia sitiva estrecha- el fe ómen de imbricación es decir la movilización
mente ero arentado con a uella en el es- de recuerdos relativos a acontecimientos steriores análo-
tado de enamoramiento. os al causante de la enfermedild.
La trasferencia idealizadora que se establece durante el aná- Por último, debe admitirse también que a veces no resulta
lisis de personalidades narcisistas puede darse en una varie- fácil decidir si las trasferencias narcisistas de ciertos pacien-
dad de tipos más o menos circunscritos. Hay reactivaciones tes que renuevan la relación con estadios comparativamente
terapéuticas de estados arcaicos que iluminan retrospectiva- tardíos del objeto idealizado no están superpuestas a las per-
mente el período en que la imago materna idealizada está turbaciones referentes a objetos narcisistas más arcaicos.
todavía· casi completamente fundida con la. del self; y hay Existen realmente, pues, instancias clínicas en las que re-
otros casos en que las reactivaciones trasferenciales-patogno- sulta imposible asignar carácter psicopatológico a un punto
m6nicas interes-ªn a momentos mu~ ~eriores del desarro- de fijación aislado y dominante. En estos casos, la trasfe-
Jlo de la libido idealizadora y del objeto_jgealj_~ado. En estos rencia idealizadora puede enfocarse alternativamente sobre
últimos casos un trauma conduce a fijaciones narcisistas espe- los estadios arcaico y edípico del objeto idealizado.
cíficas durante un lapso, desde la última fase reed.í ica a
través de la temP-rana latencia, que es cuando la mayor parte
de los sectores de la relación del niño con los padres está
todavía plenamente catectizada con energías instintivas obj~-
tales. Sin embargo, trau as e~P-ecíficos tales como una de-
ce12ción súbita ines radá e intolerable res cto del objet?
• •dealizado en esta fase p%oslucen lesiones patógenas especi-
ficas en el desarrollo del nfil'c;_isisn:io_ideali~ador( o bien de-
jan de realizar una idealización solo apenas. establecida), qu~ _
Jle..'[a.n....a._una...idealizad6_n_insuficien.te'
dcl_su~J.Y...9,una defi-
ciencia estructur-ªl qu~ a_su_vez produce una {!j"ªción_~n lo~
~tos nª-rcisistas_del Qbjeto id~ª-lizado preedípjm_o edí-
12ic0. Las rsonas ue han decido t~les traumas se trate
de adolescentes o d~ adultos) intentªran co!]s1ante_l)Jentelo-

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3. Ejemplo clínico de trasferencia en las cuales ellos lo apoyaran. En la medida en que se veía
• idealizadora aceptado, aconsejado y guiado, es decir, aprobado, se. sentía
una persona íntegra, aceptable y capaz; y en tales circuns-
•1 tancias se desenvolvía indudablemente bien en sus tareas, era
creativo y tenía éxito. Pero ante el menor signo de des-
aprobación, falta de comprensión o pér~da de interés en
él, caía en la depresión y el desaliento; primero montaba en
1 cólera y luego se aislaba, tornándose frío y arrogante, y tan-
to su creatividad como su capacidad laboral sufrían un
1 Si bien el material que presentaré está, por fuerza, abrevia- deterioro.
do y condensado, no procuré simplificar la estructura del Durante la trasferencia terapéutica cohesiva que se estableció
'1 caso. Por- el contrario, mi objetivo es demostrar de qué modo
las pautas teóricas dadas pueden ayudar a resolver algunos
de los complejos problemas genéticos y dinámico-estructura-
en el análisis, todas estas predisposiciones reactivas se evi-
denciaron con claridad y permitieron la reconstrucción gra-
dual de cierta pauta genéticamente decisiva que había apare-
les con que tropieza el análisis de las personalidades nar- cido en forma reiterada y conducido a los trastornos especí-
1 cisistas. ficos de la personalidad del paciente. Una y _otra vez, a lo
El Sr. A., un joven rubicundo, pecoso, de unos veinticinco largo de toda su infancia, el Sr. A. ( que era el menor de tres
1 años, se desempeñaba como químico investigador en un hijos: tenía un hermano diez años mayor y una hermana
gran laboratorio. Comenzó su análisis lamentándose de que tres añor mayor que él) había sufrido decepciones abruptas
1 siempre, desde su adolescencia, había experimentado atrac- y traumáticas respecto del poder y la eficacia de su padre,
l ción sexual por los hombres; pero, al poco tiempo, resultó justo cuando lo había ( re )establecido como figura protecto~a
evidente que sus preocupaciones homosexuales no eran lo por su fuerza y eficacia. Como ocurre con tanta frecuencia
1 más preponderante, que ocupaban una posición más bien ais- ( véanse las observaciones anteriores sobre la imbricación de
lada en su personalidad y que constituían solo uno de los hechos infantiles análogos), los primeros recuerdos suminis-
varios indicios de un trastorno general básico de esta. Más trados por el enfermo -posteriores a activaciones tra_sfe~
importantes que sus ocasionales fantasías homosexuales eran, renciales directas ( relativas al analista) e indirectas ( relativas
en cambio: a) su tendencia a sentirse vagamente deprimido, a diversas figuras paternas actuales) de la pauta fundamen-
falto de energía y sin ganas de vivir ( junto con una marcada tal- se vinculaban con··un período comparativamente tardío
disminución de su capacidad de trabajo y de su creatividad de su vida. Después de un azaroso vuelo vía Sudáfrica Y
en los períodos en que tal estado de ánimo lo invadía) , y Sudamérica la familia había llegado a Estados Unidos cuan-
b) como desencadenante del trastorno precedente, una grande do el pacie~te tenía nueve años, y el padre, que había sido
( y bastante específica, en lo fundamental) vulnerabilidad de un próspero hombre de negocios en Europa, no logró repe-
su autoestima, manifestada en su sensibilidad ante las críti- tir en este país su éxito anterior. No obstante, permanen-
cas o la falta de demostraciones de interés o de elogios por temente hacía partícipe al hijo de sus últimos proyectos Y
parte de aquellas personas a quienes percibía como mayores avivaba en él fantasías y expectativas. De continuo emprendía
o superiores a él. Así, aunque era ·un hombre de considera- un nuevo negocio y atraía el interés y participación de aquel.
ble inteligencia, hábil y creativo en sus tareas, buscaba per- Y, una y otra vez, terminaba invadido por el pánic? cuan1o ...
manentemente la guía y aprobación de otras personas: del sus objetivos se veían obstaculizados por hechos imprev1s- V

jefe del laboratorio de investigación donde trabafaba, de una tos y por su falta de conocimiento del ambiente norteame-
cantidad de colegas más veteranos que él y de los padres de ricano. El Sr. A. siempre había sido consciente de estos re-
las ióvenes a quienes cortejaba. Vivía pendiente de esos cuerdos, desde luego, pero nunca había aprecia1o antes el
hombres y de sus opiniones con respecto a él, procuraba ob- enorme contraste entre la fase de gran fe depositada en su
tener su ayuda y aprobación, y trataba de crear situaciones padre, que le inspiraba la mayor confianza mientras forjaba

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ca de la signific.ación concreta de la latencia temprana en el
sus planes, y la terrible desilusión subsiguiente, al comprobar contexto de la «vulnerabilidad de las nuevas estructuras»
que aqU:el no solo pe!día la calma ante dificultades inespe- o sea, específicamente, del superyó precariamente establecí:
radas! smo que también reaccionaba enfermándose física y do). No cabe duda, empero, de que hechos posteriores ( los
em<;>ctonalmente_fren!e al im~cto de la derrota ( depresión, fraca~os de su padre en Estados Unidos) contribuyeron al
variadas dolencias hipocondriacas que solían hacerle guar- detenoro y de que, de igual manera, las· experiencias más
dar cama). tempranas aún del niño -su dependencia de los cambios
Entre sus recuerdos más importantes de aparición anterior anímicos extremos, repentinos e impredecibles del padre en
de la secu_encia idealización-desilusión del padre se encontra- las fases preedípica y edípica, y en especial su exposición
~an los vinculados con los últimos años que pasó la fami- durante la infancia, a las inciertas respuestas empáticas ma:
lia en el :Este de Europa, en especial la evocación de dos ternas-.- lo habían sensibilizado, originando la vulnerabilidad
hechos que afectaron el patrimonio económico familiar en ( combmada con una leve predisposición congénita) que ex-
forma decisiv~, cuando el paciente tenía seis y ocho años de plicaba la permanencia y gravedad de la falla estructural es-
~dad, _respecttvament.e. El padre, quien durante la primera tablecida por los hechos de comienzos de la latencia.
mfancia ?el ~r. A. había sido un hombre atractivo y viril,. En otras palabras, aunque el foco patogénico específico del
era_ propietano de una pequeña pero floreciente industria. trastorno se relacionaba con la desvalorización traumática de
A J_uzgar por muchos de los indicios y rememoraciones del la imago paterna en el principio de la latencia, no hay duda
p_ac1ente,sin duda padre e hijo mantenían una relación afee~ de que las lesiones producidas antes -en un período que
ttva muy estrecha hasta que ocurrió el colapso mencionado no recordaba, pero que la difusa sensibilidad del paciente
a la, edad ?e seis años, y también era indudable que el niñ~ ª!1te· el analista había reinstalado en forma general; especí-
hab1a_adrmrado mucho a su padre. Según contaba la familia, ficamente, aun frente a las ligeras imperfecciones de este
este mcluso lo llevaba consigo a la fábrica cuando .el niño para lograr una comprensión empática inmediata de todas
era muy pequeño ('de acuerdo con el paciente ya antes ·de •las fluctuaciones y matices de sus experiencias y estados de
l<:s. ~uatro años), explicándole detalles del ne~ocio y hasta ánimo actuales- habían preparado el terreno para que los
pi~1~ndole -en broma, suponemos retrospectivamente- su traumas posteriores produjeran un efecto patogénico. El exa-
opinión respecto de diversos asuntos comerciales así como men cuidadoso de la conducta presente de la madre, y de
l~. hizo después, más en serio, en Estados Unido; cuando el su personalidad. actual, aportó amplias pruebas para concluir
hi10 era un adolescente. De pronto, la amenaza de que. las que se trataba de una mujer profundamente perturbada, que,
fuerzas alemanas invadirían el país interrumpió la estrecha no obstante parecer tranquila y apacible ( en contraposición
relación q1;1ehabía entre ambos. Al principio, el padre estuvo al padre, francamente emocional) tendía a desintegrarse de
bastante tiempo ausente, procurando tomar las medidas ne- re~n~e con tremenda angustia y excitación ininteligible ( es-
cesarias para el traslado de su negocio a otro país ( en el Este quizo1de) al verse expuesta a presiones. Por ello es de supo-
de Eutopa). Luego, cuando el paciente tenía seis años, las ner que el paciente sufrió· muchas decepciones durante el
foer_z!s alemanas _:1va,nzaronsobre el país en que vivían y la px:h!)er año de vida, en la fase en que se requiere la empatía
familia, qu~. era Judia, huyó. Aunque inicialmente el padre y el poder omniscientes que la madre proporciona en forma
había re.accionado· con total impotencia y pánico, más tarde adecuada, y que la superficialidad y el carácter imprevisible
l:>gró restablecer su comercio, si bien en escala muy redu-
cida, pero, como consecuencia de la invasión alemana. al de la~ respuestas de esta deben de haber ocasionado su gran
p~ís al que habían escapado ( en es~ momento el Sr. A. te- inseguridad y vulnerabilidad narcisista. ...
El eje del trastorno psicológico del paciente, sin embargo, •
m~ ocho años), volvieron a perder todo y la familia debió
guardaba relación con la desilusión traumática respecto de la
hmr una vez más.
imago paterna idealizada en la latep.cia temprana. ¿Cuál era
Los recuerdos del paciente se centraron en el comienzo de
la índole de ese defecto y cómo puede describírselo en tér-
la latencia como el período crucial en que se instauró la falla
estructural basica ( véanse· mis observaciones anteriores acer:.. minos metapsicológicos? Para decirlo en pocas palabra:s:~

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róblema central de su. rsonalidad era la idealización fo. presaba una comprensión empática de. estas necesidades ( la
suficiente del superyó· insuficiente cat~ctización _el~los..;_va- mera aprobación ve,:bal parecía bastar; no era preciso «ac-
l.ores, _no_rmas, y funciones del supery.9_cq_11_Jibidoidealiza.: tuar~ la realización de deseo -p. ej., efectuar un elogio di-
dora) y, en forma concomitante, la catectizacióri intensa de recto- ni hubiera sido aceptable para este paciente), los va-
una imago parental iclealizada experimentada en el afuera, lores y metas del paciente le .parecían •.a este vulgares y des-
en os. esta ios 2ree _·eico tardí~y- ed_!pic~ E resu tacfo sin- preciables, y sus éxitos carecían de importancia y lo hacían
tom tlco ele este clefecto se nallaba circunscrito pero era sentirse deprimido y vado.
profundo. Puesto que el padente había sufrido en forma Una vez descrito el defecto psicológico principal y sus con-
predominante una desilusión traumática en los aspectos de secuencias, consideremos ahora tres áreas subsidiarias, sepa-
la imago paterna investidos narcisistamente ( el poder idea- radas, de. la psicopatólogía del paciente, que, no obstante,
lizado del padre) ·i-P.ºse _Q.roduj9la •nt~rº-ªl~a.ció..nJra~rpu- se interconectan tanto con el defecto básico como entre sí:
tadqg del ob"eto td$aij_zacl.qsiqo u a fijación en la figur.a 1) la vulnerábilidad narcisista difusa; 2) la hipercatectiza-
ideal previa a esta estruct~ ( figura que el Sr. A. buscaba d6n del self grandioso que se produjo principalmente en
•permanentemente) . El superyó no poseía el alto rango in- respuesta a las decepciones respecto de la imago parental
dispensable y por eso era jncapaz de acrecentar la autoestima idealizada, y 3) la tendencia a la sexualización de las conste-
del paciente. Sin embargo, teniendo en cuenta que este no laciones catectizadas narcisistamente.
se había sentido igualmente privado de los aspectos de la
imago paterna investidos con las catexias instintivas de ob- 1. Las manifestaciones de la vulnerabilidad narcisista difusa
jeto, su superyó permanecía relativamente intacto en aque- del paciente no eran específicas, y las reconstrucciones perti-
llos •contenidos y funciones suyos que fueron establecidos nentes para explicarlas que pueden ofrecerse son, por fuer-
como legado de las dimensiones libidinales de objeto y agre- za, más teóricas y tentativas que las hipótesis presentadas
sivas de objeto de la relación edípica con el padre: el Sr. A. para dar cuenta de los demás aspectos de su trastorno de
contaba con valores, metas y normas; y en general no recu- personalidad narcisista. Era extraordinariamente sensible no
rría a figuras externas para exigirles. en •forma 'implícita o solo a los desaires -ya fueran personales e intencionales,
explícita que le dijeran literalmente cuál conducta era acer- o impersonales y accidentales- sino también a las contrarie-
tada y cuál errada, o a qué:,metas debía aspirar. En lo esen- dades ocasionadas pot circunstancias externas, frente a las
cial, sus objetivos y normas básicas eran los propios del am- cuales, no obstante, siempre tendía a reaccionar como ante
biente cultural. <:lesu familia, que le habían sido trasmitidos una afrenta personal, que le infligía deliberadamente un
por su padre. Pero cuando actuabá en conformidad con sus mundo experimentado animísticamente. La amplitud y va-
normas o cuando lograba sus objetivos no experimentaba guedad del defecto psicológico pertinente, y el carácter ar-
sino una fugaz sensación de satisfacc:ón. Sólo alcanzaba un caico de la experiencia del mundo al cual dicho defecto co-
intenso sentimiento de autoestima al vincularse con figuras rrespondía, indicaban la existencia de trastornos en la rela-
fuertes y admiradas, cuya aceptación él suplicaba y por quie- ción temprana del paciente con su madre. Y, como señalé an-
nes necesitaba sentirse apoyado. tes, la evaluación de la personalidad de esta hace suponer
Así, en las manifestaciones trasferenciales de su falla estruc~ que el origen de la vulnerabilidad narcisista difusa del pa-
tura! específica parecía insaciable en dos exigencias ( formu- ciente tenía que ver con los trastornos de personalidad ma-
ladas tiránica y sádicamente) que dirigía al analista idealiza- ternos, en particular con el carácter impredecible e incierto
do: a) que el analista compartiera sus valores, objetivos y de las respuestas empáticas brindadas por ella durante la in- ...
normas ( dotándolos así de significado, al idealizarlos), y .fancia del Sr. A.
b) que el analista confirmara, con •vehementes manifesta- .E.n..gml, el elemento precursor de la idealización de la ima- •
ciones de regocijo y ,participación, que el paciente había es- go parental arcaica, y de la grandiosidad del self arcaico, es
tado a la altura de sus valores y normas, y había trabajado ue el niño ha a sentido un e uilibrio narcisista Qrimario
con éxito hacia el logro de una meta. Si el terapeuta no ex- im rturbable un_estado-12sicol6 ico cu a erfección ante-

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~~e incluso a la diferenciaci6n más rudimentaria en las ca- sisten en una hipersensibilidad frente a las perturbaciones
te o~fas de t ección steriores ~i,_._ rfección • en el del equilibrio narcisista, con tendencia a reaccionar ante las
ámbito el ,pode~, daj, conocimiento, d~ la belleza y-d~l~ fuentes de trastorno narcisista mediante el retraimiento total
~oral • La ca aciditd de respuesta de la madre a las nece- y la cólera implacable, en forma combinada.
s1d~des dc_;l._hlj~_ev~ta de~o!as traumática~~ptre 1~ m,rtur- Es posible formular dos proposiciones generales sobre la
b~tó ?~Le~uilibr.to_ narc1s1sta y su .restablectmi~nt.Q,_y si génesis de las vulnerabilidades y fijaciones narcisistas:
la msufic1enc1a de ~~s res uestas maternas es de roporcio-
~es, tolerables,· el nmo radualmente modificará la falta de i. La interacción entre las propensiones psicológicas hereda-
limites... la confianza cie a tí icas ,de su ex ectativa de das y la personalidad de los progenitores ( en especial, de la
pe ecc1on a soluta. Expresado en términos metapsicológi- madre) es de mucho mayor importancia que la que existe
cos: .con cada uno de los p,egueño..Lfta_c_aso~jru;.omp~e.nsio- entre los factores hereditarios y los acontecimientos trau-
nes ~_demQ;as ~e. la maru:e. en :S.,u_a_Gt.imd..-etQ.Bát.kJLha.cla._él,_ •máticos evidentes ( tales como la ausencia o muerte de uno
el ~mo _reti_ra.li?1do narc1s~s~a de la. ima_g9 arcaicª- ~r- de los padres)·, a menos que los- factores externos evidentes
fecc1ón nc<mdki.Q,nal_(nar_9~1.sm_o_pr1mar10 )__y_adguie:,;e _en se relacionen con· los tra.stornos d<::personalidad de los pa-
su lugar una art-t@lLde _estructura RSicoló ica interna gue dres ( p. ej., el divorcio de estos, la ausencia de uno de ellos
asume las funci?nes m ternas para_mantener e _e_quililiri~ por enfermedad mental o su muerte por suicidio).
narcisista; 1?9r e1emplo, su ~aP.acidacL_deap~tjgg~r_y calmar, ii. Los elementos patogénicos más específicos de la perso-
de ro rc1onar ·calidez física 215 emocional otras clases nalidad de los padres pertenecen al ámbito de sus propias
de so º:te ~a~cisista:._4~ _pu~sL-eI...as ect~más-importarrte· fijaciones narcisistas. En particular, observamos que duran-
e ~ r1mer1,sima reJac!<Snmadie-ñiiq es, aJigqa ue en~ te las fases iniciales: a) el ensimismamiento de la madre
ambiente ana~ ~ gue más adelante se desenvuelve el puede llevarla a proyectar sus propias tensiones y estados
niño, el,princi.Qiq_sf~ _I~f~strªción, 6ptima.La~. dec~iop~ de ánimo sobre el hiio y, así, conducir a una empatía de-
tolerables en el equ1hbr10 nardsl~ta _primario Qreexistente fectuosa; b) quizás ella responda en demasía, selectivamen-
Y e_x~eriorm~nt~Je.ntado) congucen a _esiabJecer_~ttu_c- te ( hipocondrfacamente),
siones del niño que
a ciertos estados de ánimo y ten-
corresponden a sus propios estados de
turas mternas _qu~,.Proporcionan la cªpacidad d~~utoanaci-
ggarse de-ª.dgwrir U.Qat;_oleraº~i~..básica a las tensiones en tensión y preocupación narcisistas; e) tal vez no responda
el terreno ·ae1narcisismo~ • -- al humor y las tensiones expresados por el hijo cuando sus
~o obstante,. si las resp~estas de la madre son demasiado propias preocupaciones no concuerdan con los requerimien-
carentes_ de empatía y poco confiables, el retiro gradúar de tos de este. Se orí ina así una alternación traumática de em-
la cateXl¿l de la imagc~uie _perfecci6n inconclic'íonal arcaica se- patÍa_defectuosa, ...sJili~.m.p_atia_Y- alta t tal de emQatía. que
pe_rtu!b.a: . no_~.e-;Pt.o_du~c.e_li:'internalizaci611trasmu.tac:lgta,_ y imP-ide el retiro gradual de las catexi·as narcisistas y la cons-
la· si ue contmua af~tradª-a upa imªgº _de _Qerfección ah- trucción de estructuras sí uicas re la doras de la tensión:
s?luta va am_!:nt~_delimitad_a, no desarrolla las diversas futi- el niño ~rmanece fi"ado al ambiente narcisista rimario en
gQD 7s. internas que más tarde reinstaurarán el equilibrio s~ conjunto.
n_arc1s1s_ta -ya sea: a) :directamente. a través del autoaP,a- La or anización de la rsonalidad narcisista de la madre no •
g uamiento es decir del desl:2.lk ue de las catexias narcisis- solo ex lica ues ue el niño ad uiera tem ranamente fi-
tas con que cuenta q b _llldirectamente,_ Q.9r-~T rec~rs~ iaciones v vulnerabilidades narcisistas; da cuenta también del
ª?ecuado ~l oro enitor idealizado-- _P-ermanec~sí rela- hecho de que permanezca inmerso en el ambiente narcisista ..
tivamente indefensa frente a los efectos de las heridas nar- arenta:l much~ espués de que su ro ia or anización si- •
cisistas. Las manifestaciones de est~ -estaclo en. la conc!uciá co ógica iha c!,e"ado de-S9nfqrdar con una relación de est~
varían ampliamente, por supuesto, y dependen, ··entre otros ti o. Sin embargo ~!.l.J~s fases posteriores la ersonalidad
factores, de la extensión y gravedad de la respuesta defectuo- del adre uede ser <k_influerwi_a deci_§iva en la grave ao
sa de la madre. Pero, en general, puede decirse que con- ~L.ttafilQrm:, de .perronalidad consecuente: si él también, a

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71
caus~ de sus ,.~ro ias ff aciones narcisistas, ~ •nca{!az de res- tendencia a la cohibición, los sentimientos de vergüenza y las
ond~r em att~nte a las necesidades del hijo enton~ preocupaciones hipocondríacas. Estos cambios en la conducta
contri_yye_ ~l daño; si empero, su personafl.dad est~tirme- y la sintomatología atestiguan que la hipercatectización reac-
mente deflll.ld~~ uede _por ~em lo ~rmit~r ide-;TI. tiva del self grandioso concierne, en general, a estadios más
~do_wr el..111no . ~rmitir lu~o __ si~ a_p_artarsede éLque bien· primarios de la configuración psicológica; es un resul-
este detecte. ?radu~lmente_ sus limitaciones reales, es posi- tado de la regresividad del movimiento defensivo, en con-
b_le ue el runo se mterne en la saludable esfera de influen- traste con la reactivación terapéutica cohesiva de etapas más
cia del a1re f. rm<: e n él una aliaga_frente a la madre maduras del self grandioso que se halla en la mayoría de los
sa 1 a relativamente ileso ------~--<- ejemplos de trasferencia especular primaria 26 ( véase el ca-
L -- -..:.
uego de haber hecho ~s.tas consid~raciones generales, vuel- pítulo 6).
vo ahora al caso especrfico del Sr. A. El ambiente inicial En el análisis del Sr. A., las caídas reactivas en una híper-
crea~o_por la perso~alidad psicopática de su madre fue lugar catectización del self grandioso se presentaban a menudo. Se
propicie:>para dar º:igen a su vulnerabilidad narcisista difusa, caracterizaban por la aparición de planes grandiosos ( tales
Y contnbuy6 también. de dos maneras a la· génesis de aque- como operaciones bursátiles o proyectos de investigación
llos aspectos de su _psicopatolo~ía narcisista que adquirió en irrealistas), acompañados por frialdad emocional, amanera-
u:11,mom~?t~ posterior de su niñez: a) a través de la forma- mientos del lenguaje ( en particular, el uso afectado de pa-
cion de ÍIJac10n_esnarcisistas tempranas, su flexibilidad frente labras aisladas en español, que él había aprendido a los nue-
a las perturb~c.iones narcisistas disminuyó, y respondió a los ve años) y preocupaciones hipocondríacas. Sin embargo, ha-
t~aumas narcisistas de etapas posteriores desarrollando fija- bía etapas en que la hipercat~ctización del self grandioso no
f1dnes en lugar d_e construir estructuras psicológicas regu- era precisamente resultado fugaz de una reacci6n de defensa:
a ºJªs de la tensión, y b) la desilusión temprana y conti- en períodos variados, en especial durante los primeros años
nu~ ~ respecto de la perfección materna le impidió investir de su prolongado análisis, sus impulsos de exhibicionismo
s~ficientemente a la madre con catexias idealizadoras narci- grandioso fueron, ciertamente, empleados de modo no reac--.
sistas; en co~s<;>~anciacon ello sobreidealizó la imago pa- tivo en la formación de una trasferencia especular más o
t:rna, Y }as vicrs1t?des de la imago paterna idealizada ejer- menos estable. Tanto la hipercatectización reactiva como la
cieron as1 en la psique del niño un efecto traumático mavor hipercatectización primaria del self grandioso estuvieron pre-
que el que de otro modo ,hubieran producido. - dominantemente vinculadas con puntos de fijación edípica
temprana: específicamente, con aquellas circunstancias en
2d· ContiI?u-indo co? la investigación de las áreas subsidiarias que el padre se ausentaba de repente y, por un tiempo, el
e la P~~copatolo?1a del paciente, examinaremos ahora su hijo tenía la fantasía de que ahora era él quien mandaba
pro¡,enswn a la htpercatecti~ación reactiva del self grandioso y establecía las reglas. Pero esas fantasías debían ser pron-
como res~uest~ a l~s dt:cepciones respecto del ( o los rechazos tamente desechadas, en especial porque el clima general de
del) anah~ta t?eahzado, o, indirectamente,. como respuesta angustia por la precaria situación mundial que se vivía im-
a figuras ~d~altzadas fuera de. la trasferencia clínica. pedía elaborarlas, a manera de juego, en forma preconsciente
1 En el análisis de las personalidades narcisistas lo más común o consciente -a menudo un modo precursor de sublimacio-
es que_ aparezcan oscila_cion7s entre la activación terapéutica nes exitosas posteriores- 21 con la ayuda y cooperación de
1/ de la 1mago parental idealizada ( trasferencia idealizadora) adultos amistosos.
1
Y u~a hi~rcatect~z~ción transitoria del self s;?;randioso. Las La hipercatectización del self grandioso desempeñó un papel
I' mamfest_ac1ones chmcas habituales -de este hecho son: frial- importante al comienzo del análisis y también, en un con- "
texto específico, en las fases siguientes. Cuando, como re-
r dad ha~ia. ~l. ªº?lista anteriormente idealizado, tendencia a
una pr1m1t1vizac16n de~ pens31mie_ntoy el lenguaje ( que va sultado de varios años de análisis,. el funcionamiento del pa-
+

desde ~m esbozo de _arnpulos1dad hasta el empleo burdo de ciente mejoró, su autoestima aumentó y su capacidad para
neologismos), y actitudes de superioridad con una mayor reaccionar adecuadamente •ante los· ·éxitos y fracasos llegó

72 73
a ser más cqnfiable, él experimentaba muchas veces una sen- de la fantasía, con c5 ·sin masturbación. Los objetos de sus
~~ción de irrealidad respecto de sí mismo y de _s~ vida, que fantasías homosexuales eran siempre hombres de enorme
no podía ser explicada totalmente por lo 1:ciente de s,us fuerza física y cuerpo perfecto. Sus propias fantasías consis-
cambios. Sólo cuando evocó de nuevo sus antiguas fantasi~~ tían en ejercer un control absoluto, casi sádiéo, sobre esos
de ser un adulto siendo en ·realidad un niño, y comprend10 hombres; en ellas, a pesar de su debilidad, manejaba las
de· qué modo ellas bloquearon su capacidad para acepta!se situaciones de tal modo que era capaz de vencer al hombre
como un adulto cabal, comenzó a desaparecer de su vida fuerte y dejarlo des.valido. A veces obtenía •orgasmo y una
actual esa_ sensación de magia e irrealidad. sensación de triunfo y. fortalezá pensando en que masturbaba
a un hombre¡-fuerte y físicamente perfecto, agotando con
3. La evaluación meta psicológica del trastorno psíquico del el!o el poder de este.
paciente será ahora completada con un análi~is de la ter.cer~ En términos clínicos, las fantasías homosexuales cedieron
área subsidiaria de .su patología: su. tendencia a la sexuali- mucho antes de que hubiera una mejoría igualmente mani-
zación de las constelaciones narcisistas patológicas. fiesta en los otros aspectos de la psicopatología: tan solo
El tema de la relación de las perversiones (y también de las volvían a aparecer en períodos ele stress. Luego eran rem-
adicciones y conductas delictivas) con los trastornos de la plazadas por recuerdos ocasionales de fantasías que habían
personalidad narcisistas merece más atención de ~a que pue- perdido su connotaci6n sexual; el .paciente las llamaba «te-
do dedicarle dentro de los límites de ·este trabaJo. Por su- mores» homosexuales, o sea, las experimentaba únicamente
puesto, es verdad que los síndromes manifiestos de la acti- en el contexto de una remota aprensión a que ellas pudieran
vidad perversa ( y de otras actividades conexas) . pueden do- retornar e invadirlo de nuevo. Por último, incluso estos.
minar la personalidad a tal extremo, pueden SOJUZgaral. ro «temores» desaparecieron casi por completo.
tan profundamente, y originar posteriorment~ ~ma expans1~n La sexualización dé los defectos del paciente era consecuen-
tal· de las regresiones, que el trastorno narc1s1sta que h~b1a cia de una débiJidad moderada en su estructura psíquica bá-
ocupado el lugar central y básico en la .trama .de la ps1c?- sica, que originaba una deficiencia en su capacidad de neu-
patología quede poco menos que encubierto u ?culto. _Sin tralízación. Puesto que las estructuras de neutralización bá-
embargo, mi impresión es que los desórdenes ~1rcunscntos sicas de la psique se adquieren en la etapa preedípica, el
específicos· del narcisismo so.n usualmente el nucleo_ de es- defecto en la neutralización debe haber estado ya .presente
tos trastornos difundidos. El caso del Sr. A., cuya smtoma- al producirse el trauma central ( la pérdida traumática de la
tología perversa era compara~i;7amente leve, se presta ~';Y imago parental idealizada) en los comienzos de la latencia.
bien para demostrar la relac1on entre: a) la perturbac1on La insuficiencia de la neutralización fue la causa de la •se-
narcisista primaria circunscrita; b) una falla te~pr~na de~ xualización de la relación del paciente con sus objetos inves-
yo que se correlaciona con ella, y c) la sexuahzac1ón de] tidos narcisistamente en estas á.reas: a) la sexualización de
trastorno narcisista. su imago paterna ( edípica) idealizada ( a la cual se había
Las tendencias homosexuales del Sr. A. no habían ejercido fijado y que él necesitaba por carecer de un superyó fuerte-
sobre el yo un efecto s_ecundario difundido, ni conduci~o mente idealizado) ; b) la sexualización de la imagen espe-
a una regresión pulsional difusa. Sin emba~go, como se d1¡0 cular de su self grandioso hipercatectizado ( en el cual había
al principio, fue la presencia de preocupaciones homosexua- permanecido fijado y que necesitaba por carecer de una
les lo que lo urgió a buscar análi~is o, de t~dos_ modos, lo imagen (pre )consciente del self firmemente catectizada). y•
que había servido de punto focal de su mot1vac1ón. Nunca e) la sexualización de su necesidad de valores idealizados y ...
había participado en actividades homosexual:es y -excepto de una autoestima confiable, así como de los procesos psi- •
algunos juegos de lucha, teñidos de .sexualidad, que prac- cológicos ( internalización) por medio de los cuales se ad-
ticó en su adolescencia y la compra de ·revistas ~e. «cul- quieren los ideales y la autoestima.
tura física» que contenían fotografías de hombres atlettcos- Las fantasías homosexuales del paciente pueden entonces
sus inquietudes homosexuales se satisfacían solo en el plano ser comprendidas como enunciaciones sexualizadas acerca de

74 75
su trastorno narcisista, análogas a las formulaciones teóri- el sent1rruento sexualizado de triunfo, pues él despoj'aba al
cas del analista: Por supuesto, las fantasías se oponían a un ideal externo de su poder y perfección y, así, en su fantasía
Ínsight significativo y al progreso, puesto que ellas estaban adquiría esas cualidades para sí y lograba un sentimiento
al servicio de la ganancia de placer y proporcionaban una vfa temporario de equilibrio narcisista. 28
de escape de las tensiones narcisistas. En efecto, fue pre- Es preciso subrayar, empero, que en general la interpreta-
ciso que el paciente adquiriera primero cierto grado de tole- ción directa del contenido de las fantasías sexuales no es el
rancia a las tensiones para poder asimilar lo que aprendía mejor enfo ue n el análisis de esos casos ,_y ue rimero
acerca de sí mismo. Sin embargo, considerando que la sexua- debe demostrarse a este ti de acientes ue la sexualiza-
lización de sus tensiones narcisistas no estaba profundamente .ci6n_de_s_us_de.Le,,c_toy~c.esldades sirve a_una función es-
arraigada y que sus manifestaciones lo hicieron de hecho P-,ecífü;ade su economía gsíguica • vale decir ue es un me-
conscienJ_e -en mayor medida que otros aspectos del trastor- di_o__:par._a
descru:gar tensiones narcisistas intensas. Incluso el
no narcisista que podían ser fácilmente desestimados-- de empleo retrospectivo de los cont;enidos de las fantasías se-
la presencia de una psicopatología que necesitaba ser tratáda • xuales para confirmar insights logrados a partir del .examen
una interpretación directa del significado de sus fantasías se~ minucioso de ma,terial no sexualizado debe ·manejarse con
xuales no carecía de valor. Las interpretaciones de ese tipo tacto y precaución, pues el paciente que superó un hábito
fueron con frecuencia muy útiles, en verdad -particular- de evasión de· Ia tensión ( semejante a una adicción) puede
mente en un análisis retrospectivo, luego de que las fanta- sentir que el analista está poniendo en movimiento antiguas
sías 1homosexuales se habían diluido en gran medida-, para tentaciones, .al evocar la sexualización anterior de sus con-
confirmar los insights obtenidos .del examen de otras áreas <le flictos. •
su funcionamiento psicopatol6gico perturbado. En: este terreno no puede establecerse una regla rigurosa.
En etapas posteriores del. análisis pudieron trazarse así pa- La idoneidad y experiencia del analista empático deberá
rálelos: 1) entre a) su insistente· :demanda de aprobación guiarlo para decidir: 1) si debe evitar agobiar innecesaria-
de sus valores .y metas por parte de diversas figuras pater- mente a un paciente que apenas ha aprendido a absterterse
nas (incluyendo especialmente al analista) y b) sus fanta- de sexualizar sus defectos y necesidades y que recién está
1 sías anteriores de perseguir hombres de gr'an fuerza física; empezando a orientarse hacia modos nuevos y más confia-
2) entre a) su grandiosidad, arrogancia y superioridad reac~ bles de lograr el equilibrio narcisista a través de insights no
1' tivas y b) el aire y conducta principescos de algunos de los sexualizados y de.Ja reconstrucción de su estructura psicoló-
hombres jóvenes que habían sido otrora una fuente de exci- gica, o. 2) si un equ'ilibtio. establecido con más firmeza per-
tación sexual. 3 ) Las referencias a la experiencia orgásmica mite la generalización de los insights mediante una investi-
de obtener fuerzas extrayéndolas de imagos fantaseadas de gación retrospectiva que incluya las expresiones sexuales an-
perfección externa -las fantasías de sojuzgar hombres her~ teriores a la perturbación de la personalidad. A través de
mosos, fuertes y, aunque fuera masturbándolos, vaciarlos dkha investigación retrospectiva es posible situar dentro de
de. su fuerza- pudieron ser interpretadas después como un contexto inteligible la tendencia a la huida regresiva me-
enunciaciones sexualizadas concernientes al carácter de su diante placeres sexuales •perversos, y también aumentar el
defecto psicológico· y de: las funciones psicológicas que tu- control deJ-paciente sobre sus tendencias regresivas.
vieron que ser adquiridas. En razón de la falta de un sis-
tema estable de valores fuertemente idealizados y, por ello,
de una de las fuentes importantes de regulación interna de
la autoestima, él había remplazado en sus fantasías sexuales
el ideal interior por su precursor externo sexualizado, un
hombre atlético poderoso; y había sustituido el acrecenta-
miento de la autoestima que se siente al estar a la altura
del modelo de los propios valores y pautas idealizados, por

76 TI
1
5. Tipos de trasferencias especulares:
i
1
1
clasif 1cación según un punto de vista
evolutivo

La trasferencia idealizadora que· hemos analizado en la pri-


mera parte consiste en revivir un aspecto de una fase del
des rrollo. Se trata. del intento del niño or salvar el narci-
sismo original poniéndolo en un o jeto e se omn1po-
ten te y perfecto, vivido de un modo narcisista. En circuns-
tancias favorables, el ·niño va enfrentando gradualmente las
limitaciones reales del objeto del self idealizado, prescinde
de las idealizaciones, y parí passu hace reinternalizaciones
(
trasmutadoras. De tal suerte, los valotes e ideales edípica-
mente internalizados del superyó, así como el modo espe-
cífico de la estructura básica de control pulsional del yo,
(
preedfpkamente intcrnalizada, sufren la influencia decisiva
tanto de los valores e ideales específicos que sostienen los
padres cuanto de los modos privilegiados de control de pul-
siones que ellos emplean, tales como la seducción o la ame-
naza. Sin embargo, el sabor absolutista propio de los va-
lores centrales idealizados del superyó, as{ como el carácter
casi inalterable del arsenal principal de control y descarga
de las pulsiones del yo, son pruebas de que dichas estruc-
turas derivan del estado narcisista original del niño, razón
por la cual son portadoras de algo del poder y la perfec-
ción· absolutos característicos de su organización arcaica an-
cestral. Si la internalización trasmutadora óptip:ia del_qbjeto •
del self idealizado se ve interferida entonces, c-9mo se de-
mostró en los cap{tu los anteriores, ~l objeto idealizac\.Q_SS!
conserva como un objeto preestructural arcaico, puede
vendarse nuevamente en el análisis en una r fe 1
iza ora cohesiva se -hace asible recon uista dur nt
análisis el e reinternalización traumáticañ'lente in-

¡ 1
En forma similar a la revivencia terap(fotica cohesiva del
objeto -del self idealizado que tiene lugar en la trasferenciá
idealizadora, hay una situación trasferencia! -a la que por
regla general llamaremos trasferencia especular, .pese á que

10.5
esta expresión no es tan abarcadora como quisiéramos-~ sus limitaciones reales, abandona las fantasías grandiosas y
la que el self •grandioso es terapéuticamente reactivado. ~ las crudas exig~ncias exhibicionistas y las remplaza parí
trasferencia especular y sus precursores constituyen, pues, passu por .metas y .propósitos egosintónicos, por el placer· en
la revivencia tera éutica de a uel .as cto de una fase evo- sus funciones y actividades y. por autoestima real. Como
1 , iutiva ( correspon iente e mo o aproxima o a. estado que en el desarrollo del objeto del self: idealizado, la evolución
.1.• '. Fteud llamó «yo placer purificado».) .en la gue el niño in- del self grandioso no está determiQada solo por los rasgos
' 1/• tenta. salvar el narcisismo ori inatiament omnfahar:cador, del narcisismo del niño, sino también por los de las per-
• 1i
me 1ante a concentración de la rfecci6n el oder en el sonalidades importantes que lo rodean. Las metas y pro-
se -al ue a uf l amamos self randioso-- e desdeñoso pósitos finales egosintónicos, el placer en el self y sus fun-
ale' amiento de un medio externo al ue ueden atribufrsele ciones, así como una saludable autoestima, están influidas,
to as as im rfecciones. 34 pues, por dos conjuntos de factores: 1) Las metas y pro-
A pesar de que a reconstrucción detallada de la secuencia pósitos últimos de una persona, así como su autoestima,
de estadios evolutivos realizada sobre la base del material llevan la impronta de las características y actitudes pertinen-
analítico esté llena de incertidumbres, no cbnozco material tes de las imagos ( trasformadas en funciones psicológicas
de observaoi6n que se oponga al punto de vista, apoyado por el proceso de internalización trasmutadora) de las per-
por consideraciones teóricas, según el cual la .creación del sonas en las que se ha_,bíareflejado el self grandioso del niño,
objeto del self idealizado y la del self grandioso son dos o que este había aceptado como extensiones de' su propia
facetas de la misma fase evolutiva, o biep, en otras pala- grandeza. Así, las metas y propósitos específicos que a me-
bras, que .tienen lugar simultáneamente. Creo que la ten- nudo determinan las principales direcciones postedores de la
:iencia a suponer que el self grandioso es la más primitiva vida se d~rivan muchas veces de identificaciones con figu-
de ambas. estructuras se apoya en el mismo prejuicio que ras que originalmente se vivenciaron como extensiones del
confiere. predominio al amor objeta!, 11 secas, sobre· el nar- self grandioso. 2) Sin embargo, tanto nuestras metas y
cisismo. Si.n embargo, el narcisismo original no solo es, ob- propósitos últimos como nuestra autoestima llevan Ia mar-
jetivamente, un precursor del amor objeta!, sino que incluso ca distintiva del narcisismo original, que infunde en los pro-
expetimenta un importante desarrollo en dos dit'ecdones, pósitos centrales de nuestra vida y en nuestra saludable
de I.as cuales tanto el self grandioso como la imago pai:ental' autoestima ese carácter absoluto de persistencia y convicción
;d,ealizada son dos estaciones más o menos simultáneas. El del derecho al éxito, lo cual está revelando el funcionamien-
reconocimiento teórico del paralelismo de estas corrientes de to activo, junto a las huevas y domeñadas estructuras rea-
desarrollo no implica, no obstante, qu.e en todos los indivi- listas, de una parte inalterada del antiguo narcisismo sin H-
duos el énfasis evolutivo esté igualmente distdbuido en las mites. No obstante, si el desarrollo y la integración óptimos
tres direcciones. Por el contrario, lo que ocurre en, realidad del self grandioso se ven interferidos, dicha estructura psí-
es que en ciertas persooas el énfasis principal ( y fa pato- quica puede escindirse del yo-realidad y/ o separarse de él
logía principal) rc§ide en la dirección del desarrnUo del self mediante represión. 3 1'1 En tal caso ya no resulta accesible a
~randioso, que da cuenta del hecho de que dichas personas la influencia externa, sino que queda retenido en su forma
establezcan una trasferencia especular en el ~i,s .. mien.- arcaica. Sin embargo, en el análisis resulta removilizado en
tras gue otras personas, cuyos principales P-untos de' tijacign la trasferencia especular de forma cohesiva, va sufriendo la
se hallan en torno al objeto del self idealizado, o e11 torno progresiva influencia del yo-realidad, y es posible que el pro-
a objetos sexuales primitivos, desarrollan una m»sferencia ceso de gradual modificación, traumáticamente in~rrumpido
idealizadora o una neurosis de trasferencia. . en la infancia, se reanude. ~
En circunstancias favorables ( esto es, cuando recibe de los El reconocimiento paulatino de las imperfecciones v limi-
padres respuestas adecuadas a sus pedid~s. de reso_n~n.cia.Y taciones reales del self, es decir, la disminución gradual del
participad6n en las manifestaciones narc1S1stas-exh1b1c1oms- dominio y el poder de la fantasía de grandiosidad, es en
tas de sus fantasías grandiosas), el niño aprende a aceptar general un requisito para la salud mental en el áre~ narci-

106 107
sista .de la pe~sonalid~. Pero esta regla tiene excepciones. berse a una presión del self grandioso, en cuyo caso las
Un self grandioso persistentemente activo respecto de sus mentiras otorgan ciertos logros importantes al 5elf de quien
reclamos delir~ntes puede_ inc~pacitar gravemente a un yo miente, o b) puede deberse a la necesidad intensa de un
c0n una dotación promedio. Sm embargo, las cxigencHts de objeto ieealizado, en cuyo caso las mentiras otorgan ciertos
las fantasías grandiosas de un self grandioso persistente y logros importantes, una muy ventajosa posición económica
~~samente mo~cado puede~ llevar al yo de una persona o intelect'.lal, o un elevado nivel social a otra persona que
bien ~otada a utilizar sus máximas capacidades y, en conse- hace las veces de líder respecto del paciente ( se trata de
cuencia, a un nota.ble comportamiento realista. Tal vez Chur- ,una figura parental). En su forma relativamente menos en-
chill haya sido una de tales personas. (Véase mi análisis de mascarada, las falsificaciones se refieren al padre real del
la influencia de una persistente fantasía infantil de vuelo sujeto que miente o a otros parientes de la generación de
[ 19.~6aJ~) Otro ejemplo puede ser el de Goethe ( véase los padres.
la descripción que da Eissler [ 1963a] de las circunstancias Respecto de las mentiras debidas a la incapacidad del yo
iniciales que refuerzan ,la creencia infantil en el poder mágico para mantener su organización de la realidad_ ante la presión
de sus d~seos y de su imaginación). Al mismo conte~to per- de las fantasías creadas porque necesita un objeto idealizado,
tenece, sm duda alguna, la famosa observación de Freud hay que mencionar la consecuente incomprensión que a me-
[ 1917 e] -acerca de la cual cabe preguntarse si es esencial- nudo se da durante el análisis de los. trastornos narcisistas
mente autobiográfica- sobre los éxitos posteriores del pri- de la personalidad. Al repetir. en el análisis lo que está acos-
mogénito de una madre joven. tumbrado a hacer en su vida cotidiana, el paciente atiibuirá
No es raro encontrar, en el análisis de personalidades nar- a otros un logro que ha conseguido verdaderamente con su
cisistas cuya fiJadón p~incipal reside en el self grandioso, capacidad y esfuerzo ( cf. el ejemplo clínico que presenta
una. parodia de la relación entre una persistente fantasía de Kris [1951, esp. pág. 22]). Por supuesto, en la producción
grandeza y el yo de una persona excepcionalmente dotada. de dicho síndrome interviene una diversidad de condiciones
Debido a la persistencia de antiguas convicciones relativas dinámicas. A veces, hasta puede ser de predominante utili-
a su_o~iscien~a, tales pa.cientes se hallan incapacitados para dad en el simple control de un desequilibrio psicoeconómico
pe~ir 10for~ac1ón. ( por eJemplo, en una ciudad nueva, pre- potencialmente traumático, afín al rechazo de las alabanzas,
ferirán caminar kilómetros antes de preguntar por una di- que tan a menudo ocurre y a lo que tan habituados estamos
rección) y no pueden admitir una laguna en sus conocimien- todos.
tos. Cuando, por ejemplo, se les pregunta si han leído cierto Sin embargo, en el curso del tratamiento psicoanalítico es
libro, el self grandioso, con su persistente omnisciencia, los más frecuente que los analistas consideren este síndrome co-
fuerza a contestar que s{ -a veces con la consecuencia in- mo resultado de un conflicto estructural con el superyó, aná-
~irectamente beneficiosa de tener que leer rápidamente el logo a la situación dinámica de la llamada reacción teraoéu-
libro, lo que, por lo demás, es un buen signo pronóstic~ a tica negativa, y así lo interpreten al paciente. Por ejemplo:
fin de dar cumplimiénto real a los reclamos mágicos. Es «Usted se siente culpable de superar a su padre; en conse-
obvio que tales incidentes, si el analista los maneja con se- cuencia, usted atribuye a su padre, algo que en realidad es
riedad y sin agresividad ni burla, pueden producir un resul- un logro propio». Sin embargo, la situación es distinta en
tado anaHtico de gran valor. Por otra parte, por ser tan aquellas personalidades narcisistas que han sufrido en la in-
engañoso como un síntoma -seudologfa fantástica- debe fancia la pérdida traumática de la imago parental idealizada
evaluárselo muy cuidadosamente, puesto que las variaciones y que; a raíz de tal pérdida, padecen de una firila estruc-
en la relación entre las estructuras narcisistas y el yo del pa- tural específica que reviste la forma de insuficiehte ideali-
ciente fundamentan importantes diferencias en el diagnóstico zación del superyó. El 'hecho de que el analizando atribuya
y el pronóstico. . su éxito a alguna otra persona no se debe a su culpa. sino
Con_ respecto al contenido de las mentiras, la tendencia a la a su anhelo de un objeto arcaic;Q_Q_mnipotenteal que quiere
seudologfa puede subdividirse como sigue: a) puede de- ligarse. De acuerdo con esto, la resistencia con que el pa-

108 • 109
ciente se opone a la disolución ·interpretativa de su seudolo- para estar a la altura de las postulaciones del concepto de
gía se origina en el .Qliedo a perder el sostén narcisista que self grandioso en que han quedado fijados, pero que, bajo
obtie~e del objeto engrandecido que creara en su fantasía. la intensa presión de la voluntad del self grandioso en seg-
Sea cual fuere la constelación básica que subyace a1 sfodrome mentos circunscritos de realidad, o en momentos de repen-
seudo lógico --es decir, esté· motivada por la pres.i6n del yo tino desequilibrio, confunden la realidad con la imaginación
grandioso o por la búsqueda de una -imago parental ideal.i- grandiosa. A menudo; se trata de personas d~ talento, pues-
zada-, el analista que haya adquirido experiencia en ef ttata- to que: a) la fijación a las fantasías, originales acerca de sí
miento de trastornos narcisistas de la personalidad podrá mismas puede haber sido el resultado de la respuesta pa-
predecir con un buen margen de seguridad el modo en· que rental exagerada e irreal a las dotes reales, y b) la persisten-
ocurrirá la· trasformación del .material patológico. Las men- te exigencia del self grandioso forzó al yo en desarrollo a
tiras se convertirán poco a poco en fantasías; luego, en ~- responder con rendimie.ntos inusuales. Sea como fuere, lo
nes ambiciosos e ideales fantaseosos; finalmente si eI aná- im rtante es retener la idea de ue al unos acientes se
lisis tiene éxito serán rem lazadas r metas ' . ,a.utas de resentarán a a tera ia o a a ormac1ón ana ítica con una
acción raci0na es. Durante una fase. transicional típica, c.:iue mentira inicia sintomática, o con un acto correspon 1ente
a me~udo tiene lugar a mitad de camino hacia la plena in- .. de delincuencia; o sea, una forma de conducta. que consti-
tegración, el paciente presenta las mentiras de antaño como tuye 1ª primera y testimonial revelación trasferencia! del self
semichistes, tanto en la situación psicoanalítica como en su grandioso oculto. El hecho de que el analista responda analí-
vida cotidiana. A menudo estos chistes provocan una cierta ticamente a esta conducta, es decir, la reconozca y establezca
molestia en el analistá no familiarizado con esta línea de con toda yeracidad que aún desconoce su significado, ejerce
desarrollo terapéutico; el analista se sentirá tentado de con- una influencia decisiva sobre la evolución del análisis. Si
vocar _al yo del paciente, aparentemente todavía delincuente, tales pacientes, o candidatos, son bruscamente rechazados,
a· la tarea de veracidad y de realismo .. Sin' embargo, general- lo cual es muy raro, o si, como es más frecuente, el ana-
,, ..'.
meh te el enfoque educativo y la' actitud crítica· no son favo- lista -justificado por la supuesta necesidad de establecer
" rables. Por el contrario,• el analista debería recibir la tem- de inmediato un_a relación nítidamente realista y moral en-
~oraria vacilació.n del paciente •entre las mentiras que son tre él y el paciente- responde co~ abierta desaprobación
semichistes y los chistes que son semimentiras como signo o solicitud de corrección del acto sintomático, entonces· ha-
de progreso en el camino del dominio, por parte del yo, de brá personas potencialmente creativas, con un buen pronós-
la presión que sobre él ejercen las fantasías grandiosas no tico analítico, que quedarán al margen de toda acción psi-
modificadas relativas al1 self o las fantasías relativas al ob- coanalítica. Tal como afirmamos antes, por lo general ocu-
jeto omnipotente arca:ico. La insatisfacción del analista res- rre que la crucial diferenciación no se hace inmediatamente;
pecto del grado de dominio funcional del yo a gue .ha lle- el analista necesita tiempo para observar el interjuego com-
gado el paciente no solo tiende en general a interferir en e'l pleto entre las afirmaciones de grandeza del self grandioso
p-rogreso ulterior, sino que puede anular al progreso ya y 'la respuesta del yo. Sin embargo, también en personas ta-
realizado. • -lentosas y capaces se encuentra la intermitente confusión del
Estas consideraciones 'resultan especialmente importantes yo-realidad debida a las afirmaciones del self grandioso, y,
cuando se trata de evaluar la analizabilidad de un paciente, en general, el análisis sistemático de dichas presiones en un
no solo en lo que respecta al analizando corriente, sino tam- marco inicial de benévola ai;eptación constituye el ambiente
bién cuando se quiere evaluar a los aspirantes a la formación adecuado. Podría ª-gregar q~e, de acuerdo con rñ'i experien-
psicoanalítica. Dejando e.felado, a los fines de la exposición, cia, esta política resulta muy difícil de aceptar a fo~analistas
los casos transiciona.les, hay una gran díferenda entre: 1) primogénitos que han tenido hermanos menores, puesto que
aquellos cuyo yo ha sucumbido a las presiones del seH gran- sus fijaciones personales de prestigio ( su propio self gran-
dioso Y se ha vuelto adicto a la mentira y otras formas de dioso) cristaliza a menudo en tomo a su superioridad ética
delincuencia, y 2) aquellos cuyo yo lucha denodadamente sobre _los más jóvenes (delincuentes).

110 111
Sería muy útil tomarse el trabajo de estudiar la influencia La fusión a través de la extensión
específica que la personalidad del' hermano mayor ejerce en del self grandioso
el interior de la trama social. La canalización de una variedad
de sentimientos re enitales enitales de rivalidad celos En su forma más arcaica, la elaboración cognitiva del ob-
envidia en actitudes de su rioridad moral e intelec 1 e- jeto narcisistarnente catectizado es menos evidente; el ana-
sulta particularmente acentuada en niñas que debieron en- lista es vivido como una extensión del self grandioso y solo
frentarse con el nacimieot<i> de un hermano durante la la- hay referencias a él en la medida en que s~, ha convertido en
tencia tempraóa; -.íñteñtañ"-sú-perar-el golpe al narcisismo me- el ~rtador de la grandiosidaay el éxhihicionismo del sell
diante una actitud de desprecio por el recién llegado y supe- anioso del analizando de los conflictos tensiones de-
rioridad moral e intelectual sobre él, de tal rood9 que los ensas que se exp 'citan en estas man· estaciones .de la es•
logros escolares, as{ co~o la respuesta de los padres a sus tructura narcisista activada._ ..
éxitos en el campo de lo atlético, lo intelectual y lo cultural, En términos metapsicológicos, la relación con el analista es
adquieren. para ellas importancia excepcional. Estas múje~es de identidad (primaria). Si la consideramos desde el punto
pueden llegar más tarde a ser personas responsables, social- de vista sociológico ( o socio biológico), podemos llamarle fu.
mente inquietas, con ambición intelectual y cultural, que sión (simbiosis), siempre y cuando no olv-idemos · que lo
luchan valientemente por -superar su resentimiento hostil que primero ensancha regresivamente sus límites hasta in-
para con el hombre menor, y para trasformarlo en actitudes cluir al analista, y que, una vez. establecida esta expansión,
de protección y guía respecto de ellos. En lo que hace al utiliza la relativa seguridad de su nueva estructura compre-
trabajo del analista, contribuyen con significativos aportes en hensiva para la realización de ciertas tareas terapéuticas, no
el campo de la firmeza moral y la capacidad intelectual. Sus es la fusión con un1 objeto idealizado ( como lo exige y es-
dificultades como es de esperar, yacen en el área de hos- tablece temporariamen te la trasferencia idealizadora), sino
tilidad no r~suelta para con las figuras fraternales más jóve- ..una experiencia del self grandioso. A este estadio se aplica
nes, y, lo que es más importante porque puede ser más fá- par excellence la tan repetida analogía. entre la experiencia
cilmente racionalizable, tienden a sustituir lo que les parece del objeto narcisistamente catectizado y la experiencia del
una actitud excesivamente pasiva del analista -que -se con- ildulto acerca del cuerpo y la mente propios, así como de
tenta con asistir al paciente en la remoción de obstáculos in- sus funciones, si bien el carácter peculiar de esta experiencia
terpuestos en el camino de la liberación de .su personztJ:lrl. específica del objeto narcisistamente catectizado no emana
sus potencialidades y su iniciativa- por la posición más ac- enteramente de las otras formas de removilizadón del self
tiva del educador, el monitor, el guía. grandioso.
Si tenemos en cuenta que, en esta revivencia del estadio
Abandonamos ahora estos detalles para volver a nuestro te- primitivo de identidad primaria con el obieto, el analista
ma central. En el análisis, la reactivación terapéutica cohesiva es vivido como si fuera una parte del -self, el analizando
del seH randioso se roduce de tres formas, que se rela- --dentro del campo de regresión específica. y terapéutica-
cionan con los estadios evolutivos específi.cos de esta estruc- inente movllizada- .espera un dominio incuestionado sobre
tura psicológica a la que ·ha conducido la regresi_6n ter~péu- él. El objetivo de este modo arcaico de catectizaci6n libi-
tica patognomónica. Esas formas son: 1) la arcaica fusión a dinal narcisista --que en la situación anaHtica ~s el ana-
tra•·6~ dé la extensión del sel! grandioso¡ 2) una forma me- lista- vive dicha relación en general como opresiva, y tiende
nos ..rti ua a la ue llamaremos tras erencia de álter-e a rebelarse contra c1 absolutismo y la tiranía insuestionables
con que el paciente espera controlarlo. (<:.~_{,,e."T"YG..'-\s~)
La trasferencia de álter-ego o gemelar dioso). Si bien se puede pensar que tales cuadros onmcos
se presentan también en el análisis de una neurosis de tras-
En una forma menos arcaica de activación del self ferencia, y que simbolizan simplemente el proceso anaHtico
de autoinvestigación, jamás los observé, salvo en casos en
el self grandioso o muy semejante a él. Esta variante de la que una parte importante de la investidura instintiva del self
activación trasferencia! del self grandioso recibirá el nombre grandioso estaba por ser movilizada en relación con el te-
de trasferencia de álter-ego o gemelar. Durante el análisis de rapeuta. También las fantas(as, asociaciones libres y produc-
personalidades narcisistas se encuentran a menudo sueños, y tos de sublimación de los pacientes tepresentan a veces cla-
especialmente fantas(as, referentes a una relación con di- ra, aunque indirectamente, la relación especular y su signi-
cho álter-ego o gemelo, o también deseos conscientes de tal ficación, 86 pero no parece que los analizandos produzcan
relación. La regresión terapéutica patognomónica se carac- fant-asías no enmascaradas de mirarse a s( mismos en el es-
tetiza por el hecho de que el gaciente supone que el analista pejo, ni siquiera en el punto máximo de activación terapéu-
es i~al o semejante a él, o ien que lo es su constitución tica del self grandioso. Tal vez la ausencia de tales fantasías
psico ógica. se deba a que la situación puede ser fácilmente ejecutada y
racionalizada por el paciente, con solo mirarse a sí mismo
en un espejo real. (Véase ~n penetrante análisis de la sig-
nificación psicol6gica del espejo en Elkisch [ 19 57].)
La trasferencia especular en sentido estricto Las interacciones básicas más significativas entre madre e
hijo tienen lugar por lo común en el área visual; en efecto,
En la forma más madura de movilización terapéutica del al despliegue corporal del niño responde el destello de los
self grandios¡ú el analista es vivido más claramente como ojos de la madre. Sin embargo, debe notarse que en muchos
_una persona Sin embargo, solo es importante para
'stinta. __ casos de trasferencia especular en los que la necesidad de
el paciente, y solo aceptado por él, dentro del marco de la~ hallar eco, aprobación y confirmación del analista cumple
,necesidades ~eneradas por el self grandioso terapéuticamente un papel central en el proceso de elaboración, la aparición
reactivado. ara esta forma de reactivación analf tica del self de la exigencia no enmascarada de ser mirado ocurre común-
gr1mdioso resulta especialmente adecuada la expresión «tras- mente -de modo más o menos sexual-izado- como un fenó-
feren.da espe~lar». En el sentido estricto de esta, la tras- meno regresivo temporario luego de haberse frustrado los
ferencia especular consiste en la reinstalación terapéutica deseos de atenci6n y comprensión más inhibidos de finalidad.
de aquella fase normal del desarrollo del self grandioso en 'Por lo demás, en algunos de los pacientes que establecen una
la cual el destello del ojo materno --que refleja a modo de trasferencia especular, el área visual está a menudo sobrecar-
~pejo el despliegue exhibicionista del niño-, as{ como otras gada con catexias canalizadas en su interior, después del fra-
formas de participaci6n materna en el goce narcisista-exhibi- caso de otros modos de interacción ( por ejemplo, oral ar-
cionista de aquel, y las respuestas empáticas de la madre, caico y táctil) en el dominio de las necesidades narcisistas
confirman la autoestima del niño, y, mediante una selección del niño. La aceptación del cuerpo del niño, especialmente
gradual y creciente de tales respuestas, comienzan a exami- de la región ora] y perioral [Rangell, 1954], por parte de
narlo en direcciones realistas. Lo que la madre fue durante las respuestas táctiles, lleva, en circunstancias favorables, a
aquel estadio de la_ eyoluci6n lo es ahora el analis_~_: ...~E un equilibrio básico en el dominio de las catexias narcisistas
objeto imQortante exclusivamente en _la medida en q~e __ es_ de un self corporal cohesivo. Sin embargo, si la "'madre se
_inyjtiQQ ª-Partkip111J~P.. ~1 P..l!IC~f.!.1-ªt;cisi,gay, en consecuen- aparta del cuerpo del niño, o si no puede tolerar ·el prestar
cia, a confirmarlo. Ocasionalmente ( muy pocas veces, en al niño su propio cuerpo para que este acreciente su gozo
verdad), nos encorttramos durante el análisis con sueños que narcisista ~radas a la extensión de sus catexias narcisistas
pintan una relación ( del self) con alguien a quien se ve hasta incluir el cuerpo de la madre, entonces las interaccio-
como en un espejo ( el analista como reflejo del self gran- nes visuales se hipercatectizan y, al mirar a la madre y al

114 115
ser mirado por ella, el niño intenta no solo obtener grati- no hay amenaza alguna de fragmentación. Sin embargo, sa-
ficaciones narcisistas a tono con la modalidad sensorial vi- bemos que los niños también gozan con los juegos en los
sual, sino que también puja por sustituir los fracasos que que las partes del cuerpo vuelven a separarse; por ejemplo,
hubieran ocurrido en el dominio del contacto o proximidad al contar los dedos el niño dice: «El conejito pasó por acá;
física ( oral y táctil). este [dedo] lo vio; este lo cazó, este lo mató, este lo comió,
Veamos un ejemplo. El paciente E., cuya madre había su- y el más chiquitito, que tanto queda. . . ¡uá, uá, uá! ». Ta-
frido de una enfermedad crónica y depresiva durante la in- les juegos parecen descansar en el levantamiento de temores
fancia del sujeto, temía mirar al analista por miedo a iO• de fragmentación en un período en que la cohesividad del
brecargarlo con su mirada fija. Esta mirada, sin embargo, self todavía no se ha establecido por completo. Sin embargo,
era portadora del deseo de ser apoyado y tomado en brazos ]a tensión queda dentro de ciertos límites, tal como ocurre
por la. madre -y probablemente también de succionar su con la angustia de separaci6n en el juego del fort-da [Klee-
peoho--, y el niño temfa que el cumplimiento de este deseo man, 1967], y cuando se llega al último dedo, la madre em-
produjera la destrucción de la madre enferma. pática y el niño destruyen la fragmentación por la unión
Por otra parte, la modalidad auditiva puede tomar el lugar en la risa y el abrazo.
de la visual cuando hay un defecto en el área visual. Esta El sentido de la realidad del self [ véase Bernstein, 1963],
variante tan instructiva ha sido inequívocamente captada por que es la manifestación de su cohesividad, debida a su firme
Burlingham y Robertson [ 1966] en un filme de niños ciegos catectización con libido narcisista, no solo lleva a un senti-
en la nursery. En él se ve la emocionante escena en que una miento subjetivo de bienestar, sino también, secundariamen-
niña ciega responde con evidente placer narcisista cuando te, a un progreso del funcionamiento del yo, que puede com-
reconoce de pronto que lo que se le está haciendo oír- por probarse objetivamente de distintas maneras; por ejemplo,
medio de un grabador es su propia actuaci6n musical. La evaluando los resultados de la mayor capacidad del paciente
grabación cumple aquí la función de un espejo. Podemos para el trabajo, as{ como su mayor eficiencia en el mismo,
concluir, cuando se ha fortalecido la cohesividad de la vivencia del
~.., pues, que la ·ubilosa res uesta .loba! de la madre self. Por otra parte, a menudo los pacientes intentan con-
~esencia y actividad- sirve como soporte> en la fase trarrestar el penoso sentimiento de fragmentación mediante
correspondiente, a la evolución desde el autoerotismo afnar- una variedad de acciones forzadas, que van desde la estimula-
.!:i.• o de estadio del se f fra mentado el estadio de los ción física y las actividades atléticas hasta el trabajo excesi-
núcleos del self al del self cohesivo esto es e es rro o vo en su profcsi6n o empresa. 38 La engañosa impresión de
de la vivencia del sel como uni a fsica y mental con co- que es el exceso de trabajo el que ha desencadenado la psi-
hesión •en el espacioy continuidad en el tiemto. 87 Sin em- cosis [véase, por ejemplo, D. P. Schreber, 1903] se basa
bargo, es claro que no debe considerarse mór ida 1a expe- en el hecho de que el paciente, sintiendo la rápida fragmen-
riencia de las funciones mentales y físicas aisladas, que pre- tación del self y su creciente peligrosidad, que precede a la
cede al estadio del self cohesivo ( el estadio del narcisismo), declaración franca de la psicosis, intenta contrarrestarla me•
sino como adecuada a la etapa primitiva del desarrollo. Ade- diante una actividad frenética. 39
más, no debe olvidarse que la capacidad de experimentar .,Podría agregarse aquí que muchas de las perturbaciones
goce en partes aisladas del cuerpo y sus funciones, así como más crónicas y graves en la capacidad de trabajo de nuestros
en actividades mentales aisladas, continúa después de que pacientes tienen su origen, según mi experiencia, en el he-
la cohesi6n de la vivencia del self ha quedado firmemente cho de que el self está pobremente catectizado oon libido
establecida. No obstante, eñ estos estadios posteriores, tanto narcisista' y en peligro crónico de fragmentación; con una
los adultos como los niños pueden gozar con las partes y reducción secundaria de la eficacia del yo. Esas personas,
funciones de su cuerpo y su mente, porque sienten con toda o bien son absolutamente incapaces de trabajar, o bien, pues-
seguridad que las partes del cuerpo y sus funciones perte- to que su sclf no participa, solo son capaces de hacerlo en
necen a un self total firmemente establecido, es decir, que forma automática, como la actividad aislada de un yo autó-

116 117
nomo, sin la participación de un self en profundidad, esto es, e?'periencia personales, ella no solo parecía fria y desatenta,
pasivamente, sin placer y sin iniciativa, solo respondiendo a smo que, en vez de responderle acerca del acontecimiento
indicaciones y exigencias externas. A veces, en los tras- que lo ocupaba, formulaba abruptamente una observación
tornos narcisistas de la personalidad, aun la conciencia que c~fti~a a propósito de un detalle de su aspecto o conducta
tiene el paciente de es te tipo tan frecuente de perturbación diaria, como: « j No muevas las manos mientras hablas!» etc
en el trabajo sólo cambia de dirección en el curso de un El niño tiene que haber experimentado esta reacció~ n~
análisis exitoso. Un día el paciente informará que su tra- solo como un rechazo del ostentoso despliegue que realizaba
bajo ha cambiado, que ahora goza con él, que puede elegir e? ese J?ºm:nto, y ~el cual necesitaba una respuesta con-
entre trabajar o no, que emprende el trabajo por su propia firma~o:1a, smo también como una destrucción activa de la
iniciativa, y no como si fuera un autómata que obedeciera c?hes1vidad de la experiencia de su self, al dirigir la aten-
pasivamente, y, por último, aunque no lo menos importante, ción a una parte de su cuerpo justamente en el momento más
que su actividad tiene ahora cierta originalidad, en vez de ser vulnera~le, cuando estaba ofreciendo su self íntegro a la
monótona y rutinaria; un self vivo en profundidad se ha aprobación.
convertido en el centro organizador de las actividades del yo El ana~sta. c~:>nempada aprovechará el ejemplo -a sabien- _
[Hartmann, 1939, 1947]. das o tntu1t1vamente- y _advertirá que en el análisis hay
Mientras gue la relación con un padre o madre que apruebe momentos en que, en realidad, ha.sta la más convincente y
y acepte -kon empatía__g_ una de las precondicion~ 12arael correcta de las interpretaciones acerca de un mecanismo de
de una firme ,m~.t.wlción...dcl.~.
e.llfil21ecimientQ....QJ"igioal una def_ensa, o de cualquier otro detalle de la personalidad
y mientras qu~l.n..Qertux:b@cione~.sn.._sstc;camPQ_son suscep- d:l paciente, resulta inapropiada e inaceptable para el pa-
tibles de corrección en el al}jlisis, a menugo ___ ,1mede observarse c~en_tequ: busca unr respuesta comprehensiva a un aconte-
la· secuencia contrarii\ Jk_~e¡;imientQs --es decir, eLm.0- cimiento importante reciente de su vida, tal como un nuevo
vimientQ._q_\lc:_Yª-·.d~l..gJL.~.esiv.9 a su fragmentación-, logro o algo por el estilo. Puede agregarse que las voces
__~.n.
tan ~º--~I)- e_L~náli_~Lf;Q.IJl..Q JJl_interacción del niño ~-~li frías de las que a menudo informa el paranoico, que comen-
~~e~__ pg!_qg__~~QS.._La fragmentación del self puede estu- tan facetas de su conducta, detalles de su aspecto, etc., tal
diarse, por ejemplo, en pacientes que, con ayuda de la pre- vez no deban entenderse tan solo como las críticas de un
sencia y la atención del analista, han restablecido tentativa- superyó proyect~d<?, sino también como expresión proyec-
mente un sentimiento de cohesividad y continuidad del seH. tada de un sent1m1ento de fragmentación que surgió como
Toda vez que la trasferencia especular no puede mantenerse resultado de la capacidad psíquica del paciente, insuficien-
en ·ninguna de las tres formas en que se haya establecido, _e.L temente desarrollada o declinante para mantener una sólida
gaciente se_siente amenazado poJ_la disolución_de la unidad catectizaci6n del self. '
n.~rci~.~~tL<kl..~ill;_ tQmi~a a experimentar la hipercatecti- Sean cuales fueren las vicisitudes evolutivas de la investi-
~.i.6n.....r.e.grgiY.amcn.t.e....re.ins.talada
de partes aisladasdel cuer- dura instintiva del self en las psicosis ímportantes, y sea cual
¡,?oy de ll\.~JJJJl~.ÍQD~~..m..en.t.aJ~i=.libo.udas
@roo ~Qndría, fuere la base genética y dinámica de su perturbación en esos
y recurre a otros.-..mwos, . ..pa.tQ].Qgic.as.._~las, actjvida- trastornos graves, en el tratamiento del conjunto de las per-
5!~u~xu.J!les .~ryersas- ..... Ji.11-.d~
a... el torrente de ~
d~t.e.ne.1:.. turbaciones narcisistas de la personalidad que se estudian en
re¡rcsi6n. En ocasiones, los pacientes informarán acerca de esta obra, las fluctuaciones de la catectización del se1f están
conductas parentales q~e les parecen sádicamente maquina- en correlación con el estado de la trasferencianarcisista. Por
das para contrarrestar una sepsaci6n de placer en su self in- sus diferentes manifestaciones clínicas pueden identificarse
tegrado y producirles un penoso sentimiento de fragmen- las tres fo~mas de reactivación trasferencia! del self grandio-
tación. so, que, tai como se ha expuesto anteriormente, correspon-
El paciente B., por ejemplo. recordaba desde su ninez la den a los tres estadios de su desarrollo. Puesto que la
siguiente reacción destructiva de su madre. Cuando él le forma más antigua consiste en el restablecimiento trasfe-
contaba entusiasmado y con lujo de detalles algún logro o retkial de una idemidad arcaica con el objeto a través de la

U8 119
e?'tensión del self grandio_so, el objeto trasferencia! ~penas .de aprobación a su exhibicionismo. El principaf beneficio te-
s1 presenta _alguna _separación_, y las elaboraciones de objeto rapéutico que produce la situación de trasferencia que· se
en el material asociativo, o bien faltan por completo. 0 bien estáblece mediante la activación del self grandioso reside en
son _muy escasas _e insignificantes. Debido a que. 1~ trasfe- qué capacita al paciente para movilizar y mantener un pro-
rencia de álter-ego ( gemelaridad), en la que no s·e establece ceso de elaboración en el cual el analista sin>e como·. amor-
una .i?entidad primaria, sino tina semejanza (similitud) c::on tiguador terapéutico y estimula la instrumentación gradual
el obJeto,. corresponde a una fase más madura del desarrollo de las fantasías e impulsos narcisistas ego-asintóriicos. •
que aquella a partir de la cual tiene su origen la trasferencia Otra argumentación, y la última, en favor del uso de la fór-
de fusión, en el material asociativo es más evidente la ela- mula «trasferencia especular» para la totalidad de los fenó-
boración de objeto, y es el analizando quien predica cierto menos trasferenciales que constituyen la expresión de la mo-
grado .1e separaci~n del _objeto: Finalmente, puesto que la vilización terapéutica del self grandio'so, es la siguiente. Muy
bien puede ocurrir que la trasferencia especular en el sen-
separac16~ del obJeto se estable<;=ede un modo cognitiva-
men!e mas _claro en la t:asferenc1a especular, tomada en el tido estricto del término sea la única que cotresponda, al
sentido estricto del término, las elaboraciones de objeto son menos aproximadamente, a una fase reconocible del desa-
en este caso más abundantes. Sin embargo aun en este caso rrollo, mientras que la silenciosa fusión con el analista a tra-
el objeto se h?lla catectizado con libido na;dsista, y solo ha; vés de la extensión ~el seff grandioso del analizando y la
rea<:ción al mismo en .la medida en que contribuye a --o in- trasferencia de álter-ego (gemelar) sean reinstalaciones de
terfiere en el mantenimiento de- la homeostasis narcisista posiciones regresivas adoptadas en la temprana infancia ( pre-
del analizando. • edípica), después del fracaso del estadio especular. .
A pesar de estas significativas diferencias,. no me esforzaré Aunque sea indudable que haya estadios evolutivos normales
.mucho por ide?~ificar la fc;,rma específj.~-ª=-q~J~~~!f~ii'b;{iosQ de identidad primaria con el objeto y de una relación pri-
&'e se ha movihzad9,_ Y..a.inenudo.me referiré a la totalidad maria con un self-álter-ego ( 16 que ocurre antes del estadio
...J11.ªnif~l!.taci~nescomo __
-..~--~.1J.~ trasfererÍci~~~~~~j-----PÜest6 •• especular, o bien apenas en sus comienzos), la trasferencia
que las marufestac1ones dé la ·trasferencia especular en el cl{nisa, aparentemente, no reinstala estas formas iniciales
más estricto' sentido del término son,·: sin duda alguna, los §]no su aparició~ secundaria en la)Efag_cia, d~spués del f~
productos mejor conocidos y más fácilmente identificables caso de las funciones especulares de la iñacfr'e. ( Se trata efe
del self grandioso. terapéutica,mente movilizado, este término una relación similar a la que se encuentra en las neurosis de
( usado .a potiori) ,es el ·que mejor evoca la totalidad del gru- compulsión, en las que la· analidad ~ la que hay que de-
po de fenómenos relevantes rdacionados, Después- de todo fenderse no es una revivencia de la etapa anal originaria,
lo esencial no es aquí el modo específico de la interacció~ sino la reactivación del rerorno regresivo a la analidad en
trasfe,;endal por la cual el analista se ve envuelto en la rnovi- la primera latencia, después del retiro de las destructoras
lizaci6n d~l self grandioso dél paciente, sino el hecho de angustias edípicas de castración.)
que la trasferencia .,posibilite el (re) establecimiento de una Es difícil reconstruir la experiencia que el niño tiene del
relació_n.·?bjetal narcisista cohesiva y duradera que, en -gene- objeto en su identidad primaria y en su primaria relación
ral, ant1c1pa el pleno desarrollo del amor objetal infantil, y de álter-ego ( gemelaridad) con él. Estas fases tienen lugar
que en todo caso es independiente del estadio de desarrollo muy pronto, es decir, antes de que cualquier comunicación
alcanzado por el niño. Carece ..relativamente de importancia verbal pueda ayudar a nuestra empatía:. Sin embargo, el es-
s~ el paciente u~iliza al· analista ( en la fusió~1....f9JD.Q.~~tc;_il- tadio especular continúa dentro del estadio verbal,"' v las in-
s1?n de sti propia ,grandeza; y. exhibicionismo ...arcaicos ( escin- teraccione·s en'tre los padres y el niño están más· ~biertas,
dido y /o dividido), si' se experimenta ( en la trasferencia de en consecuencia, a nuestra comprensión empática, aun en
1 : álter-:g~) -.somo Pºrtador separado •de·..·s~propI;:--~rf~~-:a-6ii- los comienzos preverbales ( cf., por ejemplo, la descripción
( .reprirnrda·) ; o •s1•exige de él· ( e:n la trasferencia es.P-~9i!h~t) de Trollope de «La adoración del Niño» tal como es citada
un, eco Y....!!~.ªconfirmación de su grandeza ·y una resE.1:11est~ por Kohut [ 1966a] ) . Los precursores de la fusión y la tras-

120 , 12.1
fcrencia gemcl~r 1posteriores -secundarios y regresivamente El hecho de que el analista pueda acudlr en apoyo cte esta
adoptados--, sm embargo, son más accesibles en la infancia estructura cohesivamente catectizada expresa que: a) por
Y no es raro obtener, en el análisis de adultos, recuerdos d~ una parte, desde el punto de vista genético, en la infancia
la amedrentadora soledad infantil con fusiones cuasideliran- se había logrado realmente la formación, hasta un cierto
:es con l<;>sotros, ª!{ como t~bién de imaginarios compa- límite, de un self grandioso cohesivo, si bien a menudo solo
neros de Juego y ob¡etos trans1c1onales con características de fuera mantenido precariamente, y h-) por otro lado, la pre-
álter-ego. sencia de un analista que escucha, -percibe, brinda resonan-
I?ebe admitirse que aun las formasmás puras de trasferen- cia y refleja como un espejo da más vigor ahora a las
cia especular, en el s~n~ido estricto de la expresión, que se fuerzas psicológicas que mantienen. la cohesividad de esta
encuentr~I? en el análisis ~e perturbaciones· de la personali- imagen del self, por arcaica e irreal que pueda ser según pa-
dad narcisistas. no son réplicas directas de una fase evolutiva trones adultos.
normal. También ellas son versiones regresiyamentc altera-
~Jas de las. exigencias infantiles de atención, aprobación y
eco conval1~ador c!~-~,ll __Pf~~en~i~.,__
_y_~!l~_ienen si_empre una
me~l-ª de_tiran!a ..Y.....PQ~CS!.\!Ú:Ji°d
que denuncia una intensifi- Ejemplos clínicos
cac1ón ~e eleme,?tos pulsionales sádico-orales y sádico-anales,
producidos por mtensas frustraciones y decepciones. Sin em- El mejor modo de indicar la eficacia de la trasferencia espe-
b~rgo, la trasferencia especular está, en su sentido más es- cular en el afianzamiento de la cohesividad del self es mos-
tncto, más cerca de la reinstalación terapéutica de una fase trar ejemplos clínicos en los que la amenaza de una regre-
normal _d_edesarrollo que la fusión y la gemelaridad. En sión psicológica más profunda perturba el equilibrio tras-
un análisis correctamente conducido, las dos últimas tien- ferencia! establecido. Oponiendo en este sentido la trasferen-
den .ª convertirse gradualmente en la primera, y la trasfe- cia especular a estados regresivos psicológicamente más pri-
rencia. especular tiende a devenir más y más afín a la fase mitivos, será más fácil demostrar su contenido y efecto psi-
evolutiva n?rmal; es decir, disminuyen los elementos sádi- cológicos específicos. Análogamente a los temporarios y con-
cos Y adqm~ren vig~r las solicitaciones de afecto y de co- trolados movimientos hacia la desintegración de la imago
rrespondencia, aprm~1mándo~e a la producción de placer que parental idealizada -proveedores de insight y, por lo tan-
se encuentra en las interacciones entre padres e hijo adecua- to, de incalculable valor terapéutico-- que tienen lugar
das a la fase respectiva. cuando se ve perturbada la trasferencia idealizadora,• 0 en-
Los tres tipos de reactivación terapéutica del self grandioso contramos tales estados regresivos como consecuencia de una
no solo corresponden, pues, a diferentes estadios del desa- perturbaci6n de la trasferencia especular. Su esencia meta-
r~ollo _de_est~ estructura psicológica, sino que es dable tam- psicol6gica consiste en la temporaria fragmentaci6n del self
bién d1st1ngu1rlos por sus manifestaciones clínicas netamente (corporal-mental) cohesivo, nardsistamente catectizado, y en
diferentes. Con todo, a· pesar de las diferencia; evolutivas la temporaria concentración de las catexias instintivas en par-
Y fe_nomenológicas, el e ecto "námico cHnico de los tres tes aisladas del cuerpo, funciones mentales aisladas y accio-
e ti i es trasf erenciales del se ran- nes aisladas, que son así vividas como peligrosamente des-
dioso es el mismo, a saber: 1) en las tres formas e ana ista conectadas de un self desmoronada o precariamente man-
se convierte en la fiiYra alrededor de la cual pu~de-·esta::- tenido.
blecerse un grado significativo de constancia de objeto en Ilustraremos ahora, con la ayuda de casos específicos, la per-
el _campo narcisista, por, muy primitivo ·que pueda ser el turbación del equilibrio de la trasferencia especuthr, con la
obJ~to; 2) con la ayuda de este objeto narcisistamente ca- consiguiente amenaza de regresión fragmentadora.
tect1zado. más o menos estable, la trasferen_d~ ..contribu~e, en El Sr. B. había estado en análisis con uoo colega durante
sus tres formas, al mantenimiento de. la cohesión de self tres meses. El paciente, un docente universitario de cerca de
del analizando. treinta años, acudió al análisis, con toda evidencia, a causa

122 12.3
•de trastornos sexuales y de su :.eparaci6n matrimonial. Pese rrespondido, y recordado, es decir que las funciones especu-
a la naturaleza aparentemente circunscrita de sus síntomas lares del analista habilitaron al paciente para catecti.zar con
presentes, padecía un difuso y extendido trastorno de la libido narcisista un self grandioso reactivado.
personalidad, que experimentaba alternativamente como Puede agregarse que muchos sujetos con trastornos narcisis-
graves estados de tensión y un sentimiento de penoso vado, tas de la personalidad padecen un sentimiento de fra¡men-
ambos en los límites de la experiencia física y la psicológica. tación que consiste específicamente en la sensación de viven-
Además, el paciente se senda amenazado por irrupciones re- ciar que sus diversas funciones· físicas y mentales están
pentinas de cólera intensa, semejantes a un berrinche. separadas. En las últimas fases de los análisis exitosos de
A las pocas semanas de tratamiento, y sin excesiva actividad perturbaciones narcisistas. de la personalidad, es bastante fácil
por parte del analista, el paciente comenzó a sentir un gran ' \ encontrar la fragmentación fugaz de un self catectizado y
alivio en el análisis. Lo describía como un «baño caliente», basta entonces no confiable, toda vez que un paciente, como
lo que constituye una significativa comparación, basada en consecuencia del progreso terapéutico, se ve absorbido por
la experiencia de que la regulación de la tempcratu'ra externa ocupaciones externas. La mayor cohesividad del self, lograda
.
1
1
( pero envolvente) que proporciona un baño caliente tiene un en el análisis, lleva a un progreso de diversas funciones del
efecto restaurador del equilibrio narcisista del bafiista, por yo y a canalizar el interés hacia fines vocacionales e 'interper-
el agradable estímulo Hsico que produce, e incrementa el sonales. El paciente, fascinado por la nueva experiencia,
sentido de cohesividad de su self corporal. En el curso de quizá se halla extraviado en la búsqueda de algo determi-
cada hora de sesión, y progresivamente semana a semana, a nado cuando, ·repentinamente, toma conciencia de angustian-
medida que parecía acumular el efecto de sesiones consecu- tes preocupaciones hipocondríacas referentes a sus funciones
tivas, se calmaron las tensiones y el sentimiento de penoso físicas, y en especial a las psíquicas. Sin embargo, estas ten-
vado, y el paciente informó que su trabajo progresaba y siones suelen desaparecer rápidamente cuando el paciente
que él se senda, y en efecto era, inmensamente más produc- comprende -al .principio ayudado por las interpretaciones
tivo. Sin embargo, durante los fines de semana la tensión del analista, luego solo-- que su situación se. origina en el he-
crecía considerablemente, comenzaba a inquietarse por sus cho de que su self ha sido temporariamente .privado de la ca-
funciones físicas y mentales, tenía sueños de violencia y texia narcisista cohesiva, la que se ha lanzado sin control en
amenazadora destrucc!6n, y se hallaba propenso a reaccio- sus acciones. .,
nar con cólera repentina ante las menores irritaciones. Pero Veamos un ejemplo. El pacier;te M., de treinta años, en aná-
también comenzaba a darse cuenta de que sus tensiones guar- lisis con una estudiante bajo control del autor, se sentía
daban relación con la separación del analista, aun cuando insatisfecho en el trabajo, pese a que exteriormente tenía
en lo manifiesto todavía se hallaba principalmente preocupa- un éxito razonable en la profesión y había emprendido una
do por si su ex mujer lo habría olvidado o habría dejado de inmensa variedad de actividades sociales para borrar una
pensar en él. opresiva sensación de vado interior. En el análisis tomó
En este período, el paciente experimentó de pronto en una conciencia de su intenso exhibicionismo, que había quedado
sesión un intenso sentimiento de totalidad, de bienestar, ma- sil) respuesta en la infancia. El proceso de elaboración le
yor confianza en sí mismo y un alivio de la tensión y el vacío permitió consolidar cada vez más su self grandioso nuclear,
interno, después de una aseveración del analista que contenía y no solo llegó a estar en condiciones de abandonarse a fan-
la frase «como usted me contó la semana pasada ... ». El tasías exhibicionistas ( tocando el violín, por ejemplo, para
paciente expresaba intenso placer en que el analista pudiera un gran auditorio imaginario), sino que también fue-capaz de
recordar algo q.e lo que él dijera en una sesión anterior, y el dedicarse a su trabajo regular ~ue le proporcionaba verda-
analista recogió, de la respuesta del paciente, la clara impre- deramente la escena para la satisfacción de deseos exhibicio-
sión de que la cohesivid~d de la vivencia del self del paciente nistas de una manera socialmente aceptable- con interés e
-aqu{, en particular, a lo largo de un eje temporal- se apo- iniciativa cada vez mayores. Sin embargo, durante un perío-
yaba en el hecho de haber sido escuchado, empáticamente co- do de transición .padeció de accesos de ansiedad, tanto cuan-

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do tocaba el violín como cuando se permitía. dejarse absor- el papel de la trasferencia especular en el refuerzo de la co- •
ber por el trabajo regular. En todos los casos d examen h_esi~idad del _self,r~activado a lo largo del eje temporal. El
detallado de la· orpe'fiencia reveló que la ansied~d n.o solo s_i~mente p~rf1l clm1co {que se dio muy pronto en el aná-
se debía a un~ -e~tin;iulación hipomanfaca amenazadora como l1S1s) constituye otra ilustración, especialmente instructiva,
consecuencia de la. intrusión de su exhibicionismo hasta en- de una temporaria fragmentación regresiva del self grandioso
tonces ~elativament~ indómito, sino también, y más aún, a terapéuticamente reactivado. Sin embargo, este episodio no
un sentido de pérdida del self {una decatectización del self demuestra que haya una amenaza a la vivencia cohesiva del
con peligro de una núeva fragmentación) cuando se aban- self en el tiempo, esto es, a la experiencia del self como un
donaba a sus actividades y objetivos, esto es, cuando los ca- continuo, sino una amenaza a su cohesividad cotidiana en
t:ctizaba con libido na_rcisista. Estas experiencias angustiosas, amplitud y profundidad.
sm ~mbargo_, _solo tuvieron lugar durante un limitado perío- El Sr. E. era un graduado universitario que se acercaba a los
do de trans1c1óo. Más tarde pudo combinar la catectiz-ación treinta años. Aunque en un comienzo había acudido a la
narcisista de acariciadas actividades y metas sintónicas con terapia a causa de su separación matrimonial, muy pronto
el self con aquel aumento de la cohesividad del self que, por most_ró una diversidad de dificultades, en particular la ten-·
lo común, acompaña al ejercicio exitoso de las fon.ciones del den~1a a una variedad de fantasías y prácticas perversas. No
yo de una persona. analizaremos ahora los detalles de su psicopatolog{a y es-
Hay que distinguir las coyunturas específicas en el curso del tru~.tura de personal_idad, débilmente integradl\, Basta con
análisis, tal como la descrita en el caso del Sr. M ..,, en que decir que buscaba alivio a sus dolorosos estados de tensión
la catectización del self está en peligro de ·ser absorbida por narcisista a través de una cantidad de medios perversos en
las tareas recién catectizadas del ·paciente, del malestar psico- los cuales la inconstancia de distintos objetos superficial-
lógico crónico que compele a muchas personas a estar perma- mente catectizados y el carácter variable de sus metas sexua-
nentemente en acción, ya que solo en esas actividades son les indicaban claramente que no podfa confiar en ninguna
capaces de sentirse vivas. No ven en sus acciones el resul- fuente de satisfacción, y que ni siquiera podía entregarse a
tado de planes, propósitos, metas e ideales -no se· basan los medios por los cuales tenía la esperanza de obtener placer
en una expe~iencia estable de sí mismas-, sino que dlas son Y seguridad. Sin embargo, cuando empezó a desarrollarse la
s~lo un sustituto del self. Un síntoma parecido, cuya existen- trasferencia (narcisista), se hizo claro que los objetivos vo-
cia suele reconoce-rse únicamente en el análisis consiste en yeurísticos-exhibicionistas desempeñaban un papel espedfic'o
que el paciente no se vivencia a sí mismo con c~hesión tem- en sus perversiones y que, apenas se s-intiera amenazado por
poral. Al principio, tales pacientes se quejan de que no el rechazo, volvería a intentar la obtención de satisfacciones
pueden recordar el contenido de las sesiones analíticas- de un ' 1
en esa área.
; ' En este punto no entraré a examinar los determinantes gené-
día para otro. Esta impresión tiende a persistir subj,etiva-
m«:nt~ aun cua?do pueda mostrarse que se trata de un juicio ticos específicos que pudieron vislumbrarse en el curso del
obJet1vamente mcorrecto, pues el paciente es capaz de recor- análisis ( véase, sin embargo, el capítulo 1). Me limitaré a un
dar, en la práctica, las 6esiones precedentes. En contraste, br~ve informe de la experiencia del paciente durante un fin
. estos pacien·tes -p:-ej., el Sr. B.- empiezan a sentirse sub- de semana, en una de las primeras fases de su largo análisis .
jetivamente enteros y completos, incluyendo la sensadón de Aunque comenzaba a advertir que las separaciones del analis-
\ .
su continuidad temporal, cuando el analista les prueba que ta 41 trastornaban su equilibrio psíquico, todavía no había
recuerda sus comunicaciones y estados emocionales anterio- com1;>rendido la naturaleza del sostén específico qq,~ le pro-
res. Es un claro si~no de que el analista -en la trasferencia porcionaba el analista. •En las primeras separaciones de fin
especular- ha comenzado a cumplir una importante función de semana había intentado contrarrestar la amenaza interna )

{pre) estructural en el mantenimierito de la cohesividad del vagamente percibida, empleando una variedad de paliativos.
self del paciente. • Se había dedicado al ámbito relativamente saiudable de las
El episodio perteneciente al análisis del Sr. B .. ej,emplificaba tareas intelectuales, por ejemplo; y habían surgido preocu-

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paciones e implicaciones horno y heterosexuales que, por lo a llevar a funciones desordenadas del yo; y, por -último, que
común, desembocaban en peligrosas actividades voyeurfsticas las catectizaciones narcisistas de una trasferencia especular
( en baños públicos, que culminaban en un· sentimiento de pueden remediar la perturbación del yo, esto es, que pueden
fusión con el hombre al que él miraba fijamente. Sin em- mejorar las funciones del yo a través del. paso intermedio de
(' bargo, en el curso de dioho fin de semana fue capaz, por un proporcionar cohesividad al self. ( Con referencia al análisis
acto de sublimaci6n artística, no solo de prescindir de medios de la relación mutua que existe entre el yo y el self, véase
tan poco elaborados de protección contra la amenaza de di- Kohut [1970a].)
solución del self, sino también de explicar cómo era Ia se-
guridad que recibía del analista. Durante ese fin de semana,
el paciente ,pintó un cuadro del analista. La clave para la
comprensión de esta producción artística reside en que en
ella el analista no tenía ojos ni nariz; el analista tomaba el
lugar de esos órganos sensoriales. Sobre la base de. esta evi-
dencia -abundante material a.didonál del pasado y el pre-
sente corroboraba esta. interpr•etaci6n- se pudo concluir que
la percepción que de él tenía el analista consti tufa un deci-
sivo sostén para el mantenimiento, por parte del paciente, de
la imagen de su self narcisistamente catectizado. En efecto,
en la trasferencia especular el analista era vivido p.or este pa-
ciente como el aglutinante libidinal (narcisista) que contra-
rrestaba e impedía la tendencia a la fragmentación. El pacien-
te se sentía entero cuando pensaba que era aceptado por un
objeto que sustituía una función endopsíquica qu.e'se hallaba
insuficientemente desarrollada. Así pues, el analista suminis-
traba, en realidad, un sustituto para la falta de catectización
narcisista del self.
A esta altura es útil reintroducir y rever, sobre el fondo del
precedente material clínico, un tema de clarificación concep-
tual al que se aludió antes en un contexto teórico .. Hay que
distinguir entre: a) la cohesividad de la imagen de su self,
o sea, •1a totalidad del self grandioso reactivado, que el
paciente pudo mantener con la ayuda de la presencia del
analista, es decir, con las percepciones y rc.spuestas unifica-
doras reales o ima~inarias del analista, y b) la unidad y
cohesión del· yo del" paciente y sus funciones.
Si bien los dos conceptos están en diferentes niveles de. abs-
tracción, pues la concepción del self se halla más próxima a
,la observación introsoectiva o empática, mientras que la del ...
~o es posterior a ella," podría decirse que lai experiencia :...
e un self unitario, como consecuencia de una confiable catec-
tización narcisista de la imagen de] self, es una precondi-
ción importante para un yo que funcione cohesiva.mente;
que, por el contrario, la ausencia de tal catectización tiende

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