0% encontró este documento útil (0 votos)
74 vistas92 páginas

ERES TU PEQUEÑO Obra

Cargado por

Jimena Torres
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
74 vistas92 páginas

ERES TU PEQUEÑO Obra

Cargado por

Jimena Torres
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 92

Daniel Amaru Silva Binder

¿Eres tú, pequeño?


Tragicomedia

VERSIÓN CORREGIDA

Lima
1 de marzo del 2017

© copyright 2012 by Daniel Amaru Silva Binder Lima, Perú.


Teléfono (511) 992766764. Correo electrónico: [email protected]
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 2
!

Si buscas la verdad, puede ser que


encuentras paz. Si solamente buscas paz,
no vas a encontrar ni paz ni verdad;
solamente sueños propios, al comienzo, y
tristeza, al final.
C. S. Lewis

Dejemos de soñar nuestros pensamientos


y empecemos a pensar nuestros sueños.
Mary Martin

Donde hay vida, hay deseos.


Gerald F. Lieberman

Al abuelo Juan.

!2
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 3
!

PERSONAJES (en orden de aparición):

PANCHO: 60 años, el patriarca,



resignado, acostumbrado, cordial.

TITA: 50 años, esposa de Pancho,


mandona, creyente, protocolar.

BERGENIA 20 años, hija de ambos,


cansada, ignorada, parca.

MIGUEL: 30 años, el pretendiente,



amable, vivo, insatisfecho.

SAMUEL: 33 años, el actor, 



trotamundos, servicial, estancado.

LUGAR: Sala-comedor, casa de la familia.

TIEMPO: Actual


!3
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 1
!

Daniel Amaru Silva Binder

¿Eres tú, pequeño?


Tragicomedia

ACTO ÚNICO
Escena única

La sala es pobre, resalta una vieja radio portátil. Un mueble contiene varios
vasos que no han sido usados en años. El comedor es una mesa y cuatro
sillas, además de un Jesucristo que observa. Una puerta da a la cocina.
PANCHO duerme sentado en el sillón. BERGENIA está al teléfono, tratando,
con bastante dificultad, de entender lo que le dicen.

BERGENIA
Un momentito un momentito- /Pero- /Es que- /
¡No, no! /Solo quiero-/ ¡Señor!/ Se- / Carajo.

TITA se asoma por la puerta de la cocina y observa.

TITA
¿Y?

BERGENIA
Esperemos que se despierte.

TITA
¿Es mi hijo o no?

BERGENIA
Mamá, por favor.

TITA
Pancho. ¡Pancho! ¡Cabo Francisco Rodríguez!

PANCHO
¿Hmm…?

TITA golpea a PANCHO, para despertarlo completamente.

PANCHO
Dime, corazón…

TITA
Tu hija.

PANCHO
¿Mi rifa?

!1
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 2
!

TITA
¡Me está faltando el respeto!

PANCHO
¡Pero yo no tengo ningún boleto, mujer!

TITA
(A su oreja.) ¡Prende tu audífono!

PANCHO
(Lo hace.) ¿Qué estás diciendo, Tita?

TITA
¡Tu hija me está faltando el respeto!

PANCHO
¿Ah sí?

BERGENIA
No he dicho nada.

TITA
¡Me trata como si fuera su sirvienta, Pancho!

BERGENIA
Solo quería esperar a que te despiertes.

PANCHO
Que ocurrencia: si yo estaba despierto.

TITA
Estás durmiendo todo el día, viejo. Como siempre.

BERGENIA
No importa, mamá. Ahora sí… ahora sí les
puedo decir. Hablé con el su-

PANCHO
Un momentito, un momentito. ¿Como
siempre? Corazón… no es que yo duerma
siempre. Lo que pasa es algunos días me-

TITA
¡Lo que pasa es que eres un flojo! ¡Y yo solo
quiero saber si es mi hijo o no!

PANCHO
Cálmate, mi amor, cálmate.

!2
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 3
!

TITA
¿Es demasiado pedir que mi hija comparta lo
poco que sabe conmigo? Negarme la palabra…

BERGENIA
No le sigas el juego.

TITA
¡Mi propia hija, el fruto de mi vientre!

BERGENIA
(A medida que PANCHO se va acercando a
TITA.) Papá… papá, no…

TITA
¿Ves lo que te digo, Pancho? Tan intolerante,
tan llena de odio y desprecio.

PANCHO
Han sido horas largas, Tita. Para todos.
(Pausa.) ¿Qué dijeron, Bergenia?

BERGENIA se toma su tiempo. TITA permanece de pie al lado de PANCHO.

BERGENIA
Es él…

PANCHO
¿El pequeño?

TITA
Ay no, señor. ¿Mi hijo? ¿Mi hijito?

BERGENIA
Sí, mamá. Tu hijo, tu hijito.

TITA
¿Pero por qué me tienes que tratar así? ¿Ves
lo que te digo, Pancho? ¿Ves o no?

PANCHO
¿Cómo saben que de verdad es el pequeño?

BERGENIA
Documentos y cosas así. Por lo que entendí.
Tienen su pasaporte.

TITA
Eso se puede falsificar. Quizás no sea él.

!3
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 4
!

BERGENIA
Tienen este número de teléfono… La información
coincide. Dijeron que la embajada se iba a
comunicar con nosotros…

TITA
¡No! ¿Por qué tanta desdicha en nuestras
vidas? ¿Por qué? Ay señor, tú que todo lo
sabes. Luz en mi oscuridad, sonido en mi
silencio. Gloria, gloria a ti. Tú sabes lo que
haces. Te lo has llevado a un lugar mejor.
Pese a todo.

PANCHO
Seguro que sí, mujer. Pese a todo. Dios sabe
que en el fondo era bueno.

Silencio.

TITA
¿Habrá sufrido?

BERGENIA
¿Qué?

TITA
Antes de… antes de…

PANCHO
Mujer… Ya.

TITA
¿Sabes si gritó, Bergenia? ¿Pidió ayuda? Seguro
me llamó. ¿Preguntó por mi?

BERGENIA
No sé, no te dicen esas cosas.

TITA
¿Pero como no te van a decir eso? ¡Si es lo
más importante!

BERGENIA
Solo te dicen: “ha fallecido”.

PANCHO
¿Y saben… saben cómo fue?

BERGENIA
(Pausa.) Sí. Se cayó.
!4
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 5
!

TITA
¿Se cayó? (Persignándose.) Ay, dios mío.
¡Su cabecita, Pancho! ¡Se ha roto su cabecita
contra el cemento!

PANCHO
Ven. Ven, vieja.

TITA se sienta encima de PANCHO. Él le acaricia la cabeza.

TITA
Pero su cabecita, Pancho…su cabecita.

BERGENIA
No se rompió cabeza, mamá.

TITA
Mira como me habla tu hija, Pancho. ¡Mira
como me habla tu hija!

PANCHO
No le hables así a tu mamá, Bergenia. Ella no
tiene la culpa de nada.

BERGENIA
¡Yo tampoco!

Suena el timbre de la puerta. TITA se levanta de un salto.

TITA
¡Uy! ¡Visitas! ¡Tenemos visitas! ¿Puedes abrir de
una vez? Y tú arréglate, Pancho. Te ves muy mal.

BERGENIA abre. Entra MIGUEL y le da un fuerte abrazo.

TITA
Ah, no. No importa: es Miguel.

MIGUEL
¿Hay novedades?

BERGENIA
Es él.

MIGUEL
¿Confirmado?

BERGENIA
Sí…

!5
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 6
!

MIGUEL abraza con fuerza a TITA, ella no corresponde.

TITA
Se ha roto la cabeza.

MIGUEL
¿La cabeza? (A BERGENIA.) ¿No se había-?

BERGENIA
No le hagas caso.

TITA
¡Tú dijiste!

BERGENIA
¡No dije que se había roto la cabeza! Ay, mamá.
Ni sé para que hablo, si nadie me escucha.

MIGUEL
Yo te escu-

BERGENIA
Ya no voy a decir nada más.

MIGUEL le da la mano a PANCHO, que permanece sentado.

MIGUEL
Señor…

PANCHO
¿Cómo estás, hijo?

MIGUEL
Le traje un pisco

TITA
¿Solo pisco?

MIGUEL
Y algunas otras cosas.

TITA
Ay, Miguelito. Tú siempre tan atento.
Siempre pensando en lo que necesitamos.

MIGUEL
Disculpen que llegue tan tarde. Estuve por toda
la ciudad. Mi jefe me tiene de aquí para allá. Y
todo el tiempo sin saber si era David o no.

!6
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 7
!

TITA
Los ricos son tan diferentes a nosotros…

MIGUEL
¿Le parece?

TITA
Tienen plata.

MIGUEL
Ah, claro. (A BERGENIA.) Apenas me
llamaste a contarme, yo le dije a mi jefe:
“parece que ha fallecido mi amigo David”.

TITA
Es parte del rebaño del señor. Una ovejita
más que come pasto en el cielo.

MIGUEL
¿Era verdad lo que me dijiste en la tarde o no?

BERGENIA
Sí… Se cayó.

TITA
¡Ahhh! ¡Dale con eso! ¿No ves que me hace
daño? ¿No ves como hieren esas palabras?

BERGENIA
¡Es que se cayó pues! No hay otras palabras.

TITA
Saca la correa, Pancho.

MIGUEL
Ya estamos grandes para la correa, señora.

PANCHO
Hoy no, Tita. Hoy no.

MIGUEL
¿Alguien lo vio caer?

BERGENIA
No me dijeron nada de eso.

TITA
Mi pobre hijo, Miguel. ¿Te imaginas? Caerse
al vacío.

!7
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 8
!

MIGUEL
¿Al vacío?

TITA
Sin nadie que lo sostenga. Buscando de que
agarrarse, alguien que lo ayude…y nada.
¿Acaso ya no quedan almas buenas en este
mundo? ¿Ya no hay buenos samaritanos?

BERGENIA
Se cayó al mar, no al “vacío”.

TITA
¿Como que al mar?

BERGENIA
¡Al mar! ¡Al agua! ¡Al oceano!

PANCHO
El pequeño… ¿se ahogó?

TITA
¿Ahogado? ¡No! Mi pobre hijo. ¡Ahogado,
Pancho! ¡Ahogado!

PANCHO
Sí, escuché…

TITA
¡Ahogado! ¡Y tú nunca le enseñaste a nadar,
ni lo llevaste a la playa!

MIGUEL
Seguro ya había aprendido a nadar. David era
un muchacho hábil.

TITA
¡Pero no tanto! ¡Se ha congelado, mi David!
Sus pulmoncitos se deben haber llenado de
agua helada y su-

PANCHO
¿Donde estaba?

MIGUEL
Sí. ¿Dónde estaba?

BERGENIA
¿Importa?

!8
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 9
!

MIGUEL
Demasiado.

TITA
¿Pero tú no sabes?

PANCHO
Es cierto. ¿A ti no te contaba todo?

MIGUEL
Sí, sí, pero-

TITA
¿Pero qué?

MIGUEL
Hace algunos días que no hablamos. Y él
viajaba mucho. Por trabajo…

BERGENIA
Estaba en Australia.

MIGUEL
¡Perfecto!

TITA
¿Cómo que perfecto?

MIGUEL
Digo… Por supuesto. ¡Los canguros! ¡Los
aborígenes! Gran país. Claro, claro. Hace
tiempo ya estaba por allá…

PANCHO
¿Sí te contó?

MIGUEL
Claro que me contó. La estaba pasando muy
bien. Era feliz. Tenía un super trabajo.

BERGENIA
Trabajaba en un crucero.

MIGUEL
¿No les digo? ¡Un crucero!

BERGENIA
En la cocina, lavando platos.

!9
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 10
!

PANCHO
¿David? No me lo imagino trabajando en una
cocina. Es muy poca cosa para él.

TITA
Era… era un trabajo honrado, Pancho.

MIGUEL
Sin duda que lo era.

TITA
Trabajó hasta el final…

MIGUEL
Había madurado, señora.

TITA
Trabajando honestamente y ahorrando. ¿Te lo
imaginas, viejo? ¿Ah? (Pausa.) ¡Y se cayó al
mar! ¿Por qué, señor? ¿Por qué?

PANCHO
Ya, ya…

MIGUEL
¿Qué dijeron exactamente, Bergenia?

BERGENIA
Lo que te conté. Preguntaron si era su casa.
“Sí es”, dije. “Queremos avisar que ha
fallecido, parece que se ha caído a las once”.

PANCHO
¡Por fin una llamada! Después de tantos años,
una llamada… y solo para anunciar su muerte.

TITA
¿Cómo saber si era verdad? Hacen tantas
bromas estos días y dicen cualquier cosa.

BERGENIA
Hace un rato llamaron de nuevo. Solo para
decir que sí era él. Y nada más.

PANCHO
¡No nos dan respuestas! ¿Quiénes creen que
somos? Yo soy su padre. ¡Y su madre no ha
parado de llorar por la incertidumbre!

!10
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 11
!

TITA
No hemos hecho otra cosa que esperar. Una
tortura. Como si diez años no fuesen ya suficientes.

PANCHO
Es una crueldad hacer esperar así a un hombre
de mi edad.

TITA
Abusar así de un hombre sordo y decrépito. Y
de una dama tan bondadosa como yo.

MIGUEL
Sí, claro. Tiene toda la razón. Segura que dijeron
a las once, ¿no?

BERGENIA
¿Por qué?

MIGUEL
Señores: recién van a ser las diez.

PANCHO y TITA
¿Qué?

MIGUEL
Tenemos tiempo. Se cae a las once. (Pausa.)
¿No entienden?

PANCHO y TITA
No.

MIGUEL
¡Están llorando a alguien que todavía no ha muerto!

BERGENIA
¿Cómo?

MIGUEL
Hasta se podría decir que están haciendo trampa.

BERGENIA
¿Trampa?

PANCHO
Esto no es ningún juego. ¡Esto es nuestra vida!

!11
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 12
!

MIGUEL
La vida también tiene reglas.

TITA
¿Pero que estás diciendo, sinvergüenza?

MIGUEL
Solo… solo escúchenme un segundo. No nos
podemos adelantar a lo que todavía no ha
pasado. Llorémoslo, claro que sí, pero cuando
llegue el momento. ¡Y a David le queda más de
una hora de vida! Si se muere a las once, ¿por
qué llorarlo a las diez? ¿Procesar ahora un dolor
que aun no deberíamos estar sintiendo?

BERGENIA
Entiendo que seguramente para ti también es-

MIGUEL
¿Acaso ustedes quieren decirme que alguien
que muere a las once no está vivo a las diez?

TITA
¿De verdad no sabes cómo es? Eres un poco
tonto, pero no eres ningún idiota.

MIGUEL
¿Cómo es que?

PANCHO
No te hagas el bruto, hijo. La hora… la hora es
diferente en cada-

MIGUEL
¿Diferente? ¿Cómo que diferente? ¿Por qué
sería diferente? Están confundidos. Muy
confundidos. El instante sí, ese es distinto, pero
la hora es la hora. Es inalterable.

BERGENIA
¡Miguel!

MIGUEL
¿Miguel qué? ¡El tiempo no hace distinciones,
no le hace favores a nadie!

TITA
Ha venido borracho de nuevo…

!12
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 13
!

MIGUEL
Yo nunca he venido borracho.

PANCHO
Estás hablando de retroceder el tiempo…

MIGUEL
Retroceder en el tiempo no, señor. Eso sería
ridículo. ¡Pero tampoco se puede avanzar
como uno quiere! No se puede morir antes ni
después del momento dado.

PANCHO
Mira, Miguel, aunque lo que dices tenga algo
de lógica… creo—

BERGENIA
¡No tiene nada de lógica! Me estás asustando.

MIGUEL
Dato duro y concreto: todavía no son las once.
Y no pueden hacer nada para cambiarlo. David-

TITA
¡Que alguien calle a este muchacho!

MIGUEL
¡Lo mas importante! Si alguien sabe que va a
morir a las once, ¿acaso no creen que
aprovecharía su última hora de vida para
despedirse de su familia? (Silencio.) ¡Obviamente!

TITA
¿Despedirse?

MIGUEL
Y para decir todo lo que quedó pendiente. Para
cerrar. No muchos tienen una oportunidad así, doña.

BERGENIA
David está-

MIGUEL
¡A punto de llegar! Debe estar perdido…buscando
su casa, a su familia. Diez largos años han pasado.

TITA
Este muchacho no tiene caso.

!13
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 14
!

MIGUEL
Déjenme ir a buscarlo.

PANCHO
Necesitas irte a dormir. Yo también.

MIGUEL
No demoro.

TITA
¡Vete de una vez, demonio!

PANCHO
Buenas noches.

MIGUEL
Vuelvo en un momento, ¿sí?

BERGENIA lo detiene antes de salir.

BERGENIA
¿Qué estás haciendo?

MIGUEL
Confía en mi.

BERGENIA
¿A dónde vas?

MIGUEL
Está todo listo. La hora. En el mar. ¡Y en
Australia! Es… Paciencia, confía en mi

BERGENIA
Miguel…

MIGUEL
Tengo que irme, me está esperando.

BERGENIA
¿Quien?

MIGUEL le da un beso en la mejilla a BERGENIA y sale.

TITA
No está bien de la cabeza. Siempre lo he
dicho y ustedes no me creían.

!14
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 15
!

BERGENIA
No le ha caído bien la noticia…

PANCHO
Era su mejor amigo, de toda la vida.

TITA
Eso no le da derecho a decir esas cosas.

PANCHO
Es un buen chico.

TITA
Un buen chico no es pobre. Imagínate si
hubiéramos dejado que se case con nuestra
única hija cuando lo pidió. Bergenia se moriría
de hambre. Y nosotros con ella. El tipo no
tiene donde caerse muerto y cree que porque
a veces nos trae noticias de David y algún
regalito barato…

PANCHO
No hay necesidad de hablar de eso ahora.

TITA
Es que de verdad es un cero a la izquierda. Y
pendejo todavía. Quería casarse sin que David
esté aquí.

PANCHO
Al amor no le gusta esperar. Miguel se ha
preocupado por nosotros, Tita. Que difícil
hubiese sido sin él.

TITA
Eso nunca lo vamos a saber. ¿Pero ahora
viene con esto? ¿Qué mi hijo ha muerto y que
anda caminando por ahí?

BERGENIA
¿Y que querías que que te diga, ah? “Sí, señora.
Su hijo está bien muerto, en el fondo del océano.
Ah. ¿Y sabe qué más? Probablemente, no va a ver
ni un dedito de él. Porque ese cuerpo ya es comida
de peces”.

TITA
Me desmayo, Pancho.

!15
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 16
!

BERGENIA
Es que no se puede ganar contigo, mamá.
Nada te gusta, nada es suficiente.

PANCHO
Ya vámonos a la cama.

TITA
Pido tan poco en la vida. Si no sabes apreciarlo,
es porque tu odio te ciega.

BERGENIA
Si no fuera por Miguel nunca hubieras sabido
nada de David. ¡Nada!

TITA
¡Mi hijo ha muerto! Eso es todo lo que necesito
saber. Pancho, dile a esta malcriada que se calle
de una vez. Estamos de luto.

PANCHO
Si no quieren dormir, podemos escuchar radio.

TITA
Tu hijo ha muerto, ¿y quieres escuchar radio?

PANCHO
Para distraernos un po-

TITA
¿Distraernos? ¿Es que acaso eres de hielo,
hombre? No se te ha perdido el periódico, ¡se
ha muerto tu hijo!

PANCHO
Sí, mi amor. Yo sé, pero-

TITA
¡Pero nada! ¿No vas a llorar ni un poquito?
¿Tanto te cuesta una mísera lágrima?

BERGENIA
Déjalo en paz.

TITA
¡Llora, viejo! ¡Llora!

PANCHO
Voy a llorar cuando me toque.

!16
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 17
!

TITA
El sufrimiento de mi hijo…¿No te apena? ¿No
sientes angustia acaso?

PANCHO
Pero no sabemos si sufrió, vieja.

TITA
¡Claro que sufrió! Está en el fondo del mar, en
algún hueco. ¿No te da pena? Ella tiene
razón: ¡no tenemos ni un dedito de él!

PANCHO
¿Pero eso que importa?

TITA
Un pez está mas cerca de mi hijo que tú. Una
cojinova lo va arropar esta noche y nosotros
aquí: tristes y sin nada de que despedirnos.

PANCHO
Las cojinovas no arropan a nadie, mujer.

TITA
Nunca más lo vas a ver. ¡Dime que no vas a llorar,
viejo! ¡Dímelo!

BERGENIA
¡Ya! ¡No todos somos como tú!

TITA
Ahh. Perdonen mi insolencia, no sabía que
estaba prohibido llorar a los muertos. Y menos
a un hijo.

BERGENIA
No he dicho eso, mamá.

TITA
Bueno, la siguiente vez que alguien se muera,
tendré presente no llorar.

PANCHO
No ha dicho eso, Tita.

TITA
Y ojalá que no seas tú, viejo. De verdad. Ojalá
que no.

!17
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 18
!

PANCHO
Tita, quédate…

TITA sale hacía la cocina.

BERGENIA
Piensa que no sufrimos. Era mi hermano.

PANCHO
Era su hijo. Estuvo meses dentro de ella.
Meses. Salió de ella, comió de ella, caminó
con ella… es más parte de ella que de nadie.

BERGENIA
¿Y yo no?

PANCHO
Sí, hija, claro que sí. Pero tú estás viva.

BERGENIA
¿Tengo que morir para que me trate bien?
¿Tan fácil es? Me muero y todo lo que hice
mal, queda olvidado.

PANCHO
No digas eso. Él era su hombrecito. Tu hermano
nos iba a cuidar. Ese es el trato: lo cuidamos de
niño y él nos cuida de viejos. Así nos educaron,
así planeamos vivir.

BERGENIA
Yo los voy a cuidar.

PANCHO
Él era hombre. Después del marido, viene el
hijo. Y ahora solo somos nosotros. Pero yo
estoy aquí para ti.

BERGENIA
Papá… ¿Y yo cuando voy a tener marido?

PANCHO
Hoy no, hija.

Silencio.

BERGENIA
(Señalando la botella de pisco.) ¿Quieres que te
sirva un poco?

!18
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 19
!

PANCHO
Sí, por favor.

BERGENIA va hacia la mesa. PANCHO se acomoda para seguir durmiendo.

BERGENIA
Te gusta demasiado. Ya no deberías tomar tanto.
Yo sé que tu hígado es de acero, yo sé que con
la promoción te tomabas un galón entero, yo sé que
al día siguiente salías a patrullar como si nada, yo-

BERGENIA voltea para entregarle el vaso, pero PANCHO duerme. Duda un


momento y luego se toma el pisco de un trago. Se acerca a PANCHO, le
apaga el audífono y se sienta a la mesa. Se sirve otro vaso.

TITA
(Desde la cocina.) ¡Pancho! ¡Pancho!

BERGENIA se toma el segundo vaso.

BERGENIA
Está durmiendo. Creo.

TITA
(Con mas fuerza.) ¡Pancho!

BERGENIA
¡No te escucha! Creo.

TITA entra.

TITA
¿Qué quieres comer?

BERGENIA
Ya es tarde…

TITA
Tengo que cocinar algo.

BERGENIA
Cocina lo que quieras.

TITA
Ay, hijita preciosa, ¿por qué tenemos que
pelear tanto? (Silencio.) ¿Sabes qué? Te voy
a preparar tu favorito.

!19
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 20
!

TITA vuelve a la cocina. BERGENIA no sabe que hacer ni a donde ir. Se


acerca a la puerta que da a la calle y se apoya. Tocan. Abre. Entra MIGUEL.

MIGUEL
Vamos a la cocina.

BERGENIA
No. Está mi mamá.

MIGUEL
Al cuarto, entonces.

BERGENIA
¿Estás loco?

MIGUEL
Necesito hablar contigo. A solas.

BERGENIA
Habla aquí, su audífono está apagado.

MIGUEL
¿Segura?

BERGENIA
Yo se lo apagué.

MIGUEL se acerca a PANCHO y le habla fuerte a la oreja.

MIGUEL
Suegrito: ¡pronto habrá matrimonio!

BERGENIA
¡Sal de ahí, Miguel!

MIGUEL
Quería estar seguro. Solo tenemos una hora.

BERGENIA
¿Puedes dejar de sonreír, por favor?

MIGUEL
Necesito tu ayuda.

BERGENIA
¿Mi ayuda? ¿Para qué?


MIGUEL
Mi amigo está afuera.

!20
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 21
!

BERGENIA
¿Me vas a explicar lo que está pasando?

MIGUEL
Tú sabes que David es mi amigo, Bergenia.
Mi mejor amigo.

BERGENIA
Era.

MIGUEL
Es, Bergenia. Con eso necesito tu ayuda.

BERGENIA toma con sus manos el rostro de MIGUEL.

BERGENIA
¿Quién está afuera?

MIGUEL
Que bien se sienten tus manos.

BERGENIA
¡Dime que te pasa!

MIGUEL
Hace tiempo que no me tocabas así.

BERGENIA
(Lo suelta.) Tu sabes que no ha sido fácil,
Miguel. Pero también sabes lo que ellos
piensan sobre nosotros.

MIGUEL
Bueno, eso se acabo. David está aquí.

BERGENIA
O dejas de decir tonterías o te vas.

MIGUEL
Hoy día no fui a trabajar…

BERGENIA
¿Ah no?

MIGUEL
O sea sí, pero mi jefe me dejó salir cuando
llamaste, cuando le conté.

BERGENIA
¿Y por que no viniste? Me dejaste sola.
!21
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 22
!

MIGUEL
Yo sé, pero-

BERGENIA
Con la vieja que jode y el viejo que duerme.

MIGUEL
Te estoy explicando…

BERGENIA
Me mentiste. ¿Me has mentido antes?

MIGUEL
No, mi amor… No, Bergenia. Te lo juro. Solo
te he mentido hoy día.

BERGENIA
Ah, que alivio. ¿El día que mi hermano muere
empiezas a mentirme? Ya me siento mejor.

MIGUEL
¡Pero justo por eso te mentí!

BERGENIA
¿Porque se murió David?

MIGUEL
“Parece que se ha caído.” Así me dijiste. Y, de
alguna forma, yo ya me lo esperaba, era-

BERGENIA
¿Te lo esperabas?

MIGUEL
¿La verdad? (Pausa.) No me sorprendió. Las
vidas rápidas terminan rápido. “Lo que
empieza mal, termina mal.”

BERGENIA
Es mi hermano, Miguel.

MIGUEL
¿A ti sí te sorprendió?

Silencio.

BERGENIA
Me sorprendió que todavía haya estado vivo.

!22
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 23
!

MIGUEL
Pero… Como no va a estar vivo… si me llamaba
cada par de semanas.

BERGENIA
No siempre te creí.

MIGUEL
¿Qué cosa?

BERGENIA
Lo que nos contabas de él.

MIGUEL
¿No? Pero… pero-

BERGENIA
En verdad casi nunca.

MIGUEL
¿Por qué no?

BERGENIA
Yo pensaba que ya estaba muerto hace tiempo.
Era lo más probable. Nunca supimos si llegó a
salvo a algún lado. Hasta que tú nos contaste
que te había llamado y te dijo que estaba bien. Y
siempre me pareció raro, ¿mandar plata pero no
hablar con nadie? Entiendo que no haya querido
hablar con… con ellos, ¿pero conmigo tampoco?

MIGUEL
¿Quisieras decirle algo?

BERGENIA
Le diría mil cosas, si no estuviera muerto.

MIGUEL le coge las manos.

MIGUEL
Eso es lo que tú has decidido creer.

BERGENIA
Yo no he decidido nada. ¡Así es! ¿Crees qué
no quisiera que todo fuese diferente?

MIGUEL
¿Y entonces por que no dejamos que lo sea?

!23
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 24
!

BERGENIA
Porque no depende de mi.

MIGUEL
Si tú quieres que algo sea verdad, lo haces
verdad. Tú decides lo que es verdad.

BERGENIA
Qué fácil sería si en verdad fuese así.

MIGUEL
¡Lo es! (Al público) ¡Es como ir al teatro!
(Pausa, vuelve a BERGENIA.) O al cine. Tu
ves a un tipo y aceptas que es otro tipo,
decides que es otro tipo, que obviamente no
es el mismo tipo que tú ves. ¡Lo sabes, pero
decides otra cosa! Y quizás sí… ¡Quizás ese
tipo si es el tipo que tú crees que es!

BERGENIA
(Al público.) ¡Esto no es teatro! (Pausa, vuelve a
MIGUEL.) Y menos cine. ¿Has traído un actor?

MIGUEL
Creen que han perdido un hijo…

BERGENIA
¿Y no lo han perdido?

MIGUEL
¡Lo han recuperado! Lo he preparado todo, mi
amor. Mi amigo sabe lo que tiene que hacer. Más
o menos. Sólo tenemos que guiarlo un poco.
Dales esa satisfacción a tus padres.

BERGENIA
¿Desde cuando te importan tanto mis padres?

MIGUEL
Desde siempre.

BERGENIA
Mentira.

MIGUEL
Te lo juro.

BERGENIA
¿Por qué no me dices la verdad?

!24
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 25
!

MIGUEL
Quiero casarme contigo, Bergenia.

BERGENIA
¿Eso qué tiene que ver?

MIGUEL
¿Tú no te quieres casar conmigo? ¿No
quieres salir de acá y empezar nuestra vida?

BERGENIA
Si mis padres aceptan nuestro matrimonio,
tiene que ser de verdad.

MIGUEL
Tu sabes que no lo van aceptar nunca.

BERGENIA
No, no lo sé.

MIGUEL
“La familia tiene que estar completa para una
boda, hijo”. “¿Cómo se van a casar sin David,
malcriado?” Es una excusa barata.

BERGENIA
Es una costumbre familiar.

MIGUEL
¿No me quieres?

BERGENIA
No. (Pausa.) Te amo, idiota. Y lo sabes.

MIGUEL
¿Entonces qué?

BERGENIA
Esto es una locura.

MIGUEL
Al contrario. ¿Te imaginas que David le diga a
tu padre que ha llegado el momento de
dejarte ir? ¿Qué le diga a tu madre que nadie
es mejor candidato para ti que yo?

BERGENIA
No es David.

!25
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 26
!

MIGUEL
Qué ambos entiendan que “David” ha venido
a despedirse. Que no va a poder estar en la
boda, pero que nos deja su bendición, su
aprobación. ¿Cómo podrían negarme tu mano
después de eso?

BERGENIA
No se lo van a creer nunca.

MIGUEL
Si tu lo aceptas, sí. (Silencio.) Es nuestra
única opción. No podemos desperdiciarla.
(BERGENIA duda.) Y, claro, también por ellos.
Ellos necesitan verlo una vez más. Para tener
tranquilidad, para tener paz.

BERGENIA
Esto no puede salir bien, Miguel.

MIGUEL
Mira. Solo mira…

MIGUEL va hacia la puerta. La abre, hace una seña y deja entrar a SAMUEL.

SAMUEL
(A MIGUEL.) Me dijiste dos minutos y te-. Ah,
perdón. (A BERGENIA.) Encantado, señorita. Mi
nombre es Samuel, actor de profesión y
trotamundos como pasión.

BERGENIA
Mucho gusto, Samuel.

MIGUEL
David, ¿quieres un poco de pisco?

SAMUEL
¿Ah?

MIGUEL
Si quieres pisco, “David”.

SAMUEL
¿Ya empezamos? (MIGUEL asiente. SAMUEL
respira hondo y hace una pausa. Abraza a
BERGENIA, sin mayor preámbulo.) ¡Hermana!
¡Hermanita! ¡No has cambiado nada en todos
estos años! Estás idéntica.

!26
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 27
!

BERGENIA
(Soltándose.) Por mi no te preocupes, Samuel.

SAMUEL
¿Samuel? ¿Quien es ese?

MIGUEL
No sé, compadre. Tanto tiempo. ¿Quieres
saludar al viejo? Se va a alegrar.

SAMUEL
Lo he extrañado muchísimo.

BERGENIA
Esperen, esperen. No podemos.

SAMUEL
¿Qué pasa, hermanita?

BERGENIA
Es una pésima idea.

SAMUEL
¿Cual idea, “hermana”?

BERGENIA
¡Miguel! ¡Que pare!

TITA sale de la cocina.

TITA
¿Por qué hay tanto escándalo? Así no se puede
cocinar nada.

SAMUEL
¿Mamá?

TITA
¿Perdón? ¿Quién es usted?

SAMUEL
¡Mamá! Soy yo, David.

TITA
¿David? ¿Qué están tratando de hacerme?

SAMUEL
Soy yo, mamá. David Gabriel… Alejandro
Rodríguez… Gamboa.

!27
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 28
!

MIGUEL
Como le dije, señora.

BERGENIA
Mamá, vamos a-

TITA
¿No saben que la mentira es el peor de todos
los pecados?

SAMUEL
“Guarda del mal tu lengua, tus labios de decir
mentira.”

TITA
¿Salmo 34? Exijo que me diga quién es usted.

SAMUEL
¡Yo, mamá! ¡David! ¿No reconoces tu salmo
favorito en boca de tu primogénito?

BERGENIA
Ese no es su salmo favorito.

MIGUEL
Shht.

TITA
“Hijos, vosotros obedeced a vuestros padres,
con la mirada puesta en el señor. Por- ”

SAMUEL
“Porque es esta una cosa justa”. Efesios seis,
uno. Puedo hacer esto todo el día, viejita.
¿Por qué no me das un abrazo?

MIGUEL y BERGENIA se miran.

TITA
“De todo corazón honra a tu padre y-“

SAMUEL
“Y no te olvides de los dolores de tu madre.”
Sirácida siete, veinte. ¿Más, mamá?

TITA
¿David? ¿De verdad eres tú? (Pausa.)
No, no puede ser. ¡Mi hijo está muerto!

!28
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 29
!

SAMUEL
¿Muerto? Yo estoy más vivo que nunca.

MIGUEL
Señora… David muere a las once.

SAMUEL
(A MIGUEL.) Ah, ¿me muero? ¿Cómo que me
muero?

MIGUEL
(A SAMUEL.) Todavía no, hombre. Tranquilo.
(A TITA.) “Madre… usted… frente a la…
aquí… eh… ¡David!”

TITA
¿Pero cómo? No puede ser.

MIGUEL
David recitándole versículos de sabiduría.

TITA
¿Davidcito?

MIGUEL
¿Quién más podría ser?

TITA
No sé.

SAMUEL
Miguel, ¿podemos hablar un rato?

MIGUEL se coloca detrás de SAMUEL y lo coge de los hombros.

MIGUEL
Mírelo. Ha demorado un poco en llegar, pero
finalmente ha llegado.

TITA
¿Sí? (Mirándolo.) No, David no se demoraría
tanto. Él conoce el camino a su casa.

SAMUEL
(Más bajo.) Oye, ¿a las once qué?

MIGUEL
¡Te mueres pues!

!29
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 30
!

MIGUEL (cont.)
Señora, por favor. No perdamos tiempo.
¡Bergenia lo vio llegar! Pregúntele si lo duda.
Ella misma lo vio caminando por las calles,
buscando su casa. Ella es testigo de este
milagro. Así es. ¡Una hora para decir adiós!
No pierda el tiempo con dudas. Tenga fe.

Silencio. TITA examina a SAMUEL que queda quieto.

TITA
¿Es verdad, Bergenia? ¿Tú lo viste llegar?
¿Lo viste caminando, buscando esta casa?

BERGENIA
Por favor, mamá…

MIGUEL
“Ven, hermano”, le dijo.

MIGUEL y BERGENIA se miran.

TITA
¿Así le dijiste, hijita? ¿Sí? ¿Tú? ¿Viste como
nos buscaba? ¿Tu hermano? ¿Lo viste llegar?
¿A David? ¿Al pequeño? ¿De verdad la
familia está completa de nuevo? ¿Tú lo-?

BERGENIA
Sí. Estaba perdido. Miguel lo encontró y yo…
yo lo llamé. ”Ven, hermano”, le dije.

SAMUEL habla, impulsado por MIGUEL

SAMUEL
Y aquí… aquí estoy. ¡Aquí estoy, mamá!

MIGUEL
Aquí está. Se acordó de todos nosotros en un
día tan especial como este y vino a vernos
para decir todo lo que haya que decir.

TITA se acerca a SAMUEL.

TITA
¿De verdad eres tu, Davidcito? ¿De verdad?

SAMUEL
Soy… yo.

!30
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 31
!

TITA
Pero tu pelo está muy distinto. ¿Qué te has
hecho?

MIGUEL
Ha vivido en las ciudades mas modernas del
mundo. Ha seguido las modas, doña.

BERGENIA
Siempre se hacía cosas raras…

TITA
¿Y tu cara, hijo? Ha cambiado mucho.

MIGUEL
Todos hemos cambiado. El tiempo no pasa en
vano, doña. Además, su memoria la debe
estar traicionando. Ha pasado tanto tiempo
que lo recuerda de otra manera.

BERGENIA
Si es que lo recuerdas…

TITA
¿Pero por que está tan mal vestido? David
tenía muy buen gusto, yo le escogía su ropa.

MIGUEL
Solo tenía una hora, doña. Se puso lo primero
que encontró, no había tiempo que perder.

BERGENIA
Apurado como siempre…

TITA
Hmmm…

MIGUEL
¿No reconoce a su propio hijo? Su sangre.

TITA
Es que David no era tan callado.

MIGUEL
¡Está nervioso! Muy nervioso, doña. Es
terrible que tu madre no te reconozca.
Imagínese. ¿Cómo se sentiría usted?

!31
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 32
!

TITA
Es que…no sé…

BERGENIA
¿No sabes que, mamá?

TITA
¿Tanto se cambia en diez años? Yo a ustedes
los veo igual.

MIGUEL
Es que siempre hemos estado cerca de usted.
En cambio, David… él… bueno… él se… se…

BERGENIA
¿Por qué no le traes su ropa? Si le queda es
David y si no le queda…

MIGUEL
Solo a David le puede quedar la ropa de
David. ¡Como el zapato de la Cenicienta!

TITA
¡El zapato de la Cenicienta! Eso me va a
sacar de dudas. ¿Cómo no se me ocurrió
antes? Que buenas ideas tengo a veces.

TITA sale. BERGENIA se sienta en silencio. SAMUEL encara a MIGUEL.

MIGUEL
Bien con eso de la ropa.

SAMUEL
Así no se puede, Miguel.

MIGUEL
¿Así cómo, David?

SAMUEL
Samuel. No puedo hacer el papel de un muerto.

MIGUEL
Pero estás vivo, hombre. Recién a las once-

SAMUEL
¡No me dijiste nada de morir! Yo soy actor, a
veces… hago performance, otras veces eventos,
alguna vez un cumpleaños, pero… no funerales.
Esto… ¡esto es engañar! Me mentiste.

!32
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 33
!

BERGENIA
Está mintiendo bastante hoy día.

MIGUEL
Es que yo sé como eres para esas cosas. Era
la única forma de que aceptaras.

SAMUEL
No se juega con la muerte.

MIGUEL
Mira, trabajo es trabajo. Tenemos un trato, ya
quedamos. ¿No tienes ética?

SAMUEL
¿Etica? No me jodas. Es demasiado. Yo puedo
hacerle creer cosas a la gente, contarles
historias… Pero, ¿reemplazar a un muerto?

MIGUEL
¡Algo nuevo pues! Una experiencia que seguro
te va a servir para seguir creciendo. ¿Acaso los
actores no buscan siempre eso?

SAMUEL
(Saliendo.) Estás loco.

MIGUEL
Ya, ya. Samuel, espera. No seas así.

SAMUEL
Tú no seas así. La siguiente vez que quieras jugar
a ser Dios, reviviendo muertos, búscate a otro
imbécil. ¿Cómo se te ocurre? ¿Acaso tú sabes lo
que es la muerte?

MIGUEL
Pero no te vas a morir, idiota. Solo te vas, te
despides y ya.

SAMUEL
Ah, claro. “Bueno, señores. La pasé muy bien,
pero ya son las once y me toca morir, así que
me voy a buscar un sitio bonito, donde pueda
morir en paz y sin molestar a nadie.”

MIGUEL
¿Por qué no? Les va a hacer bien. Necesitan
consuelo.

!33
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 34
!

SAMUEL
¿Qué consuelo hay en la mentira?

MIGUEL
Vamos a hacer que sea verdad. ¿No le viste la
cara a la vieja? Está ahí nomás. Falta poco…y si
la tenemos a ella… ya está. Samuel, por favor.
Te lo ruego. Oye. ¡Me tengo que casar!

SAMUEL avanza hacia la puerta. BERGENIA se para de golpe.

BERGENIA
¡Hermano! No te vayas.

SAMUEL
Por favor, señorita.

BERGENIA
No te vayas. Ya nos dejaste una vez.

SAMUEL
El que se va soy yo.

BERGENIA
David, ¡por favor! Papá te ha estado
esperando. ¡Diez años te ha esperado!

MIGUEL
¿Viste? ¡Ya estamos!

BERGENIA
Hermano, por favor. Mamá puede volver en
cualquier momento.

Silencio.

SAMUEL
Es… es mucha responsabilidad. No puedo, no
se lo van a creer.

MIGUEL
¡Se van a creer lo que sea!

SAMUEL
¿Lo que sea?

MIGUEL
¡Lo que sea!

!34
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 35
!

Silencio.

SAMUEL
¿Sabes qué, Miguel?

MIGUEL
¿Qué?

SAMUEL
Muerto vale doble.

MIGUEL
¿Perdón?

SAMUEL
Lo que escuchaste: muerto vale doble.

MIGUEL
(Pausa.) Está bien.

SAMUEL
Y ya vamos a ver si se creen cualquier cosa…

MIGUEL
¿Qué?

SAMUEL
Nadie se cree cualquier cosa.

MIGUEL
¡Cuéntales lo que quieras! Lo importante es
que no te olvides para que estás aquí. No te
olvides de nuestro matri-.

TITA vuelve con una camisa y un saco.

TITA
Mira. Lo guardé todo cuando te fuiste. Bien
escondido, pero al final lo he encontrado.
¿Por qué estás en la puerta? ¿A donde vas?

SAMUEL
Pensaba tomar un poco de aire… estoy
cansado y… y nada.

TITA
Es que has tenido un largo viaje…

!35
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 36
!

SAMUEL
Sí… Pero ya me siento muy bien. Finalmente
reunido con mi familia, luego de tantos años.

TITA
Ay señor, alabado seas. Grande es tu gloria.
¡Realmente es él! (Pausa, a los DEMÁS.)
Porque es, ¿no?

BERGENIA
Pruébale su ropa. Para que estemos seguros.

TITA
¡Sí! Para que estemos seguros. (A BERGENIA)
Ayúdame con esto. (A SAMUEL) Y tú sácate ese
polo viejo que te queda horrible.

Entre las dos mujeres le sacan el polo. MIGUEL se mantiene al margen.

TITA
Ay, que flaco que está.

BERGENIA
Ya, mamá. La camisa.

Le ponen la camisa y le van abotonando los botones.

TITA
Esta camisa te la regaló tu tía, el día de tu
graduación. Como has crecido. (Terminan de
abotonar la camisa.) Le queda perfecto.

BERGENIA
Ahora el saco, mamá.

Le ponen el saco y le enderezan la postura.

TITA
Mucho mejor. Ya casi parece mi hijo. (A BERGENIA)
¿Puedes remangarle el pantalón? Que feo
como lo arrastra, se ve tan desarreglado.

BERGENIA
Se lo voy a doblar bieeen bonito.

BERGENIA le acomoda el pantalón.

TITA
Ese pelo me vuelve loca.

!36
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 37
!

MIGUEL
Pues péinelo, doña. Con confianza. Si es su
hijo. Acomódele ese cabello.

TITA
A ver…

TITA lo peina. MIGUEL y BERGENIA se miran, expectantes. SAMUEL, a


regañadientes, se ha dejado jalar y empujar sin quejarse, siempre en silencio.

TITA
Una rayita por aquí. El cerquillo… (Lo mira.)
Le falta algo.

BERGENIA
¿Qué cosa?

MIGUEL
¡Personalidad!

SAMUEL
¡Ya! ¡Ya me cansé! (Silencio.) ¿Nunca…
nunca vas a estar satisfecha, mamá? Cuando
vas a entender que estoy bien así. Que me
gusto tal como soy.

TITA
¿David?

SAMUEL
Es que… siempre tratas de cambiarme.

TITA
¡Davidcito! ¡Eres tú! ¡Claro que eres tú! (TITA
abraza a SAMUEL.) Igual de rebelde.

BERGENIA se une al abrazo. MIGUEL podría bailar de la felicidad.

MIGUEL
Es él, es él, es él.

TITA
Ay, hijo mio, hijito mio. ¿Dónde has estado
todo este tiempo? Tan travieso. Me hiciste
amargar mucho.

SAMUEL
Discúlpame, mamá, pero ya estoy aquí.

!37
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 38
!

BERGENIA se separa.

BERGENIA
Voy a despertar a papá.

TITA suelta a SAMUEL y se adelanta a BERGENIA, obstaculizándola.

TITA
¡Pancho! ¡Pancho!

BERGENIA
Despacio, mamá.

TITA se para a su lado y le grita en la oreja.

TITA
¡Pancho!

PANCHO
(Asustado.) ¿Qué, qué?

TITA
¡Mi hijo ha vuelto!

PANCHO
Carajo. ¡Ya sé que tu hijo ha muerto, mujer!
Ahora sí me voy a acostar.

TITA
Viejo sordo. (TITA le prende el audífono.)
¡David ha regresado!

PANCHO
¿Tú también, mujer? Por favor…

SAMUEL
Papá.

PANCHO
¡Carajo!

BERGENIA
¡Papá!

MIGUEL
¿Está bien, señor?

PANCHO
Es que … carajo, de verdad se parece un poco.

!38
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 39
!

MIGUEL
¿Se parece a quien?

PANCHO
A David pues.

BERGENIA
¡Es porque es David, papá!

PANCHO
Bergenia, ya. Yo no soy ningún-

TITA
¿Qué estás diciendo, viejo loco? ¿No
reconoces a tu hijo? ¡A tu propio hijo!

PANCHO
Vieja, no me digas que hacer.

TITA
¡Míralo! ¡Escúchalo!

MIGUEL empuja a SAMUEL y lo acerca a PANCHO.

SAMUEL
Soy yo, papá.

PANCHO
Mucho gusto. Pero… pero…

TITA
¿Así saludas a tu hijo? ¿Después de diez años?
¡Es el pequeño, Pancho! ¡Tu pequeño! ¡El fruto
de tu semilla!

PANCHO
A ver, a ver, un momenti-

TITA
¡Abrázalo!

SAMUEL
Venga ese abrazo, viejo.

PANCHO
¡El pequeño murió!

TITA
A las once, Pancho.

!39
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 40
!

MIGUEL
Todavía falta, señor.

BERGENIA
Recién dieron las once hace un rato.

SAMUEL
Aún estoy vivo, papá.

TITA
¡Abrázalo! Antes de que se vaya de nuevo.

PANCHO y SAMUEL se miran en silencio durante un momento.

SAMUEL
(Se toma un momento.) ¿Es que no te acuerdas
de mi, padre? ¿Te has olvidado de mi? ¿De mi
rostro? ¿Ya no te ves en mi?

PANCHO
No. O sí…pero… ¿Eres tú, pequeño?

TODOS
¡Sí!

PANCHO
No puede ser…

SAMUEL
Yo te recuerdo perfectamente, papá. (Pausa.)
Me acuerdo de la fábrica, del jardín, de la
abuela. Me acuerdo del verano, del sabor a
vainilla, del pollo a la brasa. Mmm.

PANCHO
Mmm.

SAMUEL
¿Cuándo almorzábamos con los abuelos?
¿Cuándo me llevabas al colegio? (Pausa.)
El día que fuimos al centro.

PANCHO
Pequeño…¡Eres tú!

SAMUEL y PANCHO se abrazan.

!40
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 41
!

TITA
¡Te lo he dicho todo el tiempo, viejo terco!

PANCHO
¿Te acordaste de nosotros y viniste a
despedirte? ¡Miguel tenía razón!

MIGUEL
¿Cuándo les he fallado?

TITA separa el abrazo entre SAMUEL y PANCHO.

TITA
Nada de despedidas. Vamos a celebrar. Voy a
cocinarte tu plato favorito, hijito.

SAMUEL
¿Cocinar ahora, mamá? ¿Tan tarde?

TITA
Ya estaba calentando las sobras. Nunca dudé
que volverías, hijo. Hoy habrá pollo.

MIGUEL
Y pisco. Para hablar sobre el futuro.

PANCHO
¡Varios piscos! Esta es una celebración. (A
TITA, busca su mejor voz.) Mujer: “Traed el
novillo cebado, matadlo y comamos y
celebremos una fiesta, porque este hijo mío
estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba
perdido y ha sido hallado.”

TITA
(Extasiada.) Lucas quince, 23-24. Ay, Pancho.

TITA va a la cocina. MIGUEL se acerca a la mesa.

PANCHO
Le encanta que le hablen así.

MIGUEL sirve pisco y lo entrega a los hombres.

MIGUEL
Sírvanse, caballeros.

SAMUEL y PANCHO han permanecido abrazados.

!41
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 42
!

PANCHO
No lo puedo creer, hijo.

MIGUEL
No hay nada que creer, señor. Es ciencia: la
hora es la hora. ¡Salud!

BERGENIA
¿Y yo?

Silencio.
MIGUEL
¿Vas a tomar?


BERGENIA
Mi hermano ha vuelto.

PANCHO
Eso, hija. Todos juntos nuevamente.

MIGUEL sirve otro vaso para BERGENIA y se lo da.

SAMUEL
Salud, papá. Salud, hermana.

MIGUEL
¡Salud con todos!

PANCHO y BERGENIA
¡Salud!

MIGUEL
Tanto de que hablar. David tiene mucho que
decirnos, muchas ideas que compartir, ¿no?

SAMUEL
Efectivamente.

PANCHO
Quiero escucharlo todo. Desde que llegaste.

SAMUEL
¿A donde?

MIGUEL
España. Yo les he contado…

!42
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 43
!

SAMUEL
¡Ah! España, claro. Como varios. ¿no? Un
buen primer paso, el idioma ayuda mucho.

PANCHO
¿A dónde llegaste, hijo?

SAMUEL
En España… España… wow… llegué a un
pequeño pueblo, un lugar… campestre.

PANCHO
¿Y que hacías ahí?

SAMUEL
Lo que hacían todos pues: trabajar el campo.

PANCHO
¿En donde vivías?

SAMUEL
Ahh. En la casa de una viuda.

MIGUEL
¿De una viuda?

SAMUEL
(Inspirado.) La pobre acababa de enviudar.
Con cinco hijas imagínense.

MIGUEL
Ahhh, claro. La señora de las hijas.

SAMUEL
Cinco. Cinco hijas entre los veinte y los
cuarenta años de edad. Vivían encerradas en
la misma casa. Todas vírgenes.

TITA vuelve a entrar.

TITA
¿Qué vírgenes?

SAMUEL
Les estaba contando que cuando cuando recién
llegué a España, viví en la casa de una viuda
que tenía cinco hijas, entre los veinte y los
cuarenta años de edad: todas vírgenes.

!43
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 44
!

TITA
¡Ya ves, Bergenia! ¡Es normal!

SAMUEL
¡No, mamá! Este es siglo veintiuno. ¡Las hijas
estaban hartas! ¡Se escaparon!

BERGENIA
¿Cómo? ¿Cómo se escaparon?

SAMUEL
Volando. Con un polvo mágico.

MIGUEL
¿Mas pisco? ¿Alguien?

SAMUEL
Una noche, cuando ya todos dormían. Se
levantaron, abrieron la ventana, una a otra se
bañaron en polvo y, tomadas de las manos,
saltaron por la ventana.

PANCHO
(Entusiasmado.) ¿Y volaron?

MIGUEL
(Molesto.) ¿Volaron, David?

SAMUEL
¡Sí! Yo estaba en el jardín, las vi. Desde que
saltaron y volaron por encima mío, hasta que
se convirtieron en un punto en el horizonte.

TITA
¿Tú las viste? ¿Estás seguro?

SAMUEL
Con mis propios ojos, mamá. Las vi saltar, estaban
contentas. Pero como no podía ser de otra manera,
la madre me culpó a mí. Y, claro, no se veía nada
bien: un hombre llega a vivir a la casa y a las pocas
semanas las cinco hijas desaparecen.

PANCHO
¡Pero si se fueron volando!

TITA
Era sospechoso, Pancho.

!44
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 45
!

SAMUEL
Me denunció frente a la ley y el comendador
me encarceló.

MIGUEL
¿El “comendador”? ¿”Comendador”?

SAMUEL
El alcalde, hombre. Es lo mismo, no interrumpas
pues. Estaba yo en la cárcel, preso, entre
cadenas. Pero las siluetas de las hermanas
aparecían cada noche en el cielo y cantaban.
Cada noche. Pronto el pueblo entendió que yo
no había hecho nada.

BERGENIA
Y el… el comendador te liberó.

SAMUEL
No. El rufián se negó a liberarme, y entonces
el pueblo entero tomó la bastilla, acorraló al
comendador y clavó su cabeza en un pico.

TODOS
¿Qué?

SAMUEL
Y cuando finalmente llegó el juez y preguntó
por el culpable, todos respondieron: “¡Fuente
Ovejuna, señor!”.

BERGENIA
¿Fuente Ovejuna? Como el libro del colegio?

SAMUEL
Claro. Es que la historia tiende a repetirse,
hermana. Matan un comendador al año. La
gente no aprende, no tiene memoria.

PANCHO
¡Tremenda aventura, hijo!

TITA
Como te expones a esas cosas… Uy, espera.
¿Has llamado a tu tía?

SAMUEL
¿A que tía?

!45
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 46
!

TITA
A tu tía Haydee. Para avisarle que no estás
muerto. Y para que, si quieres, también le
cuentes una de esas historias a ella.

BERGENIA
Ay, mamá. Que nos importa la tía Haydee.

TITA
Es que cuando se entere de que vino, se va a
molestar porque no le avisamos.

PANCHO
No jodas con tu hermana, Tita.

MIGUEL
David sólo va a estar una hora. Y, además, ya
no creo que tenga muchas más historias…

TITA
Solo es un minuto, no le cuesta nada. A
nosotros Miguel ya nos ha contado todo.

PANCHO
Pero ahora nos está contando él, mujer.

TITA
¿No vas a llamar a tu tía entonces?

PANCHO
¡Mujer!

TITA
Sólo preguntaba.

MIGUEL
Hablemos del futuro.

PANCHO
Oye, oye… pero eso del comendador no lo
habías contado, Miguel.

TITA
Y lo de las vírgenes tampoco.

MIGUEL
Había cosas mucho mas importantes.

!46
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 47
!

TITA
Yo quiero saber de Australia.

SAMUEL
¿Australia?

PANCHO
Ahí vivías, ¿no, hijo?

TITA
Al final…

MIGUEL
¡Canguros! ¡Aborígenes! ¡Ese gran país,
Davidcito! Trabajabas en ese magnifico
crucero y ahí fue que… que te….

BERGENIA
¡Ahí aprendiste a nadar, en Australia!

TITA
¿Aprendiste a nadar, David?

SAMUEL
¿Cómo creen que he venido?

PANCHO
¿Has venido nadando?

SAMUEL
Es lo mejor para el cuerpo.

TITA
¿Ah sí?

SAMUEL
Y bueno, la ballena también ayudó.

MIGUEL
Carajo…

PANCHO
¿Qué ballena?

MIGUEL
Sí, compadre. ¿Qué ballena?

SAMUEL
El último trecho ya lo hice en ballena.

!47
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 48
!

BERGENIA
Ahh, que… que bueno.

SAMUEL
Es bien simple. Te metes agua, estiras el brazo
por encima de la cabeza, unos minutos, ahí
nomás te traga una ballena y ya. Tienes que
tener cuidado con tu brazo, eso sí. A veces hay
poco espacio, pero, en general, se viaja bastante
bien dentro del estomago de un cetáceo.

TITA
¡Hiciste como Jonás!

SAMUEL
A él no lo vi. Pero había un viejito con su hijito
de madera. Italianos creo.

MIGUEL
Ah, claro. ¿El muñeco que quería ser niño?
¿Te encontraste con Pinocho?

SAMUEL
¡Ese mismo!

PANCHO
¿Pero cómo haces para salir?

SAMUEL
Avisas antes. Tienes que gritar fuerte y te
escupe a unos metros de tu puerto.

TITA
Dios mío. ¿Ya le agradeciste al señor, David?
Es increíble lo que ha pasado. Ha respondido
nuestras plegarias.

SAMUEL
Ya le voy a agradecer en persona, en un rato
lo voy a ver, ¿no?

TITA
Si no le agradeces antes, tal vez no lo veas.

PANCHO
Ya, Tita. Por algo lo ha salvado.

TITA
Por nosotros, Pancho. Voy a ver el horno.

!48
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 49
!

TITA va a la cocina.

SAMUEL
Mamá se preocupa mucho, ¿no?

PANCHO
Ese es su trabajo.

TITA habla fuerte desde la cocina.

TITA
¿Bergeniaaa?

BERGENIA
¿Qué, mamá?

TITA
Ven a lavar los platooos, para poder serviiir.

BERGENIA
(Imitando la cantada.) Yaaa.

PANCHO
No te molestes con ella. Hoy no.

BERGENIA suspira y va a la cocina.

PANCHO
Más pisco, Miguel.

SAMUEL
Para mi también, por favor.

MIGUEL sirve dos vasos y los entrega.

MIGUEL
Por supuesto, David. Te va a hacer muy bien.

PANCHO
El pisco siempre hace bien.

MIGUEL sirve un tercer vaso para si mismo.

MIGUEL
Salud.

SAMUEL y PANCHO
Salud.

Todos beben.
!49
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 50
!

PANCHO
Uy. Se llenó el tanque.

MIGUEL
Siga usted, señor.

PANCHO
Ah, pero han cortado el agua. La Tita siempre
tiene un balde lleno. Vieja costumbre. (Va
saliendo por la cocina.) No vayan a acabarse
la botella, bandidos. Yo me acuerdo.

SAMUEL
No te preocupes, papá. Ya somos adultos.

PANCHO sonríe y sale hacia la habitación. MIGUEL queda quieto.

SAMUEL
Tenías razón: se lo creen todo.

MIGUEL
¿Se puede saber que carajo estás haciendo?

SAMUEL
Mi trabajo. Ya ves que tengo ética.

MIGUEL
¿Ética? Tú te estás divirtiendo. ¿Para que
hemos practicado toda la tarde si vas a decir lo
que quieras cuando te da la gana?

SAMUEL
¡Les está encantando!

MIGUEL
¡Has hablado estupidez tras estupidez!

SAMUEL
Hey, hey. No son estupideces, son clásicos de
la literatura universal.

MIGUEL
¿Y no había ningún clásico de la literatura
universal con matrimonio? ¡Ni lo mencionaste!

SAMUEL
¿Pero viste que bien improvisé todo? Cuando
entré, tenía la mente en blanco. ¡ Y construí un
mundo! A mi me hablan los poetas.

!50
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 51
!

MIGUEL
¿Qué poetas?

SAMUEL
Ya sabía que las clases de catequesis iban a
servir de algo, más vale tarde que nunca. Que
memoria la mía. Y de Australia no me habías
dicho nada, casi tengo que-

MIGUEL
¡Esto no se trata de cuanta mierda puedes
decir en una hora! Se trata de mi matrimonio
con Bergenia. Si quieres que te pague, haz el
trabajo para el que te contraté.

SAMUEL
Ah ya. Mira, si no estás satisfecho con mi trabajo,
me voy. O mejor todavía: “Ay, me duele el pecho,
es mi corazón”. ¿Y si me muero ahorita? ¿Ah?

MIGUEL
A las once, ni antes ni después.

SAMUEL
Entonces déjame seguir mi proceso.

MIGUEL
¡Pero encamínalos! ¡Guíalos!

SAMUEL
Me estaba metiendo en el personaje. Estaba
probando los límites. Además-

MIGUEL
Ningún “además”. Se acabó la literatura. Y se
acabaron las “aventuras de David”. Ahora vas a la
raíz, a la familia, al corazón: vas al matrimonio.

SAMUEL
No. Eso… eso creo que no voy a poder hacerlo. O
sea… Cuando es sobre mi, mi vida, mis cosas…
eso es actuar. Pero cuando es sobre los demás…
no, eso es mentir.

MIGUEL
¡Pero si actuar es mentir! Esto no se trata de lo
que tú quieras decir, se trata de lo que ellos
quieren escuchar.

!51
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 52
!

SAMUEL
Pero mi conciencia me dice que no. Y a ella sí que
no le puedo mentir. Es como un testigo, adentro
mío, alguien que lo ve todo. Y luego me recrimina.

MIGUEL
¿Conciencia? Puta madre, ¿tengo tan mala
suerte que me he topado con el único actor con
conciencia? (Pausa.) Ya sabía que no lo ibas a
hacer, ni para ayudar a un amigo.

SAMUEL
¿Y qué pasa con la verdad?

MIGUEL
Si quisieran la verdad tú no estarías acá. Si
quisieran la verdad, la podría decir yo:
“Señores, su hijo se largó sin decirle nada a
nadie. No sé por qué. Nunca llamó, nunca
escribió y durante estos años les he mentido
para que puedan ser felices.”

SAMUEL
¿Tú les has mentido todo este tiempo?

MIGUEL
Era… era necesario.

SAMUEL
Me dijiste que era un amigo tuyo.

MIGUEL
Era pues…hasta que se fue.

SAMUEL
¿Tú tampoco sabías nada de él?

MIGUEL
Te acabo de decir que no, ni sé por qué se fue.

SAMUEL
¿Entonces como sabes todo lo que sabes?

MIGUEL
No lo sé pues. Me lo he inventado.

SAMUEL
¿Todo?

!52
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 53
!

MIGUEL
Funcionó. En cambio, lo que tú estás haciendo
no me sirve.

SAMUEL
¡Estuve espectacular! Le he dado a tus hijos un
tío que escapó de un comendador y viajó en
una ballena. Pero ya no quiero mentir más.

MIGUEL
Ah, no quieres. ¡Esta casa es un infierno! Es la
única forma de sacar a Bergenia de aquí.

SAMUEL
Manipulando…

MIGUEL
Ilusionando.

SAMUEL
Mintiendo…

MIGUEL
A veces las ilusiones son mentiras. Pero si los
hace sonreír, ¿por qué no?

SAMUEL
El matrimonio es una decisión de ellos, no mía.

MIGUEL
¿Serías capaz de negarle a un amigo la
posibilidad de casarse con la mujer que ama?
¿La mujer que también lo ama a él? ¿Te tiras
para atrás justo en el momento que te toca
hacer lo más importante? Eso es cruel.

SAMUEL
No entiendes.

MIGUEL
Eso es desalmado. (Pausa.) Te pago el triple.

SAMUEL
Quédate con tu plata.

MIGUEL
¡Es el papel de tu vida! ¿Quieres demostrarle al
mundo que eres un actor de verdad?

!53
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 54
!

SAMUEL
¿Qué?

MIGUEL
Qué, aunque el éxito te haya dado la espalda
hace mucho, que aunque nadie te conozca, eres
capaz de conmover y emocionar. ¡Esta es tu
oportunidad de oro!

SAMUEL
No tengo nada que demostrarle a nadie…

MIGUEL
Si logras esto... Nadie podría decirte que no
eres un actor. Te ofrezco una oportunidad
única: una obra en la que el telón no cae
nunca, una obra que continúa incluso cuando
el actor principal se va. Piénsalo. Por fin un
papel que no termina solo con unos tibios
aplausos de un público que no ha entendido
nada. Aquí hay una consecuencia real, una
consecuencia en el mundo de verdad: la
alegría de una familia y un matrimonio feliz.

Silencio.

SAMUEL
Te ayudo. Pero tu matrimonio, te lo buscas tú.

MIGUEL
¿Y tú que vas a hacer?

SAMUEL
Yo les arreglo el pasado, tú el futuro.

MIGUEL
¿De qué mierda estás-?

PANCHO vuelve a la sala.

PANCHO
Mi cuerpo ya no es lo que era. Antes podía
tomar dos botellas completas y nada. Ahora me
tomo un vaso y… bueno. Pero aun quedan
algunas alegrías. Como volver a ver al pequeño

SAMUEL
¡Mamá! ¡Bergenia! Vengan, por favor

!54
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 55
!

MIGUEL
¿Qué haces, David?

Las mujeres vuelven de la cocina.

TITA
¿Qué pasa, pequeño?

BERGENIA
¿Todo bien?

SAMUEL
Me queda poco tiempo.

TITA
Ay, no. No digas eso, hijo.

SAMUEL
Tengo algunos recuerdos que quisiera
compartir con ustedes.

MIGUEL
¿Más recuerdos, David?

SAMUEL
Mis recuerdos más felices con ustedes.

TITA
¿Con nosotros?

SAMUEL
Para que sepan cómo los recordaré.

MIGUEL
¿Y el futuro, David?

SAMUEL
No hay futuro sin pasado.

TITA
¿Pero qué recuerdos, hijo?

SAMUEL
Hm… cuando fuimos al parque y papá me
enseño a montar la bicicleta roja que me
regalaron. La mejor del barrio.

BERGENIA
David, no creo que papá te haya-

!55
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 56
!

PANCHO
Tú eras pequeña y no te acuerdas.

MIGUEL
Yo tampoco lo recuerdo.

TITA
Iban al parque de aquí atrás, ¿no? A donde lo
llevabas siempre.

SAMUEL
Me raspé una rodilla y sangraba un montón.
(A TITA, acercándose.) Lloraba, más por
susto que por dolor, y tú me abrazabas. Me
decías que era normal, que estaba bien llorar.

TITA
Me acuerdo…

PANCHO
Como si hubiera sido ayer. El pequeño lloraba
y tú lo abrazabas y le decías que estaba bien.

SAMUEL
Tú me cargaste y me volviste a sentar en la
bicicleta, papá. Me dijiste que había que
caerse, que nada importante era fácil.

PANCHO
Sí.

TITA
Que bueno que hayas escuchado a tu padre.

TITA los abraza. BERGENIA los observa.


BERGENIA
Es verdad. ¡Yo también estaba ahí! Era
pequeña, pero me acuerdo.

MIGUEL
¿Sí?

TITA
¿Tan pequeña?

BERGENIA
Estabas feliz, David. Al final diste una vuelta
completa a la manzana sin caerte.

!56
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 57
!

SAMUEL
¡Te acuerdas!

BERGENIA
Y me dijiste: “Cuando seas grande yo te voy a
enseñar a montar y tampoco te vas a caer”.

PANCHO
¿Eso le dijiste a tu hermana, pequeño?

TITA
Yo sabía que eras bueno, hijo. Yo sabía que
no todo podía ser malo.

SAMUEL
¡Nada era malo! ¿Cómo podría ser malo, si
hacíamos todo juntos? Cada domingo a oír
los sermones.

TITA
De verdad te gustaban…

SAMUEL
¿Que sería de mi vida sin ellos?

TITA
Lo sabía, viejo. Te dije.

MIGUEL
Lo que más te debe haber gustado fue aprender
sobre el valor de la familia, ¿no? La importancia
de la pareja, el milagro de los hijos, la fuerza del
matrimonio. ¿No, David?

SAMUEL
La familia. Eramos tan unidos, ¿no, Bergenia?

BERGENIA
Sí…sí.

SAMUEL
Éramos la envidia del barrio. Si el mismo papa
lo dijo: “son una familia envidiable.”

TITA
¿Conociste al papa? No hagas bromas.

SAMUEL
¡Estabas conmigo! Tuvimos una audiencia
privada. ¿Te acuerdas? Cuándo vino.
!57
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 58
!

TITA
¿El santo padre? ¿Vino?

SAMUEL
¡Hasta le besaste la mano! Y él te acarició la
mejilla. Mujer devota.

Silencio.

TITA
Le bese la mano a su santidad y el me felicitó
por la educación de mi hijo…

PANCHO
Estabas tan orgullosa. ¡El papa estaba
impresionado con la educación de tu hijo!

TITA
Nuestro hijo, viejo. Nuestro hijo.

MIGUEL
(Brindando.) “Amén. Por la unión de la familia”.
¿El santo padre no hablo del matrimonio?

SAMUEL
No.

PANCHO
Qué orgullosa estaba tu vieja ese día, hijo.

SAMUEL
Casi tanto como tú con mis goles.

PANCHO
Ahh. ¡En el equipo del barrio, eras el
goleador! Ya habías dejado esa tonta flautita
que tocabas y jugabas al fútbol.

TITA
¡Cada fin de semana hacía goles! Y yo le
lavaba sus camisetas.

SAMUEL
Pero eso fue solo al comienzo. ¡Yo era profesional!
Jugué por todo el mundo. Y los llevé conmigo.

PANCHO
¿Cuál mundo?

!58
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 59
!

SAMUEL
Dimos la vuelta en… ochenta y tantos días.
Yo los llevaba conmigo, cada vez que el
equipo viajaba. A todos lados.

TITA
¿Adónde fuimos?

SAMUEL
Uff, a demasiados sitios. En el estadio
siempre se sentaban todos juntos y yo les
dedicaba mis goles.

TITA
A mí.

SAMUEL
¡A toda la familia! ¿Se acuerdan lo bien que la
pasaron en el Bernabeu?

PANCHO
El Berna… ¿El Bernabé? Bernabeu.

SAMUEL
Y cuando fuimos a Disney. Que increíble.
Bergenia se perdió.

BERGENIA
En Disney…

SAMUEL
Mamá te busco por horas

TITA
Es que era mi hija. Mi hijita.

PANCHO
Que susto que pasamos eh.

SAMUEL
Como se querían ellas.

BERGENIA
¿Nosotras? Sí…claro.

SAMUEL
En ese viaje no se separaron ni un segundo

!59
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 60
!

TITA
Eso sí no lo recuerdo tan bien.

SAMUEL
Pero si siempre fueron amigas. ¿No, papá?

PANCHO
Las mejores. No había nada que la una no
supiera sobre la otra.

MIGUEL
Usted apoyaba a Bergenia en todo lo que ella
quería. ¡En todo, sin excepción!

SAMUEL
¿Por qué ya no se abrazan como antes?

Silencio. TITA y BERGENIA dudan.

SAMUEL (cont.)
Vamos, dense un abrazo.

TITA y BERGENIA se abrazan.

PANCHO
¡Pisco para todos!

MIGUEL se levanta y coge la botella. Llena los cuatro vasos.

SAMUEL
¿Por qué brindamos?

PANCHO
¡Por el retorno del hijo pródigo!

MIGUEL
¡Y todo lo que ese retorno significa!

TITA
(Pausa.) Hijo, una preguntita. Antes de celebrar.

SAMUEL
Claro, mamá. Dime.

TITA
Al final, hijo…cuando te caíste…

SAMUEL
Cuándo me caí…

!60
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 61
!

MIGUEL
Doña, todavía no son las once.

TITA
¡Igual! ¡Yo quiero saber!

SAMUEL
No entiendo, mamá. ¿De que hablas?

TITA
Cuándo te caíste y te ahogaste, ¿te dolió?
¿Sufriste? ¿Nos culpaste a nosotros?

PANCHO
Tan bien que la estábamos pasando. Ya te dijo
que aprendió a nadar.

MIGUEL
¡Si vino en ballena! Nadie sufrió.

TITA
Claro que alguien sufrió: ¡yo!

SAMUEL
Pero, ¿por qué?

TITA
¡Es que he fallado!

SAMUEL
¿En que?

TITA
En mi tarea. No pude cuidarte,

PANCHO
Tita, por favor.

TITA
Mi hijo se fue sin despedirse. Se fue y se cayó.
Y yo no lo pude proteger.

SAMUEL
Me fui por qué así tenía que ser.

BERGENIA
Sí, mamá. Nadie podía protegerlo.

!61
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 62
!

TITA
Pero yo soy su madre.

PANCHO
Y yo su padre. No podíamos hacer nada.

TITA
Tu me cuidas a mi, viejo, y yo cuido a mi hijo. Esa
es nuestra ley. Yo necesito saber que todo salió
bien, que no sentiste dolor, que yo cumplí. Que
fuiste feliz, hijo. Y que no nos guardas rencor.

SAMUEL
¿Por qué les guardaría rencor?

PANCHO
Tita, ya no insistas.

TITA
Han sido diez años, no pido mucho. Tú te vas
en un rato y yo necesito saber que todo
estuvo bien. Que no tuviste problemas, que
pensabas en nosotros, que nos extrañabas y
que aun nos quieres.

SAMUEL
Claro que sí. Tócame. Estoy bien, estoy feliz.
Nada me duele. Me siento mejor que nunca.

TITA
Y si estabas bien y pensabas en nosotros, ¿por
qué nunca nos llamaste?

SAMUEL
No tuve oportunidad, mamá. Tú sabes que me
la pasé viajando y trabajando.

TITA
¿Ni cinco minutos tenías, hijo?

MIGUEL
Hablaba conmigo. Para que yo les contara.

TITA
Pero no hablabas con nosotros. Eramos sus
padres. Nosotros le dimos la vida.

!62
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 63
!

PANCHO
Eso sí estuvo mal, David. Si no fuera por Miguel
no sabríamos nada de ti. Tu madre no durmió
durante meses desde que te fuiste.

Silencio. MIGUEL le hace un gesto.

SAMUEL
Les pido perdón.

PANCHO
Aceptamos tus disculpas, hijo. De todo corazón.

TITA
Aunque nosotros no te educamos así, tan
despreocupado por tus padres.

PANCHO
Aceptamos sus disculpas, Tita.

MIGUEL
Hablemos de otra cosa. ¿Más pisco?

TITA
Es que no todo es tan fácil, hijo. Tu ausencia
nos ha dolido durante diez años, ¿y tú quieres
que te perdonemos en diez minutos?

BERGENIA
No falta mucho para las once, ya no perdamos el
tiempo discutiendo.

TITA
Ay, dios santo. Que todo sea rápido entonces.

MIGUEL
Todavía tenemos algo de tiempo, tranquilos.

PANCHO
Te perdonamos todo, si tú nos perdonas todo.
¿Está bien, pequeño?

SAMUEL
Los perdono y me perdonan. Todo, listo. ¿Está
bien? Y ya no me digan pequeño, he crecido.

TITA
Siempre te hemos dicho así.

!63
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 64
!

SAMUEL
Pero las cosas cambian.

PANCHO
Nunca vas a dejar de ser nuestro pequeño.

BERGENIA
Eres el engreído de la casa.

TITA
Eso es mentira, Bergenia.

PANCHO
No hagas sentir mal a tu hermano.

SAMUEL
¿Por qué lo dices?

BERGENIA
No importa.

SAMUEL
Sí importa.

BERGENIA
Olvídalo.

SAMUEL
Cuéntame, hermana. Por favor.

BERGENIA
Te… te engrieron pues. Eras el hombrecito. Tú
fuiste al colegio, tenías juguetes, te dejaban salir
a la calle… estaba todo listo para que te vayas a
la universidad y hagas tu vida.

SAMUEL
¿Y?

BERGENIA
Y… y yo no. (Pausa) Yo recién terminé el colegio
hace dos años. Tuve que ir en las noches,
porque trabajaba todo el día.

TITA
Alguien tenía que ayudar desde que te fuiste,
hijo. Mandabas plata, pero aquí había cosas que
hacer y la plata no lo hace todo.

!64
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 65
!

BERGENIA
De niña solo tuve plásticos abollados y soldaditos
mordidos para jugar. Los que tú habías dejado. A
mi nunca me dejaron salir ni a la esquina. Pasé mi
vida aquí, en esta casa. El único chico que conocí y
me trató bien… era tu mejor amigo.

PANCHO
Eras mujer, hija. Con las mujeres hay que tener
mucho cuidado.

TITA
Sobre todo si se quiere que crezcan para ser
damas respetables.

BERGENIA
¡Nunca pude hacer nada! ¡Aquí no hay plata
para nada!

TITA
Ay, hija. Si necesitas algo, solo pídelo.

BERGENIA
¡Todas las semanas te pido!

TITA
Tu papá ya no trabaja, necesitamos cada centavo.
(A PANCHO) Y tú estás todo el día tirado aquí.

PANCHO
¡Trabajé toda mi vida! ¡Vivimos de mi pensión!

TITA
Y no sobra ni un centavo, viejo. Los precios
suben y tu pensión se queda igual.

PANCHO
Hija, te prometo que a partir del siguiente
mes, te vamos a dar para tus gastos.

TITA
Pancho…

PANCHO
O si no, el siguiente mes luego de este.

BERGENIA
No. A veces uno se acostumbra a las cosas,
aunque estén mal. (Pausa.) Perdón. No dije nada.

!65
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 66
!

Silencio. SAMUEL observa a BERGENIA.

SAMUEL
Miguel, es el momento.

MIGUEL
¿Qué?

SAMUEL
Es el momento para que les digas.

PANCHO
¿Decirnos que, hijo?

TITA
¿Nos guardas algún secreto?

MIGUEL
No, ningún secreto.

TITA
¿Hay algo más que no nos has contado?

MIGUEL
No, no.
SAMUEL
¿Sabían que yo nunca le escribí a Miguel?
Tampoco les mandé plata.

MIGUEL
¡Sam-! ¡David!

PANCHO
¿Qué? ¿Cómo que no mandaste, hijo? A
nosotros nos llegaba, siempre puntual.

SAMUEL
Yo no mandé nada.

TITA
¿Nunca?

SAMUEL
Nunca.

BERGENIA
Mierda. Yo tenía razón. ¡Te lo inventaste todo!
¡Te inventaste cada una de las historias!

!66
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 67
!

TITA
¿Y toda esa plata? La plata no se inventa.

SAMUEL
Todo era de Miguel.

PANCHO
¿Pero… pero de donde?

MIGUEL
De mi sueldo, señor. He ahorrado.

TITA
Ay Miguel. Que injusta he sido contigo. Te he
juzgado tan mal. ¡Tienes plata!

PANCHO
Nos dabas tu plata, ¿para que pensemos que
era de él?

MIGUEL
Sí.

PANCHO
¿Por qué, hijo?

MIGUEL
Porque no quería que perdieran la esperanza.
Quería que sepan que estaba bien.

TITA
Pero, ¿tanta plata tienes?

MIGUEL
No gasto en mucho.

BERGENIA
Mentiste…

MIGUEL
Por ti.

TITA
Eso no está nada bien. Pero ya está. Ahora nos
puedes seguir dando plata sin mentir.

PANCHO
Tita…

!67
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 68
!

TITA
Para olvidarnos que nos mintió. Ha tenido que
regresar David para decirnos la verdad.

MIGUEL
No hay problema, señora.

BERGENIA abraza a MIGUEL.

BERGENIA
Gracias. De verdad.

BERGENIA le besa la mejilla.

SAMUEL
Y ya que saben eso, Miguel les tiene que pedir
algo. Una sola cosa.

TITA
Ya me imaginaba. Ya sabía yo que no nos iba a
dar nada, sin pedirnos algo a cambio. ¿Acaso ya
nadie es desinteresado hoy en día?

SAMUEL
Es un interés muy noble. Diles, Miguel.

BERGENIA
Sí, Miguel. Diles.

MIGUEL
¿De verdad, Bergenia?

BERGENIA
Sí, ahora sí.

PANCHO
¿Qué es, Miguel?

Silencio.

TITA
¿Vas a hablar o no?

SAMUEL
Ya van a ser las once… Y me está empezando a
doler el pecho…

!68
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 69
!

MIGUEL
(Fuerte.) ¡Quiero casarme con Bergenia!

TITA
Ah. ¿Tanto escándalo para eso?

PANCHO
Pensé que fuimos claros contigo, hijo.

MIGUEL
¡Ahora la familia está completa!

TITA
Pero David se cae a las once, Miguel. No le
queda mucho tiempo y ustedes no se van a
casar en diez minutos.

SAMUEL
Por eso he venido, para poder dejar mi bendición
antes de partir.

TITA
Pero no vas a estar para la boda, hijo. No
queremos tu bendición, te queremos a ti.

SAMUEL
Eso no se va a poder, mamá. Me encantaría…
pero no sé puede.

TITA
Entonces no va a haber matrimonio.

BERGENIA
¡Así no me voy a casar nunca!

TITA
Algunas cosas son como son, hija. ¿No es así,
Pancho?

PANCHO
Algunas… algunas cosas sí.

MIGUEL
No pueden hablar en serio…

PANCHO
Lo sentimos mucho, Miguel.

!69
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 70
!

SAMUEL
¡Este muchacho los ha mantenido vivos por los
últimos diez años!

TITA
¡Pero es un convenido! ¡Un conchudo!

MIGUEL
Yo amo a su hija.

BERGENIA
Y yo lo amo a él, mamá.

TITA
Tú no sabes lo que es el amor, eres muy joven.

SAMUEL
¡Son la pareja perfecta, mamá!

Silencio.

TITA
¿Pero… pero acaso tú estás de acuerdo con esto?

SAMUEL
Sí…

PANCHO
¿Por qué? Tú ya te vas.

SAMUEL
Mi mejor amigo y mi hermana. Un caballero para
una dama. No podría ser mejor.

TITA
¿Cómo sabes eso?

Silencio.

SAMUEL
“El amor es sufrido y bondadoso. El amor no
es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no
se porta indecentemente, no busca sus
propios intereses, no se siente provocado. No
lleva cuenta del daño. No se regocija por la
injusticia, sino que se regocija con la verdad.

!70
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 71
!

SAMUEL y TITA
Todas las cosas las soporta, todas las cree,
todas las espera, todas las aguanta. El amor
nunca falla”.

Silencio.

TITA (cont.)
(Dudando.) Corintios trece, cuatro ocho.
Bueno, hijo, si tú dejas tu bendición, si estás
de acuerdo…

DAVID
Hay amor, mamá.

TITA
…y bueno, el muchacho tiene plata. ¿Tú te
quieres casar con él, Bergenia?

BERGENIA
¡Sí! ¡Sí, mamá!

TITA
Pues… (Tajante.) No queda nada por discutir
entonces, habrá matrimonio.

PANCHO
¿Qué cosa, Tita? ¿Así nomas?

TITA
Claro, ¿o es que quieres obstaculizar la felicidad
de tu hija, viejo?

PANCHO
Celebraremos una boda entonces.

BERGENIA
¿De verdad? ¿Nos vamos a casar?

PANCHO
Sí, hija se van a casar.

MIGUEL
¡Nos vamos a casar!

SAMUEL
¡Que vivan los novios!

BERGENIA y MIGUEL se besan como nunca antes lo han hecho. Luego de


unos segundos TITA los interrumpe y separa.
!71
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 72
!

TITA
Ya, ya. Esperen que el cura lo haga oficial.

MIGUEL
Lo que usted diga, doña.

TITA
Voy a servir el pollo, que ya huele.

SAMUEL
¡Huele delicioso!

TITA sale a la cocina.

PANCHO
Nos has traído alegría, pequeño.

MIGUEL
No me voy a olvidar de esto, compadre.

MIGUEL abraza a SAMUEL. Luego SAMUEL abraza a BERGENIA

BERGENIA
Nunca nos vamos a olvidar de ti, hermano.

TITA regresa con los platos vacíos a la mesa.

TITA
A la mesa. Ya viene el pollo.

TITA sale de nuevo. Los demás se sientan en las únicas cuatro sillas que hay.

PANCHO
Por lo menos ahora sí nos vamos a poder despedir.

SAMUEL
Sí…

PANCHO
Eso de irse sin despedirse es una de las peores
cosas que se pueden hacer.

SAMUEL
Yo no me fui sin despedirme.

PANCHO
Sí, hijo. Lo hiciste.

!72
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 73
!

SAMUEL
¿Me quieren decir que se han olvidado de
nuestra grandiosa despedida? Que mala
memoria. Como si yo fuese capaz de irme así.

Silencio. TITA entra de nuevo con un plato de arroz verde y empieza a servir.

TITA
Servido. (TITA sirve una cucharada de arroz en cada
plato, para SAMUEL hay más.) Para el viejo, para la
joven pareja y para mi hijito bello.

SAMUEL
Gracias.

BERGENIA
Te has olvidado el pollo, mamá.

TITA
Ya viene, hijita. Ya viene.

TITA vuelve a la cocina.

SAMUEL
¿De verdad no se acuerdan de nuestra despedida?

PANCHO
Yo no me acuerdo.

SAMUEL
Hay que recordarlo juntos.

TITA entra a la sala con una sola presa y la pone en el plato de SAMUEL.

TITA
Come que se enfría.

SAMUEL
¿Nadie más va a comer pollo?

TITA
No hay más.

SAMUEL
¿Y tú? ¿No comes, mamá?

TITA
Estoy llena.

!73
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 74
!

SAMUEL
Pero siéntate.

TITA
No hay donde, hijo. Siempre hemos sido cuatro.
Tú come nomás, no te preocupes.

SAMUEL
¿Alguien quiere un poco de pollo?

Todos asienten y estiran el brazo para servirse un pedazo. TITA lo impide.

TITA
Ese pollo es para ti.

SAMUEL
Pero lo puedo compartir.

TITA
No me discutas.

SAMUEL
Bueno… gracias.

SAMUEL empieza a comer. Todos observan en silencio.

TITA
Rico, ¿no?

SAMUEL
Sí, mamá. Rico. (Pausa.) Pregunté si alguien se
acordaba de mi despedida y nadie se acuerda.

TITA
Mejor come.

SAMUEL
¿No quisieran recordar ese día?

TITA
Ya hemos recordado lo suficiente, pequeño.

SAMUEL
(A MIGUEL y BERGENIA) ¿Ustedes?

MIGUEL
De mi nunca te despediste.

SAMUEL
Ya sé, pero-
!74
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 75
!

BERGENIA
De mi tampoco

SAMUEL
Es que no me refiero a eso ¿No podemos
“recordarlo”? ¿Cómo el resto de cosas?

TITA
Es que eso sí que no pasó. Y no nos
podemos acordar de algo que no pasó.

SAMUEL
Pero si lo hemos estado ha- (Pausa.) Vamos.
Un recuerdo más y ya. Este es el que importa.
¿Papá, tú no estabas ahí cuando me
despedí? Yo recuerdo haberte visto.

PANCHO se atora y tose un poco. Los demás lo miran.

PANCHO
Te estás confundiendo.

SAMUEL
Estoy seguro. Tu estabas ahí.

PANCHO
¡Te digo que no, hijo!

A PANCHO se le cae el tenedor sobre el plato. SAMUEL mira a BERGENIA.

TITA
Cálmate, Pancho. Han tomado mucho pisco.

PANCHO
Perdón.

TITA
No te despediste, hijo. Punto.

SAMUEL
Claro que me despedí, mamá. ¡Si soy tu hijo! Fue
aquí mismo, en esta sala. Vine en mi bicicleta roja.
Y con mi pelota de futbol en la mano.

TITA
Que pena que no nos hayas encontrado, hijo.
Hubiera sido bien bonito. De verdad que sí.
¿Feliz de casarte, Miguel?

!75
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 76
!

SAMUEL
¿Nadie me vio?

TITA
Te estamos diciendo que no.

SAMUEL
¿Simplemente desaparecí?

PANCHO
Un día ya no estabas.

SAMUEL
¿De la nada?

BERGENIA
Sí.

SAMUEL
¿Pero por qué?

MIGUEL
No le explicaste a nadie.

SAMUEL
Pero yo recuerdo que vine. Lo recuerdo
perfectamente. Entré. Era de noche y ustedes
estaban sentados en el sofá de la sala,
abrazados, los dos, estaban esperándome. Y
apenas entré, yo les -

PANCHO
(Asustado.) ¡Se acuerda, Tita! ¡Se acuerda!

MIGUEL
¿Qué?

TITA
Cállate, Pancho. Por favor.

BERGENIA
¿Qué pasa, mamá?

TITA
Nada, hijita.

PANCHO
Pero se acuerda…

!76
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 77
!

SAMUEL
Me estaban esperando… ¿ya se acuerdan?

PANCHO
Habías estado fuera todo el día.

TITA
Pancho…

PANCHO
Yo contaba contigo y tú me fallaste. El trabajo
en la fabrica. ¿Te acuerdas, pequeño?

SAMUEL
Ah, sí… claro… Pero no recuerdo haberte fallado.

TITA
Siempre fallabas. Desde que agarraste esa flauta.
Quisimos que estudiaras, pero a ti nada te gustaba.

PANCHO
Y lo de la fábrica era un trabajito bien simple.

SAMUEL
Se están yendo por otro lado, papá. Yo nunca-

TITA
Era solo para que pruebes un trabajo duro. Para
que veas que eso no era lo tuyo y te vayas a la
universidad a estudiar una carrera de verdad.

PANCHO
¡Iba a funcionar! Solo quería que veas como
viví yo. Y al ejercito no te iba a mandar.

TITA
Pero seguías siempre con la flautita.

PANCHO
Nunca ibas a tener un sueldo fijo.

SAMUEL
Mi “flautita”…

PANCHO
Ni siquiera fuiste a la entrevista que te
conseguí. Le pedí el favor a mi jefe y no
fuiste. Le había hablado tanto de ti y no fuiste.

!77
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 78
!

TITA
Ese fue el último día que te vimos. Nosotros
te engreímos siempre, David. Mira como te
engreímos hasta ahora. Solo tú comes pollo.

SAMUEL
Yo no lo pedí…

MIGUEL
Ya que importa. ¡Era un niño! Se fue porque no
quería que lo castiguen. Se escapó porque tenía
miedo. Pero ya sabe que su familia lo quiere y
que todo está bien.

TITA
Tu papá sufrió mucho, David.

PANCHO
Quedé muy mal con mi jefe. Muy mal. ¡Era un
favor que me estaba haciendo!

SAMUEL
Yo no me escapé… no por un castigo.

Silencio.

MIGUEL
Cambiando un poco de tema, estoy pensando
que julio es un buen mes para casarse.

SAMUEL
¿Qué pasó ese día? Me estaban esperando…
Pero estaban molestos, ¿no? Ya estaban hartos.
Ya había rebalsado el vaso. ¿Qué hicieron? Yo
vine acá y tú…¡y tú!

PANCHO
¡Yo no hice nada, pequeño! Tú te fuiste.

MIGUEL
Pero… claro, agosto también funcionaría.
Julio, agosto… ¿Qué dicen? ¿Julio o agosto?

TITA
Te fuiste, hijo. Tú te fuiste.

SAMUEL
¿No me hicieron nada, papá?

!78
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 79
!

TITA
Se te enfría el pollo, Davidcito.

SAMUEL
(Gritando.) ¿Qué me hicieron?

PANCHO
La correa.

TITA
Hubo que sacarla…

MIGUEL
¿Lo castigaron el día que se fue?

BERGENIA
¿Yo donde estaba?

PANCHO
Durmiendo.

SAMUEL
No me hubiera ido diez años por la correa.

TITA
Quizás se nos pasó la mano.

PANCHO
No había bicicleta ni pelota de fútbol. ¡Me
habías fallado y entrabas como si nada! Yo
estaba molesto, ¿me entiendes?

TITA
Nos fallaste a todos, hijos. Nos íbamos a
morir de hambre porque tú querías jugar con
tu flautita. No cumpliste tu parte del trato.

PANCHO
Si solo te hubieras quedado callado, todo
estaría bien. Hubiese sido como siempre.

TITA
Pero no te quedaste callado…

PANCHO
Hablaste de tu música, de cómo estabas
cansado de no ser libre…

!79
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 80
!

TITA
¿No eras libre? Por favor. Hubieras visto cómo
crecimos nosotros.

BERGENIA
¿Qué le hiciste, papá?

PANCHO
Me había faltado el respeto, hija.

TITA
Dijo que nosotros le habíamos fallado a él.
¡Nosotros! Nosotros que le dimos todo.

MIGUEL
Quizás sea mejor ya no-

PANCHO
Hasta ahora no sé que me pasó, pequeño.

SAMUEL
Me pegaste…

PANCHO
Tal vez.

SAMUEL
Y me pateaste…

PANCHO
Puede ser, hijo.

SAMUEL
Me amenazaste… Me insultaste…

PANCHO
Estaba fuera de mis casillas, David.

TITA
Nos habías humillado. Todos esperábamos
algo más de ti. Todos.

BERGENIA
¡Lo sacaste de la casa a golpes! ¡Yo te vi!

PANCHO
¿También te acuerdas?

!80
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 81
!

TITA
Fue hace tanto que ya no vale la pena
recordarlo. Todo ha sido perdonado.

SAMUEL
¿Por eso me pidieron perdón?

TITA
Lo hicimos porque te queremos.

SAMUEL
¡Me sacaron la mierda!

PANCHO
Me fallaste.

SAMUEL
Los hijos fallan, es normal.

TITA
Pero no deben responder.

SAMUEL
¿Aunque otros quieran decidir su vida por ellos?

BERGENIA abraza a SAMUEL.

BERGENIA
No eras feliz…

MIGUEL
Me… me hubieras contado. Hubiéramos
podido hacer algo.

TITA
Nunca supo agradecer lo que le dimos, nunca
valoró lo que esta familia hizo por él. ¡Te
habíamos construido una vida! Diferente, mejor.
Sin las penas que cargamos.

SAMUEL
¡Yo construyo mi propia vida! (Pausa.) No
acepto sus disculpas.

PANCHO
No puedes hacer eso, hijo. Necesito tu
perdón. Eres mi hijo.

!81
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 82
!

SAMUEL
¿Crees que eso va a cambiar lo que pasó?

PANCHO queda en silencio, cerca de las lagrimas.

TITA
Pero, ¿no has venido para eso?

SAMUEL
¿Para que?

TITA
Para limpiar nuestros culpas antes de irte.

SAMUEL
Solo he venido a salvar a mi… a mi hermana,
para que no le pase lo mismo.

PANCHO
No nos quites tu perdón, pequeño. Sería
como quitarle tu bendición al matrimonio.

Silencio.

BERGENIA
Quizá sí debas perdonarlos, David.

MIGUEL
Igual… en un rato te ya te vas.

BERGENIA encuentra refugia en MIGUEL. Pasan unos segundos.

SAMUEL
Te perdono, papá. Pero no quiero que olvides
que por tu culpa me fui.

TITA
Sí, Pancho. Acéptalo y avancemos. Por tu
culpa no hemos visto al pequeño en diez
años. Por tu culpa nunca volvimos a ser una
familia. Por tu culpa se cayó al mar. Y ya.

PANCHO
¿Por mi culpa? ¿Mi culpa? Pequeño, yo
nunca te quise levantar la mano. ¡Ella me
obligó! ¡Tita siempre me obligó a pegarte!

TITA
¡Eso es mentira!

!82
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 83
!

PANCHO
Decía que solo así ibas a entender, que
solamente así aprenderías.

TITA
(TITA se acerca a PANCHO y le quita el
audífono de un tirón.) No voy a dejar que un
viejo senil arruine un día tan especial! Come
tu pollito, ya está frío.

SAMUEL
Pero lo que dice es verdad, ¿no?

TITA
Es la calumnia de un viejo amargado.
Amargado y borracho de pisco.

PANCHO se coloca nuevamente al audífono que le había jalado TITA.

SAMUEL
Lo veo en tus ojos, mamá.

Silencio.

TITA
¡Había que hacer algo! Habíamos perdido
todo el control, no hacías caso. Ibas a donde
querías, cuando te daba la gana. ¡Tocabas la
flauta! ¡Imagínate! ¡Todo a la basura! ¿Sabes
lo que es lavar, planchar, cocinar y limpiar
toda tu vida, para que al final no resulte nada
de lo que esperabas? ¿Para que tu hijo
prefiera la música? ¿Qué iba a ser de
nosotros? Ibamos a morir pobres.

PANCHO
Tu madre invirtió su vida en ti, David. Tenía
que corregir tu rumbo de alguna manera.

TITA
Nadie te ha pedido que me defiendas. Fue tu
mano la que lo golpeó.

SAMUEL
(Pausa.) Me tengo que ir.

TITA
¡Nadie se levanta de la mesa hasta que todos
terminen!

!83
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 84
!

MIGUEL
¡Señora, por favor! ¡Este es un día especial!
No nos hablemos más de esta manera.

SAMUEL
Por favor, Miguel. Ya está…

MIGUEL
Es tu despedida, compadre. ¡Y luego yo me
voy a casar! Ya van a ser las once, falta poco.

SAMUEL
¿A las once se arregla?

TITA
A las once se acaba. Se vuelve verdad.

BERGENIA
Sí… hermano.

SAMUEL
¿Creerse que el muerto está vivo, solo para
lavarse las manos?

BERGENIA
¡Pero el muerto de verdad está vivo!

SAMUEL
Tú sabes, Bergenia.

BERGENIA
No…

MIGUEL
No te puedes ir antes de las once, David. Esa es
tu hora y lo sabes. Todo esto sería por gusto…
(Pausa.) ¿Por qué no nos refrescamos las
gargantas con un poco de ese buen pisco?

PANCHO
Ya no hay…

TITA
En tu cajón de medias hay una botella.

PANCHO
¿Cómo sabes?

!84
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 85
!

TITA
Soy tu esposa.

PANCHO
Ay, vieja.

BERGENIA sale en busca del pisco y volverá con la botella.

SAMUEL
Aquí la verdad se ahoga con pisco.

PANCHO
Así hay menos problemas.

SAMUEL
Porque es fácil olvidarse de las cosas…

TITA
¿No vas a terminar tu pollito? Hay niños en
Africa que que se volverían locos por lo que
queda en tu plato. Come, hijo. (SAMUEL,
molesto, empieza a salir.) ¡No! ¡No nos puedes
hacer esto! No puedes venir, hacernos recordar
lo ya olvidado, y simplemente irte.

SAMUEL
No pues. Me equivoqué. Un desconocido no
les puede arreglar la vida.

PANCHO
Pero no eres ningún desconocido, eres nuestro
hijo. ¿Qué crees, David? ¿Qué somos una
familia retornable? ¿Qué puedes venir, mirar y
largarte si no te gustamos? ¡No!

BERGENIA
Ya van a ser las once… no falta nada.

TITA
Solo termina tu pollito, hijo.

PANCHO
Y perdónanos de verdad.

MIGUEL
Para que luego yo me pueda casar con
Bergenia. ¡La obra que nunca termina!

!85
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 86
!

PANCHO y TITA
¿Que?

SAMUEL
(Harto.) ¡Nada! ¡Nada! (Pausa.) Sólo porque se
lo prometí a Miguel.

PANCHO
¿Y el perdón? ¿Es de verdad?

SAMUEL
Si me dejan de joder: sí. (SAMUEL se sienta.
PANCHO le coloca un brazo encima, SAMUEL lo
rechaza.) Te perdono, pero no me toques.
Quiero comer tranquilo, hasta que sean las once.
Después me iré a morir. Solo.

PANCHO
Sí, hijo. Eso está bien.

SAMUEL
En silencio, papá.

Comen en silencio por unos momentos todos mirando a SAMUEL.

TITA
¡Ay, no! ¡Las once, Pancho!

SAMUEL parece estar atorándose.

BERGENIA
Se está atorando…

MIGUEL
Respira despacio.

MIGUEL se acerca a hacerle una maniobra a SAMUEL.

TITA
¡Suéltalo!

MIGUEL
¿Disculpe, señora?

TITA
¡Que lo sueltes! ¿No ves que se está ahogando?

MIGUEL
Precisamente. Por eso voy a-

!86
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 87
!

TITA
¡Dijiste la verdad! A las once se ahoga.

BERGENIA
Pero, ¿no… no vamos a hacer nada?

PANCHO
¿Qué podemos hacer, hija?

TITA
Así está escrito. La hora es la hora. ¡Tu futuro
esposo tenía razón!

MIGUEL
Es verdad…

MIGUEL suelta a SAMUEL, que cae al suelo y se agarra el cuello.

BERGENIA
Cayó…

TITA
Es que es su hora.

PANCHO
Se está muriendo, Tita.

TITA
Es que ya nos perdonó…

MIGUEL
Y también… también nos dejó su bendición.

TITA
No le queda nada más por hacer.

BERGENIA
Parece que está sufriendo, mamá.

MIGUEL
Sí, no parece estar cómodo.

TITA
Pero tiene que morir. David muere a las once.

PANCHO
Para perdonarnos.

!87
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 88
!

MIGUEL
Y para que nos casemos en julio. O en agosto.

BERGENIA
Está dejando de moverse, Miguel.

PANCHO
No podemos seguir viviendo en el pasado,
pequeño. Tienes que irte para que podamos
seguir adelante con nuestras vidas.

TITA se acerca a SAMUEL y lo aprieta contra su pecho.

TITA
Falta poco, de verdad. Pronto vas a estar allá.

PANCHO
De verdad que sí, hijo.

BERGENIA
Sabía que esto iba a pasar, pero no pensé que…
no me siento bien.

MIGUEL
Si te quieres casar, si te quieres ir de aquí, así
tiene que ser.

TITA
¿Ya ves la luz, Davidcito? ¿Ya sientes al señor?
Estás llegando, hijito.

SAMUEL, lentamente, deja de moverse. TITA se levanta.

PANCHO
Parece… parece que durmiera.

TITA
Es verdad.

BERGENIA
Y su cuerpo está intacto, mamá.

MIGUEL
Ahora sí hay algo que enterrar, señora.

PANCHO
Ciertamente…

!88
Daniel Amaru Silva ¿ERES TÚ, PEQUEÑO? página 89
!

TITA
Lo raro es que… no siento ganas de llorar,
aunque ya sea el momento.

PANCHO
Yo tampoco. Pensé que una vez que… pero
no. No te molestes, Tita.

TITA
No, viejo. Está bien. Creo que por un día
hemos llorado suficiente.

Todos en silencio. PANCHO sirve cuatro vasos de pisco.

TITA
Ahora lo entendemos: Dios dejó morir a Jesus por
nosotros. Pero también por él. Romanos catorce,
ocho: “Que si vivimos, para el Señor vivimos; y si
morimos, para el Señor morimos. Así que, o que
vivamos, o que muramos, del Señor somos. ”

PANCHO
Del señor…

MIGUEL
¡Salúd por él!

BERGENIA
¿Por Jesus?

TITA
¡Por el señor!

MIGUEL
Por David.

PANCHO
¡Salúd por los novios!

MIGUEL, BERGENIA y TITA


Salud.

Beben y todos, menos BERGENIA, se sientan a la mesa a seguir comiendo.


BERGENIA se acerca al cuerpo de SAMUEL y le cierra los ojos.

BERGENIA
¿Hermano? Hermano. Nunca nos olvidaremos
de ti. Ahora sí que no. Salud. Y gracias.

TELÓN FINAL
!89

También podría gustarte