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Código de Ética Informatico en Venezuela

El documento discute la situación actual de la profesión de ingeniería informática en Venezuela. Señala que no existe un código de ética ni una ley que regule la profesión. También indica que hay poca valorización del trabajo de los profesionales de informática por parte de las empresas, y poca pertinencia entre la formación universitaria y las necesidades del mercado laboral. Finalmente, argumenta que se necesita una organización colegial para desarrollar la profesión en el país.

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El documento discute la situación actual de la profesión de ingeniería informática en Venezuela. Señala que no existe un código de ética ni una ley que regule la profesión. También indica que hay poca valorización del trabajo de los profesionales de informática por parte de las empresas, y poca pertinencia entre la formación universitaria y las necesidades del mercado laboral. Finalmente, argumenta que se necesita una organización colegial para desarrollar la profesión en el país.

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Universidad Nacional Experimental

De los Llanos Occidentales


“Ezequiel Zamora”
UNELLEZ-Barinas

Estudiante: Diego Graterol CI: V-21.168.205


Sección: INT01
Docente: Omar Valero
Seminario Ética Profesional
Informe.

Código de ética informático en Venezuela

La Ingeniería en Informática es el campo de trabajo que emplea la teoría


general de sistemas y la tecnología en computación, para el desarrollo de
sistemas automatizados, con un enfoque de aplicación en la planificación y
desarrollo industrial como instrumento para la obtención, almacenamiento,
procesamiento y comunicación de la información, y la puesta a disposición de
la misma en forma oportuna y confiable a los usuarios, como elemento
fundamental para la toma de decisiones.

El mercado empleador no tiene claras cuáles son las funciones del


profesional de la informática. Esto se traduce en:

 una desvalorización y desconocimiento del trabajo del profesional del


informático en Venezuela.
 contratación de personal no graduado, sin reconocer la pericia y
conocimiento asociado a la profesión y el margen de responsabilidad
que hay que asumir en el tratamiento automático de la información.
 contratación de personal técnico, licenciado o ingeniero para
desempeñar las mismas labores.

Esta situación se asocia a lo planteado por Domínguez Vera (1999), cuando


señala que un grave error de las instituciones educativas es ofrecer una
amplia gama de modelos curriculares de formación profesional, por cuanto
esto representa un problema para los empleadores, ya que no pueden
distinguir, fácilmente, entre tanta variedad de ofertas académicas, cuál le
puede ayudar más de acuerdo a sus necesidades.

Las empresas no cuentan con departamentos informáticos dentro de su


estructura organizativa. Esta dinámica se suscita sobre todo a nivel de la
pequeña y mediana empresa y en organizaciones de índole gubernamental,
como por ejemplo, las alcaldías. Hay empresas que aunque cuentan con
departamentos informáticos, adolecen de una adecuada delimitación de
cargos y categorización de funciones. Otras empresas ni siquiera guardan
en su estructura administrativa un área de informática encargada del:
estudio de factibilidad, análisis, diseño, construcción, instalación,
mantenimiento, auditoría y consultoría de sistemas mantenimiento de
hardware y software; soporte técnico y capacitación de usuarios, entre otras
funciones propias de los profesionales de esta especialidad. No obstante,
se reconoce ampliamente que el trabajo informático está presente desde la
pequeña hasta la mediana y gran empresa.

Esta realidad la aprecia Escalante y García (2009), cuando expresan


que las empresas relacionadas con la industria del software en Venezuela,
en su mayoría se encuentran concentradas en el centro del país, gran parte
de este mercado está conformado por pequeñas o microempresas, la
mayoría de las cuales carecen de la documentación necesaria y de una
estructura, así como de enfoques formales en sus actividades. Señalan, en
relación a la infraestructura, que aun cuando las empresas cuentan con una
mínima estructura tecnológica que permite afrontar los cambios propuestos
por las nuevas técnicas de desarrollo de software, requieren adquirir
tecnología más sofisticada en hardware y software, para así atender
diversos entornos de desarrollo.

Existen en Venezuela pocas oportunidades de actualización profesional.


La mayoría de las oportunidades se concentran en la región central y en el
interior del país son pocas o nulas las formas para actualizarse. Esta
actualización tiene que ver tanto con la realización de cursos de extensión
académica y certificación o programas de posgrado en el área.

Las empresas dedicadas al desarrollo de software valoran menos los


títulos de especialización, maestría o doctorado en informática con los que
cuentan sus empleados, en comparación con los programas de certificación
en herramientas de programación o tecnológicas, los cuales vinculan a
conocimientos más útiles en el ejercicio de las actividades propias de la
organización. Por el contrario, las instituciones educativas dan más
importancia y ofrecen programas de formación en especializaciones,
maestrías y doctorados, que luego, son poco estimados en las empresas
del ramo; y sin embargo, restan importancia y credibilidad a las
certificaciones, no reconociendo el valor, incluso internacional, que tienen
las mismas.

Los egresados manifiestan que es poca la pertinencia de los contenidos


impartidos en la universidad en comparación con lo que exige el mercado
empleador, existe una distancia grande entre lo que se enseña y se
aprende en las universidades con lo que se emplea en la empresa, sobre
todo en el mundo de la tecnología informática. En la academia se trabajan
con contenidos, lenguajes, plataformas y métodos de desarrollo de software
desactualizados y descontextualizados que no se acoplan a las nuevas
tecnologías informáticas empleadas a nivel empresarial lo cual es lo que se
necesita para actuar como profesional del área.

Poco desarrollo en materia informática en el país. Muchos software son


desarrollados por empresas extranjeras; se reconocen importantes
esfuerzos nacionales, sobre todo en materia de software libre, pero, éste
no ha impactado de la manera deseada a las empresas y organismos
públicos en su totalidad. Adicionalmente, hay muy poca capacidad
investigativa en el marco de las empresas de la nación, como para poder
decir que se han desarrollado nuevos métodos o máquinas de trabajo
realmente innovadoras. La mayoría de las experiencias que se encuentran
en el argot informático de la nación son un reciclaje de conocimientos
prexistentes, y nada ha evolucionado o revolucionado el mundo de la
informática de nuestro país.

No existe un código de ética profesional de la informática en Venezuela,


ni la Ley del Ejercicio de la Profesión Informática, donde se le otorgue un
asidero legal a la misma, ante el Estado y los sistemas jurídicos de la
nación. González Bernal (2007) afirma que un código ético es una manera
de acercarse a la forma de ver el mundo, en función de normas y deberes,
que constituyen patrones de conducta para actuar en una comunidad y
convivir socialmente de una forma adecuada.

Existe la necesidad de organizarse en la forma de colegio de


profesionales para aunar esfuerzos en el seguimiento y desarrollo de la
informática en el país, y adquirir mayor presencia nacional en los distintos
espacios de la administración pública y privada.

Suárez Arroyo y Docampo (2007) señalan que es necesario regular por


Ley el régimen jurídico de los colegios profesionales, ya que tienen la
obligación de ordenar el ejercicio de las profesiones, la representación
exclusiva de las mismas y la defensa de los intereses de los colegiados.

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