A.Bejarano - Recuperar El Estado para Fortalecer La Democracia
A.Bejarano - Recuperar El Estado para Fortalecer La Democracia
Ponencia presentada en la conferencia “Inequality and New Fomis of Popular Representation in Latin America”, ILAIS,
Columbia University, Nueva York, marzo 3-5 de 1994 y en el XVIII Congreso Internacional de LASA, Latin American Studies
Association, Atlanta, marzo 10-12 de 1994, gracias al apoyo financiero de Colciencias.
" Politóioga, profesora del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes e investigadora del CINEP.
1 Aunque persiste el debate sobre los alcances y los limites de tal modelo, es posible asumir cierto consenso respecto de la definición de
los oontenidos de la propuesta neoliberal, por lo menos en dos grandes lineas: La reducción del tamaño, el peso y las funciones del
Estado, sobre todo en lo que concierne a su papel de intervención y regulación económicas, por un lado; y, por el otro, la expansión del
alcance y de las funciones del mercado, tanto en la regulación de la economía, como en la provisión de algunos bienes públicos.
2 Marcelo Cavarozzi, ‘Más allá de las transiciones a la democracia en América Latina", en Iicvista de Estudios Políticos,
No. 74 (Nueva Epoca), Madrid, octubre-diciembre de 1991, pp. 85-111.
3 Ver Norbert Lechner, *E1 debate sobre estado y mercado’, en Revista Foro, No. 18, Santafé de Bogotá, septiembre de 1992, pp. 65-75.
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copia corporativista y distorsionada de los Es Pese a las tendencias globales que parecerían
tados de bienestar europeos-, se ha pasado al estar conduciendo hacia la transnacionaliza
reconocimiento de sus enormes fallas y a la ción de las relaciones y los intercambios socia
reconsideración del papel que el Estado pue les y a la creciente incapacidad del Estado
de y debe jugar en nuestro continente. Esta para regularlas, todavía no se vislumbra el ti
evolución del debate resulta a todas luces sa po alternativo de organización política que
ludable ya que no sólo implica la superación pueda sustituir al Estado en el cumplimiento
de una fase de confrontación puramente de las funciones básicas que constituyen su ra
ideológica, basada en los respectivos slo zón de ser y la razón de su permanencia. Para
gans pro-neoliberal versus anti-neoliberal, darle de nuevo la palabra a Mann,
sino que también implica que la discusión
haya pasado, gracias a la recuperación del
sólo existen tres bases alternativas para el orden: la
tema del Estado, de los ámbitos cerrados de
fuerza, el intercambio y la costumbre, y ninguna de
los especialistas en economía a ámbitos don
ellas es suficiente en el largo plazo. [...] En el largo
de otras ciencias sociales también tienen mu plazo, para aglutinar a extraños o semi-extraños son
cho que decir y aportar. necesarias normas, generalmente dadas por su
puestas, pero ejecutables. [...] ...La mayoría de las
Dicho esto vale la pena resaltar, como dato re sociedades parecen haber requerido que algunas
levante dentro de este reciente debate, el reco normas, particularmente aquellas relevantes para
nocimiento -a desgano por parte de los la protección de la vida y de la propiedad, sean esta
defensores del Estado mínimo y entusiasta por blecidas de forma monopólica, y ésta ha sido la com
parte de los defensores del Estado desarrollis- petencia del Estado. [...] ...La necesidad es la madre
ta- del papel protagónico que el Estado ha ju del poder del Estado5.
gado y debe continuar desempeñando en el
proceso de desarrollo de las sociedades lati
Pese a que lo anterior pueda sonar a una nue
noamericanas. Aunque la intemacionaliza-
va reificación del Estado como instancia su
ción de las economías y las crecientes interde
prema, el presente ensayo no pretende revivir
pendencias transnacionales en todos los ámbi
tos (el cultural o el tecnológico, por ejemplo), ningún Leviatán. Se trata, ni más ni menos,
hayan llevado a muchos a revivir la utopía li de replantear el debate, después de una fuer
beral del Estado mínimo e incluso la utopía te oleada de antiestatismo y de redefinir el
marxista de la desaparición gradual del Esta lugar que le corresponde al Estado dentro de
do y la aparición de la sociedad autorregulada, un contexto modificado por las nuevas condi
difícilmente pueden borrar de un solo trazo la ciones tanto internas como externas en Amé
historia de formación de las sociedades lati rica Latina.
noamericanas donde el Estado ha ocupado un
lugar preponderante. Recordemos, por lo pronto, que la situación de
dependencia estructural del Sur con respecto
Lo cual equivale a decir que hemos retornado, al Norte no ha dejado de existir como resultado
por otras vías quizás, al recurrente problema de las múltiples interdependencias señaladas
de la necesidad del Estado. Tal como afirma arriba, motivo por el cual queda intacta la con
Michael Mann, “las únicas sociedades caren clusión de Faletto en cuanto a la influencia de
tes de Estado han sido primitivas. No existe la relación externa en el carácter del Estado
ninguna sociedad compleja, civilizada, donde latinoamericano. En sus propias palabras: “la
no exista un centro de autoridad encargado de propia condición dependiente de las econo
crear normas de obligatorio cumplimiento”4. mías latinoamericanas ha significado que el
4 Michael Man.n, “The Autonomous Power of the State”, en Archives Européennes de Sociologie, Tomo XXV, No. 2, 1984,
pp. 185-213.
5 Ibidem, pp. 195-196.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 49
Estado haya tenido que asumir el objetivo del menor duda de que los Estados latinoamerica
desarrollo”6. nos seguirán jugando un papel crucial en cada
una de ellas, si bien sustancialmente diferente
Por otra parte, los cambios recientemente in al que jugaron a lo largo del siglo XX.
troducidos en el modelo de desarrollo, lejos de
producir una mejor distribución de la riqueza,
han acentuado, por lo menos en el corto plazo, Pero... ¿qué tipo de Estado
los rasgos concentradores y excluyentes del es deseable construir y fortalecer?
crecimiento económico. Sin duda, como lo re
saltan un reciente informe de The Econo Luego del reconocimiento de la necesidad del
mist7, así como las presiones de organizaciones Estado, debemos preguntamos por el tipo de
internacionales (el Banco Mundial, por ejemplo) Estado que sería deseable construir y fortale
en el sentido de promover programas contra la cer. Es decir: ¿qué entendemos por Estado y
pobreza, la gran amenaza que se cierne sobre el por fortalecimiento del mismo? Con respecto a
futuro de la región ya no es la recesión o la hiper- la definición de Estado, si bien se reconoce el
inflación, sino la “cuestión social”. De allí que el aporte marxista en el sentido de haber desen
Estado latinoamericano no pueda renunciar del
mascarado la no-neutralidad del Estado capi
todo a su papel de correctivo de los grandes dese
talista y su carácter de dominación de clase,
quilibrios sociales a través de su capacidad redis-
preferimos acoger para los fines de este ensayo
tributiva.
una definición neoweberiana del mismo, se
Por último, las sociedades latinoamericanas gún la cual el aspecto organizativo del Estado
lejos de hacerse más homogéneas tienden a y su capacidad de control sobre el territorio y
hacerse cada vez más heterogéneas y comple la población adquieren especial relevancia8.
jas. Numerosos procesos de desarticulación y En consecuencia, concebimos al Estado como
articulación se producen no sólo alrededor de el conjunto diferenciado y permanente de ins
conflictos redistributivos, sino alrededor de in tituciones (administrativas, burocráticas, le
tereses y valores de diverso tipo (étnicos, reli gales, extractivas y coercitivas) enmarcadas
giosos, culturales). Frente a ello, y dada la en un territorio geográficamente delimitado -
débil constitución de sociedad civil en el conti al que generalmente se denomina sociedad-
nente, el Estado no puede, tampoco ahora, re dentro del cual logra ejercer el monopolio de la
nunciar a su papel de regulador del conflicto y creación de normas colectivas, gracias al res
garante de la conformación de un orden social. paldo que le otorga el control monopólico de los
medios de violencia y coerción9.
Por esas razones, y aceptando que en las ac
tuales circunstancias deben redefinirse los es Nótese respecto de esta definición que, si bien
pacios y las modalidades de acción del Estado realza el monopolio del uso de la fuerza como
en cada una de estas tres áreas -promoción del medio exclusivo del Estado y respaldo último
crecimiento, redistribución de sus beneficios y de sus acciones, el elemento funcional predo
conformación de un orden social-, no cabe la minante de la definición no es el ejercicio de la
6 Enzo Faletto, “Especificidad del Estado en América Latina’, CEPAL, Comisión Económica para América Latina, LC/R.677,
16 de agosto de 1988. Ver también, del mismo autor, “La función del Estado en América Latina’, en Revista Foro, No. 23,
abril de 1994, Santafé de Bogotá, pp. 5-16.
7 “A survey of Latin America”, The Economist, Volume 329, Number 7837, November 13th-19th 1993.
8 Ver Max Weber, Economía y Sociedad, México, Fondo de Cultura Económica, 1977; y H.H. and C. Wright Mills (eds.)
From Max Weber: Essays in Sociology, New York, Oxford University Press, 1958.
9 Esta definición, de clara estirpe weberiana, ha sido construida fundamentalmente sobre la base de la conceptualización que
ofrecen: John A. Hall y G. John Ickenberry en su trabajo El Estado, Madrid, Alianza Editorial, 1993; y Michael Mann, op.
cit., p. 188. Recordemos que se trata de una definición conceptual en la forma de tipo-ideal y que, por lo tanto, buena parte
de la investigación sobre el Estado consiste en identificar las aproximaciones o desviaciones de los estados empíricamente
existentes con respecto al referente conceptual.
50 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
fuerza sino el monopolio de la creación de nor sociedad civil y para implementar logística-
mas que comprometan al conjunto de la socie mente las decisiones políticas a todo lo largo
dad. Lo cual quiere decir que el Estado y las del territorio bajo su jurisdicción”13. Lo cual no
instituciones en que éste cristaliza, no adquie equivale a asociar, como se hace frecuente
ren centralidad dentro del territorio única o mente, el fortalecimiento del Estado con un
primordialmente gracias al monopolio de la aumento de su capacidad de actuar arbitraria
fuerza; éste es, ante todo, un instrumento para mente, por la fuerza, libre de constreñimientos
el cumplimiento de su finalidad esencial: el es constitucionales, lo que Mann denomina “po
tablecimiento de un cierto orden interno. Ese der despótico del Estado”14. De tal suerte que
orden, tal como lo afirman O’Donnell y Mann, cuando nos referimos al fortalecimiento del
no es necesariamente igualitario, ni social Estado, esta expresión remite al aumento de
mente imparcial; por el contrario, sea cual sea la capacidad estatal para crear y sostener un
su signo ideológico, generalmente respalda y orden social, y no debe interpretarse en el sen
ayuda a reproducir relaciones asimétricas de tido autoritario de la imposición de un orden
poder. “Pero, -argumenta O’Donnell-, es de to por la fuerza.
das formas un orden, en el sentido de que múl
tiples relaciones sociales son llevadas a cabo Otra noción de uso común, equivocadamente
sobre la base de expectativas estables”10. asociada a un Estado fuerte, es la de un Estado
grande. La debilidad o fortaleza de un Estado
El proceso de fortalecimiento del Estado impli no están asociadas con su tamaño, sino con las
caría entonces, siguiendo la definición acuña características que han sido especificadas
da por Theda Skocpol11, un aumento simultá arriba. Durante la vigencia de la matriz esta
neo de la autonomía y de la capacidad de las do-céntrica (1930-1970 aproximadamente),
organizaciones estatales. Por autonomía se por ejemplo, un buen número de Estados lati
entiende la formulación independiente de ob noamericanos llegaron a ser grandes, más no
jetivos estatales que no reflejen automática fuertes. La crisis de la década pasada en Amé
mente las demandas e intereses de ciertos rica Latina no fue solamente una crisis social
grupos o clases sociales. Por capacidad enten y económica; también tuvo como componente
demos la posibilidad real por parte del Estado una crisis del Estado, de los mecanismos que
de implementar tales objetivos, incluso, pero éste poseía para regular tanto el mercado co
no necesariamente, en contra de poderosos gru mo la sociedad. De tal suerte que plantear el
pos sociales o en medio de circunstancias econó tema de la reforma del Estado como una mera
micas adversas. De estas dos dimensiones del reducción de su tamaño, resulta una simplici
fortalecimiento estatal, es quizás la segunda la dad excesiva que no conduce a mayores avan
que tiene aquí mayor relevancia. Tal como lo ces, sino más bien al debilitamiento del Estado
anotan Hall e Ickenberry, “la fortaleza del Esta en momentos en que su fortalecimiento resul
do depende en gran medida de su capacidad pa ta crucial.
ra penetrar y organizar una sociedad”12.
En su lugar, debe plantearse la necesidad de
Se trata, por supuesto, de un aumento en lo redefinir su papel en relación con el mercado
que Michael Mann denomina el “poder in- (frente al cual debe retener o recuperar el con
fraestructural” del Estado, es decir “la capaci trol de algunos de los procesos económicos cla
dad del Estado para penetrar efectivamente la ves tales como la capacidad de redistribución),
10 O’Donnell, Guillermo, “On the State, Various Crises and Problematic Democratizations”, (Preliminary Draft), Helen Kellogg
Institute for International Studies, University of Notre Dame and CEBRAP, March 1992, p. 2.
11 Theda Skocpol, ‘Bringing the State Back In: Strategies of Analysis in Current Research’, en Peter Evans, Dietrich Ruesche-
meyer y Theda Skocpol, Bringing the State Back In, Cambridge, Cambridge University Press, 1985, p. 9.
12 Hall e Ickenberry, op. cit., p. 31.
13 Michael Mann, op. cit., p. 189.
14 Ibidem, p. 188.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 51
contrario, la reforma política del Estado ha es reformas al Estado, le imprime a éste último
tado prácticamente ausente de la reflexión tensiones y contradicciones innegables. Pero
académica reciente. Poco a poco, algunos aca también lo es que estos autores, al negarle
démicos han volcado su atención hacia la re cualquier virtud democratizadora al proceso
forma del Estado en lo referente a su capa de superación de la matriz estado-céntrica (en
cidad de regulación del conflicto redistributi- su doble dimensión económica y política), nie
vo, en especial hacia las políticas diseñadas gan de paso la posibilidad de establecer puen
para “cerrar la brecha social”. Por su carácter tes de contacto entre los procesos de moderni
innovador, el Programa Nacional de Solidari zación económica-administrativa del Estado y
dad, Pronasol, en México, es quizás el progra la democratización de sus relaciones con la so
ma de reformas de la política social más ciedad civil.
comentado en América Latina19. No obstante,
lo ocurrido en el mismo México (Chiapas) a La reforma del Estado es un proceso que se
partir del lo. de enero del presente año, deja construye a través del conflicto entre las élites
en claro que la cuestión no se reduce a un sim estatales y las fuerzas políticas y sociales que
ple problema de redistribución económica, si están por fuera de él. Por ello, las fallas, los
no que también implica el reto de redistribuir vacíos y las contradicciones que se advierten a
el poder social y político. Por eso creo necesaria su paso no pueden atribuirse únicamente a un
una aproximación a la reforma del Estado en proyecto modemizador y excluyente impuesto
toda su complejidad, evitando desligar las re “desde arriba” o “desde fuera”. También deben
formas que tienden a la redefinición del papel atribuirse a una sociedad civil débilmente
económico del Estado, de su reforma política, constituida que no logra apropiarse de las re
como si éstas se sucedieran en planos parale formas para darle realidad al contenido demo-
los, sin ningún punto de contacto aparente. cratizador de las mismas.
19 Ver Kerianne Piester, “Inequality and the Welfare State in Latín America: tlie case of México”, ponencia presentada en la
Conferencia “Inequality and New Formsof Popular Representaron”, Institute of Latín American and Iberian Studies, ILAIS,
Columbia University, Nueva York, March 3-5, 1994.
20 Para hacer esta afirmación me baso en numerosos trabajos acerca del tema, algunos de los cuales se encuentran compilados
en Pedro Medellin Torres (compilador), La Reforma del Estado en América Latina, Bogotá, Fescol, 1989; y en el traba-
jo-síntesis de Femando Calderón y Mario Dos Santos, Hacia un nuevo orden estatal en América I.atina. Veinte tesis
socio-políticas y un corolario, Santiago de Chile, Fondo de Cultura Económica, Clacso, 1991, el cual contiene una síntesis
de tres años de investigación en 20 países latinoamericanos, con la participación de 80 equipos de investigación pertenen-
cientes a 95 centros miembros de Clacso.
21 Calderón y Dos Santos, Ibidem, pp. 19-20.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 53
22 Ver las tesis 17, 18, 19 y 20 en Femando Calderón y Míu-ío Dos Santos, Hacia un nuevo orden estatal en América
I^atina..., Ibidem, pp. 42-55.
54 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
ante todo, a la sociedad política. Esta ha sido corporativo? ¿Cómo evitar el peligro contrario,
definida, según Alfred Stepan, como el espacio es decir, la posibilidad de que un Estado en
o “arena dentro de la cual la comunidad polí retirada le deje el campo libre a la creciente
tica se organiza para la competencia con el fin fragmentación social y con ella a la creación de
de ganar control sobre el poder público y el representaciones segmentadas que sólo arti
aparato del Estado”23, es decir, la instancia en culan a los sectores dominantes de la socie
cargada de articular lo político y lo social, el dad? ¿Cómo evitar caer en lo que O’Donnell ha
terreno privilegiado de la representación. caracterizado como una “democracia delegati-
va”24, en la cual se establece una relación neo-
La crisis se evidenció no sólo en la deslegitima populista e inorgánica entre un líder y una
ción de las reglas que fijaban el terreno común sociedad civil desestructurada lo cual, pese a
de la controversia pública, sino también en la sus apariencias, es exactamente lo contrario
desestructuración de los actores que lo ocupa de la democracia?
ban. Entraron en crisis las formas más autori
tarias de control vertical del Estado sobre los Al Estado le corresponde sin duda un papel prin
ciudadanos, tal como lo atestiguan las crecien cipal en el establecimiento de las condiciones
tes demandas por la democratización de los para la recreación de ese terreno común, de ese
regímenes políticos desde México hasta la Pa espacio público donde sea posible articular re
tagonia. Pero también entraron en crisis las presentaciones legítimas y democráticas. Esto
formas “modernas” de representación demo no sólo implica crear o transformar instituciones
crática, es decir, los partidos políticos, tanto de representativas, sino también crear los meca
izquierda como de centro y de derecha, a lo nismos adecuados para que esa representación
largo y ancho del continente. Finalmente, sea efectiva, bien sea mediante la participación
tampoco han logrado escapar de ella los llama en la toma de decisiones estatales, o mediante
dos “nuevos movimientos sociales” los cuales, su control cuando se está por fuera de él. La
durante la década del setenta, se perfilaban representación sin mecanismos de control se
como la alternativa popular y democrática a convierte en mera delegación. Es cierto que
los supuestamente desuetos mecanismos par la apropiación y utilización efectiva de tales
tidistas. De tal manera que las sociedades la canales y mecanismos depende, en última
tinoamericanas se ven abocadas a redefinir la instancia, del fortalecimiento de la sociedad
naturaleza y el significado de esa que hemos civil. Pero su creación por parte del Estado
llamado sociedad política, a encontrar nuevas debe constituir un estímulo necesario para
formas de articular ese Estado reformado en lograr tal fortalecimiento. De lo contrario, en
su peso y sus funciones, con una sociedad civil ausencia de canales y de mecanismos que ga
cada vez más compleja, y quizás también más ranticen la visibilidad y la eficacia de la rep
dispersa y desarticulada. resentación, ¿la organización y la represen
tación para qué?
Ahora bien: ¿qué papel le toca al Estado y qué
papel le atañe a la sociedad en la redefinición En un eventual juego de “suma positiva”, la
de esas formas de articulación? ¿Cómo evitar sociedad civil debe presionar por el desmonte
que la asignación de un papel protagónico al de los mecanismos autoritarios de control por
Estado en esta tarea conduzca a recrear for parte del Estado, pero a su vez debe crear me
mas —seguramente renovadas y más sofistica diante un impulso endógeno y autónomo orga
das— de control vertical de tipo clientelista o nizaciones capaces de apropiarse de las nuevas
23 Stepan, Alfred, Rethinking Military Politics. Brazil and the Southern Cone, Princeton, Princeton University Press,
1988, p. 4. He traducido el término “polity” por “comunidad política”, en ausencia de un mejor término que exprese cabalmente
en español su significado original.
24 Guillermo O’Donnell, “¿Democracia Delegativa?”, en Cuadernos del CLAEII, Revista Uruguaya de Ciencias Sociales, 2a.
serie, Año 17, No. 61, Montevideo, julio de 1992.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 55
25 'Un entretien avec Pierre Rosanvallon”, en Le Monde, Mardi 14 décembre, 1993, p. 2. Ver también, del mismo autor, ‘La
Representación Difícil. Reflexiones sobre el caso francés”, en Mario R. Dos Santos (Coordinador), ¿Qué queda de la repre
sentación política?, Caracas, Editorial Nueva Sociedad, Clacso, 1992.
26 Esta función básica, normalmente dada por supuesta, se olvida con frecuencia. Como veremos más adelante, en el caso
colombiano resulta crucial que el Estado asuma como prioritario su cumplimiento. En otros países de América Latina, donde
no sólo persisten altos niveles de violencia política (Perú, Centro América y quizás también México) sino crecientes niveles
de violencia social (Brasil), resulta fundamental que el Estado asuma la protección de la vida y los derechos de los ciudadanos.
56 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
27 Véase, en particular, el paquete de 62 decretos de Reforma Administrativa expedidos por el Gobierno Nacional en diciembre
de 1992, en ejercicio de las atribuciones conferidas por el Artículo Transitorio 20 de la Constitución.
28 Al respecto ver: Consuelo Corredor, “La estrategia de modernización del Estado en Colombia”, (inédito), Bogotá, Universidad
Nacional, Facultad de Ciencias Económicas, CID, 1993; José Antonio Ocampo, “Reforma del Estado y desarrollo económico
y social en Colombia”, en Análisis Político No. 17, septiembre a diciembre de 1992; y Luis Javier Orjuela, “Los cambios en
las estructuras de formulación de políticas públicas”, (inédito), Bogotá, Universidad de los Andes, 1993.
29 Un desarrollo más amplio de este argumento puede encontrarse en Ana María Bejarano, “Neoliberalismo y fragmentación
política: desafíos al proceso de democratización en Colombia”, en Espacio Abierto. Cuaderno Venezolano de Sociología,
Año 2, No. 3, julio-diciembre 1993; Andrés López llega a conclusiones similares en su trabajo “El cambio de modelo de
desarrollo de la economía colombiana”, en Análisis Político, No. 21, enero a abril de 1994. Ver además: Salomón Kalma-
novitz, “El modelo económico colombiano”, Bogotá, (mimeo), 1992; y Gabriel Misas, “De la industrialización sustitutiva a la
apertura: el reflejo de profundas mutaciones en la economía colombiana”, (mimeo), Universidad Nacional, Facultad de
Ciencias Económicas, CID, 1994.
30 Al respecto, ver las cifras y el análisis que presenta Francisco Leal Buitrago en su trabajo, “El estado colombiano: ¿crisis de
modernización o modernización incompleta?”, en Jorge Orlando Meló (coordinador), Colombia Hoy. Perspectivas hacia
el siglo XXI, Bogotá, Siglo XXI Editores, decimocuarta edición, 1991. Véanse también las cifras comparativas presentadas
en el-artículo de Rubén Sánchez y Yolanda Marín, “Redefinición del Estado y privatización del sector público”, en Política
Colombiana, Revista de la Contraloría General de la República de Colombia, Volumen II Número 2, 1992, pp. 49-51.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 57
tendido hacia la disminución del tamaño, el reforma constitucional que fracasaron sucesi
peso y la capacidad de intervención estatales. vamente33. Pese a su contenido claramente bi
partidista y excluyente, resulta importante
La segunda razón tiene que ver con el grado señalar que desde entonces se advertía en el ex
de debilitamiento, destrucción y decadencia ceso de centralismo, la debilidad del aparato de
del Estado colombiano, el cual fue mucho más justicia y la escasa representatividad y operati-
dramático que en la mayoría de los países la vidad del Congreso, algunas de las principales
tinoamericanos, quizás con las excepciones del fallas del Estado colombiano34. De hecho, es fácil
Perú y de casi toda Centroamérica. La magni
constatar cómo, a partir del Frente Nacional,
tud de la crisis política por la que atravesó Co
mientras se fortalecieron algunos aparatos del
lombia al finalizar la década de los ochenta, se
Estado (notablemente el aparato militar y el
expresó a través de la multiplicación de la vio
aparato tecnocràtico de formulación de política
lencia en sus diversas formas. Tal crisis tuvo
económica), tanto el aparato de justicia como los
por lo menos tres componentes: en primer lu
órganos representativos (el Congreso, las Asam
gar una disminución acelerada de la capacidad
del Estado para imponer y sustentar un orden bleas y los Concejos) perdieron facultades, auto
colectivo, lo que algunos han calificado como nomía y capacidad de acción.
un “colapso parcial del Estado”31; en segundo
En la década de los ochenta, la agudización del
lugar, un cuestionamiento generalizado de las
enfrentamiento con las guerrillas y el fracaso de
reglas, procedimientos e instituciones que re
una estrategia basada primordialmente en la
gían el juego político desde el Frente Nacional,
lo que muchos han llamado una crisis de legi represión, promovida durante el gobierno Tur
timidad del régimen de “democracia restringi bay, produjeron un giro en la concepción de las
da”32; y, finalmente, un profundo debilitamiento élites estatales con respecto al conflicto armado
de la sociedad civil, ocasionado por múltiples y a las modalidades de su solución. La estrategia
factores y catalizado sin duda por los índices de inaugurada por la administración Betancur
violencia observados a lo largo de la década. Por (1982-86), fundada en el reconocimiento oficial
ello, tanto el fortalecimiento político del Estado, del carácter interno y político del conflicto ar
como la redefinición de sus relaciones con la so mado, puso de nuevo en el tapete la necesidad
ciedad, es decir la reforma del régimen, se im de una reforma política. Este gobierno puso su
pusieron como prioridad central en la agenda de acento en la apertura y democratización del
reforma estatal en Colombia. régimen, como corolario de las negociaciones
emprendidas con los grupos guerrilleros. Las
Una breve historia de la reforma principales reformas en este sentido se logra
ron en tomo a la elección popular de alcaldes,
Desde finales de los años setenta, los gobiernos la descentralización administrativa y fiscal, y
liberales de López Michelsen (1974-78) y Turbay el fortalecimiento del nivel municipal de la ad
Ayala (1978-82) propiciaron tímidos intentos de ministración pública35.
31 Para retomar la expresión utilizada por Paul Oquist en su libro, Violence, Conflict and Politics in Colombia, New York,
Academic Press, 1980.
32 Ver Francisco Leal Buitrago y León Zaniosc (editores), Al Filo dol Caos. Crisis política en la Colombia de los años 80,
Bogotá, Tercer Mundo Editores - IEPRI, 1990.
33 Me refiero explícitamente a los proyectos de reforma constitucional de la Administración López Michelsen en 1977 y de la
administración Turbay Ayala en 1979.
34 Ambos proyectos de reforma constitucional incluían la administración de justicia. Adicionalmente, el de López incluía la
necesidad de reformar el ordenamiento territorial, y el de Turbay incluía la reforma del Congreso. Ver: John Dugas, *La
Constitución Política de 1991: ¿un pacto político viable?”, en John Dugas (compilador), La Constitución de 1991: ¿un pacto
político viable?, Bogotá, Universidad de los Andes - Fondo Editorial CEREC, 1993, p. 19.
35 Ver Pilar Gaitán Pavía y Carlos Moreno Ospina, Poder local. Real idad y utopía de la descentral ización en Colombia,
Bogotá, IEPRI - Tercer Mundo Editores, 1992.
58 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
36 Sobre las visicitudes de los intentos de reforma durante la Administración Barco ver; Hernando Valencia Villa, “De las guerras
constitucionales en Colombia, capitulo LXVIII: un informe sobre la reforma Barco’, en Análisis Político, No. 6 enero a abril
de 1989.
37 La que, a juicio de muchos, no era tan “vieja”, pues a lo largo del siglo había sufrido más de 100 reformas (Jean Michel
Blanquer). La inadecuación de la Constitución de 1886 quizás no radique en su “vejez”, sino en la rigidez introducida por los
límites fijados en cuanto a los mecanismos utilizables para su reforma y adaptación, los cuales le otorgaban un papel
preponderante al Congreso, organismo poco propenso a modificar unas reglas del juego institucional que beneficiaban abier
tamente a sus integrantes. A juicio de otros (Daniel Pécaut), la “vejez” de la Constitución del 86 radicaba sobre todo en su
“atraso” cultural, es decir, en su incapacidad de ir al ritmo de la modernización cultural de la sociedad colombiana. Ver:
Taller-conferencia “Colombia dos años después de la Constitución”, organizado por el Institute des Hautes Etudes de l’Ame-
rique Latine, París, 17 de diciembre de 1993.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 59
tudiantil, liderado por universitarios de clases acuerdo incluía la fijación de límites no sólo en
medias y altas, el que “a pesar de su desarti cuanto a la integración de la Asamblea, sino
culación, promovió con éxito la idea de intro particularmente en cuanto al temario de dis
ducir profundas reformas a la carta política cusión susceptible de ser tratado por la misma.
por la vía extraordinaria de una asamblea na
cional constituyente”38. Su esfuerzo se concre En un acto de independencia de la rama judi
tó en la inclusión de la “séptima papeleta” en cial frente al Ejecutivo, que a su vez respondió
las elecciones legislativas de marzo de 1990. a las presiones ejercidas por parte de múltiples
En las elecciones presidenciales de mayo la sectores de la sociedad civil, la Corte Suprema
iniciativa se hizo “oficial”, mediante la inclu de Justicia -encargada de la revisión de cons-
sión de una especie de plebiscito a favor de la titucionalidad del decreto-, profirió un sor
Asamblea, el cual rindió un resultado a favor prendente fallo41 mediante el cual declaró
del 86.6% de los votantes39. constitucional la convocatoria de la Asamblea
y simultáneamente derogó aquellas partes del
Con base en tal resultado, el presidente electo decreto que le imponían límites. Este fallo,
Cesar Gaviria recurrió de nuevo al pacto polí abiertamente político y contrario a la norma
tico entre los partidos para acordar la convo constitucional, le abrió definitivamente las
catoria, conformación y temario de la asamblea. puertas a una reforma amplia de la carta po
Este compromiso tuvo una novedad con respecto lítica por vías democráticas.
a los anteriores: en él, además de los dos partidos
tradicionales, se incluyeron dos movimientos En las elecciones del 9 de diciembre de 1990 se
representantivos, aunque débiles y desorgani integró la primera Asamblea Constituyente
zados, de dos corrientes políticas diferentes al elegida mediante voto popular en la historia
bipartidismo tradicional: la izquierda, repre de Colombia. Tanto el mecanismo de la cir
sentada por la naciente Alianza Democrática cunscripción nacional, como la abstención pro
M-19 (AD M-19) y la derecha, representada ducida por la escasa movilización de las
por el Movimiento de Salvación Nacional maquinarias clientelistas, le otorgaron un alto
(MSN)40. El pacto adquirió fuerza de ley me margen de incidencia al voto de opinión. De tal
diante la promulgación de un decreto de Esta suerte, la Asamblea resultó ser un cuerpo in
do de Sitio (Decreto 1926 del 24 de agosto de tegrado por una multitud de minorías donde
1990). Pese a su carácter incluyente, este ninguna fuerza, por numerosa que pareciera,
acuerdo partidista se ceñía en lo fundamental logró imponer un proyecto político unilateral
a las reglas históricas del quehacer político en y excluyente42.
Colombia: se trataba de un pacto “por lo alto”,
que hacía uso de mecanismos autoritarios (un Si bien el Partido Liberal contó con una alta
decreto de Estado de Sitio) con el fin de abrir proporción de delegatarios (24), el porcentaje
las compuertas de la democratización pero en del voto que ellos significaban (33.3%) aunado
forma controlada desde arriba. En efecto, el a la tradicional atomización y dispersión de
38 John Dugas, “La Constitución Política de 1991...', op. cit., p. 23. Pese a su papel de catalizador, debe quedar claro que el
movimiento estudiantil no fue el primero, ni el único, en lanzar la iniciativa constituyente.
39 Registraduría Nacional del Estado Civil, Estadísticas Electorales 1990, Tomo I, p. 16, citado en Ibidem, p. 23.
40 La Alianza Democrática M-19 surgió en marzo de 1990 luego de la reincorporación del movimiento guerrillero M-19 a la vida
civil, en alianza con otras corrientes dispersas de izquierda. El Movimiento de Salvación Nacional, aunque liderado por un
reconocido líder del Partido Conservador (Alvaro Gómez), representó un intento por aglutinar a sectores de derecha, provi-
nientes de ambos partidos tradicionales, en un movimiento político independiente.
41 El 9 de octubre de 1990.
42 Esta opinión es compartida por el análisis tanto de un observador externo al proceso (Dugas), como del Consejero Presidencial
para el Desarrollo Constitucional (Cepeda) quien estuvo al lado del Presidente en su intento por influir en el debate de la
Asamblea. Ver; John Dugas, “El Desarrollo de la Asamblea Nacional Constituyente”, en John Dugas (Compilador), la
Constitución de 1991..., op. cit.; Manuel José Cepeda, La Constituyente por Dentro. Mitos y Realidades, Bogotá,
Presidencia de la República, Consejería para el Desarrollo de la Constitución, 1993.
60 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
43 Puesto que 1a Asamblea estaba conformada por 72 delegatarios, la votación por mayoría absoluta requería de un mínimo de
37 votos.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 61
sustanciales en lo que a sus intereses más in flicto armado continúe vigente. En opinión de
mediatos se refiere44. Marco Palacios, la mayor diferencia entre esta
nueva constitución y las que la precedieron re
El debate de la Asamblea Nacional Constitu side en que, mientras las anteriores fueron el
yente, concentró la atención nacional durante resultado de guerras civiles -donde el vence
los cinco meses de sesiones dándole una lec dor imponía su proyecto a los vencidos—, la
ción civilizadora a los enemigos de la toleran Constitución del 91 fue más bien el fruto de
cia, el pluralismo y la democracia. No obstan una improvisación, de la necesidad de salirle
te, la Asamblea Nacional Constituyente y su al paso a las circunstancias y de una coalición
resultado, la nueva carta política de 1991, no poco ortodoxa y muy inestable45. Quizá en eso
constituyeron el gran “pacto de paz”, el “armis residan sus grandes virtudes, pero también su
ticio”, o el gran “pacto social” entre los colom mayor debilidad.
bianos. En cuanto a lo primero, no hay que
olvidar que muchas de las fuerzas trabadas en Tampoco puede calificarse a la Constitución
conflicto durante la década de los ochenta (co del 91 como un “gran pacto social”. No sólo
mo las FARC, el ELN y los grupos paramilita- quedaron excluidos de ella significativos sec
res), inmersas en la confrontación armada, no tores sociales carentes de representación (co
podían, ni deseaban, tener presencia en la mo el campesinado, los marginales urbanos o
Asamblea. Por otra parte, es cierto que la pe las minorías negras), sino que los movimientos
netración del narcotráfico a través de numero y partidos allí presentes no poseen una verda
sos grupos políticos y su capacidad de dera capacidad de representación más allá de
intimidación armada influyeron en la declara la puramente electoral. Ni los partidos tradi
ción de la inconstitucionalidad de la extradi cionales, bien es sabido, ni las nuevas fuerzas
ción de colombianos. Sin embargo, los grupos políticas allí presentes, -a excepción de los
de traficantes organizados, pese a su enorme representantes indígenas-, tienen vínculos or
importancia como actores del drama político gánicos y permanentes con organizaciones sig
nacional, debieron permanecer por fuera del nificativas de la sociedad civil. Ni siquiera la
acuerdo dada su condición ilegal. Por fuera tam AD M-19, pese a caracterizarse como la nueva
bién quedaron los militares, en servicio activo y izquierda colombiana, ha logrado convertirse
en retiro, y la Asamblea evitó modificar sustan en la expresión política de diversos movimien
cialmente su papel en la política colombiana. tos sociales. Quizá la precariedad misma del
movimiento social haya impedido la constitu
En ausencia de un armisticio previo entre los ción de un partido o movimiento de izquierda
actores armados, resulta demasiado optimista popular y representativo. Pero también debe
calificar a la Constitución de 1991 como un quedar claro que dentro de la AD M-19 se im
“pacto de paz” entre los colombianos; es prefe puso, desde muy temprano, un modelo elitista
rible aceptarla como lo que es: un pacto políti y caudillista de conducción política “desde
co, entre algunos partidos y movimientos, arriba”, que optó por imitar lo peor de los par
tendiente a promover una salida del impasse tidos tradicionales sin esforzarse por construir
en el que había caído la política colombiana vínculos orgánicos con la base social. De allí,
durante la década anterior. Por eso no debe otra de las grandes debilidades de la nueva
sorprendernos que, a pesar de su promulga Constitución: la ausencia de una fuerza orga
ción y su progresiva implementación, el con nizada en la sociedad civil capaz de impulsar
44 Notables, a este respecto, resultan la eliminación de la tutela de la Iglesia católica, presente en el anterior preámbulo de la
Constitución y las normas tendientes a promover y respetar la autonomía de la población indígena. Con respecto a la
multiplicidad y movilidad de alianzas y coaliciones originadas en tomo a tenias específicos, ver: John Dugas, ‘El desarrollo
de la Asamblea...’, op. cit. y Manuel José Cepeda, La Constituyente por dentro..., op. cit.
45 Intervención del profesor Marco Palacios en el taller-conferencia ‘Colombia dos años después de la Constitución’, IHEAL,
París, 17 de diciembre de 1991.
62 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
46 Michael Gold-Biss, ‘Colombia: Understanding Recent Democratic Transformations in a Violent Polity", en Latin American
Research Review, Volume 28, Number 1, 1993, p. 218.
47 Romeo Grompone, “La representación política en la transición democrática peruana’, en Mario Dos Santos (coord.), ¿Que
queda de la representación..., op. cit., p. 89.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 63
los partidos Liberal y Conservador en los altos bre asuntos de interés de la comunidad a tra
tribunales de justicia y en otros organismos de vés de referendos y consultas populares, y ele
control como el Consejo Nacional Electoral. gir representantes en las juntas de las empre
Igualmente significativo, en el plano simbóli sas que prestan servicios públicos dentro de la
co, es el hecho de que se haya eliminado la entidad territorial respectiva52. Todos estos
mención a los partidos tradicionales en el mecanismos, pero sobre todo, el cabildo abierto
preámbulo de la Constitución. Pero más im y la revocatoria del mandato de gobernadores
portantes aún que la eliminación de estos me y alcaldes, deberán ejercer un impacto consid
canismos formales de control, resulta la erable sobre la revitalización de lo local y lo
creación y modificación de instituciones con el regional como espacios privilegiados de la par
fin de posibilitar una más “adecuada y equita ticipación y la representación.
tiva” representación de los colombianos en el
aparato del Estado. También se produjo una significativa reforma
de las bases de representación territorial al
Ampliación y reestructuración otorgarle a los antiguos territorios nacionales
del terreno de la representación48 (intendencias y comisarías) la calidad de de
partamentos en igualdad de condiciones. Esto
En el nivel de la representación territorial, y no sólo les concede la autonomía y las faculta
culminando el proceso de descentralización des propias de los departamentos, sino que les
iniciado durante la administración Betan- otorga el estatus de circunscripción territorial
49
cur , se aprobó la elección directa de los go para elegir gobernadores, así como dos repre
bernadores y se les asignaron nuevas funcio sentantes por derecho propio en la Cámara ba
nes50. En el nivel local no sólo se ratificó la ja53. Finalmente, se dio paso a un proceso de
elección popular de los alcaldes, sino que se dio reordenamiento territorial (todavía en curso)
paso a una ampliación de los espacios de re gracias al cual la profundización de la descen
presentación mediante la consagración consti tralización político-administrativa llega hasta
tucional de las Juntas Administradoras Loca el nivel de considerar la creación de provin
les, la ampliación de sus funciones y la obliga cias, regiones y entidades territoriales indíge
ción de elegir a todos sus miembros mediante nas, con un alto grado de autonomía54.
votación popular51.
En lo relativo a la representación a nivel na
Cabe además resaltar las disposiciones me cional, deben resaltarse dos cambios sustan
diante las cuales se consagran nuevas formas ciales en la conformación del principal órgano
de participación en los distintos niveles terri representativo del Estado colombiano: en pri
toriales. Los habitantes de las diversas entida mer lugar, se aprobó la elección por circuns
des territoriales podrán presentar proyectos cripción nacional para el Senado55, la cual
de ordenanza, acuerdo o resolución, decidir so puede favorecer la representación de las mino-
48 Las siguientes reflexiones se apoyan en el documento preparado por Pilar Gaitán y Ana María Bejarano, “Posibilidades y
limites de la Participación Política en Colombia’, (inédito), presentado a la Consejería Presidencial para la Modernización
del Estado, Bogotá, junio de 1994.
49 El proceso de descentralización es multidimensional y no se reduce, por supuesto, a la elección directa de los mandatarios
departamentales y municipales. Su importancia como componente central de la reforma del Estado colombiano y los múltiples
efectos que ha desencadenado en las diversas dimensiones ha sido tratado a profundidad por varios autores. Entre ellos vale
la pena destacar el trabajo de Pilar Gaitán Pavía y Carlos Moreno Ospina, Poder local. Realidad y utopia de la descen
tralización ..., op. cit.
50 Artículos 303 y 305 de In CN.
51 Artículos 314 y 318 de la CN.
52 Artículos 105, 106, 297, 307, 319, 321, y 326 de la CN.
53 Artículos 176, 309, 322 y 327 de la CN.
54 Artículo 287 de la CN.
55 Artículo 171 de la CN.
64 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
rías políticas y de los nuevos movimientos que Ley 70 de 1993 reglamentó la circunscripción
emergen en el nivel regional, en detrimento electoral especial para las comunidades ne
del predominio territorial de los caciques bi gras, quienes tendrán derecho a dos escaños
partidistas tradicionales. Durante las eleccio en la Cámara a partir de 199459. El Constitu
nes para el primer Congreso post-constituyente, yente previo además, mediante el artículo
llevadas a cabo en octubre de 1991, se pusieron transitorio 12, mecanismos para facilitar el ac
en evidencia los efectos positivos de la norma en ceso a los órganos representativos del Estado,
ese sentido: el 18 por ciento de las curules del de representantes de los movimientos guerri
Senado fueron ocupadas por representantes de lleros que se encuentren en proceso de nego
movimientos externos a los partidos tradiciona ciación con el gobierno. En suma, las nuevas
les, lo cual no es nada despreciable dada la his circunscripciones electorales, en particular las
toria de control bipartidista sobre el parlamento especiales, amplían considerablemente el es
colombiano56. Lo sucedido en las elecciones le pacio de la representación, al permitir el acce
gislativas de marzo de 1994, en las cuales se so a los órganos representativos de nuevos
restableció el predominio bipartidista en el Con actores políticos y sociales previamente exclui
greso, no desvirtúa el carácter amplio y demo dos de la arena política legal.
crático de la figura de la circunscripción
nacional. Simplemente confirma la enorme ca En cuanto a la posibilidad de influir en el de
pacidad de movilización electoral que conser bate legislativo, la Constitución otorga a los
van los partidos tradicionales a pesar de su ciudadanos la posibilidad de presentar proyec
enorme fragmentación interna y la incapaci tos de ley o de acto legislativo, con lo cual no
dad demostrada por las terceras fuerzas, en sólo se devuelve el poder de crear normas al
este caso la AD M-19, para convertirse en una constituyente primario, sino que además se
alternativa real al bipartidismo colombiano. contribuye a revitalizar la dinámica parla
mentaria60. También se devuelve a los ciuda
En segundo lugar debe notarse la creación de danos la posibilidad de convocar un referendo
las circunscripciones especiales en Senado y para derogar las leyes aprobadas por el Congre
Cámara como nuevos espacios políticos para so, así como la de solicitar que se sometan a re
garantizar la representación de las minorías. ferendo las reformas constitucionales que se
En el Senado se creó la “circunscripción nacio refieran a los derechos fundamentales y a sus
nal especial” para elegir un número adicional garantías, a los procedimientos de participación
de dos senadores para representar a las comu popular o al funcionamiento del Congreso61.
nidades indígenas57. En la Cámara de Repre
sentantes, pese a que se mantuvieron las Reformas adicionales al Congreso hacen espe
circunscripciones territoriales, la norma cons rar que ese órgano, además de hacerse más
titucional dejó las puertas abiertas para que el representativo, pueda ocupar un lugar más
Congreso creara una “circunscripción especial significativo dentro del aparato del Estado. La
para asegurar la participación [...] de los gru Asamblea Constituyente se preocupó por co
pos étnicos y de las minorías políticas y de los rregir el desequilibrio entre el poder Ejecutivo
colombianos residentes en el exterior”58. La y el poder Legislativo, de manera que, sin eli-
56 Ver Luis Alberto Restrepo (Director), Síntesis’93. Anuario social, político y económico de Colombia, Bogotá, Tercer
Mundo Editores - Instituto de Estudios Políticos UN, 1993, página 223.
57 Artículo 171 de la CN.
58 Artículo 176 de la CN.
59 Cabe destacar aquí que, pese a no estar representados ni en la Asamblea Nacional Constituyente ni en el Congreso, algunas
organizaciones de las minorías negras realizaron un intensa labor de “lobbying”, esfuerzo en el que fueron respaldados por
los representantes de las minorías indígenas.
60 Artículos 40, 103, 154 y 155 de la CN. Gracias a este mecanismo, la Fundación País Libre, con el apoyo de un millón de firmas,
presentó y logró la aprobación en el Congreso de una ley contra el delito del secuestro.
61 Artículos 170 y 377 de la CN.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 65
minar del todo el presidencialismo caracterís de las anteriores modificaciones. Para “lim
tico del régimen político colombiano, se le res piar” la imagen de un Congreso en decadencia,
tituyeran al segundo mayores capacidades de era además necesario instituir estrictos meca
decisión y de control sobre el primero. En otras nismos de control que evitaran la reproducción
palabras, se hicieron esfuerzos por revertir la de los vicios más protuberantes del Congreso:
tendencia hacia la acción autónoma del Ejecu la corrupción y el clientelismo.
tivo en desmedro de los órganos de repre
sentación política. En este sentido son nota Como acto simbólico que pretendía borrar de
bles las normas que limitan el papel legislador un trazo las viejas prácticas y conformar un
del Ejecutivo mediante facultades extraordi poder Legislativo totalmente nuevo, la Asam
narias, la prohibición al mismo de expedir có blea Nacional Constituyente decidió cerrar el
digos y el otorgamiento al Congreso de la Congreso, revocar el mandato de los congresis
capacidad de modificar los decretos-leyes ex tas elegidos en 1990 y convocar a nuevas elec
pedidos por el Gobierno. La nueva Carta afir ciones para fines de 1991. El nuevo Congreso
ma como competencia exclusiva del Congreso elegido en 1991 no llegó a colmar las optimis
la creación de las leyes Estatutarias y Orgáni tas expectativas de una “renovación total”. Pe
cas, ejes del desarrollo de la nueva constitu ro tampoco es cierto que en su nueva confor
ción, y prohíbe su expedición por parte del mación hayan estado presentes, en la misma
Presidente bajo facultades extraordinarias62. magnitud, todos los personajes y todos los vi
Además se le restituyen al Congreso algunos cios que lo caracterizaban anteriormente. Por
poderes en materia presupuestal63, así como un lado, se produjo un margen relativo de re
de intervención frente al Ejecutivo durante los novación, el cual fue señalado arriba66. Este se
estados de excepción64. Finalmente, la mayor tradujo en resultados tangibles, como la revi-
innovación en cuanto al control político que el talización del debate acerca de las políticas im-
Congreso puede ejercer sobre el Ejecutivo, está plementadas por el Ejecutivo. En cuanto a la
contenida en el mecanismo de la moción de labor legislativa, se aceleró la aprobación de
censura contra los ministros del gabinete65. normas que afectan directamente a las mino
rías (v. gr. la Ley de Negritudes o Ley 70 de
En síntesis, una serie de medidas tendientes 1993, y la Ley Estatutaria de Libertad Religio
a restituirle un papel central al Congreso en sa y de Cultos), y se aprobaron leyes funda
la vida política, forman parte del objetivo de mentales para el desarrollo de la nueva carta
hacer efectiva la representación de la sociedad política. Además de la ley estatutaria que re
en el Estado. Sin un Congreso verdaderamen glamenta la libertad religiosa, fueron aproba
te deliberativo, con capacidad real de legislar das otras cinco leyes estatutarias de gran
autónomamente y de controlar al Ejecutivo, no relevancia para el desarrollo constitucional: la
valdría la pena la ampliación y mejoramiento ley de estados de excepción; la ley de mecanis
de los canales de representación que garanti mos de participación ciudadana; la ley de par
cen una más adecuada conformación del mis tidos y movimientos políticos, la cual contem
mo. Pero la superación de la crisis del órgano pla además el estatuto de la oposición; la ley
legislativo no era viable a partir únicamente de voto programático; y la ley electoral67.
Por otra parte, la imposición de ciertas restric ciones que otorgaban el monopolio de la repre
ciones, cuyo objetivo de largo plazo consiste en sentación a los partidos tradicionales, sino que
modificar los comportamientos parlamenta reconoció expresamente el derecho que todo
rios, ha empezado a producir ya algunos efec ciudadano tiene de “constituir partidos, movi
tos. En primer lugar, las suplencias en los mientos y agrupaciones políticas sin limita
cargos de elección popular en corporaciones ción alguna, formar parte de ellos libremente
públicas quedaron eliminadas, con lo cual los y difundir sus ideas y programas”71. Si bien la
congresistas perdieron un instrumento para balanza de los recursos sigue inclinándose en
“pactar componendas electorales, eludir res forma preponderante hacia los partidos tradi
ponsabilidades y compartir las prebendas re cionales, la introducción de la financiación es
sultantes de ocupar una curul en el Con tatal de las campañas políticas y el acceso
greso”68. Adicionalmente, se eliminaron los igualitario a los medios de comunicación del
“auxilios parlamentarios” símbolo por exce Estado para los partidos y movimientos con per
lencia del clientelismo practicado mediante la sonería jurídica72, atestiguan un intento por de
privatización de los recursos del Estado y se mocratizar los medios para acceder al poder.
restringieron los recursos dedicados al “turis
mo parlamentario”. Pero quizás el mejor ins El vacío más protuberante que se advierte en
trumento para reformar el quehacer político la carta con respecto a los partidos, es el hecho
de los congresistas sea el nuevo régimen de de que la Asamblea se haya abstenido de exigir
inhabilidades, incompatibilidades y conflicto el sometimiento de su estructura interna a
de intereses69 cuya aplicación condujo a la pér principios democráticos, exigencia que sí se in
dida de la investidura de ocho congresistas ele cluye en la Constitución para otras organiza
gidos en 1991. Con estas y otras medidas, como ciones sociales tales como los gremios, los
la separación del calendario electoral70, la sindicatos, los colegios profesionales, las orga
Asamblea Constituyente pretendió debilitar las nizaciones deportivas y las de consumidores y
prácticas corruptas de la clase política tradicio usuarios73. Es cierto que tal democratización,
nal y desanudar las redes clientelistas que se lejos de imponerse por fuerza constitucional,
tejen desde el plano local hasta el nacional. Sin constituye parte del cambio que debe darse,
embargo, medidas como la creación de un ver gradualmente, en las formas de hacer política
dadero “servicio civil”, el mejor antídoto contra en Colombia. Nótese por ejemplo que, en au
la clientelización del Estado, no fueron aproba sencia de una norma constitucional en tal sen
das, de tal suerte que el Estado colombiano per tido, el Partido Liberal ha adoptado la
manece en gran medida “privatizado”. consulta popular para elegir candidato presi
dencial como una forma de resolver sus con
En lo que concierne a los partidos políticos, la troversias internas. Sin embargo, la ausencia
nueva Constitución no sólo eliminó las restric de una disposición tendiente a la democratiza-
elección, el Congreso aprobó 3 actos legislativos y 138 leyes entre las cuales, además de las anotadas arriba, se destacan: la
que estableció la organización de la Defensoría del Pueblo; la ley de orden público; la Ley 100 de 1993 o de Seguridad Social;
los estatutos de Contratación Administrativa y de servicios públicos domiciliarios; las leyes general de educación y de
educación superior; la ley eléctrica; la ley de regalías; la ley agraria; las modificaciones al Código Pénal y al Código de
Procedimiento Penal; el Estatuto Carcelario y Penitenciario; la aprobación de la Convención de Viena sobre narcotráfico; y
la ley de Reforma a la Policía o Ley 62 de 1993.
68 Artículo 261 de la CN. La cita es de Elizabeth Ungar, ‘La Reforma al Congreso: ¿Realidad o Utopía?’, en John Dugas
(compilador), La Constituyente de 1991..., op. cit., p. 183.
69 Artículos 179 a 187 de la CN.
70 Artículo 262 de la CN.
71 Artículos 40 (numeral 3) y 170 de la CN.
72 Artículos 109 y 111 de la CN.
73 L* prohibición de exigirle cualquier tipo de organización interna a los partidos y movimientos políticos esté contenida en el
artículo 108. Las exigencias planteadas con respecto a otras organizaciones sociales están contenidas en los artículos 39, 26,
52 y 78 de la CN.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 67
ción interna de los partidos es, por lo menos, en lo social, como en lo político76. La Constitu
incongruente con los principios que inspiran ción consagra el respeto a la diversidad étnica,
la nueva carta constitucional. lingüística y cultural, así como la igualdad de
todas las culturas que conviven en el territo
Por último, debe señalarse el reconocimiento rio77. El reconocimiento a las comunidades ét
constitucional de la existencia y legitimidad de nicas no se limita, sin embargo, únicamente a
la oposición, así como la inclusión de una serie los ámbitos de lo cultural, lingüístico o territo
de derechos que deben garantizar el ejercicio rial, sino que además incluye la dimensión de
de la misma74. Por supuesto que no podemos lo político. Los territorios indígenas estarán
caer en un ingenuo “fetichismo legal”, es decir gobernados por consejos conformados y regla
en la práctica de creer en los efectos automá mentados según los usos y costumbres de sus
ticos de la ley. Un camino largo resta por reco comunidades. Las autoridades de los pueblos
rrer antes de modificar sustancialmente el
indígenas podrán ejercer funciones jurisdic
sistema bipartidista que ha dominado en Co
cionales dentro de su ámbito territorial, de
lombia a lo largo de siglo y medio, o de trans
conformidad con sus propias normas y proce
formar sustancialmente sus prácticas políticas.
dimientos. A nivel nacional, como se señaló
Creemos, sin embargo, que en comparación con
arriba, las comunidades indígenas y negras
las normas anteriores y, en la medida en que la
contarán con una representación permanente
norma constitucional posea alguna capacidad
en el Senado y la Cámara78. Por otra parte, el
de modificar y moldear la práctica política real,
artículo transitorio 55, desenrollado mediante
las puertas han quedado abiertas para la inclu
sión de nuevos actores y nuevas prácticas en el la Ley 70 de 1993, le reconoció a las comuni
sistema político colombiano. dades negras el derecho a la propiedad colec
tiva, y creó mecanismos para la protección de
En cuanto a la representación social, la nueva su identidad cultural y sus derechos.
Constitución garantiza los derechos de libre
expresión, reunión, manifestación y asocia En lo que tiene que ver con las minorías reli
ción de los ciudadanos, los cuales constituyen giosas, a más de consagrar el derecho a la libre
precondiciones básicas para una participación expresión, la Constitución garantiza la liber
libre, pluralista, organizada y democrática75. tad de conciencia79 y el artículo 19 garantiza
Adicionalmente, el artículo 103 hace mención explícitamente la libertad de cultos.
explícita de la obligación del Estado de promo
ver la existencia de organizaciones sociales ca Aparte de una eficaz labor de negociación y
paces de constituirse en espacios instituciona alianzas por parte de los representantes de las
lizados de mediación y representación. Pese a minorías en la Asamblea Constituyente, los lo
ello, no se observan a lo largo de la Constitución, gros en este sentido, en especial los que tienen
ni en los desarrollos legislativos posteriores, es que ver con la comunidad indígena, deben en
fuerzos tendientes a plasmaren reglamentaciones tenderse también como el resultado de déca
realistas y viables las mencionadas intenciones. das de lucha de una población indígena que
pese a ser minoritaria, logró resistir tanto los
Especial mención merece el reconocimiento ataques de la represión como las tentaciones
constitucional de los grupos étnicos (comuni de la cooptación y del clientelismo, y terminó
dades indígenas y negras) como actores capa por perfilarse como el más auténtico y durade
ces de asumir su propia representación, tanto ro de los “nuevos” movimientos sociales en Co-
80 Para una historia del movimiento indígena colombiano ver: Christian Gros, Colombia indígena. Identidad cultural y
cambio social, Bogotá, Fondo Editorial CEREC, 1991.
81 Fabio López de la Roche, “Tradiciones de cultura política en el siglo XX”, en Miguel Eduardo Cárdenas (compilador), Moder
nidad y Sociedad Política en Colombia, Bogotá, FESCOL - Ediciones Foro Nacional por Colombia -IEPRI, 1993, p. 159.
82 Artículo 40 de la CN.
83 Artículos 103,104, 105 y 106 de la CN. Su reglamentación se concretó en la Ley Estatutaria de Mecanismos de Participación
Ciudadana.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 69
trol del Estado, mediante la asignación de nue les (tutela) como colectivos (acciones popula
vas y más precisas funciones a la Procuraduría res), no sólo apunta a redistribuir el poder po
y la Contraloría, la creación de la figura del lítico en favor de la población, sino que
Defensor de Pueblo y la creación transitoria de constituye una salvaguardia en contra de
la polémica figura del Veedor del Tesoro. En lo eventuales abusos por parte del Estado.
que concierne al Consejo Nacional Electoral,
la nueva normatividad reitera su autonomía, La eficacia real de esos mecanismos depende,
además de ampliar y dinamizar sus funciones. en verdad, de la capacidad que tenga la socie
dad civil de apropiárselos y actuar con base en
Más importante aún, en este sentido, resulta ellos. Esto requiere, por supuesto, que las or
la creación de mecanismos de control “de abajo ganizaciones de la sociedad civil superen el ca
hacia arriba”, los cuales contribuyen a valori rácter disperso y episódico que las ha carac
zar el control público, societal sobre el Estado. terizado recientemente y se constituyan en
De ahora en adelante los representantes debe agentes permanentes de control sobre la ges
rán actuar bajo la premisa de que sus repre tión del Estado para garantizar la responsabi
sentados son capaces de seguir su gestión, lidad de la representación. De nuevo, la
evaluarla, introducir nuevos elementos y mo creación de mecanismos mediante la norma
dificar otros. En esta perspectiva, es preciso constitucional es condición necesaria pero no
resaltar el artículo 133, el cual establece que suficiente para la democratización del Estado.
“el elegido es responsable políticamente ante Se requiere igualmente, el fortalecimiento y la
la sociedad y frente a sus electores del cumpli autonomía de la sociedad civil.
miento de las funciones propias de su investi
dura”, creando un nexo de responsabilidad En síntesis, la Constitución de 1991 constitu
hasta ahora ausente entre el elegido y sus elec yó, sin duda, un esfuerzo serio de democrati
tores. Ese nexo se hace efectivo a través de zación del régimen y del Estado colombianos,
novedosos mecanismos de control como el voto al ampliar y reestructurar los canales de acce
programático y la revocatoria del mandato. so ciudadano al proceso de toma de decisiones
Este último sólo fue aprobado para los gober estatales, pero sobre todo, al crear mecanis
nadores y alcaldes, lo cual dejó a las corpora mos que permitan una labor permanente de
ciones de elección popular por fuera del control control y fiscalización de la sociedad sobre el
ciudadano. Sin embargo, el artículo 184 deja Estado, condición sine qua non de la demo
abierta la posibilidad de que cualquier ciuda cracia. Después de su promulgación quedó de
dano solicite ante el Consejo de Estado la pér finitivamente enterrado el argumento, esgri
dida de la investidura para los congresistas. mido por muchos, que estigmatizaba al régi
En cuanto al ejercicio de la función administra men político por su carácter “restringido” o “li
tiva y su necesaria fiscalización, el artículo 270 mitado”. De esta manera, el trabajo de la
obliga al legislador a organizar las formas y los Asamblea Nacional Constituyente dio paso a
sistemas de participación ciudadana que permi la solución de la crisis política por lo menos en
tan vigilar la gestión pública en los diferentes una de sus dimensiones: la que exigía la demo
niveles administrativos y sus resultados. cratización del régimen político. Sin embargo,
luego del replanteamiento de las reglas del
Por último, resulta crucial señalar los meca juego político, quedó al descubierto un proble
nismos consagrados constitucionalmente para ma más hondo y quizás más difícil de resolver:
asegurar la protección y aplicación de los de la profunda debilidad de la sociedad civil y el
rechos individuales y colectivos84. El hecho de enorme déficit en cuanto a la capacidad del
que existan mecanismos eficaces de protección Estado para respaldar y poner en marcha las
y aplicación de los derechos, tanto individua reformas constitucionales.
postrimerías del siglo XX”90. Allí reside justa ciudadanos, e insiste en el fortalecimiento de
mente el dilema particular de la reforma del la justicia como pilar fundamental, subsisten
Estado en Colombia, dilema que comparte con en ella algunos elementos de la confusión en
algunos países de la región -particularmente tre guerra y política que ha caracterizado los
con el Perú, El Salvador, Guatemala, Nicara modelos de seguridad del Estado colombiano.
gua y quizás ahora, después de Chiapas, con Tales elementos, aparte de señalar el peso que
México. El dilema, de cómo monopolizar la jus todavía tienen algunos de los sectores más au
ticia y los medios de coerción, respetando y pro toritarios del Estado en el diseño de las políti
moviendo simultáneamente los derechos ciuda cas de orden público, evidencian las dificul
danos en su más amplia acepción, se puede sin tades de emprender un esfuerzo de construc
tetizar en pocas palabras: de cómo responder a ción de Estado en medio de un contexto mar
la doble exigencia de construir un Estado fuerte cado por el conflicto armado.
y moderno, pero a la vez democrático.
A continuación se reseñan las cuatro principa
les vertientes alrededor de las cuales ha girado
La estrategia del gobierno Gaviria la política de fortalecimiento del Estado colom
biano. La mayoría de las medidas tomadas en
La administración Gaviria (1990-94) se distin
este sentido han sido el producto de la acción
gue de las inmediatamente anteriores en el
del Ejecutivo, más que desarrollos del texto
propósito de diseñar en forma explícita una
constitucional, el cual resultó extremadamen
política de seguridad91, la cual ha tendido ha
te limitado en lo que a estos asuntos se refiere.
cia la construcción del aparato de Estado como
Admitiendo que persisten enormes vacíos en
monopolio legítimo y eficaz de la justicia y del
muchos campos, así como disposiciones auto
uso de la fuerza. Que este gobierno se haya
ritarias que en ocasiones contradicen el propó
propuesto diseñar una política explícita en tal
sito democratizador de la Constitución, debe
sentido no es mera coincidencia. Tal propósito
tenerse en cuenta que los efectos de estas po
surge como resultado del “colapso parcial del
líticas, en tanto tienden hacia la construcción
Estado” sufrido entre mediados de 1989 y
del Estado, sólo pueden esperarse en el media
1990, luego del cual las élites estatales com
no o largo plazo.
prendieron que la salida a la crisis nacional no
se reducía a una serie de reformas parciales y
que la consolidación del régimen implicaba un El fortalecimiento
serio fortalecimiento del Estado. del aparato de Justicia
Según Orozco, el proyecto gubernamental de A decir verdad, antes que fortalecerlo, al apa
Gaviria ha querido situarse como un modelo rato de Justicia colombiano había que recons
de equilibrio entre eficiencia y legitimidad, en truirlo de nuevo. Al acumulado histórico de
un punto intermedio “entre el modelo autori procesos sin resolución, producto del secular
tario de construcción de la nación desde el Es abandono de la administración de justicia, vi
tado y el modelo libertario de construcción no a sumarse el aumento dramático de las ta
-democrático-participativa- del Estado desde sas de criminalidad causado en parte por el
la nación”92. De hecho, aunque la estrategia impacto del narcotráfico, para conducir final
resulta novedosa en cuanto amplía la noción mente al colapso del aparato judicial, especial
de seguridad, para incluir en ella no sólo la mente de la rama penal. Algunas cifras
seguridad del Estado sino también la de los pueden resultar ilustrativas al respecto: un in-
90 Iván Orozco Abad, “La política de seguridad y la política criminal durante la administración Gaviria”, (inédito), Bogotá,
Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, 1993, p. 1.
91 Ver Presidencia de la República, “Estrategia Nacional contra la Violencia”, mayo de 1991; y Presidencia de la República,
“Seguridad para la Gente...”, op. cit.
92 Orozco, “La política de seguridad...’, op. cit., pp. 2 y 3.
72 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
93 Instituto SER de Investigación, Justicia Penal, Juicio y Reforma, Bogotá, FESCOL, 1983; citado en Jaime Giraldo Angel,
“La Refoi-ma Constitucional de la Justicia', en John Dugas (comp.), La Constitución de 1991..., op. cit., p.104.
94 Ibidem, p. 106.
95 Figura que reemplazó al antiguo Estado de Sitio. Cf. Articulo 213 de la CN.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 73
de sus condiciones de seguridad y la tecnifica- las altas tasas de criminalidad sigue siendo
ción del aparato. Como consecuencia, entre evidente. Si bien es cierto que se ha reforzado
1990 y 1993, los recursos públicos asignados la capacidad del Estado frente al crimen orga
al sector de la justicia han sido incrementados nizado, sobre todo frente al narcotráfico, la jus
en un 105 por ciento en términos reales96. Adi ticia ordinaria continua en un estado grave de
cionalmente, los decretos expedidos por el go abandono y desprestigio. Con el agravante de
bierno en diciembre de 1992, dentro del que la justicia secreta o de orden público intro
paquete bautizado con el nombre de “Moderni duce serios limitantes para la aplicación y pro
zación del Estado”, demuestran que el Ejecutivo tección de los derechos humanos. A los altos
ha insistido en su estrategia de fortalecer la jus niveles de criminalidad deben sumarse los al
ticia. Uno de los pocos ministerios que resultó tísimos niveles de impunidad que persisten,
fortalecido durante esta reforma fue el de Justi sobre todo cuando se trata del juzgamiento de
cia. En particular, se fortalecieron las funciones agentes del Estado que han cometido delitos
de investigación socio-jurídica, planeación, coo dentro y fuera del servicio. La persistencia del
peración internacional, el sistema de prisiones fuero militar, que también cubre a la policía, y
y los mecanismos de prevención criminal y de de los mecanismos de juzgamiento utilizados
arreglo prejudicial de conflictos97. por los tribunales militares, contribuyen en un
alto grado a mantener la impunidad. Y como
Adicionalmente, cabe anotar que se le ha asig
bien lo dice el reciente informe de Amnistía
nado un papel creciente a la justicia en el cam
Internacional, “cuando prevalece la impuni
po de la erradicación de las organizaciones
dad, se desmorona el imperio de la ley en la
armadas que combaten al Estado y afectan a
sociedad”98.
la población civil. La Fiscalía General de la
Nación ha jugado un papel primordial en la
“política de sometimiento a la justicia” diseña La recuperación del monopolio
da por el gobierno Gaviria con el fin de obtener del uso legítimo de la fuerza
la rendición y confesión de personas vincula
das al tráfico de drogas. Esta política, pese a Recuperar el monopolio de los medios de coer
haber sido seriamente cuestionada tanto na ción en Colombia es un objetivo de largo plazo,
cional como internacionalmente, ha rendido que implica diversas tareas complementarias.
algunos frutos por lo menos en lo concerniente En primer lugar, implica la desarticulación, la
a desvertebrar las redes terroristas del narco neutralización y, en lo posible, la erradicación
tráfico. Igualmente, la Fiscalía debe encargar de las organizaciones armadas que le disputan
se de investigar e instruir los procesos contra al Estado ese monopolio. Se trata, por supues
los guerrilleros detenidos desde 1991. En un to, de la guerrilla y de las organizaciones de
país acostumbrado a la tortura, las desaparicio dicadas al narcotráfico, pero también de las
nes, las masacres y las ejecuciones extra-juicio, organizaciones paramilitares y escuadrones
el hecho de que el aparato de Justicia asuma un de la muerte. En segundo lugar, se trata de
papel predominante, por encima del aparato mi obtener un control sobre los 3.5 millones de
litar, no deja de ser un signo saludable. armas que se encuentran en manos de los ci
viles y que contribuyen a engrosar los altos
Pese a estos avances, deben señalarse varios niveles de homicidios en el país.
problemas persistentes, relacionados con la
administración de justicia: por un lado, pese a Frente a los actores armados organizados, da
los esfuerzos tendientes a su fortalecimiento, da su variada naturaleza, el Estado ha debido
el desbordamiento del aparato de justicia por diseñar diversas estrategias paralelas. Con
respecto a la guerrilla, dado su carácter fun ción. Con respecto a la guerrilla, el aumento
damentalmente político, las últimas tres ad de las actividades extorsivas, del secuestro y
ministraciones (1982-1994) han propiciado un la creciente vinculación de algunos frentes con
proceso de negociación y reincorporación que la producción y el tráfico de drogas, inducen a
ha producido frutos evidentes con la reincor pensar que allí también se ha producido un
poración de cinco organizaciones guerrilleras crecimiento significativo de los medios para fi
a lo largo de los últimos cuatro años. nanciar la guerra.
Sin embargo, las conversaciones de paz que se En relación con el narcotráfico, el Estado tam
llevaban a cabo con la Coordinadora Guerrille bién ha combinado la “mano tendida” y el “pul
ra Simón Bolívar (conformada hoy por las so firme”. La estrategia de la mano tendida se
FARC, el ELN y un grupo disidente del EPL) expresó en la voluntad de la Asamblea Nacio
fracasaron a mediados de 1992. Frente a ellas, nal Constituyente de prohibir, por mandato
el gobierno ha diseñado una política llamada constitucional, la extradición de colombianos.
de “guerra integral”, la cual ha implicado un Adicionalmente, el gobierno Gaviria diseñó y
fortalecimiento creciente de las fuerzas mili puso en marcha, desde 1990, la “política de
tares, tanto en pie de fuerza, como en equipo sometimiento a la justicia”, la cual otorga ga
para el combate. Se han creado brigadas mó
rantías judiciales para aquellos narcotrafican-
viles mediante la incorporación de 23,000 sol
tes que decidan entregarse a la justicia y
dados profesionales y se ha fortalecido su
confesar sus delitos. Sin duda este ha sido un
capacidad operativa mediante la compra de
esfuerzo acertado en procura de desmilitarizar
helicópteros y medios de patrullaje marítimo
el problema de las drogas y de fortalecer la
y fluvial. Como consecuencia, según informe
capacidad judicial para combatirlo.
del gobierno, entre 1990 y 1993 los recursos
públicos asignados al sector defensa han debi
Sin embargo, aquí también el Estado colom
do incrementarse en un 60%. Para sostener la
biano ha enfrentado actores que se niegan a
estrategia, el gasto en fuerza pública deberá
aceptar las vías pacíficas de reincorporación a
pasar del 2.8% del PIB en 1993, al 4% en los
la vida civil. Después de su fuga de “La Cate
próximos diez años".
dral”, la lucha contra Pablo Escobar se convir
Los mayores compromisos del Estado en ma tió en objetivo prioritario del Estado. Escobar
teria de seguridad y de defensa van claramen no sólo era el jefe del cartel de Medellín, un
te en contravía de otras áreas de acción hombre que por su capacidad de corrupción e
estatal, en particular del gasto social. Sin em intimidación fue capaz de burlar el cerco del
bargo, dada la prioridad asignada a la recupe Estado colombiano durante año y medio. Por
ración del monopolio de la fuerza, sería sobre todo, Pablo Escobar era el símbolo de la
ingenuo creer que tal objetivo pueda llevarse enorme ineptitud del Estado colombiano, de la
a cabo sin incrementar el gasto militar, sobre impotencia del Estado frente al crimen orga
todo tratándose de una situación en la cual nizado. Por eso, la muerte de Pablo Escobar en
numerosos actores, no sólo la guerrilla, le dis enfrentamiento con el Bloque de Búsqueda
putan al Estado el control de los medios de constituyó un triunfo simbólico para el Estado
coerción. Por otra parte, no puede olvidarse el colombiano. Nadie es tan optimista como para
hecho de que los actores que desafían al Esta creer que con la muerte de Escobar vayan a
do también han fortalecido su capacidad mili desaparecer las redes colombianas de tráfico
tar y de financiamiento en los últimos años. de drogas. Pero su muerte contribuye a afir
Con respecto al narcotráfico, no cabe duda mar la convicción de que el Estado puede más
acerca de su infinita capacidad de financia que el más poderoso de los criminales.
Frente a otras organizaciones armadas se han El hecho más importante a este respecto es,
producido algunos logros, en especial en lo re sin duda, el nombramiento, por vez primera en
lacionado con la desmovilización de las mili casi cuarenta años, de un Ministro de Defensa
cias populares de Medellín, labor en la cual civil. El hecho de que un civil se haya encarga
tuvo papel importante la Consejería Presiden do de los asuntos de defensa derrumba un mito
cial para Medellín creada durante el gobierno largamente sostenido en Colombia, según el
Gaviria. Por el contrario, los avances han sido cual sólo los militares podían ocuparse de los
escasos en lo concerniente a los grupos para- asuntos de seguridad y defensa. Se derrumbó
militares: éstos no sólo siguen actuando en sobre todo el dique que mantenía aislados a los
múltiples regiones del país, sino que lo hacen, civiles del debate y la injerencia en los asuntos
en muchos casos, bajo el manto de impunidad militares, dique que a su vez posibilitaba la
que les otorga la protección de las fuerzas ar autonomía militar en el manejo del orden pú
madas estatales. blico. Finalmente, el hecho de que los militares
hayan aceptado el nombramiento de Rafael
Finalmente, con respecto al control de la enor
Pardo como Ministro de Defensa constituyó
me cantidad de armas que circulan por el te
otro enorme gran triunfo real y simbólico para
rritorio nacional, el gobierno con base en
el gobierno civil. Por otra parte, se nombró a
facultadas otorgadas por el Congreso100, ha
un civil en la dirección del Departamento Ad
puesto en marcha una serie de medidas que
ministrativo de Seguridad, DAS, con lo cual se
combinan el decomiso y la legalización, con la
entrega voluntaria de armas. Además expidió comenzó a revertir la tendencia a la militari
el Estatuto de Vigilancia y Seguridad Privada zación de los aparatos de seguridad y se forta
mediante Decreto No. 356 del 11 de febrero de leció la dirección civil en asuntos de defensa y
1994. Estas disposiciones no detendrán, como seguridad.
por “arte de magia”, los crecientes niveles de
El Ejecutivo ha buscado consolidar la forma
violencia. Sin embargo, es importante señalar
el hecho de que el Estado haya asumido como ción de un aparato civil de conducción de los
propia la tarea de controlar la circulación de asuntos militares y de seguridad, con el fin de
armas en el país. ejercer un verdadero liderazgo en estas mate
rias. En primer lugar, se creó la Consejería
Presidencial para la Defensa y la Seguridad
La subordinación de los militares Nacional, un aparato civil para-ministerial,
al poder civil que cumple con el objetivo de asesorar al Pre
Un fortalecimiento del aparato coercitivo del sidente en materias como el diseño de la Es
Estado, sin un fortalecimiento paralelo de la trategia Nacional contra la Violencia. El
capacidad de subordinar lo militar a lo civil, Consejero Presidencial para la Defensa y la
estaría lejos de constituirse en un soporte de Seguridad Nacional sirve a su vez como Secre
la democracia. El Estado colombiano ha avan tario del recién creado Consejo Superior de Se
zado en este aspecto, sobre todo en los últimos guridad y Defensa Nacional, el cual centraliza
tres años. Resulta importante señalar que la las funciones que anteriormente cumplían dos
iniciativa en esta materia la ha tenido el Eje consejos diferentes (el Consejo Nacional de Se
cutivo, y que la mayor parte de las reformas guridad y el Consejo Superior de Defensa Na
llevadas a cabo en este sentido, se hicieron fue cional). La composición de este nuevo y único
ra del ámbito de la Asamblea Nacional Cons Consejo, revela un predominio claro de los fun
tituyente. cionarios civiles sobre los militares.
100 Ver; Ley 61 de agosto 12 de 1993, "por la cual se reviste al Presidente de la República de facultades extraordinarias para
dictar normas sobre armas, municiones y explosivos, y para reglamentar la vigilancia y seguridad privadas’.
76 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
101 Ver Americas Watch, La violencia continúa. Asesinatos políticos y reforma institucional en Colombia, Bogotá,
Tercer Mundo Editores - CEI - IEPRI, 1993; Amnistía Internacional, Violencia política en Colombia..., op.cit.; y Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, Derechos Humanos en Colombia. Segundo Informe de la Comisión Intera
mericana de Derechos Humanos, Bogotá, Comisión Andina de Juristas, Seccional Colombiana, abril de 1994.
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 77
Difícilmente podía esperarse que esta modifi mas de bienestar para los agentes y sus fa
cación constitucional promoviera cambios sus milias. Además tiende a una especialización
tanciales al respecto. Fue más bien el despres funcional del cuerpo de policía que deberá
tigio creciente de las Fuerzas Armadas, en una redundar en el mejoramiento de su capaci
coyuntura que puso el acento sobre la violación dad operativa. La parte más relevante de la
de los derechos humanos, lo que obligó al go reforma está dirigida a fortalecer los meca
bierno a iniciar una reestructuración de las nismos de control externo e interno sobre el
mismas. El gobierno decidió reestructurar funcionamiento de la actividad policial. La
únicamente la Policía Nacional, quizá por ser mayor innovación en este sentido consiste en
la institución más duramente criticada por la la Creación del Sistema de Participación
ciudadanía, pero sobre todo por que en mo Ciudadana en asuntos de Policía y en la crea
mentos en que se adelanta una “guerra inte ción de un Comisionado Civil para la Policía
gral” contra la guerrilla, la reestructuración Nacional, encargado de vigilar que la insti
de las Fuerzas Militares dificultaría la rela tución se ciña estrictamente al mandato
ción entre éstas y el gobierno civil. El gobierno constitucional.
conformó dos comisiones consultivas, una in
terna y otra externa, para discutir la reforma Pese a estos logros, persiste todavía cierta con
de la Policía. En la interna tuvieron presencia fusión, puesto que la Policía permaneció su
los altos mandos de la institución, oficiales, su bordinada al Ministerio de Defensa, subordi
boficiales, agentes y funcionarios de la Procu nación que el Gobierno defendió argumentan
raduría Delegada para la Policía Nacional. La do que era preciso mantener la unidad de man
segunda fue quizás la más novedosa, no sólo do. Adicionalmente, la confusión persiste
por su composición (allí estuvieron presentes porque gracias a la reestructuración interna
parlamentarios, dirigentes gremiales, diri se creó un cuerpo especial de carabineros o po
gentes sindicales y campesinos, e incluso un licía rural, que debe recibir entrenamiento mi
sociólogo, profesor universitario), sino sobre litar y que tendrá como función la protección
todo porque constituyó el primer precedente de comunidades rurales asediadas por la gue
de consulta abierta por parte del Estado, a di rrilla y otros actores armados. Además, se
versas fuerzas de la sociedad, sobre asuntos de mantuvo la inclusión de la policía bajo el fue
seguridad. Con base en los informes presenta ro militar y el juzgamiento de delitos come
dos por ambas comisiones, el Gobierno presen tidos por sus agentes en manos de los tribu
tó ante el Congreso un proyecto de ley para la nales militares. Frente al mantenimiento de
reforma de la policía, el cual fue aprobado a tales ambigüedades, cabe plantearse la hipó
mediados de 1993102. tesis de que ellas responden a un proyecto
autoritario de fortalecimiento del Estado.
La reforma de la policía, tal como quedó plas Pero también cabe reconocer la realidad, so
mada en la Ley, confirma la decisión de hacer bre la que hemos insistido, de que en un con
de la policía un cuerpo de naturaleza civil, con texto de conflicto armado interno, los es
fines preventivos, a diferencia de las Fuerzas fuerzos conducentes a la “civilización de la
Militares. Por otra parte, apunta a fortalecer política”, y el retorno de las Fuerzas Milita
la institución mediante el aumento del perso res a sus funciones constitucionales, se ven
nal, sobre todo en los niveles de mando; la ca severamente distorsionados.
lificación de las exigencias tanto para el
reclutamiento como para la formación de sus Con respecto al Ejército no ha habido una ini
miembros; y finalmente, mediante el aumento ciativa gubernamental que se compare con las
de las remuneraciones salariales y los progra reformas iniciadas en la Policía. Lo cual consti-
102 Ley 62 de agosto 12 de 1993. Sobre los alcances y limitaciones de la respectiva reforma, ver Alvaro Camacho Guizado, “La reforma
de la policía: realidades inmediatas y objetivos estratégicos’, en Análisis Político, No. 19, mayo a agosto de 1993. El articulo
tiene el valor de documento testimonial ya que su autor participó en la Comisión externa consultiva para la reforma.
78 ANALISIS POLITICO No. 22, mayo-agosto de 1994
tuye un reconocimiento tácito de las dificulta democráticos sobre el Estado, tuvieron su pun
des para restructurar, en un sentido democrá to culminante en la Asamblea Constituyente
tico, el aparato militar de un Estado que no reunida en 1991. La nueva Constitución con
ha superado la posiblidad de la guerra inter tribuyó a la creación de nuevos mecanismos de
na. Es probable que transcurran varios años acceso a los aparatos del Estado, mecanismos
antes de que en Colombia desaparezcan, bien de refrendación y control de las decisiones es
sea a través de la negociación o de la derrota tatales, mecanismos de control sobre la ges
militar, los actores que mantienen vigente el tión de funcionarios elegidos, así como nove
conflicto armado. Mientras tanto, y pese a los dosas formas para defender los derechos fun
avances reseñados hasta aquí, es difícil ima damentales de la ciudadanía. En síntesis, pue
ginar una resolución democrática de la cues de afirmarse que en 1991, se dio paso a una
tión militar. democratización del régimen político y del Es
tado colombianos.
Un largo camino por andar...
Sin embargo, la solución a la crisis no sólo ra
A diferencia de la mayoría de los países de dica en la democratización del aparato estatal
América Latina, en el caso colombiano no re y del régimen, sino que también depende del
sulta tan claro que un proceso de agotamiento fortalecimiento de un Estado precario y débil,
y crisis del modelo desarrollista hubiera sido incapaz de cumplir con sus funciones más ele
motor principal de la reforma del Estado. Aun mentales. La construcción de un Estado fuerte
que la economía comenzaba a mostrar signos es condición sine qua non de la estabilidad
recesivos, la crisis de los ochenta nunca fue tan de un régimen democrático como el que se es
profunda como en el resto de la región y no boza en la Constitución de 1991, y quizás la
alcanzó una gravedad tal como para propiciar única alternativa para superar el conflicto ar
drásticos cambios desde dentro. Más bien, al mado interno. Varias reformas del Estado co
finalizar la década, se dio un tránsito gradual lombiano apuntan en este sentido: el fortale
hacia una economía más abierta y por consi cimiento de la justicia, la recuperación del mo
guiente se inició la adecuación del aparato ins nopolio de la fuerza, la subordinación de los
titucional que la regula, siguiendo los linea- militares a los civiles, y la diferenciación entre
mientos de las transformaciones en el sistema las funciones policiales y militares. Se trata
internacional. Así, los cambios que buscan indudablemente de reformas de largo plazo.
adecuar la estructura del Estado a las necesi Pero además, es preciso resaltar que todavía
dades de un nuevo modelo de desarrollo cons no se emprenden esfuerzos decididos contra la
tituyen el aspecto más tardío y menos dramá violación de los derechos humanos por parte
tico de la reforma. de las fuerzas estatales. Sin esta condición, di
fícilmente puede afirmarse que el fortaleci
Por el contrario, la reforma política del Estado miento del Estado pueda redundar en el
no sólo fue anterior, sino que ha resultado mu fortalecimiento de la democracia.
cho más profunda. Para comienzos de la déca
da de los ochenta, los niveles de conflicto Otro vacío protuberante en cuanto a la refor
alcanzados en Colombia reflejaban la crisis de ma del Estado colombiano, es el notable rezago
legitimidad del régimen y la creciente debili en el cual se encuentra respecto de la “cuestión
dad del Estado. De tal suerte que las reformas social”. Nuestro Estado nunca ha detentado,
tendientes al fortalecimiento del Estado y a la como el mexicano o el uruguayo, amplios po
democratización de sus relaciones con los ciu deres de intervención para paliar los efectos
dadanos asumieron un carácter prioritario en de la desigualdad social. Tampoco ahora se ha
Colombia como parte del esfuerzo por darle dado un esfuerzo explícito por parte de las éli
una salida democrática a la crisis política na tes estatales para rediseñar nuevas funciones
cional. Las reformas tendientes a ampliar la y fortalecer la capacidad redistributiva y de
participación, la representación y los controles regulación social del Estado. Pese a la retórica
RECUPERAR EL ESTADO... ANA MARIA BEJARANO 79
oficial103 y a algunos esfuerzos novedosos en riales que hacen posible el ejercicio real de la
este sentido104, el rediseño y fortalecimiento de ciudadanía.
la política social continúan ocupando una baja
prioridad en la agenda del Estado colombiano. He querido reiterar, sin embargo, que a dife
Sin desdeñar los avances políticos reseñados rencia de otros países, la reforma del Estado
arriba, no podemos olvidar que una enorme en Colombia ha representado un triple desa
carga de pobreza y de miseria, es decir, de ex fío: puesto que incluye no solamente la exigen
clusión social, se cierne sobre las posibilidades cia de democratizar el Estado y de adecuarlo
de participación y representación de los colom a las condiciones tanto internas como externas
bianos. Tampoco debemos olvidar que al Esta
de un nuevo modelo de desarrollo, sino además
do colombiano le corresponde, tanto como a sus
la recuperación de la capacidad del Estado pa
pares latinoamericanos, un papel protagónico
ra crear y sostener un orden social donde sea
en la regulación de los desequilibrios sociales
vía su función redistributiva. Por lo tanto, no posible la supervivencia y la convivencia pací
quisiera argumentar en favor de una prioridad fica de los ciudadanos. La prioridad asignada
secuencial en cuanto a las obligaciones estata dentro del proceso de reforma del Estado co
les, ni dar por entendido que el Estado puede lombiano a la recuperación del monopolio de
proteger a los ciudadanos (mediante el ejerci la justicia y de la fuerza, quizá sea el resultado
cio eficaz de la prevención o de la represión) de una necesidad histórica: primero hay que
haciendo caso omiso de las condiciones mate tener Estado para luego poder reformarlo.
103 Véase por ejemplo el Plan de Desarrollo Nacional presentado por el Gobierno Gavina bajo el sugestivo título de La Revolu
ción Pacífica. Plan de Desarrollo Económico y Social 1990-1994, Santafé de Bogotá, Presidencia de la República,
Departamento Nacional de Planeación, 1991.
104 Me refiero específicamente al Plan Nacional de Rehabilitación (PNR) -creado durante la administración Betancur (1982-86),
fortalecido durante el gobierno Barco (1986-90) y posteriormente debilitado durante la administración Gaviria (1990-94)- el
cual combinaba objetivos de seguridad (fortalecimiento de la presencia estatal) con objetivos dirigidos a mejorar la calidad
de vida y la participación ciudadana en regiones azotadas por la violencia.