Antologia de Bioetica y Tanatologia
Antologia de Bioetica y Tanatologia
DE TAMAULIPAS AC.
GUÍA
BIOÉTICA Y TANATOLOGÍA
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INDICE
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3.5. Aspectos Legales que Influyen en la alegría y sufrimiento del paciente 43
Síntesis Unidad III 46
Actividad de Aprendizaje III 47
Cuestionario de la Unidad III 48
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OBJETIVO GENERAL DE LA GUÍA
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UNIDAD I
En otros escritos Potter llamó a la bioética sabiduría de la ciencia, intuyendo que la dimensión
técnico-instrumental debía ir unida a la filosófico-sapiencial y que todo científico debía
recuperar la dimensión sapiencial como algo intrínseco a su profesión. A lo largo de estos
treinta años han sido elaboradas numerosas definiciones, por ejemplo, en la primera edición
de la Enciclopedia de Bioética se la definió como el estudio sistemático de la conducta
humana en el área de las ciencias de la vida y de la salud, examinadas a la luz de los valores
y de los principios morales. Posteriormente, en la segunda edición, la definición se cambió
debido a las críticas que hubo alrededor de la expresión los valores y los principios morales.
(Tomás y Garrido & Postigo Solana, 2008)
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Reich prefirió variar la definición para no generar polémicas. El resultado fue el siguiente: la
bioética es el estudio sistemático de las dimensiones morales –incluidas la visión moral, las
decisiones, la conducta, las líneas de acción, etc.– de las ciencias de la vida y los cuidados
sanitarios con el empleo de una variedad de metodologías éticas y en un planteamiento
interdisciplinar. (Tomás y Garrido & Postigo Solana, 2008)
Analizando brevemente cada uno de los elementos de esta definición, se tiene que es:
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e) La finalidad de la bioética no es sólo reflexionar, sino fundamentalmente encontrar
criterios, principios o normas que guíen el obrar del hombre respecto a la vida y elaborar
leyes adecuadas que permitan el desarrollo y el progreso de la humanidad.(Tomás y
Garrido & Postigo Solana, 2008)
Si nos preguntamos por las partes de la bioética o ámbitos de estudio de esta disciplina,
podemos señalar tres: bioética fundamental, bioética especial o específica y bioética clínica o
biojurídica. El primer ámbito, la bioética fundamental, estudia la definición y las cuestiones
epistemológicas relativas a la bioética, su fundamentación antropológica y ética y las distintas
corrientes de bioética. El segundo ámbito estudia los problemas específicos, por ejemplo, la
clonación, el aborto, la muerte cerebral, la contaminación radiactiva, la destrucción de la capa
de ozono, etc. En tercer lugar, la bioética clínica o biojurídica estudia la bioética aplicada a
casos clínicos concretos o a leyes concretas buscando soluciones prácticas.(Tomás y Garrido
& Postigo Solana, 2008)
1.2. Valores
Los valores son estructuras de la conciencia de las personas sobre las que se construye el
sentido de la vida en sus diferentes aspectos morales, éstos se adquieren en la familia,
sociedad y a través de la educación formal o informal que el individuo recibe a través de su
vida. Existen diferentes tipos de valores como son los cívicos, morales y profesionales. Los
valores cívicos son los principios considerados de importancia por la sociedad y que se
espera que toda persona practique y respete. Los valores morales son los que norman la
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conducta del individuo de lo que debe y no debe hacer. Los valores profesionales son el
conjunto de actitudes positivas que reflejan la conciencia de la persona durante la interacción
con el objeto de trabajo durante su desempeño profesional. (Marcos Del Cano, 2011)
Toda profesión tiene valores intrínsecos y extrínsecos, los primeros son los que hacen
específico el ejercicio de la profesión, en la carrera de Enfermería este valor legitima y da
sentido a la actividad profesional al ejercer con vocación, habilidades, actitudes y
conocimientos adecuados el buen ejercicio profesional aliviando el sufrimiento humano
producido por la enfermedad. Los valores extrínsecos son los que son añadidos, como el
reconocimiento social y la remuneración económica. Una profesión pierde su razón de ser
cuando los valores extrínsecos son situados por encima de los valores intrínsecos. (Marcos
Del Cano, 2011)
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Otro ángulo relacionado con el utilitarismo es su asociación con el funcionalismo que señala,
por ejemplo, que para ser persona se requiere la capacidad de la conciencia. Es persona sólo
aquel ser humano capaz de realizar actos de razón. Luego entonces ni el embrión, ni el
anencéfalo, ni el individuo en coma son personas. Esta concepción del hombre, seguida de
un razonamiento meramente utilitarista, hace que se derive hacia posiciones en las que está
permitida la eutanasia y el aborto, entre otros. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
Los comités de bioética hospitalaria están inspirados en esta visión. Las etapas por las que
pasa el debate bioético de un caso incluyen la participación del mayor número de personas,
en especial los protagonistas del dilema bioético (médicos, enfermeras, etc.), así como los
familiares del niño y representantes de la sociedad. Aunque en el seno de la discusión se
sostengan diferentes posturas bioéticas, la recomendación final adquiere una forma de
consenso. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
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• El principio de beneficencia. La beneficencia consiste en ofrecer siempre un bien al usuario
de los servicios de salud. El paciente siempre espera que, al llegar a un establecimiento de
salud, se le atienda de la mejor manera, por el mejor personal, que se cuente con los mejores
equipos y los medicamentos adecuados para su necesidad de salud y que al entrar en el
establecimiento de salud, siempre se le ofrezca algo bueno. (Escobar-Picasso & Escobar-
Cosme, 2010)
La beneficencia no discrimina, procura alcanzar a todos los pacientes, sin importar su edad,
sexo, ni el tipo de enfermedad que se padezca. Bajo este principio, un establecimiento de
salud debe ser contemplado por los niños como la casa de la salud, no como la casa de los
sustos. Lo importante será curar; si esto no es posible, se intentará mitigar el dolor; si esto es
imposible, por lo menos debemos consolar. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
• El principio de justicia. Contempla que todo individuo tiene derecho al trato igualitario como
los demás seres humanos, sin importar las condiciones de su vida, de su salud, de sus
creencias o de su posición económica. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
En pediatría, la aplicación del principio de justicia nos obliga a tratar a las personas como
iguales, como dignas del mayor respeto, sin hacer distingos o diferencias entre uno u otro.
Esté amparado por un sistema de seguridad social en salud o no; tenga o no padres, sea un
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niño de la calle o de una familia integrada; esté limpio o sucio; tengan sus padres dinero o
sean pobres, sea el niño delincuente o no, todos tienen derecho a que se les dé el mismo
trato médico, la misma oportunidad de hospitalización y de recibir el mejor de los tratamientos,
por los mejores médicos, en el mejor hospital y en las mejores circunstancias posibles.
(Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
La bioética surge en esta época como la ética que requiere la ciencia actual, ya que es una
propuesta capaz de establecer puentes entre salud, ciencia y tecnología, siempre a favor de
la vida. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
El inicio de la bioética no está bien definido. Algunos autores toman hechos históricos
relevantes como referencia, por ejemplo la segunda guerra mundial; otros incluyen avances
tecnológicos, como el trasplante de órganos o el descubrimiento del genoma humano, y otros
más parten de una visión política, social o religiosa. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme,
2010)
En 1954, Fletcher publica Moral and Medicine, escrito en el que por primera vez se separa la
visión religiosa de los conflictos ético/ médicos. Un ejemplo claro es su propuesta para el uso
de anticonceptivos orales, en una época en que para la ética religiosa esto era inadmisible.
(Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
En 1967, el inicio del trasplante cardiaco por Barnard, en Sudáfrica, fue seguido por un boom
en trasplantes en todo el mundo y por el auge de programas de donación de órganos, hechos
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que motivaron un nuevo planteamiento sobre muerte, vida, ciencia y ética (Escobar-Picasso &
Escobar-Cosme, 2010)
Callahan funda, en 1969, el Hasting Center de Nueva York donde no sólo se examinan
asuntos relacionados con la medicina y la ética, sino también con la biología y el medio
ambiente. En este sentido, es necesario puntualizar que la bioética de Potter tiene un enfoque
más globalizador, mientras que la visión de Helleger y Callahan está más restringida a los
asuntos relacionados con los temas médicos. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
En el presente milenio ha ocurrido un hecho asombroso para la ciencia que con seguridad
será un campo fértil para el debate bioético; nos referimos al desciframiento del genoma de
varias especies vivientes y, en especial, del genoma humano, que abrirá discusiones en torno
a la vida y la reproducción humana. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
En este tiempo en que la ciencia parece no tener límites, la bioética no se postula como un
freno a la investigación; antes bien, se pondera como un valor supremo que debe amalgamar
la conciencia imaginativa y creativa del científico, con el deseo de supervivencia y progreso a
que tiene derecho la humanidad. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
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La bioética, como estrategia y fundamentación de tipo moral y ética es la exigencia del
Consentimiento Informado, derecho importante que tienen los individuos, cuyo valor se inserta
en el principio de autonomía, al tomar en cuenta la libertad y creencias de las personas en el
proceso de toma de decisiones y exige que los actores sociales tengan una comprensión
amplia del propósito, procedimientos, riesgos y beneficios de las intervenciones, para que
puedan tomar decisiones libres relacionadas con su participación. (Escobar-Picasso &
Escobar-Cosme, 2010)
Gracias a la bioética hoy en día el médico tiene el deber y la obligación por ley de informar a
sus pacientes la verdad, ósea de decirle a su paciente en forma comprensible lo que dice la
comunidad médica con respecto a su condición y las alternativas de tratamiento para que el
paciente decida según la carta de derechos del paciente. (Escobar-Picasso & Escobar-
Cosme, 2010)
Sin embargo, la búsqueda de nuevos valores puede ayudar a enfocar esta aparente
oposición. En este recorrido, la bioética trae consigo su valioso método de debate abierto y
contradictorio, mientras la salud pública presenta una tradición de organización de las
acciones sanitarias basada en conceptos sociales (solidaridad, responsabilidad,
interculturalidad). Esto permite reflexionar, además, a propósito de las condiciones concretas
del ejercicio de la bioética en los servicios de salud. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme,
2010)
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El Hastings Center fue el primer centro de bioética en el mundo, fundado en Nueva York en
1969 por el filósofo Daniel Callahan y el psicoanalista Willard Gaylin. Sigue siendo el primero
en su género y busca entender los problemas morales surgidos de los rápidos avances de la
medicina y la biología. La palabra bioética fue utilizada por primera vez en 1971 por Van
Rensselaer Potter, quien la definió como la “disciplina que combina el conocimiento biológico,
con el de los valores humanos”. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
En las tres décadas pasadas se ha abierto una reflexión respecto de los límites y alcances de
los conocimientos científicos conforme a la casuística, por la controversia cuando no es claro
el beneficio o prejuicio que se obtiene de ellas. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)
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Síntesis de la Unidad I
Como parte fundamental del quehacer en salud, el componente humano y moral no se puede
deslindar de la praxis del ejercicio médico. Así tenemos que considerar que los valores de la
vida y la integridad, y los que deriven de las relaciones humanas y humanizantes que los
miembros del equipo médico generen entre ellos y el paciente o usuario, deberán estar en la
más alta prioridad.
No solo desde el origen filosófico es que deben revalorarse los objetivos de la atención en el
sistema sanitario, sino desde la compleja evolución que han tenido tanto las prácticas de
prevención y curación e incluso las legislaciones pertinentes a la aplicación de la salud es que
deben plantearse los objetivos primordiales del curar, sanar, proteger y promover la salud, el
bienestar, el equilibrio biopsicosocial y espiritual del enfermo. Reflexionar sobre la pertinencia
de nuestra intervención será necesario siempre que se trate de actuar en pro de la vida.
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD I
INSTRUCCIONES:
Elaboración de ensayo en donde el alumno desarrolle con sus palabras los fundamentos
filosóficos de la práctica médica desde el enfoque bioético.
Deberán explicarse:
Los principios que rigen a la bioética general así como su relación con la praxis de la
enfermería
Justificarse por medio de opiniones y observaciones prácticas la utilidad de los
mismos para la correcta aplicación de los procedimientos médicos del personal de
enfermería.
El ensayo es una exposición breve que explica, en un lenguaje simplificado y claro, la opinión
del redactor, así como su comprensión de las particularidades del tema a exponer, junto con
propuestas u observaciones de un fenómeno, objeto de estudio o temática en particular.
FORMATO DE ENTREGA
Entrega dentro de un archivo de Word letra arial 12 para los títulos y con negrillas y arial
11 para el texto, interlineado de 1.5
No menos de una cuartilla y un máximo de tres.
Párrafos de no más de 8 renglones de extensión.
Cuidar la Ortografía y la Redacción.
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CUESTIONARIO
UNIDAD I
planteamiento interdisciplinar
salud, que incluyó acciones contra médicos que experimentaron con seres humanos.
3. Se le reconoce haber elaborado el neologismo bioética y haber propuesto las bases para
soluciones prácticas
8. Son estructuras de la conciencia de las personas sobre las que se construye el sentido de
9. Son los principios considerados de importancia por la sociedad y que se espera que toda
10. Son los que norman la conducta del individuo de lo que debe y no debe hacer.
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UNIDAD II
LA BIOÉTICA Y SU APLICACIÓN
Objetivo de la Unidad: Conoce cada uno de los diferentes cuidados de enfermería que se
realizan en el campo de aplicación de las diferentes instituciones públicas y privadas teniendo
como base la bioética.
2.1. Utilidad
La bioética tiene como punto de referencia a la persona, el valor de la vida humana como bien
primaria y fundamental; la fuente de todos los derechos humanos y de todo orden social.
Estas afirmaciones no contradicen la constante búsqueda de garantías sociales, legales,
científicas y culturales, pero inciden en que la persona mantenga su centralidad, sin destruir la
tradición y sin obstruir el futuro. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
El objetivo de esta ciencia no es elaborar principios generales, sino aplicarlos a los nuevos
problemas que se ofrecen a la consideración de la acción humana en el reino de la vida, dado
los nuevos e inéditos contenidos que se presentan por el desarrollo de la investigación. Se
trata de una materia pluridisciplinar que cada vez más trata de amparar, no sólo los
problemas éticos relacionados con el hombre sano o enfermo, sino también las relaciones
que surgen con la familia, la comunidad, y los otros seres vivos, que forman su entorno, y
todo el ecosistema. Se intuye que hay que adquirir una especie de sabiduría combinatoria en
la que se integre la diversidad del saber con la unidad esencial de lo humano; no puede
olvidarse que la riqueza de la argumentación ética supera los planteamientos técnicos,
científicos y racionales. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
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La enciclopedia de bioética de 1978 formula la siguiente definición: estudio sistemático de la
conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de la salud, analizado a la luz de
los valores y principios morales; definición que nos aproxima al objetivo expuesto a través de
estas reflexiones. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
Queda claro que se trata de una valoración de tipo ético, es decir, sobre la bondad o la
maldad del actuar humano concreto, que debe hacerse a la luz de un determinado sistema de
referencia. Sus contenidos los proporciona de un lado la ética que actúa como componente
valorativo y, de otro, las ciencias de la vida, que aportan el elemento material: biología,
medicina, psicología, antropología, sociología, bioquímica, ingeniería, etc. La nueva disciplina
surge de la interpretación racional de los hechos y de las técnicas. (Tomás y Garrido G. M.,
2011)
En resumen, la bioética, que puede entenderse tanto como ciencia o como disciplina, parte de
la vida del hombre y de su antropología y estudia de manera sistemática, interdisciplinar y
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práctica las acciones humanas y sus consecuencias y, entonces, propone vías éticas para
encontrar soluciones, moralmente rectas y científicamente correctas, a las diferentes
implicaciones que resultan de esos actos. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
Para alcanzar el principal objetivo de los cuidados paliativos deberemos, sin duda, ser
capaces, hasta donde sea posible, de aliviar el sufrimiento tanto del paciente como de sus
principales allegados. Pero, además, es oportuno señalar que debe alcanzarse este fin sin
que el tercer protagonista interactuante -los miembros del equipo de cuidados paliativos-
incremente sus niveles de sufrimiento y se queme (burnout). (Arranz, Barbero, & Barreto,
2004)
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objetivo e intentará, aunque sea de forma provisional y tentativa, no obviar tres de los
principales escollos que se le presentan:
Una definición operacional de sufrimiento;
b) Compensar, eliminar o atenuar dichos síntomas. Se trata del clásico control de síntomas
si bien referido en especial a aquellos síntomas que preocupan a cada paciente concreto
y convenientemente ampliado a los de carácter psicológico o social. Si no es posible
conseguir dicho control, en todo caso y paralelamente, será necesario tratar de atenuar la
intensidad de amenaza que representan para el paciente.
c) Detectar y potenciar, en la medida de lo posible, los propios recursos del enfermo, con el
fin de disminuir, eliminar o prevenir su sensación de impotencia. Complementariamente,
será necesario aumentar, hasta donde sea posible, su percepción de control sobre la
situación y los síntomas. Es importante señalar que los buenos clínicos manifiestan que,
en muchos casos, los pacientes poseen recursos suficientes para hacer frente a la
amenaza que supone la proximidad de la muerte y la sucesión de pérdidas que conlleva.
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d) En el caso de que el estado de ánimo del paciente presente características ansiosas,
depresivas u hostiles, habrá que utilizar las técnicas específicas adecuadas -
farmacológicas y/o psicológicas para modificarlo o compensarlo, y evitar que se
cronifique (hacer crónico algo) y se convierta en patológico, lo cual sólo debería ocurrir en
una minoría de casos. El sufrimiento per se (por sí mismo o en si mismo) no es
patológico.
e) El instrumento más adecuado de que disponen todos los miembros del equipo
interdisciplinar para conseguir los objetivos intermedios que se deducen de nuestro
modelo será el counselling (Es una profesión en sí misma, que facilita por medio de un
proceso acotado en el tiempo y encuadrado en sus objetivos específicos, áreas y
medios de intervención, un proceso de cambio a personas, parejas, familias y/o grupos)
en el cual convergen las estrategias sugeridas -comunicación asertiva, apoyo
emocional, etc., aunque va mucho más allá de ellas.
Los cuidados paliativos buscan sobretodo brindar un sistema de apoyo que ayude a las
familias a afrontar la enfermedad del paciente y a sobrellevar el período de duelo. El objetivo
primordial de la medicina paliativa es afirmar la vida y ayudar a reconocer que el morir es un
proceso normal. Se podría decir que estos cuidados no buscan ni acelerar ni posponer la
muerte, ni son un proceso que esté dominado por la tiranía de la curación; el cuidado paliativo
es en sí una estrategia para enfrentar de una manera más adecuada todo aquel proceso
patológico que se manifiesta previo el deceso. (Colell Brunet, 2008)
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La medicina paliativa se ha desarrollado, en gran parte, como resultado de la visión e
inspiración inicial de Cicely Saunders, fundadora del Hospicio St. Christopher en Londres, en
1967. Hace siglos, hospicio significaba lugar de reposo para viajeros o peregrinos, pero con el
paso del tiempo la palabra sobrevivió en conexión con hospitales conventuales o asilos. A
Cicely siempre le atrajo este nombre pues quería proveer un tipo de atención que combinara
las habilidades de un hospital con la hospitalidad reposada y el calor de un hogar. (Colell
Brunet, 2008)
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Es importante otorgar al paciente el poder de decidir lo más posible, mientras sea posible.
Bajo este modus operandi, la medicina paliativa busca evitar que los últimos días se
conviertan en días perdidos, ofreciendo un tipo de atención apropiada a las necesidades del
moribundo. A pesar de haber sido descrita como de baja tecnología y alto contacto, la
medicina paliativa no se opone intrínsecamente a la tecnología de la medicina moderna, pero
sí busca asegurar que sea el amor y no la ciencia la fuerza que oriente la atención al usuario.
Las investigaciones y los tratamientos de alta tecnología sólo se utilizarían cuando sus
beneficios superan claramente las posibles cargas. La ciencia debe de utilizarse al servicio
del amor y no viceversa; la Medicina Paliativa, es un intento por restablecer el rol tradicional
de médicos y enfermeras: curar a veces, aliviar frecuentemente, y confortar siempre. (Colell
Brunet, 2008)
Las preocupaciones de la familia tienen un foco importante: la angustia que aflige al enfermo.
A su vez los enfermos perciben bien que sus males perturban a sus parientes, que por culpa
de su enfermedad trabajan más o que se han privado de cosas. Mucho peor es el caso de los
enfermos que no tienen familiares cercanos que les puedan cuidar. Pueden sufrir una gran
angustia por la incertidumbre de no saber qué será de ellos. La situación generada por la
afección cancerosa comporta una serie de crisis consecutivas que ponen a prueba de forma
continua las capacidades de adaptación familiares. La enfermedad va a exigir a la familia la
necesidad de asegurar nuevas y distintas funciones: intentar reconfortar al enfermo, participar
en las decisiones médicas y en los cuidados y, paralelamente, esforzarse por asumir los
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aspectos cotidianos adaptándose a una situación médica en evolución constante. (Centeno
Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
Disminuir el impacto Una vez analizados los factores que provocan o acentúan el impacto, el
primer objetivo debe ir dirigido a neutralizar o disminuir dichos factores. Es decir:
Control de los síntomas. Evidentemente, es la primera medida que siempre hay que
intentar.
Profilaxis de la angustia. El enfermo y la familia han de conocer las cosas que pueden
suceder y su significado. Este conocimiento será siempre un primer nivel de adaptación a
la situación.
Valorar el entorno del enfermo y las relaciones familiares y su dinámica. La interrelación
de todos estos aspectos nos permitirá detectar cuáles son los puntos críticos o de riesgo
y de esta manera incidir sobre ellos.
Contar con espacios y tiempos concretos. Tiene mucha importancia el trato con la familia
y la manera de hacerlo. Sentarse y hablar en un ambiente confortable (con tiempo y sin
prisas) de la evaluación de la situación, de las angustias, de las dudas que genera el
tratamiento. Por pocos minutos que les dediquemos, representa mucho tiempo “del
tiempo” del enfermo y la familia.
Situaciones de angustia extrema (reconducción de objetivos). Los profesionales del
equipo han de estar preparados y han de contar con que estas situaciones pueden
producirse: un empeoramiento brusco requiere siempre una reconducción de objetivos.
Esta reconducción se ha de hacer en un ambiente tranquilo: sentarse, ofrecer una
bebida, informar y a la vez dejar hablar.
Un conocimiento previo del lugar en que el enfermo ha de ingresar, de las personas que
le van a tratar y de las condiciones de vida del hospital, disminuye siempre el nivel de
impacto. Los lazos entre los distintos niveles asistenciales son imprescindibles para
conseguir este conocimiento.
Resolución de temas concretos: preocupaciones, asuntos pendientes. Todo lo que hace
referencia a informaciones y trámites derivados del ingreso y de la situación de los
enfermos y otros problemas concomitantes que el enfermo expresa como
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“preocupaciones” o “temas pendientes” se deben tener siempre en cuenta y hay que
intervenir en su resolución.
Optimizar las posibilidades de soporte de la propia familia Frecuentemente observamos
que para la familia el “poder hacer alguna cosa” en los cuidados del enfermo es uno de
los mecanismos de disminución del impacto. Esta voluntad de ayuda ha de ser
aprovechada por el equipo terapéutico dando los medios y los recursos necesarios para
que la familia pueda ponerlo en práctica sin que el tratamiento deje de ser eficaz, sino
que, por el contrario, potencie su eficacia. Algunas de estas medidas son:
– Potenciar los recursos propios: aprendizaje de ayudas concretas.
– Adecuación de objetivos: quien guía la relación terapéutica es el enfermo.
– Participación de la familia en las decisiones terapéuticas.
– Información de acontecimientos previsibles
Potenciación del rol terapéutico familiar. Todo lo que hagamos por la familia, redunda en
beneficio del enfermo. La experiencia demuestra que la generosidad del enfermo terminal
llega al extremo de padecer más por el sufrimiento de aquellos a quienes ama, que por su
propia situación. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
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de estos procesos y su expresión así como tratarlos adecuadamente son aspectos
imprescindibles para dar una buena atención.
Respetar la cultura del enfermo y facilitar que los familiares puedan manifestar libremente
su soporte. Puede efectuarse con esquemas y actitudes que pueden no ser compartidos
o entendidos por el personal pero que es necesario que sean respetados.(Centeno
Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
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trabaja. En este proceso de endurecimiento afectivo o deshumanización los profesionales
tienden a considerar que estas personas son responsables e incluso merecedoras de sus
problemas. El desarrollo de la despersonalización aparece relacionado con la experiencia de
agotamiento emocional. El individuo va mostrando una reacción cada vez más negativa hacia
las personas con las que trabaja, en diferentes manifestaciones, llegando incluso a ignorar
sus necesidades y solicitudes. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
La situación crítica de los enfermos hace que el miedo a cometer errores graves esté
presente en el trabajo. Otros factores pudieran ser los fallecimientos frecuentes, los
sentimientos de impotencia por la ineficacia de los tratamientos, las desfiguraciones y déficit
físicos. A su vez, el sufrimiento y la tristeza presentes en los pacientes y sus familias
producen una resonancia en el profesional y pueden ser fuentes de malestar. Los dilemas
éticos y de toda índole son predisponentes de burnout : la muerte, el dolor, el sufrimiento, la
mutilación, el aislamiento o la soledad, la información, la investigación, los requisitos del
consentimiento informado, los riegos de la terapia, la angustia vital, el deseo de permanecer
vivo, etc. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
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Estos conceptos deberían formar parte del entrenamiento integral de todos los profesionales
por ser causantes de desgaste personal. Tratar con demandas inadecuadas o quejas de
pacientes y familias, tomar decisiones complejas ante circunstancias difíciles con el paciente
o la tarea de comunicar malas noticias son situaciones presentes en este tipo de pacientes
que pueden generar malestar en los profesionales. La muerte es particularmente estresante
para las enfermeras de cuidados paliativos cuando el paciente es joven o se ha establecido
una relación muy cercana con él, o cuando se suceden varias muertes en un breve espacio
de tiempo. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
En un análisis profundo, pero teórico, Mount señala que los profesionales deben confrontar su
propia muerte como resultado de su experiencia diaria con sus pacientes terminales. Esto
provoca que tengan que reevaluar su propia mortalidad y la necesidad de ver su relación
personal con la muerte. Les obliga a reconocer su la propia mortalidad y a reexaminar el
significado y la calidad de su vida. Cada pérdida provoca la movilización de mecanismos o
estrategias de afrontamiento y el peso de estas pérdidas repetidas puede llegar a constituir
una carga intolerable para el profesional. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña,
2009)
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Trabajar en equipo implica un mayor contacto e interacción con los otros profesionales, lo cual
unas veces resulta satisfactorio y otras genera roces, malestar o conflictos personales. En
otras especialidades donde el trabajo en equipo no es tan preceptivo, las dificultades
personales se encapsulan y es posible que el sistema funcione a pesar de ellas. Cuando la
interacción es esencial como ocurre en paliativos puede convertirse en una de las fuentes de
quemamiento. También la relación con otros equipos o departamentos puede ser causa de
desgaste en profesionales de paliativos. A veces, lo frustrante puede ser sentir que no se
trabaja en equipo cuando se sabe que si se lograra toda la actividad asistencial se vería
facilitada. Se habla de equipos interdisciplinares, pero con frecuencia incorporan
profesionales a un equipo sin contar con un perfil adecuado para la tarea que se debe
realizar. Los equipos no surgen por sí solos. Se desarrollan poco a poco en un proceso que
genera sufrimiento y, posiblemente, no se llega a completar nunca. (Centeno Cortés, Gómez
Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
Cuando el profesional dispone de las habilidades adecuadas para hacer frente a las
dificultades que se pueden presentar en el trabajo se siente más seguro y experimenta
sentimientos de mayor realización personal. El no disponer de estar habilidades genera
inseguridad, indecisión y malestar que pueden desembocar en un distanciamiento de los
pacientes y un posible agotamiento del profesional. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, &
Nabal Vicuña, 2009)
A pesar de que el contacto profesional con pacientes que están en sus últimos días de vida
puede ser muy estresante, este sufrimiento parece que se compensa con otros aspectos del
trabajo: los profesionales de cuidados paliativos expresan mayor satisfacción laboral. Así por
ejemplo, un estudio encontró que las enfermeras de cuidados paliativos estaban más
satisfechas que las de otras especialidades y muy pocas habían pensado en la posibilidad de
dejar su trabajo. La causa de esta mayor satisfacción puede ser múltiple, pero los motivos
principales que detectan los estudios son la buena relación que se establece con pacientes y
familiares, y la organización del trabajo según el sistema de los cuidados paliativos. El
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abordaje integral –personal– que ofrecen los cuidados paliativos resulta en sí mismo una
importante fuente de satisfacción. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
Dentro de los aspectos que se atienden están algunos tan importantes como controlar el dolor
y otros síntomas, cuidar la relación profesional-paciente y profesional-familia, mantener una
relación estrecha dentro del equipo, mejorar la calidad de vida en los últimos días, etc.
También el frecuente reconocimiento, muchas veces público, de los enfermos y de los
familiares, hacia la labor realizada durante el cuidado y tras el fallecimiento, es una fuente de
gratificación para los profesionales de paliativos. Conocer de antemano el tipo de pacientes
con el que se va a tratar –que no tengan curación posible–, supone en sí mismo una
protección contra el riesgo de sentir la muerte como un fracaso. El sentimiento de fracaso
puede proceder de otros aspectos (sufrimiento físico de difícil manejo, mala comunicación,
etc.), pero no por la muerte en sí misma. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña,
2009)
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Otros recursos importantes frente al burnout son: la posibilidad expresar sentimientos
relacionados con el trabajo dentro de un equipo y la capacidad de discutir los problemas en el
propio lugar de trabajo. El apoyo que se percibe del resto de los miembros del grupo
constituye un elemento más de estímulo y ayuda. Se ha encontrado una relación significativa
entre la percepción de apoyo en el trabajo y menores niveles de burnout. (Centeno Cortés,
Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009).
Algunos autores han propuesto que la idea del sanador herido forma parte de la propia
filosofía de algunos profesionales de paliativos. Por heridas sufridas en la infancia o la
adolescencia, uno busca, sin saberlo a veces (otras sí), curar sus propias heridas atendiendo
el sufrimiento ajeno. Es un concepto ancestral extraído de leyendas paleolíticas. En cualquier
caso, tener y cultivar una filosofía propia de la enfermedad, de la muerte, forma parte de la
estrategia personal. Esta filosofía implica, en algunos profesionales, una creencia o filosofía
religiosa o espiritual que se pone en juego en el trabajo de cuidados paliativos. El cuidado del
tipo o estilo de vida llevar lo que se entiende como una vida saludable es de ayuda para
trabajar en cuidados paliativos. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
Las actividades al aire libre, el ejercicio físico, las diversiones, la interacción social no
relacionada con el trabajo, el tiempo libre, la nutrición, el sueño, la meditación, las técnicas de
relajación, etc. constituyen un importante sistema de protección personal. Cabe destacar la
necesidad de establecer, además, un horario de trabajo claro y limitado que permita el
desarrollo del resto de actividades en un marco de equilibrio. Cuando se pregunta a
profesionales con experiencia de dónde sacan fuerzas para afrontar el estrés o las
situaciones intensas que se viven en paliativos, invariablemente, está presente la idea de que
ayuda mucho llevar un estilo de vida rico y ordenado. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, &
Nabal Vicuña, 2009)
32
Síntesis de la Unidad II
Como parte de su formación integral, los participantes del cuidado y la atención médica deben
siempre contar con la herramienta del autoanálisis, y procurar conocer no solo sus fortalezas,
sino también aprender a enfrentar su propio proceso ante las pérdidas, ya sean en el pasado
o en el futuro, pues su labor con los pacientes les plantearán muchas interrogantes que
necesitan afrontar con responsabilidad y madurez si desean continuar realizando un ejercicio
médico profesional y humano.
33
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD II
Descripción.
Causas que lo originan.
Métodos de prevención y/o tratamiento por parte del personal de enfermería.
Descripción:
INSTRUCCIONES:
34
CUESTIONARIO
UNIDAD II
2.- ¿Cuáles son los principales estresores para los pacientes en la UCI?
3.- Se define como una experiencia sensorial subjetiva y emocional desagradable asociada
con una lesión presente o potencial;
4.- ¿Qué factor dificulta en ocasiones la comunicación de los pacientes en UCI incrementando
la frustración?
5.- El cuerpo no es algo que la persona es, sino algo que ella tiene, un instrumento bajo el
dominio de la ciencia y la técnica:
8.- Es considerado como un estado en el que una persona o grupo de personas experimenta
una sensación de trastorno fisiológico o emocional en relación con una fuente identificable
que se percibe como peligrosa:
9.- ¿Cuáles son los principales desórdenes afectivos manifestados por los pacientes críticos
ingresados en una UCI?
35
UNIDAD III
La medicina ha hecho tales progresos que los dolores son casi siempre controlables en todo
estadio de la enfermedad, no alcanzando el umbral de lo insoportable. Además, los
Hospitales están incorporando las llamadas unidades de dolor cuyo objetivo primordial es
reducir la incidencia y severidad del dolor para mejorar la calidad de vida del paciente. Dentro
de este planteamiento está la nueva especialidad de cuidados paliativos; del latín pallium
(manto, capa), los cuidados paliativos se refieren al tratamiento de enfermos irreversibles a
través del empleo de medicinas, que no pueden curar la enfermedad, pero controlan los
síntomas, sin empeorar significativamente la calidad de vida. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
Se trata de mejorar la calidad de vida del enfermo en su etapa final, y hacerlo en sentido
íntegro, abarcando la dimensión física y también la psíquica y la espiritual. Sencillamente
respeta la vida del enfermo y lo acompaña hasta el final. Cuando las condiciones de salud se
deterioran de modo irreversible y letal, el hombre entra en la fase terminal de la existencia
terrena. Para él, el vivir se hace particular y progresivamente precario y penoso. Al mal y al
sufrimiento físico sobreviene el drama psicológico y espiritual del despojo que significa morir.
(Tomás y Garrido G. M., 2011)
El objetivo principal de estos cuidados no es evitar que el paciente muera –su muerte no debe
verse como un fracaso, pues no es el objetivo de los cuidados paliativos evitarla– sino
procurar que ésta, se produzca sin sufrimiento o con el menor posible, evitando que sea una
muerte traumática para el paciente y su familia. Los cuidados paliativos son programas
36
activos, destinados a que los enfermos terminales vivan con plenitud sus últimos meses o
días, y tengan una buena muerte. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
Los pilares fundamentales en los que se asientan son el control de los síntomas, una
información y comunicación eficaz y el apoyo a la familia. Estos cuidados deben ser asumidos
por un equipo multidisciplinar, capaz de cubrir todos estos objetivos. La medicina paliativa
reúne una serie de elementos éticos que responde a las necesidades de los pacientes en la
última etapa de su vida, por eso se puede afirmar que la medicina paliativa es una respuesta
ética ante la situación terminal.(Tomás y Garrido G. M., 2011)
Entre los elementos éticos que es posible encontrar en ella se encuentran los siguientes:
Protección de la debilidad.
Reconocimiento de la dignidad.
Relación personal y familiar.
Veracidad y autenticidad.
Disponibilidad de la asistencia.
Respeto y apoyo.
Profesionalidad.
Trabajo en equipo.
Respeto a la vida y a la muerte.
Actitud positiva ante el dolor. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
Vogelsanger define el estado del enfermo terminal como res sacra miser (miseria sagrada).
Este concepto muestra la coexistencia de lo sagrado e indeclinablemente digno de toda vida
humana, con la miseria causada por la enfermedad. No se puede imponer a nadie la
obligación de recurrir a un tipo de terapia que implique un mayor sufrimiento y/o molestia que
los beneficios que se puedan obtener, o una terapia que sea demasiado costosa o esté en
fase experimental. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
37
resultado esperado, teniendo en cuenta las condiciones del paciente y sus fuerzas físicas y
morales. De otra parte, la situación de la familia de un enfermo terminal viene caracterizada
por un gran impacto emocional condicionado por la presencia de múltiples temores o miedos
relacionados con la presencia de la muerte y la inseguridad sobre su propia capacidad para
afrontar esa situación. Es por ello su atención debe ir encaminada a formar y apoyarles en
todas estas dudas, haciéndoles sentir que no se encuentran solos ante esta difícil situación.
(Tomás y Garrido G. M., 2011)
La ética está vinculada a la moral y establece lo que es bueno, malo, permitido o deseado
respecto a una acción o una decisión. El concepto proviene del griego ethikos, que significa
carácter. Puede definirse a la ética como la ciencia del comportamiento moral, ya que estudia
y determina cómo deben actuar los integrantes de una sociedad. Un código, por su parte, es
una combinación de signos que tiene un determinado valor dentro de un sistema establecido.
En el derecho, se conoce como código al conjunto de normas que regulan una materia
determinada. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
Un código de ética, por lo tanto, fija normas que regulan los comportamientos de las personas
dentro de una empresa u organización. Aunque la ética no es coactiva (no impone castigos
legales), el código de ética supone una normativa interna de cumplimiento obligatorio. No
divulgar información confidencial, no discriminar a los clientes o los compañeros de trabajo
por motivos de raza, nacionalidad o religión y no aceptar sobornos, por ejemplo, son algunos
38
de los postulados que suelen estar incluidos en los códigos de ética. (Tomás y Garrido G. M.,
2011)
La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una
profesión. En este sentido, se trata de una disciplina que está incluida dentro de la ética
aplicada ya que hace referencia a una parte específica de la realidad. (Tomás y Garrido G.
M., 2011)
Cabe destacar que la ética, a nivel general, no es coactiva (no impone sanciones legales o
normativas). Sin embargo, la ética profesional puede estar, en cierta forma, en los códigos
deontológicos que regulan una actividad profesional. La deontología forma parte de lo que se
conoce como ética normativa y presenta una serie de principios y reglas de cumplimiento
obligatorio. Podría decirse, por lo tanto, que la ética profesional estudia las normas
vinculantes recogidas por la deontología profesional. La ética sugiere aquello que es deseable
y condena lo que no debe hacerse, mientras que la deontología cuenta con las herramientas
administrativas para garantizar que la profesión se ejerza de manera ética. (Tomás y Garrido
G. M., 2011)
39
deontología es análoga a la que se establece entre felicidad y deber. No cabe reducir el bien
al bien moral. La cuestión ética no estriba en cómo adaptar la conducta a la norma, sino en
cómo ajustarla al ser humano y a su verdad, por lo que la ética depende esencialmente de la
Antropología. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
El criterio último del juicio moral es la conciencia, mientras que la regla de la deontología
suele aludir a los códigos de conducta que deben regir la actuación de los representantes de
una profesión, como respaldo corporativo al buen hacer profesional. No tienen porqué ser
contrapuestos y lo deseable es que lo deontológico emane de lo ético.(Tomás y Garrido G.
M., 2011)
La ética y moral son de suma importancia para cada profesión. Los principios fundamentales
de la ética no deben cambiar y son aquellos factores humanos que otorgan a la ciencia
(médica, farmacéutica...) en general, su grandeza y su servicio en vista de que sus objetivos
primordiales deban ser siempre dirigidos al respeto hacia el ser humano en su moral e
integridad física e intelectual. (Marcos Del Cano, 2011)
Sin embargo, los principios éticos necesitan cierta adaptación que dependen de los cambios
sociales, avances científicos y aplicaciones prácticas farmacéuticas, médicas, etc. Por
supuesto, es evidente que en este campo ninguna restricción puede ser tolerada al ser
dictada por convicciones religiosas, filosóficas, sociológicas, políticas o lingüísticas, debido a
que tal situación implicaría inmediatamente nuestro alejamiento del dominio de la moral
médica, farmacéutica etc. para descender al área de las desavenencias humanas que son
40
origen de conflictos. De otra manera la moral farmacéutica, médica, etc. No podría ser
universal. (Marcos Del Cano, 2011)
El contenido de los códigos deontológicos suele abarcar los siguientes aspectos: deberes
generales y objetivos de la profesión; deberes específicos en situaciones especiales dentro de
cada profesión; deberes respecto a otros compañeros de profesión, prohibiciones y
situaciones especiales. El cumplimiento de las normas contenidas en el Código deontológico
conlleva un deber ser que va a fortalecer la profesión, que va a proyectar una imagen hacia la
sociedad de nuestra profesionalidad y, ante la Administración y los demás colectivos de
profesionales, va a reflejar nuestras actitudes del buen hacer profesional. (Marcos Del Cano,
2011)
41
El Código establece claramente que el respeto de los derechos humanos, con inclusión del
derecho a la vida, el derecho a la dignidad y el derecho a ser tratado con respeto, es
inherente a la enfermería. El Código de ética del CIE orienta a las enfermeras en sus
opciones de cada día y sostiene su negación a participar en actividades contrarias a la
prestación de cuidados y a la curación. (Grandini González, Carriedo Rico, & Gómez García,
2014)
Para unos la respuesta es que sí y siempre reconocemos estar ante un ser humano digno.
Para otros, dependerá de sus condiciones de conciencia y sensibilidad el que estemos ante
un ser humano digno o ante un compuesto de células, tejidos y órganos. Para otros, tal
pregunta no tiene objeto y su posible sentido radicaría en una apreciación subjetiva de los que
ya nos hemos otorgado convencionalmente: el status de personas humanas dignas.
Básicamente son estas tres posiciones las que recogen las versiones en disputa dentro de los
debates bioéticos que afectan a la vida humana. Si nos fijamos bien, estas versiones se
sustentan en un basamento antropológico donde la clave está en el análisis y valoración que
hace cada una de ellas sobre la corporalidad humana. (Tomás y Garrido G. M., 2011).
42
En el ser humano podemos diferenciar claramente dos dimensiones o principios:
Lo espiritual: desde antiguo (quizás desde que el hombre es hombre), se concibe al ser
humano como poseedor de alma o realidad simple, no sólo en las comprensiones
religiosas, sino también y, sobre todo, en la filosofía occidental, particularmente a partir
de Platón y manifiestamente hasta el idealismo alemán del siglo XIX. El alma se presenta
como la esencia o sustancia del hombre, comprende su inteligencia, voluntad, libertad,
expresividad, sensibilidad, trascendencia y espiritualidad (Tomás y Garrido G. M., 2011).
43
vida diaria un montón de circunstancias que dificultan la aplicación y obtención de un
verdadero consentimiento. (Marcos Del Cano, 2011)
No se puede obviar que en el ámbito sanitario los recursos son escasos, y uno de estos
recursos más escasos es precisamente el tiempo, en términos de un utilitarista radical podría
incluso llegar a plantearse si es más adecuado a la ética utilizar ese tiempo limitado en
atender a un paciente que lo precisa urgentemente o en prestar toda la información adecuada
a otro paciente que se va a intervenir, es decir, pudiera plantearse el problema de la gestión
del tiempo confrontando el derecho a la salud, a la integridad física o psíquica de unos
pacientes frente al derecho —no menos fundamental—, a ser informado adecuadamente de
otros pacientes. Como vemos esta mera cuestión o planteamiento inicial, ya nos plantea dos
problemas esenciales, uno la confrontación y ponderación de derechos básicos entre
pacientes, y otro, el de la extensión y adecuación de la información que se precisa dar al
paciente en cada momento. (Marcos Del Cano, 2011)
Algunos autores han manifestado que las objeciones más comunes, desde la práctica clínica
a la figura del consentimiento informado se pueden resumir en las siguientes:
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verdad interesa a los pacientes es curarse, y no asumir la responsabilidad de lo que les
pueda suceder por someterse a un tratamiento. En mi opinión personal aunque eso fuera
así, será absolutamente necesario que el paciente conozca qué se le va hacer, para qué,
cómo, y los riesgos que ello entraña. Cuestión bien distinta es que la medicina es una
ciencia inexacta, y que se encuentra limitada por los avances de la ciencia y de la técnica
en cada momento histórico, e imputar al facultativo todos los riesgos de cualquier
intervención, incluso los derivados de aspectos internos del paciente que se desconocen
o que no pueden conocerse, supondría una quiebra en el funcionamiento de la sanidad,
ya que nadie querría asumir dichos riesgos.
3. Íntimamente relacionado con los dos puntos anteriores, la imposibilidad práctica de
transmitir la verdadera información a los pacientes de forma completa. Esta cuestión,
puesta de relieve por los autores no está exenta de ciertas dosis de verdad, y si bien es
cierto que es imposible transmitir todos los conocimientos al paciente sobre su
enfermedad, máxime cuando estamos ante una ciencia inexacta, en la que el mismo
tratamiento a dos pacientes puede tener efectos distintos, entre otras cuestiones —como
hemos indicado— por la propia naturaleza del paciente.
4. Los efectos dañinos para la salud, que en algunos casos, genera la propia información en
algunos pacientes. Es cierto también que, sobre todos en pacientes de menor nivel
cultural, un exceso de información pudiera reconducirlos o condicionarlos a no someterse
a una intervención que siendo exitosa en el ámbito médico en porcentajes muy elevados
se ven condicionados y atemorizados por los riesgos y consecuencias meramente
probables y no ciertas. ¿Sería más ético en estos casos dejar morir al paciente, o que
padezca tremendos dolores o padecimientos con tal de respetar escrupulosamente su
voluntad?
5. Las propias dificultades prácticas que impiden cumplir con el requisito del consentimiento
informado de forma adecuada o completa, de manera que la institución se convierte, en
algunos casos, en un mero formalismo utilizado en ocasiones más con un carácter
defensivo que para servir a los fines de la institución.(Marcos Del Cano, 2011)
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Síntesis de la Unidad III
Ninguna actividad humana escapa al campo de la ética: siempre serán susceptibles de ser
objetos de juicio las acciones volitivas que el hombre realice. En relación a su labor
profesional, el hombre que se presta al cuidado de los demás también es objeto de juicio,
tanto en sus acciones como en las motivaciones existentes tras ellas.
Ciertamente, al actuar se tienen más en cuenta las justificaciones personales para realizar
ciertos actos o hechos que las sanciones o limitaciones que las mismas puedan imponerle,
sin embargo, debemos recordar que no escapamos al cargo social que desempeñamos, por
muy pequeño que sea.
Si bien el valor de un juicio social puede ser importante para regular el actuar del personal de
salud, debemos realizar un juicio personal sobre nuestras motivaciones personales, y no
perder de vista que quien recibe las mismas se encuentra en ocasiones en una situación de
desventaja ante ciertas libertades y posibilidades que nosotros tomamos por hecho; seamos
siempre humanos y hagamos conciencia de que en nuestras manos se encuentran razones
suficientes para continuar la calidad de vida de los demás, sea cual sea el campo donde nos
desempeñemos.
46
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD III
Elaboración de dos paráfrasis, una del tema 3.10 y otra del tema 3.7 de la unidad III
Escriba en la paráfrasis del tema 3.7 las acciones del personal de enfermería a
realizar en el paciente con apoyo ventilatorio.
Las paráfrasis no deben ser copiadas de ninguna página de internet ni de ningún libro,
use sus propias palabras.
Las paráfrasis no deben ser menores a media cuartilla como mínimo y a una cuartilla
como máximo.
INSTRUCCIONES:
47
CUESTIONARIO
UNIDAD III
3.- La arritmia más grave es la fibrilación ventricular, que son latidos irregulares no
controlados. En lugar de tener una sola pulsación a destiempo de los ventrículos, es posible
que varios impulsos se originen al mismo tiempo en diferentes lugares, todos ellos
estimulando al corazón a latir:
5.- Consisten en una descarga eléctrica de alto voltaje, que causa una despolarización
simultánea y momentánea de la mayoría de células cardíacas, rompiendo así el mecanismo
de reentrada de la vía anómala de conducción de la mayoría de taquiarritmias:
6.- Es un dispositivo que puede ser temporal o permanente que ayuda al corazón a recuperar
un ritmo cardiaco normal:
7.- ¿Cuál es la principal causa de obstrucción de la vía aérea en el PCR (Paro Cardio
Respiratorio)?
48
UNIDAD IV
LA TANATOLOGÍA Y SU APLICACIÓN
La tanatología es la disciplina del bien morir, la encargada del estudio de la muerte, la que
apoya al individuo y su familia en los últimos momentos de la vida, con la finalidad de aliviar el
sufrimiento. Uno de los principios de la tanatología consiste en perderle el miedo a la muerte
para vivir lo que resta de la vida con plena aceptación y paz, para lograr que tanto
sobrevivientes como moribundos estén mejor preparados para enfrentar la muerte. El
tanatólogo brinda apoyo ante la angustia única y muy especial del proceso de morir y de la
impotencia total y devastadora ante la muerte, para lograr que el paciente y la familia lleguen
a una real aceptación. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)
A diferencia del resto del equipo de salud, la función del tanatólogo no termina con la muerte
del paciente, sino que continúa para que los sobrevivientes concluyan su trabajo de duelo y
lleguen a la verdadera aceptación. Por lo tanto, se puede decir que el tanatólogo es el
especialista en el paciente en fase terminal y sus familiares (para el tanatólogo el paciente no
es sólo la persona enferma o la persona que se enfrenta a la muerte, sino también la familia),
quienes son las personas que sufren los dolores más fuertes, que son la muerte y la
desesperanza. El tanatólogo ayuda a la elaboración y resolución del proceso del duelo. La
49
tanatología descubre las causas de la muerte y el significado de morir, con base en la
observación, la descripción y la investigación. Así como la medicina constituye el arte de
curar, la tanatología representa el arte que ayuda al hombre que está enfrentando su muerte
o la de un ser querido, o alguna pérdida significativa en la vida para que elabore el duelo con
el menor dolor posible en el menor tiempo.(Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas
Martínez, 2012).
A partir de estas experiencias, y como resultado de sus investigaciones con más de 200
pacientes terminales, la doctora Kübler– Ross elaboró el esquema de las fases por las que
pasan el paciente y sus familiares ante el proceso de la muerte. En un principio, la tanatología
50
fue pensada para la pérdida de la vida y la salud; sin embargo, hoy también se trabaja con
personas que han sufrido otro tipo de pérdidas, como pueden ser un divorcio, un aborto, la
pérdida de algún miembro del cuerpo y del trabajo, e incluso las pérdidas que conlleva la
llamada cultura de la muerte.(Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)
El concepto de muerte que posee el hombre es relativo y temporal, ya que varía a partir del
desarrollo evolutivo individual y por la influencia de factores socioculturales. En este sentido,
las actitudes que las personas manifiestan ante la muerte pueden ser también transitorias. En
general, la muerte genera una gran diversidad de actitudes y de emociones, principalmente
de naturaleza aversiva. La muerte supone la mayor amenaza para la vida y las conductas de
evitación no sólo se dan ante la muerte de una persona, sino también ante la presencia de
una persona enferma o moribunda, la visión de un cadáver o la percepción de un anciano.
(Colell Brunet, 2008)
El objetivo terapéutico del tanatólogo es lograr que el paciente terminal cuente con plenitud de
vida, no en cuanto a cantidad, sino en cuanto a calidad. Como ya se mencionó, el paciente no
es el único que está enfermo, sino también su familia, a quien se ayuda en la elaboración del
duelo por la pérdida que ha sufrido, recordando que cada persona es única e irrepetible con
problemas diferentes y que sus reacciones y sentimientos se manifiestan de manera
individual. Por lo tanto, hay que trabajar hasta que el duelo se resuelva satisfactoriamente, es
decir, que se llegue a aceptar la pérdida, no a una resignación pasiva. (Larracilla Alegre, Cruz
Toledano, & Casas Martínez, 2012)
51
El tanatólogo ayuda a cerrar círculos cuando apoya al paciente en el manejo de su
afectividad, sus asuntos legales, económicos y sociales, y sobre todo, su propia espiritualidad.
El diálogo terapéutico consiste en brindarle al paciente escucha, tiempo, calidez y amor
incondicional. La ayuda tanatológica debe empezar a partir del momento en que el paciente o
la familia conocen el diagnóstico y no esperar hasta que el paciente esté hospitalizado,
desahuciado o moribundo, con la finalidad de seguir de cerca su conducta emocional y mental
(percepciones, pensamientos, recuerdos y sentimientos), y brindarle ayuda profesional para
vivir la vida de manera adecuada, con dignidad, plena aceptación y total paz antes del
momento de su muerte. La muerte apropiada no sólo es para la persona que va a morir, sino
también para los familiares, es decir, una muerte con la que se pueda continuar viviendo aun
con la pérdida sufrida. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)
El tanatólogo debe saber escuchar con actitud de gran apertura para que los sentimientos
fluyan honestamente y se llegue a una verdadera alianza terapéutica, sin juzgar al otro, ya
que la persona que tiene enfrente es la que está sufriendo física y emocionalmente. Lo
importante es lo que siente el paciente en el momento presente. La labor tanatológica
consiste en quitar el dolor (que puede expresarse en rabia, tristeza, miedo, etc.). En los
momentos finales de la vida muchas veces la comunicación no sólo implica palabras, sino que
puede ser no verbal, mediante gestos y símbolos, debido a que la persona que presiente su
muerte utiliza lenguajes simbólicos para comunicar que su fin está cerca. (Larracilla Alegre,
Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)
Por tanto, es indispensable saber descifrar y comprender lo que la persona quiere comunicar,
prestar atención a lo que el paciente le manifieste; por pequeño e insignificante que parezca
cada movimiento, palabra o gesto, un simple comentario sin evidente importancia puede
contener una pesada carga afectiva plena de momentos ricos en emociones. En ocasiones se
pueden conocer más las necesidades del paciente mediante el lenguaje corporal que el
verbal; sólo se requiere atención. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)
52
4.3. La Muerte y Duelo
Por otro lado, aumentan los miedos al más allá, al sufrimiento de los últimos días, a qué
pasará con sus familiares, al olvido. Pero también es importante resaltar que este proceso de
morir lo experimentan los familiares y/o cuidadores que están día a día con el enfermo al final
de su vida. La muerte psicológica también penetrará en la esfera del familiar que a través del
duelo tendrá que aceptar que todos nos morimos un poco en la pérdida del ser querido. En
este sentido, cuidar al cuidador es una labor importante y necesaria, ya que puede facilitar el
buen morir del enfermo al final de la vida. (Colell Brunet, 2008)
53
Durante el proceso de elaboración del duelo se deben considerar los cambios de conducta
que sufre la persona. En el transcurso del duelo la persona avanza y retrocede, y atraviesa
varias veces por distintas etapas hasta que llega finalmente a la resolución del duelo y se
adapta a su nueva vida. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)
La doctora Kübler– Ross descubrió las etapas que viven el paciente y la familia; ellas
incluyen:
54
vivido correctamente y dejar que afloren todas las emociones de dolor, llanto, frustración,
depresión, miedos, etc., con el objetivo de llegar finalmente a la aceptación con paz y
tranquilidad. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)
Algunos autores hablan de la etapa de adaptación o reajuste como la capacidad que tiene la
persona para adaptarse a la nueva situación que le ha tocado vivir después de haber pasado
por la etapa de aceptación. Esta fase implica planear actividades que pueden incluir conocer
a otras personas, viajar, buscar trabajo y tener la habilidad de buscar alternativas en
situaciones difíciles (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012).
Hay que considerar que las fases mencionadas no se viven cronológicamente en el orden en
que aparecen, debido a que cada persona, al ser única e irrepetible, reacciona de manera
diferente. Además, se puede sufrir varias veces una etapa ya vivida durante todo el proceso
del duelo, hasta que finalmente se llega a la aceptación, que es la meta del tanatólogo;
cuando se llega a esta fase existe la resolución del duelo. Es importante considerar los
cambios de carácter que experimenta el paciente, que pueden ser fuertes y explosivos, y herir
la susceptibilidad de quienes lo acompañan. Estas mismas emociones las sufren también los
familiares y los miembros de salud comprometidos con el paciente. (Larracilla Alegre, Cruz
Toledano, & Casas Martínez, 2012)
La finalidad del tanatólogo es llevar a sus pacientes a la aceptación con sentido y evitar que
permanezcan en la resignación sin sentido; hacer esto implica cambiar por qué por un para
qué. Esto toma tiempo, dolor y paciencia. Es importante mencionar que cuando una persona
se encuentra ante una pérdida o pasa por alguna de las fases descritas, es mucho más
efectivo guardar silencio que hacer algún comentario que resulte inapropiado o pueda lastimar
a la persona, ya que se debe recordar que se encuentra en un caos emocional y muchas
veces una palabra puede desencadenar una reacción de ira. (Larracilla Alegre, Cruz
Toledano, & Casas Martínez, 2012)
55
4.4. El Ser Humano ante la Enfermedad
La enfermedad no sólo afecta al sujeto que la padece, sino que golpea a toda la familia, que
por un lado sufre sus consecuencias y, por otro, constituye el principal soporte del enfermo.
Por eso, la atención a la familia constituye una tarea importante. Convendrá tener en cuenta
los siguientes elementos:
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Apoyo para mejorar la comunicación: en un momento en que se necesita que
ésta sea lo más fluida y cordial posible, habrá que estar muy atentos para
evitar malentendidos, desacuerdos, trastornos emocionales, etc.;
Ayudar en las fases de adaptación a la enfermedad. Ya hemos comentado
que las familias atraviesan, al igual que los enfermos, las diversas etapas de
negación, cólera, etc., descritas por Kübler-Ross. Habrá que estar advertidos
para percibir en qué fase se encuentran y lograr la comunicación adecuada.
Con frecuencia, las familias no aceptan la inevitabilidad de la muerte y se
bloquean, y pueden requerir mucho apoyo. (Monge, Sin miedo: cómo afrontar
la enfermedad y el final de la vida, 2009)
c) Entre los elementos que los equipos de apoyo deben considerar en su relación con la
familia, se encuentran:
Mostrar una verdadera preocupación por sus problemas; la familia sabe
distinguir fácilmente entre los ofrecimientos de ayuda rutinarios y aquellos
otros hechos con generosidad;
Saber escuchar, tener reuniones periódicas con ellos para aclarar dudas o
conflictos;
sensibilidad para descubrir sus necesidades: posible cansancio, agotamiento
físico o psíquico, etc.;
Fomentar la educación sanitaria de la familia, para que pueda colaborar en
temas como alimentación, higiene, ciertas curas, etc.;
Proporcionar apoyo moral y social, que puede ser más necesario a la familia
que al propio paciente;
Ayudar todo lo posible en el trance de la muerte del enfermo. Hace falta
mucho tacto para saber estar presente en esos momentos tan delicados; si se
ha estado muchas veces en la habitación del enfermo, compartiendo ratos de
conversación o de silencio, la tarea resulta algo más fácil;
Tras el fallecimiento, procurar acompañar a la familia. Nada hay tan
gratificante como sentirse acompañado en el momento del duelo. (Monge, Sin
miedo: cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida, 2009)
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4.5. Enfermedades Crónico Degenerativas
Cambiar el paradigma desde el paciente crónico y retomar elementos del cuidado para
reconocer a la persona con enfermedad crónica en todas sus dimensiones y complejidades,
hace que la enfermería cambie hacia un paradigma de reciprocidad (crecer en la relación con
otros) y de simultaneidad (trascender espiritualmente hacia la comprensión de la enfermedad
como parte de sí mismo). La persona con enfermedad crónica puede sentir impotencia,
exacerbación del síntoma, fallas en la terapia médica y deterioro físico, entre otros aspectos,
que le implican manejar muchos factores al tiempo. Pierde confianza en sus capacidades
corporales y en la salud, así como en habilidades de funcionamiento laboral y en las
relaciones familiares. (Chaparro, 2011)
Ser un cuidador familiar es una respuesta innata de las familias para atender una situación
nueva y bastante estresante. Los cuidadores familiares apoyan en gran medida la
sobrevivencia del ser humano en varias etapas del ciclo vital. Al presentarse una enfermedad
crónica, las dinámicas familiares incitan a que uno de sus miembros tome la decisión, ya sea
propia o por sugerencia de la familia, de asumir el rol cuidador, lo que hace que se inicie una
relación caracterizada por intercambios, conexión, trato familiar especial y sentimientos. La
experiencia es valorada dependiendo del nivel de confianza y entrega de cada una de las
partes, y del significado que se dé a la labor. Este rol de cuidadores, por lo general, lo asumen
las mujeres por su tradición de cuidado en las familias. (Chaparro, 2011)
58
4.6. La Familia ante la Muerte
El fallecimiento de un ser querido genera, tanto en la familia como en los amigos, un conjunto
de reacciones, que dependiendo de la intensidad y calidad de las relaciones previas, van
desde un sentimiento transitorio de tristeza a una desolación completa que puede persistir por
muchos años. Aunque, con el paso del tiempo, se movilizan mecanismos de adaptación para
acomodarse a la nueva situación creada. (Monge, Sin miedo: cómo afrontar la enfermedad y
el final de la vida, 2009)
Cuando una persona está en duelo presenta una serie de manifestaciones en los aspectos
físico, emocional, de pensamientos y de conductas. En lo físico, es frecuente tener sensación
de vacío en el estómago u opresión en el pecho y en la garganta. También es habitual
presentar un cansancio intenso, que se manifiesta como falta de energía o debilidad entre
otros. Emocionalmente predominan sentimientos de tristeza, soledad o impotencia, pero es
frecuente que surjan también sentimientos de culpa, (si hubiéramos hecho las cosas de otro
modo...), de rabia o de impotencia ante la irreversibilidad de la muerte. En cuanto a los
pensamientos, suelen ser pensamientos recurrentes con la persona que ha fallecido en los
que aparecen la preocupación y la confusión, acompañadas en ocasiones de la sensación de
presencia del fallecido. (Monge, 2009)
La muerte de un ser querido produce un choque emocional que, en ocasiones, les impide
reaccionar. Hay una etapa, que se denomina sideral en la que no son capaces de responder a
ninguna indicación de forma asertiva. En este momento, necesitan de un tacto especial por
parte de los profesionales del equipo. Cada uno expresa su dolor y la pérdida como puede,
desde el llanto a gritos, hasta el bloqueo extremo de cualquier manifestación emocional. Las
reacciones de los familiares en los primeros momentos de la muerte de un ser querido,
pueden ser muy variadas. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)
59
Síntesis de la Unidad IV
Como parte indivisible del fenómeno del vivir, la muerte es uno de los aspectos que más ha
fascinado y a la vez ha repelido a la humanidad desde que se tiene conciencia. Aunque es
una constante a lo largo de nuestra existencia, el fenómeno de perder, terminar o concluir un
proceso se ha de encontrar relacionado en alguna medida con la muerte.
Si se procura especial cuidado a quien ingresa en este mundo, se debe velar porque la misma
atención se le procure a quien se ha de despedir de él.
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD IV
Material Utilizado.
Descripción breve.
Complicaciones (si las hay).
Descripción:
INSTRUCCIONES:
61
CUESTIONARIO
UNIDAD IV
2. Sus principios consisten en perderle el miedo a la muerte para vivir lo que resta de la
vida con plena aceptación y paz, para lograr que tanto sobrevivientes como
moribundos estén mejor preparados para enfrentar la muerte.
5. Palabra que fue acuñada en 1901 por el médico ruso Elías Metchnikoff, quien en 1908
recibió el premio Nobel de medicina.
7. Supone la mayor amenaza para la vida y las conductas de evitación no sólo se dan
ante la de una persona, sino también ante la presencia de una persona enferma o
moribunda, la visión de un cadáver o la percepción de un anciano
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8. El objetivo terapéutico del tanatólogo es …
9. Fase del proceso de duelo que consiste en no poder aceptar el hecho de lo que está
sucediendo, sea un diagnóstico fatal, una pérdida, la muerte de un ser querido o una
mala noticia en general.
10. Fase que en el fondo encierra temor a lo que está sucediendo o es una manera de
culpar a otro y evadir así el dolor y la desesperación de aceptar el hecho traumático.
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BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS
Arranz, P., Barbero, J. J., & Barreto, P. (2004). Intervención emocional en cuidados paliativos
Modelo y protocolos. . España: Editorial Ariel.
Centeno Cortés, C., Gómez Sancho, M., & Nabal Vicuña, M. (2009). Manual de medicina
paliativa. España: EUNSA.
Chaparro, L. (2011). Cómo se constituye el “vínculo especial” de cuidado entre la persona con
enfermedad crónica y el cuidador familiar. Aquichan , 7-22.
Grandini González, J., Carriedo Rico, C., & Gómez García, M. d. (2014). Medicina forense
(3a. ed.). México: Editorial El Manual Moderno.
Larracilla Alegre, J., Cruz Toledano, M. d., & Casas Martínez, M. d. (2012). Bioética para
estudiantes y profesionales de ciencias de la salud . México: Editorial Alfil, S. A. de C. V.
Marcos Del Cano, A. M. (2011). Bioética y derechos humanos. . España: UNED - Universidad
Nacional de Educación a Distancia.
Monge, M. Á. (2009). Sin miedo: cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida. España :
EUNSA.
Tomás y Garrido, G. M., & Postigo Solana, M. E. (2008). Bioética personalista: ciencia y
controversias. . España: EIUNSA.
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