0% encontró este documento útil (0 votos)
1K vistas64 páginas

Antologia de Bioetica y Tanatologia

Este documento presenta una guía sobre bioética y tanatología. La guía contiene cuatro unidades que cubren los conceptos básicos, aplicaciones, aspectos legales y la tanatología. La primera unidad define la bioética como el estudio sistemático e interdisciplinario de las acciones humanas sobre la vida, considerando implicaciones éticas. Explora términos clave y valores fundamentales de la bioética.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
1K vistas64 páginas

Antologia de Bioetica y Tanatologia

Este documento presenta una guía sobre bioética y tanatología. La guía contiene cuatro unidades que cubren los conceptos básicos, aplicaciones, aspectos legales y la tanatología. La primera unidad define la bioética como el estudio sistemático e interdisciplinario de las acciones humanas sobre la vida, considerando implicaciones éticas. Explora términos clave y valores fundamentales de la bioética.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 64

INSTITUTO DE CIENCIAS Y ESTUDIOS SUPERIORES

DE TAMAULIPAS AC.

GUÍA

BIOÉTICA Y TANATOLOGÍA

Compilador: Héctor Arturo Degollado Whitaker

1
INDICE

OBJETIVO GENERAL DE LA GUÍA 4

UNIDAD I – GENERALIDADES DE LA BIOÉTICA Y TANATOLOGÍA


Objetivo de la Unidad 5
1.1. Términos Básicos 5
1.2. Valores 7
1.3. Aspectos Filosóficos de la Bioética 8
1.4. Antecedentes de la Bioética 11
1.5. Importancia de la bioética 13
Síntesis Unidad I 15
Actividad de Aprendizaje I 16
Cuestionario de la Unidad I 17

UNIDAD II - LA BIOÉTICA Y SU APLICACIÓN


Objetivo de la Unidad 18
2.1. Utilidad 18
2.2. Bioética y Cuidados Paliativos 20
2.3. Cuidado Total 22
2.4. Apoyo Emocional al paciente y familia 24
2.5. Apoyo al Equipo de salud 27
Síntesis Unidad II 33
Actividad de Aprendizaje II 34
Cuestionario de la Unidad II 35

UNIDAD III - ASPECTOS LEGALES DE LA PROFESION DE ENFERMERIA


Objetivo de la Unidad 36
3.1. Bioética Ante el estado terminal 36
3.2. Código Ético 38
3.3. Código Deontológico 40
3.4. Ética con el Inicio y Fin de la Vida 42

2
3.5. Aspectos Legales que Influyen en la alegría y sufrimiento del paciente 43
Síntesis Unidad III 46
Actividad de Aprendizaje III 47
Cuestionario de la Unidad III 48

UNIDAD IV - LA TANATOLOGÍA Y SU APLICACIÓN


Objetivo de la Unidad 49
4.1. Introducción a la Tanatología 49
4.2. La pérdida a lo Largo de la vida 51
4.3. La muerte y duelo 53
4.4. El ser humano ante la enfermedad 56
4.5. Enfermedades Crónico Degenerativas 58
4.6. La familia ante la muerte 59
Síntesis Unidad IV 60
Actividad de Aprendizaje IV 61
Cuestionario de la Unidad IV 62
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS 64

3
OBJETIVO GENERAL DE LA GUÍA

La presente guía presenta en forma general los principios generales de la Bioética y la


Tanatología, para que sirvan al alumno como una guía introductoria a las mismas, ya que en
ella se han compilado de manera sintética los contenidos necesarios para que pueda conocer,
comprender y discutir las generalidades del manejo del paciente en circunstancias que le
obliguen a replantearse los objetivos curativos del tratamiento en curso.

4
UNIDAD I

GENERALIDADES DE LA BIOÉTICA Y TANATOLOGÍA

Objetivo de la Unidad: Identifica los términos y conceptos de la bioética y la tanatología, así


como su aplicación a la vida personal y profesional.

1.1. Términos Básicos

El término bioética tiene un origen etimológico bien conocido: bios-ethos, comúnmente


traducido por ética de la vida. El autor del término, V.R. Potter, oncólogo de origen holandés,
intuyendo la influencia que podían tener las variaciones ambientales en la salud del hombre,
acuñó la palabra con la finalidad de unir mediante esta nueva disciplina dos mundos que, en
su opinión, hasta ese momento habían transitado por caminos distintos: el mundo de los
hechos y de la ciencia por una lado, y el mundo de los valores, y, en particular, la ética por
otro. Potter entendía la bioética como una ética de la vida entendida en sentido amplio, que
comprendiera no sólo los actos del hombre sobre la vida humana, sino también sobre aquélla
animal y medioambiental. Posteriormente se redujo la bioética a la dimensión médico-
sanitaria.(Tomás y Garrido & Postigo Solana, 2008)

En otros escritos Potter llamó a la bioética sabiduría de la ciencia, intuyendo que la dimensión
técnico-instrumental debía ir unida a la filosófico-sapiencial y que todo científico debía
recuperar la dimensión sapiencial como algo intrínseco a su profesión. A lo largo de estos
treinta años han sido elaboradas numerosas definiciones, por ejemplo, en la primera edición
de la Enciclopedia de Bioética se la definió como el estudio sistemático de la conducta
humana en el área de las ciencias de la vida y de la salud, examinadas a la luz de los valores
y de los principios morales. Posteriormente, en la segunda edición, la definición se cambió
debido a las críticas que hubo alrededor de la expresión los valores y los principios morales.
(Tomás y Garrido & Postigo Solana, 2008)

5
Reich prefirió variar la definición para no generar polémicas. El resultado fue el siguiente: la
bioética es el estudio sistemático de las dimensiones morales –incluidas la visión moral, las
decisiones, la conducta, las líneas de acción, etc.– de las ciencias de la vida y los cuidados
sanitarios con el empleo de una variedad de metodologías éticas y en un planteamiento
interdisciplinar. (Tomás y Garrido & Postigo Solana, 2008)

La bioética es el estudio sistemático e interdisciplinar de las acciones del hombre sobre la


vida humana, vegetal y animal, considerando sus implicaciones antropológicas y éticas, con la
finalidad de ver racionalmente aquello que es bueno para el hombre, las futuras generaciones
y el ecosistema, para encontrar una posible solución clínica o elaborar una normativa jurídica
adecuada. (Tomás y Garrido & Postigo Solana, 2008)

Analizando brevemente cada uno de los elementos de esta definición, se tiene que es:

a) Sistemático, merece estatus: Es un estudio por esto el de disciplina, no el de ciencia;


porque, en nuestra opinión, la bioética pertenece a una disciplina más amplia que es la
ética. La bioética es una ética aplicada a la ciencia y a la vida en general.
b) Interdisciplinar, en la medida en la que intervienen en ella muchas otras disciplinas, no
sólo la medicina o las ciencias biosanitarias, sino también el derecho, la política, la
economía, la filosofía, etc. Para hablar de una disciplina es necesario determinar su
objeto material y su objeto formal. Por objeto material entendemos que estudia esa
ciencia o disciplina; y por objeto formal entendemos bajo qué punto de vista lo estudia.
c) El objeto material de la bioética son las acciones del hombre sobre la vida en general; en
cambio, su objeto formal se enfoca desde la perspectiva ética, para ver si estas acciones
son buenas y hacen al hombre mejor o, por el contrario, le producen un daño a él, a la
humanidad y a las generaciones futuras. Es importante señalar que cuando hablamos de
las acciones del hombre sobre la vida en general, entendemos por ella vida vegetal,
animal y humana. Es más, extendería también este estudio hasta las acciones sobre el
medioambiente en general, es decir, sobre todo aquello que en un futuro puede incidir
sobre el desarrollo de la vida humana y de las generaciones futuras.
d) No sólo hemos de mirar las implicaciones de nuestras acciones sobre las condiciones
actuales de la vida humana y del planeta; la bioética debería tener en cuenta también un
concepto de responsabilidad a largo plazo.

6
e) La finalidad de la bioética no es sólo reflexionar, sino fundamentalmente encontrar
criterios, principios o normas que guíen el obrar del hombre respecto a la vida y elaborar
leyes adecuadas que permitan el desarrollo y el progreso de la humanidad.(Tomás y
Garrido & Postigo Solana, 2008)

Si nos preguntamos por las partes de la bioética o ámbitos de estudio de esta disciplina,
podemos señalar tres: bioética fundamental, bioética especial o específica y bioética clínica o
biojurídica. El primer ámbito, la bioética fundamental, estudia la definición y las cuestiones
epistemológicas relativas a la bioética, su fundamentación antropológica y ética y las distintas
corrientes de bioética. El segundo ámbito estudia los problemas específicos, por ejemplo, la
clonación, el aborto, la muerte cerebral, la contaminación radiactiva, la destrucción de la capa
de ozono, etc. En tercer lugar, la bioética clínica o biojurídica estudia la bioética aplicada a
casos clínicos concretos o a leyes concretas buscando soluciones prácticas.(Tomás y Garrido
& Postigo Solana, 2008)

1.2. Valores

La bioética se conceptualiza como la conciencia de las ciencias médicas y biológicas, práctica


dinámica, racional y reguladora de los valores éticos y deontológicos, que se basa en cuatro
principios fundamentales. Enfermería es una profesión que requiere de valores universales y
bioéticos obligatorios para su desarrollo profesional diario, sirve para otorgar cuidados en
beneficio de las personas a su cargo, regidos por las normas jurídicas, sociales, morales y de
trato social, considerando también las características propias de la profesión. Es por ello que
se decide presentar una concreta perspectiva de los valores universales y bioéticos
inherentes al cuidado de enfermería. (Marcos Del Cano, 2011)

Los valores son estructuras de la conciencia de las personas sobre las que se construye el
sentido de la vida en sus diferentes aspectos morales, éstos se adquieren en la familia,
sociedad y a través de la educación formal o informal que el individuo recibe a través de su
vida. Existen diferentes tipos de valores como son los cívicos, morales y profesionales. Los
valores cívicos son los principios considerados de importancia por la sociedad y que se
espera que toda persona practique y respete. Los valores morales son los que norman la

7
conducta del individuo de lo que debe y no debe hacer. Los valores profesionales son el
conjunto de actitudes positivas que reflejan la conciencia de la persona durante la interacción
con el objeto de trabajo durante su desempeño profesional. (Marcos Del Cano, 2011)

Toda profesión tiene valores intrínsecos y extrínsecos, los primeros son los que hacen
específico el ejercicio de la profesión, en la carrera de Enfermería este valor legitima y da
sentido a la actividad profesional al ejercer con vocación, habilidades, actitudes y
conocimientos adecuados el buen ejercicio profesional aliviando el sufrimiento humano
producido por la enfermedad. Los valores extrínsecos son los que son añadidos, como el
reconocimiento social y la remuneración económica. Una profesión pierde su razón de ser
cuando los valores extrínsecos son situados por encima de los valores intrínsecos. (Marcos
Del Cano, 2011)

1.3. Aspectos Filosóficos de la Bioética

Todo el campo teórico expuesto se expresa de múltiples formas en el campo de la bioética


actual. Cada uno tiene un fundamento sólido, con ideología, discurso y paradigmas bien
estructurados, que los hacen diferentes entre sí. Esto explica por qué en las discusiones de
los comités de bioética hospitalarios, podemos contemplar diversas miradas en torno a un
mismo hecho concreto, cuando las personas que analizan ese hecho asumen diferentes
posturas filosóficas. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

A continuación se describen las escuelas teóricas que más influyen en el pensamiento


bioético contemporáneo:

a) La bioética Utilitarista. Su principio básico es el mayor bien para el mayor número de


personas. Sobre los valores del individuo están los valores de la sociedad. Bajo este enfoque,
las decisiones éticas tienen que ver con la utilidad que reportan para la persona, la institución
o para la sociedad. Para su aplicación, se requiere previamente de un cuidadoso cálculo del
costo-beneficio de las decisiones y los resultados que se obtendrían de su probable aplicación
(Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

8
Otro ángulo relacionado con el utilitarismo es su asociación con el funcionalismo que señala,
por ejemplo, que para ser persona se requiere la capacidad de la conciencia. Es persona sólo
aquel ser humano capaz de realizar actos de razón. Luego entonces ni el embrión, ni el
anencéfalo, ni el individuo en coma son personas. Esta concepción del hombre, seguida de
un razonamiento meramente utilitarista, hace que se derive hacia posiciones en las que está
permitida la eutanasia y el aborto, entre otros. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

b) La bioética Universalista. Las decisiones deben considerar la opinión de la mayoría de las


personas involucradas en el dilema ético. Para hacer objetivo el juicio ético, se deben tomar
en cuenta las opiniones subjetivas del mayor número de personas que participan en el
problema ético. Ante la imposibilidad de llegar a una ética universal, la única posibilidad es el
consenso y el contrato social. El consenso es la única fuente de autoridad, pues cualquier otra
argumentación es débil. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

Los comités de bioética hospitalaria están inspirados en esta visión. Las etapas por las que
pasa el debate bioético de un caso incluyen la participación del mayor número de personas,
en especial los protagonistas del dilema bioético (médicos, enfermeras, etc.), así como los
familiares del niño y representantes de la sociedad. Aunque en el seno de la discusión se
sostengan diferentes posturas bioéticas, la recomendación final adquiere una forma de
consenso. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

c) La bioética Personalista. El eje de todo el debate es la persona y su cualidad de ser digna.


Sobre los intereses de otras personas o de instituciones y sociedades está el bien último del
individuo. El personalismo concibe a la persona como la unidad que forman el ser inmaterial
(alma y espíritu) y el ser material (cuerpo), y acepta su existencia desde el momento de la
concepción. A partir de esta perspectiva, el personalismo infiere algunos principios que
podrían servir como orientación en la atención médica cotidiana: el respeto a la vida, al
cuerpo, a la identidad, dignidad, autonomía, libertad, justicia y a la solidaridad humana.
(Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

d) El principalísimo bioético. Surge en 1970 con el informe Belmont. En la actualidad se habla


de cuatro principios que se consideran como el núcleo teórico de esta visión:

9
• El principio de beneficencia. La beneficencia consiste en ofrecer siempre un bien al usuario
de los servicios de salud. El paciente siempre espera que, al llegar a un establecimiento de
salud, se le atienda de la mejor manera, por el mejor personal, que se cuente con los mejores
equipos y los medicamentos adecuados para su necesidad de salud y que al entrar en el
establecimiento de salud, siempre se le ofrezca algo bueno. (Escobar-Picasso & Escobar-
Cosme, 2010)

La beneficencia no discrimina, procura alcanzar a todos los pacientes, sin importar su edad,
sexo, ni el tipo de enfermedad que se padezca. Bajo este principio, un establecimiento de
salud debe ser contemplado por los niños como la casa de la salud, no como la casa de los
sustos. Lo importante será curar; si esto no es posible, se intentará mitigar el dolor; si esto es
imposible, por lo menos debemos consolar. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

• El principio de autonomía. Autonomía es la facultad de gobernarse a uno mismo. Es la


capacidad de tomar decisiones sobre lo que puede suceder con nuestro propio cuerpo. Este
principio tuvo una emergencia significativa a partir del juicio de Nuremberg, cuando la
comunidad médica se dio cuenta hasta dónde puede llegar un investigador cuando, oculto
tras el escudo de la ciencia, es cegado por su propio afán científico. La autonomía surge aquí
como la voz del que, sin poder hablar, no ha perdido su derecho a ser escuchado. (Escobar-
Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

• El principio de no maleficencia. Este principio expresa la obligación de no producir un daño


de manera voluntaria. Primum non nuocere (lo primero es no dañar). La declaración es clara;
sin embargo, se enfrenta a decisiones polémicas, en especial cuando hablamos de enfermos
terminales, en quienes corre peligro la vida o cuando sabemos que el uso de tratamientos y/o
procedimientos producirán per se algún daño. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

• El principio de justicia. Contempla que todo individuo tiene derecho al trato igualitario como
los demás seres humanos, sin importar las condiciones de su vida, de su salud, de sus
creencias o de su posición económica. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

En pediatría, la aplicación del principio de justicia nos obliga a tratar a las personas como
iguales, como dignas del mayor respeto, sin hacer distingos o diferencias entre uno u otro.
Esté amparado por un sistema de seguridad social en salud o no; tenga o no padres, sea un

10
niño de la calle o de una familia integrada; esté limpio o sucio; tengan sus padres dinero o
sean pobres, sea el niño delincuente o no, todos tienen derecho a que se les dé el mismo
trato médico, la misma oportunidad de hospitalización y de recibir el mejor de los tratamientos,
por los mejores médicos, en el mejor hospital y en las mejores circunstancias posibles.
(Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

La bioética surge en esta época como la ética que requiere la ciencia actual, ya que es una
propuesta capaz de establecer puentes entre salud, ciencia y tecnología, siempre a favor de
la vida. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

1.4. Antecedentes de la Bioética

El inicio de la bioética no está bien definido. Algunos autores toman hechos históricos
relevantes como referencia, por ejemplo la segunda guerra mundial; otros incluyen avances
tecnológicos, como el trasplante de órganos o el descubrimiento del genoma humano, y otros
más parten de una visión política, social o religiosa. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme,
2010)

Un acontecimiento histórico importante que impulsó el análisis ético en el campo de la salud,


fue el juicio de Nuremberg, en 1945, que incluyó acciones contra médicos que
experimentaron con seres humanos. Dentro de los avances de este proceso se logró, en
1948, la Declaración Universal de Derechos Humanos. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme,
2010)

En 1954, Fletcher publica Moral and Medicine, escrito en el que por primera vez se separa la
visión religiosa de los conflictos ético/ médicos. Un ejemplo claro es su propuesta para el uso
de anticonceptivos orales, en una época en que para la ética religiosa esto era inadmisible.
(Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

En 1967, el inicio del trasplante cardiaco por Barnard, en Sudáfrica, fue seguido por un boom
en trasplantes en todo el mundo y por el auge de programas de donación de órganos, hechos

11
que motivaron un nuevo planteamiento sobre muerte, vida, ciencia y ética (Escobar-Picasso &
Escobar-Cosme, 2010)

Al oncólogo holandés Van Rensellaer Potter se le reconoce haber elaborado el neologismo


bioética y haber propuesto las bases para esta nueva disciplina a la que llamó la ciencia de la
supervivencia. Potter postula que la existencia del ser humano no está garantizada, más bien
está amenazado por las alteraciones del equilibrio de los ecosistemas y por los avances de la
tecnología. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

A Hellegers se le reconoce la difusión del término bioética, con algunas disyuntivas en la


propuesta de Potter, ya que para él no se trata de una nueva ciencia, sino de una rama de la
ética clásica. Hellegers funda el Instituto Kennedy, en el que se realizan estudios bioéticos de
temas tan polémicos como las enfermedades genéticas, la experimentación humana, los
trasplantes de órganos naturales y artificiales, el control de conducta, el aborto, el derecho a
la salud y temas relacionados con la muerte. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

Callahan funda, en 1969, el Hasting Center de Nueva York donde no sólo se examinan
asuntos relacionados con la medicina y la ética, sino también con la biología y el medio
ambiente. En este sentido, es necesario puntualizar que la bioética de Potter tiene un enfoque
más globalizador, mientras que la visión de Helleger y Callahan está más restringida a los
asuntos relacionados con los temas médicos. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

En el presente milenio ha ocurrido un hecho asombroso para la ciencia que con seguridad
será un campo fértil para el debate bioético; nos referimos al desciframiento del genoma de
varias especies vivientes y, en especial, del genoma humano, que abrirá discusiones en torno
a la vida y la reproducción humana. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

En este tiempo en que la ciencia parece no tener límites, la bioética no se postula como un
freno a la investigación; antes bien, se pondera como un valor supremo que debe amalgamar
la conciencia imaginativa y creativa del científico, con el deseo de supervivencia y progreso a
que tiene derecho la humanidad. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

1.5. Importancia de la Bioética

12
La bioética, como estrategia y fundamentación de tipo moral y ética es la exigencia del
Consentimiento Informado, derecho importante que tienen los individuos, cuyo valor se inserta
en el principio de autonomía, al tomar en cuenta la libertad y creencias de las personas en el
proceso de toma de decisiones y exige que los actores sociales tengan una comprensión
amplia del propósito, procedimientos, riesgos y beneficios de las intervenciones, para que
puedan tomar decisiones libres relacionadas con su participación. (Escobar-Picasso &
Escobar-Cosme, 2010)

Gracias a la bioética hoy en día el médico tiene el deber y la obligación por ley de informar a
sus pacientes la verdad, ósea de decirle a su paciente en forma comprensible lo que dice la
comunidad médica con respecto a su condición y las alternativas de tratamiento para que el
paciente decida según la carta de derechos del paciente. (Escobar-Picasso & Escobar-
Cosme, 2010)

Si bien la bioética se funda en el intelecto racional y la razón práctica en la razón


especulativa; la bioética, a diferencia de la ética, no se limita al campo de la especulación, ni a
la pura investigación, sino que se conecta a la actividad concreta, en cuanto ésta afecta a la
persona. Del mismo modo que el cultivo se relaciona con la promoción de la vida, la bioética,
aunque debe educarse, esa educación, se relaciona eminentemente con la praxis que
promueve la vida humana, como un cultivo; situación que nos conduce a manifestar que la
bioética como la salud pública ha llegado a un punto de encuentro; este proceso se traduce
en una puesta en tensión de los principios fundadores de la bioética, debido a las
contradicciones que surgen entre lo individual y lo social. (Escobar-Picasso & Escobar-
Cosme, 2010)

Sin embargo, la búsqueda de nuevos valores puede ayudar a enfocar esta aparente
oposición. En este recorrido, la bioética trae consigo su valioso método de debate abierto y
contradictorio, mientras la salud pública presenta una tradición de organización de las
acciones sanitarias basada en conceptos sociales (solidaridad, responsabilidad,
interculturalidad). Esto permite reflexionar, además, a propósito de las condiciones concretas
del ejercicio de la bioética en los servicios de salud. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme,
2010)

13
El Hastings Center fue el primer centro de bioética en el mundo, fundado en Nueva York en
1969 por el filósofo Daniel Callahan y el psicoanalista Willard Gaylin. Sigue siendo el primero
en su género y busca entender los problemas morales surgidos de los rápidos avances de la
medicina y la biología. La palabra bioética fue utilizada por primera vez en 1971 por Van
Rensselaer Potter, quien la definió como la “disciplina que combina el conocimiento biológico,
con el de los valores humanos”. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

En 1972, André Hellegers (1926-1979) médico especializado en ginecología y obstetricia, con


el objetivo, al igual que el Hastings Center, la filosofía y la ética supuso una notable
renovación de la ética médica tradicional. Este código contiene 10 puntos que regulan los
experimentos médicos. La investigación biomédica sobre sujetos humanos planteaba una
gran cantidad de problemas (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010).

En las tres décadas pasadas se ha abierto una reflexión respecto de los límites y alcances de
los conocimientos científicos conforme a la casuística, por la controversia cuando no es claro
el beneficio o prejuicio que se obtiene de ellas. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

El objetivo de la bioética es el estudio de las implicaciones éticas en los avances de la


medicina y la biología, en el ser humano y en los animales, así como en los problemas
ecológicos. La bioética, en su aplicación, implica un carácter teórico y uno práctico: Teórico:
por estar basados en teorías morales; práctico: porque toda su teoría debe completarse en
cuestiones y casos que necesiten solucionando aplicando un enfoque ético. (Escobar-Picasso
& Escobar-Cosme, 2010)

Las características de la bioética son:

 No se identifica con ningún pensamiento religioso.


 Está abierta la discusión respecto de diferentes corrientes de pensamiento.
 Es multidisciplinaria, ya que por la complejidad de sus temas requiere de sus
aportaciones de otras ciencias.
 Es racional, por su carácter científico y de investigación.
 No es absoluta: no ofrece soluciones infalibles. Por ello, está en constante evolución y
apertura respecto de los nuevos conceptos y dilemas que pudieran surgir.
 Es aplicable sus investigaciones no versan sobre teorías abstractas o alejadas de la
realidad, sino sobre casos concretos. (Escobar-Picasso & Escobar-Cosme, 2010)

14
Síntesis de la Unidad I

Como parte fundamental del quehacer en salud, el componente humano y moral no se puede
deslindar de la praxis del ejercicio médico. Así tenemos que considerar que los valores de la
vida y la integridad, y los que deriven de las relaciones humanas y humanizantes que los
miembros del equipo médico generen entre ellos y el paciente o usuario, deberán estar en la
más alta prioridad.

No solo desde el origen filosófico es que deben revalorarse los objetivos de la atención en el
sistema sanitario, sino desde la compleja evolución que han tenido tanto las prácticas de
prevención y curación e incluso las legislaciones pertinentes a la aplicación de la salud es que
deben plantearse los objetivos primordiales del curar, sanar, proteger y promover la salud, el
bienestar, el equilibrio biopsicosocial y espiritual del enfermo. Reflexionar sobre la pertinencia
de nuestra intervención será necesario siempre que se trate de actuar en pro de la vida.

15
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD I

Ensayo sobre “Los Fundamentos Bioéticos de la Práctica de la Enfermería”

INSTRUCCIONES:

Elaboración de ensayo en donde el alumno desarrolle con sus palabras los fundamentos
filosóficos de la práctica médica desde el enfoque bioético.

Deberán explicarse:
 Los principios que rigen a la bioética general así como su relación con la praxis de la
enfermería
 Justificarse por medio de opiniones y observaciones prácticas la utilidad de los
mismos para la correcta aplicación de los procedimientos médicos del personal de
enfermería.

El ensayo es una exposición breve que explica, en un lenguaje simplificado y claro, la opinión
del redactor, así como su comprensión de las particularidades del tema a exponer, junto con
propuestas u observaciones de un fenómeno, objeto de estudio o temática en particular.

FORMATO DE ENTREGA

 Entrega dentro de un archivo de Word letra arial 12 para los títulos y con negrillas y arial
11 para el texto, interlineado de 1.5
 No menos de una cuartilla y un máximo de tres.
 Párrafos de no más de 8 renglones de extensión.
 Cuidar la Ortografía y la Redacción.

16
CUESTIONARIO

UNIDAD I

1. Es el estudio sistemático de las dimensiones morales de las ciencias de la vida y los

cuidados sanitarios con el empleo de una variedad de metodologías éticas y en un

planteamiento interdisciplinar

2. Fue un acontecimiento histórico importante que impulsó el análisis ético en el campo de la

salud, que incluyó acciones contra médicos que experimentaron con seres humanos.

3. Se le reconoce haber elaborado el neologismo bioética y haber propuesto las bases para

esta nueva disciplina a la que llamó la ciencia de la supervivencia

4. A él se le reconoce la difusión del término bioética, ya que para él no se trata de una

nueva ciencia, sino de una rama de la ética clásica.

5. Estudia la definición y las cuestiones epistemológicas relativas a la bioética, su

fundamentación antropológica y ética y las distintas corrientes de bioética.

6. Se encarga de los problemas específicos, por ejemplo, la clonación, el aborto, la muerte

cerebral, la contaminación radiactiva, la destrucción de la capa de ozono, etc.

7. Estudia la bioética aplicada a casos clínicos concretos o a leyes concretas buscando

soluciones prácticas

8. Son estructuras de la conciencia de las personas sobre las que se construye el sentido de

la vida en sus diferentes aspectos morales; éstos se adquieren en la familia, sociedad y a

través de la educación formal o informal que el individuo recibe a través de su vida

9. Son los principios considerados de importancia por la sociedad y que se espera que toda

persona practique y respete

10. Son los que norman la conducta del individuo de lo que debe y no debe hacer.

17
UNIDAD II

LA BIOÉTICA Y SU APLICACIÓN

Objetivo de la Unidad: Conoce cada uno de los diferentes cuidados de enfermería que se
realizan en el campo de aplicación de las diferentes instituciones públicas y privadas teniendo
como base la bioética.

2.1. Utilidad

La bioética tiene como punto de referencia a la persona, el valor de la vida humana como bien
primaria y fundamental; la fuente de todos los derechos humanos y de todo orden social.
Estas afirmaciones no contradicen la constante búsqueda de garantías sociales, legales,
científicas y culturales, pero inciden en que la persona mantenga su centralidad, sin destruir la
tradición y sin obstruir el futuro. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

El objetivo de esta ciencia no es elaborar principios generales, sino aplicarlos a los nuevos
problemas que se ofrecen a la consideración de la acción humana en el reino de la vida, dado
los nuevos e inéditos contenidos que se presentan por el desarrollo de la investigación. Se
trata de una materia pluridisciplinar que cada vez más trata de amparar, no sólo los
problemas éticos relacionados con el hombre sano o enfermo, sino también las relaciones
que surgen con la familia, la comunidad, y los otros seres vivos, que forman su entorno, y
todo el ecosistema. Se intuye que hay que adquirir una especie de sabiduría combinatoria en
la que se integre la diversidad del saber con la unidad esencial de lo humano; no puede
olvidarse que la riqueza de la argumentación ética supera los planteamientos técnicos,
científicos y racionales. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Es simplista admitir que la eficacia técnica sea el argumento definitivo; lo técnicamente


posible no es, por esa sola razón, lo éticamente admitido. El temple bioético abre un reto de
confianza en el hombre del siglo XXI, en su capacidad para la humildad intelectual y moral, en
su capacidad para la tolerancia y la flexibilidad e incluso para su habilidad negociadora.
(Tomás y Garrido G. M., 2011)

18
La enciclopedia de bioética de 1978 formula la siguiente definición: estudio sistemático de la
conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de la salud, analizado a la luz de
los valores y principios morales; definición que nos aproxima al objetivo expuesto a través de
estas reflexiones. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Queda claro que se trata de una valoración de tipo ético, es decir, sobre la bondad o la
maldad del actuar humano concreto, que debe hacerse a la luz de un determinado sistema de
referencia. Sus contenidos los proporciona de un lado la ética que actúa como componente
valorativo y, de otro, las ciencias de la vida, que aportan el elemento material: biología,
medicina, psicología, antropología, sociología, bioquímica, ingeniería, etc. La nueva disciplina
surge de la interpretación racional de los hechos y de las técnicas. (Tomás y Garrido G. M.,
2011)

Su competencia abarca los siguientes campos:

a) Los problemas éticos de las profesiones sanitarias;


b) Las cuestiones éticas que se plantean en el campo de las investigaciones sobre el
hombre, aunque no sean directamente terapéuticas;
c) Los asuntos sociales inherentes a las políticas sanitarias, en el ámbito global, a la
medicina del trabajo y a las políticas de planificación familiar;
d) Los dilemas relacionados con la intervención sobre la vida de los demás seres vivos y, en
general, lo que se refiere al equilibrio del ecosistema. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
Esta variedad de objetivos también confirman la gran capacidad de dominio por parte del
hombre del mundo biológico, a partir de la segunda mitad del siglo XX, y su amplia y profunda
incidencia social. Pero en este dominio y el subsiguiente progreso, la persona no debe
quedarse como un mero espectador o un agente externo, y la Bioética no puede concebirse
como una confrontación de opiniones y posiciones éticas adoptadas en un momento
determinado por la sociedad, sino que ha de desarrollarse con una fundamentación
antropológica. El hombre forma parte del mundo biológico, y la reflexión sobre la necesidad
de que ese dominio no se vuelva en su contra es precisamente uno de los factores que
despiertan su interés por regular su comportamiento. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

En resumen, la bioética, que puede entenderse tanto como ciencia o como disciplina, parte de
la vida del hombre y de su antropología y estudia de manera sistemática, interdisciplinar y

19
práctica las acciones humanas y sus consecuencias y, entonces, propone vías éticas para
encontrar soluciones, moralmente rectas y científicamente correctas, a las diferentes
implicaciones que resultan de esos actos. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Simbólicamente se podría decir que la bioética es la conciencia de la ciencia. Bien es cierto


que, con precisión, no puede ser así, puesto que el albedrío moral y ético es atributo de las
personas y no de la ciencia ni del método científico, pero no deja de ser una intuición certera y
profunda.(Tomás y Garrido G. M., 2011)

2.2. Bioética y Cuidados Paliativos

Como punto de partida vamos a adoptar, de forma íntegra y axiomática, la definición de


enfermedad terminal y el objetivo de los cuidados paliativos para el paciente y su familia,
propuestos por uno de los textos más representativos de la literatura especializada y que
quedan, posiblemente, plasmados en el siguiente enunciado sugerido por la OMS
(Organización Mundial de la Salud): cuidado total y activo de los pacientes cuya enfermedad
no responde a un tratamiento curativo. El control del dolor, de otros síntomas, y de problemas
psicológicos, sociales y espirituales, adquiere en ellos una importancia primordial. El objetivo
de los cuidados paliativos es conseguir la máxima calidad de vida posible para los pacientes y
sus allegados. (Arranz, Barbero, & Barreto, 2004)

Para alcanzar el principal objetivo de los cuidados paliativos deberemos, sin duda, ser
capaces, hasta donde sea posible, de aliviar el sufrimiento tanto del paciente como de sus
principales allegados. Pero, además, es oportuno señalar que debe alcanzarse este fin sin
que el tercer protagonista interactuante -los miembros del equipo de cuidados paliativos-
incremente sus niveles de sufrimiento y se queme (burnout). (Arranz, Barbero, & Barreto,
2004)

En este modelo integral de cuidados paliativos se contemplará el objetivo de obtener


bienestar o atenuación del sufrimiento en todos los protagonistas que participan en la
situación paliativa: el enfermo en situación terminal -principal protagonista-, sus familiares -en
especial, el cuidador primario y los miembros que componen el equipo sanitario. Dicho
modelo tratará de justificar las intervenciones terapéuticas que se lleven a cabo con este triple

20
objetivo e intentará, aunque sea de forma provisional y tentativa, no obviar tres de los
principales escollos que se le presentan:
 Una definición operacional de sufrimiento;

 La fijación de objetivos intermedios que guíen el proceso de adaptación psicológica del


enfermo a su situación y la disminución de su vulnerabilidad, y lo conduzcan hacia el
mayor bienestar posible; e

 Instrumentos capaces de evaluar el nivel de sufrimiento e indicarnos, a lo largo del


tiempo, hasta qué punto, con nuestra intervención, estamos siendo capaces de disminuir,
eliminar y/o prevenir dicho sufrimiento en: el enfermo, sus cuidadores principales y los
profesionales sanitarios.(Arranz, Barbero, & Barreto, 2004)

De acuerdo con el modelo propuesto, si queremos disminuir el sufrimiento del enfermo e


incrementar su bienestar, deberemos:
a) Identificar, en cada momento, aquellos síntomas somáticos o/y alteraciones psicológicas
que son percibidos por el paciente como una amenaza importante, estableciendo su
grado de priorización amenazadora desde el punto de vista del paciente. En el caso de
las alteraciones psicológicas, éstas pueden tener su origen en problemáticas cognitivas o
afectivas, de las que merecen especial atención las espirituales.

b) Compensar, eliminar o atenuar dichos síntomas. Se trata del clásico control de síntomas
si bien referido en especial a aquellos síntomas que preocupan a cada paciente concreto
y convenientemente ampliado a los de carácter psicológico o social. Si no es posible
conseguir dicho control, en todo caso y paralelamente, será necesario tratar de atenuar la
intensidad de amenaza que representan para el paciente.

c) Detectar y potenciar, en la medida de lo posible, los propios recursos del enfermo, con el
fin de disminuir, eliminar o prevenir su sensación de impotencia. Complementariamente,
será necesario aumentar, hasta donde sea posible, su percepción de control sobre la
situación y los síntomas. Es importante señalar que los buenos clínicos manifiestan que,
en muchos casos, los pacientes poseen recursos suficientes para hacer frente a la
amenaza que supone la proximidad de la muerte y la sucesión de pérdidas que conlleva.

21
d) En el caso de que el estado de ánimo del paciente presente características ansiosas,
depresivas u hostiles, habrá que utilizar las técnicas específicas adecuadas -
farmacológicas y/o psicológicas para modificarlo o compensarlo, y evitar que se
cronifique (hacer crónico algo) y se convierta en patológico, lo cual sólo debería ocurrir en
una minoría de casos. El sufrimiento per se (por sí mismo o en si mismo) no es
patológico.

e) El instrumento más adecuado de que disponen todos los miembros del equipo
interdisciplinar para conseguir los objetivos intermedios que se deducen de nuestro
modelo será el counselling (Es una profesión en sí misma, que facilita por medio de un
proceso acotado en el tiempo y encuadrado en sus objetivos específicos, áreas y
medios de intervención, un proceso de cambio a personas, parejas, familias y/o grupos)
en el cual convergen las estrategias sugeridas -comunicación asertiva, apoyo
emocional, etc., aunque va mucho más allá de ellas.

f) Finalmente, debemos señalar que, en muchas ocasiones, también podremos combatir


directamente el sufrimiento de los enfermos mediante estrategias como la información, la
distracción, la reevaluación cognitiva, la relajación o la hipnosis, entre otras, susceptibles
de atenuar o alejar la sensación de amenaza. (Arranz, Barbero, & Barreto, 2004)

2.3. Cuidado Total

Los cuidados paliativos buscan sobretodo brindar un sistema de apoyo que ayude a las
familias a afrontar la enfermedad del paciente y a sobrellevar el período de duelo. El objetivo
primordial de la medicina paliativa es afirmar la vida y ayudar a reconocer que el morir es un
proceso normal. Se podría decir que estos cuidados no buscan ni acelerar ni posponer la
muerte, ni son un proceso que esté dominado por la tiranía de la curación; el cuidado paliativo
es en sí una estrategia para enfrentar de una manera más adecuada todo aquel proceso
patológico que se manifiesta previo el deceso. (Colell Brunet, 2008)

22
La medicina paliativa se ha desarrollado, en gran parte, como resultado de la visión e
inspiración inicial de Cicely Saunders, fundadora del Hospicio St. Christopher en Londres, en
1967. Hace siglos, hospicio significaba lugar de reposo para viajeros o peregrinos, pero con el
paso del tiempo la palabra sobrevivió en conexión con hospitales conventuales o asilos. A
Cicely siempre le atrajo este nombre pues quería proveer un tipo de atención que combinara
las habilidades de un hospital con la hospitalidad reposada y el calor de un hogar. (Colell
Brunet, 2008)

En un hospicio, el centro de interés se desplaza, bajo el pensamiento de Cicely, desde la


enfermedad hacia el paciente y su familia; y desde el proceso patológico, hacia la persona.
Para Cicely los pacientes con enfermedades terminales frecuentemente necesitan más
atención que aquellos cuya enfermedad es curable. Así, por tanto, la Medicina Paliativa ofrece
un cuidado terminal intensivo, por lo que requiere de habilidades profesionales de alto nivel y
de un cuidado experto, individualizado para cada usuario(a), atento a los detalles y sensible,
aspectos que consumen mucho. (Colell Brunet, 2008)

La medicina paliativa es distinta de la geriatría y de la atención de pacientes crónicos, las dos


especialidades con las que frecuentemente se le compara. Aunque las primeras contienen
muchas de las gratificaciones de la cirugía, operan en el contexto de intervención de crisis; de
la medicina interna, invitan a la fina titulación de los esquemas terapéuticos para síntomas
molestos de la psiquiatría, pues trata con ansiosos, deprimidos y deudos. (Colell Brunet,
2008)

La medicina paliativa se desarrolla como una reacción frente a la medicina moderna


altamente tecnificada. Halina Bortnowska una filósofa polaca, escritora y voluntaria en un
hospicio, ha contrastado el ethos de la curación con el ethos de la atención. Esta escritora
define ethos como una constelación de valores sostenidos por la gente. El ethos de la
curación incluye las virtudes militares del combate: no darse por vencido y perseverancia;
contiene necesariamente también algo de dureza. Por otra parte el ethos de la atención, tiene
como valor central la dignidad humana, enfatizando la solidaridad entre el paciente y los
profesionales de la salud, una actitud que resulta en una compasión efectiva. En el ethos de
la curación el médico es el general, mientras que en el de la atención el paciente es el
soberano. (Colell Brunet, 2008)

23
Es importante otorgar al paciente el poder de decidir lo más posible, mientras sea posible.
Bajo este modus operandi, la medicina paliativa busca evitar que los últimos días se
conviertan en días perdidos, ofreciendo un tipo de atención apropiada a las necesidades del
moribundo. A pesar de haber sido descrita como de baja tecnología y alto contacto, la
medicina paliativa no se opone intrínsecamente a la tecnología de la medicina moderna, pero
sí busca asegurar que sea el amor y no la ciencia la fuerza que oriente la atención al usuario.
Las investigaciones y los tratamientos de alta tecnología sólo se utilizarían cuando sus
beneficios superan claramente las posibles cargas. La ciencia debe de utilizarse al servicio
del amor y no viceversa; la Medicina Paliativa, es un intento por restablecer el rol tradicional
de médicos y enfermeras: curar a veces, aliviar frecuentemente, y confortar siempre. (Colell
Brunet, 2008)

2.4. Apoyo Emocional al Paciente y Familia

La familia es el lugar de las relaciones afectivas más próximas y la aparición o la presencia de


una enfermedad que amenaza la vida de alguno de sus miembros, la trastorna
indefectiblemente. Por otra parte, podemos decir que en la mayoría de las ocasiones, el
enfermo sufre tanto por la situación de sus familiares como por su propia enfermedad. La
experiencia de la enfermedad terminal es una tensión que comparten pacientes y familia. Los
moribundos expresan preocupación por la carga que recaerá sobre la familia y sobre su
capacidad por hacerle frente o como la manejarán los parientes comprenden al enfermo.
(Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Las preocupaciones de la familia tienen un foco importante: la angustia que aflige al enfermo.
A su vez los enfermos perciben bien que sus males perturban a sus parientes, que por culpa
de su enfermedad trabajan más o que se han privado de cosas. Mucho peor es el caso de los
enfermos que no tienen familiares cercanos que les puedan cuidar. Pueden sufrir una gran
angustia por la incertidumbre de no saber qué será de ellos. La situación generada por la
afección cancerosa comporta una serie de crisis consecutivas que ponen a prueba de forma
continua las capacidades de adaptación familiares. La enfermedad va a exigir a la familia la
necesidad de asegurar nuevas y distintas funciones: intentar reconfortar al enfermo, participar
en las decisiones médicas y en los cuidados y, paralelamente, esforzarse por asumir los

24
aspectos cotidianos adaptándose a una situación médica en evolución constante. (Centeno
Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Entre los objetivos a conseguir, se deben priorizar los siguientes:

Disminuir el impacto Una vez analizados los factores que provocan o acentúan el impacto, el
primer objetivo debe ir dirigido a neutralizar o disminuir dichos factores. Es decir:
 Control de los síntomas. Evidentemente, es la primera medida que siempre hay que
intentar.
 Profilaxis de la angustia. El enfermo y la familia han de conocer las cosas que pueden
suceder y su significado. Este conocimiento será siempre un primer nivel de adaptación a
la situación.
 Valorar el entorno del enfermo y las relaciones familiares y su dinámica. La interrelación
de todos estos aspectos nos permitirá detectar cuáles son los puntos críticos o de riesgo
y de esta manera incidir sobre ellos.
 Contar con espacios y tiempos concretos. Tiene mucha importancia el trato con la familia
y la manera de hacerlo. Sentarse y hablar en un ambiente confortable (con tiempo y sin
prisas) de la evaluación de la situación, de las angustias, de las dudas que genera el
tratamiento. Por pocos minutos que les dediquemos, representa mucho tiempo “del
tiempo” del enfermo y la familia.
 Situaciones de angustia extrema (reconducción de objetivos). Los profesionales del
equipo han de estar preparados y han de contar con que estas situaciones pueden
producirse: un empeoramiento brusco requiere siempre una reconducción de objetivos.
Esta reconducción se ha de hacer en un ambiente tranquilo: sentarse, ofrecer una
bebida, informar y a la vez dejar hablar.
 Un conocimiento previo del lugar en que el enfermo ha de ingresar, de las personas que
le van a tratar y de las condiciones de vida del hospital, disminuye siempre el nivel de
impacto. Los lazos entre los distintos niveles asistenciales son imprescindibles para
conseguir este conocimiento.
 Resolución de temas concretos: preocupaciones, asuntos pendientes. Todo lo que hace
referencia a informaciones y trámites derivados del ingreso y de la situación de los
enfermos y otros problemas concomitantes que el enfermo expresa como

25
“preocupaciones” o “temas pendientes” se deben tener siempre en cuenta y hay que
intervenir en su resolución.
 Optimizar las posibilidades de soporte de la propia familia Frecuentemente observamos
que para la familia el “poder hacer alguna cosa” en los cuidados del enfermo es uno de
los mecanismos de disminución del impacto. Esta voluntad de ayuda ha de ser
aprovechada por el equipo terapéutico dando los medios y los recursos necesarios para
que la familia pueda ponerlo en práctica sin que el tratamiento deje de ser eficaz, sino
que, por el contrario, potencie su eficacia. Algunas de estas medidas son:
– Potenciar los recursos propios: aprendizaje de ayudas concretas.
– Adecuación de objetivos: quien guía la relación terapéutica es el enfermo.
– Participación de la familia en las decisiones terapéuticas.
– Información de acontecimientos previsibles

 Potenciación del rol terapéutico familiar. Todo lo que hagamos por la familia, redunda en
beneficio del enfermo. La experiencia demuestra que la generosidad del enfermo terminal
llega al extremo de padecer más por el sufrimiento de aquellos a quienes ama, que por su
propia situación. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

De este epígrafe, ya tratado, se deben recordar algunos principios. La información ha de ser:


 Individualizada (lo que el paciente necesite) y conjunta con la familia.
 Coherente con la situación en que se encuentra el enfermo.
 Actualizada en el continuo cambio clínico.
 Preventiva, adelantándose a lo que puede venir.
 Comprensible. Tener en cuenta a la familia en el hospital Las medidas dirigidas a
proporcionar bienestar son también objetivos del tratamiento de la familia y del enfermo, y
muchas veces pasan por cuestiones que no son estrictamente de hábitat sino que son
más complejas.
 Procurar su bienestar: Facilitar el descanso nocturno, proporcionar las comidas al
acompañante del enfermo para que no tenga que salir a la calle a las horas de comer y
pueda, al mismo tiempo, acompañar al enfermo en la comida, algún medio de distracción,
teléfono cercano, etc.
 La formación y actitud del personal asistencial para detectar y reconocer las crisis de
angustia y ansiedad, así como sus mecanismos de defensa. Saber aceptar la normalidad

26
de estos procesos y su expresión así como tratarlos adecuadamente son aspectos
imprescindibles para dar una buena atención.
 Respetar la cultura del enfermo y facilitar que los familiares puedan manifestar libremente
su soporte. Puede efectuarse con esquemas y actitudes que pueden no ser compartidos
o entendidos por el personal pero que es necesario que sean respetados.(Centeno
Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

2.5. Apoyo al Equipo de Salud

Maslach y Jackson definen el burnout (los términos burnout, desgaste profesional,


quemamiento profesional, agotamiento profesional se utilizan como equivalentes) como un
síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y reducida realización personal que
puede desarrollarse en las personas que desempeñan actividades que tienen como objeto el
trabajo con otras personas. Las tres dimensiones enumeradas sirven a la vez para
conceptualizar y para evaluar el síndrome mediante diversos tests psicométricos que se han
propuesto. Los autores presentan el burnout como una respuesta emocional al estrés
profesional continuado. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Otros investigadores prefieren describirlo como un estado mental persistente, negativo y


relacionado con el trabajo que se desarrolla gradualmente, aunque puede mantenerse
imperceptible por un largo período de tiempo para el individuo que lo padece. El agotamiento
emocional hace referencia a un desgaste de los recursos emocionales de la persona, así
como al sentimiento de que uno ya no puede dar más de sí mismo a nivel afectivo. La
persona se siente vacía, le falta energía para afrontar un nuevo día y sus recursos
emocionales están exhaustos sin que exista una fuente de recarga. Se caracteriza por
sentirse emocionalmente sobrepasado por el contacto con las personas a las que se atiende
en el trabajo y por sus excesivas demandas emocionales y psicológicas. Una manera de
aliviar esa carga emocional es intentar reducir el contacto con la gente al mínimo
indispensable para realizar su trabajo. Esta actitud llevaría a la siguiente dimensión: la
despersonalización. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

La despersonalización es una respuesta casi siempre desapercibida, que conduce a la


aparición de sentimientos y actitudes negativas y cínicas hacia las personas con las que se

27
trabaja. En este proceso de endurecimiento afectivo o deshumanización los profesionales
tienden a considerar que estas personas son responsables e incluso merecedoras de sus
problemas. El desarrollo de la despersonalización aparece relacionado con la experiencia de
agotamiento emocional. El individuo va mostrando una reacción cada vez más negativa hacia
las personas con las que trabaja, en diferentes manifestaciones, llegando incluso a ignorar
sus necesidades y solicitudes. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

El sentimiento de escasa realización personal provoca que la persona tienda a evaluarse a sí


misma negativamente. Este tipo de sensación surge especialmente cuando el profesional
trabaja con personas. En este caso, experimenta un sentimiento de inadecuación, de no estar
realizando adecuadamente su trabajo, y una sensación de fracaso. Todo ello contribuye a que
se sienta infeliz y descontento consigo mismo y con su labor, desarrollando una baja
autoestima. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Aunque la muerte y el morir no sean la mayor fuente de burnout o de estrés en cuidados


paliativos, se trata de un factor que no hay que desestimar. El contacto continuado con
pacientes terminales genera una mayor expresión en emociones y sentimientos tanto entre
los pacientes y familiares como entre quienes les cuidan. La realidad de la propia
vulnerabilidad está repetidamente presente en los pensamientos del profesional e incluso de
forma no consciente detrás de sus propias reacciones o emociones. El riesgo de implicarse
excesivamente en el trabajo, y de sufrir emocionalmente por ello, es mayor cuando se cuida a
enfermos terminales por la debilidad física y psíquica de los pacientes que reclama alivio.
(Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

La situación crítica de los enfermos hace que el miedo a cometer errores graves esté
presente en el trabajo. Otros factores pudieran ser los fallecimientos frecuentes, los
sentimientos de impotencia por la ineficacia de los tratamientos, las desfiguraciones y déficit
físicos. A su vez, el sufrimiento y la tristeza presentes en los pacientes y sus familias
producen una resonancia en el profesional y pueden ser fuentes de malestar. Los dilemas
éticos y de toda índole son predisponentes de burnout : la muerte, el dolor, el sufrimiento, la
mutilación, el aislamiento o la soledad, la información, la investigación, los requisitos del
consentimiento informado, los riegos de la terapia, la angustia vital, el deseo de permanecer
vivo, etc. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

28
Estos conceptos deberían formar parte del entrenamiento integral de todos los profesionales
por ser causantes de desgaste personal. Tratar con demandas inadecuadas o quejas de
pacientes y familias, tomar decisiones complejas ante circunstancias difíciles con el paciente
o la tarea de comunicar malas noticias son situaciones presentes en este tipo de pacientes
que pueden generar malestar en los profesionales. La muerte es particularmente estresante
para las enfermeras de cuidados paliativos cuando el paciente es joven o se ha establecido
una relación muy cercana con él, o cuando se suceden varias muertes en un breve espacio
de tiempo. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

En un análisis profundo, pero teórico, Mount señala que los profesionales deben confrontar su
propia muerte como resultado de su experiencia diaria con sus pacientes terminales. Esto
provoca que tengan que reevaluar su propia mortalidad y la necesidad de ver su relación
personal con la muerte. Les obliga a reconocer su la propia mortalidad y a reexaminar el
significado y la calidad de su vida. Cada pérdida provoca la movilización de mecanismos o
estrategias de afrontamiento y el peso de estas pérdidas repetidas puede llegar a constituir
una carga intolerable para el profesional. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña,
2009)

Con frecuencia el burnout en cuidados paliativos, se atribuye a factores organizativos,


aspectos de gestión y falta de apoyo institucional más que a otras variables relacionadas con
el enfermo o su familia. Los cuidados paliativos, como modelo de atención, son relativamente
recientes y suponen un fuerte contraste con la asistencia médica más tradicional. Es
frecuente que transcurra mucho tiempo hasta que un programa se asiente y pueda desarrollar
su actividad según los estándares deseables. Mientras tanto, los períodos iniciales llevan
consigo falta de recursos, de personal, de tiempo o de material necesarios para realizar el
trabajo de forma adecuada. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Es frecuente que un programa de paliativos que no ha sido adecuadamente dimensionado, al


poco de ponerse en protección individual y una importante fuente de estrés. La paradoja es
solo aparente, no es difícil entender que se trata de dos aspectos extremos, positivo y
negativo, de una misma realidad y que se manifiestan precisamente así por la máxima
importancia que este modo de trabajar tiene dentro de cuidados paliativos. Varios estudios
muestran que el trabajo en equipo contribuye al burnout de los profesionales de cuidados
paliativos. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

29
Trabajar en equipo implica un mayor contacto e interacción con los otros profesionales, lo cual
unas veces resulta satisfactorio y otras genera roces, malestar o conflictos personales. En
otras especialidades donde el trabajo en equipo no es tan preceptivo, las dificultades
personales se encapsulan y es posible que el sistema funcione a pesar de ellas. Cuando la
interacción es esencial como ocurre en paliativos puede convertirse en una de las fuentes de
quemamiento. También la relación con otros equipos o departamentos puede ser causa de
desgaste en profesionales de paliativos. A veces, lo frustrante puede ser sentir que no se
trabaja en equipo cuando se sabe que si se lograra toda la actividad asistencial se vería
facilitada. Se habla de equipos interdisciplinares, pero con frecuencia incorporan
profesionales a un equipo sin contar con un perfil adecuado para la tarea que se debe
realizar. Los equipos no surgen por sí solos. Se desarrollan poco a poco en un proceso que
genera sufrimiento y, posiblemente, no se llega a completar nunca. (Centeno Cortés, Gómez
Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Se observa repetidamente que los profesionales que no disponen de formación en cuidados


paliativos o entrenamiento en algunas habilidades específicas tienen mayor riesgo de padecer
burnout. Los programas de formación en medicina o enfermería son deficientes en estos
aspectos. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Cuando el profesional dispone de las habilidades adecuadas para hacer frente a las
dificultades que se pueden presentar en el trabajo se siente más seguro y experimenta
sentimientos de mayor realización personal. El no disponer de estar habilidades genera
inseguridad, indecisión y malestar que pueden desembocar en un distanciamiento de los
pacientes y un posible agotamiento del profesional. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, &
Nabal Vicuña, 2009)

A pesar de que el contacto profesional con pacientes que están en sus últimos días de vida
puede ser muy estresante, este sufrimiento parece que se compensa con otros aspectos del
trabajo: los profesionales de cuidados paliativos expresan mayor satisfacción laboral. Así por
ejemplo, un estudio encontró que las enfermeras de cuidados paliativos estaban más
satisfechas que las de otras especialidades y muy pocas habían pensado en la posibilidad de
dejar su trabajo. La causa de esta mayor satisfacción puede ser múltiple, pero los motivos
principales que detectan los estudios son la buena relación que se establece con pacientes y
familiares, y la organización del trabajo según el sistema de los cuidados paliativos. El

30
abordaje integral –personal– que ofrecen los cuidados paliativos resulta en sí mismo una
importante fuente de satisfacción. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Dentro de los aspectos que se atienden están algunos tan importantes como controlar el dolor
y otros síntomas, cuidar la relación profesional-paciente y profesional-familia, mantener una
relación estrecha dentro del equipo, mejorar la calidad de vida en los últimos días, etc.
También el frecuente reconocimiento, muchas veces público, de los enfermos y de los
familiares, hacia la labor realizada durante el cuidado y tras el fallecimiento, es una fuente de
gratificación para los profesionales de paliativos. Conocer de antemano el tipo de pacientes
con el que se va a tratar –que no tengan curación posible–, supone en sí mismo una
protección contra el riesgo de sentir la muerte como un fracaso. El sentimiento de fracaso
puede proceder de otros aspectos (sufrimiento físico de difícil manejo, mala comunicación,
etc.), pero no por la muerte en sí misma. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña,
2009)

En lo que respecta al modo de desempeñar el trabajo, los profesionales de los equipos de


cuidados paliativos suelen disponer de mayores niveles de autonomía en la toma de
decisiones y en el trabajo diario. Esto se ha comprobado que tiene relación directa con la
satisfacción que los profesionales expresan. Formación adecuada Los profesionales de
cuidados paliativos, en comparación con el resto de profesionales de la salud, refieren menos
estrés por aspectos derivados de la comunicación, en situaciones difíciles, con los pacientes y
sus familias. Tampoco se identifican como fuentes significativas de estrés el tener que tratar
con familiares estresados, enfadados o culpabilizadores, o tener que dar malas noticias a los
familiares y pacientes. Todo ello parece estar relacionado con el modo de cultivar las
habilidades de comunicación y el manejo de situaciones difíciles. (Centeno Cortés, Gómez
Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Un entrenamiento en counselling o la práctica del autocontrol son otros factores de protección


que ayudan al profesional a desarrollar sus propias habilidades de afrontamiento y, en
consecuencia, prevenir el burnout. Los profesionales dedicados a paliativos, conscientes de
ser grupo de riesgo, promueven el autocuidado y la detección precoz del burnout. Este
aspecto debe formar parte de los objetivos de los programas de cuidados paliativos,
proponiendo como fundamental mantener a los profesionales en condiciones óptimas de
trabajo y prevenir su desgaste. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

31
Otros recursos importantes frente al burnout son: la posibilidad expresar sentimientos
relacionados con el trabajo dentro de un equipo y la capacidad de discutir los problemas en el
propio lugar de trabajo. El apoyo que se percibe del resto de los miembros del grupo
constituye un elemento más de estímulo y ayuda. Se ha encontrado una relación significativa
entre la percepción de apoyo en el trabajo y menores niveles de burnout. (Centeno Cortés,
Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009).

Algunos autores han propuesto que la idea del sanador herido forma parte de la propia
filosofía de algunos profesionales de paliativos. Por heridas sufridas en la infancia o la
adolescencia, uno busca, sin saberlo a veces (otras sí), curar sus propias heridas atendiendo
el sufrimiento ajeno. Es un concepto ancestral extraído de leyendas paleolíticas. En cualquier
caso, tener y cultivar una filosofía propia de la enfermedad, de la muerte, forma parte de la
estrategia personal. Esta filosofía implica, en algunos profesionales, una creencia o filosofía
religiosa o espiritual que se pone en juego en el trabajo de cuidados paliativos. El cuidado del
tipo o estilo de vida llevar lo que se entiende como una vida saludable es de ayuda para
trabajar en cuidados paliativos. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Las actividades al aire libre, el ejercicio físico, las diversiones, la interacción social no
relacionada con el trabajo, el tiempo libre, la nutrición, el sueño, la meditación, las técnicas de
relajación, etc. constituyen un importante sistema de protección personal. Cabe destacar la
necesidad de establecer, además, un horario de trabajo claro y limitado que permita el
desarrollo del resto de actividades en un marco de equilibrio. Cuando se pregunta a
profesionales con experiencia de dónde sacan fuerzas para afrontar el estrés o las
situaciones intensas que se viven en paliativos, invariablemente, está presente la idea de que
ayuda mucho llevar un estilo de vida rico y ordenado. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, &
Nabal Vicuña, 2009)

32
Síntesis de la Unidad II

Cuando el cuidado y la curación llegan a su límite, y se requiere en mayor medida el trato


digno y humano con el paciente, es que el cuidado paliativo debe surgir. Como se ha revisado
en la unidad, el entorno médico ha tenido reticencias al aceptar sus limitaciones por lo que ha
sido una larga batalla contra el encarnizamiento y la deshumanización del trabajo médico-
sanitario.

Como parte de su formación integral, los participantes del cuidado y la atención médica deben
siempre contar con la herramienta del autoanálisis, y procurar conocer no solo sus fortalezas,
sino también aprender a enfrentar su propio proceso ante las pérdidas, ya sean en el pasado
o en el futuro, pues su labor con los pacientes les plantearán muchas interrogantes que
necesitan afrontar con responsabilidad y madurez si desean continuar realizando un ejercicio
médico profesional y humano.

33
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD II

Elabore un cuadro comparativo de todos los sentimientos, actitudes y fenómenos


sicosociales que se pueden desarrollar dentro de la UCI, contemplados en la Unidad II

Debe desarrollar las siguientes características:

 Descripción.
 Causas que lo originan.
 Métodos de prevención y/o tratamiento por parte del personal de enfermería.

Descripción:

 Proporcionar en el cuadro comparativo los 17 sentimientos, actitudes y fenómenos


psicosociales que se contemplan en la Unidad II y su descripción.
 Escribir en el cuadro comparativo los métodos de prevención y/o tratamiento para
cada uno de los 17 sentimientos, actitudes y fenómenos psicosociales que se
contemplan en la Unidad II.
 Enlistar las circunstancias que pueden causar cada uno de los 17 sentimientos,
actitudes y fenómenos psicosociales que se contemplan en la Unidad II.
 Entiéndase por cuadro comparativo un organizador de información que permite
identificar claramente diferencias y semejanzas entre dos o más objetos o eventos. Se
forma mediante columnas donde se lee la información de forma vertical.

INSTRUCCIONES:

 Consultar el contenido de la Unidad II de la antología proporcionada por el docente


 Entregar la actividad de aprendizaje en el tiempo establecido al inicio del curso
 La actividad se realizará en Word, con letra Arial 11.

34
CUESTIONARIO

UNIDAD II

COMPORTAMIENTO DEL PACIENTE EN LA UNIDAD DE TERAPIA INTENSIVA

1.- ¿Por qué los pacientes experimentan muchos temores en la UCI?

2.- ¿Cuáles son los principales estresores para los pacientes en la UCI?

3.- Se define como una experiencia sensorial subjetiva y emocional desagradable asociada
con una lesión presente o potencial;

4.- ¿Qué factor dificulta en ocasiones la comunicación de los pacientes en UCI incrementando
la frustración?

5.- El cuerpo no es algo que la persona es, sino algo que ella tiene, un instrumento bajo el
dominio de la ciencia y la técnica:

6.- Cuando un paciente es hospitalizado en la UCI lo mejor es aislarlo de la familia y de todo


contacto humano para su rápida recuperación:

7.- En la actualidad ¿Por qué se dice el cuidado de enfermería en la UCI se la venido


despersonalizando y deshumanizando?

8.- Es considerado como un estado en el que una persona o grupo de personas experimenta
una sensación de trastorno fisiológico o emocional en relación con una fuente identificable
que se percibe como peligrosa:

9.- ¿Cuáles son los principales desórdenes afectivos manifestados por los pacientes críticos
ingresados en una UCI?

10.- ¿Cuál es la diferencia principal entre temor y ansiedad?

35
UNIDAD III

ASPECTOS LEGALES DE LA PROFESION DE ENFERMERIA

Objetivo de la Unidad: Identificación de los códigos y la legislación en Enfermería y su


repercusión física, emocional y social.

3.1. Bioética ante el Estado Terminal

La medicina ha hecho tales progresos que los dolores son casi siempre controlables en todo
estadio de la enfermedad, no alcanzando el umbral de lo insoportable. Además, los
Hospitales están incorporando las llamadas unidades de dolor cuyo objetivo primordial es
reducir la incidencia y severidad del dolor para mejorar la calidad de vida del paciente. Dentro
de este planteamiento está la nueva especialidad de cuidados paliativos; del latín pallium
(manto, capa), los cuidados paliativos se refieren al tratamiento de enfermos irreversibles a
través del empleo de medicinas, que no pueden curar la enfermedad, pero controlan los
síntomas, sin empeorar significativamente la calidad de vida. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Se trata de mejorar la calidad de vida del enfermo en su etapa final, y hacerlo en sentido
íntegro, abarcando la dimensión física y también la psíquica y la espiritual. Sencillamente
respeta la vida del enfermo y lo acompaña hasta el final. Cuando las condiciones de salud se
deterioran de modo irreversible y letal, el hombre entra en la fase terminal de la existencia
terrena. Para él, el vivir se hace particular y progresivamente precario y penoso. Al mal y al
sufrimiento físico sobreviene el drama psicológico y espiritual del despojo que significa morir.
(Tomás y Garrido G. M., 2011)

El objetivo principal de estos cuidados no es evitar que el paciente muera –su muerte no debe
verse como un fracaso, pues no es el objetivo de los cuidados paliativos evitarla– sino
procurar que ésta, se produzca sin sufrimiento o con el menor posible, evitando que sea una
muerte traumática para el paciente y su familia. Los cuidados paliativos son programas

36
activos, destinados a que los enfermos terminales vivan con plenitud sus últimos meses o
días, y tengan una buena muerte. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Los pilares fundamentales en los que se asientan son el control de los síntomas, una
información y comunicación eficaz y el apoyo a la familia. Estos cuidados deben ser asumidos
por un equipo multidisciplinar, capaz de cubrir todos estos objetivos. La medicina paliativa
reúne una serie de elementos éticos que responde a las necesidades de los pacientes en la
última etapa de su vida, por eso se puede afirmar que la medicina paliativa es una respuesta
ética ante la situación terminal.(Tomás y Garrido G. M., 2011)

Entre los elementos éticos que es posible encontrar en ella se encuentran los siguientes:
 Protección de la debilidad.
 Reconocimiento de la dignidad.
 Relación personal y familiar.
 Veracidad y autenticidad.
 Disponibilidad de la asistencia.
 Respeto y apoyo.
 Profesionalidad.
 Trabajo en equipo.
 Respeto a la vida y a la muerte.
 Actitud positiva ante el dolor. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Vogelsanger define el estado del enfermo terminal como res sacra miser (miseria sagrada).
Este concepto muestra la coexistencia de lo sagrado e indeclinablemente digno de toda vida
humana, con la miseria causada por la enfermedad. No se puede imponer a nadie la
obligación de recurrir a un tipo de terapia que implique un mayor sufrimiento y/o molestia que
los beneficios que se puedan obtener, o una terapia que sea demasiado costosa o esté en
fase experimental. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Para establecer y verificar que se dé la relación de proporción en una determinada situación


se han de valorar cuidadosamente los medios , confrontando el tipo de terapia, grado de
dificultad y riesgo que comporta, los costos necesarios y la posibilidad de aplicación, con el

37
resultado esperado, teniendo en cuenta las condiciones del paciente y sus fuerzas físicas y
morales. De otra parte, la situación de la familia de un enfermo terminal viene caracterizada
por un gran impacto emocional condicionado por la presencia de múltiples temores o miedos
relacionados con la presencia de la muerte y la inseguridad sobre su propia capacidad para
afrontar esa situación. Es por ello su atención debe ir encaminada a formar y apoyarles en
todas estas dudas, haciéndoles sentir que no se encuentran solos ante esta difícil situación.
(Tomás y Garrido G. M., 2011)

La información es siempre un proceso, no un momento; se exige una preparación y un


entrenamiento tanto a nivel profesional como humano para entender cuando el paciente
desea establecer esa comunicación y aprender habilidades y técnicas de comunicación para
desarrollar esta actividad con eficacia y delicadeza. Además la comunicación debe
establecerse entre el equipo terapéutico y el paciente, y fundamentalmente entre el paciente y
sus seres queridos. Facilitar todo lo que se pueda que se establezca una comunicación
sincera y serena que permita a ambos sentirse emocionalmente cercanos.(Tomás y Garrido
G. M., 2011)

3.2. Código Ético

La ética está vinculada a la moral y establece lo que es bueno, malo, permitido o deseado
respecto a una acción o una decisión. El concepto proviene del griego ethikos, que significa
carácter. Puede definirse a la ética como la ciencia del comportamiento moral, ya que estudia
y determina cómo deben actuar los integrantes de una sociedad. Un código, por su parte, es
una combinación de signos que tiene un determinado valor dentro de un sistema establecido.
En el derecho, se conoce como código al conjunto de normas que regulan una materia
determinada. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Un código de ética, por lo tanto, fija normas que regulan los comportamientos de las personas
dentro de una empresa u organización. Aunque la ética no es coactiva (no impone castigos
legales), el código de ética supone una normativa interna de cumplimiento obligatorio. No
divulgar información confidencial, no discriminar a los clientes o los compañeros de trabajo
por motivos de raza, nacionalidad o religión y no aceptar sobornos, por ejemplo, son algunos

38
de los postulados que suelen estar incluidos en los códigos de ética. (Tomás y Garrido G. M.,
2011)

La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una
profesión. En este sentido, se trata de una disciplina que está incluida dentro de la ética
aplicada ya que hace referencia a una parte específica de la realidad. (Tomás y Garrido G.
M., 2011)

Cabe destacar que la ética, a nivel general, no es coactiva (no impone sanciones legales o
normativas). Sin embargo, la ética profesional puede estar, en cierta forma, en los códigos
deontológicos que regulan una actividad profesional. La deontología forma parte de lo que se
conoce como ética normativa y presenta una serie de principios y reglas de cumplimiento
obligatorio. Podría decirse, por lo tanto, que la ética profesional estudia las normas
vinculantes recogidas por la deontología profesional. La ética sugiere aquello que es deseable
y condena lo que no debe hacerse, mientras que la deontología cuenta con las herramientas
administrativas para garantizar que la profesión se ejerza de manera ética. (Tomás y Garrido
G. M., 2011)

Simbólicamente se podría decir que la Bioética es la conciencia de la ciencia. Bien es cierto


que, con precisión, es no puede ser así, puesto que el albedrío moral y ético es atributo de las
personas y no de la ciencia ni del método científico, pero no deja de ser una intuición certera y
profunda. Desde estos supuestos veamos ahora las relaciones que tienen bioética, ética y
deontología. La Ética se ocupa de la felicidad humana, aquella que es asequible, practicable
para el hombre. La persona no se conforma con vivir simplemente, sino que pretende vivir
bien, de una determinada manera, con un sentido, buscando la felicidad, que consiste en la
plenitud de vida, en una vida lograda. De ahí que surja la pregunta para qué vivir y, en función
de ello, cómo vivir. Justamente ahí comienza la ética. El fin de la ética no es saber en qué
consiste ser bueno, sino en serlo. El término deontología suele usarse para designar la moral
profesional, situándola así como una parte de la moral, la moral especializada. (Tomás y
Garrido G. M., 2011)

La deontología es un capítulo de la ética general, concretamente la teoría de los deberes que


recoge sólo una parte restrictiva de los deberes en general. La relación entre ética y

39
deontología es análoga a la que se establece entre felicidad y deber. No cabe reducir el bien
al bien moral. La cuestión ética no estriba en cómo adaptar la conducta a la norma, sino en
cómo ajustarla al ser humano y a su verdad, por lo que la ética depende esencialmente de la
Antropología. (Tomás y Garrido G. M., 2011)
El criterio último del juicio moral es la conciencia, mientras que la regla de la deontología
suele aludir a los códigos de conducta que deben regir la actuación de los representantes de
una profesión, como respaldo corporativo al buen hacer profesional. No tienen porqué ser
contrapuestos y lo deseable es que lo deontológico emane de lo ético.(Tomás y Garrido G.
M., 2011)

3.3. Código Deontológico

Un código deontológico es un conjunto de normas y deberes dirigidos a un colectivo de


profesionales para guiar el ejercicio de su profesión desde una perspectiva ética. Por tanto, en
un documento de esta índole no se hace referencia necesariamente a como son los hechos
de las cosas, sino a como debieran ser, a cuáles son los valores que deben alumbrar nuestra
práctica diaria. No se trata ahora de establecer cuál es la mejor técnica o como funciona tal o
cual material, se trata de definir lo que está bien o lo que está mal, aquél comportamiento que
es el más correcto en nuestra actividad profesional. (Marcos Del Cano, 2011)

La ética y moral son de suma importancia para cada profesión. Los principios fundamentales
de la ética no deben cambiar y son aquellos factores humanos que otorgan a la ciencia
(médica, farmacéutica...) en general, su grandeza y su servicio en vista de que sus objetivos
primordiales deban ser siempre dirigidos al respeto hacia el ser humano en su moral e
integridad física e intelectual. (Marcos Del Cano, 2011)

Sin embargo, los principios éticos necesitan cierta adaptación que dependen de los cambios
sociales, avances científicos y aplicaciones prácticas farmacéuticas, médicas, etc. Por
supuesto, es evidente que en este campo ninguna restricción puede ser tolerada al ser
dictada por convicciones religiosas, filosóficas, sociológicas, políticas o lingüísticas, debido a
que tal situación implicaría inmediatamente nuestro alejamiento del dominio de la moral
médica, farmacéutica etc. para descender al área de las desavenencias humanas que son

40
origen de conflictos. De otra manera la moral farmacéutica, médica, etc. No podría ser
universal. (Marcos Del Cano, 2011)

En una profesión organizada, es imprescindible formular y aceptar libre y voluntariamente


normas éticas que tengan como efecto la regulación de la actividad profesional en todos los
campos que ésta abarca. A pesar de que las obligaciones éticas básicas son constantes, su
cumplimiento puede variar por las necesidades siempre cambiantes de una sociedad
compuesta de seres humanos libres. Surge pues, la necesidad de precisar dichas normas y
también de contar con organismos que aseguren su cumplimiento y puedan eventualmente
determinar sanciones en caso de faltas a las mismas. (Marcos Del Cano, 2011)

La deontología es el conjunto de principios y reglas que han de guiar una conducta


profesional. El código de deontología es un conjunto de normas que se aplican a un colectivo
de profesionales y que hace las veces de un prontuario (conjunto de reglas) morales. El
código de ética y deontología constituye el conjunto de preceptos de carácter moral que
aseguran una práctica honesta y una conducta honorable a todos y cada uno de los miembros
de la profesión (Marcos Del Cano, 2011).

El contenido de los códigos deontológicos suele abarcar los siguientes aspectos: deberes
generales y objetivos de la profesión; deberes específicos en situaciones especiales dentro de
cada profesión; deberes respecto a otros compañeros de profesión, prohibiciones y
situaciones especiales. El cumplimiento de las normas contenidas en el Código deontológico
conlleva un deber ser que va a fortalecer la profesión, que va a proyectar una imagen hacia la
sociedad de nuestra profesionalidad y, ante la Administración y los demás colectivos de
profesionales, va a reflejar nuestras actitudes del buen hacer profesional. (Marcos Del Cano,
2011)

El Código deontológico del CIE (Consejo Internacional de Enfermeras) para la profesión de


enfermería, revisado recientemente en el año 2012, es una guía para la acción basada en los
valores y necesidades sociales. El Código ha servido de norma para las enfermeras de todo
el mundo desde su adopción en 1953. El código es regularmente revisado, respondiendo a
las realidades de la enfermería y de la atención de salud en una sociedad cambiante.
(Grandini González, Carriedo Rico, & Gómez García, 2014)

41
El Código establece claramente que el respeto de los derechos humanos, con inclusión del
derecho a la vida, el derecho a la dignidad y el derecho a ser tratado con respeto, es
inherente a la enfermería. El Código de ética del CIE orienta a las enfermeras en sus
opciones de cada día y sostiene su negación a participar en actividades contrarias a la
prestación de cuidados y a la curación. (Grandini González, Carriedo Rico, & Gómez García,
2014)

3.4. Ética con el Inicio y Fin de la Vida

Las cuestiones bioéticas se resuelven, mayoritariamente, en un plano filosófico donde el


análisis antropológico tiene mucho que aportar, particularmente el análisis de la corporalidad
humana. Por ejemplo, es un acuerdo amplio entre los distintos posicionamientos bioéticos, el
reconocer con nitidez que, desde la fecundación del óvulo hasta la muerte natural de un ser
humano, estamos ante un ser vivo, individual (con genoma único y singular), de la especie
humana. Esto es lo que nos dice la biología y la genética, y todos lo aceptamos sin apenas
fisuras; las dificultades vienen después, en la apreciación ontológica y antropológica de ese
individuo vivo de la especie humana: ¿es en todo momento ese ser una persona humana
digna de respeto moral y protección legal? Es ante esta pregunta dónde vienen los
desacuerdos. (Tomás y Garrido G. M., 2011)

Para unos la respuesta es que sí y siempre reconocemos estar ante un ser humano digno.
Para otros, dependerá de sus condiciones de conciencia y sensibilidad el que estemos ante
un ser humano digno o ante un compuesto de células, tejidos y órganos. Para otros, tal
pregunta no tiene objeto y su posible sentido radicaría en una apreciación subjetiva de los que
ya nos hemos otorgado convencionalmente: el status de personas humanas dignas.
Básicamente son estas tres posiciones las que recogen las versiones en disputa dentro de los
debates bioéticos que afectan a la vida humana. Si nos fijamos bien, estas versiones se
sustentan en un basamento antropológico donde la clave está en el análisis y valoración que
hace cada una de ellas sobre la corporalidad humana. (Tomás y Garrido G. M., 2011).

42
En el ser humano podemos diferenciar claramente dos dimensiones o principios:

 Lo corporal, el hombre como materia o realidad compuesta, como extensión en el espacio


y el tiempo, dependiente de la naturaleza y dependiente de otras personas. En este
aspecto, el hombre se presenta como ser vulnerable y limitado, es decir, contingente y
menesteroso, pero a su vez vinculado y necesitado de otros seres humanos, tanto para
venir a la existencia como para ser atendido y cuidado a lo largo de su vida hasta su
muerte. Vinculado también como un mamífero más a la naturaleza. (Tomás y Garrido G.
M., 2011)

 Lo espiritual: desde antiguo (quizás desde que el hombre es hombre), se concibe al ser
humano como poseedor de alma o realidad simple, no sólo en las comprensiones
religiosas, sino también y, sobre todo, en la filosofía occidental, particularmente a partir
de Platón y manifiestamente hasta el idealismo alemán del siglo XIX. El alma se presenta
como la esencia o sustancia del hombre, comprende su inteligencia, voluntad, libertad,
expresividad, sensibilidad, trascendencia y espiritualidad (Tomás y Garrido G. M., 2011).

En la filosofía moderna, a partir de Descartes, se identifica fundamentalmente con la mente o


racionalidad y se desliga del cuerpo en un dualismo semejante al platónico, situando este
espíritu humano como un ente aislado que dispone de un cuerpo- instrumento para manejarse
en la vida.(Tomás y Garrido & Postigo Solana, 2008)

3.5. Aspectos Legales que Influyen en la Alegría y Sufrimiento del Paciente

Partiendo de la premisa inicial de que el principio del consentimiento informado ha supuesto


un gran avance que ha transformado el concepto de medicina, y que sin duda, ha sido esta
institución la que ha permitido el abandono de una concepción paternalista en pos de una
mayor participación del sujeto pasivo en los tratamientos médicos —que no es otro que el
paciente—, y que además dicha intervención del mismo no es sólo justa en términos de
equidad y de derecho, sino que era precisa a favor de la mejor aplicación de la medicina y del
respeto escrupuloso a su voluntad como expresión de uno de sus derechos fundamentales
más esenciales, lo que no podemos obviar es que concurren en la aplicación práctica y en la

43
vida diaria un montón de circunstancias que dificultan la aplicación y obtención de un
verdadero consentimiento. (Marcos Del Cano, 2011)

No se puede obviar que en el ámbito sanitario los recursos son escasos, y uno de estos
recursos más escasos es precisamente el tiempo, en términos de un utilitarista radical podría
incluso llegar a plantearse si es más adecuado a la ética utilizar ese tiempo limitado en
atender a un paciente que lo precisa urgentemente o en prestar toda la información adecuada
a otro paciente que se va a intervenir, es decir, pudiera plantearse el problema de la gestión
del tiempo confrontando el derecho a la salud, a la integridad física o psíquica de unos
pacientes frente al derecho —no menos fundamental—, a ser informado adecuadamente de
otros pacientes. Como vemos esta mera cuestión o planteamiento inicial, ya nos plantea dos
problemas esenciales, uno la confrontación y ponderación de derechos básicos entre
pacientes, y otro, el de la extensión y adecuación de la información que se precisa dar al
paciente en cada momento. (Marcos Del Cano, 2011)

Aunque tiempo, extensión y adecuación de la información constituyen algunos de los factores


más importantes que pueden determinar e incluso conducir a un consentimiento viciado, o al
menos en términos más jurídicos a la figura de error en el consentimiento, no son éstos, ni
mucho menos, los únicos factores que nos hacen replantear al menos alguno de los aspectos
esenciales del consentimiento informado, incluso a aquellos que defendemos el beneficio y
utilidad de la institución (Marcos Del Cano, 2011).

Algunos autores han manifestado que las objeciones más comunes, desde la práctica clínica
a la figura del consentimiento informado se pueden resumir en las siguientes:

1. La inaplicabilidad práctica de la teoría del automatismo a ultranza del paciente,


presupuesto en el que se basa la figura del consentimiento. Señalan estos autores que la
medicina tiene sus propias reglas y fines y que no se puede ignorar los fines de la misma
por una injerencia externa como la voluntad del paciente, y señalan ¿se amputaría el
dedo de un paciente que lo exige porque por sus creencias religiosas expía una falta
grave?
2. La falta de realismo y de adecuación de la figura del consentimiento a los verdaderos
deseos e intereses de los pacientes. Señalan los autores antes citados que lo que de

44
verdad interesa a los pacientes es curarse, y no asumir la responsabilidad de lo que les
pueda suceder por someterse a un tratamiento. En mi opinión personal aunque eso fuera
así, será absolutamente necesario que el paciente conozca qué se le va hacer, para qué,
cómo, y los riesgos que ello entraña. Cuestión bien distinta es que la medicina es una
ciencia inexacta, y que se encuentra limitada por los avances de la ciencia y de la técnica
en cada momento histórico, e imputar al facultativo todos los riesgos de cualquier
intervención, incluso los derivados de aspectos internos del paciente que se desconocen
o que no pueden conocerse, supondría una quiebra en el funcionamiento de la sanidad,
ya que nadie querría asumir dichos riesgos.
3. Íntimamente relacionado con los dos puntos anteriores, la imposibilidad práctica de
transmitir la verdadera información a los pacientes de forma completa. Esta cuestión,
puesta de relieve por los autores no está exenta de ciertas dosis de verdad, y si bien es
cierto que es imposible transmitir todos los conocimientos al paciente sobre su
enfermedad, máxime cuando estamos ante una ciencia inexacta, en la que el mismo
tratamiento a dos pacientes puede tener efectos distintos, entre otras cuestiones —como
hemos indicado— por la propia naturaleza del paciente.
4. Los efectos dañinos para la salud, que en algunos casos, genera la propia información en
algunos pacientes. Es cierto también que, sobre todos en pacientes de menor nivel
cultural, un exceso de información pudiera reconducirlos o condicionarlos a no someterse
a una intervención que siendo exitosa en el ámbito médico en porcentajes muy elevados
se ven condicionados y atemorizados por los riesgos y consecuencias meramente
probables y no ciertas. ¿Sería más ético en estos casos dejar morir al paciente, o que
padezca tremendos dolores o padecimientos con tal de respetar escrupulosamente su
voluntad?
5. Las propias dificultades prácticas que impiden cumplir con el requisito del consentimiento
informado de forma adecuada o completa, de manera que la institución se convierte, en
algunos casos, en un mero formalismo utilizado en ocasiones más con un carácter
defensivo que para servir a los fines de la institución.(Marcos Del Cano, 2011)

45
Síntesis de la Unidad III

Ninguna actividad humana escapa al campo de la ética: siempre serán susceptibles de ser
objetos de juicio las acciones volitivas que el hombre realice. En relación a su labor
profesional, el hombre que se presta al cuidado de los demás también es objeto de juicio,
tanto en sus acciones como en las motivaciones existentes tras ellas.

Ciertamente, al actuar se tienen más en cuenta las justificaciones personales para realizar
ciertos actos o hechos que las sanciones o limitaciones que las mismas puedan imponerle,
sin embargo, debemos recordar que no escapamos al cargo social que desempeñamos, por
muy pequeño que sea.

Si bien el valor de un juicio social puede ser importante para regular el actuar del personal de
salud, debemos realizar un juicio personal sobre nuestras motivaciones personales, y no
perder de vista que quien recibe las mismas se encuentra en ocasiones en una situación de
desventaja ante ciertas libertades y posibilidades que nosotros tomamos por hecho; seamos
siempre humanos y hagamos conciencia de que en nuestras manos se encuentran razones
suficientes para continuar la calidad de vida de los demás, sea cual sea el campo donde nos
desempeñemos.

46
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE

UNIDAD III

Elaboración de dos paráfrasis, una del tema 3.10 y otra del tema 3.7 de la unidad III

 Mencione en la paráfrasis del tema 3.10 la definición de conciencia, los distintos


estados de inconsciencia y las causas que los pueden provocar.

 Escriba en la paráfrasis del tema 3.7 las acciones del personal de enfermería a
realizar en el paciente con apoyo ventilatorio.

 Las paráfrasis no deben ser copiadas de ninguna página de internet ni de ningún libro,
use sus propias palabras.

 Las paráfrasis no deben ser menores a media cuartilla como mínimo y a una cuartilla
como máximo.

 Entiéndase por Paráfrasis a la explicación del contenido de un texto para aclarar y


facilitar la asimilación de la información en todos sus aspectos.

INSTRUCCIONES:

 Consultar el contenido de la Unidad III de la antología proporcionada por el docente


 Entregar la actividad de aprendizaje en el tiempo establecido al inicio del curso
 Entregar actividad en formato Word tipo de letra Arial 11

47
CUESTIONARIO

UNIDAD III

CUIDADOS DE ENFERMERÍA BRINDADOS A PACIENTES DE TERAPIA


INTENSIVA CON DIVERSOS TRASTORNOS ORGÁNICOS

1.- El objetivo principal de su contracción es expulsar la sangre para satisfacer los


requerimientos de oxígeno que los tejidos periféricos demandan para su adecuado
funcionamiento:

2.- ¿Cuál es el marcapasos natural del corazón?

3.- La arritmia más grave es la fibrilación ventricular, que son latidos irregulares no
controlados. En lugar de tener una sola pulsación a destiempo de los ventrículos, es posible
que varios impulsos se originen al mismo tiempo en diferentes lugares, todos ellos
estimulando al corazón a latir:

4.- Es la arritmia cuya peligrosidad se cebe a la formación de coágulos sanguíneos:

5.- Consisten en una descarga eléctrica de alto voltaje, que causa una despolarización
simultánea y momentánea de la mayoría de células cardíacas, rompiendo así el mecanismo
de reentrada de la vía anómala de conducción de la mayoría de taquiarritmias:

6.- Es un dispositivo que puede ser temporal o permanente que ayuda al corazón a recuperar
un ritmo cardiaco normal:

7.- ¿Cuál es la principal causa de obstrucción de la vía aérea en el PCR (Paro Cardio
Respiratorio)?

8.- Es una herramienta reconocida internacionalmente con la cual se valora el nivel de


consciencia de un paciente:

9.- ¿Cuándo sucede un accidente cerebrovascular?

10.- ¿Qué aparato se debe usar durante la maniobra de RCP?

48
UNIDAD IV

LA TANATOLOGÍA Y SU APLICACIÓN

Objetivo de la Unidad: Conoce los cuidados de enfermería que se aplican al paciente en


fase terminal considerando al paciente como un ser biopsico social y espiritual y la relación
que se guarda con la familia.

4.1. Introducción a la Tanatología

La tanatología (del griego tanatos, muerte, y logos, estudio) es el capítulo de la medicina


forense que estudia los cambios físicos, químicos y microbianos que se observan en el
cadáver. Su propósito es establecer el cronotanatodiagnóstico, el cual comprende aspectos
científicos de interés civil y penal.(Grandini González, Carriedo Rico, & Gómez García, 2014).

La tanatología es la disciplina del bien morir, la encargada del estudio de la muerte, la que
apoya al individuo y su familia en los últimos momentos de la vida, con la finalidad de aliviar el
sufrimiento. Uno de los principios de la tanatología consiste en perderle el miedo a la muerte
para vivir lo que resta de la vida con plena aceptación y paz, para lograr que tanto
sobrevivientes como moribundos estén mejor preparados para enfrentar la muerte. El
tanatólogo brinda apoyo ante la angustia única y muy especial del proceso de morir y de la
impotencia total y devastadora ante la muerte, para lograr que el paciente y la familia lleguen
a una real aceptación. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

A diferencia del resto del equipo de salud, la función del tanatólogo no termina con la muerte
del paciente, sino que continúa para que los sobrevivientes concluyan su trabajo de duelo y
lleguen a la verdadera aceptación. Por lo tanto, se puede decir que el tanatólogo es el
especialista en el paciente en fase terminal y sus familiares (para el tanatólogo el paciente no
es sólo la persona enferma o la persona que se enfrenta a la muerte, sino también la familia),
quienes son las personas que sufren los dolores más fuertes, que son la muerte y la
desesperanza. El tanatólogo ayuda a la elaboración y resolución del proceso del duelo. La

49
tanatología descubre las causas de la muerte y el significado de morir, con base en la
observación, la descripción y la investigación. Así como la medicina constituye el arte de
curar, la tanatología representa el arte que ayuda al hombre que está enfrentando su muerte
o la de un ser querido, o alguna pérdida significativa en la vida para que elabore el duelo con
el menor dolor posible en el menor tiempo.(Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas
Martínez, 2012).

En la historia, la palabra tanatología es referida como ciencia de la muerte. Fue acuñada en


1901 por el médico ruso Elías Metchnikoff, quien en 1908 recibió el premio Nobel de
medicina. Para él consistía en una rama de la medicina forense: la muerte y lo relacionado
con los cadáveres, desde el punto de vista médico– legal. Hoy, el concepto mencionado se
sigue usando en algunos ámbitos, aunque crea confusiones. Por ejemplo, en España, al
anfiteatro o morgue se le conoce como tanatorio, término que remite a la medicina forense,
además de que no es extraño encontrar en la literatura artículos que hablen en este sentido.
(Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

No obstante, en México la tanatología se conoce como la disciplina desarrollada por la


doctora Kübler– Ross para ayudar al paciente y a su familia a afrontar el momento de la
muerte y llegar a la resolución del duelo con el menor dolor emocional. La doctora Elizabeth
Kübler– Ross es considerada la pionera de la tanatología. En la década de 1960 estudió los
fenómenos emocionales que acompañan a los pacientes terminales durante el proceso de
muerte y propuso esta disciplina como una ayuda a los enfermos y a sus familiares para
afrontar la propia muerte o la de sus seres queridos, reduciendo la acción de ocultar la
muerte. Su trabajo empezó en EUA cuando surgió espontáneamente el grupo de tanatología
en el Departamento Psiquiátrico del Hospital Billings, de Chicago, donde daba pláticas
semanales a pacientes moribundos con el propósito de que se sintieran útiles y valiosos a la
sociedad; su lema consistía en ayudar a los enfermos en fase terminal a vivir gratamente sin
dolor, respetando sus exigencias éticas.(Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez,
2012)

A partir de estas experiencias, y como resultado de sus investigaciones con más de 200
pacientes terminales, la doctora Kübler– Ross elaboró el esquema de las fases por las que
pasan el paciente y sus familiares ante el proceso de la muerte. En un principio, la tanatología

50
fue pensada para la pérdida de la vida y la salud; sin embargo, hoy también se trabaja con
personas que han sufrido otro tipo de pérdidas, como pueden ser un divorcio, un aborto, la
pérdida de algún miembro del cuerpo y del trabajo, e incluso las pérdidas que conlleva la
llamada cultura de la muerte.(Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

4.2. La Pérdida a lo Largo de la vida

El concepto de muerte que posee el hombre es relativo y temporal, ya que varía a partir del
desarrollo evolutivo individual y por la influencia de factores socioculturales. En este sentido,
las actitudes que las personas manifiestan ante la muerte pueden ser también transitorias. En
general, la muerte genera una gran diversidad de actitudes y de emociones, principalmente
de naturaleza aversiva. La muerte supone la mayor amenaza para la vida y las conductas de
evitación no sólo se dan ante la muerte de una persona, sino también ante la presencia de
una persona enferma o moribunda, la visión de un cadáver o la percepción de un anciano.
(Colell Brunet, 2008)

El objetivo terapéutico del tanatólogo es lograr que el paciente terminal cuente con plenitud de
vida, no en cuanto a cantidad, sino en cuanto a calidad. Como ya se mencionó, el paciente no
es el único que está enfermo, sino también su familia, a quien se ayuda en la elaboración del
duelo por la pérdida que ha sufrido, recordando que cada persona es única e irrepetible con
problemas diferentes y que sus reacciones y sentimientos se manifiestan de manera
individual. Por lo tanto, hay que trabajar hasta que el duelo se resuelva satisfactoriamente, es
decir, que se llegue a aceptar la pérdida, no a una resignación pasiva. (Larracilla Alegre, Cruz
Toledano, & Casas Martínez, 2012)

El mundo de la tanatología es un mundo espiritual, componente básico de la naturaleza


humana, que remite a la trascendencia de cada persona para lograr la paz interior. El
tanatólogo se preocupa por la persona que tiene enfrente; nunca debe verla como un caso
interesante, un expediente o un número; a cada persona se le debe escuchar de manera
personal, brindándole un espacio sólo para ella, para que pueda manifestar sus problemas,
reacciones y sentimientos de manera individual. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas
Martínez, 2012)

51
El tanatólogo ayuda a cerrar círculos cuando apoya al paciente en el manejo de su
afectividad, sus asuntos legales, económicos y sociales, y sobre todo, su propia espiritualidad.
El diálogo terapéutico consiste en brindarle al paciente escucha, tiempo, calidez y amor
incondicional. La ayuda tanatológica debe empezar a partir del momento en que el paciente o
la familia conocen el diagnóstico y no esperar hasta que el paciente esté hospitalizado,
desahuciado o moribundo, con la finalidad de seguir de cerca su conducta emocional y mental
(percepciones, pensamientos, recuerdos y sentimientos), y brindarle ayuda profesional para
vivir la vida de manera adecuada, con dignidad, plena aceptación y total paz antes del
momento de su muerte. La muerte apropiada no sólo es para la persona que va a morir, sino
también para los familiares, es decir, una muerte con la que se pueda continuar viviendo aun
con la pérdida sufrida. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

El tanatólogo debe saber escuchar con actitud de gran apertura para que los sentimientos
fluyan honestamente y se llegue a una verdadera alianza terapéutica, sin juzgar al otro, ya
que la persona que tiene enfrente es la que está sufriendo física y emocionalmente. Lo
importante es lo que siente el paciente en el momento presente. La labor tanatológica
consiste en quitar el dolor (que puede expresarse en rabia, tristeza, miedo, etc.). En los
momentos finales de la vida muchas veces la comunicación no sólo implica palabras, sino que
puede ser no verbal, mediante gestos y símbolos, debido a que la persona que presiente su
muerte utiliza lenguajes simbólicos para comunicar que su fin está cerca. (Larracilla Alegre,
Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

Por tanto, es indispensable saber descifrar y comprender lo que la persona quiere comunicar,
prestar atención a lo que el paciente le manifieste; por pequeño e insignificante que parezca
cada movimiento, palabra o gesto, un simple comentario sin evidente importancia puede
contener una pesada carga afectiva plena de momentos ricos en emociones. En ocasiones se
pueden conocer más las necesidades del paciente mediante el lenguaje corporal que el
verbal; sólo se requiere atención. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

52
4.3. La Muerte y Duelo

Según la concepción antropológica de la que se parta, surgirán distintas interpretaciones del


hecho de la muerte. Pero la primera y más mostrenca realidad es que el hombre tiene una
vida genéticamente limitada, finita, es decir, que es mortal. Biológicamente, el homo sapiens,
como el resto de los animales, tiene un nacimiento y un final. Aunque, a diferencia del animal
–que no puede reflexionar sobre su muerte–, el hombre no solo muere, sino que sabe que va
a morir. En cualquier caso, vida y muerte permanecen extrínsecas. Por eso, el filósofo
Wittgenstein afirma que la muerte no es un acontecimiento de la vida. La muerte no se vive.
En ese sentido, la expresión vivir el morir puede resultar ambigua. La vida no puede asumir
desde sí la muerte completamente. Es cierto que el hombre ha de contar con su propia
muerte, pero eso no basta para integrar la muerte en la vida, para considerarla como el acto
por el que la propia biografía se pone término a sí misma. (Monge, Una Luz sobre el
Sufrimiento y la Muerte, 2012)

Desde una perspectiva psicológica, la muerte se considera como un proceso, y no como un


acto puntual. En este proceso, la muerte se puede contemplar a partir de tres aspectos: el
biológico, el psicológico y el social. Aunque en realidad la muerte en sí misma es un concepto
general cuyo significado varía en función de si se analiza desde un punto de vista fisiológico,
social, médico, psicológico, antropológico o económico, entre otros aspectos. Centrándonos
en la muerte psicológica, añadiremos que ésta va paralela a la muerte física y social. El
enfermo terminal se va muriendo poco a poco y va diciendo adiós al amor, a las ilusiones y a
las esperanzas. (Colell Brunet, 2008)

Por otro lado, aumentan los miedos al más allá, al sufrimiento de los últimos días, a qué
pasará con sus familiares, al olvido. Pero también es importante resaltar que este proceso de
morir lo experimentan los familiares y/o cuidadores que están día a día con el enfermo al final
de su vida. La muerte psicológica también penetrará en la esfera del familiar que a través del
duelo tendrá que aceptar que todos nos morimos un poco en la pérdida del ser querido. En
este sentido, cuidar al cuidador es una labor importante y necesaria, ya que puede facilitar el
buen morir del enfermo al final de la vida. (Colell Brunet, 2008)

53
Durante el proceso de elaboración del duelo se deben considerar los cambios de conducta
que sufre la persona. En el transcurso del duelo la persona avanza y retrocede, y atraviesa
varias veces por distintas etapas hasta que llega finalmente a la resolución del duelo y se
adapta a su nueva vida. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

La doctora Kübler– Ross descubrió las etapas que viven el paciente y la familia; ellas
incluyen:

 Negación: consiste en no poder aceptar el hecho de lo que está sucediendo, sea un


diagnóstico fatal, una pérdida, la muerte de un ser querido o una mala noticia en general.
Se niega el hecho con resistencia natural: no, no puede ser cierto. Consiste en pensar que
en cualquier momento la vida volverá a su normalidad. Este estado de entumecimiento e
incredulidad es un mecanismo de defensa y resistencia para aceptar una realidad
dolorosa.
 Ira o rabia: sentimiento irracional e incontrolable. Es muy difícil afrontarlo porque la ira se
proyecta contra todo y todos, inclusive contra Dios, lo cual genera mucha culpa. En el
fondo encierra temor a lo que está sucediendo o es una manera de culpar a otro y evadir
así el dolor y la desesperación de aceptar el hecho traumático.
 Negociación o regateo: es la etapa más corta del duelo. Por lo general se presenta antes
de que ocurra la situación para que la vida siga como hasta ahora; existen expectativas de
que la pérdida se puede evitar, por lo que se difieren los acontecimientos y se regatea con
el tiempo. La persona busca cambiar conductas para lograr que la situación mejore; a
cambio de ello se hacen promesas, la mayoría de las veces hacia Dios.
 Depresión: en el duelo se entiende como una tristeza profunda. Se habla de depresión
exógena (producida por una situación externa, como puede ser el fallecimiento de una
persona) más que de depresión endógena (situación en que la persona padece una
enfermedad somática). Se vive ante la sensación de una pérdida de lo que se ama; la vida
se acaba. Se debe expresar el dolor para llegar a la aceptación final del hecho que está
ocurriendo. Se profundiza en el tema por ser una emoción vivida frecuentemente durante el
proceso del duelo.
 Aceptación: se piensa en la pérdida sin sentimientos emocionales de sufrimiento y tristeza,
sino con sentimientos de realismo. Para lograr esto, las fases del duelo deben haberse

54
vivido correctamente y dejar que afloren todas las emociones de dolor, llanto, frustración,
depresión, miedos, etc., con el objetivo de llegar finalmente a la aceptación con paz y
tranquilidad. (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012)

Algunos autores hablan de la etapa de adaptación o reajuste como la capacidad que tiene la
persona para adaptarse a la nueva situación que le ha tocado vivir después de haber pasado
por la etapa de aceptación. Esta fase implica planear actividades que pueden incluir conocer
a otras personas, viajar, buscar trabajo y tener la habilidad de buscar alternativas en
situaciones difíciles (Larracilla Alegre, Cruz Toledano, & Casas Martínez, 2012).

Hay que considerar que las fases mencionadas no se viven cronológicamente en el orden en
que aparecen, debido a que cada persona, al ser única e irrepetible, reacciona de manera
diferente. Además, se puede sufrir varias veces una etapa ya vivida durante todo el proceso
del duelo, hasta que finalmente se llega a la aceptación, que es la meta del tanatólogo;
cuando se llega a esta fase existe la resolución del duelo. Es importante considerar los
cambios de carácter que experimenta el paciente, que pueden ser fuertes y explosivos, y herir
la susceptibilidad de quienes lo acompañan. Estas mismas emociones las sufren también los
familiares y los miembros de salud comprometidos con el paciente. (Larracilla Alegre, Cruz
Toledano, & Casas Martínez, 2012)

La finalidad del tanatólogo es llevar a sus pacientes a la aceptación con sentido y evitar que
permanezcan en la resignación sin sentido; hacer esto implica cambiar por qué por un para
qué. Esto toma tiempo, dolor y paciencia. Es importante mencionar que cuando una persona
se encuentra ante una pérdida o pasa por alguna de las fases descritas, es mucho más
efectivo guardar silencio que hacer algún comentario que resulte inapropiado o pueda lastimar
a la persona, ya que se debe recordar que se encuentra en un caos emocional y muchas
veces una palabra puede desencadenar una reacción de ira. (Larracilla Alegre, Cruz
Toledano, & Casas Martínez, 2012)

55
4.4. El Ser Humano ante la Enfermedad

No debe olvidarse que la curación de la enfermedad y el alivio del sufrimiento han de


considerarse como tareas complementarias de la profesión médico-sanitaria; no son pues
tareas alternativas, donde unos curan y otros alivian. Son tareas, además, que no
corresponden solo a los médicos, sino a todos los profesionales del campo de la salud, desde
el gran especialista al personal de enfermería, auxiliares, camilleros, etc. (Monge, Sin miedo:
cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida, 2009).

La soledad es un factor de riesgo para el proceso de adaptación psicológica a la enfermedad.


Por el contrario, el apoyo de familiares, amigos y conocidos es fundamental para realizar
adecuadamente este proceso, dado que vivir uno solo con el sufrimiento y la preocupación
puede ser muy difícil. Esto está muy relacionado con lo que se ha dicho anteriormente de la
importancia de favorecer la expresión de emociones, miedos o preocupaciones. (Monge, Sin
miedo: cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida, 2009)

La enfermedad no sólo afecta al sujeto que la padece, sino que golpea a toda la familia, que
por un lado sufre sus consecuencias y, por otro, constituye el principal soporte del enfermo.
Por eso, la atención a la familia constituye una tarea importante. Convendrá tener en cuenta
los siguientes elementos:

a) Influencia de la enfermedad en la familia: la enfermedad, sobre todo si es prolongada,


provoca diversos trastornos que pueden desorganizar la vida cotidiana, ya que
conlleva ansiedad, preocupación, cambios en el espacio y en el tiempo, etc.;

b) Para facilitar una buena relación paciente-familia se recomienda:


 Comunicación del diagnóstico hecha de modo adecuado. Al igual que al
enfermo, la familia también necesita comunicación porque la incertidumbre
constituye una de las mayores fuentes de estrés. Aunque el destinatario
primero de la in formación es el propio paciente, será preciso ir explicando a
su familia el diagnóstico, el probable curso que seguirá la enfermedad y las
pautas de tratamiento conforme vaya evolucionando;

56
 Apoyo para mejorar la comunicación: en un momento en que se necesita que
ésta sea lo más fluida y cordial posible, habrá que estar muy atentos para
evitar malentendidos, desacuerdos, trastornos emocionales, etc.;
 Ayudar en las fases de adaptación a la enfermedad. Ya hemos comentado
que las familias atraviesan, al igual que los enfermos, las diversas etapas de
negación, cólera, etc., descritas por Kübler-Ross. Habrá que estar advertidos
para percibir en qué fase se encuentran y lograr la comunicación adecuada.
Con frecuencia, las familias no aceptan la inevitabilidad de la muerte y se
bloquean, y pueden requerir mucho apoyo. (Monge, Sin miedo: cómo afrontar
la enfermedad y el final de la vida, 2009)

c) Entre los elementos que los equipos de apoyo deben considerar en su relación con la
familia, se encuentran:
 Mostrar una verdadera preocupación por sus problemas; la familia sabe
distinguir fácilmente entre los ofrecimientos de ayuda rutinarios y aquellos
otros hechos con generosidad;
 Saber escuchar, tener reuniones periódicas con ellos para aclarar dudas o
conflictos;
 sensibilidad para descubrir sus necesidades: posible cansancio, agotamiento
físico o psíquico, etc.;
 Fomentar la educación sanitaria de la familia, para que pueda colaborar en
temas como alimentación, higiene, ciertas curas, etc.;
 Proporcionar apoyo moral y social, que puede ser más necesario a la familia
que al propio paciente;
 Ayudar todo lo posible en el trance de la muerte del enfermo. Hace falta
mucho tacto para saber estar presente en esos momentos tan delicados; si se
ha estado muchas veces en la habitación del enfermo, compartiendo ratos de
conversación o de silencio, la tarea resulta algo más fácil;
 Tras el fallecimiento, procurar acompañar a la familia. Nada hay tan
gratificante como sentirse acompañado en el momento del duelo. (Monge, Sin
miedo: cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida, 2009)

57
4.5. Enfermedades Crónico Degenerativas

La enfermedad crónica, como fenómeno social y de importancia en salud pública, representa


gran interés y desde enfermería se ha relacionado con la significancia social asociada a
aspectos epidemiológicos. Sin embargo, el fenómeno real que enfermería debe abordar son
las situaciones de enfermedad crónica que representan una experiencia y una vivencia.
(Chaparro, 2011)

Cambiar el paradigma desde el paciente crónico y retomar elementos del cuidado para
reconocer a la persona con enfermedad crónica en todas sus dimensiones y complejidades,
hace que la enfermería cambie hacia un paradigma de reciprocidad (crecer en la relación con
otros) y de simultaneidad (trascender espiritualmente hacia la comprensión de la enfermedad
como parte de sí mismo). La persona con enfermedad crónica puede sentir impotencia,
exacerbación del síntoma, fallas en la terapia médica y deterioro físico, entre otros aspectos,
que le implican manejar muchos factores al tiempo. Pierde confianza en sus capacidades
corporales y en la salud, así como en habilidades de funcionamiento laboral y en las
relaciones familiares. (Chaparro, 2011)

El significado y las experiencias de la persona con enfermedad crónica se manifiestan en una


constante situación amenazante para la vida; hay mayor importancia de los síntomas y las
incapacidades generadas, los periodos de exacerbación demandan más cuidado, y es difícil
mitigar posibles daños con secuelas permanentes. (Chaparro, 2011)

Ser un cuidador familiar es una respuesta innata de las familias para atender una situación
nueva y bastante estresante. Los cuidadores familiares apoyan en gran medida la
sobrevivencia del ser humano en varias etapas del ciclo vital. Al presentarse una enfermedad
crónica, las dinámicas familiares incitan a que uno de sus miembros tome la decisión, ya sea
propia o por sugerencia de la familia, de asumir el rol cuidador, lo que hace que se inicie una
relación caracterizada por intercambios, conexión, trato familiar especial y sentimientos. La
experiencia es valorada dependiendo del nivel de confianza y entrega de cada una de las
partes, y del significado que se dé a la labor. Este rol de cuidadores, por lo general, lo asumen
las mujeres por su tradición de cuidado en las familias. (Chaparro, 2011)

58
4.6. La Familia ante la Muerte

El fallecimiento de un ser querido genera, tanto en la familia como en los amigos, un conjunto
de reacciones, que dependiendo de la intensidad y calidad de las relaciones previas, van
desde un sentimiento transitorio de tristeza a una desolación completa que puede persistir por
muchos años. Aunque, con el paso del tiempo, se movilizan mecanismos de adaptación para
acomodarse a la nueva situación creada. (Monge, Sin miedo: cómo afrontar la enfermedad y
el final de la vida, 2009)

Cuando una persona está en duelo presenta una serie de manifestaciones en los aspectos
físico, emocional, de pensamientos y de conductas. En lo físico, es frecuente tener sensación
de vacío en el estómago u opresión en el pecho y en la garganta. También es habitual
presentar un cansancio intenso, que se manifiesta como falta de energía o debilidad entre
otros. Emocionalmente predominan sentimientos de tristeza, soledad o impotencia, pero es
frecuente que surjan también sentimientos de culpa, (si hubiéramos hecho las cosas de otro
modo...), de rabia o de impotencia ante la irreversibilidad de la muerte. En cuanto a los
pensamientos, suelen ser pensamientos recurrentes con la persona que ha fallecido en los
que aparecen la preocupación y la confusión, acompañadas en ocasiones de la sensación de
presencia del fallecido. (Monge, 2009)

La muerte de un ser querido produce un choque emocional que, en ocasiones, les impide
reaccionar. Hay una etapa, que se denomina sideral en la que no son capaces de responder a
ninguna indicación de forma asertiva. En este momento, necesitan de un tacto especial por
parte de los profesionales del equipo. Cada uno expresa su dolor y la pérdida como puede,
desde el llanto a gritos, hasta el bloqueo extremo de cualquier manifestación emocional. Las
reacciones de los familiares en los primeros momentos de la muerte de un ser querido,
pueden ser muy variadas. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

Es importante que los profesionales sepan comprender y respetar cualquiera de estas


reacciones. El silencio, la presencia o el contacto físico, suelen ser la mejor respuesta por
parte de los cuidadores. Las palabras pueden resultar inapropiadas, inoportunas y hasta
impertinentes. No debemos olvidar que los cuidadores también estamos afectados de alguna
forma por la muerte de la persona que hemos cuidado con cariño. (Centeno Cortés, Gómez
Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)

59
Síntesis de la Unidad IV

Como parte indivisible del fenómeno del vivir, la muerte es uno de los aspectos que más ha
fascinado y a la vez ha repelido a la humanidad desde que se tiene conciencia. Aunque es
una constante a lo largo de nuestra existencia, el fenómeno de perder, terminar o concluir un
proceso se ha de encontrar relacionado en alguna medida con la muerte.

A nivel occidental, nuestra cultura modernista se ha caracterizado por darle un sentido


práctico al final de la vida, sistematizando e inclusive minimizando u obviando los aspectos
que a ella atañen. Algo que no debe suceder desde la trinchera de la medicina es la misma
desacralización del morir, tanto a nivel práctico en las áreas de tratamiento intensivo y
cuidados prioritarios como en la misma atención con los pacientes crónico-degenerativos, que
deben enfrentar un proceso mucho más elaborado frente al partir.

Evidentemente, para muchos trabajadores del sector médico la muerte y la pérdida se ha de


relacionar con aspectos como su habilidad, su capacidad y su pericia; sin embargo hay que
recordar que el ensimismamiento y el egocentrismo que ello denota están en franco
detraimiento de la atención humana hacia el paciente.

Si se procura especial cuidado a quien ingresa en este mundo, se debe velar porque la misma
atención se le procure a quien se ha de despedir de él.

60
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
UNIDAD IV

Elabore un cuadro comparativo de los procedimientos (electrocardiograma, RCP


avanzado, puño palmo percusión, gasometría, cateterismo periférico y toma de presión
venosa central) que se pueden desarrollar dentro de la UCI, contemplados en la Unidad
IV

El cuadro comparativo debe contener las siguientes características:

 Material Utilizado.
 Descripción breve.
 Complicaciones (si las hay).

Descripción:

 Mencionar en el cuadro comparativo los 6 procedimientos que se solicitan en el


ejercicio y su descripción breve.
 Escribir en el cuadro comparativo los materiales utilizados para cada uno de los 6
procedimientos que se solicitan en el ejercicio.
 Enlistar las complicaciones que pueden presentarse en los 6 procedimientos que se
solicitan en el ejercicio.
 Entiéndase por cuadro comparativo un organizador de información que permite
identificar claramente diferencias y semejanzas entre dos o más objetos o eventos. Se
forma mediante columnas donde se lee la información de forma vertical.

INSTRUCCIONES:

 Consultar el contenido de la Unidad IV de la antología proporcionada por el docente


 Entregar la actividad de aprendizaje en el tiempo establecido al inicio del curso
 La actividad se realizará en Word, con letra Arial 11.

61
CUESTIONARIO

UNIDAD IV

1. Es el capítulo de la medicina forense que estudia los cambios físicos, químicos y


microbianos que se observan en el cadáver. Su propósito es establecer el
cronotanatodiagnóstico, el cual comprende aspectos científicos de interés civil y penal

2. Sus principios consisten en perderle el miedo a la muerte para vivir lo que resta de la
vida con plena aceptación y paz, para lograr que tanto sobrevivientes como
moribundos estén mejor preparados para enfrentar la muerte.

3. Es el especialista en el paciente en fase terminal y sus familiares, quienes son las


personas que sufren los dolores más fuertes, que son la muerte y la desesperanza.

4. La tanatología descubre las causas de la muerte y el significado de morir, con base en


la observación, la descripción y la investigación. Así como la medicina constituye el
arte de curar, la tanatología representa…

5. Palabra que fue acuñada en 1901 por el médico ruso Elías Metchnikoff, quien en 1908
recibió el premio Nobel de medicina.

6. Es considerada la pionera de la tanatología. En la década de 1960 estudió los


fenómenos emocionales que acompañan a los pacientes terminales durante el
proceso de muerte y propuso esta disciplina como una ayuda a los enfermos y a sus
familiares para afrontar la propia muerte o la de sus seres queridos, reduciendo la
acción de ocultar la muerte.

7. Supone la mayor amenaza para la vida y las conductas de evitación no sólo se dan
ante la de una persona, sino también ante la presencia de una persona enferma o
moribunda, la visión de un cadáver o la percepción de un anciano

62
8. El objetivo terapéutico del tanatólogo es …

9. Fase del proceso de duelo que consiste en no poder aceptar el hecho de lo que está
sucediendo, sea un diagnóstico fatal, una pérdida, la muerte de un ser querido o una
mala noticia en general.

10. Fase que en el fondo encierra temor a lo que está sucediendo o es una manera de
culpar a otro y evadir así el dolor y la desesperación de aceptar el hecho traumático.

63
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS

Arranz, P., Barbero, J. J., & Barreto, P. (2004). Intervención emocional en cuidados paliativos
Modelo y protocolos. . España: Editorial Ariel.

Centeno Cortés, C., Gómez Sancho, M., & Nabal Vicuña, M. (2009). Manual de medicina
paliativa. España: EUNSA.

Chaparro, L. (2011). Cómo se constituye el “vínculo especial” de cuidado entre la persona con
enfermedad crónica y el cuidador familiar. Aquichan , 7-22.

Colell Brunet, R. (2008). Enfermería y cuidados paliativos. España: Edicions de la Universitat


de Lleida.

Escobar-Picasso, E., & Escobar-Cosme, A. L. (2010). Principales corrientes filosóficas en


bioética. Boletin Médico del Hospital Infantil de México , 196-203.

Grandini González, J., Carriedo Rico, C., & Gómez García, M. d. (2014). Medicina forense
(3a. ed.). México: Editorial El Manual Moderno.

Larracilla Alegre, J., Cruz Toledano, M. d., & Casas Martínez, M. d. (2012). Bioética para
estudiantes y profesionales de ciencias de la salud . México: Editorial Alfil, S. A. de C. V.

Marcos Del Cano, A. M. (2011). Bioética y derechos humanos. . España: UNED - Universidad
Nacional de Educación a Distancia.

Monge, M. Á. (2009). Sin miedo: cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida. España :
EUNSA.

Monge, M. Á. (2012). Una luz sobre el sufrimiento y la muerte. España: EUNSA.

Tomás y Garrido, G. M. (2011). Cuestiones actuales de bioética. . España: EUNSA.

Tomás y Garrido, G. M., & Postigo Solana, M. E. (2008). Bioética personalista: ciencia y
controversias. . España: EIUNSA.

64

También podría gustarte