El Saqueo Del Pasado - Meyer Karl E
El Saqueo Del Pasado - Meyer Karl E
R o b e rto R am ó n R e y e s M a zz o n i
KARL E. MEYER
EL SAQUEO
DEL PASADO
Historia del tráfico internacional ilegal
de obras dé arte
Título original:
The Plundered Pást. The story of the illegal International
traffic in works of art
© 1973, KarI E. Meyer
Publicado por Atheneum, Nueva York
ISBN 0689-70551-4
1. L a s g a n a n c ia s d e l a r t e
2. L a m á sc a ra m aya
El campo precolombino es un ejemplo importante de lo que podría
llamarse un mercado “en crecimiento” en el arte. Hace 40 años,
este mercado casi no existía, pero hoy en día es una especialidad
floreciente atractiva para miles de coleccionistas y atendida por
decenas de traficantes. La mayor parte del arte que se vende pro
viene de tres áreas —México, América Central y las repúblicas
andinas de la América del Sur— y casi todo ha sido sacado de
contrabando de sus países de origen. La forma en que opera el
mercado y los problemas que origina son asuntos que vale la pena
considerar.
John Wise, una persona de apariencia digna, de aproximada
mente 70 años, y que porta un antiguo reloj de cadena en su
chaleco, es el comerciante de más antigüedad en arte precolombino
en Norteamérica y ha presenciado la transformación del mercado.
Recuerda que a principios de los años treinta se conocía a las
piezas precolombinas como “especímenes”, que se podían obtener
por unos cuantos dólares en la América Latina. Por ejemplo, un
perro de Colima13 —una figurilla de arcilla del Occidente de
México— costaba dos dólares en un mercado mexicano y cerca
de 25 en Nueva York; hacia 1948 uno de esos perros de buena
calidad podía producir entre 250 y 400 dólares en Nueva York;
actualmente el precio de un ejemplar de primera clase podría du
plicar o triplicar esa cifra. Cuando Wise empezó, sólo otros pocos
comerciantes manejaban arte precolombino, y entre ellos destacaba
el finado Earl Stendahl en Los Ángeles. Ahora hay cerca de 50
traficantes en el campo, de los cuales una docena vende piezas
de gran calidad. Algunos son traficantes “públicos” que adminis
tran elegantes galerías en Madison Avenue o que trabajan, como
lo hace Wise, desde un lujoso cuarto en un hotel del centro de
Manhattan. Pero varios de los más importantes son desconocidos
incluso para el público del mundo del arte; no tienen galería,
nunca se anuncian y sólo venden a una clientela seleccionada.
¿Por que ha crecido el mercado? La razón más obvia es la de
que el arte precolombino se ha puesto de moda, junto con el arte
etnográfico de África y Polinesia; tiene una relación étnica con el
arte contemporáneo y a la vez añade un aire de misterio atrayen
te. También hay una razón práctica: los nuevos aviones de las
13 Véase Saarinen, 1958, p. 392.
DESPUÉS DESCORTÉS 31
aerolíneas, las nuevas carreteras y las pequeñas avionetas que han
abierto zonas antes inaccesibles en la América Latina, y colocado
así nuevas riquezas arqueológicas dentro del alcance del mercado.
Posiblemente es más importante una tercera razón: la gran afluen
cia de nuevo dinero al mercado del arte y el enorme incremento
en el número de coleccionistas.
El índice de precios de subasta de The Ttm&r-Sotheby’s ofrece
una medida sugerente porque muestra que el mayor aumento en
el mercado público ha sido, inesperadamente, en grabados de los
antiguos maestros, cuyo valor se ha multiplicado 37 veces entre
1951 y 1969. Estos grabados son uno de los pocos campos de las
bellas artes accesibles a las personas de ingresos medios14 y, al co
mentar sobre el incremento de los precios, Geraldine Keen, prin
cipal compiladora del índice de subastas, hace énfasis en que "las
clases medias educadas se han hecho coleccionistas en una escala
sin precedentes. En gran medida esto debe atribuirse a la actual
actitud de reverencia hacia el arte, que ha hecho surgir una nu
merosa clientela nueva para las piezas menores del mercado de
arte”.
Las obras precolombinas continúan entre las principales piezas
menores disponibles para los compradores de ingresos medios. Por
unos cuantos cientos de dólares es posible comprar una bella fi
gurilla de Colima, o un cuenco policromo Nazca, e incluso uno
puede adquirirlo en Bloomingdale, que tiene un departamento pre
colombino. Un anuncio reciente decía: "Aquí encontrará un ex
tenso tesoro de más de 1 000 piezas que registran gráficamente
aspectos de una civilización desaparecida hace mucho tiempo...
Ciertamente, aquí hay un tranquilo lugar para el conocedor y una
fascinante ‘excavación’ para el arqueólogo de sillón”.15 Procurando
atraer a los coleccionistas de ingresos medios, un traficante —Hart-
well Kennard de Me Alien, Texas— envía un grueso catálogo de
órdenes por correo de piezas precolombinas,16 muchas de las cuales
se venden por menos de 50 dólares. Añade Kennard: “Mi ubicación
cerca de la frontera de los Estados Unidos con México me per
mite eliminar varios intermediarios y darle a usted precios más
bajos. Envíe su orden ahora; le garantizo su satisfacción”.*
14 Véase Keen, 1971, p. 32.
15 Volante de Bloomingdale en posesión del autor.
10 Catálogo de Kennard en posesión del autor.
* Kennard, que también es vendedor de automóviles, fue arrestado bajo
el cargo de saqueo por la policía mexicana en marzo de 1972. El caso
32 DESPUÉS DE CORTÉS
Así, hay un mercado de dos niveles en las obras precolombinas:
el primero es un mercado popular de piezas de menor precio, y el
segundo, un mercado selectivo para el coleccionista rico que está
dispuesto a pagar miles por un arte único de calidad superior. Debi
do a que la mayor parte de las piezas provienen de excavaciones
ilícitas y necesariamente sólo se cuenta con antecedentes muy vagos
de ellas, los compradores de ambos mercados se ven plagados por
la prevalencia de falsificaciones muy ingeniosas. Un coleccionista
que sospecha que ha sido engañado constituye el lado amargo del
dulce éxito del mercado, como puede ilustrarlo la siguiente historia.
Primero, una digresión personal. Mi investigación del mercado
ilícito empezó con una reunión casual, en abril de 1960, con un
traficante al que llamaré George Alfa. Él opera desde su casa y
sólo vende obras de calidad suprema. Al igual que muchos tra
ficantes, es un hombre agradable, políglota y despreocupado de
la ética de su profesión. Nos reunió un amigo para almorzar. Alfa
no mostró ninguna renuencia para hablar sobre su oficio y, alen
tado por esto, le pregunté si estaba preocupado por la Conven
ción de la u n e s c o , que por esas fechas estaba siendo propuesta, y
que en teoría haría ilegal el contrabando de arte. Me miró como
si le diera lástima mi inocencia. “¿ Qué significa procedencia?”,
dijo. “No significa nada. Tengo una bodega en Europa (mencionó
la ciudad) y conservo muchas cosas allí. Si ratifican la Conven
ción de la u n e s c o , ¿entonces qué? Conozco a varios condes in
digentes a los que les encantaría, por un precio, jurar que cual
quier pieza mía fue parte de la colección de la familia durante
siglos. Traigo mis cosas desde Europa, ¿quién lo va a negar? El
tratado no terminará el comercio, sólo significará más problemas”.
Hablamos sobre el problema de la destrucción de sitios arqueo
lógicos. Alfa de ninguna manera se consternó. “Déjeme decirle”,
expresó, “que yo cuido mejor mi material que los arqueólogos; de
hecho, los arqueólogos son los peores saqueadores. Debería de ver
cómo trabajan mis hombres, todo es hecho con cuidado, y si no
lo cree, le llevaré conmigo para que pueda ver por sí mismo. Lo
que estoy haciendo está salvando el arte, salvándolo de las selvas y
de la ignorancia de los arqueólogos”.
Unos pocos meses después, vi a Alfa de nuevo, y en esta ocasión
me enseñó su apartamento, llevándome a un cuarto interior donde
todo hueco parecía contener un yugo precolombino esculpido, un
no fue juzgado porque el traficante escapó abandonando su fianza y regre
só a Texas.
DESPUÉS DE CORTÉS 33
ídolo funerario o una vasija exquisitamente pintada. En nuestra
plática, surgió el nombre de un prominente funcionario de un
museo. Alfa dijo que deseaba mostrarme algo, y sacó de su archivo
un documento con un impresionante membrete y me invitó a,
leerlo. Era el recibo de la venta de una pieza precolombina, que
terminaba con la interesante anotación de que una de las condi
ciones de la venta era la de que no se divulgaría ni el nombre del
traficante ni el precio. “Vea la fecha”, dijo Alfa. “Era la misma
semana en que nuestro amigo estaba pronunciando un discurso
manifestando que su museo nunca compraría arte contrabandeado”.
Durante la misma reunión, Alfa hizo una observación que me
impresionó fuertemente. Le había preguntado si no preferiría un
mercado de antigüedades completamente legal, abierto, de tal ma
nera que pudiera trabajar tan honorablemente como un gerente
de banco. Lo pensó por un momento, me miró intensamente y
replicó: “No debe olvidar una cosa. Soy un pirata. Me gusta serlo.
Me gusta el momento en el aeropuerto cuando ven mi pasaporte
[tiene varios] y observan mi bolsa de mano porque siempre llevo las
mejores piezas conmigo, en el aeroplano. Sabe, no me agrada X
[nombró a un traficante más conocido en la actividad], pero lo res
peto. Se parece a mí, no le confiará a un mensajero una pieza
que realmente sea de primera calidad. Él mismo la saca. En una
ocasión nos encontramos en el mismo aeropuerto cada quien con
su bolsa en cada mano y fingimos que no nos conocíamos”.
Esta conversación me persuadió de que una investigación del
mercado ilícito podría ser útil, con toda seguridad resultaría in
teresante, y posiblemente nos diría algo sobre el comportamiento
humano. Durante el año siguiente hice tres viajes a México y en el
curso de los mismos escuché muchas historias extrañas, y una de
las más extrañas trataba de una notable máscara maya. -
A principios de 1966, el teléfono sonó en la residencia del doctor
Josué Sáenz en Paseo de las Palmas, avenida flanqueada por casas
lujosas, en las afueras de la ciudad de México. Quien llamaba
dijo: “Oiga. Tendré buenas noticias para usted en dos semanas”,
y colgó. Después de que pasaron unas cuantas semanas, el teléfono
sonó y la voz dijo: “Bueno, éste es González, pero no puedo hablar
ahora, la policía está en todas partes”. Finalmente, hubo una ter
cera llamada y se le dijo al doctor Sáenz que tomara el primer
vuelo de la mañana siguiente a Villahermosa, capital del estado
34 DESPUÉS DE CORTÉS
de Tabasco, en el sur tropical de México. El doctor Sáesz reservó
apresuradamente su pasaje.17
Éste no era un comportamiento extraño o imprudente por parte
de Josué Sáenz, propietario de la que se conoce umversalmente
como la mejor colección privada de arte precolombino en el mun
do. En la exhibición del Museo Metropolitano “Antes de Cortés”
en 1970, no menos de 23 piezas eran de la colección Sáenz, entre
ellas un relieve calado maya, que mostraba una pareja real en
una intensa plática, a la que se consideró la mejor de su clase, y
que apareció en la portada del lujoso catálogo del Museo. Su co
lección se ha ampliado a través de un deseo de correr riesgos poco
comunes.
El doctor Sáenz, que en la actualidad tiene aproximadamente
57 años, es una figura imponente en el mundo de los coleccionistas.
Ha sido banquero, deportista, funcionario público y profesor uni
versitario. Tiene prestigio familiar (su padre fue el eminente
educador mexicano Moisés Sáenz), dinero, y posición social (fue
presidente del Comité Olímpico Nacional durante la Olimpiada de
México). Después de asistir a Swarthmore y a la Escuela de Eco
nomía de Londres, Sáenz estudió teoría monetaria en la Universi
dad de Cambridge y tuvo como director de tesis a Maynard
Keynes. En la década de 1950 se convirtió también en un colec
cionista importante.
Un amigo estadunidense que conoció a Sáenz en sus primeros
días de coleccionista ha recordado su método: “Josué lo hacía
en la forma en que hace todo, con inteligencia y vigor. Dio a
conocer que pagaría el mayor precio en el mercado por cualquier
cosa que quisiera, y como resultado era el primero al que se le
proponía cualquier pieza de importancia que estuviera a la venta
en México”. En el proceso, se convirtió en un conocedor.
Durante su viaje a Villahermosa, después de la extraña llamada
de un desconocido, Sáenz no tenía idea de lo que debía esperar,
pero sí se preocupó un poco cuando lo encontraron en el aeropuerto
dos extraños de apariencia inquietante. Se le dijo que dejara su
equipaje en el aeropuerto y se le condujo a una avioneta Cessna
de un solo motor que estaba preparada cerca de allí. Una vez
en vuelo, ésta pareció dirigirse hacia Chiapas, pero Sáenz no pudo
estar seguro de la dirección porque el piloto, después del despe
gue, colocó una tela sobre la brújula. Empezó a llover con vio
lencia y el Cessna virtualmente se deslizaba sobre el follaje de la
17 Todos los detalles se obtuvieron de entrevistas personales.
DESPUÉS DE CORTÉS 35
ofreció en su
en carcajadas y el que hablaba p df ^ e.Bernet e indicó
harapienta chamarra, saco un cat a olombino. Se acordó
algunos de los precios recientes d I P prudentemente
una suma considerablemente superior, p _ artes s¡auiente; era
- p e n s ó - escribió en el cheque la fecha del ™ ^
un sábado y creía que esto le daría üempo de llevar
la máscara y detener el pago a a ,]evó la máscara con José
De regreso en la ciudad de M > Btatura que trabaja en
Luis Franco, un experto en ar J ^ laborator¡o— y al
su propio apartamento —1Heno' ’ autenticadores de arte pre-
que se considera uno de los pn P no le gustó; le dijo a
colombino. Franco estudio la seguridad, era falsa.
Sáenz que probablemente, aunque s pagar el cheque,
En la mañana del lunes se d i o o r d e r , 4 fecha pos.
pero según la práctica {echa Sáenz, para su disgusto,
tenor no obliga a p a g a rlo en brado Entregó la máscara a
supo que el cheque ya habí diciéndole que la ofreciera en
uno de sus traficantes regul autenticidad y que obtuviera lo
venta sin ninguna Sara" ‘a semanas el traficante orgullosa-
que pudiera eUa. A las fw estadunidense había comprado
mente le infoimo a Saenz q ^ a ,a erogada orig¡.
p o r
5. E l c u a r t o c ó d ic e
6. U na c u e s t ió n d e ju r is p r u d e n c ia
1. L a m ig r a c ió n d e l a r t e
E l a u g e de los museos de arte en los Estados Unidos es un suceso
que no se podía predecir y que no se puede explicar fácilmente.
Aunque los Estados Unidos, según un mito favorito de los europeos,
están dominados por el materialismo y motivados casi por completo
por la ética poco espiritual de los negocios, en la actualidad gastan
más en museos de arte que todo el resto del mundo, y la mayoría
del dinero proviene de hombres de negocios. Una estimación ade
cuada es la de que entre una tercera parte y la mitad de todos los
museos de la humanidad están en un país que rara vez ha sido
acusado de una devoción excesiva al arte.
Antes de la Guerra Civil, sólo había unos cuantos museos en los
Estados Unidos, y el más antiguo era el Ateneo Wadsworth en
ibÍm qUC SC inauguró en un Oficio de estilo gótico Tudor
(hay algunas disputas acerca de cuál fue el primero, pero
cnrf* °r 6S e!Tmas Probable).1 Para 1910 había aproximadamente
600 museos. Un censo de 1939 registró 2 500, y 30 años después
el total es mas del doble. En un breve periodo, entre 1965 y 1970,
se estaban abriendo museos a una tasa de casi uno diario. La
expansión continúa; hubo importantes inauguraciones, en 1972, en
Corpus Christi y Fort Worth en Texas, y en Washington, un edi
ficio de 15 millones de dolares albergó la colección Joseph H.
1 Véase Pach, 1948; Spaeth, 1969.
58
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 59
Hirshorn de arte contemporáneo, que está valuada en 50 millones
de dólares.
Hace 50 años, uno de los europeos que se dio cuenta de lo que
estaba ocurriendo fue el comerciante francés en arte René Gimpel.2
Durante una visita a los Estados Unidos en 1923 le impresionó
particularmente el Museo de Arte de Toledo, que había sido do
tado magnánimamente por un fabricante de vidrio, Edward Drum-
mond Libbey. Gimpel era el cuñado de sir Joseph Duveen, el
gran comerciante de arte, pero a diferencia de él, desconfiaba de
lo grandioso. No obstante, en esta ciudad provincial se asombró
de la dedicación desinteresada al arte de George Stevens y su
esposa, que eran el director y la subdirectora del Museo de Toledo.
El visitante escribió en su diario: “Los señores Stevens, que sólo
tienen una posición económica moderada, están dedicando sus vidas
al museo. Él dejó un buen empleo por la dirección del museo, lo
que los ha obligado a vivir, si no pobremente, al menos sin pre
tensiones. Esta devoción a la causa del arte es encontrada en todos
los Estados Unidos y se parece al fervor que convulsionó a la Edad
Media, cuando se construyeron sus iglesias”.
Una observación profética, pero algo que Gimpel no pudo haber
previsto fue que este fervor, esta obsesión en todo sentido loable
por el arte, al transcurrir el tiempo tendría como efecto paralelo
lamentable la negación del propósito nominal de un museo: la
conservación del pasado. No podía haber previsto que los museos*
actuando en nombre del mejor de los motivos, estarían subsidiando
indirectamente la devastación de la Antigüedad. Cómo y por qué
ocurrió esto es el tema que ahora pasamos a investigar.
En la historia de los museos estadunidenses, un año notable fue
el de 1870, cuando se crearon dos grandes instituciones: el Museo
Metropolitano de Arte y el Museo de Bellas Artes de Boston. Éstas
fueron las primeras galerías enciclopédicas, cada una determinada
a mostrar lo mejor del arte mundial de todos los periodos y regio
nes. El momento era propicio a la iniciación de empresas. La
Guerra Civil había terminado, y existía un fresco ambiente de
nacionalismo, una nueva competitividad con las viejas culturas
de Europa. Convenientemente, los primeros directores de ambos
museos fueron oficiales en la Guerra Civil: el general de división
Charles G. Loring en Boston y el general Luigi Palma di Cesnola
®n Nueva York. Los miembros del consejo directivo del fideicomiso
2 Véase R. Gimpel, 1966, p. 217.
60 NAVEGANDO DESDE BIZANCIO
eran hombres de.gran riqueza. Se contaba con mucho dinero y
había un espíritu de adquisición agresivo. Un poema de Walt
Whitman, “Song of the Exposition”, escrito en 1871, captaba elo
cuentemente el espíritu:
Come Muse migrate from Greece and loma,
Cross out picase those immensely, overpaid accounts,
That matter of Troy and Achilles’ wrath, and
Aeneas’, Odysseus’ wanderings,
Placard “Removed” and “To Let” on the rocks of
your snowy Pamassus,
Repeat at Jerusalem, place the notice high on
Jaffa’s gate and on Mount Moriah,
The same on the walls of your Germán, French and
Spanish castles, and Italian collections,
For know a better, fresher, busier sphere, a wide
untried domain awaits, demands you.*
Así empezó la gran migración. En el siguiente medio siglo, las
galerías vacías se llenaron de pinturas de los antiguos maestros,
estatuaria griega, tapices medievales, vasos chinos y momias egip"
cias. Y en el proceso se hizo evidente que el museo, en esencia un
invento europeo del siglo xvrti, iba a tomar una forma diferente
eñ el Nuevo Mundo. Para empezar, los museos de los Estados
Unidos eran descentralizados e invariablemente privados, mientras
que el Museo Británico y el Louvre, al igual que otras grandes
colecciones europeas, estaban bajo la autoridad del Estado. Esto
significaba que los museos estadunidenses eran libres de emprender
iniciativas, sin verse obstaculizados por controles burocráticos; tam
bién significaba —el reversó de la moneda— que podían operar
con menos responsabilidad pública.
De igual importancia fue la diferencia en el enfoque. Los museos
europeos tendían a ignorar al gran público en favor de una minoría
de conocedores. En los Estados Unidos se buscaba un público mas
amplio. El Arte, el gran arte, era visto con frecuencia como una
Ven musa, emigra de Grecia y Jonia; olvídate de esas deudas pa
gadas con exceso; el asunto de Troya y de la ira de Aquiles y de los viajes
de Eneas y Odiseo. Coloca un rótulo que diga “me mudé” y “se renta”
en las rocas de tu nevado Parnaso; repítelo en Jerusalén, coloca el avi
so en lo alto de la puerta de Jaffa y en el monte Moriah, y haz lo mismo
en los muros de tus castillos alemanes, franceses y españoles, así como en
tus colecciones italianas. Porque ahora te espera, te demanda, un dominio
que no has conocido, una esfera mejor, más fresca y activa. [T.]
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 61
forma de terapia moral. En la reunión en la' que se fundó el
Museo Metropolitano, uno de los oradores principales fue el poeta
William Cullen Bryant3 “Mis amigos —dijo—, es importante que
hagamos frente a las tentaciones del vicio en esta gran capital,
que crece demasiado rápido, mediante diversiones atractivas de
carácter inocente que mejoren a las personas”.
A partir de este impulso evolucionó el concepto del museo con
varios propósitos; la galería no era como en Europa, una mera
colección, sino también un lugar de estudio. Con energía e ima
ginación, los curadores estadunidenses inventaron las secciones se
cundarias, organizaron series de conferencias y conciertos y dise
ñaron exposiciones visualmente impresionantes. Con frecuencia la
medida del éxito era el número de público que asistía: la justi
ficación democrática de una institución con antecedentes aristo
cráticos. Para aumentar la asistencia se requería publicidad, y uno
de los métodos de obtenerla era el de montar exhibiciones espe
ciales complejas. Había otro método: un continuo ingreso de ad
quisiciones espectaculares. En consecuencia, los museos de arte
buscaron fideicomisarios ricos a los que podía persuadirse de que
aflojaran sus bolsillos para tales compras. Cuando un periodista
le preguntó recientemente al arquitecto Philip Johnson, un fidei
comisario del Museo de Arte Moderno, qué es lo que procuraba
encontrar en uno de sus compañeros fideicomisarios, la respuesta
fue “dinero”. Eso es todo?”, insistió el reportero. La respuesta
fue: “Son tres cosas: dinero, dinero y dinero”.4
No obstante, a medida que empezaba el crecimiento explosivo
de los museos, algunas personas vieron el peligro de un punto de
vista que temían podía convertirse en una rapacidad que utilizara
justificaciones elevadas. Una de las primeras advertencias fue
hecha por Henry James.5 En 1905, el novelista hizo una prolongada
visita a Nueva York, su ciudad natal, por primera vez desde 1883,
y una de las muchas cosas que le llamaron la atención fue la trans
formación del Museo Metropolitano de Arte. Ya no ocupaba una
casa excéntrica en la calle 14 oeste, sino que se había trasladado
grandiosamente al centro, en la Quinta Avenida y el Parque Cen
tral. “En verdad es un palacio del arte, ubicado a un lado del
Parque”, escribió James en The American Scene. Fue impresio
nado positivamente por el énfasis que se daba a la educación en
3 Véase Tomkins, 1970, p. 30.
4 Véase Burnham, 1969.
1 96 7V ppSe ^ i n^ 2JameSj Tke American Scene>Nueva York, Horizon Press,
62 NAVEGANDO DESDE BIZANCIO
este museo más grande, pero tenía dudas en otros aspectos. Vio
en el grande y nuevo edificio “una lección objetiva” de una pre
sencia más grande en el futuro de Nueva York. No intentó prede
cirla, pero la sintió lo suficiente para definir la sombra que la-
anunciaba: “Esa adquisición —adquisición en el sentido más alto
podría, durante los años que vendrán, prosperar aquí como en
un clima que nunca antes ha disfrutado”.
Para el novelista, había dinero en el aire, “siempre tanto dinero,
ése era, burdamente expresado, el sentido de toda la insinuación”.
El dinero se destinaría a “todas las cosas más exquisitas... excepto
a la creación, a la que se excluía del escenario por completo”,
observó y añadió: “El museo, en resumen, habría de ser grande”*
Uno se impresiona al leer esto. James fue capaz, con unas pocas
palabras, como una luz de bengala, de iluminar un campo en pro
blemas.
Ya en la decada de 1940 era claro que el mundo de los museos
estaba en problemas. Uno de éstos era que el Museo de Arte tenia
muchas funciones, lo que resultaba en una confusión respecto a.
sus propósitos. El punto fue expresado sarcásticamente en 1945
por Francis Henry Taylor, que entonces era director del M etro
politano.6 “Si el ténmno ‘museo* produce terror en el corazón del
hombre común”, expresó en un libro llamado BabeVs Tower, “esto
no es nada comparado con el sentido de pánico que su sonido
produce en los pobres inocentes que se pasan la vida racionalizando
su misma existencia”. Taylor continuó:
Si retrocedemos mucho en el tiempo, la palabra “museo” ha tenido
h***? en, no. s^ ifícar nada vital para nadie en particular, y sin em*
los homh^Smp Uemj° ®?raaamen‘e ha significado todo para todos
llo, r .?0r.,me,dl° de una metamorfosis que duró muchos *
Musa h , ! 8: ^ , T S¡mple ^ n a c ió n de un templo de la
tos dé lar, í, “I 3 PJ que abarca todos ios diferentes elemen-
en la trama I™ íai^ "o han sido introducidos
Y\ T Z l I T / r S educad6n de la ^ a d moderna,
perlas a rtíflil, df m,doJa >a educación como “el arte de a rro ja r
fos t X adorl H
los trabajadores f Ve,daderos
de los museos se cerdos”> «sulla sólo más
hayan preocupado natural
por qu*
1°*
rdar? laeJ,capacidad
r m; T d>gest.va
r de lasdebatcas
aquellosde aalimentos“Pa costadescui
quienes alimentan.
2. L a c o le c c ió n v a r ia b le
E l t e s o r o d e W a s h in g t o n
3.
Turquía tiene tantos sitios arqueológicos que hasta ahora nadie
ha podido contarlos. Una estimación bien fundamentada es la
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 69
de que hay cerca de 40 000, que van desde entierros dispersos
hasta los magníficos restos de majestuosas ciudades.18 Por ser el
puente terrestre entre Asia y Europa, Anatolia ha presenciado una
secuencia única de pueblos y civilizaciones. En este paisaje variado
se encuentran asentamientos neolíticos y ciudades de la Edad del
Bronce, y en una cronología continua, los monumentos mezclados
de los hititas, asirios, frigios, lidios, griegos jónicos, persas, armenios,
griegos helenísticos, romanos, bizantinos, árabes, turcos seljuks, los
cruzados franceses y los turcos otomanos. La mayoría de los sitios
están en áreas rurales no vigiladas, muchas de las cuales solo
recientemente han sido abiertas por la construcción de carreteras.
Con un pasado muy rico, en otros aspectos Turquía^ es pobre.19
En 1970, el producto nacional bruto p e r ca pita se estimo en 350
dólares, en comparación con 660 en Portugal, 3 020 en Alemania
Occidental y 4 850 en los Estados Unidos. Para un campesino
turco, la venta de antigüedades puede significar la diferencia entre
la pobreza y una vida marginalmente mejor, y siempre existe la
esperanza de un hallazgo afortunado. En teoría, la exportación
de antigüedades es ilegal, pero la ley que las protege es un reg a
mentó poco sólido de 1906 que únicamente establece castigos nomi
nales (medidas más enérgicas han estado detenidas en el Far -
mentó Nacional durante una década, según se ice e 1 o
oposición de los terratenientes que temen perder una u
ingreso adicional). Los turcos que se dedican profesión en e
la arqueología reciben salarios bajos incluso ?
turcos:20 el salario inicial de un guardián es de 413 ^
cerca de 30 dólares al mes; el sueldo del director de
empieza en las 1250 liras, o sea 89 “ ^
Promedio de un peón no capacitado es de 30 hr * • d.
cerca de 2.25 dólares diarios (estas cifras corresp
Pios de la década de los setenta). ^ ha increinentado
Al mismo tiempo, el tunano ex J ^ ^
considerablemente en Turquía a* * q tas. En 1964 hubo
en antigüedades que antes estaban muy
168 054 11egadas de turistas, y seis a ñ o s despues el total era
de 664 702,21 hacia 1972 se calculaban en un millo .
18 Machteld T. Mellink hizo la .estí,maClón'p , 1Q72
10 Véase Turkey, o e c d EconomicSurvey, París, 1972.
11 V é ^ U ^ ^ g e n c y for International Development, Economic and
Social Indicators: Turkey, Ankara, 1971, p. 38.
70 NAVEGANDO DESDE BIZANCIO
Por todas estas razones, más tesoros antiguos han salido de Ana-
tolia en la generación pasada, que en cualquier otro momento
desde la caída y saqueo de Constantinopla durante la Cuarta Cru
zada, en 1204. Un investigador que ha visto el cambio es Comelius
Clarkson Vermeule III, curador de arte clásico del Museo de Be as
Artes de Boston. Recientemente expresó: “Hace 15 años podía ir a
cualquier aldea lodosa del Cercano Oriente y regresar al pasado,
hoy en día, en el más pequeño de los pueblos turcos uno entra a.
la tienda del mercader local y ve pegada a la pared una lista
actual de los precios de subasta distribuida por Parke-Bernet e
Sotheby’s. La era del campesino estúpido ya pasó, en el supuesto
de que realmente existiera”.22
A semejanza de los narcóticos, la otra cosecha ilegal de Tur
quía, las antigüedades llegan al mercado mediante rutas estable
cidas. Miles de estadunidenses viven en bases militares o misiones
diplomáticas y es fácil tener acceso al correo inviolable apo-fp°*
El arte puede ser sacado de contrabando en barcos o camiones o
incluso es posible enviarlo mediante el correo regular en paquetes
disfrazados (un coleccionista estadunidense encontró un bello pen*
diente de oro dentro de un envío de pastelillos turcos). También
hay un mercado interno activo.23 “Casi todas las casas de los ex
tranjeros en Turquía eran un museo en miniatura”, informó David
I. Owen, un arqueólogo de Pennsylvania, en un simposio de 1971
sobre el saqueo. “Todos los objetos salieron con ellos al final de
su residencia. Incluso organismos estadunidenses como care y ^
contribuyeron a su manera. Su personal tenía la ventaja adicional
de ir a zonas distantes muy alejadas de las rutas turísticas usuales
y literalmente podían elegir el mejor material, que después sería
sacado del país”.
El doctor Owen cree que el saqueo continuo, junto con el cre'
cimiento urbano y la mecanización de la agricultura, resultaran
a finales de siglo en la destrucción de todos los sitios no excavados
que aún quedan cerca de las actuales zonas urbanas. “Si esto pa'
rece de tono algo alarmista, puedo mencionar la trágica destrucción
de los sitios submarinos en todo el Mediterráneo enalgo menos
15 anos. Esta destrucción casi es total en loque serefiere a
antiguos naufragios . Su opinión sobre la gravedad de la situación
es compartida por la profesora Machteld J. Mellink de Bryn Mawr>
la doyenne reconocida de los arqueólogos estadunidenses que exea
22 Véase R. Taylor, 12 de abril de 1970.
23 Véase Owen, diciembre de 1971.
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 71
van en Turquía.24 Ella ha dicho: “Éste es el asesinato de la his
toria del hombre, y es una tragedia”.
Puede ser una tragedia, pero también es un negocio.25 Durante
años, uno de los principales traficantes en Estambul era un hom
bre sin duda agradable al que llamaré Gregory Omega. Acos
tumbraba atender una tienda no muy alejada del Gran Bazar y
tenia un ojo muy agudo que le permitía conocer no solo la pieza,
sino también al cliente; diría en un instante cuánto estaría dis
puesto a pagar un comprador y si valdría o no la pena llevarlo
a. su casa para que viera sus mejores piezas. En 1962, el traficante
vio un sueño convertirse en realidad cuando una antigua ofrenda
de carácter único salió a la luz.
Tal como lo narra Omega, el episodio empezó literalmente con
un sueño. Una mujer campesina que vivía en un insignificante
pueblo llamado Kumluca (se pronuncia “Kiumluya”, pues la c
turca equivale fonéticamente a ¡y) soñó una noche que a ajo e
un árbol estaba enterrado un tesoro. Al día siguiente, acompaña a
Por su incrédula familia, encontró el árbol y todos empezaron a
excavar. Descubrió una cadena, que a medida que era desenterra
condujo directamente a un tesoro de plata bizantino, p ,.
gicos, cruces grabadas, candeleros, utensilios para com , ,,a
de libros con relieves martillados, y un incensario (a
haber estado unida la cadena).* «obre
Kumluca está aproximadamente a unos 32 km e y,
la costa Jmega,
Gregoty egea de que
Turquía, y laestab^hac.ndo^n
entonces noticia del v ,^ d e va« ^
nes con su atractiva esposa, de pelo n gr . ,, ^ j tQ ,
Kumluca a tiempo para comprar Guindo se
ro, que estaba compuesto de por lo frendaPfue obten¡do por
divulgó el descubrimiento* el resto^d ^ Estambul. Cuando
el M useo de Antalya y d«pues s ^ especialista en arte
Omega estudió su parte del hall * (n0Jnbraban a un 0bisp0)
izantino), encontro ínscr^ „ i Sagrado Sión. Había cinco
Eutiquianus y un monaste„o llamado ^ » mostraban que
sellos en cada pieza, que, como una man.* ’ , \
la plata había sido producida entre 565 y 575 d.c, uno de los
* LaTistoria'de Kumluca se reconstruyó con base en entrevistas per-
♦Se ha localizado el sitio preciso del hallazgo: es un montículo que
está a unos 6.5 tas. de la sección del litoral conocida como Büyük Asar.
72 NAVEGANDO DESDE BIZANCIO
mejores periodos del arte bizantino. El monasterio estaba al norte
de Myra, el puerto del cual salió San Pablo a su martirio en
Roma, y a unos 45 km de Kumluca (Sagrado Sión también está
relacionado con San Nicolás el Sionita, que murió en 565 d.c. y
que a través de los cambios producidos por el tiempo, a final de
cuenta tomó una nueva identidad como el Santa Claus de los
anglosajones).
La siguiente acción de Omega fue la de ponerse en contacto con
un antiguo cliente en Washington, D. C., el doctor John Seymour
Thacher, que entonces era director de Dumbarton Oaks, sede de
la Colección Robert Woods Bliss de arte bizantino y precolombino.
Durante años, Thacher había destacado en el mundo social y en
el mundo de los museos; había ascendido en la escala aceptada,
de Yale al Museo Fogg y después a la Colección Bliss, un movi
miento lateral lógico pues en 1940 Dumbarton Oaks fue trans
ferido legalmente a Harvard por el matrimonio Bliss. Thacher se
había esforzado durante años para que su arte bizantino fuera el
mejor de su clase en los Estados Unidos.
A principios de 1963, recibió una carta de Omega en la que
le describía el tesoro, y poco después viajó a Suiza, donde se
encontró con el traficante. Al serle mostrado el tesoro, se dio
cuenta de que estos objetos bizantinos, los más finos de su clase
que se hayan encontrado, asegurarían la preeminencia de la Colec
ción Bliss. El precio fue alto (un millón de dólares), pero de
alguna manera Thacher pudo reunir esa cantidad y a su debido
tiempo el tesoro de Kumluca viajó de Suiza a los Estados Unidos.
Hubo otros dos acontecimientos. Omega estaba consciente de
que la venta del tesoro se conocería en Turquía; por lo tanto,
cerró su tienda y se trasladó, primero a Atenas y después a Suiza.
Mientras tanto, el doctor Nizeh Firatli, un curador del Museo
Arqueológico de Estambul, estudiaba la parte turca del tesoro y
estaba preparando el material para su publicación. Firatli no tenía
idea de dónde podía encontrarse la parte faltante; sabía que Omega
había comprado la mayoría de los objetos para luego salir de
Turquía, pero no sabía nada más. En el verano de 1964, en una
reunión internacional de especialistas bizantinos en Atenas, Firatli
leyó un estudio sobre la plata de Kumluca, mencionando que es
taba perdido mucho del tesoro, con la esperanza de que alguno de
los presentes le daría indicios acerca de la mitad que faltaba. No
se enteró de nada.
Durante este periodo, Thacher y el curador de Dumbarton Oaks
se encontraban en un estado de nerviosa indecisión en lo relativo
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 73
a la magnífica colección, que para ese entonces estaba en el la
boratorio del museo. La señora de Woods Bliss cumpliría 85 años
en septiembre de 1964, y casi en esa misma fecha habría una con
ferencia internacional de museos en la capital. La impaciencia
prevaleció sobre la prudencia y el tesoro de Kumluca hizo su
aparición pública ese otoño. Una nota en un catálogo publicado
posteriormente da esta información sobre su procedencia:26 “Los
siguientes objetos provienen de un gran tesoro de plata eclesiástica
descubierto cerca de Antalya en el sur de Turquía, que en la ac
tualidad está dividido entre el Museo Arqueológico de Estambul
y Dumbarton Oaks”.
Una vez que el secreto se divulgó, las autoridades turcas exi
gieron la restitución de la plata sacada de contrabando. El De
partamento de Estado explicó que el gobierno de los Estados Uni
dos no tenía control sobre Dumbarton Oaks. Al no poder recuperar
el tesoro, los turcos respondieron negando permisos oficiales a los
investigadores afiliados a Dumbarton Oaks que deseaban hacer in
vestigación de campo en Anatolia. Aunque Thacher se retiró de
la dirección en 1969, la prohibición persiste. Una de las razones
de la actitud inflexible de los turcos es que en los museos de los
Estados Unidos han aparecido otros tres tesoros, todos los cuales
podrían provenir de Anatolia. Cada uno de ellos presentó un dilema
especial para los museos de que se trataba, y en cada caso el resul
tado proporciona un estudio de situaciones concretas acerca de la
controversia más emotiva que haya llegado a sacudir a la co
munidad de museos de Norteamérica.
4.E l t e s o r o d e B o s to n
Independientemente de lo ético que fuera la decisión de Dumbar
ton Oaks de retener la plata de Kumluca, Thacher al menos sabía
que el tesoro era auténtico y pudo conocer algo de las circunstan
cias de su descubrimiento. Pero ¿qué hace un museo cuando se
le ofrece un hallazgo deslumbrante de antecedentes oscuros? A este
Problema se afrontó el Museo de Bellas Artes de Boston en 1968,
cuando tuvo que decidir si compraba o no un tesoro de 137 piezas
de joyería de oro —aparentemente los restos de un entierro real__
que incluía brazaletes, anillos, una bella diadema, un collar, pec-
26 Véase Dumbarton Oaks, 1967.
74 NAVEGANDO DESDE BIZANCIO
torales y, lo más sorprendente de todo, un sello cilindrico de oro
de la Quinta Dinastía egipcia en excelentes condiciones.
Por casualidad, el vendedor fue de nuevo Gregory Omcga, que
había comprado el tesoro después de salir de Turquía. Omega no
podía o no quería decir dónde se había descubierto el tesoro, aun
que parece probable que proviene del sur de Turquía. Fue una
venta difícil para Omega, en parte porque el cilindro egipcio, aun
que de gran interés, parecía culturalmente fuera de lugar en el
conjunto de objetos. Ofreció el tesoro a museos y coleccionistas en
Europa, sin éxito, y al Museo Metropolitano en Nueva York, donde
también se le rechazó. Posteriormente Hoving restó importancia
al hallazgo por “ser la bolsa de un traficante”, con lo que quiso
decir que consistía de objetos no relacionados a los que se había
juntado para elevar el precio.
Sin embargo, en Boston, el tesoro atrajo al doctor Vermeule, el
curador de arte clásico, estudioso agradable y erudito. Vermeule
es propenso al sarcasmo sin alterar su expresión y a llevar la con
traria con gran aplomo. Es capaz de sacar una galleta de perro
de su bolsillo y, sin perder el hilo de su argumento, dársela a un
animal amistoso. Su esposa, cuyo nombre de soltera era Emily
Dickinson Townsend, también es una arqueóloga clásica, inves
tigadora asociada del museo y ocupa las cátedras Samuel Zemurray
Jr., y Doris Zemurray-Stone-Radcliffe, la única cátedra de tiempo
completo de Harvard reservada a las mujeres. También es de fácil
palabra, y los estudios que presenta atraen auditorios excesivos en
las reuniones profesionales. Juntos, han viajado por el Medi
terráneo, cuyos traficantes hablan de ellos como personajes mí
ticos. En su tiempo libre, Vermeule está escribiendo una me
moria que ha intitulado tentativamente The Exporters, sobre el
comercio de antigüedades.
Cuando examinó el tesoro de Omega, decidió que no era una
“bolsa de traficante”. Se tomó la decisión de comprar el oro por
una suma de seis cifras que fue donada por un fideicomisario del
museo, Landon T. Clay. Cuando el tesoro fue estudiado por el
laboratorio del museo, se encontraron pequeñas manchas de barro
en el sello cilindrico egipcio, que indicaban que había estado en
terrado con el resto del oro. Con la aprobación plena del ya
fallecido William Stevenson Smith, el respetado egiptólogo del
museo, los Vermeule concluyeron que el tesoro pertenecía estilísti
camente a la Edad del Bronce Temprana, aproximadamente 2500-
2200 a c., y que se trataba de un descubrimiento de la mayor im
portancia.
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 75
Una circunstancia especial favoreció la compra: el Museo de
Boston estaba preparando la celebración de su centenario en 1970.
El deseo normal de atraer la atención se veía reforzado por el hecho
de que el Museo Metropolitano también celebraría su centenario
en ese año. Tan ansioso estaba el Museo de Boston de realizar
algo sobresaliente, que su director, Perry T. Rathbone, se arriesgó
en 1969 a comprar por 600 000 dólares en Italia un retrato atri
buido a Rafael, que según las autoridades italianas había sido
sacado ilegalmente de Italia e introducido en los Estados Unidos
sin declararlo en la aduana, circunstancias que posteriormente re
sultaron en el retomo a Italia del retrato contrabandeado (la his
toria se narra en el siguiente capítulo).
El Rafael y el tesoro dorado estaban entre las principales atrac
ciones en la exposición inicial de aniversario del museo, Tesoros
del Arte para el Mañana”, que se inauguró el 4 de febrero de
1970. Los “tesoros del aniversario”, que eran 130 y que el museo
valuó en 10 millones de dólares, incluían otros objetos de gran
interés: un ídolo cicládico (uno de los más grandes que se han
encontrado), una rara corona de bronce de Corea, un tapete de
caza persa de una belleza armoniosa, y dos llamativas esculturas
de acero por David Smith. Pero fue el oro el que atrajo la a en-
ción de la prensa. ¿De dónde venía? El museo respondió evas.va-
mente, y sólo dijo que se había originado en uno de 11
países localizados en el Mediterráneo oriental .E sto p r uj
dignación internacional. El Sunday Tintes e contrabando
el tesoro “casi con toda seguridad h a b ía sido saca ° ja
de Turquía”, y las autoridades turca,
misma afirmación. Otros valor arqueológico, pues
junto de objetos era un revoltijo Putenticidad estaba sujeta a
se desconocía su procedencia y
serias discusiones. _ „ ,,„ ta con una frialdad elegante en
Los Vermeule dieron su resp el ju ^ a te d London
un artículo sobre el tesoro que se publico
News.21 Escribieron:
J T han tratado de crear “un escán-
U n par de periodistas de Londres han t^^^ sido ofrecido en
dalo” por la^ adquisicio ^ Alemania e Inglaterra
el mercado k tern^ ° " a York> Habría sido mucho más escandaloso
qí^e Continuara sus peregrinaciones, con un importante museo esta-
27 Véase Emily y Comelius Vermeule, 1970.
74 NAVEGANDO DESDE BIZANCIO
torales y, lo más sorprendente de todo, un sello cilindrico de oro
de la Quinta Dinastía egipcia en excelentes condiciones.
Por casualidad, el vendedor fue de nuevo Gregory Omega, que
había comprado el tesoro después de salir de Turquía. Omega no
podía o no quería decir dónde se había descubierto el tesoro, aun
que parece probable que proviene del sur de Turquía. Fue una
venta difícil para Omega, en parte porque el cilindro egipcio, aun
que de gran interés, parecía culturalmente fuera de lugar en el
conjunto de objetos. Ofreció el tesoro a museos y coleccionistas en
Europa, sin éxito, y al Museo Metropolitano en Nueva York, donde
también se le rechazó. Posteriormente Hoving restó importancia
al hallazgo por “ser la bolsa de un traficante”, con lo que quiso
decir que consistía de objetos no relacionados a los que se había
juntado para elevar el precio.
Sin embargo, en Boston, el tesoro atrajo al doctor Vermeule, el
curador de arte clásico, estudioso agradable y erudito. Vermeule
es propenso al sarcasmo sin alterar su expresión y a llevar la con
traria con gran aplomo. Es capaz de sacar una galleta de perro
de su bolsillo y, sin perder el hilo de su argumento, dársela a un
animal amistoso. Su esposa, cuyo nombre de soltera era Emity
Dickinson Townsend, también es una arqueóloga clásica, inves
tigadora asociada del museo y ocupa las cátedras Samuel Zemurray
Jr., y Doris Zemurray-Stone-Radcliffe, la única cátedra de tiempo
completo de Harvard reservada a las mujeres. También es de fácil
palabra, y los estudios que presenta atraen auditorios excesivos en
las reuniones profesionales. Juntos, han viajado .por el Medi
terráneo, cuyos traficantes hablan de ellos como personajes mí
ticos. En su tiempo libre, Vermeule está escribiendo una me
moria que ha intitulado tentativamente The Exporters, sobre el
comercio de antigüedades.
Cuando examinó el tesoro de Omega, decidió que no era una
“bolsa de traficante”. Se tomó la decisión de comprar el oro por
una suma de seis cifras que fue donada por un fideicomisario del
museo, Landon T. Clay. Cuando el tesoro fue estudiado por el
laboratorio del museo, se encontraron pequeñas manchas de barro
en el sello cilindrico egipcio, que indicaban que había estado en
terrado con el resto del oro. Con la aprobación plena del ya
fallecido William Stevenson Smith, el respetado egiptólogo del
museo, los Vermeule concluyeron que el tesoro pertenecía estilísti
camente a la Edad del Bronce Temprana, aproximadamente 2500-
2200 a. c., y que se trataba de un descubrimiento de la mayor im
portancia.
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 75
Una circunstancia especial favoreció la compra: el Museo de
Boston estaba preparando la celebración de su centenario en 1970.
El deseo normal de atraer la atención se veía reforzado por el hecho
de que el Museo Metropolitano también celebraría su centenario
en ese año. Tan ansioso estaba el Museo de Boston de realizar
algo sobresaliente, que su director, Perry T. Rathbone, se arriesgó
en 1969 a comprar por 600000 dólares en Italia un retrato atri
buido a Rafael, que según las autoridades italianas había sido
sacado ilegalmente de Italia e introducido en los Estados Unidos
sin declararlo en la aduana, circunstancias que posteriormente re
sultaron en el retomo a Italia del retrato contrabandeado (la his
toria se narra en el siguiente capítulo).
El Rafael y el tesoro dorado estaban entre las principales atrac
ciones en la exposición inicial de aniversario del museo, Tesoros
del Arte para el Mañana”, que se inauguró el 4 de febrero de
1970. Los “tesoros del aniversario”, que eran 130 y que el museo
valuó en 10 millones de dólares, incluían otros objetos de gran
interés: un ídolo cicládico (uno de los más grandes que se han
encontrado), una rara corona de bronce de Corea, un tapete de
caza persa de una belleza armoniosa, y dos llamativas esculturas
de acero por David Smith. Pero fue el oro el que atrajo la aten
ción de la prensa. ¿De dónde venía? El museo respondió evasiva
mente, y sólo dijo que se había originado en uno de 11 o 1
Países localizados en el Mediterráneo oriental”. Esto pr ujo i. -
dignación internacional. El Sunday Times e n ^ ando
el tesoro “casi con toda seguridad había sido saca o e co_
de Turquía”, y las autoridades turcas hicieron en^camente l^
misma afinación. Otros investigadores se quejaron de que el con
junto de objetos era un revoltijo de poco
se desconocía su procedencia y su autenticidad estaba sujeta
serias discusiones. una frialdad elegante en
Los Vermeule dieron su respu jUustrated London
un artículo sobre el tesoro que se publico en
News.27 Escribieron:
Un par de periodistas^i Lt o ^ lian tratado^ de crear “un escán-
^ ofrec¡do en
dalo” por la^ adquisición ^ Alemania e Inglaterra
el mercado intern^ 1®^ York Habría sido mucho más escandaloso
antes de llegar asus uperegrinaciones,
que continuara nac¿ones conc un importante
y museo esta
5. E l teso ro d e N ueva Y o r k
La competencia entre los museos para hacer las compras más im
portantes tiene sus raíces en las rivalidades nacionales del siglo xix.
Si nos remontamos más en la historia, descubrimos que en los tiem
pos clásicos el gran arte era una forma de botín y su captura un
medio de obtener prestigio; así, Sila saqueó Atenas, Verro despojó
Sicilia, y Tito regresó a Roma con los tesoros del Segundo Tem
plo. En la época moderna, la historia del pillaje empieza con
Napoleón, que llenó el Louvre con arte que sacó de Italia. Lo
que Napoleón comenzó fue continuado de otras maneras pero con
28 Véase Hoyt, 1970.
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 77
el mismo fin en las décadas que siguieron; cada museo nacional
enviaba a sus agentes a recorrer el Mediterráneo buscando arte
que fuera posible transportar. El espíritu de la época fue expre
sado por el comandante francés de una expedición que removió
un obelisco de Egipto: “La Antigüedad es un jardín que por dere
cho natural pertenece a quienes lo cultivan y cosechan su fruto”.29
Esta cosecha tuvo sus resultados positivos. Se ha conservado
mucho de lo que podría haberse perdido o destruido: la Piedra
de Roseta, los leones alados de Nínive, la Venus de Milo, y quizás
(esto es discutible) los mármoles de Elgin. Un resultado menos
grato ha sido el resentimiento perdurable de los países saqueados,
que con frecuencia ha dado origen a leyes que prohíben la expor
tación de todo arte antiguo. De hecho, una expresión de nacio
nalismo ha propiciado otra, mientras se continúa destruyendo el
pasado.
Los Estados Unidos ingresaron tarde en la competencia por las
piezas importantes, y, como no había un museo nacional en el
sentido europeo, la rivalidad asumió una forma diferente. En este
país las galerías enciclopédicas empezaron a competir entre sí al
igual que con los museos nacionales europeos. La competencia
entre los museos así como en el campo internacional se ha llevado
a cabo enérgicamente, tanto que los museos adquirieron la aparien
cia de principados independientes, cada uno con la sensibilidad
celosa de una corte real.
Una medida de esta enemistad profundamente arraigada es la
utilización de rumores mal intencionados para embarazar a una
institución rival. Fue mediante esta técnica como apareció el pri
mer indicio de que el Metropolitano tenía en su sótano un teso
ro de origen dudoso. El informe inicial se publicó en el Sunday
Globe de Boston, en un artículo del escritor de arte Robert Taylor,
que defendió al Museo de Bellas Artes por comprar y mostrar su
tesoro áureo.30 Taylor compró esta acción con el secreto del Me
tropolitano que, sugirió, había comprado un rico tesoro lidio extraí
do de las tumbas del valle del río Hermus en Turquía. El tesoro,
escribió, “sería justo lo que se necesita para celebrar un aniversa-
110... si un museo hermano no hubiera acaparado injustamente
los titulares de los periódicos con una colección de oro más pe
queña”.
20 Véase Greener, 1966, p. 158.
30 Véase R. Taylor, 12 de abril de 1970.
78 NAVEGANDO DESDE BIZANCIO
La historia llegó a Turquía y se hicieron indagaciones formales
ante el Metropolitano. El New York Times asignó a un periodista
para que entrevistara a las autoridades del museo;31 como Hoving
no estaba, el representante del Metropolitano fue Theodore Rous
seau, el curador en jefe. Negó que el museo hubiera sacado algo
ilegalmente de Turquía, pero añadió ingenuamente que lo que
él había oído “parece ser un rumor fabricado en tomo a alguna
cosa que podría tener una pizca de verdad”. Esto ocurrió en agosto
de 1970, pero fue hasta febrero de 1973 cuando la prensa hizo
indagaciones adicionales sobre el tesoro.
Fem Marja Eckman, del New York Post, había escuchado de la
existencia del tesoro y cuando preguntó en la oficina de prensa del
Metropolitano un día viernes, se le respondió que no estaba ningún
curador calificado para hacer comentarios, pero que podía arre
glarse una entrevista el lunes siguiente. Durante el fin de semana,
la historia se filtró al Times, cuyo relato parecía indicar que el
Metropolitano estaba anunciando la existencia del tesoro; el enca
bezado era “El Metropolitano está orgulloso de un raro escancia
dor griego”.
El escanciador era parte de una colección de 219 piezas adqui
rida en tres lotes entre 1966 y 1968 por J. J. Klejman, un
traficante de la avenida Madison. Originalmente, la intención era
mostrar el tesoro durante el centenario, pero cuando surgió la con
troversia de Boston, el Metropolitano lo pensó dos veces. Exhibió
un escanciador y cuatro piezas asociadas en su exposición final de
aniversario, “Obras Maestras de 50 Siglos” ; pero no hubo ningún
anuncio formal de la compra (el precio fue de aproximadamente
medio millón de dólares), y cualquier referencia al nuevo objeto
fue omitida del catálogo que se publicó de la exposición. Cuando
se clausuró “Obras Maestras”, las cinco piezas de plata desapare
cieron en las bodegas, hasta que la indagación del Post obligó a
darlas a conocer. Finalmente, la señora Eckman habló con Dietrich
von Bothmer, el curador de arte griego y romano. Le pregunto
de dónde provenían los tesoros. La respuesta fue: “Eso se lo debe
preguntar a J. J. Klejman”. ¿El museo no le preguntó a Klejman?
“Creo que usted le debe preguntar a él”. ¿Significa esto que el
Metropolitano pagó medio millón de dólares sin preguntar dónde
se había originado el tesoro? “Bueno, ya pasó mucho tiempo. Todo
lo que sé es que lo compró en el continente. Eso es lo que nos dijo
en aquel momento”. (Klejman, según la historia del Times, “com-
31 Véase New York Times, 27 de agosto de 1970.
NAVEGANDO DESDE BIZANCIO 79
1. L a s barriadas d e l a r te
las“No tenemos
tumbas o compra'., ZZ ^
saben que sólo hav nná p qu® tant0 *os cazadores como los cazados
jueces „o unales especiales‘°Spara
qU6 *quienes
“ roban
y nuestros juzgados está^U n"!^*6^ 6810 ~ exPlicó un oficial"¡
mundo. Puede usted ¡m • s como cualquier otro en el
mente casos de asalto ^ ! n,arse *lue un juez que trata principal-
una vasija sea t a T i S j ’ ° * fraude> "° P ^ a que robar
es Carlo MauriHo Lei-iV^36" 0' ^ 0 el Saqueo con aflicción especié
en 1955 como director H- U” ¡ngeniero e industrial que se retiro
Milán y, después de ni» emPresa de exploración geofísica de
Villa Giulia en Roma de,’^ ^ 3 la “ ¡acción etrusca de Ia
a la arqueología InvPiit' ^ IO, aP^car sus conocimientos técnicos
ción de tumbas etruscas^n electrónicos para la localiza-
des en la tierra, y un j enCl°metro para encontrar cavida-
fotografiar tumbas no abierta? aT PeriscoPͰ que puede revisar y
equipo de personal entrenan ? de una década, Lerici y un
etruscas en la necrópolis Hp n P fon identificar 1 000 tumbas
conocidas hasta entonces erveteri y 50 cámaras pintadas des
frecuencia los ladrones hon*1 & ^^quinia. Con demasiada
precedido a los científicos. En un
® Vease O’Keefe, 1973
9 Véase Hamblin, 1970 n 70
10 Véase Hamblin, 1970* p.’ 93'
VEA ITALIA PRONTO 95
200
180 C|
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1. Falta. y 17 /
20
p . C o n t a m ín a c íiiliS i- ^ ig ^ ^ ^ y u ^ H r -- -----------■ "
The
en la historia de su museo. -nmnleta-
El episodio se inició públicamente con uni a ^ Nueva
mente festivo.» “Un nuevo vaso « W en
York”, decía el encabezamiento de un noviembre de
York Times A f ^ « del d»mmgo ,itano hab!a
1972, que ociosam ente m f o n n a b a ^
adquirido lo que su curador d i pe ^ ^ artíCulo se.
tormente "el vaso pego más to q u
«tó al director diciendo que las lustoriasaeiar h
ser vueltas a escribir”, como consecuencia de la compra de una
17 Véase columna “People”, New York Times, 5 de octubre de 1972
. « Reunión an” al de la American Association of Museums, Nueva York,
junio de 1970; el autor estuvo presente.
19 Véase Mellow, 1972.
98 VEA ITALIA PRONTO
crátera cálice totalmente desconocida realizada por dos grandes
artistas atenienses, el ceramista Euxitheos y el pintor Eufronio.
Más tarde, escribiendo en el boletín del Metropolitano,20 Hoving
dijo que el vaso era “majestuoso sin ser pomposo, emotivo sin
nada de emoción falsa, perfecto sin depender de la mera preci
sión”. Era, declaró, una de las dos o tres obras individuales más
finas jamás obtenidas por el museo, y añadió: “Adecuadamente,
esta obra insuperable fue adquirida con fondos obtenidos mediante
la venta de antiguas monedas de su tiempo y de su zona, que no
se habían exhibido durante años”.
Se informó que el precio de la crátera había sido un millón de
dólares, pero el museo fue vago acerca de su origen. La versión
oficial21 fue que el vaso había estado en una colección europea
privada desde aproximadamente el tiempo de la primera Guerra
Mundial, y que no se podía divulgar el nombre de su propietario
porque era una fuente de adquisiciones futuras. Este relato fue
repetido por Hoving, cuando se presentó con Dietrich von Both
mer, el curador de arte griego y romano, en el programa “Today*
de la nbc.*
Pasaron unos pocos meses y el 19 de febrero de 1973, el New
York Times publicó un relato completamente diferente del origen
del vaso de Eufronio. Nicholas Gage (que normalmente cubre los
asuntos de la Mafia para su periódico) telegrafió desde Roma que
2a vasija había sido vendida al Metropolitano por un estaduniden
se expatriado que vivía en Roma y tenía un historial de problemas
legales, y que los expertos europeos y los comerciantes creían que
había sido extraído en 1971 de una tumba etrusca por excavadores
furtivos —acusación que hizo públicamente la policía italiana tres
días después—. A medida que se conocía la historia en entregas
cada vez más sorprendentes, muchos estadunidenses llegaron a
comprender por primera vez por qué Hoving había dicho que
comprar arte sospechoso era “el problema más grave que enfren
taban los museos”.
El principal personaje del drama fue el doctor Von Bothmer.
Tiene ojos glaciales, una masiva quijada cuadrada, y pelo rubio,
y sólo la ausencia de un monóculo arruina su parecido con el
arquetípico prusiano de las películas. Pero las apariencias enga
so Véase Von Bothmer, 1972.
21 Véase Mellow, 1972. t
* La transcripción completa del programa aparece en el Apéndice
VEA ITALIA PRONTO 99
nan: el hecho es que Von Bothmer es presa de una excitación
positivamente mediterránea cuando los visitantes muestran un in
terés conocedor en la pasión de toda su vida: el arte griego. Sus
palabras salen en cascada, sus ojos relampaguean y sus gestos se
hacen enfáticos. Uno le cree cuando dice que en un instante puede
transportarse al siglo v a.c. Era un muchacho de 12 años cuando
visitó un museo de Berlín y vio arte griego,22 incluyendo un vaso
de Eufronio, y allí mismo, en ese instante, decidió convertirse en
arqueólogo. Como uno de los últimos estudiantes alemanes del
programa de Rhodes en Oxford en los años del periodo entre
guerras, estudió con sir John Beazley, la autoridad suprema en ce
rámica griega. Von Bothmer llegó a los Estados Unidos en 1939,
obtuvo su doctorado en la Universidad de California en Ber-
keley, y posteriormente se enroló en el ejército de los Estados
Unidos, en donde obtuvo una estrella de bronce por salvar a un
camarada herido en la campaña de Nueva Guinea. Se convirtió en
ciudadano estadunidense, y después de ser dado de baja en 1946,
presentó una solicitud de empleo en el Metropolitano; se le nom
bró asistente en el departamento clásico. (Un hermano mayor
Bemard, es egiptólogo, y en la actualidad es curador en el Museo
de Brooklyn.) . «j
En el Metropolitano, Von Bothmer pronto se
su desusada memoria visual. Una ojeada a una J en
cíente para que el curador departamental (pues o qu
1959) determinara su autenticidad, su fecha y su re ^ o n con
todos los otros vasos conocidos. Su ojo conoce or ^^^^ernos
cifrar los códigos alfabéticos escritos por los comercian
de cerároica griega para ^
estos códigos, las 10 letras de una frase clave r p__
En Spinks, en Londres, la frase & Medaillen, en Basilea,
[venga y compre], en tanto antiguos también acostum-
utihzaba “Goldschmit . Los ceiam J £ ,sa v on Bothmer a
braban codificar sus vasos y, para. ^P > ^ dás¡cos y m0_
veces se encontraría leyendo msci p
demos en la base de la misma vasi^* j agudeza de Von
Los traficantes ap ren d an » ^ de „
Bothmer y a cultivar / S c a C qu” era un antiguo amigo,
ecibió una carta de preguntando si el Metropolitano
estaría interesado en comprar una crátera
o Hecht Jr‘* n!Lorar Jna cidria comparable
? a la G103
22 Ibid.
100 VEA ITALIA PRONTO
del Louvre y sugiriendo que el precio estaría en el rango de Jos
que se pedían por una pintura impresionista de primera clase.28
El curador no tuvo que consultar un libro de referencias; al ins
tante reconoció el número de catálogo del vaso de Eufronio en
poder del Louvre que muestra a Hércules luchando con Anteo.
Replicó inmediatamente: “La respuesta es sí. Dígame más”. Hecht
había enviado una carta idéntica a John D. Cooney, curador de
arte antiguo en el Museo de Arte de Cleveland, y también se
había comunicado con la nueva Carlsberg Glyptotek de Copen
hague. El traficante sabía que el Metropolitano estaba a punto de
vender sus monedas antiguas y tendría por lo tanto dinero para
hacer la compra; sabía que el Museo de Cleveland, con la herencia
de Hanna de 30 milones de dólares, contaba con amplios fondos
para adquisiciones; y sabía que el museo danés era poco común
en Europa por sus recursos privados, ya que fue fundado por un
cervecero apasionado de la arqueología (toda botella de cerveza
Carlsberg que bebe una persona contribuye a los fondos de la
Glyptotek).
Cleveland pidió fotografías y después decidió que el precio so
licitado era irracionalmente alto, en tanto que el museo danés
llegó a la misma conclusión, de modo que el Metropolitano tuvo
el camino libre. A principios de junio, Hecht se registró en el
Stanhope, el lujoso y acogedor hotel que está enfrente del Metro
politano y que se ha convertido en refugio de los traficantes de
arte. El domingo 4 de junio, el traficante llevó fotografías de la
crátera a la casa de campo de Von Bothmer en Centre Island,
Long Island. El lunes, muy excitado, el curador mostró las fotogra
fías a Hoving; un día después, a Douglas Dillon, ex secretario de
Hacienda de los Estados Unidos y presidente de la Junta de Fidei
comisarios del museo. Se decidió que Hoving y Von Bothmer
viajarían por avión a Suiza el 26 de junio para examinar el vaso.
En Zurich, el curador vio el vaso por primera vez en el jardín
de una casa privada, y para él fue una experiencia abrumadora.
Según el artículo del Times Magazine, “quedó sin habla, sorpren
dido”. Contempló una representación vivida de la muerte de
Sarpedón, un héroe homérico, con las deidades Tánatos e Hipnos
sosteniendo el cuerpo sangrante. Era, dijo, como una nueva obra
por un gran compositor: “Uno está preparado para oír música
celestial, pero no sabe cuán celestial es hasta que la escucha”. Mien'
23 Todos los detalles se basan en entrevistas personales.
24 Véase Mellow, 1972.
VEA ITALIA PRONTO 101
3. E l R a f a e l de B o sto n
&
vida mn , k i
> a c
vida con caballeros montados. > y una exposición circulante fue promo-
llam adle Boston en 1955, Rathbone utilizó medios menos
, • J5an!' Pr0™Over el museo, pero persistió su preocupación
elI RRafaelT
fael. La “pintura,
a I según el museo, E1 g ™provenía
> I Pe dede Rathbone fue
una “antigua
coleccion privada europea”. A su debido tiempo, apareció una
fotografía del Rafael de Boston en la prensa internacional.38 Entre
37 Véase Connor, 1971.
rel«oVéaSe SmÍay TÍmeS’ LOndre!', 1971* que es con mucho el me‘0t
VEA ITALIA PRONTO 113
quienes vieron la fotografía estaba Rodolfo Siviéro, que
la Comisión para la Recuperación de Obras de Arte, de Italia.
Siviero, florentino soltero y sesentón que vive con su hermana en
una casa a las orillas del Amo, se relacionó con el arte durante
la segunda Guerra Mundial, cuando llevó registros de las obras
robadas tanto por los alemanes como por los liberadores aliados,
y ha servido en sucesivos gobiernos de la posguerra. Hombre im
pasible que se parece un poco a lo que imaginamos podría pa
recerse Hércules Poirot, Siviero ha cultivado, en el. transcurso de
los años, relaciones extensas con todas las personas que participan
en el mundo del arte italiano.
Lo que le llamó la atención, cuando vio la ilustración del
Rafael, fue el marco. Según los registros históricos, ese retrato
era obra de Rafael, pero había perdido su marco; por lo tanto,
la bella talla en madera dorada que rodeaba la pintura tenía
que ser moderna. El signor Siviero consultó con los miembros
de la comunidad florentina de arte y encontró a un comerciante
que le dijo haber vendido el marco a otro comerciante, llamado
Ferruccio Ildebrando Bossi, quien entonces tenía más de 80 años
y vivía en una villa cercana a la aldea de Recco,.unos 19 kiló
metros al este de Génova. Bossi, se supo después, tenía antece
dentes policiacos en Italia que se remontaban a .1924. Había sido
sentenciado por contrabandear tanto monedas como obras de arte,
estuvo en prisión cinco años por sacar de contrabando antigüe
dades, y había sido privado de su calidad de comerciante tanto
P°r la policía italiana como por la asociación de comerciantes de
arte italianos. Se buscó en los registros de los hoteles y se des
cubrió que el 12 de julio de 1969, Rathbone se registró en el
fiotel Aquila Reale en Génova, junto con John Goelet, un fideico*
misario de Boston, y Hans Swarzenski, el curador de artes decora
tivas del museo. Bajo interrogatorio directo y al ser enfrentado a
antecedentes penales, Bossi finalmente admitió que había ven
dido el Rafael a Boston.
En Boston, mientras tanto, Rathbone se apegaba a su historia
original —que el Rafael provenía de una “antigua colección pri
vada europea” y que había sido importado legalmente a los Esta
dos Unidos—. Cuando se le preguntó sobre los cargos iniciales de
Siviero, dijo: “Pura suposición por parte de esa persona en Roma.
¿Cómo puede hacer ese reclamo cuando la pintura era total
mente desconocida, no estaba catalogada, no aparecía en ninguna
jjsta, no había ilustraciones de ella, no se le había publicado
«asta ahora?” Por desgracia para Rathbone, Siviero tenía un caso
114 VEA ITALIA PRONTO
bien fundamentado. Y entonces, entre la sorpresa general, se supo
que el Museo de Boston no había declarado al Rafael cuando
se le trajo a los Estados Unidos.*
Esto significó que, además de la ley italiana, que prohíbe la
exportación de arte sin permisos, también se habían violado las
leyes estadunidenses. Según los italianos, la pequeña pintura había
sido guardada en una valija llevada por Swarzenski. En octubre
de 1971, este último, persona de porte erguido y llamativo con
una impresionante melena de pelo blanco, se retiró de su cargo
de curador, permaneciendo en el museo como investigador aso
ciado sénior. En diciembre de ese año, Rathbone anunció que, p°*
haber llegado a la edad de 60 años, se estaba retirando “con e
fin de escribir y realizar investigaciones independientes”. En el m*
terin, Bossi había muerto, y el Museo de Boston encontró que n°
sólo había perdido la pintura sino también una parte considerab e
del precio pagado por ella (la herencia de Bossi todavía está en
litigio). f l
A principios de 1971, la controversia sobre la pintura de Rata
llamó la atención, en Washington, de Eugene Telemachus Rossides,
quien entonces era subsecretario de la Tesorería, responsable oe
la oficina de aduanas. Rossides es de ascendencia griega y su
tado de ánimo se altera cuando se le habla de los mármoles de
Elgin, pero no está relacionado de ninguna otra manera con e
mundo del arte (fue estrella de fútbol en la Universidad de Co-
lumbia e investigador de pandillas en la oficina fiscal del condado
de Nueva York antes de ingresar a la Tesorería). Se reunió c°n
los fideicomisarios del Museo de Boston para tratar de la pintura
contrabandeada, y le sorprendió descubrir que se encontraban tan
evidentemente avergonzados de lo ocurrido que estaban muy dtf'
* Por casualidad, cuando se estaba presentando el escándalo de
se realizó una reunión especial de la American Association of Museunjs
Washington para discutir “la ética de las adquisiciones”. Los p e rio d is
inquirieron acerca del asunto de Boston. El fallecido Armand G. ErP¿
presidente de los fideicomisarios de la asociación, fideicomisario del ^ use
Whitney, y socio general de Loeb, Rhoades & Co., comentó: “Por supue ^
to que Boston debió haberlo declarado y documentado correctamente. ^
estoy seguro de que se trata de un mero tecnicismo. Estoy cansado de
verdadera desvergüenza de los italianos. También quieren que PaSuem?e
para restaurar sus tesoros dañados en las inundaciones de Florencia,
manera que puedan atraer turistas estadunidenses a esa ciudad para
dólares norteamericanos”. Un caballero, que tapó con la mano su 8a*®
de identificación, dijo que “todo el asunto de Boston era político. Se di
gustó a un grupo de policías italianos en Boston”. Véase Conroy, *9/
VEA ITALIA PRONTO 115
puestos a hacer cualquier cosa para arreglar el asunto. Como re
sultado, la devolución de la pintura a Italia fue negociada sin
problemas y, mientras se aguarda una determinación definitiva
acerca de quién es su propietario, el retrato cuelga actualmente
en la oficina de Siviero en el Palazzo Venezia,
Sin embargo, hubo otro detalle embarazoso: ia misma autenti
cidad del Rafael por el cual el museo había arriesgado tanto fue
puesta seriamente en duda, a partir de una carta a The Times de
Londres del 3 de marzo de 1970. La carta estaba filmada por
Sidney F. Sabin, comerciante de arte londinense, y decía sin am
bages que el retrato estaba “totalmente prostituido y era una
falsificación a todas luces”. En un lenguaje igualmente emotivo,
el retrato fue defendido por quien lo había autenticado original
mente, John Shearman. No obstante, este último después de
Mencionar todos los puntos técnicos en favor de la originalidad
la pintura, hizo esta admisión:39
La falsificación (que es algo que también enfrento) tiene su ProPj*
evolución. No negaré que un falsificador cxccsivamcn °_P^e_
reproducir en 1970 la mayoría de las propiedate tocas í ue
descrito. Pero cada año que nos remontemos en el tiempo a partir
de esta fecha, hace que la sospecha sea menos P0Sl h e c h o s no
Hasta ahora todo lo que ha surgido a luz en forma de hecho^no
tradiciones, sobre la historia de esta pintura es q . , ^ 0J1
en la colección de los Fieschi (una anuguafannba^con residencia^
Génova y Roma) hasta aproximadamente , y q ., expertos
en su poder fue vista y aprobada por vanos d,«mgmdos expertos
italianos.
Aquí, seguramente, lleSa“ “ a j° f ^ o A s ta^aram Tsupre-
Pmtura atribuida responsablemente a u ncCuridad para
0105 del arte italiano ^
reaparecer en las paredes del ^
«1 misterio de su procedencia unificado, integral de arte,
aJO policiaco. No ¡hay■un .“" L uerd0 en que el primer paso de
aunque los expertos están d« “ dón deberá ser el de com-
cualquier campaña practica de lbar el inventario existen.
Pilar ese registro. Las técnicas para realizar ci
Lo que falta es el dinero ^ utadora. En 1967 se inició
Un programa prometedor con ia rmauuau la tecnología
La clave de ese inv®| finalidad de utilizar
39 Véase Shearman, abril de 1970.
116 VEA ITALIA PRONTO
de computadora para registrar arte, cuando 15 museos de Nueva
York y la Galena Nacional de Arte, en Washington, formaron
un consorcio conocido como Museum Computer Network [Red de
Computadoras de Museo], La idea era crear un banco de datos
unificado, con índices, para catalogar no sólo las colecciones de
los museos sino también, en última instancia, las principales obras
de arte en manos privadas. Entre los muchos beneficios potencia
les, el primero sería que un investigador, al tener acceso a tal
índice unificado, podría obtener un resumen impreso (digamos)
de toda pintura conocida de Rafael, o de la escuela de Rafael,
o de obras atribuidas a Rafael. Cada una sería descrita breve
mente y se identificana su localización. O para dar otro ejemplo»
un arqueólogo que estudiara la cerámica ática de figuras rojas
que representan la muerte de Sarpedón, podría de igual manera
obtener una lista impresa en donde se localizaran y describieran
todos los ejemplares conocidos.
Otro beneficio adicional sería que el inventario por computadora
proporcionaría una oportunidad para una apreciación rigurosa del
arte del mundo. Las atribuciones optimistas podrían volverse a
examinar, y sería posible eliminar las falsificaciones en un estudio
sistemático^ del legado cultural de la humanidad. El acento en la
investigación académica puede complementar el énfasis ya sufr
iente en la adquisición. Finalmente, un inventario puede ser una
medida de segundad de utilidad obvia. Si el sótano de Villa
^ “¿a fuera saqueado, se podría consultar un registro de sus
j , ni °s ^ ^ na Poslble transmitir inmediatamente descripciones
de lo que hubiera sido tomado a los museos y comerciantes, una
Ta actualmente” n,dÍmentaria de Wonnación que funcio-
la E“ ± 968 S1 lnicl° “n programa experimental de dos años P°r
esos i Z T 0IT ter ? etwork' y se confirmó la v ia b ilid a d de
Dorcionado °S j • ®nanc*a“iiento del proyecto, J?10'
d e s T e m L ^ ,donaclo“ s de fundaciones, no fue r e n o v a d o , V
Estados Unidos I ” 1*30 ^a progresado lentamente, y sólo en l°s
tes miembro* H i Una ™clativa complementaria, importan
tes miembros de la comunidad artística de Nueva York tam
bién fundaron, en 1968, una organización que se llama Inter
national Foundation for Art Research [Fundación I n te r n a c io n a l
para la Investigaron de.Arte].- Organismo no lucrativo con una
junta de distinguidos fideicomisarios, la fundación tiene como su
40 Véase Amason, 1972.
VEA ITALIA PRONTO 117
principal propósito obtener información sobre obras controvertidas
que le son llevadas para su examen. En teoría, puede evolucionar
hasta convertirse en un centro multinacional de datos de compu
tadora y descripciones de obras de arte extraviadas, robadas y sa
queadas.
Los objetivos de la fundación son tan ampliamente aplaudidos
como apoyados con indiferencia. Con unas pequeñas donaciones
de fundaciones y contribuciones del público, mantiene una peque
ña oficina en Nueva York, cuyo personal es una sola persona, su
secretaria ejecutiva, Margery Torrey, que es una historiadora de
arte capacitada. Torrey dice que tiene un presupuesto anual de unos
20 000 dólares, de los cuales 7 000 se destinan a la renta de la ofi
cina. Gran parte de su tiempo se dedica necesariamente a obtener
dinero para mantener la existencia de la organización. También
la fundación subsiste en las barriadas del arte.
4. L a fábrica de falsificaciones
Como no existe un inventario de arte, y como los museos y co
leccionistas continuamente compran obras sin antecedentes, existe
un riesgo crónico de ser engañado por una falsificación. El pre
dominio de falsificaciones es la enfermedad venérea del mercado
ilícito de arte, el castigo por un deseo excesivo y por el mal juicio.
Cuando se descubre que una pieza es una falsificación, la práctica
usual del museo es ocultarla, como si su sola presencia fuera a
infectar a las obras más apredables que la rodean; al hacerlo
así, años de trabajo académico podrían malgastarse en argumen
taciones acerca de las virtudes de un objeto.
Italia, sin duda, ha sido la principal fábrica de falsificaciones
del mundo. En ios días de Adriano, los artesanos romanos ya
hacían hábiles copias del arte griego para venderlas como origi
nales a los coleccionistas imperiales. Cuando la Antigüedad volvió
a ponerse de moda durante el Renacimiento, resurgió el arte de
la falsificación, y el más grande de quienes lo practicaban era
Miguel Ángel. Una de las primeras obras del maestro fue un dios
del amor en mármol, yacente, como si estuviera dormido. Cuando
Lorenzo di Pier Francesco de Medid lo vio, le dijo astutamente
ai escultor; “Si haces que parezca que ha estado enterrado bajo
tierra, lo enviaré a Roma y será tomado como una antigüedad
Por lo que podrás venderlo más fácilmente”. Una de Jas primeras*
118 VEA ITALIA PRONTO
biografías (1553) de Miguel Ángel, por Ascanio C'ondivi, con
tinúa la historia:
Al oír esto, Miguel Ángel, al que no se le ocultaba ninguna técnica
del oficio, inmediatamente la arregló para que pareciera hecha hacía
muchos años. Después se la envió a Roma. El cardenal di San Giorgio
la compró como una antigüedad por 200 ducados,* no obstante, la
persona que recibió el dinero escribió a Florencia que Miguel Ángel
debía recibir 30 ducados, porque eso era lo que había recibido por
el Cupido, engañando tanto a Lorenzo di Pier Francesco como a
Miguel Ángel.
Furioso cuando más tarde supo que se le había pagado menos
aunque él mismo estaba perpetrando un fraude— Miguel Ángel
fue a Roma a ver al cardenal y recuperar el Cupido falso (“Des
pués, quedó, no sé cómo —dice Condivi de la estatua— en manos
del duque Valentino que se la regaló a la Marchesana de Man
tua, la que la envió a Mantua, donde todavía se encuentra”. En
la actualidad el Cupido está perdido.)*
Con una sola diferencia esencial, el episodio anticipó la expe
riencia e ceo ossena, el más grande de los maestros modernos
italianos en la falsificación de antigüedades. La diferencia esencia*
es que Dossenacantero no muy sagaz que murió en 1937, de
era^oHa “ “ pl'ce en el engaño. La pasión de Dossena
el estila A se e antiguo, y podía imitar sorprendentemente
c o l litt r a'qUler Pe™d°’ Pr°dueiendo obras que nunca eran
mismo- “n 'S’ Sm° mas bien «fe***» brillantes. Dijo de ■
la DPr; , J - C1; n nuestra ép0ca> Pero con el alma, el gu sto /
de ! °‘,raS ,eP°cas” 41 Su trabajo captó la atención
Deaimñn °lan 6S 3 y durante los años veinte se le dieron
l “ “ . “ raas por piezas que creía estaban siendo vendidas
R o T a T n T T m,°de™aS- Las órdenes afluían a su taller de
tallaba dirroc 6 ena £?ana producía terracotas eti'UscaS’
frecuencia a cadnS° V santos góticos por docenas, añadiendo coj'
Finalmente supo la v e r d ^ ^ sus c^r*'"*
antecedernos fiicr»
de perfección ^ a 0
ientes estaban mventand
precios elevados SUS °biaS- y las vendían como originales *
^ r haher Iw o - arü!ta estaba abrumado e ir rita d o
p o r haber sido enganado y porque su arte había sido p r e se n ta d o
zar* y traducir
El autoresteagradece
párrafoa deSidney Alexander, de»orencia,
Condivi. Florenciaitaua,
Italia, el loca'1'
41 Véase Amau, 1961, p. 223.
VEA ITALIA PRONTO 119
erróneamente. Para entonces, había obras de Dossena en exposición
en todo el Occidente; parte de su producción todavía es mostrada
como arte antiguo.
Guando Dossena supo lo que había estado ocurriendo,42 juró
que ya no haría más esculturas antiguas, pero, según uno de sus
hijos, fabricó una más: una Diana en terracota, en el estilo etrus-
co, más o menos en 1937. La mejor prueba apunta a que esta
figura apareció en el mercado de arte y pudo haber sido vendida
en 1953 al Museo de Arte de la Ciudad de San Luis, cuyo di
rector era entonces Perry T. Rathbone. El museo tenía un cer
tificado de autenticidad que aseguraba que la escultura fue encon
trada en un montón de fragmentos al norte de Roma en 1872.
Según el certificado, el supuesto propietario original era el conde
^Íancinelli-Scotti, cuya sobrina heredó posteriormente la estatua,
que pasó por varias manos más antes de llegar a Adolf Loewi, un
comerciante de Los Ángeles. Se dice que el Museo de la Ciudad
Pagó 56 000 dólares por la estatua, cuyos antiguos colores etruscos
todavía son visibles. Cuando se supo posteriormente que era muy
Posible que el museo hubiera adquirido la ultima obra de Dossena,
la estatua fue enviada a Europa para obtener
nales, las cuales no fueron concluyentes 0S_ .J\ ,ue retirada
se negaron incluso a examinar la estatua . a
calladamente de la exhibición en 1968.
Los curadores del museo hablan acerca del trabajo de f *^
dores eminentes con cierto gusto -esto es, cuando
cubre es la falsificación que pertenece a otros— ^ £ jaciones
de varios talleres han llegado a ser cono pjccardi, de Or-
estilísticas;43 por ejemplo, tenem^ *ed°S | doIfo Fioravanti en la
^eto, quienes colaboraron con exhibidos en el Metropoli-
creación de los tres géneros más p o rtante de hoy
o desde 1933 hasta 1961’ vive en un antiguo pueblo
en día es un estupendo artesan q Mfredo Kappa Sus
no muy alejado de Roma, al q ^ ^ g muraies etrus-
°bras se exhiben en muchos m ^ ^ coleccionista europeo 1.2
eos en terracota, que le costa
billones de dólares. oarecido, con el rostro
Kappa tenía unos 40 ;anos, era ^ en la casa
rubicundo. Pasé una tarde con el en m y
42 Véase Hamblin, 1970,
43 Véase Von Bothmer y Noble, 19 .
120 VEA ITALIA PRONTO
de sus amigos de Roma, y cuando pregunté cómo adquirió su
habilidad, me dijo que. no había aprendido nada en la escuela
sino que, cuando tenía entre 20 y 30 años y trabajaba como en
cargado del horno en una fábrica de tejas, se hizo amigo de unos
tombaroli y fue con ellos a sus salidas en busca de tumbas. Co
noció a los traficantes, aprendió los rudimentos del mercado, y
despues probo su mano en la producción de falsificaciones utili
zando las técnicas de cocimiento que había aprendido en la
fábrica. Pronto mostró estar dotado para hacer un vaso grieg0
convincente o una terracota etrusca que pareciera auténtica. Pero
descubrió que existía un problema: la necesidad de comprobar la
procedencia de sus piezas.
Hombre de inteligencia superior, a Kappa se le ocurrió una
solución brillante: fabricar su propio sitio etrusco. En los años
sesenta, trabajando con otros 12 hombres, empezó a excavar una
tumba; por suerte encontró los restos de una auténtica cámara
antigua. Ahora tenía un lugar al cual podía llevar a los trafi
cantes, y lo planto con sus propias cerámicas, cubriendo sUS
vasijas con la peculiar tierra de la tumba. En un periodo de
cuatro anos, vendió cientos de objetos a los principales comercian
tes de Roma, Ginebra y Basilea. Siguió el progreso de su arte con
^ acclon ? medida que pasaba del comerciante al museo; a
rev¡st«Pa^ueo"ógi?c o f ^ m'Sm° “ laS P°rtadas de Ubr°S V
u n ^ e ^ i ^ l K6 Kap?a me¡oró' Compró y estudió con cuidado
PairUed J í “ P0r J°sePh V. Noble, The Techniq
expertos P nfÁ’t t Ury- P i f a d o en 1965 y destinado a lo*
coleccionista e * lemP0’ a^emás, se encontró con un importante
los Estados Unido^0 ' ¿ ^ ^amar® Pedro Sigma, educado eíl
A u n a ^ ^ h CT Ú/o n París> y <¡ue ahora vive en Ginebra-
na toda antigüedad * gma SOn los bronces clásicos, coleccio-
sospechar que se 1p u to^ os *os comerciantes en arte.
Sigma decidió eliminar P°rqU6 Cfa ^Ta
fuente: los propios tamhn ,. *ermedlan°s e ir directamente a
blema; en 1963 la nnl* , ro.u Algunas veces esto resultó un Vx°
contrabando un* '° ?CUSÓ de ^ n t a r sacar de
informó que en ese tiemno k antlgüedades; la prensa italia?.
Jr., quien e n t o ^ le C°n R°bert E* ^
En sus exploraciones i ^ a *Gn. exi^° forzoso de Italia.
auien
quien lele diio aue había
dijo que hnh'n *algo
?6 increíble
eccion^sta
que se encontró
podía verse incon
situ,JCapP3*
en un
templo etrusco subterráneo. Kapna oPfr' a verse *n «
^dPPa, según una versión, llevo ,
VEA ITALIA PRONTO 121
exb-anrrl • ”placas
«taord.nar.as í ° mveíKado
pintadasVque,
con seAtenía
le dijofe almostró algunas
coleccionista,
r S L - r - ' * a Ginebra. Hubo complejas negociacionS
y bigma finalmente aceptó pagar el equivalente de 1.2
ae dolares por este tesoro único. A su debido tiempo, se le envió
su villa en Ginebra.
Algunos años antes, el coleccionista había conocido a Dietrich
^Boíhmer, uno de los expertos que el falsificador no había
podido engañar. El curador del Metropolitano vio por primera
vez las falsificaciones de terracota en junio de 1967, en Munich,
asilea y Ginebra. Creyó que también era visible la mano del
ttiismo falsificador en una pieza propiedad de Sigma que fue pre
sentada al año siguiente en un beneficio de Nueva York para la
escuela preparatoria estadunidense a la que había asistido el co
leccionista. Se escribieron cartas acerca de la pieza dudosa, y en
1111 posterior viaje a Ginebra, Von Bothmer tristemente le infonnó
al coleccionista que las costosas terracotas que poseía probable
mente eran falsas, y todas de la mano del mismo falsificador.
El coleccionista estaba indignado. Tenía plena seguridad de que
Sus terracotas eran originales. Surgió una oportunidad de una
prueba decisiva cuando los científicos de Oxford y Cambridge
desarrollaron una nueva técnica, conocida como Ja prueba de la
termoluminiscencia.44 Durante la prueba, se calienta una muestra
^e cerámica antigua y su edad es demostrada por su brillo. Se
tonió una muestra de las terracotas etruscas de Kappa junto con
otro objeto de arte de dudoso origen. En julio de 1972, los cientí
ficos informaron que sus pruebas mostraron que las terracotas eran
de manufactura reciente. Su informe salió en un numero de Ar-
chaeomctry, cuyas páginas fueron estudiadas cuidadosamente por
Kappa. Me ha dicho que desde entonces ha imaginado un método
de engañar a Ja prueba de la tennolummiscencia. ^ ^
En el caso de las terracotas etruscas, sólo se perdió dinero. Más
grave es el desperdicio insensato de tiempo cuando los curadores
Pasan años discutiendo sobre la autenticidad de obras importan
tes. El ejemplo más conocido45 fue la discusión sobre el caballo
griego que el Museo Metropolitano adquirió en 1923 de Georges
Eeuardent, un comerciante de Pans, por una suma que todavía
*o se revelado. Según la historia del comerciante, el caballo
Provenía del “famoso naufragio descubierto cerca de Mahdia, en
44 Véase Archaeometry, 1971.
45 Véase Shirey, 24 de diciembre de 1972.
122 VEA ITALIA PRONTO
Túnez, en 1908”. Ésta, dijo, era “información muy confidencial”
que no debía revelarse, porque de lo contrario “los periodistas de
París podrían crear problemas”.
El caballo era indudablemente hermoso, y de 1923 a 1961 fue
exhibido orgullosamente por el Metropolitano como una de sus
principales piezas, junto con los guerreros etruscos. Gisela Richter,
ya fallecida, que entonces era curadora de arte griego y romano,
dijo que el caballo era “sin duda, el objeto individual artística
mente más importante de nuestra colección clásica”. Ilustraciones
el caballo fueron presentadas en casi todo libro sobre arte griego,
y en la Encyclopaedia Britannica se le dedicó una fotografía de
una página entera. No obstante, había dudas. Uno de los prin
cipales escépticos era Noble, entonces jefe de administración del
Metropolitano y autoridad en las técnicas del arte antiguo. Guando
pasó frente al caballo una mañana de 1956, observó por primera
vez una línea que corría a lo largo del espinazo y bajo el estó
mago del caballo, y en ese momento Noble se dio cuenta de que
esto podría ser una marca de moldes, signo claro de que la escul
tura había sido hecha usando molde de arena. El problema con
sistía en que este último era una técnica que sólo se inventó
hasta el siglo xiv. Los artesanos clásicos utilizaron el proceso de
^6r 1 a> ^ ^Ue se migraba un molde en tomo a un
saui a trav?rw V iP “ Ie caIentaba has‘a que la cera líquida
V « l e v a rL L eHUnt T , ™ fondo- Lu£®° * fundía el bronce
escultura sin junta"/0 moIde> Io <lue daba por resultado una
su k e c ú e n f^ 0 C°n D:etri°h V°" Bothmer, el que, durante un
cuidado otros razones Pr°fesionaIes a Grecia, observó con
pequeño hovo i °Sí P°f^ue e* curador tenía sospechas de un
taño. Aparenten!!» f U Cabeza d el caball° d el M etró p o li'
piaón de u n a rl ** & P ^ 3, colocar un meniscus, o es-
y o . e r a
5. U na cuestión de dinero
Sería conveniente que dinero que se destina a compara falsificacio
nes fuera igualado por los fondos comprometidos en la conservación
de los objetos genuinos. En Italia, sin embargo, es posible deducir
que se gasta mucho más en la fábrica de falsificaciones que en la
conservación, y éste es otro ejemplo del problema básico que
surge en cada punto de nuestra investigación: las desordenadas
prioridades del mundo del arte. ¿Qué puede hacerse al respecto?
>Para empezar, lo que ocurre con el arte debe, ser considerado
Sln duda como una. responsabilidad internacional. Lo que Italia
hace con su patrimonio no sólo debe interesar a los italianos, y
en efecto este hecho ha sido reconocido por los, propios italianos en
sus peticiones de ayuda internacional después de, la-inundación
de Florencia y en sus esfuerzos por salvar Venecia. El mismo im
pulso hizo que Egipto invocara el apoyo mundial en su campaña
para preservar el templo de Abu Simbel y otras antigüedades
nubias que eran amenazadas por el nivel en aumento de las aguas
de la presa de Aswan. Recientemente, la u n e sc o inició otro de
esos esfuerzos para obtener dinero con el fin de salvar el sitio
de la antigua Cartago, antes de que sea destruido por el desarrollo
urbano del Gran Túnez. •
Cuando se trata del comercio, el mundo del arte incuestionable
mente tiene una perspectiva internacional. Esto ha sido evidente
48 Véase Swauger, 1971.
126 VEA ITALIA PRONTO
en el especial agrado con que los comerciantes y las casas
subasta han recibido últimamente el ingreso de Japón al mer
cado.50 “Están comprando estas cosas igual que los holandeses
compraban bulbos de tulipanes en el siglo xvii y los banqueros
estadunidenses compraban obras impresionistas desde 1890
los años veinte”, dice el director de la sucursal en Nueva Yoi
de la casa de subasta Christie’s. Se estima que los clientes japo
neses compraron entre 50 y 75 millones de dólares en arte duran e
1972, y que las ventas fueron mayores en 1973. En una. subas a
de Parke-Bemet, en octubre de 1972, se dice que los japoneses
gastaron 1 015 000 dólares en una venta total de cinco mill°j|eS
de dólares. “Ningún martillo cae hoy en día en Christie’s o Sothe
by’s”, le dijo a un periodista un comprador japonés, “sin que p°r
lo menos uno de nosotros eleve su mano regordeta”.51 Hir°
Saeki, comerciante japonés que compra arte en grandes canti
dades en Nueva York, declaró al Times recientemente que sus
clientes adquirían pinturas no sólo por razones estéticas sino tai*1
bién para obtener un mejor rango social. “Digamos que el señor
Yamamoto compra un desnudo de Renoir —dijo—. Por lo tanto,
el señor Fuji también debe obtener uno. Los japoneses compraI1
nombres más que calidad”.
Cualquiera que sean sus motivos, nadie debe envidiar a l°s
nipones su nuevo lugar en el salón de ventas in tern acion al, y
menos que nadie los estadunidenses. Pero sí es posible alarmarse
por el contraste entre el internacionalismo del mercado y la
gal preocupación por la soberanía que aparece tan pronto como se
trata de la conservación. Un caso obvio al respecto fue el resulta 5*
de la reunión de la u n e s c o celebrada en París en abril de 197 •
El propósito de la conferencia era del todo loable, crear un Fon °
de la Herencia Mundial, a semejanza del Fondo para la V1 ^
Silvestre Mundial, que proporcionaría una fuente estable de
so a los países que cuidaran propiedades cu ltu rales en peligro,
secretario de la u n e sc o había propuesto que el Fondo se sostu
viera mediante aportaciones obligatorias, establecidas por vota#0
nes periódicas, sin exceder el 1% de. la contribución de cualqu*e
país miembro a la u n e s c o . Esto no habría implicado una
cantidad; si todos los 129 miembros de la u n e s c o hubieran esta ~
de acuerdo, la suma total habría sido cuando mucho de 406 0
dólares al año. Sin embargo, en la reunión de París fue rechaza
50 Véase Shirey, 29 de enero de 1973.
51 Véase Time, lo. de enero de 1973.
VEA ITALIA PRONTO 127
la propuesta del secretario decisivamente; votaron contra ella los
Estados Unidos, la Unión Soviética, y otros países miembros ricos.
Gomo resultado; el Fondo para la Herencia Mundial será finan
ciado sobre una base voluntaria, y es poco probable un presupuesto
realista.
Otra forma de proporcionar un flujo estable de dinero a un
fondo internacional ha sido sugerida por Robert Hughes del
Time.52 Su idea es ingeniosa. En un artículo escrito en 1971,
propuso que se impusiera un impuesto del 5% destinado a la
conservación, sobre toda obra de arte vendida en subasta por
la que se pagara más de 100 000 dólares. Esto no solo podría rendir
fácilmente dinero a un fondo internacional convenientemente orga
nizado, sino que, como escribió Hughes, “ante todo, mitigaría el
desolador sentimiento de desperdicio y de consumo ostentoso y
carente de sentido que tendería a sentir cualquier persona que
se preocupa por el arte y sus prioridades”, cuando lee acerca de
precios de subasta sin precedente.
Una idea aún más audaz ha sido discutida por Hughes de Va-
rine-Bohan. el brillante director del Consejo Internacional de
Museos, que está afiliado a la u n esc o . Aunque tiene menos
dé 40 años, ha estado en ese cargo casi durante una decada, en el
curso de la cual ha visitado más de 70 países y asistido a muchas
conferencias internacionales sobre la herencia cu tur e mun
y su conservación. Ha visto de primera mano el contraste en
los museos ricos y los que subsisten con centavos, y cuan o se
pidió un comentario,63 en 1972, sobre los problemas financieros de
algunos museos estadunidenses, respondió: Sus Lo
déficits Usted no encontrará museos con déficits en Eur0PJ
que encontrará son museos en la penuria”. Por
capacitado, no tuvo que añadir el punto de que en A
o h v ' o
Fideicomiso Para las Artes?”, Star, 22 di* marzo de 1973, East Hamptont
Long Island). Como resultado de las gestiones personales de Blinken, «1
senador William T. Conklin, el líder de la mayoría, presentó una ley Q11®
crearía una dotación de fondos para los recursos culturales en el estado
de Nueva York, ante la legislatura de Albany. Parece irrazonable que se
apoye a un fondo en fideicomiso para carreteras de muchos millones
dólares mediante impuestos sobre la gasolina, mientras los museos y otras
artes ven negada una fuente segura de financiamiento anual.
64 Véase Meyer, The Pleasures of Archaeology, 1970, pp. 40-44.
VEA ITALIA PRONTO 129
122 000 visitantes en 1962, y era así la cuarta atracción turística
más popular en Francia. Se la dotó de portezuelas y su aire era
purificado por complicadas máquinas, a pesar de lo cual para
1963 fue aparente que algo estaba drásticamente mal; un microor
ganismo desfigurador se estaba extendiendo sobre las pinturas, y
una lámina de calcita apareció en las paredes. Los estudios deter
minaron que Lascaux estaba siendo condenada por sus admira
dores, cuyos zapatos llevaban polvo y lodo a la cueva y cuya
respiración alteraba químicamente las pinturas. Desde entonces,
Lascaux ha sido cerrada al público en general. El Times de Lon
dres encontró en el acontecimiento prueba de que Ja cultura y el
arte son “las primeras víctimas de la revuelta de las masas”, y
añadió: “Qué mejor símbolo que la sobrevivencia de Ja obra del
Hombre del Paleolítico Superior durante 15000 años sin ser per
turbada, para que al final pueda ser borrada silenciosamente por
las continuas pisadas y la respiración sosegada de sus remotos des
cendientes”.
Esta reprensión es un poco injusta, ya que alguna de la des
trucción más deplorable del arte mundial ha ocurrido con el
conocimiento y complicidad de los patricios de los museos y del
mundo del arte. Lo que el Times no consideró es que la simple
falta de información es con frecuencia responsable de lo que él
atribuyó a la revuelta de las masas. Un ejemplo final puede ayu
dar a aclarar el punto. Pocas personas están conscientes de que
las emisiones de la máquina de monóxido de carbono, en com
binación con la de los hornos industriales y domésticos, están
haciendo un daño incalculable al arte esculpido en piedra que
se encuentra a la intemperie en todo el mundo. Los ácidos for
mados por estas emisiones han hecho más daño a los monumentos
que están al aire libre en los últimos 20 años, que los ataques
del tiempo que se extienden, en algunos casos, a más de 2000
años. Los efectos son irreversibles, ya que la pérdida de un milí
metro en una superficie tallada puede hacer irreconocibles los
detalles esculpidos.
Un científico que está muy preocupado por el problema es el
profesor Seymour Z. Lewin, químico de la Universidad de Nueva
York, cuya especialidad es la conservación de la piedra. En la
década pasada, ha viajado extensamente para estudiar las enfer
medades que afectan a la piedra en Europa, Asia, África y en este
hemisferio. Su veredicto es que el arte esculpido al aire libre
del mundo “se está derritiendo como un cono de nieve en el sol
de verano”. No sólo están en peligro catedrales como la de
130 VEA ITALIA PRONTO
Ghartres, sino que incluso remotos santuarios budistas, como Boro-
budur en Indonesia, están decayendo visiblemente. Los químicos
aun no han inventado una sustancia protectora a toda prueba
(aunque Lewin ha inventado una solución que cree puede salvar
algunos monumentos). Lo que falta es el dinero. Lewin calcula
que por un millón de dólares —el precio pagado por el Museo
Metropolitano por su gran crátera—, la humanidad puede per
feccionar una fórmula que salvaría muchos de sus mayores tesoros
de la propia civilización. La conclusión es irresistible: el pasado
no tiene futuro a menos que estemos dispuestos a pagar por él.
IV. EL COMERCIO DE TIESTOS
“¡Malo, malo!”, dice el comprador,
pero al marchar se felicita.
Proverbios XX. 14
e .j . o -d . - S
moderna tombaroh. en la incua su ^ *
G u tem [ p e le r o s , y en Perú
lugar los términos significan lo mismo: aquellos que saquean tum
b Í y “ pos. Se a s e g u r a que es la segunda profesion m a s antigua,
practicada tan a m p li a m e n te , si no es que tan lucrativamente,
1(> Véase Museo de Brooklyn, 1966.
11 Véase Finch, 1971.
140 EL COMERCIO DE TIESTOS
como la primera. Al igual que la cortesana, el ladrón de tumbas
sabe que la belleza vale dinero y que pocas veces faltan clientes.
Las leyes, las limitaciones morales y los peligros físicos han tenido
mas o menos el mismo efecto disuasivo sobre esta actividad, que el
que tienen sobre la primera.
De hecho, los griegos atribuían el origen del arte a un acto de
latrocinio. En su diálogo Protágoras, Platón afirma que Prometeo,
con el fin de proveer un medio de salvación al hombre recién
creado (“desnudo, descalzo, sin cobijo y sin armas”), robó para
dárselo el don de la habilidad en el arte, junto con el fuego (“por
que sin fuego era imposible para cualquiera poseer o utilizar esta
habilidad”). Con este don robado, el hombre participó de las
características de los dioses, porque sólo él entre las criaturas
vivientes creía en seres sobrenaturales “y se dedicó a construirles
altares e imágenes”.
Lo que empezó con un robo continuó en la misma tradición.
Uno de los primeros documentos legales egipcios, conocido como
el Papiro de Amherst y publicado por primera vez en 1873, nos
dice de los cargos que por robo de tumbas se hicieron contra el
alcalde de Tebas en el reinado de Ramsés IX (aproximadamente
1134-1117 a.c.) Los documentos están llenos de intrigas, pero un
punto familiar queda en claro. Como escribe la egiptóloga Barbara
Mertz:12 “Las confesiones registradas de los ladrones de tumbas
establecen claramente que el cohecho de los funcionarios era p ^ “
te de los gastos normales de la actividad”.*
Sin importar lo antiguo del oficio, la literatura sobre el robo
de tumbas no abunda. Uno de los pocos libros que tratan del
tema es el de Dora Jane Hamblin, y tiene el bonito título de
12 véase Bárbara Mertz, Temples, Tombs and Hieroglyphs., C ow ard
McCann, Nueva York, 1964, p. 309.
El saqueo de Egipto ha continuado ininterrumpidamente desde enton*
ces, aunque para su mérito, sucesivos regímenes del Cairo han tomad o
algunas medidas para crear un comercio legal en réplicas. Incluso los c®“
munistas han participado, si es posible creerle a Philipe Bernert, que
cribió en el periódico parisiense de derecha VAurore. Informa (25 de ju»?
de 1972) que técnicos soviéticos estuvieron sacando de contrabando anti
güedades en valijas diplomáticas que disfrutaban de inmunidad. Inform
que los rusos que regresaban a su país, llevaban “des valises singuliértnen
lo u r d e s El 9 de abril de 1973, una noticia de Associated Press informa
que en los tres primeros meses de 1973 hablan sido violadas miles de tu
bas antiguas. Además de las estatuas y muros pintados, los papiros f“eríja
uno de los principales objetivos. Una colección de rollos, informaba
noticia, era una de las más grandes conocidas. Se decía que sus due
pedían por ella un millón de dólares.
EL COMERCIO DE TIESTOS 141
Pots and Robbers [Vasijas y ladrones]. Durante años Hamblin ha
vivido en Roma, y escribió muchas veces sobre Italia para la
revista Life; en una ocasión, en 1960, un editor le pidió que escri
biera un libro sobre cualquier tema que le interesara. “Bueno
contestó Hamblin—, conozco mucho acerca del robo de tum
bas”, y el informativo y útil libro fue el resultado. Como ella
señala, los robos de tumbas han sido prohibidos por la ley en
Italia desde los tiempos del emperador Vespasiano, y teórica
mente cualquier antigüedad que encuentre un campesino debe
ser vendida al Estado. La penuria oficial hace absurda esa ley.
En cierta ocasión, en 1958, un agricultor encontró cerca de la
antigua ciudad etrusca de Orbetello una preciosa y pequeña esta
tua de bronce por la que el traficante local le ofreció 16 000
dólares. La policía supo del descubrimiento y confiscó la estatua.
Al campesino se le pagaron 500 dólares, supuestamente “25% de
su valor”. Como consecuencia de esa tacañería, pocos agriculto
res italianos considerarán por un momento vender cualquier hallaz
go al Estado..
Como se enteró Hamblin,18 el dinero no es el único motivo de
los tombaroli. En 1964, durante un paseo campestre con amigos
en otra antigua ciudad etrusca, Vulci se encontró con un ladrón
de tumbas que dijo llamarse Pepe. Luego siguió este diálogo:
“¿Eres un tombarolo?”
“Sí, signora. Desde hace once años... Es lo mas bello en la
vida, encontrar estas cosas. Hasta que el mundo se acabe seguire
haciéndolo, porque es tan bello”.
“¿Te han atrapado alguna vez?”
“Seguro. Dos veces. Pero no tiene importancia”.
“¿Hay algo que te haría dejar de hacerlo?”
“No, signora, nada. Me gusta excavar, descubrir las tumbas. No
puedo detenerme. Ni siquiera gano dinero en lo que encuentro,
Porque cuando me atrapan debo pagar las multas, y sobornar a
l°s guardias...”
“¿Sobornar a Tos guardias?”
“Sí, signora. Los guardias no ganan mucho dinero. Por unas
cuantas liras mirarán a otra parte .
Para Pepe, el dinero es menos importante que la emoción del
descubrimiento, a la que llama la passione, la pasión . Dijo:
“Uno ha trabajado muy duro. Entonces se encuentra enfrente de
la tumba y está Hsto para abrirla. No sabe qué hay adentro. Este
*8 Véase Hamblin, 1970, pp. 81 ss.
142 EL COMERCIO DE TIESTOS
es el momento. Si su padre o su madre trataran de detenerlo
uno los empujaría a un lado...”
Pepe, que invitó al grupo a su casa, posteriormente expreso
que obtenía los mejores precios de un traficante estadunidense que
vivía en Roma. “Le aviso y viene. En una ocasión tenía dos
bellos vasos griegos pintados. Creo que del siglo v a.c.; tenía todo
listo. Los coloqué en la mesa—aquí, en esta mesa— y los cubrí
con una sábana, y apagué la luz. Traje a mi norteamericano aquí
y dije: “Aguarde”. Quité la sábana y prendí la luz, y él los vio.
Su respiración se aceleró. Casi no podía hablar, eran tan hermosos’ .
En el Nuevo Mundo, una de las mejores descripciones de la sub-
cultura de los ladrones de tumbas es la de un antropólogo de
la Universidad Brown, que se vio implicado en el problema porque
sufría de insomnio. De julio de 1968 a junio de 1969, Dwight
Heath fue profesor visitante de antropología en la Universidad
de Costa Rica, bajo el patrocinio del programa Fulbright-Hays.
Hombre delgado e inquieto, a Heath a veces se le dificultaba
conciliar el sueño y caminaba bastante después de la medianoche
por las desiertas calles de San José. Cerca de la plaza principal,
encontro un café que estaba abierto toda la noche, llamado
tismerelda , lugar bien iluminado y limpio donde siempre es
P°SA e c^mPrar un excelente cafe o una buena cerveza local.
Ocumo que casualmente el “Esmerelda” es también el lugar
de reunión favorito de los huaqueros (de la palabra inca huaco,
lugar antiguo o sagrado). El antropólogo estadunidense se hizo
amigo de ellos y gradualmente ganó su confianza, a la vez que
dejaba en claro que había hecho algún trabajo a rq u e o ló g ic o en
los Estados Unidos y deploraba las excavaciones no siste m atiza -
as. xp ico que le interesaba entender su oficio, y cuando los
uaqueros se convencieron de que no era ni un espía oficial ni
un buscador de gangas, lo empezaron a considerar, como dijo uno
d e d io s, un am ig o de Dios y del diablo”.
Heath hizo varios descubrimientos importantes,14 y el primero
ue propia magnitud de la actividad. Costa Rica es un pa*s
pequeño con^ cerca de 1.5 millones de habitantes, y cuando se le
!jo que había entre 3 000 y 5 000 huaqueros, pensó que la cifra
era muy^ exagerada. Sin embargo, hasta hace pocos años, Costa
ca tema un sistema poco común, por lo cual el Museo Nacional
a permisos a los excavadores que buscaban tesoros. Al co n su l-
14 Véase Heath, 1971.
EL COMERCIO DE TIESTOS 143
tar los archivos del museo, el antropólogo se enteró de que 693
personas habían obtenido esos permisos de 1954 a 1967, y que
cada permiso era válido para tres personas. En sus entrevistas,
Heath determinó que sólo 20% de sus informantes se había mo
lestado alguna vez en obtener un permiso. Así pudo hacer la
estimación razonable de que cerca de 4330 personas eran ladrones
de tumbas a tiempo completo o parcial. Teniendo en cuenta
otras personas que participaban en el comercio —tenderos, ven
dedores ambulantes y especialistas en restauración— Heath con
cluyó que 1% de la población económicamente activa total par
ticipaba en la venta de arte precolombino. En otras palabras,
como informó posteriormente: “¡Es posible que haya mas arqueó
logos comerciales de medio tiempo en un país del tamaño de
Virginia Occidental, que arqueólogos capacitados académicamente
(los llamados ‘profesionales’) en todo el mundo!” Por ser un lugar
de encuentro de las culturas precolombinas, el territorio de la
actual Costa Rica tiene gran interés para los estudiosos, aunque
®s poca la investigación científica que se ha realizado. El jade y
el oro de Costa Rica han desarrollado un mercado entre los co
leccionistas pero la cerámica que se encuentra en el país aun no
se pone de moda. No obstante, Heath estima que el huaquertsmo
le produce al país aproximadamente 500000 dolares anuales. Hay
un complejo sistema de creencias y conducta en estampación.
Los ¡maqueros viejos pueden analizar en detalle los ar es §e
"ealógicos” de los ladrones de tumbas en varias regiones, y hacen
cuidadosa distinción entre los ganchos —vagos que merodean en
los mercados centrales y venden objetos que su p u estam en te ellos
mismos excavaron— y los profesionales hábiles. Quienes están
esta actividad tienen sus secretos. Algunos dicen que donde hay un
altar de piedra hay oro debajo. Otro creen que el cuello de una
jarra grande apunta en dirección de otras jarras gra ,
en ciertas regiones los entierros mas neos no están en el c n
j i cementerio,
del ? sino
. en lalo «Antrada”
entrada oo “salida^ ,5 en los extremos
oriental y occidental. , , . ,
Todo huaquero sueña con un gran hallazgo, con descubrir El
Dorado. Sin embargo, cuando se hace un hallazgo neo, el dinero
^ divide entre una docena de manos. Heath supo que en una
excavación todo mundo obtenía una parte en un complicado siste
* En ]a década 1975-1985, varios investigadores reconocidos han empe
zado a Henar ese vacío, aunque su número es muy reducido. Entre ellos
sobresalen Michael Snarskis, Carlos Aguilar Piedra y Fredenck Lange. [T.]
144 EL COMERCIO DE TIESTOS
ma de pagos. El organizador de la excavación le pagaba al ca
pataz, un huaquero experimentado, 83 dólares a la semana, en
tanto que los peones no capacitados recibían 2.35 dólares al día,
además de alimentos y cigarrillos. Al propietario del terreno se e
pagaban hasta 200 dólares al mes por utilizar su propiedad. Luego
estaban los arreglos especiales. El patrocinador de la excavación
les diría a algunos trabajadores que ocultaran cualquier oro o
jade que encontraran, de manera que el propietario del terreno
y el capataz no supieran del mismo; posteriormente, el patroci
nador negociaría privadamente con los peones una “prima por e
objeto”. Al mismo tiempo, el patrocinador tiene un acuerdo si
milar con el capataz de la excavación, pagándole una bonificación
por lo que esconde del propietario del terreno y de los demas
trabajadores. El propietario también hacía sus tratos privados.
Una tajada periódica iba al jefe de la policía local: 140 dólares
ai mes por hacerse de la vista gorda y unas pocas piezas escogidas
como complemento. Todos los hallazgos terminaron finalmente,
por varias rutas, en San José, la capital, con los objetos de arte
yendo a parar a pequeñas tiendas de antigüedades o a v en d e d o re s
callejeros. Parte del negocio era compartido por “corredores” que
conocían a los coleccionistas locales y obtenían una comisión del
10% sobre el precio mínimo del vendedor. Tan rápida era Ia
velocidad del comercio que Heath, después de unos cuantos meses,
desistió de llevar el registro de las múltiples transacciones.
El dinero obtenido puede ser importante para el huaqwero. E>n
Costa Rica, una familia de cinco personas puede vivir con 34 dó
lares al mes, y el profesor mejor pagado que Heath conocía sólo
recibía cerca de 102 dólares mensuales. En un cementerio rico»
cuatro hombres encontraron, en doce días, 226 vasijas que pr°'
dujeron 5 330 dolares, o sea más de 265 dólares al día. Otro
huaquero informó que había encontrado oro por valor de 12 400
dolares en un solo día. Se le platicó a Heath de dos hombres que
llevaron jade y oro a Nueva York por consignación, que se qu^\
daron allá 30 días y gastaron casi 7 500 dólares; el par pag^
11 500 dólares a los seis huaqueros que les habían confiado
objetos y aún así cada uno regresó con una ganancia de 4 000 do
lares. Gomo ocurre en todas partes, la industria de las fa lsific a
ciones también prospera. Heath escribe: “El tráfico de falsifi
caciones merece una monografía por sí mismo. Por ahora, sólo
mencionaré una vasija completamente falsa que fue comprada e*1
2400 dólares por un estadunidense; luego, por si eso fuera p°c0í
EL COMERCIO DE TIESTOS 145
una copia de la falsificación fue vendida por 1 000 dólares en
Panamá”.
En diciembre de 1971 hice una visita a Costa Rica, en el curso
de la cual busqué a los huaqueros. Es fácil encontrarlos, pues los
folletos turísticos de los hoteles mencionan las tiendas de anti
güedades, en algunas de las cuales el arte precolombino puede
pagarse con la tarjeta American Express.* En el café “Esmerel-
da”, la simple expresión de interés atrajo a media docena de
costarricenses a mi mesa, cada uno con una caja llena de lo que
supuestamente eran jades invaluables, piezas de oro y cerámica.
Poco después, se me llevó a la parte trasera de una tienda, donde
se sacaron grandes piezas de un clóset y se exhibieron orgullosa-
mente en una mesa de trabajo. Se me permitió fotografiar los
objetos, y al hacerlo así, pregunté si sería ilegal exportarlos. “Si
quiere, le conseguimos los permisos de exportación”, se me dijo.
“Tenemos un amigo en el museo. Pero usted puede llevarlos
consigo al subir al avión; nadie registrara sus maletas de mano.
¿Por qué se preocupa? En Nueva York puede vender cualquiera
de estas piezas por mucho más de lo que le estamos ^cobrando.
¿Desea ver un catálogo con algunos precios recientes?
En Costa Rica, el comercio se hace tan abiertamente que casi
es legal. En otras partes de América Latina, en particular en
países cuyos objetos precolombinos se venden a mayores precios
mundiales, el mercado es en verdad clandestino. No obstante, el
patrón es casi siempre el mismo. Un país con una .herencia ar
queológica rica, y variada es Colombia,15 donde otra investiga ora,
Karen Olsen Bruhns, profesora de ántropología en San José College
en California, encontró que el robo de tumbas esta a tan ge
ralizado como en Costa Rica.
Bruhns, que había pasado tres temporadas de campo en los
Andes c o lo m b ia n o s , está interesada especialmente en l a cultura
quimbaya, antigua c iv iliz a c ió n india conocida por sus ricos en
tierros. Muchas tumbas quimbayas contienen bigunUas de oro
espectaculares. En un artículo publicado en 1972, informo.
H o y en día, casi todo hombre en la Cordillera Central, el área de
la cultura quim baya, está implicado en el descubrimiento y apertura
ilegales de tumbas antiguas. Hasta hace poco, sólo se recuperaban
los métales preciosos u objetos de excepcional belleza o interés, pero
* Desde que esto fue escrito, las leyes de Costa Rica han sido modifica
das para dar mayor protección al patrimonio cultural del país. \T.]
15 Véase Bruhns, 1972.
146 EL COMERCIO DE TIESTOS
el creciente interés en Colombia por el coleccionismo de antigüeda
des, combinado con la aparición de traficantes en el mercado inter
nacional de antigüedades, ha dado nuevo ímpetu a la guaquería [en
Colombia se conoce a los ladrones de tumbas como guaqueros].
En Colombia, el instrumento clave es llamado media caña, hoja
de acero curva fijada a un mango largo. Este instrumento, sos
tenido en posición vertical, es clavado en el suelo y extrae un
núcleo de tierra. El suelo mezclado, dicen los guaqueros, es siem
pre señal de una tumba, y una vez que un tiro es abierto, se
harán otras exploraciones para determinar el tamaño y la forma
del entierro. Se limpia el sitio de la tumba con machete y pala,
y se baja una pequeña canasta de café mediante cuerdas a me
dida que uno de los pillos vacía la cámara mortuoria. El prin
cipal Ínteres se concentra en lo que se puede vender: las vasijas
rotas, los restos humanos y los objetos sin valor, de mercado son
dejados en la tumba. No se conservan registros y se da delibera
damente información falsa para proteger la ubicación de un sitio
de otros buscadores ilegales. Luego se abandona el tiro de la
tumba, que puede permanecer como un pozo abierto durante
años hasta que el suelo más suave de sus alrededores se derrumba,
dejando una marca circular para señalar el sitio. “El campo y
uertas de la Colombia Central están llenos de ese testimonio de
la actividad de los guaqueros?*, escribe Bruhns.
Para el ladrón, el objetivo más sencillo es el templo sin vigilancia,
í T ° “ d° ,eI mundo’ y en especial en la India; en
le sta
° l hlrá?s bC0“ ,hay Hasta
raras y bellas. temP'oslah!ndúes>
década muchos
de 1950,cubiertos con
la mayoría
OÍA ,rn ados> pe™ at sub¡r los precios del arte hindú, sur-
de 2 T d del ^ Molos”. En 1971, más
Museo
Museo de Chandigarh fue robado a puntatemplos
de r.h-vrÜr ''T ? sacadas de los de Khajuraho,
de pistola v un bronceel
de gran importancia histórica del siglo ™ d c fue a r r e a d o de
un templo en Himachal Pradesh (posteriormente la ¿Tatúa fue
recuperada en un almacén de Bombay). Como informó Sydney
H. Schanberg, corresponsal del New York Times *
No es exagerado decir que el tráfico de ídolos y antigüedades se
ha convertido en un gran neg0ci0 en la Ind¡a * ^estrado a
traficantes de antigüedades para e=dgir rescate. En un caso reciente,
16 Véase Schanberg, 1971.
EL COMERCIO DE TIESTOS 147
en Gwalior, el rescate que se pagó era de 100 000 dólares... La
mayoría de los objetos de arte contrabandeados'son vendidos en paí
ses occidentales, particularmente los Estados Unidos, y muchos van
a parar a museos.
Schanberg añadió que el problema no es que las leyes de la
India sean muy flexibles, sino que no existe una maquinaria
efectiva para hacerlas cumplir. La corrupción está generalizada.
En un informe sobre el saqueo en la India en un simposio de
1971, el profesor Frederick Asher,17 de la Universidad de Minne
sota, observó que a los guardianes de los templos indios se les
paga menos de 50 centavos de dólar al día, lo que es bajo in
cluso según las normas indias. Los funcionarios de las aduanas
presentan poca resistencia a la exportación de arte robado. Asher
declaró:
En 1969, cuando mi esposa y yo enviamos nuestro menaje domés
tico desde Calcuta —y en realidad era nuestro menaje de casa, nada
más— recibimos una cuenta del agenté aduanero que incluía una
partida anotada literalmente “cuota por no abrir las cajas”. Al pre
guntar sobre esto, se me dijo que éste era el soborno que se daba
a los funcionarios aduaneros para que no abrieran las cajas y acep
taran el contenido tal como se presentaba en las formas de declara
ción de aduanas.
En otros lugares de Asia18 la situación es muy parecida. Wilhelm
G. Solheim, profesor de antropología de la Universidad de Hawai,
al presentar un informe en el mismo simposio, estaba preocupado
particularmente por el problema en las Filipinas, donde se desarro
lló un mercado de antigüedades. A finales de los años cincuenta
había una demanda especial de cerámica de los antiguos^ cemen
terios al sur de Manila en la Provincia de Batangas. Solheim dijo:
Infortunadamente, los entierros excavados tenían asociados muchos
cuencos y platos enteros chinos, anameses y siameses, que el publico
empezó a desear. El coleccionismo local de estas clases de cerámica
se convirtió en símbolo de categoría dentro de las Filipinas, y para
abastecer este mercado, “excavaciones” profesionales empezaron a
encontrar nuevos sitios de enterramiento y a explotarlos en busca de
vasijas completas, destruyéndolos totalmente para los fines de una
excavación cuidadosa.
17 Véase Asher, 1971.
18 Véase Solheim, 1971.
148 EL COMERCIO DE TIESTOS
. En la década de 1960, se localizó una serie de sitios de enterra
miento cerca de la laguna de Bay, justo al sureste de Manila, Allí
se desarrolló como pasatiempo una búsqueda improvisada de cerá
micas. Varias tiendas de antigüedades se crearon en Manila, e n zonas
donde los turistas podrían verlas, y a éstas se dirigió el excedente
dé objetos relativamente comunes, mientras que los mejores y más
raros fueron a parar a varias colecciones notables cuyos propietarios
tenían la primera elección en los envíos que se hacían del campo.
El estudioso de ia Universidad de Hawai, que ha excavado en
diferentes países del sureste asiático durante 22 años, informó
que en Tailandia hay un problema doble; saqueo para el mercado
de exportaciones y una fuerte demanda interna de relicarios bu
distas, de los cuales se cree que poseen grandes poderes sobre
naturales. En su trabajo en Tailandia, le preocupaba menos en
contrar oro (siempre un estímulo para el bandidaje) que descubrir
un depósito de relicarios. Gomo consecuencia, se requiere la pro
tección del ejército para la excavación de monumentos budistas,
y en un caso, durante los años sesenta, cuando un grupo del
Museo Nacional consideró que ya no se necesitaba una guardia
del ejército, saqueadores armados con metralletas aparecieron in
mediatamente y robaron el sitio. Se tuvo que volver a llamar al
ejército para que los alejara.
Los thais, debe añadirse, tienen un ingenioso sistema para prote
ger su patrimonio de turistas codiciosos. Todos los objetos de más
de 50 años de antigüedad' deben tener un permiso de exportación
del Museo Nacional;, los objetos más recientes también requieren
un permiso de exportación, que cuesta 25 centavos. Los sellos están
escntos todos en siamés, y el 80% de los objetos en las tiendas
de antigüedades son copias nuevas, cada una con su sello. Gomo
explica Solheim: “El comerciante no le dice al comprador que
está comprando una copia, sino que el objeto es de estilo ayuthia
o khmer, etcétera, lo que es cierto. El comprador cree que el
permiso de exportación del Museo Nacional está autenticando
el objeto, lo que es cierto, pero como nuevo. Todos quedan con
tentos”.
En el saqueo del sureste de Asia, hay. un famoso caso penal que
se ha convertido en una nota de pie de página de la historia li
teraria. El implicado fue André Malraux, que entonces empezaba
su carrera, al que se acusó de robar esculturas del sitio khmer de
Banteay Srei, en Camboya. El caso se convirtió en una cause
EL COMERCIO DE TIESTOS 149
célebre en París, hizo brevementé notorio a Malraux y contribuyó
a su temprano desarrollo político (el episodio forma el núcleo de
la novela de Malraux, La voie royale, publicada en 1930). En
lo que sigue, me he basado en la cuidadosa reconstrucción con
tenida en André Malraux: The Indochina Adventure (1966), es
crita por Walter C'. Langlois, un profesor estadunidense de francés
que ha enseñado en el,Liceo Sisowath de Plinom Penh.
Guando todavía era estudiante en París,19 Malraux por primera
vez fue fascinado por el arte asiático y supo del templo de Banteáy
Srei. Después de estudiar las leyes arqueológicas, concluyó que,
desde un punto de vista técnico, el templo era propiedad aban
donada y, en 1923, decidió organizar una expedición para extraer
algunas piezas de él. Obtuvo el permiso necesario de la Oficina
de Colonias. Langlois sospecha que sus motivos pudieron ser en
parte financieros, aunque sin duda predominaban absolutamente
las consideraciones estéticas. En un primer ensayo sobre arte, es
crito en 1922, el novelista había asegurado: "Sólo podemos sentir
por comparación . .. El genio gnego sera mejor entendido .por
medio del contraste de una estatua griega con una estatua egipcia
o asiática, que examinando cientos de estatuas griegas’.
A finales de 1923, Malraux llegó a Indochina y allí .procedió
a obtener una aprobación de su proyecto por la Ecole Frangaisé
d5Ex treme Orient ( e feo ) , que tenía jurisdicción oficial sobre los
restos antiguos. Pero en sus encuentros iniciales con los funciona
rios coloniales, su juventud (tenía 23 años), su impetuosidad y
sus modos de vida bohemios hicieron iina impresión desfavorable.
Pronto la expedición se puso en marcha, y una pequeña caravana
de carretas camboyanas de dos ruedas y tiradas por bueyes se des
plazó por los senderos de la selva. Una vez en el remoto sitio,
que estaba espesamente cubierto de follaje, Malraux y sú joven
compañero, Louis Chevasson, cuidadosamente arrancaron del tem
plo casi una tonelada de material, inclusive esculturas de diosas y
ornamentos del techo en forma de figuras. Esto se cargo en un
bote fluvial, que pronto fue interceptado por urt funcionario de
la e fe o . Sin importar lo que Malraux hubiera entendido previa
mente, las esculturas fueron puestas bajo custodia de la justicia
y los dos franceses arrestados bajo el cargo de robo de anti
güedades. ...
Se celebró un juicio en Phnom Penh en julio de 1924, y en un
veredicto que tuvo matices personales y políticos, Malraux fue
19 Véase Langlois, 1966, passim.
150 EL COMERCIO DE TIESTOS
sentenciado a tres años de prisión y Chevasson a 18 meses. La
esposa del novelista, Clara, que lo acompañó a Indochina, regresó
a Francia para movilizar apoyo en favor de Malraux; una petición
en favor de éste fue firmada, entre otros, por André Gide, Anato-
le France, Louis Aragón, Roger Martin du Gard, André Maurois,
Frangois Mauriac y André Bretón. Mientras tanto, Malraux es
taba dejando una fuerte impresión. Un periódico de Saigón lo
describió así: “Pelo rubio peinado hacia atrás, complexión frágil,
ojos que por tumo brillan flamantemente, y que luego se nublan
con melancolía, quizás con arrepentimiento”. En última instancia,
el caso fue apelado ante el tribunal de anulaciones de París, y las
sentencias de cárcel fueron anuladas, aunque Malraux —para su
profunda desilusión— nunca pudo establecer un título claro sobre
los antiguos restos que había removido.
. Su sentimiento de injusticia a manos de las autoridades colo
niales llevó a Malraux a tener contactos con el naciente movi
miento nacionalista y revolucionario dentro de Indochina, y con
rara claridad pudo percibir los contornos de la vasta tragedia que
habría de presentarse. Como escribió en Tentation de l’Occident,
en 1926: “Pero no es Europa o el pasado el que está invadiendo
Francia al empezar este siglo, es el mundo el que está invadien
do Europa con todo su presente y su pasado, con su montón de
ofrendas de formas vivas y muertas, sus meditaciones... Este
grande y problemático drama que está empezando, mi querido
amigo, es una de las tentaciones de Occidente”.*
Para atenuar la falta de Malraux, puede decirse que cuando su
cumbió a las tentaciones del Oriente, las normas que prevalecían
eran muy diferentes. Es un poco más difícil20 excusar a Norton
Simón, el rico coleccionista de California de quien se dice que
en 1972 pagó un millón de dólares por una invaluable estatua de
bronce del siglo x d.c., que representaba a la deidad hindú Siva
y que había sido robada de un templo aldeano en el sur de la India.
* He omitido a África de esta investigación, pero en ese c o n tin e n te
también existe el problema. África, con algunas excepciones, no es rica
en sitios arqueológicos, pero su arte primitivo se ha convertido en un
objetivo principal de los coleccionistas. Los precios del material etnográ
fico del África Occidental han subido mucho, y en 1953 una cabeza de
bronce de Benin se vendió en Londres en 21 000 L., cifra sin precedente.
Según el Consejo Internacional de Museos, en Malí ha ocurrido una des
trucción en gran escala de sitios arqueológicos por saqueadores que bus-
cari grandes figuras de terracota, en especial en el distrito de Gourma>
cerca de la frontera con Nigeria.
20 Véase Eckman, 11 de mayo de 1973; Shirey, 12 de mayo de 197J.
EL COMERCIO DE TIESTOS 151
El ídolo, que mide ún metro y medio, fue descubierto acciden
talmente en 1952 por un aldeano de Sivapuram, en el distrito
Tamil Nadu de Tanjore, antiguamente el estado indio de Madras.
Los arqueólogos alabaron al Siva como una obra única, y el
gobierno de Madrás estaba ansioso de colocar el Nataraja —nom
bre con el que se conoce a Siva en su papel de Señor de la Danza
Cósmica— en el Museo de Madrás, pero los aldeanos protestaron.
Un decreto del Tribunal de Distrito le permitió a éstos conservar
el ídolo en la región en que se le encontró, aunque el director
del Museo de Madrás advirtió: “Esto es invaluable. Si se le
conserva en un lugar donde no hay seguridad, los ladrones po
drían hurtarlo y venderlo en el exterior”. No obstante, la figura
de bronce fue colocada en el templo de Sivagurunathswamy sin
vigilancia, y en 1969 se descubrió que el Siva había sido reem
plazado por una copia. El Nataraja viajó a Nueva York y llegó
a las manos de un traficante, Ben Heller, quien anuncio que
estaba en venta por un millón de dólares en un periódico de
Londres; finalmente encontró un comprador en Norton Simón.
El idiosincrásico coleccionista de la Costa Occidental había visi
tado la India en 1971 y adquirió el gusto por el arte oriental. En
noviembre o diciembre de 1972, Simón compro el Siva, al que
describió como “la más grande de las obras maestras , y anadio.
“Tengo derecho de propiedad claro sobre la obra. Ingresó a los
Estados Unidos legalmente”.
Después de que la historia del ídolo fue publicada por el New
York Post, el New York Times envió a un periodista para que le
preguntara a Simón si el bronce había sido sacado de contrabando.
El coleccionista replicó: “Sí, fue sacado de contrabando. He
gastado entre 15 y 16 millones durante los últimos dos anos en
arte asiático y la mayor parte del mismo fue sacado de contra
bando”. Según el relato del Times., Heller adquinó la escultura
en la India por 500000 dólares, según dijo, de un tal Behran,
que a su vez ía había adquirido de alguien llamado Lance Dañe.
Al preguntársele si regresaría la pieza, Simón ofreció estas ideas:
Si simera para algo, la regresaría. Si fuera razonable y existiera la
posibilidad de que pudiera detenerse el contrabando, lo hana pero
con frecuencia los países alientan el contrabando. Hacen mucho dine
ro con él Muchas veces gritan mucho y no obstante dejan que los
robos continúen. Deberían empezar por hacer cumplir la ley.
152 EL COMERCIO DE TIESTOS
Simón expresó que estaba tratando con el Museo Metropolitano
la posibilidad de exhibir sus obras ¿siáticas, inclusive el Siva de
bronce. El título operativo de la exposición sería “El Arte del
Asia Mayor”. Al preguntarle el New York Post sobre la colección
de Simón, Daryl Isley, curador de la colección de Norton Simón
en Los Ángeles, dijo que las adquisiciones recientes incluían escul
tura khmer de Camboya, obras thais de la cultura Mon-Dvaratie
y escultura asiática en piedra de los siglas v a.c. al xn d.c. Isley
dijo de su patrón: “Ha adquirido algunas piezas fabulosas que
nunca antes, éstuvieron disponibles y que repentinamente se hicie
ron disponibles. Diría que ingresó al mercado del Lejano Oriente
justo en el momento adecuado”.
„ d, ™ m .
* Véase apéndice H, sección 2.
torjsx:
EL COMERCIO DE TIESTOS 155
do un poco, se negó a comprar, y mientras hablaba con el cam
pesino, la policía los rodeó para hacer un arresto. La cautela del
coleccionista le ahorró el costo de un soborno.
En ese mismo tiempo, dos mexicanos se presentaron en la
de otro coleccionista y se identificaron como agentes del procu
rador general. Le dijeron que debía pagar una cuota de 100
pesos [ocho dólares en 1972] por cada pieza que tuviera, y en
su pánico el coleccionista entregó a los supuestos agentes 30 000
pesos, o sea cerca de 2 500 dólares. Después supo que lo habían
engañado y que se trató de falsos agentes.
Igualmente instructiva fue la experiencia de un comerciante
europeo que visitó México hace unos pocos años y se hizo de ene
migos muy rápidamente al descartar como falsificaciones piezas
que le enseñaron. Mientras estuvo en Mérida, compró varias
piezas mayas, y las guardó en una maleta que adquirió localmen
te. En su vuelo de regreso a la ciudad de México, se sorprendió
cuando avisaron en el aeropuerto que todo el equipaje sería revi
sado —algo que rara vez ocurre en un vuelo nacional—. Aban
donó su maleta nueva, a la que no había puesto su identificación,
en la zona de equipajes, y se dirigió directamente al hotel. Guando
estaba en su cuarto sonó el teléfono. “Tenemos su equipaje en
la policía —dijo una voz autoritaria—, por favor venga a recla
marlo”. En la oficina de policía, al traficante europeo se le mostró
un libro con las leyes mexicanas y se le informó que se enfrentaba
a la cárcel y a la desgracia. “Pero —le dijo un oficial— por
50 000 pesos [aproximadamente 4100 dólares] podemos olvidar
esto”. Cuando el traficante sacó su chequera, el oficial continuó,
“y por otros 50 000 pesos puede obtenerla devolución de su equi
paje”. El traficante salió de México al día siguiente.
Esos episodios sugieren la razón por la que los cínicos creen que
las leyes contra el comercio de antigüedades están diseñadas para
ser violadas, más que para hacérseles cumplir.^ Como la mayoría
de los mexicanos no consideran el robo de antigüedades un grave
delito, los arrestos periódicos tienen una calidad ritual, y los in
termediarios consideran que una sentencia breve es un nesgo pro
fesional. Ocasionalmente, las consecuencias son más graves, en
especial cuando se acusa a un funcionario público de estar im
plicado en el mercado ilícito. Un caso fue la muerte de Miguel
Malo Zozaya,21 inspector del Museo Nacional de Antropología
21 Véase “Museum Agent-Thief Spoils Loot, Kills Self”, News de la
ciudad de México, 3 de mayo de 1972; y M. Campos Díaz y Sánchez,
156 EL COMERCIO DE TIESTOS
y director de un centro cultural en San Miguel de Allende. En
mayo de 1972 fueron arrestados cinco saqueadores én el sitio
arqueológico de Moneada cerca de ’Guanajuato, y le dijeron a
la policía que trabajaban para un grupo encabezado por el ins
pector del museo. Un arqueólogo del gobierno pronto fue a la
casa de Malo Zozaya y pidió que se le enseñaran 270 piezas de
la colección oficial, que se le habían dejado conservar en su casa.
Sólo pudo mostrar 70, diciendo, según los relatos de los periódicos^
que las demás éstaban en otras partes de su vivienda. Salió.para
obtener las llaves y, pocos minutos después, se escuchó un disparo.
El comprometido inspector se había dado un balazo en la cabe
za; Eñ la búsqueda subsecuente, se encontraron cerca de 5 000
piezas en la casa, muchas de ellas destruidas por Malo Zozaya
después de que supo de la acusación, en un intento aparente de
eliminar las pruebas. .
Por supuesto, no todos los policías son deshonestos, y en ocasiones
las ley» sobre antigüedades son aplicadas adecuadamente. Pero
la escala de los esfuerzos por hacer que se cumplan es tan mo
desta que es como si se combatiera un incendio forestal con una
pistola de agua. En. palabras de un oficial de la Interpol, “En la
lucha .contra el tráfico ilícito en arte estamos más o menos en
la etapa en que estábamos hace 20 años cuando empezamos a
tratar el problema de narcóticos”.
La Organización de la Policía Internacional tiene su sede en
Saint Cloud, en las afueras de París, en un edificio grande in
maculadamente blanco. Su pequeño departamento de robos de
arte está dirigido por un oficial retirado de la policía francesa,
quien explica que la Interpol sólo puede actuar a solicitud expre
sa de^ una de las fuerzas policiacas miembro, y que su principal
función ha sido la de circular información sobre obras de arte
ro as.. En 1971 envió 110 avisos, más de dos terceras partes
de los cuales enlistaban arte robado en Italia. La tasa de recu
peración está entre el 8% y el 10%. Además de hacer circular vo
lantes, la Interpol mantiene un archivo de conocidos ladrones de
arte y una pequeña biblioteca de referencia. “No podemos hacer
mucho más”, nie dijo el subjefe de la Interpol, “hasta que los
gobiernos del mundo decidan hacer más”.
Se roató un inspector del in b a implicado eni saqueos arqueológicos”, Excél-
stor, 3 de mayo de 1972.
EL COMERCIO DE TIESTOS 157
A nivel nacional, varias policías han creado escuadrones espe
cializados para hacer frente a los crecientes robos de arte; hoy en
día esos escuadrones existen en Londres, París y Nueva York.
En Italia, hay una «unidad especial de los carabineros asignada a
proteger el patrimonio cultural nacional. El comandante de la uni
dad es el coronel Felice Mambor, un hombre bien proporcionados
ceñudo, serio,, cuya oficina está llena de libros de arte y que preside
sobre un pequeño palazzo que tiene algo muy similar a una sala
de guerra. El cuarto cuenta con un mapa del tamaño de la
pared lleno de banderas y. símbolos para indicar los sitios arqueo
lógicos y localizar los robos recientes: hay un sistema de radio
comunicaciones que le permite a la unidad enviar carabinieri a
las escenas de los ahora diarios robos.
Un factor que complica más las cosas es la rivalidad entre
el coronel Mambor y Rodolfo Siviero, quien desde poco después
del final de la guerra ha encabezado la Comisión para Recuperar
Obras de Arte de Italia. En teoría, se supone que Mambor se
ocupa de los robos internos, mientras que Siviero, por su parte,
trata del arte sacado de contrabando al exterior, pero como el
mercado es internacional, la distinción es arbitraria. Los dos hom
bres no se agradan entre sí. Cuando vi a Mambor cometí el error
de mencionar el nombre de Siviero. “¿Qué nombre mencionó
usted?”, dijo el coronel, mirándome con molestia. “Nunca oí ese
nombre antes”. Posteriormente visité a Siviero en Florencia y
cometí un segundo error al mencionar que ya había entrevistado
a Mambor. Más tarde se le preguntó a mi interprete ¿por qué
había visto a ese hombre primero?
El Ministerio de Educación Pública ha estado publicando uñ
directorio de todo el arte robado importante, desde 1957 hasta el
presente, pero increíblemente los libros son considerados docu
mentos restringidos y sólo puede examinárseles con gran dificul
tad. Durante una entrevista con un funcionario del Departamento
de Bellas Artes, dependiente del Ministerio, pedí ingenuamente
que me enseñaran el informe anual. Con una sonnsa, el funcio
nario replicó en inglés: “Usted esperara por ese informe de aquí
a la eternidad”*
A pesar de todo, hay éxitos en Italia,22 uno de ellos debicfo a
Siviero, quien, en una famosa persecución al estilo de policías
y ladrones”, recuperó una estatua conocida como el Efebo de
Selinunte. Originalmente, este bronce de casi un metro de altura
23 Véase Hamblin, 1970, pp. 116-128.
158 EL COMERCIO DE TIESTOS
que representa a un joven fue encontrado por un pastor en 1886,
en un cementerio del antiguo sitio de Selinunte en el suroeste de
Sicilia. Se determinó que la estatua era griega del siglo v a.c. y
algunos expertos la atribuyen al gran escultor Fidias. Se exhibía
orgullosamente en la oficina del alcalde en el pueblo de Castel-
vetrano, de la cual fue robada en octubre de 1962. Se dio la
alarma y Siviero entró en acción. Supo que la estatua fue ofre
cida al Museo Metropolitano de Arte incluso antes de que fuera
robada, y que se había hecho contacto con un coleccionista de
Filadelfia, al cual se le pidió el precio de 500 000 dólares. Los
ladrones no pudieron encontrar comprador. En 1965 se sondeó a
un comerciante suizo y éste rechazó la oferta; después, un presti
giado comerciante florentino informó a Siviero que lo había lla
mado un siciliano, quien le dijo que el Efebo estaba en venta. El
florentino expresó interés, pero manifestó que él ya estaba de
masiado viejo para hacer el viaje, y que enviaría a su “sobrino”. A
principios de 1968, haciéndose pasar por el sobrino, Siviero fue
a Agrigento en Sicilia e hizo contacto con los ladrones, que ahora
pedían el equivalente de 112 000 dólares. Siviero respondió con una
oferta de 32 000 dólares. Al siguiente día, el precio solicitado bajó
a 64000 dólares y el ofrecido por el “sobrino” subió a 48 000
dólares. Se acordó el precio y se le dijo a Siviero que la estatua
se entregaría en Foligno, ciudad industrial al noreste de Roma.
El policía del arte llegó con 48 000 dólares y un escuadrón de
policías. Durante la captura hubo disparos, lo que es raro en
Italia; en el intercambio de balazos fue herido un ladrón, y cinco
e los seis mtegrantes de la pandilla fueron arrestados. L u eg o se
le dio un nuevo lugar al Efebo en el museo local, donde todavía
se encuentra cuando esto se escribe.
La balacera, vale la pena notar, es un indicio de la creciente
violencia en el robo de arte. En 1968, tres bandidos ingresaron
al estilo Topkapi* en el Museo Arqueológico de la Feria de Es-
mirna en Turquía23 y saquearon una colección de joyería anti
gua, vasos y mármoles. Un vigilante que trató de impedir el robo
fue asesinado al romperle el cráneo con una estatua robada; l°s
ladrones, uno de ellos un antiguo sargento del ejército alemán,
fueron arrestados y sentenciados posteriormente.** En fecha más re-
* Se refiere a la película del mismo nombre, que trata del robo de una
joya invaluable. [T.]
™ Véase Time, 29 de enero de 1973.
^ El alemán fue sentenciado a 24 años de prisión por un tribunal de
bsmirna; un cómplice turco recibió una sentencia de nueve años, en tanto
EL COMERCIO DE TIESTOS 159
cíente, en mayo de 1972, unos ladrones entraron al Museo de Arte
en Worcester,24 Massachusetts, y uno balaceó a un guardia desar
mado que trató de impedir su escape. Robaron pinturas valuadas
en más de un millón de dólares —entre ellas obras de Rembrandt
Gauguin y Picasso— pero la policía las recuperó unos pocos meses
después. El guardia sobrevivió; los ladrones fueron arrestados y el
caso está ante los tribunales.
Con frecuencia uno es impresionado por el contraste entre la ima
gen de los buenos propósitos oficiales y la realidad del descuido
oficial.25 Guatemala tiene entre su conjunto de reglamentos, de
cretos emitidos en 1947 y modificados en 1966 que, como en el
resto de la América Latina, especifican que todos los monumen
tos, objetos arqueológicos y reliquias culturales son tesoros nacio
nales bajo la protección del Estado. Artículos sucesivos declaran
que la destrucción o traslado de cualquier parte de este patri
monio está prohibida sin permiso expreso, que también queda
prohibida la exportación de esas propiedades y que se requiere
autorización expresa para cualquier exploración o excavación, que
se compilará un registro del patrimonio nacional, y que las viola
ciones a la ley serán castigadas con hasta cuatro años de prisión.
Sin embargo, como en el resto de la América Latina, existe
una brecha entre las elevadas afirmaciones de la política nacional
y los recursos destinados a la tarea. Las antigüedades están bajo
la supervisión oficial del Instituto de Antropología e Historia, cuyo
presupuesto en 1971 fue de 167 381 dólares. Con esta suma, el
instituto maneja cuatro museos en la ciudad de Guatemala, cua
tro en Antigua y otros tres en otras partes; la nomina, total es de
más o menos 70 personas. El salario mas alto es^ de 350 dolares
al mes, cantidad que se paga al director del instituto, licenciado
Luis Luján Muñoz; a los guardias se les pagan 60 dolares al mes.
La partida total de gastos para el Museo Nacional es de 63
dólares al mes, que representa todo el dinero disponible despues de
que se pagan los salarios y la cuenta de electricidad.
En la práctica, esto significa que el museo no cuenta con fon
dos para mejorar las exhibiciones o para adquisiciones. El museo
se encuentra en un edificio decrépito muy dañado por un huracán
que otro acusado, que había huido de Turquía, fue sentenciado en ausen
cia a ocho años de prisión.
2* Véase McAIlister, 1972.
25 Véase Meyer, 1972.
160 EL COMERCIO DE TIESTOS
en 1972, y que desde entonces fue cerrado indefinidamente.* No
se cobra la entrada, ni siquiera a los turistas, ni se cobra por
visitar el principal »sitio arqueológico de Guatemala, Tikal. Bajo
las leyes actuales, si se cobrara por la admisión, el ingreso se
destinaría a fondos generales y no beneficiaría directamente al
instituto. Éste, finalmente, tiene poca autoridad independiente, y
más bien es un “hijo adoptivo” del Ministerio de Educación
Pública.
Esta falta de autoridad ha generado una pasividad estoica entre
los directores del instituto. Hace una década, arqueólogos estadu
nidenses protestaron enérgicamente por la destrucción innecesaria
de Kaminaljuyú, un importante sitio maya temprano dentro de
los limites de la ciudad de Guatemala. El director en esos años
se encogió tristemente de. hombros y contestó: “¿Qué podemos
hacer?” En consecuencia, este fascinante sitio dentro de la propia
ciudad capital ha sido prácticamente destruido por los fracciona-
dores urbanos.
Hay un pequeño esfuerzo de reforma; se ha preparado un in
forme que recomienda que se dé más autoridad al instituto. No
obstante, en Guatemala los cambios requieren tiempo, y no es
posible, ser optimista. Se puede encontrar una indiferencia similar
en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Guando le pregunté a
un funcionario de alto nivel —que ha participado directamente en
el combate al tráfico de antigüedades— por qué no había un solo
anuncio en el aeropuerto principal del país que recuerde a los
turistas la prohibición de exportar, amigablemente replicó: “Su-
m T hem OTh“ ho’*ZÓn' deberiamos hacer als° aI respecto, pero
V * mucho
cuando De?art^únicamente
ent° de E1pueden
Petén dar
s6I°atención
hay unossuperficial
100 policías
a losy
ofiriav'fU i^ nositios
olicial’ de los resguardados.
saqueados. No se ha compilado ninguna lista
r ,ü ° ° bf mt<\ en Í“ftícia. este relato negativo debe ser matizado.
c^ v econkmin “ “ ^ importantes perturbaciones poltó-
y omicas en la pasada generación; desde 1956, el país ha
tenido tres constituciones diferentes. Dados los problemas de in--
anquihdad política y pobreza generalizada, por necesidad se le
T UIla Pnondad a la arqueología en los asuntos nacio
nales. Tampoco puede olvidarse que de los 5.4 millones de habi-
* Desde que esto se escribió, el local del museo ha sido mejorado. [T-l
La recompensa de un restaurador. Dietrich von Bothmer, restaurador de arte griego y romano en el Museo Metropoli
tano, posa con un cáliz de cratera pintado por Eufronio y valuado en un millón de dólares que, según se dice, pertenece a
una colección privada. (Cortesía de Michael Gold).
El Rafael de Boston: I. Un retrato desconocido atribuido a Rafael es examinado por
Perry T. Rathbone, a la derecha, antiguo director del Museo de Bellas Arles de Boston, y
por George C. Seybolt, en aquel entonces presidente del museo. La compra fue anunciada
en diciembre de 1969 en vísperas del centenario del museo; tan sólo un año después, la
aduana estadunidense embargó el diminuto retrato que posteriormente fue devuelto a
Italia como arte contrabandeado. (Cortesía de ) .
u pi
El Rafael de Boston: II. El investigador de arte, Rodolfo Siviero, guardián del patri
monio cultural de su país, reclama el supuesto Rafael que ahora cuelga de su oficina en
liorna, en espera delfallo de la corte respecto a su propiedad. (Cortesía de L’express).
El explorador. Jan Graham, un delgado escocés que dirige el Estudio de las Inscrip
cionesJeroglíficas mayas, fotograjia la estela número 38 en El Naranjo. Graham sostiene
una competencia con los saqueadores por registrar las 1332 estelas conocidas hasta
ahora. (Cortesía de Rafael Morales).
El que dijo No. “Sería como comprar un pedazo del Partenón”. Éste fu e el punto de
vista dejoseph Veach Noble, en aquel entonces administrador del Metropolitano, cuando
se discu tía la compra de la fa ch a d a del templo de Campeche. Aquí aparece exam in an do
la muralla de estuco cuando ésta se presentó en el Museo Nacional de A n trop olo g ta
de la d u d a d de México. (Cortesía de Melville Dearns).
El templo alado. Una preciada
pieza de la Sata Maya del Musco
Nacional de A nlropologia de
México. Esta fachada del templo
fue originalmente embarcada a
Nueua York en 196S y se ofreció en
venta al Museo Metropolitano por
400,000 dólares; éste no aceptó la
oferta y el vendedor —que había
organizado el traslado desde un
remoto lugar de Campeche— fue
persuadido de donarla al Museo
Nacional de Antropología de México.
(Cortesía de Melville lleams).
lü icsoro de Washington. En 1962, unos campesinos de la aldea de Kumluca en
I'urquia dieron con el depósito de plata bizantina más grande encontrado jamás. Parte
del tesoro fue llevada a un museo de Estambul, el resto fue vendido en su mayoría a la
galena Dumbarton Oaks de Washington. Entre las adquisiciones de Washington se
encontraban (amba a la izquierda) la pasta de un libro, (arriba a la derecha) un can-
delero cruciforme, y (abajo) dos patenas de plata. La inscripción de la patena de la
izquierda dice: Esto fue hecho en tiempos de nuestro más sagrado y bendito obispo,
Eulychianus”, lo que permitió a los eruditos ubicar el hallazgo en el periodo situado
entre 565 y 575 d.c. (Derechos Reservados por Philippe Iíalsman).
El tesoro de Boston: Una modelo muestra el impresionante tesoro de oscuro origen
adquirido en 1968 por el Museo de Bellas Artes de Boston. Turquía alega que las 137
piezas de oro fueron extraídas ilegalmente de su territorio. La modelo sostiene en su
mano un sello egipcio de la Quinta Dinastía, objeto cuya inesperada presencia provocó
dudas entre los posibles compradores (Derechos Reservados por Phitippe Halsman).
El tesoro de Nueva York. Adquirido durante los 60’s de manos de un comerciante de
la avenida Madison, aste excepcional ble de 219 piezas de aro y plata fue confiscado en
el Museo metropolitano de Bellas Artes. Aquí se muestran (arriba a la izquierda) un
oi ñocos de plata, ojarra para vino, de cerca de 25 cm de altura, con la figura de una
joven en el asa, proveniente de Grecia, fechada en el siglo vi a.C.\ (arriba a la derecho)
un phiale de plata, un pequeño recipiente con lóbulos en forma de cabezas con piedntas
en su interior (para usar como cascabeles), proveniente del Este de Grecia y correspon-
dimte a fines del sigb VI a.C.; (abajo a la izquierda) un broche de oro con un alfijf*’
adornado con un hipocampo, un caballo marino con alas, del mismo periodo y del
de Grecia; (abajo a la derecha) un kiathos de plata, o cucharón, con dos esfinSeS
mirando al interior de la cuchara, del mismo periodo, de estilo lidio. Cinco de las piez#*’
incluyendo la jarra de vino y el phialCj fueron presentadas inesperadamente dur
una exhibición para conmemorar el centenario del Metropolitano. Turquía alega que
lote fue robado de su país. (Cortesía de Velio Cioni).
"r\ x" ^ ’0 M
p
lílf .‘
I''n el Principio. Una caricatura de Gillray poco conocida y que data de 1801 capta la
actitud popular cuando el coleccionismo de antigüedades hizo furor entre los poderosos.
(Cortesía de Laurie Winfrey).
Los coleccionistas: I. Norton Simón, magnate califomiano y coleccionista de gusto
exquisito tiene preferencia por el arle impresionista y postimpresionista, y por las objetos
asiáticos. En 1972 adquirió en un millón de dólares un Shiva de bronce (abajo), el cual
había sido robado del templo de una aldea en el sur de la India. “¡Demonios, era contra
bando!", aceptó el señor Simón. “Gasté entre 15 y 16 millones de dólares en arle asiático
en los últimos dos años, y casi todo era contrabando (Derechos Reservados por John
Bryson, Fortune, 1972. Un Shiva robado (Cortesía del New York Post).
Los coleccionistas: II. El señor León Pomerance y su esposa, de Great Neck, Long
Island, coleccionistas con conciencia, con algunas piezas como recompensa en su casa.
La pareja ayudó a financiar una importante excavación minoica en Creta, y el señor
Pomerance — hombre de negocios de Nueva York— ha llegado a ser una autoridad en la
Edad de Bronce en el Mediterráneo. (Cortesía de Peter Hujar).
Los coleccionistas: III. Lord Elgin, el primer coleccionista moderno, ganó los mármol#
de Elgin para Inglaterra y adquirió notoriedad en Grecia. En un retrato de la época
aparece el séptimo conde poco antes de asumir el cargo de embajador británico ante
el Imperio otomano.
EL COMERCIO DE TIESTOS 161
tantes de Guatemala (en 1970), cerca del 45% son indígenas
puros que integran 21 grupos lingüísticos y culturales diferentes.
Como en el resto de la América Latina, la vida política de
Guatemala está concentrada abrumadóramente en la capitaí, y una
minoría pequeña, bien educada, ejerce una influencia despropor
cionada en relación con su número, scíbre ssa vida política. En
Guatemala, parte de la élite se ha preocupado seriamente por la
conservación de los sitios mayas después de la fundación, en 1964,
de la Asociación Tikal. Grupo voluntario de varios cientos de
miembros influyentes, la asociación ha emprendido varios proyec
tos loables. Uno de ellos es la “Operación Rescate”, empezada en
1970 con la cooperación del gobierno y del Instituto de Antro
pología e Historia, que tiene como objetivo expreso el rescate de
las anitigüedades qué están en peligro. Con uri presüpuesto peque
ño, alguna asistencia pública y unas piocas donaciones modestas,
la Operación Rescáte ya ha tenido éxito en el traslado de varías
estelas de sitios vulnerables y está pagando el salario de dos vigi
lantes en el sitio amenazado de Yáxhá. En Guatemala, como en
otras partes, la méjor esperanza de contrarrestar el tráfico des
tructor puede muy bien estar én los esfuerzos de grupos volunta
rios como la Asociación Tikal.
4. La red de in flu en c ia s
^u?ZciótZoraT¿'q^rJtedhísanancias y lo
o"rr£rTperdwv ^
nes Cosa»! a 0SOrtna federal» salidas de las imprentas por millo-
" l ; ; - . n A ,PrUeba ?uerra’ re«sión, inflación y además fácil-
2 7 es r Z r l r ' C\ eíe? V°- Una de las más importantes autori
dades en las Galenas de Arte Parke-Bernet dice que los artefactos y
monedas tienen una oferta cada vez menor. El índice Times-Sotheby’s
(el Daw-Jones del mundo del arte y las antigüedades) ha s u b i d o
continua y establemente. *
* Según algunos informantes, la estatua de bronce ha sido atribuida a
runas por un notable académico inglés.
EL COMERCIO DE TIESTOS 167
B e n e f ic io s f is c a l e s b a jo n u e s t r o pr o g r a m a d e r e f u g io f is c a l .
Usted puede ser propietario de estos tesoros arqueológicos y deducir
de su ingreso gravable el 100% del costo. Guando decide vender, es
elegible para ser sujeto del tratamiento concedido a las ganancias de
capital. Para ayudarle a conformar su colección personal, tenemos dos
planes de refugio fiscal. El plan de Treinta Días y el Plan a Plazos...
Si desea saber de nuestro plan de refugio fiscal para cualquiera de
las piezas en nuestra lista actual de adquisiciones, utilice el espacio
proporcionado en el frente de nuestra forma de órdenes.
A veces, los exploradores submarinos hacen un descubrimiento
importante que les es difícil vender. En noviembre de 1970 reci
bí la siguiente carta de un buceador traficante que vivía en
Florida.
Estimado señor Meyer:
Leí con interés su reciente escrito en Life, que exploraba las posi
bilidades de un caldero de fundición precolombino. Su enfoque del
tema nos hace suponer que su investigación le ha relacionado con
fuentes posiblemente interesadas en una colección única de artefac
tos de oro que se fechan aproximadamente en este periodo.
La colección fue integrada por medios ilegales, pero he sido infor
mado fidedignamente de que ahora satisface todos los requisitos para
una venta pública, aunque la oferta es privada. En la actualidad está
en la bóveda de un banco, y puede disponerse de ella para una ins
pección directa si se avisa con un tiempo razonable. El precio que
se pide es de 500 000 dólares, y se me dice que el contenido de oro
por sí solo vale una suma de seis cifras. Estoy en condiciones de
proporcionar una cantidad razonable de fotografías de antemano a
cualquier persona interesada seriamente.
Aunque contesté pronto pidiendo las fotografías, esta claro que.
el vendedor cambió de parecer: no las recibí.*
5. ¿El f i n a l d e l ju eg o ?
En marzo de 1973, una galería de Texas invitó a sus clientes a 1¿
apertura de una nueva exposición de arte precolombino.. La in
vitación decía: -“A causa de las restricciones legales recientes en
este país y en la América Latina, nuestra decimoquinta exposición
latinoamericana será la última. A partir de ahora, continuaremos
reuniendo en nuestra galería los ejemplos más interesantes del *árte
mundial disponible”. El anuncio es una de varias indicaciones ;de
que los años de tranquilidad del mercado de antigüedades están
llegando a su fin, aunque todavía pueden hacerse algunas grandes
ventas en los próximos años.
“Fue divertido mientras duró, pero ya terminó”, me dijo un
destacado curador de un museo del oeste de los Estados Unidos.
Varios comerciantes se están retirando (como J. J. Klejman, que
vendió al Metropolitano su tesoro, lidio) •o están cambiando hacia
otro tipo de colecciones, como rocas ornamentales o arte contem
poráneo. Un comerciante de, •Filadelfia está concentrándose ahora
en libros raros, y una mujer, que manejaba una galería preco
lombina de éxito se salió ,del-negocio debido a que ya no podía
aceptar, sus ambigüedades éticas. Hay un ambiente de despedida
en la conversación de los principales comerciantes de Suiza, que
hablan de hacer unas cuantas grandes ventas finales y retirarse
para publicar monografías académicas. Vanos factores son la
causa de tal estado de ánimo: la creciente dificultad para obtener
antigüedades, el temor de un escándalo entre los clientes y el
cambio gradual en las actitudes del público y las políticas del
gobierno.
La oferta de antigüedades es finita, y algunos sitios muy saquea
dos casi están agotados. Claro que en países como Turquía hay
todavía un vasto Louvre subterráneo, que puede ser saqueado du
rante muchos años futuros. Pero incluso donde la oferta sigue
siendo considerable, se está reduciendo el mercado para ese arte
de contrabando. Es muy probable que tanto los coleccionistas como
los museos desconfíen cada vez mas del arte de origen dudoso, en
parte debido á mayores escrúpulos y en parte a las cambiantes
leyes y actitudes públicas.* Los curadores más conscientes se dan
* También hay un ambiente notoriamente más defensivo entre los gran
des comerciantes al responder a indagaciones sobre la posible legalidad de
sus operaciones. Envié una docena de cartas a varios de los principales
170 EL COMERCIO DE TIESTOS
cuenta de que a menos de que los museos se muestren más sen
sitivos a las cuestiones éticas pertinentes, los políticos les podrían
imponer restricciones drásticas y quizás inadecuadas — en Nueva
York, durante la polémica sobre el proceso de “dar de baja” del
Metropolitano, varios políticos propusieron que todas esas decisio
nes de adquisición y venta deberían estar sujetas a revisión por la
Junta de Valuación de la ciudad— . Después del asunto de Eufro-
nio, el senador estatal William T. Conkün, de Brooklyn, el líder
suplente de la mayoría republicana, presentó una ley cuya finalidad
era la de impedir a cualquier museo del estado de Nueva York
la adquisición, venta o intercambio ilegales de bienes culturales.
Una reforma más sencilla y potencialmente más efectiva ha
sido sugerida por Paul Bator, profesor de derecho en Harvard.
Bator es un especialista en derecho constitucional con una v iv id a
apreciación de las realidades políticas (su hermano, Francis, fue
asistente del presidente Lyndon B. Johnson en la Casa Blanca).
En 1969, Bator realizó un estudio especial sobre el derecho en
el arte, para el Grupo del Movimiento Internacional de Tesoros
de Arte, patrocinado por la American Society of International
Law [Sociedad Americana de Derecho Internacional]. Su tarea
era la de canalizar y obtener información sobre las políticas exis
tentes que se refieren a la exportación de bienes culturales. Informo
que, como neófito en el campo, le sorprendió “lo difícil que es
encontrar un análisis meditado de, o información sobre, qué tan
comerciantes internacionales, preguntando, como si fuera un cliente po
tencial, si mis piezas estarían sujetas a ser confiscadas o si su compré
contribuiría a la destnicción de antigüedades. Spink & Son de Londres
contestó: La ratificación por los Estados Unidos del tratado de la u n e s c o
sobre bienes de arte robados no afectará, espero, ninguna de las piezas
que vendemos, pues no adquirimos piezas en las que exista alguna duda
acerca de su origen. Compramos exclusivamente de colecciones privadas
y de comerciantes de confianza”. Un comerciante de Filadelfia, c o n te s tó :
“Hasta d o n d e sé, n o hay un plan para devolver arte que h a y a salido de
algún país. Los principales museos de este país se opondrían a esa propuesta
porque vaciaría sus estantes. .. Si los países que se quejan hubieran que
rido en alguna ocasion pagar el precio corriente de los objetos e x c a v a d o s ,
podrían tener todo.” Hartwell J. Kennard, de McAUen, Texas, contestó:
E n lo que se refiere al saqueo excesivo, estoy seguro de que parte del
mismo está ocurriendo ante la consternación de quienes están in te r e s a d o s
en el arte de estos pueblos primitivos. Como ya se ha registrado el sig
nificado arqueológico del tipo de tumba del cual provienen mis o b je to s , su
valor como una pieza de arte primitivo es superior. Nuestra C onstitución
garantiza que no habrá leyes ex post facto, y cualquier pieza que usted
compre ahora no estará sujeta a confiscación”.
EL COMERCIO DE TIESTOS 171
grande es el peligro para qué valores”. Añadió: “Hasta donde sé,
nadie tiene siquiera una idea aproximada de cuál es el volumen
total [de exportaciones de arte] de cualquier país ya sea en tér
minos de valor o de número de objetos. Tampoco hay nada más
que un conocimiento impresionista de lo que puede llamarse la
estructura del comercio”.
Bator conoció más del problema como uno de los seis miembros
de la delegación de los Estados Unidos a la reunión de la u n e s c o
en París, en abril de 1970, en la que se preparó un borrador de
la Convención sobre las medidas que deben adoptarse para pro
hibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia
de propiedad ilícita de bienes culturales. El jefe de la delegación
era un habilidoso asesor del Departamento de Estado, Mark B.
Feldman (que, unos años después, negoció con Cuba un acuerdo
para desalentar el secuestro de aviones). La delegación estaduni
dense logró llegar a un compromiso que resultó en el borrador de
la Convención; en opinión de Feldman éste será aprobado y puesto
en vigor por el Congreso de los Estados Unidos. En el proceso,
fue evidente para los estadunidenses de la delegación que Ja cam
paña para terminar con el comercio ilícito sería larga y difícil y
que el problema no responde a soluciones sencillas (a pesar de
todos sus méritos, la Convención de la u n e s c o sólo ha sido rati
ficada totalmente por unos pocos países, entre ellos Ecuador y
Honduras; los británicos y los suizos ni siquiera se molestaron en
asistir a la reunión de la u n e s c o en París).
En Harvard, Bator continuó su labor en este campo trabajando
en el comité que redactó las nuevas restricciones sobre la polí
tica de adquisición que hoy en día se aplican a todos los museos
universitarios. A pesar de todo, estaba preocupado por la renuen
cia de los grandes museos de arte de los Estados Unidos a hacer
algo similar. Siempre estaba el problema de la falta de informa
ción. En abril de 1973, Bator fue a Nueva York para asistir a
una reunión patrocinada por la Asociación de Abogados de la
ciudad sobre el tema “Arte, Museos y el Público”.*
Durante la reunión, un comerciante comparó favorablemente
el mercado del arte con Wall Street, y expresó que los comer
* Los oradores fueron Ashton Hawkins, secretario del Museo Metropoli-
tanto; John Hess, reportero del New York Times; Palmer B. Wald, asistente
del fiscal de Nueva York, que estaba dirigiendo una investigación del
Museo Metropolitano; y André Emmerich, comerciante en arte precolom
bino y contemporáneo, y presidente de la Asociación de Comerciantes de
Arte.
172 EL COMERCIO DE TIESTOS
ciantes de arte se preocupaban, después de todo, tanto por la
belleza como por las ganancias. Bator estaba sentado entre el
público, y esta observación lo inquietó. En el período de pregun
tas, hizo ver que había reglas de información pública que se apli
caban a Wall Street, pero que no se aplicaban a la adquisición
de los museos. ¿Por qué éstos no debían divulgar la procedencia
completa, de cualquier obra de, arte nueva, inclusive el nombre
del comerciante y el precio pagado por ella? Se contestó a su
pregunta,, pero en realidad no se la contestó. Si los propios museos
no adoptan .una política de información pública total, las legis
laturas pueden razonablemente imponer este requisito sobre las
que son casi instituciones públicas.
No obstante, no es posible ser ingenuamente .optimista sobre el
efecto de cualesquier medidas unilaterales tomadas por, o en, los
Estados Unidos. . El asunto, jia sido expuesto concisamente por el
destacado columnista Joseph Alsop. En una amigable carta al
autor, Alsop escribe:
Debo decirle que la mera autolimitación estadunidense no hará bien
en esta área. En muchos sectores del mercado del arte, los japoneses
ya están gastando más que los coleccionistas americanos. Antes de
que páse mucho tiempo, esto será cierto en todo sector del mercado.
Además, los objetos precolombinos también tienen precios muy altos
en Europa, especialmente en Alemania y Suiza. A menos que ün
reglamento limitador sea*verdaderamente internacional, de hecho sólo
tendrá el efecto de negarla los Estados Unidos lo que otra gente
arrebatará entonces.
Algunos utilizaron esta argumentación como una excusa para la
inactividad total. Claramente (como respondía a Alsop), para
que cualquier ataque al comercio ilícito'sea efectivo también debe
ser internacional. No obstante, en ausencia de ese esfuerzo con
certado, los Estados Unidos siguen siendo responsables de lo que
hacen sus ciudadanos y' museos, y no son responsables de los jap°"
neses o europeos. Como el gobierno estadunidense ofrece un be
neficio fiscal singularmente generoso a los coleccionistas, tiene una
razón especial para dar unilateralmente el primer paso —y la
fuerza del ejemplo americano no puede ignorarse del todo.
Esto motivó una contestación adicional de Alsop:
No estoy de acuerdo con usted en que puede haber alguna fuerza
en el ejemplo americano. Si examina la historia del mercado de arte,
EL COMERCIO DE TIESTOS 173
encontrará que siempre ha equivalido a un enorme remolino mundial,
con mucha frecuencia clandestino o ilegal, en el que. nuevos centros
de riqueza y poder siempre han ejercido suficiente fuerza magnética
para atraer las grandes piezas del periodo.
En nuestra propia tradición artística, el primer intento de impedir
la pérdida de obras de arte fue realizado por uno de los papas del
siglo xv; y se conserva una carta de Isabella d’Este, que indica cómo
podían evadirse las regulaciones del papa. Siempre ha sido así... En
el momento actual, los comerciantes y coleccionistas japoneses están
recorriendo el mercado de arte como aspiradoras voraces, pero poco
selectivas. Pero siempre han aprendido rápido. Pronto los verá yendo
tras las verdaderas grandes obras que aún están disponibles.
Este argumento es poderoso. Si hay alguna esperanza de salvar
al pasado en peligro, podría requerirse no sólo de nuevas leyes,
sino también de una actitud enteramente nueva, y éste es el pro
blema del que finalmente nos ocuparemos.
V. ¿E L P A S A D O D E Q U IÉ N ?
1. La m a l d ic ió n d e lo rd Byron
3. E l pa sa d o d e l c o l e c c io n is t a
4. E l p a sa d o d e l m u s e o
Por razones obvias, el museo está estrechamente asociado con el
coleccionista. Mas del 80% de los trabajos que posee el Museo
Metropolitano han llegado a él como donaciones o herencias. Todo
¿EL PASADO DE QUIÉN? 193
coleccionista es un donante potencial, y quienes tienen piezas fuera
de lo común son cortejados con adulaciones desvergonzadas por
los curadores. Además, el personal de los museos con frecuencia
ayudará a los coleccionistas, orientando sus compras y proporcio
nando experiencia invaluable.
Pero el compromiso del curador es con el público, y con la
institución por la que muohas veces trabaja desinteresadamente.
Frecuentemente, el propio curador es un coleccionista frustrado,
con el deseo de la adquisición, pero sin los medios para satisfacerlo.
Esto fue señalado por John Walker,w el antiguo director de la
Galería Nacional de Arte en Washington en un artículo de 1972,
intitulado “Secrets of a Museum Director**. Walker escribió:
La adicción al coleccionismo es tan difícil de terminar como la adic
ción a las drogas, y yo he sido un adicto. El aumento de los precios,
sin embargo, ha hecho casi virtualmente imposible la adquisición de
grandes obras de arte, excepto para lqs colosalmente ricos y para los
directores o curadores de museos que utilizan el Dinero de Otras
Personas ( d o p ) . Encontré que el uso del d o p era uno de los grandes
encantos de una carrera en un museo.
Sin él, nunca Habría satisfecho mi ansia de coleccionar pinturas y
esculturas de calidad suprema. Además, está la emoción de la bús
queda, el safari a través de la selva de comerciantes en Nueva York,
Londres, París, Zurich y otros lugares, con el constante peligro de
dar un paso en falso y de las trampas. ¿Debo mencionar la ocupa
ción más fascinante? Sonsacar tesoros de los coleccionistas privados
cuando los propios colegas son la competencia determinada y a veces
inescrupulosa.
Este celo competitivo hace al curador y al director más rudos
que el coleccionista, ya que el trabajador del museo tiene un mayor
sentido de virtud, un sentimiento de que lo que hace es por el
público y por la causa del arte. Hay un paralelo en la competencia
entre monjes y sacerdotes de la Edad Media, los que se disputaban,
a veces sin escrúpulos, las reliquias de los santos y del propio
Salvador, ya que el beatífico fin siempre justificaba los dudosos
medios. Tan profunda es la dedicación al museo, que quienes
trabajan en él a veces fallecen prematuramente o sufren de in
somnio o alcoholismo. En 1967, Thomas P. F. Hoving del Me
tropolitano le dijo a un entrevistador: “Guando supe el otro día
que la Galería Nacional había comprado un Leonardo —el Gt-
Véase Walker, febrero de 1972.
194 ¿EL PASADO DE QUIÉN?
nevra de’Benci— por seis millones de dólares, no pude dormir
en toda la noche. Debimos haberlo adquirido. La reputación del
Metropolitano siempre se ha basado en su poder de adquirir cosas
sin reserva... Si usted pierde un solo día de búsqueda de una
gran obra, ha perdido una década. Cualquier fideicomisario debe
ría poder firmar un cheque por tres millones de dólares sin si
quiera sentirlo”.20
Para Hoving y para muchos trabajadores tradicionalistas de los
museos, adquirir eslo máximo. Cuando el directordel Metro
politano supo en 1968 que Egipto había ofrecido a los Estados
Unidos el templo de Dendur21 en gratitud por la ayuda estaduni
dense en la campaña de rescate en Nubia, fue apresuradamente a
Washington para ver que el pequeño templo no llegara a manos
de otra institución rival, el Instituto Smithsoniano. Obtuvo la
pieza, y después le restó importancia diciendo: “La calidad del
templo de Dendur no es grande, pero no la menosprecio. Su
efecto es extraordinario. Es un ambiente, algo a lo que usted puede
penetrar... compraré cualquier obra de escultura arquitectónica
que esté a mi alcance”.
Cuando una propensión tan poderosa a comprar se une con
los vastos recursos de un museo como el Metropolitano, es muy
fuerte la tentación de hacer caso omiso de las leyes de otros países
por considerarlas una mera molestia. Como observó Hoving du
rante una entrevista en 1967: “El museo nunca ha hecho nada
ilegal. Es mejor que crea usted eso. No somos más ilegales en lo
que hemos hecho, que Napoleón cuando llevó todos los tesoros
al Louvre”.22 Esta actitud, expresada con un desembarazado sen
tido de rectitud, explica por qué el museo de arte estadunidense
puede ser considerado como el último bastión del imperialismo
abierto. Como la escritora Eleanor C. Munro23 comentó durante
la controversia sobre el vaso de Eufronio: “Al igual que en el
siglo xix algunos estadunidenses creían que, debido a su menta
lidad y mecánica superiores, tenían un mandato para apoderarse
del Oriente y de las Filipinas y de partes de China, hoy en día
algunos fideicomisarios creen que tienen un mandato para poseer
y comerciar arte, la última entidad nacional transferible, ahora
que ya no se puede colonizar a los pueblos o convertir a los países
en concesiones”.
20 Véase McPhee, 1967.
21 Véase Burnham, 1973, p. 178.
22 Véase McPhee, 1967.
23 Véase Munro, 1973.
¿EL PASADO DE QUIÉN? 195
El punto de vista no sólo puede ser considerado como imperial,
sino también como una expresión de victorianismo retardado. La
misma arquitectura del museo de arte proclama su nostalgia por
el pasado Victoriano: la columnata de la entrada, las vastas ga
lerías con su exceso de mármol, y la atmósfera reverente, tan
parecida a la de un banco central o una catedral. Uno de los
primeros críticos norteamericanos del museo de arte fue John
Gotton Dana,24 el director del Museo de Newark, que en 1917
publicó un expresivo folleto intitulado “La melancolía del museo”.
Para Dana resultaba “grotesco” que se prestara tanta atención
reverente a objetos que son 1) antiguos, 2) raros, y 3) de precio
elevado. Llegó tan lejos que argumentó que el valor de los objetos
en los museos de arte era “en gran medida ficticio”, nacido de
la rivalidad entre los coleccionistas ricos “e incluso entre los museos
ricos”. Sin duda, expresó:
una función de un museo de arte público es la de hacer la vida
más interesante, agradable y completa; y con seguridad un museo
no puede ejercer muy bien esa función si no se relaciona estre
chamente con la vida a la que debería estar influyendo. Sin duda,
no se podrá relacionar de esa manera a menos que entre en estrecho
contacto con los adornos materiales de esa vida: sus artes aplicadas.
Una voz solitaria en 1917, Dana encontraría amplia compañía
actualmente.* Uno de los críticos más particularmente sagaces es
Dillon Ripley que, como secretario del Instituto Smithsoniano,
preside sobre museos e instalaciones de investigación de una va
riedad prodigiosa. En un libro intitulado The Sacred Crove25 [La
arboleda sagrada], Ripley observa que los museos de arte en Amé
rica siguieron un camino que tendió a aliarlos con las fuerzas
dominantes de la comunidad: los promotores cívicos y los filán
tropos ricos. Como consecuencia de esta alianza demasiado exclu
siva, argumentó, los museos también han tendido a distanciarse
24 Véase Dana, 1917.
* El Museo de Newark de Dana, aunque pequeño, se ha visto afectado
por un problema conocido. En 1970, el museo pagó cerca de 10 000 dó
lares por un mosaico romano del siglo iv d.c., en el que aparecen dos
amazonas a caballo. El mosaico fue descubierto originalmente en 1967 por
arqueólogos belgas que excavaron el antiguo sitio de Apamea, en el occi
dente de Siria. Cuando el museo supo que su mosaico probablemente era
robado, su respuesta fue rápida y virtuosa: los fideicomisarios de Newark
en abril de 1973, ordenaron que el mosaico fuera devuelto a Siria.
25 Véase Ripley, 1969.
196 ¿EL PASADO DE QUIÉN?
de tres grupos importantes: los historiadores de arte, los artistas
y los pobres. “Si las maravillas de una colección fantástica como
la del Museo Metropolitano de Nueva York —escribió— no pue
den de alguna manera llegar a los más humildes de nosotros,
entonces los propósitos del comité organizador del Metropolitano
en 1870 no han sido servidos”.
De hecho, se puede sostener además que cuando museos como
el Metropolitano buscan interesar a un público numeroso, lo hacen
a través de la única actividad que los fideicomisarios ricos del
museo apoyan abrumadoramente: la adquisición de obras maes
tras. Y en la concentración en las obras maestras, hay otra dis
torsión adicional.26 Hughes de Varine-Bohan, director del Consejo
Internacional de Museos y arqueólogo, lo manifestó de esta ma
nera en un discurso:
Creo que la raíz del problema está en una falsa concepción del
museo. Un objeto de interés científico no debe ser considerado pri
mordialmente como una obra de arte. No obstante, los museos, que
se supone deben educar al público, con frecuencia contribuyen a la
idea de que tal y tal cultura sólo está representada por bellos obje
tos singulares. . . De hecho, la imagen que el público se forma de
las antiguas culturas puede ser distorsionada permanentemente cuan
do el pasado es presentado consistentemente como un caleidoscopio de
obras maestras.
Los turistas y coleccionistas, comerciantes de arte y curadores de los
museos se obsesionan en esta búsqueda de una obra única. Además,
este “complejo de Mona Lisa”, como yo lo llamo, puede hacer
surgir un mercado ilegal, que lleve a su vez al saqueo y destrucción
de monumentos.
El ejemplo supremo del complejo de Mona Lisa es la compra
de la crátera de Eufronio por el Museo Metropolitano. Existen
pocas expresiones mejores del punto de vista tradicional de los
curadores, que la defensa de esa compra hecha por Dietrich von
Bothmer, quien dijo del vaso: “Quiero saber dónde fue hecho, por
quién y cuándo. Quiero saber si es genuino o falso. Su historia
intermedia no es de importancia para la arqueología. ¿Por que
la gente no puede verlo sencillamente como lo ven los arqueó
logos, como un objeto de arte?”27 Los arqueólogos inmediatamente
protestaron y afirmaron que Von Bothmer veía el vaso no como
2» Véase “Vasari”, 1972.
27 Véase David L. Shirey, “Vase’s Outline Stressed”, New York Times,
19 de febrero de 1973.
¿EL PASADO DE QUIÉN? 197
un arqueólogo, sino como curador de un museo; que de hecho,
la historia intermedia del vaso era de alguna importancia para
los investigadores. Un crítico recordó una mordaz observación del
famoso egiptólogo Flinders Peíne, que en alguna ocasión descri
bió a los museos como “osarios de testimonios asesinados”.*
* La controversia hizo que Felicia Lamport parodiara a Keats en el
New York Times Magazine, pocos meses después de que esa revista pu
blicara el vaso en su portada. Su “Oda a una urna griega” era hábil:
Thou Krater by the Hoving eye transfixed
And bought with numismatic revenues
Thou mayest prove a blessing not unmixed
The latest form of Irving versus Hughes.
What legendary provenance thou hast
That mak’st thy unearthed worth a million cool!
Went sold to hectored Hecht? If so, by whom?
A Lebanese collector or a ghoul?
Whence came’st thou to New York?, How has thou passed
These fifty years? In hatbox or in tomb?
Ó Attic Shape! that strik’st curator dumb
And Shatterest museum etiquette
So gravely that thou threaten’st to become
A pox von Bothmer houses at the Met:
Dost realize thous’t flung the golden ball
That causeth antiquarians to spar
About good faith and sum of quid pro quo?
What price such small details with objets d’art?
Money is truth, truth is money, that is all
The public knows and all it needs to know.
[Vos, crátera, traspasada por la mirada de Hoving
y comprada con ingresos numismáticos.
Vos podríais demostrar ser una bendición dudosa,
la última forma de Irving contra Hughes.
¿Qué legendaria procedencia tenéis
que hacía que valierais un millón aun enterrada?
¿Fuisteis vendida a Hecht? Si así fue ¿por quién?
¿Un coleccionista libanés o un trasgo?
¿Cuándo Uegásteis a Nueva York? ¿Cómo habéis pasado
estos cincuenta años? ¿En una caja de sombreros o en una tumba?
¡Oh, forma ática! que asombrasteis al curador
y rompisteis la etiqueta del museo
tan gravemente que amenazáis convertiros
en una peste que Von Bothmer alberga en el Met.
¿Os dais cuenta de que arrojásteis la manzana de oro
que hace combatir a los anticuarios
sobre la buena fe y la suma del quid pro quo?
198 ¿EL PASADO DE QUIÉN?
En justicia, debe añadirse que el punto de vista tradicional del
museo ha enriquecido nuestra sensibilidad colectiva, y que los mu
seos estadunidenses —cualesquiera que sean sus fallas— siguen
siendo una fuente de envidia y sorpresa entre los visitantes ex
tranjeros. Quienes presionan por la reforma no quieren repudiar
la tradición de los museos, sino añadir algo nuevo. Incluso los
que defienden el punto de vista ortodoxo sienten que la marea
está cambiando. Hubo casi una nota de despedida en una entre
vista que Thomas P. F. Hoving dio al Newsweek28 durante lo
que describió como el “alboroto” por la crátera de Eufronio.
Hoving afirmó:
Comencé como coleccionista y mis instintos siguen siendo los de un
coleccionista. Cuando veo algo que quiero, hago todo lo posible por
obtenerlo. He comprado 300 millones de objetos desde que estoy aquí,
y nunca me he equivocado. ¿Qué otro museo, qué otra ciudad del
mundo ha obtenido estas cosas? Estoy orgulloso de que hemos con
seguido los más grandiosos objetos del mundo, durante mi estadía
aquí. .. Soy de una cepa que no se dará de nuevo, no por la ge
nialidad, sino por los tratados y otras complicaciones. .. Creyeron
que yo era el principio de algo nuevo. Estaban equivocados. Soy el
último de algo muy antiguo.29
La gloria de “algo muy antiguo” es que adquirió mucho de
lo que estaba en poder de particulares para exhibirlo en público.
Pero la vergüenza de esa tradición es que su interés siempre se
concentraba en lo viejo, lo único y lo de precio elevado. En el
proceso no se hizo caso de muchas otras cosas como, en los Es
tados Unidos, los restos del pasado indio americano.
5. E l tr a c t o r d e s t r u c t o r
7. El p asado d e l a h u m anidad
Por supuesto, el mundo no se acabará si Venecia deja de ser la
Reina del Adriático, al igual que la humanidad sobrevivirá a
la ruina del Partenón o a la destrucción por los tractores de los
sitios indios americanos. Uno debe ser realista. En la contabilidad
de costos mundial^ el pasado es una partida pequeña; hace una
contribución insignificante al Producto Nacional Bruto; su con
servación difícilmente es una preocupación central del Estado
moderno. Pero uno puede afirmar públicamente que si los restos
del pasado desaparecieran, nuestras vidas serían más pobres en
formas que el estadígrafo nunca podría medir; viviríamos en un
mundo más gris y habríamos malgastado un recurso que enrique
ce nuestra existencia, ofrece una clave a nuestra naturaleza y, lo
que no es menos importante, actúa como un ancla de seguridad
psíquica a medida que nos aventuramos en un futuro amenazador.
¿Cuál sería la diferencia si las selvas, los saqueadores y el tractor
devastan sitios mayas antiguos? Uno podría igualmente pregun
tarse qué diferencia habría si la ballena, u otras especies ame
nazadas, desaparecen del planeta. La ballena ya no tiene im
portancia económica y —en ausencia de controles internacionales
efectivos— se la está sacrificando incansablemente, al igual que,
por falta de controles comparables, se están destruyendo los restos
del pasado. Siempre habrá fotografías de la ballena y unos cuantos
ejemplares disecados podrán verse en los museos de historia na
tural. Cuando el último arpón acabe con el último titán de los
mares, la vida continuará. Pero será otro tipo de vida, porque
habremos perdido la oportunidad de estudiar una criatura única
cuyos hábitos aún son oscuros, cuyas canciones ya podemos oír,
pero no entender, y cuya imagen se encuentra en toda nuestra
literatura y relatos populares.
Así como la ballena sugiere un límite extremo de desarrollo
zoológico, los testimonios de la arqueología dan fe de la variedad
de nuestro desarrollo cultural. El que los mayas clásicos pudieran
crear una civilización tan original, en un ambiente tan poco pro
picio, es algo que nos debe alegrar. En selvas hostiles para la
vida sedentaria, los mayas crearon templos cuya exuberancia ba
rroca semeja el follaje que los aprisiona desde entonces. Mucho
antes que los astronautas y los cosmonautas, los mayas pusieron
sus ojos en las estrellas y los planetas, determinando su curso con
exactitud. Aprendieron a escribir, y nos dejaron inscripciones que
210 ¿EL PASADO DE QUIÉN?
podrían decimos todavía cómo dominaron a la selva húmeda y
por qué observaron el cielo. Decir que este conocimiento sería
insignificante, es decir que no vale la pena estudiar la conduc
ta humana..
En marzo de 1972, tuve la suerte de visitar El Peten y ver en
persona cuatro notables sitios mayas: Tikal, Yaxhá, Aguateca y
Seibal. Mi guía era Amílcar Guzmán de la Cruz, el joven gua
temalteco que es el administrador del Parque Nacional de Tikal,
quien tiene un conocimiento impresionante de los rincones oscu
ros del húmedo Petén. Para llegar a Aguateca y Seibal, realiza
mos un viaje muy intenso, remontando las azules aguas del río
de la Pasión en una canoa hecha de un tronco ahuecado e im
pulsada por un motor. Innumerables pájaros revoloteaban sobre
el río; una especie que me encantó era conocida como “golon
drina”, un pequeño pájaro negro y blanco, que brillaba como una
joya en la luz cristalina. La selva que nos rodeaba aún no había
sido violada, era surrealista por su tamaño y variedad, y muy aden
tro de ella encontramos estelas bellamente esculpidas, sin ninguna
vigilancia, y vastos templos sometidos por la vegetación. Poco a
poco, sentí un creciente orgullo por el extraño genio de la espe
cie humana. Hay suficientes testimonios de nuestros calamitosos
fracasos; aquí se veían testimonios del éxito, de una habilidad
inspiradora para superar todo obstáculo. Éste es un punto que
con frecuencia, y fácilmente, se pierde en los áridos tratados sobre
arqueología, que dicen más de la forma de los cuencos que del
universo interno de la imaginación.
Si se le juzga con cualquier patrón razonable, El Petén, con
sus maravillas naturales y humanas, no pertenece sencillamente
a Guatemala. Tampoco pertenece al rico coleccionista o curador.
En cambio, es tanto nuestra propiedad común como los oceános
o el aire. A pesar de esto, su futuro es incierto. Entre el saquea
dor y el tractor, El Petén está siendo transformado inexorable y
desorganizadamente, y tanto la vida silvestre como su arqueología
están amenazadas. No es posible juzgar duramente a Guatemala, ya
que los mismos problemas se presentan en muchos otros países. Es
un fracaso colectivo, con raíces en conceptos arcaicos de sobera
nía y propiedad; al igual que la paz, el pasado es verdaderamente
indivisible. Si se le está destruyendo poco a poco, es debido a
nuestra incapacidad de considerar su conservación en una mayor
perspectiva. Antes de que ese punto de vista pueda cambiarse,
suficientes personas deben tener suficiente información para saber
que existe un problema. En 1972, se realizó una conferencia in-
¿EL PASADO DE QUIÉN? 211
ternacíonal en Estocolmo para debatir sobre el deterioro del am
biente, y aunque la reunión no produjo soluciones fáciles, al me
nos logró colocar un problema internacional en el centro del esce
nario internacional. Sin ser irrealistamente optimista, tengo la
esperanza de que una conferencia internacional similar, con re
presentantes de un nivel alto semejante, sea convocada para dis
cutir el uso y abuso del pasado humano; esto es, mientras aún
queda algo de ese pasado sobre lo cual discutir.
APÉNDICE A
1. Sitios saqueados en El Petén, Guatemala
1960 Restaurante Colombe D’Or, St. 20 pinturas de maestros moder Los ladrones fueron arrestados y se
Abril Paul de Vence, Francia nos valuadas en 1 949 000 francos recuperaron todas las pinturas, ex
(Miró, Picasso, Buffet, Bonnard, cepto una de arte abstracto.
Villon, Modigliani, Rouault, Lé-
ger, Braque)
1961 Oficina del Gran Chambelán, Pa- 6 pinturas Se las reconoció en Christie’s por
lacio St. James, Londres las marcas que tenían de la colec
ción real.
Julio Galería de Arte de Francia, Varias pinturas, entre ellas un Se las encontró en un camión es-
Cannes Vlaminck, con valor de 70 000 tacionado en Cannes.
francos
Museo de l’Annonciade, St. Tro- 57 pinturas impresionistas y mo- Se las encontró en un establo aban-
pez demas, valor 6-7 millones de fran- donado cerca de Fontainebleau, 16
eos meses después, luego de recibirse
una carta anónima.
Agosto Museo de Aix-en-Provenza 8 Cézannes; valor: 2 millones de El guardia dormía en el cuarto ve
dólares cino; se les encontró en un carro
abandonado.
Agosto Museo Arqueológico, Nalanda, Estatuas budistas de bronce La Interpol las incluyó en su lista
India referente a los objetos más buscados
en 1973.
3. Los principales robos de arte, 1911-1972 [continuación]
Fecha Lugar Obras robadas Comentario
Agosto Galería Nacional, Londr es Duque de Wellington de Goya, Fue hallada en la estación de Bir-
valuada en 140 000 libras mingham cuatro años después, tras
una carta anónima; el ladrón, un
conductor de camiones desempleado,
fue condenado.
Diciembre Pordenone, Nuomo Pintura de Pordenone, valuada Abandonada por los ladrones,
en 50 millones de liras
1962 Castelvetrano, Sicilia Efebo de Selinunte Recuperado por un agente especial
1963 italiano.
Mayo Residencia privada, Florencia 44 pinturas (antiguas e impre Pocas estaban fotografiadas.
sionistas), valuadas en 70 millo
nes de liras
Diciembre Calenzano, Italia, cerca de Fio- Fresco de aproximadamente 1400, De una iglesia no utilizada; los la
rencia por Paulo Schiaro drones cubrieron el fresco con goma;
aplicaron una tela a la superficie y
la desprendieron cuando se secó.
1964 Museo de Bellas Artes, Bruselas Cabeza de un negro de Rubens Recuperado después de una llamada
telefónica anónima.
Marzo Palacio Pitti, Florencia Pintura de Giorgio Morandi Reemplazada en el marco por una
copia. i
Mayo- Villa, Florencia Fresco, cabeza y hombros de una Se le había desprendido para ser
Agosto mujer por Ghirlandaio o Polla- restaurado y colocado en un marco.
iuolo, valuado en 50 millones de
liras
1964 Cerca de Roma Madonna, di Cossito, retablo del Se le vendió como si fuera otra obra
siglo xrn valuado en un millón en una. subasta suiza; se recuperó
de dólares en Nueva York cuando lo ofreció en
venta su propietario uruguayo.
1965 Biblioteca Ambrosiana, Milán Óleo de Brueghel sobre cobre; Robado por un joven seminarista.
página del Codex Atlanticus de El primero fue devuelto desde Nue
Leonardo va York, la segunda desde Suiza.
Junio Museo Bonnat, Bayona, Francia Retrato del cardenal de Lenon- Entre los más buscados por la In-
court de Lyon por Comeille de terpol. ,
Lyon
1966
Junio Museo Nacional, ciudad de Pa Gran colección de joyería pre Nunca se recuperó.
namá colombina, valuada en 75 000 dó-
.lares, sólo por su peso en oro
Diciembre Dulwich College-Gallery, Londres Pinturas por valor de-7 millones Se pidió un rescate de 250 000 dó
de dólares lares. El colegio se negó a pagar, y
las pinturas fueron recuperadas des
pués de recibir un aviso anónimo.
3. Los principales robos de arte3 1911-1972 [continuación]
Fecha Lugar Obras robadas Comentario
1967-1968
Diciembre Rumania-Hungría Un Magritte y un Alechinsky, con Desaparecieron en tránsito. Las pin
valor de 680 000 francos belgas turas estaban en préstamo del Mu
seo de Bellas Artes de Ostende, Bél
1968 gica.
Enero Museo de Tréves 12 pinturas de maestros antiguos Se encontraron huellas dactilares,
y una estatuilla pero nunca se resolvió el robo.
Abril París: El 6 de noviembre de 1968, 38 pinturas fueron confiscadas
en la Fundación Wildenstein por orden judicial y se les dejó allí
bajo vigilancia; el 8 de abril se descubrió que faltaba una; las cir
cunstancias que rodearon su desaparición no han sido determinadas.
La pintura era un paisaje por Renoir.
Agosto Apartamento privado, región de Colección de pinturas modernas, Se acusó del robo a una persona
Brujas inclusive pinturas de Ensor, Klee, de nacionalidad italiana.
Costeau, Cocteau, Magritte, Dufy,
Rouault, Picabia, Rubens, valua
das en 8 400 000 francos belgas
Septiembre Residencia privada, Londres 8 pinturas por Pissarro, Renoir El acceso fue mediante un andamio
Van Steenwyck utilizado para pintar la casa. Tam
bién robaron una antigua máquina
de escribir. Las pinturas fueron re
cuperadas en Inglaterra.
Noviembre Zurich Art Patrons Association Salvador Dalí, Mujer con cabeza Recuperado durante Ja inauguración
de rosas, valuado en 90 000 fran de una galería en París en 1971.
cos suizos
Noviembre Casa de Luis Mailhos, Montevi 12 pinturas de Utrillo, Gainesbo-
deo, Uruguay rough, Derain, Vlaminck, Léger,
Lebrun, Brueghel
Diciembre Museo de Arte Moderno, Kioto, “Marcelle” de Toulouse-Lautrec, Prestado por el Museo d’Albi, Fran
Japón asegurado en 500 000 francos cia. El marco fue recuperado en
Kioto. Entre la lista de más busca
dos por la Interpol.
Antes de Templo de aldea en Sivapuram, Estatua de bronce de Siva del El original fue reemplazado por una
1969 sur de la India siglo x, descubierta en 1952 falsificación antes de 1969. La es
tatua fue sacada de contrabando al
exterior y vendida en 1972, según
se dice, por un millón de dólares, a
Norton Simón,' coleccionista de Ca
lifornia.
1969
Enero Museo Singer, Larens, Holanda Pintura atribuida a Rubens, va Se la encontró en Brighton en mar
luada en 250 000 francos zo de 1969.
Departamento de sir Roland Peu- 25 pinturas modernas que valían Recuperadas en Londres en julio de
rose, en Londres 350 000 liras 1969.
3. Los principales robos de arte, 1911-1972 [continuación]
Lugar _________________________ Obras robadas Comentario
Julio Museo Dijon, Francia Cabeza de San Juan Bautista
por Van der Weyden; valuada en
100000-200000 francos
Julio Museo^ Arqueológico de Esmima, Un cuantioso grupo de joyería an- El guardia: del museo fue asesinado;
Turquía tigua de oro posteriormente se arrestó a los la
drones.
Julio Pesaro, Italia Madonna del jilguero atribuida a Robada durante la noche, encontra-
Perugino da cerca.
Agosto Residencia particular, París 27 pinturas de los siglos xvm a
xx, incluyendo a Delacroix, Char-
din, Pissarro, Monet, Dufy y Jong-
kind
Octubre Iglesia de San Lorenzo, Palermo, Navidad de Caravaggio Robado durante lanoche. No se ha
SlcUia recuperado.
1970
Mayo Hotel Gasteinerhof, Sálzburgo San Pablo de Ribera, valuado en Robado en las horas de la mañana.
400 000 chelines
Mayo Museo Malaspina, Pavía, Italia Tres pinturas italianas de los si Los ladrones penetraron durante a
glos xv-xvi, valuadas en 300 mi noche; el robo aún no se resuelve.
ñones de liras: Retrato de un
hombre de Antonello, Madonna
y niño de Bellini, y Sagrada Fa
milia de Correggio
Julio Museo de Chandigarh, Punjab, 102 raras, miniaturas indias an Se devolvieron anónimamente al cu
India tiguas rador en agosto de 1972.
Julio S. María del Popolo, Roma Madonna del siglo xm Recuperada un mes más tarde en
Holanda, después de sobornar a un
intermediario.
Julio Departamento en París- 17 pinturas del siglo xrx Se intentó obtener rescate. Las pin-
, turas fueron encontradas más tarde
en una estación no utilizada del Me
tro, después de un aviso anónimo.
Agosto Joyería en Phoenix, Arízona Joven mujer leyendo de Renoir,
valuada en 80 000 dólares
Octubre Museo de la Universidad de Ja- Escultura en jade de un sacerdote Se rumoró que estaba en una Colec
lapa, México de “Las Limas”, de 55 cm de ción privada; recuperada varios años
~ ' altura; pesa cerca de 15 kilos después.
Octubre Departamento particular, Palermo Escena en San Marcos de Guardi Entre la lista de objetos más busca
dos por la Interpol.
3. Los principales robos de arte, 1911-1972 [continuación]
Fecha Lugar Obras robadas Comentario
Octubre Departamento particular en la 9 pinturas modernas e impresio Recuperadas en un casillero de la
avenida Foch, París nistas, valuadas en 850 000 fran estación de Montpamasse, después
cos de que la compañía de seguros pagó
el rescate.
Noviembre Museo O’Hara, Okayama, Japón 5 pinturas modernas c impresio Violaron las cerraduras y entraron;
nistas no se ha resuelto.
Noviembre Iglesia de S. Dominico, Chiog- San Pablo de Carpaccio Se la encontró en Italia en marzo
gia (Venecia), Italia de 1971.
Diciembre Departamento privado, Milán La Virgen y el Niño de Tinlo- El Tintorctto fue recuperado; el Co
retto; Cristo cargando la Cruz, rreggio todavía está perdido.
de Correggio
Diciembre Museo Guggenheim, Nueva York Dos Picassos —una acuarela y Devueltos a las 48 horas por correo.
un dibujo— valuados en 110 000
dólares
Diciembre Departamento privado, Courtrai, 8 pinturas y varias figurillas afri Se recuperó la mayoría de los ob
Bélgica canas, esquimales y japonesas jetos pero ninguna de las pinturas.
Diciembre Museo Montepulciano, Italia Retrato de una dama de Rafael; El tríptico fue recuperado de una
Anciana atribuido a Caravaggio; pandilla en Roma cuando se le
tríptico sienés del siglo xiv; Sa arrojó por la ventana de un auto
grada Familia de Sodoma; Retra móvil al cual se perseguía. Las otras
to de Van Dvck pinturas están en la lista de objetos
más buscados por la Interpol. .
1971
Enero Vemet-les-Bains, Francia Varias pinturas por Courbet, In
gres y Lebrun
Marzo Museo Bonnat, Bayona, Francia Tres Rembrandts Dos se recuperaron en Hamburgo,
el tercero en Francfort. Los ladro
nes trataron de revenderlo al Estado
francés. Se les sentenció a seis me
ses y un año de prisión.
Marzo Palazzo Vecchio, Florencia La Virgen y el Niño de Masaccio, La sala había estado cerrada al
y Retrato de un caballero de público durante varios meses. Se les
Memling recuperó en julio de 1973 en Flo
rencia.
Marzo Museo Cerveteri, Italia Tríptico flamenco del siglo xv, Recuperado en Cerveteri después de
Adoración de los Magos un aviso anónimo.
Mayo Terraza del Museo de Arte Mo Escultura de Tiñe
derno, París
Mayo Comerciante de Arte, Oíd Mas- 11 pinturas de antiguos maestros, Todas fueron recuperadas, excepto
ters, S. A., Chiasso, Suiza inclusive un tríptico de Filippino una pintura de Pellegrini; el Lippi
Lippi en un banco de Lausana, y las de
más pinturas en Turín.
Mayo Roma Se decomisaron 29 pinturas du
rante un cateo por la policía
3. Los principales robos dé arte, 1911-1972 [continuación]
Fecha Lugar Obras robadas Comentario.
Junio Robado en los locales de una Fragonard, La Liseuse (Muchacha Recuperado en un casillero de la
compañía de transportes, París leyendo) ' estación de St. Lazare, París, en
noviembre de 1971.
Junio, Casa^ de^Denisc Rolin, KnokJce 5 pinturas y 2 estatuas valuadas Los marcos fueron abandonados en
Heist, Bélgica en 5 700 000 francos belgas el lugar. Las pinturas están en la
lista de objetos más buscados por
la Interpol.
Junio Museo del Prado, Madrid, Es- Pintura al óleo sobre cobre por Se exhibía en un corredor que con
paña Jan Van Kessel, considerada in- ducía a la cafetería del museo.
valuable
Junio Brescia, Italia Políptico de 7 tableros por Paolo Recuperado en octubre de 1972, en
Veneziano, La Virgen y el Niño Brescia.
con seis santos, valuado en 15
millones de liras
Julio» Apartamento de Robert Frenkel, 17 pinturas por Vlaminck, Van Recuperadas al ser aprehendidos 5
París Dongen, Renoir, Buffet, Pissarro, asaltantes de bancos en el aparta
Ghagall, valuadas en 140 000 dó mento de uno de ellos (él no era
lares el ladrón, porque estaba en prisión
cuando el arte fue robado).
Julio Munchenstein, SuizaPinturas valuadas en 1 120 000 Robadas de los locales de Dreispitz
francos suizos, de Gauguin, Chas- Transport Co,; se cree que una es-
seriau, Rubens, Paul Bril cultura de Gauguin confiscada en
París es parte del lote.
Julio Galería Le Nouvel Essor, París 69 grabados por maestros del si
glo X IX
Agosto Comerciante de arte, LondresCabeza de Devi en estilo Pallava Recuperada por Tailandia.
del siglo vra, ofrecida en venta,
reclamada por el gobierno tai
landés
Agosto Iglesia de SS. Giovanni e Paulo, Pinturas de Giovanni Bellini y Recuperadas localmente después de
Venecia tríptico de Vivarini pagar un rescate de 8 000 dólares;
se aprehendió a los ladrones.
Agosto Pieve di Cadove (cerca de Pa- Conversación sagrada de Tiziano Recuperado después de una dramá-
dua) tica persecución en carro en Paduá.
Los ladrones también robaron otras
13 pinturas y bebieron el vino de la
comunión.
Septiembre Iglesia aldeana cerca de Padua Pintura de Tintoretto Fue recuperada localmcnte- por la
Septiembre Departamento de Boris Christoff, iconos, y pinturas renacentistas y
Roma barrocas
3. Los principales robos de arte3 1911-1972 [continuación]
Fecha Lugar Obras robadas Comentario
Septiembie Museo de Bellas Artes, Bruselas Vermeer, La carta de Amor Cortada y sacada del marco. Se exi
gió un rescate de 20 millones de
francos para los refugiados bengalíes.
Recuperada en condición dañada.
Septiembre Iglesia St. Nicolás des Champs, Políptico italiano del siglo xiv, Una pintura de Le Sueur fue roba
París que consiste de 20 pequeñas pin da de la misma iglesia tres meses
turas sobre tableros de madera antes.
Septiembre Florencia Vasos áticos, corintios y etruscos Confiscados por la policía en .rna
bienal de comerciantes de antigüe
dades; productos de excavación ilí
cita.
Septiembre Abomey, Dahomey Tesoros de oro de los reyes de Se arrestó a un ciudadano francés
Dahomey en la frontera con Costa de Marfil;
se sospechó de él debido a su extra
ño comportamiento.
Septiembre Departamento privado, La Haya 7 pinturas valuadas en un millón El departamento estaba vacío por
de dólares, entre ellas un Rem- ser meses de vacaciones.
brandt, P. Potter, J. Steen
Septiembre Galería de Arte, Zagreb, Yugos- 7 pinturas, inclusive un Rem- Se las encontró en Yugoslavia en
lavia brandt y un Greco, un Pourbus, diciembre de 1971; so arrestó al cul
y 4- primitivos italianos pable.
Principios Templo del Sol, Katarmal, India Estatua de un fiel; se informó Comprada por un coleccionista de
de 1972 que fue robada en 1972 Nueva York; se encuentra ahora en
una colección privada.
Enero Iglesia de St. Gervais, París La decapitación de Juan el Bau Recuperada en condición dañada;
tista de Vignon recuperada 48 horas después de ma
nos de un intermediario.
Enero Iglesia de St. Martin, Colmar, Virgen con rosal de Schoengauer, Se forzó la entrada a la iglesia du
Francia valuada en un millón de dólares rante la noche;1se estaba instalando
un sistema de seguridad.
Enero Convento Capuchino, Cortona- Virgen toscana del siglo xni y
Arezzo, Italia Niño Dios valuados en 15 mi
llones de liras
Enero Museo Grobet y Labardie, Mar 8 pinturas por Delacroix, Ingres,
sella Fragonard, Géricault:
Enero Pintura que pertenecía a un co Asunción de la Virgen de Guido Desapareció durante el transporte,
leccionista privado de Milán, en Reni, valuada en 200 millones en una estación de ferrocarril.
Mestre (cerca de Venecia), de liras
Italia
Enero Estudio de Sergio Bonfantini, No 36 pinturas firmadas, valuadas
vara, Italia en 20 millones de liras
Enero Gemona del Friuli, cerca de Udi- Pintura de Cima da Conigliano Se forzó la entrada a la iglesia en
ne, Italia la noche.
3. Los principales robos de arte, 1911-1972 [continuación]
Fecha Lugar Obras robadas Comentario
Febrero Museo, Düsseldorf Tres pinturas del siglo xvii por En la lista de objetos más buscados
Rembrandt, Hals y Del Mazo, por la Interpol.
valuadas en 1 040 000 marcos ale
manes
Marzo Konstgalleriet, Estocolmo, Suecia Aguatintas y litografías por Joan
Miró y Wolfgang Schulze-Wols,
valuadas en 209 000 coronas
suecas
Marzo Museo del castillo de Berthoud, Cuatro retratos del siglo xvm En la lista de objetos más buscados
Berna por la Interpol.
Abril Departamento de M. Lespinasse, 31 pinturas por maestros moder Los bandidos entraron por la puerta
París nos (siglos xix y xx,• Dufy, Mar- de servicio y dominaron a los sir
quet, Bonnard, Boudin, Monet, vientes. Quince de las 31 pinturas
Renoir, Utrillo, Sisley, Van Don- fueron recuperadas de un comer
gen, Rouault, Vlaminck ciante de París en junio de 1973.
Mayo Biblioteca de la Academia Deer- 7 pinturas por Díaz, Gros, Pis- Marcadas con número de inven-
field, Mass. sarro y Copley, valuadas en 80 tario.
mil dólares
Mayo Museo de Arte de Worcestcr, 4 pinturas por Rembrandt, Gau- Dos ladrones armados irrumpieron
Mass. guin, Picasso, con valor de más en el museo e hirieron de un dis
de un millón de dólares paro al guardia; las pinturas fueron
recuperadas en junio y se arrestó a
los ladrones.
Septiembre Museo de Bellas Artes, Montreal, 18 pinturas al óleo (inclusive Intrusos enmascarados armados con
Canadá Rembrandt, Corot, Courbet) va escopetas de cañón recortado pe
luadas en dos millones de dó netraron por el tragaluz; los guar
lares, además de joyería antigua dias fueron atados y amordazados.
Septiembre Villa del artista Compigli, St. Pinturas de Compigli Recuperadas totalmente deterioradas
Tropez después del pago de un rescate de
18 millones de liras.
Octubre Caramoor, Katonah, Nueva York 12 obras valuadas en 500 000 dó Las obras se recuperaron en noviem
lares, inclusive un retrato de Cra- bre, después de negociaciones con
nach y bronces de Cellini los ladrones.
A P É N D IC E B
Belice Estatuto de Todas las anti Se requiere licencia Multa de 6 650 dóla El gobierno puede regis
Monumentos güedades son del gobierno para la res o encarcelamien trar cualquier local o
Antiguos propiedad del exportación o impor to por 12 meses-5 vehículo cuando sospe
Estado tación de antigüeda años che que contienen anti
des güedades ilícitas.
Bolivia Ley de Monu Todos los bie Todas las exportacio Aplicación del Códi La importación de bie
mentos, 1927; nes culturales nes están prohibidas, go Penal y multa. Es nes culturales está libre
decretos y re son propiedad inclusive las realiza ta última se duplica de impuestos; Bolivia ra
soluciones mi del Estado das por medios di o triplica si se repite tificó la Convención de
nisteriales, 1961 plomáticos el delito la u n e s c o en 1970.
v 1967
Brasil Ley de 1937, Todo bien cul La exportación de ob Multa de 1 000 a Las obras extranjeras
Protección de tural pertenece jetos producidos an 20000 cruzeiros (166- pueden ser importadas
bienes cultura en definitiva al tes de 1889 está pro 3 300 dólares) sin pagar impuestos.
les; Ley de Estado hibida
1965, control de
las exportacio
nes
Camboya Textos legislati Los monumen Se requiere un certi Se deciden en el juz Se está preparando uná
vos (1924) que tos que se re ficado de no clasifi gado; la venta no au nueva ley (1972); se ra
se refieren ori gistraron están cación para exportar torizada es nula, el tificó la Convención de
ginalmente a las protegidos; el objetos anteriores al primer vendedor es la u n e s c o de 1970.
colonias fran Estado puede siglo XIX el responsable
cesas expropiar otros
objetos
Canadá Leyes provincia Protección de Por lo común se pro Varía hasta una mul Se está preparando una
les entre 1953 objetos arqueo híbe sacarlos de la ta máxima de 500 ley nacional con respec
y 1964 lógicos y archi provincia dólares en la Colum- to al control de exporta
vos bia Británica, y seis ciones y el registro in
meses de prisión terno de objetos impor
tantes.
Colombia Leyes de 1959 Todos los bie Las exportaciones es No hay sanciones Se está elaborando una
y decretos de nes culturales tán prohibidas, ex nueva ley (1972).
1963 y 1967 están bajo la cepto para fines de
protección del exposición temporal
Estado
Cuadro de leyes nacionales protectoras del Patrimonio Cultural
[continuación]
País Fecha y tipo Alcance Exportaciones Sanciones Observaciones
de legislación permitidas
Costa Ley de 1938; Los monumen Se permiten las ex Multa de 50-1 000 co Los comerciantes del
Rica control d e l tos están nacio portaciones de un ti lones (máximo de obtener licencia.
comercio y ex nalizados; otros po representado en aproximadamente 125
portación de re objetos, excep las colecciones nacio dólares)
liquias arqueo to los de pro nales (con permiso)
lógicas piedad privada,
están registra
dos
China Disposiciones Toda la pro Se prohíbe la expor £1 castigo máximo Se está considerando una
constitucionales piedad cultural tación de bienes cul bajo el código penal nueva ley para poner al
y leyes aproba se clasifica se turales, excepto en día la legislación actual.
das entre 1928- gún tres clases préstamo durante un
1938 periodo que no pase
de dos años
República Disposiciones Todos los bie La exportación está Sin información No se han exportado ob
Popular provisionales, nes culturales prohibida; los bienes jetos importantes desde
de China 1950 culturales significati 1950.
vos que sean conside
rados una excepción
deben ser inspeccio
nados
Chipre Ley de Anti El Estado pro Se requiere permiso 50 libras, o 6 meses Las contiendas políticas
güedades, 1959 tege todas las de exportación: el de prisión, por ocul internas dificultan el
antigüedades de Estado puede ejercer tar antigüedades; 100 cumplimiento de la ley.
la destrucción embargo. Los comer libras o 1 año de pri
o la venta no ciantes deben obtener sión por la exporta
autorizada licencia; comerciantes ción ilícita
y coleccionistas man
tienen inventario
Ecuador Ley del Patri Todos los bie Sólo se permiten las Multa de 1 000-10 000 Los productos de las in
monio Artístico, nes culturales salidas temporales y sucres, (40-400. .dóla vestigaciones de campo
1945; Decreto están protegi el intercambio oficial res) ; confiscación de deben permanecer, en el
de Emergencia, dos y registra ,de objetos los objetos exporta país; un nuevo borrador
1971 dos por el Es dos por medio de con de ley permite la ins
tado ductos diplomáticos pección de valijas diplo
mática? y reglamenta el
comercio.
E l Salvador Ley para la Todos los bie Sólo pueden ’ expor 3 000 colones (1 200
Próteccióri de nes culturales tarse duplicados de dólares), multa máxi
Arqueología, pertenecen en objetos en las colec ma, o multa igual al
etc., 1903 definitiva al Es ciones nacidnaléSi valor de los objetos
tado
Cuadro de leyes nacionales protectoras del Patrimonio Cultural
[continuación]
País Fecha y tipo Alcance Exportaciones Sanciones Observaciones
de legislación permitidas
España Ley del Patri Los objetos de La exportación de an Multa de 3 veces el Están prohibidos todos
monio Artístico más de 200 tigüedades nacionales valor del objeto, o 4 los préstamos de objetos
Nacional, 1933; años están pro registradas está pro veces si está registrado en el Museo del Prado.
decretos de ex tegidos y regis hibida. En otros ca Objetos con valor supe
portación y co trados por el sos se requiere un rior al millón de pesetas
mercio, 1953, Estado permiso. Hay un im deben ser comprados en
1960, 1961 y puesto de exportación subasta pública para po
1969 der ser exportados.
Estados Ley pública, Sólo monumen La importación y ex Multa de 500 dólares El tratado México-Esta-
Unidos 1906, conserva tos y antigüe portación de antigüe por delitos en terre dos Unidos de 1970 per
ción de anti dades en terre dades está libre de nos del gobierno; de mite la devolución al
güedades esta nos públicos impuestos 2 000 dólares por fal país de origen de mate
dunidenses sificar productos in rial arqueológico expor
dios tado ilícitamente.
Filipinas Ley de protec Los bienes cul Los tesoros culturales Multa de 10 000 pe
ción de los bie turales de más inventariados no pue sos (1400 dólares) o
nes culturales, de 100 años es den ser exportados; prisión por hasta 2
1966 tán protegidos otros objetos pueden años
y son inventa- ser exportados con
riados por el permiso
Estado
Francia Ley de Monu Todos los ob Todas las obras ante Multa del doble del El Estado puede adqui
mentos, 1913, jetos de pro riores a 1900 deben valor de los objetos rir los bienes que se tra
modificada va piedad pública contar con una auto de que se trate, en tan de exportar en un
rias veces; Ley y los monu rización para ser ex carcelamiento de has plazo de 6 meses.
de Exportacio mentos eclesiás portadas. Los objetos ta 3 meses
nes, 1941 ticos clasificados podrían
no ser exportables
Grecia Ley de Anti Todos los bie Se requiere permiso Multa de hasta 25 000 Los coleccionistas y co
güedades, 1932 nes culturales de exportación. El dr. (830 dls.), encar merciantes deben estar
son de defini impuesto de exporta celamiento de 1 mes- registrados y mantener
tiva propiedad ción es el 50% del 2 años un inventario y catálogo.
del Estado, in valor del objeto. Las
cluyendo los ha antigüedades duplica
llados en el das que vende el Mu
seo Nacional pueden
ser exportadas con un
impuesto del 5%
Guatemala Decreto sobre Todos los bie No se permiten ex Multa por el valor Se considera un delito
Protección de nes culturales portaciones perma de los objetos o 4 la posesión no autoriza
Monumentos, están protegi nentes (excepto los años de prisión da de bienes culturales.
1947; modifica dos por el Es productos de trabajos
do en 1966 tado de campo)
Cuadro de leyes nacionales protectoras del Patrimonio Cultural
[continuación] .
País Fecha y tipo Alcance Exportaciones Sanciones Observaciones
de legislación permitidas
Honduras Ley de 1955; Todos los bie Se prohíbe la expor Se aplica el Código
disposición nes culturales tación de objetos cla Penal
constitucional, están protegi sificados, excepto la
1936 dos por el Es de objetos duplicados
tado y pueden que podrían ser cedi
ser expropiados dos a museos extran
jeros
India Leyes de Mo El Estado con Sólo el gobierno cen Encarcelamiento por Eventualmente el Esta
numentos y serva el derecho tral puede exportar 6 meses-3 años y mul do asumirá el control de
Ruinas de 1904, de proteger y antigüedades, o los or ta (no especificada). todas las antigüedades y
1958 y 1959; vigilar todos los ganismos autorizados de su comercio.
Ley de Anti monumentos y
güedades dé antigüedades
1972
Indonesia Estatuto de Bienes registra Se requiere permiso Multa de 500 rupias El contrabando de obje
Monumentos dos y no regis de exportación en el (cerca de 1.25 dóla tos anteriores a la era
de 1931 trados de más caso de bienes regis res) o encarcelamien islámica es un proble
de 50 años es trados o tentativa to por 3 meses ma considerable.
tán protegidos mente registrados, o
por el Estado de cualquier objeto
anterior a la era is
lámica
Irán Ley de 1930: Todas las an Los comerciantes de Multa de 20-200 tom- El Estado puede inspec
conservación de tigüedades son ben tener licencia y favis cionar el local del co
las antigüeda controladas por se requiere un per merciante, pero no su
des persas el Estado; en miso para la exporta residencia. Muchas tran
los terrenos in ción de antigüedades sacciones se realizan en
ventariados la la casa del comerciante..
excavación es
controlada por
él Estado
Iraq Ley de Anti Todas las , an Se requiere un per Multa dé 500 diña Las transacciones de an
güedades, 1936 tigüedades son miso para la expor res [1500 dólares] tigüedades no registradas
propiedad co tación de antigüeda (el doble para, co o de falsificaciones^ son
mún del Est'a- des; el Estado puede merciantes) ; 3 años un delito.
ejercer embargo o de prisión
derecho de primera
opción de compra
Israel Ley de 1929: Las antigüeda Se requiere, una li Multa de 1 000 libras El 95% de los permisos
estatuto de an des descubiertas cencia para la expor (cerca de 250 dóla de exportación es con
tigüedades en Israel deben tación de antigüeda res) o-encarcelamien cedido; ocasionalmente
ser ofrecidas al des y el pago de una to de hasta 6 meses - el Estado vende antigüe*-
Estado para su cuota del 10% ‘ dades duplicadas.
adquisición •
Cuadro de leyes nacionales protectoras del Patrimonio Cultural
[continuación]
País Fecha y tipo Alcance Exportaciones Sanciones Observaciones
de legislación permitidas
Italia Ley de 1939 Todos los bie- Sólo se pueden ex Multa de 1 000 a Los procedimientos ad
para la Protec- nes culturales portar los objetos si 100 000 liras (máxi ministrativos para otor
ción del Patri- de más de 50 el Estado ha rehusa mo de 200 dólares), gar licencias pueden ser
monio Artístico años de anti do su opción para ad además de la confis muy engorrosos.
güedad, inclu quirirlos (opción por cación de los objetos
yendo las co 2 meses)
lecciones
Japón Ley de protec Todos los bie Las salidas de teso Multa de h a s t a Los objetos que no de
ción de los bie nes culturales ros nacionales están 100 000 yenes (350 sea el gobierno pueden
nes culturales, están bajo la prohibidas, excepto dólares) o encarcela ser exportados libremen
1950 protección del temporalmente. Otros miento hasta por 5 te.
Estado; los te elementos pueden ser años
soros naciona exportados con per
les están inven miso
tariados
Jordania Ley de Antigüe Todas las anti Se requiere un per Multa de 100-300 di Los comerciantes sólo
dades, 1968 güedades, inclu miso para la expor nares (280-840 dóla pueden operar en los
so las no des tación de bienes cul res) o de 3 meses a locales señalados por la
cubiertas, son turales; los comer 3 años de prisión; licencia.
propiedad del ciantes deben tener multa de 50 dinares
Estado licencia por engañar a un
comprador
Líbano Reglamentos de Todas las an- Se requiere un per Multa de 50-500 li No se pueden importar
antigüedades, tigüedades an- miso para exportar; bras; a los informan antigüedades de Iraq,
1933 teriores a 1700 el exportador está su tes y aprehensores se Siria o Jordania sin per
d.c. son pro jeto al pago de un les concede entre el miso.
piedad del Es impuesto 25 y 50%
tado
Libia Ley de Antigüe Antigüedades de Se requiere un per Multa de 500 libras o Los comerciantes deben
dades, 1953 más de 100 miso para la exporta encarcelamiento has tener licencia y deberán
años y restos ción del cualquier an ta por un año llevar un registro.
biológicos ante tigüedad
riores a 600
d.c.
México Ley sobre Mo- Todos los bie- Está prohibida la ex- Las multas pueden Se exige oficialmente a
numentos y Zo nes culturales portación de objetos ser hasta de 50 000 los comerciantes que se
nas Arqueoló están protegi- precolombinos, salvo pesos (en 1972 eran registren los objetos ante
gicos, Artísticos dos y registra- temporalmente otros 4 000 dólares); penas el Estado; es difícil ob
e Históricos, dos en inventa- objetos pueden ser de 2 a 12 años de tener permisos de expor
1972 rio exportados con per- prisión tación;
Nigeria Estatuto de An- Objetos arqueo Se requiere un per Multa de 100 N o Casi siempre se omité la
tigüedades, lógicos y anti miso que debe ser prisión por hasta 6 cláusula de 3 meses.
1953; y regla güedades (in emitido 3 meses an meses
mentos de ex cluso artesanías tes de la exportación.
portación, 1957 anteriores al año El gobierno puede ne
1918) pertene gar el permiso
cen en definiti
va al Estado
Cuadro de leyes nacionales protectoras del Patrimonio Cultural
[continuación]
País Fecha y tipo Alcance Exportaciones Sanciones Observaciones
de legislación permitidas
Paquistán Ley de Antigüe A n tigüedades, Se conceden permisos Prisión por un año, La falsificación es un
dades. 1968 objetos y mo para intercambio de multa y confiscación delito; se requiere una
numentos ante duplicados, exposicio de los objetos licencia para copiar an
riores a 1857 nes temporales y ob tigüedades con fines co
están protegi jetos otorgados a los merciales.
dos e inventa- excavadores
riados
Panamá Ley de 1946, Los monumen Los duplicados de ob Multa de 500 bal La exploración y comer
que crea la Co tos históricos jetos en las coleccio boas (500 dólares) cio por individuos inex
misión Nacio pertenecen al nes nacionales pue pertos y por personas no
nal de Monu Estado den ser exportados autorizadas está prohibi
mentos con permiso da.
Perú Ley de 1929 Las antigüeda- La exportación de Multa de 1 000-10 000 Está prohibido el prés
/m nnnm />ntn«l •desdesnrpcnlnm
(monumentos); precolom material rlasifíraH
- m aterial clasificado
n soles (22.50-225 dóla tamo temporal de obje
Ley de 1958 binas están pro está prohibida, excep res) que recibe el De tos clasificados, y se re
(exportaciones) tegidas por el to temporalmente; se partamento de Mu quiere una Resolución
Estado y se las requiere permiso para seos. Puede darse una Suprema del gobierno.
registra en un otras exportaciones recompensa del 50%
inventario a quien delate opera
ciones ilícitas
RAU Ley de, protec Todos los ob Certificados de expor Multa de 50-200 li Se aprueba un número
ción de anti jetos no mue tación pueden emitir bras (75-300 dóla significativo de exporta
güedades, 1953 bles producidos se con 20 días de an res), prisión de 3 me ciones.
y 1965 antes del reino ticipación ses a 2 años
de Ismail
Siria Régimen de Los objetos de Las exportaciones y Multa de 25 a 10 000 Los comerciantes deben
Antigüedades, más de 200 las transferencias in libras (máximo 2 200 tener licencia.
1963 años son prote ternas deben ser apro dólares) o prisión de
gidos y regis badas. La venta de 1 mes a 3 años
trados por el antigüedades debe ser
Estado aprobada por el Es
tado
Suiza Ley Federal Re- Los •monumen- Las autoridades de Ninguna Debido a la ausencia de
lativa á la Con- tos y antigüe» los cántones pueden controles, Suiza es uno
servación de dades suizos es- exigir un permiso de de .los principales cen
Monumentos, tán protegidos exportación. No se re tros internacionales para
195.8 oficialmente en gulan las importacio la venta de.los principa
el sentido de nes o la reexportación les objetos de antigüe
qué él Estado de antigüedades im dades contrabandeadas.
otorga fondos portadas
para compra y
mantenimiento
Cuadro de leyes nacionales protectoras del Patrimonio Cultural
[conclusión]
Tailandia Ley de monu Todas las anti Los objetos que se Multa de 4 000 baht La intención de la nue
mentos anti güedades regis ofrezcan en venta a (200 dólares) por co va ley es la de proteger
guos, en 1961; tradas y los extranjeros deben ser mercio ilícito; 10 000 objetos encontrados ca
se prohibieron m o n u mentos aprobados previamen baht o 2 años de pri sualmente o por medio
las exportacio antiguos te sión por destrucción de investigaciones ilíci
nes y las trans de monumentos tas.
ferencias inter
nas, 1972
Túnez En realidad no
hay vigente una
ley. Se esta
ban consideran
do dos proyec
tos que estable
cían zonas his
tóricas protegi
das (1972)
Turquía Reglamentos de Todos Jos bie Las exportaciones es Aplicación del Códi Ciertos objetos podrían
Antigüedades, nes culturales tán prohibidas go Penal darse como premio a di
1907 descubiertos en rectores de expediciones
suelo turco o de trabajo de campo, y
en sus aguas te podrían ser exportados.
rritoriales son
propiedad del
Estado
URSS Ley de 1918 Monumentos, No se puede expor Encarcelamiento El Estado controla las
para la clasifi objetos de arte tar sin permiso del tiendas de antigüedades;
cación de bie y colecciones Depto. de Museos los objetos comprados en
nes culturales están naciona las tiendas se pueden ex
lizados portar.
Vietnam, Decreto sobre Todos los ob- No se puede expor- Multas de hasta 7 500 Las condiciones durante
República monumentos, jetos y monu- tar objetos clasifica- francos (1925) y pri la guerra imposibilita
de 1924; decreto mentos conoci- dos; para otros obje- sión por hasta 3 me- ron la protección de bie
sobre exporta- dos u ocultos tos se requiere peti nes culturales y de
ciones, 1959 miso objetos en las coleccio
nes privadas.
Yugoslavia Ley Fundamen Todos los mo Los monumentos cul Trabajos forzados
tal para la Pro numentos cul turales importantes no hasta por 5 años
tección de Mo turales son con se pueden exportar,
numentos, 1965 siderados pro los objetos artísticos
piedad pública sí, pero con permiso
APÉNDICE C
1. La D eclaración de P e n n sy l v a n ia . D e c isió n de los
CURADORES DEL MUSEO DE LA UNIVERSIDAD
de P e n n sy l v a n ia , lo. de abril d e 1970
2. E l In fo r m e de H arvard, adoptado
e n n oviem b re de 1971
El 29 de noviembre de 1971, el presidente y los miembros de la di
rectiva adoptaron como política oficial de la Universidad el Informe
del Comité sobre la Adquisición de Obras de Arte y Antigüedades.
El texto del Informe es el siguiente:
Las colecciones en los museos y bibliotecas de la Universidad de
Harvard han sido formadas y se las aumenta y conserva primordial-
menté para promover la enseñanza y la investigación. En años recientes
ha surgido un floreciente mercado negro internacional en las clases de
objetos que son de interés para nuestras colecciones y esto amenaza el
trabajo de la Universidad de varias maneras.' Por ejemplo, hay sitios
que han sido devastados por ladrones y vándalos, con daño irreparable
e incluso la pérdida total de objetos importantes, mientras que personas
implicadas en este tráfico pierden descuidadamente u ocultan delibe
radamente información sobre los orígenes precisos de los objetos, pri
vándolos con frecuencia de todo valor para el estudio científico.
En respuesta a esta situación muchos países han desarrollado una le
gislación diseñada para regular la colección y exportación de antigüe
dades, objetos de arte y especímenes naturales que se encuentran den
tro de sus fronteras. Pero sin la cooperación del consumidor final ■la
institución o el individuo coleccionista— tal legislación ha demostrado
ser con frecuencia inadecuada para controlar los abusos.
Cada vez más países intentan regular estos asuntos. La legislación
que resulta está lejos de ser uniforme y se ha hecho continuamente
más compleja. Pero sin importar lo complicada, mal estructurada o
impráctica que parezca tal legislación, una institución coleccionista res
ponsable debe respetarla. La violación, real o aparente, de la legislación
reguladora por una rama de la Universidad probablemente tenga efectos
adversos sobre los intereses legítimos de todas las demás ramas de la
Universidad que realizan actividades en el país de que se trate; es
difícil mejorar una mala reputación, una vez que se ha obtenido.
258 APÉNDICE C
Lo que se requiere es una posición firme, unida, tomada pu
mente, por los principales coleccionistas institucionales y priva os c
tra el comercio ilícito en estos materiales. Creemos que Harvar
un historial generalmente bueno en las políticas que han desarrol a o P ^
vada e independientemente sus varias agencias coleccionistas. Pero a
es muy deseable que nuestro código informal y privado sea forma
y se dé a conocer, y que Harvard se una a otras instituciones resp ^
sables y a coleccionistas privados en un esfuerzo por eliminar o ]p
lo menos disminuir el poder del mercado negro. Tales acciones ijervl
tanto al interés particular de varios sectores de la Universidad co
a los objetivos más generales de la enseñanza y la investigación.
La legislación reguladora difiere considerablemente de país a Pa ’
y en lo que respecta a las diferentes clases de objetos que se c0
nan, puede decirse que también son muy diferentes sus métodos
producción y de aparición en el mercado, los canales a través de
cuales se les procura normalmente, y la medida en que su origen
historia pueden ser documentados razonablemente. La certificación
es garantía; si lo que está en juego es considerable, los certifica
pueden ser comprados o imitados con mayor facilidad que la falsili
ción de arté. Por otra parte, objetos de áreas restringidas en la
lidad podrían haber sido exportados en el periodo anterior al esta ^
cimiento de las restricciones, o haber salido en forma legal, y podrían
estar legítimamente en el mercado. Como es difícil o imposible forfliu
lar criterios absolutos aplicables a todos los casos, debe dependerse efl
gran medida del conocimiento y experiencia del personal de curadores.
Creemos que corresponde a los curadores de las varias colecciones
dominar, en la medida de lo posible, estas complejidades en sus cam
pos de competencia individual. Se debe depender de los curadores pa*a
que juzguen esos asuntos en sus campos respectivos, y deben asumir ®
responsabilidad por las decisiones que toman. La integridad de la P0'
litica de colección de Harvard debe mantenerse firmemente. Las bases
de la decisión de un curador deben ser materia de conocimiento Pu‘
blico, el que se necesite realmente publicarlas dependerá de las circuns
tancias de cada caso individual. Cuando se trate de casos en
cunstancias dudosas poco familiares, los curadores deben poder recurrid
a la asesoría del Consejo General de la Universidad, que a SU ve*
podna solicitar ayuda a otros curadores y funcionarios de la Universidad
para llegar a una decisión. Si surge una diferencia de opinión entre
las ramas de la Universidad por un asunto de política de adquisiciones,
y si no puede llegarse a un acuerdo entre las partes interesadas, debería
estar disponible un mecanismo similar de consulta y apelación.
En gran medida, las reglas propuestas reflejan prácticas seguidas du
rante mucho tiempo por los organismos encargados de las colecciones
de la Universidad. Sin embargo, se observará que mayormente
reglas consideran el futuro. En vista de lo confuso de la legislación
APÉNDICE c , 59
2. I n f o r m e d e l C o m ité E s p e c ia l d e P o lític a
d e l a A s o c ia c ió n N o r t e a m e r ic a n a d e M u se o s
El Comité Especial de Política de la Asociación Norteamericana de Mu
seos ha estudiado cuidadosamente el borrador de la Convención de
ia u n e s c o Sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e
263
264 APÉNDICE D
Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propie
dad Ilícitas de Bienes Culturales.
Nos damos cuenta de la importancia de la conservación del patrimo
nio de cada país y reconocemos la necesidad de detener la destrucción
inexcusable de sitios arqueológicos por excavadores ilegales en busca
de antigüedades que se puedan, vender. También nos damos cuenta de
nuestras responsabilidades con nuestros museos, cuya función es colec
cionar, conservar, estudiar y exhibir obras de arte y antigüedades ori
ginales.
Por lo tanto, el 5 de octubre de 1970, este Comité dio su aproba
ción condicionada al borrador de la Convención de la u n e s c o , reser
vándose el derecho de someter a consideración modificaciones en un
momento posterior, antes de que sea ratificada por el gobierno de los
Estados Unidos.
Antecedentes
La propiedad cultural puede dividirse ampliamente en dos tipos.
primero es el material indigena producido en el país que afirma tener
el control. Éste, por supuesto, incluye sitios arqueológicos, obras etno
lógicas, objetos de arte y material de importancia histórica. El segundo
tipo está compuesto de material no indígena que circunstancialmente
Se encuentra en la actualidad en el país. Muchas pinturas y esculturas
están en países muy alejados de su lugar de origen. Por ejemplo, la Pie*
dra de. Rosetta y*los mármoles de Elgin están en Inglaterra, la Mona
Lisa en Francia y el altar de Pérgamo en Berlín. Esas propiedades
representan las fortunas de la guerra, el azar de la compra y el éxito
de una expedición. Aunque ahora se les considera patrimonio nacional,
no' son indígenas.
Estamos acostumbrados a considerar a los Estados Unidos como una
nación nca y a muchas de las otras naciones del mundo como “despro-
vjstas ‘ Pero en el campo de las propiedades culturales, debido a nuestra
tundacion comparativamente reciente, debemos ser considerados entre los
desprovistos desde un -punto de vista relativo, y a muchas de las
naciones financieramente pobres como países ricos culturalmente.
También está la consideración del material arqueológico, tanto desde
el punto de vista de los valores estéticos como de la documentación
científica. Las obras de arte indígenas son objetos de importancia na
cional y se les debe conservar in situ o en los museos locales. Sin
embargo, creemos que es muy importante para la comprensión inter
nacional que los recursos históricos y culturales de las naciones sean
conocidos más allá de las fronteras de los países qúe los han producido.
Esto es particularmente importante en los Estados Unidos, donde hay
geilCe que está orgullosá de su ascendencia.
Si sé quieren erradicar las excavaciones ilegales y el contrabando, es
obligatorio que las naciones ricas culturalmente establezcan métodos le
APÉNDICE D
gales de exportación controlada de material duplicado. Esto puede
hacerse mediante venta directa, intercambio o préstamos recíprocos a
largo plazo. Es necesario que esos arreglos se hagan simultáneamente
a la aplicación de medidas contra las exportaciones ilícitas. Sólo entonces
se detendrá ál vándalo y al contrabandista.
Con respecto a la exportación de objetos no indígenas, la mayoría
de los países tienen prohibidas las exhortaciones de todas las obras prin
cipales. Los objetos están incluidos en un registro nacional, sin importar
si se encuentran en una colección pública o en una privada. Si se va a
vender y exportar al exterior una pieza, debe ser aprobado por un
organismo gubernamental. En esta área los Estados Unidos son lasti
mosamente vulnerables. Cualquier pieza de propiedad cultural puede
ser vendida y exportada libremente del país. En consecuencia, en años
recientes hemos empezado a experimentar una fuga cultural, a medida
que nuestras obras de arte de las colecciones privadas son vendidas al
exterior en cantidades crecientes.
Si ahora se nos pide que cumplamos funciones de policía en la ex
portación desde países extranjeros de obras no indígenas de los mismos,
entonces debemos poner en vigor prohibiciones similares sobre la ex
portación de propiedades culturales de los Estados Unidos. También
debemos proteger nuestro patrimonio, pero éste es más que un caso de
quid pro quo. Necesitaremos propiedad cultural que pueda ser cam
biada con gobiernos extranjeros o depositada en un préstamo a largo
plazo a cambio de sus obras culturales. Deben hacerse arreglos para
que la venta de objetos a extranjeros sea revisada por una junta de
exportaciones de bienes culturales similar a las que están vigentes en
Japón e Inglaterra. La valuación declarada ,por una venta fijará el pre
cio al que cualquier institución de los Estados Unidos tendrá el de
recho de comprar primero. Si éste no es ejercido, se podrá exportar
la pieza.
Recomendaciones
Instamos a los miembros individuales e institucionales de ía a n m a
que se abstengan de comprar o aceptar donaciones de antigüedades
exportadas de su país de origen que contravengan los términos del borra
dor de la Convención de la u n e s c o . Esta,abstención se aplicará sólo
a las antigüedades de un país que haya adoptado una política previsora
para hacer disponible el material duplicado por medio de canales lega
les o haya establecido un procedimiento para conceder licencias de
exportación del material aprobado por una junta de revisión. Creemos
que esta política de combinar la abstención de adquisiciones dudosas
y el requisito de que el gobierno extranjero haga disponible material
duplicado, es el método más efectivo de alcanzar el objetivo de salva
guardar los sitios arqueológicos y conservar los tesoros de arte nacionales.
266 APÉNDICE D
Joseph Veach Noble (presidente), director, Museo de la Ciudad de
Nueva York.
Dr. Wílliam Bascom, director, Museo Robert H. Lowie de Antropor
logia, Universidad de California, Berkeley.
Charles C. Cunningham, director, Instituto de Arte de Chicago.
Dr. Frederick J. Dockstader, director, Museo del Indio Americano.
Dudley T. Easby, presidente, Departamento de Arte Primitivo, Museo
Metropolitano de Arte.
Dr. Gordon S. Ekholm, curador de arte mexicano (precolombino),
Museo Norteamericano de Historia Natural.
Dr. Sherman E. Lee, director, Museo de Arte de Cleveland.
Dr. Froelich Rainey, director, Museo de la Universidad, U niversidad
de Pennsylvania.
3. R e s o l u c ió n d e l a A s o c ia c ió n d e D ir e c t o r e s d e
M u s e o s d e A r t e s o b r e l a p o l ít ic a d e a d q u is ic io n e s ,
a d o pta d a e l 23 de enero de 1973
Se resuelve: Que la Asociación de Directores de Museos de Arte coope
re con los países extranjeros en sus esfuerzos por impedir el comercio
ilícito en obras de arte.
La Asociación de Directores de Museos de Arte considera que los
museos miembros pueden realizar mejor esa cooperación negándose a
adquirir, por compra, donación o herencia, objetos de arte importados
a los Estados Unidos o Canadá en violación de las leyes pertinentes
que rigen en los países de origen.
Los directores, curadores y organismos de gobierno de los museos
miembros deben, al decidir lo adecuado de adquirir una obra de arte
determinada, regirse y actuar de acuerdo con las disposiciones adop
tadas por los Estados que pongan en vigencia la Convención de 1®
u n e s c o sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e In*"
pedir la Importaciotij la Exportación y la Transferencia de P ro p ied a d
Ilícitas de Bienes Culturales, tal como la haya ratificado la autoridad
gubernamental pertinente.
En el caso de que la junta de gobierno de un museo miembro con
sidere necesario aumentar o aclarar adicionalmente la intención de esta
resolución y determinar los métodos de procedimiento para cumplir el
propósito de la misma, dicha junta debe promulgar un enunciado de
política de adquisiciones congruente con los estatutos y procedim ientos
operativos de sus instituciones.
Es recomendación de los miembros de esta asociación que todas las
naciones establezcan leyes de exportación efectivas y desarrollen con
troles adecuados sobre las exportaciones ilegales, de manera que sea po
sible detener el tráfico ilícito en sus fuentes. Donde sea posible, dentro
APÉNDICE D 267
de los límites de la ley nacional, debe fomentarse el comercio legítimo
y honorable de obras de arte.
Los Estados Unidos y wel Canadá están compuestos de gente de
muchos orígenes, gente que está orgullosa de su herencia étnica y
cultural. Es razonable que esta gente desee ver estas culturas repre
sentadas en sus instituciones locales. Por lo tanto, se espera que las
naciones liberarán para su adquisición, préstamo a largo plazo o in
tercambio, material duplicado de alta calidad artística para su exhibi
ción pública en beneficio de toda la gente.
(N o t a d e l a u t o r : Esta resolución fue elaborada por un Comité Especial
sobre la Ética de la Adquisición, encabezado por Charles C. Cunningham,
curador en jefe del Instituto de Arte Sterling y Francine Clark, Wiltiams-
town, anteriormente director del Instituto de Arte de Chicago; Sherman
E. Lee, director del Museo de Arte de Cleveland; Laurence Sickman, di
rector de la Galería Nelson, Kansas City; y Daniel Robbins, director del
Museo de Arte Fogg, Universidad de Harvard. La Asociación de Directo
res de Museos de Arte está compuesta por aproximadamente 90 directores
de los principales museos de arte de los Estados Unidos y se reúne dos
veces al año.)
APÉNDICE E
1. L e g is l a c ió n de lo s E stados U n id o s
(1906)
s o b r e a n t ig ü e d a d e s
2. T rata do d e C o o pe r a c ió n e n t r e l o s E sta d o s U n id o s d é
A m é r ic a y M é x ic o q u e d is p o n e la r e c u p e r a c ió n y
d e v o l u c ió n d e b ie n e s a r q u eo ló g ic o s , h is t ó r ic o s y
c u l t u r a l e s robad os ( e n vigo r a p a r t ir d e m a r z o DE 1971)
A r t íc u lo II
1. Las Partes se comprometen individual y, en su caso, conjuntamen
te a:
a) estimular el descubrimiento, excavación, preservación y estudio
de sitios y materiales arqueológicos por científicos y estudiosos califi
cados de ambos países;
b) impedir las excavaciones ilícitas de sitios arqueológicos y el robo
de bienes arqueológicos, históricos o culturales;
c) facilitar la circulación y exhibición en ambos países, de bienes
arqueológicos, históricos y culturales a fin de acrecentar el mutuo
entendimiento y apreciación de la herencia artística y cultural de
los dos países; y
d) de conformidad con las leyes y reglamentos que aseguran Ia
conservación de los bienes nacionales, arqueológicos, históricos y cul
turales, permitir un legítimo comercio internacional de objetos de arte.
^2. Representantes de los dos países, incluyendo científicos y estu
diosos calificados, se reunirán de tiempo en tiempo para estudiar asun
tos relacionados con la ejecución de estos compromisos.
A r t íc u lo III
1. Cada una de las Partes conviene, a petición de la otra Parte, en
. ^ wr ^ legales a su disposición para recuperar y devolver
aue h J s T l'T 0 T s arqueológicos, históricos y culturales robados,
Ula fech
lecha aen
n que
n saca. .tcrritori°
entre en vigor de la Parte requirente después de
este Tratado.
ara u eo N M c^ w í* ^ la, recuPeradón y devolución de los bienes
de la t vias dinlornttiC0S yT CUi tUraleS tornados, serán hechas a tr a v é s
la rWi m *' C3S e requirente proporcionará, a su costa»
la documentación y otras pruebas necesarias para establecer su recla
mación de los bienes arqueológicos, históricos o culturales de que se trate.
^ ?-»* a I 16 íeqy,endf no P ^ era de otra manera efectuar la re
cuperación y devolución de un bien arqueológico, histórico o cultural
robado, localizado en su territorio, las autoridades correspondientes de
la Parte requerida promoverán un procedimiento judicial con ese í>n-
Para este objeto, el Procurador General de los Estados Unidos de Amé
rica está autorizado para iniciar una acción civil en la correspondiente
Corte de Distrito de los Estados Unidos de América y el Procurador
General de los Estados Unidos Mexicanos está autorizado para pr0‘
mover un procedimiento judicial en el correspondiente Juzgado de Dis
trito de los Estados Unidos Mexicanos. Nada en este Tratado será
APÉNDICE E. 271
considerado en el sentido de que modifica la ley interna de'las Partes,
aplicable, de otro modo, a dichos procedimientos.
Artículo IV
Tan pronto como la Parte requerida obtenga la autorización legal ne
cesaria para hacerlo, devolverá el bien arqueológico, histórico o cultural
solicitado a las personas designadas por la Parte requirente. Todos los
gastos inherentes a la devolución y entrega de un bien arqueológico,
histórico o cultural serán sufragados por la Parte requirente. Ninguna
persona o Parte tendrá derecho alguno para reclamar indemnización de
la Parte que devuelve el bien, por daños o perjuicios causados a dicho
bien arqueológico, histórico o cultural en relación con el cumplimiento
por la Parte que lo devuelve de sus obligaciones conforme a este Tra
tado.
Artículo V
A pesar de cualesquier requisitos legales incompatibles con este Trata
do, relativos a la disposición de mercancía, asegurada por violación a
las leyes de la Parte requerida referentes a la importación de mercan
cía, los bienes arqueológicos, históricos o culturales robados, obj’eto de
este Tratado, que hayan sido asegurados, o asegurados y decomisados
por la Parte requerida, serán devueltos a la Parte requirente de con
formidad con las disposiciones de este Tratado. Las Partes no impon
drán a los bienes arqueológicos, históricos o culturales, devueltos de
acuerdo con este Tratado, cargos o multas algunos que resulten de la
aplicación de sus leyes relativas a la importación de mercancía.
P ropósito
El propósito de H. R. 9463, tal como se informa, es el de prohibir- Ia
importación a los Estados Unidos de una escultura arquitectónica^ o
monumental y de murales precolombinos si se les exporta en violación
a las leyes del país de origen, y el de disponer que cualquiera de esas
esculturas o murales importados ilegalmente a los Estados Unidos sea
embargado, decomisado y posteriormente retomado al país de origen a
solicitud de dicho país, o bien se disponga de él de cualquier otra
manera conforme a la ley.
Presentación general
H*-R* 9463 fue propuesta por el Departamento dé Estado para ayudar
a os p ses de América Latina que están sufriendo un grave saqueo
rnmlfi05 arí*“eol6Sicos de Ia era precolombina. Se informa a vuestro
i ,^ue os centros ceremoniales y complejos arquitectónicos de
m u tíH r* Cm “ ci°nes de América Latina están siendo saqueados V
«dn ¡n« , ? . ,satisfa“ r las demandas de un floreciente mer-
* °bjCt0S dC arte precolombinos. Con frecu
“ d' “ os centros y complejos son rotos
los saqueadores^ oue í* 0tras formas Para conveniencia de
el fin de venderte a ragmentos desde el país de origen con
A p « a r T t o s e “ Piones culturales.
América Latina por controlé ? may°ria de los países afectados de Ia
culturalmente, el gran número ^ • de 6St0S obÍetos significativos
muy remotas, y los elevad™ * Sltl0S5 frecuentemente en localidade
cado internacional operan ronh601^ Pagad°S P°r estos Ajetes en el «»*-
recursos adecuados disponibles en efectivos* Además» 110 hf 0
y la exportación de estos obietos para imPedir el saqS .
tinas, que son a^ eolóSÍcas ^
ya.0,- científico dejos objetos
unque estos problemas no son exclusivos de la América Latina, se
urgencia.a VUeStr° q"C '* SÍ‘UadÓn en «» es de particular
nof^D orlUd n rSiPeCtia a Ios, Estados Unidos, varios tesoros precolombi-
folíetos ! lIegaImente han apareddo en este país. Además, en los
provienen dJ 0-f^° CS raf° ver anunc^os de la venta de objetos que
sitios mayas precolombinos registrados. Si bien en los
APÉNDICE E 273
tribunales de los Estados Unidos se cuenta con medidas legales para
devolver esos objetos, en. ocasiones esos procedimientos pueden ser muy
caros y requerir de mucho tiempo, y no proporcionan un instrumento
importante que desaliente el saqueó de sirios precolombinos que está
ocurriendo en la actualidad, Varios países latinoamericanos han solici
tado la cooperación de los Estados Unidos para detener este pillaje por
medio del establecimiento de controles sobre la importación de tales
objetos no exportados legalmente de esos países.
Un grupo de estudio del Traslado Internacional de; Tesoros dé Arte
Nacionales, creado por la American Society.of International Law, há
sugerido al secretario de Estado que se elabore, una legislación que
prohíba la importación futura a los Estados Unidps de escultura mo
numental y arquitectónica, así como murales exportados sin la autori
zación del país exportador. La legislación que fue presentada posterior
mente como H. R. 9463, es apoyada por el grupo de representantes dé
las principales instituciones coleccionistas y por los comerciantes de arte
de este país, así como por científicos interesados en él problema y por
abogados. El American Institute of Archaeology también ha recomen
dado la puesta en vigor de H. R. 9463.
Vuestro comité cree que el tipo de limitaciones establecidas en H. R.
9463 sobre las importaciones, tal como se presentan, serían un medio
efectivo de ayudar a los países interesados a conservar su herencia cul
tural. Además, tales limitaciones facilitarían el trabajo de los arqueólo
gos estadunidenses y extranjeros.
Von Bothm er: Bueno, es más que eso, formalmente es más impor
tante que un despostillamiento. Resulta que es una reparación antigua.
M cG e e : ¿Una reparación?
V on Bo th m er : S í . En el vaso
se desarrolló una fisura. No lo atra
vesó y lo tenían en tanta estima que decidieron unir los bordes de la
con ma grapa de bronce.
W alters : M ientras podam os hacerlo, Frank.
Gee: Ahora, una breve interrupción.
[Comerciales]
M cG ee: Estamos hablando de este vaso griego Thomas Howng
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W letnch von Bothmer, y usted nos estaba doctor Von
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V 0N B o th m er : S í, y fue reparada de inmediato
qUeX ada í®, tal m ° d° qUC n° SC afeCtari Í Írríba del hombro
“na acanaladura pudo ser rellenado con cera u oteo material en la
Hovrno: Esto significa por supucsto que en su^d^ traoí^nariammte
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H oving : Tenemos todo un grupo de p trajeron; son
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. W cG ee: Se m e dice que a menudo las pm tur^ d ^ f e m p o r t* * .
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. V on B o thm er : N o secundaria, sino simplemente menos
'Spués de todo el d ra m a ... r , , t distingue el frente
M oG e e : ¿M e permite interrumpirlo? ¿Cómo se *
e ja parte de atrás? fisuras lo determinaría por
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** ornamento. En el frente, éste es una d 0 ° compleja ha cedido
^ 81 lo giramos veremos que esta cadena diferencia or-
¡Jí lugar a una sola hilera de palmas; así, ésta
^aria entre el frente y la parte de atr s. atrás.
^gGee: La menos compleja * * * ? * £ lallaman la más concisa.
V on B o thm er : S í, la menos elabo >Y
296 APÉNDICE G
Von B othmer : Bueno, tuvimos un poco de ayuda, porque resulta
que firmó sii nombre.
M cG ee : Eso ayuda, ¿no es así?
V on B othmer : Ayuda. Pero incluso si no hubiera firmado su nom
bre habría sido relativamente fácil atribuir el vaso a Eufronio. Habría
sido más difícil atribuirlo a Euxitheos. Ésa seria una cuestión más
problemática.
.Walters : He oído, pero ¿podría haberme perdido de algo? ¿Lo ob
tuvo de una persona que es griega y se encuentra en Grecia? ¿Me
pregunto por qué lo dejarían salir del país?
Hovmo: Bueno, dos cosas son importantes. Primero, en esa época
—Dietrich, estoy seguro de que estás de acuerdo con esto—, en el siglo
vx a.c. y en el siglo v a.c., los grandes alfareros de Grecia vivían en
Grecia, pero exportaban. Se encuentran piezas de gran alfarería griega
desde Inglaterra hasta Trípoli. Así, era una gran actividad la que hacía
que estas cosas se trasladaran tanto.
En segundo lugar, se la compramos a alguien que estaba en Suiza y
que servía de agente para otra.’ persona que radicaba en otro país, cuya
familia lo tenía desde aproximadamente la primera Guerra M undial, y
eso se remonta bastante en el tiempo.
W alters : Si yo llegara al museo y alguien, usted, m e quisiera decir
o darme una breve lección acerca de lo que, sea lo que sea, hace a
esto tan soberbio y de lo que debo saber para apreciarlo ¿qué debo ver?
V on B othm er: Bueno, para empezar, la forma. La crátera cálice es
quizás una de las formas de vasos más elegantes que existen. Tiene
una larga historia., Fue copiada posteriormente en tiem pos romanos y
existe aún hoy en día, en la forma de los floreros y otras urnas.
W alters : U n jarro de barro.
V on B othmer : No, no es un jarro. Un jarro siempre es un contene
dor. Resulta que éste era un cuenco para mezclar vino y agua. Ahora
bien, después de que usted ha apreciado la forma, recomendaría que
localizara el soberbio dibujo, porque en él tiene usted una línea
que debía ser correcta en el momento en que el vidriado tocaba Ia
superficie. No había oportunidad de corregir nada, ninguna forma de
usar un borrador o una esponja. Tenía que ser hecho en una sola
pasada del pincel.
W alters : ¿Son éstos los colores originales?
V on B othmer : N o se han decolorado. Recuerde otra cosa: en d
momento en que el vaso fue pintado no tenía el cálido color del barro
cocido. Era gris. El barro es gris hasta que se le cuece y el vidriado
que se le aplicaba también era gris. Así, casi era como hacer un diseño
en tinta invisible, y sólo se obtienen los resultados después del co
cimiento.
M cG ee : Eso claramente es muy difícil.
V on B othmer : S í .
M cG ee : ¿Veo un pequeño despostillamiento?
APÉNDICE G 297
V on Bothm er : Bueno, es más que eso, formalmente es más impor
tante que un despostillamiento. Resulta que es una reparación antigua.
M cGee : ¿Una reparación?
V on Bothm er : Sí. En el vaso se desarrolló una fisura. No lo atra
vesó y lo tenían en tanta estima que decidieron unir los bordes de la
fisura con una grapa de bronce.
W alters : Mientras podamos hacerlo, Frank.
M cGee : Ahora, una breve interrupción.
[Comerciales]
M cGee : Estamos hablando de este vaso griego con Thomas Hoving
y Dietrich von Bothmer, y usted, nos estaba explicando, doctor Von
Bothmer, que en cierto momento apareció en el vaso una fisura.
V on Bothm er : Sí, y fue reparada de inmediato. Significativamente,
fue reparada de tal modo que no se afectara el dibujo. Puede observar
que sólo en el borde negro y en la zona negra, arriba del hombro de
este atleta, se tiene prueba de la grapa de bronce, y lo que ahora es
una acanaladura pudo ser rellenado con cera u otro material en la
Antigüedad.
H oving : Esto significa por supuesto que en su día, quizás 100 años
después de que fue hecha, era considerada tan extraordinariamente
preciosa y bella, su dibujo tan perfecto, que fue reparada cuidado
samente.
W alters : No sé cómo la trajo al estudio. ¿Estaba envuelta en
muchos materiales protectores, o la bajaron entre los dos?
H oving : Tenemos todo un grupo de especialistas que están justo
afuera del escenario viéndonos intensamente. Ellos la trajeron; son
expertos en esto y tienen varios años de entrenamiento, por lo que
.saben exactamente cómo hacerlo. Le puedo asegurar que no nos gusta
hacerlo con frecuencia. No lo hacemos todas las mañanas.
M cGee : Se me dice que a menudo las pinturas de la parte de atrás
de un vaso, si es que hay algo que pueda llamarse así, son de importan
cia secundaria. ¿Es cierto en este caso?
V on Bothmer : N o secundaria, sino simplemente menos dramática.
Después de todo el drama
M cGee : ¿Me permite interrumpirlo? ¿Cómo se. distingue el frente
de la parte de atrás?
V on Bothmer : Supongamos que no hay figuras, lo determinaría por
el ornamento. En el frente, éste es una doble hilera de palmas y lotos
y si lo giramos veremos que esta cadena bastante compleja ha cedido
su lugar a una sola hilera de palmas; así, ésta sería la diferencia or
dinaria entre el frente y la parte de atrás.
M cGee: La menos compleja sería la parte de atrás.
Von Bothmer : Sí, la menos elaborada, y la llaman la más concisa.
298 APÉNDICE G
W alters : Por cierto, ¿cómo se llama esto? ¿Cómo se dice? Se pro
nuncia “váz” o “»áz”?
V on Bothmer : Bueno, en Inglaterra he dicho “vaz”, pero aquí lo
pronuncio “váz”.*
M cGee: Bueno, estaba usted explicando acerca de las figuras, los
dibujos en la parte de atrás de éste.
V on Bothmer : El dibujo que usted ve del ornamento le dará un
indicio y también el observar el tema y la diferencia en la composi
ción. Aquí tiene usted el apogeo del arte compositivo del periodo
arcaico tardío. El tema más conmovedor: el traslado del cuerpo de
Sarpedón mientras los dos gemelos duermen su sueño eterno, flanquea
dos por dos troyanos con Hermes de pie atrás. Una pintura verdade
ramente memorable.
W alters: Señor Hoving, ¿le puedo hacer una pregunta? Una de las
cosas que Frank preguntó a Von Bothmer, ¿cómo lo sabe?, y usted
dijo: porque lo sé. La clase de confianza y autocracia por la que se
le ha conocido en su carrera. Hay gente que cree que un director de
museo debe comunicarse más con el público, que el público debe par
ticipar más. Durante su carrera usted ha tendido más a decir: ésta es
la forma en que creo que debe ser y ustedes deben confiar en mí»
muchachos.
H oving: Bueno, soy esquizofrénico. Creo que probablemente usted
obtendría eso de la mayor parte de la gente. Por una parte, soy parti
dario de que el arte sea para la gente y de que ésta entienda más
de arte.
W alters : También se le ha criticado por eso.
H oving : Por otra parte, como estoy en esta actividad desde 1959 y
soy un experto en obtener el apoyo de expertos extraordinarios como
Dietrich, creemos que parte de ella es similar a una operación de ciru
gía, en que sólo el cirujano puede intervenir.
W alters: ¿Se molestan las personas cuando donan al museo pintu
ras caras y luego ustedes las venden?
H oving: En absoluto, porque nos dan permiso de hacerlo así.
W alters: ¿De veras?
H oving: Sí. Con frecuencia cuando nos lo dan dicen, por cierto, qi,c
si queremos deshacemos de esto y obtener algo mejor, lo hagamos asi»
y ponemos su nombre en el nuevo objeto, y en este bello objeto l°s
nombres de tres donadores de tiempos pasados que estaban en cosas
que el público no veía, ahora están en esta pieza incomparable.
McGee : ¿Influyó alguna consideración fiscal en la persona a la que
le compró esto?
1. C o n v e n c ió n p a r a l a P r o t e c c ió n d e l P a t r im o n io
M u n d ia l » C u l t u r a l y N a t u r a l (1972)
La Conferencia General de la Organización de las Naciones U n idas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en su 17a. reunión celebrada
en París del 17 de octubre al 21 de noviembre de 1972,
Constatando que el patrimonio cultural y el patrimonio natural están
cada vez más amenazados de destrucción, no sólo por causas tradicio
nales de deterioro sino también por la evolución de la vida social y
económica que los agrava con fenómenos de alteración o de destruc
ción aún más temibles,
Considerando que el deterioro o la desaparición de un bien del pa-
trimonio cultural y natural constituye un empobrecimiento nefasto del
patrimonio de todos los pueblos del mundo,
Considerando que la protección de ese patrimonio a escala nacional
es en muchos casos incompleta, dada la magnitud de los medios que
requiere y la insuficiencia de los recursos económicos, científicos y
nicos del país en cuyo territorio se encuentra el bien que ha de ser
protegido,
Teniendo presente que la Constitución de la unesco estipula que la
Organización ayudará a la conservación, al progreso y a la difusión del
saber, velando por la conservación y la protección del patrimonio uni
versal, y recomendando a los interesados las convenciones internacio
nales que sean necesarias para ese objeto,
Considerando que las convenciones, recomendaciones y resoluciones
internacionales existentes en favor de los bienes culturales y naturales,
demuestran la importancia que tiene para todos los pueblos del mundo
la conservación de esos bienes únicos e irreemplazables de cu alq u iera
que sea el país a que pertenezcan,
Considerando que ciertos bienes del patrimonio cultural y natural pre
sentan un interés excepcional que exige se conserven como elementos
del patrimonio mundial de la humanidad entera,
Considerando que ante la amplitud y la gravedad de los nuevos peU“
gros que los amenazan, incumbe a la colectividad internacional entera
participar en la protección del patrimonio cultural y natural de valor
universal excepcional prestando una asistencia colectiva que sin rem
plazar la acción del Estado interesado la complete eficazmente,
Considerando que es indispensable adoptar para ello nuevas disposi
ciones convencionales que establezcan un sistema eficaz de protecci n
300
APÉNDICE H 301
colectiva del patrimonio cultural y natural de valor excepcional organi
zada de una manera permanente, y según métodos científicos y mo
dernos,
Habiendo decidido, en su decimosexta reunión, que esta cuestión sería
objeto de una convención internacional,
Aprueba en este día dieciséis de noviembre de 1972, la presente con
vención:
I. Definiciones del Patrimonio Cultural y Natural
Artículo lo. A los efectos de la presente convención se considerará
“patrimonio cultural”:
a) los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintu
ra monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, ins
cripciones, cavernas y grupos de' elementos, que tengan un valor uni
versal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o
de la ciencia;
b) los conjuntos: grupos.de construcciones, aisladas o reunidas, cuya
arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor uni
versal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte, o
de la ciencia;
c) los lugares: obras dél hombre u obras conjuntas del hombre y la
naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que
tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico,
estético, etnológico o antropológica.
' Articulo 2o. A los efectos de la presente convención se considerará
“patrimonio natural”:
a) los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y
biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor uni
versal excepcional desde el punto de vista estético o científico;
b) las formaciones geológicas y fisiográficas y las, zonas estrictamen
te delimitadas que constituyan el hábitat de especies animales y vege
tales amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el
punto de vista estético o científico;
c) los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimi
tadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista
de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural.
Articulo 3o. Incumbirá a cada Estado Parte en la presente conven
ción identificar y delimitar los diversos bienes situados en su territorio
y mencionados en los artículos 1 y 2.
302 APÉNDICE H
2. L e y F e d e r a l s o b r e M o n u m e n t o s y Z o n a s
A r q u e o l ó g ic o s , A r t ís t ic o s e H is t ó r ic o s
Capitulo V. De la Competencia
Artículo 44. El Instituto Nacional de Antropología e Historia es
competente en materia de monumentos y zonas de monumentos arqueo
lógicos e históricos.
Artículo 45. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura es
competente en materia de monumentos y zonas de monumentos ar
tísticos.
Artículo 46. En caso de duda sobre la competencia de los institutos
para conocer un asunto determinado, el secretario de Educación Pú
blica resolverá a cuál corresponde el despacho del mismo.
Para los efectos de competencia, el carácter arqueológico de un,bien
tiene prioridad sobre el carácter artístico.
Transitorios
Artículo Primero. Esta ley entrará en vigor a los treinta días de su
publicación en el Diario Oficial de la federación.
APÉNDICE H 323
Articulo Segundo. Se abroga la Ley Federal del Patrimonio Cultu
ral de la Nación de 23 de diciembre de 1968, publicada en el Diario
Oficial de la Federación del 16 de diciembre de 1970 y se derogan
todas las disposiciones que se opongan a la presente ley.
Articulo Tercero. Las declaraciones de monumentos que hayan sido
expedidas al amparo de leyes anteriores, así como sus inscripciones,
subsisten en sus términos.
Articulo Cuarto. Se respetan los derechos adquiridos conforme a las
leyes anteriores, debiendo los titulares cumplir con las obligaciones que
las mismas les imponen.
México, D. F., a 28 de abril de 1972.—Renato Vega Alvarado, D.P.
—Vicente Fuentes Díaz, S.P.—Raymundo Flores Bemal, D.S.—Vicente
Juárez Carro, S.S.—Rúbricas.
En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción I del Artículo 89 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y para su
debida publicación y observancia, expido el presente decreto en la resi
dencia del Poder Ejecutivo Federal, en la ciudad de México, Distrito
Federal, a los veintiocho días del mes de abril de mil novecientos
setenta y dos.—Luis Echeverría Álvarez.—Rúbrica.—El secretario de
Educación Pública, Víctor Bravo Ahúja.—Rúbrica.—El secretario del
Patrimonio Nacional, Horacio Flores de la Peña.—Rúbrica.—El secre
tario de Gobernación, Mario Moya Palencia.—Rúbrica.—El secretario
de Hacienda y Crédito Público, Hugo B. Margáin.—Rúbrica.—El secre
tario de Relaciones Exteriores, Emilio O. Rabasa.—Rúbrica.—El jefe
del Departamento del Distrito Federal, Octavio Sentíes Gómez.—Rú
brica.
(Publicado en el Diario Oficial del 6 de mayo de 1972.)
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328 BIBLIOGRAFIA
Introducción.......................................................................................
I. Después de Cortés...........................................................21 .
1. Las ganancias del a r t e .........................................21
Se busca cerámica mimbres................................... 28
2. La máscara m ay a.................................................... 30
3. El templo a la d o ......................................................37
4. Los glifos que desaparecen....................................44
5. El cuarto códice......................................................48
6 . Una cuestión de jurisprudencia.............................55
Apéndice C 256
1. La Declaración de Pennsylvania. Decisión de los
curadores del Museo de la Universidad de Pennsyl 256
vania, lo. de abril de 1970 ................................. •
2. El Informe de Harvard, adoptado en noviembre
de 1 9 7 1 .............................................................................. 257
3. Declaración del Museo Field de Historia Natural,
adoptada en julio de 1972 ................................. 260
4. La política del Museo de Brooklyn, adoptada en
diciembre de 1972 261
Apéndice D . . . 263
1.Resolución adoptada por el Consejo del Instituto 263
Arqueológico de América, 27 de diciembre de 1970
2. Informe del Comité Especial de Política de la Aso
ciación Norteamericana de Museos . 263
Antecedentes, 264; Recomendaciones, 265
Resolución de la Asociación de Directores de M u
seos de Arte sobre la política de adquisiciones, 266
adoptada el 23 de enero de 1973 . . . • •
INDICE GENERAL 357
Apéndice E .................................................................. . 268
1. Legislación de los Estados Unidos sobre antigüe
dades (1 9 0 6 )............................................................ 268'-
2. Tratado de Cooperación entre los Estados Unidos
de América y México que dispone la recuperación
y devolución de bienes arqueológicos, históricos y
culturales robados (en vigor a partir de marzo de
1 9 7 1 )......................................................................... 269Í
Artículo I, 269; Artículo II, 270; Artículo III, 270; Ar
tículo IV, 271; Artículo V, 271
3. Ley sobre la Importación de Escultura y Murales
Precolombinos (1972)..............................................271
Propósito...................................................................272
Presentación general................................................¿72
Disposiciones de la le y ............................................. 273
Apéndice F .............................................................................. 276
1. Mensaje del presidente Nixon al enviar al Senado
la Convención sobre la Propiedad de Bienes Cul
turales (1972)................................................... 276
2. Resumen de la Convención de la u n e sc o por el
Departamento de E stado..............................277
Análisis artículo por artículo (extractos), 278; Conclu
sión, 284
3. Convención sobre las medidas que deben adoptarse
para Prohibir e Impedir la Importación y Trans
ferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales
(1970) . . . . . ................................. 285
Apéndice ......................................................................... 294
El programa “Today” de : ElVaso Develado 294n b c