BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
Licenciatura en Derecho
Teoría General del Derecho
Ensayo sobre la desobediencia civil
Issacc Ortega Durán
NRC: 26737
202088120
Doctor Raymundo Alfaro Pérez
Primavera 2022
ÍNDICE
Introducción……………………………………………………………………………... 3
Capítulo 1……………………………………………………………………………….. 4
Capítulo 2……………………………………………………………………………….. 5
Capítulo 3……………………………………………………………………………….. 7
Capítulo 4……………………………………………………………………………….. 10
Capítulo 5……………………………………………………………………………….. 11
Conclusiones……………………………………………………………………………. 12
Referencias……………………………………………………………………………… 13
3
Introducción
A lo largo de historia, hemos presenciado actos de rebeldía e incumplimiento de
alguna norma de distintas maneras y en distintos ámbitos, ya sea político, social,
económico, entre otros; denominados con el término “desobediencia civil”.
La desobediencia civil (Bedau, 1961. Retomada en 1971, John Rawls), es definida
como el “acto público no violento, consciente y político, contrario a la ley, cometido
habitualmente con el propósito de ocasionar un cambio en la ley o en los programas de
gobierno” con el fin de producir un cambio en las leyes o en las decisiones de un gobierno.
A su vez, Pérez Varela en su libro de introducción al derecho, nos revela que es un acto
público contrario al deber jurídico o a no aceptar el mandato de la autoridad, que pretende
cierto grado de publicidad a modo de protesta; generalmente acepta la sanción que implica
la desobediencia y usualmente son actos pacíficos. La obediencia a la ley es un principio
importante, pero no absoluto. Como es evidente, definir lo que es la desobediencia civil es
bastante claro y sencillo, no hay controversia en el tema. Sin embargo, las cuestiones y
planteamientos surgen cuando nos preguntamos ¿por qué se desobedece?, ¿en qué
momento se desobedece?, y una pregunta aún más problemática y anterior, por supuesto, a
la desobediencia es: ¿por qué hay que obedecer al derecho?, ¿Cuál es el fundamento del
derecho que le dota de validez?, y finalmente ¿Qué obliga a obedecer?
En este ensayo, se tratará de reunir los puntos más importantes que distintos juristas
y filósofos del derecho han aportado. Se pretende ser expositivo, ya que demostrar o validar
tal o cual teoría o pensamiento es más acertado no es una tarea para lo que este trabajo
pueda dar respuesta.
4
Capítulo 1
Primero habría que cuestionarse de dónde proviene la obediencia al Derecho. ¿Cuál
es la naturaleza de la fuerza obligatoria que nos orilla a obedecer? Por ello, es preciso
distinguir entre obligación jurídica y obligación ética (Díaz, 1874) La obligación jurídica
tiene, ante todo, un carácter hipotético: uno debe obedecer si no quiere tener que asumir, o
que sufrir, las consecuencias que el legislador ha previsto y puede imponer en caso de
incumplimiento de la norma: y la validez de esta norma deriva de su promulgación
concordante con una norma superior a ella, que a su vez no posee sino un carácter
hipotético. El deber ser ético implica, en cambio, que uno mismo, cada uno, a través de su
razón, su emotividad o su conciencia individual se lo impone, ya entonces casi
incondicionalmente, es decir que, en tanto cuanto que permanece como tal deber ético,
posee para él un carácter necesario e, incluso (coordinado a los demás deberes éticos), un
carácter absoluto, siempre situado dentro del propio proceso histórico temporal, en
interacción subjetivo individual y objetivo social.
Es casi indiscutible la obediencia jurídica; el Estado obliga a hacer cumplir las
leyes, utiliza la coacción y sanción como medios que garanticen el respeto a sus leyes. En
tal caso, la pregunta sería respecto a la eficacia de sus leyes, pero no es el tema que
abordará este ensayo.
La obediencia al derecho no solo persiste por la existencia de elementos de
obligación ética, sino también de elementos de obligación política. Ya que es necesario
hacer una traslación de un mundo teórico, filosófico y que aspira una utopía a un mundo
práctico y tangible, tal puente es la política. Y es que es inmediato la repercusión del
impacto de una ley injusta que ha recaído sobre un ciudadano, el agravio se propaga por
5
entre la sociedad civil, indigna y empatizan el agravio. Es aquí también el punto coyuntural,
¿debe el ciudadano permanecer pasivo frente a leyes así?, ¿será que por ello también existe
la obligación moral de una desobediencia civil?
Capítulo 2
El primer antecedente del desobediente civil es de 1846, cuando Henry David
Thoreau no quiso pagar sus impuestos al gobierno de Estados Unidos, en manera de
protesta a la esclavitud y violencia ejercida hacia los mexicanos, del mismo modo, en 1849
publicó un conjunto de escritos bajo el nombre de Resistencia al gobierno civil, y una
antología de sus trabajos publicada en 1866, dos años después de su muerte, titulada
Desobediencia civil, trabajo en donde sentó las bases de lo que hoy conocemos como
desobediencia civil.
A pesar de esto, la idea del rechazo a una norma se propaga en 1913 con Mahatma
Gandhi en la India contra las fuerzas colonialistas inglesas, y poco después con Martin
Luther King. A partir de este momento, se comienza a ver más reflejado en movimientos
sociales, cada uno en distintas situaciones: contra la guerra de Vietnam, frente a la invasión
soviética, contra la instalación de armas nucleares, entre otras; pero con el mismo objetivo,
la defensa de los derechos y cuestionar las leyes.
En términos generales, podemos decir que es el rechazo a una norma establecida en la
ley, por lo tanto, la persona que desataca o hace caso omiso de aquella imposición legal es
considerada desobediente civil, mismo que ejerce su derecho a la libertad de expresión,
considerado como derecho fundamental en la Constitución de los Estados Unidos
6
Mexicanos, cuando habla y denuncia si cree que una ley es injusta; así como la libertad de
conciencia, cuando su moral combate con su ética, pues en su conciencia hay algo injusto
con lo que hay que luchar; y participación política, pues interviene en asuntos políticos con
el fin de derrocar una ley que viola sus derechos y los de una sociedad entera. En este
sentido, podemos hablar de una legitimidad, ¿podemos justificar la desobediencia civil?
Ahora bien, es importante destacar la diferencia entre desobediencia civil y un acto de
ilegalidad o infracción. La línea que los separa es muy delgada y depende mucho del
contexto en el que se desarrollen. Es importante aclarar que sería inadmisible protestar o
pronunciarse en desacuerdo respecto de alguna acción tomada por el gobierno
respondiendo de forma violenta, de una forma que atente contra los derechos
fundamentales, los derechos humanos. Según las leyes, algunos actos pueden catalogarse
como crímenes, considerar algunas actitudes como delitos y de este modo habría razón
jurídica suficiente para reprimir esa conducta.
La ley no es necesariamente justa, solo es norma positiva. Pasar un proceso legislativo
no dota de justicia a la norma. Santo Tomás de Aquino sostenía que solo el Derecho
existían infracciones jurídicas y no infracciones de derecho, ya que el derecho nunca puede
ser injusta, sería contradictorio ya que, para alcanzar la categoría de derecho, primero
habría que ser justo.
Es por todo ello que muchos autores a la justicia como condición indispensable para
sostener una obediencia al derecho. Entonces también habría que definir los principios
generales de la justicia, a lo que Karl Larenz menciona que son: El respeto recíproco, la
autodeterminación y autovinculación en los contratos, principio de confianza y buena fe,
responsabilidad por daños, igualdad y proporcionalidad, principios del Estado de Derecho,
7
limitación y control del poder, irretroactividad de las leyes, tutela jurídica, imparcialidad
del juez en el proceso y un principio de contradicción.
Capítulo 3
La responsabilidad de establecer un verdadero estado de derecho, y con ello garantizar la
existencia de una justicia, es que el Estado debe tener el suficiente poder vinculativo para
garantizar el desarrollo integral del ciudadano para que desarrolle una autonomía y que de
esa manera sea libre, ya que solo puede existir una verdadera obediencia al derecho dese la
libertad, como explicaremos más adelante. Entonces, si el planteamiento de la justicia le
corresponde al Estado, y a su vez es él mismo quien propicia escenarios en los que las leyes
son injustas. Es demasiado complejo, pero, en suma, el Estado siempre debe garantizar el
ejercicio del derecho, es por tanto que también se contemplan requisitos para distinguir
actos de desobediencia civil y rebeldía de crímenes y delitos injustificables. Todo acto de
desobediencia ha de cumplir dos requisitos:
El primero es el de que no exista una vía legal para eludir dicha responsabilidad
normativa. Normalmente existen recursos administrativos y judiciales contra la sanción
impuesta; también existe la objeción de conciencia, por la que se pueden evitar algunas
responsabilidades con argumentos éticos y morales. Pues bien, si hay alguna vía legal y
alcanzable en la práctica, la desobediencia civil está deslegitimada.
El segundo requisito es que haya una posibilidad más que razonable de que nuestras
demandas tengan éxito. Es decir, que la pena que vamos a sufrir por los actos de
desobediencia esté justificada porque existen probabilidades de conseguir algo. Además de
que el castigo no sea de tal extremo como el pago con la propia vida. Por poner un ejemplo
8
esclarecedor, en una dictadura brutal de corte comunista o fascista como la soviética o la
italiana, no estaría legitimada la desobediencia, ¿por qué? Los totalitarismos son los
regímenes más radicales, donde se castiga con la muerte o con penas de prisión altísimas
cualquier tipo de disidencia.
También, la desobediencia civil puede se puede distinguir si el acto presenta las siguientes
características:
Se dirige contra el poder, ya que a través de su práctica se desafía a la autoridad
existente, no acatando su legalidad.
Busca un cambio, normalmente en la legislación. El acto no solo reviste del desafío
a la autoridad, sino de un cambio real en aquello que propició el acto de
desobediencia.
Se trata de actos no violentos, no se atenta contra ninguna persona o institución. El
daño que se pueda causar es contra el propio individuo que protagoniza la protesta.
Se realiza de forma pública. Si se desea buscar un cambio, el mensaje tiene que
llegar a la gente. Por ello, estos actos se realizan con gente alrededor, ya sea en la
vía pública o en edificios institucionales.
No se debe confundir con un delito cualquiera, los actos de desobediencia tienen un
fin moral y superior para aquel que lo protagoniza. No se busca el beneficio
personal.
Arresto. Las personas desobedientes civiles se exponen al arresto y deben ser
capacitadas para manejarse de forma adecuada si este momento llega. Es decir,
9
deben ser entrenadas para que no pongan resistencia y no sufran mayores daños por
parte de la policía si es que son arrestadas.
Sin embargo, la policía no puede arrestar a la gente de forma indiscriminada. Tiene que
haber motivos fundados - una razón- que justifique ese arresto. No puede utilizarse el
arresto para impedir la manifestación pacífica. Esto es una violación a la libertad de
expresión. De cualquier forma, una característica del desobediente civil, es que afronta las
consecuencias de una forma responsable y un tanto solemne, porque en la consciencia del
sujeto persiste la idea de que lo que hace es justo, y por ello no teme al castigo.
Sin embargo, los delitos expuestos que se suscitan con mayor frecuencia y que, por su
puesto, varían según la forma de la manifestación, son:
Obstrucción de la vía pública
Destrucción de propiedad
Agresión
Resistencia al arresto.
Criminal
Alegar que alguien estaba cometiendo desobediencia civil no es suficiente para que no haya
un proceso criminal en su contra si se prueba que esa persona dañó propiedad o agredió a
otra. Sin embargo, que una persona esté ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, de
forma pacífica, es un hecho que será utilizado para defenderla. El gobierno no puede
intervenir con una persona para prohibirle expresarse de forma pacífica.
10
Capítulo 4
Situación en México.
En 1986, Francisco Barrio, candidato del Partido Acción Nacional (pan) a la
gubernatura de Chihuahua llamó a la "resistencia civil" contra el fraude electoral que dio el
triunfo al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Fernando Baeza
Meléndez. En 1988, luego de una jornada electoral plagada de irregularidades (que hacen
suponer un fraude masivo), el entonces candidato presidencial del Frente Democrático
Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas, convocó a movilizaciones en defensa del voto frente a los
resultados oficiales que daban el triunfo a Carlos Salinas de Gortari. Pero fue Manuel
Clouthier, entonces candidato del pan a la presidencia, quien llamó a la "resistencia civil"
exigiendo una reforma electoral "verdaderamente democratizadora". En 2001 ejidatarios
del municipio San Salvador Atenco llamaron "resistencia civil" al movimiento que
impulsaron para impedir la expropiación de más de mil hectáreas de la zona donde se
pretendía construir un aeropuerto. Y en 2006, la Asamblea Popular de los Pueblos de
Oaxaca (APPO) convocó a la "resistencia civil" en protesta por el desalojo violento de los
maestros de la sección 22 del snte, que realizaban un plantón en la plaza de la ciudad de
Oaxaca.
Mas de los autores
11
1. “No es deseable cultivar por la ley un respeto semejante al que se le brinda a
lo justo. La única obligación que tengo el derecho de asumir es hacer en
cualquier momento lo que considero justo”. -HENRY DAVID THOREAU
2. Jhon R.
Habermas. En su trabajo titulado La desobediencia civil, piedra de toque del Estado
democrático de derecho (2002), sostiene que "el Estado constitucional moderno sólo puede
esperar la obediencia de sus ciudadanos a la ley si, y en la medida en que, [ésta] se apoya
sobre principios dignos de reconocimiento a cuya luz [...] pueda justificarse como legítimo
lo que es legal" (Habermas, 2002: 81).
Capítulo 5
Mecanismo de excepción en la desobediencia civil
Uno de los problemas centrales de la teoría de la desobediencia civil radica en la
cuestión de si existe una justificación legal o jurídica para tal conducta. ¿Existe un
mecanismo de excepción en el límite de la legalidad que permite que los actos de
desobediencia puedan ser condonados? Este mecanismo puede, incluso, hacer que estos
eventos se tomen a modo de referencia para la creación de futuras leyes, lo que significaría
que la desobediencia habría logrado su cometido de modificar la ley.
De cualquier forma, ¿cuál es el proceso que exime de la pena a los desobedientes
civiles? Esta pregunta guiará nuestra reflexión. Nos remontaremos hasta John Locke y en
su disputa del parlamentarismo contra la monarquía: preocupación dicotómica, 1) la
necesidad de hacer que los ciudadanos respeten las leyes fundamentales del Estado, que
garantizan el ejercicio de las libertades, y por otra parte, la limitación de la actuación de los
12
órganos estatales. Es interesante la cuestión de qué sginifica cuando está
justificadajurídicamente la violación a una ley, en qué momento es posible. Resulta
contradictorio que la propia ley permita escenarios en los que se permita violar una ley. En
ese sentido, la desobediencia civil no podría considerarse un caso de excepción. O sea que
el desobediente civil no está creando o enfrentando circunstancias excepcionales, sino más
bien está sucediendo lo que la ley ha previsto. Sin embargo, bajo el mismo techo de la
desobediencia civil se acogen acciones legales e ilegales; la libertad de expresión es propia
de la desobediencia civil, pero no así la obstrucción de la vía pública. Aunque la ley prevé
cuándo eximir de una pena al desobediente civil, no puede ser un mecanismo para probar la
inconstitucionalidad de la ley, no puede un mecanismo con elementos ilegales testear otro
que se presume ilegal o inconstitucional, es en demasía peligroso.
Conclusiones
Si bien, la naturaleza de la desobediencia civil radica en la rebeldía, también pueden
hallarse características políticas que son el vínculo ético que pueden obligar también al
ciudadano a cuestionar mandamientos o leyes que se consideran injustas. Es claro que la
desobediencia es una violación intencionada a la ley, pero es más bien un mecanismo en el
que se dota de justicia a las leyes, ignoran la norma para beneficio de la norma, para hacer
de las leyes algo más justo. Y si bien, la desobediencia es parte de una sociedad
democráticamente sana, tampoco puede ser integrada como parte de un sistema legal para
medir las injusticias de la ley, porque perdería su esencia, solo se puede criticar desde
afuera, como sujeto- observador que resiente los impactos del injusto legal.
13
14
Referencias
Valera, V. M. P. (2009). Teoría del derecho (1.a ed.). Oxford University Press.
Ledesma, M. I. Á. (2010). Introducción al derecho (3.a ed., Vol. 1) [Libro
electrónico]. McGraw-Hill Education.
Dreirer, Ralf, Derecho y justicia, Bogotá, Temis, 1994.
Thoreau, H. D. (2011). Desobediencia civil y otros escritos : el primer ecologista y
el pacifista que inspiró a Gandhi. Librería Argentina. Recuperado de
https://onemorelibrary.com/index.php/es/?
option=com_djclassifieds&format=raw&view=download&task=download&fid=16
833
Menjía Quintana, O. (s. f.). Resumen de La desobediencia civil: un concepto
problemático - Dialnet. Resumen de La desobediencia civil: un concepto
problemático. Recuperado 5 de mayo de 2022, de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?
codigo=2349700&info=resumen&msclkid=5fbac354ce8811ecbdd3afdf5212691f