Liberalismo y Nacionalismo en El Siglo XIX
Liberalismo y Nacionalismo en El Siglo XIX
- Liberalismo
1. La independencia de los Estados Unidos - Declaración de
2. La revolución francesa (1789-1804) derechos
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Alemania e Italia.
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Durante la primera mitad del siglo XIX, una parte de Europa experimentó un proceso de
cambio político profundo, que tuvo como referente a la Revolución francesa y que significó
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Por otro lado, la nación también se vinculaba en la existencia de unas características y unas
solidaridades culturales entre sus miembros. Pero la correspondencia entre Estado y nación
se dio en pocos casos y lo más frecuente fue que existieran desajustes entre los dos. En unos
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Finalmente la configuración de clases sociales con intereses diversos dentro del Estado
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surgieron unas nuevas perspectivas políticas identificadas con la democracia, que reclamaba
los plenos derechos para todos los ciudadanos, o el socialismo, que ponía énfasis a la
igualdad social.
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1. Independencia de los Estados Unidos
Las relaciones entre los colonos y la metrópoli fueron empeorándose conforme Gran Bretaña
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quiso imponerles nuevos impuestos. Los colonos, alegando que carecían de representantes en el
Parlamento de Londres, se negaron a pagarlos. Finalmente, diversos incidentes obligaron a
Inglaterra a querer imponer su autoridad por las armas. El resultado fue el estallido de la guerra
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nacido iguales y son portadores de derechos inalienables, como la vida, la libertad y la búsqueda
de la felicidad; tienen derecho a derrocar al gobierno si éste se opone al cumplimiento de esos
fines.
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Sobre la guerra, los colonos organizaron su ejército, cuya dirección se encomendó a George
Washington, pero los colonos no estuvieron solos al contar con la ayuda de Francia, España y
Holanda. El triunfo de las colonias desembocó en el Tratado de Versalles (1783) donde Gran
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Después de la victoria, el reto para los colonos era transformar las antiguas colonias en un
Estado. En 1787, en Filadelfia, se reunió una Convención constitucional con delegados de las
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diversas colonias. Antes de finalizar el año se aprobaba la Constitución, que entró en vigor en
1789. El nuevo país se denominó EE.UU. de América, y de acuerdo a dicha Constitución su
sistema de Estado era la república federal, establecía la soberanía popular y la separación de
en
los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). Elegido por unanimidad, George Washington
fue el primer presidente de los Estados Unidos.
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españoles en tierras de América), que desempeñan en América el papel que la burguesía había
jugado en Europa contra las monarquías absolutas. Enriquecidos por el comercio y la propiedad
de la tierra, los criollos desean ocupar los altos cargos del gobierno americano que detentan los
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En Francia se desata una revolución que logra romper el orden estamental y sustituir el Antiguo
Régimen por una sociedad más igualitaria y libre, donde la burguesía logra hacerse con el poder
político.
social. Entre 1788 y 1789 las malas cosechas provocaron una crisis de subsistencias, un
encarecimiento de los productos alimenticios, lo que produjo un hondo descontento popular,
tanto en el campo como en las ciudades (movilización del campesinado contra el pago de
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impuestos feudales).
Sin embargo, será la crisis financiera del Estado y el comportamiento de los privilegiados (los
nobles y el clero) ante la misma, la que desató la crisis política que desembocaría en el triunfo
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de la revolución. El Estado francés venía atravesando una crisis financiera; estaba endeudado,
emitía deuda pública, dado que sus ingresos no eran suficientes para cubrir sus gastos. Para que
el Estado pudiera contar con más fondos, los diversos ministros de Hacienda de Luis XVI
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venían planteando la necesidad de proceder a una reforma fiscal, en la que los privilegiados
debían contribuir según sus propiedades. No lo consiguieron; la nobleza y el clero, en efecto, se
aferraban a sus privilegios (exención de impuestos) para no pagar.
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La nobleza, además, argumentaba que solamente los tres estados del reino (nobleza, clero y
tercer estado), reunidos en Estados Generales, tenían autoridad para permitir nuevos
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impuestos. Así, la oposición de los privilegiados a pagar dio lugar a una crisis política que
obligó al rey a convocar los Estados Generales, que no habían sido convocados desde 1614. No
imaginaban los privilegiados que estaban abriendo un proceso por el que la burguesía iba a
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Los Estados Generales fueron convocados para iniciar sus sesiones en mayo de 1789. En esta
asamblea se daban cita representantes de los tres estados: nobleza, clero y estado llano (tercer
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estado). Según la tradición, se reunían por separado para dar su consentimiento a propuestas
reales y cada estamento tenía un único voto.
Antes de la reunión de los Estados Generales, el tercer estado había logrado que el número de
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sus representantes fuera similar a los de la nobleza y el clero juntos. Pero faltaba por dilucidar el
sistema de votación. El 5 de mayo, bajo la presidencia del rey Luis XVI, se abre solemnemente
la gran reunión de los Estados Generales. La discusión más importante –y la clave de la
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cuestión- era la forma de votación. El clero y la nobleza pedían un voto por estamento, el
tercer estado un voto por persona. Tras agrias polémicas durante varias semanas, los
representantes del tercer estado se autodeclararon Asamblea Nacional (17 de junio) y
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decidieron retirarse a otra sala, en la que se jugaba a la pelota, y allí decidieron, en reunión con
algunos clérigos, pronunciar el Juramento del Juego de Pelota (“Jeu de Paume”, 20 de junio),
afirmando que, donde quiera que ellos se reuniesen allí estaba la Asamblea Nacional y juraban
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no abandonar el lugar sin haber dotado a la nación de una Constitución que garantizase sus
derechos.
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El rey titubeaba, no sabía qué hacer, quería evitar un derramamiento de sangre, hasta terminar
cediendo, ordenando la reunión de los tres estados para dar una Constitución a Francia. Nacía la
Asamblea Nacional Constituyente. De esta forma, los Estados Generales habían terminado
desembocando en una Asamblea Constituyente bajo el control de la burguesía. Paralelamente, el
pueblo de París, con sus actuaciones contribuyó también al triunfo de la revolución, dándole un
cariz popular que los burgueses revolucionarios supieron encauzar a favor de sus objetivos.
Entre las jornadas revolucionarias protagonizadas por el pueblo destaca el asalto a la prisión de
la Bastilla (14 de julio), fortaleza considerada símbolo del absolutismo. Paralelamente, en el
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campo francés los campesinos se movilizaban contra el poder señorial. Muchos nobles
respondieron huyendo de Francia con la intención de conspirar en contra de la revolución.
(Conocida como el Gran miedo)
La revolución estaba en marcha. La Asamblea Constituyente empezaba a aprobar leyes por las
que se abolía al Antiguo Régimen. En agosto se procedió a suprimir el sistema feudal y se
redactó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en la que se
garantizaba la libertad individual, la propiedad y la igualdad de derechos ante la ley.
Con vistas a enfrentarse a la crisis financiera se decidió la expropiación y venta de los bienes
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funcionarios del Estado. La norma fue condenada por el Papa Pío VI y produjo un conflicto
religioso que solo se resolvió en parte en la época de Napoleón. Por último, en septiembre de
1791 era aprobada la Constitución, que establecía el principio de la soberanía nacional; Francia
se convertía en una monarquía constitucional, basada en la división de poderes: el ejecutivo (en
de
manos del rey), el legislativo (en una Asamblea unicameral, llamada Asamblea Legislativa) y el
poder judicial (ejercido por los tribunales del Estado). El sistema electoral que se aprobó era
censitario (solo podían votar los ciudadanos que tuviesen un mínimo de riqueza). Con todo,
consolidar una monarquía constitucional no iba a ser fácil. El comportamiento de la familia real
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tampoco contribuyó a ello. Además, los exiliados franceses conspiraban y presionaban a los
monarcas y a las cortes europeas para que interviniesen. A todo esto, meses antes de aprobarse
la Constitución, la familia real intentó huir de Francia con la intención de reunirse con los
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Es una etapa que pretendió ser moderada y que concluyó con el triunfo de los radicales. De
acuerdo con la Constitución se celebraron elecciones al nuevo parlamento o Asamblea
Legislativa. Entre los diversos partidos o “clubes” que se dieron cita en la Asamblea pronto
destacaron dos: por un lado, los girondinos, que representan a la alta burguesía, con ideas
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moderadas, y por otro, los jacobinos, que agrupan a la baja burguesía, a favor del radicalismo
revolucionario; a estos dos grupos habría que añadir las masas populares de París, los -sans
culottes-, que cobrarán especial protagonismo en la etapa siguiente. La política de la Asamblea
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estuvo marcada por los problemas en el exterior con las monarquías europeas, especialmente
con Austria y Prusia, donde iban reuniéndose los numerosos emigrados del país (sobre todo,
nobles y clérigos).
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La Asamblea, por iniciativa de los girondinos, decidió declarar la guerra a Austria (abril de
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1792), conflicto que muy pronto se extendería a toda Europa y que se planteó como una guerra
ideológica: por un lado, Francia pretendía extender el espíritu revolucionario a toda Europa; por
el otro, los monarcas absolutos y la aristocracia unidos en la defensa del Antiguo Régimen.
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Las primeras actuaciones bélicas fueron desastrosas para Francia. Tropas austriacas amenazaban
con ocupar París, pero el rey era acusado de estar en contacto con los invasores. La situación dio
lugar a una insurrección popular protagonizada por las clases populares, los sans-culottes (10
de agosto de 1792): el palacio real de las Tullerías fue asaltado, el rey fue encarcelado con su
familia, se puso fin a la Asamblea Legislativa y se convocaron elecciones, por sufragio
universal, para una asamblea llamada Convención.
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Gobierno girondino.
Estaban a favor de un gobierno moderado, pero se vieron desbordados por los jacobinos,
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Los girondinos preferían salvar al monarca, pero no lo consiguieron. Acusado de colaborar con
los enemigos de Francia, se le juzga y es condenado: Luis XVI es guillotinado el 21 de enero de
1793 (con la reina Mª Antonieta se hizo otro tanto meses después). Ahora bien, la ejecución del
rey contribuyó a crear divisiones dentro de la Convención y a que, la guerra, que ya tenía abierta
de
Francia contra Austria y Prusia, se ampliara con la incorporación de otros países, como España
e Inglaterra.
contribuyeron a movilizar a los jacobinos, quienes, dirigidos por Robespierre, y con el apoyo
de los sans-culottes, expulsaron a los girondinos de la Asamblea (junio de 1793), quedando
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Gobierno jacobino.
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La revolución se radicaliza y entra en la etapa más sangrienta, etapa que recibe el nombre de
Terror, los opositores políticos son guillotinados y la represión de Robespierre no respeta ni a
los miembros de su propio partido. En el plano económico se adoptaron medidas a favor de los
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sectores populares urbanos, como la ley que limitaba los precios. También se mejoró la
condición de los pequeños propietarios agrarios. En el plano político se aprueba la Constitución
de 1793 que presenta la novedad de elegir a los representantes por primera vez a través del
sufragio universal. Además de otras reformas sociales como la redistribución de la propiedad
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agraria, el precio máximo de los artículos de primera necesidad, castigo a los especuladores,
educación primária gratuita…) La nueva Constitución, sin embargo, nunca entró en vigor. En
realidad, Robespierre y sus colaboradores gobernaron manteniendo una auténtica dictadura.
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e) El Directorio (1795-1799).
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La situación a la que los jacobinos tenían sometido al país no podía durar mucho tiempo. La
burguesía moderada estaba alarmada por el creciente protagonismo que iban tomando las
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clases populares en París. Así, amplios sectores de esa burguesía más moderada, contrarios a los
jacobinos, organizaron un golpe de Estado que triunfó, con rápida ejecución de Roberpierre,
llevado a la guillotina (28 de julio de 1794).
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La Convención se disolvió siendo sustituida por un Directorio de cinco miembros al frente del
poder ejecutivo, elegidos por el poder legislativo compuesto de dos asambleas, la de los
Quinientos y el Consejo de los Ancianos, elegidas por sufragio censitario o restringido. En el
exterior, Francia iba logrando victorias, pero en el interior el gobierno se veía atacado por los
realistas, a favor de restablecer la monarquía borbónica, y por sectores radicales (jacobinos y
sans–culottes). Para compensar su debilidad, el Directorio terminó buscando el apoyo en el
ejército, que venía adquiriendo importancia creciente por las victorias que estaba dando a
Francia en el exterior.
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f) El Consulado (1799-1804).
Aprovechando las circunstancias que acaban de anotarse, uno de los militares de mayor
prestigio, el general Napoleón Bonaparte, decidió acabar con el Directorio dando un golpe de
Estado el 9 de noviembre de 1799 (18 Brumario) y estableció como forma de gobierno el
Consulado. El poder ejecutivo recaía en tres cónsules, uno de ellos, el primero, cargo que
ostenta Napoleón Bonaparte, concentraba todos los poderes. En 1802 se da otro avance en
consolidación de su poder personal al ser proclamado cónsul único y vitalicio. En 1804, se
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culmina este proceso, cuando se proclama a Napoleón Emperador de los franceses. El acto de
coronación tuvo lugar en París ante el Papa Pío VII.
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Napoleón, apoyado por el ejército y la burguesía adinerada, consolidó los principios básicos de
la Revolución y anuló cualquier intento de restauración monárquica o de radicalismo jacobino.
Su actuación en política interior sirvió de modelo a otros países europeos. Con el Papa Pío VII
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firmó el Concordato de 1801 por el que el Estado francés se obligaba a mantener los gastos del
clero, se aceptaba la venta de sus bienes y se reconocía que la religión católica era la mayoritaria
del pueblo francés. Se promulgó un Código Civil (1804), imitado luego en otros muchos países,
en el que se recogían muchas de las aspiraciones de la burguesía (la libertad individual, la
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constitucional con separación de poderes logrado por la Revolución se olvidó. En resumen, para
unos, la etapa napoleónica fue el epígono glorioso de la Revolución; para otros, una verdadera
contrarrevolución.
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3. El Imperio napoleónico (1804-1814).
Napoleón pretendió extender por Europa las ideas revolucionarias de libertad y de igualdad,
pero sus conquistas despertaron sentimientos nacionales en contra de Francia. Su proyecto
albergaba una contradicción: pretendía llevar la libertad a los pueblos, pero éstos defendían su
propia soberanía para decidir por ellos mismos.
El objetivo final de Napoleón era establecer una Europa unida, bajo la hegemonía de Francia,
mediante la creación de reinos satélites que encomendó a miembros de su familia (Nápoles,
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Contra Gran Bretaña ideó, inicialmente, su invasión para lo que contó con la armada española.
Sin embargo, este plan se vino abajo tras la derrota franco-española en la batalla de Trafalgar
(1805). Napoleón pensó entonces en la guerra económica contra Gran Bretaña. Se trataba de
de
En 1810 el Imperio francés abarcaba la mitad de Europa. Pero su estabilidad dependía de los
triunfos militares. Así, el principio del fin del Imperio se inició con la campaña de Rusia,
cuando Napoleón decide invadir este territorio (1812) y ese fue su gran error.
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En 1813, ante el fracaso francés en Rusia y la derrota en España, se organiza otra nueva
coalición que derrotó a Napoleón en la batalla de Leipzig (octubre de 1813). Desterrado a la
isla de Elba, en el trono de Francia se reinstaura a Luis XVIII, hermano el guillotinado Luis
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XVI. Sin embargo, en 1815, Napoleón regresó a Francia y restableció el Imperio (el Imperio de
los Cien Días) pero fue definitivamente derrotado en la batalla de Waterloo (Bélgica, junio de
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sentimientos nacionales:
- Bélgica dejaba de pertenecer a Austria y queda unida a Holanda integrando el reino de los
Países Bajos.
- Por último, Francia volvió a sus fronteras de 1789.
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En cuanto a la Santa Alianza fue un pacto firmado por los tres soberanos de Austria (Francisco
I), Rusia (Alejandro I) y Prusia (Federico Guillermo III), por iniciativa del zar Alejandro I, con
y
legítimos. El poder del monarca no puede ser limitado por una Constitución.
- Responsabilidad internacional de las potencias: El orden internacional deber ser dirigido
por las grandes potencias.
- Congresos: Los conflictos se discutirán en Congresos, la guerra no es la solución.
- Intervención: El orden o desorden de un país afecta a sus vecinos. Legítima la
intervención de las potencias para restaurar al soberano.
El canciller austríaco Metternich supo darle un papel más práctico a la Santa Alianza. Consistió
en hacer de ella un brazo armado al servicio del absolutismo, ideando un sistema, que lleva su
nombre, de celebración de Congresos para establecer acuerdos de intervención en aquellos
países donde triunfaran movimientos liberales y nacionalistas.
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A partir de 1826 la política de la Santa Alianza entró en una fase de descrédito. Contribuyó a
ello el movimiento de Independencia de las colonias españolas en América, las oleadas
revolucionarias de 1830, la actitud de Gran Bretaña contraria a la Santa Alianza, y, sobre todo,
las revoluciones de 1848 que, entre otras consecuencias, llegaron a provocar la caída de
Metternich.
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5. Las revoluciones liberales y el auge del nacionalismo
5.1 Las revoluciones liberales
Como es sabido, las ideas ilustradas dieron lugar al liberalismo, ideología que sirvió de base a
las revoluciones burguesas en su lucha por acabar con el Antiguo Régimen.
Los liberales entendieron que la forma de imponer sus ideales era mediante la insurrección
(proceso revolucionario). Durante la restauración vivieron en clandestinidad, formando
sociedades secretas (masones, carbonarios…)
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La primera oleada revolucionaria fue en (1820-1823) y supone la primera quiebra del sistema de
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derrota del poder aristocrático. En Francia con el derrocamiento de los Borbones (1830) y el
nombramiento del rey Luis Felipe de Orelans. En Bélgica se consigue la independencia
alterando el mapa que había salido del Congreso de Viena. En Polonia también surge un
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constitución francesa de 1791. Con esto vuelve el dominio de la burguesía a través del sufragio
censitario, marginando políticamente a la pequeña y mediana burguesía y a las clases populares.
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Además esta revolución supuso abrir las puertas a los nuevos ideales democráticos (sufragio
universal masculino), supresión de la esclavitud, abolición de la pena de muerte, al
protagonismo de la clase obrera (reclamación de reformas sociales como el derecho al trabajo,
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la mediana burguesía y por las clases más populares. La burguesía se une en torno a un gobierno
fuerte que garantice el sistema liberal. Napoleón III accede al poder y reclama el Segundo
Imperio (1851).
- Pueblos que aspiran a unirse: se trata de aquellos que, sintiéndose una nación, se encontraban
divididos (alemanes e italianos).
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- Pueblos que deseaban independizarse de los Estados a los que estaban sometidos (griegos,
belgas, polacos…).
- En España se defiende las llamadas nacionalidades históricas (Cataluña y País Vasco)
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Por último, el romanticismo, movimiento cultural y artístico que se impone en Europa durante
la primera mitad del siglo XIX, contribuyó a que se valorase el pasado nacional al redescubrir
las raíces culturales y lingüísticas de los diferentes pueblos europeos.
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6. Los procesos de unificación nacional de Alemania e Italia.
Estos dos territorios permanecían fragmentados en Estados independientes, pero existía en ellos
la idea de pertenecer a una sola nación y la aspiración a convertirse en un Estado unificado. En
las dos zonas habían fracasado las revoluciones del 30 y del 48, que allí habían tenido un alto
contenido nacionalista. Además de la lengua como elemento común, las dos naciones contaron
con intereses económicos comunes (conveniencia de un mercado amplio sin fronteras...) y la
existencia de líderes indiscutibles que encarnaron la voluntad de independencia: en Italia
Cavour y Garibaldi, y en Alemania Bismarck. La coyuntura internacional también favoreció
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El motor de la unidad fue el reino de Piamonte-Cerdeña. Allí su rey Víctor Manuel II (1849-
de
1878) y el primer ministro Cavour dirigieron la lucha contra Austria que ocupaba Lombardía y
Venecia. Con el apoyo de la Francia de Napoleón III derrotaron a Austria y la expulsaron de
Lombardía (1859). Poco después, los ducados del norte de la Península (Parma, Módena y
Toscana) se incorporaron al Piamonte. El paso siguiente fue la incorporación del reino de las
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Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia), gobernado por la dinastía de los Borbones. La empresa fue obra
de un revolucionario republicano, Giuseppe Garibaldi al frente de una expedición formada por
voluntarios, la de los “Mil camisas rojas”, con la que conquistó el reino de Nápoles (1860). Al
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año siguiente, un Parlamento, reunido en Turín, compuesto por diputados elegidos en todos los
territorios anexionados, proclamaba a Víctor Manuel II rey de Italia.
- La crisis de los ducados daneses (1864). Los ducados de Schleswig y Holstein, culturalmente
alemanes, se rebelan contra Dinamarca. Prusia y Austria deciden intervenir; Dinamarca es
derrotada, y como resultado los ducados son repartidos entre Prusia y Austria.
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- La guerra austro-prusiana (1866). El conflicto se veía venir. Prusia contaba con la alianza
de Italia y el apoyo de Francia. Bismarck se dedicó a provocar a Austria para que le declarara la
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guerra. Una vez iniciada, la maquinaria militar prusiana demostró su perfección: en la batalla de
Sadowa Austria era derrotada. Como consecuencia, la Confederación Germánica desapareció y
los Estados alemanes del norte se unían, con capital en Berlín, con la exclusión de Austria.
- La guerra franco-prusiana y la fundación del II Imperio (Reich). Solo quedaba por
de
incorporar los Estados alemanes del sur, lo que fue posible tras la guerra contra la Francia de
Napoleón III, molesta por el engrandecimiento de Prusia. Francia declaró la guerra a Prusia,
pero el ejército francés fue derrotado en las batallas de Sedán y Metz (1870).
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El resultado final es humillante para Francia. En el Salón de los Espejos del palacio de Versalles
es proclamado Guillermo I Emperador de los alemanes. Nacía así el II Reich Alemán, al que
se incorporaron los Estados alemanes del sur. Además, firmada la paz con Francia –donde la
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