III Asamblea OCDS Caribe
28 al 30 de octubre de 2022
“Que Dios nuestro Señor nos guíe por
donde quiera.”
Santa Madre Teresa de Jesús
Liturgia de las Horas
Viernes, 28 de octubre
SAN SIMÓN Y SAN JUDAS, APÓSTOLES
Vísperas
(será dentro de la Santa Misa)
Salmo 115: Acción de gracias en el templo
Ant: Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis
pruebas.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis
pruebas.
Segundo Salmo
Salmo 125: Dios, alegría y esperanza nuestra
Ant: Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.
Cántico NT
Efesios 1, 3-10: El Dios Salvador
Ant: Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque
todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque
todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
Preces
Hermanos, edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al
Padre por su pueblo santo, diciendo: Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
-Padre santo, que quisiste que tu Hijo, resucitado de entre los
muertos, se manifestara en primer lugar a los apóstoles,
haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines
del mundo
- Padre santo, que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena
Noticia a los pobres,
haz que sepamos proclamar el Evangelio a todas las criaturas
- Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
danos también a nosotros sembrar tu semilla con nuestro trabajo,
para que, alegres, demos fruto con nuestra perseverancia
- Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los
hombres
- Tú que has sentado a tu Hijo a tu derecha, en el cielo,
admite a los difuntos en tu reino de felicidad
Cántico Evangélico
Ant: Cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en
el trono de su gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos
para regir a las doce tribus de Israel.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en
el trono de su gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos
para regir a las doce tribus de Israel.
Completas: Viernes
Inicio
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Examen de conciencia
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la
jornada, que en la celebración comunitaria puede desarrollarse como en el acto
penitencial de la misa:
El que preside dice:
Hermanos: Llegados al fin de esta jornada que Dios nos ha
concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.
Todos examinan en silencio su conciencia. Después se prosigue con una de las
fórmulas siguientes:
Primera fórmula:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
Segunda fórmula:
V/. Señor, ten misericordia de nosotros.
R/. Porque hemos pecado contra ti.
V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R/. Y danos tu salvación.
Tercera fórmula:
V/. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor,
ten piedad.
R/. Señor, ten piedad.
V/. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R/. Cristo, ten piedad.
V/. Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por
nosotros: Señor, ten piedad.
R/. Señor, ten piedad.
Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en
caso contrario, la dicen todos:
V/. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
Himno
Antes de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches!, Padre Dios.
Gracias por todas las gracias
que nos ha dado tu amor;
si muchas son nuestras deudas,
infinito es tu perdón.
Mañana te serviremos,
en tu presencia mejor.
A la sombra de tus alas,
Padre nuestro, abríganos.
Quédate junto a nosotros
y danos tu bendición.
Antes de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches!, Padre Dios.
Gloria al Padre omnipotente,
gloria al Hijo Redentor,
gloria al Espíritu Santo:
tres Personas, sólo un Dios. Amén.
Salmodia
Salmo 87: Oración de un hombre gravemente enfermo
Ant: Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu
presencia.
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.
Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.
Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.
Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.
Has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos:
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.
Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido?
Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas,
y me escondes tu rostro?
Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:
me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu
presencia.
Lectura Bíblica
Jr 14,9
Tú estás en medio de nosotros, Señor; tu nombre ha sido
invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor, Dios nuestro.
V/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V/. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R/. Encomiendo mi espíritu.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Cántico Evangélico
Ant: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Final
Oremos:
Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a
imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al
levantarnos mañana, le imitemos también resucitando a una vida
nueva. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una
muerte santa.
R/. Amén.
Se canta o se dice una de las siguientes antífonas marianas:
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Sábado, 29 de octubre de 2022
MEMORIA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
LAUDES
(será con la Santa Misa)
Primer Salmo
Salmo 91: Alabanza del Dios creador
Ant: Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de
noche tu fidelidad.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes,
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de
noche tu fidelidad.
Cántico AT
Deuteronomio 32,1-12: Beneficios de Dios para con su pueblo
Ant: Dad gloria a nuestro Dios.
Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra,
como llovizna sobre la hierba,
como orvallo sobre el césped.
Voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y recto.
Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿No es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?
Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre y te lo contará,
a tus ancianos y te lo dirán:
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue el lote de su heredad.
Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.
Como el águila incita a su nidada,
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
El Señor solo los condujo,
no hubo dioses extraños con él.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Dad gloria a nuestro Dios.
Segundo Salmo
Salmo 8: Las maravillas de la creación
Ant: ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre,
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!
Preces
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María
Virgen, y digámosle: Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros
- Oh Sol de justicia, a quien la Virgen inmaculada precedía cual
aurora luciente,
haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
- Verbo eterno del Padre, que elegiste a María como arca
incorruptible de tu morada,
líbranos de la corrupción del pecado.
- Salvador nuestro, que quisiste que tu madre estuviera junto a tu
cruz,
por su intercesión, concédenos compartir con alegría tus
padecimientos.
- Jesús, que, colgado en la cruz, diste María a Juan como madre,
haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.
Cántico Evangélico
Ant: Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita
tú entre las mujeres. Aleluya.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita
tú entre las mujeres. Aleluya.
XXXI Domingo del Tiempo Ordinario
Salterio: domingo de la tercera semana
Primeras Vísperas
Inicio
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Himno
Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con él morimos, viviremos con él;
sin con él sufrimos, reinaremos con él.
En él nuestras penas, en él nuestro gozo;
en él la esperanza, en él nuestro amor.
En él toda gracia, en él nuestra paz;
en él nuestra gloria, en él la salvación.
Primer Salmo
Salmo 112: Alabado sea el nombre de Dios
Ant: De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
Segundo Salmo
Salmo 115: Acción de gracias en el templo
Ant: Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Cántico NT
Filipenses 2,6-11: Cristo, Siervo de Dios, en su misterio
pascual
Ant: El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los
siglos de los siglos.
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los
siglos de los siglos.
Lectura Bíblica
Hb 13,20-21
Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al
gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, en virtud de la sangre
de la alianza eterna, os ponga a punto en todo bien, para que cumpláis
su voluntad. Él realizará en nosotros lo que es de su agrado, por
medio de Jesucristo; a él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
V/. Cuántas son tus obras, Señor.
R/. Cuántas son tus obras, Señor.
V/. Y todas las hiciste con sabiduría.
R/. Tus obras, Señor.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Cuántas son tus obras, Señor.
Cántico Evangélico
Ant: Tú, Señor, amas a todos los seres y no odias nada de lo que has
hecho, para que se conviertan y crean en ti, Dios nuestro.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Tú, Señor, amas a todos los seres y no odias nada de lo que has
hecho, para que se conviertan y crean en ti, Dios nuestro.
Preces
Recordando la bondad de Cristo, que se compadeció del pueblo
hambriento y obró en favor suyo los prodigios de su amor, digámosle
con fe: Muéstranos, Señor, tu amor
- Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos
recibido proceden de tu bondad;
haz que no tornen a ti vacíos, sino que den fruto, con un corazón
noble de nuestra parte
- Oh Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que
dan testimonio de ti en el mundo,
y enciende en ellos el fuego de tu Espíritu
- Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus
hermanos,
y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano
- A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos,
te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes,
visitándolos con tu bondad
- Dígnate agregar a los difuntos al número de tus escogidos,
cuyos nombres están escritos en el libro de la vida
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos
atrevemos a decir:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Final
Señor de poder y de misericordia, que has querido hacer digno y
agradable por favor tuyo el servicio de tus fieles, concédenos caminar
sin tropiezos hacia los bienes que nos prometes. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Completas: Domingo después de I Vísperas
(y en solemnidades y fiestas)
Inicio
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Examen de conciencia
Hermanos: Llegados al fin de esta jornada que Dios nos ha
concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.
Todos examinan en silencio su conciencia. Después se prosigue con una de las
fórmulas siguientes:
Primera fórmula:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
Segunda fórmula:
V/. Señor, ten misericordia de nosotros.
R/. Porque hemos pecado contra ti.
V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R/. Y danos tu salvación.
Tercera fórmula:
V/. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor,
ten piedad.
R/. Señor, ten piedad.
V/. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R/. Cristo, ten piedad.
V/. Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por
nosotros: Señor, ten piedad.
R/. Señor, ten piedad.
Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en
caso contrario, la dicen todos:
V/. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
Himno
El sueño, hermano de la muerte,
a su descanso nos convida;
guárdanos tú, Señor, de suerte
que despertemos a la vida.
Tu amor nos guía y nos reprende
y por nosotros se desvela,
del enemigo nos defiende
y, mientras dormimos, nos vela.
Te ofrecemos, humildemente,
dolor, trabajo y alegría;
nuestra plegaria balbuciente:
«Gracias, Señor, por este día.»
Recibe, Padre, la alabanza
del corazón que en ti confía
y alimenta nuestra esperanza
de amanecer a tu gran Día.
Gloria a Dios Padre, que nos hizo,
gloria a Dios Hijo Salvador,
gloria al Espíritu divino:
tres Personas y un solo Dios. Amén.
Salmodia
Salmo 4: Acción de gracias
Ant: Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis,
reflexionad en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: "¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?"
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo 133: Oración vespertina en el templo
Ant: Durante la noche, bendecid al Señor.
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor.
Levantad las manos hacia el santuario
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión,
el que hizo cielo y tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Durante la noche, bendecid al Señor.
Lectura Bíblica
Dt 6,4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno.
Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con
todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu
memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en
casa y yendo de camino, acostado y levantado.
V/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V/. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R/. Encomiendo mi espíritu.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Cántico Evangélico
Ant: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Final
Oremos:
Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear
el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la
resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una
muerte santa.
R/. Amén.
Se canta o se dice una de las siguientes antífonas marianas:
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
XXXI Domingo del Tiempo Ordinario
Salterio: domingo de la tercera semana
Laudes
Inicio
V/. -Señor, ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos
salva. Aleluya.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos
salva. Aleluya.
Himno
Cristo,
alegría del mundo,
resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana
que anuncia tu esplendor al universo!
En el día primero,
tu resurrección alegraba
el corazón del Padre.
En el día primero,
vio que todas las cosas eran buenas
porque participaban de tu gloria.
La mañana celebra
tu resurrección y se alegra
con claridad de Pascua.
Se levanta la tierra
como un joven discípulo en tu busca,
sabiendo que el sepulcro está vacío.
En la clara mañana,
tu sagrada luz se difunde
como una gracia nueva.
Que nosotros vivamos
como hijos de luz y no pequemos
contra la claridad de tu presencia.
Primer Salmo
Salmo 92: Gloria del Dios creador
Ant: El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Cántico AT
Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor
Ant: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Segundo Salmo
Salmo 148: Alabanza del Dios creador
Ant: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dió consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Lectura Bíblica
Ez 37,12b -14
Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os
haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de
Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros
sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor. Os infundiré mi
espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra, y sabréis que yo, el
Señor, lo digo y lo hago». Oráculo del Señor.
V/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V/. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R/. Ten piedad de nosotros.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Cántico Evangélico
Ant: Zaqueo recibió muy contento a Jesús en su casa: Hoy ha sido
la salvación de esta casa. Aleluya.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Zaqueo recibió muy contento a Jesús en su casa: Hoy ha sido
la salvación de esta casa. Aleluya.
Preces
Invoquemos a Dios Padre, que, por mediación de su Hijo, envió el
Espíritu Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de
sus fieles, y digámosle: Ilumina, Señor, a tu pueblo.
- Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz,
y te pedimos que este domingo que ahora comenzamos transcurra
todo él consagrado a tu alabanza
- Tú que, por la resurrección de tu Hijo, quisiste iluminar el mundo,
haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual
- Tú que por el Espíritu de la verdad, adoctrinaste a los discípulos de
tu Hijo,
envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre
fiel a ti
- Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven
aún en las tinieblas
y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios
verdadero
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto, nos atrevemos
a decir:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Final
Señor de poder y de misericordia, que has querido hacer digno y
agradable por favor tuyo el servicio de tus fieles, concédenos
caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos prometes. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.