UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA
PSICOPATOLOGÍA DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE
TEMA: Casos trastornos alimenticios.
En cada caso realizar: dos diagnósticos diferenciales, diagnóstico definitivo, dos
factores de riego y dos de protección:
CASO 1:
Se trata de una joven de 26 años. Trabaja como enfermera en un hospital de ciudad y
vive sola.
Motivo de consulta: La paciente se levantaba por las noches, iba a la cocina y comía
todo lo que hubiera a su alcance. Se detenía sólo después de una o dos horas cuando no podía
nada más que comer. Los ataques de gula siguieron durante cinco años hasta que consultó a
su médico general, quien la derivó para tratamiento psiquiátrico, por una supuesta depresión
relacionada con sus ataques de ansiedad comer. Sus episodios de gula estaban precedidos por
sentimientos de tensión severa y obtenían una cierta relajación, aunque esto iba acompañado
por vergüenza y desesperación. Durante el año anterior a la derivación los períodos de gula
habían aumentado de dos a tres veces por semana.
Por lo general ocurría a la noche después de dormir algunas horas. Después de comer
como desaforada se sentía explotar, pero no vomitaba. Trataba de deshacerse de la comida
tomando grandes cantidades de laxantes. Su peso era inestable, pero había logrado
mantenerlo dentro de los límites normales simplemente ayunando entre sus crisis de gula.
Odiaba la gordura, pero en realidad, nunca había sido delgada. Sus ataques de comer en
exceso la hacían sentir culpable y desesperanzada. Había pensado en el suicidio tomando una
sobredosis de los somníferos que su médico clínico le había prescripto para su insomnio.
Podía hacer su trabajo adecuadamente y sólo había tomado unos días de licencia por
enfermedad. Antecedentes: La paciente creció en un pueblo donde su padre era maestro.
Después de la secundaria estudió para ser enfermera y tuvo varios trabajos en salas
geriátricas. Siempre había sido sensible, temerosa de las críticas y tenía baja estima personal.
Hacía lo imposible para vivir de acuerdo a lo que se esperaba de ella y se sentía frustrada a la
menor crítica. Se había enamorado más de una vez, pero nunca se animó a comprometerse
porque tenía miedo al rechazo y posiblemente por temor a una relación sexual. Tenía sólo
unas pocas amigas íntimas porque le resultaba difícil hacer amigos. A menudo se sentía tensa
e incómoda al estar en compañía. Evitaba ir a reuniones o fiestas porque tenía miedo a las
críticas o al rechazo.
Datos actuales: Al examinarla, la paciente se presentaba callada y reticente. Su estado
de ánimo era moderadamente depresivo y lloraba silenciosamente mientras describía sus
dificultades. No se sospecharon elementos psicóticos. Era saludable y su peso estaba en el
promedio. Ella percibía su peso como un poco más del de lo que deseaba. Dijo que tenía
miedo de volverse obesa.
1. Diagnóstico Diferencial
Trastorno por atracones. La paciente iba a su cocina y comía todo lo que tenía a su
alcance, no tenía control y solo se detenía luego de una o dos horas, cuando ya no podía
comer más, después de este acto se sentía desesperanzada y culpable. Un año antes de su
derivación llego a tener ataques de gula de 3 veces por semana. Se descarta que sea trastorno
por atracones ya que la paciente realizaba conductas compensatorias como la purga (uso de
laxantes).
Anorexia Nerviosa, del tipo con atracones. La paciente luego de tener episodios de
atracones se purgaba a través del uso incorrecto de laxantes, odiaba la gordura, tenía sólo
unas pocas amigas íntimas, se sentía tensa e incómoda al estar en compañía, poseía
sintomatología depresiva, percibía su peso como un poco más del de lo que deseaba y tenía
miedo de volverse obesa. Se descarta este ya que la paciente tenía peso estable y no tenía
pérdida de peso significativa, no se restringía la ingesta energética persistente, aunque tenía
miedo a engordar no realizaba ejercicio intenso.
2. Diagnóstico Definitivo
Tomando en cuenta todas las características dadas en el caso, se llega a la conclusión
diagnostica que el paciente se caracteriza por los criterios de la patología:
Bulimia Nerviosa
Criterio A.
1. Ingestión, en un periodo determinado, de una cantidad de alimentos que es claramente
superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar de
circunstancias parecidas.
2. Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio.
Criterio B. Comportamientos compensatorio inapropiados recurrentes para evitar el
aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u
otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo.
Criterio C. Los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se
producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses.
Criterio D. La autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el
peso corporal.
En remisión parcial: Después de haberse cumplido con anterioridad todos los
criterios para la bulimia nerviosa, el Criterio E (No se produce alteración exclusivamente
durante los episodios de anorexia nerviosa) no se ha cumplido.
3. Factores de Riesgo
Temperamentales: preocupaciones sobre el peso, temerosa de las críticas y
tenía baja estima personal.
Ambientales: La interiorización de tener un cuerpo delgado aumenta la
preocupación por el peso. Ella percibía su peso como un poco más del de lo
que deseaba. Dijo que tenía miedo de volverse obesa.
Aislamiento social (la joven evitaba salir a reuniones por miedo a las criticas
o rechazo)
Presentaba baja autoestima y un historial depresivo.
4. Factores de Protección
Buenas habilidades sociales en general, en este caso, realizaba bien sus labores
como enfermera.
Chequeos Periódicos: El hecho de que la paciente recurra a un doctor y este
remita a los profesionales vinculados con su caso, es de ayuda ya que ella al
continuar con el tratamiento puede tomar en cuenta para cambiar su estilo de
vida.
Tratamiento Terapéutico: Siguiendo el tratamiento terapéutico al que se le
remitió, llega a ser satisfactorio ya que ella logrará crear habilidades para
socializar y mantener equilibrada su vida emocional.
CASO 2:
Estudiante de 16 años, llega a consulta acompañado de su madre, quién comenta que
desde hace algunos meses la conducta de su hijo en relación a la alimentación ha empeorado.
Menciona: “casi no come nada”, “prefiere solo tomar agua”, “hasta cuando le preparo algo
rico busca excusas para no comer”. El estado del adolescente se observa un tanto deteriorado,
su piel es muy pálida y viste con abundante ropa. Cuando se le consulta a él qué opinión tiene
de lo comentado, contesta que se siente bien, su madre exagera porque a inicios del año
perdió un poco de peso. Dice que desde niño fue delgado, nunca tuvo problemas con el
apetito, pero en el último año decidió cambiar su estilo de alimentación porque se dio cuenta
que estaba engordando demasiado, los pantalones le apretaban y se sentía incómodo frente a
la gente, por ello, decidió empezar una dieta basada en consumo de bajas calorías.
Cuando se le consulta cómo es su alimentación en un día normal, dice: “en la mañana
tomo un vaso de zumo de naranja, cuando noto que está muy dulce, la sustituyo con agua, lo
acompaño de una tostada. Al almuerzo prefiero no consumir carbohidratos por lo general
como ensalada y un pedazo de pescado o pollo (cuando menciona esto, su madre mueve la
cabeza en forma negativa diciendo: “come como pajarito”), y en la noche, ceno una infusión
de manzanilla o apio.”
Cuando se le consulta cómo considera su peso actualmente, él menciona: “me sigo
sintiendo gordo, creo que al inicio de la dieta me fue bien, pero ahora no me funciona. Quizás
debo empezar a realizar más ejercicio”. Se le pregunta qué tipo de ejercicio hace y menciona
que tiene una caminadora, la cual ocupa al menos tres veces al día por lapsus de 45 min, dice
que no quiere ir al gimnasio porque se siente incómodo, al ser observado y ser considerado
gordo. Su madre manifiesta su preocupación, “incluso hacer las compras con él es un
suplicio”, dice. “Tardamos muchísimo tiempo porque tiene que asegurarse que el producto
tenga el valor calórico que busca”.
Actualmente, han consultado a una nutricionista, quién sugirió asistían donde un
profesional en psicología. Su madre menciona que la doctora refirió que su peso es muy bajo,
pero él insiste en estar preocupado por que la doctora le envió a comer demasiado y no quiere
volverse obeso.
1. Diagnostico Diferencial
Bulimia: El paciente desde el principio mostró cierta preocupación por su ganancia
de peso y su constitución corporal, mencionándose uno de los varios criterios que se
relacionan con otras patologías. En este caso, se descarta el diagnóstico de Bulimia Nerviosa
por la ausencia de atracones y su peso ha ido disminuyendo con el tiempo.
Trastorno de evitación/ restricción de la ingesta de alimentos: El paciente muestra
ciertas características como evitar la ingesta energética oral de alimentos, se produce una
pérdida significativa de peso, deficiencia nutritiva notable, se produce en un tiempo continuo,
en este tipo de trastorno se evidencia que la persona no muestra conflicto al ganar peso, sin
embargo, se descarta debido a que, en el caso presentado, el paciente tiene una percepción de
dismorfia corporal.
2. Diagnóstico Definitivo
Tomando en cuenta todas las características dadas en el caso, se llega a la conclusión
diagnostica que el paciente se caracteriza por los criterios de la patología:
Anorexia Nerviosa
Criterio A. Restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que
conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, al sexo, el curso
de desarrollo y la salud física. Peso significativamente bajo, peso inferior al mínimo normal o
esperado.
Criterio B. Miedo intenso a ganar peso o a engordar, o comportamiento persistente
que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo.
Criterio C. Alteración en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o
constitución, influencia impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación, o
falta persistente de reconocimiento de la gravedad del bajo peso corporal actual.
(F50.01) Tipo Restrictivo
Durante los último tres meses, el individuo no ha tenido episodios recurrentes de
atracones o purgas (es decir, vómito autoprovocado o utilización incorrecta de laxantes,
diuréticos o enemas). Este subtipo describe presentaciones en las que la pérdida de peso es
debida sobre todo a la dieta, el ayuno y/o ejercicio excesivo.
En remisión parcial
Después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios para la anorexia
nerviosa, el Criterio A (peso corporal bajo) no se ha cumplido durante un período continuado,
pero todavía se cumple el Criterio B (miedo intenso a aumentar de peso o a engordar, o
comportamiento que interfiere en el aumento de peso) o el criterio C (alteración de la
autopercepción del peso y la constitución).
3. Factores de Riesgo
Falta de comunicación familiar: A lo largo del caso se muestra que entre la
madre y el paciente no existe una comunicación asertiva al momento de hablar
sobre temas de nutrición y comida.
Temperamentales: A lo largo del caso el paciente muestra ciertos síntomas a
que a él sea susceptible a comentarios ajenos y que estos influyan en su estilo
de vida.
Edad: Durante esta etapa de la adolescencia se producen una serie de cambios
tanto físicos como emocionales, el paciente muestra inconformidad con su
aspecto, lo que afecta a nivel emocional.
Aislamiento social: En esta etapa es fundamental una fuente de apoyo social y
además de la familiar, se necesita establecer relación con el grupo de pares. El
paciente debido a su inconformidad evita asistir a lugares en los que pueda
relacionarse.
4. Factores Protectores
Familia: Al igual que suele ser un factor de riesgo, su madre también siente
preocupación y toma en cuenta todos los comportamientos de su hijo. Siendo
así protector para el proceso de recuperación de su hijo.
Chequeos Periódicos: Su madre al consultar con varios médicos llegó a la
conclusión del diagnóstico de su hijo, por lo cual revisiones constantes con el
nutricionista hará que el paciente modifique de a poco sus conductas
alimentarias.