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Karen Horney. Enfoque Culturalista.

Karen Horney fue una psicoanalista alemana que desarrolló un enfoque culturalista en el que sostenía que la personalidad y su desarrollo reciben una influencia considerable de la cultura y varían de una sociedad a otra. Cuestionó aspectos de la teoría psicoanalítica ortodoxa como las diferencias sexuales inevitables. Emigró a Estados Unidos en 1932 debido a la hostilidad en Alemania y fundó una nueva organización tras ser destituida de su cargo en Nueva York por discrepancias teóricas. Su teoría

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Karen Horney. Enfoque Culturalista.

Karen Horney fue una psicoanalista alemana que desarrolló un enfoque culturalista en el que sostenía que la personalidad y su desarrollo reciben una influencia considerable de la cultura y varían de una sociedad a otra. Cuestionó aspectos de la teoría psicoanalítica ortodoxa como las diferencias sexuales inevitables. Emigró a Estados Unidos en 1932 debido a la hostilidad en Alemania y fundó una nueva organización tras ser destituida de su cargo en Nueva York por discrepancias teóricas. Su teoría

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Karen Horney. Enfoque Culturalista.

1. VIDA Y OBRA DE KAREN HORNEY.


Datos Biográficos
Karen Horney, nació cerca de la ciudad alemana de Hamburgo el 16 de septiembre 1885, de padre noruego llamado
Brendt Wackels Danielson y madre holandesa, llamado Clotilde pertenecía a una familia poco ortodoxa conformada
por un hermano mayor, un medio hermano y dos medias hermanas de dos matrimonios anteriores de su padre;
además, la vida en su familia era infeliz. Su educación fue de forma estricta por parte de su tiránico padre que era
luterano y capitán de barco; lo cual, provocaba que no estuviera de forma regular en su casa. A pesar de ello, Karen
conservo un carácter muy independiente. Su infancia estaba llena de contradicciones; por ejemplo, mientras que la
autora describe a su padre como un sujeto disciplinario que prefería a su hermano mayor llamado Berndt sobre los
demás; pero, al mismo tiempo le traía múltiples regalos a Karen de todas partes del mundo. Su padre, se oponía a los
intentos de Horney de ingresar al campo de la medicina; un interés que empezó en ella desde los 12 años. (Rubins,
1978). A pesar de ello, ella entro a estudiar medicina en la Universidad de Freiburg en 1906, en dicha época los estudios
universitarios estaban restringidos a las mujeres, ella entro en un pequeño grupo de mujeres, a estudiar dicha carrera.
Era popular y fue incluida en las fiestas y sesiones de estudio de sus compañeros. En 1909 se casó con un asiduo
compañero, Oskar Horney; después de lo cual, se fueron a vivir a Berlín donde la autora continua sus estudios y los
termino en la Universidad de Berlín. Paralelamente Oskar inicio una carrera de negocios, la pareja tuvo tres hijos
(Cloninger, 2003). En dicha época, el psicoanálisis era tenido en baja estima por el circuito médico y psiquiátrico.
Horney decidió hacer su especialidad profesional en el psicoanálisis.

Mientras era estudiante guardó discretamente silencio acerca de sus intereses. Sin embargo, al recibir su grado
psiquiátrico tradicional en 1915 dio una conferencia sobre la controvertida teoría freudiana. Empero, ya empezaba de
forma incipiente en la autora, el cuestionamiento de la teoría del psicoanálisis ortodoxo. A diferencia de muchos
psicoanalistas de esa época, no conocía de forma personal a Freud (Quinn, 1988). Aunque, Freud presidió una sección
en 1922 en la que Horney presento un trabajo sobre: la génesis del complejo de castración en las mujeres (O`Connell,
1980).

De 1918 a 1932 estuvo asociada con el prestigioso Instituto Psicoanalítico de Berlín; durante dicho periodo publico
artículos sobre el desarrollo masculino y femenino, las relaciones y el matrimonio. Sus 14 trabajos publicados entre
1922 a 1935 bosquejaron una teoría de la psicología femenina que era claramente critica de la Teoría Psicoanalítica
ortodoxa; lo cual, provoco, que la comunidad psicoanalítica ortodoxa desechara sus argumentos y ataco sus
motivaciones. Fue durante esta época de su vida que estuvo analizada por Kart Abraham y Hans Sachs, los cuales, se
encontraban vinculados con Freud. Dentro de la personalidad de Karen tendía a explorar nuevas ideas, y además
buscaba alivio a sus problemas personales. La autora sufría de depresión, fatiga e insatisfacción en su matrimonio; lo
cual, lo expreso teniendo aventuras extramaritales con un amigo de su esposo. Al mismo tiempo, su padre murió y
experimentaba sentimientos ambivalentes hacia él, con los que tenía que lidiar: enojo por la infelicidad del matrimonio
de sus progenitores; el cual, culmino en separación unos cuantos años antes de su deceso, pero también sentía más
cariño por su padre la cual admiraba. Paralelamente, tenia que hacer frente a las exigencias de combinar una
educación en medicina con la vida familiar, sin obtener un apoyo significativo de su esposo. Finalmente se separo de
él. Al mismo tiempo, fungió como médico residente en un hospital psiquiátrico de Berlín. Posteriormente ejerció como
analista y durante dos años fue docente del prestigioso Berlin Psychoanalitic Institute. Empero, conforme se
desarrollaron sus propios puntos de vista, Horney estimó que no podía continuar como freudiana ortodoxa; por todo
lo anterior, Horney deseaba que la consideraran neofreudiana.

En 1932 llega a la Unión Americana debido a la hostilidad del ambiente profesional en la Alemania Nazi; no sorprende
que Horney aceptara la invitación para ser nombrada directora asociada del Instituto Psicoanalítico de Chicago, junto
con Franz Alexander. La invitación llegó con la aprobación de Freud (Berger, 1991 y Clemmens, 1984); dos años
después fue a New York, debido a que se sentía insatisfecho en dicho Centro. Irónicamente, el mismo tipo de debates
profesionales sobre la ortodoxia teórica que la impulsaron a dejar la Alemania Nazi, dividieron dicho Instituto. Cuando
emigro a New York se dedicó a adiestrar analistas en el New York Psychoanalitic Institute. También dio conferencias y
ejerció la docencia en la New School for Social Research. Al mismo tiempo reinicio su actividad de analista y escribió
mucho, mediante los cuales provoco una verdadera revolución, arrojando por la borda los principios más aceptados
del freudianismo; lo cual, creo una serie de protestas y de críticas violentas.

En 1941 como consecuencia de su propia teoría resulto evidente tanto para Horney como para los miembros que
había graves discrepancias entre sus posturas teóricas y como consecuencia de ello ya no podía enseñar ni ejercer el
psicoanálisis dentro del marco ortodoxo; debido a que la sociedad psicoanalítica de New York votó por destituirla de
su cargo como maestra y supervisora clínica, degradándola a instructora. Horney y sus seguidores rápidamente
formaron una nueva organización la Asociación para el Avance del Psicoanálisis, y fundaron el American Journal of
Psychoanalysis. El anuncio del nuevo Instituto de formación contenía una declaración de compromiso con una
enseñanza no autoritaria: “Se reconoce que los estudiantes son adultos inteligentes y responsables... El Instituto tiene
la esperanza de que continuará evitando la rigidez conceptual y respondiendo a las ideas de que cualquier fuente, en
un espíritu de democracia científica y académica (citado por Quinn, 1988, Pág. 353). Fue durante esta este periodo
que realiza sus exposiciones más claras de la teoría de la autora; las cuales, se pueden encontrar en las obras. Su
muerte ocurrió, el 4 de diciembre de 1952 a causa de un cáncer abdominal.

Su teoría de la personalidad, ella le dio el nombre de psicología holística (Kaplan, y Sadock, 1999); la cual sostiene que
toda persona debe entenderse como una entidad global que influye sobre el ambiente y es influida por el entorno.

En síntesis, Horney afirmaba que la personalidad y su desarrollo reciben más bien una influencia considerable de la
cultura y por ende varían de una sociedad a otra. Esta mujer propuso nuevos entendimientos sobre las mujeres y los
hombres; los cuales, tienen hoy mayor aceptación que la teoría psicoanalítica ortodoxa, a la que cuestionó. Es elogiada,
como un importante modelo de rol para las mujeres en la psicología (O` Connell y Russo, 1980). No solamente se le
considera neofreudiana, sino también “una humanista por su visión holística y su énfasis en la autorrealización; y una
feminista por su desarrollo en una psicología femenina” (O`connell, 1980, Pág. 81). Además, su enfoque teórico tiene
mucha similitud con la teoría de Adler; pues ambos, teóricos tienen la necesidad de estudiar a la persona dentro de
su entorno social; como consecuencia de esto, también se le considera como neoadleriano (Sarason, 1978 y col., 1986).
Chaplin y col., 1968 la clasificaron como psicoanalítica social; pues enfatizaba la percepción de metas y la auto
percepción en relación de las metas de la vida como factores básicos en el desarrollo psicológico en el ajuste del
entorno Horney desarrollo una teoría sistemática general de la neurosis en la cual, las diferencias sexuales no eran
inevitables sino más bien desarrollados dentro de un contexto cultural determinado (Eckardt, 1991; Symonds, 1991;
Cloninger, 2003)

Más de Horney – otra biografía


Karen Horney (1885 – 1952) fue una psicoanalista alemana famosa por ser una de las fundadoras de la psicología
feminista, y por ser una de las primeras mujeres en participar en el estudio del comportamiento humano. A pesar de
ser una seguidora de Freud, en algunos aspectos sus ideas diferían bastante de las de este.

Karen Horney nació en Alemania y vivió allí durante gran parte de su vida, pero en sus últimos años en el ámbito
profesional ejerció su labor en los Estados Unidos. Durante la mayoría de su carrera tuvo que enfrentarse a los
prejuicios existentes en aquella época contra las mujeres que estudiaban carreras superiores, pero aun así logró un
reconocimiento bastante alto.

Las ideas de Karen Horney estaban basadas en la visión Freudiana del ser humano, pero algunas de ellas cuestionaban
las teorías clásicas de este pensador. Esto era especialmente cierto en el ámbito de la sexualidad, ya que creía que las
diferencias entre hombres y mujeres eran puramente culturales y sociales en lugar de biológicas como pensaba Freud.
Por ello, sus ideas son consideradas neo – Freudianas.

Además de esto, Karen Horney fue famosa en su tiempo debido a sus teorías sobre la neurosis, que incluso hoy en día
son consideradas de las mejores de la historia. Esta psicoanalista creía que la neurosis es un proceso continuo que
aparece en determinados momentos de la vida, y que está condicionada sobre todo por la infancia y la relación con
los padres de la persona.

Biografía
Infancia y primeros años
Karen Horney nació en Blankenese, Hamburgo, el 16 de septiembre de 1885. Su padre, Berndt Wackels Danielsen, era
un ciudadano noruego con permiso de residencia alemán. Su profesión como capitán de un navío mercante, y sus
fuertes creencias como protestante tradicionalista, le convirtieron en una figura ambivalente en la vida de Karen.

Por otro lado, su madre Clotilde era de origen holandés, y a pesar de ser más abierta de mente que su padre también
tenía problemas emocionales. Según la propia Karen, su madre era depresiva, irritable, y tendía a intentar dominar
tanto a ella como a su hermano.
Según los diarios de la propia Karen Horney, su padre ejerció como una figura cruel durante su infancia, y ella se sentía
más cercana a su madre a pesar de percibir también sus fallos.

Como un acto de rebeldía, desde una edad muy temprana decidió centrar sus esfuerzos en convertirse en una mujer
brillante y exitosa en el terreno intelectual, algo muy distinto a lo que su padre quería para ella.

Cuando Karen tenía 19 años, su madre abandonó a su padre y se llevó a sus hijos con ella. Los efectos de la mala
relación de Horney con su familia se notaron durante toda su vida según sus propios testimonios, y la llevaron a sufrir
varios episodios de depresión y de desequilibrios emocionales a lo largo de los años.

Estudios y práctica profesional


Karen Horney estudió medicina en varias universidades alemanas, entre ellas las de Freiburg, Göttingen y Berlín.
Consiguió su graduado en esta materia en 1911, y después de dos años ejerciendo como médico empezó a interesarse
por el campo de la psicología, especialmente por las teorías psicoanalíticas.

Entre 1913 y 1915 Horney empezó a formarse en psicoanálisis con Karl Abraham, un discípulo de Sigmund Freud que
también comenzó a analizarla. Tras terminar su formación, estuvo trabajando desde 1915 hasta 1920 en diferentes
contextos clínicos, actuando en todo momento en colaboración con distintos hospitales alemanes. En 1920 se
convirtió en profesora del Instituto Psicoanalítico de Berlín.

Karen Horney seguía en gran medida las teorías de Freud en su práctica psicoanalítica. Sin embargo, prácticamente
desde el principio empezó a mostrar su desacuerdo hacia el tratamiento de la psicología femenina de este autor. Freud
apenas le dedicó atención a las diferencias entre ambos sexos, algo que a Horney no le parecía adecuado.

A pesar de que en el contexto del psicoanálisis estaba muy mal visto mostrar desacuerdo con las ideas de Freud,
Horney rechazó algunas de ellas abiertamente, como por ejemplo la de la envidia de pene. En su lugar propuso la
teoría de que las diferencias entre hombres y mujeres eran sobre todo sociales, y no biológicas como muchos otros
creían.

Traslado a Estados Unidos


En 1932 Karen Horney fue invitada a trabajar como directora asociada del Instituto Psicoanalítico de Chicago, y se
mudó a los Estados Unidos para ejercer esta posición. Sin embargo, tan solo dos años después decidió volver a ejercer
la práctica de la psicoterapia de forma autónoma, y se mudó a Nueva York.

En esta ciudad, además de seguir viendo a sus propios pacientes, también comenzó a trabajar como profesora en la
Nueva Escuela para Investigación Social. Allí creó la mayoría de sus trabajos teóricos, La personalidad neurótica de
nuestro tiempo (1937) y Nuevos caminos en el psicoanálisis (1939).

En estos trabajos sostuvo sus ideas sobre la importancia del ambiente y las condiciones sociales, que para ella tendrían
mucho más peso en nuestro comportamiento que los instintos y la biología tal y como afirmaba Freud. Para Horney la
personalidad está determinada por nuestro entorno en la infancia, que también produciría la mayoría de las neurosis
y trastornos psicológicos.

Durante esta época Karen Horney se opuso a muchas de las teorías más importantes del psicoanálisis clásico, entre
ellas las de la libido, el instinto de muerte y el complejo de Edipo. Esto supuso su expulsión del Instituto Psicoanalítico
de Nueva York en 1941, y la llevó a crear la Asociación para el Avance del Psicoanálisis.

En sus últimos años Horney fundó la revista American Journal of Psychoanalisis, y trabajó como su editora hasta su
muerte en 1952. Además de esto siguió publicando obras en las que exploraba sus ideas sobre la neurosis y su origen
en los problemas relacionales, como Nuestros conflictos internos (1945) y Neurosis y crecimiento humano (1950).

Obras
– La personalidad neurótica de nuestro tiempo (1937).
– Nuevos caminos en el psicoanálisis (1939).
– Nuestros conflictos internos (1945).
– Neurosis y crecimiento humano (1950).
– Psicología femenina (1967, póstumo).
2. PLANTEAMIENTOS TEÓRICOS DE LA AUTORA:
a. Teoría
Teoría de Karen Horney
Neurosis
Posiblemente la aportación más importante de Karen Horney al campo del psicoanálisis fue su teoría sobre la neurosis
y el funcionamiento de este mecanismo. Esta autora dedicó muchos años a estudiar el fenómeno en base a lo que
observaba en sus pacientes. Su conclusión fue que la neurosis aparecía de manera continua, y que se trataba de un
proceso normal en muchos individuos.

Esto iba en contraposición a las ideas establecidas sobre la neurosis, que defendían que se trataba de una forma de
enfermedad mental severa y que aparecía como consecuencia de una situación extrema como un divorcio o un trauma
durante la niñez.

Para Karen Horney, la neurosis aparece sobre todo como consecuencia de la sensación de abandono de la persona
durante su infancia. La clave para entender este fenómeno es estudiar la percepción del propio individuo, en lugar de
lo que ocurrió de manera objetiva. Si un niño siente que sus padres le muestran indiferencia o no le cuidan
correctamente, durante su vida adulta es probable que aparezca la neurosis.

La Teoría de la personalidad de Karen Horney


Las teorías de personalidad en psicología de Karen Horney son quizás las mejores teorías sobre las neurosis que
tenemos.

En primer lugar, ofreció una perspectiva bastante distinta de entender la neurosis, considerándola como algo bastante
más contínuo en la vida normal que los teóricos previos. Concretamente, entendía la neurosis como un intento de
hacer la vida más llevadera, como una forma de "control interpersonal y adaptación". Esto sería, por supuesto, aquello
a lo que estamos dirigidos en nuestra vida cotidiana, solo que parece que la mayoría de nosotros lo hacemos bien y
los neuróticos parece que se hunden más rápidamente.

En su experiencia clínica, distinguió 10 patrones particulares de necesidades neuróticas, los cuales están basados sobre
aquellas cosas que todos necesitamos, pero que se han vuelto distorsionadas de diversas formas por las dificultades
de las vidas de algunas personas.

Teoría de la neurosis: el psicoanálisis de Karen Horney


Tomemos la primera necesidad como ejemplo; la necesidad de afecto y aprobación: Todos necesitamos afecto,
entonces ¿qué es lo que hace neurótica a esta necesidad? Primero, la necesidad es irreal, irracional, indiscriminada.
Por ejemplo, todos necesitamos afecto, pero no lo esperamos de todo aquel que conocemos. No esperamos grandes
dosis de afecto de parte de incluso nuestros mejores amigos y relaciones. No esperamos que nuestras parejas nos den
afecto todo el tiempo, en todas las circunstancias. No esperamos grandes muestras de amor mientras que nuestras
parejas están rellenando los formularios de pagos a Hacienda, por ejemplo. Y, somos conscientes de que habrá muchas
veces en nuestra vida donde tendremos que ser autosuficientes.

Segundo, la necesidad neurótica es bastante más intensa y provocará un gran monto de ansiedad si no se satisface su
demanda o incluso si se percibe que no será satisfecha en un futuro. Es esto, por tanto, lo que le lleva a tener esa
naturaleza irreal. El afecto, para continuar con el mismo ejemplo, debe expresarse claramente en todo momento, en
todas las circunstancias, por todas las personas, o el pánico se instaurará. El neurótico ha hecho de la necesidad lo
central de su existencia.

Diez patrones neuróticos


A partir de sus experiencias ejerciendo la psicoterapia Horney describió diez patrones de comportamientos neuróticos,
que tendrían que ver con elementos que los humanos necesitamos para conseguir llevar una vida buena y con sentido.

Una persona neurótica podría mostrar las diez, pero en la práctica no es necesario que aparezcan todas para considerar
que se está produciendo un caso de neurosis.
Los diez patrones neuróticos descritos por Horney eran los siguientes: necesidad de aprobación, de conseguir una
pareja, de reconocimiento social, de admiración, de poder, de manipular a los demás, de conseguir logros, de alcanzar
la autosuficiencia, de perfección, y de restricción de la propia vida.

Las 10 necesidades neuróticas según Horney


Según la teoría de la personalidad en psicología de Karen Horney, las necesidades neuróticas son las siguientes:

Necesidad neurótica de afecto y aprobación: Necesidad indiscriminada de complacer a los demás y ser querido por
ellos.

Necesidad neurótica de pareja: de alguien que lleve las riendas de nuestra vida. Esta necesidad incluye la idea de que
el amor resolverá todos nuestros problemas. Una vez más, a todos nos gustaría tener un compañero con quien
compartir nuestra vida, pero el neurótico va uno o dos pasos más allá.

El neurótico necesita restringir la vida de uno a límites muy estrechos, a no ser demandantes, a satisfacernos con muy
poco. Incluso esta postura tiene su contrapartida normal. ¿Quién no ha sentido la necesidad de simplificar la vida
cuando se vuelve muy estresante; de unirse a una orden monacal; a desaparecer de la rutina; o de volver al útero
materno?

Necesidad neurótica de poder: de control sobre los demás, de omnipotencia. Todos buscamos el poder, pero el
neurótico se desespera por lograrlo. Es un dominio de su propia gesta, usualmente acompañado de un rechazo por la
debilidad y una fuerte creencia en los propios poderes racionales.

Necesidad neurótica de explotar: a los demás y sacar lo mejor de éstos. En la persona común podríamos entender esto
como la necesidad de tener un efecto, de provocar impacto, de ser escuchado. En el neurótico, se convierte en una
manipulación y la creencia de que los demás están ahí para ser utilizados. Puede comprender también una idea de
miedo a ser manipulado por los demás, de parecer estúpido. Ustedes se habrán percatado de esas personas que les
encanta las bromas pesadas, pero no las soportan cuando ellas son el blanco de tales bromas, ¿no?.

Necesidad neurótica de reconocimiento o prestigio social: Somos criaturas sociales, así como sexuales, y nos gusta ser
apreciados por los demás. Pero estas personas están sobrepreocupadas por las apariencias y la popularidad. Temen
ser ignoradas, simples, poco "guay" y "fuera de lugar".

Necesidad de admiración personal: Todos necesitamos ser admirados por nuestras cualidades tanto internas como
externas. Necesitamos sentirnos importantes y valorados. Pero algunas personas están más desesperadas y necesitan
recordarnos su importancia ("nadie reconoce los genios"; "Soy el verdadero artífice detrás de las escenas, ¿sabes?", y
así sucesivamente. Su miedo se centra en no ser nadie, falto de importancia y sin sentido en sus acciones.

Necesidad neurótica de logro personal: Una vez más diremos que no hay nada malo en aspirar a logros, ni mucho
menos. Pero algunas personas están obsesionadas con ello. Deben ser los número uno en todo y dado que esto es,
desde luego, una tarea muy difícil, vemos a estas personas constantemente devaluando aquello en lo que no pueden
ser los primeros. Si, por ejemplo, son buenos corredores, el lanzamiento de disco y las pesas son "deportes
secundarios". Si su fuerte es lo académico, las habilidades físicas no son de importancia, y demás.

Necesidad neurótica de autosuficiencia e independencia: Todos nosotros debemos cultivar cierta autonomía, pero
algunas gentes sienten que no deberían necesitar de nadie nunca. Tienden a rechazar la ayuda y muchas veces son
reticentes a comprometerse en una relación afectiva.

Necesidad de perfección e inexpugnabilidad: Muchas veces para ser cada vez mejores en nuestra vida, tenemos un
impulso que puede de hecho ser de consideración neurótica, pero algunas personas pretenden constantemente ser
perfectas y temen fallar. No resisten que se les "coja" en un error y necesitan, por tanto, controlar todo el tiempo.

A medida que Horney fue revisando sus conceptos, empezó a darse cuenta que sus tipos de necesidades neuróticas
podían agruparse en tres amplias estrategias de adaptación:

Complianza (cumplimiento), que incluye las necesidades 1, 2 y 3.


Agresión, incluyendo las necesidades desde la 4 hasta la 8.
Alejamiento, incluyendo las necesidades 9, 10 y 3. Esta última fue añadida porque es crucial para lograr la ilusión de
independencia y perfección total.

En sus escritos, la autora usó otras frases para referirse a estas tres estrategias. Además de la complianza, se refirió a
ésta como la estrategia de moverse hacia y la llamada auto-retirada. Sólo tenemos que detenernos un poco para ver
que estas frases son muy similares en contenido al acercamiento de aprendizaje o de la personalidad flemática de
Adler.

El segundo punto (la agresión) también fue llamado como moverse en contra de o como la solución expansiva.
Correspondería a lo mismo que describió Adler con su tipo dominante o la llamada personalidad colérica.

Y finalmente, además de alejamiento, la tercera necesidad fue llamada también como alejarse de la solución o de
resignación. Es muy parecido al tipo evitativo de Adler o la personalidad melancólica.

Otros aportes
Además de su visión sobre la neurosis, Karen Horney también desarrolló teorías sobre otros elementos de la psicología
humana muy innovadores para su época. A continuación, veremos algunas de las más importantes.

Narcisismo
A diferencia de la mayoría de sus pensadores contemporáneos, Horney creía que el narcisismo no es un instinto
primario de todas las personas, sino que se produce tan solo en los casos en los que se mezcla un entorno concreto
con un temperamento determinado. Por lo tanto, las tendencias narcisistas no serían inherentes al ser humano.

Psicología femenina
Karen Horney también pasó a la historia por ser una de las primeras personas en investigar sobre las peculiaridades
de la psicología femenina. Catorce de sus publicaciones realizadas entre 1922 y 1937 fueron recopiladas en un libro
llamado simplemente Psicología femenina.

Al ser una de las primeras mujeres en ejercer la psiquiatría, creía que el tratamiento que se le había dado a la psicología
femenina hasta el momento era insuficiente. Para ella, la cultura fomentaba que las mujeres se volvieran dependientes
de los hombres, y por lo tanto la mayoría de diferencias entre sexos podrían explicarse a partir de este fenómeno.

Por otro lado, para esta autora todos los seres humanos tenemos una necesidad innata de crear y contribuir al mundo;
y el hecho de que los hombres no puedan hacerlo dando a luz los lleva a intentar sobrecompensar y volverse más
exitosos en el plano profesional. Esto dio lugar al concepto de “envidia de útero”, que se contrapone a la teoría
freudiana de la envidia de pene.

KAREN HORNEY: TEORÍA Y DESARROLLO


Es cierto que algunas personas que fueron víctimas de malos tratos y abandono en la niñez sufren de neurosis en su
vida adulta. Lo que casi siempre olvidamos es que la mayoría no. Si tienes un padre violento o una madre
esquizofrénica, o has sido abusado sexualmente por un tío, podrías, no obstante, tener otros miembros familiares que
te quisieron mucho, que cuidaron mucho de ti y que trabajaron para protegerte de otros posibles daños; y podrías
haber crecido sano y feliz como adulto. Es incluso aún más cierto que la mayoría de los neuróticos adultos de hecho
no sufren de abusos ni rechazo infantil, por tanto, la surge la siguiente interrogante: si el rechazo ni el abuso infantil
son las causas de las neurosis, entonces ¿qué la produce?

La respuesta de Horney es la llamada indiferencia paterna o como ella le llamaba "la maldad básica" o una falta de
calidez y afecto durante la infancia. Hay que saber que incluso una paliza ocasional o un encuentro sexual en la niñez
pueden superarse, siempre y cuando el niño se sienta aceptado y querido.

La clave para entender la indiferencia parental es que constituye una forma de percepción del niño y no de las
intenciones de los padres. Aquí sería bueno recordar que "El camino al infierno está lleno de buenas intenciones". Un
padre con buenas intenciones puede fácilmente transmitir una comunicación de indiferencia a sus hijos con cuestiones
como las que siguen:

Preferencia de un hijo sobre otro


Negarse a cumplir promesas mantenidas
Alterando o entorpeciendo relaciones con amigos de sus hijos
Burlarse de las ideas de los hijos
Nótese que muchos padres, incluso aquellos buenos padres, hacen esto debido a las presiones en las que ellos mismos
se encuentran. Otros lo hacen porque ellos mismos son neuróticos y colocan sus necesidades sobre las de sus hijos.

Horney observó que los niños responden no con pasividad y debilidad ante la indiferencia parental, tal y como nosotros
creemos, sino que lo hacen con rabia, respuesta que la autora describe como la hostilidad básica. El hecho de frustrarse
conlleva a una respuesta primera de un esfuerzo por protestar por la injusticia.

Algunos niños perciben que esta hostilidad es efectiva y con el tiempo se convierte en una respuesta generalizada ante
las dificultades de la vida. En otras palabras; desarrollan un estilo adaptativo agresivo, diciéndose a sí mismos, "si tengo
el poder, nadie puede hacerme daño".

Sin embargo, la mayoría de los niños se hallan sobresaturados de ansiedad básica, lo que se traduce casi siempre en
un miedo al abandono y a sentirse desamparados. Por una cuestión de sobrevivencia, la hostilidad básica puede ser
suprimida y así los padres alcanzan la victoria. Si esta actitud parece funcionar mejor para el niño, entonces se
consolidará como la estrategia adaptativa preferida (complianza). Se dicen a sí mismos: "Si puedo lograr que me
quieras, entonces no me harás daño".

Algunos niños descubren que ni la agresión ni la complianza eliminan la indiferencia parental percibida, por lo que
solucionan el problema abandonando la lucha familiar y metiéndose en sí mismos, volviéndose preocupados por ellos
prioritariamente. Esta es la tercera estrategia adaptativa. Se dicen: "Si me repliego, nada me dañará".

TEORÍA DEL SELF


Horney tenía una manera más de ver a las neurosis: en términos de imagen del self (de sí mismo). Para Karen Horney,
el self es el centro del ser; su potencial. Si uno ha sido sano, entonces habría desarrollado un concepto preciso de
quién soy y por consiguiente podré sentirme libre de impulsar ese potencial (auto-realización). Este tipo de teorías
podían considerarse la versión del psicoanálisis de Karen Horney

El neurótico tiene una visión diferente de las cosas. El self neurótico está "escindido" en un self ideal y un self
despreciado. Otros teóricos hablan de un self "especular", aquel que piensas que los demás ven. Si miramos a nuestro
alrededor (de forma precisa o no) creyendo que los demás te están despreciando, entonces internalizaremos esta
sensación como si fuese verdaderamente nuestra percepción de nosotros mismos. Por otro lado, si estamos fallando
de alguna manera, esto implicaría que existen ciertos ideales ante los que nos estamos sometiendo. Estamos creando
un self ideal fuera de nuestras "posibilidades". Tenemos que entender que el self ideal no es una meta positiva; todo
lo contrario, es irreal y finalmente imposible de alcanzar. Por tanto, el neurótico se balancea entre odiarse a sí mismos
y pretender ser perfectos.

Horney llamó a esta relación estrecha entre los yo ideales y despreciados como "la tiranía de los posibles" y de los
neuróticos la "lucha por la gloria".

La persona sumisa cree que "debería ser dulce, auto-sacrificado y santo".


La persona agresiva dice "debería ser fuerte, reconocido y un ganador".
La persona introvertida cree que "debería ser independiente, reservado y perfecto".

Y mientras está vacilando entre estos dos self imposibles, el neurótico se ve alienado de su propio yo y retraído de
llevar a cabo sus potenciales verdaderos.
Discusión de la teoría de la personalidad de Karen Horney
A primera vista, parecería que Horney robó algunas de las mejores ideas de Adler. Está claro, por ejemplo, que sus tres
estrategias adaptativas son muy cercanas a los tres tipos adlerianos. Es, de hecho, bastante lógico pensar que Karen
fue muy influida por Adler, pero si nos acercamos bien a cómo ella derivó sus tres estrategias (a través de colapsar
grupos de necesidades neuróticas), podemos observar que simplemente llegó a las mismas conclusiones desde un
abordaje distinto. Sin embargo, no hay duda de que tanto Horney como Adler (y Fromm y Sullivan) constituyen una
escuela no oficial de psiquiatría. Usualmente son llamados neo-freudianos, aunque el término sea bastante impreciso.
Por desgracia, el otro término común es el de psicólogos sociales, el cual, aun cuando es preciso, es un término usado
más para designar un área de estudio.

Es importante observar cómo la teoría de Horney se acerca a la de Adler en cuanto a las diferencias entre el afán de
perfección sano y neurótico, e incluso, para adelantarnos un poco a nuestros autores revisados, cómo se parece su
conceptualización a la de Carl Rogers. Muchas veces creo que cuando varias personas ofrecen ideas similares, es un
buen signo de que estamos llegando a algo valioso.

Karen Horney tuvo un par más de interesantes ideas que deberíamos mencionar. En primer lugar, ella criticó la idea
freudiana de envidia al pene. Aunque aceptó que esto de hecho ocurría en algunas mujeres neuróticas, estaba muy
lejos de ser un fenómeno universal. Sugirió que lo que parecía ser una envidia al pene era realmente una envidia
justificada al poder de los hombres en este mundo.

De hecho, decía, podría haber una contrapartida masculina a la envidia al pene en los hombres, la envidia al útero,
significando a aquella envidia que se siente ante la habilidad femenina de criar hijos. Quizás, el grado hasta donde
muchos hombres se dirigen a por el éxito y de querer que sus apellidos perduren después de su muerte es una
compensación por su incapacidad de perdurar una parte de sí mismos a través de llevar consigo, amamantar y criar
sus hijos.

Críticas y limitaciones de la teoría de Horney


Una segunda idea, la cual no tiene mucha aceptación en la comunidad psicológica, es la del autoanálisis. Karen Horney
escribió uno de los primeros manuales de autoayuda y sugirió que con pequeños problemas neuróticos, nosotros
podríamos ser nuestros propios psiquiatras. Podemos observar aquí cómo esta idea podría amenazar unos cuantos de
esos egos delicados que hacen su vida como terapeutas.
Siempre sorprenden las reacciones que algunos de psicólogos tienen con respecto a personas como Joyce Brothers, el
famoso columnista psicólogo (posiblemente, esta postura de algunos terapeutas, sobre todo en el ámbito
psicoanalítico esté en sus inicios de modificarse, debido a una nueva apertura y flexibilización de los puntos de vista
ortodoxos y radicales de las escuelas. N.T.).

Aparentemente, si no trabajamos con una guía oficial, tu trabajo se verá reducido a considerarse como "psicología
barata". (Desde nuestra postura, es muy probable que muchos psiquiatras, ante el temor de una psicoterapia menos
científica, opten por aferrarse a una psiquiatría bilogicista, donde los fenómenos psicológicos no tienen otra cabida
que la causa orgánica, aferrándose así a la "ciencia médica". N.T.).

El comentario más negativo que podría hacer a Karen Horney es que su teoría está limitada a la neurosis. Además de
dejar de lado la psicosis y otros problemas, aísla a la persona verdaderamente sana. No obstante, ya que ella sitúa a
las personas neuróticas y sanas en un contínum, se refiere al neurótico que existe en todos.

Neurosis, self real y autorrealización


Según Horney, la neurosis es una alteración en la relación de una persona con ella misma y con otras. El factor clave
en la aparición de los síntomas es la forma en que los padres manejan la ansiedad del hijo durante su desarrollo.

La personalidad neurótica o neurosis caracterial surge cuando los padres no proporcionan a sus hijos un entorno
afectuoso y seguro, generándoles sentimientos de aislamiento, desamparo y hostilidad. Esto bloquea el desarrollo
normal e impide que la persona se convierta en su “self real”.

En la obra de Horney, el self (o sí mismo) real es equivalente a la identidad. Si el crecimiento personal de un individuo
es sano, sus conductas y sus relaciones se desarrollan adecuadamente, lo cual lleva a la autorrealización. Para Horney
ésta es una tendencia humana natural; posteriormente humanistas como Rogers y Maslow sostendrían la misma
creencia.

Por contra, la identidad de las personas neuróticas se encuentra dividida entre el self real y el self ideal. Como las
metas del self ideal no son realistas, la persona se identifica con una imagen menospreciada de ella misma, lo que la
lleva a distanciarse aún más del self real. Así, los neuróticos alternan entre el perfeccionismo y el autodesprecio.

3. LA ANGUSTIA Y RECURSOS CONTRA LA ANGUSTIA BÁSICA


Angustia básica
Definición: Término psicoanalítico utilizado por Karen Horney. Para esta autora el niño no sólo teme al castigo a causa
de los impulsos prohibidos, sino que también siente al ambiente como una amenaza para su desarrollo total. El niño
rechazado, no aceptado, desarrolla la angustia básica. Es descrita como una sensación de desamparo en un mundo
hostil. Esta angustia no es innata, se debe a factores ambientales, se produce como consecuencia de la reacción de las
personas ante la falta de aceptación.

Las perturbaciones de las relaciones humanas generarían una ansiedad básica que lleva al individuo a adoptar
estrategias de defensa que no son sólo equivocadas sino también contradictorias, e inhiben su espontaneidad. La
neurosis sería, pues, un proceso de alienación del ‘yo real’

4. CONFLICTO BÁSICO

La teoría del conflicto básico de Horney es el producto del cuestionamiento de la teoría de la libido de Freud, sin
preocuparse en hacer un análisis más profundo de otras teorías psicodinámicas (exceptuando la de Fromm, que sigue
una postura parecida), tales como las de Jung y Adler, de un alto interés.

El conflicto normal y el conflicto neurótico.


El conflicto, en general, surge al presentarse distintas alternativas de acción al individuo, cada una de las cuales tiene
sus pros y sus contras, por lo cual el individuo tiene que decidir; esto es inevitable y, por lo tanto, normal. En una
sociedad como la nuestra, donde existe una multitud de opciones por tomar, los conflictos se hacen más numerosos.
Horney nos dice que, para que un conflicto se dé como tal y pueda ser resuelto de una manera sana, es necesario que
el individuo sepa cuáles son sus sentimientos, posea una serie de valores y tenga la capacidad de asumir la
responsabilidad de sus decisiones, que excluirá una o más alternativas de las posibles. En el neurótico estas
condiciones no están dadas, ya que no tiene claros sus sentimientos, sus valores están ocultos por patrones
compulsivos y estos le impiden tener la firmeza necesaria para mantener una decisión.
El conflicto neurótico se caracteriza por estar basado en tendencias neuróticas, las cuales son formas que el individuo
tiene para enfrentarse al medio que le es hostil. Estas tendrían su génesis en la infancia como respuesta ante la
ansiedad básica y se caracterizan por ser compulsivas e inconscientes. A diferencia de los conflictos normales, en que
las alternativas que se presentan son conocidas por el individuo y éste puede elegir, aunque el resultado sea duro, en
el conflicto neurótico las tendencias son inconscientes, pueden ser totalmente contradictorias y, por lo tanto, no le
dejan al individuo vía de acción frente a estas fuerzas que lo manipulan sin que él así lo desee; así, según Horney: “...el
origen del conflicto gira en torno a la incapacidad de desear algo cordialmente, propio del neurótico, ya que sus deseos
están divididos y van en dirección opuestas..”(HORNEY,1959)

Expresiones del conflicto básico.


Primero, el conflicto básico neurótico produce síntomas psicógenos, tales como estados de ansiedad, depresión,
inercia, despego, etc. En segundo término, el conflicto básico se caracteriza por la inconsecuencia de los actos del
neurótico. Por ejemplo, una persona que se caracteriza por realizar acciones de beneficencia, esclaviza a los miembros
de sus familias. La persona no se da cuenta de las contradicciones que presenta su conducta, que para los demás son
fácilmente observables. Según Horney, a veces aparece el conflicto básico en la superficie de manera consciente, pero
se expresa de manera deformada, presentándose como un conflicto particular, punta de iceberg para el conflicto
básico de fondo. También puede aparecer en la mente consciente de la persona como una cierta incompatibilidad
entre ella y su medio.

La conducta del individuo neurótico estará determinada con mayor fuerza por la actitud predominante, ya sea esta
hacía, contra o aparte de la gente; esto no indica que las otras tendencias sean menos poderosas; si las tres actitudes
se presentan de modo fuerte, el conflicto se agudiza. En el individuo normal las tres actitudes no se excluyen y se
combinan armoniosamente, adaptándose la conducta del individuo a la situación; el neurótico, en cambio, no puede
combinar las tres actitudes de manera adecuada, porque se manifiestan de manera compulsiva, lo que lleva al
individuo a enfrentarse de manera rígida ante las situaciones, aunque la actitud predominante no sea la adecuada, y
a sentir ansiedad ante la posibilidad de actuar de modo distinto al que su tendencia le lleva. La rigidez del modo de
acción depende de la historia del individuo: si la situación en la infancia no es excesivamente prohibitiva respecto de
cualquier desarrollo espontáneo, las experiencias posteriores, particularmente en la adolescencia, pueden moldear el
carácter de la persona; pero, por el contrario, si las experiencias anteriores en el niño fueron de gran impacto, éstas
pueden dar al niño una rígida personalidad, que las experiencias posteriores no cambian.

El conflicto, si bien se inicia como una alteración de la relación con los demás, se expande al resto de la personalidad,
alterando las metas y valores. Según Horney: “el conflicto nacido de actitudes incompatibles constituye el núcleo de
la neurosis” (HORNEY, 1959, pag.45)

Consecuencias de los conflictos por resolver


Los miedos: La fuente de los miedos del neurótico es el temor a la perturbación del equilibrio. El equilibrio que tiene
el neurótico se puede romper fácilmente, ya que se basa en la armonización artificial de las tendencias neuróticas
contradictorias; de este modo, el neurótico, sin razón aparente, se enfurece, se alegra o se deprime. Toda esta suma
de desequilibrios le da inseguridad: no confía en sí.

La más concreta expresión del miedo es el miedo a la locura. Este miedo aparece cuando hay una aguda desesperación,
y su promotor más común es la amenaza a la imagen ideal. Si bien este miedo a la locura es raro, constituye la
expresión más consciente del miedo a perder el equilibrio.

Otro miedo es el que se tiene a la exposición; su génesis está en las falsas suposiciones que entran en el desarrollo y
mantenimiento del a estructura en sí. El neurótico tiene miedo de que descubran o el mismo descubrir que no tiene
alguna característica que se supondría poseería. El miedo a este descubrimiento puede ser provocado por cualquier
situación que para el neurótico sea una prueba.

También podemos encontrar el miedo a la desconsideración, a la humillación y al ridículo. Las consecuencias de este
miedo es colocar al neurótico aparte de los demás y hacerle hostil a ellos, no atreviéndose éste a acercarse a la gente
que considera superior a él en algún aspecto; no tratan de impresionar a los demás, de buscar una posición mejor,
etc., todo por el miedo al ridículo. Este miedo es considerado una condensación de los otros miedos: temor de cambiar
algo en uno, porque podría ser para peor; este temor a lo desconocido, miedo a no poder cambiar, se comprende
mejor cuando se entiende la impotencia del neurótico.

Empobrecimiento de la personalidad: Los conflictos por resolver producen un gran desgaste de energía psíquica en el
individuo neurótico, ya que este tiene que destinar todas sus fuerzas a conciliar las tendencias contradictorias que
tiene en su interior para no desgarrarse, forjando un equilibrio que siempre es inestable. De este modo, toda la energía
se pierde en esta resolución del conflicto, no vigor para realizar de buena manera ninguna otra tarea.

Es importante considerar que los impulsos y necesidades contradictorias no son los únicos que consumen energía, ya
que hay factores de la estructura protectora que producen los mismos efectos. Asimismo, la enajenación del yo le
quita a la persona su fuerza motriz; esto no solo significa que el individuo neurótico no puede hacer nada constructivo,
sino que también sus fuerzas creadoras se pierden.

La mala dirección de la energía puede manifestarse en tres perturbaciones características: la indecisión general, de la
cual la el neurótico no se da cuenta porque inconscientemente hace esfuerzos para evitar la decisión; una ineficacia
general, resultado, según Horney, de :”...la incapacidad de la persona , para ejercitar sus esfuerzos en razón de las
corrientes cruzadas internas...”(HORNEY,1959,pag.155): La tercera perturbación sintomática es la inercia general: los
que la sufren se les acusa de pereza , que no saben disfrutar el ocio; es afectado tiene una aversión al esfuerzo , el
aparecería como el miedo a que el esfuerzo haga daño, lo que se entendería al constatar que los enfermos se cansan
rápidamente:”...la inercia neurótica es una parálisis de la iniciativa y de la acción...”(HORNEY;1959, pag.157).

También podemos encontrar como efecto del empobrecimiento de la personalidad la existencia de una arrogancia
neurótica inconsciente en la cual la persona piensa que tiene cualidades que en realidad no tiene o tiene en menor
grado al que supone.

Otro problema moral es la incapacidad de adaptar una postura definida y la inseguridad producto de ella. El neurótico
tiene muchas vacilaciones, cambiando de parecer rápidamente ante cualquier problema. Producto de esto es que la
actitud del neurótico con respecto a la responsabilidad es algo confusa. El asumir responsabilidad en un neurótico es
algo difícil, debido a que no sabe qué hace y por qué lo hace.

El neurótico, con el fin de no reconocer que sus problemas tienen raíces interiores, recurre a tres mecanismos: la
exteriorización, en la cual culpa al exterior, usando el mecanismo de la proyección; una pretendida “inocencia”, en la
que el neurótico adopta la posición de que él no tiene la culpa de nada, que es injusto que le pase algo malo a él, como
envejecer y morir, y la negativa de reconocer relaciones causa y efecto en la propia conducta.

Falta de esperanzas: El neurótico puede estar a veces contento, pero siempre este sentimiento es fácilmente
enturbiado por sus miedos. Hay una falta de esperanza enorme en los neuróticos, lo que se demuestra en que siempre
buscan el lado oscuro de las cosas: hay una notable desesperación, porque el neurótico no sabe qué hacer con su vida.
Horney lo ejemplifica de la siguiente manera: “...esta falta de esperanza es el punto final de los conflictos por resolver
y es más profundo que la desesperación de poder ser alguna vez íntegro...”(HORNEY,1959, pag.181).

Según la autora, hay que darle importancia a esta falta de esperanza. No es un problema de rápida solución, pero es
importante resolverlo para evitar las depresiones, que son recurrentes en los pacientes neuróticos, tanto como las
tendencias suicidas.

Tendencias sádicas: Las personas carentes de esperanza, pueden seguir viviendo de una forma u otra, pero pueden
volverse destructoras y, al mismo tiempo, tratar de realizar una restitución viviendo por sustitución: esto es el
significado de las tendencias sádicas. Podemos observar estas actitudes en los individuos que tienen pocas inhibiciones
para expresar las tendencias neuróticas sádicas, sean o no éstas conscientes.

Una persona sádica puede desear esclavizar. Su víctima tiene que ser esclavo del “superhombre” que es él, dejándose
moldear o educar. El sádico intimida a su víctima para que no se le escape; casi siempre el esclavo es dócil y teme al
abandono debido a la presencia de tendencias neuróticas sumisión en él.

Otra tendencia sádica es la satisfacción que se logra jugando con las emociones de otra persona. Consiste en el juego
de atraer y rechazar, de encontrar y decepcionar, de elevar y degradar dar alegría y dar dolor.
Otra característica de las tendencias sádicas es la de explotar al compañero, en la que lo importante aquí es obtener
lo mejor de los demás, sin dar nada a cambio. Simultáneamente hay una tendencia a frustrar a los demás; de este
modo, cualquier reacción de alegría del compañero es eliminada por el sádico.

También encontramos la tendencia sádica de denigrar y humillar a los demás: el sádico sabe los puntos débiles de los
demás y como herirlos. Horney descarta que las tendencias sádicas provengan de los impulsos sexuales pervertidos.
Según Horney la envidia, la tendencia a denigrar y el descontento resultante explican de cierto modo las tendencias
sádicas. El sádico, al no poder estar a la altura de la persona idealizada, trata que su compañero lo esté.

Estos impulsos sádicos pueden estar reprimidos en algunas personas; de esta forma, se da un sadismo invertido, ya
que la persona teme a estos impulsos de manera tal que los dirige hacia su interior para evitar que lo vean los demás.
Esta persona no se atreve a expresar sus deseos y tienden a cargar con las consecuencias de las faltas, aunque no las
hayan cometido ella

Resolución del conflicto


El deseo de resolver el conflicto puede darse, en el neurótico, por distintas razones: deseo de liberarse de trastornos
neuróticos evidentes, sentir trabas para su desarrollo personal o para estar preparado para una situación determinada.
Según Horney, sólo hay un modo para resolver los conflictos neuróticos, cual es cambiando las condiciones de la
personalidad que han dado lugar a ellos. No basta con ver el conflicto básico, ni tampoco con relacionar las tendencias
contradictorias con sus orígenes y manifestaciones primitivas en la situación infantil. Al tratar de disminuir el poder
del conflicto básico sobre la persona, se debe operar a través de las consecuencias que éste tiene en ellas,
comprendiendo las funciones que desempeñan y tratando de transformar los procesos inconscientes en conscientes;
el neurótico “debe comprender sus necesidades y problemas, darse cuenta de la existencia de éstas [...] y descubrir
sus contradicciones. “(HORNEY, 1960, pag.238). Para el enfermo esto es cambiar profundamente las tendencias de
seguridad y satisfacción que han guiado su conducta, porque tiene que alejarse de las ilusiones sobre su propia persona
y cambiar las bases de sus relaciones.

En definitiva, según Horney, “hay que ayudar al neurótico para que se reintegre, para que se dé cuenta de sus
verdaderos sentimientos, para que desarrolle su escala de valores y se relacione con los demás, basándose en sus
sentimientos y convicciones.” (HORNEY, 1959, pag. 216)

Discusion
Ventajas: La teoría de la neurosis de Horney es esencialmente optimista, ya que considera la posibilidad del cambio
real al reconocer el individuo sus reales necesidades y problemas para que, de acuerdo a sus sentimientos y
convicciones, se reintegre a la vida normal. El conflicto neurótico no es inherente al ser humano, sino que surge debido
a las condiciones del medio del niño por lo que, según Horney, puede ser evitado. Freud, en cambio, considera que el
conflicto es inevitable y que solamente puede ser controlado de una manera mejor por el tratamiento.

Dentro de las teorías psicodinámicas, su postura es culturalista. Ésta la lleva a considerar como factor importante para
la formación del carácter la cultura en que vive y se desarrolla el individuo, junto a la experiencia temprana con los
padres. Las culturas de índole tradicional, al presentar pocas alternativas al individuo, reducen la posibilidad de
conflicto; culturas como la nuestra, en las que las posibilidades de decisión son múltiples, aumentan el número de
posibles opciones a tomar y multiplican la posibilidad que aparezcan conflictos. Horney, entonces, nos da una
perspectiva que no se encierra en la postura biologicista e instintivita de Freud, sino que amplía el espectro de
explicaciones posibles de la neurosis a factores sociológicos y culturales.

Desventajas: La explicación de todos los síntomas psicógenos no psicóticos, e incluso algunos cercanos a estos, la hace
a partir de su vinculación con el conflicto básico. Muchos de estos síntomas, como los ataques de pánico, depresiones
crónicas, inercia vital y otros, pueden ser explicados a partir de otras teorías psicológicas de manera muy distinta e,
incluso, existen explicaciones de orden fisiológico que llevan a tratamientos eficaces, lo que incita a tomar una actitud
crítica ante la teoría de Horney.

Limitaciones: Esta teoría de la personalidad habla principalmente del individuo anormal, que sufre de neurosis, y no
se centra en declarar las características del individuo sano: para Horney, sería meramente un individuo sin conflicto
básico. Al igual que Freud, su trabajo se basa en el estudio de casos clínicos con individuos enfermos.
La teoría del conflicto básico de Horney es el producto del cuestionamiento de la teoría de la libido de Freud, sin
preocuparse en hacer un análisis más profundo de otras teorías psicodinámicas (exceptuando la de Fromm, que sigue
una postura parecida), tales como las de Jung y Adler, de un alto interés.

Aborda el tema de la neurosis desde la perspectiva de su propia cultura (occidental), sin hacer estudios sobre otras
culturas. Hubiera resultado interesante que hubiera sido realizada una investigación en culturas diferentes (indígenas
o asiáticas), para determinar si el mecanismo del conflicto básico es tan universal como Horney pretende.

RESUMEN
En un primer punto, definimos conflicto básico neurótico como la incapacidad del individuo neurótico de responder
de forma adecuada a las condiciones del medio debido a que sus sentimientos se ven encubiertos por patrones
compulsivos contradictorios, que afectan tanto su relación consigo mismo como con los demás.

El conflicto básico tiene ciertas expresiones psicógenas como lo son la ansiedad, depresiones, etc. y se expresa también
por la inconsecuencia del neurótico en sus acciones.

Las consecuencias que trae el conflicto básico son: los miedos, como temor a perder el inestable equilibrio interno; el
empobrecimiento de la personalidad, como producto de la pérdida de energía para mantener bajo control las
tendencias, lo que le impide al neurótico hacer algo constructivo; la falta de esperanzas que se produce por no
encontrar sentido a su vida y las tendencias sádicas se originan al abandonar el individuo otras vías de solución.

La resolución del conflicto solo se resolvería, según Horney, cambiando las condiciones de la personalidad que han
dado lugar a ellos, haciendo que el individuo reconozca sus verdaderas necesidades y logre relacionarse con su medio
social, abandonando la ansiedad básica, origen del conflicto central.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Horney, Karen (1959): Nuestros conflictos interiores. Buenos Aires: Psique.


Horney, Karen (1960): El autoanálisis. Buenos Aires: Psique.

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