1ra parte
Seguridad social.
Aquel derecho que posee toda persona brindándole protección contra las consecuencias de la
vejez, y de la incapacidad que la imposibilite física o mentalmente para llevar una vida digna y
decorosa.
Su finalidad es garantizar la salud, otorgamiento de pensiones, dar asistencia médica, servicios
sociales para el bienestar individual y colectivo, y protección de medios de subsistencia.
Cubriendo la atención médica, subsidio o jubilación en casos de accidentes de trabajo o
enfermedad profesional y licencia retribuida por maternidad antes y después del parto.
Antecedentes.
Para empezar, México en tiempos de la Colonia (1521-1810), conocida como la servidumbre, era la
primera estructura hacia la discriminación y abuso entre razas y género de las personas que
provenían de pueblos indígenas, brindándoles como recompensa comida que solía ser de menor
calidad a la que consumían las familias para quienes trabajaban y un lugar dónde vivir, que a
menudo se ubicaba cerca de los establos o en las cocinas.
En 1917 con la revolución mexicana, se les reconoce a los trabajadores del hogar en la
Constitución, con la proclamación de reconocer la labor doméstica, se dictó que se deberían
expedir leyes sobre el trabajo “doméstico”, pero continuaron “recompensando” con comida y
alojamiento.
En 1931 la Ley Federal del Trabajo (LFT) no consideró necesaria la firma de contrato para nosotras,
y en 1943 la Ley del Seguro Social (LSS) determinó que nuestra inscripción al seguro social no era
obligatoria ya que en México se entendió el trabajo del hogar como una ayuda.
En 1962 se creó la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), encargada de
establecer salarios mínimos justos.
Por la época de 1970, la Ley Federal del Trabajo estableció que la Comisión Nacional de los Salarios
Mínimos (CONASAMI) fijaría el salario mínimo profesional para los y las trabajadoras del hogar,
pero esto no se efectuó.
Años después Marcelina Bautista Bautista, con 14 años y hablando mixteco, migró a la ciudad de
México en busca de oportunidades y comenzó a trabajar en hogares, a pesar de los maltratos que
enfrentó como trabajadora del hogar, marcelina decidió luchar por un cambio, conoció a mujeres
activistas que luchaban por los derechos de las mujeres; lo que la llevó a trabajar de cerca con
distintos colectivos.
Trabajadoras del hogar y la académica Mary Goldsmith trabajaron en conjunto. En 1988 lograron
la primera reunión regional de trabajadoras del hogar en Bogotá, Colombia, donde crearon la
confederación latinoamericana y del caribe de trabajadoras del hogar (CONLACTRAHO). Donde
Marcelina representó a México. En esa reunión se estableció el 30 de marzo como el Día
Internacional de las Personas Trabajadoras del Hogar.
Con las becas ashoka y mcarthur, marcelina tuvo acceso a procesos de formación, orientó a sus
compañeras sobre sus derechos y tomaron conciencia sobre su papel en la sociedad. así se creó el
centro de apoyo y capacitación para empleadas del hogar (caceh).
Decidieron que el término correcto para referirse a ellas era trabajadora del hogar y no otros
sobrenombres como “la muchacha que me ayuda”.
El Fondo Semillas, El CONSEJO NACIONAL PARA PREVENIR LA DISCRIMINACIÓN (CONAPRED), La
entonces COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DEL DISTRITO FEDERAL (CDHDF) Y EL INSTITUTO DE
LAS MUJERES DE LA CIUDAD DE MÉXICO, prestaron atención al movimiento
Marcelina asumió la secretaría general de la conlactraho en 2006; asimismo la lucha adquirió
relevancia internacional en la organización de las naciones unidas (onu) y la organización
internacional del trabajo (OIT).
No fue hasta 2007, que después de varios foros en el Congreso se propusieron reformas con el
énfasis de la visualización del trabajo del hogar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y
la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS).
A pesar de que la idea de un convenio fue planteada en 2006, hasta 2011, se creó el convenio
internacional 189 de la OIT, que dicta derechos, regula el trabajo infantil y adolescente y
promueve la igualdad de trato y prestaciones para las personas trabajadoras del hogar.
En 2012, caceh y la cdhdf lanzaron la campaña “por un trabajo digno ponte los guantes por los
derechos de las trabajadoras”, con el fin de lograr la ratificación del convenio 189 de la OIT.
Para 2015 se crea el Sindicato Nacional de Trabajadores del Hogar (SINACTRAHO) quienes alzan la
voz en hacer valer la igualdad de derechos laborales.
fundaciones, organizaciones y organismos internacionales COMO LA FUNDACIÓN FORD, FONDO
GLOBAL PARA LOS DERECHOS HUMANOS, CARE, CENTRO DE SOLIDARIDAD, WIEGO, FEDERACIÓN
INTERNACIONAL DE TRABAJADORAS DEL HOGAR, HISPANICS FOR PHILANTHROPY Y ONU MUJERES
han apoyado al movimiento de las trabajadoras.
Finalmente fue hasta el 2 de julio de 2019, que en la Ley Federal del Trabajo se elaboraron los
cambios de igualdad jurídica y legal para las trabajadoras del hogar en relación con otros
trabajadores.
2da parte.
En la mayoría de los países de América como del otro lado del mundo, la desigualdad y
discriminación de raza y género, no era la excepción, pues no sólo México posee una historia de
violación a la igualdad de derechos laborales y de seguridad social, sino también el Medio Oriente,
Asia, Europa como en su caso; Tener derecho al paro. Una de las reivindicaciones históricas de las
empleadas del hogar en España está cada vez más cerca de hacerse realidad. La justicia europea
ha sentenciado que negar el acceso de estas trabajadoras al paro es discriminatorio. En concreto,
los magistrados del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) concluyeron que la legislación
española es contraria al derecho comunitario de igualdad de trato entre mujeres y hombres en
materia de la Seguridad Social.
El motivo al que se aferra la justicia europea es que el sector está conformado "casi
exclusivamente" por mujeres –la sentencia apunta que el 95% del total de los empleados del
sector son mujeres— y, por lo tanto, la legislación española constituye una discriminación
indirecta por razón de sexo "contraria a la directiva europea". Así, los magistrados consideran que
la ley española sitúa a las mujeres en una situación de desventaja respecto a los hombres. "Esta
exclusión desemboca en menos protección social hacia los empleados del hogar, un hecho que se
traduce en una situación de desamparo social", concluye el tribunal.
El sector de las empleadas del hogar, conformado por unas 580.00 empleadas (se calcula que un
36% parte de la economía sumergida), es un sector que no cotiza dentro del régimen general de la
Seguridad Social, sino en uno de especial. Esto hace que sea el único colectivo sin derecho al paro
y que permite el despido por desistimiento, es decir, por desconfianza de la persona que contrata
y que no hay que justificar. Esta situación ha desembocado en una cronificación de la
"inestabilidad y la inseguridad" de las trabajadoras.
El trabajo del hogar es una labor que no fue reconocida, hasta la creación de organizaciones en
apoyo al derecho de seguridad social. Tal es el ejemplo de 1997 que se crea la WIEGO por sus
siglas en inglés; Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando que de la mano con 10
activistas, compartían la falta de valoración, comprensión y preocupación hacia las personas
trabajadoras en situación de pobreza de la economía informal, quien junto a instituciones como la
Federación Internacional de Trabajadores del Hogar (FITH), la Unión Internacional de Trabajadores
de la Alimentación y Afines (UITA) y la StreetNet Internacional, trabajan en conjunto para la
igualdad de derechos laborales no solo para las personas trabajadoras del hogar, sino también en
numerosas áreas laborales las cuales no son reconocidas para ejercer sus debidos derechos.
La organización HOGAR JUSTO HOGAR; organización que busca promover los derechos humanos y
la no discriminación en el hogar. Asumimos que la casa y la familia son fundamentales para
modelar relaciones humanas y estructuras sociales. Buscando también poner fin al estado de
indefensión legal en el que se encuentran más de dos millones de mexicanas que se dedican al
trabajo doméstico que –en términos generales– carecen de derechos laborales y de acceso a la
seguridad social.
Y la organización CARE que trabaja junto con organizaciones de América Latina para promover su
derecho al trabajo digno desde 2010. Quien recientemente elaboro alianzas con México, Colombia
y Honduras, dedicándose a la investigación, estrategias de comunicación, formación de coaliciones
y la creación de redes y capacidades con el objetivo de influir políticas publicas y mejorar las vidas
de mas de 10 millones de trabajadores del hogar para 2030.
3ra parte
El amparo.
Mediante escrito presentado el 28 de abril de 2016, MRGG demandó de sus patronas, las
siguientes prestaciones: indemnización constitucional; pago de salarios caídos, aguinaldo,
vacaciones, prima vacacional, prima de antigüedad y del tiempo extraordinario; así como la
inscripción retroactiva ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); además demandó del
IMSS y del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) la
determinación de las cuotas y fincar los capitales consultivos correspondientes.
El 9 de febrero de 2017, una junta de Conciliación Arbitraje en la Ciudad de México emitió un
laudo, en el cual consideró acreditada la renuncia voluntaria de la trabajadora doméstica, motivo
por el cual absolvió a las demandadas del pago de la indemnización constitucional y salarios
caídos. Sin embargo, las condenó al pago de vacaciones, prima vacacional y aguinaldo, pero sólo
respecto al año anterior a la presentación de la demanda. Asimismo, condenó a las demandadas al
pago de horas extras.
Por otra parte, consideró que en términos del numeral 338, fracción II, de la Ley Federal del
Trabajo (LFT), es obligación del patrón proporcionar a los trabajadores domésticos, en caso de
enfermedad que no sea de trabajo y no sea crónica, asistencia médica en tanto se logra su
curación; lo que descarta que la parte patronal esté obligada a efectuar la inscripción de tales
trabajadores al IMSS; lo que también está apoyado en el artículo 13, fracción II, de la Ley del
Seguro Social (LSS); por lo que, el patrón no tiene la obligación de hacer la inscripción ante el IMSS
de dichos empleados. De igual forma consideró que el patrón no está obligado, cuando se trate de
trabajadores domésticos, a pagar la aportación al INFONAVIT; motivo por el cual se absolvió a las
demandadas de la inscripción retroactiva, así como al pago de las aportaciones reclamadas ante el
IMSS. Finalmente, la junta absolvió al IMSS y al INFONAVIT, del pago y cumplimiento de todas las
prestaciones reclamadas.
Inconforme con el laudo, MRGG promovió un juicio de amparo directo ante un tribunal colegiado
en la Ciudad de México, el cual solicitó a esta Corte que ejerciera su facultad de atracción para
conocer y resolver este asunto.
El problema de constitucionalidad planteado consiste en determinar si el hecho de que los
patrones no tengan la obligación jurídica de inscribir a los trabajadores domésticos ante el IMSS,
constituye un trato discriminatorio proscrito por el artículo 1 constitucional, así como una
violación al derecho humano a la seguridad social.
La recta intelección de los débitos generados por el principio de igualdad —en su vertiente formal
como material—, implica que el Estado mexicano se encuentra obligado a asegurar que las
trabajadoras domésticas gocen del derecho humano a la seguridad social, sin discriminación
alguna; ya que el acceso a tal derecho fundamental se encuentra dirigido, precisamente, a "toda
persona", lo cual se proyecta, desde luego, a los grupos desfavorecidos, tal y como lo son las
empleadas que trabajan en el domicilio.
En este sentido, el Estado puede generar regímenes de seguridad social diferenciados para
atender las distintas necesidades de la población, incluidos los grupos vulnerables o marginados.
De donde se sigue que el Estado cuenta con un margen de discrecionalidad o libertad
configurativa necesaria para determinar, conforme a los recursos que disponga y frente a sus
circunstancias específicas, las distintas maneras en que las personas puedan acceder a la
seguridad social, acorde a los diversos planes, regímenes o políticas públicas existentes. Sobre la
base de lo anterior, esta Corte concluye que el hecho de que las empleadas domésticas no se
encuentren contempladas dentro del régimen obligatorio del IMSS no vulnera en sí y por sí mismo
el derecho humano a la seguridad social, a menos que esa exclusión se base en criterios
discriminatorios, o bien que, acorde con la situación de vulnerabilidad de tal grupo, esa exclusión
genere que en la práctica tales trabajadoras carezcan de una adecuada cobertura respecto a las
diversas prestaciones sociales estatales que requieren para contar con un proyecto de vida digno.
Frente al análisis la Corte concluye que el hecho de que las trabajadoras domésticas se encuentren
excluidas del régimen obligatorio del IMSS resulta violatorio del derecho humano a la seguridad
social en igualdad de condiciones, de ahí que lo procedente es declarar la inconstitucionalidad del
artículo 13, fracción II, de la LSS.
4ta parte
Resolución del amparo.1.2
Al haber resultado fundados los argumentos de MRGG, lo que procede es conceder el amparo
solicitado para los siguientes efectos. Se declara la inconstitucional el artículo 13, fracción II, de la
LSS pues, al excluir del régimen obligatorio del Seguro Social a las trabajadoras del hogar, resulta
discriminatorio y violatorio del derecho humano a la seguridad social Ahora bien, respecto a la
inconstitucionalidad del precepto reclamado y, consecuentemente, su inaplicación en el fallo
reclamado —al tratarse de un amparo directo—, se considera que no resulta posible condenar, ni
a la parte patronal, ni al IMSS, al pago retroactivo de las cuotas de seguridad social respectivas, ni
otras prestaciones que se encuentran previstas en el régimen obligatorio del IMSS, ya que resulta
inconcuso que la norma impugnada gozaba de la plena presunción de constitucionalidad y, por
ende, previo a la interposición del presente juicio de amparo, no existía obligación jurídica alguna
que pudiese serle reclamada al patrón respecto a la “omisión” de inscribir a MRGG ante el IMSS y
a la de pagar las cuotas de seguridad social respectivas, ni tampoco débito alguno que pudiese
serle legalmente reprochable al IMSS.
Atendiendo a la trascendencia sistémica y estructural del problema de discriminación detectado,
así como a la obligación derivada del precepto 1 de la Constitución Federal, lo procedente es
poner a conocimiento del IMSS la discriminación que genera el excluir a las trabajadoras del hogar
del régimen obligatorio del Seguro Social, así como la ineficacia del diverso régimen voluntario de
seguridad social para tutelar, adecuadamente y de manera digna, el derecho humano a la
seguridad social de tales trabajadoras. Asimismo, para guiar la instrumentación de la política
pública que deba emprenderse para solventar el referido problema de seguridad social, se plantea
al IMSS que, dentro de un plazo prudente, que podría ser al término del año de 2019 —y
solicitando para ello las partidas presupuestales que se estimen necesarias en el ejercicio de la
referida anualidad—, implemente un programa piloto que tenga como fin último, diseñar y
ejecutar un régimen especial de seguridad social para las trabajadoras del hogar, con base en los
siguientes lineamientos: 1) El régimen especial de seguridad social debe contar con condiciones no
menos favorables que las establecidas para los demás trabajadores; 2) deberá tomar en cuenta las
particularidades del trabajo doméstico; 3) debe resultar de fácil implementación para los
patrones; 4) no puede ser de carácter voluntario, sino obligatorio; 5) debe ser viable para el IMSS,
desde el punto de vista financiero; 6) y se deberá explorar la posibilidad de facilitar
administrativamente el cumplimiento de las obligaciones que deriven de este régimen a los
patrones. Finalmente, esta Corte considera que la finalidad de los anteriores lineamientos o
directrices estriba en que, en un plazo no mayor a 18 meses a partir de la implementación del
referido programa piloto, el IMSS, acorde a sus capacidades técnicas, operativas y presupuestales,
se encuentre en aptitud de proponer al Congreso de la Unión las adecuaciones normativas
necesarias para la incorporación formal del nuevo sistema especial de seguridad social para las
trabajadoras del hogar en forma gradual y, en ese tenor, en un plazo no mayor a tres años, se
logre obtener la seguridad social efectiva, robusta y suficiente a la totalidad de las empleadas
domésticas.
La corte condeno a la parte patronal a cumplir con lo establecido en la Ley Federal del Trabajo
para surtir efectos de lo dispuesto, así como la implementación de un nuevo régimen patronal
para el Instituto Mexicano del Seguro Social y la seguridad social como derecho humano de los
grupos vulnerables, brindando también las facilidades que en el documento vienen expuestas. Por
lo antes expuesto y fundado, se resuelve: La Justicia de la Unión ampara y protege a la quejosa
contra el auto y para los efectos precisados en el último considerando del presente fallo
5ta parte
Conclusión
Un ejemplo de ello es el caso de María Rosario Garduño Gómez, una trabajadora del hogar que, en
2016, presentó una denuncia ante la junta local de conciliación y arbitraje de la ciudad de México,
exigiendo;
- Indemnización
- Aguinaldo
- Pago de salarios caídos
- Vacaciones
- Prima vacacional
- Prima de antigüedad
- Pago de horas extra
- Inscripción al IMSS
A falta de legislaciones que garantizaran los derechos de las trabajadoras del hogar, el juicio obligó
a la empleadora a cubrir sólo algunas garantías.
El caso llegó a la suprema corte de justicia de la nación (scjn), pero maría perdió su antigüedad
laboral.
En el primer proyecto de fallo, no se reconocía el trabajo del hogar como un trabajo y no se
consideraba la incorporación a la seguridad social como obligatoria. a través de una carta, caceh,
junto a otras organizaciones, solicitaron a la corte reconsiderar sus conclusiones.
Luego de 20 años de lucha, el 5 de diciembre de 2018 la scjn ordenó al imss implementar el primer
programa piloto y reformas para el derecho a la seguridad social.
A esto se refiere como un litigio estratégico, beneficiando a un grupo mayor.
Gracias a ello las trabajadoras del hogar ahora tienen derecho a la inscripción obligatoria al seguro
social:
- • SERVICIOS MÉDICOS, HOSPITALARIOS, FARMACÉUTICOS Y DE ATENCIÓN OBSTÉTRICA
- • INCAPACIDADES
- • PENSIÓN POR INVALIDEZ Y VIDA
- • FONDO PARA EL RETIRO
- • PRESTACIONES SOCIALES: VELATORIOS, GUARDERÍAS, RECREACIÓN Y CULTURA
La reforma a la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social estipulan lo siguiente:
- Esta prohibido:
o Contratar a menores de 15 años
o Despedir a una trabajadora del hogar embarazada
o Cualquier tipo de discriminación y violencia
o Todo trato de que vulnere la dignidad de las trabajadoras del hogar
- Tienen derecho a:
o Firma de un contrato por escrito
o Seguridad social obligatoria
o Alimentos higiénicos y nutritivos
o Cobrar horas extra
o Días de descanso obligatorios
La Cámara de Diputados aprobó cambios a la ley por unanimidad, con 486 votos a favor, ninguno
en contra y una sola abstención, luego de años de lucha de las empleadas del hogar organizadas.
Con el registro por parte de los patrones ante el Instituto, éstas contarán con ahorro para una
pensión.
De acuerdo con el Artículo 239-C de la Ley del Seguro Social, los patrones tienen la obligación de
inscribir a la trabajadora al IMSS, por lo que debe realizar el trámite de afiliación, aportar su cuota
patronal, retener la cuota de la trabajadora con base en el cálculo que indique la página del
Instituto y abonar ambos montos.
De acuerdo con datos de las autoridades, se prevé más de 2.3 millones de personas que se
dedican a estas labores se verán beneficiadas.