El Estado Liberal, El Estado Social Y El Estado Constitucional
El Estado Liberal, El Estado Social Y El Estado Constitucional
CAPÍTULO 1
EL ESTADO LIBERAL,
EL ESTADO SOCIAL Y EL ESTADO
CONSTITUCIONAL
Raúl Sanz Burgos*
I. Introducción
13
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
14
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
2 Véase Gustavo Zagrebesky, El derecho dúctil. Ley, derechos y justicia, 3a. ed., Madrid,
Trotta, 1999, pp. 33 y ss.
3 Un modelo que se acerca al del constitucionalismo norteamericano, donde la Constitu-
ción es aplicable como cualquier otra ley y, en consecuencia, los derechos que incluye son
inmediatamente ejercitables por los ciudadanos. En caso de conflicto entre la norma
constitucional y cualquier ley aprobada por el Congreso, debe ceder ésta, pues la Cons-
titución, creada directamente por el pueblo, es norma superior. El control del respeto del
legislador a la Constitución y a los derechos constitucionales no se halla, por tanto, sólo
en manos de los electores, sino también del poder judicial. Véase Eduardo García de En-
terría, La Constitución como norma y el Tribunal Constitucional, Madrid, Civitas, 1985.
15
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
16
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
Esta forma de entender el sentido del Estado entronca con la herencia ilus-
trada que, en su lucha contra el Antiguo Régimen, consideraba necesario liberar
las esferas de interacción de los individuos de la intervención dirigista del poder
público para hacer posible la justicia y la prosperidad.
La filosofía social de la ilustración liberal cuenta entre sus ideas nucleares la
confianza en que la mejor forma de garantizar el bien común pasa por devolver
al hombre su autonomía, negada radicalmente por el orden feudal-estamental,
con sus estrictas reglamentaciones de todos los órdenes de la existencia. La no-
vedad revolucionaria de la ilustración liberal consistió, por tanto, en suprimir
ese orden reglamentado y jerárquico para elevar la autonomía individual a la
condición de clave del sistema social, tanto en el ámbito cultural o de la sociedad
civil como en el económico. La exigencia de promover la autonomía en el pri-
mero de esos aspectos resulta de la pérdida de capacidad de las instituciones del
Antiguo Régimen –sobre todo la Corte y la Iglesia– para imponer sin discusión
modelos tanto de legitimidad política como de maneras de entender el ser del
hombre en el mundo. En el aspecto socio-económico, dicha exigencia responde
17
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
18
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
19
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
cos y Constitucionales, 1999, p. 219: “… más antigua (al menos en el orden lógico) que
los derechos fundamentales –es decir, como derechos de los individuos frente al Estado–
es […] la garantía de los derechos fundamentales frente a los particulares a través de y por
medio de la ley”.
20
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
21
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
14 A lo largo de toda la existencia del Estado social ha habido una enconada disputa en tor-
no a la cuestión de la adecuación de la igualdad formal para alcanzar la meta del sistema
liberal: la libertad igual de todos los individuos para llevar a cabo las decisiones que re-
sultan del ejercicio de su autonomía. Disputa sobre si ha de considerarse adecuadamente
protegida dicha facultad mediante el reconocimiento universal –dentro de ciertos límites– de la
autonomía contractual y la igualdad ante la ley o si son necesarias medidas redistributivas, asisten-
ciales o incluso de discriminación positiva orientadas a facilitar condiciones materiales de igualdad
o si tales medidas conducían inevitablemente por un camino de servidumbre. En esa decisión se
decide la continuidad o no con los fines de la ilustración.
15 Esta Constitución incluye algunos elementos que la alejan de las constituciones burgue-
sas, como son algunos artículos de orientación socialista; sin embargo, se recogieron bajo
la forma de principios finalistas de justicia material cuya realización se confiaba al legis-
lador. En este punto se hallaba su debilidad, pues sin su desarrollo por los órganos del
Estado estaban amenazados de “convertirse en mera retórica vacía”; véase Christoph
Gusy, “Las constituciones de entreguerras en Europa central”, Fundamentos, 2/2000, pp.
606 y ss.
22
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
blico como salvaguardia neutral de las leyes naturales de la sociedad civil y del
mercado, la separación de funciones entre el Estado y la sociedad o la suficiencia
de la igualdad jurídica formal para hacer efectiva la libertad igual de todos los
individuos.16
El poder público, por tanto, ya no puede limitarse a actuar sólo como ga-
rante del cumplimiento de las leyes naturales del mercado. Para superar la brecha
entre la formal libertad igual y la libertad igual efectiva, el Estado debe dejar de
ser el garante neutral de la dinámica de las leyes naturales de la sociedad civil y
pasar a intervenir intensamente en ella. La articulación jurídica de esta nueva
filosofía social exige someter al Estado al mandato de implantar las condiciones
que hagan posible la libertad material igual entre los individuos (como se señala
en el art. 9.2 de la CE), imponer restricciones a la autonomía contractual y, más
específicamente, establecer derechos sociales. Estos derechos no regulan sólo las
relaciones entre el individuo y el Estado, sino que tratan de hacer posible el equi-
librio de fuerzas en la sociedad, pues la esperanza en la capacidad de autorregu-
lación social ha resultado infundada a la vista de la enorme diferencia de poder
negociador en el mercado entre sujetos supuestamente dotados de igual capaci-
dad porque disponen de capacidad jurídica igual.
En una circunstancia de desigualdad como la señalada, resulta insuficiente
garantizar jurídicamente la libertad individual sólo contra el poder público, pues
el desarrollo alcanzado en el mercado por algunos de sus agentes ha revelado la
importante amenaza que para la autonomía individual supone también el poder
privado. Coherente con el reconocimiento de la insuficiencia de limitar los de-
rechos fundamentales a la condición de garantías frente a la intervención del
poder público en un área de supuesta libertad pre-estatal y ajurídica es el reco-
nocimiento de los derechos de sindicación y huelga (art. 28.1 y 2 CE, respecti-
vamente). Estos derechos protegen ciertas actividades pertenecientes al ámbito
del derecho privado con el fin de equilibrar la capacidad negociadora de los tra-
bajadores frente a los empresarios en el mercado de trabajo, cuyas leyes “natura-
les” han mostrado su inadecuación para facilitar la autonomía y la libertad igual
de todos.
El espacio en el que los individuos ejercen su autonomía no puede ser con-
siderado un espacio natural aún en otro sentido: la posibilidad de llevar a la
16 El Estado liberal y el Estado social no pueden ser considerados, por tanto, como encar-
naciones de valores distintos, quizás incluso inconciliables: la libertad y la igualdad res-
pectivamente.
23
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
17 No hay que confundir, por tanto, derechos sociales y derechos prestacionales: uno de los
mejores ejemplos de éstos últimos lo constituye el derecho a la tutela judicial efectiva,
que no sólo resuelve los conflictos entre particulares sino que es la condición indispen-
sable para que los derechos sean verdaderos límites al poder y que constituye por ello una
condición institucional imprescindible para la efectiva realización de cualquier decisión
individual en el ejercicio de su autonomía.
24
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
sarios para crear los medios que posibilitan realmente el acceso a una prestación.
La respuesta de la jurisdicción constitucional alemana consistió en subraya que
los mandatos dirigidos al Estado están sometidos a la reserva de lo posible18 y
que el principio de división de poderes es tan importante como la cláusula del
Estado social, que “no fundamenta a priori pretensiones individuales directas de
ningún tipo”.19
El constituyente español, por su parte, para evitar los problemas añejos al
control judicial del cumplimiento por los otros poderes públicos de la cláusula
del Estado social, limitó la exigibilidad de la mayoría de los derechos sociales a
la regulación previa de los mismos por el legislador. La CE en su art. 53. 3 confía
“el respeto y la protección” de “los principios rectores de la política social y eco-
nómica” (arts. 39-52) a la “legislación positiva”; establece también que “sólo
podrán ser alegados ante la jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispon-
gan las leyes que los desarrollen”.20
18 Konrad Hesse, “Significado de los derechos fundamentales”, en Benda et.al, Manual de
derecho constitucional, 2a. ed., Madrid, Marcial Pons-Instituto Vasco de Administración
Pública, 2001, p. 96.
19 Ibid., p. 100.
20 La doctrina constitucionalista mayoritaria en España considera indiscutible la imposi-
bilidad de exigir el cumplimiento de los derechos sociales ante los tribunales cuando el
Estado no los ha regulado legalmente ni previsto los recursos materiales necesarios para
su prestación. Contra la exigibilidad judicial de los derechos sociales se apela a la regu-
lación constitucional de estos derechos así como a la fundamentación axiológica que
cabe desprender de esa regulación. La débil tutela judicial de los derechos sociales pare-
ce una decisión constituyente que se encarna en el art. 53 de la Constitución. Éste pre-
cepto establece tres categorías de derechos y prevé para cada una de ellas distintos meca-
nismo de protección. Los derechos que reciben mayor protección son los recogidos en
la Sección I del Capítulo segundo (15-29) además del art. 14. Excepto el derecho a la
educación, son derechos civiles y políticos. “Cualquier ciudadano puede recabar” su tu-
tela “ante los Tribunales ordinarios por un procedimiento basado en los principios de
preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional” (art. 53.2.). Además, como se dice en el art. 81 CE, su regulación se ha
de llevar a cabo mediante Ley Orgánica. Una protección ya atenuada respecto de la an-
terior reciben los derechos reconocidos en los artículos 30 a 38 de la Constitución. Tales
derechos son derechos sociales laborales (al trabajo, art. 35; y a la negociación colectiva,
art. 37), a la propiedad privada y a la herencia (art. 33) así como a la libertad empresa
(art. 38). Quienes se consideren dañados en tales derechos no pueden hacerlos valer ante
los Tribunales mediante un procedimiento preferente y sumario, tampoco mediante re-
curso de amparo. La protección que para ellos establece el art. 53.1 de la Constitución
consiste en que “el ejercicio de tales derechos y libertades” habrá de regularse “por ley,
25
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
que en todo caso deberá respetar su contenido esencial”; leyes cuya adecuación a dicho
límite puede ser controlada a través del recurso de inconstitucionalidad. Por último, los
derechos sociales reconocidos en el capítulo III del Título primero, se catalogan como
“principios rectores” que “informarán la legislación positiva, la práctica judicial y la ac-
tuación de los poderes públicos”, que “sólo podrán ser alegados ante la jurisdicción ordi-
naria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los desarrollen” (art. 53.3). Así pues,
la mayoría de los derechos sociales son derechos de configuración legal, que precisan de
la acción del legislador para dar lugar a verdaderos derechos subjetivos. En consecuencia,
para la mayor parte de la doctrina, la Constitución separa los derechos sociales de los
verdaderos derechos fundamentales: los derechos civiles y políticos así como el derecho
a la educación. De la dogmática constitucional brevemente referida se infiere además una
diferente valoración por el constituyente de la importancia de unos derechos u otros. De
la distinta protección se extrae la consecuencia de que el constituyente habría conside-
rado más valiosos los derechos que protegen la libertad que aquellos otros que se orientan
a hacer efectiva la igualdad. En consecuencia, el art. 10. 1 de la Constitución (que con-
sagra la “dignidad de la persona” como “fundamento del orden político y de la paz so-
cial”) se interpreta a la luz de la casuística de las diferentes formas de protección de los
derechos para concluir que los derechos civiles y políticos resultan para el constituyente
los más aptos para proteger la dignidad, de ahí su mejor tutela. Los derechos sociales –los
derechos de igualdad– serían, en cambio, secundarios a la hora de hacer efectiva la dig-
nidad humana.
21 Sobre esto véase Ernst Forsthoff, también hay que tener en cuenta además que esa fue la
26
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
22 Dieter Grimm, Die Verfassung und die Politik. Einsprüche in Störfällen, Múnich, Beck,
2001, p. 31.
23 Idem.
27
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
28
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
26 El objeto de la disputa eran los límites de la libertad de expresión, que el TCF redefine
contra la norma vigente en el Código Civil Alemán.
29
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
30
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
consideran no cumplida esa obligación genera uno de los puentes desde el Esta-
do legislativo de Derecho hacia el Estado constitucional. En el primero, ya sea
bajo la forma de Estado liberal o bajo la de Estado social, se otorga exclusivamen-
te al legislador la potestad de plasmar mediante sus normas el orden de los valo-
res constitucionales; en el segundo, en cambio, el poder judicial también es des-
tinatario de ese mandato al tener que aplicar el Derecho a la luz del orden de
valores que establece la Constitución. Otro de los pasos de esa transición se ha-
lla en la competencia concedida a un órgano judicial, el Tribunal Constitucio-
nal, de controlar la adecuación tanto de las sentencias judiciales como de las
leyes dictadas por el legislador al sistema de valores contenido en la norma fun-
damental.30
La transformación desde el Estado legislativo de Derecho al Estado consti-
tucional requiere, por tanto, la inclusión de valores y principios como condicio-
nes de validez de las normas creadas por el legislador así como la elevación de los
valores constitucionales a la condición de principios que han de tener en cuenta
los jueces a la hora de aplicar el Derecho. Sin embargo, elevar el sentido de los
derechos fundamentales hasta su consideración como “núcleo de todo el orde-
namiento jurídico” amenaza con convertir “cualquier cuestión jurídica […] en
una cuestión de derechos fundamentales, tema sobre el que en última instancia
compete al Tribunal Constitucional decidir”.31
En el Estado legislativo de Derecho, la configuración del ordenamiento ju-
rídico, a través de la ley, está en manos del poder legislativo, que tiene la compe-
tencia exclusiva para crear Derecho. Es decir, éste es producto de una decisión
política adoptada en la sede de la soberanía popular, el parlamento, sin más lí-
mites que el respeto de los procedimientos establecidos por la Constitución. En
cambio, en el Estado constitucional existe ya un conjunto de normas que prede-
termina o condiciona la decisión política: el contenido de la decisión no se halla
plenamente a disposición del poder legislativo, pues al dictar leyes no puede
hacer caso omiso del sistema de valores que preside la Constitución. Su obliga-
toriedad para el legislador se halla garantizada por el TC, que controla su acier-
to o no a la hora de concretar el alcance normativo de esos valores en cada nor-
ma; esto es, mediante su control de la “irradiación” en todo el ordenamiento de
30 Ernst-Wolfgang Böckenförde, op. cit., p. 130, califica este proceso como “tránsito des-
de el Estado legislativo parlamentario hasta el Estado jurisdiccional de justicia consti-
tucional”.
31 Konrad Hesse, op. cit., p. 93.
31
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
32 Los tribunales constitucionales actuales sólo parcialmente entroncan con la previa teo-
rización kelseniana, que trata de ser respetuosa con la legitimidad democrática de las
normas creadas por los representantes legítimos del pueblo. Por ello, el Tribunal ideado
por Kelsen se limita a revisar si la Ley ha sido dictada o no por el órgano competente y
conforme con los procedimientos previstos en la Constitución. Si el Tribunal constata
que no se han cumplido esas condiciones expulsa del ordenamiento a la norma en cues-
tión, por eso se califica al Tribunal Constitucional kelseniano de legislador negativo. Este
planteamiento supone considerar a la Constitución como “límite procedimental de la
Ley”, carente de cualquier contenido material, se limita a repartir competencias y esta-
blecer procedimientos para la generación de normas. En cambio, el contenido de las
normas es materia de la política, objeto de la decisión del pueblo a través de sus repre-
sentantes y en consecuencia, de forma coherente con la legitimidad democrática, no es
susceptible de control jurisdiccional. Antonio López Pina e Ignacio Gutiérrez, Elemen-
tos de Derecho Público, Madrid, Marcial Pons, p. 83.
33 El art. 161 b. de la CE sólo dice que el Tribunal Constitucional es competente para co-
nocer “del recurso de amparo por violación de los derechos y libertades referidos en el
art 53. 2 de esta Constitución, en los casos y formas que la ley establezca”. El art. 41. 2 de
la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) declara que el “recurso de ampa-
ro constitucional protege a todos los ciudadanos (…) frente a las violaciones de los dere-
chos y libertades (…) originadas por disposiciones, actos jurídicos, o simple vía de hecho
de los poderes públicos del Estado, las Comunidades Autónomas y demás entes públicos
de carácter territorial, corporativo o institucional, así como de sus funcionarios o agen-
tes”. De ahí la imposibilidad, igual que en la República Federal Alemana, de interponer
el recurso de amparo frente a las lesiones de particulares, sino que se requiera también la
intervención del poder público. El art. 44 de la LOTC exige que las violaciones que po-
sibilitan el uso del recurso de amparo tengan “su origen inmediato y directo en un acto
u omisión de un órgano judicial” y que “la violación del derecho o libertad sea imputable
de modo inmediato y directo a una acción u omisión de un órgano judicial, con inde-
pendencia de los hechos que dieron lugar al proceso en que aquéllas se produjeron, acer-
ca de los que, en ningún caso, entrará a conocer el Tribunal Constitucional”.
32
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
CE, declara la sujeción tanto de los poderes públicos como de los ciudadanos a
la “Constitución y al resto del ordenamiento”.
33
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
34
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
39 Robert Alexy, Teoría de los derechos fundamentales, Madrid, Centro de Estudios Políticos
y Constitucionales, 1993, p. 86.
40 Ibid., p. 92.
41 Ibid., p. 89
42 Ibid., p. 90.
35
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
36
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
ción jurídica de la sociedad.45 Frente a la prioridad del órgano político por exce-
lencia dentro de los poderes del Estado, los tribunales constitucionales sólo re-
visan su acción “a instancia de parte”.46 Además, el legislador puede valorar las
consecuencias sociales de su actividad y revisarla a través de la promulgación de
nuevas normas; los jueces, en cambio, no, salvo que haya una nueva ley y un nue-
vo impulso a su acción por la vía de un recurso de inconstitucionalidad.
Lo que se discute, por tanto, es si, como afirman los críticos, las sentencias
de los tribunales constitucionales cierran de veras el paso a posteriores decisiones
políticas, si el legislador queda realmente constreñido por las decisiones del TC.
La autora mencionada responde a esta pregunta teniendo a la vista la evolución
de la jurisprudencia constitucional alemana en relación con la protección de la
vida no nacida, regulada en el art. 219 del código penal alemán. En una primera
sentencia, de 1975, el TCF avaló el recurso al derecho penal como la mejor ma-
nera de proteger la vida no nacida; más tarde, en 1993, juzgó adecuada la pro-
tección a través de la tutela consultiva. En el primer momento el argumento
descansaba en la idea de que “el medio [de protección] más severo es el más efi-
caz”;47 la alta cifra de abortos clandestinos provocó, sin embargo, dudas sobre la
verdad de esa tesis. Por ello, en la segunda sentencia mencionada, si bien se con-
sideró indiscutible la existencia de un deber constitucional de proteger la vida
no nacida, se consideró válido que su protección se preste mediante la tutela
consultiva, dejando a un lado la amenaza de sanción penal.
En consecuencia, cabe afirmar que el TCF depende de la acción del legisla-
dor y que éste no se encuentra atado por una sentencia previa. Los hechos mues-
tran que el legislador puede promulgar una regulación muy similar a otra ya
rechazada por el TC, justificando esa nueva decisión legislativa en la experiencia
habida con la regulación vigente y que los magistrados pueden tener en cuenta
esa experiencia. Las sentencias mencionadas dejan claro, por tanto, que las de-
cisiones de los tribunales constitucionales no conllevan necesariamente la petri-
ficación del ordenamiento, pues no restan capacidad al legislador para llevar
adelante su tarea conforme a la experiencia y las necesidades de la sociedad. El
poder político legitimado democráticamente conserva la capacidad de crear De-
recho, de ahí que no sea correcto afirmar que la implantación de tribunales cons-
45 Véase Jutta Limbach, “Papel y poder del Tribunal Constitucional”, Teoría y realidad cons-
titucional, núm. 4, 1999, p. 97.
46 Jutta Limbach, op. cit., p. 97
47 Ibid, p. 98.
37
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
48 El planteamiento está muy cerca del de Jürgen Habermas, Facticidad y validez, Madrid,
Trotta, pp. 348 y ss., citado por Prieto Sanchís, Justicia Constitucional y derechos funda-
mentales, Madrid, Trotta, 2003, p. 160: “El tribunal aparece ahora como un defensor de
la democracia deliberativa, que en una comprensión republicana ha de operar en el sen-
tido de que el proceso de producción de normas se efectúe en las condiciones de una
política deliberativa, que son las que fundan legitimidad”.
49 Véase Jutta Limbach, op. cit., p. 101.
50 Idem.
38
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
VI. Conclusiones
No cabe duda que el orden jurídico-político actual supone una importante mu-
tación respecto del Estado legislativo de Derecho. El uso de las técnicas legisla-
tivas del Estado intervencionista y la práctica judicial del Estado Constitucional
han hecho inviable la manera de considerar la aplicación el Derecho propia del
Estado legislativo y de su ideología jurídica, el positivismo. El Derecho ya no se
reduce a precisos programas condicionales determinados en exclusiva por el le-
gislador, sino que incluye también normas que exigen la creación por los jueces
de los criterios aplicables al caso, así como valores y principios necesitados tam-
bién de concreción judicial. Las consecuencias de estos cambios en la forma del
Derecho son, por una parte, la atenuación de la seguridad jurídica y, por otra, el
arrumbamiento de la garantía de los derechos de los ciudadanos que consiste en
separar a quien crea la norma de quien la aplica.
A la vista de esta falla en la capacidad garantista del Derecho –y constituti-
va de la forma estatal actual, que reúne el Estado intervencionista y el Estado
constitucional de Derecho– un importante sector doctrinal considera que el
retorno a los presupuestos y prácticas del Estado legislativo de Derecho consti-
tuye la mejor opción para conservar la seguridad jurídica de los ciudadanos.
Desde sus planteamientos, la consideración de los derechos fundamentales como
expresión de valores y principios, consideración esencial al Estado constitucio-
nal, produce un fuerte menoscabo en la consistencia del ordenamiento y la pre-
visibilidad de su aplicación precisamente como consecuencia de las diferentes
51 Dieter Grimm, Die Verfassung und die Politik. Einsprüche in Störfällen, Múnich, Beck,
2001, pp. 28 y ss. La eficacia del TC en el ejercicio de su función requiere que sus deci-
siones no sean percibidas como continuidad por otros medios de las posiciones políticas.
39
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
interpretaciones posibles sobre las acciones que deben quedar protegidas por
cada principio en caso de conflicto.
A la vista de las dificultades para la racionalidad de la aplicación del Dere-
cho que trae consigo la elevación de los derechos fundamentales a la condición
de orden objetivo de valores que debe informar todo el sistema jurídico se pre-
senta como solución devolver la racionalidad a la aplicación del Derecho limi-
tando los derechos fundamentales a su condición de garantías de la esfera priva-
da frente a la intervención del poder público, en perjuicio de su aspecto objetivo.
Los derechos fundamentales, en consecuencia, deberían dejar de considerarse
valores o principios en favor de su consideración como límites a la intervención
estatal bajo la forma de programas condicionales susceptibles de ser interpreta-
dos y aplicados con los métodos hermenéuticos tradicionales de los juristas. En
favor de esta restricción se afirma que, de este modo, se garantiza la seguridad en
su aplicación, a diferencia de lo que ocurre con la casuística que resulta de la ju-
risprudencia de los valores. En último término, la restricción de los derechos a
su condición de garantías significa excluir los derechos fundamentales de la con-
dición de clave que cierra el sistema jurídico y da forma a toda la sociedad.
De los planeamientos sobre la condición de los derechos emanan conse-
cuencias sobre el contenido de la Constitución, así como sobre el radio de acción
legítimo de los tribunales, tanto ordinarios como constitucionales. Que los de-
rechos se limiten a regular las relaciones entre el individuo y el poder público
significa reducir la Constitución a la condición de norma que establece, sin más,
la organización de los poderes del Estado y los procedimientos para la creación
de normas dejando al legislador la tarea de dar su contenido al Derecho. En
cuanto al radio de acción de los tribunales, si éstos han de limitarse a considerar
si el Estado ha violado o no un derecho subjetivo tal como se recoge en una nor-
ma de rango legal, su participación en el proceso de creación del Derecho se re-
duce al mínimo. En cambio, si los preceptos constitucionales sobre derechos se
toman como normas de principio que presiden todo el ordenamiento y han de
ser aplicadas en todos los casos, entonces los tribunales, en tanto que tales pre-
ceptos pueden ser interpretados de muy distintas maneras, disfruta de una am-
plia habilitación para dotar de contenido al Derecho.
El TC controla tanto la aplicación correcta por parte de los jueces ordina-
rios del efecto de irradiación de los derechos en el ordenamiento como la plas-
mación por el legislador de esos principios, lo cual pone en sus manos la posibi-
lidad de ser el verdadero legislador en materia de derechos fundamentales. Esta
capacidad debería ser ejercida por el alto tribunal teniendo en cuenta el respeto
40
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/
Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/JNzN8v
41
DR © 2016.
Comisión Nacional de los Derechos Humanos-http://www.cndh.org.mx/