Fukuyama, Francis - El Fin Del Hombre
Fukuyama, Francis - El Fin Del Hombre
La dignidad humana
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Según el Decreto del Consejo de Europa sobre la de todos los demás. Casi todos aceptamos que un M o -
Clonación Humana, «la instrumentalización de los seres zart, un Einstein o un Michael Jordan poseen talentos y
humanos mediante la creación deliberada de seres huma- capacidades de los que nosotros carecemos, y que reci-
nos genéticamente idénticos es contraria a la dignidad ben un reconocimiento y una compensación económica
humana y, por lo tanto, constituye un mal uso de la me- por lo que logran merced a dichos talentos. Aceptamos,
dicina y la biología». La dignidad humana es uno de aunque no haya de gustarnos, el hecho de que los recur-
esos conceptos que los políticos, así como casi todos sos se distribuyan de forma desigual en función de lo que
cuantos participan en la vida política, gustan de utilizar James Madison denominó «distintas y desiguales aptitu-
con profusión, pero que casi nadie puede definir o ex- des para adquirir propiedades». Aun así, también pensa-
plicar. mos que la gente merece quedarse con lo que gana y que
la facilidad para trabajar y obtener ganancias no será la
Gran parte de la política se centra en la cuestión de la
misma para todas las personas. Aceptamos, asimismo, el
dignidad humana y el deseo de reconocimiento con el
hecho de que somos físicamente distintos, procedemos
que ésta se relaciona. Es decir, los seres humanos exigen
de diferentes razas y etnias, pertenecemos a sexos distin-
constantemente que los demás reconozcan su dignidad,
tos y tenemos culturas diferentes.
ora como personas individuales, ora corno miembros de
grupos religiosos, étnicos, raciales o de cualquier otra
naturaleza. La lucha por el reconocimiento no es econó-
mica; lo que deseamos no es dinero, sino que otros seres FACTOR X
humanos nos profesen el respeto que creemos merecer.
En épocas pretéritas los gobernantes deseaban que los Lo que la exigencia de igualdad de reconocimiento
demás reconocieran su valía superior como reyes, empe- implica es que, cuando se despoja a una persona de todas
radores o señores. H o y en día la gente quiere que se re- las características contingentes y accidentales, perdura en
conozca su situación de igualdad como miembros de ella cierta cualidad humana esencial que merece un grado
grupos antaño infravalorados o poco respetados: mu- mínimo de respeto. Llamémoslo Factor X. El color de la
jeres, gays, ucranianos, minusválidos, americanos nati- piel, el físico, la clase social y la riqueza, el sexo, la forma-
vos, etc. ción cultural e incluso los talentos naturales propios son
La exigencia de una igualdad de reconocimiento o de accidentes de nacimiento que quedan relegados a la ca-
respeto es la pasión predominante en la modernidad, tegoría de características no esenciales. Decidimos con
c o m o Tocqueville observó hace casi 170 años en La quién entablamos amistad, con quién nos casamos o ha-
democracia en América.* Lo que esto significa en una de- cemos negocios, o a quién evitamos en los actos sociales,
mocracia liberal es un poco complicado. No es que nos en función de estas características secundarias. En cam-
creamos necesariamente iguales en todos los aspectos im- bio, en el ámbito político estamos obligados a respetar
portantes o que exijamos que nuestra vida sea igual que la por igual a todas las personas porque poseen el Factor X.
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Se puede cocinar a una criatura que carezca de Factor X, Para los cristianos, la respuesta es harto sencilla: pro-
comerla, torturarla, esclavizarla o fundir su cadáver, pero cede de Dios. El hombre ha sido creado a imagen y se-
si uno hace eso mismo con un ser humano será culpable mejanza de Dios, y por lo tanto posee parte de la inviolabi-
de un «crimen contra la humanidad». Concedemos a los lidad de Dios, lo cual le da derecho a un grado de respeto
seres dorados de Factor X no sólo derechos humanos, mayor que el del resto de la creación animal. En palabras
sino también derechos políticos (si son adultos); es decir, del papa Juan Pablo II, esto significa que «el humano in-
el derecho a vivir en comunidades políticas democráticas dividual no puede ser subordinado, como un simple me-
donde se respeta su derecho a la libertad de expresión, de dio o instrumento, ni a la especie ni a la sociedad; posee
culto y de asociación, así como a la participación polí- un valor per se. Es una persona. Merced a su intelecto y
tica. su voluntad, es capaz de entablar relaciones de comu-
El círculo de seres a los que atribuimos el Factor X ha nión, entrega y solidaridad con sus iguales [...] En virtud
constituido una de las cuestiones más debatidas a lo lar- de su alma espiritual, el todo de la persona posee esa dig-
go de la historia humana. En muchas sociedades, inclui- nidad, incluso su cuerpo».'
das las más democráticas del pasado histórico, el Factor Supongamos que uno no es cristiano (ni profesa nin-
X pertenecía a un subconjunto importante del género guna otra religión) y no acepta la premisa de que el h o m -
humano, del cual quedaban excluidos los individuos de bre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. ¿Hay
ciertos sexos, clases económicas, razas o clanes, así como fundamentos laicos para creer que el ser humano tiene de-
las personas con discapacidades, inteligencia reducida, recho a una dignidad o condición moral especial? Acaso
defectos congénitos y otros rasgos de este tenor. Estas so- el intento más conocido de establecer una base filosófica
ciedades estaban muy estratificadas, compuestas de cla- de la dignidad humana fue el efectuado por Kant, quien
ses que poseían un grado mayor o menor de Factor X y afirmó que el Factor X se basaba en la capacidad humana
de otras que no poseían ninguno en absoluto. Actual- de elección moral. Es decir, los seres humanos podían va-
mente, para quienes creen en la igualdad liberal, el Factor riar en cuanto a la inteligencia, la riqueza, la raza y el sexo,
X dibuja una gruesa línea roja en torno al conjunto de la pero todos ellos eran igualmente capaces de actuar o no
raza humana y exige una igualdad de respeto para todos actuar conforme a la ley moral. Los seres humanos tenían
aquellos encuadrados dentro de dicha línea, pero atribu- dignidad porque eran los únicos que poseían el libre albe-
ye un nivel inferior de dignidad a las criaturas situadas drío; no la mera ilusión subjetiva del libre albedrío, sino la
fuera de este límite. El Factor X es la esencia del hombre, capacidad real de trascender el determinismo natural y las
el significado más básico de la condición humana. Si to-. reglas normales de la causalidad. £s la existencia del libre
dos los seres humanos son, de hecho, iguales en cuanto a albedrío lo que conduce a la célebre conclusión de Kant
su dignidad, entonces X debe de ser una característica de que los seres humanos han de ser siempre tratados
)
poseída umversalmente por ellos. Así pues, ¿cuál es el como fines, no como medios.
Factor X y de dónde procede?. Sería difícil para cualquier creyente en una explica-
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ción materialista del Universo —y aquí podemos incluir Aristóteles creía en la eternidad de la especie (o dicho de
a la inmensa mayoría de los científicos naturales— acep- otro modo, en el carácter inmutable de lo que hemos veni-
tar la teoría kantiana de la dignidad humana. El motivo do denominando «comportamiento típico de la especie»),
es que dicha teoría los obliga a aceptar una forma de dua- la teoría de Darwin sostiene que dicho comportamiento
lismo; a saber, que existe un reino de libertad humana pa- cambia en respuesta a la interacción del organismo con su
ralelo al reino de la naturaleza que no está determinado ambiente. Lo que es típico de una especie representa una
por este último. La mayoría de los científicos naturales fotografía instantánea de la especie en un momento con-
alegarían que lo que consideramos, «libre albedrío» es, en creto del tiempo evolutivo; tanto lo que hubo antes como
verdad, una ilusión y que todas las decisiones humanas lo que habrá después será distinto. Dado que el darwinis-
tienen su origen, en ultima instancia, en unas causas ma- mo mantiene que no existe una teleología cósmica que rija
teriales. Los humanos deciden hacer una cosa en lugar de el proceso de la evolución, lo que aparentemente es la esen-
otra porque se activa un conjunto determinado de neu- cia de una especie no es más que una consecuencia acci-
ronas en lugar de otro distinto, y estas descargas neuro- dental de un proceso evolutivo aleatorio.
nales tienen su origen en unos estados materiales previos Desde esta perspectiva aquello que hemos venido lla-
del cerebro. El proceso de toma de decisiones humano mando «naturaleza humana» es simplemente el conjunto
puede ser más complejo que el de otros animales, pero de características y conductas típicas de la especie que hi-
no existe una línea divisoria clara que distinga la elección cieron su aparición hace unos cien mil años, durante lo
moral humana de las elecciones efectuadas por otros ani- que los biólogos evolutivos denominan la «era de adap-
males. Ni siquiera el propio Kant ofrece prueba alguna tación evolutiva», esto es, la época en que los precursores
de que el libre albedrío exista; afirma que es sencillamen- del humano moderno vivían y se reproducían en la saba-
te un postulado necesario de la razón pura práctica sobre na africana. Para muchos esto indica que la naturaleza
la naturaleza de la moralidad. Un argumento que un humana no tiene una validez especial a la hora de esta-
científico empírico convencido a duras penas aceptaría. blecer valores o principios morales, porque es histórica-
mente contingente. David Hull, por ejemplo, afirma:
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El genetista Lee Silver, en un intento de invalidar la rosas influencias sociales y ambientales, y en cientos
¡dea de que exista un orden natural que pueda verse so- casos mediante el uso de fármacos potentes como el
cavado por la ingeniería genética, declara: Rit.ilin o el Prozac. ¿ C o n qué argumento podemos
rechazar las influencias genéticas positivas para la
La evolución sin restricciones nunca está prede- esencia de una persona cuando aceptamos los dere-
terminada ni necesariamente asociada con el progre- chos de los padres a beneficiar a sus hijos en todas las
so; es tan sólo una respuesta a. cambios ambientales' demás formas?' 10
impredecibles. Si el asteroide que chocó contra nues- '
tro planeta hace 60 millones de años hubiese pasado En efecto, ¿por qué no hacernos con este poder?
de largo, nunca habrían existido seres humanos. Y Empecemos considerando cuáles serían las consecuen-
cualquiera que pueda ser el orden natural no es nece- cias si abandonáramos la idea de que existe un Factor X,
sariamente bueno. El virus de la viruela era parte del o una esencia humana que une a todos los hombres, para
orden natural hasta que desapareció por la interven- ' el preciado concepto de una igualdad humana universal,
ción humana. 8 un concepto con el que están comprometidos, invaria-
blemente, todos los detractores de la idea de la esencia
Esta incapacidad para definir una esencia natural no humana. Hull está en lo cierto al decir que no necesita-
parece molestar a ninguno de los dos autores. Hull, por mos ser todos iguales para tener derechos, pero sí necesi-
ejemplo, afirma que «yo al menos me sentiría extrema- tamos ser iguales en cierto aspecto fundamental para
damente incómodo si tuviera que basar algo tan impor- tener los mismos derechos. A Hull, por lo pronto, le preo-
cante como los derechos humanos en tales contingencias cupa que el hecho de basar los derechos humanos en la
[como la naturaleza humana]. No entiendo por qué ha naturaleza humana pueda estigmatizar a los homosexua-
de tener importancia. No entiendo, por ejemplo, por qué les, porque su orientación sexual se aparta de la norma
debemos ser todos esencialmente iguales para tener de- heterosexual. Sin embargo, la única base sobre la cual
techos». Silver, por su parte,: desdeña los temores que puede defenderse la igualdad de derechos de los gays
sobre la ingeniería genética albergan las personas con- consiste en afirmar que, sea cual sea su orientación sexual,
convicciones religiosas o las que creen en un orden natu- también son personas en otro aspecto que resulta aún
ral. En el futuro el hombre no será esclavo de los genes, más esencial que su sexualidad. Si no existiera este otro
sino su amo: elemento común, entonces no habría razón alguna para
no discriminarlos, porque de hecho serían criaturas dis-
¿Por qué no hacernos con este poder? ¿Por qué tintas de las demás.
no controlar lo que en el pasado quedaba al azar? De Del mismo modo Lee Silver, que tan ansioso se mues-
hecho controlamos todos los demás aspectos de la tra por utilizar el poder de la ingeniería genética para
vida e identidades de nuestros hijos a través de pode- "mejorar" .a las personas, se siente, sin embargo, horrori-
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zado ante la posibilidad de que dicho p o d e r se emplee ' na. Singer es un utilitarista sin tapujos; para él la única
para crear una clase de individuos genéticamente s u p e - . norma ética relevante consiste en minimizar el sufri-
riores. Silver presenta un panorama hipotético en el que miento de todas las criaturas en general. Los seres huma-
una clase compuesta p o r los llamados «genricos» mejora nos forman parte de un continuo de vida y no poseen un
paulatinamente las capacidades cognitivas de sus hijos status especial en su visión del m u n d o abiertamente dar-
hasta el p u n t o de que acaba separándose de la raza hu- winiana. Esto le conduce a dos conclusiones bien lógi-
mana para formar una especie independiente. cas; la necesidad de derechos animales, puesto que los
A Silver no le horrorizan muchas otras cosas que la animales pueden experimentar dolor y sufrir igual que
tecnología puede aportar p o r medio de la reproducción los humanos, y la reducción de los derechos de los bebés
no natural. P o r ejemplo, que dos lesbianas engendren y de los ancianos que carezcan de ciertos rasgos clave
descendientes genéticos, o que se extraigan óvulos de un —como la conciencia de sí mismos— que les permitan
feto femenino nonato para producir un niño cuya madre prever el dolor. Los derechos de ciertos animales, desde
nunca habría nacido. Silver desecha las preocupaciones su punto de vista, merecen más respeto que los de ciertos
morales de virtualmente todos los credos o sistemas m o - seres humanos.
rales tradicionales con respecto a la futura ingeniería ge- Sin embargo, Singer no es ni mucho menos explícito
nética, pero p o n e el límite en aquello que percibe como a la hora de llevar estas premisas hasta su conclusión ló-
una amenaza para la igualdad humana. No parece com- gica, dado que sigue siendo un igualitarista comprometi-
prender que, según sus premisas, no hay fundamentos do. Lo que no explica es p o r qué el alivio del sufrimiento
posibles para oponerse a los «genricos» o al hecho de debe ser el único bien m o r a l C o m o de costumbre, el fi-
que puedan arrogarse derechos superiores a los de los lósofo Friedrich Nietzsche fue más clarividente que na-
«genpobres». D a d o que no existe una esencia estable y die al comprender las consecuencias que podían acarrear
común a todos los seres humanos, o debido a que dicha las ciencias naturales modernas y el abandono del con-
esencia es variable y está sujeta a la manipulación huma- cepto de dignidad humana. Nietzsche tuvo la gran pers-
na, ¿por qué no crear una raza que nazca con sillas meta- picacia de ver que, una vez que no pudiera seguir mante-
fóricas en la espalda, y otra con botas y espuelas que niéndose la línea roja trazada en torno al conjunto de la
monte a lomos de la anterior? ¿Por qué no ejercer tam- humanidad, el camino quedaría expedito para el regreso
bién ese p o d e r ? a un orden social mucho más jerarquizado. Si hay un
El bioético Peter Singer, cuyo nombramiento como continuo de gradaciones entre lo humano y lo no huma-
profesor en la Universidad de Princeton suscitó una gran no, también lo hay dentro del género humano. Esto sig-
polémica p o r su apología del infanticidio y la eutanasia nificaría, inevitablemente, que los fuertes se verían libe-
en determinadas circunstancias, es sencillamente rnás cohe- rados de las restricciones que una creencia en Dios o en
rente que la mayoría respecto a las consecuencias que la Naturaleza había impuesto sobre ellos. Por otra parte,
entrañaría el abandono del concepto de dignidad huma- llevaría al resto de la humanidad a exigir salud y seguri-
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dad como los únicos bienes posibles, dado que las me- «deberíamos preguntarle de inmediato qué distingue a
tas más altas que antaño se les había marcado carecerían los que están dentro de los que quedan fuera».'^ El con-
ahora de valor. En palabras del Zaratustra de Nietzsche; cepto de igualdad de la dignidad humana, desligado de
«La gente tiene su pequeño placer para el día y su peque- sus orígenes cristianos o kantianos, es defendido como
ño placer para la noche; pero honra la salud. "Nosotros una suerte de dogma religioso por los científicos natura-
hemos inventado la felicidad", dicen los últimos hom- les más materialistas. Los incesantes debates sobre la
bres, y parpadean.»" En efecto, tanto el regreso de la je- condición moral de los no nacidos (algo en lo que abun-
rarquía como la demanda igualitaria de salud, seguridad daremos más adelante) constituyen la única excepción a
y alivio del dolor podrían ir de la mano si los gobernan- está regla general.
tes del futuro fueran capaces de proporcionar a las masas Los motivos de esta persistencia del concepto de
las dosis suficientes de los «pequeños venenos» que éstas
exigieran.
i igualdad de la dignidad humana son complejos. En parte
obedece a la fuerza de la costumbre y a lo que Max We-
Siempre he tenido la impresión de que, cien años des- ber denoininó el «fantasma de las creencias religiosas muer-
pués de la muerte de Nietzsche, estamos mucho más le- tas» que continúan persiguiéndonüs. En parte es producto
jos del superhombre o del último hombre de lo que el del accidente histórico; el último movimiento político
filósofo predijo. En cierta ocasión Nietzsche criticó a .,. importante que negó la premisa de la dignidad humana
John Stuart Mili, tachándolo de «cabeza hueca», por universal fue el nazismo, y las horrendas consecuencias
pensar que se podía abrazar algo semejante a la morali- de las políticas raciales y eugenésicas de los nazis basta-
dad cristiana sin creer en un dios cristiano. Y sin erabar^ ron para vacunar, durante las dos siguientes generacio-
go, en una Europa y una América que se han laicizado en nes, a quienes las padecieron.
el transcurso de las dos últimas generaciones, vemos que Otra razón significativa de la persistencia del concep-
aún persiste la creencia en el concepto de dignidad hu- to de universalidad de la dignidad humana está relacio-
mana, una creencia totalmente desvinculada de sus raíces nada con la naturaleza de la naturaleza misma. Muchos
religiosas. Y no sólo persiste; la idea de que, en función
de la raza, el sexo, la discapacidad o cualquier otra ca-
i de los argumentos esgrimulus íásióricameiue para negar
a ciertos grupos su cuota de dignidad humana se basa-
racterística, se pueda excluir a un grupo cualquiera del ban, según se demostró, eu simples |)rcjuiciüs, u obede-
círculo privilegiado compuesto por aquellos que mere- ' cían a condiciones culturales y ambientales que podían
cen que se reconozca su dignidad humana, puede aca^ modificarse. La idea de que las mujeres eran demasiado
rrear el descrédito absoluto de cualquier político que irracionales o emocionales para participar eu política, y
la proponga. En palabras del filósofo Charles Taylor; de que los inmigrantes del sur de Europa tenían el cráneo
«Creemos que sería de todo punto erróneo e infundado más pequeño y eran menos inteligentes que los del norte,
estrechar los límites de forma que no abarquen al con-* :•, quedó invalidada p o r la ciencia empírica. Q u e el orden
junto de la raza humana»; y si alguien intentara hacerlo, : : moral no se desintegrara por completo en Occidente tras
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; )
la destrucción del consenso sobre los valores religiosos' «de la pobreza a la pobreza en tres generaciones». Al
\ )
tradicionales tampoco debería sorprendernos, porque el..[ sustituir la lotería por la elección abrimos una nueva vía \
orden moral proviene del interiorde la propia naturaleza.; en la que los humanos podrán competir, una vía que ame-
humana y no es algo que haya de ser impuesto por la cul- . naza con incrementar la disparidad entre la cúspide y la
base de la jerarquía social,
tura.
Todo esto podría cambiar por efecto de la futura biotec-.; Merece la pena reflexionar acerca del efecto que ten-
nología. El peligro más claro y real consiste en que la am- drá la aparición de una clase genética superior sobre el
plia variedad genética existente entre los individuos se concepto de dignidad humana universal. En la actualidad
reducirá y se concentrará en grupos sociales bien diferen- muchos jóvenes brillantes y triunfadores creen deber su
ciados. H o y en día la «lotería genética» garantiza que el éxito a simples accidentes de nacimiento y de educación,
hijo o la hija de alguien rico y triunfador no herede necesa- sin los cuales su vida podría haber seguido derroteros
riamente los talentos y las capacidades que crearon las con- bien distintos. Dicho de otro modo, se consideran afor-
diciones precisas para el éxito del padre. Por supuesto, tunados y son capaces de mostrarse comprensivos con
siempre ha habido cierto grado de selección genética: el otras personas que han tenido menos suerte que ellos.
emparejamiento selectivo entraña que los individuos triun- En cambio, en la medida en que se conviertan en «hijos
fadores tenderán a casarse entre sí y, en la medida en que su de la elección», seleccionados genéticamente por sus p r o -
éxito tenga una base genética, legarán a sus hijos mejores genitores en función de determinadas características,
oportunidades de vida. En el futuro, sin embargo, todo el pueden llegar a creer que su éxito no es una mera cues-
peso de la ciencia moderna podrá emplearse para optimizar, tión de buena suerte, sino producto de una adecuada se-
el tipo de genes que se transmitan a los hijos. Esto significa lección y planificación por parte de sus padres y que, por
que las élites podrán no sólo legar ventajas sociales, sino consiguiente, es algo merecido. Serán, en su aspecto, su
también introducirlas genéticamente. Puede que esto in- manera de pensar, actuar y quizá de sentir, diferentes de
cluya, algún día, no sólo características como la intehgencia . aquellos que no fueron seleccionados de una forma aná-
o el atractivo físico, sino rasgos de comportamiento como loga, y tal vez con el tiempo lleguen a considerarse una
la diligencia, la competitividad, etc. clase distinta de criaturas. Pueden, en síntesis, conside-
M u c h o s consideran intrírísecamente injusta la lotería rarse aristócratas y, a diferencia de los aristócratas de antaño
» :
genética p o r q u e condena a ciertas personas a poseer me- sus pretensiones de pertenecer a un linaje superior
nos inteligencia, un físico poco agraciado o discapacida- tendrán su origen en la naturaleza, no en la convención.
, La disertación de Aristóteles sobre la esclavitud en el
des de u n o u o t r o género. Sin embargo, en otro sentido
es profundamente igualitaria, dado que todo el mundo, Libro I de la Política resulta instructiva en este sentido.
con independencia de su clase social, raza o etnia, parti- A menudo se condena como una justificación de la escla-
cipa en ella. El individuo más rico puede tener con fre- vitud en Grecia, pero en realidad se trata de una diser-
cuencia un hijo que no valga para nada; de ahí el dicho tación mucho más sofisticada, que guarda relación con
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nuestro modo de pensar acerca de las clases genéticas. tras democracias liberales, tan ricas y autosaiisf echas, hay
Aristóteles establece una distinción entre la esclavi- pocas cuestiones de política interna que disgusten seria-
tud natural y la esclavitud convencional.''' Alirma que la mente a los ciudadanos, pero el espectro del surgimiento
esclavitud estaría justificada naturalmente si existieran de una desigualdad genética puede m u y bien hacer que la
individuos con naturaleza de esclavos. No está claro, a gente se levante del sillón y se lance a la calle.
partir de su discurso, que Aristóteles crea que tales indi- Si esto llegase a ocurrir, habría dos rumbos de acción
viduos existen; la esclavitud propiamente dicha es, en su posibles. El primero y más sensato consistiría sencilla-
mayor parte, convencional, es decir, resultado de la vic- mente en prohibir el uso de la biotecnología para mejo-
toria en la guerra o de la fuerza, o basada en la opinión rar las características humanas y en rechazar cualquier
errónea de que los bárbaros, como clase, debían ser es- competitividad en este plano. C o n todo, la idea del per-
clavos de los griegos." Los nobles por nacimiento creen feccionamiento puede resultar demasiado atractiva para
que su nobleza procede de la naturaleza, más que de la olvidarla, o acaso sea difícil hacer cumplir una normativa
virtud adquirida, y que pueden transmitirla a sus hijos.' que impida a la gente mejorar a sus hijos, o bien los tri-
No obsrante, observa Aristóteles, «eso intenta la natura- bunales pueden declarar que tienen derecho a hacerlo así
leza muchas veces, pero no siempre lo consigue»." Así si lo desean. En este p u n t o surge una segunda posibi-
que ¿por qué no «hacernos con el poder», como propo- lidad, que consistiría en emplear esa misma tecnología
ne Lee Silver, para dar a nuestros hijos ventajas genéticas para elevar el nivel en general.'^
y corregir el defecto de la igualdad natural?
Sólo en virtud de esta posibilidad es plausible que
La posibilidad de que la biotecnología permita la apari veamos a una democracia liberal del futuro volver a la
ción de nuevas clases genéticas la han apuntado con fre- práctica de una eugenesia auspiciada por el Estado. La
cuencia y condenado aquellos que han formulado conjetu- modalidad antigua y negativa de eugenesia discriminaba
ras sobre el futuro," pero la posibilidad contraria también a los discapacitados y los menos inteligentes prohibién-
resulta del todo plausible, es decir, que se produzca un im doles tener hijos. En el futuro tal vez sea posible engen-
pulso hacia una sociedad genéticamente más igualitaria drar niños que sean más inteligentes, más sanos, más
Porque no parece probable que las sociedades democráti- «normales». Elevar el nivel en general es algo que única-
cas modernas se crucen de brazos mientras ven cómo las mente puede lograrse mediante la intervención del Esta-
élites introducen genéticamente sus ventajas en sus hijos. do. Es probable que la técnica de perfeccionamiento ge-
De hecho ésta es una de las pocas cuestiones por las nético sea cara y comporte cierto riesgo, pero aun en el
que la gente se enardecerá lo suficiente para entablar una supuesto de que fuese barata y fácil la gente más pobre y
lucha en la política del futuro. Y no me refiero a una lucha carente de cultura no podría beneficiarse de ella. De
metafórica, en el sentido de discusiones a voz en grito poi m o d o que será preciso reforzar la línea roja de la digni-
televisión y debates en el Congreso, sino a la utilización dad humana universal permitiendo que el Estado vele
real de armas y bombas contra otras personas. En nuesr porque nadie quede fuera de ella.
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La política de producir futuros seres humanos será Jürgen Habermas, quien también en otros contextos se
harto compleja. Hasta la fecha la izquierda en su conjun- ha pronunciado en contra dé la clonación humana.^"
to se ha opuesto a la clonación, la ingeniería genética y Por otra parte, algunos izquierdistas han empezado a
otras biotécnicas similares por varios motivos, incluidos exponer argumentos a favor de la ingeniería genética.-'
el humanismo tradicional, las preocupaciones ambienta-. John Rawls afirmó, en su Teoría de Injusticia, que la dis-
les, el recelo hacia la tecnología y las corporaciones que tribución desigual de los talentos naturales era intrínse-
la generan, amén del miedo a la eugenesia. Histórica- camente injusta.
mente la izquierda ha pretendido reducir la importancia Un rawlsiano debería desear, por lo tanto, que se
de la herencia en favor de los factores sociales al explicar haga uso de la biotecnología para igualar las oportunida-
los resultados humanos. A fin de que los izquierdistas des de vida y elevar el nivel de los menos favorecidos, su-
cedan y apoyen una ingeniería genética para los más des- poniendo que se fijaran una serie de factores prudencia-
favorecidos, antes tendrán que admitir que los genes de- les relativos a la seguridad, el coste, etc. Ronald Dworkin
sempeñan un papel importante a la hora de determinar la ha defendido el derecho de los padres a manipular gené-
inteligencia y otros resultados sociales. ticamente a sus hijos basándose en la protección de la au-
La izquierda ha sido más hostil a la tecnología en Eu- tonomía," y Laurence Tribe ha insinuado que prohibir
ropa que en Estados Unidos. Gran parte de dicha hosti- la clonación constituiría un error, porque podría fomen-
lidad está impulsada por la mayor fuerza de los movi- tar la discriminación de los niños que fuesen clonados a
mientos ecologistas europeos, que han encabezado, por pesar de la prohibición.^-'
ejemplo, la campaña en contra de los alimentos modifi- Es imposible saber cuál de estas dos opciones radical-
cados genéticamente. (Aún ha de verse si ciertas formas mente distintas —la creciente desigualdad genética, por
de ecologismo radical se traducirán en una hostilidad ha- una parte, y la creciente igualdad genética, por otra—
cia la biotecnología humana. Algunos ecologistas creen
tiene más probabilidades de hacerse realidad. En cual-
defender la naturaleza contra el hombre y parecen más
quier caso, una vez que sea factible el perfeccionamiento
preocupados por las amenazas que afectan a la natura-
genético, cuesta descartar la posibilidad de que la cre-
leza no humana que a la naturaleza humana.) Los ale-
ciente desigualdad genética se convierta en una de las
manes en particular siguen mostrándose muy sensibles
principales controversias de la política del siglo xxi.
respecto a todo aquello que huela a eugenesia. El filóso-
fo Peter Sloterdijk provocó un verdadero chaparrón de
protestas al señalar que pronto será imposible rechazar el
D I G N I D A D HUMANA REDUX
poder de selección que la biotecnología nos brinda y que
la cuestión de crear algo «por encima del» hombre, plan-
La negación del concepto de dignidad humana —esto
teada por Nietzsche y Platón, no podía seguir pasándose
es, de la idea deque hay algo único en la humanidad que
por alto." Fue condenado, entre otros, por el sociólogo
da derecho a todos los miembros de la especie a una con-
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í
dición moral superior a la del resto del mundo natural— tituye, en sí misma, un argumento significativo a favor
nos lleva p o r un sendero m u y peligroso. Podríamos de esta teoría.»'^
vernos impelidos, en última instancia, a tomarlo, pero de El Papa continuó diciendo que, si bien la Iglesia p u e -
ser así tendríamos que ir con los ojos bien abiertos. Nietz - de aceptar la teoría de que el hombre desciende de ani-
sche nos.orienta mucho mejor respecto a lo que aguarda males no humanos, hubo cierto «salto ontológico» que
al final de dicho sendero que las legiones de bioéticos se produjo en algún momento de este proceso evoluti-
y darwinistas académicos ocasionales que en la actuali- v o . ' ' El alma humana es algo creado directamente p o r
dad se muestran prestos a darnos consejo moral sobre la Dios; por consiguiente, «las teorías de la evolución que,
cuestión. de acuerdo con las filosofías que las inspiran, consideran
Para evitar seguir ese camino, debemos echar otro que la mente surgió de las fuerzas de la naturaleza viva, o
vistazo a la idea de dignidad humana y preguntarnos como un mero epifenómeno de ella, son incompatibles
si existe una forma de defender el concepto contra sus con la verdad del hombre». El Papa prosiguió: «Y no
detractores que sea del todo compatible con las ciencias pueden fundamentar la dignidad de la persona.»
naturales modernas, pero que asimismo haga justicia al El Papa venía a decir, en otras palabras, que en un
sentido pleno de la especificidad humana. Yo opino que p u n t o determinado de los cinco millones de años que
sí existe. mediaron entre los antepasados chimpancés del h o m b r e
En contraposición a cierto número de confesiones y la aparición del humano moderno se nos insertó un
protestantes conservadoras que siguen abogando por el alma humana de un m o d o que continúa siendo un miste-
creacionismo, la Iglesia Católica de finales del siglo xx rio. Las ciencias naturales modernas pueden revelar la lí-
aceptó la teoría de la evolución. nea temporal de este proceso y explicar sus correlatos
En su mensaje de 1996 a la Academia Pontificia de las materiales, pero aún no han elucidado qué es el alma ni
Ciencias el papa Juan Pablo II corrigió la encíclica Hu- cómo se originó. La Iglesia, obviamente, ha aprendido
mani generis de Pío XII, que sostenía que Ja evolución niucho de las ciencias naturales modernas en los dos últi-
danvinista era una hipótesis seria pero que aún no se ha- mos siglos y ha modificado sus doctrinas en consecuen-
bía demostrado. El Papa declaró: «Hoy, casi medio siglo cia. Sin embargo, aunque muchos científicos naturales se
después de la publicación de la encíclica, los nuevos co- mofarían de la idea de que la Iglesia tenga algo que ense-
nocimientos nos obligan a reconocer que la teoría de ñarles, el Papa ha señalado un punto débil real del estado
la evolución es algo más que una hipótesis. Resulta sin actual de la teoría evolutiva, que los científicos deberían
duda sorprendente que esta teoría haya sido progresiva- ponderar. Las ciencias naturales modernas han explicado
mente aceptada p o r los investigadores a raíz de una serie bastante menos sobre el significado de la humanidad de
de descubrimientos en diversos campos del saber. La lo que los muchos científicos piensan.
convergencia, no buscada ni inyentada, de los resultados
de unos trabajos realizados de forma independiente cons-
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Partes y todos tancias en.apariencia diferentes, el grafito de la punta
de un lápiz y el diamante de su anillo de compromiso, y
Muchos darwinistas contemporáneos creen haber acaso sé siente tentado de pensar que se trata de dos sus-
desmitificado el problema de cómo los seres humanos se . tancias esencialmente distintas. No obstante, la química
hicieron humanos mediante los métodos reduccionistas reduccionista nos ha enseñado que en realidad se com-
clásicos de las ciencias naturales modernas, Es decir, el ponen de una misma sustancia más simple, el carbono, y
origen de cualquier conducta o característica de orden que las diferencias aparentes no son de esencia, sino que
superior, como la lengua o la agresividad, puede locali- obedecen al modo en que las moléculas de carbono están
zarse, a través de las descargas neuronales, en el sustrato unidas. En el último siglo la física reduccionista ha esta-
biológico del cerebro, que a su vez puede ser entendido . do muy atareada rastreando el origen de los átomos en
en función de los compuestos orgánicos más simples que las partículas subatómicas y, a partir de éstas, en un con-
lo integran. El cerebro alcanzó su estado actual mediante junto aún más reducido de fuerzas naturales básicas.
una serie de cambios evolutivos graduales impulsados Sin embargo, aquello que es apropiado para los ámbi-
por la variación aleatoria, y a través de un proceso selec- tos de la física, como la mecánica celeste o la dinámica de
tivo natural que determinó la selección de ciertas carac- fluidos, no tiene por qué serlo para el estudio de objetos
terísticas mentales en virtud de las necesidades marca- situados en el extremo opuesto de la escala de comple-
das por el entorno. Así pues, todas las características jidad —como la mayoría de los sistemas biológicos—,
humanas tienen su origen en una causa material anterior. porque el comportamiento de los sistemas complejos no
Si hoy, por ejemplo, nos encanta escuchar a Mozart o a puede predecirse mediante la suma o el aumento a escala
Beethoven, es porque poseemos sistemas auditivos que del comportamiento de las partes que los constituyen."'^
se desarrollaron, en la era de la adaptación evolutiva, El comportamiento distintivo y fácilmente reconocible
para distinguir entre ciertas clases de sonidos que quizás de una bandada de pájaros o de un enjambre de abejas,
eran necesarios para prevenirnos contra los depredado- por ejemplo, es producto de la interacción de los pájaros
res o para ayudarnos en las cacerías.^* o abejas individuales que siguen unas normas de conduc-
El problema de esta línea de pensamiento no es que ta relativamente simples (volar, junto a un compañero,
sea necesariamente falsa, sino que resulta insuficiente esquivar los obstáculos, etc.), ninguna de las cuales abar-
para explicar muchos de los rasgos humanos más desta-
cados y únicos. El problema reside en la metodología del * El determinismo de la mecánica clásica newtoniana se basa,
reduccionismo en sí para comprender los sistemas cóm- ; en gran medida, en la regla del paralelogramo, según la cual los efec-
tos de las fuerzas que actúan sobre un cuerpo pueden sumarse como
piejos, en particular los biológicos. ,
si cada una actuase independientemente de la otra. Newton demues-
El reduccionismo constituye, ciertamente, una de las tra que esta regla se aplica a los cuerpos'celestes, como los planetas y
bases de las ciencias naturales modernas, y a él se deben las estrellas, y supone que también puede aplicarse a otros objetos
muchos de sus rnayores triunfos. Uno ve ante sí dos sus- naturales, como los animales.
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ca o define el comportamiento de la bandada o del en- ocasión que le sería posible predecir con precisión ei futu-
jambre en su conjunto. Antes bien, el comportamiento ro del universo en función de la mecánica newtoniana si
del grupo «emerge» como resultado de la interacción de pudiera conocer la masa y el movimiento de las partes
los individuos que lo componen. En muchos casos, la re- constitutivas del Universo.-^^ Ningún científico podría
lación entre las partes y el todo no es lineal; es decir, el aseverar algo semejante en la actualidad, no sólo a causa
aumento del input A incrementa el output B hasta un de las incertidumbres inherentes introducidas por la me-
punto determinado, a partir del cual se crea un output C cánica cuántica, sino también porque no existe una meto-
imprevisto y cualitativamente diferente. Esto se cumple dología fiable para predecir el comportamiento de los sis-
incluso en el caso de compuestos químicos relativamen- temas complejos." En palabras de A r t h u r Peacocke: «Los
te simples como el agua: el H20 experimenta una fase de conceptos y teorías [...] de las ciencias que se centran en
transición de líquido a sólido a O "C, fenómeno que no se los niveles más complejos no suelen ser (aunque hay ex-
deduce necesariamente a partir del conocimiento de su cepciones) lógicamente reducibles a los que operan en las
composición química. ciencias que se centran en los componentes.»^'' H a y una je-
Q u e el comportamiento de los todos complejos no rarquía de niveles de complejidad en las ciencias, y los seres
puede entenderse como la suma del comportamiento de humanos y la conducta humana ocupan el nivel más alto.
sus partes es algo que las ciencias naturales comprenden Cada nivel puede ayudarnos a comprender aquellos
desde hace ya algún tiempo,^' y ha llevado al desarrollo que se sitúan por encima, pero entender los niveles infe-
del campo de los llamados sistemas «adaptativos com- riores no siempre nos permite entender por completo las
plejos» o no lineales, que intentan reproducir un modelo propiedades emergentes de los niveles superiores. Los in-
del surgimiento de la complejidad. Este enfoque es, en vestigadores de este campo han creado lo que se denomi-
cierto modo, lo contrario al reduccionismo: demuestra, na modelos de sistemas complejos «basados en agentes» y
que, si bien el origen de los todos puede localizarse en los han aplicado a una amplia variedad de áreas, desde la
sus partes antecedentes más simples, no e/iste un mode- biología celular a la guerra, pasando por la distribución de
lo predictivo simple que nos permita ir desde las partes a gas natural. Aún está por ver-, no obstante, si este enfoque
las conductas emergentes de los todos. Al ser no lineales constituye una metodología única y coherente aplicable a
pueden ser en extremo sensibles a diferencias leves en las todos los sistemas complejos." Es posible que tales m o -
condiciones de partida y, por lo tanto, parecer caóticos delos puedan decirnos tan sólo que ciertos sistemas son
aun cuando su comportamiento sea absolutamente de- intrínsecamente caóticos e impredecibles, o que la predic-
terminista. ción depende de un conocimiento preciso de las condicio-
nes iniciales del que no disponemos. E1 nivel más alto, por
Esto significa que el comportamiento de los sistemas
lo tanto, debe ser entendido mediante una metodología
complejos es mucho más difícil de entender de lo que los
adecuada a su grado de complejidad.
fundadores de las ciencias reduccionistas pensaron anta-
' Podemos ilustrar la problemática relación de las par-
ño. El astrónomo del siglo xviii Laplacé afirmó en cierta
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tes con los todos refiriéndonos a un ámbito exclusivo del rición del Estado, que se produjo en lugares como Egipto
comportamiento humano: la política.-*^ Aristóteles afir- . y Babilonia hace quizás unos diez mil años y, probable-
ma que el hombre es un animal político por naturaleza.; mente, estuvo relacionada con el desarrollo de la agricul-
Si hubiera que defender la dignidad humana basándose, tura. En las decenas de miles de años anteriores los huma-
en la especificidad del hombre, la capacidad de partici- nos vivieron en sociedades cazadoras-recolectoras sin
par en política constituiría, ciertamente, un componente ' Estado, formadas por grupos de no más de 50 o 100 indi-
importante de la singularidad humana. Sin embargo, la viduos, en su mayoría unidos por vínculos de parentes-
idea de nuestra singularidad en este aspecto se ha puesto co.^' De modo que en cierto sentido, aunque la sociabili-
en tela de juicio. Como se comentó en él capítulo 8, los dad humana es a todas luces natural, no está claro que los
chimpancés y otros primates se enfrascan en algo asom- humanos sean animales políticos por naturaleza.
brosamente análogo a la política humana cuando luchan Aristóteles insiste en que la política es natural al
y se confabulan con otros para alcanzar la condición hombre pese al hecho de que no existiera en los primeros
de macho alfa. Es más, parecen experimentar emociones períodos de la historia humana. Afirma que es el lengua-
políticas como el orgullo y la vergüenza cuando interac- je humano el que permite a los hombres formular las le-
túan con los demás miembros del grupo. Su comporta- yes y los principios abstractos de justicia necesarios para
miento político, en apariencia, también puede transmi- la creación del Estado y del orden político. Los etólogos
tirse por medios no genéticos, de modo que la cultura han observado que muchas otras especies se comunican
política no parece ser exclusiva de los seres humanos." con sonidos y que los chimpancés y otros animales pue-
Algunos observadores se regodean citando ejemplos como den aprender el lenguaje humano en un grado limitado.
éste para desinflar el sentimiento de prepotencia de los Sin embargo, ninguna otra especie posee un lenguaje hu-
seres humanos con respecto a otras especies. mano, es decir, la capacidad de formular y comunicar
Sin embargo, identificar la política humana con el principios abstractos de acción. Sólo cuando se unen
comportamiento social de otras especies es confundir las estas dos características, la sociabilidad humana y el
partes con el todo. Sólo los seres humanos pueden formu- lenguaje humano, emerge la política humana. El len-
lar, debatir y modificar unas reglas abstractas de justicia. guaje humano evolucionó, evidentemente, para fomen-
Cuando afirmó que el hombre es un animal político por tar la sociabilidad, pero es harto improbable que hubiera
naturaleza, Aristóteles lo decía en el sentido de que la po- . unas fuerzas evolutivas que le diesen forma a fin de con-
lítica es una potencialidad que surge con el tiempo.-"^ El fi- vertirlo en un instrumento capaz de posibilitar la políti-
lósofo observa que la política humana no se inició hasta ca. Fue más bien como uno de los spandrels'^ de Stephen
que los primeros legisladores establecieron un Estado y
promulgaron leyes, hecho que supuso un gran beneficio * Un spandrel es un elemento arquitectónico que surge, sin que
para la humanidad pero que dependió de la evolución his- lo haya planeado el arquitecto, de la intersección de una cúpula y los
tórica. Esto concuerda con lo que hoy sabemos de la apa- muros que la sustentan.
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Lo cierto es que no estamos, ni mucho menos, cerca
jay Gould, algo que evolucionó por un motivo pero que
de ningún adelanto; la conciencia continúa siendo tan
encontró otro propósito clave al combinarse en el todo
humano.^* La política humana, aunque sea natural en obstinadamente misteriosa como siempre. El problema
cuanto fenómeno «emergente», no es reducible ni a la de la línea actual de pensamiento comienza con el pro-
sociabilidad ni al lenguaje animal, que fueron sus precur- blema filosófico tradicional de la condición ontológica
sores. de la conciencia. Los estados mentales subjetivos, si bien
se originan mediante procesos biológicos materiales, pa-
recen ser de un orden no material, distinto del de otros
Conciencia fenómenos. El miedo al dualismo —la doctrina según la
cual hay dos tipos esenciales de ser, material y mental—
El área en que la incapacidad de una ciencia materia- es tan acusado entre los investigadores de este campo
lista reduccionista para explicar los fenómenos observa- que les ha llevado a conclusiones manifiestamente ridi-
bles se hace más patente es la cuestión de la conciencia culas. En palabras del filósofo John Searle:
humana. Por conciencia me refiero a estados mentales
subjetivos; no sólo los pensamientos e imágenes que acu- Vista desde la perspectiva de los últimos cincuenta
den a usted mientras piensa o lee esta página, sino tam- años, la filosofía de la mente, así como la ciencia cogni-
bién los sentimientos, sensaciones y emociones que ex- tiva y ciertas ramas de la psicología, ofrece un espectá-
perimenta como parte de la vida diaria. culo muy curioso. Lo que más llama la atención es
En el transcurso de las dos últimas generaciones se ha hasta qué extremo gran parte de la filosofía de la men-
realizado una cantidad considerable de labor teórica y de te de los últimos cincuenta años se nos aparece osten-
investigación sobre la conciencia, tanto en el ámbito siblemente falsa [...] En la filosofía de la mente cienos
de las neuroclencias como de los estudios en materia de hechos obvios, como que todos poseemos estados
inteligencia informática o artificial (lA). En este último mentales conscientes subjetivos y que éstos no pueden
campo concretamente hay muchos entusiastas convenci- descartarse en favor de ninguna otra cosa, son negados
dos de que, merced a la utihzación de ordenadores más sistemáticamente por muchos, quizá la mayoría, de
potentes y nuevos métodos informáticos, como las redes los principales pensadores de este campo.^'.
neurales, está a punto de producirse un gran adelanto
consistente en que las computadoras mecánicas adquie- Un ejemplo de una interpretación visiblemente falsa
ran conciencia. Se han celebrado conferencias y debates de la conciencia se debe a uno de los grandes expertos en
serios sobre la cuestión de si sería moralmente correcto esta materia, Daniel Denneti, cuyo libro La conciencia
desconectar una máquina de estas características cuando explicada propone la siguiente definición de conciencia;
cucho adelanto se produzca-—si se produce—, y de si de^ «La conciencia humana es en sí misma un inmenso com-
heríamos conceder derechos á las máquinas conscientes; plejo de meníes (o más exactamente, de efectos de memes
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en el cerebro) que puede entenderse mejor como la ope- y R a y Kurzweil^' vaticinen que las máquinas, una vez que
ración de una máquina virtual "von Neumannesca" im- . alcancen un grado necesario de complejidad, poseerán
plementada en Iz arquitectura paralela de un cerebro que atributos humanos como la conciencia.^' Si tienen razón,
no fue diseñado para tales actividades.»" Se puede excu- eso acarreará consecuencias importantes para nuestra con-
sar a un lector ingenuo p o r pensar que este tipo de enun- cepción de la dignidad humana, porque se demostrará de
ciado no nos ayuda en absoluto a avanzar en nuestra manera concluyente que los seres humanos no son, en
c o m p r e n s i ó n de la conciencia. D e n n e t t viene a decir, esencia, más que complejas máquinas que pueden fabri-
de hecho, que la conciencia humana es simplemente un carse con sílice y con transistores con la misma facilidad
subproducto de las operaciones de cierto tipo de compu- que con carbono y neuronas.
tadora y que, si creemos que hay algo más, tenemos una La probabilidad de que esto ocurra, sin embargo, pa-
visión errónea y anticuada de la conciencia. C o m o dice rece muy remota, no tanto porque las máquinas no lle-
Searle, este enfoque sólo funciona negando la existencia guen a duplicar la inteligencia humana —sospecho que
de lo que usted, yo y todos los demás entendemos que es probablemente estarán m u y cerca de conseguirlo—, sino
la conciencia (es decir, sensaciones subjetivas)." porque es imposible imaginar cómo llegarán a adquirir
Del mismo m o d o , muchos investigadores del campo emociones humanas. Es m u y propio de la ciencia ficción
de la inteligencia artificial eluden la cuestión de la con- que un androide, robot u ordenador comience a experi-
ciencia cambiando de tema. D a n p o r sentado que el cere- mentar de repente emociones como el miedo, la esperan-
bro es sencillamente una especie de ordenador orgánico za o incluso el deseo sexual, pero nadie ha estado ni re-
m u y complejo que puede identificarse a partir de sus ca- motamente cerca de postular cómo esto podría ocurrir.
racterísticas externas. El conocido test de Turing afirma El problema no estriba tan sólo en que, como ocurre con
que si una máquina es capaz de efectuar una tarea cogni- el resto de la conciencia, nadie comprenda qué son las
tiva determinada, como seguir una conversación, de tal emociones ontológicamente; es que nadie comprende
manera que exteriormente sea indistinguible de cualquier cómo cobraron existencia en la biología humana.
actividad similar efectuada por un humano, entonces tam- Hay, desde luego, razones funcionales para las sensa-
bién será indistinguible interiormente. P o r qué motivo ciones como el dolor y el placer. Si el sexo no nos resulta-
esto debe constituir un test adecuado de la mentalidad hu- ra placentero no nos reproduciríamos, y si el fuego no
mana constituye un misterio, puesto que resulta evidente nos provocase dolor sufriríamos quemaduras sin cesar.
que la máquina no tendrá una conciencia subjetiva de lo Aun así, las teorías modernas de la ciencia cognitiva sos-
que está haciendo, ni sensaciones acerca de sus activida- tienen que la forma subjetiva particular que adoptan las
des."" Esto no impide que autores como H a n s Moravec'"'
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emociones no es necesaria para su función. Es perfecta- tra comprensión racional de lo que significa ser humano
mente posible, por ejemplo, diseñar un robot con senso- proponiéndonos el siguiente experimento mental.""' Su-
res de calor en los dedos conectados a un mecanismo que pongamos que conocemos a dos criaturas en una isla de-
le impulse a apartar la mano del fuego. El robot podría sierta, ambas dotadas de la capacidad racional de un ser
evitar quemarse sin poseer ningún sentido subjetivo del humano y, por lo tanto, capaces de mantener una conver-
dolor y tomar decisiones acerca de qué objetivos cumplir sación. Una posee la forma física de un león y las e m o -
y qué actividades evitar en función de la computación ciones de un humano, mientras que la otra tiene la forma
mecánica de distintos impulsos eléctricos. Según un test de un ser humano y las características emocionales de un
de Turing, el robot sería humano en cuanto a su conduc- león. ¿Con cuál de las dos criaturas nos sentiríamos más
ta, pero errfealidad estaría desprovisto de la cualidad más cómodos? ¿Con cuál tendríamos más probabilidades de
importante de un ser humano, los sentimientos. En la ac-" entablar una amistad o una relación moral? La respuesta,
tualidad la forma subjetiva propiamente dicha que adop- como indican los incontables libros infantiles con afables
tan las emociones se considera, tanto en el campo de la leones parlantes, es con el león, p o r q u e las emociones
biología evolutiva como en el de la neurociencia cogniti- humanas típicas de la especie son más esenciales para
va, un mero epifenómeno de su función subyacente; no nuestro sentido de la propia humanidad que la razón o el
existen razones evidentes por las cuales dicha forma tu- aspecto físico. El frío y analítico señor Spock, de la serie
viera que ser seleccionada en el curso de la historia evo- televisiva Star Trek, resulta en ocasiones más simpático
lutiva. que el impetuoso señor Scott tan sólo porque sospecha-
C o m o apunta Robert Wright, esto nos lleva a la ex- mos que bajo sii aspecto racional se ocultan unos sen-
traña conclusión de que lo que es más importante para timientos humanos profundamente enterrados. Desde
nosotros, en cuanto seres humanos, no tiene ninguna fi- luego, muchos de los personajes femeninos con los que
nalidad aparente en el orden material del universo me- coincidió en la serie esperaban provocar algo más que una
diante el cual nos convertimos en humanos.^'' Porque respuesta robotica en él.
es la gama distintiva de emociones lo que da lugar a En cambio, veríamos a un señor Spock que de verdad
nuestros propósitos, metas, necesidades, deseos, mie- estuviese desprovisto de sentimientos como un psicópa-
dos, aversiones, etc.; de ahí que sea la fuente de los valo- ta o un monstruo. Si nos ofreciera algún beneficio, quizá
res humanos. Aunque muchos sitúan la razón y la elec- podríamos aceptarlo, pero no sentiríamos gratitud por-
ción moral como las características exclusivas humanas que sabríamos que es producto de un cálculo racional
más importantes, yo afirmaría que la posesión de esa por su parte, no de la buena voluntad. Si lo traicionára-
gama emocional humana es cómo mínimo igual de rele- mos, no nos sentiríamos culpables, porque sabríamos
vante, si no más. , ' ' • que es incapaz de albergar sentimientos de ira o de pesar
El teórico político Robert McShea demuestra la im- al haber sido traicionado. Y si las circunstancias nos obli-
portancia que poseen las emocionés humanas para nues- garán a inatirlo para saivarnos o a sacrificar su vida en
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una crisis con rehenes, no sentiríamos más su pérdida,, Así pues, no hace falta estar de acuerdo con el Papa
que la de cualquier bien valioso, como un coche o un en que Dios introdujo directamente un alma humana en
mecanismo teleportador/* Aun cuando aceptáramos coo- el curso de la evolución para reconocer que se produjo
perar con este señor Spock, no lo consideraríamos un,... un importante salto cualitativo, si no ontológico, en al-
agente moral con derecho al respeto que inspiran los se- gún punto de ese proceso. Es este salto desde las partes al
res humanos. Los cerebritos de los laboratorios de IA todo lo que, en última instancia, ha de constituir la base
que se ven a sí mismos como poco más que complejos de la dignidad humana, un concepto en el que se puede
programas informáticos y querrían descargarse en un or- creer sin partir de las premisas religiosas del Papa.
denador harían bien en preocuparse, dado que a nadie le , Qué es este todo y como llegó a existir es algo que si-
importaría si los desactivaran para siempre. gue siendo, en palabras de Searle, «un misterio». Ningu-
De modo que existen muchos elementos que se aglu- na dé las ramas de las ciencias naturales modernas que
tinan bajo la rúbrica de la conciencia y ayudan a definir han intentado responder esta pregunta ha conseguido
la especificidad humana, y por lo tanto la dignidad hu-. más que arañar la superficie, a pesar de que muchos cien-
mana, pero que las ciencias naturales modernas no pue- tíficos crean haber desmitificado todo el proceso. Mu-
den explicar por completo. No basta con afirmar que, chos investigadores de la IA coinciden en afirmar que la
algunos otros animales son conscientes o poseen una cul- conciencia es una «propiedad emergente» de cierta clase
tura o un lenguaje, porque su conciencia no auna la de ordenador complejo, pero esto no es más que una hi-
razón, el lenguaje, las emociones o la elección moral hu-. pótesis no probada, basada en una analogía con otros .
manos de formas capaces de generar la política, el arte o sistemas complejos. Nadie ha visto nunca emerger la
la religión propios del hombre. Todos los precursores no conciencia en circunstancias experimentales, ni ha for-
humanos de estos rasgos humanos que han existido en la mulado una teoría respecto a cónio podría lograrse tal
historia evolutiva, y todas las causas materiales y las con- cosa. Sería sorprendente que el proceso de «emergencia»
diciones previas que determinaron su aparición, no equi- . no desempeñase un papel importante a la hora de expli-
valen, sumados en su conjunto, al todo humano. Jared car cómo los humanos se convirtieron en tales, pero de
Diamond, en su libro El tercer chimpancé, señala el he- momento no sabemos si la historia termina ahí.
cho de que los genomas del chimpancé y del humano Esto no equivale a decir que jamás,se producirá una
coinciden en más de un 98 %, con lo que da a entender desmitificación por parte de la ciencia. El propio Searle
que las diferencias entre ambas especies son relativamen- cree que la conciencia es una propiedad biológica pareci-
te triviales.'" Sin embargo, en el caso de un sistema com- da a las descargas neuronales o a la producción de neuro-
piejo emergente, las pequeñas diferencias pueden acarrear transmisores, y que algún día la biología podrá explicar
inmensos cambios cualitativos. Es como decir que no cómo el tejido orgánico puede generarla. Searle afirma
existe una diferencia significativa entre el hielo y el agua que las dificultades actuales para comprenderla concien-
líquida porque su temperatura sólo difiere en un grado. cia no requieren que adoptemos una ontología dualista o
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que abandonemos el marco científico de la causalidad preferencias individuales y la razón, sino que se forja de
material. El problema de cómo surgió la conciencia no una forma intersubjetiva, mediante la influencia de otras
hace que sea preciso recurrir a la intervención directa de conciencias y de sus evaluaciones morales. Somos ani-
Dios. males .sociales y políticos no sólo p o r nuestra capacidad
Aunque, por otra parte, tampoco la descarta. de ejercer una razón analítica, sino porque estamos dota-
dos de ciertas emociones sociales. La sensibilidad hur.na-
na no es como la de un cerdo o un caballo, ya que está
P O R QUÉ LUCHAR unida a la memoria y a la razón. Esta prolongada diserta-
ción sobre la dignidad humana pretende responder a la
Si aquello que nos confiere dignidad y una condición siguiente pregunta: ¿qué queremos proteger de los futu-
moral superior a la de otras criaturas vivientes está reía ros avances en biotecnología? La respuesta es que quere-
Clonado con el hecho de que somos todos complejos, en mos proteger el conjunto íntegro de nuestras naturale-
lugar de una suma de partes simples, está claro que no zas, complejas y evolucionadas, contra cualquier intento
existe una respuesta fácil a la pregunta: ¿qué es el Fac- de automodificación. No deseamos que se alteren la uni-
tor X? El Factor X no puede reducirse á la posesión de dad o la continuidad de ia naturaleza humana y por lo
elección moral, razón, lenguaje, sociabilidad, sensibili- tanto, los derechos que se basan en ella. .!
dad, emociones, conciencia o cualquiera de las cualida- Si el Factor X está relacionado con nuestra propia
des que se han propuesto como base de la dignidad hu- complejidad y con las complejas interacciones de carac-
mana. Son todas estas cualidades combinadas en un todo terísticas exclusivamente humanas como la elección mo-
humano, las que conforman el Factor X. Cada miembro ral, la razón y la amplia gama de emociones, parece razo-
de la raza humana posee una dotación genética que le nable preguntar cómo y por qué la biotecnología podría
permite convertirse en un tpdo humano; una dotación intentar hacernos menos complejos. La explicación resi-
que distingue a un hombre, en esencia, de otros tipos de de en la presión continua que existe para reducir los fines
criaturas. de la.biomedicina a fines utilitarios; es decir, el intento de
Si reflexionamos un momento, veremos que ninguna reducir una compleja diversidad de fines y propósitos
de las cualidades clave que contribuyen a la dignidad hu naturales a unas cuantas categorías simples como el d o -
mana puede existir sin las demás. La razón humana, poi lor, el placer o la autonomía. Existe, en particular, una
ejemplo, no es similar a la de un ordenador; está presidí predisposición constante a permitir que el alivio del
da por las emociones, que de hecho facilitan su funciona dolor y del sufrimiento prime automáticamente sobre
miento.''" La elección moral no puede existir sin la razón, los demás propósitos y objetivos humanos. Ésta será la
huelga decirlo, pero también se basa en sentimientos disyuntiva planteada por la biotecnología: p o d r e m o s c u -
como el orgullo, la ira, la vergüenza y la compasión.'''' La rar una enfermedad, prolongar la vida de una persona o
conciencia humana no está integrada meramente por las hacer que un niño sea más tratable, pero a expensas de
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ciertas cualidades inefables humanas como el genio, la dad. Tal vez tengan razón; la ingeniería de la línea germi-
ambición o la pura diversidad. nal y'el uso de la técnica del A D N recombinante en hu-
El aspecto de nuestras naturalezas complejas que se manos son, probablemente posibilidades mucho más re-
halla más amenazado tiene que ver con la gama de núes- . motas de lo que se piensa, aunque no pueda decirse lo
eras emociones. N o s sentiremos continuamente tentados mismo de la clonación.
de pensar que entendemos qué emociones son «;buenas» C o n todo, nuestra capacidad de manipular el com-
y cuáles son «malas», y que podemos mejorar la natura- portamiento h u m a n o no depende del desarrollo de la in-
leza suprimiendo estas últimas, intentando lograr que la geniería genética. Prácticamente todo aquello que preve-
gente se vuelva menos agresiva, más sociable, más dócil, mos lograr mediante la ingeniería genética es probable
menos depresiva.. El objetivo utilitario de minimizar el que se.consiga mucho antes a través de la neurofarmaco-
sufrimiento es de por sí problemático. No se pueden ale- logía. Y haremos frente a enormes cambios demográfi-
gar argumentos en defensa del dolor y del sufrimiento, cos en las poblaciones que encuentren nuevas técnicas
pero es cierto que aquellas cualidades humanas que juz- biomédicas, no sólo en lo referente a la edad y la relación
gamos más admirables, tanto en nosotros mismos como de sexos, sino también en cuanto a la calidad de vida de
en los demás, están relacionadas con nuestro m o d o de importantes grupos poblacionales.
reaccionar, afrontar, superar y, con frecuencia, sucumbir La generalización y el uso creciente de fármacos como
al dolor, el padecimiento y la muerte. Sin estos males hu- el Ritalin y el Prozac demuestran cuan ansiosos nos senti-
manos dejarían de existir la lástima, la compasión, el co- mos por utilizar la tecnología para alterarnos a nosotros
raje, el heroísmo, la solidaridad o la fortaleza de carác- mismos. Si u n o de los corriponentes clave de nuestra natu-
ter.'' U n a persona que no se ha enfrentado al sufrimiento raleza —ese algo en lo que basamos nuestro concepto de
o a la muerte carece de profundidad. Es nuestra capa- dignidad-^ está relacionado con la gama de emociones
cidad de experimentar estas emociones lo que nos vincu- normales compartidas por todos los humanos, entonces
la potencialmcnte a los demás seres humanos, vivos o ya estamos intentando reducir esa gama a cambio de ob-
muertos. jetivos utilitarios como la salud y la conveniencia.
Muchos científicos e investigadores dirían que no he- Los fármacos psicotróplcos no alteran la línea germi-
mos de preocuparnos por proteger la naturaleza humana nal ni producen efectos hereditarios, tal como podría ha-
—cualquiera que sea su definición— de la biotecnología cer algún día la ingeniería genética, pero ponen de mani-
porque aún falta mucho para que seamos capaces de m o - fiesto cuestiones importantes relativas al significado de
dificarla, y quizá nunca lleguemos a alcanzar tal capaci- la dignidad humana y constituyen un preludio de lo que
ha devenir. , .'
"• Tanto la raíz griega del término siympathy —lástima o compa- •
sión—como la raíz latina del término «compasión», hacen referen- •
cia a la capacidad de sentir el dolor y el sufrimiento de otra persona.
278- -279-
no
— 280- — 281-
gar en. qué medida un individuo concreto posee estas o de efectuar una elección,moral, pero ya posee elemen-
cualidades. T'ales juicios suelen ser, por añadidura, sospe- tos importantes de la gama emocional humana; p u e -
chosos, porque la persona que los los fornula rara vez es de disgustarse, sentir un vínculo con su madre, esperar
parte desinteresada. La mayoría (de las aristocracias exis- atenciones, etc., algo imposible para un embrión de un
tentes han sido convencionales, más que naturales; los día. Q u e celebremos funerales tras el fallecimiento de
aristócratas se concedían derechos que segun ellos eran los recién nacidos, pero no después de los abortos es-
naturales, pero que en realidad se basaban en la fuerza o pontáneos, da testimonio de la naturalidad de esta dis-
en la convicción. Resulta adecuado, p o r lo tanto, abor- tinción. Todo esto indica que no tiene sentido tratar a
dar con cierta liberalidad la cuestión de quién está facul- los embriones c o m o seres humanos dotados de los mis-
tado para poseer derechos. mo": derechos con que cuentan los bebés.
Aun así, todas las democracias liberales contemporá- Sin embargo, podernos poner ciertas objeciones a ta-
neas establecen, en realidad, derechos diferenciados en les argumentos, no desde una perspectiva religiosa, insis-
función del grado en que los individuos o las categorías to, sino desde la perspectiva de los derechos naturales. Es
de individuos posean determinadas características típi- posible que un embrión carezca de algunas de las carac-
cas de la especie. Los niños, por ejemplo, no tienen los terísticas básicas humanas que posee un bebé, pero no es
derechos de los adultos porque su capacidad de racioci- simplemente un grupo de células o de tejido como otro
nio y de elección moral aún no se ha desarrollado plena- cualquiera, p o r q u e tiene la capacidad potencial de con-
mente; no pueden votar ni poseen la misma libertad per- vertirse en un ser h u m a n o completo. En este aspecto se
sonal que sus padres a la hora de decidir dónde vivir, si diferencia de un bebé, que también carece de muchas ca-
van o no al colegio, etc. Las sociedades despojan a los lacterísticas capitales de un adulto normal, sólo en el gra-
criminales de sus derechos básicos por quebraniar la ley, do en que se ha desarrollado su potencial natural. Esto
y lo hacen aún con más severidad cuando se considera implica que, si bien podemos otorgar a un embrión una
que el sujeto carece de un sentido moral básico. En Esta- condición moral inferior a la de un bebé, dicha condición
dos Unidos a tales individuos se les priva incluso del dere- es superior a la de otras clases de células o tejidos con los
cho a la vida por cierta clase de detitos. No desposeemos que trabajan los científicos. Por lo tanto, resulta razona-
oficialmente a los enfermos de Alzheimer de sus dere- ble preguntar, sobre una base no religiosa, si los investi-
chos, pero restrmgimos su capacidad para conducir o t o - gadores deberían ser libres de crear, clonar y destruir
mar decisiones financieras, y en la práctica también dejan embriones humanos a voluntad.
de ejercer sus derechos políticos habitualmente. . La ontogenia nos remonta a la filogenia. H e m o s afir-
Desde la perspectiva de los derechos naturales p o - mado qué, en el proceso evolutivo que llevó del ancestro
dría afirmarse, pues, que es lógico conceder a los no na- prehumano al hombre, se produjo un salto cualitativo
cidos unos derechos distintos de los de los bebés o los que transformó los precursores prehumanos del lengua-
niños. Un bebé de un día puede no ser capaz de razonar je, la razón y la emoción en un todo humano que no pue-
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de explicarse como la suma de sus partes y que sigue abanico de cuestiones, entre ellas el aborto y la fami-
siendo, en esencia, un proceso misterioso. Algo análogo lia. La unión de estos dos grupos por lo general es lo bas-
sucede con el desarrollo de los embriones en bebés, ni- tante fuerte para mantenerse durante las elecciones, pero
ños y seres humanos adultos: lo que empieza como un tras ella se ocultan unas diferencias fundamentales de
cúmulo de células orgánicas llega a poseer conciencia, ra- criterio. No está claro que esta ahanza sobreviva al sur-
zón, capacidad de elección moral y emociones subjetivas gimiento dé nuevas tecnologías que, p o r una parte,
de un modo que continúa siendo también un misterio. aportarán enormes beneficios para la salud y lucrati-
La conjunción de estos hechos —que el embrión tie- vas oportunidades para la industria biotecnológica, pero
ne una condición moral intermedia entre la de un bebé que, por otro lado, requerirán que se quebranten unas
y la de otros tipos de células y tejidos, y que la transfor- normas religiosas profundamente arraigadas.
mación del embrión en algo con una condición superior Regresamos, pues, a la cuestión de la política y de sus
constituye un proceso misterioso— indica que, si hemos estrategias. Si existe un concepto viable de dignidad hu-
de seguir extrayendo células madre de los embriones, de- mana, es necesario defenderlo — n o sólo en los tratados fi-
beríamos someter tal actividad a ciertos límites y restric- losóficos, sino también en el m u n d o real de la política— y
ciones para que no se convierta en precedente de otros protegerlo mediante instituciones políticas factibles. Tra-
usos más extremos de los nonatos. ¿Hasta qué punto es- taremos el asunto en la última parte de este libro.
tamos dispuestos a crear y desarrollar embriones para fi-
nes utilitarios? ¿Y si alguna nueva .cura milagrosa requi-
riese células no de un embrión de un día, sino de un feto
de un mes? Un feto femenino de cinco meses ya tiene en
los ovarios todos los óvulos que producirá como mujer.
¿Y si alguien quisiera acceder a ellos? Si nos habituamos
a la idea de clonar embriones para propósitos médicos,
¿sabremos dónde parar?
Si la cuestión de la igualdad en un mundo biotecnoló-
gico futuro amenaza con disgregar a la izquierda, la dere-
cha también se fragmentará literalmente por motivos re-
lacionados con la dignidad humana. En Estados Unidos
la derecha (representada p o r el Partido Republicano) se
divide en dos facciones: la de los libertarios económicos,
que abogan por la empresa y la tecnología con una regu-
lación mínima, y la de los conservadores sociales, mu-
chos de ellos religiosos, que se preocupan por un amplio
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